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Ania Revista semestral No. 6, Junio 2012 Cd. Obregón, Sonora.

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Director io

Pst. Miguel A. Sitten Sotelo 6441­ 03 06 09 Dr. Javier Gavito de la Torre 6444­ 61 75 93 Dr. Marcos Miranda Morales 6441­ 67 72 93 Mtra. Etza B. Uriarte Sánchez 6441­ 10 83 70 Mtro. Ricardo Romero Cuén 6449­ 98 27 87 Psic. Gabriel Olea Castelo 6441­ 42 66 87 Psic. Sergio Anaya Ortiz 6441­ 19 61 39 Psic. Perla J. Valdenea Escalante 6441­ 41 44 25 Psic. Kenia Ma. Tozal Carrisoza 6441­ 34 16 54 Psic. Jorge Rosas Mendivil 6441­ 37 80 33 Psic. Sergio Saulo Félix Carlon 6441­ 39 57 93 Psic. Vinicio Guerrero Avendaño 6441­ 24 71 83

Revista ANIA Es editada por el Instituto de Psicología y Psicoterapia Psicoanalítica del Noroeste A.C. Sexta publicación semestral, Junio 2012.

Todos los derechos de reproducción de los textos aquí publicados están reservados a Revista Ania

Instituto de Psicología y Psicoterapia Psicoanalítica del Noroeste A.C. Calle Morelos #702 Ote. Col. Zona Norte. Cd. Obregón, Sonora, México. C.P. 85010 Teléfono: (644) 414 10 88; E­mail: ipppnac@live.com.mx Registro en trámite

Cuadro “Calaverita de azúcar en técnica de pastel”

Autor: Eva María Osuna Chávez

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Índice

Sala de Psiquiatría Ignacio Ruiz Love……………………………………………………………………...……9

Componentes y condiciones de la interpretación Rafael Azuela ……………………………………………………………………...……...13

Cuando duermes… velas, sueñas, ensueñas, fantaseas e intersueñas Dr. Antonio Santamaría……...………………………………………………………….…23

Sostenerse en la historia Abraham Godínez….………….……….……………………………………………….….49

No dejes para mañana lo que puedas llorar hoy Luis Ricardo Ruíz……………..………………………………………………………...…55

Postmodernidad, psicopatía y psicoanálisis Ezequiel Jiménez…………………………………………………………………………...59

La Personalidad de los políticos Entrevista a Rafael Azuela Por Luciano Sabatini………………….....................................65

Arturo y sus demonios Gloria Aurora Champion Castro…………………………………………………………...69

A manera de cura….Analítica Reyna Rosangela Peña Almada………………………………..………………………..…79

A propósito de las enfermedades del silencio Miguel Ángel Sitten Sotelo………………………………………………………..……….81

Lecturas para reflexionar Javier Gavito de la Torre………………………………………….………….89

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A manera de editor ial

El tema que aparece en la portada de ANIA 6, reviste especial significado, es un dibujo realizado por una niña de 9 años, en conmemoración del día de muertos en noviembre de 2010, meses antes de su fallecimiento, por causas que forman parte de ese absurdo de la vida, sin saber si era virus o consecuencia de algo, Eva María Osuna Chávez tuvo que dejar su cuerpo aniquilado por alguna razón del silencio.

El tema que enorgullece la portada de esta revista, tiene un extraordinario significado, es una muestra del legado de una niña investida por un liderazgo natural que deja huella y se convierte en un digno ejemplo del anhelo de vivir que le caracterizó hasta el último de sus días. Huella que funciona como envoltura psíquica –utilizando el concepto de Didier Anzieu­ para todas aquellas personas que tuvieron el privilegio de vincular con Eva María.

Y en esa tesitura, hoy que estamos a punto de iniciar una tercera generación de formandos en psicoterapia psicoanalítica, ante los avatares propios de los grupos creados para la transmisión del psicoanálisis, ­haciendo propias las palabras de otros que han pasado por esto­ el psicoanálisis es un instrumento privilegiado para pensar nuestros propios conflictos institucionales, derivados del enfrentamiento con una teoría y una práctica que en sí son

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totalmente opuestas, en sus fundamentos, a la concepción pedagógica tradicional con la que vienen identificados los candidatos a formación.

Refrendamos lo dicho por Fanny Blanck­Cerejido, de que el saber teórico del psicoanálisis es transmisible y supone la formación académica, pero el saber del inconsciente supone un encuentro con el propio inconsciente. El núcleo de la formación de cada analista es el encuentro con la verdad de su propio inconsciente, y aún con sus vicios y deficiencias, la institución introduce la ley y permite la adquisición del sentido de referencia y pertenencia identificatorios.

Por eso la figura de Eva María sirve de referente creativo que contribuye a crear un ideal del yo. Un ideal del yo necesario como envoltura psíquica que le de unidad al grupo de formandos, y como dice Fanny Blank­Cerejido, que les permita contener esa ansiedad que produce el nuevo saber, donde ningún decir es concluyente y absoluto, sino por el contrario, el pensamiento psicoanalítico para ser aprendido­aprehendido reclama un desaprendizaje de los esquemas anteriores, por lo que es necesario crear espacios donde se pueda contener la angustia de los descontentos e inquietudes reales o fantaseadas de los involucrados. Si hay desmotivación, infertilidad, pasividad y falta de pasión en el aprendizaje, nos obliga a un lugar de apertura y cuestionamiento.

Queda un trabajo permanente por hacer, nacer los nuevos y encontrar el sí­mismo grupal de los ya nacidos, fortalecer la envoltura del grupo a través de alimentar el ideal del yo grupal… y por eso le damos las gracias a Eva María por su lección de vida, por ella y por los que como ella andan en busca de su propia individualidad.

¡ EHUI ¡ (sí)

Así contestaban los capitanes Yaquis ante las autoridades tradicionales

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Decía Freud que una de las formas de sublimar y promover el desarrollo, es a través del arte y de la ciencia…

El sistema educativo de alguna manera busca atender estas necesidades…

En esta ocasión merece reconocimiento especial un programa cultural promovido por la Biblioteca Pública Municipal llamado Creciendo con Arte, que ha favorecido la expresión entre otras formas a través de la pintura, con resultados dignos de elogio… decenas de infantes expresando de manera simbólica sus cargas pulsionales, derivándolas en productos de la cultura… la circunstancia permitió conocer el trabajo de los alumnos de la escuela primaria profesor Palemón Zavala Castro de la comisaría de Esperanza en el municipio de Cajeme, escuela que tuvo en sus aulas a la alumna Eva María Osuna Chávez…

Reciba nuestro saludo allá donde se encuentra… en las estrellas…

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Sala de Psiquiatr ía Ignacio Ruiz Love

De repente sin mediar explicación alguna, sintió el aire salado ­aquel aire salado que fue el primero en entrar a sus pulmones­ le golpeaba la cara, el pecho, los brazos, sintió que la arena le rozaba los ojos y lo obligaba a mantenerlos cerrados, permitiendo así que la imagen de su padre tomara forma en su cerebro.

Las imágenes se fueron aclarando, ahí estaba él, sereno, enjuto, piel matizada de costa, conjunción humana de mar, sol y tormenta veraniega, piel que encierra la historia de muchas brumas invernales.

Su rostro era el áspero marco de sonrisas nobles y bondadosas aunque a veces, también, de rictus triste camino de lágrimas amargas.

Lo recordó en las dunas donde aprendió a caminar y distinguir las cosas dándole a cada una un nombre e inventándole una historia.

Su casa estaba siempre blanca, igual a todas las casas del pueblo, y aun así la veía diferente pues de tanto recibir el rebote de luz de los médanos hacía tangible la unión de todos los colores del universo; rodeada de plantas siempre

verdes y ordenadas que desde la infancia aprendió a ver como símbolos de vida y alegría.

El rosal era el que exigía mas cuidados, pero los compensaba en los meses de la floración con sus fragancias; dos hileras de teresitas flanqueaban el camino por donde el pescador salía antes del canto matutino del gallo más viejo del corral, solo el capitán llegaba antes que el al muelle en los días que habían de hacerse a la mar buscando el codiciado camarón azul en el mar de Cortez que era su lugar de trabajo.

Cuando niño y se lograba levantar a tiempo lo acompañaba hasta el muelle que siempre estaba sucio, con manchas y olor a grasa y aceite, pescado podrido, madera húmeda; pero al mismo tiempo era un lugar de alegría, donde el ruido que producían los barcos camaroneros amarrados muy juntos uno de otro – chapoteando y chocando al ritmo de la brisa, era música que se confundía con el canto y la brisa de los marineros­.

Trató de abrir los ojos pero los músculos de los parpados no le respondieron, se convenció que no era importante, el agua

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del piso refrescaba su pecho, las brumas de su cerebro se fueron convirtiendo en los vapores del perol de la cocina, los atravesó, ahí estaba él de nuevo, niño que junto a su madre meneaba, con una cuchara de madera el agua de mar llena de camarones que por las correctas dosificaciones de calor, liquido y especias iban cambiado su color acerado y brillante al rojo tenue y su sabor al más delicado que hubiese probado paladar alguno .

Reconfirmó que la lógica de la imagen en el sueño es totalmente distinta de la lógica utilizada en la vigilia, siguió con los ojos cerrados y las imágenes le aparecieron como en/sueños, pudo ver a sus padres tomados de la mano, caminando por las calles blanquecinas a fuerza de conchas enterradas, su padre, apagando su colilla de rialtos, su madre, la señora de ojos claros y piel de aceituna, sonriente, con esa sonrisa en la cual cabían los siete hijos que desde hacía 20 años había comenzado a parir; a él le tocó ser el primero allá por 1948.

La semana anterior había recibido carta de su padre, la primera, en ella lo alentaba a seguir con todo lo que el creyera que estaba bien hecho, que aunque la prensa local había atacado mucho al movimiento, le tenía confianza, que él también había sido perseguido cuando armó la grande al denunciar a los líderes de la cooperativa que se entendían con el jefe de la policía municipal que valiéndose de su investidura se dedicaba al guateo.

“A mí me achacaron el robo de unas piezas pero todos los compañeros reconocían mi calidad y sabían de que se trataba; estuvieron a punto de suspender las salidas vía la pesca y lo hubieran hecho si no me sacan del bote y me reinstalan los muy léperos”

Le pedía que no cometiera torpezas ni le hiciera al héroe y escribiera lo más seguido posible porque su madre estaba muy nerviosa.

Y por ahí fueron pasando los rostros de su madre, siempre apacibles y bellos, perdiendo juventud frente al muelle donde jugaba consigo misma a reconocer en el horizonte rojizo el barco del amado.

La sensación de humedad que le recorría el cuerpo lo llevó hasta un recodo del rió junto a Pablo, su mejor amigo, con él iba a nadar de vez en vez en las soleadas tardes del verano, había pasado ya la hora del bochorno.

Las hojas de los álamos, se empezaron a mover y a susurrar con la brisa del sur, ellos sentados en la arena del fondo, desnudos, con el agua al cuello, saboreaban unos mangos silvestres recién cortados, habían llevado una tarraya con la que habían sacado de la poza cahuques y chihuiles (así les decían a las acamayas y bagres), a los chihuiles los devolvieron a la poza y prepararon los cahuques con limón sal y pimienta para asarlos al salir del río.

Unas risas francas y pegajosas los hicieron voltear hacia donde habían

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dejado sus ropas y las vieron, quizás tres o cuatro años menores que ellos, eran dos muchachas que se comenzaban a desvestir.

Sintió que millones de alfileres se le clavaban en la cabeza, que los músculos del cuerpo reventarían la cárcel que su propia piel le imponía, no sabía que hacer ni que decir, estaba fascinado, ninguna de sus fantasías, eróticas o no, durante el sueño o la vigilia, lo habían estremecido hasta este punto.

A excepción de la vista todos sus sentidos le funcionaban al mínimo, no podía imaginar ni pensar en su cerebro estaba únicamente la figura de ella, el tiempo perdió la posibilidad de ser medido, para él la falda duro más de un siglo en caer a tierra, su boca era de sabor tierno y salado como ahora, nunca supo, ni trato de averiguarlo como él y ella –la de falda blanca, ancha y bordeada en rojo­ se habían escogido, cuando ella fabricando un cuenco con su mano, le echo agua en la cara mientras le decía sin el menor dejo de ofensa, que cerrara la boca, que se le iba a meter una mosca.

El hubiera querido responderle, decirle mentiras, comportarse como si hubiese conocido mujer con anterioridad, pero le era imposible, ni siquiera podía voltear a ver a Pablo que estaba en las mismas circunstancias, su lengua era un ladrillo.

Ella se dio cuenta de la situación, se sumergió para salir a la distancia exacta donde su vaho se confundía con el resoplido masculino, lo tomo de la mano,

sintió como si una descarga eléctrica lo golpeara justo en el centro del placer.

El cuerpo de tigre tensionado iba aflojando mientras las caricias lo iban recorriendo, también él al principio torpemente, fue llevando sus dedos por ese mundo hasta entonces desconocido – piel de mujer en cercanía amorosa­ el deseo y la ternura se atropellaban en su expresión mientras los dos crecían.

Se transformó el instinto animal en deseo humano, potenciando el placer a cada abrazo, ahí bajo el agua, su primera cópula, su segunda, su tercera…….. el sentirse embriagado, que todo era bello, que todo era bueno y que todo le daba vueltas.

Ahora también, todo le da vueltas, entre otras cosas la cara de ella, destrozada a golpes como la vio en aquel semanario pornopoliciaco, él sabía que al río habían ido un jueves, era la fotografía de un burdel asqueroso, supo que los jueves iban a bañarse al río las muchachas de la zona de tolerancia, el nunca estuvo en una de ellas, ahora duda de la existencia de lo bello y lo bueno, pero sí que aquel jueves se juntaron con la pureza y el estaba presente.

Se dio cuenta que el dolor en el pecho había desaparecido y volvió a recordar a Pablo, su compañero de siempre, de cuando se hicieron a la mar por primera vez tomando una lancha sin permiso.

Se habían alejado como cinco kilómetros de la costa cuando se quedaron sin

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gasolina, tuvieron que regresar a golpe de remo, al recibirlos su padre puso cara de circunstancias y le impuso un castigo pero lo traicionaban sus ojos que brillaban de orgullo al verlo con las manos desolladas y el cuerpo molido soportar el sermón con la cabeza en alto y sin decir palabra; como no se iba a acordar que ambos compañeros quisieron cargar con la culpa del otro, eran de la misma edad y entre ellos no había secretos.

A lo lejos se oyó un silbido, ahí venían él y Pablo en el tren, venían a estudiar a la ciudad de México, venían por primera vez, no sabían cuando volverían a correr por las playas.

El cansancio de cruzar durante 30 horas seguidas todos los climas en un vagón de segunda desapareció cuando las primeras edificaciones citadinas se dejaron ver, ahí estaba Tlaltelolco con sus torres que tanto le impresionaron cuando leyó una postal “aquí vive cinco veces más gente que en todo el municipio” le había escrito su primo mayor.

Venía al Politécnico, a biología, con una beca que otorgaba la cooperativa al mejor estudiante entre los hijos de los pescadores, el único que se la podía haber disputado venia a su lado, pero Pablo, había tomado desde mucho antes la decisión de ingresar a la Escuela Médico Militar.

Hace casi dos años que había llegado, y aquí estaba otra vez en la plaza que tantas veces le había servido de refugio a

su nostalgia, sentado sobre las piedras seculares, trabajadas por la mano humana y los elementos, rumiaba el recuerdo de la lejanía.

Esta vez no estaba solo, la plaza era en esta ocasión, entidad centrifuga de aquellos que habían empeñado el corazón en los dos últimos meses, era la euforia de un cambio y él se sentía parte importante de ella.

Antes de que se hiciera el vacío, la oscuridad total y los recuerdos vio un cohete, una bengala que surco el cielo y su estallido siguió repitiéndose hasta que lo dejo sordo.

A mí me lo dijo ella, era estudiante de psicología y lo vio durante una de las prácticas que hizo con su grupo en el hospital militar, su ficha, la 675, decía ESQUIZOFRENIA y que el cuadro se había presentado en la madrugada del tres de octubre de 1968.

Después con sus compañeros averiguó que se llamaba Pablo N. que era el mejor estudiante de la médico, que esa noche su generación cubría la terrible tarea de meter cadáveres al incinerador, hasta entonces no había dado señales de ningún problema, pero esa noche, el rostro de sus compañeros aun denotaba impresión al platicarlo, al ver a aquel cadáver pegó un grito y empezó a asegurar que estaba cubierto de algas y que por su boca salían volando las gaviotas

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Componente y condiciones de la interpretación Rafael Azuela de la Cueva

Esta colaboración es parte de una serie de reflexiones que Ania me permite compartir con lectores amables e interesados en la formación en psicoterapia psicoanalítica cuya complejidad comienza desde el modo particular en el que debe ser transmitida en razón de la naturaleza de su objeto, el acontecer psíquico cuya complejidad requiere de una perspectiva de discernimiento particular.

Recordemos que estamos hablando de terrenos del pensamiento. Lo pensado y lo sentido es lo que nos interesa. A diferencia del oficial del ministerio público que se dedica a los hechos, nosotros nos avocamos a sus motivaciones como oportunidad de acceso al devenir psíquico. De allí que el psicoanálisis nos enseña, como único modo de proceder el pensar y re pensar, y aunque su terapéutica implica una técnica, y tecné no admite dobleces, reducir la formación a mero adiestramiento limita la esencia crítica del re pensar analítico. Así, cuando se trata de transmitir el modo singular de su proceder nos encontramos con la particular dificultad de discernir un método (técnica) con el cuidado de que

ello no encasille nuestro pensar y re pensar.

Nuestra aproximación al acontecer psíquico ha de contar con un instrumental en cuyo uso nos podemos habilitar solo si lo adquirimos críticamente. Es decir, bajo la pregunta permanente acerca de cómo entendemos tal o cuál proceder desde nuestra subjetividad. Es a lo que me refiero cuando hablo de que el psicoanálisis no se aprende como la geografía, pues el método ha de provenir necesariamente de la naturaleza del objeto al que se debe.

En entregas anteriores he procurado delinear, hasta donde ello es dable, la naturaleza de la relación que hace posible el trabajo analítico entre consultante y analista poniendo el acento en la escucha. En esta ocasión me referiré al instrumento de la interpretación, al modo en que le entiendo y aquel en el que considero resulta inadecuada su transmisión, riesgo del que creo nos protegemos poniendo el acento en él qué entendemos por interpretación antes del cómo y el qué interpretar. Orden del que vendrá por añadidura el ejercicio de una facultad en

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desarrollo y no el resultado de una instrucción.

La interpretación posible

Al preguntar sobre su pertinencia práctica comencemos por reconocer su lugar en el pensar analítico para distinguir su naturaleza, respecto a su propósito y su proceder, en el que han de separarse, a su vez, las condiciones que le hacen posible respecto a sus componentes. Es decir, reconoceremos a la interpretación como el modo mismo del pensar analítico y de ahí como una herramienta de su proceder terapéutico poniendo el acento en que tal continuidad obedece a la naturaleza misma de su obrar y no a la mera indicación de una modalidad técnica.

En cuanto a su naturaleza la interpretación es componente indispensable en el pensar analítico ante la vida mental. Nuestra búsqueda es la de sentido o significado pues no se trata de un objeto inmediato a la observación sino solo a través de sus efectos en conducta a la que el pensar analítico trasciende para escudriñar en aquello solo asequible en su traducción a manera de lenguaje cifrado. En otras palabras, el conocimiento de las expresiones subjetivas del consultante tiene valor a partir de que se identifican significados en las mismas. Para la psicología lo arrojado por la observación son datos solo a partir de que se ha desentrañado su significado.

De ahí que la herramienta de aplicación del aparato de conocimiento psicoanalítico es, por excelencia, la

interpretación, que permite la identificación de los factores psicológicos participantes, o si se quiere precipitantes, en un fenómeno que se pretende estudiar. Para efectos de integridad teórico­ metodológica se define a la interpretación como la identificación de signos que denotan el sentido psicológico de un fenómeno. Le llamamos interpretación pues tal sentido no se encuentra a la vista y su acceso solo es posible a través de una adjudicación siempre sujeta a comprobación.

Como objeto de conocimiento hemos de contentarnos con el carácter indeterminado del devenir psíquico. Lo que llamamos sentido es aquello que se revela por la vía de una adjudicación en forma de hipótesis. Estamos hablando de significado y representación como elementos propios del lenguaje psicológico, pues el reino de la psicología es el reino del significado, así como de la interpretación a manera de adjudicación de sentido que en el ser humano se activa por un principio de adaptación primordial a un medio común en el que comparte un código psicológico elemental sin el cual es imposible desentrañar el sentido de su objeto. Permanecer impávidos, sin interpretar, ante el objeto que nos implica es una simulación que falsea la noción de objetividad. Pero como instrumento de aproximación ha de evitar una adjudicación teleológica. Como aquellas que pretenden la demostración de un supuesto por la vía de la interpretación emitida a manera de sentencia.

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Riesgo del que nos protegemos siendo consecuentes con la interacción observación/ interpretación del método analítico, reconocida por etnólogos y otros estudiosos de lo social. Determinación que se verifica en dos direcciones: de la interacción con el objeto se desprende la adjudicación de sentido y a la vez la adjudicación de sentido es propiamente un evento de interacción entre sujetos semejantes cuya diferencia estriba en la posición del observador, quien aún así está sujeto a revelarse en la interpretación que hace en su observación. Dada la naturaleza de tal interacción el observador puede confiar en las claves de identidad con el objeto desde las que realiza su observación. De ahí que el propósito de la interpretación es colocarse en tal interacción.

La propuesta del método proviene entonces de la disposición del observador para incluir las implicaciones de su interacción con el objeto como elemento de proximidad a su naturaleza particular. A diferencia de esta posición interactiva, la posición positivista supone el valor de objetividad en razón de la distancia del observador respecto a su objeto.

Frente a esta perspectiva se sostiene que no puede erigirse en observador aquel para el que no tiene sentido alguno el objeto que pretende conocer, ni se puede suponer ajeno aquello que se pretende conocer. Nuestro objeto es observable en virtud de la interpretación que guía la observación, al proveer una serie de hipótesis que necesariamente indicarán los giros en la observación. El objeto no

es modificable por la mera presencia del observador sino a partir de la interpretación que éste hace para poder observarlo, siendo en su percepción en la que el objeto se modifica, lo cual determina, a su vez, los próximos eventos de interacción. El grado de indeterminación que ello implica para las ciencias del hombre se limita por el hecho de que tal observación se guía, a su vez, en una teoría construida sobre eventos previos de observación/interpretación sometidos a reglas lógicas de construcción del conocimiento sobre objetos similares.

Respecto al proceder aseveramos que en el reino del significado hay que cuidarse de la causalidad que busca reducir la perspectiva a la necesidad de dominio ante la amenaza de lo indeterminado. De la ansiedad que despierta un objeto tan abierto como el inconsciente, surge la tentación de acotarlo a su origen con la expectativa de que este logre ponerlo quieto en su indeterminación. Habrá que estar pendiente, entonces de la diferencia entre causa y significado como dos caminos distintos que se dirigen a la explicación de un fenómeno. Mientras que la primera explora el origen en la pretensión de explicar el hecho, la segunda identifica el sentido que tiene el mismo y sobre el que puede o no buscarse un propósito. Pero esta necesidad de dominio puede aparecer también en la reducción de la búsqueda de sentido a la adjudicación de un propósito que pretende funcionar realmente como explicación.

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Otro peligro del que habrá que estar alerta en el proceder es el afán de comprobación ante la que el pensar analítico parece desaprensivo pues en este se juega más la comprensión que la explicación, en tanto la óptima escucha analítica es aproximación y acompañamiento. Aunque la interpretación toma la forma de hipótesis cuidándose de no aseverar, no quiere decir que se preocupe por ser demostrable pues ello la supone ajena al consultante. Lo propio no tiene que ser demostrado. Por ello es que hemos de cuidarnos de no adjudicarle a la intuición la certeza de la comprobación.

Para hablar de las propiedades de la interpretación habrá que distinguir los propósitos que le adjudica nuestra subjetividad y que nos ubica en el lugar consecuente: Si lo que queremos es colocar entonces juzgaremos, en cambio si lo que queremos es entender entonces preguntaremos. Y aquí recordamos la clarificación de Freud respecto a que el psicoanálisis (y su terapéutica) operan “…per via di porre, no per via de levare” es decir como el escultor que descubre la pieza que encierra el bloque de mármol y no el pintor que plasma sobre el lienzo lo que desea. Pertinente advertencia que surge del propio conocimiento psicoanalítico que muestra la condición original del hombre. Reaccionamos a lo desconocido desde el registro inicial de lo otro. Desde ahí cualquier objeto de conocimiento lo es a la vez de conquista. Podemos rechazar, juzgar e incluso “explicar” lo que no entendemos por llamarle ajeno desde la denegación de la separación original. Si no estás en mí,

eres diferente. Lo que tan bien ilustra el antiguo testamento sobre la expulsión del paraíso.

