Revista Museos 08 - culturaydeporte.gob.es · de Museos y Artes Plásticas del Ministerio ... Goya...

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16 Resumen: La presente comunicación intenta analizar el papel de los museos como agentes de cambio social y desarro- llo, su contemporaneidad, y la inserción de estas instituciones en el contexto local. En esa línea, tratar los museos como agen- tes de desarrollo de las ciudades es un fac- tor primordial ya que, los museos, consti- tuyen uno de los factores que articulan la diversidad cultural, como instituciones vivas y, en consecuencia, fuentes genera- doras de desarrollo. La construcción de políticas públicas culturales, específicas para el campo museístico, refleja la impor- tancia cada vez mayor de la participación del Estado como agente impulsor y regula- dor de esas políticas, estableciendo, así, el carácter republicano de la acción estatal en el campo cultural, diferente de la lógica neoliberal. Ese escenario, pensado a partir de la diversidad museística iberoamerica- na, constituye un importante hito de refe- rencia para que nuestros países aproximen la gestión y las políticas culturales a la rea- lidad sociocultural de la región, haciendo posible una mayor inclusión social, y con- cibiendo los museos como herramientas al servicio de la sociedad. Palabras clave: Museos, Museología, Polí- ticas Culturales, Gestión Cultural, Cultura y desarrollo, Iberoamérica. Abstract: The present text attempts to analyse the role of museums as agents of social change and development, the inser- tion of these institutions in the local context and their contemporaneity. Accordingly, considering museums as agents for the development of cities is of paramount value, given that museums constitute one of the central axes of cultural diversity as living institutions and consequently, a source of development. The creation of public cultural policies specific to the domain of museums is a reflection of the increasing importance of the State’s role as the driving force and regulator of these policies. It also establishes the republican nature of state intervention in the cultural sphere, as opposed to neoliberal logic. This landscape, based on the diversity of Iberoamerica museums, constitutes a significant point of reference for our countries to bring management and cultural policies closer to the socio-cultural reality of the region, allowing for greater social inclusion and for museums to be per- ceived as a tool at the service of society. Keywords: Museums, Museology, Cultural Policies, Cultural Management, Culture and Development, Iberoamerica. «Los conservadores son pesimistas en cuanto al futuro, y optimistas en cuanto al pasado». Lewis Mumford «Si, las cosas son inalcanzables... ¡vaya! no es motivo para no amarlas... ¡Qué tristes los caminos, si no fuese por la mágica presencia de las estrellas!» Mario Quintana Un sistema de gestión participativo de la cultura tiene como elemento clave la crea- ción de comités de cultura, de fondos, de Los museos como agentes de cambio social y desarrollo José do Nascimento Junior 1 Departamento de Museus e Centros Culturais de Brasil (IPHAN) Brasil 1 Correo electrónico: [email protected] José do Nascimento Junior es graduado en Ciencias Sociales, posgraduado en Antropología Social por la Universidad Federal Rio Grande do Sul (UFRGS) y profesor universitario. Ha sido coordinador de Museos y Artes Plásticas del Ministerio de Cultura de Brasil; coordinador del Sistema Estatal de Museos de Río Grande do Sul; director de varias instituciones museológicas. Actualmente, vicecoordina- dor del grupo de trabajo del Patrimonio Cultural de la Asociación Brasileña de Antropología; y director de Museos y Centros Culturales del Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (IPHAN). Ha publicado diversos artículos referentes al área de políticas públicas de cultura y museos. 1. Museo Xapuri (Acre, Brasil). Foto: Cicero Almeida.

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Resumen: La presente comunicaciónintenta analizar el papel de los museoscomo agentes de cambio social y desarro-llo, su contemporaneidad, y la inserciónde estas instituciones en el contexto local.En esa línea, tratar los museos como agen-tes de desarrollo de las ciudades es un fac-tor primordial ya que, los museos, consti-tuyen uno de los factores que articulan ladiversidad cultural, como institucionesvivas y, en consecuencia, fuentes genera-doras de desarrollo. La construcción depolíticas públicas culturales, específicaspara el campo museístico, refleja la impor-tancia cada vez mayor de la participacióndel Estado como agente impulsor y regula-dor de esas políticas, estableciendo, así, elcarácter republicano de la acción estatalen el campo cultural, diferente de la lógicaneoliberal. Ese escenario, pensado a partirde la diversidad museística iberoamerica-na, constituye un importante hito de refe-rencia para que nuestros países aproximenla gestión y las políticas culturales a la rea-lidad sociocultural de la región, haciendoposible una mayor inclusión social, y con-cibiendo los museos como herramientasal servicio de la sociedad.

Palabras clave: Museos, Museología, Polí-ticas Culturales, Gestión Cultural, Culturay desarrollo, Iberoamérica.

