Rodeado de enseñanzas inútiles

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NÚM . 3 .408 (612) , , :; ¿ Cuá ntos prof es ores de l antiguo 8° de EGB en se ñan a niños de usando los mismos métodos? • Ha cer nosotros con antelación todo lo que va yamos a propone r (no estarta mal que los p rofeso res hiciesen los debe- res que se manclan a los alumnos)... .y , por supuesto, olvidar a las edito- riales o, cuando menos, ser 'lo sufi- cientemente va lient es como para con- ve rtimos en interpretadores de las mls- mas y poder pr escindir de. conten idos y prop uestas inútiles. So luciones laboriosas Las soluciones parecen ev id en te s; aunque son laboriosas: Consid erar que la e scuela no es la preparación par a la v ida s ino la vida mis ma . ·Realizar propuestas re ales y atrac- tivas. Conoc er y revisar todos los año s las caraoterístlcas evolutivas y psicopeda- góg i cas de nuestros alum nos (estas ca- ract er rs tic a s debe rían se r el punto de partida de toda proqramaclón de aula junto con un análisis de los alumnos ), ira éstas, otener la valentía y el ti empo pa- ra prescindir de esos textos encorsetados y elaborar unos propios y con mayor sen- tido y, s obre todo , ajus tados a nuestros alumnos.¿ Cómo pueden tener un mismo libro 25 alumnos distintamente capacita- dos de una clase?¿Dónde está la atención a la diversidad? Sin decir nada de la olvidada escuela ru- ral, con sus aulas unitarias, en muchos ca- sos con 7 niños y 7 textos diferentes. Pe- ro la minoría no es rentab le como para que se realicen esfuerzos curriculares tanto a nivel ministerial co mo editorial. Term inaré con u na ané cdota que ha LA PERCEPCiÓN N EGATIVA QUE A MENUDO T1E'NEN LOS ALUMNOS DE LAS EN SE ÑANZAS Q UE RECIBEN EN LAS ESCUELAS SE DEBE MUCHAS VEC ES A UNA fORMA DE IMPA RTI RLAS IN ADE CUADA Y MECANICISTA • EL AUTOR ACONSEJA QUE SE R EALICEN PROPU ESTAS «REAL ES Y ATRACTIVAS», ADAPTADAS A LAS CARA Cr Eiíl STICAS EV OLUTI- VAS Y PSICOPEDAGÓGICAS DE LOS ALUMNOS. -- - ----" =- '" J u AN e ARL os L ó PEZ/ MAE s TR o o E CRA Rodeados de enseñ anzas inútiles -1 T antós estudios del CIDE (Centro de Información y Documentació n Educativa) sobre fracaso escolar, sobre cuestiones organiza tivas ... !, pero ¿por qué no planteamos la idoneidad o no de las en señanzas. si so n pertinentes y ade- cuadas a la edad de los al umnos", ¿el por qué de los fracasos? ¿ por qué los alumnos no enti en den las cos as? ¿Realme n te so n tan perversos como para no aprender por- que no .quieren?¿No será que no entien- den? qué no les interesan los apr en- dizajes? iCuántas veces se lucha po r explicar las d ecenas en primero de Edu caci ón Prima- ria! ¿Por q esa pe lea por enseñárselo si no son capases de e ntenderlo? ¡Cuán tas veces jos,niñ \>§d e Educaci ón Infantil aca- ban con la mano dolorida.de picar.y co- lor ear! .¿¡{ tina vez rea- . lizar 10S'rÍJismbs trabajos 'que los tilno sy les puedo garantizar que he acabado har- to,cansado y aburrido.Y, sobre todo, ¿pa- ra qué les sirve? ¿O es que la enseña nza es , como apu ntaba Xurxo Torres, -corno una naveta. de Aga tha Chrísrje, en la que todo lo que pasa es para dar senti do a la p ágina sigu iente; hasta llegar al flnal-? es que no Sabemos cuál es ' el final de la Parece que'justí-.' .;: .. ' fi camoslos,coq te mdos c1iciendo que se- ' rán mu yI mportantes para poder progre- ":jt' sar adecuadamente el curso sIguiente, y provocado esta Jkflel1i6rt: d; 'tlli. ck dl- '?,y: así sucesivamen te... ¿Pero , so n verdade- as, después de explica r.padeiill:irflerite-:":, ramente fundonal es? un ejercicio sobre las de ce nas :l unos '. ¿Para qué nos sirvieron la teoría de los alumnos de primero, U no de ellos Irte conjuntos, las propiedades biyectivas, UlÚ- preguntó: -Profe,'¿tú lo en tierides?, '.51, vacas , las reglas gramaticales, las listas de Daniel•. Y el pobre nlfio me dijó: -Pues verbos y tantos y tantos .conocimi entos yo no-, Mi sorp res a fue ver qué habla ter- " , inú tiles? ¿Para que sirve enseña r a -restar m inado ya los ejercicios de manera co- :" con llevadas- a los niños por los métodos rrecta. Y es q ue los niños son perfectos algebraicos como se suele hacer?iCuánto imitadores de procesos mecá nicos, se- esfuerzo d eben derrochar para intentar en- guimos co n el m étodo -rríachaca y en- tenderlo para, al final, responder de rna- tretíene-. Claro está que luego nos que- " ri era me cánica sin comp ren de rlo ! ¿Qj amos de la falta de razona mie nto o de ,. proceso segu imos cuando vamos a la tien- la defici ente exp resión oral; a pesar da y para '. omprobar la vuelta de la co m- impartir clases de lengua je en silencio. pra hernos 'de realizar una operación de resta? ¿Mentalme nte , digo -del 6 al 5. 