Revista Rebelion N°1

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Revista Rebelion N°1 Nota: En este número se habla de una coperación por monto para ser ayudista. Pedimos disculpas por este error, lo consideramos una falta de respeto y fue cambiado a la brevedad al siguente número. Sin ir en desmedro ni culpar al autor, como organización no nos parece el cobrar un monto por algo, mucho menos fijar un precio a un aporte. Consejos Comunistas de Chile.

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Rebelión 15 de junio 2012

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Hoy más que nunca es nuestro deber trabajar con energía y au-dacia en la lucha contra la repre-sión, el capital y su sistema de

dominación, hoy es tarea prioritaria de los comunistas chilenos luchar por la revolu-ción socialista y triunfar frente a la adver-sidad que busca imponerse, confundir y derrotar las fuerzas rebeldes del pueblo.

Hoy es tremendamente importante la misión de romper el cerco comu-nicacional establecido por el estado represor dirigido por nuestros enemi-gos de clase: el imperialismo, la bur-guesía y sus lacayos, que busca se-renar en un manto de normalidad las increíbles desigualdades de Chile y el mundo bajo su poder hegemónico.

Nuestra obligación es ir al enfrenta-miento ideológico, en la batalla de ideas. Debemos desplegar lo mejor de noso-tros y no permitir que las condiciones adversas, nos hagan morder el polvo de la derrota. No está muerto quien lucha; nuestras ideas no han sucumbido, a pe-sar de que nuestros enemigos tantas ve-ces han pretendido emitir certifi cados de defunción para mantener las miserables condiciones de explotación. Los proce-sos sociales no se detienen, aún no ha tocado a la puerta el fi n de la historia.

Estamos trabajando para desarrollar la orgánica de los Consejos Comunistas, nuestro lugar está al lado de las luchas del pueblo, nuestra trinchera está en

Compañero, la revista que tienes en tus manos signifi ca un gran esfuerzo de los CCCh por desarrollar un órgano escrito ofi cial que nos permita llegar a las masas y que sirva además como un aporte teórico al debate actual.

los territorios y en cada sitio en que se desarrolle la lucha popular para lo-grar cambios profundos y verdaderos. Nuestro fi rme propósito es direccionar las luchas de los trabajadores hacia la toma del poder, porque sin este objetivo la idea de un cambio profundo es solo una boni-ta utopía que se hunde en el reformismo.

Creemos fi rmemente que el sujeto pro-tagonista de los cambios son los trabaja-dores, la construcción y estructuración de un potente Poder Popular conscien-te y rebelde son la base fundamental de cualquier intento serio por conquistar el poder y construir el socialismo. Un poder popular rebelde, que en su desarrollo lo-gre constituirse en un poder paralelo al burgués, que ponga en serio peligro al modelo, y que fi je la fecha de defunción defi nitiva al capitalismo en nuestro país.

Es deber de todo revoluciona-rio hacer la revolución, también es nuestro deber como revolucionarios echar abajo la dictadura del capital.

Somos fi rmes defensores de todas las formas de lucha, creemos que cada forma de lucha está determinada por las condiciones objetivas y subjetivas de cada momento particular, incluso de una com-binación de formas distintas de comba-te que pueden perfectamente ir de lo le-gal a lo ilegal, de lo pacífi co a lo violento.

Nuestra línea política es la Revolu-ción Socialista, el Poder Popular y la Po-

lítica de Rebelión Popular de Masas, la que hemos rescatado y actualizado para transformarla en la herramienta nece-saria para el triunfo de las ideas justas.

Hoy soplan nuevamente vientos de tor-menta para el capitalismo criollo e interna-cional, se hace imprescindible desarrollar medios de difusión amplios y variados, que nos permitan romper el monopolio de los poderosos y comunicar fuerte-mente al pueblo de Chile que los explo-tadores no tendrán tregua en el combate, hasta que llegue el día del triunfo fi nal.

CONSEJOS COMUNISTAS DE CHILE.

E D I T O R I A L

Allende presente en las actuales luchas de los pobres por la revolución y el socialismo

N A C I O N A LMiles Rechazaron el homenaje al tirano carnicero Pinochet

Rechazo mundial y frontal al acto organizado por el asqueroso pinochetismo para recordar al pueblo el trágico pasado de muerte y persecución.

El domingo 11 de Junio el pinoche-tismo estreno con poco éxito en el teatro Caupolicán el documental homenaje “Pinochet”. Represen-

tantes de la gusanera cubana de Miami y el fascismo español fueron los invitados internacionales que intentaron “subir” el ni-vel cinematográfi co de la cinta. El objetivo central del evento era recordar al pueblo de Chile ante el nivel ascendente de la lucha social la violenta represión fascis-ta de las clases dominantes cuando el sistema capitalista comienza a descom-ponerse.

Durante la ceremonia los asesinos y sus secuaces escucharon atentamente las pa-labras de la nueva generación pinochetista y el mensaje de Miguel Menéndez Pinar ex ministro de Franco, quien catalogo al genocida español como alma gemela de Pi-nochet, entregando la máxima adverten-cia de la jornada: “Hay que estar aten-to a volver a las trincheras si hace falta frente al marxismo”.

Mientras en las afueras un pueblo deci-dido rodeaba el teatro que se encontraba protegido por un fuerte contingente policial que controlaba rigurosamente la entrada al recinto.

Al término del evento el fascismo se vio acorralado sin poder salir del lugar, las fuer-zas de orden inútilmente intentaron evacuar a los pinochetistas, quienes cambiaron las risas por una llorona angustia. El pueblo comenzó a entregar su propio mensaje a cada uno de los fascistas quienes tra-taban por todos los medios de huir de la furia popular, los golpes y advertencias comenzaron a surgir de la mano del pueblo que dejo claro en la jornada que nada ni nadie detendrá sus fuerzas para acabar con los explotadores y sus injusticias, el pueblo decidido hace retroceder a sus opresores enterrando los futuros homena-jes públicos de sus verdugos.

El pánico y la confusión se apoderan de los enemigos, nadie ni nada esta olvidado.

por Mabel Mariñan

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El movimiento social y las clases dominantes: la estrategia defensiva del orden burgués y la cooptación del “descontento”.

En los últimos años chile ha sido escenario de distintas manifes-taciones que responden a movi-mientos sociales de sectores des-

contentos con diversas dimensiones del aparato político-económico que rige al país.

Son manifestaciones de las contra-dicciones sociales del sistema capi-talista en su forma neoliberal, esto ul-timo hay que tenerlo en cuenta para poder hacer un análisis del carácter de las movilizaciones y organizaciones “descontentas” en el contexto actual.

Por un lado estas manifestaciones y movilizaciones son de carácter frag-mentado, a diferencia de lo que pasaba en los años pre y post-dictadura, hasta la salida negociada a la crisis del ré-gimen pinochetista en 1988. O sea, la organización en el actual contexto his-tórico-político-social, solo hace reivin-dicaciones a su sector en particular, ya sean pobladores, trabajadores portua-rios, mineros, estudiantes, etc… sin me-nospreciar los intentos de algunos sectores organizados de los mismos movimientos que plantean una reunifi cación de los sec-tores que se levantan en confl icto para lograr la unidad y generar mayor fuerza.

Pero en lo concreto, estos movimien-tos y manifestaciones sociales aun no han salido de las limitaciones sectoriales a las que responden. Este carácter tiene sus bases en el mismo neoliberalismo imperante en chile, el cual con las re-formas e imposiciones a las organiza-ciones sociales durante el régimen pi-nochetista –incluyendo el corte de los lazos que existían entre el movimiento social y las vanguardias políticas a tra-vés del asesinato y la represión en la dictadura- se fue rompiendo el puente concreto de unión entre los diversos espacios que podemos ubicar social-mente como los trabajadores y pobres del campo y la ciudad, transformando las relaciones de trabajador-empresa con la subcontratación por ejemplo, o la fragmen-tación y exclusión espacial de los grupos de pobladores. Así también la identidad de los sectores populares (en cuanto a espacio social en el que confl uyen

todos los sectores oprimidos de la so-

ciedad) que respondían a una unidad

como “pueblo” se fue desvaneciendo

ante distintos factores como la deca-

dencia de los “socialismos reales” y los

postulados teóricos y revolucionarios;

el terror de estado; el triunfo de la lógi-

ca neoliberal en la construcción cultural

e imaginaria; y los discursos opositores

que tenían infl uencia en las masas por

parte de la “oposición” negociadora en-

cabezada por la DC en los 80s con claro

apoyo del imperialismo estadouniden-

se, en cuanto a la confi guración de un

proyecto que terminara con la dicta-

dura, pero no rompiera el orden social.

Mención honrosa para este proceso tam-bién lo tiene el nuevo discurso intelectual de “izquierda” de carácter “critico” referen-te a las ciencias sociales, fenómeno en el cual varios sectores de intelectuales sufrie-ron un trauma dejado por la dictadura, los cuales comenzaron a hacer refl exión del fracaso de la UP, y fueron cayendo en las lógicas de la moda del post-modernismo y el derrotismo imperante ante los fracasos del movimiento popular en su conjunto tanto en 1973, como en 1988 y el fracaso del proyecto del MDP (Movimiento Demo-crático Popular) como referente de una salida de carácter popular a la dictadura.

Otra característica que encontramos

en las nuevas formas que ha tomado el

movimiento social tiene relación con su

carácter “ciudadanista”. Ya planteamos

que la dictadura dejo un trauma ideoló-

gico e identitario en el movimiento de

masas como abstracto general, y en la

sociedad misma, sobre todo en los sec-

tores populares, esterilizando su auto-

conciencia de unidad como “pueblo”, o

“clase”, para dar paso a las recepciones

ideológicas del neoliberalismo mercan-

tilista, donde para la sobrevivencia y es-

peranza de movilidad social, el concepto

de “clase media” ha tomado el discurso

identitario de una gran masa popular,

con un claro tinte de arribismo propio

de las lógicas hegemónicas impuestas

por los aparatos ideológicos del siste-

ma. No es casualidad que la propagan-da televisiva de toda índole ponga como escenario a familias acomodadas como un modelo a seguir u objetivo a conquis-tar en la idea de la movilidad social, pero este tema no lo desarrollaremos aquí. Así mismo el concepto “ciudadano” responde a este “contexto ideológico” de la sociedad en el neoliberalismo, donde los ciudadanos

o bien naturalizan el actual orden social imperante como una esencia “inalterable”, o encuentran y exigen espacios de partici-pación dentro de las mismas instituciones burguesas opuestas a los intereses del pueblo en general (trabajadores y pobres del campo y la ciudad) creadas a sangre y fuego en la historia, con episodios llenos de atropellos al pueblo en su conjunto, don-de las masacres ocupan un triste y desta-cado lugar en el pasado del país, que se invisibiliza en la historiografía dominante.

