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Jorge Próspero Roze - Susana Murillo - Ana Núñez (compiladores) Nuevas identidades urbanas en América Latina ESPACIO EDITORIAL Buenos Aires

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Jorge Próspero Roze - Susana Murillo - Ana Núñez(compiladores)

Nuevas identidades urbanasen América Latina

ESPACIOEDITORIALBuenos Aires

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ESPACIOEDITORIAL

editora - distribuidoraimportadora - exportadora

Simón Bolívar 547, 3o p. Of. 1(C 1066 AAK)

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Pedición, 2005.Impreso en la Argentina - Printed in Argentina.Queda hecho el depósito que previene la ley 11.723

© 2005 Espacio Editorial

ISBN: 950-802-210-8

LA FOTOCOPIAMATA AL LIBROY ES UN DELITO

Curriculum de los Compiladores

Jorge Próspero Rozejorgeroze @ gigared.comArquitecto (FAU-UNNE). Maestría CLACSO-CPES en Sociología Rural. Doctorde la UBA en Ciencias Antropológicas. Investigador Independiente del Con-sejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y Profe-sor Residente del Postgrado en Antropología Social de la Facultad de Huma-nidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones. Profe-sor Titular de la Cátedra de Sociología Urbana (FAU-UNNE) entre 1994 y2001. Fundador de IdEAS-Instituto de Estudios Ambientales y Sociales.http://www.fundaideas.org.ar/personales/jorge/JorgeRoze.htm

Susana [email protected] en Filosofía (UBA). Lie. en Psicología (UBA). MagísterenGestión y Política de la Ciencia y la Tecnología con especialidad enPolítica Científica (UBA). Doctoranda en Ciencias Sociales (UBA). BecariaSénior (CLACSO). Profesora titular en la carrera de Sociología, Facultadde Ciencias Sociales (UBA). Investigadora (UBA). Coordinadora de Investi-gación en el Departamento de Ciencias Sociales del Centro Cultural de laCooperación, dependiente del Instituto Movilizadorde Fondos Cooperativosen Buenos Aires.

Ana Núñ[email protected] (FAUD/UNMdP). Mg. Se. FLACSO (Argentina) en CienciasSociales, mención Sociología. Doctoranda FLACSO (Argentina) en Cien-cias Sociales. Investigadora exclusiva de la Facultad de Arquitectura,Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Profeso-ra Adjunta de la Cátedra de Urbanismo (FAUD/UNMdP). Directora delGrupo de Investigación en Socio-Antropología Urbana (GISAU), FAUD/UNMdP, desde el año 2000.

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índice

Nota de los CompiladoresJorge Próspero Roze, Susana Murillo, Ana Núñez...................... 9

PRIMERA PARTEPrácticas sociales y nuevas identidades urbanas

Identidad espacio-temporal vecinal y violencia simbólicaAna Núñez, Silvana Lado........................................................... 15

Consolidación y fragmentación de productores mercantiles urbanosJulieta Repetto............................................................................. 35

A cidade do silencio: práticas urbanas, sentimentos erepresentagóes sociais em BrasiliaInaé Elias Magno da Silva.......................................................... 53

Ordenamiento del tiempo en los barrios pobresdel Gran Resistencia (Argentina). El modelo de organizaciónhíbrida y normalizadora impuesto por los programas socialesAna Rosa Pratesi........................................................................ 77

Emergencia de nuevos espacios urbanos y de construcción desubjetividad: el "country" y el miedo al OtroMaría Florencia Bruno, Natalia Gimena Lorenzo, Silvana Laura Garbi... 93

SEGUNDAPARTEGénesis y dinámica de nuevas identidades urbanas

Buenos Aires, entre el miedo a las epidemias y la angustia frenteal riesgoSusana Murillo, Ignacio Amatriain, Dana Borzese, Julia Coria,Natalia Gianatelli, Laura Guardia, Matías Landau, Vanesa Luro,Robería Ruiz, Paula Santamaría, Patricia Tejo Terranova,Eva Vázquez............................................................................... 117

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Enemigos urbanos. La construcción de identidadesamenazantes y nuevas políticas urbanas y socialesCarlos Ernesto Motto..............................................

Nota de los Compiladores161

La gubernamentalidad urbana: la mutación desde unaprotopolítica científica, hacia el gerenciamiento de losriesgos y la denegaciónSusana Murillo............................................................

Ciudades, teorías, y multitudes cooperantes.Hacia un nuevo orden o la deshumanización crecienteJorge Próspero Roze..................................................

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La compilación de trabajos aquí presente constituye una selección deponencias presentadas y discutidas en los XXIII y XXIV Congresos de laAsociación Latinoamericana de Sociología -ALAS- realizados en Antigua,Guatemala y en Arequipa, Perú en 2001 y 2003, respectivamente, más pre-cisamente en la Comisión de trabajo sobre Ciudades Latinoamericanas, dondese debatieron las tendencias, las transformaciones, las nuevas teorías y losavances de las investigaciones provenientes de distintas disciplinas vincula-das con las ciudades de nuestro continente.

Entre los temas más sustanciales del debate se hicieron presentes lastransformaciones operadas en la vida cotidiana de los habitantes de nues-tras ciudades, y de allí hemos seleccionado un conjunto de trabajos sobre elcarácter, las causas y las consecuencias de la aparición de nuevas identida-des urbanas, producto de los cambios ocurridos en el modelo de acumula-ción del capital en las últimas décadas del pasado siglo, con la multiplicidadde impactos en las prácticas sociales urbanas, el Estado, la gobemabilidad,el uso de los espacios; es decir, el modo de sentir, pensar y hacer quemotivó que esta época se caracterizara como "Postmodernidad".

En una primera parte, "Prácticas sociales y nuevas identidades ur-banas", hacemos presente un conjunto de trabajos sobre diversos ámbitosy niveles vinculados, donde operan nuevas y renovadas identidades urbanas.

El primer trabajo, "Identidad espacio-temporal vecinal y violenciasimbólica", de las investigadoras marplatenses Silvana Lado y Ana Núñez,y que constituye una versión actualizada del oportunamente presentado,incursiona en la tensión contradictoria de las identidades urbanas, a partir dela construcción histórico-social del "vecino" y de instituciones controladaspolíticamente, "para legitimar las prácticas de apropiación del espacio deacuerdo a los intereses de los actores".

Los habitantes de dos barrios de la ciudad de Corrientes, son analiza-dos no ya como vecinos, sino en la determinación productiva dominante enesas localizaciones: holeros unos, malloneros los otros, caracterizados como"productores mercantiles" en el trabajo "Consolidación y fragmentaciónde productores mercantiles urbanos", de Julieta Repetto.

Inaé Elias Magno da Silva, a partir de su investigación sobre Brasilia,nos presenta "A cidade do silencio: práticas urbanas, sentimentos e

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representares sociais em brasilia", donde incursiona en el polémicotema de la influencia de los espacios en la construcción de identidades, enuna ciudad pensada bajo los paradigmas de la modernidad "para el bienestarde todos sus habitantes".

En el trabajo "Ordenamiento del tiempo en los barrios pobres delGran Resistencia (Argentina). El modelo de organización híbrida ynormalizadora impuesto por los programas sociales", Ana Rosa Pratesimuestra cómo la instauración de las políticas de programas sociales desdelas agencias internacionales de crédito -Banco Mundial, Banco Interameri-cano de Desarrollo- instrumentadas en toda América Latina, reconfiguran lavida cotidiana de los habitantes de los poblamientos pobres, conformándosecomo "Instituciones Totales" e "Instituciones de Encierro", operando comomecanismos de contención social.

En otro extremo de la sociedad, las clases en mejores condicioneseconómicas construyen nuevos espacios de sociabilidad, los que son estu-diados en el trabajo "Emergencia de nuevos espacios urbanos y de cons-trucción de subjetividad: el 'country' y el miedo al Otro", de MaríaFlorencia Bruno, Gimena Lorenzo y Silvana Garbi.

En una segunda parte, que denominamos "Génesis y dinámica denuevas identidades urbanas", presentamos aquellos trabajos que inda-gan en la procesos que configuran nuevas identidades.

