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La violencia mediática El secuestro del conocimiento ISecddiP del Orinoco mi

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  • La violencia meditica

    El secuestro del conocimiento

    ISecddiP

    del Orinoco mi

  • LA VIOLENCIA MEDITICA

    El secuestro del conocimiento

    Vicente Romano

  • Distribucin gratuita

    Gobierno Bolivariano

    Descargue nuestras publicaciones en www.minci.gob.ve

    La violencia meditica Vicente Romano

    Coleccin Tilde

    Editorial Correo del Orinoco

    Alcabala a Urapal, edificio Dimase,

    La Candelaria, Caracas- Venezuela.

    www.correodelorinoco.gob. ve

    D i r e c t o r i o

    Hugo Chvez Fras Presidente de la Repblica Bolivariana de Venezuela

    Andrs I zarra Ministro del Poder Popular

    para la Comunicacin y la Informacin

    Ldice Altuve Viceministra de Gestin Comunicacional

    Alejandro Boscn Viceministro de Estrategia Comunicacional

    Portada Ilustracin de portada

    Diseo de tripa Diagramacin y montaje

    Correccin

    Arturo Cazal

    Ares

    Rubn Caldern

    Ingrid Rodrguez

    Iris Iglesias

    Depsito legal ISBN

    RIF

    12692012303595

    978-980-7426-19-0

    G-20009059-6

    Febrero de 2 0 1 2

    Impreso en la Repblica Bolivariana

    de Venezuela

  • A la memoria de Manuel Sacristn,

    Walter Hagemann y Harry Pross,

    quienes tanto me ensearon.

  • PROLOGO

    Cuando en el otoo de 1954 llegu a Mnster (Westfalia) como joven emigrante, esta hermosa ciudad universitaria apenas llegaba a los 150.000 habitantes. En algunos sitios se amontonaban an los escombros de la destruccin que sufri durante la II Guerra Mundial. La reconstruccin de la catedral estaba en marcha. La Iglesia de San Lamberto mantena enhiesta su puntiaguda torre gtica de la que pendan las tres jaulas de hierro en las que colgaron a los tres caudillos de la comuna anabaptista de 1534.

    La de Mnster se haba convertido en una de las principales universidades alemanas. Y as se ha mantenido, tanto por el nmero de estudiantes como por la calidad y reputacin de sus profesores y estudios. A los dos o tres meses de estar all, un compaero alemn de la pequea fbrica de pinturas donde trabajaba, propiedad de un ex coronel del ejrcito alemn, me inform de los cursos para extranjeros que daban en la Universidad. As que me apunt en ellos. Al ser vespertinos me permitan cumplir con la jornada laboral completa que me garantizaba el sustento.

    En esos cursos tuve la fortuna de encontrarme con otro espaol, Manuel Sacristn, recin llegado tambin y provisto con una beca para estudiar lgica matemtica. Manuel (1925- 1985) era diez aos mayor que yo y enseguida hizo derroche de su generosidad conmigo. Se convirti inmediatamente en

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    un hermano mayor y un diligente maestro. Al enterarse de que yo tena el bachillerato superior, me aconsej que estudiara Publicstica, esto es, estudios superiores de comunicacin pblica, una ciencia incipiente. Me animaba con el aliciente de que Espaa iba a necesitar de esos conocimientos. Luego result que ni los suyos de lgica ni los mos de comunicacin fueron bienvenidos en nuestro pas y nos esperara un verdadero calvario acadmico.

    Tras la guerra, Alemania qued dividida en cuatro zonas: francesa, inglesa, estadounidense y sovitica. Los estudios superiores de publicstica solamente se podan realizar en tres universidades. La de Munich, situada en la zona francesa, sometida a la influencia del Opus Dei, se centraba en los estudios de periodismo. La Universidad Libre de Berln, creada por los norteamericanos, dispona tambin de su Instituto de Publicstica, dirigido por Emil Dovifat, maestro de Goebbels. La de Mnster se haba quedado en la zona britnica, donde las autoridades britnicas establecieron en la ctedra de Publicstica y como director del Instituto homnimo a Walter Hagemann (1900- 1964). Hagemann haba dirigido el diario Germania y sufrido persecucin de los nazis. Miembro de la CDU1 de Adenauer, se enfrent al partido y al gobierno por estar en contra del rearme alemn. Expulsado del partido y de la Universidad huy a la zona sovitica, conocida ya como Repblica Democrtica Alemana, en abierta oposicin a la Repblica Federal de Alemania, resultado de la unin de las tres zonas occidentales. Esas eran las ventajas de la guerra fra. Los alemanes que no estaban a gusto en una zona podan mudarse a la otra. Y all muri en 1964.

    Sobre mi relacin con Manuel Sacristn durante los aos de Mnster he dejado constancia escrita en el libro de Salvador

    1. Siglas en alemn del partido conservador Unin Democratacristiana.

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    Lpez Arnal y Pere de la Fuente, Acerca de Manuel Sacristn, Barcelona 1996, pp. 324-338.

    Acerca de Walter Hagemann y su obra, el lector interesado puede hallar algo en mi introduccin al libro de H. Prakke (su sucesor en la ctedra) y otros: Comunicacin social. Introduccin a la publicstica funcional, Madrid 1977. Ninguna de sus obras est traducida al castellano.

    En cuanto a Harry Pross (1923-2010) trab conocimiento con l al hacerle de intrprete en unas conferencias que dio en Madrid en 1979. Rpidamente se estableci una simpata personal, una sintona profesional e ideolgica que devino en una treintena de aos de amistad y colaboracin. De esta relacin he dejado tambin constancia en el prlogo a su libro La violencia de los smbolos sociales, Barcelona, 1983, y en la Semblanza escrita a raz de su muerte en marzo de 2010. De Pross existe tambin la traduccin de su libro Estructura simblica del poder, Barcelona, 1980. La extensa obra de este ilustrador moderno de la Alemania de posguerra, como se le conoce en su pas, sigue desconocida en castellano.

    Sirvan estas escuetas notas biogrficas para entender el origen de mi formacin acadmica, redactadas en agradecimiento a las personas que tanto han influido en ella. En este sentido me siento obligado a incluir asimismo al bilogo espaol Faustino Cordn. Aunque ajeno a esta ciencia, mis 22 aos de tertulias peridicas con l y otros tres o cuatro amigos han enriquecido igualmente mi pensamiento y mi apreciacin de la vida.

    Estas son, pues, las fuentes en las que he bebido. De ah las frecuentes referencias a ellas en este libro. Redactado ya con un pie en el estribo, como quien dice, viene a ser una especie de prolongacin y conclusin de los dos anteriores dedicados al anlisis de las funciones de la comunicacin pblica en las

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    condiciones del tardocapitalismo: La formacin de la mentalidad sumisa y La intoxicacin lingstica, ambos con varias ediciones, algunas de ellas incluso piratas.

    La violencia meditica comprende siete captulos y un eplogo. En el captulo i se establecen las premisas de las que parte el estudio. En el 2 se analiza la relacin entre comunicacin y poder. La violencia ejercida por las clases dominantes a travs de la comunicacin es el objeto del captulo 3. El 4 se centra en los medios empleados para el dominio de las conciencias. Hasta aqu ms o menos la mitad del texto. La otra mitad la ocupan los otros tres captulos, 5,6, y 7, dedicados al anlisis de las tcnicas utilizadas para el engao en la guerra por el conocimiento.

    Quien conozca alguno de mis escritos anteriores comprobar que en ellos se apuntaban ya estas preocupaciones, ahora ms desarrolladas. Con ellas no pretendo otra cosa que contribuir, tal vez, a ampliar el campo de la autodeterminacin, esto es el de la libertad, en el mbito de la comunicacin.

    En los ltimos aos se ha vivido una proliferacin de los estudios de periodismo, comunicacin audiovisual y publicidad comercial. Han surgidos facultades por doquier. Se producen muchos ms licenciados que puestos de trabajo. Los masters comerciales limpian los bolsillos de padres y alumnos ilusionados con la obtencin final de un trabajo bien remunerado. Las viejas y las nuevas tecnologas inundan el mercado de aparatos. Se producen ms informaciones que nunca. De ah que se hable de la sociedad de la informacin, del conocimiento, de la comunicacin, etc. Pero, por otro lado, se levantan voces que denuncian una prdida del dilogo, nico medio para contrastar las opiniones y verificar el conocimiento. Desaparecen los lugares del tiempo, que se sustituyen a su vez por los centros comerciales y los grandes aparcamientos. Se dialoga con las

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    mquinas y a Travs de ella. La cultura de la velocidad Tiene sus partidarios y sus detractores. De ah la pertinencia de indagar su direccin.

    La moda mercantilista del papanatismo americano, esto es, de lo yanqui, predomina en la produccin comunicacional. En Espaa, encabezada por el Opus Dei y sus adlteres, sin excluir los modernos socialdemcratas con reminiscencias de gauche divine. Todos ellos enemigos jurados del pensamiento crtico, aplicados con denodado esfuerzo a mantenerlo alejado de la Universidad.

    Por ltimo, quiero expresar mi ms sentido agradecimiento a las personas que me han ayudado, cada una a su manera, en este trabajo. El periodista prejubilado de la TVE Javier Sanz, por proporcionarme algunos datos sobre el consumo de medios. La antroploga Irene Amador por ayudarme a buscar alguna documentacin. El escritor Cario Fabreni Fabretti y la profesora Mara Teresa Molares por su lectura crtica y enriquecedora del manuscrito. Y Daniel Bernabeu por compensar con su ayuda mi torpeza en el manejo de la computadora.

    Madrid, diciembre de 2011.

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  • IDELIMITACIONES

  • Utopa es para nosotros o no? lo que no hay todava, y sera deseable que lo hubiera, y es posible que llegue a haberlo, por medio

    de una prctica revolucionaria de la imaginacin dialctica, y a pesar

    de las ideologas reaccionarias.

    Alfonso Sastre, La batalla de los intelectuales

  • EL SER HUMANO Y SU MEDIO

    La biologa evolucionista nos dice que el ser vivo es producto de su interaccin con el entorno, con su medio ambiente, esto es, entre su organismo y lo que le circunda. De ah que la esencia de la vida la constituya esa accin recproca entre medio ambiente y ser humano. Como ser vivo, el ser humano ntegro interacta con su medio ambiente especfico, la sociedad. Las culturas y sus elementos componentes son, por consiguiente, estrictamente comparables a las adaptaciones al medio. De ah que el ser humano slo pueda entenderse en relacin con su entorno. Segn Faustino Cordn, lo que el ser humano aade al modo de accin y experiencia es precisamente la comunicacin. Lo distintivo de su accin y experiencia es que, adems de recproca, sea compartida.

