Revistas Culturales y Mediación Letrada en America Latina

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REVISTAS CULTURALES Y MEDIACI6N LETRADA EN AMERICA LATINA Mabel Morana University of Pittsburgh; Directora de Publicaciones, Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana Desde el contexto actual, serfa imposible emprender una reflexi6n productiva sobre la funci6n de la cultura y particularmen- te sobre el papel mediador de las revistas Iiterarias y culturales de America Latina sin atender ados ejes principales: el primero, tiene que ver con fa larga tradici6n continental, que reserva a la prensa peri6dica y luego a las revistas, tanto academicas como independientes, una funci6n principal en el diseno de las culturas nacionales y transnacionales, y en el asentamiento de las bases ideol6gicas y culturales que conforman la noci6n de ciudadanfa y, mas ampliamente, regulan el funcionamiento de la sociedad civil.' En segundo lugar, serfa imposible no reconocer los multiples y complejos procesos de resignificaci6n cultural que estan teniendo lugar ante nuestros ojos en el contexto de la globalizaci6n, y que desde hace decadas estan modificandosustancialmente el campo cultural. Respecto al primer punto, ya ha sido exhaustivamente analizado el papel que jugaron, en las distintas epoeas, revistas que impulsaron no solamente la cristalizaci6n de nuevas formas de subjetividad colectiva sino la representaci6n de nuevos actores sociales que surgfan a la escena social tratando de definir no s610 una voz a traves de la cual expresar sus perspectivas y demandas, sino inten- tando al mismo tiempo crear un publico que funcionara como sis- tema de control y caja de resonancia de las nuevas agendas. Para citar s610 algunos ejemplos, en el siglo XIX, 0 Jornal das Senhoras, creado por fa argentina Juana Manso en Rio de Janeiro, es una empresa transnacional izada de temprano feminismo americano que nuclea, como alternativa a los proyectos estatales de homo- geneizaci6n ciudadana y patriarcalismo socio-cultural, a un sector que reclamaba nuevas formas de representatividad polftica y representaci6n simbOlica. En el siglo XX, la cubana revista de avance (1927-1930) 0 Amauta, (publicada "en tres actos" entre 1926 y 1930) en el Peru, son 6rganos fundamentales en la diseminaci6n y fertilizaci6n del pensamiento marxista en America Latina y en la redefinici6n de la relaci6n entre identidades colectivas y gesti6n estatal. La famosa Revista de Antropofagia (cuyos 26 numeros se publican en dos "denticiones", entre mayo de 1928 y agosto del siguiente ano) marca a su vez, en el Brasil, un momenta fundamen- tal en la busqueda de una comprensi6n productiva de las culturas nacionales en America Latina y su relaci6n con los proyectos modernizadores y occidentalistas a nivel continental. Finalmente, para el analisis de fa cultura actual, situada en la encrucijada creada por el deterioro de la cultura letrada, la globalizaci6n y las polfti- cas culturales del neoliberalismo, son imprescindibles los aportes de revistas como Punto de Vista y Revista de Crftica Cultural (surgidas en 1978 y 1990, respectivamente), que ofrecen lecturas dispares pero convergentes de las problematicas regionales y de su dialogo con vertientes diversas del pensamiento crftico-cultural a nivel in- ternacional. 1 Un buen ejemplo de la trayectoria y funcion de las revistas en America latina puede verse en ellibro editado por Saul Sosnowski, La cultura de un siglo: America Latina en sus revistas, Madrid, Buenos Aires: Alianza Editorial SA, 1999. 67 IIha de Santa Catarina - semestre de 2003

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REVISTAS CULTURALES Y MEDIACI6NLETRADA EN AMERICA LATINA

Mabel MoranaUniversity of Pittsburgh;

Directora de Publicaciones, Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana

