Revolución Francesa

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Revolución francesa Se conoce como Revolución francesa al proceso social y político ocurrido en Francia entre 1789 y 1799, cuyas principales consecuencias fueron: — El derrocamiento de Luis XVI, perteneciente a la Casa real de los Borbones — La abolición de la monarquía en Francia — La proclamación de la Iª República El mismo año de 1789, cuando los colonos norteamericanos publicaban su Constitución, estallaba la Revolución en Francia. Esta tuvo una repercusión tal, que se la considera como el inicio de la época Contemporánea. Causas Las ácidas críticas de los escritores de la Ilustración al sistema político imperante; el descontento general ante el fracaso de la política exterior que obligó a entregar el Canadá a Inglaterra, y las aspiraciones de la alta burguesía a intervenir en el gobierno de la nación, prepararon un clima propicio a la revolución. Ella estalló al agudizarse la crisis económica que venía sufriendo el país desde el final de 1763. Las causas más influyentes fueron: — La incapacidad de las clases gobernantes (nobleza, clero y burguesía) para hacer frente a los problemas de Estado — La indecisión de la monarquía — Los excesivos impuestos que recaían sobre el campesinado — El empobrecimiento de los trabajadores — La agitación intelectual alentada por el Siglo de las Luces — El ejemplo de la guerra de la Independencia estadounidense Más de un siglo antes de que Luis XVI ascendiera al trono (1774), el Estado francés había sufrido periódicas crisis económicas motivadas por: — Largas guerras emprendidas durante el reinado de Luis XIV — Mala administración de los asuntos nacionales en el reinado de Luis XV — Las cuantiosas pérdidas que acarreó la Guerra Francesa e India (1754-1763) — El aumento de la deuda generado por los préstamos a las colonias británicas de Norteamérica durante la guerra de la Independencia estadounidense (1775-1783). No tardaron en constituirse en toda Francia gobiernos provisionales locales y unidades de la milicia. El mando de la Guardia Nacional se le entregó al marqués de La Fayette, héroe de la guerra de la Independencia estadounidense. Luis XVI, incapaz de contener la corriente revolucionaria, ordenó a las tropas leales retirarse. Volvió a solicitar los servicios de Necker y legalizó oficialmente las medidas adoptadas por la Asamblea y los diversos gobiernos provisionales de las provincias. En agosto de 1774, el rey nombró controlador general de Finanzas a Anne Robert Jacques Turgot, un hombre de ideas liberales que instituyó una política rigurosa en lo referente a los gastos del Estado. Sin embargo, la mayor parte de su política restrictiva fue abandonada al cabo de dos años y Turgot se vio obligado a dimitir por las presiones de la nobleza y el clero, apoyados por la reina, María Antonieta de Austria. Su sucesor, el financiero y político Jacques Necker, tampoco consiguió realizar grandes cambios antes de abandonar su cargo en 1781, debido asimismo a la oposición de los mismos grupos. La censura quedó abolida durante la campaña y multitud de escritos que recogían las ideas de la Ilustración circularon por toda Francia. Necker, a quien el monarca había vuelto a nombrar interventor general de Finanzas en 1788, estaba de acuerdo con Luis XVI en que el número de representantes del tercer estado (el pueblo) en los Estados Generales fuera igual al del primer estado (el clero) y el segundo estado (la nobleza) juntos, pero ninguno de los dos llegó a establecer un método de votación. A pesar de que los tres estados estaban de acuerdo en que la estabilidad de la nación requería una transformación fundamental de la situación, los antagonismos estamentales

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la revolucion

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 Revolución francesa

Se conoce como Revolución francesa al proceso social y político ocurrido en Francia entre 1789 y 1799, cuyas

principales consecuencias fueron:

— El derrocamiento de Luis XVI, perteneciente a la Casa real de los Borbones

— La abolición de la monarquía en Francia

— La proclamación de la Iª República

El mismo año de 1789, cuando los colonos norteamericanos publicaban su Constitución, estallaba la Revolución en

Francia. Esta tuvo una repercusión tal, que se la considera como el inicio de la época Contemporánea.

