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Estudios socioinstitucionales Trayectorias, implicación y métodos Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista (coordinadoras) r ;. . ¡

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Estudios socioinstitucionales Trayectorias, implicación y métodos

Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista

(coordinadoras) r ;. . ¡

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ESTUDIOS SOCIOINSTITUCIONALES. Trayectorias, implicación y métodos

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ESTUDIOS SOCIOINSTITUCIONALES. Trayectorias, implicación

y métodos

Rosa Martha Romo-Beltrán y María Rodríguez Batista

Coordinadoras

ACENTO EDITORES UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA

2011

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Primera edición, 2011

D .R. Acento Editores Reforma 654, Esquina Mezquitan, Col. Centro, 44200, Guadalajara, Jalisco, México

D.R. © 2011, Universidad de Guadalajara Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas Periférico norte 799 45100, Zapopan, Jalisco, México http://www.cucea.udg.mx

ISBN:978-607-8169-13-9

Impreso y hecho en México Printed and made in Mexico

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ÍNDICE GENERAL

Introducción ............. ... ...... ..... ...... ... ... ... ... ................ ... ................. .... 7 Rosa Martha Romo-Beltrán

I. INSTITUCIONES E IMPLICACIÓN. LOS ACTOS DE FUNDACIÓN.

l. Pensando las instituciones en el análisis de trayectos de investigación: Sobre "dinámicas institucionales en condiciones críticas" ......................................... 17 Lidia M. Fernández

2. La fabricación de "secretos a voces": una práctica de construcción de la institución ......... ........... ......... 51 Susana García Salord

3. La identidad en situación de vulnerabilidad institucional. El caso de la identidad institucional de psicólogos en formación (1970-1977). Un ejercicio reflexivo y autocrítico .......................... 69 Monique Landesmann, Hortensia Hickman, Gustavo Parra y Alfredo Furlán

4. Institución y recorridos académicos. Iztacala: "Los recuerdos del porvenir" ......................................................... 79 Rosa Martha Romo Beltrán

II. EL RESCATE DE PROCESOS

5. El vínculo con los actores del caso estudiado y la tarea de investigación: una relación al borde de lo imposible ................... 95 Cecilia L. Durantini Villarino

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6. Pensando implicaciones personales en el estudio del movimiento de trabajadores desocupados ............................. 119 José Daniel Benclowicz

7. Implicación en una investigación sobre desarrollo. Condicionamientos y posibilidades ............................................. 131 Ariel García

8. Acerca del análisis de los fenómenos de implicación en el proceso de construcción del objeto .................... ................. 143 Marcela Ickowicz

III. ENSAYANDO MÉTODOS DE ABORDAJE INSTITUCIONAL

9. La universidad. De institución estructurante a organización mercantilizada .................................................... 167 Gerardo Romo y Karla Pavón

10. Evaluación docente desde la perspectiva del estudiante en el Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) ..................... 183 María Rodríguez Batista y Evangelina Cruz Barba

11. Dispositivos institucionales y producción del conocimiento en las universidades en México ...................... 197 Elvia Taracena

12. Los métodos biográficos en la investigación educativa: de la novedad intelectual al rigor metodológico ......................... 211 Gustavo Parra, Monique Landesmann, Hortensia Hickman y Alfredo Furlán

13. El trabajo de los académicos en las instituciones de educación superior: procesos organizacionales y psicosociales .............................................................................. 223 Blanca Noemí Silva Gutiérrez

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INTRODUCCIÓN

Rosa Martha Romo-Beltrán

Este libro reúne aportes de investigadores que participaron en las mesas magis­

trales de "Estudios Socio Institucionales", en el marco del XXI Congreso de la Aso­

ciación Latinoamericana de Sociología 2007, y de igual forma incluye una selección

de artículos que los doctorandos de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos

Aires elaboraron respecto a la reconstrucción de su proceso de implicación como

investigadores en proyectos realizados también durante el mismo año, como parte

del seminario "Paradigmas, textos y contextos en la investigación social".

Los ejes que articulan estas contribuciones son significativos, pues aportan

reflexiones a propósito de la conformación del campo de "análisis de lo institucional"

y recuperan significados, tramas y epopeyas de la vida institucional. Asimismo,

resultan sugestivos los trabajos que abordan la complejidad, riqueza y cautela para

recobrar la subjetividad de los "otros", así como la del propio investigador en el

permanente proceso de implicación que le acompaña a lo largo de sus indagaciones.

Por eso la premisa que subyace en varios artículos proviene de concepciones

que consideran la relación sujeto-institución en tensión irreductible, permanente

e historizada, en la que es imposible encontrar predominios absolutos de un polo

sobre otro, aunque a la vez ofrecen elementos de búsqueda para comprender la

complejidad de la vida universitaria actual.

Se optó porque esta obra iniciará con el estudio de Lidia Fernández, no sólo

por el importante lugar que ocupan sus aportes en el ámbito iberoamericano sino

también porque su texto retoma la multicitada complejidad institucional y su abor­

daje, además que está presente el intenso compromiso de la autora por dar cuenta

de su proceso reflexivo permanente y el de los diversos grupos que ha dirigido.

Su artículo "Pensando las instituciones en el análisis de trayectos de in­

vestigación: sobre 'Dinámicas institucionales en condiciones críticas"' ofrece un

detallado estado del arte en el estudio de "lo institucional", en especial, en el

ámbito argentino, acompañado por un cuidadoso proceso de reflexión acerca de su implicación.

[7]

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8 INTRODUCCIÓN

El ser, pensar y sentir de quien indaga, desde el momento de la elección del

objeto de estudio hasta hacer toda la travesía, advierte un profundo compromiso

científico en el que los procesos especulares tienen un papel fundamental, pues

mirar al otro actúa como referente respecto a las formas en que esas realidades cuestionan y trasforman a los investigadores.

Lidia Fernández desvela la compleja dinámica que se gesta en el trabajo de

análisis, ya que abordar la subjetividad, además de devolver al investigador a su

historia, precisa elaborar constructos y explicaciones desde los múltiples sentidos

y sin sentidos a los que la realidad institucional enfrenta a los académicos. Esa

postura de permanente reflexividad muestra el lado humano y el compromiso

constante para construir el conocimiento.

Por todo lo anterior, Lidia representa un referente fundamental en estas dis­

cusiones y re-encuentros académicos en los que resulta esencial abordar y explicar

el complejo entramado que conforma lo institucional, además de su interesante

aporte respecto al proceso de implicación.

Las trasformaciones en el transcurrir de la historia institucional, así como los

momentos de fundación, representan otro eje que articula los siguientes trabajos,

en los que se incorporan investigaciones efectuadas en la Universidad Nacional

Autónoma de México (UNAM), y dos más referidos a la carrera de Psicología en la

entonces (1975) Escuela Nacional de Estudios Profesionales Iztacala (ENEP-I).

Dentro de los "secretos a voces", Susana García-Salord cavila respecto a las

ausencias que aún persisten en el proceso de análisis que el investigador social

realiza con los testimonios y el encuentro con los otros, debatiendo la posibilidad

de llegar a una objetivación. Para hacerlo toma como referencia el trabajo que ella

misma ha realizado en la Unam, lo que le permite desmontar esta práctica, no

sólo como testimonio sino como "discurso social cuya función se centra en otorgar

racionalidad al devenir institucional", toda vez que condensa posturas de acepta­

ción o negación sobre su acontecer.

A su vez, aporta la noción de "silencios concertados", como dinámica insti­

tucional que vehicula, encubre y sostiene espacios donde circula el vínculo entre

educación y desigualdad social. El referente del que parte tiene que ver con el

proyecto de fundación de la Unam, bajo el cual se conforma la institución como

lugar reservado a las elites ilustradas. Dicho mandato desencaja en el transcu­

rrir institucional y, en especial, frente a las modificaciones que acontecen en la

comunidad universitaria a partir del proceso de masificación durante la década

de 1970. En esta reconstrucción, la autora revisa el imaginario social imperante

en esta universidad, bajo dichos mandatos fundacionales como ser considerada:

"La máxima casa de estudios" y "Mi alma mater", los cuales, al decir de la autora,

condensan las luchas sociales intestinas y la convivencia entre los" desiguales, los

diferentes y los contrincantes".

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INTRODUCCIÓN 9

Los siguientes dos artículos tienen como referencia el modelo de origen y el

contexto en el que surge la carrera de Psicología de la (ENEP-I): el primero plan­

tea reflexiones acerca de diversas conceptualizaciones que abordan los procesos

identitarios, frente a lo cual rescata la noción de "procesos identificatorios" y la

función preponderante que en ellos tienen las instituciones como "espacios en los

que se juegan las necesidades psíquicas de los sujetos", distanciándose de aquellas

posturas que sostienen el debilitamiento e, incluso, la muerte institucional.

Al ser procesos tan complejos, los autores dejan aún abierto el debate acerca de

cómo y desde dónde ahondar estas investigaciones, en las que el referente lo cons­

tituye el proceso de institucionalización de la psicología y, en esa fase inicial, el flo­

recimiento de la psicología experimental como "nicho identificatorio" de los actores.

El segundo artículo muestra cómo el proyecto de fundación de la misma

carrera se instituye como referente significativo frente al que se identifican o se

diferencian los grupos académicos. Incluye el recorrido de trayectorias profesiona­

les, en las que aparece, cual telón de fondo, el modelo de origen, y da cuenta de los

cambios que en ese camino van sufriendo los procesos identificatorios, los cuales

impactan en el ámbito laboral y se extienden hacia la vida privada, social y política

del grupo fundador, sin dejar de lado los momentos de ruptura y el avance de los

académicos hacia otros modelos de identificación.

En este punto se advierte el entrecruce de los periodos de vida profesional

e institucional y, para su análisis, la incorporación de la noción de "constitución

identitaria", que alude a los procesos de identificación siempre cambiantes y en

continua incertidumbre, lo que genera la socialización como constructos de los

individuos y las instituciones.

Reflexividad: el rescate de procesos

Este apartado integra la reflexión que cuatro autores han elaborado sobre su im­

plicación con los "otros": actores, objetos de estudio y su propia labor como inves­

tigadores. Son disertaciones que, como en el caso de Lidia Fernández, ahondan en

la compleja temática a la que se enfrenta el trabajo de los académicos con y desde las subjetividades.

El abordaje de lo institucional desde la "dimensión de la vida humana", en la

que se hacen patentes los mecanismos de regulación social, tanto externos como in­

ternos al sujeto, sirve de encuadre para el análisis que Cecilia Durantini-Villarino

realiza respecto al proceso de implicación con niños que no fueron o abandonaron la escuela.

Así, desmonta diversas imágenes que su presencia como investigadora evoca

frente al grupo de niños y el maestro, bajo un proceso en el que de forma inva­

riable coloca en tensión los distintos imaginarios, tales como ser concebida como

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10 INTRODUCCIÓN

"testigo" o "espía", y lo que implica colocarse como la figura de un tercero. De igual

forma, debate sobre las vicisitudes que enfrenta en los momentos de devolución y

la responsabilidad por restituir el sentido legítimo de los datos de primera mano,

sin violentar el objeto de estudio.

Asimismo, ahonda en el significado de la escritura como compromiso social,

académico y acto político, en tanto que condensa la concepción, el compromiso del investigador y los efectos sociales que dicha comunicación desencadena.

Desde la profundidad con la que aborda esta autora la reflexión de cada uno

de los procesos, anticipa la riqueza en el análisis de la implicación, pues desde su

punto de vista se potencia precisamente alli, en donde los académicos se enfrentan a "los vacíos, silencios y fisuras de sentido".

Con un interés similar, pero desde una mirada más antropológica, José'

Benclowicz y Ariel García reconstruyen algunos de los rasgos subjetivos que los

acompañaron en el trabajo de indagación. En el primero aparece la historia de

militancia previa en el lugar donde realiza la investigación, lo que opera como

facilitador en la elección del objeto de estudio y el acceso a personajes clave dentro de la comunidad.

Si bien esto permite un mayor acercamiento, de igual forma alerta frente a la

realidad compleja e inasible a la que se enfrentan los investigadores, ya que siem­

pre se encuentra latente el riesgo de la violencia de la interpretación derivada del

lugar personal, social, cultural y político que se ocupa. Frente a esta complejidad,

Benclowicz advierte de la inutilidad de elaborar en las indagaciones sociales fór­mulas para predecirla y describirla, lo que a la vez abre otro filamento interesante

en cuanto a seguir profundizando y documentar estos procesos de reflexión crítica en el oficio y la producción investigativa, en tanto que aportan elementos para el

desarrollo de las ciencias sociales y humanas. Bajo esta lógica de reflexividad se encuentra el andamiaje que Ariel García

construye frente a su objeto de estudio: "el desarrollo social". Noción que remonta a un deconstrucción arqueológica, al tiempo que analiza su proceso de aprehensión

del concepto y su evolución, para rebasar el riesgo de encasillar reflexiones y postu­ras "ingenuas". Así, rescata la presencia de las primeras figuras mediadoras en la

formación de jóvenes investigadores, a la vez que destaca distintas subjetividades que afloran en el proceso, como la historia personal, la relación con los otros, la

influencia que imprime la institución a la que se pertenece y la posición que se adopta frente a los "saberes heredados".

Marcela Ickowicz profundiza sobre estos debates y muestra la diversidad de planos que emergen en la reconstrucción de trayectorias de formación de algunos

profesores de la Universidad de Comahue, Argentina. Para exponer tal complejidad

reconstruye su trayectoria y enuncia una de las premisas de las que parte:"[ ... ]

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INTRODUCCIÓN 11

hablar de implicación significa producir conocimiento acerca de uno mismo, lo que

nos enfrenta a un conjunto de ansiedades y angustias de las que están pobladas

dichos trayectos".

A partir de su propia historia comparte los significados que marcaron su for­

mación como estudiante universitaria en la Argentina de los años 1970, así como

el mandato familiar de poseer estudios como herencia. La reconstrucción de su

proceso de migración a una de las provincias de su país es analizado a la luz de la

"novela familiar" y el tipo de identidades heredadas.

Como catedrática universitaria revisa la estratificación social e institucional

que cada campo de conocimiento inviste al portador del mismo, lo que sirve de

encuadre para mostrar cómo el análisis del espacio institucional implica recuperar

"[ ... ] lo que se juega en uno: los grupos de pertenencia y las lealtades entre los

profesores, el lugar que se ocupa dentro de los campos disciplinares, en los espacios

de poder y sus relaciones".

En fin, Ickowicz ahonda en estos debates y conduce a vislumbrar el conjunto

de subjetividades con las que transitan los académicos y que, a la vez, constitu­

yen sus recorridos profesionales. Se trata de un proceso complejo, ya que desde

la perspectiva del análisis de lo institucional, dichas reconstrucciones deman­

dan movimientos de re-conocimiento de sí mismo, como de las nociones teórico­

metodológicas que les acompañan, pues a través de ellas "vemos, escuchamos y

resignificamos: [es] lo que da vida a nuestras explicaciones, a nuestros objetos de

estudio, en síntesis a nos-otros".

Ensayando métodos de abordaje institucional

El tercer apartado agrupa aquellos trabajos que de manera implícita o explícita

hacen contribuciones sobre cómo es posible abordar a los sujetos de o en las insti­

tuciones; así como a los procesos que en ellas se desarrollan.

Gerardo Romo y Karla Pavón presentan argumentos teóricos, así como un

ejercicio de comprobación, que parten del análisis presupuesta! de la educación

superior en México. La fortaleza del argumento está construida con base en dos

pilares. El primero lo constituye una recuperación crítica de las discusiones actua­

les respecto a la definición de institución.

Por su parte, el segundo pilar incorpora dos de los cuatro modelos propuestos

por Johan Olsen, con el objeto de indagar la universidad contemporánea como"[ ... ]

comunidad meritocrática de estudiosos, como instrumento de las políticas nacio­

nales, como una democracia representativa, y finalmente, como una empresa de

servicios involucrada en mercados competitivos".

En el desarrollo se genera la representación conceptual de las dos formas

institucionales que, aseguran los autores, se encuentran enfrentadas: la de la

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universidad como organismo estructurante y como organización mercantilizada.

La aportación más importante es la definición y conceptualización de la categoría de institución o instituciones.

El artículo de Elvia Taracena revisa un tipo de trama específico, ligado a las

políticas de evaluación de la actividad de los académicos y el sistema de estímulos

que se han generado en las décadas recientes, así como el vínculo con la producción

de conocimientos en la universidad mexicana. Esta autora destaca las caracterís­

ticas de dicha trama, construida con base en aspectos explícitos e intencionados,

en los que subyace una forma específica de "difusión-confusión del poder", lo que

da lugar a formas de "contra poder institucional" en un ejercicio "oculto", esto es,

la priorización de la evaluación por resultados, hecho que descuida el "proceso".

Lo anterior refuerza la "perversa práctica" de considerar más el continente (libros

publicados, conferencias presentadas, etcétera) que el contenido del conocimiento

mismo.

Este artículo se desarrolla desde una perspectiva metodológica novedosa: la

sociología clínica, mediante la que se hace la revisión analítica de entrevistas a

estudiantes y profesores.

Por otra parte, la novedad metodológica en el artículo de Gustavo Parra, Mo­

nique Landesmann, Hortensia Hickman y Alfredo Furlán la constituye el método

biográfico, subrayando la necesidad de que este tipo de abordaje cuente con el rigor

de otras formas de intervención más tradicionales, lo que permitiría"[ ... ] generar

nuevas hipótesis en campos que parecían agotados, puesto que aportan evidencia

que de otra manera, por encuesta o por inferencia estadística, no sería posible obte­

ner." Estas reflexiones surgen a partir de las dificultades encontradas en el trabajo

de investigación referido al estudio de las identidades académico-institucionales.

En el trabajo de Noemí Silva es posible apreciar la incorporación de paradig­

mas heurísticos propios de otros objetos de investigación a la reflexión en torno a

los académicos como actores importantes de las instituciones educativas. En este

caso, se trata de los estudios sobre "desgaste profesional o síndrome de Burnout",

aplicados por mucho tiempo en otros sectores, los nominados de forma tradicional

como productivos. Categorías como estrés o riesgo laboral, enfermedad profesional

o tensión psicológica, son aplicadas a la vida de los académicos como sujeto de es­

tudio, para"[ ... ] identificar los factores que influyen en el desarrollo del síndrome

en la población universitaria, así como la búsqueda de soluciones y de medidas

preventivas, aunado al impulso de la investigación al respecto".

La aportación metodológica al análisis de las instituciones educativas, desde

esta perspectiva, consiste en la adaptación de los instrumentos otrora utilizados

en varios ámbitos, desde la medicina del trabajo, tales como el cuestionario que

incorpora datos socio demográficos y laborales: el ''Maslach Burnout Inventory

(MBI)" y el cuestionario de "Factores Psicosociales en el Trabajo Académico, 2005".

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El artículo de María Rodríguez y Evangelina Cruz aborda la evaluación de

docentes universitarios desde la perspectiva de los alumnos, mediante un análisis

cuantitativo y la aplicación del "modelo matemático de elección discreta logit". Así,

se logran "identificar las características de la actividad docente que el estudiante

del CUCEA valora como significativas". Las conclusiones destacan los atributos

más apreciados por los alumnos de sus profesores: "la motivación hacia el aprendi­

zaje así como su habilidad para enseñar". Resulta preponderante mostrar cómo una

herramienta que ha sido útil en otros ámbitos de indagación, puede ser utilizada

para confirmar conclusiones importantes sobre lo que sucede en las instituciones

educativas, entre sus actores y tramas.

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I INSTITUCIONES E IMPLICACIÓN.

LOS ACTOS DE FUNDACIÓN

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PENSANDO LAS INSTITUCIONES EN EL ANÁLISIS DE TRAYECTOS DE INVESTIGACIÓN:

SOBRE "DINÁMICAS INSTITUCIONALES EN CONDICIONES CRÍTICAS*

Lidia M. Fernández**

Este artículo se propone presentar algunos resultados del análisis al que se some­

tió el conjunto de estudios institucionales que conforman hasta aquí la línea de

investigación "Dinámicas institucionales en condiciones críticas". 1

Dicho análisis se realizó durante el 2006 y parte del 2007, respondiendo a exi­

gencias derivadas del mismo proceso de investigación, con la intención de permitir

un estado del avance producido en esos 16 años de trabajo. Por supuesto no fue

esta la primera vez que se realizó un proceso semejante pero sí fue una que tuvo

especial significación. Se planteaba como camino posible para precisar el sentido

de hallazgos empíricos que parecían necesitar de esa visión global a fin de abonar

el replanteamiento teórico y metodológico de la problemática investigada.

Entre esos resultados el que considero de interés para esta producción espe­

cífica es el aporte que este tipo de análisis puede hacer al abordaje de las institu­

ciones en aquellas dimensiones más inextricablemente unidas a la subjetividad y

la implicación del investigador.

Tomando esta experiencia como caso, lo que voy a exponer parcialmente es

lo que ha resultado sobre el grado y los límites en que los estudios institucionales

permitieron "pensar las instituciones" o llevaron a sostener su oscurecimiento.

También, el modo en que la reconstrucción histórica del proceso de investigación se

*

**

Una versión sintética de este trabajo se presentó como ponencia en la segunda mesa de "Estudios socioinstitucionales", organizadas por el cuerpo académico Estudios Socioinsti­tucionales, en el congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología; Universidad de Guadalajara, México, 14, 15 y 16 de agosto de 2007. Profesora titular consulta de la Universidad de Buenos Aires en el área institucional; direc­tora del programa de investigaciones "Instituciones educativas" y de la cátedra "Análisis institucional de la escuela y los grupos de aprendizaje". Línea de investigación del programa "Instituciones educativas" del Instituto de Investiga­ciones en Ciencias de la Educación-Facultad de Filosofia y Letras de la UBA. Se constituye con ese carácter dentro del Programa en 1990. Procura comprender las dinámicas de la institución de la educación abordada en situaciones críticas, ya por criticidad asociada con el deterioro social, a intentos instituyentes o a catástrofes en el ambiente fisico o social. La línea de investigación se centró originalmente en el estudio de establecimientos asimilados a la institución: centros infantiles, escuelas, colegios, institutos de educación superior y universidades. Progresivamente el foco se amplió para abarcar ámbitos de análisis más amplios que incluyen esos establecimientos y permiten acercarse a la institución en su carácter de regulación que los atraviesa.

[17]

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18 LIDIA M. FERNÁNDEZ

convirtió en analizador de la trama institucional en la que estaba inserto el investi­

gador. Y además el modo en que dicha trama interfería el vínculo de conocimiento

con la realidad empírica en la que las instituciones trataban de ser pensadas.

Dicho en el nivel de la dramática institucional de la investigación social este

trabajo alude al proceso de pensamiento que lenta y progresivamente permitió

comenzar a diferenciar la institución de las formas organizacionales que dicen

ser ella y abrió un espacio para pensar la institución de la universidad desde cuyo

vínculo quedaba definida -en aspectos inadvertidos y negados- la propia posición

de investigador y la posibilidad de investigar.

El capítulo presenta procesos vinculados a la investigación en dos casos, VL

e 1-EC (VL es una zona marginal de Buenos Aires; 1-EC es una zona rural isleña

ubicada a orillas del Río Paraná, Provincia del Chaco), los ubica en la línea de

investigación abierta en 1984 y muestra a través de sus vicisitudes la tramitación

de niveles de implicación que comprometían aspectos de la biografía y el vínculo

de los investigadores con la institución de la universidad. Por último, propone

algunas consideraciones los requerimientos que pone en evidencia este material

Noticia sobre el trayecto de investigación de referencia

Se trata de una serie de investigaciones que se inician en 1984 -cuando nos re­

integramos a la Universidad- y que se vinculan a la necesidad de comprender

los niveles de criticidad que hallábamos en los espacios institucionales. La línea

de investigación se formaliza en 1986 y cuenta2 ahora con seis investigaciones

concluidas,3 una interrumpida en el momento en que debía desarrollarse la devo­

lución a los involucrados4 y una en proceso desde 2004. 5

Se incluye solamente las investigaciones de la línea "Dinámicas institucionales críticas" y sus antecedentes, no las investigaciones de becarios y tesistas bajo dirección

"Historia y dinámica de la primera escuela de terapeutas ocupacionales" (1985-86), ILCE­UBA; "Identidad institucional, dinámica y dramática de cátedras universitarias frente al impacto de los grandes números de estudiantes" (1987-90), UBACYT AA-100; "Dinámicas en la educación del niño pequeño: el caso de diez escuelas infantiles de la ciudad de Buenos Ai­res" (1992-1994), Secretaria de Investigación MCBA; "Evaluación del proyecto de enseñanza media semipresencial para zonas rurales, provincia del Chubut, Argentina" (1993- ), CFI; "Dinámicas institucionales en condiciones críticas: el caso de las trece escuelas primarias de un distrito urbano marginal de la ciudad de Buenos Aires" (1998-2000), UBACYT TF-46; "Dinámicas institucionales en condiciones críticas, el impacto sobre las prácticas. El caso de las trece escuelas primarias de un distrito urbano marginal de la ciudad de Buenos Aires. (2001-2003)" UBA CYT TF-124.

"Análisis institucional en nueve institutos de formación docente en la provincia de Neu­quén" Dirección de Educación Superior Consejo de Educación Neuquén (1994).

"Dinámicas institucionales en condiciones críticas: condiciones asociadas al sostén o dete-

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PENSANDO LAS INSTITUCIONES EN EL ANÁLISIS DE TRAYECTOS DE INVESTIGACIÓN... 19

Algunas etapas posibles de diferenciar

La mirada a estas investigaciones permite hacer una diferenciación de tres etapas

de especial significación para el problema que presenta esta ponencia.

a) 1984-1990. Los estudios se orientan conceptualmente con los principios de la

psicología y la psicopedagogía institucional en los desarrollos planteados por José

Bleger (1958, 1964, 1975, 1979, 1987), Fernando Ulloa (1969, 1995) e Ida Butelman

(1962, 1988, 1996) en la década de los sesenta, con las progresivas incorporacio­

nes conceptuales derivadas de sus resultados. El abordaje utilizado centraba el

objeto de análisis en unidades sociales concretas -a las que se nominaba como

instituciones- y los propósitos se definían, por el interés de identificar los rasgos

de las dinámicas que hacían particulares a las instituciones educativas; por la

necesidad de acuñar conceptos y definir dimensiones que permitieran dar cuenta

de la singularidad de cada caso.

Los diseños de investigación se encuadraban dentro de las reglas clásicas

del abordaje clínico-institucional definidas en los sesenta: organización en etapas

cíclicas de intervención diagnóstica de progresiva profundización, "con sentido en

sí mismas" y cerradas cada una de ellas por trabajos de devolución. Utilización,

como herramientas centrales, de la entrevista de indagación operativa a los sujetos

según su posición institucional (individual o colectiva). Cierre de cada ciclo con

dispositivos de devolución que procuraban la expresión del modo en que el inves­

tigador había interpretado los rasgos de la dramática y la apertura de espacios

para el procesamiento y la escucha del material emergente. A este encuadre clásico,

desde 1987 y por necesidad emergente del material empírico, se incorporó en forma

sistemática el relevamiento de la historia y la caracterización de la situación del

establecimiento como dos modos complementarios de enfoque.

La dinámica situacional se caracterizaba en general focalizando la indagación

y el análisis en el nivel de las modalidades de vínculo de los diferentes actores,

con el establecimiento, la tarea, los otros, el espacio, el tiempo, las condiciones de

trabajo y cada uno de sus componentes estructurantes, y también en el análisis de

la acción colectiva como modalidad de enfrentamiento de los problemas.

La reconstrucción histórica se hacía en rigor como una reconstrucción de la

historia presente en la memoria de los sujetos, en los símbolos, los documentos y

rioro de la tarea institucional primaria: el caso de una pequeña comunidad isleña aislada" (I-EC) (2004-2006), UBACYT F-124 y "Dinámicas institucionales criticas: condiciones asocia­das al sostén o deterioro de la tarea institucional primaria en vinculación a la dramática comunitaria I-EC". Reformulación UBACYT F-214, 2006-2007, "Dinámicas institucionales en condiciones críticas: Educación y movimientos instituyentes en situaciones socioinsti­tucionales críticas. Estudio de trayectorias individuales y grupales en una pequeña comu­nidad isleña aislada." (I-EC). Proyecto presentado a la programación científica 2008-2010 de la UBA.

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construcciones narrativas y se usaba como contextualización de significación de los datos situacionales.

Era un tiempo en el que todavía era dificil advertir las secuelas del te1To­

rismo de Estado -estábamos bajo la operación de una defensa colectiva que las

negaba para controlar el miedo y sostener la acción en los medios públicos- pero

la criticidad de las situaciones institucionales tal como las hallábamos tanto en

la investigación como en la mtervención se fue imponiendo hasta hacer incorpo­

rar los conceptos derivados de la teoría de la crisis como parte estable del marco conceptual.

De este período resulta de especial significación la investigación sobro cáte­

dras': universitarias porque permite un a vanee claro en la precisión de aspectos

a describir en las organizaciones educativas y de concPptos que los expre:saban:

condiciones estructurantes, organizadores, Proyecto como organizador central de

la dinámica, cultura y estilo, ideologías, modelos y guiones. etcétera.'

b) 1991-1995. Entre 1991 y 1995. una intervención de acompañamiento y tres in­

vestigaciones resultan de especial importancia pues desafían nuestros esquemas

conceptuales anteriores e inician la posibilidad de un proceso de diferenciación

entre institución y establecimiento que considero de central importancia en el tra­

yecto de la linea. Ellas son: "Acompaúamiento institucional del proyecto 'E:;cuela

experimental agropecuaria de la provincia de Neuquén'". 1990-199:3-EMETA,' "Di-

Grupo cl .. profei-on•s a cargo ele un profesor titular dt• la i:ált'(.lt-a. un asociado, uno o varios adjuntos y un conjunto de auxiliares docentl's qui' ¡;nn rcspon,-ahlL•,-, dvl clíct.ndo de L'UrsuR

curricular,•,., y dP tareas ,le investigación y exlensión.

Fut• una investigación realizada para comprpnder el impacto de la musiviclnd ,uhr .. la organizudón y f'uncinnamil'nto dL· las cát .. dras (Por Ju l'ecu¡,eración dPmocTática In UBA había levantado la reslrícóón al ingreso y en dns años había cuaclriplicadu ~\I motrfr-ulu. Sólo en 1 ~85 mgn:saron 150 000 estudiantes) incluyó tres e~ludios: al "El lema dt• la roa ;;ividad desde l'l punto ele vi;;ta de 111~ n·sponsnblt•:,; mstitucionales Ut' carreras", dirigido por Sally Rneider con apoyo rle Sanclra Nicu~trn. ~t\ basú c•n pntrevistm, a auloriclnclee< ele' todas !ns fac11ltade1,;: hl ~consulta a ducenles de distintos rohc,s institncionales", realizado pnr Anahi Mnstuclw y Héctor Fain:;tl'in, trabajó i!nhre In <'Oil>!U lta en entrevistas abiertas grupales a conjuntos de docentes mter-facultad de cada una <lt• la, jer11rquía,;, dL•sde los Litulan•s hnsta los auxilian•,:;. e) "Identidad inslltuc10nal. dramática actual,. dinámica de la reacdón ante lo,; grandt•>' números", dirigida por Lidia M. Femánd1:z con participación ele un ClJUÍpo amplio de investigadores entre los que estaban Anahi ?\1astol'he, Ei;tl'la Cols, Claudia Fink<>h-tein y Murcela Andrcozzi: ei; PI que tiene los l'l'sultados a los que me refiero. Fue un eic;ludio basado en análi,ü,.; im:titucional de c·átedra~ l'On el dispn,;itivn clínirn ya mc•ncionadu, de luti que• t<e luma ron dos -aparecían como paradigmái kas, y se l•:;tucliaron en profundidad. Algunos dt• sus n•.,ultaclos plll' rlen con»ultan,e t•n FL•rnáncll'Z (19H-t, parle primera, capítulo 4).

La Escuela ~META planteó como un proye!'lu pPdagógico expunmPntal en ln l'nseñanza agropecuaria Se orgamzó como organizació11 productiva de profesoreH y nlunmos tn.spi­rada l'n modelos cooperativot1 y plnntt:'Ó formas 11lternati.vns dt:' conducción. organización de tiempo, espacio, 1 ureas, participat'ión etr. . Su dPscr1pcíón pur,de verse t·n Yt>ntd Nora

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PENSANDO LAS INSTJTUCJONES EN EL ANÁLISIS DE TRAYECTOS DE JNVESTIGACJÓN... 21

námicas en la educación del niño pequeño" 1992-1994,9 "Evaluación del proyecto

de enseñanza media semipresencial para zonas rurales, provincia del Chubut,

Argentina" 10 y "Análisis institucional en 9 institutos de formación docente en la

provincia de Neuquén",1994-95. 11

Las dos primeras todavía centran el análisis en los establecimientos, pero por

su carácter de modelos organizacionales que innovan sobre el convencional arrojan

un material que muestra con mayor evidencia que todos los trabajos anteriores el

carácter vincular de la relación con la institución y su especial "mimetización" con

una forma organizacional que la representa.

Con diferente tramitación en ambos casos, los estudios se hallan frente a

una configuración crítica del ambiente institucional que parece provenir de una

combinatoria de fuentes entre las que se reiteran con especial impacto para mí,

(2006).El acompañamiento consistió en la realización de dos "estados de situación insti­tucional" (ESI) anual durante los tres años en que duró la experiencia ( interrumpida y formalizada por el Gobierno educativo) Los ESI son un dispositivo complejo conformado por la indagación situacional a través de la consulta a lodos los integrantes de la organización (en este caso directivos, profesores, tutores, estudiantes y padres) a través de la consulta a documentos producidos en un período, entrevistas individuales para los ocupantes de posiciones individuales y grupales para los ocupantes de posiciones tipo acerca de lo vivido en ese periodo, de observaciones por invitación de actividades varias y de una jornada de devolución y procesamiento de la impresión diagnóstica del interviniente. En esta impre­sión diagnóstica se procura señalar los aspectos que parecen orientados a los propósitos enunciados y las zonas de riesgo institucional (zonas del funcionamiento en que hay riesgo de fractura en términos de Ulloa) Para este tiempo los conceptos de objeto-institución, núcleos y organizadores de la dramática no habían sido acuñados.

Fue un estudio realizado en diez escuelas infantiles de la ciudad de Buenos Aires (atien­den niños de 45 días hasta la edad del ingreso a la escuela primaria) en el que se utilizó semejan te ilispositivo clínico en dos Etapas. La primera destinada a consulta y devolución diagnóstica (incluyó a todo el personal de las diez escuelas) y la segunda, dedicada a un estudío clínico histórico situacional de dos casos en profundidad. Algunos de sus resultados han sido publicados en Fernández (2000; 1996).

10 Se trató d~ una evaluación institucional externa a demanda. El Proyecto Educación y Tra­bajo era un proyecto experimental de enseñanza media semipresencial para las poblaciones rurales aisladas de una provincia patagónica. Si dise110 incluyó adaptaciones del dispositivo clínico para el trabajo con todo el personal del proyecto y estados de situación institucional en cuatro núcleos rurales a modo de profundización Estos estudios incorporaron la consulta a pobladores es integrantes de las escuelas próximas al núcleo rural de EyT. Parte de sus resultados se han publicado en Fernández (2000).

11 Proyecto que se propuso incorporar dispositivos de autoevaluación institucional en estas organizaciones terciarias no universitarias dedicadas a la formación de Maestros. Se rea­lizó en colaboración utilizando un diseño clínico institucional que seguía los lineamientos presentados e incorporaba la consulta a pobladores de la zona donde estaba inserto cada instituto, miembros de las otras escuelas del sistema y de las asociaciones de base, así como a egresados del instituto que se hallaban trabajando en escuelas a diferente distancia del núcleo urbano y a maestros de la zona a cargo de escuelas rurales únicas de frontera. El trabajo quedó interrumpido por las autoridades políticas en el momento que estaba a punto de comenzar el ciclo ele Jornadas de devolución. Por razones institucionales no hubo publicación de este trabajo.

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22 LIDIA M. FERNÁNDEZ

la vivencia de hallarse en un estado que amenaza a la institución (identificada la

educación con el modelo convencional de escuela), la sospecha sobre la validez del

modelo que se propone (aun y con más fuerza en sus autores) y el temor a destruir

al alumno, a la escuela y a sí mismos.

La evaluación institucional del proyecto "Educación y trabajo" -que también

propone una innovación en el modelo- ayuda a precisar más esta diferenciación en

el vínculo. Además, por poner especialmente en cuestión su valor a los ojos de sus

usuarios, lleva a incorporar la indagación en el medio de inserción del proyecto.

Esto resulta de tal interés que, aunque con altibajos, el ámbito de análisis

tiende a "salir" de las fronteras del establecimiento para incorporar el modo en que el afuera lo significa.

Como resultados de este movimiento en el vínculo con el objeto de investigación

y con el saber acerca de él, entre 1994 y 1995 acepto en mí la necesidad y hago una

nueva definición en el objeto de análisis que me preocupa y en su modo conceptual

y metodológico de abordaje.

En 1995, Fernández formuló los conceptos de objeto-institucional, espacio­

institucional, temas, núcleos y organizadores de la dramática y resuelvo enfrentar

la idea de hallarme ante dos realidades fenoménicas de diferente carácter que

habían estado fusionadas para mí en el sinónimo institución-establecimiento que

me acompañaba desde mi formación: los establecimientos (escuelas, colegios, insti­

tutos, universidades) como formas organizacionales especializadas y la institución

de la educación.

En el intento de obligarme a este esfuerzo, defino mi propósito de análisis

como la búsqueda de lo institucional en los fenómenos humanos y a lo institucional

como la particular dimensión en la que se expresa la operación de las instituciones.

Una formulación que dio más de un dolor de cabeza pues resulta poco inteligible,

pero que resultó una respuesta inspirada pues me ayudó a controlar la incertidum­

bre que provoca acercarse a la complejidad habiéndose comenzado a desprender

de los encuadres en los que se asentaba la identidad de investigador institucional.

c) 1995-2004. La tercera etapa de este recorrido se inaugura con la decisión de

localizar una investigación básica en una zona geográfica acotada y estudiar en

ella el medio de inserción de las escuelas, las escuelas mismas y las prácticas de

sus maestros. Con esto formalizo una nueva línea de investigación en el programa que dirijo,

"Dinámicas institucionales en condiciones críticas", e inicio una investigación que

tiene una etapa exploratoria (1995-1997) y se extiende luego hasta septiembre del

2003. Me refiero a los estudios realizados en un distrito escolar de la ciudad de

Buenos Aires que atiende población marginada, nuevos migrantes y población en

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PENSANDO LAS INSTITUCIONES EN EL ANÁLISIS DE TRAYECTOS DE INVESTIGACIÓN... 23

proceso de empobrecimiento. 12 Esta investigación significa en el proceso del que

estoy hablando "el pase" al intento de precisar una nueva manera de encarar la

investigación de la institución de la educación que se produce recién en el 2004

con el cambio de caso 13 y el cambio sustantivo de abordaje.

d) Desde el 2004. Se trata de una etapa abierta todavía, en la que aumenta pro­

gresivamente la posibilidad de desprenderse de la organización, ampliar el ámbito

de análisis y buscar la institución a través del análisis del objeto-institución tal

como aparece inscripto en el objeto-grupo social y diferenciado del objeto-escuela.

Por considerar que el trabajo en las investigaciones con VL significó el pase

a otro nivel en mi posibilidad de pensar la institución de la educación, voy a de­

tallar sucintamente sus principales resultados. También voy a presentar el caso

actualmente en estudio, I-EC, para volver luego a la consideración de este trayecto

de investigación

La investigación en VL

El diseño utilizado en esta investigación consta de tres etapas. La primera estuvo

destinada a caracterizar la zona de inserción de las escuelas, incluyó un estudio

sociodemográfico del distrito y un estudio cualitativo. Para la caracterización so­

ciodemográfica se utilizaron datos secundarios provenientes de los últimos censos

de población y económico, estudios especiales de pobreza y datos provenientes de

las estadísticas educativas

El estudio cualitativo se hizo a partir de entrevistas de indagación operativa complementado con el análisis de 73 documentos sobre historia del barrio, propor­

cionados por el centro histórico barrial, ofrecidos espontáneamente por educadores

y vecmos.

12

13

"Dinámicas institucionales en condiciones críticas: El caso de las trece escuelas primarias de un distrito urbano marginal de la ciudad de Buenos Aires" (1998-2000), UBACYT F-46, y "Dinámicas institucionales en condiciones críticas, el impacto sobre las prácticas. El caso de las trece escuelas primarias de un distrito urbano marginal de la ciudad de Buenos Aires (2001-2003)", UBACYT TF-124. Hay dos publicaciones disponibles: Fernández, 1999 y Fernández, 2003.

"Dinámicas institucionales en condiciones críticas": UBACYT F-214, 2004-2006: "Condi­ciones asociadas al sostén o deterioro de la tarea institucional primaria: el caso de una pequeña comunidad isleña aislada" (I-EC). Reformulación UBACYT F-214, 2006-2007: "Con­diciones asociadas al sostén o deterioro de la tarea institucional primaria en vinculación a la dramática comunitaria (1-EC) UBACYT 114-P, programación científica 2008-20010: Educación y movimientos instituyentes en situaciones socioinstitucionales críticas. "Es­tudio de trayectorias individuales y grupales en una pequeña comunidad isleña aislada."

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24 LIDIA M. FERNÁNDEZ

Fueron entrevistados los miembros de los equipos directivos de todas las

escuelas (directores, vicedirectores, secretarios, maestros, bibliotecarios), 130

vecinos (diez invitados por cada escuela entre los más antiguos), vecinos integran­

tes de alguna asociación barrial: el Centro histórico, la Asociación de Fomento,

la biblioteca popular, el centro de salud y 300 maestros que se reunieron en tres

jornadas intensivas y trabajaron sobre un cuestionario respondido en pequeños

grupos autogestivos.

La segunda etapa, que se extendió por dos años, fue dedicada a realizar

estudios de cada una de las trece escuelas con un esquema clínico institucional

básico. En ellas el estudio incluyó el relevamiento del espacio social inmediato

(cinco cuadras a la redonda) levantando entrevistas ocasionales con vecinos, la

descripción y plano detallado del edificio y las instalaciones, la reconstrucción de

la memoria sobre la escuela con consulta a documentos y educadores antiguos y

la caracterización de la vida cotidiana a través de entrevistas y observación parti­

cipante durante las estadías en campo.

La tercera se concentró en la consulta a los maestros de grado y maestros

especiales diferenciados por turno de trabajo y edad de los escolares a cargo, y se

realizó con reuniones prolongadas en las que los 25 grupos trabajados se compu­

sieron de modo heterogéneo con respecto a la escuela de pertenencia. Por ejemplo,

grupos de maestros seleccionados al azar: Grupo 1: maestros de primer grado, turno

matutino (uno por escuela); maestros de primer grado turno vespertino (uno por

escuela), y así sucesivamente para todos los grados (de 2º a 7°). Maestros espe­

ciales de música, educación física, tecnología, plástica e inglés, diferenciados por

turno y edades atendidas. Dos grupos de contrastación elegidos por sus directores:

maestros que trabajan en grupos de alumnos que presentan especial dificultad, o

igualmente maestros que están ensayando respuestas exitosas.

El material que se sometió a segundo análisis en forma completa incluyó

además el obtenido en cinco dispositivos de devolución administrados a lo largo

del proceso.

En general los dispositivos de devolución incluyeron la presentación del

material y diferentes formas participativas de análisis, discusión y aportes de

información adicional.

Entre ellos tuvo un espacial impacto de intervención (profusión de material

producido a raíz de la escucha) la reconstrucción de la memoria sobre la zona que

se presentó en una narración coral presentada como teatro a voces y el resto de la

información en informes escritos donde prevalecieron los testimonios categorizados

según áreas de información emergente.

Actualmente continuamos en el distrito con dos investigaciones de tesis. Una

en marcha que desarrolla Cecilia Durantini en una de las escuelas, haciendo segui­

miento de un grado que se plantea como espacio alternativo para niños con fracaso,

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PENSANDO LAS INSTITUCIONES EN EL ANÁLISIS DE TRAYECTOS DE INVESTIGACIÓN... 25

y otra, que presentará como investigación de tesis Marina Aller, enfocada en el

seguimiento de maestros de grado común considerados exitosos en cuatro escuelas.

Noticia sobre algunos resultados de los estudios

a) El espacio social inmediato. El distrito en el que se insertan las escuelas del

estudio esta ubicado en el límite con la provincia de Buenos Aires y en un sector

tradicionalmente desfavorecido de la ciudad. Los datos sociodemográficos muestran

que efectivamente la zona guarda el mayor número de villas de emergencia y re­

gistra un movimiento poblacional, por inmigración, que es el más alto de la capital

de Argentina. También presenta los índices más altos de pobreza estructural y de

avance de nuevos pobres.

b) La memoria sobre la zona. En el relato más frecuente el hablar del pasado evoca

la figuración del pequeño barrio original, pequeñas casas bajas (humildes pero

cuidadas en sus jardines cubiertos de flores) alrededor de la estación del ferrocarril.

En ciertas condiciones: cuando se está entre vecinos con la misma experien­

cia y además, se ha entablado con el entrevistador un intercambio de intimidad

y confianza, surge la información sobre el aislamiento y peligrosidad del lugar

en aquellos tiempos. Aquel núcleo poblacional original, radicado alrededor de la

estación del ferrocarril, a poco de su fundación quedó separado de la zona céntri­

ca por los basurales municipales. Esta razón y otras, la lejanía por ejemplo, son

mencionadas como fundamentos de una imagen social desvalorizada: la zona era

considerada un lugar aislado y peligroso, de "malevos y cuchilleros".

Más tarde, erradicados los basurales, el lugar vuelve a ser visto en sus rasgos

valiosos (ser alto, ser abierto, tener naturaleza, ser seguro) y origina movimientos

de radicación que, aunque no siempre se viven con bienestar, sí se citan como prueba de sus bondades.

La reconstrucción de la memoria sobre la historia social de la zona permitió

identificar omisiones frecuentes sobre hechos a favor del recuerdo de otros que,

interpretamos, funcionan al modo de organizadores de una narración emparentada con preocupaciones actuales.

Entre las omisiones más notorias se ubica la historia política de la zona y su

pasado de militancia combativa, las dictaduras y sus secuelas. Entre los recuerdos

reiterados con mayor énfasis surgen particularmente los que hacen referencia a

dos asuntos.

Por una parte a los incrementos poblacionales abruptos que producen cambios

del paisaje geográfico y la morfología social y quedan registrados en la experiencia

como cortes violentos en la cultura de la vida cotidiana. Tienen este carácter las

sucesivas migraciones internas y externas de población marginada que se ubica

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26 LIDIA M. FERNÁNDEZ

en asentamientos precarios; también aquella otra que, trasladada del centro a la

periferia, se aloja en complejos habitacionales en altura producto de planificacio­

nes específicas y las que ocurren, sin orden y al modo de goteo por la entrada de

inmigrantes que provienen de países limítrofes

Por otra la pérdida de fuentes de trabajo -por cierre progresivo de grandes

fábricas- y el empobrecimiento consecuente que provoca intensos procesos de

desafiliación (Castel, 1997) agravados por la emigración de los hijos a zonas que

ofrecen mejores posibilidades de trabajo y contacto social y la visión del espacio

ocupado por "extranjeros extraños" (inmigración desde Bolivia y Paraguay).

Ambos hechos se suceden en la narración usando términos y expresiones que

aluden a un tiempo "vertiginoso" que parece próximo al impacto de diferencias y

pérdidas y al recuerdo de sentimientos de invasión y despojo.

Los relatos reiteran una división del tiempo vivido que coincide con cuatro

épocas diferenciadas:

1909-1939 aprox. La fundación y los primeros años: la llegada de los primeros

pobladores provenientes de Europa. Estos (los abuelos de los informantes

docentes, la casi totalidad descendientes de europeos) son "inmigrantes, pero

distintos ... Eran trabajadores ... limpios ... no sé ... distintos".

1940-1970. Un tiempo de cambio progresivo: una etapa de industrialización y cre­

cimiento poblacional -valorada por la ideología partidaria de un buen número

de los educadores y, sobre todo, de las autoridades del distrit~ y la entrada

de pobladores provenientes del interior del país, que se ubican en villas de

emergencia y son, desde el presente y como sus abuelos, también "diferentes

a los inmigrantes actuales; buenas familias, campesinos en búsqueda de

trabajo que se integran al barrio"; "se hicieron a nosotros ... La XX es la Villa

más antigua de Buenos Aires".

1970-1980. Una época de cambios con la construcción de grandes edificios y la

llegada de pobladores erradicados del centro por las expropiaciones: "son in­

vasores, vienen y se apropian" La "aparición" de torres con sus 60,000 nuevos

vecinos se narra como un hecho súbito que cambia el paisaje y desencadena

el extrañamiento.

1980 hasta el presente. El pasado reciente y el hoy: El masivo ingreso de población

proveniente de países limítrofes, el desorden y el peligro: "son desordenados,

no respetan, son extraños, vienen y sacan el lugar de otros, sacan el trabajo,

provocaron la pérdida de la población que era propia de la escuela".

El análisis del material de entrevista coincide en mostrar una creciente sensa­

ción de peligro - simbolizado en la violencia, la droga, el maltrat~ que contamina

el espacio externo, lo convierte en temible y amenaza los recintos protegidos de la

propia casa.

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PENSANDO LAS INSTITUCIONES EN EL ANÁLISIS DE TRAYECTOS DE INVESTIGACIÓN... 27

Entendimos en ese momento que el conjunto de los hechos y fenómenos

mencionados parecía aludir al quiebre de una identidad barrial original. Ella se

recuerda asentada en una trama de relaciones solidarias en torno a los valores del

trabajo y el esfuerzo por hacer "vivible" una zona "que siempre fue aislada y pobre

de recursos". La sensación de ser hoy un conjunto fragmentado, con diferencias y conflictos que se enquistan, amenaza la creencia en el poder colectivo y aumenta la

vivencia de un peligro externo creciente. Frente al aumento de vulnerabilidad que todo esto supone el material permi­

tía a nuestros ojos descubrir dos líneas de movimiento de las que surge el esbozo de

argumentación que procura atraer a la fe en el colectivo: el estar asentados en un

espacio amplio, "con mucho verde todavía", lejos de la contaminación ciudadana,

a cielo abierto; un espacio que contiene y preserva el lugar más alto de la ciudad;

el poder contar un origen y una historia que siempre exigió un esfuerzo intenso

de ánimo y trabajo para hacer habitable y digno lo que parecía invisible ; el per­

tenecer a un carácter que no decae ante una realidad difícil y cree firmemente en

la organización solidaria.

La narración de la historia, con el énfasis en la soledad, el sacrificio, el trabajo

y la solidaridad, parece estar al servicio de generar una memoria colectiva que de

valor a esos rasgos. También parece estarlo el tipo de Antepasado ilustre: los héroes

y villanos reiterados en la narración.

El fundador del barrio, en los documentos, el Sr. Soldati, rematador de tierras

de la zona que en la promoción del loteo apelaba a construir patria y un futuro de

progreso, es descrito en las narraciones como "un emigrante suizo que se enamoró

de la laguna y bautizó así a esta zona en añoranza a su tierra [ ... ] porque le hacía

recordar al lago tan hermoso que allá tenía".

El tipo de héroes que aparecen reiteradamente en el material son siempre

portadores de capacidad de entrega y grandes sacrificios: el médico y el sacerdote

dispuestos a transitar cualquier terreno sin desmayo para atender a todos, monjas

de caridad que circulaban recogiendo limosnas para ayudar a los indigentes, edu­

cadores que se preocuparon hasta el agotamiento por proveer a sus niños de todo

lo que necesitaban: ropa, afecto, cuidado y enseñanza, artistas que dejaron obras

orgullo del lugar y comerciantes que "creyeron" en la zona y la hicieron progresar.

Los villanos se resumen a través de una historia a la que se alude sin de­

masiados detalles: estando los edificios en altura construidos por la obra social,

docente y policial, los monoblock fueron ocupados por indeseables en un episodio

oscuro que originó enfrentamientos "y hasta muertos". El núcleo de la maldad

parece localizarse en la usurpación de un espacio que no es propio.

c) Rasgos de la dramática en los espacios escolares. En la información que dan

los educadores de este caso, con mayor claridad en los niveles de conducción y en

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28 LIDIA M. FERNÁNDEZ

el de maestros que son vecinos de la zona y muestran una fuerte identificación

con sus barrios y su historia, hay indicios que permiten suponer la existencia de

proyectos y acciones del distrito intencionalmente dirigidas a acompañar y liderar

movimientos comunitarios que provean base a una identidad colectiva y de sentido

a la tarea de formación. También se identificaron líneas de acción tendientes a

generar creencia (Enríquez, 2000) sobre la escuela y a proveer de apuntalamiento

al grupo docente y a través de él a los alumnos." (''La escuela pública puede lograr

que estos niños aprendan como cualquier otro niño") y a efectivizar niveles de logro en todas las áreas.

El material recogido en los estudios institucionales mostró que las escuelas en

casi todos los casos, se definían como ámbitos en intenso contacto con la dinámica

barrial, sufriendo por ello dificultades especiales y debiendo enfrentar un campo

de sobre-esfuerzo para sostener con consistencia sus proyectos de formación.

Salvo algunas, las más antiguas, que podían contar un pasado de prestigio,

la mayoría del personal mostraba un pobre registro de su devenir institucional y,

en todo caso, acercaban los relatos a un registro administrativo organizado por la

secuencia de sus sucesivos directores. La reconstrucción aparecía empobrecida y

la vida cotidiana era presentada como un "presente continuo" en el nivel del hacer.

La pertenencia al distrito, su historia y una serie de sus características

eran mencionadas al modo de rasgos de un estilo institucional que los abarcaba

y garantizaba un hacer organizado. En situaciones sociales semejantes habíamos

encontrado este poder organizador de la referencia, en el relato de la historia y

del proyecto pedagógico. Aquí, "el buen clima de trabajo, la vitalidad, el empuje,

el hacer cosas y tener proyectos", el "a pesar de todo tener buenos resultados", "el

haber pasado de ser un distrito rechazado a ser un distrito buscado", eran parte

de una "presentación institucional" que hacía prevalecer el conjunto sobre las uni­

dades. Estos rasgos eran en general atribuidos al tipo de personas que se aunaban

en esta zona: "gente nacida aquí o que está aquí por elección", ''luchadores de la

escuela publica" que veían en el aumento de las escuelas privadas y el traspaso a

ellos de matrícula "propia", una amenaza que los desafiaba a demostrar que "estos

chicos" pueden aprender como cualquiera y mejor aún.

El análisis más fino de los materiales por escuela permitió identificar tipos

diferentes que correspondían a antigüedad, prestigio social del establecimiento,

prestigio de los equipos directivos y docentes y nivel de exigencia en la formación.

De modo que dentro del conjunto de las escuelas podía detectarse la operación de

por lo menos dos criterios de clasificación: la conservación / pérdida del tipo de

población tradicional: escuelas que por su prestigio y mecanismos informales de

selección, seguían siendo las escuelas "que las familias del barrio elegían", las que

competían y salían gananciosas frente a las escuelas privadas// escuelas que ha­

bían perdido su población tradicional, no eran elegidas por las familias del barrio,

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PENSANDO LAS INSTITUCIONES EN EL ANÁLISIS DE TRAYECTOS DE INVESTIGACIÓN... 29

se habían visto "invadidas" por niños de Villa. Dentro de este segundo grupo, el

éxito o fracaso con ''los niños de la Villa" y la estabilidad/ movilidad de su personal.

La calidad del distrito, la eficacia del colectivo escolar para sostenerse en la

tarea y mantener los niveles de calidad que lo habían caracterizado, su posibilidad

de seguir produciendo innovaciones pedagógicas aún en magras condiciones surgían

mencionados reiteradamente cuando caracterizaban a las escuelas los equipos de

supervisión o los directivos. La calidad del distrito y de su equipo directivo y la ca­

pacidad de trabajo conjunto y acompañamiento para enfrentar las situaciones de di­

ficultad eran las condiciones más mencionadas cuando caracterizaban los maestros.

El material obtenido en los estudios institucionales era profuso en el relato

de proyectos y acciones innovadoras en la mayoría de las escuelas, se sesgaba

hacia la mención de los éxitos pero, aunque de una manera indirecta, mostraba

reiteradamente o por concurrencia preocupación sobre temas que parecían inde­

pendientes de la posición en el sistema de clasificación interna e interpretamos

con el valor de temas de una dramática común. Tuvieron suficiente presencia como

para considerarlos con ese carácter: la preocupación por el empobrecimiento de

las familias y la perturbación que esto significaba en la disposición de los niños

para el trabajo escolar ; la necesidad experimentada de intervenir para producir

una revalorización de la zona, una recuperación de modos tradicionales de vida

y para incorporar los modos diferentes de los distintos grupos poblacionales; y la

ocupación en encontrar los modos de sostener el entusiasmo de la pertenencia a pesar de las difíciles condiciones del trabajo.

La explicación de las renuncias de directivos o maestros y del recambio de

cuadros que se hacía por la "incapacidad/ la intolerancia a trabajar en estas con­

diciones" mostraba por recurrencia esto mismo. Los integrantes de estas escuelas,

todos sin excepción, consideraban -aunque no siempre dicho explícitamente- que

el trabajo con población empobrecida socialmente constituía una realidad especial

y diferente a las realidades de la escuela común, que exigía además de un temple

y una convicción especial, un sostén firme dado por la integración psicosocial del

colectivo docente alrededor del proyecto pedagógico y por una formación continua

en la búsqueda de nuevas aproximaciones didácticas.

Su orgullo, en todo caso, parecía estar en que lograban trabajar bien y que

sus niños aprendieran, logro que era significado como evidencia y resultado de de

esas cualidades. Este logro en los alumnos era usado con frecuencia como dato

legitimador del esfuerzo y el costo del trabajo en estas condiciones.

Los análisis comparados del material de las escuelas mostraron el papel

organizador central que parecía tener el distrito como ámbito de referencia y la

persona del supervisor general como posición de liderazgo.

El proyecto que define al distrito y lo emparienta con la ideología justicialista

-€n el año 2000, a propuesta del supervisor el distrito, recibe el nombre de Juan

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30 LIDIA M. FERNÁNDEZ

Domingo Perón- define a la escuela como vehículo de justicia social y sostiene

como tesis: "los niños desfavorecidos socialmente pueden llegar a la excelencia

si la escuela trabaja bien''. Aunque esta tesis es acompañada con claridad con la

demanda de mejores condiciones escolares para la zona (escuelas de doble escola­

ridad, menos alumnos por maestro, más recursos didácticos, etc.), hay una fuerte

presión al logro de excelencia aún sin estas mejoras.

La consulta a los educadores en situación de reunión de intercambio grupal

permitió profundizar en esta vía. De los temas de la dramática pudimos avanzar

en profundidad y advertir que en cierta dimensión, esas condiciones sociales y sus

consecuencias reales y fantaseadas tendían a distorsionar la percepción de los

espacios internos de la formación y aparecían en los intercambios con poder para

conmover el poder de los organizadores culturales habituales y poner fuertemente

a prueba la capacidad de regulación psicosocial del colectivo docente.

Los directivos expresaban tener mayor dificultad "que en una escuela común"

para ofrecer contención psíquica a los alumnos y a los maestros mismos. Cuando

las problemáticas se ligan al maltrato físico y psíquico y a situaciones familiares

que lindan con el abandono y la muerte, se mencionan recurrentemente algunos

efectos que hacen a la descripción de René Kaes (1989) sobre el sufrimiento institu­

cional: sobreesfuerzo y fatiga producto de (intentar) mantener encuadres de trabajo

pedagógico con una población de alumnos que parece jugar su rol en el límite de

la actuación violenta; angustia por no poder ofrecer recursos materiales y apoyo

psicosocial y técnico suficiente a niños que sufren maltrato social, y muchas veces

familiar, crónico; identificación masiva con los niños, cuadros de sobre implicación

o alejamiento hostil.

En el largo momento que duró nuestra estadía pudimos constatar que la

entrada continua de nuevos inmigrantes y la intensificación "sin descanso" del

empobrecimiento y sus secuelas de violencia familiar y barrial no sólo refuerzan

la ''base empírica" de este posible efecto, sino que agrava hasta tornarlo muchas

veces intolerable -en la experiencia de muchos maestros- el impacto del estado

crítico de las familias; de la de-privación y quita de suministros psíquicos (afecto,

atención, interés por la producción en la escuela, etc.) que sufren sus alumnos y en

un número muy alto de casos el de la sistematización del maltrato infantil.

Tal de-privación es experimentada fuertemente por el maestro en sí mismo

"también abandonado por los padres", "sin la ayuda de la familia para una tarea

de tan alta dificultad" e impedido por las condiciones de trabajo, de la gratificación

que solo resulta posible cuando juzga estar haciendo una tarea exitosa.

La experiencia de invasión y despojo y sus consecuencias -ya mencionadas

como parte de la dramática comunitaria- aparece como un aspecto central en

la determinación de la índole crítica con la que se viven las condiciones institu­

cionales para el trabajo de formación. En ese momento nos era posible pensar

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PENSANDO LAS INSTITUCIONES EN EL ANÁLISIS DE TRAYECTOS DE INVESTIGACIÓN... 31

que son ellas las que indican con mayor evidencia el efecto de dramatización del

contexto y el impacto de éste sobre la estructuración del campo de la práctica. En

estas situaciones y sobre todo para el caso de maestros de grado14 que sostienen la

función tutorial en la formación de los niños y con mayor intensidad cuando son

"novatos", a la dificultad pai-a lograr un comportamiento organizado en función de

las pautas del trabajo escolar habitual (y adaptado a las condiciones de espacio,

tiempo y número de alumnos de los grupos clase) se agrega la de estai- sometido a

la "visión continuada" de los resultados de la pobreza extrema y la violencia sobre

el comportamiento infantil. El potencial ansiógeno de la tarea de formación queda

intensificado y amplifica algunas de las tensiones que se presentan como consti­

tutivas en este tipo de escuela. No se trata en ellas de controlar el temor a dañar

al niño en formación, sino de estar frente a un niño dañado y a una posibilidad de

repai-ación en duda cuando no imposible.

El espacio institucional contiene motivos de intenso sufrimiento y aumenta

el riesgo de sobre-implicación o enajenación defensiva.

En términos de Bleger (1964; 1967), la ansiedad está operando no como señal

sino como desorganización de la posibilidad de respuesta, y la sensación de estar

extrañado de los modelos de trabajo que acompañan a la representación del rol

genera una situación de disponibilidad al desvío y el comportamiento sustitutivo.

Es frecuente el caso de maestros que expresan con malestar físico el dolor

que les provoca la percepción del agudo malestar real de los niños. El de aquellos

que involucrados en identificaciones intensas "se hacen cargo" de reparar ese mal­

estar más allá de los límites del rol (los que terminan adoptando a algunos de sus

alumnos -objeto de maltrato familiar- pai-a protegerlos de la internación a la que

los deriva la justicia; los que los alojan en su casa, los que les dan de comer con sus

propios recursos, etc.). También el de otros que se ven entrampados en el rechazo

afectivo a su tarea, en sentimientos de fragilidad, desamparo, indignación por no

poder enseñar, etcétera.

En síntesis, tal como lo muestran en el relato y en la dramatización de lo vivido

en el vínculo con nosotros como entrevistadores, para la mayoría de estos maesti-os

existe lo que León y Rebeca Grinberg (1982) caracterizaron como un bombardeo

de estímulos semejante al sufrido por los migrantes obligados. En este caso con un

agravante: lo que "ha migrado" abruptamente es la realidad conocida, y sobre un

fondo que parece el mismo, los sucesos son extraños y amenazantes.

Nuestra propuesta conjetural en el 2003 mostraba con claridad a nuestros

ojos una distancia significativa entre planos de la dinámica institucional.

14 La participación más acotada de los maestros especiales y la delegación organizacional de la función tulorial en el maestro de grado "que es el que está con el chico siempre", "es el que sabe del chico", permite una mayor distancia de la problemática y amplía la posibilidad de gratificación en el trabajo.