Desde el contexto actual, serfa imposible emprender unareflexi6n productiva sobre la funci6n de la cultura y particularmen­te sobre el papel mediador de las revistas Iiterarias y culturales deAmerica Latina sin atender ados ejes principales: el primero, tieneque ver con fa larga tradici6n continental, que reserva a la prensaperi6dica y luego a las revistas, tanto academicas comoindependientes, una funci6n principal en el diseno de las culturasnacionales y transnacionales, y en el asentamiento de las basesideol6gicas y culturales que conforman la noci6n de ciudadanfa y,mas ampliamente, regulan el funcionamiento de la sociedad civil.'En segundo lugar, serfa imposible no reconocer los multiples ycomplejos procesos de resignificaci6n cultural que estan teniendolugar ante nuestros ojos en el contexto de la globalizaci6n, y quedesde hace decadas estan modificandosustancialmente el campocultural.

Respecto al primer punto, ya ha sido exhaustivamente analizadoel papel que jugaron, en las distintas epoeas, revistas que impulsaronno solamente la cristalizaci6n de nuevas formas de subjetividadcolectiva sino la representaci6n de nuevos actores sociales quesurgfan a la escena social tratando de definir no s610 una voz atraves de la cual expresar sus perspectivas y demandas, sino inten­tando al mismo tiempo crear un publico que funcionara como sis­tema de control y caja de resonancia de las nuevas agendas. Paracitar s610 algunos ejemplos, en el siglo XIX, 0 Jornal das Senhoras,creado por fa argentina Juana Manso en Rio de Janeiro, es unaempresa transnacional izada de temprano feminismo americano quenuclea, como alternativa a los proyectos estatales de homo­geneizaci6n ciudadana y patriarcalismo socio-cultural, a un sectorque reclamaba nuevas formas de representatividad polftica yrepresentaci6n simbOlica. En el siglo XX, la cubana revista de avance(1927-1930) 0 Amauta, (publicada "en tres actos" entre 1926 y1930) en el Peru, son 6rganos fundamentales en la diseminaci6n yfertilizaci6n del pensamiento marxista en America Latina y en laredefinici6n de la relaci6n entre identidades colectivas y gesti6nestatal. La famosa Revista de Antropofagia (cuyos 26 numeros sepublican en dos "denticiones", entre mayo de 1928 y agosto delsiguiente ano) marca a su vez, en el Brasil, un momenta fundamen­tal en la busqueda de una comprensi6n productiva de las culturasnacionales en America Latina y su relaci6n con los proyectosmodernizadores y occidentalistas a nivel continental. Finalmente,para el analisis de fa cultura actual, situada en la encrucijada creadapor el deterioro de la cultura letrada, la globalizaci6n y las polfti­cas culturales del neoliberalismo, son imprescindibles los aportesde revistas como Punto de Vista y Revista de Crftica Cultural (surgidasen 1978 y 1990, respectivamente), que ofrecen lecturas disparespero convergentes de las problematicas regionales yde su dialogocon vertientes diversas del pensamiento crftico-cultural a nivel in­ternacional.

1 Un buen ejemplo de la trayectoriay funcion de las revistas en Americalatina puede verse en ellibroeditado por Saul Sosnowski, Lacultura de un siglo: America Latinaen sus revistas, Madrid, BuenosAires: Alianza Editorial SA, 1999.

