RHyJ 2015 4 DS Enfermo de cuerpo y alma

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  • 7/24/2019 RHyJ 2015 4 DS Enfermo de cuerpo y alma

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    Revista Historia y JusticiaN4, Santiago de Chile, abril 2015, p. 38-65

    ISSN 0719-4153, revista.historiayjusticia.org

    FLORES, Alexis, Soy enfermo de cuerpo y alma y mejor muerto , en Dossier Representaciones sociales del suicidio a travs de losexpedientes judiciales. Chile, siglos XIX-XX

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    SOY ENFERMO DE CUERPO Y ALMA Y MEJOR MUERTO QUE VIVIR AS.JUSTIFICAR EL SUICIDIO ANTE LA JUSTICIA,

    PUNTAARENAS 1894-1899

    Alexis FLORES CRDOVA (*)

    El siguiente artculo aborda una serie de casos de suicidio presentes en sumarios judiciales llevadosa cabo en la ciudad de Punta Arenas a fines del siglo XIX. Se analiza la experiencia del suicidio ycmo ste adquiere sentido integrando los relatos de los testigos y el testimonio del propio suicida,en tanto sujetos cuyas experiencias y significaciones quedaron plasmadas en la investigacin judicial.En este contexto es que, desde la representacin del propio entorno, se recurre a aquelloselementos de la vida del suicida considerados como relevantes al momento de establecer las

    motivaciones del acto autodestructivo.Palabras Clave: Punta Arenas, siglo XIX, suicidas, representaciones, sumarios, relatos judiciales

    Im sick of body and soul and

    better dead than live like this.Justify Suicide Before Justice,

    Punta Arenas 1894-1899

    This article discusses a number ofsuicide cases found in late nineteenth-century

    Punta Arenas court records.It analyses how the experience of suicide

    acquired meaning by integrating botheyewitness accounts and the suicidal

    persons testimony, whose experiences andthoughts were recorded in

    the judicial investigation. By trying tounderstand how the suicide victim

    perceived its own environment, the articleexamines relevant elements of the

    suicidal person's life that could havemotivated this self-destructive act.

    Keywords: Punta Arenas, XIXth century,suicidal person, representations, summary,

    judicial narratives

    Je suis malade de corps et dme etprfre mourir que vivre ainsi.Justifier le suicide devant la justice,

    Punta Arenas, 1894-1899

    Cet article aborde une srie de cas de suicidestrouvs dans les procs judiciaires de la ville dePunta Arenas la fin du XIXe sicle.Lexpriencedu suicide, ainsi que la faon dont

    cet acte acquiert du sens, sont analyses en tenantcompte la fois rcits des tmoins ainsi que letmoignage des suicid-e-s. Les expriences etleurs significations, dont les tmoins et les suicid-e-s sont les sujets, ont t releves au cours de laprocdure judiciaire. Dans ce contexte, et depuisles reprsentations labores par lentourage dessuicid-e-s, il est fait recours des lments de leurvie, considrs comme pertinents au momentdtablir les motivations de lacte.

    Mots cl: Punta Arenas, XIXe sicle, suicid,reprsentations, procdure judiciaire,rcit judiciaire

    Recibido : 15 de enero de 2015 / Aceptado : 1 de abril de 2015

    (*) Profesor de Historia y Geografa, Universidad de Concepcin. Programa de Magister en Historia,Universidad de Santiago de Chile. [email protected]

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    Soy enfermo de cuerpo y alma y mejor muerto que vivir as.

    Justificar el suicidio ante la justicia,Punta Arenas 1894-1899

    Alexis FLORES CRDOVA

    Magallanes no era tierra de pan llevar, era precisotransformar sus rudezas y limitaciones naturales con

    un trabajo sostenido y nimo insoslayable hastaconseguir el fruto deseado. Aqu no haba ms

    espacio que para los espritus fuertes1

    Quien sabe que va a ser de m...2

    Introduccin

    Radicalidad y extraeza en cuanto a la experiencia; silencio y ausencia en tantoobjeto de estudio. Tales pueden ser las primeras asociaciones posibles de establecer

    entre el suicidio en tanto prctica y el contexto donde tiene lugar, por una parte; y lainvestigacin de carcter histrico por otro. En efecto, pese a la multiplicidad deconnotaciones que el suicidio puede adquirir como objeto de reflexin y el impactoque en una comunidad puede provocar su ejecucin, ste se constituye como uno delos fenmenos que presenta mayores grados de dificultad para su comprensin yposible explicacin.

    El suicidio, que pareciera rehuir las posibilidades comprensivas y explicativas de lainvestigacin, se presenta a los ojos de los observadores como un fenmeno extraopuesto que representa una ruptura radical con los valores del entorno donde se produce.Alcanzando gran notoriedad y connotacin pblica donde se lleva a cabo, el impacto

    que este suceso provoca deja en claro que representa un quiebre en la cotidianeidad delespacio social donde ha sido ejecutado. No obstante, las explicaciones se remitensiempre a la subjetividad de quien lo lleva a cabo: el sujeto suicida. Es precisamente enel fuero interno de ste que se toma la determinacin autoeliminatoria, rodeada de una

    1Martinic, Mateo, Historia de la Regin Magallnica, Tomo II, Ediciones de la Universidad de Magallanes,Punta Arenas, 2006, p. 747.

    2Archivo Nacional Histrico de Chile (ANHCh), Archivo Judicial de Punta Arenas (AJPA), Sumario sobrela muerte de Belisario Navarrete, 1897, Legajo (L) 81, Pieza (p) 13, Foja (f) 5.

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    (i) racionalidad y/o emocionalidad determinadas por su propia experiencia. Comosealara Jean Amry respecto a la subjetividad suicida:

    lo fundamental para ellos es la absoluta singularidad de su situacin, la situation vcue,

    que nunca es absolutamente comunicable, de forma que cada vez que alguien muerepor su propia mano, o intenta morir, cae un velo que nadie volver a levantar, quequizs en el mejor de los casos, podra ser iluminado con suficiente nitidez como paraque el ojo reconozca slo una imagen huidiza3.

    Con tales consideraciones, el acceso de la historiografa a este suceso se vedificultado y restringido por una serie de razones tanto metodolgicas comoepistemolgicas. As, se pueden plantear una serie de interrogantes referentes a laposibilidad de llevar a cabo un estudio del suicidio en trminos histricos y suaccesibilidad en tanto objeto de estudio. Es plausible proceder al estudio de unamuerte cuyo carcter voluntario la remite a un mbito subjetivo? Cmo acceder a la

    subjetividad suicida? Qu tipo de registros considerar para el estudio del suicidio y paralograr un acercamiento a los suicidas? En efecto, uno de los principales obstculos parael estudio del suicidio est dado por el insignificante peso demogrfico en comparacincon otro tipo de muertes, resultando tambin una prctica escasamente documentada,siendo los registros ms bien fragmentarios4.

    Sin embargo, y a pesar de la condicionante metodolgica que pueden representar losescasos registros, el estudio de la muerte voluntaria adquiere relevancia precisamentepor el impacto pblico que una decisin de carcter subjetivo provoca en undeterminado espacio social, hacindose necesario proceder a la bsqueda de aquelloselementos de la vida del sujeto suicida que permitan, de una u otra forma, hacer

    explicable tal decisin5.Precisamente es la connotacin pblica adquirida por la decisin del suicida la que

    hace posible acceder a esta prctica y acercarse a los sujetos que se vieron involucradosen el hecho, toda vez que ante la ocurrencia de un suicidio se movilizaban y ponan enprctica los mecanismos indagatorios propios del aparato judicial ante la concrecin deun delito. En este sentido, es la prctica jurdica la que hace posible visualizar la muerte

    3Amry, Jean, Levantar la mano sobre uno mismo. Discurso sobre la muerte voluntaria, PRE-TEXTOS, Espaa,2005, p. 14.

    4Segn George Minois, el suicidio se encuentra ausente de los estudios historiogrficos debido a que ladocumentacin relativa a esta prctica es distinta de aquella disponible para el estudio de la muerte natural.Vase Minois, George, Histoire du Suicide. La socit occidentale face la mort volontaire, Libraire Arthme Fayard,Paris, 1995, p. 9.

    5Ms an, tomando lo planteado por Ginzburg en trminos epistemolgicos, an cuando el suicidio carezcade cierta relevancia estadstica, es precisamente lo anmalo, los detalles o lo tradicionalmente consideradocomo insignificante lo que permite el acceso a aquellos aspectos que desde una mirada de conjunto sepueden escapar; en definitiva, a una realidad compleja que, en este caso, supone la representacin delsuicidio. Vase Ginzburg, Carlo, Microhistoria: dos o tres cosas que s de ella, en Ginzburg, Carlo,El hilo

    y las huellas. Lo verdadero, lo falso y lo ficticio, Fondo de Cultura Econmica, 2010, p. 351-394.

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    voluntaria como un acontecimiento concreto y en el que se vieron envueltos aquellossujetos que, tanto como ejecutores o testigos, vivieron y experimentaron el suicidio.

    As, el suicidio como acontecimiento puede ser ledo a la luz de la experiencia tanto

    como categora histrica formal, as como emprica, toda vez que en la concrecinsuicida se pone de manifiesto la tensin entre experiencia y expectativa o, tomando loplanteado por Koselleck, el espacio de experiencia y el horizonte de expectativa de lospropios sujetos; es, precisamente, en el espacio entre ambos polos donde tiene lugar laejecucin y concrecin de acciones sociales.

    Para el caso del sujeto suicida, su actuar puede ser entendido considerando tanto elhorizonte de expectativa (en la medida que refiere a un futuro desde el presente, a lo noexperimentado y, por ende, constituido por esperanza y temor, deseo y voluntad, lainquietud pero tambin el anlisis racional 6), como el espacio de experiencia(entendido como un pasado presente donde se incorporan acontecimientos que pueden

    ser recordados, entremezclndose adems la elaboracin racional con comportamientosinconscientes). Tensionado entre lo propuesto, lo que se busca o lo que se espera y lorealmente experimentado, o en el abismo entre la expectativa y la experiencia, es que elsuicidio se alza, para quien lo comete, como la solucin a la dicotoma generada entreambos espacios; en este sentido, la ruptura del horizonte de expectativa funda, pues,una nueva experiencia7.