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32 LIDIA M. FERNÁNDEZ

En la situación real, los actores profesionales de estos casos -maestros, pro­

fesores, directivos y orientadores- debían tratar con grupos grandes de niños que

sufrían deprivaciones múltiples y tenían que hacerlo en general con menos recursos

que en una situación convencional. 15

En el proyecto que sostenía el distrito y las diferentes formas de legitimación

ideológica, era posible enseñar a estos niños en estas circunstancias y con ello se de­

mostraba no sólo la tesis "todos pueden aprender si se les educa", sino "todos tienen

derecho a aprender y la escuela pública se hace cargo de garantizar ese derecho".

En el plano vivido y silenciado de la dramática, estos actores se experimen­

taban, ellos, privados de la posibilidad de hacer su trabajo, de la dignidad que

acompaña al sentirse bien y ser aceptable en la vida escolar y, por fin, se sentían

empujados a un margen en el que el riesgo del odio y la violencia mutua con sus

alumnos (la posibilidad de dañar efectivamente) se constituía en la amenaza in­

terna principal. 16

El segundo análisis de estos materiales permitió conjeturar que en el espacio

interno de las escuelas se instala una escena de sufrimiento, violencia y despojo

semejante a la que viven y sufren los vecinos respecto a su forma y sus espacios

de vida.

Los "extraños" se instalaban en la escuela y despojaban a la escuela y al

maestro del niño escolar y de su posibilidad de hacer bien su trabajo. El espacio

escolar pasa a ser un lugar en el que se repite la dramática social local y los niños

encuentran en los adultos que los deben proteger, un doble que los acusa de sus

males. Para mantener el espacio que reclama la tarea primaria, buena parte de las

escuelas puede requerir un sobre esfuerzo organizativo, de sostén y de animación

que permita controlar fuertemente la operación de estas tensiones

En algunos de los educadores -los maestros con experiencia que además

sostienen ideologías pedagógicas, religiosas o políticas que dan sentido especial a

su tarea-, parece haber un desafío personal que se liga al que plantea el proyecto

y realiza un esfuerzo extra que muchas veces implica impacto en el cuerpo pero

produce un suministro intenso de autoestima.

15

Me mantuve firme y al final entró en tarea y ahora trabaja y aprende ... fueron

ocho meses, me costó una ulcera pero lo logré" (maestra de 6º cuenta de un

Un maestro o profesor en la tarea diaria de enseñanza atiende entre 35 y 40 alumnos. El total de niños de las diez escuelas (aproximadamente 6,000) debieran ser atendidos por los cinco o seis miembros del equipo de orientación cuya tarea supuesta es ayudar en "los casos con dificultades".

16 Por cierto, esta es una de las consecuencias más temidas por los sujetos: el deterioro en la capacidad de la institución para sostener el espacio psíquico de los individuos y defenderlos aún de su propia hostilidad.

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PENSANDO LAS INSTITUCIONES EN EL ANÁLISIS DE TRAYECTOS DE INVESTIGACIÓN... 33

niño que saboteaba con desorden el trabajo colectivo frente al que optó por

poner regla firme: No vas a estar dentro del grupo de compañeros hasta que no

puedas estar tranquilo.

En otros -y tal cuestión se hace más clara en el nivel de los maestros sin per­

tenencia local y en muchos de los maestros "novatos"- la percepción de una falta de

tiempo suficiente para buscar y afianzar nuevas regulaciones parece volcar hacia

la desorganización o el tratamiento defensivo de las condiciones

El análisis de todo el material, el correspondiente a la dinámica comunitaria,

la dinámica de los establecimientos y la descripta por los Informantes calificados

como dinámica característica en la práctica de aula, nos permitió identificar como el

organizador más sensible para intentar controlar la ansiedad es el modelo-alumno.

Sin embargo en una buena parte de estas condiciones este modelo parece haber

perdido poder organizador y capacidad de ser investido de daño.

La contrastación modelo de alumno -representación del alumno real- lleva

solo en algunas ocasiones a advertir que la realidad exige la modificación del mo­

delo y abre una búsqueda instituyente. En la mayoría de los casos, o tal vez en el

momento crítico/ agudo de la defensa, la contrastación provoca ya una frustración

y abandono del campo, ya un esfuerzo extra para lograr a acomodar la realidad a

lo que marca el guión operante.

Nuestra propuesta conjetural en ese momento sostenía que como consecuen­

cia de todo esto, en éstos casos la condición básica que es depositaria de ansiedad

parece desplazarse de las condiciones institucionales del establecimiento a las

condiciones sociales invistiendo al alumno (el sujeto que trae el medio a la escuela)

de los elementos de daño y peligrosidad que amenazan la identidad del maestro.

El niño concreto se presenta como el componente real que muestra la pérdida

del modelo en el que la relación educativa se posibilita; indica la ausencia de un

organizador nuclear: "el alumno"; se lo percibe como la presencia que demiente a

la institución y al maestro mismo y que, por consiguiente, debe ser reducida con­

virtiendo al niño en un escolar o haciéndolo salir del campo.

De tal modo, el "domar al niño-medio social y convertirlo en niño-alumno escolar" es el tema que concita la mayor producción de material en las entrevistas.

Es el tema por el que también se diferencian los maestros con experiencias de los

inexpertos, los maestros de éxito de los que fracasan, aquellos que pueden sostener

las condiciones de aquellos que no las toleran.

La relación entre el rechazo activo de los maestros a lo que este niño es y entre la

imposibilidad del maestro de "Ponerlo en el molde escolar" en las condiciones en que

realiza su trabajo y la desaparición de estos niños del espacio escolar, es negada Para

ello, entendimos que se recurría a la producción de ideologías que toman, en diferen­

tes composiciones, contenidos disponibles en las ideologías defensivas del oficio: las

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34 LIDIA M. FERNÁNDEZ

condiciones "ineducables" de los niños por sus carencias sociales, la falta de sentido

de enseñar disciplinas frente a las extremas necesidades afectivas, la consideración de las funciones de protección y cuidado como no propias de la tarea profesional.

Una mirada al trayecto en cuanto al objeto de análisis y su abordaje

Hasta 1990 nuestro acercamiento a los establecimientos nominados como insti­

tuciones se centraba en describir sus condiciones estructurantes y su dinámica.

Partíamos del supuesto de una existencia basada en mandatos que encerra­ban contradicciones y contenían un potencial crítico. Advertíamos en el material

que el proyecto de formación, las narraciones de la historia, los rasgos de la identidad institucional los modelos e ideologías que la protegían, se comportaban

como organizadores del funcionamiento institucional, daban sentido al costo de la pertenencia y "mantenían bajo control" ese potencial crítico a través de la legitima­

ción de la acción y de una creencia íntima "este establecimiento es la institución". Considerábamos que las situaciones críticas se desencadenaban cuando se

producía una combinación de circunstancias que develaban las contradicciones y

ponían en cuestión esta creencia.

A 1995 el análisis de los casos ya mencionados -sobre todo el de las escuelas

infantiles- nos permitió ahondar en el carácter del contenido que parecía estar

encerrado en las contradicciones. El asunto que se ponía en evidencia parecía en la dramática educativa en

situaciones críticas se a la duda sobre la educación misma en su capacidad de "protección o daño al sujeto en formación".

Tal como podíamos precisarlo en ese momento la situación crítica derivada de una mezcla de circunstancias sociales de carencia y condiciones especiales de

indefensión del alumno (aislamiento, pobreza, corta edad, desprotección social o una combinatoria de todas ellas), parecía impactar activando en los educadores el temor a dañar, intensificando la ansiedad relacionada con él y originando movi­

mientos institucionales de carácter defensivo. Algunos organizadores, 17 que se presentaban como especialmente sensibles

17 El concepto de organizador alude a un aspecto, hecho o conjunto de hechos que posibilitan la ordenación de relaciones y acciones dentro de una pauta en la que adquieren sentido En general se trata de estructurantes que ayudan a consolidar el funcionamiento dentro del estilo institucional. El proyecto institucional; el diseño del espacio y la distribución del tiempo; las narraciones del origen y los momentos críticos de la historia, los rasgos que se adjudican a la identidad institucional, los modelos legitimados, entre otros, son organiza­dores centrales de la vida institucional en las escuelas. Véase ampliación del concepto en los trabajos de Fernández, 1994, 2000 y 2004, sobre todo las partes II y III, citadas al final .

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PENSANDO LAS INSTITUCIONES EN EL ANÁLISIS DE TRAYECTOS DE INVESTIGACIÓN... 35

a la manipulación con esta función, parecían permitir el control del potencial des­

estructurante de este impacto: el espacio, el tiempo, la representación del "objeto

institución", 18 los registros de la historia institucional, el proyecto educativo, la

tarea primaria (enseñar/educar) y los modelos de posición central para la tarea

primaria (el modelo de maestro y alumno)

Entre 1995 y el 2003, la profundización del análisis lograda con los casos es­

tudiados en VL nos acercó a una propuesta conjetural que se nos presentaba con

un sustento empírico y teórico seductor.

Frente a situaciones de dificultad extrema provocadas ya por la pobreza y el

maltrato social a los niños y jóvenes, ya por situaciones especiales de abandono

social sufridas por los colectivos institucionales, este tema de la dramática amplia­

ba su "radio de acción" incluyendo a un objeto-institución que se experimentaba

afectado en su función de núcleo generador del espacio institucional y que, por esa

condición, amenazaba de destrucción a los sujetos.

Esta observación resultaba consistente con una de las fuentes de sufrimiento

institucional señaladas por René Kaes (1989: 15-83), la pérdida de capacidad ins­

tituyente. También con las caracterizaciones de Fernando Ulloa sobre el síndrome

de violentación institucional y la cultura de la mortificación (1996: 246-254) y con

lo sostenido por muchos autores de referencia.

Veíamos, y con esto validábamos en otro nivel de profundidad los resultados

del estudio en las cátedras universitaria, que esta amenaza originaba movimientos

colectivos de defensa destinados a sostener indemne al objeto-institución en sus

encarnaduras.

Pero resultaba claro también que cuando los esfuerzos defensivos fracasan, 19

el medio social "penetra" el espacio institucional instalando en él una escena de

sufrimiento, violencia y despojo que reproduce, en los términos de la vida escolar, el sufrimiento y la violencia externa.

Nuestra comprensión de los casos se convirtió en una explicación. La teoría

de la repetición y la de la dramatización del contexto abonaba un cierto derecho a

darnos por satisfechos con los resultados.

18

19

Objeto-institución es una expresión acuñada para referir a la institución en su carácter de objeto de vinculación y representación. Por la asignación de éste carácter la institución se considera parte del mundo imaginario y simbólico que estructura al sujeto desde su propia interioridad y que, al mismo tiempo lo enmarca. Se la considera parte organizadora cen­tral de la cultura de un establecimiento, contenido de socialización institucional y, en esos caracteres, se le asigna funciones de cohesión del grupo o conjunto de grupos, y centro del lazo socio-institucional. Se puede ampliar esta caracterización en los trabajos de Fernández (1994) y Fernández (2000) citados al final.

Me refiero al esfuerzo (en el nivel de la acción consciente y racional y en el nivel de tra­mitación inconsciente) que hacen los colectivos de educadores para proteger el espacio escolar y su función luchando de diferentes modos contra la adversidad material y contra el incremento de ansiedad que producen las situaciones críticas .

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36 LIDIA M. FERNÁNUEZ

Afortunadamente, lo que resulta tan seguro termina por despertar sospecha

a un investigador institucional algo entrenado y pusimos en cuestión nuestra

propuesta interpretativa. Decidimos jugar a la ''hipótesis O" y probar nuestras

conjeturas en una realidad diferente comenzando "al revés": no desde las escuelas

para el contexto sino desde el contexto y viendo en él como se recortaban y funcio­

naban las escuelas.

Esta decisión dio lugar a la investigación actual en 1-EC, una pequeña isla

aislada de la Provincia del Chaco, la más pobre de las provincias del país y permitió

dar un giro a la mirada que estábamos haciendo sobre el problema.

1-EC tiene una población de 1,700 habitantes que por un conjunto de circuns­

tancias se incluye como población en condiciones críticas.w El uso de un diseño que

sigue el encuadre de los estados de situación institucional21 permitió por una parte

identificar componentes que parecen conformar núcleos de la dramática social

asociados a las inundaciones experimentadas como crisis catastróficas, a la pérdi­

da del sanatorio incluida en las narraciones como símbolo de la indefensión ante

el despojo de la pobreza/enfermedad y sus secuelas: la dependencia de la ayuda

externa, la imposibilidad de diseñar y concretar un futuro, la desconfianza frente

al poder y la dificultad para desarrollar capacidad de organización colectiva.

Por otra ayudó a identificar las formaciones sociales y culturales en las que

parece apoyarse el movimiento que procura responder a las carencias críticas de un

modo emergente: la biblioteca popular, la cooperativa escolar, dos grupos de folclor

21

La situación geográfica aislada, la dependencia económica de la pesca (mermada por las grandes represas) y el cultivo de autoconsumo atacados además por las reiteradas inun­daciones de gran poder devastador (una de las últimas mantuvo bajo a~rua durante ocho meses más del 60ºu del territorio de la isla y obligó a sus poblador1,,s a l•levarsl:' en los edi­ficios escolares y otros edificios públicos que ~e hallan en una pequeña elevación cenLral), el haber albergado un sanatorio para el mal de Hadsen (entre 1920 y 1976) qut' funcionó al modo de institución total para los pocos pobladores fuera del recinto mismo (Y que aún se añora como la "buena época"), el tener un 80% de población sin cobertura médica } contar sólo con un puesto de atención primaria, el contar con indicadort"F dl' pobreza Pslructurnl en casi 80% de su población, bajos niveles educativos, falta de lrahaJo qut• lleva al ,·ontra­bando como "ocupación" etc. Y el estar en la búsqueda de formas de v1da allernat ivns qut• no pueden encararse por falta de recursos.

El estudio ohtuvo una caracterización de la historia y la vida actual t•n la isla wn espee1,1l referencia a la situación en cada una de las áreas de la vicia sorial: Ralud. educac1é,n, pohl ,1-ción, producc10n y trabajo, comercio, servicios, religión, creencias y narraciones. niltur,1, recreación, gobierno y participación política, seguridad, justicia, asi;;tencia so(·1al. y ;;u relación con la educaci6n. así como con una pnmera caractenzacir'm de l'ada una d, !;1,­

unidades educativas ei....-istentes en la zona. Combinó unn primera consulta (200 1) a :wo personas -adultos, Jóvenes y niños- en entrevistas individuales o grupales en profunchdad y más larde (2005) la administración de un ('Ueshonario a 150 personas (con un rasln•o de tipo censal) articuladas con instancias de devolución (una t•n el 2004. otra en el 200fí. la última a fines de>! 200fi y otra realizada en octubre del 2007) que posibilitaron poner en conorimiento de la población (invitada c,n forma abierta) los avancPs de la invesligac10n, procesar la elaboración ele una indagación en profundidad. obre la problemática en estudm

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PENSANDO LAS INSTITUCIONES EN EL ANÁLISIS DE TRAYECTOS DE INVESTIGACIÓN... 37

para niños, un movimiento juvenil de participación política, un movimiento de veci­

nos "extrapartidario" para discutir posibilidades de desarrollo y dos asociaciones de

interés laboral incipientes (la de pescadores y la de ladrilleros). 22 Dio información

para advertir las condiciones del ambiente externo e interno a las escuelas que

parecen asociadas con su dificultad para responder acompañando a la población o

promoviendo en ella movimientos en respuesta a sus condiciones críticas.

El defasaje entre las formas de vida rurales y la demanda de desarrollo para

suplantar modos de producción primarios, la necesidad, todavía , de organizarse

para luchar por el derecho a sobrevivir, pone a la población en demanda de una

educación de la que se espera pero a quien no se otorga confianza y a los educadores

frente a una población que -en muchos casos- le resulta inabordable y una posibi­

lidad de educar de la que, explícitamente, descree. En cuanto a la educación y las escuelas, el avance realizado con este caso

entre el 2004 y el 2007, permitió por una parte, plantear interrogantes acerca de

su posibilidad real para responde1· a las situaciones críticas y generar el espacio

institucional de la educación "más allá" de la dramatización del contexto. Por otra

permitió ahondar acerca del tipo de condiciones en que esta posibilidad se produce

con alguna consistencia "más allá" de la presencia de determinados sujetos.

También posibilitó ver con claridad que la diferenciación entre institución

y organizaciones es una distinción efectivamente útil a la hora de comprender el

movimiento social.

El planteo actual de la problemática nos obliga a re-conocer que los conglome­

rados sociales ofrecen múltiples espacios en los que la institución de la educación

se hace presente y que en sólo algunas ocasiones estos espacios coinciden con los

que prefigura la escuela.

En muchos otros el aceptar, el ir a la escuela, es una transacción con los gru­

pos dominantes, a fin de obtener para los hijos, para sí mismos, alguna, aunque

pobre, garantía de inclusión.

Es posible entonces, que la posición de las organizaciones educativas que

funcionan y sufren condiciones críticas deba ser analizada desde nuevas perspec­

tivas que ponen en cuestión-efectivamente- tanto su papel deseado de productores

(de cambio, de conocimiento, de desarrollo personal) como su aparente función de

instrumentos para una dramatización defensiva del contexto.

22

Puede que en contextos de conmoción crítica asociada a la experiencia de

Tal identificación permitió plantear la reformulación del di eño origi nal para incorporar el estudio de estas formacion s Durante el 2007 se profundizó -con un segundo análisis teniendo est.os propósitos a la vist.a- el material disponible sobre las escuelas y las relaciones de la población con ellas así como el obtenido obre tales agrupaciones. Esta previsto para el período 2008-2010 continuar e l estudio a través del análisis de trayectorias de sujetos y grupo especialmente involucrados en diferentes movimientos de reacción a la situación críti ·a.

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38 LIDIA M. FERNÁNDEZ

una pérdida de protección y un aumento de indefensión que resulta intolerable, 23

el movimiento social de recuperación -generalmente ligado en primera instancia

a la producción y la ayuda social- deje diferentes márgenes de movimiento a los

espacios escolares en lo que hace a su propia capacidad de reacción.

El material obtenido en el último período hace plausible suponer, en este caso, que los ámbitos escolares (donde "se envía al niño/ al joven f '), por su carácter

instituido relacionado al poder y al futuro, adquieren un carácter ambiguo, quedan

al servicio de funciones defensivas asociadas con el procesamiento de la crisis. Si esto fuera así, en ellos se haría posible jugar la depositación de la impotencia o

su negación tanto como la negación de los cambios posibles o la oposición a ellos. Esto ubicaría el margen de movimiento de los educadores escolares al interior

de las fronteras institucionales y mostraría que "su salida" hacia las necesidades

sociales en acciones comunitarias resulta una posibilidad más difícil que la "en­

trada" a una dinámica al servicio de la defensa en modalidades que todavía no podemos precisar.

Si efectivamente el estudio que encaramos nos permitiera profundizar en este

aspecto podría resultar que quedara validada la propuesta interpretativa basada en

la hipótesis de la dramatización, pero también podría resultar que encontráramos otro sentido a los movimientos así considerados. Yla incógnita quedaría recuperada.

Consideraciones sobre la acción de la implicación y las condiciones de su trámite en el trayecto analizado

V arios puntos del trayecto que he presentado hasta aquí, surgen como significativos

a la hora de comprender el modo en que pudimos, en algo, pensar las instituciones. Por supuesto que el pensar las instituciones que son objeto de estudio presenta

de por sí importantes dificultades. Pero más dificultades presenta para el inves­tigador advertir que mientras está procurando comprender el objeto específico de cada investigación, está produciendo una tramitación intensa del vínculo con otras

instituciones que lo constituyen como sujeto y que de esta tramitación, no siempre posible de hacer conciente en el tiempo de la investigación, depende su avance en

el trayecto de investigación a más largo plazo. En el racconto parcial que he procurado plantear hay algunos puntos que

23 De hecho el avance permitió re-significar casos estudiados anteriormente en ámbitos no escolares: Dinámicas socioinstitucionales en condiciones críticas. El caso del Barrio Gral. Moscón (después de la privatización de YPF); investigación dirigida en calidad de director externo con Dolores Domínguez (directora in situ) en la UN de la PSJB, y el Caso de la cuenca carbonífera de Río Turbio en la UNPA, estudiado con una réplica del UBACYT F-46, por Mara Reinoso.

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PENSANDO LAS INSTITUCIONES EN EL ANÁLISIS DE TRAYECTOS DE INVESTIGACIÓN... 39

resultan cruciales pero en este espacio voy a referirme solamente al significado

interno que adquirió la investigación en VL y al proceso de trámite de implicación

que supuso.

Es parte del significado que quiero mostrar el advertir que, como en los casos

de duelo no resueltos, recién cuando la investigación en 1-EC estaba avanzada, a

casi tres años de su iniciación, haciendo una revisión intencional de las investi­

gaciones en esta línea, pude trabajar en m.i diario las cuestiones vinculadas a ella

que ahora pongo a consideración.

La significación del trabajo con VL

La consideración de la investigación en VL no resultó sencilla, por una parte porque

estaba excesivamente próxima, por otra, porque -aunque se había dado por con­

cluida en el 2003- no se había terminado de realizar uno de los ciclos sustantivos

de su diseño: no habíamos entrado a las aulas y esto se mantuvo sin analizar -por

mí y en el equipo- en sus significados y consecuencias. Pero además porque se

trató de una investigación sobre escuelas en situaciones críticas hecha desde un

proceso que adquirió en muchos momentos una criticidad sufrida pero silenciada

por nosotros en ese momento pero que surgió con intensidad en este nuevo análisis.

¿Por qué había yo renunciado a concluir esta investigación sin decírmelo con

claridad? Por una parte, está la índole de la realidad que se estudiaba. La inves­

tigación producía en muchos momentos, de un modo casi lacerante, un material

de sufrimiento descarnado. Sin duda porque trata de los múltiples maltratos que

sufren los niños y los adultos que deben cuidarlos y educarlos y muestra hechos

no sencillos de tolerar. Algunos vinculados al intenso sufrimiento que provoca

querer salvar lo insalvable:24 Otros más relacionados con un ejercicio inadvertido

de la maldad o con la banalización del mal.25 Sin duda que el material de entre-

24

25

El relato en medio de llanto angustiado de una maestra bibliotecaria que había tomado a su cuidado un niñito que no hablaba por consecuencia de maltratos, que estaba logrando hacerlo hablar y que lo había perdido pues había sido internado en un instituto de menores; o el de aquella otra, recién casada y muy joven. que para salvar a uno de sus alumnos de 12 años de ese destino, había decidido adoptarlo y que al irlo a buscar al hospital donde estaba internado por una golpiza paterna, había encontrado también en ese estado a su hermano y también lo había adoptado; o el de los maestros que decían no hacer mas "upa" a los niños ni mirarlos más en detalle para no advertir sus carnes desnutridas o las marcas de los golpes, pues de advertirlos entraban en el conflicto de denunciar o no, que habitualmente terminaba en más golpes para el niño. Otros mostraban la amargura resentida de un deseo de formación frustrado: "Nosotros, los de estas escuelas, también tenemos graduados famosos que salen en los diarios ... como Pedro que fue baleado por la policía en una corrida por los techos, o Juana que después que la violaron el padre y todos los tíos terminó en la prostitución ... o José, que está preso porque lo agarraron con "merca" encima . . . "

El reparto de alimentos, que siempre resultan escasos, entre los niños hambrientos que tienen que hacer los vicedirectores, los criterios que fabrican para decidir a quién dar y a

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40 LIDlA M. FERNANDEZ

vistas debió provocar temor a las aulas más allá de la conciencia. Ya lo habíamos

experimentado con violencia en la investigación de las escuelas infantiles pero no

pudimos hacer en ese momento una relación que significara esta nueva experiencia

y permitiera advertir los vericuetos de nuestra evitación del campo.

Pero a pesar, o por todo esto, y validando el supuesto de un mejor acceso al

objeto-institución en situaciones críticas, la investigación en VL nos había desafiado

metodológicamente y había arrojado resultados de mucho interés

En la dimensión de comprensión fenomenológica, VL había mostrado aspectos

de los procesos presentes en la llamada "dramatización del contexto". En especial

lo que se refiere a la reproducción de condiciones que posibilitan la versión en el

ámbito institucional de un significado dramático originario del ámbito social.

En este caso se trata de las vivencias de invasión y despojo vividas con res­

pecto al espacio y el estilo de vida social, y significadas con referentes simbólicos

de la historia social del lugar, que se hacen presentes como vivencias de invasión

y despojo respecto del espacio y el estilo de trabajo de la escuela y los maestros.

Parece evidente que en ambos procesos los niños no pueden ser más que víctimas

y que, en todo caso, la forma de experimentar su realidad, la del modo de ser del

niño, que tienen los maestros, los extraña de sí y los aleja de ambos mundos.

Aquí la invasión y el despojo, en las El, el abandono y el daño, en el CP, el

incumplimiento de promesas, y la estafa en EyT; el advertir esta dimensión de la

relación entre VL y su contexto corrió un velo respecto de ella en los otros casos y

permitió advertir el servicio que pueden prestar estos fenómenos de dramatización

para dimensiones inconscientes de la socialización a cargo de las organizaciones

educativas y para la defensa que la población hace frente a la ansiedad y el miedo

que le provocan sus circunstancias.

La investigación en VL permitió además desarrollos metodológicos que fueron

centrales para la posibilidad de un mayor rigor en nuestro trabajo. De ella han

resultado diseños probados y validados tanto para estudiar la zona próxima a una

escuela, como para lograr una caracterización institucional posible de contextuar

y comparable con otras en un grupo de casos, como para la consulta a informantes

sobre la dramática con la que se vive una situación, como para la devolución (Creo

que de todos ellos dos merecen especial mención). 26

26

quién no, el modo en que esos criterios juzgan a las familias que van a recibir o no un sa­chet de leche o una milanesa, o dos manzanas que no esperaban; el uso que hacen muchos maestros de la comida que pudiera sobrar a modo de premio al que se porta bien todo el día de clase. La entrega de un yogurt que sobra al que se porta mejor ... Por sólo comentar algunos.

El diseño de entrevista que usamos para la consulta de la última etapa mostró un poten­cial analizador que permite considerarlo un dispositivo. Lo hemos seguido utilizando así no sólo en las investigaciones de la linea sino en todas las investigaciones de tesis que dirijo y se ha mostrado confiable en ese aspecto. Efectivamente provoca un material com­prometido con las dinámicas latentes, permite al investigador captar en profundidad los

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PENSANDO LAS INSTITUCIONES EN EL ANÁLISIS DE TRAYECTOS DE INVESTIGACIÓN.. . 41

Justamente por todo lo que le debíamos a la población de las escuelas de VL

resultaba extraño -en este nuevo análisis- un "retiro del campo" que violentaba

nuestra ética como investigadores En el análisis de tres años después seguía resultando válida la pregunta: ¿por

qué había yo renunciado a concluir esta investigación sin decírmelo con claridad?

Intentando leer el cierre inconcluso como un analizador en ese momento des­

estimado, surgieron para mí algunas de sus significaciones posibles.

El primero y más doloroso de aceptar: la investigación VL en su condición de

compromiso pendiente y el grado en que ella revelaba una falla en mi ética de in­

vestigador y la debilidad de mis convicciones y posibilidades. Efectivamente había

fallado como investigador institucional. No con el avance en el conocimiento pues

ese continúa en otros casos. Sí con el proceso de elaboración acerca de la dimensión

personal en el sufrimiento social que puede hacer un investigador para los sujetos

de la investigación y para sí mismo. También con la posibilidad de hacer lugar al

pensamiento y liberar la palabra acerca de ese sufrimiento

Había sido incapaz de arbitrar los medios para concluir la investigación. Lo

más serio para el encuadre que sostenía: no había podido hacerme cargo de esta

incapacidad, no había podido pensarla y en cambio de abrir ahí un proceso de aná­

lisis había optado por una huída del campo y por un no volver a pensar el asunto

bloqueando los intentos con la vergüenza.

¿De qué me había estado defendiendo en realidad? La teoría me ayudó a

encarar esto. Sabía que estas huidas pueden tener que ver con la defensa contra

la ansiedad que provocan situaciones del propio trabajo. Entonces, ¿qué había

sucedido con el trabajo de investigación?

El proceso descriptivo que reveló esta pregunta, ahora posible de hacer,

mostró que efectivamente había tenido yo buenos motivos para no querer pensar.

La extensión de esta investigación en el tiempo -una de las aspiraciones

que habían motivado el contrato con el distrito- se mostró como el analizador -no

leído, insisto, hasta tres años después- de la inestabilidad y precariedad de las

condiciones universitarias para la investigación dentro de la UBA. 27

27

fenómenos transferenciales y sus estados de implicación y genera un espacio privilegiado de elaboración. De hecho el trabajo en el encuadre de este tipo de entrevista grupal puede considerarse un ciclo de intervención-devolución en sí mismo. También resultó una herramienta valiosa y se incorporó a nuestro equipaje la devolución hecha a través de un relato coral leído a varias voces por el equipo de investigadores. Con­figura -y así se ha seguido confirmando-- una especial situación en la que el investigador que dice el discurso de los sujetos -organizado según su sentido dramático-- demuestra sin que parezca dejar lugar a dudas, que ha oído y se vuelve confiable para recibir más material.

Por su carácter masivo, más de 350,000 estudiantes, la UBA es la universidad pública relativamente más pobre de Argentina. Un número muy importante de sus docentes e investigadores trabajan ad honorem -sin salario- y esto produce un inevitable proceso de pérdida en los equipos. La posibilidad de investigar está continuamente amenazada por los

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42 LIDIA M. FERNÁNDEZ

Algunos datos: La investigación fue iniciada por un equipo amplio, 24 per­

sonas de las cuales como es habitual y "normal" 20 eran recientes graduados en

formación y sin inscripción institucional, ni puesto ni sueldo, cuatro correspondía­

mos al equipo de investigadores formados con dedicaciones simples: entre 30 y 40

dólares mensuales en ese momento.

En el medio de su transcurrir, el equipo "perdió" los investigadores formados

a través de casi diez años de mi dirección. Habían ingresado a sus doctorados y

yo misma les había conminado a dejar la investigación colectiva para dedicarse a

sus investigaciones de tesis. Ahora sin becas y con esas dedicaciones simples era

imposible que pudieran responder a ambas exigencias. Pero además muchos de los

investigadores en formación, ingresados al seminario de 1995, fueron encontrando

ubicaciones profesionales y tuvieron que dejar al equipo en un proceso de desan­

gramiento habitual en los equipos de investigación de nuestra facultad.

Avanzado el 2001 y con la crisis social a pleno, cuando debe iniciarse el trabajo

en aulas, del equipo original persistían solamente un auxiliar y yo. El resto estaba

formado por un nuevo grupo de adscriptos que en la misma "no condición laboral"

habían ingresado en el 2002 (es el que actualmente trabaja con la isla).

En el distrito, el supervisor había tomado una licencia sabática, el nuevo

supervisor no se atrevía a dar la autorización para esta etapa y yo ocultaba mi

inseguridad para encararla con un equipo así desmembrado. El trabajo en aulas

se cambió por las reuniones grupales que coordiné personalmente con el acompa­

ñamiento de la auxiliar con experiencia.

De hecho, el análisis descriptivo al que sometí este proceso hizo evidente va­

rias cuestiones. Por una parte la expectativa personal que tenía al inicio, encontrar

un espacio y tiempo tranquilos para investigar en profundidad se había frustrado.

No había sido así el proceso de esta investigación. Por más que los educadores del

distrito estuvieron siempre disponibles, es cierto que el tolerar una investigación

demorada en los plazos y cuya utilidad es poco palpable, resultó por fin en la re­

nuncia amable, que concurrió con la nuestra, a dejarnos al margen de las aulas.

La "generosa" renuncia al equipo que yo había hecho en función de sus pro­

pios desarrollos, había dejado en mí un enojo que no quería reconocer pero que

tampoco desmontaba porque detrás del enojo había un dolor por la institución

perdida, del orden de lo intolerable. La negación -como a los sujetos a los que había

estado investigand~ me había llevado al maltrato de mi campo y mis sujetos de

investigación.

La intensidad de la vivencia de pérdida se une seguramente, como para el

magros presupuestos para gastos de investigación y por la renuncia que la Universidad y sus integrantes han hecho en la década del noventa a "entrar" en muchos de los sistemas de control propuestos por el Ministerio Nacional. La UBA obtuvo un amparo judicial para conservar su autonomía respecto los estándares de evaluación, pero eso le supuso agudizar su pobreza.

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PENSANDO LAS INSTITUCIONES EN EL ANÁLISIS DE TRAYECTOS DE INVESTIGACIÓN... 43

caso de los protagonistas de todas las investigaciones de esta línea, a la de otros

objetos perdidos en la historia social del país y de la región y también a las pérdidas

en las biografias personales. La descripción de las vicisitudes de la investigación y

el sufrimiento de estos educadores trabajando en los bordes sociales, hacía obvia

la fragilidad y la indefensión que tenemos los sujetos en un sistema social como

este, aún aquellos que como los universitarios, estamos en muchos sentidos, en

situación de privilegio.

En lo explícito me había quedado en aquellos primeros resultados de la inves­

tigación de las cátedras: ella me había mostrado que muchas -las que se estructu­

raban en la pauta de un guión heroico y en defensa de un proyecto- persistían en

la formación y en la producción de conocimiento a pesar del duro empeoramiento

de sus condiciones. Y que otras, las que se organizaban en torno a un guión mí­

tico, optaban por la selección salvaje de los mejores y una serie de transacciones

por las que ocupaban el lugar, conservaban el prestigio de ocuparlo y hacían sus

desarrollos personales fuera de la universidad publica.

A pesar de reiterar todos estos años que tenía que volver a replicar -en otro

tiempo histórico- aquella investigación, nunca lo hice. Era muy alta la dificultad

para pensar la institución de la Universidad y lo que ella simboliza como espacio

materno dador de sentido, y el pensamiento se había estado reemplazando con una acción que ocultaba la crisis.

La oportunidad que tuve tantos años después y gracias a los sucesos de VL me

mostraron que en rigor, nunca, en todo ese tiempo, había dejado el trámite de mi

vínculo con la Universidad y que ella estaba oculta en el análisis de otros espacios

organizacionales en los que sí podía atreverme a mirar. Fue la conciencia de la

interrupción de esa posibilidad de mirar afuera de mí, la que permitió el camino del propio análisis.

Luego del propio análisis de la trayectoria que es objeto de este capítulo y de

mi parte gracias a él, hubo varios hechos que se ligan a esta toma en conciencia y

que llevan a decisiones. Todos ellos involucran procesos de análisis, de pensar las

instituciones, en el grupo de investigación.

a) La conciencia de VL en nuestra interioridad como un objeto fragmentado,

la conciencia de que el trabajo pendiente con los maestros en su campo de

desempeño es el único que haría posible suturar la herida de lo inconcluso y

el dolor ético de no haber concluido de ver lo que había para ver de modo de

poder ayudar a liberar realmente la palabra acerca de ello. Sobre la base de

ambas conciencias, Marina Aller, la única graduada de todo aquel grupo de

20 que pudo ubicarse como docente auxiliar con una dedicación simple, y yo

decidimos embarcarnos en esa tarea a través de su investigación doctoral.

b) La valorización de los fenómenos de identificación vividos en el seno del equipo

en su impacto de formación provocó que volviéramos sobre ellos en un proceso

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44 LIDIA M. FERNÁNDEZ

analítico grupal. Parece no caber duda sobre la relación entre lo que compren­

díamos sobre el caso y los fenómenos que ocurrieron en el seno del grupo. La

comprensión analítica de la situación que vivían los maestros produjo, aunque

demorado, el análisis de la situación institucional que vivían los investiga­dores y desencadenó una serie de decisiones que si bien convulsionaron el

proceso de trabajo, fueron atinadas para las personas. Pudimos desmontar

parte de la carga en extremo ilusoria con la que se sostiene la investigación

en nuestro campo y, a pesar de la aparente paradoja, quedamos en mejores

condiciones de sondear la realidad y ajustar nuestros proyectos a ella. En

suma, pudimos oír los resultados de investigación que nos venían hablando de fragilidad en las organizaciones educativas derivada de la idealización de

su función. De hecho la investigación que se desarrolla actualmente se hace por un convenio interuniversitario que ha multiplicado nuestros recursos y

la ha incluido en un marco que ofrece algo más de garantía.

c) La conciencia del costo que había tenido no poder pensar en todo esto antes

llevó al nuevo equipo a dedicar casi tres meses de intenso trabajo al análisis de su historia y experiencia con los temas que enfrentábamos en el nuevo

caso: la pobreza, la indefensión, la enfermedad, el estigma en el cuerpo, el

sufrimiento de las catástrofes. Ese trabajo ha permitido un avance significa­tivo en la captación de todo el material y en el replanteo de su problemática.

d) El afrontar por fin que la institución no existe sino en la trama social de los individuos me llevó a trabajar en el concepto de "espacio institucional", a

terminar de diferenciar en lo conceptual institución y organización y a poder ver, a pesar del dolor de pérdida que eso produce, que es imposible suponer

o esperar en un espacio tan amplio y complejo como el de una organización

universitaria, la presencia de la institución universidad.

¿Y por qué ahora había sido posible la conciencia? Tal como lo analiza José Bleger en varias de sus obras, y luego han desarrollado en extensión los autores que se ocupan de la crisis, el duelo por las pérdidas puede elaborarse cuando el

sujeto ha estructurado nuevas apoyaturas.

En la interrupción del trabajo en VL estaban sin duda, condensadas para mí, múltiples negaciones y defensas. Algunas de las que alcancé a ver en el análisis al

que aludí en el presente capítulo: la negación de mi defección respecto del modelo de investigador institucional y el encuadre de buenas prácticas en los que apoyo mi identidad profesional, la negación de las condiciones institucionales del investi­

gador en la UBA que hacen casi imposible su tarea, la negación de la pérdida -por

segunda vez- de parte del equipo expulsado por esas condiciones y/o por no poder sostenerse más en un guión heroico, la negación, por fin la más profunda en el apoyo de mi identidad académica, del cambio en la UBA, del tiempo transcurrido

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PENSANDO LAS INSTITUCIONES EN EL ANÁLISIS DE TRAYECTOS DE INVESTIGACIÓN... 45

desde aquel de mi formación, de la pérdida de la institución de la Universidad que

yo creía tener en esta organización que es la UBA.

Por supuesto todo esto, como lo he expuesto en un trabajo reciente (Landes­

man, 2006: 29-60) se enlaza con el núcleo de las dramáticas educativas en su sig­

nificación materna y encuentra referencia en la teoría psicoanalítica y, en especial,

a mi juicio en la teoría sobre la autoridad internalizada de Gerard Mendel (1970a;

1970b; 1972a; 1972b). La defensa de la negación también operaba sin duda sobre

la activación de tal fantasmática enlazada, en este caso, con el objeto-universidad

perdido o devenido en objeto amenazante.

La posibilidad de advertir y desmontar estos productos de la implicación tuvo

que ver a mi juicio con la decisión de revisar el trayecto realizado en la línea para

reubicar conceptualmente el problema que se viene trabajando. La historización

resultó más importante de lo que había supuesto, me llevó más tiempo y capturó

mi entusiasmo. No sólo me permitía advertir los avances sustantivos y metodoló­

gicos que se habían producido y con ellos, hacer visible el proceso de pensamiento

y construcción del objeto que había hecho como investigador. También se hacían

visibles las diferentes "piezas" inconscientes que se habían ido tramitando con los

sucesivos trabajos y que ahora, a la luz del análisis, se acomodaban en su sentido

y operaban en un trabajo de sutura (Kaes, 1985). La recuperación de sentido, la

comprensión de lo vivido en nuevos niveles de significado es en sí la experiencia

terapéutica de que dispone el ser humano derivada de su capacidad de "tomar en

conciencia" (Mendel, 1977).

Pero a su vez, pienso, esa decisión no se pudo tomar hasta que otra expe­

riencia pudo ser tomada como apoyatura. 1-EC es una experiencia que en ese mo­

mento podía mostrarme a mí misma como investigador institucional que, aunque:

"machucado"28 en su autoestima, seguía indemne y había podido sostener otro

trabajo de investigación, su encuadre y su ética profesional. Y eso gracias a que,

sin hacerlo de todo conciente, había buscado mejorar las condiciones institucional

de su producción.

Pero 1-EC estaba siendo llevada adelante por un nuevo y consolidado equipo

de investigación que se hacía equipo ampliado a la hora de trabajar en terreno, y

era en el ámbito de análisis de ese grupo en el que había podido yo terminar de

ver con claridad las decisiones que había que tomar sobre la base de la conciencia

ganada a la negación.

El análisis de trayectoria de la línea de investigación había arrojado luz

propia sobre una particular sabiduría del sujeto. La que muchas veces actúa en

una semiconciencia de los hechos pero en dirección de la salvaguarda de aquello

que lo constituye.

28

También permitía ver con más claridad que antes que el espacio en el que

Machucado se utiliza aquí con humor metafórico. Alude a haber quedado golpeado, con moretones, no destruido pero sí vapuleado.

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46 LIDIA M. FERNÁNDEZ

la Universidad se hace presente, el de la pasión por el saber, el sostén de las in­

cógnitas y el empeño en la producción genuina del conocimiento, por largos años,

a veces toda la vida, sin retaceos ni mezquindades personales o de grupo, 29 está

disperso por el espacio organizacional, se halla fuera y dentro de él y se genera

-como un acontecimiento- cuando los sujetos pueden liberarse de la alienación en

sus condiciones.

Tal vez sólo tengamos que aceptar que vivimos en una época en la que

efectivamente, el poder imperial no está interesado en que desarrollemos inves­

tigación genuina y procura entretenernos en sinnúmero de aduanas y controles

y distraernos con fuegos de artificio. O que en todas las épocas la Universidad

así caracterizada fue acontecimiento de tramas sociales pequeñas y propias del

movimiento instituyente en su lucha por hacerse lugar en las organizaciones que

buscan capturarlo y convertirlo en instituido.

Si esto fuera así, nuevamente se trataría de un tiempo de guardar a esa uni­

versidad de la que hablo en nuevas catacumbas y de mantenerla viva para que

los investigadores podamos sostener el compromiso ético de nuestra condición de

privilegio: acompañar a los que quieren volver a pensar sus realidades, hacer oír

su dignidad y obrar en consecuencia.

Consideraciones sobre la cuestión inicial

La implicación acompaña al investigador porque deviene de su subjetividad y

afecta al proceso de investigar, de diferentes formas y en distintos grados, en to­

das sus etapas. No basta considerar la implicación cuando se trabaja la elección

de un tema u objeto a investigar, como se ha hecho habitual en algunos medios

académicos. Tampoco basta, como creo haberlo demostrado, el trabajo acotado en

algún dispositivo especialmente preparado. El propio análisis del vínculo con el

objeto en investigación y el vínculo con el saber acerca del objeto, debe acompañar

el proceso de investigación como parte ineludible y continua de su tarea

Como cualquier análisis, el institucional consiste simplemente, y nada menos,

en la descomposición de una realidad que se convierte en objeto de conocimiento.

Nos interesa, suponemos que existen, discriminar, diferenciar, comprender

sus partes y captar las relaciones que las vinculan. De hecho la posibilidad de

analizar es un prerrequisito tanto de la investigación cuanto de la intervención

que siempre se basa en algún tipo de aproximación diagnóstica.

29

Esto es así para cualquier análisis pero parece resultar exacerbado en el aná-

Sin duda las cualidades con que el objeto-institución-universidad se ha estructurado en mi identidad.

Page 45: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

PENSANDO LAS INSTITUCIONES EN EL ANÁLISIS DE TRAYECTOS DE INVESTIGACIÓN... 4 7

lisis de lo institucional pues se trata de llegar en el objeto, a aquellos aspectos que

expresan a las instituciones y en sí esto significa "entrar" en los aspectos profundos

del sujeto, aquellos que configuran las apoyaturas de su identidad.

El intento de conocer las instituciones, en consecuencia, nos vuelca hacia

nosotros mismos y en ese volcar nos pone en peligro de quedar atrapados en la

autocontemplación o, menos grave pero igualmente inútil, en el cambio brusco, y

defensivo, a un nivel de análisis que ni siquiera advertimos como tal o en formas

más o menos torpes o más o menos disimuladas de abandono del campo.

Cualquier actor social es potencialmente capaz de analizar en su dimensión

institucional su comportamiento y las condiciones en que él se relaciona, así como

las características de su contexto, siempre que tenga la intención de "suspender

sus juicios habituales y generar para sí un espacio y tiempo para volver a pensar"

(Bion, 1985). Cuanta mayor implicación mayor intensidad poseerá el trabajo de

doble análisis -de la realidad externa e interna- para alcanzar las diferentes di­

mensiones de significado

El juego articular entre el trabajo con los datos que se recogen en el campo,

el trabajo que se hace con el impacto que el contacto con esos datos produce y el

que resulta necesario llevar adelante con los aspectos internos que se ponen en

movimiento para obturar nuestra posibilidad de seguir en el análisis, es un juego

complejo que reclama múltiples controles.

Todos estos controles están posibilitados por la generación de un espacio de

terceridad, una separación entre el sujeto y el mundo externo/interno sobre el que

el sujeto desea otra comprensión. Sin la instalación y sostén de este espacio, que

en sí funciona como transicional (Kaes, 1985: 20), el sujeto-analista no puede efec­

tuar los movimientos entre su diagnóstico consuetudinario y los datos que entran

desde el objeto como para que estos últimos le permitan poner a aquél en cuestión.

Los sucesos que he procurado mostrar en el capítulo muestran que el trans­

currir del proceso de investigación depende de la reacción de los sujetos frente al

impacto de este volver a mirar lo ya visto sin la protección de sus preconceptos e

ideologías. Y llama la atención sobre puntos cruciales que deben ser atendidos con

recaudos metodológicos específicos.

El destino del análisis, y en consecuencia de la posibilidad de sostener una

investigación institucional, está ubicado en la capacidad del sujeto puesto en

analista, para captar las consecuencias de este re-mirar lo conocido, desde una

"extranjeridad" que le sirve de tercero, y generar a partir de esa captación un

proceso de retorno sobre sí.

Sin duda, el considerar que este es el centro, el meollo del proceso del que

se habla, tiene que ver con un supuesto: el retorno sobre sí, si efectivamente se

produce; permite ampliar el conocimiento que el sujeto-analista tiene sobre sus

marcos referenciales operantes y le posibilita aumentar el contenido que contendrá

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48 LIDIA M . FERNÁNDEZ

su paréntesis durante el análisis. Pero al mismo tiempo, este conocimiento lo hace

apto para utilizar puntos antes oscuros de ese marco, como censores especialmente

sensibles para la captación de aspectos de la realidad externa que antes, sin cono­

cerlos, sin haberse permitido sufrirlos, le hubieran estado vedados.

Este planteamiento da una especial significación al concepto de resonancia

tal como lo utiliza Didie Anzieu (1974: 64). El impacto del contacto con la realidad

que se re-mira se vehiculiza al mismo tiempo a través de la entrada de información

externa y de conmoción emocional que ella provoca tomada también como infor­

mación significativa. Esa conmoción, que resuena en los niveles preconscientes e

inconscientes, provoca la activación de escenas, experiencias y recuerdos del sujeto,

y puede entonces asociarse a lo re-visto y así acceder a la conciencia.

En tal proceso -sobradamente explicado por la teoría psicoanalítica- si lo

que se hace consciente es tolerado por el sujeto-analista, permite un trabajo de

elaboración que aumenta la probabilidad de una mejor discriminación entre los

datos externos y los internos. Asegura el uso de una subjetividad controlada útil

al avance de la investigación.

La anticipación del contacto con el campo de análisis y con el significado del

re-mirar o el volver a mirar, a través de una pre-elaboración que incluye un trabajo

en profundidad acerca de la implicación; la recepción y procesamiento del impacto

frente a este contacto; el sostenido análisis de la implicación y su avance en pro­

fundidad; el sostén de una vigilancia cuidadosa sobre la relación con el objeto de

investigación y con el saber acerca del objeto.

El considerar -como se hace en algunos ámbitos académicos- que este trabajo

queda limitado a una etapa o puede darse por finalizado en algún momento, es

una ilusión y se presenta generalmente como parte de un regreso a la posición

omnipotente del investigador.

El propio análisis en términos de Fernando illloa (1996), y el del grupo de

investigación en su dinámica vincular con el objeto de investigación y con el saber

sobre ese objeto en términos de Jaquie Beillerot (1989), debe acompañar al modo

de una dimensión continua el trabajo del investigador. Su interrupción, como creo

que queda claro en lo expuesto, se hace al costo de la perturbación en el proceso

de conocimiento cuando no al de un abandono del campo. Su sostén, también creo

haberlo mostrado con claridad, se apoya en una trama frágil cuando el investigador

también es un sujeto que transita situaciones críticas y requiere, por consiguiente,

encuadres sostenidos y especialmente dedicados a generar y preservar el espacio

analítico.

Bibliografía

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PENSANDO LAS INSTITUCIONES EN EL ANÁLISIS DE TRAYECTOS DE INVESTIGACIÓN... 49

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LA FABRICACIÓN DE "SECRETOS A VOCES": UNA PRÁCTICA DE CONSTRUCCIÓN DE LA INSTITUCIÓN

Susana García Salord*

La producción y reproducción de secretos a voces, como discursos sociales en los

que circula aquello que "todo mundo sabe", es una práctica habitual entre los

universitarios, sin embargo, en los estudios sobre la universidad hemos prestado

más atención a los contenidos de los secretos a voces que a su práctica. En este

sentido es que podríamos decir que, en el terreno de la investigación, el secreto a

voces ha sido tomado más como fuente de información que como objeto de estudio.

Como fuente de información ha tenido varios usos. Uno de ellos radica en identi­

ficar el contenido de los secretos a voces con el de los testimonios. En este uso no

se establece la diferencia entre la versión de las vivencias de un testigo directo

o indirecto que da fe de un hecho, lo prueba y justifica y ese discurso social en el

que las experiencias institucionales se recrean al calor de la conversación en los

intercambios cotidianos, y por eso "la globalidad de lo que se dice, se imprime,

circula en una situación social dada pero no en una organización sistemática sino,

por el contrario, en la incoherencia, el fragmento, lo híbrido, el rumor social si se quiere" (Robín, 1993: 183).

Otro uso consiste en identificar el contenido del secreto a voces con "lo que

realmente sucedió". Una verdad de lo acontecido que poseen los protagonistas, que

está omitida y cuyo contenido contradice o confronta otra verdad, que generalmente

se reconoce como la "versión oficial" o pública de dichos hechos o historias. Supuesta

"verdad verdadera" que el investigador cree rescatar registrando lo que se ha dado

en llamar el punto de vista del actor. En este uso, quien investiga no establece la

diferencia entre lo que dicen los hablantes y lo que a él le corresponde explicar;

el discurso de los hablantes no se recupera como la materia prima necesaria para

* Investigadora del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas, Uni­versidad Nacional Autónoma de México, DF. CP 04510. Miembro del Seminario de Educación Superior. Correo electrónico: [email protected]

(51)

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52 SUSANA GARCÍA SALORD

hacer inteligible el funcionamiento de un microcosmo social, sino que se asume

como la respuesta a las preguntas de investigación. En este tipo de tratamiento, la

indagación sociológica se reduce a la recopilación de puntos de vista de los hablan­

tes, ya que, en rigor, en dichos discursos no está "la explicación del comportamiento,

sino un aspecto del mismo que debe explicarse" (Bourdieu, 1987: 58).

De esta manera, en los trabajos en los que no se establece claramente el es­

tatuto epistemológico que se otorga al discurso de los protagonistas, se mantiene

permanente un uso ambiguo y, por ende, los resultados obtenidos transitan entre

el testimonio y la denuncia. En estos registros, quien investiga se instituye en

un detective que debe encontrar al culpable y no como un infatigable explorador

que intenta develar un enigma, siguiendo los pequeños indicios y desconfiando de

las evidencias. Se asume así, en forma intermitente, el papel de notario, auditor,

agente del ministerio público o de la comisión de los derechos humanos que toma

nota de lo acontecido para asignar culpas o para defender a los involucrados.

Un uso diferente del secreto a voces como fuente, radica en recuperar su con­

tenido como una polifonía de versiones de lo acontecido, que no se conciben como

falsas o verdaderas, sino como tomas de posición, puntos de vista de los diferentes

actores que participan en la misma historia, pero que lo hacen desde posiciones

distintas. Si bien este uso avanza con respecto al mencionado anteriormente, el

trabajo de objetivación que alcanza es todavía incompleto. En algunos casos donde

no hay una ruptura epistemológica eficiente entre el supuesto de hacer inteligible

un fenómeno social y la disposición a buscar una verdad concebida como "lo que

realmente sucedió", los resultados logrados con este uso dejan la sensación de una

repartición salomónica de "responsabilidades" sobre lo acontecido en la institución.

En otros casos, el trabajo de objetivación se queda a mitad de camino, resulta

insuficiente, porque se registran los puntos de vista de los actores pero al margen

de la lógica de construcción del secreto a voces, como un tipo particular de discur­

so social y de la función que dicho discurso cumple en la misma racionalidad del

devenir institucional; la cual queda sólo apenas enunciada.

Mis primeras incursiones en el estudio de los secretos a voces se inscribieron

en esta última aproximación, sin embargo, para llegar a ella transité los diferentes

usos que acabo de reseñar sintéticamente.1 En esta experiencia, el referente em­

pírico inicial fue el secreto a voces en el que las prácticas académicas se significan

en el registro de "la simulación". Concretamente en dicho registro se dice que la

mayoría de los académicos de la UNAM, que iniciaron su trayectoria laboral por

efecto de la expansión de las instituciones de educación superior, ocurrida en los

años setenta, desarrollaron unas trayectorias académicas signadas por la medio-

Para esta cuestión, ver el análisis crítico que Bourdieu (2003: 26-61) presenta sobre las distintas perspectivas de la sociología de la ciencia y, en particular, de los llamados "estudios de laboratorio".

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LA FABRICACIÓN DE "SECRETOS A VOCES" ... 53

cridad y/o por una escasa productividad; y al arribar a la década de los noventa,

la mayoría del grupo ocupacional, por edad y antigüedad, deberían y podrían ser

académicos excelentes, pero no lo son; en consecuencia, si no lo son y sin embargo

existen, entonces son simuladores2 (García Salord, 1999 y 2001).

Posteriormente, al calor del movimiento estudiantil ocurrido en la UNAM

en 1999, decidí trabajar el secreto a voces que significa a los movimientos como

un "pretexto baladí". 3 Concretamente este discurso sostiene que las demandas

académicas de los estudiantes son un pretexto utilizado por grupos políticos o "de

interés" para crear conflictos institucionales en determinadas coyunturas, ya que

su "verdadera" meta no es el logro de dichas reivindicaciones, sino dirimir disputas

políticas -no estrictamente académicas y gremiales- entre grupos o personajes del

campo universitario y del campo político. 4

En dicha oportunidad, me propuse construir el secreto a voces como un ob­

jeto de estudio, para indagarlo como una práctica habitual de los universitarios y

como una prenoción que representa un obstáculo epistemológico en la tarea de dar

cuenta de la significación sociológica de las demandas estudiantiles (García Salord,

2008). Esta aproximación me permitió avanzar en la elaboración de un conjunto

de hipótesis formuladas -con distintos grados de desarrollo en las incursiones

anteriores- acerca de los efectos prácticos que los secretos a voces tienen en el

devenir de la universidad como institución. En este texto me interesa sistematizar

algunas de dichas hipótesis proponiendo que los secretos a voces son el espacio

por el que circula la conflictiva relación entre educación y desigualdad social; y me

interesa presentar el argumento central que articula dichas hipótesis: los secretos

a voces, como silencios concertados, son una forma de construir la institución en

la que "todo mundo" actúa su "ilusión bien fundada" (Bourdieu, 1997) de poseer la

"verdad verdadera" de la institución.

Esta forma de sintetizar el contenido de los secretos a voces le imprime una racionalidad que los desvirtúa de alguna manera, ya que como discurso producidos en la lógica del habla responden más a las metáforas del collage y del palimpsesto: están hechos de "estratos imbricados móviles, opacos e inflexibles ... cuya ubicuidad se sostiene en la densidad y el amontonamiento de argumentos"; que al estar entramados fragmentando la secuencia temporal de los acontecimientos, cada versión --como conjunto- resulta construida por "piezas no contemporáneas y todavía ligadas a totalidades abiertas", y por la imbricación de "épocas que sobreviven todas en el mismo lugar, intactas y animándose mutuamente"; y manejada "por equilibrios sutiles y compensatorios que aseguran complementariedades (De Certeau, 1996: 221).

Recupero la expresión "pretexto baladí", utilizada en las reconstrucciones retrospectivas del movimiento de 1929 (Pallán et al., 1989:74-75), para sintetizar ese discurso social en el que, a lo largo del Siglo XX, las reivindicaciones estudiantiles -que tienen que ver con el pago de la educación (cuotas) y con los requisitos y mecanismos de ingreso y permanencia (exámenes de ingreso y de aprovechamiento académico)- se fueron significando como ob­jeto de manipulación. Una presentación en extenso de este trabajo se encuentra en García Salord, 2008.

A lo largo del texto utilizo la noción de campo propuesta por Pierre Bourdieu (1990, 1995).

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54 SUSANA GARCÍA SALORD

Los secretos a voces: silencios concertados alrededor de la conflictiva relación entre educación y desigualdad social

En un secreto a voces se habla de algo que "todo mundo sabe" pero que debe

circular en el registro de los intercambios personales, privados o "en corto". Si el

secreto a voces se dice fuera de estas esferas de relación puede convertirse en una

denuncia o en un acto de valentía que, irremediablemente, alguien significará como

acusación, traición, exabrupto, descortesía, insulto, agresión o descalificación. En

consecuencia, el secreto a voces es una forma particular de silencio, una especie

de complicidad obligada, de sobreentendido inteligente o prudente que, mientras

actúa como una mordaza para el individuo con nombre y apellido, simultáneamen­

te, autoriza su circulación "a voces" a cargo de un portavoz identificado como "todo

mundo": un actor institucional que carece de datos biográficos tales como nombre

y apellido, edad, sexo o lugar de adscripción. "Todo mundo" resulta así un sujeto

virtual y transhistórico que es creado y recreado como hablante cuando, a diario

"los universitarios" producen y reproducen los secretos a voces al hablar entre

ellos a puertas abiertas y cerradas, en grupos pequeños o ampliados, por teléfono,

en los pasillos, en los cubículos, en los eventos académicos, en las asambleas, en

las sesiones de los cuerpos colegiados, en un café, en una reunión social y en los

últimos tiempo por la red.

En la lógica de la "ley del silencio", los secretos a voces pueden interpretarse

como un mecanismo colectivo de defensa fundado en la denegación (Bourdieu,

2003); esto es, en su fabricación condensan la aceptación (a voces) y la negación

(secreto) de la verdad sobre la institución que atenta contra ella y contra sus in­

tegrantes. En este registro, los secretos a voces constituyen esa fórmula arcaica

y universal de comunicación en la que circula "el mejor y peor guardado" de los

secretos de cada microcosmo social: la "complicidad colectiva" sobre la que cons­

truye su posibilidad de existir e instituye su legitimidad. Un silencio construido

sobre un acuerdo que nadie concertó, sino que existe como un efecto práctico de

la pertenencia o el deseo de pertenecer al grupo y más allá de las diferencias que

existen entre sus integrantes. Los secretos a voces que circulan en la vida cotidiana

de la universidad operan sobre la apuesta compartida entre los universitarios de

construir y conservar un espacio social propio (la institución universitaria) y sobre

la disputa, que entre ellos existe, por la hegemonía de la "idea de universidad" de

la que cada integrante es portador.

En consecuencia, como silencios concertados, los secretos a voces no articulan

un discurso monolítico, sino que, representan una "referencia polemológica" (De

Certeau, 1996: 40); sus tramas contienen la tensión entre las distintas versiones

sobre una misma cuestión que expresan las tomas de posición de los hablantes, y

la tensión entre estas versiones y el acuerdo de no atentar contra la institución,

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LA FABRICACIÓN DE "SECRETOS A VOCES" ... 55

es decir, contra la razón de ser de todos y, por ende, la razón con base en la cual

disputan, en el concierto de la sociedad toda, su posibilidad de ser y la legitimidad

de su existencia y de su actividad específica. En dicha tensión se estructura la

fuerte carga de violencia simbólica que la "ley del silencio" contiene.

La lógica de la tensión entre la disputa y el acuerdo se expresa muy clara­

mente en el repertorio de oposiciones que los universitarios utilizan para valorar

a las personas, a sus relaciones, su trabajo y sus lugares de adscripción. En di­

cho repertorio se revela que la convivencia entre los universitarios trata de una

enconada disputa entre desiguales, diferentes y contrincantes que clasifican y se

clasifican a partir de un conjunto de oposiciones básicas entre mayorías o mino­

rías, elites o masas, notables o anónimos, burócratas o académicos, reaccionarios

o revolucionarios, elitistas o populistas, comprometidos o apáticos, indiferentes

e individualistas, institucionales o violentos, honestos o corruptos; de la misma

manera, la significación de la condición académica se juega en las oposiciones

entre excelencia o mediocridad, entre fortalezas o debilidades; las estrategias de

reproducción se significan en la oposición entre la selección de los mejores o la

inclusión de todos y la oposición entre política o técnica; la dinámica institucional

se lee en el registro del caos o la paz; y las políticas implementadas, así como las

consecuencias de las tomas de decisión se significan en una oposición cuyos polos

no son equivalentes: errores o injusticias.

Pero, simultáneamente, la polarización entre los integrantes de la institución

se justifica (su razón de ser se significa) en el hecho de que el objeto de disputa es

"la academia" y cada contrincante se autodefine y proclama como el defensor de "la

academia": un bien abstracto, supremo y neutral que, al calor de la conversación,

se define generalmente por efecto de invocación y otorga autoridad y legitimidad a

quien la invoca; un bien que siempre está en peligro de extinción y su construcción

es un pendiente que cada generación debe resolver con urgencia.

Ahora bien, en los silencios concertados alrededor de la conflictiva relación

entre educación y desigualdad social, la tensión inherente a la ley del silencio

circula en el repertorio de metáforas, estereotipos y estigmas seleccionados por

los universitarios para hablar de ellos mismos y de la institución. Este repertorio

condensa dos registros: uno en el que la experiencia institucional siempre está

referida, como veremos más adelante, a personajes, a formas de hacer y a espacios

sociales distintos y distantes de las reglas del juego y de los códigos específicos del

campo universitario; este registro es particularmente prolífico en el uso ingenuo,

chistoso o enconado de las metáforas, los estereotipos y estigmas. Los silencios

aquí concertados aluden a la negación de la vulnerabilidad de las estrategias de

reproducción de la institución, mediante el reconocimiento-desconocimiento del

poder, la amistad personal y la visibilidad como recursos eficaces para ingresar y

permanecer en la universidad, en tanto institución que, concebida como un espacio

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56 SUSANA GARCÍA SALORD

autónomo de producción de conocimientos y de cultura, se construye, sin embargo,

imbricada al campo del poder y de la política.

El otro registro es para la universidad como institución que permanece into­

cada. Para todos los hablantes, la UNAM existe en dos representaciones que tienen

un enorme poder de unificación simbólica: es la "Máxima casa de estudios", una

institución de calidad y es "Mi alma mater", un medio de movilidad social. Los

silencios concertados en este registro aluden a la negación de la brecha social que

existe entre los universitarios, negación que opera mediante el reconocimiento­

desconocimiento de la disputa social -clasista y racista- presente en la universidad,

en tanto institución concebida como un espacio social reservado por definición a

las elites ilustradas y como un espacio público que, en consecuencia, es de todos

y para todos.

En esta línea de argumentación, los secretos a voces, como silencios concer­

tados, no están demostrando la hipocresía del discurso público invocado por un

sector de la institución frente a un discurso privado del resto de sus integrantes;

y tampoco son el espacio de expresión del "discurso privado del lado privado de la

práctica". Por el contrario, los secretos a voces son el espacio donde se construye

una verdad como "verdad subjetiva" del campo. En ellos circulan las formas en las

que los universitarios significan las condiciones en que producen y reproducen su

existencia. Como discursos de prácticas significadas, los secretos a voces no ofrecen

entonces la "verdad objetiva" de dichas prácticas. Veamos a continuación cómo se

construye esa verdad subjetiva en los dos registros mencionados.