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Como instrumento de mediaci6n cultural (que actua en la zonade contacto entre polfticas culturales hegem6nicas y proyectos al­temativos, entre creaci6n artfstica y grupos receptores, entre el sectorintelectual 0 academico y el lector que es introducido al productocultural a traves de la interpretaci6n 0 la selecci6n que lapublicaci6n Ie presenta), la revista es casi siempre una empresaeducativa - polftica y pedag6gica - aunque mas no sea por lasmaneras en que organiza y filtra los relatos de identidad y traza losvfnculos ente el campo cultural y sus afueras (regionales, nacionales,internacionales). Es, asimismo, un vehfculo del~ de determi­nados sectores sociales 0 intelectuales, que buscan proponerlo,difundirlo, legitimarlo,a traves de dil,(ersas operacionesconceptuales, y de diferentes apuestas estetico-ideol6gicas. Ycuando me refiero al gusto quiero abarcar a todas las selecciones,elecciones y preferencias - asf como a las exclusiones de ciertasformas de producci6n cultural - que marcan una determinadaadscripci6n a la dinamica/cultural en su totalidad, es decir, al siste­ma dominante de valores, ordenamiento social y proyectos polfti­cos que forman elentomo al que la praetica cultural inevitablernentese refiere. las polarizaciones entre "alta" cultura y cultura popularno son ajenas, por ejemplo, a ese establecimiento del gusto, quedepende de la compleja red de producci6n, reproducci6n y con­sumo de mercancfas culturales, en las distintas epoeas y lugares, yde los valores que esos produetos descalifican 0 consagran. AImismo tiempo, la mediaci6n letrada que la revista asume estadirectamente inmersa en la totalidad de la institucionalidad social,o sea interactua y depende, en distintos grados y formas, de laspolfticas culturales dominantes, ya sea para confirmarlas yayudara su implementaci6n, ya sea para contrarrestarlas con una nuevavisi6n de los terminos en que se define el protagonismo cultural, ydel reconocimiento que merecen sus reclamos de legitimidad poll­tica y social.

Encabalgada asf entre la institudolialidad cultural, lasimposiciones y l6gicas internas del mercado cultural, y la definici6nde sus propias agendas referidas a la representaci6n yadministraci6nde bienes simb6licos, la revista es una pieza fundamental en elprocesamiento y divulgaci6n de mensajes, la interconexi6n desectores sociales y la canalizaci6n de nuevos proyectos que se yenobligados a negociar constantemente su lugar en la esfera publica.

Por la revista circula y se recicla latradici6n, al pasar por laprueba de nuevos publicos, nuevas lecturas, nuevas demandas. Atraves de la revista se producen rearticulaciones del archivo de lacultura burguesa, y se construyen experiencias de recepci6n queexploran las audiencias y tratan de capitalizar 0 dirigir sus intereses.Tambien a traves de la revista se deSaffan procesos y pollticas,interpretaciones y programas, proyectos y dinamicas. Se inventano se ignoran fen6menos sociales, politicos 0 culturales, 0 seinvisibilizan las vinculaciones siempre complejas pero no siempreevidentes entre esos niveles. 0 sea, la revista es unapieza centraltanto en la reproduetibilidad tecnica de relatos, programas y dis­cursos, como en el fortalecimiento 0 debilitamiento de suauratizaci6n. A traves de esta forma particular de mediaci6n, enque el crftico es la pieza intermedia entre el producto de arte y surecepci6n, y el que trata de gestionar los impaetos de la mercancfasimb61ica y regular su inserci6n en el imaginario coleetivo, las zo­nas resistentes a la letra (la oralidad, las formas vastas y variadas dela cultura popular, los nuevos productos culturales para los que noexiste aun una ret6rica interpretativa formalizada) enfrentan con lainstitucionalidad letrada sus mas diversos estatutos, apoyos y re-

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damos, disputando zonas aunque sea marginales - con frecuenciade fuerte potencialidad cuestionadora y contracultural- del espaciopublico.

Si la representacion, tanto simbol ica como polltica, es ya uncampo de batalla por fa hegemon fa de los discursos, el mercadotraduce esas tensiones a niveles materiales que decretan lacontinuidad 0 desaparicion de las publicaciones que compitenpor el consumidor cultural. Es indudable que los procesos deglobalizacion han acentuado notoriamente estos fenomenos,complicandolos en la medida en que agudizan desaffos que lamodernidad solo insinuara en la primera mitad del siglo XX, endistintos grados, en las diversas partes del continente. Para empezar,la globalizacion necesita lenguages capaces de crear puentesculturales y facilitar la traductibilidad de codigos y parametrosvalorativos.2 Junto a la variada gama de lenguages y soportesvisuales, electr6nicos, y sfgnicos, las lenguas se situan en unacompetencia no soloenfrentada a las interacciones multimediaticas,sino tambien colocadas ante nuevos conflictos y luchas de poder.3

