Risalât Al-Malâtiyya

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    En el Nombre de Allah

    el Clemente, el Misericordioso

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    Risalt Al-MaltiyyaLa Lucidez ImplacableShaykh Al-Sulami

    Estudios y difusin el pensamiento islmico tradicionalwww.mustafachile.info

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    RISALT AL-MALTIYYALa Lucidez Implacable

    Extractos extrados del celebre escritor y bigrafoSULAM

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    INDICE

    Bagdad y Nshpr 6

    La reprobacin de s y la negativa a toda complacencia 8

    La experiencia interior y la jerarqua de los niveles de conciencia 9

    De la sabidura oculta en el anonimato a la sabidura protegida por 10la mala reputacin.

    El autor. Sulam 11

    Cartas de los Hombres de la Reprobacin. 12

    Principios de Los hombres de la reprobacin 22

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    CAPITULO I : Bagdad y Nshpr.

    La historia del conocimiento y la mstica musulmana est marcada por la aparicin, en elsiglo IX siglo III de la hgira de una nueva forma de espiritualidad, habitualmentedesignada por la expresin va de la reprobacin y que se distingue de lo que se

    denomina va del sufismo. Sus representantes, los maltiyya u hombres de lareprobacin, son todos originarios de la ciudad de Nishpur, capital de la vasta provinciairania de Khorasn, y cuya irradiacin intelectual y espiritual comenzaba ya a rivalizar conla de Bagdad. Los hombres de Nishpur desarrollaron, en el curso de los siglos IX y X, losprincipios de un ideal de vida que recibir el nombre de mstica khorasaniana paraoponerla a la mstica exttica de los sufes, calificada de iraqu o de Bagdad. Y sonesas nociones y esas nuevas reglas las que el clebre escritor y bigrafo Sulami naturaltambin de Nshpr, ciudad en la que muri en 1021/412 de la hgira expone en estaobra.

    Quiz no sea intil recordar brevemente en primer lugar, los orgenes del sufismo. A finalesdel siglo VIII/IX La denominacin colectiva de sufes habra designado, en principio, aun cierto grupo de buscadores de conocimiento ascetas de Kufa, sin duda porque secaracterizaban por llevar un vestido de lana (sf) blanca. Un siglo despus, la palabra seaplic a la corporacin de los msticos de Bagdad, como Junayd, seor de la tribuespiritual (muerto en 911/298) y Hallj (muerto en 922/309). Su enseanza, la cienciadel tasawwuf o sufismo, se basaba, como todo en el Islam, en el saber y las enseanzas delos antiguos maestros transmitidas oralmente por una cadena:" que se remonta hasta elProfeta (sall Ll hu alayhi wa-sallam) pues tanto la espiritualidad (fqiga) como la Ley(shar'a) forman parte del mensaje cornico y tradicional que debe ser transmitido (segnlas palabras formuladas por Muhammad (s.a.s), en el momento de la peregrinacin dedespedida, poco antes de morir). Los sufes crean en la posibilidad de una experienciainterior, designada por las palabras ahwl haq'iq al-ahwl, o tambin tahqq era elobjetivo de su bsqueda mstica. Su punto de partida era el pacto iniciatico (baya, muby)por el que el sheij conceda su bendicin al discpulo y le autorizaba a practicar, bajo sudireccin y salvaguarda, la invocacin de Allah (zikr), sin la cual la realizacin de unaexperiencia interior se consideraba imposible. A los ojos de los sufes, los prodigios y losfenmenos extraordinarios (karmt) eran los signos visibles de la realizacin de loshombres sabios (walya, a la vez amistad divina y proximidad de Allah). Lainvocacin poda hacerse colectivamente y estar acompaada de la recitacin de poemasmsticos o de cantos, y a veces tambin de danzas. Estas sesiones de sama' (audicinespiritual) podan llegar al xtasis (wajd), y esta prctica se ha mantenido hasta nuestrosdas en las cofradas musulmanas, especialmente en la de los derviches giradores.

    Los malmatiyya de Nishpr defendieron la opinin contraria a la mayor parte de las tesisy prcticas de los sufes. Comenzando por la regla de no distinguirse exteriormente de losotros musulmanes: nada de vestiduras especiales, ni hbito blanco (sf), ni tnicaremendada (muraqq), que pudieran llamar la atencin y mostrar que es una especie demonje que vive con austeridad; nada de devociones supererogatorias y excesivas, queseran ostentacin si se hicieran en pblico; una extremada reserva respecto de las sesionesde sam y de xtasis provocado; una desconfianza no menor por lo que respecta a lasexperiencias interiores (ahwl) y los signos extraordinarios (karmt) que, para ellos, no

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    prueban nada. La mayor parte de los bigrafos considera como sabio (waly) al hombrecuyos salat y duas (peticiones) son atendidas; pero para los hombres de lareprobacin se es ms bien un signo inquietante, un ardid o una trampa. Si sucedeque uno de ellos se beneficia de relaciones particulares con Allah, stas deben permanecertotalmente ocultas y al abrigo de cualquier indiscrecin.

    Esta disciplina implacable del arcano contrasta con la experiencia mstica manifiesta de lossufes extticos y justifica el calificativo de umans (depositarios dignos de confianza)que los malmatiyya se esforzaban por merecer. A sus ojos, la verdadera vida interior eraun secreto entre el Seor y el servidor que Allah Taala le confiaba y que l debaguardarse de revelar. Es notable que el Shej al-Akbar (el ms grande de los maestros),Ibn 'Arabi (muerto en 1240/638), coloca, como Sulam, a los malmatiyya por encima delos sufes, y los designa con el trmino uman. Igualmente en concordancia con lo queescribe Sulam al comienzo de su trabajo de los hombres de la reprobacin, Ibn Arab dirque los malmatiyya son espirituales y que los sufes son psquicos.

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    CAPITULO II - La reprobacin de s y la negativa a toda complacencia

    La idea del yo que te somete y el estimulo a la lucha que es necesario librar contra l seremontan a los orgenes del Islam. Segn una sentencia del Profeta (sall Ll hu alayhiwa-sallam) tu peor enemigo es el alma que llevas entre tus flancos; adems, a la vuelta

    de una expedicin contra los enemigos, l mismo haba afirmado: Henos aqu, de regreso,volvemos de la pequea Yihad y vamos hacia la gran Yihad (esfuerzo, lucha) . El alma(nafi) y sus vicios ('uyb) son objeto entre los primeros buscadores, y luego entre los sufes,de la mayor vigilancia. Uno de los ms antiguos tratados de espiritualidad, La observanciade los derechos de Allah, escrito por Muhsibi (muerto en Bagdad en el ao 857/243),contena un extenso captulo sobre el riy', a la vez ostentacin, hipocresa y consideracinde la opinin del prjimo, que quitan a las obras todo valor. La virtud opuesta es ikhfa, lapureza total de la intencin. Ya los sufes haban subrayado este punto, y despus lohicieron los khorasanianos, de los que los malmatiyya son, en buen parte, herederos.

    Pero stos insistieron an ms, no en la consideracin de la opinin de los otros, sino en labuena opinin respecto de uno mismo. Una de las palabras que se repiten con mayorfrecuencia en los discursos de los hombres de la reprobacin es la de complacencia,ruyatal-nafi (siendo ru'ya un trmino de la misma raz que riya', y derivado de un verboque significa ver). Haban abierto la va a los mulmatiyya con su exaltacin de la virtudde la sinceridad (sidq), enrgica y heroica, capaz, como el imn (Facultad del corazn deintuir a Allah y abandonarse a l), de realizar prodigios. As como lo opuesto a la pureza deintencin era la consideracin de la opinin de los otros, as lo opuesto a la sinceridad era,para los malmatiyya, la mirada de satisfaccin dirigida hacia uno mismo. Los hombres dela reprobacin persiguieron con una lucidez despiadada e implacable las formas msdiversas y sutiles de complacencia, particularmente en la realizacin de las prcticas dedevocin o de los ejercicios de mortificacin. Advirtieron a sus discpulos contra, el placerque pueden procurar las obras piadosas o los actos de obediencia, y tambin de laimportancia exagerada que podan atribuir a su realizacin. .sa es la reprobacin constantedel alma.

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    CAPITULO III - La experiencia interior y la jerarqua de los niveles de conciencia

    En dos ocasiones, Sulain menciona en sus escritos la concepcin de los malmatiyyarespecto de la jerarqua de los niveles de conciencia. Una primera vez a propsito de laascensin (tamqq) que desemboca en la contemplacin (mushhada), y una segunda

    respecto de los diferentes tipos de invocacin (zikr). El orden ascendente es el siguiente: elalma (nfs), el corazn (qalb), el secreto (sirr), el espritu (ruh). La experiencia interiorpuede situarse en los tres niveles superiores y aparece como una transferencia de laconciencia, sea al nivel del corazn, sea al nivel ms elevado del secreto, o sea al nivelltimo del espritu. En ningn caso puede existir experiencia interior en el nivel del alma,malvada y tenebrosa por naturaleza.