Aquí se hacen presentes dos estudios de una de las coordinadoras dela mesa de trabajo, Susana Murillo. Uno, resultado del avance de sus inves-tigaciones y, el otro, producto de un colectivo bajo su dirección. En esteúltimo se indagan las transformaciones en las formas de construcción desubjetividad desde la ciudad apestada de fines de siglo XIX hasta laguetificación postmoderna de la gran ciudad , bajo el título "Buenos Aires,entre el miedo a las epidemias y la angustia frente al riesgo". Enrelación con las transformaciones operadas en el diseño de políticas públi-cas que constituyen los espacios y con ello el cuerpo de las poblaciones yel de los sujetos en base a ideales y valores, Susana Murillo aborda la ge-nealogía dinámica de los micropoderes en "La gubernamentalidad urba-na: la mutación desde una protopolítica científica, hacia elgerenciamiento de los riesgos y la denegación".

Carlos Ernesto Motto indaga, también, en la dirección de la política ur-bana y las subjetividades operantes en su trabajo "Enemigos urbanos. Laconstrucción de identidades amenazantes y nuevas políticas urbanasy sociales".

Finalmente, Jorge Próspero Roze, reflexionando acerca del "orden delas ciudades" en su trabajo: "Ciudades, teorías, y multitudes cooperantes.Hacia un nuevo orden o la deshumanización creciente", incursiona en

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Nota de los compiladores

el uso y las consecuencias de las teorías que constituyen los saberes sobrela ciudad, a la par que las postulaciones acerca de las tendencias del desa-rrollo del capitalismo, como imposición de obstáculos epistemológicos y/opensamientos desarmantes; pensamientos justificadores "...efe/con/unto deformas inhumanas que se estructuran a partir de las políticas que derivan dela naturalización de las prácticas neodarwinistas".

El Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología constituyeun foro de discusión abierto, donde cada dos años investigadores, docentesy estudiantes de diversas disciplinas vinculadas con las ciencias sociales,provenientes de la mayoría de los países de América Latina, exponen susavances investígateos; allí, en la discusión de las particularidades de cadauna de las regiones, se perfilan las diversas estrategias tanto de la críticaactiva de los pueblos como de los sectores que han ejercido y ejercen lasdistintas formas de opresión sobre nuestro continente.

En esta compilación surgida de la Comisión de "Ciudades Latinoame-ricanas..." buscamos hacer observables las distintas identidades surgidasen la nueva fase de acumulación del capital donde se hacen presentes, porun lado, la construcción de situaciones de heteronomía, indefensión, y rup-tura de relaciones solidarias, y por el otro algunos -escasos- procesos deidentidades libertarias, solidarias y desobedientes a un orden de inhumani-dad creciente.

Procesos constructores del entramado de relaciones recíprocas entresujetos, a la par que de construcción de esos sujetos. Sólo conociéndolosse abre alguna posibilidad de otorgar una vección consciente de nuestrosdestinos como sociedad.

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Ciudades, teorías, y multitudescooperantes. Hacia un nuevo ordeno la deshumanización crecienteDr. Jorge Próspero RozeInvestigador Independiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicasy Técnicas -CONICET-

Las ciudades de la Tierra se transformarán engrandes depósitos de humanidad cooperadoray locomotoras de la circulación, residencias temporalesy redes de distribución masiva de la viviente humanidad

Hardt yNegri(2000)

Teorías

Las líneas de reflexión que intentamos abordar en este trabajo refierenpor un lado a introducir -en la caracterización en boga de las ciudades-algunos aspectos propios de nuestras realidades que aparecen esquivos alas grandes reflexiones acerca de las metrópolis o las ciudades interme-dias; y por el otro, retomar la reflexión acerca de los procesos de transfor-maciones sociales en la posibilidad de cambios en el orden social vigente.

Hipotetizamos, en primer lugar, que la ciudad tiene algo que ver conesto último, como lo tuvo que ver prácticamente a lo largo de la historia, eintentaremos mirar la ciudad desde las perspectivas del cambio.

En ese sentido creemos de crucial importancia reflexionar acerca delorden de las ciudades, intentando avanzar algunos pasos en relación conel pensamiento hegemónico, acompañando las críticas a "la ciudad delpensamiento único" (Arantes, Vaimer, Maricato; 2000) o mejor decir, delpensamiento único que tematiza sobre las ciudades a partir de un puñado

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de iluminados pensadores bien pagados de las universidades americanaso europeos a la mode.

Se trata, en el fondo, de salir de la encrucijada a la que conducen lasconclusiones acerca de las tendencias en el desarrollo del capitalismo deeste inicio de siglo, en términos de aceptación y justificación del orden pre-sente a partir del juego intelectual basado en una parafernalia de nuevosconceptos que se fundan y refundan sostenidos por las grandes empresaseditoriales y las corporaciones del saber para "hacer comprensible la reali-dad del presente". Esas categorías, teorías, nominaciones, reflexiones, cons-tituyen el buen saber de las ciencias sociales que compramos todos los díascomo novedades recién traducidas o por traducir, y su aplicación a nuestrasciudades constituye las avanzadas del pensamiento "científico" acerca, ennuestro caso, de la sociología urbana o el urbanismo.

Obstáculo epistemológico que desecha todo otro pensamiento. Pen-samiento desarmante en términos de acciones posibles fuera de las queresultan como corolario de sus vuelos y despliegues. Pensamientojustificador, en última instancia, del conjunto de formas inhumanas que seestructuran a partir de las políticas que derivan de la naturalización de lasprácticas neodarwinistas1.

Multitudes

La ciudad ha sido y es el lugar de las multitudes.Si bien hasta la irrupción del capitalismo una ínfima cantidad de la po-

blación total vivía en ciudades, esas ciudades no eran sino la cohabitación ycoexistencia de multitudes donde se desplegaban múltiples dispositivosdisciplinadores en general y castigo corporal sobre una plebe que no podíaser absorbida por las formas productivas dominantes. Comerciantes, maes-tros artesanos, aprendices, soldados, cortesanos, clérigos, siervos, escla-vos y una plebe de ex campesinos que como fuerza de trabajo ocasional

(1) Concepciones neodarwinianas que se utilizan para explicar la exclusión al interior delas ciudades y de países enteros en el nuevo orden globalizado. La viabilidad de nacio-nes, regiones o provincias de nuestra América Latina es el eufemismo utilizado parajustificar la "naturalización" de los procesos de exacción de plusvalía y abandono porparte de las regiones dominantes.

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transita diversos procesos de incorporación a ese lugar excepcional en tér-minos de relaciones y posibilidades.

Otras multitudes se formaban con la masa campesina, ya como ejércitoconformando mesnadas feudales, ya como movimientos heréticos o masasen armas luchando por sus condiciones de vida contra el abuso del señor, dela Iglesia o de las propias ciudades.

La historia que conocemos nos ha mostrado la eficiencia de las multitu-des disciplinadas. La constitución de lo distinto, lo nuevo, ha sido productode diversos procesos del hacer, de la expresión, de la constitución de multi-tudes disciplinadas. La ciudad es un producto de esas multitudes.

La irrupción del capitalismo y su revolución industrial, determinó la cons-titución de la más grande y expansiva fuerza de masas de la historia de lahumanidad, cual fue el trabajador disciplinado por la violencia de la acumula-ción primitiva del capital. Este dispositivo cambia para siempre la localiza-ción de la mayoría de los habitantes del mundo, constituyendo la ciudadmoderna, la ciudad contemporánea, la ciudad de la industria, invirtiendo deuna vez para siempre la coexistencia de la mayoría de la humanidad, ahoracohabitando agrupada en multitudes.

El problema de la ciudad ha sido y es el control de la multitudes. Frentea la inevitabilidad de la existencia y coexistencia de masas, lo urbano, laurbanidad, se constituyen como mecanismos de domesticación de masas.

Masas domesticadas en la disciplina del ejército, de la iglesia, de lafábrica, de la escuela, y de la circulación entre dispositivos de encierro, devigilancia o de castigo.

Masas sobre las que se despliegan políticas de identidad donde cadauno debe preocuparse por quién es desde el punto de vista histórico, o polí-tico, o religioso, o racial, o de sexo, evitando así que cada uno se ocupe delo que puede hacer junto a otros construyendo sus identidades presentes.

Este conjunto de procesos de construcción del orden social a travésde un orden de las ciudades fue motivo de análisis en anteriores reflexio-nes2 (Roze, 2001), donde avanzamos desde los dispositivos disciplinariosy la biopolítica de las poblaciones, a la construcción de lo que he denomi-nado "las amenazas urbanas", como otro conjunto de elementos que con-notan al ciudadano, al individuo y construyen pseudo identidades con que

(2) Precisamente en la ponencia expuesta y en la Comisión de Ciudades del XXII Congre-so de la Asociación Latinoamericana de Sociología, en Concepción Chile, octubre de1999.

