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42 octubre-diciembre 2006 l documento prehispánico que hoy denominamos Códice Colombino fue adquirido en 1891 por un grupo de destacados historiadores reunidos a instancias de Porfirio Díaz para conmemorar el cuarto centenario del des- cubrimiento de América. A dicho grupo se le conoce como la Junta Co- lombina, integrada por personalidades como Alfredo Chavero, Joaquín García Icazbalceta, Francisco del Paso y Troncoso y José María Vigil, entre otros. El códice pertenecía a la valiosa colección de antigüedades de José Dorem- berg, y si bien la Junta Colombina da a conocer en 1892 el manuscrito que lle- vará el nombre del navegante genovés, no por ello este importante documento era enteramente desconocido para algunos estudiosos de la época. En efecto, Alfredo Chavero tuvo en su poder el códice mixteco como parte de su colección particular, pero posteriormente tuvo que venderlo junto con otros dos códices que también le pertenecieron y que hoy en día se conocen como Códice Dehesa y Códice Ciclográfico, éste último una falsificación de la época (Chavero, 1901, págs. 4-5). La historia del Códice Colombino antes de su adquisición por la Junta es un tanto oscura, pues únicamente la conocemos a través de lo publicado por Chavero en el texto de Antigüedades Mexicanas (1892) y posteriormente en un volumen denominado Pinturas Jeroglíficas, que está integrado por reproducciones de códices falsificados. Ritos , sacerdotes y religiosidad en el Códice Colombino El Códice Colombino tiene un contenido eminentemente históri- co, pues cuenta la historia de un destacado gobernante –señor y guerrero—, llamado 8-Venado, “Garra de Jaguar”, quien vivió en la Mixteca entre los siglos XI y XII . Manuel A. Hermann Lejarazu E

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l documento prehispánico que hoy denominamos Códice Colombino fueadquirido en 1891 por un grupo de destacados historiadores reunidos ainstancias de Porfirio Díaz para conmemorar el cuarto centenario del des-cubrimiento de América. A dicho grupo se le conoce como la Junta Co-

lombina, integrada por personalidades como Alfredo Chavero, Joaquín GarcíaIcazbalceta, Francisco del Paso y Troncoso y José María Vigil, entre otros.

El códice pertenecía a la valiosa colección de antigüedades de José Dorem-berg, y si bien la Junta Colombina da a conocer en 1892 el manuscrito que lle-vará el nombre del navegante genovés, no por ello este importante documentoera enteramente desconocido para algunos estudiosos de la época. En efecto,Alfredo Chavero tuvo en su poder el códice mixteco como parte de su colecciónparticular, pero posteriormente tuvo que venderlo junto con otros dos códicesque también le pertenecieron y que hoy en día se conocen como Códice Dehesay Códice Ciclográfico, éste último una falsificación de la época (Chavero, 1901,págs. 4-5).

La historia del Códice Colombino antes de su adquisición por la Junta es untanto oscura, pues únicamente la conocemos a través de lo publicado por Chaveroen el texto de Antigüedades Mexicanas (1892) y posteriormente en un volumendenominado Pinturas Jeroglíficas, que está integrado por reproducciones de códicesfalsificados.

Ritos , sacerdotesy re l ig ios idad en e l Cód ice

Co lombinoE l C ó d i c e C o l o m b i n o t i e n e u n c o n t e n i d o e m i n e n t e m e n t e h i s t ó r i -

c o , p u e s c u e n t a l a h i s t o r i a d e u n d e s t a c a d o g o b e r n a n t e – s e ñ o r y

g u e r r e r o — , l l a m a d o 8 - V e n a d o , “ G a r r a d e J a g u a r ” , q u i e n v i v i ó e n l a

M i x t e c a e n t r e l o s s i g l o s X I y X I I .

Manuel A. Hermann Lejarazu

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con mayores detalles la historia del Colombino, pues, como yamencionamos, perteneció a Cardoso junto con el Dehesa y elCiclográfico. No obstante, el propio Chavero no pudo conser-var sus códices, ya que tuvo que venderlos a Francisco Iturbe,quien posteriormente los dejó en manos del corredor JoséMaría Pérez. Finalmente, Pérez vendió dos códices en Puebla yuno en Veracruz. En Puebla, el Colombino fue adquirido porDoremberg y, en Veracruz, Teodoro Dehesa compró el códiceque hoy lleva su nombre.

De ser veraces las noticias escritas por Chavero acerca delColombino, tenemos al menos documentada una parte de la his-

toria del códice en casi tres décadas delsiglo XIX; pero, ¿qué sabemos del códiceen una etapa anterior? ¿Cuál es la historiadel manuscrito desde su elaboración en laépoca prehispánica hasta que lo poseyóCardoso en 1863?

