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209 Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación Revista internacional de silvicultura e industrias forestales ISSN 0251-1584 Redactora: A. Perlis Junta Consultiva sobre Política de Edición, Departamento de Montes: J. Ball, I.J. Bourke, C. Holding-Anyonge, R.M. Martin, M. Morell, C.T.S. Nair, C. Palmberg-Lerche, A. Perlis, L. Russo, O. Souvannavong, T. Vahanen, M. Wilkie Asesores regionales: H. Abdel Nour, C. Carneiro, P. Durst, P. Koné, E. Pepke Edición, compaginación, elaboración gráfica y composición electrónica: Grupo Editorial, Dirección de Información de la FAO. Unasylva es una publicación trimestral en español, francés e inglés. Precio de suscripción: un año, 40 dólares EE.UU. Los pedidos pueden pagarse al Grupo de Ventas y Comercialización, FAO, Viale delle Terme di Caracalla, 00100 Roma, Italia, o a los Puntos de venta de publicaciones de la FAO que figuran en la parte interna de la cubierta posterior. Se autoriza la reproducción y difusión de material contenido en este producto informativo para fines educativos u otros fines no comerciales sin previa autorización escrita de los titulares de los derechos de autor, siempre que se especifique claramente la fuente. Se prohíbe la reproducción de material contenido en este producto informativo para reventa u otros fines comerciales sin previa autorización escrita del Jefe del Servicio de Publicaciones y Multimedia de la Dirección de Información de la FAO. Los artículos expresan las opiniones de sus autores y no representan necesariamente las de la FAO. Las denominaciones empleadas y la forma en que se presentan los datos no implican, de parte de la FAO, juicio alguno sobre la condición jurídica de países, ciudades y zonas, o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. Las publicaciones de la FAO que aparecen en los avisos de Unasylva pueden adquirirse en los Puntos de venta de publicaciones de la FAO. La FAO satisfará los pedidos provenientes de países donde no los haya. Los pedidos han de dirigirse al Grupo de Ventas y Comercialización, Dirección de Información, FAO, Viale delle Terme di Caracalla, 00100 Roma, Italia. Tel.: (39) 06 57051; Fax: (39) 06 5705 3360; Télex: 625852/625853/610181 FAO I Correo electrónico: [email protected] Foto de la cubierta: Los monos langures son una de las especies más comunes entre los mamíferos silvestres de los bosques de la India. I. de Borhegyi Índice Vol. 53 2002/2 Editorial 2 J. Burley Panorámica de la diversidad biológica forestal 3 J.A. McNeely La biodiversidad forestal a nivel del ecosistema: ¿cuál es el lugar de la población? 10 K. Rykowski La conservación de la diversidad biológica como elemento de la gestión forestal sostenible: normas y práctica en Polonia 16 M. Kanashiro, I.S. Thompson, J.A.G. Yared, M.D. Loveless, P. Coventry, R.C.V. Martins-da-Silva, B. Degen y W. Amaral Valores de la conservación y gestión forestal: el Proyecto Dendrogene en la Amazonia brasileña 25 H. Simons Evaluación de Ecosistemas del Milenio 34 R. Nasi, R. Dennis, E. Meijaard, G. Applegate y P. Moore Los incendios forestales y la diversidad biológica 36 W.A. Rodgers, R. Nabanyumya, E. Mupada y L. Persha Conservación comunal de la biodiversidad en bosques cerrados de África oriental 41 D. Sheil ¿Por qué la vigilancia de la biodiversidad no respalda las prioridades de conservación en los trópicos? 50 P. Bridgewater El Programa sobre el hombre y la biosfera de la UNESCO: abordar la biodiversidad 55 C. Palmberg-Lerche Algunas reflexiones sobre la conservación genética en el sector forestal 57 J.S. Denslow Especies madereras foráneas invasivas en los bosques de las islas del Pacífico 62 M.L. Wilkie De la duna al bosque: diversidad biológica en plantaciones establecidas para retener las arenas en movimiento 64 Actividades forestales de la FAO 70 El mundo forestal 73 Libros 74

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209Organizaciónde las Naciones Unidaspara la Agriculturay la Alimentación

Revista internacionalde silviculturae industriasforestales

ISSN 0251-1584

Redactora: A. PerlisJunta Consultiva sobre Política de Edición,Departamento de Montes:J. Ball, I.J. Bourke, C. Holding-Anyonge,R.M. Martin, M. Morell, C.T.S. Nair,C. Palmberg-Lerche, A. Perlis, L. Russo,O. Souvannavong, T. Vahanen, M. WilkieAsesores regionales:H. Abdel Nour, C. Carneiro, P. Durst, P. Koné,E. PepkeEdición, compaginación, elaboración gráficay composición electrónica:Grupo Editorial, Dirección de Informaciónde la FAO.

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Foto de la cubierta: Los monos langures sonuna de las especies más comunes entre losmamíferos silvestres de los bosques de la India.I. de Borhegyi

Índice

Vol. 53

2002/2

Editorial 2

J. BurleyPanorámica de la diversidad biológica forestal 3

J.A. McNeelyLa biodiversidad forestal a nivel del ecosistema:¿cuál es el lugar de la población? 10

K. RykowskiLa conservación de la diversidad biológica como elementode la gestión forestal sostenible: normas y práctica en Polonia 16

M. Kanashiro, I.S. Thompson, J.A.G. Yared, M.D. Loveless, P. Coventry,R.C.V. Martins-da-Silva, B. Degen y W. AmaralValores de la conservación y gestión forestal: el Proyecto Dendrogeneen la Amazonia brasileña 25

H. Simons

Evaluación de Ecosistemas del Milenio 34

R. Nasi, R. Dennis, E. Meijaard, G. Applegate y P. MooreLos incendios forestales y la diversidad biológica 36

W.A. Rodgers, R. Nabanyumya, E. Mupada y L. PershaConservación comunal de la biodiversidad en bosques cerradosde África oriental 41

D. Sheil¿Por qué la vigilancia de la biodiversidad no respalda las prioridadesde conservación en los trópicos? 50

P. Bridgewater

El Programa sobre el hombre y la biosfera de la UNESCO:abordar la biodiversidad 55

C. Palmberg-LercheAlgunas reflexiones sobre la conservación genética en el sector forestal 57

J.S. Denslow

Especies madereras foráneas invasivas en los bosques de las islas del Pacífico 62

M.L. WilkieDe la duna al bosque: diversidad biológica en plantacionesestablecidas para retener las arenas en movimiento 64

Actividades forestales de la FAO 70

El mundo forestal 73

Libros 74

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EDITORIAL

¿Es mejor, y se administra mejor, un bosque con 1 000 especiesque un bosque con 500 especies? Este número de Unasylva tratade cuestiones relacionadas con la diversidad biológica forestal ysu conservación y uso sostenible. Una de las conclusiones básicases que los números no son lo único que importa.

En el primer artículo, J. Burley aclara algunos de los conceptosy cuestiones centrales en relación con la diversidad biológicaforestal. Presenta tres niveles de diversidad biológica –genética,específica y del ecosistema– y analiza cuestiones fundamentalescomo valor y uso, evaluación, y atención pública y política.

J. McNeely se ocupa de la biodiversidad forestal y del papel delser humano a nivel del ecosistema. Los impactos humanos pue-den ser negativos (deforestación, caza abusiva), pero McNeelyrecalca que la especie humana es parte de muchos ecosistemasforestales, y que los bosques deben utilizarse equilibrando diver-sos objetivos: suministrar madera, leña y productos no madereros,salvaguardar los valores estéticos, recreativos y ambientales, in-cluyendo la biodiversidad.

Con las prácticas de explotación forestal intensiva orientadaprincipalmente a la producción de madera, la biodiversidad fo-restal en Polonia, como en otros países de Europa central y orien-tal, se ha reducido en los últimos siglos, aun cuando haya aumen-tado la cubierta forestal. En el último decenio, no obstante, lapolítica y la práctica forestales en Polonia han hecho hincapié enla conservación de la biodiversidad como uno de los objetivoscentrales de la gestión forestal sostenible. K. Rykowski presentalos principios básicos de la conservación en Polonia, consideran-do sobre todo los bosques productivos. Insiste en que las zonasprotegidas son insuficientes, por sí solas, para asegurar la conser-vación de los árboles y otras especies forestales.

Para conservar la biodiversidad, nuevas políticas y prácticas senecesitan también en la gestión de los bosques de la Amazoniabrasileña. M. Kanashiro y sus colaboradores describen la labor delProyecto Dendrogene, orientado a dar formación técnica e instru-mentos a los usuarios de los bosques para que puedan aplicar enla práctica sistemas de gestión y políticas con base científica.

R. Nasi y sus colaboradores examinan las consecuencias de losincendios forestales para la biodiversidad. El fuego puede des-truir poblaciones de plantas y animales, influir sobre la vida de lasespecies y privar a la fauna forestal de hábitat y de alimentos. Contodo, es una fuerza natural necesaria para mantener la salud deciertos ecosistemas adaptados al fuego.

Los acuerdos de cogestión concertados en África oriental seaplican sobre todo a bosques de los que se obtienen bienes yservicios locales. ¿Pueden aplicarse también a bosques que ten-gan un valor mundial y nacional para conservar la biodiversidad?Apoyándose en ejemplos de un proyecto para reducir la pérdidade biodiversidad en Kenya, Uganda y Tanzanía, W.A. Rodgers,R. Nabanyumya, E. Mupada y L. Persha afirman que las comu-

nidades necesitan obtener beneficios tangibles como incentivopara la conservación.

Desde una perspectiva local, no suele ser difícil identificar lasprincipales amenazas a la biodiversidad forestal en los paísestropicales (sobre todo pérdida de hábitat, ocupación del bosquepara otros fines, explotación incontrolada y degradación ambien-tal); por ello D. Sheil sostiene que lo importante para conservarla biodiversidad, más que la investigación y la supervisión, es labuena práctica sobre el terreno. Para que la conservación tengaéxito, hay que asignarle recursos de modo efectivo, actuando enprioridades fundamentales como impedir la conversión de zonasprotegidas para otros usos de la tierra y proteger los grupostaxonómicos de gran valor.

C. Palmberg-Lerche reflexiona sobre la conservación de la di-versidad biológica forestal, señalando la necesidad de mantenerestrechos vínculos entre las actividades de conservación. La au-tora sostiene que son necesarios programas que armonicen la con-servación y el uso sostenible de los bosques y los recursos genéticosforestales con un mosaico de opciones de uso de la tierra, y queincluyan un elemento de gestión de genes. Insiste en que la inter-vención humana en la naturaleza no es necesariamente negativa.

Se considera que las plantaciones forestales tienen una limitadadiversidad biológica, tal vez porque se las compara con los bos-ques naturales y no con los ecosistemas degradados a los que confrecuencia sustituyen. M.L. Wilkie explica cómo las plantacionesestablecidas hace siglos para estabilizar las dunas en Dinamarcase han convertido, con el tiempo y una gestión cuidadosa, enecosistemas ricos en especies.

Un tema importante no evocado aquí es el reparto equitativo delos beneficios de la biodiversidad, que es uno de los tres objetivosprincipales del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB).De esta cuestión se trató en Unasylva 206 (2001), así como delprograma de trabajo del CDB sobre los bosques. Las actividadesdel CDB y de la FAO en este campo son complementarias. Unrecuadro al final del presente número remite a los sitios Websobre los programas de la FAO relacionados con la diversidadbiológica de los bosques.

Este número muestra que no hay un nivel óptimo debiodiversidad. Hay muchas razones por las que un ecosistemapuede tener más diversidad que otro, y no todas se relacionan conla intervención humana. Por otra parte, la conservación no debeaspirar a mantener un status quo quimérico. En todas las comu-nidades y los ecosistemas, el tiempo trae cambios en labiodiversidad. La gestión conservadora sólo puede tener éxito alargo plazo si utiliza la dinámica intrínseca de los ecosistemas ylas especies para conservar su diversidad y su capacidad de evo-lución. Pueden compatibilizarse los fines de producción con laconservación, mediante una buena planificación y la coordina-ción intersectorial en los planos local y nacional. ◆

Diversidad biológica forestal

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Panorámica de la diversidad biológica forestal

J. Burley

Jeffery Burley es profesor desilvicultura en la Universidad de Oxfordy director del Oxford Forestry Institute,Oxford, Reino Unido. Es ex presidente,inmediatamente anterior al actual, de laUnión Internacional de Organizacionesde Investigación Forestal.

ué hay en una palabra?El término “biodiversidad”–contracción convencional

de “diversidad biológica”– ha sido parti-cularmente contencioso o mal entendido,suscitando conflicto y confusión en altosniveles de la administración y la cienciay entre el público. A menudo el atractivoestético o ético de especies o ecosistemasconcretos ha levantado llamamientos parasu conservación con exclusión de su usoprudente para satisfacer las necesidadeshumanas de subsistencia y desarrollo eco-nómico. Diversidad biológica significaalgo distinto para unas u otras personas.Recibe mucha atención pública, pero confrecuencia confusa, a través de diarios,revistas, televisión y cine. Es urgente quecientíficos, administradores y conserva-dores de recursos naturales clarifiquen suterminología, sus descripciones, sus ob-jetivos y sus métodos de evaluación enbeneficio de una mejor comprensión pú-blica y de la acción política para una bue-na gestión (lo que incluye conservación yuso) de la diversidad biológica.

La diversidad biológica forestal es unrecurso fundamental, pues incluye lasespecies del mundo y sus genes constitu-tivos, de los que depende la salud y laprosperidad de la humanidad, así como elbuen orden del medio ambiente. La pér-dida de ecosistemas, especies y genes esuna importante amenaza para la supervi-vencia humana y de otros organismos. Eneste artículo se intenta aclarar algunos delos conceptos y problemas centrales de ladiversidad biológica forestal.

TRES NIVELES DE DIVERSIDADBIOLÓGICALa diversidad biológica se refiere al nú-mero, la variedad y la disposición de losorganismos vivos (esto es, toda vida en elplaneta) (véanse algunas definiciones enFAO e IUFRO, 2002). Suele describirse,cuantificarse, tratarse y utilizarse en tresniveles. Primero, comprende la variación

genética hereditaria dentro de y entre po-blaciones de una determinada especie; estenivel tiene particular interés para genetistasy mejoradores de especies y se refiere avariación cuantitativa y cualitativa de lapoblación, variación de genotipos y fre-cuencias, efectos y flujos de alelos (lasdiversas formas mutacionales de un gendeterminado, y las unidades sobre las queactúa la selección para producir diversi-dad genética). Segundo, se refiere a va-riación entre especies, que interesa enespecial a taxonomistas, ecologistas yconservacionistas y tiene en cuenta elnúmero, la abundancia o rareza y elendemismo de las especies; corrientemen-te se ha tomado como sinónimo del térmi-no original “diversidad” utilizado por losecologistas teóricos al analizar la compe-tición y la coexistencia de las especies(Pielou, 1994). Tercero, hace referencia alavariación entre ecosistemas y a la formaen que las especies interactúan entre sí ycon su entorno; este aspecto es por su-puesto de gran importancia para losecologistas, pero es especialmente im-portante para quienes se ocupan delecosistema o el paisaje, ya que incluye laimportancia mundial y local de la com-posición, la estructura y la función de losecosistemas y la existencia de los llama-dos “puntos calientes” de variabilidadbiológica.

DIVERSIDAD BIOLÓGICA FORESTALDiversidad biológica forestal es la diver-sidad dentro de los bosques en esos tresniveles. Comprende todas las especies deplantas, animales y microbios presentesen el bosque, no sólo las especies arbóreas.Sólo en los bosques tropicales hay alrede-dor del 50 por ciento de todos losvertebrados conocidos, el 60 por cientode las especies vegetales y tal vez el 90 porciento del total de especies mundiales.Como ecosistemas, los bosques varíanmucho en todo el mundo y comprendenlas siguientes categorías principales:

Algunos conceptos y problemasbásicos en relación con ladiversidad biológica forestal –número, variedad y distribuciónde los organismos vivos en losbosques– , que es un recursofundamental para la vidahumana y la salud del medioambiente.

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• bosques boreales en los que dominauna especie maderera;

• bosques templados mixtos con variasespecies de frondosas;

• bosques templados perennifolios conuna serie de especies coníferas;

• bosques tropicales pluviales con unagran diversidad;

• bosques tropicales caducifolios condiversidad relativamente baja;

• bosques tropicales secos con pocasespecies en rodales abiertos.

En cada uno de estos ecosistemas hayuna serie de tipos que tienen sus propioscomponentes característicos de fauna yflora que han de ser evaluados, valoradosy administrados de manera diferente.

En cada tipo de bosque, la diversidadde especies arbóreas se conoce y cuanti-fica relativamente bien, y las especies ve-getales están bastante bien caracteriza-das; no obstante, todavía queda muchopor descubrir sobre las especies anima-les y microbianas, sus identidades, va-riación genética, interacciones y usos parael hombre. Pero incluso entre plantas yanimales la atención y los recursos seaplican sobre todo a las especies

visualmente atractivas o carismáticasantes que a las menos visibles y atracti-vas que pueden ser igualmente impor-tantes en el conjunto del ecosistema.Algunas de estas especies menos “popu-lares” pueden tener usos hasta ahoradesconocidos. A menudo se promuevenla conservación y el ecoturismo median-te vistosas imágenes de grandes mamí-feros, aves y macrolepidópteros, peromicrolepidópteros y hormigas sonindicadores válidos de cambio ambien-tal, y hongos invisibles son esencialespara el funcionamiento del ecosistema.

EVALUACIÓNLa evaluación de la diversidad biológi-ca es compleja y varía según los objeti-vos del evaluador. Cabe distinguir cua-tro propósitos principales de laevaluación de la diversidad biológica(Burley y Gauld, 1994; Bachmann, Köhly Päivinen, 1998):

• para la comprensión científica de laestructura, la función y la evolucióndel ecosistema, que es necesaria comobase para administrar recursossustentadores de vida y productivos;

• para conservar y desarrollar germo-plasma para la mejora genética dedeterminadas especies destinadas aplantaciones y a la agrosilvicultura;

• para observar los efectos de lasintervenciones humanas en la tierra yde los cambios medioambientalestanto naturales como antropogénicossobre la diversidad biológica;

• para escoger zonas prioritarias para laconservación de la diversidadbiológica en sí misma por razones deética, estética, religión, cultura,investigación científica o producciónfutura, incluida la “prospección de labiodiversidad” (Reid et al., 1993).

Las estimaciones de la diversidad bioló-gica a nivel del ecosistema y de la especiedeben tener en cuenta varios factores devariación (Burley y Gauld, 1994), a saber:cambios temporales duraderos y cambiosestacionales de corta duración en la diver-sidad de especies presentes en unecosistema; variación en los números, laabundancia y la escasez de ciertas espe-cies según las fases de su ciclo vital; mo-vilidad de los animales migrantes queentran o salen de los ecosistemas; fase de

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La diversidad biológicaforestal a nivelgenético (de particularinterés para genetistas)supone variacióngenética dentro de yentre poblaciones deuna especiedeterminada, como lomuestra la variación encrecimiento del abetoDouglas (Pseudotsugamenziesii)

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desarrollo de la comunidad; posición físi-ca dentro del ecosistema desde el suelohasta la copa de cada árbol; y escala geo-gráfica (mundial, regional, nacional,ecosistema, hábitat o parcela).

Cualquiera que sea el índice o el indica-dor requeridos y cualquiera que sea laescala o la intensidad del muestreo, laevaluación de la diversidad biológica uti-liza varios métodos. Entre ellos está laexpansión de inventarios forestales tradi-cionales de árboles y maderas en forma deregistros de varios taxones basados enparcelas de muestreo temporales o per-manentes o en las parcelas de investiga-ción ecológica a largo plazo utilizadas porla Organización de las Naciones Unidaspara la Educación, la Ciencia y la Cultura(UNESCO), la Smithsonian Institution, laFAO y otros organismos internacionalesy nacionales. Estos inventarios se facilitany promueven mediante teledetección, ba-ses de datos y sistemas de informacióngeográfica. Los métodos bioquímicos mo-dernos se están aplicando ampliamentepara la evaluación rápida y precisa de ladiversidad genética, la sistemática y lagenética de la población a nivel de ADN yproteínas (Glaubitz y Moran, 2000).

LA ATENCIÓN MUNDIAL A NIVELPOLÍTICO Y PÚBLICOEl interés mundial por la diversidad bioló-gica se manifestó en la Conferencia de lasNaciones Unidas sobre el Medio Ambientey el Desarrollo (CNUMAD), celebrada en1992, y el Convenio sobre la DiversidadBiológica (CDB) resultante, que entró envigor en 1993. Los fines del CDB son laconservación de la diversidad biológica,el uso sostenible de sus componentes y elreparto justo y equitativo de los benefi-cios derivados del uso de los recursosgenéticos. Merece señalarse también quela Estrategia Mundial para la Conserva-ción (UICN, PNUMA y WWF, 1980) de-finió la conservación como “la gestión dela utilización de la biosfera por el ser hu-

mano, de tal suerte que produzca el ma-yor y sostenido beneficio para las genera-ciones actuales, pero que mantenga supotencialidad para satisfacer las necesi-dades y aspiraciones de las generacionesfuturas”. Fue este el primer intento mo-derno de reconocer que la conservaciónde los recursos renovables, entre ellos ladiversidad biológica, supone un uso di-námico prudente y no la simple preser-vación o protección estática.

Pese a la impresión que dan los recien-tes procesos en el plano internacional, sinembargo, la diversidad biológica y suconservación no son temas nuevos.Herodoto en 450 a.C. se percataba de laimportancia de la variación intraespecífica

en especies arbóreas aunque no conocierala palabra “genética”. Charles Darwin amediados del siglo XIX tenía clara con-ciencia de la diversidad biológica y de suimportancia para la evolución y la estabi-lidad del ecosistema. Al mismo tiempo es-pecialistas forestales trazaban en Europay en la India planes forestales que recono-cían plenamente los múltiples valores delos bosques, entre ellos la diversidad deespecies, para el uso sostenible y la esta-bilidad del ecosistema y para el manteni-miento del entorno y los procesos de lavida humana.

Los progresos en las negociaciones delCDB han encontrado una amplia acep-tación. En la cuarta Conferencia de las

La diversidad biológicaa nivel de especies

incluye el número, laabundancia o escasez y

el endemismo de lasespecies; en la imagen,

una flor de Metrosiderospolymorpha, especiearbórea endémica de

Hawaii, Estados Unidos

La diversidad biológicaa nivel del paisaje hace

referencia a la variaciónen la composición, la

estructura y la funciónde los ecosistemas; en

la imagen, un bosqueboreal bien ordenado en

Finlandia con unmosaico de especies,

entre ellas Pinussylvestris, Picea abies y

Betula spp.

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Partes en 1998 se adoptó un programade trabajo sobre diversidad biológica fo-restal que abarcaba los siguientes ele-mentos además de prioridades específi-cas de investigación y tecnología: unavisión del ecosistema integradora deconservación y uso sostenible de la di-versidad biológica; un análisis de losefectos de la actividad humana, en espe-cial la gestión forestal, sobre la diversi-dad biológica y de los medios para paliarlos efectos negativos; y la formulaciónde criterios e indicadores de la diversi-dad biológica en los bosques (véase LeDanff y Sigaud, 2001).

La quinta Conferencia de las Partes enmayo de 2000 recalcó la necesidad depasar de la investigación a la acción prác-tica; así lo confirmó la reunión conjuntadel CDB y el Foro de las Naciones Uni-das sobre los Bosques (FNUB) en Ghanaen enero de 2002. La reunión conjuntaconcretó espacios de colaboración, a sa-ber: zonas forestales protegidas; gestióndel ecosistema; integración de la con-servación y el uso sostenible a nivel na-cional (especialmente entre programasforestales nacionales y estrategias na-cionales de biodiversidad); efectosintersectoriales de la biodiversidad fo-

restal (sobre la agricultura, el agua, lostransportes, la minería, el desarrollo in-dustrial y las infraestructuras); supervi-sión; y valoración de los bosques y delos bienes y servicios forestales.

Se ha trabajado ya bastante para for-mular indicadores de la diversidad bio-lógica, en el marco de la labor sobre cri-terios e indicadores de la gestión forestalsostenible realizada por el GrupoIntergubernamental sobre Bosques(GIB) y el Foro Intergubernamental so-bre Bosques (FIB), su sucesor el FNUB,y los diversos procesos regionales sobrecriterios e indicadores (véase Castañeda,

Biodiversidad animal enlos bosques

La rica vida animal de los bosques ha recibidorelativamente poca atención de lossilvicultores. Sin embargo, las especiesanimales son vitales para los ecosistemasforestales en diversos aspectos:

• pastos – el pastoreo y el ramoneo de losanimales condiciona la estructura de lavegetación y puede influir también sobresu composición;

• predación sobre especies animales poten-cialmente dañinas – los grandes y peque-ños predadores reprimen la multiplica-ción de especies constitutivas de plagas;

• polinización – murciélagos, aves, maripo-sas, polillas, abejas y otros insectospolinizan las especies vegetales foresta-les, incluidos los árboles;

• dispersión de semillas – la dispersión desemillas por murciélagos, aves y otros ani-males es a menudo esencial para la super-vivencia de las especies vegetales;

• germinación– las semillas de ciertas plan-tas necesitan pasar por el sistema digesti-vo de un rumiante o una ave para podergerminar;

• predación de semillas – los predadores desemillas, como antílopes, aves, elefantes yprimates, y también los insectos, ayudana mantener el equilibrio de la composi-ción de especies vegetales en losecosistemas.

Estas funciones en el ecosistema puedentener también importancia económica. Porejemplo, cuando especies vegetales de interéseconómico son polinizadas por los animales

(como el durión de Asia sudoriental,polinizado por murciélagos de las cavernas),una reducción de la eficiencia polinizadorapodría tener repercusiones económicas.Análogamente, la pérdida de predadores porel uso indiscriminado de plaguicidas puedetraducirse en brotes de plagas con lasconsiguientes pérdidas económicas.

La diversidad animal en los bosques tienetambién una significación económica por losingresos generados por el ecoturismo; elcomercio en aves, insectos, mamíferos y rep-tiles atractivos y cotizados en el mercado; ylos ingresos obtenidos de la venta de carne(animales silvestres cazados o capturados porsu valor alimentario). La carne de los animalesdel bosque es también importante para lanutrición de muchas personas que viven enlos bosques o cerca de ellos.

Los conservacionistas han acuñado laexpresión “síndrome del bosque vacío” parareferirse a los bosques cuya fauna ha sidoesquilmada por la caza hasta el punto dereducir gravemente su función ecológica y supapel económico actual o potencial. Lasimplicaciones a largo plazo para los eco-sistemas forestales de la pérdida de especiesanimales no están claras, porque la cuestiónno ha sido bien estudiada y es probable quelos efectos se manifiesten sutil y gradualmente.

La reproducción demuchas especies

vegetales depende de lapresencia de un

polinizador específico,como la zarigüeya

enana que poliniza eleucalipto en Australia

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2000; Raison, Brown y Flinn, 2001). Enla preparación de la sexta reunión de laConferencia de las Partes en abril de2002, algunos expertos contactados ofi-ciosamente por la Secretaría del CDBproponen distinguir entre actividades na-cionales e internacionales antes de fijarprioridades; el grupo propone que lassiguientes prioridades se incorporen alas estrategias y planes de acción nacio-nales de biodiversidad y a los progra-mas forestales nacionales: cambios enel uso de la tierra; reducción de la frag-mentación forestal; efectos de los incen-dios; efectos de especies foráneas inva-soras; restauración de ecosistemasforestales; gestión de zonas protegidas;uso sostenible; causas básicas de la pér-dida de biodiversidad forestal; y promo-ción de la capacidad.

VALOR Y USO DE LA DIVERSIDADBIOLÓGICA FORESTALLa atención pública y política que se pres-ta en general a la diversidad biológica escon frecuencia instintiva, y a menudo seolvidan las razones para conservar y uti-lizar tal diversidad. Aunque se aprecien ycuantifiquen los niveles de diversidad,muchas veces se pasan por alto las nece-sidades humanas. Es muy difícil atribuirvalores económicos a la diversidad bio-lógica, y hay fuertes razones para pensarque moralmente supera cualquier valo-

Medición de pino deMonterrey en una

investigaciónexperimental en Nueva

Zelandia paracuantificar las

diferencias genéticasen familias escogidas;

esta evaluación de ladiversidad biológica es

importante para lamejora genética de

ciertas especiesdestinadas a

plantaciones yagrosilvicultura

Un ecosistema forestalen los Himalayasorientales, BengalaOccidental, India, muyrico en diversidadbiológica; losespecialistas forestalesen la India hanreconocido desde hacemucho el valor de ladiversidad de especiespara el uso sostenible yla estabilidad delecosistema

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ración; sin embargo, políticamente esesencial hacer estimaciones de los valo-res relativos para disponer zonas y pro-gramas de conservación, programas demejora genética e investigaciones paraasegurar la supervivencia en el futuro yel uso sostenible. Flint (1991) formulóuna tipología de valores para la diversi-dad biológica distinguiendo entre valo-res de uso y no de uso.

Son valores de uso los valores utilitariosactuales o futuros de la diversidad bioló-gica para el hombre; pueden subdividirseen valores directos, indirectos y opciona-les. Valores de uso directos son:

• el consumo de productos forestales yarbóreos como caza, frutos, forraje,medicinas, leña o madera;

• la mejora de la producción medianteel uso de genes en la arboricultura;

• los usos no consumidores de losecosistemas con fines recreativos,turísticos, culturales y religiosos.

Valores de uso indirectos son los ser-vicios relacionados con los procesosecológicos y el medio humano, comomoderación del clima; cicloshidrológicos, del carbono y de losnutrientes; flujo del agua y conserva-

ción de suelo, cuando dependan de ladiversidad de especies. Los valores op-cionales se manifiestan en la voluntaddel público de pagar por tener acceso aciertos hábitats, especies o genes. En casitodos los países hay ahora zonas y par-ques nacionales de conservación, perose debate mucho sobre otros valores op-cionales (como los usos medicinales),porque los valores pretéritos de recur-sos conocidos pueden no ser una buenaguía para los valores futuros de recursosaún desconocidos. Siempre es posible

Plantaciones forestalesy diversidad biológica

Algunos grupos ecologistas han hablado delas plantaciones forestales como “desiertosbiológicos”. Es cierto que las plantacionesforestales suelen tener en conjunto menordiversidad biológica que los bosquesindígenas, y que su biota asociada difieretambién en composición de la que poseenlos bosques indígenas de la misma región.Ahora bien, las plantaciones no se proponenen general sustituir a los bosques naturales,

que una especie no alcance nunca unvalor material, pero tendrá no obstanteun valor ético o de existencia.

Está claro que todos estos conceptos sonaplicables a los bosques y que los valoresse reducen si los bosques se dedican a otrosusos de la tierra, se perturban o se frag-mentan (Young y Boyle, 2000; Young,Boshier y Boyle, 2000). Los bosques tro-picales en particular son ecosistemas frá-giles y sus especies son vulnerables a loscambios del hábitat causados por el hom-bre o naturales. Los efectos potenciales

sino complementarlos. La mayor parte delas plantaciones forestales se establecen entierras degradadas o yermas, y contienenmucha más diversidad biológica que la tierradegradada, y también más que la mayoríade los cultivos agronómicos. Los diversossurtidos de biota presentes en las planta-ciones forestales vienen pues a añadirse a ladiversidad biológica regional, lo que suponeun efecto claramente benéfico.

El valor utilitario de ladiversidad biológicaincluye el consumo deproductos forestales yarbóreos como caza,frutos, forraje,medicinas, leña omadera; en la imagen,productos forestalesno madereros en unmercado de Hanoi,Viet Nam

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del cambio climático y la contaminaciónsobre los bosques y su diversidad bioló-gica en todo el mundo todavía no se handeterminado ni se han construido mode-los cabales al respecto, pero está claroque en muchos países los espacios fores-tales que se habían reservado como zonasde conservación dejarán de ser un hábitatadecuado para muchas de las especies paracuya conservación se concibieron(Geburek, 2000; Innes y Haron, 2000).

VOLUNTAD POLÍTICA PARA LACONSERVACIÓN DE LADIVERSIDAD BIOLÓGICAA nivel mundial, la voluntad política depromover la gestión sostenible de losbosques y la conservación de su diversi-dad biológica se ha puesto ampliamentede manifiesto. El programa de trabajodel Convenio sobre la Diversidad Bioló-gica es explícito en términos generales;muchos países signatarios han elabora-do estrategias nacionales para el desa-rrollo sostenible y la conservación de ladiversidad biológica. Los inmensos es-fuerzos del GIB, el FIB, el FNUB y lasdiversas iniciativas regionales sobre cri-terios e indicadores para la gestión fo-restal sostenible revelan un gran interéspolítico, público y profesional. No obs-tante, pese a las estrategias nacionales,la ejecución a nivel nacional ha sidomuchas veces decepcionante por falta derecursos financieros, personal profesio-nal y participación pública. Histórica-mente, se han realizado muchas políti-cas y planes de gestión para reservasforestales, haciéndose hincapié en laproducción y en los beneficios para elmedio ambiente; pero la planificación yla gestión deliberadas para la conserva-ción y el uso prudente de la diversidadbiológica de plantas y animales en lasreservas forestales han recibido menosatención, mientras que otras zonas re-servadas han sufrido crecientes presio-nes políticas para que se les retire la pro-tección y se sustraigan del uso público.

El Fondo para el Medio Ambiente Mun-dial (FMAM) dedicó en el último dece-nio más de 1 100 millones de dólares apagar los costos incrementales de conser-vación y uso sostenible de la diversidadbiológica en todo el mundo (Singh yVolonte, 2001). Aunque la próxima fasede la actividad del FMAM comprende mástrabajo sobre diversidad biológica, se re-conoce que los objetivos generales como“reforzar la capacidad” deben ser susti-

tuidos por fines específicos referentes alos efectos como “aumentar la poblaciónde la especie x”, “elevar la densidad delbosque y” o “regenerar la zona z”. Se re-quieren ahora acciones para perfeccio-nar y aplicar métodos para la evaluación,conservación, supervisión y uso pruden-te de la diversidad biológica de los bos-ques del mundo dentro de marcos éticos,legales e institucionales. Un ejemplo esla guía de buenas prácticas compuestapor el Reino Unido como contribución ala evaluación de la biodiversidad mun-dial (Jermy et al., 1995). Está tambiénclaro que estas acciones sólo serán efec-tivas si todos los interesados participanen todas las fases del proceso (Singh yVolonte, 2001). ◆

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La biodiversidad forestal a nivel del ecosistema:¿cuál es el lugar de la población?