    De tal forma, el suicidio, que puede ser considerado como expresin y conclusin(no las nicas, ciertamente) de la dicotoma entre lo esperado y lo experimentado porquien lo ejecuta, se constituye a la vez como experiencia social para la comunidad enque este tiene lugar. Como un acontecimiento totalmente inesperado, el accionar del

    suicida supone un quiebre con el actuar esperado por los miembros de una comunidad(en cuanto a expectativa) y en base al cual se hace necesario mirar hacia el pasado, haciael espacio y las experiencias compartidas con aquel sujeto que se ha dado muerte ynarrarlas bajo una lgica jurdica y formal.

    Junto a los relatos y experiencias narradas por los testigos en relacin al suicida quepermiten explicar tal decisin, la prctica jurdica se apoyar en el examen mdico delcadver para dotar al sumario de un carcter de cientificidad que no dejaba lugar adudas acerca de la causa de muerte. De esta forma, confluyen en el espacio judicial losmecanismos indagatorios, las voces de los testigos y, en caso de existir, el testimonio delpropio suicida, as como la mirada y prctica mdica que permitan establecer tanto las

    explicaciones como el carcter voluntario de la muerte cometida8

    .

    6Koselleck, Reinhart, Futuro Pasado. Para una semntica de los tiempos histricos, Paids, Barcelona, 1993, p. 338.7Koselleck, R., Futuro Pasado,Op. Cit., p. 341.8Mara Jos Correa Gmez da cuenta, en relacin a la locura y la incapacidad, de la Justicia como un espaciode marginacin civil donde convergen una serie de conceptualizaciones, categoras y significacionesreferentes a la demencia en base a los sujetos que se vieron enfrentados a esta en sus roles de demandantes,imputados, testigos y/o mdicos. Correa, Mara Jos, Historias de locura e incapacidad. Santiago y Valparaso(1857-1900),Acto Editores, Santiago, 2013.

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    As, ante la concrecin o el intento de darse la muerte voluntaria, sumarios judicialessern iniciados, clasificados dentro del mbito criminal, buscando esclarecer lascircunstancias en que el suicidio se habra producido. Para ello, junto con elreconocimiento y examen mdico de rigor sobre el suicida, las indagaciones llevaran adesarrollar una serie de interrogatorios que buscaran establecer las causas de taldecisin as como descartar la participacin de terceros9. Estos sumarios, plagados derelatos y testimonios acerca de la vida, costumbres, actitudes, vicios o conflictos dequienes se suicidaron, permiten indagar en las subjetividades de quienes convivieroncon ellos (familiares, compaeros de trabajo, amigos, etc.), as como tambin apreciarlas motivaciones aducidas mediante cartas, escritos, o manifestadas en conversacionescon sus cercanos.

    En este contexto es que los sumarios judiciales iniciados ante la ocurrencia de unsuicidio permiten acceder a individualidades, consideradas como tales tanto la figura delsuicida como aquellos sujetos que componen el entorno cercano, que al verse inmersosen un proceso de indagacin y esclarecimiento de un acontecimiento atpico y anmalocomo la concrecin de la muerte voluntaria ante la Justicia, revelaban en sustestimonios ya no solo el accionar, la forma en que se llev a cabo y las motivaciones deesta decisin, sino que tambin las reacciones, percepciones y significaciones que talsuceso provocaba en la comunidad. De tal forma, se puede sealar de acuerdo conGinzburg que si la documentacin nos ofrece la posibilidad de reconstruir no slomasas diversas, sino personalidades individuales, sera absurdo rechazarla. Ampliar lanocin histrica de individuo no es objetivo de poca monta10.

    Los testimonios registrados en estos sumarios judiciales permiten no slo reconstruirla figura del sujeto suicida desde el propio entorno sino que, en tanto indicios acerca deuna imagen y representacin de un sujeto ausente11, tanto para la comunidad como parael historiador, permiten el acceso a las lgicas socioculturales que hacen posible explicarla decisin suicida a partir de determinados elementos considerados como explicativosde tal decisin, as como tambin acercarse a las estrategias de reconstruccin yexplicacin desarrolladas en el escenario judicial que se pone en funcionamiento ante laconcrecin del suicidio.

    En este sentido, tanto los sumarios como las narraciones y testimonios contenidosen ellos sirven como indicios que, en cuanto a vestigios referidos a un hecho concreto

    9En este sentido, es posible sealar que la administracin de justicia se constitua en un espacio deencuentro entre actores diversoslos jueces, los escribanos, los querellantes, los peritos, los vecinos, etc. ,un espacio de interseccin entre los saberes y prcticas legales tanto formal es como informales. Bilot,Pauline, Construyendo un esquema de la administracin de justicia: fuentes, mtodo y resultados. Chile,siglo XIX, Revista Historia y Justicia, Santiago, n1, 2013, p. 4.10Ginzburg, Carlo,El Queso y los Gusanos, Muchnik Editores, tercera edicin, Barcelona, 1999, p. 9.11El paradigma indicial propuesto por Ginzburg supone la posibilidad de captar una realidad compleja yprofunda mediante los vestigios, pruebas e indicios, muchas veces fragmentarios, que permiten descifrarla.Vase Ginzburg, Carlo, Indicios. Races de un paradigma de inferencias indiciales, en Ginzburg, Carlo,Mitos, emblemas e indicios. Morfologa e historia,Editorial Gedisa, Barcelona, 1999.

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    que por su peso estadstico y anormalidad podran ser considerados como de escasarelevancia, se constituyen en elementos reveladores al momento de establecer ya noslo las causas que llevaron a cometer un suicidio sino ms bien las representacionessociales y elementos culturales que, como un fenmeno ms general, se ponen enprctica al momento de buscar explicaciones. Desde este punto de vista, tanto lacondicin documental como las posibilidades interpretativas de este acontecimientopueden ser, de cierta forma, subsanadas con la consideracin de que estos vestigiospermiten un acercamiento al espacio de experiencia que pudo significar el suicidio;como planteara Ginzburg, si la realidad es impenetrable, existen zonas privilegiadas pruebas, indiciosque permiten descifrarla12.

    El presente trabajo, por tanto, se aboca al estudio de testimonios y narraciones quetienen lugar en los sumarios iniciados con el objeto de justificar y explicar el suicidioante un organismo del poder judicial como es el juzgado. En este sentido, interesaanalizar la experiencia del suicidio y cmo dicho acontecimiento adquiere sentidointegrando tanto los relatos de los testigos como el testimonio del propio suicida entanto sujetos cuyas experiencias, explicaciones y significaciones quedaron plasmadas enlos sumarios judiciales iniciados ante la concrecin de una muerte voluntaria. Para esteestudio se consideran nueve casos de suicidio presentes en sumarios judiciales llevadosa cabo en la ciudad de Punta Arenas a fines del siglo XIX (1894-1899), los que han sidoconfrontados y/o complementados con la respectiva referencia periodstica publicadaen la prensa local, y que sern analizados desde un enfoque microhistrico, recurriendoa un anlisis microscpico e intensivo del material documental disponible13.

    La ciudad en cuestin, Punta Arenas, contaba a fines del siglo XIX con unaeconoma en constante crecimiento en base a la actividad forestal, agrcola, ganadera ycomercial. Si bien en un inicio la explotacin y exportacin de carbn y oro habaactuado como un foco que atrajo a una gran cantidad de inmigrantes de diversasnacionalidades, estos flujos migratorios hacia la ciudad se mantendran hasta bienentrado el siglo XX, dando lugar a un explosivo aumento demogrfico en virtud delcual la poblacin pasara de los 3.227 habitantes en 1895 a alrededor de siete mil para elao 1898. En efecto, la cada vez mayor afluencia de inmigrantes, tanto chilenos comoextranjeros, dotara a la ciudad de un carcter nico en cuanto a la composicin socialde la poblacin que, atrada por las oportunidades econmicas que representaba estaciudad (en tanto expectativas), se aventurara a establecerse en tierras magallnicas.Producto de este aumento demogrfico, Punta Arenas experimentara una expansin

    urbana que, junto al aumento de las actividades econmicas sealadas, le otorgara laimpronta de polo de desarrollo del extremo sur de Chile.

    En este contexto es que, en medio de una tierra inhspita, con un clima fro enextremo, lejos de las comunidades de origen y muchas veces del propio ncleo familiar,

    12Ginzburg, C., Indicios. Races de un paradigma,Op. Cit., p. 162.13 Vase Levi, Giovanni, Sobre microhistoria, en Burke, Peter et al, Formas de hacer Historia, AlianzaEditorial, Madrid, 1996, p. 119-143.

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    sumidos en la presin de una vorgine productiva, los habitantes se veran enfrentadosa una serie de dificultades producto ya no slo del entorno fsico y natural de la ciudadsino tambin de las condiciones y posibilidades de sociabilidad y relaciones al interiorde la poblacin. Como una comunidad en rpido crecimiento, en trnsito a laconformacin de una ciudad como centro del crecimiento econmico de la zona msaustral del pas, las tensiones sociales se manifestaran en situaciones y conductas decriminalidad para las que, en muchas ocasiones resultaba del todo ineficaz la capacidadde control que derivaba de la limitada competencia de los jueces de subdelegacin14.En este sentido, plantea Mateo Martinic, la potestad de los jueces era mnima einsuficiente a todas luces como para ejercer su autoridad con eficacia sobre el gruposocial, de all que resultaba a menudo sobrepasada o simplemente ignorada15.

