Revista Mythos 42

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Revista de Arte y Literatura 1 Revista Literaria Trimestral. Año IX. Julio 2009. No. 42 Cantor de la ciudad Cuentos de Miguel Alfonseca y Riamny Méndez Identidad, raza, nación por Federico Henríquez G.

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Revista Literaria Trismestral Julio 09

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Revista de Arte y Literatura 1

Revista Literaria Trimestral. Año IX. Julio 2009. No. 42

Cantor de la ciudad

Cuentos de Miguel Alfonseca yRiamny Méndez

Identidad, raza, naciónpor Federico Henríquez G.

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No se le puede pedir a un lector de literatura a quien se le ha adelantado un poeta

encantador en la portada que lea sobre la decepcionante realidad política que nos toca padecer y de la que ya estamos mareados a través de periódicos y noticiarios. Es mejor leer de buenas cosas, que nos hagan olvidar todos esos recientes escándalos de funcionarios sacados a la luz por la única persona que al parecer sabe en todo el país cómo auditar a una administración y la única que tiene pantalones para hacerlo ¡Salve Nuria! y ese otro odioso caso de oligarcas en componenda con gatas de maría ramos para herir las entrañas del país, y para colmo este anacronismo internacional en Centroamérica, ese golpe a la vergüenza de todo el que habla español, dicen algunos que justo pero poco elegante, y que de alguna manera

habrá que corregir para evitar el efecto dominó en todas estas democracias de cambio de tortas, democracias de juego, donde se usan como fichas las encuestas y se cambian las reglas con sólo agregar o quitar párrafos a un dichoso pedazo de papel, al que como un vestido que se ajusta según se gane o se pierda peso, se le recortan trozos, se le agregan pestañas y se somete a toda clase de quita y pon ¡Salve el vuelve y vuelve!... perdón, no es de esto que se va a hablar, aquí estoy con la mano derecha levantada haciendo la promesa de no volver sobre esos temas. Aunque no se tenga madera de pensador, en estos tiempos mejor le vale a uno ponerse a filosofar, sobre algún tópico que quizás contribuya a bajar la temperatura en este verano tan candente. Filosofar acerca de la edad por ejemplo. Aunque este asunto podría parecerle a algunos carente de cortesía o no precisamente refrescante, el caso es que es un tema que me anda rondando con frecuencia en la cabeza en los últimos días. Me imagino que será porque se ha graduado el chiquito y junto a la gran satisfacción se siente

esa otra cosa como de que algo terminó. Y porque antes que después hay que “que enfrentar el delicado momento” de encarar los cambios abruptos en la vida, sólo hay que ver como se mueven alrededor los abanicos y se dispara el tema de las terapias de sustitución ante esos recurrentes y sorpresivos calores que por más que se inventen fórmulas para retardar la realidad recuerdan a la mujer a cada momento que ya no hay aptitud para la reproducción. O cuando arriba a la conversación ese interés del hombre por ciertos fármacos recientes cuando observa que el viejo sistema del cambio de vaca no es la solución para las transformaciones que se manifiestan en su cuerpo. Así que hablemos de la edad. Podríamos comenzar metaforizando sobre las etapas de la vida, podríamos compararlas con las estaciones del año como hacen los poetas. Esta figuración tan antigua y tan frecuente en la poesía ha logrado que el símbolo sustituya a la realidad y que a nadie le quede duda cuando se habla de abriles y primaveras por un lado, o cuando se habla pongamos del otoño, por el otro. El verano y el invierno en cambio parecen asumirse como una prolongación innombrable de las que anteceden. Nunca he oído decir a alguien que está en el verano de su vida, y menos en el invierno por más que se hayan asociado las cabezas blancas con la nieve. Meditar sobre las estaciones lleva a uno a ubicarse en la curva normal de la vida y a darse cuenta de que la cúspide de la pirámide hace rato quedó atrás. Si hacemos un cálculo al respecto un día en que se impone la parte cuadriculada del cerebro podríamos razonar que si se vive en promedio 80 años es justo que le asignemos 20 a cada estación. De este modo la primavera sería esa etapa en la que el individuo se rige por los dictados de los adultos a cuyo cuidado está, a los 40 habrá pasado el verano sumergido en el afán para crearse un lugar propio en la sociedad, consolidar ese puesto le tomará todo el otoño hasta los 60 y el invierno hasta los 80 paseando con calma su dolor de huesos y quedando

Palabras

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otra vez incapaz de valerse por sí mismo, mientras observa como en los demás se repite el mismo ciclo. Como vemos este es un cálculo que se cae por su propio peso, no hay manera de encasillar así la existencia. Con razón sólo se hace referencia a dos de las estaciones. Para comenzar a desbaratar este argumento basta saber que la edad legal de retiro es a los 65 o hasta que usted decida dejar de ser productivo. Con investigar la cantidad de libros que ha escrito Saramago mucho después del supuesto de que su invierno ha pasado es suficiente para descartar la teoría. Tal parece que la edad como el arte es una cuestión individual, y aunque el deterioro físico es sin lugar a dudas directamente proporcional al paso del tiempo, en otros aspectos este puede tener un efecto inverso. “Juventud divino tesoro” cita el tío Paco con frecuente añoranza desde hace años, mientras que su sola presencia nos traslada a Víctor Hugo “El hombre joven es apuesto, pero el hombre viejo es magnífico” Además hay que considerar

como parte del talante individual de las etapas de la vida, el empeño de mantener en actividad todas las facultades, la cortesía de conservarse en forma, como rutina de mantenimiento del organismo, no como esa patética carrera contra el tiempo que deja los cuerpos tiesos y la cara sin expresión. Y el ejercicio del espíritu, la evolución de las ideas, la madurez emocional, contagiarse con el ánimo vigoroso y el gusto por la vida con que vienen bendecidas algunas personas ajenas a los años que transcurren… En fin, que se me ha ocurrido darle mente a las estaciones de la vida, y pienso que será porque ya todos mis pequeños son formalmente adultos y siento que hay cambio de funciones y percibo que me procuran cosas nuevas y sospecho que esta es la puerta del otoño. “! Oh, este Otoño! / !Este Otoño es la vida!/ La savia que se esconde/ la luz que pide un velo/ la idea que se desnuda,/ la sangre que verdea y/ lame los escombros de la ira…” Alimentando el optimismo que siempre llevo encima con la savia nueva de estos versos

fresquecitos de Tulio Cordero, intuyo que un largo otoño, quizás de más de tres décadas, puede que me esté esperando si me retiro a la edad de Saramago.

Julio 2009. Año IX. Número 42

Re vis ta Tri mes tral. Fun da da en San tia go de los Ca ba lle ros. No viem bre de 1999

Directora: Ro sa Ju lia Var gas

Comité editorial:Bruno Rosario Candelier, Luis Beiro, León David, Manuel Mora Serrano, Al ta gra cia Pé rez Al mán zar, Carmen Comprés y Fausto Leonardo Henríquez.

Redacción:Fiordaliza Taveras

Di se ño y diagramación:Marleny GenaoEdma’s Grafics / 809-226-5580

Ilustraciones:Carlos R. Corona

Impresión:Editora de Revistas

Co la bo radores de los primeros números:• Bruno Rosario Candelier • Nelson Julio Minaya • Güido Riggio Pou • Julio Adames • Juan Luis Guzmán • Manuel Llibre Otero • Pura Emeterio • Máximo Vega.

Myt hos re ci be con apre cio las co labora-ciones de es cri to res y gru pos li te ra rios y se re ser va el de re cho de pu bli car aque llas que con si de re opor tu nas.

Co rreo elec tró ni co: myt hos re vis ta @hot mail .comTe lé fo no: 809-971-0094 • San tia go

VENTAS:

Li bre ría La Tri ni ta riaAr z. Nouel esquina Jo sé Re yes, Santo Domingo.

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Li bre ría AvanteArzobispo Nouel. Ciudad Colonial

Li bre ría ThesaurusSantiago y Santo Domingo.

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Librería MacalléArzobispo Nouel, Sto. Do min go.

“…es una payasada

sembrar un árbol para salir en el

periódico mientras se patrocina un venenoso rocío de cemento de donde se sacia la vida y la sed de todo

un país.” (Grisbel Medina, Sonajero,

Listín Diario, 23-7-09)

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Contenido

Biografía de Tony Raful Tejada

La Poesía de Tony Raful

¿Cómo se llama el decoro en la desnudez?

Otros esnsayos de Tony Raful

Identidad, raza, nación; separar las partes por FHG

El Chac Mol por Wendy Muñiz

Notas de viaje, segunda parte por BRC

El guardia arrayano por Riamny Méndez

Lo que pasó

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El EnemigoCuento de Miguel Alfonseca18

La PinturaCarmen Rodríguez16

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www.issuu.com

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N ació en Santo Domingo el 28 de abril de 1951. Poeta, narrador, ensayista, periodista,

animador cultural. Es Doctor en Derecho y Licenciado en Ciencias Políticas graduado en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, de la que ha sido profesor durante más de veinte años. Pertenece a la llamada generación del 65 mejor conocida como de pos guerra. Ha participado en diversas actividades culturales y fue director de la sección de literatura del Movimiento Cultural Universitario (MCU) en l973. Fue Director Cultural de Radio Televisión Dominicana, 1978-80, Director de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, 1980-82. Fue diputado en tres ocasiones. Actualmente es columnista del Listin Diario. Recibió los premios Jaycees Joven Sobresaliente 1987 y Gran Supremo de Plata 1999.Coproductor del programa cultural de

televisión “Peña de Tres” uno de los más importantes programas televisivos producidos durante más de quince años. Desempeñó el cargo de Presidente de la Junta Municipal de Cultura 1998-2000, en el Ayuntamiento del Distrito Nacional. Fue el primer Secretario de Estado de Cultura del país, 2000-2004. Ha publicado las siguientes obras de poesía: “La poesía y el tiempo” 1972. “Gestión de alborada” 1973. “Abril, nacen alas delante de tus ojos” 1979. “Visiones del escriba” 1983. “Ritual onírico de la ciudad y otras memorias”, 1984, 1995, 2003. “Pájaros y horizontes sitiados” 1985. “La dorada mosca del fuego” 1988. “Las bodas de Rosaura con la primavera” 1991. “Poesía, antología personal” 1995. “La Ciudad y el amor” conjuntamente con Lupo Hernández Rueda, Marcio Veloz Maggiolo y Tomás Castro, 1996, “La ciudad y sus cantos” 2009.

Y en Ensayo: • Movimiento 14 de Junio, historia y documentos, 1983, 2007, 2008.• La revolución de abril de 1965, 1985. • El síndrome de Penélope en la poesía dominicana, en colaboración con el escritor Pedro Peix.• Emboscada al relámpago. Antología de textos publicados en la prensa. 2001.• José Francisco Peña Gómez, aportes a la democracia y al desarrollo económico y social de la Republica Dominicana 2006, Ier Premio Concurso Fundación José Francisco Peña Gómez.ª Después de 100 años la poesía vive, antología de la poesía dominicana. 1998. Sus textos aparecen en antologías nacionales e internacionales entre las que pueden señalarse las siguientes: Meridiano 70 (Cuba, 1976), Lecturas Selectas, 1977, Poesía de Pos guerra (Santo Domingo, 1981), Poesía dominicana (París, 1978), Antología de la Literatura dominicana (Intec, 1985), Antología histórica de la poesía dominicana del siglo XX (Ediciones Alcance, New York 1995), Dos Siglos de Literatura Dominicana (colección Sesquicentenario de la Independencia Nacional, 1996), Enciclopedia Dominicana (Antología de la poesía dominicana, 1997), Cantos al amor, 1985, Antología de la poesía hispanoamericana actual, Puerto Rico, 1988, Homenaje de los poetas dominicanos a la cultura francesa, 2000, Antología Mayor de la poesía dominicana, 2000, Mirois de la Caraibe, douxe poetes de Saint Domingue, Francia 2000, Antología mayor de la poesía dominicana, 2000.

Biografía

Tony Raful

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Tony raful junto a sus padres, Don Pedro Raful y Carmen Tejada Jiménez de Raful,

En el momento de su graduación universitaria con su madrina

Ivelisse Prats Ramírez de Pérez.

A los 7 años en su primera comunión en la Iglesia de San Carlos

Tony raful y su esposa la Doctora Grey del Carmen de Raful junto a sus 6 hijos, Ernesto, Amín, Faride, Raúl, Farah, y Tony Abel

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La vida de Tony Raful ha estado marcada desde temprano por dos grandes pasiones, Literatura y Política. Esta reseña gráfica es una muestra de que ha sido testigo de los grandes acontecimientos que conforman la historia reciente dominicana en estas dos grandes disciplinas. El sujeto y la acción de significativos eventos y presencia natural entre los más ilustres representantes del quehacer político y literario de la República Dominicana.

Tony RafulBiografía ilustrada

El profesor Juan Bosch y Doña Carmen de Bosch asisten a la puesta en circulación del libro de poemas “Gestión de Alborada” del poeta Tony Raful, 1973

El ex-presidente Joaquín Balaguer saluda a Tony Raful en la puesta en circulación de su libro de poemas “La Dorada mosca del Fuego.”, 1988

Recientemente con el presidente Leonel Fernández Reyna

Recientemente con el candidato del PRD Miguel Vargas Maldonado

De izquierda a derecha: Andrés L. Mateo, Tony Raful, José Marmol y Mario Vargas Llosa

El poetea nicaragüense Ernesto Cardenal junto a Tony Raful, detrás el poeta Pastor de Moya

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“En Ritual Onírico de la ciudad, aparece una ciudad negada y recobrada e infinitos viandantes con dagas silenciosas que son y acontecen en ella. No

es, únicamente la ciudad de la trampa de neón, o de la mínima alegre sensualidad esperanzada. Allí hay innúmeras memorias, antiguos pasos, voces que se quebraron en el tiempo, alas curiosas que flotan en el bullicio y nos tocan el rostro, amores que inventaron su propia obsesión de eternidad, seres pequeños perdidos en la víspera, que dataron su presencia inadvertida en los adoquines, en fin, un gigantesco fresco de la otra edad citadina que es, por lo común, ajena al viandante. Andrés L. Mateo.