J.A. McNeely

Jeffrey A. McNeely es DirectorCientífico en la Unión Mundial parala Naturaleza (UICN), Gland, Suiza.

Se acepta comúnmente que labiodiversidad es la medida de lavariedad biológica a escalas muy

distintas, desde el gen hasta el ecosistema.La diversidad de especies en los bos-ques, especialmente los árboles que sonobjeto de aprovechamiento, ha conci-tado una gran atención. El reto que hayque afrontar es cómo se puede traducirla idea de la biodiversidad a nivel delecosistema en medidas concretas quepropicien una mejor ordenación de losecosistemas forestales.

Existe un consenso bastante amplio so-bre la definición de “ecosistema”. Porejemplo, en el Convenio sobre la Diversi-dad Biológica (CDB) se define como “uncomplejo dinámico de comunidades ve-getales, animales y de microorganismosy su medio no viviente que interactúancomo una unidad funcional”. Los compo-nentes vivos de un ecosistema interactúanen cadenas alimentarias de gran comple-jidad (Schoener, 1989). El enfoque porecosistemas de la ordenación forestal tie-ne en cuenta la complejidad de esasinteracciones y procura al mismo tiempomantener la productividad del ecosistemaforestal y aumentar su capacidad de adap-tación a las modificaciones.

El procedimiento de centrarse en elecosistema constituye una base sólidapara solucionar problemas fundamenta-les en la ordenación de los recursos. Porejemplo, la conservación de la biodi-versidad forestal en el ecosistemacontribuye a propiciar servicios como elmantenimiento del equilibrio de los ga-ses atmosféricos, el reciclado de losnutrientes, la regulación del clima, elmantenimiento de los ciclos hidrológicosy la creación de suelo (Daily, 1997). Sibien es cierto que los científicos no co-nocen plenamente todavía las relacionesentre la diversidad taxonómica, la pro-ductividad, la estabilidad y la adaptabili-dad de los ecosistemas, la investigaciónreciente indica que la diversidad de espe-

cies aumenta la capacidad productiva demuchos ecosistemas forestales y su adap-tación a las nuevas condiciones (Johnsonet al., 1996).

Otro corolario importante de considerarla biodiversidad forestal a nivel delecosistema es la posibilidad de que unagestión deficiente conduzca a una trans-formación profunda y permanente de unbosque muy productivo en un sistemamucho menos productivo (como una pra-dera). La investigación reciente ha puestode manifiesto que incluso los cambios gra-duales en el clima, el flujo de los nutrientes,la extracción de recursos naturales y lafragmentación del hábitat pueden compor-tar cambios súbitos de gran alcance en lanaturaleza de un ecosistema forestal(Scheffer et al., 2001). Aunque son mu-chos los factores que pueden inducir esetipo de cambios, un elemento de enormeimportancia es la pérdida de la capacidadde recuperación frente a acontecimientosexternos como consecuencia de la dismi-nución de la biodiversidad en el ecosistema.

En el proceso de aplicación del enfoquepor ecosistemas a la biodiversidad fores-tal, especialmente en aquellos bosques queexperimentan los efectos de un nivel cre-ciente de utilización por la población, esconveniente centrarse en algunas cuestio-nes clave. En primer lugar, cabe pregun-tarse si la población es parte de losecosistemas forestales y, en segundo lu-gar, qué impacto produce en los ecosis-temas forestales su aprovechamientopor los seres humanos En tercer lugar, espreciso plantearse si es posible manejarlos ecosistemas para que proporcionen losbienes y los servicios que demanda la so-ciedad moderna. En este artículo se anali-zan brevemente estas cuestiones esencia-les y se indican las posibles líneas de acciónque deben seguirse en el futuro. Cabeanticipar la conclusión afirmando que ladiversidad es necesaria en los sistemas deordenación de los ecosistemas forestales,al igual que en los propios ecosistemas.

Cuestiones referentes a labiodiversidad forestalrelacionadas con la interacciónde la población con losecosistemas forestales.

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¿FORMA PARTE LA POBLACIÓN DELOS ECOSISTEMAS FORESTALES?En la literatura ecológica aparecen confrecuencia términos como “bosque prima-rio”, “bosque inalterado” e incluso “bos-que primigenio”. Pero cada vez son másnumerosos los datos que indican que losseres humanos han influido de forma de-terminante prácticamente en todos losbosques del planeta, en la mayoría de ellosdurante al menos varios miles de años.Los estudios realizados por expertos fo-restales, ecológos, historiadores yantropólogos sobre los bosques de las re-giones tropicales, templadas y borealesrevelan que los bosques y las poblacioneshan evolucionado de forma conjunta a lolargo de millares de años y que las perso-nas han plantado sus árboles preferidos,han quemado bosques con el fin de mejo-rar las condiciones para la caza y hanmanejado los barbechos forestales paramantener sus campos de cultivo. Lejos deser “primigenios”, los bosques formanparte del paisaje humano y las personashan influido profundamente en labiodiversidad que encontramos hoy en díaen los bosques.

Por ejemplo, antes de que con los viajesde Cristóbal Colón los europeos fijaransu atención en los recursos de Américadel Norte, la población que habitaba enlos bosques de la parte oriental de losEstados Unidos era un factor ecológicopoderoso, cuando no esencial, en la dis-tribución y composición del bosque(Williams, 1989). Cuando los pueblosindígenas fueron expulsados de la zonade bosques y praderas y fueron sustitui-dos por asentamientos europeos perma-nentes, el bosque se extendió y la densi-dad de los espacios arbolados aumentócon la intensidad del desarrollo. En esen-cia, tanto las poblaciones nativas comolos colonos europeos configuraron losbosques que ellos deseaban.

A menudo se considera que las vastasextensiones boreales cubiertas de bosquesde la región septentrional de América delNorte son espacios naturales, pero lo ciertoes que los seres humanos han ocupadoeste bosque desde el momento en que seformó cuando las grandes placas de hielose retiraron hacia el norte al final delpleistoceno. Existen nuevos estudios quehan demostrado que las poblaciones ame-

ricanas nativas del norte de Alberta (Ca-nadá) quemaban sistemáticamente distin-tos hábitats para influir en la distribucióny la abundancia relativa de los recursosvegetales y animales a nivel local. Estatecnología del fuego es similar a la que seha descrito en relación con los cazadores-recolectores de otras partes del mundo,que daba lugar a un mosaico de zonasquemadas que caracteriza a los bosquesboreales septentrionales (Lewis yFerguson, 1988). También los cazadores-recolectores de otras zonas de América delNorte y de varias partes de Australia recu-rrían a los incendios, concretamente paramantener corredores y lugares de asenta-miento en diferentes zonas biológicas muydistantes entre sí.

Más al sur, Gomez-Pompa y Kaus (1992)descubrieron que muchas de las actualesespecies arbóreas dominantes en la vege-tación madura de América tropical son lasmismas especies que se protegían, se pre-servaban o se plantaban cuando se talabanlos bosques para la agricultura en el viejosistema de “corta y quema”. Estos autoressostienen que la composición actual de lavegetación madura es el legado de civili-

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Los seres humanoshan influido en la

mayoría de losbosques y los bosques,

y las personas hanevolucionado

conjuntamente durantemiles de años; por

ejemplo, en Sumatra,en Indonesia, muchos

bosques han sidotalados durante

milenios una y otra vezpor los agricultores

itinerantes, perosiguen proporcionandocuantiosos recursos de

los que dependen losagricultores que viven

en sus lindes

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zaciones pasadas, la herencia de camposcultivados y bosques ordenados que seabandonaron hace varios cientos de años.

Se pueden citar muchos otros ejemplosen la Amazonia (Roosevelt, 1994), Áfricacentral (Fairhead y Leach, 1998), Europa(Delacourt, 1987) y Asia tropical (Spencer,1966), pero la conclusión es clara: si bienlos ecosistemas forestales son “naturales”,los seres humanos son una parte esencialde esa “naturaleza”. Por ello, para dotarde capacidad de recuperación a losecosistemas forestales es necesario que esacapacidad esté presente en los sistemashumanos de ordenación, de manera que seadapten a las nuevas condiciones.

¿QUÉ IMPACTO PRODUCEN LOSSERES HUMANOS EN LOSECOSISTEMAS FORESTALES?Aunque es cierto que los seres humanoshan ejercido una profunda influencia enlos ecosistemas forestales a lo largo de lahistoria, solamente durante los últimosdecenios se ha extendido la influenciahumana a casi todos los bosques de for-ma global y simultánea. Los mayoresefectos se han concentrado en la tala debosques, tanto para conseguir nuevas tie-rras de cultivo como para extraer la ma-dera valiosa. Un examen de un amplionúmero de estudios sobre el impacto delas prácticas de explotación en losecosistemas forestales tropicales y en subiodiversidad (Johns, 1997) ha puesto demanifiesto que por lo general la explota-ción del bosque maduro redunda en unaumento local de la diversidad de espe-cies, pues las modificaciones estructura-les y los cambios microclimáticosconexos dan lugar a la aparición dehábitats y de recursos alimentarios atrac-tivos para especies que suelen vivir en elbosque secundario o en los límites delbosque. Sin embargo, las poblaciones demuchas especies que viven en elsotobosque sufren un declive importantey durante muchos años sólo persisten en

números reducidos o incluso desapare-cen. Johns (1997) afirma que el sistemamás adecuado de ordenar los bosquestropicales para la producción de maderasin perder otros valores estriba en pre-servar zonas reducidas de bosqueinalterado en medio de una matriz másamplia de bosque productivo, fórmulaque se está intentando aplicar en algunaszonas de Malasia. En cambio, las em-presas madereras comerciales se hanresistido con fuerza a adoptar prácticasforestales sostenibles porque sus bene-ficios a corto plazo son mayores cuandoexternalizan una mayor proporción delos costos, como la conservación de labiodiversidad.

En los bosques tropicales, los árbolesdel dosel y los árboles emergentes queson tan atractivos para los madereros tie-nen una importancia crucial como fuen-te de alimentos (frutos y flores) y comocobijo para las poblaciones de anima-les. Son dominantes desde el punto devista reproductivo e influyen fuertemen-te en la estructura, la composición, ladinámica de claros, la hidrología y labiodiversidad del bosque. La fragmen-tación de los bosques en la Amazoniacentral tiene efectos extremadamenteacusados en los árboles de gran tamaño,cuya pérdida tendrá consecuencias deenorme importancia en los ecosistemasforestales (Laurence, 1999). La morta-lidad de los árboles, especialmente delos de gran tamaño, es mayor en las zonaspróximas a los límites del bosque y ellotiene consecuencias significativas parala conservación de los ecosistemas delos bosques pluviales y de la biodi-versidad que contienen. La elevadatasa de mortalidad de los árboles gran-des puede reducir la fecundidad de lasespecies del dosel y de los árboles emer-gentes, reducir el volumen y la comple-jidad estructural del bosque, fomentarla proliferación de especies colonizado-ras efímeras y alterar los ciclos

biogeoquímicos que influyen en laevapotranspiración, el ciclo del carbonoy las emisiones de gases de efecto inver-nadero, servicios clave del ecosistema.

El problema no deriva simplemente dela extracción de árboles que sostienen aotras especies. En el Congo, las carreterasque construyen y mantienen las empresascon concesiones madereras intensifican lacaza menor al permitir a los cazadores unmayor acceso a poblaciones de fauna sil-vestre de los bosques relativamente pocoexplotadas y al reducir el costo del trans-porte de la caza al mercado (Wilke et al.,2000). El comercio de carne silvestre estáreduciendo a muchas especies a la condi-ción de reliquias en muchas partes de lazona forestal africana. Conciliar los efec-tos de signo contrario que tienen las carre-teras sobre el desarrollo económico y so-bre la conservación de la biodiversidad esuno de los principales retos a los que seenfrentan quienes se encargan del manejode los ecosistemas en todas las naciones.Si no se afronta este problema losecosistemas forestales podrían quedarprácticamente sin poblaciones silvestres,que desempeñan una función esencial enla polinización, la dispersión de las semi-llas y el ciclo de los nutrientes (Redford,1992). No es un asunto menor; alrededordel 70 por ciento de los árboles del bosqueatlántico del Brasil tienen semillas que sondispersadas por animales vertebrados,principalmente aves y mamíferos(Cardoso Da Silva y Tabarelli, 2000).Cuando desaparecen los vertebrados querealizan la dispersión de las semillas, éstaes muy limitada y las especies producto-ras de frutos son sustituidas por otras quepueden ser de menor utilidad. Estos pro-cesos pueden inducir cambios profundose impredecibles en el ecosistema (Schefferet al., 2001).

Mientras que todo el mundo reconoceque la deforestación es un problema im-portante desde el punto de vista de la con-servación, no se concede la atención ne-

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cesaria al problema de la fragmentacióndel hábitat, relacionado con ella. Solamen-te en la selva amazónica brasileña, la su-perficie forestal que está fragmentada (conbosques de una superficie inferior a las10 000 ha) o que es vulnerable a los efec-tos de borde (distancia de menos de unkilómetro hasta los aclareos) es más de un150 por ciento mayor que la superficiedeforestada. La situación es similar en todala extensión de los trópicos, de maneraque el destino de los ecosistemas foresta-les tropicales del mundo depende en bue-na medida de la capacidad de las diferen-tes especies que los componen desobrevivir en paisajes fragmentados.

Los fragmentos pequeños tienen carac-terísticas muy diferentes, en cuanto alecosistema, que las superficies más ex-tensas de bosque, pues sostienen más es-pecies de luz, más árboles cuyas semillaso frutos son dispersados por el viento o elagua y un número menor de especies en elsotobosque (Laurence, 1999). A medidaque desaparecen de esos hábitats los ma-míferos y las aves que dispersan los fru-tos, se reducen las masas de árboles cuyosfrutos dispersan. En los fragmentos detamaño más reducido es mayor también lacaída de árboles, la cubierta de copas esmás irregular, existe un mayor número deespecies de malas hierbas y se da una abun-dancia inusual de trepadoras, lianas y bam-búes. Conservan, pues, únicamente unaparte de la flora original y la fauna que seadapta a estas especies.

A medida que aumenta el impacto de laacción humana sobre los bosques, las zo-nas que eran antes un bosque continuo conclaros esporádicos dejan paso a paisajes

agrícolas con bosques esporádicos. Estoprovoca una reducción importante de lapoblación de algunas especies de avesporque la fragmentación limita elanidamiento y, por tanto, el tamaño de laprogenie. Un estudio reciente ha reveladoque las tasas de reproducción de algunasespecies eran tan reducidas en la mayorparte de los paisajes fragmentados que suspoblaciones dependían de la inmigraciónde otras poblaciones procedentes dehábitats con una cubierta forestal másextensa (Askins, 1995). Las estrategias deconservación deben asegurar la preserva-ción y restauración de hábitats forestalesextensos y sin fragmentar en cada región(Robinson et al., 1995; Askins, 1995) yponer mayor empeño en establecer víncu-los entre los ecosistemas en el paisaje(Bennett y Wit, 2001).

¿CÓMO PUEDEN MANEJARSE LOSBOSQUES COMO ECOSISTEMAS?Los enfoques por ecosistemas paraconservar la biodiversidad forestal de-ben reconocer que toda la políticamedioambiental ha de ser consideradacomo la demostración de una hipótesisen la que las medidas de ordenación pro-puestas deben alcanzar objetivos preci-sos y conducir a resultados previsibles.En este sentido, la gestión del ecosistemaes siempre un experimento, un ejerciciode aprendizaje a partir de la experiencia.Un elemento esencial para poder aplicarlas lecciones aprendidas en el manejo delecosistema es la labor de supervisión, quefacilita la información necesaria paramodificar el sistema de manejo a la luzde la experiencia. Se han establecido nu-

merosas redes ecológicas, que indicancómo pueden funcionar esos sistemasde supervisión y retroinformación en unaamplia gama de ecosistemas forestales(Bennett y Wit, 2001). Será importante,por lo tanto, definir con la mayor preci-sión posible los objetivos de la ordena-ción, teniendo en cuenta la informacióndisponible.

En el manejo de los ecosistemas fores-tales, los encargados de la gestión de losrecursos deben tener presente que estánante unos sistemas dinámicos a escalasmuy distintas, desde las simples hojashasta paisajes muy extensos (Holling,1992). Con frecuencia, la variabilidadnatural en cada una de esas escalas es muyamplia y no es posible predecir todavíacómo afectarán los cambios registradosen los modelos y procesos a una escaladeterminada a los procesos de otras esca-las. Es difícil, dada la limitación de losconocimientos, determinar la intensidady el nivel del impacto humano adecuadoen esos sistemas en constante evolución.Pero las nuevas técnicas e instrumentos,como las imágenes por teledetección, laelaboración de modelos de simulación,los sistemas de información geográfica yla creciente capacidad de elaboración dedatos pueden contribuir a conseguir unmejor conocimiento del dinamismo de losecosistemas forestales y, de esta forma, aincrementar la capacidad humana paraadaptarse a nuevas condiciones. La con-sideración de la biodiversidad forestal alnivel del ecosistema ayuda a reforzar estaperspectiva.

¿Qué puede hacerse para conservar labiodiversidad forestal en el ecosistema?

J. MC

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Los recursosforestales contribuyen

a sustentar eldesarrollo sostenibleen las tierras bajas de

Sulawesi, en Indonesia,tierras adecuadas para

el cultivo del arroz;los planes de uso de

la tierra pueden ayudara decidir la intensidad

adecuada de laincidencia humana en

los ecosistemasdinámicos

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Aunque los encargados de la gestión delos recursos tienen dificultades todavíapara responder a esta pregunta, pareceposible establecer unas orientaciones ge-nerales. En primer lugar, proteger zonasextensas de bosque cuando sea posible.En segundo lugar, reconstruir los nexosentre pequeñas zonas protegidas adyacen-tes incluyendo el hábitat intermedio yfomentando la reforestación del paisaje.En tercer lugar, proteger las lindes de losbosques frente a los daños estructurales,los daños causados por los incendios y lacolonización por especies exóticas, esta-bleciendo una zona de bosque como amor-tiguación natural que pueda ser manejadade manera que recuerde a un ecotono na-tural (una zona limítrofe o de transiciónentre comunidades contiguas) y no un lí-mite abrupto. Por último, reducir al míni-mo la aspereza de la matriz adyacentediversificando y promoviendo formasmenos intensivas de uso de la tierra entorno a los bosques, controlando la utili-zación del fuego en los ecosistemas queno son “clímax de fuego” (comunidadesvegetales cuya sucesión se mantiene me-diante incendios periódicos), reduciendola aplicación de productos químicos tóxi-cos y controlando la introducción de espe-

En el valle de Arun, enNepal, los bosques de

las cuencashidrográficas

contribuyen a mantenerla productividad de losarrozales de regadío, al

tiempo que siguenaportando productos nomadereros; el equilibrio

entre los usuarios de losrecursos (agricultores,

habitantes de losbosques, pescadores yotros) se alcanza mejor

a nivel de ecosistema

cies de plantas exóticas que pueden serinvasoras. Este enfoque queda perfecta-mente ilustrado por los amplios corredo-res de biodiversidad que se han propuestoen América Central, la Amazonia (Gascon,Williamson y da Fonseca, 2000) y otroslugares. El objetivo general es aplicar a lapráctica de la ordenación forestal los prin-cipios que permiten que los bosques fun-cionen como ecosistemas, por ejemploasegurando la regeneración natural, utili-

zando métodos de explotación de impactoreducido que no perturben los suelos yevitando una fragmentación excesiva.

Habida cuenta de que las personas for-man parte de los ecosistemas forestales, laparticipación de las comunidades localespuede ser un recurso importante para con-tribuir a resolver los conflictos de intere-ses entre la población local y los departa-mentos forestales y puede favorecer losobjetivos de conservación. Por ejemplo,

El muerto viviente El “muerto viviente” son especies vegetalesrepresentadas todavía por ejemplares vi-vos pero incapaces de reproducirse porquelos animales de los que depende su cicloreproductivo han sido eliminados delecosistema.

Un conocido ejemplo es el árbol calvaria(Sideroxylon majus) en la isla Mauricio, quedejó de regenerarse tras la extinción del dodo(Raphus cacullatus), porque sus semillas nopodían germinar sin pasar por la mollejade un dodo. La especie se salvó cuando sedemostró experimentalmente que las semi-llas germinarían si pasaban por la mollejade un pavo doméstico.

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en Nepal, el manejo de los bosques de lasaldeas por grupos de usuarios locales hasuscitado un fuerte sentimiento de propie-dad y ha ayudado a mejorar las prácticasde ordenación forestal. La población lo-cal, tanto los hombres como las mujeres,incluidos los habitantes más pobres de laaldea, participan en diversas actividadescomo el aclareo, la poda, las labores devigilancia de los incendios y la extracciónde madera. Gracias a sus esfuerzos, se hanregistrado mejoras en la composición deespecies de flora y fauna, la cubierta decopas, el hábitat y microhábitat de los in-vertebrados, el musgo, los hongos y loslíquenes, con efectos positivos sobre losecosistemas forestales. Los bosques co-munitarios propician la estabilidadecológica y los grupos de usuarios de losbosques tienen una mayor sensibilidadante los objetivos de conservación. Laspoblaciones de flora y fauna silvestres, asícomo la diversidad de especies, han au-mentado, al menos en algunos de los bos-ques (aus der Beek, Rai y Shuler, 1997).

Aunque es cierto que las poblacioneslocales e indígenas también experimen-tan la tentación de sobreexplotar los re-cursos forestales para obtener beneficiosinmediatos, en algunos casos han estable-cido sus propias medidas de gestión delecosistema. Por ejemplo el grupo emberá,que habita en los bosques que se extien-den en la frontera entre Colombia y Vene-zuela, reserva grandes extensiones en lascuencas hidrográficas de las tierras altas yen las cadenas montañosas como zonasprotegidas por espíritus. Las áreas quegozan de esa protección son muy simila-res a las que reservan los gobiernos mo-dernos como espacios protegidos. Estasgrandes extensiones de bosques primariosconstituyen reductos para la reproducciónde fauna silvestre y para la protección delas cuencas hidrográficas. Los emberámantienen la estabilidad ecológica me-diante una serie de técnicas que encuen-tran paralelismo en muchas otras partesdel mundo, tanto del Norte como del Sur:tecnologías locales; protección de lugaresimportantes; modelos apropiados de asen-tamiento; normas sociales flexibles; es-tructura social igualitaria; compromisoreligioso y una fuerte tradición de manejode los recursos forestales en interés pro-pio (Harp, 1994).

La confianza en las comunidades loca-les como responsables de la gestión delecosistema forestal debe compaginarsecon el reconocimiento de que los bosques

cumplen numerosos objetivos nacionales,pues satisfacen las necesidades de maderade construcción y de leña, ofrecen posibi-lidades de explotación económica en elfuturo, representan valores éticos y estéti-cos y proporcionan beneficios a escalamundial, tales como la conservación de labiodiversidad. Por consiguiente, la meragestión local de los recursos forestales nosiempre se traduce en unos niveles social-mente óptimos de conservación de labiodiversidad. Es la sociedad en su con-junto la que debe movilizar recursos ymedios adicionales para apoyar el gradode conservación deseable socialmente, queresulte adecuado desde el punto de vistade su contexto ecológico, social, históricoy político. Como en todos los ámbitos, laordenación supone establecer objetivos yalcanzar las soluciones de compromisonecesarias para conseguirlos. ◆

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Pinus sylvestrisregeneradonaturalmente enPolonia, país del pino

La conservación de la diversidad biológicacomo elemento de la gestión forestal sostenible:

normas y práctica en Polonia

K. Rykowski

Kazimierz Rykowski es profesorde silvicultura y jefe delDepartamento de Ecología Forestaly Protección del Medio Ambiente,Instituto de Investigación Forestal,Varsovia, Polonia.

El proceso de transición en lospaíses de Europa central yoriental, con sus muchos cam-

bios políticos, económicos, sociales einstitucionales, afecta también al sec-tor forestal. Se están adoptando nuevasprácticas, normas y políticas forestalesen consonancia con los acuerdos interna-cionales, las recomendaciones y las es-trategias derivados de la Conferencia delas Naciones Unidas sobre el MedioAmbiente y el Desarrollo (CNUMAD) en1992, en particular el Programa 21, los“Principios Forestales”, el Convenio so-bre la Diversidad Biológica (CDB), laConvención Marco de las Naciones Uni-das sobre el Cambio Climático(CMNUCC), las recomendaciones delGrupo Intergubernamental sobre los Bos-

ques (GIB) y el Foro Intergubernamentalsobre los Bosques (FIB), las medidas deaplicación de las Conferencias Ministe-riales sobre Protección de los Bosques enEuropa (celebradas en Estrasburgo, Fran-cia, en 1990; Helsinki, Finlandia, en 1993;y Lisboa, Portugal, en 1998) y la estrate-gia forestal de la Unión Europea. En con-secuencia, la conservación de la diversi-dad biológica de los bosques ocupa unlugar central, no sólo como imprescindi-ble para la conservación de la naturaleza,sino como uno de los componentes esen-ciales para la gestión forestal sostenible.

Los bosques cubren alrededor del 29 porciento de la superficie de Polonia y, juntocon las tierras agrícolas, dominan el pai-saje, creando un hábitat favorable para lafauna y la flora nativas. El nivel de trans-

En los últimos diez años, lasleyes y la práctica en Poloniahan hecho hincapié en laconservación de la diversidadbiológica, como uno de losaspectos básicos de la gestiónforestal sostenible.

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formación humana de los bosques pola-cos es variable, pero la extensión de losbosques naturales y seminaturales es to-davía significativa.

En este artículo se presentan los princi-pales principios de la conservación de labiodiversidad forestal según las normas yla práctica forestales en Polonia, con es-pecial atención a la conservación en losbosques productivos. Se revisan primerolas causas básicas de la pérdida debiodiversidad forestal en Europa centraly oriental y algunos de los principios teó-ricos de la biodiversidad que determinanel establecimiento de objetivos de gestióny conservación.

CAUSAS BÁSICAS DE LA PÉRDIDADE DIVERSIDAD BIOLÓGICA EN LOSBOSQUESGran parte de la pérdida de biodiversidaden los bosques de Europa central y orien-tal puede atribuirse a la obsesión por elrápido crecimiento económico. Son fac-tores coadyuvantes la contaminación delaire, el agua y el suelo; el desarrollo in-dustrial y agrícola y la urbanización, quehan fragmentado la cubierta forestal; ytal vez lo más importante, las prácticasde explotación forestal intensiva centra-das sobre todo en la producción de ma-dera. Esta orientación ha llevado a susti-tuir los bosques mixtos y de frondosas(tipos de bosques naturales en las llanu-ras de Europa central) por monocultivosde coníferas muy productivos. El pasode los bosques mixtos naturales a lasplantaciones de especie única, junto conprácticas intensivas como aclareos engran escala, retirada rigurosa de árbolesmuertos y recolección antes de la madu-rez, han tenido efectos negativos para labiodiversidad forestal. La diversidad bio-lógica se ha contraído también alsustituirse la sucesión natural por la re-generación artificial y la competicióndentro de las especies con la selecciónartificial.

El modelo de “bosque normal” introdu-cido en Europa en el siglo XIX sustituyóla explotación aleatoria por la gestión“racional” de los recursos forestales, yengendró una obligación de regenerar losespacios deforestados. Este modelo haprotegido a Europa contra la pérdida decubierta forestal y ha permitido que latendencia al aumento de la cubierta fores-tal continúe hasta hoy. Pero si bien evitócambios cuantitativos, los introdujo cua-litativos. Al transformar los variados bos-ques naturales existentes en una serie deespacios arbolados uniformes, el modelode bosque normal produjo gravesinterferencias en la complejidad biológi-ca estructural y en la diversidad de espe-cies de los ecosistemas forestales natura-les, así como en su heterogeneidad naturaly su variabilidad espacial y temporal.

Ello no obstante, los bosques de Europacentral y oriental siguen conteniendo al-gunos de los componentes más valiosos ybien representados de la fauna y la floraeuropeas. Los bosques son también obje-to de una legislación para la protección dela naturaleza en la región (Rykowski,Matuszewski y Lenart, 1999).

POSTULADOS TEÓRICOS YPROBLEMAS NO RESUELTOSLos seres humanos son los únicos usua-rios de la naturaleza que la manipulanconscientemente. Al regular los mecanis-mos de producción primaria (mediante lasilvicultura y la gestión forestal), el hom-bre regula el desarrollo de los ecosistemase influye sobre la abundancia de formasde vida, dentro de los límites de las actua-les condiciones ecológicas.

Un árbol muerto dentrode un rodal aumenta labiodiversidad forestal;en Polonia, la retirada

de árboles muertos envirtud de una gestión

orientada a laproducción intensiva

ha repercutidonegativamente sobre la

biodiversidad forestal

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La idea de que “la diversidad crea diver-sidad” es verdad sólo parcialmente. Unafalta de referencia a escalas temporales yespaciales, de índice exactos y en especialde un nivel de referencia para la diversi-dad deseada u óptima crea algunas dudassobre el concepto de diversidad biológicacomo filosofía rectora de la protección dela naturaleza. La diversidad dentro de unacategoría de plantas, animales omicroorganismos puede limitar la diversi-dad en otra; el aumento de la diversidadlocal puede mermar la diversidad en ladiversidad del paisaje entre ecosistemassituados en una región más amplia; unaumento de la diversidad de especies pue-de producir una menor diversidad deecosistemas; un aumento de la diversidadgenética intraespecífica puede reducir elnúmero de especies; etc.

Los cambios en la diversidad biológicaa niveles tróficos individuales tienen unaimportancia variable y determinan proce-sos y estados diferentes, a menudo contra-dictorios, en el ecosistema. Sistemas de-cadentes pueden presentar una altadiversidad de heterotrofos, mientras quesistemas no decadentes pueden estar limi-tados a unas pocas especies de producto-res. Una baja diversidad biológica puedeser signo de vigorosos procesos de creci-miento (ecosistemas jóvenes, fases inicia-les de sucesión), es decir un fenómenopositivo; mientras que una alta diversidadbiológica, por ejemplo de microorga-nismos, puede significar un predominio deprocesos de deterioro o una decadencia delsistema, es decir un fenómeno negativo.

Que la diversidad tenga efectos positi-vos o negativos sobre la sostenibilidad delos ecosistemas, es un viejo problema noresuelto de la ecología. La sostenibilidaddel sistema no es tanto función de la diver-sidad como de la complejidad; en otraspalabras, es función no sólo del númerode elementos, sino sobre todo del númerode vínculos internos entre esos elemen-tos. Los sistemas con baja diversidad de

especies pueden ser tan sostenibles comolos sistemas con especies abundantes sitienen una alta complejidad interna. Esdiscutible, pues, que la diversidad bioló-gica sea un indicador válido de una situa-ción deseable para cada tipo de bosque encada zona climática.

Espacios no forestales como tierras decultivo, prados, huertos, estanques, jardi-nes y asentamientos humanos aparecierontras la retirada de los bosques. Dan testi-monio de la mano de la humanidad en laformación de la diversidad biológica. Losbosques recuperarían esos espacios si laactividad y la interferencia humanas cesa-ran durante bastante tiempo. En tal caso, lasucesión natural espontánea haría másuniforme la naturaleza en la zona climáticatemplada, o sea que reduciría la diversidadbiológica a nivel del paisaje. La diversidada nivel del paisaje consiste en la coexisten-cia de sistemas complejos y simples.

Los ecosistemas forestales “artificiales”no han de ser clasificados necesariamentede forma negativa. La gestión de talesespacios, en los que puede haber especiesintroducidas, desempeña un papel impor-tante en la estructura y el mantenimientode la diversidad. Conjuntos que son artifi-ciales en el momento de su creación, sona partir de entonces objeto de procesosnaturales. Una buena gestión de esos pro-cesos puede hacer comparables tales bos-ques a ciertos ecosistemas naturales. Lariqueza biológica podría disminuir si sedetuviera la actividad humana.

La estrategia de conservación de labiodiversidad de los bosques debe ser par-te de un sistema general de protección dela naturaleza, que constituye un procesocontinuo en la relación entre la poblacióny la naturaleza. Tal proceso empieza hoycon bosques primarios protegidos y reser-vas estrictas y continúa con bosques pro-ductivos y administrados hasta plantacio-nes madereras y plantaciones que utilizanespecies genéticamente mejoradas y pro-ducción clónica. Hay diferencias en los

valores ecológicos, económicos y socia-les de los bosques a lo largo del proceso;la biodiversidad forestal no se mantendránunca por obra exclusiva de una red cre-ciente de zonas protegidas. El actual siste-ma de protección de la naturaleza que seinició en el siglo XIX, basado en la delimi-tación de zonas protegidas frente a los sis-temas de producción y en el abandono delas actividades económicas en aquéllas,no siempre es eficiente (a veces la protec-ción queda en el papel) y es hoy insufi-ciente. El sistema dividía netamente lanaturaleza en dos categorías: la protegidapor la ley y las zonas carentes de tal pro-tección. Actualmente la silvicultura tienea su disposición un instrumento operacio-nal –la gestión forestal sostenible– paramantener y desarrollar la biodiversidad entodos los bosques, y no sólo en las zonasforestales protegidas.

La empresa que ha de acometerse en elfuturo es establecer un sistema de con-servación para toda la naturaleza que estéintegrado con la actividad social y eco-nómica de la humanidad, teniendo encuenta las condiciones locales y regiona-les, así como los derechos e intereses delas comunidades locales. Debe respetarlos acuerdos mundiales sobre conserva-ción y uso de la naturaleza, que exigen laarmonización del desarrollo económicocon la protección del medio ambiente (Es-trategia Mundial de Conservación [UICN,PNUMA y WWF, 1980]), la proteccióndel medio ambiente como parte integran-te de los procesos de desarrollo (Declara-ción de Río sobre Medio Ambiente y De-sarrollo [CNUMAD, 1992]) y la necesariavinculación entre conservación de la di-versidad biológica y uso de sus elemen-tos (CDB, 2001). No es posible separar lanaturaleza de la población. El estado dela naturaleza no se juzga por el número ola extensión de las zonas protegidas, sinopor la prudencia de los métodos de ges-tión y la sostenibilidad del uso de los re-cursos naturales.