El registro de la negación de la vulnerabilidad de las estrategias de reproducción del campo.

En el repertorio de metáforas -en el que la carga de violencia simbólica que contie­

nen las palabras se revela en toda su crudeza- la UNAM es un "trampolín político" y

una "olla de grillos"; los procesos de negociación se hacen en "lo oscurito" y en ellos

hay universitarios que siempre van detrás de "algún hueso"; los grupos de trabajo

son "familias", "clanes", "mafias", "tribus", "feudos", "sectas", ''bandas", "camari­

llas", "pandillas", "clubes de autoelogios"; sus miembros son "padrinos", "madri­

nas", "padres", "madres", "señores feudales", "caudillos", "caciques", "dictadores",

"gurús", "vacas sagradas", "vedette", "directores de orquesta", o "protegidos", "niños

mimados", "hijos preferidos", ''júnior", "séquitos", "seguidores" o "achichincles",

y todos pueden ser "grillos" y "rolleros"; los productos del trabajo académico son

"refritos", "rollos", "viñetas impresionistas", "hilo negro", "copia fiel", etcétera; las

convocatorias para los concursos son "retratos hablados"; los títulos y grados son

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LA FABRICACIÓN DE ''SECRETOS A VOCES" ... 57

un "pasaporte" y una "estadística"; las partidas presupuestales son un ''botín", los

edificios de la gestión institucional son los ''bunkers".

En este registro, los secretos a voces centran la atención en prácticas tales

como la "grilla", el aparentar, el fraude, el oportunismo, el nepotismo, el amiguis­

mo, el compadrazgo, el intercambio de favores , el tráfico de influencias, la lealtad

sin convicciones, la cooptación, etcétera; y en las que lo privado, los personajes, la

política y el poder son esferas, actores, prácticas y recursos que se han instituido en

la UNAM como el espacio de la decisión y de la posibilidad. Con ello, "todo mundo"

revela (acepta) que en el devenir de la vida cotidiana los recursos más eficaces para

reproducirse en la universidad son el poder (capital político), la amistad personal

y la relación con personajes y grupos con capacidad de negociación (capital social),

que la visibilidad más que el reconocimiento es el signo de prestigio más redituable

(capital simbólico) y que, por ende, la eficacia del conocimiento, del mérito y del

reconocimiento depende de la eficacia de las inversiones hechas en poder, redes

sociales y visibilidad.

Todo mundo revela-acepta esta verdad de la institución pero a la vez la niega

depositándola en el "otro" y desplazándola a un problema ético. Concretamente la

denegación opera aplicando el "juicio de reducción utilitaria"5 (Pozas, 1993: 108),

construyendo "una visión cínica de la práctica" (Bourdieu, 2003) y sembrando la

sombra de la duda: en los secretos a voces siempre es el "otro" quien deliberada­

mente aplica en forma oportunista las normas institucionales y las reglas que

rigen el trabajo académico (calcula, simula, aparenta, utiliza) para sacar ventaja

en cada situación.

Cuando "todo mundo" instala la disputa en los "usos cínicos"6 de las reglas

del juego vigentes en la institución, la instala en esas prácticas que, al estar más

reñidas con la ética que con la legalidad (Hansen, 1975; Lomnitz, 2000), automá­

ticamente centran la cuestión en un problema ético; como tal, es responsabilidad

Pozas Horcasitas define al "juicio de reducción utilitaria" como una conducta habitual de las cúpulas políticas. Dicha disposición consiste en atribuir la emergencia de los conflictos al interés de "alguien que quiere sacar ventaja" para negar las demandas de los grupos movilizados, así como ''las causas sociales" que están en el origen de los conflictos. Mediante dicha atribución las cúpulas políticas transfieren su propia lógica de reproducción a la de los movimientos sociales (Pozas H; 1993:108).

Bourdieu establece la distinción entre usos clínicos y usos cínicos como "dos usos diferentes de los análisis sociológicos del mundo social y, de manera más especial, del mundo inte­lectual". Yo retomo la definición de usos cínicos y la incorporo en el registro de los secretos a voces. La definición de Bourdieu es la siguiente: "los usos que pueden llamarse clínicos, tales como lo que yo evocaba al hablar de socioanálisis, en el sentido de que consisten en buscar en el acervo científico instrumentos para una autocomprensión libre de complacen­cia, y los usos que podrían calificarse de cínicos, los cuales consisten buscar en el análisis de los mecanismos sociales instrumentos para "promoverse" en el mundo social... o para orientar sus propias estrategias en el mundo intelectual. .. lo cierto es que la lógica de las luchas intelectuales y políticas favorece más el uso cínico ... " (Bourdieu y Wacquant, 1995: 154-155).

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58 SUSANA GARCÍA SALORD

de los individuos que ejercen las prácticas aludidas en el secreto a voces. En ese

terreno, las metáforas, los estereotipos y los estigmas son los parámetros con los

cuales se disputa y se dirime la ética de las prácticas y de sus practicantes. Las

metáforas, los estereotipos y los estigmas resultan instituidos en ese espacio de

confusión simbólica que es la sombra de la duda. Ahí todos y todo queda expuesto a

la descalificación o a la sospecha, corriendo el riesgo de ser significado en el registro

de la valoración negativa portada en las metáforas.

En estos desplazamientos, "todo mundo" niega la verdad objetiva de la ins­

titución, esto es, la dificultad de la institución para garantizar la producción y

reproducción de los recursos necesarios para el desarrollo de su actividad especí­

fica. En los secretos a voces, como silencios concertados, el intrincado proceso de

acumulación de capital cultural --que se realiza sobre la base de un recurrente

"déficit original" de recursos materiales, disposiciones, habilidades y capacidades

inherentes al trabajo intelectual y mediante la imbricación y la recreación de los

mecanismos de reproducción social y de los códigos de la cultura política inheren­

tes al régimen presidencialista y corporativo que devendrá hegemónico a lo largo

del siglo XX- queda reducido a unas tácticas oportunistas de grupos e individuos

afectos a las "mañas" y a las "triquiñuelas".

El registro de la negación de la brecha social

En el uso ingenuo, chistoso o enconado de metáforas, estereotipos y estigmas "todo

mundo" revela-acepta la existencia de una disputa social entre los universitarios

en la que, la discriminación racista y clasista aparece como una disposición y una

práctica compartida, y en la que, según la ocasión, cada hablante puede ocupar el

lugar de quien discrimina o el de quien es discriminado. Pero dicha disputa resulta

encubierta (encuentra la posibilidad de su negación) en el reconocimiento que "todo

mundo" hace de la UNAM como la ''Máxima casa de estudios" y como ''Mi alma ma­

ter''. En las tramas de los secretos a voces, dicho reconocimiento-desconocimiento

se construye produciendo tres representaciones de la universidad: la UNAM elitista,

la UNAM generosa y la UNAM sobredemandada.

a) La UNAM elitista. Como constructores y herederos de la tradición universitaria

encarnada primero en la Universidad Nacional y luego en la ''Máxima casa

de estudios", "todo mundo" afirma que "antes" la UNAM era un lugar donde

"no entraba cualquiera", habitado sólo por unas elites que, en este imaginario

colectivo, eran unos grupos ilustrados en términos culturales, solventes en

términos económicos, influyentes en términos políticos y que gozaban de un

gran prestigio social.

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LA FABRICACIÓN DE "SECRETOS A VOCES" .. . 59

b) La UNAM generosa. En su condición de jóvenes de "antes", "todo mundo" dice

que pudo ingresar a la ''Máxima casa de estudios", una institución de calidad

donde no aparece ese régimen escolar laxo que "todo mundo" reconoce que

ha existido desde "siempre" y que las generaciones jóvenes han defendido

"siempre" como garantía para ingresar y permanecer en la institución. Y, "todo

mundo" deposita su posibilidad de haber estudiado y ascendido socialmente en

''Mi alma mater": esa UNAM generosa a la que se le está eternamente agrade­

cido, porque ofreció los recursos (económicos, sociales, culturales y simbólicos)

que la familia no estaba en condiciones de proveer.

e) La UNAM sobredemandada. Como universitarios ya establecidos, "todo mundo"

afirma que la UNAM es una institución presionada por una sociedad, por unos

sindicatos, por unos "grupos de interés" y/o por unos gobiernos que demandan

y propician el ingreso de jóvenes de origen "plebeyo": aspirantes a la institu­

ción que no sólo presentan un déficit académico, sino que carecen también

de los recursos económicos, sociales, culturales y simbólicos necesarios para

transitar por los niveles de la enseñanza media superior y superior.

Cada representación de la UNAM aporta a construir el efecto práctico del reconoci­

miento-desconocimiento de la disputa social y de la disposición a la discriminación

racista y clasista: la UNAM elitista, como mito de origen (todos saben que existió

pero a nadie le tocó conocerla) es depositaria de la exclusión y la discriminación.

La UNAM generosa es la constancia irrefutable de la institución que propicia la

movilidad social. En ella las diferencias sociales no son motivo de exclusión, sino

el espacio predilecto de un fecundo intercambio socio cultural que facilita el dejar

de ser lo que se es por origen socio familiar. Y, la UNAM sobredemandada es un

principio de realidad asentado sobre la advertencia de una institución puesta

siempre en riesgo por las nuevas generaciones: ya sea como sobrepoblación, ma­

sas o protagonistas de la expansión de la matrícula o del mercado académico, los

jóvenes aspirantes atentan contra la calidad de la Máxima Casa de Estudios en

virtud del "alarmante" déficit académico que portan por su "extracción popular".

El triángulo conformado por el mito, la constancia y el principio de realidad

permite negar la disputa social y la discriminación como una disposición compar­

tida, al racionalizarlas (legitimarla) en el discurso de la selección necesaria (justi­

ficada) frente a los inconvenientes de la "masificación" (deterioro de la calidad). La

noble causa de la defensa de la calidad de la Máxima Casa de Estudios encubre así

que, la aplicación del principio del cupo se vuelve más rigurosa (arbitraria), acorde

avanza el establecimiento y la consolidación de la universidad y no necesariamente

acorde a incremento de la "cantidad".

En la coexistencia de estos registros, los secretos a voces niegan la verdad

objetiva de la institución, esto es, la construcción de una brecha social entre los

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60 SUSANA GARCÍA SALORD

universitarios que van estableciendo una posición social -diferente de la que pro­

vienen por origen familiar- a partir de construir una posición en la universidad

y las nuevas generaciones que, en porcentajes significativos, mantienen como

constante a lo largo del siglo, el estar constituidas por jóvenes que representan la

primera generación de sus grupos familiares que, en cada coyuntura, accede a los

niveles de enseñanza medio superior y superior.

Los secretos a voces: silencios concertados sobre 'ta falta"

Con base en lo dicho hasta aquí, me interesa proponer ahora que los secretos a

voces, como silencios concertados, se estructuran alrededor de "la falta"7• Entien­

do a la falta como una construcción simbólica y como una condición social. Como

construcción simbólica, la falta objetiva la distancia imaginaria que existe entre

lo que se es y lo que se desea llegar a ser y entre lo que se es y lo que se debe o

se debería ser, según el perfil o parámetro establecido como legítimo en cada co­

yuntura (para los individuos, los grupos y las instituciones). La falta es la tensión

que se produce entre lo que se llega a ser en cada punto de la trayectoria (escolar,

académica, laboral, institucional) pero que nunca alcanza para ser lo que se desea

y se debería ser. En este campo de argumentación, la falta es lo que se tiene y se

es, pero que sobra (no es) porque no alcanza (no es redituable).Como tensión, la

falta objetiva lo que nunca se llegará a tener y a ser.

Como condición social, la falta objetiva la indeterminación inherente a las

condiciones de existencia cuya producción y reproducción ocurre en la intermitencia

de la bonanza y la escasez, de la inclusión y la exclusión y expuestas a la eficacia

de sistemas de alianzas establecidos con una autoridad fuerte; y transcurre por

los circuitos del tiempo accidentado, ese tiempo histórico social signado no sólo

por la contingencia sino también por la ocasión, la espera y el rodeo; tiempos que

siempre van en desacuerdo con el tiempo cronológico y lineal y con los escenarios

ideales propios del discurso político, que propone el camino recto de la evolución

de la sociedad hacia el progreso y la modernidad, y propio también de los tiempos

estatutarios de los ordenamientos institucionales.

El efecto práctico de este patrón de reproducción es la consolidación de los

grupos organizados bajo la tutela de una red vertical, que concentra los recursos

necesarios y garantiza la supervivencia, y la recreación constante de un agregado

de universitarios sin red inmediata o con redes eventuales que, permaneciendo

La falta es un concepto fundamental en algunas corrientes de la teoría psicoanalítica. No he incursionado todavía en una revisión sistemática al respecto. En lo expuesto aquí me circunscribo al tratamiento sociológico que he realizado de las evidencias empíricas, que me condujeron a trabajar en términos de "la falta".

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LA FABRICACIÓN DE "SECRETOS A VOCES" ... 61

flojamente acoplado a la estructura o a la "deriva", tiene por lo menos la posibilidad

de permanecer en la espera de otra oportunidad: otra vuelta de la espiral en la que

pudiera mejorar la posición alcanzada incluyéndose entre los nuevos elegidos, o

sostenerse en la indeterminación que garantiza su supervivencia. La falta como

condición social objetiva entonces, esa estructura social donde prevalecen los lu -

gares intersticiales, frente a una fuerte concentración de posiciones establecidas:

escasas, bien o mal provistas pero cada vez más cerradas, pero no por eso, del todo

invulnerables.

Como construcción simbólica y condición social, la falta puede resumirse en la

fórmula: "podrían ser", pero "no son" (ciudadanos, blancos, escolarizados, cultos e

industriosos ... ; modernos, desarrollados, competitivos y democráticos ... ; doctores,

excelentes, internacionalizados, notables y cibernautas) y "sin embargo existen".8

Planteo entonces que, en este registro de la falta, los secretos concertados ope­

ran como conciencia culpable de pertenencia ilegítima y como conciencia impuesta

de necesidad obligada del otro:

Los secretos a voces podrían pensarse como portadores de la conciencia culpa­

ble de pertenencia ilegítima a la institución, porque "todo mundo" se reconoce como

portador de un déficit original al reivindicarse como un privilegiado que accedió

al espacio del privilegio y a sus atribuciones, sin contar necesariamente con los

atributos que "por definición" son propios de las elites letradas e ilustradas que,

también "por definición", serían los habitantes legítimos del campo universitario,9

y reconoce que pudo transitar por él por obra y gracia de la UNAM generosa. Y,

simultáneamente, acuerda el silencio acerca de cómo se transitan las trayectorias

escolares y académicas remontando y procesando el déficit original de recursos

económicos, sociales, culturales y simbólicos, con el que se arriba a la universidad

Planteo esta "fórmula" con base en los argumentos dados por Eugenio Tironi (1985) en su estudio sobre las clases medias chilenas.

El tratamiento de la vivencia de la ignorancia y de las crisis personales tiene un alto grado de dificultad, sobre el que está pendiente una reflexión abierta y sistemática. La fuerza evocativa del relato en el que puede llegar a ser expuesta esta vivencia se objetiva en expresiones muy diversas, muchas de ellas bastante crípticas pero intensas, y es una situación muy propicia para "el acuerdo de inconscientes" actúe libremente. El registro queda sumergido en la noción de ignorancia socialmente establecida y en el registro siem­pre incierto del sufrimiento, la indiferencia o el cinismo. La dificultad radica entonces en objetivar la ignorancia, trabajando primero el acuerdo de inconscientes que se registra en el vínculo de la entrevista, interponiendo en ese vínculo ciertas herramientas analíticas, como por ejemplo: la noción de capital cultural, la noción de error en el trabajo científico, la noción de requisito y competencias, la noción de examen. Nociones que son producidas y por tanto usadas socialmente: ¿Qué es la ignorancia, para quién y cuándo? ¿Cómo se enfrenta y cómo reaccionan quiénes y dónde? Preguntas todas que orientan la tarea de objetivación a distinguir analíticamente lo que encubre y condensa la construcción simbó­lica de la ignorancia, explicitada en el relato: qué de esa construcción remite a un déficit original de los recursos para el trabajo escolar y académico; qué de ella remite a la dificultad y al error como característica inherente - y universal- del aprendizaje y de la producción científica. Objetivar es entonces construir sociológicamente esas construcciones simbólicas compartidas por el investigador y el entrevistado y que se relata y recibe como la vivencia de la ignorancia, como falta, como dolor, como culpa y como deuda .

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62 SUSANA GARCÍA SALORD

y donde debe producirse esa metamorfosis que pasa por incorporar el conjunto de

disposiciones inherentes al trabajo intelectual; y acerca de cómo se transitan las

distancias que se estructuran cada vez que se establecen nuevas reglas del juego

institucionales, y éstas se objetivan en los diferentes perfiles de estudiantes y de

académicos, considerados como legítimos en cada coyuntura.

"Todo mundo" omite así "el discurso privado del lado privado de la práctica",

que en los relatos de prácticas -registrados mediante entrevistas a profundidad­

habla, por ejemplo, de la vivencia de la ignorancia como una constante que se

activa en los tramos de las trayectorias en los que el universitario se encuentra

con lo diferente (grupos de trabajo, formas de trabajar, colegas, maestros, institu­

ciones extranjeras) o en los que debe exponerse a la evaluación de otros (exámenes,

conferencias, presentaciones, informes, trabajo en equipo). Y relata que en esas

situaciones, la vivencia de la ignorancia opera a partir del "descubrimiento" de

una falta en tres sentidos: la falta como una carencia ("darse cuenta" que hay algo

que no se sabe), la falta como una culpa (ignorar va en contra de la norma esta­

blecida) y la falta como una deuda o un pendiente (temas por estudiar, libros por

leer, textos por escribir). Y sigue relatando que sentirse y saberse ''burro", "tonto",

"incapaz", "inseguro", "temeroso" es una falta que conduce a cometer "errores" y/o

"triquiñuelas", que generan culpas -que se asumen a solas con angustia y auto

devaluación o con "crisis personales" vividas en silencio- y acumulan deudas que

se teme tener que pagar públicamente con el ridículo y la vergüenza.

Estos "agujeros", vacíos hechos de historias omitidas, son los que me conducen

a inscribir los secretos concertados en la falta, como portadores de la conciencia

culpable de pertenencia ilegítima al lugar del privilegio: donde los tramos de las

trayectorias están omitidos, es decir, donde se omiten los intervalos entre un punto

y otro de la trayectorias (académicas, escolares, institucionales), hay, en las tramas

de los secretos a voces, unas metáforas, unos estereotipos y estigmas, con los que

"todo mundo" cuestiona la legitimidad de la pertenencia del otro, significando su

experiencia como una estrategia de encubrimiento (pretexto y simulación) de algo

que no tiene pero que como universitario debería tener, o de algo que el otro ha

obtenido por "efecto de ciclo social" de la institución (edad y antigüedad) más que

de mérito académico, o mediante prácticas cuestionables y cuestionadas (presión

política, intercambio de favores, compadrazgo, amiguismo, nepotismo, cooptación,

oportunismo, simulación, etcétera); o de algo que se ha utilizado para lograr lo que

se desea y no se tiene.

"Todo mundo" crea y recrea una "visión cínica" de las prácticas universitarias

encubriendo la falta en tanto verdad subjetiva del sujeto con nombre y apellido y en

tanto verdad objetiva (indeterminación); porque ahí donde el relato biográfico reco­

noce la falta como carencia, culpa y deuda, algo que se intenta remontar, soportar

y saldar, mientas se intenta, se esconde y se teme; y, ahí donde la reconstrucción

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LA FABRICACIÓN DE "SECRETOS A VOCES" ... 63

sistemática de las trayectorias escolares, académicas y laborales revelan que el

capital más vulnerable de los universitarios es justamente el capital cultural; ahí

es donde, en el secreto concertado, la falta es una carencia significada como un

obstáculo, frente a la cual, aparecen las mañas proclamas a voces como un cálculo

racional para sortear el obstáculo y sacar ventaja. Mientras tanto, en los secretos

concertados la falta permanece intocada como problema, como algo que se puede

desentrañar, como algo asible en lo que se puede intervenir. Permanece intocada

en lo que la falta es carencia "a secas" y por tanto, es condición de posibilidad.

En esta línea de argumentación, los secretos a voces son secretos concertados

no sólo en el acuerdo de "salvar la creencia colectiva" salvando a la institución

(depositando en el otro la simulación y la manipulación), sino que operan también

en el acuerdo de salvarse a uno mismo:

"existe en el mundo social y, en particular, en el mundo universitario, toda una

serie de instituciones cuyo efecto es el de volver aceptable el desfase existente entre

la verdad objetiva y la verdad experimentada de aquello que uno es y hace; todo

aquello que los sujetos objetivados intentan recordar cuando se oponen al análisis

objetivista, afirmando que "esto no es así". Tenemos por ejemplo, los sistemas co­

lectivos de defensa que, en universos en los que cada quien lucha por el monopolio

de un mercado donde no hay más clientes que los propios competidores y donde

la vida es por consiguiente muy dura, le permiten a uno aceptarse a sí mismo al

aceptar los subterfugios o las gratificaciones compensatorias que le dispensa el

entorno. Esta doble verdad, objetiva y subjetiva, es la que constituye la verdad

completa del mundo social" (Bourdieu, 1995: 192).

Los secretos a voces podrían pensarse como portadores de la conciencia im -

puesta de necesidad obligada del otro, en la medida en que la complicidad colectiva

que funda la ley del silencio remite a que los grupos que conviven en la unam como

desiguales, diferentes y contrincantes se necesitan mutuamente, no pueden vivir

los unos sin los otros, porque para todos el espacio público es su posibilidad de ser

y la garantía de su reproducción. El mismo origen de la institución está planteado en esa necesidad:

[ .. . ] educar es la más alta y la más imperiosa de las funciones sociales: que no

puede desentenderse de ella ningún país sin que ese país perezca, y que, donde

ocurre, como en México, que los únicos capaces de hacer obra educativa sean

individuos de clase media, sin fortuna, y que llegan a ocupar los puestos públicos,

quitarle al Estado la función docente es condenar a la ignorancia, al retroceso,

a la falta casi completa de cultura a todo el país (Ezequiel Chávez, 1915: 169).

La Universidad Nacional es reivindicada como una "institución rigurosamente

democrática", en tanto permite el desarrollo de estos grupos " ... que no tienen más

Page 62: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

64 SUSANA GARCÍA SALORD

capital que el de su energía, que el de su inteligencia, que el de su amor al pro­

greso ... ", que no se reconocen y por ende no aceptan su inclusión entre las clases

privilegiadas de la época:

[ ... ] una institución puede llamarse en efecto aristocrática[ ... ] si la nutren clases

de singulares privilegios; si su personal llega exclusivamente de entre los ricos,

de entre los poderosos, de entre los que tengan exenciones especiales, o si debe

su funcionamiento exclusivamente a un cuerpo que puede a su vez considerarse

aristócrata; pero en ninguno de esos casos se encuentra la Universidad Nacio­

nal, porque ni hay clases en México que tengan privilegios conforme a nuestras

leyes, ni sostiene la Universidad cuerpo ninguno de carácter aristócrata; ni los

maestros, ni los alumnos, ni los directores, ni el rector de la Universidad per­

tenecen o salen de las clases ricas, de las que gozan de exenciones, de las que

están más allá del nivel común de los hombres ... ". Sus estudiantes: " .. . vienen a

menudo de las filas más humildes, de las oscuras muchedumbres que componen

nuestra clase media, tan llena de privaciones, tan angustiosamente privada de

recursos, que mejor debería llamarse clase pobre; vienen asimismo de nuestra

clase absolutamente pobre, y no figura entre los estudiantes de nuestra Univer­

sidad, acaso de uno al millar de individuos cuyos padres tengan grande holgura

para vivir o puedan considerarse realmente ricos (Ezequiel Chávez, 1915: 165).

Junto a este reconocimiento de quiénes son y qué necesitan, en el origen de la ins­

titución se inscribirán también los hilos por lo cuales transcurrirá la convivencia

entre esos que se necesitan porque necesitan el espacio público: la institución nace

reconociendo que como toda institución democrática es aristocratizante, pero sólo

en el sentido de que "en ella descuellan los mejores" y de que "se restringe de algún

modo el voto". Y se demanda autonomía del estado y del gobierno para hacer una

universidad democrática, donde prime el mérito y nadie abuse de ella:

[ ... ] hacer que en ella nunca se deba un puesto, ni ingresar a ninguna de las

instituciones que la Universidad componen al favor de una autoridad; sino a

la devoción por el progreso, el mérito, al anhelo constante por la cultura, y que

se asegure al propio tiempo tal equilibrio de gobierno entre cuantos individuos

formen la misma Universidad: algunos ex alumnos, profesores, directores,

Rector, Consejo Universitario, que nadie pueda abusar y que se determine

constantemente una distribución perfecta de funciones y una sinergia unáni­

me de labor, análogas a las que existen en un organismo viviente, en el que la

función respiratoria está encomendada, lo mismo que cualquiera de las otras,

a un órgano específico, y no pueden realizarse sin embargo sino con el concurso

de todos los demás órganos. (Ezequiel Chávez, 1915: 173).

Page 63: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

LA FABRICACIÓN DE "SECRETOS A VOCES" ... 65

Cuando la posibilidad de acumulación de capital cultural está depositada en los

espacios públicos y se realiza en el seno de grupos socialmente heterogéneos, dicha

acumulación pasa necesariamente por la redistribución del capital cultural como

un "eterno" bien escaso y deseado, esto es, implica un intenso intercambio de re­

cursos, una inversión de tiempo, esfuerzo y recursos materiales en el otro, con el

otro y entre otros. Los universitarios se necesitan unos a otros porque, paradóji­

camente, la heterogeneidad social de la UNAM es tanto su condición de posibilidad

como el obstáculo para su realización: el intercambio sociocultural es la estrategia

necesaria para la reproducción del capital cultural, pero la consolidación del campo

atenta contra ella toda vez que el interés por el desinterés se va trastocando en

un desinterés cada vez más interesado (Bourdieu, 1997), provocando con ello que

el equilibrio entre los tres tipos de inversiones necesarias para el funcionamiento

eficaz de dicha estrategia (inversión en uno mismo, inversión en institución e

inversión en democracia), se rompa a favor de alguna de ellas en detrimento de

las otras o las vuelva incompatibles; y que la convivencia entre los desiguales, los

diferentes y los contrincantes se vea obstaculizada, por la tendencia progresiva a

la segmentación de la institución en grupos cada vez más homogéneos y, entre los

iguales, tengan poco que intercambiar y mucho por acaparar.

Dicho en síntesis, mi hipótesis es que en los secretos a voces circula esa suerte

de "acuerdos de inconscientes" por el cual la falta original del campo (la dificultad

de producir y reproducir el capital cultural) se elabora como falta individual que

pone en falta en el campo (conciencia culpable de pertenencia ilegítima al espacio

del privilegio y conciencia impuesta de necesidad obligada del otro) y se deposita

en el otro (los estudiantes, los pares, las autoridades, el gobierno, los sindicatos,

los partidos políticos, los grupos de presión o de interés) sembrando la sombra de

la duda sobre todo lo que significa al hablar (posibles "usos cínicos" de las reglas

del juego vigentes en el campo).

''Todo mundo':· un universitario más

La producción y reproducción de secretos a voces como práctica habitual entre los

universitarios es una forma de construir la institución -una forma de pensarla y de

estar en ella- en la medida en que en dicha práctica resulta creado un actor más en

la vida institucional: "todo mundo". En la fabricación de los secretos a voces "todo

mundo" se instituye como un testigo presencial, un espectador polifacético cuya

presencia como hablante puede registrarse entre la mayoría de universitarios que

participa como resto omitido en el transcurso de los conflictos entre los estudiantes

Page 64: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

66 SUSANA GARCÍA SALORD

y las autoridades, entre la mayoría de los universitarios que está representada

en los cuerpos colegiados pero que, bien a bien, no sabe qué hacen y qué dicen sus

representantes; y entre esa mayoría que trabaja cotidianamente preocupada más

por sortear los obstáculos que va encontrando en su trayectoria escolar, académica

o laboral, que por intentar resolver los problemas institucionales que los afectan.

En este sentido, como construcción simbólica "todo mundo" es un testigo

presencial que sólo aparentemente está exento de responsabilidad en lo que va

ocurriendo. Este sujeto virtual y transhistórico es el portavoz anónimo de una "ver­

dad" construida de la institución: lo que todos saben pero no se debe decir y, esta

verdad, opera como una referencia que propicia tomas de posición frente a lo que va

ocurriendo y desde la cual los universitarios se vinculan entre sí, tanto en el trans­

currir de la vida cotidiana como en la emergencia de acontecimientos excepcionales.

En la circulación de los secretos a voces, la sombra de la duda resulta ins­

tituida como el código de la interacción cotidiana. Ahí cada hablante aprende,

descubre o constata que, cuando "todo mundo" asume el "juicio de reducción

utilitaria" para hablar del "otro", su propia experiencia puede ser significada en

el registro del pretexto, la manipulación o la simulación, sin que necesariamente

dicha experiencia haya transcurrido por ellos. Sembrando la descalificación y la

sospecha sobre todo aquello que significan al hablar, los secretos a voces propician

la pérdida de credibilidad; aportan a naturalizar la disputa racista y clasista; y

legitiman la discriminación como una fuerte disposición compartida por todos

los universitarios. Poniendo en entredicho el conocimiento, el mérito y el recono­

cimiento "todo mundo" naturaliza la necesidad de acumular poder, de utilizar y

hacer redituables las relaciones personales y las redes sociales y de invertir en

visibilidad para lograr prestigio. En el registro del secreto a voces es "todo mundo" quien habla pero en su

discurso nunca aparece un "todos" o un "nosotros" siempre hay "otros"; para "todo

mundo no hay una institución con problemas, sino problemas del "otro": los estu­

diantes que rechazan las propuestas, los sindicatos que no quieren deponer sus

prácticas corporativistas, las autoridades que no quieren descentralizar el poder y

el presupuesto, el gobierno que no quiere conflictos políticos, los profesores que se

resisten al cambio, los investigadores que no quieren compartir sus privilegios, los

problemas estructurales y por ende irresolubles del país, etcétera. En la condición

de "otro" cada actor universitario pasa a ocupar el lugar de "chivo expiatorio" de

la fragilidad o descomposición del interés común, según la coyuntura de que se

trate a lo largo del siglo XX. Los efectos prácticos de la circulación de los secretos a voces reseñados arriba,

aparecen aquí condensados, por ese efecto de teoría, que consiste en una sincro­

nización forzada de lo simultáneo y en una totalización artificial de lo sucesivo

(Bourdieu, 1999); con ello se violenta su naturaleza de discursos deshilvanados que

Page 65: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

LA FABRICACIÓN DE "SECRETOS A VOCES" ... 67

se producen en la lógica del habla, en el tiempo y el espacio de la ocasión y signados

por la situación; pero esa condensación es la que permite hacer visible las formas

imperceptibles en las que se construye cotidianamente la institución. "Todo mundo"

es invocado con frecuencia como poseedor de una verdad verdadera, aunque esa

verdad sea inaceptable como la verdad de uno mismo (ese "esto no es así" del que

habla Bourdieu o ese "sí, pero no, todo lo contrario" que hemos registrado nosotros).

"Todo mundo" es invocado con frecuencia aunque sea el portavoz de lo que no se

debe decir. "Todo mundo" se vuelve así un testigo incómodo y un juez implacable

("no voy a ir diciéndolo por ahí, como para que se entere todo mundo"), pero es un

testigo y un juez creado y recreado cotidianamente cuando los universitarios hacen

circular los secretos a voces, al pasar y al calor de la conversación. Los secretos a

voces resultan así una verdad subjetiva desde la cual los universitarios se piensan

pero a la cual no piensan: la repiten, la afirman, la refutan, añaden o quitan.

Sin ánimo de aplicarle a "todo mundo" sus propias reglas y convertirlo en el

chivo expiatorio de los males de la institución, creo que esta construcción simbólica

ha ido concentrando un enorme poder. Por eso un punto pendiente de trabajar es

¿qué pasa cuando el secreto concertado ya no salva la creencia colectiva porque

lo que acepta a voces (la verdad subjetiva que ha llegado a portar) atenta ahora

contra la institución y porque la verdad objetiva ya no le está ofreciendo respaldo

para que siga siendo "una ilusión bien fundada"?

Este desfase entre las condiciones de existencia de la universidad y la signi­

ficación que de ellas hacen los universitarios ya se está notando: en el imaginario

colectivo la UNAM se sigue sosteniendo como la ''Máxima casa de estudios", pero,

la metáfora de la universidad como ''Mi alma mater" representa sobre todo a los

universitarios de más edad o de más antigüedad en la institución. Y como vimos,

esta metáfora ha funcionado como una pieza clave en la organización de la convi­

vencia entre los desiguales, diferentes y contrincantes.

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Page 67: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

LA IDENTIDAD EN SITUACIÓN DE VULNERABILIDAD

INSTITUCIONAL. EL CASO DE LA IDENTIDAD

INSTITUCIONAL DE PSICÓLOGOS EN FORMACIÓN

(1970-1977). UN EJERCICIO REFLEXIVO Y AUTOCRÍTICO

Monique Landesmann, Hortensia Hickman, Gustavo Parra y Alfredo Furlán*

La huelga del Consejo General de Huelga que paralizó nueve meses a la UNAM, en

los años 1999-2000, nos impulsó a investigar las identidades institucionales de sus

académicos y sus transformaciones al compás de la historia institucional. Nuestra

hipótesis inicial era que la gran vulnerabilidad institucional estaba asociada con

una pérdida general de interés en la institución, un debilitamiento del sentido de

pertenencia institucional y por lo tanto una mayor fragilidad de la identidad insti­

tucional de los actores universitarios. Una primera exploración del tema realizada

a partir de la reconstrucción de las trayectorias sociales, estudiantiles y académi­

cas de psicólogos de la FES-lztacala-UNAM parece cuestionar nuestras hipótesis

originales, en el sentido de una relación estrecha entre el grado de estructuración

institucional y la fortaleza de la identidad institucional. Ello nos ha llevado a una

nueva revisión teórica y a la realización de un ejercicio autocrítico de la investi­

gación realizada y de sus resultados. Para ello, en este trabajo, presentaremos en

un primer momento algunos de los hallazgos empíricos que nos parecieron signi­

ficativos para, en un segundo momento, dar cuenta de nuestro retorno a la teoría

y de las reflexiones que se desprenden del nuevo recorrido realizado.

Institucionalización de La psicología conductual y procesos identificatorios (1970-1977)

Para reflexionar sobre la relación entre estructuración institucional e identidad

hemos elegido trabajar hoy sobre los primeros años de la década de los setenta,

1970-1977, por su relevancia en la historia de la UNAM, de la psicología como

* Universidad Nacional Autónoma de México. Facultad de Estudios Superiores Iztacala. [email protected]; [email protected]

[69]

Page 68: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

70 M. LANDESMANN, H. HICKMAN, G. PARRA Y A. FURLÁN

disciplina académica y para la construcción de las identidades de una generación

de académicos de la carrera de psicología de Iztacala. Dicho periodo correspondió

a la etapa de su formación profesional, primero en el Colegio de Psicología de la

Facultad de Filosofía y Letras y luego en la Facultad de Psicología de la UNAM. En

un trabajo previo (Landesmann, Hickman, Parra y Covarrubias, 2006), habíamos

caracterizado el clima de este periodo de la siguiente manera:

Constituye un momento de transición de la UNAM de gran complejidad y con­

tradicciones y de procesos instituyentes y a la vez de debilitamiento y hasta ruptura

del orden institucional. Las fuertes agresiones que había sufrido la UNAM durante

el movimiento de 1968, dejaron a la institución y sus actores fuertemente debili­

tados. 1 Los conflictos políticos fueron una constante durante la administración del

Dr. González Casanova, cuya gestión inicia el 2 de mayo de 1970, teniendo como

telón de fondo la grave crisis institucional que significó el movimiento estudiantil

del 68 (p. 124).

La conflictividad política que reinaba al interior de la UNAM se expresaba en

un clima de violencia, de polarización y división de la comunidad universitaria. Sin

embargo, simultáneamente se dieron, en este momento, procesos instituyentes y

nuevos discursos portadores de imaginarios sociales, en respuesta a los plantea­

mientos de alumnos que expresaban anhelos de democratización de la enseñanza y

demandas de apertura de los estudios superiores a números cada vez más grandes

de estudiantes. El entonces rector González Casanova planteaba la necesidad de

una reforma integral de la UNAM para que ésta no se limitara a la producción de

profesionistas sino que se convirtiera en el "motor de la democratización política, el

desarrollo socialmente justo de la economía y la modernización de la cultura". 2 Se

creó entonces el Proyecto del Colegio de Ciencias y Humanidades (enero de 1971)

que proponía un nuevo tipo de formación y contribuiría también a un espectacular

crecimiento de la matricula en la UNAM. También se instituyó el Sistema de Uni­

versidad Abierta, en febrero de 1972, con la idea de que los estudios universitarios

estuvieran al alcance de grandes núcleos de población. Se perfilaba entonces bajo

la idea de "llevar la universidad al pueblo".

Se gestaron nuevos materiales simbólicos susceptibles de ser incorporados a

la trama de sentidos en la construcción de identidades institucionales: "la demo­

cratización de la enseñanza, la crítica a la enseñanza tradicional y a la cátedra, la

Al respecto ver el análisis de la construcción de las identidades institucionales de los sujetos investigados durante sus estudios en la Preparatoria de la UNAM teniendo como marco fundamental el movimiento estudiantil de 1968 (Landesmann, M., Covarrubias, P., Hickman, H. y Parra, G ., 2004). La identidad institucional de profesores de la Universidad Nacional Autónoma de México: su anclaje en la trama cultural de la Universidad de los '60. Cuadernos de Educación. Año III Número 3, diciembre de 2004, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

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LA IDENTIDAD EN SITUACIÓN DE VULNERABILIDAD INSTITUCIONAL ... 71

reafirmación del carácter nacional de la UNAM, la democratización institucional, la formación de profesionistas que contribuyan a la transformación social y que

estén al servicio del pueblo" (Landesmann, 2006: 131). Por otra parte, en este mismo periodo en el cual estudiaban nuestros profe­

sores, la disciplina psicológica estaba en pleno proceso de institucionalización. Su

comunidad estaba por un lado presa de fuertes confrontaciones internas pero, por el

otro lado, se dieron movimientos institucionales de gran significación y dinamismo.

Al respecto rescatamos las palabras de José Cueli (1983), quien alude de manera

elocuente a dicha situación:

Hacia 1969 [hay] una Universidad cuarteada por el aplastamiento físico, que

no intelectual, del movimiento estudiantil y en un clima de zozobra e inquietud,

con un campo político, social y económico y científico sumamente complejo; con

el Colegio (de Psicología) dividido entre psicoanalistas y experimentales, pero

también entre distintos grupos políticos [comunistas, trotskistas, maoístas y

de derecha, el Muro]3 (p. 19).

Sin embargo, en este periodo los psicoanalistas y los experimentalistas fueron conjugando sus esfuerzos para construir una identidad profesional del psicólogo,

ausente en el plan de estudios de la época. En efecto, hasta esa fecha, la enseñanza

de la psicología se efectuaba en la Facultad de Filosofía y Letras y estaba fuerte­mente dominada por la filosofía y la medicina. Más allá de un consenso en cuanto a definir una identidad del psicólogo, las concepciones de la psicología de ambas

corrientes eran distintas. Para los psicoanalistas el objetivo más importante era, se­

gún José Cueli "el desarrollo de una psicología general para marginados, principal

problema emocional del país, y para los experimentalistas, la psicología debía de afiliarse a la ciencia experimental, con métodos afines a las ciencias naturales, pero con aplicaciones eminentemente sociales y con un matiz humanístico" (1983: 19).

Los estudiantes tuvieron entonces que enfrentarse a una diversidad de pers­pectivas disciplinarias y formativas en el transcurso de su carrera profesional.

En efecto, en el proceso de construcción de su legitimidad, los conductistas fueron

implementando formas innovadoras de socialización que se realizaban a veces de manera paralela al currículo. Los estudiantes construyeron fuertes enlaces iden­

tificatorios con la psicología experimental que operaron como base de su identidad institucional y profesional.

El Departamento de Psicología Experimental de la Facultad de Psicología

representó, a decir de Lara Tapia, primer director de la Facultad, la concentra­

ción y refugio de psicólogos que encontraron en él una vía de desarrollo. Es decir, constituyó un nicho identitario dentro de un espacio institucional confrontado.

El Movimiento Universitario de Renovación Orientadora.

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72 M. LANDESMANN, H. HICKMAN, G. PARRA Y A. FURLÁN

Observamos en esta coyuntura institucional caracterizada por la fragmenta­ción, la dispersión y la confrontación, la construcción de identidades institucionales,

aún incipientes en este momento, pero que se fueron consolidando posteriormente. A partir de estos resultados, retornamos a la teoría tal como lo anunciamos al inicio de este texto.

La teoría revisitada: algunas claves

Un referente original para nuestra investigación había sido el de Francois Dubet4

y su libro: El declive de las instituciones en el que sociólogo francés aborda el

problema del deterioro de las representaciones institucionales. ''La imagen de las

instituciones ha sido profundamente desestabilizada" (2002: 52), pues lo que el autor llama "el programa institucional" ha estado sometido a dos críticas radicales;

la primera crítica señala el problema de la reificación del modelo institucional, el

cual queda reducido a una voluntad de potencia y de normalización. Los fines pri­

marios de las instituciones como la cura, la educación, la reinserción, la asistencia, etc., se han sujetado a la lógica del poder. La segunda crítica afirma el cierre de

las instituciones a la diversidad de las demandas sociales; "las instituciones se presentan como burocracias rígidas, mundos cerrados, testimonios de un pasado

dominado por un estado centralizador".

El declive de las instituciones, la desestabilización de sus representaciones

serían en parte el resultado de la imposibilidad de seguir creyendo en la homoge­

neidad de los valores y los principios que las sostienen, una suerte de monoteísmo, según el autor, quien afirma que "el declive del programa institucional procede

de la exacerbación de sus contradicciones latentes, cuando ya no hay la capacidad ideológica de borrarlas, cuando ya no tiene la fuerza de reducir las paradojas que

se podían superar por la gracia de su "magia" (ibíd., 53).

Tal transformación de las instituciones empieza a tener relevantes consecuen­cias para los actores que las integran. Se cuestionaría el postulado hasta ahora aceptado por la sociología clásica, de continuidad entre socialización y subjetiva­ción, observándose una creciente separación entre la acción social y la subjetividad

individual. La unidad subjetiva del actor se vuelve problemática y ya no estaría

dada por la institución, que ha perdido coherencia y homogeneidad. La unidad subjetiva debe ser construida por el propio actor. "El individuo se vuelve 'incierto',

fragmentado, teniendo que administrar lógicas opuestas y el sujeto ya no está arraigado en un stock homogéneo de valores e identidad; se encuentra diseminado

y descentrado" (ibíd., 69). La identidad social del actor sería el resultado de su

Dubet, F. (2002). Le déclin de l'institution. Paris: Seuil.

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LA IDENTIDAD EN SITUACIÓN DE VULNERABILIDAD INSTITUCIONAL ... 73

trabajo, administrando y organizando las diversas dimensiones de su experiencia

social y de sus identificaciones. La anterior definición de Dubet parecería aludir a

una acción racional del actor en la construcción de su identidad social. Lejos está

de su pensamiento. Recupera los planteamientos de Weber al respecto: "Weber nos

enseñó que el actor estaba desgarrado entre diversas lógicas opuestas y contradic­

torias, que no había que creer en el pathos de la reconciliación de los valores y que

había que admitir que la identidad social es un proceso complejo y contradictorio

porque el actor se construye en varios niveles de la práctica, cada uno con su propia

lógica y tipos específicos de relaciones sociales" (Dubet, 1989: 534).

Es claro que Dubet plantea entonces un ruptura entre representación de la

institución e identidad. De la representación de la institución no podemos deducir

las identidades y para ello habría que estudiar el trabajo que realiza el sujeto. En

nuestra investigación, este trabajo del actor no está suficientemente explorado;

solamente identificamos sus resultados, a saber las elecciones identitarias que

realiza en el periodo considerado: la academia o la política, el psicoanálisis o el

conductismo. Las elecciones de los actores aparecen como auto-evidentes. Hablando

del impacto que ha tenido para ellos el conductismo, señalan: ''Me llegó la luz",

como si se tratará de una revelación. No encontramos empíricamente un sujeto

incierto o desgarrado por diferentes lógicas. Desde luego no quiere decir que no

haya existido. Pero nos obliga a buscar nuevos referentes teóricos.

En este sentido, las aportaciones de Kaufman pudieran ser interesantes;

retoma los argumentos de Dubet pero desde una perspectiva algo diferente. Su

interés ya no reside en establecer las contradicciones entre los principios de acción.

Habla de una especie de cacofonía institucional, desde el punto de vista semántico.

Para el autor, las instituciones siguen siendo capitales. Sin embargo, procuran una

estructuración del sujeto mucho más débil en cuanto a las significaciones. Hay más

bien un exceso de significaciones disparatadas que, debido a la cacofonía que pro­

ducen, se anulan entre sí. Y en este punto volvemos a encontrar coincidencias con

Dubet. La identidad se vuelve entonces necesaria para singularizar y unificar al

individuo. "El individuo crea un universo simbólico integrado en un momento y en

un contexto dado, establece lazos5 entre secuencias de identificación para asegurar

una continuidad en la duración biográfica, construye mediante la valorización de

ciertas temáticas, la estima del si-mismo que es la energía necesaria a la acción".6

Hasta aquí algunas coincidencias con Dubet.

Sin embargo, Kaufman cuestiona la idea de la muerte de las instituciones.

Polemiza con la idea de Dubet relativa al declive de las instituciones. Para ciertos

grupos sociales, en momentos de gran precariedad social e identitaria, la institu­

ción puede constituir un refugio. El deseo de los actores no reside en la aspiración

El término en francés es "bricole" que no encuentra una traducción fiel al español.

Kaufman, J.C. (2004) La invención del sí mismo. París: Armand Colín.

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74 M. LANDESMANN, H. HICKMAN, G. PARRA Y A. FURLÁN

de la construcción del si-mismo, de asumirse como sujeto, sino al contrario de

inscribirse en un marco de definición de si-mismo.

Bajo determinadas condiciones, la institución, aún fragmentaria, puede

ofrecer nichos identitarios. El individuo obtiene en ella un marco identitario que

lo estabiliza y le sirve de sostén. La socialización institucional puede operar en­

tonces con eficacia. ¿Constituyó la psicología conductual un marco identitario en

el cual los sujetos encontraron un refugio acogedor, en un espacio institucional

desestructurado de por sí? La postura de Kaufman encuentra una inscripción en

la perspectiva analítica de la psicología social. Particularmente, en lo que refiere

a la función psíquica de las instituciones. En su texto hace referencia, por ejem­plo, a un trabajo de Philippe Corcuff relativo a una investigación sobre agentes

de servicio público que se encuentran confrontados a situaciones sociales difíciles.

Corcuff menciona la existencia de instituciones específicas en las cuales se hace

necesaria una armadura para acorazarse, crear distancia y enfriar las emociones,

una armadura que sólo la institución puede ofrecer.7 Encontramos ahí resonancias

importantes de las funciones de protección de la institución que podemos reco­

ger en Enríquez, Fernández, Remedí, Jacques y Menzies, entre otros. Es decir,

también en el establecimiento de las identificaciones institucionales, se juegan

las necesidades psíquicas de los individuos, particularmente en su lucha contra

la ansiedad. Como lo señala Lidia Fernández, ''las instituciones representan por

consiguiente, a aquellos custodios del orden establecido que dan al individuo la

protección de alguna lógica con la cual organizar su mundo, de otro modo caótico y amenazante" (2005: 36).8

Esta función de protección de las instituciones, este encuadre identitario que

estabiliza y reconforta al sujeto ¿qué efectos tiene sobre éste en sus estrategias

identitarias y en el devenir de su vínculo con la institución? Para Kaufman (2004) el sujeto tiene que pagar las ganancias psíquicas con el sujetamiento de su iden­

tidad a las disciplinas instituidas. Se establece un contrato con la institución que

constriñe al individuo a la lealtad institucional. El menor conflicto, o una simple divergencia, aniquilan muy rápidamente las ganancias identitarias, y puede pro­

vocar, al contrario, la explosión de emociones intensas, tan vivas que la identidad

no tiene, en este marco institucional, ni flexibilidad ni escapatoria.9 Encontramos aquí argumentos para pensar este aniquilamiento del sujeto cuando es concebido

como constructor de su subjetividad y de su identidad. Nos enfrentamos con un sujeto cuyo mundo interno se muestra, en apariencia permeable y hasta alienado a

El trabajo refiere a una investigación de agentes de servicio público que están confrontados a situaciones sociales difíciles, en lugares expuestos al desamparo. F. Dubet, (2002: 262).

También con respecto a este problema se puede consultar el trabajo de Menzies, I. y Jacques, E. (1994). Defensa contra la ansiedad. En: Rol de los sistemas sociales. Buenos Aires: Lu­men-Horme.

Kaufman, ídem. p. 261.

Page 73: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

LA IDENTIDAD EN SITUACIÓN DE VULNERABILIDAD INSTITUCIONAL ... 75

un mundo externo. 10 Es decir, se trataría de un aniquilamiento del sujeto; posición

que se opone, de alguna manera, a la postura de Dubet quien, como lo hemos visto,

recupera particularmente en condiciones de debilitamiento institucional al sujeto

en su capacidad de construcción, de gestión identitaria.

¿Cómo posicionarnos frente a posturas aparentemente encontradas? Entre una

postura que plantea la identidad como un proceso de construcción bajo condiciones de

fragmentación institucional o la identidad como proceso de alienación institucional

bajo condiciones de precariedad del sujeto. Para ello acudimos a un concepto clave

dentro del campo teórico de las identidades, a saber el concepto de identificación.

Señalábamos anteriormente la eficacia del proceso de socialización conductis­

ta durante la formación de los estudiantes de psicología. Berger y Luckman (1968)

ya han enfatizado la importancia de la mediación del proceso de identificación en el

proceso de socialización. Aquí retomaremos algunos de los planteamientos de Hall

(2003) quien reconoce a la identificación como un momento clave en la construcción

de la identidad. Desde la perspectiva de Hall, no nos es suficiente dar cuenta de

cómo los sujetos son interpelados por determinados discursos para comprender

la construcción de las identidades de los sujetos. Necesitamos de una explica­

ción de cómo los sujetos son constituidos. Para avanzar en la comprensión de las

identidades, hace falta una teoría de lo que son los mecanismos por los cuales los

individuos se identifican (o no se identifican) con las "posiciones" a las cuales son

convocados; así de qué manera modulan, estilizan y 'ejecutan' esas posiciones, y

por qué nunca lo hacen completamente, de una vez para siempre, y algunos nunca

lo hacen, o están en un constante proceso agónico de lucha, resistencia, negociación

y acomodo a las reglas normativas reguladoras, con las cuales se confrontan y se

regulan (Hall, 2003: 32-33).

Reconocemos en nuestro trabajo sobre la identidad institucional que, aún en

momentos de fuerte des-estructuración institucional, en donde la representación

institucional, en este caso de la Facultad de Psicología y de la misma Psicología se

encuentran fuertemente cuestionadas, se dan procesos identificatorios fundamen­

tales para la construcción de las identidades. Nuestro trabajo intentó dar cuenta

de algunos de los discursos de la psicología conductual con poder de interpelación

para explicar la formación de las identidades. Nos preocupamos por recuperar al­

gunos referentes significativos de las transformaciones del contexto institucional y

también reconocemos el poder de interpelación de las nuevas posiciones académicas

que se ofrecían entonces a los estudiantes de la carrera de psicología, futuros acadé­

micos de la FES-lztacala-UNAM. ¿Dicha identificación con el discurso de la psicología

conductual implicaba un proceso de alienación, tal como lo podríamos inferir a

partir de las posturas de Kaufman? La reconstrucción que hicimos de las trayec-

10 Schvarstein, L. (2002) Psicología social de las organizaciones sociales. Nuevos aportes. Buenos Aires: Paídos.

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76 M. LANDESMANN, H. HICKMAN, G. PARRA Y A. FURJ.ÁN

torias sociales y escolares de nuestros sujetos y que se han caracterizados por un

alto grado de transitoriedad social, geográfica y cultural, es decir por identidades

sociales precarias e inestables, parecen sugerirlo. También, la fuerte implicación

institucional que los psicólogos demostraron a lo largo de su trayectoria académica

en la FES-lztacala. Sin embargo la advertencia de Hall, en cuanto a la complejidad

del fenómeno de identificación, nos invitan a la prudencia. Nos hace falta explo­

rar con mayor rigor el proceso de identificación para comprender el fenómeno de

construcción de las identidades. Seguimos pensando que la reconstrucción de las

biografías de los individuos y sus trayectorias sociales son un referente importante

para ahondar en los procesos identitarios pero no son suficientes.

El retorno a las teorías mencionadas, ciertamente aún muy insuficiente, nos

invita a seguir profundizando sobre el complejo nudo que articuló lo social con lo

psíquico.

Bibliografía

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LA IDENTIDAD EN SITUACIÓN DE VULNERABILIDAD INSTITUCIONAL ... 77

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Page 76: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

INSTITUCIÓN Y RECORRIDOS ACADÉMICOS. IZTACALA: "LOS RECUERDOS DEL PORVENIR"

Rosa Martha Romo Beltrán*

En el trabajo aludo a la forma en que los sujetos dentro de una institución aca­

démica se encuentran atravesados por diversas miradas y sentidos que tejen, de

algún modo la novela de lo institucional y las trayectorias académicas. La recons­

trucción de dichos trayectos y su inscripción en la institución nos muestra la forma

como los vínculos que se establecen en ellas, conforman nuevas prácticas, oficios

y recorridos de formación diferenciados.

Estos procesos evidencian, a la vez, la conformación de identidades profe­

sionales, toda vez que el referente institucional, grupal y disciplinar, constituye

modelos a partir de los cuales se generan procesos de reconocimiento o descono­

cimiento, así como formas de inclusión en un orden simbólico y un imaginario

institucional, lo cual promueve la configuración de identidades.

Para ello doy cuenta del trabajo realizado con el fundador de la licenciatura

en psicología y el grupo de profesores fundadores, en la entonces Escuela Nacional

de Estudios Profesionales Iztacala (ENEP-I) en el año de 1975, hoy llamada Facul­

tad de Estudios Superiores - Iztacala. Institución que pertenece a la Universidad

Nacional Autónoma de México (UNAM) la cual nace como institución de "vanguar­

dia académica" y que responde en realidad al proceso de desconcentración de la

UNAM a raíz de los movimientos estudiantiles que se generan en la ella durante

el sesenta y ocho. En este momento la nominación de las ENEP ha cambiado al de

Facultades de Estudios Profesionales.

Es este el contexto en el cual aludo al modelo de origen de la carrera para dar

cuenta de las etapas iniciales por las que transita el grupo que la constituye, lo cual

resulta interesante en tanto nos muestra el momento de ruptura de los primeros

profesores que consolidan con el fundador la propuesta naciente y su posterior

avance hacia otras posturas. Son rompimientos que muestran la consolidación de

* Profesora investigadora de tiempo completo del Departamento de Estudios Sociourbanos en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Gua­dalajara. [email protected].

[79]

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80 ROSA MARTHA ROMO BELTRÁN

trayectorias profesionales diferenciadas que en su camino muestran cambios en

los procesos identificatorios en el ámbito laboral y que en forma equivalente dan

movimiento a la historia institucional.

Iztacala: los recuerdos del porvenir

De acuerdo con Emilio Ribes, 1 la lógica economicista aplicada a la educación explica

las políticas en materia de planeación y desarrollo educativo, especialmente en lo

que toca a la universidad pública mexicana. A partir de la mitad de la década de

los setenta, se comenzaron a emplear modalidades organizacionales propias del

sistema productivo de tipo industrial. 2 La organización matricial impuesta inicial­

mente a las Escuelas Nacionales de Estudios Profesionales de la UNAM responde

a esta lógica. 3

Durante este período en el que confluyen, factores político-sociales, como los

cercanos conflictos universitarios de 1968 y 1970, aunados a la creciente demanda

educativa que se manifiesta en las instituciones de educación superior, propician

la fundación de estas instituciones como parte del proceso de descentralización de

la UNAM (Hickman: 2003), con propuestas alternativas que incluyen nuevos mo­

delos curriculares (como la puesta en marcha de sistemas modulares) y en general

todo un movimiento de innovación educativa; éste es el contexto en el que surge

la ENEP-I y con ella la carrera de psicología, rompiendo con el modelo tradicional

imperante en la UNAM.

De acuerdo con Morales Calatayud,4 con ''la creación de Iztacala y en ella la

carrera de psicología, se dio un salto cualitativo respecto a los modelos imperantes

en la UNAM". Iztacala marca una ruptura respecto a las concepciones curricula -

res anteriores, permitiendo la convivencia de dos propuestas dentro de la misma

universidad. El origen de la carrera en esta institución alude a la innovación, a la

instauración de un proyecto alternativo que impacta, en las prácticas, el vinculo

pedagógico y la imagen de los grupos que lo constituyen.

En 1974, en ocasión del Congreso Interamericano de Psicología, Rubén Ar­

dila obtuvo dinero de la UNESCO para organizar una pequeña reunión de expertos

latinoamericanos que discutieran sobre el currículum de la carrera de psicología.

Emilio Ribes, profesor fundador de la carrera de psicología en la entonces ENEP-Iztacala.

Emilio Ribes Iñesta. Documento inédito "El papel de la investigación en la universidad pública", Universidad de Guadalajara, p. 8.

Emilio Ribes Iñesta. Documento inédito "El papel de la investigación en la universidad pública", Universidad de Guadalajara, p. 8.

4 Francisco Morales Calatayud. Documento inédito "Emilio Ribes Iñesta y el conductismo en México", Guadalajara, p. 26.

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INSTITUCIÓN Y RECORRIDOS ACÁDEMICOS ... 81

En esa reunión Emilio Ribes presentó su trabajo "Los objetivos de la carrera de

psicología definidos conductualmente", donde hace el contraste entre el currículum

tradicional de tipo escolarizado (ordenado por contenidos, asignaturas, temas,

donde se especifica la información a enseñar) y un currículum definido conductual­

mente (con énfasis en lo que el estudiante debe aprender y las actividades que debe

ser capaz de realizar como consecuencia de su educación). Señaló que una de las

formas de superar parte de la crisis que refleja la indefinición de la psicología, es

atacar el problema por una de sus vertientes principales: la formación de los psi­

cólogos. Si pudiéramos contrastar las distintas maneras de hacer psicología desde

una manera objetiva, decir qué sabe hacer la gente, los resultados que obtienen al

margen de consideraciones especulativas y argumentos lógicos, quizás sería una

forma más fácil de contrastar lo que conviene y lo que no conviene (Morales: 28)

El modelo psicología de Iztacala se institucionaliza como propuesta alternati­

va cuyos fundamentos se fortalecen en una teoría que para ciertos grupos resulta

reconocida y novedosa para el campo y la profesión, "cuyo punto nodal -de acuerdo

con Hickman (2003: 119)- se condensaba en el carácter 'científico y empírico' de

la psicología". Incide de igual forma el prestigio que en aquellos momentos había

logrado Emilio Ribes en distintas comunidades académicas al interior y exterior

del país.

Dicho modelo incorporó principios innovadores que evidencian la inclusión

de la discusión curricular del momento, tales como la lógica de organización in­

terdisciplinar del conocimiento; el diseño de prácticas profesionales al interior del

currículo, además del vínculo con la comunidad (en este caso, a partir del 5° semes­

tre). El modelo educativo resuelve el vínculo universidad-comunidad, instalando

espacios en los que se propicia el trabajo comunitario y el servicio social integrado

al currículo como estrategia de formación.

La ENEP-1 se instituye bajo un modelo institucional que contempla: la posibili­

dad de construir formas novedosas tanto en el aspecto organizativo como también

en el pedagógico lo que la tornaba altamente atrayente para los primeros sujetos

convocados.

La carrera de psicología instala la promesa del cambio, de la transformación,

el espacio de avanzada tanto para su fundador como para el grupo de jóvenes

maestros precursores. Según dicen en las entrevistas, veamos:

En el proyecto Iztacala empezamos como doce profesores, quienes fuimos los

responsables de trabajar en su concreción. Estudiamos la carrera en la Facultad

de Psicología de la UNAM en el momento en que se estaban haciendo algunas

reestructuraciones curriculares que posteriormente Ribes concreta en Iztacala.

Yo tenía en ese momento [al ingresar como académico a Iztacala] 22 años. A

esa edad tienes una serie de inquietudes, te dejas influir por todo lo que está

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82 ROSA MARTHA ROMO BELTRÁN

pasando. Y yo siento que con la primera generación [de estudiantes] casi volví a

cursar la carrera, porque empecé desde los primeros semestres y conforme ellos

iban avanzando, ya que a mí me interesaba lo aplicable, yo también aprendía. La

primera fiesta de generación, fue un reventón, ellos [los estudiantes], tenían 20

años y nosotros 22. ¡No había diferencia realmente! (Romo, Entrevista 6, 2005; 3).

De igual forma, podemos considerarla como institución joven ya que existe

cierta cercanía a su origen, lo que evidencia la fuerza, la potencia que aún mantiene

la propuesta institucional en la que se funda. Es posible advertir la influencia de

dicho proyecto como referente importante de varios informantes al reconstruir su trayectoria institucional y profesional.

El modelo académico como creación cultural, permite preservar un estilo e

identidad institucional de sus actores, -en este caso referida a la representación

de lo que el establecimiento es, lo instituido, lo estable- (Fernández: 1996), en el que la concentración del conocimiento se centraliza en los grupos que encarnan la

autoridad académica, por lo que las prácticas, gestión, vínculo con la comunidad, mantienen todos los rasgos de la concepción que sostiene el proyecto:

El esquema de Emilio respecto a las prácticas de los estudiantes consistía en

considerar que el comportamiento se iba a ir ampliando en complejidad. Por

lo que el plan de estudios lo estructuró para que inicialmente se empezara

trabajando con ratas, luego con pichones, después con retrasados mentales y

posteriormente con educativa, clínica y social (Romo, Entrevista 10, 2005: 4).

Advirtamos la opinión de Emilio Ribes:

Lo que planteé fue que la carrera de Psicología en Iztacala no podía ser ecléctica,

ya había como 80 escuelas eclécticas en el país, entonces tenía la oportunidad de

hacer una que no lo fuera, iba a ser lo que yo soy y lo que somos. Iba a ser una

escuela conductista, igual si alguien quería hacer una escuela psicoanalítica

no importa, lo importante era que existiese consistencia (Romo, Entrevista 1,

2004: 9).

El modelo se funda bajo esta concepción conductual, Ribes y los jóvenes maestros que lo inician, lo consideraron el proyecto conductista por excelencia;

abarca la concepción pedagógica, los contenidos curriculares, las prácticas, el tipo de exámenes e incide también en las posturas políticas y en los vínculos personales

que establece esta nueva comunidad académica.

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INSTITUCIÓN Y RECORRIDOS ACÁDEMICOS ... 83

Iztacala: "la hija de la tentación" y el proceso

Los momentos de auge de distintas tradiciones científicas y las luchas entre grupos,

marcan el éxito de ciertos planteamientos teórico-epistemológicos e inciden en la

comunidad académica. El apogeo del conductismo y la psicología experimental du­

rante la década de los setenta en México, se vincula a movimientos institucionales

y a disputas internas por la hegemonía académica. Tal y como lo documentan Lan­

desmann, Hickman y otros (2006), los jóvenes maestros fundadores de Iztacala se

formaron en la UNAM bajo las mencionadas corrientes por la certeza que brindaba

el apogeo del experimentalismo y en una lucha frente a otro grupo hegemónico

representado por los psicoanalistas.