“Tony Raful hace ya dos docenas de años hizo la memoria de su ciudad, desde su espacio de sueño, tras la danza lenta de su discurrir, tras las vibraciones existenciales de sus voces, de sus tórridas pesadumbres, de sus estandartes musgosos, de sus hechizos y ruinas… El poeta ilumina la ciudad de sus sueños desde las cumbres de su mismidad acuciante y tras las interrogantes abiertas de sus múltiples congojas y desafío… José Rafael Lantigua.

“Dentro de esta generación de poetas dominicanos de 1965, Tony Raful representa un admirable esfuerzo y conquista de un idioma poético de símbolos acompañado de un sentido de lo sonoro y de la luz, de la plasticidad del color de los epítetos y de una trascendencia meditativa dominicana y una cierta universalidad desde lo nacional por la manera de una plasticidad emotiva, bien lograda, para tratar a los temas…” Alberto Baeza Flores. “Tony Raful ha contribuido a evitar que se cayera en un tipo de poesía que independientemente de sus méritos, parece alejarse de la mejor tradición lírica que ha tenido la literatura contemporánea… El rescate de la imagen y de la poesía misma como la definen Pound y Paz permite que Raful nos ayudara a todos a evitar que el desierto avanzara hasta conquistar la lozania de las praderas, el encanto de los besos y el sonido de la naturaleza. Cada poeta y Tony Raful lo es plenamente, es un latido en el río de la tradición, un momento del lenguaje”. Mateo Morrison.

“Tony Raful, además de poeta es escritor de bella prosa, correcta y cálida, y un político ponderado de decidida trayectoria hacia el medro en estos quehaceres. Admirable y sereno, encarna todo lo que quisimos ser a sus años. Su concepto de la política es Aristotélico, como el pensamiento de Duarte, por lo cual no practica el discurso agresivo y si la persuasión”. Mariano Lebrón Saviñón.

Algunas opiniones sobre la poesía de Raful.

De izquierda a derecha: Enriquillo Sánchez, Federico Jovine Bermúdez, Jeannette Miller, Pedro Mir, Tony Raful, Mateo Morrison y Enrique Eusebio. (Esta fotografía de los jóvenes poeta con el Poeta Pedro Mir después de la revolución 1965)

De izquierda a derecha: Tony Raful, Lupo Hernández Rueda, Manuel del Cabral, Antonio Fernández Spencer, Pedro Peix y Andrés L. Mateo. Los poetas en un tertulia en los años 70

De izquierda a derecha: Fready Gotón Arce, Juan José Ayuso, Jeannette Miller, Tony Raful y Ramón Francisco. Esta foto fue tomada en 1980 cuando Raful era Director de la Biblioteca Nacional.

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Homenaje a Pedro MirTe equivocaste viejo bardo.Hay un país en el mundodonde los campesinos sí tienen tierray llevan cantando (aleluya)sus franjas propietarias. Siete pies de profundidady cuatro de longitudhan sido siempre suficientes.

Calle El CondeComo cálido soplo que cruza las ramas de los árbolesy se interna veloz entre vidrieras y adoquines. Como muchachas hermosísimasque tienen los ojos de miel y almendroscon la piel tan próxima y suave. Como poetas y bohemios

apostando al mar y a la nostalgia. Como dilectantes que arreglan el mundoa las cinco de la tarde, todos los días. Como recinto letaldonde alguien ve morir ilusiones y deseos. Como oferta y despojocomo alacrán y hormiga. Como vuelo tibio de una llamaen que la patria se convirtió en calle,en paisaje de alondra y llanto. Como pisadas que se vuelven danzas,rituales de amores paralelos,blandos instantes, lloviznas,honduras fugaces donde se citan los amantes. Como farsa y asombro,como corredor de tunantes,

lienzos de la rosa y el lobo,ladrillos donde alguien confiesa con grafittisu naufragio, su éxtasis,su díscola mudanza de amor.

Tony Raful participó en los grupos culturales de postguerra (1967) y publicó algunos poemas en

los suplementos de aquella época, pero comenzó a editar libros de poesía en el año de 1972, con un texto que se llama, La poesía y el tiempo, que como muchos otros libros de la época pretendía testimoniar la historia en movimiento. Eran los años duros, y la escritura apostaba a ser un acto de solidaridad histórica. Ese poeta que se afiliaba entonces, en medio del tumulto a una dudosa necesidad de domiciliarse en la vida, provenía de una poesía que antes se había afiliado a la historia, y cuyo instrumental absoluto es la palabra. La palabra alada, la palabra que

Holderlin había llamado, “el mas peligroso de los bienes del hombre”, la palabra huyente que funda y designa las cosas, la palabra que reinventa la existencia desde el cuello de una jirafa, la palabra que convoca a Ezra Pound para rechazar la usura. He ahí el signo errático del vuelo de la poesía de Tony Raful, el que le da faena propia a la palabra, y la guarda en su verdad, atravesándola por un ámbito de realizaciones, de caídas y extravíos, de exigencia suprema que el poeta invoca metafísicamente, y que es la manera de atrapar en el tiempo viandante algo permanente, algo que es mi acto, por el cual fundo de nuevo el mundo. Porque la poesía es fundación por la palabra y sobre la palabra. Este peligroso pasaje constituye la médula de la poesía de Tony Raful, aunque como en los viejos poemas de Parménides, siempre va más allá de un vulgar y físico sonido, hasta levantar

el esqueleto poético de la palabra fundamental. En esta Antología de sus textos, se podrán apreciar los estados de una progresiva solidificación de sus versos, y la pasión de una escritura absorbida desde el principio por el lenguaje, inseparable de un pensamiento erguido hacia la particularidad de la historia que nos tocado vivir, trocado en ligadura de una desgarrante odisea por mejorar al hombre. Es pues, de cierta manera, el libro de un viaje. Su pasado, su elección, su historia y su libertad. Los signos trémulos de una escritura que es término final de una dialéctica, una demiurgia que pinta los tiempos verdaderos, y hace brotar al poeta, sosteniendo el equivoco de asignar, todavía en la post modernidad, un cierto poder a la palabra, a la utopía, a los actos sutilmente imposibles de su mundo soñado.

Poemas escogidos de Tony Raful

La palabra alada en la poesía de Tony Raful

Andrés L. Mateo

Narrador y EnsayistaDominicano

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Oh calle El Conde,como tú, embeleso y fortuna,celaje de feroz dulzura,como cielo y luna,como nupcias del alma,como duende de violeta grávida,se gestó esta canción,que en tu voznavega la ciudad. Cónclave de la locura que silbaAquí está el sol propagando la diáfana voz,la intimidad de los sonidosen el espacio estremecido donde la lluvia y el cantohacen travesías grávidasy se trepan a los árboles ataviados de pájaros y nostalgias. Aquí la loca poesía llenando de almendros tus costados,amaneciendo en el viviente júbilo de las maracascuando la voz se monta en el corcel del sueño,cuando tu voz es soplo del ciervo,del veloz párpado en la danza del viento,ondulaciones del conjuro cazador del alma. Aquí Eduardo Brito en lengua letal y provisional,en cónclave de la locura que alumbra,silbo desprendido de algún trueno líricocuando el oblicuo espejo empieza a nacer,apretado sobre el pecho infinito,postigo del alba que se tizna de colores. Errante azogue del mundo perdido,es un hueco hondo tu canto hendido,estás muriendo y no te mueres,los orates y Luzbel se enroscan en los decibelespupilas de agua y ámbarpara un barítono que asomasu cándido fulgor y su fatiga.

La ciudad y sus cantos“…que la custodien luceros y cantatas ésta mi ciudad porfiadaa la que escribo estos versospomada o responsopara sus sucesivos y espigados sueños”(De Ritual Onírico de la Ciudad y Otras Memorias)

Río Danzarín que se vacía en tu alba levePuedo quedar en el embeleso de tu mareaPuede ser una fiera desnuda y mansa como la lumbreEmboscada de lucero en la palabraCrisálida herida en la prístina colinaAbismada en la belleza que acampa fugaz y espléndidaPuedo vivir o morir en tu hechizoHay una quimera de lluvias sorprendidaUna alhaja de sonidosEbrio color glamoroso de tu hermosuraDonde me hospeda el vinoY me baña su ola onírica de mar amanecidoPuedo quedar como duende y gemidoRío danzarín que se vacía en tu alba levePuede ser ensueño y locura este albor que perduraÁmbito de la llama que te nombraEn un universo de olvidos y sombras.

Hoy he vuelto a la ciudadA Fonsito“No era esta ciudad. Te lo repito.No era esta ciudad”.(René del Risco Bermúdez)

He vuelto a la ciudad de la luz primeraY digo que no es esta ciudadNo encuentro la edad ardienteNi la majestad futura de los sueñosNo he visto el viejo cíclopeQue urdía la gloria fugitiva del ensueñoNi la primavera puraDonde una muchacha cantabaEl viento lisonjero de su ternuraNo he visto al bardo de las buenas tardesQue se guarecía bajo la flora del parqueNi a las amigas que florecíanEn el mirar blando de los amoresHe vuelto a la ciudad de la luz primeraY no reconozco las paredes queridasLa piel luciente de abrilEl peregrino que se alumbró como centellaCuando el lírico portento gestó la epopeyaHe vuelto a la ciudad de la luz primeraY no veo las quimerasNi al relator de la nostalgia irrevocable

Ni al vendedor de revistasTodos se han ido a alguna parteCon su tiempo de fatiga y perdida bellezaHe vuelto a la ciudad de la luz primeraY no he visto la vida amableLa pavesa del mísero lamentoLa barca en la dársenaFestejos del mito y la neblinaLa edad menor del ardor profanoLos almendros y los pájaroEl súbito espejo del cielo y su reflejoEl viento frío del poetaSu viviente claridad en su pira de marY tragediaBorrascas dormidas de un reloj de arenaHe vuelto a la ciudad de la luz primeraY todo es tan extrañoNo estás tú amigo míoQue olvidabas el albaCuando la noche era una larga historia de mujerUn azar y un bigote raloTú ebrio desde entoncesViejo polizonte en un aljibe colonial de sueños.

Frente a la tumba de MaquiaveloAquí la eternidad es una capa de cielo azul humedecidaUna impasible memoria de mejillas y cascos perdidosUn herrumbre ostentoso de tiempo vencidoNadie se escapa por los bordes del mármolCrestas inmóviles que anegan el lienzo de la historiaEl Príncipe es luz pisada por el poder fingido de la muerteEl futuro premioso caza compañeros canallas de ceraUna larga línea blanca ordena tu nombreBóveda infinita de los palacios que contravienen el crepúsculoNicolás de Maquiavelo destellando en la corona abolidaAnoto detalles de bestias y soles y hurgo en la eternidadCuántas sombras y lucesRecogidas en una sola muerte de lobo y cordero.

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Los poetas no dicen su verdadLos poetas no dicen su verdadNi bajo el ánfora del río ni en el Palacio de TebasNingún arma cargada de futuro atraviesa su vozSus dedos tibios no tocan el leopardo de los sueñosEl mundo del horror huye en una jirafa de circoBajo un palmar y un tiovivo de girasolesLa Reina de Saba tiene gafas oscuras en Internet Los poetas son escribas de augurios y papeles de oficinaLos gitanos fornican a orillas del arco irisPara embarazar de ruiseñores su destinoLos poetas han envainado las espadasY están llenos de ungüentos y ensalmos ya no silbanAhora buscan la quinta pata al gatoHan soltado la alquimia y los pájaros ferocesY han vuelto pequeña la primavera de los gritosLos poetas no dicen su verdad no mueren por ellaEn su envoltura de párpados y palabrasLos andróginos pueblan ahora el paraíso. 14 de JunioDe atuendos y amores anticipa el albaLos manantiales del sueñoLa caballería de un reino virgenLa lluvia y la utopía que fecundan los pájarosEn el último tramo de la niebla vencidaVinieron de la rosa y de la estrellaAcamparon en la aurora más bellaSe agolparon en el mar y en el bosqueEncantaron el alero y la mareaHéroes en la danza de la flor y el vientoHonda raíz del sacrificioRonda viva de la llama que horada y esperaA la Patria en la renacida primaveraAtajo de gloria y libertadAmado 14 de JunioSobre el corazón poblado de luzPido tus vestiduras combatientesLa prenda y el aliento del estribo enamorado

La mirada florecida y el mandato de alasQue nos dejaron tu fusil y tu palabra.

Arte poéticaIngenioso Cupido que fatiga las fierasEslabón de la terca hermosuraDesflora las sienes laureadas cuando libasDel néctar de Calíope la soberana musaEl sudor del cielo es el áspid del OlimpoEl alabastro del templado abismo de estrellasLámina del ámbar que confina la resinaGolfo escondido de la palabraVentura osadía que dilata el fuegoEl aura navega en la urna breve del piélagoEs acorde undoso el corazónEscollo de un diamante esparcidoEs ligera la presunción del desdén sonoroLa memoria hilada por una libélulaSólo tú poesía templo nervioso de coralesQue mudas en versos el sueño de vivirQue te querellas dulcemente En el pródigo tributo de un nido de solSólo tú poesía que me despiertas brevementeDe gracias y amores en el olvido divino de la muerte.

AnotaciónPara que tú seas extensión, superficieCuerpo sencillo, miradas que acatoPalabra limpia, compañera que procuroVaivén lúdico de la imaginaciónHa sido necesaria esta urgencia de la poesíaAsomada a tus contornosAdmitiéndote en sus dominios.

De aquí nadie se vaDe aquí nadie se vaNo nos vamos aunque perezcan los últimos destellosY los arabescos se diluyan en el albaY las locuras del amor se marchitenY el mundo a la deriva pierda sus colores antiguosSu memoria de tesoros y cometasNo nos iremos aunque perdamos el prodigioLa maravilla honda de los amigos

Seguiremos en el trópico de conjuro y fábulasCensando duendes y sirenas frente al marBuscando doncellas que amarAguardando carabelas que sitúen la vidaLa mudanza del asombro en la miradaEl túnel de primaveras donde son rojos los sueñosDe aquí nadie se vaAunque nos vayamos nadie se iráEn la alta niebla habrá cigarrasAtajos fosforescentes para una floración de amorCigüeñas grávidas festejando la belleza de vivir.