9 Y me llevo una-, o procedemos de forma c1is- tinta? ¿Realmente, como decía Ramón Fle- cha. ·10 que apre ndemos en la escu ela so- lo nos sirve para ser rnaestros-?¿No esta- remos reproduci endo errores por no atre- ve mos a cuestionamos asuntos mayores? ¿Enseñamos como nos hanenseñado por - que no sa bemos ha cer otra cosa? Puede que seamos esclavos de las edi- toriales, que en la mayoría de los casos ac- túan bajo intereses económicos y con más que cuestio nab les planteamientos peda- góg icos. ¡Cu ántas veces nos e nfadamos con nuestros niños por no ser lo sufi- cientemente rápidos co mo para terminar las innumerables fichas de alto precio que en su día co mpraron, y así quedar bien con las madres, o por no lograr entender de ningu na forma las propues tas edito- riales!Seria más oportuno despotricar con- (Viene de la página anterior) parado en su larga, larguísima infancia y adolescencia, Por ello les atraía la paraf ernalia virtual del mundo underground. el color negro, las turbias gabardinas que guardaban se- cre tos i nconfesables, las botas q ue calzan los mercenarios y matarifes de las pel ícu- las, las no cturna s baratijas góticas que veían deambular ante la pantalla del o r- d enador y, a mayor escala, las imá genes de explosiones des lumbrantes y los rui- dos ensordecedores de la música heavy y de armas que matan y destrayen, como las de los vide ojuegos que tantas veces ha- bían 'visto resplande cer ante sus ojos. A p esa r de estas objeciones , ¿no resul - ta parad ójico que estos dos muchachos. que crecieron aislados en sus confortables viviend as unifamiliares, co n padres que segurame nte satisfacían sus caprichos, pe- ro a los qu e veian poco y con los qu e no se cruzaban más que las vacías y a me- nudo falsas palabras elemen tales, no ha- llaran en el instituto el su cedá neo que les hubiera compensado de la frialda d fami- liar?Almenos disponem os de un dato que en principio explicaría esta para do ja: que se sepa, en el instituto Columbine los alumnos estaban divididos en dos faccio- nes irreconciliables: la de qu ienes estaban integrados en la vida escola r y la de quie- nes fingian es tarlo pero qu e . e n sec reto, se agrupaban alrededor de una es pecie de sec ta ll amada la -mafía de las gabard inas•. De las caracteristicas de esta secta ya se ha dicho lodo: que sus miemb ros se sentían diferentes del resto de los compañeros del ínstitut o. . es de cir , s u pe riores ( po rq ue . cuando uno se siente diferente de los de- más no es para sentirse inferior natural- mente; de lo contrario,_no sentiría ningún placer en sentirse diferente) y po r ello que- rían distinguirse de los demás vlstíe ndo una gabardina negra, incluso cua ndo ha- ,cia calor, ca lzaban el mismo tipo de botas y que incluso llevaban un distintivo similar al de los grupos racistas de Surá- frica . Todo eso lo habían aprendido por sus estrechas relaciones con la casque- ría underground que circula impunemente por Internet. ¿Po r qué los centros escolares tienen que pagar los platos rotos de los problemas fa- miliares ? Tal vez sea ésta otra de las con- tradicci ones de esta llamada po mposa- mente -socíedad del conocimiento- que, sin embargo, está olvidando las habilida- des más elementales para establecer rela- ciones huma nas y que desde edades muy tempranas pone los ordenad ores a dispo- sición de los niñ os y les permite el acc eso a peligrosos vídeoju egos sin haberse pre- ocupa do antes de darles el ejemplo que necesitan para aprender a relacionarse y comunicarse con los demá s. La fria ldad y la impasibilidad con que los Erie y Dylan de tumo ejecutan sus crí- menes se explica en parte por la virtuali- dad de los modelos en que se inspiran pa- ra co meterlos -al parecer, los únicos ejem- plos que les resultan lo suficientemente convincentes como para imitarlos- y po r la indif erencia que les inspiran los se res humanos, que en sus mentes enfennas ha- ce tiempo que han convertido en meros objetos, Luego está el argumento de la facilidad con que los adolescentes norteamericanos p ueden acceder a las armas de fuego en un país por el que éstas han circu lado li- bre y profusamente desde que existe. An- tes de esta causa hay otras de mucho más calado y de raíces más profundas. S on las que no aparecen en los periódicos ni en la televisi ón. Pe ro sobre las que , segu ra- mente, hab rán reflexionado m uchos pa- dres y madresn ort eam ericanos durante estos días . Ahora hace falta que sus vidas laboriosas y el confortable -corno de cos- tumbre. no les ll eve a olvidarlas. Porque ¿cuántos Eric y Dylan en potencia se están ge stando en multitud de hoga res c omo en los que dura nte 18 años viviero n Eric y Dylan? '1 1") J ::i ' ::\ ' -t ': !; \ .: ..,: ¡ ¡ : ; :,( ! ;., .. ¡ .' ", , " ., .' l, .. ,\ ........ _.