Conozcamos la opinión de uno de ellos:

Yo entré a la carrera de psicología en el 71 y salí en el 75. Había una gran

esperanza de que el conductismo iba a ser la salida viable para la psicología y

en esa época había grupos piloto [trabajando con el nuevo modelo conductual].

Había dos o tres grupos piloto antes de mí [generación] y otros dos o tres más

después (Romo, Entrevista 6, 2005: 2).

De acuerdo con Landesmann y Hickman (2006), la fijación identitaria en el

conductismo y las perspectivas alentadoras que ofrecían posiciones atractivas en

el espacio universitario, crearon condiciones favorables para que los sujetos fueran

interpelados y se implicaran en la construcción de una nueva institución, la Escuela

Nacional de Estudios Profesionales lztacala.

La carrera se funda a través del diseño de un modelo académicamente fuerte

por la capacidad de convocatoria con la que operó en sus primeros integrantes,

generando intensos procesos de interacción. Como modelo trascendió el ámbito

instrumental e institucional, e instituyó vínculos afectivos muy profundos en este

colectivo.

Lo anterior confirma la postura de Fernández (1998), al señalar que el modelo

institucional conforma a la vez un estilo vincular en el que confluyen determinantes

contextuales, ideológicas, políticas y disciplinares. El "estilo de la época" orienta

de igual forma el tipo de discusiones académicas, así como la concepción acerca

de la ciencia, "como la esperanza del cambio del mundo, del cambio de México

como sociedad". La certeza científica se instala como la utopía a través de la cual

sería posible solucionar problemas sociales, orgánicos y como medio para lograr la

igualdad: "los niños retardados van a leer como todos [únicamente] les partimos

en pedacitos pequeños las conductas y ¡ya!" (Entrevista 8, 2005: 19). Significaron

promesas implícitas, que correspondían al ideal de dar respuesta a todo, de consti­

tuir "el mundo de lo posible", como lo describe uno de los profesores entrevistados:

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84 ROSA MARTHA ROMO BELTRÁN

Bueno, había gente que decía que Iztacala era la hija de la tentación ... [tomando

el nombre de un programa televisivo de la época] porque sí, pues sí, todo era

posible, cuestión de arreglarlo en términos de contingencia. Finalmente es una

idea de una democracia. Si tú piensas en los fundamentos ideológicos de eso:

la idea de la equidad, de la igualdad, de la democracia. Después te das cuenta

que no es cierto, que las cosas en la sociedad así no se juegan (Romo, Entrevista

4, 2005: 42).

Otra opinión:

El caso es que era muy elemental. La idea era que como en pequeños pedacitos

ibas a hacer que los niños adquirieran la conducta, ¡pues no!. .. un niño que es

retrasado mental, nunca va a aprender a leer aunque identifique unas cuantas

letras. Pero aun así yo me echaba discusiones larguísimas con Elías5 y le decía:

bueno, a ver, si mi hija no imita a los tres años como tú dices que la gente tiene

que imitar, entonces vas a definir que es retrasada mental, o sea, el niño imita

como monito un año o dos, pero después ya no te imita. Entones, un día, hasta

fue a mi casa a comer, porque además todos éramos amigos, entonces le dije: ¡A

ver ... hazle todas las monerías aquí a mi hija! Él empezó a hacerle las pruebas,

mi hija lo miró como diciendo "¿Y a éste que le pasa?" ¡A ese grado llegábamos!

(Romo, Entrevista 6, 2005: 6).

Este grupo de académicos coincide en distintas esferas lo que muestra un gran

sentido de pertenencia institucional, ya que irrumpe en todas las esferas del ser y

hacer colectivo, de aquí que Enríquez las identifique como instituciones de vida, "ins­

tituciones de existencia", en tanto colaboran en el mantenimiento de las fuerzas vivas

de la comunidad, lo que a la vez permite a los sujetos que las integran "ser capaces

de vivir, amar, trabajar y tal vez crear el mundo a su imagen''(Enríquez, 1989: 84).

La valoración de lo comunitario fue privativa en esos momentos en los que se

"comían comunidades", en los que se compartían posturas epistémicas, políticas y

personales. Abarcó un estilo de convivencia análogo a las familias extensas en las

que no sólo se coincidía en la forma de concebir la familia y las relaciones de pareja,

de la misma forma participaban en el cuidado y educación colectiva de los hijos.

El estilo cultural de la época configuró comunidades académicas muy cohesio­

nadas, en las que prevaleció la utopía por lograr el cambio, la transformación en

todos los ámbitos de la vida social y por supuesto profesional; coincidiendo con las

concepciones socio-políticas de las jóvenes generaciones universitarias del momento,

este grupo de "jóvenes maestros fundadores" se define como la "generación post 68". 6

Utilicé un pseudónimo para conservar el anonimato. Rosa Martha Romo. "Entrevista a jóvenes maestros fundadores", Op. cit. , p. 12.

~

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INSTITUCIÓN Y RECORRIDOS ACÁDEMICOS .. . 85

Las primeras diferencias

Ya hemos señalado que el modelo académico que instituye esta comunidad de

trabajo se conforma a través de un alto grado de identificación con el proyecto, así

como de las tareas que de él se derivan, ya que:

Mientras articula las aspiraciones profesionales y personales, conforma un

referente de la autoestima de los integrantes como de los estilos de interacción, los

cuales rebasan la esfera instrumental, tocando dimensiones afectivas profundas

(Fernández, 1998: 85).

La duda epistémica que surge tanto de las experiencias profesionales, como

por la convivencia con nuevas concepciones disciplinares y sociales, genera las pri­

meras transformaciones y procesos de adhesión o distinción del proyecto original,

veamos el relato de otro profesor:

Entonces era como una militancia en favor de las cosas sociales ... y otras. Y

había conjunción [de factores en] un contexto en el cual sentías que tus repre­

sentaciones sobre el mundo a través del conductismo chocaban con la realidad.

Yo empezaba a tener otra forma de ver las cosas, una actitud muy legítima, no

de molestar a nadie ni de cambiar nada [del proyecto], ni de agredir a nadie,

sino de encontrar respuestas. (Romo, Entrevista 8, 2005: 14).

Otra evidencia:

Era realmente una posición muy honesta porque nosotros tratábamos de poner

en juego las cosas, pero la realidad nos rebasaba, nos dábamos cuenta que no

era posible meter la realidad a esto. Obviamente buscabas otras fuentes . Toda­

vía pensando que ibas a descubrir la teoría que te dijera qué era la psicología.

Ahora ya no lo piensas, pero bueno, en ese tiempo, todavía tenías la esperanza

de encontrar la teoría: el marco teórico. Bueno fue una sensación un poco de

fracaso en la búsqueda por la pluralidad. (Romo, Entrevista 3, 2005: 2) .

En los momentos de cambio institucional se reestructura tanto la forma en

que se concibe el conocimiento como las funciones de los actores y la tarea institu­

cional. El vínculo con la comunidad y las experiencias de los sujetos se transfor­

man instalando procesos de tensión epistémica, en este caso, entre el conductismo

y la teoría psicoanalítica de orientación marxista, lo que gesta a la vez, grupos

diferenciados dentro de la institución. Ya que "las afinidades epistemológicas y

grupales delimitan territorios, puntos de confluencia y de identificación así como

de exclusión" (Romo, 2006: 100).

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86 ROSA MARTHA ROMO BELTRÁN

Integrantes del grupo de los entonces maestros fundadores coinciden en se­

ñalar las tensiones derivadas del trabajo, que conjuntamente con los estudiantes,

realizaban en comunidades cercanas a lztacala, cuya población vivía de los granos

de maíz que, en su recorrido, dejaba el tren que por allí transitaba, veamos:

Empezamos a construir escuelas en autogestión con los padres y allí iniciamos

retomando los problemas sociales ... La verdad es que nos sentíamos ridículos

con las propuestas que les llevábamos en relación a la problemática existente,

porque advertíamos el problema de las economías difíciles. Entonces empezamos

a apoyarnos en la gente [académicos] de social. Para mí ahí hubo una coyuntura

histórica muy importante, con quien dirigía el departamento social, que además

era psicoanalista. (Romo, Entrevista 4, 2005: 9).

Es posible hablar de ideologías institucionales diferenciadas y en coexistencia,

las cuales se hacen visibles en momentos de ruptura al interior de un grupo y que

señalan distintas tensiones en las dinámicas institucionales. Las concepciones

acerca de la psicología, así como las formas de intervención en la realidad se modi­

fican, al tiempo que varían las representaciones acerca del campo de conocimiento

y sus diferentes componentes, dando origen a la conformación de nuevos grupos,

prácticas e identidades profesionales. Diferencias análogas a las expresadas por el

grupo disidente, las encontramos en la opinión del fundador del proyecto:

Lo que a mí me apenó mucho fue que muchos de los fundadores demostraron

muy pocas luces conceptuales para entender su papel y la responsabilidad que

tenían. Lamentablemente la izquierda mexicana y latinoamericana se carac­

teriza por matar lo innovador. [ ... ] Cuando regresé a Iztacala, en el ochenta

aproximadamente, empezaron a ocurrir cosas increíbles, como la "aparición"

(por conversión) de profesores psicoanalistas en educación especial. Cuando

un niño se cagaba decían: "sí, sí, muy bien, te comprendemos, síguete cagando

para que te sientas bien". Ese era el concepto de rehabilitación psicoanalítica .

Entonces dices: "bueno, esto ya está perdido". Decidí dedicarme exclusivamente

al posgrado y la investigación (Morales: 37).

Advertimos en estas fisuras entre grupos la relevancia del modelo de origen, el

cual imprime significados actuales a los relatos tanto del fundador como de los primeros

disidentes en Iztacala. "Ese pasado que se constituye como mandato y origen" (Fer­

nández, 1998: 83) constituye la época fundante no sólo para la carrera, lo es también

para el grupo aludido, el que se reconoce hoy diferente respecto del referente inicial.

Este conjunto de tramas nos muestra la dimensión cultural que, desde el

punto de vista de Lidia Fernández (1998: 49):

Page 84: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

INSTITUCIÓN Y RECORRIDOS ACÁDEMICOS ... 87

Conforma la novela institucional en tanto sintetiza el registro sobre el origen

y las vicisitudes en el transcurso del tiempo. Destacan de manera similar aconte­

cimientos críticos, así como la aparición de ciertas figuras o personajes.

Es por ello que las instituciones se presentan como conjuntos culturales, sim -

bólicos e imaginarios, ya que otorgan un espacio a cada sujeto y se conforma una

cultura determinada, lo que permite que se atribuyan lugares a los actores, que se

instituyan costumbres y rituales, además de evidenciar las distintas concepciones

sobre la identidad institucional.

La cultura institucional

El abordaje de los procesos de construcción cultural desarrollados en la cotidianei­

dad institucional conforma un conjunto de significados e imaginarios con respecto

de la institución, los estudiantes, la profesión, así como las vicisitudes que experi­

mentan ante los nuevos mandatos institucionales y su vínculo con la conformación

de identidades profesionales. Lo cual me lleva a plantear, como en otros trabajos,

el posicionamiento que asumo en cuanto a los procesos de constitución identitaria.

Aludo a ellos considerándolos dinámicos, en tanto que las identidades no

pueden ser entendidas como dadas una vez y para siempre, ni como una suma

pasiva de roles a lo largo de toda la vida de las personas, sino como un conjunto

permanente de cambios y negociaciones interactivas y significativas, desde el cual

se aparta de la concepción de mismidad, de realidad en sí, de similitud a sí mismo,

fuera del tiempo. Herencia de Parménides, en la que "el devenir está excluido del

Ser", de tal forma que '1a identidad es lo que permanece a pesar de los cambios"

(Dubar, 2002: 10).

Lejos de ello, considero que las identidades y los permanentes procesos de

identificación son cambiantes y se encuentran en continua incertidumbre. Es así

como podemos considerarlos como un resultado a la vez estable y cambiante, indi­

vidual y colectivo, subjetivo y objetivo, biográfico y estructural, que determina los

diversos procesos de socialización que construyen los individuos y las instituciones;

de aquí su carácter multidimensional. Por lo que de acuerdo con Dubar:

La paradoja no puede ser resuelta mientras no se tome en consideración el

elemento común a las dos operaciones: la identificación de y por el otro. Desde

esta perspectiva no hay identidad sin alteridad. Las identidades, tanto como

las alteridades, varían históricamente y dependen del contexto de su definición.

(2002, 11).

Considerarlas como constructos culturales nos permite entender los espacios

de trabajo como generadores de modelos que otorgan lógicas a los actores que en

Page 85: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

88 ROSA MARTHA ROMO BELTRÁN

ellos participan, en tanto que son socialmente reconocidos, lo que permite identifi­

caciones en el ámbito institucional toda vez que se generan relaciones subjetivas en

el empleo, además de la implicación personal en el trabajo. El sentido del trabajo

constituye entonces un componente fundamental en las identidades profesionales

por la conexión entre la situación o lugar que se ocupe, las actividades que se de­

sarrollan, las relaciones en los espacios institucionales. El grado de compromiso

con la actividad que se desarrolle; y en el trabajo académico la relevancia del

reconocimiento de los pares.

En el caso analizado, podemos identificar en el momento de fundación de la carrera en Iztacala, un tipo de "identidad comunitaria", en la que las formas de

hacer, sentir y pensar representan valores colectivos y procesos identificatorios

profundos con el colectivo y en nuestro caso, con la figura del fundador. El vínculo

contexto-institución-origen resulta interesante, al advertir la fundación de Iztacala

como institución de vanguardia académica, posibilita el desarrollo de un proyecto

instituido a la vez, desde un ala de conocimiento considerada por ciertas comu­

nidades académicas de avanzada. Confluye, de igual forma, con el movimiento de

carácter "societal" que caracterizó a las universidades mexicanas en la década de

los setenta, sin olvidar el carisma del padre fundador lo cual genera un modelo fusional de identificación con el líder. De aquí que podamos hablar de una pro­

puesta basada en la acción colectiva, cuyo anclaje lo encontramos en el modelo de

fundación, desde el cual los primeros protagonistas conformaron comunidades de

intereses y objetivos "comunes". Se evidencia, así, la conformación de una identidad

colectiva fuerte, un "nosotros" caracterizado por un gran sentido de pertenencia

que trasciende todos los planos del ser y hacer académico. Sin olvidar los diferentes movimientos contradictorios, advertimos, de igual

forma, crisis identitarias ligadas a los ciclos vitales, esta es una característica de

todas las historias de vida, así como de las trayectorias profesionales, las cuales

se encuentran atravesadas por incertidumbres, cambios decisivos y pruebas en el proceso de definición de uno mismo y de reconocimiento por parte de los otros.

En estos vaivenes tienen presencia las relaciones de poder en el trabajo, así como los conflictos laborales y las relaciones con los pares. En dichas trayectorias

académicas, además, cobra gran importancia el movimiento que se da en cada campo de conocimiento ya que la afinidad con nuevos planteamientos y grupos de

trabajo, marca momentos de ruptura en los que se diferencian ciclos temporales en la historia del sujeto. Lo anterior es posible advertirlo en las historias profe­

sionales de esta generación de profesores fundadores que en el inicio se integran y se definen a través del proyecto y el liderazgo del académico que lo encabeza, en tanto que el devenir institucional y personal los adhiere posteriormente a otras

posturas epistémicas. Esto origina recorridos personales, políticos, ideológicos y

académicos disímiles.

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INSTITUCIÓN Y RECORRIDOS ACÁDEMICOS ... 89

Vemos así cómo las formas identitarias se encuentran cruzadas por la espe­

cificidad de las situaciones de trabajo, por determinantes sociales, personales, así

como por el tipo de prácticas profesionales. No obstante, el proyecto de origen, en

las instituciones educativas, marca los procesos identificatorios ya que permanece

como referente trascendental en los recorridos profesionales de los académicos que

integraron nuestro universo de indagación, sea ya por adherencia o distancia del

mismo.

El multicitado modelo fundacional proporciona continuidad en las historias

personales e institucionales y preexiste como instancia de identificación central

para quienes los comparten como para los otros, es por ello que Dubar (2002: 86)

los identifica como generadores de identidad colectiva de tipo comunitario, "en

tanto que el proyecto genera escenarios tanto de fusión como de disidencia", pero

finalmente abre espacios de innovación y creación colectiva impactando la esfera

personal.

De igual forma es preciso anotar que los procesos de ruptura implican nuevas

identificaciones, las cuales se vinculan a la reconstrucción de otra forma societaria

que se desarrolla a través de decisiones voluntarias y muchas veces incierta, pero

que marcan temporalidades diferenciadas. Es aquí donde encontramos los víncu­

los entre la construcción de la individualidad y lo social-institucional. El modelo

de relación "fusional" que prevaleció en esta primera generación de profesores de

Iztacala facilitó identificaciones importantes con el líder, lo que conformó un alto

sentido de pertenencia grupal.

En mi trabajo ha resultado fundamental incorporar la dimensión subjetiva

de los informantes a través de la recuperación de lo específico, sin dejar de lado

determinaciones sociales e institucionales, lo que nos acerca al rescate de los su­

jetos como personajes históricos precisos. Por ello no parto de generalizaciones ni

de categorías teóricas preelaboradas, que si bien la teoría nos acompaña, resulta

imprescindible su deconstrucción con el objeto de explicar desde ese otro lugar en

el que se gestan nuevos significados.

Lo que representa considerar los hechos sociales no como datos o leyes gene­

rales que puedan ser válidas en cualquier espacio y proyecto, sino recuperar en

ellos los procesos humanos, los cuales son percibidos como irrepetibles, móviles y con evoluciones permanentes (Ferraroti, 2007).

Los eventos en los que interviene el individuo son recuperados e interpreta­

dos no desde la uniformidad de las leyes, sino a través de las diferencias que los

caracterizan. El trabajo biográfico nos permite estos acercamientos, pero a la vez

precisa un trabajo atento que de acuerdo con Ferraroti, nos permita la "emergencia

de áreas problemáticas" y de "conceptos operativos".

En esta cercanía a los sujetos emerge la implicación del investigador, en tanto

que los documentos biográficos evidencian problemas complejos, a los cuales accede

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90 ROSA MARTHA ROMO BELTRÁN

el investigador a través del otro, en un vínculo de cercanía y confianza de los infor­

mantes en un proceso de re-creación recíproca, en el que el mismo investigador se

ve cuestionado. A partir de ello se construyen textos respecto a la recuperación de

lo vivido, con sus orígenes, desarrollo, con progresiones y regresiones. Es por ello

por lo que el mismo Ferraroti (2007: 28), nos advierte acerca de la imposibilidad

de realizar una lectura externa de los textos de primera mano, por el contrario,

"es necesario habitarlos".

A través de las historias de vida es posible recobrar la autopercepción del

sujeto, lo que nos acerca a los procesos de construcción de subjetividades, de iden­

tidades y alteridades; al tiempo que se establecen los vínculos con el ambiente

contextual. Tal es el caso de las situaciones de trabajo, las cuales lo definen, pero

en las que a la vez se instituye, se da vida a las instituciones y se construyen sen­

tidos a los recorridos personales.

En las historias de los académicos a los que hago referencia en este trabajo,

destaca la importancia del origen, del modelo de fundación y los mitos respecto

a él, sin lo cual se empobrecería la comprensión del mundo en comunitario que

se comparte en las instituciones educativas. Las historias de vida enriquecen el

análisis institucional toda vez que permiten expresar y formular lo sustancial de

las vivencias cotidianas y nos acercan a estructuras sociales tanto formales como

informales.

Son un recurso indispensable para encontrar las tramas de significado, las

áreas problemáticas y con ellas los "conceptos sensibilizantes" que precisa el

abordaje de los complejos y cotidianos procesos que se gestan en las instituciones

educativas. En estos espacios en los que se convive en la diversidad, manifiesta en

la multiplicidad de prácticas, concepciones, juicios, significados e imágenes acerca

de la institución.

Analizar el modelo institucional y su origen, resulta interesante toda vez que

constituye un referente simbólico desde el cual se construyen identidades grupales

o diferenciadas, las cuales permiten vislumbrar trayectos tanto personales como

institucionales. Movimiento permanente en el que progresivamente se conforman

grupos diferenciados, aun cuando en el inicio se constituyen bajo un proyecto co­

mún. Es el caso de la entonces (1975), Escuela Nacional de Estudios Profesionales

Iztacala, perteneciente a la Universidad Nacional Autónoma de México.

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II EL RESCATE DE PROCESOS

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EL VÍNCULO CON LOS ACTORES DEL CASO ESTUDIADO Y LA TAREA DE INVESTIGACIÓN: UNA RELACIÓN

AL BORDE DE LO IMPOSIBLE

Cecilia L. Durantini Villarino*

el intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una

contradicción andante, y el que comprendió y no actúa, tendrá un lugar en la

antología del llanto, no en la historia viva de su tierra.

Rodolfo W alsh

El encuentro con el otro y la dramática de la interpelación: planteamiento del tema y primeras formulaciones

Este trabajo presenta, en primera persona, las vicisitudes atravesadas y los afec­

tos movilizados a partir del encuentro, como investigadora, con los otros -sujetos

actores del caso de estudio. A través de su análisis se propone examinar la relación

entre el vínculo del investigador con los actores del caso y la tarea de investigación.

Con este propósito exploro el impacto, especialmente intenso, que ha producido en

mí la estancia de un año en terreno con un grupo de niños y un maestro.

Ante esta cualidad de la vivencia, adquiere una particular resonancia la

alusión de Remedi (2004) a los recuerdos coagulados. Aquellos en los que ciertos

acontecimientos se inmovilizan como "escenas que no pueden ser interrogadas" en

procura de "controlar una cosa traumática y perturbadora" (op. cit.: 30). Dejours

(2006), en su estudio sobre la tolerancia frente al sufrimiento como resorte subje­

tivo de dominación, plantea que el olvido de ciertos hechos dolorosos -ocurridos

a sí mismo o a otros- "anestesia" las emociones y supone un ''blindaje" contra la

percepción del sufrimiento propio y ajeno, inhabilitando la toma de conciencia.

* Licenciada en Ciencias de la Educación (Universidad de Buenos Aires). Becaria doctoral de la Universidad de Buenos Aires, Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación, Facultad de Filosofía y Letras. [email protected]

[95]

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96 CECILIA L. DURANTINl VlLLARINO

Por otra parte, el marco de la elaboración inicial de este trabajo, dispuesto

por el seminario de doctorado "Paradigmas, textos y contextos en la investigación

social" desarrollado en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de

Buenos Aires, Argentina, a cargo de Dra. Rosa Martha Romo, de la Universidad

de Guadalajara, México, parece haber operado como un encuadre para "volver

expresivo el pasado" (Remedi, 2004.: 36). Remedi anuda esta posibilidad con la de

evitar la alienación generada por vivirse a través de mecanismos de olvido. Frente

a este tipo de operatorias, promovidas por "el poder a través de sus discursos de

ocultación de los acontecimientos", parece fundamental sostener la pregunta por

"todas las formas de lo otro" que resultan excluidas (Fernández y Ruiz, en Remedi,

op. cit.: 34-35).

En este ámbito, planteo como conjetura de inicio que el intenso impacto del

encuentro con el otro es vivenciado como una demanda que halla expresión, du­

rante el desarrollo de la tarea investigativa, en distintas escenas organizadas en

torno a una "dramática de la interpelación".

A fin de avanzar en la descripción y comprensión del problema objeto de inte­

rés, se enfoca el análisis del material por aproximaciones sucesivas. La estructura

del trabajo procura dar cuenta de este proceso mediante la presentación progresiva

de las formulaciones de la dramática que se han logrado elucidar, intercalada por

la exposición de algunos de los aportes teóricos que han contribuido a su esclare­

cimiento y complejización. Finalmente, se desplaza el foco desde las elaboraciones

sustantivas hacia el recorrido analítico. A partir de este movimiento, sitúo a la

reflexión sobre el proceso de investigación y al análisis de la implicación en un

contexto ampliado desde el cual me es posible definirlas como tareas de referencia

fundamental para el investigador.

La investigación: "Espacios educativos alternativos o donde la educación imposible se hace posible"

El problema y su encuadre de estudio El tema se define como el de la relación entre espacios educativos alternativos

-a los encuadres escolares convencionales y dentro de la educación formal- y

el aprendizaje de niños clasificados en el sistema educativo como "fracasados

escolares". Se trata de pensar el modo en que un cambio en la configuración del

espacio institucional preparado para el aprendizaje incide en la generación de una

dinámica que permite sostener la tarea primaria y, a estos niños, recuperar si los

han perdido desarrollar si los tienen, el deseo y la posibilidad de aprender en un

contexto de institucionalización educativa. Por lo cual, su interrogante central

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IMPLICACIÓN, EL RESCATE DE PROCESOS 97

¿cuáles son las condiciones y dinámica de los espacios educativos alternativos

que lo hacen posible? El encuadre clínico institucional de su estudio supone una serie de elementos,

de entre los que me interesa destacar la perspectiva clínica el modo de aproxima­

ción directo, detallado y en profundidad al caso. En segundo lugar, la concepción de

la tarea interpretativa como construcción de sentidos potenciales, cuya pertinencia

y validez se define, con frecuencia, retrospectivamente y en base a criterios de

evidencia interna o coherencia intrínseca entre las configuraciones concernientes

al fenómeno observado (Blanchard, 2005). Lapassade (1979), en la misma línea,

designa la reinscripción del "índice" de la experiencia -fragmento precisado por

el análisis- en la "cadena de asociaciones" de la cual ha sido tomado, como una

condición para interpretarlo. Finalmente, el sostén de una actitud clínica por el

investigador que le permita identificarse con los fenómenos y las personas mante­

niendo una distancia suficiente como para utilizar la identificación como fuente de

comprensión, sin confundirse con el otro (Bleger, 2003). Se trata del manejo de un

nivel de disociación instrumental que revela, según considero, el valor del análisis

de la implicación en este tipo de investigaciones.

Desde la perspectiva institucional adoptada aquí, lo institucional se entiende

como una dimensión de la vida humana que expresa los efectos de regulación social

logrados por la operación conjunta de mecanismos externos e internos de control

y que se concretiza -para la percepción de los sujetos- en diferentes formaciones

como marcos externos (leyes, normas, proyectos) y como organizadores internos

(valores, identificaciones, remordimiento) de su comportamiento. En este sentido,

resulta la dimensión de articulación entre lo individual y lo colectivo, lo psicoafecti­

vo y lo sociopolítico en torno a aquellas facetas que aluden, entre otras, a la tensión

entre la repetición -lo instituido-y el cambio -lo instituyente- (Fernández, 1997).

El caso

El Proyecto (PGN) dentro del que se ubica el caso en estudio (GN) funciona desde

hace más de cinco años como parte de la oferta del sistema educativo público. Sus

destinatarios son los niños que nunca fueron o abandonaron la escuela primaria

durante dos o más años y el propósito es reintegrarlos a la escuela común en el

grado más próximo a su nivel de aprendizaje y edad. Para eso, durante un tiem­

po, se integra el trabajo en el tipo de grupo escolar previsto por el PGN (GN) con la

participación en actividades de la escuela (materias especiales, actos, excursiones,

etc.). La coordinación de PGN se encarga de la supervisión y el acompañamiento de

los docentes -de nivel primario común- a cargo de los GN.

El GN tomado como caso funcionaba de lunes a viernes en jornada simple (13

a 17 hrs.), en una de las aulas de un centro comunitario ubicado en una villa de

emergencia a pocas cuadras del establecimiento escolar donde integraba una vez

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98 CECILIA L. DURANTINI VILLARINO

por semana. La coordinación decidió que para el 2006, año en que se sitúa el trabajo

de campo de esta investigación, operase como primer ciclo. El docente trabajaba

por tercer año consecutivo en este cargo.

Un total de doce niños (nueve varones y tres niñas) formó parte de GN en

algún momento del año. El grupo estable se componía de seis niños y dos niñas.

En marzo, siete de ellos tenían entre 8 y 10 años de edad, uno 6 y el resto -cua­

tro niños- entre 11 y 13 años. Con respecto a su lugar de nacimiento, cinco son

argentinos (dos de ellos migrantes internos), tres nacieron en Paraguay y cuatro

en Bolivia. Todos residían en villas de emergencia. La mayoría de las trayectorias

escolares incluían un pasaje por la escuela marcado por las experiencias negativas

como la repetición sucesiva y las discontinuidades e interrupciones vinculadas a la

trayectoria sociofamiliar (adicciones, muerte de miembros jóvenes, separaciones y

migraciones) y a las derivaciones operadas desde el sistema educativo. Es posible

diferenciar tres tipos de recorridos hasta la llegada a GN: a) fracaso escolar y tra­

yectoria interrumpida (seis niños): los niños enfrentaron desde el primer grado la

repetición sucesiva y luego desertaron durante un lapso de 1 a 2 años; b) rechazo

y trayectoria interrumpida (tres niños): los niños fueron rechazados por la escuela

aduciendo mala conducta, falta de documentos de identidad, sobre edad, falta de

vacantes; en general, se les envió a otra escuela, instancia o nivel de conducción del

sistema educativo; e) trayectoria no iniciada y derivación (dos niños): los niños no

habían ingresado a la escuela y su edad superaba la estipulada para el comienzo

del nivel primario por lo que la escuela o supervisión los derivó a GN.

El diseño de indagación y el trabajo en terreno El encuadre clínico institucional supone un avance en ciclos de contrato (exige la

aceptación voluntaria de los sujetos), indagación diagnóstica, producción de infor­

me de avance, validación de tales avances en reuniones de devolución y trabajo con

los sujetos implicados, reformulación del problema (y reiteración del ciclo hasta la

producción del avance final).

El diseño de indagación, que combina instrumentos de observación, entrevis­

tas, pruebas expresivas proyectivas y de rendimiento, se llevó a cabo durante el

ciclo lectivo completo del año 2006. La información se recolectó en dos tiempos. Uno

ajustado a momentos específicos: la semana de clases inicial, la previa al receso

invernal y la final; el otro, correspondiente al resto del año, durante el cual realicé

sesiones de observación una a dos veces por semana. En el siguiente cuadro, se

sistematiza su concreción.

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IMPLICACIÓN, EL RESCATE DE PROCESOS 99

Cuadro l

Instrumento Núm. Horas Momento Alo total totales especifico largo del

del año año

2005

Entrevista con informante clave para selección del caso 1 4 X

Primer contrato con informante -ill maestro- del caso elegido 1 1 X

Observación de prueba del instrumento y de exploración del 1 4 X

caso

Recolección de documentos 5 X

Total de horas en terreno 14

2006

Segundo contrato con el maestro del caso elegido / Encuadre 1 4 X

del trabajo-Análisis conjunto del diseño de investigación

Entrevistas de indagación institucional a los actores por posición 15 13 X X

Traba jo con el maestro sobre la crónica de una de las jornadas 2 12 X

Observaciones sistemáticas de jornadas diarias completas en 11 44 X

aula

Observaciones de jornadas diarias completas en aula: abiertas y 25 100 X

de temas específicos

Observaciones: jornadas en la escuela 8 32 X X

Observaciones especificas del contexto barrial e institucional 5 20 X X

Pruebas expresivas proyectivas 30 26 X

Pruebas de rendimiento 30 24 X

Registro de tareas, inasistencias, recolección de documentos 36 X X

Jornada de cierre del trabajo en campo con el maestro 1 5 X

Jornada de cierre del trabajo en campo con los niños 2 X

Total de horas en terreno 318

Las escenas y figuras en jaque: segundas formulaciones

En la introducción propuse que el intenso impacto del encuentro con el otro,

vivenciado al modo de una demanda, se expresaba como una dramática de la interpelación.

P. Aulagnier describe el vivir como un "estado de encuentro" marcado, para el

sujeto, por el "efecto de anticipación" de una experiencia que siempre se adelanta a

su capacidad de respuesta. El trabajo de su puesta en forma constituye el esfuerzo

que se opone para que el encuentro sea asequible al sí mismo y la relación con el mundo y con el otro, posible.

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100 CECILIA L. DURANTINI VILLARINO

La noción de dramática corresponde a la empleada por L. Fernández para

aludir "no sólo a un escenario sino también a escenas, a personajes, a acciones y

por ende, a la existencia de una realidad que se presenta en planos de diferente

acceso" (Fernández, 2006: 49). En cada uno de ellos "ocurren hechos, todos ellos

de existencia real -aunque no siempre material por supuesto--- que se conjugan en

alguna relación de sentido con aquello que se ve" (Fernández, op. cit.: 49).

El Diccionario de la Real Academia Española define el acto de "interpelar"

como: (a) "implorar el auxilio de alguien o recurrir a él solicitando su amparo y

protección" y (b) "requerir, compeler o preguntar a alguien para que de explica­

ciones sobre un hecho o cosa". Ambos significados estructuran las escenas de la

dramática referida aquí y las ponen en contacto revelando sus puntos de tensión.

Teniendo en cuenta las precisiones efectuadas, planteo como segunda conje­

tura que: las escenas y posiciones que organizan la dramática de la interpelación

como las cualidades de las que se hallan investidas; se asocian a los elementos que

configuran los encuentros con el otro y a los rasgos que los especifican y estructuran

la percepción en y sobre ellos.

En acuerdo con esta hipótesis de trabajo, el material de análisis está consti­

tuido por los registros del diario de itinerancia y las propias nociones y supuestos;

y también, por las crónicas de observación; los testimonios de los actores y las

producciones elaboradas en el marco de las pruebas expresivas proyectivas. Para

su elucidación recurro, en su carácter de intermediarios, a los aportes teóricos y al

diccionario. La descripción que enseguida presento, explora, privilegiadamente, los

sentidos asignados y las tensiones distinguidas entre: (i) las posiciones interpela­

das, al interior de cada escena, como juego de figuras invertidas; (ii) la posición de

interpelado y la de interpelante, como términos relacionales construidos a través

de la referencia mutua.

Las posiciones del testigo y el espía La noción de "testigo" evoca en mí la imagen del sujeto que da testimonio frente a

la sociedad para que se haga justicia sobre un crimen o para que se sepa lo ocul­

tado, que es un modo de hacer justicia. El asunto de su discurso remite a un otro

dañado que no dispone de los medios para denunciar el maltrato, la injusticia o la

mentira padecidos porque está silenciado, herido o muerto. No obstante, lo espera

del testigo. También circula la imagen del "espía" que se filtra en un grupo, y luego

de lograr que sus miembros confíen en él, comunica la información obtenida al

enemigo. Aquí, el otro aparece como víctima del engaño y el abandono.

En los dibujos y fábulas elaborados por los niños actores del caso, es posible

hallar índices de la atribución y puesta en escena de ambas figuras de interpela­

ción. Uno de los niños produjo un relato donde presentó a la investigadora como un

"topo". Este animal, por su referencia a lo subterráneo, lo encubierto y la intrusión,

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IMPLICACIÓN, EL RESCATE DE PROCESOS 101

podría expresar la fantasía persecutoria de que la investigadora estuviera operan­

do al servicio de algún otro, probablemente la escuela. A este sentido concurren

los dibujos donde el mismo niño representó a la investigadora "muerta" y del otro

lado de la hoja, la dibujó sonriendo junto a la bandera argentina, condensando la

autoridad de la nacionalidad, el saber y la organización escolar que lo expulsó.

Cuadro 2 Cuadro 3

Continuando con el relato, el topo se transforma "Una vez había un chiquito ...

hizo una historia con sus compañeros animales, le pusieron en una computadora e

hicieron muchos papeles. Cecilia se hizo famosa, se hizo una princesa." Este cambio

podría obedecer al recurso de conversión de lo temido en el contrario coronando

una fantasía en la que la "historia" del chiquito y sus compañeros no permanece

silenciada en el anonimato sino que se multiplica y es contada.

El relato de otro niño se organizó en torno a persecuciones y devoraciones

donde la investigadora fue representada con una paloma blanca: ¿acaso la paloma

mensajera o la paloma de la paz en medio de una historia cuyo título es "Cazador"?

Por su parte, los chistes del maestro acerca de aquello que la investigadora

debe decir y aquello que no; tanto como sus conversaciones sobre las injusticias y

soledades vividas; reenviaban a alguna de las dos posiciones identificadas.

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102 CECILIA L. DURANTINI VILLARINO

Cuando considero los probables desempeños, la línea divisoria entre la posi­

ción de testigo y la de espía parece hallarse determinada fundamentalmente por el

interlocutor de la declaración efectuada, que bien podría representar a un tercero

de apelación como al enemigo. Esto exigiría sumo cuidado al evaluar frente a quién,

qué y cómo se dice para, deseando encarnar al "testigo", no terminar operando

involuntariamente como un "espía". Sin embargo, habrá que medir la precaución

para no inhibir las funciones testimoniales convirtiéndome en colaboradora del silenciamiento.

El diccionario define al testigo como aquella persona que "da testimonio" -se

apunta al pasaje de algo a otros- o que "presencia o adquiere directo y verdadero

conocimiento de algo" -se indica la posesión de algo. Mientras que el espía es quien

"con disimulo y secreto observa o escucha lo que pasa para comunicarlo a quien

tiene interés en saberlo" e inclusive está "al servicio de una potencia extranjera

para averiguar informaciones secretas".

Quisiera retener dos nociones derivadas de ambos términos, que subyacen

a la ambivalencia, sugerida en las últimas reflexiones, de la figura del investiga­

dor. La primera refiere a que, por una vía directa, se "sabe algo" verdadero más o

menos secreto, no público. La segunda, a que eso que se sabe reviste el poder de

salvar o dañar.

Las posiciones del tercero, el compañero y el usurpador La figura del "tercero" me remite a quien establece contacto directo o indirecto

con los sucesos atravesados por el otro, desde un lugar diferente al de aquel que

los protagoniza. Allí reside su posibilidad de intermediar, a través de la escucha

y la palabra, entre los acontecimientos ocurridos y las vivencias y afectos del otro

al respecto. Sin embargo, la incertidumbre acerca de la potencia de la posición

analítica de terceridad para favorecer la creación de espacios para el pensamiento

y acerca del grado de contribución que estos efectivamente suponen; contribuye a

activar la imagen del "usurpador" que ha "tomado" lo perteneciente al otro para

beneficio propio. El temor de ocupar tal posición a consecuencia de un alejamiento

excesivo y, en contrapartida, el acercamiento afectivo y existencial a los sujetos y

a su cotidianeidad; puso en circulación la imagen de la "compañera". Aquella que

vive y comparte con el otro las vicisitudes, alegrías, desengaños, etc. En ésta, sobre

la negación de una diferencia de partida, probablemente se expresa la fantasía de

omnipotencia por lo que "estando en ese lugar" uno podría llegar a hacer. En los materiales de campo, predomina la convocatoria de los actores a que

la investigadora encarne alternativamente la posición del tercero y de la compa­

ñera. Por un lado, el maestro solicitaba su colaboración para realizar las tareas

cotidianas: mirar a los niños en el patio mientras iba va al baño, a dirección o con­

versaba con una mamá, repartir la merienda, sacar punta a los lápices, etc. A lo

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IMPLICAClÓN, EL RESCATE DE PROCESOS 103

cual aludía, además, en la entrevista de cierre del año: "como que te incorporaste,

como que eras una más de todo esto ... Quizás lo que no tomé la dimensión de lo

que realmente significa esto hoy, me sentí cómodo ( ... ) como acompañado ... ( ... )

eras una compañía". En esa ocasión, recuperaba su propia demanda de que la investigadora ope­

rase como un tercero "por eso yo te lo preguntaba a vos, que sos la única que venís

y que ves un montón de internas acá adentro, que lo ves desde adentro y desde

afuera ... " y recordaba el cumplimiento de su intervención como tal "me acuerdo

de tu presencia acá en el aula, me acuerdo momentos cuando estabas quizás, ob­

servando desde más afuera, después quizás cambiabas la posición y estabas más

adentro del grupo ... como que distintas maneras ... indirectamente siempre como

que me ayudaste ... " Por su parte, los niños acudían a ella como a una compañera del maestro

cuando le pedían ayuda para hacer la tarea, conversaban, o la llamaban "señorita

Cecilia". También en el material proyectivo se invocó esta posición. Una niña, por

ejemplo, concluía su fábula "El papá león (maestro) y la mamá leona (investigadora)

cuando llegaron del circo, donde los habían maltratado( ... ) vieron a los hijos muy

bien, estaban muy grandes y de vuelta toda la familia junta."

La sospecha de usurpación podría subyacer al final del relato ya citado de uno

de los niños, donde la investigadora "se hace famosa" mediante el uso que hace de

la historia acerca de la vida del niño escrita por él mismo.

La tensión entre estas posiciones parece configurada por los puntos de con­

tacto, soporte y fuga entre los esquemas de trabajo del investigador; los afectos

y ansiedades que la inmersión en el campo suscitan en él; y el impacto de las

emociones y cambios movilizados por los actores del caso en respuesta a su pre­

sencia y a la tarea que desarrolla. Estas cuestiones remiten a la problemática de

la intervención como dimensión inherente a la tarea del investigador encuadrado

en los enfoques institucionales.

Las posiciones del fiel y el traidor En el diccionario, el vocablo "fiel" designa al que "guarda fe o es constante en sus

afectos, en el cumplimiento de sus obligaciones y no defrauda la confianza deposi­

tada en él// conforme a la verdad". El término "traidor" alude al responsable de la

"falta que se comete quebrantando la fidelidad que se debe guardar".

La doble acepción del término "fiel" anuncia las primeras turbaciones surgidas

cuando enfrenté las tareas de análisis y comunicación del material del caso. El

dilema consistía en determinar el objeto de la fidelidad. Si para ser fiel a los sujetos,

no defraudando la confianza que habían depositado al mostrarme sus riquezas y

miserias, era preciso omitir ciertas informaciones; debería faltar a la verdad. Es

decir, no ser fiel: traicionar. Si para ser fiel al material, actuando conforme a la

Page 99: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

104 CECILIA L. DURANTINI VILLARINO

verdad, era preciso comunicar ciertos datos, faltaría a la confianza brindada. Es decir, no ser fiel: traicionar.

Suponiendo que la fidelidad a ambos lograra conciliarse, la siguiente preocu­pación compete al modo de garantizarla. Se trata de la inquietud por hallar una

manera de preservar el rigor y adecuación suficientes para evitar distorsiones del contenido y para mostrar con elocuencia la forma; a fin de restituir el sentido genuino y con ello, asegurar que no se ha violentado al objeto.

La escena recurrente de un acceso diferido y siempre denegado a la verdad,

se aproxima a la evocada por Derrida respecto de su alcance como el imposible de la tarea de traducción "la traducción no llega jamás a tocar, a pisar ese reino. Hay

algo ahí intocable y, en este sentido, la reconciliación es sólo una promesa" (p. 56). Estas imágenes aluden a la confrontación del investigador con los límites de la

actividad de conocimiento. Aulagnier advierte que su identificación no los elimina,

por lo cual es a la "ilusión de concordancia" entre el discurso teórico y el objeto a lo

que debe renunciarse. Desde esta perspectiva, correspondería calificar de traidor al intento de asimilar el objeto, al conjunto de enunciados científicos sobre el mismo.

Las posiciones del mirar y ser mirado. Con frecuencia, al contactarme con los materiales del caso, experimento sensa­

ciones de profundidad, extrañeza, inquietud y descolocación. Ellas me recuerdan la escena de una película acerca de sacerdotes "poseídos" por demonios. Allí, el

sacerdote que todavía "no ha caído en manos del mal", investiga los misteriosos episodios ocurridos. Para hacerlo, acude a una biblioteca antigua situada en un

sótano. El bibliotecario -enigmático y oscuro- le acerca los libros solicitados. El

sacerdote comienza a traducir un fragmento en voz alta y se detiene ante los tér­

minos que no alcanza a descifrar. Entonces, el bibliotecario le advierte que debería abandonar sus averiguaciones porque "Cuando uno se asoma al abismo, el abismo

lo puede mirar a uno". He sustituido los "sujetos" de este enunciado por una serie de equivalencias.

En ellas "uno" designa al sí mismo, yo, identidad, permanencia, conciencia que,

inclinada sobre el abismo para hallar respuesta a una pregunta, percibió que el

abismo la estaba mirando. El "abismo" define lo impenetrable, indistinguible, inmenso, oscuro, vacío. Aquí no aparece sino como cripta, metáfora a la que apela Derrida (2002) en referencia a lo que "permanece incalculable, no oculta un solo

secreto determinado, un contenido semántico que esté esperando detrás de la

puerta al poseedor de una llave." (p. 58) puesto que la cripta es "irreductible al

concepto, al saber e incluso a la historia" (Derrida, op. cit.: 58). Frente al abismo como "quien" que mira, remitiendo al otro y "que" que mira,

reenviando a lo otro del otro y de sí, la mirada no puede menos que inquietarse. En

este sentido, la escena aludiría a aquello sobre lo que Wittgenstein afirmó "existe

Page 100: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

IMPLICACIÓN, EL RESCATE DE PROCESOS 105

sin duda lo inexpresable. Esto se muestra a sí mismo ... de lo que no podemos ha­

blar, debemos guardar silencio".

El otro y los otros que ocupan la posición del interpelante: tercera formulación

La descripción y comparación de las posiciones del interpelante y del interpela­

do, singularizadas de acuerdo a la especificidad de las escenas en que se juegan,

permite avanzar en la identificación de los rasgos atribuidos a los otros -sujetos

actores del caso, colocados en la primera, y al sí mismo -investigador, ubicado en

la segunda.

El otro -actor del caso apareció como objeto de maltratos y exclusiones su­

fridos en el desamparo, por cuyas heridas necesita cuidado y protección. También

circuló la imagen del que acciona, piensa, anima, cuestiona, convoca y comparte.

Mientras que la figura del enigma parecía subyacer en un trasfondo, un "más

atrás" de los anteriores.

Por su parte, el sí mismo -investigador encarnó al sujeto atribulado por la

pretensión de actuar conforme a los criterios de la ética; a las exigencias epistémi­

co metodológicas del campo disciplinar y a los compromisos afectivos adquiridos.

Como tercera formulación planteo que un conjunto de escenas se organiza con

respecto al acto de interpelar como pedido de explicaciones por el modo de accio­

nar del sujeto investigador. Mediante este requerimiento, el interpelante ubica al

interpelado en una de las posiciones estructurantes de cada escena, según el tipo

de respuesta que le impute.

En un primer plano, el actor del caso ocupa la posición del "otro" interpelante.

Mientras que, a un lado de la escena principal, la comunidad académica, la inves­

tigadora formadora, el colectivo docente, los padres de los niños, los padres de la

investigadora, etcétera, también demandan explicaciones por el comportamiento

manifestado hacia aquel. A través de tal exigencia, enunciada en la realidad

exterior y a modo de discurso interiorizado, estos "otros" interpelantes remiten a

los fundamentos de la posición asignada al sujeto investigador en el esquema de

relaciones que lo vincula a cada uno de ellos.

En un segundo plano, junto a otros que han poblado la propia biografía,

reaparecen en la configuración del "otro" aún demandando justificaciones por las

respuestas que le fueron dadas. En un plano más profundo, el sujeto se encuentra

con el sí mismo desamparado, potencia y enigma, en el otro interpelante.

Page 101: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

106 CECILIA L. DURANTINI VILLARINO

Cuadro 4 Una escena de la interpelación en distintos planos

El otro El accionar del sujeto investigador: por las que es

respuestas dadas al otro Interpelado como:

Maltratado y desamparado

Potencia

Enigma

Sujetos actores del caso: los Cuidar Descuidar

niños y el maestro Acompañar Abandonar

Proteger Exponer testigo / espía

Ayudar Dañar compañero/ tercero/

Resfüuir Robar usurpador

Respetar Violentar mirador/ mirado

Resistir Desistir fiel / traidor

Liberar Amordazar

Denunciare Encubrir Por el otro

Hacer justicia y ser cómplice

Sujetos en contacto con el investigador hoy y a lo largo de Reparar Dañar Por los otros en el otro

su biografía Repararse, Dañarse,

Por el otro y por lo Sí mismo (sujeto investigadora) hacer, frustrarse, otro

ser mutilarse (de - en sí mismo)

~

~ -~ ' ' ---------. ¡-F r or Otros: '

Comunidad académica nvestigadora formadora

' ' 1 1 -1 1 1 1 1 1 1 1

' ' .

' 1 -- -

El colectivo docente

Los padres

La situación de encuentro, el acceso al sentido y su comunicación: aportes teóricos

A continuación, propongo examinar algunas de las cuestiones planteadas desde

la perspectiva de la etnografía, a través de las contribuciones de Galindo Cáceres

y desde la perspectiva de la sociología de la cultura, mediante una selección de

trabajos de Bourdieu.

El primer tema atañe a la convergencia sobre la densidad y complejidad atri­

buidas a la situación de encuentro y sobre la profundidad asignada al impacto que

produce en los sujetos. En base a una escena semejante, ambos autores reflexionan

acerca de las condiciones a disponer para un desempeño investigativo adecuado y

los recursos personales movilizados en ello.

Galindo Cáceres (1998) afirma que el trabajo de investigación comprendido

como "oficio de la mirada y el sentido" requiere del sujeto "confianza y tenacidad"

tanto en la situación de observación como en la capacidad personal de sostener la

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IMPLICACIÓN, EL RESCATE DE PROCESOS 107

mirada hacia el otro, el tiempo suficiente, en silencio, "dejando que la percepción

haga su trabajo" (op. cit.: 347). Es entonces cuando emerge la mirada del otro

"primero obscura en la intensidad de la propia voz interior, pero, poco a poco, de

forma intempestiva, empieza a tener eco entre las propias visiones" (op. cit.: 347) y

revela que él no estaba solamente afuera sino que "también nos habita aguardando

el tiempo de su entrada desquiciante en escena" (348). El impacto de ese tiempo

y espacio del encuentro con el otro, genera en el sujeto un extrañamiento de sí.

En los términos de Galindo, "el investigador se mira a sí mismo y se desconoce ...

y esto sucede al tiempo que el asombro y la sorpresa del otro aún están en carne

viva" (op . cit.: 348). La designación de la mirada del otro como último destino de

la mirada del sí mismo remite a su concepción de la tarea investigativa como un

trayecto emprendido desde el mundo propio hacia el del otro.

En uno de los capítulos de "La miseria del mundo" (1999), Bourdieu estudia

la relación de comunicación a través del análisis de los problemas manifestados

cuando la interacción se inscribe en una situación de entrevista investigativa.

En este marco, explicita su preocupación por los efectos, derivados de la asi­

metría social entre el entrevistado y el investigador y de la violencia simbólica

que ella supone en el origen y desarrollo del intercambio, sobre la posibilidad

de expresión del primero y de escucha del segundo. En respuesta, presenta una

serie de estrategias de intervención orientadas a reducirlos y evalúa sus límites

y posibilidades.

No obstante, advierte que su empleo serio demanda, por parte del investiga­

dor, el sostén de una "apertura oblativa" (op. cit.: 533) hacia el otro. Esta cualidad

exige una "conversión de la mirada" dirigida a los otros que acierta su punto de

apoyo en "una especie de amor intelectual" por ellos. Se trata de practicar el "olvido

de sí" para "tomar al otro como es" y ''hacer propios sus problemas", en oposición

a la atención formal y ritual característica de los intercambios cotidianos. Sólo así

se lograría "desgarrar la pantalla" (op. cit.: 533) de lo ya visto y ya oído para "en­

trar en la singularidad de la historia de una vida e intentar comprender, a la vez

en su unicidad y su generalidad, los dramas de una existencia" (op. cit.: 533). En

este planteo, la recepción del otro -expresada en los términos "atender" "apertura"

"entrar en" "tomar a"- se constituye en condición del comprender.

Ambos textos evocan las imágenes de la intimidad de un encuentro entre dos

donde el tiempo parece intersubjetivarse y desacelerarse, tornándose posible, al

decir de Ulloa, "escuchar y decir con resonancia" (1995). Desde esta lectura, diría

que la intimidad del encuentro; compromete. El investigador adquiere, al menos,

el compromiso de reconstruir cuidadosamente el material proporcionado y el de restituirlo a su proveedor.

En tanto constituyen problemáticas estrechamente imbricadas en el proyecto

de conocimiento, junto a la situación de encuentro con el otro se configura la del

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108 CECILIA L. DURANTINI VILLARINO

acceso al sentido y a la tarea de su reconstrucción. En su abordaje, los autores

tratan la cuestión de la objetivación, los elementos índices y la revisión de las

herramientas conceptuales y metodológicas.

El oficio de la mirada, descriptivo y fenomenológico, al que aludía Galindo, se

complementa con el oficio del sentido, consistente en la realización de "apuestas"

de significado acerca de lo observado. El ejercicio de ambos se hace posible luego

de establecida la distancia suficiente como para que se produzca el efecto de ex­

trañamiento ante lo otro capaz de suscitar la movilización del pensamiento. Desde

una perspectiva temporal, la distancia podría aludir al lapso de inmersión del

investigador en la interioridad de lo otro y de sí mientras que en una perspectiva

espacial, podría entenderse como la brecha entre lo otro del otro presente y lo otro

no presente -agrego, salvo al modo de ausencia- en el sí mismo.

Por otra parte, la reflexión sobre los modos en que esta distancia se instaura,

mantiene y vivencia y sobre los criterios y supuestos en que aquellos se funda -

mentan, podría servir al investigador en la "reconfiguración de la percepción de su

propia percepción" (op. cit.: 348) apuntalando el desarrollo de la tarea investigativa.

Bourdieu esboza algunos de los desafíos que suponen las tareas orientadas al

avance en el conocimiento del sufrimiento social, de sus causas y de los mecanismos

implicados en su regulación.

Una de ellas consiste en identificar los fenómenos sociales que operan, para

el análisis, como señales de las cuestiones objeto de preocupación. Se aproxima a

la tarea del médico que "debe consagrarse a descubrir las enfermedades que no

son evidentes" (op. cit.: 557) reconociendo los signos corporales que "son oscuros y

sólo revelan su sentido muy lentamente, y a menudo a destiempo" (op. cit.: 557).

Desde esta perspectiva, Bourdieu advierte que '1a urgencia jamás favoreció la re­

flexión" (op. cit.: 557) y reclama el ajuste del estudio a la especificidad del tiempo

y modo de manifestación del fenómeno, lo cual no sería posible sin la dedicación

"consagrada" del sujeto a ello.

En contrapartida, en "Respuestas para una antropología reflexiva" (1995),

anima al investigador a ejercitar la "objetivación participante" basada en el aná-

1 lisis de la relación establecida con el objeto que estudia. Entre sus determinantes

distingue los presupuestos y esquemas del sentido común del campo científico cuya

elucidación alerta contra su empleo como instrumentos de conocimiento. Solo a

través de este esfuerzo de objetivación de sí y de la relación con el objeto, le sería

posible al investigador "estar en condiciones de captar todos los puntos de vista

posibles" (op. cit.: 543) y, desde allí, reconstruir el "punto del espacio social" desde

el cual el sujeto investigado "dirige su vista hacia ese espacio" (op. cit.: 542). Una

tarea que exige la revisión continúa de las categorías empleadas para percibir,

describir y pensar los fenómenos estudiados.

Finalmente, las consideraciones sobre la puesta en circulación de lo producido,

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IMPLICACIÓN, EL RESCATE DE PROCESOS 109

en el marco de las tareas objeto de los análisis precedentes, y sus efectos, aporta

a la discusión sobre el papel de la ciencia en el espacio social.

En el trabajo sobre la relación de comunicación ya referido, Bourdieu alude a

las dificultades que acarrea la tarea de escritura de la entrevista grabada debido

a su doble estatuto como "acto de reescritura" que conlleva un trabajo hermenéu­

tico de traducción e interpretación y como "acto político" consistente en "llevar al

orden de lo público lo que normalmente no lleg~ allí o, en todo caso, nunca lo hace

en esta forma" (op. cit.: 541).

Con respecto al primero, señala que en el pasaje del registro oral al escrito, la

entrevista es sometida a dos coacciones en mutua tensión: fidelidad y legibilidad.

En procura de mantener la fidelidad al testimonio oral, luego de la inevitable pér­

dida de la voz, la pronunciación, el ritmo, la entonación, la postura corporal, etc.; se

administran un conjunto de recursos lingüísticos que amenazan la legibilidad del

texto escrito resultante. Asociada a ellas, se dirime la cuestión de situar al lector

en el punto del espacio social reconstruido a través de aproximaciones sucesivas a

la localización del sujeto entrevistado, y evitar el vaciamiento y la tergiversación

del sentido. En orden a lo cual, el investigador opera sobre el texto escrito de la

entrevista incorporando títulos, subtítulos, introducciones, etc.

La reflexión sobre el estatuto de la tarea de escritura como acto político in­

volucra el planteo de los propósitos que orientan al sujeto investigador y de los

efectos sociales de la comunicación que consuma.

Bourdieu promueve nuevamente la práctica de la "objetivación participante",

anticipando que permite captar aquello que el sujeto "menos desea saber" (op.

cit.: 191) sobre su relación con el objeto que estudia: el deseo de intervenir en él,

lo cual motiva su afección por el mismo. Entre los intereses que la determinan

socialmente, destaca sobretodo, los "asociados a la pertenencia al campo univer­

sitario y la ocupación de una posición particular en ese campo" (op. cit.: 191). La

advertencia sobre la operación de este y de otros tipos de intereses contribuiría a

que el investigador tome conciencia acerca de los condicionantes que inciden en la

posición desde la cual orienta su tarea y sea capaz de sostener un estilo de trabajo

coherente con aquella en la que pretende encuadrarse. En este propósito se justifi­

ca el esfuerzo de objetivación de sí, del otro y de la relación con él como un ejercicio

de identificación, extrañamiento y análisis sobre el tema y objeto de estudio hasta

las categorías en uso, las decisiones teórico-metodológicas y las interpretaciones

efectuadas sobre el material.

Desde esta perspectiva, Bourdieu somete a consideración la insuficiencia y

superficialidad de las categorías empleadas para aludir a los malestares del mundo

social cuando los discursos de los intelectuales, entre otros actores, responden a

las coacciones ejercidas por los poderes externos e internos.

No obstante, también recupera las contribuciones de la puesta en circulación

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110 CECILIA L. DURANTINI VILLARINO

de un conocimiento profundo de lo social alertando que "si bien hacer concientes

ciertos mecanismos que hacen dolorosa e incluso intolerable la vida no significa

neutralizarlos, sacar a la luz las contradicciones no significa resolverlas ... no es

posible considerar nulo el efecto que puede ejercer al permitir a quienes sufren

descubrir la posibilidad de atribuir ese sufrimiento a causas sociales y sentirse así

disculpados; y al hacer conocer con amplitud el origen social, colectivamente ocul­

tado, de la desdicha en todas sus formas, incluidas las más íntimas y secretas" (op.

cit.: 559). Bourdieu sostiene que, además, aporta decisivamente a la identificación

y el empleo de las alternativas y recursos disponibles para la acción. Por lo cual,

la política que no lo tenga en cuenta ''puede considerarse culpable de no asistencia

a una persona en peligro" (op. cit.: 559). Por mi parte, agrego que la ciencia social

que no comunica el conocimiento producido acerca del sufrimiento social a quienes

lo padecen; ni lo coloca en el ámbito público; también debería considerarse respon­

sable por la comisión del mismo delito.

El espacio complejo al que adviene la dramática de la interpelación: cuartas formulaciones

Teniendo en cuenta los planos de manifestación aludidos al reflexionar sobre los

fenómenos de interés y las líneas de análisis abiertas por estas consideraciones,

a partir del trabajo sobre los aportes teóricos de Galindo Cáceres y Bourdieu, en -

cuadro la nueva formulación en una perspectiva compleja.

Como primer enunciado, planteo que el encuentro con el otro ocurre en un

espacio definido por la articulación de tres planos. El plano psíquico implica a los

sujetos singulares y al vínculo entre ellos. El psicosocial concierne a los individuos

como miembros interdependientes de un grupo y el plano sociopolítico alude a las

posiciones de los actores hacia el interior y exterior del campo en que se localiza

la relación que los conecta.

Por consiguiente, infiero que el intenso impacto de ese encuentro se vivencia y

organiza como una dramática de la interpelación en virtud de las tensiones jugadas

en y entre los planos cuya articulación -a través de los puntos de contacto y de los

pasajes estancos- configura el espacio de su inscripción.

El tercer enunciado destaca, entre los elementos determinantes de tales

tensiones, el rasgo de intimidad atribuido al encuentro y la toma de posición como

investigadora, debido a que operan como anclajes del compromiso que habilita la

interpelación. Luego, propongo que la marcación y puesta en juego del compromiso

da entrada a la dimensión temporal.

Remedi distingue dos maneras de entender el tiempo: "dentro de" y "al lado

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IMPLICACIÓN, EL RESCATE DE PROCESOS 111

de". De acuerdo a la primera, en la escena de la interpelación, como tiempo pre­

sente, se actualizan componentes ligados a capas del pasado; como lo mostraba la

referencia a los otros "otros" de la biografía del sujeto investigador que aparecían

a través de su proyección sobre los otros actores del caso.

Según la noción de contigüidad, la escena de la interpelación podría especifi­

carse bien como un pedido de auxilio del otro en el hoy, a cuenta de un compromiso

adquirido con él en el pasado, al que habrá que responder en un futuro próximo.

O bien como un pedido de explicaciones en el presente, por las respuestas dadas

en el pasado próximo, al auxilio solicitado en un pasado más lejano, en virtud de

un compromiso adquirido en un pasado originario. En el futuro de esta escena

aguarda la condena o la recompensa y en un futuro extendido, la posibilidad o no

de reparación, o el proyecto.

Aún resta considerar la temporalidad inmóvil, detenida en su devenir, donde

la escena se manifestaría como un eterno presente dilemático sin resolución en el que todo es posible aún.

El conjunto de enunciados que compone la cuarta formulación alude a un

espacio complejo en el que se inscribe y al que a la vez define, la dramática de la

Cuadro 5 El espacio al que adviene la dramática

ESPACIO COMPLEJO

Definen un

Escenas de la dramática de la Interpelación

Plano psíquico Plano psicosocial

Plano socio político Tiempo "dentro de" Tiempo "al lado de"

Tiempo detenido

' ' ' -' ---t ' - -

' ·,' ' ' ·," ._l __ s_e_in_scn_·be_n_e_n _ _,I (,/,

Page 107: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

112 CECILIA L. DURANTINI VILLARINO

interpelación. Por un lado, se trata del sitio donde ocurre el encuentro a partir del

cual se suscita. Por el otro, desde la perspectiva de la circularidad, la dramática

en tanto efecto de los fenómenos generados en el espacio de su inscripción, rein­gresaría a éste como uno de los elementos que lo define.

La cualidad compleja le adviene a este espacio, además, de la heterogenei­dad de los planos que lo configuran, de los cruces y las brechas entre ellos y de la simultaneidad de las temporalidades en juego.

Los espacios institucionalizados y la escena nuclear de su dramática: aportes teóricos

El término "espacio" es tomado por L. Fernández (2006), en su trabajo "Espacios

institucionalizados de la educación", en sus tres acepciones como continente, ex­tensión, sitio y transcurso del tiempo. La amplitud de esta noción admite tanto la

distinción de las dimensiones de lo observable: lo material; lo organizacional; lo cultural y lo psicosocial como la consideración del devenir temporal en distintos

niveles: histórico; situacional; etc. A través de la cualidad de "institucionalizado" hace referencia a la diferen­

ciación y especialización de un espacio respecto del espacio social mayor; y a su

regulación según la institución en la que se adscribe. Esta supone la asignación de "un mandato, una tarea, un marco y las bases de una significación que orienta su

forma" (op. cit.: 31) y que delimita el modo organizativo en que se expresa. El análisis de la dramática de los espacios institucionalizados remite a "un

núcleo central" que se contacta por un lado con mandatos sociales cuya ambigüe­

dad los constituye en portadores de contradicción; y por el otro con necesidades subjetivas en jaque ligadas a la ambivalencia que inviste la relación del sujeto con

la institución. Tales elementos contribuyen a instalar, en un plano no observable, un suceder frecuentemente grupal donde los sujetos luchan con otros y consigo mismos para "cuidar y al mismo tiempo destruir el espacio institucional" (op. cit.:

33). Este suceder, que puede irrumpir en el plano visible, provoca "un movimiento continuo en el espacio institucional destinado al control de su potencial mortífero, a

la activación de su potencial de vida y a la defensa contra la ansiedad que origina"

(op. cit.: 33). L. Fernández distingue planos de acceso al mismo en los que, montada en un

conjunto de escenas que "parecen operar como trama de mutuo velamiento", se

juega la escena nuclear de la dramática institucional. Ésta se centra "en un tipo de

relación y/o una tarea siempre en riesgo de ser interferida por un suceder subya­cente contra institucional que no solo la niega sino que la amenaza de destrucción"

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IMPLICACIÓN, EL RESCATE DE PROCESOS 113

(op. cit.: 32). En un plano más profundo, ubica la escena de "sujetos en lucha por

defender/atacar al objeto-institución, la tarea primaria, su mismo ser/sujeto ins­

titucional" frente a los "sujetos en peligro de ser odiados, atacados, abandonados

por la institución" (op. cit.: 34).