Cómo se muere o se viveCómo se muere o se viveCómo arde la luzEn el reino de la rosaCómo se hospeda la alondraEn el navío dormido del espejoCómo libera el vino El oleaje del amor divinoCómo arde la lluviaQue vibra desnuda en tu pechoCómo se designan los gemidosCuando el mar entra en tu vestidoCómo se ciñe la medidaCuando la piel llamea ardidaCómo se muere o se viveArdid de dulzuraEl destino y su embestidaEs música y es mentira El azar que aguarda y nos miraNada apacigua el díaSólo los cantares Y el querer de tu alegría.

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Los esbirros la desnudaron bruscamente en aquel recinto lúgubre, de escasa luz, de largo

pasillo, que estaba en el “fin del mundo” de una ciudad pequeña. El rancho “Jacqueline” era una casona arbolada, sitiada de arbustos, alejada del bullicio, próxima al único motel existente en Ciudad Trujillo, o sea, que la muerte y las torturas colindaban con el placer furtivo, unos amantes ondulaban espasmos y gemidos, docenas de presos antitrujillistas se retorcían de dolor, de golpeaduras, de gritos espantosos. Dos mundos simultáneos, al unísono, como el amor y el odio, como las dos caras trágicas de una misma moneda.

Afuera, mucho más lejos, los cánticos y las peroratas al insigne Jefe, una sociedad postrada que inclinaba la cerviz, que entregaba su honor a la megalomanía de un farsante, de un verdugo insigne, profundamente acomplejado sin ritmo humano de piedad ni de ternura. La desnudaron no con amor sino con rabia, con desprecio, con sevicia, era una mujer enemiga, era una profesional, tenía una edad limpia llena de sueños, de ideales. La llevaron al patio donde estaban los muchachos golpeados, sangrantes, vueltos guiñapos. Estaban sus compañeros adoloridos, recién aturdidos, violentados. Estaba ella desnuda con esa belleza de las formas puras que una muchacha tiene cuando tiene poco más de veinte años y un universo de miradas y decires.

Uno de los cancerberos la había empujado y llenado de insultos, no hubo palabras groseras y sucias que no le dijera. Era el día de la cacería masiva de los complotados del Movimiento Clandestino 14 de Junio; por minutos llegaban los prisioneros en masa rumbo al cadalso. ¿Quiénes eran esos jóvenes atrevidos que desafiaban una mole de treinta años de poder absoluto? ¿Quiénes eran esos conspiradores que querían destruir la obra de Trujillo?

La orden era matarlos a todos como mataron a todos lo que alguna vez se enfrentaron al orden pretoriano trujillista. Solamente la inventiva de uno de ellos lo salvó a todos. Se llamaba Pipe Faxas y dijo que sólo se salvarían si involucraban a la mayor cantidad de gente de la sociedad dominicana que conocían del complot. Su idea resultó correcta.

Cayeron cientos de jóvenes de todas las clases sociales, incluso de familias allegadas a la tiranía. Hasta el siquiatra del jefe de inteligencia, el coronel Johnny Abbes, figuraba entre los detenidos, y hubo que parar la redada porque se iban a llevar a medio país. La idea de Pipe detuvo el brazo criminal de Trujillo que de todas maneras asesinó a una parte

menor de los detenidos. La idea de Pipe hizo que la iglesia Católica interviniera en una histórica pastoral en la que se enfrentó al tirano y demandó la libertad de los catorcistas.

Todavía no se ha justipreciado esa táctica de este joven rebelde que había sido escogido secretario general del movimiento clandestino en una reunión celebrada semanas antes por los complotados, pero algún día se dirá de él todo lo que representó como paradigma para la juventud, en nombre de la cual ofrendó su vida temprana y generosa en las montañas dominicanas.

La mujer estaba ahí, detenida en los segundos coagulados de la historia;

su rostro se encrespó, su pelo, sus ojos, su ceño fruncido, su dignidad alta que no cedió un ápice, que no capituló ante los bárbaros. Ella sintió representar la resistencia de todos los antitrujillistas en su desnudez agredida: no bajó la cabeza, no lloró, quería enfrentarse con aquellos hombres que eran bestias, habría querido tener armas en la mano para defenderse, como dijo después Silvio Rodríguez, para matar canallas.

Uno de estos, el general Tunty Sánchez, le haló los cabellos. Luego le aplicaron la “picana eléctrica” con placer evidente por el capitán Candito Torres. El ambiente estaba cargado de horror. La muerte era una dama de compañía lastimera, fantasmal. Ahora ella estaba desnuda bruscamente delante de sus compañeros desnudos.

Fue entonces cuando se produjo el momento trascendental de aquella escena en el patio del rancho “Jacqueline”; ella, desnuda frente a sus compañeros, quienes inmediatamente la rodearon de espaldas para que no se sintiera avergonzada ante ellos, hicieron un círculo de espaldas y en el medio, ella, desnuda, libre en medio de la cárcel, fabulosamente libre venciendo a sus torturadores.

¿Habrá en nuestra historia un ejemplo más hermoso de la solidaridad de un colectivo de hombres frente a una mujer desnuda por sus torturadores? Los prisioneros vencieron la idea de los verdugos de avergonzarla ante el atentado consciente al pudor. Esa mujer que era todas las mujeres dignas de la Patria, de la estirpe de Minerva, de Patria, de María Teresa Mirabal.

Cuando la vi recientemente la abracé y me quedé fascinado por su decoro; anda toda ella con éste en su mochila y en su conciencia, en estos tiempos que escasea, anda con una altivez señera y fecunda, ejemplo del pundonor, de la gloria de una desnudez que se hizo rebeldía, que venció a sus carceleros.

Tony Raful

Poeta y EnsayistaDominicano ¿Cómo se llama el decoro en la desnudez?

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Revista de Arte y Literatura14

La lengua de Homero y de Virgilio describe el universo congestionado de los hombres, sus conquistas y

escaramuzas, sus monstruos y corifeos que horadan la palabras, todo el verbo alado de una dubitación de signos, epigramas de rocas y dioses, la urdimbre del ardor con colisión perpetua de reinos y cuerpos. Occidente es un corolario de gramáticas del sueño, toda la instancia de eternidad está incubada en alforjas ilusorias. La poesía es una fijación del verbo fundacional del vacío. Todo es posible y nada es, todo se está desmadejando y nada esta sucediendo. El canto suscribe la dimensión pura asida a vibraciones, se canta porque se sueña, se sueña por que se vive subordinado al lúdico instante que ya no es, que cristaliza la telúrica nave de los sonidos. Lírica de su luz cenagosa, puñado de todos los espacios punibles y sagrados, anda por ellos libremente inserto como eficiente del vocablo que transgrede y pervierte la memoria datada, los convencionalismos, procura la belleza iletrada de los espasmos y de los duendes. Pastor de Moya, ni dominicano ni mayor de edad, poeta, es decir surtidor furtivo de la palabra, mundano instigador de mundos irreconocible, coleóptero que había los senderos y los parques, ojo escrutador que atestigua la espesa sal de los naufragios, sus abismos del alma. Pastor de Moya, no ciudadano, basilisco insomne del medioevo que tiene tantas vidas como palabras crean la vida en el honor frágil de la memoria pedidora, ese múltiple espejo de molusco y bisontes. ¿Tiene destino el poeta desandado y espurio que surte los acuarios y las despensas del vino? ¿De donde vino, de que recóndita distorsión de cielo

y guitarra absolución este bicho raro que orquesta la canción del mar en su desnudez absoluta? La poesía no es un arma cargada de futuro como dijo Celaya, no esta cargada de tiempo, si tiene tiempo no es, porque los tiempos son inventos de uso e hipnosis para vivir, ella es bálsamo pródigo, pócima que ultima el asomo de utilidad o inutilidad del sentir, del pensarse en la última esfera de un poniente clandestino o de bifurcase en la belleza rotatoria del zodíaco, la poesía extingue todo asomo rutinario porque en ella todo es oblicuo, búsqueda imperativa de un señuelo de sílabas, mesonera de la sordidez y el amparo del amor. La obra de Pastor De Moya, ese fingidor ilustrado de la rasgadura de vivir, es un texto poético de gran valor, digo valor en términos trascendentes, sin legado, sin cont inu idad , porque debe leerse prístino con palabras viejas, porque es lengua antigua todo el artilugio de su marco procesal, porque su poesía es guijarro, o b s e r v a c i ó n baldía de la cantata crepuscular del ocaso, tramo emboscado cuyo significado más hondo es su carencia de significantes, no porque se prescinda de las calificaciones sino porque en sus poemas la estructura y el contenido de sus versos, la demanda ontológica yugula los coloridos e imprecaciones de los sujetos. ¿Y que más

puede aspirar un poeta que no sea vencer la página en blanco como decía Mallarme, asestando golpes metafísicos, liberando lianas verbales surrealistas, embarcándose en contiendas cabalísticas, escéptica maravillas del decir? “Jardines de la Lengua” está divido en cuatro instancias discursivas, “El Humo de los Espejos” “Alfabeto de la Noche” “Instantes de la Lluvia” y “Jardines de la Lengua” No son independientes una de otras porque se sustancian en un ambiente crepuscular de alusiones, porque discurren para integrarse en la voz del decidor, porque no hay ruptura epistemológica, porque la poesía sigue un albur rítmico

que en Pastor De Moya es teclado oscuro del alma y de los sentidos.

Tony Raful

Poeta y EnsayistaDominicano

Asomo a los Jardines de la Lenguade Pastor de Moya.

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Revista de Arte y Literatura 15

A Ramón Constanza, lingüista, por la noche espléndida de Miguel y Joan Manuel.

Nada podemos contra la muerte y sin embargo cantamos y amamos

en su hoguera gris de desamparo, de urna esquiva, de viento incensario sobre el ubérrimo suelo que prodiga el renacimiento, el vértigo amanecido de las alondras y las cigarras. Alguien pone fuego adormecido en las sienes donde la luz pestañea, un duende sigiloso de ternura, una camelia roja o un encaje carmíneo en el nido de tinieblas del olvido.

Eflorescencia y promisión en los versos del poeta español Miguel Hernández a su amigo Ramón Sijé. Miguel era un tormento de espiga y espada, tenía un brillar puro de palabras, un ademán templado en solícito desafío de primaveras, en cortinajes de utopías que humedecían las noches de los párpados y el amor.

Cuando uno se reúne con amigos a leer los versos de Miguel y escuchar a Joan Manuel Serrat cabalgar con sonidos en la techumbre de su borrasca y reclinar el calado bronce, el apego despeñado, el oro fúlgido de la memoria del alma, de este campesino que llegó al Madrid calcinante de infinita desventura y suscribió el rojo enojo de la aurora, y se inmoló en un conjuro de sangre y capullo, en las rejas de un crepúsculo de horror sombrío, vuelve a vivir el tiempo perdido y su solidaridad enardecida.

Es entonces que uno sabe que puede trasegar, que todo lo perdido es recuperable en un instante, que es fulgor el alba de la palabra, la gallarda hechura del amor fraterno, donde vaga el sueño hablado de los ríos y el bosque tupido.

Uno sabe entre amigos que son mentiras la estrella y el celeste infierno, que vacila el delirio ciego, el viejo campanario de cielo, la tersa porcelana de la montaña helada, la obsesionante llama del paraíso o del nirvana, uno sabe tantas cosas que solloza herido en el valladar de su memoria. Miguel escribió la elegía más hermosa a su amigo Ramón Sijé, una elegía es un canto triste, plañidero, es un enlace de pálido lucero, de luz mortecina, donde los versos son regia sultana de suplicio y honda pena.

No se escribe una elegía si uno no tiene el pecho hendido, si uno no se está muriendo por dentro, si uno no se está vaciando de rocío y cieno: “Yo quiero ser llorando el hortelano/ de la tierra que ocupas y estercolas/ compañero del alma, tan temprano/ Alimentado lluvias, caracolas/ y órganos mi dolor sin instrumento/ a las desalentadas amapolas/ daré tu corazón por alimento/ Tanto dolor se agrupa en mi costado/ que por doler me duele hasta el aliento/ Un manotazo duro, un golpe helado/ un hachazo invisible y homicida/ un empujón brutal te ha derribado”.

El poeta escruta, invade veloz la lumbre punzante de la vida en su propio pesar, en su destino disolvente; para él la muerte ha sido emboscada y barbarie, sólo la poesía liberará los trámites de la vidriera oscura donde el corazón será alimento de las amapolas. En su quejumbre hay promesa de vida, en su desesperación admite cierto sentido a la muerte, pero la muerte duele, él quiere ser llorando el hortelano, porque cuando lloramos nos desnudamos, fecundamos los cálices frescos de la presencia hurtada, del amigo extraviado por un hachazo invisible y homicida. La queja no es tanto por la muerte en sí misma, sino porque el compañero del alma ocupa y estercola la tierra, “tan temprano”, es como si la querella se interpusiera por la prematura partida, por la injusticia del ciclo vital interrumpido.

Miguel dice: “No hay extensión más

grande que mi herida/ lloro mi desventura y sus conjuntos/ y siento más tu muerte que mi vida…/ Temprano levantó la muerte el vuelo/ temprano madrugó la madrugada/ temprano estás rodando por el suelo/ no perdono a la muerte enamorada/ no perdono a la vida desatenta/ no perdono a la tierra ni a la nada…/Quiero minar la tierra hasta encontrarte/ y besarte la noble calavera/ y desamordazarte y regresarte/ Y volverás a mi huerto y a mi higuera/ Por los altos andamios de las flores/ pajareará tu alma colmenera”.

El poeta quiere desamordazarlo y regresarlo, pero ahora sabe que Ramón Sijé volverá de todas maneras por el pequeño cielo de las flores, y su alma de colmena, es decir de abundancia, emprenderá el vuelo lúdico en la floresta: “Tu corazón ya terciopelo ajado/ llama un campo de almendras espumosas/ mi avariciosa voz de enamorado/ a las aladas almas de las rosas/ Del almendro de nata te requiero/ que tenemos que hablar de muchas cosas/ compañero del alma, compañero”.

Uno oye y contempla, uno ve búhos y salamandras en la tenaz voz de Serrat, que libera por su boca trinos y el follaje claro de sus galas. La pequeña sala de amigos se torna pupila y esmeralda, botellas de vino y los versos encantados, por esta elegía de Miguel Hernández, destello grande, grandioso texto de este pastor de cabras, que llegó a la eternidad a través de las palabras.

“Compañero del alma, compañero...”