    Esta nocin de transferencia de la conciencia en el curso de la experiencia interior no eranueva, y se encontraba ya entre los sufes. Lo que parece ser especfico de los hombres dela reprobacin es la idea de la posible degradacin de lo que se realiza en un cierto nivelpor interferencia con el nivel inmediatamente inferior. Las malas miradas del alma respectode lo que la sobrepasa, miradas de indiscrecin y de codicia (fitti-l'), pueden, segn losmalmatiyya, afectar al corazn e incluso al secreto, que intentarn atraer hacia s y deesta manera atribuirse la experiencia realizada en el nivel superior. Esto explica laprudencia y la desconfianza de los hombres de la reprobacin respecto de los estadosmsticos (ahivl), a los que califican gustosamente de pretensiones ilusorias, sobre todocuando se trata de los sufes.

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    CAPITULO IV: De la sabidura oculta en el anonimato a la sabidura protegida porla mala reputacin.

    La frase de Kierkegaard, la forma del servidor es el incgnito, conviene perfectamente alcomportamiento de los malmatiyya. Depositarios de los secretos divinos, se esforzaban

    en preservarlos de las miradas indiscretas. Para lograrlo, trataban de permanecer annimose ignorados, no distinguindose en nada de la multitud de los musulmanes, caminando porlos zocos y hablando con las gentes, respetando los usos de la vida en sociedad y lascostumbres ordinarias. De esta manera, su grado de espiritualidad y su sabidura pasabantotalmente inadvertidos.

    Habran podido contentarse con no llamar la atencin y limitarse a esta discrecin y estadesaparicin voluntaria. Pero fueron todava ms lejos, exponindose sistemticamente a lareprobacin de los oros. Es ste el principio malmati del talbs, el disimulo de lacondicin espiritual bajo apariencias desagradables. Para ellos, el mejor medio de ocultar lavida interior era tener mala reputacin, y en ello se afanaban animosamente.

    Esto explica que a partir de una cierta poca los malmatiyya fueran injustamenteconfundidos con los qalandaryya (los kalandar), msticos excntricos, algunas de los cualesbuscaban el xtasis en el hachs. Suhraward (muerto en 1234/632) volver a poner lascosas en su sitio y restablecer la verdad en sus 'Awrif al-Ma'rif.

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    CAPITULO V: El autor. Sulam

    El sheij Ab Abd al-Rahmn al-Sulam de Nshpr, al que Ab Nu'aym designaconstantemente por su nombre de pila y los de sus ascendientes, Muhammad ibn al-Husayn ibn Musa, naci en 937/325 y muri en 1021/412. Estaba particularmente bien

    situado para hablar de los malmatiyya y sacarlos de la oscuridad en que voluntariamentese haban encerrado. Su abuelo materno, Ibn Nujayd (Ab 'Amr Ism'Il), que practicaba eltalfrs, era en efecto un malamati discpulo de Ab 'Uthmn.

    Entre sus informadores, Sulami contaba tambin con los malmatiyya de la segundageneracin de discpulos formados por el fundador Hamdn al-Qassr, a saber, Ibn al-Farr e Ibn Fadlya, as como con informadores procedentes de la estirpe de Ab 'Uthmn,como Ibn Butidr y al-Slia'ran al-Rvi, as como Ab 'Amr ibn Harndn, hijo del malmatIbn Sinn, a la vez discpulo de Ab Hafs y de Ab 'Uthmn. Sin Sulam, ignoraramos casitodo de la vida de los hombres de la reprobacin y sus conocimientos; los otros bigrafosno han hecho sino reproducir en parte o en su totalidad las informaciones recogidas porSulam.

    Pero su notoriedad no se debe nicamente a la Epstola de los hombres de la reprobacin.Sulami redact un centenar de obras sobre mstica musulmana, de las que solamente seconservan veintisiete. La ms importante, de la que existen dos ediciones, es la queconsagr a ciento tres sufis, de los siglos IX y X, reagrupados segn cinco generaciones,con el ttulo clases de los sufes (Tabqat al-Sfyya). Tras una nota biogrfica de cadasufi importante, se recogen en esta obra sus sentencias ms instructivas. Se encuentran ahlos hombres de la reprobacin, a los que Sulami considera oportuno incluir entre lossufes, teniendo ms en cuenta sin duda lo que poda acercarlos que lo que los separaba. Noes slo un historiador de la mstica musulmana, sino tambin un maestro espiritual, comoatestiguan otras obras, tales como Las enfermedades del alma y sus remedios y El libro delas reglas en usa entre los sufes, cuyo texto rabe ha sido publicado por Etan Kohlberg.Hay que sealar tambin que Sulami diriga al final de su vida un khnqah, especie de lugarde retiro temporal, y que uno de sus discpulos ms conocidos fue Qushayri, autor de laEpstola sobre el sufismo.

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    CAPITULO VI: Cartas de los Hombres de la Reprobacin.-

    ALABADO SEA ALLAH, que ha escogido entre Sus servidores a hombres que haestablecido como guas espirituales (imam) en la tierra! Por efecto de la adoracin que leprofesan, ha colmado de belleza o que ellos manifiestan de su persona en su

    comportamiento y, gracias al conocimiento (rna'rifa) que tienen de l y al amor (mahabba)que le manifiestan, ha iluminado su ser ntimo. Les ha hecho comprender la naturaleza desu alma carnal (nafi), hacindoles capaces de dominarla e instruyndoles en sus ardides, yles ha ayudado a tratarla con desdn y desprecio. As, ellos son los sabios ('ulama') en todolo que concierne a Allah taala y a las reglas (ahkm) que l ha promulgado, y son ellosquienes mantienen el orden (amr) que El ha establecido y quienes comprenden sus favores,y Allah reserva especialmente Su misericordia a quien quiere (Corn, II, 105 y III, 74).

    T me habas pedido -y que Allah te asista!- que se expusiera cul es la va espiritualseguida por los hombres de la reprobacin, as como sus principios morales y sus estadosmsticos (afywf). Debes saber que no han escrito ningn tratado doctrinal, ni redactadoninguna obra biogrfica; no se encuentra a su respecto ms que moral, virtudes y disciplinaespiritual (riydda). No mencionar pues, en la medida de mis medios y posibilidades, msque algunos elementos relacionados con todo esto, pero que pueden sugerir lo que hay msall y que ataen a su actitud interior y a sus estados msticos.

    Sabe -y que Allah te asista en la va recta!- que los maestros en materia de ciencias yestados espirituales se reparten en tres categoras:

    La primera comprende a aquellos que se consagran a las ciencias de las reglas generales yque se desvelan por compilarlas, guardarlas, difundirlas y legarlas (a la posteridad).

    Pero no tienen ninguna competencia en lo que es el dominio de la lite espiritual (aljawasf),los hombres de las prcticas msticas, las experiencias interiores y la contemplacin. Sonsabios en lo que respecta al aspecto exterior del Islam, y son maestros consumados en loque se refiere a los puntos de divergencia y las cuestiones jurdicas; es as como se hacenguardianes de las bases de la Ley y de los fundamentos del Din (camino del Islam). A elloshay que remitirse cuando se trata de verificar la correccin de las prcticas en el seno de lacomunidad y de determinarlas en funcin del Libro santo y las tradiciones del Profeta. Sonpor tanto los sabios de la Ley y los guas del Din del Islam, pero slo en tanto que lasvanidades de este efmero mundo inferior no se mezclen en sus actos y los ensucien enrazn de sus tendencias naturales, pues entonces no se les podra seguir y ya no serandignos.

    La segunda categora comprende la elite de aquellos a quienes Allah ha reservadoespecialmente el conocerle y a los que ha separado definitivamente de todas laspreocupaciones y de todos los deseos que son el lote de los dems hombres. Para esos seresescogidos, Allah es la nica preocupacin y el nico deseo. Al contrario de los dems, noparticipan en ninguna de las realidades de aqu abajo, cuyo valor es ms que relativo. Notienen la menor aspiracin con respecto a este mundo que los envuelve por todos lados, o,ms exactamente, sus aspiraciones se reducen a una, gracias a l y orientada hacia El. Lacompaa del mundo no podra significar para ellos el menos reposo, mientras que para los

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    dems es imposible que as sea. Para ser an ms preciso, ellos constituyen la elite de laelite (Jatv al-Jaw), aqullos a los que Allah reserva especialmente todo tipo deexperiencias excepcionales (o carismas, karmat), y son ellos a quienes en lo ms ntimode s El ha sustrado a las realidades creadas, de manera que no existen ms que para El, porEl y hacia l. Y esto sucede despus de que hayan seguido ntegramente la va de las

    prcticas espirituales y se hayan preservado de su alma carnal por medio de grandesesfuerzos. La parte secreta de su ser mira hacia la Realidad divina (al-Haqq) y se vuelvehacia los misterios divinos (al-ghuyb), mientras que sus miembros estn revestidos con labelleza de las actos de adoracin que realizan.