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NÚM . 3 .408 • (612)

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¿Cuántos profesores del antiguo 8° deEGB en señan a niños de 1° usando losmismos métodos?• Hacer nosotros con antelación todo loque vayamos a propone r (no estarta malque los profesores hiciesen los debe­res que s e manclan a los alumnos). . ..y , por supuesto, olvidar a las edito­riales o, cuando menos, ser 'lo sufi­cientemente va lientes como para con­ve rtimos e n inte rpre tadores de las mls­mas y poder prescindir de.contenidos yprop uestas inútiles .

Soluciones laboriosasLas soluciones parecen evidentes;aunque son laboriosas :• Considerar que la escuela no es lapreparación para la vida s ino la vidamis ma .·Realizar propuestas re ales y atrac­tivas .• Conocer y revisar todos los años lascaraoterístlcas evolutivas y ps icopeda­gógicas de nuestros alum nos (estas ca­racterrs ticas deberían ser el punto departida de toda proqramacl ón de a ulajunto con un a nális is de los alumnos),

ira éstas, o tener la valentía y el tiempo pa­ra prescindir de esos textos encorsetadosy elaborar unos propios y con mayor sen­tido y, sobre todo, ajus tados a nuestrosalumnos. ¿Cómo pueden tener un mismolibro 25 alumnos distintamente capacita­dos de una clase?¿Dónde está la atencióna la diversidad?

Sin decir nada de la olvidada escuela ru­ral, con sus aulas unitarias, en muchos ca­sos con 7 niños y 7 textos diferentes . Pe­ro la minoría no es rentab le como para quese realicen esfuerzos curriculares tanto anivel ministerial co mo editorial.