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ESTRATEGIA DE POLONIA PARA LACONSERVACIÓN DE LABIODIVERSIDAD FORESTALLa biodiversidad forestal está directa eindirectamente relacionada con todas lasprincipales actividades forestales: desdela genética y el tratamiento de semillas,pasando por las distintas fases de mejoragenética, cultivo y protección de árboles(contra plagas, enfermedades, incendios),hasta la recolección y el uso. La influenciade estas actividades sobre la biodiversidad,que no suele apreciarse hasta pasado bas-tante tiempo, afecta a todos los niveles dela biodiversidad: genética, especies,ecosistema y paisaje. En el último dece-nio, las leyes y las prácticas forestales dePolonia han hecho fuerte hincapié en lanecesidad de que la conservación de labiodiversidad tenga en cuenta todos estosniveles de diversidad.

Los principios de estabilidad, expansión,protección y uso sostenible de los bosquesson la base de los principales programas y

políticas forestales: el Programa de con-servación de recursos genéticos foresta-les y mejora selectiva de árboles foresta-les en Polonia para los años 1991-2010(1991), la Política polaca de proteccióngeneral de recursos forestales (1997), laPolítica forestal nacional (1997) y la Es-trategia de protección de la biodiversidadforestal. Sostienen asimismo las iniciati-vas especiales de Polonia para la conser-vación de la biodiversidad forestal, losPlanes de promoción de conjuntos fores-tales y de protección de la naturaleza (aque se hace referencia más adelante), asícomo las actividades de ejecución prácti-ca como el Programa para el aumento dela cubierta forestal (1995).

La Política forestal nacional (1997)promueve la conservación de la biodiver-sidad forestal señalando los siguientesobjetivos:

• elevar la cubierta forestal del actual28 por ciento al 30 por ciento en 2020 yal 33 por ciento a mediados del siglo XXI;

• conseguir una estructura espacialóptima de los bosques en el paisa-je mediante el establecimiento depasillos ecológicos, la estructura-ción biológica de las lindesforestales y el desarrollo deinterconexiones con otros elemen-tos de la naturaleza;

• aumentar la proporción de espe-cies frondosas del 22 al 33 por cien-to en 2050 y la de rodales foresta-les de especies múltiples hasta el48 por ciento, e introducir un nivelinferior de frondosas en alrededorde un millón de hectáreas depinares;

• aumentar hasta el 25 por ciento lasuperficie cubierta por bosques conmás de 80 años de antigüedad;

• restaurar y rehabilitar ecosistemasdestruidos o degradados;

• promover y conservar la diversi-dad biológica mediante los proce-sos de silvicultura y gestión.

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Los ecosistemasforestales “artificiales”no han de clasificarsenecesariamente entérminos negativos;aunque esta plantaciónde pinos tenga menosdiversidad que unbosque natural, no havenido a sustituir a unbosque, sino a unsistema agrícolamenos diverso, ydesempeña un papelimportante en laestructura y elmantenimiento de ladiversidad

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Diversidad genéticaEl mayor o menor acervo genético deespecies arbóreas forestales es una cues-tión importante en la conservación, puesdetermina no sólo las características úti-les de las especies, sino también su capa-cidad para adaptarse a condiciones am-bientales cambiantes, y en consecuenciasu supervivencia a largo plazo. Se estádesarrollando una estrategia de conser-vación de la diversidad genética de to-das las especies del ecosistema forestal,paralelamente con la actual política deselección de rodales para la recolecciónde semillas.

El Programa de conservación de recur-sos genéticos forestales y mejora selecti-va de árboles forestales en Polonia paralos años 1991-2010 trazó objetivos espe-cíficos para aumentar la superficie derodales de conservación in situ (rodalespara semillas, huertos de semillas clónicas,viveros de plántulas, pruebas de la des-cendencia y árboles excepcionales), todoslos cuales están protegidos por la ley.

Se prefiere la conservación ex situ cuan-do los recursos genéticos forestales estánamenazados de extinción o agotamiento,sobre todo por cambios ambientales. Seincluye en este concepto:

• el establecimiento de pruebas de ladescendencia ex situ;

• el establecimiento de huertos de se-millas ex situ;

• el establecimiento de rodales de con-servación ex situ;

• el almacenamiento a largo plazo desemillas, tejidos vegetales o polen;

• la propagación vegetativa.La conservación ex situ se facilita me-

diante una red de infraestructura técnicaque comprende 21 centros de extracciónde semillas y diez servicios de almacena-miento de germoplasma.

El Banco de Genes Forestales deKostrzyca, primero de la región, estable-cido por los Bosques Estatales de Polonia(con ayuda financiera del Fondo para el

Medio Ambiente Mundial [FMAM]), tie-ne una función especial en la estrategia deconservación ex situ. El banco recoge re-cursos genéticos de todos los rodales desemillas seleccionados, de los árbolesexcepcionales y de los árboles más viejosde Polonia (con más de 200 años), así comode algunos arbustos amenazados y de lacubierta vegetal de rodales forestales y, enparticular, los recursos genéticos amena-zados de las montañas Sudetes y de todoslos parques nacionales polacos.

Diversidad de especiesEn lo tocante a las especies, la conserva-ción forestal en Polonia se dirige a la cu-bierta vegetal potencial de un paraje de-terminado, en particular a los organismospara los que el bosque es un hábitat esen-cial y los que colonizan zonas de transi-ción entre el bosque y los espacios veci-nos (campos, praderas, lagos o ríos, etc.).La estrategia presta especial atención a laconservación de especies silvestres indí-genas de la fauna y la flora forestales. Sereconoce que las especies arbóreas nati-vas son la base de la composición de espe-cies de los bosques; no obstante, se ve enlas especies “domesticadas” (introducidas)un posible elemento enriquecedor y unaextensión de la diversidad biológica. Estoes especialmente importante a la luz delos probables cambios climáticos mundia-les, que pueden producir cambios en ladistribución natural de los árboles y porconsiguiente en los conceptos “indígena”o “natural”.

Otros elementos de la estrategia de con-servación de la diversidad de especiesforestales son:

• ajustar la composición de especies albiotopo;

• diferenciar las condiciones de luz,humedad y temperatura, modificar laestructura por edad y espacio (verticaly horizontal) de los rodales e introdu-cir y ayudar a establecer plantas desotobosque para crear un mosaico de

nichos ecológicos, lo que tiene parti-cular importancia en rodales mono-específicos y de edad uniforme deconíferas;

• formar y mantener un mosaico derodales en diferentes fases de desarro-llo, especialmente en el caso de rodalesde una sola especie;

• dejar sobre el terreno la biomasa pro-ducida en el bosque, especialmentemadera en varias formas (en cantida-des permitidas por las exigenciasfitosanitarias y las consideracioneseconómicas);

• limitar el aclareo al mínimo exigidopor las necesidades de regeneración ylimitar cualquier zona de aclareo, si esposible, a un máximo de 0,5 hectáreas(anteriormente 4 ha);

• utilizar tecnologías de extracción yprácticas de silvicultura que remeden,en lo posible, las perturbaciones natu-rales (como huecos en la bóveda deramas causados por el viento, el fue-go, la nieve, enfermedades, plagas deinsectos, etc.).

La estrategia de conservación de la di-versidad de especies forestales tiene tam-bién en cuenta la especial necesidad deproteger especies amenazadas de extin-ción, según un decreto dictado por elMinistro de Protección del Medio Am-biente, Recursos Naturales y Bosques(1995). El decreto menciona 19 especiesde animales protegidos; para 15 de ellas,los bosques viejos (con más de 120 años)son el biotopo natural. El decreto estipu-la dos zonas de protección en torno aespacios de cría y presencia permanentede esas especies.

Diversidad del ecosistemaLa diversidad del ecosistema forestal esfunción de la diversidad del paraje. Porello el examen de las condiciones del sue-lo y el paraje da la información básicapara la planificación forestal y el desarro-llo de sistemas forestales biológicamente

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diversificados y estables. Los estudios detipología forestal y clasificación de aso-ciaciones de plantas, así como la descrip-ción de los parajes y los rodales, son im-portantes como base para propiciar ladiversidad biológica y protegerla en to-dos los niveles. A nivel del ecosistema, ladescripción de las agrupaciones de plan-tas (estructura, proporción de especies,densidad del ramaje, mezclas y calida-des) es tan importante como el conoci-miento del lugar.

Para distinguir los ecosistemas foresta-les representativos que deben conservar-se en Polonia, es necesario considerar lascaracterísticas geobotánicas y climáticasdel país, la frecuencia de asociacionesvegetales subatlánticas, boreales y endé-micas y el grado de naturalidad de las aso-ciaciones forestales. Esta distinción se basaactualmente más en asociaciones foresta-les naturales que en tipo del terreno. Polo-nia distingue las siguientes asociacionesde plantas forestales como objetivos parala protección:

• bosques ribereños, pantanosos e inun-dados, entre ellos olmedas y fresnedasjunto a los ríos, bosques de álamos ysauces, y alisedas en parajesempantanados;

• bosques costeros, tales como pinaresjunto al mar, bosques de robleacidofílico de Pomerania, bosquesmixtos de Pomerania y bosques dehayas de Pomerania;

• bosques de montaña, compuestos dehayas, especies frondosas de montañay especies acidofílicas en lasestribaciones bajas;

• bosques boreales y subboreales, conconíferas y bosques mixtos de conífe-ras en los montes del nordeste y bos-ques de picea y carpe en las tierrasbajas.

Para proteger los bosques seleccionadoscomo ecológicamente importantes, la cortaanual permisible debe establecerse en ci-clos rotativos para cada especie según las

necesidades de la silvicultura, por ejem-plo 130 a 180 años para el pino, 120 a140 años para la picea, etc.

La estrategia polaca de conservación dela biodiversidad recomienda una confi-guración más regular de las zonas de tran-sición (ecotonos), los parajes lineales ylos bosques de frondosas a lo largo de ríosy arroyos, teniendo en cuenta el papel decada zona para el mantenimiento y enri-quecimiento de la biodiversidad. Debeprestarse también especial atención a laslindes de los boques, en particular las con-tiguas a pantanos, lagos o ríos, praderas ycinturones agrícolas. Los planes de ges-tión forestal deben contener reglas para el

mantenimiento de esos bordes medianteuna forestación suplementaria y el ensan-chamiento de la zona límite de ecosistemassuperpuestos. La estrategia aspira así aproteger la microestructura espacial decada paraje y los mosaicos naturales.

Diversidad del paisajeLa conservación del paisaje ha llevado ala “regionalización” de la silvicultura; elpaís se divide en una serie de unidadesterritoriales diversas con arreglo a un sis-tema jerárquico en tres niveles:

• la unidad básica es la mesoregión,delimitada a base de las diferenciasdel lecho rocoso geológico y del tipo

M. G

RZ

YB

Los bosquesinundados son zonas

de alta diversidadbiológica y son objetode especial protección

en Polonia

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de paisaje natural, los tipos de parajesdominantes y las diferencias de estruc-tura de la cubierta vegetal;

• la unidad siguiente es la provinciaforestal, delimitada a base de diferen-cias climáticas, agrupaciones natura-les de especies arbóreas y funcionesforestales;

• la unidad mayor, la región forestalnatural, se delimita por las diferenciasde tamaño de los espacios forestales,la estructura espacial de los lugares yel porcentaje de cubierta forestal.

Para la gestión forestal sostenible y parala conservación de la biodiversidad fores-tal a nivel del paisaje, lo más importantees formular principios operacionales de

silvicultura paisajista basada en elecosistema. La gestión forestal debe:

• limitar los métodos artificiales de cui-dar del bosque en favor de procesosnaturales;

• limitar en lo posible el uso de biocidasy fertilizantes minerales en la protec-ción de los bosques y la silvicultura;

• fomentar la diversidad de especiesforestales y formar bosques de coní-feras ambientalmente robustos y re-sistentes recurriendo a medidas ecoló-gicas de restauración, por ejemplointroduciendo un nivel de sotobosquey arbustos, usando fertilizantes natu-rales y promoviendo la diversidad deespecies mediante talas de aclareo.

Iniciativas especialesSe han promovido en Polonia dos inicia-tivas especiales para conservar labiodiversidad forestal: los Complejos fo-restales promocionales (CFP) y los Pla-nes de protección de la naturaleza (PPN).

El concepto de CFP, en la línea de otrasiniciativas forestales modelo, está conce-bido para mostrar prácticas de gestiónforestal sostenible en una superficie ma-yor que la unidad de gestión forestal tradi-cional en Polonia (el distrito forestal) ypara promover la conservación de labiodiversidad mediante el uso inteligentede los bosques. Los CFP empezaron ainstaurarse en Polonia en 1994; los 11 CFPsuman un total de unas 480 000 ha (alre-

R. H

ILD

EB

RA

ND

Bosques que sonobjeto de diferentesformas de protecciónde la naturaleza enPolonia

Bosques

Parques nacionales, parques paisajísticos y espacios protegidosComplejos forestales promocionales

Reservas forestales y reservas relacionadas con los bosques

km

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dedor del 7 por ciento de los bosques delpaís) (véase el mapa). Son representati-vos de los diversos hábitats forestales na-turales y de la historia natural, y varíanpor sus condiciones, las especies que com-ponen los rodales, la estructura y las fun-ciones de los ecosistemas forestales y elpotencial productivo, así como por el con-texto social y económico.

Los objetivos de los CFP en relación conla biodiversidad son:

• determinar la estructura y las funcio-nes de los ecosistemas forestales y suscambios;

• conservar o reconstruir característicasbiológicas valiosas;

• integrar los objetivos de la gestiónforestal sostenible en la conservaciónde la naturaleza;

• realizar investigaciones para promo-ver una gestión forestal desde la pers-pectiva del ecosistema.

La tarea fundamental de los CFP es for-mular nuevos planes de gestión forestal yajustar los actuales a nuevas obligacio-nes. Los CFP desempeñan también unimportante papel educativo, mediantesenderos en la naturaleza, exposicionesforestales y de historia natural y museosque informan al público sobre el eco-sistema forestal y sus funciones múltiples.

Los Planes de protección de la natu-raleza, establecidos por un reglamento

La conservaciónde la naturalezaen los bosquesprivados de Polonia

En virtud del proceso de privatización en que ha entrado Europa central y oriental desde

1990, las formas de propiedad de los bosques han cambiado. En los diez países de la región

que han solicitado la adhesión a la Unión Europea (Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia,

Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumania y la República Checa), más del 20 por ciento

de los bosques son de propiedad privada, y el número de propietarios de bosques es cercano

a 3 millones. En Polonia, el 17,1 por ciento de los bosques son de propiedad privada actual-

mente, pero la proporción aumentará probablemente con los programas de forestación en

marcha. Aunque la proporción de bosques privados varía notablemente de un país a otro, es

evidente que ni ellos ni sus propietarios pueden ser desdeñados cuando se trata de la

conservación de la biodiversidad forestal en Europa central y oriental.

La Oficina para Europa Central de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) está apo-

yando la conservación de la naturaleza en los bosques privados, a nivel regional y nacional.

Un proceso consultivo dirigido por la UICN en diciembre de 2000 señaló la falta de voluntad

política, la falta de recursos financieros, el insuficiente apoyo de servicios de divulgación a

los propietarios privados de bosques, la falta de información y la no participación de los

terratenientes forestales en los procesos internacionales como algunos de los factores que

dificultan la conservación de la naturaleza en los bosques privados de Europa central y

oriental. Siguiendo recomendaciones de expertos nacionales, la UICN realiza ahora nuevas

actividades en apoyo de la integración de los problemas de conservación de la naturaleza

en sistemas efectivos de divulgación y en programas de forestación, orientándose hacia los

propietarios privados de bosques.

En Polonia, la UICN, en asociación con Betra Resources Ireland, está ejecutando el pro-

yecto “Promoción de la protección del medio ambiente y del desarrollo sostenible de los

bosques de Polonia”. El proyecto se centra en la región de Malopolska (representativa de los

bosques polacos en general), pero sus actividades se reproducirán ulteriormente en toda

Polonia. Uno de sus objetivos generales a largo plazo es asegurar la protección de la natu-

raleza y la biodiversidad en los bosques de Polonia recurriendo a medios como la promoción

de asociaciones de propietarios de bosques y brindando asistencia para organizar amplios

servicios de divulgación para tales propietarios privados.

Puede encontrarse más información en: T. Marghescu, ed. 2001. Nature conservation in

private forests of selected CEE countries. Bruselas, Bélgica, Oficina Regional Europea de la

UICN (www.iucn-ero.nl/projects/forestry.htm); o consultando los sitios web de la UICN:

www.iucn.org y www.iucn-ero.nl; o bien por correo electrónico: [email protected]

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de 1996, tienen vinculaciones prácticastodavía mayores que los CFP con la es-trategia de conservación de la biodi-versidad forestal. Los PPN son parte in-tegrante de los planes rutinarios de gestiónforestal; son de interés para todos losbosques y se sitúan a nivel operacional.Se concibieron para proteger la naturale-za en todos los bosques, no sólo en laszonas protegidas, y se refieren al paisaje.Requieren la elaboración de mapas espe-ciales y la identificación del papel y ellugar de los bosques de la región (porejemplo, parques nacionales, reservas na-turales y zonas de paisaje protegido); lasamenazas a los bosques; y las accionespropuestas para conservar la naturaleza.Los PPN promueven la práctica de ges-tión forestal en armonía con los princi-pios de protección de la naturaleza me-diante medidas como las siguientes:

• conservar los ecosistemas foresta-les en un estado casi natural;

• restaurar los ecosistemas forestalesactualmente perturbados o degrada-dos;

• determinar el estado en que se en-cuentra la naturaleza y planificar suprotección;

• recomendar tecnologías de silvicul-tura ecológicamente inocuas;

• limitar la anchura y la profundidadde las cortas de aclareo, dejando ár-boles de semilla en grupos junto convarias capas de sotobosque y mez-clas de árboles de diferentes edadesy tamaños, para favorecer la diver-sidad, la complejidad y la estéticadel bosque;

• preferir pequeños viveros dentro delos bosques, bajo la bóveda de ra-mas, para mejorar la selección natu-ral y conservar la variabilidadgenética natural;

• promover medios biológicos paralimitar plagas y enfermedades y es-timular el uso de fertilizantes orgá-nicos y micorrización.

De los 438 distritos forestales de Polo-nia, unos 215 tienen ya su PPN, y otros 97PPN están en preparación.

CONCLUSIONESUna de las cuestiones más discutidas enlos foros internacionales que tratan de labiodiversidad forestal es el establecimien-to de nuevas zonas forestales protegidas.Se pregunta lo que realmente se necesita:¿más zonas protegidas, o zonas mejor pro-tegidas?

Se establecen zonas forestales protegi-das principalmente para conservar y man-tener procesos ecológicos. Los procesosmás importantes en cuanto a sostenibilidady resistencia, así como por la estabilidadde una alta diversidad biológica bien adap-tada a las condiciones locales, son la se-lección natural, la adaptabilidad, la super-vivencia y la evolución sostenible encondiciones de constantes cambios am-bientales e intervención humana.

Así pues, teniendo en cuenta las amena-zas que pesan sobre los bosques del mun-do (cambio climático, destrucción de lacapa de ozono y crecimiento de la pobla-ción humana), es evidente que en Europacentral y oriental algunas nuevas zonasmerecen protección por razones de evolu-ción. Se trata de zonas deforestadas por lacontaminación industrial, la explotaciónindebida de los recursos, los grandes in-cendios forestales o las tormentas. La pro-tección de estas zonas dará oportunidadespara desarrollar y mantener procesosecológicos naturales y espontáneos desucesión y para aprender de ellos, puesson más importantes para las veniderasgeneraciones humanas y arbóreas que losviejos bosques de hoy.

En este contexto, la estrategia general deconservación de la biodiversidad forestalen Europa central y oriental podría ser lasiguiente (por orden de preferencia y ur-gencia):

• desarrollar, mejorar constantemente yaplicar el concepto de gestión forestal

sostenible, definida y supervisadamediante criterios e indicadores;

• establecer nuevas zonas protegidasen tierras degradadas para iniciar eimpulsar procesos ecológicos natu-rales y espontáneos de adaptación ypersistencia de la naturaleza y crearcondiciones para la evolución soste-nible de la naturaleza;

• mejorar, cuando sea necesario, la redde zonas forestales protegidas, es-pecialmente mediante la forestaciónde nuevas zonas para formar pasi-llos y vínculos ecológicos entre bos-ques fragmentados o zonas de tran-sición a nivel del paisaje. ◆

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Valores de la conservación y gestión forestal:el Proyecto Dendrogene en la Amazonia brasileña

M. Kanashiro, I.S. Thompson, J.A.G. Yared, M.D. Loveless, P. Coventry, R.C.V. Martins-da-Silva,B. Degen y W. Amaral

Milton Kanashiro,J.A.G. Yared yR.C.V. Martins-da-Silva trabajan en elcentro de investigación de la Amazoniaoriental de la Empresa Brasileña deInvestigaciones Agrícolas (Embrapa),Belém, Pará, Brasil.Ian S. Thompson es oficial defacilitación, Departamento del ReinoUnido para el Desarrollo Internacional(DFID)– Embrapa, Amazoniaoriental, Belém, Pará, Brasil.Marilyn D. Loveless es profesoraasociada, College of Wooster, Ohio,Estados Unidos, y científica visitanteen, Embrapa, Amazonia oriental,Belém, Pará, Brasil.Peter Coventry es oficial profesionalasociado, DFID – Embrapa, Amazoniaoriental, Belém, Pará, Brasil.Bernd Degen es investigador, INRA,Silvolab, Kourou, Guyana Francesa.Weber Amaral es especialista enrecursos genéticos forestales(coordinador del programa mundial)en el Instituto Internacional deRecursos Fitogenéticos (IPGRI),Roma.

C uando las influencias humanassobre los sistemas naturales seextienden hasta los últimos rin-

cones del planeta, el siglo XXI debe ha-cer frente a la exigencia de conciliar eluso de los recursos con una calidad devida equitativa y justa para las genera-ciones actuales y futuras, conservando almismo tiempo los millones de otrasespecies con las que compartimos el pla-neta. Así es sobre todo en las regionestropicales, conocidas por su rica biodi-versidad. El problema es cómo hacerloexactamente, y de qué manera puede com-probarse si se ha alcanzado el objetivo.

Se describe aquí el Proyecto Dendrogene,iniciativa cuyo objeto es ofrecer instru-mentos para mejorar los valores de con-servación en la gestión forestal de laAmazonia brasileña y contribuir al desa-rrollo sostenible de los recursos natura-les de la región. Muchos ven en estamezcla de conservación y gestión la so-lución duradera para los problemas depobreza y desigualdad de la región.

El proyecto, radicado en la estación deinvestigación de Amazonia oriental de laEmpresa Brasileña de InvestigacionesAgrícolas, aspira a ofrecer técnicas e ins-trumentos a los usuarios de los bosquespara que puedan aplicar en la prácticasistemas de gestión con una base racio-

nal. Se está construyendo un modelo desimulación forestal para analizar escena-rios alternativos para uso de silvicultores.La construcción de modelos de simula-ción permite someter a prueba criterios eindicadores para la sostenibilidad de losprocesos genéticos y ecológicos en losbosques de que se trate.

BIODIVERSIDAD Y SALUDEVOLUTIVALa diversidad biológica (o biodiversidad)consiste en la variedad y la variabilidadnaturales de organismos vivientes, loscomplejos ecológicos en que se presen-tan en la naturaleza y otras formas deinteractuar entre sí y con el medio físico(OTA, 1987; Noss, 1990; Redford yRichter, 1999). En la biodiversidad pue-den distinguirse tres niveles: diversidaddel ecosistema, diversidad específica eintraespecífica, y diversidad genética. Lastres son esenciales para la salud del me-dio ambiente y el bienestar humano.

La biodiversidad es resultado de unosprocesos evolutivos e históricos. Tambiénla arquitectura genética de una especieresulta de tales procesos. La diversidadgenética es pues fundamental para labiodiversidad, y puede ser consideradacomo constitutiva última de la salud delecosistema. La biodiversidad se ve ame-

Se están elaborandoinstrumentos para laidentificación de especies, laconstrucción de modelosprevisorios y el análisis deescenarios con objeto defacilitar la adopción de nuevaspolíticas y prácticas de gestiónforestal en la Amazoniabrasileña.

Proyecto Dendrogene

Radicado en la estación de investigación dela Amazonia occidental de Embrapa enBelém, Pará, Brasil, el Proyecto Dendrogenetiene un planteamiento multidisciplinarioy cuenta con la participación de varias ins-tituciones. El Departamento de DesarrolloInternacional (DFID) del Reino Unido apo-ya el proyecto (2000 a 2004) mediante elPrograma de asistencia técnica Brasil-Reino Unido. Muchas de las iniciativas inclui-das en Dendrogene se basan en actividades

anteriores en el marco del Proyecto de in-vestigación forestal en bosques pluviales(1993 a 1998), apoyado también por el DFID.

Puede verse más información en el sitio Webde Dendrogene: www.cpatu.embrapa.br/dendro/index.htm

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nazada cuando los sucesos naturales, lasintervenciones humanas o las alteracio-nes del hábitat erosionan la constitucióngenética hasta el grado de comprometerel futuro evolutivo de una especie.

Para conservar la biodiversidad en unhábitat particular es esencial saber cuán-tas especies hay, y cuántos individuos decada una han de mantenerse para no po-ner en peligro la supervivencia del grupoa largo plazo.

La mayoría de las evaluaciones de ladiversidad biológica se centran en medi-das ecológicas de la población o en lasalud de las especies. Se miden tamañosde población, tasas de reproductividad,distribuciones biogeográficas y pará-metros biológicos similares que descri-ben el tamaño y la clase de una pobla-ción. Estos datos son relativamentefáciles de obtener y son importantes paralas intervenciones con objeto de impedirextinciones de especies.

La condición básica para la superviven-cia a largo plazo, no obstante, es el poten-cial evolutivo de la población. ¿Se man-tiene una variación suficiente dentro yentre las poblaciones para que la especiepueda responder a las tensiones locales,a los competidores o a las enfermedades?

El tamaño de la población es fundamen-tal para predecir la variabilidad genética,y mantenerlo es por lo tanto importantepara mantener la biodiversidad. Pero elnúmero no es el único requisito. La me-dida real del éxito en la conservación dela biodiversidad es el mantenimiento deniveles razonables de variación genéticadentro de las poblaciones y la conserva-ción de los procesos ecológicos ygenéticos en que se apoya la constitucióngenética (Namkoong y Koshy, 2000).

CONSERVACIÓN DE BOSQUESTROPICALESLos bosques tropicales figuran entre losmáximos exponentes de la diversidadbiótica. Acogen a numerosísimas espe-cies de aves, mamíferos y reptiles, encantidad muy superior a las de zonas declima templado. Es probable que con-tengan miles, si no millones, de especiestodavía no descritas en grupos taxo-nómicos bien estudiados como plantasvasculares y no vasculares, insectos,nematodos, y protozoos. La protecciónde la inmensa diversidad de estos hábitatsecuatoriales tiene pues especial interés.Al mismo tiempo, los bosques tropica-les, las sabanas y los hábitats acuáticos

sufren inmensas presiones humanas. Losbosques, sobre todo, tienen gran impor-tancia en la ecología, la economía y lasinteracciones sociales de los pueblos tro-picales, pero el crecimiento de las pobla-ciones humanas y la presión del desarro-llo ponen en grave peligro estos hábitatsforestales.

Grandes extensiones de tierras en lasregiones tropicales se han reservado parala conservación. Pero aunque estas zo-nas estén debidamente protegidas contrausos conflictivos (y muchas no lo están),las reservas forestales por sí solas nopueden garantizar la protección de labiodiversidad tropical. El hombre utilizala mayor parte de los hábitats tropicales.De lo que se trata es de establecer siste-mas de gestión que tengan la máximaeficacia para conservar los elementoscríticos de la biodiversidad en paisajescomplejos con diferentes usos de latierra. Por supuesto, los hábitats utiliza-dos o explotados experimentarán cam-bio. Pero si los efectos de los usos alter-nativos de la tierra pueden predecirse conseguridad, esta información podrá utili-zarse como base para negociar medidasencaminadas a reducir o mitigar las con-secuencias negativas potenciales o para

Colección de materialbotánico

L. P

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diluir esos efectos en zonas más exten-sas. Convendría dar más valor a la ges-tión de los paisajes con miras a la conser-vación, o por lo menos ver más claramentelos pros y los contras del uso de recursosy de la conservación biótica.

AUSENCIA DE INDICADORES DELA BIODIVERSIDADLos programas de gestión y conservaciónde los bosques se basan a menudo en lascaracterísticas del ecosistema y de lacomunidad, prestándose poca atención alas especies y a la diversidad genética.Así es en particular en los ecosistemas debosques pluviales tropicales, donde la altadiversidad biológica y su complejidadponen a administradores, científicos yplanificadores ante tareas inmensas.

No se han elaborado hasta hoyindicadores efectivos que ofrezcan me-didas firmes de la sostenibilidad eco-lógica o genética. Aunque la gestión fo-restal pueda comprender diversasmedidas destinadas a minimizar los efec-tos de la extracción sobre la biodiversidad(como tala direccional, corta de lianas ylímites de diámetro y volumen de lamadera recogida), tales medidas suelenbasarse en conjeturas sobre los nivelesde actividad extractora que podrían evi-tar los daños tanto a los recursos como ala rentabilidad económica, y no hay has-ta ahora pruebas claras de su efectividadpara conservar la biodiversidad. La faltade indicadores mensurables para estimarlos impactos de las diversas opciones degestión sobre variables importantes parala biodiversidad es un problema, porejemplo, para los planes de certificacióndestinados a garantizar a los comprado-res que los artículos forestales se han pro-ducido de forma sostenible. Las directri-ces sobre certificación del Consejo deManejo Forestal disponen que “las fun-ciones y los valores ecológicos se man-tendrán intactos, realzados o restaurados,incluida la diversidad genética, de espe-

cies y del ecosistema” (Criterio 6.3b,citado en Bass et al., 2001). La realidad,empero, es que no hay hoy prácticamen-te ningún instrumento analítico paramedir si tales objetivos críticos se alcan-zan mediante las prácticas adoptadas.

EL PROYECTO DENDROGENEEl objetivo del Proyecto Dendrogenees contribuir al uso sostenible de lastierras tropicales en la región de laAmazonia brasileña desarrollando lacapacidad para predecir los efectos dela gestión del paisaje (por ejemplo, lafragmentación de los bosques) o de lasuperficie forestal sobre la constitucióngenética de las especies arbóreas quepuedan estar en peligro por el uso co-mercial y la explotación. El objeto cen-tral de Dendrogene es una serie de ins-trumentos destinados al análisis deescenarios y a la predicción de efectospara facilitar la planificación y la ges-tión. Se parte del supuesto básico deque los elementos de la gestión forestalplanificada y controlada existen o seestán aplicando.

El proyecto se vale de diversos méto-dos para tratar problemas específicos deinventario de recursos y toma de deci-siones en materia de gestión de recursosforestales y uso de la tierra. Colaboran-do con los principales interesados, elproyecto trata de promover políticas yprácticas de gestión sólidamente basa-das en datos científicos, y de corregiralgunas de las dificultades operacionalescríticas para la aplicación de tales polí-ticas y prácticas.

El proyecto se centra en cuatro aspec-tos fundamentales:

• promover la capacidad del usuariopara identificar las especies conseguridad;

• construir un modelo de previsiónfiable para analizar la estructuragenética de las especies arbóreastropicales;

• aplicar el análisis de escenarios paraorientar las políticas y las tomas dedecisiones;

• facilitar la adopción de nuevaspolíticas y prácticas de gestión.

Identificación fidedigna de especiesLa denominación correcta de las cosases la base de la ciencia (Wilson, 1998)y un requisito previo para su uso yconservación adecuados (Helgasonet al., 1996). El sector forestal en la re-gión del Amazonas no tiene actualmen-te capacidad para identificar muchosárboles a nivel de especie. Pero la iden-tificación científica correcta es esencialpara obtener la información disponiblesobre las propiedades de cada especie.Los nombres comunes, muchas veces lo-calmente específicos pero no únicos enespacios más extensos, se asocian a me-nudo de manera inexacta con los cientí-ficos (véase el recuadro, pág. 28). En lagestión forestal, la identificación inco-rrecta compromete la capacidad de pla-nificar la regeneración de especies, ade-más de suscitar riesgos de pérdidas másdirectas. Dadas la escala y la diversidadde la selva tropical amazónica, la iden-tificación segura puede parecer un sue-ño imposible. No obstante, se ha pro-gresado en el trabajo sobre los recursosexistentes, como la Guía Ducke, una guíade la flora en la Reserva Ducke (Ribeiroet al., 1999), que usa un método visualbasado sobre todo en rasgos vegetativoscomo características de las hojas y lostallos.

Dendrogene aborda el problema de laidentificación de especies a nivel opera-cional. En cooperación con otras insti-tuciones como la Sociedad de Investi-gación y Conservación del Amazonas(SAPECA, organización no guberna-mental formada por muchos de los auto-res de la Guía Ducke), el proyecto esta-blece hojas de identificación, coninformación botánica y de anatomía de

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la madera, para más de 50 de las princi-pales especies madereras comerciales.Dendrogene organiza cursos de forma-ción (mejorándolos constantemente)para la identificación botánica ymaderera. El curso botánico incluyepruebas prácticas de la Guía Ducke.Anima e instruye además a las indus-trias privadas para que mantengan suspropias colecciones de referencia y es-tablezcan vínculos con el herbario deEmbrapa para comprobar o proporcio-nar nuevas identificaciones de especiesarbóreas. El proyecto estudia cómo agru-pa la industria actualmente las especiesde árboles (consciente o inconsciente-mente) en la elaboración y en las ventaspara aprender más sobre las consecuen-cias de la mala identificación y para pro-poner grupos más adecuados. También

apoya la informatización del herbario yel xilario (un archivo de muestras demadera para identificación anatómica)de Embrapa, lo que facilitará su gestióny su uso. Más de 100 000 especímenes(70 por ciento de la colección) se hanintroducido ya en la base de datos delherbario.

A nivel estratégico, Dendrogene promue-ve la cooperación entre herbarios y xilariosnacionales mediante el uso de una plata-forma común para gestión de la informa-ción, BRAHMS (www.brahms.co.uk).Todos los principales herbarios de laAmazonia han adoptado ya BRAHMS,que está siendo instalado en herbarios deBrasilia y Río de Janeiro. Dendrogeneprocura también anudar alianzas estraté-gicas para estimular la participación decuantos se interesen en la identificación

de especies arbóreas con miras a estable-cer un consenso sobre soluciones practi-cables. Por ejemplo, el reciente Cursopráctico sobre pertinencia de la identifi-cación botánica para la gestión forestalsostenible en la Amazonia recomendó darprioridad a la creación de una profesióndefinida de parataxonomista, ya que lafalta de reconocimiento profesional seveía como el principal obstáculo para eldesarrollo de una capacidad de identifi-cación en toda la región.