Causas

Las ácidas críticas de los escritores de la Ilustración al sistema político imperante; el descontento general ante el

fracaso de la política exterior que obligó a entregar el Canadá a Inglaterra, y las aspiraciones de la alta burguesía a

intervenir en el gobierno de la nación, prepararon un clima propicio a la revolución. Ella estalló al agudizarse la crisis

económica que venía sufriendo el país desde el final de 1763.

Las causas más influyentes fueron:

— La incapacidad de las clases gobernantes (nobleza, clero y burguesía) para hacer frente a los problemas de Estado

— La indecisión de la monarquía

— Los excesivos impuestos que recaían sobre el campesinado

— El empobrecimiento de los trabajadores

— La agitación intelectual alentada por el Siglo de las Luces

— El ejemplo de la guerra de la Independencia estadounidense

Más de un siglo antes de que Luis XVI ascendiera al trono (1774), el Estado francés había sufrido periódicas crisis

económicas motivadas por:

— Largas guerras emprendidas durante el reinado de Luis XIV

— Mala administración de los asuntos nacionales en el reinado de Luis XV

— Las cuantiosas pérdidas que acarreó la Guerra Francesa e India (1754-1763)

— El aumento de la deuda generado por los préstamos a las colonias británicas de Norteamérica durante la guerra de

la Independencia estadounidense (1775-1783).

No tardaron en constituirse en toda Francia gobiernos provisionales locales y unidades de la milicia. El mando de la

Guardia Nacional se le entregó al marqués de La Fayette, héroe de la guerra de la Independencia estadounidense.

Luis XVI, incapaz de contener la corriente revolucionaria, ordenó a las tropas leales retirarse. Volvió a solicitar los

servicios de Necker y legalizó oficialmente las medidas adoptadas por la Asamblea y los diversos gobiernos

provisionales de las provincias.

En agosto de 1774, el rey nombró controlador general de Finanzas a Anne Robert Jacques Turgot, un hombre de

ideas liberales que instituyó una política rigurosa en lo referente a los gastos del Estado. Sin embargo, la mayor parte

de su política restrictiva fue abandonada al cabo de dos años y Turgot se vio obligado a dimitir por las presiones de la

nobleza y el clero, apoyados por la reina, María Antonieta de Austria. Su sucesor, el financiero y político Jacques

Necker, tampoco consiguió realizar grandes cambios antes de abandonar su cargo en 1781, debido asimismo a la

oposición de los mismos grupos.

La censura quedó abolida durante la campaña y multitud de escritos que recogían las ideas de la Ilustración circularon

por toda Francia. Necker, a quien el monarca había vuelto a nombrar interventor general de Finanzas en 1788, estaba

de acuerdo con Luis XVI en que el número de representantes del tercer estado (el pueblo) en los Estados

Generales fuera igual al del primer estado (el clero) y el segundo estado (la nobleza) juntos, pero ninguno de los dos

llegó a establecer un método de votación.

A pesar de que los tres estados estaban de acuerdo en que la estabilidad de la nación requería una transformación

fundamental de la situación, los antagonismos estamentales imposibilitaron la unidad de acción en los Estados

Generales, que se reunieron en Versalles el 5 de mayo de 1789.

Las delegaciones que representaban a los estamentos privilegiados de la sociedad francesa se enfrentaron

inmediatamente a la cámara rechazando los nuevos métodos de votación presentados.

Las clases sociales que carecían de propiedades deseaban acceder al voto y liberarse de la miseria económica y

social, y no tardaron en adoptar posiciones radicales. Este proceso, que se extendió rápidamente por toda Francia

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gracias a los clubes de los jacobinos, y de los cordeliers, adquirió gran impulso cuando se supo que María Antonieta

estaba en constante comunicación con su hermano Leopoldo II, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

La precipitación de los acontecimientos

Para solucionar los problemas económicos, el débil monarca Luis XVI convocó a los Estados Generales del

Reino (una asamblea consultiva) que no se reunían desde 1614.

Esta convocatoria fue exigida por los "privilegiados" (clero y nobleza) quienes se negaban a pagar los tributos

indispensables para conjurar la crisis económica. Los burgueses se aprovecharon de estas circunstancias y, ante la

amenaza de la nobleza armada que pretendió mantener sus privilegios, movilizaron a toda la nación.

El pueblo salió a las calles de París y el 14 de julio de 1789, se apoderaron de la Bastilla. Esta prisión era el símbolo

del absolutismo político y del régimen que se deseaba cambiar. En esta jornada, una muchedumbre de artesanos,

obreros, tenderos, estudiantes y funcionarios se impusieron a las tropas reales.