Abstract: The present text attempts toanalyse the role of museums as agents ofsocial change and development, the inser-tion of these institutions in the local contextand their contemporaneity. Accordingly,considering museums as agents for thedevelopment of cities is of paramount

value, given that museums constitute one ofthe central axes of cultural diversity as livinginstitutions and consequently, a source ofdevelopment. The creation of public culturalpolicies specific to the domain of museumsis a reflection of the increasing importanceof the State’s role as the driving force andregulator of these policies. It also establishesthe republican nature of state interventionin the cultural sphere, as opposed toneoliberal logic. This landscape, based onthe diversity of Iberoamerica museums,constitutes a significant point of referencefor our countries to bring management andcultural policies closer to the socio-culturalreality of the region, allowing for greatersocial inclusion and for museums to be per-ceived as a tool at the service of society.

Keywords: Museums, Museology, CulturalPolicies, Cultural Management, Cultureand Development, Iberoamerica.

«Los conservadores son pesimistas encuanto al futuro, y optimistas en

cuanto al pasado».

Lewis Mumford

«Si, las cosas son inalcanzables... ¡vaya!no es motivo para no amarlas...

¡Qué tristes los caminos, si no fuese por la mágica presencia de las estrellas!»

Mario Quintana

Un sistema de gestión participativo de lacultura tiene como elemento clave la crea-ción de comités de cultura, de fondos, de

Los museos comoagentes de cambiosocial y desarrollo

José do Nascimento Junior1

Departamento de Museus eCentros Culturais de Brasil (IPHAN)Brasil

1 Correo electrónico:[email protected]

José do Nascimento Junior es graduadoen Ciencias Sociales, posgraduado enAntropología Social por la UniversidadFederal Rio Grande do Sul (UFRGS) yprofesor universitario. Ha sido coordinadorde Museos y Artes Plásticas del Ministeriode Cultura de Brasil; coordinador delSistema Estatal de Museos de Río Grandedo Sul; director de varias institucionesmuseológicas. Actualmente, vicecoordina-dor del grupo de trabajo del PatrimonioCultural de la Asociación Brasileña deAntropología; y director de Museos yCentros Culturales del Instituto delPatrimonio Histórico y Artístico Nacional(IPHAN). Ha publicado diversos artículosreferentes al área de políticas públicas decultura y museos.

1. Museo Xapuri (Acre, Brasil). Foto: Cicero Almeida.

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mecanismos de incentivo, de formas departicipación democrática y descentraliza-da de los productores culturales y de lascomunidades en general. Con ello, se esta-blece la base para implantar los elementosque constituyen las políticas culturales: for-mación, creación, producción, distribu-ción, consumo, conservación y fomento.Esos elementos proporcionan una serie dereferencias de carácter simbólico, teniendoen cuenta los ámbitos intelectual, artístico,social y recreativo como expresión creado-ra. A partir de esta relación, se puedenestablecer políticas culturales como ele-mentos de desarrollo cultural y económi-co, como un derecho de acceso a los bie-nes culturales y como garantía de lasnecesidades básicas de la población en laconstrucción de la ciudadanía, asumiendoun papel estratégico en la defensa de ladiversidad cultural y de las identidades cul-turales locales frente a la globalización.

La cultura como un factor de cambio con-lleva una reflexión profunda, sin olvidar laambigüedad del propio concepto. La mayo-ría de los países iberoamericanos atraviesaun período muy particular: después demucho tiempo, tienen la posibilidad de esta-blecer, mirando hacia el futuro, una visión

de nación planificada y basada en políticaspúblicas que posibiliten la inclusión deamplias capas de la población bajo paráme-tros de ciudadanía y que expresen, entreotros factores, la democratización del accesoa los bienes culturales y su producción.

El conjunto de políticas públicas cultura-les se ha entendido como un factor dedesarrollo económico y de inclusión social,que implica un reconocimiento de la cultu-ra como área estratégica para el desarrollode un país. En esta perspectiva, lo que sepretende es generar un superávit cultural,como resultado de la adopción de políticastransversales integradas entre las áreas deeducación, salud y cultura.

El debate nos debe encaminar hacia unareflexión sobre el papel del Estado que,manteniéndose alejado del «dirigismo cul-tural» y sin interferir en el proceso creativo,debe asumir plenamente su papel en la pla-nificación, fomento, preservación y valora-ción del patrimonio cultural del país, y en laestructuración de la economía de la cultu-ra, teniendo en cuenta siempre, el interéspúblico y el respeto por la diversidad.

