Ricardo-Malthus

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-MATERIAL DE LECTURA OBLIGATORIA. CURSO CORRESPONDIENTE AL AÑO 2010. FICHA 3. CÁTEDRA DE ECONOMÍA I. La economía teórica clásica. Parte II. D.Ricardo y R.Malthus Rodrigo Arim Este texto es un producto en elaboración, redactado exclusivamente para el año lectivo 2010. Dista de constituir un material “definitivo”. Representa un esfuerzo por acercar al estudiante un material que constituya una guía sólida para el aprendizaje y facilite el estudio de la materia. Como todo esfuerzo que implica un proceso de elaboración colectiva, esta ficha es el producto de reflexiones que la cátedra viene procesando desde hace varios años. En particular, los materiales de lectura obligatoria sobre este tópico, vigentes hasta el año 2009, elaborados por el profesor Pablo Benvenuto, constituyeron un punto de apoyo imprescindible para la elaboración del presente material. Esta ficha pretende ser un avance para brindarle al estudiante un material más accesible. Se agrace a los docentes que participaron activamente en la discusión de los borradores de este material. Los profesores Guillermo Alves, Pablo Benvenuto, Gustavo Dutra, Gustavo Gonzalez, Norma Milán, Alejandra Picco, Sylvina Porras, Gustavo Rak, Ana Schvarz, Carlos Troncoso y Virginia Vechtas realizaron comentarios y aportes que permitieron mejorar sustantivamente el documento. Como es habitual, quien suscribe se hace responsable de los errores y limitaciones del enfoque que subyace al documento.

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-MATERIAL DE LECTURA OBLIGATORIA. CURSO CORRESPONDIENTE AL AÑO 2010. FICHA 3.

CÁTEDRA DE ECONOMÍA I.

La economía teórica clásica.

Parte II. D.Ricardo y R.Malthus

Rodrigo Arim

Este texto es un producto en elaboración, redactado exclusivamente para el año lectivo 2010. Dista de

constituir un material “definitivo”. Representa un esfuerzo por acercar al estudiante un material que

constituya una guía sólida para el aprendizaje y facilite el estudio de la materia. Como todo esfuerzo que

implica un proceso de elaboración colectiva, esta ficha es el producto de reflexiones que la cátedra viene

procesando desde hace varios años. En particular, los materiales de lectura obligatoria sobre este tópico,

vigentes hasta el año 2009, elaborados por el profesor Pablo Benvenuto, constituyeron un punto de apoyo

imprescindible para la elaboración del presente material. Esta ficha pretende ser un avance para brindarle

al estudiante un material más accesible.

Se agrace a los docentes que participaron activamente en la discusión de los borradores de este material.

Los profesores Guillermo Alves, Pablo Benvenuto, Gustavo Dutra, Gustavo Gonzalez, Norma Milán,

Alejandra Picco, Sylvina Porras, Gustavo Rak, Ana Schvarz, Carlos Troncoso y Virginia Vechtas

realizaron comentarios y aportes que permitieron mejorar sustantivamente el documento. Como es

habitual, quien suscribe se hace responsable de los errores y limitaciones del enfoque que subyace al

documento.

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2

1. PRÓLOGO ............................................................................................................................................... 3

2. DAVID RICARDO .................................................................................................................................. 4

I. VALOR Y PRECIOS ......................................................................................................................... 4 I.1. Bienes escasos u ofertas inelásticas ..................................................................................... 4 I.2. Bienes con oferta elástica ..................................................................................................... 6

a) Capital y precios relativos .................................................................................................................... 7 b) El problema de la composición del capital ........................................................................................ 13

(1) Precios relativos y estructuras diferentes del capital..................................................................... 13 (2) Precios relativos y depreciación del capital .................................................................................. 15 (3) Estructura y duración del capital: el tratamiento de Ricardo ........................................................ 18

II. TEORÍA DE LA DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO ............................................................................... 19 II.1. Renta ................................................................................................................................... 19

a) La naturaleza de la renta .................................................................................................................... 19 b) Renta, propiedad privada y escasez de la tierra. ................................................................................ 21 c) El origen de la renta: la heterogenidad de la tierra ............................................................................. 23 d) El origen de la renta: rendimientos marginales decrecientes ............................................................. 24 e) La formación de la renta: algunos comentarios ................................................................................. 26

II.2. Salarios ............................................................................................................................... 27 II.3. Beneficios ........................................................................................................................... 29

Page 3: Ricardo-Malthus

3

1. Prólogo

Esta tercera ficha tiene por objeto el análisis

de los aportes teóricos de dos economistas

clásicos: David Ricardo y Robert Malthus.

Ambos autores escribieron más de 20 años

después que Adam Smith publicara la

Riqueza de las Naciones, editándose lo

medular de sus obras en las dos primeras

décadas del siglo XIX.

Tanto Ricardo como Malthus se reconocen

como continuadores de la tradición

intelectual que fundara Smith. En ese

sentido, comparten con él principios,

postulados y lógicas de razonamiento que

constituyen el acervo común de los

economistas clásicos. Por tal razón, en la

presente ficha no se realiza una presentación

en profundidad del pensamiento de ambos

autores, sino que se prioriza sus aportes

particulares a la conformación de las

herramientas analíticas de la economía. En

particular, no se presenta un desarrollo de

aquellos conceptos y razonamientos en que

coinciden con Smith, asumiendo que el

estudiante ha leído previamente el material

elaborado con tal finalidad.

La obra de Ricardo constituye un mojón

ineludible en la constitución de la economía

como rama de las ciencias sociales. En sus

Principios de Economía Política y

Tributación, publicados por primera vez en

1817,1 realiza un esfuerzo por definir con

mayor precisión conceptos económicos y

desarrollar un modelo simplificado sobre el

funcionamiento de las economías capitalista.

La exposición de su pensamiento se centra

en su sistema teórico de determinación de

los precios y sus implicancias sobre el

desarrollo de largo plazo de las economías.

1 En vida del autor, esta obra es reeditada con

cambios relevantes en 1819 y 1821.

Por su parte, Malthus presenta algunos

desarrollos teóricos innovadores, que en

algunos casos bifurcan los desarrollos

subsiguientes de la tradición clásica. En

particular, se destacaremos en el curso dos

aportes relevantes: a) sus teorizaciones sobre

la formación de precios y b) el tratamiento

de los potenciales desequilibrios o

desajustes entre ofertas y demandas y su

impacto sobre el funcionamiento agregado

de la economía.

Page 4: Ricardo-Malthus

4

2. David Ricardo

La discusión sobre valor y precios relativos

en Ricardo presupone la compresión de los

mecanismos de formación de precios ya

presentados al analizar Smith. En particular,

Ricardo comparte la distinción entre precios

naturales y precios de mercado realizada

por Smith y la identificación de la libre

asignación de capitales, trabajo y recursos

naturales como mecanismos de ajuste de los

mercados.

En equilibrio, ningún agente cuenta con

incentivos para cambiar sus decisiones. Por

lo tanto, la tasa de beneficios, la renta

pagada por unidad de tierra y el salario

deben coincidir en todas las ramas de

actividad económica.

En este plano, la diferencia de Ricardo con

Smith se ubica en la identificación de los

determinantes en última instancia de los

precios de equilibrio (precios naturales) y

en la unidad que debería utilizarse para

cuantificarlos. El centro de la exposición se

ubica en estos aspectos.

I. Valor y precios

Ricardo comienza su discusión en torno al

valor de los bienes a partir de la distinción

realizada previamente por Smith entre valor

de uso y valor de cambio. Recordemos que

mientras que la primera acepción del

concepto valor refiere a la utilidad de un

bien en particular, la segunda hace

referencia a la capacidad de compra o poder

adquisitivo de otros bienes que la posesión

de dicho bien brinda al propietario. Ricardo

comparte el razonamiento de Smith, y

establece que la utilidad o valor de uso

constituye una condición necesaria para el

valor de cambio, pero no puede explicar su

amplitud:

“El agua y el aire son sumamente útiles; son,

además, indispensables para la vida; sin embargo, en

circunstancias ordinarias, no se puede obtener nada

a cambio de ellos. El oro, por el contrario, a pesar

de tener poco uso, en comparación con el aire y el

agua; podrá cambiarse por una cantidad de otros

bienes.

Por consiguiente, la utilidad no es la medida del

valor de cambio, aunque es absolutamente esencial

para éste. Si un bien no fuera, de ningún modo, útil –

en otras palabras, si no puede contribuir de ninguna

manera a nuestras satisfacciones –, no tendría

ningún valor de cambio….” Cáp I, pág. 9.

El grado de utilidad no puede constituir el

fundamento del valor de cambio o poder

adquisitivo de un bien, aunque un bien

completamente inútil no tendría valor de

cambio alguno.

¿Qué factores o fundamentos pueden

explicar la magnitud del valor de cambio?

Ricardo identifica dos: a) la escasez y b) la

cantidad de trabajo incorporado en su

producción.

Sin embargo, ambos factores no afectan de

modo similar a todos los bienes. La escasez

explica únicamente el valor de cambio de

aquellos bienes que el trabajo humano no

puede reproducir. Por el contrario, es el

trabajo necesario para su producción

(trabajo incorporado) el fundamento del

valor de cambio de los bienes cuya cantidad

puede ser incrementada a través del trabajo

humano.

I.1. Bienes escasos u

ofertas inelásticas

Ricardo considera bienes escasos aquellos

cuya oferta se encuentra fija y no puede ser

alterada por decisiones de producción.

“Existen ciertos bienes cuyo valor está

determinando tan sólo por su escasez. Ningún

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5

trabajo puede aumentar la cantidad de dichos

bienes y, por lo tanto, su valor no puede ser

reducido por una mayor oferta de los mismos.

Ciertas estatuas y cuadros raros, libros y monedas

escasos, vinos de calidad peculiar, que sólo pueden

elaborarse con uvas cosechadas en un determinado

suelo, del cual existe una cantidad muy limitada,

todos ellos pertenecen a este grupo. Su valor es

completamente independiente de la cantidad de

trabajo originalmente necesaria para producirlos, y

varía con la diversa riqueza y las distintas

inclinaciones de quienes desean poseerlos.” Cáp I,

pág. 9.

Para comprender el argumento ricardiano,

recordemos que para los autores clásicos –

tal como vimos al analizar Smith – los

precios de mercado (precios efectivamente

vigentes en un momento del tiempo)

dependen de la configuración de la oferta y

demanda. Retomemos la siguiente

ilustración, que esquematiza la

determinación del precio de mercado de un

bien genérico A.

Por definición, la oferta de este tipo de

bienes es rígida y no puede cambiar en el

tiempo, por lo que se la califica como oferta

inelástica. Supongamos que dicha oferta

viene dada por la cantidad .

Una aclaración es pertinente en este punto.

