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Metodología y filosofía de la ciencia de nuestros días Shoichi Sakata Junio de 1968 2 Tomado del suplemento del “Progress of Theoretical Physics” (Progreso de la física teórica), Nº 50, 1971. Publicado por primera vez en el periódico de la Universidad de Nagoya (Na- goya Daigaku Shinbun Nº 300, el 13 de junio de 1968), fue editado por los estudiantes y reproduce la conferencia dictada por el autor en el acto anual de la Universidad para los estu- diantes de pregrado. Más tarde, y luego de una ligera correc- ción de forma realizada por el autor fue incluida en el libro “Tetsugaku VI” (Filosofía Vol. 6) publicado en Tokio por Iwanami en 1968 bajo otro título. [Traducción: Lilian López Cuesta] Contenido 1. ¿Qué es la ciencia en la actualidad? 3 2. Marx, fuente del método de la ciencia actual 5 3. La ley de la mecánica cuántica del mundo atómico 7 4. Todas las leyes tienen sus propios límites de aplicabilidad 7 5. Existencia de infinitos estratos de la materia, cada uno con su propia ley 9 6. Estratos en transformaciones mutuas, naturaleza en evolución 11 7. La germinación de la visión dialéctica de la naturaleza en Marx 14 8. Análisis del concepto de partículas elementales 16 9. Filosofía de la mecánica cuántica 18 10. Una nueva filosofía para la ciencia actual 21

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Metodología y filosofía de la ciencia de nuestros días

Shoichi Sakata

Junio de 1968

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Tomado del suplemento del “Progress of Theoretical Physics” (Progreso de la física teórica), Nº 50, 1971. Publicado por primera vez en el periódico de la Universidad de Nagoya (Na-goya Daigaku Shinbun Nº 300, el 13 de junio de 1968), fue editado por los estudiantes y reproduce la conferencia dictada por el autor en el acto anual de la Universidad para los estu-diantes de pregrado. Más tarde, y luego de una ligera correc-ción de forma realizada por el autor fue incluida en el libro “Tetsugaku VI” (Filosofía Vol. 6) publicado en Tokio por Iwanami en 1968 bajo otro título. [Traducción: Lilian López Cuesta]

Contenido

1. ¿Qué es la ciencia en la actualidad? 3 2. Marx, fuente del método de la ciencia actual 5 3. La ley de la mecánica cuántica del mundo

atómico 7 4. Todas las leyes tienen sus propios límites de

aplicabilidad 7 5. Existencia de infinitos estratos de la materia,

cada uno con su propia ley 9 6. Estratos en transformaciones mutuas, naturaleza

en evolución 11 7. La germinación de la visión dialéctica de la

naturaleza en Marx 14 8. Análisis del concepto de partículas elementales 16 9. Filosofía de la mecánica cuántica 18

10. Una nueva filosofía para la ciencia actual 21

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1. ¿Qué es la ciencia en la actualidad?

¿Qué es, y cómo deberíamos ubicar a la ciencia actual? Cono-cemos la ciencia de la antigua Grecia y la ciencia moderna que parte del Renacimiento en contraste con la ciencia de la ac-tualidad. Hay opiniones tales como que la ciencia griega no debería ser considerada una ciencia. Sin embargo, pienso que es también ciencia y que tiene una gran significación, incluso en el presente. Es decir, los varios pensamientos desarrollados por la ciencia griega demuestran sus profundos efectos en la ciencia actual. No es demasiado decir que todas las ciencias tienen su origen común en Grecia. Por ejemplo, el pensa-miento básico de la investigación atómica, a la cual me he dedicando, es bien sabido que proviene de pensadores grie-gos. De hecho, las ciencias modernas y actuales decididamente se han engendradas en el atomismo desarrollado en escuelas de la antigua Grecia por Demócrito, Epicuro y otros.

Ellos propusieron, más allá de la capacidad de los senti-dos humanos, las teorías del átomo en las cuales concibieron átomos y partículas microscópicas como componentes de todo el universo. La ciencia griega desempeñó un gran papel en todos los acontecimientos de nuestra historia de la humani-dad. Luego, la historia recibe al Renacimiento después del Oscurantismo de la Edad Media. Una nueva ciencia creada en el Renacimiento, es decir, la ciencia moderna, poseyó nuevos rasgos, diferentes a los de la ciencia griega, simbolizados por las palabras de Francis Bacon: “el conocimiento es el poder de la humanidad”, e hizo una gran contribución al adelanto de la humanidad. En la ciencia actual aún quedan muchos rasgos característicos heredados de la ciencia moderna; mucha gente,

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por lo tanto, ve a la ciencia actual como una mera y continua sucesión de la ciencia moderna. Sin embargo, yo pienso que la ciencia actual no es ni debería ser la ciencia griega ni la ciencia moderna; que significa y debería significar una nueva fase de la ciencia. La ciencia ahora está enfrentando una grave crisis por causas internas y externas; la razón de ello es que la cien-cia actual todavía no se ha quitado de la piel la tradición de la ciencia moderna. La ciencia moderna tiende, hoy en día, a abatir a la humanidad con un terror monstruoso, contraria-mente a las expectativas del hombre de que les traería inmen-sa felicidad. ¿Cuál fue el resultado del nacimiento de la cien-cia griega y del florecimiento de la ciencia moderna en Euro-pa? No fue otra cosa que acontecimientos como los de Auschwitz e Hiroshima, y además la trágica guerra de Vietnam de nuestros días. Tal resultado es el destino que proviene de la naturaleza de la ciencia moderna. La ciencia actual debe pro-seguir más allá de la ciencia moderna en orden de no repetir esas amargas experiencias.