El espacio institucionalizado de la investigación: quinta formulación

Con base a los últimos aportes teóricos, planteo que el espacio complejo, descrito en

la cuarta formulación, constituye el espacio institucionalizado de la investigación.

En segundo lugar, propongo que su suceder se configura, en este caso, en torno a

la dramática de la interpelación.

Siguiendo esta conjetura, ubicaré la dramática en el esquema de análisis,

propuesto por L. Fernández, para una aproximación a los planos del suceder

institucional sobre el supuesto de una escena nuclear en relación con el espacio y

movimiento reales.

Cuadro 6 El espacio institucionalizado de la investigación

Demanda de producción de conocimiento

ESPACIO REAL para el cambio y el avance social y científico

¡_Qué conocimiento? ¡_Para quiénes? ¡_Para qué cambio?

ESCENARIO Dramática de la interpelación: pedido de auxilio/ pedido de explicaciones

ESCENA EN UN PLANO Saber y poder PROFUNDO

En el espacio real amplio, la lucha entre los actores sociales situados en el

campo académico y profesional; por definir la versión legítima del mandato se ma­

nifiesta en las discusiones y mecanismos a través de los cuales se determina, por

ejemplo, la agenda de investigación, los destinatarios de la producción y los de los

recursos. La toma de posición del investigador en esta pugna conlleva riesgos con­

cretos para el sostén de la tarea, por ejemplo: la falta de financiación del proyecto;

el cierre del campo por sus protagonistas o por sectores de la administración en

desacuerdo o la deslegitimación de la investigación y sus hallazgos por los colegas.

Sobre el escenario, la dramática de la interpelación se expresa a través del

conjunto de escenas y posiciones que operan como pantalla de la escena nuclear

del espacio institucionalizado de la investigación.

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114

Escena de el Testigo y el Es ia

CECILIA L. DURANTINI VILLARINO

Cuadro 7 Escenas de la dramática

Escena de el Fiel y el Traidor

Escena de el Compañero, Escena de el Mirador y el el Tercero el Usu ador Mirado

Escena del pedido de auxilio IIIII/IIIIII Escena del pedido de explicaciones

Escena de la reparación, Escena del daño, la Escena de la condena y el Escena de la recompensa el hacer el ser frustración la mutilación casti o el ro ecto

Los componentes del núcleo central del suceder institucional que esta trama

devela al tiempo que oculta, parecen organizarse al modo de tensiones entre saber

y poder. Uno de ellos concierne al poder requerido para saber y a sus límites. Es

decir, ¿se puede saber o se trata de una tarea fútil, una pretensión demasiado am­

biciosa o un engaño? Otro atañe al poder de saber como potencia de reparación o

de destrucción cuyo empleo confronta con la confirmación o la frustración y con la

posterior condena o recompensa. Luego, resta considerar las alternativas ligadas

al saber sobre el poder de los otros y más aún, los grandes peligros que penden

sobre quien accede al saber de su poder, puesto que acechan al ser con la amenaza

de su mutilación.

Desde la perspectiva abierta por el planteo de estas cuestiones, la escena

pondría en contacto, en un plano más profundo, con el deseo de saber, que es a la

vez, un deseo de no saber (Filloux, 1995).

Cuadro 8 La escena en un plano profundo

~ Sujetos en lucha por defender I atacar al objeto-institución, la tarea primaria, su mismo ser/sujeto institucional ~ Saber y Poder

Visibilizar/ se - Dar/ se /// Ocultar/ se - Guardar/ se/// Reparar/ se - Destruir/ se

Sujetos en peligro de ser odiados, atacados, abandonados por la institución

Amenaza de privación del Poder de saber

1 Saber de poder

Hacer//// Frustración 1

Ser !1// Mutilación

Deseo de saber//// Deseo de no saber ... ..

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IMPLICACIÓN, EL RESCATE DE PROCESOS 115

Acerca del análisis de la implicación y de la reflexión sobre el proceso de investigación: comentarios finalP-¡:;

A través del avance por aproxim*iones sucesivas en la descripción, análisis y

comprensión del modo en que el encuentro con el otro impacta sobre el sí mismo,

procuré mantener el eje sobre la relación entre: el vínculo con los actores del caso,

y la tarea de investigación. DesdP. este foco se abordaron, entre otras conjeturas, las

referidas al carácter recíprocamente estructurante de los elementos que, según lo

planteado, configuran la relación objeto de estudio; a los planos en que tal relación

se establece y a la dimensión institucional que la atraviesa.

La ubicación de las contritluciones a la comprensión de la relación objeto de

estudio, en el contexto de sentido definido por el trayecto de investigación al que

aluden, permite apuntalar la puesta en cuestión y la reformulación de los supuestos

sobre los que se apoya la tarea ipvestigativa en los planos epistémico metodológico

y ético político. En este sentido, provee los fundamentos para definir al análisis

de la implicación y a la reflexioh sobre el proceso de investigación como tareas de

referencia clave para el investigador.

Por ejemplo, en el plano ep\stémico-metodológico, ambas colaboran en:

La comprensión del caso: a 'lravés del material constituido por las propias vi­

vencias como expresión, por la operación de los mecanismos de identificación

proyectiva e introyectiva (Klein, 1988), de algunas de las cualidades que asume

el encuentro y el vínculo de este maestro con estos niños.

El avance en la comprensión del objeto institución vía la captación de los fenó­menos en los cuales halla un espacio de alojo.

El control de la incidencia de la implicación en el posicionamiento y la toma

de decisiones específicos de cada etapa de la investigación.

La identificación de los fenómenos de captura del análisis y la comprensión por

ciertas dimensiones del tema, marcos teóricos y metodológicos, cualidades del

caso, posiciones de los actores, líneas interpretativas, las propias nociones del

sentido común "ordinario" o científico, entre otros elementos.

El avance -asociado al esfuerzo anterior- en el conocimiento del modo en que

ocurre la comprensión de los objetos de estudio: sobretodo respecto de la recur­

sividad y el soporte recíproco entre los distintos materiales de análisis y las

configuraciones de sentido.

Estas tareas también ayudan a elucidar el papel atribuido al intelectual en

la sociedad y a esclarecer el papel que se le asigna desde la propia posición. Per­

sonalmente lo asocio, entre otras, a las acciones de:

Dar testimonio en oposición al olvido y el silencio

Acompañar a los "desposeídos": definiendo la propia línea de trabajo en aten-

Page 111: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

116 CECILIA L. DURANTINI VILLARINO

ción a las situaciones de exclusión y sufrimiento; cumpliendo los contratos

acordados con ellos; no "tomando" su lugar; favoreciendo la creación de espacios

para el pensamiento mediante la escucha, la palabra y la presencia.

Reconocer al otro en oposición a su exclusión, reducción, negación y apropiación.

Buscar, preguntar-se, cuestionar-se; desinstalándose de la conformidad con las certidumbres y el quietismo mental.

Procurar la "verdad" aunque se la declare un imposible.

El análisis de la relación con este papel conduce al rastreo de sus huellas en

la biografía personal, la trayectoria familiar, académica y profesional, y a la inda­

gación de sus puntos de contacto con el contexto social más amplio. A través suyo

se revela la incidencia de ciertos acontecimientos, relatos, mandatos e imágenes,

sobre el modo en que dicho papel se ha configurado. En mi historia, por ejemplo,

adquieren relevancia:

La inmigración y la migración interna, las persecuciones por las afiliaciones

políticas; el reducido y valorado acceso a la educación; la pobreza y los peque­

ños progresos sociales que atravesaron las generaciones familiares que me

anteceden

Las vicisitudes e interrupciones sufridas por las líneas de investigación puestas

en marcha por los formadores apreciados.

Los pasajes por establecimientos educativos públicos como alumna y privados

como maestra; los lugares de ejercicio laboral y profesional -entre las em­

presas, la universidad y los organismos de derechos humanos-; y los grupos

sociales destinatarios de los trabajos realizados.

Las tareas pendientes de la militancia social.

Las discontinuidades asociadas a los movimientos migratorios internos y ex­

ternos, las crisis económicas y la inestabilidad política y las fracturas ocasio­

nadas por la última dictadura militar; con respecto al contexto sociohistórico

nacional más amplio.

Así, en los nudos e intersticios dE: las complejas tramas en que se articulan

los distintos recorridos identificados fui construyendo el papel del intelectual

como una tarea de riesgo que, no obstante, constituye un deber y un "honor"

desempeñar. La reflexión sobre esta y otras formas de entenderlo junto al análisis de la

implicación con dicho papel y con las concepciones en circulación, aporta al examen

crítico de los condicionantes que orientan el accionar como investigador en el plano

ético político y que, probablemente inciden también, sobre la toma de decisiones

en otros planos del quehacer.

Page 112: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

IMPLICACIÓN, EL RESCATE DE PROCESOS 117

Finalmente, lo expuesto en este trabajo, aumenta el fundamento para definir

a la reflexión sobre el proceso de investigación y al análisis de la implicación como

tareas que contribuyen, de un modo primordial, al desarrollo y el apuntalamiento

de una práctica rigurosa respecto de criterios científicos como ético políticos.

Se trata de tareas en soporte mutuo que, a condición de ser sostenidas a lo

largo del recorrido en un tiempo y espacio delimitados para ellas, adquieren di­

mensiones generativas y formadoras.

Las primeras aluden a sus contribuciones para la apertura e indagación de

sentidos y líneas interpretativas; perspectivas teóricas y metodológicas y áreas de

estudio que subsistían no exploradas. Las segundas conciernen a sus aportes para:

el reconocimiento y la mejora de los recursos y herramientas en uso, el descubri­

miento y la construcción de nuevos instrumentos; el sustento crítico de la posición

ética y política asumida y el desarrollo de un estilo propio que incluye, entre sus

rasgos, el ejercicio de un análisis reflexivo permanente.

No obstante, el análisis de la implicación, debido a su trabajo sobre lo negado,

lo silenciado, lo deseado, lo desconocido y lo incognoscible; instala la dimensión de

lo imposible y con ella el vacío y la ausencia. Probablemente allí, en las fisuras del

sentido, reside su potencia.

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PENSANDO IMPLICACIONES PERSONALES EN EL ESTUDIO DEL MOVIMIENTO DE

TRABAJADORES DESOCUPADOS

José Daniel Benclowicz*

Introducción

Como consecuencia de las políticas neoliberales instrumentadas por el gobierno de

Carlos S. Menem, en la Argentina se produjo un vertiginoso crecimiento del des­

empleo, que no tiene precedentes en la historia del país. En Tartagal y en General

Mosconi -localidades ubicadas en el norte de la provincia de Salta-, resultó par­

ticularmente traumático el proceso de privatización de Yacimientos Petrolíferos

Fiscales (YPF), que tenía una fuerte presencia en la zona. La venta de la empresa

estatal provocó, por un lado, una completa desestructuración económica y social,

y por el otro, una profunda crisis de identidad en el seno de la clase obrera de la

zona. Este es el escenario en el que surgieron, poco después, las organizaciones de

trabajadores desocupados de la zona, el tema de mi investigación.

En este trabajo, me propongo revisar parte de ella sobre la base de algunos

de los aportes de la antropología y la sociología reflexivas. Voy a tomar como

insumo principal mi publicación más reciente: "La izquierda y la emergencia del

movimiento piquetero en Argentina. Análisis de un caso testigo" (2006). Lo que

intentaré es (re) examinar y reflexionar abiertamente sobre los motivos que me

llevaron a realizar ese estudio, y a realizarlo desde cierta perspectiva y no desde

otra(s); se trata no sólo de cuestiones teóricas y académicas, sino también de aque­

llas que no se suelen -no se "pueden"- mencionar, por considerarlas perjudiciales

para la construcción de un saber "objetivo", o bien ajenas al interés académico:

las motivaciones políticas y personales. El problema que se presenta con respecto

a esto último es que no por ignorarlas dejan de existir. Así, arrojar un poco de luz

sobre las mismas puede ser útil para cuestionar y ampliar las perspectivas; traer

a la palestra la subjetividad quizás sirva para ofrecer un panorama más objetivo.

* Historiador. Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, UBA. [email protected]

[119]

Page 115: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

120 JOSÉ DANIEL BENCLOWICZ

Explicitando implicaciones

Comenzaba ese artículo diciendo que

Las localidades de Tartagal y General Mosconi pertenecen al departamento de

General San Martín, ubicado en el norte de la provincia de Salta, sobre la ruta

nacional número 34, a sólo nueve kilómetros de distancia la una de la otra. En

esta región, considerada como una de las "cunas" del movimiento piquetero o

de trabajadores desocupados, maduraron experiencias de lucha, organización

política y económica alternativas que pueden ser consideradas como las más

radicalizadas de las últimas décadas en la Argentina, y que influyeron decisiva­

mente en la conformación y orientación de numerosas agrupaciones piqueteras

en todo el país. Los piqueteros del norte de salta impulsaron y encabezaron for­

mas de democracia directa que desplazaron al poder político local, transfiriendo

el capacidad de decisión y acción a asambleas populares en las que participó

el conjunto de la comunidad. Esas puebladas masivas forzaron el retiro de las

fuerzas represivas y la aceptación -aunque no siempre el cumplimiento- de

las demandas de los manifestantes. Como consecuencia de esas luchas, las

organizaciones de trabajadores desocupados lograron controlar recursos econó­

micos, a partir de los cuales implementaron distintos proyectos y modalidades

de autogestión. Por otra parte, las estructuras sindicales locales tradicionales

fueron desplazadas en ciertos momentos por las agrupaciones piqueteras, que

se convirtieron en el eje de referencia de buena parte de los trabajadores.

Releo el párrafo y lo encuentro satisfactorio en cuanto a requisitos formales

tradicionales, surge con claridad que el tema es importante: en la zona donde rea­

lizo el estudio se gestó el movimiento piquetero, lo que pasó allí sale de lo común

y alimenta experiencias en todo el país; así, no cabe duda que está justificado

académicamente ocuparse del asunto. Ahora bien: ¿es esa "importancia" el motor

de mi elección? Evidentemente no: si cada investigador debe justificar que su tema

merece ser estudiado, todos aparecerán revestidos de algún tipo de importancia.

Esto no significa negar que este tema u otro la tenga, mas bien se me ocurre que

tengo motivos personales para elegirlo, motivos que no suelen aparecer explicitados

en el trabajo, como si un tema se eligiera solo porque es "importante". Esto último

resultaría intrascendente quizás, si pensamos que las motivaciones personales

no influyen en la observación. Entonces, resulta paradójico que, si bien en la

actualidad el paradigma positivista es criticado ampliamente, a la hora de hacer

"ciencia", escribimos como si las cosas estuviesen justificadas en si mismas, como

si el observador fuese algo completamente separado de lo observado. Sin embargo,

si analizo un poco la cuestión, surge rápidamente que mis motivaciones no son

Page 116: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

PENSANDO IMPLICACIONES PERSONALES EN EL ESTUDIO DEL MOVIMlENTO... 121

aleatorias: yo milité varios años en uno de los partidos políticos involucrado en la

conformación del movimiento piquetero de Tartagal-Mosconi, e incluso participé

en la organización del movimiento en Buenos Aires. Definitivamente no son alea­

torias, y sin embargo no las había explicitado en el artículo, se supone que de esa

manera uno es mas "objetivo". Pero el ocultar del discurso los rasgos subjetivos

del investigador, no borra su existencia ¿no es verdad? Persisten, pero enmasca­

rados para el lector; si se revelan suena menos objetivo, pero ¿no es exactamente

al revés? Si el lector sabe, si se le permite tener en cuenta esa variable, cuenta

con más elementos para el análisis, el texto se vuelve de este modo un poco más

transparente, más "objetivo". Digamos pues que mi implicación es bastante fuerte como para obviarla: mi­

lité en el Partido Obrero, milité en el movimiento piquetero. Estas características

parecen acercarme, conozco varias cosas desde "adentro". Por eso, me

Resulta bastante conocido el hecho de que durante la década de 1990, las polí­

ticas neoliberales impulsadas por el gobierno de Carlos S. Menem provocaron

un vertiginoso crecimiento de la pobreza y del desempleo en la Argentina.

Ese es el marco en el que se produjo la emergencia del movimiento piquetero,

conformado esencialmente por trabajadores desocupados. Sin embargo, todo

ese proceso de organización y radicalización, en el que se expandieron nuevas

identidades e identificaciones políticas, no surgió en el vacío como mera reacción

ante la desocupación y el crecimiento de la miseria. El análisis empírico de la

emergencia del movimiento de trabajadores desocupados de Tartagal-Mosconi

muestra que la intervención de actores de izquierda jugó un papel central en

el desarrollo de los acontecimientos. A su vez, en otras regiones parece haberse

desplegado una actuación similar.

Me llama la atención un proceso en el que surgen nuevas identidades políticas,

que pueden ser relacionadas en parte con distintos elementos de las identificacio­

nes de la izquierda; me interesa un proceso en el que la izquierda no es marginal,

como siempre lo fue durante mis años de militancia, sino que ocupa un lugar im­

portante. Entrevisto a mis "pares" impares porque tuvieron éxito en el campo de

la intervención política. ¿Quiero comparar, explicar nuestro (mi) fracaso, tratar de

constrür una fórmula para el éxito, reivindicar y darle importancia al activismo

practicado durante años? Probablemente. Quiero también apoyar a un sector opri­

mido con las herramientas de la l;).Cademia, y denunciar a la sociedad dominante.

Los mismos protagonistas lo perciben así -y esperan además, eso de mi-. Intuyo

que soy visto como un aliado valioso, con influencia en espacios a los que ellos no

tienen acceso por si mismos. No sólo para los piqueteros: dirigentes, militantes,

empresarios y periodistas me recibieron cuando llegué a hacer mi trabajo de campo

Page 117: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

122 JOSÉ DANIEL BENCLOWICZ

como un amigo, me invitaron a dormir en sus casas, a participar de reuniones, a

comer, a conversar, a dar entrevistas en la radio y en el canal de televisión local.

Todo eso me permitió acercarme observar aspectos que permanecían, al comienzo

de la investigación, inaccesibles. Y uno de esos aspectos relativiza justamente lo

que vengo sugiriendo: hay, en estas comunidades -y posiblemente en la mayor

parte de las comunidades pequeñas, en donde no existe el anonimato de la gran

ciudad- mayor cercanía entre la gente, mayor contacto y atención por el otro más

allá de cualquier interés particular. Hay también, gran curiosidad por lo que viene de afuera, en este caso, yo mismo.

Los sujetos en la historia

Me empieza a interesar, quizás por primera vez, no sólo el proceso "estructural", smo que.

En el Departamento de General San Martín se pasó de una tasa [de desempleo]

de 6,2% en 1991, antes de la privatización, a un índice de 33,7% en 2001, lo que

implica un aumento de más del 540% de la desocupación. Comparada con la

media provincial-que pasa del 6% al 29,2%-, la tasa de General San Martín se

ubica 4,5 puntos por encima. En ese contexto, hacia 1996 surgió la UTD (Unión

General de Trabajadores Desocupados) de Mosconi, la principal agrupación

piquetera de esa localidad. Uno de sus fundadores más destacados fue Juan Nie­

vas, ex trabajador y delegado de YPF y ex-militante del Partido Comunista (PC). 1

La historia ya no es un proceso sin sujeto, hay nombres, hay protagonistas:

había reemplazado a la vieja historia de héroes, fechas y acontecimientos por un

positivismo aún peor, el de suponer que las cosas suceden solas. Redescubro enton­

ces a la gente como productora no sólo de mercancías, sino de su propio devenir.

Al poco tiempo de su creación, la UTD impulsó la toma del Concejo Deliberante

de Mosconi: "En el '96 ya una vez que estábamos constituidos, tomamos el Con­

cejo, ocho personas de Mosconi, 23 días, lo transformamos a ese Concejo en un

comedor para niños y ancianos ... Y por lo menos la comida la tenían asegurada

y bueno, a partir de ahí se fueron enterando, mucha gente que se solidarizaba,

porque estábamos nosotros adentro del Concejo [ ... ] Vino mucha gente del go­

bierno: senadores, diputados[ .. . ] Entonces, logramos que el gobierno reconozca

Más adelante Nievas se vinculó a la Corriente Clasista y Combativa (ccc), central sindical orientada por el pcr (Partido Comunista Revolucionario) .

Page 118: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

PENSANDO IMPLICACIONES PERSONALES EN ~~L F~STUDIO DEL MOVIMIENTO... 123

que hay desocupación". (Miembro fundador de la UTD, entrevista de agosto de

2000, en Lapegna, 2000: 46, 47).

Si una historia sin sujetos es un problema, una acción política sin ellos es

imposible, quizás esto explique parte del (de mi) fracaso. Por una vez alguien tiene

éxito, quiero saber quién, de qué manera. Desde luego, selecciono, omito ciertos

nombres conscientemente para no abonar el terreno de la judicialización de la

protesta social. Pero me interesa mostrarlo, me interesa que se repita el "éxito".

Busco, en primer lugar, los antecedentes del evento clave que marcó y marca no

sólo a los trabajadores desocupados de Tartagal y Mosconi, sino al conjunto de

esas comunidades, que se hicieron visibles a pesar de la ceguera de funcionarios

políticos e investigadores, me refiero al primer gran corte-pueblada de 1997 en

Tartagal-Mosconi. Hago una breve arqueología:

[ ... ] Porque en sede central, por ejemplo, las indemnizaciones (por los despidos

y retiros "voluntarios" previos a la privatización de YPF, en 1991) tuvieron un

monto que era igual al 100% del sueldo en actividad por año de servicio. Aquí,

después de un montón de movilizaciones, de asambleas populares que se hi­

cieron -hubo una de 10 mil personas, otra como de 3 mil o 4 mil personas, con

todos los funcionarios provinciales, que fue la que convoca al corte de ruta por

primera vez, y que conduce a la huelga en YPF-, se logra aquí el 150% del salario

en actividad. (Docente, miembro de la comisión negociadora del corte de 1997,

entrevista de agosto de 2000, en Lapegna, 2000: 44).

[ ... ] creo que Cutral-Có (por el primer gran corte de ruta-pueblada que se produjo

en la década de 1990 en esa localidad de la provincia de Neuquén) fue ... una

enseñanza para todo el país. Y en el '97 nosotros nos animamos gracias a lo que

sucedió en Cutral-Có [ ... ] incluso el empresariado local, [ ... ] se prendieron en

el corte porque estaban admirados de lo que hizo Cutral-Có. Era muy nuevito

lo que había sucedido y es como que nos impulsó a ... fue como una luz donde

nosotros fuimos y nos aferramos. Una posibilidad de lucha, se abrió un nuevo

campo de lucha. De protesta [ ... ] Y mucha gente acá actuó empujada por esa

sensación que le produjo Cutral-Có [ .. . ] fue un espejo donde nosotros nos mira­

mos y dijimos: 'es válido'. (Entrevista a dirigente de la UTD, agosto de 2000, en

Barbeta y Lapegna, 2001 : 239).

Después me centro en los momentos previos:

Los acontecimientos de Neuquén se conjugaron con la experiencia previa del

corte de 1991, la toma del Concejo Deliberante en 1996 y con un estado de mo-

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124 JOSÉ DANIEL BENCLOWICZ

vilización creciente en Tartagal-Mosconi desde principios de 1997. En enero de

ese año, se organizó una importante movilización reclamando -y logrando-- la

liberación de los dirigentes de la UTD, que habían sido detenidos como consecuen­

cia de la ocupación del Consejo Deliberante de 1996 (Oviedo, 2001). Hacia el mes

de marzo, se vivía un clima de descontento generalizado entre los trabajadores

municipales de Mosconi, a quienes la comuna adeudaba tres meses de sueldo.

Por último, tras una serie de cortes de energía eléctrica, se conformó una Co­

misión de Vecinos, con representantes de los medios de comunicación local, de

los comerciantes y de los barrios pobres de Tartagal (Barbetta y Lapegna, 2001:

240) para protestar contra la empresa de energía, que había sido privatizada

recientemente. [ ... ] Finalmente, el 7 de mayo [ ... ] se reunió una asamblea en

la plaza San Martín de Tartagal que resolvió interrumpir esa misma noche el

tránsito de la ruta 34, a la altura de General Mosconi, cerca de las refinerías de

petróleo.2 Según consta en el diario salteño El Tribuno, en la asamblea partici­

paron activamente dirigentes sindicales y políticos de izquierda, y periodistas

de medios locales:"[ ... ] se realizó una asamblea donde hablaron, entre otros, los

periodistas Marcelo Jerez y Claudio Sotelo, el dirigente político César Rainieri,

del Partido Obrero, y la delegada docente Rosana Franchi de Escolarisi" (El

Tribuno, 9/5/97). Pero la protesta contó con el apoyo de prácticamente todos los

sectores de la zona, que intervinieron activamente en el conflicto.

Me interesa subrayar la intel'Vención de actores vinculados a partidos de

izquierda, hecho ignorado o disimulado en la literatura académica más reciente,

que mayoritariamente condena o desprecia su accionar: las puebladas parecen ser

"espontáneas", como si no hubiese ningún tipo de organización e historia detrás de

ellas. Encuentro justamente lo contrario:

La misma edición del citado periódico [El Tribuno] registra la participación de

los desocupados, que reclamaban trabajo; y la intervención como líder destacado

de Juan Nievas, que como ya se mencionó, era un destacado dirigente de la UTD.

En la edición del 14/5/1997, aparecen los nombres de los delegados designados

por la asamblea que conformaron una Comisión negociadora para dialogar con

las autoridades, entre los que figuran Juan Nievas y César Raineri. Otro de los

delegados electos fue José Barraza, que al igual que Nievas, había sido traba­

jador estatal, delegado sindical y ex-miembro del PC; luego del corte se vinculó

al PO y organizó el agrupamiento piquetero de ese partido, la Coordinadora de

Trabajadores Desocupados de Tartagal-Polo Obrero (CTD -PO) (Entrevista del

Dos días antes de esa asamblea, un periodista local y una concejala del Frepaso (Frente País Solidario, de centroizquierda, partido integrante de la "Alianza", junto a la ucr) habían iniciado una huelga de hambre, en protesta a la falta de respuestas a los reclamos por parte de las autoridades.

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PENSANDO IMPLICACIONES PERSONALES EN EL ESTUDIO DEL MOVIMIENTO... 125

autor a José Barraza, junio de 2005). Como se puede ver, la influencia de la iz­

quierda se evidencia no sólo en el tipo de acciones que se emprenden, sino en los

propios actores intervinientes, que juegan un papel destacado en el movimiento

en general y como referentes de los trabajadores desocupados en particular.3

El papel destacado de la izquierda y de actores con experiencia sindical en

el proceso de conformación del movimiento de trabajadores desocupados, no es

una particularidad de las localidades de Tartagal-Mosconi, sino que aparece, con

características similares, en el conjunto del movimiento. De hecho, la casi tota­

lidad de las numerosas expresiones de este "movimiento de movimientos", están

orientadas por distintos partidos y grupos de izquierda. En la actualidad, es posible

distinguir entre un sector "oficialista", que apoya e integra el gobierno de Néstor

Kírchner, y otro "radical" que comprende a la mayor parte de las organizaciones y

de militantes piqueteros, que impugna no sólo las políticas económicas del gobierno,

sino también el propio orden social imperante. En este último sector, intervienen

diferentes tendencias trotskistas, maoístas, comunistas, autonomistas, libertarias.

Pero incluso en el sector oficialista, participan corrientes de izquierda vinculadas

al nacionalismo popular. En suma, creo que es posible afirmar que la izquierda

jugó un papel importante en la emergencia y desarrollo del movimiento de traba­

jadores desocupados.

Ahora bien: para tratar de captar el proceso específico en Tartagal-Mosconi,

procuro ensamblar todo: antecedentes, contexto, actores, protagonistas, de tal

forma que surja desde la letra impresa la fórmula de la acción política efectiva.

Pero releo una vez más y el bosquejo que empieza a dibujarse parece algo arbitra­

rio. Hay actores que también fueron protagonistas y sin embargo los relego a una

acotación que podría estar ausente. ¿Por qué excluyo a esas personas, esta vez,

casi inconscientemente? ¿Será porque no pertenecen al sector que yo previamente

construí como dramaturgo? Explicitar mis motivos está resultando fructífero, no

hay duda. Porque incluso en los prosaicos términos de construir una fórmula, la

omisión de esa influencia que no proviene de la izquierda, sino de sectores más

moderados, invalida la ecuación. Y eso no implica negar el papel de los sectores

más radicalizados. Pero resulta más que razonable suponer que en una sociedad

conservadora, como lo son en general las comunidades del interior de la provincia

de Salta, la voz de los grupos moderados es escuchada, juega un papel significativo,

y no desaparece automáticamente en un contexto de radicalización de esa sociedad:

el periodista mencionado en la nota número 5 es justamente Marcelino Jerez, que

surge como el primer vocero de la asamblea popular que se conforma en la ruta,

según surge de las propias citas que yo había escogido.

Hay otros militantes que no son figuras públicas como las que mencionamos y que forma­ron parte de la comisión negociadora de 1997, decidimos no consignar sus nombres por cuestiones relacionadas con su seguridad.

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126 JOSÉ DANIEL BENCLOWICZ

Entonces, parecería que es preciso quitarse los anteojos con los que observa­

mos la realidad para verla realmente. Pero aún se puede Íl' más lejos: ¿es posible

despojarse verdaderamente de los prejuicios? Posiblemente no totalmente, de ahí

que mi observación difiera de la de otro; igualmente vale la pena intentarlo, en

todo caso, de esta manera quizás se logre una visión de lo que sucede que sin llegar

a ser total, extienda sus fronteras, se amplíe un poco mas. Para ello, se impone

renunciar a las fórmulas, se requiere percibir la inasibilidad de la realidad en

toda su complejidad, y por lo tanto, la inutilidad de las fórmulas para describirla o predecirla.

Observando la conformación del movimiento

De todos modos, mis implicaciones me ayudaron a percibir ciertas características

que otros autores pasaron por alto:

Desde los comienzos del corte, los distintos sectores se dispusieron en el espacio

de una manera particular, que tradujo visualmente los antagonismos sociales

que persistían al interior del movimiento de protesta. En efecto, el corte se

organizó en dos piquetes diferentes, cada uno con una composición social bien

determinada: el piquete sur, ubicado en la primera línea de avance de las fuer­

zas represivas, compuesto fundamentalmente por trabajadores desocupados y

ocupados; el piquete norte, integrado por comerciantes, empresarios y docentes,

entre otros.

Hay un énfasis puesto en el carácter social de los agrupamientos. Y a partir

de eso, algunas hipótesis:

La confluencia de miles de trabajadores desocupados en el piquete sur y el de­

sarrollo de un proceso de deliberación popular en el que participaron los actores

ya mencionados, posibilitaron la visualización de la comunidad de problemas e

intereses al interior de este bloque social, lo que le permitió constituirse como

tal subjetivamente. La dinámica que se desenvuelve es análoga a la que describe

E.P. Thompson en La formación de la clase obrera en Inglaterra (1989), en el

sentido de que es la capacidad de los propios trabajadores desocupados de per­

cibir y articular sus intereses comunes la que los constituye como actor social.

Así, podemos considerar este confluir en el mismo piquete como una instancia

fundacional del movimiento piquetero de Tartagal-Mosconi, en el que la vivencia

de la desocupación y de las carencias cotidianas trascienden definitivamente

Page 122: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

PENSANDO IMPLlCACIONES PERSONALES EN EL ESTUDIO DEL MOVIMrnNTO... 127

el plano subjetivo individual para asumir un carácter colectivo, en el que los

propios protagonistas se reconocen y asumen una actitud combativa.

Pero la pueblada de 1997 en Tartagal-Mosconi excede a un sector social

en particular, hay una (re)acción comunitaria, de conjunto, en este punto lo que

intento es ubicar la problemática de clase en su contexto más específico: el de las

características de dos comunidades marginadas tras la privatización de la empresa

estatal -YPF- que funcionó como su misma razón de ser. Soy nativo, y al mismo

tiempo, soy "extranjero". Me crié y vivo en la Capital Federal, no en un pueblo

salteño; provengo, además de otro sector sociocultural. Trato de explicar en este

punto, contextos y desarrollos que me son ajenos: vivir en una comunidad peque­

ña del interior del país cuyo eje articulador social y económico era una empresa

estatal que fue privatizada y perdió esa función, una comunidad que se hundió

vertiginosamente en la pobreza y en la indigencia, que se sintió (y fue) ignorada

por el poder económico y político provincial y nacional. Se me ocurre que

Todo este proceso, en el que participó activamente la burguesía local, [es decir

no sólo los trabajadores ocupados y desocupados, sino toda la comunidad] nos

muestra una profunda crisis de hegemonía, que permitió el avance de una

amplia alianza de clases sobre el orden político instituido. En ese contexto, se

visualiza la presencia de una identificación colectiva vinculada a lo local, capaz

de oponerse como bloque a un otro, constituido simultáneamente por el Estado

nacional, el provincial, y las empresas petroleras multinacionales.• A su vez,

el debilitamiento de la identidad peronista de los trabajadores a raíz de la pro­

funda crisis social provocada por las medidas implementadas por el gobierno

ese signo político, favoreció la influencia de actores políticos vinculados a la

izquierda con una inserción de larga data en el núcleo de relaciones sociales

locales. Esa influencia contribuyó a que la identificación colectiva emergente

fuese decodificada y cobrase sentido en función de la identidad vinculada a la

pertenencia social, que tendió a fortificarse a lo largo de la pueblada.

En efecto la protesta, que había comenzado como un corte de ruta, se convirtió

en una verdadera pueblada. Lo mas cercano que viví a un acontecimiento similar,

fueron las Jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001, el "Argentinazo", momento en

el que surgió y se popularizó el lema "Que se vayan todos" (los políticos, funciona-

Distintos autores sugieren que el planteo de la "reparación histórica", levantado por los manifestantes, apunta simultáneamente a las compañías petroleras multinacionales, que transfieren las ganancias percibidas fuera de la región, y a los gobiernos nacional y provin­cial, responsables políticos de la desestructuración económica y quienes redistribuyen la renta petrolera obtenida en la zona. En los hechos, los tres actores parecen ser identificados como un bloque al que se le oponen las reivindicaciones locales.

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128 JOSÉ DAN1EL BENCLOWICZ

rios, autoridades). Fue un gigantesca rebelión popular, que hizo sentir fuertemente

sus efectos durante toda la primer mitad del año 2002, período por excelencia de

las "Asambleas populares" que se extendieron por las principales ciudades del

país, en el que todas los días se realizaban protestas colectivas, en el que todos

los viernes se llenaba la Plaza de Mayo con el reclamo de "Que se vayan todos".

Mi experiencia como participante de todas esas luchas me ofrece una perspectiva

desde la que observo la pueblada de Tartagal-Mosconi; probablemente también

sea posible afirmar lo mismo aunque en sentido inverso: rebeliones como la de las comunidades del norte de Salta ofrecieron una perspectiva para el "Argentinazo".

Porque muchos de los elementos que se desplegaron en él ya estaban presentes en

1997, en Tartagal y Mosconi: desde el comienzo del corte hasta su levantamiento, el

14 de mayo al mediodía, el funcionamiento del sistema representativo fue abolido

de hecho por las asambleas populares masivas realizadas enla ruta. Estas instan­

cias de deliberación popular se asumieron soberanas en la práctica, desconociendo a los representantes municipales electos mediante el sufragio. Además, los dele­

gados que se fueron eligiendo a los efectos de dialogar con los gobiernos nacional y

provincial eran revocables, y debían someter las propuestas de las autoridades a

la consideración de las asambleas, que podían aceptarlas o rechazarlas:

De las asambleas participan todos los sectores, desde los representantes de

los periodistas de las radios FM de la zona hasta los de las siete comunidades

aborígenes [ ... ] no existe un líder definido como en las jornadas anteriores,

donde actuaba como principal vocero Marcelino Jerez. Ahora, Jerez comparte

un poder relativo con otras quince a diecinueve personas que representan a los

sectores involucrados, pero todas las decisiones pasan indefectiblemente por

las asambleas, que ayer se realizaron con una concurrencia que, en algunos

momentos, superó las dos mil personas (El Tribuno, 11/5/1997).

A modo de conclusión

El martes 13 de mayo, luego de que las autoridades provinciales se hicieran presentes en la zona, los empresarios y comerciantes lograron la satisfacción de

parte de sus demandas, y se retiraron del corte. 5 Pero la medida no se levantó: los trabajadores desocupados reforzaron sus reclamos sectoriales en torno a la

obtención de trabajo estable, rechazando los ofrecimientos del gobierno de planes

Comerciantes y empresarios deudores del Banco Nación e Hipotecario nacional obtuvieron una amplia refinanciación; los sectores maderero y agropecuario obtuvieron créditos y tierras fiscales (estatales) para la explotación. (Clarín ] 5/5/1997).

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PENSANDO IMPLICACIONES PERSONALES EN EL ESTUDIO DEL MOVIMIENTO... 129

"Trabajar"6 y subsidios de desempleo; en su lugar, reclamaban '1 ... ] la creación de

5,000 puestos de trabajo de 400 pesos cada uno, con una duración de tres años,

más los adicionales correspondientes a salario familiar y obra social" (El Tribuno, 12/5/1997). Finalmente, en un marco signado por las constantes amenazas de

represión, el día 14, y tras una sustancial mejora en la oferta del gobierno inicial­

mente, se ofrecieron 1,000 planes "Trabajar" y 1,000 subsidios de desempleo de

220 pesos cada uno, en el acuerdo firmado se establece el otorgamiento de 1,000

fondos de desempleo de 220 pesos por un año; 3,000 planes "Trabajar" por un año

y 1,000 por seis meses, de 220 pesos; y 1,400 puestos permanentes en petroleras

privadas-, los trabajadores desocupados levantaron el corte definitivamente. Sin

embargo, el movimiento se siguió (y se sigue) desarrollando; las redes sociales que

surgieron o se fortalecieron en el corte-pueblada de 1997 difieren su acción hasta la

actualidad: durante los años subsiguientes, el movimiento de desocupados avanzó

en su organización e influencia, manteniendo los principales reclamos generales de

1997, y adoptando el corte de ruta y el de acceso a las empresas petroleras como principal método de lucha. 7

De forma análoga, creo que la reflexividad abre un campo valioso para la

revisión, reflexión y crítica que parecen indispensables para el desarrollo de las

ciencias sociales y humanas.

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Los planes 'ªfrabajar" del gobierno nacional, al igual que otros programas similares a nivel provincial, consistían hacia 1997 en el otorgamiento de una ayuda de aproximadamente 200 pesos a cambio de una contraprestación laboral que generalmente consistía en realizar tareas de asistenria municipal o comunitaria.

Esta forma de protesta, que se generalizó en la zona a partir del año 2000, consiste en la instalación de piquetes en los accesos de las empresas que impiden la entrada y salida de materias primas, equipo y producción.

Page 125: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

130 JOSÉ DANIEL BENCLOWICZ

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IMPLICACIÓN EN UNA INVESTIGACIÓN SOBRE DESARROLLO. CONDICIONAMIENTOS Y POSIBILIDADES

Ariel García*

Introducción

El objetivo del presente artículo es discutir algunas particularidades de la implica­

ción 1 de quien suscribe en la práctica de investigación. Para ello, tomo como caso

la experiencia propia, que se enmarca en mi inserción en proyectos financiados por

entidades de ciencia y técnica en Argentina. 2 Específicamente, analizo las motiva­

ciones que me han llevado a indagar la problemática del desarrollo. De ese modo,

intento deconstruir desnaturalizando mi práctica de investigación.

Las fuentes de información empleadas son secundarias. Se trata literatura

académica referida a la implicación y al abordaje de la relación entre sujetos, sub­

jetividad y producción de conocimiento. Además, en función de nuestro objetivo,

incluyo bibliografía especializada en la problemática del desarrollo.

En mi escasa y reciente práctica como investigador, distintas pesquisas

centradas en las economías regionales y en las dinámicas político-territoriales me

* Becario Doctoral Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas en el Centro de Estudios Urbanos y Regionales, Argentina. En este trabajo tomamos la definición de implicación propuesta por Barbier (1977: 7-8). Para este autor, en el campo de las ciencias humanas aquella "puede definirse entonces como el compromiso personal y colectivo del investigador en y por su praxis científica, en función de su historia familiar y libidinal, de sus posiciones pasadas y presentes en el tra­bajo de investigación y de clases y de su proyecto socio-político en acto, para el investimento que es necesariamente la resultante, es parte integrante y dinámica de toda actividad de conocimiento."

Se trata de los proyectos: 1) UBACyT F009 (2004-2007): Problemática Institucional y Desarrollo Rural (el caso de las provincias de Salta y Misiones); 2) PICT 02-08811 (2002-2006): Problemática Institucional y Desarrollo Rural (el caso de las provincias de Salta y Misiones) de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica -ANPCyT- de la SECyT, Presidencia de la Nación; 3) UBACyT F159A (2001-2002): Nueva Institucionalidad y Desarrollo Rural en la Argentina (estudios de caso en las provincias de Buenos Aires y Misiones); y, 4) PIP-CONICET 1442/05 (2005-2007): Política económico-social e institucional para la pequeña producción en la periferia regional argentina

[131)

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132 ARIEL GARCÍA

han llevado insistentemente hacia el cuestionamiento del concepto de desarrollo,

ampliamente enraizado en el sentido común y de cuya difusión he participado in­

conscientemente. Esta tendencia no fue en modo alguno una situación planeada.

Ni siquiera fue producto de una indagación específica sobre dicho cuestionamiento.

A su vez, la autocensura impuesta antes, durante y después del proceso de

investigación en distintos avances y trabajos finales, 3 ha mantenido mi historia

de vida aparentemente al margen de la producción académica. Pues, como señala

Dewey (1967; citado en Lourau, 1989: 235) en nombre del organicismo intentamos

expulsar el papel de los estados de conciencia del acto de investigación, ya que lo

indeterminado de la situación de búsqueda produce un "pánico total." Y este pánico

puede ser relacionado con mi formación científica, nutrida de ideas provenientes

de pensadores formados bajo el iluminismo (Wallerstein, 2002: 263).

Este trabajo se estructura en cuatro apartados. En el primero, presento y

analizo sintéticamente el marco teórico que ha influenciado mis investigaciones.

En el segundo, planteo algunas de las críticas que desde las ciencias sociales se

hacen al concepto de desarrollo. En el tercero examino elementos (objeto y sujeto)

del proceso de investigación para intentar deconstruir mi implicación en el campo

del desarrollo. Por último, realizo algunas reflexiones.

¿Qué marco teórico para qué investigación?

El interés "consciente" en el desarrollo proviene de mi inclusión en distintos pro­

yectos de investigación plurianuales, desenvueltos en una universidad pública y

en un centro de estudios, financiados por fondos públicos y dirigidos por econo­

mistas. En los proyectos enmarcados en la Universidad me dediqué a estudios

fundamentalmente agrarios y rurales (población, descentralización y federalismo

en municipios), 4 en los que la cuestión del desarrollo era central. Uno de los docu­

mentos elaborados en este marco, asegura que:

Esta propuesta parte de considerar que la crisis socioeconómica, institucional,

cultural y de representatividad que atraviesa Argentina, es una oportunidad

Específicamente, me refiero a tesis realizadas (Población y territorio en Misiones. Los casos de los departamentos Eldorado, Guaraní y Oberá, Misiones) o en elaboración para la MaPs­tría de FLACSO Pn Estudios Sociales Agrarios (Procesos de descentralización y federalismo fiscal. El caso del Municipio San Pedro, Misiones) y para el Doctorado en Geografía de UBA (Federalismo fiscal y Agricultura del Tabaco), como a distintos documentos que fueron insumo o devienen de ellas. En Argentina, el Instituto Nacional de Estadística y CensoR establece la condición de rural a toda localidad (concentración de edificios unidos por calles en una distancia no mayor al kilómetro de distancia) con 2000 habitantes o menos.

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lMPLICAClÓN, EL RESCATE DE PROCESOS

social y política. Es el momento de enfrentarse al desafío de diseñar un nuevo

modelo de desarrollo, que conjugue crecimiento económico con equidad. Y que,

conjuntamente, favorezca el surgimiento de una nueva política institucional,

superadora del tradicional funcionamiento prebendario y clientelístico, con que

ha operado la política en general (Manzanal, el al., 2006: 3).

133

Por otra parte, en el marco del proyecto dirigido desde un centro de estu­

dios por un economista regional y en el que me incluyo al momento de escribir el

presente artículo, mi investigación se centra en economías regionales y políticas

públicas. A diferencia del proyecto anteriormente presentado, no se han elabora­

do enunciados taxativos sobre el deber ser. No obstante, se parte de una serie de

hipótesis que guían nuestra investigación. Estas se encuentran contenidas en los

siguientes párrafos:

Interpretar el proceso de desarrollo basándose en los datos agregados de la

evolución de las cuentas nacionales en general, o a través de un indicador como

el PIB, es por lo menos insuficiente, porque estos indicadores no necesariamente

reflejan la realidad social y la apropiación desigual del crecimiento. El incre­

mento de la capacidad productiva nacional de bienes y servicios se distribuye

de manera muy heterogénea, tanto en términos humanos como territoriales

(García y Rofman, 2006: 29) .

Es por esto que ciertas cifras poco nos dicen sobre quien, cómo y dónde se apro­

pia y se disfruta del crecimiento; quien y donde consume, invierte y ahorra.

No son cuestiones menores, porque ¿qué sentido tiene hablar de recomposi­

ción paulatina del proceso económico si éste no se refleja en la diferenciada

situación social de los habitantes de las zonas "reactivadas"?; ¿qué caso tiene

observar los principales rubros de exportaciones si no se consideran las con­

diciones en que se desenvuelven las personas que con su trabajo las hacen

posibles?; ¿no se tratará, una vez más, de la reiteración de las contradiccio­

nes propias del desarrollo capitalista en una formación económico-social con

escasa o nula regulación estatal y con cobertura parcial o insuficiente de las

demandas básicas de la población?; ¿es posible seguir deslumbrándose con

las puras cifras de crecimiento sin preguntarse quiénes y cómo se apropian

de sus beneficios? (ibíd.).

En ambas citas encontramos una postura crítica frente a situaciones que se

describen como parte de la realidad social y económica de Argentina. La primera

posee un carácter propositivo y se centra en aspectos político-institucionales. En

cambio, la segunda es crítica a las nociones de crecimiento y de desarrollo, sin

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134 ARIEL GARCÍA

efectuar una ruptura o cuestionamiento sobre las mismas. Sin embargo, conside­

ramos que ambas citas ejemplifican hasta qué punto las propuestas alternativas

pueden seguir recurriendo al desarrollo. En última instancia, siguen adscribiendo

al desarrollo como una creencia de progreso posible, viable y planificable.

Contemporáneamente, la continuidad en la adhesión al desarrollo suele suce­

der bajo calificativos humanizantes en boga, como "sustentable", "local" o "rural",

entre otros. Esta dotación de nuevos significados puede ser calificada como una

estrategia consciente o inconsciente para sostener al desarrollo como concepto y

como política de intervención (Esteva, 2000: 86). No obstante, en estas y otras

investigaciones que indagan la cuestión de los desequilibrios socioeconómicos re­

gionales es habitual el encuadramiento y adscripción teórica en torno al concepto

de desarrollo.

Asimismo, en estos estudios es difícil encontrar una reflexión crítica acerca de

qué es el desarrollo y si debemos necesariamente realizar nuestras investigaciones

partiendo de él como algo dado y de cualidad indiscutible. En definitiva, entiendo

que mi inserción en proyectos centrados en la temática del desarrollo generó una

aceptación inconsciente del concepto. Es esto lo que intento empezar a deconstruir

en el siguiente apartado.

Entonces, ¿qué es desarrollo?

En distintos instancias académicas que van desde seminarios hasta congresos y

reuniones académicas he asistido y participado en la discusión sobre "el desarro­

llo". En particular, al debate sobre sus alcances, dificultades y potencialidades

en relación a las desigualdades regionales en diferentes ámbitos de Argentina y

a la promoción de políticas públicas tendientes a reducir tales inequidades. Sin

embargo, en aquellas instancias la alusión a lo que entendíamos por desarrollo

era escasa o directamente inexistente. Se asumía esta noción como un dado, se la

naturalizaba. Es hora de que intentemos deconstruirla.

Según Esteva (pfr. ibíd.: 71) el desarrollo es el núcleo de una constelación

semántica increíblemente poderosa. Para la mentalidad y la conducta moderna es

incomparable a otra noción por su fuerza directriz del pensamiento. Sin embargo,

este mismo autor sostiene que frente a esa fortaleza, pocas palabras son tan pobres,

tan frágiles e incapaces de ofrecer sustancia y significado al pensamiento.

Isla y Colmegna (2005: 6 y 21) señalan que no existe una definición unívoca

de desarrollo, que es un concepto dinámico y polisémico y que resulta de una cons-

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IMPLICACIÓN, EL RESCATE DE PROCESOS 135

trucción social (por lo tanto, histórica). 5 Atañe a una meta, a un estado de cosas

deseable, y a la idea de progreso en la civilización occidental que se enmarca en una

economía capitalista industrial. Además, entienden que habitualmente también se

refiere al desarrollo como una política de intervención que persigue una mejora en

la calidad de vida y en el acceso a bienes y servicios públicos (ibíd. : 5-8).

En la década de 1970 se produjo un replanteo conceptual, ante la dificultad

creciente del marxismo para abordar y explicar la realidad del capitalismo contem­

poráneo (Laclau y Mouffe, 2006: 8) y de las propuestas inscriptas en las teorías de

modernización para advertir las desigualdades socioeconómicas estructurales que

el "despegue" generaba (Rist, 2002: 121-122).

Dos decenios más tarde, y traspasado el impasse posmarxista, esta crisis

alimentó un intenso debate acerca del desarrollo, sobre todo en antropología y

en sociología, en el cual es posible identificar detractores (p. ej. Escobar, 1998;

Ferguson, 2003) y críticos (Rist, 2002). Del mismo surgieron distintas propuestas

que intentan replantear el concepto de desarrollo. Esta revisión se realiza tanto

deconstruyéndolo discursivamente (en esa dirección van la etnografías globales)

o a partir de estudios particulares que comparan la diversidad y especificidad de

distintos circuitos productivos. En este último sentido se inscriben los trabajos de

la denominada nueva economía política (p. ej. Buttel y Me Michael, 1994). Desde

esta última perspectiva, se propone una vuelta a la economía política, conservan­

do el interés en las posibilidades y limitaciones de los estudios y propuestas de

desarrollo, las políticas públicas y las clases sociales, aunque se acota la escala de

análisis para evitar una excesiva generalización.

Coincidimos con Escobar (1998: 23) en que ubicar al desarrollo en términos

de discurso permite concentrarnos en la dominación y explorar las condiciones

de posibilidad y los efectos mas penetrantes del desarrollo. Pues, para este autor

(ibíd.: 31) el desarrollo es una experiencia particular caracterizada por la creación

de un dominio del pensamiento y la acción que se basa en tres ejes que lo definen:

a) las formas de conocimiento referidas a él, a través de cual cobra entidad y es

corporizado en objetos, conceptos y teorías; b) el sistema de poder que regula su

práctica; y e) las formas de subjetividad fomentadas por este discurso por cuyo

intermedio las personas, las regiones o los países se reconocen como "desarrolla­

das" o "subdesarrolladas." Intentaremos reflexionar a partir del primer eje, pues

es el que considero más trascendente debido a que mi inserción en la temática es

fundamentalmente académica.

Nótese que aunque con desarrollo se alude a las condiciones de reproducción material de una determinada sociedad, la misma se encuentra influida por una visión evolucionista y organicista, más cercana a la biología.

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136 ARIEL GARCÍA

¿Qué desarrollo para qué investigación?

Según Bourdieu (pfr. 1995: 163), en el proceso de investigación importa la cons­

trucción del objeto, y el poder de un método de pensamiento manifiesto en su

capacidad para transformar objetos socialmente insignificantes en objetos cientí­

ficos. En este proceso se trata de convertir los problemas abstractos en operaciones

científicas prácticas. Sin embargo, la transformación de problemas en operaciones

prácticas se realiza en un ambiente en el que la subjetividad del investigador está

presente y en el interactúan diversos factores. Por caso, las historias de vida de

los investigadores involucrados en determinada pesquisa, la relación pei·sonal

entre el tesista y su director (u orientador, diferencia de denominación que puede

expresar distintas formas de vinculación entre ambos), son cuestiones habitual­

mente pasadas por el alto, pero que poseen un papel determinante en la propia

producción de conocimiento. Como describe el citado autor (ibíd.: 165), el habitus científico es un modus operandi que funciona conforme a las reglas de la ciencia

pero sin partir de ellas. Es decir, uno hace lo que la institución marca, pero sin que

haya una guía universal que permitiera exhibir una conducta apropiada, sino que

lo que se hace se aprehende a través de indicaciones prácticas que son señaladas

por el director/orientador.6

El citado modus operandi se instituye en una serie de procedimientos que

constituyen la metodología de investigación. No obstante, las inquietudes nacen

tan pronto como ponemos en práctica dichos procedimientos. Al respecto, Lourau

(1987: 238-239) advierte que se nos dice que para la construcción del objeto de

conocimiento desconfiemos de los objetos reales. Sin embargo, seguidamente nos

surge la inquietud por cómo definir lo real, y llegado el caso, cómo establecer el um­

bral entre lo real y lo que no es real. Por ende, puede pensarse en la "cosificación"

del desarrollo. Como señala Ferguson (pfr. 197: 250), un cuestionamiento a este

concepto puede hacerse cuando pensamos que nuestros propios estudios conciente

o inconscientemente reconocen una determinada lógica económico-política, lo que

manifiesta una motivación ideológica.

Considerando la subjetividad del investigador es que Ferguson (ibíd.) sostiene

que en tanto objeto, el desarrollo parece familiar, pero debe tomar más una forma

de preguntas irresueltas con resolución posible que la de un conjunto de convic­

ciones. En este sentido, la consistencia de nuestro objeto es puesta en cuestión,

su carácter monolítico e indiscutible desaparece. Como señala Barbier (1977: 1),

es allí cuando se derrumba el supuesto de que el observador no interviene en el

Esta situación pudría caracterizarse con la conocida frase "a investigar se aprende inve1;ti­gando." Y podría completarse añadiendo que aprender a investigar depende de cuestiones tales como las indicaciones y el tono en que nuestro orientador o director nos las trasmita: cuál es nuestro marco subjetivo condicionante (historia de vida); y cual es la relación per­sonal entre dirigente y dirigido.

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IMPLICACIÓN, EL RESCATE DE PROCESOS 137

campo de observación, cuyas características serían asépticamente evaluadas por

variables dependientes e independientes. En esta relación de exterioridad, un su­

jeto observa al objeto desde una neutralidad axiológica que desconfía de la ilusión

de transparencia y del conocimiento inmediato, de la sociología espontánea y del

etnocentrismo de clase del investigador (pfr . ibíd.).

Por ende, ¿que hay que decir respecto del sujeto? Lourau (1987: 240) destaca

el papel de las motivaciones personales y de identificaciones que configuran algo

tan indeterminado como el objeto del conocimiento. Por lo anterior, resulta claro

que mi tendencia a indagar en la temática del desarrollo no es accidental, ni tan

reflexivamente decidida como a priori hubiera creído. Al analizar una entrevista,

Bourdieu (1999: 528) señala que solo la reflexividad que es sinónimo de método

permite percibir y controlar en la investigación los efectos de la estructura social

en la que esta se efectúa. Pues, como él mismo sostiene, el ideal positivista de

inocencia epistemológica enmascara la diferencia entre la ciencia que efectúa una

construcción sin saberlo y aquella que lo hace sabiéndolo y se esfuerza por conocer

y dominar de la mejor forma sus actos de construcción y los efectos que inevitable­

mente estos producen.

Es esta la ambivalencia que noto insistentemente en los estudios del desa­

rrollo. Es decir, es posible encontrar investigaciones que adhieran al desarrollo

desde una convicción, construyendo y reconstruyendo acríticamente categorías y

conceptos vinculados a la temática. En tales indagaciones no aparecen reflexiones

acerca del marco teórico implícitamente empleado, este junto con los preconceptos

del sentido común terminan por imponerse subrepticia e inconscientemente. Gene­

ralmente, ello es más evidente en los informes de coyuntura económica. En estos

se vislumbra el tercer eje planteado por Escobar (1998: 31), una subjetividad que

fomenta un discurso por cuyo intermedio las personas, las regiones o los países se

reconocen como "desarrolladas" o "subdesarrolladas."

Sin embargo, también es posible hallar estudios críticos en donde el desarrollo

intenta ser desnaturalizado para ser deconstruído, y en algunos casos reconstrui­

do. A grandes rasgos, en esta posición se encuentran la mayoría de la literatura

citada en el apartado anterior. Estas investigaciones pueden estar partiendo de

una de las ideas sobre objetos cognitivos establecidas en Galindo Cáceres. Según

él (1998: 354), el conocimiento y la realidad se construyen, el mundo es lo percibido

como tal y en la acción práctica diversas percepciones pueden dar cuenta de forma

semejante de ese mundo real que se configura perceptivamente.

Deconstruyéndonos como sujeto y objeto, ¿que nos queda? En primer lugar,

como señala Bourdieu (1999: 532), si entendemos que existe un umbral entre am­

bos sería pertinente ponernos del lado del objeto. Según este autor, en el caso en

que estemos frente a una entrevista, situarnos del lado del objeto significa darse

una comprensión de las condiciones sociales y psíquicas que producen a nuestro

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138 ARIELGARCÍA

entrevistado. Como argumenta Galindo Cáceres (1998: 34 7), el investigador se

concentra en su mundo interior para poder observar, y a partir de allí se inmiscuye

en el mundo del otro. Este trayecto, que es interior al mismo investigador, posi­

bilita un recorrido desde lo observado a los paisajes y situaciones propios, lo que

finalmente conlleva a que el investigado sea comprendido. No obstante, Bourdieu

(1999: 533) sostiene que la sola virtud de la reflexividad no implica que podamos

"controlar" los efectos -complejos y múltiples- de la relación en toda investigación.

Por caso, en el momento de una entrevista, el entrevistado puede intentar imponer

sus visiones de una situación determinada y volcar en su provecho un intercambio

entre cuyas apuestas se cuenta la imagen que tienen de sí y la que quiere dar al

entrevistador, y viceversa.

En segundo lugar, ¿qué hacer con el concepto de desarrollo? Después de todo

lo expuesto, es evidente que aquí objeto y sujeto se amalgaman, al punto de poder

generar inquietudes acerca de la pertinencia de estos estudios. O, por lo menos,

puede llevarnos a situaciones como la que describo a continuación. Si adscribimos

a la difundida idea de que la "era del desarrollo" implica un conjunto de instru­

mentos políticos establecidos en el marco de la guerra fría (p. ej. ver Rist, 2002:

84-87 y Escobar, 1998: 19-35), como modo de intervenir para evitar inicialmente

el avance comunista, ¿estamos adhiriendo indirectamente al modo de producción

capitalista como organizador de la civilización occidental? Sin pretender discutir

la adhesión implícita o explícita a un modo de producción determinado, considero

importante destacar que el concepto de desarrollo y los preconceptos (progreso,

avance, mejora en la calidad de vida, acceso a bienes y servicios) que inmediata­

mente surgen cuando pensamos en el mismo, cuentan con una carga valorativa

que parece inocente, pero que en realidad esconde diversas situaciones de subor­

dinación política y teórica.

Para intentar ser más explícitos citemos un ejemplo. La idea de etapas de

desarrollo (divulgada en la teoría de la modernización de Rostow) 7 puede estar

influyendo en el análisis del investigador sobre determinados objetos. Pues, esta

idea evolucionista de los procesos sociales permea nuestros juicios. La calificación

del objeto inconscientemente se entrecruza con nociones del sentido común bajo

evaluaciones tales como: "este lugar es menos desarrollado que otro" o "haría falta

tales reglas, inversiones o personas para que este ámbito pudiera desarrollarse."

Al respecto, entiendo que uno en tanto investigador lleva un arsenal de ideas que

usualmente naturaliza, no sometiéndolas a crítica. Sin embargo, esta situación

dirige nuestra observación y las respectivas conclusiones hacia determinadas

perspectivas, nos encasilla y prefigura nuestras reflexiones.

Rostow introduce la dicotomía tradicional/moderno que había difundido Hoselitz (1960, citado en Kay, 2004: 3-4) en una teoría de cinco etapas de crecimiento económico. Sintéti­camente, esta arguye que las sociedades parten de una etapa tradicional y deberían seguir el camino recorrido por los países capitalistas desarrollados para lograr la transición hacia estadios más avanzados (ibídem).

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IMPLICACIÓN, EL RESCATE DE PROCESOS 139

Por último, como sostiene Barbier (1977: 1), después de todo es evidente

que la ciencia descansa en un juicio de valor inicial: el de que lo universal es más

importante que lo particular. Esta preferencia por lo universal se encarna y en­

mascara en lo que es "importante" para el hombre en la ciencia, que selecciona,

sistematiza y analiza los aportes de antecesores en determinado tema. En este

sentido, el objeto "desarrollo" es respaldado por el sistema erudito de una época histórica, son los referentes teóricos que marcan la agenda de investigación. A esta

altura parece claro que la "elección" por el desarrollo se encuentra condicionada

por subjetividades que inicialmente eran inconscientes, pero que adquieren cen­

tralidad una vez explicitadas.

Reflexiones

En este trabajo intentamos un ejercicio de reflexividad sobre mis condicionamien­

tos subjetivos en el proceso de investigación. Discutimos mi implicación en la

práctica de la investigación. Las respuestas son escasas, y las preguntas se han

multiplicado. No obstante, entiendo que al hacer explícitos mis condicionamientos

teóricos y sus efectos en el proceso de investigación se abren perspectivas para hacer más conscientes, o al menos más explícitas, el porqué de mis decisiones teórico-metodológicas.

Tras la realización de este ejercicio se han relevado una serie de cuestiones que considero relevantes. En primer término, se ha reunido bibliografía que cues­

tiona al desarrollo como concepto monolítico e indiscutido imperante en la sociedad

occidental contemporánea. En segundo lugar, se han examinado elementos propios

al proceso de investigación para intentar deconstruir mi implicación en el campo del desarrollo. Además, he reflexionado acerca de mi papel como investigador en la elección inconsciente por dicho campo.

En última instancia, se ha tratado de deconstruir la noción de desarrollo y el propio proceso de investigación en tanto cuestiones aparentemente inexpugnables.

Pues, tras ese velo de asepsia se encuentran pluralidad de subjetividades, tales

como la historia de vida, la posición de clase, la relación personal con el director/ orientador y con el resto de la institución académica, y la incorporación de los saberes heredados sobre el proceso de investigación. Si bien estas situaciones no

resuelven el qué hacer con la propia investigación, entiendo que son elementos importantes a la hora de plantearse la responsabilidad de uno (como sujeto, como

persona) en el proceso de investigación. En este sentido, considero que el papel de la reflexividad y la implicación son centrales.

Page 135: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

140 ARIEL GARCÍA

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IMPLICACIÓN, EL RESCATE DE PROCESOS 141

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ACERCA DEL ANÁLISIS DE LOS FENÓMENOS DE IMPLICACIÓN EN EL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DEL OBJETO

Marcela Ickowicz*

Introducción

Presentación sintética de la investigación en curso y sus antecedentes

En la introducción a este escrito es mi interés anticipar al lector las razones del

título del trabajo e intentaré presentar los modos en que el objeto de investigación

fue adquiriendo mayor grado de complejidad a medida que avanzaba el proceso

de indagación mismo.