    Exteriormente, nada en ellos est en desacuerdo con las reglas de la Ley, aunqueinteriormente no dejen de contemplar el mundo oculto. Es a ellos a quienes se aplican estaspalabras del Profeta (sall Ll hu alayhi wa-sallam): A aquel que ha reunido susaspiraciones en una sola, Allah le colma de saberes. Estos son los hombres delconocimiento de Allah.

    La tercera categora est representada por aquellos a quienes se ha dado el nombre demalmatiyya, a los que Allah ha revestido con la belleza interior de Sus favoresexcepcionales, como el hecho de ser gratificado con Su proximidad ( qurba), con el honorinsigne de ser admitido en Su presencia (zulfa) y de ser unido a El. En el secreto msprofundo de su ser, han realizado verdaderamente todo lo que implica la nocin de unin(jam), puesto que en el estado en que se encuentran toda separacin se ha hecho para ellosimposible. Confirmados en los grados sublimes de la unin, de la proximidad, de lasrelaciones ntimas (uns) con Allah y del enlace (ivasla) con El, son entonces objeto delos cuidados celosos del Ser divino. Es as como El los oculta al mundo, no mostrando deellos a las criaturas ms que su aspecto exterior, lo que implica que aparezcan comoseparados de, dedicados a las ciencias exotricas, al estudio de las disposiciones de la Ley yde las buenas costumbres (adab), y a las prcticas islmicas (ibadas) asiduas, al tiempo quese salvaguarda su estado de proximidad y de unin total (jam' al-jam) con el Ser divino.En virtud de ese estado espiritual sublime, la realidad interior de su ser no deja ningunahuella en el exterior. As ocurri con el Profeta, que elevado a los ms altos grados de laproximidad divina y del acercamiento a Allah (duna), a la distancia de dos arcos, oincluso ms cerca todava (Corn, LU, 9), pero que, despus, cuando volvi hacia lascriaturas, no habl con ellas ms que de cosas externas sin que ningn rastro de eseacercamiento y esa proximidad apareciera en su persona. El otro estado espiritual del quehemos hablado anteriormente a ste es, por su parte, comparable al de Msa (alayhim al-salm), cuyo rostro nadie pudo mirar despus de que Allah le hubiera hablado. Essemejante al de los sufes, que constituyen la segunda categora que hemos mencionado, yque dejan manifestarse las luces con las que su ser ntimo haba sido gratificado.

    Cuando aquellos que aspiran a Allah (murdn) se convierten en discpulos de los hombresde la reprobacin, stos les recomiendan el comportamiento que ellos mismos adoptan decara al exterior: cumplir con diligencia los actos de obediencia a Allah Taala, actuar segnlas prescripciones de la Tradicin en todo momento y respetar tanto exterior comointeriormente las reglas de las buenas costumbres, constantemente y en todas lascircunstancias. No les dejan la posibilidad de tener pretensiones espirituales, de hablar designos milagrosos o de cansinas (de que ellos podran ser objeto), ni de referirse a ello para

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    argumentar, sino que les sugieren vigilar la correccin de su actitud y seguir con susmortificaciones. Es as como el novicio sigue la va que es suya y como se educa segn suspropias reglas. Si constatan que concede una importancia exagerada alguna de sus accioneso a un cierto estado mstico, le muestran claramente las faltas que le mancillan y lerecomiendan que las evite. De esta forma, los discpulos no pueden complacerse en ninguna

    de sus acciones ni apoyarse en ellas. Cuando un novicio pretende, ante ellos, un ciertoestado interior o una cierta estacin espiritual (maqm), le llevan a minimizar suimportancia en tanto la sinceridad de su voluntad no est verdaderamente confirmada y losestados espirituales no han aparecido realmente en l.

    Le recomiendan entonces que adopte el que es su comportamiento propio, mantener ocultoslos estados interiores y no mostrar nada ms que el respeto a las reglas que se refieren a losmandatos de Allah y Sus prohibiciones, pues es as como se puede verificar la realidad delas estaciones espirituales en el discpulo durante su perodo de noviciado ( irda). Paraellos, de la rectitud del noviciado se deriva la correccin de las estaciones espirituales, sinhablar de la estacin del conocimiento (maqm almarfa).

    Cuando aquel que aspira a Allah es educado por otros maestros, stos le abandonanlibremente a sus pretensiones durante su noviciado. l se atribuye entonces sin que ellos losepan los estados interiores de los ms altos guas espirituales, y despus los reivindica. Ycon el tiempo se desva y se aleja cada vez ms de los caminos de la verdad divina. sta esla razn por la que Ab Hafs de Nishpr, el sheij de este grupo de espirituales, afirmaba:Los discpulos de los hombres de la reprobacin experimentan la virilidad espiritual(rujlzyya) sin el menor peligro para ellos, y les es imposible hacer aparecer nada quepertenezca a esta estacin, pues su comportamiento exterior est al descubiertomientras que su realizacin interior (baqiq) permanece oculta. No sucede lo mismo conlos discpulos de los sufes que manifiestan las groseras ilusiones de sus pretensiones ycarismas, ridculas para todo espiritual sagaz. Sus pretensiones son grandes, pero apenashay en ellos nada de realizacin verdadera. Esas palabras me fueron referidas porMuhammad ibn Ahmad ibn Hamdn segn su padre , que las haba escuchado de la boca deAb I-Iaf., de .Almad ibn Is, segn Ab-l-Hasan al-Qannd, que se plante a Ab I-Iaf lapregunta: Por qu os habis puesto ese nombre?, y l Muhammad ibn Ahmad ibn l-lamdan, ms conocido por el nombre de Abfi Amr ibn Ilamdn, informador de Sulamipero sobre todo del bigrafo Ab Nuaym de Ispahn, que le cita doscientas setenta vecesen su Hilya. Muri en Nishapr el ao 987/376, segn Ibn alIm, Shadharslt III.

    Sin duda se trata ms bien de Ab Ahmad ibn Is, informador de Sulami mencionado ensus Tabaqt, en la Risdia de Qushayri, entonces respondi: Los hombres de lareprobacin tienen cuidado de preservar los momentos privilegiados (awqt) en los queestn con Allah y de mantener el control de sus secretos ms ntimos, prohibindose a smismos el manifestar nada relacionado con sus grados de proximidad y sus estados deadoracin. En consecuencia, no muestran de s mismos al mundo ms que las aparienciasdesagradables, ocultando lo que el mundo podra aprobar.Es as como el mundo lesreprueba a su vez por signos puramente exteriores, mientras que su propia reprobacin nose dirige sino a las realidades interiores que slo ellos conocen. Allah les ha gratificadocon el desvelamiento de los misterios, el conocimiento de diversas realidades ocultas, eldon de clarividencia (firdsa) respecto de las criaturas y la manifestacin de sus favores

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    excepcionales para con ellos. Pero ellos han mantenido oculto todo lo que as les llegabade Allah, no mostrando primero ms que la reprobacin de su propia alma y su oposicina sus deseos, y luego, pensando en los otros hombres, lo que poda mantenerlos apartados,para que el mundo les rechace y quede as preservado su estado de intimidad con Allah.sta es la va de los hombres de la reprobacin. Ahmad ibn Al mad el malmati me ha

    transmitido esta informacin de Ibrhtm al-Qannd: Pregunt a Hamdn al-Qar qu era lava de la reprobacin, y sta fue su respuesta: Es, en cualquier circunstancia,renunciar a agradar al mundo y no buscar su aprobacin en el mbito de la moral y delcomportamiento, sin dar motivo, no obstante, a la menor reprobacin en lo que se refiere aAllah. Preguntado sobre los hombres de la reprobacin, Abd Allah ibn Manzil los definias: Son hombres cuya espiritualidad no deja aparecer ante el mundo ningn signoexterno, que en su interior no tienen ninguna pretensin respecto de Allah, y cuyasrelaciones con l estn en un secreto que escapa al conocimiento (limitado) de su alma yde su corazn. O a mi abuelo Ismil ibn Nujayd decir respecto de ellos: Nadiealcanzar su grado espiritual en tanto que todas sus acciones no aparezcan a sus propiosojos como hipocresa y todos sus estados interiores como pretensiones vanas. Se pregunta uno de sus maestros por dnde haba que empezar para ser de los suyos, y he aqu surespuesta: Dominar el alma carnal, tratarla con desprecio, prohibirle todo lo que leprocure tranquilidad, reposo o confianza, y estimar al prjimo y tener buena opinin de l,dar prueba de benevolencia respecto de lo que puede ser desagradable en l,considerndose a s mismo vil y despreciable y teniendo la peor opinin de s.