El psicoanálisis propone una posibilidad de acceso al otro en su entendimiento, no en su corrección que viene de aquella repulsa. De ahí la impresión de que no hacemos nada “útil” para el paciente, como quitarle lo gay al hijo de esa señora o casar a la que teme la soltería. Desaprehender esa tentación no es resultado de una instrucción técnica sino de una comprensión cabal de lo que el psicoanálisis concibe como posible. Desde ahí vemos que esta posición es consecuente con la idea de descubrir, de porre, en lugar de recubrir, de levare. Aceptar como instrucción recubre; entender como comprensión, descubre. Es por ello que el único objeto posible para el psicoanálisis es un objeto de conocimiento. Lo cual, por cierto, no se practica teorizando, pues también una explicación puede ser una manera de encubrir aquello ante lo cual no queremos sorprendernos. El fin de todo conocimiento solo se resguarda atendiendo la alerta de repulsa que siempre arriesga, y más tratándose del saber sobre nosotros mismos.

Todo lo anterior nos ayuda a acotar que interpretar es traducir. Traducir no explica si no se le da ese encargo. Lo que puede mostrarse en las siguientes expresiones: “entiendo que …” se refiere al modo en que me aproximo a tal contenido del consultante; mientras que “lo que pasa es que…” se refiere al hecho y no a la forma en que lo miro. La motivación del otro, o

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de uno mismo, es algo a lo que acaso nos podemos aproximar. Por eso es que decimos que se trata de un objeto abstracto al que podemos acceder solo por su significado. Observamos un comportamiento en sus resultados pero conocemos su sentido en su significado y nos interesa porque en sus motivaciones podemos observar el acontecer psíquico. ¿Por qué hacemos, decimos o sentimos tal cosa? Es la pregunta que organiza la búsqueda, que desde el consultante pretende colaborar en la solución de un problema y desde nosotros pretende iluminar áreas de conocimiento y comprensión. Nuestro ámbito no es el de las decisiones, sino el de la exploración de sentido cuya ansiedad resultante busca alivio en la pretensión de explicaciones que parecieran querer darle “provecho” a lo que le parece mera contemplación.

A nuestra disciplina se le llama también psicología profunda pues trasciende el nivel inmediato de la conducta en busca de su significado que a partir de cierto punto nos es oculto. De ahí que cuando el pensar analítico deviene en un proceder que se propone terapéutico reconoce como objeto del acontecer psíquico las motivaciones inconscientes de la conducta. En otras palabras tenemos noticia de tal acontecer en las motivaciones que incitan trabajo mental cuyo acceso solo es posible a través de sus derivados: Actos que anuncian propósitos que llaman nuestra atención más aún que los actos mismos, tal como trate de referir hace un momento al hablar de la diferencia entre nuestro proceder y el del ministerio público.

Nos interesa conocer la vida del hombre en su acontecer psíquico, así como a otros le interesa en su proceder legal o en su pertenencia e implicación social. Nuestra posición procura conocer tales motivaciones cuidándose de calificarlas ya que ello desvía el conocer para darle lugar al sancionar que no hace sino cumplir la máxima con que Goethe se refiere al dictado civilizatorio que impone el “yo debo” en el lugar del “no puedo”. Si bien el juzgador responde al propósito de sancionar, cuando nosotros juzgamos es porque no logramos soportar el no entender.

Cuando recuerdo la obviedad de que nuestro campo es el pensar y el sentir trato de subrayar que nuestro objeto no es lo concreto que se pretende la conducta y sus resultados. Al abordar la frustración de una mujer en su matrimonio preguntándonos que le detiene para divorciarse estamos tratando el asunto en su concreción como si se tratara de un objeto manipulable. Estamos adjudicando un juicio y nos desplazamos imperceptiblemente desde el no tolerar el no entender, hacia la idea de cómo soporta la desdicha, para terminar en el mandato “deshazte del que te hace sufrir”, cuando en realidad somos nosotros los que nos queremos deshacer de lo que no entendemos.

Al asumir el universo motivacional de una conducta no nos preocupa discernir la causa eficiente sino advertir el acaecer psíquico que en esta se verifica. Delimitemos esto de principio: No estamos buscando causas como un

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investigador judicial, tomamos una muestra de la realidad que interesa emocionalmente al paciente para acceder al acontecer psíquico en el que cobrara sentido su propio pensar y sentir, a partir de lo cual se pueden verificar efectos terapéuticos demostrables que otorgan la posibilidad de establecer una causalidad en el proceder y por ende una técnica que ha de practicarse utilizando cuidadosamente sus instrumentos.

La interpretación no es un don ni una bola de cristal, es un instrumento que para preciarse demanda una perspectiva ética sobre la que asienta un proceder práctico. Esta perspectiva exige que el instrumento se avoque al ámbito en el que es posible y que está delimitado en la necesidad de acotar el orden de la observación. Es por ello que una interpretación guarda la forma de hipótesis no bajo la pretensión de ser demostrada sino como estimulo organizado para la exploración, sino ¿para qué son las preguntas?

Cuando es emitida como sentencia la interpretación deja de servir como hipótesis y se convierte en mandato protector contra la amenaza narcisista de toda posibilidad de error, al ser utilizada esperando de esta una revelación que descubra el “verdadero” sentido de una conducta o verbalización, precedida de un “lo que a usted le pasa es…” o peor aún “eso te pasa por…” o “la verdad es que usted lo que quiere es…”. En oposición, la búsqueda de tales propósitos nos interesan como organizadores de la vida mental y no porque nos importen como causa última del proceder. Y aún así

como causas eficientes su resultado nos ha de ser indiferente. Habrá que advertir sobre la sustitución que se hace del re pensar por el sospechar, recordando a quienes suponen que la interpretación es un instrumento para develar aquello que el paciente nos oculta. Aquella frase “piensa mal y acertarás” es equívocamente asociada al pensar analítico haciéndolo parecer más un talento de iniciados en el arte de la adivinación para ser aplicado a aquellas personas llamados pacientes que se obstinan por el ocultamiento.

Subrayo, en un extremo no nos interesan las motivaciones como causales éticos y en el otro, tampoco por sus consecuencias. No somos jueces de la rectitud ni inspectores de la sensatez. Sospechemos siempre de aquellas “interpretaciones” que funcionan como sentencias o como reportes de desempeño racional. Nos preguntamos sobre el significado de determinado contenido a la manera en que Freud se refería a los sueños como vía regia al inconsciente.

Entendemos a las motivaciones como causas eficientes de conducta que nos guían en el conocimiento del acontecer psíquico. Habrá quienes se pregunten sobre el acontecer mismo de su consultante, por ejemplo sobre el porqué decidió ir a la fiesta en la que se encontraría a su ex novio con su actual pareja y que se distingue del qué es lo que ella quiere decir al poner el acento en tal o cual cosa en su relato, frente a lo que esa primera pregunta no es pertinente por estar motivada, por ejemplo, por la idea

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de que la consultante está en riesgo. Si esa chica se está preguntando qué es lo que le hace ir a esa fiesta a sabiendas de lo que puede pasar, entonces la interpretación ha de explorar alrededor de esa pregunta, pero si se pregunta sobre lo que yo pensaré al respecto, entonces la interpretación ha de tomar esta otra dirección. Eso es lo que llamamos el ámbito transferencial de la interpretación fuera del cual toda aseveración sobre el supuesto sentido de un hecho psicológico es una sentencia que carece de toda validez.

La operación interpretativa Después de distinguir la naturaleza, las propiedades y las condiciones de la interpretación, refirámonos ahora a sus componentes. En este contexto operativo entendemos a la transferencia como la forma propia de la transmisión del inconsciente y no a la noción descriptiva de la disposición del consultante a adjudicar al analista los atributos objetales determinados por su red personal de pautas vinculares. En aquel sentido toda interpretación ha de ser transferencial, es decir obedecer el curso de la transferencia, aquello que es conductor del acontecer psíquico. El acento de la interpretación será dado por lo que esta es capaz de iluminar en el contexto específico del entendimiento del consultante.

La utilidad de la interpretación no se mide por su profundidad y tampoco es un instrumento para el lucimiento intelectual. Peligros a los que la literatura técnica suele oponer la idea de neutralidad y que

no ha de ser entendida como hoja en blanco, ni frialdad pétrea, sino como capacidad de conducción de aquellos contenidos que han de alfatizarse, proceso que se facilita si no hay un esfuerzo adicional por diferenciar los contenidos propios respecto a los del paciente.

El analista está en condiciones de observar cuando el campo o escenario (setting) ha sido ocupado por sus propias motivaciones sin necesidad de estarse vigilando ni estar expulsando todo el tiempo al consultante. Para ello su análisis personal no es una experiencia de purificación sino de re­conocimiento que activará la disposición de reverie que le prestará al consultante. De permanecer en la lucha por la diferenciación es que esa experiencia no alcanzo sus propósitos. No se trata de los contenidos intrusivos del paciente frente a los puros y angelicales (analizados) del analista sino de transmisión de contenidos a través de aparatos dispuestos en distinto grado para pensar y simbolizar.

Distingamos también a la interpretación desde lo que llamamos “teoría de la cura” que se desprende de los supuestos básicos del psicoanálisis en su comprensión del desarrollo psicológico y del funcionamiento mental basada en la integración de la génesis y la dinámica del mismo.

La interpretación se enuncia como hipótesis para dilucidar un eslabón que permita al consultante restablecer el curso psíquico a partir de determinado estimulo

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capaz de evocar la imagen verbal que procese el registro que fue interrumpido, ya sea por la repulsa, según la teoría general de la neurosis; porque sus componentes estuviesen disociados de su representación verbal o simplemente porque carecieran de ella, pues en el momento de la detención no se había instaurado el lenguaje. Siguiendo a Bion, estudiado por Álvarez Lince*, la interpretación opera en el espacio o proceso que media hacia la elaboración alfa de los proto­pensamientos Beta. Esto otro es lo que llamamos el ámbito semántico de la interpretación. Así acotamos su operación y la distinguimos del mero señalamiento, la construcción y la teorización.

La interpretación psicoanalítica nos aproxima a las causas eficientes de un comportamiento, aunque en apariencia pudiese ser distinguida según el objeto que le ocupa. Unas líneas arriba decía yo que la expulsión del paraíso ilustra el desengaño narcisista que se sufre en el registro de lo otro aunque ello también signifique la abolición de la soledad. Esa es una “interpretación” de un contenido cultural apto para representar la expulsión que como imagen es igualmente apta para representar el desamparo al que se asocia. La imagen de la expulsión del paraíso es poderosa por su capacidad evocativa sobre un temor fundamental del ser humano. Si la iconografía nos mueve es porque agua lleva, parafraseando al dicho popular. Este tipo de interpretación se distingue de aquella que entendemos como herramienta del trabajo terapéutico

y que sucede en los ámbitos transferencial y semántico que le son propios.

Otra es la “interpretación” de que el infante tira repetitivamente un objeto al suelo en busca de la ratificación de su ser por medio de un objeto respondiente, la mamá que levanta la cuchara. Pero hemos de distinguir el nivel en el que emitimos una interpretación según el impacto que esperamos de esta. No es igual querer ilustrar o explicar que explorar, en este último propósito se localiza la interpretación en la escena transferencial. Aquellas interpretaciones, aunque comparten la forma en que son construidas y sean ciertas, están afuera de ese ámbito y suponen la conjugación de elementos distantes y elaborados. Pero cuando son utilizadas con el consultante tienen el dudoso alcance de la explicación sobrante, es decir, que no añaden nada significativo al contenido interpretado. La interpretación transferencial impacta y estas otras, aunque revelan, no penetran en la interacción, por eso es que les llamo distantes. Hemos entonces de interpretar desde adentro con lo que aparece el problema de la distinción.

Aquí parece pertinente la noción de identificación proyectiva que se refiere a ese espacio transicional que sólo la mente puede generar frente al registro de la otredad. Ella nos facilita el borramiento de ese registro al permitir ubicarnos en el lugar que en realidad es del otro o adjudicarnos lo que de él proviene. En esa aptitud reside la fuente de la empatía y la capacidad de con­movernos aunque la

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misma puede ser también lugar de confusión.

*Álvarez Lince A. La interpretación psicoanalítica. Grijalbo, Bogotá, 2001. Así, más que interpretaciones correctas pensemos en interpretaciones pertinentes pero no sólo en un sentido temporal lineal, a lo que se limita el concepto de timing, sino en el sentido dinámico transferencial y semántico.

Sucede que al trabajar con elementos emocionalmente activos y en razón de la naturaleza del inconsciente como transmisión, estamos sujetos a ser objeto de activación donde ese borramiento se pronuncia y entonces emitimos una “interpretación” que en realidad es una sentencia de repulsa a ese contenido. Pero cuando la identificación proyectiva es moderada estamos en disposición empática para dejar iluminar cierta secuencia que genere la posibilidad de restablecer un contacto o reiniciar el proceso alfa de elaboración de pensamientos pensables.

Quiero subrayar como interés personal derivado de mi experiencia** que el aprendizaje de esta diferencia ha de cuidarse de la instrucción que señala con dedo flamígero aquella advertencia sobre la indispensable distinción entre los contenidos del paciente y los del analista, asentada en la falsa pretensión de que son del todo distinguibles. Lo que nos lleva a la re­visión de la identificación proyectiva a la luz de esta conceptualización del

inconsciente que la entiende como el estado transicional apto para su transmisión, antes y por encima de la perspectiva del observador externo ocupado en los procesos de diferenciación. Lo que nos pone otra vez en el plano de la necesaria distinción entre los descubrimientos psicoanalíticos sobre el desarrollo psicológico y su transformación en una especie de tabla de Moisés que dicta como mandato la diferenciación, cuando lo más que podemos decir es que esta es una tendencia del desarrollo pero no un imperativo.

Lo que sabemos de la identificación proyectiva ilumina el ámbito en el que la interpretación es posible y que será correctiva en tanto restablezca uniones en la psique del paciente a lo que por cierto no será ajena la del analista. La receptividad se rompe y la interpretación se corrompe cuando la repulsa propia se pone en juego. De ahí que la posición más cercana en concordancia con la exploración y en la que podemos estar alerta del borramiento de la identificación, es el acompañamiento a distancia óptima, en empatía y alerta de no romper la continuidad con el método propio de nuestro objeto: El acontecer psíquico en el inconsciente como transmisión tan bien acotado en los conceptos de intersubjetividad y transferencia.

** Ver “Canibalismo entre generaciones”, en Ania No. 4

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Cuando duermes… velas, piensas, sueñas, ensueñas, fantaseas e intersueñas

Dr. Antonio Santamaría Fernández

Conferencia en IPPPNAC, 29 de Octubre 2011.

Presentación: Buenas tardes…. a nombre del Instituto, a nombre propio, a nombre de los compañeros… gracias por estar con nosotros… permítanos ofrecerle una disculpa por un problema que estuvo fuera de nuestro alcance, que tiene que ver con tráfico aéreo, lo que impidió al Dr. Santamaría estar con nosotros el día de ayer. Pero gracias a su deseo, como dice un compañero, lo importante es que aquí estamos.

Queremos aprovechar para agradecer a viejos conocidos que nos han acompañado en otras ocasiones, y así mismo darle la bienvenida a un grupo pujante de jóvenes estudiantes de psicología, que en el hambre del saber, en esa búsqueda del conocimiento se han acercado. Sean bienvenidos… y queremos darle las gracias en especial al Dr. Santamaría por acompañarnos.

El Dr. Santamaría ha compartido con nosotros en varias ocasiones, en la docencia, en su experiencia, ha compartido su saber, su corazón, por lo que se le ha nombrado miembro honorario de nuestra nación yaqui: “empo ama emo yumaletek lijota nesaupo emo jipune” (¿jura cumplir con el mandato divino?) y contesta como lo hacían los capitanes yaquis al juramentar “ehui”. Dr. Santamaría, nuestro corazón y nuestra casa es su casa, gracias por estar aquí.

Dr. Santamaría: Muchas gracias, bueno pues quien no se emociona con este tipo de recibimientos, yo también estoy muy apenado por no haber podido llegar ayer, afortunadamente ya les explicaron la razón, pero bueno con jaloneos y brincos para acá y para allá por fin se logra estar aquí con ustedes y que bueno.

Voy a referirme hoy, como habrán ya observado, a la actividad del soñar en relación con los sueños, con el dormir, con el ensoñar, con las fantasías y con el

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pensamiento focal de vigilia, y lo enuncié de esta manera, cuando uno duerme, realmente no duerme del todo, aunque esté profundamente dormido, desde el punto de vista neurofisiológico, para soñar se necesita estar muy dormido y con el cuerpo muy suelto y sin recibir estímulos del exterior, estímulos sensoriales; sin embargo a la hora que uno se duerme a ese nivel tan profundo también al mismo tiempo uno despierta, el alma despierta o la psique, y se pone a trabajar, es decir se pone a soñar o sea a construir imágenes, a transformar las ideas en imágenes, eso es soñar.

Nuestros antepasados náhuatls en lo que hoy es la ciudad de México, representaban este fenómeno de la siguiente manera: decían que la noche es el momento en el que, en la curva del cielo se abren las estrellas, esas estrellas que se abren en el universo se abren en la mente, es el alma que despierta y que ilumina al ser humano, así que de noche estamos iluminados cuando estamos soñado, por que el alma esta viendo, el alma está despierta.

La mayoría de los sueños que construimos son visuales, se refieren a lo que uno ve, y los antiguos pensaban que los sueños se referían a los viajes que uno hacía de noche, que el alma se salía del cuerpo, la tonalli en Náhuatl, era la que vagando por el espacio y por los campos del inframundo o sea donde están los muertos, los que van a venir el dos de noviembre, esos que también hacen contacto con el alma, y al otro día cuando uno estaba relatando su sueño, estaba

relatando el viaje de nuestra alma que de noche se había desprendido a recorrer el mundo y el inframundo, así que uno al estar relatando un sueño estaba relatando nuestro viaje nocturno anímico. Esto que nuestros antepasados pensaron esta ahora confirmado por que efectivamente cuando empieza la fase MOR del dormir, o sea cuando los ojos empiezan a moverse y cuando terminan de moverse, que durante ese período que puede durar de cinco a veinte minutos, el alma esta trabajando, el alma esta activa, y lo paradójico es que entre más activa está, más descansa la persona, entre más fuerte e intenso es el sueño, más se descansa. Paradójicamente el alma descansa trabajando, el alma no duerme, está esperando que uno se duerma para irse a trabajar y para conocer otros mundos.

Por ejemplo, en la actualidad, estamos casi todos muy emocionados con los juegos panamericanos de Guadalajara, por la forma en que se han desarrollado y ha llamado mucho la atención que las mujeres mexicanas hallan destacado tan ruidosamente, tan esplendorosamente, esto tiene que ver con que la mujer tenía prohibido participar en deportes, totalmente prohibido. las olimpiadas empezaron en el año 776 A.C hasta el año 392 D.C., pero fué hasta el año 1900, cuarenta y tres años después del inicio de las olimpiadas modernas, que se permitió que las mujeres participaran en el atletismo, antes por allá en el año de 1879 se autorizó que las mujeres siempre y cuando fueran vírgenes, no sé como le harían para comprobarlo, podían asistir como espectadoras de los deportes de los

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hombres, pero nada más como espectadoras, de ninguna manera participar y el mismo creador de las olimpiadas decía que las mujeres no eran para el deporte por que ellas resolvían los problemas con las emociones y con la mente pero no con los músculos, no con el cuerpo, y si dejamos entrar a las mujeres al deporte, van a quedar muchos niños huérfanos por que se les va a quebrar el cuerpo en la contienda. Sin embargo en 1900 gana la primera medalla olímpica una mujer y en 1968 se realizan por primera vez las olimpiadas en América y fué en México; y por primera vez una mujer, Queta Basilio enciende el fuego olímpico, al igual una mujer enciende el fuego en Guadalajara pero ahora volando, ahora vimos como la mujer voló y encendió el pebetero de los juegos panamericanos, ahí México ya se engarrotó el primer lugar, pero hasta ahí llegó el primer lugar por que ya no pudo después reinstalarse, porque alcanzó solo el cuarto lugar con un poco más de cien medallas y la tercera parte medallas de oro, esa fué la delegación mexicana incluyendo hombres y mujeres.

Dos mujeres mexicanas dieron el modelo para el desarrollo de la mujer. Hace poco Soraya con sus pesas y Ana Gabriela Guevara con su velocidad, y ahora se ha lucido Cynthia Valdez con su gimnasia, pero me llamó la atención cuando le preguntaron a Soraya que como se explicaba que hubiera sido campeona de pesas y que le hubiera ganado a todos, o sea que les explicara su triunfo siendo mujer, y argumenta que las pesas no se levantan con el cuerpo, se levantan con la

mente, y yo cuando la ví, dije es de las mías, es de de las que piensan que la mente es la que manda al cuerpo, no importa que el cuerpo sea de hombre o de mujer, es la mente, luego lo mismo dijo Ana Gabriela de sus triunfos de corredora, no se debían a sus músculos de pies ni de cuerpo, sino a la mente y señalan siempre la cabeza, y también Cynthia recién dijo lo mismo en Guadalajara, que es la mente la que permite las hazañas deportivas, pero también han dicho varias de las ganadoras cuando les están poniendo la medalla olímpica, han mencionado que están realizando el sueño de su vida, a sea que han estado soñando mucho para llegar a estos logros tan meritorios en Guadalajara, entonces quiere decir que el soñar es una actividad nocturna que se realiza con el cuerpo bien suelto, pero con la mente bien vigorosa que le da a uno fuerzas y energía para al día siguiente para desarrollar y usar el cuerpo según la medida de nuestras necesidades. Esto va también porque en experimentos que se hicieron hace unos pocos años en Estados Unidos en un laboratorio de sueños, se comprobó el contenido de los sueños entre hombre y mujeres, se observó, se constató estadísticamente que los hombres sueñan las tres cuartas partes de sus sueños a hombres o sea que en el contenido aparecen hombres nada más y en el 25% restante mujeres. En la mujeres se observó que sueñan mitad hombre y mitad mujeres, 50 y 50, porqué la diferencia? por que los hombres sueñan más hombres y las mujeres sueñan al parejo?, el motivo se ha estado elucubrando, no se ha investigado, pero

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se piensa, que no obstante que la figura más poderosa y más inspirativa de nuestra vida y la que primero amamos y siempre amamos es mujer, es la madre y porque en los sueños de los hombres aparecen el 75% soñándose a hombres, y el resto a mujeres, bueno lo que se piensa y lo que se ha hipotetizado, es que realmente los hombres necesitan más el contacto con los hombres para desarrollar su masculinidad auténtica, ya que los hijos varones hacen poco contacto con los padres. Suelen hacer más contacto los padres con las niñas, de cariño y de emoción, pero con el hijo, el padre suele ser distante emocionalmente, con aquel temor de que no querían hacerlo homosexual, decían que si a mi hijo lo beso y me besa y nos abrazamos y nos expresamos todo el cariño y la ternura, pues a lo mejor no lo hago hombre y fallo, el hecho es que ha habido distancia del hijo varón con el padre, y esto se ha traducido en una merma en el desarrollo de la masculinidad en nuestro país y ha favorecido el machismo como una compensación de la masculinidad verdadera, y tal vez por eso en los sueños se busca más al padre y a la figura masculina para hacer contacto con el hombre. La mujer en cambio, si recibe el mismo cariño del padre y de la madre, por eso sueñan al parejo, esto es una hipótesis, ahí se las dejo para que sigamos pensando cual será la razón de esta diferencia.