Term inaré con una anécdota que ha

• LA PERCEPCiÓN NEGATIVA QUE A MENUDO T1E'NEN LOS ALUMNOS DE LAS ENSEÑANZAS QUE RECIBEN EN LAS

ESCUELAS SE DEBE MUCHAS VECES A UNA f ORMA DE IMPARTIRLAS INADECUADA Y MECANICISTA • EL AUTOR

ACONSEJA QUE SE REALICEN PROPUESTAS «REALES Y ATRACTIVAS», ADAPTADAS A LAS CARACrEiíl STICAS EVOLUTI­

VAS Y PSICOPEDAGÓGICAS DE LOS ALUMNOS.

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J u A N e A R L o s L ó P E Z / M A E s T R o o E C R A

Rodeados deenseñanzas inútiles

-1 T antós estudios del CIDE (Cent rode Informacióny DocumentaciónEducativa) sobre fracaso escolar,

sobre cuestiones organizativas...!,pero ¿porqué no planteamos la idone idad o no delas en señanzas. si so n pertinentes y ade­cuadas a la edad de los alumnos", ¿el porqué de los fracasos? ¿por qué los alumnosno entienden las cosas? ¿Realme nte so ntan perversos como para no aprender por­que no .quieren?¿No será qu e no entien­den? ¿Po~ qué no les interesan los apren­dizajes?

iCuántas veces se lucha por explicar lasdecenas en primero de Educación Prima­ria!¿Por qué esa pelea por enseñárselo sino son capases de entenderlo? ¡Cuántasveces jos,niñ\>§d e Educaci ón Infantil aca­ba n con la mano dolorida.de picar .y co­lorear!M~s .¿¡{ tina vez \1~'¡rlentad~ rea- .lizar 10S'rÍJismbs trabajos 'que los tilnosyles puedo garantizar que he acabado har­to, cansado y aburrido. Y, sobre todo, ¿pa­ra qué les sirve? ¿O es que la enseñanzaes , como apuntaba Xurxo Torres, -cornouna naveta. de Agatha Chrísrje, en la quetodo lo que pasa es para dar sentido a lap ágina sigu iente; hasta llegar al flnal-?~robleina es que no Sabemos cuál es '

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¿Para qué nos sirvieron la teoría de los alumnos de primero, Uno de ellos Irteconjuntos, las propiedades biyectivas, UlÚ- preguntó : -Profe , '¿tú lo entierides?, '.51, , ¡

vacas, las reglas gramaticales, las listas de Daniel•. Y el pobre nlfio me dijó : -Pu esverbos y tantos y tantos .conocimientos yo no-, Mi sorpresa fue ver qué habla ter- " ,inú tiles? ¿Para que sirve enseñar a -restar minado ya los ejercicios de manera co- :"con llevadas- a los niños por los métodos rrecta. Y es que los niños son perfectosalgebraicos como se suele hacer? iCuánto imitadores de procesos mecánicos, se -esfuerzo deben derrochar para intentar en- guimos con el m étodo -rríachaca y en-tenderlo p ara , al final, responder de rna- tretíene-. Claro está que luego nos que- "riera mecánica sin comprenderlo ! ¿Qué jamos de la falta de razonamie nto o de ,.proceso segu imos cuando vamos a la tien- la deficiente expresió n oral; a pesar déda y para '.omprobar la vuelta de la com- impartir clases de lenguaje en silenc io.pra hernos'de realizar una operación deresta? ¿Mentalme nte, digo -del 6 al 5. 9 Yme llevo una-, o procedemos de forma c1is­tinta?¿Realmente, como decía Ramón Fle­cha. ·10 que aprendemos en la escu ela so­lo nos sirve para se r rnaestros-?¿No esta­remos reproduciendo errores por no atre­vemos a cuestionamos asuntos mayores?¿Enseñamos como nos hanenseñado por­que no sabemos hacer otra cosa?