    Es precisamente en esta comunidad, an pequea (en comparacin a otrasciudades del pas en ese entonces) pero en crecimiento, que la noticia de concrecinde un suicidio se esparcira sobre la poblacin, tanto por va del rumor comomediante la prensa: ser un acontecimiento disruptivo y fuera de toda lgica que nopasaba desapercibido. Tal sera el impacto que ya en 1897 un peridico localmanifestaba su preocupacin respecto a la alarmante cantidad de suicidios que, comouna epidemia social, tenan lugar en la comunidad: Suicidio. Este mal social vacundiendo de una manera vergonzosa en nuestra pequea poblacin. En menos dedos meses hemos dado cuenta de dos suicidios i hoy tenemos que comunicar untercero a nuestros lectores16.

    En definitiva, el suicidio representa un acontecimiento en la vida de la comunidadque rodea al suicida, en palabras de Marcos Fernndez Labb todos quienes convivenen el sitio de los hechos perciben la decisin fatal del suicida como un quiebre, comoalgo extrao, alienado, oscuro 17 . En torno a este acontecimiento quienes serelacionaban con el suicida se ven obligados a buscar en sus experiencias y narrarlasdurante el sumario para intentar esclarecer las causas o motivos que hayan inducido a

    14Martinic, M., Historia de la Regin, Op. Cit., p. 773.15Martinic, M., Historia de la Regin, Op. Cit., p. 773. Respecto a la administracin de justicia, Martinic,citando al gobernador de la poca, da cuenta de la situacin de la prctica judicial en la ciudad que justificabala peticin y posterior creacin del Juzgado de Letras de Punta Arenas: Alentada la criminalidad por lasdificultades insalvables originadas por la impericia i falta de autoridad de los jueces actuales, va adquiriendo acada momento mas audacia i ensanchando su campo de operaciones i los particulares se sienten fatalmenteinclinados en sus diferencias entre ellos a hacerse justicia por si mismos o recurrir a represalias que significan

    nuevos delitos.[...] En el estado floreciente de la Colonia esos malos habitos que empiezan a disearse i queson esclusivamente originados por la lenta i deficiente administracin Judicial, llegarian, una vez en completodesarrollo, a constituir un verdadero peligro para la tranquilidad pblica, i en todo caso han de dificultar iretardar el desarrollo i Progreso de esta rica seccin del pais. De esta manera describa a fines de 1893 elgobernador Seoret la situation que sobre tan delicada materia se daba en la agitada comunidad que regia,fundamentando la solicitud de creacin de un juzgado letrado. En Martinic, M., Punta Arenas en su primermedio siglo. 1848-1898, edicin del autor, Punta Arenas, 1988, p. 263.16El Magallanes, Punta Arenas, ao IV, n 275, 2 de septiembre de 1897.17 Fernndez Labb, Marcos, He resuelto darme la muerte por mi propia mano. Una reflexinmicrohistrica en torno al suicidio, Histrica, 27, Pontificia Universidad Catlica del Per, 2003, p. 210.

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    esta decisin. En este sentido, las explicaciones del suicidio son buscadas por loscontemporneos en un contexto de acontecimientos que en su narracin en la instanciajudicial adquieren unidad y sentido, y, en definitiva, permiten hacerlo explicable tanto alos ojos de la Justicia como a los de la propia comunidad.

    1. El campo jurdico-legal en torno al suicidio: registro, indagacin eimposibilidad punitiva

    Como una conducta criminal, durante el siglo XIX se establecera que, mediante elaparato jurdico- legal, el suicidio deba ser objeto de investigacin siguiendo losmismos mecanismos utilizados ante la ocurrencia de delitos tales como el homicidio. Esas que los sumarios iniciados ante la concrecin o intento de suicidio se encuentranarchivados y clasificados como parte de los archivos judiciales de carcter criminal juntoa conductas, prcticas y sujetos que, desde la elite ilustrada y un Estado en proceso demodernizacin, seran consideradas como prohibidas debido al carcter de peligrosidadque podan suponer tales comportamientos. En este sentido, arrestos, fallos ycondenas sealaban qu era lo correcto o lo incorrecto; qu era lo permitido y loprohibido18, considerndose el suicidio, por tanto, como una actuacin incorrectadentro del plano social y su ejecutor, el suicida, un sujeto inmoral.

    An cuando es esta misma clasificacin y consideracin del suicidio como unaconducta criminal la que ha llevado a que sea registrado, si lo que se pretende esacceder tanto a las explicaciones como a las representaciones y significaciones dequienes se vieron involucrados en tal acontecimiento, resulta imposible sustraerse de lacondicin documental en que se presentan y es posible acceder a los testimonios de losinvolucrados. En efecto, los sumarios judiciales en que estn contenidos dichostestimonios corresponden a una fuente de carcter oficial puesto que son originados yredactados desde un organismo del poder judicial y su elaboracin y produccinresponde a intereses estatales en la medida que al ser clasificados como Criminales eranpercibidos y considerados como una transgresin a la normatividad y el margen legalque buscaba imponer el Estado.

    No obstante la consideracin del carcter oficial de la documentacin relativa a losexpedientes y sumarios por suicidio, rechazarlos por el carcter estandarizado y oficialde las formas judiciales constituira un silenciamiento de las voces que estn contenidasen estos registros y que, tal como plantea Guha, tienen muchas historias quecontarnos historias que por su complejidad tienen poco que ver con el discursoestatista y que son por completo opuestas a sus modos abstractos y simplificadores19.En efecto, al incorporar como elemento central las propias manifestaciones, relatos ytestimonios de los sujetos que se vieron involucrados en un caso de suicidio, es posible

    18Cornejo, Jos Tomas, Causas criminales: una aproximacin a las identidades populares en Chile (1750 -1830), Revista de Historia Social y de las Mentalidades, Santiago, ao IX, vol. 1, 2005, p. 39.19Guha, Ranahit, Las voces de la historia, en Guha, Ranhit, Las voces de la historia y otros estudios subalternos,Editorial Crtica, Barcelona, 2002, p. 20.

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    dar cuenta de aquellas experiencias y circunstancias que motivaron y rodearon el actosuicida desde la cotidianeidad del espacio social.

    As, en base al nivel de adscripcin, filiacin e identificacin formal de los sumarios,

    as como por el orden de aparicin de estos en relacin al acontecimiento en cuestin yla distribucin de componentes integradores dentro de su propia lgica narrativa, esque es posible insertar estos documentos dentro de lo que Guha categoriza como partede aquellos discursos primarios, siendo una de sus principales caractersticas suoficialidad, dado que proviene y es elaborado por agentes y funcionarios burocrticos,as como por la funcin a la cual responde, siendo sta generalmente de carcteradministrativo y que, an cuando incorpora aquellas declaraciones procedentes de otrosactores, lo hace como parte de un argumento guiado por un inters administrativo20.

    Junto a lo anterior, cabe hacer mencin a su inmediatez con respecto al intento oconcrecin de un suicidio, siendo escrito inmediatamente despus de ocurrido el

    acontecimiento del que pretende dar cuenta y era elaborado por los mismosparticipantes, sean stos actores implicados directa o indirectamente as comoobservadores de dicho acontecimiento. Precisamente, los Sumarios Criminales seinician inmediatamente despus de que se conociera la noticia del suicidio en unacomunidad y en estos expedientes quedan contenidos el parte policial como primerdocumento oficial emitido y los relatos y testimonios de aquellos sujetos que se vieronimplicados, como actores, observadores o testigos, en un caso de suicidio. As, larelevancia de estos sumarios reside no slo en su inmediatez con respecto al actoautoeliminatorio como acontecimiento, sino que tambin en que posibilitan unacercamiento al suicidio desde los propios sujetos que se vieron inmersos en este hechoy cuyas voces, an cuando sigan una lgica judicial, son incorporadas y han quedadoregistradas en este tipo de discursos y manifestaciones.

    Ahora bien, estos sumarios judiciales establecidos ante la concrecin de un caso desuicidio, tal como se seal, se iniciaran con el parte policial que, con una lgicameramente descriptiva, daba cuenta de la ocurrencia de este hecho, dejando plasmadosaquellos datos que se conocieran del suicida, informacin relativa a las circunstancias enque se habra producido, as como las primeras suposiciones acerca de las causas y/omotivaciones que hubieran inducido a la toma de tal decisin:

    20Vase Guha, Ranahit, La prosa de la contrainsurgencia, en Guha, R., Las voces de la historia, Op. Cit., p.46. No obstante la razn y condicin bajo la cual los testimonios aqu considerados llegan al historiador, laposibilidad de escuchar tales voces (en el sentido de estar abierto a algo) y (re)escribir la historia prestndolesatencin, supone, siguiendo a Guha, una serie de consideraciones tanto tericas como metodolgicas:desafiar la univocidad del discurso oficial y estatista, segn el cual el suicidio se podra interpretar como unaprctica de escasa relevancia; otorgar un protagonismo activo a los sujetos en cuestin que, para el caso deeste estudio, supone la consideracin e integracin en la narracin de los propios horizontes de experienciastanto del suicida como de lo que este acontecimiento pasaba a significar y representar para la comunidad;activando y haciendo posibles otras voces; e interrumpiendo las posibles versiones dominantes segn lascuales se establece aquello posible de incluir o excluir de las narrativas, lineales y coherentes.

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    Doy cuenta a Ud. que hoy a las 2 A.M. puso trmino a sus das el co micionadosecreto de esta policia Belisario Navarrete, disparndose un tiro con el revlver, que aUd. acompao, en la cabeza el que le caus casi una muerte instantnea.El hecho tuvo lugar en la casa Ercira Medran situada en la Calle de Arauco, y se

    supone que alla tomado esta determinacion por selos con la nombrada con quienviva en relaciones ilicitas.Tan pronto como tuve conocimiento de lo sucedido me traslade a ese punto y pudever que el cadver ya se encontraba en su cama, recojido por el cabo de servicio depoblacion Tiburcio Saes que lo encontr enserrado en su pieza baado en sangre conel revolver al lado. El cabo nombrado para poder penetrar a la habitacin del suicidase vi en la necesidad de romper la puerta de la pieza por que se encontraba con yabepor dentro.El mdico de ciudad acudi inmediatamente al ser yamado y pudo constatar la muerte.Al hecho tambien recoje todas las prendas del estinto y he nombrado comodepositario a Don Luis A. (?), mientras que Ud. dispone lo que crea conveniente.