Cuando se afirma que la oferta se encuentra

fija, no es sólo en el corto plazo, como

analizamos oportunamente en Smith. Por

ejemplo, la producción de trigo no puede

cambiar repentinamente de un día para otro,

por lo que la cantidad de trigo disponible en

el mercado (oferta) se encuentra fija en el

corto plazo. Sin embargo, su producción si

puede aumentar luego de un lapso de

tiempo. El trigo en ese sentido presenta un

oferta inelástica en el corto plazo pero

elástica en el largo plazo. El tipo de bienes

que estamos analizando en este apartado

presenta una oferta fija en el corto y en el

largo plazo. No son bienes cuya

disponibilidad pueda aumentar a través de

una mayor producción.

Bajo estas condiciones, el precio del bien

depende exclusivamente de las

características de la demanda. Recuérdese

que la curva de demanda representa la

disponibilidad a pagar para adquirir un

bien. Si la curva agregada de demanda por el

bien A fuera , entonces el precio de

mercado vendría dado por , que

representa el precio que están dispuestos a

pagar los consumidores por la cantidad fija

. Si el precio fuera mayor existiría un

exceso de oferta, mientras que un precio

menor implicaría un exceso de demanda.

Ahora bien, si la demanda fuera mayor para

cada nivel de precios, como es el caso la

curva , la cantidad transada continuaría

siendo , ya que la oferta es fija, pero el

precio de mercado se ubicaría en .

Así, el poder adquisitivo o valor de cambio

de este tipo de bien depende únicamente de

su demanda agregada. A este fenómeno se

refiere Ricardo cuando menciona que su

valor varía con la “diversa riqueza” y de

“las distintas inclinaciones de quienes

deseen poseerlo”. Cuanto mayor sea la

riqueza de las personas que disfrutan de su

consumo y mayor su deseo por consumirlos,

mayor será la demanda o disposición a pagar

por ellos.

QA

Ilustración 1: Determinación de precios de

mercado. Oferta fija.

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6

Observemos que dicho precio puede

implicar que salarios, beneficios o rentas se

ubiquen por encima de su nivel natural. Sin

embargo, en este tipo de bienes no opera la

movilidad de recursos (capitales, trabajos,

recursos naturales) como mecanismo de

ajuste de los precios.

Si la tasa de beneficios asociada a este sector

fuera mayor que en el resto de la economía,

los empresarios no pueden migrar sus

capitales hacia el mismo para aumentar su

producción, porque por definición no es

posible incrementar su oferta. Supongamos

que el bien A es una colección de arte de

una naturaleza única. Su propietario puede

obtener un valor por él que no tiene vínculo

alguno con el capital que fue necesario para

su producción.

Se concluye que cuando la oferta es

absolutamente rígida (bien escaso), su

precio de mercado se determinará

exclusivamente por las características de la

demanda, puesto que la movilidad de

recursos no puede funcionar como

mecanismo de ajuste.

I.2. Bienes con oferta

elástica

Sin embargo, la oferta de la mayoría de los

bienes es susceptible de ser cambiada a

través de la utilización de mayores recursos

en su producción.

“La mayoría de los bienes que son objetos de deseo

se procuran mediante el trabajo, y pueden ser

multiplicados, no solamente en una nación, sino en

muchas, casi sin ningún límite determinable, si

estamos dispuestos a dedicar el trabajo necesario

para obtenerlos”. .” Cáp I, pág. 9.

En otros términos, es tecnológicamente

posible incrementar la oferta de estos bienes.

Supóngase un bien X cualquiera, que se

produce únicamente con trabajo.

Asumamos que nos encontramos en una

situación de equilibrio, donde precios de

mercados y precios naturales coinciden ( ).

Por lo tanto, los ingresos de las tres clases

sociales también se ubican en su nivel

natural o de equilibrio. Supongamos que,

por cualquier razón, los precios del bien X

aumentan a . Como hemos visto al

estudiar a Smith, este movimiento implica

que la tasa de beneficios que se obtendrían

en su producción sería superior que la tasa

de beneficios natural, generándose una

situación de desequilibrio. ¿Qué era dable

esperar que sucediera en esta situación? Los

empresarios movilizarían sus capitales hacia

este sector. Como supusimos que el bien X

se produce exclusivamente con trabajo, esto

implica que aumentaría la cantidad de

capitales destinados a contratar trabajadores

para producir el bien X. La oferta de dicho

bien aumentaría. En otros términos,

asumiendo que precios e ingresos en los

otros mercados permanecen incambiados, un

aumento del precio del bien provocaría un

aumento de su oferta, puesto que se destinan

más capitales a su producción. La oferta del

bien X reacciona ante cambios en su precio,

tal como se muestra en la ilustración.

QX

Ilustración 2. Curva de oferta. Cambios en la

cantidad ofrecida ante cambios en los precios

Page 7: Ricardo-Malthus

7

Al aumentar el precio de mercado del bien X

también varía la cantidad producida

(ofertada) de dicho bien, puesto que

reportaría mayores beneficios su

producción.

Remarquemos que el aumento de la

producción exige que se utilicen más

recursos (trabajo, en nuestro ejemplo) con

tal fin. Es la movilidad de capitales y

trabajo lo que permite aumentar la

producción. En ese sentido, se afirma que la

oferta del bien es elástica, puesto que

reacciona cuando cambia su precio. La

teoría de determinación de los precios

relativos de Ricardo, hará referencia

exclusiva a este tipo de bien:

“Por lo tanto, al hablar de los bienes, de su valor de

cambio y de las leyes que rigen sus precios relativos,

siempre hacemos alusión a aquellos bienes que

pueden producirse en mayor cantidad, mediante el

ejercicio de la actividad humana, y en cuya

producción opera la competencia sin restricción

alguna.” Cáp I, pág. 9.

¿Qué factores determinarán los precios

relativos de equilibrio en el caso de estos

bienes?

Recordemos que Smith consideraba que en

las sociedades primitivas, cuando aún no

existe ni apropiación privada de los recursos

naturales ni acumulación privada de capital,

el trabajo incorporado es el fundamento de

los valores de cambio. En el ejemplo de la

comunidad de cazadores de castores y

ciervos, para que las decisiones de oferta

(cuánto producir de ambos bienes) coincidan

con las decisiones de demanda, el costo de

producción (cantidad de trabajo necesario

para producir un bien) debe igualarse al

costo de oportunidad de cada bien (lo que se

sacrifica para producir dicho bien). 2

2 Este razonamiento se encuentra detallado en el

apartado II.1 de la ficha 2 (Adam Smith).

Ricardo acepta este postulado. Sin embargo,

no coincide con Smith en acotar su vigencia

exclusivamente para las sociedades

primitivas. Según Ricardo, el surgimiento de

la acumulación privada de capital y la

apropiación de los recursos naturales no

altera este principio básico. En todo tiempo

y lugar, el trabajo incorporado constituye el

fundamento de los precios relativos y es la

unidad de medida adecuada de su valor.

Esto presupone que la necesidad de que el

producto se divida entre capitalistas

(beneficios), terratenientes (rentas) y

trabajadores (salarios) no altera el principio

según el cual el precio relativo entre dos

bienes depende de la cantidad de trabajo

necesario para producirlos.

Para comprender por qué el autor afirma que

la propiedad privada de la tierra no incide en

la formación de los precios relativos es

necesario exponer su teoría de la renta, por

lo que se tratará este tópico recién luego de

analizar dicha teoría.

En el apartado siguiente analizamos las

razones que esgrime Ricardo para afirmar

que la acumulación privada de capital no

cambia el principio de determinación de los

precios relativos en función del trabajo

incorporado.

a) Capital y precios

relativos

Para los clásicos, el capital se encuentra

constituido por los bienes que se utilizan en

la producción de otros bienes. Esta categoría

abarca las herramientas, equipos, materias

primas, bienes destinados a la subsistencia

de los trabajadores durante el proceso

productivo (fondos de salarios), etc.

Page 8: Ricardo-Malthus

8

¿Cómo se incorpora la presencia de capital

en la teoría de los precios relativos? Ricardo

afirma que dos componentes definen el

trabajo incorporado de un bien: el trabajo

presente o directo y el trabajo pasado o

indirecto. El siguiente esquema clarifica la

clasificación del trabajo incorporado en

estas dos categorías.

El proceso de producción de cualquier bien

implica que los seres humanos, a través de

su trabajo, transforman bienes de distinta

naturaleza (materias primas, herramientas,

maquinarias, etc.) en nuevos bienes, cuyo

valor debe reconocer el trabajo de la mano

de obra aplicada en su producción (trabajo

directo) como el trabajo incorporado en las

herramientas, equipos, insumos, etc (trabajo

indirecto).

Ahora bien, ¿Cómo ingresa el trabajo

indirecto en la determinación del valor de

los bienes? El conjunto de bienes que

intervienen en la producción son de

naturaleza sumamente heterogénea.

Algunos se consumen íntegramente en un

ciclo productivo (materias primas), otros son

utilizados por períodos prolongados

(maquinaria, edificios, etc.). En ese sentido,

los distintos bienes que constituyen trabajo

indirecto en la producción de otro bien

presentan tasas de depreciación (d)

diferenciadas, entendido por tal el lapso de

tiempo en el cual se desgastan. Por ejemplo,

si una maquina se desgasta al cabo de diez

años, su tasa de depreciación es 10% anual.

Los bienes utilizados en la producción de X

le trasmiten al nuevo bien la porción de su

valor que corresponde a la depreciación que

sufren durante el período productivo.

Supongamos que el bien X es tela y que para

producir 10 metros en un año determinado,

se requiere de la utilización de 20

kilogramos de lana, que se consume

íntegramente en el período, una maquinaria

(telar) cuya vida útil es de cinco años y 5

jornadas de trabajo. A su vez, por

simplicidad asumiremos que la maquinaria

y la lana se producen exclusivamente con

trabajo directo. La producción de 20kg de

lana y un telar insume 5 y 200 jornadas de

trabajo respectivamente. Como se utiliza

exclusivamente trabajo directo en la

producción de ambos bienes, observemos

que, según Ricardo, el valor del telar es de

200 jornadas y el valor de un kilogramo de

lana asciende a 0.25 jornadas de trabajo

(5jornadas/20kg).

Ilustración 3: Componentes del valor de un bien genérico X: trabajo directo e indirecto.

Trabajo indirecto a) Duración anual:

materias primas

b) Duración plurianual

Herramientas, maquinarias,

equipos, edificios

Trabajo directo Mano de obra

Proceso

productivo Bien X

Page 9: Ricardo-Malthus

9

En este contexto, el trabajo incorporado en

la producción de los 10 metros de tela es la

sumatoria del trabajo directo (5 jornadas), el

trabajo indirecto insumido en la producción

de lana (5 jornadas) y la porción del trabajo

incorporado en la maquinaria que se

desgasta en el período (40 jornadas, que

surgen de considerar que el telar se desgasta

en 5 años). Por lo tanto, el valor de un metro

de tela, expresado en cantidad de trabajo

incorporado, es de 2 jornadas de trabajo.

Como la lana se gasta completamente en la

producción de 10 metros de tela,3 su valor se

transfiere íntegro al valor final de la tela. En

contraste, el valor del telar que se incorpora

a la tela es exclusivamente la porción de

dicha maquinaria desgastada.