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de nuevo, hoy, se eliminan solidaridades, se desarman multitudes, se do-mestican las masas.

Así, el caos del tránsito; la pobreza urbana, el hambre y la miseria; elpsicópata asesino en la imagen de Jack the Ripper; las bandas, delincuen-tes, el vicio en la imagen del conglomerado multiétnico producto de la expan-sión urbana del Chicago por masas migrantes europeas de principios desiglo3 y finalmente el enemigo interno, la "subversión", el "Estado terrorista",son elementos constituyentes del ciudadano y citadino de esta transiciónentre siglos que hacen posible la instauración de políticas de acumulación yde dominación de determinadas fracciones del capital con su carga de inhu-manidad expresada en la condena a distintas formas de muerte de grandesmasas de población a través de la construcción, como señalamos, de regio-nes, ciudades y países estigmatizados como "inviables".

No obstante, la inhumanidad del orden que oprime es rota por la acciónexplosiva de las masas, expresada en una metáfora que pedimos prestada aBerman (1988), de "parar el tránsito"4. El lugar de parar el tránsito es laciudad, es la calle, es el espacio público donde las masas, constituidas ensuma de individuos, transitan todos los días.

Las multitudes se constituyeron en potencia y determinaron las grandestransiciones en la historia. Así, la potencia que transforma las sociedades esun atributo de las multitudes.

Si es posible pensar en términos de movimiento y hacer abstracción dela escena dominante de instituciones en acción, la dinámica de lo social esla acción de las multitudes en un proceso continuo donde las configuracio-nes sociales, la sociabilidad, son cada día decididas y reconstruidas.

Esa acción de las multitudes, cuando se constituye en potencia deter-mina lo que Negri (1994) ha denominado "El Poder Constituyente". Momentocreativo en el que las multitudes abren todas las perspectivas de lo posibleen términos de construcción de lo social, en términos de la acción democrá-tica en pleno ejercicio, en términos de igualdad, cooperación y proyecto decolectivo que constituye la formas de autogobierno y que, al edificar su con-tinuidad, se establece como Poder Constituido.

(3) Que, ¡oh casualidad!, fue el motivo y la temática de la génesis de la Sociología Urbanacomo disciplina.(4) "...En los bordes deshilacliados de la imaginación de Baudelaire, entrevemos otromodernismo potencial: la protesta revolucionaria que transforma una multitud de soleda-des urbanas en un pueblo, y reclama las calles de la ciudad para la vida humana..."(Berman, 1982, p. 166).

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La historia escrita y repetida es la de los procesos de transformacióndel poder constituyente en poder constituido; de constitución en hecho delo que se constituía en proceso, donde la acción constituyente fue -y es-escamoteada a las masas en su papel determinante, y rebajada a la cate-goría de hechos inevitables, poco deseados, escapados al control de losnuevos "constituyentes".

Los fundamentos del poder constituido, desde su inicio, los configura laalienación de la creatividad de las masas y necesariamente el control de lasmultitudes a través de las diversas formas que adquiere el mando, instaurandonuevas formas de heteronomía y repoduciendo diferencia; es decir,reconstituyendo formas cargadas de inhumanidad.

En la acción permanente de búsqueda de espacios de vida de las ma-sas, a las determinaciones del poder constituido, se opone la potencia delas multitudes.

El mando ha perdido la productividad que lo determinaba como indis-pensable en ios procesos productivos de las masas cooperantes, y día adía se muestra como operador de un solo objetivo: la destrucción de lasrelaciones de solidaridad, de las redes de cooperación, de la constituciónde multitudes, recurriendo para ello a la cosificación de toda posible rela-ción entre sujetos, a la violencia en todas sus facetas y a la sensación deindefensión de la población aterrorizada, a la construcción de subjetivida-des encerradas en su yo, a la instauración de formas acríticas de obedien-cia anticipada y, sin ser exhaustivos, a la parafernalia tecnológica que haceposible que cada intelectual, cada cuerpo solidario, cada sector con lasmejores intenciones se convierta en un operador del mando en el sosteni-miento del poder constituido5.

(5) Señalábamos como ejemplo de las tecnologías que operan sobre las multitudes destru-yendo sus relaciones solidaria la gran maquinaria de los programas sociales urdida porintelectuales a sueldo de las agencias internacionales de crédito, operada en nuestros paísespor otros intelectuales a sueldo de las agencias o del Estado, practicada por profesionales ytécnicos de las prácticas sociales también a sueldo del Estado (Pratesi, 1997). Gran escán-dalo cuando enunciamos, a partir de rigurosas investigaciones empíricas en nuestra región,estas conclusiones, que al 2001 los mismos asalariados de las agencias las "descubren"después de más de una década de jorobar (los argentinos tenemos una palabra más elocuen-te) a los pobres.En igual sentido la acción solidaria del "tercer sector" o las ONGs, todas (o casi) correas detransmisión o sujetos necesarios de la aplicación de las señaladas políticas del Banco Mun-dial, el Fondo Monetario Internacional y, por qué no, diversas agencias de las NacionesUnidas, con profesionales con sueldos en relación inversa con las poblaciones que atienden.

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Con este punto de partida podemos ahora retomar las reflexiones en elámbito de nuestra competencia, en términos de la relación entre realidadesy teorías con que observamos, analizamos y orientamos acciones en nues-tras ciudades de América Latina.

Una primera mirada de los estudios sobre nuestras ciudades, nos con-duce a una imagen constituyente del objeto, eje de teorizaciones, estudiosorientados a la intervención, justificación de políticas urbanas, y más particu-larmente, para el desarme intelectual de todos aquellos que tiendan a pensarel orden social en términos de transformaciones.

Ese concepto -objeto operante en los ámbitos académicos-, es lo quedenominamos "la ciudad sin multitudes".

Ciudades sin multitudes

¿Estamos haciendo referencia a alguna realidad, rápidamente desmen-tida con sólo observar estadísticas, caminar por ciertos lugares a ciertashoras, o constituirse en lector atento de diarios?

¿O hablamos metafóricamente de ciertas imágenes cuasi literarias pro-ducto de alguna observación sobre los estudios urbanos de los últimos años?

Ni lo uno ni lo otro, o mejor ambas cuestiones dialécticamente enlaza-das en las prácticas teóricas y en las múltiples construcciones del objetociudad partir de las "nuevas teorías" que definen un pensamiento hegemó-nico producto de las usinas del saber de las universidades norteamericanas.

La ciudad sobre la que objetivamos acciones e intervenciones es -des-de un pensamiento hegemónico, con todas las condiciones de "cientificidad"neopositivista- producto de una construcción intelectual, repetida, discutida,actuada, intervenida, que adquiere tales visos de realidad que aparece com-portándose como la teoría dice que se comporta6.

(6) Este proceso en el que el sujeto pensante cambia la realidad a partir de una imagenpreviamente construida, Piaget lo ha denominado realismo. Es una etapa en la construc-ción del proceso de conocimiento que si bien opera como un todo en los niños de alrede-dor de 10 años, en parcialidades del pensamiento está presente en todos nosotros. Sefunda en el dominio de las formas heterónomas de adquisición del conocimiento y laacción sobre la realidad. La expresión social del realismo se asimila a lo que Marxdenominó fetichismo de la mercancía (Piaget, 1932; Marín, 1995).

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Entonces, de común acuerdo, de similares referencias, desde las mis-mas teorías, -a pesar de los millones de indicadores que podemos dejar delado porque la teoría no los considera-, la ciudad es esa construcción, sobrelo que hablamos los intelectuales, operan los gobernantes y sumisamenteacatan los que la padecen.

¿Cómo se construyeron estas ciudades sin multitudes?Las formas que podemos enunciar, por medio de las cuales en realidad

se hicieron desaparecer las multitudes activas de la vida de la ciudad -denuevo en términos de teorías que operan sobre las prácticas-, serían, enprincipio, tres operaciones que se naturalizaron rápidamente en la concien-cia de los científicos sociales porque sustentaban y eran sustentadas por laofensiva de las "nuevas epistemologías" surgidas de las ruinas del muro deBerlín y la desestructuración de la utopía que sustentaba el socialismo real.

Se trata de tres construcciones y sus consecuencias:

1.Se hizo desaparecer a la clase obrera.2. Se banalizaron los movimientos sociales.3.Se vació la ciudad con las nuevas tematizaciones: countries, shoppings,

barrios cerrados, etc.4.La invisibilización de ios pebres.