La línea de investigación que trabajo desde hace algunos años, tanto en

proyectos individuales como colectivos, se interesa en producir conocimiento con

relación a la formación de los docentes universitarios.

Los diversos estudios realizados se localizan en la Universidad Nacional del

Comahue (UNCo), una institución de pocos años de creación1 que cuenta con un

alto porcentaje de docentes formados en diferentes universidades del país. 2 Ambos

datos resultaron para mí de gran interés ya que era probable encontrar diversi­

dad en las trayectorias académicas de los profesionales, lo que hacía suponer a su

vez modelos formativos diferentes, posiblemente ligados a ciertas características

de sus universidades de origen o a los diferentes campos disciplinares; o si por el

contrario la universidad como institución conservaba un tipo de modelo formativo singular y propio.

A lo largo del proceso de investigación, la construcción de un lugar y una mi­

rada analítica sobre el objeto que iba elaborando, el tipo de vínculo que establecía

con los datos que entraban del campo -su aceptación o rechazo-, el impacto que

me provocaba esta información, se constituyó en una zona de vigilancia constante.

* Docente e investigadora, Universidad Nacional de Comahue, Río Negro, Argentina.

La creación de la UNCo data de 1972.

El 70% de los profesores que se desempeñan en la unco han realizado sus estudios en otras universidades (Datos suministrados por la Secretaría Académica central en el año 2001).

[143]

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144 MARCELAlCKOWICZ

Desde estas consideraciones, me interesa aquí dar cuenta de algunos hallaz­

gos obtenidos en la investigación que estudia los trayectos de formación para la

enseñanza en profesores universitarios provenientes de distintas disciplinas y sin

una formación específica para el ejercicio de la docencia. 3

En esa oportunidad (año 2000) fueron seleccionados en calidad de informan­

tes calificados aquellos profesores de la UNCo que no hubieran realizado carreras

sistemáticas vinculadas a la docencia. En su mayoría, los entrevistados contaban

en el momento del estudio con una antigüedad de diez años o más en la docencia

universitaria y desarrollaban sus actividades en las facultades de Ciencias agra­

rias, Turismo, Derecho y ciencias sociales, la Escuela de Medicina y la Facultad de Humanidades.

El análisis del material empírico obtenido dio cuenta que aquellas circunstan­

cias identificadas por los profesores como fuentes de su formación para la docencia

universitaria y más específicamente para la enseñanza, referían a su propia ex­

periencia de haber sido alumno y fundamentalmente al trayecto realizado en una

cátedra universitaria.

Dicho de otro modo, las cátedras fueron revelándose como los ámbitos más

significativos en las trayectorias de formación de los profesores universitarios. Una

formación de tipo artesanal, sostenida en el vínculo entre maestro-discípulo, donde

el primero guía y controla el proceso de trabajo y de formación, y el segundo adquiere

los "secretos del oficio" a partir de realizar determinadas tareas y de mantenerse

cercano al maestro. Una formación que se caracteriza por la transmisión de aquellos

saberes específicos -vinculados a la enseñanza- en el contexto mismo del trabajo.

De modo sintético y con el propósito de ubicar al lector y argumentar lo expre­

sado, se señalan aquellas etapas que adquieren relevancia en el transcurrir de la

historia de formación de estos profesores y constituyen parte de las conclusiones

del estudio realizado en el marco de la investigación de maestría.

Modelos formativos en la Universidad del Comahue

Una de las líneas que mostró la investigación, permite advertir al menos dos mo­

delos formativos coexistentes en el ámbito de la universidad. Uno, al que llamamos

modelo "escolar" -se instala con la escuela de la modernidad- y cuya característica

central sería la escisión/separación entre formación y trabajo. 4 A partir de entonces

la formación se producirá en un espacio determinado y específico para la tarea de

instrucción, para la adquisición de habilidades y aptitudes intelectuales. La rela-

La investigación a la que se alude se realiza en el marco de los estudios de maestría en Didáctica y se denomina: "Los trayectos de formación para la enseñanza en profesores universitarios sin formación docente de grado". Dirigida por la profesora titular consulta Lidia M. Fernández y defendida en 2004

Resultan de sumo interés los trabajos de Julia Varela y Fernando Uria, Ulf Lundgren y Jaume Trilla, entre otros.

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IMPLICACIÓN, EL RESCATE DE PROCESOS 145

ción entre maestro y alumno se desarrolla en un ámbito instituido que los preexiste

y define el tipo de relaciones, los contenidos del intercambio, así como los espacios

y tiempos en que los mismos acontezcan. Cabe aclarar que situamos las carreras

de formación de docentes en este modelo.

El otro modelo, al que denominamos "artesanal", adquiere los rasgos típicos

del modelo de artesanado medieval, en el que predomina una formación que se

moldea en el propio contexto de producción, donde transmisión de saber y trabajo

se realizan conjuntamente. El vínculo que se establece entre un maestro formado

y su discípulo marcaría uno de sus rasgos característicos. El maestro es quien

guía y controla prácticamente la totalidad del proceso de trabajo y de formación;

por su parte, la permanencia cercana al maestro le posibilita al aprendiz/discípulo

acercarse a sus saberes y de este modo adquirir los "secretos del oficio".

Este modelo de formación5 con rasgos de artesanado, que se asienta en el espa­

cio de las cátedras, pareciera legitimarse en la propia experiencia de los profesores,

en la tradición de la universidad y podría suponerse que condensa las mejores

formas que la organización ha elaborado para la formación del oficio académico.

En síntesis, el trabajo teórico y empírico permitió advertir, a modo de hipótesis

provisional, que las trayectorias de formación para la enseñanza de los profesores

universitarios se asientan fundamentalmente en las cátedras y que las mismas

constituyen un espacio y un modelo formativo singular -con rasgos artesanales­

donde los docentes realizan sus trayectos de formación para la docencia. 6

Etapas en la formación de los profesores universitarios

Entre otras cuestiones de interés que produjo la investigación, quiero señalar una

en especial que permitió reconstruir "un trayecto de formación típico", el mismo se

elabora sobre la base de los testimonios y relatos más frecuentes y permite adver­

tir aquellos hechos, procesos y fenómenos que de algún modo marcan diferentes

posiciones en las que se ubican los profesores. Para su presentación se opta por

organizar el relato a partir de diferentes etapas: a) una primera etapa, a la que

hemos denominado "los comienzos", comprende el ingreso a la cátedra y el inicio

de un camino de búsqueda, de apoya turas y legitimación; b) una segunda etapa, "el

descubrimiento", en la que "descubre" el interés por la enseñanza y se "descubre"

a sí mismo poseedor de ciertas capacidades y cualidades que valora para la reali­

zación de la tarea; e) una tercera etapa, "el reconocimiento", caracterizada por la

legitimación de la institución de los concursos, y por último, d) encontramos una

En este escrito se emplea el concepto modelo desde la perspectiva de Ferry (1990), como una "esquematización elucidadora", con valor de representación de lo real y no desde con­sideraciones normativas para la acción.

Tesis de maestría, "Los trayectos de formación para la enseñanza en profesores universi­tarios sin formación docente de grado". Marcela lckowicz 2002

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146 MARCELA ICKOWICZ

posición ligada a un saber más complejo en el que los conocimientos disciplinares

y pedagógicos se articulan en una práctica de la enseñanza "experta".

Los comienzos, las figuras familiares y escolares

La inserción en el mundo de la enseñanza universitaria constituye para el profesio­

nal una situación significada como ''circunstancial, casual, azarosa". El análisis del

material aportado en las entrevistas respecto a la iniciación a la docencia permite

apreciar una serie de regularidades. Por un lado, hallamos un relato sostenido

y organizado cronológicamente, por otro, a medida que se despliega, se ubican

distintos momentos de su vida profesional relacionados con acontecimientos de su

vida privada. En estos casos el relato es acompañado con expresiones que denotan

cierta incomodidad o dificultad:

Me recibí en 1976 de (profesión) en (Universidad) y realmente nunca pensé que

me iba a dedicar a la tarea docente [ ... ] un poco por cuestiones de la vida uno llega

buscando trabajo profesional, fue el primer trabajo que encontré, estuve unos

meses en el secundario y después me enteré que había concursos acá" (Médico; El)

... Entonces, en el momento en que entré en la universidad también trabajaba

en un laboratorio, tenía mi primer hijo y tampoco podía quedarme con los dos

trabajos ... , y otra cosa que me pareció interesante de la universidad es la posibi­

lidad que te daba con la flexibilidad horaria, es decir, yo ahora quiero (se refiere

cuando los hijos eran pequeños) poca carga horaria una dedicación simple o un

par time y cuando yo pueda dedicarme bien ... por ahí surge la posibilidad de un

full time ... entonces esa gran flexibilidad que te da y de poder ir acomodando

de acuerdo a tu vida personal.. .. (Bioquímica; EG) .

... no sé cómo decirlo", me da cosa decirlo, pero lo mío fue accidental, yo no lo

elegí, fue por los cambios, yo tuve muchos cambios de lugar ... , muchas mudan­

zas (Bioquímica; EG).

Otra de las razones con las que frecuentemente vinculan su ingreso a la docencia

alude a la identificación con figuras familiares ligadas con la tarea de enseñar a otros

Mi abuela era la que nos hablaba de la escuela, cuando venía a mi casa nos pedía

cosas, libros para leernos, sabía hacer cuentas ... (Bioquímica; entrevista grupal).

Eda: Yo te diría que mi mamá es docente ... , ella es modista pero siempre tuvo

alumnas ...

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IMPLICACIÓN, EL RESCATE DE PROCESOS

Edora: A ver ...

Eda: Claro, es docente mi mamá, daba clases de corte y confección, siempre daba

clases, porque pudo haber sido modista y no dar clases [ ... ] por eso es docente

mi mamá [ ... ] y a mí eso me llamaba la atención (Bioquímica).

147

Pareciera que la identificación con aquellas figuras familiares que han ejercido la

docencia o han estado vinculadas con tareas en las que se reproducen las posiciones

escolares en las cuales una persona transmite un saber que posee a otras que no

lo poseen, quedarían ligadas a ciertas imágenes y representaciones vividas por los

profesores en su infancia. Imágenes y representaciones construidas en un entonces,

no necesariamente escolares, que actúan hoy como sustento de su argumentación.

En el relato de sus historias de formación, las referencias a los rasgos y

cualidades de sus maestros y profesores adquieren aspectos de interés para esta

presentación.

Sintéticamente diremos que los testimonios aportados por los profesores

con relación al pasaje por la escuela primaria y sus maestras se caracteriza por

expresiones cargadas de emoción y afecto. Con relación a la escuela secundaria y

los profesores el rasgo más reiterado fue la dificultad para recordar, y en aquellos

casos que lo lograban, los acontecimientos o hechos más reiterados quedaban

asociados a imágenes negativas, situaciones injustas o exigentes. En el trayecto

de formación universitaria, sobre todo en el posgrado, ''la capacidad de análisis, la

pasión por los conocimientos que se trasmiten, el rigor y la disciplina", resultaron

los rasgos más reiterados.

Una cuestión que se destaca en todos los testimonios -más allá de la etapa de

formación sobre la que hablan- alude a cualidades como la generosidad, la humil­

dad, el humor, el trato respetuoso con el alumno y a los sentimientos de "sentirse

reconocido, aceptado, considerado como persona".

El descubrimiento

El interés por la enseñanza es interpretado por los profesores universitarios como

un hallazgo, un descubrimiento ligado a ciertas capacidades personales hasta en­

tonces por ellos desconocidas; a la posibilidad de mantener una relación diferente

con el propio objeto de conocimiento y a la influencia que se ejerce sobre los alumnos.

De hecho yo nunca pensé que iba a ser profesora, de hecho siempre pensé que

me iba a dedicar a cualquier otra cosa menos a la docencia y acá estoy. Pero

yo noto que me resulta más fácil o más sencillo que otras actividades a las que

pensaba dedicarme por ejemplo .... y que veo ... que me resultan más difíciles ...

(Lic. en Turismo; EG).

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148 MARCELAICKOWICZ

[ ... ] aparte de lo que es explícito de enseñar uno está enseñando otras cuestiones

que por ahí son muy importantes en la docencia que no es el contenido ... y para

mí eso es importante (Lic. en Bioquímica; EG)

Poder ver que uno puede explicar algo ... , que te lo pueden entender ... , desme­

nuzar el tema ... , en fin, fue un descubrimiento" (Lic. en Historia; EG)

Pareciera que la experiencia misma de enseñar ofrece un tipo de relación singular con "los otros": alumnos y saberes.

En la relación con los alumnos, reconocerse con poder de influenciar, brindar

ayuda, formar, actuaría como núcleo de confirmación y autoafirmación de su interés por la enseñanza.

En la relación con los saberes que se trasmiten, el tipo de vínculo que establece

ahora con los conocimientos que enseña se caracteriza por adquirir ciertos rasgos

de autoría, ya no se reproducen conocimientos elaborados por otros, el profesor ad­

vierte la necesidad de adecuar, transformar, "manipular" esos conocimientos para

poder enseñarlos, es en ese proceso que descubre placer por lo que hace, se descu­

bre a sí mismo potente/creador, confirmando así su deseo por formar y formar-se.

El reconocimiento, la legitimación de la academia

Los concursos son percibidos como espacios de legitimación con significados am -

bivalentes. Por un lado, la escena natural y fuente de legitimación pareciera ser

la que se juega en el aula, es allí donde los profesores perciben ser reconocidos y

legitimados "por lo que hace".

Sin embargo, es a partir de la instancia del concurso que la institución legiti­

ma y reconoce al profesor y, en una aparente paradoja, es el concurso el que enton­

ces cuestiona la legitimación emanada de la filiación con los maestros de referencia.

La posición de experto y la formación de discípulos

La legitimación del concurso significa la ubicación en otra posición institucional, la

asunción de nuevas responsabilidades que ahora se ligan ya no solo a la formación

de los estudiantes, sino a la formación de sus posibles "herederos".

El diagrama que sigue muestra de modo esquemático un trayecto típico en

la formación del docente universitario y sintetiza la manera en que los hechos y

sentidos se articulan en los distintos momentos de este recorrido.

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IMPLICACIÓN, EL RESCATE DE PROCESOS 149

Cuadro 1 Acerca del anál isis de los fenómenos

SE INGRESA SIN PROPÓSITO A UNA AYUDANTÍA DE CATEDRA SE INICIA UN CAMINO DE BÚSQUEDA DE

PREVIO un camino de iniciación / el periodo de APOYATURAS Y LEGITIMACIÓN

(por azar/ sin quererlo / por "las "novato" l cosas de la vida") 1

..,¡, • en figuras del pasado (los Antepasados ilustres?)

l • Primeros experiencias en situación de • en el ver lo que "otros" hocen

• en un intensificar la importancia de la cátedra a lo alta "inseguridad"

que se pertenece y de la pertenencia a una cátedra

1 • en el intercambio con colegas

..,¡, • en el placer por formar

• El avance en la experiencia permite • en el placer por probar/ experimentar

• en el placer por "manipular" el conocimiento y descubrir el interés por enseñar

"poseerlo más"/

/ ~ / ~ en el poder de formar y formar-se

PROGRESIVO CONFIRMA EL DESEO DE FORMAR ABRE UNA NUEVA BÚSQUEDA PARA DAR AFIANZAMIENTO EXPLICACIONES A ESE PODER

l • se busca / aceptan estudios sistemáticos que per-

l mitan poner palabras al poder afianzado

• se busca / se desea el Concurso / la legitimación

/ ~ ~ ~institucional

LEGITIMACIÓN DEL A LA POSICIÓN DE "EXPERTO" • QUE ABRE EL CAMPO A LA CONCURSO SIGNIFICA LA INVESTIGACIÓN

ENTRADA • PERMITE VALORAR LOS POSGRADOS EN

l ENSEÑANZA COMO CAMPO DE INTERCAMBIO ENTRE EXPERTOS

Y DESDE AQUÍ FRENTE A LA INTERROGACIÓN .. SE HISTORIZA LA FORMACIÓN

Si bien, como en todo esquema, la información resulta condensada, una

lectura detenida estaría mostrando que la incorporación de los profesores a la

universidad comienza a partir de su ingreso como ayudante al espacio de una

cátedra y es a partir de la incorporación a estos espacios que un joven graduado o

estudiante avanzado inician un proceso de formación posible de caracterizar por diferentes tipos de tensiones.

Por un lado, ha sido sujeto escolarizado en el modelo "escolar" y construido

imágenes y representaciones en las que el lugar del docente, del alumno, de los

conocimientos, han quedado simbolizadas por las formas propias de la escuela .

Por otro, el modelo de formación en el trabajo que ofrece la cátedra, mantiene

ciertos rasgos del modelo artesanal, propios de la formación para enseñar en la

universidad. Modelo validado y reconocido a lo largo del tiempo para la transmisión

de conocimientos pedagógicos, más allá del campo disciplinar que se trate.

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150 MARCELAICKOWICZ

A la vez, la misma institución que "valida" este modelo, oferta y legitima ca­

rreras de educación, cursos, especializaciones en el área docente desde otro modelo

de formación con rasgos propios del modelo escolar.

Si a este nivel de complejidad incorporamos al análisis los fenómenos psicoso­

ciales de la autoridad y el vínculo que los sujetos establecen con las figuras que la

representan, tanto en su mundo externo como interno, estaríamos advirtiendo sólo

algunos de los elementos que intervienen, y vuelven más complejas, las trayectorias

de formación para la enseñanza de los profesores universitarios.

En resumen, el análisis realizado permitió advertir una serie de fenómenos

que abren a nuevas consideraciones. El ingreso a una cátedra significa el ingreso a

un tramo sofisticado de la socialización profesional. A un aprendizaje que se hace

junto a un maestro destacado en cuanto a su saber de oficio. Además es la opor­

tunidad de obtener un desarrollo que atraiga "la mirada del maestro" necesitado

a su vez de continuar-se, pero esta vez como heredero, para proseguir su escuela,

para desarrollar su legado.

El "ver" esto complejiza como objeto de análisis la lucha que se había advertido

en la primera formulación del estudio. La confrontación entre modelos puede estar

encubriendo niveles de significación que más allá de la formación docente estén

vinculados a fenómenos propios de los oficios y la vida de la corporación, por una

parte, y por otra, a los complejos procesos intersubjetivos que plantea la relación

entre maestros formadores y aprendices.

Con base a este y otros conjunto de hipótesis, 7 la investigación actual centra

su interés en indagar las características del espacio institucional que queda con­

figurado por la organización de las cátedras, entendidas como uno de los ámbitos

primordiales de formación en las trayectorias de los docentes universitarios.

La investigación actual: tipo de estudio y esquema de indagación

El tipo de estudio se encuadra en los estudios de casos, se enmarca en la línea

de las investigaciones cualitativas y los estudios teóricos y combina enfoques de

análisis institucional y organizacional. En esta línea de investigación adquiere

relevancia los sentidos y significados que los actores le otorgan a la situación, a los

hechos y a su propia conducta. El análisis, por consiguiente, tiende a contemplar la

situación total en la que los actores se sitúan; se basa en un método comparativo

que va enfrentando casos similares entre sí, aunque variados en características

En el artículo "Las cátedras universitarias: un espacio para la formación de los docentes", publicado en la Revista ACTAS, número especial, "Instituciones Educativas", fce-unco, 2007, de mi autoría, se presentan con mayor detalle.

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IMPLICACIÓN, EL RESCATE DE PROCESOS 151

cruciales; tratando de formular interpretaciones y de construir conceptos teóricos

en el mismo proceso de análisis.

El propósito general de la investigación es avanzar en la comprensión de los

fenómenos ligados a la formación y socialización de los docentes en el espacio de

las cátedras universitarias, y específicamente el estudio se propone a) identificar

y describir las características que presentan aquellas cátedras reconocidas en la

formación de sus docentes con relación a las formas de ingreso de los aspirantes,

los procesos de iniciación, de legitimación o promoción internas; b) los rasgos que

adquiere la trama vincular en la que se inserta la formación de docentes univer­

sitarios en el espacio de las cátedras -Bl tipo de relaciones que se establecen entre

maestro y discípulo, discípulos entre sí, discípulos y aspirantes, aspirantes y maes­

tros-, y c) describir las características que presentan los dispositivos de formación

que estas cátedras generan con relación a la formación de sus docentes para la

enseñanza, la investigación y la extensión, entre otras posibles.

El diseño de indagación contempla básicamente el análisis de fuentes docu­

mentales. Se considera fuente documental todo material escrito que aporte datos en

relación a la historia de la cátedra, la instalación de la materia en el plan de estu­

dios, diversos proyectos de formación generados en el espacio de la cátedra, así como

elaboración de materiales didácticos, diversas versiones del programa de cátedra,

etc. Fuentes testimoniales: a partir de la realización de observaciones,entrevistas

y aplicación de consignas de estímulo proyectivo. Respecto a las observaciones las

mismas se realizarán siguiendo una secuencia que contemple tres momentos, un

primer momento de impregnación, uno segundo de focalización y uno tercero de

observación sistematizada.8 Las entrevistas serán individuales o colectivas según

los diferentes roles que ocupan los miembros de la cátedra. 9

Interés por el tema. Primer momento en el análisis de la implicación

El título que contiene este apartado podría también haber sido: Primer momento

en el análisis de la implicación: Interés sobre el tema. Esto, que parece ser un

Para el tipo de observaciones y entrevistas que aquí se proponen fueron consultados los siguientes materiales teóricos así como experiencias realizadas en el uso de estos instru­mentos: C. Selltiz, M. Jahoda, M. Deutch y S.W. Cook, ''Métodos de investigación en las relaciones sociales", 1959; los Cuadernos de Cátedra de la Facultad de Filosofía y Letras de la uba, "Abordaje técnico para el diagnóstico institucional, la adaptación realizada en el marco del posgrado en educación superior; unne 1984-2001; los materiales técnicos para la realización del trabajo en terreno de los alumnos del postítulo en Análisis y Animación Socio-Institucional, mee-un, Salta, 2000-2002, y las investigaciones del programa Institu­ciones Educativas de la uba, todos ellos elaborados por la L.M. Fernández.

Las mismas serán individuales con aquellos que ocupen un solo rol y grupales con los ocupantes de roles reiterados.

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152 MARCELAICKOWICZ

juego de palabras o de orden en la escritura, de algún modo me parece, podría dar

cuenta de la relación siempre compleja que establecemos con los objetos/temas de

investigación con y sobre los que trabajamos y el modo en que van "trabajando"

sobre nosotros.

Reconocer que ningún tema de investigación es casual, aceptar que investi­

gamos lo que nos es significativo, preocupa, interesa o apasiona es de algún modo

preguntarnos qué del propio deseo está puesto allí, en ese trabajo por definir y

dominar el objeto.

En este caso, que mi interés gira en torno a producir conocimientos con rela­

ción a la formación de los profesores universitarios, sus trayectorias, sus eleccio­

nes, sus dilemas, la necesidad de objetivar todo un sector de mi inconsciente que

amenaza con obstaculizar el conocimiento del objeto10 constituye una exigencia ética y metodológica.

Si avanzar en el conocimiento de nuestro objeto de indagación nos compromete

a producir avances en el conocimiento de las relaciones que establecemos con dicho

objeto, se hace entonces necesario encarar esta cuestión.

Muchas veces a lo largo del proceso volví a preguntarme ¿por qué la formación

de aquellos profesores que sin haber elegido la docencia o la enseñanza como ámbito

de desarrollo profesional en sus comienzos, finalmente la eligen? ¿Cuántas de las

propias elecciones en mi vida profesional habrán seguido recorridos semejantes?

¿Qué hechos, acontecimientos, situaciones fueron decisivas en sus trayectos? ¿Y

en los míos?

A estas preguntas iniciales, hoy agregaría otra que si bien no estuvo presente

en los inicios de la investigación fue adquiriendo cada vez mayor nitidez ¿Por qué

la Universidad?

Acercar una respuesta a estos interrogantes es el propósito de este apartado,

se trata de un ejercicio de reflexión que, a partir de aproximaciones sucesivas,

pretende avanzar en la comprensión de los lazos que unen elecciones teóricas,

temas y/o problemas de investigación y la propia trayectoria de vida. Dicho de

otro modo, trabajar sobre la implicación significa producir conocimiento acerca de

uno mismo, de las ansiedades y angustias que nos habitan y que trabajosamente

vamos advirtiendo.

Al revisar los primeros escritos en mi diario de campo noto que el interés

acerca de la formación aparece ligado a una necesidad de recuperar fragmentos de

mi propia historia y darles otra forma, otorgarles nuevos sentidos. Historia perso­

nal y formación profesional que se entrelaza en un contexto social y generacional

atravesado por el ideal del "hombre nuevo" y la construcción de un "mundo mejor".

Proyecto de un cambio social que en sí habla de nosotros mismos.

10 Bourdieu Pierre (2000), El oficio del científico. Anagrama Barcelona

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IMPLICACIÓN, EL RESCATE DE PROCESOS

Una re-vuelta sobre los propios trayectos de formación para la enseñanza. Segundo momento en el análisis de la implicación.

153

Ingreso a la escuela secundaria para "ser" maestra. En el mismo año (1966) los mi­

litares desplazan por la fuerza al gobierno democrático de entonces. En ese tiempo

me integro a un grupo juvenil que observa y escucha con cierto entusiasmo a los

jóvenes un poco mayores -los universitarios-, reivindicar la revolución cubana, el

heroísmo de Guevara, y la lucha armada.

Junto a estas experiencias vividas fuera de la Escuela Normal, habitan otras,

las del cabello atado y la vincha azul, las del largo de las polleras por debajo de las

rodillas, las caras inmutables de las preceptoras y las amenazas de amonestaciones.

Iniciado 1969, y superado el examen psicofísico que por esos tiempos se hacía

a todos los alumnos que ingresaban al 4to año de la Escuela Normal, el Ministerio

de Educación instala la formación de maestros en el nivel terciario. Es así que ob­

tengo el título de bachiller y "elijo" seguir estudiando en la universidad la carrera

de ciencias de la educación. Había "decidido" que ya no iba a ser maestra, ahora

iba a formar a las futuras maestras, frase que -en mis 1 7 años- sonaba mucho

más desafiante.

En 1972, aún bajo un gobierno militar ya más distendido, ingreso a la carrera

de Ciencias de la Educación en la Universidad de Buenos Aires. La Facultad de

Filosofía y Letras en aquellos años se caracterizó por la explosión de la matricula,

la masividad en sus aulas y un clima vertiginoso y confuso que no dejaban respiro

para pensar.

Y así -sin demasiada conciencia en ese momento- empiezo a formar parte de

una generación que descubre a Freire y apuesta a "la educación como una práctica

para la libertad", lee y discute algunos textos de Fanon, Marcuse junto con Hernán­

dez Arregui, Jaureche y otros autores que formaban parte de la bibliografía de las

denominadas "cátedras nacionales". Escuchamos a nuestros profesores, admiramos

su valentía, su compromiso social, y demasiado rápidamente nos convencimos que

el cambio social era posible de lograr gracias al deseo de muchos.

La otra cara de la realidad ya preanunciaba un nuevo quiebre institucional

que logra concretarse principios de 1976 y que sin duda fue el más siniestro de la

historia de mi país: compañeros de curso y profesores que un día dejaban de asistir,

lecturas prohibidas y la instalación del miedo, miedo a preguntar, a saber, a ser

descubiertos en nuestros deseos de imaginar otro mundo posible.

En este clima vuelvo a considerar mis primeras "decisiones", estudio magis­

terio y años después finalmente logro terminar el profesorado en Ciencias de la

Educación, convencida de no volver más a la universidad.

Implicó un profundo trabajo de revisión acerca del vínculo siempre ambiva­

lente -en sus aspectos vitales y destructivos- que los sujetos mantenemos con

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154 MARCELAICKOWICZ

las instituciones lo que me permite finalmente aceptar ese tramo de mi historia

y al mismo tiempo volver al ámbito académico. En esos años me había casado

y decidimos junto con mi esposo instalarnos en la Patagonia. Lugar mítico, en

el que "todo está por hacerse", quizás como el camino que emprendieron mis

abuelos a una tierra desconocida y prometida. Quiebre de trayectorias en la

vida de ellos y probablemente cierta necesidad de reparar sus historias en mi

propia historia.

Es hasta 1986, y habiendo pasado muy pocos años de recuperación de la vida

democrática, que inicio mi trayectoria docente en la UNCo en una cátedra de la

carrera de Ciencias de la Educación. 11

Junto a este recorrido se enlaza la novela familiar que se inicia con la llegada

de los abuelos en la segunda década del siglo pasado a la Argentina, siendo ya

adultos. Historia de inmigrantes poco propensos a contar historias, sus historias.

Los abuelos y mi padre, todos ellos deseosos de regresar algún día a su tierra natal,

deseos expresados en gestos, miradas y un castellano mezclado con su lengua de

origen a veces sólo comprensible en el seno familiar. Identidades difusas marcadas

por quiebres culturales que descolocan y recolocan a los sujetos en las tramas de

relaciones y vínculos.

Pertenezco a la primera generación familiar que ve en la universidad un

espacio posible para su propia formación, un ámbito soñado pero impensado para

las generaciones anteriores.

Haber aprobado el examen de ingreso me convirtió en estudiante universitaria

lo que ya era una conquista para una joven proveniente de un hogar de inmigrantes

-clase media típica- de aquellos años, ligado a un mandato familiar trasmitido en

frases del tipo '1a única herencia que te podemos dejar es el estudio", formó parte

de lo dicho reiteradamente durante mi infancia y juventud, cuya comprensión,

en aquellos años, quedaba ceñida a cumplir con las tareas encomendadas por los

maestros.

11 En la cita que sigue se presentan brevemente algunos datos que pueden resultar de interés con relación al contexto de creación y a los orígenes de unco. Se crea en el año 1972 en el marco de una política de expansión del sistema universitario argentino. A finales de los 1960 y principios de los 1970 se lleva a cabo un ambicioso plan de reorganización del sis­tema universitario que finaliza con la creación de doce universidades, lo que posibilitó la diversificación de la enseñanza universitaria en el interior del país. Cabe destacar que en esos años gobernaba Argentina un régimen de facto que se había propuesto -con relación al campo de la enseñanza superior- despolitizar la universidad. La distribución geográfica de la masa del alumnado concentrado en las grandes ciudades del país colaboraba con este propósito. En el marco de estas políticas, la unco nace como una institución "académica­mente innovadora" en relación a las carreras que se crean, las que debían estar diseñadas para la nueva "región del país", llamada Comahue, integrada por las provincias de Neuquén y Río Negro. En la actualidad la unco cuenta con una estructura formada por facultades, departamentos, escuelas, centros regionales e institutos. Estructura que se reconoce como "mixta" y denota centralización o descentralización académica-administrativa, según el contexto específico de cada lugar geográfico en que funciona cada unidad.

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IMPLICACIÓN, EL RESCATE DE PROCESOS 155

Mandato familiar que requirió ser "amasado" para otorgarle un nuevo sentido

que me permita reconocer la herencia y a la vez escribir mi propia historia. Fue

necesario desarmar la literalidad del discurso para cargarlo de otros, distintos y

propios significados. Éste es el trabajo de las nuevas generaciones. Y entonces, "la

única herencia que podemos dejarte es la que te forjes, la que puedas imaginar, el

estudio será el que puedas hacer de tu propia experiencia, lo que ella te enseñe y

te habilites a aprender".

La universidad no sólo concurrió a mi formación inicial, sino que desde hace

más de 20 años me constituye y constituye mi lugar de trabajo y desarrollo pro­

fesional y, así como dedicarme a la enseñanza fue desde los inicios una elección

al menos consciente, no resultó del mismo modo llevarla a cabo en la institución

universitaria.

¿Cuestiones del azar?, ¿las cosas de la vida?, argumentos con los que en su

momento pude razonar y me permitieron comprender algunos de los sentidos con

que los profesores entrevistados relataban y significaban sus propias historias, sus

propias trayectorias, sus propias elecciones.

Para avanzar en el análisis de mi propio trayecto de formación como profesora

universitaria, permítaseme incluir previamente algunas consideraciones en rela­

ción a la noción misma de formación, así como las representaciones e imágenes a

ella asociadas para luego analizar mi propia formación como docente universitaria.

Consideraciones acerca de la noción de formación

La noción de formación y las representaciones que elaboramos alrededor de ella quedan habitualmente asociadas a las nociones de creación, producción, gestación/

nacimiento, es así que decimos "dar forma", "formar a los estudiantes", sentido

que reviste cierta carga de positividad generando la ilusión benéfica de "la buena

forma" .

Posiblemente las representaciones que construimos en torno al término for­mación comparta algunos sentidos con el término educación y entonces habrá que

adjetivarla para restarle la carga valorativa que ella encierra, entonces decimos

mala formación, como también nos referimos a una mala educación.

Otro de los sentidos del término alude al de completud, "está formado/a", pa­

reciera que la formación es "algo" que se tiene, se posee o por el contrario se carece

de ella, dando cuenta de un estado más que de un proceso.

En nuestra tradición pedagógica el concepto o la noción de formación es gene­

ralmente asimilado (en el sentido de utilizado como sinónimo) al de educación, en la

literatura especializada, específicamente la escuela francesa señala una distinción

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156 MARCELA ICKOWICZ

entre ambas. Mientras que la educación atiende a sujetos en los primeros años de

la vida, la formación es entendida como un proceso en el que se reconocen sujetos adultos que ya han pasado por un proceso educativo, que poseen cierta experiencia

(Enriquez E., 2000).12 En este sentido, la idea de formación queda asociada al in­

tercambio con los otros, intercambio que compromete a la totalidad del sujeto. Otro autor que desarrolla el tema que nos ocupa es G. Ferry, para él "formarse es objeti­

varse y subjetivarse en un movimiento dialéctico que va siempre más allá, más lejos".

Esta noción de formación permite recuperar la idea de proceso, de trayecto,

supone producir algún tipo de desplazamiento, salirse del lugar en el que se está,

moverse, descentrarse. Es así como Ferry entiende la formación, "como la dinámica

de un desarrollo personal que cada sujeto hace pero siempre a través de mediacio­

nes"; ni Pigmalión, ni el mito del ave fénix. 13

Las mediaciones entonces serían los "otros", aquello que está fuera de mí y

que me permite un retorno sobre mí. En este sentido los formadores, pero también

las lecturas, las circunstancias, los acontecimientos de la vida, etc. pueden ser con­

sideradas mediaciones en un proceso de formación. Por lo tanto, al decir de Ferry,

"la formación es la dinámica de un desarrollo personal [ ... ] en el cual formar es ayudar a formarse" (Ferry, op. cit.).

Para concluir provisoriamente este punto diremos que la formación se ex­tiende y abarca toda la vida del sujeto, cualquiera que sean su edad y grado de

desarrollo, y que entendemos la relación de formación como aquella que se establece

entre uno o varios seres en formación y un formador en un espacio, un tiempo y

un contexto sociocultural determinado en el cual el primero desarrolla un proceso de autoformación personal ayudado por el segundo.

Si esto es así, resulta ineludible "volver a mirar" mi propio trayecto, sus cir­

cunstancias y condiciones, así como sus efectos en aquel momento y hoy.

Una re-vuelta sobre mi trayecto de formación como docente universitaria. Tercer momento en el análisis de la implicación

En párrafos anteriores anticipé que ingreso como docente en la universidad a mediados de los 1980.

Década en que como sociedad iniciábamos un camino de recuperación de la vida democrática y, aunque al poco tiempo ya pudimos advertir que la ilusión

nos había capturado una vez más, revelándonos un recorrido mucho más arduo y

12

13

Enriquez E., seminario de doctorado dictado por el Dr. Enriquez en la Facultad de Filosofía y Letras-uba, junio de 2000.

Ferry, citando a Kaes, refiere a las fantásmáticas de la formación en cuyos extremos es­tarían la fantasmática del escultor que crea al otro a su imagen, lo modela, le da forma -Pigmalión- o aquella que sostiene que el individuo se forma por sus propios medios, por sus propios recursos y entonces refiere al otro personaje mítico: el Fénix, que se consume y renace de las cenizas.

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IMPLICACIÓN, EL RESCATE DE PROCESOS 157

difícil del que en ese momento supusimos, la formación que ofrecíamos a nuestros

estudiantes así como la que procurábamos para nosotros mismos (proyectos, expe­

riencias, prácticas), se encarnaban fuertemente al deseo de justicia, de reparación,

de ganarle al tiempo.

Digo una vez más, ya que "al volver a mirar" algunas de las situaciones que

fueron constituyendo hitos en mi propia formación me reencuentro con la marca

que imprimen los tiempos en que el ideal de cambio, la posibilidad de un mundo

mejor, más equitativo y benévolo para todos, me convoca a recorrer un camino que

aparece desafiante, una apuesta que merece ser hecha. Como si fuera una función

teatral que me invita a entrar en escena.

Volver a mirar mi propia trayectoria de formación como docente universitaria

implica mirarla desde la institución académica 14 en sus modos particulares de

transmisión de normas, valores, saberes, creencias; en las formas que se organizan

las tareas de enseñanza e investigación, y dentro de ellas, las maneras o estilos de

incorporación y recepción que los grupos o equipos de docentes más consolidados

tienen de los recién llegados.

Desde que ingreso a la Facultad de Ciencias de la Educación (FCE) desarrollo

mi actividad docente en el área didáctica, en la cátedra Residencia docente del

profesorado en ciencias de la educación.15 Lugar, este, de la práctica, controverti­

do y hasta diría devaluado en la facultad, mirado incluso con cierta sospecha, tal

vez por su cercanía con la inmediatez de la acción. Desde este lugar, si se quiere

periférico respecto al plan de formación, es que inicio un camino de búsqueda en

diferentes corrientes o perspectivas teóricas que me posibilitara alcanzar mayores

niveles de comprensión de aquellos procesos y fenómenos que se juegan -y se nos

juegan- en las situaciones de formación.

Percibía que los marcos de referencia que se empleaban o que yo empleaba

en ese momento, provenientes del campo de la didáctica, centraba su preocupación

en cuestiones más ligadas a la prescripción (cómo deben ser las cosas) que a la

comprensión de la enseñanza (cómo y por qué son así); en los procesos cognitivos

de los sujetos, soslayando prácticamente los aspectos psicosociales, grupales y

subjetivos, que están en la base de la tarea educativa. Si bien estas corrientes co­

mienzan a desarrollarse en Francia en la década de los 1960, por su fuerte ligazón

con el psicoanálisis, su entrada al campo de la educación en nuestro país encuentra múltiples resistencias. 16

14

15

16

En tanto institución de existencia (Remedi, E.)

Los planes de formación de profesores (en sus diversos niveles y disciplinas) cuentan en el tramo final de la carrera unas materias que se denominan "prácticas de enseñanza", "prácticas docentes" o, en los últimos años, "residencias docentes".

El artículo "Análisis institucional y práctica educativa, ¿una práctica especializada o el enfoque necesario de las prácticas?", Lidia M Fernández (Revista del iice, año V, núm. 9,

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158 MARCELAICKOWICZ

Al momento de iniciar los estudios de posgrado en la maestría en Didáctica

-a partir de un convenio suscrito entre la UBA y la UNCo-, mediados de los 1990, estas preocupaciones ya estaban presentes.

Con relación a este período quisiera mencionar algunas cuestiones. Por un

lado, el convenio entre ambas universidades, en mi caso y en ese momento, signi­

ficó una suerte de acuerdo, una alianza entre mi experiencia como alumna de la

universidad que me otorgara el título profesional y la actual, en la que trabajaba

y me formaba como docente universitaria. Por otro, es en el cursado de algunos

seminarios de la maestría que encuentro corrientes, perspectivas y autores que,

en sentido amplio y para sintetizar llamaré "institucionalistas", que ampliaron

los niveles de comprensión de ciertos fenómenos ligados a la educación y a la formación.

A partir de aquí fue necesario un profundo trabajo de análisis que puso en

cuestión modelos profesionales, modos de intervención, esquemas de interpreta­

ción y representaciones acerca del lugar del formador con los que venía operando.

Trabajo de análisis -inacabable por cierto-, que nos desafía a re-visar en cada

situación los propios repertorios, a volver a asombrarnos con lo que llevamos puesto

y también a desarrollar cierta capacidad para desprendernos de lo innecesario.

Promediando el cursado de los seminarios, comienzo a esbozar los primeros

borradores d~ lo que luego sería la investigación sobre "Trayectos de formación

para la enseñanza en profesores universitarios sin formación de grado".

En este trayecto de formación como docente universitaria quisiera destacar

dos hitos: la realización de la investigación junto con la defensa y el concurso como

profesora regular. Es en el mismo año (2002) y con pocos meses de diferencia que

defiendo la tesis de maestría y gano un concurso en el área Didáctica de los nive­

les medio y superior de la carrera de Ciencias de la Educación. Sin duda ambos

momentos constituyen hitos, uno y otro me habilitan a la vez que me autorizan a

producir modificaciones en la organización de la cátedra.

Para concluir este apartado sólo quisiera señalar que el proceso de análisis del

espacio institucional en el que uno "juega", nos lleva a advertir -en carne propia­

las reglas con que nos dejamos gobernar, los juegos de pertenencias y lealtades a

grupos profesionales y campos disciplinares, que sin duda tocan espacios de poder y

sus relaciones. En este sentido, el riesgo de su interrupción y la vuelta a lo conocido

y seguro están siempre latentes.

"Volver a mirar" el objeto de investigación

escrito en 1998), despliega y analiza en detalle lo que aquí planteo. Así mismo, el capítulo de Estela Cols, "Problemas de la enseñanza y propuestas didácticas a través del tiempo" (en El saber didáctico) aporta un interesante panorama sobre el desarrollo del pensamiento didáctico en nuestro país.

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IMPLICACIÓN, EL RESCATE DE PROCESOS 159

En la investigación de maestría indagué los modos en que se trasmite, en la uni­

versidad, el oficio de enseñar (modelo "artesanal"); los trayectos que realizan los

profesores para aprenderlo (las etapas en la formación) y el ámbito/la organización

en la que se materializa (las cátedras).

Una de las líneas de mayor interés que reveló esta investigación y que decidí

profundizar en los estudios de doctorado, es la que, por decirlo de algún modo,

"muestra" que las cátedras constituyen uno de los espacios privilegiados para la

formación de los profesores universitarios. Es así que el estudio actual toma como

realidad empírica este espacio de formación.

Se seleccionan en principio dos cátedras prestigiosas de la UNCo y se emplean

los instrumentos de indagación diseñados. En el contacto con el terreno (análisis

de documentos y entrevistas) encuentro que la investigación y/o la extensión apa­

recen con fuerza en lo que a la transmisión del oficio de académico se refiere, y

que para desarrollar proyectos vinculados a estas funciones se han creado grupos

o centros de estudio en los últimos años en la UNCo. También fue posible constatar

que la figura principal de la cátedra -su titular-, es al mismo tiempo quien dirige

el instituto de investigación o el grupo de estudios.

Si esto es así, provisoriamente podría plantearse, por un lado, que en forma

paralela a los grupos docentes nucleados en torno a la tarea de enseñanza en el

espacio de las cátedras, se generan otros grupos de académicos con algún grado de

formalización por una tarea principal, pero con prestigio y múltiples reconocimien­

tos que tienen que ver o no con esa tarea principal. Por otro, que " cátedra" es un

término que encierra distintas ideas y se aplica a diferentes cuestiones.

En los siguientes párrafos se amplían ambas cuestiones a partir del análisis

del material hasta aquí obtenido. 17 Por un lado pareciera sustentarse la conjetura

propuesta en la que planteamos que las cátedras conforman un espacio propicio

para la iniciación y socialización del docente universitario, con rasgos propios de

un modelo formativo artesanal. 18

Por otro, el material que disponemos estaría mostrando un movimiento,

iniciado en los últimos años e impactado seguramente por las políticas en el área,

tendiente a la creación, en el ámbito de la UNCo, de otro tipo de organizaciones,

como institutos, centros de investigación o grupos de estudio. La creación de estas

nuevas organizaciones podría mostrar ciertos límites o tensiones -en relación a las

cátedras- respecto a la iniciación y/o formación en lo que refiere a la producción

de conocimientos y la investigación.

17

18

Se localizó, clasificó y realizó un primer análisis documental de las normativas vigentes emanadas por la UNCo (Estatuto, reglamentos, ordenanzas). Una vez definidas las cátedras, se procedió de igual modo con el material documental producido por ambos equipos docen­tes, así como disposiciones producidas por las unidades académicas en las que se insertan. Con relación a las entrevistas, se han realizado las entrevistas individuales o grupales según las diferentes posiciones de sus miembros.

Ordenanza unco, 0036/77.

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160 MARCELAICKOWICZ

Por último, interesa destacar una cuestión que comienza tal vez como una

intuición y a medida que el análisis y la sistematización de la información avanza

adquiere contornos más nítidos, me refiero a cierta indeterminación en el empleo

del término cátedra, tanto en los documentos consultados como en los testimonios aportados por los profesores en las entrevistas. Veamos un caso: en la normativa

consultada, 19 el término es empleado indistintamente para referir a una materia o

asignatura, al equipo docente o a su responsable. A modo de ejemplo se transcriben

algunos de los fragmentos de las normativas revisadas:

En la primera normativa a la que hemos tenido acceso que data del año 1977 dice20:

Establecer con carácter transitorio y hasta tanto se substancien los concursos

s/Estatuto el Régimen de "Profesor Encargado de Cátedra"

En otra Ordenanza del año 199121

Establecer el plan de actividades a desarrollar por la cátedra será presentado

al Director de Departamento ( ... ) y en los anexos se solicita Datos de la cátedra

en relación a la carrera, Programa de cátedra.

En otra Ordenanza del mismo año22

Los docentes por cátedra serán más de los previstos en los incisos anteriores sólo

cuando se superen los 30 alumnos y existan necesidades académicas de provisión

del cargo justificado por disposición del Dpto. respectivo. Se considerará como

criterio de ponderación general que a cada porción superior a 20 alumnos a la

cifra indicada como base podrá corresponderle la designación de un Docente.

Se designará un nuevo profesor por cada 4 docentes adicionales

Como podrá advertirse en las dos primeras normativas el uso del término alude y hasta puede ser remplazado por materia/asignatura. En esta última nor­mativa su empleo pareciera asociarse a una idea de cátedra/grupo/equipo, por un

lado, y por otro, estaría dando cuenta de cierta organización jerárquica en lo que

al equipo docente refiere. Los fragmentos que se trascriben a continuación corresponden a las entrevis­

tas individuales y grupales realizadas a una de las cátedras del estudio.

19

20

21

22

Ordenanza UNCo, 0036/77.

Ordenanza UNCo, 0036/77.

Ordenanza UNCo, 485/91.

Ordenanza UNCo, 492/91.

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IMPLICACIÓN, EL RESCATE DE PROCESOS 161

Los testimonios seleccionados refieren al espacio fisico, a los sistemas organiza -

ción y distribución de responsabilidades y a las relaciones con el medio social externo.

Del espacio físico:

Estaba pensando que a diferencia de otros colegas nosotros tenemos espacios

que son propios( ... ) eso ayuda en el sentido de tener territorio propio (entrevista

grupal auxiliares) .

... ayuda a los lugares de encuentro, yo lo veo en colegas ... , por ejemplo en (otra

carrera de la facultad) que no tiene espacios comunes y andan dando vueltas.

Acá vos venís y en este lugar encontrás a alguien de la cátedra (entrevista

individual PT).

De la organización y distribución de responsabilidades:

Esta de la dinámica horizontal que veo en la cátedra, la percibí desde el primer

momento que para uno que quiere iniciarse en esto (se refiere a la docencia) es

importante (entrevista grupal auxiliares).

De las relaciones con el medio:

Una preocupación que fue creciendo en el seno de la cátedra, era la vinculación

con el contexto. Y en nuestro caso por tratarse de (formación profesional), había­

mos ensayado desde pasantías. Nos sentíamos cruzados por muchas cuestiones,

como que nuestros alumnos evidentemente alguna capacitación adecuada tenían

porque eran captados(. .. ), pero inmediatamente no se recibían. ( ... ) . Entonces

bueno, creo que cada año fuimos dando un paso más, y este año implementa­

mos dos metodologías que estamos muy contentos ... (entrevista individual PT).

En estos breves testimonios los sentidos en que se emplea el término se

refieren a aspectos materiales, también a vínculos entre personas en torno a un proyecto compartido.

En diversas frases dichas/oídas en la vida cotidiana de una facultad: "El clima

en mi cátedra es agradable." "Pedí una licencia, no me sentía bien en la cátedra."

"Este espacio es nuestro (se refiere al espacio físico), es de nuestra cátedra." "Cuan­

do volvió del posgrado fue el quiebre en las cátedras." "El año pasado tuvimos una

instancia de autoevaluación en la cátedra fue muy productiva. Voy a llamar a una

reunión de cátedra."

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162 MARCELAICKOWICZ

Otro testimonio de una entrevista publicada a una reconocida investigadora,23

ex decana de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, se extraen los si­guientes párrafos:

Eda: Yo me recibo en 1960 y entré con un objetivo que era si se quiere personal;

yo quería hacer una investigación en un tema en el cual ya había empezado

a trabajar ( ... ) y un amigo mío me dijo "andate a esa cátedra porque es una

cátedra de gente muy buena, muy abierta y el jefe, te va a entender".

Edor: ¿Cómo era el trabajo en la Cátedra?

Eda: Esa cátedra tenía lógicamente limitaciones de espacio pero además tenía

pacientes de consultorio externo, nada mas, sin embargo había un enorme

proyecto ... "

Cátedra como espacio físico, como grupo de personas/investigadores que se

agrupan en torno a un proyecto, un deseo, un ideal.

A partir de estos breves testimonios podemos advertir, en general, el uso de

término como sinónimo de materia y/o asignatura, sin embargo, es en el uso coti­

diano que los sentidos se asocian más claramente a grupo docente/equipo docente,

o grupo de docentes y alumnos.

El contacto con el terreno nos puso frente a nuevos interrogantes que aluden

por un lado a la naturaleza del "objeto/problema" que nos ocupa. Nos preguntamos

entonces: ¿frente a qué tipo de objeto estamos?, ¿qué cualidades adquiere el "espacio

institucional" conformado por la organización de las cátedras?,24 ¿qué aspectos del

imaginario académico se alojan/depositan/custodian en esta forma organizativa

propia de la universidad?

Por otro, reclama, desde mi posición de investigadora y docente universitaria,

desentrañar aspectos de este tipo de forma organizativa que pareciera fundarse

más en la costumbre y hábitos de los universitarios que en la formalidad de los

estatutos que nos regulan.

Reflexiones finales

El intento por conocer la formación en el espacio artesanal de las cátedras univer­

sitarias requiere -en tanto objeto de estudio que nos interpela e impacta desde di­

ferentes lugares- de un trabajo simultáneo, riguroso y sostenido con los datos y con

el impacto que estos datos producen en quien se pone en posición de investigarlos.

23 Entrevista publicada en noviembre de 2006 a la Dra. Regina Wikinsky. 24 Empleo el concepto espacio institucional en el sentido que lo trabaja L.M. Fernández.

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IMPLICACIÓN, EL RESCATE DE PROCESOS 163

Dicho de otro modo y con la intención de elaborar unas reflexiones finales sobre

el presente escrito quisiera planear que el tipo de trabajo por el que he optado exige,

teórica y metodológicamente, un análisis de los fenómenos de la propia implicación.

Somos sujetos implicados, entramados en la misma realidad que queremos

conocer, y en ese sentido estamos positiva o negativamente ligados, somos así fuen­

te de datos en nuestra capacidad de razonar, de tener resonancia con los mismos

hechos que queremos analizar.

El trabajo con los datos que nos llegan del campo, el trabajo que hacemos con

el impacto que el contacto con esos datos nos provoca y el que resulta necesario

llevar adelante con los aspectos internos que se ponen en movimiento tendientes

a obturar nuestra posibilidad de avance en la comprensión de estos fenómenos,

resulta un tipo de trabajo complejo que reclama múltiples controles.

Todos estos controles están posibilitados por la generación de un espacio de

terceridad, sin la instalación y sostén de este espacio, que en sí funciona como

transicional (Kaes), 25 el sujeto-analista-investigador no puede efectuar los movi­

mientos entre su diagnóstico habitual y los datos que entran desde el objeto como

para que estos últimos le permitan poner a aquél en cuestión.

El espacio al que hacemos referencia puede ser considerado un espacio para

volver a mirar y mirar-se, para volver a pensar con un pensamiento que se aleje, en

términos de Bruner,26 de las formas canónicas y adquiera poder elucidante. Un es­

pacio capaz de incorporar nuevos datos, poner en cuestión nuestros pre-conceptos,

producir el develamiento de su ideología y a partir de ella habilitarse/nos para

captar otras miradas, otras perspectivas y efectuar el lento proceso de configura­

ción de un sentido que queda abierto a nuevas hipótesis y líneas de interpretación.

El propio análisis de los fenómenos de implicación afectiva y su "uso instru­

mental" en las dimensiones profesionales, políticas y existenciales posibilitó, en

primer término, captar en mi propia trayectoria de vida el legado, la herencia reci­

bida con relación al estudio y al conocimiento como valor, como riqueza trasmitida

por abuelos y padres, que sin haber transitado por la universidad ''pudieron"tras­mitir, dar como legado, los valores que la universidad como institución representa

y simboliza.

Es probable, entonces, que encuentre aquí una de las razones por las que

investigo no solo en la universidad, sino también el interés por conocer los estilos,

las formas de aquellos grupos -prestigiosos- que parecieran condensar/sostener estos valores y sentidos.

La tolerancia a la ambigüedad y la incertidumbre, la capacidad de sostener

el doble análisis -el de la realidad interna y el de la realidad externa- durante el

25

26

Kaes, R., Missenard y otros, Crisis, ruptura y superación, Buenos Aires, Edic. Cinco, 1985.

Bruner, J., Actos de significado. Más allá de la revolución cognitiva, Alianza Editorial, Madrid, 1995.

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164 MARCELAICKOWICZ

tiempo necesario y el r igor en el tratamiento de los datos provenientes de ambas

fuentes se convierten en cualidades centrales.

El riesgo a la repetición, la caída en la mirada de siempre, late de modo per­

sistente en distintos momentos del proceso mismo. Discriminar qué es del propio

investigador y qué del fenómeno que se intenta investigar es sin duda el filo por el que transitamos.

Bibliografía

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el análisis", en M. Landesmann (coord.), Instituciones educativas. Inst ituyen­

do disciplinas e identidades, México, Juan Pablos.

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III ENSAYANDO MÉTODOS

DE ABORDAJE INSTITUCIONAL

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LA UNIVERSIDAD. DE INSTITUCIÓN ESTRUCTURANTE A ORGANIZACIÓN MERCANTILIZADA

Gerardo Romo* y Karla Pavón**

En esta colaboración se presenta una revisión de algunas teorías sobre institucio­

nes que nos permiten generar una definición propia de las mismas.

Se utiliza esta definición para constatar la existencia de una idea de uni­

versidad que se ajusta a la misma, y se revisa cómo es que ésta vive una crisis

institucional. Se analizan algunas causas de dicha crisis, las cuales se asumen

relacionadas con la pérdida del compromiso del Estado frente a la sociedad, así

como las de los cambios en la forma discursiva de comprender a esa institución.

En términos de las consecuencias de esa crisis, en el texto que se propone,

se podrá observar como es que la condición referida, orilla a las organizaciones a

adaptarse a una dinámica de mercado que va en contra de las razones ontológicas

que le dan sentido a las Universidades como instituciones encarnadas.

Instituciones, organizaciones y crisis institucional

Cuando se trata de instituciones y de cómo se relacionan conceptualmente éstas

con las organizaciones, se han señalado tres corrientes analíticas básicas: la so­

ciológica, desarrollada principalmente por R. Scout, J. Meyer, Paul DiMaggio, L.

Zucker y W. Powell, la económica, cuyos inicios se encuentran en los trabajos de

Ronadl Coase, Oliver Williamson y Douglas North, y la corriente política desarro­

llada esencialmente por March y Olsen. (Vergara, 1993, 129).

* **

El neoinstitucionalismo económico de Douglas North, 1 por ejemplo, pone espe-

Profesor Investigador Titular del CUCEA-Universidad de Guadalajara y miembro del SNI. Estudiante de la Maestría en Negocios y Estudios Económicos del CUCEA-Universidad de Guadalajara. No está por demás recordar la definición ya clásica que Douglas North aporta de institucio­nes, cuando dice que estás son: "Las reglas del juego en una sociedad o mas formalmente

[167]

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168 GERARDO ROMO Y KARLA PAVÓN

cial interés en los mecanismos de regulación de las instituciones, utiliza el concepto

de racionalidad neoclásico en el que un agente es maximizador de su utilidad y

egoísta por naturaleza, por lo que el intercambio entre agentes se complica a menos

que exista algún tipo de estructura que lo garantice y lo vuelva estable. Es ésta

precisamente la función que cumplen las instituciones, al permitir el intercambio

a través de las reglas que se deben seguir y ser a la vez, el mecanismo que obliga

a los agentes a hacerlo de esa manera (North, 1993).

Desde el neoinstitucionalismo político, los estudios se han centrado sobre

todo en la toma de decisiones. Se argumenta que los actores son sujetos políticos

que toman decisiones sobre todo basados en las prácticas organizacionales insti­

tucionalizadas: reglas, rutinas, códigos de conducta, etc. (Vergara, 1993: 138) El

énfasis de los trabajos de esta corriente, no está tanto en el resultado al que se

llega con la decisión, sino la forma en la que se realiza ésta en un marco preciso

que la sanciona como correcta o "aceptable", independientemente de que el regla­

mento sea o no congruente con el problema que se pretende resolver. A diferencia

del neoinstitucionalismo económico, el político trata sobre los códigos de conducta

tanto formales como informales (la cultura de la organización institucionalizada,

por ejemplo) y no sobre el costo de cumplimiento de lo contratos.

Para los fines de lo que aquí se argumenta, es importante señalar que para esta

visión, existen pocas posibilidades de éxito en el rediseño institucional voluntarista

basado en un esquema de racionalidad fuerte. Estos autores más bien suponen que

las formas institucionales, en todo caso, evolucionan y de forma lenta mediante la

modificación de algunos de sus elementos integrados en el andamiaje institucional.

Insistiendo en esta idea, nos parece importante citar aquí las siguientes

ideas que March y Olsen escribieran en un documento de trabajo hace un par de

años. Allí, al definir a las instituciones, decían que éstas son "una serie de reglas

relativamente durables junto con prácticas organizadas, dentro de estructuras

de significados y recursos relativamente invariables, resistentes a los cambio de

idiosincrasia y expectativas individuales, y a los cambios externos ... " (2005:11). 2

Estas instituciones tendrán algunas características que les definen. Entre

éstas, destacamos aquí las siguientes:

a) Ser portadoras de identidad y roles y creadoras del carácter político, la historia

y la visión. Proveen de enlaces que atan a los actores sociales (ligazón) a pesar

de los múltiples factores que los dividen.

son las limitaciones ideadas por el hombre que dan forma a la interacción humana [ .. . ] constituyen el marco en cuyo interior ocurre la interacción humana [ ... ] consisten en normas escritas formales así como en códigos de conducta generalmente no escritos que subyacen y complementan a las reglas formales." El autor señala que éstas incluyen "todo tipo de limitación que los humanos crean para dar forma a la interacción humana[ ... ]. La función principal de las instituciones en la sociedad es reducir la incertidumbre estableciendo una estructura estable." (North 1993: 13-16)

La traducción es de los autores de esta ponencia.

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ENSAYANDO MÉTODOS DE ABORDAJE INSTITUTIONAL 169

b) Proveen de orden a las relaciones sociales, reducen la flexibilidad y variabi­

lidad del comportamiento y restringen las posibilidades de buscar

e) Solo el bienestar personal [ ... ] la lógica de la acción es seguir las reglas [ ... ]

porque son vistas como algo natural, legítimo y esperado.

Las instituciones no son estáticas, y la institucionalización no es un proceso inevi­

table, unidireccional, monótono e irreversible [ ... ] sin embargo debido a que las

instituciones son defendidas por sus integrantes y validadas por la comunidad fue­

ra de ellas, y debido a sus historias, sus reglas codificadas y rutinas, su estructura

interna y sus reglas, no pueden ser cambiadas arbitrariamente.

Las instituciones proveen códigos de comportamiento adecuado y un orden

legítimo. Las normas y la cotidianidad especifican qué es normal, qué se espera

del comportamiento y qué tiene sentido en la comunidad March y Olsen, 2005: 11).

Finalmente el nuevo institucionalismo sociológico, emparentado de alguna

manera con el anterior, surge como una respuesta a los modelos de comportamiento

basados en la racionalidad absoluta de los actores (los modelos económicos, por

ejemplo).

Para una de estas corrientes, la que se construye desde la teoría organizacio­

nal, lo importante es revelar las formas en las que los campos organizacionales3

"institucionalizan", y el papel que juega el criterio de eficiencia en dichos procesos

(Powell, 1991). Desde aquí se asume que todos los campos organizacionales tienen

contacto con dos tipos de ambiente: por un lado el técnico, en donde las organi­

zaciones son premiadas por su capacidad de desarrollar procesos de producción

eficaces y eficientes, y por el otro, el institucional, donde las organizaciones son

compensadas por subordinarse a un conjunto de reglas y procedimientos estable­

cidos (Scott, 1987: 500).

Este texto que ahora presentamos está inspirado inicialmente por las dos

últimas de las corrientes mencionadas. Sin embargo, como lo hemos ido descu­

briendo desde hace algún tiempo, las discusiones sobre instituciones que se han

hecho desde la teoría propiamente institucional, o desde el discurso organizacional,

pueden ser profundamente enriquecidas desde otros discursos más cercanos a la

teoría sociológica más dura.

Este no es un demérito de los autores o corrientes citadas. Sobre todo si se

recuerda que esos trabajos se han definido siempre como particularmente ecléc­

ticos, construidos con aportaciones de diferentes disciplinas consolidadas como

Un conjunto de organizaciones relacionadas funcionalmente y pertenecientes a un rubro de actividad similar ( ... ) donde cada campo organizacional institucionaliza un conjunto de valores, reglas, creencias y significados que son compartidos por todas las organizaciones incluidas en ese campo, la estructura, cultura y comportamiento de toda organización de­pende en algo grado de las características del campo donde se encuentran. (Vergara, 1993, 135)

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170 GERARDO ROMO Y KARLA PAVÓN

la sociología, la economía, la ciencia política, o el psicoanálisis.4 De esa manera,

cualquier regreso a las fuentes originales, tendrá legitimidad en la medida en que

se reconozca lo avanzado, y cuando al regresar de ese core, se traiga consigo alguna

aportación relevante. En ese sentido, hemos considerado como fundamental revisar

la relación entre instituciones y la teoría de la estructuración. Veamos.

La teoría de la estructuración tiene como idea principal lo que Giddens (1984)

llama "principios estructurales" que son aspectos estructurales de sociedades

globales o totalidades societarias, que se desarrollan dentro de una temporalidad

(contados por la historia como sucesos durables en secuencia lineal) y un espacio

definido que por fuerza tiende a reorganizarse. Se entiende además por estructura

a las reglas y recursos con implicación recursiva en una reproducción social, como

elementos normativos y códigos de significación.

Se refiere a estructuras para denotar reglas que pertenecen a la tesis principal

de la teoría de la estructuración ya que funcionan para producir y reproducir una ac­

ción social y al mismo tiempo funcionan para la reproducción sistémica. Aunque la

regla contenga muchos aspectos rutinarios, la rutina no es en si una regla. Giddens

considera a las reglas como técnicas o procedimientos generalizables que se aplican

a la escenificación de prácticas sociales. El papel de las instituciones es albergar a

estas reglas que ofrecen cierta solidez por estar basadas en actividades rutinarias.

Lo esencial de la teoría de la estructuración para lo que aquí argumentamos,

es la explicación de cómo las limitaciones vividas como tales por los individuos

pueden lograr el "estiramiento" de las relaciones sociales en el tiempo y el espacio.