Ricardo afirma que los precios relativos

entre dos bienes, en equilibrio, reflejarán

exclusivamente la relación entre sus

respectivos valores, cuantificados en

cantidad de trabajo incorporado, que surge

de la suma del trabajo directo y el trabajo

indirecto. Este último, se incorpora al valor

del nuevo bien en función del grado de

depreciación.

Retomemos el ejemplo del castor y el

ciervo, que analizáramos al estudiar a Smih.

Supongamos que las actividades de caza

exigen la utilización de ciertos instrumentos:

para capturar un ciervo es necesario producir

previamente una lanza, mientras que la caza

de castores exige la utilización de una

trampa. Elaborar una lanza insume media

3 En otros términos, la tasa de depreciación de la lana

es del 100%.

jornada de trabajo, mientras que la

fabricación de la trampa insume 4 jornadas.

Sin embargo, la lanza se utiliza totalmente

en la caza de un ciervo, mientras que la

trampa puede ser utilizada en cuatro

ocasiones sucesivas. La tasa de depreciación

(d) de la lanza y la trampa es de 100% y

25% respectivamente. Supongamos que una

vez fabricados estos instrumentos, se

requiere de media jornada de trabajo directo

del cazador (utilizando la lanza) para

capturar un ciervo y de una jornada

(utilizando la trampa) en el caso del castor.

Por lo tanto, las tecnologías de producción

de ambos animales es pasible de resumirse

de la siguiente manera:

La producción de un castor insume una

jornada íntegra de trabajo directo e insume

el 25% de una trampa, mientras que cada

ciervo se consigue con el esfuerzo de medio

día de trabajo directo y una lanza.

Generalizando, para obtener una cantidad q

de cada presa se requiere:

Por ejemplo, para producir ocho castores, se

requieren de 8 jornadas de trabajo directo y

2 trampas.

Bajo estas condiciones tecnológicas, ¿Cuál

sería el valor de los bienes según Ricardo?

El trabajo incorporado es la sumatoria del

trabajo directo e indirecto. La cantidad de

trabajo indirecto incorporado en un castor,

es un cuarto del trabajo necesario para

producir una trampa, mientras que el trabajo

directo es una jornada:

Page 10: Ricardo-Malthus

10

Por su parte, el valor del ciervo viene dado

también por la sumatoria de trabajo directo e

indirecto necesario para su producción:

En estas condiciones, el precio relativo

vigente será de 1 castor= 2 ciervos.

Razonemos en términos de costo de

producción y costo de oportunidad, como

hiciéramos oportunamente en Smith.

Supongamos que dos cazadores, A y B, se

especializan en la captura de ciervos y

castores respectivamente, dedicándose ocho

días a sus actividades. Al cabo de ese lapso

de tiempo, ¿cuál es la cantidad de bienes que

produjo cada uno de ellos?

El cazador de ciervos dedica diariamente

media jornada a producir la lanza que le

permitirá cazar el ciervo en el resto del día.

Por lo tanto, captura un ciervo al día y al

cabo de 8 jornadas de trabajo habrá

producido 8 ciervos. Por su parte la

persona B deberá invertir 4 días en la

fabricación de la trampa antes de salir a

cazar castores.4 Los restantes 4 días los

aplica a capturar castores, obteniendo un

total de 4 animales.

¿Cuál es el costo de oportunidad de dedicar

8 jornadas de trabajo a la caza de ciervos?

La cantidad de castores que podrían haberse

obtenido de dedicar ese tiempo a su caza. El

costo de oportunidad asciende a 4 castores.

El cazador A estará dispuesto a intercambiar

su producción (ciervos) por la producción de

B, siempre y cuando la relación a la que

intercambia los ciervos por castores resulte

menor o igual al costo de oportunidad de los

ciervos. Aceptará realizar la operación si a

cambio de un ciervo recibe por lo menos

medio castor.

El mismo razonamiento se aplica para el

cazador B: sólo estará dispuesto a

intercambiar su producción por la

producción de A si la relación de

intercambio (precio relativo) es menor o

igual al costo de oportunidad de los castores.

Por lo tanto, el único precio relativo al que

ambos estarán dispuestos a intercambiar

ciervos por castores es 1 ciervos=0.5

castores, precio que reconoce e iguala el

4 Estamos suponiendo que el único capital que se

requiere son la lanza y la trampa. Bajo un supuesto

algo más realista, deberíamos considerar como

capital también los bienes que ambos deben consumir

para subsistir mientras hacen sus actividades. Por

ejemplo, sería capital la comida que el cazador de

castores requiere durante los cuatro días que invierte

en producir la trampa. Haremos abstracción de esta

situación.

Acepta A, no

acepta B

Acepta B, no

acepta A

Precio relativo (ciervos por castores)

1ciervo=

=0.5 castores

1ciervo=

=0.25 castores

1ciervo=

=4 castores

Ilustración 4: negociación y precios relativos.

Page 11: Ricardo-Malthus

11

costo de oportunidad de ambas

producciones.

Únicamente este precio habilita el

intercambio, puesto que el precio relativo

coincidiría con el costo de oportunidad del

tiempo que les insumió a ambos cazadores

realizar su producción. A este precio, A

estará dispuesto a ofrecer ciervos y

demandar castores, mientras que B ofrece

castores, demandándole a cambio ciervos.

El precio relativo de equilibrio, entendido

como aquél en que las decisiones de oferta y

demanda son compatibles, reflejará el

esfuerzo necesario para producir el bien. La

cantidad de trabajo incorporado en la

producción de un castor es el doble que la

cantidad de trabajo necesaria para producir

un ciervo, por lo que la razón de intercambio

de equilibrio reflejará la cantidad de trabajo

relativo incorporado en los bienes.

Ricardo concluye que la presencia de capital

(lanzas y trampas) no altera la conclusión

básica sobre la formación de los precios

relativos. La relación de intercambio

depende exclusivamente de la proporción

relativa de trabajo incorporado en ambos

bienes. El trabajo incorporado es el

fundamento de las relaciones de

intercambio.

Más aún, el autor generaliza este resultado y

afirma que aún cuando la sociedad se

estratifica, provocando que algunos

individuos (empresarios), que poseen

capital, contraten a otros (trabajadores) para

producir, este resultado permanece

incambiado:

“Todos los implementos necesarios para matar al

castor y al venado podrían pertenecer a una clase de

hombres, y el trabajo suministrado para su captura

pertenecer a otra clase; aún así, sus precios

comparativos serían proporcionales al trabajo

realmente empleado, tanto en la formación de

capital como en la captura de animales” Cáp I, pág.

18

Ricardo se aparta de esta manera del

razonamiento de Smith, quien aseveraba que

la apropiación privada del capital provoca

que los precios relativos ya no guarden

relación directa con la cantidad de trabajo

(directo e indirecto) incorporado a los

bienes.

Sin embargo, como veremos a continuación,

este principio debe ser moderado o

complementado cuando se acepta que la

composición y duración del capital difiere

en las distintas actividades económicas.

Para ejemplificar esta situación,

supongamos que una economía se compone

de dos tipos de bienes finales: telas y trigo.

Sin embargo, ambos bienes requieren,

previamente, producir herramientas y

maquinarias (arados para el trigo, maquinas

de hilar para la tela), que se producen

únicamente con trabajo directo.

Un arado requiere del trabajo de 10

personas durante un año, mientras que para

producir la máquina de hilar se utilizan 2

trabajadores en el mismo lapso de tiempo.

Supongamos que la producción de 30

toneladas de trigo implica contratar 200

trabajadores, que operan 10 arados. En el

caso de la tela, son necesarios 400 operarios

durante un año para hacer funcionar 100

máquinas y producir 1200 metros.

Supondremos, en una primera instancia, que

arados y máquinas de hilar de deprecian

completamente en un año.

Según Ricardo, ¿Cuál es el precio relativo

entre estos bienes?. La respuesta a esta

pregunta supone agregar el trabajo directo y

el trabajo indirecto utilizado en sus

Page 12: Ricardo-Malthus

12

producciones. El siguiente cuadro resume

esta información:

El valor del trigo por tonelada, medido en

trabajo incorporado, asciende a:

El valor de un metro de tela es:

El precio relativo al que se intercambiarían

los bienes en equilibrio es:

Ricardo afirma que, aún cuando existe

capital, la única circunstancia que puede

originar movimientos en los precios

relativos son los cambios en la cantidad de

trabajo necesario para producir los bienes.

Factores como los aumentos en los salarios

o los cambios en la distribución del producto

entre las clases sociales no alterarían los

precios relativos (no así los precios

nominales, que pueden variar a influjo de

estos movimientos).

Para visualizar esta apreciación,

supongamos que los salarios son de 10 u.m

al año, la tasa de beneficios asciende a 5%, y

no se paga renta en la producción

agropecuaria. ¿Cuál es el precio nominal de

los bienes?.

El capital total invertido en ambos sectores

se compone de equipos y maquinarias

(arado, maquina de hilar) y fondos de

salarios (destinado a contratar trabajadores).

La determinación de los precios nominales

implica identificar el valor monetario del

capital invertido.

Comencemos determinando el precio

nominal de los arados y maquinas de hilar.

Para producir un arado, se requiere contratar

10 personas durante un año, por lo tanto el

capital invertido asciende a 100 u.m. Dado

que la tasa de beneficios es 5%, su precio

nominal deberá ser de 105 u.m:

Usando el mismo razonamiento, el precio

nominal de una máquina de hilar, que

requiere contratar dos trabajadores por un

año, es:

A su vez, el componente salarial del capital

asciende a 2000 u.m y 4000 u.m en la

producción de trigo y tela respectivamente.

Por lo tanto, el valor monetario y el precio

nominal de la producción de trigo es:

3202.5 u.m

Cuadro 2-1. Trabajo directo e indirecto necesarios

para producir trigo y telas (trabajadores por año).

Precio Trabajo

indirecto

Trabajo

directo

Trabajo

total

Producción

Trigo 100 200 300 30 ton.

Telas 200 400 600 1200 met.

Ejercicio. En función de la información

brindada en el texto, compruebe que los

datos reportados en el cuadro anterior son

correctos.

Page 13: Ricardo-Malthus

13

Utilizando idéntico procedimiento, se puede

calcular el precio nominal de la tela:

Observemos que la relación de intercambio,

calculada a partir de estos precios

nominales, refleja estrictamente la cantidad

de trabajo incorporado (directo e indirecto)

en la producción de ambos bienes:

Supongamos ahora que aumentan los

salarios de 10 u.m. a 20 u.m y la tasa de

beneficios cae a 2.5% ¿Qué sucedería con

los precios relativos? Usted puede

comprobar que la tasa de intercambio entre

ambos bienes permanece incambiada (1

tonelada de trigo= 20 metros de tela), aún

cuando cambia su precio nominal.

Ricardo concluye que la única fuente de

variación de los precios relativos o el valor

de cambio de los bienes proviene de la

cantidad de trabajo incorporado (directo e

indirecto) en su producción. En otros

términos, los precios relativos deberán

reflejar, en equilibrio, el esfuerzo productivo

necesario para su producción, esfuerzo que

se refleja en la cantidad de trabajo requerido.

