Revista la Santísima Trinidad número 17 edición de abril 2010

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LA SANTÍSIMA TRINIDAD DE LAS 4 ESQUINAS AÑO II NÚMERO XVII EDICIÓN DE ABRIL DEL 2010

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Revista la Santísima Trinidad número 17 edición de abril 2010 Ediciones Cinosargo Editores: Daniel Rojas Pachas y Milvia Alata

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LA SANTÍSIMA TRINIDAD DE LAS 4 ESQUINAS

AÑO II NÚMERO XVII

EDICIÓN DE ABRIL DEL 2010

Editado en Arica- Chile 2010Diseño: Daniel Rojas Pachas y Milvia Alata Tejedo

Cinosargo © Daniel Rojas Pachas y Milvia Alata 2000-2010Contacto: [email protected]: www.cinosargo.cl.kz

Cinosargo by Daniel Rojas Pachas y Milvia Alata TejedoCreative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.0 Chile

LA PRESENTE EDICIÓN DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD...

...está dedicada a dos grandes del arte nacional, Nicanor Parra y Raúl RuizDamos paso a la revista con un fragmento del "Soliloquio del Individuo"

Yo soy el Individuo. Primero viví en una roca

(allí grabé algunas figuras). Luego busqué un lugar más apropiado.

Yo soy el Individuo. Primero tuve que procurarme alimentos,

buscar peces, pájaros, buscar leña (ya me preocuparía de los demás asuntos).

Hacer una fogata, leña, leña, dónde encontrar un poco de leña,

algo de leña para hacer una fogata, yo soy el Individuo.

Al mismo tiempo me pregunté, fui a un abismo lleno de aire;

me respondió una voz: yo soy el Individuo.

Después traté de cambiarme a otra roca, allí también grabé figuras,

grabé un río, búfalos, grabé una serpiente,

yo soy el Individuo. Pero no. Me aburrí de las cosas que hacía,

el fuego me molestaba, quería ver más,

yo soy el Individuo.

...ESPERAMOS DISFRUTEN!!!!!!!!!!!!!!!!LA SANTÍSIMA, SIEMPRE DEDICADA A LA LITERATURA NACIONAL...

MILVIA ALATA TEJEDO.05/05/10

El ver las realidades en torno a la existencia social del hombre desde la perspectiva de estancos separados (su vida económica separada de su conducta individual, su ser social y situación dentro de la ciudad como patrimonio de ciencias, disciplinas y prácticas enajenadas cada una en su especialización), el considerar su realidad como una suma más o menos vacía de datos estadísticos o espectaculares, o bien, como una entidad regida por conceptos trascendentales absolutamente vaciados, son tareas que la progresiva enajenación técnica de una época condenada a la catástrofe casi ha llegado a completar. Las artes –ya condenadas a la muerte por nuestros académicos de vanguardia y aquellos que querrían llegar a serlo- quedan como prácticamente las únicas instancias para completar –aunque sea en un relámpago de visión- esa plena y conmovedora fantasía que ha llegado a ser la humanidad.

Whitechapel (Santiago: Das Kapital, 2009) de Camilo Brodsky (Santiago, 1974) toma una de las apuestas extremas que la poesía es capaz de hacer para mostrar su vocación de testigo de una época.Superando la pretensión de objetividad que intentó amarrar a las artes a superestructuras rígidas, Brodsky asume en el primer plano de su poética el retrato de una de las experiencias más palpables y obvias de enajenación, aquella que excede la razón y las reglas sociales básicas en su sentido más directo: el crimen que no tiene una aparente motivación mayor que el placer enfermizo de su perpetrador. El crimen en serie de Jack the Ripper o Andrey Chikatilo se vuelven, merced al aplastante contexto de miseria de los barrios obreros del Londres de finales del siglo XIX o a la no menor miseria ideológica de los últimos años del poder soviético, una cristalina síntesis visual de una sociedad moderna que asumió su necesario desarrollo a partir del consumo y reificación de las almas, los cuerpos y las conciencias bajo su control y administración. El seguro oficio escritural de Brodsky, eso sí, le permite evitar el recurso a una calma reflexión académica o político-estratégica, logrando la puesta en conciencia de un abismo ante el cual toda ciencia o estructura explicativa sólo responde en silencio. La distancia necesaria del investigador científico sucumbe ante una violencia que se impone sobre el frío observador.

las sociologíasel crimen opera como la hermética forma de mantener el silencio social;un pacto total y absoluto donde todos observamosdesde las páginas del diario hasta que entramosMatar es tener la llave de una puerta