Durante el transcurso de los diez años siguientes a estos acontecimientos, los ideales revolucionarios demostraron su

fuerza. Se obtuvo la libertad política, la dictación de una Constitución que dividía los poderes del Estado para

garantizar la libertad individual, para asegurar la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley y para permitir la

expresión de la soberanía popular mediante el sufragio.

A fin de defender sus conquistas ante la reacción de la nobleza que se alió con los monarcas extranjeros, los

burgueses revolucionarios exaltaron el principio de la nacionalidad identificando a la Nación con el Estado. Al

comienzo, nadie pensó que la conquista de la libertad desataría la violencia y la destrucción, pero así sucedió. No

solamente el Rey fue guillotinado, también muchos protagonistas del proceso revolucionario se transformaron en sus

víctimas.

En la Revolución francesa podemos distinguir cuatro etapas:

1.- La Asamblea Constituyente (1789-1791): formada por decisión de los miembros de la burguesía en el seno de la

Asamblea de los Estados Generales convocados por el Rey; abolió los privilegios, sometió al clero al poder civil y

secularizó sus bienes, ordenó la redacción de la "Declaración de los derechos del hombre", y estableció el imperio de la

Constitución de 1791.

El rey se vio obligado a ceder ante la continua oposición a los decretos reales y la predisposición al amotinamiento del

propio Ejército real. El 27 de junio ordenó a la nobleza y al clero que se unieran a la autoproclamada Asamblea

Nacional Constituyente. Luis XVI cedió a las presiones de la reina María Antonieta y del conde de Artois (futuro rey

de Francia con el nombre de Carlos X) y dio instrucciones para que varios regimientos extranjeros leales se

concentraran en París y Versalles. Al mismo tiempo, Necker fue nuevamente destituido.

La Asamblea Nacional Constituyente comenzó su actividad movida por los desórdenes y disturbios que estaban

produciéndose en las provincias (el periodo del "Gran Miedo"). El clero y la nobleza hubieron de renunciar a sus

privilegios en la sesión celebrada durante la noche del 4 de agosto de 1789; la Asamblea aprobó una legislación por la

que quedaba abolido el régimen feudal y señorial y se suprimía el diezmo, aunque se otorgaban compensaciones en

ciertos casos. En otras leyes se prohibía la venta de cargos públicos y la exención tributaria de los estamentos

privilegiados.

La burguesía en París, temerosa de que la muchedumbre de la ciudad aprovechara el derrumbamiento del antiguo

sistema de gobierno y recurriera a la acción directa, se apresuró a establecer un gobierno provisional local y organizó

una milicia popular, denominada oficialmente Guardia Nacional. El estandarte de los Borbones fue sustituido por

la escarapela tricolor (azul, blanca y roja), símbolo de los revolucionarios que pasó a ser la bandera nacional.

Junto con la Declaración de los Derechos del hombre y del ciudadano, los delegados formularon los ideales de la

Revolución, sintetizados más tarde en tres principios, "Liberté, Égalité, Fraternité"("Libertad, Igualdad, Fraternidad").

El 5 y el 6 de octubre, la población parisina, especialmente sus mujeres, marchó hacia Versalles y sitió el palacio real.

Luis XVI y su familia fueron rescatados por La Fayette, quien les escoltó hasta París a petición del pueblo. Tras este

suceso, algunos miembros conservadores de la Asamblea Constituyente, que acompañaron al rey a París, presentaron

su dimisión.

2.- La Asamblea Legislativa (1791-1792): elegida por sufragio censitario y donde se impuso la tendencia republicana

de los moderados girondinos y los extremistas jacobinos sobre los defensores de la monarquía; creó el ejército

nacional para defender el proceso revolucionario contra los demás monarcas europeos, ya que los nobles que habían

emigrado trataban de conseguir la ayuda de Prusia y Austria para restablecer el "Antiguo Régimen".

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El 17 de julio de 1791 los sans-culottes (miembros de una tendencia revolucionaria radical que exigía la proclamación

de la república) se reunieron en el Campo de Marte y exigieron que se depusiera al monarca. La Guardia Nacional

abrió fuego contra los manifestantes y los dispersó siguiendo las órdenes de La Fayette, vinculado políticamente a

los feuillants, un grupo formado por monárquicos moderados.