Por otra parte es importante que yo comenté lo siguiente, si nos observamos por ejemplo en los deportistas a la hora, que van a echarse el clavado, cómo

primero se concentran y analizan su pensamiento nada más, como el caso de Ana Gabriela, que en una ocasión cuando ella iba a correr, empezó la porra mexicana y ella los calló, como diciéndoles no me perturben, no quiero ninguna emoción, no quiero sentir nada, quiero nada más pensar, focalizar mi pensamiento, y mi cálculo, mi planeación y mi experiencia en lo que voy a hacer, entonces, vemos que primero se concentran fuertemente, algunos hasta cierran los ojos y luego se lanzan, a lo que sea, al maratón o al juego colectivo o al clavado, y cuando están dando las vueltas para caer ya no están pensando, ya están soñando, su mente ya esta soñando y despiertan hasta que llegan a la meta, sorprendidos, se salen del mundo en el que están, para poder mantener su integridad, entonces de día también soñamos como también soñamos de noche, los sueños de día se llaman ensueños o también son fantasías o también son reverie o sea pensar sueltamente, libremente, y ya en la noche volvemos a soñar, pero de día, no todas las personas, por que eso depende del carácter de cada individuo, ensoñamos mucho y eso quiere decir soñar de día o soñar despiertos, están haciendo castillos en el aire, la gente les dice eso, estás perdiendo el tiempo, estás ahí nada más urdiendo cosas, pero este soñar de día es de lo más útil, porque a partir de este soñar de día, nosotros hacemos todos nuestros planes creativos, porque a partir de este soñar de día, se enciende la imaginación, y la imaginación nos hace construir en el aire, como dicen, muchas figuras, no en palabras sino en figuras, en

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dibujos, ahí dibujamos, ahí manifestamos lo que nosotros estamos planeando hacer, este es el primer gran paso para ser creativo, y esto varía de persona a persona, pero si hay un continuum de éste pensar focalizado, concentrado sin que haya afectos de por medio, sin que se atraviesen fantasías en la mente, éste pensar concreto y puro, este pasa luego al ensoñar de día, al fantasear, a la imaginación, al pensamiento suelto, al reverie y en la noche al dormirnos, al sueño, al soñar, es un continuum día y noche, día y noche soñamos, en la noche en la fase MOR, ensoñamos en la fase no MOR, por que en la fase no MOR reconstruimos lo que soñamos en la fase MOR y al despertar y recordar el sueño la primera vez, lo volvemos a ensoñar o sea a reconstruir, en términos del ambiente en donde estamos y de la personas a quien se lo contamos y de día lo seguimos ensoñando, el pensamiento empieza a aflojarse también y a soltarse, entonces empiezan las fantasías y empieza el reverie y finalmente cuando uno se vuelve a dormir, pues entonces ahora sí, vuelve a soñar, pero esto repito que sucede de noche, también sucede de día. Ahora, ¿qué ganamos con esta actividad constante? ¿cuáles son los frutos? los frutos son que en primer lugar hemos podido clasificar a dos tipos de personas, las que se llaman de piel delgada, de piel psíquica, que a veces también es piel física, delgada o trasparente o blanda, y las perrsonas de piel dura, gruesa rasposa, áspera muchas veces, las personas que son de piel delgada son las que mas ensueñan y fantasean, probablemente se pasen un buen tiempo del día sentados o

caminando y fantaseando, y los critican mucho los demás, ­están perdiendo el tiempo no pasas más que de ser un soñador y no pasas de tus locuras­, y el otro sabe que él no está perdiendo el tiempo, es cuando siente que su mente esta trabajando más que cuando esta haciendo cosas prácticas y concretas, le da mucha importancia, este tipo de personas de la piel delgada o transparente a lo que sueña y ensueña y no a lo práctico y a lo concreto.

Los artistas por ejemplo, las personas que pintan, dibujan, o cantan, que son sensibles y permeables a la interacción con el ambiente humano, son los pensadores, también son los poetas, los filósofos, los reflexivos. En cambio los otros son las personas de piel dura, de piel gruesa, de piel impenetrable, que esto les da mucho coraje los sueños y los ensueños y las fantasías, aquí quedarían pues los arquitectos, los ingenieros mineros, todos los hombres duros e impermeables que dicen que los sueños no sirven para nada, que son tonterías, que es perder el tiempo pensar en los sueños y soñar, que lo que cuenta es lo práctico y levantarse a la acción y a la lucha por la vida y a lo concreto y al chas chas y ¿a cuánto? y ¿a qué horas? y ¿cómo?, y en cambio el otro está fantaseando en cuanto y como va a pasar esto y si es del otro lado va a pasar aquello y si no es para arriba se va descomponer, a diferencia del práctico que piensa no ese no, yo de una vez, olvídate, al chas chas a la acción, no son creativos vaya, estos son prácticos, son los que manejan el mundo de la industria

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y en el plan práctico, son los prácticos de la industria, porque la industria tiene también soñadores y pensadores que son los que se encargan de fantasear, de fantasear y de soñar de día ya que estos sueños de día son los más asequibles, aún cuando se ha discutido mucho si tienen la misma calidad científica que los sueños de noche de la fase MOR y se ha visto que no, realmente los sueños de noche y de la fase MOR son más intensos aunque muy parecidos y de funciones muy parecidas también a la de los sueños diurnos.

Por ejemplo, como en otra ocasión les comenté, el sueño MOR en el sueño de noche, es un sueño en el que el cerebro esta muy activo también, no sólo la mente, la corteza cerebral se activa en la fase MOR intensamente, junto con la amígdala y el lóbulo límbico, entonces esa actividad cortical, la fase MOR, que no se sabe que es primero, si la actividad cortical produce el soñar, o si el soñar produce la actividad cortical, nosotros desde la psicología, pues estamos del lado de que es el pensar lo que produce la actividad cortical y de ahí la construcción de las imágenes oníricas, pero aparte de esta actividad cortical también hay otras funciones que se han registrado mientras uno sueña en la fase MOR, como que sube la presión arterial, sube el pulso, se altera la respiración, en el hombre hay erección peniana como ya se había comentado en otra ocasión, en la mujer hay secreción vaginal durante la fase MOR, que inclusive les comenté lástima que esta erección y esta secreción sean inaprovechables, cuando en el día

difícilmente puede durar hasta 3 minutos, luego resulta que de noche 20 minutos y además 4 o 5 veces por noche las personas que tienen el privilegio de dormir 8 horas diarias, y lo mismo con la secreción vaginal, que luego de día es tan difícil vencer esa sequedad de la vagina mientras que de noche la vagina se derrama como catarata de secreciones, y también es inaprovechable.

Lo anterior le daría la razón a Freud en su idea de que la persona empieza a soñar cuando la excitación sexual amenaza con despertar al soñante y para no despertar se transforma esa excitación sexual en imágenes oníricas que simbolizan el acto sexual, por lo que gracias a eso puedes seguir durmiendo. Pero bueno, ahora aparte de esto que seguramente se da, tal vez no en todos los soñantes, no en todas las personas, pero si, la actividad sexual se incrementa cuando es necesario en la fase MOR, lo que también sucede, que esta aumenta la hormona de crecimiento, es por eso que los niños sueñan tanto, casi todo el día están soñando porque necesitan la hormona del crecimiento para crecer, ahora los adultos y los viejitos, pues, deberíamos de soñar, la hormona del decrecimiento, porque la hormona del crecimiento nos va a quebrar los huesos y ya no vamos a poder movernos, aunque sigue habiendo hormona de crecimiento a cualquier edad, también se sigue dando durante la fase MOR el aumento del desarrollo del sistema nervioso, entre más se sueña más se desarrolla el sistema nervioso, más aumenta la circulación de norepinefrinas, y también aumenta la termorregulación y la homeostasis, por

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eso cuando se han hecho experimentos en ratas y en conejos de deprivarlos de que sueñen, se ha visto que a los 20 días mueren por el enfriamiento, porque solamente soñando mantenemos nuestros termostatos auto­reguladores, entonces todas estas funciones que se dan en la fase MOR se dan en parte en los sueños de día pero no con la misma intensidad ni misma calidad, y lo que uno sueña de noche puede hacer que en el momento en que uno lo sueña encuentre uno solución a sus problemas o a sus inquietudes o que uno pueda planear, pensar diferente a lo que está viviendo. Si es cierto que los sueños nocturnos son una continuación de lo que uno de día está vivenciando, es decir, que en la noche se activan las experiencias que uno vive de día todos los días, se activan y se conectan con la memoria básica, o sea, el inconsciente, esta memoria antigua de los hechos de lo que hemos vivido en la infancia, esta memoria activa se entreteje con la memoria actual, es decir con lo que registramos del día anterior al sueño y de ese entretejimiento de la memoria del pasado con la memoria actual se intensifica la memoria real, se desarrolla la memoria afectiva, se hace más creativa, se integra y le da la base al self y al yo, ya que nuestro self se forma a partir de que la memoria se integra cada vez que soñamos con las nuevas experiencias que en el sueño reproducimos y representamos, esto tiene una importancia enorme, por que por primera vez se está haciendo un correlato entre lo que sucede cuando uno sueña, entre la corteza cerebral, la memoria y las experiencias humanas de vida que uno vive y que en el

sueño al entretejerse entre sí, dan como resultado que el self y el yo se fortalezcan, y por eso al otro día al recordar sus sueños, se amanece con más lucidez para resolver los problemas, pueda uno o no recordar sus sueños, de todas maneras la función de integración de la memoria se lleva a cabo y su rendimiento también, pero cuando uno puede recordar el sueño y comentarlo y compartirlo, entonces todavía la función de la memoria se ejercita más, se integra más y el self y el yo se fortalecen más, y uno encuentra soluciones más rápidas.

De lo anterior tenemos muchos ejemplos históricos, como el caso de uno de los grandes investigadores de sueños, el Dr. Charles Dement, el padre de la investigación laboratorial de sueños, a la edad de ochenta años siendo él un gran fumador empedernido, soñó que veía una planta radiográfica de sus pulmones y que el radiólogo, no, el neumólogo como suele suceder muchas veces, se adelantó y le dijo, “Dr. sus pulmones están invadidos de cáncer”, eso le dijo el radiólogo en el sueño, ¿cómo que mis pulmones invadidos de cáncer?, se para y despierta alarmadísimo sudando y despierta a su mujer “que tengo cáncer, me dijeron que tengo cáncer” y ella le dice “oye espérate, que estás durmiendo” por que el sueño cuando uno despierta y hace cosas, esas cosas forman parte del sueño, todavía no se despierta, todavía se sigue soñando. Le dice a su mujer “ah, nada más fué un sueño” “si” le dice “estabas bien dormido, entonces no te asustes, no tienes ningún cáncer, ningún médico te lo ha diagnosticado, no tienes nada”, entonces

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el ya no durmió, pero no durmió preocupado por si tuviera cáncer, y entonces a partir de ahí, dejo de fumar para siempre, y entonces se salvo del cigarro y del posible cáncer, a raíz de un sueño pesadilla como esta que el realizó, era, les repito el investigador principal de la materia de los sueños de laboratorio, el creía en los sueños y creer en los sueños en este caso le salvó la vida, nada le había ayudado ni servido para dejar de fumar, que lo mismo pasó con Freud, como todos sabemos Freud murió de cáncer de garganta por que nunca pudo dejar de fumar, esa fue una de las razones y que además siendo un científico creador del psicoanálisis, en el que se tiene que hablar y precisamente en donde le vino a dar al cáncer fue en la boca, para no poder hablar, entonces como el recomendaba que el analista tenia que estar callado la mayor parte de las sesiones y el no podía por que el hablaba mucho, pues entonces se le trababa la garganta por el cigarro aún antes de morir, nunca pudo a tal grado que en una conferencia en Nueva York unos estudiantes le preguntaron, oiga doctor usted dice que todo objeto que se parece en su forma al pene, por lo cilíndrico por lo alargado, simboliza al pene y el puro que usted fuma también se parece al pene ¿y usted por que lo sigue fumando y chupando? O sea sexo oral simbólicamente y entonces dice: Pues el puro puede parecerse al pene pero también no puede ser más que un simple puro, éste, solo es un puro, no está simbolizando al pene ni nada. Así que también se sabía defender el creador del psicoanálisis, pero no pudo con el cigarro. Otro ejemplo muy conocido es el de

Kekulé, un químico que interesado por descubrir la fórmula del benceno, sonó una noche que una serpiente se contorneaba hasta que la cola de la serpiente hacía contacto con la boca y entonces rápido se despertó, agarro un papel y un lápiz y se puso a dibujar el sueño y encontró su fórmula del benceno, descubrimiento que se hizo a partir del sueño de la serpiente.

Ahora los sueños, ya no son solamente documentos o relatos que sólo se llevan al psicoanálisis para que el terapeuta los interprete, de hecho esto se hace cuando las personas tienen la fortuna de poder estar en psicoterapia psicoanalítica o psicoanálisis, la mayoría no está en esas condiciones, la mayoría le cuentan sus sueños a quien se le tiene confianza y en cierto modo la persona que tenga relación con el sueño de uno, cualquier comentario que tenga la persona que escucha nuestros sueños nos sirve, el compartirlo con alguien nos es muy útil aunque no sea una interpretación psicoanalítica, el sueño tiene más efectos en la mente y en la personalidad si es compartido, por lo que es recomendable tener a quien le confiemos nuestros sueños, porque no a todos se los podemos contar, aunque queramos, entre que pasa el día, no agarramos el teléfono o el celular y no nos comunicamos, el sueño se queda o se pierde, pero aunque se pierda de todas maneras tiene efectos, pero no tantos como si se compartiera.

Ahora en Estados Unidos se esta haciendo un movimiento de formar grupos, grupos que pueden ser de tres

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personas en adelante, dos son pareja, y tienen como única finalidad contarse los sueños y discutirlos, sin el deseo de interpretar o de usar técnicas o teóricas específicas, simplemente escuchar y decir lo que a uno se le ocurra del sueño que contó uno de los ahí presentes, estos grupos se están haciendo para aprovechar los sueños para que no se pierdan por que son una fuente de desarrollo de vida y de comprensión y de autoconocimiento y de solución de problemas, son un esfuerzo de la mente que si no se comparte al otro día esta dispuesto a perderse, a no aprovecharse lo suficiente, estos grupos, por cierto en México lo siguen haciendo los tarahumaras, como en otra ocasión les comentaba, todas las mañanas la familia en cuanto van despertando, se van sentando en el piso y ya que están todos, cada quien empieza a contar los sueños que recuerde, si es que recuerda algún sueño, ahí la finalidad no nada más es compartirlos, sino estar al pendiente, saber si en algún sueño uno de los familiares ve anunciada alguna catástrofe o desgracia que pueda ocurrir, cuando sospechan eso al oír el sueño, entonces todos se combinan para evitar que esa desgracia suceda y si a los cinco días no sucedió, quiere decir que tuvo efecto las recomendaciones que hicieron los familiares, ahí tienen esa tradición que ha sido benéfica, porque de menos les permite compartir este trabajo del alma de noche, aún cuando no sea tan cierto que se está anunciando una desgracia pero el que contó el sueño se siente muy importante, que se ocupen de su sueño y de que se hagan recomendaciones y que se preocupen también por su vida.

En estos sueños de los grupos de estados unidos por ejemplo, si son cuatro o cinco personas y llega alguien y relata el sueño como lo quiera recordar, entre más detalles mejor. “dinos más” “acuérdate más”. Porque en la primera versión uno sintetiza mucho, en la segunda ya se recuerdan más elementos y a veces estos elementos que no anunció la primera vez bien, son los más importantes y luego va saliendo más información, entonces empiezan todos a expresar lo que el sueño les hizo pensar y sentir y ahí se queda. No se llega a ninguna conclusión ni a ninguna recomendación. Se le deja al soñante la tarea de que aproveche lo que escucho de sus compañeros para que le saque su propio provecho.

En una ocasión estaban con un analista Senior, a quien invitaron para que comentara sobre los sueños, alguien de los presentes dice: estoy muy preocupado porque anoche soñé que de repente se me aparecía una mujer monstruosa enorme que me miraba queriéndome destrozar y no hallaba yo que hacer de terror y desperté muy asustado y no se me ha quitado el susto. Entonces uno de los compañeros que estaban ahí le dice: es muy fácil de entender tu sueño, tu eres gay y la persona que aparece ahí es tu madre y debido a esa madre tan monstruosa que tienes, tú te hiciste homosexual, todos estuvieron de acuerdo, inclusive el gran Senior. El cual dijo: me parece una muy buena interpretación. Y el mismo soñante: estoy de acuerdo con ustedes, mi madre así fue, así me trató y tal vez creo yo que a eso se deba que yo

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sea gay, pero cuando llegó el Senior con sus colegas y reanalizando la experiencia le dijeron: oye no, la estás regando, porque esa explicación del sueño es la que se daba a la homosexualidad hace más de cuarenta años, actualmente ya no se explica así la homosexualidad, ya no se acepta que la homosexualidad masculina se debe a que se haya tenido una madre monstruosa y sádica y distante, esa teoría ya no existe, eso fué hace cuarenta años, así que la regaste, por que te sometiste a algo que está superado, está comprobado que no es así, porque la homosexualidad ya tiene otra explicación, entonces dentro de cuarenta años van a decir que hoy todavía nos equivocamos al interpretar el sueño y nosotros diríamos que hace ochenta años lo que se pensaba de la homosexualidad también era monstruoso, no nos hagamos tampoco, nunca sabremos las cosas a la perfección, lo que ahora no entendemos, puede ser entendido después, y lo que puede ser entendido después no se entiende ahora, entonces no es un hecho ni una verdad que eso este significando el sueño y que a eso se deba la homosexualidad del soñante y con lo cual quedaron de acuerdo todos, y que los sueños no eran para encontrar la verdad de la vida con lo que sueñan las personas, que los sueños eran solamente una actividad con la cual el soñante expresaba y al otro día en vigilia comunicaba lo que había soñado en forma de imágenes, lo traducía a palabras y que esperaba respuestas de los demás, para él seguir elaborando su sueño, hasta donde el pudiera seguir encontrando algo útil que al soñante le sirviera, eso es lo único verdadero que

pueden tener los sueños, que nos den la oportunidad de que al analizarlos podamos encontrar algo que como soñante nos sirva en cuanto los problemas que estamos viviendo y en cuanto al desarrollo a que estamos expuestos y a los peligros y avatares, esa es la función de trabajar un sueño, no es encontrar la verdad absoluta y mucho menos es señalar enlaces de causalidad tan rotundos como ese “tú eres homosexual, por que tu madre era una tal por cual y te trataba de esta manera”, pues no, esa no es ya la explicación aun cuando antes pues si esto se pensaba, nada más que en todos esos comentarios que se hicieron, ahorita me doy cuenta en todo caso era que si existía esa madre, era por que también había un padre débil y un padre que exponía a su hijo a todos estos maltratos de la madre o sea que en todo caso lo mas grave era la ausencia del padre o la debilidad del padre para controlar a la madre y para proteger a su hijo de esa ella, pero no era nada más la madre sádica y cruel la causa de la homosexualidad. Actualmente se sabe que la homosexualidad es una de las formas de sexualidad normales, pero que también puede ser anormal, o sea que la sexualidad puede ser normal o patológica tanto en sus variedades de heterosexualidad como homosexualidad y como bisexualidad y como a sexualidad, una persona puede ser heterosexual, bisexual, homosexual o asexual y es sana, pero también estas formas de sexualidad puede ser patológica, la sexualidad sádico­masoquista, el maltrato a la mujer o al revés, actualmente hay escenas donde la mujer tiene que maltratar al hombre para que se excite y antes era al revés,

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tenía que maltratarla él a ella, entonces estos son heterosexualidades entre hombre y mujer patológicas, como también hay esa patología o puede haberla en la homosexualidad, pero puede haber homosexualidad de verdadero amor, de ternura y de comprensión y de desarrollo mutuo, que es normal, y no tiene que ver únicamente con el tipo de padre que uno haya tenido, tiene que ver desde lo biológico, desde lo hormonal, lo hereditario transgeneracional, pero también con el ambiente con el que niño haga contacto fuera de la familia, así que es muy difícil arriesgarse que a través de un sueño se diera una afirmación tan rotunda, en realidad solamente podemos expresar hipótesis, sujetas siempre a verificación, en todo caso si hay alguna verdad en el sueño, es la del soñante después de haber escuchado todos los comentarios él es el que sabe que hay en su sueño que le pueda servir a él, eso es lo real del sueño aunque no la verdad del sueño.

Estas imágenes que uno construye son dibujos, por eso se le llama también pictogramas, soñar es como dibujar de noche, es pintar, es expresar en símbolos pictóricos, en metáforas lo que uno no puede expresar verbalmente o directamente en el día, es un cuadro pictórico, como los murales de Diego Rivera y otros donde se expresa en dibujos, en figuras, en símbolos visuales lo que uno puede expresar hablando, pero que a veces la palabra no alcanza, el dibujo suele expresar más que el mismo vocabulario, entonces por eso recurren a los sueños, o sea, las pinturas de la vida

de uno, en el sueño hay una imagen central siempre, en todo sueño, de todas las imágenes que uno sueña, tanto físicas como humanas y religiosas o místicas, siempre hay una imagen central, en torno a esa imagen central gira todo el sueño, esa imagen central es el dibujo de una emoción, de la emoción predominante con la que uno construye un sueño, una emoción muy fuerte, positiva o negativa, terror, susto, miedo, vulnerabilidad, desamparo, odio, destructividad o también de una emoción positiva, como la alegría, la felicidad, la ternura, la calidez, son emociones positivas que también se transforman en dibujo, en el dibujo que es la imagen central, entonces uno hace sus sueños a partir de su emoción o de su estado emocional que uno esta viviendo al momento de soñar, entonces de lo que se trata es que al analizar el sueño, al comentarlo, al compartirlo, que se abra esa emoción que ésta en el centro de la imagen onírica, esa emoción central, eso es lo que sí es real, entonces una forma de ayudar al soñante es centrarnos en lo que veamos como la imagen central del soñante.

Hay cuatro clases de sueño que se han estado documentando, unos son aquellos llamados traumáticos, que se dan a raíz de una experiencia, como su nombre lo indica, amenazante y traumática, otros son, los sueños que uno considera importantes, otros los sueños que son de la vida cotidiana, uno los considera importantes aunque para los demás no lo sean las experiencias que uno representa ahí, otros son los significativos, y otros son los sueños de temor reverencial y los

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sueños misteriosos en lo que uno sueña algo casi como si fuera de otro mundo, una experiencia mística o una experiencia artística o una experiencia creativa. Estos son los cuatro tipos de sueños.

En los sueños traumáticos se ha visto que se sueña no precisamente el trauma tal y como fué, se sueña algún elemento del trauma, y más bien se representa en el sueño el terror que se sintió al haber estado presente en el trauma, en la amenaza, en el accidente, como se ha hecho aquí, lo que más se ha estudiado son los sueños en relación a las torres gemelas de Nueva York, se tiene documentado ya a muchos soñante que han prestando hasta dos mil sueños cada uno, que incluye, los sueños que hacina antes del bombardeo a las torres, los sueños que hicieron en la noche que fueron bombardeadas las torres, no bombardeadas pues, sino atacadas, derrumbadas y los sueños que siguieron después del derrumbe de las torres, entonces se ha visto que los sueños que hicieron antes de las torres, eran sueños de la vida cotidiana, de que me dejó el tren, de que la película se fué, que ayer me dejó a mí el avión y de que no pude llegar y que estuve muy triste y preocupado de que, ¿cómo estarían ustedes?, ¿Qué pensarían de mi falla? y que llegaron y que no estuve y que hablaba para acá y que me contestaban y no me contestaban y en que yo les hablaba y los encontraba o no y que, ¿Qué hago? Y que ¿en cual avión? Todo eso es un trauma de la vida cotidiana, civil, diríamos, bueno uno no es tan importante como las torres gemelas de

Nueva York, pero es mi vida personal y para mi es importante, estos sueños eran los que relataban los soñantes antes de la caída de las torres, cuando caen la torres y ellos estaban presentes ahí, se salvaron de milagro, fueron seleccionados, se salvaron de milagro y en la noche pudieron pensar si acaso que un avión tocaba una torre, que una torre se incendiaba, pero algo que no les emocionaba mucho el relato de las torres, les emocionaba mucho el terror que ellos habían sentido, y es lo que dibujaban de muchas maneras, lo relacionaban con otros accidentes, con otros peligros en los que habían estado, pero no con la torres, y luego los sueños que siguieron empezaron a disminuir de frecuencia y de terror y volvieron a soñar como soñaban antes de las torres, entonces quiere decir, que uno realmente no sueña la experiencia en sí, sueña el temor y el terror que uno sintió, o lo contrario puede ser la felicidad, seguramente yo quisiera saber que han soñado las olímpicas o las medallistas de los juegos panamericanos en Guadalajara en el momento en que les ponían la medalla de oro, por que dicen que antes soñaban en llegar a ese momento, ahora que han soñado en ese momento y que irán a soñar después, sería interesante saber cual ha sido la experiencia de ellos.