Tony Raful

Poeta y EnsayistaDominicano

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Revista de Arte y Literatura16

En la plástica dominicana, la pintora santiaguense, Carmen Rodríguez se distingue de sus homólogos, por

incursionar en un estilo que pocos dominan como es el naif o pintura ingenua. Desde los años ´90 esta artista abrazó el pincel para darse a conocer como pintora naif y son muchas las satisfacciones que ha logrado a lo largo de una fructífera carrera que se ha convertido en parte de su existencia y la reafirma como caribeña. Su nombre aparece en publicaciones que destacan el trabajo pictórico de la mujer dominicana, como es el caso de la Enciclopedia de Jeannette Miller en ¨La Mujer en el Arte Contemporáneo 1844-2000´´ y otras tantas que atestiguan su calidad y dominio en el área. La pintora es una activista cultural y forma parte desde hace muchos años de la directiva de la emblemática institución de los duendes, Casa de Arte y otras entidades que le permiten desarrollarse como profesional en la Ciudad Corazón.

¿Carmen porque eligió el estilo naif para su propuesta pictórica? Te cuento que realmente no sé que me motivó hacer estilo, aunque confieso que decidí pintar como un niño y al mostrarles la pintura a Mirna Pichardo y Danilo de los Santos, son ellos quienes me motivan

a seguir pintado de esa forma hasta la actualidad.

¿Existen otros pintores que desarrollen este estilo?Si, pero muy pocos, yo puedo citarte a Víctor José Castellanos, el destacado abogado dominicano. Recuerdo que él y yo presentamos una exposición en los años ´90. También actualmente existe un jovencito mocano llamado Celso Trufel, que trabaja naif y yo, pero quien inició el estilo fue el maestro vegano, Justo Susana.

¿A qué se debió el cambio de pintura, tengo conocimiento que usted inició con el costumbrismo?Es cierto, lo que pasa es que quería hacer algo diferente, que me identificara y considero que en la pintura ingenua como también se le llama al naif, logro lo que busco expresar como artista. Este estilo te da diversidad y suprime esa especialidad en la técnica, en la sombra. Además suprime muchas exigencias de la técnica

con la perspectiva. Para mi estilo naif es pura libertad, por carecer de lineamientos establecidos en el origen del arte de la pintura, sumándole que es como el alma de un niño. Cada artista busca identificarse, busca su sello personal, para que ningún trabajo se parezca al del otro y cada quien coge su temática y la mía es el campo.

¿Que colores son los predominante en el naif y como se identifica este tipo de obras?Aquí se usan los colores primarios y el colorido del rojo, el azul y el amarillo, además de la técnica degradada. Ese colorido es el fuerte del estilo, es lo que llama la atención. Se identifica porque a simple vista se piensa que es un niño que ha pintado, la influencia taina y el colorido son las líneas que marcan la diferencia del naif de los demás.

¿Que es el naif para Carmen Rodríguez?Me satisface, aunque muchos artistas no les interesan categorizarse, con este estilo logro la diferencia y lo disfruto a plenitud. Me divierte y es un trabajo mágico y el sello que me identifica como pintora.

¿En el país se realizan importantes concursos de arte, que opinión le merecen?Considero que son buenos para la

gente joven que desea darse a conocer, pero creo que a los concursos se debe ir a competir y no a una simple participación. En mi caso he participado en algunos y ha sido una buena experiencia al respecto.

¿A su juicio la participación de la mujer en la pintura criolla es notoria?La participación de la mujer en los espacios de la sociedad cada día es más notoria y no solo la mujer artista, en todo los ámbitos el

CARMEN RODRÍGUEZEl Naif me divierte y es un Trabajo Mágico

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Revista de Arte y Literatura

ser femenino ha ido ganando una posición importante en todos los aspectos. En la artes plásticas mujeres como Raquel Paiewonsky, Maritza Álvarez, Luz Severino, Iris Pérez, Inés Tolentino, Amaya Salazar, entre otras más han ganado un espacio que ha dado aportes a la pintura, a las artes en sí.

¿Que sueño tiene con relación a la mujer-artista?Sueño propiamente no, pero si me gustaría que un grupo de mujeres artistas presentáramos una colectiva en los meses de exaltación a la mujer, como el Día Internacional de la Mujer y el Mes de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Eso me gustaría hacer con mis colegas artistas y que fuera todos los años, es una especie de aporte al género.

¿Usted expuso recientemente una individual titulada ´´Caribe Mágico, háblenos de ella?Es mí más reciente propuesta y esta divida en dos series, que son los bodegones y las caribeñas. En esta muestra le inserté frutas al paisaje naíf para que fuera muy mío, en tanto a las caribeñas las incluí por el mestizaje, el sincretismo que es muy grande en el caribe, por ser un punto de muchos encuentros culturales. En Caribe Mágico en las 20 obras que expuse, logré que cada falda de las mujeres caribeñas fuera distinta y con un colorido único, pero que al mismo tiempo identifican nuestra cultura.

¿La Secretaría de Estado de Cultura en la persona del licenciado José Rafael Lantigua, inició un reconocimiento llamado Activo de la Nación, que opinión le merece?Es una magnifica iniciativa -idea de Pedro José Gris- de reconocer y un privilegio de tomar en cuenta a aquellos artistas, intelectuales que han dedicado su vida a la

historia, a la pintura, a la música. Lo veo muy bien y que bueno que se eligió a Danilo De los Santos, así como Candido Bidó para esta distinción de los artistas dominicanos que se han consagrado. Ojalá incluyan en la lista de los homenajeados a Guillo Pérez, Freddy

Ginebra, Ramón Oviedo y otros tantos que han dado legado al arte.

¿Su opinión sobre el arte contemporáneo?Me fascina el arte contemporáneo, por la mezcla de materiales y por la forma como se expresa que puede ser pintura, instalación, grabado, audiovisual y otras manifestaciones que le permiten al artista expresarse.

¿El subsecretario de cultura para la región norte, desde hace un tiempo desarrolla el programa Murales Urbanos con artistas de la plástica cibaeña, que le parece?Mira a mi me encanta ir a Salcedo y es por los murales de la ciudad, en el caso de Santiago lo veo muy bien y hay que felicitar a Enegildo Peña, el subsecretario, por esa iniciativa. Estos murales dan a conocer las obras de grandes artistas, al tiempo de proyectar a los que realizan el trabajo como es el caso de Víctor Tavarez que es un dibujante fuera de serie. Pienso que deben tomarse en cuenta artistas vivos, para que la presente generación los conozca y los valore.

¿Tiene Carmen Rodríguez algún ritual para pintar?Yo escucho música suave, instrumental para crear el ambiente. Trato de tener unas horas los sábados al final de la mañana o después de almorzar para poder plasmar todas esas inquietudes de mi pintura.

¿En su colección personal existe una obra suya que no la vendería por la cantidad de millones más grandes que pueda existir?Se ríe. Claro, pero no tanto así. Conservo un cuadro de la colección “Campo que te quiero campo”, esa obra es de gran valor para mí y significa mucho.

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Este hombre había muerto en silencio, con los ojos violetas por el crepúsculo, cada vez más tieso

el puño izquierdo cerca de la pared cribada por las balas. Ninguno se atrevió a tocarlo -ni siquiera Sara- porque sentíamos su odio a pesar de haber muerto. Sentíamos

que su odio vivía, que dormía tan sólo, en su cuerpo d e r r i b a d o , ensangrentado por nuestras armas. Había g r a v i t a d o demasiado sobre nuestras vidas para terminar tan fácilmente, con sólo un charco de sangre en el asfalto mojado por la lluvia de primavera. Este cadáver con nombres y apellidos como

los nuestros me llamaba la

atención; jamás hubiera pensado,

meses atrás, que terminaría a mis

plantas bajo un cielo que la tarde empezaba

a cerrar. Quizá no soy lo suficientemente listo para

haberme dado cuenta, para haber comprendido que aun cuando no quisiéramos o pensáramos en ello, todo rodaría revolviendo las cosas hasta el punto de vista de los sucesos increíbles que sucedían. Después de todo, tal vez estábamos condenados –o estamos- a encontrarnos en esta situación desde antes que los senos de nuestras madres

se secaran y empezara la tierra a moverse bajo nuestros huesos blandos; lo veía entrar del brazo de la muchacha atractiva a los restaurantes, o lo veía detenerse ante las puertas de los cinematógrafos y abrir la portezuela de su “Galaxie 500”, salir la mujer, que parecía cosida a su cuerpo -tanto que me gustaba- y esbozar un vago saludo quizá porque yo era conocido en nuestro reducido medio intelectual, jamás pensé en el final de su destino. Recuerdo la importancia que adquirió en los últimos tiempos, así como a la cabellera castaña que ondulaba a su lado, ¡la deseada! Y este hombre estaba aparentemente acabado, mientras nosotros sentíamos una gran tranquilidad con su destrucción y también cierta inconfesable aprensión, cierta incertidumbre. Llevábamos más de un mes en eso de los tiros, los incendios, las matanzas, un buen día amanecimos armados y en nombre de las tradiciones cristianas, del hambre y de la justicia; en nombre de los automóviles de precio prohibitivo y de los paseos por Europa y Norteamérica; en nombre de la redención de las mayorías de las casas con piscinas y de los “Nights Clubs” y de las chozas; en nombre del desempleo y la desesperación, de los helados y las playas divididas, del “scotch on the rocks” y de los “freezers” de trece pies cúbicos y de los fogones apagados y de los supermercados (no dogs allowed) y de los “cinco cheles de salchichón” y de los “bank” las corbatas y las fotos en los periódicos de recepciones en varios idiomas, sobre todo en ingles, y de los marginados, buscábamos destruirnos. Olor a troncos podridos y a grasa subía por las calles ávidamente,

CuentoMiguel Alfonseca (1942-1994)Poeta, cuentista, actor, publicista y educador dominicano autor de varios libros de relatos. Tomado de la antología Huellas de la Guerra Patria de 1965, Cuentos y relatos, editado por Miguel Collado y Eric Simó y la CPEP Y Ediciones CEDIBIL 2008.

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nos golpeaba y seguía adelante, a la toma de la ciudad, se mezclaba con el olor de madera quemada, a humo y escombros, que partía de las aduanas, incendiadas en el último ataque a nuestras posiciones. Y ellos, revueltos con la brisa marina, nos definían, nos situaban en la geografía de la ciudad. Conservábamos las metralletas en las manos, apuntando al enemigo. Sara adelantó una mano y despojó el cadáver del fusil reluciente que yacía mudo junto a su cadera. La guerra nos había templado. -Toda su vida fue en puerco- dijo Sara, escupiéndolo. Juan reaccionó, molesto. Yo no podía dar crédito a lo que miraba. Me sorprendió ese acto espontáneo, sincero. Miré a Sara; su melena castaña se recogía en un moño, casi cubierta por una gorra verde olivo. Era hermosa Sara. Miré sus formas dentro de la tela de fajina y por un momento sentí ganas de amarla, de amar su cuerpo duro, flexible, de estrechas espaldas y rostro limpio, maleable, capaz de adquirir la más feroz de las expresiones.-Déjalo -exclamó Juan-. Ya está muerto. Debemos respetar a los muertos. Pertenecen a Dios.-Es un enemigo. Uno de los peores -explotó Sara-. ¡Como se ve que eres religioso! -su boca se alargó en una sonrisa, endureciendo sus ojos amarillos haciéndolos brasas en la penumbra que caía sobre nosotros.-Está bien –dijo-. No empiecen a discutir de nuevo. Me sentía cansado de repente. Cansado y triste. Miraba los ojos azules de ese hombre, vidriosos y opacos. En el izquierdo la sangre cubría todo el globo blanco y se unía con la mancha en su cabeza color yerba seca. Me pareció un chivo, o un cerdo, que han matado con disparos de escopetas, reventándoles los ojos los pequeños perdigones. Esta guerra a veces parece un juego al escondite. Matar es como tirar pajarillos de latón que se mueven estúpidamente dentro de la caja de madera y de cristal deprimentemente coloreada, resabio de un mundo afanando por sobrevivir, como los tiovivos que ya sólo existen en los barrios miserables. Si los “Tiro al blanco” estuvieran adornados

con figuritas de hombres, indefensas y policromas, dando paseítos circulares ante los ojos de los que acechan con el párpado izquierdo o el derecho, entornados, las manos agarradas con amor al arma que gira, su éxito seria centuplicado. Siempre resulta más emocionante tumbar un hombre que se mueve, se encoje, salta y grita –sobre todo grita- que un pobre par de alas derribadas por el simple gozo del deporte.-Yo lo respeto -dije-. Era un verdadero enemigo. Creía en lo que hacía. Mataba convencido de que tenía que hacerlo para su bien y el de los suyos. No me gusta cuando tumbo algunos de esos pobres ignorantes que actúan como reses, sin saber lo que defienden ni a quienes defienden.- ¿Cómo habrá llegado hasta aquí? – preguntó Juan.-Fácil – le contesté. Desde que los yanquis controlan la parte norte del muelle pueden colar algunos enemigos. Él vino por ahí. Pero, ¿por qué vendría? Debió saber que esto era una ratonera. Busqué la mirada de Sara, quien observaba el cadáver con insistencia. Desvió su cabeza al sentirme volviéndola hacia el muelle, subiendo la mirada por encima de las casas, fría e impersonal. –Quizá lo mandaron a matar a alguien- habló Juan nuevamente.-No creo que lo mandaran. Era un tipo muy importante para recibir órdenes. ¿No crees, Sara?Su cabeza se volvió lentamente y sus ojos parecieron odiarme por un segundo.-¿Qué te pasa conmigo? –su voz restalló hoscamente-. Soy una verdadera militante. Él era un enemigo y ya. Eso es todo. Con una repentina sensación de abandono, como si quisiera marcharme tranquilamente a mi casa y sentarme a leer en el patio, acompañado sólo de las moscas y de esas tablas viejas, parduscas, roídas por los años y las lluvias, bajo la sombra con la que entraba el crepúsculo, resaltando la enredadera, haciéndola de un verde fosfórico, me volví a Juan.-El primer disparo casi me mata –le dije.-Tan descuidados que estábamos los tres, sentados en el zaguán. Pero fue a ti

a quien disparó.-¿Por qué iba a ser así? –Casi gritó Sara-. Fue a cualquiera de nosotros.-Vámonos –argüí velozmente, suspirando. Miré por última vez aquel cuerpo donde media docena de heridas hacían brillar la ropa, mezcla de lluvia y sangre.-Está bien. Vámonos – asintió Sara-. Los compañeros deben saber la buena nueva. La noche se avecinaba cenicienta y fresca. Empezaron a aparecer hombres y mujeres armados, mugrientos y alegres; el centro de la cuidad artillado en todos los rincones. Ya todos sabían el origen de los disparos que rompieron la calma de la tarde y también el resultado del asunto. Sara buscó mis ojos dulcemente y pasó un brazo por mi cintura. La besé y una de mis manos quedó colgando sobre sus hombros.-¿Nos vamos al comando?-No –respondió-. Tengo que hacer algo. Nos veremos allá dentro de un rato.-¿Adónde vas?-Allí. Tengo que… ver a un compañero.-Te acompaño.-No es necesario. Es cuestión de minutos.-No importa. Voy contigo –rodeé su cintura.-Bueno, si no te importa… ven.Dos muchachos habían apartado las cartucheras y alguien portaba el fusil automático mientras otros dos rociaban gasolina al cuerpo. Antes de que los fósforos aparecieran, se escuchó la voz de Sara.-Un momento compañeros.Buscó en los bolsillos traseros del uniforme manchado hasta que en sus manos apareció una abultada billetera. Los dedos femeninos extrajeron algo con pericia mientras con un movimiento la cabeza castaña ordenaba el fuego. Cuando la pira comenzaba a cobrar fuera Sara arrojó algo a las llamas y volvió a mi lado, extrañamente entregada. Lancé la mirada a la pira humana: se quemaba una foto en la cual una pareja se sonreía amorosamente.

