Ríos de vino: Guadalquivir.

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Ríos de Vino Ha regado, ha saciado la sed y llevado en volandas a las más potentes civilizaciones que dejaron huella en este país. El valle bético ha sido la favorita vía de entrada a la península de tartesos, turdestanos, romanos, germánicos, musulmanes y, en su máximo esplendor, puerta de América. En sus orillas, alter- nando olivos y naranjos, arrozales y algodón, se aso- man viñas con nombre propio y con renombre en la historia, en el globo y en la leyenda: los tintos y aguardientes de Cazalla y de la Sierra, los punzan- tes y golosos Moriles y Montillas, de Pedro Ximénez; los pálidos Finos jerezanos de Palomino y las reli- quias de viejos Olorosos; y allí, donde el mar se aden- tra, donde su brisa se apiada de las resquebrajadas tierras albarizas, la Manzanilla salada de Sanlúcar. El “simpecado” tirado por bueyes de la Hermandad de Sanlúcar de Barrameda a bordo de un barco sobre el Guadalquivir, camino de la romería de El Rocío. Pronto correrá la Manzanilla. El “simpecado” tirado por bueyes de la Hermandad de Sanlúcar de Barrameda a bordo de un barco sobre el Guadalquivir, camino de la romería de El Rocío. Pronto correrá la Manzanilla. Viajes IV. EL GUADALQUIVIR Texto: Ana Lorente Fotos: Heinz Hebeisen IV. EL GUADALQUIVIR Texto: Ana Lorente Fotos: Heinz Hebeisen

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Vinum, abril/mayo 2008.

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V I N U M JUNIO-JULIO 2003 1514 V I N U M JUNIO-JULIO 2003

Ríos de Vino

Ha regado, ha saciado la sed y llevado en volandasa las más potentes civilizaciones que dejaron huellaen este país. El valle bético ha sido la favorita víade entrada a la península de tartesos, turdestanos,romanos, germánicos, musulmanes y, en su máximoesplendor, puerta de América. En sus orillas, alter-nando olivos y naranjos, arrozales y algodón, se aso-man viñas con nombre propio y con renombre en lahistoria, en el globo y en la leyenda: los tintos yaguardientes de Cazalla y de la Sierra, los punzan-tes y golosos Moriles y Montillas, de Pedro Ximénez;los pálidos Finos jerezanos de Palomino y las reli-quias de viejos Olorosos; y allí, donde el mar se aden-tra, donde su brisa se apiada de las resquebrajadastierras albarizas, la Manzanilla salada de Sanlúcar.

El “simpecado” tirado porbueyes de la Hermandad deSanlúcar de Barrameda abordo de un barco sobre elGuadalquivir, camino de laromería de El Rocío. Prontocorrerá la Manzanilla.

El “simpecado” tirado porbueyes de la Hermandad deSanlúcar de Barrameda abordo de un barco sobre elGuadalquivir, camino de laromería de El Rocío. Prontocorrerá la Manzanilla.

Viajes

IV. EL GUADALQUIVIRTexto: Ana Lorente

Fotos: Heinz Hebeisen

IV. EL GUADALQUIVIRTexto: Ana Lorente

Fotos: Heinz Hebeisen

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Cazorla está encaramada sobre una alfom-bra de olivos que parece volar sobre los ce-rros. Al fondo, dos sierras, las de Cazorla yLas Villas que separan la vertiente del Se-gura, y entre ambas, un pachword de rayasparalelas con distintas orientaciones, com-binadas con capricho y arte. El mejor mi-rador es el castillo de La Yedra convertidoen Museo de Artes y Costumbres Popula-res del Alto Guadalquivir. El alto en el ca-mino puede ser el comedor del nuevo ho-telito Puerta de Cazorla, La Tragantía, queno es una ironía sobre lo que se viene a ha-cer allí sino una figura mitológica, mitadmujer, mitad serpiente de doble cola, la hi-ja recluida que quedó olvidada en las maz-morras del castillo. En la mesa, lo mejor esla cocina local, una tapa de Rin-ran de ba-calao que viene a ser una variante manche-ga de la brandada y la caza de los alrede-dores, el ciervo y el jabalí que se guisan congracia, con saber antiguo, con la herenciadel conocimiento árabe de las especias, co-mo la magnífica morcilla de Calderera,des-hilada, magra y plena de pícaras sorpresasaromáticas.En un cielo de primavera, gris pero lumi-noso, se difumina el humo de las chimene-as para anunciar la vida que se adivina enlas casas de labor, blancos lunares entre unverde omnipresente.Es zona con una comedida expansión tu-rística pero florecen hotelitos,Spa,casas ru-rales, oferta de vehículos 4x4 capaces de

adentrarse incluso en la otra vertiente, enuna sierra dramática de granito y pino y defallas desnudas que conducen a La Iruela,al precioso hotel Sierra de Cazorla, el Para-dor, refugio escondido, discreto, milagro-so, y después del Puerto de las Palomas, laprimera visión del cauce, una impresio-nante talla en roca donde apenas se adivi-na al fondo un hilo de agua. Machado lecanta a ritmo de la soleá:Un borbotón de agua clara debajo de un pi-no verdeEras tu. Que bien sonabas.

El nacimiento

Ni una gota. Y según confirman los veci-nos, aquí el río aparece como la virgen, enuna gruta y de milagro.Y como milagro hayque loarlo, tal como lo entendían los her-manos Quintero:“¡Detente aquí viajero! Entre estas peñasnace el que es y será Rey de los Ríosentre pinos gigantes y bravíosque arrullan su nacer y ásperas breñas.”Los alrededores, donde ya brilla en el cau-ce y salpica de humedad cañaverales, be-rros y hierbas sin nombre deben ser el be-bedero de todo bicho viviente porque huelea fieras, a casa de fieras.Aguas abajo, por donde se orillan cabañasturísticas y centros de estancia, el caminoatraviesa el puente de la Herrería cuya pri-mera traza se construyó para conducir a

El río grande del SurNace en un parque natural, el de Cazorla, y se despide, poderoso, en otro, Doñana. Noes sino el quinto en longitud de la península pero, entre los ricos af luentes que formansu cuenca -Guadalimar, Jándula, Genil- los árabes lo vieron como “el Río Grande”,Guad-al-Kevir, y como tal rebautizaron el Betis griego y romano, el Tartessos esparta-no. Su cuenca reúne aguas de las ocho provincias andaluzas y ocupa casi 57.000 km.mientras su recorrido se extiende a lo largo de 657 Km. de los que, desde Córdoba esmínimamente navegable, y desde Sevilla con más fundamento, cuando ya lleva más de150 metros cúbicos de agua por segundo, cuando aún le quedan 100 kilómetros hasta lameta y está apenas a 9 metros del desnivel.

GUADALQUIVIR

Ni una gota de agua en el nacimientodel río Guadalquivir en la sierra deCazorla. Abajo, el pueblo de Cazorla.