Entonces para trabajar los sueños si nos guiamos por esa imagen central, indagamos las emociones del soñante, y también para entender los sueños de día, se hizo un experimento que podemos hacerlo ahora, con la cual yo termino esta parte de mi exposición por que ahora sigue la de ustedes y hasta después

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termina la conferencia, todavía no va a terminar, simplemente ahorita los invito a los que quieran, a realizar un experimento que hicieron para estudiar los sueños de día, se hizo lo siguiente, a un grupo de personas se les pidió que durante cinco minutos, que yo se los contaría, traten de emocionarse en algo, sentir una emoción fuerte, la que sea, cualquiera emoción que quieran, así calladitos, relajados, pero emocionados fuertemente y después de cinco minutos, que expresen un sueño, que les surja en ese momento como si hubieran soñado algo en ese momento, que piensan que soñarían, por ejemplo entonces digo empezamos, cada quien se emociona en lo que quiera en lo que elija y después de cinco minutos piensa en que está soñando algo y luego si quiere lo comparte y lo discutimos entre todos, no se si quiera alguno de ustedes participar, bueno yo se los lanzo a todos los que lo quieran hacer, de todas maneras vamos a estar cinco minutos en silencio, esperando que se emocionen y que hagan el sueño en cinco minutos también, y después el que quiera lo comparte, bueno, entonces, ¿si está claro lo que vamos a hacer?, siéntanse cómodos, relájense, tranquilos, estén con ustedes mismos y empiecen a emocionarse, empezamos…

Bueno, entonces… (pasan unos minutos)… pueden seguir soñando si quieren, cinco minutos es lo que dura la fase MOR en la noche y es lo menos que podemos usar de día para hacer el sueño… alguien de ustedes quiere compartir lo que soñó en estos cinco minutos? lo que soñó despierto?

Marisol: Yo recordé un sueño, no sé si es válido, yo recordé un sueño que me emocionó mucho, cuando dijo que recordáramos, que nos emocionáramos, soñé en una ocasión, mi abuela vive cerca de Navojoa, en un pueblo que se llama Bahuises, soñé su casa tal como es, estábamos fuera de la casa y de repente empezó a llover y a mí y a mi abuela nos encanta bañarnos en la lluvia, entonces nos empezamos a bañar en la lluvia, era de día pero en cuanto empezó a llover pues obscureció y apareció una luna muy bonita y muy grande, nos estábamos bañando y la luna empezó a desmoronarse, pero no la veía yo como de terror, la veíamos algo así como ver una lluvia de estrellas, pero era la luna que estaba cayendo, para mí fué algo muy emocionante por que yo y mi abuela nos agarrábamos de las manos y bailábamos en la lluvia y veíamos ver caer pedacitos de luna, y también recuerdo que enfrente de la casa de mi abuela hay como una colinita, una bajadita, recuerdo que iba bajando el agua, haciendo como unos arroyitos, y veía a un niño que estaba chapoteando en el agua, y en este momento que yo soñé despierta, le agregué a mi mamá y a mi hermano menor de tres años, que veíamos igual la lluvia y la luna desmoronándose, todos riéndonos, bailando, jugando con el agua, emocionados viendo como la luna se desmoronaba, no sé, para mí eso fué muy emocionante, no lo veíamos como que se está cayendo la luna, sino como ¡mira guau la luna se está cayendo! lo veíamos como algo muy hermoso, los pedazos de la luna cayendo, nosotros sonriendo y bailando, para mí en lo particular

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significó algo muy bonito, me emocionó mucho, ese sueño siempre se me ha quedado grabado y lo quise recordar, gracias por el momento…

Dr. Santamaría: alguien ¿le quiera expresar lo que los hizo sentir?… ¿quién quiere expresar que sintió o pensó al escuchar el sueño de la compañera?…

Arnoldo: Bueno pues yo, con el sentimiento traté de…, primero pues no sabía exactamente que sentir y me fuí dejando llevar y me empecé a sentir enojado, como frustrado, entonces traté de conectarme con ese sentimiento y fué cuando empecé a soñar, a crear o imaginar, acabo de tener una situación muy injusta y tenía mucho enojo, y ahorita tiré una taza de café y me imaginé tirándosela en la cara a esa persona que me había hecho sentir así, fue una situación muy injusta para mí y me causó mucho enojo, me lo topé hace poco y hablamos, pero no lo pude expresar, y siento que después de que le tire el café en la cara en este sueño, ya me empiezo a sentir un poco mejor……

Dr. Santamaría: ese es tu sueño que hiciste, a raíz de que la compañera comento su sueño, ¿quién quiere comentar los sueños que están presentando?…

Patricia: sinceramente te estaba escuchando con los ojos cerrados queriendo sentirte, ya te habíamos escuchado en otras ocasiones, por que has tenido el gusto de acompañarnos en otros momentos, en lo personal, yo me fijé

mucho en tu tono de voz, que fué muy emotivo, a mí en algunos instantes se me figuró que ibas a llorar un poco o algo así, mencionabas que era muy bonito y que no era feo lo de la luna, que te daba gusto, que sentías así como una lluvia de estrellas lo que estaba cayendo, cuando se estaba desmoronando, más a mí lo que me llegaba era tu tono de voz, como lo relatabas, como que se te cortaba, es cierto has de haber sentido mucha emoción, te has de haber emocionado con esa imagen de tu sueño, pero ha de haber tocado otras cosas, cosas tristes, yo lo sentí en tu tono de voz, eso fué lo que me hizo sentir…

Marisol: es que hay veces que me pongo nerviosa cuando hablo en público y por eso como que se me corta la voz, bueno, es mi respuesta a lo mejor es otra cosa…

Dr. Santamaría: este primer sueño, fue un sueño doble, un sueño que realmente tuviste, que hiciste de noche, y el sueño que a raíz de ese sueño hiciste aquí de día, a raíz de que te emocionaste te emocionó recordar el sueño y esa emoción que recordaste, te hizo construir el ensueño, o sea lo que nos dijiste al final, estos son dos sueños, uno de día y otro de noche, y el compañero se refirió a una emoción negativa, en este caso fué una emoción, en el caso tuyo se llaman sueños maravillosos y en cierto modo los sueños misteriosos, porque si nos fijamos en el contenido, fue realmente que la luna se este desmoronando y que se está cayendo en el agua y se vean los reflejos como si fueran pedacitos de la luna, esto es misterioso y maravilloso, y el compañero

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se quedó con el odio retenido que es una emoción central, en la cual se representa actuando con la taza del café, y después afrontándolo, que es una medida positiva de reaccionar por que mientras sea en el sueño, ahí queda todo, es bueno soñarlo, porque si no lo sueñas quedas expuesto a actuarlo, y si lo sueñas puedes elaborarlo y ya no actuar, sino reflexionar y decir “no, ya pasó eso” y reflexionar de muchas maneras.

El soñar impide la acción y nos salva de los peligros que vendrían de la venganza, que toda venganza sabemos se traduce en contravenganza y nunca se acaba el odio, en cambio se puede evaporar el odio reflexionándolo, y soñándolo, y a partir del sueño reflexionarlo. Y bien, que otros comentarios pueden hacer? tu comentario fué tu sueño, aunque no lo hayas soñado aquí, pero fué pensado a raíz de que te habías emocionado, ¿quién quiere comentar? ¿Quién tiene más comentarios que hacer?, sería bueno que expresaran que les hizo sentir la acción de los dos soñantes, y bien, también tu comentario que viene siendo un ensueño también, por que es a partir de tu emoción que expresaste a ella lo que observaste, la diferencia está en que tú te paraste a hablar de ella, pero al empezar a hacerlo, alguien se cayó haya, cuando estábamos hablando de emociones, y que en lugar de soñar se actúa pues, a ver, dinos explícanos, porque tú no soñaste que te caías, sino que te caíste?...

Señora: no soñé, lo actué jajaja, fué una caída sin querer, es que está un ligero

escalón allí, que no se ve, y fué un ligero tropezón, pero nada más…

Dr. Santamaría: si, ya ves, hasta te van a aplaudir…

Ricardo: Dr. usted dijo que pensáramos en algo que nos podía llegar a emocionar, yo no soy de aquí, soy de fuera de Sonora, hace unos cuantos años yo vine, hubo unos pequeños problemas con mi madre, con mi abuelo y mis tíos, por eso yo me vine, y empezó a decir usted que pensáramos algo que nos llegara a emocionar, de hecho cuando empecé a pensar en eso, me aceleré, no se por qué, de hecho cuando sueño algo así sobre esto, me despierto con una paz y una tranquilidad, y ya después cuando dijo que como soñáramos, fue un sueño de toda la familia unida, mis abuelos, mis padres; siempre ubico más a mi familia materna, porque con mi familia paterna, nada más me llevo con mi papá, mi papá es mi máximo, pero a mis tíos yo no les puedo decir tíos, sólo hermanos de mi papá, pero por parte de mi mamá la familia irradia amor, irradian cariño, y por parte de mi papá, no, cuando empecé a soñar en una fiesta con el frio que es abrigador, cariño, pero al mismo tiempo como que todo en mi se aceleró, no sé porqué…

Dr. Santamaría: ¿aquí empezaste a sentir eso?...

Ricardo: siempre era de cuando me despertaba, era, todo el tiempo traigo una sonrisa ando riéndome disfrutando el día, y esta vez fue que me aceleré…

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Dr. Santamaría: a ver ¿quién quiere comentar?...

Marisol: yo quiero comentar algo, puedo pensar que a lo mejor se aceleró, por que no vió a la familia de su padre, a lo mejor a él le gustaría compartir con la familia de su padre, bueno, ese es mi punto de vista, eso es todo…

Dr. Santamaría: a ver, ¿quién más?... no tengan ningún temor de expresar lo que sienten y lo que piensan, por que en realidad se trata de compartir, no se trata de que si está bien o está mal, no se trata si le atinaron o no le atinaron, o sin van a calificar o no, es compartir en términos de la experiencia, que le podemos aportar nosotros, y lo mejor que le podemos aportar es lo que uno haya sentido al escuchar el relato…

Señora: Yo pienso que más que nada son como deseos internos que él tiene de compartir con su familia, lo que comparte con su familia materna, pueda compartir con su familia paterna, y eso le lleva a que su inconsciente lo saque y lo desee, lo haga sentir como una necesidad, pues lo expresa así, pienso que es una forma de ensoñar o de soñar, esa necesidad de falta de comunicación, con sus papás, con sus tíos, no lo hace realidad, pero lo considera de alguna manera, lo saca de allá, lo trae, lo jala del inconsciente, lo trae al presente, aunque no termine haciéndolo realidad…

Dr. Santamaría: bueno, él empezó aclarando que no era de aquí, que no era

del estado de Sonora y estás aquí con nosotros y además nos compartes tu sueño diurno, eso quiere decir que necesitas de los que estamos aquí en el grupo, la unidad para comprenderte, la imagen central del sueño es su papá, por que la resaltó mucho, pero nada más el papá, están excluidos los demás, entonces el quisiera que nos incluyéramos todos…

Ricardo: lo quise mencionar, porque con la familia de mi mamá me llevo extremadamente bien, y por mencionar la familia de mi papá quise mencionarlo por decir nomás a él, con mis tíos me he querido juntar con ellos, relacionarme y nunca se han dejado…

Dr. Santamaría: ¿por qué creen ustedes que sus tíos…? (interrumpen)

Mujer del público: bueno yo pienso que por parte de los abuelos paternos hubo un rechazo, y entonces en el subconsciente queda el rechazo, por parte de la familia paterna, no hubo una relación por algo ahí que tú percibes, ese es mi punto de vista.

Dr. Santamaría: pero al resaltar al papá, al exaltarlo da a entender que el quisiera también relacionarse con la familia paterna, quiere tanto al padre, y quisiera querer tanto a la familia del padre como quiere a la familia de la mamá o como es querido por la familia de la mamá, pero ahí algo está pasando, que él viene ahora a ver si algo puede llevarse…

Joven del público: bueno yo pienso más que nada que al resaltar a su papá, pienso que no es tanto, le gustaría convivir más

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con él, pienso que le falta tanto con la familia de sus papá como con él, siento que hay un lazo ahí que aún le falta descubrir, que hay algo, como usted dijo, está resaltando la figura de su padre, no nada más la familia de él, sino especialmente con su papá, siento que hay algo ahí que le está moviendo de su padre especialmente, no de su familia…

Ricardo: con él, con mi papá, todas las noches antes de dormir platicamos…

Dr. Santamaría: ¿quieres contarnos más de tu papá?… lo que quieras decir…

Ricardo: de mi papá, pues dicen que lo estoy recalcando mucho, me gusta recalcarlos a los dos, a mi mamá y a mi papá, para mí yo creo que como cualquier hijo adora, ama a sus papás, los amo porque, si estoy aquí, bendito Dios es por ellos, quién soy, es por ellos, la persona que me he convertido y en la que me estoy convirtiendo ha sido por sus consejos, por su cariño, por que cada vez que me he estado descarrilando, no uno, los dos, me jalan las orejas, me enseñan que está bien y que está mal, a enseñarme que importa más un sentimiento que una moneda, el que un abrazo no tiene valor, un te quiero un que onda ¿vamos a jugar?, mi hermana, mi hermano, mi mamá, que todas las noches antes de dormir, nos sentamos en la mesa, y platicar, no es el típico me fué bien, no, fíjese que me pasó esto, me peleé, me enojé y ¿porqué?, si yo no te he enseñado nada de eso, hay que querer, hay que respetar, hay que tratar como quieres que te traten, y no uno, los dos, y si recalqué ahorita a mi papá, fué

por que quise recalcar lo de la familia de mi mamá nomás, y por parte de la familia de mi mamá, es porque de donde somos, vienen o yo voy, hay una convivencia, cada dos o tres años nos reunimos, se hace lo posible por reunirnos, y la familia de aquí por más que intentemos reunirnos, hacemos fiestas, no acceden, no lo permiten, uno se lo pone en charola de oro, uno hace los convivios, uno hace las cena, nunca se dejan, el porqué si yo supiera pues ya lo hubiera solucionado…

Dr. Santamaría: muy bien, como ven estamos hablando de una vida familiar bastante funcional y útil, que ya poco se da eso de que platiquen entre ello, en la actualidad poco se da que casi a diario se platiquen entre familiares lo que les pasa y traten de comentarlo y explorarlo, por eso le duele que no están integrados todos, la ausencia de los tíos es mas significativa por eso, por que hay mucha presencia de los demás familiares, y si en esos casos se reciente que no estén todos, a diferencia del sueño de la luna donde se completa el sueño diciendo yo incorporé aquí al niño, a los provisionales del sueño nocturno, y ese deseo de incorporar pues si, es muy humano, uno se siente incompleto si no cuenta con toda la constelación…

Ricardo: creo que como que solito me estoy contestando, el problema también es que la familia de mi papá es la que vive aquí en Obregón y es la que no podemos tratar, y la familia de mi mamá se encuentra en Guanajuato, y es de que vienen , vamos, cuando no podemos ir ellos vienen y viceversa, cada diciembre,

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aunque sean dos días nos vamos para allá y se hace reunión familiar, se junta toda la familia, y aquí no, hacemos fiesta o algo y son las únicas personas que no van, van amigos, van conocidos pero ellos no.

Dr. Santamaría: muy bien, ¿alguien quiere comentar algo sobre el tema?, o ¿presentar otro material, otro sueño?…

Chica soñante: hay un sueño que desde chica he tenido, he soñado con un canal muy hondo, muy profundo, y sueño que lo veo y de repente me tropiezo y caigo, voy cayendo muy asustada, pero llega el momento en que aparezco en el canal, pero no me pasa nada, hace una semana o dos, también soñé eso, lo curioso fué que soñé dos días seguidos, uno, soñé una alberca muy honda así como tipo para entrenar a buzos, demasiado honda, la ví, me asusté mucho, pero hasta ahí quedó, al día siguiente no sé porqué, pero volví a soñar lo mismo, muy bonita la alberca, azul, muy bonita, pero ahí si me tropecé y caí, me desesperé mucho, me estaba ahogando en realidad, estaba muy desesperada, pero llega el momento del confort, andaba muy a gusto nadando, esas son tres veces, pero muchas veces he soñado que me caigo a un canal o a una alberca, y en el canal hay veces que me llega el agua a las rodillas nada más, pero a la caída es a la que le tengo mucho miedo, y ahorita que dijo de emocionarse y esas cosas, yo trataba de crear otro sueño pero me venia a la mente la alberca…

Dr. Santamaría: ¿alguien quiere comentar o explorar más o preguntarle algo a ella?….

Público 3: pues ella despierta, ¿cómo afrontas el agua? ¿no le tienes miedo o algo así?...

Chica soñante: no, no le tengo miedo…

Gabriel: me llamó la atención que ella dijera que se caía al canal pero que el agua le llegaba hasta las rodillas y que el miedo era caerse, así como que yo lo veo, como que le tiene miedo al fracaso, y como que ha fracasado varias veces y que se ha dado cuenta que no ha sido un gran fracaso, ha caído pero ha podido levantarse, y tiene mucho miedo de caerse y volver a caer, pero ha caído y se ha dado cuenta que no pasa nada…..

Chica soñante: de hecho la caída es, yo veo cuando estoy cayendo y la caída es muy grande, muy, muy, muy grande, y llega un momento como que todavía no caigo y yo como que ya, ya voy a llegar, pero sí estoy muy asustada, muy, muy asustada…

Gabriel: tiene más miedo a fracasar que en el momento en que fracasa, más miedo de volver a fracasar que el momento de la caída, pero llega el momento en que se da cuenta de que el golpe no es tan grande y que se puede volver a levantar, pienso yo…

Dr. Santamaría: la imagen central es la caída y la emoción principal es el miedo a caer, a caer sin regreso…

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Anna Luisa: Bueno, como yo lo ví en su sueño, lo principal es el agua y los tropezones que te das, el agua representa a la madre, siento yo que tienes miedo de que tu mamá te vea fracasar, también en uno de los sueños te sientes reconfortada, te sientes feliz, ahí puede ser que en momentos en que te has sentido derrumbada o derrotada, tu madre te ha reconfortado y te ha echado ánimos para que sigas adelante, hasta ahí es mi punto de vista.

Dr. Santamaría: ¿alguien más?...

Señora del público: yo pensé algo muy absurdo, yo te ví muy contenta, te caías y estaba muy contenta, muy feliz, y más que una madre yo pensé que era una relación de pareja, que te estabas tropezando con la misma piedra, que tenias miedo a relacionarte y de todas maneras te volvías a relacionar y te volvías a caer, y valía gorro, no sé, es absurdo pero así te sentí, como que te daba risa, bueno, no pasó gran cosa, no paso de las rodillas, y adelante …

Chica soñante: a lo mejor en el momento que ví que ya no era tanto, si, pero la caída fue la difícil, ahí es el susto, ya después fué como que, pues bueno…

Chica del público: bueno yo no sé todavía muy a ciencia cierta, pero lo que yo veo, lo que yo pienso, es que has de tener miedo a algo, de perder el control sobre algo, por que te sube el agua mas o menos hasta las rodillas, y eso esta bien no te molesta que el agua te suba por la

rodillas, pero cuando te caes te asusta, eso podría significar que te asusta, eso podría significar que te va a subir un poquito más el agua porque estás de rodillas, y te vas a ahogar o algo así y por eso rápido te levantas y entras a un estado de confort, no sé, es lo que yo opino…

Ricardo: primero dices que te da miedo caer, que estas en un canal que te llega a las rodillas pero me llamó la atención que después dices que hay una alberca muy onda, para mí, como que hay algo de problemas pero no vez hasta mero abajo, por que un canal camina, entonces si estás aquí puede que te lleve, primero dijiste un canal, y después dijiste la alberca onda que no te hace daño, como que tienes algún problema, como que hay una serie de problemas que no descargas bien, como que aquí ya lo solucione, al que sigue, como que nomás lo tapas por encima, como que lo tapas bien….

Dr. Santamaría: también llama la atención que en el sueño solo estás tú, no te acompaña nadie, no le pides ayuda a nadie, nadie va en tu auxilio, está el peligro pero a la vez tratas de no sentirlo, aunque sientas algún temor, definitivamente está el temor, está la profundidad, está el riesgo del arrastre del agua del canal, pero no hay nadie quien te ayude, ni pides ayuda, ni te preocupas en el sueño por saber si alguien podría ir a salvarte o ayudarte o rezar o pedir a Dios, estas en soledad, tratando de resolver sola los problemas, y de ahí en arriesgarte o no arriesgarte o exponerte o no exponerte, pero sola, esto puede decir que si

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necesitas que te ayuden, pedir ayuda o exigirla ..

Chica soñante 2: mi sueño lo tuve cuando yo estaba pequeña, pero es de los sueños que más han tenido importancia por que hasta estos momentos todavía lo recuerdo, cuando me dicen que escoja de los sueños mas impactantes, es el que me viene a la mente, soñé… está situado en época, como a finales de la segunda guerra mundial, era cuando ya todo estaba finalizando, yo estaba casada y tenia un hijo, e intentamos hacer un escape, pero nos llega una ráfaga de disparos y ellos dos se mueren, yo no, yo logré sobrevivir, pero al final cuando todo se calmó, al final de la segunda guerra, me encontré con una especie de mago, y ese mago me preguntó ¿qué es lo que quieres solucionar o que es lo que quisieras? entonces yo le dije que volver a tener a mi esposo y a mi hijo y me lo concedió y todo terminó como en una vías del tren en un atardecer, y de ese sueño me desperté llorando, llorando mucho, y es algo que no entiendo porque yo era una niña y no tenía desarrollado ese sentimiento o empatía maternal y eso es lo que me sorprende…

Dr. Santamaría: ¿Qué les llama la atención del sueño? menciona la segunda guerra mundial, la segunda guerra mundial terminó en el `45…

Mujer del público: bueno pues dicen que en esta vida venimos a recordar, pues para mí eso fué algo que ella vivió en aquella época y es algo que quedo guardado muy bien en el subconsciente, es un recordar…

Luis: me llamó mucho la atención, creo que a todos, que eras una niña y soñaste otra época, te soñaste como madre con un hijo y te soñaste como en una tragedia, en lo personal estoy de acuerdo con la compañera, estoy leyendo un libro que habla de regresiones y de terapia de regresión y habla sobre la reencarnación, que cuando morimos, muere nuestro cuerpo pero que parte de nuestra personalidad y parte de nuestra alma, reencarnan en otro cuerpo y en otra época, y que hay memorias guardadas como dice la compañera, recuerdos, y creo que podría ser algo por el estilo, algo que pasaste, y lo estás trayendo a tí, está en tu vida, incluso te puede afectar o te está pidiendo que lo trabajes, que es algo que dejaste inconcluso. Además, como los haces regresar a la vida por medio del mago, como fué tu deseo y como fué que lo cumpliste, como tuviste el poder para regresar de la muerte a tu esposo y a tu hijo, todo eso me causó revoloteo, es un sueño pero algo hay ahí, es un sueño que tienes que trabajar, externarlo para que aclares cosas, detalles de tu vida, que puedes estar afectándote o beneficiándote ahora en tu vida presente…

Dr. Santamaría: quisiera que nos explicaras más lo de la segunda guerra mundial, porque del ‘45 para acá han pasado 66 años, te refieres a un evento que sucedió hace seis décadas, ¿qué tiene que ver eso contigo? ¿Con tu vida real? la terminación de esa guerra mundial, ¿podrías explicarnos?…

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Chica soñante 2: antes no tenía un significado, a partir del sueño fué que marcó y ahora todo lo de época me interesa y me gusta mucho, pero en aquel tiempo no tenía una conexión con esos hechos históricos.

Dr. Santamaría: díganme una cosa nada más, ¿Qué edad le calculan?, ¿20 años? ¿Está muy chavita no? para tanta experiencia de vida, uniendo la segunda guerra mundial, con su marido y su hijo, la resurrección, como dijiste del mago, todo acaba en el ferrocarril dice ella, ¿Cómo es que todo esto viene a su mente? Ahora, a esta edad que tiene y que le recordó el sueño, aunque no lo haya hecho hoy pero le vino hoy a la mente, parte del sueño y parte de lo que ahora pensó, ¿Cómo le habrá hecho para ligar estos hechos?...