    Segn el relato hecho por un sheij que acompaaba a Ilamdn al-Qassr en una reunin, seestaba hablando de uno de sus compaeros, mencionndose sus abundantes invocaciones deAllah (zikr). S, pero est constantemente distrado, dijo entonces Ilamdn. No debedar gracias a Allah por los beneficios que le concede y de la manera ms apropiada, comoes invocarle con la lengua?, observ uno de los asistentes. No debe ser consciente antetodo de la imperfeccin de la que se hace culpable por la falta de atencin de su coraznen la invocacin?, replic Ilamdn. En una carta dirigida por Ab al-Kirmni, hereparado en este pasaje: Sabe, querido hermano, que aquel que desconoce la indigencia yla debilidad de su alma en el cumplimiento de todos los actos de obediencia, los impregnade hipocresa! Carece igualmente de perspicacia respecto de su alma quien no cuida deprotegerse de ella conjurndola y, as, la mantiene firmemente controlada en todacircunstancia. Sabe sin embargo muy bien que bajo apariencia de docilidad ella incita pornaturaleza al mal (Corn XII, 53) y que no se somete al acto de obediencia ms quedisimulando su rebelda, por lo que es necesario oponerle la reprobacin en todo momentoy no dejarla nunca en paz. Se cuenta esta sentencia de Yaiy ibn Mudh: A aqul cuyasinceridad para con Allah es pura no le gusta que se vea su persona, ni que se repitan suspalabras.

    Se haba preguntado a uno de ellos sobre la situacin espiritual de los hombres de lareprobacin, y sta fue su respuesta: Allah se ha encargado de preservar sus secretos y deocultarlos tras la cortina de la apariencia exterior. Cuando estn con el mundo, esteniendo en cuenta el punto de vista del mundo, y no se distinguen de los dems hombres,(mezclndose con ellos) en los mercados y en sus medios habituales, y cuando estn conAllah, es teniendo en cuenta el punto de vista de la verdad profunda (de su ser, baqiqa) yde la investidura divina (tawaih) de la que son objeto. Lo que en ellos es interior, reprocha

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    entonces a su persona aparente la complacencia respecto de los hombres y del mundo alasumir las caractersticas del comn de los creyentes, mientras que su ser exteriorreprocha a su persona ntima que permanezca en la cercana del Ser divino sin prestaratencin a las realidades hostiles en las que se encuentra inmerso. Tal es la situacin delos ms grandes maestros y de los seores de la espiritualidad. Se pregunt a Ab Yazid

    cul era el signo ms notable del verdadero gnstico (rif): El dijo, que le veas comiendoy bebiendo en tu compaa, bromear contigo, venderte o comprarte algo, mientras que sucorazn est en el Reino de la santidad divina (Malakt al-Quds). se es el signo msprodigioso. Segn dijo tambin Ab Yazd: Aquel que ha realizado verdaderamente lalibertad (urrzyya) en la unin perfecta (ayn al-jam) mantiene constantemente susmiembros en el respeto a las reglas que impone la condicin de servidor (ubdiyya),mientras que su visin interior (basra) contempla al Ser divino, pero el que est en estadode separacin total (ayn al-ftirq), aunque para realizar esta servidumbre (perfecta haciael Seor) reuniera todos los esfuerzos de aquellos que se mortifican, no conseguiraabsolutamente nada.

    S por Abd al-Raimn ibn Mubammad, que habiendo preguntado a Abd Mlh al-Khayyt,sobre la reprobacin, haba obtenido la respuesta siguiente: Aquel que establece unadiferencia entre la reprobacin que se dirige a s mismo y la que le dirigen los otros y cuyareaccin interior e instantnea no es la misma en ambos casos, est todava en la cegueragrosera que le ata a su naturaleza y no puede haber alcanzado el grado de los hombresespirituales. Uno de ellos, al que se le pregunt cmo era el hombre merecedor de que sele atribuyeran las virtudes de la caballera de la fe (al-Jituwwa), lo defina as: Esaqul en quien se encuentra el arrepentimiento implorante de Adn, la integridad en ladevocin de Nuh, la fidelidad a la palabra dada de Ibrahim, la sinceridad de Ismail, lapureza total en la intencin de Musa, la paciencia de Job, las lgrimas de Dawud, lagenerosidad de Muhammad, la bondad de Abu Bakr, el ardor de Umar, el pudor deUzmn y la ciencia de Al. Es aquel que, adems de todo eso, desprecia su propia persona,considera insignificante lo que le concierne. Pensamos, que se trata de un nuevo error delos copistas y que el informador de Sulami es en realidad el sheij Abd Mah ibnMuharnmad ibn Abd al-Pahmn al-Razi al-Sharlnt, al que dedic una nota en sus Tabaqt,pgs. 451-453. Pensar que la situacin en la que se encuentra tenga alguna importancia opueda ser motivo de satisfaccin. Es aquel que ve los defectos de su alma y lasimperfecciones de sus actos y, al mismo tiempo, la superioridad de su prjimo sobre l encualquier circunstancia. Abix IIafs vio a uno de sus discpulos criticando la vida de estemundo y a los hombres, y le dijo: Acabas de mostrar lo que era decoroso que ocultaras;en estas condiciones, no participars en nuestras asambleas y ya no sers nuestrodiscpulo. Ab Almad ibn Isa me refiri estas palabras que haba odo de boca de AbZakariyy al-Sinji: Los estados msticos, para quienes son gratificados con ellos, soncomo depsitos confiados a su cuidado, y si los muestran, se salen de los lmites asignadosa los depositarios. Sobre este tema, Muliammad ibn al-Hasan cit los versculossiguientes:

    1. No se volver a tener confianza en aqul a quien se hubiera comunicado un secreto y lohaya desvelado pblicamente, y jams se le volvern a hacer confidencias.

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    2. Se le mantendr separado, no volver a gozar de la dicha de unas relaciones familiares yla intimidad para con l se trasformar en frialdad distante.

    3. Por tanto, no se puede elegir a nadie que divulgue los secretos; el afecto respecto de lquedar en adelante excluido, completamente excluido!

    S por Ab Thir Ahmad ibn T.hir que, segn Ab-l-Ijasan al-Sharld y Mahfzl Ab Hafconsideraba reprensible para sus discpulos la prctica de los viajes fuera de la obligacinde la peregrinacin (a La Meca), la participacin en expediciones militares, la visita hecha aun maestro espiritual o la bsqueda de la ciencia (de las tradiciones del Profeta). Los queconsideraba reprensibles eran, pues, los viajes que responden a un deseo (de satisfaccinpuramente personal). Deca que la virilidad espiritual implicaba la clarividencia respectode los deseos. IIamdn al-Qar le objet: No ha dicho Allah No han recorrido la tierray reflexionado (en cmo terminaron sus predecesores)? (Seis veces en el Corn, porejemplo, XXX, 9). Abut Hafi le respondi: Ese viaje slo est destinado a los que nopueden reflexionar ms que por ese medio, pero para quien la va (espiritual) se ha abiertode manera estable, viajar equivale a abandonar el camino y desviarse. Deba renunciar aganarse la vida con su trabajo (kasb); su respuesta fue la siguiente: Conserva tus mediosde existencia! Me complace ms que se te llame Abd Allah el barbero que el gnsticoo el asceta.

    Un maestro malamati fue interrogado sobre la humildad (khush); su interlocutor le dijo:Consideras condenable mostrar cualquier cosa de los estados espirituales, pero puedela humildad hacer otra cosa que manifestarse fsicamente?. Desdichado, sa es unaconcepcin muy alejada de la realidad de las verdades espirituales! Existe humildadcuando una instruccin divina surge en la parte ms secreta del ser, que la recibe consumisin, y todo lo que es exterior en el hombre se pliega entonces a la disciplina de esainstruccin. Piensa en estas palabras del Profeta: Cuando Allah se manifiesta a un ser,ste se somete a El humildemente. Hay entonces revelacin divina nicamente para laparte secreta del ser? En realidad, cuando ella se somete humildemente a la teofana(tajai), engendra en todo lo que es exterior en el hombre el respeto de lo que conviene ental caso. Uno de ellos afirm igualmente: La mejor compaera del hombre es la cienciaespiritual (ilm), que recoge los ejemplos que hay que seguir; el alma carnal y egosta deninguna manera puede encontrar cmo satisfacerla, puesto que la ciencia se dedica acontrarrestar las tendencias naturales. Y la peor compaera es la devocin exhibida (nisk),pues el hombre no deja de pavonearse y ocuparse de ella, cuando mirarse as,complacientemente, no es sino orgullo y glorificacin de uno mismo. Ved cmo losmalaikas, que acompaaban a los actos de obediencia, escaparon de toda ostentacinmediante estas palabras: Glorificamos Tu alabanza y proclamamos Tu santidad(Corn II, 30); y, cuando hubieron alcanzado el grado de la ciencia espiritual, ved lo quedijeron: No tenemos ninguna ciencia (salvo la que T nos has enseado). Por eso, lamejor compaera del hombre es la ciencia, y la peor compaera, la devocin que seexhibe. Se pregunt a Ab Yazid cundo un espiritual alcanzaba el nivel de los hombresverdaderos (rijal) y l respondi: Cuando conoce los defectos de su alma y la vigilaatentamente sin mostrar debilidad.

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    Segn otro maldmatt, quien quiera sustraerse definitivamente al sentimiento de orgulloque experimenta respecto de s o a la consideracin que otorga a lo que posee, que seaconsciente de esto: de dnde viene, dnde est, cmo est, a quin pertenece, de quin hasalido y a dnde va. Cuando tenga un verdadero conocimiento de estas circunstanciasrelativas a l mismo, su propia persona dejar de tener importancia para l y le parecer

    indigna de inters. Ver adems que es de naturaleza censurable y que todas las accionesque realiza estn manchadas de faltas. Nada exterior le llenar en lo sucesivo de orgullo ynada de lo que est en l dar ya motivo a la ilusin seductora.