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Segunda parte del Ensayo de seis partes IDENTIDAD PERSISTENTE Y MUTANTE realizado por Don Federico Henríquez Gratereaux en el 2004.

IILos conceptos nación y Estado

son percibidos en apretada relación, lo mismo que las ideas de pueblo y etnia. Pueblo, Estado, nación, se nos aparecen como realidades enterizas que no toleran ser disociadas. Para las mentes griegas de Leucipo y Democrito, átomo significaba unidad indivisible; en cambio, para la física moderna los elementos que componen el átomo son las fuerzas que explican el comportamiento y las propiedades de la materia. Para estudiar la identidad sobre la que se edifican pueblos, estados y naciones, es preciso descomponer o desagregar esas tres porciones de la realidad social; como si fueran protones, electrones y neutrones.

Como ya dijimos, durante siglos los judíos carecieron de territorio y de Estado pero no dejaron de ser una nación; vivieron dispersos sin perder el carácter de comunidad, conservando sus costumbres, ritos, creencias, “estilo de vida”, visión del mundo. De los judíos dijo el poeta alemán Enrique Heine: “son un pueblo cuya patria es un libro”. Los hebreos no ponían los pies sobre ninguna tierra propia. Ellos tenían identidad sin tener “patria”: Eran una nación sin Estado.

Los polacos, por el contrario, no perdieron su territorio con las reparticiones de 1772, 1793 y 1795; aunque muchos polacos emigraron, el grueso de la población permaneció en su territorio a pesar de haber perdido su Estado y sus derechos políticos. Los

polacos mantuvieron viva la identidad nacional: Fueron polacos antes, durante y después de las dominaciones de rusos, prusianos, austriacos y franceses. Los judíos conservaron su identidad mas allá del horror del holocausto, un periodo de exterminación física programática que abarcó doce años, esto es, de 1933 hasta 1945.

La identidad no siempre está conectada con una raza determinada. Hay negros puros en África que pertenecen por entero a la cultura arábiga, que son musulmanes, usan ropajes árabes y su lengua materna es el árabe. Los negros norteamericanos – llamados afroamericanos - son americanos,

profundamente americanos. El blue, los spirituals, el jazz, son contribuciones de los negros a la cultura norteamericana que, en lo esencial, es WASP, o sea, blanca, anglosajona y protestante. No se parecen los negros norteamericanos a los negros del África, sean musulmanes o cristianos, arabizados o afrancesados. No importa que miremos la historia como un proceso – sujeto a leyes – o como una serie ininterrumpida de “accidentes”, el resultado es que razas diversas pueden confluir en una identidad común.

Esto es particularmente importante para comprender los “fenómenos identitarios” de la América hispánica. En los países de nuestra América es muy difícil que tengan éxito movimientos

nacionalistas etnocéntricos, - fundados sólo en la etnicidad, en la pureza de una raza determinada - . En América existen tres grandes grupos étnicos que conviven desde hace siglos: los aborígenes precolombinos – mayas, quechuas, aztecas, aimaras y muchísimas otras etnias -; los europeos colonizadores y sus descendientes directos o indirectos; y los hijos de los negros importados como esclavos en algún momento de la historia colonial. Negros, blancos e indios han dado lugar a toda clase de mezclas: mestizos, mulatos, zambos. No obstante los numerosos prejuicios existentes y las diversas luchas que separan o han separado a estos grupos, pertenecen

todos a la misma comunidad, al mismo Estado. El que hayan luchado unos contra otros por motivos económicos, sociales, políticos, y ocupado distintos lugares en la escala de jerarquías públicas y de estimación, no impide que sean nacionales del mismo país y bailen la misma música y coman parecidos platos. Las viejas identidades son persistentes, mutantes y, además, aglutinantes: aglutinantes por dos razones: porque incorporan nuevas partículas y porque mantienen la cohesión de las sociedades. La mutación es lenta, la persistencia prolongada; y el poder aglutinante una fuerza política siempre activa.

En la actualidad las naciones de América hispánica tienen poblaciones

Identidad, raza, nación; separar las partes

Federico Henríquez Gratereaux

Intelectual y humanistadominicano.

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Revista de Arte y Literatura 21

mestizas, mulatas o trihíbridas, amparadas por una sola ciudadanía. Himno, bandera, idioma, cocina, son hoy elementos comunes a los tres grupos. Para estudiarlos es necesario, disociar o separar raza y cultura, raza y nación, raza y ciudadanía y, finalmente, raza e identidad. Bélgica es un Estado binacional que aloja en su estructura jurídica constitucional a dos pueblos: a flamencos y a valones.

Todas las constituciones políticas comienzan por mencionar al pueblo que la proclama, a la nación en nombre de la cual se consagra, antes de llegar a la descripción de los poderes del Estado que defenderá a ese pueblo y a esa nación. Inmediatamente después, las constituciones se refieren a los símbolos patrios: himno y bandera; señalan factores unitivos de la población: lengua y religión. Luego se aborda el tema del territorio y a seguidas el de la nacionalidad.

Las constituciones suelen definir la nacionalidad por uno de dos caminos: el

jus soli o el jus sanguinis. O la sangre o el territorio; o la “etnia” o el nacimiento. Los países con poca población preferían el derecho del suelo. “Gobernar es poblar”, decían los próceres argentinos. Esto reza, especialmente, para los estados que se asentaron en los extensos territorios del Nuevo Mundo. Cuando el territorio es pequeño y la población numerosa, entonces las élites gobernantes invocan el derecho de la sangre. Los Estados Unidos de América es el mayor ejemplo de apertura a los emigrantes, de aplicación del referido principio constitucional llamado jus soli o derecho del suelo. Los pequeños países europeos han tenido una política estrictamente inversa. Establecer dificultades para la obtención de la

ciudadanía es una forma de protección frente a los extranjeros, sean invasores, inmigrantes o simplemente extraños de “otra etnia”.

Las agrias disputas sobre Alsacia-Lorena que protagonizaron alemanes y franceses añadieron aspectos nuevos al problema de la identidad. Por la sangre o la biología Alsacia-Lorena era alemana; el territorio, sin embargo, y los intereses sobre él, constituían una cuestión política; pero las gentes de Alsacia-Lorena preferían ser franceses “por elección y voluntad”, como afirma Edgar Morin. Surge entonces el inesperado asunto de la decisión democrática de los habitantes de una región. Tierra, raza, voluntad. Los sentimientos de las personas están conectados con su cultura, sus intereses y, sobre todo, con la percepción de su identidad comunal.

En América hemos querido “fundar”naciones que se parezcan a las naciones “modélicas” de la vieja Europa.

Hemos imitado de dichas naciones la organización política, las instituciones de derecho, las ceremonias sociales, vestimenta y adornos, así como su literatura y artes. Claro está, eso no es posible hacerlo íntegramente; es preciso introducir modificaciones, parches o remiendos, porque nuestras historias son completamente distintas de las historias de los países europeos. Diferentes son los prejuicios, las costumbres, los componentes étnicos, la estratificación social. Todas las sociedades son “organismos” resultantes de una historia particular irrepetible.

Esta es la causa de que algunos pasos de la historia americana tengan el aspecto de una mascarada. Junto a acciones y

obras de verdadera humanidad y de empinado heroísmo, brotan excrecencias salvajes, risibles, carnavalescas. Arturo Uslar Pietri, en su novela La isla de Robinson, pone a hablar a Simón Rodríguez, maestro de Bolívar, acerca de “aquellos pueblos americanos en revuelta continua”(...) “le contaba las cosas que había visto en Bolivia, en el Perú, en Chile. La plétora de necios, de fatuos, de ignorantes que pretendían dirigir a unos pueblos impreparados para la vida política”. “El ciego que conduce a otro ciego”. Intentamos establecer un orden democrático sin tener el número suficiente de demócratas.

No es posible copiar al pie de la letra los buenos ejemplos del orden político europeo; es como vestir el cuerpo de un flaco con un traje hecho para un gordo. Pero sería aún peor reproducir los malísimos ejemplos de las guerras religiosas o étnicas, de los feroces enfrentamientos y matanzas de

los nacionalismos excluyentes, que han asolado a Europa. Un continente mestizo puede y debe superar esas visiones unilaterales de limpieza racial, de etnias privilegiadas o “superiores”.

Ahora asistimos a un nuevo ascenso de los nacionalismos, en Austria, en Holanda. El extremista francés de derechas, Jean-Marie Le Pen, gana cada día más apoyo en varias regiones de su país. El opina que “la desigualdad entre razas está demostrada”. También piensa que la muerte de millones de judíos en las cámaras de gas es “un detalle desafortunado de una realidad que no se ha entendido del todo bien”. La América mulata y mestiza debe rechazar ese camino autodestructivo.

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Desenterrar los espejos que pueblan la literatura fantástica es una tarea que encuentra

fundamental apoyo en la teoría del género fantástico formulada por el teórico y crítico literario Tzvetan Todorov, quien no sólo resalta el rol de los espejos en la literatura como objetos que demarcan la entrada a lo fantástico, sino que además aclara que éstos, y en consecuencia podríamos decir que la realidad u otredad que esconden, son símbolos de una mirada subvertida y falseada (Todorov, 146). Sin duda, al hablar de este género en el cuento de Carlos Fuentes “Chac Mool” surge el mito azteca como fuente efervescente para lo fantástico. Asimismo, en este relato se plantea la dualidad entre realidades paralelas que pugnan una batalla por una identidad fragmentada. La tensión bélica entre la realidad objetiva y aquella del espejo emerge de manera insistente en la narrativa de otros escritores fantásticos tales como Julio Cortázar e incluso ha sido archivada como mito por Jorge Luis Borges en El libro de los seres imaginarios. En este último caso nos referimos, más concretamente, a la invasión especular del mundo terrenal recogida por este maestro del género en “Animales de los espejos”, donde se plantea un proceso bélico de conquista basado en la imitación de realidades paralelas. Siendo los espejos elementos propios de lo fantástico, y tomando en cuenta la tensión que se establece entre las realidades que coexisten a ambos lados del mismo produciendo resultados vindicativos en “Chac Mool”, en este ensayo se busca examinar en dicho relato el proceso de reconquista llevado a cabo por el mundo especular para sostener que, siguiendo un paradigma similar al mito del libro de Borges, éste se basa en

la presencia antagónica de una realidad conquistada que vence y condena al marco terrenal a la imitación o espejificación de la realidad antes subyugada.

En “Chac Mool”, tras haber comprado un ejemplar del dios azteca de la lluvia y del trueno Filiberto, burócrata y coleccionista, en su rutinaria cosmovisión poco parece sospechar los cambios que se apoderan del casón que ha heredado de sus padres una vez introduce en él en falsa calidad de objeto a la divinidad azteca. En un principio, es necesario notar que el mundo fantástico e inaccesible del Chac Mool, ubicado al otro lado del espejo, ha sido reducido a un “simple bulto agónico” de mueca repulsiva y valor puramente estético (14).

Ciertamente, esta percepción va cambiando según avanzamos en el metatexto y asistimos al monstruoso proceso de alumbramiento tras el cual la estatua cobra vida. Es importante resaltar que dicho ciclo, nutrido por un cordón de tuberías, apunta de manera sistemática al proceso natural de gestación y recae, como Gladys Feijoo y otros críticos han examinado, sobre el agua como símbolo de vida que, además, sirve para introducir elementos tanto mitológicos como socioculturales de la cosmogonía azteca (Feijoo, 42). Por otro lado, y quizá más importante, se puede sostener que los aberrantes cambios que se apoderan de la estatua y que llegan incluso a cubrirla de una “erisipela verde” son los responsables de que empiecen a palpitar en la narración la duda y el misterio característicos del género fantástico, al delatar de manera imprecisa la yuxtaposición de los distintos planos espacio-temporales (15). De esta forma, se construye una realidad especular que, antes de mostrarse en todo su horror, se

manifiesta en un principio como objeto latente que gradualmente deja de imitar las reglas del orden natural que le privan de su identidad mítica. Así, cuando en una muestra de ingenuidad frente a la presencia fantástica que bien podría reflejar la reacción del indígena frente al español, del yo frente al otro, Filiberto expresa que “[e]s la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar en mi sótano” (15) él mismo nos indica, tal como plantea Feijoo, que “hasta este momento prevalece el mundo natural” (Feijoo, 41). No obstante, lejos de querer preservar el status quo la húmeda metamorfosis del dios que gesta en el sótano reproduce, como realidad latente, vibraciones que se van proyectando en el universo real causando un inusual desequilibrio en el orden cotidiano, como puede verse cuando Filiberto descubre los vellos germinados en los brazos de la estatua y consecuentemente escribe: “Esto nunca me había sucedido. Tergiversé los asuntos en la oficina, giré una orden de pago que no estaba autorizada” (17).