Puede que seamos esclavos de las edi­toriales, que en la mayoría de los casos ac­túan bajo intereses económicos y con másque cuestionables pla nteamientos peda­gógicos. ¡Cuántas veces nos enfadamoscon nuestros niños por no ser lo sufi­cientemente rápidos como para terminarlas innumerables fichas de alto precio queen su día compraron, y as í quedar biencon las madres, o por no lograr entenderde ninguna forma las propuestas edito­riales!Seria másoportuno despotricar con-

(Viene de la página anterior)

parado en su larga, larguísima infancia yadolescencia,

Por ello les atraía la parafernalia virtualdel mundo underground. el color negro,las turbias gabardinas que guardaban se­cre tos inconfesables, las botas que calzanlos mercenarios y matarifes de las pel ícu­las, las nocturnas baratijas góticas queveían deambular ante la pantalla del or­denador y, a mayor escala, las imágenesde explosiones deslumbrantes y los rui­dos ensordecedores de la música heavy yde armas que matan y destrayen, como lasde los vid eojuegos que tantas veces ha ­bían 'visto resplandecer ante sus ojos.

A pesa r de estas objeciones , ¿no resul ­ta paradójico qu e estos dos muc hach os.que crecieron aislados en sus confortablesviviendas unifamil iares, co n padres quesegurame nte satisfacían sus caprichos, pe­ro a los qu e veian poco y con los qu e nose cruzaba n más que las vacías y a me­nudo falsas palabras elementales, no ha­llaran en el instituto el su cedáneo que leshu biera compensado de la frialdad fami­liar?Almenos disponem os de un dato queen principio explicaría esta paradoja: quese sepa, en el instituto Columbine losalumnos estaban divididos en dos faccio­nes irreconciliables: la de qu ienes estabanintegrados en la vida escola r y la de quie­nes fingian es tar lo pero qu e . en secreto,se agrupaban alrededor de una especie desec ta llamada la -mafía de las gabardinas•.De las caracteristicas de esta secta ya se hadicho lodo: que sus miembros se se ntíandiferentes del resto de los compañeros delínstituto. .es decir , s uperio res (porque

. cuando uno se siente diferente de los de­más no es para sentirse inferior natural­me nte; de lo contrario, _no sentiría ningúnplacer en sentirse diferente) y por ello que­rían distingui rse de los demás vlstíe ndouna gabardina negra, incluso cua ndo ha­,cia calor, .q~e calzaban el mismo tipo debotas y que incluso llevaban un distintivosimilar al de los grupos racistas de Surá­frica . Todo eso lo habían aprendido porsus estrechas relaciones con la casque­ría undergroundque circula impunementepor Internet.

¿Por qué los centros escolares tienen quepagar los platos rotos de los problemas fa­miliares?Tal vez sea ésta otra de las con­tradicciones de esta llamada pomposa­me nte -socíedad del conocimiento- que,sin embargo, está olvidando las hab ilida­des más eleme nta les para establecer rela­ciones humanas y que desde edades muytempranas pone los ordenadores a dispo­sición de los niñ os y les permite el accesoa peligrosos vídeojuegos sin haberse pre­ocupado antes de da rles el ejemplo quenecesitan para aprender a relacionarse ycomunicarse con los demás.

La frialdad y la imp asibilidad con quelos Erie y Dylan de tumo ejecutan sus crí­menes se explica en parte por la virtuali­dad de los modelos en que se inspiran pa­ra cometerlos -al parecer, los únicos ejem­plos que les resultan lo suficienteme nteconvincentes como para imitarlos- y po rla indiferencia que les inspiran los se reshumanos, que en sus mentes enfennas ha­ce tiem po qu e ha n conve rtido en merosobjetos,

Luego está el argumento de la facilidadcon que los adolescentes norteamericanospueden acceder a las armas de fuego enun país por el que éstas han circulado li­bre y profusamente desde que existe . An­tes de esta causa hay otras de mucho máscalado y de raíces más profundas . Son lasque no aparecen en los periódicos ni enla televisión. Pe ro sobre las que, segu ra­me nte, habrán reflexionado muchos pa­dres y madres norteamericanos duranteestos días . Ahora hace falta que sus vidaslaboriosas y el confortable -corno de cos­tumbre. no les lleve a olvidarlas . Porque¿cuántos Eric y Dylan en potencia se estángestando en multitud de hogares comoen los que durante 18 años vivieron Ericy Dylan?

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