El rey fue privado de sus poderes durante un breve periodo, pero la mayoría moderada de la Asamblea Constituyente,

que temía que se incrementaran los disturbios, restituyó a Luis XVI con la esperanza de frenar el ascenso del

radicalismo y evitar una intervención de las potencias extranjeras.

El 14 de septiembre, el rey juró respetar la Constitución modificada. Dos semanas después, se disolvió la Asamblea

Constituyente para dar paso a las elecciones sancionadas por la Constitución. Durante este tiempo, Leopoldo II y

Federico Guillermo II, rey de Prusia, emitieron el 27 de agosto una declaración conjunta referente a Francia en la que

se amenazaba veladamente con una intervención armada.

La Asamblea Legislativa, que comenzó sus sesiones el 1 de octubre de 1791, estaba formada por 750 miembros que

no tenían experiencia alguna en la vida política, debido a que los propios integrantes de la Asamblea Constituyente

habían votado en contra de su elegibilidad como diputados de la nueva cámara. Ésta se hallaba dividida en facciones

divergentes.

El centro de la cámara acogía al grupo mayoritario, conocido como el Llano, que carecía de opiniones políticas

definidas pero que se oponía unánimemente al sector radical que se sentaba en el ala izquierda, compuesto

principalmente por los girondinos, que defendían la transformación de la monarquía constitucional en una república

federal, un proyecto similar al de los montagnards(grupo que por ocupar la parte superior de la cámara, recibió el

apelativo de La Montaña) integrados por los jacobinos y los cordeliers, que abogaban por la implantación de una

república centralizada.

Antes de que estas disensiones abrieran una profunda brecha en las relaciones entre los girondinos y

los montagnards, el sector republicano de la Asamblea consiguió la aprobación de varios proyectos de ley importantes,

entre los que se incluían severas medidas contra los miembros del clero que se negaran a jurar lealtad al nuevo

régimen. Sin embargo, Luis XVI ejerció su derecho a veto sobre estos decretos, provocando así una crisis

parlamentaria que llevó al poder a los girondinos.

A pesar de la oposición de los más destacados montagnards, el gabinete girondino, presidido por Jean Marie Roland

de la Platière, adoptó una actitud beligerante hacia Federico Guillermo II y Francisco II, el nuevo emperador del Sacro

Imperio Romano, que había sucedido a su padre, Leopoldo II, el 1 de marzo de 1792.

El deseo de entablar una guerra se extendió rápidamente entre los monárquicos, que confiaban en la derrota del

gobierno revolucionario y en la restauración del Antiguo Régimen, y entre los girondinos, que anhelaban un triunfo

definitivo sobre los sectores reaccionarios tanto en el interior como en el exterior. El 20 de abril de 1792 la Asamblea

Legislativa declaró la guerra al Sacro Imperio Romano.

3.- La Convención (1792-1795): que reclamó la República, dio muerte al monarca e impuso un régimen  de terror tal,

que nadie se sentía seguro después del asesinato de Marat y la ejecución de Dantón, dos líderes revolucionarios. La

Convención pretendió borrar todo vestigio del pasado, cambiando el calendario e introduciendo el culto a la

diosa Razón; mas, la posición extremista de Robes Pierre unió a todas las fuerzas contra él y se le ajustició, junto a

sus colaboradores que habían llevado la violencia al paroxismo mediante la implantación de ese régimen de terror.

Se impusieron importantes restricciones al poder de la Iglesia católica mediante una serie de artículos denominados

Constitución civil del Clero:

— Confiscación de los bienes eclesiásticos

— Se permitió al Estado emitir un nuevo tipo de papel moneda, los asignados, garantizado por las tierras confiscadas

— Que los sacerdotes y obispos fueran elegidos por los votantes

— Recibieran una remuneración del Estado

— Prestaran un juramento de lealtad al Estado

— Que las órdenes monásticas fueran disueltas.

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La revolución industrial

La expresión o termino Revolución Industrial fue difundida a partir del año 1845, por el comunista Federico Engels uno de los fundadores del socialismo científico, para designar al conjunto de transformaciones técnicas y económicas que caracterizaban a la sustitución de la energía física por la energía mecánica de la maquinas, el cambio a la producción manufacturera por la fabril en el proceso de producción capitalista.

