Robert Antelme

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 INTRODUCCIÓN "Hay algo profundamente enmascarado en la crítica de la historia Que hemos vivido - el drama del nazismo- que presenta las formas Más monstruosas y supuestamente superadas del holocausto… Nada es capaz de dar cuenta de este resurgimiento mediante el cual se Evidencia que son muy pocos los sujetos que pueden no sucumbir, En una captura monstruosa, ante la ofrenda de un objeto de sacrificio A los dioses oscuros. La ignorancia, la indiferencia, la mirada que se Desvía, explican tras que velo sigue todavía oculto este misterio. Pero para quien quiera que sea capaz de mirar de frente y con coraje Este fenómeno, y repito, hay pocos que no sucumben a la fascinación Del sacrificio en si-el sacrificio significa, que en el objeto de nuestro Deseo, intentamos encontrar el testimonio de la presencia de ese Otro que llamo aquí el Dios oscuro". (J. Lacan, 24 de Junio 1.964) Robert Antelme (1914-1990) escribió en 1947 "La especie humana", acerca de lo que vivió desde el 1 de julio de 1944 hasta 1945 en los campos nazis de concentración. Se trata de una narración cruda, dolorosa, que no se queda en lo anecdódico. Antelm e reflexiona sobre el problema que llevó a los campos de concentración -la división de los hombres-, lo convierte en una cuestión universal y le da una salida: la idea de pertenencia a la especie humana, en la que el individuo no está aislado. La historia de Robert Antelme en su paso por varios campos de concentración como Dachau, Buchenwald y Gandersheim, y como muchas otras que han surgido de los escombros, de las cenizas de estos campos d e concentración, es la historia del deseo de un Otro, que en posición de Amo se autoriza, en nombre de un ideal de pureza a matar, y que recurre a las más innombrabl es formas de aniquilación para lograrlo. 1

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INTRODUCCIÓN

"Hay algo profundamente enmascarado en la crítica de la historia

Que hemos vivido - el drama del nazismo- que presenta las formas

Más monstruosas y supuestamente superadas del holocausto…

Nada es capaz de dar cuenta de este resurgimiento mediante el cual se

Evidencia que son muy pocos los sujetos que pueden no sucumbir,

En una captura monstruosa, ante la ofrenda de un objeto de sacrificio

A los dioses oscuros. La ignorancia, la indiferencia, la mirada que se

Desvía, explican tras que velo sigue todavía oculto este misterio.

Pero para quien quiera que sea capaz de mirar de frente y con coraje

Este fenómeno, y repito, hay pocos que no sucumben a la fascinaciónDel sacrificio en si-el sacrificio significa, que en el objeto de nuestro

Deseo, intentamos encontrar el testimonio de la presencia de ese Otro que llamo

aquí el Dios oscuro". (J. Lacan, 24 de Junio 1.964)

Robert Antelme (1914-1990) escribió en 1947 "La especie humana", acerca de

lo que vivió desde el 1 de julio de 1944 hasta 1945 en los campos nazis deconcentración. Se trata de una narración cruda, dolorosa, que no se queda en lo

anecdódico. Antelme reflexiona sobre el problema que llevó a los campos de

concentración -la división de los hombres-, lo convierte en una cuestión universal

y le da una salida: la idea de pertenencia a la especie humana, en la que el

individuo no está aislado.

La historia de Robert Antelme en su paso por varios campos de concentración

como Dachau, Buchenwald y Gandersheim, y como muchas otras que han

surgido de los escombros, de las cenizas de estos campos de concentración, es

la historia del deseo de un Otro, que en posición de Amo se autoriza, en nombre

de un ideal de pureza a matar, y que recurre a las más innombrables formas de

aniquilación para lograrlo.

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Ese gran Otro intentó aniquilar a millones de personas por medio de la

destrucción de sus cuerpos a través del hambre, los golpes, y los malos tratos.

Aniquilarlos a través de la destrucción de su ser como sujetos, robándoles su

identidad, su historia personal, su nombre, su derecho a hablar, su derecho a

opinar, su familia, sus creencias, todo aquello que los constituía como sujetos

deseantes.

Es también la historia de los presos y de su lucha, a veces no lograda, de

sobrevivir a la barbarie humana.

Intentaremos a través de este trabajo, hacer un análisis de aquellos aspectosmás relevantes de la obra de Antelme, leídos y escuchados desde el

psicoanálisis.