    Ahora bien, el medio humano, la sociedad, ofrece una gran diversidad de estmulos y de posibilidades de accin segn la cultura en que se desarrollen los seres humanos. Es posible incluso que a lo largo de la vida de algunas personas se sucedan varios medios, vinculaciones sociales diferentes, que dan lugar a una renovacin de la experiencia. La sociedad evoluciona tan rpidamente que muchos individuos se ven obligados a lo largo de sus vidas a desarrollar una capacidad creciente de adaptacin, de accin y experiencia.

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    Cabe preguntarse, por tanto, hasta qu punto pueden influir y modelar la personalidad, el medio ambiente y las condiciones de vida y trabajo.

    El trmino medio no comprende toda la realidad en torno, sino que se reserva, segn Cordn, para aquellos aspectos del ambiente sobre los que acta un ser vivo y de los que obtiene experiencia. El medio determina, por tanto, la conducta del ser vivo y, complementariamente, es modificado por ella. Comprende los procesos que se producen en el entorno de un ser vivo, que determinan la accin y experiencia de ste, y que, a su vez, son modificados por el ejercicio de tal accin y experiencia. En suma, todo ser vivo supone un medio, esto es, una organizacin de la realidad-entorno coherente con l.

    El desarrollo de la accin y la experiencia se explica en trminos del medio. De ah que para comprender al ser humano e influir racionalmente sobre l haya que actuar sobre su medio. El medio que determina la accin humana est constituido por la compleja red de relaciones de unos seres humanos con otros. El ser humano se distingue de los dems animales por el hecho de que toda su experiencia est organizada continuamente en pensamiento, en experiencia comunicable. Y viceversa, todo ser humano adquiere la mayor parte de su experiencia en forma de palabra, esto es, organizada por otros seres humanos. El resto, aunque se recoja mediante los rganos de los sentidos y la actividad muscular, tambin es experiencia de un entorno organizado, salvo raras excepciones, por la actividad social humana. Puede decirse, pues, que el medio de cada persona est estructurado por otros seres humanos. Durante aos, el nio slo conoce la realidad a travs de la interpretacin que le ofrecen los adultos. En suma, el medio humano ha sido siempre modelado por los seres humanos para dirigirlo mediante experiencia

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    comunicable, mediante pensamiento. Dicho en otros trminos, el medio humano es la realidad estructurada en conocimiento comunicable e integrable en el conocimiento de otros seres humanos; o, si se quiere, la sociedad humana estructurada por la palabra.

    El estilo de vida se despliega, pues, en la relacin con los otros, en el trato con los dems, en el conocimiento y reconocimiento del prjimo.

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  • COMUNICACIN

    Resulta difcil delimitar conceptualmente el vasto campo de la comunicacin humana. Comunicacin lo abarca todo, desde el trfico areo y urbano hasta los aparatos de distribucin de contenidos simblicos en palabra, imagen y sonido. El ser humano es un ser comunicativo, y no slo le preocupan los contenidos de sus manifestaciones sino tambin la comunicacin misma.

    El ser humano no slo surge en su interaccin con la naturaleza, con su entorno natural, sino tambin en su interaccin con los otros seres humanos. La relacin con los dems hace posible la vida individual. La incapacidad de relacin con los otros lleva a la incomunicacin, al aislamiento. El fin de la comunicacin es la muerte. La comunicacin domina la vida humana hasta el punto de vincular a algunos seres humanos a relacionarse con lo inconcebible, por ejemplo, con los muertos.

    El sujeto slo puede ser pensado en relacin con los dems. De ah que la sociabilidad del ser humano lo impulse a buscar la comunicacin con sus congneres. Y esta necesidad se hace tanto ms apremiante a medida que desarrolla sus fuerzas productivas, a medida que aumenta su conocimiento del mundo.

    Entender la comunicacin social significa entender a los seres humanos concretos y no la imagen abstracta de los mismos, como seres de carencias. Son comunicativos porque

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    estn necesitados de comunicacin, de participacin. De ah que la gran cuestin estriba, no slo cmo llegan las cosas al individuo, sino ms bien cmo se forma el sujeto al tratar con cosas, personas y tiempos.

    Aqu se va a entender la comunicacin como interaccin de unos seres humanos con otros. Por consiguiente, la comunicacin es el proceso y el resultado de la relacin, mediada por el intercambio de informaciones y sentimientos, entre individuos humanos, sus grupos y organizaciones sociales, instituciones, etc.

    Por un lado, se trata del proceso de comprensin entre individuos y grupos sociales, proceso que se desenvuelve con el objetivo de facilitar la actividad social y transformadora del ser humano. A travs de esta actividad contribuye a la creacin, estabilizacin y modificacin de las relaciones y condiciones sociales. El objetivo final de la comunicacin es la comprensin para la cooperacin en el conocimiento, empleo y/o modificacin del medio natural y social, a fin de garantizar su existencia y su desarrollo fsico y espiritual.

    La comunicacin es, pues, un factor esencial de la divisin social del trabajo y de la cooperacin, es decir, uno de los supuestos y condiciones de la existencia social del hombre. El reflejo adecuado de la realidad en la conciencia de los individuos, el intercambio de contenidos de conciencia, su verificacin social y, en consecuencia, su aplicacin a la praxis social, slo es posible a travs de la comunicacin. La comunicacin es, pues, un elemento constituyente de la praxis y de las relaciones sociales.

    La comunicacin se convierte en objeto de estudio cuando se trata de averiguar sus supuestos y condiciones, as como sus efectos sociales. Por eso, la investigacin de la comunicacin humana en estudios concretos debe incluir el complejo global

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    de factores influyentes de una formacin social dada, as como las diferencias entre estos factores.

    Entre ellos cabe distinguir los que afectan a los propios participantes, tales como su posicin objetiva, en cuanto expresin de las relaciones sociales, y su posicin subjetiva, en cuanto expresin de una personalidad determinada.

    En resumen, limitado a los seres humanos, el concepto de comunicacin engloba an las ideas originarias del trmino latino communicatio, de compartir lo que se tiene en comn, de reciprocidad y de dilogo. As que, por definicin, la comunicacin contiene un elemento de reciprocidad. Contradice, pues, el autoritarismo, que recurre a la violencia. Reciprocidad significa apertura, sinceridad ante los otros. En comunicacin, la sinceridad concretiza el pensamiento cognoscente, crtico. Mientras que la violencia lo desfigura, altera, deforma, puesto que no pregunta si es falso o correcto.

    Por eso, los medios que carecen de sinceridad y engaan, obstaculizan la comunicacin. No son medios de violencia fsica, pero cosifican a los seres humanos, al privarlos de sus rasgos ms especficos, el dilogo, la cooperacin y la solidaridad, pues eso es compartir, participar.

    El objetivo: la competencia comunicativa, esto es, la articulacin y expresin de necesidades e intereses propios, comunicacin para la autorrealizacin, la autodeterminacin, el desarrollo armnico y multilateral de la personalidad. Ahora bien, como en los dems mbitos de la actividad humana, a la autodeterminacin en comunicacin se llega mediante el anlisis de la heterodeterminacin. Esto significa en qu relaciones y contexto se ha producido. Pues, al yo le precede siempre un nosotros.

    Por ltimo, la comunicacin puede ser instrumental, esto es, estar al servicio de personas y fines determinados, y cognitiva,

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    para aumentar el conocimiento, la ampliacin de conciencia de que hablaba Cristopopher Caudwell. En opinin de Harry Pross, la comunicacin es una actividad especial en la lucha por la reproduccin de la vida. Esta actividad se ha presentado, por un lado, como ilustracin, y, por otro, como expropiacin de la conciencia humana por poderosos aparatos de comunicacin (medios), como diferenciacin y como perturbacin del ser social individual. Dado el carcter contradictorio de la comunicacin y colocado ante las decisiones, es el ser humano el que debe decidir.

    Una comunicologa entendida exclusivamente como instrumental intentar acoplar, por la va ms corta, tcnica y poder, buscar el verdadero objetivo en la tcnica del poder. Semejante procedimiento no se diferencia del uso centrado en el dominio que con frecuencia se hace de la politologa, la economa, la sociologa y la psicologa. Refuerza los monopolios al aadir una tcnica de agitacin a la tcnica cientfico-natural. No sera ninguna aportacin a la comunicacin, sino a la ideologa tecnocrtica y, con ello, a la privacin extrema. La cuestin radica en averiguar hasta qu punto la tcnica contribuye a que el ser humano viva a bien con sus semejantes.2 En contraste con esto, de lo que se trata es de dirigir la atencin a los problemas especialmente importantes en relacin con la disposicin social a la defensa ante las tendencias atomizadoras de la tecnocracia (no de la tcnica).3

    La comunicacin puede concebirse con criterios estticos y lgicos. La cuestin poltica radica en las intenciones vinculadas a la informacin. Siempre la preceden las hiptesis sobre los asuntos pblicos y el trato concreto con el dominio, la relacin con el poder, la idea del derecho, de la economa.

    2. Bettelheim, Bruno, El corazn bien informado. Mxico 1973, p. 75-3. Pross, H.,DiemeistenNachrichlensindfalsch, Sruttgart 1971, p. 43.

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    Desde el punto de vista de la comunicologa, nos dice Pross, la poltica de comunicacin es la lucha por el poder de disposicin sobre la produccin, el transporte y el consumo de informaciones que efectan los grupos para formar el mundo de acuerdo con sus intenciones y su imagen. Estudiar la poltica de comunicacin significa tener presentes las consecuencias que deben derivarse de los objetivos polticos, se reconozcan o no. La comunicologa, al contrario que la politologa, no juzga las intenciones que persigue esta lucha de acuerdo con sus correspondientes diseos del mundo y sus correspondientes medios. Sino cmo los medios y valores, que necesariamente estn vinculados a una determinada tendencia poltica, se comportan con la autodeterminacin en la comunicacin.4

    La comunicacin que se llame democrtica no slo puede medirse porque la libertad de expresin y de prensa estn garantizadas por la Constitucin. A la libertad de expresin pertenece lgicamente la libre eleccin de los medios de expresin. La libertad de prensa presupone la libertad de expresin. Donde no existen no hay, lgicamente, ninguna poltica democrtica de comunicacin. Pues la democracia se basa en que las cambiantes mayoras forman la voluntad poltica, porque ninguna opinin es verdadera para siempre y ninguna intencin es definitiva ni concluyente.

    La poltica de comunicacin se presenta as como la intencin de influir en las relaciones de dominio de tal modo que, en comunicacin, la autodeterminacin predomine sobre la heterodeterminacin.