Así mismo, este carácter “ciudada-

no” de las movilizaciones sociales ac-

tuales -como parte de un concepto y a

la vez como “identidad” de los sujetos

movilizados desde el discurso hegemó-

nico- relega a un segundo plano, e inclu-

so llega a negar la existencia de explo-

tación en la sociedad chilena (hay que

recalcar que este es un fenómeno a nivel

planetario, pero nuestro análisis apunta

a la realidad nacional), por ende tam-

bién se niega o invisibiliza la existencia

de clases sociales, ordenadas de forma

jerárquica y en función de las clases do-

minantes, planteando que las ideas re-

ferentes a la “lucha de clases” son abs-

tracciones e ideologías enterradas por

la historia desde la caída del muro de

Berlín, y de los “socialismos reales”. Por

lo mismo se niega o se ataca cualquier

postulado que la izquierda revoluciona-

ria, hoy en día atomizada, proponga con

un carácter clasista y de tinte socialis-

ta revolucionario como opción política

real a la sociedad de clases capitalista.

En cuanto a la producción intelectual en las ciencias sociales, creemos que también merece un pequeño análisis descriptivo. En primer lugar, la producción de ideas y teo-rización que existe entre académicos e in-telectuales “de izquierda critica”, de nuevo

Los representantes de la Burguesía que tanto “pelean” en el año, terminan descansando juntos planeando un nuevo año de politiqueria y falsedades. FOTO: Michelle Bachelet y Sebastian Piñera, Lago Caburgua

A N A L I S I S

por Raul A.Cruz

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y también de viejo cuño, que pertenecen a un sector de la misma intelectualidad ligada a los movimientos sociales (sin hacer una generalización, ya que seria despreciar a muchos autores que han puesto su conoci-miento a la construcción de un proyecto re-volucionario, así como también a sus apor-tes en cuanto a la teorización del momento actual, con un claro carácter clasista) tam-bién han sufrido el trauma de la dictadura militar, y la caída de la “utopía” socialista para los 90s. Como ya planteamos mas

arriba, el derrotismo surgido del fracaso

reformista de llevar a cabo una revolu-

ción desde el alero y bajo la misma ins-

titución burguesa afecto enormemente

a la intelectualidad de izquierda, que si

bien no a toda, concretamente a muchos

e infl uyentes pensadores. El marxismo-

leninismo, teoría y practica que en un

momento vino a tener gran recepción

en las organizaciones políticas en el

mundo entero, hoy son negadas como

elementos añejos por parte de esta in-

telectualidad derrotista, que también

niega bajo sus lógicas infl uenciadas por

el post-modernismo y el discurso hege-

mónico dominante, el cambio revolucio-

nario de las bases de la sociedad his-

tóricamente construida, para dar paso

a teorizaciones que buscan la partici-

pación y reforma de la institución bur-

guesa, su modelo económico, en base a

frases o conceptos tan ambiguos y am-

plios como lo son la “humanización” o

“democratización”, pero no en función

de la construcción del socialismo, o de

proyectar utopías respetables como de

los sectores anarquistas y libertarios, si

no que apuntan a “mejorar el capitalis-

mo”. Así mismo, a la hora de que estos

“intelectuales críticos” llegan a hacer

la contradicción social imperante en

nuestros días, responden al confl icto

“ciudadanía/institución”, donde la insti-

tución, si bien se le atribuye su carácter

excluyente, los excluidos dentro de este

planteamiento son los ciudadanos, en

su abstracción multiclasista, por parte

de las clases dominantes que detentan

el poder político y económico. Pero no hacen referencia a que la mayor contradic-

ción tiene relación a un sistema total encar-nado a la fuerza en chile, que es el régimen capitalista, en donde la contradicción es de clase social, y no de simples amplitudes ne-tamente institucionales-políticas. Si existe esa contradicción entre un sector excluido por la institucionalidad burguesa, es porque existe una contradicción de clase, y la ex-clusión política responde a las mismas, pero no es una esencia, si no una manifestación.

Nuevamente entre la reforma o

la revolución: cambiar todo para

no cambiar nada.

La historia ha demostrado que cada vez que una forma de dominación comienza a entrar en crisis, las cuales se manifi es-tan en descontentos sociales, y moviliza-ciones masivas que tienen la posibilidad de entrar a desestabilizar algún régimen, las clases dominantes toman la iniciativa defensiva para mantener el orden y la do-minación pero cambiando sus formas. Así paso con la constitución de 1925, cuando la oligarquía se vio envuelta en un contexto donde el movimiento obrero parecía aca-bar con la sociedad hasta ese momento conocida, la cual tenia como caracterís-tica la exclusión y la acumulación de ri-quezas a partir del estado capturado. Ese periodo comprendido entre 1891 y 1925 se conoce como “sociedad oligárquica”.

La organización de los trabajadores ha-bía comenzado a mutar desde mediados del siglo XIX, y las reivindicaciones obreras tomaron características modernas, a la par con la modernización de los modos de pro-ducción del país, situados en el contexto de tomar su lugar en el mercado capitalista mundial. Ni siquiera podríamos hablar de que no se respetaban los derechos de los trabajadores para la época, porque prácti-camente no existían. Así, la efervescencia

daba el contexto para fortalecer la orga-

nización obrera, a la vez que las clases

dominantes se veían acorraladas en el

propio sistema que habían fundado. Es

así, que para dar un respiro a la crisis

social que se venia desarrollando hasta

los años 20s del siglo pasado, se llego a

la conclusión, desde las mismos grupos

en el poder, de crear una nueva consti-

tución que diera espacios de participa-

ción política al movimiento obrero y sus

organizaciones, como también mejorar

jurídicamente su condición. Pero esta nueva constitución no fue llevada a la prác-tica si no para 1936, dando solo un respiro “formal” a la crisis que se desarrollaba para aquel entonces por más de 10 años. Como toda la historia chilena, el camino previo a esta constitución estuvo bañado con sangre obrera, basta recordar la más famosa ma-sacre ejecutada por el “glorioso ejército de chile”, en la escuela de Santa María de Iqui-que, tomada solo como uno de varios ejem-plos de la represión de los explotadores.

Siempre es fácil hablar desde la como-didad del presente para analizar el pasado, pero no esta de más hacer una pequeña re-fl exión acerca de cómo las organizaciones populares se enfrentaron a este proceso. Los espacios que abría la constitución

de 1925 llevo a que las vanguardias de

trabajadores, organizadas en partidos

políticos como el PC o el PS, dejaran de

lado sus posturas netamente clasistas y

de confrontación contra la institucionali-

dad, para dar paso a la conformación de

conglomerados multiclasistas, en la fal-

sa esperanza que desde la misma insti-

tución burguesa se podrían lograr cam-

bios sociales radicales. Así también se gesto y fortaleció una visión “electoralista”, que sumado a otros factores como lo fue la avanzada del fascismo en el mundo, llevo a que se formaran coaliciones con el partido radical (partido de clase media y alta pro-gresista), y el surgimiento del FRAP. Este

momento es importante a la hora de

poder hacer representación actual de la

política de algunos partidos de izquier-

da, ya que signifi co la institucionaliza-ción de esas vanguardias, lo que se con-vertiría en tradición que hoy se refl eja en los pasos tácticos de construcción de un proyecto popular bajo las lógicas de subordinación al sistema político formal.

El día 17 de febrero del presente año, en un conocido y difundido periódico gratuito que se reparte en la capital, aparece como noticia la disposición del gobierno a hacer algunas reformas al sistema político exis-tente, en donde se establecen parámetros de cambios que favorecerían la participa-ción ciudadana. Muchos verán en estas re-formas una “conquista” lograda por la movi-lización social que hasta hoy se desarrolla en el país desde distintos sectores, princi-palmente el movimiento estudiantil que lle-no las calles de santiago el ultimo año. Esta noticia que se titula “El gobierno priorizara participación ciudadana” (pagina 6 de “pu-blimetro”, del día 17 de febrero del 2012) no deja de ser llamativa ante el actual contex-to, y viene a ser parte de las características que planteamos respecto a los cambios en las formas de dominación como estrate-gias defensivas de las clases dominantes para cambiar el aspecto de las formas de dominación que las mantienen en el esca-

Los “representantes” de los nuevos postulados ciudadanos que han mantenido el poder de los opresores, pactando las luchas del pueblo y traicionando sus intereses. .FOTO: Carolina Toha (PPD) - Guillermo Teillier (P”C”) - Osvaldo Andrade (PS) - Ignacio Walker (DC) - Alejandro Navarro (MAS)

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lón superior de la pirámide social, ampara-das por el imperialismo estadounidense.

Pero las clases dominantes y sus

politicuchos no solo apuntan a una

“participación ciudadana” respecto a

buscar una salida y amortiguación al

confl ictivo escenario del país. Hace al-

gún tiempo, en plena movilización es-

tudiantil, Longueira advertía a la gran

burguesía nacional y extranjera sobre

los nocivos efectos que traerían estalli-

dos sociales de no resolverlos desde el

estado. Para ello, desde el planteamien-to del ministro de economía de Piñera, es necesario aumentar las arcas fi scales mediante una reforma tributaria, idea que tuvo distintas recepciones en el empresa-riado criollo. Las palabras de Longueira hasta hoy son parte del tema de discu-sión entre distintos sectores políticos, pero también por parte de las clases dominan-tes, y los sectores populares organizados.

Obviamente esta conjugación entre

reforma tributaria, aumentar las arcas

y el gasto estatal, y abrir mayor espa-

cios de participación política, no son

mas que tácticas estratégicas de las

clases dominantes para poder dar una

salida a una crisis o eventual crisis so-

cial mediante la amortiguación y coop-

tación de la movilización “ciudadana”,

manteniendo y reproduciendo el orden

social existente, pero bajo la tutela de

las mismas expresiones partidistas añe-

jas que responden a sus respectivos

sectores de las clases que detentan el

poder. Nos encontramos con espacios de participación políticas viciadas que serán cambiadas para dar un aspecto de reno-vación, sin tocar el fondo del problema.

La apuesta por la asamblea

constituyente: entre la construc-

ción de un proyecto popular o

fortalecer la legitimidad de la ins-

titución y el orden burgués.

Ante tanta ciudadanía movilizada, opor-tunismos políticos, negación de la organi-zación clasista tanto en partido político u organización, intelectuales posmodernos, críticos y traumados, y una clase dominan-te dividida entre los conservadores (que no aceptan ningún tipo de cambio) y la actuali-zada (que cambiaran la fachada para man-tener el fondo), surgen alternativas a la sa-lida a las crisis sociales que afectan el país. Se entiende que una crisis social afecta al conjunto de la sociedad, por lo que su sa-lida y la construcción de proyectos para la misma estarán caracterizadas por un de-terminado sector que pueda confl uir en si mayor poder, y desarrollar su proyecto, o que los proyectos que se puedan levantar como opciones lleguen a una confl uencia donde predominara el sector que arrastre mayor poder en la correlación de fuerza.

En los espacios que se reivindican

como “populares” están las organiza-

ciones y movimientos que apuestan y

desarrollan una política referente a con-

quistar una “asamblea constituyente”

como salida a la crisis, o como un paso

táctico en la lucha que se plantean esos

mismos sectores. Pero ¿realmente una

asamblea constituyente de carácter po-

pular vendrá a solucionar los problemas

que afectan al pueblo? La historia ense-

ña que la institución burguesa siempre

será defendida a sangre y fuego por

parte del aparato represivo al servicio

del estado, o sino se cooptara a los sec-

tores “confl ictivos” para poder anexar-

los al proyecto que se presenta como

“común” pero representa los intereses

de la clase que controla el poder. Desde 1965 que el ejercito y las fuerzas de orden publico, en su calidad de defensores de la institución, ya tomaron una postura políti-

ca, que se desarrollo y fortaleció (o tomo una línea mas clara) tras el golpe de es-tado de 1973 y en todo el periodo dictato-rial. Así, los que ahora plantean hacer

un cambio constitucional a la sociedad

chilena desde una asamblea, plantean

que desde la convergencia popular

hacia este camino se podrían realizar

cambios que permitan una apertura

“democrática” para poder cambiar la

sociedad. O sea, dentro de esta lógica

se plantea que el real causante de los

problemas de exclusión y de brechas

sociales viene a ser la constitución de

1980, siendo que esta es solo una for-

ma que toma la sociedad de clases den-

tro de la dominación por parte de las

clases dominantes y el imperialismo.