Desafortunadamente existen muy pocosdatos para poder reconstruir con precisión

qué sucedió con el códice durante tantos años. Sin embargo,Mary Elizabeth Smith, con base en documentos coloniales, lo-gró encontrar que el manuscrito aún pertenecía a los caciquesde Tututepec, en la Mixteca de la Costa, por lo menos hasta1717 (Caso, 1966, pág. 54). De acuerdo con el análisis que rea-liza de las glosas escritas en mixteco en las 24 páginas delColombino, Smith plantea que el documento prehispánico fueconvertido en una especie de “mapa escrito” que sirvió comotítulo de propiedad para salvaguardar las tierras y linderos quepertenecían al señorío de Tututepec al momento de la con-quista española (Caso, 1966, pág. 53). Según el estudio de estaautora, las glosas en mixteco debieron haberse escrito alrededorde 1541, pues este año aparece anotado en la última página delcódice (Caso, 1966, pág. 68).

Como acabamos de mencionar, las glosas registran nombresde linderos de varios pueblos de la Mixteca de la Costa que fue-ron sujetos o pertenecieron al señorío de Tututepec en 1541, ycomo el códice fue considerado un título de propiedad por loscaciques de Tututepec, uno de ellos, don Agustín Carlos Pi-mentel de Guzmán, lo presentó en 1717 en un litigio contra elpueblo de San Miguel Sola por la posesión de algunos terrenos.

Por lo tanto, es posible que desde su elaboración en la épocaprehispánica hasta por lo menos principios del siglo XVIII, elCódice Colombino permaneció en manos de los señores deTututepec, logrando así conservarse en México un documentode suma importancia para la historia mixteca. Queda aún por

Según nos dice Chavero, el Colombinopertenecía al señor Doremberg, un comercian-te alemán que vivía en la ciudad de Puebla,quien lo había comprado a un mercader deantigüedades sin que se supiera más sobre suorigen (Antigüedades Mexicanas, 1892, pág. X).Sin embargo, años después, el propio Chaveroconfiesa que el Códice Colombino había sidode su propiedad y que en 1863 estaba en ma-nos del licenciado Manuel Cardoso (Chavero,1901, págs. 4-5). Chavero continúa la historia

señalando que para 1869 un corredor llamadoPrimitivo Sobrino estaba encargado de venderel manuscrito a consecuencia de la muerte deCardoso, pero el mismo Chavero dice que selo compró a la viuda de Cardoso junto con dosmanuscritos más, el Códice Dehesa y el Ciclo-gráfico (Chavero, 1901, págs. 4-5).

Nos llama la atención el hecho de queAlfredo Chavero no haya publicado estainformación sobre la historia del Códice Co-lombino en el texto de las Antigüedades Mexi-canas aparecido en 1892, sino que hasta 1901dio a conocer esta serie de noticias sobre suadquisición del códice. Pensamos que la desa-fortunada publicación de los códices que per-tenecían a su colección fue el detonante de suconfesión, pues al dar a la luz el Códice Ciclo-gráfico que él reputaba como legítimo, le trajocomo consecuencia severas críticas y un am-

plio rechazo por algunos estu-diosos de la época, parti-cularmente de Francisco

del Paso y Troncoso.Chavero, con el afán

de comprobar la autentici-dad de su manuscrito, revela

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Es posible que desde su elaboración en la época prehispá-nica hasta por lo menos principios del siglo XVIII, el Códice

Colombino permaneció en manos de los señores de Tututepec, logrando así conservarse en México un

documento de suma importancia para la historia mixteca

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historia de un rey-sacerdote que es destronadopor un grupo de misteriosos viajeros que lo obli-gan a huir hacia la región del Poniente (Cas-tellanos, 1910, y Jansen, 1987, págs. 71-89).

Desde luego que la lectura de Castellanossobre el Códice Colombino es errónea y se en-cuentra cargada de fantasías y de una inexactacomprensión de los glifos, pero si ubicamos laobra en el contexto adecuado de su tiempo,resulta una interesante narración de tintes his-tóricos y épicos que nos permite revalorar lainterpretación de Castellanos como un nota-ble avance en el descubrimiento del carácternarrativo del códice y de una visión global deun relato del pasado mixteco (Jansen, 1987,pág. 86).