Sin embargo, la ciencia actual tiene en realidad un poder latente en sí misma, capaz de superar el límite de la ciencia moderna. Aunque parece que la ciencia actual, a la que los hombres del siglo XX nos esforzamos en desarrollar para el futuro es la continuación de la ciencia moderna mejorada después del renacimiento, muchos indicios implican que no es ese el caso. Por lo tanto, debemos replantear este nuevo poder con la finalidad de no permitir que los resultados de la ciencia actual sean la tragedia de Auschwitz, de Hiroshima y de Vietnam como fue el caso con la ciencia griega y moderna. La problemática de aclarar las características de la ciencia ac-tual está estrechamente conectada con la de divulgar las im-plicaciones filosóficas y metodológicas inherentes a la ciencia actual. Por lo tanto, comenzaré esta charla con este punto.

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2. Marx, fuente del método de la ciencia actual

En el siglo XX hubo un rápido desarrollo de nuevas ciencias digno de ser conocido, tal como el de la ciencia actual en co-nexión con los adelantos de la física atómica. Consecuente-mente, la ciencia actual ha exhibido su nueva manera de ver a la naturaleza, diferente del de la ciencia moderna, y ha des-arrollado una nueva metodología propia. Sin embargo, si hablamos de la historia del pensamiento, de la ciencia actual, o más exactamente, del pensamiento y del método de la cien-cia actual, veremos que no provienen de nuestro siglo sino del pensamiento y del método establecidos por Marx, a comienzos del siglo XIX. Hoy, se dice a menudo que las ciencias sociales son algo subdesarrolladas comparadas con las ciencias natura-les. De hecho, las ciencias naturales de nuestros días han pro-ducido armas terribles tales como las bombas A y H, armas bacteriológicas, gases químicos, etcétera, de ese modo arro-jando a la humanidad a serias crisis. También se afirma que las causas de las crisis humanas yacen en el desequilibrado desarrollo que existe entre las ciencias naturales y sociales. Por ejemplo, el Consejo de Ciencias de Japón comenzó reciente-mente a organizar debates sobre las medidas deseables para un avance en el justo equilibrio entre las Ciencias Naturales y Sociales.

Es bien sabido que uno de los aspectos característicos de las Ciencias Naturales de hoy consiste en el uso de enorme instrumentación experimental y que necesitan grandes sumas de dinero así también como la colaboración en gran escala de personal para investigaciones, por todo eso es llamada la cien-cia grande. Más aún, especialmente desde que comenzó el siglo XX, la ciencia grande apareció como tendencia interna-cional de las políticas gubernamentales, las cuales le han esta-do dando demasiada importancia a las investigaciones milita-res, poniendo el dinero solamente en las ciencias naturales y,

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consecuentemente, oprimiendo el estudio de las ciencias so-ciales. ¿Podemos, sin embargo, decir de acuerdo con la idea popular que las crisis de la humanidad provienen de un tan mal balanceado desarrollo entre las ciencias naturales y socia-les? Pienso que éste no es el caso. Más bien, la ciencia actual en el sentido real, fue primero establecida como ciencia social ya a mediados de siglo XIX. Fue en “El Capital” de Marx. Esta es de hecho una ciencia digna de ser llamada ciencia actual. Como trasfondo de “El Capital” de Marx subyace el materia-lismo dialéctico o su interpretación de la historia de la huma-nidad, y Marx descubrió una estructura plenamente legítima de la sociedad humana por medio del dominio de una ex-haustiva lógica de la dialéctica.

En el siglo XX, el invalorable significado de “El Capital” ha sido más y más reconocido. Podemos mencionar a la revo-lución socialista que tuvo éxito primero en Rusia, seguida por las revoluciones de China y de otras naciones después de la Segunda Guerra Mundial. Así, se han establecido un número de Repúblicas Socialistas y las leyes de Marx están siendo apli-cadas a sus propias vidas. Conozco a un famoso erudito en economía que dijo que él tuvo una mejor opción para la no-conversión mediante la observación de las recientes crisis del dólar, aunque muchos economistas han llegado a la conclu-sión que el marxismo se volvió anticuado al confrontarse con el próspero régimen capitalista de los Estados Unidos de la postguerra. De todos modos, es difícil negar que para formar una perspectiva real de futuro y de lo que realmente ha moti-vado a las fuerzas revolucionarias en la historia de la humani-dad, hay libros tales como “El Capital” de Marx, “Sobre el imperialismo” de Lenin, o “Sobre la práctica” y “Sobre la con-tradicción” de Mao.

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3. La ley de la mecánica cuántica del mundo atómico Volviendo nuestra mirada a las ciencias naturales, vemos que la mecánica newtoniana tiene un gran significado en el desa-rrollo moderno de la ciencia que proviene del Renacimiento. Está probado que la mecánica newtoniana refleja la ley de la naturaleza tan profundamente que tiene una gran energía profética y gobierna arbitrariamente los movimientos de los cuerpos del mundo. Consecuentemente, los científicos del siglo XIX estuvieron inclinados a darle un excesivo valor a la mecánica newtoniana logrando así que su visión de la natura-leza y el mundo quedaran restringidos. Sin embargo, de todos modos era la más significativa de las ciencias modernas, y fue una de las ciencias más altamente desarrolladas. Aunque la importancia de la mecánica newtoniana no ha cambiado para nada aun hoy, un hecho muy importante fue divulgado a principios del siglo XX: es que, no gobierna sobre todo en el mundo, sino que tiene una limitada esfera de aplicabilidad.