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Indiscutiblemente Antelme vive 11 meses de su vida sometido a una situación

absolutamente traumática en la que se va a dar una conmoción integral de todas

las facultades. Es sometido al horror de lo imprevisto, al horror del hambre, al

horror del enfrentamiento permanente con la muerte, la suya propia y la de los

demás. Es ahí, en el campo de concentración donde no solo se pierde el

nombre, no solo todo lo simbólico queda agujereado, no solo se produce una

mortificación constante del cuerpo, sino que se pone en escena como alternativa

última y única la presentificación de un real hasta entonces innombrable.

El testimonio de Antelme está lleno de ejemplos de ese real que no puede ser 

tomado como significante y que tampoco puede ser inserto en unaescenificación imagénica, es decir que no puede ser tomado por lo imaginario.

Abundan los ejemplos de ese real innombrable, indecible porque se sustrae a

cualquier clasificación y que tiene la posibilidad de irrumpir en un

acontecimiento, veamos algunos ejemplos:

"Pelava, el pequeño André, los otros dos y los enfermos (pero por lo que a éstos

se refería aún no lo sabíamos) acababan de ser asesinados…Nunca sabremoscuando han comprendido que iban a matarlos porque habían dicho que no

podían andar… Eso es lo que querían decir, la ráfaga, la ráfaga, y el silencio, y

los tiros aislados". (1)

"La columna vuelve a ponerse en marcha. Los que habían cogido la carreta esta

mañana a la salida de la iglesia ya no están. No giramos la cabeza. Andamos

deprisa. No caminamos, huimos. Intentamos alcanzar la cabecera de la

columna. Estar lo más lejos posible de la carreta. Nadie habla. Estamos solos

en la carretera, sigue sin haber casa alguna por los alrededores. Y siempre la

bruma sobre la landa. Caminamos durante un buen rato. Es un pánico

silencioso. La ráfaga. Es larga. Primero un crepitar compacto, luego tiros

aislados. Luego nada más". (2)

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"La ráfaga. Siempre lo mismo, los tiros a granel, como un volquete que vacían,

luego tiros aislados. Terrible sonido. Penetra por la espalda, empuja hacia

adelante. Silencio del bosque. No es el ruido de la caza, ni el ruido de la guerra.

Es un ruido de espanto solitario, de terror nocturno, diabólico. El último disparo

es para un ojo que todavía brilla". (3)

"El terror aumenta en la columna que sigue en silencio y sigue avanzando al

mismo ritmo. Nadie se vuelve, todo ocurre a nuestras espaldas. Seguimos

andando. No pensamos en nada. Esperamos. Podrían matar todavía a

cincuenta más de esta manera, a cincuenta más, tal vez van a matarnos a todos,

pero mientras quedemos algunos, la columna existe y camina, con la espaldaencorvada. No podemos hacer otra cosa. Cuando ya solo queden veinte,

seguiremos esperando, seguiremos avanzando, hasta que los SS no tengan ya

ninguna columna que conducir". (4)

“El SS que buscaba a un hombre, a cualquiera, no importaba a quien, para

hacerle morir, le había encontrado a él”. (5)

“Detrás de nosotros sólo quedan los capos y los SS. Aquí es donde se decide.

Estamos en el límite. El vacío detrás de nosotros anquilosa nuestras espaldas.

Tenemos las narices pegadas a la carreta”. (6)

Es el enfrentamiento con la muerte, es esa muerte que no se sabe si le va a

llegar en este momento o en el próximo, es ese horror de no saber cuando, de

manera arbitraria, ese Otro va a decidir que él deje de formar parte de la cadena

significante, colocando un tiro sobre la cabeza y haciendo que deje de existir.

Ese horror no tiene nombre, ese horror es ese real que no cesa de no

inscribirse. Es ese real con cualidad esencialmente traumática que quedará

fuera de la existencia y sólo podrá lograr cierta forma de inscripción en el cuerpo

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o irrumpir como se dice, por puntas, con una fuerte presencia fragmentadora del

lenguaje.

Por otro lado, si tomamos en cuenta que el imaginario tiene que ver con la

relación intersubjetiva, o sea, entres sujetos, del moi con el semejante, en el

testimonio de Antelme también encontraremos ejemplos de ese imaginario

desplegado ahí, en ese campo de concentración, en una ilusión de autonomía,

en una ilusión de engaño que va a velar la crueldad de la realidad que están

viviendo, veamos algunos ejemplos:

“Nuestro sueño: un avión aterriza en el prado, nos recoge a bordo, despegamos;

dos horas más tarde, llamo a mi puerta. Serían las dos de la mañana. A las dosde la mañana, dentro de un rato, hora en la que estaré aquí, podría estar allá.