Mujer del público: ¿No habrá visto alguna película cuando era chica? por ejemplo, La lista de Schindler, tendrías unos ocho años, la pudiste haber visto, muchas veces si tu ves un libro, en casi todas las casas tienen la enciclopedia del Life, vienen unas imágenes de la segunda guerra mundial, muy crudas que en una mente de un niño se reproducen maravillosamente y fué muy impactante, tal vez en tu casa escuchaste historias, de que tu abuelita estuvo en la segunda guerra mundial y tuvo que huir, por ejemplo: mi yerno, su abuelito estuvo en la segunda guerra mundial y tuvo que huir y son historias que se escuchan en la familia, o el tío panchito que estuvo por Europa y tuvo que huir o que la revolución, chala la la… son historias que

se van quedando en la mente de los niños y los sueños son maravillosos y los hacen gigantes o una película simplemente, por que yo en lo personal no creo en la reencarnación…

Ricardo: yo concuerdo un poco con la señora, a lo mejor de chiquita algo te llamo la atención y por eso te enfocaste en eso, también lo que me llamó mucho la atención fue que recalcaste que a esa edad no tenías el sentimiento maternal, no lo tenías pero si lo recibías, y luego otra cosa, las niñas a tu edad cuidan a las muñecas como si fueran sus hijas, queriendo imitar a sus mamás, entonces si lo aprendes y lo recibes de tu madre, puede que lo desarrolles desde pequeña, lo tienes, lo estás recibiendo y sabes que es el afecto materno…

Dr. Santamaría: de la segunda guerra mundial estoy insistiendo, porque estás haciendo alusión a mí, de los que estamos aquí, yo soy el único que estuvo en la segunda guerra mundial, me está intrigando si serás historiadora o si a tu familia le gusta este tema, ya que pocos mencionan este evento, y menos de la edad de ella. Es cierto que si está reflejando mucha calidad maternal, compromisos de pareja, exposición a peligros, algo en vida, una vida muy especial debe estar llevando para haber hecho ese sueño…

Ricardo: estoy de acuerdo por que a mí me ha pasado, me desvelo viendo la televisión y sueño lo que ví en la tele, yo pienso que a lo mejor cuando estabas chica viste alguna película sobre eso y te

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impacto mucho, ¿cuántos años tenías cuanto soñaste eso?...

Chica soñante 2: como unos diez años…

Ricardo: puede ser que tus papás estuvieran viendo una película sobre eso y te sentaste con ellos a verla, entonces te conmovió mucho esta historia de la mujer que perdió a su familia y se queda sola en esta historia, entonces te conmovió, y de ahí sacaste todo esto de la segunda guerras mundial, era un película situada en esa época, entonces después con lo del mago haya sido que no sabías como lidiar con esa angustia que te producía el que esa señora se haya quedado sola, fué como una manera en la que como niña pudiste resolver eso mediante la magia y de esta forma hayas eliminado esta angustia y de esta forma pues tú te levantas aliviada, y así fué como tu inconsciente…

Chica soñante 2: de hecho me desperté muy triste llorando, con lágrimas…

Ricardo: yo me imagino que por ahí va el asunto, porque eso de meterse en cosas de la reencarnación como que no, pero se respeta…

Dr. Santamaría: tal vez vino hoy aquí a ver si yo era el mago, por que se ve que cree en la magia, o que puede haber soluciones mágicas y que los sueños, también son, también traen respuestas mágicas, pero sí, se refiere al tema familiar, yo supongo que es soltera, ¿tienes novio?, por ahí anda el novio…

Novio: ¡Hola amor!… ¿Quiere que le diga lo que pienso?... yo pienso que puede ser heredado, pero no de reencarnación, sino heredado o algo genético o algo así, o también que ella en su etapa de infancia con sus padres estuviera pasando cierto conflicto, a lo mejor que se sintiera desprotegida por sentir la muerte de alguien, no sé, algo así…

Chica del público 3: bueno, a mí se me vinieron a la mente dos preguntas, ¿Qué si tienes más hermanos? Y ¿Cuál es el papel que tomas hacia ellos y cuál es tu relación con tu papá?...

Chica soñante 2: tengo una hermana mayor y el papel que tomo con ella… siempre he tenido la influencia hacia ella, siempre he seguido tendencias, es como el patrón o la guía que he llegado a seguir hasta hace poco años, ahora como que soy más alternativa, y pues la relación con mi mamá y con mi papá, con mi papá siempre ha sido muy amena, amorosa, de gran respeto, armonía, lo describiría de esa forma, nunca he pasado conflictos, no he pasado problemas, siempre ha sido una familia muy armoniosa…

Dr. Santamaría: ¿Alguien más quiere compartirnos ya para terminar? … ¿nadie?...bueno, no creo que estén cansados, lo que pasa es que sí se les dificulta, como que sienten que necesitan saber mucho de sueños para poder comentar, y no se trata de eso, se trata precisamente de la espontaneidad, en los grupos de sueños que les contaba antes de que empezaran a exponer ustedes sus

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sueños, en esos grupos lo que cuenta es lo espontáneo, lo que cada quien diga, no es que sepa hacerlo, o sepa que preguntar, ni siga alguna técnica, simplemente lo que salga, pero como a ese modo de pensar tampoco estamos acostumbrados en occidente, por eso se han hecho estos grupos, por que en occidente estamos acostumbrados a contestar ya lo preestablecido, lo que ya sabemos que a nadie le incomoda, que a nadie le vamos a hacer mal y que no deberíamos quedar en ridículo, como si estuviéramos siempre sojuzgados, esta es la forma de pensar que tenemos en occidente, somos poco libres para decir espontáneamente lo que pase por la mente de uno, y eso esta haciendo mucha falta en la vida de tanta soledad actual, bueno, antes de cerrar la conferencia, la última parte de este ejercicio consiste en que los que expusieron sus sueños, también los que quieran, nos digan de que les ha servido la experiencia de haber expuesto aquí sus sueños, no sé si alguien de quien expuso nos quiera transmitir de que le sirvió, pueda ser y vuelvo al modo de pensar occidental, que aquí ya todo se da por hecho, pueda ser que digan “no a mi no me sirvió de nada” “no a mi me sirvió para esto”, cualquier cosa que resulte de la experiencia que vivieron, que también es un ejercicio muy necesario para la salud mental, que cuando uno asiste, a un evento como un concierto, como una película, como una obra de teatro, como cualquier evento, uno comente ampliamente con los demás la experiencia que vivió, cosa que tampoco hacemos, porque se da por hecho que todo estuvo muy bien, y ahí se queda, que dijo, que

pasó, quien sabe. Sí nos falta mucho esa parte, entonces yo quisiera ver si alguien de los que expuso su sueño nos comparte…

Marisol: primeramente agradecerle, gracias por que me recordó un sueño demasiado bonito y no he dejado de reírme, de sentirme contenta, me ha dejado una experiencia, me encanta este sueño, desde la primera vez que lo soñé no he dejado de soñarlo y lo volví a revivir hoy, hace rato que no lo revivía, y como les digo, gracias por recordarme esa experiencia tan bonita, y como les digo no he dejado de sentirme alegre, plena, feliz, contenta, nuevamente gracias…

Dr. Santamaría: ¿Alguien más de los que expusieron su sueño?... ¿Quién expuso el sueño del canal?...

Chica soñante: Me sentí muy bien de haberlo comentado, hubo cosas que si encajaron conmigo, hubo otras como que no, en cuanto a lo que me dijo de la soledad, puede haber momentos, puede haber momentos que no, yo no soy mucho de salir, soy como dicen, más hogareña, entonces a lo mejor pueda ser un aspecto el que no salga mucho, pueda verse como que no socializo, sin embargo, si lo hago pero no soy de andar de un lado a otro, hubo otras cosas que también me llegaron, me sirvió mucho, me sentí muy bien y empecé a formar el rompecabezas, antes de pasar yo lo comentaba con mi compañera, algunas de las cosas que me dijeron aquí, fueron a las que llegamos ella y yo, entonces ya traía un poquito de noción de lo que era, pero

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se reafirma, no todo exactamente pero sí, me sentí muy bien…

Dr. Santamaría: Gracias, ¿El del cafetazo?…

Arnoldo: De alguna manera comprendí cuando hacíamos el ejercicio de primero emocionarte y luego tratar de soñar, comprendí esa función del sueño de expresar algo que verbalmente o actuado, no puede expresarse, entonces entendí ese simbolismo del sueño, porque al representar simbólicamente una agresión en un sueño, tal vez ya no lo tienes que hacer físicamente, eso fue lo que entendí…

Dr. Santamaría: El sueño de los tíos…

Ricardo: Después de ahí no para, no para el seguir pensando en eso, ya después me empecé a acordar de otras cosas, me empecé a sentir acelerado, se me canceló las vacaciones de este año, este año iba a haber reunión familiar, iban a venir mis bisabuelos que son de Madrid y todo eso y entonces iba a ser la reunión mas grande, y este año se me canceló y no voy a poder ir, tal vez sin querer empecé a relacionarlo con eso, pero me siento en paz, porque siento que he hecho lo que está en mis manos por reunir la familia y el chiste es no parar hasta que se logre…

Dr. Santamaría: si, como no… ¿El del mago?…

Chica soñante 2: esta experiencia me gustó, y me dejo, por ver que también existen interpretaciones o teorías a las que

yo pensaba, y eso es lo que me gusto al ver que hay personas que tiene la misma teoría que yo, eso sería todo…

Señora del público: Quiero preguntar algo, en una ocasión, una maestra muy querida que me daba la materia de bases biológicas, nos dijo que nosotros soñábamos en blanco y negro, y la verdad yo no me acuerdo haber soñado a colores, no se si usted se acuerda, pero ella dijo que nosotros cuando soñamos, no soñamos a colores, soñamos en blanco y negro y yo le quiero preguntar ¿si eso es cierto?

Dr. Santamaría: Es al revés, todos nuestros sueños son a color, pero por alguna razón nosotros los decoloramos a la hora de convertirlos en palabras, quitamos el color a las imágenes, en parte por que le tenemos mucho miedo a los afectos que están contenidos en los sueños, por esa razón también nos resistimos a compartir y analizar los sueños, y queremos que nos den un significado rápido, por los afectos que viene encerrados y encapsulados en el sueño, por eso es que los decoloramos, porque el color nos orientaría hacia los afectos del sueño por eso los comunicamos en blanco y negro, es al revés, los encontramos en su color original, pero repito los decoloramos pare defendernos de los afectos que no quisiéramos compartir o sentir…

Señora del público: Gracias…

Dr. Santamaría: ¿Alguien más que se me escape ahorita, que haya expuesto?...

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¿como ven, en esta ultima parte? en esta parte final de mi exposición, he estado aquí muy molón y muy preguntón y muy comprometedor con ustedes, pero ¿porqué?, porque los sueños tiene esa función, para esos sirven, para movilizar la mente, tanto del que sueña como del que escucha los sueños, de lo que se trata es de que cuando uno expone un sueño, logre sacarle algo de provecho para uno y que los demás que escuchan el sueño también saquen algo de provecho del sueño para ellos mismos, por eso he estado insistiendo en que reverberen los sueños que aquí se expusieron, por que esos sueños a nosotros como participantes del seminario o de la experiencia, esos sueños aunque ahorita no digamos nada, ni pensemos nada, nos van a dejar mucho efecto a todos, en alguna forma los que nuestros compañeros expusieron, no solamente les va servir a ellos para que sigan elaborando lo que dijeron aquí y lo que escucharon de nosotros, sino también a nosotros nos van a servir esos sueños para que elaboremos cosas nuestras, a partir de los sueños que ellos compartieron, esa es la principal función de los sueños. No es buscarle un significado secreto como si fuera un meteorito que cae en la mente de uno y que hay que llevarlo a que lo analice el químico y que nos diga de que está compuesto, es más bien una piedra gema que está aquí en la tierra, que la encontramos y que nos sorprende, por eso un punto muy importante de los sueños es admirarlos, uno de los sueños que escuchamos, nos quedamos admirándolo, otros nos hicieron pensar en buscar significados, otros nos hicieron hacer

preguntas al soñante, pero siempre el sueño es una obra de arte, como una pintura, un poema o una sinfonía, y como toda obra de arte hay que admirarla, como obra de arte no hay que tratar de exprimirla, sino de gozarla y de aprovechar lo que esa obra nos transmite en el momento que hacemos contacto con ella, como este momento que yo tuve de hacer contacto con ustedes y ustedes conmigo, creo que nos llevamos cierta riqueza mutua de esta experiencia, que les agradezco mucho y espero en otra ocasión podamos ver que efectos provocó en nuestros sueños, muchas gracias por su atención… Aplausos….

IPPPNAC: agradecemos su presencia, los invitamos a que sigan celebrando la vida, que sigamos aprovechando la bóveda celeste para recibir todos un poco de pedazos de luna, de estrellas y de sol, y para recibir un poco de todo el afecto que le tenemos a este buen hombre que viene aquí, hasta Obregón a acompañarnos, como nos ha acompañado durante muchos años, un gran colaborador de la revista Ania, los invitamos a que reflexionen sobre algunos temas que se manejan ahí, en verdad, gracias por estar con nosotros, y a nombre del Instituto de Psicología y Psicoterapia Psicoanalítica del Noroeste, tengo a bien otorgar la siguiente constancia al Dr. Antonio Santamaría Fernández, por su participación como expositor en la conferencia.. Cuando duermes, velas, piensas, sueñas e intersueñas… y celebras… impartido en Cd. Obregón el

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día 29 de octubre del 2011. Atentamente. IPPPNAC

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Sostenerse en la histor ia Abraham Godínez Aldrete

El horizonte, como un brazo, rodea la fruta encendida

del sol cayendo en el ocaso. Pablo Neruda

En Introducción a la metafísica, Heidegger (2003: 182) hace una importante pregunta: ¿Nos sostenemos en la historia o sólo nos tambaleamos en ella? Él plantea esta pregunta en el campo de la metafísica y en el horizonte de la pregunta por el ser. Nosotros la haremos a propósito de un psicoanálisis: ¿qué es sostenerse en la historia según la clínica psicoanalítica?

En la 17° Conferencia de introducción al psicoanálisis, Freud (AE XVI: 246­247) dice que el síntoma es un nexo entre la vida y la historia. Vida e historia no son lo mismo. En Más allá del principio del placer, Freud (AE XVIII: 49) equipara a las pulsiones de vida con la voluntad de Schopenhauer. Considerando El mundo como voluntad y representación, podemos decir que la vida no tiene

sentido alguno. Esta ausencia de sentido es ausencia de tiempo. Schopenhauer (2009) compara el tiempo con la figura de un círculo que gira sin nunca detenerse: el punto más alto del círculo que toca la tangente es el presente sin fin, la mitad del círculo que siempre desciende es el pasado y la otra mitad ―que siempre asciende― es el futuro. La vida es siempre presente, reiteración sin principio y sin fin: la semilla cae al suelo, la planta crece, el fruto emerge y éste se convierte en una nueva semilla. Todo vuelve a comenzar. En la vida no hay muerte porque ella misma nunca finaliza: el muerto es sólo el desecho que la vida misma ejecuta para seguir viva. En la vida tampoco hay individuos porque todos somos vida. En la vida no hay principios y no hay finales; por lo tanto, no hay un para qué y un por qué: no hay

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necesidades ni razones para que la vida sea como es. La vida que es nuestro cuerpo original (no el de la representación) carece de sentido: nacemos, crecemos y morimos sin fin alguno, sin necesidad alguna. Sin importancia, con nosotros o sin nosotros, la vida continúa y continuará. La vida no se modifica.

En la vida, el humano hace historia. La historia es un modo de comprender la vida. Hacer historia es hacer sentido. No hay sentido de vida porque la vida no puede tener sentido. El sentido siempre es histórico y temporio. El sentido no es el significado, sino el tra­yecto. Trajet es una palabra en francés y quiere decir ruta o itinerario. Yecto significa estar arrojado. Trayecto es estar arrojado en una ruta. Existir es comprender esto: hay una ruta que inevitablemente seguimos. Existimos sin ser dueños de nuestro inicio y de nuestro final: he allí el trayecto, el sentido, el vector de la existencia. Esta comprensión es hacer tiempo: concebimos nuestra existencia como tiempo. Cuando comprendemos que somos seres temporales ya no hablamos sólo de vida, sino de existencia. Nuestra muerte es comprender la posibilidad de ya no ser más vida; ahí emergemos como seres solitarios, posibilitados de estar separados de esa gran fuerza llamada vida. Aunque la vida siempre ha sido y siempre será; nosotros somos un instante existente de esa vida. En la historia nos comprendemos como existentes: comprendemos que estamos solos y que vamos a morir. En esta historia nos

podemos sostener o nos podemos tambalear…

Al menos hay dos modos de tambalearse en la historia: estar a la deriva o estar en el ritual. A continuación explicaremos cada uno de estos.

Estar a la deriva puede significar navegar sin rumbo. En náutica, deriva es un movimiento del agua que genera una corriente de distinta intensidad dentro de los Océanos y Mares. Las corrientes pueden ser superficiales o profundas. Cuando un barco se encuentra a la deriva, se quiere decir que la nave está tomada por las corrientes marinas y ha perdido rumbo. Estar a la deriva es estar alejado de la tierra y en el abandono. Todos somos marineros porque nos vemos obligados a salir de casa; nuestra condición es estar lejos de la cuna. La prohibición del incesto significa partir del hogar original y navegar en mar abierto. ¿Tiene sentido alguno esta partida? ¿Hay alguna meta más allá del mero acto de alejarse y deambular? Sucede más de una vez, las más de las veces, que estamos a la deriva porque ―al ser vida― nosotros mismos somos esa deriva. El mar no tiene final, dirección, lógica. En mar abierto somos angustia: no hay puerto y no hay dirección. Nosotros somos el mar: no tenemos sentido alguno. Estar a la deriva es estar en angustia, pero también en libertad. Estar a la deriva es angustiante porque el mar es nuestro propio ser: existencia abierta sin rumbo trazado. En mar abierto comprendemos que estamos solos frente a nuestra muerte y nuestra existencia: nadie puede ocupar nuestro

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lugar. La muerte es nuestro destino, pero también nos otorga el carácter de existentes.

Lo opuesto a estar a la deriva es estar en el ritual. Estar en el ritual es detener el tiempo (Agamben, 2007). En el conservadurismo familiar, detener el tiempo se llama incesto. La endogamia es temor a salir a mar abierto y es guarecer a los hijos dentro de la cuna. Los padres se acurrucan con los hijos y anclan su barca: los tratan como niños que hay que cuidar a pesar de que ya son jóvenes adultos. El incesto es una negación del tiempo. El cristianismo, que se ha constituido como una religión que pretende denegar el sexo y la muerte, incita de modo constante al incesto: proclaman el discurso de la unidad familiar como un disfraz que encubre el incesto. Favorecen la endogamia en el ciclo familia­trabajo­ iglesia, cerrando las puertas hacia el mundo. De esta manera la existencia se reduce al cumplimiento de rituales familiares­religiosos que petrifican el tiempo: navidad, semana santa, cumpleaños, días de la madre, del niño, del padre, etc. Y así, año tras año, década tras década… En sus repeticiones cíclicas, las familias se petrifican. Esto también sucede en las instituciones. Las universidades son un buen ejemplo: sin importar alumnos o profesores, los ciclos de inicio de clase, programas, exámenes, entrega de calificaciones, evaluaciones se repiten sin cesar. A pesar del tiempo que acontece en el ritual todo sigue igual. El existir es reducido al cumplimiento del deber ceremonial. En el ritual se existe en el deber ser, olvidándose que la vida es

una existencia cada­vez­mía, libre y finita.

En ambos casos, en el estar a la deriva y en el estar en el ritual, la característica principal del tambalearse en la historia es la ausencia de su elaboración (Durcharbeitung). En alemán, el verbo durcharbeiten expresa la idea de “trabajarse a través (durch) de alguna tarea”, o de “recorrer o atravesar una tarea del inicio al fin” (Hanns, 2001: 211). En un psicoanálisis nos trabajamos a través de la historia. En este contexto, elaborar o re­elaborar significa que la historia no es algo que se hace de una vez por todas (eso sería ritual, no historia), sino que siempre está por hacerse (todo el tiempo, sin interrupción). Esto no significa que la historia se perfecciona o se asimila (la palabra en español ―elaborar― crea estos significados que no están en el término alemán), sino que nos comprometemos con el esfuerzo de re­elaborarnos (trabajarnos, recorrernos). Cuando queremos escribir un capítulo de la historia y mandarlo al archivo muerto, corremos el riesgo de comenzar a tambalearnos: ya no sabemos en qué situación estamos. Elaborar la historia es un modo de comprendernos como seres que somos siendo tiempo. Por ello, repitiendo a Heidegger, sin decirlo (Cf. §73 de Ser y tiempo), Lacan afirma que la historia no es el pasado. La historia la hacemos y la re­hacemos constantemente. Hacer historia es elaborarla, también es compartirla. Hacer historia es hacer experiencia.

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Heidegger dice que hacer historia es abrir futuro: somos historia abierta. Hacer historia es preguntarse por lo que he sido en la medida en que abre posibilidades sobre lo que puedo ser. Comprender la historia es comprenderse en la situación (¿En dónde estoy? ¿Cómo llegué aquí?), pero también es comprenderse hacia el futuro (¿A dónde ir? ¿Para qué? ¿Y luego qué?) Cuando hago historia, comprendo mi haber sido, que me puede generar una orientación hacía mi propio­ poder­ser. Hacer historia permite trazar el camino hacia el futuro sabiendo quiénes somos. Un psicoanálisis es un modo de elaborarse haciendo historia. Esta experiencia permite abrir futuro.

Nos gusta el mar abierto, pero buscamos ruta, anhelamos puerto, soñamos con la tierra. Elaborarse haciendo historia es proyectarse. Pro­yecto significa lo que está lanzado hacia delante. Y este delante debe ser entendido como un futuro. Así es para Heidegger: El proyectar no son los planes, sino el modo fáctico en el cual el ser humano se comprende siendo sus posibilidades. En psicoanálisis podemos ahondar más en otras vertientes de este término. La palabra pro­yecto es similar a tra­yecto; sin embargo, en vez del prefijo tra que remite a trajet, encontramos el prefijo pro (del latín prode) que significa provecho. Si el sentido de la existencia es un trayecto, el proyecto es la posibilidad de sacarle provecho viendo hacia adelante. En psicoanálisis, el provecho que el ser humano anhela es la obtención de placer. En el proyecto se concilian vida y existencia: somos existentes­vivos que proyectamos obtener placer.

Podemos obtener mayor provecho de vivir en la medida en que nos reconozcamos en nuestra historia. Schopenhauer (2009: 360) dice que el carácter es la historia de nuestros actos. Aquel que conoce su historia comprende su carácter y sabe cuáles son las cosas del mundo adecuadas sólo a él mismo: reconoce qué cosas puede realizar y cuáles puede disfrutar. Si revisamos nuestra historia podemos observar lo siguiente: cuando hemos intentado algo en desacuerdo con nosotros mismo recibimos duros golpes desde afuera. Cuando nos elaboramos haciendo historia nos podemos plantear un proyecto. Avanzamos sin dar tumbos como novatos que siguen las opiniones de los demás; sabemos de una vez por todas lo que queremos y en cada elección elegimos lo que nos gusta.

En La poesía de Hölderlin, Heidegger dice que en mar abierto se prepara la última decisión del viraje de lo extraño a lo propio (Esposito, 2007: 177). En mar abierto, en la angustia de estar lejos de casa, sin tierra y sin dirección, se puede tomar rumbo y se puede crear una ruta propia: puede emerger lo más propio de cada uno de nosotros. Podemos arrojarnos a nuestras posibilidades de navegación: el mapa puede ser la historia propia. Ya no estamos a la deriva, sino devenimos marineros. Navegar puede ser placentero. El proyecto no es el descubrimiento de algo oculto, sino su elaboración constante (Durcharbeitung).

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Conocemos nuestro trayecto, estar a la deriva en la corriente que nos lleva a una muerte anunciada, y sobre él elaboramos nuestro proyecto. Sabemos que vamos a morir, pero queremos sacarle provecho a la vida. Ya no nos dejamos inducir por las demandas externas o por las circunstancias ajenas. Cuando nos elaboramos haciendo historia, podemos decidir nuestro propio camino, a pesar de que nuestra decisión sea contraria a los intereses del grupo (familiar, institucional o gremial). Con serenidad reconocemos nuestro camino propio. Conocer la propia historia es re­conocer nuestras fuerzas y nuestras debilidades. Así podemos apuntar y afinar la mirada, evitando las aspiraciones para las cuales tenemos poca disposición. Nos concentrarnos en alcanzar lo disfrutable y en hacer lo que sabemos hacer bien. Elaborar la historia significa comprender lo que nos podemos exigir y lo que no. No es necesario esconder las debilidades propias, se trata de mirarlas de frente y decidir el camino a seguir. Así evitamos exponernos a humillaciones o tristezas mayores por pretender aquello que en el fuero interno sabemos que no es nuestro proyecto. Por lo tanto, cada quien puede participar con alegría en la ruta tomada gracias al ánimo de seguir decidiendo en las posibilidades fácticas propias en mar abierto.

Elaborarnos haciendo historia significa trabajarnos a nosotros mismos como existentes. A través de la historia comprendemos lo que sí nos es posible y lo que no nos es posible. Lacan decía que el Yo es el síntoma por excelencia del ser humano. Si consideramos que el síntoma

es un nexo entre vida e historia, el Yo es esa intersección.