Hoy sabemos, sin lugar a dudas, que el con-tenido temático del Códice Colombino eseminentemente histórico y que trata sobre lavida de un destacado gobernante llamado 8-Venado “Garra de Jaguar”. Podemos decir, entérminos modernos, que el Colombino es unaauténtica biografía de uno de los más impor-tantes señores y guerreros que vivieron en laMixteca prehispánica entre los siglos XI y XII

(1063-1115, según las correlaciones másmodernas), y que a pesar de no haber sido un

legítimo heredero al trono de Tilantongo, pudoconvertirse en soberano de los dos más impor-tantes cacicazgos de la Mixteca prehispánica:Tututepec en la Mixteca de la Costa y Tilan-tongo en la Mixteca Alta.

Las hazañas militares, rituales y políticas de8-Venado quedaron registradas no solamenteen el Códice Colombino, sino también en có-dices tan importantes como el Bodley, Vindo-bonensis reverso y Nuttall.

investigar el destino del códice antes de pasar a la colección deCardoso, pero al menos existen ya algunas pistas.

B r e v e d e s c r i p c i ó n d e l C ó d i c e C o l o m b i n oEl documento se compone de 24 páginas o láminas con unamedida de 19.5 por 26 centímetros cada una y una exten-sión total de 6.06 metros. Está elaborado en piel de venado

y doblado en forma de biombo. Su estado de conservación esdelicado, debido a que todo el manuscrito sufrió de un deterio-ro intencional provocado durante la época colonial. Presentauna serie de raspaduras, abrasiones y alteraciones que tuvieronla intención de hacer desaparecer información que pudiera sermal interpretada por las autoridades españolas.

Sin embargo, a pesar de tales deterioros, conserva un estilomuy bello que quizá nos indique el origen de una tradición pic-tórica que no continuó en toda la Mixteca durante los sigloscercanos a la conquista. Aunque también es necesario decirque la tradición costeña de donde viene el códice pudo habersido la más rica en estilo y en iconografía, lo que marcó distin-tivamente al Colombino y lo hace diferente de sus compañerosprehispánicos.

L o s c o n t e n i d o s d e l C ó d i c e C o l o m b i n oDesde el momento de su adquisición por la Junta Colom-bina, el códice de Tututepec fue considerado un calendarioritual que describía las fechas de las fes-

tividades de varias ceremonias religiosas.Incluso, el propio Chavero interpretó algu-nas escenas como periodos de 1040 añosformados por árboles direccionales (Anti-güedades Mexicanas, 1892., pág. XI).

Esta visión calendárica sobre el conte-nido del Colombino se halla complemen-tada por los comentarios de Eduard Seler, quien lo consideró undocumento religioso o mitológico, donde el personaje principalrepresentado en el códice fue identificado como un dios por elsabio alemán.

Sin embargo, no todos los estudiosos de principios del sigloXX vieron en el Colombino aspectos de carácter religioso ocalendárico. Efectivamente, en 1910 un maestro mixteco lla-mado Abraham Castellanos publicó una leyenda inspirada enlas pictografías del códice. Su texto lleva por título El reyIukano y los hombres del Oriente, y en él Castellanos escribe la

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Presenta una serie de raspaduras, abrasiones y alteracionesque tuvieron la intención de hacer desaparecer información que pudiera ser mal interpretada por lasautoridades españolas

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propio 8-Venado en actitud de peregrino, como loseñaló Caso, sino que se trata de un emisario de origennahua o tolteca que llega a la Mixteca a dirigir una serie

de rituales. La identificación de dicho personaje comonahua o tolteca se desprende de la interpretación del

“antifaz negro” como una lectura en mixteco deSami nuu o “quema la cara”, “quema el ojo”, el gen-

tilicio que los mixtecos utilizaban para referirse a los nahua-hablantes (Jansen, 1989, pág. 71).

El emisario tolteca, cuyo nombre por cierto no se mencionaen el códice, parece enseñar o instruir a un curioso personajeque también fue confundido con 8-Venado por Alfonso Caso.Se trata de un individuo jorobado, completamente pintado denegro, que realiza una serie de actos rituales a petición o ins-tancias del sacerdote nahua (véase Figura 1). Debido al estadotan deteriorado y destruido del Colombino, no había podidoser identificado este personaje por parte de Caso, pero unaobservación detallada de las modernas fotografías digitalizadasdel códice nos llevó a descubrir que se trata de un hombre lla-mado 10-Viento y cuyas actividades sacerdotales lo llevaron aefectuar una importante empresa religiosa (véase Figura 2).