    Desde el punto de vista de la historia de la cultura conviene recordar que los imperios polticos llegan hasta donde

    4. Ibdem, p. 44.

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    los medios hacen que se tome conciencia de su presencia. Hoy vivimos en la poca del cine, la TV e Internet bajo predominio estadounidense y retificacin5 digital. No slo se nota en los sistemas de telecomunicacin, sino que tambin ha impuesto las modas estadounidenses de los vaqueros, las camisetas, la Coca Cola, la comida rpida, etc.

    Mientras que la poltica de prensa, cultural, de radio, de medios, tiene sus dificultades, a la poltica de comunicacin se le exige que abarque a sta como una realidad social. Se plantea as la cuestin de si no sera ms oportuno concebir la poltica como un fenmeno de comunicacin, en vez de cuestionar la funcin de los medios en determinados sistemas polticos.

    5. Retificacin proviene de la palabra red, y significa conversin en red.

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  • MEDIOS

    La exploracin de los medios parte de qu medios son accesibles en el espacio prctico, no de qu medios existen en general. La multiplicidad de medios en la sociedad industrial alimenta la ilusin de que son generalmente accesibles. La accesibilidad se comprueba averiguando primero qu poblacin tiene acceso a qu medios. Quedan excluidos los medios que no llegan al pblico pretendido por la intencin poltica.

    La prensa necesita miles de comunicadores (emisores), la ejecucin de las orientaciones polticas requiere la intervencin de cientos de miles. Con el surgimiento de las autocracias modernas se efecta una ampliacin enorme de los medios audiovisuales. Si en la Edad Media la influencia de la oratoria estaba limitada en el espacio y el tiempo (el plpito y la misa), desde la I Guerra Mundial los nuevos medios (cine, radio, televisin, etc.) su potencial influencia y sus audiencias se han ampliado exponencialmente.

    Por eso la poltica de comunicacin vuelve siempre a los medios de transporte de informacin. Quien dispone de ellos mide las fuerzas comunicacionales.

    Los actos violentos comprenden todo lo que puede llamarse comunicacin, desde el trfico hasta los medios de distribucin de contenidos de conciencia por la palabra escrita, la imagen y el sonido. Toda una generacin se indigna contra los medios de distribucin establecidos, una generacin educada en ellos y que

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    se siente oprimida por ellos en el despliegue de sus posibilidades. De ah que las relaciones entre los medios establecidos y los estallidos de violencia en el mbito primario requieren del anlisis cientfico.

    Mientras tanto, las tcnicas de comunicacin se refinan en rpida competencia entre la ingeniera y las demandas de la economa, que constantemente plantea a la investigacin comunicacional tareas nuevas antes de que haya solucionado las viejas.

    La cuestin de la funcin de la comunicacin presupone el carcter instrumental de los medios. Opera con la categora de la modalidad. Pero la violencia tambin es una modalidad, y a decir verdad, una modalidad del poder o de la impotencia. En tanto en cuanto la poltica tiene que ver con el poder y entiende los medios como instrumentos, no puede llegar a otro resultado, por lo que a la violencia se refiere, sino al de ponderar el medio violencia como medio de comunicacin.6

    6. Pross: La violencia de los smbolos sociales, Barcelona, 1983,1989.

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  • INFORMACION

    Por su origen, del latn informare (formar, dar forma a algo), informacin significa formacin, configuracin. En sentido figurado significa educacin, esto es, formacin como proceso de enseanza, de explicacin y aclaracin, y como resultado (formacin adquirida). Este es el sentido cotidiano ms frecuente de informacin si tenemos en cuenta que comunicado y noticia tienen un significado prximo a exposicin, explicacin.7

    El significado clsico de informatio como formacin se mantuvo en la filosofa medieval, en la escolstica, como termi- nustecnicus: proveer de una forma a la materia. Este significado desapareci junto con la escolstica.

    El significado deformacin mediante instruccin se destac en el humanismo y el Renacimiento. Informador era el maestro. Una nocin que se mantuvo hasta el siglo XIX.

    Lo que ha quedado hasta hoy es el significado de informacin como exposicin, comunicado, noticia. Y as ha permanecido para todos hasta que la tcnica de la informacin, la informtica, ha redefinido el trmino. Lo ms interesante y enigmtico de este proceso, afirma Helmut Seiffert, es que en los dos ltimos siglos se ha perdido el significado pedaggico de la palabra.8 Evolucin parecida ha sufrido, por cierto, el trmino instruccin.

    7. Para el desarrollo del concepto de informacin vase Romano, Vicente: Introduccin al periodismo, Barcelona 1984; Desarrollo y progreso, Barcelona 1993; La formacin de la mentalidad sumisa, varias ediciones; La intoxicacin lingstica, varias ediciones.8. Seiffert, Helmut: Information berdie Information, Munich 1971.

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    Pero con la aplicacin del trmino informacin a estados de cosas meramente tcnicas por C.E. Shanon y N. Wiener en 1948 han surgido nuevos problemas. Con su Teora matemtica de la informacin se abordan cosas que transcienden el mbito de la transmisin tcnica de noticias. De ah la necesidad de repensar de nuevo el concepto de informacin.

    De acuerdo con la biologa evolucionista, los seres vivos se definen por la capacidad de accin y experiencia. La informacin y la comunicacin es un nuevo tipo de experiencia. No se puede transmitir informacin ms que a los individuos del mismo nivel. El animal es el primero que toma noticia de otro animal del mismo medio. La informacin presupone el conocimiento del otro.

    En los animales, la informacin es espordica, circunstancial. En los seres humanos, la informacin y la comunicacin son esenciales. El ser humano lo es comunicando. S, la ciencia de la comunicacin es la ciencia de la naturaleza humana. No somos humanos ms que cuando comunicamos nuestra experiencia a otros. El ser humano se realiza en experiencia comunicable. (Vid supra).

    Para entender el medio humano, la sociedad, se necesitan informaciones. Las informaciones a que estamos expuestos devienen juicios y opiniones en nuestras cabezas. Estos forman parte del mecanismo que gobierna nuestras acciones. Para hacer cosas se necesitan herramientas. La herramienta con que se hacen las personas es la informacin.

    Slo puede entender la esencia de la informacin quien investigue sus efectos en la vida de los seres humanos. No existe herramienta sin finalidad. Las informaciones que se utilizan para hacer personas se rigen por la clase de personas que se quieren hacer.

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    Lo que sabemos de las condiciones en que actuamos no lo decidimos nosotros. Depende de las informaciones que recibimos. Nuestra influencia sobre ellas es limitada. Determinadas informaciones son propiedad privada, y sus propietarios las utilizan en funcin de sus intereses.

    La transformacin del entorno natural y social plantea tareas especficas y depende, en gran medida, de la informacin que se ponga a disposicin de la poblacin. De aqu se deriva la necesidad de la informacin. La satisfaccin de esta necesidad implica la adquisicin de conocimientos cada vez ms amplios acerca de los complejos procesos sociales. La informacin insuficiente no slo se traduce en obstculos y perturbaciones a la hora de resolver las tareas, sino tambin a la hora de desarrollar la iniciativa de la poblacin. La falta de informacin fidedigna suele ser una fuente de subjetivismo, de decisiones y acciones voluntaristas.

    Por otro lado, mientras el ciudadano carezca de los conocimientos necesarios para formarse un juicio propio, la opinin que exprese slo reflejar en su mayor parte los estereotipos que le han enseado.

    De todos modos es evidente que las necesidades de informacin son muy diversas para cada sector de la poblacin y para cada individuo. Sin embargo, puede afirmarse que el ciudadano estar informado cuando posea saberes suficientes para orientarse y manejar su entorno.

    En este sentido es como defina la informacin la Unesco en su informe sobre la situacin mundial de la comunicacin:

    Acopiar, almacenar, someter a tratamiento y difundir las no

    ticias, datos, opiniones, comentarios y mensajes necesarios

    para entender de un modo inteligente las situaciones indivi-

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  • Vicente Romano

    duales, colectivas, nacionales e internacionales y para estar en

    condiciones de tomar las medidas pertinentes.9

    La gnesis, la existencia y el efecto de la informacin estn ntimamente unidos a la actividad social, creadora, de los seres humanos. Los procesos sociales de adquisicin y transmisin de conocimientos constituyen, en la praxis social humana, dos aspectos diferentes de un mismo proceso: la regulacin del entorno natural y social conforme a determinados objetivos y finalidades.

    En trminos generales, la informacin se refiere a conocimiento necesitado para su usuario y, por lo tanto, mvil, circulante. La informacin supone, pues, una ampliacin de la conciencia. As, puede afirmarse que el grado de conciencia y el conocimiento de la realidad entorno estn inseparablemente unidos. De ah que todo ser humano aspire a un nivel cada vez mayor de comprensin de la realidad, de su dominio y, en ltima instancia, de libertad. Pues, como afirma el malogrado bilogo espaol Faustino Cordn, la nica manera de ser feliz es entender la realidad para dominarla.

    Como forma de produccin intelectual, la informacin desempea un papel ideolgico importante, segn su forma de empleo y los intereses a que sirva. Como hemos dicho en otro sitio, por regla general se ofrece un cmulo desordenado de informaciones, sin coherencia alguna entre ellas. Las noticias aparecen aisladas, mezcladas entre s y entre reclamos comerciales que poco o nada tienen que ver con ellas. Los hechos a que hacen referencia parecen no guardar relacin ninguna unos con otros, como si se tratase de entidades independientes. Reflejan

    9. Cf. MacBride, S., y otros: Un solo mundo, voces mltiples, Mxico 1980, p. 37.

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  • La violencia meditica

    un acontecer y una realidad fragmentados, inconexos y, por

    tanto, inexplicables. Al relativizarse la verdad en innumerables e

    incalculables verdades parciales, tiene que surgir necesariamente

    el sentimiento inconfesado y doloroso de inseguridad.

    La conciencia de no saber del todo lo que es y lo que pasa,

    de que todo el mundo depende de factores desconocidos o

    inasequibles, refuerza la angustia de una sociedad ferozmente competitiva e insegura. Se trata de un sentimiento de angustia

    que se manifiesta como miedo y como incapacidad propia para

    conocer y orientarse.

    En este contexto, el hallazgo de la verdad no es una cues

    tin de exceso o falta de informaciones, sino una cuestin de las

    fases angustiosas de la conciencia humana.10

    En nuestra civilizacin tecnocientfica, cada vez es

    menor el mbito de lo que conocemos por experiencia directa.

    Para la inmensa mayora de la poblacin, el conocimiento de

    la realidad se deriva de las noticias que afluyen de los medios

    de produccin masiva de comunicacin, en particular de la TV.

    Se trata, pues, de experiencias de segunda o tercera mano. O

    sea, no son experiencias en el sentido original del trmino.