Comprendiendo la historia como mapa, el existente puede ser el navegante que hace proyecto por la travesía de la existencia y puede sacarle provecho. Para que el existente sea navegante de su propia travesía, es necesario que salga a mar abierto. Elaborarse como un existente dentro del mar de la existencia significa asumir las posibilidades propias y fácticas siendo pro­yecto. Sostenerse en la historia, en vez de tambalearse en ella, es proyectarse al futuro en la consideración de nuestra situación y nuestro haber­sido. Además de ser navegantes, podemos ser puerto abierto al otro en el que compartimos nuestro proyecto y nuestra balsa. Ésa puede ser la experiencia del amor; que también puede ser tema de otro ensayo…

Guadalajara, Jal. a 31 de mayo de 2012

Referencias: Agamben, G. El país de los juguetes.

Reflexiones sobre la historia y el juego en Infancia e historia. 4° edición aumentada. Trad. Silvio Mattoni. Buenos Aires: Adriana Hidalgo, 2007.

Freud, S. Obras Completas. Ordenamiento, comentarios y notas de James Strachey, con la colaboración de Anna Freud. 24 vols. (designamos con la abreviatura AE las citas tomadas de esta edición y con un número posterior, el volumen referido).

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Traducción directa del alemán: Etcheverry, J.L. 2ª ed. 8ª reimp. Buenos Aires: Amorrortu, 2001. Textos tomados de esta edición: (AE XVIII)Más allá del principio

del placer (1920) (AE XVI) 17° Conferencia de

introducción a psicoanálisis. El sentido de los síntomas (1917 [1916­ 17])

Esposito, R. (2007) Communitas. Origen y destino de la comunidad. 1° ed. 1° reimp. Trad. Carlo Rodolfo Molinari. Buenos Aires: Amorrortu, 2007 Hanns, L.A. (2001) Diccionario de términos alemanes de Freud. Trad. Sara Asan, supervisada por el autor. Buenos Aires: 2001.

Heidegger, M. (2003) Introducción a la metafísica. Trad. Angela Ackermann. 5° reimp. Barcelona: Gedisa, 2003

(2009) Ser y tiempo. Trad. Jorge Eduardo Rivera. 2ª ed. Madrid: Trotta, 2009

Lacan, J. (2004). El seminario: libro 1: los escritos técnicos de Freud. 1° ed. 13° reimp. Trad. Rithee Cevasco y Vicente Mira. Buenos Aires: Paidós: 2004.

Schopenhauer, A. (2009) El mundo como voluntad y representación. Traducción, introducción y notas de Pilar López. 2° ed. Madrid: Trotta, 2009.

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No dejes para mañana…..lo que puedas llorar hoy

Luis Ricardo Ruiz

(Centón leído en la presentación del libro del Dr. Daniel Gerber, El sujeto en entre dicho, Editorial Lazos, Argentina, 2008. En el Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa el 23 de Junio del 2011).

Soñamos con amar, y nos agita la volcánica lava del deseo: y corre el plomo derretido de la neurosis en las venas para penetrar al cielo por la puerta estrecha del dolor porque tú, sí, dolor, los sueños de sudor y escalofrío eternizas

¡Ay dolor! hay dolor por el amor se llora en el amor se sueña/ se sueña que una mujer a su camino viene y exclama el corazón: ¡ésa es la mía!

Es suya esa mujer: los goces nacen, la ve, la palpa, sus mejillas besa las alas del querubín se deshacen, y exclama el corazón: ¡no! ¡no era esa! ¡no era ella!

Y lleno de mí, sitiado en mi epidermis vivo sin vivir en mi albergue, mi prisión, mi hospital, mi lápida ambulante, soledumbre de la piedra fría

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y tan alta vida espero, que lloro porque no lloro en el charco del final absurdo a veces tengo ganas de llorar pero las suple el mar

¿Qué locura divina embriagada en su delirio nos arrojó a la soledad en llamas? ¿De qué lejano sueño hemos caído?

¿En qué lejana playa de sol tostado abandonamos asustados nuestras aletas para soñar despiertos la promesa en que yacemos?

Un sueño no es en sí más que una sombra sombra con sombra de este mundo negros de sombra para revolcarnos en pesadillas que mecen al mundo en la cuna del habla

¡Ablapalabra! Hablamante habla hablandando que por haberme enamorado sentí diariamente que la vida es la muerte supe lo que es amar porque morí a diario como un ángel triste en sábanas cansadas

Y sólo por amor odiado ven ahora y mientras en pasión nos sepultamos seamos inmortales y simulemos que morimos luego como la sed que se desprende de la primera lluvia seca

Tú mujer: como un signo defines el principio y el silencio pero el olvido que comenzó en tus ojos de virgen crucificada y ardida ha llegado a tu voz en lo que dura el solo nombre tuyo

Amor, terror de soledad humana Viven en ti palabras que cruzan sin riesgo geografías

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Fantasmas de un jardín transparente dónde solo el sauce llorón está llorando y nacen los sueños a la sombra de nuestros nombres

Por el oscuro rencor de los dioses dioses locos que te hicieron a su semejanza y a la mía la tierra tiene forma de deseo y el amor es una pasión tan torpe y tan limpia una Ofelia que suspira: amé, sufrí, goce

No es el amor quien muere Somos nosotros mismos Fantasmas de la pena desalmados sin penario

Sueño que duermo duermo en un sueño que sueña que sueño soy hueco del tiempo en la memoria de una pausa suspendida

Hueco que tu soplo perfora en el oído oídos con parpados de espejo en el vaho de las letras de tu aliento para que el mundo entero, ebrio y enfermo, también te sueñe y así no olvidarte.

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Posmodernidad, psicopatías y psicoanálisis Ezequiel J iménezUrenda

Posmodernidad

De acuerdo con Yeaman, A. R., et. al. (1996) la posmodernidad parece ser un término críptico que no dice nada nuevo, pues puede significar después de la modernidad. Y si modernidad significa contemporáneo, ahora o actual; lo posmoderno resultaría una contradicción de términos, ya que significaría después­ ahora, o después del tiempo actual, lo que podría ser futuro. Pero la posmodernidad, estamos ciertos, no significa futuro.

Si consideramos sólo la variable tiempo, sería posible deducir a la posmodernidad como ese momento que sigue al transcurrir y agotamiento de la modernidad. Entendiendo ésta como aquel fenómeno cultural, político,

económico y especialmente intelectual, que surge después de la edad media, alcanza su máxima expresión en el siglo XVIII con lo que se conoce como el movimiento ilustrado, o La Ilustración (Aufklärun), y llega hasta mediados del siglo pasado cuando la fé y creencia absoluta en que la razón ilustrada de la ciencia y la tecnología traerían consigo el progreso universal, se desmorona a propósito del estallamiento de dos guerras mundiales y del fracaso de los modelos capitalistas y socialistas que en ningún caso alcanzan sus ideales.

Para los propósitos de este artículo, entendemos posmodernidad como un estadío o situación social que se distingue por: a) la creencia en la pluralidad, b) el cuestionamiento crítico de los beneficios de la tecnología, y, c) el cuestionamiento

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a la noción del "progreso" como universal e inevitable. Pero además, y hay que subrayarlo, el posmodernismo no es una ideología, o sea, uno no opta por ser un posmodernista, el posmodernismo no tiene proyecto ni busca conversos. El punto de vista posmoderno consiste en dudar y cuestionar que sólo un punto de vista sea aceptable, o que sólo un modelo teórico o de cualquier tipo pueda explicarlo todo, o todavía más, que sólo una “razón” pretenda convertirse en el manual del pensar o proceder de los diversos actores de una colectividad. (Yeaman, A. R., et. al. 1996)

Sin embargo, el gran problema de la posmodernidad es que si no tenemos una razón que nos explique de dónde venimos o a dónde vamos, podemos ir a cualquiera, o a ninguna parte, de todos modos la que sea puede ser mejor que otra. Por lo que si seguimos los consejos de González, L. y Carvajal, S. (S/F) tenemos dos opciones, la primera es disfrutar ¡ya!, sin aplazar las satisfacciones; o bien, puesto que no tenemos dirección segura y el progreso se ha vuelto imposible, la otra opción es retirarse al santuario de la vida privada, donde se daría la única felicidad que el hombre pueda conseguir.

Pero como lo segundo tiene mayor dificultad que lo primero, dado que priva de las relaciones placenteras que la moral puritana ha reprimido, es entendible entonces el hedonismo exacerbado y el discurso que propugna un pragmatismo utilitario, particularmente en los jóvenes. Si el hombre moderno estaba obsesionado

por la producción, dicen González, L. y Carvajal, S. (S/F), el posmoderno lo está por el consumo, pues cuando no se espera nada del futuro, es preferible vivir al día y pasárselo bien, finalmente, por qué hemos de encasillar nuestra forma de disfrutar, a la forma en la que disfrutaban nuestros abuelos

Si lo posmoderno entonces es: la pluralidad, el cuestionamiento crítico de los beneficios de la tecnología, y el cuestionamiento a la noción del "progreso" como universal e inevitable, qué pasa cuando en un colectivo, cada quien tiene su propia razón, su propio código ético, o su propia ideología. Si todas ellas son igualmente importantes y legítimas, pareciera entonces que para hacerlas valer, retornaríamos a lo más primigenio del ser humano, en donde cada quien hace valer su posición en base a la fuerza física de que dispone.

Si la razón, la ética o la ideología de otros no es la mía y no tengo que subordinarme a ella. Tampoco aquel tendría por qué subordinarse a la mía, ni mucho menos calificarlo o que me califique con cualquier epíteto denostador de la forma de actuar o de pensar.

Para quienes nos dedicamos al ejercicio de la psicoterapia, el posmodernismo representa un momento crítico, pues si hacemos un recuento, en la historia de este delicado ejercicio se ha transitado por situaciones que ponen en entredicho el carácter ético y social de esta práctica. Recordemos bien el cuestionamiento, frecuentemente certero, que se nos ha

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hecho a psicólogos, psicoterapeutas y psicoanalistas, acerca de si el fin de nuestra práctica es el de adaptar al ser humano a las normas y cánones de la sociedad moderna.

O recordemos también con Michel Foucault, en sus trabajos sobre historia de la locura, como desde la antigüedad, la locura devenida en enfermedad mental ha sido connotada como la sinrazón o insensatez, que se opone a la racionalidad de los puntos de vista dominantes de la moral social y religiosa. Y para las cuales el sacerdote, el psiquiatra y el abogado, han sido sus más férreos guardianes.

Psicopatía No es casual que el primer epíteto psiquiátrico descrito por Pinel (1745­ 1826) haya sido la psicopatía, en donde precisa que se trata de una forma de manía sin déficit de las facultades cognitivas, pero con un severo daño en la capacidad afectiva. Es decir se trata de personas que pueden aparentar locura, pero sus funciones cognitivas se mantienen intactas, a pesar de su extrema frialdad emocional para hacerse de delicias a costa de los demás.

Ciertamente hoy día en los Manuales Diagnósticos y Estadísticos de Trastornos Mentales como el DSM­IV y el CIE­ 10 el diagnóstico de Psicopatía no aparece como fue descrito por primera vez. Actualmente está ampliado y entreverado con otros “trastornos” que tienen que ver con conductas “antisociales”. El DSM­IV menciona la falta de remordimientos, pero no habla de la extrema frialdad del

psicópata. La psicopatía no sólo se manifiesta, por lo criminal, sino también por la carencia vincular, asociada a una incapacidad afectiva en su relación con los demás. El psicópata se relaciona siempre procurando su placer o la utilización del otro para el logro de sus metas, sin desarrollar vínculos afectivos reales. Su mundo afectivo está marcado por el utilitarismo y el pragmatismo en la consecución de sus metas. Una vez logradas, el otro será desechado o eliminado ∗

Si conforme a lo anterior, retomamos el consejo de González, L. y Carvajal, S. (S/F), en el sentido de disfrutar ¡ya! sin aplazar las satisfacciones, puesto que el posmodernismo no nos ofrece caminos confiables ni explicaciones apaciguadoras, podemos decir entonces, que lo posmoderno es también una forma de convalidación de la psicopatía, pues sólo el placer, lo práctico y lo útil inmediato, serían nuestros motivos de ser ya que no tenemos dirección segura y el progreso universal se ha vuelto imposible

En términos psicoanalíticos el principio de placer y el principio de realidad serían lo mismo, de la misma manera que el superyó y el ello no se diferenciarían. Y lo que alguna vez fue señalado como falto de ética, en tanto la “adaptación” del ser humano a las normas y cánones de la sociedad moderna, ahora los psicólogos, psicoterapeutas y psicoanalistas seríamos

∗ http://www.apuntesdepsicologia.com/psi cologia/psicopatia.php

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celebrados como edecanes que conducen al ser humano al mejor disfrute de la sociedad posmoderna. Psicoanálisis Como sabemos, el psicoanálisis es un conjunto de teorías psicológicas y psicopatológicas sobre los procesos psíquicos conscientes e inconscientes del ser humano; es un método de investigación sobre los motivos y determinaciones del actuar humano; y es también un método psicoterapéutico cuya finalidad consiste en que el ser humano alcance la capacidad de obrar y gozar de su existencia, sin reprimir sus deseos y en congruente apego al principio de realidad.

Respecto de la vertiente terapéutica que es la que nos interesa reflexionar por ahora, cabe decir, además, que para alcanzar la capacidad de trabajar y gozar de su existencia, una persona que acude al psicoanálisis, en realidad no va a encontrar algo que le sea ajeno. Es decir, el psicoanalista no le va a proporcionar nada que no le sea inmanente, y tan sólo lo acompañará a explorar con la mayor neutralidad, qué obstáculos (mecanismos) erigió para impedirse la capacidad de goce y de trabajo en su desarrollo individual. Y en consecuencia construir o reconstruir los que en su singularidad le permitan una mediana (no existen absolutos) felicidad.

El punto crítico que ya antes hemos mencionado en el ejercicio de la psicoterapia actual, es precisamente aquel que tiene que ver con el ajuste o conciliación del individuo con su entorno. Y no en el sentido de una adaptación

pasiva, o de sometimiento a las normas y cánones de la sociedad moderna, ni tampoco en la confabulación con el hedonismo y utilitarismo exacerbados de la sociedad posmoderna.

De acuerdo con Freud (1924, citado por Vives y Lartigue, 2003), el ser humano se desarrolla sobre la base de dos procesos adaptativos: los cambios autoplásticos, referidos a mutaciones internas en el propio aparato psíquico tendientes a propiciar una forma de “amoldamiento” del individuo a una situación dada. Y los cambios aloplásticos, en donde el sujeto promueve una serie de arreglos en el medio circundante, con el fin de hacerlo más apropiado a sus necesidades.

Como puede apreciarse, se trata de un proceso dinámico que implica, cuánto puede cambiar la persona misma, y/o, cuánto puede cambiar su entorno para ser más feliz. Y para la psicoterapia psicoanalítica, estos dos procesos son las principales fuerzas que hay que liberar y potenciar en quien acude a psicoterapia. No se trata como es obvio, de autoimponerse un decálogo del “buen actuar”, como tampoco de dar contento a la inadaptabilidad dibujada de posmodernismo.

El papel del psicoterapeuta en este sentido es delicado, pues como ya hemos dicho, puede convertirse en una especie de edecán de la psicopatía, perfilada de posmodernidad. La diversidad, la pluralidad, el cuestionamiento crítico, etc., son contrapesos deseables que desde siempre el psicoanálisis ha promovido

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frente al autoritarismo y la moral puritana neurotizante. El gran problema de hoy es que lidiar con la represión rígida de las pulsiones, nos pone en la disyuntiva de que su liberación termine por arrasar a la persona misma, y no en la de la sublimación mediante la profesión, el oficio o el arte.

El superyó nacido de la moral social moderna, que en otra época era el verdugo censurador de las pulsiones y que su transgresión o anulamiento derivaba en psicopatía, hoy es virtual aliado de su expresión y aceptación social.

Por supuesto que no nos entristece ni extrañamos ese superyó rígido aniquilante del placer y la capacidad de goce. Lo que nos planteamos es que su recambio por otro, totalmente permisivo, sin límites, e intelectualizante del mundo posmoderno, no es precisamente el que posibilite la construcción o reconstrucción de la persona, ya que apunta por igual al

aniquilamiento, solo que ahora en el exceso de placer.

Referencias González, L. y Carvajal, S. (S/F) Posmodernidad. DicPC http://www.mercaba.org/DicPC/P/posmo dernidad.htm

http://www.apuntesdepsicologia.com/psic ologia/psicopatia.php

Vives, R. J. y Lartigue, B. T. (2003) en: Caminos del desarrollo psicológico. De la edad adulta a la vejez. Vol. IV. Dallal y Castillo Eduardo. Ed. Plaza y Valdés. México, 2003.

Yeaman, A. R., Hlynka, D., Anderson, J. Y., Damarin, S. K. and Muffoletto, R. (1996) Posmodern and Poststructural theory. In D. H. Jonassen (Ed.) Handbook of research for educational communications and technology (pp. 253­ 295). New York: Mcmillan

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La personalidad de los políticos a través del psicoanálisis

Entrevista al Pst. Rafael Azuela por el periodista Luciano Sabatini

¿De qué manera se relaciona el psicoanálisis y la política?

El psicoanálisis es una manera de leer el mundo, de entender la realidad que va más allá de lo inmediato y que nos puede dar siempre claves para entender y poder movilizarse hacia el reconocimiento de los deseos propios. Traducido a la vida política, quien está en psicoanálisis está en mejores condiciones para poder asumir realmente sus posiciones, sus deseos, y por qué no, pronunciarse de manera más activa a favor de sus propias posiciones políticas. El punto en el que se encuentran

el psicoanálisis y la política es en la conciencia, ya que el psicoanálisis está destinado a recuperar conciencia, y en política se traduce en conciencia política donde el sujeto se asume históricamente como participante, como militante, ejerciendo el voto, o teniendo una opinión al respecto.

¿Puede haber manifestaciones del inconsciente en el discurso político?

Por supuesto, muchas veces se manifiesta la intención o pensamiento, el inconsciente, a través de un lapsus o

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equivocación, pero para entenderlos hay que tener mucho cuidado. Hay psicoanalistas que pueden hacer interpretaciones de lo que dijo Peña Nieto un día en concreto, pero sería peligroso y aventurado porque pueden estar fuera de contexto, y para hacer una interpretación se deben de tener los elementos completos del momento del lapsus.

Últimamente me he enterado de dos casos en Sonora, el del candidato a la alcaldía de Cajeme, Rogelio Díaz Brown diciendo “cajemensos”, y el del senador del PRI, Alfonso Elías, que en el poblado Miguel Alemán, dijo “que gusto estar aquí en el poblado de Miguel ‘Animal’”. Antes que nada es muy divertido, porque digamos que se les van por delante sus verdaderas lecturas, en alguna parte de este señor que dice “cajemensos”, está la percepción y la idea de que la gente aquí es mensa, a mí me parece que lo revelador está en dos direcciones: uno, que no tenga el cuidado, lo cual ya nos puede hablar de una falta de respeto e interés real por lo que va a hacer; y dos, podría revelar también una auto devaluación, porque si pretende que esos sean sus votantes, y si sus votantes son mensos, pues entonces lo van a elegir a él. De cualquier manera me parece que un lapsus como ese tiene que ser analizado en su contexto, pero esto es algo muy humano que no está en el control.

¿En el caso de Díaz Brown, no fue sólo un error de dicción?

En el psicoanálisis dudamos de los errores de dicción, sin intención, porque

damos por supuesto un contenido latente entre líneas de lo que se está diciendo. Estamos acostumbrados a dudar en que las cosas sean simplemente así.

¿Era la política una preocupación para Sigmund Freud, padre del psicoanálisis?

Hasta donde yo sé, Freud era política y socialmente un hombre muy conservador, pero en términos de ideas en relación a la humanidad era muy avanzado. Tiene un texto maravilloso que se llama “El Moisés y la religión monoteísta”, del que se puede hacer una lectura respecto al comportamiento del político y la psicología de las masas, de cómo el político en tiempos electorales se relaciona con los votantes como una masa, y de cómo la masa se mueve. A mí me preocupa que en las elecciones del mes de julio vaya a ganar Peña Nieto sólo por el hecho de lo que se ha venido diciendo desde hace 5 años que va a ganar, porque ahí hay una concepción de la psicología de las masas operando, si la gente tiene 5 años oyendo que va a ganar, votará por él.

Desde el punto de vista psicoanalítico, ¿Cómo son los 4 candidatos a la Presidencia de la República?

A mí me parece que estamos en una oportunidad de desidealizar al individuo como tal, ninguno de los cuatro destaca como persona y eso me parece que es afortunado, son tan grises que nos permiten ver más allá de ellos. Hay cosas que son más interesantes que las figuras

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de los candidatos, como el movimiento de estudiantes que se está gestando, en contra de Peña Nieto y no a favor de ningún otro.

A Enrique Peña Nieto lo veo como un producto de la mercadotecnia, no hay absolutamente nada atrás, es un objeto construido para conservar un sistema, no digo que sea tonto, eso ni siquiera interesa, es como Jimmy Neutron, un personaje de caricatura, ¿Qué tan tonto puede ser?, solo como el creador lo defina.

En Josefina Vázquez Mota finalmente veo una desilusión, me resulta extraño que en un momento dado haya creído que de verdad era posible; en las últimas semanas la veo más desdibujada, la impresión que da es que ya no se la cree ni ella misma, y como creo que es una mujer con una estructura ética, l eestá siendo evidente difícil engañarse con ser la comparsa, porque no la veo con una intención de ganar.

A López Obrador lo veo en una mejor posición, pero curiosamente no lo puedo leer desde los mismos indicadores de los que puedo hablar de Peña Nieto o de Josefina Vázquez, o de Quadri, porque no sé si sea por el carácter de Andrés Manuel o por lo que representa, pero me nace decir que está siendo más cuidadoso que hace 6 años, debe de estar haciendo arreglos y acuerdos, podría dar la impresión de que tampoco él está muy convencido de que pueda ganar.

Gabriel Quadri me parece un ejemplo patético del interés personalísimo de alguien por encima incluso de su propia carrera profesional. Es un hombre muy inteligente, hizo prestigio en ámbito de la conservación del medio ambiente, pero algún cascabel le supo mover Elba Esther Gordillo como para que él haya permitido presentarse en un sainete que, por supuesto, sabe que no va a ganar, a menos de que se haya deschavetado.

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Arturo y sus demonios Gloria Aurora Champion Castro

Arturo tiene 17 años, lo descubro rodeado de demonios, por fin puede hablar de ellos, unos se le quieren meter por la boca, otros por el ano, por los ojos y las orejas, se le pegan al cuerpo, los trata de ahuyentar, los manotea, pero no se van, siguen ahí; Le susurran cosas al oído, los puede ver. Los escupe, se los saca de la boca y de las orejas, camina unos pasos para adelante y otros para atrás. Les tiene mucho miedo, son muchos y pequeños, siente que lo pueden obligar a hacer algo malo, que él no quisiera hacer; lo malo está relacionado con la agresión y con la culpa.

Se ve en la necesidad de huir de su casa y vagabundear durante todo el día hasta llegada la noche, pudiendo pasar doce o

más horas sin ingerir alimento alguno. Los padres, en especial la madre se preocupan por no saber nada de él en todo el día. Arturo y su familia tienen mucho miedo a la expresión de la violencia de Arturo dentro del seno familiar. Cuando inicia la psicoterapia el papá lo lleva por la mañana y Arturo no regresa a casa en todo el día.

Comprendo y experimento la presencia de un adolescente psicótico, cuyos delirios y alucinaciones aparecen precisamente en ese momento crucial de búsqueda de independencia y consolidación de identidad.

Arturo se enfrenta a la emergencia del impulso sexual; a la búsqueda de una

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identidad; a la necesidad de sacudirse la imposición de sus padres sobre sus pensamientos y conducta; a la culpa por la agresión contenida hasta entonces y por la fantasía inconsciente de ser el responsable del “mal” en la familia, Arturo despliega sus fantasías pre­ edípicas en sus delirios y alucinaciones.

Mi primera reflexión contra­transferencial es: ¿Debo sentirme amenazada por él, desde la oralidad, desde la analidad o desde la genitalidad?

Todo parece estar confundido y presente a la vez en Arturo. Es un adolescente en el sentido de que sus impulsos sexuales están en plena emergencia, tiene muchas dudas con relación a los daños que le puede producir el masturbarse, sin embargo es algo que quisiera y no puede dejar de hacer. Sus fantasías masturbatorias se confunden con sus demonios, sus raros manerismos son expresión de la relación alucinatoria que mantiene con ellos. Con relación a sus alucinaciones de demonios, sabe que yo no puedo verlos, sin embargo él los puede describir y se tranquiliza al saber que yo le creo que los ve, que los siente, que los oye, no invalido sus percepciones como le sucede en casa, en donde lo creen loco, por eso no se atreve a hablar de ellos.