    Punta Arenas, Setiembre 1/97.Instruyase sumario al tenor del parte que precede. Informe el mdico de ciudadacerca de la causa precisa y necesaria de la muerte de Belisario Navarrete21.

    Con este reconocimiento oficial de un caso de suicidio es que se daba inicio a laindagacin judicial que, en teora, tendra como objetivo descartar la intervencin deterceros en la muerte. En el artculo 393 del Cdigo Penal de 1874 se estableca que elque con conocimiento de causa prestare auxilio a otro para que se suicide, sufrir lapena de presidio menor en sus grados medio a mximo, si se efecta la muerte 22, loque derivar en que los sumarios, al menos los casos considerados para este estudio,fueran finalmente sobresedos. Desde este punto de vista, la Justicia reconoce que la

    prctica suicida no puede ser castigada ni penalizada puesto que quien pone fin a suvida voluntariamente rompe tambin con todos los vnculos sociales, siendo de estaforma imposible e intil castigar a quien ya ha muerto. De tal forma, se reconoca en elsuicidio un crimen, sin embargo, la imposibilidad de imponer una pena a quien locometiera obligaba a que slo se estableciera en trminos positivos un castigo a quienprestase ayuda a otro sujeto para poner fin a su vida. En este sentido, se conceba alsuicidio como crimen pero sin delincuente al que perseguir ni castigar.

    Sin embargo, la prctica judicial no slo buscara descartar, o castigar, la intervencinde terceros en el acto sino que utilizara la indagacin para adentrarse en aquellosaspectos de la vida privada del suicida que permitieran explicar la determinacin de

    quitarse la vida. As, la indagacin como procedimiento mediante el cual se buscabasaber lo que haba ocurrido, o en palabras de Foucault, de reactualizar unacontecimiento pasado a travs de los testimonios de personas que, por una razn uotra por su sabidura o por el hecho de haber presenciado el acontecimiento se

    21ANHCh, AJPA, Sumario sobre la muerte de Belisario Navarrete, 1897, L 81, p 13, f 1.

    22Cdigo Penal de la Repblica de Chile, 1874, disponible en http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=1984,consultado el 3 de junio de 2013.

    http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=1984http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=1984
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    consideraba que eran capaces de saber 23 , no slo pretenda esclarecer el hechomediante testigos, sino que mediante los testimonios del entorno cercano buscaba sacara relucir aquellos aspectos que, desde el pasado, la cotidianeidad e incluso la intimidaddel suicida, en tanto prcticas, costumbres, actitudes o circunstancias, explicaran ladecisin y acto autoeliminatorio24.

    As, el testimonio se transformaba en una herramienta de produccin de verdadsobre un sujeto, en un juicio moral sobre la trayectoria vital del suicida, sobre sus viciosy virtudes. Es principalmente el testimonio el medio por el cual se establece no slo loocurrido sino tambin las motivaciones que impulsaron el acto autodestructivo.

    En este sentido, si bien no se penaliza el suicidio puesto que no es una conductareprimible, al instruir el sumario indagatorio bajo las mismas pautas y siguiendo losmismos procedimientos que cualquier causa criminal de la poca, la Justicia reconocatal acto como un crimen. A la vez, ella criminalizaba implcitamente al sujeto suicida

    puesto que la radicalidad de la decisin y la violencia de su actuar constituan unaperturbacin y dao para el cuerpo social; si bien no era posible castigar el suicidiocomo un delito, la indagacin daba cuenta de la figura suicida en tanto criminal de unhecho no punible ni castigable.

    2. La bsqueda de explicaciones: la vida del suicida ante la Justicia

    Junto con recabar antecedentes que permitieran explicar la decisin suicida en tantomotivacin, los sumarios indagatorios levantados ante la muerte voluntaria mediante lostestimonios, partes policiales y mdicos daban cuenta del accionar y la forma en que sellev a cabo el acto autoeliminatorio as como de una serie de reacciones desatadas por

    este hecho. Ahora bien, si la informacin que proporcionan estos sumarios no permitetener un acercamiento al suicida en el momento en que rompe con todos los vnculossociales, en la indagacin quedaron plasmadas una serie de reacciones que este hechoprovoc en el entorno cercano. Ante el ruido provocado por la detonacin de unrevolver, la sangre emanada por los cortes autoinferidos o las convulsiones provocadaspor la ingesta de veneno que marcaron un quiebre en la cotidianeidad, se desataran unaserie de impresiones y reacciones entre quienes se relacionaban con el suicida as comose implementaran los mecanismos jurdicos propios de aquellos procesos judicialeslevantados ante la concrecin de un delito.

    Es as que la decisin del suicida de despojarse a s mismo de la vida y abandonar el

    mundo se vio envuelta de una radicalidad y violencia que acentuaban la ruptura o

    23Foucault, Michel, La Verdad y las formas jurdicas, Editorial Gedisa, Barcelona, 1988, p. 99.24En este sentido, los declarantes asumen la labor de reconstruccin de experiencias por medio de unasecuencia narrativa centrndose en aquellos elementos de la vida del suicida considerados como relevantes almomento de establecer sus posibles motivaciones. De tal forma, las experiencias compartidas se constituyenen el espacio donde es posible encontrar aquellos vestigios, indicios, que pueden hacer explicable el actuarsuicida. Vase Ginzburg, C., Indicios. Races de un paradigma, Op. Cit., p.139-171.

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    quiebre en la cotidianeidad que poda significar la muerte25. De tal forma, la crudeza delaccionar suicida quedaba reflejada en el espacio en que este se haba llevado a cabo,manifestndose as la violencia ejercida consigo mismo. Con relatos y descripcionessimples, los testigos y en cierta medida el parte policial, daban cuenta del sangrientocuadro con que se encontraban una vez cometido el suicidio o incluso mientras sellevaba a cabo: los cuerpos convulsionantes, ensangrentados o lacerados ponan demanifiesto la violencia con que el sujeto suicida decidi darse muerte.

    Ya sea que se haya presenciado el acto o descubierto el cadver una vez cometido elsuicidio, la escena era igualmente perturbadora para aquellos que se vieron envueltos enel suceso. Como expresin de la violencia descargada sobre s mismos, el cuadro dejadopor el cuerpo del suicida gener impresiones y reacciones en el entorno cercano: elmiedo, la desesperacin y el desconsuelo se apoderaban inmediatamente de quienesobservaban el cuerpo suicida.

    Como una terrible sorpresa, el cuerpo del suicida provoc en quien lo descubra unmiedo que desembocara en conductas de rechazo y desesperacin ante el cadver. Asfue cuando un joven de 16 aos encontr el cadver de un desconocido, en torno alcual relataba que como me impresion inmediatamente me fui a la casa, olvidando ellugar donde se encontraba debido al apuro y susto del verdadero paraje26. En relacinal suicidio de Elas Misevich, quien se perforara el crneo con una lima y un martillo,dejando lo que la prensa local titulaba como Suicidio.Horrible cuadro27, uno de lostestigos evitaba ver aquel cuadro verdaderamente espantoso 28declarando que noquise ver el cadver porque era amigo de l29.

    En este contexto de impacto y violencia que generaba y pona de manifiesto el

    suicidio en una comunidad, es que se procedera al interrogatorio para intentaresclarecer tanto las circunstancias en que se llev a cabo como para descartar laparticipacin de terceros en tal hecho. As, tienen lugar en los sumarios los relatos deaquellos testimonios que, aun cuando entregaban pocos datos que permitieran conoceren un mayor grado a la figura del suicida, entregaban la suficiente informacin acerca desus actitudes as como de las circunstancias y situaciones en que se vieron envueltosstos en los momentos, das o semanas previas al salto voluntario hacia la muerte.

    25De acuerdo a Marco Antonio Len, el quebrantamiento de la cotidianeidad que significaba la muerte enuna comunidad, al menos para el caso de Santiago, implicaba en primer lugar el anuncio y la comunicacin

    del deceso a la poblacin; una vez anunciada la muerte, el velorio modificaba el tiempo de convivencia defamiliares y amigos, y transformaba el espacio fsico de la casa de la familia del difunto. Vase Len, MarcoAntonio, Sepultura Sagrada, tumba profana. Los espacios de la muerte en Santiago de Chile, 1883-1932, LOMEdiciones, Santiago, 1997, p. 126-127.

    26ANHCh, AJPA, Sumario sobre la muerte de un desconocido. Suicidio, 1896, L 78, p 16, f 6.27El Magallanes, Punta Arenas, ao VI, n 516, 28 de diciembre de 1899.28El Magallanes, Punta Arenas, ao VI, n 516, 28 de diciembre de 1899. Junto con dar a conocerdetalladamente la forma en que este se dio muerte, en la noticia se repeta y recalcaba que aquello era unode esos cuadros que espantan al hombre de nervios ms tranquilos.

    29ANHCh, AJPA, Sumario por Suicidio de Elas Misevich, 1988, L 92, p 25, f 4.

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    Precisamente, es en las indagaciones hechas por la polica y los juzgados la instanciaen que los testigos, familiares o miembros de la comunidad de pertenencia del suicidase vieron obligados a buscar las explicaciones en sus experiencias compartidasanteriores a la muerte. En palabras de Fernndez Labb en su radicalidad, la muertevoluntaria de uno desat la conversacin social de los otros, los oblig a relatar lo quese haba mantenido en las sombras, a develar los temores, las opiniones tendenciosas,los indicios que la vida del que muri dej para ser contados30.

    De tal forma, la bsqueda de explicaciones que les permitieran dar sentido a ladecisin suicida tom como base tanto las motivaciones indicadas por los mismossuicidas en escritos y conversaciones, as como las motivaciones socialmenteconsideradas como significativas por parte de quienes se relacionaban con ste. Surgande esta forma las actitudes, costumbres, vicios o costumbres de la vida o trayectoriavital del suicida que, a modo de indicios, desde la cotidianidad e incluso la intimidad, seconvertan en elementos explicativos por parte de los testigos y en base a los cuales elsuicidio adquira sentido. Es en esta instancia donde se haran pblicos aquellosaspectos de la vida privada, se dara pie para el reconocimiento oficial del rumor socialdesatado con la muerte del suicida e, implcitamente, se emitiran juicios sobre la vida ytrayectoria vital llevada a cabo por el sujeto en cuestin.