    A decir verdad, no siempre somos conscientes de lo poco

    que sabemos. Son ms bien raros los momentos en los que podemos notar lo poco que podemos vislumbrar, comprender

    o concebir. Lo dems, aunque presenta la apariencia del saber,

    no es ms que una maraa de supuestos, opiniones interesadas,

    prejuicios, ficciones. Y esto es lo que suele marcar la actitud ante

    los acontecimientos tal como nos los presentan.11

    10. Cf. Romano, V.: Introduccin a periodismo. Informacin y conciencia, Barcelona 1984.11. Cf. Kaltenbrunner, Gerd-Klaus: Weltkrieg derPropagandisten. Verdummung durch Worl, Bild und Werbung, Munich 1985.

    30

  • Vicente Romano

    Este campo de opiniones derivadas y prefabricadas es el

    dominio de la propaganda.

    La inaccin, la pasividad, el pasotismo, suelen ser con

    secuencia de la ignorancia. El conocimiento estimula la accin,

    el deseo de cambio. Quien ha comprendido algo, cambia. Pero

    quien ha sido persuadido, seducido por el reclamo y la propa

    ganda, no cambia.

    Cuando nuestro conocimiento es el precio de las cosas, cmo

    podemos evitar estar divididos? Cuando no reconocemos

    nuestra unidad, cmo podemos evitar competir contra otros

    para beneficio de los propietarios del conocimiento?'*

    Es necesario otro tipo de conocimiento basado en la soli

    daridad. 12

    12. Cf. MonthlyReview, julio-agosto 2005, pp. 64-65.

    31

  • LIMITACIONES

    Toda informacin se produce, distribuye y consume en un lugar, en un tiempo y en un grupo determinados. Est sometida, pues, a intereses concretos, del latn inter-esse, estar entre. Estas circunstancias de lugar, tiempo y grupo determinan la direccin de la percepcin, el inters perceptivo.

    Inters perceptivo e inters informativo no siempre coinciden. Siempre estamos interesados, pero no con intereses perceptivos constantes.

    La relacin del ser humano con la informacin tiene sus problemas y sus limitaciones. No siempre quiere ni est en condiciones de ser informado. Entre otros, pueden darse estos casos:

    i. alguien quiere dar o recibir una informacin, pero no puede;

    2. alguien podra ofrecer y comprender (aprehender) cierta informacin, pero no quiere;

    3. alguien puede y no quiere difundir una informacin o no tomar nota de ella.De la modificacin de la informacin por los intereses

    se ocupa la sociologa del conocimiento. Esta entiende que no puede haber informacin pura en el espacio social, que todo proceso informativo se ve afectado necesariamente por intereses socioculturales, polticos y econmicos.

    El concepto de inters informativo se asemeja, pues, al de ideologa. De ah que, en lugar de sociologa del saber, se hable tambin de crtica de la ideologa.

    32

  • Vicente Romano

    Ahora bien, por ideologa se entiende la falsa representacin y presentacin de algo. Y, por regla general, en el sentido de que, quien as acta, obtiene ventajas sociales, polticas o econmicas.

    Falsa representacin significa que su portador o exponente tiene una falsa conciencia del contexto, esto es, cree estar en lo cierto, tener razn, porque no conoce nada mejor. Falsa presentacin significa que su exponente no cree en su propia ideologa, pero acta as ante los dems por su propio inters, es decir, miente.

    Si una informacin es correcta o no depende de si es acorde con nuestro inters, la luz que aclara todos nuestros problemas es nuestro inters. Si ignoramos lo que nos interesa, no entenderemos las relaciones humanas ms sencillas. Uno no puede conocer sus intereses si desconoce sus posibilidades de realizarlos. As, el explotado conocer sus posibilidades de emancipacin mediante informaciones que concuerden con sus intereses.

    La circunstancia de que todos nuestros intereses estn vinculados a procesos econmicos hace que toda transmisin de informaciones econmicas se convierta en un acontecimiento importante. En la sociedad capitalista, de libre explotacin de los muchos por los pocos, los productores de todos los bienes y servicios no controlan la produccin. Por eso permanecen ocultos sus intereses. Los miembros de una tribu primitiva reconocen sus intereses con ms facilidad que nosotros. Cuanto ms largos y complejos los rodeos que deben dar los trabajadores y empleados para satisfacer sus necesidades, tanto ms tardan en reconocer si su trabajo tiene consecuencias contrarias a sus intereses.

    En la sociedad libre de mercado, eufemismo utilizado para embellecer la barbarie del capitalismo, se produce informacin de acuerdo con los intereses del capital. Es un producto mer

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  • La violencia meditica

    cantil ms que se rige por los criterios del valor de cambio, esto es, por el lucro privado. Y no por criterios del valor de uso, del beneficio social, pblico, de mayor calidad de vida para todos. Los medios orientados por el mercado son enemigos de la vida pblica. En contraste con los guiados por el criterio de servicio pblico, los medios mercantilistas reducen el mbito de lo que se puede decir pblicamente. La evolucin del capitalismo reduce tambin el nmero de empresas que controlan la produccin y circulacin de in formacin y cultura.

    Se dan, pues, intereses contrapuestos entre los productores de comunicacin, los dueos de los medios, y los consumidores, los usuarios. Los intereses particulares de los propietarios se presentan como generales. De ah el recurso a la persuasin.

    La informacin siempre ha sido una fuente estratgica de poder. La escuela, el plpito, los instrumentos del Estado siempre han ayudado a los dspotas a mantener sometida a la poblacin. Slo a travs de informacin manipulada pueden capturarse las voluntades, pueden someterse las mentes y mantener la apariencia de libertad (Rousseau).

    Esto conlleva la presentacin unilateral, descontextualiza- da, de los acontecimientos y contingencias. Esta circunstancia impide que las personas penetren la esencia de los fenmenos. Una cosa es por las dems, deca ya Hegel.

    El inters de los consumidores, en cambio, radica en determinar cmo se emplean los resultados de su trabajo. En ltima instancia, su inters estriba en crear condiciones ms democrticas.

    Los diferentes tipos de control ejercido sobre los medios de comunicacin, y, sobre todo, las dificultades con que tropieza el intercambio personal, la comunicacin primaria, condenan al individuo a ser receptor pasivo de informaciones, mero recipiente.

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  • COMUNICACIN Y CONOCIMIENTO

    esde el punto de vista de la etimologa, el conocimientoest relacionado con la comunicacin de la que surge el

    ser humano; cenned genitus, cennend pregnans, paturiens, engendrar, dar a luz. En comunicacin, conocer viene a significar obtener, alumbrar algo nuevo en la vida social.

    Al dirigir su atencin hacia los problemas ms importantes de su vida, los medios de comunicacin se convierten en medios de conocimiento de la misma. Su tarea, deca ya Karl Marx hace ms de 160 aos acerca del periodismo, no estriba nicamente en conocer la realidad objetiva. El mundo espiritual del ser humano y de la sociedad, la conciencia individual y social, tambin es objeto de conocimiento de la comunicacin social. Ms an, los medios de comunicacin no deben ser solamente medios de conocimiento y reflejo de lo conocido, sino tambin medios de comunicacin entre los seres humanos. Esto, que Brecht propugnaba para la radio a principios de la dcada de 1930, lo proporcionan hoy las TIC (Tecnologas de la Informacin y Comunicacin). Los medios de comunicacin deben contribuir a la transformacin del individuo en ser social capaz de utilizar lo que la sociedad ha producido, los conocimientos adquiridos por la sociedad. Deben ser medios de comunicacin y de intercambio en la sociedad humana, medios para la creacin de relaciones entre sus miembros. En este sentido, Marx entiende el periodismo como medio de transmisin y difusin de informacin necesaria para la direccin efectiva de

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  • La violencia meditica

    la sociedad. Ms an, el periodismo slo puede participar en la direccin de la sociedad influyendo sobre ella, elevando el nivel cultural y ampliando el nivel de conciencia del pueblo. Los medios de comunicacin deben convertirse en instrumento de expresin y formacin de la opinin pblica. En suma: i) los medios de informacin y comunicacin deben conocer y reflejar la realidad, la vida social; poner los conocimientos a disposicin de todos, accesible a todos. 2) Deben educar polticamente a los miembros de la sociedad, a fin de conseguir su desarrollo armnico y el de cada individuo. Estas tareas estn ntimamente ligadas a la libertad.

    La comunicacin va ntimamente ligada al conocimiento. Y no slo porque el intercambio comunicativo es la instancia verificadora del conocimiento, sino que, como dice V. Gordon Childe, para merecer tal nombre, el conocimiento debe ser comunicable, y en ese sentido, pblico y tambin til, es decir, capaz de traducirse en accin satisfactoria.'3 El hombre es el nico animal que puede intercambiar conocimientos adquiridos por la experiencia con otros miembros de su especie. Su conocimiento, aunque obtenido de experiencias personales, es comunicable, y si se comunica, se vuelve pblico. Esta es una peculiaridad del ser humano, la que lo distingue de los otros animales. El trmino conocimiento debera reservarse, en opinin de Gordon Childe, para las informaciones que son comunicables. En la evolucin biolgica, el conocimiento comunicable es el ltimo en el tiempo y el ms satisfactorio de los mecanismos de control y dominio del medio ambiente. Es este progreso el que le ha proporcionado al ser humano su posicin privilegiada. Pero el progreso no es ms que la acumulacin del conocimiento, dice Gordon Childe, lo cual slo fue posible por ser pblico, porque un miembro de la especie puede comunicar a otro lo que ha descubierto. 13

    13. Cfr. Gordon Childe, V.: Sociedad y conocimiento, Buenos Aires, 1958, p. 10.

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  • Vicente Romano

    Para que el intercambio comunicativo se efecte con xito deben darse ciertas condiciones, entre ellas la correspondencia aproximada de los significados de los smbolos utilizados y de las ideas. Las representaciones son subjetivas, existen en la mente del individuo, pero adquieren su existencia objetiva cuando se encarnan en la pluralidad de mentes que constituyen la sociedad. Y el hecho de compartir experiencias, intereses, representaciones, etc., es el que permite la colaboracin y la cooperacin solidarias. Por lo general, la comunicacin se efecta entre los miembros de una misma sociedad. Sin embargo, los nuevos medios permiten franquear sin ninguna dificultad las barreras polticas y lingsticas, de modo que la comunicacin, igual que la economa, es en la actualidad transnacional.

    Aunque este aspecto internacional de la comunicacin tiene tambin un carcter ambivalente, por lo dems bastante estudiado, interesa ahora subrayar el aspecto cognitivo de la comunicacin, por guardar una estrecha relacin con el concepto de progreso social tal como lo entendemos aqu: progreso de todos y no de unos a costa de otros.

