Revista Los Tudor

12
LOS TUDOR N° 28 / 3.90€ ANA BOLENA ENTRE EL AMOR Y EL ODIO DE UNA NACIÓN ENRIQUE VIII ¿UN MONARCA CRUEL? QUIEN QUIERA CAZAR LA RENUNCIA DE WYATT ELIZABETH UNA REINA POR DESTINO LA BODA SECRETA TUDOR-BOLENA EL INICIO DE UNA TRAGEDIA

Transcript of Revista Los Tudor

  • LOS TUDORN 28 / 3.90

    ANA BOLENAENTRE EL AMOR Y EL ODIO DE UNA NACIN

    ENRIQUE VIIIUN MONARCA CRUEL?

    QUIEN QUIERA CAZARLA RENUNCIA DE WYATT

    ELIZABETHUNA REINA POR DESTINO

    LA BODA SECRETATUDOR-BOLENAEL INICIO DE UNA TRAGEDIA

  • Rey de Inglaterra, Prncipe renacentista, recordado por muchos como un cruel verdugo, por otros como un imponente mandatario, pero reconocido por todos como el ms importante monarca de todos los tiempos. Rey infame o prncipe misericordioso? a lo largo de los aos han sido muchas las posiciones de los historiadores. Leales sbditos adoraban a su Rey por encima de sus defectos, pero algunos -a pesar de los riesgos de perder la cabeza en el intento- optaron por ser leales a sus reinas, dependiendo del matrimonio de turno, le juzgaran de manera diferente. Adorado esposo, vanidoso amante, padre amoroso, cruel asesino, todos estos papeles desempeados por un mismo hombre, todas estas caractersticas sustantivos de un mismo nombre: Enrique VIII Rey de Inglaterra.

    ENRIQUE VIIIRey infame o misericordioso?

    Editorial 3

    LOS TUDORNOVIEMBRE DE 2013

    Ana Bolenavillana o mrtir? 4

    Quien quiera cazar 6

    Palabras de despedidade Ana Bolena antesde su ejecucin

    Dnde est el heredero?

    7

    8

    Carta de Ana Bolena 9

    La boda secreta del Rey Enrique VIII y Ana Bolena 10

  • Ana Bolenavillana o mrtir?Para escribir historia es necesario que no exista ninguna pasin, ninguna preferencia, ningn resentimiento, lo que es imposible evitar cuando a uno le afecta el acontecimiento. Creemos simplemente poder asegurar que para describir bien este acontecimiento o al menos para relatarlo justamente, es preciso estar algo lejos de l, es decir, a la distancia suficiente para estar a salvo de todas las mentiras con las que pueden rodearle la esperanza o el terror.

    Marqus de Sade, Historia secreta de Isabel de Baviera Reina de Francia.

    A mi juicio el Marqus de Sade tena razn, pero no menos cierto es que resulta inevi-table que al conocer una historia, tomemos un bando en ella: Nos sentimos ms afines, halla-mos ms identidad con nuestra propia historia o concordamos con sus teoras y filosofas de vida.

    Tambin es muy cierto que a travs de los tiempos algunos personajes, que fueron cuestionados en su poca, han sido casi destruidos, llevados al lmite de ser prcticamente erradicados de la historia, quedando la verdad sobre sus vidas desvirtuada, cuando no sepultada literalmente, yndose a la tumba con ellos o con los que tuvieron, la suerte o la desgracia, de vivir en su entorno. Un personaje que siempre ha llamado mi atencin, no slo por ser una de las mujeres ms importantes de su poca, sino tambin de

    toda la historia de la humanidad, fue una mujer que inici una nueva era en su reino, que marc pautas y tendencias, pero sobre todo, se alz como referente para el resto del mundo por las pasiones que desat en su entorno, esa mujer es Ana Bolena (?-1536).

    La fascinante vida de la mujer que logr seducir a un Rey hasta llevarlo a separar a su reino de la iglesia catlica para poder contraer matrimonio con ella, y hacerla Reina, es una historia que a lo largo de los aos ha sido inspiracin para muchos autores, incluso msicos que han deci-dido componer canciones para la dama. Fue un tormentoso amor que termin tan precipitada-mente como comenz, lleno de inusitadas intri-gas y ambiciones que arrasaron a su paso con todo lo que encontraron.