Serfa ingenuo pensar que la simultaneidad de tiempos y de espaciosque la revolucion electronica ha creado a nivel planetario creasolamente flujos de integraci6n y de intercambio que democratizan,sin otras consecuencias, el espacio cultural transnacionalizado. Masbien, resulta imprescindible enfocar la realidad de nuevas 0reforzadas hegemonfas que atraviesan el campo cultural globalizadoen un impulso por capitalizar los procesos de resignificaci6ndiscursiva y gestionar las dinamicas de hibridacion que sedesarrollan en distintos contextos.4

En este sentido, quiero destacar solamente la refuncionalizacionque se registra en la relacion centro y periferia. que en algunosaspectos podemos hacer equivaler al dualismo 'moderno' Norte!Sur, pero que se duplica tambien dentro de las regiones, a nivelnacional, entre areas urbanas y rurales, entre grupos etnicos,generos, sectores politicos, etc. Me refiero a la presion que ejercenen cualquiera de esos terrenos fuerzas hegemonicas en el afan pormonopolizar la representaci6n apelando a la existencia 0 a laformacion de un publico universal. capaz de recibir y aceptarmensajes 0 mediaciones manufacturados desde posiciones de po­der a partir de las cuales los discursos monop61icos intentan reducir,negar 0 cooptar la diferencia, que es esencial a la comunicaci6ncultural.5

En el caso particular de las revistas literarias 0 culturales que seproducen en Estados Unidos, por ejemplo, las luchas por elpredominio Iingufstico se conectan directamente no 5610 con elestado actual de 10 que tradicionalmente se conociera como "elhispanismo" 0 los estudios luso-brasileiios en relacion al amplioespacio del latinaomericanismo (entendido este como fa arena enla que se dirimen las luchas representacionales e interpretativasque tienen como objeto a la total idad de America latina). la batallapor el predominio Iingufstico se vincula tambien a la competenciapar el mercado de las lenguas dentro de la estructura socio-culturaly particularmente academica, a distintos niveles. Del complejo pro­blema que esta competencia apareja, que se relaciona a temas comolos de la traductibilidad cultural, la apropiacion de la otredad y elestatuto epistemologico desde el cual aprehender y "administrar"fa diferencia cultural, quiero rescatar solamente la problematica de10 focal. no solo en terminos geoculturales, sino tambien en termi­nos simb6licos. Me refiero, entonces, a las localidades °formas delocalizacion (0 de co-Iocacion) de los discursos y de las mediacionesa traves de las cuales estos discursos se diseminan socialmente,institucionalmente, comercialmente, en distintos contextos.

2 Gerardo Mosquera indica que Miaglobalizaci6n necesita lenguages,instituciones, yusos internacionalesque hagan posible la comunicaci6na escala planetaria"; citado porGeorge Yudice, "La reconfiguraci6nde polfticas culturales y mercadosculturales en los noventa y siglo XXIen America Latina", RevistaIberoamericana, numero especial:Mercado, editoriales y difusi6n dediscursos culturales en AmericaLatina, Maria Julia Daroqui yEleonora CrOquer, eds., LXVII, 197(Octubre-Diciembre 2001), p. 640.

3 Sobre las modificaciones de lacultura del libra y los nuevosproblemas de la representacionliteraria, ver Giselle Beigelman, 0Iivro depois do livro, 1999~desvirtual.com/gisellell.

4 Sobre algunos de los desaffos queenfrentan las revistaslatinoamericanas 0 sobre AmericaLatina en Estados Unidos, ver AndresAvellaneda, "Desde las entraiias:Revistas de y sobre Latinoamerica enlos Estados Unidos", en SaulSosnowski, ed., La cultura de unsiglo: America Latina en sus revistas,op. cit, pp. 549-566.