Varias veces durante la noche nos basta con estos cálculos. Nos a aferramos a

todo aquello que hace desaparecer la distancia, a todo lo que indica que ésta es

franqueable, que de verdad no estamos en otro mundo”. (7)

“Describíamos todo, la línea del metro, la calle para llegar a caso, el curre, todos

los curres. La historia no se gastaba fácilmente, siempre había algo que contar.El infierno de la memoria funcionaba a plena rendimiento. No había uno que no

intentara recordar a una mujer, que no llamase a su puerta…” (8)

“Francis ha vuelto a acercarse a mi jergón. Los otros dormían. Una pequeña

lamparilla colocada sobre un larguero del a cama formaba una mancha

amarillenta en la oscuridad. Francis tenía ganas de hablar del mar. Yo me he

resistido. El lenguaje nos embrujaba. El mar, el agua, el sol, hacían que a uno

le faltase el aire mientras el cuerpo se pudría”. (9)

“Si, cuando volviese iría a Niza; nos comeríamos un “pambania”. Vigilábamos la

escudilla. Primero, iríamos a tomar el aperitivo, un Cinzano, sentados frente al

mar, después nos comeríamos el pambania, la madre lo había bien; me

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vendrían a buscar a la estación; primero tomaríamos un café con leche con

cruasanes, diríamos: “están ricos los cruasanes, podemos pedir mas si

queremos”. Nos partíamos de risa. Nos cogeriamos unas vacaciones. El

vendría a Paris, yo iría a buscarlo a la estación, un café con leche en la barra

con cruasanes”. (10)

“Gastón había pedido a algunos compañeros que intentasen recordar las

poesías que conocían y tratasen de transcribirlas. Cada uno de ellos, por la

noche, tumbado en su jergon, intentaba recordar y cuando no lo conseguía iba a

preguntar a un compañero. Así pues, poemas enteros habían podido ser 

reconstituidos gracias a la suma de los recuerdos que era a su vez una suma de

fuerzas”. (11)

“Ahora era él quien podía contarnos cosas extraordinarias, cosas sobre el

mañana, podía contar, aunque sólo fuese contar…” (12)

Ese intento de recordar historias, de contarlas, de recitar poemas, de hablar del

mar, etc. Es un intento de traducir lo imaginario a símbolos, es un intento de

apalabrar, de poner en significantes el producto de su imaginación en un intentopor aminorar el dolor de existir ahí.

¿Cómo entender el sujeto del dolor? ¿Cómo entender el sujeto de lo

traumático?

Para Jacques Hassoun “El sujeto no es simplemente otro termino para decir 

“humano” o “individuo”. El sujeto –al menos para los psicoanalistas- está

representado en sus fantasmas inconscientes por los elementos culturales

vehiculizados por la lengua”. (13)

Es a este sujeto al que la brutalidad de los nazis intenta hacer desaparecer. Y de

ello tiene múltiples ejemplos Antelme, los cuales compagina con la lucha feroz

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que los presos tienen para seguir constituyéndose como hombres, como sujetos,

como miembros de la especie humana, como sujetos deseantes, leamos:

“…los SS me habrían sacudido en los morros para que reconociese que aquí yo

era ciertamente yo y para meterme en esta lógica en el cráneo: que yo era

realmente yo y que yo era sin duda esa nada que llevaba ese nombre que

habían leído”. (14)

¿”Estamos realmente aquí? La calma puede extenderse hasta aquí también,

necesito hacer un esfuerzo para comprobar que es verdad que estoy aquí,

exclusivamente aquí y no en otra parte. No cesaré de intentar reconstruir el

mismo principio de identidad que ese SS quería establecer ayer al pedirme querespondiese “si” a mi nombre, para asegurarme de que soy realmente yo el que

está aquí”. (15)

“Siempre tendremos la certeza, incluso irreconocible para los nuestros, de

emplear todavía el mismo balbuceo de la juventud, de la vejes, forma

permanente y ultima de la independencia y de la identidad”. (16)

“Así que, como no solamente era inútil, sino mas bien peligroso, a su pesar 

habíamos llegado a hacer nosotros mismos, en nuestras relaciones con el SS,

un esfuerzo de negación de nuestro propio rostro, perfectamente sincronizado

con el SS. Negado, dos veces negado, o en cualquier caso tan risible y tan

provocador como una mascara –en efecto, el hecho de llevar sobre nuestros

hombros un resto de nuestro antiguo rostro, la mascara del hombre, suponía

realmente provocar el escándalo- , la cara había acabado, para nosotros

mismos, por ausentarse de nuestra vida. Ya que incluso en nuestras relaciones

entre presos ella seguía recargada con esta ausencia, ella casi se había

convertido en ausencia”. (17)