Construcción y validación de unmodelo de previsiónLa construcción de un modelo es venta-josa cuando se precisan costosos pro-cedimientos de acopio de datos comobase para las decisiones, y es particu-larmente útil cuando muchas variables

Para las compañías comerciales madereras, los distintos nom-bres de las especies arbóreas hacen difícil a menudo hacer corres-ponder las especies y los productos con el mercado:

• Un importador de Alemania quería comprar más “cedrinho”. Elexportador del sur del Brasil había recibido el suministro de labaja Amazonia, y se le dijo que era difícil de obtener. Si se hubieraidentificado como Erisma uncinatum, el exportador podría habersabido que había la posibilidad de adquirir grandes volúmenes enla Amazonia oriental, donde su nombre común es “quarubarana”.

• Un estudio de un botánico para una compañía maderera des-cubrió que los árboles vendidos como “louro amarelo” com-prendían dos especies no descritas hasta entonces.

• Los estudios emprendidos por Dendrogene en diversas compa-ñías comprobaron que cuatro especies de Manilkara se trata-ban todas como “massaranduba” y tres especies de Couratariy una de Cariniana se trataban como “tauari”.

• Un estudio de Dendrogene comprobó que 32 especies diferen-tes de 13 géneros se vendían como “angelim”.

Especies de árboles (deizquierda a derecha,Dinizia excelsa,Hymenolobiumexcelsum yHymenolobiumpulcherrimum)conocidas todas con elnombre “angelim”

Los problemas de identificaciónentorpecen el comercio

G. F

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diferentes contribuyen al resultado fi-nal que interesa (en este caso, la diver-sidad genética). Un modelo de simula-ción es un medio para combinarfenología, polinización, dispersión, in-corporación de nuevos árboles y creci-miento de semillas en un marco en elque pueden estudiarse los efectos parti-culares de cada variable sobre la diver-sidad genética utilizando el análisis desensibilidad. Como los costos de losinventarios genéticos son prohibitivospara la gestión forestal corriente, espreciso recurrir a modelos para calcu-lar los efectos de las decisiones sobregestión forestal.

Dendrogene colabora con el InstitutoNacional de Investigación Agrícola deFrancia (INRA) por medio de Silvolab(Guyana Francesa) para construir elModelo Ecogene (Degen, Gregorius yScholz, 1997) para aplicaciones en ges-tión de bosques tropicales. El modeloemplea una base de datos genéticos yecológicos para especies arbóreasneotropicales (Dendrobase), en combi-nación con un mecanismos de genera-ción de datos construido para suminis-trar los datos necesarios para laaplicación del modelo a las especies deárboles sobre las que no se dispone to-davía de datos ecológicos o genéticoscompletos.

El modelo Ecogene se validará porcomparación con datos reales recogidosen una parcela de estudio intensivo(500 ha) en el bosque nacional deTapajós (véase el recuadro, pág. 30).Dendrogene realiza esta labor en coope-ración con el proyecto “Gestión forestalsostenible para la madera” del InstitutoBrasileiro do Meio Ambiente e dos Re-cursos Naturais Renováveis, IBAMA)y la Organización Internacional de lasMaderas Tropicales (OIMT). Se estánrealizando estudios sobre genética, bio-logía reproductiva y ecología de sieteespecies madereras, que proseguirán

después de talarse la parcela en 2003.Crecimiento, renovación y mortalidadde los árboles serán recogidos en elmodelo de manera espacialmente explí-cita. Los elementos de un modelo desimulación de rendimiento, SYMFOR(Phillips y van Gardingen, 2001), semodificarán y adaptarán especialmentedentro de Ecogene haciendo parámetroscon datos a largo plazo de la parcela demuestra permanente recogidos porEmbrapa de Amazonia oriental (Silva yLopes, 1984; Silva et al., 1995).

Con el modelo Ecogene se trata de pro-yectar hacia los futuros 50 a 100 añoslos efectos de las alternativas de gestiónsobre la constitución genética de las po-blaciones de árboles. Construir mode-

los es la mejor manera de predecir lasinteracciones de procesos complejos enese marco temporal. Pero está claro quelos modelos tienen limitaciones. Es ine-vitable que usen relaciones sencillas paradescribir sistemas complejos. La vali-dación de un modelo es laboriosa, ypuede hacerse sólo para unas pocas es-pecies. Su aplicación a otras especies deárboles, a otros bosques y a distintosmarcos temporales requiere suposicio-nes adicionales, con los consiguientesriesgos de error. El resultado del mode-lo no puede ser mejor que los datos in-troducidos. La actual falta de una iden-tificación fidedigna en el campo de lasespecies arbóreas es por lo tanto unafuente de error en los procesos de cons-

El ProyectoDendrogene prepara

hojas de identificaciónque contienen

información botánica ysobre anatomía de la

madera para más de 50de las principales

especies madererascomerciales de la

Amazonia brasileña

L. PR

OC

ÓPIO

Dendrogene organizacursos de formaciónsobre identificaciónbotánica paratrabajadoresforestales y personasdedicadas ainventarios y gestiónforestales

J. S

OL

ER

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trucción de modelos. Sin embargo, comoel funcionamiento del modelo es trans-parente, puede ser un instrumento valio-so, en especial para tomar decisiones es-tratégicas. Puede ayudar a evaluar loslímites dentro de los cuales es probableque las poblaciones experimenten im-pactos genéticos por obra de varias op-ciones de gestión, y a mejorar las deci-siones de gestión de hoy en espera de se

superen gradualmente limitacionescomo la relativa a la capacidad de iden-tificación de árboles.

Análisis de escenarios en apoyo de laplanificación y la gestiónEl modelo Ecogene se utilizará para pre-decir la sostenibilidad de diversos escena-rios de gestión forestal en apoyo de deci-siones que afecten a los recursos forestales.

Algunos usos posibles son pruebas expe-rimentales de:

• uso de criterios alternativos para laselección de árboles cosechables;

• efectos de la identificación incorrectade especies;

• efectos de diferentes intensidades deexplotación;

• efectos de diferentes distribucionesespaciales de la explotación;

Parcela de estudio intensivo en Tapajós: validación en el campo del modelo de Ecogene

taria de 100 ha el inventario se amplió a losdiámetros de 10 cm.

Antes de realizar estudios de especies, esesencial cotejar sobre el terreno losinventarios comerciales. Aunque el estu-dio se refiera a árboles que se consideranfáciles de distinguir, se encuentran toda-vía errores persistentes de identificaciónen más de la mitad de las especies modelo;en el peor de los casos, el 16 por ciento delos árboles de una especie estaban mal iden-tificados.

La toma de genotipos de todos los árbo-les de cada una de las poblaciones se rea-liza desde colecciones de cambium, median-te amplificación del ADN y análisis demicrosatélite. Estos datos se combinan en-tonces con los mapas de inventario sobreel terreno para producir mapas de pobla-ción para cada especie que documentan lasdistribuciones espacial y genética. El aná-lisis genético de microsatélite de las semi-llas recogidas de “árboles trampa” dentrode cada población puede servir para de-terminar los flujos de genes paternales(polen). Recogiendo y analizando genotiposde semillas de árboles trampa antes y des-pués de la extracción de madera se obten-drá información detallada sobre los efec-tos de la extracción (especialmente altera-ciones en la densidad y la distribución es-pacial de árboles adultos) sobre el flujo degenes, las tasas de polinización cruzada y

los cambios en la diversidad genética delos genotipos de plantones producidos des-pués de una saca de madera. Las semillasrecogidas de 30 árboles cada año facilita-rán buenas estimaciones del flujo de genesentre árboles, y 30 o más semillas de cadaárbol darán una medida de la variabili-dad del movimiento del polen dentro delárbol.

La fenología es un componente impor-tante del comportamiento reproductivo deun árbol, porque las modalidades de flora-ción pueden condicionar el flujo de genes.El movimiento de polen entre árboles selimita a los que florecen al mismo tiempo.Diferencias temporales en la floración pue-den por consiguiente limitar o incluso im-pedir el flujo de genes entre árboles. Sehacen observaciones fenológicas detalladasen todos los árboles trampa y se realizansupervisiones ocasionales de la totalidadde los árboles adultos estudiados. Para ellose ha necesitado abrir más de 45 km depistas fenológicas de acceso a los muy dis-persos árboles estudiados. También se es-tán emprendiendo estudios de polinizadoresy de distribución de plántulas y árbolesjóvenes.

La gestión de la base de datos está vincu-lada automáticamente a un sistema de in-formación geográfica (SIG) para facilitarinformación espacial interpretada que pue-da actualizarse instantáneamente.

Un “árbol trampa” en elbosque estudiado, delcual se recogensemillas para análisisgenético

M. K

AN

ASH

IRO

Siete especies de árboles modelo, que ocu-pan diversos nichos ecológicos y tienen di-ferentes historiales vitales, son objeto deestudio en poblaciones suficientementenumerosas para documentar el flujo degenes (200 a 400 árboles maduros). El in-ventario de árboles comerciales se amplióhacia abajo en el lugar de estudio para in-cluir todos los ejemplares de la especie mo-delo con diámetro a la altura del pecho de20 cm o más. En una parcela complemen-

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Un ejemplo de aplicación del modeloEcogene a la gestión

Las semillas producidas a partir de unepisodio de fecundación en estas pobla-ciones se analizaron después en atencióna 13 medidas genéticas normalizadas, entreellas tamaños efectivos de población, frac-ción de autopolinización, distancia mediade dispersión del polen, heterocigosis ob-servada y prevista y diversidad alélica.Cada simulación se repitió 30 veces, y seutilizaron desviaciones estándar (de) paracomparar los resultados entre la pobla-ción de control y los dos escenarios dife-rentes de tratamientos. En ambos trata-mientos, 11 de los 13 índices de diversidadgenética eran notablemente diferentes delos de la población de control. El tamañoefectivo de la población resultó fuertemen-te afectado por las alteraciones en la dis-tribución espacial de los árboles, estimán-dose en 161,81 árboles (de = 7,34) en lapoblación de control, 59,22 (de = 4,16) enla población donde se hizo la extracción y44,80 (de = 4,84) en la población fragmen-tada. La autopolinización aumentó nota-blemente en los escenarios de tratamien-to, y también aumentó la distancia media

Mapas que muestran losescenarios de control ytratamiento en elestudio de simulaciónhecho por Ecogene dela Jacaranda copaia; lospuntos negros indicanárboles de Jacarandacopaia con más de10 cm de diámetro a laaltura del pecho, y lospuntos grises indicanlos árboles en flor encada escenario (308árboles en el escenariode control y 90 en cadauno de los detratamiento)

de dispersión del polen. La heterocigosisprevista (también llamada diversidadgenética) se redujo notablemente en las si-mulaciones de tratamiento. Los resultadosindican también que algunas variablesgenéticas son más sensibles que otras ymuestran diferencias genéticas según losregímenes de gestión.

Control

Extracción Fragmentación

2 000 m

2 000 m

Degen, Roubik, y Loveless (2002) utiliza-ron datos recogidos sobre el terreno sobredistribución espacial de árboles en las par-celas de estudio intensivo del bosque nacio-nal de Tapajós para analizar los efectos dela saca de madera y de la fragmentaciónsobre la diversidad genética en la Jacarandacopaia, una de las siete especies centrales deDendrogene. Crearon poblaciones con di-ferentes densidades y distribuciones espa-ciales, que representaban:

• un control, usando datos de inventariopara un bloque de 400 ha;

• la extracción (retirada) de todos los ár-boles de más de 31 cm de diámetro;

• la fragmentación para dar una pobla-ción residual del mismo tamaño (90 ár-boles en flor de más de 20 cm de diáme-tro) que en el escenario de la extracción,reduciendo la superficie del hábitat fo-restal a 140 ha (35 por ciento de su tama-ño original).

La fenología de floración, los tipos de mo-vimiento polinizador y las modalidades dedispersión de semillas eran idénticos en lastres simulaciones.

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• efectos de diferentes esquemas de taladentro de la unidad de gestión;

• efectos de las zonas de transición aorillas de los ríos y de las zonas dereserva permanentes;

• efectos de diferentes escalas degestión, desde los pequeños bosquescomunales hasta los latifundios ygrandes espacios;

• efectos de la fragmentación de zonasforestales;

• utilidad de diferentes indicadores degestión, como porcentaje deexistencias comerciales de árbolesretenidas;

• vulnerabilidad de las especies a lapráctica de explotación y posiblescontroles para especies determinadas.

Los resultados de las pruebas experimen-tales pueden servir para mejorar la legis-lación, las prácticas de gestión y los pro-cesos de certificación. Aunque el uso delmodelo para analizar los resultados de losescenarios seguirá siendo un trabajo espe-cializado, el análisis de conjunto será un

proceso participativo. Administradoresforestales, comunidades locales y otrosinteresados en el resultado intervendránen la formulación de preguntas, la inter-pretación de los resultados y la presenta-ción de propuestas sobre políticas o ges-tión. El proceso de construcción delmodelo identificará los efectos potencia-les de los diversos usos de la tierra sobrela diversidad genética de los árboles, ele-mento crítico para la conservación de labiodiversidad vegetal. Es naturalmenteuno sólo de los indicadores potencialesdel valor de conservación de los bosques,y pueden ser precisos otros indicadorespara evaluar otros importantes impactosen el ecosistema.

La adopción de nuevas prácticasEl cambio en las prácticas de gestión y laaplicación de leyes o políticas nuevas sue-len tropezar con la dificultad de modificarlas rutinas, sobre todo cuando los procedi-mientos nuevos son más complejos quelos anteriores. Tal sería el caso, por ejem-

plo, si se trata de planificar la explotaciónforestal teniendo en cuenta cada especiede árbol, sus características propias y lascaracterísticas de la población. El Proyec-to Dendrogene ha apoyado la formaciónde la base de datos sobre gestión y carto-grafía de árboles (Trema) para facilitar laadopción de nuevas prácticas de gestión.

Trema contiene funciones para facilitarel dominio de la nomenclatura de las es-pecies y generar listas de especies, cua-dros de rodales y mapas para la planifica-ción y el control de la gestión forestal.Contiene información sobre característi-cas esenciales de las especies y guarda losdatos de población arbórea en la unidadforestal específica. Dispone asimismo derutinas automáticas para aplicar los crite-rios a la selección de árboles destinados ala tala. Los criterios y sus umbrales pue-den ajustarse en función de las recomen-daciones derivadas de los modelos deimpacto genético. También se incluyencriterios económicos sobre los árbolesexplotables, como su aceptabilidad actual

La base de datos sobregestión y cartografía deárboles (Trema) tienepor objeto facilitar laadopción de prácticasde gestión orientadas ala conservación.Contiene informaciónsobre característicasde las especiesprincipales y almacenadatos de poblaciónsobre unidadesforestales específicas

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en el mercado y la presencia de defectos,de modo que la selección final sea comer-cialmente realista.

El sector comercial puede temer que laaplicación de criterios de conservacióngenética a la selección de la cosecha demadera amenace la viabilidad económicade la gestión. Dendrogene no trata de po-ner límites que definan la gestión acepta-ble tan sólo por su impacto genético, sinode ofrecer instrumentos analíticos queayuden a calibrar el peso relativo de losvalores económicos, sociales y ambienta-les. Los habitantes de las tierras forestalespueden tener también percepciones dife-rentes de los valores de la biodiversidad.Estas cuestiones se considerarán median-te una evaluación participativa del impac-to de la explotación forestal realizada enla zona de estudio.

El marco teórico utilizado enDendrogene podría aplicarse a otrosecosistemas y regiones forestales. Los ele-mentos básicos como acopio y aplicaciónde la información actual, desarrollo de lacapacidad para identificar correctamentelas especies, construcción de apoyosinformáticos para las decisiones de ges-tión y formulación de políticas y prácticasde gestión basadas en los mejores datosdisponibles, son un valor añadido inde-pendientemente del éxito de los modelosde simulación. Este marco podría muy bienser asimilado en los actuales programasde desarrollo del sector forestal.

OBSERVACIONES FINALESEl Proyecto Dendrogene se apoyaen alianzas multidisciplinarias ymultiinstitucionales. Trata de reunir nue-vos datos pertinentes y de aplicar la in-formación científica actual a la construc-ción de instrumentos de gestión nuevosy eficientes. Propicia la identificaciónexacta de las especies, la documenta-ción de procesos ecológicos forestales yla construcción de modelos de dinámicaforestal (en particular de genética de

especies arbóreas). Es pionero en el usode modelos de simulación para integrarlos procesos genéticos y ecológicos, aescala conveniente, en el estudio de losefectos de la gestión de bosques tropicalessobre los procesos genéticos. Utiliza elanálisis de escenarios y las metodologíasparticipativas para influir sobre las políti-cas y las prácticas de gestión.

A juicio de los autores, este planteamien-to científico de la evaluación de los efec-tos de la explotación forestal sobre losprocesos genéticos en los bosques tropi-cales de la Amazonia, aunque no eliminela incertidumbre, ayudará a administra-dores forestales, industriales y autorida-des responsables a decidir con más aciertoy a avanzar hacia el desarrollo sosteniblede los recursos forestales tropicales. ◆

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Evaluaciónde Ecosistemasdel Milenio

H. Simons

Habitualmente, en la planificación del desarrollo sólo se tienen en cuenta de forma secunda-

ria los ecosistemas del mundo –tierras de cultivo, bosques, praderas, ríos y océanos–,

a pesar de que los ecosistemas son el principal servicio de abastecimiento de agua en todas

las naciones, la principal empresa de producción de alimentos de la mayor parte de los

países, la fuente primaria de energía para un tercio de la población del mundo y, en última

instancia, la “red de seguridad” para una gran parte de la población más pobre del mundo.

Una gestión deficiente de los ecosistemas provoca enfermedades, inundaciones y corrimientos

de tierra que suponen una amenaza para los medios de subsistencia. La condición de los

ecosistemas de un país tiene la misma importancia para su desarrollo que la condición de

sus sistemas educativo o económico.

UNA EVALUACIÓN INTEGRADA Y A DISTINTAS ESCALAS

La Evaluación de Ecosistemas del Milenio, que comenzó en abril de 2001, es un proceso

cuatrienal orientado a contribuir a la mejora de la gestión de los ecosistemas naturales y

ordenados del mundo. La evaluación facilitará a los responsables de la adopción de las

decisiones y al público en general información científica pertinente sobre la condición de

los ecosistemas, las consecuencias que puede acarrear su modificación y las posibles

respuestas. La evaluación es una iniciativa de colaboración entre organizaciones

intergubernamentales y no gubernamentales, entre las que figuran el Programa de las

Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la FAO, la Organización de las Nacio-

nes Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el Centro internacional

para la ordenación de los recursos acuáticos vivos y el Instituto Mundial sobre Recursos

(WRI). A su frente se encuentra una Junta que representa a los usuarios de la Evaluación

de Ecosistemas del Milenio.

La evaluación dará una base científica a toda una serie de iniciativas nacionales e inter-

nacionales cuya finalidad es abordar los cambios registrados en las esferas del medio

ambiente y el desarrollo, demostrando a las instancias decisorias los nexos existentes

entre el clima, la biodiversidad y las cuestiones relacionadas con el agua dulce, el agua

marina y los bosques. El Convenio sobre la Diversidad Biológica, la Convención de Lucha

contra la Desertificación de las Naciones Unidas y la Convención relativa a los humedales

de importancia internacional especialmente como hábitat de aves acuáticas han refrenda-

do su realización como un proceso de evaluación conjunta destinado a satisfacer una parte

de las necesidades de información.

Teniendo en cuenta que la mayor parte de las decisiones que influyen en los ecosistemas

y en el desarrollo humano se adoptan a nivel nacional y comunitario, la evaluación se

compondrá de varias evaluaciones relacionadas entre sí y efectuadas a escala local, de las

cuencas hidrográficas, nacional y regional. Hasta la fecha se han aprobado evaluaciones

limitadas para Noruega, China occidental, África meridional, América Central, India, Papua

Nueva Guinea y Suecia.

ATENCIÓN PREFERENTE A LOS ECOSISTEMAS Y LA BIODIVERSIDAD FORESTALES

La biodiversidad es una característica que refuerza el potencial de muchos ecosistemas

de proporcionar bienes y servicios de manera sostenida (aunque en algunos ecosistemas

sólo existe una especie, o una especie dominante, que se puede explotar de manera

sostenible) y, por tanto, es uno de los ejes centrales de la evaluación.

En relación con los ecosistemas forestales, la evaluación sintetizará las tendencias ac-

tuales en los bosques y la amplitud de las modificaciones que han experimentado utilizando

la mejor información disponible (los datos de la Evaluación de los Recursos Forestales

Mundiales de la FAO y otras fuentes). Abordará cuestiones relacionadas con la forma en

que se modifican los bosques y sobre la posibilidad de invertir esos cambios; las principales

lagunas de los conocimientos; la situación y las tendencias de la biodiversidad forestal; y

la demanda y la oferta de bienes y servicios forestales como madera, combustible, produc-

tos forestales no madereros, recursos hídricos y turismo. Además, examinará las sinergias,

ventajas e inconvenientes y conflictos que se plantean en el suministro de esos servicios.

Por último, pasará revista a los efectos sobre otros ecosistemas.

A continuación, en el marco de la evaluación se identificaran las políticas y estrategias

que pueden contribuir a mejorar el manejo de los bosques, a conservar mejor su biodiversidad

y, al mismo tiempo, a aumentar el bienestar humano. Este proceso comprende la evalua-

Henk Simons es un ecologista quetrabaja en la Evaluación deEcosistemas del Milenio. Desarrollasu labor en la Oficina de EvaluaciónAmbiental del Instituto Nacional deSalud Pública y Medio Ambiente(RIVM), en los Países Bajos.

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ción de estrategias tales como los sistemas integrados de conservación y desarrollo, la

gestión de espacios protegidos, la ordenación forestal comunitaria y las políticas de ajuste

estructural. Se elaborarán hipótesis plausibles, describiéndose posibles opciones para la

demanda y oferta futuras de servicios forestales y sus efectos tanto sobre los bosques y

otros ecosistemas como sobre el bienestar humano.

EL PROCESO Y LAS DISPOSICIONES INSTITUCIONALES

La Evaluación de Ecosistemas del Milenio se llevará a cabo por conducto de cuatro grupos

de trabajo formados por expertos que se ocupan de las condiciones y tendencias, las hipó-

tesis, las posibles respuestas y las evaluaciones parciales. Cada grupo de trabajo está

copresidido por científicos naturales y sociales destacados procedentes de países

industrializados y en desarrollo. Durante el primer año, la labor se centró en la elaboración

de un conjunto coherente de metodologías para realizar la evaluación a diferentes escalas.

Todos los resultados de la evaluación serán objeto de un amplio examen por parte de otros

expertos. Los científicos, los gobiernos, el mundo empresarial y la sociedad civil presentarán

candidatos de todas las regiones del mundo para que lleven a cabo esa labor de examen.

La evaluación está estrechamente coordinada con otras evaluaciones de los ecosistemas

mundiales, como Perspectivas del Medio Ambiente Mundial del PNUMA, la Evaluación

Mundial de las Aguas Internacionales, la labor del Grupo Intergubernamental sobre el

Cambio Climático y la Evaluación de los Recursos Forestales Mundiales de la FAO. Com-

prenderá nuevos análisis, pero no se trata de un proyecto de investigación, sino de un

mecanismo para hacer acopio de resultados de la labor de investigación y seguimiento

que pueden satisfacer las necesidades de los responsables de la adopción de decisiones.

La evaluación procederá en estrecho contacto con programas de investigación como el

Programa Internacional Geosfera-Biosfera y el Programa de las dimensiones humanas

internacionales del cambio ambiental mundial, así como con actividades de vigilancia,

como las que llevan a cabo la Red de investigación ecológica a largo plazo y el Sistema

mundial de observación.

Las instituciones que se indican a continuación prestarán apoyo administrativo, logístico y

técnico básico para llevar a cabo la evaluación: el PNUMA; el Centro internacional para la

ordenación de los recursos acuáticos vivos, el Centro Mundial de Vigilancia de la Conserva-

ción (CMVC); el Consejo Internacional para la Ciencia; el Comité Científico sobre Problemas

del Medio Ambiente; el Instituto Nacional de Salud Pública y Medio Ambiente de los Países

Bajos; el Instituto para el Crecimiento Económico; el Instituto Mundial sobre Recursos (WRI)

y el Instituto Meridian. El presupuesto básico de la evaluación oscila entre 21 y 30 millones

de dólares EE.UU. para el proceso cuatrienal.

La Evaluación de Ecosistemas del Milenio producirá una serie de volúmenes e informes

técnicos editados que documentarán los resultados científicos de las evaluaciones mun-

diales y parciales. Además, se elaborarán síntesis dirigidas a audiencias concretas y se

organizarán sesiones informativas y talleres con el fin de difundir los resultados entre los

usuarios. El público en general podrá acceder a ese material a través de Internet.

La evaluación establecerá redes de expertos, elaborará y difundirá métodos, instrumentos

y datos y reforzará los conocimientos de personas e instituciones que llevan a cabo eva-

luaciones integradas de los ecosistemas.

Para más información, visite la página web de la Evaluación de Ecosistemas del Milenio:

www.milleniumassessnment.org

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Los incendios forestales y la diversidad biológica

R. Nasi, R. Dennis, E. Meijaard, G. Applegate y P. Moore

Robert Nasi y Grahame Applegatetrabajan en el Centro de InvestigaciónForestal Internacional (CIFOR),Bogor, Indonesia.Rona Dennis y Erik Meijaard sonconsultores del CIFOR.Peter Moore es el coordinador delProyecto de lucha contra los incendiosen Asia meridional, Bogor, Indonesia,que están ejecutando el Fondo Mundialpara la Naturaleza (WWF) y la UniónInternacional para la Conservación dela Naturaleza (UICN).

Este artículo se ha adaptado de undocumento preparado por los autorespara la Secretaría del Convenio sobrela Diversidad Biológica(Dennis et al., 2001).

El fuego es un elemento esencial ynatural en el funcionamiento denumerosos ecosistemas forestales.

Los seres humanos vienen utilizando el fue-go desde hace miles de años como instru-mento de ordenación de la tierra. El fuegoes uno de los elementos naturales que hainfluido en las comunidades vegetales a lolargo del tiempo y como proceso naturalcumple una función importante para man-tener la salud de determinados ecosistemas.Sin embargo, en la última parte del sigloXX, la modificación de la dinámica esta-blecida entre la actuación humana y losincendios y la mayor frecuencia del fenó-meno El Niño han dado lugar a una situa-ción en la que los incendios son una ame-naza importante para muchos bosques y ladiversidad que contienen. Los bosquespluviales tropicales y los bosques nubosos,en los que no suelen producirse grandesincendios, fueron devastados por incen-dios incontrolados durante los años ochentay noventa (FAO, 2001).

Aunque se ha estudiado el impactoecológico de los incendios en losecosistemas forestales en los biomas bo-real, templado y tropical, se ha prestadomucha menos atención al impacto de losincendios sobre la biodiversidad forestal,especialmente en los trópicos. Por ejem-plo, de los 36 proyectos sobre incendiosforestales que se llevaron a cabo entre 1983y 1998 o que están en curso de ejecuciónen Indonesia, un país con una diversidadexuberante, con financiación de donan-tes, sólo uno abordaba específicamente losefectos sobre la biodiversidad.

LOS EFECTOS DE LOS INCENDIOSSOBRE EL ECOSISTEMALos incendios forestales tienen muchasrepercusiones sobre la diversidad bioló-gica. A escala mundial, son una fuente im-portante de emisión de carbono, contribu-yendo al calentamiento mundial que podríamodificar la biodiversidad. En los planosregional y local, modifican el volumen de

biomasa, alteran el ciclo hidrológico conconsecuencias sobre sistemas marinoscomo los arrecifes de coral, e influyen enel comportamiento de las especies vege-tales y animales. El humo procedente delos incendios puede reducir notablementela actividad fotosintética (Davies y Unam,1999) y perjudicar la salud de los sereshumanos y de los animales.

Uno de los efectos ecológicos más im-portantes de los incendios es la mayor pro-babilidad de que se produzcan nuevos epi-sodios del mismo tipo en los añossubsiguientes, al caer los árboles, lo quepermite que la luz del sol reseque el bos-que y produzca una acumulación de com-bustible con un aumento de especies sus-ceptibles a los incendios, como lasherbáceas inflamables. La consecuencia delos incendios repetidos es perjudicial por-que es uno de los factores principales delempobrecimiento de la biodiversidad enlos ecosistemas de los bosques pluviales.Los incendios pueden ser seguidos de lacolonización e infestación de insectos queperturban el equilibrio ecológico.

La sustitución de zonas extensas de bos-que por herbáceas inflamables es uno delos efectos ecológicos más negativos delos incendios sobre los bosques pluvialestropicales. Estos procesos ya se han ob-servado en algunas zonas de Indonesia yde la Amazonia (Turvey, 1994; Cochraneet al., 1999; Nepstad, Moreira y Alencar,1999). Lo que antes era un bosque densosiempreverde se convierte en un bosqueempobrecido poblado por un número re-ducido de especies arbóreas resistentes alfuego y una cubierta de malezas (Cochraneet al., 1999). En el norte de Queensland,en Australia, se ha observado que en loslugares en los que las prácticas aboríge-nes de utilización del fuego y los regíme-nes de incendios estaban controlados, lavegetación de los bosques pluviales co-menzó a ser sustituida por sabanas arbóreasy herbáceas susceptibles a los incendios(Stocker, 1981).

El fuego desempeña una funciónimportante para mantener lasalud de ciertos ecosistemas,pero a causa de los cambiosclimáticos y del uso (y abuso)humano del fuego, los incendiosson ahora una amenaza paramuchos bosques y subiodiversidad.

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EFECTOS DE LOS INCENDIOSPROVOCADOS POR EL HOMBRE ODE LOS INCENDIOS NATURALESINTENSOS SOBRE LA DIVERSIDADVEGETALLos incendios son poco corrientes en lamayoría de los bosques pluvialesinalterados formados por árboles de granaltura y en los que predomina una cu-bierta de copas cerrada, debido almicroclima húmedo, la humedad delcombustible, la escasa velocidad delviento y las elevadas precipitaciones. Sinembargo, los bosques pluviales puedenresultar más susceptibles a los incen-dios en los períodos de sequía intensa,como la que se experimenta durante losaños en que se produce el fenómeno ElNiño. En esos bosques que no estánadaptados al fuego, éste puede hacer desa-parecer prácticamente todas lasplántulas, brotes, lianas y árboles jóve-nes, ya que no están protegidos por unacorteza gruesa. El daño causado al ban-co de semillas, las plántulas y losbrinzales obstaculiza la recuperación delas especies originales (Woods, 1989).El grado de recuperación y la necesidadde llevar a cabo intervenciones de reha-bilitación dependen de la intensidad delos efectos del incendio (Schindele,Thoma y Panzer, 1989).

Los bosques tropicales también estánsometidos a incendios causados por losseres humanos con el fin de talar árbo-les para practicar la agricultura. Los in-cendios causantes de deforestación, queson más comunes en los bosques altera-dos, pueden ser de intensidad variable yquemar árboles en pie, e incluso que-

mar completamente el bosque, dejandoel suelo totalmente desnudo.

Existe la preocupación de que las cor-tas de salvamento (la extracción de ma-dera muerta en bosques aprovechadosque han sufrido un incendio intenso oen el bosque primario quemado) que seutilizó como instrumento de gestión yde financiación tras los incendios acae-cidos en Indonesia 1997-1998, puedenafectar negativamente a la sucesión ve-getal (van Nieuwstadt, Sheil yKartawinata, 2001).

Aunque el fuego es una perturbaciónnatural frecuente en los bosques boreales,que se regeneran fácilmente después deun incendio, los incendios frecuentes degran intensidad pueden alterar este equi-librio. A causa de los incendios extrema-damente violentos que se produjeron en1998, más de 2 millones de hectáreas debosque de la Federación de Rusia hanperdido la mayor parte de sus principa-les funciones ecológicas para un períodoque oscilará entre 50 y 100 años(Shvidenko y Goldammer, 2001). Losincendios intensos han tenido efectosnegativos importantes sobre la diversi-dad vegetal. Son especialmente vulnera-bles las especies meridionales que seencuentran en el límite septentrional desu área de distribución geográfica. Porejemplo, en Primorsky Kray (Federaciónde Rusia), los incendios de origen huma-no han contribuido a una reducción drás-tica de las poblaciones de 60 especies deplantas vasculares, 10 especies de hon-gos, ocho de líquenes y seis de musgodurante los dos o tres últimos decenios(Shvidenko y Goldammer, 2001).

REGÍMENES DE INCENDIOSNATURALES Y ESPECIESVEGETALES ADAPTADAS AL FUEGOEn los bosques tropicales en los que seproducen incendios todos los años duran-te la estación seca (bosques de sabanas,bosques de zonas monzónicas y bosquestropicales de pinos), las especies arbóreasmuestran rasgos adaptativos como unacorteza gruesa, la capacidad de cerrar lascicatrices dejadas por el fuego, la capaci-dad de rebrotar y adaptaciones de las se-millas. La importancia ecológica de estosincendios anuales sobre las formacionesforestales es notable. Los incendios pro-mueven la aparición de especies toleran-tes al fuego, que sustituyen a las especiesque crecen en un entorno inalterado.

Los incendios constituyen una altera-ción natural e importante en muchos bos-ques de la zona templada, como se apre-cia por adaptaciones de las plantas comoel grosor de la corteza, que permite a unaespecie resistir a incendios recurrentesde baja intensidad, mientras perecen otrasespecies menos adaptadas. Algunas es-pecies arbóreas de América del Norte, enparticular el pino banksiano (Pinusbanksiana) y el pino contorcido (Pinuscontorta), poseen conos serotinos (quepermanecen cerrados durante largo tiem-po). Mientras están cerrados, mantienenen la copa un banco de semillas viableque está protegido hasta que el fuegoafecta al árbol. Después del incendio, seabren las escamas del cono liberando lassemillas en un lecho de cenizas reciénpreparado. Muchas especies vegetalespueden rebrotar, ya sea de raíz o de tallo,después de haber sido quemadas (Agee,

En los bosquestropicales húmedos,

la amenaza a labiodiversidad derivada

del aclareo en beneficiode la agricultura se

complica con el uso delfuego si éste no se

controla; en la imagen,la Amazonia brasileña

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1993). El Eucalyptus regnans, una espe-cie de eucalipto de la zona templada deAustralia, también requiere un sitio paraquemarse por completo y estar expuestoal sol para que la especie sea objeto deuna regeneración prolífica (UICN/WWF,2000). La inflamabilidad del bosque esmuy elevada en el Mediterráneo y lamayor parte de las comunidades vegeta-les son susceptibles a los incendios.