Sin duda, la estabilidad económica cons-tituye un beneficio social para cualquiernación, pero ello no debe impedir com-prender que la estabilidad en sí misma noposee suficiente valor, siendo indispensa-ble asociarla a un crecimiento económicoque represente una perspectiva de mejordistribución de la riqueza. En relación conlos impuestos, por ejemplo, una encuestareciente revela que a la población no leimportaría pagar más por unos serviciospúblicos bien gestionados. Así, la cuestiónno es pagar o no pagar más impuestos,pero sí respetar el derecho de cada uno aser bien servido por aquello que paga, elequilibrio entre precio y beneficio, y entrecalidad y equidad.

No se tiene conocimiento de ningúnEstado del bienestar que no fomente polí-ticas públicas comprometidas en ampliarel acceso a bienes y servicios públicos,garantizando los derechos, y con unaestructura compatible con la dimensión ytareas acordes a esos derechos.

En ese marco, cabría preguntar: ¿quésería un verdadero «choque de gestión»?

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El debate nos debe encaminar

hacia una reflexión sobre el

papel del Estado que, mante-

niéndose alejado del «dirigismo

cultural» y sin interferir en el

proceso creativo, debe asumir

plenamente su papel en la

planificación, fomento, preserva-

ción y valoración del patrimonio

cultural del país, y en la estructu-

ración de la economía de la

cultura, teniendo en cuenta

siempre, el interés público y el

respeto por la diversidad.

2. Saturno devorando a sus hijos, Francisco deGoya y Lucientes, Museo Nacional del Prado.Foto: Archivo fotográfico del Museo Nacional delPrado (Madrid).

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¿En qué consistiría, de hecho, una nuevapráctica de los gestores públicos culturalesen los países iberoamericanos?

Los actuales modelos de desarrollo eco-nómico cada vez han tenido menos encuenta a las poblaciones desfavorecidas;esas poblaciones entienden que no haysalida, y ven frustrada toda posibilidad deconstruir un proyecto que les permitacambiar sus condiciones de vida. Esa reali-dad, presente en varios de nuestros paí-ses, pone en riesgo el tejido social y, comoconsecuencia, todo propósito de naciónque sea inclusivo y democrático.

Incluso conscientes de que las desigual-dades sociales son el resultado de políticasautoritarias y neoliberales, podemos afir-mar que, en el ciclo de virtuosismo demo-crático en el que viven nuestros países,mantener esa realidad puede llevar a laspoblaciones al desencanto respecto a lademocracia, por falta de acceso a políticaspúblicas eficaces.

Idear un nuevo patrón de desarrolloparece ser el principal reto de los Estadoscontemporáneos. La importancia dada alos aspectos sociales se sitúa, cada vezmás, en el centro de esa nueva imagina-ción administrativa, que contempla un sis-tema de valores en el que las políticas

sociales se incorporen como núcleo de laspolíticas de desarrollo, huyendo, así, deuna racionalidad burocrática que niegueesa dimensión.

El papel del Estado contemporáneo esel de eliminar los obstáculos que frenenlas posibilidades de progreso del nuevopatrón de desarrollo, destacando lo social.Para ello, es necesario un profundo cam-bio de enfoque de los dirigentes guberna-mentales iberoamericanos. El conceptoque se deberá implantar en el siglo XXI esel del desarrollo humano y humanizador,más próximo a un desarrollo integral delos individuos y de las comunidades.

En nuestras sociedades multiculturales ypluriétnicas los temas relacionados con lacultura son desafíos constantes. El desa-rrollo pasa, necesariamente, por respetarla diversidad cultural, tomándola comopunto de partida hacia la construcción deun espacio cultural iberoamericano. Lasdiversidades culturales y naturales sonnuestros activos económicos más valiososy, por ello, debemos prestarles la máximaatención en el sentido de preservarlas bajola nueva lógica de desarrollo humano.Pensar sobre estos aspectos tambiénimplica plantear una nueva perspectivapara construir lo que denominamos como

espacio cultural iberoamericano, y losretos impuestos para su consolidación.

El espacio de la diversidad que designa-mos «universo iberoamericano» todavía esuna idea que deberá ponerse en prácticacon ahínco. A pesar de las muchas cosasque nos unen, es necesario reconocer dis-tintos aspectos del desconocimiento mutuode nuestras realidades. Hoy, sólo somos una«comunidad de experiencias», compartimosalgunos símbolos comunes, algunas refe-rencias históricas. Pero no es suficiente: esnecesario practicar la vivencia y la conviven-cia regional si, de hecho, queremos ser, enel futuro, una comunidad integrada, solida-ria y cooperativa; es preciso construir hoynuestras alternativas de futuro.

Si observamos detenidamente las com-plejidades que anteceden a esos retospodremos comprender que es necesarioanalizar el mundo iberoamericano, no sólocon los límites impuestos por las fronterasgeopolíticas de nuestros países y continen-tes. Al considerar, por ejemplo, a la pobla-ción latina que vive en el sur de EstadosUnidos, o las más de doscientas lenguasindígenas existentes en Brasil, se torna másevidente la dimensión de la acción pro-puesta y las barreras que deberemos sortearsi queremos alcanzar esa integración.

