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  • 1IntegrismoIntegrismoAo II, N 7, Septiembre 2005 - Director : Pbro. Hctor Lzaro Romero

    EDICIN ESPECIAL

  • 2EditorialEditorial

    Imagenes de tapa: Artculos de los diarios La Razn, de Espaa (del 14/3/2001) y de La Repubblica, de Italia (del 9/82000). Contratapa: 1ros. prrafos de Pascendi, homenaje de Integrismo a San Po X en el mes de su fiesta (3 de sept.).

    REVISTA INTEGRISMO N 7 - EDICIN ESPECIAL

    Sumario

    Editorial......................................................................................................................................................2

    Las negociaciones en curso entre JPII y la FSPX...................................................................................9

    Comentarios a partir del Credo..............................................................................................................35

    Informacin.......................................................................................................................................36

    ntegrismo cumple un ao. Fue un ao duro, un ao en que podemos decir que perdimos muchas cosas y tambin queganamos muchas cosas. La Providencia nonos ha abandonado. Nuestro apostolado noes muy grande, pero sabemos que esta pe-quea revista es para algunas almas una fuen-te de consuelo, y eso nos reconforta, a pesarde cualquier crtica. Queremos tambin agra-decer a todos cuantos han colaborado o cola-boran con la revista.

    Integrismo naci en un perodo muy par-ticular de la vida de la Iglesia. A lo largo denuestro primer ao, se sucedieron hechosrelevantes para la actual situacin de la Igle-sia: la muerte de Juan Pablo II y la eleccinde su sucesor, Benedicto XVI. Lamentable-mente, esta situacin, que desde estas pgi-nas hemos analizado fijando clara posicin alrespecto, no se ha solucionado; es ms, se haagravado de alguna manera, con el creci-miento de la confusin. Y tantsimas almasestn sumergidas en esta confusin, perso-nas quizs excelentes estn hundidas en estadeplorable confusin.

    Integrismo es, quiere ser, una luz, unapequea luz, en medio de tanta oscuridad.

    Quiere aportar un grano de arena a la tareade clarificar las inteligencias. Si somosintegristas, si somos antimodernistas, es por-que amamos la Verdad, con toda el alma. Laamamos, y consideramos la posibilidad deamar la Verdad, una muy inmerecida graciaque se nos ha dado. La amamos muydeficientemente quizs, pero la amamos, y soloese amor nos mueve. Ese amor gua estaslneas y nuestra publicacin; as como todonuestro ministerio sacerdotal, solo ese amornos mueve.

    Por eso, nos apena profundamente el es-tado de tantas almas extraviadas, la situacinactual en que se encuentra nuestra Santa Ma-dre Iglesia; as como el estado de nuestraPatria, como ya expresramos en nuestro pri-mer editorial. Un claro ejemplo en que se con-jugan ambas crisis lo tenemos en el siguientecaso, del que daba cuenta un correo recibidodel excelente sitio geocities somos catlicos,que mucho agradecemos:

    Proceso de canonizacin de cincoterroristas muertos. Lo autoriz el carde-nal Bergoglio, demandar varios aos.Es una decisin considerada histrica enla Iglesia. Los tres sacerdotes y dos semi-naristas podran ser declarados beatos yhasta santos. Buenos Aires, 29 de julio de2005. El arzobispo de Buenos Aires, cardenalJorge Bergoglio, acaba de autorizar el iniciodel proceso de canonizacin que deberdeterminar -luego de enjundiosos estudios

    II

  • 3en Buenos Aires y en El Vaticano- si los reli-giosos murieron como mrtires. La determi-nacin de Bergoglio puede considerarse comohistrica. La comunidad palotina en el pasvena reclamando desde hace tiempoesta medida. (...) Los sacerdotes PedroDuffau, Alfredo Leaden y Alfredo AlfieKelly y los seminaristas Salvador Barbeito yEmilio Barletti fueron encontrados muertos eldomingo 4 de julio en el saln comunitario dela parroquia San Patricio, del barrio de Bel-grano R. de la ciudad de Buenos Aires. (...)en el marco de la lucha antisubversiva de losaos 70. (...) El juez eclesistico intervinienteen la causa que se acaba de iniciar, padreCsar Sturba, dijo que se estudiar si los reli-giosos murieron por difundir la fe encar-nada en una expresin evanglica comobregar por el respeto a la dignidad huma-na, la igualdad, y el desarrollo en paz[como el obispo de La Rioja Enrique Angelelli,reivindicado por el presidente...]. El postula-dor de la causa -quien la impulsa por los pa-lotinos-, padre Adrin Francioli, dio a la aper-tura de la causa un sentido religioso: Es fru-to del Espritu santo, dijo. El presidenteNstor Kirchner, durante su visita al Vatica-no en abril ltimo, con ocasin de la iniciacindel pontificado de Benedicto XVI, visit laiglesia de San Silvestre in capite, en el co-razn de la ciudad de Roma, y deposit unaofrenda floral en la placa que recuerda a loscinco religiosos.

    La verdad sobre los curas palotinos.De vctimas inocentes a la cruda realidad,sacerdotes miembros de Montoneros; lasconfesiones de otro ex-terrorista (De unclandestino a otro), por Ernesto Jauretche,

    confeso ex oficial primero montonero. Publi-cado en la revista 3 puntos, n 133, del20 de enero de 2000, seccin lectores, enrespuesta a la nota de Bonasso (MiguelBonasso, confeso ex terrorista montonero, hoyperiodista empleado por Pgina 12. Notapublicada en 3 puntos n 132, 13/01/2000)del nmero anterior de esa revista. (...) Escierto que estuvieron esperando mi llama-do de control. Pero no lo es menos que mitarea de ese da consista en atravesar todoBuenos Aires trasladando (...) un abulta-do paquete de originales del Evita mon-tonera hasta una parroquia palotina dela calle Estomba. Tiempo despus, el gru-po de sacerdotes que me recibieron, cono-cidos hoy como vctimas de la intoleranciareligiosa, sumaron sus nombres a la vastanmina de mrtires montoneros .

    El pas (y la Iglesia) se agita en este martenebroso debido, en gran parte, al accionarde ciertas fuerzas. Por ejemplo, los medioshan informado sobre el asesinato de un ex-comisario perteneciente a la polica bonae-rense; la agencia SEPRIN afirma que la ver-sin pasional o de interna policial manejada,no sera verdica...

    Veamos como estn operando las fuer-zas aludidas, nos lo informa Adrin Salbuchien El Traductor Grfico del 3/7/2005 (co-rreo recibido el 26/8):

    Los dueos de la tierra (...) El diarioLa Nacin... ha publicado un notable artculoen su edicin del da... 3/7/2005 (pg. 6) bajoel ttulo Eduardo Elsztain: el dueo de latierra, escrito por Alfredo Sainz en el quese brindan detalles muy interesantes sobrelas actividades del Sr. Eduardo Elsztain,

    El cardenal Bergoglio durante una misa en conme-moracin de los sacerdotes palotinos (arriba izq.); laparroquia de San Patricio (arriba der.); PP. A. Kelly, A.Leaden y P. Dufau, E. Barletti y S. Barbeito (sacerdotes yseminaristas palotinos - abajo)

    C. F. deKirchner juntoa sacerdotespalotinos(arriba);ex-montonerosM. Bonasso(aliado po-ltico delgobierno) yE. Jauretche(abajo izq.y der.);emblema deMontoneros(abajo centro)

  • 4uno de los mayores terratenientes de la Ar-gentina. Brinda un amplio perfil de Elsztain, aquien identifica como socio de EdgarBronfman, presidente del Consejo MundialJudo (World Jewish Congress), y de GeorgeSoros, uno de los mayores especuladoresusurarios del mundo. Soros ingres a la Ar-gentina de la mano de Elsztain a principios delos 90 y, tras hacer buenos negocios duran-te la segunda dcada infame del menemato,se retir, no sin antes llevarse unos U$S 500millones en ganancias de nuestro generosopas. Bronfman, a su vez, lo acaba de nom-brar a Elsztain tesorero del Consejo MundialJudo, poderosa institucin supranacionalpro-sionista. Este artculo merece ser ledo (...)ya que todos (...) tenemos la obligacin deinformarnos acerca de las acciones favora-bles a los intereses del sionismo internacionalque personalidades como Elsztain, Bronfman,Soros, el Gran Rabino Metzger (que nos visi-tara la semana pasada) y hasta elpropio presidente Kirchner, entre muchosotros, parecieran estar realizando, por cuantoesas acciones van en detrimento del pas, te-niendo en cuenta que el objetivo ulteriordeclarado del sionismo internacional,incluye tomar control y posesin de am-plios sectores del territorio nacional ar-gentino. El creciente avance de este proce-so sobre nuestro pas en las ltimas d-cadas, se asemeja al proceso de avance gra-dual impulsado en Palestina en los aos 20,30 y 40 del siglo pasado, que en 1948 deriven la vejacin -incluso, genocidio- del pueblopalestino y el robo de sus tierras a manos delsionismo internacional. Ya puede percibir-se una incipiente palestinizacin de laArgentina, con los consiguientes enor-mes peligros para toda nuestra poblacin,que podra resultar en futuros conflictos (...)En la misma edicin (pg. 5) tambin nos en-teramos que el 4/7/2005 se inaugura la 7ma.Conferencia Anual de la FundacinEndeavor (...) durante la que expondrnquien es a su vez presidente de esta funda-cin, Eduardo Elsztain, junto a RobertoLavagna (ministro de economa y miembrofundador del CARI -Consejo Argentino para

    las Relaciones Internacionales-, la sucur-sal local del poderoso Council on ForeignRelations neoyorquino), junto a otros exposi-tores. Para permitir una ms profunda lectura(...) resaltamos algunos datos clave:

    Una red de Poder Mundial favorableal Sionismo internacional: E. Bronfman,presidente del W.J.C., miembro del Councilon Foreign Relations; es miembro de laorganizacin de choque sionista Anti-Difamation League, operada por la logiamasnica BNai BRith. En el mbito em-presarial, Bronfman es chairman... de WarnerMusic Group, (...) de Vivendi Music, MetroGoldwyn Meyer y Universal Studios.George Soros, miembro del C.F.R., TrilateralCommission; es fundador de los gigantescosfondos de inversin The Quantum Fund,The Soros Fund, The Dolphin Fund (juntocon Marcelo Midlin), protector de DomingoCavallo (...). IRSA, empresa inmobiliaria fun-dada por la flia. Elsztain en 1943. Sus princi-pales socios financistas internacionales, apartede Bronfman y Soros, incluyen a Samuel Zell(uno de los mayores terratenientes de EE UU(...) y Michael Steinhardt (...fundador delJewish Life Network, que promueve inicia-tivas e intereses judos y sionistas en todo elmundo). IRSA cotiza en la Bolsa de BuenosAires y en Nueva York. (...) FundacinEndeavour, Presidente en la Argentina: E.Elsztain; presidenta en EEUU: LindaRottenberg (miembro del C.F.R.). (...) Elsztaintambin reviste en el Consejo AsesorGlobal de The Endeavour Foundation deNueva York, junto a Ariel Aisiks (DirectorEjecutivo de la banca Morgan Stanley, ca-sualmente uno de los bancos donde NstorKirchner mand los desaparecidos cientosde millones de dlares de la Provincia de SantaCruz) (...) The Dolphin Fund Management,fundada en 1990 por Elsztain para adminis-trar carteras de inversiones en mercadosemergentes y en especial en Amrica La-tina. (...) Hoy a cargo de M. Mindlin, socio deElsztain en IRSA. Foro Econmico Mundialde Davos -World Economic Forum- fun-dado por Klaus Schwab, miembro de laTrilateral Commission. Anualmente rene aempresario poderosos, polticos, jefes deEstado, realezas europeas, lderes religiososy conspicuos masones en Davos, Suiza, enreuniones de planeamiento ultrasecretas.