Este hecho fue revelado primeramente por Einstein a principios de este siglo, cuando descubrió la teoría de la rela-tividad, sin embargo es más profundamente reconocido cuan-do nos sumergimos en el mundo atómico; se observó que el mundo atómico no estaba gobernado por la mecánica New-toniana. La ley del movimiento de la materia en el mundo atómico dio como resultado la mecánica cuántica, descubierta por de Broglie, Schrödinger, Heisenberg y otros.

4. Todas las leyes tienen sus propios límites de aplicabilidad ¿Qué fue esclarecido por la ciencia actual que se ha desarro-llado basada en la física atómica? En primer lugar, que no obstante el gran poder profético que una nueva ley tenga, tiene un límite de aplicabilidad. Da pruebas de un gran poder

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solamente dentro de su margen de aplicabilidad, pero si una va más allá de ese límite, pierde toda su energía inmediata-mente. El movimiento de un electrón en el átomo es total-mente diferente del movimiento de los cuerpos que podemos ver con nuestros ojos.

Por ejemplo, en nuestro mundo un hombre no puede entrar a un cuarto a través de dos entradas simultáneamente, sin embargo, un electrón puede entrar desde dos ranuras al mismo tiempo. El hecho de que el movimiento de un electrón está más allá de nuestra concepción significa que existe una ley para el electrón completamente distinta a la que se aplica a los cuerpos visibles. Hablando más físicamente, un electrón posee ambas naturalezas: la de partícula y la de onda. Las in-novaciones tecnológicas modernas le deben mucho a la mecá-nica cuántica que gobierna el mundo atómico, así como la mecánica newtoniana fue la base de la civilización mecanicista del siglo XIX. Por ejemplo, sin la mecánica cuántica uno nun-ca podría desarrollar la electrónica usando semiconductores, ni la ingeniería nuclear para producir reactores, bombas ató-micas y así sucesivamente.

Se creyó durante mucho tiempo y hasta el siglo XIX que la mecánica newtoniana era una ley que gobernaba sobre todo en el mundo. Como resultado, llegó a ser dominante la lla-mada concepción mecanicista de la naturaleza, un punto de vista que se relacionaba filosóficamente con el materialismo metafísico; es decir, si Dios hubiera dado solamente un pri-mer impulso, entonces el mundo habría sobrellevado un mo-vimiento dictado sujeto a la ley de Newton al fin y al cabo. Desde este punto de vista, la mecánica newtoniana es la reina de todas las ciencias, y todo el resto podría ser deducido de ella. Esto es un punto de vista que considera no solamente a la naturaleza sino también a los fenómenos sociales como esencialmente regulados por la mecánica Newtoniana.

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Típico de esto fue el materialismo francés en el sentido que tomó ese punto de vista como su referente. En otras pala-bras, la creencia en la dinámica newtoniana era tan fuerte que hizo que esta fuera el punto de vista dominante. Durante este siglo, un mundo nuevo fue descubierto donde la mecánica newtoniana dejó de sostener la verdad. El reconocimiento del hecho de que cada ley tiene su límite de aplicabilidad es real-mente el primer rasgo distintivo de la ciencia actual.

5. Existencia de infinitos estratos de la materia, cada uno con su propia ley Por otra parte, otra concepción se ha desarrollado: que la naturaleza está compuesta de infinidad de estratos que difie-ren entre sí cualitativamente y que cada estrato está sujeto a su propia ley. Este concepto es la base de un enfoque dialéctico de la naturaleza, y fue primeramente propuesto por Engels a mediados del siglo XIX. A esto podemos considerarlo el se-gundo rasgo distintivo de la ciencia actual. A principios del siglo XIX, la idea de que la materia está compuesta de átomos fue restablecida a la química moderna por Dalton. Más ade-lante, estuvo claro que aparte del estrato de átomos, había otro estrato como base de la materia, que fue llamado molécu-la. En este siglo, no obstante, se ha descubierto que un átomo también está compuesto de un núcleo y de electrones, y un núcleo se construye a su vez de neutrones y de protones. Lla-mamos a esos componentes del átomo partículas elementales. Así, la estructura de los niveles de la materia ha sido revelada paso por paso, que hay átomos en una molécula y partículas elementales en un átomo. Hoy sentimos la necesidad de im-pulsar nuestras investigaciones, que están sostenidas por un tan estructurado punto de vista, presuponiendo que incluso las partículas elementales podrían dejar de ser las últimas de la materia, aunque ahora se consideran la unidad más pequeña

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de la materia. Más grandes que las moléculas individuales, emergen en el mundo, en un cierto punto, una serie de altos polímeros, una materia de un nuevo estrato que difiere cuali-tativamente de los usuales. Por ejemplo, las moléculas de pro-teína como material base de los organismos vivos, las células integradas por tales proteínas y otras son los estratos respecti-vamente. Similarmente, los organismos vivos y específicamen-te los seres humanos entre ellos, también pueden ser conside-rados como uno u otro de los estratos.