    No basta con redistribuir el poder de disposicin de los medios, tambin hay que tomar en consideracin su finalidad, sobre la que habra que alcanzar un consenso.

    Si es cierto que los medios tienen una dimensin cognitiva, si conocer y reconocer es asunto de la comunicologa, y si sta media la conciencia colectiva, es menester entonces investigar esta dimensin cognitiva. Hay que ver cmo se ampla y protege. Esta es la tarea de la teora de la comunicacin, y su objetivo: la maximizacin del conocimiento.

    Esta ampliacin del conocimiento interesa en primer lugar a los trabajadores de los medios, a los comunicadores. Hay que proteger su trabajo en aras del conocimiento. Esto no significa

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  • La violencia meditica

    que sea suficiente el debate sobre la libertad interna de la prensa. Hace tiempo que qued superada. No se debe esperar que la libertad de prensa produzca mejores periodistas. No hay ninguna organizacin ms libre que la comunicacin que la constituye. Y para tener comunicaciones ms libres tiene que serlo el factor subjetivo, y viceversa. Mientras los nios no aprendan a ver, or y hablar, en vez de estar pegados pasivamente al aparato, tampoco se tendrn periodistas y directores que ordenen signos. Por eso habra que exigir que la enseanza de los medios se impartiese en todas las escuelas. La fascinacin de los nuevos medios no debe hacer perder la perspectiva a largo plazo.

    Desde el punto de vista del conocimiento la informacin se entiende como trmino correlativo del mismo. La informacin presupone desconocimiento. Se llama informacin a lo que es reducible, a lo que puede remitirse a cierto nivel de conocimiento. Se supone que la informacin mejora, ampla, este nivel de conocimientos, que reduce la ignorancia.

    Al conocimiento y desconocimiento relativos corresponde una informacin relativa. Segn la teora kantiana del conocimiento, la experiencia sensorial es ya un proceso de formulacin. Las experiencias nicas las compara el entendimiento con formas obtenidas mediante abstracciones anteriores. As que, segn Kant, no se experimenta primero y se interpreta despus, sino que la experiencia adquiere significado al poder ser comparada o no con las formas ya existentes. Una experiencia es informativa cuando comunica algo que no era conocido, pero s interpretable.

    Contemplando ahora la produccin actual de informacin y suponiendo el acceso a los medios y su valoracin, pueden distinguirse al menos cinco modos, segn Pross:

    1. Se distribuye informacin para difundir el conocimiento.2. Se retiene informacin para mantener la ignorancia.

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  • Vicente Romano

    3. Se distribuye informacin para desplazar a otras informaciones.

    4. La informacin se canaliza para posibilitar la igualdad entre informadores y determinados receptores aproximando el nivel de informacin.

    5. Se desplaza la informacin mediante comunicacin que no reduce la ignorancia porque las expresiones

    a. no son reducibles,b. no son relativizables a la situacin comunicativa del receptor, no afectan su realidad.Se proclama, en cambio, que el papel de los medios en

    democracia estriba en vigilar, separarse del poder, del gobierno, y ofrecer perspectivas mltiples de sus acciones, de la actuacin de los polticos, etc.

    El artculo 20 de la Constitucin espaola proclama solemnemente que todos los espaoles tienen derecho a informar y a ser provistos de una informacin veraz. Pero, de qu sirve esta declaracin si se carece de acceso a los conocimientos o si se reciben informaciones sesgadas? La libertad se reduce, por tanto, a la libertad de acceso.14

    La ignorancia jams ha ayudado todava a nadie, con estas palabras terminaba Marx su discurso contra Weitling en la reunin del Comit de Correspondencia Comunista de Bruselas el 30 de marzo de 1846.

    14. Cf. Romano, Vicente: La intoxicacin lingstica, pp. 48 49, as como el anexo sobre informacin y libertad.

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  • AUTO- Y HETERODETERMINACIN

    En comunicacin, como en otros dominios de las relaciones humanas, la capacidad de los seres humanos para autode- terminarse es lo que llamamos libertad. Pero la libertad no es absoluta, est vinculada a los supuestos de la compatibilidad. La libertad termina donde debe transmitirse la incompatibilidad. La autodeterminacin y la heterodeterminacin constituyen al ser humano.

    Heterodeterminados estn los medios de produccin y de transporte humanos, as como el consumo, que precede a la produccin. La autodeterminacin se concreta al cuestionar los correspondientes presupuestos. Se inicia con el coraje de abandonar las propias hiptesis y desechar los propios presupuestos cuando las conclusiones a que conduce la reflexin descubren errores. El temor a las conclusiones propias de que habla Marx hace que la crtica sea imposible y la autodeterminacin abstracta.

    A la hora de analizar la comunicacin, lo primero que hay que preguntarse es si la comunicacin es cognitiva o instrumental, desde qu punto de vista se pregunta.

    La comunicacin es una actividad especial en la lucha por la reproduccin de la vida. Esta actividad se ha presentado, por un lado, como ilustracin, ampliacin de conciencia, de conocimientos. Y por otro, como expropiacin de conciencia por los poderosos aparatos de comunicacin (medios). Esto es,

    40

  • Vicente Romano

    se ha presentado como diferenciacin y como perturbacin de lo que Marx llamaba el ser social individual.

    Ni la heterodeterminacin ni la autodeterminacin se evidencian por s solas, ni en el consumo de informacin, que econmicamente se presenta como mercanca, tcnicamente como individualidad laboral y comunicativamente como smbolo. Hay que remitir la manifestacin externa a su nexo interno. Por eso hay que preguntar hasta qu punto se concreta la autodeterminacin en la comunicacin (accin comunicativa, proceso comunicativo). Entendida as, la teora de la comunicacin investiga, indaga, analiza, la importancia de la comunicacin para la libertad del ser humano.

    La misin de la teora de la comunicacin estriba en descubrir las condiciones de libertad concreta (o falta concreta de libertad) del ser humano en la comunicacin social, pblica. La capacidad del ser humano para autodeterminarse es la cuestin a la que debe dar respuesta en el campo limitado de la comunicacin, as como integrar los conocimientos adquiridos.

    Sin tener en cuenta que la teora de la comunicacin investiga la libertad del ser humano en la comunicacin no puede juzgarse si sus enunciados son falsos, concretos o absurdos. Slo pueden juzgarse como demostrables o indemostrables en cuanto respuesta a esta pregunta.

    Al convertir la autodeterminacin en la piedra de toque, la teora de la comunicacin, como teora crtica, referida en todos los sentidos al criterio de la realizacin del ser social individual, se contrapone a las consecuencias nocivas (para el pensamiento) de la comunicacin de masas. Esto exige desarrollar y divulgar la dialctica entre concepto y cosa individual, evitar todo esquematismo, y distinguir entre individualidad y totalidad en su unidad.

    4i

  • La violencia meditica

    Al poner de manifiesto lo que es incompatible con la autodeterminacin desempea una funcin poltica.

    La teora orientada hacia la autodeterminacin mxima en la comunicacin tiene que arrancar necesariamente de las correspondientes posibilidades mnimas de su concrecin.

    Pregunta por la autodeterminacin del ser humano en la comunicacin pblica y tiene por objeto la libertad o falta de libertad en los procesos de comunicacin pblica. Para avanzar en sus preguntas tiene que partir de las correspondientes concreciones mnimas de la autodeterminacin y explotar sus posibilidades.

    La orientacin por la autodeterminacin concreta remite directamente a la cuestin de las condiciones bajo las que se efecta la comunicacin. Ms claro: a las relaciones del publicar, a su ser social. Y la cuestin estriba en saber si esa pregunta tiene utilidad prctica.

    Qu averiguamos cuando sabemos que determinadas condiciones no permiten el desarrollo del ser humano? Qu tenemos con saber que la produccin de noticias est enajenada, el transporte tecnocratizado, el consumo manipulado? Descubrir las relaciones de los procesos de comunicacin con otros procesos econmicos, de dominio, no significa, por lo pronto, ms que hacer comprensibles nuevas relaciones y as sucesivamente.

    El incremento de las tcnicas de comunicacin requiere no slo el estudio individual de los distintos medios y descubrir sus relaciones sino tambin las relaciones de los medios de transporte de noticias entre s.

    Toda comunicacin se da bajo condiciones econmicas; pero toda comunicacin se da como unidad de tcnica y teora, de saber y poder.

    En comunicacin, la autodeterminacin comprende los medios propios de expresin. Prohibirle hablar a alguien

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  • Vicente Romano

    significa enmudecerlo. Quitarle sus seales acsticas significa privarlo de la posibilidad de transmitir smbolos: se impide la identificacin, se impone la privacin.

    El silenciamiento, tan evidente en el mbito primario, se presenta en formas diversas en otros campos de la comunicacin. En el mbito secundario, con ayuda de un aparato (escritura, prensa), se manipula la expresin como texto. En el mbito terciario, esto es, en la comunicacin con aparatos para la emisin y la recepcin, el acceso se desplaza a uno u otro aparato, al tiempo que se mantienen las otras posibilidades de manipulacin.

    No es casual sino es atribuible a la influencia de las necesidades lgicas del transporte de informacin que incluso defensores convencidos de la libre eleccin de los medios de expresin nieguen precisamente esta libre eleccin en la posicin de los transportistas.

    Lgicamente, los medios de expresin no son nicamente propios de los productores y transportistas, sino tambin de los consumidores, por venir dados. El paralelogramo de produccin- transporte-consumo no slo incluye la autodeterminacin para productores y transportistas, sino tambin para los consumidores. Donde se limita la eleccin mediante la incautacin o prohibicin de informaciones se tiene algo as como el silenciamiento: se impide la identificacin, se impone la privacin.

    De ah que haya que preguntar a las tecnologas de la informacin y la comunicacin cmo influir en la comunicacin bajo las condiciones actuales de manera que se reduzca la heterodeterminacin sin perder la autodeterminacin alcanzada.

    La investigacin de los medios parte de qu medios son accesibles en el espacio prctico, no de qu medios existen en

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  • La violencia meditica

    general. La multiplicidad de medios en la sociedad industrial alimenta la ilusin de que son generalmente accesibles. La accesibilidad se testa primero en qu poblacin tiene acceso a qu medios. Quedan excluidos los medios que no llegan al pblico pretendido por la intencin poltica.

    Por eso la poltica de comunicacin vuelve siempre a los medios de transporte de informacin. Quien dispone de ellos mide las fuerzas comunicacionales.

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  • CRITICA

    La comunicologa slo percibe la concrecin segn principios crticos. La verdadera crtica, deca Marx, no analiza las respuestas sino las preguntas. Siguiendo la tradicin crtica de los jvenes hegelianos, Marx y Engels destacan el aspecto crtico y polmico de la comunicacin. Y con su labor periodstica dieron el mejor ejemplo. En sus manos, la crtica, correctamente organizada, contribuye a la ampliacin de la conciencia. Sin crtica deca Engels ningn entendimiento y, por consiguiente, ninguna unin.