Quercus ilex es resistente a incendios debaja intensidad y los bosques se recuperansin experimentar grandes cambios flora-les o estructurales (Trabaud y Lepart 1980).Si el fuego no es ni frecuente ni intenso,los bosques de alcornoques (Quercussuber) pueden perdurar.

Los incendios, a menudo de gran inten-sidad, son el principal mecanismo pertur-bador natural en los bosques boreales.El período de repetición de los incendios(el intervalo medio de tiempo entre dosincendios en el mismo lugar de unecosistema) varía considerablemente enlos bosques naturales, desde solamente 40años (en algunos ecosistemas de pinobanksiano [Pinus banksiana] en la zonacentral del Canadá) hasta 300 años, en

función del régimen climático (vanWagner, 1978). En Suecia, se estima quealrededor del 1 por ciento de las tierrasforestales ardían cada año antes de que seiniciara a finales del siglo XIX la supre-sión sistemática de los incendios(Zackrisson, 1977). La mayor parte de lasconíferas y de los árboles de frondosas dehoja ancha boreales sufren una gran mor-talidad incluso cuando los incendios sonde baja intensidad debido a la estructurade la copa, la escasa humedad foliar y ladelgadez de la corteza (Johnson, 1992).Algunas especies de pinos de América delNorte (Pinus banksiana, P. resinosa, P.monticola) y de Europa (P. sylvestris) tie-nen una corteza más gruesa y, en general,una copa de mayor base y una mayor altu-ra y los árboles maduros muy altos pue-den sobrevivir a varios incendios. La alte-ración provocada por los incendiosdeterminan modelos de sucesión que ori-ginan el mosaico de clases de edad y decomunidades. En algunas partes del bos-que existen refugios frente al fuego enlugares húmedos, a los que el fuego nollega a veces durante varios centenares deaños. Esos refugios son esenciales para el

ecosistema forestal de la región borealporque muchas especies sólo pueden so-brevivir en esos lugares, constituyendo unafuente de semillas para recolonizar laszonas quemadas (Ohlson et al., 1997).

En los bosques naturales de la taiga y latundra de baja densidad de las regionesseptentrionales, particularmente en las zo-nas de hielos permanentes o permafrost,los incendios superficiales que se produ-cen a intervalos muy prolongados de 80 a100 años representan un mecanismo natu-ral que impide la transformación de losbosques en tierras arbustivas o praderas(Shvidenko y Goldammer, 2001).

EFECTOS DEL FUEGO EN LA FAUNAFORESTALEn los bosques en los que el fuego no esun mecanismo de alteración natural, éstepuede tener efectos devastadores sobrelas especies forestales de vertebrados einvertebrados, no sólo porque les causala muerte directa, sino también porqueprovoca efectos indirectos más durade-ros como estrés y desaparición de hábitats,territorios, cobijo y alimento. La desapa-rición de organismos de gran importan-

En algunos ecosistemasforestales, el fuego tieneuna función importante;ciertas especiesprosperan después deque se han quemado,como estos Eucalyptussp. que rebrotaron trasun incendio natural en elSenegal

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cia para los ecosistemas forestales, talescomo invertebrados, polinizadores ydescomponedores, puede retardar de for-ma muy significativa el índice de recupe-ración del bosque (Boer, 1989).

Se estima que los incendios que se regis-traron en 1998 en la Federación de Rusiaafectaron gravemente a los mamíferos ylos peces. La mortalidad de las ardillas ylas comadrejas, que se estudió inmediata-mente después de los incendios, fue del 70al 80 por ciento; la de los jabalíes del 15 al25 por ciento y la de los roedores del 90por ciento (Shvidenko y Goldammer,2001).

Desaparición de hábitats, territoriosy cobijoLa destrucción de árboles huecos en pie yde árboles muertos caídos tiene efectosnegativos sobre la mayor parte de las es-pecies de mamíferos (como los monostarsius, los murciélagos y los lemures) ysobre las aves que anidan en las cavida-des (Kinnaird y O’Brien, 1998). Los in-cendios provocan el desplazamiento deaves y mamíferos, lo cual puede alterar elequilibrio local y en última instancia lapérdida de vida silvestre, dado que losejemplares desplazados no tienen lugaral que dirigirse. Los incendios devas-tadores de 1998 en la Federación de Rusiacausaron un aumento de la temperaturadel agua y niveles elevados de dióxido decarbono en los lagos y cursos de agua, queafectaron negativamente al desove delsalmón (Shvidenko y Goldammer, 2001).Los lugares en los que se producen incen-dios frecuentes de gran intensidad, la pre-servación de microhábitats puede contri-buir muy favorablemente a conservar labiodiversidad (Andrew, Rodgerson yYork, 2000).

Pérdida de alimentosLa pérdida de árboles frutales se traduceen una reducción del número de especiesde aves y de animales que se alimentan defrutos; este efecto es particularmente acu-sado en los bosques tropicales. Algunosmeses después de los incendios que ocu-rrieron en 1982-1983 en el parque nacio-nal de Kutai, en Kalimantan oriental, dis-minuyó drásticamente el número deejemplares de aves como el bucero, cuyaalimentación depende de los frutos, y sólopervivieron en gran número las avesinsectívoras, como el pájaro carpintero,gracias a la abundancia de insectosxilófagos.

En los bosques quemados se reducen laspoblaciones de mamíferos pequeños, avesy reptiles y también los carnívoros tien-den a evitar las zonas quemadas. La dis-minución de la densidad de pequeños ma-míferos como los roedores puede influirnegativamente en el suministro de alimen-tos a los carnívoros de tamaño reducido.

Los incendios también destruyen la ho-jarasca y las comunidades de artrópodosque la habitan, limitando aún más la dis-ponibilidad de alimentos para las especiesde omnívoros y carnívoros (Kinnaird yO’Brien, 1998).

Adaptación de la fauna al fuegoLos incendios no afectan a todas las espe-cies. Por ejemplo, las especies de escara-bajos de las sabanas australianas mues-tran una notable capacidad de resistenciaal fuego, aunque los incendios influyen enla abundancia de especies y familias(Orgeas y Andersen, 2001).

En la región mediterránea, propensa asufrir incendios, el régimen actual de in-cendios ha contribuido probablemente amantener la diversidad de aves en Portu-gal (Moreira et al., 2001). En Israel, seprodujo la mayor abundancia de especiesde animales en determinadas zonas de dosa cuatro años después de un incendio, paraluego disminuir con el paso del tiempo(Kutiel, 1997).

Los incendios pueden incidir positiva-mente en las poblaciones silvestres de losbosques boreales, donde el fuego es unimportante mecanismo natural de altera-ción. En América del Norte, aunque enocasiones las poblaciones de alces se ven

atrapadas por el fuego y mueren, lo ciertoes que los incendios influyen positivamen-te en el hábitat en el que viven al crear ymantener comunidades transitorias, y seconsideran beneficiosos para esa especie(MacCracken y Viereck, 1990). Se estimaque los efectos benéficos del fuego sobresu hábitat dura menos de 50 años y que ladensidad de alces alcanza su mayor cotade 20 a 25 años después del incendio(LeResche, Bishop y Coady, 1974).

El fuego ha contribuido a reducir las po-blaciones de lobos grises (Canis lupus) enMinnesota (Estados Unidos), al limitar suspresas, particularmente el castor (Castorcanadiensis), el alce y el ciervo, especiesdependientes del fuego que necesitan lascomunidades vegetales que perviven des-pués de incendios frecuentes (Kramp,Patton y Brady, 1983).

CONSECUENCIAS DE LA SUPRESIÓNDEL RÉGIMEN DE INCENDIOSNATURALESEn los bosques templados de los EstadosUnidos y Australia, en los que se supri-mieron deliberadamente los incendios, seestán registrando incendios incontroladosdevastadores debido a la acumulación ar-tificial de combustible. La supresión deli-berada de los incendios puede incidir tam-bién negativamente en las especies. En losbosques en los que el fuego es parte natu-ral del sistema, las especies vegetales yanimales se adaptan a un régimen de in-cendios naturales y se benefician de ellos.

En América del Norte, la supresión delos incendios en algunas zonas ha contri-buido a reducir el número de ejemplares

La mayor parte de lascomunidades vegetalesdel Mediterráneo sonpropensas a sufririncendios; elalcornoque (Quercussuber) (que se muestraaquí en Marruecos)puede pervivir si losincendios no sonfrecuentes ni intensos

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de oso pardo, Ursus arctos horribilis(Contreras y Evans, 1986). Los incendiosfavorecen y mantienen numerosas espe-cies de arbustos productores de bayas, queson una fuente importante de alimento paralos osos, además de proporcionar unhábitat a insectos y animales carroñeros.Los incendios que se produjeron en 1998en el parque nacional de Yellowstone au-mentaron las existencias de algunos delos alimentos que consume el oso pardo,especialmente ejemplares muertos de alce(Blanchard y Knight, 1990).

En los bosques boreales, la exclusión delfuego provoca la acumulación de estratosde materia orgánica que impiden el des-hielo de la capa superficial del suelo du-rante la primavera y el verano y aumentanla capa de permafrost, con el consiguienteempobrecimiento de los bosques, la dis-minución de su productividad y sutrasformación en marismas. ◆

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Conservación comunal de la biodiversidaden bosques cerrados de África oriental

W.A. Rodgers, R. Nabanyumya, E. Mupada y L. Persha

Todos los autores trabajan en elproyecto “Reducción de la pérdida debiodiversidad en espaciostransfronterizos de África oriental”:W.A. Rodgers y L. Persha en Arusha,República Unida de Tanzanía,y R. Nabanyumya y E. Mupada enKampala, Uganda.

La biodiversidad puede definirse entérminos utilitarios como el sopor-te de la variada base de recursos

que da resistencia a las economías tantodomésticas como nacionales en gran par-te de África. La gestión de estos recursos–que ofrecen alimentos, abrigo, energía eingresos– exige mantener su diversidad avarios niveles, y de manera que permita lacontinuación de sus procesos evolutivos yecológicos. Conservar la biodiversidadforestal significa mantener unas condicio-nes ecológicas adecuadas para la cubiertaforestal. Cuidar de la biodiversidad de losbosques es como administrar el agua deuna cuenca y, con una buena planifica-ción, equivale a la producción de una seriede productos.

Si la población local reconoce los bene-ficios que recibe de los productos y servi-cios forestales, se sentirá motivada paramodificar sus prácticas de uso de los re-cursos y la tierra y para dedicar tiempo ytrabajo a actividades de conservación. Losautores sostienen que, en un entorno pro-picio y con unos incentivos adecuados,las comunidades locales cuidarán de labiodiversidad de los bosques y de los re-cursos forestales.

En este artículo se examina la gestióncomunal o cooperativa (“cogestión”) debosques cerrados en atención a sus valoresde biodiversidad. Se describen varios pro-

cesos de conservación con diferentes in-centivos que se están experimentando enel proyecto “Reducción de la pérdida debiodiversidad en espacios transfronterizosde África oriental”, financiado por el Fon-do para el Medio Ambiente Mundial(FMAM) a través del Programa de lasNaciones Unidas para el Desarrollo(PNUD) y ejecutado por la FAO y losGobiernos de Kenya, Uganda y la Repú-blica Unida de Tanzanía. El artículo sesuma al creciente debate sobre el procesoy las repercusiones de la gestión coopera-tiva de los recursos de los bosques natura-les en África oriental.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS:POBLACIÓN Y CONSERVACIÓNFORESTAL EN ÁFRICALa historia de las relaciones entre pobla-ción y bosque en África después de la Edaddel Hierro puede dividirse en tres perío-dos (Rodgers, 1993; Wily y Mbaya, 2001):

• ocupación precolonial, cuando loshabitantes podían libremente trans-formar y utilizar las tierras foresta-les;

• período colonial y poscolonial, queexcluyó a las poblaciones de las tie-rras forestales cerradas;

• período reciente de conservación cam-biante que trae formas de gestión fo-restal comunal.

Las comunidades localesnecesitan incentivos paraconservar la biodiversidad.Se presentan algunos ejemplosdel proyecto del FMAM, elPNUD y la FAO “Reducción dela pérdida de biodiversidad enespacios transfronterizos deÁfrica oriental”.

El avance de laagricultura y losincendios sonamenazas donde loscultivos en fuertedeclive lindan con lareserva forestal deChome, RepúblicaUnida de Tanzanía; elproyecto transfronterizosobre biodiversidad hacolaborado con losaldeanos en la limpiezade la linde del bosquecada año para que losfuegos con que sepreparan los cultivos nose propaguen al bosque

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Antes de la colonización, está claro quelos pueblos utilizaban los recursos fores-tales, como lo muestra la gran disminu-ción de la superficie forestal en Áfricaoriental al extenderse la Edad del Hierrodesde el noroeste (Hamilton, 1984). Hayalgunos indicios de conservación de re-cursos naturales; los recursos escasos,como los manantiales y los pastos en laestación seca, se administraban mediantenormas, reglas y sanciones de la comuni-dad. Los bosques se conservaban también,pero básicamente por un valor distinto delos recursos que contenían: ofrecían refu-gio, y a menudo adquirían una significa-ción religiosa. El Wa-jikenda de los bos-ques costeros de Kenya, por ejemplo,protegía los kayas, o extensiones foresta-les, por razones religiosas.

El período colonial se caracterizó porseparar deliberadamente al pueblo del usolegal del bosque cerrado y del acceso aéste, ya que los poderes coloniales reser-vaban los bosques para el suministro deagua y recursos madereros para el Estado(Rodgers, 1993; Newmark, 2002). Granparte de las tierras forestales de Áfricaoriental constituían reservas antes de laPrimera Guerra Mundial. Después de laindependencia, la mayoría de los gobier-nos continuaron las prácticas coloniales;más bosques fueron objeto de reservas ymás personas fueron excluidas de ellos.Pero gradualmente las instituciones fores-tales gubernamentales se empobrecierony perdieron su capacidad para conservar,lo que condujo a una rápida degradaciónforestal.

Más recientemente, ha habido cambiosen los bosques de África oriental, comoen otras zonas tropicales, al aparecer lagestión forestal comunal (gestión a cargode las comunas, generalmente en tierrascomunales) y la gestión forestal conjunta(en la que derechos de propiedad y ges-tión son compartidos por las comunas y elEstado). Esta evolución se inició lenta-mente en África oriental y se apoyó en

gran medida en la experiencia de la India.La aceptación de la idea fue lenta; pero,igual que en otras partes, el fracaso cadavez más patente de una administraciónforestal gubernamental sin fondos diocrédito a alternativas posibles, sobre todopara la gestión de bosques y zonas arbo-ladas de valor localizado.

Los bosques han perdido biodiversidaden los últimos cien años de gestión, bási-camente bajo control gubernamental(Burgess y Clarke, 2000; Hamilton, 1984;Hamilton y Bensted-Smith, 1990;Howard, 1991; Lovett y Wasser, 1993;Newmark, 2002). Al principio la pérdidafue deliberada, ya que las propiedadesforestales eran administradas con miras ala producción maderera y se favorecieronunas pocas especies de alto valor. Se prac-ticó la corta selectiva para eliminar trepa-doras, higueras y lo que se consideraba“árboles cizaña”. Al estimarse que losbosques naturales tenían tasas bajas dereproducción de árboles madereros, sesustituyeron algunos por plantaciones demaderas blandas exóticas.

¿DEBEN PROMOVER LASCOMUNIDADES LOCALES UNAALTA BIODIVERSIDAD FORESTAL?Gran parte de la experiencia de Áfricaoriental en la cogestión se ha adquirido enbosques que ofrecen bienes y servicios devalor predominantemente local. Se trata amenudo de espacios densamente arbola-dos más bien que de bosques perennifolios

cerrados. Un ejemplo es la gestión comu-nal para combinar el uso sostenido de losbosques de miombo (Brachystegia spp.)con medidas para reducir la degradación–principalmente limpieza, vigilancia y lu-cha contra incendios– en la República Uni-da de Tanzanía (Wily, 1996).

Una cuestión fundamental en el debatesobre cogestión de los bosques es la posi-bilidad de aplicar los acuerdos de cogestiónconcebidos para tales espacios arboladosa bosques de gran complejidad biológicacon un valor mundial y nacional para laconservación del agua y la biodiversidad.Este debate empezó a plantearse en losprimeros años noventa, cuando se discu-tió sobre la participación de las comunasen la gestión de los bosques del parquenacional de Bwindi en Uganda(Cunningham, 1996; Wild y Mutebi, 1996)y en los bosques cerrados de los montesdel Arco Oriental en Tanzanía (Rodgers yAloo, 1996), un conjunto de bosques frag-mentados dentro de 11 macizos montaño-sos, reconocidos como uno de los 25 “pun-tos calientes” mundiales de la biodiversidad(Myers et al., 2000), es decir zonas conalta concentración de diversidad. El deba-te no ha concluido; aunque los acuerdossobre el miombo se han incorporado a loscódigos nacionales de “mejores prácticas”de gestión en la República Unida deTanzanía (Gobierno de Tanzanía, 2001),muchos oficiales forestales nacionales seoponen a su aplicación en los bosques ce-rrados de los montes del Arco Oriental.

Fines potencialmente divergentes de la gestión forestal y sus parámetros de éxito

Objetivos Parámetros de éxito correspondientes

Conservación de especies Que las poblaciones no disminuyan constantementeQue las poblaciones no corran peligro de extinción

Mantenimiento de servicios del ecosistema Que se mantengan la productividad primaria y el ciclode nutrientes

Que se mantengan los paisajesQue se mantenga la capacidad de las cuencas de captación

Sustento humano Que se mantenga la disponibilidad de recursosQue se alivie la pobreza y aumente la renta per cápitaQue aumente la participación de la población local en lasactividades de gobierno

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La oposición se basa en los siguientespostulados:

• que los objetivos principales de losintereses locales, orientados al usolocal de los recursos (véase el cua-dro), son incompatibles con la necesi-dad de mantener procesos ecológicosde interés nacional y mundial;

• que una buena cogestión requiereuna importante transferencia de de-rechos de acceso y propiedad a lascomunidades y que una transferen-cia más prudente y parcial no bene-ficia bastante a los aldeanos paracambiar sus prácticas;

• que la gestión forestal para funcio-nes de captación de aguas y conser-vación de la biodiversidad requieremás conocimientos y medios que lasimple “protección” de rodalesmadereros.

Sin embargo, excluir a las comunidadeslocales del proceso de conservación tam-bién llevaría probablemente al fracaso. Seprecisan soluciones transaccionales.

La experiencia dice que la cogestiónpuede funcionar si las comunidades tie-nen suficiente incentivo para invertir enla conservación en un marco aceptablepara los planificadores. Para lasostenibilidad, el apoyo a proyectos acorto plazo apenas sirve para cambiar loshábitos de uso de los recursos; la ofertade incentivos económicos tendrá efectosmás duraderos (DGIS/WWF, 2001).

La experiencia de diez años de gestiónforestal conjunta en la India reveló lacomplejidad de la gestión de bosques conmúltiples especies para diversos fines.Para fijar metas de rendimiento sosteni-do y objetivos de regeneración de diver-sos productos se precisa dar una nuevaformación al personal local, realizar nue-vas investigaciones y dictar nuevas di-rectrices de silvicultura. Las comunida-des querían obtener de sus bosquesdiversos productos –no sólo los tradicio-nales como madera, postes y leña, sino

también pastos, frutos, medicinas, setas,fibras, gomas, etc.– pero carecían de co-nocimientos técnicos y de cohesión so-cial para llegar a un acuerdo sobre losmedios de gestión (Poffenberger, 1990).

ESTUDIOS DE CASOS DECONSERVACIÓN COMUNAL DELA BIODIVERSIDADEn esta sección se describen varios pro-gramas de conservación, con diferentesincentivos, del proyecto del PNUD, elFMAM y la FAO “Reducción de la pérdi-da de biodiversidad en espaciostransfronterizos de África oriental”.El proyecto se basa en cuatro zonasde ecosistemas forestales cerradostransfronterizos (véase el mapa). Losbosques tienen interés mundial (biodi-versidad), nacional (agua, madera ybiodiversidad) y local (recursos madererosy no madereros de sustento), pero estánamenazados por la insuficiente capacidadreglamentadora institucional, la extracciónexcesiva de recursos y la ocupación detierras para otros fines. La filosofía del

proyecto es trabajar en todos los nivelesen que se decide el uso de recursos, desdeel hogar (concientización, alternativas), laaldea (reglamentos, presión sobre los com-pañeros, mercados), el distrito (directri-ces sobre uso de la tierra, programas definanciación), hasta el nivel nacional (po-líticas y leyes).

Las actividades centrales del proyectoson la formulación de planes de gestiónforestal participativos y la promoción dela cogestión por el gobierno y las comuni-dades para conservar los recursos foresta-les y usarlos de manera sostenible. Lapoblación es parte integrante de la solu-ción del problema. Como los problemas,los intereses de los habitantes y las solu-ciones potenciales difieren según los lu-gares, cada lugar debe tener su solución,aunque pueden utilizarse unos marcosbásicos para orientar todas las acciones.

Gestión tradicional de recursos naturalespor la etnia ik, Karamoja, UgandaKaramoja, en el nordeste de Uganda, espredominantemente llana, con montañas

Los cuatro parajestransfronterizos delproyecto “Reducción dela pérdida debiodiversidad enespaciostransfronterizos deÁfrica oriental”

Distritode Karamoja

KENYA

UGANDA

REPÚBLICA UNIDADE TANZANÍA

Distritode Rakai

Distritode Turkana

Distritode Kajiado

Distrito deTaita-Taveta

Distritode Monduli

Distritode Same

Distritode Bukoba

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boscosas que se elevan a 2 500 m sobreel nivel del mar. La pluviosidad es bajae irregular, recibiendo algunas zonas me-nos de 400 mm al año. Por gran parte deKaramoja se extienden pastizales, ma-torrales y bosques bajos degradados trasmuchos años de presión ganadera.Asentamientos recientes en las laderasde las montañas han tenido consecuen-cias sobre los bosques y los pastizalesde montaña.

Los principales grupos étnicos deKaramoja son los karimojong, tepeth,dodoth, pokot e ik. Los ik están prácti-camente confinados en los bosques delmonte Timu, al norte de Karamoja. Gra-cias a la diversidad de especies que seencuentran en los ecosistemas foresta-les, satisfacen muchas de sus necesida-des básicas para el sustento: alimentos,leña, medicinas, carne, miel y agua. Enlos últimos años noventa, algunos ik setrasladaron al más lejano bosque deMorungole huyendo de las frecuentesincursiones de ladrones de ganado entrelos vecinos dodoth y turkana.

Los ik son uno de los grupos étnicosmenos desarrollados social y económi-camente de Uganda, con una tasa de al-fabetización del 29 por ciento. No tie-nen ni ganado vacuno ni armas de fuego.Durante muchas generaciones han prac-ticado la agricultura en pequeños encla-ves en el bosque. Sus medios de susten-to agrícolas son frágiles, tanto por lasfrecuentes sequías como por las incur-siones de grupos vecinos. Complemen-tan su producción agrícola con la caza,la recolección de frutos silvestres y laapicultura. Cada familia ik tiene por lomenos una colmena. Alguna miel sevende en mercados cercanos.

Los ik son una comunidad organizaday suelen actuar en grupo. En un procesoparticipativo de planificación forestalrealizado en el marco del proyecto so-bre biodiversidad transfronteriza, los ikdemostraron poseer un caudal de cono-cimientos indígenas sobre recursos fo-restales y su gestión. Han establecidodirectrices sobre uso del fuego, tala deárboles y cosechas. Expresaron su de-pendencia del bosque con referencia acuatro principales necesidades: seguri-dad, tierra agrícola, agua e ingresos.Mencionaron también otros valores de-rivados del bosque, a saber:

• alimentos vegetales (hojas, tubércu-los, frutos);

• miel, termitas y caza;

• madera para construcción, leña yexplotación comercial;

• lugar de culto;• gomas, resinas y fibras;• hierbas y medicinas;• paja pata techar las cabañas;• pastos para el ganado.

Además de apreciar los valores del bos-que, los ik reconocían la necesidad dereducir las amenazas, tales como:

• extensión de los cultivos agrícolas aexpensas del bosque;

• tala excesiva de árboles para cons-trucciones y vallados;

• sobrepastoreo;• quema incontrolada de matorrales;• corta de árboles para recoger la miel;• pérdida de fuentes de agua por uso

excesivo.Las prácticas de los ik no son en generaldestructivas para el bosque. No cortanárboles grandes, prefiriendo podar lasramas. Si necesitan recoger frutos o miel,normalmente trepan a los árboles, a di-ferencia de otros grupos en Karimoja queson más destructivos para el bosque. Nohacen carbón vegetal y no provocanintencionalmente incendios forestales,porque utilizan el bosque para almace-nar grano, mantener las colmenas y comorefugio en tiempos de inseguridad.

Los ik saben que los bosques que uti-lizan son zonas formalmente protegidasdesde los años cuarenta del siglo XX.Aunque la ley forestal se ha aplicadodurante decenios en torno a Timu yMorungole, el Departamento de Silvi-cultura no ha estado presente desde queel gobierno colonial hizo la demarca-ción original de la zona protegida. Sinembargo, gracias al valor que los ik atri-buyen a los bosques, éstos han perma-necido básicamente intactos, a diferen-cia del sur de Karamoja, como enMoroto, donde la cubierta forestal se hadegradado por los incendios, la explota-ción excesiva y extensos avances de laagricultura sobre tierras forestales.

La jerarquía de mando y control cuida deque todos practiquen las normas socialesde gestión forestal. La regla de no prenderfuego es una ley tradicional; quien provo-cara un incendio sería castigado. No hahabido pues incidente alguno de incendioprovocado por un miembro del grupo. Loque preocupa a los ik son los incendioscausados en Timu por invasores Turkana yDodoth, que destruyen sus medios de vida.

Los ik tienen una responsabilidad co-lectiva de acceso y uso de los recursos.

No hay un sistema de licencias. Las co-munidades están en asentamientos orga-nizados, teniendo cada una acceso a losrecursos del bosque contiguo. Puedentambién acceder a recursos distantes, perorara vez lo hacen, por la amenaza de in-cursiones de otros grupos étnicos. Comoles interesa la pervivencia de los recur-sos tan cerca como sea posible de sushogares, se cuidan de recolectar los pro-ductos madereros y no madereros cau-sando un mínimo de daños.

Los ik están deseosos de participar enintervenciones y asociaciones exteriorescomo el proyecto de biodiversidadtransfronteriza. Las comunidades loca-les han trazado y despejado los límites dela reserva forestal de Timu con una míni-ma aportación del proyecto. Cada asen-tamiento ha tomado posesión de las por-ciones limítrofes más cercanas.Miembros de la comunidad cuidan de losárboles que el proyecto ha plantado comohitos vivos a lo largo del límite, regándo-los y cubriéndolos con paja durante laestación de extrema sequía. El proyecto,con fondos adicionales del PNUD, ha pro-porcionado norias eólicas seguras en ellímite de la reserva para elevar el agua denuevos pozos, ya que los ik tenían quecaminar a menudo kilómetros para bus-car agua. Se espera que esta acción faci-lite contratos sociales adicionales para laconservación de los bosques, en especialpara prevención de incendios e informa-ción sobre usos ilegales.

El agua como incentivo para laconservación del bosqueMuchos de los parajes forestalestransfronterizos son secos o tienen lar-gas estaciones secas. El agua es un re-curso esencial, y las zonas de captaciónforestales son importantes para el sumi-nistro de agua a las aldeas y otros gru-pos humanos y como sustento de unaamplia gama de comunidades biológi-cas. La práctica del proyecto se basa enconcertar contratos sociales (Gobiernode Tanzanía, 2001) con las aldeas, esti-pulando derechos y obligaciones para lacogestión de las zonas forestales. Sesupone que hay interés en dar continui-dad a las funciones de la cuenca colectorade las que depende la vida. La cuencacolectora define el ámbito de interés dela comunidad, dentro del cual se esta-blecen normas convenidas de uso de losrecursos que se incluyen en el contratosocial. Los usos varían desde el

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ecoturismo (Shengena Peak en el bos-que Chome de la República Unida deTanzanía, Taita Hills y NamangaMountain en Kenya), los pastizales demontaña (Karamoja y Turkana), hastala recogida de productos (productos me-dicinales, leña, postes, paja y fibras).

Los contratos de aldea se insertan en elmarco más amplio del Plan de gestiónforestal participativa. Este plan redefiniráparte de los bosques mayores como re-servas forestales naturales, en las que sepermitirá el ecoturismo pero no la ex-tracción de recursos; los derechos deacceso en otras zonas del bosque podránincluir la extracción selectiva de recur-sos. El proceso de conservación tiene unapoyo adicional en la filosofía combina-da de conservación y desarrollo propiadel proyecto (véase el recuadro). El plande gestión se está ampliando para incluirestrategias alternativas de uso de recur-sos, por ejemplo promoción de hornillosde bajo consumo y bosquecillos domés-ticos para reducir el uso de leña y promo-ción de la producción en plantación depostes y árboles madereros (esto últimocon una perspectiva a más largo plazo).El plan considerará también las necesi-dades de estrategias alternativas de ge-neración de ingresos.

El incentivo de la madera a largoplazo: los bosques pantanosos deMinziro-Sango BayMinziro-Sango Bay es un sistema pan-tanoso cruzado por la frontera Repúbli-ca Unida de Tanzanía-Uganda, con ex-tensos prados anegables que rodeanislotes forestales cerrados de peren-nifolias. Incendios anuales en los pra-dos afectan al borde del bosque. Uno delos asuntos más complejos en relacióncon la cogestión de estas zonas foresta-les es el acceso a madera de valor co-mercial. Los ingresos monetarios sonuna prioridad para muchas comunida-des de zonas forestales remotas, y la

madera podría satisfacer esa necesidad.No obstante, el Gobierno de la Repúbli-ca Unida de Tanzanía prohibió toda ex-tracción comercial de madera en todoslos bosques de captaciones de montañahace unos 15 años (Tanzania ForestConservation Group, 2001). La incor-poración de la extracción sostenible alos contratos de aldea no es una opciónlegal. Se permite una extracción limita-da para desarrollo comunal, pero no su-ficiente para proporcionar ingresos mo-netarios ni un empleo que no seadesdeñable. El problema es compaginarla conservación comunal del agua y lossagrados imperativos forestales con lademanda individual de madera siemprepresente.

En Minziro y Sango Bay, la intensa eincontrolada explotación comercial demadera destruyó en el pasado una pobla-ción de podos (Podocarpus spp.). Hoy noquedan árboles de tamaño apto para elmercado. Sin embargo, una especiemaderera menos valiosa (Bakiaea spp.)constituye alrededor del 25 por ciento dela cubierta forestal. El proyectotransfronterizo trabaja con las comunida-des locales para establecer técnicas deaserrado para esta especie y normas derecolección dentro de las zonas atribuidasa las aldeas en los bordes del extenso bos-que pantanoso (Rodgers, Nabanyumya ySalehe, 2002). Sin embargo, para que laproducción de madera sea un incentivode gestión a largo plazo, el proyecto

Proyectos de conservación y desarrollo integrados

En los primeros años noventa del pasado siglo,los proyectos de conservación y desarrollointegrados (PCDI) parecieron la panaceapara contrarrestar tanto el fracaso de lasiniciativas de desarrollo rural como el cre-ciente antagonismo rural frente a los pro-yectos de conservación de zonas protegidas.Se suponía que si las comunidades que vi-vían junto a zonas protegidas vieran losmayores beneficios derivados de la protec-ción, y comprobaran un mayor apoyo a susmedios de vida, estarían más dispuestas aapoyar iniciativas de conservación. La ideaera encomiable pero ingenua, como haríanver diez años de análisis. La evaluación de laprimera ronda de proyectos encontró pocainformación básica sobre medios de vida oparámetros de conservación para poder eva-luar los resultados.

El análisis de una segunda ronda de pro-yectos, que incorporaron las enseñanzas dela primera, mostró que la deficiencia prin-cipal era la insuficiente vinculación entreconservación y desarrollo. Las poblacionesse beneficiaban de apoyo en sus medios de

vida, pero no retomaban el contactoinstitucional con los organismos o los obje-tivos de la conservación. Se dedujo que eranecesario mejorar las políticas institu-cionales y promover la capacidad de lascomunidades para una participación efec-tiva. El proyecto transfronterizo sobrebiodiversidad puede verse como un PCDIde tercera generación. El proyecto invierteen capacidad, en vínculos y en el espacioinstitucional dentro del cual se desarrollala iniciativa. Un buen ejemplo de vincula-ción viene del suministro de agua desde lascaptaciones forestales. Para mantener flu-jos sostenibles de agua hay que mejorar lascaptaciones forestales: tanto los interesa-dos en la conservación como los que buscanel desarrollo se beneficiarán.

El dictamen sobre los últimos PCDI estápendiente. La idea es valiosa, pero la am-plitud de las cuestiones institucionales quehay que tratar lleva a complejas estructu-ras de los proyectos. Si estas estructurasfuncionan, la idea tendrá buenas probabili-dades de éxito.

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Un guardabosquedetiene a un campesino

que saca una tabla dealcanfor (Ocotea

usambarensis) delbosque de Chome, de

donde se sigueextrayendo madera

pese a la prohibición,y los derechos

correspondientes soncontrovertidos

K. K

AL

AG

E

L. PE

RSH

A

tendrá que dar a la comunidad la seguri-dad de que toda ella saldrá beneficiada,y no sólo unos pocos especialistas enaserrado o intermediarios.

CONCLUSIONESContinúa el debate sobre la aplicación dela cogestión, o incluso la posibilidad detransferir los plenos derechos y la pose-sión para que la comunidad pueda ges-tionar bosques de alto valor nacional. Losgobiernos no están dispuestos a transfe-rir la propiedad de valores forestales na-cionales a las comunidades locales. Re-conocen, empero, que no se puede excluira las comunidades limítrofes del uso y lagestión de los bosques. El camino podríaser la gestión en colaboración (gestiónforestal mixta) con claridad en las fun-ciones, las responsabilidades y los dere-chos de las partes. El éxito de la cogestióndepende de cuestiones de titularidad,acceso, propiedad y capacidad institu-cional de gestión.