Cuando los seres humanos se organizan como sociedad, esto es también un estrato. En otras palabras, la sociedad humana pertenece a uno de los infinitos estratos de la natura-leza; por lo tanto, la ciencia natural y la ciencia social se rela-cionan entre sí en este sentido. Si miramos hacia una región mucho más grande, la tierra es también uno de los estratos, así como nuestro Sistema Solar. Hay también muchas estrellas como el sol, que se agrupan para formar una nebulosa llama-da Galaxia. Una nebulosa se puede también considerar como un estrato, pero hay muchas nebulosas en el espacio.

En el mundo natural existe una infinidad de estratos, y se combinan en una red compleja más bien que formando una serie unidimensional de mayor a menor. Y en cada estrato gobierna su propia ley que ejerce el mayor de los poderes de predicción dentro de su límite de aplicabilidad. La mecánica Newtoniana se construyó esencialmente unificando al mundo de nuestros cuerpos visibles y al de los cuerpos celestiales, esto juega, dentro de semejante estrato, el role de la más elevada ley de la naturaleza. Sin embargo, en el mundo de los átomos, moléculas y partículas elementales, existieron diversas leyes, por ejemplo, las leyes de la mecánica cuántica. Las leyes de la sociedad descubiertas por Marx tienen también un gran poder y como tales son válidas en el estrato de la sociedad humana. En general, gobiernan leyes respectivas a cada estrato de la naturaleza. El objetivo de cada rama individual de la ciencia es

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obtener el conocimiento de tal ley. Por lo tanto, la existencia de infinidad de estratos en la naturaleza significa o equivale a que cada ley tiene su propio límite de aplicabilidad.

6. Estratos en transformaciones mutuas, naturaleza en evolución El tercer punto importante que la ciencia actual ha divulgado es el hecho de que estos varios estratos forman una historia evolutiva, en la cual cada uno de ellos está existiendo, desapa-reciendo e intercambiándose con el otro permanentemente.

El método de la ciencia moderna que comenzó en el Re-nacimiento era uno en el que un objeto se fragmentaba en pedazos y cada parte se estudiaba muy detalladamente. Con-secuentemente, se establecieron varias ciencias como por ejemplo: física, química, biología, geología, etcétera. La espe-cialización, por así decirlo, en la cual cada rama de especiali-dad es investigada más y más profundamente, ciertamente jugó una parte importante como método de la ciencia moder-na. Descartes también destacó este punto. Sin embargo, en el siglo XX el progreso de la física atómica ha demostrado que esas ciencias de la ciencia moderna, separadas unas de otras, deben, después de todo, ser nuevamente sintetizadas. Mien-tras que la ciencia Griega tenía un carácter muy sintético, tal carácter se perdió totalmente en la ciencia moderna, y cada nuevo saber fue desarrollado por separado; la ciencia moder-na se abrió camino ahondando más y más profundamente en su especialidad, casi perdiendo conexión entre uno y otra. Esta tendencia ha continuado aún hasta hoy.

Aunque por un lado el progreso de la ciencia atómica re-quiere una unificación de las ciencias para conectar a las va-rias ramas de la ciencia actual, por otro lado casi ninguna ciencia en la actualidad ha logrado hasta hoy librarse del método de la ciencia moderna. Últimamente, en el campo de

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la llamada ciencia grande, se utilizan instrumentos gigantescos y una gran cantidad de gente debe trabajar junta en un labora-torio. Por lo tanto, una investigación individual en una orga-nización tan grande pierde su dirección incluso en su propio estudio, ya que juega apenas una parte, como el engranaje de una rueda en una máquina compleja. Lo que es más, pierde completamente la perspectiva de la relación entre otras ramas de la ciencia y la propia, o entre la ciencia y la sociedad. Seme-jante patología de la especialización de la ciencia moderna ha continuado hasta hoy, y más aún, podemos decir que es pro-movida por las mismas ciencias grandes. Aunque la ciencia actual ha comenzado a tener un carácter altamente unificador, como nunca se había visto antes, a la par del progreso de la física atómica, aún así, su método no está para nada libre del método de la ciencia moderna.

Así que, no es demasiado decir que la causa más severa de la crisis entre la ciencia y la humanidad yace hoy en este punto, es de destacar que el progreso de la física atómica en este siglo ha asumido un importante rol en la unión y co-nexión de varias ciencias. Por ejemplo, en química había habido una idea de inmutabilidad de los elementos como principio básico de la química. Fue un duro trabajo para la química el obtener nuevas substancias combinando y disol-viendo varios cientos de elementos que existían en la natura-leza. Y se había creído que los átomos eran, sobre la base de invariabilidad de las partículas de un elemento, partículas indivisibles e inalterables, que mantenían su figura hasta hoy tal como Dios las creó por primera vez. Pero la ciencia del siglo XX sacudió radicalmente a la química desde sus cimien-tos. Hoy, como resultado del progreso de la física atómica los mismísimos átomos son destruidos y nuevos átomos fácilmen-te formados en un laboratorio.

De esta manera, la propiedad de permanencia de un ele-mento deja de ser verdad. Por otra parte, ha llegado a estar

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claro cuándo y cómo los varios átomos se formaron de partí-culas elementales en el proceso de la evolución del universo. Éste es también una problemática concerniente al origen de los elementos.