5 Yudice ha hablado de la relaci6nlocal/global respecto a estosproblemas, y de la necesidad de"una nueva division internacionaldel trabajo cultural". Ver "Lareconfiguraci6n de politicasculturales y mercados culturales enlos noventa y siglo XXI", p. 640.

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'Yudice es uno de los investigadoresque mas ha trabajado la cuesti6n demercados culturales,institucionalidad y difusion dediscursos. Para ver las dimensionessociales de los estudios culturales enAmerica Latina ver su articuloMEstudios culturales y sociedadcivilM

, Revista de Crftica Uteraria 8(Mayo 1994), pp. 43-53. Para 10 quetiene que ver con industriasculturales, diferencia cultural yglobalizaci6n ver MLareconfiguraci6n de politicasculturales y mercados culturales enlos noventa y siglo XXI en AmericaLatinaM.

7 Nelly Richard, MlntersectandoLatinoamerica con ellatinoarnericanisrnoM, en Teorfas sindisciplina. Latinoamericanismo,poscolonialidad y globalizaci6n endebate, Santiago Castro-G6mez yEduardo Mandieta, coordinadores.Mexico: Ed. PomJa, Colecci6nFilosofla de nuestra America, 1998;pp. 245-270.

Evidentemente, la globalizaci6n crea la necesidad de unareinserci6n de 10 local en el nivel de 10 transnacional, obligando almismo tiempo a la redefinci6n de agendas locales, regionales,sectoriales, etc, capaces de empujar productivamente los f1ujos ace­lerados y homogeneizantes de la superintegraci6n planetaria. Peropor otro lado, la reivindicaci6n de 10 local, que a muchos niveles,como George Yudice ha analizado, asegura rentabilidad a los dis­cursos porque introduce la diferencia como una variante (comouna mercanda) que estimula el consumo de bienes simb61icos,esa misma reivindicaci6n corre el peligro de ser absorbida dentrode los modelos de exotizaci6n que adrninistra la l6gica del merca­do cultural, perdiendo entonces fuerza, autenticidad, capacidadcontracultural, es decir, potencialidad para desafiar proyectos 0

modelos hegem6nicos.6 En este sentido, el dilema planteado porNelly Richard, "C6rno intersectar latinoamerica con ellatinoamericanismo?" sigue teniendo la mayor vigencia, porquenos enfrenta con los compromisos polltico-ideol6gicos que tenemosque asumir como mediadores de la cultura latinaomericana y delos conflictos sociales que ella re-presenta simb6licamente.7 Queco-Iocaci6n adquieren entonces los discursos culturales que lasrevistas diseminan, proponen, implementan? Y al mismo tiempo,c6mo regular la funci6n que el/ocus de enunciaci6n esta Hamadoa tener en los intercambios ideol6gico-culturales en el contexto dela globalidad? C6rno construir una territorialidad cultural para Ame­rica latina que sea especffica sin ser cerrada y autoreferida, queadmita f1ujos culturales y migraciones discursivas sin convertirseen una tierra de nadie, que sea nuevamente polftica sin ser sectaria,ni conservadora, ni fundamentalista? Que sea dial6gica y hastapolif6nica sin convertirse en un campo babelico donde Calibans610 puede seguir balbuceando en la lengua del amo? Quereconozca y sea capaz de integrar los f1ujos de 10 latinoamericanohacia otras inserciones geoculturales y la incorporaci6n de otrasculturas en la propia sin que esta se sienta necesariamente degluti­da, desnaturalizada, recolonizada?