UUnnaa oosstteennttoossaa hhuummiillddaadd:: WWhhiitteecchhaappeell,, ddee CCaammiilloo BBrrooddsskkyy Por Carlos Henrickson

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Es entonces mediante el trato experiencial más intenso que sería posible entrar al conocimiento real de la operatividad efectiva del crimen. El resto sería quedarse en el paroxismo de la lectura, en la cotidiana repetición de la eliminación mutua entre seres humanos, que termina llegando a la más abstracta repetición: la estatización vacía y puramente visual de la violencia. Ésta, un riesgo palpable para una poética de plena pretensión humanista, pasa a convertirse en un procedimiento permanente de provocación en la poética de Whitechapel, incitando al espectador a un rol pasivo de mero voyeur, entregado a sentir algún grado de reflejo del placer del perpetrador (y por esto, las referencias a Sam Peckinpah o a la cultura del jazz, marcadas por la marginalidad y lo irracional, cumplen un propósito final y no sólo decorativo). Es en este caso que el rol de la estética como normativa o umbral de lectura es puesto en entredicho de la manera más crítica en la serie de poemas bajo el título general de las versiones del silencio.

las versiones del silencioesto podría ser acasola guerra poética o inclusolas poéticas mismas y sus artes pero las poéticas son exigencias ajenas las guerras trámites lo que importa sonestas versiones del silencio

En estos textos, el enfoque pasa al mismo reflejo especulativo de la poética, en que toda su historia de exigencias y licencias es presentada en la crisis más total, a partir de la mera proximidad de la representación de la violencia.

Esta contaminación de vaciamiento no podía dejar de perseguir hasta al mismo productor del texto. La figura del autor entra en este circuito de reflejos marginados mostrando su absoluta distancia con respecto al rol iluminista de educador de la humanidad. La serie las anotaciones al margen se propone en este sentido, situando a la obra completa como la bitácora de una investigación fallida en torno a la distancia abismal entre la pretensión iluminista histórica de las artes y la real situación de éstas en un mundo vaciado de proyectos trascendentes.

las anotaciones al margenA la par de esta construcciónsiguen su camino los días sus sombras y matices La hija crece un poco cada amanecerMientras él intenta reducir su consumo de cocaína y la periodicidad de las resacas

Este reflejo de un investigador bajo el yugo del fracaso (como Roquentin en La Nausée) guarda, entonces, un marcado mensaje político, mas en el sentido de una crítica radical de la posibilidad de algo así como un discurso político. El establecer un juego de referencias que abarcan desde el historiador Joseph-François Michaud hasta Ezra Pound, pasando por la serie de TV House M.D., aporta a esto la imposición de considerar a una frágil situación del autor dentro del circuito formal y establecido de producción y tráfico de conocimiento, invalidando cualquier utilidad de su bitácora para fines externos al mero y dudoso placer de la representación de la violencia social moderna.

Esta intención de humildad, paradojalmente expresada casi como ostentación de un profundo fracaso, representa una de las fortalezas más altas de la poética de Brodsky, desde su primer libro Las Puntas de las Cosas (Santiago: Cuarto Propio, 2006)

y la inédita La Canal (parte de cuyo texto puede consultarse en La Siega), y pone a la seca letra de Whitechapel como uno de los libros más atrevidos e imprescindibles en un momento en que el discurso político sólito de los últimos 20 años naufraga en una mudez crispada o una glosolalia de conceptos vaciados por campos de concentración, crímenes de sangre o genocidios de la conciencia colectiva de países enteros por parte de tecnócratas seudoprogresistas.

Revista Vomitiva y el entramado de percepciones por Daniel Rojas Pachas

“Vomitiva eskritura” revista de literatura y artes visuales en formato papel con ejemplares numerados, quinta edición – marzo del 2010, es un proyecto autogestionado que nace en La Serena gracias a la labor creativa de Dennis Ray Páez, Rachyl Lamicq y César Astudillo.

Como diseño Vomitiva nos presenta un bricolage y entramado de textos e imágenes que interactúan y dialogan potenciando su uni(pluri)versidad significativa al entrar en contacto con otros géneros, voces y propuestas estéticas.

La actitud de quiebre e innovación de Vomitiva anida no sólo en el contenido de cada artículo, narración o poema sino también en su formato que privilegia modos de recepción dinámicos y flexibles que dinamitan la pasividad del discurso escrito y la pulcritud de la hoja poniendo en marcha mecanismos de resemiotización de la palabra y la realidad debido al soporte que el código lingüístico y su significado experimentan ampliando o en el mejor de los casos diversificando su connotación gracias a la irrupción del boceto, collage y tratamiento de la página bajo el uso de texturas y decoloraciones.