No podemos negar el trabajo since-ro y sacrifi cado de muchos compañeros que ven en el “camino popular a la cons-tituyente” una expresión de lucha correc-ta. No tenemos el animo de venir a plan-tearnos como detentores de la verdad absoluta, pero si con el animo, como en cualquier espacio de lucha, de dar siem-pre la discusión política e ideológica que pueda fortalecer una opción política basa-da en el planteamiento del poder popular. Es así, como a nivel general nuestro

argumento se levante en función de

construir un proyecto revoluciona-

rio y clasista que pueda poner en ma-

nos del pueblo el rumbo de la historia.

Por lo mismo, no creemos que la “asam-blea constituyente”, por mas popular que sea su carácter, sea un paso táctico que sirva a los intereses del pueblo. Siempre que el movimiento social utilice los espa-cios abiertos por la institución burguesa existirá una cooptación, que se resolverá por mecanismos legales o represivos. Ade-más debemos tener en cuenta las lecciones de la historia, y como esos espacios que abren las clases dominantes en la defen-siva de sus intereses bajo el orden social jerárquico, solo institucionalizan las luchas. Y dentro de esta ecuación, como la institu-ción responde a los intereses de clase de la gran burguesía patronal chilena, la lucha seria esterilizada, manteniendo una socie-dad llena de injusticias como la capitalista, pero con la esperanza de “cambios” por la cooptación de los sectores en confl icto.

Así, la única posibilidad de una sali-

da de carácter popular a la crisis capi-

talista que atropella a la gran masa de

los trabajadores y pobres del campo y

la ciudad es el fortalecimiento del poder

popular de proyección revolucionaria,

en todas sus expresiones, y en todos

los espacios. El poder soberano del

pueblo no esta en el parlamento ni es-

tará en una institucionalidad burguesa

mas “democrática”, el poder del pueblo

esta en la calle y lo construimos todos.

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Cuando se toman las consignas o las frases revolucionarias saca-das de otro contexto, se le hace un gran favor a la oligarquía, hoy

en el abanico socialdemócrata se sien-

ten muy democráticos (los de derecha)

y muy revolucionarios (los de izquier-

da), al poner a los cuatro vientos la con-

signa de la nueva constituyente para

Chile, la socialdemocracia de derecha

muy astutamente a sabiendas de las

contradicciones existentes maniobran

sobre la posibilidad de generar una sa-

lida pactada con la oligarquía para man-

tener e imponer sus demandas como

representantes de las clases explota-

doras. La social democracia de izquierda “revolucionaria” diseña como paso estraté-gico la asamblea constituyente, esto se en-tiende debido a que los partidos que mas cacarean sobre este asunto ponen como paso previo al socialismo un “gobierno del nuevo tipo” pero con los mismos tipos y personajillos de siempre, y el pomposo “gobierno democrático popular”, si hasta podrían ser padre e hijo, viejas tácticas sacada de procesos foráneos enmarcados en la legalidad burguesa en donde con las leyes jurídicas de esos países se “preten-día” ocupar como tribuna el parlamento burgués, estrategias que daban señales

un tanto nebulosas de su efectividad,

en donde se ha desnaturalizado el sen-

tido clasista de las vanguardias, proce-

sos que han madurado en un baño de

sangre producto de mantener las con-

diciones de explotacion “humanizadas”

y que se construyen sin una base de

masas sustentadas en el poder popu-

lar representativo por si mismo y real.

El repetir tácticas sin tomar en cuenta el resultado estratégico, habla pésimamente de la elaboración teórica, la costumbre de muchas organizaciones “revolucionarias” de tomar estrategias fuera de contexto es un grave error típico de los malos análisis que en el fondo son antojadizos, muchas veces los procesos son importados pen-sando que estos pueden dar resultado en nuestras circunstancias, y peor aún dichos procesos llenos de errores y resultados am-biguos son mal copiados. Estas organiza-ciones se basan evidentemente en los pro-cesos Venezolano y Boliviano, en abstracto.

El proceso constituyente pensado

como el resultado de una alza en la lu-

cha social genera en el pueblo falsas

metas y pone a la burguesía en condi-

ciones de negociar cuando se abra di-

cho proceso, y así como en la guerra,

cuando un ejército se ve empantanado,

nacen las maniobras para ganar tiem-

po y retomar la iniciativa, en este caso

cuando la movilización popular toma

características de insurrección y el es-

tado opresor se ve en la encrucijada de

perder todo o de negociar, la burguesía

sin duda abrirá los espacios políticos

para una asamblea constituyente, la

cual por su origen hibrido, truncara la

revolución, caso similar se vivió en el pro-ceso que culmino en el gobierno de Salva-dor Allende, para que las fuerzas populares llegaran a la moneda, tuvo que generarse por decenios un proceso de lucha ascen-dente, la que por objetivo estrategico no consideraba fundamentalmente a la revolu-ción socialista sino un gobierno democráti-co popular como paso previo al socialismo. En la medida que el pueblo avanzaba en conciencia revolucionaria, consecuencia de las miles de batallas y escaramuzas que acorralaron a la burguesía en su nicho democrático burgués, como en la guerra la oligarquía se vio obligada a replegarse y a reorganizarse para generar las condiciones de una brutal ofensiva fascista, a partir de la visión estratégica errónea los dirigentes de la unidad popular no fueron capaces de visualizar la gravedad de las maniobras del enemigo burgués, ya que los partidos de izquierda de ese entonces maniobraban sobre la base de la legalidad imperante y no sobre la realidad de la lucha de clases, el gobierno de la unidad popular se en-contró con las leyes y los parlamentarios reaccionarios quedando entrampado en el puzzle conspirativo de la oligarquía y el im-perialismo norteamericano, esta experien-cia dolorosa que culmino con los tres años de unidad popular y la salvaje represión

fascista, es una lección de la lucha de

clases que pone de manifi esto la impor-tancia de la estrategia revolucionaria y el cuidado de no hipotecar las aspira-ciones sociales y politicas del pueblo.

El materialismo dialéctico nos enseña que las fuerzas antagónicas son irrecon-ciliable en la naturaleza, que a través del desarrollo de la lucha de los contrarios, una de estas se impone sobre la otra, en la so-ciedad capitalista y en todas las sociedades que existan clases sociales se produciran fuerzas antagónicas dispuestas a someter unas a otras para imponer sus necesida-des de clase dominante, este análisis clá-sico y básico de la lucha de clases lleva-do a la actualidad nos recuerda que para construir un proceso revolucionario es necesario derrotar a la clase burguesa, arrancarla del poder político económico y militar y trabajar por destruirla como clase sin ninguna participación politica.

Cuando el marxismo plantea la lucha de clases, cuando analiza el confl icto irreconciliable entre la burguesía y el proletariado lo hace también toman-do en cuenta el papel del estado como aparato opresor de una clase contra otra, esta conclusión que no es anto-jadiza responde a que la conformación del estado en ninguna parte del mundo se ha constituido a base del consenso de todas las clases, el nacimiento de los estados a sido el resultado de la im-posición de la clase triunfante y la su-misión de las clases derrotadas y esto siempre con un desenlace violento.

Sin duda la oligarquía en un proceso

Tesis de la asamblea constituyente, hoy un paso equivocado

revolucionario, se abrirá a discutir, si no es desalojada pronto del poder, se reple-gará, se reorganizará, conspirará, se hará fuerte y junto con el imperialismo atacará. La revolución esta obligada a resolver el camino a la toma del poder, esta no puede permitirse en su táctica ni menos en su estrategia, dejar espacios para que la burguesía respire de su agonía, por que la historia ya se a encargado de demostrar que esta es capaz de re-generarse y hacerse poderosa ya que cuenta con el apoyo imperialista, el que no comprenda esto esta entregando en bandeja de plata a los futuros márti-res de la revolución y a la vez se pasa al lado de la burguesía en forma solapada.

La constituyente con las clases explotadoras en el poder no garan-tiza por si misma los acuerdos con la burguesía, su aplicación y dura-bilidad en el tiempo, dependeran de la voluntad de los explotadores.

Unas de las tareas de la revolución es la creación del estado socialista. So-bre las ruinas del viejo estado capitalis-ta nacerá una nueva constitución que representará plenamente los intereses del proletariado, en donde la fuerza de la gran mayoría del pueblo oprimido impone un nuevo orden institucional, en donde la burguesía desalojada del poder del estado se ve impotente ante la fuerza de la masas, la cuales sea di-cho de paso no se toman las calles y los edifi cios administrativos solo con banderas, estas al calor de la lucha son capaces de formar su propio ejercito, administración y leyes con el cual son capaces de defender la nueva institu-cionalidad conquistada. Dicho en otras palabras “no se debe colocar la carreta de-lante de los bueyes”, primero se conquista el poder con el pueblo que como masa po-derosa, no da chance a la burguesía y sus partidos representativos y satélites para que estos manipulen y saboteen la revolu-ción. Segundo como consecuencia de la destrucción del viejo estado capitalis-ta, nace la necesidad de construir uno nuevo en donde nace la asamblea cons-tituyente, pensada y elaborada por las asambleas territoriales, que representan a los trabajadores y al pueblo oprimido. Tercero como consecuencia de de los dos primero pasos nace la sociedad socialista.

Hoy no es necesario recorrer tormento-sos gobiernos de transición democráticos populares compartidos con la burguesía progresista la que a la larga se pasara a los designios imperialistas, ese paso ya se recorre con la vida cotidiana de la demo-cracia burguesa, esa táctica corresponde cuando la lucha de liberación se desarro-llaba bajo la sumisión de la nobleza feu-dal, en donde era necesario construir la base capitalista que diera desarrollo a los medios de producción, en donde las le-yes dieran facilidades para su desarrollo

A N A L I S I S

por Cristian Reyes

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Rebelión 15 de junio 2012

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optimo, esto en un corto plazo si el esta-do es manejado por el pueblo para pasar pronto al socialismo, hoy a diferencia de ayer los medios de producción ya madu-ros deben ser administrados por el pueblo.

Finalizando:

1º la constituyente le garantiza ma-

niobrabilidad a la oligarquía y a la bur-

guesía, su consigna llevada como gran

paso ni siquiera al socialismo, si no aun

“gobierno del nuevo tipo” o un “gobier-

no democrático popular”, es hacerle

el juego a la burguesía por lo tanto es

pasarse al arsenal político burgués

2º el poder popular a través de las

asambleas territoriales debe agrupar

a los trabajadores y al pueblo oprimi-

do, luchar por sus demandas, cons-

truir su democracia, generar una

lucha que imponga un estado de re-

belión generalizado sentando las ba-

ses de un nuevo estado el cual por

la fuerza destruye al viejo sistema.