    Uno de ellos dijo tambin: En materia de fe (Imn), el servidor de Allah no alcanzar elnivel de los hombres espirituales ms que cuando deje de pensar en el pasado y en elfuturo y viva el momento presente en conformidad con la voluntad de Aqul al quepertenece. Y este comportamiento tiene por efecto suspender la responsabilidad (takltf) delservidor de Allah ante la Ley. El hombre perfecto en sus actos es aqul cuya actitudexterior, ofrecida a las miradas de los novicios, permanece conforme a la disciplina ligada ala condicin de servidor de Allah, para que ellos la tomen como modelo a seguir y laadopten a su vez. Y, al mismo tiempo, el secreto de su ser y su estado interior se ajustan,para aquellos que persiguen el mismo objetivo que l, al buen orden que rige los estadosespirituales y a lo que conviene a la contemplacin, condiciones en las que el secreto delser puede contemplar la verdad divina en todo momento. Aquel que lo consigue se aniquilaen ello aun sin dejar de asistir al espectculo de las criaturas y siendo consciente de ellas.Es as como la parte ms ntima de su ser es modelo para la realizacin espiritual de losgnsticos y, al mismo tiempo, su comportamiento externo es modelo para la disciplina delos novicios. Tal situacin es alcanzada por guas espirituales sinceros. Un ejemplopertinente es el proporcionado por estas palabras del Profeta: Mis ojos duermen, pero micorazn vela. El Profeta nos avis as de que la parte exterior del hombre duerme y est enestado de sueo espiritual, pero su parte mas secreta tiene la facultad de permanecerconstantemente despierta, de estar en la proximidad de Allah y contemplarle.

    Preguntaron a un malamatiyya ,Por qu, para vosotros, las almas necesitan lareprobacin a cada momento?. Porque son -respondi- (por su naturaleza, comparablesa las manos (atadas), una de las cuales estara hecha de orgullo, hundida en la matriz delas tinieblas opacas y prisionera de los testimonios (admirativos) del vulgo, mientras quela otra estara hecha de ignorancia, hundida en la matriz de la ceguera estpida yprisionera de las redes de los deseos insaciables. El remedio que se debe administrar essepararse de ellas; la disciplina que hay que imponerles es la de contrarrestar los deseos;las medidas de precaucin que hay que adoptar consisten en vigilarlas para reprobarlas.Y aadi: Allah ha sustraido a Sus profetas y Sus enviados a la consideracincomplaciente que incluso ellos pudieran tener respecto de sus propios actos. Ved lo quesucedi a Moiss, el interlocutor de Allah (al-Kaltm), cuando dijo: Para que (mihermano Aarn y yo) Te glorifiquemos abundantemente y Allah le respondi: Ya unaprimera vez hemos sido benevolente contigo (Corn XX, 33 y 37). Ahora bien, aqu sesobreentiende: Cmo podras prevalecer junto a M con tus alabanzas y glorificaciones,olvidando todos los favores que has recibido de M favores incluidos en las palabras: Yo tehe unido a M, reservndote especialmente Mis beneficios.

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    Se plante a uno de ellos esta pregunta: ,Por qu humillis vuestra alma y no mostris deella mas que lo que os acarrea la reprobacin del mundo?. El dijo: porque el alma fuecreada en partir de un lquido vil (Corn XXXII, 8 y LXXVII, 20) y de un lodo al quedio una forma (XV, 26, 28, 33), y son las palabras que le ha dirigido el Ser divinoprincipio en un estado despreciable, a las que le han comunicado una cierta nobleza. El

    alma se enorgulleci de ello, desconociendo que lo que hay de noble en ella le essobreaadido y confiado en depsito, y no forma parte de su naturaleza innata. Si el alma esabandonada a sus instintos vidos, se hunde en la ceguera, se extralimita en sus derechos yse sume cada vez ms profundamente en sus tendencias naturales. El hombre al que Allahasiste con Sus favores es aquel que muestra a su alma lo que ella vale exactamente y le hacecomprender que todo lo que le concierne, acciones o estados, es reprobable. Hace as paraque nada la tranquilice ni sea para ella motivo de orgullo, puesto que todo lo que tiene denoble pertenece a Allah y forma parte de lo que l le ha confiado generosamente, de losfavores que Su atencin benevolente le ha concedido y de las preciosas instrucciones conlas que la ha gratificado. Segn otro matiimatiyya Que aquel que desee conocer elgrado de ceguera de su alma y el estado de corrupcin de su naturaleza, preste odos a loselogios que se le dirigen; si descubre entonces en su alma la menor reaccin anormal, esque no est hecha para la Verdad divina, puesto que da crdito complacientemente a unasalabanzas desprovistas de todo fundamento y se conmueve con una crtica tan realmenteinmerecida. Pero si trata a su alma en todo momento con el desprecio que le es debido,ningn elogio tendr ya efecto sobre l y no prestar la menor atencin a las crticas; esentonces cuando acceder a la condicin espiritual de los hombres de la reprobacin.Ab Yazid deca: Durante doce aos he sido el herrero de mi alma, y durante otros cinco,el espejo de mi corazn. Al ao siguiente, consider el resultado de lo que haba sucedidoen ese tiempo y descubr que un cinturn de infidelidad (zunnr: el cinturn de losmazdeos, smbolo del dualismo) se haba anudado en m. Tras cinco aos de esfuerzostratando de cortarlo, tuve una revelacin y fue entonces cuando las criaturas se meaparecieron como cadveres. Hice sobre ellas el salat de los muertos, con los cuatrotakbr. Esto es conforme con la palabra divina: Son muertos, y no vivos, que no saben(Corn XVI, 21).

    AbuYazid es el gua y el jefe de los hombres de conocimiento y lo que as confa de smismo y de su caso personal es un ejemplo de los signos distintivos de esos espirituales yde sus virtudes. Todo lo que haba hecho y la disciplina que se haba impuesto hasta elmomento en que las criaturas se mostraron a sus ojos en su naturaleza caduca y dej deinteresarse por ellas y de tratar de agradarlas, todo esto, digo, pertenece a los gradosespirituales ms elevados. Citemos a este respecto estas otras palabras de Allah: Aquelque estaba muerto y a quien hemos devuelto la vida... (Corn VI, 122), es decir, queestaba muerto en razn de su alma y de su inters por las criaturas y a quien hemosdevuelto la vida sustrayndole a las criaturas, a cambio de Nosotros mismos.

    Tambin segn Ab Yazid: Aquellos que estn ms velados por relacin a Allah seagrupan en tres clases, segn el objeto que constituye su velo: el sabio con su ciencia, eldevoto con su culto y el asceta con su renuncia. Si el sabio fuera consciente del valor realde lo que sabe, si se diera cuenta de que el saber posedo por todas las criaturas juntas yreferente a todo lo que Allah ha hecho aparecer en el mundo no representa ms que unasola lnea de lo que la Pluma divina ha trazado sobre la Tabla bien guardada(Corn

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    LXXXV 22), si considerara luego cul es su ciencia respecto de la suma de losconocimientos comunicados por Allah a las criaturas, comprendera que glorificarse yvanagloriarse de ello es una total aberracin por su parte. Si aquel que se impone laascesis mantuviera presente en su mente la palabra divina que califica la totalidad de estemundo inferior de poca cosa (Corn IV, 77), si fuera consciente de lo que representa lo

    que l posee de esa poca cosa y del valor de aquello a lo que as renuncia, sabra queese despojamiento no debe ser para l materia de orgullo. En cuanto al devoto, sireconociera que el culto que Le dedica no ha sido posible ms que por la pura bondad deAllah, la importancia que atribuye a su devocin desaparecera completamente ante laconsideracin de todos los beneficios con que Allah le gratifica. Se pregunt a un maestromalmat: ,Cmo hacer para que el cumplimiento de una obra piadosa no acarree lapresuncin ni la visin complaciente de uno mismo?. Cuando el hombre se mantieneocupado -respondi- a la vez por la alegra de cumplir una orden y por el pensamiento deque ese mandato procede del Ser divino, nace entonces en su corazn un temorrespetuoso.

    El temor mezclado con la alegra, ambos suscitados por el mandato de Allah, separanentonces su atencin de todo lo que se pueda referir a las apariencias y las manifestacionesde su persona. Se plante a uno de ellos la pregunta: Cmo es posible que esas gentes(los hombres de la reprobacin) no reconozcan a su alma ningn estado espiritual, que nohagan caso de ninguno de sus actos de obediencia, que no le atribuyan nada de valor y laabandonen?. ,Cmo reconocerle algo, puesto que nada es, nada le pertenece,desprovista est de todo y condenada a perecer? Y si un don divino se le concede alhombre, ninguna necesidad tiene de manifestarlo, pues la realidad espiritual, aunque semantenga oculta, habla por s misma. No ha dicho un sabio bondadoso antiguo: Pocofalta para que el rostro del creyente diga lo que se encuentra en su corazn. sa fue surespuesta. La mayor parte de los maestros prevenan a sus discpulos contra el hecho deencontrar placer en los actos de devocin y de obediencia; sa era para ellos una faltagrave.