    El Padre Julio Meinvielleya hablabla en los 70 delplan Andinia

  • 5Al continuar hablando de la crisis Iglesia-Patria, debemos mencionar el caso del obis-po de Santiago del Estero. No bamos a ha-cerlo, siguiendo el consejo del Apstol: necnominetur in vobis; y porque el tema esuna lamentabilsima consecuencia de la te-rrible crisis doctrinal instalada entre los ca-tlicos, y nuestra publicacin se ocupa direc-tamente solo de doctrina. Pero no podemospasar en silencio la inslita actitud asumidapor los obispos argentinos (y tambin por elinteresado). Por supuesto, no creemos en elconservadorismo y el progresismo de quehablan los medios. Nuestros lectores y ami-gos saben que no estamos de acuerdo en queel catolicismo albergue hoy en su interior aconservadores y progresistas, sino que todoslos que gobiernan la Iglesia son progre-sistas; unos son moderados y otros ms avan-zados, pero todos son modernistas. Sin em-bargo, no dejamos de advertir las odiosasmaniobras que muchas veces realizan losgrupos ms progresistas. La conferenciaepiscopal argentina se encuentra hoy con-trolada por progresistas bastante avanzados(solo un estadio menos que, por ejemplo,los Farinello), los que la prensa llama mo-derados. El obispo del escndalo era un cla-ro exponente de este grupo (incluso elegidopor el gobierno para asistir al Te Deumel ltimo 25 de mayo). Los obispos argen-tinos, vindose obligados a emitir una de-claracin sobre el caso, aluden (como tam-bin el interesado y la prensa tras de ellos)a un complot poltico para arruinar la ima-gen pblica del personaje, e incluso a unaconspiracin conservadora (se es el titu-lar de una revista de estos das). Si la situa-cin de la Iglesia y los obispos argentinos, nonos hubieran lamentablemente acostumbra-do a estas cosas, nos sorprendera que casino dijesen nada de la malicia del pecadocontra-natura cometido; y nos sorprenderamucho ms que pretendiera cubrirse el he-cho con una supuesta accin de medios pol-ticos y/o de catlicos conservadores (ca-tegora sta, aborrecida por los sres. obisposargentinos) para defenestrarlo e impedirque hiciese carrera. El tratamiento dado porlos prelados, los medios polticos y en ciertamedida por la prensa, fue sospechosamentemuy benvolo, claro, se trataba de un aliadoideolgico...

    El nudo central de la crisis es doctrinal ylas recientes jornadas mundiales de la juven-tud (tristemente clebres), realizadas enColonia (Alemania) -a las que aludamos ennuestro editorial anterior- con la presencia deBenedicto XVI, lo muestran muy bien. Losmismos obispos alemanes admiten que soloel 20% de los jvenes participa por motivosreligiosos... No obstante eso, el 21, Benedictocelebr la misa a la que asistieron grupostradicionalistas (cfr. editorial anterior).Pero tambin visit la Sinagoga de Colonia,donde recit una plegaria en hebreo. Y algu-nos das despus recibi a Mons. Fellay...El cual, a pesar de estos hechos -y otros- novio obstculo en encontrarse con BenedictoXVI, aunque poco antes (DICI n 118) habaadvertido sobre su formacin hegeliana e n-tima relacin con las ideas del Vaticano II,afirmando incluso que por eso, J. Ratzingerbuscara la solucin de la crisis en aquellomismo que la ha causado. Veamos ahora al-gunos textos: El primero es un correo fecha-do el 18/8/2005, con una carta de Mons.Williamson, director del seminario que la Fra-ternidad posee en nuestro pas:

    Pope Benedict XVI to meet with BishopFellay [los destacados en negrita y las notasentre corchetes nos pertenecen]

    En el nmero correspondiente a mayo-junio de la revista francesa bimensual Sousla Bannire [revista francesa sedevacan-tista en su momento, que public escritos delP. Gurard], en la pgina 7, hay una cita in-teresantsima atribuida al cardenal Ratzinger,hoy Benedicto XVI, que dice lo siguiente:

    Una fuente austriaca, que prefiere noidentificarse, nos asegur que el CardenalRatzinger le habra dicho recientemente a unobispo austriaco amigo suyo [quizs el card.Schomberg, de Viena]: Dos problemas pe-san sobre mi conciencia: el caso de Mons.Lefebvre y Ftima. En lo referente al se-gundo, me fue forzada la mano. En lo querespecta al primero, me equivoqu.

    Una imagende la

    jornadamundial

    de lajuventud...

  • 6Por supuesto que si la fuente en Austriaprefiere seguir siendo annima, no tenemosforma de verificar si el cardenal verdadera-mente dijo tal cosa sobre Monseor Lefebvrey Ftima, pero la cita tiene visos de verdad,por lo tanto vale la pena detenerse unos mo-mentos en ella.

    Con respecto a lo que dice el cardenalsobre Ftima (...) Quin forz su mano?Juan Pablo II? Alguna fuerza oculta detrsde ambos? Solamente Dios lo sabe.

    En cuanto lo que dice sobre el ArzobispoLefebvre, tambin, si la cita no es verdadera,tiene visos de verdad. En mayo de 1988, cuan-do el Arzobispo Lefebvre amenazaba conconsagrar obispos con o sin el permiso deRoma para la Fraternidad San Po X, fueRatzinger quien represent a la Santa Sedeen las negociaciones para tratar de evitar laruptura que tales consagraciones implicaran.Recordamos que el cardenal casi tuvo xitoel 6 de mayo cuando el Arzobispo Lefebvrefirm un anteacuerdo [en realidad, la firmadel protocolo de acuerdo tuvo lugar el 5 demayo, n.d.r.], pero el cardenal fall cuandoel Arzobispo, despus de una noche de insom-nio, se ech atrs. Y ahora nos llega esta citade Austria que confirma que el cardenal to-dava considera la terminacin de esas nego-ciaciones como un fracaso.

    Esta confirmacin es importante pues su-giere que el cardenal, ahora Papa, mantendrel mismo criterio para tratar con la Fraterni-dad San Po X en la audiencia que el 29 deagosto tendr con el sucesor de MonseorLefebvre, el obispo Bernard Fellay. En otraspalabras, es probable que el Papa est since-ramente convencido de que la ruptura entrela Fraternidad y Roma tiene que terminar, ysiendo as, emplear todos los medios posi-bles, incluyendo su larga experiencia en la di-plomacia romana y todo el prestigio de suactual rango, para terminar con la ruptura.

    De hecho, un acuerdo Roma-FSSPX pa-rece imposible. Y, por supuesto, si la Frater-nidad se uniera a Roma, la resistencia dela Tradicin Catlica continuara sin ella,y si el papa se convirtiera, entonces en lu-gar de la guerra apacible emprendida a su de-recha por la Tradicin, tendra que hacer fren-te a su izquierda a una guerra salvaje de losneomodernistas. De todas formas, la guerraes entre los amigos y los enemigos de la Fede Nuestro Seor Jesucristo.

    Pero lo que importa aqu y ahora a los ca-tlicos que seguirn con inters la prximareunin entre Roma y la Fraternidad, es nocaer en ninguna de las trampas que el diabloles va a tender.

    En primer lugar, el hecho de que la Fra-ternidad est pidiendo ser recibida en au-diencia por el Santo Padre no significaque est por llegar a la traicin [para estafrase y la anterior que hemos destacado, cfr.el artculo que sigue a este editorial; as comolos fragmentos del artculo de Clarn sobre elencuentro]. Si no hay contacto entre la Tradi-cin y Roma, cmo podr ser oda en Romala Verdad de la Tradicin?

    Dejemos a los catlicos que suean conla unin de la Tradicin Catlica y las presen-tes autoridades neomodernistas de la Iglesia.La Autoridad Catlica y la Verdad Cat-lica un da se volvern a unir [?], pero porel momento no hay indicios de que ese dasea maana ni pasado maana.

    Por ltimo -y sta es la trampa ms sutilde todas- no pensemos que porque el papaest bien dispuesto, no puede ser neo-modernista, o que porque es un neomo-dernista, no puede estar bien dispuesto[Puede un Papa divinamente asistido sermodernista? Cfr. el artculo que sigue a esteeditorial]. La actual crisis de la iglesia seramucho menos grave y engaara a muchamenos gente, si los neomodernistas fueranobviamente malos. Es una caracterstica de

    Benedicto XVI en Colonia, Alemania, con judos

    Imgenes del interior de la sinagoga de Colonia

  • 7estos ltimos tiempos en que los malos princi-pios estn tan extendidos, que pocos se dencuenta de ello, y mucha gente hace el malconvencida de estar haciendo el bien. sta esla causa de que la cita del cardenal tiene vi-sos de verdad cuando dice que su fracasode 1988, pesa en su conciencia . (...)

    El da del encuentro, la Fraternidad emitiel siguiente Comunicado de prensa:

    +Albano Laziale, 29 de agosto de 2005Hoy, Mons. Bernard Fellay, Superior

    General de la Fraternidad Sacerdotal SanPo X, se ha entrevistado con el Santo PadreBenedicto XVI, en su residencia de Cas-telgandolfo. Al trmino de la audiencia, rea-liz la siguiente declaracin:

    La entrevista dur alrededor de 35 mi-nutos y se desarroll en un clima sereno.La audiencia fue ocasin para la Frater-nidad de manifestar que siempre ha es-tado unida -y que siempre lo estar- a laSanta Sede, a la Roma Eterna.

    Hemos abordado las serias dificultades yaconocidas, en un espritu de gran amor por laIglesia.

    Hemos llegado a un consenso sobre elhecho de proceder por etapas en la resolu-cin de los problemas.

    La Fraternidad San Po X ruega para queel Santo Padre encuentre la fortaleza para po-ner fin a la crisis de la Iglesia, restaurandotodas las cosas en Cristo.

    +Bernard FellaySuperior General de la Fraternidad San

    Po X

    El diario La Nacin del 30/9/2005 infor-m, bajo la pluma de Jorge Rouillon, sobre elacontecimiento, de esta manera:

    El Papa recibi al lder de los lefe-bvristas. Importante gesto, a 17 aos delcisma

    El papa Benedicto XVI recibi ayer amonseor Bernard Fellay, lder del movimien-to tradicionalista fundado en 1969 por el ar-zobispo francs Marcel Lefebvre, excomul-gado en 1988 por Juan Pablo II y fallecido en1991. La audiencia privada en la residenciapapal de Castelgandolfo dur 35 minutos ysignifica un importante gesto de acercamien-to a 17 aos del cisma producido cuandoLefebvre orden cuatro obispos -entre ellos

    Fellay- sin autorizacin papal. Segn el direc-tor de prensa de la Santa Sede, Joaqun Na-varro-Valls [quien anunci:El Santo Padreha recibido al Superior General de la Fra-ternidad San Po X, quien haba solicita-do la audiencia, n.d.r.], el encuentro sedesarroll en un clima de amor por la Igle-sia y deseo de llegar a la plena comunin.Y aadi: Siendo conscientes de las difi-cultades, se manifest la voluntad de avan-zar gradualmente y en tiempos razona-bles. En la reunin particip el cardenal co-lombiano Daro Castrilln Hoyos, presidentede la Pontificia Comisin Ecclesia Dei, insti-tuida por Juan Pablo II el 2 de julio de 1988,tras las ordenaciones ilegtimas, pero vlidas,realizadas por Lefebvre en Ecne, Suiza [tam-bin particip el P. Slgny, Secretario Gene-ral de la FSSPX.]. Esa comisin se fund parafacilitar la plena comunin de aquellas perso-nas ligadas a la Fraternidad San Po X, deLefebvre, que deseen permanecer unidasal sucesor de Pedro en la Iglesia Catlica,conservando sus tradiciones espiritualesy litrgicas. Algunos sacerdotes tradiciona-listas se retiraron entonces del movimiento deLefebvre y formaron la Fraternidad de SanPedro, unida al Papa. Pero muchos perma-necieron en la lnea de rechazo a las refor-mas del Concilio Vaticano II y de cuestio-namiento del ecumenismo con otros cris-tianos, vindolo como indiferentismo ante laverdad. Cuentan con 460 sacerdotes en 50pases. En 2002, la rama brasilea, con 28.000miembros, se reintegr a la plena comunincon el Papa. Fellay expres que el encuentrose dio en un clima sereno y que la Fra-ternidad reza para que el Santo Padrepueda encontrar la fuerza para acabarcon la crisis de la Iglesia, restaurando to-das las cosas en Cristo. No se inform

    Mons. Fellay celebrando laMisa en Roma (ao 2000)

  • 8de lo tratado, pero hace un tiempo Fellay dijoque en caso de verse con el Papa le pediraque levantara la excomunin y que cada sa-cerdote pudiera celebrar la misa segn el an-tiguo rito tridentino sin tener que pedir per-miso al obispo local, hoy requerido.