Las comunidades pueden ser reticen-tes a participar plenamente en lacogestión a menos que reciban benefi-cios o rendimientos suficientes comoincentivo para la conservación. La ofer-ta de incentivos requiere confianza pro-longada y fomento de la capacidad, asícomo concientización de los aldeanos yde los organismos forestales respecto alos beneficios de la cogestión y del usosostenible de los recursos, incluida laconservación. Una planificación en fun-ción del lugar, con evaluación de losrecursos forestales e identificación delas amenazas específicas que pesen so-bre ellos, permitirá concertar contratossociales con apoyo de organismos fo-restales y autoridades locales.

Habría que ver estas iniciativas comoexperimentos encaminados a asociacio-nes plenamente sostenibles entre los pue-blos y sus gobiernos para la custodia con-junta de los bosques que brindan susbeneficios en los planos local y nacio-

Un comitémedioambiental dealdea organizado porel proyectotransfronterizo sobrebiodiversidad movilizaa los aldeanos paraprevenir y apagarincendios forestales yreforestar zonasquemadas en lareserva forestal deChome

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nal, en especial la conservación de labiodiversidad. Tales iniciativas alcan-zarán su fin si las apoyan todos los in-teresados, incluidas las fuentes mundia-les de financiación, y si hay un claroambiente favorable a nivel nacional yde distrito. Los primeros objetivos de-ben ser formar esas asociaciones y adop-tar regímenes de uso sostenible que sa-tisfagan a los múltiples interesados. ◆

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Especies animales forestalesespecialmente vulnerables a la caza

Las especies de grandes animales sometidasactualmente a una intensa presión por loscazadores en muchos lugares, como elefantesy grandes monos de los bosques tropicalesafricanos, preocupan a los conservacionistas.Uno de los motivos de preocupación es laposibilidad de que si distintos animales estánsometidos a la misma presión cinegética, lasespecies que crecen y se reproducen lenta-mente pueden ser más vulnerables a la cazaque las que lo hacen con más rapidez.

Sobre la base de una detallada observa-ción comparada de la abundancia de espe-cies en zonas de persistente y de ligera acti-vidad cinegética en las selvas amazónicasdel Perú, Bodmer, Eisenberg y Redford(1997) comprobaron que en los mamíferoscon más de 1 kg de peso el descenso de lapoblación causado por la caza era correla-tivo a la tasa intrínseca de aumento, longe-

vidad y tiempo de generación (edad en laprimera reproducción) de la especie. De estosresultados se deduce que las especies conindividuos longevos, bajas tasas de creci-miento y tiempo largo de generación estánmás expuestas a la extinción que las espe-cies con individuos de vida breve, altas ta-sas de crecimiento y tiempo más breve degeneración.

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Muchas personas que viven en los bosques o en sus proximidades

no reconocen el gran valor que pueden representar los recursos

forestales y, por consiguiente, a menudo no intervienen en las inicia-

tivas de conservación. Hacer que las comunidades locales sean

conscientes de los beneficios que reportan los recursos naturales

puede contribuir a alentarlas a participar en su conservación.

En muchos países tropicales, como Belice, Costa Rica, Indonesia,

Kenya, Malasia, Papua Nueva Guinea y Singapur, se ha promovido

una actividad que permite conseguir ingresos muy necesarios y que,

al mismo tiempo, favorece la conservación de los bosques: la cría de

mariposas.

La cría de mariposas es una actividad apropiada para la población

de los bosques como fuente alternativa de ingresos porque requiere

una inversión poco importante, los conocimientos y conceptos bási-

cos se aprenden rápidamente y los materiales y el equipo necesarios

son sencillos. Consiste en la liberación de mariposas hembra, silves-

tres o criadas en cautividad, en recintos cercados con abundantes

plantas autóctonas, y en la recogida posterior de los huevos que

La conservación a través del desarrollo:la cría de mariposas

hayan puesto esos ejemplares. A continuación, se colocan los huevos

en jaulas y se controla su evolución hasta la aparición de las pupas.

También se pueden recolectar los huevos y/o las pupas en el bosque

protegido. Luego se reúnen las pupas y se envían a exposiciones de

mariposas y a otros clientes de todo el mundo. Que el proceso de cría

de mariposas autóctonas sea satisfactorio depende de la vegetación

nativa de la zona que constituye el hábitat de esas especies. En con-

secuencia, se induce a los criadores de mariposas a conservar sus

bosques, pues aprecian el nexo existente entre su medio de sustento

y la existencia de zonas forestales en buenas condiciones.

UN EJEMPLO: EL PROYECTO KIPEPEO,

EN EL BOSQUE DE ARABUKO-SOKOKE, EN KENYA

El bosque de Arabuko-Sokoke, que ocupa una extensión de 42 000 ha

en la costa septentrional de Kenya, está considerado a escala inter-

nacional como una zona de importancia biológica por ser un hábitat

esencial de numerosas especies animales y vegetales endémicas y

amenazadas. Este bosque es la última parte que se conserva del

Hembra deHypolimnasmisippus libandoen una florPR

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bosque litoral que se extendía en otro tiempo desde el sur de Somalia

hasta el norte de Mozambique. La población del bosque está forma-

da por unas 110 000 personas. El rápido crecimiento demográfico ha

conducido a una excesiva explotación del bosque para obtener ma-

dera de combustible y de construcción, así como carne y tierra de

cultivo. El futuro del bosque depende del apoyo que presten la po-

blación local, sus dirigentes y políticos, para su conservación.

El Proyecto Kipepeo, administrado por la Sociedad de Historia

Natural de África Oriental, en colaboración con los Museos Naciona-

les de Kenya, comenzó en 1993 con los siguientes objetivos:

• vincular la conservación y el desarrollo mediante el aprovecha-

miento sostenible de la biodiversidad de mariposas del bosque

en beneficio de las comunidades rurales circundantes;

• conseguir apoyo para la conservación del bosque permitiendo

que la población local se beneficiara de su biodiversidad;

• contribuir a demostrar que el bosque puede aportar nuevas fuen-

tes de ingresos impensadas y que puede tener mayor valor si se

conserva como espacio natural inalterado que si se tala para la

actividad agrícola;

• contribuir a diversificar el turismo de la costa estableciendo una

nueva atracción para el turismo ecológico organizando exposi-

ciones de mariposas y otros invertebrados vivos;

• apoyar las actividades de educación en materia de conserva-

ción relacionadas con el bosque de Arabuko-Sokoke;

• crear empleo y generar ingresos de exportación en Kenya.

Inicialmente, participaban en el proyecto 152 familias de cuatro

comunidades del límite oriental del bosque. A comienzos de 2001

eran ya 546 agricultores los que participaban en el proyecto, proce-

dentes de 15 de las 18 comunidades que existen en el bosque y en

sus proximidades y se han adoptado medidas para conseguir la

participación de las tres comunidades restantes.

Para determinar el efecto del proyecto sobre la diversidad de es-

pecies de mariposas, se procedió a controlar las poblaciones de

mariposas silvestres existentes en el bosque de Arabuko-Sokoke

antes del comienzo del proyecto y cuatro años después de la reco-

lección. Los resultados revelaron que no se habían registrado cam-

bios significativos en la abundancia de especies recolectadas ni en

la de especies silvestres, lo que indicaba que la captura de maripo-

sas no tenía un impacto importante en las poblaciones silvestres.

Los problemas que se han planteado en la ejecución del proyecto

guardan relación con la vulnerabilidad de las poblaciones de mari-

posas a las condiciones meteorológicas adversas, las enfermeda-

des y los parásitos, la lentitud del transporte, la evolución de los

mercados, la competencia creciente y el exceso de producción.

Sin embargo, los efectos globales del proyecto sobre el bosque y

las comunidades rurales son positivos. Los ingresos procedentes de

la exportación de pupas de mariposas y del turismo ecológico han

aumentado todos los años, lo que ha supuesto un incremento con-

siderable de los ingresos locales. Se observó también un efecto

positivo sobre las actitudes de la población local en relación con el

bosque, como los demuestran los estudios del comportamiento rea-

lizados antes y después del inicio del proyecto. La proporción de la

población que propugnaba la tala del bosque para establecer

asentamientos o conseguir tierras de cultivo disminuyó casi en un 75

por ciento en cuatro años, lo que indica una mayor concienciación

sobre el valor de los bosques.

Pupas recogidaslistas para laexportación

Los ingresos procedentes de la críade mariposas han mejorado los

medios de subsistencia de lasfamilias pertenecientes a las

comunidades que viven en las lindesdel bosque de Arabuko-Sokoke

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¿Por qué la vigilancia de la biodiversidad no respaldalas prioridades de conservación en los trópicos?

D. Sheil

Douglas Sheil trabaja comocientífico en el Centro deInvestigación Forestal Internacional(CIFOR), Bogor, Indonesia.

Las actividades de vigilancia de labiodiversidad pueden ser más unobstáculo que un acicate para la

conservación en los países tropicales. Lasinstituciones nacionales responsables dela conservación en los países en desarro-llo tienen recursos muy limitados y ellootorga a los donantes y a otros organis-mos más ricos la posibilidad de ejerceruna considerable influencia. Sin embar-go, las personas que nominalmentetienen a su cargo la conservación ignoranmuchas veces los aspectos prácticos. Porello, muchas iniciativas desvían unos re-cursos escasos de las prioridades esen-ciales en materia de gestión.

Una buena gestión exige establecerobjetivos claros y alcanzables. Desdeuna perspectiva local, no es difícil iden-tificar las amenazas para la biodi-versidad, que se concretan predominan-temente en la desaparición de hábitats(particularmente la pérdida de la cubiertaforestal natural), la invasión de las tie-rras, la explotación no regulada y dife-rentes formas de degradación del medioambiente. En su mayor parte, los planesnacionales de conservación establecenprioridades bien definidas, como man-tener la vegetación natural, impedir ladedicación de zonas protegidas a otrosusos de la tierra y proteger los taxonesmás importantes. Todos ellos son obje-tivos prioritarios que deben ser promo-vidos a escala local y nacional.

En este artículo se examina la importan-cia de las distintas formas de vigilanciade la biodiversidad, se proponen priori-dades concretas para su conservación yse indica en qué forma los organismosexternos pueden impedir que en el mane-jo local se aborden estas prioridades.El artículo recoge y desarrolla una seriede opiniones publicadas recientemente(Sheil, 2001) sobre la base de las expe-riencias personales del autor en África yAsia sudoriental. Para afrontar este pro-blema es esencial que exista un debate

franco sobre la forma en que se puedenpropiciar los objetivos de conservación.

TIPOS DE VIGILANCIALa vigilancia y la evaluación de los pro-yectos son esenciales en cualquier análi-sis de la gestión apropiada de la conser-vación. Sin embargo, el término“vigilancia” tiene significados diferentespara unas y otras personas. En este senti-do, son pertinentes cuatro formas deactividad:

• identificación y evaluación de lasamenazas y problemas, por ejemplo,en el contexto de las zonas protegi-das, las actividades de patrulla nece-sarias para detectar la invasión de esastierras, el riesgo de incendios, el esta-blecimiento de campamentos ilega-les, los signos de explotación y laexistencia de trampas, para que losresponsables de la gestión puedanadoptar medidas adecuadas;

• vigilancia de la ejecución, es decir,comprobar si las actividades planifi-cadas se han llevado a la práctica se-gún lo previsto y supervisar y evaluarlas intervenciones (por ejemplo, eva-luar la cobertura de las patrullas y lacalidad de la información que facili-tan);

• vigilancia de la eficacia, es decir,comprobar si las actividades e inter-venciones han tenido el efecto desea-do y si se han afrontado debidamentelos peligros existentes;

• inventarios amplios y estimacionesrepetidas de la diversidad o de laspoblaciones, elementos que no estánclaramente vinculados con una medi-da de gestión.

La primera de esas actividades es esen-cial incluso cuando los recursos son ex-tremadamente limitados, y se puede rea-lizar con un costo mínimo. La segunda yla tercera son también elementos habi-tuales de los procesos normales de ges-tión (Noss y Cooperider, 1994). La cuarta

El problema más inmediato parala conservación de labiodiversidad no estriba tantoen unos buenos fundamentoscientíficos como en unas buenasprácticas y una asignacióneficaz de los recursos.

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es objeto de una atención especial en lainvestigación académica; es el tipo devigilancia que con frecuencia da lugar ala redacción de artículos científicos y enalgunos casos a nuevos descubrimientosde gran interés. Todos esos tipos de vigi-lancia tienen su razón de ser.

Por lo general, los únicos beneficios quereporta a la conservación el cuarto tipo deactividad son indirectos, y consisten enposibilitar una actividad de vigilancia delprimer tipo, es decir, asegurar visitas re-gulares sobre el terreno a zonas que deotra forma pueden quedar descuidadas.Ahora bien, quienes deben adoptar lasmedidas concretas que comportan los tresprimeros tipo de actividad se ven induci-dos muchas veces a realizar el cuarto tipode actividad o son totalmente marginados.

Generalmente, para las tareas de los res-ponsables del manejo de los recursos lo-cales es más beneficioso desarrollar losconocimientos locales que profundizar lacapacidad técnica para el seguimiento devariables predeterminadas. La presenciasobre el terreno es esencial. Los donantesy otros se centran en muchos casos encuestiones de alcance regional y mundialy constatan que en última instancia esascuestiones están en conflicto con las prio-ridades locales. El valor relativo de lasdiferentes actividades de vigilancia debeevaluarse en función de sus costos y de supertinencia para conseguir los objetivosesenciales. Se ha de establecer un ordende prioridad en las actividades basándoseen una evaluación realista de lo que esnecesario y posible.

PRIORIDADES ESTABLECIDASEXTERNAMENTEEn el marco de la ayuda internacional yde las actividades de desarrollo se abordacada vez con mayor frecuencia la conser-vación de la biodiversidad, ya sea directao indirectamente. Expertos de muy di-versa índole actúan como asesores y coor-dinadores y ejercen una gran influencia

sobre la utilización de los fondos y sobrelas actividades que se llevan a cabo.La mayoría de los proyectos impulsadospor donantes exigen la aportación de per-sonal y de recursos por parte de los orga-nismos locales y en tales casos las inter-venciones desvían un personal escaso deactividades que pueden tener una mayorprioridad inmediata.

Los problemas son más evidentes cuan-do se examinan los proyectos sobre elterreno. Es necesario mencionar algunosejemplos, aunque sería injusto identifi-car proyectos y donantes concretos pordeficiencias que son muy habituales. Enel marco de varios proyectos de conser-vación que conoce el autor se han hechoevaluaciones detalladas de muchosparámetros biológicos y se han prepara-

do publicaciones ecológicas admirables,y, sin embargo, el personal local que seocupa de la vigilancia nunca ha visitadoalgunas partes de la “zona protegida” yno ha aprendido a utilizar un mapa y unabrújula. En algunos proyectos de granduración, el personal local responsableteóricamente de la vigilancia carecía decalzado adecuado para esa actividad. Eshabitual incluso en proyectos de mayorenvergadura que el personal de campotarde varios meses en percibir su salario.En esas condiciones, tiene que inge-niárselas para conseguir alimentos e in-gresos para sobrevivir, lo que puede lle-varle, por ejemplo, a utilizar los vehículosdel proyecto como taxis, a consumir comocarne animales silvestres de las zonas pro-tegidas, a vender falsas licencias para el

Desde una perspectivalocal, no es difícilidentificar lasamenazas a labiodiversidad:fundamentalmente lapérdida de bosques y ladegradación del medioambiente (Lampung,Indonesia)

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aserrado a mano o a talar árboles. Estetipo de actividad se da a menudo inclusoen proyectos en los que se sostiene que seha hecho una vigilancia satisfactoria de labiodiversidad.

El éxito de los proyectos raramente sedefine en una forma que refleja las nece-sidades de conservación (Sayer, 1995;Wells et al., 1999). Ciertamente, los exá-menes periódicos de la financiación, quehacen depender el apoyo financiero futu-ro del éxito percibido en lugar de extraerenseñanzas de las deficiencias existentes,no estimulan un debate abierto y franco.

Sin duda, una limitación fundamentalpara cualquier actividad de conservaciónes la escasez de recursos básicos ( Howard,1991; Inamdar et al., 1999, Barrett et al.,2001), pero no puede negarse la impor-tancia de la forma en que se asignan losrecursos. Hace algunos años, el autorexaminó un plan de vigilancia de labiodiversidad supuestamente integral paraun parque nacional dotado de recursosforestales. La invasión, la caza, la corta

ilegal de madera y los incendios eran ac-tividades evidentes pero no se menciona-ban en el informe. Los vigilantes del par-que admitieron que patrullaban muy detarde en tarde. La vigilancia propuesta secentraba en el establecimiento de un nú-mero reducido de parcelas permanentesen las que se obtendrían numerosos datosmuy elaborados. Al parecer, el bosquepuede seguir desapareciendo fuera de esasparcelas.

NECESIDAD DE UN DEBATEFRANCOUna vez identificado el problema, el si-guiente paso es determinar los factoresque han conducido a la situación actual ybuscar las soluciones oportunas. Cabe se-ñalar algunos factores pertinentes.

Los donantes y los organismos tienensus propias necesidades y prioridades ydeben establecer los objetivos de los pro-yectos e indicadores para medir los re-sultados conseguidos. En muchos casos,estas necesidades son esenciales en cual-

quier actividad en la que la financiacióndepende del éxito alcanzado. Tanto losfinanciadores como quienes ejecutan losproyectos han de poder justificar su éxitopara poder sobrevivir. La necesidad deconseguir buenos resultados impulsa unmodo competitivo de realizar las activi-dades del proyecto que pueden tener con-secuencias de gran alcance. Al analizarla ayuda destinada a actividades foresta-les, Bruenig (2000) afirma que los inves-tigadores de los proyectos de ayuda te-men la competencia, desconfían de lafranqueza, la trasparencia y la facilidadde acceso a los datos y protegen en exce-so sus derechos de propiedad intelectual.

Aunque la lista de los problemas de losdonantes puede llenar muchas páginas,algunos ejemplos son suficientes paraponer de relieve las dificultades. Brownet al. (1999) señalan que los países do-nantes favorecen las actividades bilate-rales porque tienen sus propias priorida-des que pueden quedar diluidas en losprocesos multilaterales. Persson (2000)subraya que las críticas a la ayuda se hansustentado en el argumento de que losproblemas señalados se resolvieron tiem-po atrás y que es necesario concentrarseen el futuro. Cabe dudar que esto sea cier-to. Los receptores de la ayuda tienen queaceptar, por ejemplo, todas las obsesio-nes y las peculiaridades burocráticas dedonantes diferentes. Ciertamente, los do-nantes son distintos (unos buenos y otrosmalos) pero no existe ningún donantecuya asistencia no pueda mejorarse nota-blemente. A los donantes les preocupa laimagen que pueden proyectar sus activi-dades, y a veces permiten que la propa-ganda predomine sobre la transparencia(Kaimowitz, 2000). Por otra parte, enocasiones no quieren financiar los costo-sos normales de funcionamiento, comoel sueldo de los guardas forestales, por-que por lo general no hay muchas espe-ranzas de poder sostener esas activida-des (Kaimowitz, 2000). Pero culpar a los

Trabajo botánicoexhaustivo enKalimantan. En el marcode muchos proyectos sedesvía a personal localde actividades quepueden tener una mayorprioridad inmediata

D. S

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donantes no resuelve nada, pues un con-junto mayor de problemas se concitanpara dar al traste con las prioridades yfrustrar los elementos constructivos.

Existe una cierta confusión sobre la for-ma en que debe definirse la biodiversidady sobre las razones por las que es necesa-rio vigilarla (Redford y Richter, 1999).Por ejemplo, los signatarios del Conve-nio sobre la Diversidad Biológica (CDB)convienen en evaluar y vigilar la diversi-dad biológica, pero en el texto del Con-venio no se indica en qué consiste esatarea. Al no ser especialistas, los organis-mos de ayuda buscan la orientación delos expertos, y éstos, como no existenunas normas, pueden propiciar lo queellos quieren. Muchos (entre los que seincluye el autor) dirían que un programasobre la biodiversidad equivale a un pro-grama sobre la conservación, por ejem-plo, que los planes de acción nacionalessobre la biodiversidad establecen priori-dades nacionales en materia de conser-vación. No obstante, el concepto debiodiversidad tiene un significado tanamplio que no es difícil encajar otrasopiniones en este término de moda(Redford y Richter, 1999). La vigilanciae investigación de la biodiversidad porespecialistas en conservación deben po-tenciar los objetivos de conservación.

Sólo la información que es útil resultavaliosa. La recogida de datos sobre labiodiversidad, una actividad muy exten-dida, no suele ser de utilidad para las ne-cesidades de conservación. ¿Por qué em-plear unos recursos locales limitados parahacer acopio de una información que noes útil para las tareas de gestión? ¿Quésentido tiene hacer un recuento de las es-

pecies (una actividad habitual en el con-cepto moderno de la vigilancia de labiodiversidad)? La degradación del me-dio ambiente en los bosques primariospuede provocar aumentos o disminucio-nes del número de especies y la riquezade especies por sí misma no tiene unarelación nítida ni con la viabilidadecológica ni con la salud del sistema (Sheily van Heist, 2000; Sheil, Sayer y O’Brien,1999). ¿Cómo se traduce el recuento deespecies en una medida de gestión? Esdemasiado simplista suponer que dispo-ner de más datos supone conocer mejor y,por consiguiente, gestionar mejor. La re-cogida de datos técnicos difícilmente serárentable cuando los recursos financierosy humanos son escasos.

Medir no es lo mismo que proteger.A los responsables de la gestión les pre-ocupan fundamentalmente los factoresde control y a los científicos las varia-bles de respuesta. En la actualidad, laactitud de los científicos consiste másen vigilar los problemas que en intentarsolucionarlos. Así ocurre, por ejemplo,con la deforestación, cuya tasa se esti-ma cada vez con mayor precisión, sinque se determinen los medios para fre-nar la pérdida de bosque. Esos datospueden ser de utilidad pero los respon-sables de la gestión de los recursos quecumplen bien con su labor saben quehacer un inventario no es la prioridad,que es mucho más importante determi-nar los peligros sin tardanza y hacer lonecesario para que se puedan adoptarlas medidas adecuadas de gestión(Ludwig, Mangel y Haddad, 2001).

Algunos aspectos de la conservacióntropical se completan con mayor rapi-

dez, se documentan con menos dificul-tad y se aceptan con mayor facilidad queotros. Algunas actividades necesariaspueden resultar especialmente inacep-tables. Pero todo sistema de gestión, pormuy democrático y participativo que sea,exige algún tipo de coerción que permi-ta reprimir una conducta inadecuada.Cada vez hay más datos que sustentan laidea de que la conservación exige uncierto grado de reglamentación (Wellset al., 1999; Bruner et al., 2001). Es cier-to que las actividades de reglamentaciónconllevan aspectos éticos de gran com-plejidad y plantean cuestiones relacio-nadas con la actitud moral, la legitimi-dad y el ejercicio de la autoridad(Brechin et al., 2002), pero es impres-cindible adoptar decisiones difíciles. Espreciso encontrar un equilibrio entre de-rechos y responsabilidades. Incluso losmejores sistemas tradicionales de ma-nejo de los recursos de propiedad co-mún requieren normas e institucionescapaces de aplicarlos e imponerlos(Ostrom et al., 1999; Jensen, 2000). Sinembargo, los donantes evitan todo aque-llo que puede ser considerado represivo(Byron, 1997) y en cambio propician larecogida de datos técnicos porque es unaactividad de bajo riesgo, políticamentecorrecta y científicamente aceptada.

CONCLUSIONES YRECOMENDACIONESPese a las amenazas que se ciernen sobrelos bosques tropicales, la capacidad deconservación es limitada y para conse-guir resultados positivos es necesario asig-nar los recursos de manera eficaz. Las ac-tividades de investigación y vigilancia

Medir no es lo mismoque proteger; el valor

relativo de lasactividades devigilancia debe

evaluarse en funciónde su costo y de su

importancia paraconseguir objetivos de

conservación

FAO

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deben llevarse a cabo teniendo en cuentalas prioridades en el manejo local, es-pecialmente cuando se utilizan recursoslocales. Los agentes externos deben fa-miliarizarse con los sistemas locales degestión antes de asesorar sobre las nece-sidades locales de conservación. El ob-jetivo de la gestión de las zonas protegi-das no es confeccionar estadísticas sinoproteger los valores que contiene.

Este análisis puede aplicarse tambiéncuando se considera la importancia queahora se atribuye a los criterios eindicadores (simples procedimientos devigilancia) de la biodiversidad y de la or-denación forestal sostenible (Kremen,1992; Noss, 1999). Se ha de actuar conprudencia cuando se promueven activi-dades de investigación o vigilancia quepueden hacer olvidar la tarea cotidianade conservación. A los responsables delas tareas de gestión sólo debe pedírselesque hagan acopio de los datos que pue-dan ayudarles a mejorar su labor.

Es cierto que las labores de vigilanciae investigación pueden ser de utilidad,pero no deben hacerse a costa de dejarde afrontar las graves amenazas que seciernen sobre muchas de las zonas deconservación. La investigación acadé-mica y la vigilancia de alto nivel sonesenciales, pues es necesario disponerde información sobre la situaciónecológica del planeta (Phillips y Sheil,1997) y sobre el comportamiento de lossistemas biológicos, pero se ha de ac-tuar con gran cuidado al asignar las res-ponsabilidades para conseguir esa infor-mación. No debe permitirse que lasnecesidades burocráticas respecto de laresponsabilización de los proyectos seanuna excusa que justifique su total intras-cendencia. Las intervenciones deben po-tenciar, no socavar, la consecución deobjetivos de conservación. Es necesariohacer una evaluación caso por caso y enmuchas partes del mundo se necesitanmás recursos para las actividades de con-servación. Pero a corto plazo se puedenobtener mejores resultados con una asig-nación cuidadosa de los recursos dispo-nibles si las circunstancias lo permiten(Sheil, 2001). ◆

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El Programa sobreel hombre y labiosfera de laUNESCO: abordarla biodiversidad

P. Bridgewater

Por la naturaleza de su mandato, la Organización de las Naciones Unidas para la Edu-

cación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) aborda de forma integrada las cuestiones

relacionadas con la gestión de la tierra y el agua. Durante sus 30 años de existencia, el

Programa sobre el hombre y la biosfera (MAB) ha creado una Red mundial de reservas

de la biosfera concebidas como “laboratorios vivientes” para desarrollar una labor inte-

grada en tres esferas: la conservación de la biodiversidad en todas sus escalas, el desa-

rrollo económico que tenga en cuenta las dimensiones sociocultural y ecológica y el

apoyo logístico a la investigación, la vigilancia, la educación y el intercambio de informa-

ción. Para encajar los diferentes tipos e intensidades de utilización humana se establece

un sistema de zonificación consistente en una zona núcleo, una zona de amortiguación

y una zona de transición. La Red mundial de reservas de la biosfera goza actualmente

del reconocimiento oficial y es una estructura operativa para facilitar el intercambio de

información y nuevas ideas y para impartir capacitación y fomentar la concienciación.

En enero de 2002 existían 411 reservas de la biosfera ubicadas en 94 países de todo el

mundo. Casi una quinta parte de ellas (con una extensión de más de 150 millones de

hectáreas) están formadas predominantemente por sistemas forestales.

La Red mundial de reservas de la biosfera aborda de distintas formas la biodiversidad

forestal:

• Fomenta la protección induciendo a las autoridades del área protegida responsables

de las zonas núcleo a ocuparse de las tierras y las poblaciones situadas fuera de los

límites del parque con el fin de promover ingresos alternativos para la población de

las zonas de amortiguación y de transición, reduciendo de esta forma la presión

humana sobre las zonas núcleo. Son ejemplos en este sentido la introducción del

riego en pequeña escala para aumentar la producción de arroz, la práctica de la

apicultura y la venta de productos artesanales por parte de grupos de mujeres en la

reserva de la biosfera de Mananara Norte en Madagascar; y la plantación de mejora

de rodales de pino con fines comerciales, utilizándose especies arbóreas locales con

fines medicinales y de otra índole, la domesticación de especies no madereras apre-

ciadas localmente y la capacitación y empleo de jóvenes de aldeas adyacentes como

guías para los visitantes en la reserva de la biosfera de Sinharaja, en Sri Lanka.

• Extiende la protección a ecosistemas forestales enteros, por ejemplo estableciendo

un nexo entre las partes que aún perduran del bosque atlántico del Brasil mediante

un sistema de corredores biológicos. La extensa reserva de la biosfera, que abarca

29 millones de hectáreas, ofrece el marco para una gestión conjunta por una multi-

plicidad de instituciones en los planos federal, estatal y local. En una escala más

reducida, la reserva de la biosfera transfronteriza de los Cárpatos orientales ofrece

la posibilidad de que Polonia, Eslovaquia y Ucrania puedan cooperar bajo una deno-

minación neutral de las Naciones Unidas para conservar y manejar los sistemas

forestales que se extienden a lo largo de sus fronteras.

• Llama la atención sobre la necesidad de conservar los recursos genéticos forestales,

por ejemplo, el acervo genético silvestre de especies forestales de importancia eco-

nómica, como Pinus koraiensis en la reserva de la biosfera de Fenglin, en China, o

de árboles frutales silvestres en muchas reservas de la biosfera de la Federación de

Rusia y de Europa central.

• Promueve la adaptación de las prácticas forestales para tomar en consideración la

biodiversidad forestal y los numerosos servicios y productos que proporciona.

Peter Bridgewater es el Secretario delPrograma sobre el hombre y la biosfera(MAB) de la UNESCO.

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Un ejemplo en este sentido es la reserva de la biosfera de Clayoquot Sound en la isla

de Vancouver, en el Canadá, que en otro tiempo fue un foco de conflictos entre la

industria maderera y los activistas de organizaciones ecologistas, a los que se aña-

día un movimiento social que propugnaba una mejora de las condiciones y los me-

dios de sustento de las poblaciones indígenas. Se han alcanzado compromisos que,

sin embargo, plantean nuevos retos. El sistema de reservas de la biosfera está

sirviendo para crear oportunidades de empleo y una estructura de gestión forestal

que tiene en cuenta los distintos intereses existentes, así como para forjar nuevas

alianzas entre los sectores público y privado.

• Propicia la ordenación sostenible de los bosques autóctonos por sus habitantes

tradicionales. Cabe citar como ejemplo la extracción sostenible de pimienta, chicle

y xaté en la reserva de la biosfera maya en Guatemala y la producción de aceite en

los bosques de Argania spinosa en la reserva de la biosfera de Arganeraie, en

Marruecos. La condición de reserva de la biosfera garantiza la estructura técnica y

el apoyo científico necesarios para la extracción sostenible y la comercialización

eficiente e impone a las autoridades locales la obligación moral de hacer inversiones

para aumentar los ingresos de las comunidades rurales.

• Promueve la investigación básica y aplicada y las tareas de vigilancia, combinando

las ciencias sociales y naturales. Por ejemplo, en las estaciones forestales de la

reserva de la biosfera de Vosges du Nord, en Francia, se están realizando estudios

comparativos para cuantificar las ventajas económicas y ecológicas de aplicar téc-

nicas de ordenación forestal que imitan a la naturaleza, justificando así su aplicación

en otras zonas. El Programa integrado de vigilancia de las reservas de biosfera

alienta la recogida de información biótica y abiótica utilizando métodos normalizados

para facilitar el intercambio y los estudios comparativos, especialmente a través de

las redes regionales de reserva de la biosfera.

• Fomenta la creación de capacidad para afrontar cuestiones de ordenación forestal

de gran complejidad, especialmente en países en desarrollo. Por ejemplo, en 1999,

el Programa MAB estableció la Escuela regional de capacitación de posgrado en

ordenación forestal tropical integrada en la Universidad de Kinshasa (República

Democrática del Congo) con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el

Desarrollo (PNUD), la Unión Europea y varios países donantes. Es la única escuela

en su género que existe en África. En las reservas de biosfera africanas de las

proximidades se están llevando a cabo trabajos sobre el terreno. Asimismo, desde

1989, el Programa MAB ha concedido cada año una decena de premios para jóvenes

científicos, muchos de los cuales guardan relación con la biodiversidad forestal.

En síntesis, la Red mundial de reservas de la biosfera es una estructura operativa para

promover actuaciones y el intercambio de experiencias en el ámbito de la conservación

y el aprovechamiento sostenible de la biodiversidad forestal, así como de la distribución

de los beneficios que genera. De esta forma, ayuda a los países a cumplir los compro-

misos que han contraído en el marco del Convenio sobre la Diversidad Biológica.

Se puede obtener más información sobre el Programa MAB y sobre la Red mundial de

reservas de la biosfera en Internet (www.unesco.org/mab/spanishpage.htm) o dirigién-

dose a la División de Ciencias Ecológicas, UNESCO, 1 rue Miollis, 75732 París Cedex,

Francia; Fax + 33 1 4568-5804.

Reservas de labiosfera: lugaresespeciales para lagente y la naturaleza

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Algunas reflexiones sobre la conservacióngenética en el sector forestal

C. Palmberg-Lerche

Christel Palmberg-Lerchees el Jefedel Servicio de Desarrollo de RecursosForestales, Departamento de Montes dela FAO, Roma.

El contenido de este artículo se haadaptado de una intervención del autoren el Curso sobre conservación yordenación de los recursos genéticosforestales en Europa orientalorganizado por el Instituto Internacionalde Recursos Fitogenéticos (IPGRI) yAustria, en colaboración con la FAO,que tuvo lugar en Gmunden, Austria,del 29 de abril al 12 de mayo de 2001.

Los responsables de la ordenaciónforestal son cada vez más cons-cientes de las preocupaciones del

público y de los organismos de reglamen-tación acerca de la diversidad biológicay tratan de darles respuesta (FAO, 2002;Libby, 2000). En este artículo se desta-can algunas ideas fundamentales –a ve-ces ignoradas– sobre la conservación delos recursos genéticos en el sector fores-tal, en particular, la necesidad de recono-cer los valores productivos y ambienta-les de los bosques y de admitir que laintervención humana en la naturaleza noes siempre negativa.

Partiendo de esas ideas básicas, se abor-dan algunas consideraciones para la con-servación eficaz de los recursos genéticosforestales, como la necesidad de estable-cer vínculos estrechos entre las activida-des de conservación que se desarrollan adistintos niveles (local, nacional, regio-nal e internacional); la necesidad de ma-nejar los recursos que se han selecciona-do con fines de conservación en diferenteslugares, condiciones ambientales y regí-menes silvícolas; y los medios de fomen-tar la concienciación sobre las cuestionesrelacionadas con los recursos genéticos atodos los niveles con el fin de perfeccio-nar las estrategias de conservación.