La reacción termonuclear de las bombas H y otras ocurre en las estrellas, y desempeña un papel importante en la evolu-ción de las estrellas. Por ejemplo, el Sol arde debido al meca-nismo de formación de un núcleo de helio a partir de cuatro núcleos de hidrógeno. En épocas antiguas, desde la era Grie-ga, se creía que el fuego celestial era completamente diferente al fuego de la tierra, y que era algo realmente místico. Pero hoy se sabe que el fuego divino arde en virtud de reacciones nucleares. En el proceso de la evolución de los cuerpos celes-tes, se forma un estrato llamado Sistema Solar, y nace la Tie-rra. Sobre la Tierra, complicadas moléculas gradualmente se componen de átomos, y finalmente se sintetiza una molécula albuminosa, que se convierte en el origen de la vida. Enton-ces, se crea la vida, se desarrolla para generar a la humanidad, y los hombres se agrupan para formar la sociedad humana, la cuál se desarrolla sucesivamente. Tal curso de la evolución de la naturaleza se puede trazar por el adelanto de la física atómi-ca.

Es en la actualidad de nuestro conocimiento que la histo-ria de la materia comienza con las partículas elementales, que no son, sin embargo, el mismo modelo de las creadas por Dios en una era remota, pero se sabe que fueron creadas con sus antipartículas en el laboratorio. Por lo tanto, no fueron creadas por Dios, sino que debieron formarse en algún mo-mento de la historia de la naturaleza. La idea es que varios estratos en la naturaleza no solamente coexisten simultánea-mente sino que también cambian de uno en otro constante-mente, creando así nuevos estratos y formando la historia íntegra de la naturaleza; este concepto de que todas las cosas cambian, se acerca al pensamiento de Heráclito en Grecia.

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Ésta es la opinión del mundo del materialismo dialéctico a lo que Marx tomó como base cuando escribió “El Capital” en el siglo XIX, y es también el concepto de la dialéctica de la natu-raleza que Engels expuso sobre la base de los logros de la cien-cia natural de aquellos días. Tal concepto ha sido reconfirma-do por el contenido científico en el marco del progreso de la física atómica del siglo XX, y ha sido desarrollado como el que provee potentes métodos para el empuje de las ciencias.

7. La germinación de la visión dialéctica de la naturaleza en Marx Como mencioné antes, una forma original de la dialéctica de la naturaleza fue demostrada por Engels, leal amigo de Marx, en sus manuscritos póstumos, “Dialéctica de la Naturaleza”. Sin embargo, en vistas de la historia del pensamiento, me gustaría señalar que ya había habido una germinación de ella en los primeros trabajos de Marx. Como el año pasado fue el centenario de la publicación de “El Capital” de Marx, muchos tratados fueron presentados en su memoria, pero apenas si tocaron este hecho en sus artículos. Marx es conocido gene-ralmente como sociólogo, autor de “El Capital” y otras obras y como el filósofo que desarrolló la dialéctica materialista, no obstante, al principio estuvo interesado en un problema de los átomos. El título de su tesis doctoral fue “La diferencia entre las teorías del átomo de Demócrito y de Epicuro”.

En la ciencia Griega la manera de pensamiento átomo-teórica fue representada por Demócrito, mientras que Epicuro fue propuesto como su sucesor. Pero Marx percibió con su sagacidad mental, ya en su juventud, una severa diferencia entre Demócrito y Epicuro. Epicuro es popular y famoso por la palabra “epicúreo” aparte de su nombre, y por su teoría del átomo, es considerado solamente un esclarecedor de la teoría del átomo de Demócrito. Sin embargo, en realidad, la teoría

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del átomo de Epicuro es absolutamente diferente en sus ele-mentos de la de Demócrito. Marx tuvo una aguda percepción en este punto, y como resultado de eso, pienso que su diserta-ción doctoral conlleva una gran significación como base de la ciencia actual. Hace algunos años, el profesor Shinsaku Aiha-ra de la universidad de Osaka escribió un tratado muy sugesti-vo titulado “Sobre las Ciencias” en una revista “Tenbo”. Se dice comúnmente que la causa de la crisis entre la ciencia y la humanidad yace en el crecimiento desigual de las Ciencias Naturales sobre las Ciencias Sociales. Sin embargo, Aihara indicó, en oposición a esto, lo siguiente: no es el caso, sería ridículo pensar que solamente una parte de la cultura podría ser altamente desarrollada mientras que no podría serlo la otra en la misma sociedad. Sin embargo, “El Capital” de Marx alcanzó un gran éxito, él dice: Estoy de acuerdo con él en este punto, y aún más, estoy profundamente impresionado por su sugerencia siguiente. O sea, corrientemente los economistas Marxistas o los filósofos Marxistas raramente aprecian la tesis doctoral de Marx; y muchos de ellos consideran que no tiene ninguna relación con el marxismo puesto que fue escrita en la edad en que él era un Hegeliano izquierdista, antes de volver-se marxista. Aihara, sin embargo, precisó enfáticamente que ya el germen de sus varios trabajos científico-sociales tales co-mo “El Capital”, su concepción materialista de la historia, etcétera están incluidos en esa tesis doctoral.

Esta sugerencia me afectó profundamente, y comprobé que en verdad el primer artículo de Marx podría contener un brote de la perspectiva dialéctica de la naturaleza, aunque yo había pensado que fue desarrollada principalmente por En-gels e impulsada por Lenin.

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8. Análisis del concepto de partículas elementales Como es bien sabido, para estudiar a las partículas elementa-les es necesario utilizar un gran equipo experimental, tal como sincrotrones, etcétera. Sin embargo, no siempre va todo bien por el solo hecho de usar un enorme y costoso equipo. Un punto esencial para todo desarrollo de la teoría de partículas elementales es cómo analizar el concepto de partículas ele-mentales. Nos hemos estado dedicando al estudio basado en tal punto de vista. Demócrito en Grecia y su sucesor, Dalton, en la ciencia moderna, conciben al átomo como el extremo inalterable de la materia que existe detrás de las transmuta-ciones de las cosas.