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“… una cara poco mas o menos colectiva y anónima. De ahí esa especie de

segunda hambre que nos empujaba a todos a intentar reencontrarnos a través

del sortilegio del espejo”. (18)

“Los SS no pueden mutar nuestra especie. Ellos mismos están encerrados en

una misma especie y en una misma historia”. (19)

“Al negarnos como hombres, los SS habían hecho de nosotros unos objetos

históricos que ya no podrían ser en modo alguno los objetos de simples

relaciones humanas”. (20)

“Nos transformamos. La cara y el cuerpo van a la deriva, los guapos y los feosse confunden. Dentro de tres meses, seremos aún más diferentes, nos

diferenciaremos aun menos unos de otros. No obstante, cada uno seguirá

manteniendo la idea de su singularidad, vagamente”. (21)

“Así que también tenemos que luchar para no dejarnos sepultar por el

anonimato, para no cesar de exigirnos a nosotros mismos lo que no le exigimos

a los otros”. (22)

“Si fuésemos a buscar a un SS y le mostrásemos a Jacques, podríamos decirlo:

“Míralo, lo has convertido en este hombre podrido, amarillento, lo que mas debe

parecerse a lo que piensas que él es por naturaleza: el desecho, el desperdicio,

lo habéis conseguido. Pues bien, vamos a deciros lo siguiente, algo que debería

dejaros tiesos si el error pudiese matar: le habéis permitido convertirse en el más

completo de los hombres, en el más seguro de sus poderes, de los recursos de

su conciencia y del alcance de sus actos, en el más fuerte… Gozas ante esta

ruina que se mantiene en pie ante tus ojos, pero es a ti a quien han estafado,

 jodido hasta la medula”. (23)

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“Cuanto más somos impugnados como hombres por los SS, tanto mas tenemos

la oportunidad de ser confirmados como tales”. (24)

“Vergonzosa espera. Verdadera mierda, verdaderos cagaderos, verdaderos

hornos, verdaderas cenizas, verdadera vida la de aquí. No queremos ser en

este día mas hombres que ayer ni que mañana”. (25)

“La opresión total, la miseria total se exponen a relegar a cada tipo a una cuasi

soledad. La conciencia de clase, el espíritu de solidaridad son la expresión de

cierta salud que aun conservan los oprimidos. A pesar de algunos momentos de

lucidez, la conciencia de los presos políticos tenia bastantes oportunidades de

convertirse aquí en una conciencia solitaria. Pero, aunque solitaria, laresistencia de esta conciencia continuaba. Privado del cuerpo de los demás,

privado progresivamente de su propio cuerpo, cada tipo tenia aun algo de vida

que defender y que querer”. (26)

“Estamos a punto de parecernos a todo aquello que lucha solamente para comer 

y muere por no comer, a punto de nivelarnos con otra especie, que nunca será

la nuestra y hacia la cual nos encaminamos; pero esta, por el simple hecho devivir según su autentica ley –las bestias no pueden volverse mas bestias- resulta

tan majestuosa como la nuestra “verdadera”, cuya ley puede también consistir 

en conducirnos hasta aquí. Pero no hay ambigüedad, seguimos siendo

hombres, moriremos siendo hombres. La distancia que nos separa de otra

especie sigue intacta, no es histórica”. (27)

“Los SS piensan que, en la parte de la humanidad que han elegido, el amor 

debe pudrirse, porque no es más que un remedo del amor de los hombre de

verdad, porque no puede existir realmente. Pero ahí, en el suelo de este vagón,

la extraordinaria gilipollez de este mito se hace añicos. El viejo español se ha

vuelto transparente tal vez para nosotros, pero no para el chaval; para él aun

esta en el suelo el pequeño rostro amarillento y arrugado del padre, y en este

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rostro ha quedado impreso el del la madre, y a través de este ultimo, todo el

posible misterio de la filiación. Para el hijo el lenguaje y la transparencia del

padre siguen siendo tan insondables como cuando este era todavía plenamente

soberano”. (28)

Por otro lado, el tiempo y el espacio se viven de la manera más cruenta en un

campo de concentración, y de pronto éstos adquieren una nueva dimensión, a

veces dimensión de horror porque quizás ese puede ser el último minuto de

vida, veamos:

“No soy dueño ni de un metro de espacio, no me puedo bajar del vagón para

mirar, sólo soy dueño del espacio de mis pies…” (29)

“Nos desplazamos, sentimos la ilusión de vencer el espacio. Pero cuando

lleguemos volveremos a encontrar intacto ese espacio que nos separa de lo de

allá”. (30)