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3. Vista exterior de noche, Museo Puerto Williams (Chile). Foto: Archivo fotográfico del DIBAM.

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Los museos en la construcciónde un proyecto democrático

«Al final, acabamos diciendo quesomos aquello que pensamos, amamos,

realizamos. Y yo añadiría: somos aquelloque recordamos. Además de los afectos

que alimentamos, nuestra riqueza son lospensamientos que pensamos, las acciones

que cumplimos, los recuerdos que con-servamos y no dejamos desvanecer, y de

los cuales somos el único guardián».

Norberto Bobbio

Actualmente existen alrededor de sesentamil museos en todo el mundo, de los cua-les el 90% se crearon después de la Segun-da Guerra Mundial. La tarea de analizar elpapel de esas instituciones tiene unaimportancia fundamental y deberá sercontinua. De igual importancia es la ideaque la sociedad tiene del museo, queimplica una profundización en las accio-nes a desarrollar por los museos en loreferente a comunicación, educación einvestigación, desarrollando actividadesde carácter inclusivo.

La dinámica de las distintas expectativasque tiene la población con relación a losmuseos hace de esta institución una de lasmás complejas de las creadas por el serhumano, presente en su diversidad enmás de ciento sesenta países.

Considerando esa realidad, los paísesiberoamericanos deben reflexionar deteni-damente en el sentido de establecer políti-cas públicas de cultura, sobre todo en elárea museológica.

En los principios orientadores de unaPolítica Nacional de Museos deberá primar:

1. Establecer y consolidar políticas públicasen el área del patrimonio cultural, de lamemoria social y de los museos, teniendoen cuenta la democratización de las institu-ciones y el acceso a los bienes culturales.

2. Valorar el patrimonio cultural que custodianlos museos, considerándolo como unida-des de valor estratégico en los distintos pro-cesos de creación de identidades, sean éstasde índole nacional, regional o local.

3. Desarrollar prácticas y políticas educati-vas orientadas a respetar la diferencia yla diversidad cultural de la sociedad.

4. Reconocer y garantizar los derechos departicipación de la sociedad, con técni-cos y gestores culturales, en los procesosde registro y protección legal, así comoen los procesos técnicos y políticos paradefinir el patrimonio museístico.

5. Estimular y apoyar la participación delos museos comunitarios, ecomuseos,museos locales, museos escolares yotros en la Política Nacional de Museos yen acciones de conservación y gestióndel patrimonio cultural.

6. Incentivar programas y actividades quefomenten la conservación, preservacióny sostenibilidad del patrimonio culturalsometido a un proceso museográfico.

7. Respetar el patrimonio cultural de lascomunidades indígenas, afrodescen-dientes, e inmigrantes, considerandosus especificidades y diversidades.

Teniendo en cuenta estas directrices parauna política nacional de museos, podemos

4. Museo de Che Guevara, Córdoba (Argentina).

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identificar siete ejes programáticos capacesde aglutinar, orientar y estimular la creaciónde proyectos y acciones museológicas:1. Gestión y configuración del campo

museológico, estableciendo redes y siste-mas nacionales de museos; incentivar lacreación de sistemas regionales y munici-pales de museos; creación de censosnacionales de museos; perfeccionar lalegislación concerniente al sector; inte-grar a las diversas autoridades involucra-das en la gestión del patrimonio culturalen los museos; creación de polos museís-ticos regionales; participación de lascomunidades indígenas y afrodescen-dientes en la gestión y promoción de suspatrimonios culturales; establecer crite-rios laborales, seguidos de concursospúblicos específicos para cubrir las distin-tas necesidades de profesionales en losmuseos, entre otras acciones.

2. Democratización del acceso a los bienesculturales, que implica principalmenteacciones tendentes a crear redes de infor-mación entre los museos brasileños y susprofesionales; estimular y apoyar el desa-rrollo de procesos y metodologías degestión participativa en los museos; crearprogramas destinados a la articulacióndel patrimonio cultural museístico con lavida social contemporánea, además deapoyar la realización de eventos multiins-titucionales, las exposiciones itinerantes,la publicación de la producción intelec-tual específica de los museos y de lamuseología y acciones de democratiza-ción del acceso a los museos.

3. Formación y capacitación de recursoshumanos, basadas fundamentalmenteen: acciones de creación y desarrollo de

un programa de formación y capacita-ción en museos y en museología; incre-mento de la oferta de cursos de grado ypostgrado, además de cursos técnicos ymásteres; incluir contenidos y asignatu-ras específicas, referentes a la utilidadpedagógica de los museos y del patri-monio cultural en los currículos de laenseñanza básica y media; creación decentros didácticos y equipos itinerantesque presten formación a nivel nacional;y desarrollar programas de prácticas enmuseos nacionales y extranjeros, entreotras actividades.