NECESIDAD DE ADOPTARUN ENFOQUE EQUILIBRADOLos árboles y los bosques tienen un granvalor emocional y espiritual en casi todaslas sociedades y los ecosistemas que sos-tienen tienen un valor ambiental intrínse-co en la medida en que contribuyen a laconservación del suelo y el agua, ofrecencobijo y alimento a la fauna silvestre y unhábitat a otras especies y permiten satis-facer necesidades de esparcimiento, esté-ticas y espirituales. Además de esos ser-vicios, los productos que se obtienen delos árboles –madera, frutos, forraje, resi-nas, gomas, tintes y otros– tienen tam-bién una gran importancia económica y

social. Ello contrasta con lo que ocurre enel caso de la agricultura; un campo de tri-go tiene valor socioeconómico, pero susvalores ambientales son mucho menoreso inexistentes.

Es necesario adoptar un enfoque equi-librado acerca del valor de los bosques yde sus funciones ambientales, así comode la importancia de los productosmadereros y no madereros que propor-cionan los árboles y los bosques.

Cuando no se adopta un enfoque equi-librado, o cuando no se comprenden to-dos estos aspectos, se producen friccio-nes y enfrentamientos, como los quetienen lugar a veces entre los represen-tantes de las instancias decisorias o de laindustria forestal, por un lado, preocupa-dos por conseguir rendimientos rápida-mente y por el producto final de los bos-ques, y los movimientos populares quesolamente prestan atención a los valoresambientales (o uno de los valores am-bientales, como la diversidad biológica,el mantenimiento del hábitat de una es-pecie o de un grupo de especies), por otro.

Las prioridades en la ordenación sos-tenible de los bosques, incluyendo laconservación de la diversidad biológicaforestal en los niveles de los ecosistemas,las especies y los recursos genéticos, de-penderán de la jerarquía de valores y dela importancia relativa que se atribuya alas diferentes funciones de los bosques.Sin duda, el diálogo y la participaciónde todas las partes interesadas es suma-mente importante para adoptar decisio-nes equilibradas y conseguir que los pro-gramas de acción orientados a laconservación genética gocen de unaaceptación general y de esa forma seansostenibles y duraderos.

LA INTERVENCIÓN HUMANA NOSIEMPRE ES NEGATIVAEn los debates públicos que tienen lugaractualmente se presupone a menudo quelas amenazas para la diversidad son rela-

Consideraciones para laconservación eficaz de losrecursos genéticos forestales,a partir de dos principiosbásicos: la naturaleza no esestática; y los bosques y losrecursos genéticos que contienenson renovables si se gestionan deforma adecuada.

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Recolección de materialpara la conservación derecursos genéticos,Brasil

L. P

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PIO

tivamente reducidas. También se piensacon frecuencia que todas las interven-ciones humanas son destructivas. Si esofuera cierto, para resolver los problemasbastaría con suprimirlas o impedir lacombinación de distintos usos de la tie-rra en los mismos lugares.

Existen numerosos mitos en relacióncon los bosques. Entre los mitos popula-res que es necesario erradicar rápidamen-te figuran la creencia de que la naturale-za es estática y que la ausencia deintervención humana asegurará el man-tenimiento invariable de los ecosistemas;que el estado actual de la diversidad es elestado perfecto; y que la acción humanaes una amenaza que sólo puede reducir ladiversidad genética y en ningún caso

contribuir a mantenerla o aumentarla(Eriksson, Namkoong y Roberds, 1993;Palmberg-Lerche, 1990).

LAS INTERVENCIONES EN LAORDENACIÓN DE LOS RECURSOSGENÉTICOSLa gestión de la diversidad biológica anivel de los ecosistemas, especies, po-blaciones, individuos y genes es una ta-rea que exige intervenciones de signodistinto y los problemas y las solucionesserán diferentes en función de variablescomo:

• las amenazas reales o percibidas ysu inminencia;

• la variación biológica y las pautasde variación de las especies selec-

cionadas para la conservación y laordenación genética;

• la historia de las poblaciones selec-cionadas;

• el manejo y la silvicultura de las es-pecies en cuestión;

• el funcionamiento y la dinámica delecosistema.

Además, las soluciones dependerántambién del tipo e intensidad de utiliza-ción humana de los recursos y de los pro-ductos que se obtienen de ellos.

Por último, y esto es esencial, las solu-ciones dependerán del marco jurídico ynormativo en vigor, de los niveles deapoyo y estabilidad institucional, de lacapacidad institucional para desempeñarel cometido utilizando procedimientostécnicamente adecuados, económica-mente viables y socialmente aceptables,así como de los niveles y el mantenimien-to de la financiación necesaria para hacerfrente a todas las tareas.

La ordenación genética y los programasde conservación deben basarse en unainformación sólida desde el punto de vistatécnico y científico. A corto plazo, sinembargo, las medidas de ordenacióngenética deben adoptarse de forma inme-diata sin esperar a disponer de los conoci-mientos científicos más recientes y utili-zando la mejor información disponible ycriterios bien razonados, aplicando estra-tegias flexibles en las que puedan incor-porarse los nuevos descubrimientos.

A menudo, los problemas técnicos ycientíficos absorben casi por completo laatención del personal técnico. Pero ade-más de cumplir esa tarea, tienen la obli-gación de informar a los políticos, losresponsables de adoptar las decisiones yel público en general sobre las estrategiasy metodologías posibles para hacer fren-te a los desafíos de la conservación y laordenación genética, sobre las priorida-des y sobre las consecuencias que puedenderivarse de la inacción. Comprender ade-cuadamente todas esas cuestiones es un

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requisito indispensable para conseguir unapoyo, tan necesario, a todos los niveles,incluso en el ámbito de la formulación delas políticas nacionales, que a su vez esesencial para conseguir apoyo y financia-ción continuada a nivel institucional.

CONCEDER ATENCIÓN A LOSDIFERENTES ÁMBITOS DEACTUACIÓNEn lo que concierne a la conservación delos recursos genéticos no existe una es-trategia única que pueda aplicarse a todaslas situaciones. Al planificar las interven-ciones en la ordenación genética es im-portante examinar y considerar todos losniveles de atención y tipos de acción po-sibles. Los programas nacionales, queresponden a necesidades nacionales y lo-cales, son los elementos básicos de cual-quier actuación relacionada con los re-cursos genéticos forestales, pero tienenlimitaciones, pues la distribución naturalde muchas especies arbóreas forestalesdesborda las fronteras políticas y, por otraparte, algunas especies y procedenciasque apenas revisten importancia en suspaíses de origen pueden haber adquiridouna significación social o económica fue-ra de su área natural de distribución. Así

pues, la colaboración entre dos o máspaíses es necesaria para asegurar lacomplementariedad de las actuaciones enlos ámbitos regional e internacional.

Los programas de acción regionales ysubregionales, si bien se basan en losplanes nacionales, pueden ser un puntode referencia y fuente de información paralas actividades nacionales de conserva-ción genética. La concertación de losprincipios que determinan las priorida-des en las actividades de conservación yel diálogo sobre las estrategias ymetodologías posibles refuerzan los efec-tos y la eficacia de las actividades nacio-nales. En muchos casos, la atención re-gional e internacional y la colaboración aesos niveles son un poderoso argumentoadicional para convencer a las instanciasnormativas y decisorias de la importan-cia de las cuestiones en juego y de lanecesidad de adoptar medidas de carác-ter nacional.

Posteriormente, si así lo deciden lospaíses, los programas de acciónsubregionales y regionales pueden si-tuarse en un contexto más general y con-tribuir a establecer un marco global deactuación a escala mundial (Palmberg-Lerche, 1997; Palmberg-Lerche y Hald,

2000; Sigaud, Palmberg-Lerche y Hald,2000; FAO, 2001).

El establecimiento de un vínculo y undiálogo entre todos los interesados en losdistintos ámbitos es una necesidad impe-riosa, como lo son también las conside-raciones intersectoriales y la colabora-ción y el apoyo al intercambio deinformación y conocimientos técnicos atodos los niveles.

En tanto que el apoyo a la elaboraciónde metodologías y a la investigacióndebe prestarse a nivel nacional y local,otros problemas pueden afrontarse me-jor en los ámbitos regional, ecorregionaly, en ocasiones, internacional. Las acti-vidades de carácter supranacional con-tribuyen en muchos casos a la utiliza-ción óptima de unos recursos escasos ya evitar una duplicación innecesaria deesfuerzos.

De modo análogo, los ensayos sobre elterreno y los programas experimentalesson, por lo general, de ámbito nacional ylocal, aunque también hay actividades deeste tipo de índole regional. En este as-pecto, es menos destacada la función delos organismos e instituciones interna-cionales, que se centra en el apoyo técni-co, pero no en las intervenciones.

Los ensayos de campo(como los que semuestran aquí en

relación con el abetoDouglas, Pseudotsuga

menziesii, en el Canadá)pueden servir como

poblaciones deconservación ex situ

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Será necesario constatar regularmentelos progresos conseguidos y ajustar enconsecuencia las actuaciones, aplicandoestrategias y planes orientados al futuro.Al introducir ajustes habrá que tener encuenta las experiencias y los nuevos co-nocimientos adquiridos, así como la exis-tencia de una mayor conciencia a nivelpolítico, que se habrá reflejado en unmayor apoyo institucional y en la asigna-ción de los recursos.

Ordenación de losrecursos genéticos delos árboles y arbustosforestales: concepto y

componentes

La aplicación de estrategias de conser-vación sobre el terreno se realiza princi-palmente a nivel nacional y local y, aveces, a nivel regional. Los progresosdependen del compromiso que asumanen los países los encargados de formularlas políticas, el personal técnico y otrosinteresados. Los organismos e institucio-nes internacionales como la FAO puedencontribuir a concienciar sobre las necesi-dades, a proponer estrategias y metodo-logías y a fomentar la capacidad, pero enningún caso pueden llevar a cabo las ac-tividades de conservación. Los paísesdeben tener en cuenta este hecho cuandoplanifiquen sus actividades.

FOMENTAR LA CONCIENCIACIÓNPARA PERFECCIONAR LASESTRATEGIAS¿Qué pueden hacer los profesionales delsector forestal para fomentar a todos losniveles la concienciación sobre la nece-sidad de ordenar los recursos genéticos ypara que se adopten medidas de ordena-ción o se perfeccionen las intervencio-nes? A este respecto, conviene recordaralgunos principios esenciales:

• construir desde la base: examinar yconsiderar las prioridades y necesida-des de todos los usuarios y colectivosinteresados en el plano local y, en lamedida de lo posible, incorporarlas enlas estrategias nacionales de conser-vación y gestión de los recursos;

• asegurar la retroinformación y lavinculación entre los usuarios ycolectivos interesados de todos losniveles;

• establecer vinculaciones entre lagestión de la conservación y las ac-tividades conexas en otros sectores,tanto a nivel local como nacional;

• conceder la atención necesaria a lasnecesidades y prioridades regiona-les y mundiales.

Fuente: Palmberg-Lerche, 1998.

Ordenación forestalsostenible

UTILIZACIÓNSOSTENIBLE

¿QUÉ? ¿CÓMO? ¿DÓNDE?

Conservaciónin situ

CONSERVACIÓN

Conservaciónex situ

MEJORAMIENTO

Selección

Mejoray selección

• Zonas protegidas• Bosques naturales ordenados con

fines de producción o conservación• Plantaciones, árboles plantados

(aplicable solamente en ocasiones)

• Plantaciones, árboles plantados• Poblaciones de mejoramiento,

bancos de clones, masas paraconservación in situ

• Semillas, polen, cultivos in vitro

• Bosques naturales ordenados confines de producción o protección(mediante intervenciones silvícolas)

• Plantaciones, árboles plantados• Poblaciones de mejoramiento,

programas de selección genética

• Plantaciones, árboles plantados• Poblaciones de mejoramiento,

programas de selección genética

• Bosques naturales ordenados confines de producción o protección

• Plantaciones, árboles plantados• Áreas protegidas (sólo aplicable

en ocasiones)

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Un factor trascendente y una condiciónimportante para conseguir resultados po-sitivos es el reconocimiento de que laspolíticas nacionales en materia de diver-sidad biológica forestal y recursosgenéticos forestales abarcan actividadesmuy diversas, desde las medidas de con-servación destinadas a proteger especiesy poblaciones raras y en peligro hasta lareglamentación sobre la recolección ytransferencia de semillas de especiesarbóreas de importancia socioeconómica,pasando por la adopción de un enfoqueglobal en la ordenación de los paisajes,los ecosistemas y los recursos genéticosforestales. Todas esas esferas de activi-dad cumplen su función y es necesarioencajar perfectamente todas las piezas delconjunto para configurar una estrategiacoherente de acción en el ámbito de losrecursos genéticos forestales.

MULTIPLICIDAD DE ACTUACIONESPARA LA CONSERVACIÓN DE LOSRECURSOS GENÉTICOSLa intervención en una combinaciónadecuada de zonas con recursos, en dife-rentes lugares y en condiciones ambien-tales y regímenes silvícolas distintos es,probablemente, la forma más eficaz deconservar la diversidad y la variacióngenética de los árboles forestales.

Entre las estrategias que debenadoptarse para lo que Wilcox (1990 yWilcox, 1995) describía como la “incor-poración de las preocupaciones de con-servación en un conjunto de opcionessobre el uso de la tierra” figuran la deincorporar las consideraciones relativasa los recursos genéticos en la gestión de:

• las reservas naturales y otras áreasprotegidas;

• los bosques naturales y las planta-ciones de propiedad privada y públi-ca;

• los árboles fuera del bosque en lossistemas agroforestales y en las fin-cas, las riberas de los ríos, las carre-teras y los arboreta y jardines botá-nicos;

• los ensayos sobre el terreno y lascolecciones vivas como los bancosde clones y las zonas de producciónde semillas.

La conservación genética ex situ puedecomportar también la conservación enforma de semillas, polen y tejidos, com-plementada con el material mantenidoen las poblaciones de mejoramiento (véa-se la figura).

CONCLUSIONESAbdou Salam Ouédraogo, Oficial fores-tal superior de recursos genéticos en elInstituto Internacional de RecursosFitogenéticos (IPGRI), ya fallecido, re-cordaba frecuentemente las palabrasde un ministro de asuntos forestales desu país nativo, Burkina Faso, que des-pués de haber asistido a varias sesionesen un taller sobre recursos genéticosforestales organizado por la FAO y elIPGRI a mediados del decenio de 1990,señaló: “Pensaba que la conservación delos recursos genéticos forestales era untema complejo y resultaría difícil decomprender, pero estoy viendo que, real-mente, esto de la conservación es lo quehacemos todos los días”.

Tal vez, en esto reside el secreto deconseguir niveles crecientes de atencióny apoyo y de afrontar los desafíos inhe-rentes a las abstracciones que se expre-san mediante los términos “concienciapolítica” y “voluntad política”, que enúltimo extremo se refieren a la existenciade legislación, políticas, instituciones ycompromisos a corto, medio y largo pla-zo: lo que es necesario para conseguirque los interesados y los colaboradores,a todos los niveles, comprendan que laconservación es una tarea cotidiana, nonecesariamente difícil y técnicamentecompleja, pero esencial para que las na-ciones puedan garantizar la sostenibilidaden la silvicultura, en la agricultura y en eldesarrollo nacional y local. ◆

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Especies madererasforáneas invasivasen los bosques delas islas del Pacífico

J.S. Denslow

En los últimos años las especies foráneas invasivas han adquirido notable notoriedad

como amenazas para las especies y los ecosistemas. Suelen definirse tales especies

invasivas como las exóticas y no endémicas que alteran los procesos del ecosistema y

ponen en peligro la supervivencia de especies nativas en ecosistemas naturales o tienen

una repercusión económica considerable en la agricultura o en otras formas de uso de

la tierra. Por definición, las especies foráneas invasivas son también especies foráneas

naturalizadas; es decir, han establecido poblaciones que se reproducen sin necesidad de

intervención humana. Aunque no todas las especies foráneas naturalizadas son invasivas,

la pequeña proporción de las que lo son generan costos importantes en forma de ingresos

perdidos, gastos para combatirlas y valores de conservación y servicios del ecosistema

perdidos. En los bosques nativos, las plantas foráneas invasivas son capaces de dominar

la cubierta vegetal inferior, de ahogar los pimpollos y de eliminar especies nativas. Pueden

propiciar incendios y alterar la disponibilidad de agua y nutrientes. Incluso perturbacio-

nes naturales como caídas de árboles facilitan el establecimiento de especies exóticas.

Como pocos bosques están libres de perturbaciones, todos son vulnerables al estable-

cimiento de plantas extrañas invasivas.

Las islas estadounidenses de Hawaii son notables por su alta diversidad de especies

tanto endémicas como invasivas. Alrededor del 90 por ciento de las aproximadamente

1 300 especies de plantas que echan flores se encuentran sólo allí, a menudo en una sola

isla, montaña o valle. Hawaii tiene también tantas plantas exóticas naturalizadas como

nativas, de muchas de las cuales se sabe que producen efectos negativos sobre los

ecosistemas nativos. Durante el último siglo, las introducciones accidentales e intencio-

nadas por jardineros, agricultores y personal forestal han contribuido a elevar el número

de plantas exóticas en el estado. Por ejemplo, la necesidad de reverdecer paisajes

degradados, proteger cuencas frágiles y establecer especies de potencial maderero

estimuló plantaciones extensivas de diversas especies exóticas. Por todo el archipiélago

se plantaron más de 800 especies de árboles, arbustos, lianas, hierbas y pastos en muy

diversos hábitats (Nelson, 1965), dando evidentemente a las nuevas especies muchas

oportunidades para establecer poblaciones.

En Tahiti y Hawaii, el árbol sudamericano Miconia calvescens invade el sotobosque de

los bosques pluviales nativos, llegando a crecer sobre la bóveda y a eliminar los árboles

nativos. Esta especie se introdujo originalmente por su valor ornamental, pero su difusión

se ha visto facilitada por los huracanes, los cerdos asilvestrados y los excursionistas.

En Tahiti, la invasión ha homogeneizado el paisaje de forma que rodales de una sola

especie de Miconia sustituyen el bosque nativo, empobrecen el sotobosque y facilitan la

erosión superficial en las pendientes inclinadas. Hawaii gasta ahora anualmente 1,5 mi-

llones de dólares para proteger sus bosques húmedos nativos de un destino análogo.

Otros árboles invasores se introdujeron en Hawaii por su potencial maderero o para la

protección de las cuencas de captación. La Grevillia robusta (roble sedoso), introducida

desde Australia por su madera comercial y para su uso en la reforestación, es ahora muy

invasiva en los ecosistemas forestales secos. El mantillo que genera es alelopático e

impide el establecimiento de otras especies. La Falcataria moluccana (o Albizia falcataria),

introducida por su sombra y sus propiedades para mejorar la tierra, se encuentra a menudo

en plantaciones mixtas con cultivos y especies madereras. Se naturaliza con facilidad, no

obstante, elevando las tasas de nutrientes, eliminando especies nativas y facilitando la

difusión de especies foráneas. Son sólo tres ejemplos de más de 100 especies exóticas

que amenazan a los ecosistemas nativos en Hawaii y en otras islas del Pacífico.

Aunque Hawaii parece el peor escenario, también ilustra la vulnerabilidad de muchas

islas del Pacífico (Space, 2001). Por ejemplo, las laderas de las montañas de Guam y de

otras islas del Pacífico se sembraron con la leguminosa leñosa centroamericana Leucaena

leucocephala para cubrir suelos arrasados por bombardeos intensivos durante la Segun-

da Guerra Mundial. Guam sigue hoy dominado por la Leucaena, porque su densidad y

profunda acumulación de mantillo impiden el establecimiento de árboles nativos.

En Hawaii, los planes de gestión forestal más atentamente diseñados tropiezan con la

dificultad de la lucha contra la cizaña. La nativa koa (Acacia koa), madera dura valorada

por su hermoso grano y sus reflejos de la luz, se extrae actualmente de bosques nativos

o se recupera de rodales viejos y deteriorados. Aunque la koa se regenera bien una vez

escarificado el sustrato, varias especies de hierbas exóticas invasivas compiten con las

Julie S. Denslow es investigadora ecologistay directora de grupo de la Unidad de EspeciesInvasivas del Instituto Forestal de las Islas delPacífico, Departamento de Agricultura de losEstados Unidos – Servicio Forestal, Hilo,Hawaii, Estados Unidos de América.

El árbol invasivoMiconia calvescens,

introducidooriginalmente por su

valor ornamental,constituye una amenazapara el bosque nativo en

Tahiti, con rodalesmonoespecíficos que

crean sotobosquesyermos y facilitan la

erosión superficial deladeras inclinadas

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plántulas de koa a las que disputan los escasos recursos hídricos y facilitan la propaga-

ción de incendios. En los bosques húmedos, cualquier claro en la bóveda de ramas o

perturbación del sustrato propicia el establecimiento de Psidium cattleianum (guayabo

fresero) y Clidemia hirta, que se oponen ambos eficazmente a la regeneración natural e

impiden ulteriores intervenciones forestales. Los programas de reconversión de antiguos

campos de caña de azúcar para la producción de Eucalyptus deben incluir los costos de

eliminación del árbol exótico Casuarina equisetifolia.

La proliferación de iniciativas locales, nacionales y mundiales para detener la propaga-

ción de especies invasivas es testimonio de los efectos de algunas poblaciones vegeta-

les, animales y patógenas cuando se introducen fuera de sus entornos nativos. El Con-

venio sobre la Diversidad Biológica (CDB), el Programa regional para el medio ambiente

del Pacífico meridional (Sherley, 2000), el Programa mundial sobre especies invasivas

(Mooney, 1999), la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria y el Grupo de

Especialistas en Especies Invasivas de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN,

2000), son algunas de las iniciativas que promueven políticas y acuerdos para impedir

la introducción de las especies que amenazan los ecosistemas nativos, sus hábitats y sus

especies, o para combatir o eliminar tales especies invasivas.

Por la gran escala y el dilatado marco temporal de las operaciones forestales y por sus

efectos potenciales sobre la composición y la salud de los ecosistemas nativos, los

responsables de la reforestación de paisajes rurales y urbanos están obligados a calcular

las consecuencias de las especies escogidas. Plantas foráneas invasivas conocidas

deben ser sustituidas por especies nativas o exóticas con pocas probabilidades de

propagarse por rodales de plantas nativas. Entre las “mejores prácticas de gestión” debe

incluirse la eliminación de invasoras conocidas, cuyo uso debe desaconsejarse. Materia-

les hortícolas como semillas de hierbas y pajuzo verde deben ser inspeccionados como

introductores potenciales de especies problemáticas. Viveros, jardines botánicos, servi-

cios de extensión y agencias gubernamentales deben esforzarse por informar al público

sobre los peligros potenciales de las especies invasivas y deben estimular el uso de

especies nativas o exóticas alternativas no propicias para crear futuros problemas de

especies invasivas. Los especialistas forestales están en buena posición para erigirse en

protectores de los ecosistemas nativos contra la introducción, la difusión y los efectos de

las plantas invasivas.

Frente invasor de unrodal de Falcatariamoluccana en la isla deHawaii, Estados Unidosde América; el arbustoinvasivo Melastomacandidum se haestablecido bajo labóveda forestal

F.H

. HU

GH

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De la duna al bosque: diversidad biológicaen plantaciones establecidas para retener

las arenas en movimiento

M.L. Wilkie

Mette Løyche Wilkie es Oficialforestal de la Dirección de RecursosForestales, Departamento de Montesde la FAO, Roma.

Dinamarca fue uno de los prime-ros países que estabilizaron du-nas de arena plantando árboles.

A mediados del siglo XIX se realizaronvarias plantaciones forestales utilizandodiversas especies tanto coníferas comolatifolias. Además de seguir cumpliendosu función de fijación de dunas, algunasde estas plantaciones más antiguas tienenahora un considerable valor recreativo yestético y han llegado a ser hábitat impor-tante de una gran variedad de plantas yanimales.

OJEADA HISTÓRICAReferencias a los daños causados en lastierras de cultivo y en los edificios por lasarenas en movimiento en Dinamarca seconocen desde el siglo XV. El primer in-tento de invertir esta tendencia fue un RealDecreto de 1539 que prohibía la retiradade vegetación y el pastoreo en zonascosteras expuestas a movimientos de are-nas (Nielsen, 1994; Agencia Danesa deBosques y Naturaleza, sin fecha, c). Peroel decreto tuvo poco efecto, ya que loshabitantes necesitaban la vegetación comopaja para techar, leña y forraje, y las zo-nas eran pastizales comunales importan-tes. Hacia 1867 las formaciones de arenasen movimiento habían destruido unas62 000 hectáreas –cerca del 5 por cientodel total de tierra cultivable en la parteoccidental del país–, penetrando algunasde las dunas más de 10 km tierra adentroy obligando a trasladar aldeas enteras.Varias granjas se trasladaron más de unavez (Nielsen, 1994; Agencia Danesa deBosques y Naturaleza, 2001; RoyalDanish Ministry of Foreign Affairs, 2002).

A partir de 1720 se intentó detener elmovimiento de las arenas, por ejemplocon vallas hechas con ramas cortadas(setos muertos) y, con más éxito, colo-cando algas y césped en la arena y sem-brando gramíneas como la caña de lasarenas (Ammophila arenaria) y el elimoarenario (Elymus arenarius), pero más

tarde se prefirió plantar árboles. A me-diados del siglo XIX las técnicas se ha-bían perfeccionado y se iniciaron gran-des programas de plantaciones de árbolespara estabilizar las dunas en la parte oc-cidental del país. Se creó el necesariomarco jurídico mediante la ley para com-batir el movimiento de arena (Sand-flugtsloven) de 1867, que cargaba sobreel Estado la mayor parte de los costos delas medidas de estabilización y le conce-día la opción de comprar tierras para elestablecimiento de plantaciones en lasdunas.

En algunos lugares se probaron muydiversas especies, entre ellas frondosascomo roble y haya, coníferas como pinoalbar, Pinus sylvestris (el único pino indí-gena de Dinamarca), y abetos introduci-dos como Abies nobilis, Abies alba y Abiesnordmanniana. En otros lugares, las con-diciones ambientales para el estableci-miento de bosques eran muy difíciles y seintrodujo en extensas zonas el pinomontano suizo, Pinus mugo, creando “unaalfombra de pino montano desenrolladasobre las dunas” (Nielsen, 1994). Mástarde se introdujeron el pino torcido nor-teamericano, Pinus contorta, y la piceade Sitka, Picea sitchensis. Varios de losrodales originales de Pinus mugo intro-ducido, que en la mayoría de los casosalcanzaron alturas de sólo 2 a 4 m, se hanconvertido después en una mezcla de otrasespecies, aprovechando las mejores con-diciones de suelo y abrigo creadas por lasprimeras plantaciones.

Actualmente hay unas 30 000 ha deplantaciones en dunas (Agencia Dane-sa de Bosques y Naturaleza, 2001), lo queequivale aproximadamente al 7 por cien-to de la superficie forestal total del país.

ALGUNOS EJEMPLOS TEMPRANOSDE PLANTACIONES EN DUNASTisvilde HegnTisvilde Hegn en Zealand septentrionalfue una de las primeras plantaciones es-

Las plantaciones forestalesrealizadas hace siglos enDinamarca para estabilizar lasdunas contienen ahora unaabundante diversidad biológica.

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tablecidas en dunas (Agencia Danesa deBosques y Naturaleza, sin fecha, a, b).La zona estaba antes cubierta por bos-ques y tierras agrícolas, pero en el sigloXVI la arena empezó a penetrar y al cabode dos siglos la zona estaba completa-mente abandonada.

Tras una estabilización inicial de lasdunas con la siembra de elimo arenario ycaña de las arenas a partir de 1730, laplantación forestal se inició en 1800. Alprincipio se sembraron semillas de pinosilvestre o albar, y después semillas depicea (Picea sp.), abedul, haya y roble.Se hicieron progresos con la plantaciónde pinpollos, y hacia 1900 toda la zona(2 000 ha) era un bosque.

Tisvilde Hegn contiene ahora una floramuy valiosa, que incluye la orquídea tre-padora llamada trenza de dama (Goodyerarepens) y varias especies de pirola (Pyrolasp.) que crecen en bosques de coníferasricas en musgo. Se sabe que estas espe-cies inmigraron desde los bosques nórdi-cos de coníferas con ayuda de avesmigratorias o visitantes y en general seconsideran como un enriquecimiento na-tural de la flora indígena. Se cree quevarias de estas especies existieron anti-guamente en Dinamarca, antes de que lacubierta forestal original quedara casitotalmente esquilmada (reduciéndose al4 por ciento de la superficie terrestre to-tal hacia 1800). Se han registrado enTisvilde Hegn un total de 113 especies dehongos de la Lista Roja nacional de espe-cies amenazadas (clasificadas según lascategorías de la Lista Roja de la UniónMundial para la Naturaleza [UICN]) (So-ciedad Micológica Danesa, 2002). Comoen muchos de los demás bosques de du-nas, la recolección de setas comestibleses una actividad popular entre la pobla-ción local, visitantes y turistas.

La plantación contiene muchos insec-tos raros en el país, especialmente esca-rabajos y mariposas asociados con losrodales más viejos de coníferas en los

que penetra más luz. Hay también nu-merosas especies de hormigas entre ellasuna, Formica foreli, que no se encuen-tra en otros lugares de Dinamarca(Collingwood, 1979).

El bosque es también un hábitat valiosode anfibios como tritones (Triturus sp.) yrana verde (Rana esculenta). Entre lasmuchas y variadas aves hay varias espe-cies raras como el pitpit leonado (Anthuscampestris) y la paloma zurita (Columbaoenas). También habita en la zona el pá-jaro carpintero negro (Dryocopusmartius).

Pueden verse en el bosque tanto el corzoeuropeo (Capreolus capreolus) como elciervo rojo (Cervus elaphus), este últimoreintroducido en la zona.

Plantación en las dunas de TverstedLa plantación en las dunas de Tversted,en Jutlandia, es la más antigua de su tipoen la zona norte de Dinamarca. Se inicióen 1858 y cubre actualmente una super-ficie de 775 ha. Aunque los primerosintentos se hicieron con Picea glauca yPinus mugo, se probaron en esta zonamuchas especies, entre ellas Pinussylvestris, y se introdujeron coníferascomo abetos (Abies alba, A. grandis, A.nordmanniana y A. procera), pinos (Pinuscontorta, P. mugo y P. nigra), piceas (Pi-cea glauca y P. abies) y alerce (Larix sp.),

así como varias especies frondosas indí-genas (robre, haya, aliso, abedul y cerezosilvestre, entre otras). Se formaron tam-bién un par de lagos pequeños (Sand, 1976).

La conversión de algunos de los rodalesde Pinus mugo de la primera generaciónen bosques mixtos con otras especies sehizo con pleno éxito. En otras zonas de laplantación muchos de los árboles, inclui-das las especies introducidas, se regene-ran ahora naturalmente y a menudo hayuna mezcla de edades y de especies. Re-sulta de ello un paisaje forestal muy va-riado, con ocasionales parecidos a losbosques naturales de las vecinas Norue-ga y Suecia.

La diversidad de especies arbóreas y denichos de hábitat ha estimulado la inmi-gración de muchos animales como zorro,tejón, marta, ardilla roja y tres especiesde ciervo (corzo, ciervo rojo y gamo,Dama dama). Mientras que las dos pri-meras especies de ciervo se crían natural-mente en Dinamarca, la última probable-mente escapó de una granja. Gran variedadde aves viven en la zona, entre ellas avesde presa como azores (Accipiter gentilis)y águilas ratoneras (Buteo buteo). Tam-bién pueden verse u oírse cuervos (Corvuscorax), chotacabras (Caprimulguseuropaeus), pájaros carpinteros (Picusviridis y Dendrocopos sp.) y chochas(Scolopax rusticola).

La plantación en lasdunas de Tversted,establecida en 1858,tiene un gran valorrecreativo; visitantesdan de comer a los patosen uno de los lagos

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Plantas notables son varias especies deorquídeas y líquenes y una gran variedadde musgos. Se sabe que varias plantas lle-garon de los bosques de países vecinoscomo Noruega y Suecia con ayuda de avesmigratorias o visitantes. Veinte especiesde hongos incluidas en la Lista Roja na-cional se han registrado en esta planta-ción. (Sociedad Micológica Danesa,2002). Uno de los antiguos rodales deAbies nordmanniana, establecido hacia1900, ha sido reconocido como rodal se-millero nacional por su excelente creci-miento. El bosque tiene un gran valor re-creativo, como lo atestiguan sus muchosvisitantes.

EVALUACIÓN DE LA DIVERSIDADBIOLÓGICA EN LAS PLANTACIONESEN DUNASNo se ha hecho ningún estudio de ámbitonacional de las especies vegetales y ani-males que se encuentran en las plantacio-nes en dunas, pero varios estudios localeshan reflejado la diversidad biológica detales plantaciones. Por ejemplo, de 1996a 1998 se hizo un estudio de las especiesvegetales importantes y de las zonas dealto valor medioambiental en las planta-ciones en dunas del distrito forestal deThy en el noroeste de Jutlandia(Søndergaard, 1998).

El distrito comprende 14 plantacionescon una superficie forestal total de unas9 900 ha. Las especies plantadas a media-dos del siglo XIX fueron principalmenteconíferas (que ocupan ahora el 81 por cien-to de la superficie forestal), sobre todoPinus mugo y otros pinos en los suelosmás pobres y picea (Picea glauca), abeto(Abies alba) y especies frondosas comoel roble en los suelos mejores más al inte-rior (Nielsen, 1994). Hoy, algunos de losrodales de primera generación de P. mugose han convertido a otras especies y seestá dando preferencia al uso de especiesindígenas frondosas cuando es posible,así como a coníferas más productivas yeconómicamente valiosas como Piceasitchensis, Abies alba y Abiesnordmanniana (Nielsen, 1994).

El estudio registró todas las especiesvegetales enumeradas en las Listas Rojasdanesas de 1990 y 1997 de especies ani-males y vegetales amenazadas (Stolze yPihl, 1998a) y en la Lista Amarilla danesade 1997 (Stolze y Pihl, 1998b), que con-tiene especies vegetales y animales men-guantes en Dinamarca pero todavía bas-tante nutridas para ser excluidas de la ListaRoja de 1997, así como especies sobre lascuales Dinamarca tiene una responsabili-dad internacional especial, aunque no fi-guren en la Lista Roja de 1997.