    Al poner necesariamente de manifiesto las contradicciones entre las cosas individuales y los conceptos, la comunicologa repite el llamamiento constante a la capacidad crtica del ser humano. La interpretacin efectuada mediante la comunicologa debe contribuir sobre todo a investigar las bases, a exponer los abusos y las injusticias que impiden que la inteligencia humana se ayude a s misma.

    En comunicacin, la crtica consiste en analizar la relacin de los enunciados pblicos, los mensajes, en su relacin con la auto y la heterodeterminacin. En primer lugar, hay que preguntar si el testimonio, dato, acontecimiento, es lo que se dice que es. Luego, hay que preguntar a qu responde el testimonio. Las contradicciones descubiertas deben relativizarse una vez ms a las preguntas que les sirven de base. Los elementos contradictorios de una respuesta no justifican su crtica mientras

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  • La violencia meditica

    no se hayan reconstruido todas las preguntas a que debe responder una proposicin.

    En el proceso comunicativo hay que reconstruir al menos las preguntas del pblico, del medio y del autor antes de que pueda juzgarse una respuesta.

    En cuanto al pblico, hay que analizar sobre todo hasta qu punto responde todava, en el momento de la investigacin, al concepto que debe obtenerse de datos econmicos, sociolgicos y polticos. La capacidad transformadora de la comunicacin produce en poco tiempo pblicos psicolgicamente distintos en el mismo pblico histricamente averiguado. En el empleo de datos econmicos, sociolgicos y polticos hay que tener en cuenta el planteamiento y el tiempo con qu y en que se obtuvieron. En este sentido hay que tomar en consideracin la cuestin de la accesibilidad, esto es, relacionar la posibilidad del acceso con el contexto socioeconmico (toda comunicacin se da en unidades de espacio y tiempo heterodeterminadas), con el uso lingstico y con la yuxtaposicin de los diferentes pblicos, que viven simultneamente uno al lado del otro.

    Para examinar la cuestin del aparato, del medio de comunicacin, hay que plantearse si es lo que pretende ser (El Imparcial, El Independiente, Diario Popular, La Razn, etc.). Hay que analizar sus nexos internos, a qu intereses responden, qu necesidades, y de quin, satisface, etc. En cuanto a los factores econmicos de los medios hay que preguntar por sus objetivos, por la propiedad, por la capacidad efectiva de disposicin. Por lo que se refiere al mbito del trabajo en los medios, han de juzgarse las condiciones contractuales de los trabajadores, el reparto de responsabilidades, las consecuencias que se derivan de la diversidad del personal en la organizacin del medio y en la produccin. La crtica de la organizacin del transporte de

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  • Vicente Romano

    comunicacin plantea, adems, la cuestin de los cambios que sufren los contenidos por el modo de distribucin.

    La crtica del productor, del comunicador, aplica criterios subjetivos y objetivos. Entre los primeros estn la edad, los medios de subsistencia, las relaciones de dependencia, etc. Entre los objetivos, lo primero que hay que saber es a qu responde el texto. Puede disponer el autor de datos objetivos para lo que afirma? Qu relacin guarda con sus condiciones personales? Puede haber dicho o escrito eso as?

    La crtica se ve amenazada por la ignorancia, por lo que no podemos saber, lo que se nos oculta, la heterodeterminacin. La propia crtica resulta tambin cuestionable por lo que creemos saber cundo aceptamos lo que dicen las autoridades en vez de los hechos. Eso es, la fe religiosa o poltica. Hay que tener presente que la crtica slo tiene rango de hiptesis. Por eso hay que incluirla en la duda, que no debe abandonar el propio planteamiento.

    Loa a la duda

    Loada sea la duda! Os aconsejo que saludis serenamente y con respetoa aquel que pesa vuestra palabra como una moneda falsa.

    Leed la historia.Ved a ejrcitos invencibles en fuga enloquecida.Por todas partesse derrumban fortalezas indestructibles, y de aquella Armada innumerable al zarpar podan contarse las naves que volvieron.

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  • La violencia meditica

    Oh hermoso gesto de sacudir la cabeza ante la indiscutible verdad!

    Oh valeroso mdico que cura al enfermo ya desahuciado!

    Pero la ms hermosa de todas las dudases cuando los dbiles y desalentados levantan su cabezay dejan de creeren la fuerza de sus opresores

    ***

    Instruidopor impacientes maestros, el pobre oyeque es ste el mejor de los mundos, y que la goteradel techo de su cuarto fue prevista por Dios en persona.Verdaderamente, le es difcildudar de este mundo.Baado en sudor, se curva el hombre construyendo la casa en que no ha de vivir.

    Pero tambin suda a mares el hombre que construye su propia casa.Son los irreflexivos los que nunca dudan.Su digestin es esplndida, su juicio infalible.No creen en los hechos, slo creen en s mismos.Si llega el casoson los hechos los que tienen que creer en ellos. Tienen ilimitada paciencia consigo mismos. Los argumentos los escuchan con odos de espas.

    Frente a los irreflexivos, que nunca dudan, estn los reflexivos, que nunca actan.No dudan para llegar a la decisin, sinopara eludir la decisin. Las cabezasslo las utilizan para sacudirlas. Con aire graveadvierten contra el agua a los pasajeros de naveshundindose.

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  • V icente Romano

    Bajo el hacha del asesinose preguntan si acaso el asesino no es un hombre tambin.Tras observar, refunfuando,que el asunto no est del todo claro, se van a la cama.Su actividad consiste en vacilar.Su frase favorita es: "No est listo para sentencia.Por eso, si alabis la duda, no alabis, naturalmente, la duda que es desesperacin.

    De qu le sirve poder dudar a quien no puede decidirse?Puede actuar equivocadamentequien se contente con razones demasiado escasas,pero quedar inactivo ante el peligroquien necesite demasiadas.T, que eres un dirigente, no olvidesque lo eres porque has dudado de los dirigentes.Permite, por lo tanto, a los dirigidos dudar.

    Bertolt Brecht

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  • INTERPRETACION

    La solucin al problema de la interpretacin presupone esfuerzos constantes por integrar los saberes relevantes y comprobar su aplicabilidad. La comunicologa no es un pedazo de naturaleza, sino un factor que acta por encima de las coacciones de la heterodeterminacin. Incluso cuando aparece bajo la forma atpica de la burocracia y la violencia se racionaliza con informacin manipulada, la comunicologa sigue siendo un factor de la cultura, determinado por el "deber y no slo por el "tener que. Al poner necesariamente de manifiesto las contradicciones entre las cosas individuales y los conceptos, la comunicologa repite el llamamiento constante a la capacidad crtica del ser humano.

    La violencia simblica ejercida por los medios de comunicacin podra combatirse mostrando de una manera comprensible, esto es, reducible a la experiencia y a la vida cotidiana, los lmites entre imagen y cosa, percepcin y representacin, deseo y satisfaccin. De este modo se aprendera a no engaarse uno mismo y a no dejarse engaar. O, resumindolo en pocas palabras: convertir a los medios en fbrica de pensamiento en vez de fbrica de sueos, en actividad en vez de accionismo, en creatividad en vez de imitacin.

    Para ello, claro est, habra que subrayar ms el valor de uso que el omnipresente valor de cambio, esto es, aplicar criterios de rentabilidad social y no slo criterios de rentabilidad

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  • Vicente Romano

    financiera. Esto lleva necesariamente a un concepto que la ola de desregulacin (privatizacin) ha descalificado y puesto en desuso, a saber: el de servicio pblico.

    El concepto de servicio pblico descansa en tres principios bsicos: independencia, pluralidad de opiniones y acceso universal. La independencia implica el derecho de productores y autores a hacer programas sin interferencias del gobierno o de las instituciones estatales, o sea, ausencia de esttica oficial. Idealmente, una comunicacin y unos medios entendidos como servicio pbco deberan proporcionar informaciones y argumentos necesarios para formarse una opinin propia y entender inteligentemente el medio humano (la sociedad y su funcionamiento econmico, poltico, cultural, etc.), a fin de dominarlo, y no ser vctima de l. La independencia de los autores (comunicadores) implica tambin el derecho a desafiar las actitudes y prejuicios establecidos, a provocar y hasta irritar a ciertos sectores de la audiencia, a experimentar con nuevos formatos y formas. Frente a la lgica del mercado de que la popularidad, la gran audiencia, determina la produccin, el servicio pblico defiende el derecho del productor y del autor a ser impopulares y a ofrecer la gama ms amplia posible de puntos de vista y de perspectivas. Servicio pblico no equivale a comercializacin salvaje, a darle al pblico lo que quiere (medido por las ventas o las cuotas de audiencia), o lo que los anunciantes y patrocinadores estn dispuestos a subsidiar. Si as fuese, hay que preguntarse entonces cmo se forman los gustos y quin los determina. Donde existe interpretacin, la jerarqua de intrpretes establece la jerarqua de los valores.

    La sociedad que genera alienacin es un caldo de cultivo para la violencia. Los estereotipos, el fanatismo, el dogmatismo y la intolerancia generados por unas condiciones de alienacin

    5i

  • La violencia meditica

    en las que los pocos hacen el agosto a costa de los muchos, se pueden y deben combatir con una elevada cultura de dilogo, con una comunicacin democrtica, participativa, multidirec- cional, y no unidireccional, esto es, interesada y, en ltima instancia, violenta.

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  • IICOMUNICACIN Y PODER

  • PODER Y DOMINIO

    Para entender la violencia de los medios es necesario analizar Tambin el sistema de dominacin utilizado por el poder socioeconmico del capitalismo sobre los hombres y mujeres. A tal fin interesa preguntar cules son las fuerzas que conforman la vida material y espiritual, quin recibe qu, cundo, cmo y por qu. Es necesario comprender cmo se constituye el sistema de dominacin y cmo ste logra convertir a unos pocos seres humanos en monstruos y a otros muchos en personas sumisas al poder establecido.

    Aunque nadie niega la relacin entre poltica y economa, miles de acadmicos se dedican, sin embargo, a escribir libros sobre el gobierno y la poltica sin la menor mencin del capitalismo. Pero, como es bien sabido, esta estrecha relacin no es neutral ni casual. Los gobiernos han surgido a lo largo de la historia para proteger la acumulacin de propiedad, la riqueza y las condiciones del lucro privado.