4. Crear un archivo informatizado en cadamuseo, con políticas que apoyen eldesarrollo de sistemas informáticos dedocumentación y gestión de coleccio-nes; fomentar proyectos destinados aproporcionar información relativa a losmuseos en los medios de comunicaciónelectrónicos, así como incentivar losproyectos institucionales de transferen-cia de tecnología a otras entidades.

5. Modernizar las infraestructuras museo-lógicas, sobre todo en lo concerniente alabores de mantenimiento, adaptación,climatización y seguridad de los inmue-bles que acogen el acervo museal, asícomo proyectos de modernización delas instalaciones destinadas a almacén ylaboratorios de restauración y conserva-ción. Favorecer la organización de expo-siciones más innovadoras, incentivandoproyectos de investigación y desarrollode nuevas tecnologías de conservación,documentación e información.

6. Promulgar políticas destinadas a finan-ciar los museos, teniendo en cuenta ladivulgación de la producción cultural y

5. Escopeta, Museo Antioquia Medellín (Colombia). Foto: Archivo personal de Jose do Nascimento Junior.

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científica de los museos nacionales,regionales y municipales; estableceracuerdos entre las distintas jerarquíasdel poder público y la iniciativa privada,para promover la valoración y sostenibi-lidad del patrimonio cultural museístico;creación de un fondo de ayuda para elpatrimonio cultural y los museos; per-feccionar o crear legislación específicade incentivos fiscales, teniendo en cuen-ta la democratización y distribución másequilibrada de los recursos destinados alpatrimonio cultural museístico.

7. Adquisición y gestión del acervo cultural,dirigido a crear un programa de políticasintegradas de intercambio, adquisición,documentación, investigación, preserva-ción, conservación, restauración y difu-sión del patrimonio de las comunidadesindígenas, afrodescendientes y de las dis-tintas etnias que constituyen la sociedadbrasileña, además de establecer criteriosde apoyo y financiación destinados aacciones de conservación y restauraciónde bienes culturales, apoyando, a nivelnacional e internacional, toda actividadde investigación y control del tráfico ilíci-to de bienes culturales, así como accionesy mecanismos legales de reconocimiento,salvaguarda y protección de los bienesculturales vinculados a la historia y a lamemoria social de interés local, regional onacional.

8. Difundir, informar y educar, con la fina-lidad de establecer una serie de progra-mas que permitan la articulación y sos-tenibilidad social de las institucionesmuseológicas, generando sinergias dediálogo con el público, fomentando losconvenios y reforzando los procesos deacción pedagógica en los ciclos formati-vos y del público de los museos.Las políticas nacionales de museos

deben establecerse como un procesodemocrático y participativo, generandocapilaridad en todas las regiones existen-tes y contando con agentes sintonizados ycomprometidos con el desarrollo.

La construcción de políticas públicas decarácter democrático, deberán basarse enun modelo de gestión que pueda plasmar-se en el siguiente gráfico (figura 7).

El modelo de gestión, como se observa,contiene tres dispositivos de actuación:• Institucionales: relativos a la organización

institucional del sector museológico, enlo que atañe a la creación de redes o sis-temas nacionales de museos, a los censosnacionales de museos, a los observato-rios museales, a la creación de institucio-nes públicas exclusivas para museos y a lalegislación específica para el campomuseístico, incluso a través de leyes regu-ladoras.

• Fomento: relativos a los medios políticosy administrativos, pensados y desarrolla-

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6. Grupo de capoeira en la explanada del Museo Guggenheim de Bilbao (España).Foto: Archivo personal de Jose do Nascimento Junior.

Las políticas nacionales de

museos deben establecerse

como un proceso democrático

y participativo, generando

capilaridad en todas las

regiones existentes y

contando con agentes

sintonizados y comprometidos

con el desarrollo

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dos para revitalizar los museos, talescomo programas de fomento y financia-ción, decretos, además de leyes queincentiven la cultura y programas regio-nales y locales que protejan los museos.

• Democratización: relativos a la formaciónde una red de colaboradores nacionales einternacionales. Las redes o sistemasnacionales de museos, por su capacidadde aglutinar y articular entidades y agen-tes sociales, constituyen un elementoimportante. Implementación de accionesde divulgación en las que se integrentodas las instituciones, como por ejem-plo, el Día internacional de los Museos.Otros instrumentos de democratizaciónconstituidos por redes temáticas, foros yencuentros de debate y participación;creación de programas de capacitación yformación profesional así como progra-mas de cooperación internacional. Estos instrumentos son fundamentales

para estructurar las políticas públicas ennuestros países y regiones, dando relevan-cia en los medios políticos a los museos,logrando hacer entender que son algo más

que acciones puntuales de exposición, másque contenedores para atraer al público.