“Sacar las manos de los bolsillos, dar un paso, es hacer algo mientras

esperamos, es esperar. Todavía no es ni el frío ni la fatiga lo que nos anquilosa,ni el pasado, es el tiempo”. (31)

“…el tiempo no es exclusivamente aquello que acerca a la muerte, también lleva

consigo las obras de los hombres. La muerte es fatal, aceptada, pero cada uno

actúa a pesar de ella”. (32)

“Y también esta el tiempo: los SS piensan que a fuerza de no comer y de

trabajar acabaremos por morirnos; los SS piensan que podrán con nosotros

gracias al cansancio, es decir, gracias al tiempo, la muerte está en el tiempo”.

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“Es en realidad durante los momentos de tregua cuando el tiempo aparece

desnudo, tan imposible de franquear como el vacío. Pero, mirando la habitación,

el tiempo pasa; dando martillazos, el tiempo pasa; recibiendo golpes en la

cabeza, el tiempo pasa; yendo a los cagaderos, el tiempo pasa; acechando el

rostro que odiamos, el tiempo pasa”. (34)

“…nuestra angustia está intacta, el reposo la ha reconstruido. Para cada uno de

nosotros, el asunto se ha retrasado simplemente un día”. (35)

El espacio, aún ese espacio vital que todos defendemos a capa y espada, es

totalmente reducido a la nada en un campo de concentración, donde los

hombres deben, por ejemplo, dormir totalmente pegados unos a otros, donde noqueda espacio para una pierna más, para un cuerpo más. Ahí no se es dueño

de nada, ni aún del pan que se esconde debajo del lugar donde se duerme. No

se es dueño más que de lo que se lleva puesto, que está sucio y apesta.

Igual ocurre con el tiempo, del cual no se tiene control alguno. Los segundos

pasan, los minutos pasan, las horas, los días y las semanas, y el tiempo es

vivido de otra manera, es vivido como algo ajeno que no le pertenece, que lepertenece a ese Otro que decidirá que hacer con ese tiempo; y peor aún, que

decidirá en que momento de ese tiempo es el tiempo de su muerte, de su

desaparición, de su extinción.

Con esas particularidades de tiempo y espacio, lo valioso en otro tiempo se

convierte ahora en superfluo, y lo superfluo en otro tiempo ahora es valioso. Los

valores se invierten, adquieren otra dimensión, en donde aún las cosas más

pequeñas adquirían un valor inmenso, veamos:

“El SS se inclina ante la aparente independencia, la libre disposición de si mismo

del hombre que mea: debe de creer que para el preso mear es exclusivamente

una servidumbre cuyo cumplimiento debe hacer ser mejor, permitirle trabajar 

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más y de este modo hacerle mas dependiente de su tarea; el SS no sabe que al

mear uno se evade”. (36)

“Había conquistado una libertad, ya no tenía frío”. (37)

“No sabían que recogiendo los residuos al azar, encorvado, totalmente ignorado,

uno podía sentirse feliz, como cuando se estaba meando”. (38)

“…y a nosotros nos basta con que la hora habitual del despertar se retrase para

que este día sea de naturaleza diferente a los demás”. (39)

“He abierto la puerta del dormitorio, he recibido una bocanada de aire tibio: eraun palacio… aquí solo un hombre por cama”. (40)

“Por esa noche estábamos liberados; el bolsillo lleno, la mano sobre las patatas,

podíamos creer en un porvenir”. (41)

Trabajemos ahora un poquito el concepto de cuerpo, lugar donde se esculpe el

sujeto, se presentifica en él una sexualidad, se manifiesta una angustia, sesomete al lenguaje. Una de las tretas de los SS es el hambre, intento de

desaparición del sujeto a través de la inanición. Antelme es muy generoso en el

testimonio que brinda de la destrucción del cuerpo de los presos, y aún de la

destrucción del suyo propio, escuchemos su relato:

“El cráneo, el rostro, el pecho, eran una misma cosa, huesos recubiertos de piel,

piedra envuelta en piel”. (42)

“Esta noche tendremos que acostarnos así, mañana también, con esta bolsa en

mitad del cuerpo, que absorbe, que absorbe, incluso la mirada. Con los puños

cerrados no aprieto más que el vacío, siento los huesos de mi mano. Cierro las

mandíbulas, otra vez huesos nada mas, nada que triturar, nada blando, ni la más

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mínima partícula que colocar entre ellas. Mastico, mastico, pero uno no se

mastica si mismo. Soy el que mastica, pero lo que se mastica, lo que se come,

¿Dónde está? ¿Cómo comer? ¿Así que cuando no hay nada, no hay realmente

nada? Es posible que no haya realmente nada. Sí, eso es lo que quiere decir:

no hay nada”. (43)

“No puedo crear algo comestible. En esto consiste la impotencia. Estoy solo, no

puedo hacerme vivir a mí mismo. Sin hacer nada, el cuerpo despliega una

prodigiosa actividad con solo consumirse. Siento que algo se me escapa, no

puedo detenerme, mi carne desaparece, cambio de envoltorio, mi cuerpo huye”.