Vista nocturna del puente romanode Córdoba. Al fondo, laMezquita-Catedral, simbolo de launión de culturas que hicieron dela ciudad el centro del mundo.

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Isabel la Católica en su camino a Granada.Frente a las sencillas construcciones rura-les contrasta el abigarrado crecimiento deArroyofrío que ha perdido cualquier estiloen la voracidad de la construcción, el abi-garramiento de comercios, la oferta de ja-mones curados en este aire seco y puro, ylos aceites de la zona, excelentes aceites deCazorla,regulados por una sólida Denomi-nación de Origen.Claro que también hay otro estilo más ac-tual y cuidado en la oferta como el flaman-te hotel Spa Coto del Valle que se alza en unotero prodigioso.La carretera hace vainica doble saltando alo largo de la corriente y se adentra por unbosquecillo que hace pensar en las setas ba-jo el manto ocre y rojizo.Cuando la luz acla-ra, desemboca en el pantano, tan seco quedesde el mirador Rodríguez de la Fuente sedescubren las faldas de la Isla de las Viñas.Ya no isla, apenas un promontorio sobre laarena dorada. Hasta un poco más allá noaparece el agua opalina y esmeralda, y lapresa pequeña y clara.Y poco a poco los olivos se adueñan otravez de la tierra. En el espacio de la D.O., lamayor de la península con 37.500 has., losolivos de Picual y Royal ocupan el 52% delterritorio, y eso se ve. Como se nota en lossentidos que la D.O.solo admite Aceite Vir-gen Extra.Debajo de la Presa del Tranco en el Parajedel Charco del Aceite, el río dibuja 10 km.donde alterna rápidos y aguas mansas pa-

ra admirar el impresionante paisaje conarroyos cristalinos, cascadas y curiosas for-maciones en piedra.

Un atisbo de viña

La Cooperativa de La Misericordia, en To-rreperojil, es la desembocadura natural deun río de vino y de aceite de los alrededo-res. De 20 a 30 millones de kilos de aceitu-na y la producción de 150 has. de viñedovan a parar aquí, más por necesidad quepor entusiasmo,y con la misma rutina cua-si funcionarial que ha regido a las coopera-tivas durante décadas.Quien sí derrochó entusiasmo por todoslos aceites de Jaén fue Juanito, embajadormás allá de su restaurante de Baeza. Ahorasu viuda, Luisa, y sus hijos continúan esalabor, uno en cocina, otro en sala, y otro,Damián, en el proceso artesanal de elabo-rar su propio aceite, esa joya llamada Al-Manzar, de olivares plantados en terrazas.Un muro luce el escaparate de la bodega cli-matizada donde José Luis, amante delChampagne, conserva, además de sus pa-siones personales, una carta no muy am-plia pero elegida con capricho y con talan-te actual, con conocimiento y paladar.Pedro, en el fogón, es fecundo discípulo desu madre. En el menú degustación destaca,por ejemplo, un paté de perdiz a la vez po-tente y delicado firmado con el hilo verde,el toque perfecto, de un chorrito de aceite.El sello de la casa. Lucen las 11 D.O. anda-luzas, pero sobre todo sus vecinas Baena y

Arriba, a

Sierra Mágina. Para conocerlas, en Puentedel Obispo abre sus puertas el Museo de laCultura del Olivo.El camino a Bailén es otro rastro de olivoque va a caer en otra cooperativa histórica,la de Santa Gertrudis, que fue la patrona dela villa hasta que la cambiaron por otra másmilagrosa y más activa, la Virgen de Zocue-ca. El gerente es Jerónimo Bautista, y con éllas tinajas de guarda de vinos se han vesti-do de cal, hay temperatura controlada y lavieja maquinaria está más reluciente paraprocesar cosechas que llegaban hasta los 4millones de kilos de uva, con plantacionesde variedades “modernas”en la región, co-mo Cabernet o Tempranillo.De las tierras rojas, el río corre por Villa deRío y sus aceñas, o se remansa en el balne-ario de Marmolejo, o se desborda en la ru-ta de las fuentes en torno al pueblo, y correhacia las blancas albarizas cordobesas queanuncia otros estilos, otras variedades, laPedro Ximénez, y otros vinos tan caracte-rísticos como los de Montilla-Moriles. Elapeadero puede ser un hotel a las afuerasde Montilla con servicio amable y sabrososalmorejo, el Don Gonzalo, muy cerca deBodegas Robles que son el paradigma localde la viticultura revolucionaria.Es una bodega familiar que inauguró elabuelo de Francisco y, desde el año 2000, seenfrentó con el estancamiento comercial delos vinos generosos a base de trasformar suviñedo en ecológico. Al principio acudie-ron a un viticultor que venía cuidando asísu viña de Pedro Ximénez desde los años70,pero después se han lanzado a experien-cias propias, por ejemplo la de la cubiertavegetal, que trabajan en colaboración conla universidad de Córdoba, en busca de unsistema natural que reduzca las necesida-des de la tierra. Esas hierbas retienen aguay crían levaduras, humus e insectos que seintegran a la cadena trófica, que polinizan,y también son alimento de los pájaros queanidan en las matas circundantes. En fin,un pequeño mundo creado en torno a lauva pero con respeto a cada paso,a cada es-pecie intermediaria.Y, por lo visto, el vino lo agradece y lo re-fleja.No hay más que ver la panoplia de pre-mios y las calificaciones que obtienen encada concurso. Y, para que no haya duda ojuicio tendencioso, asisten a todos, de mo-do que han recibido con justicia el nom-bramiento de Mejor Empresa Ecológica deEspaña, del año 2007.

En bodega, la enóloga Rocío Márquezaprovecha las levaduras naturales que faci-litan la fermentación, y es avara con el sul-furoso. La nave de barricas es eso, una na-ve antigua y funcional donde, desde hace40 años, Rafael González cuida las botas de300 l. como la niña de sus ojos.Una larga fila de botas lleva ya el sello eco-lógico y alimenta unas 300.000 botellas,mientras en otra pared se conserva la sole-ra del abuelo Antonio José, la que empezóa criar en 1927 y ahora se “refresca” paradar carácter a los dos vinos joya de la casa,el Oro y el PlataY es que aquí, en Andalucía, visto el siste-ma de crianza, el vino y la bodega ha de serun recuerdo de familia. Nadie puede inau-gurar bodega nueva porque no se impro-visa, tendría que comprar las soleras a otrao dedicarse a otros productos:vinagres,tin-tos o vinos de mesa, pero de ninguna for-ma a los Finos y Generosos.

Arriba el P.X.