Sin embargo, esta conclusión general

extraída por Ricardo debe relativizarse en

función de la composición del capital

utilizado en la producción de los distintos

bienes. Como hemos visto al estudiar Smith,

las variaciones en los salarios o en valor de

cualquier otro ingreso o precio que

determina las condiciones de producción

(precio de los insumos, salarios, beneficios,

rentas) no alteran los precios relativos

únicamente si se cumple una hipótesis

particular: la estructura y duración del

capital debe ser homogénea en todos los

sectores de actividad. Usted puede verificar

que esto es lo que ocurre en el ejemplo.

b) El problema de la composición del

capital

Para ejemplificar la dificultad que surge al

considerar la presencia de estructuras y

duraciones diferentes del capital,

analizaremos dos casos, que constituyen

variaciones del ejemplo presentado en el

cuadro 2-1. En el primer caso, se presenta

una situación donde la estructura del capital

difiere entre los dos sectores. El segundo

caso se caracteriza por presentar una

estructura idéntica, pero con duraciones

diferentes de los componentes de capital

fijo.

(1) Precios relativos y estructuras

diferentes del capital

Recordemos que los clásicos suelen

clasificar los componentes del capital en dos

grandes grupos: capital fijo y capital

Ejercicio. Compruebe que la participación

del capital circulante y el capital fijo es

idéntica en ambos sectores

Ejercicio. Compruebe que, bajo los supuestos

establecidos en el texto, las variaciones en

sentido opuesto de los salarios y la tasa de

beneficios no cambian los precios relativos.

Page 14: Ricardo-Malthus

14

circulante. El capital fijo se compone del

conjunto de bienes utilizados en la

producción que se utilizan por más de un

período productivo, mientras que el capital

circulante representa el componente que se

desgasta íntegramente en un período.

Típicamente, las herramientas, maquinarias

y equipos constituyen el capital fijo,

mientras que los insumos (ej: semillas,

materias primas, etc) y el fondo de salarios

integran el capital circulante.

En el ejemplo, el capital fijo son los arados y

las máquinas, mientras que el capital

circulante se compone exclusivamente de

fondos de salarios. Supongamos que los

requerimientos tecnológicos implican que la

forma en que se combinan capital fijo y

circulante difiere entre ambos sectores:

Obsérvese que la cantidad de trabajo

incorporado continúa siendo la misma que

en el ejemplo anterior. Sin embargo, la

relación entre capital fijo (valor del arado y

la maquinaria) y el capital circulante (fondos

de salario) ya no es idéntica. Aplicando el

procedimiento utilizado en el ejemplo

anterior, se comprueba que la composición

del capital, el valor de la producción y los

precios nominales coinciden a las

presentadas en el cuadro 2-3.

En este caso, la relación de intercambio

sería 1 tonelada de trigo =20.3 metros de

tela. Obsérvese que la cantidad de trabajo

incorporado no ha cambiado, sin embargo

los precios relativos no reflejarán ya la

relación entre las cantidades de trabajo

incorporado. ¿Qué explica esta diferencia

con el ejemplo anterior? La presencia de

estructuras del capital heterogéneas. En este

caso, el peso del capital fijo en relación al

capital circulante es mayor en la producción

de trigo.

Esto provoca que la distribución temporal

de la inversión requerida difiera entre

sectores. Supongamos que el capitalista

debe producir por sus propios medios el

arado o la maquinaria, según se dedique a la

producción de trigo o tela. Se deberá

contratar durante un primer año 200

trabajadores (para producir arados o

maquinaria). En el segundo año, el

productor de trigo contrata 400 trabajadores,

mientras que el productor de trigo contrata

únicamente 100 trabajadores. En otros

términos, mientras que en el trigo dos

terceras partes de los desembolsos se

realizan en el primer año, en la producción

de tela únicamente la mitad de la inversión

se debe concretar en el primer año.

Cuadro 2-2. Trabajo directo e indirecto necesarios

para producir trigo y telas (trabajadores por año).

Precio Trabajo

indirecto

Trabajo

directo

Trabajo

total

Producción

Trigo 200 100 300 30 ton.

Telas 200 400 600 1200 met.

Cuadro 2-3. Composición del capital (en u.m.)

Capital

fijo

Capital

circulante

Capital

Total

Precios

nominales

Trigo 2100 1000 3100 108.5

Telas 2100 4000 6100 5.33

Tela

Trigo

Año 1 Año 2

67.7% capital 33.3 % capital

Año 1 Año 2

33.3 % capital 67.7% capital

Ilustración 5: Distribución temporal de la

inversión

Page 15: Ricardo-Malthus

15

Si los intercambios fueran estrictamente

proporcionales a la cantidad de trabajo

incorporado de ambos bienes, las tasas de

beneficios que obtendrían los capitalistas

serían distintas. Para un capitalista, no le es

indiferente invertir 1 u.m en el año 1 o en el

año 2. Si invierte en el año 1 para recuperar

la inversión recién hacia el final del segundo

año, debería recibir un retorno mayor que si

invirtiera en el año 2 para recuperar la

inversión al finalizar ese año, puesto que el

período de tiempo transcurrido para

recuperar esos recursos es mayor en el

primer caso.

Por esta razón, el hecho de que la

producción de trigo concentra más la

inversión en el primer año que la producción

de tela determina un mayor poder

adquisitivo del trigo en términos de tela del

que surge de considerar exclusivamente las

relaciones entre el trabajo incorporado de

ambos bienes.

En el ejercicio siguiente, usted deberá

comprobar que si el intercambio se realizara

en función del trabajo incorporado las tasas

de beneficios serían diferentes, por lo que no

pueden representar un equilibrio.

Concluimos que composiciones de capital

heterogéneas determinarán que las

relaciones de intercambio (precios

relativos) no resulten proporcionales a la

cantidad de trabajo incorporado.

Sin embargo, no sólo ya no se puede afirmar

que los precios relativos resultan

proporcionales al trabajo incorporado, sino

que los precios relativos van a cambiar

ante variaciones en los costos de los

distintos componentes del capital, aún

cuando no cambie la relación entre la

cantidad de trabajo incorporado entre los

dos bienes.

Por ejemplo, un aumento en los salarios, que

representa una variación asociada al costo

del componente de trabajo directo del

capital, generará variaciones en los precios

relativos. Ya hemos analizado este tópico al

estudiar las fuentes de variaciones de los

precios relativos en Smith. En el apartado b)

del capítulo V de la Ficha 2, ejemplificamos

como opera este mecanismo. En el siguiente

ejercicio se ejemplifica la incidencia de las

variaciones en los salarios sobre la

formación de los precios relativos de

equilibrio.

(2) Precios relativos y depreciación del

capital

En el apartado anterior concluimos que las

diferencias en la estructura del capital

inciden en el nivel y en las variaciones de

los precios relativos. Sin embargo, aún

cuando la relación entre los componentes del

capital resulte igual en todos los sectores, si

Ejercicio. Suponga que los salarios suben a 2 u.m

por jornada. Determine:

c) El nuevo precio relativo de equilibrio

d) Compruebe que la tela incrementa su

poder adquisitivo en términos de trigo.

¿Por qué ocurre este fenómeno?

Ejercicio. Asumiendo que los salarios ascienden a

1 u.m por jornada, compruebe que:

a) un precio relativo menor a

1ton.trigo=20.mts. tela determinaría una

tasa de beneficios anual menor para la

producción de tela.

b) Un precio relativo mayor 1ton.trigo=20.3 mts. tela determinaría una tasa de

beneficios anual mayor para la

producción de trigo.

Page 16: Ricardo-Malthus

16

la duración del capital fijo es distinta, los

precios relativos no podrán reflejar

estrictamente el trabajo incorporado.

El siguiente ejemplo permite observar este

proceso. Retornemos a la situación donde la

estructura de capital es igual en la

producción de trigo y tela (cuadro 2-1). Sin

embargo, supondremos que el desgaste o

depreciación de los arados y máquinas de

hilar es distinta: mientras que los primeros

pueden ser utilizados en diez períodos

productivos sucesivos (depreciación de 10%

por año), las maquinarias de la industria

textil se deprecian íntegramente en un año.

¿Cuál es el valor de estos bienes medida en

términos de la cantidad de trabajo

incorporado?. Debemos realizar el mismo

cálculo que presentáramos en el ejemplo de

los cazadores de castores y ciervos. El valor

del bien será la suma del trabajo directo y la

porción del trabajo indirecto (incorporado en

los arados y la maquinaria) que se desgasta

en el período productivo. El valor será:

Por lo tanto, si la tasa de intercambio fuera

proporcional a la cantidad de trabajo

incorporado, debería cumplirse que :

Sin embargo, dicha relación no asegura que

la tasa de beneficios resulte uniforme, por lo

que no puede representar, bajo la hipótesis

de libre movilidad de capitales, un precio

natural. Supongamos que la relación de

intercambio se realiza en función a la

cantidad de trabajo incorporado (1 ton.

Trigo=14 met. tela).

Recordemos que el valor de un bien,

asumiendo que no se paga renta, debe

repartirse en tres grandes componentes: la

reposición de los insumos y maquinarias que

se desgastan en el período, la porción del

valor destinado al pago de salarios y la masa

de beneficios.

El capital insumido abarca el fondo de

salarios y los insumos, herramientas y otros

componentes del capital que son absorbidos

íntegramente en la producción durante el

proceso productivo, y la porción de aquellos

que sin ser insumidos totalmente en el

proceso productivo, se deprecian por su uso.

Representan los recursos que no podrán ser

vueltos a utilizar en el futuro en la

producción. Por definición, todo el capital

circulante integra el capital insumido,

mientras que únicamente la porción del

valor

KT

insumido Insumos,

herramientas, etc

desgastadas

Beneficios=bKT

salarios

Ilustración 6: Distribución del valor entre reposición

del capital físico, salarios y beneficios

Page 17: Ricardo-Malthus

17

capital fijo que se deprecia en el período

integra este concepto.

Por lo tanto, el precio de un bien puede

expresarse como:

Donde representa el trabajo que

se desgasta en el período (trabajo directo

más la porción del trabajo indirecto

incorporado en los insumos y materias

primas que se utilizan totalmente en la

producción, más el trabajo, incorporado en

arados y maquinarias, que se deprecia) y el

KT constituye la magnitud total de recursos

que los capitalistas destinan a la producción,

que abarca la totalidad del capital fijo y

circulante. Q es la cantidad producida. Así,

la tasa de beneficios es:

Supongamos que el salario es 1 u.m y que el

precio nominal por metro de tela asciende a

1 u.m. Si suponemos que las relaciones de

intercambio se realizan en función del

trabajo incorporado, el precio de la tonelada

de trigo debe ascender a 14 u.m. Obsérvese

que estos precios nominales implican un

precio relativo de 1ton. trigo= 14 m. de tela.