(44)

“Extenuado, tal vez dentro de un rato me derrumbaré, esta bien derrumbarse,

cuando se esta extenuado, no oiré nada, no veré llegar al capo, una ráfaga, se

acabó, sobre el talud”. (45)

“Desde la salida de Wernigerod voy a remolque. Mis rodillas están todo el

tiempo anquilosadas; voy encorvado hacia delante, con la cabeza gacha. A

veces la enderezo, respiro hondo, intento salir de mi abotargamiento, pero sonlas piernas las que se agotan. Trato de modificar este peligroso modo de andar,

de vigilarme. Endurezco las corvas, levanto alternativamente cada pie del suelo,

como si pedalease, pero mis piernas son de plomo y mi cabeza también es muy

pesada. Si cerrase los ojos, me desplomaría”. (46)

“…mis pies se arrastran cada vez por el suelo, ya no veo nada del campo a no

ser ese tejado. Se que una vez que llegue voy a caerme. El único esfuerzo que

puedo hacer es arrastrar mis pies. Ya no podría girarme, ni agacharme”. (47)

“No se como puedo seguir avanzando, cual es el limite de mis fuerzas. Soy dos

pies que se arrastran uno tras otro y una cabeza que cuelga. Podría caerme

aquí, incluso hubiese podido caerme antes del hangar…” (48)

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“Ya no tenemos ni fuerzas para esquivarnos. Andamos como sonámbulos. No

puedo más… Ahora podría caerme, subo y bajo la cabeza, jadeo como los

mulos, aspiro grandes bocanadas de aire pero pronto ya no puedo seguir.

Siento mi boca abierta, colgando, cerrárseme los ojos”. (49)

“Un agotamiento que paraliza insensiblemente. Nos damos cuenta de que

apenas podemos levantarnos y mantenernos sobre las piernas”. (50)

“Ahora ya no queda nada. Tendríamos que dormir, pero con este vacío en el

interior no es posible. El hambre esta de guardia como una llama que velase

dentro del cuerpo noche y día. Espía el silencio, acecha el mínimo signo

posible. Tal vez llegue algo para masticar”. (51)

“Camino lentamente, soy de los últimos. Al llegar al pie de la cuesta, doy un

paso, otro mas y me caigo. Me agarro a las hierbas, avanzo de rodillas, miro

hacia arriba, todavía estoy lejos. Otro paso a gatas”. (52)

“Acaba de ocurrirme una catástrofe. Mi escudilla esta vacía, y yo también estoy

vacío. Me quedo ahí, con la manta sobre la nariz, embrutecido”. (53)

Siguiendo con el análisis, vamos a ver que en el filo de ese horror vivido por 

Antelme, el aparato psíquico se preserva a través del aislamiento y la

suspensión de la subjetividad. Esta suspensión de la subjetividad estaría

pensada no por el modelo de la forclusion, sino con el de la neurosis traumática,

tal como la planteara Freud en "Más allá del principio del placer". El accidente

del trauma desborda los límites del fantasma, es decir, los límites de la

significación fálica.

En el accidente traumático no hay angustia sino una conmoción integral de todas

las facultades. Cuando este sea revivido será bajo la forma de un recuerdo

monocromático, sin reminiscencias, un sueño sin metáfora ni realización de

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deseos: un sueño sin sueño. Es así como la verdad material de lo ocurrido

entonces no concierne a lo que se inscribe sino a lo que no cesa de no

inscribirse.

Me parece que la forma cómo Antelme logra enfrentarse y sostenerse en ese

sismo psíquico, físico y emocional dentro del campo de concentración es

intentando permanentemente recordar y sostener su ser como hombre, su

creencia constante en la especie humana, y de alguna manera es como si él se

rehusara a que le robaran su posibilidad de desear, su creencia en la especie

humana para mí es sinónimo de su creencia en la capacidad y derecho del

hombre a ser un sujeto deseante. Quizás Antelme presentía que si le robaban

su derecho al deseo, ahí sí, ya estaría muerto.

