Rivadavia y El Imperialismo Financiero

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    Rivadavia y el imperialismo financieroJos Mara Rosa

    Edicin de abril de 1969

    A fines del siglo XVIII la revolucin industrial haca de Inglaterra una nacin en plenaexpansin, necesitada de mercados consumidores.Su doctrina, el liberalismo se encargara de ello con ms eficacia que la accin armada. Paraesto nada mejor que condicionar la mentalidad de hombres como Rivadavia, fcil presa de lasilusiones del progresoy de los buenos negocios para concretar los designios del Imperio.En Rivadavia y el imperialismo financiero hallar el estudioso la lucha srdida de la bancainglesa en el perodo 1821-1824, los monopolios con capitales britnicos, los emprstitos, latierra hipotecada, y por sobre todo, encontrar explicada la verdad que encerraba la enfiteusis,obra del gobierno rivadaviano que tanta fortuna hiciera entre los maestros de escuela.

    Rivadavia y el Imperialismo financiero - Jos Mara RosaEDICION GRATUITA Mayo 2001

    Comentarios y sugerencias a Eduardo [email protected] de la edicin digitalizada

    En estos tiemposEn estos obscuros tiempos para la Patria, cuando la falta de trabajo nos deja como trastosintiles en nuestras casas, lo mejor que podemos hacer es alejarnos un poco del triste y absurdopaisaje cotidiano para elevarnos y ver a nuestra Patria como una totalidad, abarcando en la

    mirada tanto el presente como el pasado y con estos elementos delinear y prever el futuro.Ciertamente que hemos cometido errores y que las mismas fuerzas que hoy nos agobian y losmismos factores de salvacin y lucha que debemos encontrar; fueron, con otros nombres y otrasformas, las que ya antes supieron encontrar nuestros ancestros.Por eso, en octubre del 2001 me decid a digitalizar el libro de mi padre: Defensa y Prdida deNuestra Independencia Econmica y hoy lo hago con este libro. Pienso que la nica formareencontrar el futuro deseado es analizar sin pre-juicios el presente y aprovechar la experiencia,a veces dolorosa, del pasado.

    Como todo libro recin editado pudiera contener defectos de escaneo (comas convertidas enpuntos, eles trocadas en es etc.). Por eso, de notar este tipo de errores agradecera que me lohicieran saber.

    Eduardo Rosa mayo del 2002

    Edicin gratuitaESTA VERSIN DIGITALIZADA DE"RIVADAVIA Y EL

    IMPERIALISMO FINANCIERO" ES GRATUITA con las siguientesrestricciones:

    1. Puede copiarse sobre soporte magntico (CD o Disquete) o imprimirse, respetando eltexto original sin agregados ni quitas ni cambios.2. Si alguna entidad decide hacer una tirada de este libro no podr agregarle propaganda

    ni poltica, ni comercial ni sindical ni religiosa; permitindose solo citar el origen de laedicin en la cubierta del CD o la etiqueta del disquete siempre que esta leyenda no

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    supere el 25% de la superficie de la etiqueta. y citando en letras destacadas la leyendaEDICIN GRATUTA.3. De hacerse ediciones de ms de 20 copias quien lo haga queda comprometidomoralmente a hacerme llegar el 10% de los ejemplares para ser distribuidos en escuelasy bibliotecas.

    Eduardo Rosa [email protected]

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    INDICETAPA

    Nota de la edicin digitalizada

    Prlogo Rivadavia y la voluntad de coloniaje

    Captulo 1EL IMPERIO Y LA COLONIA

    La revolucin industrial inglesaNecesidad de mercados de consumoInglaterra y Amrica LatinaCastlereaghApertura del puerto de Buenos AiresRevolucin de Mayo ( 1810 )La poltica de Castlereagh

    El regreso de CanningLos informantes del ForeignWoodbine ParishLa guerra argentino-brasileaLord PonsonbyEl precio de una victoriaLa jactancia republicana

    Captulo 2EL BANCO INGLES

    Buenos Aires entre 1821 y 1824Monopolio bancario en manos extranjerasEl Banco de Buenos AiresEl objeto verdadero del Banco

    Beneficios a los accionistasLa bancarrota

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    Cierra el Banco de Buenos AiresEl Banco NacionalQuien manejaba el Banco?Fuga del oro

    Dnde fue el dinero del Banco?DividendosCorrupcin e imperialismoEntre 1827 y 1829

    Captulo 3EL EMPRESTITO

    La poltica de los emprstitoshispanoamericanosLos emprstitos como instrumentos dedominacinEl emprstito argentino de 1824 ; la ley de1822John Parish RobertsonEl Bono General

    El saqueo del emprstitoLa moratoriaCotizacin de los ttulos

    Captulo 4LA TIERRA HIPOTECADA

    La enfiteusis de Rivadavia

    El origen de la enfiteusis : los "FondosPblicos"La tierra como garanta de deudaSe extienden las fronterasLas concesiones de enfiteusis en las nuevasfronterasLa Sociedad Rural ArgentinaDesalojo de los intrusos

    La ley de enfiteusis de 1826La hipoteca de la tierra

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    Captulo 5COLONIZACION

    Implantar las costumbres de los ingleses"Persecucin al criolloLas empresas de colonizacinLa "Rio Plata Agricultural Association"Los colonos escocesesEl fracaso de la "AgriculturalLas otras empresas colonizadorasLos gringos acriollados

    Captulo 6LA "RIO PLATA MINING ASSOCIATION"

    El viaje a Londres (1824)La Rio Plata Mining Association"El boom londinense de 1824-25Las minas de Famatina

    Los mineros en la ArgentinaEl "Enviado Extraordinario y MinistroPlenipotenciario"El camino a la Presidencia de la RepblicaLa Mining y el sistema unitario de gobiernoE1 "crack" londinense de 1825-26La Circular", el "Mensaje", la "Respuesta"y la "Impugnacin a la Respuesta

    Fue dolosa la conducta de Rivadavia en elasunto de la Mining?

    Captulo 7REFLEXIONES SOBRE EL IMPERIALISMO

    Voluntad de coloniajeEl liberalismo

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    La metrpoli : imperialismo mercantil yfinanciero.El imperialismo como seguro socialEl Estado-satlite

    La colonia : la Mentalidad colonialLa patria delos colonialesLa historia de los colonialesLa oligarqua.El pueblo y el caudilloLa religin y el nacionalismoEl odio

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    RIVADAVIA Y LA VOLUNTAD DE COLONIAJE

    Este libro debi ser parte de una serie sobre el colonialismo en la Argentina, Moreno yel advenimiento del imperialismo mercantil hubiera sido el primero, con la obra de lordCastlereagh, canciller de Inglaterra en 1809, la libertad de comercio de 1809, lainfluencia inglesa en la Revolucin a travs de los comerciantes del puerto de Buenos

    Aires y su representante, Lord Strangford, embajador ingls en Ro de Janeiro; lasreacciones populares, la revolucin de los orilleros en abril de 1811, la presencia de

    Artigas y despertar de las masas en Sud Amrica. Rivadavia y el imperialismofinanciero, analiza la poltica de Canning, sucesor de Castlereagh, el advenimiento delcapital forneo o control del capital nativo por empresas inglesas. Luego hubieseseguido Rosas y la defensa contra el imperialismo con la irrupcin de las masas en1829, la Confederacin Argentina de 1831, Ley proteccionista de aduana de 1835,apoderamiento del Banco en 1836, desgravacin de la tierra pblica en 1837 y 1838; ysus necesarias consecuencias: las intervenciones armadas extranjeras con sus

    auxiliares nativos vencidos por Rosas con su poltica de consolidar el frente interno conun fuerte poder policial y un levantamiento del espritu patritico, y enfrentar lascontradicciones de los invasores poniendo contra los gobiernos ingls y francs a lostenedores de bonos del emprstito, los productores no perjudicados, la ley de aduana ycomerciantes ingleses agobiados por el bloqueo. El imperialismo brasileo con elestudio econmico de los antecedentes y consecuencias de Caseros, la hegemona del

    Banco Mau, la poltica brasilea de mantener dividida la Confederacin de BuenosAires, y desde 1865 la guerra del Paraguay donde se hundi la dominacin de Brasiljuntamente con los vencidos paraguayos, hubiese sido el cuarto libro. Consolidacin dela oligarqua con la generacin del 80, el Banco de Londres, las luchas de mitristas yalsinistas, la crisis financiera, la ruina del Banco Baring, poca donde prepondera el

    capital britnico, estaba destinado a ser el quinto. La cada de la oligarqua se iniciaracon el despertar nacionalista de principios de siglo, los problemas sociales, eladvenimiento del radicalismo, la primera guerra mundial, la revolucin de septiembre(1930) y la dcada infame. Y culminara la serie con Liberacin de la Argentinadonde se hubiera analizado el crecimiento de la conciencia nacionalista, la segundaguerra mundial, el fin del dominio britnico, su reemplazo por el norteamericano yotras formas de dominacin; la revolucin nacional de 1945, la dcada de Pern, larevolucin "libertadora", el gobierno de Frondizi y las actuales posibilidades de unaliberacin Argentina. (Nota de la versin electrnica: esto lo escribi mi padre en 1969Podremos recuperar ese optimismo? Mayo del 2002).

    Pero mis propsitos debieron postergarse. En vez de la serie bosquejada, deb

    escribir una Historia Argentina en varios tomos, donde se contempla en forma sintticatodo nuestro pasado. Me limito por lo tanto, a publicar la parte concluida: Rivadavia yel imperialismo financiero y las Reflexiones sobre el imperialismo que ensayan unaexplicacin del hecho de la intromisin imperial. No les doy otro carcter que el deensayos a la espera de la obra definitiva sobre nuestra historia social y econmica, queescribir, Dios mediante, alguna vez.

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    IEL IMPERIO Y LA COLONIA

    La revolucin industrial inglesa.

    A fines del siglo XVIII ocurre un cambio tan importante en el modo de hilar ytejer en Inglaterra que llevar a una revolucin econmica, social y poltica en el mundoentero. La produce la aplicacin de la mquina -a fuerza humana primero y a vapor enseguida - en la elaboracin de mercaderas. Es la "revolucin industrial" inglesa, de mstrascendencia histrica que la contempornea revolucin francesa.

    En Inglaterra nace realmente la poca contempornea, con la concentracin decapitales, levantamiento de fbricas, produccin a bajo costo, sustitucin del artesanopor el obrero, surgimiento de ciudades industriales, despoblacin de la campaa,intensificacin de las luchas de clases y reemplazo del colonialismo directo por unaforma indirecta de dominacin. Ha llegado el tiempo de la hegemona inglesa en elmundo, apoyada, ms que en la fuerza de sus armas y el poder de su dinero, en ladoctrina del liberalismo que pone los dbiles a merced de los fuertes.