Hace tiempo que están ahí con él y no se van, casi desde que entró a una edad de adolescencia retardada, hace algunos meses. Estas alucinaciones se acompañan de un discurso incoherente sobre el poder, del bien sobre el mal o del mal sobre el

bien, “pero al final el bien es quien debe triunfar” sostiene permanentemente. Arturo siente que tiene la obligación o responsabilidad de acabar con “el mal”.

Durante las sesiones se excita, se sienta de tal manera que es evidente que tiene el pene erecto, también lo hace durante las sesiones familiares y la madre lo reprende constantemente diciéndole “siéntate bien Arturo”, percibo que a la madre le angustian estas actitudes de su hijo, no hablamos de ello, es como un secreto a voces. Viene sucio y maloliente, de esa manera me pone la distancia suficiente, para que su “genitalidad” no me sea amenazante.

Arturo habla de la guerra de las letras, la A contra la F, la A es la más fuerte y poderosa, algún día tendrá que vencer a la F…este discurso inicialmente me confunde, no entiendo nada, me pone a prueba, sus palabras son como armas que le salen de la boca para poner una barrera entre él y yo. Se sorprende que a las letras yo les empiezo a poner nombres, ¿la A será papá o mamá, cuál de las letras eres tú? Se siente descubierto por mí y decide que lo que pasa es que yo le puedo leer el pensamiento, con lo cual se inicia una demanda transferencial desde donde me exige la solución a todos sus problemas y sus deseos.

La guerra de las letras expresa la guerra de poder entre la pareja de los padres y su relación con ellos, pareja de la que siempre fue excluido pero guerra que le atañe directamente, los padres se encuentran separados en el plano erótico,

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pelean y las diferencias entre ellos lo remontan a su simbiosis con la madre, de la que aún no termina de salir. ¿Es Arturo en su fantasía inconsciente el gestor del mal en la familia? Su nacimiento trae consigo mismo el inicio de la tragedia, era un embarazo que ni la madre ni el padre deseaban; Arturo se impuso desde entonces, como impone su presencia todos los días en la vida familiar, a través del rechazo, la hostilidad, el desprecio, la marginación.

En su relación con la pareja de los padres Arturo se siente excluido al mismo tiempo que polariza la relación de la pareja. La relación simbiótica que tiene con su madre, la vive como una alianza con ella en contra del padre, quien mantiene una actitud silenciosa, pasiva y agresiva.

“El bien tiene que vencer sobre el mal” insiste Arturo, quien quiere pedirle al Papa para que “Interceda por él ante Dios para que le otorgue poderes para terminar con el mal en este mundo”.

Arturo piensa que “El Papa es el único ser humano que puede hablar directamente con Dios” Quiere que yo hable con el obispo, que haga algo para “Ayudarle a acabar con el mal”. Escribe cartas dirigidas al Papa en el Vaticano, las lleva al correo “Pero no recibe respuesta”. El psiquiatra que lo veía les dijo a sus padres que Arturo es incurable, que nunca podría casarse ni tener hijos, que cuando mucho podría lograr desarrollarse en un trabajo mecánico. Arturo dice que el Dr. tiene razón, que él es incurable, me dice

enfáticamente “Usted me engaña, yo nunca me voy a curar”.

Hace figuras de demonios con plastilina, realmente son impresionantes y parece tranquilizarse al realizarlos, los guardamos durante algún tiempo en el closet. Como yo no me asusto con sus demonios me dice que seguramente yo “Soy atea, que no creo en Dios”. Entiendo que quizás empiezo a ser tan amenazante como su madre, se angustia durante las sesiones, se quiere ir antes de que terminen, a veces hasta media hora antes, tiene mucha prisa, se va a las maquinitas en las que se entretiene por horas enteras, ya ideó unos nuevos juegos, va a poner a Jesús, los apóstoles y los arcángeles como los buenos y a Lucifer y demás demonios como los malos.

Arturo es el quinto de seis hermanos, dos hombres (el mayor y él) y cuatro mujeres. Emilio de 23 años el mayor de los hijos, nunca ha querido a Arturo, siempre lo ha criticado, rechazado y hostilizado, le lleva siete años. Un mes antes del nacimiento de Arturo, Emilio sufrió un terrible accidente de carretera, lo habían premiado por sus buenas calificaciones con un viaje al pueblo de la madre para pasar las vacaciones, de regreso el camión choca y Emilio sufre severos daños físicos, permanece seis o siete meses hospitalizado, varias cirugías, cuando regresa a casa tiene un nuevo hermano, no queda bien físicamente tiene un pie y una mano dañadas, camina chueco, a pesar de todo sale adelante, con su mal carácter y su dificultad en el lenguaje está

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estudiando para contador en la universidad, es buen estudiante en él están cifradas muchas de las expectativas de la familia, llegar a ser “profesionista”, “No como el padre que desde la perspectiva de la madre es pasivo, poco ambicioso, no tiene iniciativa”.

Emilio siente unos profundos celos de la relación de Arturo con su madre, cree que Arturo tiene una conducta infantil e inmadura porque la madre lo ha sobreprotegido. Mariluna, la segunda hija de 22 años, es diabética desde los cuatro años debido a un “susto”. Los primeros tres años de Arturo la madre vivía entre hospitales, cuando no se trataba de cirugías o rehabilitación para Emilio, era por los estados hipoglucémicos en los que entraba Mariluna, ella es un encanto de niña, es quien siempre está con la mamá, ayudándola a atender el negocio de abarrotes del que vive la familia “porque el padre tiene su propio negocio pero ese no deja nada”, con frecuencia se le ve demacrada y ojerosa, “es porque no sigue bien su dieta”, no puede salir por ningún motivo sola de la casa, tiene que ser acompañada por la madre o alguna de las hermanas, es la permanente compañía de Magdalena. Nunca ha tenido novio, a pesar de tener pretendientes, ya que es bonita, todas las hermanas son bonitas. Ella ya decidió que nunca se va a casar, ni mucho menos tener hijos, tiene un perrito al que cuida como si fuera un bebé.

Jazmín la tercera hija de 21 años, ha sido el terror de la familia junto con Arturo, es rebelde y desobediente, la madre dice: desde chiquitita me miraba con odio en

los ojos; Jazmín se hizo cargo por mucho tiempo de Arturo, lo llevaba a sus terapias físicas, porque Arturo no caminaba ya cumplidos los tres años, entonces la madre buscó ayuda también para él. La madre relata que Arturo era un niño inteligentísimo, podía hablar de muchas cosas, los demás niños no lo querían, lo agredían mucho, seguido llegaba con magullones en las piernas. A Arturo y a mí nos pegaban mucho dice Jazmín, recuerda que su papá era muy duro con ellos, los castigaba físicamente, ahora el papá está arrepentido pero entonces no encontraba otra manera “de hacerlos entender”, ambos eran rebeldes, irresponsables, llegaban tarde, andaban con malas compañías.

A Jazmín la sacaron de la escuela por lo mismo, porque no la podían controlar, se metió a trabajar, consiguió novio y se casó en el transcurso del proceso psicoterapéutico, tuvo unos gemelitos. La madre decía qué bueno que se va a casar, ahora si va a saber lo que es ser madre y haber si así llega a valorarme

Claudia la cuarta hija de 21 años estudiaba y trabajaba, ayudaba mucho en casa y en la tienda, trata de conciliar posiciones encontradas en la familia, se alía con Mariluna y Jazmín aunque reconoce que Jazmín es grosera y rebelde con la madre; trata de hacerle entender a Arturo las cosas por la buena, en general sin mucho éxito, considera que Arturo está inutilizado por la madre, que es ella quien no lo deja que madure debido a la sobreprotección que ejerce sobre él. Arturo de 17 años siempre ha sido el

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“raro de la familia”, las hermanas le tienen miedo porque es muy agresivo, fácilmente se va a los golpes, grita hasta conseguir lo que quiere; no ayuda para nada en casa ni en la tienda, iba a la secundaria pero se tuvo que salir, tenía muchos problemas de relaciones interpersonales con los compañeros, abrazaba a las muchachas y estas se molestaban, reprobaba las materias, se salía de casa a veces hasta la madrugada, la familia no sabía que hacía ni donde andaba.

Laura, la más pequeña de 11 años es muy aplicada en la escuela, le ayuda a Mariluna con la pequeña dulcería que tienen en la misma casa donde está la tienda de abarrotes; no soporta a Arturo, pelea con él constantemente, se avergüenza de tener un hermano así. Magdalena la madre, es una mujer inteligente, siente que la vida ha sido injusta con ella, sin embargo no por eso ha dejado de luchar. Siempre ha atendido a sus hijos y desde hace varios años la tienda que ella empezó, ha ido creciendo.

El padre Nicolás durante algún tiempo trabajó como empleado con un pariente, no le iba tan mal pero tuvo que dejar ese trabajo y puso su propio negocio, pero las ventas “han estado muy bajas”, José se dormía en las sesiones familiares, se presentaba desaliñado y a veces olía mal, igual que Arturo; Las mujeres de la familia son más cuidadosas en su arreglo personal.

Alrededor de este contexto familiar se inicia la psicoterapia a instancias del

“Padre”, un hermano de Nicolás se los sugiere. Parece ser que el hermano detecta de alguna manera que la situación ha desbordado las posibilidades de la familia de contener a Arturo y las ansiedades que en todos ellos despierta su “enfermedad”.

Arturo viene a su sesión individual además de asistir a la sesión familiar semanal, en la primera entrevista Nicolás lleva a Arturo; el padre describe la tragedia familiar en la que se han visto envueltos desde el accidente de Emilio. Nicolás y Arturo no saben muy bien que pueden esperar de una psicoterapia psicoanalítica, ambos desconocen en que se les puede ayudar. Escucharon el diagnóstico psiquiátrico de esquizofrenia que les dió el doctor pero tampoco les quedó claro que significa, Nicolás espera que se le ayude a Arturo a “poder dormir mejor” y a tener una relación menos conflictiva con todos los miembros de la familia.

Asisten todos a las sesiones familiares, aunque algunos con menos frecuencia que otros, “alguien se tiene que quedar en la tienda”, Jazmín se escapa con frecuencia de asistir y Emilio sale tarde de su trabajo y no siempre alcanza a llegar; todos ellos vienen inicialmente por el interés de ayudar a Arturo, prácticamente ­le están haciendo el favor­ para ver si se puede hacer algo por él, además de que la gravedad de su conducta agresiva en casa con todos ya es insoportable.

Arturo pasa poco a poco de un discurso delirante y alucinatorio en el que imperan

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los demonios y su deseo de acabar con el mal, al relato de su infancia y sus fantasías actuales, confesiones que yo debo guardar en absoluto secreto, hasta que él puede empezar a hablar de ello en las sesiones familiares.

Habla con dolor de un abuso sexual que sufrió por parte de un vecino adolescente alrededor de sus cinco o seis años; de juegos sexuales con otro muchacho durante la pubertad. Asistía a la escuela pero siempre se sintió rechazado por los demás niños, no podía tener amigos, aparecen las fantasías sexuales en relación con su madre y sus hermanas; confiesa que a Laura la manoseó cuando ella dormía siendo más pequeña, pero lo que más le preocupa y angustia es su temor de ser homosexual, piensa en buscar un médico que “Le haga una cirugía, que le quite el pene y lo convierta en mujer, porque después de haber sido abusado sexualmente ya no puede ser hombre, fue penetrado y por eso el debe ser mujer”, me exige que yo le consiga un médico que le realice la cirugía.

En otro momento del proceso, su angustia es aterradora, más que ser hombre o mujer lo agobia el hecho de tener fantasías sexuales con la mamá, ¿qué pasaría si se acostara con ella o con alguna de sus hermanas? El nunca ha podido tener relaciones sexuales con ninguna mujer, entonces siente que las odia, ve a la madre de espaldas lavando trastes en la cocina y se imagina agrediéndola por la espalda. Me pide también que yo le consiga una mujer con quien tener relaciones sexuales.

Un día “Se mete uno de los demonios al cuarto que comparte con su hermano Emilio, un diablo mucho más grande y peligroso” desde ese momento ya no puede dormir en su cama, pone unas cobijas junto a la cama de la mamá, en el suelo y es ahí donde duerme todas las noches, la madre acepta esto ya que “entiende sus miedos y temores, además a Arturo nadie lo puede forzar a hacer algo que no quiera hacer”.

Arturo me impresiona como un adolescente con un psiquismo infantil, como un pequeño niño pre­edípico en un cuerpo adolescente. Sus angustias y ansiedades tienen poca relación espacio­ temporal con la realidad actual, vive las fantasías incestuosas y el temor a la castración a través de la creación de sus delirios y alucinaciones; la cercanía física con la madre y las hermanas acompañada de la ausencia física del padre en casa prácticamente todo el día le son aterradoras, amenaza de la que se defiende con pasividad e irritación, cuando se queda en casa se prende de la televisión como manera de aislarse y evitar la angustia, las hermanas dicen que están cansadas de las diferencias de trato que su mamá hace con las mujeres a diferencia de los hombres, todas ellas trabajan todo el día, en casa y en la tienda, o en trabajos externos; Emilio no colabora ni en la tienda ni en la casa porque estudia y trabaja, él es el “chicotito” de la familia, dice que la comida que cada quien recibe debe ser proporcional al rendimiento del trabajo, que si Arturo no

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quiere hacer lo que le toca no le den de comer Emilio se ha convertido en el “padre” de sus hermanos en el sentido de la ley, a diferencia del verdadero padre él −si sabe como se deben de hacer las cosas, su papá no tiene el suficiente carácter para mandar sobre los hijos− aunque él está poco tiempo en casa porque su carrera es lo más importante.

Magdalena tiene una buena relación con Emilio, lo único que no le gusta es que “trate tan mal a Arturo, que no sea comprensivo y cariñoso con su hermano a pesar de su enfermedad”. Jazmín pareciera jugar la contraparte, ella es la “madre” de sus hermanos, a pesar de su rebeldía y mala relación con Magdalena, goza de cierto prestigio entre las hermanas. Ella es la única de la familia que realmente se atreve a hablar con la verdad, a no obedecer cuando las normas son injustas y arbitrarias. Es la única que ha apoyado y ayudado a Arturo desde que éste era bebé, ella se hacía cargo de él, sólo a ella le obedecía, pero ya se cansó y se va a casar, a crear su propia familia. Actualmente pareciera ser la protegida y consentida del papá, quien se siente muy culpable de las agresiones y castigos de las que la hizo objeto en el pasado; Nicolás se alía con ella en contra de la madre, la apoya y no le ayuda a Magdalena en cuanto a su criterio disciplinario de permisos, castigos, etc. Jazmín es la expresión del erotismo. La relación de la pareja es “un convenio, como un negocio” dice Magdalena, −la relación amorosa se terminó hace mucho, desde que empezamos a tener tantos problemas económicos−. Nicolás y

Magdalena no pueden comunicarse, Nicolás dice que “Magdalena se altera muy fácilmente, se enoja y grita, que mejor se la lleva por la calma”, Magdalena a su vez le reclama su “pasividad, su frialdad, su silencio, su apatía”.

“Lo único que los mantiene juntos es la necesidad de sacar a los hijos adelante”. Arturo va cambiando su apariencia física durante el proceso terapéutico, de ser un muchacho muy mal vestido, sucio, mal oliente se transforma en una persona limpia, se corta el pelo, se baña, se arregla.

La familia va modificando su discurso en las sesiones, del monótono y reiterativo tema del trabajo familiar pasan a hablar de cada uno de los miembros, la siguiente emergente es por supuesto Jazmín, los hermanos y la madre le reprochan el ser tan grosera, mal agradecida con sus padres y poco colaboradora en las necesidades familiares.

Esta familia está compuesta por adolescentes, sin embargo todos los hijos se comportan ante los padres como si fueran niños pequeños, aún cuando tratan de llevar a la práctica actividades propias de la adolescencia, ir a fiestas, tener novios, amigos, el tipo de relación que establecen con los padres está infantilizada. Por otro lado, los padres les exigen una ardua cuota diaria de trabajo en casa y en la tienda a cambio de casa y comida, los límites de las relaciones entre ellos no están claras y delimitadas, sus reacciones están matizadas en general por

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la falta del control de los impulsos, por ejemplo, si el papá llega de mal humor y encuentra a alguna de las hijas afuera de la casa platicando con algún amigo, sin consideración alguna le grita frente a las demás personas para que se meta a la casa.

La relación de la pareja está desprovista de erotismo, la sexualidad pareciera tener su función sólo con la finalidad de la procreación, los padres tienen rigurosas ideas con relación a la sexualidad y al control de la natalidad, las hijas mantienen una relación infantil y seductora con el padre, a excepción de Jazmín quien lo enfrenta tanto a él como a la madre, pero que además, con el anuncio de su boda despierta en todos la fantasía de la sexualidad ¿Será que está embarazada? Fantasía inmediatamente rechazada −Jazmín podrá hacer cualquier cosa, menos defraudarnos de esa manera, yo conozco a mi hija− dice la madre. Magdalena, mujer, madre y esposa, vista a los ojos de los hijos como desexualizada, expresa su libido a través de la maternidad, mantiene la creencia cultural de que a hombres y mujeres se les debe dar una educación diferente, con una tendencia clara de especial atención y sobreprotección hacia los hijos varones, se siente inconscientemente culpable del accidente de Emilio, ya que al premiarlo por sus buenas calificaciones con un viaje (separación física de ella) Emilio sufre el accidente. Una manera de proteger a sus hijos es mantenerlos “pegados a ella”, por lo que con Arturo se ha encargado inconscientemente de mantenerlo como si fuera una parte suya. Arturo fue un bebé

pasivo, camina a los tres años, ni siquiera recuerda si ya hablaba o no, su infancia pasa casi desapercibida hasta que se inicia su explosión adolescente.

Arturo empieza a hablar de sus fantasías homosexuales en las sesiones familiares, por lo que recibe miradas de extrañeza, y confirma nuevamente su locura dentro del seno familiar, le reclama a la madre no haberlo cuidado de pequeño, motivo por el que considera haber sufrido de un abuso sexual, a lo que la madre responde también con enorme sorpresa, casi con incredulidad, además, las hermanas se quejan de que Arturo se la pasa “haciendo sus cochinadas” se masturba en cualquier lugar de la casa exponiéndose a ser visto por los demás.

Claudia también consigue novio, parece que bastante formal y también está haciendo planes para casarse, lo cual angustia enormemente a Mariluna que acaba con una crisis hipoglucémica en el hospital, se va a quedar sola con los padres, Arturo y Laura, ya que Emilio piensa en casarse terminando la carrera, se le descubre también una novia, aunque nadie la conoce; no quiere llevarla con su familia, como si se avergonzara de ellos. Arturo decide buscar novia, la chica del correo que le recibe las cartas que Arturo manda al Vaticano, se porta amable con él. Esto da pie a que Arturo piense que le puede ser atractivo a la muchacha, la empieza a esperar a la hora de salida de su trabajo, se sube al camión en el que la chica se va y la acompaña hasta su casa, se encuentra realmente entusiasmado con ella, le lleva flores, incluso un pequeño

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regalo, hasta que la muchacha le pide que se aleje de ella porque ya tiene novio. Esto desencadena una profunda depresión en Arturo, se siente muy decaído, deja de comer, teme que nunca podrá encontrar una chica que se fije en él, se recrudecen sus fantasías de homosexualidad y de convertirse “físicamente” en mujer. Magdalena opta por la posición de proteger a Arturo incluso de sí mismo −pobrecito de mi hijo, nunca va a darse cuenta de la realidad−. Arturo inicia una serie de reclamos hacia su mamá, se siente realmente enfurecido con ella, le grita y no la obedece, casi ni le habla; Magdalena me culpa a mi porque yo “le he dado mensajes a Arturo que lo han predispuesto contra ella”, se enoja tanto que deja de asistir a las sesiones familiares −ya no voy a ir a las sesiones porque la psicoterapeuta me ataca y me agrede−, las hijas siguen asistiendo acompañadas por el papá quien empieza a ser más participativo en las sesiones, se da cuenta de lo lejano que se ha mantenido de la relación con Arturo, se identifica con él en las diferencias con Magdalena.

Arturo empieza a pensar en la posibilidad de ingresar a la secundaria abierta y de conseguir un trabajo, sus alucinaciones prácticamente han desaparecido; La difícil relación de Laura con Arturo se recrudece, la “niña” que está entrando a la adolescencia se siente furiosa contra él, lo provoca hasta hacerlo explotar y dice odiarlo, sin embargo Arturo logra contenerse sin llegar a la agresión física, aunque sus gritos aún logran crear el temor de los demás, en una sesión

familiar Arturo llora y le pide perdón a Laura por haber “abusado sexualmente de ella”, esta dice no acordarse de estos eventos pero parece ceder un poco su hostilidad contra él. Nicolás el padre inicia toda una estrategia consciente de rescate de su hijo, lo apoya, “aunque Magdalena no esté de acuerdo” para que busque un trabajo, le da consejos a Arturo como por ejemplo, −trata de hablar bien con las personas, no les digas cosas que las confunden porque la gente no te entiende−. Le expresa a Magdalena, quien eventualmente cede y regresa de vez en cuando a las sesiones, que Arturo necesita que se le tenga confianza, que se le escuche con paciencia aunque insista en su lucha del bien contra el mal, Arturo consigue de favor por parte de un familiar que le den un trabajo, se levanta temprano, se arregla y se va al trabajo. Dura poco porque tiene problemas con los demás empleados, entonces Nicolás lo invita a ayudarle en su negocio. Pasa todas las mañanas ayudándole al papá, parece estar estructurándose a partir de la relación con él. Jazmín se casó y Arturo siente una terrible pérdida cuando esta se va a vivir a su nueva casa, sin embargo la relación entre Jazmín y Arturo se reanuda, la visita en su casa y la acompaña durante las tardes.

La madre de Magdalena se enferma y la familia se ve en la necesidad de suspender la asistencia a las sesiones porque la situación económica se recrudece a partir de la hospitalización de la abuela. Sin embargo el proceso psicoterapéutico logró algunos cambios en la comunicación y en las relaciones de los

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diferentes miembros de la familia, la nueva relación triangular entre Arturo, su papá y su mamá, con la participación más activa de Nicolás en la relación con Arturo fue determinante para que Arturo pudiera iniciar una imagen más adecuada de sí mismo en su proceso de búsqueda de identidad y encontró un lugar diferente en la familia.

La relación simbiótica de Arturo con su madre empezó a ceder a una posibilidad de que Arturo se estructurara como alguien con un lugar propio. Los demonios se transformaron en una depresión contextualizada a partir de lo real, ¿Podrá Arturo llegar a ser un hombre

con un erotismo heterosexual digno de atraer a una mujer fuera de la relación incestuosa?

Los secretos que Arturo y yo manteníamos durante el transcurso del proceso terapéutico simbolizaban una simbiosis con la madre­psicoterapeuta. Al develarse los secretos aparece el padre y la madre hace una retirada y una renuncia a realizar su deseo erótico inconsciente a través de la fusión con Arturo.

Arturo se convirtió en un adolescente en camino de encontrar una madurez afectiva que le permita continuar su proceso de desarrollo hacia la normalidad.

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A manera de cura…… analítica Reyna Rosangela Peña Almada

Le he llamado la cura analítica, por ser una herramienta, utensilio, arma, escudo, defensa, instrumento, elemento, armadura, defensa, protección, resguardo y un mil de sinónimos que podría atribuirle, a esta búsqueda y necesidad de aceptación, de amor, el cual no se logra satisfacer en realidad y es así como a manera de compulsión repetitiva se busca en las personas que coinciden en nuestro tiempo y espacio, a manera de imán el inconsciente participa en ese acontecimiento; pero, ¿Cómo es que se repite la forma de relacionarnos con nuestros objetos? habrá que recordar que lo que se transfiere no es el objeto, sino la relación con éste. Aquí es donde queridos colegas, nos corresponde actuar, en nuestro trabajo de terapeutas, cuando el paciente no realizado se vuelva hacia nosotros. No sin antes recordar, que la transferencia no la origina el método, sino la necesidad de objeto, a nosotros nos queda favorecer el desarrollo del amor de transferencia, favorecer condiciones de neutralidad que le permitan revivenciar experiencias pasadas y así, reconciliarse con el objeto internalizado, favorecer

estados regresivos para poder re­andar los caminos juntos, dejando a un lado los síntomas que son efectos del inconsciente, favoreciendo el recuerdo de los objetos tempranos. Es así como decontruyendo reconstruimos, es así como en esa transferencia que se analiza se favorece la síntesis, es así como traduciendo a través de la interpretación se acomodan nuevos esquemas de pensamiento, es así como se construye el espacio analítico.