    Es as que, constituyndose en una instancia de verificacin de aquello que secomentaba en la comunidad, la investigacin correspondiente al sumario iniciado por lamuerte de Belisario Navarrete vendra slo a confirmar lo que ya desde el momento enque se descubri el suicidio. Se supona la razn: El hecho tuvo lugar en la casa ErciraMedran situada en la Calle de Arauco, y se supone que alla tomado esta determinacionpor selos con la nombrada con quien viva en relaciones ilicitas31.

    Abordando la explicacin del suicidio cometido desde una lgica afectiva, lostestimonios recabados del entorno cercano en que habitaba Navarrete vendran acorroborar y resaltar la experiencia de dolor, angustia y frustracin que sta habasignificado para el suicida. El desengao y la prdida de expectativas y esperanzas conrelacin a una mujer con la que mantena relaciones ilcitas estaban presentes en su caso.Acerca de este tipo de relaciones, Igor Goicovic seala que en muchas ocasiones lasrelaciones de pareja se tornaban furtivas, debido a la oposicin de los familiares oporque uno de los involucrados detentaba compromisos maritales previos32. Navarrete,guardin de polica de Punta Arenas y pensionista en casa de Elcira Medran, habra

    30Fernndez Labb, M., He resuelto darme la muerte por mi propia mano, Op. Cit., p. 210. En el mismosentido Jos Toms Cornejo indica que la instancia de una causa criminal est construida para emitir un juiciosobre una persona. Algo que parece obvio, pero que tiene muchas implicancias, ya que no se trata solamente dejuzgar un acto, de sancionar algo ilcito. Tambin se dice algo sobre dicha persona, sobre su moral, sobre susactitudes, sobre su vida. Cornejo, J., Causas criminales: una aproximacin, Op. Cit., p. 43.31ANHCh, AJPA, Sumario sobre la muerte de Belisario Navarrete, 1897, L 81, p 13, f 1.

    32Goicovic, Igor, Es tan corto el amor y es tan largo el olvidoSeduccin y abandono en Chile tradicional,1750-1850, en Goicovic, Igor, Sujetos, Mentalidades y Movimientos Sociales en Chile, Ediciones CIDPA, 1998, p. 78.

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    mantenido relaciones con ella durante los meses de ausencia de Manuel AntonioMrques, con quien Elcira haba contrado anteriormente compromiso de matrimonio.

    Los testigos concuerdan en que lo que determin a Navarrete a tomar la decisin de

    quitarse la vida fue que Elcira Medran contrajo matrimonio con Mrques la mismanoche en que ocurri el suicidio, lo que es confirmado por el testimonio del curaMayorino Borgatello, quien declaraba que como a las seis se present BelisarioNavarrete a decirme que no celebrase el matrimonio, agregando que al retirarseNavarrete dijo: quien sabe que va a ser de m33. De la afectividad surgida en torno auna relacin ilcita, a la imposibilidad de mantener tal relacin y la prdida de la figuraamada, los sentimientos y la pasin parecen tornarse experiencias de tensin y fracturaenvueltas por el desengao y la frustracin.

    Con frases breves y concisas, junto con dar a conocer las circunstancias en quedescubrieron, presenciaron y se enteraron de la muerte del sujeto suicida, los

    testimoniantes procederan a conjugar en su relato tanto aquello observado comoaquello de lo que se hablaba en el espacio social. Sin embargo, cabe tener en cuenta que,si bien los argumentos relativos al carcter voluntario de la muerte se convertan en unainformacin pblica desde la concrecin del suicidio, las formas y lgicas jurdicasparecieran consignar slo aquello que, siendo ya un rumor extendido respecto a lascircunstancias del suicidio, reforzara y confirmara la informacin y los antecedentesextendidos en la comunidad.

    Como una prctica extendida dentro de la sociedad, la presencia del alcohol en tantoelemento recurrente en la concrecin de la muerte como en las propias explicaciones delos testimoniantes, daba cuenta del peso argumentativo que adquira la bebida al

    momento de justificar el actuar y representar al sujeto suicida. La ebriedad y el vicio delalcoholismo seran constantemente sealados y significados como causantes del suicidio,tanto por los testigos y cercanos como por el discurso mdico de la poca.

    Doy cuenta a Ud. que ayer las 4 A.M. se present esta comisaria el seor Enricovon der Busch esponiendo que en el camino a Rio Seco se encontraba un individuomuerto.Inmediatamente que tuve conocimiento del hecho me traslad al punto indicado paraconstatar la efectividad, pudiendo reconocer inmediatamente: que el muerto eraDionisio Vera que habia salido en viaje al campo en estado de ebriedad.Se encontraba al lado el revolver que Ud. acompao y que fue el arma de que sesirvi el occiso para quitarse la vida, encontrndose tambien al lado una botella con

    licor, al parecer vino.Por averiguaciones practicadas por el infrascrito en las casas mas cercanas al lugar delsuceso, puedo decir Ud. que Vera pas por ese camino, solo34.

    ste era el Parte Policial por el suicidio de Dionisio Vera en Punta Arenas,documento donde quedaban brevemente plasmadas las primeras impresiones y relatos

    33ANHCh, AJPA, Sumario sobre la muerte de Belisario Navarrete, 1897, L 81, p 13, f 5.

    34ANHCh, AJPA, Sumario por muerte de Dionisio Vera, 1899, L 92, p 23, f 1.

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    de quienes daban cuenta del hecho ante el juzgado o la polica local, as como lasprimeras suposiciones acerca de las motivaciones que pudo tener el suicida: en el casode Dionisio Vera, el nico antecedente con que se contaba era que habia salido enviaje al campo en estado de ebriedad. Junto al cuerpo fueron encontrados el revlver yuna botella de vino. Ante la falta de testigos que entregaran antecedentes de la vida y lasmotivaciones, estos elementos fueron considerados como relevantes a la hora deestablecer la muerte como un suicidio.

    El consumo de alcohol en el siglo XIX representaba una de las costumbres msprofundamente arraigadas y de mayor difusin social. ste sera considerado como unode los mayores inconvenientes para la capacidad productiva y la disciplina requeridaspor la elite y el ncleo empresarial en la medida que se asociaba la imagen del bebedor ala masa de trabajadores que, provenientes de zonas rurales con actividades econmicastradicionales, se incorporaron a la produccin industrial moderna.

    En relacin al frecuente consumo de alcohol y la ebriedad derivada de esta prctica,el consumo peridico y rutinario, es posible sealar, tomando el planteamiento deMarcos Fernndez Labb, que sta no constituye ni una estrategia de oposicin a lasnuevas formas de trabajo a las que las clases trabajadoras se vean sometidas ni unmecanismo de evasin de los sectores populares, sino que en tanto prctica estabaintegrada de tal forma a la cotidianeidad que formaba parte de la rutina diaria, siendoms bien un complemento y no una oposicin a las tareas asumidas en el mbitolaboral por estos sujetos35.

    En cuanto a la representacin social que el estado de ebriedad adquira, el bebedorconstitua para las elites la imagen de mayor peligrosidad del trabajador popular

    chileno: Ebrio, y, por ello, holgazn, criminal, loco, enfermo y degenerado. Es decir,todos los vicios de la poca podan reunirse en la figura del hombre pobre borracho36.

    La imagen y representacin social del ebrio como loco, enfermo y degenerado porparte de la elite se vea reforzada por el saber mdico de la poca, en la medida que estesaber surga en medio de la cuestin social y como parte de una poltica de control parafrenar las enfermedades sociales y vicios que aquejaban principalmente a los sectorespopulares y que eran asociados a la idea de la degeneracin de la raza. As, el discursomdico planteaba una directa relacin entre el consumo de alcohol y la enfermedad, yaque el beber inmoderado y el alcoholismo crnico tenan efectos principalmente en elsistema nervioso, generando turbaciones que atacan aislada o simultneamente la

    intelijencia, la sensibilidad i el movimiento, y que haran caer al bebedor en ladegradacin moral ms miserable; en este sentido, el alcohol bajo el punto de vista

    35Vase Fernndez Labb, Marcos, Las puntas de un mismo lazo. Discurso y representacin social delbebedor inmoderado en Chile, 1870-1930, en Fernndez Labb, Marcos, et al,Alcohol y Trabajo. El alcohol y la

    formacin de las identidades laborales en Chile Siglo XIX y XX, Coleccin Investigadores, Editorial Universidad deLos Lagos, 1 edicin, Osorno, 2008, p. 102.

    36Fernndez Labb, Marcos, Las puntas de un mismo lazo, Op. Cit., p. 94.

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    moral, degrada, deprava, embrutece; bajo el punto de vista fsico, hiere el organismo ensus funciones principales; bajo el punto de vista de la especie, la dejenera i esteriliza37.

    Siguiendo la lnea discursiva del saber mdico, la relacin entre el consumo de

    alcohol y locura sera producto de las perturbaciones de la sensibilidad y la inteligenciaque generaran un desorden en las ideas que alcanzara el carcter de verdadera locura, y,por lo tanto, cercanos a la criminalidad y a conductas violentas:

    consecuencia de esta locura los caracteres se transforman por completo: elindividuo que era apacible puede llegar ser un malvado, amigo de provocar rias ydesordenes. Por lo general esta impulsin herir, maltratar sus semejantesdepende de los temperamentos individuales, de la clase de licor ingerido, de la edad,sexo, etc. () el que bebe aguardientes de mala calidad, bebidas destiladas, sienteimpulsiones homicidas, y en medio de la tormentosa desesperacin que le aflige vahasta cortar el hilo de sus das38.