Sin embargo, en la física actual fuimos más lejos, hacia regiones más y más pequeñas, hasta que alcanzamos las partí-culas elementales. En tanto y en cuanto consideremos a las partículas elementales desde el punto de vista de la concep-ción natural de la ciencia actual, formada con el progreso de la física atómica, no debemos verlas como el extremo de la materia sino como a uno de los estratos, tal como a las molé-culas, a los átomos, a los núcleos etcétera; de otra manera no podríamos reconocer la naturaleza de las partículas elementa-les con sólo mirar los fenómenos tal como son. Desde tal pun-to de vista, hemos desarrollado la teoría de que existirían más partículas fundamentales detrás de las partículas elementales. Debemos deshacernos del concepto sobre partículas elementa-les visto como Dalton o Demócrito, como lo último de la materia. Pusimos la base de nuestra investigación sobre este punto al cual Marx trató por primera vez. Engels escribió en su “Dialéctica de la Naturaleza” que la diferencia esencial entre el atomismo moderno y el anterior consiste en que el primero reconoce la existencia de la diversidad de varios estra-tos tales como los cuerpos celestes, objetos, moléculas y áto-mos y no es el punto que un átomo sea considerado como lo

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último de la materia. Lenin también escribió una frase famosa en su “Materialismo e empiriocriticismo”: “el electrón es tan inagotable como el átomo”. Sin embargo, el origen de esos pensamientos bien podrían ser trazados nuevamente hasta Marx. Si leemos las cartas intercambiadas por Marx y Engels encontramos que Marx mencionó a menudo que uno no debe mirar un átomo como lo último indivisible de la materia. Podemos ver que este pensamiento tuvo su origen en su tesis doctoral. Se origina en su aguda percepción de la diferencia entre la teoría del átomo de Demócrito y la de Epicuro. La disparidad entre ellas es tan sutil que podría fácilmente es-capársele a cualquier persona. Demócrito concibió que un átomo debía ser lo último de la materia creada por Dios; por lo tanto, es extremadamente perfecto y obedece solamente a un movimiento rectilíneo. Sin embargo, por otra parte, Epi-curo sentó la idea de que el átomo nunca sería perfecto y que a veces se desvía de un movimiento rectilíneo. Sobre esta dife-rencia Marx trabajó enfáticamente. Es decir, siguiendo la ma-nera del pensamiento de Demócrito, un átomo debe tomar una forma tal como la de una esfera o la de un poliedro regu-lar puesto que debe ser perfecto. De hecho, Platón pensó que los átomos correspondientes a los cuatro elementos básicos tales como la tierra, el agua, el fuego y el viento, tenían formas de diversos poliedros regulares, porque lo que Dios había creado debía ser perfecto.

En cuanto a los cuerpos celestes también pensaron en la ciencia griega que todos debían obedecer a un movimiento circular porque eran objetos perfectos. Mientras analizaban varios fenómenos solamente en términos del movimiento circular, terminaron por introducir la noción de epiciclos, complicando terriblemente la situación. Tan complicada si-tuación fue cambiada de un solo golpe a una muy simple por la teoría heliocéntrica de Copérnico. Más tarde, Galileo des-cubrió con su telescopio, que la luna no era una esfera com-

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pleta, sino que tenía una cara marcada con hoyos y era muy fea. Consecuentemente, llegó a estar claro que Dios no pudo crear tal objeto. De todos modos, tan lejos como se puede seguir los rastros de Demócrito, uno es forzado a pensar que todas las cosas fueron al principio creadas por Dios. Por el contrario, si pensamos como Epicuro que un átomo es imper-fecto, entonces comenzamos con la investigación de las causas de la imperfección, mirando hacia el estrato básico siguiente, y la naturaleza explica su imperfección. Como resultado del uso de semejante método en todas sus fases, la ciencia actual ha revelado, consecuentemente, la perspectiva dialéctica de la naturaleza. De esta manera, la tesis doctoral de Marx se puede considerar fuente de los pensamientos que yacen detrás de la ciencia actual, una fuente de la cual se creó “El Capital” y se desarrolló la mecánica cuántica.

9. Filosofía de la mecánica cuántica Uno puede culparnos por torcer los hechos históricos si de-cimos que la mecánica cuántica fue desarrollada por el mate-rialismo dialéctico. En la interpretación de la mecánica cuán-tica, la llamada de Copenhague fue la dominante cuando, hace treinta años atrás, Yukawa desarrolló su teoría del mesón, en cuya investigación ayudamos M. Taketani de la universidad de Rikkyo y yo. La interpretación de Copen-hague, que prevalecía en la ciencia de Europa occidental en aquella época, se basaba esencialmente en la filosofía de Niels Bohr, conocido como el fundador de la física atómica o teoría cuántica.

Aunque mencioné que la ciencia actual reveló la perspec-tiva dialéctica de la naturaleza, de todos modos los científicos de hoy, no solamente él, han desarrollado el conocimiento, no sosteniendo conscientemente el punto de vista dialéctico de la naturaleza, sino simplemente con la metodología de la

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ciencia moderna, que viene del Renacimiento. Pero llega a ser imposible ahora desarrollar la ciencia actual con las viejas ideas, tales como referirse a la naturaleza o al fundamento de la ciencia como si fueran simplemente una colección de obje-tos separados. Este punto nos impresionó profundamente en el curso del desarrollo de la teoría del mesón de Yukawa. En relación a eso, Taketani publicó un artículo titulado “Dialéc-tica de la Naturaleza” en el periódico “Sekai-Bunka” en Kyoto. En esos días el “Sekai-Bunka” estaba introducíendo por ejem-plo, el frente popular, liderado por Francia. Éste fue el perió-dico que sobrevivió hasta el final durante una severa opresión en Japón, cuando hubo una fuerte conmoción en el mundo bajo la influencia de la primera gran crisis después de la pri-mera guerra mundial.