    Necesidad de mercados de consumo.Inglaterra, que haba sido ganadera primero y comerciante luego, se convierte en

    el emporio industrial de hilados y tejidos, primero, de las dems mercaderas elaboradasa mquina, despus. Fabrica mucho y a poco costo, y lo necesita colocar en el exteriorpues colma en poco tiempo su mercado interno. Lo consigue gracias al liberalismo

    doctrinario que abre las puertas del continente a sus producciones baratas.Europa -Europa continental- no tarda en reaccionar contra la avalancha dehilados y tejidos ingleses que obliga al cierre de sus talleres a mano. Napolen ser elcampen del continente contra el avasallamiento britnico: la explicacin del imperiofrancs, el establecimiento de los Bonaparte en los tronos europeos y su poltica deunin continental, no es tanto un afn de conquistas ni la necesidad de una defensamilitar, sino el propsito de confederar a Europa en una necesaria defensa contra elformidable enemigo isleo. En 1804 empieza Napolen el "bloqueo continental" quecierra los puertos europeos a la entrada de mercaderas britnicas. El bloqueo con suslgicas consecuencias - cierre de fbricas, despidos de obreros, hambre- obligavitalmente a Inglaterra a encontrar mercados de consumo fuera del continente. Como ha

    perdido la Amrica sajona, pues los Estados Unidos independientes desde 1783 seencierran en una barrera protectora de su industria todava artesanal, se le hace cuestinde vida o muerte la conquista de Amrica latina. La victoria naval de Trafalgar en 1805la hace duea de los mares, y har posible esta expansin.

    Inglaterra y Amrica latina.Desde 1804, Home Popham aconsejaba al gabinete britnico "ganar con

    expediciones militares algunos puntos prominentes de Sud Amrica para... abrir nuevasfuentes a nuestras manufacturas y navegacin" (1).En 1806 inicia su propsito,apoderndose de Buenos Aires, pero la invasin acaba en un rotundo fracaso. En 1807se renueva la tentativa con la expedicin de Whitelocke.

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    Castlereagh.Desde el principio de ese ao (1807) Roberto Enrique Stewart, vizconde de

    Castlereagh, ocupa el ministerio de guerra britnico. Se ha opuesto, aunque intilmente,a la expedicin de Whitelocke. El 1 de mayo informa a sus colegas en un Memorial que"no tiene esperanzas de conquistar este inmenso territorio (Sud Amrica) oponindose

    por las armas a su poblacin"; si el fin era "abrir a nuestros productos sus mercados" erams conveniente "aproximarse como mercaderes y no como enemigos", fomentar en sushabitantes las divergencias con Napolen "para obtener ventajas comerciales" y si lascosas llegaban a madurar en una independencia de Amrica espaola, Inglaterra"debera favorecerla solamente como auxiliar y protectora de los nativos para evitarrecelos" (2).H. S. Ferns llama a esteMemorial de Castlereagh -que previ el fracasomilitar de Whitelocke, la futura independencia hispanoamericana y la ingerenciaimperialista consecuente" la base de una centuria y media de poltica britnica en SudAmrica" (3).

    Apertura del puerto de Buenos Aires (1809).Era colega de Castlereagh en la cartera de Relaciones Exteriores Jorge Canning,

    por entonces unido en amistad y propsitos polticos al vizconde (4).Ambos apoyan lafuga de la familia real portuguesa de Lisboa y su transporte a Ro de Janeiro en 1807, ysaben hacerse pagar el servicio con la apertura de los puertos brasileos (14 de octubrede 1807) a la libre introduccin de mercaderas manufacturadas. Se consolida lapenetracin mercantil en Amrica latina.

    En 1808 ocurre un cambio fundamental en la poltica espaola. La resistencia aJos Bonaparte, el levantamiento del 2 de mayo y la subsecuente guerra de laindependencia espaola, convierten a Espaa. de aliada en enemiga de Napolen; pococostar a Canning transformarla tambin de enemiga en aliada de Inglaterra. La Junta

    Central de Sevilla que dirige la insurreccin espaola necesita el apoyo naval y militaringls y enva a Londres a Juan Ruiz de Apodaca. Canning acepta al aliado, peroencuentra la manera de hacerse pagar la escuadra inglesa que protege a Cdiz y losejrcitos de Wellesley que operan desde Lisboa: el 14 de Enero de 1809, por el tratadoApodaca-Canning se concierta la alianza militar anglo espaola donde, en retribucin dela ayuda blica en la pennsula, la Junta de Sevilla "dar facilidad al comercio ingls enAmrica".

    A cambio de la independencia poltica de la metrpoli la Junta entregaba laindependencia econmica de Amrica.Para cumplir el tratado de Apodaca-Canning la Junta enva a Buenos Aires a un nuevovirrey, Baltasar Hidalgo de Cisneros. Pese a las protestas del sndico del Consulado y

    del representante de los importadores se abre con alguna cautela - el puerto de BuenosAires a la entrada de productos ingleses (5).

    Revolucin de Mayo (1810).La cada de la Junta de Sevilla arrastra la de su representante en Buenos Aires, el

    virrey Cisneros. Si bien la ya fuerte poblacin inglesa del puerto (haba en 1810, 124comerciantes y factores ingleses con un capital estimado entre 750.000 y 1.000.000 delibras) (6), no intervino en los sucesos de mayo, recibi alborozada el nuevo ordenpoltico, que sabr derivar en mejores ventajas econmicas. El abogado de los interesesbritnicos -que haba defendido el libre comercio en 1809- Mariano Moreno, essecretario de la Junta de Gobierno y una de sus primeras medidas ha sido ampliar lasfacilidades a la introduccin de los productos ingleses (7).Los representantes delcomercio ingls saludan y se ofrecen a las nuevas autoridades (8)mientras el capitn

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    Fabin del navo de guerra de S. M. Mutine reconoce la revolucin, con alborozadassalvas de sus caones (9).

    Una doble poltica seguir el gobierno ingls ante el hecho de la Revolucin.Con mano visible ayuda a sus aliados espaoles a recuperar el dominio, mientras conotra invisible apoya a los insurrectos. Ejecuta aqulla el almirante Sydney Smith, jefe de

    la estacin naval en Ro de Janeiro y cumple -secretamente- esta su homnimo LordSydney Smythe vizconde de Strangford, embajador en la misma corte.En 18I5, no obstante la reposicin de Fernando VII en el trono de Madrid, la

    poltica inglesa sigue con su doble juego. Por un lado lord Castlereagh, que ocupa desde1812 la Cancillera inglesa, vende armas a los rebeldes y facilita la llegada a sus filas demilitares capacitados e instruidos; por el otro se compromete con Fernando VII en eltratado del 5 de Julio de 1814 a ayudarlo a reprimir la insurreccin (10).De ambos sacaprovecho : obtiene de las nuevas repblicas la ampliacin del libre comercio, y logra delrey la promesa de hacer lo mismo si llegaba a recuperar Amrica.

    No fueron pocos los esfuerzos ingleses para mantener esa poltica a dos puntas.Requera cautela para contener los mpetus anglfilos de la clase dirigente criolla

    siempre adelantada a los propsitos britnicos. En febrero de 1815 llega a Ro deJaneiro el Secretario del Consejo de Estado argentino, don Manuel Jos Garca, concuriosos pliegos dirigidos a Strangford y a Castlereagh, firmados por el DirectorSupremo Carlos Mara de Alvear ofreciendo el coloniaje directo de las ProvinciasUnidas (11).Strangford rechaza sonriente la indiscrecin : devuelve el pliego dirigido asu nombre y se niega a dar curso al de Castlereagh (12).No fue el nico caso, y muchodebi costar a Inglaterra convencer a los nativos que no necesitaba ofrecimientos denadie para trazar su poltica exterior y no deba sacarla de los lmites prudentes. Losnativos no aprenderan nunca : en 1843 Florencio Varela segua ofreciendo a LordAberdeen, entonces Canciller, la "intervencin permanente" de Gran Bretaa en el Rode la Plata y la formacin de un nuevo Estado que integraran Entre Ros y Corrientesbajo el protectorado ingls, a cambio de una ayuda militar decisiva que quitara a Rosasdel gobierno. Aberdeen, que preparaba con Francia y Brasil la intervencin contra laArgentina (de la cual sera eliminado Brasil al ao siguiente) lo amonestar por hacerleperder tiempo con su escaso sentido de las proporciones y su ninguna comprensin de lapoltica inglesa. El desolado Varela, que en su ingenuo coloniaje se senta ms inglsque Aberdeen escribira en su diario de viaje : "La Inglaterra no conoce ni sus propiosintereses" (13).

    La poltica de Castlereagh.Al inclinarse hacia 1820 la guerra de la independencia hispanoamericana a favor

    de los insurrectos, Castlereagh pens seriamente en reconocer el nuevo orden. Deberaapresurarse antes de hacerlo Estados Unidos y Francia y sacar de Amrica espaola losmejores frutos econmicos y polticos. Y antes de madurar dos peligros en el nuevomundo (que en lo futuro podran llegar a uno solo) : la unidad hispanoamericanasostenida por Bolvar y San Martn que acabara con la disgregacin localista trabajadadesde Londres, y la explosin plebeya y nacionalista de las montoneras en el plata queamenazaba barrer del gobierno la complaciente clase "bien pensante" de firmementalidad liberal.

    No poda arriesgarse Castlereagh a un acto unilateral que comprometiese alReino Unido. Quiso asociarse con Francia -la Francia legitimista, cartista y cristiana deLuis XVIII, representada en Londres por el romntico Chateaubriand- que trabajaba

    desde 1817 el establecimiento de monarquas de la Casa Borbn, comn a Francia yEspaa, en los nuevos estados americanos (14).Podan unirse los propsitos dinsticos

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    y de extensin cultural de Francia con los intereses mercantiles ingleses. Castlereagh yChateaubriand preparan el Congreso de la Santa Alianza a reunirse en Verona en 1823donde impondran a Fernando VII, prisionero de los liberales de Riego desde enero de1820, su libertad a cambio de la independencia hispanoamericana en forma de pequeasmonarquas de prncipes Borbones garantizados por el ejrcito francs y el dinero ingls

    contra resistencias nativas (15).Ya resuelta la reunin en Verona, el gabinete de Luis XVIII prepara el ejrcitofrancs para garantizar las monarquas franco espaolas, mientras Castlereagh notificaal gobierno de Madrid que la ltima hora del dominio espaol en Amrica ha sonado.Todo est dispuesto cuando un acontecimiento imprevisible torcer el rumbo deVerona: Castlereagh, en un agudo ataque de spleen britnico; se suicida el 12 de agostode 1822 en su castillo de North Cary Place.

    El regreso de Canning.La direccin de la poltica britnica en Verona pasa a Wellington. El vencedor

    de Napolen era un hroe y los hroes no entienden de sutilezas diplomticas.Wellington, tory a la antigua usanza; no capta los intereses comerciales como base deuna poltica, ni simpatiza con la independencia del Nuevo Mundo que perturba sus fijasnociones polticas y geogrficas. Por eso en Verona se resuelve que el ejrcito francs,en vez de ir a Amrica a consolidar monarquas liberales, entrase en Espaa a restaurarel absolutismo de Fernando VII. Chateaubriand tom esta variante como un triunfo deFrancia y suyo.