En definitiva la estructura móvil de Vomitiva entrega a quien recibe el ejemplar tal como señala su editorial: “El deseo capaz de quebrantar la barrera del tiempo y el espacio posibilitando la apropiación y habitación de la página. Sino acaso también la mismísima vida”.

Esta noción de los impulsores de la revista podemos pensarla ponderando el cruce de discursos y la polifonía en que transitamos lo que en términos de García Canclini nos lleva a definir cultura como: “un proceso de ensamblado multinacional, una articulación flexible de partes, un montaje de rasgos que cualquier ciudadano de cualquier país, religión o ideología puede leer y usar”. (Consumidores y Ciudadanos, Grijalbo 1995)

En cuanto a los autores que participan y hacen posible este ejemplar, encontramos líneas múltiples de exploración que provienen e incursionan desde distintas latitudes y modalidades textuales de la contemporaneidad.

En poesía se presenta la obra de Carolina Pizarro, Denn Ray Páez, Susana Moya y Carol Vega. La narrativa por su parte, presenta un fragmento de la novela inédita de Eugenia Brito “Arco de Transición” y relatos breves de Jorge Etcheverry y Cristián Pérez. En ensayo Daniel Rojas Pachas entrega el artículo “todo cae por su propio peso” y los collages en portada están a cargo de Héctor Hernández Montecinos y las ilustraciones interiores son creación de Mila.

Sin duda la revista da un paso al frente postulando una estética de recepción estimulante y atrevida por ello podemos decir del proyecto “Vomitiva eskritura” que en su ir y devenir da forma a la difusión y deforma el modo de percibir las escrituras del hoy y del mañana.

El Colectivo imaginario Nueva Nortinidad

La Nueva Nortinidad o NN, es como dice Juan Luis Castillo, escritor, un colectivo imaginario pues no tiene límites territoriales seguros. Lo decía Daniel Rojas Pachas, poeta ariqueño y gestor de la revista virtual Cinosargo, puede ser una parte de Perú hasta acá, pero no está claro. La NN se centra en un eje imaginario cuyas coordenadas son las letras. A pesar de haber temas y un contexto que los define, no hay restricción.

La NN surgió el año pasado, tras la participación de Antofagasta en la Feria del Libro de Santiago, por un grupo de escritores locales que no se sintieron representados ni convencidos por la manera como se representó a Antofagasta en esa actividad.

El objetivo de este grupo de escritores es poner en el debate ciudadano y rescatar a través del arte en su globalidad, temas que cruzan a las ciudades del norte y de los cuales en muchos casos no han sido descifrados por la flojera del prejuicio, como: nacionalismo e inmigración, el diario vivir en una población periférica, el mundo de las shoperías o la nueva clase media aspiracional.

Sin desconocer la raíz minera de la identidad nortina cuyo imaginario lo han y siguen desplegando reconocidos escritores y artistas plástico, falta filtrar esta nueva realidad que puede ser sucia, incómoda o incluso no estética, pero está ahí, evidente y palpable.

En la concreto la NN prepara una serie de actividades. La primera será el próximo sábado en el balneario municipal, y consistirá lanzar al mar de manera simbólica barcos de papel confeccionados con poemas y cuentos. Según explica Kamila López, esto de echar a navegar los poemas significa desprenderse de textos y por consiguiente renovarse.

En la agenda de este año también destaca un ciclo de cine en shoperías, denominado “Cineshop”, donde en algunas shoperías se pasarán películas como por ejemplo, los “Spaghetti Western” de Sergio Leone. A futuro también se pretende exponer arte en las shoperías.

Otra actividad que está siendo coordinada a través de la DGE de la UCN, es la venida en julio de cuatro escritores de editoriales independientes de Santiago. Los escritores confirmados son: Diego Zúñiga (novela Camanchaca), Maori Pérez (novela Diagonales), Gonzalo León (editor de la Calabaza del Diablo y columnista de La Nación de Domingo) y Roberto Contreras (editorial Lanzallamas).

A lo anterior se suman talleres de poesías y cuentos, que desarrollan todos los fines de semana los poetas Alvaro López y Eduardo Farías. La NN también está en Facebook donde mantiene alrededor de 50 adherentes.

Fuente: Escritores desde el límite.