Creo que las revistas, tanto por su alcance y caracterfsticas de~ culturales, como por los protocolos de lectura que propanenyel publico que son capaces de convocar, tienen un papel funda­mental que jugar en el proceso de definir, delimitar y defender esaterritorialidad. Para mencionar s610 algunos de los desaffos a quedebe responder la revista cultural en la actualidad, podernosreferirnos a los siguientes:

a) demandas del multiculturalismo, no ya en el caracter de"anodina noci6n liberal" que Homi Bahbha reconociera en el,sino en tanto realidad directamente derivada de los fen6menos demigraci6n de sujetos e ideas, implementaci6n de estrategiasculturales regionalizadas (tipo Mercosur, NAFTA, Pacto Andino, etc)e hibridaci6n etnica, lingufstica y cultural a todo nivel.

b) multilinguismo, entendido no s610 como un espacio deintercambio y comunicaci6n abierta -tampoco como el lugarbabelico donde los mensajes Iio Hegan en realidad a conectar ­sino como una arena de lucha y conflicto por la hegemonfa y aveces por el monopolio de los discursos y los saberes. Creo queahora que las lenguas compiten no s610 entre sf sino con lenguagesvirtuales y sfgnicos de distinta naturaleza, es importante reconocerque las areas de competencia y actuaci6n de las distintas lenguasestan directamente reladonadas con formas de poder y dedominaci6n cultural, de penetraci6n y re-colonizaci6n de territoriosgeoculturales y simb6licos, que luchan por el predominio - a veces

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solo por la presencia - en el contexto de las dinamicas globales.Mientras que algunos esfuerzos en la actualidad estan encaminadosa impulsar el reconocimiento de la estetica del bilinguismo 0 delmultilinguismo - tratando de administrar asr, productivamente, ladiferencia cultural- creo que debe seguirse insistiendo en las poll­ticas culturales que estan detras de los conflictos linguisticos, yenel caracter politico de estas luchas. Reconocer, entonces,· que setrata de luchas representacionales, tanto en el sentido de larepresentacion simbolica, como de la representatividad polltica dedeterminados sectores sociales y culturales que se expresan en cO­digos diversos.

c) transdisciplinariedad 0 incluso, segun algunos, post­disciplinariedad, que nos enfrenta a interrogantes, cuestionamientosy busqueda de respuestas innovadoras a problemas que atraviesanlos campos del saber, limitando al mlnimo la posibilidad de unasuperespecializacion sobre todo en el area del conocimiento cul­tural no-cientlfico. En este mismo sentido, el cuestionamiento ydebilitamiento del lugar de las humanidades como forma deconocimiento abarcador y totalizante, obliga a nueva$ formas delegitimacion del papel de la cultura y las "ciencias humanas" den­tro de los procesos actuales dominados por la comunicacion demasas, los mensajes visuales y electronicos, y los trasiegos deinformacion a nivel planetario.

d) modificacion del campo cultural y de la funcion intelectual.Ante la perdida de vigencia de la funcion mesianica heredada entiempos de secularizacion cultural de las antiguas alianzas entreIglesia y Estado, la funcion pedagogica, "heroica" e i1uminada delintelectual de los siglos XIX y buena parte del XX va dejando lugara formas de tecnificacion que rearticulan la relacion entre cultura,instituciones y sociedad civil. Mientras que en muchoscontextosel intelectual se recicla como advisor gubernamental en temas re­lacionados con el anal isis de mercados y la definicion de pollticasculturales (educativas, de financiamiento 0 subvencion de las ar­tes, de institucionalizacion 0 regulacion del acervo historico, an­tropologico, etc.) en otros casos el intelectual lucha por retenerespacios de relativa y cada vez menor autonomla con el propositode ejercer una labor "independiente" en organismos de accionsocial (ONGs) 0 en proyectos culturales acotados a problematicaslocales, sectoriales,etc, que pueden alcanzar grados diversos deincidencia y proyeccion social. Las revistas son fundamentales comoplataformas de debate y transformacion de estas funciones, y comotermometros que miden la temperatura social en el campo especr­fico de la accion cultural.