    En este sentido, el consumo de alcohol, ya sea permanente u ocasional e inmoderado,aparece en las declaraciones de los testigos como un antecedente de la vida que, poruna parte, sumado a las motivaciones personales adquira la suficiente fuerza explicativade la decisin de autoeliminarse; por otra parte, el estado de ebriedad sera significadopor los testigos no como motivacin sino como causante del suicidio debido,probablemente, al carcter de verdadera locura e irracionalidad que es atribuido a quienconsume alcohol. As, en los casos en que se recurre al estado de ebriedad como factorexplicativo del suicidio, an cuando no hubiera manifestaciones de locura o mutacionesdel carcter, el suicidio fue considerado como un efecto directo del consumo de alcohol.

    En el caso de la muerte de Zacarias Avendao, guardin de polica de Punta Arenas,

    el peridico local El Magallanes, al dar a conocer la noticia del suicidio entregabacaractersticas personales del suicida a la vez que resaltaba la idea del estado deembriaguez de ste, atribuyndole de esta forma mayor relevancia al alcohol:

    Avendao desempeaba las funciones de asistente del comisario.Era un hombremui tranquilo, serio i callado, pero tenia el vicio de la embriaguez.La noche del lunes bebi mas que de costumbre i en la maana del martes, paracomponer el cuerpo, se tom veinte centavos de aguardiente.No fue castigado ni aun reprendido, porque su vicio era tranquilo. Avendao sedispar un tiro de revolver en la rejion del estmago, quedando la bala dentro delvientre39.

    Por su parte, en el sumario uno de los declarantes expona que nunca le o decir quepensase atentar contra su vida y creo que si lo hizo fue efecto de la bebida, pues en la

    37Salamanca, Clotario, Efectos del alcohol, Memoria de Prueba para optar al Grado de Licenciado enMedicina, en Revista Mdica de Chile, Santiago, ao VIII, n 11, julio 15 de 1879, p. 13.38Vergara Flores, L., Alcoholismo y Degeneracin, Revista Mdica de Chile, Santiago, ao XX, n 4, Abrilde 1892, p. 131.

    39El Magallanes, Punta Arenas, Jueves 19 de Agosto de 1897.

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    maana andaba algo ebrio40. Para los testigos y cercanos, el consumo de alcohol y laembriaguez parecan llevar sin motivo ni razn alguna a atentar contra la propia vida; elhecho de estar ebrio pareca ser causa suficiente para intentar quitarse la vida.

    A su vez, el consumo de alcohol como costumbre arraigada, el alcoholismo crnico,provocaba estados de locura alcohlica que terminaban por incapacitar y llevaban alabandono de las actividades laborales. As figura en el sumario por suicidio del austriacoElias Misevich en Punta Arenas, desde hacia dos meses, fecha en que dej suocupacin en el vapor Carlito de la casa Braun i Blanchard donde se ocupaba de capitn,not que su razn no se encontraba buena, declaraba uno de los testigos. Por su parte,el mdico sostena que el suicidio se deba a que Misevich era alcohlico en estado dedelirium tremens, como lo comprob ayer en una visita que le hice 41. Emparentadocon la locura y la enajenacin, el consumo de alcohol pareca provocar un delirante yviolento estado de ebriedad que llevaba a levantar la mano contra s mismo; sinembargo, la decisin tomada en estado de embriaguez perda el carcter voluntariopuesto que el actuar en estos casos se deba principalmente a impulsos derivados delestado de locura del alcohlico.

    Tal como se deja entrever en el caso de Elas Misevich, junto con recurrir al alcoholen tanto elemento significativo y explicativo de la muerte voluntaria, la figura del suicidasera emparentada tambin a la idea de la enfermedad que actuara sobre los sujetoscomo un factor invalidante de las capacidades tanto fsicas como mentales. As, uno delos cercanos a Elas declaraba que Misevich era mi amigo i desde hacia das lo not queestaba enfermo de la cabeza42. La enfermedad provocada por el consumo de alcohol,delirium tremens, confirmada por el mdico, obligaba a abandonar las actividadeslaborales y sera la que en definitiva se establecera como la causa del suicidio del sujetoen cuestin.

    La enfermedad, sea fsica o mental, se constitua en una experiencia ntima ysubjetiva que terminara por condicionar la existencia de quien la padeca. RafaelSagredo afirma que la enfermedad o patologa condiciona al individuo en trminos deforzar su repliegue al mbito privado, o al menos reducir sus comportamientos pblicos,obligndolos a desarrollar una nueva forma de vida, diferente, propia de un enfermo, deun paciente, de una persona postrada o limitada en sus movimientos43.

    40Otro testigo afirma igualmente que supongo que el nico movil que lo haya inducido a hacer lo que hizoha sido el licor porque en la maana se encontraba algo ebrio. ANHCh, AJPA, Sumario sobre la muerte deZacaras Avendao, 1897, L 81, p 10, fs. 4 y 5.

    41Otro de los testigos declaraba tambin que hace cuatro aos que Elias Misenvich vive en mi casa i desdehace dos meses que not se encontraba un poco enfermo i no trabajaba en ninguna parte. ANHCh, AJPA,Sumario por Suicidio de Elas Misevich, 1899, L 92, p 25, f 4.

    42ANHCh, AJPA, Sumario por Suicidio de Elas Misevich, 1899, L 92, p 25, f 2.43Sagredo, Rafael, Nacer para morir o vivir para padecer. Los enfermos y sus patologas, en Sagredo,Rafael & Gazmuri, Cristian (dirs.), Historia de la vida privada en Chile,Tomo II,El Chile moderno de 1840 a 1925,Taurus, Santiago, 2006, p. 11.

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    La enfermedad no slo forzaba al repliegue al mbito privado, ya sea incapacitandopara las actividades laborales o reduciendo los comportamientos pblicos de quienpadeca algn tipo de patologa, sino que tambin revesta un grado de extraeza para elentorno o comunidad que rodeaba al enfermo. En el caso de las enfermedades mentales,las demostraciones de enajenacin y locura tomaban un carcter de extraamiento yrareza mucho mayor que las enfermedades fisiolgicas, en la medida que cada uno delos comportamientos del sujeto enfermo eran vistos como una manifestacin de laperturbacin de las facultades mentales.

    Inmersos en un mundo de subjetividades y ajenos a la realidad del mundo exterior, elactuar irracional del enajenado mental se volva incomprensible para el medio que lorodeaba. En el caso anteriormente mencionado de Elas Misevich, el suicidio no sedeba solamente al consumo de alcohol, sino que al estado de locura provocado por elconsumo frecuente e inmoderado. En este sentido, el suicidio del alienado o enfermomental vena a ser una manifestacin ms de la locura que lo afectaba, concibindoselas actitudes y conductas autodestructivas como propias del comportamiento de quienha perdido la razn. La prdida de la razn, la enfermedad mental y alienacin eranconsideradas como condicin natural de quien se daba muerte.

    Consultado acerca de los motivos que pudo tener el extranjero Federico New parasuicidarse, uno de los testigos deca creer que el mismo New se halla suicidado porquedurante algn tiempo le he notado con sus facultades mentales algo estraviadas44. Esaidea es reafirmada por el peridico localEl Magallanesque sobre el caso public:

    Aunque New no ha dejado carta alguna explicando las causas de esa desesperadaresolucin, se presume que fue una enfermedad contrada ltimamente y que, segn

    declaraciones del mismo algunos das antes, lo tena profundamente triste y abatido.Estas manifestaciones de desaliento adquirieron en New durante los ltimos dasverdadero carcter de alienacin mental, segn afirman sus amigos y conocidos45.

    Los testimonios daban cuenta de facultades mentales extraviadas o de que el suicidaandaba algo estraviado del cerebro 46 como nico argumento explicativo de ladecisin de quitarse la vida; en este sentido, y tal como seala Fernndez Labb, elsuicidio de un loco era considerado una manifestacin ms de su locura 47. Desde estepunto de vista, en el caso de la enfermedad mental, el suicidio era considerado comoparte del estado de irracionalidad y locura, restndole en cierto sentido el carcter dedecisin voluntaria, en la medida que se actuaba a partir del desequilibrio mental.

    En la bsqueda de explicaciones de algunos de los casos considerados para esteestudio, surge la dimensin econmica que, como antecedente o motivacin, refiere a

    44ANHCh, AJPA, Sumario para averiguar el suicidio de Federico New, 1894, L 70, p 6, f 4.45El Magallanes, Punta Arenas, 17 de junio de 1894.46ANHCh, AJPA, Sumario para averiguar el suicidio de Federico New, 1894, L 70, p 6, f 3.47Fernndez Labb, Marcos, Ansias de tumba y de la nada: Prcticas sociales del Suicidio en el mundopampino. Chile, 1874-1948, en Fernndez Labb, Marcos, et al,Arriba quemando el sol: estudios de historia socialchilena: experiencias populares de trabajo, revuelta y autonoma, LOM ediciones, Santiago, 2004,p. 204.

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    lo que probablemente fue considerado como significativo al momento de intentarestablecer un sentido a la decisin suicida. Dentro de las categoras que seranconsideradas para llevar a cabo un estudio estadstico del suicidio en Chile, el estudiantede medicina Delfn Mori analizaba la fortuna, o situacin econmica, y la influenciaque sta ejerca en la decisin de quitarse la vida de acuerdo a la condicin del suicida:

    Atendiendo a la influencia que el grado de fortuna ejerce sobre la inclinacin alsuicidio, divido la fortuna en tres categoras:en la primera incluyo a los pobres i todos aquellos que vivieron en la miseria; en lasegunda los de fortuna mediocre, entendiendo por esto los que tenan como vivir maso menos desahogadamente, y en la tercera los ricos. En la primera categora hai 125pobres, en la segnda 52 y en la tercera 12. Por lo que precede se v que los pobresestan en mayor numero i que los ricos son uno mui reducido48.