    Y el diario Clarn, tambin del 30/8, encrnica de Julio Algaaraz, inform as:

    Un encuentro que deba ser secreto.El Papa se reuni con el lder del pol-mico grupo del obispo Lefebvre. Un climade conservadorismo profundo que causa in-quietud en amplios sectores de la Iglesia, do-min ayer el ambiente en la residencia estivalpontificia de Caltelgandolfo (27 km de Roma),donde el Papa Ratzinger y el lder de laultramontana Fraternidad San Po X, mon-seor Bernard Fellay, acordaron seguir jun-tos el difcil camino que debe poner fin a los17 aos del cisma que concret en 1988 elfallecido obispo Marcel Lefebvre, fundadordel movimiento. El encuentro deba sersecreto, pero un ala aun ms conser-vadora y rebelde del grupo cismtico, en-cabezada por el obispo norteamericano[en realidad, ingls] Richard Williamson,un ex-anglicano, revel que BenedictoXVI iba a recibir al sucesor de monse-or Lefebvre. El objetivo evidente deWilliamson es descalabrar la estrategia

    del obispo Fellay, un suizo, para manejarcon reserva y sin agitar las aguas la ne-gociacin con el Vaticano. (...) MonseorFellay elogi a Ratzinger cuando fue elegi-do: Hay que reconocer que Benedicto XVIfue elegido en oposicin al progresismo.El lder de los lefebvrianos record queel nuevo Papa cuando era cardenal dejentender varias veces que no compartainiciativas ecumnicas como el histricoencuentro interreligioso de Ass en 1986que promovi Juan Pablo II [?].

    En tanto, el rojo Pgina 12 [!], de lamisma fecha, record que Lefebvre lleg adecir que el Vaticano estaba ocupado poranticristos, y no minti...

    El cable de la agencia Zenit, e igualmentela pgina web del Vaticano, no presentan di-ferencias substanciales con las noticias apa-recidas en los diarios.

    El artculo siguiente (de esta edicin es-pecial de Integrismo) nos ayudar a compren-der mejor este tipo de encuentros, segn lamente de sus protagonistas. Podramos apor-tar nuestra experiencia personal dentro de laFraternidad durante las anteriores tratativas,pero preferimos callar y dejar la palabra alarticulista. No es nuestra intencin atacar anadie, sino solo invitar a la reflexin. Ningunapersona seria puede alegrarse de la destruc-cin o divisin del movimiento tradicionalistamayoritario; as como tampoco nos alegra laconfusin que reina en sus filas. Nuestra pre-ocupacin, como dijimos al comienzo, es laVerdad, la Verdad doctrinal. Y deseamosardientemente que las almas ms o menosalejadas de ella, no se pierdan y la encuen-tren. A eso consagramos estas pginas y lasque siguen. Solo la Verdad en su integridadnos har libres del error.

    El Padre Schmidberger -quien, al parecer, tambinacompaaba a Mons. Fellay- saliendo del encuentro

    con Benedicto XVI (foto agencia Reuters)

    PARA AYUDARNOS EN LA OBTENCINDE UN LUGAR DE CULTO EN CAPITAL:Puede hacernos llegar su ayuda segnse indica en la ltima pgina, tambinpuede enviarnos un giro a Moreno,Pcia. de Bs. As. (para comunicarse, vernuestro mail, telfono y direccin enltima pgina).

    NECESITAMOS SU AYUDA

    Estamos celebrando la SANTA MISA EN UNANUEVA DIRECCIN de Capital:Charlone 793 (B. de Chacarita, cerca de est.F. Lacroze) LLAMAR POR TEL., nros. lt. pg.Adems de la habitual, tenemos ahora una di-reccin de E-MAIL alternativa:integrismo @yahoo.com.arAhora puede bajar la revista directamente dela NUEVA PAGINA WEB DE Integrismo, que estsiendo mejorada: http://ar.geocities.com/integrismo/index.htm

  • 9Como hemos dicho, el 29 de agostoprximo pasado, Mons. Fellay se entrevis-t con Benedicto XVI. Nos ha parecido en-tonces sumamente oportuno e instructivo,recordar la historia remota y ms prximade las conversaciones de la Fraternidadcon el Vaticano y presentar las considera-ciones doctrinales que, sobre estos suce-sos de los aos 2000-2001-2002, hicierael Padre Ricossa en este extenso y muy va-lioso artculo. Este artculo, aparecido enel n 53 de Sodalitium de julio 2002, re-cobra una impresionante actualidad; lascosas han cambiado poco y nada (porejemplo, los PP. Aulagnier y Lagurie nopertenecen ms -fsicamente- a la Fra-ternidad).

    El artculo ha sido traducido del fran-cs y comparado con el original italiano.

    Las negociaciones en cursoLas negociaciones en cursoLas negociaciones en cursoLas negociaciones en cursoLas negociaciones en cursoentre Juan Pablo II y laentre Juan Pablo II y laentre Juan Pablo II y laentre Juan Pablo II y laentre Juan Pablo II y laFFFFFratratratratraternidad San Po X :ernidad San Po X :ernidad San Po X :ernidad San Po X :ernidad San Po X :

    hechos y consideracioneshechos y consideracioneshechos y consideracioneshechos y consideracioneshechos y consideraciones

    Por el Padre Francesco Ricossa

    Hace ya dos aos (desde la peregrinacin organizada por la Fraternidad San Po Xcon ocasin del Ao Santo) que han sido re-abiertas oficialmente, despus de la exco-munin de 1988, las negociaciones entre laFraternidad y los representantes de Juan Pa-blo II. El tiempo transcurrido nos permite ha-cer ya un primer balance: los herederos espi-rituales de Mons. de Castro Mayer se hanseparado de los de Mons. Lefebvre, e inclusoentre estos ltimos reina la divisin y el de-sacuerdo sobre lo que hay que hacer (dimisinforzada del Padre Aulagnier, tomas de posi-cin opuestas entre los Obispos). Y sin em-bargo, justamente en el mes de mayo de 2002,las negociaciones han vuelto a abrirse!

    El tiempo pasado peligra hacernos ol-vidar cuanto ha sucedido durante estos dosaos (y los anteriores). Y sin embargo sedice: historia magistra vit!

    Haremos entonces ante todo un racontode los acontecimientos para nuestros lec-tores, lo ms fielmente posible, para hacerluego un comentario que ser til para orien-tarse en la confusin creada por la situacinactual.

    PRIMERA PARTE: LOS HECHOS

    Antecedentes: de 1976 a 1988

    Las negociaciones entre la FraternidadSan Po X y Roma (segn la expresin mscorriente entre los tradicionalistas) (1), esdecir, los representantes de Pablo VI pri-mero, de Juan Pablo II despus, son un he-cho recurrente en la historia de tres dcadasde la sociedad fundada por Mons. Lefebvre,con el acuerdo, no lo olvidemos, de un obispodiocesano fiel al Concilio Vaticano II, Mons.Charrire.

    Es oportuno recordar a los ms jveneslas negociaciones que se desarrollaron en elpasado: despus de la crisis de 1976 y luegode la audiencia concedida por Pablo VI aMons. Lefebvre (11 de septiembre de 1976),Pablo VI confi el examen del caso a la Con-gregacin para la Doctrina de la Fe, por lotanto, al Cardenal Seper. Despus de la muer-te de Pablo VI y de Juan Pablo I (1978),Mons. Lefebvre fue inmediatamente recibi-do en audiencia por Juan Pablo II: el procesose convierte en negociacin, negociaciones

    1) Ms corriente, y tambin ms significativa... En efecto, el trmino Roma no es una expresin geogrfica; se utilizapara significar Papa o Iglesia. El Papa es el Obispo de Roma y la Iglesia es Catlica, Apostlica, Romana. Si en lugar deltrmino Roma, utilizado con pudor por la Fraternidad -como lo fue en otro tiempo por los galicanos y regalistas, quepretendieron oponerse a la corte romana-, se colocase el sinnimo Papa o Iglesia, la gravedad de las afirmacioneslefebvristas resultara ms clara.

    Mons. Fellay, actual superior general de laFraternidad San Po X, durante la

    peregrinacin jubilar a Roma, en el 2000

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    que fracasan en enero de 1979 (2). Sin em-bargo, los contactos prosiguieron, favorecidospor el nombramiento del cardenal Ratzingeren la Congregacin para la Doctrina de laFe (3); por otra parte, desde el 17 de septiem-bre de 1976, la Fraternidad aceptaba el prin-cipio del birritualismo, es decir, la coexisten-cia pacfica del rito conciliar y del rito tradi-cional (4). Primer resultado concreto: la con-cesin del indulto para celebrar la Misa se-gn el rito tridentino (3 de octubre de 1984),indulto inicialmente recibido con alegra porel nuevo superior de la Fraternidad, el PadreSchmidberger (5); el cual, por consejo deRoma, promovi entonces una peticin alSanto Padre. Los pedidos hechos en la po-ca por el Padre Schmidberger, eran subs-tancialmente los mismos que los propuestospor Mons. Fellay en las actuales negocia-ciones (6).

    A pesar de la entrevista de enero de 1985entre Mons. Lefebvre y el cardenal Ratzinger,se pudo comprobar que el indulto de 1984 noconstituy una brecha, como se crey, sinoque al contrario quit fieles a la FSPX, y queel tiempo pas en vano. Mons. Lefebvre tomentonces la iniciativa: anunci (como ame-naza) -en junio de 1987- consagracionesepiscopales. Como estaba previsto y era es-perado (7), el cardenal Ratzinger inicia in-mediatamente (8) tratativas a fin de evitar lasconsagraciones, tratativas que desemboca-rn en el nombramiento de un visitador apos-tlico benvolo, en la persona del Car-denal Gagnon (1987), y en la firma de unprotocolo de acuerdo por Mons. Lefebvre,el 5 de mayo de 1988. Nunca el acuerdopareci tan prximo. Sin embargo, el mismoda siguiente, Mons. Lefebvre retir su fir-ma (9), el 30 de junio consagr cuatro obispos

    2) Los documentos de este asunto fueron publicados en el libro Mons. Lefebvre y el Santo Oficio, editado por Itinraires.3) En este clima se procedi a la expulsin del seno de la Fraternidad, de los sacerdotes y seminaristas opuestos al acuerdo.

    Ver el artculo Dos cartas para toda una historia a escribir, publicado en 30 Giorni (n 7, julio 1988, pg. 10). Las dos cartasde Mons. Lefebvre a Juan Pablo II, que son, respectivamente, del 8 de marzo de 1980 y del 4 de abril de 1981, fueron publicadastambin por Sodalitium n 17, pgs. 15-16, it.; parcialmente reproducidas en ed. fr., pg. 22.

    4) Yo deseo, como Ud., la coexistencia pacfica de los ritos pre y posconciliar. Que se deje entonces a los sacerdotes ya los fieles, elegir a qu familia de rito prefieren adherir (carta de Mons. Lefebvre al presidente de Una Voce Internacional,fechada el 17/9/1976). El 3 de marzo de 1977, Mons. Lefebvre preconizaba como solucin la coexistencia de parroquiaspersonales de la Fraternidad y parroquias con el nuevo misal, aunque admitiendo que sera una situacin un poco hbrida(cfr. DICI n 7). Ver tambin la Carta a los amigos y benefactores n 16: Santsimo Padre, (...) os suplicamos decir una solapalabra, una sola palabra (...) a los Obispos del mundo entero: dejad hacer; autorizamos el libre ejercicio de aquello quela Tradicin multisecular ha utilizado para la santificacin de las almas. Qu dificultad representara una actitud seme-jante? Ninguna. Los Obispos decidiran los lugares y horas reservados a la Tradicin. La unidad se recuperara inmediata-mente al nivel del Obispo del lugar. (...) Temo que las discusiones prolongadas y sutiles no conduzcan a un resultadosatisfactorio y demoren la solucin que, estoy convencido de ello, os parecer urgente. Carta a Juan Pablo II, 24/12/1978.