La mayor bodega de Montilla, Alvear, hacumplido ya nueve generaciones desde quela fundara el patriarca Juan Bosco. Se con-serva en el centro de la villa desde 1729 ytuvo que expandirse en 1930 a ésta, tam-bién céntrica pero más crecedera, dondecrían cinco millones de litros,no solo de vi-no sino de famosos destilados,licores y aro-matizados como el vermouth. La elabora-ción de la uva se hace a tiro de piedra, enuna bodega en la sierra, Las Puentes, que secontempla desde aquí, desde el paseo depalmeras y el patio de naranjos y hiedra, ydesde el campo de fútbol, que en vendimia

ViajesEDUARDO OJEDA CEBRIÁNOLFATO HISTÓRICO

se convierte durante algunas semanas en lallanura de asoleo para pasificar la Pedro Xi-ménez. Cada tanda, en ese tiempo, cuandoel sol es cómplice, dura más o menos nue-ve días, y su único enemigo son las golosaspalomas. Ya nada sirve para espantarlas, nialtavoces con ululadores mecánicos,ni rui-dosos cañones, ni ingeniosos espantapája-ros, de modo que esta vendimia estrenaráncetreros con rapaces. Bernardo Lucena, elenólogo,es un enamorado de esta uva,y de-rrocha imaginación para atrapar lo que ca-da año sale de la pasera, distintos aromas ypromesas,recuerdos de higos,de dátiles,decítricos, una riqueza por explorar que ellosempezaron a criar por añadas en mediasbotas, incluso en madera nueva.Montilla, la romana Munda, es una proce-sión de vestigios culturales,un vía crucis demonumentos religiosos y una pincelada ci-vil, la casa del Inca Garcilaso, donde escri-bió buena parte se sus obras.Cerca, en Aguilar de La Frontera, tiene sufeudo Antonio Sánchez,decano de los enó-logos de España, coleccionista por heren-cia y vocación, y curioso profesional. Des-de 1844 en su casa, bautizada como la de ElEléctrico porque fue central de energía, seviene compaginando la actividad de bode-ga con la pasión por los conocimientos yobjetos mas diversos.Como bodega es todo un capricho, paraelaborar 300.000 botellas, pero el espacio yel talante acogedor de Antonio Sorgato y lafamilia Sánchez, con Rosario, su hija, alfrente de las relaciones públicas,conviertenen visita inevitable el parquecillo asilvestra-do que se eleva metros y metros a su aire ,

Eduardo Ojeda se ha moldeado en el marcode Jerez. Comenzó en los años 80, en labodega de Croft, y allí ejerció hasta el año2000. Ahora es director técnico del GrupoEstévez (Bodegas Real Tesoro, La Guita yValdespino). Por su olfato ha pasado muchahistoria, entregado no sólo a los vinos gene-rosos, sino a viajar y aprender de las expe-riencias de sus colegas de otras regiones yzonas vinícolas del mundo. Enamorado delOporto, encuentra muchas similitudes dehistoria y tradición entre los vinos portugue-ses y los vinos del marco de Jerez. Hacepoco, alguien le preguntó qué había cam-biado en éstos vinos. Y él le respondió:nada. Esa es la grandeza. Si se quiere veralgún cambio, hay que remontarse a losaños 50, con la entrada de enólogos y téc-nicos. Incluso a los años 70, cuando sedotan a las bodegas de mayor tecnología(equipos de frío, depósitos de acero inoxi-dable, etc.). En conclusión, el vino se sigueelaborando igual, el único cambio estribaen el mayor conocimiento que se poseesobre ellos. Se tienen más datos y, por lotanto, los productos son más controlables.Sirva como ejemplo el polémico PaloCortado. Antes se producía por un descui-do, por una anomalía, por casualidad... endefinitiva, por la desviación “misteriosa”del producto final, que era un amontillado.De igual forma, si no se estaba atento en labodega, ocurrían muchas fermentaciones enlas botas o avinagramientos. Ahora, lamisión de los técnicos, junto a los capata-ces, es controlar cualquier posible fallomeditante la cata, que sigue siendo clave,la analítica y todos aquellos factores quesirvan para mantener un mismo estilo.

Restaurante Juanito, de Baeza. El cocinero, Pedro Salcedo, y suhermano Juan Luis, con su madre,Luisa, en la bodega delestablecimiento.

Viñedo de cultivo ecológico enBodegas Robles, de Montilla.Francisco Robles, el director, yla enóloga, Rocío Márquez,inspeccionando el terreno.

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Viajes

De Cazorla a la D.O. Montilla-Moriles

En el bello paraje que envuelve el nacimiento del río Guadalquivir

hasta Montilla, solo resisten un puñado de bodegas. En Torreperogil

está la cooperativa de la Misericordia, que además de vinos senci-

llos también elabora aceites. En Bailén, la cooperativa de Santa

Gertrudis se ha decantado sólo por vinos tranquilos y algún que

otro espumoso simplemente correcto. Todo bajo la atenta mirada

de Luis Hidalgo, su enólogo. Pero sin duda el epicentro de ésta

zona fue Lopera, conocida antaño como: “la pequeña Jerez”. Su

gloria, en la que llegó a dar cobijo a más de diez bodegas, se ha

reducido a una, Bodegas Herruzo, de aspecto coqueto y halagüeño

con aires puramente conservadores. Ya en la D.O. Montilla-Moriles

encontramos el vino del sol, tal como Manuel María López

Alejandre define a lo que aquí se produce. A partir de la variedad

Pedro Ximénez, la reina indiscutible, se obtiene el fino, el amonti-

llado, el oloroso, el palo cortado y un vino dulce capricho de dioses,

que es el emblema de la zona, aunque lo que más se vende es el

Fino. La gran diferencia entre el fino de Montilla-Moriles con otros

es que no se encabeza (adicción de alcohol vínico). Sus 15% de

volumen de alcohol son naturales y los vinos que no llegan a éste

grado son destinados para oloroso, con su necesario encabezamien-

to. En vinos dulces encontramos los cream (25% PX y resto de olo-

rosos viejos o alcohol vínico entre 77 y 94,7% vol.) o puros, sin

mezclar, que es algo raro. Lo habitual es encontrarnos en el merca-

do PX con un pequeño porcentaje

de oloroso para aligerarlos, y que

resulten menos golosos.

Normalmente, los PX son mistelas.

La presión osmótica que sufren las

levaduras con concentraciones

superiores a 400 gr/l. de azúcar

hace imposible transformar ni una gota de alcohol. Para conseguir-

lo, una vez vendimiada la uva, se extiende en paseras -capachos de

esparto o pliegues de plástico-, sobre el suelo y bajo el tórrido

capricho de los rayos del sol. Tras 8-9 días, normalmente en agos-

to, la uva se deshidrata aumentando su concentración en azúcares.

Un tiempo en botas (550 a 600 litros de capacidad), al antojo del

tradicional sistema de criaderas y soleras, afinará el producto final.

Gracias a ello, encontramos verdaderos prodigios de los que damos

buena cuenta en el apartado de catas. Respecto al viñedo, está cla-

ro que ha disminuido. La denominación llegó a tener 18.000 mil

has. y ahora tiene alrededor de 7.000 has., que no está nada mal.