Siguiendo esta cadena de eventos y liberándose del encarcelamiento impuesto tras la conquista de América, la estatua antes prosaica e inanimada se torna dorada y emite, aunque indirectamente, su primera advertencia: “parecía indicarme que era un dios, por ahora laxo, con las rodillas menos tensas que antes, con la sonrisa más benévola” (18, énfasis añadido). En el mito de los “Animales de los espejos”, Borges advierte que llegará el día en que los habitantes del espejo “sacudirán ese letargo mágico” (25). Filiberto, por su lado, tras la resucitación del Chac Mool explica: “se presenta otra realidad: sabíamos que estaba allí, mostrenca; ahora nos sacude para hacerse viva y

IMAGEN MONSTRUOSA EN UN ESPEJO DE CIRCO

“Chac Mool” y lo Fantástico Especular. Por: Wendy Virginia Muñiz

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presente” (18). Así, la realidad especular deja de obedecer a las convicciones del universo real y raspa su superficie, sofocando lo cotidiano e invirtiendo el esquema jerárquico establecido.

Tal como plantea Cynthia Duncan, en un principio Filiberto despliega una actitud posesiva hacia Chac Mool, etiquetándolo “mi Chac Mool” (14) (Duncan, 128). Es importante subrayar que la postura hegemónica adoptada por el protagonista es resaltada por el orden jerárquico que el burócrata se apresura a establecer dentro de la casa, haciendo evidente la distribución de distintos pisos que requieren la constante mención del traslado de los personajes hacia arriba o abajo de las escaleras. El juego de espacios, entonces, parece sugerir la existencia de una jerarquía marcada por la relación de dominio entre dos personajes cuyas realidades, que ya experimentaron los efectos contradictorios del choque entre dos culturas al momento del descubrimiento, heredando el pasado han sido yuxtapuestas y, tras el desenlace, transpuestas. De este modo, si en un principio Filiberto está en completa posesión de su casa la cual gobierna como anfitrión desde su recámara al final de las escalones, mientras Chac Mool ocupa el sótano, este paradigma habrá de invertirse más tarde cuando Chac Mool invade la cama de Filiberto y éste primero debe de dormir en la sala en la planta baja para más tarde ocupar un lugar más entre las antigüedades que se ocultan en el sótano.

En este sentido, se puede sostener que con la irrupción de lo fantástico el paradigma n a t u r a l s u j e t o -objeto es invertido ya que Chac Mool, visto en un

principio como objeto de consumo, rompe la barreras impuestas por los hombres y, siguiendo un método similar al de la conquista, como en un espejo condena a Filiberto a convertirse en objeto y a repetir el estado de silencio, humillación y olvido al que antes fuese renegada la cosmogonía indígena. Entonces, asistimos en “Chac Mool” a un proceso doble de cosificación y humanización donde el sujeto se convierte en objeto de contemplación, haciendo de Chac Mool el sujeto que ejerce la mirada. De esta forma, cinco siglos después Chac Mool esclaviza al hombre moderno repitiendo el comportamiento de colonización ejercido por los conquistadores, castigando a Filiberto a cumplir con la condena que le fue impuesta: lo “privó de su fuerza y de su figura” (Borges, 24). Despertando de su largo sueño, Chac Mool encierra a Filiberto en el letargo de la muerte.

Finalmente, si interpretamos al final la aparición del indio como la imagen cúspide de la humanización del dios, a pesar de que éste ha ganado en supremacía y ha condenado al individuo a la mimesis de su estado anterior, es necesario resaltar que, paradójicamente, el dios decide imitar y repetir los actos de los hombres convirtiéndose en un ser que “no podía ser más

repulsivo” (24). Chac Mool se torna, siguiendo las desequilibradas ideas de Filiberto sobre la naturaleza ontológica de la realidad, en una “real imagen monstruosa en un espejo de circo (17). Se puede sugerir entonces que con el dénouement ocurre en este cuento una desmitificación del mito. El resultado es, si bien humillante y artificial, también abyecto pues, aunque cada realidad traspasa el espejo, ese límite entre lo natural y lo sobrenatural, terminan reflejándose monstruosas. Así, lo que en un principio se muestra como una victoria de la tradición autóctona sobre la modernidad termina siendo corroído por dicha modernidad y la herencia del legado hispánico. Ciertamente, tras la reconquista Filiberto ha sido desterrado al sótano de la memoria donde antes estuviese Chac Mool, pero sin poderse apartar de él la divinidad azteca es condenada a reflejar su sentimiento de alienación, su fracaso.

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Segunda ParteReunión de estudio en Sevilla y trofeo en Salamanca

La primera semana de marzo hicimos un alto en nuestra labor académica. Participé previamente

en la ya prestigiosa Tertulia Poética, celebrada en el Café de Oriente, justo frente al Palacio de la Zarzuela de Madrid, bajo la coordinación del poeta interiorista y entusiasta dirigente literario del Ateneo Insular en España, Teodoro Rubio. Aprecié un fervor lírico y estético desbordante en los cordiales contertulios madrileños, aunque los había también de otras poblaciones españolas, como los poetas Gonzalo Melgar, de Toledo, y María Rodríguez, de Jerez de la Frontera.

El primer domingo de marzo, soleado y jocundo, emprendimos viaje con los demás académicos hacia Sevilla, la ciudad que inspiró la gestación de la Generación del 27, cuando Federico García Lorca, Dámaso Alonso, Manuel Altolaguirre, Pedro Salinas, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Ernestina de Champourcin, Emilio Prado, Luis Alberti y otros valiosos poetas celebraban el segundo centenario de Góngora en la hermosa ciudad andaluza.

La delegación integrada por los Directores de las Academias Hispanoamericanas de la Lengua Española y la Real Academia Española, viajamos en AVE, el tren de Alta Velocidad que corre a trescientos cincuenta kilómetros por hora. Durante el trayecto Madrid-Sevilla, atravesamos las inmensas praderas de la meseta

castellana en un par de horas. Tras un fascinante trayecto por entre cerros poblados de encinas, viñedos y olivares, llegamos a la bella ciudad andaluza, donde nos esperaba una comitiva oficial.

Al cruzar el centro de la ciudad, llegamos a la Triana de las leyendas, para instalarnos en el hermoso hotel que nos albergaría por cinco días. Al dirigirnos al hotel, observé, embelesado, las singulares edificaciones que daban cuenta de un pasado glorioso. En uno de los apartamentos del centro de la ciudad contemplé el floreteo de algunas avecillas, temblorosas y traviesas, que coqueteaban frente a los balcones. Entonces recordé los versos de Rimas y leyendas, de Gustavo Adolfo Bécquer: “Volverán las oscuras golondrinas/ de los balcones sus nidos a colgar./ Pero aquellas que unieron nuestras vidas/ no volverán”.

Sevilla es una ciudad encantadora. Y no se diga de su pueblo. Casas antiquísimas (el sector antiguo data del siglo XII), impresionantes construcciones árabes, imponentes palacetes góticos y, desde luego, el histórico Alcázar de Sevilla y su altiva Catedral. Muchas de sus calles están engalanadas por cafeterías ubicadas en sus aceras y muchos parroquianos acuden a esos establecimientos de entretención y esparcimiento, dándole a la ciudad un aire festivo y bullanguero. El hotel, el ABBA Triana, está situado justo al lado del Guadalquivir, el mismo río que inspiró a Federico García Lorca: “El río Guadalquivir/ va entre naranjos y olivos./ Los dos ríos de Granada/ bajan de la nieve al trigo. / ¡Ay, amor, que se fue y no vino!”.

Lo que el hombre construye suele ser un testimonio de lo que sueña y piensa. Esto lo digo pensando en las hermosas edificaciones que dan relieve y lustre a Sevilla. Visitamos el Jardín del Alcázar, donde García Lorca leyó, según se nos dijera, su “Elegía a Ignacio

Sánchez Mejía”; pasamos por el convento donde Santa Teresa legó el original de Las moradas; vimos el escenario donde se gestó la Generación poética del 27; conocimos la casa-museo de Murillo, el gran pintor sevillano de la Virgen y el Crucificado; visitamos el Archivo de Indias, caudal de valiosos documentos sobre nuestra América; apreciamos el portal por donde se voló (en sentido colombiano, ´fugarse con un hombre´) la lozana andaluza que inspiró tanta crónica inaudita a Francisco Delgado; y comimos platos típicos y exquisitos manjares servidos por preciosas azafatas andaluzas.

El Monasterio de Santa María de las Cuevas sirvió de escenario para la reunión académica en la que se dio a conocer el proyecto del Diccionario de Americanismos ante las autoridades municipales, la prensa local y los intelectuales invitados a este memorable encuentro con Andalucía.

-Habéis venido a Sevilla -nos dijo la prestante Consejera de la Junta de Andalucía- tierra desde donde partieron hacia América millares de andaluces que implantaron en vuestros países el modo de hablar de nuestra lengua y retornaron luego con aderezos fecundos de un decir rico y hermoso.

Y prohombres de la talla de Rodrigo de Triana, Rodrigo de Bastidas y otros trianeros famosos fecundaron la estirpe de una raza fecunda, como dijera Rubén Darío. Todo lo demás fue asunto de coser y cantar. “Y rondaban ruiseñores como en Sevilla en primavera…”, escribiría el Almirante cuando recorría las hermosas tierras del Cibao, haciendo honor al título que la Reina de Castilla y León le otorgara con el poder sobre los nuevos reinos de Ultramar, mientras por mi imaginación gavioteaban los versos de agraciados vates de esta singular tierra andaluza, como los de Antonio Machado: “Anoche cuando dormía/ soñé, ¡bendita

NOTAS DE VIAJE Por Tierras de España

Bruno Rosario Candelier

Presidente de la Academia Dominicana de la Lengua

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ilusión!/ que una colmena tenía/ dentro de mi corazón. / Y las doradas abejas/ iban fabricando en él/ con las amarguras viejas/ blanca cera y dulce miel. / Anoche cuando dormía/ soñé, ¡bendita ilusión!/ que era a Dios el que tenía/ dentro de mi corazón”.

No fue casual la elección de Sevilla para este encuentro académico, puesto que Elio Antonio de Nebrija, de origen sevillano, fue el autor de la primera Gramática de la Lengua Castellana, texto que sentó las bases morfológicas y sintácticas de nuestro sistema de signos y de reglas. Sevilla nos aportó cuantiosos vocablos y el modo peculiar de pronunciar nuestra dulce lengua. Sevilla es también el solar nativo de María José Rincón, nuestra valiosa colaboradora, Miembro Correspondiente y Coordinadora de la Tertulia Lingüística de la Academia. Sevilla dio aliento y encanto no sólo al buen decir de Bécquer y Machado, sino salero y gracia a una lengua que enaltece la manera sonora y elocuente de sentir y pensar la dolencia divina.

El corazón da señales cuando cautiva el centro de su apelación profunda. La penúltima noche en la tierra andaluza fue edificante y luminosa. Después de conocer el Archivo de Indias, visitamos el Monumento de los Venerables donde nos deleitó la música sacra bajo la conducción del padre José Enrique Ayarra, afamado organista de la Catedral de Sevilla, con un concierto al órgano de la Tocata en Fuga, de Juan Sebastián Bach. Bajo la inspiración musical del más melodioso de los instrumentos y bajo el impacto de aquellos acordes celestiales en aquella bóveda impregnada de impresionantes escenas pictóricas, recordé los versos inmortales de fray Luis de León: “El aire se serena/ y viste de hermosura y luz no usada/ Salinas, cuando suena la música extremada/ por vuestra sabia mano gobernada”. Entonces pensé en la gaviota distante, que alza su vuelo a recorrer el océano infinito cuando escuchaba su mismo acento cantarín, su dulce dejo expresivo, su armonioso canturreo que orilla el hondón de la sensibilidad.

Luego pasamos al Museo de

Velásquez que, como Murillo y Zurbarán, sevillanos son. Allí pudimos apreciar magníficos cuadros originales del genial pintor, como “La Inmaculada” o el sugerente fresco de Triana, de pintor anónimo.

Las cosas que arrancan nuestras emociones tienen un halo de luz, encanto y misterio que subyuga la sensibilidad profunda. En el Museo de Velásquez conocí a Rocío García-Carranza, una hermosa andaluza y artista de profunda vocación mística. Compartimos al día siguiente uno de los diálogos más intensos que jamás haya tenido bajo la llama de la sutil locura, como dijera Platón cuando aludía al culto de lo divino mismo. Rocío simpatizó con el ideario interiorista y aceptó formar el Grupo Literario “Antonio Machado” de Sevilla, bajo la inspiración del Interiorismo cuya esencia estética le comenté. Paso a paso nuestro movimiento sigue expandiéndose por el mundo para fortuna de nuestras letras. Esa misma tarde conocí en el hotel Triana al filólogo sevillano Luis Carlos Díaz con quien había sostenido el año anterior, mediante la magia del correo electrónico, un fecundo intercambio epistolar, que publiqué en mi libro El Ánfora del Lenguaje.

Al día siguiente, emprendimos ruta por los hermosos parajes de Castilla rumbo a Salamanca. Hicimos una parada en Cáceres, la hidalga ciudad que aún conserva, en su centro histórico,

vestigios vivientes de un ilustre pasado milenario. La Cáceres antigua es una zona medieval con sus callejas estrechas, sus muros insumisos y sus palacios renacentistas. Conserva la huella de una historia impregnada de heroísmo y leyenda. Internarse en las estrechas callejuelas de esos pueblos milenarios -lo mismo en Cáceres, que en Sigüenza o Brijuela, que posteriormente visitamos-, es sumergirse en la raíz de una memoria que conserva elocuentes vestigios de un legado histórico. Son dos realidades que parecen superpuestas a la visión del contemplador: la perspectiva del pasado, con su luminosa estela tamizada por la huella del tiempo; la acuarela del presente, con el trajín de sus atareados transeúntes, que dan continuidad a la vida, la historia, la lengua…

Comimos en un hermoso parador deliciosos manjares castellanos. Atravesamos por pueblos y aldeas escoltados por sauces esbeltos y ondulantes cipreses. Eran inmensos los sembradíos de trigales y viñedos, alternados con manadas de corderos y fincas de vacas y toros.