3º a raíz de la lucha encarnizada con

el estado agónico, este es derrotado

político y militarmente, nace la necesi-

dad de imponer uno nuevo, el que por

las características de la lucha de ma-

sas este ya se encontraba en las en-

trañas del caduco régimen burgués,

ahora la nueva institucionalidad se im-

pone con la democracia obrera y po-

pular, nace la asamblea constituyente.

4º con el resultado de la nueva

constitución se echa a andar la dicta-

dura del proletariado y las masas po-

pulares, se construye el socialismo.

A grandes rasgo esta estrategia pone en las manos del pueblo su destino y no deja posibilidad a que la burguesía instale sus deseos oscuros, en otras palabras la orga-nización revolucionaria no debe cometer el error estratégico de hipotecar la revolución.

Como comunistas no nos oponemos a una constituyente si el pueblo decide re-correr este camino, pero advertimos de los grandes peligros que esta estrategia social-

demócrata conlleva, no quiere decir que no participaremos del proceso de acumulación de fuerzas que las masas decidan tomar, ya que el pueblo muchas veces aun cree que los problemas de la lucha de clases se pueden resolver bajo un acuerdo con la burguesía y en buena parte cree que esta se someterá a la presión popular, espera-mos que en el desarrollo de la lucha calleje-ra los instigadores de la constituyente estén en las barricadas cuando el pueblo decida tomar la lucha directa contra las fuerzas armadas del régimen, debido a esto los Consejos Comunistas de Chile (CCCh) no abandonaremos a las masas en su andar, lo que no quiere decir que avalamos dichas estrategias, estaremos en el desarrollo de la lucha aprovechando la coyuntura de las movilizaciones construyendo las ba-ses del poder popular, las que según su grado de madures política y movilizadora pasara por sobre los acuerdos seudo re-volucionarios, esperamos que la farsa no logre sus objetivos mezquinos, para que esto no ocurra es importante la coordina-ción con las organizaciones que encuen-tran en nuestra tesis el camino a seguir.

El viernes 1 de Junio se conoció el veredicto del injusto “Caso Bom-bas” que absolvió a los cinco jó-venes procesados por iniciativa del

ministro del interior Rodrigo Hinzpeter y de su secuaz, el ex fi scal nacional Alejandro Peña. El estado y sus representantes se

empeñaron vergonzosamente en levan-

tar un montaje político, mediático, jurí-

dico y social contra jovenes de extrac-

to obrero, para justifi car su mediocre desempeño en resolver los más de 200 bombazos que se han producido desde el año 2006 a la fecha.

Mediante procedimientos vejatorios, torturas, falsos testimonios, privación de libertad, falsifi cación de fi rmas, Hinzpeter buscó entregar a la opinión pública, falsos

N A C I O N A LMontaje caso bombas, una vergüenza

culpables para mantener un alto grado de aprobación en el desempeño del estado en materia de seguridad. Hinzpeter y sus antecesores buscan dar al pueblo señales fuertes represivas a la que se exponen to-dos los luchadores sociales que no sigan la lógica “democrática” del capital.

En Chile cualquier trabajador puede ser acusado de terrorista y cumplir gran-des penas carcelarias, con montajes ju-rídicos de gran envergadura mediática, los jóvenes del “caso bombas”, el joven pa-quistaní Mohamed Saif, el simpatizante de las FARC Manuel Olate Céspedes, el Vas-co simpatizante mapuche Asel Luzarraga y los emblemáticos casos del pueblo mapu-che se han convertido en el vivo ejemplo de la represión y tiranía de nuestros tiempos, que también quiso repetirse en Aysen con el rechazo y solidaridad generalizada del pueblo.

El terrorismo ha aterrizado en Chile importado del Imperio, no es de extrañar que los bombazos fuesen provocados por los mismos aparatos de seguridad, para justifi car la violencia contra los es-tudiantes, pobladores y trabajadores en los últimos años, el pueblo ya ha descu-bierto a los “pacos encapuchados” en las marchas, infi ltrados en el movimiento social con el claro interés de buscar la represión. Belisario Velasco, Edmundo Perez Yoma y Rodrigo Hinzpeter demuestran la misma política represiva de cualquier administra-dor del estado patronal, el pueblo debe comenzar a desobedecer y luchar por sus aspiraciones sociales y políticas.

por Mabel Mariñan

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Rebelión 15 de junio 2012

www.cc-ch.tk CONSEJOS COMUNISTAS DE CHILE página 8

Aysén debe ser analizado como fenómeno de lucha sin igual en el Chile del siglo XXI, por primera vez una ciudad se su-

blevaba, no importando que ella no sea de las más numerosas ni tampoco sea consi-derada estratégica desde lo geopolítico por parte del gobierno, pues si lo fuera habría más preocupación hacia las condiciones de vida de sus habitantes. Aysén viene

a señalarnos aspectos interesantes en

cuanto a las nuevas formas que puede

adquirir la lucha que ponga en crisis al

modelo; Aysén demostró que se empie-

zan a crear las condiciones para crear

Poder Popular y para desplegar Rebe-

lión Popular de Masas ante la represión

que el Estado chileno está obligado a

ejercer si quiere mantener el control de

cualquier territorio en la época actual.

Todo empezó por demandas sociales de carácter reivindicativo como el recla-mar por el alto costo de los combustibles, de los alimentos y del transporte, por pedir un sueldo mínimo específi co para la zona pues el que está establecido por ley para todo el país en el caso de Aysén resulta insufi ciente para costearse la vida, por re-clamar por el aislamiento y abandono en que se sienten sus habitantes, por pedir educación superior para sus hijos y así evi-tar la emigración masiva de éstos ante la falta de ella, mejorar la atención de salud, y así otras medidas como las de los pesca-dores artesanales que se ven perjudicados por la presencia de los grandes barcos fac-toría que depredan los mares de la zona. Algo netamente regional y de carácter rei-vindicativo al calor del desarrollo del con-fl icto escaló hacia una contienda política.

Un movimiento social de estas ca-

racterísticas no se da de la noche a la

mañana está claro que se incubó por

un tiempo determinado, alimentado por

años de postergación para esa zona,

un movimiento de esta estirpe para que

pueda aglutinar a un gran abanico de

sectores y actores no se da solo por la

justeza de las demandas o de las con-

signas que utilice; la amplitud del mis-

mo se debe a que junto a las deman-

das y las consignas los dirigentes son

auténticos representantes del pueblo,

sobrepasando cuestiones de militan-

cia política, ellos son los individuos

indicados para la situación concreta.

Pero también se puede apreciar que la

composición del organismo rector de

la protesta es claramente clase traba-

jadora, ésta logró a poco andar impo-

nerle un sello distintivo al movimiento.

La clase trabajadora arrastró en su ím-petu de reclamo a las demás clases y pasó a ser la vanguardia conductora capaz de imprimirle un claro carácter clasista a la lu-cha; la clase trabajadora encendió la llama pero se plegaron los comerciantes, trans-portistas, pobladores, estudiantes, cesan-

tes, en defi nitiva fue el pueblo el que se unió a la lucha de los trabajadores y le entregó a la contienda el componente de masas que tantas veces se ha echado de menos en la protesta social en contra del modelo.

Esta contienda mostró peculiaridades bien defi nidas en su desarrollo, partió por auto-sitiar la ciudad para resistir los emba-tes de la represión que se dislocaba desde la capital y que debía trasladarse por vía aérea para llegar más rápido, pero sin po-der aterrizar en el aeropuerto de la ciudad que se encontraba tomado por los suble-vados; los carabineros de la ciudad fueron pasados a un segundo orden, dejándole la tarea de represión a las fuerzas especia-les santiaguinas. La ciudad pasó a estar

en poder de los habitantes, fueron ellos

quienes se encargaron de manejar el

funcionamiento de la misma durante la

duración del confl icto, ejercieron la la-

bor de resguardo del orden público ya

que quienes debían hacerlo (o sea, la

policía) estaba atareada en las labores

de represión violenta; las instituciones

del poder estatal y gubernamental si

bien siguieron “funcionando” lo hacían

de manera surrealista pues estaban so-

brepasadas absolutamente por el desa-

rrollo de la lucha y era la organización

de las masas la que ejercía poder (Po-

der Popular), el poder del Estado chile-

no se vio de repente obsoleto y adqui-

riendo una condición casi decorativa.

La aplicación correcta de la táctica y la estrategia ha quedado demostrada en los hechos que el país presenció por más de cuarenta y cinco días, sin esa capacidad no se habría podido sostener la lucha, menos en condiciones de auto-sitio y junto a ello sometidos a un cerco militar desplegado por fuerzas de elite de la policía unifor-mada, quienes se encargaron de no solo mantenerlo sino que también reforzarlo,

se debe recordar las escenas de los con-voyes de fuerzas especiales dirigiéndose a la zona cual fuerza de ocupación militar. Pero en torno a este tipo de hechos se

conjugó el otro elemento destacable: la

utilización de la legítima defensa, la Au-

todefensa de Masas, componente esen-

cial de la Política de Rebelión Popular

de Masas. La llegada de represión más

especializada, masiva y aguda fue con-

trarrestada por el pueblo quien se dio a

la tarea de desplegar formas de violen-

cia popular para disputarle la ciudad a

los represores, se debe hacer mención

de que en una de las jornadas de lucha

la policía fue desalojada del centro de la

ciudad ante la arremetida incontenible

de las masas organizadas para la lucha,

también en un hecho singular hubo un

momento en que la población se tomó

el cuartel policial de la ciudad, recor-

dar también que el desplazamiento de

los convoyes de fuerzas especiales fue

sometido a permanente hostigamiento

en los caminos por piquetes de pobla-

dores sublevados. La utilización de la

barricada y la fogata se hizo carne en la

población aysenina, la piedra y la hon-

da pasaron a ser herramientas vitales

de resistencia, todo lo que podía servir

para impedir el paso hacia el interior

de la ciudad se usó adecuadamente.

La respuesta del gobierno desplegando una represión más violenta, lejos de apla-car la protesta le dio más ímpetu y la hizo radicalizarse hasta niveles interesantes; si Piñera pensó que el fuego se podía apa-gar con gasolina, el tiro de nuevo le salió por la culata, si pensó que permitiendo que la policía disparara a la cara y al cuerpo de los manifestantes y dejara a varios de ellos con pérdida de la vista irremediable, haría que los sublevados levantaran la bandera blanca: se equivocó otra vez. Tal vez alguno de sus estrategas asesores le

Aysen y sus enseñanzas.

N A C I O N A L

por Ignacio Camino

El pueblo en desobediencia en Aysén derrota las fuerzas especiales enviadas desde Santiago, destinadas a resta-blecer la institucionalidad superada por el fl oreciente poder popular.

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Rebelión 15 de junio 2012

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recomendó que ya era hora de procurar la negociación de verdad, no repitiendo la comedia de desaciertos en los que invo-lucró al ministro Álvarez y que fi nalmente llevaron a éste a renunciar ante la desau-torización de la que fue objeto por el Sr. Piñera; ya era hora de parar la represión, no por razones humanitarias o considera-ciones altruistas, había que parar para evi-tar que la escalada de violencia llegara a niveles difíciles de controlar por la policía.