Las políticas nacionales o incluso regio-nales deberán ser sensibles al carácterestratégico de los museos como agentesde cambio social y desarrollo, situando losmuseos al servicio de la difusión de valo-res democráticos.

El museo como factorde desarrollo local

«L’homme y passe à travers desforêts de symboles, qui l’ observent avec

des regards familiers»

Charles Baudelaire

Las ciudades y la cultura necesitan serobjeto de reflexión constante. El progresode las ciudades y de las culturas en los paí-ses iberoamericanos, se merecen unaatención respetuosa. En ese sentido, esimportante analizar las relaciones entremuseo, ciudad y cultura, teniendo encuenta la dimensión museal de la ciudad,

el marco urbano de los museos y las pers-pectivas culturales específicas.

En los países iberoamericanos hay necesi-dad de una mayor reflexión por parte de losgestores, productores y agentes culturalessobre el papel de la cultura en las ciudades,que puede contribuir a la rehabilitación delos espacios urbanos.

Es importante señalar que la cultura -redsimbólica de relaciones-, cuando se valoradebidamente, contribuye a la dignidadhumana y al ejercicio de la ciudadanía, yrespetarla debe estar siempre presente entoda gestión pública. Sobre la base de loanterior, cabe sugerir dos preguntas: ¿esposible contribuir en el logro de estrate-gias de desarrollo local a partir de políticaspúblicas de cultura? ¿De qué forma losmuseos pueden contribuir a la vivencia dela ciudad y al ejercicio de la ciudadanía?

Las iniciativas dirigidas a desarrollarestrategias de rehabilitación y desarrollode la ciudad no pueden ser parciales yaque, de lo contrario, se corre el riesgo dedesaprovechar las inversiones realizadasen intervenciones puntuales en pequeñaszonas de la ciudad, en detrimento de unavisión integral. Reflexionar sobre las políti-cas públicas significa pensar de forma sis-témica, es decir, en la construcción de ele-mentos que articulen los distintos factoressociales que intervienen en las ciudades.Los ayuntamientos y gobiernos regionalesdeben favorecer este tipo de inversiones.

Es interesante vincular esta situación almedioambiente. En las políticas medioam-bientales existen elementos importantesque se relacionan con la cuestión urbana,con ciudades, y que pueden ser de utili-dad para las políticas culturales. Tenemosque analizar la ciudad como un espacioecológico y culturalmente planificado. Laciudad es un bosque de símbolos y la cul-tura tiene el papel de articular esos símbo-los e intentar transformar la ciudad en algocomprensible para sus habitantes.

La ciudad también es el espacio del con-flicto, por ser el espacio de la diversidad.Así, el papel del poder público, como ges-tor, es, cada vez más, el de transformar laciudad en algo legible, comprensible, yaque, cuanto más accesible sea para el ciu-dadano, más tolerante será. Una ciudad enla cual el ciudadano no logra reconocersus espacios se transforma en una ciudadque aparta a las personas, que no permite7. Redes del Sistema Nacional de Museos de Brasil.

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crear espacios de sociabilidad y conviven-cia. Por ello, es importantísimo pensar enuna estrategia de desarrollo local.

Las estrategias destinadas a establecerequipamientos culturales deben ser refor-zadas dentro de ejes de la política cultural yeconómica de las ciudades. Antes de pensaren construir centros culturales y museos,debemos crear una pauta, un plan estraté-gico de desarrollo y revitalización de las ciu-dades para, a continuación, analizar quésignifica eso desde el punto de vista de lamaterialización de espacios culturales o no.

Analizar la cultura como factor de desa-rrollo del sector servicios; la cultura gene-

radora de empleo y renta; la cultura gene-radora de riqueza para las ciudades; la cul-tura como fuerza dinamizadora e innova-dora de la creación; la cultura como factorde desarrollo regional y municipal; la cul-tura como valor afectivo de identidadlocal; la cultura promotora de la imagende la ciudad y la cultura como factor demejora de la calidad de vida del ciudada-no. Si no logramos hacer este análisis enun plan estratégico del área de cultura,por y para las ciudades, corremos el riesgode malgastar energía, dinero e inversio-nes. Ya no podemos pensar sólo desde unpunto de vista de deleite cultural. La inver-sión en cultura debe unirse a una impor-tante estrategia de desarrollo local, situan-do en el centro al ciudadano.