El libro de Antelme, como muchos otros que han sido escritos como relato de lo

ocurrido en los campos de concentración nazis, está lleno de escenas en donde

se ve desplegado el goce, ese goce -como dice Nasio- que es la experiencia de

sentir una tensión intolerable, mezcla de ebriedad y de extrañeza. En este caso

escenas protagonizadas por esos individuos, que colocados en el lugar del amo,

legislan y sentencian dejando al otro en el lugar de la impotencia. Veamosalgunos ejemplos:

"Unos gritos dominaban el ruido del compresor. Era un meister que vociferaba,

un gigante con un sombrero marrón. No ocurría lejos de nosotros. Un francés

recibía una paliza. Tenía sangre en el rostro, y ahora el meister se encarnizaba

con él a base de patadas en la espalda. Después lo ha dejado, saciado… Ese

acto que le proporcionaba placer, lo sacaba también de su condición de

capatacillo". (54)

"El viejo se quita la chaqueta y la camisa, aparece su esqueleto. Tiene un gran

ántrax. Se sienta en un taburete. El español coge su bisturí, aprieta

violentamente sobre el ántrax, el viejo grita. -¿Por que gritas? Dice el español

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riéndose. No saben sufrir. El stubendienst italiano sonríe al medicucho,

mientras que éste oprime violentamente el ántrax con unas pinzas" (55)

"Lo han llevado a la sala de desinfección al lado de la cocina y han empezado a

sacudirle. Luego le han mandado desnudarse. Durante un cuarto de hora Fritz

ha lanzado un chorro de agua helada sobre el corazón de Félix….De vez en

cuando apartaba el chorro y el polizei la emprendía a patadas en las tibias.

Luego Fritz volvía a empezar con el chorro...Entonces el polizei relevaba a Fritz

propinando puñetazos en el rostro y en las costillas". (56)

"Tranquilos, se han alejado un poco. Y han disparado sobre ellos; sobre los

tipos con bronconeumonía, sobre los tuberculosos, sobre los tipos con edemas,sobre los tipos sin voz, sobre los tipos con tibias por piernas, sobre todos los que

creían que iban a torcer a la izquierda, hacia la carretera". (57)

Pensando en una posible dirección de cura para este escritor, podríamos decir,

con Jacques Hassoun en su libro "Los Contrabandistas de la Memoria" que

Robert Antelme intentó construirse nuevamente como sujeto, después de la

barbarie vivida, a través de la escritura de su libro. Hassoun dice: “El sujeto noes simplemente otro término para decir "humano" o "individuo". El sujeto -al

menos para los psicoanalistas- está representado en sus fantasmas

inconscientes por los elementos culturales vehiculizados por la lengua. Cada

cual, en lo más íntimo de si mismo, organiza la lengua común -aquella que

permite que podamos entendernos- alrededor de algunos de estos elementos

del lenguaje y la cultura marcados por una historia singular. Estos elementos

son propios de cada uno de nosotros y trabajan en la lengua común, al punto de

otorgarle su estilo" (58)

Y continua cuando expresa: “…si la transmisión es un acto fundante del sujeto,

incluso el acto por excelencia que nos sitúa en el movimiento de continuidad y

discontinuidad que funda la genealogía, entonces podemos afirmar que aquello

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que se transmite es del orden de una creación, en el mismo sentido que la

escritura de un texto para aquel que se constituye en su depositario". (59)

Y en ese intento por reconstruirse como sujeto, Antelme también trato de volver 

a ser "nombrado por su nombre", de volver a tener un lugar. Hassoun

nuevamente lo expone de la siguiente manera: "Pero transmitir también es un

acto simbólico como cuando yo transmito mi nombre a mi descendencia, es

decir, cuando inscribo a aquellos que vendrán después de mi en una sucesión

significante. Aunque yo no le dé importancia, aunque ellos no le den

importancia, este nombre le es propio y en la dispersión genealógica que implica

la descendencia, podrán -aunque solo fuera por pocos instantes- reconocerse

como perteneciendo a un conjunto del que yo mismo soy el heredero, elrepresentante y el pasador…" (60)

Como psicoanalistas, creemos en la cura a través de la palabra. El escribir es

otra forma de discurrir, y Antelme lo hace en forma casi inmediata a su liberación

del campo de concentración, cuando todo el horror vivido estaba fresco en su

todo se ser, cuando regresaba de los límites borrosos entre lo real y lo irreal,

entre la vida y la muerte. Válido intento para estructurarse en otro lugar,recolocarse ante la vida; y volver a ejercer en todo su esplendor el derecho a

desear, que a la postre fue lo único que no le pudieron robar en los campos de

concentración.