    5) Sodalitium (n 5, noviembre-diciembre 1984, ed. it.) public el siguiente Comunicado a nuestros amigos y bene-factores: Por decreto del 3 de octubre de 1984, la Congregacin Romana para el Culto divino permiti nuevamente lacelebracin pblica de la Misa de siempre, con ciertas condiciones. Cualquiera que lea este decreto comprender que lascondiciones que se formulan son inaceptables para nosotros y que, por este hecho, su contenido es difcilmente aplicable[luego, aplicable de alguna manera!, n.d.r.] a nuestra obra. A pesar de todo, nos alegra esta decisin de la Santa Sede pues,por una parte, es un primer paso hacia un cambio notable en la va desastrosa en que la Iglesia ha estado comprometida ypor otra parte, los sacerdotes y los fieles que hasta el presente estaban ligados a la nueva misa por una falsa concepcin dela obediencia, pueden ahora volver sin demasiada dificultad al Santo Sacrificio de la Misa de siempre. Vemos en estos doshechos un gran provecho para la vida de la Iglesia y la salvacin de las almas. Rickenbach, 18 de octubre de 1984. PadreFranz Schmidberger. Ver Fideliter n 42, noviembre-diciembre 1984.

    6) En la Peticin al Santo Padre, que hizo publicar el Padre Schmidberger y que figura en el mismo nmero deSodalitium (n 5, pg. 31, ed. it.; ver tambin Fideliter n 43, pgs. 15-16), puede leerse: Os pedimos respetuosa y filialmente:

    - Que sea reconocida a todo sacerdote, la libertad de utilizar el Misal Romano y los libros litrgicos de 1962.- Que cese a ese efecto, para Su Excia. Mons. Lefebvre y sus sacerdotes, la injusta situacin en la cual se los ha puesto.- Que la Fraternidad Sacerdotal San Po X sea reconocida en la Iglesia como sociedad de derecho pontificio y prelatura

    personal.El tercer pedido de 1984, no es otra cosa que la proposicin oficial hecha actualmente por el cardenal Castrilln Hoyos

    a la Fraternidad, la cual, puso como condicin la obtencin de los dos primeros pedidos de entonces, adaptados al tiempopresente.

    7) Cfr. Paul Aulagnier, La Tradicin sin miedo, Servir, 2000, pg. 191.8) El cardenal Ratzinger y Mons. Lefebvre se encontraron y firmaron conjuntamente un comunicado, el 14 de julio

    de 1987.9) Este es el comentario que hace el Padre Aulagnier de estos acontecimientos: Mons. Lefebvre (...) es mucho ms

    pragmtico que terico: hasta el fin busc un acuerdo con el Vaticano y no se retir del juego, el 30 de junio de 1988, msque cuando tuvo la ntima conviccin de que el acuerdo (que sin embargo acababa de firmar) estaba condenado alfracaso... (pg. 187).

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    sin mandato pontificio, el 1 de julio recibi lanotificacin de excomunin, y el 2 de julio secreaba la Comisin Ecclesia Dei, para ges-tionar los contactos con los tradicionalistas.

    Sin embargo, en una entrevista a la revis-ta 30 Giorni, Mons. Lefebvre prevea paraun futuro cercano la reapertura de las nego-ciaciones... (10).

    Antes de la peregrinacin jubilar, o bien:quin tom la iniciativa de nuevasnegociaciones?

    La FSPX -en el clima de las actuales ne-gociaciones- ha insistido mucho en el hechode que fue el cardenal Castrilln Hoyos, pormandato de Juan Pablo II, quien tom la ini-ciativa y no la propia Fraternidad: fue Romaquien tom la iniciativa -escribe, por ejem-plo, el Padre Lagurie- y solo Roma. Todaotra interpretacin es histricamentefalsa y, en consecuencia, partisana (11).Se trata de una verdad a medias. En efecto,es cierto, como veremos, que en noviembredel 2000, despus de la peregrinacin jubilarde la Fraternidad y la entrevista a Mons.Fellay por 30 Giorni, fue el cardenalCastrilln Hoyos quien tom la iniciativa. Perola FSPX preparaba, desde haca tiempo,un nuevo clima que hiciera posible estaapertura...

    La Fraternidad toma la iniciativa: antesde la peregrinacin jubilar...

    Hemos visto como toda la historia de laFraternidad est salpicada por largos pe-rodos de tratativas con Roma, interrum-pidos por violentas polmicas y rupturas conuna iglesia conciliar, definida entonces co-mo cismtica (o viceversa). Sin embargo,

    despus de las consagraciones episcopales de1988, la actitud de la Fraternidad se endure-ci, y es comprensible; ya que era necesariodetener el xodo de tradicionalistas que,despus de Dom Grard, de Jean Madiran,del Padre de Blignires, de la Fraternidad SanPedro, etc., haban rechazado las consagra-ciones y aceptado la Comisin Ecclesia Dei.

    No obstante, al menos desde 1998 -diezaos despus de las consagraciones- se hacevisible a los ojos de todos la existencia de unproceso, iniciado ciertamente haca tiempo, deacercamiento a Roma y a los tradiciona-listas Ecclesia Dei por parte de la FSPX, oen todo caso, por una buena parte de ella.

    Lo que no poda esperarse, es que la ca-beza (al menos la ms visible) de esta nuevaestrategia, como l mismo la llama, fuera elmismo que en 1988 sostuvo con mayor con-viccin a Mons. Lefebvre en su decisin deromper las negociaciones y consagrar a loscuatro obispos; hablo del Padre Aulagnier, ex-superior del distrito francs y segundo asis-tente del superior general, Mons. Fellay. Hizoruido -y Sodalitium tambin habl del asun-to (12)- su participacin en la peregrinacinromana organizada, del 24 al 26 de octubrede 1998, por la Fraternidad San Pedro y porUna Voce con ocasin de los diez aos de lainstitucin de la Comisin Ecclesia Dei, des-pus de la excomunin de Mons. Lefebvre.El mencionado Padre particip en la con-ferencia del cardenal Ratzinger el 24 de oc-tubre, dando la seal de los aplausos, cencon sacerdotes Ecclesia Dei que rom-pieron en su momento con la Fraternidad,celebr la misa en San Pedro, cant el Credoen la misa de Juan Pablo II, asisti a la misacelebrada en la iglesia de San Ignacio pa-ra los peregrinos... (13). La iniciativa delPadre Aulagnier no era una improvisacin

    10) Lo recuerda Stefano Maria Paci, de nuevo en 30 Giorni (n 9/2001, pg. 37), al entrevistar a Mons. Fellay:Mons. Fellay, Ud. fue consagrado obispo el 30 de junio de 1988 y al da siguiente fue excomulgado lat sententi. El daposterior, Mons. Lefebvre me confi, en una entrevista a corazn abierto: He debido realizar estas consagraciones, de otromodo mi obra habra desaparecido y con ella, la Tradicin de la Iglesia. Pero en cuatro o cinco aos como mximo, Romaterminar por realizar un acuerdo con nosotros . Para justificar un eventual cambio de rumbo por parte de la Fraternidad,el actual superior del distrito francs, Padre Laurenon, escribe: que Mons. Lefebvre no haya querido ligarnos por laeternidad a la parte prudencial de sus decisiones, sus propias expresiones con ocasin de las consagraciones, lo testimonian.(...) Habr entonces que esperar sin duda algunos aos para que Roma reencuentre su Tradicin bimilenaria (19 de juniode 1988) (Fideliter, n 132, nov.-dic. 1999, pg. 2). El Padre Aulagnier refiere que Mons. Lefebvre no quiso consagrar obispoal Padre Schmidberger, entonces superior general, en vista de retomar ulteriormente las tratativas (cfr. Aulagnier, La Tradicinsin miedo, Servir, Pars, 2000, pg. 177).

    11) Padre Philippe Lagurie, El papa, la misa y la paz, editorial del n 52 (febrero 2001) de Pacte, retomado por DICIn 1, 30 de marzo de 2001.

    12) Sodalitium n 47, pgs. 84-85.13) Cfr. Aulagnier, La Tradicin sin miedo, op. cit., pg. 229-237.

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    de nuestro exuberante y simptico colega, for-maba parte de una estrategia puesta a pun-to al menos por una parte de los sacerdotesde la Fraternidad; en efecto, un congreso enla Mutualit de Pars para el dcimo aniver-sario de las consagraciones, el 21 de junio,haba reunido a sacerdotes de la Fraternidad-entre otros, al Padre de Tanoarn- y algu-nos representantes de catlicos EcclesiaDei y de otros medios conservadores (cfr.Sodalitium n 47, pgs. 84-85). Fue el PadreAulagnier en persona quien, entrevistado porel Padre de Tanoarn, explic la estrategiaque presida a estas iniciativas: La TradicinCatlica ha turbado a la Iglesia Conciliar,David contra Goliat, al punto de hacerladudar de sus certezas mal adquiridas.Ud. mismo explic, Padre [de Tanoarn],en la revista Fideliter, que el cardenalRatzinger trat de responder a las crticasde Mons. Lefebvre. Si lo logr ms o me-nos bien, no es sa la cuestin. Pero, entodo caso, la accin pblica emprendidapor la FSSPX oblig a la autoridad eclesiala dar marcha atrs respecto de sus doctri-nas, a volver a centrar su discurso y suprctica, y tanto mejor! Estamos paratradicionalizar a la Iglesia universal.Pero, como dijo el Padre Duverger, en suboletn Pacte de octubre del 2000, nodebemos detenernos en el camino. (...)Tenemos que salir de nuestras trincheras,de nuestros guetos, tenemos, lo repitosin temor, que ponernos al servicio de laIglesia universal, utilizando nuestra liber-tad para criticar las nuevas orientaciones,en la medida en que no representen msque enyesaduras que no estn destinadasa durar; y tambin para sealar todo loque va en el buen sentido, sin perdernosen la oposicin estril y en la crtica siste-mtica. (...) Ya no es tiempo de ermitaosni de Pequea Iglesia. Es tiempo del servi-cio de la Iglesia por el testimonio pblicoreflejado por el derecho de la liturgiatradicional, y por el combate doctrinal.Quisiera terminar repitiendo algo quesiempre digo: las consagraciones de 1988no son la lnea divisoria de las aguas.

    Hay que dejar de juzgar a la gente en fun-cin de su actitud en tal momento (op. cit.,pgs. 243-244). Los izquierdistas decanantes: hay que saber detener una huelga.Yo dira: es intil prolongar la escena dematrimonio [vaya a saber si la Fraternidadhar el papel de la mujer o del marido de laiglesia conciliar, n.d.r.], ya hicimos lo queera necesario: obispos (pg. 212).

    Las palabras del Padre Aulagnier sonsignificativas. La Fraternidad peligra con-vertirse en una Pequea Iglesia (volvere-mos al tema). El Vaticano (a veces IglesiaConciliar y Goliat, a veces Iglesia univer-sal, o simplemente Iglesia) est volvien-do a la Tradicin (al menos desde 1989,escribe en pgina 251; ya desde 1985, se-gn Yves Chiron, entonces colaborador deFideliter) (14); las expresiones menos felicesque todava se notan, seran enyesadurasprovisorias destinadas a caer. La Fraternidaddebe pues aliarse con las fuerzas sanas dequienes rechazaron en su momento las con-sagraciones episcopales, para acelerar estenuevo curso del cardenal Ratzinger, sea-lando las intervenciones positivas de Roma.La huelga inaugurada por la Fraternidad enlos aos 70 debe cesar, ya que se estn ob-teniendo respuestas a las reivindicaciones; essuficiente saber esperar y la Fraternidad pue-de permitrselo, habiendo adquirido con loscuatro obispos una tranquilizadora indepen-dencia jurdica (pg. 212). No es por ca-sualidad que Yves Chiron considera el librodel Padre Aulagnier como una piedra mi-llonaria (15); su juicio sobre la situacin ac-tual coincide -y supera en claridad- con el delPadre Aulagnier: La aspiracin expresadapor Mons. Lefebvre a Pablo VI -Dejadnoshacer la experiencia de la Tradicin- esescuchada cada vez ms (...) se vuelvecada da ms ridculo actuar o pensarcomo si, tras la muerte de Pablo VI (1978),la Tradicin no hubiera reconquistado susderechos, tanto en el campo litrgico comoen el doctrinal (16).