    Segn M. Weber, poder es la habilidad para obtener lo que uno quiere. Samuel Johnson, por su parte, afirmaba que poder es robar a los muchos para beneficio de los pocos, porque los pocos estn ms vigilantes y son ms consistentes.15 El poder presupone la capacidad para manipular el entorno social en beneficio propio.16 Esta capacidad pertenece a quienes poseen los medios

    15. Cf. Gross, Bertram: Friendly Fascism. The New Face of Power in America, Boston 1986, p. XXIII.16. Cf. Pross, Harry: Publizistik, Neuwied und Berln, pp. 94-85.

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  • La violencia meditica

    y recursos que les permiten formar e influir en las creencias y acciones de otros, como, por ejemplo, empleos, experiencia, organizacin, tecnologa, legitimacin social, bienes y servicios esenciales, y el ingrediente que a menudo determina todo esto: el dinero. Unida a las motivaciones econmicas va la vieja seduccin del poder, esto es, la adquisicin, conservacin, uso y disfrute de influencia y prestigio, el incomparable regocijo que se deriva de moldear el mundo de acuerdo con la propia imagen.17

    El concepto de poder contiene el factor de la autoridad, y, viceversa, en el concepto de autoridad se contiene el de poder. Qu autoridad tiene cunto poder depende de la relacin entre auto y heterodeterminacin.

    Diferenciar las fuerzas efectivas que constituyen el ser humano es tambin tarea y funcin de la comunicologa. Es necesario discernir en qu se apoya el poder y qu grupo dispone de autoridad. Las acciones comunicativas revelan las correspondientes relaciones de poder.

    Pero el poder no es dominio, como tampoco lo es la autoridad. Ms bien el dominio se basa en el poder ejercido. Igual que el poder y la autoridad, el dominio es una relacin comunicativa, no un vnculo unilateral. El concepto de dominio utilizado unilateralmente no hace justicia a las relaciones concretas de los seres humanos. El dominio va unido dialcticamente a la sumisin, a la falta de autodeterminacin, que tiene que imponerse mediante la violencia fsica cuando dispone de escasa autoridad.

    La comunicologa y la ciencia crean autoridades que contradicen la tesis de la armona social: la comunicacin, en cuanto pone de relieve las cosas individuales y los conceptos; la ciencia, en sentido ms amplio, al hacer accesible los efectos mediante el conocimiento de las causas. La idea de que ciencia y poder son

    17. Cf. Blum, William: KillingHope, Monroe, Maine, 1995, p. 14.

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  • Vicente Romano

    idnticos implica la concurrencia de la autoridad cientfica con la de los detentadores del poder sistematizado de unos seres humanos sobre otros, resumido en la abstraccin del Estado. El conflicto entre autoridad comunicacional y poltica se mantiene abierto, puesto que la autodeterminacin y la heterodeterminacin se evidencian en su relacin con ambos poderes.

    La socializacin y el aislamiento (privacin) que determinan el proceso social forman parte del dominio cuando determinadas personas obedecen una orden concreta. Esta obediencia se puede conseguir de varias maneras:

    Convenciendo, esto es, influyendo de tal manera en los seres humanos que cada uno otorgue su obediencia como un acto de autodeterminacin. Esto puede darse con argumentacin racional, emocin, pseudoverdades y formalismos.

    Dominando, es decir, amenazando con la violencia fsica presentando como indispensable la sumisin ante la heterodeterminacin.

    Concretando estas amenazas a fin de imponerse y obligar a someterse a los grupos objetivo.

    La obediencia significa que la actuacin del obediente discurre esencialmente como si el contenido de la orden se haya convertido en mxima del propio comportamiento, sin tener en cuenta la opinin propia sobre el valor de la orden (M. Weber). La manera habitual de hallar obediencia estriba en someterla mediante la amenaza de violencia fsica o la sumisin. No requiere la autosuperacin en que se concreta la autodeterminacin. La dominacin amenaza con obstruir los accesos activos o pasivos, aplicando para ello la dialctica entre actividad y pasividad. Hacer algo significa dejar de hacer otra cosa. Dejar de hacer algo significa hacer otra cosa, puesto que la inactividad total le resulta imposible al ser humano.

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  • La violencia meditica

    El arte del convencimiento, de la persuasin, se fundamenta en la capacidad de hacer accesible una actividad mental u otra a un ser social en el lugar y el tiempo correctos, de tal modo que la reconozca como suya propia y la interprete como prueba de autodeterminacin. En nuestra cultura judeocristiana, la conviccin desplaza al miedo y posibilita la decisin. La conviccin es la creencia en la necesidad de la jerarqua. Va desde la jerarqua de los dioses, ngeles y arcngeles hasta la frmula poltica de la ley y el orden.

    La correccin de la conviccin se deriva de la pregunta de a qu responde, a qu es una respuesta. Esta pregunta lleva al mbito de las doctrinas acerca de la accin correcta (tica), pues, por regla general, la conviccin es la respuesta a preguntas conscientes o instintivas sobre ventajas en el proceso social. Y aqu cabra seguir preguntando en qu respuestas se basan las distintas ticas, y si las correspondientes convicciones responden a lo que afirman sus detentadores. Las convicciones polticas suelen tener origen econmico y viceversa.

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  • COMUNICACION Y DOMINIO

    La funcin de los llamados medios de masas no es producir una ciudadana crtica e informada, auodeterminada, sino el tipo de gente que vota a un Bush o un Aznar. Los medios hacen muchas cosas y desempean muchas funciones, pero su papel principal, su irreductible responsabilidad, estriba en recrear continuamente un punto de vista que apoya el sistema y el poder de la clase econmica dominante. As, los medios ponen los lmites del discurso y del entendimiento pblico. No es que siempre modelen la opinin, afirma M. Parenti, pero tampoco tienen que hacerlo siempre. Basta con dar visibilidad a unas opiniones, dar legitimidad a unos puntos de vista e ilegitimidad a otros. El poder para determinar, establecer, la agenda, el flujo de informacin y los trminos del debate poltico, que si no es total, s es totalmente aterrador.18

    Si carecemos de informacin en contrario, los medios pueden dirigir nuestra percepcin y si el mensaje parece coincidir con nociones anteriores de los acontecimientos (que en parte pueden haber sido creadas por ellos mismos). As, por ejemplo, al centrarse en el inters humano, o en la trivialidad de la telebasura, los medios dificultan que la gente obtenga una expresin inteligente de la vida poltica y se movilice por cuestiones que realmente mejoren su bienestar material y espiritual. La constante programacin de las cuitas de los ricos y famosos,

    18. Cf. Parenti, Michael: InventmgReality, 1986, p. 23.

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  • La violencia meditica

    de sus relaciones amorosas, bodas y divorcios, fiestas, viajes; la constante exhibicin de su riqueza y de sus vidas ociosas estimula la envidia y, sobre todo, la identificacin. Al fin y al cabo, los ricos tambin lloran, los padres tambin tienen problemas con los hijos. Son como nosotros, pensarn las amas de casa que se nutren de estos programas con human touch. Mas, para estas audiencias, no dejan de presentar un mundo falso de ensoacin. Esos famosos y ricos, con esos cuerpos modlicos, hermosos y sexis, no estn desempleados, aunque nunca trabajen. Sus hijos se drogan en casa, asistidos por un mdico, y no en los descampados de la marginacin.

    Asimismo, los polticos de la democracia estadounidense que quieren imponerse al mundo a bombazos, usan y abusan de este toque humano a la hora de recabar el voto en las elecciones. Como el pueblo estadounidense ve y oye a sus lderes expresar su preocupacin correcta en el momento correcto, rer y bromear, acompaados de sus familias, hablar de Dios y del amor, de la paz y la ley, de freedom anddemocracy, etc., es por lo que tiene tantas dificultades para ser consciente de que su Gobierno ha hecho al mundo lo que hizo con los seminlas y dems tribus del pas. William Blum destaca las siguientes tcticas utilizadas para persuadirlos y dominar las conciencias: la escuela, la infiltracin y manipulacin de los grupos, la manipulacin de la informacin, los medios econmicos y los trucos sucios.19

    El inters, del latn inter-esse, el hecho de estar entre un espacio, un tiempo y un grupo, condicionan la direccin de la percepcin. Es lo que se denomina inters perceptivo. En comunicacin hay que distinguir entre percepciones ocasionales, automticas, de aquellas que exigen la concentracin de los

    19. Cf. Blum, William, loe. cit., pp. 18-20.

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  • Vicente Romano

    sentidos. Las ideas productivas, enriquecedoras, pertenecen a esta segunda clase de percepciones. Este tipo de informaciones requiere siempre el esfuerzo de establecer nuevas relaciones en lo percibido. Y para eso se necesita autodeterminacin. Si se carece de ella, si la percepcin se queda en lo ocasional, la autodeterminacin se convierte en autoengao. Todo inters presupone una necesidad, deca Kant en su Crtica de la facultad de juzgar.

    Una indicacin de cmo los medios sirven a los intereses de los ricos y poderosos se ve en cmo tratan a los no privilegiados e impotentes.

    Para mantener el sistema, los ricos y poderosos prestan mucha atencin a la persuasin y a la propaganda. El control de la comunicacin y de la informacin contribuye a legitimar el poder poltico y econmico de la clase propietaria. En suma, el orden cultural no es independiente del econmico. La historia ensea que el poder de la clase capitalista nunca est solo. Se envuelve en la bandera nacional, proclama su devocin a Dios, a la patria y al bienestar general.20

    20. Cf. Parenti, M.: loe. cit., pp. 5 y ss.

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  • EL DOMINIO CULTURAL

    El capitalismo es algo ms que una formacin econmica, Tambin es todo un orden sociocultural, adems de plutocrtico. Sus instituciones socioculturales ensean que genera democracia y prosperidad; que el sistema de empresa privada establece la igualdad de oportunidades, recompensa a los diligentes y relega a los indolentes a los puestos ms bajos. Pero apenas se dice algo de cmo el capitalismo se ha mantenido y prosperado bajo los regmenes represivos ms brutales y empobrecido a los pases del subdesarrollo.

    Los medios de comunicacin son una de las principales instituciones para mantener la hegemona de la clase dominante y del sistema capitalista. Durante el siglo XIX, a medida que la industria arrastr a gran parte de la poblacin a su esfera de trabajo y corrupcin, los capitanes industriales se preocuparon cada vez ms de que la vida cultural coincidiera con las demandas de la produccin industrial y de que los sentimientos polticos del pblico apoyaran el orden social existente. Los lderes industriales no slo administraban la disciplina del trabajo, sino que tambin se encargaban de inculcar a la gente las actitudes y lealtades adecuadas.