    No quedar mucho tiempo el "Duque de Hierra" en el Foreign Office. El buensentido britnico lo reemplazar a mediados de 1823 por Jorge Canning, que vuelve elministerio perdido en 1809. Canning era un tory, como Wellington y Castlereagh, peroun tory liberal, especie todava poco arraigada. Aspiraba a un control poltico del NuevoMundo que entenda indispensable para un dominio econmico efectivo y por eso nadaquera de monarquas Borbn ni ejrcitos franceses; mejor seran repblicasaristocrticas de nativos sostenidas contra rebeliones plebeyas por mercenarios pagadospor el dinero ingls (16).Que esas repblicas fueran turbulentas e inestables no leimportaba mucho a quien saba pescar admirablemente en los ros revueltos. "Era elsuyo un talento desprovisto de moralidad" se le dijo alguna vez en el Parlamento. Peroera sin duda el hombre para llevar adelante la hegemona inglesa en el mundo, noobstante la enemistad no ocultada de Jorge IV -tory de cuo antiguo- que Canningatinar a sortear con habilidad e impavidez. Mientras entretiene al romnticoChateaubriand (que an no haba descubierto "la prfida Albon") en su guerra de losCien Mil Hijos de San Luis "salvadora" del cristianismo, prepara la consolidacin de

    Gran Bretaa en Amrica espaola. Lo ayuda Joseph Planta, antiguo subsecretario deCastlereagh y ahora tcnico o jefe del negociado de Hispanoamrica en el Foreign.Con Planta desenvuelve la poltica de emprstitos (ya iniciada bajo Castlereagh) paraatar con firmeza a las nuevas repblicas -an no reconocidas al dominio de Londres ;manda cnsules generales con abundantes partidas de gastos reservados a fin de manejardiscretamente las cosas mientras vence la resistencia de Jorge IV y Wellington alreconocimiento de la independencia. Obra con tanta eficacia que al "llamar al NuevoMundo a la existencia", segn su comadrona frase, puede escribir a Lord Granville,embajador en Pars : "Los hechos estn ejecutados, la cua est puesta. Hispanoamricaes libre y si sabemos dirigir bien el negocio es Inglesa (she is english") (16 bis).Repiteal mismo corresponsal el 11 de octubre de 1825 en ocasin de recibir Jorge IV al

    ministro plenipotenciario de Colombia : "Es delicioso hacer de estos pueblos Estados;pero no debemos dejar librado a su fantasa a tan amables compaeros, pues sin una

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    vigilante direccin tomaran para mal lado". Y alborozadamente expresa su jactanciosaconviccin el 21 de noviembre al mismo Granville despus de haber sido recibido por elrey el ministro colombiano : "El nuevo mundo est establecido, y si nosotros no loechamos afuera es nuestro! (if we do not throw away, ours!) (17).

    Los informantes del Foreign.En la primera dcada revolucionaria estn en Sudamrica, los hermanos John yWilliam Parish Robertson, comerciantes que en sus andanzas por la Argentina,Paraguay, Chile, Bolivia y Per, tienen el privilegio de presenciar por raras casualidadeslos cosas ms importantes de la revolucin americana. Cuando San Martn se dispone alcombate de San Lorenzo tropieza con John que lleva a Asuncin unas petacas deencargos y el guerrero en la euforia del triunfo se explaya con el joven extranjerodesinteresado de la poltica ; Artigas en 1815 encuentra en su campamento de laPurificacin a otro de los Robertson que navegaba el ro; Alvear, Director Supremo en1815 les hace confidencias y encomienda misiones. Y as ocurre siempre : en el ao 20,por asuntos privados, los Robertson entran en contacto con los federales al mismotiempo que con los directoriales ; en las horas angustiosas de Guayaquil, San Martntropieza con un Robertson llevado al Ecuador por negocios mineros. Como amboscomerciantes eran sociables y de fcil conversacin, y sobre todo ajenos a los asuntospolticos, supieron llegar a la intimidad de los hombres ms representativos del Plata yganaron fcilmente su confianza. Solamente uno -Gaspar Rodrguez de Francia, eldictador paraguayo- les tomar desconfianza y expulsar de Asuncin ; los Robertson sevengaron en un libro Francia's reign of terror.

    Ya viejos se retiraron a Inglaterra a escribir sus andanzas juveniles demercaderes trashumantes. No dicen en sus libros que en realidad eran agentes delServicio de informaciones britnico, pero la publicacin de los documentos del FoerignOffice lo acaba de revelar. Su gua y enlace era su pariente John Parish, radicado en laciudad de Bath, a quien escriban cariosas e informativas cartas que el Parish de Bathse apresuraba a mandar a otro pariente, Joseph Planta, Subsecretario del Foreign conCastlereagh y jefe del negociado para Hispanoamrica con Canning (18).Las familiaresmisivas donde los Robertson contaban todas las cosas de nuestra tierra : los propsitosmilitares de San Martn, el apego de Rivadavia a los intereses britnicos, ladesconfianza de Artigas o Francia hacia los extranjeros, el estado de la economa y lasituacin militar, estn correctamente catalogados en el archivo del Foreign(19).

    Woodbine Parish.Sin reconocer todava la independencia de las repblicas hispanoamericanas, por la

    resistencia de Jorge IV y Wellington, Canning a sugestin de Planta cre en julio de 1823 trescargos de cnsules generales con asiento en Buenos Aires, Santiago de Chile y Lima,proveyndolos de dos mil libras anuales para gastos.

    En el primero, por recomendacin de Planta, design al hbil empleado delForeign Woodbine Parish, ya destacado en algunas funciones subalternas cumplidascon seriedad y discrecin. Era otro pariente del Parish de Bath y los Parish Robertson yPlanta, que formaban una dinasta consagrada en el Foreign a la especialidad de losasuntos del Plata (20). En diciembre (1823), Woodbine embarca en Portsmouth consus instrucciones, diplomas y tres cajas de rap con medallones de Jorge IV queCanning le da para "repartir como obsequios de S. M. entre las personas de mayorconsideracin e influencia en la administracin del Estado" (21).En mayo (1824) llega

    a Buenos Aires, distribuye las cajas de rap al todava ministro Rivadavia ("apegadostodo lo que es ingls", atachment to all that was English informa) (22),al gobernador

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    Rodrguez y al ministro de guerra de la Cruz. Resultan insuficientes y pide a Canningms cajas de rap "que no fueran de menor valor para cumplir con grandes amigos deInglaterra que las solicitan" (23).Y la verdad es que encuentra eficaces grandes amigosde Inglaterra, pues remite ese ao a Canning una copia de la correspondencia reservadade Alvear, por entonces en Londres de paso a Estados Unidos, obtenida por un alto

    empleado del gobierno en estricta confianza" (24).Woodbine no se encontr a gusto en Buenos Aires, un "lugar desagradable ydesalentador (disagreable and dishearting place)" (25).Sin embargo por patriotismo ysentido del deber se qued nueve aos, como Cnsul General primero, Encargado deNegocios despus, Secretario de la Legacin de Lord Ponsonby entre 1826 y 1828, ynuevamente Encargado de Negocios hasta su retiro en 1833. Sus informes al Foreignanalizan a los hombres pblicos, las variaciones de la poltica y el movimiento de losintereses econmicos con precisin y sagacidad. Era inteligente y medido, y si llamarespectable class a la oligarqua comercial nativa, nunca tuvo mayores esperanzas ensus aptitudes para conducir con tino al pas. Simpatiza por un momento con Rivadavia"tan apegado a lo que es ingls", y ms duraderamente con el Dr. Manuel Jos Garca

    "correcto gentleman. . . el ms hbil hombre de gobierno argentino" (26).El buenconcepto sobre Rivadavia no le durara mucho.

    El influjo de Parish fue poderoso hasta la llegada de los federales en 1827.Gestionndose el emprstito Baring, impulsa al gobierno a ensear en la Universidad lasreglas de la urbanidad crediticia : "El estudio de la Economa Poltica. ha empezado esteao -informa al Foreign en mayo de 1824- y su conocimiento nos asegurar en lo futurofuncionarios inteligentes que sabrn ciertos principios, p. ej.: el correcto pago de lasdeudas es el fundamento de la riqueza. . . El sistema del Crdito Pblico se har msinteligible hasta para los ms prevenidos" (27).

    Lamenta el retiro de Rivadavia del ministerio en 1824, aunque se re un poco delvanidoso don Bernardino por suponer (como se lo dijo) que su renuncia "podraproducir desconcierto en el gobierno de Su Majestad" (28).Quedaba Manuel JosGarca "perfecto caballero britnico", con quien trabajar sin inconvenientes el tratadode amistad, comercio y navegacin de febrero de 1825. Debe asesorar a los diputadosdel Congreso Nacional, unos pedantes que "perturban su cerebro y el mo con las msabsurdas y anticuadas nociones de las que nada entienden ; de hecho se necesita la msgrande paciencia, temperamento y perseverancia para llevarlos al camino recto ymantenerlos all" (29).Antes de nadie sabr -en diciembre de 1825- "que el gobiernonacional ser nombrado en febrero prximo, y el Sr. Rivadavia ser puesto a la cabeza"(30);pero le choca que el vanidoso don Bernardino, ya Presidente, se tomase en serio sucargo y lo recibiese en el Fuerte "con extrema formalidad. . . muy diferente de la franca

    y cordial manera que me ha dado tantas satisfacciones en todas las ocasiones pblicasen este pas (31);el viaje a Londres, el cargo presidencial y la admiracin de sus amigos"han sido demasiado para l" (32).Con extraeza sabe que Garca no ser ministro deRivadavia : "no alcanzo a comprender como el gobierno podra marchar sin l" escribe aLondres (33).

    Durante la guerra con Brasil encuentra la manera de exportar oro pese al bloqueobrasileo, valindose de la valija diplomtica. No le durar mucho el negocio, y luego alas rdenes de Ponsonby, ministro plenipotenciario desde septiembre de 1826 asistir aldesastre de la Presidencia lamenta "la fatal tendencia (de Rivadavia) a atraerse el odio ycasi agregara el ridculo (I may almost add ridicule)" (34),con sus genialidades degobierno. Contempla la guerra civil "ms destructiva que la guerra contra el enemigo

    comn" (35),llevada por la Presidencia al interior para consolidar su partido, mientrasse desenvuelve penosamente la guerra internacional: "las ciudades y provincias estn

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    destruidas . . . todo eso ha sido producido por Rivadavia que ha estado gastando grandessumas de dinero de la Tesorera Pblica en la esperanza de llevar a cabo su gobiernounitario contra las vistas y manera de pensar del llamado partido federal" (36).Presencia la renuncia "generosa" de Rivadavia "que en una semana o dos ms seravolteado vi et armis por las provincias que se armaban para marchar contra Buenos

    Aires" (37).Es testigo del plebeyo gobierno de Dorrego, difcil de conducir paraPonsonby y l, y luego, de la revolucin unitaria de diciembre de 1828, peligrosa pueshabr "una reaccin de la clase baja, pues muchos estn armados" (38);aunque esperaque el Comandante de Campaa, Juan Manuel de Rosas, hombre de la high class "no seopondr a las nuevas autoridades e inducir a sus gauchos a volver a sus casas" (39).Desaprueba consternado el fusilamiento de Dorrego que "alienta a la clase baja en suexecracin de los asesinos" (40).Asiste - no habra de hacerlo ! a los entretelones delas conversaciones de Lavalle y Rosas en Cauelas, y sugiere como prenda de paz losnombres de Toms Guido o Manuel Jos Garca para gobernadores por tratarse de"gentlemen formales y prudentes", que andaran bien en el fuego y en el agua (41).Cuando en diciembre Rosas "hombre de extraordinario poder en este pas" (42)toma el

    gobierno entre el delirante entusiasmo de la multitud, ve algo ms all de "la modestia ymoderacin" del Restaurador no obstante la prenda -dejada sin duda a Inglaterra demantenerlo a Garca en el ministerio ... Comprende que Inglaterra debera cambiar depoltica pues llegaban tiempos nuevos sin respectable class en el gobierno y Rosas severa arrastrado por su carcter arrogante y por su prestigio en el pueblo. Insiste antelord Aberdeen, nuevo ministro de Relaciones Exteriores, que Buenos Aires era "undesagradable y desalentador lugar" a los seis das de hacerse cargo Rosas (43).Pide sutraslado o reemplazo. Que conseguir en 1833. Desde entonces -salvo una misin enNpoles y Florencia entre 1840 y 1847- ocupar la funcin de asesorar en los asuntosargentinos al Foreign hasta su muerte en 1882.