Si la población alzada ya había llega-

do a los niveles de resistencia y radicali-

zación conseguidos por la aplicación de

los grados de violencia desplegados en

su represión, el incremento de éstos ten-

dría que necesariamente haber desem-

bocado en enfrentamientos más agudos.

El gobierno apostó a radicalizar el movi-

miento con más represión para producir

su desgaste, en una suerte de repetición

de tácticas usadas contra los estudian-

tes, pero falló nuevamente y si las cosas

desembocaron en una mesa negociado-

ra ello se aprecia más como doblada de

mano de parte del pueblo de Aysén, que

acierto de Piñera; y ojo que esa negocia-

ción si no da los dividendos esperados

por los alzados, podría traer un resurgi-

miento de la protesta social en Aysén.

Las masas rebeldes en situación de es-tallido social son capaces de hacer uso de la táctica y la estrategia, sin haber pasado jamás por academias militares, por cursos de Estado Mayor u otros. La inteligencia colectiva da como resultado la utilización de determinadas formas de lucha y de de-terminados métodos de planifi cación y eje-cución de lo planifi cado que se traducen en la aplicación de conocimientos militares ad-quiridos por el pueblo al calor de la lucha, guiados por la necesidad de defenderse de fuerzas represivas bien apertrechadas y bien entrenadas. El pueblo de Aysén de-

terminó cuándo, cómo y en qué te-

rreno presentar combate al enemigo

de forma magistral, sin desgastarse

innecesariamente. Utilizó acertadamen-

te la táctica cuando hubo de permitir

el ingreso de camiones con víveres y

combustibles necesarios para la pobla-

ción aprovechando para ello la petición

de gestos por parte del gobierno, ellos

“acceden” a dar muestras de buena

voluntad y aprovechan de abastecerse

para continuar la contienda, de nuevo

le pintan la cara a Piñera y compañía.

La fl exibilidad exhibida en la utilización de las formas de lucha (combinación de for-mas pacífi cas de lucha como el sentarse a negociar a pesar de que los representantes gubernamentales iban con la intención de ponerle el pie encima a los dirigentes, con métodos violentos de lucha como la barrica-da, la fogata, el apedreo) es otra condición que da cuenta de lo correcto que es para el presente la Política de Rebelión Popular

de Masas, instrumento sencillo y efi caz de lucha cuya esencia es bien concreta: la utilización de todas las formas de lucha en directa relación con las condiciones

objetivas y subjetivas de cada momento.

Aysén nos dio muestras concretas, pal-pables de lo que es el Poder Popular al transformar a la orgánica que aglutinaba a todos los sectores en lucha, en la instancia que ejercía soberanía dentro del territorio liberado, porque durante la lucha Aysén se transformó en un verdadero territorio liberado; de una plumada dejó caducas a las instituciones gubernamentales, se en-cargó de ejercer el poder organizando el auto-sitiamiento y con ello se preocupó del abastecimiento de la población, llevó ade-lante las negociaciones, ejerció funciones policiales para mantener el orden dentro de la ciudad, estableció vocerías legitimadas por las bases. Cada decisión o propues-ta era discutida con las bases, quienes eran las soberanas y quienes en defi -nitiva mandataban a sus dirigentes para que actuaran en su nombre pero sin proceder a suplantarlas, ya que ningún acuerdo se tomaba sin la decisión de la asamblea. Demostración notable de de-mocracia participativa, que da al traste con la obsoleta democracia represen-tativa a la que se nos quiere mantener porfi adamente sometidos mediante una constitución ilegítima en su génesis.

¿Quién llevó la batuta? Claramente el pueblo alzado. Para los

que aún se preguntan qué es el Poder Po-pular vean el desarrollo y el ejemplo de la lu-cha de Aysén, quienes puedan tener dudas si la Rebelión Popular se puede aplicar hoy, deténganse a analizar el confl icto de Aysén.

Aysén puede ser perfectamente la cam-panada de alarma que anuncie la venida de otros torrentes de rebeldía y resisten-cia, todavía rondan por ahí el malestar acumulado por mucho tiempo en Arica, el confl icto latente de Calama y Punta Are-nas, la educación y su potente movimiento estudiantil que ya está dando claras seña-les de no haberse agotado. Las regiones

y su abandono también pueden ser caldo de cultivo para la sublevación nacional.

Aysén en cifras de la encuesta Adimark de abril 2012: 82% aprueba demandas de sus habitantes, 22% está de acuerdo con el desempeño del gobierno en la crisis, 70% lo desaprueba. En cuanto a los métodos uti-lizados durante el confl icto: 57% los aprue-ba y 37% se manifi esta en desacuerdo.

Aysén ha sometido una vez más al ridí-culo a la administración Piñera, ha barrido con la imagen presidencial, lo ha llevado nuevamente a cifras de aprobación bají-simas (apenas 29% lo respalda y un 64% lo desaprueba). Pero no solo Piñera sale mal parado de esto, la derecha tampoco lo hace mejor ( 24 % de aprobación para la Coalición por el Cambio y un 63% de re-chazo), ni qué decir de la Concertación que sólo obtiene un 21% de simpatías y un 68% de rechazo; la Cámara de Diputados reci-be 21% de aprobación y 68% de desapro-bación, el Senado cuenta con un 25% de aprobación y un 63% de rechazo. Queda establecido claramente el rechazo que co-mienza a generarse en las masas hacia las instituciones de la república, pudiéndose hablar derechamente de una crisis de re-presentatividad que pudiera abarcar al tipo de democracia que se nos ha impuesto lue-go del término formal de la dictadura. Para muestra un botón: en la crisis aysenina la participación de los partidos políticos fue marginal, no porque ellos se hayan desinteresado de la misma, sino porque las masas no les concedieron más par-ticipación y legitimidad que la de meros asesores muy restringidos y cuando éstos pretendieron pasar la máqui-na e imponer sus puntos de vista como en el caso de las formas de lucha vio-lenta desplegadas por la masa, la mis-ma masa se encargó desautorizarlos.

El haber establecido una mesa de ne-gociaciones no es un triunfo de Piñera,

La resistencia popular contra la represión se evidencia en los diversos carros policiales destruidos, carabineros se resigna a la perdida y documenta los hechos para perfeccionar los métodos represivos en el futuro.

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Rebelión 15 de junio 2012

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es la imposición de la dirigencia de Aysén en el momento que ellos estimaron era el adecuado para que ella se diera. Ninguna guerra tiene ritmos ininterrumpidos, siem-pre existen pausas, siempre se conciertan treguas para tomar respiro antes de la reanudación de las hostilidades; y ésta no es la excepción, no podían los ay-seninos permanecer eternamente en lucha, las condiciones ameritaban la negociación, pero el ánimo de los rebeldes es que todo dependerá de los resultados de dicha ne-gociación si es que el confl icto vuelve

a encenderse. Eso aún está por verse.

Se perfi la claramente un escenario en el que las masas pueden pasar a legiti-mar todas las formas de lucha más allá de lo que digan las encuestas, un nue-vo escenario en el que los movimien-tos sociales sobrepasen las demandas relativas a lo social y pasen de lleno a levantar la lucha política que pueda con-ducir a un descalabro a este modelo de dominación que soportamos los tra-bajadores; sin ponernos utópicos pode-mos afi rmar que la protesta social puede desembocar en estallidos sociales difí-ciles de controlar por el Estado chileno, independientemente de si existe una vanguardia debidamente estructurada o en condiciones de conducir, o sea, se podría dar la situación de que las masas superen una vez más a las orgánicas que se autodenominan revolucionarias y sin esperar a que éstas se pongan a la altura del desafío, se lancen a la lucha.

Por lo tanto queda nuevamente plantea-

da la tarea para los revolucionarios: estar

a la altura de los desafíos que plan-

tean para un futuro cercano los aconteci-

mientos nacionales, tener clara conciencia

de que las masas y las condiciones de

cada momento no esperarán por nosotros.

Por otro lado la probable debilidad de nuestras orgánicas no se debe transfor-mar en excusa para que nos restemos de cualquier lucha popular, Aysén y el movimiento estudiantil nos han demos-trado que la lucha sólo puede dejarnos dividendos, y que las masas aprenden muchísimos más en un día de alzamien-to que en meses o años de preparación. Así que compañeros manos a la obra.

N A C I O N A L

Las chancherias de Freirina

El pueblo de Freirina demostró al

igual que Aysen que la lucha deci-

dida y organizada contra los ene-

migos de clase puede entregar los

dignos frutos que la “democracia chilena”

arrebata, por los déspotas intereses que

representa.

La Planta de Cerdos de Agrosuper apro-

bada Freirina en la III Región de Atacama

desde el 2005 requería de una enorme cantidad de agua para funcionar en una zona afectada gravemente por la sequia, se instalo sobre el desierto fl orido des-truyendo la fl ora y fauna del lugar y afec-to la vida de miles de pobladores pobres que tenían que convivir cotidianamente con el fuerte olor a excremento esparci-do por todos los colegios, ofi cinas pú-blicas y viviendas del poblado.

Innumerables denuncias se realizaron

a la Intendencia Regional y al SEREMI de

Salud, además de múltiples reuniones con

los municipios y representantes del Estado,

ninguna conversación prosperó por las for-

midables ganancias económicas que signi-

fi caba la chanchería por sobre la salud de

los niños y habitantes de Freirina.

Los pobladores organizadamente de-cidieron tomar la solución en sus manos bloqueando el acceso a la planta y los ca-

minos estratégicos que unían importantes

ciudades, recibiendo la inmediata represión

de los aparatos del estado con las fuerzas

de “orden público”, que derivo en decenas

de pobladores detenidos y heridos, el más

serio con un perdigón en el ojo con perdi-

da completa de la visión, los pobladores

respondieron valientemente con ondas, ba-

rricadas y molotov resultando varios carros

policiales quemados y diversos efectivos

policiales heridos.

Ante una lucha que se prolongo por más de seis meses y la adhesión de la opinión pública en ascenso, el estado de ricos tuvo que ceder a las presiones sociales, enviando a su ministro de salud

al lugar, quien aparento ante los medios

quedar impactado por las defi cientes con-

diciones sanitarias que presencio en el lu-

gar, ordenando el cierre de la planta en un

periodo de 6 meses. El cierre signifi ca una

victoria en la lucha social de los pobladores

de Freirina quienes comunicaron que se-

guirán movilizados y seguirán de cerca los

acontecimientos

El cerdo Gonzalo Vial dueño de Agro-super, premiado por la SOFOFA e ICA-RE por su “respeto al medio ambiente” despidió a todo el personal de la planta subcontratado y se prepara para insta-lar sus asquerosas chancherías en otra humilde zona del país, esperando que el

estado y su represión puedan protegerlo en

el futuro con mucho más efi ciencia que en

Freirina.

Que amplio se ve el horizonte si lo-gramos que las aspiraciones del pueblo se conviertan en cambios políticos re-volucionarios para que todos los cerdos se vayan para siempre…es la hora de la desobediencia civil y la construcción del poder popular.

por Cristina Cabrera

El emblemático puente Ibañez en Aysén conquistado

por su pueblo frente a la ofensiva represiva del estado

patronal, en la imagen se observa la expulsión de las

fuerzas de carabineros del puente.

El pueblo de Freirina levanta la barricada popular por la dignidad de su gente contra las inmundas chancherias de

Agrosuper y contra el estado protector de los ricos.