Causas de la Revolución Industrial  Entre los diversos factores que fueron el origen del proceso de industrialización, tres merecen mención especial: La Revolución Comercial en Europa, la acumulación primitiva de capital y la aparición de avances tecnológicos (maquinas). La causa más importante para el desarrollo de la Revolución Industrial fue la aparición de máquinas de vapor, el telar mecánico, las máquinas de hilar que revolucionaron el siglo XVIII las técnicas de producción industrial. A partir de ahí ocurrió el auge de la industria fabril. La Primera Revolución Industrial se desarrolló en primer en Inglaterra y luego se difundiría en el continente europeo. Factores que condicionarían el surgimiento de la Revolución Industrial en Inglaterra:

 Inglaterra, la pionero en la revolución industrial: Los grandes capitales acumulados durante la Revolución Comercial ayudaron a Inglaterra a impulsar la revolución industrial, a emprender grandes manufactureras.

- La supremacía naval inglesa: La ascensión de Inglaterra (después del declino del poderío holandés) a posición de la "Reina de los mares", le confirió el dominio del comercio mundial permitiendo organizar un inmenso imperio colonial.

- La disponibilidad de mano de obra: En los siglos XVI y XVII los nobles ingleses, apoyados por su poder absoluto expulsaron a los campesinos de sus tierras comunales y se apoderaron de ellas , transformando en pastizales de crianza de ovejas para aprovechar su lana. Ese proceso fue conocido como el "cercamientos de los campos" que provoco un gran migración de mano de obra del campo para la ciudad.

- Instauración de la Monarquía Parlamentaria: La Revolución Gloriosa de 1688 y de 1689 establecieron en Inglaterra la supremacía del parlamento sobre la monarquía.

- El triunfo de la ideología liberal: Las revoluciones intelectuales de los siglos XVI y XVII marcaron la victoria del liberalismo en Inglaterra.

Primera Revolución Industrial

Primeras invenciones.- La máquina de telar, la máquina de vapor, el barco a vapor, el telégrafo, la locomotora.

La Primera Revolución Industrial acelero el proceso de migraciones del campo a la ciudad, lo que intensifico el crecimiento de la población urbana y contribuyo a la formación de una nueva clase social, la obrera o proletariado. La jornada de trabajo en las primeras décadas de la industrialización tenía una duración de 14 a 16 horas diarias. Los bajos salarios, debido a la abundante mano de obra disponible y de la utilización de máquinas reducían el precio de la fuerza de trabajo a niveles de mera subsistencia. El desempleo llevo a la formación del llamado "ejercito industrial de reserva" (población obrera sobrante)

En Inglaterra la miseria y el desempleo producidos por la industrialización acabaron por desencadenar un movimiento espontáneo de destrucción de máquinas por los obreros, que fue conocido como Ludismo

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Segunda Revolución Industrial

A partir del año 1860 un conjunto de nuevas transformaciones técnicas y económicas producían grandes cambios en el proceso de industrialización y se extendió hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial.

Entre las invenciones que marcaron el inicio de la Segunda Revolución industrial fueron: El proceso de Bessemer de transformar el hierro en acero (inventado por el inglés Henry Bessemer); el dinamo, cuya invención creo las condiciones para la sustitución del vapor por la electricidad. El "oro negro" Petróleo paso a ser utilizado como fuerza motriz en navíos y locomotoras.

La Expansión de la Industrialización

Francia: La Revolución Francesa (1789) destruyo los remanentes del viejo orden feudal y creo las condiciones para el desarrollo del capitalismo moderno. El proceso de industrialización fue, entretanto, detenido por la ausencia de reservas de carbón en ese país, y luego por la derrota de la guerra franco-prusiana, en donde Francia fue obligada a ceder la región de Alsacia y Lorena, ricas en hierro, a Alemania.

Alemania: Como resultado de la Guerra Franco-Prusiana en el año 1870, se desarrolló la unificación alemana, liderada por el primer ministro alemán Otto Von Bismarck, impulsando la Revolución industrial en Alemania.

Italia: La unificación italiana realizada en el año 1870, al igual que la alemana, impulso, sin embargo tardíamente, la industrialización del país. Aunque la industrialización se quedó limitado al norte de Italia, mientras que el sur continuo esencialmente agrícola.