    Desde el momento en que el hombre de espiritualidad se complace en algo y se deleita enello, eso adquiere importancia en l y en su espritu, y quien entre los discpulos se felicitade sus propias acciones, se complace en ellas o las considera con mirada satisfecha, pierdeel rango de aqullos a los que se respeta. S por Abd al-WMiid ibn M al-Sayyri, a travsde su to materno al-Qasim ibn al-Qasim al-Sayyri, las siguientes palabras de (su maestro):En toda circunstancia, estad sobre aviso con el alma (carnal y egosta)!. As, unmalmati saludar a quien le va a contestar de mala manera y dejar de hacerlo con quienrespondera gustosamente a su saludo. Por la misma razn, renunciar a la compaa deaquel que se alegra de su presencia y dar preferencia a la compaa de un hombre que ledesprecie. Dirigir sus peticiones a aqul que le rechaza y no pedir nada a quien leconcede satisfaccin. Ir al encuentro del hombre que se aleja de l y a la inversa. Dar aaquel que no le ama y se abstendr de hacerlo con el que le ama. Preferir permanecer juntoa alguien que le encuentre desagradable antes que junto a aquel que desea su presencia.Frecuentar a quien le detesta y no a quien siente afecto por l. Comer lo que le inspiradisgusto y no lo que le abre el apetito (variante textual: Comer en compaa de alguienque le inspire disgusto antes que de un invitado que excite su apetito). Si deseapermanecer all donde est, viajar, y si le entran ganas de partir, se quedar donde est. Y

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    as sucesivamente. En toda circunstancia, los malmatiyya escogern deliberadamentecontrariar al alma, renunciando a tener en cuenta nada que la distraiga y le procuretranquilidad. Por otra parte, se esfuerzan cuanto pueden por arruinar su reputacin ydesacreditarse a los ojos de quienes les respetan. Adoptan un comportamiento que lesexpone a las crticas, incluso si queda, respecto del Din ms all de lo permitido, como el

    hecho de mantener relaciones con individuos que no pertenecen a su nivel social ofrecuentar lugares que les desacreditan. Todo esto est destinado a ocultar su condicinespiritual y a preservar los momentos privilegiados (de sus experiencias interiores) de todolo que podra obstaculizarlos, sin hablar de la humillacin y el abatimiento que se infligenmediante tales apariencias. Conforme a las recomendaciones de sus maestros, es as comoaseguran la proteccin de sus estados espirituales y de los secretos de su relacin conAllah contra toda indiscrecin.

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    CAPITULO VII : Principios de Los hombres de la reprobacin

    Consideran politesmo (o asociacionismo, shirk) el hecho de alardear de un acto externode devocin, y apostasa, el alardear de un estado interior).

    - Tienen por norma evitar toda manifestacin de orgullo al recibir los dones (materiales)que les son otorgados (por la Providencia) y pedir con humildad. Si se les preguntacualquier cosa sobre este tema, dirn que si bien es cierto que mendigar suponehumillacin, en los dones gratuitos de los que uno se beneficia hay lugar para el orgullo.

    No sucede as con el alimento, que se come humildemente, puesto que la condicin deservidor (bajo la dependencia de Allah no puede ser objeto de orgullo. Los malmatiyya seapoyan en estas palabras del Profeta: No soy mas que un servidor, y como del mismomodo que comen los servidores. Se podra objetar que ese principio est en oposicinaparente con lo que nos ensea la Tradicin, cuando el Profeta dijo a Omar: Ese dineroque Allah te enva (sin duda en el momento de repartir el botn distribuido por el Profetaal regreso de una expedicin) sin que t lo hayas pedido ni codiciado, acptalo! . Seresponder que Omar consideraba su aceptacin como una ocasin de mostrarse orgullosoy que el Profeta, le aconsejaba que se opusiera a esa reaccin personal y se sustrajera alorgullo. La frase del Profeta significara entonces: Que esto no sea para ti ocasin deenorgullecerte. Rechazar la mansedumbre de la que se es objeto es, en efecto, unamanifestacin de amor propio y engendra orgullo.

    Satisfacer los derechos (del prjimo) sin exigir (a cambio) la satisfaccin de los propios.

    - Si deben desposeerse de un bien, prefieren que esto le suceda de la forma ms penosa paraellos, en lugar de lo contrario, para evitar, por ejemplo, toda complacencia personal en elhecho de hacer generosamente un donativo, o porque se avergenzan de hacerloprecisamente de mala gana. Es as como se me refiri que un sheij malamati haba sidodespojado de su dinero y que deca (para ocultar su satisfaccin) a quienes se apoderabande l: Este dinero es ilcito (se sobrentiende para m) y no es lcito para vosotros. Sele pregunt por qu lo haba declarado ilcito (barm) y respondi: En realidad, no hanhecho ms que cogerlo1.

    -Segn ellos, es la falta de atencin (ghafla) lo que permite a los hombres mirar concomplacencia sus propios actos y su condicin espiritual. Si pudieran consideraratentamente lo que Allah les aporta, tendran como despreciable en toda circunstancia loque procede de ellos mismos y comprenderan que lo que se abona de positivo en su cuentarepresenta muy poco en comparacin con lo negativo.

    1 Este prrafo puede ser aclarado por la tradicin referida por Nawwi en sus Rxid al- Slihn, pg. 195, no563. La legitimidad de tomar aquello que no se ha pedido ni ansiado. Se precisa all que Omar habacomenzado por rechazar el don del Profeta dicindole: Da a alguien que necesite ms que yo. Pensamosaqu en estas palabras de Vladimir Janklvitch: (Paradoxe de la morale, pg. 166) y en stas de EmmanuelLvinas: (Ddk Libert, pg. 39), que les perteneca, nada era mo, pero es de esta forma como lo que se debele es tomado a aquel que lo da a regaadientes. Por su parte, este comportamiento se fundamenta en estaspalabras del Profeta: El voto (nadhr) no puede dispensar de lo que se debe, no sirve ms que al avaro querezonga al satisfacerlo.

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    - A aquellos que les testimonian aversin, oponen el dominio de s, la paciencia, lahumildad, la indulgencia y la benevolencia, sin esperar que se les devuelva lo mismo. Y seapoyan para esto en unas palabras que Allah (s.w.t) dirigi a Su Profeta: Responde acambio con una accin todava mejor!(Corn XXIII, 96 y XLI, 34)

    - Mantener el alma bajo sospecha en todas las circunstancias, muestre o no diligencia, dprueba o no de obediencia, y, nunca, aprobarla ni ponerse de su parte2.

    - Segn ellos, igualmente, cuando una experiencia interior del espritu se manifiesta en elsecreto (sobre la jerarqua de los niveles de la conciencia, vase nuestra Introduccin),ste se atribuye con complacencia su apariencia. Cuando una experiencia interior delsecreto se manifiesta en el corazn, se transforma para el secreto en apropiacin idlatra(shirk). Cuando una experiencia interior del corazn se manifiesta en el alma, se transformaen polvo (Corn XXV, 23). Cuando un hombre hace alarde de sus obras y de susexperiencias interiores, eso es efecto de la ceguera estpida de su naturaleza y del Demonioque se burla de l. Para aquel que desdea esos engaos, no habr sino progreso, y suascensin a travs de los diferentes grados de las experiencias interiores no se interrumpir.Se elevar desde el nivel del secreto hasta el del espritu sin que el corazn sepa nada deello; se elevar desde el nivel del corazn hasta el del secreto sin que el alma sepa nada deello; y se elevar desde el nivel del alma hasta el del corazn sin que su naturaleza(inferior) sepa nada de ello. Ser para l la revelacin: mirar de s mismo lo que quiera ylo contemplar tal cual es. Su corazn, a su vez, ser dotado de visin, y le serncomunicadas informaciones referentes a las realidades ocultas.