No es un listado exhaustivo en términos de tendencias, pero puede ilus-trar los procesos de construcción del desarme moral de los intelectualeslatinoamericanos.

1. La desaparición de la clase obrera. La reestructuración del capitalque se inicia en los 70 con lo que se denominó el pasaje del fordismo a lallamada acumulación flexible, donde se replantearon tanto los procesos in-dustriales de producción con la transformación de la producción masiva engrandes establecimientos por diversas formas que combinan unidades redu-cidas de montaje y sistemas de provisión, como los procesos de distribu-ción, cambio y consumo (Harvey, 1991)7. Este salto en los procesos deacumulación se hizo posible por la incorporación de nuevas tecnologías vin-culadas con la comunicación, el procesamiento de información y particular-

(7) Cito a David Harvey como podría citar una docena de autores que incursionaron en latemática. No es necesario aquí profundizar respecto de este proceso, estudiado, analiza-do, dicho y redicho hasta el cansancio.

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mente una nueva generación de herramientas, que necesariamente produje-ron profundas transformaciones en la composición, la estructura y la confor-mación de la fuerza de trabajo.

Esta alteración en el plano de las formas de producir-que necesaria-mente implica ahorro de fuerza de trabajo, y básicamente de salarios, con loque el capital aumenta sus tasas de plusvalía-, configuró la apariencia de ladisminución absoluta de obreros, y las enfermizas fantasías -producto desus deseos más que de las evidencias empíricas- de cientos de teóricosacerca de "la desaparición de la clase obrera".

Primera confusión que se nos aparece: el cierre de establecimientosdetermina la reducción numérica de lo que podríamos denominar el paradig-ma del obrero, trabajador empleado en un establecimiento fabril, o minerovinculado con la producción directa de mercancías, fuertemente sindicalizado,pero no la disminución del número de asalariados. Producto de un estudioempírico sobre la temática de la desocupación Jorge Podestá señala:

"Por esta razón deben rechazarse por disparatadas aquellas afirmacio-nes que sostienen, a partir de la disminución del número de los asalariadosreflejada en los datos censales, que se ha producido una desalarización dela sociedad.

Esta concepción totalmente fetichizada de las relaciones sociales se basaen el supuesto que de resultar dominantes la relaciones propias de la granindustria, como se ha hecho observable en la Argentina, debería consecuen-temente crecer el número de obreros que trabajan en grandes industriasautomatizadas, con lo cual se confunde la gran industria, su base técnica conla aplicación capitalista de la gran industria". (Podestá, 1999:34, 35)

Estamos, en realidad, en presencia de un sostenido proceso de des-trucción de las condiciones de trabajo de la masa'de asalariados, donde esaforma dominante de relación originada en el paradigma industrial, da paso auna diversidad de formas de contrato, fundado en la reducción de empleos deplanta y la adopción de contrataciones flexibles para lo que se consolidó unamasa de reserva de fuerza de trabajo8.

(8) Por otra parte, el límite del capital al desarrollo de las fuerzas productivas sociales essu incapacidad de incorporación del conjunto a los procesos de producción. El capital, encualquiera de sus expresiones, no puede funcionar sin producir algún tipo de exclusión ensu imposibilidad de articular el conjunto de las fuerzas productivas materiales.

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A la par que una forma productiva retrocede frente a estructuras más efica-ces de extracción de plusvalía del trabajador vinculado con la producción, severifica un avance en el proceso de lo que Marx llamó subsunción real delconjunto de las relaciones sociales al dominio de las relaciones capitalistas,donde sin estar enlazados en el salario la totalidad de la población es articuladaa las diferentes expresiones del capital. Este proceso de constitución de unproletariado extenso, Negri lo denominó el pasaje del obrero masa al obrerosocial, quien en lo sucesivo domina la escena en nuestras sociedades9.

En nuestras áreas marginales de América Latina, las condiciones de re-producción del capital multiplican el número de trabajadores cuya situaciónlaboral elude las definiciones clásicas con que se intenta taxonomizar la ocu-pación. Cuentapropismo, informalidad, changas, trabajo ocasional, interme-diarios a mínima escala, servicios y servidumbre en complejas relacionesparentales, o políticas, o grupales, clientela permanente de programas socia-les, agitación, mendicidad, explotación de menores, prostitución, son sóloalgunas formas de ocupación de masas de individuos que todos los días aban-donan su casa a la búsqueda del peso (=1 dólar)10 con que 100.000 personas(el 10 % de la población) viven en la provincia del Chaco, en la Argentina11.

¿Podemos a esas situaciones hacerlas abarcativas en una teoría de "elfin del trabajo"?

¿A qué clase social, sino a fracciones del ejército de reserva, podemosadscribir estas multitudes12?

(9) Hoy, en la fase de militancia obrera que corresponde a los regímenes post-fordistas,informacionales, de producción, emerge la figura del obrero social. En la figura del obrerosocial son entretejidos los diversos hilos de la fuerza de trabajo inmaterial (Hardt y Negri,2000, Sección 4.3 p. 29).(10) La consultora Equis, en base a datos de la Encuesta Permanente de Hogares (INDEC),coloca a la provincia del Chaco en primer lugar en términos porcentuales de población quevive con un peso promedio por día, con el 10,4% de su población, lo que significa enpromedios absolutos 98.986 personas. Cfr. Diario Norte, Resistencia, 10 /11/2000, p. 5. Almomento de la publicación de este trabajo un peso es casi un tercio de un dólar y lasituación de los pobres chaqueños no ha variado sustancia/mente.(11) Más de una docena de grupos en la provincia se movilizan todas las semanas yahaciendo manifestaciones, ya cortando rutas, ya elevando petitorios, presionando a lasautoridades, etc. Sus componentes se autotitulan "obreros desocupados". La mayoría deesta masa demandante de fuente de trabajo, programas sociales en segundo término ybolsones de comida, son personas que han trabajado en la construcción y en diferentesestablecimientos industriales, luego cerrados.(12) A modo de ejemplo, uno de los cortes de ruta en Puerto Vuelas, una localidad próximaa Resistencia, tuvo como motivo que una empresa constructora de viviendas de interéssocial no había contratado un cupo de obreros del lugar, es decir a ellos.

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O, como acota Susana Murillo para avanzar en la reflexión: ¿Serán ejér-cito de reserva o serán parte de una población sobrante sobre la que sedespliegan dispositivos genocidas pues ya ni siquiera la requieren como ejércitode reserva, dadas las características del nuevo patrón de acumulación?

En este punto, ¿cuál es nuestra preocupación en relación con las "des-aparecidas" masas obreras y del trabajo, ausentes en términos de reflexiónacerca de las ciudades latinoamericanas, y el papel de las multitudes en losprocesos de configuración de un orden urbano?

Que todo territorio ocupado por individuos cuya identidad consti-tuye una nebulosa, convierte los sujetos en indeterminaciones, yaque no pueden remitir a prácticas sociales concretas. En última ins-tancia la definición producto de las "nuevas teorías" terminacuadriculando al conjunto en alguna situación delictual"13.

2. Los nuevos movimiento sociales. La discusión sobre los movi-mientos sociales en América Latina tiene ya varias décadas y diferentesmomentos en su consideración, esencialmente a partir de su vinculacióncon los procesos políticos acaecidos en los distintos países.

En el seno de los procesos que expresaron potenciales grandes cam-bios en los regímenes (la presidencia de Allende, los movimientos políticos ypolítico-militares en Uruguay y Argentina), las acciones reivindicativas decada una de las fracciones de la sociedad que se expresaban, enlazabansus reivindicaciones inmediatas con la dinámica global del proceso de en-frentamiento, y/o los grupos políticos emprendían acciones reivindicatoríasen relación con la vivienda, condiciones de vida, tierras, etc. Casosparadigmáticos de estas situaciones fueron la lucha por la tierra y la viviendaque los chilenos denominaron "campamentos", ocupaciones conducidas porlos distintos partidos políticos, los que imprimían sesgos particulares a susacciones, y los movimientos campesinos de tomas de tierras, también enChile en similar período (Marín, 1973); los movimientos agrarios de Argentinaen el período de protesta social (1969-1973) conocidos como "Las LigasAgrarias" (Roze, 1977).

(13) Nos enseña una destacada antropóloga porteña: "La identidad social villera tienecomo ejes a la pobreza e inmoralidad/ ilegalidad que constituyen el estigma del villero y envirtud de ellos se concibe a sí mismo y a sus relaciones con el sistema social global"(Guber, 1984:186).