Muchas bodegas, desde hace unos años, plantan viñas sin cesar

para asegurarse el futuro de sus vinos. Las mejores zonas, para la

elaboración del Fino, se encuentran en la Sierra de Montilla o en

Moriles Alto, donde el suelo es más pobre y abundante en caliza.

Sin embargo, las viñas destinadas a la elaboración de vinos dulces

de PX se encuentran mejor en suelos arenosos y albarizos. La nota

de color la aporta la bodega Robles con sus vinos ecológicos, con

los que cosecha infinidad de premios.

A la izquierda, muestra de diferentes tierrasde la D.O. Montilla-Moriles, en el museo deBodega Toro Albalá, en Aguilar de la Frontera.Arriba, Bernardo Lucena, director Técnico deBodegas Alvear, en Montilla.

Torre de la Calahorra (Córdoba), enrestauración, cubierta con dibujosde Luis Gordillo.

MANUEL M. LÓPEZ ALEJANDRE

EN DEUDA CON LA D.O.

el patio donde han recuperado en macetasuna especie olvidada de claveles revento-nes, la vieja bodega de crianza donde lasarañas se encargan de eliminar las polillaspara que no dañen las botas centenarias, labiblioteca con 5.000 libros sobre el vino, y,sobre todo, las salas y sótanos abigarradosdonde se reúnen objetos impensables,a ve-ces inclasificables o indescifrables, queconstituyen un personal y valioso museoetnográfico donde está representada desdela arqueología a la numismática, la música,las artes taurinas, las artesanías más vario-pintas y las actividades cotidianas.Todo unviaje en el tiempo al país de las maravillas.

El Buen Consejo

Quien coordina a estos elaboradores y mu-chos más y quien saca brillo a diario, en Es-paña y en el extranjero,a los vinos de Mon-tilla-Moriles es el incansable Manuel LópezAlejandre, el Secretario de la D.O, profun-do conocedor de cada viña y cada bodega,y de los secretos de cada flor de levaduras.Capaz de trasmitir en sus libros, con arro-bada pasión, historia, anécdota, ciencia…,los beneficios contra la tuberculosis en losbodegueros o las virtudes antioxidantesque son fuente de una cuasi eterna juven-tud, como la que él mismo luce.Córdoba merece capítulo aparte. El paisa-je que en pleno centro dibuja el Guadalqui-vir, los plácidos Sotos de la Albolafia, al piede la noria gigante, donde al amanecer o al

Hijo de bodegueros, entró en el consejoRegulador de Montilla-Moriles en el año1972 y desde 1977, es secretario general.Según nos comenta, los vinos han cambia-do mucho, en cierto modo, pues ahora haymás calidad y se cuidan mucho todos losprocesos. La gloria de Montilla-Moriles seremonta a los años 50, cuando el primerConsejo Regulador lanza una campañagenérica con el eslogan “o Moriles oMontilla”. Eso supuso un triunfo duranteaños que derivó en un crecimiento incontro-lado. Además de considerar al amontillado comoel mejor vino del mundo, también se consi-dera un impulsor del PX, tan incomprendi-do hasta no hace muchos años por la catainternacional. Esta D.O. produce casi todoel PX dulce que hay en Jerez o en Málaga, yla clave para obtener un buen PX radica enla interpretación de cada enólogo. ManuelMaría considera que al PX le resulta másbeneficioso el clima seco que el húmedo.Desde su punto de vista, todos los expertossaben que estos vinos están entre los mejo-res del mundo. No obstante, tenemos unamisión de suma importancia: transmitirlo.Es una tarea muy lenta pero necesaria sinoqueremos que se extingan. Para combatirlo,multiplican cursos de cata a sabiendas deque la primera expresión en la cara de susalumnos es de extrañeza. A la tercera copala cosa cambia, afortunadamente. Cree queno es un problema de grado alcohólico puesel mercado está lleno de ejemplos con vinostintos que rondan los 15 grados, o que lossobrepasan. Una última reflexión: beberFino alarga la vida. En aquellas tierras correel rumor de que casi ningún capataz -el res-ponsable de velar por su calidad mediantela cata diaria- fallece antes de cumplir los90 años de edad.

ponerse el sol rebullen las bandadas de es-torninos y atraviesan el aire los gritos ju-guetones de las grajillas saludando el pasode tantas especies migratorias.El espacio esun regalo para los sentidos y la imagina-ción: a un lado, la puerta, ahora exenta, pe-ro que simbólicamente da paso a la monu-mentalidad de la Mezquita.Al otro, la torrede la Calahorra, envuelta en rompedorasimágenes de Gordillo que cubren los anda-mios de su restauración.Y enlazándolas, elpuente romano que se asoma a los islotesribereños donde anidan las garzas, a losmolinos -alguno ya restaurado- que fueroneje de vida económica de la ciudad. Y so-bre todo ello, una inversión y un proyectoen marcha para revalorizar la zona y ponerla guinda de la candidatura de Córdoba co-mo Capital Europea de la Cultura en 2016.Méritos le sobran, y con la construcción deun centro de visitantes y de interpretaciónse redondea el ámbito monumental.Mien-tras, la mezquita sigue luciendo, eterna, lamagia de sus columnas,el secreto de sus lu-ces, la dulzura de su patio.Y el Museo de laTorre también sigue activo,exhibiendo unadidáctica aunque edulcorada visión de laconvivencia de las tres culturas que hicie-ron de Córdoba algo mucho mayor, la ca-pital cultural del mundo.

El río como apellido

Hacia Sevilla, por la ribera, casi a lo largode la vía férrea, Almodóvar del Río se viste

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del pueblo y los brillos trasnochados de esepuente eiffeliano que construyó en 1929 elgran arquitecto Torroja, el abuelito de Ana,la cantante del grupo Mecano.Como prueba de la pujanza de la zona,aguas abajo, en Villanueva del Río y Minas,un siglo antes se había instalado la prime-ra máquina de vapor de España, en los do-minios de la Real Compañía de Minas delGuadalquivir.Innovadores y tenaces restauradores noson sólo figuras de otro tiempo.Sierra Nor-te arriba,la figura fuerte de Carmen Ladrónde Guevara lleva 30 años empeñando su vi-da y su hacienda, dispuesta a poner en pieculturalmente la Cartuja de Cazalla, desdeque descubrió las ruinas hasta que hace po-co le ha valido el premio de RestauraciónEuropa Nostra.Comparte el espacio,la paz,el arte y una invitación al descanso con loshuéspedes de ocho habitaciones sencillasfrente a la fachada iluminada de la Iglesiaque se puebla de magia cada anochecer.