Espacio que muestra como ilusorias esas formas de repetir para no ver que repetimos, repeticiones que funcionan como resistencia a ver la parte estéril del miedo a ser y el miedo a asumirse en lo subjetivo, es decir en lo diferente que compromete con nuestras propias pulsiones, con nuestros propios deseos. Miedos que no permiten vincularse con las personas del presente ni responder al llamado de las fuerzas de vida y de los impulsos destructivos, miedo a lo humano, tan necesario como vital.

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A propósito de las enfermedades del silencio Miguel Ángel Sitten Sotelo

Lo que hace la diferencia entre lo animal y lo humano, es la prohibición del incesto.

María del Carmen Pardo

Solo le pido a Dios que el dolor no me sea indiferente… Violeta Parra

Cada vez que se observa algún fenómeno social, resalta la vigencia el Freud del Malestar en la Cultura (1930). La sociedad ha cambiado y la mirada sobre ella también, pero es inevitable como dice María del Carmen Pardo (2009) dejar hablar a Freud.

El Freud que plantea el sufrimiento que ocasiona la vida social por la insatisfacción que se origina en la relación con los demás, sin perder de vista el malestar que ocasiona la certeza de alguna vez morir, proceso inherente al ser vivo y su finitud, y sin perder de vista el malestar propio que ocasiona el

contacto con las fuerzas naturales hostiles e inmanejables.

Apoyándose en la autora en mención se puede escribir que cuando Freud solucionó el enigma de los sueños, halló en lo anímico inconsciente el terreno común de las más amplias mociones del alma, aportando explicaciones de como el cachorro biológico deviene sujeto de cultura.

Cómo desde Freud, dice Pardo (2009) es posible darse cuenta de como las prohibiciones culturales, constitutivas de las instancias intrapsíquicas, más allá de

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simples procesos de apropiación de la cultura mediante aprendizaje, transforman las mociones primitivas agresivas y sexuales, por una parte a través de la represión y mediante ésta, las mociones de deseo son transformadas en vínculos amorosos, producciones culturales, actos creativos, etc., por lo que tiene vigencia la afirmación de Freud de que la inhibición de las pulsiones es fundante del hombre y la cultura.

Haciendo referencia al mismo Freud, Ma. Carmen Pardo (2009) habla de cómo la especie humana manifiesta desde principio una inclinación agresiva y destructiva primaria que amenaza permanentemente los logros culturales alcanzados.

La explosión tóxica de la realidad social actual lleva a preguntarse ¿qué ha sucedido con estas inhibiciones pulsionales ante este desborde social?.

En un planteamiento que vale la pena reflexionar, Alejandro Salamonovitz (2007) propone una vinculación desde el psicoanálisis con los “alarmantes procesos sociales que estamos viviendo”. Procesos que agrupa bajo el nombre de Enfermedades del Silencio, que incluye tanto a las adicciones, como a las violencias, a las depresiones, a las enfermedades psicosomáticas y a las narcisopatías, a tal grado numéricas “que hace necesario incorporar reflexiones socio­políticas al quehacer clínico psicoanalítico”.

Enfermedades del silencio bajo el argumento del no acceso a la palabra, como el caso de las a­dicciones, es decir sin palabras, que llena esa boca vacía de palabra con algo material, se traiciona al lenguaje dice Salamonovitz, A. (2007), y siembran el silencio mortífero que habita al adicto.

En su reflexión Salamonovitz, A. (2007) dice que hoy en día hay que estar verdaderamente loco para no estar deprimido, paranoico o somatizando nuestros padeceres psíquicos, hay que estar verdaderamente loco para soportar la realidad sin alguna adicción, ya sea química o financiera, el alcohol, el exceso de comida, el tabaquismo, el exceso de trabajo, la navegación cibernética, la especulación financiera, la pareja, la religión o el esoterismo entre otras.

Néstor Braunstein en su Malestar en el Psicoanálisis (2006) hace una retrospectiva histórica de la cambiante manifestación psicopatológica del último siglo, de la que podemos extraer argumentos que apoyan estas afirmaciones. En la revista Ania No. 1 en el artículo El Malestar en la Drogodependencia, el autor Sitten, M. (2009) hace una amplia revisión de los argumentos que plantea Braunstein.

La violencia urbana, otra de las enfermedades del silencio, que roba minuto a minuto el derecho al espacio público, le sucede el mismo secuestro de la palabra. La violencia es ese pasaje al acto que denuncia el fracaso de la palabra

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dice Salamonovitz, A. (2007), violencia que sucumbe ante la compulsión a la repetición de ese acto criminal que encuentra su nido en la matriz narcisista de todo ser humano.

Enorme tragedia para la sociedad, el haber abierto la caja de Pandora de las pulsiones agresivas propias de la naturaleza humana, el descubrir el goce de dañar al otro, el goce de las pulsiones sádicas que solo se veían en las guerras o en las políticas obscuras de autoridades dictatoriales, ahora andan en la calle de todos los días, en los chicos que se vieron crecer en el vecindario, en los hijos de alguien que ni siquiera supo cómo se dió, y ha dañado al hijo, o al abuelo del que no supo ni que sucedió.

Violencia urbana que tiene uno de sus orígenes en el narcisismo de las pequeñas diferencias, diría Braunstein, N. (2006), que ante el temor de ser excluido se excluye al otro y se convierte en un acto de segregación, hoy lo vemos manifiesto en un fenómeno que alcanza proporciones verdaderamente preocupantes: el llamado bullying.

El silencio de la violencia engendra otro mal: la violencia del silencio, bien define Salamonovitz, A. (2007), la puerta de la noche negra, la melancolía cuyo nombre moderno y pobre como casi todo lo moderno es la depresión, donde el deprimido hace casa con su cuerpo, hace casa con su silencio.

Tiempos lejanos de los tiempos del “allí viene el coco”… “no salgas porque te

lleva el robachicos”, tiempos que permitían simbolizar miedos y perseguidores. Hoy, nula capacidad de simbolizar, son reales los robachicos y los cocos… bien va si se regresa a casa a salvo el día de hoy…

Ya lo vivieron países hermanos de Sudamérica, donde la realidad rebasaba toda posibilidad de simbolización y los procesos terapéuticos caducaban para trabajar con el objeto internalizado y la emergencia de la realidad anulaba toda posible interpretación. El avasallamiento del yo ante la cruenta realidad fractura o en el mejor de los casos paraliza toda posibilidad de simbolización, toda posibilidad de funcionamiento del proceso secundario, dejando al sujeto a merced de pulsiones primitivas sin regulador, lo que se manifiesta en forma de enfermedades del silencio… cual vasos comunicantes… como volcán, explosión tóxica por un lado, lava por otro y otro lado, tan denso que ahoga al psiquismo.

Como dicen Tebaldi, R. y Valenti, D. (2004), crisis sociales que a la manera de trauma desorganizan el campo representacional por la sobrecarga de excitación que proviene del exterior que empobrecen el pensamiento elaborativo y tienden a buscar soluciones concretas. Para eso proponen el nombre de neurosis social y lo vinculan con la manera en que Freud (1920) describió los fenómenos producidos por las neurosis de guerra. En esta enfermedad de realidad prosiguen Tebaldi, R. y Valenti, D. (2004) se instala una particular distancia con el mundo

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interior y el discurso cierra el acceso a expresiones que deriven del inconsciente reprimido y hace que la angustia alterne con la depresión y las somatizaciones. Entonces el trabajo analítico se incluye en esa repetición compulsiva, por lo que el proceso debe encaminarse a la subjetividad, es decir a tratar de recuperar el encuentro con los otros traumas subyacentes que en esta oportunidad desaparecen y retornan desde la realidad, Tebaldi, R. y Valenti, D. (2004).

Y a lo anterior se le agrega la ambigüedad de los tiempos modernos (ver en Ania 1 Sitten 2009 sobre el tema de la ambigüedad) donde lo que parece ser a veces no es y lo que es a veces no parece, ambigüedad promotora de fallas narcisistas en las que como dice Salamonovitz, A. (2007) ¿soy o no soy el que miro? y se construye y se percibe de manera paranoide un mundo con los pedazos de su propia imagen, donde se sufre el silencio de la desaparición del otro, y se vive en un mundo de aparentemente dos, cuando en realidad es solo de uno, el ser y su imagen. Basta ver los grupos de personas en las que cada quién navega con su espejo cibernético. Narcisópatas que ponen de manifiesto el paradigma que sostiene a las enfermedades del silencio, Salamonovitz, A. (2007).

Cuando esos dolores del alma no encuentran la palabra, la violencia del silencio, prosigue Salamonovitz, A. (2007) conforma otro de sus males: las enfermedades psicosomáticas, donde el espíritu queda destruido y su huella es el

órgano enfermo, el cuerpo grita lo que el alma calla diría Juan David Nasio (2006) en su esencial obra Los gritos del cuerpo , en la que conceptualiza la psicosomática como lesiones de órgano y son consecuencia de una perturbación de la identificación narcisista y forman parte de la anatomía psíquica. Lo psicosomático como descarga sin registro simbólico diría Gina Fontanot (1998).

El otro ingrediente de la neurosis social tiene que ver con la actual economización de todos los ámbitos de la vida, como plantea Salamonovitz, A. (2007) que está convirtiendo al ser humano en objeto de consumo, atentando contra el proceso de subjetivación del ser humano, de por sí la tarea más importante y difícil de cualquier civilización.

Sobre lo anterior apunta, Tebaldi, R y Valenti, D. (2004) que ante el derrumbe social y el fracaso laboral, se pone en evidencia la fragilidad narcisista que hace que los pacientes pongan “la realidad” como única responsable de los fenómenos psíquicos que los aquejan, con la consecuente exclusión de las asociaciones libres, sueños y fantasías y quedando esa realidad traumática como única vía de reproducción, distanciando el mundo interno y cerrando el discurso a expresiones que signifiquen elaboración, lo que da paso a la aparición de las enfermedades del silencio.

Este tema lo aborda Blanck­Cerejido, F. (2004) cuando reflexiona sobre la ruptura brutal de las condiciones de existencia cotidiana del marco propio de la vida, que

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trae desamparo, vulnerabilidad y dolor psíquico, lo que imposibilita la aparición de lo humano que depende del otro y estas funciones se destruyen con la ruptura de la trama intersubjetiva y transubjetiva, ruptura provocada por condiciones extremas, terror, vida en constante peligro, aislamiento, desaparición de valores, leyes, prohibiciones que dan lugar a un contexto impredecible, cambiante, aterrorizador y desorganizador.

Sobre el tema de los factores sociales como promotores de enfermedad, cabe citar de nuevo a Ana Lía Kornblit (2004) que plantea como las adicciones toman rumbo por la agudización de las diferencias en la distribución de la riqueza, siendo un factor que incidió en la multiplicación de jóvenes urbanos con alto nivel de fracaso escolar y dificultades de inserción familiar y social, en los que el consumo de drogas por vía endovenosa se convirtió en un factor constructor de identidades en las subculturas juveniles marginales, al mismo tiempo que surgía un perfil de consumidores de drogas que lo hacen con fines recreativos y que mantienen claras diferencias con los consumidores de los barrios pobres.

Al respecto, Ignacio Lewkowicz (1999) dice que el mundo de la adicción solo es posible en determinadas condiciones socioculturales. Ser adicto es una identidad psicosocial, antes era esclavitud, vicio, libertino, etc., hoy es una figura instituida que provoca una forma de reacción operatoria social de dispositivos de prevención y cura hacia

patologías de consumo y de la imagen. Lo que socialmente se llama adicción es efecto del envés subjetivo del sujeto hasta consumidor, entonces la multiplicación del consumo es una consecuencia necesaria, Lewkowicz, I. (1999).

Y habría que considerar, en opinión de quién esto escribe, la más letal de las enfermedades del silencio: la envidia, la envidia de la que habla Melanie Klein… aunque hay teorizaciones que plantean el fenómeno de la envidia como parte de un proceso más complejo en la trayectoria psíquica inconsciente que da lugar a los ataques envidiosos como plantea Julie Gerhardt (2010), la manifestación de la envidia Kleiniana es la que no permite reconocer en el otro algo bueno, algo grato, por lo que entonces paraliza, con miedos y perseguidores y obliga a reaccionar con actos destructivos… la envidia que es fuente de agresión y violencia, la que funciona como vaso comunicante entre las enfermedades del silencio, la que le da germen a la carencia narcisista, la que silencia la oportunidad de reconocerse como alguien suficientemente bueno, la que se queda atascada en la añoranza del objeto perdido, la que no deja reconocerse en el éxito, la que hace explotar tóxicamente a las pulsiones, la que hace que el cuerpo se infeste de hoyos Lacanianos, la que hace que el cuerpo se infecte de disfunciones orgánicas, la que carcome el alma y el sentido de ser con el otro, la que extravía la vinculación alimentante, la que empaña el espejo de la propia mirada, la que extravía la posibilidad de acceder a lo más sublime del alcance humano: la

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gratitud, expresión y garante de realización humana, que en su ausencia lo único que se inscribe es la infelicidad… costo más alto que la enfermedad o la estupidez.

Y si a todo esto se le agrega los cambios en el discurso social contemporáneo, en el que se ha perdido la relación tiempo espacio y la continuidad de las cosas, a lo que Paul Verhaeghe (2007) expone las transformaciones de las patologías (hablando de enfermedades del silencio), en vez de síntomas conversivos, trastornos de somatización; en vez de fobias, ataques de pánico; en vez de náusea histérica, trastornos alimenticios; en vez de culpa y síntomas obsesivos y fóbicos, pacientes promiscuos y agresivos, pacientes limítrofes que combinan trastornos alimenticios con adicciones y auto­mutilación. Síntomas relacionados con el cuerpo, como si la falla fuera –dice Verhaeghe, P.­ (2007)­ en el estadio del espejo, cuando la formación de la identidad empieza en combinación con la regulación pulsional, el orden simbólico está fallando en tomar su función especular.

El mismo D. Anzieu (2007) reflexiona sobre como se multiplican los trastornos de la personalidad y de la conducta que no dependen ni de la neurosis ni de la psicosis, sino de los déficit, fracasos y exceso de narcisismo, frente a los cuales el psicoanalista, armado de su teoría y técnica habituales, se encuentra desamparado.

Y la respuesta del mundo Psi ­psiquistas diría D. Anzieu­ ante el fenómeno mencionado es con argumentos entre los que Verhaeghe, P. (2007) menciona un giro perverso ante la necesidad de mayor cientificidad en término de diagnóstico y tratamiento, en lo que destaca la fallida respuesta del DSM IV como el sistema de diagnóstico objetivo, porque clínicamente no tiene aplicación y no tiene enlace intrínseco con algún tratamiento en particular. Por otra parte la pretendida cientificidad de los tratamientos basados en protocolos y de corta duración, donde la subjetividad y el enlace tiempo espacio no existe. Tratamientos que no funcionan por una sencilla razón –dice Verhaeghe, P. (2007)­ están usados con los pacientes equivocados, son raros los pacientes que solo tienen un problema como lo plantea el DSM IV y la visión psicoanalítica permite constatarlo en la clínica del día a día.

De la reflexión anterior, deviene la pregunta ¿qué hacer? ¿Y el bienestar de la cultura?

El bienestar individual se procesa en el espacio analítico cuando se promueve la libre asociación, la fluidez del recordar los sueños, la expresión de las fantasías, el procesar los vínculos transferenciales y en opinión de quién esto escribe, el promover los ritmos de los tiempos que vienen definidos desde la biología… el recuperar los ritmos pausados que se gestaron desde antes del nacimiento relacionados con el latir del corazón del infante y con los latidos de la madre, los ritmos de los períodos de gestación

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cercano a los nueve meses, los ritmos del dormir cercano a las ocho horas, los ritmos del soñar cercanos a 20 minutos cada dos horas, los ritmos del desarrollo paralelos a las edades escolares, primaria, secundaria, preparatoria, profesional, que tienen su correlato con etapas del desarrollo, los ritmos menstruales propios de lo femenino, los ritmos de la noche y el día, y los meses y los años… son un elemental referente que devuelve los ritmos del psiquismo y su vinculación con el exterior, con lo social, con la inminente necesidad adaptativa aloplástica del funcionamiento de la cultura.

Parafraseando a Anzieu, D. (2007) ritmos que funcionen como envoltura, no como origen, ritmos que le aseguren unidad al yo, al self, al sí mismo, que protejan al aparato psíquico individual, así como el sistema percepción­consciente se erige como la envoltura del Yo y los ritmos se convierten en envoltura del sistema percepción­consciente, ritmos que promueve la relación terapéutica que permite la recuperación de la subjetivación, que en ese recuperarse humano se permite estar disponible para el otro.

Estas envolturas necesarias para conservar la unidad del individuo, tienen un paralelismo con el fenómeno de grupo, incluyendo las masas, que ante la irrupción violenta de la pérdida de los encuadres, como diría Anzieu, D. (2007), suscita la escisión de la transferencia e intensifica la transferencia negativa que explica por qué en los grandes grupos sociales, se recurre tan frecuentemente a

expresiones violentas y arcaicas de la agresividad.

Al trabajar en la clínica con sujetos afectados por estos procesos, el analista no se reduce a encontrar lo que ya existía, puesto que la trama existencial se ha perdido, sino que se permite la posibilidad de inventar experiencias nuevas, colaborando para crear contenidos nuevos, que den lugar a un producto diferente, procesos que restituyen el marco social, como bien dice Blank­Cerejido, F. (2004) el reconocimiento del otro, posibilita la emergencia de la sublimación y de la socialización, misma que permite el acceso a la genealogía personal, familiar y social.

No hay respuestas fáciles, ¿Cómo decírselo al discurso social actual? Parecería que un cambio de estrategia sería pertinente, como lo plantea Verhaeghe, P. (2007) cuando propone pasar de la deconstrucción y el análisis a la construcción y síntesis, ambas en materia de síntomas y transferencia como si se tratara de neurosis actuales. Pero sería traicionar a la teoría y a la clínica dejar pasar el principio psicoanalítico de que a todo síntoma le precede un motivo, que viene del pasado o cuando menos relacionado, que generalmente no se conoce, es inconsciente y tiende a repetirse, es decir está conectado, tiene lazos transferenciales y ese es precisamente el trabajo analítico, que permita recuperar ritmos del funcionamiento subjetivo.

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Bibliografía

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Gerhardt, J. (2010) Las raíces de la envidia: la experiencia poco estética del self atormentado/desposeído. Trad. Marta González Baz en Aperturas Psicoanalíticas, No. 35, B.A. 2010.

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Sitten, M.A. (2009) El malestar en la drogodependencia. Revista Ania. No. 1, dic. 2009. Sonora, México.

Tebaldi, R. y Valenti, D. (2004) La neurosis social. Una forma de expresión clínica del trauma. Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Argentina, 2004

Verhaeghe, P. (2007) El final de las psicoterapias. Conferencia en la Universidad de Dublin, Sep. 2007.

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Lecturas para reflexionar… Javier Gavito de la Torre

El psiquismo ante la prueba de las generaciones. Clínica del Fantasma. S. Tisseron. M. Torok. N. Rand. C. Nachin. P. Hachet. J .C. Rouchy. Amorrortu editors. Buenos Aires, 1995.

Basados en la propuesta de Nicolás Abraham y de María Torok sobre la teoría del Fantasma (Fantóme) que en esencia se refiere al bloqueo en los procesos de simbolización en el individuo a consecuencia de los avatares intergeneracionales. El individuo es un grupo cuya psique está sometida a la prueba de las generaciones diría N. Abraham, lo que sitúa el lazo social como esencial para la comprensión del hecho psíquico individual.

Como dice S. Tisseron, la idea consideraba el campo relacional en la determinación de los problemas psíquicos, apuntalando las propuestas de Zandor Ferenczi, contemporáneo de Freud, en una época donde la moda eran las pulsiones.

Un concepto clave de Abraham y Torok es el de represión conservadora, que conserva el acontecimiento para otorgarle un nuevo desenlace en el futuro, a diferencia de la represión dinámica que se define en términos de conflictos permanentes. A nivel tópico resulta en una configuración psíquica que denominan cripta, que lleva a un sujeto a simbolizar un objeto psíquico interno, a expensas de su propia vida pulsional. Así

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se pasa de una visión que privilegia los efectos de la estructura psíquica de los padres en su modalidad de relación de objeto, a un abordaje que privilegia los efectos de acontecimientos particulares vividos por ellos.

Funciona de la siguiente manera: cuando en una generación, después de un traumatismo, no hay una adecuada elaboración, resulta un clivaje que va a constituir para las nuevas generaciones en una prehistoria de su historia personal. El acontecimiento se convierte en indecible para el que lo vivió, presente psíquicamente, pero no puede hablar de ello, lleva una cripta, que para la generación siguiente se convierte en un fantasma, de indecibles se convierten en innombrables, no pueden ser objeto de ninguna representación verbal, y en la siguiente generación se convierten en impensables, se perciben en sí mismo sensaciones o emociones bizarras, que no se explican por su propia vida psíquica o por su vida familiar.

En este libro, se abordan investigaciones necesarias sobe el tema: S. Tisseron habla sobre los secretos familiares que se convierten en criptas, N. Rand hace

algunas aclaraciones del concepto que N. Abraham trabajaba en el momento de su muerte, C. Nachin especifica el funcionamiento de la cripta y el fantasma y aspectos de las curas de pacientes que los portan, P. Hachet trabaja clínicamente el concepto de cripta y fantasma con toxicómanos, J.C. Rouchy analiza la clínica del fantasma con familias y grupos.

Un libro que nos completa a tres generaciones la visión del síntoma de nuestro paciente, enriqueciendo nuestra propia visión del tratamiento y ampliando los abordajes tradicionales del síntoma psicoanalítico.

Un libro que propone trabajo clínico y nos enlaza con la importancia del trabajo de otros autores, como es el caso de R. Kaes y su aparato psíquico grupal y con D. Anzieu y su trabajo sobre grupos y sobre las envolturas de pensamiento.

Un libro que nos compromete con este nunca acabado mundo de las profundidades del inconsciente.

Un libro para reflexionar.

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Información cur r icular .

ψ Pst. Ignacio Ruiz Love. Psicoterapeuta Psicoanalítico. egresado de CPM, docente de la UIA, UNISON y miembro de la Junta de Gobierno del Colegio de Sonora, catedrático universitario, actualmente docente y colaborador de IPPPNAC.

ψ Pst. Rafael Azuela de la Cueva. Psicoterapeuta psicoanalítico. Servicio Exterior Mexicano, Práctica clínica privada en Cd. de México, egresado de IMPPA, catedrático universitario y docente de IPPPNAC.

ψ Dr. Antonio Santamaría Fernández. Médico y Psiquiatra egresado de UNAM. Psicoanalista titular, didáctico y expresidente de APM. Doctorado en Psicología Clínica UIC. Catedrático universitario y docente IPPPNAC.

ψ Mtro. Abraham Godínez Aldrete. Psicoanalista, práctica privada, editor de la revista de psicoanálisis NON NOMINUS, maestría en psicología clínica U de G, doctorante en filosofía UG, catedrático universitario y docente IPPPNAC

ψ M.C. Luis Ricardo Ruiz González. Psicólogo clínico UNAM, Etnólogo ENAH, Maestría en Psicoanálisis CIEP, Maestro de tiempo UAS licenciatura y postgrado, editor revista Psico­Logos, docente IPPPNAC, Autor de libros psicoanalíticos.

ψ Pst. Ezequiel Jiménez Urenda. Psicoterapeuta psicoanalítico. Práctica clínica privada en Hermosillo, egresado del IMPPA, catedrático universitario y docente de IPPPNAC.

ψ Pst. Gloria Aurora Champion Castro. Psicoanalista. Práctica clínica privada en Houston, Texas, Consejera Escolar. Egresada UAQ, IMPPA, UMSNH, y de la Universidad de Texas en Brownsville, TX. USA. Colaboradora IPPPNAC

ψ Lic. Reyna Rosangela Peña Almada. Psicóloga clínica. Consulta privada, egresada de ITSON, candidato en formación de IPPPNAC.

ψ Pst. Miguel Ángel Sitten Sotelo. Psicólogo clínico. Práctica clínica privada, posgrado de la UIA, catedrático universitario, Director, docente y miembro fundador de IPPPNAC. Candidato en formación.

ψ Dr. Javier Gavito de la Torre. Psiquiatra, psicoterapeuta psicoanalítico egresado de IMPPA, práctica clínica privada, docente y miembro fundador de IPPPNAC.