    Rosas lo har "ciudadano honorario argentino" y coronel de caballera en 1839,y desde 1837 -a su pedido- tendr el curioso privilegio de usar el escudo nacional comoblasn hereditario, por su actuacin en el reconocimiento de la independencia (44).Woodbine tena debilidades de snob y a Rosas le convena tener propicio al influyenteasesor del Foreign. Ese mismo ao gestiona del rey Guillermo IV (Jorge haba muertoen 1830) una condecoracin que le permitiera anteponer el ansiado Sir a su nombre depila; Guillermo IV, rey de Inglaterra y de Hannover, le da por displicencia o error unacondecoracin hannoveriana, la Orden de los Gelfos(45).Sir Woodbine, que habahecho fortuna en Buenos Aires, pudo consagrarse, con tranquilidad a los estudiosestadsticos que lo apasionaban, pues sus ocupaciones del Foreign no le llevaban muchotiempo ; publica en 1838 su libroBuenos Ayres and the Provinces of the Rio de la Plata

    que le significara el codiciado ingreso a la Royal Society. Despus de su vuelta deNpoles y Florencia fue solicitado por Baring para arreglar con Rosas el pago delemprstito en Buenos Aires dada su gran amistad con el gobernante argentino, pero SirWoodbine, no obstante los jugosos honorarios de la comisin, se negar en redondo, talvez porque conoca el carcter difcil del Restaurador (46).

    Morira en 1882 cargado de aos, riquezas y honores ; su hijo Frank habaheredado desde 1865 el consulado en Buenos Aires y sera uno de los fundadores yluego presidente en Londres del Ferro Carril Sur, hoy General Roca.

    La guerra argentino-brasilea.La guerra argentino-brasilea haba empezado en enero de 1826. La dependencia

    financiera y econmica de ambos Estados hacia Inglaterra haca de Canning su rbitro.

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    No haba querido impedirla. Es cierto que el bloqueo brasileo de Buenos Aires(indudable por la superioridad naval del Imperio) perjudicara el comercio ingls deexportacin e importacin, pero los mercaderes podran sacrificar su ganancia de un aoo dos a los intereses superiores del Reino Unido. La guerra, manejada con habilidad,redundara en la ereccin de una "zona libre" (y por lo tanto bajo el influjo ingls) de la

    estratgica provincia disputada. Canning estaba tan seguro de ganar en el juego, que noocult sus cartas; con franqueza lo dijo en 1826, al iniciarse las operaciones blicas, alrepresentante brasileo en Londres, vizconde de Itaboyana : "dara a Montevideo a

    forma de cidade hansetica sob a sua proteao -informa el vizconde a su gobierno-para ter a chave do rio da Prata como tem o Mediterrneo e o Bltico" (47).Mediante ayudas blicas y retaceos diplomticos, hbilmente alternados, hara queambos contendientes ganasen la guerra y estuvieran agradecidos a Londres : losargentinos por echar a los brasileos de la Provincia Oriental y los brasileos por echara los argentinos de la Provincia Cisplatina. Y laRepblica del Uruguay nacera bajo laproteccin britnica. Como en la fbula de los monos, los dos contendientes sequedaran con las cscaras de la victoria y el rbitro se comera la nuez.

    Lord Ponsonby.Con precisas instrucciones para ese arbitraje llega a Buenos Aires el 16 de

    septiembre de 1826, John Ponsonby, barn de Imokilly, revestido de la jerarqua deEnviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario (48).

    Era un notable diplomtico de carrera, pero no lo traan exclusivamente susmritos personales al ro de la Plata : las funciones en Buenos Aires podan sercumplidas con ms tino por el modesto y hbil Woodbine Parish (49).Pero una intrigacortesana obligaba al destierro del lord a un punto muy alejado de Londres: JohnPonsonby era un dandy del Club de Watier, desdeoso y galante amigo de Brummell, ypese a andar cerca de la sesentena haba atrado el inters de Lady Conyngham, amantede Jorge IV. El joven lord Conyngham, el complaciente y aprovechado hijo de Lady,que gozaba de explicable influencia en la corte, quiso alejar el peligro que acechaba a lavez a su romntica madre y a sus intereses personales y redact el nombramiento,explicando a Canning que "Buenos Aires tena un uso que S. M. podra apreciar" (50).Canning, necesitado del favor real, comprendi y call.

    Ponsonby lleg a Buenos Aires iracundo. Comprensiblemente no le gust ellugar de su destierro "el sitio ms despreciable -escribe a Londres- que jams vi, estoycierto que me colgara de un rbol si esta tierra miserable tuviese rboles apropiados ...es un sitio para bestias ( beastly place ) " (51); en otra carta "nunca vieron mis ojos pasms odioso (odious) que Buenos Aires. No quiero amargarme hablando de esto ;

    realmente tiemblo cuando pienso que debo pasar algn tiempo aqu . . . esta tierra depolvo y ptridas osamentas, sin caballos, sin caminos, sin casas confortables ... sinlibros, sin teatro, que pueda llamarse as... Nada bueno fuera de la Carne..." (52).

    Su gestin diplomtica se habra calificado de imprudente en Europa, pero noestaba en Europa : en una factora poda permitirse insolencias de dandy. A Rivadavia,que lo recibi como a un soberano, con carroza de seis caballos expresamenteconstruida y quiso agasajarlo con una cena de gala, le mand decir "que no pensabacomer en pblico ni en privado con quien hablaba tanto" (53).

    Don Bernardino le estimulaba su britnico sentido del humor. Parece que fue lonico que le hizo rer en Buenos Aires : "El Presidente me hace recordar a SanchoPanza, pero no tiene la mitad de la prudencia de nuestro viejo amigo Sancho", informa a

    Londres (54).Como adems de un dandy desdeoso era un poltico perspicaz, temi porel porvenir del Plata puesto en esas manos tan poco serias. No es que le importara el

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    Plata, pero s los intereses britnicos. Le pareca Rivadavia lo ms opuesto a un estadista: "no puedo decir nada bueno sobre l ...experimento algo ms que pesar por la cegueradel Presidente... como poltico carece de las cualidades indispensables", conbenevolencia podra calificrsele, en el mejor de los casos, como "estrepitoso alcalde(bursting Major) para una pequea aldea", convencido de que sus desvelos edilicios

    eran el asombro del mundo (55).No quera quedarse mucho tiempo y puso de inmediato sus cartas en la mesa.Haba venido a desmembrar la Provincia Oriental y el 20 de septiembre, apenas llegado,hace saber a Rivadavia que no habra ms guerra y la Argentina reconocera lasegregacin oriental y de paso la navegacin libre de los ros. Tambin haba dicho lomismo a los brasileos, a su paso por Ro de Janeiro, pero en forma diplomtica (56);en Buenos Aires no eran necesarias las formas. Por supuesto, Rivadavia estuvo de suparte, pues la guerra perturbaba sus propsitos de pasar a la historia con empresascivilizadoras y reformas institucionales : "El Presidente acogi mis palabras en la formams favorable que me era dado esperar -informa Ponsonby a Canning y habl muyextensamente a favor de la paz y con mucha vehemencia de las dificultades de la guerra

    y los peligros que su continuacin encerraba para las instituciones de la repblica" (57).Convino con Ponsonby en terminar la guerra -an no iniciada- con un stalemate (tablas,empate, en el ajedrez). Ponsonby indic el nombre del comisionado que ira a Ro deJaneiro a hacer la paz : Manuel Jos Garca "correcto y honorable caballero ... conttulos suficientes para merecer mi confianza (la de Ponsonby) cuya coincidencia contodas mis opiniones sobre la poltica que debe seguir el pas lo seala comoespecialmente apropiado para la misin" (58).

    El precio de una victoria.Pero ocurra que Pedro I no aceptaba el stalemate de Canning: haba jugado con

    imprudencia la carta napolenica de una guerra triunfante, y no poda retroceder sinpeligro para su corona, y la unidad brasilea. Solamente una victoria poda apuntalarlo;pero una victoria no era posible sin el franco apoyo ingls. Mas el emperador estabadispuesto a pagar el precio que Inglaterra le pidiera. Sir Charles Stuart, embajadoringls en Ro, vio la ocasin de prorrogar dos tratados leoninos : uno de comercio y otrosobre esclavos, de la poca portuguesa. En el de comercio se haran concesionesexorbitantes ms all de los propsitos de Canning : los residentes ingleses tendranextraterritorialidadpara ser juzgados por sus leyes; unJuez Conservador de la Nacin

    Inglesa entendera especialmente en sus asuntos, las mercaderas inglesas no sufrirangravmenes aduaneros mayores del 15 % sin reciprocidad con las produccionesbrasileas en Inglaterra (por lo tanto el azcar brasileo -principal exportacin de

    entonces- seguira gravado en los puertos ingleses para favorecer el azcar de Jamaica) .Era una prrroga, aumentada y corregida, del tratado angloportugus de 1809 impuestoal Regente Juan como pago de la proteccin de la escuadra britnica en las guerrascontra Napolen. Tan graves eran sus clusulas que al mismo Canning le parecieron"odiosas e impolticas" (59).

    El otro tratado era sobre trfico de esclavos : perjudicaba en nombre "de lahumanidad" la economa brasilea que descansaba en el trabajo servil para producirazcar y algodn, y adems era depresivo de la soberana brasilea pues autorizaba a loscruceros britnicos a visitar cualquier buque brasileo en alta mar y apresarlo si llevabaesclavos.

    No se ocultaba a ningn brasileo que ambos tratados significaban concesiones a

    Inglaterra a cambio de una victoria sobre la Argentina, pues posean la suficientementalidad nacional para discriminar sus intereses de los britnicos. Pero era un toma y

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    daca conveniente : por quince aos (plazo de ambos convenios), Brasil estarahipotecado a Inglaterra, pero despus de una victoria en el Plata y consolidada su unidady afirmado el emperador poda rescatar su soberana. No obstante encontraron granresistencia en el Parlamento brasileo, pero Pedro I se movi con energa para hacerlosaprobar "por razones superiores". El 23 de noviembre (1826) fue ratificado el de trfico;

    cuatro das despus Canning escribe a Ponsonby : "Parece sumamente conveniente queV. E. abandone este asunto (la mediacin con independencia del Uruguay) porcompleto" (60).Inglaterra abandonaba la poltica del stalemate para contribuir a lavictoria imperial y afianzamiento de Pedro I. "Me entero con profundo pesar -contestaPonsonby a Canning el 6 de febrero- que he obrado con el Brasil en contra de susdeseos" (61),y orden que Garca no fuera a Ro por el momento. Lo hara apenas lasinminentes victorias militares brasileas obligasen a pedir la paz.

    Con dinero abundantemente provisto el emperador reforz la escuadrabloqueadora de Buenos Aires puesta a las rdenes del almirante Mariath, y arm unformidable ejrcito de mercenarios alemanes e irlandeses que conducidos por elmarqus de Barbacena aplastaran a las tropas mal armadas y peor pagadas de Alvear.

    Pero las cosas no ocurrieron como haban sido planeadas : a pesar del abandono delgobierno, Brown derrota a Mariath enJuncal el 9 de febrero y Alvear a Barbacena el 20enItuzaing. Canning, que ocupa la jefatura del gabinete desde principio de ao, sepone serio : si las cosas seguan as Rivadavia ganara la guerra y los argentinosentraran victoriosos en Ro de Janeiro.