El capital invertido y el valor de la

producción son:

Recordemos que la tasa de depreciación del

capital fijo es 100% en la industria textil, lo

que implica que todo el capital constituye

capital insumido. A su vez, en la producción

de trigo la tasa de depreciación es 10%, por

lo que el capital insumido asciende a 210

u.m (todo el capital circulante más el 10%

del capital fijo). Bajo esta configuración la

tasa de beneficios que surgiría si los

intercambios se realizaran en función del

trabajo incorporado sería respectivamente:

Existen incentivos para que los capitales se

trasladen del sector productor de trigo hacia

la industria textil. Si existe libre movilidad

del capital, los precios naturales de ambos

bienes no podrán ser estrictamente

proporcionales a la cantidad de trabajo

incorporado ya que esto no representa una

situación de equilibrio. Para visualizar esta

situación, supongamos adicionalmente que

la economía se encuentra en equilibrio y la

tasa de beneficios natural asciende a 10%.

Por lo tanto, el precio nominal de ambos

bienes sería:

En este caso, el precio relativo ascendería a

1 tonelada de trigo por 14.5 metros de tela y

no hay incentivos a la movilidad de capital,

puesto que la tasa de beneficios es uniforme.

La duración diferencial del capital fijo

implica que los intercambios no pueden

realizarse en forma estrictamente

Cuadro 2-4. Capital y valor de la producción en

u.m.

Precio Capital

fijo

Capital

circulante

Capital

total

Valor de la

Producción

Trigo 100 200 300 420

Telas 200 400 600 1200

Page 18: Ricardo-Malthus

18

proporcional a la cantidad de trabajo

incorporado.

(3) Estructura y duración del capital: el

tratamiento de Ricardo

En resumen, la presencia de composiciones

heterogéneas del capital o duraciones

diferenciales del capital fijo implica que las

relaciones de intercambio no se guiarán

exclusivamente por la cantidad de trabajo

incorporado. A su vez, variaciones en los

costos relativos de los componentes del

capital (salarios, insumos, maquinaria, etc.)

alterarán los precios relativos, aún cuando

no haya cambiado la cantidad de trabajo

incorporado.

En estas condiciones, no es posible afirmar

que los precios relativos se guían

exclusivamente en función del trabajo

incorporado. Ricardo es consciente de este

fenómeno.5 Sin embargo, considerará estas

potenciales fuentes de variaciones en los

precios relativos como de segundo orden,

afirmando que la principal razón que incide

en su formación son las variaciones en el

trabajo incorporado.

Así, Ricardo hace abstracción de la

presencia de diferencias en la composición y

duración del capital entre ramas de

actividad, desarrollando su pensamiento

bajo el supuesto de capitales homogéneos e

igual duración del capital fijo entre sectores.

En este contexto, el único determinante de

los precios relativos que considera es la

cantidad de trabajo incorporado en la

producción de los bienes.

5 De hecho, la sección IV y V del capítulo 1 de sus

Principios de economía política y tributación se

dedican al tratamiento de estos problemas.

En el capítulo siguiente, veremos que la

incorporación de la renta no altera, para

Ricardo, este principio básico.

Page 19: Ricardo-Malthus

19

II. Teoría de la distribución del ingreso

En este apartado analizaremos los

componentes de la teoría sobre la

distribución del ingreso de Ricardo que,

constituyendo aspectos medulares de su

pensamiento, lo diferencian de sus

predecesores, en especial Smith. En la

medida en que ambos autores comparten una

misma lógica teórica, la exposición será más

breve, asumiendo que el lector ha estudiado

con detalle la ficha correspondiente a Smith.

II.1. Renta

a) La naturaleza de la renta

Ricardo comienza su capítulo sobre renta

con una definición precisa sobre dicho

concepto:

“La renta es aquella parte del producto de la tierra

que se paga al terrateniente por el uso de las

energías originales e indestructibles del suelo” Cap.

II, pág. 51

No constituye renta todos los pagos que un

empresario realiza a un capitalista. Por

ejemplo, dado dos predios con idénticas

características (tamaño y fertilidad), si en

uno de ellos el terrateniente a incorporado

mejoras (aguadas, cercados, etc.) mientras

que en el otro no, es natural pensar que el

pago que recibirá el propietario del primero

superará al percibido por el terrateniente del

segundo. Sin embargo, ese pago adicional

constituye un beneficio no una renta, puesto

que es la remuneración que obtiene el

terrateniente por haber realizado cierta

inversión de capital en su propiedad.

A su vez, el concepto de fuerzas originales e

indestructibles inherentes al suelo refiere a

una noción que asocia la fertilidad a las

características naturales del predio,

características que no dependen del trabajo

humano. Sin embargo, no constituye renta

en la concepción ricardiana el pago por la

utilización de recursos naturales agotables o

destruibles.6

La posibilidad de que existan recursos

originales pero agotables es ejemplificada

por Ricardo con la extracción de madera de

montes naturales. Si un capitalista abona

cierto monto de recursos a un terrateniente

por el derecho a talar un bosque natural,

dicho pago no es por el uso de las facultades

productivas de la tierra, sino por la

extracción de un recurso natural valioso que

sobre dicha tierra se asienta (madera). En

cambio, si el pago se realiza a los efectos de

plantar árboles o realizar algún otro tipo de

cultivo será una renta: se paga para utilizar

directamente las facultades productivas del

suelo. 7

Realizadas estas precisiones conceptuales,

Ricardo analiza la formación de la renta en

un contexto extremadamente más

simplificado que Smith. El autor hace

abstracción del hecho de que las tierras

pueden tener destinos múltiples, analizando

por tanto una economía agraria unisectorial,

donde el único bien producido es el trigo.

6 Esta definición puede sonar algo extraña

actualmente. Los problemas la erosión y degradación

de la tierra por un mal uso es un fenómeno conocido,

por lo que difícilmente pueda afirmarse que las

facultades productivas de la tierra sean

indestructibles. Sin embargo, a comienzos del siglo

XIX no había una conciencia clara sobre este

problema, aún cuando la incorporación de sistemas

de rotación de cultivos, que mejoraba los resultados

productivos al evitar el deterioro del suelo, era una

práctica habitual. 7 Observemos que la distinción, en este caso, no

parece estar lógicamente fundada. En última

instancia, los montes naturales también crecen

gracias a la fertilidad u otras características

productivas de la tierra, por lo que implícitamente

dicha madera surge gracias a esas energías o fuerzas

inherentes al suelo.

Page 20: Ricardo-Malthus

20

Una primera discrepancia de Ricardo con

Smith radica el papel de la propiedad

privada en el surgimiento de la renta.

Recordemos que Smith consideraba a la

propiedad privada de la tierra como una

condición suficiente para que exista renta.

Ricardo argumentará que aún cuando se

definen los derechos de posesión y uso sobre

el suelo la renta podría ser nula bajo ciertas

condiciones. Además de existir propiedad

privada, la tierra deberá ser un recurso

escaso para que se page renta por su uso.

El surgimiento de la renta se sustenta en la

combinación de la condición de recurso

escaso de la tierra con dos características

productivas diferenciadas: 1) la

heterogeneidad de la tierra 2) la presencia

de rendimientos marginales decrecientes en

la actividad agropecuaria.

La primera característica la hemos

incorporado al analizar la formación de renta

en Smith. Las tierras se diferencian entre sí

por su fertilidad relativa. Inversiones de

idéntica magnitud obtienen rendimientos

productivos diferentes en función de las

características del suelo. Ricardo retomará

este aspecto en su análisis sobre la

formación de la renta, tal como veremos más

adelante.

La segunda característica implica que un

aumento de la inversión sobre un mismo

predio permite aumentar la producción, pero

no en forma proporcional a la inversión.

Aplicando más capital sobre el mismo

predio es posible incrementar la producción.

Sin embargo, la variación de la cantidad

producida de trigo no será proporcional al

aumento del capital. Más trabajo directo,

insumos, maquinaría, etc sobre una misma

extensión de tierra incrementa su

rendimiento, pero a tasa decreciente.

Analicemos un ejemplo para ilustrar que

implica la presencia de rendimientos

marginales decrecientes. Para simplificar la

exposición, retomemos el ejemplo de una

producción destinada a producir bienes

agrícolas.8 La tecnología disponible para

producir trigo es extremadamente sencilla,

donde existe un único bien que funciona

como capital (semillas, alimento para los

trabajadores) y a la vez es el bien de

producción final. Por ejemplo, es una

economía donde se utiliza trigo para

producir más trigo. Supongamos que si si se

invierte unidad del bien agrícola en un

predio de una hectárea se obtiene una

producción de 10 u.b.a. Al aumentar la

inversión sobre el mismo predio, la

producción aumenta, pero en forma menos

que proporcional al incremento en el capital.

Así, si se duplica el capital (pasando de 1

u.b.a a 2 u.b.a) se obtiene un 50% más de

producción (15 u.b.a). Si se agrega una

tercera unidad de capital (3 u.b.a) la

producción alcanza 18 u.b.a.

Ilustración 7: Evolución de la producción en un

predio de una hectárea de tierra según el nivel de

inversión.

Observemos que la producción aumenta

cuando se utiliza más capital en el predio

agrícola. A este proceso se le suele

denominar intensificación de la producción.

8 El ejemplo es similar al que ya viéramos en el

primer capítulo de la ficha sobre Smith.

1 u.ba

1 hectárea 10 u.b.a Proceso

productivo

2 u.ba

1 hectárea

Proceso

productivo 15 u.b.a

18 u.b.a Proceso

productivo

3 u.ba

1 hectárea

Page 21: Ricardo-Malthus

21

Intuitivamente, implica que se utiliza más

trabajo directo, insumos y equipos sobre

cierta extensión de tierra. Sin embargo, la

producción adicional asociada a un

incremento de la dotación de capital

utilizado se reduce sucesivamente. Se

denomina producto o rendimiento marginal

a la producción adicional que se obtiene al

utilizar una unidad adicional de capital.

Si originalmente se utiliza 1 u.b.a como

capital, al agregar una unidad adicional se

obtiene un producto marginal de 5 u.b.a (la

producción total pasa de 10 a 15 u.b.a). A

su vez, al agregar una tercera unidad de

capital la producción adicional es de sólo en

3 u.b.a (de 15 a 18 u.b.a.). Un patrón de esta

naturaleza implica que los rendimientos

marginales son decrecientes. La gráfica

siguiente ilustra este comportamiento.

El producto marginal (producción adicional

asociada al incremento del stock de capital

utilizado en la tierra) es cada vez menor, e

inclusive puede ser menor que cero a partir

de cierto nivel de inversión. De llegarse a

ese punto, un aumento del capital implicaría

un descenso del nivel de producción. Por

supuesto, ningún capitalista estaría dispuesto

a invertir más en este caso, puestos que

aumentarían los costos en que incurre

(debido al aumento del capital) y obtendría

una menor producción. La presencia de

rendimientos marginales decrecientes

presupone una evolución de la producción

que toma la forma representada en el

siguiente gráfico.