Según menciona nuestro códice, el hombre jorobado haceun autosacrificio al perforarse las orejas con un hueso puntiagu-do, y su sangre es depositada en algunas ramas y espinas delan-te de un altar cuya imagen está hoy destruida (véase Figura 3).Posteriormente, el mismo jorobado se encuentra agachado a laorilla de un río, en el que parece beber un líquido espumosoconstituido por pequeñas volutas o líneas curvas. Esta forma derepresentar una consistencia espumosa es muy parecida a lasimágenes que existen en los códices sobre el pulque, pero nosllama la atención que esta espuma esté dibujada en medio delagua con un color más grisáceo (véase Figura 1). Caso pensó quese trataba de agua sulfurosa y que constituía una prueba por laque pasó 8-Venado.

Enseguida, el señor 10-Viento entra a una enorme cueva através de una oquedad colocada al pie de una montaña en la queseguramente realizó prácticas ascéticas y de autosacrificio, paraculminar así con su preparación sacerdotal (véase Figura 4).

Una vez llevados a cabo estos rituales, el señor 10-Vientorecibe del emisario tolteca una soga y un hacha junto con unavestimenta de color rojo (véase Figura 5). Pero las actividadesde 10-Viento no culminan aquí, pues poco después lo encon-tramos dirigiendo ahora a un nuevo personaje para que bebaagua de una fuente o cascada, mientras que el señor toltecavisita a otro individuo oculto dentro de una cueva, pero cuya

El Códice Colombino ha sido objetode diversos estudios modernos quehan logrado descifrar y reconstruirla historia y las conquistas del grangobernante mixteco (Caso, 1966, yTroike, 1974). No obstante, conside-ramos que aún existen escenas y con-tenidos cuya significación exacta no ha sidotodavía bien comprendida por parte de losespecialistas. Si bien es verdad que la narra-ción pictórica plasmada en el Colombino escompletamente histórica, queremos destacartambién los aspectos rituales y mágico-religio-sos plasmados en algunas láminas del docu-mento que merecen un estudio aún más pro-fundo que el que abordaremos aquí.

A s p e c t o s r e l i g i o s o s y r i t u a l e sExiste un pasaje en la historia de 8-Venadoque no se encuentra narrado en otros códi-ces que también tratan sobre su vida, como

el reverso del Códice Nuttall y algunas páginasdel Bodley; de acuerdo con el Colombino, elepisodio comienza en la página IX con la lle-gada de un importante personaje que visteatuendos de tipo sacerdotal y culmina con elviaje de cuatro señores que visitan a 8-Vena-do. Esta serie de escenas son interpretadas porCaso como una expedición mágica en la que8-Venado realiza una serie de pruebas y auto-sacrificios que finalmente lo conducirán a unmatrimonio que necesita la venia de un perso-naje poderoso (Caso, 1966, págs. 28 y 29).

Sin embargo, un análisis detallado de di-chas escenas nos lleva a la conclusión de queel señor 8-Venado casi no aparece en estas pá-ginas, sino que se encuentran representadosotros personajes cuya identidad no fue identi-ficada por Caso.

En primer lugar, el personaje que portaatuendos de carácter sacerdotal, quien ademáslleva pintura facial en color negro a modo deantifaz y un largo báculo o bastón, no es el

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estado analizando, pues enseguida de esta escena se representael año 7-Casa y el inicio de un largo viaje encabezado por elseñor 10-Viento, el emisario tolteca y un individuo que lleva acuestas a una mujer cuya cabeza se asoma por la bolsa que traea sus espaldas (véase Figura 8). El viaje culmina frente a un per-sonaje importante que se encuentra delante de un palacio ycuyo nombre era seguramente 4- ¿? (el signo del día fue cuida-dosamente borrado). Este señor lleva también un antifaz sobresu rostro, del mismo modo que el emisario que ya señalamos(véase Figura 9).

Como ya dijimos, Caso pensó que esta parte del códice serefiere a un matrimonio de 8-Venado y que solicita la venia delgran señor del palacio para realizarlo (Caso, 1966, pág. 29). Sinembargo, a nuestro parecer, tal casamiento no existe, pues enningún otro códice se menciona a tal esposa (situación quereconoce Caso), ni el propio documento nos aporta elementospara considerarlo así. Estamos por lo tanto, ante un conjuntode escenas que tienen otra explicación en el contexto de losrituales llevados a cabo por el jorobado 10-Viento y la inter-vención de los señores toltecas.