ANATEMAS, o plegarias que se desplazan Escribe Ana Montrosis

Cuando se conoce la historia, la geografía y el universo real de un amigo, los versos tocan no solo la piel sino aquel espíritu que resucita tantas veces como sea necesario. Escribir sobre la existencia personal y sobre todos aquellos demonios internos que se evaporan cuando la vida está en suspenso, es tarea difícil. “René Silva Catalán” poeta Sanbernardino, posee una trayectoria relativamente nueva y digo nueva porque estos versos a pesar de ser leído en el ambiente literario dentro y fuera de su comuna, se publican recién este año, (Editorial Fuga, 2010). “Silva” tiene a su favor un premio municipal de poesía y un recorrido no menor por los circuitos regionales. El poeta nos aporta a través de su primer libro, una sencillez literaria en lenguaje y tono que hoy se ha oficiado sin quedarse al margen por todas aquellas imágenes y símbolos que el hablante siembra para luego, más tarde, al finalizar la lectura, cosechar ese sabor hondo y calado que entrega ANATEMAS.

Este poemario se ha frecuentado no solamente en las calles de su ciudad, también ha girado en el norte y sur de un Chile que no se detiene ante la mirada de quien paraliza su historia, de quien la narra dividiéndola en dos partes, siendo la primera denominada IGNEA NATURA y la segunda RENOVATUM INTEGRA. Son los versos del libro ANATEMAS, un cúmulo de plegarias que se desplazan por una ciudad que ha sido el escenario de la partida de un hermano. No es fácil despedirse de un hermano sin aviso. No es fácil vestirme entre los muertos/ para tomar tus trenzas de miel / con mi lengua en delirio/ no es fácil/.

ANATEMAS, es un invocación pagana y cristiana ante aquella muerte inesperada que no es más que la defunción de nuestra fe, que se topa a cada instante, con las figuras y con aquellos arquetipos, por los cuales fuimos educados. Y el sacerdote del tiempo abanica/la cicatriz desnuda/ de mi niño eterno/. El hablante es un niño que delira ante las preguntas de los que ama. Un niño que desnuda su mirada desde que abre los ojos hasta la caída gris de su ciudad poética. “Silva Catalán“construye ANATEMAS desde varios roles, es el hermano ausente, es el padre y madre herido, es el amado que busca contenerse en la amada y con aquella hija que aún lo hace soñar. Soñé /Qué le diría a la vida si nos preguntara/ si es católico o de ocultista/desayunar cada domingo temprano/en la cama / juntito los tres.

ANATEMAS, es también un duelo que se deja caer en las injustas horas de trabajo como bien lo señala en el poema LA CASONA. Palacio maquillado en la terracota loba/cumbre inhóspita de limosnas/ de tanto sarro de mentiras/pintaron la divinidad desposada/en tu piel. Silva en este duelo persistente camina pidiendo silencio y se disculpa y se despide / No me olvides hija/ sentado en el hollejo del mundo. El poeta abre y cierra el libro para quien nace y muere un 9 de noviembre de 1982 y un 17 de marzo de 2003.En memoria de Juan Guillermo Silva Catalán.

San Bernardo, Abril 2010

EL TERCER ESCALÓN

Los cuentos presentados en el libro Tercer Escalón, sorprenden por la agilidad de la narración, no obstante nos inducen por dos caminos. A) La ficción realistaB) La ficción no realista

Hay una fuerte interacción entre lo rural y lo urbano que muestran rasgos identitarios muy interesantes, en instantes en que de una u otra forma la mundialización provoca desarraigo y perdida de identidad.

La ficción realista en que se estructuran los siguientes cuentos: ” “Los Molles,” “El Abuelo”, “Nueva vida,” “El camino Ancestral”, forman una unidad temática.”Aves de Rapiña” “Los Huaqueros”, “Arresto Nocturno” “Rojo y Negro” y “Hombres de la Pampa; “Una Mujer Deliciosamente Muerta”; son temas diferentes, muestran debilidades y grandezas del ser humano: violencia, menoscabo, tristeza, etc. La ficcionalidad provoca en el lector apariencia de realidad o verosimilitud, donde los valores positivos aparecen subterráneamente.

Los ejes temáticos que mueven a los personajes de los cuentos mencionados son el amor, vida y muerte, naturaleza, y cultura ancestral, con variadas referencias míticas. En ellos la narradora muestra su sensibilidad por los asuntos cotidianos y espirituales del universo. Hay una conexión profunda entre lo corpóreo y lo espiritual de los personajes. Explora las dimensiones sensoriales del erotismo, existe una variedad de elementos naturales que configuran los cuentos, mujeres sin grandes pretensiones, se mueven con simpleza, sujetas al dominio del varón, con actitudes casi serviles.

La ficción no realista se presenta en los cuentos “Alas Oscuras,” “El Espejo” “La Búsqueda”;”Cualquiera en el Patio”. Cambia el ritmo a un plano lírico, usa varias metáforas, desconcierta el desamparo, alcanza visos de surrealismo sin perder la esperanza.