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El armamento moral de los sujetos participantes en estos movimientosresidía precisamente en la convicción del protagonismo en los procesos detransformación de la sociedad en su conjunto, en que sus acciones particu-lares, cuasi corporativas, se inscribían.

La acción genocida de los gobiernos militares que surgieron de las de-rrotas de los movimientos políticos y/o armados de transformación y resis-tencia en cada uno de nuestros países, reconfiguró el papel de algunos mo-vimientos sociales en los albores del inicio de los gobiernos de las "democra-cia del voto", donde algunas reivindicaciones elementales se convertían en ellugar donde los antiguos dirigentes políticos, sobrevivientes de las políticasgenocidas, retomaban la práctica social que los re-vinculaba con las multitu-des, aunque éstas se expresaran en muchos pequeños grupos a la búsque-da de espacios de expresión.

La irrupción de las políticas neoliberales en los '90 en nuestras tierras,viene acompañada también de prácticas neoliberales en "beneficio" de lasmasas de pobres producto de sus recetas económicas, e irrumpen discur-sos sobre el protagonismo de la sociedad civil y crecen como hongos lasONGs, como la panacea de soluciones originadas en las usinas del saber delas agencias internacionales.

Este fue el momento de mayor desarme de la acción de las masas, yaque, montadas sobre un discurso individualista, prácticas heteronómicas dis-frazadas de participativas, enfoques sectoriales de las acciones en la socie-dad (Pratesi,1997 b), aislamiento de cada uno de los sectores en búsquedade sus "identidades", cada ONGs, con los pobres que parecía merecer paro-diaban, en el mejor de los casos, "movimientos sociales" a los efectos deobtener subsidios que -previos descuento del pago de técnicos, gerentes ygestores-, podían llegara los beneficiarios14.

La construcción teórica para el uso de los intelectuales de AméricaLatina en el desarme moral de las multitudes que buscan su expresión, seráel motivo de una masa de trabajos, donde podemos arriesgar que la síntesisconceptual más rigurosa es el trabajo de Castells, La ciudad y las masas.Sociología de los movimientos sociales urbanos (1 986), donde nos enseña ajustificar, hacer presentables, explicar y contribuir desde nuestros lugaresdel saber, al desarme de las multitudes cuyos movimientos sociales fueron,

(14) Estos procesos, encontrados en sociedades complejas, llevaron a situaciones terri-bles, como la eliminación de militantes sociales por organizaciones armadas en losalbores de los '90, que crearon censuras irreparables en las acciones de diversas frac-ciones de pobres en lucha por la construcción de sus destinos.

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son y serán inútiles a cualquier intento de cambiar las condiciones del siste-ma de dominación o siquiera del orden de las ciudades.

3. Nuevas tematizaciones en los estudios urbanos. En relación conla ciudad y lo urbano, en la construcción de obstáculos dei pensamiento alpensamiento, importa detenerse a analizar los procesos a través de los quehacemos nuestras descripciones, desplegamos nuestras hipótesis y expli-camos la situación de nuestras ciudades latinoamericanas.

En ese sentido, si hacemos una revisión de trabajos acerca de la carac-terización de los nuevos fenómenos encontraremos una batería de concep-tos derivados de trabajos "rectores" del pensamiento acerca de la ciencia,tomados sin crítica y aplicados a situaciones diversas.

Señalemos que este estilo intelectual del pasaje de la teoría a la reali-dad, donde la teoría anida en otra realidad15, constituye un proceso correctopara producir conocimientos a condición de establecer una relación críticaentre realidad y teoría, donde el resultado debe ser explicar la primera yproducir las modificaciones necesarias en la segunda a partir de los elemen-tos que esta teoría no puede explicar. El problema, es la práctica en la cons-trucción del conocimiento donde la "garantía científica" está dada por tratarde aplicar a situaciones locales lo último que se publica en las universidadeseuropeas y norteamericanas acerca del tema y mostrar que se lo conoce yse lo aplica. Ofrece resultados garantidos para sostener una corporación"científica" pero no para explicar la realidad, y menos aún si detrás de labúsqueda de explicaciones hay algún interés en modificarla.

Abundo en aclarar que no pienso que podamos aproximarnos a la reali-dad sin teorías16; lo que en realidad intento poner de manifiesto es que exis-ten marcos teóricos que sustentan puntos de partida para analizar la reali-dad, por un lado, y que existen reflexiones coyu,nturales que se elevan a lacategoría de teorías, por el otro. Confundir o reemplazar unas por otras noslleva al juego de los conocimientos que constituyen las "modas" que nossitúan en acuerdo con la corporación.

La ciudad informacional, los barrios cerrados de las burguesías aterrori-zadas por la sociedad que están creando, los shoppings, ciudades mundia-les, las megaciudades, los archipiélagos urbanos... nos entretienen en jue-

(15) Y estoy tentado de escribir: en otra intencionalidad...(16) Soy tributario del pensamiento fundado alrededor de la epistemología genética deJean Piaget y de las concepciones de Marx en torno a los procesos de conocimiento...

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gos de nuevas palabras, para mirar una ciudad sin detenemos en los suje-tos. La ciudad, ámbito de enfrentamientos, lugar de relaciones, espacio deconflictos, alianzas, estrategias de supervivencia, se ha convertido en lugardescribible en una práctica de entomólogo.

4. La pobreza que no debe verse. En referencia al Plan Estratégicode Rio de Janerio, Vainer (2000: 82) señala cómo Borja y Castells transfor-man a los pobres urbanos de esa ciudad en entorno social o en ambiente, entanto no constituyen demanda soluble para los agentes económicos a quie-nes el Plan intenta vender la ciudad17.

La no ciudad es la ciudad sin multitudes. Es la ciudad que el pensa-miento posmoderno funda y refunda todos los días en sus ilusiones de unasociedad sin trabajo, sin masas, sin clases, sin sujetos.

Nuestra ciudad latinoamericana es la antítesis, y entenderla es nues-tro rumbo.

La construcción de lo social

Recordemos que el objetivo de nuestras reflexiones se orientan a hacerobservables las condiciones de transformación del orden social que anidanen la nueva ciudad latinoamericana en el inicio del nuevo milenio.

Señalábamos la construcción de un conjunto de conceptos que actuabancomo obstáculos epistemológicos en relación con la posibilidad de construirprocesos de conocimiento orientados a transformar nuestras ciudades, aimponer rumbo consciente a los cambios que todos los días se expresan ymanifiestan. Obstáculos con consecuencias operacionales cuando pensa-mos una ciudad sin multitudes.

(17) Coherentes com a visáo expressa no Plano Estratégico do Rio de Janeiro, Borja &Castells comentam que a "pobreza urbana e a marginalizacáo", como parte do que chamamde "entorno social", "condicionam ou influem consideravelmente ñas decisóes dos agen-tes económicos, na atratitividade da cidade" (Borja & Castells, 1997, p. 133).Poder-se-ia explorar um pouco mais a maneira como a transformacáo da cidade emmercadoria (de luxo) repercute no olhar langado sobre a pobreza. A transfiguragáo dapobreza em ambiente foi explícitamente formulada pelos cataláes, quando incluíram noque chamam de entorno social "o peso da pobreza". Os pobres sao entorno ou ambientepela simples razáo de que nao se constituem, nem os autóctones, nem os virtuais ¡migrantes,em demanda solvável. Vainer (2000:82)

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Un segundo proceso vinculado no ya con la relación entre la dinámicaurbana, la ciudad, y los habitantes, refiere a los procesos constitutivos derelaciones sociales tendientes a la creación de nuevos modos de hacer enla interacción entre sujetos haciendo, máquinas, artefactos y materia. Su-perado el aparentemente más eficiente modo de hacer que fue la produc-ción fordista por un horizonte de máquinas que producen máquinas, dondelos sujetos operantes son en parte operarios, en parte control, en partetrabajadores intelectuales, en parte una fracción de nuevas "cadenas" deproducción, debemos orientar la observación, el análisis, la reflexión a lasformas como se están configurando esos nuevos procesos, tanto a losniveles del trabajador universal como de los sujetos que construyen su vidaen nuestras ciudades latinoamericanas.

Se trata de hallar el horizonte de lo nuevo en la producción de nuestrasvidas. Sin ese componente reconstituido, renovado, recreado, recreando alos sujetos, no existen posibilidades de articulación de ningún nuevo orden.