  • QUIEN QUIERA CAZAR

    Quien quiera cazar, se dnde est una cierva,/ Ex-cepto para m, Ay!, pues no volver a cazar./Tan fr-volo trabajo me ha cansado tanto;/ yo soy de todos los cazadores, el que ms lejos ha llegado tras la presa./ Aunque pudiese alcanzarla, de ningn modo mi cansado espritu/ batira a la cierva; ya que ella huira/ desma-yndome yo al seguirla; por eso lo deje y/ desde enton-ces, intento atrapar el viento con una red./

    A quien quiera cazarla puedo asegurarle/ que al igual que yo perder su tiempo en vano./ Y grabada con dia-mantes en letras planas,/est escrito alrededor de su her-moso cuello,/ Noli me tan-ger; pues del Cesar soy,/ y difcil de retener aunque pa-rezca mansa.

    Poema de Thomas Wyatt para Ana Bolena

    A lo largo del tiempo ha tenido aliados y detractores. Nadie, en general, logra per-manecer impasible ante su tr-gica historia. Al igual que en su poca hubo quien levan-tara su voz para manifestar que era inocente del cargo de adulterio del que era acusa-da, hay personas que hoy en da continan considerndola vctima del abuso de poder y la lujuria, del terrible verdu-go en que se convirti Enri-que VIII. Sin embargo, ello no obsta para que continen subsistiendo algunos adver-sarios, personas que guiadas por sus anquilosadas creen-cias catlicas opuestas al protestantismo absoluto de la Reina, la continen tildando de bruja, de hereje e incluso hayan llegado a desempolvar de los ms oscuros anaqueles del Siglo XVI, la calificacin despectiva que la abofete a lo largo de su historia y que la oblig a vivir en un estado impreciso entre ser una dama para algunos y slo ser para otros, La Ramera del Rey.

    De los mltiples relatos que podemos encontrar sobre la historia de Ana, vamos a enfo-carnos en dos versiones que a primera vista pudieran ser consideradas completamente opuestas pero que en su esen-cia encuentran similitudes profundas que al ser contras-tadas con los pocos registros histricos que subsisten sobre Ana Bolena, logran deve-larnos, una posible realidad sobre su personalidad, que nos muestra en la conjuncin

    de estas historias, dos caras antagnicas y complementa-rias de una misma moneda.

    Nuestra primera Bolena a analizar es la que nos muestra Philippa Gregory, escritora inglesa que publica en el ao 2002 un best-seller cuyo ttulo fue traducido al espaol como La Otra Bolena, libro que en el ao 2008 fue llevado a la gran pantalla, dndole a la actriz norteamericana Nata-lie Portman la ardua tarea de interpretar a la Reina Bolena. A la luz del registro histrico, descubrimos que la autora muestra a su conveniencia el lado negativo de su Bolena: la villana en una historia de amor precedente, donde los protagonistas son su propia hermana, Mara Bolena, y su futuro esposo, el Rey Enri-que VIII. Encontramos en Ana una personalidad dominante, capaz de superponer sus pro-pios intereses y ambiciones, a la felicidad de su hermana menor. La versin exalta el lado negativo de Ana llevn-dolo a su mxima expresin y apoya lo que han relatado algunos historiadores que la han adversado: la posibili-dad de que hubiese cometido incesto con su propio herma-no. Una Ana que an siendo inocente de los cargos que la llevan al cadalso, es cul-pable de haber labrado con cada una de sus decisiones, su inexorable destino. Nos muestra su lado revoluciona-rio, desinhibido y rebelde, cuando es trada por su fami-lia desde Francia para que seduzca a un rey que no slo es el amante de su hermana, sino que tambin es el padre del hijo que sta lleva en su

    6 Thomas Wyatt

  • vientre, es decir su propio sobrino. En la representacin de Portman, encontramos una versin un poco ms suavizada de esta villana, la adaptacin del guin nos sigue mostrando a una mujer ambiciosa pero que a la vez se ve muy afectada al ser vc-tima de sus propias acciones que le llevaron a sufrir tan tr-gicas consecuencias. Es una historia contada para aque-llos opositores de Ana que no la consideran ms que una perversa bruja, ya sea por ser partidarios de su herma-na Mara Bolena o por ser de aquellos que defienden a toda costa la imagen de Enri-que VIII, intentando justificar todas sus acciones, como l mismo, o su corte de genu-flexos, pretendiera hacerlo en sus aos como Rey.