Salamanca coronó una semana de estudios, viajes y encuentros. No sólo nos afanamos por lograr la descripción precisa del caudal léxico de nuestra lengua en América con su rico repertorio de voces impregnadas de nuevos contenidos semánticos, sino el aliento, redivivo y remozante, que constituye la sal de la vida en su expresión jubilosa.

Sobriedad, pasión y pureza, los atributos que proyecta la Salamanca clásica, contrastan con la vitalidad, la dulzura y la alegría de la Sevilla que habíamos dejado atrás. Salamanca dio un nuevo matiz a una jornada de exploración lingüística, recorrido geográfico y evocación emocional. En la Universidad de Salamanca este servidor recibió, el sábado 7 de marzo de 2009, en nombre de la Academia Dominicana de la Lengua, el trofeo que la acredita como una de las 20 Academias Americanas de la Lengua Española ya que fue distinguida con el Premio Nebrija por nuestra labor centrada en el estudio de la lengua y el cultivo de las letras. Orondos

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y entusiastas recibimos, bajo el impacto de los flashes y el aplauso de la animada concurrencia, la presea que distinguía a nuestra querida Academia.

Previamente, habíamos recibido una atenta comunicación del Rector de la Universidad de Salamanca, invitándonos a recibir el galardón universitario. El suscrito, en nombre de la Academia Dominicana de la Lengua, le agradeció al Ilustrísimo Rector de la Universidad de Salamanca, don José Ramón Alonso Peña, tan auspiciosa distinción. “Permítame expresarle, en nombre propio y de la Academia Dominicana de la Lengua -le dije al Rector en misiva fechada en Madrid el 10 de marzo de 2009-, mis sentimientos de gratitud por la honrosa concesión del Premio Elio Antonio de Nebrija que nuestra Academia, al igual que las restantes Academias Hispanoamericanas de la Lengua Española, recibimos de sus manos el pasado sábado 7 de marzo de 2009 en el augusto salón Miguel de Unamuno ante la presencia de autoridades universitarias, delegados académicos y funcionarios públicos. La prestancia de este galardón, señor Rector, se funda en tres razones: 1. Lo otorga la prestigiosa Universidad de Salamanca, relevante entre las prestantes instituciones universitarias europeas. 2. Lleva el nombre de Elio Antonio de Nebrija, el primero en pensar la lengua de Berceo y del Arcipreste de Hita cuyo primer vagido aconteciera en el seno del Monasterio de San Millán de la Cogolla al calor de la fecunda inspiración cristiana. 3. Constituye esta presea un honroso reconocimiento a la labor de criba y desbroce de voces y frases que, junto a las demás Academias Hispanoamericanas de la Lengua, hemos estado realizando desde la otra ladera del Atlántico para contribuir a fijar, limpiar y dar esplendor al buen decir del que han hecho gala en Hispanoamérica autores de la talla de Rubén Darío, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier, Octavio Paz, Jorge Luis Borges, Francisco Matos Paoli, Juan Bosch y otros prohombres del pensamiento y la imaginación. El hecho de que nuestra Institución

haya sido reconocida por tan ilustre Universidad con el Premio Nebrija 2008, es enalteciente mérito que nos llega de sano orgullo y entusiasta emoción. Al agradecerle su amable presencia y, desde luego, la entrega del galardón que nos acredita con tan honrosa distinción, le saluda con gratitud, admiración y afecto. Que Dios le siga iluminando y bendiciendo. Bruno Rosario Candelier, Director de la Academia Dominicana de la Lengua”.

Bajo la alta bóveda de aquella augusta sala de esa vetusta institución salmantina me llegaron estos versos amartelados en lo divino del escritor que enalteció la rectoría de esa prestigiosa universidad: “Del corazón en las honduras guardo/ tu alma robusta. / Cuando me muera, guarda, / dorada Salamanca mía, / tú mi recuerdo. / Y cuando el Sol, al acostarse encienda/ el oro secular que te recama/ con tu lenguaje de lo eterno/ heraldo di tú que he sido”. Son, desde luego, versos de la autoría del vasco universal, don Miguel de Unamuno.

La magistral conducción de Víctor García de la Concha hizo de cada reunión un encuentro orientador, edificante y agradable. Las sobremesas se enriquecían con las histriónicas ocurrencias de Pedro Luis Barcia, el carismático Presidente de la Academia Argentina de Letras; con las informales tertulias entre los académicos poetas -José Luis Vega, de Puerto Rico; Marco Martos, de Perú; José Guillermo Ros-Zanet, de Panamá; Alfredo Matus Olivier, de Chile, etc.-, aspectos que matizaban el programa académico, monitoreado por la eficiente asistente del Director de la RAE, Pilar Llull.

Ya en Madrid, como quien vuelve de la ficción a la realidad, retomamos la labor cotidiana en el Templo de la Palabra. La oportuna colaboración de José María Aránguez, Jesús Jiménez, Isabel Moreno y Consuelo Tovar, permitían ´hacer los deberes´ con devoción y entrega.

Aproveché mi estancia en Madrid para organizar, como efectivamente organicé con la colaboración de Teodoro Rubio, el Segundo Congreso de Poesía Mística, bajo la inspiración del Movimiento Interiorista del Ateneo

Insular. En ese importante encuentro literario presenté dos ponencias: “El desarrollo de la conciencia mística”, en la sede de la Asociación de Escritores y Artistas, de la calle Leganitos, 10, del Madrid histórico; la otra, con el tema “El lenguaje de la poesía mística”, en la capilla de la Casa Cervantina, de la calle Atocha, 89, de la capital española. También hablé en el Recital de Poesía Mística celebrado en el Café de Oriente, con la presencia de numerosos poetas. Fue entusiasta la declamación de los poetas interioristas españoles. Hubo participación de poetas de Madrid, Toledo, Ávila, Barcelona, Valencia, Cádiz y Canarias. En otra parte me referiré, en sendas crónicas, a estas valiosas jornadas literarias: la primera, sobre el Congreso de Poesía Mística con los poetas interioristas de España, para los miembros del Ateneo Insular; la segunda, sobre el Encuentro Académico de Sevilla, para los miembros de la Academia Dominicana de la Lengua.

En una fría y triste noche participé en la misa ofrecida por el alma del presbítero y teólogo Pablo Domínguez Prieto, hermano del poeta interiorista Juan Miguel Domínguez cuya lírica, la más alta y la más pura de un autor contemporáneo, me inspiró el estudio que he realizado con mayor compenetración intelectual, afectiva y espiritual sobre un poeta contemplativo. Ese estudio aparece en mi libro El Vínculo Entrañable. El solemne ritual se celebró en la impresionante Catedral de Almudena, ubicada en las inmediaciones del Palacio Real de Madrid. Estuvieron presentes numerosos obispos, sacerdotes, seminaristas, fieles de la Arquidiócesis de Madrid y, desde luego, los poetas del grupo interiorista del Ateneo Insular en la capital española, encabezados por su coordinador, el poeta Teodoro Rubio.

No puedo dejar de consignar, en estas Notas de Viaje, que durante nuestro retorno a la capital española disfrutamos del impresionante paisaje de la Alcarria que tanto exaltara Camilo José Cela en uno de sus relatos. En el trayecto pudimos apreciar que en estas singulares tierras castellanas, el Poniente se comía la luz tras el fulgor del horizonte infinito.

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Manuel Mora Serrano

Luis Beiro Álvarez ha decidido entrar por el túnel del tiempo en esta narración en primera

persona. Armado de nostalgias, pasea por aquella Habana de su infancia y su primera juventud. Luyanó es algo más que un lugar, que una calle o que un barrio; es toda la saudade de una vida derramada con mucho amor, con una dolorosa entrega que, al mismo tiempo que una confesión, es un desafío.

En estas páginas desfilan personajes inolvidables. Especialmente la abuela Luisa, que es una estampa recia, dibujada, extrañamente, con un gran amor, apasionada y a veces cruel, como un aguafuerte salido de la plumilla de Goya.

Paseamos por una Cuba en cambio, en armas, en llamas; un incendio rebelde que se veía desde lejos como una meta, pero que, desde adentro, se padecía de otra manera.

Beiro se refugia en la imaginación. Sus fantasías con la gran rata, con sus

hijos futuros y con John Lennon, el Beatle que condensa todo lo que el de afuera podía hacer para trastornar el orden nuevo, nos hacen asistir a su pericia de narrador y a una forma novedosa de ir mostrando el cambio del niño al joven que termina aceptando la realidad para poder destruirla.

Escenas jocosas que nos harán tirar el libro a un lado para poder reír, estancias para reflexionar, ternuras familiares, odios, rechazos, amores frustrados, aventuras fabulosas, como las de la pesca, sin que falten los hechizos y los retazos de santería popular. En fin, que el lector tiene en sus manos una obra que leerá y releerá con enorme satisfacción, esté del lado que esté en la ideología política.

Luyanó es una pequeña obra maestra que, si se llevara al cine, podría dar un filme estupendo, lleno de gracia y de suspense.

En tres diferentes géneros literarios se ha expresado el antillano Luis Beiro en sus

últimas publicaciones. Además de la Novela Luyanó publicada en este año por la Editorial Unicornio, también ha publicado recientemente Cola De León, la segunda parte del compendio de los artículos breves que aparecieron en la columna del Listín Diario del mismo nombre, y en el género Poesía, editado por Imago Mundi, su libro Con Ojos de Fantasma, con traducción al italiano por Giovanni Di Pietro, ilustrado por Kilia Llano y prologado por Virgilio López Lemus, quien cierra el prólogo del libro diciendo, ¨…¿quién es Luis Beiro? Basta con responder como quería Antonio Machado: un hombre bueno. O como el mismo Beiro dejó escrito en unos versos de su Antibiografía: ¨Digo que

Luis Beiro/ si nació/ no tuvo rostro, ni pájaros, ni infancia¨, sino que tuvo todos los rostros, todos los pájaros y sigue en sus ojos toda la infancia.¨

Sobre Luyanó

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El guardia arrayano El Guardia apunta con su fusil

a la frente de Esteban que permanece con las manos en

alto y la cabeza erguida. Todo empezó hace cinco minutos, durante el chequeo de vehículos. Los pasajeros del autobús estaban cansados y aburridos de ver los cactus, las guazábaras rabiosas de espinas, las casas sembradas entre matorrales secos. Habían recorrido la mitad del Sur dominicano.

Llegaron al último puesto militar, custodiado por un guardia con ganas de tentar la tragedia. El Guardia Subió al autobús como un zombie de piedra. Sus ojos se posaron en Esteban, que parecía atraerlo como si fuera su imagen reflejada en un espejo.

-Su cédula, dice el Guardia, con una voz dura y monótona.

-Más haitiano serás tú, ¡mardito prieto, arrayano!, grita Esteban.

-Baja, le dice el Guardia a Esteban con una parsimonia poco habitual en estas tierras de bachata, mientras lo tira de la camisa y lo empuja hasta la orilla del asfalto.

En la orilla del asfalto -¡No lo mates!, grita una doña desde

el autobús, con las manos en la cabeza. -¡No me mates a mi marío, coño!,

aúlla una mujer joven, mulata de piel clara, que corre al rescate de su hombre. Los pasajeros la detienen.

Dos hombres intentan disuadir al Guardia, jefe único instalado en una caseta para cuidar a la patria de la invasión de los haitianos por órdenes superiores. Pero, no bastan ni súplicas, ni amenazas.

Este es un pleito entre arrayanos. -¡Tira la cédula!- susurra El Guardia.-No te voy a dar mi mardita cédula-

murmura Esteban.Siguen los gritos de las mujeres y las

amenazas de los hombres. Pero, más bulla hace el pasado en la cabeza del Guardia. El pasado quiere comerse sus sesos. Dos lágrimas llenan la cara negra.

¡Mañé!, ¡congó!, ¡prieto del diablo!, escucha en sus recuerdos.

Las palabras malditas y casi olvidadas se le han acumulado de golpe. El Guardia repasa su vida con furia.

Los recuerdos y la vida Hijo de madre dominicana,

mulatísima, bateyera de un tiempo en el que a los ingenios no les quedaba azúcar; y de padre haitiano, negro, de esos que fueron a recoger las últimas cañas, cuando ya la vida se había mudado a la ciudad.

El Guardia tiene nombre. Es Juan (Jean en verdad) Méndez (Pierre para ser sinceros). Tenía que ser obrero de la construcción, jornalero agrícola, delincuente o guardia. Era perseverante. Fue guardia. Los guardias sólo pueden ser dominicanos.

Entre el arenque asado y los mosquitos, terminó la escuela básica. Se fue del batey con unos parientes de su madre y se graduó de bachiller en un pueblo grande, perdido entre la nada y los teléfonos móviles de última generación enviados por mujeres que friegan pisos en Europa.

Sobrevivió a las burlas de sus compañeros y al mal disimulado desprecio de los profesores. Era un arrayano. Nada que hacer. El acento lo delataba, ¡ese español dominicano teñido de creole de batey!, esa piel negra ¡Tan negra!

Luego, el entrenamiento en la milicia.

-¡Ahora los congose son militares!, le gritó un coronel durante su primera jornada de ejercicios.

-Señor, respondió complaciente.En los cuarteles el Guardia se hizo

útil, cruel y servil, pero guardia. No “un corta caña” como su padre, al que no ve desde hace diez años. Lo olvidó en un batey del Este, en la otra punta del país. Con el uniforme lo enviaron al Sur, donde hizo su vida de bohemio, soltero y bebedor. Aquí es más o menos un dominicano.

Ahora lo recuerda todo. Unas burlas en la escuela, una novia que no resistió

la presión de sus padres para que no atrasara la raza… a su papá hablando en creole, a su papá que le da un abrazo durante una fiesta de cumpleaños…

Todo lo revivió en segundos, este hombre inmenso, alto, con músculos como troncos de caoba, que fue casi borracho al trabajo, con los fantasmas del remordimiento y la rabia, con el nombre del padre en el corazón. Una noche y una madrugada de copas no bastaron para quemar su historia, por eso en pocos minutos sonarán tres disparos.

El instante -¡Mardito arrayano!, repite Esteban

que siempre mira a los ojos de este hombre tan inmenso, tan alto, tan negro, tan igual a él.

Alrededor, los gritos, las amenazas, los ruidos. Entre ellos un diálogo sin palabras que sólo los arrayanos comprenden.