    Pero a Rivadavia, no obstante las victorias, no le interesa ganar la guerra pues laconstitucin unitaria votada por el Congreso en diciembre haba sido unnimementerechazada por las provincias que tambin haban desconocido su autoridad presidencial; una liga de gobernadores dirigida por Bustos se haba formado para expulsarlo y"contnuar la guerra con Brasil". Solamente con el regreso del ejrcito de lnea, cuyaoficialidad perteneca en su mayor parte a la burguesa, podra evitarse eldesmoronamiento del partido de las luces. Y as a los dos meses escasos de Ituzaing,Garca va a Ro de Janeiro a firmar la victoria de Brasil.

    Vuelve con el tratado el 20 de junio : la Cisplatina sera brasilea. Rivadaviaprepara el ambiente para su aprobacin por el Congreso (62).Pero las cosas se hanpuesto espesas : la opinin pblica portea ha celebrado con demasiada conviccin aJuncal e Ituzaing para resignarse ahora a aceptar que se ha perdido la guerra. El 22Ponsonby llama a la fragata inglesa Forte a estacionarse frente a Buenos Aires paracuidar el orden ; ya se oyen gritos en las calles contra Inglaterra y contra el Presidente(63).El 22 aparecen cartelones que descartan la culpa de Rivadavia, engaado porGarca e Inglaterra : " Garca nos ha vendido ! -los traduce Ponsonby en su informe al

    Foreign- y los ingleses tienen su parte en el despojo (share in the spoil). Si no abrimosel ojo tendremos los tiempos de Beresford otra vez" (64).Ponsonby corre al fuerte, peroRivadavia, ocupado en su mensaje al Congreso no puede recibirlo y le seala audienciapara el da siguiente. Extraado habla con el general Cruz, ministro de RelacionesExteriores que le confiesa "abruptamente (burted out)" que se haba resuelto "denunciarel tratado" ; tambin que los cartelones haban sido confeccionados en la imprentaoficial (65).Comprende que Rivadavia, en un intento desesperado de recobrarpopularidad quiere darle la zancadilla : "Estando (Rivadavia) en sus ltimas boqueadas(last gasp ) pero an no muerto -informa al Foreign- vio en el rechazo del convenio deGarca una ltima esperanza de salvarse apelando a las pasiones patriticas ypresentndose l mismo como el salvador de la Patria' (66).De inmediato escribe a "Su

    Excelencia excusndole de la turbacin de una audiencia" (67),y se retira a esperar losacontecimientos.

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    Nadie cree en la conversin patritica de Rivadavia, aunque su mensaje del 24denunciando el tratado Garca fuera de vibrante tono nacionalista y los discursos de losdiputados unitarios en el Congreso traslucieron un emocionado y ofendido civismo. El25, Dorrego, misteriosamente informado, publica en El Tribuno las hasta entoncesdesconocidas cartas de Rivadavia a Hullet Brothers que demostraban la participacin

    personal del Presidente en un negocio de las minas del Famatina y cmo habatrastrocado el rgimen poltico del pas para que la compaa inglesa que el presidatuviera la jurisdiccin del cerro argentfero. El escndalo es imponente y viene asumarse a la conmocin por la derrota diplomtica. El 26, Rivadavia presenta conaltivez su renuncia : "Me es penoso no poder exponer a la faz del Mundo los motivosque justifican mi irrevocable resolucin". Fue aceptada por la casi unanimidad delCongreso (48 votos en 50). No volvera a desempear otro cargo pblico.

    La "jactancia republicana".Ponsonby no alcanza a entenderse con el Presidente sustituto Lpez, ni con su

    ministro Anchorena, ni menos con Dorrego gobernador de la restablecida Buenos Aires,y encargado de las relaciones exteriores en agosto, que quieren seguir la guerra "hastasus ltimas posibilidades", mas ahora que la. paz reina en el interior como consecuenciade la cada del partido presidencial, Brasil para apurar a Inglaterra, ha terminado porfirmar el 17 de agosto el tratado de comercio hasta entonces retenido, cuyas ventajasencomia elBoard of Trade. Ahora ms que nunca Gran Bretaa debera darle la victoriaal Imperio. Pero las cosas no andaban bien en el Plata: "Es la jactancia republicana entodo su vigor" describe Ponsonby el momento al nuevo canciller, Lord Dudley, ofWard. Uno de los federales, sobre todo, lo impresiona no obstante ser un simplecomandante de campaa : Juan Manuel de Rosas : "He hablado con l -dice a Dudley-porque estoy seguro de que con el tiempo ha de jugar un papel de gran importancia"(68).

    Dorrego quiere seguir la guerra, pero Ponsonby le demostrar que no es posiblesin la anuencia britnica : da instrucciones al Banco Nacional -dirigido por ingleses yanglfilos de "no facilitarle crdito sino por pequeas sumas para pagos mensuales" afin de "hacerlo trabajar para la paz" (69).Pero esa paz ya no poda ser la victoria delemperador : los mercenarios resultaron psimos guerreros, la situacin interna delImperio era difcil y se haca claro que Brasil jams obtendra una victoria militar. ALord Dudley le fue fcil obligar al emperador al stalemate con el "estadoindependiente", aunque a Pedro I le cost la corona.

    Con ingenuidad Dorrego quera desatarse las ligaduras coloniales : tena los"factores de poder" en contra : "Mi propsito -escribe Ponsonby a Dudley el 2 de

    diciembre de 1827- es conseguir medios de impugnar al coronel Dorrego si llega a latemeridad de insistir sobre la continuacin de la guerra" (70); y ms tarde "ver sucada con placer" (71).Y an despus de resignarse Dorrego al stalemate y enviar aBalcarce y a Guido a hacer una paz "honorable" a Ro de Janeiro, Ponsonby, que ya hamovido los "factores de poder" para dar un golpe al peligroso gobernante argentino,anuncia a Londres : "Dorrego ser desposedo de su puesto y muy pronto" (72).

    No tuvo el gusto de presenciar la cada de Dorrego. Debi irse a Ro de Janeiro avigilar las negociaciones de paz y hacerse cargo de la Legacin britnica. Tuvo unaborrascosa audiencia de despedida con Dorrego donde ambos discutieron con losnimos exasperados -Dorrego hablaba correctamente ingls -sobre el porvenir deAmrica espaola. Ya embarcado en el Thetis quiso darle un buen consejo, tal vez para

    ahorrarle la cada y algo peor, y le escribi : "Su Excelencia no debera hacer caso a lasideas de algunos crudos tericos de queAmrica puede tener una existencia poltica

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    separada de los intereses de Europa. El comercio y los intereses comunes de losindividuos han formado lazos de unin que el poder de ningn hombre podra quebrar.Mientras existan esos intereses Europa tendr el derecho, y con certeza no le faltarn losmedios, para intervenir en la poltica de Amrica cuando fuere necesario para laseguridad de sus intereses" (73).

    Se fue a Brasil a esperar se le levantase su disimulado destierro. Tampoco le gustBrasil, aunque por lo menos estaba en una monarqua. Dos aos despus muere JorgeIV y puede volver a Londres.

    Llamadas captulo 1

    1 Fechado el 14 de octubre de 1804 (Adm. 1/58Popham to Melville), citado por H. S. FERNS,Britain and Argentine in thenineteenth century, 19.

    2 Trascripto por FERNS 46/47.

    3 FERNS 47.4 La amistad de Castlereagh y Canning se quebr en 1809 y produjo un duelo quecasi cuesta la vida de Canning y cost a ambos la salida del gabinete.Castlereagh, apoyado por el Regente (futuro Jorge IV) pudo volver al gobiernoen 1812 con la cartera de Relaciones Exteriores; Canning, mal querido por elRegente y por Castlereagh, solamente podr hacerlo en 1823, despus de lamuerte del ltimo.

    5 LaRepresentacin de los Hacendados y Labradores poco tuvo que ver con laapertura del puerto. Fue una defensa terica del libre-cambio redactada por elabogado de los comerciantes intrlopes ingleses para equilibrar los fuertesargumentos de los partidarios de la proteccin. Los "hacendados y labradores"del poder, tienen una existencia ms ficticia que real.

    6 FERNS 67.7 Moreno no haba tomado parte en los hechos anteriores al 25 de mayo, y su

    inclusin tarda en una de las secretaras de la Junta debi ser un acto dedeferencia hacia Inglaterra.

    8 19 de julio de 1810.9 FERNS 72.10 El tratado secreto del 5 de julio de 1814 "protega y extenda" el comercio

    britnico en todos los dominios de Fernando VII. En sus clusulas adicionalesdel 28 de agosto (1814), se compromete en retribucin Inglaterra "a noproporcionar armas, ni municiones, ni otro articulo de guerra a los disidentes deAmrica". El secreto fue tan ilusorio como la prohibicin: en julio de 1816,Garca desde Ro de Janeiro, remite a Buenos Aires una copia del tratado y desus clusulas adicionales indudablemente entregada por Strangford.

    11 La benevolencia de MITRE supuso que Alvear se limitaba a pedir unprotectorado britnico. No hubo tal: fue lisa y llanamente el coloniaje territorial:"Estas provincias -dice el pliego dirigido a Castlereagh- desean pertenecer a laGran Bretaa, recibir sus leyes, obedecer a su gobierno, y vivir bajo su influjopoderoso... que vengan tropas que impongan a los genios dscolos (Artigas y losfederales) y un jefe autorizado que empiece a dar al pas las formas que sean del

    beneplcito del Rey y de la Nacin".

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    12 Tambin la benevolencia de MITRE supone que el patriotismo de Rivadavia(que estaba en Ro de Janeiro de paso a Londres) detuvo la entrega de lospliegos. Garca inform a Rivadava de su misin despus de entrevistarse conStrangford, y si Rivadavia se disgust con el gobierno Argentino por la misinde Garca no fue por disentir con sus propsitos, sino por haber prescindido de l

    que tena en sus instrucciones reservadas poderes suficientes para ofrecer laArgentina a quien quisiese. " Se han olvidado de las instrucciones!" se lamentaAlvear el 3-13-15.(Fecha errnea en original) Por lo dems Rivadavia llev aEuropa el pliego destinado a Castlereagh, que Strangford se haba negado a darcurso. Tampoco lo conseguira el diligente don Bernardino qu, en 1844, comorecuerdo curioso, se lo regal a Florencio Varela en Ro de Janeiro (J.M. Rosa,

    La misin Garca ante Lord Strangford, Bs. As., 1951).13 M. MARGARIOS DE MELLO,La misin de Florencio Varela a Londres 25.14 CHATEAUBRIAND; Guerra de Espaa (edicin Argentina} 96.15 A.MAUROIS,Historia de Inglaterra (ed. Sgo. de Chile} 514.

    16 H.TEMPERLEY. The foreign policy of Canning (cit. por Scalabrini Ortiz,Poltica, britnica el Ro de la Plata) 51.16 bisIbdem17 N.L. KAY SHUTTLEWORTH,A life of Sir Woodbine Parish. (Londres 1910)21418 E. J. FITTE,Historia de un emprstito (Bs. As., 1962), explica la debilidad de

    los Parish Robertson: "Los dos hermanos sentan hondo cario y profesaban granrespeto por su abuelo paterno (en realidad materno) llamado John Parish, figurade aspecto patriarcal que viva en la ciudad de Bath, y con quien se carteabanregularmente tenindolo al tanto de las vicisitudes polticas y de las

    fluctuaciones financieras que sucedan en los pases sudamericanos. El ancianopariente, a sabiendas de los hermanos, gustaba transmitir con toda rapidez alministro George Canning y a lord Liverpool -trabajando a manera de agente delservicio de inteligencia- cuanta informacin de inters recibida de susdescendientes poda servir al engrandecimiento de la Corona". Entiende Fitteque "la contribucin literaria (de los Parish Robertson) que tanto ha servido paraevocar nuestro pasado, atena y aun disculpa cualquier eventual excesocometido". (p. 40. La apreciacin va por cuenta del autor).