Viajes

con las mejores galas y, como un pavo realluce una aureola de arco iris que enmarcael castillo restaurado como museo.De ahí a Palma del Río, los olivos abren pa-so a los frutales de regadío, los cerezos jó-venes, los melocotoneros cubiertos de flo-res rosa o púrpura, y, sobre todo, losnaranjos de todo porte, hasta donde la vis-ta alcanza. Estamos a 100 m. de altitud yaún le quedan muchos kilómetros que re-correr hasta el mar.Pero esa es su vocación,la que cantaba Machado…En esta f lorida vega Por donde se vaEntre naranjos de oroGuadalquivir a la mar.Peñaflor es tierra de labor, rojiza, esa queaquí llaman “tierra calma”, dedicada a ce-real y que ahora, con el auge de la inver-sión en bodegas, se está reconvirtiendo enviñedo.En Lora del Rio llega el indulto de la horaazul que va descubriendo las tímidas luces

A la izquierda, castillo de Almodóvar del Río,enmarcado por un oportuno arco iris. Justoante él discurre el río Guadalquivir. Arriba,Óscar Zapke y Mónica Ucín, en el viñedo de Hacienda la Purísima Concepción, en elpueblo sevillano de Constantina.

¿Tierra de tintos?

Entre Lora del Río y Constantina las dehe-sas se pueblan de toros, como los de Dolo-res Aguirre, la famosa ganadera Bilbaína.De aquellas latitudes llegaron también Os-car Zapke y Mónica Ucín,con resabios ape-gados al vino a través de sus familias,de Tel-mo, de Remelluri, de Olarra... Aquí seafincaron hace 10 años en una preciosa fin-ca de 40 has. donde la viña -7 has. de Tem-pranillo, Garnacha tintorera, Merlot y Ca-bernet- tiene vocación de tintos y estávallada para librarla de los zorros, tejones,conejos y otros vecinos, adorables pero in-deseables, del Parque Natural.Están a 600 m. de altura y en un espaciotan privilegiado como protegido, en tornoa la casa restaurada con sencillez y elegan-cia,en el claro soleado de un hermoso bos-que de castaños, alcornoques, pinos, yflanqueado por una explosión de mimo-sas, de modo que para elaborar cómoda-mente han tenido que construir la bodegaen el pueblo,en Constantina,mientras queen la casa-château disfrutan y pueden lu-cir el precioso hallazgo de otra bodega re-mota, con tinajas fechadas en tiempos deVelázquez, en 1640.La bodega de Constantina, el feudo de Pas-cual Ruiz, a las ordenes del enólogo asesor,Íñigo Manso de Zúñiga,es funcional y mo-derna pero respetuosa con con una ciudadde casonas ricas, blanca, luminosa, perfu-mada de azahar, donde los barrenderos re-cogen de las calles ríos de naranjas que con-vierten sus carrillos en montañas de oro.Más allá, en Cazalla de la Sierra, un delicio-

so hotel y un coqueto restaurante, la Posa-da del Moro, regentada por dos hermanas,Julia y Lucía, rebosantes de ingenio y dina-mismo, y muy queridas en el pueblo. Lucíahija se asoma pizpireta a la sala y ofrece losespárragos que su padre ha cogido por lamañana,y setas en temporada,y romanzas,que son una especie de espinacas silvestresde sabor punzante y fino, que crecen en lohúmedo, en las orillas de los arroyos.En este despertar de los tintos en la zona,también ellas han empezado a elaborar supropio vino para la carta del restaurante,Viña Marrón, un 100% cabernet sauvig-nón que recuerda la jara y el membrillo. Lodirige un enólogo joven, Fabián Danjoy,inagotable, enamorado de la zona .Su primera obra fue Colonias del Galeón,los dominios de los sevillanos Julián Nava-rro y Elena Viguera . En nueve has. de unterreno a 700 m. de altura, tapizado de ja-ra, retama, lavanda, tomillo, orégano, zar-zamora... entre encinas, alcornoques e hi-gueras, plantaron en 1998 variedadesnobles como Cabernet Franc, Merlot, Sy-rah, Pinot Noir, Tempranillo y Chardon-nay. Podría parecer una invención, un ca-pricho o una revolución, pero en realidades apelar a la memoria de los siglos XV,XVI,XVII,cuando los vinos de Cazalla,de la Sie-rra Norte bajaban hasta el puerto de Sevi-lla para viajar a América y al mundo.Cuan-

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El enólogo francésFabian Danjoy, deBodegas Colonias de Galeón, en Cazallade la Sierra

do, junto al Borgoña, regaban la boda Realde Carlos V con Isabel de Portugal.Las Colonias,como ésta de Galeón,son po-blados agrarios nacidos durante el fran-quismo, humildes casitas, sin luz ni aguacorriente,que aquí se salpican en lo que hoyson amenos cerros de verde salvaje. Fabiánviene de trabajar en el Loira,probablemen-te el mayor jardín de variedades del mun-do, y por eso conoce a fondo y se esmeracon las plantaciones más originales aquí, laViognier, la Pinot Noir, que se añaden a laTempranillo y Garnacha.Es la misma mez-cla de su acento,un alegre francés aflamen-cado, y la que rige en la tienda que ha mon-tado en Sevilla, una abacería en el barrio dela Macarena con quesos, vinos, foies y pa-tos franceses,rotulada con sorna “Pá Tí Tó”.

La lluvia en Sevilla

A cualquier luz, Sevilla es una maravilla. Ylo sabe.Por eso es el reino del piropo,la exa-geración,el ditirambo.¿Dónde si no se atre-verían a anunciar sin sonrojo, para Sema-na Santa,“Procesión de la Archicofradía taly tal… portando a Su Divina Majestad taly tal…”? Pues allí está, en Triana, en la ca-pilla de la Esperanza, que recibe a sus visi-tantes, más que vestida, amueblada y enjo-yada de pies a cabeza. Impresionante en sudolor, vulgarizada por los impertinentes,incesantes, flashes de los teléfonos móviles.

Enfrente, en un escaparate se luce la modade la próxima feria, lunares pistacho, blu-sas de damero.Sevilla huele al azahar de las naranjas amar-gas que asombran sus calles, las que dieronnombre propio -Marmalade- a las famosasconfituras inglesas -Jam-. Huele a inciensohasta emborrachar, a ratos con el punzan-te toque escatológico del estiércol de caba-llo o los tentadores efluvios de Fino que re-basan la puerta de las tabernas.Hay mucho que ver, los Alcázares y sus jar-dines, la Casa de Pilatos, la Catedral y su Gi-

V.T. Sierra Norte de Sevilla:

La Sevilla desconocida

A una hora en coche, al norte de Sevilla y alejado de ferias, sevilla-

nas y el sordo ajetreo que encierra una ciudad, se encuentra la Sierra

Norte de Sevilla. Un paraje natural que mantiene su aspecto desen-

fadado y luminoso. Desde el año 2005, las dos bodegas que coexis-

ten ya son consideradas Vino de la Tierra. Y fue Julián junto a su

mujer Elena -los propietarios de Colonias del Galeón-, los encargados

de recuperar, en 1998, el legado vitícola. Entre Cazalla de la Sierra,

Constantina y Guadalcanal llegaron a existir más de 3.500 has. de

viñedo. Las sinuosas ondulaciones del terreno delatan lo que allí

hubo. Pero Julián eligió un pequeño paraje, cerca de Cazalla, para

plantar sus 9 has. de viña, todo en ecológico. Los suelos son ricos en

pizarra, con algo de arcilla y escasos en tierra. Su extrema pobreza

hace necesario abonar a conciencia. Allí convergen variedades tintas,

entre las que destacan, por su buena adaptación, la Cabernet Franc y

el Syrah. En blancas, la apuesta ha sido redonda, un poco de

Chardonnay y algo de Viognier para concebir un vino blanco fermen-

tado en barrica que es fruto de elogios en toda la zona. En 2003 se

unió al proyecto, como asesor, el joven Fabián Danyoy, un parisino

con experiencia en la elaboración de

Champagne y vinos de Loira, entre

otros. La bodega está en un polígono

industrial en el que domina su fun-

cionalidad.En la otra cara de la sie-

rra, en una zona más húmeda, se

encuentra la bodega de Fuente

Reina. Un proyecto en el que están involucrados Oscar Zapke y

Mónica, su mujer. El enólogo es el conocido Íñigo Manso, que tam-

bién lleva la bodega de Palacio Quemado, entre otras. Sin duda su

viñedo es de los más bellos que hemos visto aunque pudo haberse

esfumado de no ser por el instinto de Oscar Zapke. Poseen 7 has.

de viñedo, más de la mitad de Tempranillo, unido al Merlot o

Cabernet Sauvignon que aquí se expresa de órdago. Los suelos son

silíceos, franco-arenosos, pobres en materia orgánica, sobre fondo

de pizarra. Al principio quisieron apostar por la línea ecológica pero

el crecimiento incontrolado de la hierba, debido al índice de hume-

dad en la zona (entre 660 y 1.000 mm/año), fue determinante para

abandonar la idea. La primera añada salió en el 2002. Sin embargo,

el vino de 2006, que aún duerme en barrica, será un vino que dará

mucho que hablar. La bodega, debido a la protección natural que

exige este singular paraje, se encuentra en Constantina, en una

antigua y remozada fábrica de harina.

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Baños árabes en LosReales Alcázares deSevilla.

raldillo, pero, en lo que nos ocupa, es inex-cusable el Archivo de Indias y el Museo Ma-rítimo, en plena Torre del Oro, en la orilladel Guadalquivir, para comprender la im-portancia de este río en la historia de la ciu-dad, de España y su imperio.Este puerto fue puerta del vino y el aceite aRoma, y después, hacia América y Asia, al-macén de todos los tesoros imaginables,co-mercio de los lujos del globo.Como recuer-da, por Sevillanas“Llegaron por ti a Sevilladesde las tierras extrañasbarquillas y galeonespara admirar la Giralda.Y en sus puentes de maderay en sus viejos maleconesdijeron ¡qué guapa eres!Sevilla de mis amores.”Los puentes son otro espectáculo, desde laorilla o en un crucerito en barco. Tanto loshistóricos como los nuevos, con firma -ElAlamillo, La Barqueta...- construidos paraunir a la ciudad la isla de la Cartuja, cuan-do fue escenario de la Exposición Univer-sal de 1992.

La Marisma

La puerta de la Marisma son las Chozas, enel término de Trebujena, y el mejor mo-mento para cruzarla, la clara noche baña-da en luna y mecida por el rítmico canto de

Óscar Benítez, maitre, ySantiago Moreno, cocinero,en el restaurante del HotelLas Chozas Marismeñas, deTrebujena.

las ranas, de modo que nada se ve pero to-do se sugiere. Claro que Spielberg prefirióel ocaso, para filmar desde aquí “El Impe-rio del Sol”.El dueño de los bungalows en torno a la pis-cina y al gran restaurante central lo es tam-bién,desde mucho antes,de la empresa An-gulas de Trebujena, basada en las capturasde la vecina marisma, de modo que en elrestaurante los alevines de anguila apare-cen como guinda en muchas recetas.Lo mejor, sin embargo, son los pescadosgrandes en preparaciones sencillas, y elpunto que les da el chef, Santiago Moreno.Un menú ideal sería: berenjena rellena decrema de mariscos (fresquísimos, para esoson los dueños de la pesquera), unos boca-

dos de albur ahumado -la D.O.Albur y Ca-balla rige a dos pasos, en Isla Mayor- sobresalmorejo, y rematar con una buena piezade róbalo a la espalda. Y para acompañar,una fresca Manzanilla...O algo idéntico, pero con nombre diferen-te: simplemente “M”. Una copa que desdehace medio siglo elabora en Lebrija, por eltradicional método de criaderas y por idén-tica crianza biológica, la bodega GonzálezPalacios, con soleras que inauguró el padrede Félix, el actual propietario, que tambiénse ha metido a hacer tintos. Pero están enSevilla y no en el marco de Jerez, que es pa-tria exclusiva de la Manzanilla, de modoque, a pesar de haber ganado pleitos jurí-dicos,para no empecinarse en entrar en ese

Sanlúcar de Barrameda: Está de moda

En Sanlúcar, en el corazón de la manzanilla, se palpa la humedad.

Estamos en la desembocadura del río Guadalquivir. Las bodegas

saben que estas condiciones son necesarias para que el velo flor se

desarrolle plena y con grosor. Así, el resultado es un vino ligero,

seco aunque profundo, como manda la tradición. Aquí, en

Sanlúcar dicta el estilo de La Guita, grácil sencilla y una de las

preferidas en la Feria de Sevilla. Porque esta ciudad siempre ha

tenido un vínculo muy estrecho con Sanlúcar debido al río. Pero no

ha sido ésta bodega la que ha puesto de moda una manzanilla tan

pálida. Cuentan que en el año 81-82 las bodegas Internacionales -

que eran propiedad de Rumasa-, sacaron un vino llamado:

Finísimo Currito. Al público le entusiasmó y el resto de elaborado-

res se vieron obligados a seguir su estela. Ahora bien, ¿qué venta-

jas tiene su aspecto? Está claro, ser más longeva. Es el pequeño

sacrificio que hay que pagar si queremos tener un producto lozano.

Aunque para los nostálgicos existen bodegas como la de Pedro

Romero, que sigue manteniendo casi toda su gama de vinos como

antaño. Entre ellos, destaca una manzanilla “pasada” (con más

edad y color que las normales) que, anecdóticamente, no exhibe

esta palabra. Dicen que es por

miedo a lo que pueda pensar el

consumidor e incluso su color

–natural que no subido- hace pen-

sar en un mayor grado alcohólico.