Esta idea de estructuración es la que permite inferir una definición de ins­

tituciones, a partir de que "las propiedades estructurales de raíz más profunda,

envueltas en la reproducción de totalidades societarias, (las) denomino principios

estructurales." Y aquellas prácticas "que poseen la mayor extensión espacio-tempo­

ral en el interior de esas totalidades se pueden denominar instituciones" (Giddens

1995: 54). El autor agrega, que éstas últimas son, por definición, '1os rasgos más

duraderos de una vida social" (Ibíd.: 60).

Con estos antecedentes, es posible desarrollar una definición propia de insti­

tuciones que nos permita enseguida abordar lo que llamamos crisis institucional

de la Universidad.

A partir de aquí, cuando se hable de instituciones, se hará considerando los

siguientes rasgos comunes: por una parte, el estar relacionadas con normas, re­

glas, rutinas y en general elementos restrictivos para la conducta humana o sus

pulsiones. Y por la otra, estar referidas a asuntos profundamente enraizados en la

vida de las sociedades en dos sentidos: las instituciones refieren a formas de acción

Este no es el lugar adecuado para hacer la referencia a las aportaciones de la corriente psicoanalítica al discurso institucional, pero valga la mención de que los autores tienen presentes a autores como Freud, Lacan, Zizek, Lidia Fernández, o Enriquez, por ejemplo)

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ENSAY ANDO MÉTODOS DE ABORDAJE INSTJTU'l'IONAL 171

individual que son relevantes para la sociedad por lo amplio de las prácticas que

representan (en el sentido de la cantidad de personas que se ven constreñidas por

ellas), y por el largo espacio de tiempo en el que se perciben como hegemónicas. 5

De esa manera, las instituciones al incentivar un tipo de comportamientos

son restrictivas (positiva a negativamente); restringen prácticas que se consolidan

cristalizadas en formas organizativas que se estructuran con rasgos que le definen

como tales, y sólo son instituciones, cuando han cubierto, con su forma específica,

periodos prolongados de tiempo histórico.

Como se señalara en un texto previo (Romo, 2007), una vez que queda claro

lo que son las instituciones, es imprescindible considerar el cómo es que éstas se

manifiestan. Porque en sentido estricto, las normas, las reglas y las rutinas sólo

son instituciones cuando se expresan cristalizadas, o hechas cuerpo, en acciones

organizadas (Crozier y Friedberg, 1990) con un importante sentido de ceremonia

o ritualización (Meyer y Rowan, 1999).

Entonces, a partir de que las instituciones sólo lo son cuando están expresadas

en formas que son perceptibles como acciones organizadas, para la discusión de

las instituciones se vuelve relevante hablar de organizaciones, o acciones organi­

zadas concretas como instituciones encarnadas. Considerando, por supuesto, a la

organización como mucho más que una entidad concreta creada deliberadamente

para cumplir con fines específicos vitales para su subsistencia (Schlemenson, 2007).

De esa manera, una organización será también institución sólo en la medida

en que cumpla con las características señaladas dos párrafos arriba:

a) Estar relacionadas con normas, reglas, rutinas y en general elementos res­

trictivos para la conducta humana o sus pulsiones.

b) Estar referidas a asuntos profundamente enraizados en la vida de las socie­

dades en dos sentidos: las instituciones refieren a formas de acción individual

que son relevantes para la sociedad por lo amplio de las prácticas que repre­

sentan (en el sentido de la cantidad de personas que se ven constreñidas por

ellas), y por el largo espacio de tiempo en el que se perciben como hegemónicas

Un último elemento a considerar con respecto a las instituciones antes de pasar a

la revisión de los elementos analizados hasta aquí con respecto a las Universidades,

es de explicitar de manera precisa lo que está considerado de manera general, el

asunto del cambio institucional. Aquí, a partir de la consideración temporal que

se le ha señalado a estas formas de organización social, habrá que considerar que

sus cambios no son fácilmente percibidos, no son resultado inmediato de modifica­

ciones propuestas al nivel organizacional, y no son necesariamente eficientes en el

Una característica relativamente compartida, pero no por el total de las visiones institucio­nales consideradas para este texto, sería aquella que supone que las instituciones reducen incertidumbres en la interacción de los sujetos.

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172 GERARDO ROMO Y KARLA PAVÓN

sentido que una racionalidad absoluta podría suponer como ideales. Como bien lo

señalan March y Olsen (2005: 11), " ... Reglas, rutinas, normas e identidades son

instrumentos tanto de estabilidad como de cambio." 6

Uniuersidad como institución y la uisión hwnboltiana de la misma que supone al Estado como financiador principal

Los distintos enfoques neoinstitucionales han sido "frecuentemente utilizado para

explicar los procesos de cambio en la educación superior" (Kent, 2000; De Vries,

2000; Acosta, 2000; Kent, Álvarez, González, Ramírez y De Vries, 2003; Muñoz,

2002 en Acosta 2006, 24). Éstos enfoques específicamente en el análisis organiza­

cional "toma como punto de partida la sorprendente homogeneidad de prácticas

y acuerdos que se encuentran en el mercado del trabajo, escuelas, Estados y cor­

poraciones" (Powell y DiMaggio, 1999, 40) mientras que en el análisis económico

"enfatiza en los conflictos y contradicciones, no solo en el nivel de los modelos

analíticos sino también de la realidad que busca analiza" (Ayala, 1999: 13).

Un muy reciente trabajo del sociólogo noruego Olsen (2005), señala que frente

a la visión tradicional de la Universidad como institución, se ha ido generando una

nueva concepción que la ve como instrumento. Esta última está respaldada teóri­

camente, precisamente, por aquellas visiones instrumentales que son hegemónicas

en la economía y algunas visiones gerenciales de la administración.

De esa distinción entre institución o instrumento desprende el autor men­

cionado cuatro visiones actuales posibles de la Universidad: como comunidad de

sabios, como instrumento para cumplir los intereses nacionales, como democracia

representativa, y como emp1·esa de servicios sujeta a la lógica de mercados com­

petitivos (Olsen 2005: 2).

La primera, es esa visión centenaria que fue fundamental para que el mundo

occidental transitara de escenarios premodernos a la modernidad plena, la cual,

por diferentes condiciones contextuales ha tenido que ir enfrentando a uno u otra

de las visiones señaladas.

Loa autores noruegos agregan en el mismo texto: "Las instituciones cambian a través del tiempo como respuesta a la experiencia histórica Los cambios no son instantáneos o deseables en el sentido de que d sistema se vuelva rada vez más óptimo. Como resultado, el supuesto de la eficiencia histórica no puede sostenerse. Por eficiencia histórica entendemos la idea de que las instituciones de alguna forma se vuelven sensibles a adaptarse a su ambiente para mejorar y que rápidamente adoptan una solución de equilibrio única para el problema de sobrevivir y prosperar ( ... ) pero la adaptación es menos automática, menos continua y menos precisa de lo que se asume en los modelos de equilibrio (como en el modelo de eficiencia histórica) y no necesariamente provee a la institución de eficiencia y sobre vivencia."

Así mismo mencionan que hay algunas situaciones de cambio en las que "se pone en tela de juicio la misión, visión, sabiduría, integridad, organización, funcionamiento, fundamPnlo moral, justicia, prestigio y recursos de las instituciones así como la contribución real del institución a la sociedad contra lo que se esperaría que contribuyera.''

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ENSAYANDO MÉTODOS DE ABORDAJE INSTITUTIONAL 173

Lo que nosotros queremos señalar aquí es como desde hace algunas décadas,

en nuestro país se da una condición de cambio organizacional en las universidades

que pretenden sumarse a una ola que tiene mucho que ver con lo que Olsen llama

visión de empresa de servicio, y que nosotros llamamos organización mercantilizada.

Lo que argumentamos es que la Universidad que se asume institución por ha­

ber sobrevivido con rasgos comunes legitimados como adecuadamente restrictivos

para el desarrollo del conocimiento y la generación de sujetos portadores del mismo,

que fuera reforzada en el siglo XIX por las aportaciones que ahora conocemos como

humboltianas, vive cambios claramente sensibles en su vivencia organizacional,

que no se quedan en ese nivel, sino que denotan una crisis institucional.

Para darle sustento a nuestro argumento, en lo que sigue vamos a desarrollar

la visión institucional de la Universidad, vamos a contrastarla con lo que llamamos

organización mercantilizada, para terminar señalando algunos aspectos concretos

de nuestro sistema nacional de educación superior referidos a la forma de finan­

ciamiento, que nos servirán para comprobar el proceso señalado.

Las características básicas de una Universidad considerada como institución,

con independencia de situaciones concretas de cultura, región geográfica, o tiempo,

serían las siguientes (Olsen 2005: 8-10):

a) Es una comunidad meritocrática de sabios.

b) Su identidad corporativa y procesos de integración, están fundados en acuer­

dos compartidos de erudición y aprendizaje, investigación básica y la búsque­

da de la verdad, sin tomar en cuenta la utilidad inmediata o su aplicación, la

conveniencia política o los beneficios económicos.

e) El avance, la validación o la difusión del conocimiento se basan en categorías

cognitivas como la libertad de búsqueda y la libertad intelectual, la racionali­

dad, la inteligencia, el aprendizaje, la competencia académica, el conocimiento experto, la fidelidad a los hechos y el conocimiento, la simplicidad teórica,

poder explicativo, la elegancia conceptual, y la coherencia lógica.

d) La universidad está abocada a servir a la sociedad en general y no a patroci­

nadores, inversionistas específicos o a aquellos que estén en disposición y con

voluntad de pagar. (Ésta es la razón por la cual, el Estado tiene que hacerse

cargo de la financiación de las universidades, y se convierte en el argumento que nos va a permitir evidenciar los cambios señalados.)

e) La educación que se proporcione, tendrá que ser accesible a todos aquellos

que estén formalmente calificados.

/) La naturaleza holística del conocimiento y la unidad de la investigación, el

conocimiento humanístico, tanto como las ciencias naturales, son priorizadas.

g) Se asume que la ciencia no sólo provee tecnología, sino que también códigos

de conducta y conceptos, ideas y creencias por las cuales los humanos se en­

tienden a sí mismos, a los otros, y a la sociedad.

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174 GERARDO ROMO Y KARLA PAVÓN

h) La universidad desempeña un papel fundamental tanto en la configuración de

los individuos, con carácter e integridad, como en el desarrollo y la transmisión

de una cultura que se distingue por la construcción humanística, la raciona­

lidad, y el "desencantamiento" del mundo, la ilustración y la emancipación.

i) La organización y el gobierno de la universidad, refleja su identidad institu-cional y si rol especial y responsabilidad frente a la sociedad.

j) La única autoridad legítima está basada en la competencia neutral.

k) La organización es colegial, con líderes elegidos, y organización disciplinar. l) Todas las actividades y los resultados son valorados por las normas internas

de los eruditos (la revisión de los pares), y la verdad es un fin en sí mismo.

m) Los mecanismos básicos de cambio se encuentran en las dinámicas internas de la ciencia en general y de las disciplinas en particular.

n) El sistema se desarrolla más a través de internos y orgánicos procesos, que por diseños externos.

ñ) La protección y los recursos del Estado, junto con la autonomía del gobierno y de los poderes económicos, así como de los grupos sociales, están justificados por el reconocimiento de la sociedad con respecto a los objetivos del conocimien­to, de que ese conocimiento solo avanzará a través de la libre investigación, y que las demandas del conocimiento sólo pueden ser validadas -€n oposición al dogma y la especulación- por ser sujetos a la prueba de dicha libertad.

o) La libertad de investigación es también un elemento fundamental para la conformación de una sociedad abierta y la ciencia puede aspirar a ser parte de la configuración cultural y proveer modelos para la solución de problemas, de conflictos, y por lo tanto de la integración social para una sociedad y civi­lización democrática, basada en una comunicación racional y en el poder del

mejor argumento (Como lo han señalado Haberlas y Kalleberg).

La idea de universidad como organización-instrumento.

Las características señaladas en el apartado anterior señalan con claridad cuales

son los rasgos que permiten entender a una universidad como institución. En ellos es posible ver cómo los elementos que señalábamos como constitutivos de la

definición de institución que desarrollamos en la primera parte, se empatan sin

mayores fricciones. En lo que sigue, vamos a ver una serie de rasgos de una visión diferente de

universidad, la que se identifica como instrumento en la lógica de una empresa de

servicios, o de una organización mercantilizada. Todos tenemos presente en una cierta molestia con diferentes niveles de

conciencia, algunos rasgos de las universidades actuales, ya sea en la que nos des-

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ENSAYANDO MÉTODOS DE ABORDAJE INSTITUTIONAL 175

empeñamos como académicos, o con las que interactuamos de una u otra manera,

que no se corresponden con lo que acabamos de repasar.

Aquí nos vamos a permitir citar una nota periodística publicada el mismo

año que el texto de Olsen recién mencionado, que ilustra con claridad el asunto al

que nos referimos.

Dice un columnista especializado en temas económicos, refiriéndose al rector

de una "exitosa" universidad privada en México, que este es" ... ampliamente co­

nocido por el modelo de universidad que ha diseñado. Sus colegas rectores le miran

con recelo porque no tiene un doctorado, porque privilegia la eficiencia terminal de

los alumnos, porque les hace conseguir empleo rápidamente y porque la investiga­

ción está en segundo plano en su modelo de negocio" (Mota, 2005).

Sin comentarios. Veamos en seguida las características que según Olsen

(2005: 20), tendría la visión de universidad como empresa de servicios:

a) La universidad es una empresa de servicios sujeta a la lógica de los mercados

competitivos.

b) Dentro de esta perspectiva la universidad es una empresa económica o una

estación de servicios operando en un mercado regional o global.

e) La investigación y la educación superior son mercancías, paquetes de bienes,

a ser vendidos en un mercado libre.

d) La competencia y la consecución del beneficio y otras ganancias individuales

son fundamentales en esta visión.

e) Los estudiantes, los profesores, los catedráticos y las comunidades eligen

entre universidades alternativas en términos de que tan bien empatan éstas

con sus preferencias individuales.

/) La información y el conocimiento son recursos estratégicos para la competen­

cia y la sobrevivencia, no un bien público en sí mismo.

g) La universidad provee cualquier investigación y la docencia que pueda ser

vendida con beneficios, y la cantidad o la calidad y el precio, son determinados

por los mercados competitivos.

h) La competencia de los mercados requiere de una rápida adaptación al cambio

en las oportunidades y las restricciones, las cuales, de nuevo, requieren de

liderazgos internos fuertes y profesionales, con una responsabilidad con la

universidad como un todo.

i) La universidad tiene más libertad del estado y las autoridades políticas.

j) El compromiso del gobierno es entendido como ayuda, y se entiende que éste

solo puede establecer algunas regulaciones e incentivos, antes que señala­

mientos coercitivos. De manera paralela, la universidad es más dependiente

de los accionistas, los patrocinadores, compradores y la sociedad en general,

y los líderes universitarios son emprendedores de los mercados relacionados.

k) La autonomía frente al gobierno es considerada como una herramienta geren-

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176 GERARDO ROMO Y KARLA PAVÓN

cial para cambiar las universidades, y las ideas del New Public Managment, así

como las técnicas de las empresas privadas son consideradas positivamente.

l) La organización colegial, disciplinar y democrática, así como la autonomía

individual, son consideradas como estorbos para las correctas decisiones y el

buen desempeño, y consideran deben ser remplazadas por una administración

fuerte y una organización interdisciplinaria.

m) En las juntas de gobierno de las universidades, habrá líderes académicos

nombrados y representantes externos.

n) Habrá también acreditaciones externas y mecanismos para supervisar y

evaluar la cantidad y la calidad del desempeño universitario.

ñ) Como parte de la estrategia general de mantener balances fiscales, hay una

constante apropiación de los derechos de propiedad intelectuales (un principio

ajeno a la ciencia) y presiones enmarcadas en una política de Patent or Perish

que vendría a sustituir a la famosa Publish or Perish.

o) En esta visión de mercado, el cambio está en relación de dependencia con la

selección competitiva y la sobrevivencia de los más aptos, lo que significa, los

más adecuados y que quieran adaptarse a los imperativos e incentivos del

ambiente.

No hay que hacer mucho esfuerzo para advertir como es que estas características

ocupan un lugar importante en el imaginario de muchos universitarios, o de los

políticos, empresarios o sociedad en general que se relaciona de una manera u otra

con estas organizaciones que habían encarnado la institución centenaria de la que

aquí hemos hablado. ¿Qué significan esos cambios?, ¿es sólo una modificación organizacional?

No lo creemos así. En nuestra opinión, estamos en presencia de una importante

crisis institucional, en donde se enfrentan dos visiones de lo adecuado, de lo ru­

tinariamente legítimo con respecto a la universidad. ¿Qué actitudes tienen que

ser legítimamente consideras como adecuadas cuando nos desempeñamos como

universitarios?, ¿Cuando nos relacionamos con los alumnos?, ¿Cuando lo hacemos

como universidad con la sociedad en general?, ¿cómo se debe gobernar la univer­

sidad?, ¿cómo evaluar los desempeños?

La idea que señalamos está detrás de este "enfrentamiento" en el que una

institución pierde terreno frente a una nueva visión, es la de que ésta última está

respaldada por una nueva institución. No se enfrentan visiones, sino que estamos,

más bien, frente a una sustitución institucional. La nueva institución que tiene

décadas consolidándose sería la de la tardía empresa capitalista. Un poco en la

lógica del nuevo espíritu del capitalismo de Boltanski.

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ENSAYANDO MÉTODOS DE ABORDAJE !NSTITUT[ONAL 177

El Estado y su papel en el cambio organizacional

Nuestro proyecto general aportará en su momento más evidencia en este sentido.

En el proyecto que seguimos y del que esta ponencia es un avance preliminar, nos

propusimos revisar como se han dado los cambios con respecto al presupuesto de

las universidades públicas en México. Ello siguiendo el argumento de que es este financiamiento el que permite la

autonomía mínima frente a los intereses particulares, y se convierte en una condi­

ción básica para que muchas de las otras características propias de la Universidad

como institución existan. Es en ese sentido que a continuación presentamos el

siguiente análisis al respecto. El Estado utiliza sus instituciones para que éstas actúen como "aparato

de conducción de la vida de los hombres como cuerpo social" (Ibarra, 1999: 8) la

universidad pública funciona de esta manera debido a que proporciona la edu­

cación que sustenta al orden social es por ello que también se le ha relacionado

con el progreso social, de tal forma que en el momento en que el estado retira

el financiamiento a dichas instituciones éstas dejan de servirlo y buscan nuevas

fuentes de financiamiento que en el fondo son también nuevas identidades para

la institución.

Ibarra menciona que una de las consecuencias más importantes de esta nue­

va dinámica tiene que ver con los cambios en las identidades o mejor dicho con

la reconstrucción de las identidades de las instituciones y los sujetos dentro de la

universidad y se debate si "tales modificaciones suponen el desplazamiento de la

universidad como referente cultural básico de la sociedad y en consecuencia si ella

ha sido redefinida como una organización más entre muchas otras que se dedican

a la prestación de un servicio" (Ibarra, 1999: 18)

El funcionamiento de la sociedad bajo un nuevo modo de racionalidad, que

pone en operación controles basados en el mercado, promete construir institucio­

nes y sujetos responsables, independientes que se hagan cargo de sí mismos. Sin

embargo, desde estas posturas no se reconoce el oportunismo que caracteriza el

comportamiento de los agentes sociales, ni la fragilidad de un dispositivo que se

encuentra gobernado más por afanes económicos que implican la destrucción del

otro, que por comportamientos éticos fundados en la solidaridad. En este sentido

se discuten dos cuestiones básicas: la universidad dejaría de ser "institución" de

la sociedad para devenir en "organización" participante del mercado. Y segundo

hasta dónde los cambios operados han significado la reinvención de las identida­

des de los sujetos de las universidades bajo los principios del individualismo y la competencia. (Ibarra, 2002: 23).

La importancia del gasto público dentro de las universidades públicas radica

en el hecho de que la autonomía científica y pedagógica de la universidad se asienta

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178 GERARDO ROMO Y KARLA PAVÓN

en la dependencia financiera del Estado (De Sousa, 2005: 130). Mientras el Estado

consideraba a los servicios de la universidad como un bien público (entendidos como

"un bien que debe suministrarse en la misma cantidad a todos los consumidores

afectados" (Varian, 1999: 641) no existían grandes problemas, de hecho debido a

la importancia del financiamiento gubernamental se consideraba a la educación

superior equivalente de universidad pública, en palabras de Adrián Acosta:

El gran peso de la matrícula y de los recursos públicos en el sector de las uni­

versidades públicas propició que durante un largo tiempo educación superior

fuera sinónimo de universidades públicas, una relación conceptual que revelaba

el enorme peso político y social de las universidades. (2006: 31).

Sin embargo, cuando el Estado reduce su compromiso con las universidades

reduciendo el presupuesto genera instantáneamente un cambio organizacional

debido a que la convierte en un bien que siendo público no está asegurado por el

Estado.

La reducción del gasto por parte del Estado hacia la universidad puede ser

resultado de muchos factores, sin duda uno de ellos fue la crisis económica de 1982

que estuvo determinada por diversos factores entre los que podemos mencionar el

agotamiento del modelo sustitutivo de importaciones, que no pudo transitar a la

fase superior de modelo, así como las malas decisiones de política económica, que

implicaron una serie de desequilibrios históricos fundamentales: devaluación del

tipo de cambio, incremento de la tasa de interés, incrementos en el nivel de precios,

escasez, fuga de capitales, déficit creciente en las cuentas corriente, déficit público,

caída del empleo y salario y crecimiento de negativo de la producción (Feijoo, 1986:

175). De la misma forma, la caída de los precios del petróleo y el incremento de las

tasas de interés internacionales, se combinaron para volver impagable la deuda

externa nacional acentuar la crisis económica que trajo consigo un grave deterio­

ro social y el cuestionamiento de las políticas públicas implementadas hasta ese

momento (Anisen, 1998: 339). Este cuestionamiento se tradujo en un replanteamiento de las políticas pú­

blicas, incluidas las que hacían referencia a la educación superior. Por este mo­

tivo se crea la Ley General para el Desarrollo de la Educación Superior "como el

instrumento de coordinación adecuado para que el gobierno y las instituciones de

educación superior acordaran estrategias, políticas y acciones de crecimiento del

sistema" (Acosta, 2006: 24). Esta nueva relación entre el Estado y la universidad

"se apoya en un nuevo modo de racionalidad que posibilita la regulación de las

instituciones a partir de la evaluación de su desempeño" (lbarra, 1999: 14-24) e

implica como consecuencia un cambio. Los principales actores dentro del cambio

fueron según lbarra (1999: 14-24):

Page 172: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

ENSAYANDO MÉTODOS DE ABORDAJE INSTITUTIONAL 179

a) El Estado específicamente con la Secretaría de Educación Pública y la Secre­

taría de Hacienda y Crédito Público así como la Subsecretaría de Educación

Superior e Investigación Científica.

b) Los agentes internacionales con sus programas de modernización (CEPAL,

OCDE, BM, FMI)

e) Las universidades del país encabezadas por sus funcionarios de alto nivel.

En términos generales, el financiamiento de la educación superior se integra por

recursos federales y estatales. El subsidio federal tiene tres componentes: el ordi­

nario, el extraordinario y el asociado a la ampliación y diversificación de la oferta

educativa. El subsidio estatal, está compuesto por el primer y tercer componen­

tes, es decir, no tiene subsidio extraordinario. En 2005, de acuerdo con cifras de

la Secretaría de Educación Pública (SEP), el monto total para ese nivel es de 29

mil 395 millones 671.1 pesos, de los cuales la Federación aportó el 65.5% (19 mil

273 millones 147.7 millones) y los gobiernos estatales 34.5% (10 mil 122 millones

523.4 pesos).

Diversos estudios argumentan que el gasto en educación debería de ser de por

lo menos 8% del producto interno bruto, sin embargo hasta el año 2004 se destinaba

5.1 % del PIB en educación (López, ANUIES, 2005), en el periodo que comprende del

año 2000 al 2005 los recursos federales a la educación básica representaban el 65%

del presupuesto mientras que los destinados a la educación superior eran del 18%,

El modelo oficial de asignación del subsidio público7 tiene criterios diversos

para otorgar los recursos a las instituciones del sistema universitario de educación

superior. Algunos aspectos de ese modelo son los siguientes:

El subsidio reguralizable anual para las Universidades Públicas Federales

(UPF) y las Universidades Tecnológicas (UT) se asigna a partir del cálculo del costo

de cada uno de los rubros que componen su presupuesto, es decir, tomando como

base el costo de nóminas de personal autorizado, gastos de operación e incremento

para cubrir el aumento de costos asociados tanto a servicios personales. Para las

Universidades Politécnicas (UPOL), las Públicas Estatales con Apoyo Solidario

(UPEAS) y otras instituciones, el Gobierno Federal asigna un apoyo solidario con­

venido cada año con la institución y el gobierno del Estado respectivo. El subsidio

ordinario cubre el gasto corriente que se destina al sostenimiento de la operación

regular de las Instituciones de Educación Superior (IES) que comprende los au­

mentos relacionados con servicios personales que son autorizados por la Secretaría

de Hacienda y Crédito Público (SHCP) con base en la política salarial del Gobierno

Federal. Incluyen incrementos tanto al salario como a las prestaciones y repercu-

El esquema de asignación de recursos presentado a continuación fue obtenido con base en el documento publicado por la Secretaría de Educación Pública titulado "Aspectos Financieros del Sistema Universitario de Educación Superior" en Abril de 2005.

Page 173: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

180 GERARDO ROMO Y KARLA PAVÓN

siones, que se calculan de acuerdo con las fórmulas que autoriza la propia SHCP.

El subsidio extraordinario asigna recursos destinados a mejorar y asegurar la

calidad de la educación superior mediante una serie de programas: El Programa

del Mejoramiento del Profesorado (PROMEP); el Fondo para la Modernización de la

Educación Superior (FOMES), el Fondo de Inversión para las Universidades Públi­

cas Estatales (FIUPE); el Programa de Apoyo al Desarrollo Universitario (PROADU);

y el Fondo de Apoyo Extraordinario a las Universidades Públicas (FAEUP). El

Fondo de Aportaciones Múltiples, creado en 1998 por la H. Cámara de Diputados

para apoyar el desarrollo de la infraestructura de las UPE, incluye recursos para

proyectos de construcción, equipamiento y mantenimiento de la infraestructura

física. Otras Instituciones de Educación Superior (IES), en particular las federales,

reciben este tipo de apoyo en su propio presupuesto.

El modelo de asignación de recursos de la SEP se ha dado en un contexto de

estrechez presupuesta!, por lo que el :financiamiento de la educación superior ha

sido motivo, en diversos momentos, de confrontación entre las instituciones edu­

cativas (particularmente las universidades autónomas) y el gobierno.

Esto ha derivado en la promoción y la adopción de políticas en diversos as­

pectos como: establecer mecanismos restrictivos de acceso a las instituciones de

educación superior, plazos de permanencia de los estudiantes en ellas, cobro de cuotas y otros servicios educativos, obligación de las instituciones de buscar fuentes

alternas de financiamiento, la medición de resultados (evaluación sin distinguir

las condiciones de cada institución) para asignar el financiamiento, competencia

salarial en el sector académico (Martínez e Ibarra, 2005: 10).

Todos estos cambios llevan a la universidad a la pérdida de autonomía que se traduce en un cambio de la Universidad como institución por la universidad

como empresa. La autonomía antes del replanteamiento de las políticas públicas

se entendía como "el autogobierno de las universidades públicas, es decir, la ca­

pacidad para decidir sobre su forma de gobierno, la elección de sus autoridades, el desarrollo de sus programas académicos, la contratación de su personal y el reclu­

tamiento de los estudiantes" (Levy, 1987). Mientras que la autonomía después del

replanteamiento es considerada como una autonomía regulada que:

articula la evaluación, el financiamiento y el cambio institucional con la finalidad

de conducir a las instituciones de acuerdo con lo establecido en las estrategias y

programas gubernamentales y de otorgarles una nueva identidad que indique

su renovada funcionalidad social: moderna corporación burocrática dedicada a la

producción de los profesionales y los saberse requeridos por los nuevos modos de

operación de la economía y la sociedad( ... ) la universidad debería orientarse por

estrictos criterios de eficiencia técnica en lugar de ser una universidad legitima­

dora del estado que le permita operar intercambios políticos. (Ibarra, 1999: 14-24)

Page 174: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

ENSAYANDO MÉTODOS DE ABORDAJE INSTlTUTIONAL 181

Esta nueva aplicación de recursos federales empuja a la univer sidad a diver­

sificar sus fuentes de financiamiento, en un primer momento haciendo alianzas con

el capital, sobre todo industrial y privatizando ciertos servicios y en un segundo

momento eliminando las diferencias entre una universidad pública y una privada,

convirtiéndola en una empresa que no solo produce para el mercado sino que pro­

duce como mercado "como mercado de gestión universitaria , de planes de estudio,

de diplomas, de formación de docentes, de evaluación de docentes y estudiantes"

(De Sousa, 2005: 140). Las prioridades de la universidad han dejado de ser única­

mente las de promover la cohesión y la equidad social para ser también "pivote" de

la competitividad económica y el progreso tecnológico (Martínez e !barra, 2005: 2).

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Page 176: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

EVALUACIÓN DOCENTE DESDE LA PERSPECTIVA DEL ESTUDIANTE EN EL CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS

ECONÓMICO ADMINISTRATIVAS (CUCEA)

María Rodríguez Batista y Euangelina Cruz Barba*

El presente trabajo identifica características de la actividad docente que el es­

tudiante del CUCEA valora como significativas. Se contrastan los resultados de

las materias Metodología de la Investigación I y Matemáticas II, ambas del área

de formación básica común. Se utilizan los datos de la encuesta del ciclo escolar

2005-B, que se aplica a todos los estudiantes del Centro Universitario, a través

del Sistema Institucional de Información Automatizada Universitaria.

Se trabaja con un modelo matemático de elección discreta logit, que permite

establecer relaciones funcionales entre la evaluación de un alumno hacia su pro­

fesor y variables que están relacionadas con la actividad docente, en el entendido

de que no existe un modelo incluyente de todos los factores que impactan en el

desempeño docente.

Como en este caso no es relevante determinar probabilidades en la evalua­

ción, nuestro análisis se enfoca en la identificación de factores ó atributos de los

docentes que resultan de mayor relevancia para el estudiante. De ahí se concluye,

que la motivación hacia el aprendizaje así como la habilidad para enseñar del

profesor, es el atributo con mayor peso en el significado de excelencia docente

para el estudiante.

Antecedentes

En el CUCEA se ofrecían nueve licenciaturas en el calendario 2005-B (actualmente

se ofrece también la licenciatura en administración gubernamental y políticas

* Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas, Universidad de Guadalajara

[183]

Page 177: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

184 MARÍA RODRÍGUEZ BATISTA Y EVANGELINA CRUZ BARBA

públicas locales), esta oferta educativa es para 13,500 estudiantes; los mapas cu­

rriculares de estas carreras, comprenden cuatro áreas de formación que incluyen:

a) materias: básicas comunes, b) básicas obligatorias, e) especializan tes selectivas y

d) optativas abiertas. Formando parte de las materias básicas comunes se encuen­

tran las materias de Matemáticas II y Metodología de la investigación I, adscritas

a los departamentos de Métodos Cuantitativos y Ciencias Sociales y Jurídicas,

respectivamente. La demanda estudiantil es atendida por 850 profesores, 350 de

ellos de tiempo completo, que están distribuidos en catorce departamentos según

el eje temático al que corresponden las materias que imparten los docentes.

El CUCEA organizó la docencia en créditos desde 1996, por lo que la figura del

tutor es indispensable en la orientación a los estudiantes. Ante la ausencia de un

esquema sistemático de tutorías que apoye las trayectorias de los estudiantes, se

refuerza un intercambio informal de información entre los estudiantes a la hora de

elegir un curso con determinado profesor, pues a pesar de que un mismo curso se

ofrece en el mismo horario, algunos se saturan durante las primeras horas y otros

difícilmente llegan al mínimo de su capacidad durante el proceso de inscripción.

A partir del calendario que inició en septiembre del 2000, el estudiante al

término del ciclo escolar, realiza la evaluación de cada uno de los profesores con los

que tomó cursos en ese calendario. El cuestionario se llena en línea y comprende

diez ítems que se califican con un número entre cero (si no cuenta con determinado

atributo) y uno (para el caso de sí contar con el atributo), o en su caso, uno (pésimo)

y cinco (excelente). Esta evaluación se utiliza como referencia por los departamen­

tos, las academias y los mismos profesores.

Sin duda, como se mencionó en párrafos anteriores, el estudiante también

difunde con sus compañeros información del docente que aunada a las restriccio­

nes de horarios son factores que influyen en la elección de los cursos, aunque al

momento de la evaluación queda patente la expectativa que guió al estudiante y

los otros factores que según su perspectiva, identifican la excelencia docente. Surge

entonces la pregunta a la que intenta dar respuesta este trabajo ¿Qué característi­

cas debe tener un(a) profesor(a) de Matemáticas y Metodología de la investigación

en el CUCEA para que el estudiante lo evalúe como excelente?

De entrada, hay que reconocer que este trabajo no intenta ser determinante

en la evaluación del desempeño académico, por considerar que influyen las expec­

tativas del estudiante que no necesariamente busque excelencia en un profesor

durante su formación académica, además que el desempeño docente se puede

abordar desde diferentes ángulos: desde la evaluación de la enseñanza general en

la institución, hasta la enseñanza particular, producto del trabajo de cada profesor.

Este a su vez puede apreciarse desde diferentes perspectivas, tales como los resul­

tados de la enseñanza, las experiencias de los alumnos derivadas del aprendizaje

y la propia conducta del docente.

Page 178: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

ENSAYANDO MÉTODOS DE ABORDAJE INSTITUTIONAL 185

En este sentido, podemos citar el instrumento de observación de la práctica

docente desarrollado en Estados Unidos: Florida Performance Measurement Sys­

tem, que divide la conducta docente en los siguientes aspectos: planificación de la

actividad; participación del alumno; organización y desarrollo de los contenidos

didácticos; presentación del tema; comunicación verbal y no verbal, y por último,

verificación del aprendizaje. Estos criterios son los que se adaptaron para el ins­

trumento que se aplica a los estudiantes del CUCEA pues contiene variables que

reflejan indicadores de eficiencia de un docente (Chilardi, 1993), y que en deter­

minado momento pudieran también ser atributos que contribuyen a la excelencia

académica, desde el punto de vista del estudiante.

El modelo utilizado para analizar las evaluaciones de profesores que impar­

tieron Metodología y Matemáticas II considera por una parte la estructura formal

de cada uno de los cursos, resultado del trabajo colegiado en las academias y que

consiste en compartir un mismo programa para la misma materia. También sabe­

mos por otras investigaciones (p. ej. Jackson, 1996), que dentro del aula prevalece

una estructura informal, donde los estudiantes participan en la negociación de

ambas estructuras para sobrevivir en el sistema y así, cada una de las partes sentir

que cumplieron el objetivo del curso que puede ser para el estudiante aprobar la

materia ó comprometerse a aprender; para el profesor, cumplir con el programa ó

comprometerse a que los estudiantes aprendan lo relativo al curso. Por tanto, el

salón de clase funciona como una organización formal que tiene un objetivo general

de acuerdo al programa de la materia y el profesor establece las estrategias para

cumplirlo, mismas que se especifican en el aula de clases.

Por lo anterior, reconocemos que dentro del salón de clase funciona la es­

tructura informal como en todas las organizaciones, puesto que el profe sor y el

estudiante de entrada tienen sus objetivos; desde un inicio ambos se adaptan a

ciertas restricciones, tales como el tamaño del grupo, preparación previa de los

estudiantes en cuanto a la homogeneidad de conocimientos, así pues refleja sus

resultados que se traducen en los alcances del objetivo general que persigue el

programa de la materia.

Características del estudiante en CUCEA

Según datos que arrojó el censo de estudiantes en CUCEA, sabemos que la población

estudiantil tiene en promedio de 21 años de edad, con una variación de 3 años, cursa

un promedio de 56 créditos por semestre que equivalen a entre 5 y 8 materias en

un ciclo escolar, para concluir su carrera en la mayoría de los casos en cuatro años.

En cuanto a género, hay licenciaturas como Turismo y Recursos Humanos donde

Page 179: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

186 MARÍA RODRÍGUEZ BATISTA Y EV ANGELINA CRUZ BARBA

prevalecen las mujeres, a diferencia de Economía, y en el resto es más o menos en

los mismos porcentajes hombres que mujeres.

Un dato relativo a su formación académica, es que el 39.3% manifestó que en

por lo menos en una ocasión habían reprobado una materia durante su trayecto­

ria estudiantil, reflejando en la mayoría de los casos como principales motivos de

reprobación: reconocer que la materia se le dificulta y malas técnicas didácticas

del profesor.

Abordando un poco estas particularidades del estudiante, aproximadamente

el 50% de los mismos trabaja, presentando una relación con la carrera que estu­

dian entre mediana y escasa; aunque no todos los estudiantes siguen las mismas

trayectorias académicas, como se ha mencionado al inicio de este trabajo, cada

profesión establece cursos que son obligatorios para asegurar un perfil general en

cada profesión y según el interés de cada estudiante éste elige cursos especializan­

tes según sus expectativas de formación para el mercado laboral.

De acuerdo a los resultados de este censo de estudiantes, los cursos a que

hace referencia este estudio: Matemáticas y Metodología, por ser asignaturas la

primera con un índice de reprobación "alto" y la segunda un índice de reprobación

"bajo". Ambas tienen la característica de ser grupos numerosos, por lo regular de

45 alumnos, lo que ocasiona una participación muy reducida en el salón de clase,

y autores como, Weaver y Qi (2005) identifican como una de las principales restric­

ciones del estudiante para no participar en el salón de clase, aunado a la facultad

de autoridad del profesor, edad, género, preparación de los mismos estudiantes

y aspectos emocionales tales como temores y confianza en si mismos, porque los

estudiantes perciben al profesor como la autoridad y el experto en el tema. No

obstante, el profesor puede tener la facilidad de motivar a sus estudiantes y hacer

que interactúen dentro y fuera del aula de clase.

Resumiendo un poco, la retroalimentación de información en el aula de cla­

ses, facilita el pensamiento crítico y la retención (Garside, 1996), que por otro lado

pudiera perderse si no existe desenvolvimiento activo constante en las diferentes

disciplinas que tienen que ver con un aprendizaje estructurado de manera vertical

y horizontal.

La profesión docente

Haciendo comparaciones en varios países del mundo, cada vez es más claro que los

deficientes resultados académicos de los estudiantes van a cambiar en la medida

que se den transformaciones visibles en la calidad, motivación y efectividad de los

docentes y su trabajo. El hecho que se invierta en infraestructura, mobiliario y

Page 180: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

ENSAYANDO MÉTODOS DE ABORDAJE INSTITUTIONAL 187

equipo tecnológico, así como la modificación de contenidos curriculares, no tendrán

efectos esperados si el docente no está comprometido con la calidad de la docencia

(Navarro, 2002).

De ahí, la importancia de la evaluación docente, misma que implica criterios

de calidad, que se asocian a las características ó atributos de un buen profesor.

La forma más generalizada y estudiada para evaluar la docencia es la opinión de

los alumnos, en virtud de que la confiabilidad de la evaluación de un profesor por

los alumnos ha mostrado ser alta e independiente del instrumento que se use y de

la época del año en que se aplique, esto queda de manifiesto en el 70% de las uni­

versidades norteamericanas que utilizan la evaluación de alumnos como la mejor

fuente de información sobre la docencia (Weirmer y Neff, 1990: 45).

La profesión docente, como otras, se ejerce con una serie de percepciones sobre

su misma experiencia profesional y formación, por la naturaleza de la educación, el

docente esta en constante aprendizaje y tiene el compromiso de desarrollarse profe­

sionalmente mediante la incorporación de nuevas formas de enseñanza; de ahí que

el profesor puede tomar una postura como facilitador de ambientes y experiencias

para que el estudiante desarrolle la habilidad de construir el conocimiento en sus

diferentes formas, que de alguna manera les dan herramientas para desenvolverse

en el mercado laboral, muy a pesar de que el estudiante tenga el pensamiento de

para qué me sirve aprender matemáticas y/o metodología de la investigación. En

el otro sentido la postura, donde se enfatiza en la idea de que el estudiante tiene

que ser autodidacta en su aprendizaje.

El profesor, así como el estudiante necesita contar con ciertas habilidades y

actitudes de interacción, estar comprometido con el aprendizaje; preocuparse en

porque y como aprenden los estudiantes. En este sentido podemos intuir que su

compromiso tiene que ver con los motivos que tienen los profesores para desarrollar

su práctica docente, mismos que pueden estar relacionados con el hecho de rea­

lizar su trabajo de la mejor manera por obtener un reconocimiento de su trabajo,

evitar una evaluación negativa o simplemente por el gusto hacia su profesión y/ó la remuneración económica que esto implica.

Tradicionalmente, el profesor dirige la clase, define que es lo que se va a

aprender, las actividades a realizar y determina como será evaluado el aprendizaje.

Por lo anterior, la información que se transmiten los estudiantes sobre el profesor,

también influye en la elección de un curso, lo que de alguna manera, algunos se

forman una expectativa que se refleja en la evaluación docente. Relacionando un

poco las expectativas del alumno y del profesor, Mezirow's modela teóricamente la

educación que refiere la teoría del aprendizaje en transformación, en cuanto a la

instrucción, la pedagogía y el currículum. Su estudio remarca preguntas para resal­

tar el proceso de reflexión tales como ¿Qué estrategias didácticas estoy utilizando?,

¿Qué conocimiento tengo acerca del cómo aprenden los alumnos?, ¿Cuáles son las

Page 181: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

188 MARÍA RODRÍGUEZ BATISTA Y EVANGELINA CRUZ BARBA

metas de mi enseñanza?, y las respuestas son respectivamente, utilizo exámenes

de opción múltiple; los estudiantes no quieren aprender; mi meta es ayudar a los

estudiantes a entender mi asignatura.

Por ello, el autor intuye que la relación existente entre la pregunta y la res­

puesta que puede dar dada persona, es producto de nuestro pensamiento como

docentes y se refleja como esta reflexión: "El problema que necesito resolver es

evaluar continuamente y para esto necesito aplicar exámenes de opción múlti­

ple" (contiene reflexión dentro del dominio de conocimiento de instrucción), "El

problema que necesito resolver es ayudar a los estudiantes a aprender y yo no

puedo porque ellos no quieren hacerlo" (contiene reflexión dentro del dominio del

conocimiento de la pedagogía). "El problema que necesito resolver es clarificar

mis metas y la meta que tengo en mente es ayudar a los estudiantes a entender

la disciplina que imparto" (contiene reflexión dentro del dominio de conocimiento

curricular) (Kreber, 2005).

Así podríamos percibir que los profesores del CUCEA usamos nuestras creen­

cias y le damos una interpretación a nuestra reflexión, dependiendo del tipo de

curso, el profesor reflexiona y problematiza de distintas maneras a la hora de

considerar cual es la mejor estrategia a utilizar en su disciplina; el conocimiento

que se tiene acerca de cómo creen que los alumnos aprenden y las metas que tiene

en particular cada profesor en cuanto la enseñanza. Un ejemplo al respecto puede

ser el caso de un profesor del área de metodología de la investigación que quiere

resolver "El problema de que el alumno no quiere leer y para esto necesita evaluar

con un trabajo escrito"; para otro profesor de la misma asignatura sus creencias

pueden estar en otro sentido "El problema es que los alumnos no conocen las

diferentes metodologías de la investigación y necesita que aprendan conceptos y

aplicar exámenes abiertos; o "El problema es que los alumnos no saben aplicar

técnicas de investigación de campo y análisis de datos, y necesito que el alumno

realice entrevistas y analice la información". En definitiva, como nos damos cuenta, no existe una fórmula que indique qué

es lo mejor para la práctica docente, por tanto para el alumno ocurre lo mismo a la

hora de evaluarlo porque puede o no coincidir con la apreciación de que el docente

está realizando su labor atendiendo las expectativas del estudiante que no nece­

sariamente son las mismas que las de su compañero de a lado. En este sentido, resulta interesante relacionar los datos empíricos de la

evaluación docente del ciclo escolar 2005-B misma que refleja la perspectiva del

estudiante sobre la excelencia de los profesores considerando aspectos que tienen

que ver con la práctica docente.

Page 182: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

r EN AYANDOMÉTODO DE ABORDAJE IN TITUTIONAL 189

Metodología y datos

De la evaluación docente que se aplicó en CUCEA se obtuvo un porcentaje de

respuesta del 76% aproximadamente, reflejando un total de 1,517 alumnos en

Metodología de la investigación I y 1,196 pru·a Matemáticas II. (total que difiere

por corresponder a alumnos que toman diferentes a ignaturas y no necesariamen­

te siguen los mismos tiempos a la hora de cursarlas). Se obti ne en un análisis

descriptivo que los estudiantes en general manifiestan que su profesores asisten

regularmente, y pru·a más del 70% de los estudiante sus profesores cumplen con

las expectativas generales de la materia (gráfica 1).

Además es notorio que los profesores de Matemática utilizan menos herra­

mientas didácticas adicionales al pintaron que los profesores de Metodología, sin

embargo en mayor porcentaje de alumnos califican a los primeros como excel ntes,

siendo también característico que el alumno id ntifica que los docentes de Mate­

máticas proporcionan más casos prácticos pru·a relacionar la teoría, aun cuando e

puede apreciar que el 90% d los profesores en ambas materias están constante­

mente relacionando sus temas con casos prácticos (gráfica 2). Asimismo, es notorio

que los alumnos reconocen más a los profesores de Matemáticas que a los de Me­

todología en su habilidad para enseñar y la identificación de la motivación hacia

el aprendizaje por part de los estudiantes la ponderan de manera diferenciada

entre ambos profesores. puesto que hay mas doc ntes de Matemáticas que siempre

motivan hacia el aprendizaje que los docente en Metodología de la investigación

(gráficas 3 y 4, r spectivamente).

Gráfica l . zCumplió con los expectativos?

90

80

70

60

50

40

30 20 10

o Si No

• Molemálicos

• Metodología

Page 183: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

190 MARÍA RODRiGUEZ BATISTA Y EVANGEUNA CRUZ BARBA

Gráfica 2. ¿proporciona casos para relacionar la teoría con la práctica?

70 60 50 ----40 30 20 10 --o

Nunca Algunos siempre veces

Gráfica 3. Hiene habilidad para enseñar?

80 70 60 so 40

30

20 10

O-Nunca Algunos

veces siempre

Gráfica 4. ¿su trato motiva el aprendizaje?

70

60

50

40

30

20

10

o Nunca Algunos

veces siempre

• Motemóhcos

• Metodología

• Motemóticos

• Metodología

• Motemóticos

• Metodología

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ENSAYANDO MÉTODOS DE ABORDAJE INSTITUTIONAL 191

Aparentemente en este análisis descriptivo no se muestran diferencias muy

notorias entre los profesores, pero a la hora de que el estudiante emite su aprecia­

ción general si considera que su profesor es excelente, se reflejan claras diferencias

entre ambas asignaturas. Ahora, hay que reconocer que existen variadas metodologías cuantitativas

para encontrar relación entre variables; y en este caso, el evento a explicar con

la característica de ser binomial; la variable dependiente: Excelente = 1 y O, en

el sentido contrario, de forma intuitiva es el resultado de una elección donde el

estudiante maximiza su utilidad; por tanto el método de regresión logística que

es empleada tanto para verificar la validez de un modelo como para seleccionar

variables que explican un fenómeno en este caso pretende explicar la percepción

de la excelencia en la docencia en función de la calificación del alumno en ese curso

y diferentes atributos de la actividad docente que se consideraron en la encuesta,:

a) Asistencia del profesor.

b) Cumplimiento de los temarios establecidos en el programa del curso.

e) El trato que recibe el estudiante del profesor que de cómo resultado motivación

e interés por aprender.

á) Relación entre teoría y casos prácticos durante las exposiciones del profesor.

e) Habilidad para enseñar ese curso.

f) Utilizar hen-amientas didácticas adicionales al pintaron.

g) El profesor muestra conocimiento de la materia que imparte.

h) Cumplimiento del horario establecido por la institución.

i) Evaluación general del profesor.

Para nuestro modelo sólo se incluyen algunas de ellas por considerarse que

son las que pudieran marcar diferencias entre los cursos de interés para este estu­

dio (Calificación del estudiante al término del curso (PROM), cumplimiento de los

temarios establecidos en el programa del cur o (TEMA ), relación entre teoría y

casos prácticos durante las exposiciones del profesor (TEOPRA), el profesor muestra

conocimiento de la materia que imparte (CONOCIM), el profesor tiene habilidad

para enseñar ese curso (DIDACTIC), el trato que recibe el estudiante del profesor

da como resultado motivación e interés por aprender (MOTIVA).

Entonces, el modelo estimado nos determinru·á la probabilidad teórica de que

acontezca el suceso (excelencia) y los coeficient s de cada atributo identificarán

qué variables explican la excelencia docente. Dando así lugar a un modelo logístico múltiple como se describe a continuación:

Donde Ln significa logaritmo neperiano; ~0 y ~ 1 son constantes; X, una variable

que puede ser de naturaleza cualitativa ó cuantitativa. En este caso X1

corresponde

Page 185: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

192 MARÍA RODRÍGUEZ BATISTA Y EV,\NGELINA CRUZ BARBA

a la variable cuantitativa calificación del estudiante en la asignatura evaluada; X

2 al cumplimiento de los temarios; X 3

a la relación entre teoría y práctica durante

las exposiciones del profesor; X 4 a si el profesor muestra conocimiento en ese curso;

X 5 a la habilidad para enseñar ese curso; X6

al trato que recibe el estudiante del profesor que de cómo resultado motivación e interés por aprender.

De acuerdo a la expresión (2), si son conocidos los coeficientes ~o. f\ .. Bk, permiten calcular directamente las probabilidades del proceso binomial para los

distintos valores de la variable X El modelo estimado nos determinará la proba­bilidad teórica asociada de que acontezca el suceso de ser excelente en el COCEA;

esta probabilidad está dada por la función:

y=elD•/l+err,•(2)

Pero nuestro estudio no estimará tales probabilidades por tanto, como se

mencionó anteriormente nos limitaremos a identificar los coeficientes que sean estadísticamente significativos en el modelo y por ende que son los que más peso tienen el la percepción de la excelencia.

El método de máxima verosimilitud (máximas probabilidades) es el que apli­ca para la estimación de los coeficientes dado que la variable dependiente no se

distribuye normalmente, como lo es en este caso, se requiere un algoritmo para la

estimación de los parámetros, así la función de verosimilitud para una variable binomial puntual es

L (PI y ) = (P) (yi! (1-P)1.,,; 1 1

Donde se maximiza el logaritmo de la función en vez de la misma función . Los

parámetros estimados del modelo serán los valores de~º ~k que maximicen la función L (~

0 B ), puesto que el modelo de regresión logística determina la probabi­

lidad de un evento binomial corno la función logística de una combinación lineal de la variable dependiente. Este algoritmo nos proporcionará los estadísticos de Wald

para cada variable, lo que nos identificará si realmente influyen en la excelencia, en la medida que Exp(B) presente el valor mayor en el modelo, nos indicará que

es la variable que mayor peso tiene en la excelencia; así como la bondad de ajuste

del modelo, presentado por el coeficiente de Negelkerke, que podemos identificar en qué porcentaje podemos explicar la excelencia con las variables incluidas en el

modelo, esto es un Pseudo R2•

Page 186: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

, EN AYANDO MÉT DOS DE ABORDAJE I STITUTIONAL 193

Resultados del modelo

En este apartado e resumen las diferencias ncontradas entre la materia de Mate­

máticas y Metodología, para el contraste, se considera el estacüstico Walcl como se

mencionó en párrafos anteriores. Los coeficientes del ajuste global del modelo, son

significativos para ambos casos, según la varianza explicada, por el coeficiente de

Negelkerke, es de 0.-15 y 0.635 para Matemáticas y Metodología respe tivam nte y

la capacidad de predicción aún cuando no ampliarnmos este punto, resulta elevada

como se puede presentar en las tablas 1 y 2 para cada modelo.

En la tabla 1 se observa que para Matemáticas el modelo identificado, permite

clasificar correctamente el 85% de los casos que cumplen la condición de excelencia.

Lo anterior significa que de los 644 que consideran no excelentes a sus pro­

fesore , 448 han sido pronosticados como evaluación no excelente, es decir, un

porcentaje de aciertos del 69.6% debido a que 448/644 nos da tal resultado.

La tabla 3 y 4 nos detallan el valor de los coeficientes para la · variables

incluidas, como se puede apreciar para Matemáticas, la variables cumplimiento

de los temarios del programa y si el profesor mue tra conocimiento de lo temas,

no resultan ser significativa y por el contrario, la motivación es la qu provoca

mayor probabilidad en la percepción de la excelencia seguida de la habilidad de

enseñar de los profe ores.

Para el caso de Metodología, la única variable que no resultó estacüsticamen­

te ignificativa e , si el profesor mue tra conocimiento de la materia, de ahí que

también la que mayor impacto tiene para la excelencia docente es la motivación

hacia el aprendizaje y n segundo lugar las herramientas didácticas que utiliza el

profesor en su clase.

Además de identificar los efectos menos importantes en la excelencia, es im­

portante re altar que e incluy la variable cuantitativa calificación del studiante

en la materia evaluada, y resulta ser que aún cuando es significativa para Mate­

máticas y Metodología, el signo negativo, denota que no afectará a la probabilidad

del suceso evaluado; esto es no refleja un impacto real el hecho de que un alumno

obtenga una nota baja y é te mismo puede evaluar al profesor como excelente.

Esto puede entenderse por el reconocimiento que en general muestran lo estu­

diantes de sus profesores, n cuanto a la asistencia a clases y el conocimiento de la temática que imparten.

Page 187: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

194 MARÍA RODRÍGUEZ BATISTA Y EVANGELINA CHUZ BARBA

Tabla l . Matemáticas

Observada Pronostica

Evaluacoón Porcentaje

Na Excelente Excelente correcta

Evaluación 1 Na Excelente 448 196 69.6

1 Excelente 83 469 85.0

Porcenla¡e global 76.7

Tabla 2 . Metodología

Observado Pronastoco

Evaluación Parcenla¡e

No Excelente Excelente correcto

Evaluación 1 No Excelente 1129 87 92.8

1 Excelente 204 99 32 7

Porcentaje global 808

Tabla 3. Matemáticas

B S.E. Wald df Sig. Exp (B)

PROME -. 106 009 144.383 1 000 900

TEMAS .122 .222 304 1 581 1 130

TEOPRA .364 .155 5.520 1 .019 1.440

CONOC -.357 .287 1.552 1 213 .700

DIDACT 1 423 .252 31 811 1 000 4 150

MOTIVA 1 710 .195 77.112 1 .000 5.529

Tabla 4. Metodología

B S.E. Wald df Sig. Exp (B)

PROME -.108 .007 221038 1 000 898

TEMAS .457 .175 6.852 1 009 1 579

TEOPRA .550 .169 10.537 1 001 1.733

CONOC -.171 219 .612 l .434 843

DIDACT .919 212 18.853 1 000 2 507

MOTIVA 1.344 .160 70.856 1 000 3.834

Page 188: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

r ENSAYANDO MÉTODO DE ABORDAJE LNSTJTUTIONAL 195

Consideraciones finales

Indudablemente, en este trabajo, sólo hemo trabajado una parte de la perspectiva

del estudiante en la docencia. En este sentido. se intuye la necesidad de instru­

mentar alternativas para mejorar la calidad de participación en los estudiantes en

clase, para fomentar el aprendizaje colaborativo y desarrollar en ellos competencias

profesionales, gracias a la motivación hacia el aprendizaje, gracias a la labor d l

profesor.

Se ha mencionado ya la importancia que tiene el profesor en la formación del

estudiante en el aula de clase y su aprendizaje, por ello es importante destacar

como se dan las relaciones profesor-alumno, que generan múltiples conductas don­

de influyen las estrategias utilizadas por el profesor para lograr su objetivo, o el

objetivo del curso, aspectos que influyen en los sentimientos de los estudiantes por

sus diferentes percepciones que pudieran tener al respecto. Que se puede traducir •

en un gusto por aprender esos temas o el rechazo ocasionado por la reprobación

constante que hace el profesor hacia las pocas participaciones que pudieran tener

algunos de los miembros del grupo, sobre todo en materias como matemáticas. Es

importante que el profesor conozca las diferentes maneras de interactuar con sus

alumnos, en ocasiones el autoritarismo, el facilitador de información el que dirige

un grupo y lo motive, y que considere que cada alumno trae consigo us propias

experiencias al grupo, en ocasiones pueden ser probl mas personales, traumas

miedos, inseguridad en si mismo, y el profe or debe manifestar su habilidad para

manejar el grupo.

En términos generales s intuye que en la medida en que un profesor desa­

rrolle esa habilidad para motivar a sus estudiantes en la enseñanza de su materia

tendrá mayor probabilidad de ser evaluado como excelente y que utilice herramien­

tas didácticas que demuestren su habilidad para la enseñanza.

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Page 189: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

196 MARIA RODRÍOUEZ BATIStA Y EVANGELINA CHUí: BARB,\

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txt2.htm

Page 190: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

, DISPOSITIVOS INSTITUCIONALES Y PRODUCCIÓN DEL CONOCIMIENTO EN LAS UNIVERSIDADES EN MÉXICO

Elvia Taracena*

Las universidades mexicanas han sufrido cambios importante a partu de los pro­

gramas de excelencia y las formas de evaluación de los profesores e investigadores,

de alumnos, así como de las instituciones educativas. Contamos ahora con un gran

y costoso aparato de valuación que incluye el trabajo de muchos empleados para

fabricar constancias para recibir expedientes y dar resultados de las evaluaciones.

Este aparato incluye también el trabajo de los profesores e investigadores que

deben dedicar una parte importante de su tiempo a llenar formatos, pedir cons­

tancias y sacar fotocopias para componer sus expedientes, también participan en

comisiones para evaluar a sus pares y distribuir los puntajes correspondientes a la

distribución de estímulos. A veces los docentes tenemos la impresión que dedicamos

más tiempo a demostrar que trabajamos que a trabajar. Algún profesor nos decía

que en la mañana dedica su tiempo a reportar lo que debe hacer en la noch . E

evidente que el prnfesor ha visto su palabra devaluada y no hay acto d su vida

académica que no deba demostrar con un papel para seguir conservando su estatus

y su credibilidad en la Institución y por supuesto su salario.

Hemos escrito hace algunos años una reflexión sobre el impacto de los disposi­

tivos de evaluación de la producción académica en el lazo social en la Universidad

y con tristeza hemos constatado que nos hemos qu dado cortos en el análisis sobre

las consecuencias de estos programas.

La universidad aparece cada vez más en la representación de estudiantes

y profesores como una máquina que les pide ser solo un engranaje más de la

producción. Parece que no tenemos la posibilidad de crear organizaciones que

privilegien la participación colectiva y el ejercicio de una crítica constructiva. Nos

encontramos cada vez más en un universo en donde se privilegian las respuestas

individuales y la comp t ncia. Así asistimos a una instrumentalización del proceso

* Investigadora de la Facultad de E tudios Superiore lztacala, Universidad Nacional Autónoma de Méx ico.

[197]

Page 191: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

198 ELVI.RA TAH.ACENA

de conocimiento y de la producción científica en donde la búsqueda de sentido de

la actividad del universitario queda perdida en un universo donde la racionalidad

de cuantificación prevalece. Además somos testigos de un deterioro cada vez más

acelerado del lazo social. Los profesores en el momento de asumir una actividad

en una comisión parecen olvidar su pasado y se creen obligados a negar el víncu­

lo que los une con sus compañeros. El proceso de evaluación se convierte en un

proceso de control, de represión y un espacio de desconfianza y resentimiento La

competencia, la simulación se convierten en prácticas comunes. Retomando los

planteamientos de Enríquez (2007) podemos decir que el juicio de la institución a

través de la evaluación por comisiones de pares introduce un sistema de recom­

pensas y sanciones y por lo tanto un proceso de dependencia afectiva en relación a

la Institución. La evaluación de los universitarios pone a jugar el reconocimiento

y el salario dos elementos fundamentales en cuanto a la inserción simbólica y real

del profesor en su Universidad.

Se ha analizado ampliamente el proceso de deshomologación de los salarios

en las universidades Ibarra (1989) e Ibarra y Rondero (2005). De acuerdo con los

autores, los subsidios que antes dependían de negociaciones políticas ahora son el

resultado de complejos y costosos modos de evaluación que reducen la libertad de

las instituciones y de los académicos y reducen la estabilidad laboral. El proce o

de modernización de la educación hace pasar las Instituciones de un modo de con­

ducción burocrático-institucional a un modo orientado por criterios de mercado en

donde rige la competencia individual. Una de las consecuencias de esta mutación

es que el hecho de que el poder que tenían los sindicatos es tornado ahora por las

comisiones dictaminadoras. La noción de autonomía impide regular el trabajo aca­

démico con las Leyes Laborales de nuestro país y en consecuencia da mayor poder

a las autoridades universitarias para controlar el trabajo académico.

Los sistemas de evaluación de la productividad académica

En 1984 la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Consejo Nacional de Ciencia

y Tecnología (CONACYT) inicia un sistema de becas destinadas a los 111vest1gadores,

el Sistema Nacional de Investigadores (SNI). La idea que subyace a este sistema

es el de mejorar las condiciones de salario de los investigadores con el fin de evitar

la fuga de cerebros y que estos realicen otras actividades con el fin de completar

sus recursos. El objetivo último es el de garantizar a cierto universitarios las

condiciones necesarias para que se puedan dedicar solamente a la investigación y

favorecer así, una producción científica de alto nivel. Un nuevo modo de distinción

en el sentido de Bourdieu (1979) fue creado.

Page 192: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

ENSAYANDO MÉTODOS DE ABORDAJE INSTITUTIONAL 199

En 1990 las UNAM y posteriormente otras universidades retomaron los

principios de este sistema de evaluación para instaurar los sistemas de puntajes,

desembocando en salarios diferenciales de los profesores, basados en la noción de

productividad. En la UNAM que es el caso que nos ocupa, el sistema fue anunciado

como un sistema de estímulos permitiendo mejorar la productividad. De acuerdo

con López (2003) en sus inicios se presentó el sistema de evaluación como una po­

sible medida para atacar a fondo el deterioro que la institución ha experimentado

en algunas áreas importantes de la investigación y la docencia. Sin embargo de

acuerdo con Inclán Espinoza (1997) las autoridades universitarias rápidamente

admitieron que se trataba de un medio para restituir a ciertos profesores el poder

adquisitivo de sus salarios. Según Díaz Barriga (1997) estos programas fueron

creados en un contexto de crisis económica que había reducido el poder adquisitivo

de los profesores en un 65%.

De acuerdo con Mier y Terán (2007) el sistema de evaluación de CONACYT para

los investigadores ha tenido logros importantes pero también críticas importantes.

En el renglón de los logros el autor menciona los siguientes: Evita la fuga de

investigadores a otros países, constituye una fuente de reconocimiento institu­

cional y a su vez es una favorece el prestigio académico individual. Ha permitido

introducir un sistema de evaluación por pares y finalmente se ha convertido en un

sistema de información sobre la producción científica y tecnológica.

En el registro de las críticas el mismo menciona las siguientes: Una pérdida

de identificación de los investigadores con sus instituciones. El hecho de imponer

criterios e indicadores de evaluación propios de un área del conocimiento a otras y

el impulsar la producción de ciertos tipos de resultados inhibiendo otros.

Las evaluaciones del SNI contribuyen a la atomización del trabajo académico

privilegiando el trabajo individual sobre el colectivo

Finalmente el hecho de constituir un sistema de pago por méritos que se

convierte en más de la mitad del salario (Mier y Terán Casanueva, op. cit.).

En una mesa redonda alusiva a los 20 años de creación del SNI (Foro de la

academia Mexicana de Ciencias sobre el SNI) los investigadores presentes coinci­

dieron en que los actuales sistemas de evaluación del SNI inhiben la creatividad

de los científicos, además de desalentar los proyectos multidisciplinarios, que en la

actualidad es la manera de trabajar de los científicos en los países desarrollados.