    19 Public RecordOffice, Foreign Office. 6/1.20 El R.H.Joseph Planta juniorera sobrino poltico de John Parish, to abuelo de

    Woodbine Parish. "La amistad que uni a los Planta y a los Parish -escribe Nina

    Kay Shuttleworth (A life of Sir Woodbine Parish)- fue valiossima" (pg. 24).Planta (1787-1847) entr al Foreign Office a los 15 aos, en 1802, fuesubsecretario con Castlereagh de 1812 a 1822, jefe de negociado con Canningentre 1822 y 1827 y llevado por este, al ser designado Premier, a la subsecretaradel Tesoro. En 1834 ser Consejero Privado, y despus -por cuatro veces-diputado por Hastings en la Cmara de los Comunes.

    21 Los obsequios no tenan el objeto, solamente, de estimular los sentimientosbritnicos en los nativos influyentes. Canning los haba gestionado de Jorge IVpara prepararlo al reconocimiento de la independencia hispanoamericana: "Si SuMajestad --dice FERNS (p. 107)- poda ser llevado al asunto de las cajas de rap,

    tambin podra llevrselo al reconocimiento de los Estados revolucionarios".22 Parish a Canning F. O. 6/11.

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    23 Parish a Cnning 4-5-24 F. O. 6/3.24 Parish a Canning 6-11-24 F. O. 6/5.25 Parish a Aberdeen 12-12-29 F. O. 6/27.26 FERNS, 122.

    27 Parish a Canning 17-5-24 F. O. 6/3.28 FERNS 120.29 Parish a Planta 1-11-25 (cit. por KAY SHUTTLEWORTH 298) .30 Parish a Canning F. O. n 72, 1825.31 Parish a Canning, F. O. n 11, 1826.32 KAY SHUTTLEWORTH 315.33 Parish a Canning 12-2-26 F. O. 6/11 (33 bis). FERNS, 165.34 Parish a Canning 3-8-26 F. 0. 6/11.35 Parish a su padre 25-8-27 (transc. por KAY SHUTTLEWORTH 334.36 Ibdem.37 Parish a Planta 21-7-27, transc. por KAY SHUTTLEWORTH, 333/34.38 Parish a Aberdeen 3-12-28 F. 0. 6/23.39 Ibdem.40 Parish a Aberdeen 10-1-29 F, O. 6/26.,41 FERNS 207. "Se habl en murmullos que Parish tuvo el privilegio de or (was

    priviliged to hear)".42 Parish a Aberdeen 12-12-29 F. O. 6/27.43 Ibdem.44 Parish acababa de ser creado knighten 1837 y para completar sus honores

    escribi a Rosas el 8 de marzo de 1839 solicitndole autorizacin para usar elescudo argentino como "blasn de familia" (A. G. N. X. 1-3-5). Rosas no negla "gauchada" al influyente asesor del Foreign en esos tiempos del conflicto conFrancia; no haba entonces "Orden de San Martn" para premiar a losextranjeros. Sir Woodbine, hombre agradecido, fue un constante defensor dentrodel Foreign de la Confederacin Argentina y de su jefe.

    45 Parish antepona el Sira su nombre y posponale las iniciales K. C. H.,abreviatura fantasiosa de Knight Commendator of Hannover, forma deanglicanizar su condecoracin germana. Justo Maeso, traductor de su libro, tomaequivocadamente estas iniciales como "Comendador de la Orden del Bao", queBusaniche sigue por error y aade "Jorge IV lo cre tal en 1837". (Jorge IVhaba muerto siete aos atrs). Parish no perteneci jams a la exclusiva y muyinglesa Orden del Bao ni a ninguna otra knighthoodbritnica. Era caballeroalemn y no ingls y le hubiera sido ms correcto -pero menos sonante- firmarse

    HerrWoodbine. Era el nico K. C. H. de Inglaterra como lo reconoce su nieta ybigrafa Nina Kay Shuttleworth (p. 374). Se desviva como buen snob britnicopor los honores, aunque fueran dudosos: con exaltacin escribe a su padre el 6de marzo de 1837 al recibir la condecoracin alemana: "El Rey me acaba dehacer caballero de una curiosa manera, hacindome Sir Woodbine..." (KAYSHUTTLEWORTH, 374).

    46 KAY SHUTTLEWORTH, 378.

    47 J. PANDIA CALGERAS, Formao hstrica do Brasil, 125.

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    La informacin de Itaboyana fue confirmada por el embajador portugus enLondres, marqus de Palmella: "Lo que Sir Home Popham no consigui en 1806-dice Calgeras-, establecer una base naval en el Ro de la Plata, el plan (deCanning) lo permitira realizar".

    48 Algunos historiadores (Ferns entre ellos), dan en 1826 -tiempo de su llegada a

    Buenos Aires- el ttulo de vizconde a Ponsonby. No sera vizconde hasta 1835;en 1826 era (desde 1809) barn de Imokilly, pero se haca llamar y era conocidopor Lord Ponsonby empleando exclusivamente su apellido. Quiz el nombreirlands de su barona sonaba mal al elegante dandy. En 1835, al ser promovidoa vizconde conseguira como ttulo su propio apellido.

    49 Parish se molest con la designacin de Ponsonby: "cualesquiera fueren sustalentos -escribe quejosamente a su pariente Planta- un high aristocratest pococalificado para tratar a los bajsimos demcratas con quienes debemos alternaraqu" (KAY SHUTTLEWORTH, 339 ) . Planta le explic: "la designacin delord Ponsonby est lejos de significar la desaprobacin de su conducta. Me dijo(Canning) que lo compensara (a Parish) en dinero (money matters)". (KAYSHUTTLEWORTH, 316/17).

    50 Wellington narr el chisme a lady Salisbury, que lo dej escrito en los papelesde Hatfield House; de all lo recogieron los diligentes Kay Shuttleworth y Ferns.Wellington atribua a Ponsonby el reconocimiento de la independenciaArgentina, pues desde I823 lord Conyngham quera mandarlo "lo ms lejosposible" y nada ms lejano que Buenos Aires (pap. de Hatfield House, cit. porFERNS, 169 n.).

    51 Ponsonby a Dudley 4-12-26 F. O. 6/13.52 KAY SHUTTLEWORTH, 326. Las opiniones de Ponsanby sobre los

    rioplatenses eran terminantes: Lavalleja era "uno de los peores pcaros (rascally)

    de esta raza prdiga de semisalvajes, pero no ms que los habitantes de aqu(Buenos Aires) y, creo, todos los de este continente" (KAY SUTTLEWORTH,332).

    53 FERNS, 181. Ms tarde concedi estar en una cena presidencial "siempre que nohubiera discursos". Rivadavia debi resignarse a no hablar. (FERNS, 182).

    54 J. BAGT, George Canning and his friends (cit. por J. L. Busaniche en suprlogo a la. traduccin de las Cartas de Sudamrica de J. P. y G. P. Robertson,35 n.) .

    55 FERNS, 169.56 Ponsonby a Cnning 2-10-26 F. 0. 6/13 (WEBSTER, I, 213/219).

    57 FERNS, 169.58 FERNS,183.59 Canning a Stuart 10-10-26 F. O. 13/2 (WEBSTER, I, 398/401).60 Canning a Ponsonby 27-11-26 F. O. 6/13 (WEBSTER, I, 224/26).61 Ponsonby a Cnning 6-2-27 F. O. 6/16 (WEBSTER I, 438/44l).62 FERNS, 185. "Antes (de rechazarlo) Rivadavia haba estado dispuesto a pelear

    por la aceptacin del tratado".63 La Forte y los dems buques de la estacin naval britnica fueron movilizados

    para defender a los comerciantes ingleses contra una posible reaccin nativa."Haba escrito al contralmirante Sir Robert Otway informndole mi opinin(tener prontas las fuerzas navales cerca de Buenos Aires) -escribe Ponsonby aCanning el 15-7-27 y ste en consecuencia haba dado rdenes al capitn

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    Coghlan del buque de S. M. Forte para que procediera como las circunstancias loaconsejaren. Siempre tem que se produjera una penosa crisis en el momento dedecidirse la paz o la guerra, y supe a la llegada del seor Garca, cuando esacuestin deba ser resuelta, que fuerzas considerables haban sido movilizadas enlas provincias y estaban prontas a marchar a la ciudad para derrocar al presidente

    seor Rivadavia" (SCALABRINI ORTIZ, Poltica Britnica, etc., 111).64 FERNS, 185. El informe lleva fecha 1S-7-27.65 Ibdem.66 Ibdem67 Ibdem.68 KAY SHUTTLEWPRTH, 335.69 SCALABRINI ORTIZ, Poltica Britnica en el Ro de la Plata, 113.70 FERNS, 188.71 SCALABRINI ORTIZ, 69 (fechada el 1 de enero de 1828).

    72 SCALABRINI ORTIZ, 113.73 FERNS, 194 (archivada en el F. 0. 13/50).

    IIEL BANCO INGLES

    Buenos Aires entre 1821 y 1824.

    Despus de las guerras de la primera dcada independiente, y tras la crisisbulliciosa del ao 20, Buenos Aires entr en el perodo de calma y prosperidad llamado"poca de Rivadavia". Calma y prosperidad aparentes, pues la guerra de laIndependencia no haba concluido ni el estado de anarqua del pas era el mas propiciopara un adelanto institucional o material. La paz de los unitarios consista en olvidarsede la guerra desentendindose de San Martn que, falto de recursos, no poda seguir ensu expedicin al Per ; y cerrar los ojos ante la ocupacin portuguesa de la BandaOriental o la segregacin prxima del Alto Per. Y la prosperidad en construir escuelas,abrir avenidas, recortar ochavas, alumbrar faroles, empedrar calles y dems obrasedilicias financiadas con el medio sencillo de apoderarse de los recursos nacionales yhacerlos servir al adelanto municipal de la ciudad.

    Los gastos de la provincia de Buenos Aires en 1822 eran de 2.400.000 pesosplata, pero solamente 400.000 se pagaban con recursos estrictamente provinciales(patentes, licencias, contribucin territorial) . Se cubra el dficit con 2.000.000 delimpuesto nacional de aduana, pues como no haba Nacin constituida el gobierno sehaba incautado este enorme ingreso y el ministro Rivadavia lo haca servir pacfica yprogresivamente al adelanto de la ciudad. Ni un centavo sala para la guerra. El pas eraBuenos Aires, y lo dems no contaba. Mientras Rivadavia poda hacer un gran gobiernoen el puerto, el enorme virreinato de 1810 se escinda para siempre en cuatro porcionesinsoldables.

    Monopolio bancario en manos extranjeras.

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    Los bancos son empresas que reciben dinero en depsito para prestarlo alcomercio y la industria con un mdico inters. Movilizan as las reservas improductivasde capital en beneficio de la comunidad.