    A estas cifras acerca de la condicin socioeconmica de los casos de suicidio

    considerados en su estudio agregaba que la miseria y los reveses de fortuna,entendidosestos ltimos como el fracaso en el mbito econmico y prdida de bienes econmicos,representaban la segunda causa de suicidio entre hombres. Como un factor quepredispone e impulsa a cometer suicidio, la pobreza y las mseras condiciones de vidaen las que, resignadamente, se vean envueltos los sujetos populares eran socialmenteconsideradas como una posible motivacin, as como el argumento explicativo de lamuerte voluntaria. Francisco de Bze escriba al finalizar el siglo XIX acerca de larelacin entre la condicin social y el suicidio que:

    Los pobres piensan en el suicidio cuando el vicio les estrecha en sus garras, ocuando una miseria inmerecida les lleva a la desesperacin privndoles de la

    posesin de s mismo. Unos i otros son espritus dbiles, i son dignos de compacion;pero realmente se necesita haber sufrido mucho para llegar a este fin, cuando hai depor medio juicio sano, alma leal i costumbres honestas. Porque no podemos decirque la miseria sea una condicin particular de nuestra poca; siempre ha habidopobres i ricos; al lado de las castas privilejiadas ha habido siempre los desheredadosde la fortuna; unos i otros han sido de todos los tiempos; pero s, reconoceremosque la miseria de hoy es mas insoportable que la de pocas pasadas, i no podremosdesconocer la terrible desproporcion que existe entre el lujo insolente de unos i lamiseria resignada de otros49.

    Como elemento relevante aducido tanto por los testigos como por el ejecutor, lasituacin y condicin material en que se encontraba el suicida surge como argumento

    explicativo de la autoeliminacin en dos de los casos considerados. En estos casos,ambos extranjeros, la imagen que se entregaba del suicida pareca indisociable del

    48Mori, Delfn, El Suicidio en Chile, Memoria para optar al grado de Licenciado en Medicina, Universidadde Chile 1887, p. 13-14. De la misma forma, los suicidios estudiados por Francisco de Bze entre los aos1895-1897 se concentran mayoritariamente entre lo que el autor define como clase media (58%) y clasehumilde (38%). Vase De Bze, F., El Suicidio en Chile, Revista de Chile, Santiago, Imprenta de Santiago,1899, p. 9.

    49De Bze, F., Op. Cit., p. 7.

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    antecedente con que los testigos argumentaban su muerte: la situacin de pobreza omiseria y el fracaso material. En estas condiciones llegaba a Punta Arenas los primerosdas de mayo de 1899 el argentino Vicente Gonzlez, en relacin al cual declaraba unode los testigos, y nico conocido en el lugar, que

    hace diez o doce aos que conoca a Vicente Gonzlez, en Buenos Ayres y SantaCruz. Hace dos das que lo encontr aqu y me dijo que se hallaba en la miseria y sintener donde alojar, hasta el punto de haber tenido que pedir albergue en la polica;() concluy pidindome que lo recojera en mi casa, y le diera auxilio. Aceptgustoso y lo llev a mi pieza y tambien a la fonda donde yo como, durante dos das,los mismos que permaneci en mi pieza. Gonzlez era hombre sabio y tranquilo,pero el dia que lo encontr me dijo que a causa de la miseria en que se hallaba teniaganas de matarse50.

    Sin medios de subsistencia ni ms vnculos sociales que aquel conocido que

    declaraba en el sumario, la pobreza, con su presente de carencias y miseria, se tornabauna situacin insoportable a la vez que pareca insuperable, terminando con cualquierexpectativa que se pudiera generar en relacin a un futuro material distinto, vivible.Devenida en experiencia de fracaso y frustracin, la llegada de extranjeros en el marcodel proceso de colonizacin e inmigracin, principalmente de europeos al sur de Chile,deba significar inicialmente la posibilidad de movilidad y ascenso social. Al respectoplantea Leonardo Mazzei que:

    no es aventurado suponer que gran parte de los inmigrantes tena sus orgenes enmodestos sectores campesinos y tambin urbanos. La emigracin signific entoncespara ellos un proceso de movilidad laboral y, por consecuencia, de ascenso social, al

    permitirles incorporarse a los sectores medios en la estructura social del pas.Pudieron desarrollar iniciativas empresariales que en sus pases en la prctica lesestaban vedadas, y satisfacer sus aspiraciones de escalar en la estructura social,motivacin sta que es frecuente en las decisiones de emigrar que se adoptan porfactores de carcter econmico51.

    Si bien la rpida incorporacin al empresariado urbano de algunos inmigranteseuropeos determinara su concentracin en los emergentes sectores medios conempresas mercantiles e industriales propias de estos sectores, es posible sealar juntocon Julio Pinto y Gabriel Salazar que los inmigrantes no se integraron del todo a losproyectos sealados por las elites decimonnicas. Si bien se establecen en el pas, nollegan a formar parte de una masa de trabajadores asalariados52.

    50ANHCh, AJPA, Sumario por muerte de Vicente Gonzlez, 1899, L 92, p 18, f 3. El peridico local LaPrensaagregaba en tanto que Gonzlez era aficionado a los placeres de Baco y Venus. La Prensa, PuntaArenas, 6 de mayo de 1899.51Mazzei, Leonardo, Inmigracin y clase media en Chile, Proposiciones, n 24, SUR, Santiago, 1994, p. 156.52Salazar, Gabriel & Pinto, Julio, Historia contempornea de Chile, vol II,Actores, identidad y movimiento, LOMEdiciones, 1 edicin, Santiago, 1999, p. 78.

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    En este sentido, la oportunidad que significaba el traslado gener expectativas deorden econmico y material que no siempre se vieron cumplidas. Leonardo Mazzei dacuenta de que en ocasiones, y ante lo poco atractivos que resultaban los salarios,algunos de los llegados abandonaban el pas al poco tiempo de arribar, utilizndolocomo trnsito hacia otros destinos53, evitando de esa forma una proletarizacin que nosignificara un cambio de las condiciones que los haban llevado a abandonar sus pasesde origen. Pero en otros casos, ciertamente un porcentaje menor, la imposibilidad dever cumplidas las expectativas econmicas o materiales, el fracaso econmico comoexperiencia de frustracin personal, llevara al abandono del mundo en medio de unareflexin y actitud crtica acerca de la experiencia social vivida54.

    Durante la averiguacin de las causas que llevaron a suicidarse al capitn de vaporalemn Pedro Manssen en septiembre de 1894 en Punta Arenas, Walter Custjo,representante legal de una casa de comercio declaraba que tena un pagare por milquinientos pesos firmado por Manssen a vencer en Marzo prximo, agregando comoantecedente que cuando lleg el Capitan Manssen a Punta Arenas el seis de Diciembredel ao prximo pasado Manssen no tenia dinero pero aun hubo que darle unas librasesterlinas para pagar sus consumos a bordo en el viaje55. Lejos de lograr u obteneralgn tipo de beneficio monetario desde su llegada a Punta Arenas, la situacineconmica marcada por las deudas contradas se volva lo suficientemente agobiante ala vez que haca intil cualquier esfuerzo para salir de tal situacin.

    Estas condiciones materiales y el fracaso econmico no slo derivaran en lafrustracin personal de estos sujetos sino que tambin desataran, al menos en el casode Manssen, una actitud crtica frente al entorno cercano y el mundo que sera el reflejodel malestar con su propia experiencia social. Desde la subjetividad de la experienciacotidiana, Pedro Manssen manifestara en sus ltimos escritos el descontento, ladecepcin y desconfianza con que decidi abandonar el mundo. Tal vez como unaaclaracin con respecto a su muerte, como un desahogo de la situacin en la que se vioinmerso o como una confesin pstuma de sus pesares, las notas dejadas correspondenal juicio y evaluacin hecha momentos antes de abandonar el mundo. Con frasesdispersas escritas en alemn en las hojas y tapas de un libro que fue encontrado en suhabitacin, Pedro Manssen denunciaba haber sido acusado falsamente de querer rehuirde sus deudas a la vez que deca ser vctima de engaos:

    Augusto: Escucha dos veces antes que jusgues. Revise mis papeles y cartas. Que

    Dios todos tambien mi seora e hijos. Pedro Manssen.

    53Mazzei, L.,Inmigracin y clase media, Op. Cit., p. 154-155.54En una interpretacin similar, para el caso del suicidio en Yucatn durante el porfiriato se ha sealado quehaba una relacin entre toda aquella decisin suicida con las condiciones de vida que le rodearon, es lavinculacin directa de cada muerte voluntaria con los problemas o achaques que aquejaron a aquellos quecortaron el hilo de su vida por cuenta propia. Canto Valds, Luis Roberto, La muerte voluntaria enYucatn durante el porfiriato, en Secuencia, n 82, 2012, p. 6-7.55ANHCh, AJPA, Sumario para averiguar las causas de suicidio de Pedro Manssen, 1894, L 68, p 3, f 3.

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    Yo no he falsificado, mis papeles lo demuestran. Surhaft ha mentido y me haengaado tambien con las cuentas. He odo todo en mi cama sin querer. Kurze debatener vergenza.He escrito tres cartas y mandado dinero de Corral y ahora tambien tiene ella (Ilegible).

    Surhaft debera entregar los ochocientos pesos deudas dudosas como las llam l.Mi pobre buena seora, toda la plata la recibi ella y no yo. De una manera honradahe tratado de ganar algo. Surhaft y Ahvendts me han vengado. Fue el primero quecont yo quera escaparme pero esta no fu mi idea nunca ().Mis queridos tiernos hijos y mi buena mujer. Si he tenido que poner fin a mano a mivida, ha sido por el canalla de Surhaft y del modo como enga y rob antes, astambien sigue y seguir hacindolo.Como puede Kurze decir que vio un engaador en mi, nadie busca un perro detrs deuna estufa sino que no haya estado l mismo, esto para Kurze. Que Surhaft diga loque ha hecho con los tres mil ochocientos pesos que me ha robado. Yo no heengaado a otros ni a Kurze tampoco, esto se demuestra pronto, no me he

    embarcado a lo escondido sino pblicamente ().Tu sabes ahora porque tenia mi revolver en la mano no para hacer mal a alguien. Soyenfermo de cuerpo y alma y mejor muerto que vivir asi.Perdoname lo que he hecho en tu casa y creeme que vine para tratar en amistad yconfianza56.