    Pero la contemplacin obtenida por el espritu y el secreto se har sin que exista ya, enningn caso, apropiacin por parte del corazn y del alma. Al mismo tiempo, su personaexterior permanecer firmemente unida a la ciencia (de las prcticas de la Ley)manteniendo asiduamente a su alma bajo sospecha, acusndola de estar en la ilusinengaosa y de dejarse arrastrar a las trampas. Es as como este hombre evitarcomprometerse con ella y perder entonces el rango de los Justos). Preguntado por lo quecaracteriza a los hombres de la reprobacin, uno de ellos respondi que es la sospecha(tuhma) continua. Su circunspeccin (muhdhara) es en efecto constante, y aqul en quienest slidamente establecida rechaza fcilmente todo lo que es dudoso y no comete actosimpos. Muhammad ibn alFarr me transmiti esta respuesta, que haba escuchado de bocade Abd Allah ibn Manzil, a la pregunta de si un malmat poda formular exigencias: ,Qu le pertenece para arrogarse tal derecho? Abd Allah ibn Mulhammad plante a ibnNujayd la pregunta: Tiene el malamati alguna caracterstica que pueda definirle?, y surespuesta, tal como me la repiti, fue la siguiente: Por supuesto! Exteriormente, estdesprovisto de toda afectacin; interiormente, est desprovisto de toda pretensin y nada(de este mundo) podra habitarle. Abd Allah me refiri igualmente que en otra ocasinhaba preguntado sobre el significado de la expresin hombres de la reprobacin. a IbnNujayd, y que ste le haba dicho entonces: Se deriva necesariamente de los calificativosque han sido atribuidos al ser humano (por el Corn): El hombre ha sido creado deimpaciencia (Corn); En verdad, el alma es la inspiradora constante del mal (XII,53); El hombre tiene demasiada prisa (XVII, 11); En verdad, el hombre est lleno de

    2 La misma expresin significa en rabe dialtal y en rabe moderno: Acta con dulzura y moderacin.

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    ingratitud hacia su Seor (C, 6); El hombre ha sido creado verstil (DCC, 19). Un sercuya naturaleza es tal, merece alabanzas o reprobacin? Eso es lo que significa ladenominacin Ahl al-Maidma. A sus maestros les gusta asumir aspecto de mendigosaunque acten como hombres virtuosos, y recomiendan igualmente a los discpulos quepermanezcan en los zocos, que estn presentes fsicamente en tales lugares aunque escapen

    mentalmente de all.Mi abuelo (Ibn Nujayd) me repiti lo que le haba confiado Abk Muhammad al-Jawni; stele haba dado el siguiente consejo: Sigue en el zoco para asegurarte un medio deexistencia, pero gurdate de utilizar lo que all ganes para alimentarte, reprtelo entre lospobres y, para poder comer, mendiga!. Al-Jawni aadi: (Pero, cuando peda limosna,exclamaban: Ved a este hombre insaciable y codicioso! Trabaja todo el da y ademsmendiga!. Esto se prolong hasta que lleg a sus odos lo que se me haba ordenado y, enese momento, me otorgaron sus dones.

    Despus de esta experiencia, Abu Hafs me dijo entonces que renunciara a trabajar paraganarme la vida y a practicar a la vez la mendicidad, y eso es lo que hice. Abu Hafs habaexclamado: Las gentes hablan de proximidad, de unin, de grados espiritualeselevados, y yo, todo lo que le pido a Allah es que me muestre la va a seguir, aunque slosea el primer paso. Y Ab Yazid afirmaba: La gente cree que el camino que lleva a Allah(s.w.t) es ms claro y conocido que el sol, y yo todo lo que Le pido es que me concedaaunque slo sea el conocimiento equivalente a la cabeza de un alfiler!. Cuanto msperfectas y elevadas son las relaciones que tienen con Allah (s.w.t), mayores pruebas dehumildad dan los sheij y menos caso hacen de su condicin espiritual y de su propiapersona. El efecto de esta disciplina es que ser seguida por los discpulos y, al mismotiempo, la realizacin perfecta de sus relaciones con el Ser divino les evitar dirigir suatencin sobre otra realidad que l y ser entonces privados de la estacin espiritual quehan alcanzado. Se dijo a uno de ellos: Cmo es posible que sea tan rara la presuncinentre vosotros?. Y se le respondi: Las pretensiones no son sino una estpida ceguera yun absurdo ridculo! Si quien las profiere se volviera hacia s mismo, se dara cuenta deque su alma est desprovista de todo lo que l alardea y a cien leguas de todo lo queafirma. No se encontrara entonces en la situacin descrita por el poeta: Hay desolacinen los ojos de aquel que tiene sed y busca el agua con la mirada, cuando est cortado elcamino que le llevara a ella?

    Yo pregunt a Mubammad ibn al-Farr cul era la regla fundamental de los hombres de lareprobacin, y sta fue su respuesta: Cuanto ms perfecta es la realizacin de susrelaciones con Allah y ms elevada es la naturaleza de la experiencia que viven en unmomento privilegiado, ms buscan refugio (en l), ms suplican humildemente, msunidos permanecen a la va del temor y el espanto, pues temen que la condicin en la quese encuentran sea ocasin de dejarse llevar a una trampa. Son como los compaeros de losprofetas descritos por Allah cuando dice: Cuntos profetas, junto a los cualescombatieron (o fueron matados, segn otra lectura cornica) numerosos discpulos,

    sin perder el valor y sin desfallecer ante los golpes sufridos en el camino de Allah! (Corn HL 146). He aqu cules eran sus cualidades, tal como Allah las ha enunciado, y SuPalabra es la Verdad. Pero luego, l ha evocado su testimonio respecto de su propiapersona a pesar de su condicin espiritual anterior. Sus nicas palabras eran: Seor!

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    perdona nuestros errores y las desviaciones de nuestra conducta, afirma nuestros pasos

    y socrrenos contra el pueblo de los infieles!(Corn III, 147).

    Recordemos a este respecto estas palabras del Profeta: No soy ms que un servidor, ycomo del mismo modo que comen los servidores (cf. nota 20, p. 51). Se puede comparar

    con esta actitud lo que deca Ab IIaf, que me ha sido relatado por Al ibn Bundr* segnMalifu: Desde hace cuarenta aos, lo que experimento en mis relaciones con es Allah(que l me lanza la misma mirada que a los rprobos (Ahi alshaqwa) y todas mis obrasmuestran que estoy destinado a la desdicha eterna! El mtodo seguido por Ab I-Iaf ysus discpulos consista en exhortar a los novicios a la realizacin de obras piadosas ymortificaciones, ponderando sus nobles mritos y sus buenas acciones y animndoles asal cumplimiento sin descanso de las prcticas espirituales y a la lucha incesante consigomismos. (A la inversa,) el mtodo de Irlamdn al-Qar y sus discpulos era restringir a losojos de los novicios el alcance de esas prcticas y mostrarles los defectos que lasmancillan, a fin de que no fomentaran su vanidad, lo que sera deplorable para ellos. Encuanto a Ab Uthmn, se mantena en su justo medio, adoptando una postura intermedia.Deca esto: Los dos mtodos son buenos, pero hay un momento para cada uno. Cuando elnovicio viene a vernos, al principio le recomendamos la realizacin perfecta de lasprcticas espirituales para que se aplique con asiduidad al cumplimiento de las obras y seatengan firmemente a ello. Cuando sucede as, y el novicio da prueba de perseverancia ysu alma ha encontrado la quietud, es cuando le revelamos los defectos de sus prcticas.Mediante la revelacin de las insuficiencias que hacen imperfectas sus obras a la miradade Allah (s.w.t), aborrecer esas faltas. De esta forma, permanecer firme en elcumplimiento de las obras, pero sin sufrir su seduccin engaosa. Si no lo hiciramos as,cmo podramos mostrarle los defectos de unas obras que no habra realizado? Se trata,pues, de descubrirle las faltas de aquello a lo que (anteriormente) se haya aplicado conconviccin. ste es tal vez el mtodo ms equilibrado. Otra respuesta a la pregunta sobrela va de la reprobacin es la siguiente: El malamati trata de no destacar en nada quepudiera distinguirle de otros hombres, sea (por ejemplo) en su forma de vestir, en sumanera de andar o de estar en una reunin. Igualmente debe respetar los preceptos de lavida exterior cuando est en compaa de los dems, pero siempre manteniendo unaperfecta vigilancia que le mantendr en un aislamiento ntimo. Lo que manifieste de supersona no presentar ninguna diferencia aparente con la de ellos; as, nada le distinguirde los otros, pero su realidad interior no se plegar a esa conformidad. Se asociar conpersonas para todo lo referente a las cosas ordinarias y la vida normal, y es de esta formacomo nada le diferenciar de los otros. Qu es la reprobacin? y alguien dio estadefinicin: Es no alardear de lo que hay de bueno en ti y no disimular lo que hay demalo.

    Se pregunt a un malmat: Cmo es que no participis en las sesiones de sam(reuniones msticas, acompaadas de cantos, que terminan con trances extticos)?. Noes respondi l porque nos disgusten o las desaprobemos, sino porque tememos quedesvelen a nuestro pesar los estados interiores que mantenemos secretos, y eso seramuy grave para nosotros. S por Muhammad ibn Ahmad al-Sahmt, segn Ahmad, hijo deHamdn, que este ltimo, preguntado en otra ocasin sobre la reprobacin, haba dicho:Es el temor de los qadaritas y la esperanza de los murptas. Por lo que se refiere a lassesiones de sam, la asistencia a ellas no les pareca recomendable ms que para aquellos

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    que fueran dueos de s mismos. Esta frase slo es comprensible si se da a la palabraqadaritas el sentido de Mutazilitas (algo as como telogos racionalistas). Se trataaqu de los qadaritas en el sentido ms antiguo, es decir, de aquellos que crean en laomnipotencia divina y en la predestinacin (qadar). En cuanto a los murptas, su tesisprincipal vena a decir que basta la fe, sin necesidad de las obras.