Barbadillo, con su sacas estaciona-

les, ofrece una manzanilla escasa

(250 cajas al año) y auténtica, clarificada con claras de huevo,

aunque efímera en el tiempo. Sin duda, merecen la pena probar-

las. Desde hace quince años la Manzanilla se ha puesto en boga,

pero qué la diferencia con respecto al Fino. Las claves hay que

buscarlas en el aspecto de la flor (más gruesa y con mayor conteni-

do de levaduras en Sanlúcar). Sí, es la encargada de mantener el

vino vivo. Para sobrevivir, las levaduras consumen la acidez volátil,

la glicerina, el alcohol, entre otros, resultando un vino seco y lim-

pio. Como detalle, los más bucólicos piensan que las notas salinas

de la manzanilla son debidas a la influencia del mar sobre las uvas

y en realidad es un aroma terciario, que se forma cuando no hay

glicerina. Otra de sus virtudes, según nos cuenta Rosario Pérez

(responsable de enoturismo en Barbadillo), es el aporte de vitami-

nas B6 y B12 que contienen las levaduras. Su función, en el orga-

nismo, es metabolizar mejor el alcohol. El resultado es un vino que

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Arriba, el pescador Juan Manuel Gómez,“Maneguito”, recogiendo pescado de lassalinas de La Algaida. A la derecha, FélixGonzález, gerente de Bodegas GonzálezPalacios, de Lebrija.

club privado a la fuerza, han optado porproponer una D.O. propia para la “M. Fi-na”, que nace en sus viñedos, en las albari-zas que miran al río hasta el mar, y se críaen esta pulcra bodega sobre albero, detrásde una atractiva tienda ornada de azulejos.La marisma amanece con niebla, despliegasu humedad al primer roce del sol, y tien-de sus gotas, como una colada mágica, enlas cuerdecillas de las telarañas. El mejorguía es Juan Manuel, “Maneguito”, pesca-dor en estas aguas salinas, mansas, laberín-ticas,desde hace veinte años.Y eso que ape-nas ha cumplido los 26.Vive y trabaja juntoa las instalaciones de la desparecida Coo-perativa Solidaridad de Riacheros, dondesu madre borda el arroz de pato, y su padrese esmera en separar en una batea la pescade camarones de sus depredadores, los ene-migos, los llamados sapitos, una especieamericana -fóndulos- que importaron pa-ra que se comiera las larvas de mosquito yha acabado arrasando lo mejor de las cap-turas.Juan Manuel vive calzado en una botas has-ta la cadera, y conoce palmo a palmo susdominios, 550 has. de estero del Guadal-quivir que promiscúa agua y tierra tantoaquí,en las Salinas hasta Sanlúcar,como enla otra orilla, donde forma el parque natu-ral de Doñana.El río, en el centro, en marea alta, alcanza20 metros de profundidad, y es el que pro-vee los alevines de langostino, los inmejo-rables langostinos de estero, dulces frente a

Amanecer en un viñedo de Trebujena,junto a las marismas del Guadalquivir.

Viajes

la sal que los envuelve. Allá, por mayo, en-tran a desovar, y en septiembre se capturantodos los que es posible antes de que el fríolos mate y se desperdicien.Y así llegan a Sanlúcar, a Bajo de Guía, elmejor mirador al Coto de Doñana. Porejemplo, a Casa Bigote, donde Paco en sa-la y su hermano Fernando en los fogonesencumbraron la tabernita de su padre a res-taurante cuidado,de alcurnia, a base de co-nocer y bordar mariscos perfectos, pesca-dos con nombre propio, guisos popularesantológicos como el cazón a la marinera, lachucha palangrera , la corvina, el atún, y enfin ,delicias imposibles de encontrar fuerade sus dominios.Aquí la copa de acompañamiento es inevi-table. Sanlúcar es el reino de la Manzanilla.Barbadillo lleva en ella 9 generaciones has-ta que hace poco se lanzaron también a ha-cer tintos en Cádiz,el Gibalbin.El alma má-ter de la bodega, Rosario, hace pocos añosabrió al público un somero museo explica-tivo en el patio de la Casa Palacio, la bode-ga frente al Castillo, donde desde la terrazacontempla la ciudad luminosa, deslum-brante, y al otro lado el relax verde del Par-que. Y lo contempla con una copa de Sole-ar en la mano “del único vino que senombra en femenino, que es femenino, nopor fragilidad sino por sutileza”. Ella es laguía que atraviesa muros y callejuelas paracaer siempre en otra de sus bodegas, por-que todo el centro viejo es su imperio: 17bodegas de las que 15 proceden de la desa-

mortización de los bienes eclesiásticos: ElPotro, San Guillermo, Dos Hermanas, Se-villa,Mil pesetas... en fin, la ingente obra deun comerciante import-export de Burgos,como tantos ancestros de las bodegas afin-cadas en este histórico puerto. Éste, el Bar-badillo de Covarrubias,ya estaba exportan-do manzanilla a Filadelfia en 1845.La Catedral es la bodega más alta de todo elMarco de Jerez. Orientada al mar para quelos vientos bendigan las imprescindibles le-vaduras, fue construida en 1847 por un ge-nial maestro de obras, “El Conejito” que ladotó de detalles perfectos para la crianza,celosías orientadas al techo, arcos altísimosy perforados, para que corra el aire.Hace 5 años en Sanlúcar convivían 25 bo-degas. Hoy se han agrupado en apenas cin-co. Otra de las familiares es la de VicenteRomero, nacida en 1850, y que presume deque hoy se conserva por pura pasión ya queninguno de los parientes vive de ella. Y nosólo se conserva sino que crece ya que hasumado la adquisición de otra especialistaen vinos muy viejos,Gaspar Florido,y fren-te a su bodega, la coquetísima de MüllerAmbrosse el capricho de un alemán y unafrancesa, mimado desde 1860. Están a 300metros del Guadalquivir, y el suelo corre amedio metro por debajo del nivel del mar,de modo que la implicación con la natura-leza, con el regalo húmedo del suelo y elviento, con los hongos que han desborda-do con generosidad las botas y anegan elduro suelo de albero, es muy especial. Co-

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lagrosa bodega subterránea que acoge15.000 botas a las que se está experimen-tando (I+D+i) con tratamiento de músicapara avivar las levaduras.Con Bajo de Guía a un lado y Doñana alotro dice adiós el Río Grande. En el Paseo,en la antigua fabrica de hielo, está el Cen-tro de Interpretación de la Naturaleza delCoto de Doñana, y se puede embarcar enel buque “Real Fernando”, para un itinera-rio fluvial por la desembocadura del Gua-dalquivir con escala en el antiguo pobladode “La Plancha” y a la altura de las salinasdel entorno de Doñana.La comarca del Bajo Guadalquivir albergaotros espacios húmedos relacionados conDoñana y las Marismas del Guadalquivir,el “Complejo Endorreico de Utrera”, decla-rado Reserva Natural por la Junta de An-dalucía, formado por las lagunas de Alca-parrosa, Arjona y Zarracatín, con unavegetación característica de carrizos y jun-cos, y el de Lebrija. En estas aguas se pue-den divisar aves como el ánade rabudo, laavoceta, la cigüeñuela, el porro común, elánade real o el correlimos, de paso migra-torio hacia el continente africano.Pero el paraíso de la biodiversidad es sinduda Doñana, casi 54.000 has. declaradaspatrimonio de la Biosfera por la UNESCO.