    La nueva estrategia del Padre Aulagnier,del Padre Lagurie, del Padre de Tanoarn,del Padre de la Rocque, del Padre Clier,

    14) Altheia n 7, 5 de enero de 2001, pg. 4.15) Ibidem.16) Altheia n 6, 19 de diciembre de 2000, pg. 2.

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    de un Yves Chiron; de revistas como Fideliter,Pacte, Certitudes, Boletn S. Juan Eudes(ahora Nouvelles de Chrtient), Altheia,Carta a nuestros hermanos sacerdotes, etc.,no poda pasar desapercibida... Suponiendoque fuera posible, la peregrinacin jubilar delao 2000 se presentaba como una ocasinnica para poner en prctica esta nueva es-trategia hacia Juan Pablo II. Y justamente en1998, la FSPX toma contacto con el entoncesencargado de organizar el gran jubileo, el car-denal Etchegaray (17), a fin de ponerse deacuerdo en las modalidades de la participa-cin de la Fraternidad en el acontecimiento.Durante las negociaciones, la Fraternidad pideigualmente la autorizacin para celebrar lamisa en las baslicas romanas...

    ... y durante la peregrinacin jubilar

    Si nos son desconocidos los trminos delos dos aos de negociaciones entre la Fra-ternidad y el cardenal Etchegaray, sus re-sultados estn ante los ojos de todos. A la Fra-ternidad -que llev a Roma aproximadamen-te 6.000 peregrinos- se le concedi el libreacceso a las Baslicas romanas, incluida SanPedro, con la posibilidad de rezar y predicar;oficialmente, no se concedi el permiso paracelebrar la Misa, pero en realidad Mons.Fellay -superior general de la Fraternidad- fueautorizado a celebrar la Misa en Santa Marala Mayor, el 15 de agosto (18). Y los obisposfranceses hicieron lo mismo, autorizando casien todas partes a los sacerdotes y fieles dela Fraternidad a beneficiarse de las indul-gencias jubilares (19) en sus propias iglesias:as, por ejemplo, en Pars (para la Ascensin),en Mantes-la-Jolie (18 de junio), en Lisieux(14 de octubre), en Lourdes (29 de octubre),

    en Nantes, en Lyon ..., a menudo con la posi-bilidad de celebrar la Misa (20).

    Pero hay ms. En previsin de la pere-grinacin jubilar, el cardenal Daro CastrillnHoyos, prefecto de la Congregacin para elClero, pero tambin responsable de la Comi-sin Ecclesia Dei, escribi a los cuatro obis-pos en el mes de junio, para expresar sudeseo de encontrarse con ellos (21). Es el pri-mer contacto conocido entre el cardenal ylos obispos de la Fraternidad; pero, el he-cho de que el cardenal haya sido el primeroen escribir, es suficiente para afirmar que lasnegociaciones en curso eran una iniciativaunilateral del Vaticano? La invitacin del car-denal no era la respuesta a la mano tendidapor la Fraternidad, con la organizacin de laperegrinacin jubilar?

    De hecho, la invitacin fue aceptada. Tresde los cuatro obispos (Mons. De Galarreta es-tuvo ausente) almorzaron con el cardenalCastrilln Hoyos, sin tomar en cuenta el he-cho de que l haba sido justamente el prota-gonista, solo un mes antes, de la liquidacin delas autoridades de la Fraternidad San Pedro,consideradas demasiado apegadas a la litur-gia tradicional. El encuentro convival eviden-temente no deba quedar sin continuacin...

    La entrevista a Mons. Fel lay por30 Giorni y la respuesta de CastrillnHoyos (22)

    La continuacin fue la entrevista conce-dida por Mons. Fellay a la revista 30 Giorni,dirigida por el ex-hombre de Estado dem-crata-cristiano Andreotti, y controlada porel movimiento Comunin y Liberacin.30 Giorni y Andreotti -a pesar de la estimade este ltimo, manifestada explcitamente

    17) Habamos comunicado nuestra iniciativa al Comit organizador haca dos aos. Luego, ninguna sorpresa fuerade programa (entrevista a Mons. Fellay por Massimo Mamoli, Il Giornale, 9 de agosto de 2000, pg. 15). Es lo que tambinnos recuerda S. M. Paci en 30 Giorni n 9/2000, pg. 36. Mons. Fellay pidi celebrar en San Pedro, aun sabiendo que no seraposible: pedimos el mximo, para obtener lo posible.

    18) La noticia, conocida por la mayora, fue luego referida por Chiron en Altheia n 6, 19 de diciembre de 2000, pg. 1.19) Sin embargo, en principio, los miembros de la Fraternidad, estando excomulgados, deberan ser excluidos de la

    posibilidad de lucrar las indulgencias...20) Cfr. Carta a nuestros hermanos sacerdotes n 8, diciembre 2000; Altheia n 6, 19 de diciembre de 2000, pg. 1.21) Monde et vie n 675, 16 de noviembre de 2000, pg. 13.22) La entrevista a Mons. Fellay de Stefano Maria Paci (Si el Papa me llama, yo voy. Rpido. Ms aun, corriendo),

    fue publicada en 30 Giorni n 9, septiembre de 2000, pgs. 36-39, seguida de un comentario de Paci (Su fe era evidente), pgs.40-41. La entrevista al cardenal Daro Castrilln Hoyos, de Gianni Cardinale (Signo de fe profunda), fue publicada en 30Giorni n 11, noviembre de 2000, pgs. 18-21.

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    y en varias oportunidades, por el modernismocondenado por San Po X (23)- siempre fue-ron favorables a un acuerdo con los tradi-cionalistas, y siempre mantuvieron con-tactos con el Padre du Chalard de Taveau,representante oficioso de la Fraternidad anteel Vaticano. Recprocamente, Mons. Lefebvre(en la revista Fideliter) consideraba aAndreotti como uno de los ms grandes hom-bres de Estado catlicos europeos; juicio quedejara estupefacto, si no se tuvieran en cuentaeventuales y discretas intervenciones deAndreotti en favor de Mons. Lefebvre...

    La entrevista de 30 Giorni a Mons. Fe-llay no fue entonces casual, sino que tuvolugar en un contexto bien preciso: el delacercamiento entre tradicionalistas y JuanPablo II, propiciado por Comunin y Libe-racin. La intencin est explcitamente de-clarada:

    Si el Papa me llama, yo voy. Rpido.Ms aun, corriendo. En esta frase sor-prendente, pronunciada en la entrevistaque sigue al Superior General de la Frater-nidad San Po X, el obispo Bernard Fellay,se puede mensurar la envergadura his-trica de lo que est ocurriendo en el in-terior del lefebvrismo. Un nuevo clima dedilogo. Si lo valorizan inteligentementequienes tienen por mandato divino la com-petencia de garantizar la unidad de la Igle-sia, podra implicar pasos decisivos parasanar una fractura que fue y sigue siendodolorosa. Para entender cmo ha cambia-do el clima interno de la Fraternidad, bastapensar que Mons. Lefebvre, en la vsperade las consagraciones de los obispos quecausaron el cisma, rechaz el llamadoacuciante de Juan Pablo II. El le haba

    enviado un automvil, rogndole insisten-temente que se acercara a verlo al Vatica-no, para realizar un primer intento de evi-tar la ruptura definitiva. Pero no es sta lanica sorpresa que contiene la entrevistaa Mons. Fellay. Desde su residencia enSuiza lanza un llamado al Vaticano: abridun canal oficial de dilogo (pg. 36).En efecto, en su entrevista, Mons. Fellay pidela institucin de una comisin ad hoc para eldilogo con la Fraternidad. Pero hay ms.Despus de haber desechado toda hiptesissedevacantista, Mons. Fellay propone unasolucin prctica al problema, que llevara alacuerdo:

    No esperamos que el Vaticano efec-te un gran mea culpa, diciendo cosas deltipo: Hemos promulgado una falsa misa.No deseamos que la autoridad de la Igle-sia quede ms disminuida de lo que est.Ya ha sufrido demasiado, entonces, basta.Pero Roma puede dar con los hechos,seales de un claro cambio de direccin.Un acto clarsimo sera el de permitir atodos los sacerdotes del mundo la posibi-lidad, slo la posibilidad de decir la misatridentina. (...) No sera necesario decircules son los errores de la nueva misa:sera suficiente conceder, a los sacerdotesque lo desean, la posibilidad de celebrarla misa con el rito que prefieran (pg. 39).

    A la pregunta del periodista que lo entre-vista, Mons. Fellay repite que no hay otrospedidos (este es el punto fundamental) ypromete que si eso sucediese no quiero ha-blar de reingresar, porque nosotros no nosconsideramos fuera. Pero le puedo decircon certeza que cambiara todo. S, cam-biara todo si se nos concediese, a noso-tros y a cualquiera que lo desee, la simplelibertad de poder decir la misa que la Igle-sia ha dicho siempre (pg. 39). Para Mons.Fellay tal decisin no sera difcil de tomar, yaque Roma misma, en 1986, en una reuninde cardenales, ha discutido si tomar estadecisin. Quiere decir que el Vaticano yaha considerado la posibilidad de ha-cerlo... (ibidem) (24).

    23) Este mismo n 9 de 30 Giorni que contiene la entrevista a Mons. Fellay, trae tambin en anexo el libro de Andreotti,I quattro del Ges (ya recensionado por Sodalitium), en el cual se pide la rehabilitacin del jefe del modernismo italiano,Ernesto Buonaiuti.

    24) Mons. Fellay alude a lo que revelara el cardenal Stickler, uno de los miembros de esta comisin. Las proposiciones dela comisin fueron publicadas por el Padre Aulagnier (op. cit., pg. 335), que las define como un verdadero plan de paz... osu esbozo. No se pudo hacer nada a causa de la oposicin del episcopado.

    El cardenalCastrilln Hoyos,

    protagonistaprincipal en lasnegociacionesdel Vaticano

    con la FSSPX

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    Evidentemente, la respuesta del Car-denal Castrilln Hoyos no se hizo esperar.El verbo correr me agrada muchsimo-declar el cardenal colombiano a 30 Giorni-porque nace del contenido de una fe pro-funda...; la peregrinacin jubilar de la Fra-ternidad es definida como un acto de feapostlica y de buena voluntad y el car-denal halaga al movimiento de Mons.Lefebvre, al definirlo como el pedido y elmedio de un examen de conciencia sobrela manera en que celebramos la eucaris-ta, sobre la manera en que se expresa lafe al comienzo del tercer milenio. Tambinnos permite examinar si velamos suficien-temente, siempre y en todas partes, por elrespeto de la ortodoxia en el contenido denuestras homilas, de nuestras instruccio-nes o de lo que decimos a travs de losmedios de comunicacin. En cuanto al pe-dido de Mons. Fellay (la libertad para todoslos sacerdotes de celebrar la misa en el ritoque prefieran) el cardenal fue evasivo, peroposibilista: los pedidos sern examinadoscon respeto y en la ptica del bien autnti-co de la entera comunidad eclesial.

    Sin embargo, el superior general de la Fra-ternidad ya tena -en la respuesta del carde-nal Castrilln Hoyos- todos los elementos paracomprender (si fuera necesario) que un acuer-do doctrinal era imposible; e incluso que el findel cardenal -y de Juan Pablo II- era el opues-to al de la Fraternidad! En efecto, el cardenaldeclar abiertamente que:

    1) Su tarea consiste en ayudar a los fie-les llamados tradicionalistas a descubrirmejor la continuidad doctrinal entre elConcilio de Trento y el Concilio Vaticano II(mientras que la Fraternidad sostiene -conrazn- que no hay continuidad sino ruptura).