Como consecuencia de la publicación de tal artículo en el “Sekai-Bunka” fue arrestado por la alta policía especial y tuvo que pasar algunos meses en una celda de la policía. Su artículo fue realmente notable y único y podría ser comparado incluso con “El Capital” de Marx. En cuanto a la diferencia de interpretación entre Copenhague y Taketani, podemos decir que la primera trata la lógica de la mecánica del quan-tum en su forma establecida, mientras que la teoría de Take-tani de los tres estadios de la metodología o cuando trata so-bre la interpretación de la mecánica cuántica, lo hace desde el punto de vista de la práctica para crear nuevas cosas y ha lo-grado un despliegue único desde la perspectiva dialéctica de la naturaleza.

Parece muy curioso que semejante contribución apareció, no en un país socialista en donde el materialismo dialéctico es altamente apreciado, sino en un país capitalista, precisamente Japón, en donde prosperaba el militarismo. Sin embargo, estoy convencido de que su trabajo tiene la mayor significa-ción como método de la ciencia actual. Los filósofos Japone-ses de esa época fijaban y restringían los límites de su campo

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de especialización, y ellos mismos se confinaban en él sin apreciar demasiado los trabajos de Taketani. En los países socialistas, los libros de textos sobre dialéctica materialista son presentados por ejemplo, por el Instituto de Investigación de Filosofía de la URSS, pero no aportan nada excepcional a la metodología de la ciencia actual, más bien son algo escolásti-co. Por el contrario, el trabajo de Taketani es realmente único y contribuyó notablemente con la física teórica de Japón des-de el advenimiento de la teoría del mesón. Aunque los cientí-ficos naturales y también los de otros campos se conmociona-ron y tuvo una gran influencia sobre ellos, hay, así y todo, algunos filósofos que intentan irrazonablemente de no hacer caso de él. La teoría de los tres estadios de Taketani fue muy significativa para descubrir un estrato nuevo en la naturaleza, para reconocer la ley que es esencial allí, y realmente fue exi-toso en el desarrollo de la física moderna. Él descubrió y ela-boró su teoría de los tres estadios de la historia del desarrollo de la mecánica cuántica, entonces, reexaminó a la mecánica newtoniana desde este punto de vista para aclarar su significa-do en nuestra era. Según el análisis de Taketani, las lógicas de la mecánica cuántica y la mecánica newtoniana no difieren, esencialmente, de la lógica de El Capital de Marx. Es decir, la mecánica newtoniana podría tener una significación moderna si, y solo si, la tomamos con una lógica avanzada.

Así como “El Capital” está sólidamente establecido como ciencia social, la mecánica newtoniana es también muy pode-rosa y obedece a una lógica profunda dentro de su límite de la aplicabilidad, aunque nos haría equivocar, como lo hicieron los científicos del siglo XIX, si la consideramos válida para todo el mundo. En el caso de la mecánica cuántica, perdería-mos la perspectiva del desarrollo futuro a menos que sea to-mada con una lógica altamente avanzada, digamos por ejem-plo, de la interpretación de Taketani. Pienso que la mecánica cuántica, “El Capital”, y la mecánica newtoniana llegarían a

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ser no solamente poderosas teorías para interpretar el mundo, sino también para cambiar el mundo y la naturaleza cuando sean entendidos en los términos de tan avanzada lógica. En cuanto a la teoría de los tres estadios de Taketani, quisiera recomendarles que lean la colección de sus trabajos publica-dos recientemente por Keisô-Shobô o una monografía titulada “Problemas teóricos de la era actual” de Iwanami-Shoten, en los cuales su teoría se presenta detalladamente.

10. Una nueva filosofía para la ciencia actual El progreso de la ciencia actual ha sido apoyado hasta ahora por una extensión de la metodología de la ciencia moderna iniciada en el Renacimiento. Sin embargo, si su desarrollo de ahora en adelante sigue siendo dirigido por esta metodología, las ciencias no solamente se degradarán a sí mismas sino que también acarrearán una grave crisis a la humanidad. No, po-demos decir que la actual degradación de las ciencias y la crisis de la humanidad del presente ya provienen de este punto. Como mencioné antes, la ciencia del siglo XIX separó a la naturaleza en física, química, biología, geología, etc., y tomó el camino de la especialización en cada campo. Se pensaba que no hay relación entre la ciencia natural y la ciencia social. Sin embargo, desde el punto de vista dialéctico de la naturaleza, la sociedad humana también debe ser vista como uno de los estratos de la naturaleza. Los varios estratos están conectados entre sí formando una unidad y una naturaleza unificada y estos estratos se han creado de la evolución de la naturaleza. Para hacer avanzar a las ciencias y usarlas para felicidad de la humanidad debemos combinar otra vez a esas ciencias separa-das en pedazos por la ciencia del siglo XIX sobre la base de la nueva perspectiva de la naturaleza y la nueva metodología elaborada por la ciencia actual. Hasta que sean combinadas, pienso, que la ciencia de hoy no puede ser la ciencia actual en