La mayor reserva europea es un prodigio-so encaje de ecosistemas, de aguas dulces ysaladas, vegetación de pinares, dunas, are-nales o lagunas, y reserva, en muchos casosúnica, de cientos (literalmente) especiesanimales, de las que el lince ibérico se haconvertido en emblema.Es también la memoria fantástica de civili-zaciones griegas, fenicias, tartesas, roma-nas,ocultas bajo sus plácidas aguas.Y el másromántico y secreto estudio de Goya, queen el palacio de la duquesa de Alba, el queentes fuera de Doña Ana de Mendoza y Sil-va, que le dio nombre, pintaría un par deobras controvertidas, la maja vestida y ladesnuda.Por contraste con esa secreta placidez,y an-te el escándalo de los ecologistas, el cora-zón del Parque, Almonte, es la sede de unade las fiestas españolas más típicas, bullo-sas y multitudinarias, la romería a la virgendel Rocío, herencia de remotos cultos pa-ganos. En total, el parque recibe casi400.000 visitas anuales.Después, los turistas propios y ajenos des-parraman sus carnes por las arenas dora-das que arrastró el río, de Sanlúcar a Chi-piona y de allí a Rota.Un pareo infinito que,como Colón y los ilustres viajeros, sigue elcamino del sol, hacia el poniente.

mo lo es su manzanilla clásica Aurora, queya no se etiqueta como “pasada” por que eltérmino, que antes era un valor, ahora tie-ne malas connotaciones, pero que viene aser la más natural y auténtica, sin estabili-zar ni empalidecer.Los VOR y VORS,los vi-nos calificados más viejos, y las reliquias deGaspar Florido se conservan en una rarabodega morisca,“La Mezquita”,mientras alotro lado de la calleestá la primitiva Tía Ro-sario, el germen de todo esto. Para disfru-tarlo con toda la emoción, lo mejor es acu-dir a la magia de las visitas nocturnas.Pero si hay una marca popular,conocida entodos los rincones del globo, es La Guita,que en este proceso de concentración hapasado de Rainiera Pérez Marín a la crece-dera José Estevez, junto con Gil Luque.Compraron la marca más extendida, conun volumen de ventas que es el doble de laque le sigue, 250 millones de cajas anuales,y que los sitúa en el segundo vino blancode mayor venta en España, después de Bar-badillo. Para controlar ese volumen, paramantener el carácter propio y la homoge-neidad, el director tècnico Eduardo Ojedaapela, por supuesto, al control genético delas levaduras lo que no evita andar todo eldía con la pipeta en la mano y el catavinosen activo, en cata permanente, por una mi-

Viajes

A la izqntón.

ACTIVIDADES DIVERSAS

Espacio Natural de Doñana. Centros de visitantes

Fábrica de Hielo"_Avda. Bajo de Guía, s/n_11540 Sanlúcar deBarrameda (Cádiz)_Tfno.: +34 956 380 922

El Acebuche"_Ctra. de El Rocío a Matalascañas, Km.12_21750El Rocío, Almonte (Huelva)_Tel. +34 959 448 739

Flamenco “A Contratiempo”San Miguel, 5. 11540 Sanlúcar de Barrameda (Cádiz)www.bodegoncontratiempo.comTel. 653 071 099 – [email protected]

Excursiones en 4X4Turisnat. Paseo del Cristo, 17 – Edif. Parque23470 Cazorla (Jaén)www.turisnat.es - [email protected]. 953 721 351 – 686 938 375

COMER

AgustinaPlaza del Concejo, s/n. 41370 Cazalla de la Sierra (Sevilla)Tel. 954 883 255 - 638 105 136

BigoteBajo de Guía, 10. Sanlúcar de Barrameda (Cádiz)www.restaurantecasabigote.comTel. 956 362 696 – [email protected]

JuanitoPaseo Arca del Agua, s/n. 23440 Baeza (Jaén)Tel.: 953 740 040 – www.juanitobaeza.com

La AlqueríaVirgen de las Nieves, s/n. Sanlúcar la Mayor (Sevilla)www-elbullihotel.comTel. 955 703 344 – [email protected]

Las CamachasCtra. Córdoba-Málaga, km 48. 14550 Montilla (Córdoba)Tel. 957 650 004

SevrugaAvda. de Andalucía, 5.Coria del Río (Sevilla)www.sevruga-restaurante.comTel.: 954 776 695 – [email protected]

COMPRAS DIVERSAS

La Flor de Toranzo (Compras gastronómicas)Jimios, 1 - Sevilla. Tel. 954 229 315

Pa-tí-tó (Compras gastronómicas)Arrayán, 23. 41003 Sevilla. www.patitosevilla.com Tel. 954 372 942

RiveroIbérico Sierra de Cazalla.Virgen del Monte, 41Cazalla de la Sierra (Sevilla)Tel. 954 884 342 – 689 104 341

Vinos “Cata di Vinos”Capitán Vigueras, 21. Sevilla. [email protected]. 954 419 527 – 639 942 386

Vinos “La Carte des Vins”García de Vinuesa, 25. 41001 Sevilla. www.lacartedesvins.comTel. 954 210 398 – [email protected]

DORMIR

Barceló RenacimientoIsla de la Cartuja, s/n. Sevilla. www.barcelo.comTel. 954 462 222 – [email protected]

Complejo Turístico Medioambiental (Chozas marismeñas)Ctra. Río Guadalquivir, s/n. 11560 Trebujena (Cádiz)www.chozastrebujena.comTel. 956 237 070 – reservas@ chozastrebujena.com

DoñanaOrfeón Santa Cecilia, s/n. Sanlúcar de Barrameda (Cádiz)www.partner-hotels.comTel. 956 365 000 – [email protected]

Hacienda BenazuzaVirgen de las Nieves, s/n. Sanlúcar la Mayor (Sevilla)www-elbullihotel.comTel. 955 703 344 – [email protected]

Hospedría de la CartujaCtra. A-455, km 2,5 – Finca La Cartuja41370 Cazalla de la Sierra (Sevilla)www.cartujadecazalla.comTel.: 954 884 516 – [email protected]

Palacio de los SalcedoSan Pablo, 18. Baeza (Jaén)www.hotelpalaciodelossalcedo.comTel.: 953 747 200 – [email protected]

Hotel rural La Cartuja, en Cazalla de la Sierra.

Fernando Bigote, propietario del restauranteCasa Biogote, en Sanlúcar de Barrameda.

AGENDA

“La Arboledilla”, de 1876, con 12metros de altura, auténtica catedral dela Manzanilla, de la bodega AntonioBarbadillo, de Sanlúcar de Barrameda.