    2) El poder sentirse legtimamente ligadoa la liturgia anterior a la reforma litrgicano significa la abolicin, ni quita a nadieel derecho de recibir la norma litrgicaen vigor en toda la Iglesia; as como el(cuasi) deber de concelebrar con el obispo eljueves santo segn el nuevo rito (la Fraterni-dad pide el permiso -para todos los sacerdotes-

    de poder celebrar con el rito antiguo? Noso-tros, por el contrario, concedemos a los sa-cerdotes de la Fraternidad celebrar... con elnuevo!).

    3) El indulto para poder celebrar la misacon las rbricas de 1962 (Juan XXIII) debe-ra revisarse... en favor de las rbricas de 1965(Pablo VI), ya que despus del ConcilioVaticano II, ciertas adquisiciones litrgicaspueden ser vlidas para toda la Iglesia.

    4) Es indispensable que los fieles(tradicionalistas) se abran a la realidadde la norma litrgica de hoy y que, clri-gos y laicos, sean formados en el respetopor la nueva liturgia y en la observanciade las verdaderas orientaciones de laconstitucin Sacrosanctum Concilium delVaticano II.

    5) Hay que trabajar para acercar anuestras parroquias y dicesis a todos losfieles que piensan que se ha producido unaruptura en la Iglesia entre el pasado y elpresente.

    6) Finalmente, quienes piensan que el Va-ticano II ha realizado una ruptura con el pa-sado manifiestan un oculto espritu ctaro.

    La intencin del cardenal de reservar a laFSSPX el mismo trato concedido a la Frater-nidad San Pedro (insercin progresiva de laFraternidad en la realidad conciliar, castigopara los refractarios a las transformaciones),no se oculta tampoco: no se entiende enton-ces cmo Mons. Fellay pudo morder el an-zuelo lanzado por el cardenal (25).

    Diciembre 2000-enero 2001: tiempo denegociaciones secretas y pragmticas

    A pesar de las intenciones claramente ma-nifestadas por el presidente de la ComisinEcclesia Dei, Mons. Fellay corri inmediata-mente al llamado de Juan Pablo II. En la en-trevista de 30 Giorni, Mons. Fellay se decla-raba dispuesto a encontrarse con el SantoPadre. Y bien, iba a obtenerlo.

    Una vez ms, Mons. Fellay debe precisarque la iniciativa viene de Roma. Recibuna carta del cardenal Castrilln Hoyos

    25) Hacemos notar al lector que Sodalitium considera las palabras del cardenal Castrilln Hoyos del todo dignas ycoherentes, si se presupone -lo que para l es evidente- la legitimidad de Pablo VI y Juan Pablo II. De esta legitimidad sedesprende lgicamente la necesaria y sincera aceptacin del Concilio Vaticano II, de la reforma litrgica, etc. La incoherenciaest del lado de la FSPX, que reconoce la autoridad de Pablo VI y Juan Pablo II (Si el Papa me llama, yo voy. Rpido. Ms aun,corriendo), para luego rechazar y condenar cuanto el Papa ha decretado y establecido.

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    fechada el 18 de noviembre, que es unainvitacin (despus de la entrevista publi-cada en 30 Giorni) para encontrarlo a finde preparar una visita al Santo Padre (26).(Mons. Fellay parece no darse cuenta que sila invitacin del 18 de noviembre hecha porel cardenal es una respuesta a su entrevistade 30 Giorni, es que la iniciativa no viene-solamente- de Roma sino tambin de la Fra-ternidad, como admite el superior del distritofrancs, Padre Laurenon) (27). Es pues enel mayor secreto (28) que Mons. Fellay viajaa Roma, donde, el 29 de diciembre, encuen-tra al cardenal Castrilln Hoyos y al da si-guiente, a Juan Pablo II (29).

    La propuesta del cardenal colombiano-precisada y desarrollada durante el encuen-tro siguiente del 16 de enero- suscita entu-siasmo entre algunos miembros de la Frater-nidad al corriente de la situacin: reinte-gracin inmediata de la Fraternidad en laIglesia con el estatuto de administracinapostlica, sin contrapartida doctrinal!El Padre Simoulin, superior del distrito italia-no e intermediario por la Fraternidad en el Va-ticano, confa: [el Cardenal] nos hizo pro-posiciones bastante insospechadas y fa-vorables. Si se puede hablar as, todo pa-reca tan bello e inesperado que apenaspodamos creerlo (30). Son los mismossentimientos que animaban a Mons. Fellay...

    Todava hoy, a ms de seis meses de distan-cia, el entusiasmo se trasluce en sus palabras,cuando describe -en la entrevista estival dePacte- esos momentos y esa proposicin:

    Durante el otoo pasado, Roma nosabord de modo totalmente inusual ynos hizo proposiciones que nos es to-dava difcil estimar hoy completamenteen su justo valor. De hecho, jurdicamente,tales facilidades no se han visto nunca.Nunca hubiramos imaginado que Romapudiese hacernos semejante proposicin.Sin duda, habrn odo hablar de esta ideade una administracin apostlica. La FSPXsera integrada en una administracinapostlica. Qu significa eso? La admi-nistracin apostlica, ordinariamente, esuna estructura diocesana o cuasi-diocesana para situaciones de crisis, enun territorio determinado. Y bien, para no-sotros ese territorio sera el mundo entero.Dicho de otra manera, se nos ofrece unaestructura que cubre el mundo entero, unaespecie de dicesis personal... (...) La ad-ministracin apostlica es mejor que laprelatura personal. En primer lugar, laprelatura personal no est necesaria-mente gobernada por un obispo; la ad-ministracin apostlica, que es unacuasi-dicesis, lo est habitualmente.Adems, y sobre todo, la accin de una

    26) Entrevista concedida por Mons. Fellay al Padre de Tanoarn y a Maxence Hecquard, publicada en la revista Pacte(n 56, verano 2001, pgs. 1, 3-5), retomada por la agencia DICI n 16.

    27) Todo comenz con el impacto muy positivo que nuestra visita jubilar dej en Roma, en agosto pasado (...) Luegode aquellos das de oracin intensa, la revista 30 Giorni conceda una larga entrevista a Mons. Bernard Fellay, superiorgeneral de nuestra Fraternidad. Una de sus frases resuena particularmente en los pasillos del Vaticano: si el Papa me llama,yo voy. Rpido. Ms aun, corriendo. De verdad, por obediencia. Por respeto filial al jefe de La Iglesia (30 Giorni, sept. 2000,pg. 8). En esta misma entrevista, Mons. Fellay precisaba el cuadro preliminar que permitira fructuosas discusiones:conceder a todos los sacerdotes del mundo la plena libertad para celebrar la misa tridentina.

    28) El secreto adoptado en esta primera fase de las tratativas, aunque es comprensible, es bastante inusual en la historiade la Fraternidad. Quien ha vivido en Ecne en tiempos de Mons. Lefebvre, sabe que el obispo fundador de la Fraternidadinformaba constantemente, no solo a sus sacerdotes sino tambin a los seminaristas de Ecne, sobre sus eventuales tratativascon Roma: anunciaba sus viajes, daba sus impresiones a la vuelta; a menudo publicaba luego los documentos relativos a lastratativas (como en el caso del libro Mons. Lefebvre y el Santo Oficio). Por supuesto, Mons. Lefebvre no deca todo a todos...pero habituaba a sus colaboradores a una gran transparencia (que desconcertaba a los responsables de la Curia romana,acostumbrados -desde siempre- a una actitud muy diferente). En esta ocasin, por el contrario, Mons. Fellay dej en lacompleta ignorancia de sus viajes romanos, no solo a los seminaristas -lo cual es muy comprensible- sino tambin a lossacerdotes, a los superiores de seminario y de distrito de la Fraternidad, los cuales no supieron nada de la situacin sino hastafines de enero. Paradjicamente, personas extraas a la Fraternidad (nosotros, entre ellos) estaban perfectamente al corrientede la situacin casi desde el comienzo (a causa de fuga de informaciones). Intil es precisar que esta actitud indispuso a muchossuperiores locales de la Fraternidad contra el Superior general.

    El secreto de los encuentros de diciembre-enero se debi no solamente a la delicadeza intrnseca de las cuestiones tratadas,sino tambin al temor -fundado, como los hechos lo revelaron- de que una buena parte de la Fraternidad por un lado, delepiscopado del otro, se opusiera a la recproca apertura de Juan Pablo II y Mons. Fellay. En efecto, todo marchaba rpidamentey sin estorbo, hasta que las tratativas -a causa de fuga de informaciones- se volvieron de dominio pblico.

    29) La agencia de prensa vaticana Zenit escribi que Mons. Fellay habra asistido a la misa del Papa. El interesadodesminti esta circunstancia en el curso una entrevista concedida a Pacte (Eso es una patraa), declarando haberseencontrado con Juan Pablo II en su capilla privada solo durante 5 minutos.

    30) Roma felix n 4, abril de 2001, pg. 1.

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    administracin apostlica no est limita-da a sus miembros. El Opus Dei, que es laprelatura personal existente hoy, no estsometida al obispo local en todo lo queconcierne a sus miembros, pero no puedeproyectar ninguna accin externa sin elacuerdo del obispo; con la administracinapostlica escapamos a esa restriccin.Podramos desarrollar una accin apos-tlica autnoma sin tener que pedir auto-rizacin al obispo diocesano, ya que ten-dramos una verdadera dicesis cuya par-ticularidad es que se extiende al mundoentero. Es muy importante que se haya he-cho una tal proposicin, ya que despusde todo, esta solucin jurdica es indita,sui generis.

    Sin quererlo, el nmero de Sodalitiumsobre los Tribunales de la Fraternidad pudoromper este clima idlico; el temor desa-pareci cuando el cardenal Castrilln Hoyos-segn se dice- asegur que eso no era obs-tculo al acuerdo: las sentencias nulas de losTribunales seran validadas por una sanatioin radice... La postura de quien llevaba lasnegociaciones, de una parte como de la otra,exclua explcitamente la cuestin doctrinal,que hubiera hecho imposible las mismas ne-gociaciones, como explicar luego en Pacte(n 52) el brazo derecho del Padre Aulagnier,el Padre Jacques Lagurie.

    Pero Mons. Fellay no poda procedera un acuerdo de este gnero sin el aval delos otros obispos, aunque ms no fuese porel hecho de que Juan Pablo II nunca con-siderara extinguido el cisma lefebvrista

    (con todos los peligros potenciales que re-presenta), si los cinco obispos no vuelventodos bajo su pleno control! La misin del su-perior general de la Fraternidad era enton-ces, obtener el consentimiento de los demsobispos para el acuerdo en cuestin... (31).La cosa no era ni es fcil, ya que los otrosobispos de la Fraternidad (la posicin deMons. Rangel siempre fue diferente) tienenms bien una postura galicana (Fraternidadindependiente y autosuficiente, jerarqua dela Tradicin, etc.) que no ve la necesidad deun acuerdo con Roma.

    Sin embargo, en la reunin del consejo ge-neral ampliado (32) de la Fraternidad, Mons.Fellay obtuvo un importante xito en favor delacuerdo... En efecto, la reunin del 13 de ene-ro da su consentimiento a las negociaciones,poniendo solo dos condiciones previas (33):el retiro del decreto de excomunin, y la li-bertad para todos los sacerdotes de rito latinode celebrar la misa de San Po V (34).

    El retiro del decreto de excomunin no esuna verdadera condicin: es evidente que encaso de acuerdo, los cinco obispos tradicio-nalistas no estaran ms excomulgados (35).En cambio, la condicin respecto de la misaes la verdadera condicin y en el mismo mo-mento en que se la plante, se saba que se po-da obtener una respuesta positiva. Primero,Mons. Fellay ya haba hablado de esta posi-bilidad en su entrevista de 30 Giorni; y elcardenal, en su respuesta, no excluy en ab-soluto esa eventualidad. Adems, exista elprecedente de la reunin cardenalicia de1986, considerada por el Padre Aulagnier

    31) En los medios de la Fraternidad, no faltar ciertamente quien nos acuse de inventar totalmente esta actitud deMons. Fellay. Pero la agencia de prensa de la Fraternidad, DICI, refiere palabras del cardenal Castrilln Hoyos que sonextremadamente significativas, y confirman cuanto sostenemos (ver en este mismo artculo, ms adelante, el comienzo delpargrafo titulado Mons. Fellay explica su posicin... su lenta evolucin hacia el Concilio (mayo 2001)).