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CONCLUSIONES

El testimonio de Antelme transcurre en dos planos paralelos: el plano de la

miseria, la nieve, del viento que cala a través de los uniformes a rayas, de la

mandíbula que se paraliza, del hambre, de los piojos; y el plano moral, de la

insistencia por erradicar lo humano del hombre.

Es el testimonio del horror peor que la muerte. Tal situación exigía un

conocimiento atento de la totalidad de la propia existencia, una atención que

nunca podía caer en las reacciones automáticas cotidianas. En los campos deconcentración era imposible realizar mínimamente esta singularidad, no obstante

Antelme nos muestra cómo seguir manteniendo la idea de singularidad.

Mantenerse a flote tras luchar contra la desesperación de sí mismo. Sin duda el

honor personal y el respeto por sí mismo son de las posesiones más preciosas,

las que nos permiten reconocer dentro de nosotros mismos el contraste entre

libertad y servidumbre.

Quisiera ahora, para cerrar, transcribir las palabras de Lacan cuando dice: “Es

necesario decir simplemente que no hay ninguna necesidad de esta ideología

para que se constituya el nazismo, basta con un plus de gozar que se reconozca

como tal, y si alguien se interesa en lo que puede ocurrir, hará bien en decirse

que todas las formas de nazismo en tanto que plus de gozar basta para

soportarlo, esto es lo que está para nosotros a la orden del día. Esto es lo que

nos amenazara en los próximos años…" (Proposición del 9 de octubre 1967)

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CITAS BIBLIOGRÁFICAS

(1) Antelme, Robert. "La especie humana". Madrid: Arena Libros, S.L. 2001.

Pág. 214-215

(2) Ídem, Pág. 236

(3) Ídem, Pág. 237

(4) Ídem, Pág. 238

(5) Ídem, Pág. 238

(6) Ídem, Pág. 239

(7) Ídem, Pág. 68

(8) Ídem, Pág. 112(9) Ídem, Pág. 166

(10) Ídem, Pág. 170

(11) Ídem, Pág. 201

(12) Ídem, Pág. 208

(13) Hassoun, Jacques. “Los contrabandistas de la Memoria”. Argentina.

Ediciones de la Flor S.R.L. 1994. Pág. 122

(14) Antelme, Robert. “La especie Humana”. Madrid: Arena Libros, S.L. 2001Pág. 25

(15) Ídem, Pág. 38

(16) Ídem, Pág. 50

(17) Ídem, Pág. 56

(18) Ídem, Pág. 56

(19) Ídem, Pág. 77

(20) Ídem, Pág. 78

(21) Ídem, Pág. 90

(22) Ídem, Pág. 91

(23) Ídem, Pág. 92

(24) Ídem, Pág. 99

(25) Ídem, Pág. 107

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(26) Ídem, Pág. 134

(27) Ídem, Pág. 225

(28) Ídem, Pág. 269

(29) Ídem, Pág. 27

(30) Ídem, Pág. 28

(31) Ídem, Pág. 43

(32) Ídem, Pág. 43

(33) Ídem, Pág. 44

(34) Ídem, Pág. 76

(35) Ídem, Pág. 241

(36) Ídem, Pág. 38

(37) Ídem, Pág. 52(38) Ídem, Pág. 72

(39) Ídem, Pág. 75

(40) Ídem, Pág. 128

(41) Ídem, Pág. 135

(42) Ídem, Pág. 126

(43) Ídem, Pág. 141

(44) Ídem, Pág. 141(45) Ídem, Pág. 229

(46) Ídem, Pág. 243

(47) Ídem, Pág. 243

(48) Ídem, Pág. 244

(49) Ídem, Pág. 262

(50) Ídem, Pág. 269

(51) Ídem, Pág. 276

(52) Ídem, Pág. 281

(53) Ídem, Pág. 285

(54) Ídem, Pág. 144

(55) Ídem, Pág. 171

(56) Ídem, Pág. 190

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(57) Ídem, Pág. 215

(58) Hassoun, Jacques. “Los contrabandistas de la memoria”. Argentina:

Ediciones de la Flor S.R.L. 1994. Pág. 122

(59) Ídem, Pág. 178

(60) Ídem, Pág. 141

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BIBLIOGRAFÍA

Antelme, Robert. "La especie humana". Madrid: Arena Libros, S.L. 2.001

Hassoun, Jacques. "Los contrabandistas de la memoria". Argentina: Ediciones

de la Flor S.R.L. 1.994.

J. Lacan. Proposición del 9 de octubre. 1967. Scilicet 1, Ed Seuil, Paris, 1969

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