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Rebelión 15 de junio 2012

www.cc-ch.tk CONSEJOS COMUNISTAS DE CHILE página 11

N A C I O N A LTodo en alza menos el sueldo

Durante el último periodo los pobres de Chile han logrado adquirir bie-nes materiales que han facilitado la vida a costa de un creciente y

usurero endeudamiento, a este problema, se suman los costosos arriendos, mensua-lidades y aranceles de casas de estudios, caros medicamentos, y las imparables al-zas del transporte y productos de primera necesidad.

El pan bordea los mil pesos, las papas han incrementado su valor en un 200%, han subido las vienesas, carne de vacu-no, pollo, leche, el gas, la vestimenta, el detergente, en el último año los precios de los productos básicos han aumen-tado un 33% según la CEPAL. Millones de Chilenos deben subsistir con menos

de $182.000 pesos, que miserablemente debe alcanzar además para la reciente alza del transantiago que según el “pa-nel de expertos” situó el valor del pasaje en $590.

La medida estrella del estado patronal contra las alzas es un bono de 40 mil pe-sos + $7.500 por cada hijo, medida bien recibida a corto plazo pero que no ayu-da mucho cuando el sueldo mínimo ha perdido considerablemente el poder de compra. Un bono no repara las pensiones indignas del adulto mayor que vive en con-diciones miserables luego de una vida de explotación. No piensan en el aumento del sueldo mínimo o en la educación gratuita para todos. No está en las ideas de los politiqueros aumentar la cobertura de

leche que se entrega en los consultorios a los niños, que actualmente dura hasta los 5 años 11 meses. En época de elec-ciones burguesas los bonos pretenden solo ganar votos.

Los ricos nunca pierden, siguen comien-do bien, viviendo bien, trabajando poco, gozando de gran salud, con vacaciones en donde quieren y en el momento que quie-ren, administrando su estado, reprimiendo a los alzados. Es hora de desobediencia civil; contra las alzas del transporte eva-dir el pago, contra las falta de viviendas organizar la toma de terrenos, contra los sueldos indignos organizar sindicatos de clase.

Es hora de construir poder de los pobres contra la “democracia burguesa” que solo favorece a los ricos, construir poder popular contra los embargos de las casas usureras, contra las alzas del servicio eléctrico y del agua potable.

Basta de hacinamientos, poder popular por la vivienda digna, poder popular por una educación de calidad para Chile, po-der popular por el termino de las fi las en los consultorios, contra los costosos fármacos y tratamientos médicos. Magallanes, Ay-sen y Freirina han mostrado el camino, la barricada popular se debe volver a levantar contra la tiranía. Desobediencia Civil ahora…

“1.- En nuestra época, la revolución no sólo es seguida por los propósitos de contrarre-volución de las clases reaccionarias inter-nas, sino también por la intervención del imperialismo”.

“2.- Para sostenerse, desarrollarse y ven-cer, la revolución debe contar con la mayo-ría activa, con una correlación de fuerzas que le sea favorable y ha de basarse, por lo tanto, en una amplia política de alianzas que pueda incluir los más vastos sectores partidarios del progreso social”.

“3.- Las fuerzas revolucionarias deben marchar estrechamente unidas, operando bajo una dirección única que emane de la máxima coincidencia en el carácter del proceso de transformaciones sociales, en la aplicación de una táctica fi rme y fl exible y en la determinación de los objetivos es-tratégicos”.

“4.- La revolución debe resolver el proble-ma del poder en su plenitud. Esto signifi -ca que no basta, como ocurrió en nuestro caso, conquistar el gobierno – una parte del poder político – ni llevar a cabo trans-formaciones sólo en la estructura económi-ca, sino ser capaces de cambiar, también,

y de modo profundo, toda la estructura del Estado. La subsistencia de un aparato es-tatal cuya misión es la de sostener y de-fender los intereses reaccionarios termina por transformarse en instrumento de la contrarrevolución. Tal fue, en particular, el caso del poder judicial y sobre todo el de las FF.AA.”

Luego de analizar estos cuatro principios básicos de la Política Rebelión Popular de Masas, enunciados durante la lucha contra la dictadura de Pinochet y enfrentados a los tiempos actuales y los tiempos por venir, hemos llegado a la correcta conclusión de que ésta sigue siendo válida como política revolucionaria de los Consejos Comunistas de Chile en su objetivo de tomarse el poder.

Empiezan a darse movilizaciones sociales con un fuerte componente de fuerza y con características de rebelión y desobediencia civil que nos hacen pensar que la decisión está bien tomada. Sólo hay que mirar al 2011 y sus movilizaciones estudiantiles que pusieron en jaque al gobierno de Piñera, que prendieron no solo entre los estudian-tes y llegaron a incorporar a los territorios en la pelea. Hoy, Aysén nos vuelve a re-cordar que la Rebelión Popular puede ser

el camino, y que además trae aparejado el factor masas, incorporando a toda la pobla-ción de un territorio (que en este caso es-pecífi co es una ciudad) en la lucha contra el modelo.

Tesis fundamentales de la Política de Rebelión Popular de Masas

por Mabel Mariñan

por Ignacio Camino

Los pobres de Santiago además de soportar cotidianamente la opresión y precariedad laboral, se suma el problema de las cotidianas alzas del valor del transporte, este ultimo diseñado para “animales” de trabajo.

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Las revoluciones desatadas mun-do árabe desde 2010 contra la tiranía y represión principalmente en Túnez, Egipto y Yemen, lo-

graron acabar con los gobiernos de turno y recuperar libertades civiles, permitiendo la regeneración temporal del capitalismo agónico.

El imperialismo pronto aprovecho la si-tuación para intervenir en Libia, infl ando las

fuerzas opositoras a Gadafi , hasta el des-

embarco directo de tropas y brutal bombar-

deo aéreo que signifi co la captura y poste-

rior magnicidio de Gadafi . El imperialismo impuso un gobierno títere, destruyendo la infraestructura del país, masacrando a la población, adueñándose comple-tamente de los ricos pozos petroleros libios.

Las “revoluciones” árabes que rápida-

mente se expandieron por todo el norte de

áfrica y el medio oriente fueron cruelmente

reprimidas en Arabia Saudita que posterior-

mente envió tropas mecanizadas a Bahréin

para suprimir las protestas contra la mo-

narquía petrolera. La represión en estos países árabes fue escasamente cubierta por los medios occidentales, no sufrie-ron ninguna agresión externa o sanción por las violaciones a los derechos hu-manos que se ejecutan cotidianamente en estos países como política de esta-do. Las políticas entreguistas de estos países al imperialismo le signifi caron la impunidad internacional.

Irak con anterioridad y Libia hace un año,

sucumbieron a la agresión imperialista que

insolentemente explota sus recursos, Iran

y Siria son los próximos objetivos de las

potencias imperialistas occidentales. ¿Qué tienen en común estos países? Son paí-ses con grandes recursos energéticos, con gobiernos de carácter nacionalis-ta burgués, administrados por las cla-ses explotadoras, que durante muchos años han luchado por desarrollar sus países fuera del dominio colonial para mantener los privilegios de las clases dominantes locales y explotar de mejor manera a sus trabajadores, logrando

construir una ilusoria unidad nacional para rechazar al imperialismo occidental falseando las ideas del socialismo.

Siria desde 1966 ha sido gobernada por

el Partido Arabe Socialista Baaz, con Hafez

Al-Assad en el poder, quien implemento di-

versas medidas orientadas al mejoramiento

sustancial de las condiciones de vida de los

sirios, que comenzó a decaer en la década

de los 80 y experimento un enérgico golpe

con la caída de la URSS (uno de sus prin-

cipales socios comerciales). La creciente

burocracia y corrupción comenzó a libe-

rar lentamente la economía, desde el año

2000 con Bashar Al Assad en el poder (Educado en el Reino Unido - Hijo de Ha-fez Al-Assad), las reformas de libre mer-cado se aceleraron con el objetivo de mantener las privilegiadas condiciones de las clases dominantes, manteniendo solo el 35% de la industria como propie-dad pública. La nueva generación de la

elite Siria comienza a educarse en Malasia

alejándose de Europa luego de negocios

poco rentables, presionando por el ingre-

so a nuevos mercados para aumentar sus

ganancias, acercándose a Iran, Rusia, Chi-

na, India y Malasia, eliminando subsidios,

acrecentando profundamente las desigual-

dades y descontento en el país, mantenien-

do los antiguos confl ictos con las potencias

occidentales. La creciente marginación del pueblo en ausencia de dirección política revolucionaria, comenzó a ser conducida parcialmente por los intere-ses imperialistas con el objetivo de re-partirse las enormes reservas gasíferas y controlar sus principales instalaciones hidroeléctricas.

La intervención imperialista en Siria bus-

ca destruir la alianza con Iran, aumentar su

presencia militar estratégica colocando a

Siria en la órbita imperialista dependiente

de sus intereses. El imperialismo junto al

Sionismo de Israel pretenden terminar con

la ayuda de Siria a Hamas en Cisjordania y

al Hezbolá en el Líbano. El imperialismo y sus aliados árabes han desatado una brutal ofensiva en Siria para repartirse el país, la guerra mediática pretende justifi car la agresión militar abierta, Es-

tado Unidos está destinando millones de

dólares para la desestabilización de Siria,

ha declarado en la reunión de “amigos de

Siria” (organización pro-imperialista) reali-

zada en Estambul, la creación de un fon-

do millonario para estimular a los soldados

sirios a unirse a la oposición, además de

la donación de sofi sticados equipos de

comunicación a los grupos mercenarios

en nombre de la “democracia”, “razones

humanitarias” y “proteger civiles”. En Ara-

bia Saudita se realizan subastas humanas

para el fi nanciamiento de mercenarios sui-

cidas que realicen acciones en Siria. Los

mercenarios han perpetrado diversas ma-

sacres a la población civil y el imperialismo

sigue entrenando tropas de la oposición si-

ria en Turquía. Las potencias imperialis-tas occidentales siguen implementando sanciones económicas a Siria e intentan por todos los medios el aval internacio-nal al igual que en Libia para atacar mili-tarmente el país.

El interés común de los trabajadores si-

rios y las clases dominantes locales es la

lucha contra las potencias invasoras que

buscan terminar con la soberanía y la au-

todeterminación. El proletariado sirio es la única fuerza capaz de terminar con la agresión imperialista en una lucha de todo el pueblo contra sus enemigos, el surgimiento de una dirección política de clase revolucionaria en Siria que sea capaz de eliminar a los grupos merce-narios que actúan al interior del país, unifi car a todas las fuerzas contra el im-perialismo y direccionar las luchas ha-cia una verdadera revolución es la única alternativa que tiene el pueblo sirio para su total liberación.

Los CCCh rechazamos abiertamente la intervención imperialista en Siria y a los grupos de mercenarios internos que asesinan, traicionan los intereses de su pueblo, buscan la destrucción de la in-fraestructura del país y persiguen entre-gar el dominio total los recursos Sirios a las potencias extranjeras. Ante la au-sencia de dirección política revolucio-naria fuerte y real y las presiones de las potencias occidentales de traer desgra-cia, genocidio y destrucción a Siria, so-lidarizamos con el presidente Bashar Al Assad en su lucha por mantener la so-beranía del país contra la cruel agresión imperialista considerando a este último como enemigo común de los pueblos del mundo. La solidaridad internacional contra la agresión extranjera no implica avalar sus políticas liberales que solo han aumentado las desigualdades en el país, la solidaridad internacional contra la agresión imperialista a cualquier pue-blo del mundo es la conducta moral de cualquier revolucionario en cualquier lugar.