    32) All tomaron parte, en efecto, adems de los miembros de derecho entre los cuales los dos asistentes, Aulagniery Schmidberger -ambos favorables a un acuerdo- los obispos Tissier de Mallerais, Williamson y De Galarreta; as como elPadre Rifn, que representaba a Mons. Rangel, heredero de Mons. de Castro Mayer.

    33) En la entrevista a Pacte (n 56), Mons. Fellay -despus de haber sido criticado por el uso continuo que haca de laexpresin condiciones previas, se corrige a s mismo sin decirlo: Hablando con propiedad, no se trataba, como se escribipor aqu y por all, de condiciones previas. Un catlico no puede poner condiciones a Roma.

    34) Parece haber sido el P. Rifn quien pidi la introduccin de estas condiciones que, de todas maneras, respecto de lamisa, estn substancialmente presentes en la entrevista a Mons. Fellay de 30 Giorni.

    35) Solo el ingenuo entusiasmo del Padre Lagurie (o bien, la intencin de vender un poco de humo a sus lectores) pudo,sin embargo, transformar la aceptacin de esta primera condicin de parte del cardenal Castrilln Hoyos, en una extraordinariaprimera victoria de la Fraternidad: La primera condicin no plante ninguna dificultad. Plantendolas la segunda, lasituacin no estaba aun madura. Dejmosla madurar entonces... al sol de vuestras oraciones, queridos amigos. Pero gustenya la realidad de la primera. Roma -papa y cardenal de acuerdo- no ve ninguna dificultad para levantar esta famosacensura (...) El levantamiento de la excomunin es un paso inmenso para el bien y la paz de la Iglesia (Le Mascaret n 228,marzo de 2001, pg. 1). El Padre Lagurie no se da cuenta entonces (?) de que la realidad del levantamiento de laexcomunin, existe solo en su mente. Roma est dispuesta a levantar la excomunin, si -solamente si- se llega a un acuerdo(es evidente!). La excomunin est entonces en vigor, aunque los lectores del Padre Lagurie no lo hayan percibido.

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    y el Padre Lagurie como la base de un ver-dadero plan de paz (36). Lagurie escribien Pacte (n 52, cfr. DICI n 1):

    En este punto, las negociaciones es-tn bien encaminadas. Pedimos a Roma quesimplemente firme el documento (1986) dela comisin de nueve cardenales reunidospor el papa a ese efecto. Se haban plan-teado dos cuestiones:

    a) La misa tradicional ha sido pro-hibida?

    b) Hay que liberarla para toda laIglesia?

    Se sabe que 8 cardenales sobre 9 res-pondieron No a la primera y S a la segun-da, enumerando 6 condiciones perfecta-mente aceptables para esta reintroduccinoficial de la misa de siempre. El papa es-taba preparado para firmarla, nos dijo elcardenal Stickler (que nos revel el asun-to en 1997!).

    Ahora bien, las seis condiciones per-fectamente aceptables a las que se refie-ren los PP. Aulagnier y Lagurie considera-ban el hecho de que para cada misa cele-brada en lengua latina -con o sin fielespresentes- el celebrante tiene el derechode elegir libremente entre el misal de Pa-blo VI (1970) y el de Juan XXIII (1962)(condicin n 3); teniendo en cuenta que paralas misas privadas todos los sacerdotes pue-den utilizar en todo momento la lengualatina (condicin n 2). En consecuencia, loque la Fraternidad pide como nica condicin,es el birritualismo (un birritualismo imperfec-to, por otra parte, ya que la misa de Pablo VItiene la ventaja para las misas no privadas),es la coexistencia en la Iglesia de la Misa deSan Po V (perdn, de Juan XXIII) y la Misade Lutero (segn una clebre expresin deMons. Lefebvre). Todo el resto, incluida ladoctrina conciliar, no es objeto de ninguna dis-cusin... El acuerdo parece inminente, yMons. Fellay -en carta al cardenal CastrillnHoyos del 21 de enero- confirma formalmen-te la intencin de la Fraternidad de continuary llevar a feliz trmino los coloquios en casode aceptacin de las dos famosas condi-ciones. Todo marcha viento en popa, mientrasque los contactos permanezcan estrictamenteprivados...

    Enero-febrero 2001: el secreto se filtray la Fraternidad se divide

    Sin embargo, las idas y venidas de Mons.Fellay a Roma no pasaron desapercibidas.Desde Albano Laziale, residencia del supe-rior general durante los encuentros romanos,la noticia de las negociaciones en curso sedifundi a los dems prioratos italianos de laFraternidad, y lleg hasta Verrua Savoia!Ya no era posible mantener en secreto las ne-gociaciones. El 22 de enero, Mons. Fellay,para poner fin a los rumores e indiscreciones,se ve obligado a escribir dos cartas: una a lossuperiores de la FSPX y otra (bajo forma decomunicado de la casa generalicia), a losmiembros de la Fraternidad y a los de lascomunidades amigas. Queridos cofrades:-escribe Mons. Fellay- Los rumores que cir-culan desde hace algunos das respecto denuestros contactos romanos, me obligan asalir de la discrecin que habamos adop-tado, para dar a conocer, ante todo a nues-tros miembros y a las comunidades amigas,y un poco tambin a nuestros fieles, lapostura. Los fieles, a decir verdad, debanser puestos lo menos posible al corriente...En efecto, en la carta a los superiores de laFraternidad del 22 de enero, Mons. Fellaydaba las siguientes instrucciones respecto delo que haba que decir y no decir a los fieles:El texto anexo est destinado a los miem-bros de la Fraternidad pero no a los fie-les, a los que se comunicar solo de vivavoz su contenido. El texto mismo no debeponerse en manos de los fieles hasta nue-vo aviso. Est prohibida su publicacin.No se hablar tampoco a los fieles de lasdos condiciones expresadas en el n 6.Con esto se trata de evitar hacer pensar aRoma que querramos presionar. La espe-ranza de que Roma ceda en estos puntoses tan grande, que sera verdaderamenteuna pena perder, por una indiscrecin, untal bien.

    El cardenal Castrilln Hoyos comparte laconfianza de Mons. Fellay en el buen resulta-do de las negociaciones, y no pierde ocasinpara reflejar el clima favorable: data del 29 deenero una de sus cartas al Padre Aulagnier pa-ra alabar su libro La Tradicin sin miedo (37).

    36) Cfr. P. Aulagnier, La Tradicin sin miedo, op. cit., pg. 335.37) Boletn San Juan Eudes n 64, abril del 2001, pg. 17.

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    Pero en el seno de la Fraternidad, no todoscomparten las posiciones expresadas en el li-bro por el segundo asistente de Mons. Fellay.La vspera del da en que el cardenal Castrillntom la pluma, en todos los prioratos de laFraternidad -durante la Misa dominical- sedaba la noticia de las negociaciones en curso,segn las disposiciones de Mons. Fellay; losenemigos del acuerdo podan as descubrirse.Entre ellos, el director del seminario de Ecne,Benot de Jorna; el superior de distrito de Es-tados Unidos, Mons. Williamson (uno de loscinco obispos) y, fuera de la Fraternidad, losdominicos de Avrill; los cuales, desde su re-vista teolgica Le Sel de la Terre, se presen-tan como los herederos doctrinales de Mons.Lefebvre. Mons. Fellay tuvo que organizardos reuniones en Francia (el resto del mundoparece sin influencia): el 1 de febrero, enPars, en la iglesia de San Nicols duChardonnet, con los sacerdotes del distritofrancs de la FSPX; y poco despus en elseminario de Flavigny, con los representantesde las comunidades amigas. La reuninparisina no plante dificultades particulares,ya que se limit a una comunicacin del su-perior. La ducha fra lleg de Estados Uni-dos, desde donde, de manera autnoma,Mons. Williamson publica una carta a losamigos y benefactores sobre los Contactoscon Roma, calificando sin contemplacioneslos mencionados contactos con Roma de

    traicin a la fe (38). Era fcil deducir que silas negociaciones en s mismas eran ya unatraicin, el traidor no era otro que el superiorgeneral en persona, el obispo Bernard Fellay.Ms preocupante todava fue el resultado dela reunin en Flavigny. En efecto, los domini-cos de Avrill se hicieron presentes con unamplio dossier en que exponan sus crticas aun eventual acuerdo. El dossier tuvo una am-plia difusin y -por primera vez- expuso unpunto de vista diametralmente opuesto al quese haba seguido hasta entonces: las negocia-ciones no eran rechazadas solo como inopor-tunas y peligrosas en el plano prctico (el re-ciente ejemplo de la Fraternidad San Pedropuesta bajo tutela justamente por el cardenalCastrilln Hoyos, estaba all para demos-trarlo) sino que eran radicalmente inacepta-bles, ya que no tenan ninguna cuenta del pun-to de vista doctrinal (39). Mons. Fellay no es-tuvo ciertamente contento con la actitud res-petuosa pero hostil de los dominicos (40), peroen adelante la idea haba sido lanzada; lo queequivala, en el fondo, a hacer imposible todoacuerdo con quien hoy todava ponga al Vati-cano II como norma prxima de la propia fe.Es lo que reconoci con lucidez un partidariodel acuerdo, el ex-sedevacantista PadreLagurie: Toda consideracin doctrinal (esinfinitamente triste, pero es un hecho) ten-dr por efecto inmediato obstaculizar yhacer imposible toda negociacin (41).

    38) Y Mons. Williamson deca al respecto: Hace tanto tiempo que una organizacin como la Fraternidad posee laverdad mientras que Roma no la posee y que tiene las riendas para todo lo que es catlico, que todo comportamiento, todotipo de tratativa, cualquiera sea su forma o amplitud, que permita a Roma retomar las riendas, equivaldra a una traicina la verdad. Profticamente, Mons. Williamson predice las divisiones internas de la F: Aunque las tratativas, por toda clasede razones... no desemboquen en nada, el simple hecho de haber iniciado tratativas jugar en favor de Roma y contra laFraternidad. Y eso, porque todo organizacin catlica que resiste a Roma en estado de crisis, sufre una tensin internainevitable entre quienes estn por permanecer cerca de nuestra madre Roma, y quienes estn por el alejamiento de su lepraneomodernista. Es as que entre los miembros de la Fraternidad que estn por las tratativas y los que estn en contra, va aagrandarse la fosa. Si Roma hace un ofrecimiento calculado para agradar a unos mientras desagrada a los otros, la tensinaumentar en el interior de la Fraternidad hasta el punto de ruptura. Roma al menos habr divido, si no ha vencido. (...)Lo mejor: ella [la Fraternidad] obtendr concesiones a cambio de una cierta perdida de la libertad; lo peor: de este asunto,no obtendr nada, a no ser la divisin. Posteriormente, podramos decir que lo mejor para la Fraternidad en estascircunstancias, no habra sido hablar para nada con Roma, cosa ms fcil de decir que de hacer para catlicos. Finalmente,Mons. Williamson no oculta su temor de ver caer a la Fraternidad. En ese caso, Dios suscitara otra sociedad para tomar sulugar: De la misma manera, si la Fraternidad fuese infiel a la Tradicin, caera inevitablemente, y con razn. (...) Romapodra entonces -en el peor de los casos- llegar a reducir a la FSPX a la parlisis y al silencio; si as fuese, no sera sino unjusto juicio de Dios, y la Verdad se conservara en otra parte. De qu es digna ahora la Fraternidad? El tiempo lo dir. (...)Nadie puede suprimir a Dios, a pesar de todos sus esfuerzos. Entonces, de todas maneras, rezamos por la Fraternidad, pueslas cosas seran mucho ms fciles si ella se mantiene bien. Pero al mismo tiempo preparmonos, y si ella sigue el caminode todo lo que es carne, no nos dejemos ganar por el pnico. Solo Dios basta, dice Santa Teresa de vila.