Diabelle es una tragedia romántica, induce al lector por intrincados caminos donde se mezcla realidad y fantasía con buen manejo del léxico. En estos cinco cuentos, los personajes no están sujetos a leyes de tiempo y espacio, rompen las barreras de su especie y sufren transformaciones; actúan de acuerdo a las circunstancias. “Una Pascua Negra” Es un relato testimonial, donde la realidad supera la ficción y presenta el rostro de la localidad de Vallenar en 1931, cuando los representantes de la Ley no respetan la vida y se ensañan con la destrucción y la barbarie. Nancy Mendoza ha alcanzado gran capacidad expresiva y connotación, por el buen manejo del idioma, su lirismo asoma en determinados instantes de la narración porque es difícil separar a la poeta de la cuentista.

Nélida Baros Fritis.

Policarpo Munizaga VarelaCANTO A LAS GLORIAS DE CERRO GRANDE

Por Arturo Volantines

El texto llamado “La Serena en la noche después de la Batalla de Cerro Grande”, recuperado por el historiador, Osven Olivares Castro tiene muchísima importancia; porque nos trae un aporte fresquísima del sentimiento que reinaba en el norte después de la batalla de Cerro Grande (29 de abril de 1859), del aliento epocal de la vida de una ciudad del Norte Chico de mediado del siglo XIX y de la importancia de la obra del poeta Policarpo Munizaga, conocido hasta hoy sólo por ser padre del poeta y abogado, Julio Munizaga Ossandón (1888).

Policarpo Munizaga escribe un texto de 65 versos alusivos a la Revolución Constituyente 27 años después de esa batalla; ésa que las tropas revolucionarias la tuvieron casi ganada; pero que —en la confianza y desechando la estrategia habitual de combate de los atacameños— terminaron perdiendo. Ahora que se cumplen 151 de esa lucha; en la que se buscaba notificar de la existencia de este pueblo y que éste era algo más que un depósito de minerales y sequedad, el testimonio viene a ser un cuadro vivísimo de la esperanza que aún subyace en la gente que ha hecho florecer el desierto.Las cuatro estrofas transmiten una tradición que aún continúa en la ciudad de La Serena, ya que persiste la niebla y la humedad que caracterizan también a sus habitantes. Tanto Jotabeche como otros autores, como el mismísimo Pedro Pablo Figueroa en su ya legendario texto de la revolución[1] señala esta característica tan sine qua non de La Serena

En la primera estrofa da cuenta del alborozo y compromiso del pueblo de La Serena con la revolución y de su participación activa. Y, luego, cómo se convirtió en una ciudad mustia después de la derrota. Al terminar la estrofa, dice: “Y donde ayer se oyera/ El eco de los libres poderosos/ Ahora sólo impera/ Del agorero búho el son medroso”.

En la segunda estrofa se refiere al compromiso de la ciudad de La Serena con la revolución. La gente se volcó a las calles cuando arribaron las tropas de Pedro León Gallo y Pedro Pablo Muñoz. Da cuenta del sufrimiento de los familiares de los caídos y de cómo la esperanza quedó sepultada entre tantos jóvenes muertos al pie de la bandera constituyente de la estrella de oro con el azul de cielo eléctrico. Señala: “Sus buenos hijos, ese pueblo inmenso/ Que sus plazas cubrió himno cantando…”.

Después se refiere a ese negruzco monumento natural de La Serena que es el Cerro Grande, lugar de la batalla. Nombra a varios de los más notables constituyentes caídos; y, entre ellos, al héroe y poeta, Ramón Arancibia Contreras, Comandante del Estado Mayor de las tropas revolucionarias y autor de “La Constituyente”: himno de la revolución y del pueblo de Atacama. Con mucha dignidad y emoción latente trasmite su desazón de ver a este país centralista y autoritario devorando a sus hijos predilectos y sobre los cadáveres construyendo el Estado. Con certeza manifiesta como ese centralismo mata a la “patria chica” de la cual nos habla y fervoriza Gabriela Mistral. La “negruzca montaña y Hidra feroz” y otros adjetivos calan la estructura modernista de estos versos y logran trasmitir una atmósfera excepcional y que llega o puede llegar, a lo menos, al corazón de los genuinos nortinos.