Solidaridad de clase con el pueblo Sirio ante constante agresion imperialista

I N T E R N A C I O N A L

por Ricardo Ruiz

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Rebelión 15 de junio 2012

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…quien para transformar la sociedad se decide por el camino de la reforma legal, en lugar y en oposición a la con-quista del Poder, no emprende, realmen-te, un camino más descansado, más se-guro, aunque más largo, que conduce al mismo fi n, sino que, al propio tiempo, elige distinta meta: es decir, quiere, en lugar de la creación de un nuevo orden social, simples cambios no esenciales, en la sociedad ya existente.

Rosa Luxemburgo

La contradicción principal de nuestra era sigue siendo reforma o revolución, una reforma que a diferencia de décadas pa-sadas ya no esta revestida de ese progre-sismo tan progresista, por decirlo de algún modo, sino que hoy por hoy ese reformis-mo socialdemócrata viene a ser más que nunca una tabla de salvación para el siste-ma capitalista mundial. Queda claro que no en todos los países se puede resolver esta contradicción

favorablemente para la revolución, pero a medida que pasa el tiempo y a medida que el sistema da muestras de agotamiento y de no poder resolver sus contradicciones sin otro argumento que el empobrecimiento de masas cada vez más amplias e incluso empezando a quitarle benefi cios sociales a las masas de los países desarrollados, se van creando poco a poco condiciones para abrirle camino a una salida revolucionaria.

Los extractos que a continuación presentamos corresponden a pasajes del libro “América Latina entre siglos” del prestigioso intelectual cubano Ro-berto Regalado, quien hace un exhausti-vo análisis de lo que es la etapa neolibe-ral del capitalismo.

América Latina entre siglos de Roberto Regalado

El hecho que en América Latina se mantenga en efervescencia el debate entre las corrientes de izquierda que abogan por la reforma social progresis-ta y las partidarias de la transformación revolucionaria de la sociedad, no signi-fi ca que exista un equilibrio entre am-bas. A partir de la implosión del paradigma socialista erigido en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y del recru-decimiento del intervencionismo imperia-lista a escala universal, hoy prevalece el criterio de que se cerró para siempre – o que en realidad nunca existió – el camino de la revolución. La noción de “viabilidad” se inclina a favor de la reforma social por-que el imperialismo adopta una actitud en apariencia tolerante – aunque no neutral, indiferente o pasiva – con relación a los espacios conquistados por varios partidos y movimientos políticos de izquierda en gobiernos locales y estaduales, con las le-gislaturas nacionales y hasta en los gobier-

nos de algunos países, actitud que, para no llamarnos a engaño, es preciso contrastar con las agresiones a Yugoslavia, Afganis-tán e Irak, las amenazas contra Corea del Norte, Irán y Siria, el recrudecimiento de la hostilidad y el bloqueo contra Cuba, la cam-paña desestabilizadora contra el gobierno del presidente Hugo Chávez en Venezuela, y la intromisión estadounidense en las cam-pañas electorales de otros países donde la izquierda compite con posibilidades de ejercer el gobierno nacional como ocurre en Nicaragua y El Salvador.

Quienes abogan hoy en América Lati-na por limitar el horizonte estratégico de la lucha de izquierda dentro de los umbrales del capitalismo, pasan por alto que en esa formación económico-social desaparecie-ron las condiciones que, en períodos ya re-basados de su historia, permitieron realizar reformas sociales progresistas en el Norte, algunas de las cuales se extendieron a las clases altas y medias de ciertos países del Sur. La vía socialdemócrata está ago-tada. El esquema de acumulación del capitalismo senil que rige los destinos de la humanidad solo es – y solo será – compatible con el acceso al gobierno de fuerzas políticas que garanticen la con-tinuidad del proceso de concentración transnacional de la riqueza y el poder político. Ello no implica que la izquierda se abstenga de participar en la lucha electo-ral o rechace los espacios institucionales conquistados por medio de ella – incluido el ejercicio del gobierno nacional - , pero sí la obliga a estar consciente de que, más temprano que tarde, quien transite por esa senda enfrentará la disyuntiva de aferrarse a esos espacios como un fi n en sí mismo - en función de lo cual deberá renunciar a la identidad y los objetivos históricos de la izquierda – o concebir su utilización como un medio de acumulación política con miras a la futura transformación revolucionaria de la sociedad. El primero de estos caminos conduce a “administrar la crisis” capita-lista; el segundo lleva al enfrentamiento con el imperialismo y sus aliados. En ambos casos, hay que pagar los costos – por supuesto, de naturaleza muy dife-

rente – que se derivan de haber optado por uno u otro rumbo.

En un mundo donde están cerradas las posibilidades de una reforma social progresista y en el que también parecen estar cerradas las de una revolución so-cialista, las difi cultades para “ver la luz al fi nal del túnel” hacen que la polémi-ca sobre objetivos, estrategia y táctica de la izquierda se replantee en términos imprecisos. Hoy no se habla de reforma y revolución. Ambos conceptos subya-cen, de manera implícita, como polos antagónicos en el debate sobre la “bús-queda de alternativas”, frase acuñada en los últimos años que revela las incer-tidumbres y divergencias existentes so-bre cómo labrar el futuro. Esta polémica es aún más compleja debido a la infl uen-cia que en ella ejercen conceptos y valo-res asimilados de la doctrina neoliberal y la plataforma de la socialdemocracia europea contemporánea.

La tesis marxista de que las ideas do-minantes son las ideas de la clase domi-nante nos permite comprender por qué el neoliberalismo, doctrina que satura los medios masivos de comunicación y la producción teórica universal desde hace veinticinco años, no solo infl uye en la conciencia social de los pueblos, sino también condiciona la óptica con que parte de la izquierda realiza sus análisis y elabora sus estrategias y sus tácticas, en especial, a partir de que el derrumbe de la Unión Soviética sumió en una cri-sis de credibilidad a las ideas de la revo-lución y el socialismo, y dejó el terreno libre para que se afi anzara la noción de que el capitalismo es omnipotente, eter-no y democrático.

En la medida en que la crisis integral del capitalismo revela las secuelas de la doctrina neoliberal, la socialdemocracia europea acude en ayuda del imperialis-mo y, como en etapas anteriores de la historia, le ofrece sus servicios a cam-bio de un espacio dentro del sistema emergente de dominación mundial. Uno de esos servicios es la recodifi cación de las ideas y las políticas neoliberales, con una presentación “humanista” que permea el debate, la producción teórica y la práctica política de parte de la iz-quierda, con toda una mitología sobre la “capacidad regeneradora” del capita-lismo y la consumación de un “cambio civilizatorio” que, supuestamente, ya no permitirá jamás volver a comprender el mundo y mucho menos transformarlo. Para refutar esos mitos fue concebido el presente libro.

El candidato del Partido Demócrata

que disputa la presidencia a Gerald Ford en noviembre de 1976, el ex gobernador de Georgia, James Carter, es un miembro poco conocido de la Comisión Trilateral. Fundada en el año 1973 por el banquero

Reforma o revolución en el Siglo XXI

E D U C A C I Ó N

por Ignacio Camino

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Rebelión 15 de junio 2012

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David Rockefeller e integrada por alrededor de trescientos hombres de negocios, políti-cos e intelectuales de los Estados Unidos, Europa Occidental y Japón, la Comisión Trilateral responde a la necesidad de los monopolios transnacionales de disponer de mecanismos de elaboración teórica y formulación política para enfrentar las con-tradicciones derivadas del proceso de con-centración transnacional de la propiedad y la producción. Dos décadas antes de que fuera acuñado el término globalización, la Comisión Trilateral se erige en portaestan-darte de la ideología y el proyecto de domi-nación mundial de la “corporación global”, los cuales plasma en su estudio La Crisis de la Democracia: informe sobre la gober-nabilidad de las democracias para la Comi-sión Trilateral, publicado en 1975.

La Comisión Trilateral es la gestora de la doctrina de la gobernabilidad (governan-ce), esquema de control social asentado en los mecanismos de la democracia burgue-sa, consistente en eliminar el espacio de confrontación social en el que los partidos políticos, los sindicatos y otras organiza-ciones representativas de las clases popu-lares pueden luchar por la satisfacción de sus reivindicaciones políticas, económicas y sociales. En la opinión de Samuel Hunt-ington, autor del capítulo sobre los Estados Unidos en el informe de la Comisión, en la década de mil novecientos sesenta se ha-bía registrado una explosión del “igualita-rismo democrático” encarnado en los múl-tiples “grupos de interés” que abrumaban al Estado con demandas por encima de sus posibilidades, situación que repercutía en una sobrecarga impositiva con efectos negativos para la valorización del capital. La solución propuesta por Huntington era fomentar el gobierno de las élites, promo-ver la apatía de las mayorías, limitar las expectativas de las capas sociales bajas y medias, aumentar el poder presidencial, fortalecer el apoyo del Estado al sector pri-vado y reprimir a los sectores radicalizados del movimiento sindical. Con palabras de Huntington:

“La operación efectiva del sistema político democrático usualmente requie-re mayor medida de apatía y no partici-pación de parte de algunos individuos y grupos. En el pasado, toda sociedad democrática ha tenido una población

marginal, de mayor o menor tamaño, que no ha participado activamente en la política. En si misma, esta marginali-dad de parte de algunos grupos de es inherentemente no democrática, pero es también uno de los factores que ha per-mitido a la democracia funcionar efecti-vamente”.

En virtud de ese diagnóstico social, la Comisión Trilateral aconseja: promo-ver la autocensura, la censura y la ma-nipulación de los mensajes transmitidos por los medios de comunicación para fortalecer la autoridad estatal y promo-ver los intereses del capital; neutrali-zar la producción intelectual adversa a los intereses del capital y fomentar una “intelectualidad tecnocrática”; restrin-gir y tamizar el ingreso a la educación superior, y reorientar a la gran masa de la población juvenil hacia carreras téc-nicas de nivel medio; pasar de los con-tratos laborales – que tienen carácter vinculante para los patronos – al con-cepto menos comprometido de “forma-ción de consenso” entre capitalistas y obreros; cooptar la dirigencia sindical; desregular la política salarial; fortalecer la autoridad presidencial; desactivar la oposición ciudadana a las agresiones militares externas; garantizar niveles mí-nimos de subsistencia para los sectores populares desprotegidos, y masifi car el espejismo de la sociedad de consu-mo. Se trata de una combinación de los elementos tradicionales del “garrote” y la “zanahoria”, en este caso, la zanahoria de la cooptación selectiva de líderes y grupos de capas medias y populares. Según Holly Sklar: “Noam Chomsky es quien mejor re-sume el tema: `la respuesta de la trilateral a la crisis: gobernabilidad sí, democracia no”. Además de sentar las pautas para revertir la reforma progresista iniciada en los Esta-dos Unidos con el Nuevo Trato (New Deal) de Franklyn Delano Roosevelt, la Comisión Trilateral diseñó el andamiaje conceptual de un nuevo sistema de dominación mun-dial basado en la creación de una política “global” y poderes supranacionales encar-gados de ejecutarla.