    39) El combate de la Tradicin no se reduce a reclamar la misa tradicional. Ms que nunca, debemos colocarnos enel nivel superior de la fe: denuncia del concilio, del ecumenismo, de la nueva eclesiologa, del nuevo Derecho Cannico, delnuevo catecismo, en una palabra, de la nueva religin conciliar. (...) Roma estara eventualmente preparada a ceder enparte respecto de la Misa (libera para luego atrapar), para hacer abandonar a los catlicos de Tradicin el combate dela Fe (Cfr. Tour de David, febr. 2001, pg. 5).

    40) Se dice que prohibi a los dominicos predicar en los lugares de culto controlados por la Fraternidad.41) Philippe Lagurie, El papa, la misa y la paz, en Pacte n 52, febrero de 2001, retomado por DICI n 1, 30 de

    marzo de 2001.

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    El superior de la Fraternidad se hallabaas en un atolladero entre; por un lado, la vo-luntad de llevar a trmino negociaciones tanprometedoras; por el otro, la necesidad dedefenderse de la acusacin de haber dejadode lado las cuestiones doctrinales. Finalmen-te, la cohesin interna de la Fraternidad, y delos tradicionalistas en general, estaba se-riamente amenazada...

    La Splica al Santo Padre y el librosobre la Misa

    Probablemente, Mons. Fellay pens salirde esta situacin embarazosa con la publica-cin de un texto en preparacin desde hacamucho tiempo. Se trata del estudio teolgi-co y litrgico titulado El problema de lareforma litrgica. La Misa del Vaticano IIy de Pablo VI. El libro -obra colectiva desacerdotes de la FSPX que analiza el proble-ma de la crtica de la reforma litrgica desdeun punto de vista completamente nuevo, quetiene en cuenta la literatura reformista sobrela cuestin- est precedido por una splicaal Santo Padre redactada por Mons. Fellayen Flavigny, y fechada el 2 de febrero. El en-sayo de los liturgistas de la Fraternidad fueenviado inicialmente (a mediados de febrero)a Juan Pablo II, a los cardenales Ratzinger,Medina y Castrilln Hoyos, y solamente des-pus a los obispos y sacerdotes de Francia.

    El significado de esta decisin?Las personas ms favorables al acuerdo

    vieron enseguida el peligro inherente a la di-fusin del libro; Yves Chiron expone muy bienlos sentimientos de esta categora de perso-nas cuando refiere la opinin de una figuraeminente de los catlicos Ecclesia Dei, quese pregunta si este libro no es una provo-cacin, lanzada al pblico en el momentoen que la FSPX negociaba con Roma, paratorpedear las negociaciones. Chiron, bieninformado, responde que si hubo dudas,como dije, por parte de las autoridadesde la FSPX sobre la oportunidad de pu-blicar un tal libro en este momento, nohubo voluntad de provocar. Este estudiosobre la reforma litrgica estaba en pre-paracin antes que se abrieran negocia-ciones con Roma. (...) Inclusive se puededecir que la FSSPX, con sus diferentesobras doctrinales (...) quiere contribuir

    al debate al que llam Juan Pablo II enel motu proprio Ecclesia Dei afflicta(2/7/1988), pidiendo a los telogos pro-fundizar los puntos doctrinales que, qui-zs a causa de su novedad, no han sidocomprendidos por ciertos sectores de laIglesia (42). En efecto, El problema de lareforma litrgica no es una obra de ruptura;por el contrario, el ensayo se sita, en el sur-co abierto por el Padre de la Rocque (uno desus autores) con su boletn Carta a nuestroshermanos sacerdotes, concebido para abrirel dilogo ecumnico entre los sacerdotesde la Fraternidad y el clero de Francia. Perosi en tiempos normales este libro poda serconsiderado como una apertura de la Frater-nidad hacia clero conciliar, se corra el riesgode que su difusin durante las prometedorasnegociaciones con Roma provocara de algu-na manera una reaccin por parte de la Curiay aun ms, del episcopado francs; todos locomprendieron y Chiron lo denunciaba. Sinembargo, como hemos visto, Mons. Fellayestaba como obligado -por las crticas inter-nas- a precisar el elemento doctrinal respec-to de la Misa, y -ntese bien- exclusivamentela Misa.

    En su splica, Mons. Fellay peda a JuanPablo II no solo la autorizacin para todos losacerdotes del mundo de utilizar el misal tra-dicional, sino tambin la modificacin oabrogacin de la nueva liturgia. Todavaestaba abierta una puerta al acuerdo, comosealaba Chiron: ya que si pedir la abroga-cin de la nueva misa (como hicieron los car-denales Ottaviani y Bacci en su momento)era demasiado, no era impensable pedir sumodificacin; es decir, la reforma de la refor-ma, preconizada tambin por el cardenalRatzinger.

    42) Altheia n 12, 27 de marzo de 2001, pg. 2.

    Agosto del 2000: entrada en San Pedro de la FSSPX,con ocasin de la pregrinacin jubilar

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    El cardenal Castrilln Hoyos rechaza lacondicin puesta por la Fraternidad, perotodos esperan el documento del Vatica-no que establezca el Acuerdo (febrero-marzo 2001)

    El Padre Philippe Lagurie, que ya he-mos mencionado, describe perfectamente lasituacin creada: sigue luego un perodobastante borroso (15 de febrero-1 de mar-zo), en que se sustituyen las proposicionesconcretas por los documentos doctrinales.Por perspicaces que puedan ser, estos do-cumentos son inoportunos. Sin duda el or-den pide que se acuerde primero en doc-trina, luego en reglamentacin. Pero esevidente que eso es actualmente imposible.Las dos partes lo saben, y toda considera-cin doctrinal (es infinitamente triste, peroes un hecho) tendr por efecto inmediatoobstaculizar y hacer imposible toda nego-ciacin. Quizs se puede desearlo (?), peroal menos no tener la ingenuidad de pre-tender hacer avanzar los contactos desdeesta perspectiva. En mi opinin, lo que hayque hacer es exactamente lo contrario:devolver a la Iglesia Catlica la misa ca-tlica (ubique et semper), y en 10-15 aosse volver a hablar el mismo idioma (43).

    En efecto, el superior de Albano, el PadreSimoulin, viaja a Roma el 12 de febrero pararecibir del cardenal Castrilln Hoyos unarespuesta substancialmente negativa al pe-dido de la Fraternidad; los tiempos no esta-ban maduros para conceder la autorizacin-a todos los sacerdotes del mundo- para cele-brar la Misa de San Po V (44). Para los ele-mentos de la Fraternidad hostiles al acuerdo,este primer no era la seal -esperada- delfin de las negociaciones: desde el plpito deSan Nicols du Chardonnet, Mons. DeGalarreta se apresura a anunciar el final de

    los coloquios; mientras que Mons. Fellay, encambio, endurece su posicin para con losdominicos de Avrill, culpables de haberobstaculizado el acuerdo. Los elementos fa-vorables a las negociaciones -por su parte-no se resignan. En su editorial de febrero, elPadre Simoulin se pregunta: Pero cmopodemos trabajar mientras tenemos laetiqueta de excomulgados en la frente?No soy profeta, no s que suceder esteao en la Iglesia, pero pienso que todossienten como yo que vivimos el final de unpontificado, y que hay muchas personasms dispuestas que antes a reconocer to-dos los daos causados a la Iglesia, des-de hace treinta aos, por este espritu delConcilio (45). El Padre Lagurie escribe porsu lado: la situacin no est todava madura?Hagmosla madurar! El 18 de febrero, enSaint Mary de Kansas, el Padre Schmidbergerdeclara que todos los Obispos de la Frater-nidad son favorables al acuerdo si Romaconcede las condiciones. Y el vaticanista deIl Giornale, Andrea Tornielli, entrevista alPadre Emmanuel du Chalard de Taveau (des-de siempre embajador de la Fraternidad enel Vaticano) en el cuadro de una estrategia depropaganda en favor de las negociaciones (IlGiornale, 16 de febrero de 2001). El mismoda, el Padre Aulagnier escriba una carta alsuperior general, Mons. Fellay, en la que pro-pona un compromiso: la Fraternidad podrarenunciar a pedir el reconocimiento del dere-cho -para todos los sacerdotes- de celebrarla Misa de San Po V, a cambio de un recono-cimiento de hecho, del cual detallaba las mo-dalidades (46) (cfr. DICI n 9, 25 de mayo de2001). Pero luego las cosas siguieron su cur-so. Por un lado, la Fraternidad completabasu operacin El problema de la reformalitrgica: el libro haba sido presentado el19 de febrero al cardenal Castrilln Hoyos,

    43) Philippe Lagurie, El papa, la misa y la paz, en Pacte n 52, febrero de 2001, retomado por DICI n 1, 30 de marzode 2001.

    44) Philippe Lagurie, Le Mascaret, n 228, marzo de 2001.45) Hay que notar que el Padre Simoulin no acusa al Concilio, sino al espritu del Concilio; el card. Ratzinger no tendra

    nada que decir. La cita est tomada de Roma felix n 2, febrero de 2001, pg. 1.46) Cfr. DICI n 9, 25 de mayo de 2001. En el mes de enero, el Padre Aulagnier haba escrito para el nmero de febrero

    de sus Nouvelles de chrtient. Bulletin Saint Jean Eudes (n 62), un editorial con ttulo significativo: Y si Roma decidieseacercarse a nosotros... En ese editorial, el Padre Aulagnier parece muy impresionado por el hecho de que el Padre Barthe hayaentrevistado al cardenal Ratzinger, considerndolo como un portavoz de este ltimo y del cardenal Medina cuando manifiestala intencin de estos Cardenales de acercarse a ciertos aspectos de la liturgia tradicional. Cosa curiosa: el Padre Barthe, en sumomento brazo derecho del Padre Barbara en la lucha sedevacantista contra la Tesis del Padre Gurard des Lauriers, es todavahoy -hasta prueba en contrario- sedevacantista....

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    por el Padre Selegny (47) y el Padre Simoulin;se aada una carta de Mons. Fellay, en laque este ltimo escriba al cardenal que lasnegociaciones se suspendan, a causa del re-chazo del Vaticano a aceptar la condicin so-bre la Misa (cfr. DICI n 3, 13 de abril de2001). Al mismo tiempo, el libro era remitidoal cardenal Medina (Culto divino) y al carde-nal Ratzinger (Doctrina de la Fe); el cual nodebi quedar muy turbado, ya que el 7 demarzo le escribi al Padre Aulagnier para fe-licitarlo por su libro (48).

    Mons. Fellay analiza la situacin con sussacerdotes (49) y sus fieles (50): las discusio-nes estn temporalmente suspendidas, perose espera con ansiedad una salida positivapara las negociaciones: por nuestra parte,resueltamente, no queremos empujar ni enun sentido ni en el otro. Hay en el corazndel superior general una mezcla de inquietudy de esperanza: en efecto, algunos das antes,se haban efectuado nuevos nombramientosen el seno de la Comisin Ecclesia Dei, en-cargada desde 1988 de la cuestin tradicio-nalista: ahora formaban parte el cardenalRatzinger (Congregacin para la Doctrina dela Fe), el cardenal Jorge Medina Estevez(Congregacin para el Culto divino y la disci-plina de los sacramentos), el cardenal Louis-Marie Bill (hoy fallecido, pero en el momen-to arzobispo de Lyon y presidente de la Con-ferencia episcopal francesa) y Mons. JulinHerranz (presidente del pontificio consejopara los textos legislativos) (51). La comisinas ampliada se reuni el 19 de marzo, cierta-mente para discutir sobre la Fraternidad (52).

    La inquietud de Mons. Fellay proviene deltemor de que estos nombramientos hagan msdifciles las negociaciones, al punto de hacer-las fracasar. En suma, la Fraternidad estabaentusiasmada en la primera fase de las nego-ciaciones, cuando haba una relacin directay personal con el