Efectivamente, la mención del emisario tolteca cabe, den-tro de la narración del códice, como un acontecimiento previoa la visita que realizan cuatro importantes personajes enviadospor un señor llamado 4-Jaguar, rey sacerdote de Tollan-Cho-lollan, la Tula de su tiempo, para que se entrevisten con 8-Venado (véase Figura 10). La visita de los cuatro emisarios estábien documentada en códices como el Nuttall y el Bodley, yforma parte de una extraordinaria alianza que se forja entre elgobernante mixteco y el señor cholulteca. Es muy probable,entonces, que el primer contacto entre 8-Venado y 4-Jaguar serealizara mucho antes de lo que habíamos imaginado antes.Precisamente, el papel jugado por el primer emisario llegado ala Mixteca y el jorobado 10-Viento, quien posiblemente era un

identidad desconocemos debido al gran dete-rioro que existe en esta sección del códice(véase figura 6).

Parece ser que la función del jorobado 10-Viento era convertirse también en un emi-sario y acompañante del señor tolteca, pues lo vemos implicado en una reunión que tuvocomo consecuencia un largo viaje en el quetambién participa el señor tolteca. La úni-ca mención a 8-Venado en estas páginas seencuentra en la franja superior de la pági-na 10, en donde encontramos al protagonistadel códice vestido como Serpiente de Fuego o Yahui, junto con la diosa 9-Caña, quienparece recibir algunas ofrendas y entregarle a 8-Venado un escudo y una flecha (véaseFigura 7).

Sin embargo, esta aparición de 8-Venadoparece incidental dentro del relato que hemos

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La identificación de la diosa 9-Caña enesta escena es un tanto hipotética, debido aque no es posible ver el nombre de la mujerentre las raspaduras del códice, pero encontra-mos punto de apoyo con la mención en el pro-pio códice de una reunión entre esta deidad y8-Venado un poco antes de que se pusieran enmarcha los sacerdotes-emisarios.

C o n s i d e r a c i o n e s f i n a l e sComo pudimos observar, todavía hacenfalta mayores estudios para llegar a com-prender manuscritos mixtecos tan impor-

tantes como el Códice Colombino. El análisis

sacerdote escogido por 8-Venado, fue de gran importancia paraque se efectuara este primer encuentro. La ardua preparaciónritual de 10-Viento tuvo como recompensa su destacada inter-vención en un asunto político y religioso de gran peso: trasla-darse desde la Mixteca hasta la ciudad de Cholula llevandoconsigo a la diosa 9-Caña hasta el palacio del señor 4-Jaguar.

La mujer llevada a cuestas por uno de los emisarios-sacer-dotes era probablemente una representante de la diosa, quiense presentó ante 4-Jaguar para entregarle una serie de ofrendasy comenzar así una sólida alianza que se consolidaría con lavisita de los cuatro enviados y un importante juego de pelotaentre 8-Venado y uno de los señores toltecas. En la franja supe-rior de la página 12, se observa la figura de una mujer frente alpersonaje identificado como 4-Jaguar (Figura 9), quien parecerecibir un conjunto de ofrendas de parte de los visitantes.

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Manuel A. Hermann Lejarazu es doctor en estudios mesoamericanos

por la Universidad Nacional Autónoma de México. Es investigador en el

Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, uni-

dad Distrito Federal. Se especializa en el estudio y análisis de códices y docu-

mentos del área mixteca, tanto de la época prehispánica como del periodo

colonial. Ha recibido la mención honorífica en el Premio “Francisco Javier

Clavijero” 2004 del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

[email protected]

presentado aquí constituye un nuevo esfuerzo dereinterpretación de los glifos con el apoyo denuevos soportes visuales que nos ayuden aentender un poco más la compleja naturaleza delos códices mixtecos. De acuerdo a este manus-crito, las prácticas rituales tenían también unpeso muy importante en la vida política de losantiguos mixtecos. Es curioso resaltar que en elCódice Colombino los aspectos religiosos tuvie-ron un papel equivalente a las hazañas militares,mientras que otros manuscritos resaltan elcarácter militar por encima de los rituales. ElColombino no solamente muestra las grandesactividades de 8-Venado, sino también interca-la personajes, sacerdotes y deidades que intervi-nieron de alguna manera en el decurso de loshechos. De esta manera, religión y política erancomprendidas como parte de una misma reali-dad que difícilmente se podía separar. ■

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B i b l i o g r a f í aAntigüedades Mexicanas, publicadas por la Junta Colombina de México

en el Cuarto Centenario del Descubrimiento de América (1892),México, Oficina Tipográfica de la Secretaría de Fomento.

Caso, Alfonso (1966), Interpretación del Códice Colombino y las glosasdel Códice Colombino por Mary Elizabeth Smith, México, SociedadMexicana de Antropología.

Castellanos, Abraham (1910), El rey Iukano y los hombres del Oriente,Oaxaca.

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