Revolución Francesa
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CAUSAS DE LA REVOLUCIÓN
A finales del siglo XVIII Francia mantenía el
Antiguo Régimen: el rey Luis XVI seguía
siendo un monarca absoluto y la sociedad
era estamental y estaba dividida entre los
privilegiados (nobleza y clero) y los no
privilegiados (pueblo llano o tercer estado).
• Causas económicas. Desde 1760 se sucedieron las malas
cosechas, lo que provocó el alza de los precios y el descontento de
los grupos populares. Además, se incrementó la crisis
financiera por los gastos de la corte y los conflictos bélicos.
• Causas sociales. Muchos burgueses se habían enriquecido durante
el siglo XVIII. Pero estaban descontentos porque tenían poco
poder político, pues los altos cargos del gobierno y del ejército
eran ocupados por la nobleza. Además, consideraban injusto
que solo el tercer estado, al que pertenecían a pesar de su poder
económico, pagara impuestos.
• Causas ideológicas. Las ideas ilustradas defendían que las
personas tenían unos «derechos naturales» que el poder político
debía respetar.
En 1789 una serie de revueltas provocó la crisis del
Antiguo Régimen.
En primavera, la revuelta política. Luis XVI convocó
los Estados Generales, la asamblea formada por
representantes de los tres estamentos, para que
aprobaran nuevos impuestos y poder así resolver la
crisis financiera.
Los Estados Generales no habían sido convocados
por un rey de Francia desde 1614, pero Luis XVI se
vio obligado a hacerlo porque la crisis financiera era
tan grave que amenazaba con colapsar la monarquía.
La nobleza y el clero pretendían que se votara por
estamento, lo que daba mayoría a los privilegiados,
mientras que los representantes del pueblo llano
defendían el voto por cabeza, que les otorgaba la
mayoría.
Como respuesta a la negativa de los privilegiados, en
junio los representantes del pueblo llano se
declararon en Asamblea Nacional y, tras el
juramento del Juego de Pelota, se comprometieron
a no separarse hasta elaborar una constitución.
En julio, la revuelta popular.
Luis XVI no estaba dispuesto a aceptar la
Asamblea Nacional y concentró sus tropas en
torno a París. Ante esto, los parisinos se armaron y
tomaron la Bastilla, prisión real.
Pronto las revueltas se extendieron por Francia.
A la vez, en los campos se difundió el gran miedo:
comenzó a correr el rumor de que bandas
organizadas por nobles estaban quemando las
cosechas y matando a los campesinos.
Los campesinos se armaron y marcharon
contra los castillos aristocráticos para
destruir los registros en los que constaban
los derechos feudales.
El rey se vio obligado a aceptar la
Asamblea Nacional y a ratificar sus
decisiones.
La Asamblea Nacional (1789-1791)
La supresión de los privilegios.
El 4 de agosto de 1789, para devolver la paz a los
campos, se abolieron los derechos señoriales
sobre los campesinos y se eliminó la recaudación
del diezmo para la Iglesia.
La aprobación de la Declaración de Derechos (1789)
Proclamaba la libertad, la igualdad entre las personas y
la Soberanía Nacional.
La aprobación de una constitución (1791).
Establecía la división de poderes entre el rey,
que nombraría a los ministros y dirigiría la
política exterior, una Asamblea Legislativa y los
jueces.
La Asamblea votaría las leyes y sería elegida
por sufragio censitario, es decir, solo votarían
aquellos que tuvieran una determinada renta.
El rey Luis XVI juró la constitución y se
celebraron elecciones para nombrar la
Asamblea Legislativa.
Estas medidas supusieron el fin del
Antiguo Régimen y el inicio de la
monarquía constitucional.
La Asamblea Legislativa (1791-1792)
Una vez aprobada la constitución, la Asamblea
Nacional tomó el nombre de Asamblea Legislativa.
En la que la burguesía tenía una representación muy
importante, mientras que los órdenes privilegiados
habían desaparecido como tales. Existían varias
tendencias políticas.
El sector más conservador disponía de 264 diputados y
era contrario a grandes cambios en el orden social.
La izquierda contaba con 136 diputados, la
mayoría pertenecientes a los jacobinos, y
apostaba por grandes reformas sociales.
En el centro había 345 diputados que se
inclinaban de manera personal por uno u otro
sector dependiendo de la situación.
El nuevo régimen tenía también muchos
enemigos.
Los Nobles
La nobleza deseaba recuperar sus privilegios.
Muchos nobles se habían exiliado a países donde
reinaba el absolutismo y conspiraban desde allí
contra la monarquía constitucional.
El clero
Los diputados de la Asamblea Legislativa
confiscaron los bienes del clero y los
utilizaron para reducir la deuda del
Estado.
A cambio, el Estado se obligaba a
mantener a los sacerdotes, siempre y
cuando juraran fidelidad a la
constitución; pero muchos se negaron.
La Familia Real
Aunque Luis XVI había jurado la
constitución, conspiraba para derribar al
gobierno revolucionario.
La familia real intentó huir de
Francia, pero fue detenida en Varennes
(junio 1791) y obligada a volver a París.
Otros grupos estaban descontentos
porque deseaban llevar las reformas aún
más lejos.
Entre estos revolucionarios radicales
destacaban los jacobinos, que tenían su
principal apoyo entre los sans-
culottes, milicias populares de París que
exigían la proclamación de una república.
La Guerra En El Exterior
Las monarquías europeas se sentían
amenazadas por las ideas revolucionarias y
reformadoras que se imponían en Francia, y
temían que el ejemplo se extendiera a sus
países.
En abril de 1792 comenzó la guerra de
Austria y Prusia contra Francia.
Este conflicto bélico influyó en los
acontecimientos que tuvieron lugar dentro de
Francia.
Por un lado, Luis XVI, los nobles y el clero
esperaban que el gobierno revolucionario
fuera derrotado en la guerra, lo que permitiría
volver al Antiguo Régimen.
Por otro lado, ciertos revolucionarios
apoyaban la guerra, pues pensaban que esta
serviría para extender la revolución fuera de
Francia.
El pueblo de París culpó al rey de las primeras
derrotas francesas y atacó el palacio real, las
Tullerías, en agosto de 1792.
La revuelta popular forzó a nombrar una
nueva Asamblea, llamada Convención, elegida
por sufragio universal masculino.
La Convención decretó el arresto del rey, la
abolición de la monarquía y proclamó la
I República
JOHN LOCKE
Es considerado uno de los más importantes ilustrados, ya que sus ideas son básicas en la Revolución
Francesa y para sentar las bases del Estado Moderno.
Para Locke la principal función del Estado era garantizar el derecho de los individuos a la propiedad privada,
libertad de pensamiento, expresión y acción.
El poder no debía concentrarse en una sola persona sino que debía repartirse y que los súbditos debían ser ciudadanos con el poder de elegir a los representantes
del Estado.
Es importante destacar a los filósofos
Montesquieu, Voltaire y Rousseau.
El primero acusó a la corte de
ociosa, ambiciosa, de tener aversión a la
verdad, ser aduladora y servir al rey.
Su obra más importante fue El espíritu de
las leyes, donde propone que la monarquía
este dividida.
Voltaire, criticó el abuso de poder y el
autoritarismo, reconoció la existencia de
Dios pero atacó a la Iglesia.
Rousseau en su obra El Contrato Social,
dice que el Estado surge a partir de un
contrato, donde el poder reside en el
pueblo.