    Cuando existe un monopolio bancario, o el banco es uno solo, se convierte endueo exclusivo de las reservas de capital y por lo tanto en rbitro nico del crdito ; si

    adems tiene la facultad de emitir la moneda circulante en forma de billetes de banco sudominio en la economa de una plaza es total ; si este monopolio bancario y emisor loejerce el Estado, pueden hablar los liberales de rgimen totalitario ; si lo ejerce unainstitucin particular, estaramos ante una oligarqua del dinero duea del pas ; si estosparticulares se encontrasen atados a intereses internacionales, sera una oligarqua quefavorece la intromisin imperialista ; si el grupo dominante de particularesmonopolizadores del crdito y fabricantes de la moneda corriente ni siquiera fuesenativo podramos hablar de un coloniaje que linda en la factora ; y si, finalmente, elgrupo extranjero dueo de la economa de una plaza, ajustase su accin a las rdenes delgobierno de su metrpoli, solo podemos decir que es el tipo ms impdico delimperialismo.

    Eso ocurri con el banco ingls que funcion en Buenos Aires con el nombre deBanco deBuenos Aires, primero, yBanco Nacional, despus.

    El Banco de Buenos Aires.

    Desde que se permiti la libre extraccin de oro y plata de Buenos Aires su fugafue continua y llev en 1821 a una situacin de angustia en la plaza : faltaba monedapara las transacciones cotidianas y en consecuencia languideca el comercio mientras elcrdito llegaba al 5 y 6 % mensual.

    A principios de 1822 los ministros Rivadavia y Garca reunieron en el edificiodel consulado a los principales comerciantes de Buenos Aires con el objeto de encontraruna solucin o por lo menos un paliativo al grave problema. Lo correcto hubiera sidonivelar la balanza comercial con impuestos prohibitivos de aduana, o impedir con algoeficaz la exportacin de metales. A nadie se le ocurri semejantes arbitrios. Loshuspedes del Consulado eran precisamente los comerciantes exportadores de metal queal ao siguiente -1822- se llevaran 1.358.814 pesos en oro.

    Rivadavia propuso la fundacin de una institucin bancaria que "repatriase eloro" llevado a Inglaterra. Garca, ms versado en la poca posibilidad de traer metal deInglaterra, entendi que "los capitalistas aportaran su oro a las cajas", antes escondidoen sus gavetas al parecer, y as el metal saldra a la luz del sol y circulara nuevamente(1).Qued decidida la fundacin de un Banco. Como al liberalismo de Garca y

    Rivadavia, compartido con todos los presentes, repugnaba una institucin fiscal, seresolvi que sera particular "con todo el apoyo del gobierno".La idea fue naturalmente bien acogida. El Banco emitira billetes de papel para

    suplir la carencia de metlico, que circularan sin desconfianza pues seran canjeables ala vista en las ventanillas de la institucin. El comercio se reactivara, no habra msusura y retornara el florecimiento de antes de la evasin del metlico. Se entendi queun encaje metlico en el tesoro del banco igual a la sexta parte del papel emitido -comoenseaban los manuales de Economa Poltica al uso- era suficiente garanta para lacirculacin del papel.

    El 15 de enero el gobierno presenta a la junta de comerciantes el proyecto de"Banco de Buenos Aires" preparado por el ministro Garca ; el mismo da queda

    formada la comisin provisoria encabezada por William Carthwright e integrada, entreotros nombres criollos, por Joshua , Thwaites, James Brittain y James Barton,

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    comerciantes de exportacin. Sus bases legales seran : 1 ) Capital de un milln depesos, descompuesto en mil acciones de mil pesos ; los accionistas pagaran el 20 % alsuscribirlas, otros 20 % a los 60 das, y el resto cuando el banco lo dispusiese ; 2 )Monopolio bancario por veinte aos prorrogables ; 3 ) Emisin de billetes de banco aprestar mediante un inters al comercio. Los billetes seran canjeables en oro a la vista ;

    4 ) Aceptacin de depsitos particulares al inters fijado por el Directorio; 5) Recibir losdepsitos de Tesorera de la Provincia y actuar como agente financiero de ella; y 6)Privilegios impositivos y judiciales. Sus acciones y transacciones no estaran sujetos aimpuestos, y no correran en sus ejecuciones los trminos comunes.

    Al discutirse en la Junta de representantes (18, 19 y 20 de junio) , el ministroGarca repite que el objeto del Banco era remediar la falta de metlico con unacirculacin garantizada de moneda de papel. Como algunos diputados observasen que lafuga del metal ha sido debida precisamente a quienes aparecan ahora como sociosdirectores del Banco, Garca corrige que la carencia del metal no se debe a suexportacin sino a encontrarse cerradas las comunicaciones con el Alto Per, proveedorde metales, y sobre todo haber aumentado en la plaza los capitales en giro por la

    instalacin de gran nmero de casas de comercio extranjeras (2).Poco se debate. El diputado Moreno objeta el monopolio por 20 aos que

    impedira la formacin de otros bancos, pero replica Rivadavia con el ejemplo prcerdel Banco de Inglaterra "creador de los que vinieron despus" que el monopolio, lejosde impedir la instalacin de nuevos bancos, vendra a favorecerla (3).El curiosoargumento no tuvo rplica. La ley queda aprobada el 22 de junio por gran mayora.

    El 15 de julio se constituye la sociedad "Directores y Accionistas del Banco deBuenos Aires", y el 6 de agosto la institucin -comnmente llamadaBanco de

    Descuentos- abre sus puertas pese a que la mayor parte de los accionistas haban pagadola primera cuota de sus acciones en pagars que levantaran despus con papel alhacerse otorgar crdito ; el restante 80 % sera abonado, tambin en pagars. Solamente239 acciones (menos de la cuarta parte) se pagaron en efectivo y fue el nico capitalmetlico de la institucin (4).

    Result un negocio magnfico ser accionista del Banco. Como el descuento sefij en el 9 % anual y el inters de las acciones oscil entre el 19 y 24 % por ao, losinversores obtuvieron una ganancia neta del 10 15 % de un capital que en ningnmomento arriesgaron. Con razn pudo decir Rivadavia en el mensaje de mayo de 1823:"La institucin del Banco progresa ms all de toda esperanza : ofrece utilidades muysuperiores a su edad" (5).

    El objeto verdadero del Banco.

    Los billetes del Banco reemplazaron a 1os metales en las transacciones de laplaza. Sirvieron para que los comerciantes al exterior pudieran llevarse el poco metlicode la plaza en una cantidad hasta entonces inusitada : en 1822 salieron 1.358.814 pesosoro en fragatas inglesas. Les bastaba cambiar en el Banco su papel por oro a la vista quese iba de Buenos Aires sin causar, por el momento, perjuicios apreciables.

    El crdito en manos de los exportadores, es comprensible que favorecieraprincipalmente al comercio de exportacin ingls. Esa preferencia no fue, con todo, loms censurable; hubo cosas ms graves : el crdito se emple contra los interesesnacionales como lo denunciara Nicols Anchorena. "Cuando (en 1823) los patriotas deMontevideo prevalindose o aprovechando de la divisin que haba entre las tropas

    portuguesas, obligaron al general Lecor a salir fuera de la plaza, esperando por esemedio recuperar su independencia, es decir, su adhesin a Buenos Aires : entonces una

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    casa extranjera que no existe ya en Buenos Aires se comprometi con el general Lecor adarle una suma mensual en onzas de oro. Y de dnde creern ustedes, seoresrepresentantes y compatriotas de la barra, que se sacaba ? . . . Del Banco de Descuentos: descontando letras all, tomando billetes y despus cambiando los billetes por onzas deoro. Los directores del Banco contribuan de este modo indirecto, a continuar nuestra

    esclavitud y la de nuestros hermanos. Y qu contestaban ? . . . Nosotros no tenemosnada que ver con la poltica; a nosotros nos traen letras con buenas firmas y no tenemosms que descontar" (6).

    No resultaron los directores ingleses los peores. No le era tan fcil a ParishRobertson (verdadera alma de la institucin) manejar al honorable mister Carthwright,presidente nominal como a los anglfilos Lezica y Castro. Por eso se procuraba rellenarcon nombres criollos los puestos del directorio, desde luego que vinculados al comerciode exportacin britnico. A veces se recurra a algn estanciero despistado, aunqueocurrieron episodios risueos como el trascripto en el acta de la asamblea del 27 deseptiembre de 1825: haba sido elegido director alguien sealado por el acta con lasiniciales S. V. ( Senz Valiente ?) . No acepta ; Parish Robertson es comisionado para

    convencerlo, perodice Robertson en el acta "protestndole la mayor franqueza le haba expresado

    el motivo que tena para no admitir dicho honor, y era que crea lo que generalmente sedice en el pueblo y es que en el Banco los extranjeros ejercen una influencia perniciosapara el pas a cuyo abuso l no quera contribuir" (7).Esos extranjeros fueron en unprincipio, comerciantes radicados en el pas y ligados a los beneficios del puerto. Perodesde 1825 la mayora de las acciones no estn ya en manos de residentes : el 9 de enerode 1826, sobre un total de 835 acciones presentes en la asamblea, 434, ms de la mitad,son de titulares con domicilio en el extranjero, representados por Mr. Armstrong ; 135tienen Robertson, Brittain, Fair, Robinson, etc., y 284 los criollos (Lezica etc.) . Estaemigracin es denunciada por Garca en el Congreso Nacional ; no con indignacinpatritica ni para quitarle al Banco sus exorbitantes privilegios ni siquiera para ponerfreno a la constante salida del oro que el Banco, lejos de impedir, pareca favorecer. Lohace para que los diputados obraran con discrecin en las cosas del Banco y no semetieran a crearle dificultades pues "el pas necesita de Inglaterra,". "La mayor parte delas acciones -dijo en la sesin del 25 de enero de 1826- no pertenece ni a los extranjerosresidentes aqu, ni a los naturales del pas, sino a capitalistas muy distantes de esteteatro" (8).Sus palabras ni extraaron ni fueron replicadas. Es cierto que Dorrego no sehaba incorporado an al Congreso.

    Beneficios a los accionistas.

    Prestar tiras de papel al 9% y recibir los depsitos de Tesorera (9),que en algunaproporcin eran todava de metlico, resultaba un negocio muy productivo. En el primerejercicio semestral -del 31 de agosto de 1823- se denuncia un excedente en caja de 270mil pesos, y a pesar de haber una circulacin de billetes de 290 mil pesos los accionistasse reparten el 12 % de inters semestral (2 % mensual) . Los posteriores sealan lacirculacin creciente del papel, pero no obstante se reparten jugosos beneficiossemestrales (10):

    Asamblea Papel Efectivo DividendoCirculante

    1824 - febrero 910.00 154.000 10 %1824 - agosto 1.680.000 204.000 9 %

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    1825 - febrero 1.698.000 285.000 10 %1825 - agosto 1.934.000 253.000 9 1/2 %1826 - febrero 2.700.000 255.000 11 1/2 %

    La emisin de papel creca mucho mientras el efectivo aumentaba poco. En

    realidad la ganancia era artificial y en el ejercicio de febrero de 1826, no obstante el 111/2 % repartido a los accionistas, el Banco estaba expuesto a cerrar sus puertas por laenorme masa de billetes en circulacin sin respaldo metlico. E1 canje lo hacan losexportadores ingleses de metal que en 1822, hemos visto, se llevaran 1.385.000 pesosoro, y en 1825, 1.551.921.