    El dominio cultural proporciona toda una serie de beneficios a la clase capitalista, a los plutcratras. En primer lugar, las instituciones culturales como los medios de comunicacin y entretenimiento, que hoy se cuentan entre las principales indus

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  • Vicente Romano

    trias, son una fuente importante de ganancias y acumulacin de capital. En segundo lugar, las instituciones docentes pblicas, desde la escuela primaria y los centros de formacin profesional hasta las universidades y los centros de investigacin, proveen a la clase propietaria de servicios y personal profesional por los que nada han pagado. En Espaa, con la proliferacin de universidades privadas y la privatizacin que implica la imposicin del Plan Bolonia, estos beneficios se han visto muy reforzados. Adems, las cuantiosas subvenciones y el financiamiento pblico de estas instituciones, esto es, con los impuestos de los ciudadanos, constituyen un subsidio pblico indirecto al sector privado.21 Y, como ya se sabe, estas instituciones son uno de los principales instrumentos de socializacin en los valores del sistema.22 Ms an, con sus patrocinios y donaciones filantrpicas, los capitanes industriales de hoy, magnates, banqueros con sueldos obscenos y explotadores sin escrpulos aparecen como lderes sociales, aparte de obtener sustanciosos descuentos en sus declaraciones de la renta.

    Ms, como dice M. Parenti, el objetivo esencial del dominio cultural no estriba en regalarnos con hermosos conciertos y museos, sino en darle a la brutal explotacin capitalista una aureola de bondad, generosidad y humanitarismo, de manera que la gente conozca y admire su direccin y hegemona.

    En suma, que la clase propietaria, el establishment, como dice la sociologa yanqui, no slo administra la disciplina del trabajo sino que tambin se encarga de inculcar a la gente los valores, significados y aptitudes ms acordes con sus intereses. Eso por un lado. Pero, al mismo tiempo, obstaculizar y reprimir el pensamiento crtico. Marx lo sintetiz en su conocida frase de que la

    21. Cf. Parenti, M.: Contrary Notions, 2007, p. 347 y ss.22. Cf. Romano, V.: La formacin de la mentalidad sumisa, varias ediciones.

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  • La violencia meditica

    ideologa dominante es la de la clase dominante. De ah que la

    izquierda, la opinin disidente, encuentre tantas dificultades para

    penetrar en el universo de la comunicacin de masas. Por eso se

    afirma que los grandes medios de comunicacin, o, si se quiere, el

    negocio meditico, como se dice ahora, son un aliado consustancial

    del poder plutocrtico. De ah tambin que el dominio cultural

    de la clase dominante disuada, hasta donde puede, la creacin y difusin del pensamiento crtico. Susan George lo resume as:

    Hoy da, pocos negaran que vivimos bajo el imperio prcticamente indiscutido de la sociedad dominada por el mercado, ultracompetitiva y globalizada con su cortejo de mltiples iniquidades y violencia continuada. Tenemos la hegemona que nos merecemos? Creo que s, y ese nosotros se refiere al movimiento progresista, o lo que queda de l... el bando de los ngeles est descuidando trgicamente la guerra de las ideas. Muchas instituciones pblicas y privadas que creen realmente que trabajan por un mundo ms equitativo en realidad han contribuido activamente al triunfo del neoliberalismo o han permitido pasivamente que este triunfo se produzca (...). (Pero) si reconocemos que un mundo inicuo, dominado por el mercado, no es ni natural ni inevitable, debera ser posible crear un contraproyecto para un mundo diferente (...) La doctrina econmica ahora dominante no ha cado del cielo, ha sido cuidadosamente alimentada durante dcadas, por medio de pensamiento, accin y propaganda, comprados y pagados por una fraternidad muy unida.(...).13

    Quienes se hicieron con este dominio utilizaron el dinero, la

    minora intelectual y la organizacin para generar tormentas

    de ideas, los llamados think tanks del neoliberalismo. Esta lite 23

    23. Cf. Susan, George: El pensamiento secuestrado, 2009, pp. 54-55. Esta fraternidad a la que alude George es lo que en sociologa se viene llamando el establishment, que el American Heritage Dictionary define as: "Grupo exclusivo de gente poderosa que rige un gobierno o sociedad por medio de acuerdos o decisiones.

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  • Vicente Romano

    sociocultural ha penetrado las instituciones pblicas y privadas.

    Ha creado exclusivos de crculos de conferenciantes. Disfrutan

    prcticamente del monopolio de las mentes de los ciudadanos

    de a pie y, por tanto, del dominio cultural.

    Esta clase propietaria y sus corifeos quieren hacernos creer

    que su oposicin a los gobiernos y movimientos revolucionarios

    se debe a que stos no disponen de medios de oposicin o no

    han adoptado el modo occidental (financiado) de elecciones.

    Cosa que ya no pueden afirmar tras el triunfo de la izquierda

    en Venezuela, Ecuador, Bolivia o Nicaragua. Olvidan, u ocultan,

    que la libertad de expresin corre pareja con la conquista de

    otras libertades, que es producto de la lucha de clases, la lucha

    por la seguridad social, el empleo, el derecho a la educacin y a la asistencia sanitaria gratuita, etc.

    Ya Antonio Gramsci, por su parte, dej en sus Cuadernos

    de la crcel, la acertada observacin de que si una clase dirigente abandona la apariencia de preocuparse por el inters pblico,

    declinar su hegemona cultural y su poder se reducir a la vio

    lencia bruta de la represin fsica. De ah el llamado de Gramsci

    a la creacin de una nueva hegemona cultural y de intelectuales

    orgnicos propios. De ah, en suma, la necesidad de movilizar

    el poder popular para controlar el poder estatal.Por eso es sumamente importante a quin pertenecen los

    satlites y los bancos de informacin, a quin obedecen. Esto es,

    qu uso se hace de ellos, qu acciones se efectan desde ellos.

    La tcnica crea nuevos presupuestos sin preguntarnos. No

    se pueden obviar con amplias generalizaciones, ni con interpre

    taciones sumarias de la historia, ni en absoluto con esfuerzos sin

    tticos, sino con anlisis que desembocan en valores hipotticos.

    Una comunicacin pblica entendida slo instrumentalmente

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  • La violencia meditica

    intentara acoplar por la va ms corta tcnica y poder, y buscar en la tcnica del poder el objetivo propiamente dicho.

    Semejante proceder no se diferencia del uso centrado en el dominio que suele hacer la poltica, la economa la sociologa y la psicologa. Refuerza los monopolios al aadir una tcnica de agitacin a la tcnica de las ciencias naturales. No sera ninguna aportacin a la comunicacin, sino a la ideologa tecnocrtica, y con ello a la privacin extrema. En mximo contraste con esto, de lo que se trata es de dirigir la atencin a los problemas de especial importancia frente a las tendencias atomizadoras de la tecnocracia (no de la tcnica).

    El dominio puede originar muchas cosas: puede marginar, eliminar grupos enteros. Puede cerrar, interceptar, parcial o totalmente la accesibilidad a cosas y personas (emisora enemiga, teln de hierro, inaccesibilidad de autoridades, barrios aislados para funcionarios, acuartelamientos...). Puede ensalzarse, elevarse, tanto que su autoridad sea la violencia (el poder) decisiva como conviccin de ella, una violencia sobre las mentes, de suerte que existe una especie de autodominio de los sometidos.

    Pero el dominio no solo se transmite a travs de los denominados medios de comunicacin de masas, sino tambin de los espacios en los que se integra el sistema de dominio: iglesias, escuelas, instalaciones deportivas, teatros, cines, calles, plazas y lugares pblicos donde se efecta preferentemente el mantenimiento de la ley y el orden. Los medios de comunicacin sirven para superar el espacio y el tiempo, pero, sin embargo, los espacios tienen un efecto medial.

    Ms o menos autodeterminacin, ms o menos heterodetermi- nacin, sta es, la cuestin del poder, no hay otra ms all de ella.

    Pero para la comunicologa, la pregunta es distinta. Se pregunta: A qu responden las relaciones de dominio? A qu se

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  • Vicente Romano

    deben las contradicciones? E inmediatamente surge la cuestin de los supuestos del que pregunta: Desde qu punto de vista se pregunta?

    La primera premisa de toda comunicacin pblica estriba en hacer preguntas y responderlas. Y en cuanto se concreta, pregunta por las preguntas que hay tras las respuestas del dominio repercutiendo as sobre las relaciones de poder. Esto es as cuando pensamos en la responsabilidad de los comunicadores: con sus preguntas motivan que el poder se responsabilice. No hacer preguntas significa, por tanto, irresponsabilidad. El poder poltico origina poder y viceversa.

    Como los detentadores del dominio cultural, desde los medios de comunicacin a las escuelas y los plpitos, disuaden del pensamiento crtico, los ciudadanos de a pie podran hacerse estas preguntas: Cul es la funcin cultural del Gobierno? A qu intereses sirve? Qu debera hacer por incrementar su nivel de conocimientos?

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  • COMUNICACION Y PODER

    Hoy ya no se cuestiona que la comunicacin forma parte esencial del poder establecido, hasta el punto de que se ha convertido en un sector estratgico a nivel econmico, cultural y poltico. Hace ya algunos aos que analizamos y publicamos en otro lugar este carcter moderno de la comunicacin.24 Decamos entonces que este sector de la actividad humana trasciende ya el mbito de lo que tradicionalmente se viene considerando comunicacin de masas, o mejor dicho, produccin masiva de comunicacin. El desarrollo de las comunicaciones se ha convertido en la primera industria de los pases ricos y afecta, no slo a la vida cotidiana de los ciudadanos, sino tambin a las actividades organizativas de los centros de poder y control social: industria, finanzas, servicios, administracin pblica, educacin, etc. Pero si se miran las cosas ms de cerca, las nuevas relaciones entre naciones y la nueva distribucin y divisin del trabajo generadas por este desarrollo acentan toda una serie de contradicciones y plantean, por tanto, la tarea an no resuelta de superarlas. As, por ejemplo, la contradiccin entre los pocos emisores y los muchos receptores que constituyen sus audiencias, la contradiccin entre lo pblico y lo privado, entre los intereses generales y los particulares, entre la uniformidad y el pluralismo, identidad cultural y alienacin, opinin pblica y

    24. Cf. Romano, Vicente: -La comunicacin como sector estratgico-, en El papel de la izquierda transformadora en los pases avanzados en el cambio de siglo, t. II, FIM, Madrid 1989.

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  • Vicente Romano

    opinin publicada, participacin democrtica y control minoritario, entre descentralizacin de la produccin y concentracin creciente de la toma de decisiones, en suma, entre desarrollo tecnolgico y progreso social.

    As que, para no repetirme, parece apropiado sealar aqu, aunque slo sea de forma somera, otros aspectos ms sutiles, pero no menos reales ni eficaces, de esta relacin entre comunicacin y poder, como, por ejemplo, la economa de seales y el empleo que los pocos hacen de las seales, del tiempo y de los medios para mantener su dominio sobre los much