Y hacia allí queremos orientar esta reflexión, a partir, precisamente, delconjunto de aproximaciones teóricas que se han constituido en la niña boni-ta de los temas "nuevos" en la reflexión y en acciones de los Estados18.Reflexiones, de nuevo, que orientan la observación hacia abstracciones afuturo, mientras sostienen un presente sin esperanza.

Multitudes cooperantes en la construcciónde lo social

La multitud no se forma simplemente arrojandoy mezclando indiferentemente nacipnes y pueblos;es el poder singular de una nueva ciudad.

Hardt y Negri (2000)

Cuando pensamos en lo social, esa "...completamente determinada cons-telación social de hombres recíprocamente enlazados..." (Elias, 1996: 54),no podemos eludir situarnos en la sociedad de los individuos, es decir pen-sar sociedad con las categorías, densidad y entrelazamiento de sujetos pro-

(18) Y que son motivo de un sinnúmero de congresos, seminarios, publicaciones, subsi-dios, becas, conferencias, instituciones y estafas a gran escala (el Idoska, el portalEducar en Argentina, las estafas en la informatización del Banco Nación, etc.).

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ducto del sistema capitalista, y podríamos agregar dominantemente viviendoen ciudades. Eludimos pensar que tuvo una génesis, que se puede hablar degrados, que es el resultado de complejas construcciones.

Con ello, se nos presenta como una situación eterna, sin cambios ycomo punto de llegada de procesos que estaban orientados a este resulta-do. Igual situación que las relaciones capitalistas o las historias oficialescontadas para el consumo de los ciudadanos de cada una de las naciones.

Elias, Foucault, Hobsbauwm, Wolf, entre otros, colocaron la temáticaen el pensamiento de la segunda mitad del siglo XX, lo que nos sirve de puntode partida para buscar algunos caminos, alguna orientación acerca de lasnuevas formas en que puedan estructurarse las relaciones en la nueva ciu-dad latinoamericana. Los más fértiles avances han sido aquellos que bucea-ron en la génesis de los procesos que dispararon la nueva sociedad e inten-tar algún avance con esa orientación.

Los creadores de la Sociología Urbana, tomando el pensamiento estruc-turado básicamente por Max Weber otorgaban a la ciudad un carácter deter-minante en la constitución de nuevas relaciones sociales. La dicotomía entresociedad tradicional y sociedad urbana, en cualquiera de sus muchas versio-nes, no era sino la explicación de la génesis, al interior de la ciudad indus-trial, de las nuevas relaciones que transformaban al conjunto.

¿Era acaso "la ciudad" causa de los múltiples cambios en el sentir,pensar y hacer de los sujetos que se incorporaban a su dinámica ? ¿Qué dela ciudad hizo posible el impacto destructor de sistemas de relacionesestructurados durante siglos?

Al plantear Wirth su ya clásica definición de la ciudad como "...un esta-blecimiento relativamente grande, denso y permanente de individuos social-mente heterogéneos" (Wirth, 1938) su referencia apuntaba precisamente adar las características de una situación donde necesariamente se produje-ran, de manera repetitiva, múltiples contactos entre individuos. Que las rela-ciones sociales dependían de la posibilidad de contactos permanentes entrelos sujetos asentados, y diferentes.

Ahora bien, no fue un atributo de la densidad, el tamaño o la heteroge-neidad de los individuos el que determinó las condiciones de reproducción delo social, sino una de las determinaciones del sistema capitalista de produc-ción: la cooperación19.

(19) "...La cooperación capitalista no se presenta como forma histórica particular de lacooperación sino que la cooperación misma aparece como forma histórica peculiar alproceso capitalista de producción como forma que lo distingue específicamente" (Marx,1991: 406-07; destacados del autor).

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Lo que Marx nos señala es que la cooperación capitalista fue el ele-mento que tuvo la capacidad de unir en un proceso de larga duración en eltiempo a individuos, sujetos libres de toda situación histórica de dependen-cia, a los efectos de transformar sus energías atomizadas, dispersas enfuerza social productiva.

Ese proceso fue el elemento que determinó la explosión de relacionessociales que se plasmaron específicamente en una forma espacial que co-nocemos como la ciudad del capital.

Multitud de cuerpos, juntos en un espacio, articulados por un mando conun objetivo determinado, se constituyen en fuerza productiva social -cuyo re-sultado es apropiado por el mando en tanto capitalista- y constituyen lamayor potencia transformadora de la sociedad en la historia.20

La capacidad creativa de las masas apropiadas por el capital constituyelos fundamentos del sistema. La ciudad es el lugar de las masas y el ordende las ciudades el componente para perpetuar esa apropiación que ha reco-rrido un largo camino entre la manufactura y la producción informatizada.

Estamos en presencia de nuevos procesos de producción donde parecie-ra haberse revertido la acumulación de potencia de masas alcanzada por elcapital, cuya expresión la constituyó la gran industria paradigmática delfordismo.

Los grandes galpones vacíos21 constituyen la visualización de ese pro-ceso. La nueva organización del trabajo y las nuevas máquinas desarmaronlas multitudes cooperantes. El trabajo perdió visibilidad. Las masas parecenhaber desaparecido.

Cooperación sin multitudes

Las nuevas tecnologías de comunicación y procesamiento de informa-ción replantearon forma y contenido -en términos de localización-, de lasestructuras de producción donde lo que fueron las masas cooperantes, codocon codo como apéndices de máquinas o trabajadores organizados en espe-

(20) "La cooperación es la articulación en la cual el infinito número de las singularidadesse compone como esencia productiva de lo nuevo" (Negri, 1994: 403).(21) Ruinosos en las periferias o reciclados para la oferta posmodernista de sociabilidaden el gran mercado o la galería que los latinoamericanos distinguimos llamando "shopping",o en el monoambiente que llamamos "loff.

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cialidad y cantidad de acuerdo con las determinaciones del proceso produc-tivo, se localizan ahora en pequeños grupos especializados como nodos deuna red que puede adquirir carácter planetario.22

El mando recompone las formas de cooperación para lograrformas másexhaustivas de plusvalor. Tanto en la búsqueda de ventajas salariales a esca-la planetaria como de empleo de su totalidad corporal. No sólo se explotaahora la fuerza de sus brazos, sino la de su voluntad consciente y el uso desu inteligencia al exigir un involucramiento total en términos de rendimientode conjunto.

Esta nueva cooperación no genera ya nuevas dimensiones de socialidadmediadas por lo corporal.

La nueva tecnología también ha determinado la complejidad de las ope-raciones de coordinación y mando, con lo que el papel reservado al dueñodel capital se traslada a una nueva dimensión del proletariado que en pocotiempo ha creado la "sociedad informacional"23.

Las nuevas multitudes que constituyen la preocupación de los estudio-sos, se hacen presente ahora -en sus teorizaciones-, en relación con lairrupción del Internet y los nuevos medios masivos de comunicación: lasTICs y los media.

Multitudes activas en Internet, multitudes sumisas y pasivas frente a lapantalla del televisor, son para muchos la posibilidad de lo nuevo en términosde cooperación y el sustento del dominio en el atrapante ámbito mediático.Se menciona la progresividad de algún municipio en Perú que pone Interneten cabinas telefónicas al acceso de todo el mundo (¿todo el mundo?), secuentan la gente que trabaja en sus viviendas ¡nterconectados con su empre-sa, se endiosa al rating como la máxima expresión de comunicación masiva.

Compleja situación donde las multitudes constituyen sumas de seg-mentos inmóviles frente a sendas pantallas, donde los atributos que caracte-rizan la masa -la corporeidad presente de los individuos, y la sensación deformar parte de un todo (Canetti, 1981)- son reemplazados por su virtualidad

(22) Un imaginario drama derivado de esta situación se pueden visualizar en la película"Acoso sexual" en relación con una empresa de fabricación de hardware de avanzada.(23) Este es un nuevo proletariado y no una nueva clase trabajadora industrial. Estadistinción es fundamental. Como hemos explicado antes, "proletariado" es el conceptogeneral que define a todos aquellos cuyo trabajo, es explotado por el capital, toda lamultitud cooperativa (Hardt y Negri, 2000; Sección 4.3 p. 29)

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y alguna forma inmaterial de conexión. Los individuos concretos, agrupados,fueron desplazados hacia tareas que se realizan en cubículos (¿boxes?), enoficinas en grandes comercios, en la vivienda.

Si el límite de la cooperación en el fordismo estaba determinado preci-samente por el uso de la parcialidad del obrero, pareciera que los nuevoslímites han invertido el problema. Cooperación sin cuerpos, masas virtuales;el capital avanza desintegrando posibles configuraciones de lo nuevo.