    As, no slo las condiciones materiales y la frustracin motivaban la muertevoluntaria de Manssen; si de acuerdo a sus palabras pretenda tratar en amistad yconfianza sus momentos finales, por el contrario, estaran envueltos por el engao y ladesconfianza en las relaciones sociales. Frustrado por sus condiciones materiales y elfracaso econmico, acusado falsamente y vctima de engao, y como si la nica formade poner fin a su decepcin fuera la autoeliminacin, el capitn Manssen se declarabaenfermo de cuerpo y alma agregando que era mejor muerto que vivir as.

    Como instancia conjugadora y escenario donde confluiran diversos discursos desde donde se establecan las caracterizaciones y representaciones en tantoincorporaban en los sujetos formas de clasificacin y juicio acerca de la figura delsuicida, junto con solicitar las indagaciones que daban cuenta de las circunstancias querodeaban la muerte voluntaria, y an cuando los testimonios provenientes del entornosocial cercano del suicida coincidieran respecto a las actitudes, costumbres, vicios yexperiencias que haran explicable la decisin autoeliminatoria, la Justicia solicitara laobservacin y evaluacin del cadver. Ello, como parte de la recopilacin deantecedentes, el carcter cientfico de la mirada mdica le poda otorgar para establecerla causa precisa y necesaria de la muerte. Habiendo quedado establecido el carcter

    56Estas frases aparecen diseminadas y sin ningn orden aparente en las pginas y hojas de un libro, por loque su transcripcin no corresponde al orden en que pudieron ser escritas, a lo que hay que agregar que en latraduccin ordenada por el Juzgado tampoco se intent dar un sentido a dichas frases; sin embargo, la ideadel engao econmico sufrido es recurrente en las palabras de Manssen. As, el orden presentadocorresponde al mismo que aparece en la traduccin de los escritos encargada por el Juzgado. ANHCh, AJPA,Sumario para averiguar las causas de suicidio de Pedro Manssen, 1894, L 68, p 3, fs. 7- 8.

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    voluntario de la muerte con los interrogatorios y la informacin aportada por lostestigos en tanto familiares, amigos o cercanos, sta slo era confirmada tras elreconocimiento, examen y las pericias de rigor sobre el cadver:

    S.J. C.: Esta maana reconoc el cadver de un desconocido que (Ilegible) en la fosatemporal derecha, un centmetro por encima del arco zigmtico un orificio en elhueso temporal ocasionado por un proyectil. La bala qued alojada en la masacerebral.Actualmente el cadver se halla en completo estado de putrefaccin. La cabeza estreducida al estado de calavera. No existe faccin alguna de la cara por hallarse loshuesos completamente desnudados.Como seales para identificar el cadver no hai otras que su estatura: 1.70 metros maso menos, ctis blanca, cabello castao (queda un poco en la parte posterior delcrneo).La causa precisa i necesaria de la muerte ha sido pues un disparo de revolver en la

    cabeza, cuyo proyectil hiri el encfalo.Es cuanto puedo informar a Ud57.

    Centrndose en el examen del cadver, la intervencin y prctica mdica en elsumario se remita a establecer el tipo de lesiones que produjeron la muerte y quequedaban establecidas en el informe forense 58 . Dando cuenta del proceso demedicalizacin de la sociedad y del aumento de la autoridad del saber mdico59, desdedonde se estableca a la ciencia mdica como agente evaluador para los procesos civilesy criminales, an cuando la prctica mdica se remita solo al reconocimiento fsico delcuerpo inerte, ste reconocimiento se constitua como uno de los elementos necesariospara descartar el accionar de terceros.

    Reconocimiento mdico y relatos de experiencias compartidas de los testigos con elsuicida se constituan entonces en los elementos en base a los cuales era posibleestablecer el carcter voluntario de la muerte, descartando la participacin de tercerosen la concrecin de la muerte. No obstante, an cuando era por esta razn que seinstrua el sumario, la indagatoria judicial iba un paso ms all: los relatos testimonialesno slo entregaban informacin referida a la posible participacin de terceros sino que,

    57ANHCh, AJPA, Sumario sobre la muerte de un desconocido. Suicidio, 1896, L 78, p 16, f 2.

    58 No obstante este actuar mdico reducido a la observacin de las lesiones, desde el saber mdico searticulara un discurso que vinculara al suicidio con el desarrollo de patologas y que considerara, por tanto,

    al suicida como un sujeto enfermo, objeto de estudio e intervencin de la medicina en general y la psiquiatraen particular que buscara, infructuosamente, prevenir el avance de esta enfermedad social. Al respecto,vase Lopes, Fbio Henrique, Suicidio & saber mdico. Estratgias histricas de dominio, controle e interveno no Brasildo sculo XIX, Editora Apicuri, Rio de Janeiro, 2008. Para el caso chileno, vase Flores Crdova, Alexis, Lavida se me ha hecho tan pesadaMs vale mil veces dejarla. Representaciones en torno al suicidio. 1844-1906,Editorial AlAire Libro / Universidad de Concepcin, Concepcin, 2013.

    59Mara Jos Correa Gmez da cuenta de la complejidad del proceso de medicalizacin de la sociedad en lamedida que, mediante los expedientes judiciales, es posible apreciar la variabilidad de significados (ysignificaciones) de la locura y la enfermedad en tanto experiencia. Vase Correa Gmez, M. J., Historias delocura e incapacidad, Op. Cit.

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    al adentrarse en aquellos aspectos de la vida y trayectoria vital del suicida que podan sersignificados como relevantes al momento de establecer las motivaciones de su actuar,procedan a calificar y enjuiciar la figura del suicida hacindose eco, y poniendo demanifiesto, aquellas valoraciones sociales y culturales posibles de asignar al sujetosuicidado. Es, precisamente, la representacin de la figura del sujeto suicida percibidapor el entorno la que permita que este acto fuera explicado y adquiriera sentido. Losrelatos de los testigos se articulaban en relacin a la figura ya ausente del suicida,sealando aquellos aspectos de su vida que seran social y culturalmente consideradoscomo significativos al momento de establecer sus motivaciones. Es slo mediante larepresentacin de este sujeto que el suicidio adquiri sentido y se volvi unacontecimiento explicable para el entorno.

    Conclusin

    La instancia judicial en base a la cual es posible acceder a las significaciones yrepresentaciones en torno a los sujetos suicidas permite reconstruir aquellas historiasque, desde distintas lgicas discursivas y perspectivas, justifican y configuran el suicidiocomo un acontecimiento explicable.

    Constituyndose entonces en un corpus documental de nico para acceder al estudiodel suicidio, los sumarios judiciales iniciados ante la concrecin de ste adquieren uncarcter polifnico en el cual convergen tanto la mirada mdica, la descripcin policial,as como los relatos de testigos junto al testimonio del propio suicida cuando lo hubo.Es esta multiplicidad de voces, miradas y, por sobre todo, testimonios presentes en lainstancia judicial, la que le otorga, tal vez, la mayor ventaja a este tipo dedocumentacin referente al suicidio y los suicidas. Qu otro tipo de fuente permitirala reconstruccin e interpretacin de las representaciones en torno a la figura del sujetosuicida considerando e incorporando las significaciones y valoraciones elaboradas enrelacin a su ejecutor como lo permiten los sumarios judiciales60?

    Como un espacio de interaccin de una multiplicidad de individualidades en torno aun hecho y/o sujeto particular, la recopilacin de testimonios que tiene lugar en elespacio judicial permite enriquecer las posibilidades de comprensin e interpretacindel suicidio como acontecimiento y del suicida en tanto sujeto. Se hace necesario, de talforma, reflexionar en torno a la intersubjetividad a que da lugar el sumario judicial,donde, al menos para el caso del suicidio, se reiteran matices, lgicas argumentativas yelementos considerados como significativos en la configuracin de las historias y laexplicacin y justificacin del accionar suicida. Es precisamente en las narraciones detestigos y la descripcin de hechos y conductas donde se asignan, como contraparte y

    60Ciertamente, el estudio de las representaciones puede ser abordado, tambin, desde otro tipo de fuentesdocumentales relativas al suicidio (desde la representacin en la prensa, la mirada y discurso mdico ascomo tambin desde la concepcin religiosa o del derecho cannico); no obstante, creemos que slo en elespacio judicial puede observarse una confluencia, incorporacin y/o articulacin de distintos actores yculturas en torno a este acontecimiento.

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    en oposicin a lo atestiguado, aquellos deberes, obligaciones y, en definitiva, lasvaloraciones en torno a lo sucedido, as como de la figura del sujeto suicida.

    Dado el carcter polifnico y la multiplicidad de planos desde los cuales es narrado,

    as como las posibles contradicciones discursivas que se pudieran generar a partir deesta multiplicidad, es que para el caso del suicidio de un miembro de una comunidadllama la atencin la ausencia de contradicciones en la argumentacin llevada a cabo paraexplicar su actuar. Una posible explicacin para esta caracterstica presente en lossumarios judiciales estudiados podra ser la consideracin planteada por MarcosFernndez referente a los modos de comprensin historiogrficos de las fuentes yprocesos de carcter judicial. En relacin a estos plantea que el cuestionario judicial organizado de acuerdo a la requisitoria del aparato al mismo tiempo que a los relatos detestigos, vctimas y victimarioslo que busca en la inmensa mayora de los procesos esla clausura de una situacin particular y especfica 61. Desde este punto de vista, laconcrecin o el intento de suicidio abren un espacio de opiniones, narraciones yargumentaciones que, en virtud del quiebre con el mundo social que tal acontecimientopuede significar, slo el sobreseimiento del sumario judicial viene a finalizar62.

    Y en este espacio confluyen juicios, valores y argumentacionesconstituyndose enun mecanismo productor de verdad en torno a un sujeto, y se formaliza la explicacinformal de la muerte voluntaria en trminos y lgicas judiciales. Desde este punto devista, al estar basadas en descripciones tanto de hechos como de conductas, lasnarraciones, con las subyacentes valoraciones, ponen de manifiesto y configur