Rusia: En ese país la Revolución Industrial se inició realmente en la última década del siglo XIX. Las razones para la industrialización rusa fueron la gran disponibilidad de mano de obra, intervención gubernamental en la economía y las inversiones extranjeras.

Estados Unidos: La Revolución Industrial se iniciaría final de la Guerra de Secesión (1865). El termino del conflicto, abolió la esclavitud y concentro esa mano de obra en las fábricas, que fueron impulsadas por las estados industrializados de norte que ganaron la guerra. Estados Unidos era un país inmenso con numerosos recursos naturales que explotaron para esta industrialización.

Japón: La modernización de Japón data desde el inicio de la "era Meiji", en 1879, cuando la superación del feudalismo unifico el país, centralizo la autoridad política, libero la mano de obra, posibilito la intervención gubernamental en la economía, la asimilación de la tecnología occidental.

Consecuencias de la Revolución Industrial

1. El surgimiento del capitalismo financiero.- La Primera Revolución Industrial tuvo como una de sus principales consecuencias el desarrollo del capitalismo industrial.

2. La formación de grandes conglomerados económicos.- En la Revolución Industrial ocurrió el desarrollo del liberalismo económico, que se basaba en la libre competencia. Ese sistema a la vez, creo condiciones para que las grandes empresas eliminasen o absolviesen a las pequeñas empresas a través de un proceso cuyo resultado fue una sustitución de libre competencia por el monopolio.

3. Proceso de producción en serie.- -Las mercaderías pasaron a ser producidas de manera uniforme y estandarizada.

4. La expansión del imperialismo.- Las potencias capitalistas necesitaron de colonias, de donde extraer las materias primas para sus manufacturas; y también que fingiesen de mercados externos para colocar sus excedentes de mercaderías.

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FILOSOFÍA CLÁSICA ALEMANA

La necesidad histórica que tuvieron Carlos Marx y Federico Engels de entregar al proletariado mundial una teoría científica para su lucha en contra de la explotación y opresión capitalistas, los llevó a trabajar en el análisis crítico de la filosofía clásica alemana que para la época constituía la síntesis del pensamiento filosófico y de la lógica de mayor trascendencia, las que al ser sometidas a la crítica y a la fundamentación científica, se convirtieron en una de las tres fuentes del marxismo.

La filosofía clásica alemana como una de las fuentes del marxismo debe ser entendida como el esqueleto de dos posiciones filosóficas: la idealista con sus representantes Emmanuel Kant, Johann Fichte, Federico Schelling y Federico Hegel y la materialista con Ludwig Feuerbach.

El propósito de este artículo es tomar de entre los idealistas a Federico Hegel con su sistema filosófico en el que lo más significativo es su dialéctica y de Ludwig Feuerbach el carácter de su materialismo como aportes significativos para el aparecimiento del marxismo.

Al referirse a la filosofía clásica alemana y a Hegel de manera particular, Federico Engels señaló que "Esta filosofía alemana moderna encontró su remate en el sistema de Hegel, en el que por vez primera -y ése es su gran mérito- se concibe todo el mundo de la naturaleza, de la historia y del espíritu como un proceso, es decir, en constante movimiento, cambio, transformación y desarrollo, intentando además poner de relieve la conexión interna de este movimiento y desarrollo".

El sistema filosófico de Hegel se fundamentó en el idealismo de Kant, Fichte y Schelling considerados sus precursores a quienes desarrolla y corrige en algunas de sus ideas. Para Hegel el sujeto de la dialéctica, del cambio y la transformación de la realidad es la Idea o Dios conocido también como “demiurgo”. De ahí que el mérito de Marx es el de haberle convertido a la dialéctica idealista en expresión científica del cambio y la transformación, dejando de lado la idea de Dios.

Por su parte el materialismo de Ludwig Feuerbach contribuyó a la formación del marxismo al someter a dura crítica el carácter idealista de la dialéctica hegeliana lo que permitió el aprovechamiento de lo más importante de su filosofía, pese a que él no comprendió los reales alcances de la dialéctica.