e) surgimiento de nuevas zonas de analisis aparecidas aconsecuencia de los cambios sociales, economicos y culturales queacompaiian a la globalizacion. ASI tenemos por ejemplo lainterseccion fuerte y productiva de estudios de cine, feminismo,Latino Studies, estudios gay, estudios etnicos, etc, que convergen,por ejemplo con el analisis literario, cultural e ideologico,proponiendo nuevas formas de integrar el conocimiento de lasciencias sociales (historia, antropologra, sociologra, ciencias poll­ticas) que antes mantenran un dominio independiente, en el estudiode productos y pollticas culturales. Muchas de estas nuevas zonasde estudio cultural mantienen obvias correspondencias con elsurgimiento de movimientos sociales (movimiento de los sem ter­ra, Madres de la Plaza de Mayo, zapatistas, movimiento homosexual,feminismo, ecologistas, etc.) que constituyen nuevas formas deresistencia y accion social en el contexto marcado por el modeloneoliberal. Se vinculan tambien con el recrudecimiento y cambio

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8 Ver, al respecto, para un recorridosobre estos aspectos del hispanismo,el ensayo de Sebastiaan Faber, N'lahora ha lIegado'. Hispanism, Pan­Americanism, and the Hope ofSpanishAmerican Glory (1938­1948)", Ideologies of Hispanism,Mabel Morana, ed. (en prensa).

designo de fenomenos como la violencia urbana, la intensificacionde las comunicaciones, la emergencia de nuevas formas desubjetividad colectiva, que obviamente empujan a la escena pollti­ca, social y cultural nuevos actores, sujetos, agendas, que requierenrepresentacion. Finalmente, los impulsos aportados por elpensamiento poscolonial, la teorizacion sobre la "condicionposmoderna" y la correlativa crftica de fa "modernidad periferica"en America latina, la fuerza de los Cultural Studies, etc, diversificanotoriamente,quiza con una intensidad antes desconocida ennuestro campo de trabajo, las ofertas y las demandas del trabajo!ntelectual. Este, que ya no se puede Iimitar al espacio antes preser­vado de la funcion letrada, academica y pedagogica, ni se identifi­ca necesariamente con el "compromiso" politico, ni goza de losprivilegios del mesianismo ni del reconocimiento que el "produetorcultural" tuvo en los anos de la Guerra Frfa, se enfrenta ahora aldescentramjento y a la desauratizacion de la cultura letrada y alpredominio de la razon instrumental que busca transformar lafuncion inteleetual y los mensajes y codigos en que esta se apoyaen dispositivos que transmiten un saber especializado (expertise) yal mismo tiempo negociable en el mercado vasto de los bienessimbolicos.

f) reacomodos politicos en el interior de los campos culturales.Serfa largo pero imprescindible analizar los cambios que hasufridolas nociones de "hispanismo" y deluso-brasilenismo, por ejemplo,desde su orfgenes (que pueden rastrearse a la epoca colonial) hastanuestros dfas. De estas reconfiguraciones depende la relacion "delengua" entre las "madres patrias" europeas y las culturas nacionaleslatinoamericanas, yel modo en que se ha concebido a traves delas epocas esa vinculacion. En el caso de Hispanoamerica, lasinstancias de la colonia, la independencia, la Guerrahispanoamericana de 1898, la Guerra Civil espanola, la RevolucionCubana, las celebraciones del Quinto Centenario, por ejemplo,son solo algunos de los momentos que pautan el largo caminoiniciado por el colonialismo y sostenido por mas disimuladas for­mas de reanexion cultural, reapropiaciones ideologicas, etc, quemantienen algunas revistas simbolica 0 estrategicamente asociadascon contextos culturales y polfticos anteriores, propiciando 0

impidiendo otras asociaciones. Ejemplo: Revista Iberoamericanasigue asociada por su nombre al componente "iberico", desde sufundadon en 1938, 10 cual es uno de los faetores que la mantieneajena a la cultura latino/chicanolriquena que se desarrolla en Esta­dos Unidos, entre otras cosas en atencion a la tradicion de laslenguas ibericas como marcas de diferenciacion y, a su vez, denexos culturales.8