Democratizar el acceso de la población alos bienes culturales, democratizar la pro-ducción cultural y ampliar el consumo cul-tural significa, también, ofrecer al ciudada-no una amplia oferta de servicios yactividades culturales y, al mismo tiempo,pensar la ciudad como un fenómeno cul-tural, totalmente articulada, como unorganismo cuyo esqueleto sea la cultura.Sus venas tienen que alimentarse con cul-tura y, quizá, a través de la cultura poda-mos cambiar un poco la fisonomía denuestras ciudades. Estimular la demandacultural es una estrategia para atraer alpotencial público de la cultura; apoyar lademanda de los grupos existentes; apoyara quienes forman grupos participativos;implantar estrategias que reduzcan el «no-público».

No debemos temer la diversidad o eldebate de la identidad. Son cuestionesque se construyen y deconstruyen a partirde piezas que se encajan y desencajan,como un juego. No podemos temer a loque nos incita a construir una identidad nia lo que nos repele hacia su deconstruc-ción, todo ello forma parte de los conflic-tos y de la diversidad, es intrínseco delespacio de la ciudad.

Por ello, en el debate sobre la construc-ción de espacios culturales como estrate-gia de rehabilitación, tenemos que teneren cuenta todas sus facetas, y pensar enestrategias a largo plazo, enfocadas aldesarrollo de nuestras ciudades. La conti-

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8. Museu Casa Chico Mendes (Acre, Brasil).Foto: Cicero Almeida.

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nuidad y el futuro se construyen con laparticipación de la comunidad, del barrioo del movimiento social, transformando elmuseo en una herramienta de inclusiónde la comunidad en la ciudad, presentan-do al conjunto de la población contenidosen los que puedan reconocerse, dondeestén plasmadas sus vidas, para que pue-dan experimentar la ciudad como un todo.Allí no hay barreras simbólicas, al contra-rio: es un espacio de convivencia, que invi-ta al ciudadano y que, simultáneamente,reflexiona sobre el ciudadano y le hacereflexionar sobre su ciudad. Sólo asípodremos hablar de políticas públicas decultura, que tengan en cuenta la diversi-dad y las diferencias y que no refuercen lasdesigualdades.

Por una nueva imaginaciónmuseística iberoamericana

«El museo es un lugar paracolorear el pensamiento»

Diodato Aiambo

Miembro de la comunidadindígena Tikuna

«El museo es el lugar queconsolida las cosas del mundo»

Orácio Ataíde

Miembro de la comunidadindígena Tikuna

«Echar de menos esamar un pasado que no pasó,

es recusar un presente que nos duele, es no ver el futuro que nos invita....»

Pablo Neruda

La diversidad cultural existente en el con-texto iberoamericano nos sitúa ante elreto de trabajar con esa complejidad ladiversidad museística. Desde la mesaredonda de Santiago de Chile, en 1972,hasta el Encuentro Iberoamericano deMuseos, en Salvador (Brasil, 2007), yleyendo los respectivos documentos apro-bados en esas reuniones, se puede afirmarque el escenario museológico de la regiónestaba estancado en el sentido de crearmecanismos que articulasen las institucio-nes y las políticas hacia el campo de losmuseos.

El panorama museológico iberoamericanoestá constituido por más de diez mil museos,

que reciben alrededor de cien millones devisitantes al año y custodian aproximadamen-te doscientos millones de obras. La impor-tancia de estos números plantea la necesidadcada vez mayor de situar a los museos en elcentro de las políticas culturales de los veinti-dós países de la región.

El potencial creativo de esta articulaciónqueda demostrado en la agenda de 2008-Año Iberoamericano de los Museos-, cuan-do comprobamos que se han inscritomás de novecientos eventos, y tambiéncon la creación del Programa Ibermu-seus, que pretende ser un espacio dediálogo e intercambio de políticas en losdistintos ámbitos de actuación de losmuseos.

Debemos concebir los museos como unlugar de «inventario de la diversidad cultu-ral» de Iberoamérica, compartiendo accio-nes que tengan en cuenta el reconocimien-to y la toma de poder social de losciudadanos y ciudadanas de toda la región,por medio de los museos. Tenemos queentender que los museos, además de susaspectos institucionales, son procesos,herramientas, tecnología, lenguaje, y debenestar al servicio de todos aquellos que quie-ran «apropiarse» de su contenido para laconstrucción social de la memoria, de unaforma inclusiva.

Es imposible analizar la realidad socialiberoamericana, tanto en los países delcontinente europeo como en el latinoa-

mericano, sin otorgarles a las institucionesculturales una misión y función de cambiosocial. Esa es la utopía de la república y lademocracia.

La articulación del campo museal permi-te que los sueños y proyectos museológi-cos antiguos se puedan desarrollar. Losresultados de los acuerdos institucionales-como, a fin de cuentas, una buena partedel trabajo en el mundo de los museos ydel patrimonio- tienen mucho de dádiva.Dádiva, deuda realimentada, pero nosacrificio. El sacrificio tiende a la anulaciónde la dádiva.