Asimismo, hicieron hincapié en la desventaja en que la nueva generación se

encuentra en relación a los investigadores consolidados. A su vez, Jorge Membrillo

Hernández, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, precisó que

los actuales mecanismos de evaluación del SNI promueven la cantidad sobre la

calidad en las publicaciones,

En esa misma reunión el Dr. Drucker dijo que el SNI está inhibiendo la crea­

tividad del investigador. Ya que a menudo está obligado a cambiar la forma en

Page 193: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

200

que se realiza la investigación, y en segundo modificar su" criterios en función de la evaluación.

Estamos forzados a establecer redes multidisciplinarias y proyectos institucio­

nales que atiendan a los problemas nacionales que afectan al país. Además,

el científico debe involucrarse en la política científica y en ningún momento

supeditar su actividad a lo que marcan los reglamentos de evaluación (Foro de

la academia Mexicana de Ciencias sobre el SNI)

López (op. cil.) afirma que se presentó la evaluacié,n del trabajo académico

como una de las vías para mejorar y modernizar las tareas de la universidad,

sin embargo es de llamar la atención que la evaluación de la productividad de

los profesores e investigadores ha tenido un impacto tal y toma tanto tiempo y

energía de las instituciones, del personal administrativo y de los propios profe­sores que se ha descuidado otro tipo de evaluación que es el que yo llamaría de

proceso, es decir sohr las condiciones de la docencia, las formas de enfrentar el

proceso de enseñanza-aprendizaje, sobre las relaciones profesor alumno, sobre lo

que pasa en el aula. El trabajo realizado durante más de una década por la Red

de Investigadores de evaluación de la docencia. coordinndo por Mário Rueda en el 'ESU muestra la importancia de esta labor Rueda (2006), sin embargo esta tarea

no se ha retomado institucional.mente y de manera sistemática por las diferentes

facultades ele ln UNAM

Estamos además desde mi perspectiva frente a una paradoja o efecto inespe­rado de las evaluaciones a través de la productividad y es que el tiempo dedicado

a la administración y a la composición de expedientes de evaluación resulta en

detrimento del tiempo que los profesores pueden dedicar a la preparación de sus

cátedras.

Dispositivos institucionales y circulación de poder

Las comisiones evaluadoras de diversos aspectos del trabajo ele profesores y de las

Instituciones se han incrementado sensiblemente en los últimos años. La búsqueda de una cierta objetividad y una cierta transparencia en los procesos de evaluación ha tenido efectos inespeTaclos, en particular en el ejercicio del poder. Las comisiones

de pares funcionan aparentemente solo para dar sus resultados a otras comisiones que son ejecutoras. que en la mayoría de los casos es el Consejo Técnico, que es en

la UNAM el máximo organismo colegiado de las Facultades. El Director preside el

Consejo Técnico y escucha las decisiones de las Comisiones para dar los dictáme-

Page 194: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

ENSAYAND MÉTOD DE ABORDAJE LNSTITUTIONAL 201

nes. Muchas veces estos dictámenes están regulados por instancias exteriores a

cada una de las Facultades que determinan las reglas de evaluación y los plazos,

en la UNAM la Dirección General de Apoyo al personal Académico (DGAPA). Lo que

aparece para los profesor ses que no hay una claridad desde donde se ejerce el

poder y quien lo ejerce. De hecho si algún profesor se inconforma en su evaluación

además de respetar los plazos para inconformarse no puede dialogar con ninguna

instancia pues las comisione dicen ejercer solo un trabajo que prepara las deci­

siones del consejo técnico con los criterios que éste les da, pero sin ningún poder

ejecutivo, el Consejo Técnico dice que el solo ejecuta en función del resultado de

las comisiones y el Director responde que el no puede saltarse el resultado de las

comisiones y las decisiones del Consejo Técnico y envía al profesor inconforme a

ajustarse a las reglas de la convocatoria. En esta maraña de respuestas atadas la

una a la otra, el profesor se encuentra confundido en cuanto a sus posibilidades de

dialogo y en cuanto al ejercicio del poder de las autoridade universitarias, de hecho

la tendencia es apoyar la ejecución del poder en comisiones aparentemente neutras

y objetivas. Se nos ocune pensar que hay un paralelismo entre lo que ocurre en las

Instituciones Universitarias y los Estados Nación, todas proporciones guardadas,

es decir que los estados Nación pierden cada vez más poder a favor del que tienen

las grandes Transnacionales con el poder económico de la circulación global de los

grandes capitales. Los presidentes aparecen cada vez más como ejecutores de las

decisiones de los organismos económicos mundiales, como el Banco Mundial. De la

misma manera los rectores y directores de las universidades y facultades aparecen

restringidos en sus funciones por los presupuestos y las formas de gestión de los

mismos por el Estado a través de las Instituciones encargados d ello (CONACYT).

Nuestra opinión es que esta especie de difusión-confusión del poder produce la

construcción de redes de profesores como formas de contra-poder institucional y

un ejercicio del poder oculto.

Retomando las categorías propuestas Enríquez (op. cit.) aparentemente el

poder está repartido en las comisiones de una forma impersonal y formal y el poder

estaría ligado a la función, pues las comisiones son compuestas por pares, recono­

cidos por su competencia y son renovables por periodos de tres años. sin embargo

como se juegan en estas evaluaciones, procesos de reconocimiento institucional y

grupal, aumentos considerables de salario, siempre hay un ejercicio del poder de

acuerdo con las filiaciones a grupos o redes de los profe ores que componen las

comisiones a sus grupos de pertenencia, solo que no es asumido abiertam nte.

E ta necesidad de organización para asegurar presupuestos y estar presentes

en las comisiones que toman las decisiones es importante ya que como lo plantea

Mantilla (op. cit.) los académicos en este "proceso se convierten simultáneamente

en inspectores que examinan y son examinados y la revisión de pares impone una

racionalidad de la visibilidad constante y la vigilancia, el escrutinio, la inspección ,

Page 195: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

2U2 ELVlRA 'l'ARAC'E, .·\

el juicio numérico de quienes pueden ser vistos pero no ver, convertidos en objetos

de información y no sujetos de comunicación'' (p. 45).

En nuestra opinión estas redes de contra-poder son una respuesta al control

que quiere ejercer la institución.

Organización de los profesores en redes para ejercer un poder/ presupuestos

La forma de ejercer un contrapoder a la Institución en su rol de control es el crear

redes con acuerdos más o menos implícitos y con espacios de identificación como son

los temas, las formas de hacer investigación o las corrientes teóricas. Así vemos que

profesores e investigadores pertenecientes a un mismo grupo intentan posicionarse

en las comisiones que deciden las evaluacione y los presupuestos. Es necesario

estudiar las posiciones denLro de las redes y las temáticas investigadas, así como la

aproximación utilizada en los estudios en las diferente disciplinas. En el caso de

Psicología que es el que más conocemos, la psicología experimental, las psicologías

de corte positivista son las que más se han colocado en una posición que permite

la obtención de presupuestos, la definición de criterios para evaluar las investiga­

ciones, los postgrados y los criterios de aceptación de los tutores. Recientemente

hemos comenzado un trabajo de análisis de las redes de profesores de Psicología y

su organización para la obtención de recursos de investigación y para la producción

de conocimiento en la FES-lztacala, uno de los primeros resultados que arrojan las

entrevistas realizadas, es que los profesores solo reconocen la existencia de grupos

afines a la corriente teórica en la que se ubican, como si la percepción estuviera

totalmente matizada por su pertenencia al espacio institucional a tal grado que

es imposible coincidir en un mapa conceptual colectivo de la conformación de los

diferentes grupos.

La instrumentalización del conocimiento

Los sistemas de evaluación por puntos para los docentes e investigadores y los

sistemas de evaluación de las Instituciones Académicas con el fin de mantener la

excelencia y poder distribuir diferencialmente los presupuestos produce una ins­

trumentalización del conocimiento que cambia la relación de los diferentes actores:

alumnos., profesores y autoridades con el conocimiento. La necesidad de objetivar

los criterios con los cuales juzgar la producción académica produce una definición

Page 196: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

r

E SAYANDO MÉTODOS DE ABORDAJE IN TITUTIONAL 203

de los resultados que on reconocidos por estos sistemas que modifica el contenido

y la epistemología del conocimiento.

El desarrollo de criterios y las redes que lo sostienen significan una presión

constante sobre el investigador y el docente para ajustarse a las reglas de pro­

ducción del conocimiento que modifica el objeto de estudio y la forma de tratarlo.

Como ejemplo podríamos analizar lo que se entiende por impacto de las

publicaciones. Una buena cantidad de disciplinas intentan medirlo con fines de

evaluación.

Se refiere a datos estadísticos resultantes al evaluar publicaciones periódicas

basándose en el número de citas que reciben sus artículos. Estos datos se presentan

en los siguientes índices: índice de impacto, índice de inmediatez y de vida media.

El índice de impacto o factor de impacto es el más importante y se halla divi­

diendo el número de citas recibidas por los artículos de una revista en los dos años

anteriores por el número de artículos publicado en dicha revista esos dos años.

Esta forma de evaluación privilegia enfoques positivistas que correspondan

a los criterios de cientificidad definidos por los bancos de datos que determinan el

impacto de los artículos e critos y que revelan una dominación cultural a través

de la imposición del idioma inglés.

Por otro lado, el criterio de impacto y de vida media de los artículos publicados

propicia que la producción académica deba alinearse a la tendencia de los objetos

Light consumidos cotidianamente en nuestra sociedad. El investigador actualmen­

te tiene que buscar temas que den resultados rápidos para poder reportarlos en

cada uno de sus informes, tiene que tener en su bibliografía artículos recientes y

su propio artículo es pertinente solo durante un número limitado de años, así los

grandes clásicos del pensamiento se dejan de lado, así como los tema' que pudieran

ser importantes de estudiar pero que requieren varios años de investigación para

dar resultados.

El problema es particularmente complejo en lo que concierne las ciencias

sociales, pues la posición de aquellos que deciden los criterios de validación en

este campo en los Estados Unidos de Norteamérica es de privilegiar las aproxi­

maciones cuantitativas y experimentalistas dejando de lado las aprnximaciones

pluridisciplinarias y multirreferenciales que se adaptan mejor en nuestra opinión

a los problemas sociales de México.

Esto produce una serie de paradojas para los investigadores en Ciencias So­

ciales ya que si quieren publicar en un cierto tipo de Revistas valorizadas por los

sistemas de evaluación deben asumir un punto de vista que no siempre coincide con

sus preocupaciones e intereses, algunos de ellos se sienten obligados a modificar

o disfrazar sus investigaciones, para ajustarlas a los criterios de evaluación o al

juicio de quien evalúa. En el registro simbólico esto alimenta en los investigadores

mexicanos reacciones de ambivalencia frente a las relaciones de dominación ya

Page 197: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

204 ELVlRA TARACE A

estudiados en diferentes ámbitos por Octavio Paz (1973) o Bartra (1987), relaciones

de rechazo y de fascinación. En la realidad hay un buen número de investigadores

que se pliegan a las exigencias de las aproximac10nes cientificistas.

Uno de los objetivo enunciados de este sistema de evaluación por puntos es

el de favorecer la producción científica mexicana., paradójicamente no favorece

las publicaciones hechas en México que se encuentran ya en una situación dificil

debido a la crisis económica. A menudo los esfuerzos de publicación de grupos universitarios no son recompensados, porque los comités de evaluación conside­

ran que no cumplen con los criterios de calidad establecidos por las publicaciones

internacionales.

Finalmente, parece que frente este aparato masivo de control el profesor­

investigador parece perder la perspectiva de lo que significa para él la con truc­ción del conocimiento a favor de la búsqueda de reconocimiento y de la mejora del

salario. El profesor-investigador tiene que planear las actividades que le reportan

mayor beneficio a riesgo de verse penalizado en su evaluación si se dedica a labores

académicas que no están contabilizadas en los formatos de evaluación.

Esto mismo es expresado por López (op. cit.) de la siguiente manera: Por otra

parte, han tomado naturalidad entre algunos universitarios la aspiración y la com­petencia por los niveles altos del PRIDE, más que la búsqueda del conocimiento y

la realización personal.

Impacto en el lazo social (mecanismos psicosociales)

Si bien es importante dar cuenta de los cambios de gestión y de los cambios institu­cionales y colectivos que han producido en las universidades, es también necesario

reflexionar sobre los mecanismos psicosociales que permiten y sostienen estos cam­

bios. Es decir que este sistema produce formas de internalización de las reglas de juego que construyen subjetividades individuales que sirven de sostén al sistema.

López (op. cit.) plantea lo siguiente:

Hasta el congreso de 1990, había entre los universitarios la convicción de que

era necesario mejorar la vida de la Universidad; hoy, la convicción de algunos de

nosotros parece ser la necesidad de mejorar a nivel personal económicamente.

de competir con los pares para conseguir ese objetivo.

A menudo hemos constatado que los propios profesores reproducen los sis­

temas de control y de vigilancia de la institución identificándose en ese rol con la misma, esto se nota claramente en la manera de investir su papel en las comisiones

Page 198: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

EN AYANDO MÉTODOS DE ABORDAJE INSTITU'I'IONAL 205

en donde parecen olvidar su propio pasado de docentes para situarse en un nivel

de exigencia y de represión hacia sus pares. En cuanto al profesor que es sancionado por este tipo de programa, se encuen­

tra uno a menudo frente a un discurso que revela una cierta infantilización del

sujeto en la expresión del deseo de reconocimjento y en la expresión de una rabia

o enojo mezclado de sentimiento de impotencia. En palabras de los profesores en un estudio realizado en la FES-Iztacala

(Taracena, 2006):

Nos sentimos orgullosos de ser reconocidos, de tener una buena nota en el

programa, de tener una mejoría en el salario sin t ner que ir de un lado a otro

en busca de otro trabajo.

La evaluación produce muchas emociones, muchos miedos, hay enojo cuando

la institución evalúa tu actividad.

En el momento en el que tuvimos el riesgo de perder los estímulos nos senti­

mos decepcionados, nos sentimos como mendigos, tienes la sensación de deber

pelear tu salario

Cuando te quitan los estímulos tu trabajo pierde sentido y no solamente tu

trabajo, pero también tu persona en ese trabajo, es como si uno te dijera, ya no

eres profesora, ya no eres mujer, ya no formas parte de nosotros, ya no tienes

nada que hacer aquí.

En relación al lazo social los programas de excelencia dirigidos a alumnos,

como son los programas de alta exigencia académica (PAEA) producen también un

impacto en las relaciones entre los estudiantes, este aspecto fue puesto en evidencia

por García Maya (2006) en un estudio sobre el programa PAEA en la FES-lztacala.

La autora señala el costo que puede significar para un alumno PAEA el participar en

el programa y el hecho de que la beca represente esencialmente la oportunidad de

contar con un ingreso económico y no de brindar mejores oportunidades de aprender.

Algunos testimonios presentados por la autora del estudio ejemplifican la

dificultad de relacionarse con los demás a partir del hecho de ser alumno PAEA.

En la clase te marcan, eres reconocido como el ñoño, el matado, como el aplicado,

inclusive te ganas el mote del ñoño PAEA, o sea un tanto en broma pero si es

algo marcado la diferencia entre si eres PAEA o si eres ordinario

Luego no puedes tener amigos, porque apenas te acercas a alguien y te dice así

como hasta para allá, porque tu y yo no somos iguales yo si sé tener amigos y tú no.

Aquí en la escuela también tiene cierto renombre que pertenezcas a este pro­

grama ...

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206 ELVIRA 'l'ARACENA

Lo que estos testimonios nos muestran es la ambivalencia que le produce a

un estudiante no ser ordinario y al mismo tiempo ser rechazado por alguno de sus

compañeros. La distinción en el sentido de Bourdieu (op. cit.) produce una reacción

de aquellos que son dejados de lado por el sistema y dificulta la relación entre los

estudiantes. Por otro lado los profesores hemos podido constatar que el hecho de

que un alumno tenga un buen promedio y por lo tanto acceso a esos programas

no garantiza que esté interesado en el aprendizaje y en su formación, muchas

veces se trata de alumnos que son muy buenos para la gestión de su estar en la

escuela, es decir que son muy buenos en todas las habilidades meta-cognitivas que

les permite obtener buenos promedios. Como por ejemplo repetir el discurso del

profesor, para que este tenga una buena impresión de él. Se dan casos incluso de

una cierta presión que el alumno ejerce hacia al profesor para que est.e le dé una

buena nota, argumentando que si no él será el responsable de que pierda su beca.

Finalmente muchas veces estos programas impiden la cTeatividad del alumno y el

desarrollo de su propio pensamiento pues el alumno aprende sobre todo tácticas

de reproducción de los discursos dominantes

Conclusiones

Aunque podemos reconocer que los sistemas de becas y de estímulos mejoran las

condiciones de trabajo de algunos profesores e investigadores también es necesario

producir una reflexión crítica sobre los efectos inesperados de este sistema.

Algunos aspectos señalados por González Casanova (2004) cobran una Rran

significación mirados a través del prisma de los cambios ocurridos a partir ele las

modificaciones de las formas de evaluación de las universidades en donde a partir

de la modernización y con los nuevos modos de evaluación se tiene mucho mayor

control de las Instituciones Educativas y de los profesores e investigadores y de la

producción del conocimiento. El autor plantea la pregunta de si el conocimiento

que se produce en las universidades actualmente es pertinente en relación a las

necesidades sociales del mundo actual y analiza algunos de los obstáculos en las

Instituciones educativas para la producción de un pensamiento crítico y liberador.

González Casanova analiza los obstáculos para la creación tle un conocnnient.o in­

terdisciplinario. Plantea la existencia disciplina como una forma de autoritarismo

y como forma de incomunicación entre diferentes disciplinas. La defensa de las fronteras disciplinarias corresponde desde nuestro punto

de vista a los juegos de poder de las Instituciones más que a la pertinencia del co­

nocimiento, la apertura de las disciplinas complicaría muchas veces la asignación

de presupuestos y las redes de profesores e investigadores de las que hablábamos

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ENSAYANDO MÉTODOS DE ABORDAJE INSTI1'UTlONAL 207

anteriormente persisten en alimentar la idea de la disciplina y de la identidad del

profesional con su disciplina. De acuerdo con González Casanova (op. cit) estas

resistencias gremiales e institucionales persisten a pesar del apoyo masivo a pro­

yectos interdisciplinarios.

Pensamos que las formas actuales de gestión de las universidades no hacen

más que reforzar estas 1·esistencias ya que la presión ejercida por los grupos do­

minantes a través de las formas de gestión del conocimiento que se traduce en la

creación de redes de investigadores y profesores para asegurar su cuota de legitimi­

dad y salario cierra los campos de conocimiento. No solo tenemos que luchar contra

los criterios positivistas impuestos a través de la necesidad de cuantificación, sino

también luchar con grupos de poder que se instalan en diversos espacios académi­

cos y que impiden la apertura diferentes corrientes teóricas, a la interdisciplina o

indisciplina y finalmente a la creación de un pensamiento crítico que corresponda

a los problemas de un mundo globalizado.

Retomando algunas de las reflexiones de Enríquez (op. cit.) en cuanto al ejer­

cicio del poder en las organizaciones podríamos decir que el problema en la UNAM

es que no hay una discusión, ni una participación colectiva en la construcción del

ejercicio del poder. Por el contrario las formas de gestión actuales convierten a los

miembros del grupo en aliados de la institución para denunciar a sus pares, para

criticarlos, parn obstaculizar su desarrollo, evitando así toda posibilidad de orga­

nización colectiva con un funcionamiento democrático. Un ejemplo de esto es la

desaparición en los grupos de profesores y de investigadores de órganos colegiados

y de sindicatos a favor de la competencia individual.

Los modos de gestión del conocimiento basados en el funcionamiento más

empresarial están totalmente imbricados en los diferentes programas dirigidos

a los diferentes actores en diferentes niveles. Programas de excelencia para las

Instituciones que garantizan las becas de los estudiantes, y los presupuestos de

las Instituciones, programas de estímulos que garantizan el salario de los profeso­

res, programas de excelencia para los alumnos que garantizan un ingreso mayor

y un ingreso a un sistema de distinción. De hecho actualmente desde que se es estudiante becado se tiene ya un número asignado en el sistema que permitirá en

todo momento hacer un seguimiento de la productividad del futuro investigador

y eventualmente establecer muy claramente las reglas y los costos de exclusión de ese sistema.

Parecería que esta maquina tan bien aceitada puede producir beneficios para

todo el mundo, salvo que para que algunos estemos incluidos en este sistema hay

muchos que están excluidos produciendo todos los costos en el lazo social que ya analizamos.

A pesar de que seguramente el aparato burocrático producido por este sistema

de gestión es tan o más costoso que se si se aumentara el salario a todos los profe-

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208 ELVIRA TARACENA

sores, y aunque ha habido repetidas sugerencias en cuanto a que las percepciones

actuales vía PRIDE deben incorporarse legalmente al salario, no parece haber

respuesta de las diferentes instituciones universitarias y pareciera que estamos atrapados en los mecanismos de gestión de calidad.

A la mayoría de los actores universitarios les parece difícil abstraerse de este sistema. Mantilla (op. cit.) hace notar que aunque estos programas se presentan

como de adhesión voluntaria, devienen coactivos en la medida en que se juegan recursos económicos. En la medida que los sistemas de gestión apuntalan, captan

y canalizan los procesos psíquicos de quienes los integran (Aubert y de GauJejac

1993), parece muy complicado gestar. una lucha para cambiar el sistema.

Es interesante el hecho de constatar que hay pocas tentativas de organizar un

movimiento de inconformidad con el sistema de evaluación. Uno de los prnfesores

entrevistados en la FES-Iztacala recuerda un movimiento que se quedó en conato

de organización, por parte de algunos de los profesores que fueron sacados del sistema por falta de puntos. El punto álgido de la discusión fue en el momento en

que la discusión se convirtió en una serie de acusaciones para aquellos que tenían

otra actividad fuera de la Universidad, tenemos como lo platea Mantilla (op. cit.)

un sistema de control externo que conduce a sistemas de control subjetivo. Sin embargo considero que es necesal'io al menos deconstruir los sistemas

que están moldeando nuestra forma de actuar, de pensar, de sentir y luchar por

cambiar este sistema que no solo está cambiando las relaciones en la Universidad sino el tipo de conocimiento producido.

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Page 203: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

LOS MÉTODOS BIOGRÁFICOS EN LA INVESTIGACIÓN EDUCATIVA: DE LA NOVEDAD INTELECTUAL

AL RIGOR METODOLÓGICO

Gustavo Parra, Monique Landesmann, Hortensia Hickman y Alfredo Furlán*

Muy raramente somos testigos del desarrollo de una herramienta totalmente

nueva, aunque cada usuario deje su huella sobre las herramientas que em•

plea. Lo mismo ocurre con la investigación cualitativa como un área especial.

En vez de asumir el proceso unidireccional de la ciencia, deberíamos percibir

el escenario de la investigación cualitativa como una serie de redes interconec­

tadas. Como las disciplinas humanas tratan problemas localmente importan•

tes, las ideas teóricas y metodológicas son descubiertas del 'archivo' colectivo

global o inventadas nuevamente cada vez que se hace uso de ella.

Alasuutari, Pertti (2004)

Uno de los fenómenos más importantes dentro del ámbito de la investigación

educativa en México es el notable crecimiento del campo de estudio sobre los aca­

démicos, como ha sido ampliamente documentado en los estados de conocimiento

de 1992-2002 dados a conocer por el COMIE (2003). Las especialistas encargadas de

hacer la radiografía de este campo -García Salord, Grediaga Kuri y Landesmann

Segall (2003)-- reportan que los rasgos más destacados de la producción intelectual

de esta década son su gran diversidad y su complejidad debido a la variedad de las

temáticas abordadas, a las perspectivas teóricas seleccionadas, a la construcción

de nuevos objetos de investigación y a la gama de estrategias metodológicas, pro­

puestas por los investigadores desde diferentes espacios institucionales; situación

que contrasta vivamente con la producción de la década de los ochenta en donde

predominan los trabajos de corte estadístico, más preocupados por contar y clasi­

ficar a las poblaciones de académicos universitarios.

* Miembros del Proyecto de Identidades Académico-Institucionales, financiado por el Pro­grama de Apoyo a los Profesores de Carrera, de la Facultad de Estudios Profesionales Iztacala-UNAM.

[211]

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212 G. PARRA, M. LANDESMANN, 11 HICKMAN Y A. FURl..ÁI\

Dentro de este panorama, las autoras subrayan el interés de una parte de los

investigadores del campo por los procesos de constitución simbólico-imaginaria de

los académicos y de sus procesos de reproducción y reconversión social, en los que

la identidad y la institución se presentan como categorías analíticas centrales. Los

trabajos que han surgido de estas indagaciones han nutrido al campo con estilos de investigación provenientes de diferentes tradiciones disciplina.res, que algunas

veces se entrecruzan en un mismo proyecto, y han propuesto nuevos referentes

teóricos y perspectivas metodológicas para el estudio de los académicos desde su

dimensión subjetiva. Este último punto ilustra uno de las tantos contrastes que

existen entre los primeros trabajos en el campo y la producción más reciente: las investigaciones interesadas en el estudio de las comunidades académicas desde una

dimensión socio-cultural, privilegian el uso de las metodologías cualitativas por so­

bre las cuantitativas, dentro de las que destacan los llamados métodos biográficos.

Las fuentes o testimonios orales producidos por los propios investigadores

en situación de entrevista, al resaltar las experiencias vitales de los individuos en su accionar dentro de la sociedad, descubren la relevancia de las vivencias

personales en los marcos institucionales y proporcionan información relevante a ciertos problemas teóricos que confluyen en la relación entre tiempo biográfico y

tiempo histórico-social Permiten asimismo generar nuevas hipótesis en campos

que parecían agotados, puesto que aportan evidencia que de otra manera, por encuesta o por inferencia estadística, no sería posible obtener (Aceves, 2000). Las

propiedades de los métodos biográficos han posibilitado su difusión y han tenido

el efecto de impulsar la revaloración de los métodos cualitativos en general, así como de aportar nuevos enfoques y perspectivas de análisis en el campo de la

investigación educativa. El creciente número de trabajos que en nuestro medio producen sus propias

historias de vida y testimonios orales con fines heurísticos, probablemente nos lleve a pensar que los métodos de lo "vivido" se han convertido ya en dispositivos

exitosos, de probada eficacia en el ámbito de la investigación socio-educativa. Sin embargo, nos encontramos en un campo con una tradición tan reciente que Ete hace particularmente necesaria la tarea de reflexionar criticamenLe sobre los alcances

de las metodologías con las que trabajamos; su posible cunsohdación implicará. por tanto, socializar los hallazgos y los avatare -sobre todo éstos último¡.;- en las

labores de investigación. En este sentido, en este espacio nos proponemos compartü alguna::; reflexiones

sobre las dificultades encontradas en la delimitación de nuestro objeto de estudio y en las tareas de análisis del material de investigación, que forma parte de la etapa

más reciente de nuestro proyecto general sobre identidades académico-institucio­nales. Estas dificultades están conectadas con la perspectiva metodológica elegida

por el equipo de investigación -la construcción de una perspectiva histórica sobre

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ENSAYANDO MÉTODOS DE ABORDAJE TNSTITIITIONAL 213

la institución a partir de testimonios orales-, lo que nos ha llevado a enfrentar

algunos de los atolladeros teórico-metodológicos que seguramente compartimos

con todos aquellos que hoy hacen investigación cualitativa.

Una propuesta de investigación sobre identidades académicas

Nuestro proyecto de investigación inicia en el año de 1999 con la idea de explorar

el vínculo entre la institución universitaria y las identidades institucionales que

han construido sus académicos, teniendo como telón de fondo los fuertes conflictos

que colocaban a la principal universidad pública de nuestro país en una condición

de crisis institucional. 1 Nos planteamos la tarea de explorar cómo se habían cons­

truido y transformado estas identidades a partir de la década de los años sesenta,

periodo en el cual, de acuerdo a nuestras primeras indagaciones, la Universidad se

había convertido en un referente de vida muy importante para los que hoy son sus

académicos de tiempo completo. Determinamos que la estrategia de investigación

implicaba atender el entrecruzamiento entre la historia institucional y la trayec­

toria de los sujetos, y se decidió entonces trabajar con una comunidad reducida

de académicos, constituida por algunos miembros de la generación de profesores

de psicología que inauguran la entonces ENEP-Iztacala, uno de los nuevos campus

que la UNAM pone en funcionamiento en la primera mitad de la década de los

setenta. 2 Nos propusimos reconstruir sus trayectorias socio-familiares y escola­

res, a través de la elaboración de sus historias de vida pues, siguiendo a Dubar

(1991), consideramos que las identidades deben ser abordadas desde la dimensión

biográfica: éstas son producto de procesos históricos en donde se entretejen los

procesos biográficos y los procesos relacionales, entendidos éstos últimos como los

mecanismos de atribución identitaria por parte de las instituciones o agentes con

los que interacciona el individuo.

De manera muy general, podemos dividir el desarrollo de esta primera etapa

de nuestra investigación en tres aspectos fuertemente interrelacionados: el primero

atiende al trabajo específico sobre la materia prima de nuestra indagación, la pro­

ducción de historias de vida, que implica desde problemas de orden técnico como

las transcripciones del material grabado en cinta magnetofónica, ha ta el diseño

de las estrategias de análisis de este material; el segundo aspecto se refiere al

trabajo de reconstrucción de la historia institucional (la UNAM, el establecimiento,

Se trata de la huelga estudiantil más larga en la historia de la Universidad Nacional Au­tónoma de México, que mantuvo cerrada la institución por casi 10 meses.

Nos rf'ferimos a la Escuela Nacional de Estudios Profesionales lztacala - hoy Facultad de Estudios Superiores- , una de las unidades de formación multidisciplinar ia que la Univer­sidad pone en funcionamiento en 1974.

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214 G. PARRA, M. LANDESMANN, H. HICKMAN Y A. FURLÁN

la carrera de psicología) y de la historia de la disciplina (la psicología), a partir de

la revisión de fuentes secundarias; el último aspecto lo constituye el permanente trabajo de discusión teórica del equipo de investigación, que en muchos momentos

se intensificaba por 1as demandas ~urgidas del análisis empírico, y que implica­

ba un trabajo de revisión de nuestros supuestos, de redefinición del objeto y de establecimiento de nuevas conjeturas. Es una investigación que está en curso y

que ha puesto en circulación algunos de sus productos en publicaciones y eventos académicos (Landesman y otros, 2004; 2006).

Hay, sin embargo, una segunda etapa de este proyecto en donde trabajamos

la problemática de las identidades académicas con otros dispositivos, lo que ha implicado para el equipo de investigación la discusión de nuevos planteamientos

teóricos y una importante revisión de nuestras estrategias analíticas. La parte me­

dular de los planteamientos que hoy presentamos surgen de esta etapa de nuestro

proyecto, por lo que comenzaremos por describirla de una manera más detallada.

La búsqueda de la identidad desde lo colectivo

Los antecedentes de este proceso se encuentran en el trabajo que el equipo de investigación realizó con Lidia Fernández, a quien se había invitado en calidad de

especialista para tratar el tema de "lo institucional" en los espacios educativos, pro­

blemática relevante de la primera etapa de nuestro proyecto de investigación. De este trabajo surge la propuesta de organizar un taller de indagación de la historia

de la carrera de psicología en Iztacala, dirigido a profesores de esta institución a

quienes se seleccionó y dividió en dos grupos en función de una serie de criterios

entre los que destaca el de su pertenencia generacional: el primer grupo estaba compuesto por los profesores que se habían integrado a la institución desde los

primeros años de la creación de la carrera de psicología -"el grupo de los formados fuera de Iztacala"- y el segundo estaba constituido por los primeros egresados de esta carrera, que se habían integrado a su planta docente: "el grupo de los formados

dentro de lztacala". Los objetivos del taller propuestos a los participantes fueron

dos: el primero, la construcción de un espacio de formación sobre el análisis insti­

tucional, donde la Dra. Fernández presentó algunas de sus elaboraciones teóricas y experiencias en análisis institucional; el segundo objetivo, era la construeción de

un dispositivo de indagación mediante el cual los participantes reconstru)-eran la

historia de la carrera de psicología en Iztacala. Para nuestro proyecto sobre identidades académicas este trabajo planteaba

la posibilidad de acceder por otras vías al análisis de tres nudos problemáticos: a)

el problema del legado generacional (en donde lo generacional se entendía como

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ENSAYANDO MÉTODOS DE ABORDAJE INSTITUTIONAL 215

el entrecruzamiento entre la historia institucional y la historia personal); b) la

dramática institucional (el suceder de las cuestiones tal como las viven los suje­

tos); y e) sujetos-trayectorias-identidad (la relación entre trayectoria individual e

institucional, y los elementos identificatorios con la institución).

El taller de indagación de la historia/novela institucional se realizó en fe­

brero de 2003, con la participación de 19 profesores de la carrera de psicología de

Iztacala, el equipo de investigación y la coordinación de la Dra. Fernández, quien

en las sesiones de inicio abordó el primer objetivo propuesto para el Taller, que

además sirvió para establecer el encuadre teórico de todo el proceso. A estas le

siguieron las sesiones de reconstrucción colectiva de la historia de la carrera, me­

diante un dispositivo que consistió en dividir a los participantes en dos subgrupos

que correspondían a las dos generaciones ya señaladas, para que trabajaran de

manera separada pero siguiendo un mismo esquema; las sesiones iniciaban con

la siguiente consigna:

Les propongo hablar de la historia de psicología lztacala tal como está en el

recuerdo de ustedes. Algo así como aportar a la memoria de este establecimiento.

Eso puede incluir hablar de lo ocurrido antes de la apertura de lztacala, del mo­

mento de inauguración, de los primeros tiempos, de los sucesos que se vivieron

como hitos en esa historia, de los protagonistas, de los temas y proyectos que

ocuparon y preocuparon a la gente en diferentes momentos, de los temas que

están pendientes, de viejas y nuevas dificultades, de lo que se recuerda de todo

eso y de lo que se planifica o sueña para el futuro.

A continuación se abría un largo intercambio entre los participantes, al final

del cual la coordinadora tenía una segunda intervención que consistía en una síntesis de los temas y acontecimientos que se habían planteado en esta primera

parte de la sesión, para después dar paso a una segunda ronda de intervenciones

abiertas; la sesión cerraba con una tercera consigna, en donde se pedía a los par­

ticipantes ''hacer una cronología subjetiva grupal de los años importantes, (mar­

car) los años que les parecen claves y los sucesos que les parecen específicamente

relevantes". En la última sesión del Taller se reunieron los dos subgrupos para

realizar el balance de la experiencia y para acordar los términos en que el equipo

de investigación devolvería a los participantes los materiales que se habían pro­

ducido en las sesiones de trabajo. Es importante señalar que todas las sesiones

fueron grabadas en cintas magnetofónicas para su posterior trascripción -lo que a

la postre dio como resultado documentos de más de cien cuartillas para cada uno

de los subgrupos- y que se acordó un compromiso de confidencialidad entre los

participantes y el equipo de investigación, con respecto al uso de estos materiales

y su eventual publicación con fines heurísticos.

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216 G. PARRA, M. LANDESMANN, H. HICKMAN Y A. FURLÁN

El paso siguiente en este proceso fue el cumplimiento del compromiso de

devolución, que fue estructurado en estos términos: a) lectura profunda de las

transcripciones de ambos grupos, b) reconstrucción de la historia/novela insti­

tucional a partir de las voces de los participantes, e) ordenamiento del relato a

partir de dos ejes: cronológico y temático, y d) respeto a la diversidad de voces

e interpretaciones de los acontecimientos. En dos sesiones organizadas para tal

efecto -una para cada subgrupo-, a la que asistieron casi todos participantes del

Taller, se presentaron los avances de la investigación y las estrategias utilizadas

por el equipo de investigación para la elaboración de dos textos que acompañaban

las transcripciones completas de las sesiones del Taller, en las que cada subgrupo

había estado; estos materiales, que recibieron el nombre de "La inclusión de las

voces", representaban el trabajo de ordenamiento y reconstrucción de la historia/

novela, que había realizado el equipo a partir de los relatos colectivos. Las sesiones

concluyeron con las observaciones y sugerencias de los participantes al trabajo de

devolución. Hasta aquí el recuento de esta etapa.

Desandando los laberintos de la investigación sobre identidades

El trabajo de esta segunda etapa del proyecto de investigación nos ha llevado a una

serie de reflexiones que tienen que ver tanto con la naturaleza del trabajo específico

realizado en ella -la devolución-, como con la relación que esta etapa guarda con

el proyecto original de nuestra investigación.

Con respecto al primer asunto, entendíamos que el trabajo de devolución no

podía circunscribirse a cumplir con un mero compromiso formal, sino que se pre­

sentaba como una oportunidad para fortalecer y ampliar los alcances de nuestro

proyecto ante los nuevos retos que estos materiales nos ofrecían: la búsqueda de

nuevas vías para la exploración del vínculo sujeto-institución-disciplina, la posi­

bilidad de contrastar en ellos los hallazgos y conjeturas que hasta el momento ha­

bíamos logrado, así como poner a prueba las estrategias de análisis que habíamos

construido y con las cuales nos sentimos relativamente seguros. Sin embargo, al

encarar esta tarea empezaron a surgir problemas que en ese momento no consi­

derábamos. El primero tiene que ver con la naturaleza sui generis de la materia prima de

cada investigación: los testimonios orales que teníamos en las manos eran absolu­

tamente deudores del contexto en que se había producido y de los objetivos con los

que se habían obtenido. Pocas semejanzas tenían con los que habíamos elaborado

para la primera etapa de nuestro proyecto -las historias de vida de los académicos

seleccionados-, a no ser esta condición general de ser narraciones con una fuerte

Page 209: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

ENSAYANDO MÉTODOS DE ABORDAJE INSTITUTIONAL 217

carga biográfica: en un determinado nivel, podemos decir que las intervenciones

de los integrantes del Taller trataban de reconstruir colectivamente la historia

de la carrera de psicología, a partir del hecho de que ellos se consideran testigos

y protagonistas de los acontecimientos. Son materiales autobiográficos desde el

punto de vista del lugar de la enunciación. Pero también son producciones dis­

cursivas hechas en y desde la institución: las intervenciones de los participantes

no constituyen una narración hecha a retazos deshilvanados, sino una edificación

polifónica que tiene como guía las consignas de inicio que se establecieron dentro

de una actividad académica absolutamente estructurada (el Taller), en la que es­

tán presentes las censuras y pactos implícitos entre los participantes, así como las

representaciones simbólicas de la institución que se han solidificado en mitos. Cada

intervención comienza con un yo que en algunos momentos deviene en un nosotros.

Esto nos lleva al segundo nudo problemático: la producción de memorias co­

lectivas institucionales. Las historias de vida de la primera etapa y los testimonios

orales de la segunda, nos sugerían un ejercicio de comparación para explorar el

tránsito de la memoria individual a la memoria colectiva, aspecto particularmen­

te valioso para nuestro trabajo de investigación si nos atenemos a la siguiente

interrogante propuesta por Candau (2001): "¿cómo identificar los umbrales más

acá de los cuales las nociones de memoria y de identidad individuales serán más

pertinentes y más allá de los cuales las de memoria e identidad colectiva tendrán

un fundamento empírico?". Se trata de una pregunta que, hay que decirlo, el

actual momento de nuestra investigación no permite despejar completamente.

El trabajo realizado nos previene, por lo pronto, de caer en concepciones reduc­

cionistas: no podemos caracterizar a los relatos de vida como productos puros de

la memoria individual, porque como sostiene Halbwachs (2004), "no hay memo­

ria posible fuera de los marcos que utilizan los hombres que viven en sociedad

para fijar y encontrar sus recuerdos", estos marcos son el espacio, el tiempo y el

lenguaje; además de que toda evocación tiene un contexto que está dado por el

presente de quien recuerda, que está siempre cargado de imperativos sociales.

Tampoco nos atrevemos considerar a los materiales de la segunda etapa de nuestro

proyecto como la producción de una memoria colectiva, elaborada por un grupo

que estuviera sumergido en un mismo pensamiento social, pues "en el interior

de estas configuraciones cada individuo impone su propio estilo, estrechamente

dependiente por una parte de su historia y, por otra, de la organización de su

propio cerebro que, recordemos, siempre es única" (Canda u, 2002: 63). Desde una

posición más cauta y provisoria podemos afirmar que se identificaron pasajes de

la reconstrucción histórica elaborados a partir de una memoria fuerte , es decir,

de interpretaciones acerca de algunos acontecimientos compartidos por el grupo

casi de manera homogénea, lo que consideramos pistas que indican la posibilidad de una memoria colectiva.

Page 210: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

218 G. PARRA, M. LANDESMANN, H. HICKMAN Y A. FURLÁN

El tercer problema que enfrentamos en la empresa de devolución fue la ne­

cesidad de reflexionar sobre el estatuto de nuestro trabajo: ¿historia, novela o me­

moria generacional? El título mismo del Taller -"Indagación de la historia-novela

institucional"- en donde se procesaron los materiales del proyecto jugaba con el

carácter un tanto ambiguo de las narraciones. A esta circunstancia se añadían las

condiciones que nos habíamos impuesto para la realización de este trabajo y que

se condensaban en la expresión "¿qué hacemos con la palabra del otro?", pregunta

que reflejaba la tensión implícita en las tareas de devolución que exigían conciliar

la demanda de reconstrucción-interpretación por parte de los participantes, con

el respeto a la condición colectiva del relato. El relato-devolución que ofrecimos se

acercaba, sin franquearla, a la puerta falsa de la historización, debido tal vez a la

decisión de hacer el armado sobre el entrecruzamiento de los ejes cronológico y te­

mático. Por otro lado, teniendo en cuenta que el trabajo de síntesis y ordenamiento

que realizamos necesariamente dejaba fuera muchas de las intervenciones de los

participantes, la dificultad mayor de la labor de devolución fue el cumplimiento de

la consigna que nos exigía el respeto a la diversidad sus voces e interpretaciones

de los acontecimientos. En los sucesivos trabajos de revisión que hicimos de este

material tratamos de rastrear cómo jugaba nuestra propia interpretación en este

recorte y de analizar si no estábamos cayendo en el error de convertir los datos en

meras ilustraciones de nuestra interpretación ex post facto.

Por lo pronto, y con independencia de los aportes que esta etapa de nuestra

investigación pueda tener para nuestro proyecto general sobre las identidades,

podemos reconocer que las grandes dificultades que nos ha presentado en el plano

metodológico, han nutrido nuestra perspectiva con respecto a estas labores del

proceso irrvestigativo. Aunque seguimos aceptando que la función mayor, la más

comúnmente adjudicada a los datos o hechos, sean cuantitativos o cualitativos, es

la de verificar hipótesis o teorías, también hacemos nuestro el señalamiento de

Merton, quien sostiene que la función de la investigación empírica va mucho más

lejos de este rol puramente pasivo. En realidad, los datos empíricos al reobrar

sobre la teoría también la inician, formulan, modifican y clarifican (Aceves, 2000).

Algunas consideraciones finales sobre el uso de los métodos biográficos

Los estados de conocimiento sobre los académicos que referimos al inicio de este

trabajo reportan que las investigaciones interesadas en estudiar los procesos liga­

dos a la constitución de la subjetividad comparten, entre otras características, el

interés por el uso de metodologías cualitativas, especialmente aquellas que tienen

que ver con los llamados métodos biográficos. También mencionamos que dentro

Page 211: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

ENSAYANDO MÉTODO DE ABORDAJE INSTITUTIONAL 219

del medio académico han aparecido una gran cantidad de trabajos que utilizan

como dispositivos metodológicos las historias de vida, los retratos biográficos las

entrevistas a profundidad, los testimonios, etc.; que ha dado lugar a un fenómeno

al que le podríamos aplicar el término de "síntoma biográfico", que se ha usado

para referirse a la popularidad que han alcanzado los géneros biográficos y auto­

biográficos en la cultura contemporánea. Nuestra propia investigación da cuenta

de este hecho. Vale la pena, entonces, cerrar estas reflexiones sobre dificultades

muy puntuales de un trabajo de investigación de esta naturaleza, intentando una

mirada más abierta que nos permita encontrar algunas claves explicativas para

la aparente popularidad de estas herramientas de trabajo.

Aunque la pretensión es la mirada en amplitud, tendremos que empezar por

lo que nos es más cercano. Las temáticas de investigación ligadas a los procesos

identitarios, a la transmisión de conocimientos y experiencias personales a la

exploración de la memoria individual y colectiva, al rescate de la construcciones

simbólico-imaginarias de instituciones y colectividades, recurren casi necesaria­

mente a los materiales orales por la posibilidad que ofrecen para estudiar de cerca

el entrecruzamiento de las vidas y trayectorias individuales, con lo procesos gru­

pales y societales. Este tipo de fuentes se presentan, entonces, como instrumentos

que permiten examinar los aspectos cualitativos y la historicidad de la vida social,

así como la relación que existe entre lo particular y lo general de los fenómenos

sociales. "'Los relatos de vida nos dan la posibilidad de entender en otra dimensión

y en otros ritmos los acontecimientos más generales ocurridos en torno a las vidas

de los individuos: proporcionan voces con calidad y verosimilitud sobre los acon­

tecimientos pero sobre todo, la visión y versión propia de los actores involucrados

e inmersos en el mundo de lo cotidiano" (Aceves, 2000:16) .

Sin duda, uno de los elementos más atractivos de los métodos biográficos es

que éstos no sólo posibilitan el acceso a la experiencia subjetiva de las personas,

sino que también involucran directamente al investigador cuando éste reconoce que

forma parte ele la relación interlocutor-entrevistador, y que en esa m dida participa

en la construcción ele la narración. Esta peculiaridad de estas herramientas me­

todológicas permite cubrir una función de vínculo, que posibilita el debilitamiento

de la clásica división entre actores sociales e investigadores.

Sin embargo, las bondades de estas metodologías no deberían hacernos pasar

por alto las dificultades y peligros que entrañan. Como lo señala, desde el campo de

la investigación histórica, un especialista en el uso de estos métodos: "hacer historia

oral significa [ ... ] producir conocimientos históricos, científicos y no simplemente

lograr una exposición ordenada de fragmentos y experiencias de vida de los 'otros'.

El historiador oral procura que la evidencia oral no sustituya a la labor propia de

investigación y análisis sociohistórico: que su papel como investigador no quede

reducido a ser sólo un eficiente entrevistador" (Aceves, 2000: 10).

Page 212: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

220 G. PARR4.., M. LANDESMANN. H. HICKM.I\N Y A FURLAN

Los relatos de vida, los testimonios orales, las entrevistas a profundidad.

etc., tienen dos rasgo que le son característicos: a) la naturaleza "literaria" y

específicamente narrativa del objeto producido en el diúlogo, y b) la naturaleza

ocial de la subj ~tividacl del informante dramatizada en la narrativa. De ahí que,

si uno no quiere perder la riqueza del material recolectado, debe construir modelos

interpretativos específicos capaces de tomar en cuenta La dimensión nan-ativa y

textual. el contexto social, las representaciones sociales que se ponen en juego y

finalmente, las relaciones entre estos diversos elementos.

A lo anterim· habrá que añadir la circunstancia de que estos materiales son

fragmentos discursivos-narrativos que adquieren una diversidad de modulacio­

nes y sentidos, en buena parte determinados por las condiciones de producción

de los mismos: o ea, por la situación que se da antes y dUI·ante la situac1ón de la

entrevista oral. Como nos podemos dar cuenta. el análisis e inleTpretación de los

materiales de que nos proveen los métodos biográficos, se convierte en un asunto

complicado y no deteTminado por reglas fijas o modelos de tratamiento.

Los emµeños válidos por encontrar nuevas alternativas para la producción

del conocimiento en el campo de las ciencias sociales, tendrán que ir acompañado

de un esfuerzo de ponderación sobre la pertinencia de los recursos metodológicos

a elegir y de Ja convicción de que el éxíto de una investigación no descansa sólo

en la originalidad del andamiaje metodológico. No habrá que perder de vista

q_ue, cualquiera que sean las diferencias de perspectiva entre los investig:ulores

que utilizan las fuentes orales o las metodologías estadísticas, su empresa es la

misma, la de la inteligibilidad de la realidad social, mediante el empleo de estas

fuentes.

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Argentina.

Page 214: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

r

EL TRABAJO DE LOS ACADÉMICOS EN

LAS INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR:

PROCESOS ORGANIZACIONALES Y PSICOSOCIALES

Blanca Noemí Silva Gutiérrez*

En las últimas décadas la sociedad se ha caracterizado por un ritmo de vida con

cambios constantes y el incremento pronunciado de las exigencias laborales en

respuesta al contexto económico, político y social. Derivado de lo anterior, los

trabajadores enfrentan demandas y presiones específicas generadoras de estrés

laboral, que en el mediano o largo plazos tienen consecuencias que afectan la ca­

lidad de vida y la salud.

Las condiciones de trabajo deficientes constituyen un riesgo para la salud de

los trabajadores y conducen al desarrollo de enfermedades laborales. En este sen­

tido, el estudio de los factores psicosociales y el desgaste profesional en el trabajo

adquieren una gran importancia.

Se ha documentado en diversas investigaciones que los profesionales de la

educación forman un grupo especialmente expuesto al llamado desgaste profesio­

nal o síndrome de burn out. Este grupo profesional se enfrenta a desencadenantes

de estrés propios de la organización académica y a situaciones en las que se des­

equilibran las expectativas individuales del profesional y la realidad del trabajo

diario (Benavides-Pereira, 2006).

Al respecto, el Informe Delors (1996) destaca la importancia de las condicio­

nes de trabajo del personal docente para lograr un mejoramiento en la calidad de

la educación. Esto incluye a los distintos niveles educativos en donde se identi­

fican factores de riesgo. A partir de la descripción de los riesgos a los que están

expuestos los docentes directamente en las aulas, se señala que se debe entender

como enfermedad ocupacional a todas las alteraciones de la salud que se producen

como consecuencia de la exposición a distintos factores de riesgo existentes en los

ambientes de trabajo, a los derivados de la calidad del trabajo que se desempeña,

* Departamento de Ciencias Sociales y Jurídicas, Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas, Universidad de [email protected]

[223]

Page 215: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

224 BLANCA NOEMÍ SlLVA GU'ITÉRREZ

cuya evolución, ya sea en forma aguda o crónica y según su intensidad, puede

determinar distintos grados de incapacidad de carácter permanente e irreversible.

En este sentido, se puede definir como enfermedad profesional al conjunto

de síntomas y signos ocasionados por un agente de riesgo con motivo de trabajar bajo una relación laboral dependiente. De esta manera, las "enfermedades rela­

cionadas con el trabajo" se refieren a aquellos trastornos de la salud que pese a no ser originados exclusivamente por el trabajo, se ven influidos por las condiciones

laborales en forma importante (Delors, 1996).

En México y en diversos países latinoamericanos, cada vez con mayor fre­cuencia, se han agregado funciones adicionales a las responsabilidades básicas

-docencia e investigación- que debe cumplir un académico de tiempo completo en las universidades. En la actualidad se deben realizar tareas como tutoría, gestión

académica, extensión y difusión cultural y diversas actividades administrativas.

Así mismo, aspectos relativos a las condiciones institucionales y a la organización del trabajo, indican la necesidad de investigación y atención a este grupo poblacio­

nal por las consecuencias a nivel social, organizacional e individual. El nivel de tensión psicológica asociada al estrés laboral crónico, como lo es

el llamado síndrome de desgaste profesional, síndrome de burn out o síndrome de

quemarse por el trabajo (Mingote, 1998; Cordeiro, 2003; Gil-Monte y Peiró, 1999), se ha convertido en un problema de salud pública que afecta a un gran número de

trabajadores (Mingote, 1998).

La definición del síndrome de burn out más conocida y utilizada es la de Mas­

lach y Jackson (1986). Este concepto considera al síndrome como una respuesta al estrés laboral crónico y está compuesto por tres dimensiones: el agotamiento

emocional que se manifiesta por la falta de recursos emocionales propios, la des­personalización que se aprecia a través de actitudes negativas como el tratamiento

despectivo, distante e indiferente. La falta de realización personal en el trabajo, caracterizada por una valoración negativa del propio rol profesional e insatisfacción

con su trabajo, llegando a mostrar sentimientos de ineficacia en el desarrollo de su profesión (Benavides-Pereira, 2006).

El desgaste profesional o burn out se presenta principalmente en los pro­

fesionales que prestan servicio directo a personas, entre ellos los profesores. Se considera que las personas más vulnerables a padecer el síndrome son quienes

han mostrado compromiso con el trabajo, buen desempeño y expectativas altas. Sin

embargo, cuando el resultado de su trabajo no es congruente con las expectativas y

no encuentra en la organización el apoyo necesario, las personas se ven expuestas

a un nivel alto de estrés y frustración que al hacerse crónico deteriora la capacidad para lograr un desempeño adecuado y genera las condiciones para el desarrollo del

bum out (Gil-Monte, Peiró: 1997). Los problemas del bum out van más allá del ámbito profesional y suelen

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ENSAYANDO MÉTODOS DE ABORDAJE lNSTITUTIONAL 225

interferir negativamente en la vida familiar y social, además de las repercusiones

adversas en la institución donde trabaja el académico, los conflictos con compañe­

ros, retrasos, inasistencias, bajas laborales, y la mala calidad en las actividades

que desempeñan. Los investigadores de este tema han señalado que entre otros

aspectos: el burn out puede acabar con la autoestima del profesorado, sobre todo

en relación con la propia eficacia profesional (Benavides-Pereira, 2006).

Además de las repercusiones sociales y organizacionales derivadas del burn

out, también se reconocen consecuencias a nivel individual, como cansancio emo­

cional y físico , tensión, disminución de la autorrealización y pérdida d la autoes­

tima, de los ideales en el trabajo y de la confianza en los compañeros, problemas

para conciliar el sueño, aumento de la susceptibilidad al enfermar, malos hábitos

alimenticios, dolores de cabeza, problemas familiares y de pareja consumo de café,

alcohol, drogas y fármacos .

La docencia es considerada como una de las profesiones que genera riesgos

para la salud. Estudios diversos han señalado la prevalencia del desgaste profe­

sional en profesores de todos lo niveles educativos; acompañados de la relación

de este síndrome con variables sociodemográficas, laborales y, en menor número,

asociaciones con los factores psicosociales.

El estado del conocimiento reporta un número muy limitado de estudios

nacionales e internacionales que analicen de manera específica, en el contexto

universitario, el desgaste profesional y los factores psicosociales vinculados al tra­

bajo de los académicos. Esto constituye el motivo principal para llevar a cabo esta

investigación; considerando además, que en la actualidad los cambios acelerados

que se generan en las economías a partir del contexto internacional, proceso de glo­

balización, el desarrollo tecnológico y la sociedad del conocimiento, generan nuevas

formas de organización del trabajo y nuevas exigencias que derivan en los distintos

ámbitos laborales, incluyendo también el trabajo académico en las universidades.

La importancia del estudio de los factores psicosociales y el desgaste profe­

sional en el trabajo de los académicos es un problema de gran relevancia social;

la presencia del síndrome puede disminuir la eficacia del trabajo y la motivación

hacia el mismo, con lo que se afectan negativamente las relaciones con los estu­

diantes, la condición de la docencia y la calidad de las funciones sustantivas de las

universidades, además de la disminución creciente del reconocimiento social de la

profesión académica. Por lo anterior, es fundamental identificar los factores que

influyen en el desarrollo del síndrome en la población universitaria; la búsqueda

de soluciones y de medidas preventivas, además del impulso consistente para el

desarrollo de la investigación al respecto.

Así mismo, la evaluación de los riesgos psicosociales en el trabajo es uno de

los temas de mayor importancia en materia de prevención de riesgos laborales,

debido sobre todo a la falta de instrumentos confiables y válidos que permitan la

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226 BLANCA NOEM( SILVA GUTIÉRREZ

detección veraz. La carencia de instrumentos fiables es especialmente relevante

en el ámbito del profesorado universitario, sector en el que existen muy pocos

trabajos, en comparación con los realizados en docentes no universitarios y con el

que presenta importantes diferencias (Vilar, 2005).

La carencia de instrumentos de evaluación pertinentes para la población

objeto de estudio se identificó como una de las debilidades principales para la reali­

zación del estudio de los factores psicosociales en el ámbito educativo universitario,

lo que condujo al diseño y validación del cuestionario de "Factores Psicosociales en

el Trabajo Académico, 2005" que consiste en uno de los resultados y aportaciones

de esta investigación, además de hacer posible el logro de los objetivos planteados.

El presente estudio se llevo a acabo con la participación del personal acadé­

mico de dos Centros Universitarios de la Universidad de Guadalajara: el Centro

Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) y el Centro Univer­

sitario de Ciencias Económico Administrativas (CU CEA). El desarrollo del proyecto

comprende el estudio de la población de tiempo completo y medio tiempo. El diseño

de la investigación corresponde a un estudio en el que se utilizaron las perspectivas

cuantitativa y cualitativa. La muestra fue representativa de tipo aleatorio simple.

El cálculo se realizó tomando en consideración la prevalencia de burn out en 53%

en población similar (CUCS). El nivel de confianza corresponde al 95%. Con este

procedimiento, se logró la participación voluntaria del 86.43% de la muestra, con

1 72 sujetos participantes.

Se utilizaron tres instrumentos para la recolección de información: el cuestio­

nario que recoge datos sociodemográficos y laborales, el Maslach Burnout Inven­

tory (MBI) para obtener la prevalencia del síndrome de desgaste profesional, y el

cuestionario de "Factores Psicosociales en el Trabajo Académico, 2005".

Para la obtención de la información cualitativa, se realizó una entrevista

semiestructurada con los académicos que presentaron características de burn out indicadores de desgaste profesional. Estos últimos se obtuvieron a través del

cuestionario de "Factores Psicosociales en el Trabajo Académico, 2005"

Los resultados parciales de la investigación presentan los datos de la etapa

cuantitativa en el Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias,

así como el análisis descriptivo e inferencia!, necesario para lograr los objetivos

del proyecto. En esta etapa se diseñó y validó el cuestionario de evaluación de

Factores Psicosociales en el Trabajo Académico, 2005; lo que permitió, identificar

los principales riesgos psicosociales en el desempeño de las actividades cotidianas

que realizan los académicos y el nivel en el que se considera que estos aspectos

están presentes y afectan las labores cotidianas. Con el MBI se determinó la pre­

valencia del síndrome de desgaste profesional en los académicos, se analizaron las

asociaciones y los valores Odds Ratio (OR) entre las variables sociodemográficas,

laborales y psicosociales que intervienen en el desarrollo de este síndrome.

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ENSAYANDO MÉTODOS DE ABORDAJE INSTITUTIONAL 227

El perfil sociodemográfico y laboral de la población participante en esta eta­

pa de la investigación, destaca por presentar una proporción mayor de hombres

(71.5%), y sólo el 28.48% mujeres. Así mismo, más de la mitad de los académicos

tiene entre 45 y 75 años de edad (54.5%) y el resto entre 25 y 44 años (45.5%). La

edad promedio es de 46 años. El porcentaje mayor de edades se ubica entre 40 y 59

años con el 71.44%. El estado civil corresponde prioritariamente a personas casadas

o en unión libre en un 75.58% y el 51 % tiene entre uno y tres hijos.

El grado académico en los niveles de maestría y doctorado representa el

74.99%. En cuanto al tipo de nombramiento, predomina con el 48.83% el de inves­

tigador, seguido del 31.39% para docentes y el 19. 76% para técnicos académicos. La

categoría de Titular es del 54.65% en los tres tipos de nombramiento, la de asociado

es del 37.20% y la de asistente sólo el 8.13%. Así mismo, el 90.7% son académicos

de tiempo completo y la contratación definitiva es la más alta, con el 81.13%.

En lo relativo a la antigüedad en la institución, más de la mitad de la pobla­

ción se encuentra por arriba de los 15 años, el 33.1 % tienen entre 16 y 25 años y

el 18% de 26 hasta 35 años.

El 21.6% desempeña puestos directivos o administrativos, además de las

labores de docencia o investigación. El 48.83% recibe apoyos económicos por el pro­

grama de estímulos al desempeño docente, 28.48% tienen vigente el reconocimiento

como profesores con perfil PROMEP y 12.20% son miembros del Sistema Nacional

de Investigadores. Adicionalmente, el 25% de los académicos participantes refieren

tener alguna enfermedad con diagnóstico médico.

Entre los resultados principales del añálisis de la población académica estu­

diada se encontró el 54.06% de prevalencia de síndrome de desgaste profesional

o bum out, considerando para ello, las tres dimensiones que comprende el MBI

a partir de las puntuaciones obtenidas con niveles medio y alto. Destacan los

resultados de la dimensión Agotamiento Emocional que con el criterio anterior,

representa el 85.4%, en Baja Realización Personal en el Trabajo el 41.9% y en

Despersonalización el 9.29%.

La edad menor al promedio presenta un porcentaje mayor de desgaste pro­

fesional (54.83%). La prevalencia de bum out es mayor en el sexo masculino con

33. 7% del total de los participantes y 20.3% en el sexo femenino. En los académicos

casados de ambos sexos, el 76.34% presentan desgaste profesional.

Respecto al grado académico, el 75.26% de quienes presentan desgaste profe­

sional se ubican en los niveles de maestría o doctorado. La prevalencia de bum out

entre los investigadores es de 48.38%, en docentes 30.10% y en técnicos académicos

21.50%. Por rangos de edad, la proporción más alta (30.10%) del síndrome se ubica

entre quienes tienen 11 y 15 años de antigüedad laboral en la institución.

Así mismo, entre la población con desgaste profesional, el 20.43% desempeñan

puestos directivos o administrativos, el 51.95% reciben estímulos al desempeño,

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230 BLANCA NOEMÍ SILVA GUTIÉRREZ

Ante el escaso número de investigaciones en esta población y la preocupante

realidad de las instituciones de educación superior donde las condiciones, carac­

terísticas y el contenido del trabajo, aunados a los aspectos organizacionales, al

contexto externo y a las características sociodemográficas de la población acadé­

mica; se hace evidente la necesidad de ampliar y profundizar el conocimiento de

la salud laboral de los académicos y sus implicaciones en los ámbitos individual,

organizacional y social.

Esta primera etapa de la investigación constituyó un esfuerzo importante

al respecto, quedando la perspectiva de que los resultados finales mostrarán en

una amplia dimensión el impacto que los académicos sufren ante el desgaste

profesional.

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Page 221: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

Estudios socioinstitucionales. Trayectorias, implicación y métodos

terminó de imprimirse el 24 de Junio de 2011 en los talleres de Acento Editores, Reforma 654,

Guadalajara, Jalisco.

Se tiraron 500 ejemplares más sobrantes para reposición

Formación y diagramación: Celina Yunuén Castillo Moya

Cuidado de la edición: Miguel Ángel Serrano Núñez

Diseño de portada: Celina Yunuén Castillo Moya

Ilustración de portada: detalle de una escultura de Francisco Sandoval López

Page 222: Rosa Martha Romo-Beltrán María Rodríguez Batista ...

'T ,,,,r.,69·13-9

9 786078 169139

Este libro reúne aportes de investigadores que participar en las mesas magistrales de "Estudios Socioinstitucio ales", en el marco del XXI Congreso de la Asociación Lat' mericana de Sociología (2007). De igual forma incluye u elección de artículos que los doctorandos de Filosof' y Letras de la Universidad de Buenos Aires elaboraron respecto a la reconstrucción de su proceso de implicación como investigadores en proyectos realizados como parte del seminario "Paradigmas, textos y contextos en la investigación social".

Los ejes que a ulan estas contribuciones son significativos, pues apor reflexiones a propósito de la conformación del campo de "análisis de lo institucional" y recuperan significados, tramas y epopeyas de la vida institucional. Asimismo, resultan sugestivos los trabajos que abordan la complejidad, riqueza Y cautela para recobrar la subjetividad de los "otros", así como la del propio investigador en el permanente proceso de implicación que le acompaña a lo largo de sus indagaciones. Por eso la premisa que subyace en varios artículos proviene de concepciones que const eran la relación sujeto-institución en tensión irreductible y permanente, en la que es imposible encontrar predominios absolutos de uno de los polos sobre el otro, aunque a la vez ofrecen elementos de búsqueda par comprender la complejidad de la vida universitaria