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un verdadero sentido y no puede desempeñar un papel im-portante en la historia humana. Si ese fuera el caso, el resulta-do de la ciencia no sería otro que el de Auschwitz, Hiroshima y Vietnam, el cual nunca más debe volver a suceder. En el simposio, de cuyo contenido esta presentado como un artícu-lo de apertura de este libro, Goro Hani destacó que los pen-samientos, las filosofías, las ciencias y las artes no pueden ser calificados como pensamientos actuales, filosofías actuales, ciencias y artes actuales en tanto y en cuanto no empiecen de un Auschwitz; esta es verdaderamente una sensata observa-ción. Hani también dejó claro que nunca había sido conmo-vido tanto como cuando leyó por primera vez la “Dialéctica de la naturaleza” de Taketani, aunque él no es especialista en Ciencias Naturales. Creo que lo que vuelve real a la ciencia actual no es otra cosa que la teoría del método tal como la desarrolla Taketani.

Además, el simposio incluye las siguientes deliberaciones: Parece que la historia va hacia una muy peligrosa encrucijada, cuando damos un vistazo a la tendencia de la historia, por ejemplo, la crisis del dólar que ocurrió recientemente. La si-tuación es muy similar a la de los años 30. Por esos días, poco más tarde, prosperó el nazismo que produjo el cruel desenlace de Auschwitz por Alemania, la cual se vanagloriaba por su alto nivel cultural. El fascismo prosperó también en Japón y en Italia lo que desembocó en la segunda guerra mundial. El hecho de que se puede ver una semejanza entre esos días y el presente, significa que las leyes de la historia que afectan esos períodos son las mismas. Por ejemplo, en el caso de la ley de Newton, la Tierra o Marte rotarían en la misma órbita que ahora, siempre y cuando Dios le diera también el mismo im-pulso inicial. Sin embargo, su movimiento sería modificado dependiendo de cómo obtuviera el primer impulso. Por lo tanto, asumiendo que el período de los años 30 y el actual están gobernados por las mismas leyes de la historia, el mismo

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accidente sucedería otra vez si las condiciones fueran iguales. Pero por supuesto, jamás querríamos que tales cosas sucedie-ran otra vez. Pienso yo que es para prevenirlas que los movi-mientos por la paz en el mundo están actuando. Sin embargo, incluso esa gente conocida en Japón como historiadores pro-gresistas está estudiando sobre la premisa de que el fascismo ciertamente volverá a resurgir nuevamente. Hani acentuó que eso es extremadamente imperdonable. Precisamente debemos pensar en lo que debemos y tenemos que hacer con el fin de no permitir jamás al fascismo. Es un deber de los verdaderos historiadores y de los científicos de hoy el perseguir tal propó-sito seriamente. La ciencia actual no debe ser igual a la ciencia moderna que viene del Renacimiento. Por ello, debería adop-tar un nuevo punto de vista digno de su nombre, basar su procedimiento en la nueva metodología y nunca volver a transitar por el camino de la ciencia moderna.

Como mencioné previamente, la ciencia natural actual ha sido más y más hostilizada, y los científicos han sido redu-cidos al estatus del peón de una gran fábrica o del asalariado de una empresa, perdiendo así su perspectiva del todo. Cuan-do los científicos pierden su perspectiva del todo, la ciencia no sólo trae crisis a la humanidad sino que también los mismísimos conocimientos se van a pique. Reflexionando sobre el hecho de que los resultados de la ciencia griega y de la ciencia moderna a partir del Renacimiento fueron las expe-riencias de Auschwitz, Hiroshima y Vietnam, la ciencia actual tiene que tomar un nuevo camino. A saber, debe avanzar haciendo propia la nueva metodología y filosofía, a la que Marx dio origen e incluir la teoría de las tres etapas de Take-tani como cenit. ■

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Shoichi Sakata (18 de enero de 1911, Hiroshima - 16 de octubre de 1970) fue un destacado físico teórico japonés, y profesor en la Uni-versidad de Nagoya, célebre por su trabajo sobre el núcleo atómico y las partículas elementales, y por proponer el Modelo Sakata, pre-cursor del modelo del quark. Sakata, al igual que algunos de sus colegas en Nagoya, abogaba por el materialismo dialéctico.

Entre 1929 y 1933 Sakata estudió física en Tokio con Yoshio Nishina y luego en la Universidad Imperial de Kioto con Hideki Yu-kawa, el primer premio Nobel japonés. Se unió a Yukawa en Rikaga-ku Kenkyūsho en Ōsaka, una fundación privada de investigación fundada por Yukawa, donde trabajaron desde 1937 sobre la teoría del mesón, y en 1939 se le unió en la Universidad de Kioto donde Yukawa era catedrático. Sakata fue nombrado profesor en la Univer-sidad de Nagoya en 1942, y permaneció allí hasta su muerte.

Sakata fue un destacado investigador japonés en partículas ele-mentales en los años sesenta y setenta, y ganó renombre fuera de Japón por su modelo de hadrones de 1956, llamado posteriormente el Modelo Sakata. El modelo de Sakata fue remplazado por el mo-delo del quark, debido a Murray Gell-Mann y George Zweig.

En 1960, con sus colegas de la Universidad de Nagoya, amplió su modelo para incluir los leptones. Poco después desarrolló la ma-triz de combinación de neutrinos, precursora de la actualmente aceptada oscilación de neutrinos.