La "ciudad" pensada o las ciudades vivientes

Ciudades sin multitudes, cooperación sin cuerpos, imagen parcializadade una realidad que tiene más de deseo de las burguesías que de materiali-dad, pero que alimenta sin cesar nuestra concepción de la realidad, no sóloen términos de sentido común, saberes vulgares, sino sustentado en una"cientificidad" producida por los asalariados del imperio.

Innegables despliegues de cambios que más allá de esas aparienciasfantasmagóricas configuran procesos que llevan en sí la constitución de unanueva potencia, a condición de repensar todas las categorías, certezas eilusiones que componían nuestros ámbitos de realidad y utopía. De nuevo losólido se está desvaneciendo en el aire.

No obstante, los nuevos saltos tecnológicos, organizativos, productivos,dispararon nuevas dimensiones, tanto en términos de diferencias al interiorde la sociedad como en los niveles de reflexión, que sostienen, generan y sedespliegan -a escalas antes inimaginadas-, en también nuevos procesos desegregación.

Esta redimensionalidad de la problemática de la sociedad y sus expre-siones territoriales, han puesto en crisis algunos supuestos que fundabanlos análisis de los asentamientos humanos. No hago referencia a las nuevasestructuras de redes.24 Quiero dar un paso atrás en lo que fueron y son lasideas que tuvimos y tenemos sobre las ciudades, ideas de sentido comúnque se plasmaron en instrumentos de análisis, modelos de localización,propuestas de ordenamiento.

(24) Que tampoco son tan nuevas en términos de conceptualización, ya que hace varíasdécadas explicábamos el espacio a partir de las regiones nodales, o regiones polariza-das (Boudeville, 1965).

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Refiero, a modo de ejemplo:

1. Los asentamientos concentrados como un continuum determinado porel tamaño de población.

2. Aunque a ritmos diferentes, mejoras en las condiciones de vida delconjunto de las sociedades a partir de la expansión de las nuevas tecno-logías.

Ambas ¡deas estaban (están) vinculadas con las concepciones delprogreso que han entrado en crisis en varios ámbitos del conocimiento,aunque en nuestra disciplina no se ha producido aún esa ruptura que nospermita repensar los sistemas categoriales producto de escalas diferentesde problemas.

1. Casas más, casas menos.25 Las teorías de los fundadores de laSociología Urbana y sus antecedentes, consideraban que la ciudad, la me-trópolis era la causa de la constitución de una cultura particular a la quedenominaron "cultura urbana" en oposición a la "cultura folk", donde las cos-tumbres, valores, devenidos de una cultura tradicional, eran reemplazadospor los nuevas costumbres, valores y hasta por una personalidad metropoli-tana, atributo de las grandes ciudades26.

La expansión de las relaciones capitalistas y la subsunción de la casitotalidad del planeta a ese ámbito de relaciones creó una ilusión de progresoque aplicada a las ciudades llevaba a pensar que Santiago del Estero podría,en un futuro, ser Nueva York o Buenos Aires.27

(25) En la Provincia de Santiago del Estero, cuya capital es Santiago del Estero, se cantauna canción folklórica que dice: "Buenos Aires tierra hermosa / Nueva York bonitos pagos/ casas más, casitas menos / ¡guaiño a mi Santiago".(26) Esta concepción era privativa de las corrientes sociológicas. Marx claramente expli-ca la causa de estos cambios en la expansión del sistema capitalista de producción.Recordemos la más ajustada síntesis en relación con esa cuestión enunciada en elManifiesto Comunista: "todo lo sólido se desvanece en el aire".(27) Quienes trabajamos en Planeamiento Urbano en las décadas del '60 y '70, operába-mos instrumentos del planeamiento estructural que suponían para todos los ámbitosregionales sistemas de ciudades, rango-tamaño, áreas de influencia, polos de crecimien-to, mediciones todas que partían del supuesto de una continuidad en términos de funcio-namiento, determinada por el tamaño de la población.

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Trasladados a la sociología los fenómenos que se hacían presentes enlas metrópolis podían encontrarse, hacerse presentes en nuestras ciudades,a su particular escala.

2. Orden y progreso. El otro supuesto que subyacía en nuestras con-cepciones acerca de las ciudades refería a cierto lugar en alguna escala deprogreso alcanzado básicamente por la instauración y difusión de los avan-ces de la técnica que producían efectos de reemplazo, similares a los avan-ces de la humanidad, donde, a modo de ejemplo, en la práctica de la pobla-ción el carbón reemplazaba la leña, el querosén al carbón, etc. Uno de losparadigmas es el dominio del automóvil, que ha hecho desaparecer todo otrotipo de transporte de similar calidad.

Nuestras ciudades, hoy

Nuestras investigaciones acerca de los procesos de globalización enregiones periféricas (Roze 1999 a) de modo permanente nos obligan a repen-sar las categorías que aparecen en los horizontes de lo más avanzado delpensamiento sociológico. Lo que inicialmente podemos verificar es que losefectos de la globalización alcanzan reducidas porciones de la sociedad ydefinidos ámbitos vinculados con un exterior a través de redes, en general deexacción de recursos. En todo caso, padecemos los efectos de conjunto entanto pertenencia a un país, a una región, a una historia.

La irrupción de los avances tecnológicos, particularmente en la produc-ción primaria, fue efecto de la ruptura de territorialidades históricamente cons-tituidas en sistemas productivos articulados con estructuras de mercadohistóricas que sustentaban al conjunto de las poblaciones de la provincia.

Los "nuevos" fenómenos urbanos emergentes en nuestras ciudades,-donde tomo a Resistencia como expresión paradigmática de ciudadesintermedias de regiones empobrecidas28-, refieren a la expansión de la ciudad

(28) Resistencia es una ciudad que en conjunto con asentamientos menores incorporadosa su área urbana (Barranqueras, Vuelas, Fontana) ubica su rango de población alrededorde los 400.000 habitantes. Ubicada en regiones empobrecidas producto de las crisis desus sistemas productivos, constituye punto de llegada de migrantes rurales que, imposi-bilitados de incorporarse a actividades industriales -casi inexistentes- despliegan estra-tegias de subsistencia en todos los órdenes de su vida cotidiana.

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fundada en tomas de tierras y ocupaciones, particularmente de familiashacinadas en las antiguas periferias. Reaparecen los problemas de salubridadcon cuestiones similares que llevaron a los médicos del siglo XVIII a constituirlo que Foucault denominó la "medicina urbana" (Foucault, 1990: 133 y ss)como la localización de ocupaciones alrededor de las lagunas de oxidación dela ciudad.29 Nuevos emprendedores se expresan en un notable número devehículos de tracción a sangre, particularmente carros tirado por caballos quecirculan a lo largo del día por las calles céntricas de la ciudad en busca deobjetos vendibles, madera para combustible, cartón, botellas, etc.

Las más avanzadas redes que vinculan a la mayoría de la población tie-nen sus nodos en las agencias internacionales de crédito y llegan a los usua-rios a través de programas de reparto de cajas de comida, alimentos en come-dores escolares y comunitarios, y ONGs con sus técnicos capacitadores.30

Así, analizados desde la perspectiva urbanística y/o arquitectónica, losnuevos espacios de sociabilidad urbana son los comedores comunitarios,los nuevos asentamientos donde aparecen espacios comunes para la ali-mentación de los caballos. Un intendente negoció con el conjunto de vende-dores ambulantes instalados en calles y plazas y a través de créditos les dioacceso a grandes galpones donde se vende todo tipo de mercadería de con-trabando, ropa barata, juguetes, electrónicos de bajísima calidad, etc. A es-tos locales los chaqueños y gente de la región los denominó "Shopping para-guayo"31 .

Si en lugar de buscar en la pobreza -donde habría mucho todavía porhacer observables- caminamos una pocas cuadras, por ejemplo, una mediahora desde la laguna de oxidación al centro, no se hace presente ningunasituación insular y encontramos, sí, una notable cantidad de gente con telé-fonos celulares, los bancos y sus redes de cajeros automáticos, comercios

(29) Las aguas negras de un gran sector la ciudad de Resistencia son procesadas endispositivos a cielo abierto, alejados de la ciudad en su concepto inicial, que se denomi-nan Lagunas de Oxidación. Decenas de familias ocupan tierras alrededor de esas lagu-nas alentadas por los propietarios a la espera de la expropiación (y pago) por parte delEstado provincial.(30) Uno de los mayores resultados de la gestión del gobierno de la provincia del Chaco esel dar alimento a la mitad de la población de la provincia: casi 500.000 personas.(31) Paraguayo, porque el origen de las mercaderías es la cercana república delParaguay.