Observemos que un aumento de la inversión

de una unidad cuando la inversión asciende

a 1 u.b.a genera un aumento de la

producción en el predio equivalente a (Q1-

Q2). En contraste, cuando la dotación de

capital es mayor una unidad adicional de

inversión incrementa cada vez menos la

producción total. Por ejemplo, al pasar de

KT=4 a KT=5 se obtiene una producción

adicional de sólo (Q5-Q4).

La presencia de rendimientos marginales

decrecientes en el agro, patrón que varios

autores anteriores a Ricardo habían

observado, constituirá una de las razones

que explican el surgimiento de la renta.

A continuación, analizaremos como la

escacez y los dos factores tecnológicos

mencionados (heterogeneidad de la tierra y

rendimientos marginales decrecientes)

operan en la determinación de la renta.

b) Renta, propiedad privada y escasez

de la tierra.

Como mencionáramos, para Ricardo la

propiedad privada de la tierra no es una

condición suficiente para que se abone renta

por su uso. Es necesario, adicionalmente,

que la tierra resulte un recurso escaso.

Ilustración 8 Evolución de la producción total (PT)

en una extensión fija de cierra.

Q5

Q2

Q4

Q1

Capital

PT

KT=1 KT=2 KT=4 KT=5

Page 22: Ricardo-Malthus

22

(cuando la tierra es abundante) “Según los principios ordinarios de la oferta y la demanda, ninguna renta se pagaría… y eso obedece a la misma razón de que tampoco hay que dar nada por usar el agua o el aire, o por cualquier otro don de la naturaleza que se brinde en cantidad ilimitada…el cervecero, el destilador, el tintorero, utilizan constantemente el aire y el agua para producir sus bienes; pero como su oferta es ilimitada no tienen precio. Si toda la tierra tuviera las mismas propiedades, si su cantidad fuera ilimitada y su calidad uniforme su uso no ocasionaría ningún cargo…” Cap II, pág 52.

Observemos que Ricardo justifica su

posición a partir de la comparación de la

tierra con otros recursos naturales (agua,

aire) que son utilizados también en los

procesos productivos. Ningún empresario

estará dispuesto a pagar por recursos cuya

oferta es ilimitada. Cuando el desarrollo de

la sociedad es tal que no se requiere el

cultivo de todas las tierras para cubrir la

demanda de alimentos de la población, la

competencia entre los terratenientes por

lograr arrendar la tierra, debería deprimir

el precio de la renta, hasta llevarla a cero.

Analicemos el caso de una economía se

encuentra compuesta exclusivamente por

dos predios (A y B) de idénticas

características productivas y extensión,

propiedad de diferentes terratenientes. El

estadio de desarrollo de la sociedad es tal

que basta cultivar uno de los predios para

abastecer al conjunto de la población.

Asumamos que un empresario negocia con

el propietario de A con el fin de cultivar la

tierra, quien le exige un monto α como

pago. Sin embargo, el empresario se

encuentra en condiciones de negociar un

mejor precio con B, puesto que el

propietario de esta tierra sabe que si no logra

arrendarlas no obtendrá renta alguna: basta

con el cultivo de uno de los predios para

cubrir la demanda. Por lo tanto, los

terratenientes de ese predio estarían

dispuestos a aceptar un monto menor a α.

Sin embargo, esto dejaría sin renta al

propietario de A. Para evitar esta situación,

A aceptaría una oferta aún menor, lo que

ubica nuevamente a B en la situación

deprimir más el precio o quedarse sin renta

alguna. De esta manera, Ricardo aplica los

principios básicos de la oferta y la demanda

para concluir que la renta no debería existir

si la tierra es un recurso ilimitado: cuando la

oferta de un recurso supera su demanda el

precio (renta, en este caso) se continuará

depreciando. En la medida en que no es

necesario cultivar más que uno de los dos

predios, la renta debería converger a cero.

Observemos que el supuesto implícito de

Ricardo es que el precio de reserva es cero:

los terratenientes se encontrarían

indiferentes entre ceder gratuitamente su

predio o conservarlo para su propio uso.

Utilizando la notación que usáramos al

estudiar la teoría de Smith sobre renta,

diríamos que el parámetro es igual a cero.

Bajo estas condiciones peculiares, no habría

renta absoluta.

En ese sentido, es interesante notar que

Ricardo hace abstracción de un factor de

corte institucional que diferencia a la tierra

de otros recursos naturales como el agua o el

aire: mientras que no existen derechos de

propiedad definidos sobre el agua o el aire,

si lo existen en el caso de la tierra. Esta es

una diferencia importante con Smith, quien

establece a texto expreso que la definición

de los derechos de propiedad constituyen

una base de negociación que coloca al

terrateniente en la posición de exigir

participación en la producción.

Bajo estas consideraciones, Ricardo

concluye que no existe renta absoluta. Habrá

renta en la medida en que la tierra se torne

un recurso escaso. En los apartados

siguientes analizamos como opera la

Page 23: Ricardo-Malthus

23

formación de renta una vez que la tierra se

torna un recurso escaso en términos de la

demanda existente en la sociedad.

c) El origen de la renta: la

heterogenidad de la tierra

Hemos analizado la formación de renta

cuando la tierra es heterogénea en calidad en

Smith. El enfoque ricardiano no aporta

mayores innovaciones en este caso, con la

salvedad mencionada de que niega la

presencia de renta absoluta. El análisis es

idéntico al ya desarrollado con Smith, con la

única salvedad que la renta absoluta, que

surge de la existencia de un precio de

reserva mayor que cero, no existe en

Ricardo. En otros términos, no existe un

umbral mínimo por debajo del cual los

propietarios del suelo no estarán dispuestos

a arrendarlo (Ricardo presupone =0).

Por lo tanto, la renta de cada tipo de tierra

será tal que refleje estrictamente los

diferenciales de productividad entre ellas.

Existe únicamente una renta diferencial.

Retomemos el ejemplo ya visto al analizar la

teoría de Smith.9

Cuadro 2-5. Rendimientos por hectárea dado

un nivel fijo de inversión (KT)

Tierras Trabajo

directo

Semillas

(kg)

Producción de

trigo (ton.)

Tipo A L S 0.5

Tipo B L S 1

Tipo C L S 2

Dado un mismo nivel de capital aplicado

una superficie de una hectárea en los tres

tipos de tierra (compuesto por L jornadas de

trabajo y S kg de semillas), se obtienen

rendimientos diferentes. Las tierras C

resultan las más fértiles para el cultivo de

9 En este apartado haremos no consideramos la

posibilidad de incrementar la producción

intensificando los cultivos.

trigo, seguidas por las tierras tipo B.

Supongamos que hay 100 hectáreas

disponibles de cada tipo de tierra.

Supongamos que en un primer momento la

población es tal que la demanda total por

trigo asciende a 100 toneladas de trigo.

Obsérvese que basta con cultivar 50

hectáreas de las tierras de mejor calidad

(tierras C) para cubrir esta demanda. En este

caso, siguiendo el razonamiento de Ricardo,

ninguna de las tierras resultan escasas,

puesto que no se cultivan la mitad de las

tierras C, mientras que las A y B no se

utilizan con destino productivo. Por lo tanto,

no habrá renta (ya que no existe renta

absoluta) bajo estas condiciones.

Supongamos que en un segundo momento,

la población aumenta, incrementando la

demanda por el cereal a 250 toneladas.

Deben utilizarse la totalidad de las tierras C,

que logran producir 200 toneladas (2

toneladas por hectárea) y la mitad de las

tierras B.

Las tierras C se han transformando en un

recurso escaso, por el cual los capitalistas

competirán. ¿Cuál será el monto máximo,

medido en trigo, que estarán dispuestos a

pagar por su uso?. Enfrentan dos opciones

productivas alternativas: o invertir (K,S) por

hectárea en tierras de calidad B y obtener 1

tonelada y no pagar renta (las tierras B no

son escasas), o localizar esa inversión en las

tierras de calidad C, producir 2 toneladas y

pagar una renta como contrapartida. Bajo

estas condiciones, como hemos visto en

Smith, el máximo valor que estará dispuesto

a pagar será la diferencia entre las

productividades de las tierras C y las tierras

B:

Page 24: Ricardo-Malthus

24

Denominaremos tierras marginales a los

suelos de peor calidad que son utilizados

productivamente. En nuestro ejemplo, las

tierras marginales son las B, puesto que si

bien las tierras A presentan rendimientos

menores, no están siendo utilizadas en

absoluto.

Si el capitalista pagara una renta inferior a 1

tonelada de trigo, estaría percibiendo una

tasa de beneficios mayor a la de los

empresarios que producen en las tierras B,

puesto que invirtiendo montos idénticos

obtendrían resultados distintos. Por lo tanto,

en equilibrio la renta deberá coincidir con

las diferencias de productividad por área

sembrada de cada tipo de tierra con las

tierras marginales. En nuestro ejemplo, la

renta total percibida por los propietarios de

las tierras C asciende a 100 toneladas de

trigo (1 tonelada por hectárea).

Supongamos que nuevamente la demanda

por cereales aumenta, para ubicarse en 325

toneladas de trigo. Las tierras C y B deberán

ocuparse en su totalidad, mientras que la

mitad de las tierras A (50 hectáreas) también

serán destinadas a producir trigo. Las tierras

marginales pasan a ser las de tipo A.

Reiterando el mismo análisis, se concluye

que la renta pagada por hectárea por cada

tipo de tierra es:

Dado que existen 100 hectáreas de cada tipo

de tierra, la renta total pagada por el uso de

las tierras C asciende a 150 toneladas y a 50

toneladas por las tierras B.

La renta surge a través de la competencia

entre capitalistas por un recurso que se

vuelve escaso y reflejará exclusivamente los

diferenciales de productividad entre cada

tipo de suelo con respecto a la tierra

marginal. Existe únicamente renta

diferencial. En palabras de Ricardo:

“Por lo tanto, únicamente porque la tierra no es

ilimitada en cantidad ni uniforme en cantidad, y

porque con el incremento de la población la tierra de

calidad inferior o menos ventajosamente situada

tiene que ponerse en cultivo, se paga renta por su

uso” Cap. II pág. 53.

En el apartado siguiente, analizaremos como

la presencia de rendimientos marginales

decrecientes también funciona como

determinante en la formación de la renta.

d) El origen de la renta: rendimientos

marginales decrecientes

En pos de simplificar el análisis,

supongamos que en una economía existe un

único tipo de tierra, pero que se cumple el

principio de los rendimientos marginales

decrecientes. En el siguiente cuadro se

presenta la evolución de la producción por

hectárea de tierra según la cantidad de

capital utilizado.

Cuadro 2-6. Rendimientos por hectárea

según nivel de inversión (KT)

Capital Trabaj

o

directo

Semilla

s (kg)

Prod.

Trigo

(ton.)

PMg

1 dosis

capital

L S 0.5 -.-

3 dosis

capital

2L 2S 0.8 0.3

3 dosis

capital

3L 3S 1 0.2

Definimos una dosis de capital como la

combinación entre L jornadas de trabajo y S

Ejercicio. Compruebe que si la renta de las tierras

C fuera menor a 1 tonelada de trigo, la tasa de

beneficios obtenida en ambas tierras sería distinta.