    Nuestra segunda Bolena, interpretada por la actriz britnica Natalie Dormer, la encontramos en la serie irlan-desa/canadiense de Showti-mes, The Tudors, (2007). Aqu encontramos una ver-sin bastante diferente a la primera, pues nos da a cono-cer un lado ms humano de una Ana, que no est exenta de defectos, que aunque es ambiciosa, sufre realmente por una historia de amor, por ser la hija menor que es utili-zada por su familia como un pen ms en su juego y en el que, finalmente, termina colo-cando el corazn por encima de la razn. Una mujer alta-mente analtica, inteligente y premeditada que sabe cun-do llevar la contraria a las imposiciones de su padre para conseguir lo que quiere.

    En The Tudors encontramos a una Ana inocente, vctima de su cruel destino, de mal-entendidos y de elaborados complots en su contra. No vemos aqu a una villana que se interpone en la relacin de amor entre su hermana y el Rey - la cual es presentada como exclusivamente sexual- pues nos muestran que sta ya haba terminado en el momento en que Ana entra en el juego de seduccin con Enrique, que fuera impuesto por el padre de ambas. Esta es una versin de la historia para aquellos que creen en la inocencia de Ana, para los que apoyan la teora de la crueldad de Enrique y la injusticia que se cometi con la decapitacin de Ana.

    Debemos recordar que estas dos versiones de la historia estn altamente influidas por un contexto religioso. Esta ltima caracterizacin es enfocada desde el punto de vista protestante, que obvia-mente apoyar la concepcin de una Bolena vctima/mrtir; mientras que la primera, es versionada a travs de los ojos del catolicismo que encontra-r siempre en los Bolena, y en lo que significaron para su poca, unos instigadores inmorales que corrompieron con su ambicin la mente del ingenuo Rey catlico, que antes de la tentacin sufrida, haba sido siempre fiel a sus creencias.

    De la misma forma que halla-mos oposiciones en ambas representaciones, podemos encontrar mltiples similitu-des: La importancia de la posi-cin social de una familia en

    Palabras de despedida de Ana Bolena antes de su ejecucin

    Buena gente cristiana, he venido aqu para morir, de acuerdo a la ley, y segn la ley se juzga que yo muera, y por lo tanto no dir nada contra ello. He venido aqu no para acusar a ningn hombre, ni a decir nada de eso, de que yo soy acusada y condenada a morir, sino que rezo a Dios para que salve al rey y le d mucho tiempo para reinar sobre us-tedes, para el ms generoso prncipe misericordioso que no hubo nunca: y para m l fue siempre bueno, un seor gentil y soberano. Y si alguna persona se entremete en mi

    causa, requiero que ellos juz-guen lo mejor. Y as tomo mi partida del mundo y de todos ustedes, y cordialmente les pido que recen por m. Oh Seor ten misericordia de m, a Dios encomiendo mi alma.

    La Despedida 7

  • la corte; el trabajo como clan, en el que eran sacrificados algunos para que todos los parientes consiguieran benefi-cios. Un juego poltico donde Ana es la pieza central en el interesado plan que urdieron su padre, Thomas Bolena y su to materno, Thomas Howard, en el que sin importar cual fuera su parecer, incluso sus pensamientos, stos tenan que ser puestos a un lado al momento de dar importancia, por sobre todas las cosas, al acceso de su familia a las prebendas del Rey. Una rela-cin estrecha con su herma-no, sobre lo que hay incluso un acuerdo entre las posicio-nes de los historiadores, por haber registro de que pasa-ban mucho tiempo juntos, y a solas, cosa que habra de ser justamente la base de la acusacin de incesto que los llevara a ambos a ser eje-cutados; aunque dichas acu-saciones fueran falsas, como todo parece apuntarlo.