El contenido esencial y el sentido de la filosofía materialista de Feuerbach consisten en proclamar y defender el materialismo, sin haber superado el carácter imaginativo del materialismo anterior a Marx, porque prima en él la concepción idealista que le conduce a la creencia de que los fenómenos sociales deben ser estudiados a la luz de la antropología como ciencia universal; lo cual al tratar sobre las raíces sociales e históricas de la religión el componente antropologista le limita a las suposiciones y al planteamiento de la necesidad de una nueva religión.

El fondo idealista en la concepción de Feuerbach no le permitió comprender el mundo real en el que vive el hombre lo que le llevó a concluir que el anhelo de felicidad propio de la naturaleza humana puede alcanzarse con la limitación razonable de sus necesidades y el amor a los demás. A pesar de estos errores y limitaciones de su concepción, Feuerbach fue un antecesor directo del marxismo y aunque no lo aceptó, al final de su vida ingresó en el Partido Social-demócrata alemán.

LA ECONOMÍA POLÍTICA CLÁSICA

2.1 El desarrollo de la economía política clásica.A partir del S.XVI comienza a haber un auge en Europa relacionado con el desarrollo del mercantilismo así como del desarrolló de su literatura. Durante este período aumentó progresivamente tanto la cantidad de la literatura económica como su calidad. Así, encontramos que la literatura escrita entre 1650 y 1750 es claramente de mayor calidad; diseminados por toda ella se encuentran casi todos los conceptos analíticos en los que Adam Smith basó su obra

“Wealth of Nations” que se publicó en 1776. Podemos situar el nacimiento de la Economía Política en los albores de la

Sociedad Industrial. Momento en que se producen simultáneamente: la conquista de América, el crecimiento del comercio mundial y el aumento progresivo de las ciudades.

Estos cambios estuvieron antecedidos por las innovaciones tecnológicas, en el campo primero y en la industria después, que garantizaron los recursos necesarios para esta nueva era.

La modernidad estuvo montada sobre dos grandes revoluciones: en “lo político” la francesa y en “lo económico” la inglesa. Básicamente esos sucesos delimitaron el Estado Moderno, que aspiraba a garantizar la “igualdad, fraternidad y libertad” de todos los ciudadanos y la Economía de Mercado que convertía eventualmente a toda la Sociedad Civil en eventuales mercaderes. El creciente progreso material legitimó el discurso de la Ilustración.

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Estas transformaciones motivaron el desarrollo de diversas obras analizando las relaciones mercantiles, los cambien en el agro, el surgimiento de la industria o el aumento de la población y los transportes.

Si bien encontramos una serie de teóricos y corrientes, como los fisiócratas o los mercantilistas, que abordaron algunos de estos aspectos relacionados a “lo económico”, a partir de la obra del filósofo escocés Adam Smith, la comprensión sistematizada de la Producción, la Distribución y el Consumo se constituyeron como aspectos ineludibles de la Economía Política. Tradición que continuaron en sus obras David Ricardo y, en forma crítica, Karl Marx.

El socialismo francés

El socialismo francés. Se pasa de un capitalismo familiar a uno monopolístico y se van produciendo injusticias; en Francia aparece un movimiento que propone remedios para paliar esta desigualdad. Sus máximos representantes eran:

Saint Simón, quien aporta la idea básica de que la historia es un progreso continuo plasmado en sucesivas épocas orgánicas unidas por las llamadas épocas críticas, cada época orgánica significa un progreso, esto dentro de la Revolución Francesa. Define la sociedad del futuro como una vuelta al cristianismo primitivo (comunidades pequeñas donde todos eran hermanos y se ayudan y el gobierno sería un administrador de bienes)

C. Fourier, quien tenía una idea básica que consistía en que el universo existe un plan providencial del que forma parte el trabajo, el ser humano y la organización social. Para que sea lúdica y eudonista tiene que organizarse en falanstenios (unidades de proporción y autoconsumo)

Proudou fue un enemigo de la gran propiedad y la define como un robo porque se apropia de los frutos del trabajo. Supone un principio histórico: la ley intrínseca del progreso, esto es la justicia. La manera de conseguirla es implantar la pequeña sociedad (posesión)

Marx conoció estas ideas, las criticó y asumió el postulado de Saint Simón. Sin embargo dice que este era un socialismo utópico (no científico) porque no hacen depender a la organización social de las condiciones materiales y porque prescinden de la historia, y la realidad es historia.