Page 25: Ricardo-Malthus

25

kilogramos de semillas. El cuadro muestra

que al duplicar el capital utilizado (2L y 2S)

la producción aumenta, pero menos que el

incremento porcentual del capital (de 0.5 a

0.8 toneladas de trigo). Al adicionar una

tercera dosis, la producción también se

incrementa pero nuevamente a una tasa

menor.

Supongamos que en un primer momento se

requiere únicamente una dosis de capital

para cubrir la demanda. Si la economía se

encuentra en equilibrio, los empresarios que

destinan su capital a la producción

agropecuaria estarían obteniendo la tasa de

beneficios natural u ordinaria. A su vez, en

la medida en que no se requiere ni extender

ni intensificar los cultivos, la tierra es aún un

bien abundante y, según Ricardo, no se

pagará renta por su uso.

Sin embargo, esta situación cambiará si la

demanda del bien agrícola aumenta (por

aumento de la población), ubicándose en

0.8 toneladas de trigo, y se requiere invertir

una dosis adicional de capital para alcanzar

ese nivel de producción. En este caso, la

primera dosis permite producir 0.5 toneladas

y la segunda 0.3 toneladas adicionales (el

producto marginal asociado a invertir una

dosis adicional de capital es de 0.3

toneladas).

¿Estarán dispuestos los capitalistas a realizar

esta inversión? Observemos que, si no

cambia la tasa de beneficios natural la

respuesta es negativa. Como la economía se

encontraba en equilibrio, una producción de

0.5 toneladas aseguraba que se obtenía la

tasa de beneficios natural por invertir (S,L).

Sin embargo, la segunda dosis de capital

obtendría una tasa de beneficios menor,

puesto que invirtiendo (S, L) se logra

únicamente 0.3 toneladas de trigo. Bajo

estas condiciones, el capitalista preferiría

colocar esos recursos naturales en otra

actividad, donde obtendría la tasa de

beneficios natural.

Ahora bien, este razonamiento presupone

que el precio nominal y real del bien

agrícola permanece incambiado. En la

medida en que Ricardo afirma que el valor

de los bienes se determina en las peores

condiciones de producción, como vimos en

el apartado anterior, la intensificación de los

cultivos implica que dicho precio debe

aumentar: las peores condiciones de

producción corresponden ahora a la segunda

dosis de capital.

Esta situación presenta dos implicancias

importantes: si el precio del trabajo y las

semillas permanece incambiado o aumenta,

el cultivo con una segunda dosis requiere

que la tasa de beneficios natural se reduzca.

Veremos más adelante que esta es

justamente una de las conclusiones a las que

arriba Ricardo: el deterioro de las

condiciones de producción en el agro (vía

extensión o intensificación de los cultivos)

conlleva una reducción de la tasa de

beneficios de toda la economía.

En segundo lugar, nuevamente surge la

renta como pago por las diferencias de

productividad entre distintas dosis de

capital. Si se requiere cultivar con dos dosis

de capital, la primera dosis deberá abonar

una renta igual a la diferencia entre su

productividad y la que se obtiene con la

dosis marginal (la de menor productividad):

Sólo bajo estas condiciones la tasa de

beneficios obtenida por ambas dosis sería

igual. Obsérvese que si la renta fuera menor,

la masa de beneficios que obtendría el

empresario por aplicar dos dosis de capital

sería mayor a la que obtendría en otras

Page 26: Ricardo-Malthus

26

ramas de actividad. La movilidad de

capitales desde otros sectores presionaría al

alza la renta, puesto que los empresarios

externos al sector estarían dispuestos a

ofrecer algo más de renta para que se les

permita producir en el agro. La competencia

entre los capitalistas ubicaría a la renta en

este nivel de equilibrio. Obsérvese que el

razonamiento es lógicamente idéntico al que

aplica Ricardo al analizar el aumento de la

producción a través del margen extensivo

(ampliación de los cultivos hacia tierras de

peor calidad).

Un nuevo incremento de la demanda

produce un nuevo aumento del precio del

bien agrícola (por el deterioro de las

condiciones de producción, que exige más

trabajo para obtener una unidad adicional de

trigo) y simultáneamente presiona a la renta.

Supongamos que se requiere utilizar una

tercera dosis de capital. El razonamiento

presentado lleva a la conclusión que la renta

abonada por la primera dosis debe aumentar

(reflejando las diferencias de productividad

con la nueva dosis marginal) pero también

se comienza a pagar renta por la segunda

dosis. En términos físicos, la renta en

equilibrio debería ser:

Por lo tanto, la renta total asciende a 0.4

toneladas de trigo.

e) La formación de la renta: algunos

comentarios

Ricardo asume que la presión sobre la

demanda de bienes agrícolas asociada al

aumento de la población origina un deterioro

en las condiciones de producción en el agro,

ya sea por la presencia de rendimientos

marginales decrecientes (intensificación de

los cultivos) o por la extensión de la siembra

hacia tierras menos fértiles (extensión de los

cultivos).

Esta dinámica presupone que el valor de los

bienes agrícolas debe reconocer la cantidad

de trabajo necesario (directo e indirecto)

requerida para su producción en las peores

circunstancias (condiciones marginales). Si

no fuera así, ningún capitalista estaría

dispuesto a invertir en esas condiciones. Por

lo tanto, el valor de los bienes agrícolas

tiende a aumentar en el tiempo.

A su vez, Ricardo asume implícitamente que

el aumento de la producción manufacturera

no presenta el problema de los rendimientos

marginales decrecientes: una unidad

adicional de estos bienes puede producirse

utilizando la misma cantidad de trabajo.

Bajo estas condiciones, la conclusión básica

de nuestro autor es que el precio relativo de

los bienes agrícolas en términos de bienes

industriales tiende a aumentar, puesto que la

cantidad de trabajo incorporado en los

Ejercicio. El siguiente cuadro refleja la

producción adicional que se obtiene con una

inversión de una dosis de capital en tres tierras

de diferente calidad. Cada dosis de capital está

compuesta exclusivamente por 10 jornadas de

trabajo directo.

Tierras/dosis 1era

.

Dosis

2da

.

dosis

3ra

.

dosis

A 200 170 165

B 180 155 140

C 160 150 130

Establezca la evolución que es dable esperar de

la producción, el valor del bien, de la renta.

Page 27: Ricardo-Malthus

27

primeros tiende a aumentar mientras que no

sucede lo mismo entre los bienes

industriales.

Este aumento del precio real o relativo de

los bienes agrícolas es la consecuencia del

deterioro de las condiciones de producción.

En este sentido, la renta emerge como un

ingreso remanente, que absorben los

terratenientes en función de la productividad

diferencial de idénticos capitales invertidos

en el agro. Pero el precio del bien agrícola

(como ningún otro precio de la economía)

no depende de la renta: en las peores

condiciones de producción, donde se

determina el precio, no se paga renta. Esta es

una diferencia importante con Smith, puesto

que este autor asume que cambios en la

renta repercuten en los precios. Ricardo

afirma que el trigo se torna caro porque

empeoran las condiciones marginales de

producción, y no porque se pague renta. En

realidad, la renta es una consecuencia de

este proceso que lleva a requerir cada vez

más trabajo para la producción de bienes

agrícolas.

Esta conclusión se apoya en algunos

supuestos básicos que realiza Ricardo. En

primer lugar, la ausencia de un precio de

reserva de la tierra. No existe renta absoluta.

Observemos que si existiera, la renta debería

integrar el precio de los bienes, puesto que

se pagaría renta en las condiciones

marginales. En segundo lugar, el análisis de

Ricardo no considera los problemas

asociados a la duración de los contratos y

asume que la renta se ajusta a un nivel tal

que refleja siempre el diferencial de

productividad. En otros términos, el análisis

de Ricardo se ubica en las situaciones de

equilibrio de largo plazo, sin considerar las

fricciones dinámicas asociadas a los

procesos de renegociación de los contratos.

II.2. Salarios

Continuando con una característica habitual

de la obra ricardiana, la discusión sobre la

formación de los salarios asume un marco

más simplificado que en Smith. La opción

de Ricardo es utilizar la abstracción como

mecanismo para construir sus desarrollos

teóricos. La discusión de los salarios no es

una excepción.

Ricardo retoma de Smith y otros autores

clásicos la idea de que los salarios naturales

o de equilibrio de largo plazo refleja el valor

de una canasta de consumo que asegura la

reproducción demográfica de la población.

“La mano de obra, al igual que las demás cosas que

se compran y se venden, y que pueden aumentar o

disminuir en cantidad, tiene su precio natural y su

precio de mercado. El precio natural de la mano de

obra es el precio necesario que permite a los

trabajadores, uno con otro, subsistir y perpetuar su

raza, sin incremento ni disminución….La aptitud del

trabajador para sostenerse a sí mismo y a su

familia…no depende de la cantidad de dinero que

pueda percibir por concepto de salarios, sino de la

cantidad de alimentos, productos necesarios y

comodidades de que por costumbre disfruta,

adquiriéndola con dinero. Por tanto, el precio

natural de la mano de obra depende del precio de los

alimentos, de los productos necesarios y de las

comodidades para el sostén del trabajador y su

familia..”Cap. V, pág 71.

Por tanto, la canasta de consumo obrero

representa el conjunto de bienes necesarios

para la vida que permite al trabajador

sostener una familia sin aumento ni

disminuciones. Observemos que, al igual

que Smith, lo que importa no es el salario

nominal sin el salario real, el poder de

compra del salario en términos de los bienes

necesarios para la subsistencia.

El salario natural por lo tanto, estará

determinado por este conjunto de bienes y

sus precios naturales respectivos. Si un

trabajador en una sociedad determinada

debe poder conseguir n bienes (alimentos,

Page 28: Ricardo-Malthus

28

camisas de lino, calzado…). Sea (q1…qn)

la cantidad de estos bienes que debe

conseguir para sustento y el de su familia y

(p1…pn) sus respectivos precios. El salario

natural deberá, por tanto, representar el valor

de esta canasta de consumo:

Ahora bien, según Ricardo los alimentos

representan el componente de mayor peso en

dicha canasta. Por lo tanto, la evolución de

su precio natural determina la trayectoria

temporal de los salarios.

“Con el progreso de la sociedad, el precio natural

del la mano de obra tiende a siempre a aumentar,

porque uno de los principales bienes que regula su

precio natural (los alimentos) tiene tendencia a

encarecer, debido a la mayor dificultad para

producirlo” Cap. V, pág. 71

Hemos analizado en el capitulo anterior que

el deterioro de las condiciones de

producción en el agro, originado en la

necesidad de extender o intensificar los

cultivos ante los aumentos en la demanda de

los bienes agrícolas, conlleva a un aumento

de la cantidad de trabajo necesario para su

producción en las condiciones marginales.