    La angustia por la falta de metal en las transacciones corrientes se hizo sentir amediados de 1825 ; el gobierno necesit metlico para el Ejrcito de Observacinacuartelado en Concepcin del Uruguay ante la previsible guerra con Brasil, y el Bancono pudo drselo. Era intil que Las Heras pidiera a Baring la remisin en oro del escasoremanente del emprstito, pues los banqueros de Londres no pudieron, o no quisieronmandarle ms de 11.000 onzas (11).Como lo hicieron por intermedio del Banco, ste

    resolvi quedarse con el metal aduciendo que su existencia de oro disminua y debaconsolidarla. (12)

    En noviembre -vsperas de la declaracin de guerra a Brasil- se ha retirado porparticulares tanto oro que la institucin est al borde de la bancarrota mientras elgobierno no tena ni onzas ni de plata ni chirolas de cobre para pagar al ejrcito. E1director Fragueiro sugiere un remedio heroico : "resellar los pesos fuertes (de plata)dndoles un aumento para impedir su exportacin" (13); la idea hubiera detenido laexportacin de plata, pero el directorio la rechaza : en cambio sugiere al gobierno elexpediente de otro emprstito en Londres "en remesas de oro sellado" por 1.240:000pesos (14).Para nada pareca servir la experiencia con Baring. El ministro Garca selimit a decir que "estaba proyectando arbitrios para suplir la falta de metlico" (15);los arbitrios, se supo luego, eran llevar al Banco los fondos que quedaban delemprstito y autorizarle a emitir billetes en gran cantidad. De metlico, nada.

    La bancarrota.

    En enero de 1826 se llega al estado de falencia. La difcil estabilidad de lainstitucin con tres millones de papel en circulacin respaldados solamente por 250 milen metlico, no iba a resistir el cimbronazo de la declaracin de guerra a Brasil. Elpnico se inicia el 9 de enero ( al empezar el bloqueo ) y no se tradujo en corridas dedepositantes que sacan sus depsitos, sino en tenedores de billetes que iniciaron una

    carrera para extraer todo el oro posible. El directorio se ve obligado a pedir al gobiernoel curso forzoso, es decir la inconvertibilidad de los billetes de papel. As se hace elmismo da, cuando quedan en el tesoro apenas 14 mil onzas de oro (224.000 pesos) y 17mil macuquinas de plata ( 17.000 pesos) . Tal vez para no dar una sensacin dedesaliento, pese al curso forzoso, los accionistas se votan un eufrico dividendo de 111/2 % en la asamblea semestral de febrero.

    Con su ejemplo daban fe de que el Banco andaba viento en popa y eso del"curso forzoso" haba sido un expediente inevitable en una guerra (16).

    Cierra el Banco de Buenos Aires.

    EI 23 de enero de 1825 el general Las Heras; gobernador de Buenos Aires, haba sidoinvestido por laLey Fundamental dictada por el Congreso Nacional del Poder Ejecutivo

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    Provisorio con facultades de preparar un ejrcito y un tesoro nacionales a fin de llevar acabo la guerra con Brasil. Las Heras era un militar patriota y sus propsitos eran sanos,pero lo asesoraba un "perito" en economa como su ministro de Hacienda, Manuel JosGarca y todo deba irse al traste. Las Heras quera crear con el remanente delemprstito una entidad fiscal nacional para sustituir al Banco ingls en el manejo

    financiero le. Pero la mayora del Congreso era incrdula de una accin del Estado. Unatransaccin se presenta el 5 de enero de 1826 a estudio del directorio del Banco : formarun banco mixto incorporando el dinero del emprstito como aporte fiscal. El capital dela nueva institucin sera ( en el primitivo proyecto ) de tres millones de pesos : los dosdel emprstito y un milln que se reconocera a la existencia del Banco de BuenosAires, aunque su efectivo apenas pasaba de 250.000 pesos (17). No fue aceptada.

    El 9 se declara el curso forzoso como hemos visto. Insiste el gobierno en suproyecto, que favoreca a los accionistas pues se daban a las acciones de una entidad enquiebra su valor escrito. Una asamblea extraordinaria de accionistas reunida el 21 deenero vuelve a rechazar la proposicin. No obstante el Congreso vota el 28 la Ley de

    Banco Nacional que modificaba el primitivo proyecto, sin haberse aprobado todava el

    traspaso. El 7 de febrero Rivadavia reemplaza a Las Heras en el Ejecutivo Nacional, ysolamente entonces -8 de febrero- los accionistas aceptan la integracin del Banco, perodebiendo tomarse sus acciones al 140 % del valor escrito : por cada ttulo de mil pesosde la vieja institucin recibiran siete acciones de doscientos pesos de la nueva. Como elpapel circulante del Banco antiguo alcanzaba a tres millones como hemos dicho, y suexistencia en efectivo apenas alcanzaba a 250.000 pesos, quera decir en buencastellano, que el nuevo Banco compraba en 1.400.000 pesos una deuda de 2.750.000 . Negocio redondsimo !

    Al cerrar sus puertas el Banco de Buenos Aires su presidente dijo -con altivez,recalca Casarino-, que "haba llenado su misin civilizadora" (18).

    El Banco Nacional.

    La Ley delBanco Nacional de. las Provincias Unidas del Ro de la Plataestableca un capital ilusorio de diez millones de pesos a cubrirse :a) Con "los tres millones del emprstito" (que en realidad eran poco ms de dos ydebieron suplirse con letras de tesorera y 20 mil pesos en metlico extrados a laexhausta Tesorera Nacional ;b) Con "el milln" del Banco de Descuentos (en realidad una deuda de dos millonessetecientos cincuenta mil pesos ) ;c ) Con seis millones en acciones a suscribirse ( se cubriran solamente 600 mil pesos

    ) . Todo era ilusorio : el capital real del nuevo Banco eran solamente los dosmillones de papeles de comercio del emprstito, las 14 mil onzas y 35 mil macuquinasde la caja del Banco de Buenos Aires, y los 20 mil pesos plata y 900 mil en certificadosde la Tesorera de la Provincia. Con eso debera responder a una circulacin de tresmillones de billetes del extinguido Banco, e iniciarse en nuevas operaciones de crdito(19). Y adems financiar la guerra con el Brasil.

    Por supuesto debera recurrirse a nuevas emisiones. Aunque provisoriamente elgobierno prohbe (por decreto del 13 de marzo, 1826) "poner en circulacin billetes decantidad mayor que la de los valores reales que posea", como estos valores reales erandifciles de establecer result letra muerta en la prctica.

    Quin manejaba el Banco?

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    No otra cosa era el Banco, que se iniciaba con un ocano de papel circulante,

    que un cmodo expediente para pagar con el emprstito el metlico extrado por losingleses desde 1822. Y sacar de paso el remanente. Con todo, si hubiera sidoadministrado por el gobierno, a quien le habra correspondido por ser quien mayor

    capital aportaba -y administrado, desde luego, en beneficio de la nacin- tal vez hubiesepodido ganar la guerra con Brasil.Pero no ocurrira a s. La direccin sera entregada a los extranjeros. Hablando

    en plata, debe decirse que en el momento preciso de iniciarse la guerra con Brasil, elgobierno pona el dinero disponible y todas sus posibilidades de tenerlo. ms adelante,en una caja de hierro, la cerraba con llave y entregaba la llave a Inglaterra.

    Para un capital de cinco millones nominales podra suponerse que los tres deaporte fiscal pesaran decididamente. No era el pensamiento de los unitarios -Las Herasaparte- , partidarios de la libre empresa y enemigos del intervencionismo estatal. Unatramoya ideada tal vez por Garca (redactor de la ley) puso la direccin en manosexclusivas de los accionistas particulares. El art. 17 estableci la representacin en las

    asambleas : el tenedor de una accin tendra un voto ; de dos hasta, diez, un voto cadados ; de diez a treinta, un voto cada cuatro ; de treinta a sesenta, un voto cada seis ; desesenta a cien un voto cada ocho ; de cien arriba, un voto cada diez. Exista el derechode representacin para todos menos para el Estado. Por lo tanto las diez mil acciones dedoscientos pesos cada una del "capital" particular de un milln podan presentarsefraccionadas en la asamblea -para lograr 10.000 votos contra los 1.500 de las quince milacciones que representaban los tres millones del Estado. Los particulares controlaran el85 % de las asambleas : podan elegir los directores que les pluguiese y tomar lasmedidas que quisiesen. Para mayor seguridad todos los directores ( que eran diecisis )deberan ser accionistas particulares con no menos de veinte acciones ; el Estado nopoda estar representado ; solamente tena el derecho de "darles la venia". Con raznJulin Segundo de Agero (futuro ministro de Rivadavia ) para quitar escrpulos contrael Banco mixto a los partidarios de la libre empresa, pudo decir en el Congreso :"Aunque el Estado compre ( acciones ) no podr ejercer perjuicio alguno a losaccionistas (20).

    Con los mismos privilegios del Banco de Descuentos (monopolio bancario pordiez aos, facultad de emisin, exenciones impositivas y judiciales) , ahora extendidas atoda la nacin, el Banco "nacional" inici sus operaciones el 11 de febrero de 1826.

    Fuga del oro.

    Al abrir sus puertas tena el pequeo encaje metlico que perteneci al Banco dedescuentos ( 14.000 onzas de oro y 37 mil macuquinas de plata ) , y los veinte mil deplata aportados por el gobierno. E1 curso forzoso (declarado el 9 del mes anterior) , fueeufricamente levantado, permitindose el cambio del papel circulante que era elemitido por el Banco anterior, en las ventanillas de la nueva entidad. Con unamodificacin en el tipo "para evitar la exportacin" : el peso tanto de plata como enpapel- valdra la 18. parte de una onza de oro en vez de la 17. Fue la primeradesvalorizacin legal.

    Pese a esa desvalorizacin y al bloqueo brasileo que impeda la exportacin deoro, los tenedores de papel se aglomeraron en ventanillas. Algunos obtuvieron crditosdel mismo Banco que inmediatamente cambiaron por oro. Levantar el curso forzoso en

    plena guerra -y en plena crisis- podra calificarse de desatino si no fuera un negocio paralos que podan exportar el oro pese al bloqueo brasileo. Que eran solamente quienes

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  • 8/4/2019 Rivadavia y El Imperialismo Financiero

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    podan valerse de la valija diplomtica britnica facilitada generosamente por Parish noobstante las protestas del almirante bloqueador (21).

    Naturalmente a los veinte das de reanudado el cambio libre del oro, se agotaronlas existencias del Banco. El Directorio, para mantener el canje libre, dispuso comprarpastas y barras en las provincias y en Chile, entregando en pago las letras del

    emprstito. Algo se consigui, pagndose la onza a 19 y 20 pesos, insuficiente para lacrecida demanda de ventanillas donde se canjeaba a 18 (22).Era la ruina a corto plazo,pero permita a la presidencia de la repblica alabarse de "mantener el valor del peso"en plena guerra. Ni Inglaterra haba mantenido la libre venta de oro en tiempos deguerra !

    En abril se toca fondo, al parecer definitivamente : quedaban en el Tesorosolamente 320 onzas y cinco mil macuquinas. El 12 debe cerrarse la ventanilla "nterinel Congreso delibera sobre las medidas para garantir el valor de los billetes". No se lallam curso forzoso, para no dar una, sensacin desagradable a quienes no habanretirado oro porque no lo podan exportar en la valija diplomtica inglesa. Lainconversin fue disimulada el 5 de mayo con una chistosa ley llamada de Lingotes (que

    valiera al joven ministro de Hacienda, Salvador Mara del Carril, el remoquete de"Doctor Lingotes" ) permitiendo a los tenedores de papel cambiarlo no ya en simplesmonedas de oro y plata, sino -nada menos- en lingotes de ley y peso pursimos. Perocomo deberan prepararse para "eliminar sus