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de artículos de computación, una notable cantidad de cabinas de teléfono,una gran empresa de servicios de computación de capitales mixtos, y sinque quede mucho por enumerar se nos termina la aparente "sociedadinformacional".

La mayoría de las escuelas han sido equipadas con computadoras, peromuchas de ellas no tienen electricidad, no pueden pagar maestros que ense-ñen computación a los chicos, o las maestras, lejos de la cultura informáti-ca, prefieren que no se toquen para que nadie las rompa.

Empresarios locales hace más de cinco años iniciaron unemprendimiento de un barrio cerrado y recién consiguieron terminar una vi-vienda. El emprendimiento está en Internet como un puñado de empresaslocales que marcan su presencia en el mundo, pero no facturan más allá delas provincias limítrofes.

Tenemos, sí, dos cementerios privados, pero la mayoría de la genteprefiere que sus restos descansen en en el cementerio municipal.

Tal vez el único elemento que refleja grandes avances en la culturamediática son los políticos y gobernantes, quienes han construido una vir-tualidad de su imagen y de sus emprendimientos mientras, como señalaba,más de un tercio de la población está por debajo de la línea de indigencia.

Lo que quiero poner de manifiesto son dos cuestiones. La primera, yavarias veces señalada, sobre el uso de las categorías analíticas en las mo-das sociológicas. La segunda y más importante, que afuera de los circuitosglobales de la información y el dinero, los comportamientos de los siste-mas siguen leyes diferentes, de modo que debemos repensar la dinámicade nuestras ciudades a partir de nuestros hallazgos empíricos.

En nuestros estudios evidenciamos acelerados procesos dedesterritorialización, donde la apropiación de los espacios está dejando deser iniciativa del capital local para, en otra escala, convertirse en instrumentode las masas cooperantes.

La liquidación de burguesías locales antes hegemónicas quebró los pro-cesos productivos que sustentaban al conjunto de la población de la provin-cia. No se dejó de hacer agricultura, pero no son ya fracciones de producto-res locales en proceso de constitución de fracciones de capital, sino capita-les extraprovinciales que alquilan tierras y procesan sus productos fuera delos circuitos locales. O el otro extremo, minifundistas que subsisten de losresabios de procesos productivos en decadencia.

El territorio ahora es de aquellos que lo ocupan para demandar condicio-nes de existencia.

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El presente es de lucha

Volvamos a nuestra pregunta inicial y pensemos en los procesos detransformación, donde asumimos la premisa de que sólo es posible la trans-formación del actual orden urbano a partir de la acción de las multitudescooperantes. En los procesos de exacción de plusvalía, el capital desplegósus redes y construyó sus masas mediatizadas a través de la televisión, quecon toda la parafernalia tecnológica se instala, con ofertas diferenciadas enel conjunto de la sociedad. Hasta el último habitante de esta parte del plane-ta debe expresar su dolor y pesar por las tragedias ocurridas en el primermundo, miedo de las olas de criminalidad imperantes y preocupación por lasuerte de sus gobernantes dispuestos a honrar las deudas externas.

Otras multitudes cooperantes se constituyen en los procesos de tomasde tierras, donde se estructuraron formas de cooperación con el objetivo deconstruir alternativas de vida, que finalmente fueron coptadas por el mandoen una combinación de violencia y legitimación. Finalmente, las nuevas iden-tidades que se expresan en los procesos de enfrentamiento se denominan así mismas como "autoconvocados" y "piqueteros".

Constituyen obreros desocupados y productores agrarios en crisis. Cor-tan el tránsito en rutas y en las calles de nuestras ciudades. Ocupan laplazas y recombinan lo público y lo privado transformando esos espacios enlugares de vida y trabajo. Reivindican sólo condiciones de vida a la medida desus identidades primitivas. Producir los productores, trabajo los que no tra-bajan y sustento para seguir viviendo.

Ambos, a veces los mismos configuran multitudes cooperantes a lamedida de la escala que la región ocupa en la jerarquía del imperio. Y no haymás en término de multitudes concretas.

El futuro ¿es nuestro?

El problema es comprender cómo la acción, el discurso, laresistencia de un proletariado que ya ha pasado a convertirseen intelectualidad de masa se enfrenta a esa realidad.Paradójicamente, son los mismos trabajadores los que producenlas imágenes, los lenguajes y las formas utilizadas para construirla falsificación del mundo, para transformar el sentido de larealidad, para arrancara esa realidad todo significado antagonista.

Negri(1998)

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La radicalidad de los cambios en los procesos de producción y lasubsunción real del conjunto de las estructuras productivas al capital estáreplanteando la totalidad de las categorías, calificaciones, mediciones, yhasta la propia substancia de lo que conocemos como ocupación, trabajo,salario, donde, en las palabras de Hardt y Negri:

"En un determinado punto del desarrollo capitalista, que Marx sólo vis-lumbró como el futuro, los poderes del trabajo son infundidos por los pode-res de la ciencia, la comunicación y el lenguaje. El intelecto general es unainteligencia social, colectiva, creada por conocimientos, técnicas y saberesacumulados. El valor del trabajo es realizado así por una nueva fuerza detrabajo universal y concreta, mediante la apropiación y el libre uso de lasnuevas fuerzas productivas. Lo que Marx vio como futuro es nuestra era"(Hardt y Negri, 2000, Sección 4.1, p. 8).

La dificultad reside en los procesos de desarrollo desigual acentuadosad infinitum, donde los cuadros teóricos del imperio nos han encomendadola tarea de ocuparnos "del lugar", tribalizarnos, y si no podemos ser"sustentables" engrosar las estadísticas de mortalidad infantil, enfermeda-des desterradas en el medioevo que reaparecen, las tasas de suicidio, las demuertes violentas, o en el más articulado de los casos integrar la infanteríamóvil del capital desplazándonos en busca de nuevos lugares o algún nodoen las redes de flujos.

En "el lugar" tenemos que fortalecer las políticas municipales, desarro-llando las "buenas prácticas" recetadas por los expertos; sostener nuestracultura,32 y si es posible crear riquezas para poder pagar los tributos al impe-rio denominados "deuda externa".

La otra alternativa, sumarnos como individuos en el doble juego de sermultitudes en la protesta y buscar integrar multitudes en las nuevas dimen-siones del espacio virtual.

Si existe electricidad y empresas de teléfonos, podemos destinar partede nuestros salarios a constituirnos en fuerza de trabajo universal, articularnosen la naciente inteligencia social y colectiva creada por el conocimiento. Sersujetos activos de las nuevas multitudes cooperantes.33

(32) Siempre que no aparezca alguna fracción del capital con capacidad de incorporarlaa la disneylandia cultural del mercado globalizado.(33) También podemos hacer citas en el chat.

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Camino lleno de resistencias, que van desde el control policial de latotalidad del sistema de comunicaciones justificadas por la invención de lafigura del "crimen informático", desarrollada por los sistemas de seguridad delas agencias de los países centrales,34 hasta la instalación de hegemoníasen el ámbito de la reflexión, en la constitución de un pluralizado "pensamien-to único" a cargo de los intelectuales orgánicos del imperio.

Es nuestra elección como intelectuales en términos de alinearnos en unpresente de inhumanidad creciente, o la búsqueda de lo nuevo, asumir laobediencia al mando, inclusive como obediencia anticipada, o ejercer unadesobediencia debida a toda orden con alguna carga de inhumanidad.

Recuperar la potencia del pensamiento, del conocimiento entendido comoacción violenta y no como asimilación y reproducción pacífica de lo dado.

Así, atentos a las órdenes y los órdenes del pensamiento, podemos sersujetos conscientes y actores de algún cambio o reproductores de la inhu-manidad de un orden que decimos criticar.

(34) "Cómo se reprimirá 'al cibercrimerí... Y otras cosas. El Estado policial digital. Teóri-camente se trata sólo de combatir al 'cibercrimerí, pero la convención J^ue será aprobadaestas semanas por el Consejo de Europa legaliza la violación de los derechos constitucio-nales de todos sus ciudadanos. Y junto con la red Échelo, avanza hacia un Estado mundialrepresivo". Por Eduardo Febbro. Desde París. Página/12 http://www.pagina12: com.ar"2001/01-09/01-09-02Zpag25.htm

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