En la última estrofa vuelve el poeta a su ciudad amada; valora su belleza y su mansedumbre tal como un siglo después lo haría Fernando Binvignat. La Serena tiene un sosiego que embruja; que determina una vida apacible y generosa a pesar de las malas autoridades. Sin embargo, va quedando atrás la visión de una ciudad apagada, triste y conservadora que persiguió y humilló a Gabriela Mistral y a muchos poetas más. Termina señalando que del dolor y del duelo se recupera, y que se recuperá el deseo de vivir que “tan sólo el mar en vecina playa” pareciera que recuerda. El poeta tal vez nos diga que hay que seguir adelante en la búsqueda de la libertad para las tierras del norte y para ésta tan necesaria autonomía.

En las últimas décadas hemos revisado muchos documentos y textos en torno a las rebeliones mineras del Norte; y, especialmente, de la gesta de Pedro León Gallo; sin embargo, mucho de estos documentos han estado siempre cargados de formalidades, parcialidades diversas, interpretativas formas, contradictorias escrituras y códigos, y casi siempre de pálidos reflejos de los ambientes y sucesos verdaderos de los hechos; cada cual ve con el ojo de su perspectiva, y cuando más académicos han sido los comentarios más alambicados y fútiles los aportes.

Por ello, el poema se vuelve notable, más allá de su contructo verbal y de su arquitectura epocal, logra hacer(me) ver y sentir claramente lo que nadaba entonces al interior del pueblo en esos sucesos después de la derrota de Cerro Grande y de su claro mensaje de que la lucha continúa hasta que Atacama (y su norte) se recuperé para sí misma, para el destino que se ha ido ganado por siglos.

Este poema es un excelente poema en mí, en mi lectura; porque me hace ver tal como fue y en su esencia ese tiempo y esa atmósfera acotados que se vuelven memorables y contemporáneos e inmortales, más acá del tiempo y más allá de los héroes y tumbas y duelos. Ésta es la belleza que se sobrepone cuando es arte como un fogonazo que ilumina el mundo en su ser y queda en su esencia viviendo, tal como el poeta las hizo suyas para las nuevas generaciones. Es la poesía de la gesta de un pueblo que se convierte en el arte por y de un poeta de mi provincia en el mundo; ya que “en poesía no existen pueblo subdesarrollados”[2]. Es el comienzo de la aurora de la maciza matria tutelar de los atacameños, la misma de Gabriela Mistral y de Pedro León Gallo.

NOTAS[1].- Figueroa, Pedro Pablo; Historia de la Revolución Constituyente (1859-1859); Santiago, Imprenta Victoria, de H. Izquierdo y Ca., San Diego 71; 1889. [2].- Zalamea, Jorge; La poesía ignorada y olvidad; Casa de las Américas, Cuba, 1965.[3].- Rescate y transcripción del texto: Osven Olivares Castro. Tomada del diario El Coquimbo del día jueves 1 de abril de 1886, a treinta años de la heroica gesta constituyente.[4].- Nació en La Serena el año 1833. Falleció en 1890. Estudió en el Liceo de Hombres y luego trató de abrazar una carrera universitaria en Santiago, la que se vio frustrada por una enfermedad. Vuelto a la ciudad se dedicó a labores de prensa y poesía, siendo uno de los muchos seguidores de la corriente romántica que imperaba en la zona. Fue activo colaborador en las tareas literarias emprendidas por los hermanos Manuel y Jacinto Concha, quienes manejaban un diario donde comenzó a destacar. En 1887 obtuvo un premio de carácter nacional en el concurso convocado por la U. de Chile y financiado por el esteta y político Federico Varela.

La Serena en la noche después de la Batalla de Cerro Grande, 29 de abril de 1859[3] Por Policarpo Munizaga[4]

La ciudad de los huertos y jardines,De los castos amoresMedio envuelta en su velo de vaporesQué triste y sola está.Y cuan mudadaDe lo que ayer se vieraCuando halagaba sus oídos tanto,De los hijos del norte el son de guerraSobre su frente mustia, solitariaTendió sus alas negras.La noche funeraria,Y todo es luto, sombras y quebrantos.Y donde ayer se oyeraEl eco de los libres poderososAhora sólo imperaDel agorero búho el son medroso.Sus buenos hijos, ese pueblo inmensoQue sus plazas cubrió himno cantandoNo la acompañan ya…...Bravos lidiandoAl pie de su estandarte sucumbieron.Y a los que de esa suerteEn la gloriosa lid no hallaron muerteLa saña de verdugos inhumanosCon hierro vil ató sus nobles manos.Hija del mar, tristísima velandoEn tu collado ameno,Ahora exhalas de tu senoEl plañidero acento de una esposa,De una madre infeliz, de una hija amanteQue lloran por la patria desgraciada.