    -Segn ellos, hay cuatro tipos de invocacin a Allah (zikr): por la lengua, por el corazn,por el secreto y por el espritu. Si la invocacin del espritu se realiza perfectamente elsecreto y el corazn se callan, y es la invocacin de la contemplacin ( mushhada). Si lainvocacin del secreto se realiza perfectamente, el corazn y el espritu se callan, y es lainvocacin del temor reverencial (hayba). Si la invocacin del corazn se realizaperfectamente, la de la lengua cesa, y es la invocacin de los favores y las gracias; pero si elcorazn est distrado, la lengua se ocupa de invocar y es la invocacin rutinaria.

    Tambin segn ellos, cada una de esas diferentes invocaciones implica un riesgo. El queamenaza la invocacin del espritu es la mirada de codicia del secreto. El peligro para lainvocacin del secreto es la mirada de codicia del corazn, y para la del corazn es lamirada de codicia del alma. El riesgo de la invocacin del alma (!) es que sta considere suadquisicin con complacencia y le conceda una importancia exagerada. El alma puedebuscar tambin en la invocacin una recompensa, cmo llegar por ese medio a unaestacin espiritual. El hombre mas mediocre (en semejante caso) es aquel que querramostrarla a los otros y atraerlos a l gracias a ella o a lo que ella implica, y sa es (la sealde) la disposicin natural mas vil y mas baja. Un malamati dijo esto: Al crear a loshombres, Allah revisti de belleza a algunos de ellos: les otorg los dones de Sus luces, lesconcedi el contemplarle y estar en perfecta armona con l, y les prodig lo que El habadispuesto para ellos con solicitud desde toda la eternidad. Coloc a otros en las tinieblas:las de su alma, sus tendencias naturales y sus pasiones. Aquellos a los que ha adornadoson los hombres del Tasawwufi (cf. La Introduccin). Sin embargo, ellos han mostrado almundo los favores excepcionales (o los carismas) de Allah para con ellos y hancomenzado a alardear y a hablar de ellos, descubriendo a las criaturas los secretos del Serdivino. Pero existe una tercera categora, la de los hombres de la reprobacin: ellos nomuestran a los otros ms que lo que les conviene prcticas religiosas, conducta moral oactividades naturales y se guardan de que nadie pueda lanzar una mirada o tener accesoa las valiosas realidades ocultas que son propiedad del Ser divino y que l les ha confiadoen depsito, evitando as obtener con ello respeto y consideracin. Ms an, vigilan concelo cuidado todas sus virtudes y sus obras meritorias, temiendo mostrarlas y sabiendo elpartido que el alma sacara de ello. En consecuencia, no dejan ver a los otros ms que loque puede desacreditarles a sus ojos y procurarles humillacin y rechazo. De esta manera,desaprobados por el mundo, salvaguardan a la vez la pureza de sus obras exteriores y lade su realidad interior. Citemos a este respecto las palabras de uno de ellos: La va de lareprobacin consiste en mostrar a las criaturas la condicin de la separacin (tafriqa) yen mantener oculta la realizacin interior de la unin perfecta con Allah (ayn al-jam).

    -Uno de sus principios es reprimir el placer que le procuran los actos de obediencia, puesexiste ah un veneno mortal.

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    -Igualmente, tienen como regla exaltar la importancia de todo lo que, en ellos, pertenece aAllah en el mbito que sea, y tener por poca cosa lo que procede de ellos cuando sereafirman en Su voluntad y cumplen actos de obediencia. En sus relaciones con Allah, sededican a respetar los lmites que les son impuestos y a no pronunciar deliberadamentepalabras que les descubran ni a revelar un estado mstico que debe permanecer secreto. En

    relacin con ese principio, se pueden citar las siguientes palabras de Muhammad ibn Msal-Farghnt (al-Wsiti): Allah cre a Adn con Su mano y le insufl Su Espritu, dijo a losngeles que se prosternaran ante l y le ense todos los nombres (de los seres), pero

    luego le advirti: No depende ms que de ti no sufrir hambre ni desnudez (Corn XX,118; alusin a las consecuencias de la tentacin y la cada). Le haca saber de esa manera loque estaba en su poder para que no excediera los lmites de su condicin>). Se me hanreferido estas palabras de uno de sus maestros: Aquel que no se apoya ms que sobre smismo, da prueba de desmesura y ser vctima del relajamiento. Conozco por Mansr ibnbd Allah al-Isfahni, por medio de Umayy al-Bistm, estas palabras de Ab Mansr ibnAbd Allah al-Isbalalni, uno de los informadores de Sulami ms frecuentemente citados porl. Sin duda el que es mencionado por Shadhart, y que muri en 1010-1011/401. Umayy(Ammya) al- Bisulnsi era hijo de Ab Ms hijo de Adam, hermano mayor de Abu Yazid.

    Ab Mist fue el principal transmisor de las frases de Als Yazid, del que era discpulo.Yazid: Aquel que no considera que lo que est presente en su conciencia (shhid) es unfenmeno que se impone a l con una necesidad natural, que los acontecimientos que seproducen en l en ciertos momentos pertenecen al mbito de la ilusin engaosa (ightirr),que sus experiencias interiores son trampas que se le tienden, que sus palabras sonmentiras y que su devocin es desvergenza (o un acto interesado, segn una variantetextual), ese hombre, digo, tiene una visin falsa. Muhammad ibn alFadl escribi a AbUthmn para preguntarle cules eran para el servidor las obras y las experiencias interioresabsolutamente puras, y sta fue su respuesta: Sabe y que Allah te honre con Susatisfaccin! que slo son as las que Hallah permite realizar al servidor sin la menorafectacin por su parte y sustrayndole a la consideracin complaciente de s mismo y delos que le miran; en cuanto a las experiencia interiores, slo ser absolutamente pura paral la del secreto ntimo de su ser, que no es conocida ms que por los grandes espirituales.Segn las palabras divinas: He aqu (lo que est prescrito), y quien respete las leyes deAllah, para l son entonces objeto de la piedad del corazn (Corn XXII, 32). Estosignifica para m pero Allah es ms sabio que aquel que respeta las leyes divinas es elser que sigue el Libro de Allah y la Tradicin de Su Profeta, y que es en su corazn donderespeta todo esto, hasta que le es imposible no conformarse a ello y no renunciar a su librealbedro (ikhtiir). Es el signo de los hombres sinceros, y eso es lo que nos peda nuestromaestro Abu Hafi y recomendaban sus ms eminentes discpulos. Mansitr ibn bd Allh meha referido, segn Umayy y el padre de este ltimo, estas palabras de Ab Yazid: Sipudiera recitar con total sinceridad las palabras sagradas: No hay absolutamente ningunaotra divinidad sino Allah, no tendra que preocuparme de nada ms) . Se cuenta queAb Hafs habra dicho: Los actos de obediencia prescritos son en apariencia una fuentede satisfaccin personal, cuando en realidad eso procede de una ilusin. Lo que era delorden de la predestinacin (maqdr) puede en efecto formar parte de las prescripciones, yaquel que se regocija en cumplirlas se encuentra por tanto bajo el imperio de la ilusin.Tambin habra dicho: El alma ha sido creada enferma, su enfermedad son sus propiosactos de obediencia, y el remedio que ha sido previsto para ella es no contar ms que con

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    lo que ha sido decretado por Allah desde toda la eternidad. Es as como el servidor nodejar de ejecutar los actos de obediencia, apartndose de ella. He ledo en el libro deRuwaym titulado La prueba de los gnsticos un captulo que se acerca mucho a laposicin adoptada por los malmatiyya. Efectivamente, se le plante la siguiente pregunta:

    Cmo puede el hombre librarse de toda responsabilidad en el reposo y elmovimiento (trminos utilizados por la escolstica musulmana, en la problemtica de laaccin), cuando ha sido hecho reposando y movindose; o tambin, cmo puede estardesprovisto del libre albedro cuando ha sido hecho optando voluntariamente y dandoprueba de discernimiento?. Y sta fue la respuesta de Ruwaym: No puede estar exentode responsabilidad en tanto que su movimiento no provenga de otro que l mismo y entanto que su reposo no sea atribuible a nadie mas que a l mismo; y no puede estardesprovisto del libre albedro en tanto ste no se encuentre en perfecta conformidad con ellibre albedro del Ser divino en l y respecto a l. Si ste es el caso, reposo ymovimiento le pertenecern segn las apariencias, pero en la realidad profunda nireposo ni movimiento le son atribuibles, y suceder lo mismo con el libre albedro, puestoque ste ser el libre albedro del Ser divino respecto de l. sa es una de las condicionesespirituales ms sublimes, cuyo conocimiento oculto est muy cerca de las enseanzas quelos hombres de la reprobacin mantienen en secreto sin divulgar nada de ellas.

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    Cualquiera que reza con devociny paciencia a Dios

    Llega a nosotros como un hermano

    Quin trabaja como sabidura y moraly se ha superado a si mismo

    es un hermano

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