El Guardia le dispara tres veces a Esteban, que también es arrayano. Un arrayano sureño. Un arrayano que no quiere que le confundan con un haitiano.

-¡Prieto del diablo!- grita Esteban después del ruido que dejan los disparos.

El Guardia no da en el blanco cercano. Ordena: ¡Vete! y Esteban camina en silencio hasta el autobús. Los pasajeros retoman la calma, los que habían bajado para tranquilizar al Guardia vuelven a sus asientos.

-No me mató por la borrachera que llevaba, comenta Esteban con ese español marcado por el creole, casi idéntico al del Guardia, cuando se sienta en el autobús.

-Ellos se entienden, murmura aliviado otro de los pasajeros.

Y el autobús retoma su curso, por ese paisaje tan seco de cactus y guazábaras, de cactus y guazábaras, camino a la ciudad.

(Riamny Méndez, periodista dominicana, con especialidad en Relaciones Internacionales en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Ha trabajado en los diarios dominicanos El Siglo, Listín Diario, Diario Libre y en el semanarios Rumbo.)

Por Riamny Méndez

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En ocasión del cincuentenario de la gesta de Constanza, Maimón y Estero Hondo, un grupo de fundaciones y las centenarias Alianza Cibaeña y Amantes de la Luz, rindieron homenaje a los sobrevivientes de la raza inmortal, Poncio Pou Saleta, Mayobanex Vargas y Delio Gómez Ochoa, así como a los 32 expedicionarios oriundos de la provincia de Santiago. La distinción en reconocimiento a su entrega y de ofrendar sus vidas por la libertad del pueblo de la garras del régimen trujillista y para rendirle gloria a la raza inmortal del glorioso movimiento clandestino del 14 de junio del año 1959, fue celebrado en la sociedad cultural Alianza Cibaeña, escenario que utilizó el pro-hombre Poncio Pou Saleta para expresar que “el dominicano es valiente de corazón”. En esa noche gloriosa, la hija de Pou Saleta disertó con la conferencia Los Movimientos Conspirativos y el papel de la lucha anti trujullista, en donde se refirió a la ofrenda de vidas que ha dado el país para lograr la democracia, así como el precio del exilio, de sangre que se ha pagado para combatir la tiranía. En ese tenor hizo un recuento de las familias que fueron laceradas por el gobierno del dictador Rafael Leonidas Trujillo, en especial de la ciudad santiaguense, como Los Patiño, Los Perozo y otras más que le arrancaron de cuajo a jóvenes valiosos; “hasta niños como Alfonzo Perozo con tan solo 14 años de edad”. En tanto el coordinador de la actividad, Radhamés García, expresó en las palabras de apertura, que aunque la gesta fracasó desde el punto de vista militar, su impacto en la conciencia política del país fue extraordinario; “a pocos meses de finalizada la expedición, se generalizó la oposición a la tiranía y estaba en proceso la constitución de una amplia red

clandestina, que el diez de enero del ´60, decidió adoptar el nombre de Movimiento Clandestino 14 de Junio como homenaje de reconocimiento a la fecha en que esas acciones guerrilleras se iniciarion”. Además valoró la participación de distintas luchas como continuidad histórica para lograr la independencia nacional y las ansias de libertad como la diseñaron los padres de la Patria. En ese sentido destacó el trabajo de lucha de Gregorio Luperón, Mauricio Báez, Manolo Tavarez y Minerva Mirabal. El dirigente exhortó en el acto conducido por el reconocido periodista Darío Fernández, a emular a los héroes del 14 de Junio, para construir una nueva República Dominicana, donde brote la esperanza con toda su lozanía. Un momento significativo fue cuando todos los familiares descendientes de los expedicionarios posaron para una foto histórica con los dos sobrevivientes-presentes en el acto- de la raza inmortal, Poncio Pou Saleta y Mayobanex Vargas. La pariente de Clara Santyago agradeció el reconocimiento a los catorcistas. La mesa de honor estuvo integrada por Mayobanex Vargas, Poncio Pou Saleta, Porfirio Rodríguez, Francis Pou y los directivos de la Alianza Cibaeña y Amantes de la Luz, Jhonnny Guerrero y Carlos Manuel Estrella.

SOCIEDADES CENTENARIAS RINDEN HOMENAJE HEROES RAZA INMORTAL

Fue un encuentro emotivo donde participaron familiares de los combatientes

UAPA DEDICA FERIA EN HONOR Al ESCRITOR

ANDRES L. MATEO

En reconocimiento a su ardua labor literaria, la Univer-sidad Abierta para Adultos (UAPA), dedicó su VII Feria del Libro y IV Feria de Tecnología Educativa en homenaje al laureado literato, Andrés L. Mateo. El rector de la primera universidad a distancia del país, doctor Ángel Hernández expresó los criterios de la elección del connotado poeta, ensayista y educador, por considerársele uno de los intelectuales de mayor aporte al desarrollo de la literatura dominicana, a través de importantes obras que han trascendido los linderos de la geografía nacional. En el acto el escritor y autor de la novela La otra Penélope, agradeció la distinción de la Universidad, así como del Consejo Académico que lo eligiera para dedicarse esta importante feria, reconocida como la más importante de la Región. La presentación de las obras del escritor homenajeado, estuvieron a cargo de su homólogo Frank D´Oleo. La mesa de honor estuvo integrada por el rector Ángel Hernández, el homenajeado, Andrés L. Mateo, la vicerrectora académica, Cecilia Tejada; los coordinadores Reyna Hiraldo Trejo y Arismendy Rodríguez, así como el subsecretario de cultura, Enegildo Peña y otras personalidades vinculadas al quehacer cultural cibaeño. Un momento que elevó el acto, fue la intervención artística del guitarrista clásico, José Miguel Herrera, un aventajado profesor del Instituto de Cultura y Arte (ICA), quien con hermosas piezas en el instrumento de cuerda, cautivó a los presentes. Un amplio programa de actividades se desarrollaron, con charlas, obras de teatro, puestas en circulación de libros, conferencias, paneles en voces autorizadas como el escritor MáximoVega, el mercadólogo Gerardo Henríquez, la psicóloga Mirian Polanco, así como el abogado Manuel de Jesús Cuevas, procurador Fiscal Valentín, la cuentista Rosa Julia Vargas, los educadores José Manuel Fernández y Milagros Gómez, los periodistas Ciprimar y Claudio Concepción, entre otros.

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ACADEMIA DE LA LENGUA El Dr. Bruno Rosario Candelier,

Director de La Academia D o m i n i c a n a de la Lengua convocó a la actividad para dar ingreso a la escritora Á n g e l a

Hernández como Miembro Correspondiente de esa Corporación. En ese acto la escritora dominicana leyó su Discurso de Incorporación con el tema El viajero y la arraigada: La amistad entre Hostos y Salomé, como parte del protocolo pautado por la tradición de esa Institución. El acto literario, que se realizó en la Casa de las Academias el martes 9 de junio de 2009, a las cinco de la tarde, formó parte del programa de incorporación de los Miembros Correspondientes de esta Academia de la Lengua que, desde su fundación, se ha consagrado al estudio de la lengua y el cultivo de las letras.

CENTRO DE LA CULTURA

La puesta en circulación de la novela “El Mal Del Tiempo”, de René Rodríguez Soriano, se realizó en esta ciudad el miércoles 8 de julio en el Centro de la Cultura de Santiago.

Además de poner a circular esta novela, René conversó con los asistentes sobre literatura, sobre todo acerca de su literatura y la literatura dominicana. Esta novela, Premio en su género UCE 2007, es una especie de diario que se desarrolla en los años setenta en un país ¨dominado por un octogenario déspota ilustrado¨. ¨…El mal del tiempo, como el paisaje que describe, es un concierto lleno de contrastes, donde la música, el sol, el color y cierta magia del Caribe son parte sustancial de historias que, de tan ciertas, nadie puede creer.¨

EL CARIBE MÁGICO DE CARMEN RODRÍGUEZ

La muestra fue exhibida en el Salón Federico Izquierdo de la Subsecretaria

de Cultura

La artista plástica, Carmen Rodríguez recientemente inauguró su exposición individual ´´ Caribe Mágico, en la expone una variedad de obras inspiradas en dos series: Caribeñas y Bodegones Mágicos.La Sala Federico Izquierdo de la Subsecretaria de Cultura para la Región Norte, acogió la muestra donde la artista plasmó su arte y estilo naif-costumbrista, en una exposición que evidencia su evolución como pintora, en el dominio de la técnica.La exposición de 35 obras -adquiridas por el público esa misma noche-, inspiró al crítico Danilo de los Santos, el cual calificó a la artista como mujer ciertamente curtida ya en el desprendimiento insistente del imaginario creativo.En su valoración de la obra, el reputado

crítico se refirió al pionero en el estilo naíf o pintura ingenia, al vegano Justo Susana y que Carmen Rodríguez hace honor a exaltar el estilo muy poco explotado por los artistas nacionales. De su lado, el subsecretario de Cultura para Región Norte, poeta Enegildo Peña opinó que las obras de Carmen Rodríguez están poseídas de una mágica presencia la cual todos pueden disfrutar y una personalidad estéticamente visual.//

Un merecido homenaje a su labor artístico-cultural, le fue rendido al artista plástico, Danilo de los Santos, con la distinción Activo Cultural de la Nación, reconocimiento que se le confiere por vez primera a un dominicano, por la Secretaría de Estado de Cultura. El ministro de cultura, José Rafael Lantigua al entregar el reconocimiento al crítico, pintor e historiador dominicano

destacó la dimensión y aportes del artista, valoración que contiene una tarja colocada en su residencia del sector de El Ejido de la ciudad de Santiago. Explicó que el homenaje fue por disposición del Consejo Nacional de Cultura y se otorga a figuras que han consagrados sus vidas al desarrollo intelectual, artístico y cultural a los mas altos niveles. Ese emotivo encuentro, fue propicio para develar un mural con una de sus obras emblemáticas como pintor de las marolas, las cuales fueron realizadas por Isaías Franco en las proximidades de la residencia de De los Santos y una iniciativa de la Subsecretaría de Cultura para la Región Norte en la persona de Enegildo Peña. Reconocidas figuras del arte criollo, autoridades de la provincia y familiares del emulado intelectual acudieron al exquisito acto.

Por Fior D’aliza TaverasSECRETARIA DE CULTURA RINDE HOMENAJE A DANILO

DE LOS SANTOS COMO ACTIVO CULTURALEl homenajeado es un consagrado de la pintura, la historia y la cultura

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La cantante Angie del Riego interpretó la canción tema del documental

Con la presencia de la única sobreviviente Dedé Mirabal, el Centro León presentó la premier del documental “Nombre Secreto: Mariposas” de la autoría de la directora chilena Cecilia Domeyko, el cual relata la verídica historia de Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, víctimas del régimen de Rafael Leonidas Trujillo.El material visual sobre las Mirabal que

desde su inauguración ha merecido importantes comentarios y ha sido seleccionado por prestigiosos eventos como el Festival Internacional Rodríguez de Cine de Cartagena de las Indias, Festival de Cine Independiente de Washington para su proyección por el tema que trata.En el documental participaron 100 actores cubanos, entre los que intervienen Yavalys González, Roxanna Montenegro, Yaremis Pérez, Náyade Rivero y Enrique Almirante en el papel del sátrapa. La destacada actriz colombiana Catalina Sandino Moreno narra la versión en español de los acontecimientos en el audiovisual.La presentación del trabajo en la Ciudad Corazón fue en coordinación de la Cámara de Comercio y Producción de Santiago, según las explicaciones de Luis Felipe Rodríguez, gerente de Educación y Animación Sociocultural de esa institución cultural.//

LA NUEVA OBRA DE JOSE HENRY CASTILLO

El autor es un conocido periodista y escritor

En el más reciente libro del escritor y periodista dominicano destacado en Santo Domingo, José Henry Castillo, titulado “No Dejes que Te Cuenten”, su autor destaca el potencial económico y social de San Francisco de Macorís y sus municipios, entre los cuales cita a Pimentel, Castillo, Villa Rivas y Arenoso. Henry Castillo pondera en su obra, una de las novedades de la Feria Internacional del Libro dedicada a Juan Bosch, que sus habitantes no sólo se destacan por su hospitalidad, sino por valentía y espíritu de trabajo. En su obra, José Henry Castillo aborda diversos temas de trascendencia nacional e internacional, como la gravedad de la pobreza en Haití, el rol que desempeña la educación y la cultura en el desarrollo de los pueblos y el valor de la percepción.

El libro se presentará próximamente en San Francisco de Macorís, lugar de nacimiento de Henry Castillo, quien se ha destacado en la capital y Nueva York como conferencista, escritor, periodista e intelectual. El doctor Rafael Molina Morillo, director de El Día, en un comentario incluido en la contraportada, pondera las cualidades del autor, así como la características del libro, cuyo contenido impide que se le encasille en un género determinado.

CLAUDIO PACHECO EXPONE SU QUIJOTE EN EL

GRAN TEATRO

El pintor ha presentado varias series sobre la emblemática obra de caballería española. Solidaridad Sancho, es la nueva propuesta dentro de la serie El Quijote Caribeño,

que presentó el artista Claudio Pacheco en la sala Divina Gómez del Gran Teatro del Cibao, donde el pintor reafirma su influencia caribeña.La Embajada de Cuba a través de su Departamento Consular en la representación de Adalberto Rondón, se refirió a los aportes que dará la muestra a causas del país caribeño, mediante la venta de los cuadros.El artista expositor habló de cómo surgió la idea de realizar la exposición para contribuir con causas de un país que admira y que el arte debe ser un ente social y espiritual.El trabajo expositivo consta de 24 obras al óleo en formatos grandes en un buen manejo del color y la sombra, lo que motivó a que la directora del Gran Teatro del Cibao, la pintora Gina Rodríguez la calificara de banquete estético y que cada exposición representa una lucha de un artista.El brochure de la muestra recoge críticas de Carlos Andujar, Guillermo Torres Corcino, Máximo Vega, Ernesto Fadul, Rafael P. Rodríguez, y el desaparecido poeta del pueblo, Dionisio López Cabral, entre otros más.//

CENTRO LEON ESTRENA DOCUMENTAL SOBRE LAS HERMANAS MIRABAL

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