    Otra cosa que es comn en ambas versiones de la histo-ria, es la preocupacin y amor de Ana por su hija Elizabeth, an por encima de su anhelo y necesidad de un hijo varn que asegurara la complacen-cia de Enrique. Hay registros histricos en los que se dice que cuando Ana daba una audiencia, tomaba un cojn que colocaba sobre la silla de Enrique y all acomodaba a la pequea Elizabeth, quizs como smbolo premonitorio de que aquel trono le corres-pondera por destino algn da, aun cuando circunstan-cialmente la separasen de l otros dos sucesores, que temporalmente fueron nada,

    comparados con los 45 aos que rein Elizabeth, la Reina Virgen de Inglaterra. El sacri-ficio de Ana por el futuro de su hija es algo constante en ambas versiones, tambin su profundo deseo de conceder-le a Enrique su tan anhelado hijo varn, intentos que siem-pre se vieron frustrados por la prdida del beb antes de nacer. El juego de seduccin en el que envolvi a Enrique,

    la forma como lo rechazaba una y otra vez para cauti-var su atencin, tambin es una constante en la historia. A este respecto, hay cartas que constatan que ante los halagos y demostraciones de afecto del Rey, Ana corres-ponda con un amor cortesa-no pero jams cediendo ante la pasin carnal requerida por un hombre cuya vida estu-vo dominada por los excesos

    Dnde est el heredero?En definitiva, el ascenso de Ana fue rpido y vertiginoso, doce meses le bastaron para llegar a ser Marquesa de Pembroke, despus esposa del Rey y poco ms tarde ser coronada Reina. El nacimiento de Elizabeth debiilitaba la posicin de Ana ante los ojos de la corte inglesa y de las naciones extranjeras. Ana, de alguna forma, los haba desfraudado.

    Si el 7 de septiembre de 1533 hubiera alumbrado el deseado varn, todo hubiera cambiado drsticamente. Incluso la fraccin de la corte que apoyaba incondicionalmente a la Reina Catalina y a su hija Mara, habran reconocido la hegemona y el poder de Ana Bolena. El emperador Carlos V habra aceptado que restaurar a su ta y prima en el trono sera una causa perdida, pero con otra nia por medio la causa de Lady Mara segua viva.

    Por lo tanto, la llegada de Elizabeth reaviv otra vez la inestabilidad de la casa Tudor que todava segua sin sucesin. Ana y su vientre eran los nicos que podra traer nuevamente a Inglaterra la paz que tanto deseaban, mientras tanto, Ana debera luchar da tras da contra sus enemigos, la hostilidad de las cortes extranjeras y, como no, la ira del Rey.

    8 El Heredero

  • y las obsesiones. A lo largo de la historia, la inteligencia es una de las caractersticas en la que toda versin cono-cida de Ana Bolena concuer-da, incluso historiadores a favor y en contra, convienen en ello, la razn es simple y contundente: una mujer que lleg tan lejos como lo hizo ella, que fue capaz de cam-biar el rumbo de una nacin, la reina cada que se march del mundo sin negociar el destino de su hija an a costa de su propia vida, no poda ser, de ninguna manera, una mujer de una inteligencia comn. Histricamente hay ciertos vacos en su vida, no se ha llegado a una conclu-sin sobre cul era su edad, ni si era la mayor o la menor de los hermanos Bolena. Hay registros que muestran que vivi una poca en Francia, en la que no slo aprendi el francs y el latn, idiomas que hablaba con tanta fluidez como el propio ingls. Sus aos en la corte francesa sin duda marcaron su forma de ser, una corte liberal donde el amor corts era el pan de cada da, donde la moda eran los escotes provocativos, los bailes sensuales y los jue-gos de azar, incluso algunas ciencias ocultas como la adivi-nacin eran bien vistos, todas estas cosas, paradjicamen-te, le ayudaron a insertarse fluidamente en la sociedad londinense pero tambin pre-cipitaron su sentencia final.

    La hicieron interesante, distin-ta a las dems y esto cautiv no slo al Rey, sino tambin a ms de uno de los hombres de su corte, sin duda, esto fue su fortuna pero tambin

    su ruina. En The Tudors nos encontramos con una Ana que con sus encantos cautiv a Enrique sin mucho esfuerzo y que luego, sin mala inten-cin, acostumbrada a este amor corts francs, coquetea con sus sbditos de manera pblica, cosa que comenz a levantar fantasiosas historias que luego habran de ser usa-das en su contra como acusa-ciones de traicin al Rey. En La Otra Bolena vemos algo parecido, a la llegada de Ana de Francia percibimos a una cautivada corte por la gracia de una joven nada tra-dicional, inteligente, de argu-mentos polticos que ponen en evidencia una buena cultura, pero que a su vez es diverti-da, alegre y seductora.