A modo de conclusión

Es más fácil hacer el diagnóstico de la situación del mundo – y, dentro de él, de

la situación de América Latina – que en-contrar soluciones para los problemas que arroja ese diagnóstico. Del nuevo sistema de dominación se deriva una contradicción cuya solución aguarda por un nuevo parto de la historia. El imperialismo contemporá-neo depreda, con intensidad sin preceden-tes, la economía, la sociedad y el medio ambiente, al punto de poner en duda la su-pervivencia misma de la especie humana, pero también desarticula los cimientos del Estado-nación, que constituye el escena-rio histórico de las luchas populares, tanto las orientadas a la reforma como a la re-volución. Esta es una de las razones por las cuales existe en la actualidad mayor desarrollo de la resistencia social que de la construcción de alternativas políticas de izquierda.

En esencia, la metamorfosis en curso del sistema capitalista no crea un “mejor” o “peor” escenario para las luchas populares y la construcción de alternativas políticas de izquierda, sino un escenario cualitativa-mente diferente del anterior, en el que todo ese nuevo poder, poder objetivo, real, evi-dente, con que cuenta el capital para afi an-zar su dominación, tiene como contraparte la agudización de sus contradicciones anta-gónicas e insolubles, que son también ob-jetivas, también reales, también evidentes, pero en las que usualmente no se repara.

Aún no están a nuestra disposición to-dos los datos de la realidad histórico-con-creta que permitirían saldar el debate sobre las formas de lucha, pero sí podemos estar seguros que:

- Más temprano que tarde la agudi-zación de la crisis integral del capitalismo los proporcionará.

- Las alternativas políticas de la izquierda tendrán que inscribirse en las páginas de la revolución, aunque hoy la iz-quierda tenga que pelear en el terreno de la reforma social progresista frente a la con-trarreforma neoliberal.

- Será inevitable ejercer algún tipo de violencia revolucionaria, porque quienes detentan el poder en el mundo van a aferrarse a él hasta sus últimas consecuencias.

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Los que siguen son relatos referidos a un hecho poco conocido y también poco documentado ocurrido a pocos días de producido el golpe de septiem-bre de 1973, han sido rescatados de va-rios libros que aportan los pocos ante-cedentes que se manejan.

Fuente: `El fulgor insomne`, La vida de Marcelo BarriosErnesto GuajardoPágina 70

El comité coordinador de los aparatos de seguridad de los partidos de la Uni-dad Popular había resuelto que, ante una ofensiva militar, la táctica a ocupar sería el golpe y el repliegue. De este modo, el 14 de septiembre de 1973, una reducida cantidad de militantes y simpatizantes de la UP, realizaron acciones de hostigamiento contra las comisarías ubicadas en el sec-tor del Cerro Barón, la Avenida Argentina y cerca de la Aduana. Los primeros tiroteos se verifi caron alrededor de las 19ºº horas; los enfrentamientos se produjeron en los de Rodelillo, Plaza Victoria, Playa Ancha, O’higgins y la Aduana. En particular, las escaramuzas más prolongadas ocurrieron en la Avenida Argentina; en donde los dis-paros se intercambiaron hasta aproximada-mente las 22ºº hrs.

Fuente: Los que dijeron NO Volumen IIJorge MagasichPágina 8

Otro signo del desenlace inminente es que, durante los meses de julio y agosto, muchos militares intentan contactar a las organizaciones de izquierda para tomar posición antes del combate que sienten próximo.

En Valparaíso, durante un incidente en-tre estudiantes golpistas y de izquierda, un ofi cial de Carabineros irrumpe en los locales de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Chile (donde el MIR es mayoritario) y pregunta en un tono marcial: -¿Quién es el jefe del MIR? “Soy yo” res-ponde José Manuel Molina, que en esos momentos es el dirigente presente. El ofi -cial le dice: “Bueno, aquí en el local del MIR podemos hablar”. Molina precisa que están en una escuela de la Universidad de Chile. Van a conversar afuera. El ofi cial le expli-ca el motivo del contacto: él y un grupo de carabineros de la 6ª Comisaría del barrio Almendral quieren establecer contactos con el MIR. El dirigente del MIR apunta sus datos y los transmite al encargado del tra-bajo con Carabineros. Nunca se supo qué ocurrió después. Tres días después del Golpe habrá un intento de resistencia que, al parecer, vendrá de la comisaría de este

ofi cial. Pero este episodio es mal conocido.

Días después, dos camionetas de In-vestigaciones detienen a dos dirigentes del MIR y con toda amabilidad los llevan a sus ofi cinas. Allí les explican que quieren orga-nizar con ellos la defensa del Gobierno.

Fuente: El EstadioSergio VillegasPágina 133

El día 11 ocuparon todo, incluso los hos-pitales y recién a las dos de la tarde comen-zaron los operativos hacia arriba, hacia las poblaciones.

Recuerdo que el viernes 14 estalló un intento de rebelión en Avenida España cer-ca de Estación Barón, en la tarde, como a las siete. Hubo muertos por los dos lados. La Armada dijo al día siguiente que los caí-dos eran 20 civiles, pero la gente que tuvo acceso a la morgue y la que presenció la acción o participó en ella dice que a los ma-rinos muertos se los llevaban sin sus unifor-mes. En la intentona intervinieron jóvenes de la UP y del MIR. Se hizo con lo que se encontró a mano. Se tiene entendido que el fi n era diversionista. Lo que se quería era impedir que fuerzas de la Marina fuesen enviadas a Santiago donde se rumoreaba que había en marcha un contragolpe.

Yo estaba en el puerto. Sentí cuando co-menzó el traqueteo de las ametralladoras. Los barcos movieron sus refl ectores hacia los cerros y las radios se pusieron a trans-mitir una instrucción terminante: “Que nadie se mueva de su casa”. Se anunció en ese mismo instante un toque de queda absoluto que se extendería al sábado y al domingo.

Pronto se dieron cuenta de que era ex-cesivo y dejaron la iniciación de la queda para el sábado a las 16ºº horas, de modo que la gente al menos alcanzara a abas-tecerse.

La rebelión había partido con un ataque a un jeep de la Marina. Simultáneamente se había disparado contra el local antiguo de la Escuela Naval y el Regimiento Maipú, ambos ubicados en Playa Ancha.

La represalia del fascismo se produjo al día siguiente. Se dejaron caer sobre los cerros y se llevaron gente en grandes can-tidades, sin preguntar, sin discriminaciones. No llevaban lista ni nada. “Vamos”, decían simplemente. A los detenidos los conduje-ron a los barcos, que fueron los primeros sitios de reclusión, al “Lebu”, al “Maipo”. Tenían presos en todas las unidades mili-tares, incluido el Regimiento Silva Palma llamado de “Orden y Seguridad”. Solamen-te no se ocupó el Regimiento Maipú, cuya dotación fue enviada, parece, a reforzar la

pelea en otra parte.

Fuente: Desaparecido (Missing)Thomas Hauser

Jueves 13 de septiembre de 1973

…De repente, al otro lado de la bahía, se inició un enorme incendio en una de las colinas de Valparaíso. Conforme aumenta-ba el incendio, la frecuencia de los disparos fue decreciendo. Al advertir que el enfrenta-miento tenía lugar muy lejos de su posición, Charles y Terry se arrastraron hasta el bal-cón y se asomaron con preocupación.

Al otro lado de la bahía, un grupo de bar-cos bombardeaba un objetivo situado en la orilla. Los disparos procedían de cañones de poco calibre y, cada tres disparos, una bengala trazadora de un rojo brillante cru-zaba el cielo nocturno hacia las colinas, iluminando la zona en que caía. La secuen-cia prosiguió. Disparos de fusil en la costa, una bengala procedente de los barcos, una descarga de cañonazos… todo ello contra la colina en llamas. Durante más de una hora la batalla prosiguió más como una pe-lícula en tecnicolor sobre una gran pantalla panorámica que como una realidad tangi-ble. Luego, los disparos cesaron, el incen-dio fue apagándose, y Charles y Terry se fueron a dormir.

(Páginas 83 y 84)

Viernes 14 de septiembre de 1973

… Durante el viaje a Valparaíso, comen-zaron a hablar del golpe. Charles y Terry contaron la batalla que habían presenciado la noche antes desde el balcón y Ryan les explicó lo que había sucedido.

- Algunos izquierdistas bajaron de las colinas y prendieron fuego a un cuartel de Carabineros. Eso fue el incendio que vie-ron. La Armada los arrasó desde la bahía. Las bengalas rojas servían para que pudie-ran ver dónde disparaban.

(Página 86)

El deber de no olvidar a nuestros cama-radas que se atrevieron a enfrentar a los golpistas.

Estos antecedentes son insufi cientes, han sido rescatados por quienes escri-bieron los citados libros, pero a pesar de ello no podemos dejar de hacer mención a lo que fue este hecho aislado y como ya hemos dicho muy poco documentado. Si en más sitios de Chile se hubiesen dado hechos de estas características y además se hubiera dado la coordinación real de los

Relatos sobre hechos poco conocidos

M E M O R I A

por Ignacio Camino

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Rebelión 15 de junio 2012

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sectores decididos a enfrentar a los golpis-tas combatiendo con lo poco que se tenía a mano, la tarea golpista no hubiese resulta-do tan rápida y efi caz.

Hubo otros focos de resistencia real al golpe militar de 1973 más conocidos, pero no por ello tan documentados. Se comba-tió en La Moneda, en INDUMET, SUMAR y Población La Legua en Santiago princi-palmente, y de hecho en la población La Legua las fuerzas golpistas sufrieron va-rias bajas, la destrucción de tres buses y la puesta en retirada de las tanquetas Mowag ante el fuego persistente de los resisten-tes. Pero hay otros lugares donde también hubo combates como en Neltume y Talca por citar los pocos ejemplos, pero adolecen del mismo problema: la poca documenta-ción de estos hechos, situación que algún día hay que revertir.

Pero lo que ocurrió en Valparaíso tiene encima la nebulosa de lo poco documenta-do y obviamente del cerco informativo que estableció la Junta Militar en los primeros días. Aún así salta a la vista que existía en ciertos sectores de la Unidad Popular y dentro de las masas adictas a ella, la fi rme decisión de resistir combatiendo pese a la nula conducción ejercida por las direccio-nes de los partidos de la coalición y a con-tar con muy poco armamento y munición para poder enfrentar en mejores condicio-nes a un ejército profesional.

Es hora de rendirles un homenaje a es-tos héroes anónimos de los que no conta-mos con ningún nombre hasta la fecha; es un deber de los revolucionarios luchar con-tra el olvido y en algún momento rescatar del anonimato a los combatientes de este enfrentamiento.

Nadie nos puede asegurar a ciencia cierta que en el futuro hechos de caracte-rísticas similares no se repitan, la historia ya nos ha mostrado los errores cometidos y también nos ha dado cuenta de la capa-cidad de las masas en ciertas circunstan-cias de actuar sin esperar eternamente la bajada de orientaciones desde direcciones políticas poco comprometidas con la toma del poder. Hoy que empiezan a soplar nue-vos vientos de rebeldía y desobediencia, es bueno echarle una mirada a acontecimien-tos de estas características para no olvidar que la única lucha que está perdida es la que no se da.

Conmemoración 25 años Masacre de Corpus Cristi

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