Y en el campo homicidaTanta sangre de mártir derramada,

Tanta esperanza al fin desvanecida.No muy lejos, al lado del oriente,

Teatro de tanta hazaña,Entre las muchas sombras se alumbra

La negruzca montañaA cuyo ondeado pie yacen sin vida

Tantos valientesDe la legión guerrera:

Ramos y Parker, Claros y Aldunate,Arancibia, después Armas, Herrera,Y mil otros que allí yacen exánimes

Por recobrar la libertad perdida.Lucida juventud que osó atrevida

La Patria levantar tiranizadaY apartar para siempre de su suelo

Esa Hidra feroz, entronizadaQue pretende con garras fratricida,

Sobre un trono de cráneos cimentadoDominar sobre raza envilecida

Arrancar de la Patria las entrañasE incendiaria y cobarde

Arrogante, enseguida hacer alardeDe ese triunfo infernal de sus hazañas.

Ave del mar en su marina roca,Bellísima Serena

De tu vega fecunda el sauce hermosoCon tus dulces conciertos no resuena

Tus cantos popularesTan gratos al oído.

En vano busco en el florido sueloTan sólo el mar en la vecina playa

Atruena bronco en tumbo repetido,Como en señal de duelo.

No leen a Nicanor en Chile,y en España, lo publicana los 95 añoscuando ya se evaporan las palabrasy los crisantemos recorren tumbas ajenas.Oye, la muerte se pregunta si esto es cierto,hay trenes que nunca se detienen.Muchos no sabensi está vivo o muerto,y si no murió, me pregunto,en el terremoto de Chillánque hundió la ciudad bajo los muertos,ni en el de Concepción del 2010,cuando el eje de la tierra giróen el año del bicentenario,¿por qué su Excelencia lo baja a la tierra humilde y soleada,como si la poesía murieraa deshora,por omisión,o antes de tiempo,de olvido?Su antipoesía negra oscura violeta,atraviesa la geografìa del poemacopulando entre las rosascon su polen al viento.

Rolando Gabrielli©2010

Del epilogar

El Presidente de Chile, Sebastián Piñera “mató” esta semana al poeta Nicanor Parra y citó a Robinson Crusoe, el novelesco personaje de Daniel Defoe, como si hubiese sido un hombre de carne y hueso. Se trata de los más recientes “lapsus” del mandatario, que comienza a aparecer con cada vez mayor frecuencia en medios electrónicos o redes sociales como protagonista de metidas de pata que lo convierten en blanco de bromas.

Este viernes, al inaugurar una feria literaria con motivo del Día del Libro, Piñera dio por muerto a Nicanor Parra, el creador de la ‘Antipoesía’, que a sus 95 años sigue vivo en el pueblo costero de Las Cruces y de quien acaba de salir a la venta esta semana la antología “Parranda Larga”. “Podrán encontrar en esta feria lo mejor de nuestra literatura, lo mejor de nuestra creatividad, lo mejor de nuestro talento, partiendo por nuestros Premios Nobel, Pablo Neruda, Gabriela Mistral, siguiendo con nuestros premios Cervantes como es el caso de Gonzalo Rojas y mi amigo Jorge Edwards que está presente con nosotros”, dijo Piñera en su alocución. “También algunos que ya nos dejaron, como es el caso de Vicente Huidobro, Pablo de Rokha o un gran antipoeta, como es Nicanor Parra”, añadió. Agencia Efe de España

http://rolandogabrielli.blogspot.com/

PARRICIDIO PRESIDENCIAL

El Aleph de Raúl Ruiz: Los misterios del cineasta Por Rolando Gabrielli.

Raúl Ruiz es un clásico del cine, un raro ejemplar del celuloide chileno, ha multiplicado los cuadritos blancos y negros hasta sumar más de cien películas desde que vimos su primera Premiere: Tres Tristes Tigres, en 1968, en el Teatro Marconi de avenida Providencia. RR, como miles de chilenos, se exilió en 1974 en Francia, después del golpe militar que encabezó Pinochet, pero a él no se le borró la película y siguió filmando en Europa, con la visión de su calidoscopio infinito, siempre con su propio alfabeto. EL Aleph de Raúl Ruiz se extendió por el mundo y nunca olvidó su identidad chilena, dejó rodar el ojo mágico a uno y otro lado del océano como si las aguas no le permitieran parpadear. A Raúl lo veía rodar La Colonia Penal, donde hice un papel extra, de esos instantáneos, insólitos, con que el cineasta homenajeaba a la realidad, a sus amigos, sueños y a su eterna ficción que le soplaba sobre el hombro. Fueron días alucinantes, vertiginosos, electrizantes, tiempo convertido en imagen robada a los sueños. Partió a Francia Ruiz y siguió rodando para parar sólo cuando su hígado le acaba de pedir hacer un alto en Lisboa, Portugal, donde filmaba hace dos semanas Los misterios de Lisboa. Fuentes del diario La Nación de Chile, han revelado esta sorprendente información, donde califican de delicado el estado de salud del reconocido cineasta, aunque sostienen, que no existe riesgo vital. La nota explica que al autor de El tiempo recobrado, La Isla del tesoro y Las tres coronas del marinero, le extirparon un tumor del hígado y que se encuentra en recuperación en la capital lusitana.