Existen, como es sabido, diferentesacepciones, definiciones e imágenes aso-ciadas con el término museo. Los museosse pueden concebir como «salas de curio-sidades», «universidades del objeto», «tem-plos», «forums», «teatros de la memoria»,«laboratorios», «centros de convivencia»,etc. Entre las distintas acepciones y con-ceptos posibles sobresale uno: el delmuseo como un espacio privilegiado de lares publica.

Considerando el museo como fenó-meno cultural, es decir, como represen-tación de una cultura y como expresiónde la cultura occidental, y sabiendo queel 90% de los museos en el mundo secrearon a partir de 1946, la tarea de ana-lizar y ampliar la relación con esta insti-tución cultural, llamada museo, es muyreciente.

9. Máscaras Tikunas, Museo do Índio (Río de Janeiro, Brasil).

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En nuestra sociedad contemporánea, losmuseos privados o públicos son (o debenser) espacios privilegiados de la res publica.No la república como algo que se perdió enel pasado, sino la república como un desafíoactual para nuestros museos. Analizarlosbajo ese prisma también significa entender-los como un lugar de derecho y ciudadanía,como un espacio de inclusión cultural, deresistencia y lucha contra los preconceptosde todo tipo, sean estos religiosos, raciales,sexuales o sociales.

Podríamos referirnos a una «ciudadaníainstitucional» que englobe a la institución,no sólo como una de las partes firmantes deacuerdos habituales, sino también como ungrupo de personas involucradas en esos

acuerdos, sin olvidarnos de los recursos y losprocesos técnicos que emplean en sus acti-vidades, las «reglas del juego», y las «escritu-ras míticas» que justifican la existencia de lainstitución y su perpetuidad. Reflexionarsobre el museo en su dimensión institucio-nal es entenderlo como metáfora de la socie-dad, como espacio de civismo, como media-dor ante diversos sistemas simbólicos, esdecir, como un lugar de poder y disputasideológicas.

Esa condición de espacio de comunicaciónal servicio de la «política de los significados»,favorece la comprensión de la polifoníamuseológica. De lo que se trata, cuando pre-sentamos la propuesta de un museo dialógi-co, es de reflexionar sobre las propias institu-

11. Museo Indígena Pataxo Porto Seguro (Brasil). Foto: Museo de Indo.

El museo tiene que imprimir

huellas, plantear cuestiones,

diferencias, diversidades

y conflictos; tiene que

encontrar un nuevo

significado para su existencia

y la del propio patrimonio

10. Casa Museo Quinta de Bolivar (Colombia). Foto: Archivo personal de Jose do Nascimento Junior.

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ciones, en una etapa de crisis de la memoria,a partir del «dilema de Hermes», de la traduc-ción, de la interpretación, de las construccio-nes de la alteridad, de la comprensión del«otro». Se trata de una disyuntiva sobre cómotransformar los museos en verdaderos «espa-cios de mediación cultural», «de fusión dehorizontes», según lo sugerido por los her-meneutas. Ésas son las funciones de quienestrabajan para estas instituciones, trabajar deforma creativa en la construcción de unanueva perspectiva, en la cual el espacio cons-tituye la dialéctica entre el interior y el exte-rior, en el sentido «bachelariano» de una«imaginación poética».

Un museo res publica, no se destina a lospríncipes ni a sus colecciones, no se reservaa los conservadores y especialistas ni a susilustraciones, ni está consagrado a quienesdetentan el poder económico ni a sus direc-tores; el museo res publica se destina a losciudadanos y su función social es, entreotras, ejercer el derecho a la memoria, a lahistoria y a la educación. Sin duda, el campomuseal es un campo de tensión y, precisa-mente por ello, en él hay espacio para múl-tiples y diferentes prácticas, abordajes yenfoques.

El museo es un espacio antropofágico y,como tal, implica donación, recepción yretribución; articula lo material y lo inmate-rial. Creemos nuevas dádivas y así crearemosnuevos museos. Salgamos de los palacios,caminemos en dirección a los palafitos.

Nuestro reto es garantizar que puedan oír-se distintas voces, en eso se sostiene lamuseología crítica e inclusiva. El museo tie-ne que imprimir huellas, plantear cuestio-nes, diferencias, diversidades y conflictos;tiene que encontrar un nuevo significadopara su existencia y la del propio patrimonio.De esta forma, el patrimonio dejará de serun fin en si mismo, transformándose en uninstrumento de cambio social.

A lo largo de los próximos años debemosestablecer un diálogo o foro de debate conlos gestores, con los trabajadores de losmuseos, con los ciudadanos y ciudadanasiberoamericanos, preocupados por la pre-servación del patrimonio, de la memoria yde los museos, y ejercitar, cada día, nuestraimaginación museística.

Don Quijote de Cervantes:OPERIBUS CREDIT ET NON VERBIS

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