Por tanto, el valor de los bienes agrícolas se

incrementa. Esta tendencia no puede ser

contrastada por las mejoras técnicas. En

opinión de Ricardo, al igual que la mayoría

de los autores clásicos, las mejoras técnicas

en el agro sólo podrán paliar el deterioro

secular en las condiciones de producción

temporalmente. En el largo plazo, visualizan

como inevitable el aumento del precio

relativo de los bienes.

Más aún, Ricardo presupone que los

cambios técnicos si reducen en el largo

plazo del valor de los bienes

manufactureros:

“El valor natural de todos los bienes, salvo el de los

productos primos y el de la mano de obra, tiende a

disminuir al progresar la riqueza y la población,

pues aunque, aumentan en su valor real, debido al

aumento del precio natural de las materias primas

con que se elaboran, están más que compensados por

las mejoras en la maquinaria, por una mejor división

y distribución de la mano de obra y por la creciente

habilidad, tanto científica como industrial de los

productores” Cap. V, pág. 71

Ricardo reconoce que un aumento del precio

de los bienes agrícolas, que constituyen

materias primas para la industria, podría

tender a aumentar su precio real. Sin

embargo, las distintas formas de mejoras

tecnológicas (maquinaria, división del

trabajo, aprendizaje, etc.) contrarrestan esta

tendencia, permitiendo que la cantidad de

trabajo necesaria para su producción se

reduzca tendencialmente.

Por lo tanto, mientras que el cambio

tecnológico opera como un mecanismo que

tiende a reducir el valor de los bienes

industriales, no logra el mismo impacto en el

largo plazo sobre los bienes agrícolas.

En la medida que los salarios tienden a

reflejar el valor de la canasta de consumo, su

evolución dependerá del peso relativo que

ambos tipos de bienes presenten en su

composición. Ricardo afirma que la

evolución tendencial del precio natural de

los bienes alimenticios domina y determina

la evolución del valor de la canasta de

consumo obrero. Esto implica que los

salarios monetarios tienden a subir en el

largo plazo, pero permanecen incambiados

en términos reales. Es necesario que los

obreros perciban un salario monetario más

alto para que logren continuar consumiendo

la misma canasta.

Un comentario adicional sobre el

mecanismo de ajuste de los salarios de

mercado y salarios naturales. Ricardo, al

igual que Smith, reconoce que los salarios

Page 29: Ricardo-Malthus

29

pueden ubicarse por encima de su nivel

natural por períodos prologados, si la

acumulación de capital es tal que presiona al

alza la demanda de trabajo, ubicándola por

encima del crecimiento de la oferta laboral.

El mecanismo de ajuste que postula Ricardo

no presenta diferencias cualitativas

relevantes al ya analizado en el caso de

Smith: la demografía. Salarios de mercado

por encima de su nivel natural alientan el

crecimiento de la población, mientras que lo

contario sucede cuando se ubican por debajo

del valor de la canasta de consumo obrero.

La convergencia del salario de mercado a su

nivel natural implica que la población

permanezca estancada.10

II.3. Beneficios

Como hemos visto, para los autores clásicos

la movilidad de capitales funge como un

mecanismo que tiende a uniformizar la tasa

de beneficios obtenida en distintas

actividades. Sin embargo, una preocupación

medular de Ricardo es analizar su evolución

de largo plazo.

“Hemos visto que el precio de los cereales se

determina por la cantidad de trabajo necesario para

producirlos, con aquella porción de capital que no

paga renta (situación marginal). Hemos visto

también que el precio de todos los bienes

manufactureros aumenta o disminuye en relación a

la cantidad de mano de obra necesaria para su

elaboración. Ni el agricultor que cultiva aquella

tierra que regula los precios, ni el empresario que

manufactura los bienes, sacrifican parte alguna del

producto por la renta. El valor total de sus bienes se

divide solamente en dos porciones: la una constituye

el beneficio, la otra la retribución de la mano de

obra”. Cap VI, pág 84.

10

No obstante, hay una diferencia entre los

desarrollos de Ricardo y Smith. Este último acota la

validez del mecanismo demográfico a los

trabajadores, mientras que Ricardo lo asume como un

principio más general que determina la evolución de

toda la población.

Dado que la renta no integra el valor de los

bienes, este debe distribuirse entre los otros

dos agentes que intervienen en la

producción: trabajadores y empresarios.

Por tanto, no es de extrañar que El eje

medular de la teoría sobre la evolución de

largo plazo de la tasa de beneficios en

Ricardo se asocie a la evolución de los

salarios.

Recordemos que el valor de la canasta de

consumo obrero tiende a aumentar. En otros

términos, cada vez será necesario más

trabajo para producir el conjunto de bienes

que integran dicha canasta. Obsérvese que si

el valor de un bien permanece constante – lo

que implica que la cantidad de trabajo

necesario para su producción no sufre

modificaciones – esto implica que la porción

apropiada por los trabajadores debería

aumentar en detrimento de los beneficios.

Esta lógica distributiva fundamenta la

conclusión de Ricardo: la tasa de beneficios

tiende a reducirse en el largo plazo.

Para visualizar este proceso con más

claridad supongamos que la canasta de

consumo obrero se integra únicamente con

0.2 u.b.a y que las condiciones de

producción en el agro y en la industria

manufacturera se reflejan en el siguiente

cuadro. Se asume que el capital se encuentra

compuesto exclusivamente con fondos de

salarios.

En un primer momento, es necesario cultivar

únicamente las tierras de mejor calidad para

abastecer la demanda. En este caso, el valor

de los bienes es de 2 y 10 jornadas de

trabajo en el agro y la industria

respectivamente. En esta situación, la

relación de intercambio vigente sería

1u.b.i=5 u.b.a.

Page 30: Ricardo-Malthus

30

Cuadro 2-7. Ejemplo. Condiciones de

producción en el agro y la industria.

Trabajo

directo

Q Trabajo

d/trabajo

directo

Sector

industrial

100 10 10

Sector

agrícola

Tipos de

tierra

A 2000j 1000 u.b.a 2

B 2000j 800 u.b.a 2.5

C 2000j 500 u.b.a 4

Obsérvese que el salario físico asciende a

0.2 u.b.a. Por lo tanto, el fondo de salarios

utilizado en la industria es de 20 u.b.a y el

valor de su producción, expresado en

unidades de bienes agrícolas es:

La masa de beneficios es, por tanto, la

diferencia entre el valor de la producción y

el capital invertido (medidas ambas

cantidades en u.b.a) y la tasa de beneficios

se ubica en 150%.

En el agro, donde se utilizan únicamente las

tierras de mejor calidad, la tasa de beneficios

también se ubica en el mismo nivel:

En un segundo momento, se requiere utilizar

las tierras de segunda calidad para alimentar

la población. Como hemos visto, esta

situación conlleva a un incremento del valor

del bien agrícola (1 u.b.a=2.5 jornadas) y al

surgimiento de la renta para las tierras A. El

nuevo precio relativo se ubica en 1u.b.i=4

u.b.a. Por lo tanto, el valor de la producción

industrial en términos de u.b.a será:

Como los fondos de salarios fondos de

salarios requeridos como capital en el agro y

en la industria permanece incambiada (no se

modifica la canasta de consumo), la tasa de

beneficios resultante para las tierras

marginales y el agro es de 100%.

Como en equilibrio las tierras A deberán

pagar una renta de 200 u.b.a, la tasa de

beneficios también será de 100%.

El ejemplo muestra el razonamiento básico

de Ricardo sobre la vinculación entre la

evolución de la tasa de beneficios y los

salarios. El deterioro de las condiciones de

producción en el agro conlleva un

incremento de los salarios, los que a su vez

se expresarán en una reducción de la tasa de

beneficios. Una porción mayor del valor de

los bienes deberá destinarse a los salarios,

puesto que la cantidad de trabajo necesario

para producir los componentes de la canasta

de consumo obrero aumenta en el tiempo.

II.4. La dinámica económica en el

largo plazo

Ejercicio. Compruebe que la renta pagada por las

tierras tipo A cuando los cultivos se extienden

hacia las tierras tipo B asciende a 200 u.b.a

Page 31: Ricardo-Malthus

31

Para culminar la presentación de Ricardo, un

comentario sobre la evolución de largo

plazo. Si bien el origen de la caída de la tasa

de beneficios es distinto en Smith que en

Ricardo,11

sus efectos sobre la dinámica

económica son similares.

Al igual que Smith, la caída de la tasa de

beneficios impacta negativamente en la

acumulación de capital. En la medida en que

el desarrollo económico determina una

reducción de la tasa de beneficios la

acumulación de capital acompañará este

movimiento. Sin embargo, la tasa de

beneficios no puede reducirse en forma

indefinida. Existe una tasa de beneficios

mínima, que funciona como umbral por

debajo del cual los capitalistas no estarán

dispuestos ni siquiera a recomponer el

capital insumido en la producción.

Una vez que se llegue a dicho umbral,

todas la variables económicas se estancan: el

stock de capital permanece incambiado (la

acumulación de capital permite reponer

exclusivamente el capital que se deprecia en

el período), la demanda por trabajo es

constante y los salarios tienden a converger

a su nivel natural. Por lo tanto, la población

también permanecerá constante. Es lo que

los clásicos denominan el estado

estacionario de la sociedad.

El arribo al estado estacionario adquiere un

carácter de inexorabilidad en Ricardo, si

bien en el corto plazo existen factores

contrarestantes. En particular, el cambio

técnico en el agro – que reduce la cantidad

de trabajo necesario para producir bienes

11

Recordar que en Smith la caída de la tasa de

beneficios en el largo plazo como producto de la

acumulación de capital se asocia fundamentalmente a

la mayor competencia entre los capitalistas y al

incremento de la renta como parte del producto

nacional. En Ricardo, la fuerza motriz es el aumento

de los salarios.

agrícolas – puede operar como un

mecanismo que revierta el encarecimiento

de estos bienes. Sin embargo, Ricardo no

visualiza a las mejoras tecnológicas como un

canal a través del cual pueda ser posible

sostener un crecimiento económico

indefinido. La tecnología puede permitir

alcanzar un estado estacionario a un nivel de

producción mayor, pero no evitarlo.

El marco teórico construido por Ricardo lo

lleva también a realizar recomendaciones de

política económica de distinta naturaleza.

Haremos mención únicamente a una

dimensión de su discusión en esta área: su

defensa de la eliminación de las

denominadas leyes de granos. Estas

disposiciones establecían aranceles

importantes a la importación de cereales,

siendo su objetivo explícito proteger la

producción nacional.

En base a sus desarrollos teóricos, Ricardo

se opuso tenazmente a estas medidas,

argumentando que su único efecto era

aumentar la renta percibida por los

terratenientes y reducir el dinamismo

económico. Defendió la liberalización al

comercio internacional de granos

argumentando que esto permitiría abaratar el

precio doméstico del trigo, lo que a su vez

repercutiría en una reducción nominal de los

salarios y un incremento de la tasa de

beneficios, impulsando así la acumulación

de capital y el crecimiento económico. La

posibilidad de comprar cereales más baratos

en el extranjero evitaba la extensión o

intensificación de los cultivos en el país, con

su consiguiente impacto sobre el precio del

bien agrícola.