Ruiz volvió por primera vez a Chile en 1987 y para mi sorpresa lo encontré en Ahumada, como un visitante más. Me invitó a tomar unos vinos y a comer unas empanadas y aprovechó de explicarme que el régimen militar le había quitado la fatídica letra L, lo que sellaba como prohibidos a esos pasaportes de algunos chilenos a los que se le impedía volver a Chile. Nos reímos recuerdo, porque el vaso que él escogió traía dibujada una trizadura en forma de L.

Raúl es uno de los cineastas más singulares que me ha tocado ver y disfrutar en el cine. Su imaginación no tiene techo, como su libertad, pasión y visión de la realidad. Siempre ha encontrado una puerta de escape para sus propuestas. Esperamos que en esta ocasión la use para seguir filmando, contándonos a su manera lo que aún le sigue interesando y asombrando de este mundo que se enreda como una cola de chancho. Raúl Ruiz es un experimentador sin límites ni tiempo y cree en la imagen que ordeña con paciencia la introspección, sabe y denuncia, que existe una saturación peligrosa de imágenes a través de estas nuevas herramientas que nos ponen el mundo del cine a la mano, pero cuyo riesgo está en la banalidad de la imagen por la imagen.

La intensa y dilatada trayectoria cinematográfica de Raúl Ruiz es conocida por sus críticos y público. Francia, posiblemente haya sido el país que más le haya honrado, con la cesión de los derechos para filmar su más célebre novela: En Búsqueda del tiempo perdido, de Marcel Proust, un clásico, y su revista emblemática de la cinematografía europea, Cahiers du Cinema, le dedicara un número especial e integró a su obra y poética cinematográfica.

Ese privilegio lo compartió en esa mítica publicación, con autores como Rohmer, Bresson, Godard, Eisenstein, Pasolini, Hitchcock, Welles.. Ha sido jurado en el Festival de Cannes en la Riviera francesa y tenido como actores y actrices en alguna de sus películas a Marcelo Mastroiani, (la Última actuación de este legendario actor italiano, fetiche de Fellini) Catherine Deneuve.

El Festival de Berlín le otorgó el Oso de Plata, "por su aporte cinematográfico a nuestro tiempo". Ruiz ha sido profesor visitante en Harvard y conferencista en distintas universidades europeas y norteamericanas.

De RR se pueden decir muchas cosas, se han dicho y se seguirán diciendo, pero tengo la impresión que le agregó un tercer ojo al cine chileno. Siempre pensé que el ojo de Raúl Ruiz tenía otros ojos que comprometía su filmografía con la realidad dentro de la realidad, algo más que la ficción corriente, a la que se suele apelar como un recurso real. Filma, a mi entender, la realidad de la ficción y viceversa, en un mundo barroco, donde la ironía, el espacio, la memoria, los laberintos, el tiempo sin tiempo, convierten el rodaje en una película fil(r)mada por Raúl Ruiz.

Si era preciso, filmaba la espalda de la realidad, como su presente y futuro, en un pasado que recoge todas las memorias, como un gran espejo sin fondo. Siempre fue y será, el rollo de Ruiz. Es como si naciera una segunda película del propio espectador, claro, rodada por Ruiz.

Cuando comenzó a viajar a Chile y filmar, acuñó una frase de profunda ironía: "Vivo en Chile, pero paso 11 meses al año viajando por Europa". Era su reconocimiento explícito a su chilenidad. Nunca la ha abandonado, aunque como Claudio Arrau, Roberto Bolaño, Gabriela Mistral, pertenece al mundo, cuyo paraguas y sombrero universal, les protegió allende de las fronteras chilenas, a estos grandes artistas que por alguna razón o varias, no pudieron seguir viviendo en su país.

No serian los únicos, unos antes, Roberto Matta, otros después, decenas de artistas, diría yo, en un ir y venir, quedarse fuera, retornar, viajar en lo que somos. El sombrero sin cabeza de la diáspora.

http://rolandogabrielli.blogspot.com/

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