    Es difcil saber cul de las dos versiones de Ana se acer-ca ms a la realidad, todo depende de cmo queramos leer e interpretar los datos histricos que pueden encon-trarse sobre ella. Las dos ver-siones pueden ser factibles, pero si logrramos encontrar un equilibrio entre ambas, an a costa de poner sobre el tapete el sesgo de mi pro-pia subjetividad, que puede y tiene que caracterizar a una historia que nos apasio-na, estoy segura que halla-ramos una versin ms real sobre quien fuera una de las mujeres ms importantes en la Europa del siglo XVI: Ana Bolena, la mujer que cambi el destino de Inglaterra.

    Mailevy [email protected]

    Seor,

    Corresponde solamente a la augusta mente de un gran rey, a quien la naturaleza ha dado un corazn lleno de generosi-dad hacia mi sexo, compensar con favores tan extraordina-rios una conversacin ingenua y corta con una muchacha. Inagotable como es el tesoro de generosidad de su majes-tad, le ruego considerar que pueda no ser suficiente para su generosidad; porque, si usted recompensa tan leve conversacin por regalos tan grandes, qu podr usted hacer por los que estn listos consagrar su obediencia ente-ra a sus deseos? Cun gran-des pueden ser las obsequios que he recibido, la alegra que siento por ser amada por un rey a quien adoro, y a quien con placer sacrificara mi cora-zn. Si la fortuna lo ha hecho digno de ofrecerlo, estar infi-nitamente agradecida. El man-dato de dama de honor de la reina me induce a pensar que su majestad tiene cierta estima por m, y puesto que mi ocu-pacin me da medios de verle frecuentemente, podr asegu-rarle por mis propios labios (lo cual har en la primera oportu-nidad) que soy la ms atenta y obediente sierva de su majes-tad, sin ninguna reserva

    Ana Bolena.

    Carta de Ana 9

  • LA BODA SECRETA DEL REY ENRIQUE VIII Y ANA BOLENA

    El reinado de Enrique VIII (1491 - 1547) se caracteriz por el rompimiento con Roma al autoproclamarse jefe supremo de la Iglesia de Inglaterra lo que produjo la consolidacin del poder real; pero tambin por haberse casado seis veces (con Catalina de Aragn, Ana Bolena, Juana Seymour, Ana de Cleves, Catalina Howard y Catalina Parr).

    Enrique VIII ascendi al trono en 1509, tras la muerte de su padre Enrique VII, primer monarca de la dinasta Tudor. El mismo ao se cas con Catalina de Aragn, la hija menor de los Reyes Catlicos, viuda de su hermano mayor, el prncipe Arturo. Catalina slo le dio una hija, Mara Tudor, que en 1553 llegara a ocupar el trono de Inglaterra. Al no poder garantizar su descendencia, o al menos eso aleg, Enrique VIII le pidi al Papa la anulacin de su matrimonio con Catalina de Aragn; pero el Papa se neg, por lo que Enriqe VIII decidi romper con Roma y casarse con su amante, Ana Bolena, una de las damas de honor de Catalina, que perteneca a una familia de la aristocracia inglesa.

    El enlace se celebr de forma secreta el 25 de enero

    de 1533, es decir, hace exactamente 480 aos, en la capilla privada del Rey en el Palacio de Whitehall, el mismo lugar en el que, tres aos despus, se casara con Juana Seymour y en el que el monarca fallecera en 1547 (el Palacio de Whitehall, mayor que el de Versalles, fue pasto de las llamas a finales del siglo XVII). Enrique VIII tuvo una hija con Ana Bolena, la futura reina Isabel, pero, a pesar de ello, Ana fue suplantada en el corazn de Enrique por Juana Seymour y, adems, el rey la acus, al parecer falsamente, de adulterio y mand ejecutarla.

    El 19 de mayo de 1536, Ana Bolena fue decapitada en Londres con un golpe de espada. Juana Seymour no corri mejor suerte, ya que muri un ao ms tarde, doce das despus de dar luz a Eduardo VI, futuro rey de Inglaterra.

    El 19 de mayo de 1536, hace 477 aos, Ana Bolena fue ejecutada en el patbulo, acusada de adulterio por su marido, El Rey Enrique VIII.

    Cada ao, en estas fechas, se depositan flores en la capilla de San Pedro ad Vincula, en el recinto de la Torre de Londres, para honrar la memoria de Ana Bolena, quien fuera dama de honor de Catalina de Aragn Reina y madre de Elizabeth, cuyo reinado se conoce como La Edad de Oro de Inglaterra.

    10 La Boda Secreta