g) vaciamiento ideol6gico que se registra a nivel social, en ge­neral, en America latina. Este fenomeno se hace evidente en par­ticular en la constitucion del campo cultural, que acusa el impactodel debilitamiento del estado y las instituciones mediadoras - polf­ticas y culturales - , los efectos de la privatizacion neoliberal, laperdida de plataformas pollticas a nivel nacional e internacional,la proliferacion y diversificacion de agendas sectoriales, eldescaecimiento de lenguages y estrategias de convocatoria popu­lar, la descreencia en discursos totalizadores, y el fraccionamientode la trama social a diversos niveles. Todo 10 anterior indica quenos encontramos no solamente ante una crisis de representacion anivel simbolico sino ante una mas profunda aun crisis derepresentatividad social (polltica), donde amplfsimos sectoressociales han perdido la voz, que es cooptada por el oportunismoideologico que trata de capitalizar el vaciamiento de la izquierda

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viendo los estudios latinoamericanos como una ti~rra de nadie quepuede ser recolonizada por las teorfas centrales. De aquf que lapregunta por la legitimidad de los discursos salvfficos desde/sobreAmerica Latina, y la redefinici6n de las dinamicas Norte/Suradquieran una nueva vigencia para el anal isis cultural en el con­texto de la globalidad post-Guerra Frfa. Esto, y la urgencia de unreagrupamiento aunque sea estrategico del pensamiento deizquierda que permita efectuar una crftica productiva de las polfti­cas culturales del neoliberalismo. La cuesti6n principal no es,entonces, a mi criterio, desde que lugar geopolftico se produce lacrftica 0 la teorfa cultural, sino desde que lugar - desde que co­locaci6n - ideol6gica se efectua el cuestionamiento de los impac­tos que el neoliberalismo es.ta teniendo en la producci6n y en elanalisis de la cultura latinoamericana.9

Para terminar, pienso que es imprescindible, en el contextoactual, una atenci6n cuidadosa a los desaffos antes anotados, yuna implementaci6n sagaz de nuevas estategias tanto profesionalescomo polftico- ideol6gicas, en el campo de la producci6n y la crf­tica de la cultura. La inserci6n de los aportes y las agendaslatinoamericanas en el espacio cultural globalizado exige unacomprensi6n amplia y abierta del espectaculo de la cultura a nivelplanetario: del modo en que funcionan sus avenidas virtuales yecon6micas, sus mensajes sfgnicos y simb6licos, y sobre todo, susactores, en la lucha por insertar las agendas locales dentro de losconflictos, intereses y fuerzas que actuan a nivel transnacional peroque repercuten directamente en nuestras comunidades culturales.Las revistas constituyen, a mi juicio, no s610 bases para proyectoscrfticos sino tambien plataformas desde las cuales se discute 0aprueban, se revelan 0 invisibilizan aspectos de la conflictividadsocial y de sus representaciones simb6licas. Los lenguages que enelias se manejan, las mediaciones que a traves de elias se efectuan,los espacios que se abren en sus paginas reales 0 virtuales remitensiempre, con mayor 0 menor inmediatez, a dinamicas mayores. Laproliferaci6n de centros en las periferias tanto como los inmensosy multiples suburbios que existen en el interior de los grandes nu­c1eos de la globalidad exigen nuevos transitos, nuevos vehfculos, yenergfas renovadas en actores culturales que tienen a su favor, enel caso de America Latina, una larga tradici6n de resistencia ycreatividad Iiberadora. Desde esas bases es que debe emprenderse,ami juicio, el reagrupamiento de los intelectuales para rehacer lasagendas de acuerdo con los desaffos que nos imponen los tiempossimultaneos de la globalidad, recordando que por massuperestructurada que pueda parecer, toda polftica termina siendosiempre local, individual y cotidiana.

• Avellaneda se refiere a este puntoal tratar la relaci6n entre estudiosIiterarios y culturales. EI tema hasiclo, sin embargo, ampliamentedebatido por Roman de la Campa yWalter Mignolo, entre otros.

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