Se registraron asimismo especies deplantas localmente raras no incluidas enlas Listas Rojas, y algunas de las especiesmás comunes cuando se presentaban enforma o en abundancia que las hicieranparticularmente notables o merecedorasde protección prioritaria (por ejemploenebro común, Juniperus communis).

Las especies vegetales se clasificaronen cinco grupos: tres, “en grave peli-gro”, “vulnerables” y “raras” de acuer-do con las clasificaciones de la ListaRoja; y dos categorías adicionales: es-pecies localmente amenazadas o raras,y especies semi-raras o no indígenas querequieren vigilancia o que podrían tenerinterés para excursiones y paseos guia-dos en la naturaleza.

También se registraron hongos y ani-males raros y la localización de nidosmás o menos permanentes (azores, águi-las ratoneras y garza real, Ardea cinerea)y madrigueras (tejón, Meles meles)(Søndergaard, 1998).

El estudio registró y cartografió un totalde 106 especies vegetales de interés localo nacional. El total de especies vegetalesen las plantaciones es por supuesto muysuperior, ya que los árboles plantados ylas especies comunes no se incluyeron,salvo que tuvieran interés especial.

De esas 106 especies, 44 eran de interésnacional (incluidas en las Listas Roja oAmarilla danesas). Once de ellas estánprotegidas, en especial varias orquidáceas(por ejemplo trenzas de dama trepadoras,encontradas en 18 lugares; raíz de coraldel norte o pálida, Corallorhiza trifida,en tres lugares; bifolia cordiforme, Listeracordata en 25 lugares; y orquídea bifolia,Listera ovata, en un solo lugar).

La lista incluía también algunas espe-cies que se encontraban predominante-mente en los ecosistemas adyacentes pro-tegidos por la plantación de la invasiónde arena, como la hierba-pluma equi-noespora (Isoetes echinospora), nacional-mente protegida, limitada a los lagos de

El chotacabras(Caprimulguseuropaeus) seencuentra en TisvildeHegn, plantación deTversted, y en Thy

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ral de la formación de dunas debe frenar-se con medidas de estabilización sólocuando sea necesario para proteger bie-nes públicos importantes contra los mo-vimientos de arenas o para impedir dañosinaceptables. La retirada de coníferas in-troducidas como el pino de montaña sui-zo y el pino torcido que se están exten-diendo por brezales y páramos de dunasadyacentes a las plantaciones es tambiénuna parte importante de la estrategia paralas zonas de dunas arenosas.

El comité recomendó también que seacotaran tres zonas naturales y forestalescontiguas relativamente extensas en lasque se dejarán en estado natural espaciosforestales y no forestales entremezclados.Las tres zonas propuestas son uno de losbosques más extensos (Grib Skov) y ellago contiguo, una zona costera de la islade Møn y una zona de unas 20 000 ha enThy que incluye una reserva natural ac-tual y la mayor parte de las plantacionesen dunas consideradas en el estudio antesmencionado. Se propone alguna conver-sión de las actuales plantaciones en rodalesde pino silvestre indígena y mixtos deroble, pino silvestre y abedul, que daránmás luz y elevarán el valor de las planta-ciones a efectos de conservación de labiodiversidad y para fines recreativos.Algunas zonas plantadas pueden también

Lobelia pobres en nutrientes y encontra-da en un solo paraje; y tres especies dife-rentes de la orquidácea Dactylorhiza, lamás común de las cuales, D. maculata, seencontró en 41 lugares diferentes(Søndergaard, 1998).

En comparación, un estudio nacionalencontró un total de 208 especies vegeta-les en ecosistemas de dunas. De ellas, 14están en la Lista Roja danesa, pero lamayoría se encontraron en dunas verdesu hondonadas de dunas (zonas bajas inun-dadas estacionalmente en los sistemas dedunas) y no en dunas blancas, precurso-ras de la mayoría de las plantaciones endunas (Ellemann et al., 2001; Stolze yPihl, 1998a).

Los resultados del estudio se han utili-zado para preparar principios generalesde gestión para la conservación de espe-cies vegetales importantes en el distritoforestal, y para concretar prioridades deprotección. Se ha compuesto una basede datos de especies con mapas de situa-ción y descripciones de tipo de hábitat,para uso de guardabosques e inspectoresforestales.

Se está realizando actualmente un estu-dio similar en la provincia de Viborg.

ESTRATEGIA NACIONAL PARA LACONSERVACIÓN DE LABIODIVERSIDAD CONIMPLICACIONES PARA LA GESTIÓNDE LAS PLANTACIONES EN DUNASEn marzo de 2000 se estableció un co-mité de amplia base con representaciónde asociaciones de agricultores, pesca-dores y silvicultores, organizaciones nogubernamentales (ONG), institucionesde investigación, ministerios y entida-des de gobierno local, con la misión depresentar un informe que sería la basede un plan de acción gubernamental parala conservación de la biodiversidad y lanaturaleza. Tras varias reuniones públi-cas, el informe final, Danish Nature –status, trends and recommendations for

future biodiversity policies, se presen-tó en agosto de 2001 (WilhjelmCommittee, 2001a).

Las recomendaciones generales delinforme sobre los bosques y su diversi-dad biológica apuntan a conservar losbosques existentes y su diversidad bio-lógica; aumentar la actual superficie fo-restal; aumentar la superficie de bos-ques naturales y seminaturales nointervenidos para permitir su desarrollonatural; y favorecer más las prácticas degestión forestal respetuosas de la natu-raleza, tales como el uso de la regenera-ción natural y la promoción de árbolesy arbustos indígenas. Además, deberíanacondicionarse en los bosques más zo-nas abiertas.

En cuanto a las plantaciones en dunas,uno de los objetivos es aumentar el uso deespecies arbóreas indígenas en ellas delactual 27 por ciento al 40 por ciento en 80años, es decir una generación de árboles.Las nuevas plantaciones en los distritosde dunas deberían contener por lo menosel 50 por ciento de especies indígenas.

La estrategia propuesta para las zonasde dunas apunta a realzar los valoresambientales y salvaguardar los hábitatsde las especies animales y vegetales na-tivas adaptadas a esos ecosistemas y de-pendientes de ellos. El dinamismo natu-

La recolección deframbuesas y mízcalos

silvestres es unaactividad popular en la

plantación de Tversted,como en otras

plantaciones en dunas

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“Nido de pájaroamarillo” (Monotropahypopitys), una de las

raras plantasidentificadas en el

estudio de la diversidadbiológica en las

plantaciones en dunas

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despejarse para dejar claros dentro de lasplantaciones (Wilhjelm Committee,2001b), lo que aumentará el número y laextensión de hábitats diferentes y facilita-rá la protección de las plantas vulnerables.

CONCLUSIÓNUnos 150 años después del estableci-miento de las primeras plantacionesforestales en las dunas de Dinamarca, elresultado es una serie de plantacionescon una amplia gama de especiesarbóreas y distintos hábitats. Algunosde los rodales de monocultivo de la pri-mera generación se han convertido enmezclas de diferentes especies, y en to-das las zonas han tenido éxito las inter-venciones deliberadas para promoveruna variedad de especies y de hábitatsmediante aclareos selectivos. La mayo-ría de las plantaciones en dunas han evo-lucionado hacia paisajes forestales va-riados que dan abrigo a gran número deespecies vegetales y animales, ademásde proteger a los ecosistemas contiguosde los efectos sofocantes de la arena enmovimiento. Además de su importantefunción de estabilizar la arena, estas

plantaciones desempeñan un importan-te papel en la conservación de la diver-sidad biológica.

A menudo se considera que las plan-taciones forestales tienen escasa diver-sidad biológica. Pero estas plantacio-nes en dunas demuestran que, con eltiempo y una gestión cuidadosa, losbosques plantados pueden llegar a serecosistemas ricos en especies. ◆

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Diversidad biológica – sitios de interés en Internet

ASPECTOS GENERALESPágina inicial del sitio de la FAO sobre la diversidad biológicaComprende información sobre las actividades de la FAO relacionadas con la diversidadbiológica, incluidas las que realiza el Grupo Interdepartamental de Trabajo sobre laDiversidad Biológica para la Alimentación y la Agriculturawww.fao.org/biodiversity/default.asp?lang=sp

Comisión de Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agriculturawww.fao.org/ag/cgrfa/Spanish/Default.htm

Biotecnología en la alimentación y la agriculturawww.fao.org/biotech/index.asp?lang=es

SECTOR FORESTALEvaluación de los Recursos Forestales 2000 (ERF 2000)Contiene dos capítulos relacionados con la diversidad forestal: Capítulo 5, “Diversidadbiológica forestal”; y Capítulo 7, “Los bosques en las áreas protegidas”www.fao.org/forestry/fo/fra/main/index.jsp

Situación de los bosques del mundo 2001Contiene un capítulo titulado “La conservación de la diversidad biológica forestal: laordenación de las áreas protegidas”www.fao.org/forestry/FO/SOFO/SOFO2001/publ-s.stm

Página inicial del sitio sobre los recursos genéticos forestalesContiene el boletín anual sobre recursos genéticos forestaleswww.fao.org/fo/FOR/FORM/FOGENRES/homesp/fogene-s.stm

Página inicial sobre los productos forestales no madererosContiene una base de datos sobre productos forestales no madereros en la que puedenefectuarse búsquedaswww.fao.org/fo/FOP/FOPW/NWFP/nwfp-s.stm

Base de datos de enlaces forestaleswww.fao.org/forestry/foris/index.jsp?lang_id=3&geo_id=42&start_id=4029

Sistema de información mundial de la FAO sobre los recursos genéticos forestales(REFORGEN)www.fao.org/forestry/foris/reforgen/index.jsp

RECURSOS FITOGENÉTICOSCompromiso Internacional sobre Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agriculturawww.fao.org/ag/cgrfa/iu.htm

Sistema Mundial de Información y Alerta sobre los Recursos Fitogenéticos (WIEWS)apps3.fao.org/wiews/wiews.jsp?i_l=ES

ECOSISTEMASEcoportwww.ecoport.org/

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ACTIVIDADES FORESTALES DE LA FAO

Actualización de la enseñanza forestalLas actitudes de la sociedad respecto de los bosques y el sector

forestal se han modificado al aumentar la concienciación sobre los

numerosos valores que atesoran los bosques. Estos cambios han

dado lugar a una evolución visible en el sector forestal, en particular

en la ciencia forestal; en los sistemas de enseñanza y las tecnologías

de información y comunicación; en las prácticas y tecnologías de

ordenación forestal; en los mercados de trabajo y los interesados; y

en las convenciones mundiales y las políticas forestales. Es necesa-

rio que la enseñanza forestal se adapte a esos cambios para aportar

a los forestales los conocimientos, capacidades y actitudes necesa-

rias para asegurar la sostenibilidad futura de los bosques del mundo.

Del 17 al 19 de octubre de 2001 tuvo lugar en Rabat (Marruecos)

una consulta de expertos sobre enseñanza forestal organizada por

la FAO en colaboración con el Ministerio de Agricultura, Desarrollo

Rural, Recursos Hídricos y Bosques de Marruecos. El principal

objetivo era pasar revista a la situación de la enseñanza forestal, los

cambios acaecidos en el sector forestal mundial y su importancia

respecto del nuevo perfil de los especialistas forestales. Entre los 30

participantes había nueve expertos invitados de instituciones educa-

tivas y de investigación de Chile, Costa Rica, Francia, Gabón, Kenya,

Marruecos, el Reino Unido y Tailandia. También asistieron expertos

y observadores de varias organizaciones internacionales e institu-

ciones marroquíes.

La consulta formuló varias recomendaciones a la FAO y sus

Estados Miembros, que se agruparon en cuatro apartados:

• Fortalecimiento de los programas de enseñanza forestal. Es

necesario reforzar y actualizar la capacidad de las instituciones

y programas para dar respuesta a los cambios que se han

registrado recientemente. Se ha de reorganizar el sistema de

enseñanza-aprendizaje y desarrollar aptitudes para un aprendi-

zaje permanente, por ejemplo, capacidad crítica y de análisis y

solución de problemas, sobre la base de los problemas reales.

La enseñanza forestal debe incluir el aprendizaje de las aptitu-

des sociales necesarias para que los forestales puedan cumplir

su función de asesorar a los usuarios de los bosques y participar

en el diálogo con los distintos interesados.

• Revisión, elaboración y aplicación de programas. Los pro-

gramas de enseñanza forestal deben estar en consonancia con

los nuevos valores que atribuye la sociedad a los bienes y

servicios forestales. Es necesario adoptar un enfoque

interdisciplinario en la enseñanza forestal y los programas de-

ben comprender aspectos sociales y económicos. Los métodos

de enseñanza han de fomentar el conocimiento de la dinámica

social, económica y biofísica en el sector forestal.

• Impartir enseñanza forestal a todos los interesados. En la

reunión se identificó a los distintos tipos de interesados y se

estudiaron las metodologías para garantizar su educación me-

diante procedimientos estructurados y no estructurados, inclui-

dos los medios de comunicación. Se insistió en la necesidad de

reconsiderar las funciones tradicionales de la enseñanza fores-

tal y de la educación del público en general.

• Mecanismos e instrumentos para ayudar a las institucionesde enseñanza forestal en la interacción e intercambio deinformación. Se señalaron, entre otros, las redes nacionales,

regionales e internacionales orientadas a fomentar el debate

conceptual.

Los participantes en la reunión llegaron a la conclusión de que la

enseñanza forestal, como parte integrante de los programas foresta-

les nacionales, debe abordar la necesidad de adoptar un enfoque

técnico y normativo integrado en relación con la ordenación, conser-

vación y desarrollo sostenible de todos los tipos de bosque. Debe

prestar atención a los vínculos entre la sostenibilidad forestal y

agrícola y, más concretamente, a la función de la actividad forestal

en la seguridad alimentaria, la generación de ingresos y los medios

de subsistencia de distintos sectores de la sociedad.

La FAO, los gobiernos, las instituciones públicas y privadas intere-

sadas en la enseñanza forestal y las organizaciones no guberna-

mentales deben desempeñar una función de primer orden en esos

procesos.

Observancia de la ley en el sector forestalEs muy difícil conseguir la ordenación forestal sostenible cuando

existe una corrupción generalizada y se cometen otros actos ilegales.

En todos los tipos de bosque existen prácticas forestales ilegales y

corruptas. Comprenden, además de la explotación ilegal, la ocupación

de tierras forestales sin autorización, la explotación maderera en

zonas protegidas, la extracción de especies arbóreas protegidas, los

incendios forestales intencionados, la caza furtiva de especies silves-

tres, la elaboración de productos forestales sin autorización, el trans-

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ACTIVIDADES FORESTALES DE LA FAO

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porte ilegal y el contrabando de madera, la corrupción de funcionarios

públicos y las prácticas contables fraudulentas. Los delitos forestales

reducen el valor de los recursos de los bosques, perjudican a los

pobres y privan a los gobiernos de ingresos que podrían ser utilizados

para promover la ordenación forestal sostenible.

La Reunión de expertos sobre opciones de política para fomentar

la observancia de la ley en el sector forestal se organizó para

examinar las posibles causas de los actos ilegales y las opciones de

política para afrontarlos, los posibles mecanismos para aplicar me-

didas correctivas y la función que pueden desempeñar las entidades

internacionales, especialmente la FAO. A la reunión, que se celebró

en Roma, en la sede de la FAO, del 14 al 16 de enero de 2002, asistió

una cincuentena de expertos internacionales que representaban al

Banco Mundial, la Organización Internacional de las Maderas Tropi-

cales (OIMT), la FAO, gobiernos, industrias forestales y organizacio-

nes no gubernamentales (ONG) interesadas en combatir la corrup-

ción y promover la buena gestión, la actividad forestal, las operacio-

nes industriales y el comercio sostenibles.

En la reunión se señalaron las siguientes causas de las actividades

ilegales, a las que deben orientarse las medidas de política:

• Deficiencias de la legislación. Algunos actos ilegales son la

consecuencia no intencionada de deficiencias en la legislación.

Un sistema jurídico imperfecto puede inducir a algunos miem-

bros de la sociedad a actuar al margen de la ley.

• Conocimiento insuficiente y gestión inadecuada del conoci-miento. Es posible que el público desconozca o no comprenda las

prescripciones legales, especialmente cuando son complejas.

• Excesivo poder discrecional en el sector público y podermonopolístico en el sector privado. La facultad de los funcio-

narios públicos de adjudicar los contratos para las concesiones

maderas y los pedidos de compra arbitrariamente puede incitar

a la corrupción. En el sector privado, la concentración del poder

económico (monopolio) suele ir acompañada de una gran in-

fluencia política de la que frecuentemente se abusa.

• Debilidad de las instituciones. Cuando no existen institucio-

nes públicas sólidas (incluyendo la administración forestal públi-

ca y los organismos encargados de imponer el cumplimiento de

las leyes) es poco probable que se detecten y se persigan los

actos ilegales. En estas condiciones, existe una gran propensión

a cometer delitos forestales.

Se determinaron dos mecanismos principales para introducir refor-

mas en la lucha contra los delitos forestales. El primero es la

formación de coaliciones. Es poco probable que los gobiernos, por sí

solos, puedan hacer frente a los delitos forestales. Si se ofrecen

incentivos adecuados, muchos interesados (por ejemplo, los órga-

nos de gobierno de ámbito nacional, regional y local, las comunida-

des locales, la industria forestal, los comerciantes minoristas de

productos forestales, los consumidores, los organismos de certifica-

ción, las ONG, los organismos técnicos y de financiación y los

medios de comunicación) pueden contribuir a prevenir, detectar y

suprimir los actos ilegales. Lo más conveniente es que actúen de

manera concertada.

El segundo mecanismo consiste en la existencia de sistemas

institucionales que permitan avanzar en la prevención, detección y

supresión de los delitos forestales. Para que esos sistemas sean

eficaces es fundamental la concienciación pública sobre las diferen-

cias entre las actividades forestales ilegales y legales y sobre la

capacidad de controlar los movimientos de los productos forestales.

Es necesario estudiar las ventajas y desventajas de las tecnologías

modernas de control de las trozas, especialmente para su implanta-

ción en países cuyos recursos financieros y humanos son escasos.

En este contexto, los participantes en la reunión recomendaron que

la FAO contribuya a fomentar el cumplimiento de la ley en el sector

forestal mediante:

• la labor de reunir y reforzar la información;

• la elaboración de normas para aplicar políticas legítimas de

adquisición, procedimientos transparentes de asignación de la

madera y normas nacionales para la ordenación forestal sostenible;

• la investigación, por ejemplo sobre sistemas de control de la

madera, sobre los efectos de la explotación ilegal en las pobla-

ciones pobres y sobre las incoherencias de los datos relativos al

comercio mundial;

• el apoyo al establecimiento de coaliciones, la creación de redes,

la adopción de buenas prácticas para la observancia de la

legislación forestal y la participación de las comunidades locales

en la tarea de hacer cumplir la ley y, asimismo, fomentando la

armonización de las legislaciones regionales;

• el apoyo a la formación de funcionarios y abogados, fiscales y

jueces, miembros de la policía y funcionarios de aduanas.

Fomentar la contribución de los árbolesfuera del bosque a la consecución de mediosde subsistencia sosteniblesEn la Consulta de expertos sobre los árboles fuera del bosque que se

celebró en la sede de la FAO, en Roma, del 26 al 28 de noviembre

de 2001, se reconoció la importancia creciente de los árboles fuera

del bosque, especialmente por su importancia para afrontar los

procesos de desertificación y degradación de la tierra y para mejorar

los medios de subsistencia.

Los 15 expertos y especialistas participantes examinaron el con-

cepto y definición de los árboles fuera del bosque y su función en las

esferas de los medios de subsistencia sostenibles, la seguridad

alimentaria, la protección del medio ambiente y la conservación de la

diversidad biológica. Asimismo, en la consulta se tomó nota de las

actividades anteriores, especialmente las consultas y estudios

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Unasylva 209, Vol. 53, 2002

72

ACTIVIDADES FORESTALES DE LA FAO

monográficos nacionales realizados en todo el mundo y los talleres

nacionales organizados en África (República Unida de Tanzanía),

Asia (India), Europa (Francia) y América Latina (Venezuela) con la

colaboración de la FAO y de otros asociados.

Los participantes recomendaron que se introdujeran algunas mo-

dificaciones en la definición de los árboles fuera del bosque elabora-

da por la FAO, particularmente en referencia a la superficie mínima,

la cubierta de copas, la altura de los árboles y las especies. Propu-

sieron que para definir el concepto de los árboles fuera del bosque se

tuvieran en cuenta las funciones de los árboles, la situación geográ-

fica y consideraciones culturales, económicas y sociales.

Los participantes en la consulta examinaron los progresos conse-

guidos en la metodología de evaluación de los recursos y señalaron

que no se disponía todavía de información sistemática suficiente

sobre la magnitud de esos recursos arbóreos en relación con sus

valores en materia de producción y servicios. Es necesario recono-

cer plenamente esos valores e integrarlos en las políticas nacionales

e internacionales y los convenios y acuerdos internacionales, espe-

cialmente los relativos a la conservación de la biodiversidad, la

fijación del carbono, la conservación de suelos y aguas, la lucha

contra la desertificación y el aumento de los espacios verdes en los

núcleos urbanos.

Otras cuestiones que se consideró que debían abordarse son la

ausencia de políticas bien definidas en relación con los árboles fuera

del bosque, la falta de incentivos para plantar, manejar y conservar

los árboles fuera del bosque, la diversidad extrema en cuanto al uso

de la tierra y las insuficiencias de los códigos forestales existentes

por lo que respecta a estos recursos.

Los participantes recomendaron que se conceda mayor atención a

los diferentes sistemas de tenencia de los árboles, tanto en los

sectores estructurado como no estructurado, con miras a una utiliza-

ción más eficiente de los árboles fuera del bosque; que se empren-

dan estudios (por ejemplo, estudios de caso por países) para

subsanar la falta de información sistemática sobre este tema; y que

la FAO tome la iniciativa para fomentar la concienciación sobre la

función de los árboles fuera del bosque organizando talleres y

reuniones regionales y subregionales sobre aspectos normativos.

Repercusiones de la política intersectorialen el sector forestalEl diálogo internacional sobre los bosques y los programas foresta-

les nacionales ha permitido comprender que las repercusiones de la

política externa sobre la ordenación forestal sostenible son en

muchos casos mayores que los de las medidas que se adoptan en el

sector forestal. Además, la política forestal influye en muchas esfe-

ras conexas como el desarrollo rural, el medio ambiente natural y los

medios de subsistencia de la población rural y urbana. El Departa-

mento de Montes de la FAO ha puesto en marcha un programa de

trabajo en relación con las repercusiones de la política intersectorial

en el sector forestal.

Los objetivos que se persiguen con esta labor son los siguientes:

• conocer mejor la relación entre los diferentes sectores;

• perfeccionar la formulación y aplicación de políticas y planes

forestales;

• intensificar los vínculos institucionales y las asociaciones entre

sectores afines;

• elaborar mecanismos para evaluar los factores externos e inter-

nos de las políticas sectoriales.

El Departamento de Montes de la FAO ha inaugurado recientemente

una nueva página Web sobre las repercusiones de las políticas

sectoriales con el fin de facilitar información sobre esta iniciativa:

www.fao.org/forestry/foris/index.jsp?start_id=5408

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Unasylva 209, Vol. 53, 2002

73

EL MUNDO FORESTAL

concepto de rehabilitación del paisaje forestal en las universidades y

otras instituciones de enseñanza; y utilizar el corredor biológico

mesoamericano a modo de laboratorio para observar los efectos de la

rehabilitación del paisaje forestal.

Los manglares, centro de atenciónLos manglares constituyen un ecosistema rico y diversificado que

ofrece alimentos, hábitats y lugares de reproducción a muchas espe-

cies marinas y varias especies de animales terrestres y aves. Propor-

cionan también productos de los que dependen las poblaciones costeras,

tanto alimentos (pescado y crustáceos) como madera, carbón vegetal

y leña. La demanda de esos productos con el crecimiento de la

población en las zonas costeras está llevando a una explotación

creciente de los ecosistemas de manglar en muchos países. La

concienciación sobre las funciones ambientales y socioeconómicas de

estos ecosistemas ha puesto de relieve la necesidad de conservarlos y

explotarlos de forma sostenible.

Del 19 al 22 de febrero de 2002 se celebró en Cartagena (Colombia) un

taller internacional sobre los manglares, hospedado por el Ministerio del

Medio Ambiente de Colombia, patrocinado por la OIMT y organizado con

la colaboración de la Sociedad Internacional de Ecosistemas de Manglar

(ISME). Participaron en el taller más de 30 personas en representación

de 18 países y de organizaciones internacionales como la OIMT, la

ISME, la FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Educa-

ción, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) la Secretaría de la Convención

sobre las zonas húmedas de importancia internacional, especialmente

como hábitats de las aves acuáticas (Convención de Ramsar), la Unión

Mundial para la Naturaleza (UICN) y la Unión Internacional de Organiza-

ciones de Investigación Forestal (IUFRO). Los objetivos del taller eran:

• compartir experiencias sobre la conservación, rehabilitación y

explotación sostenible de los bosques de manglar;

• determinar las esferas en las que están trabajando las organizacio-

nes participantes y aspectos en los que la OIMT podría hacer una

contribución importante;

• evaluar la vinculación de productos de los ecosistemas forestales

de manglar con los objetivos de la OIMT y la función de esos

productos de los mercados internacionales.

Los participantes recomendaron que se pusiera en práctica un Plan

Mundial de Acción para los Manglares y apuntaron distintos elementos

que deberían estar incluidos en dicho plan: evaluación y seguimiento de

los recursos de manglar; conservación y ordenación; beneficios

socioeconómicos para las comunidades locales; investigación; infor-

mación y bases de datos; instituciones; y políticas y legislación. Reco-

mendaron también que las organizaciones y países representados en

la reunión, así como otras entidades que no estaban presentes,

apoyaran el plan de conformidad con sus mandatos y recursos y que

coordinaran sus actuaciones. Los participantes señalaron también que

para fomentar la concienciación y el apoyo en relación con la conserva-

ción y aprovechamiento sostenible de los manglares sería interesante

declarar un Año Internacional de los Manglares.

La rehabilitación del paisaje forestalActualmente, la rehabilitación de zonas forestales degradadas es

objeto de una gran atención (véase Unasylva 207, “Rehabilitación de

espacios degradados, 2001). Algunos métodos de rehabilitación de

bosques degradados han sido criticados por considerarse que son

demasiado limitados, al circunscribirse a la plantación de unas pocas

especies de árboles que proporcionan un número reducido de bienes

y servicios. La Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) y el Fondo

Mundial para la Naturaleza (WWF-Internacional) han propuesto un

proceso distinto para rehabilitar los bosques degradados: la rehabilita-

ción del paisaje forestal, que definen como “un proceso planificado cuya

finalidad es recuperar la integridad ecológica y fomentar el bienestar

humano en los paisajes forestales deforestados o degradados”.

Los días 27 y 28 de febrero de 2002 se celebró en Heredia (Costa

Rica) una reunión internacional de expertos sobre la rehabilitación del

paisaje forestal que llevaba por título “Construir activos para la pobla-

ción y la naturaleza”. Hospedaron la reunión los Gobiernos de Costa

Rica y el Reino Unido, en colaboración con la UICN, el WWF-Interna-

cional, la Organización Internacional de las Maderas Tropicales (OIMT),

el Organismo Canadiense de Desarrollo Internacional (CIDA), el Centro

Internacional de Investigación Forestal (CIFOR) y el Foro Forestal de

Asia Nororiental (NEAFF). Asistieron a la reunión alrededor de 60

participantes en representación de gobiernos, organizaciones interna-

cionales, instituciones de investigación, universidades y organizacio-

nes no gubernamentales.

Los objetivos de la reunión eran:

• fomentar un mayor conocimiento de las cuestiones relacionadas

con la rehabilitación del paisaje forestal mediante el intercambio de

experiencias y enseñanzas adquiridas;

• iniciar un proceso de colaboración para perfilar y aplicar los

conceptos relativos a la rehabilitación del paisaje forestal;

• promover un compromiso político y un interés en la rehabilitación

del paisaje forestal en determinados países y/o regiones mediante

procesos intergubernamentales pertinentes.

En la reunión se abordaron los siguientes temas: definición del

concepto de rehabilitación del paisaje forestal; participación de los

interesados en relación con el paisaje; cuestiones biofísicas; creación

de un entorno favorable; y elaboración de un marco de aplicación.

Los participantes propusieron las siguientes esferas prioritarias de

investigación: instrumentos para identificar y negociar con los interesa-

dos a nivel del paisaje; criterios, indicadores y enfoques para supervisar

y evaluar la rehabilitación del paisaje forestal; mecanismos de valora-

ción de los bienes y servicios forestales en la rehabilitación del paisaje

forestal; opciones innovadoras de financiación para la rehabilitación del

paisaje forestal; cuestiones relativas a la pobreza y vínculos con el

desarrollo rural; y relación entre los servicios ambientales y el impacto

sobre las funciones de los humedales.

Se señalaron también nuevos planteamientos para fomentar y ensa-

yar la rehabilitación del paisaje forestal, entre ellos: involucrar a las

poblaciones indígenas y organizaciones comunitarias; introducir el

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Unasylva 209, Vol. 53, 2002

74

LIBROS

Una colección exhaustiva de publicacionessobre biodiversidad

Biodiversity Support Program. 2001. Washington, D.C., E.E.U.U., Fondo

Mundial para la Naturaleza (WWF). CD-ROM.

El Programa de apoyo a la biodiversidad se ejecutó entre 1989 y 2001

por parte de un consorcio formado por el Fondo Mundial para la

Naturaleza (WWF), Conservación de la Naturaleza y el Instituto Mundial

sobre Recursos, con financiación de la Agencia de los Estados Unidos

para el Desarrollo Internacional (USAID). La finalidad del programa era

promover la conservación de la diversidad biológica mundial partiendo

de la convicción de que para satisfacer las necesidades y aspiraciones

de las generaciones futuras es esencial disponer de una base de

recursos vivos saludable y segura.

El programa, en colaboración con gobiernos, organizaciones no

gubernamentales, comunidades, donantes, representantes del mundo

académico y el sector privado, desempeñó su cometido a través de

proyectos en los que se conjugaba la conservación con el desarrollo

social y económico. Tenía cuatro esferas centrales de actividad:

• análisis de sistemas tradicionales e innovadores de conservación

de la biodiversidad para determinar las prácticas de conservación

más eficaces;

• facilitación neutral de los procesos con la participación de múltiples

interesados, en ocasiones con intereses encontrados, y catalización

de las asociaciones y actividades;

• fortalecimiento de la capacidad de las personas y organizaciones

mediante el perfeccionamiento de la competencia técnica,

organizativa y estratégica;

• prestación de asistencia técnica a los asociados, incluida la USAID.

Este programa ha elaborado un CD-ROM en el que se recogen las

experiencias acumuladas, las lecciones aprendidas y los instrumentos

utilizados durante los 13 años de ejecución del programa. Se ha preparado

para los profesionales de la conservación, instancias decisorias, gobiernos,

ONG, dirigentes comunitarios, donantes, educadores, investigadores y

estudiantes que trabajan en el campo de la conservación de la biodiversidad

y la gestión de los recursos naturales. El CD-ROM contiene

aproximadamente 80 publicaciones e informes en inglés, con algunas

traducciones al bahasa, español, francés, portugués y ruso. Se incluye

también información sobre el BSP y sus programas regionales.

El contenido de este CD-ROM, así como otros documentos adicionales,

se puede encontrar también en la página Web del programa

(www.bsponline.org).

La conservación de la biodiversidad en BoliviaBiodiversity, conservation and management in the region of the Beni

Biological Station Biosphere Reserve, Bolivia. O. Herrera-MacBryde,

F. Dallmeier, B. MacBryde, J.A. Comiskey y C. Miranda, eds. 2000. SI/MAB

Series No. 4. Washington, D.C., EE.UU., Institución Smithsoniana/

Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la

Cultura (UNESCO). ISBN 1-893912-03-5.

El Programa sobre el hombre y la

biosfera de la Organización de las

Naciones Unidas para la Educación,

la Ciencia y la Cultura (UNESCO)

brinda apoyo para realizar estudios

sobre la ordenación y conservación

de los ecosistemas forestales. Las

reservas de la biosfera son zonas

de ecosistemas terrestres y

costeros en los que se promueven

soluciones para armonizar la

conservación de la biodiversidad

con su utilización sostenible (para

más información sobre la Red mundial de reservas de biosfera del

Programa véase la pág. 55 de este mismo número).

La Reserva de la Biosfera – Estación Biológica del Beni, situada en el

nordeste de Bolivia, tiene una extensión de 135 000 ha y abarca tres

grandes regiones biogeográficas: Amazonia, Chaco y Cerrado. El 70

por ciento de la reserva es terreno forestal con bosques muy densos,

bosques ribereños y bosques palustres y el resto son humedales y

sabanas. La reserva contiene más de 2 000 especies de plantas

vasculares, más de 100 especies de mamíferos, 470 especies de aves,

25 especies de anfibios y alrededor de 200 especies de peces. La

población (aproximadamente unas 2 000 personas que viven en el

interior de la reserva o en la zona inmediatamente adyacente) depende

de los recursos naturales, que utiliza para practicar la caza, la pesca, la

recolección, la producción artesanal y la agricultura de subsistencia.

Esta publicación es el resultado de la cooperación entre la UNESCO

y la Institución Smithsoniana. Recoge la labor más importante que se ha

realizado desde que se creara la Estación Biológica del Beni en 1982,

incluyendo una descripción detallada de las iniciativas de investigación

e información general destinada a una amplia audiencia.

Los 21 capítulos de la obra, en su mayor parte escritos en español con

resúmenes en inglés, se agrupan en cinco secciones. La primera

sección contiene una introducción a la Reserva de la Biosfera – Estación

Biológica del Beni, con una descripción general de la ecología de la zona

y de los objetivos de ordenación, programas y actividades. En las dos

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Unasylva 209, Vol. 53, 2002

75

LIBROScomo la fotosíntesis y el ciclo de los nutrientes y, en último extremo,

en la propia estructura del sistema. Los puntos que se abordan son

el seguimiento de procesos continuos como el crecimiento de los

bosques y la condición de la cubierta de copas, así como las

alteraciones naturales y las influencias antropógenas.

Esta amplia evaluación de referencia que contiene el estudio contribuirá

a identificar mejoras para futuras evaluaciones de la diversidad biológica

forestal y a perfeccionar los indicadores y los sistemas de vigilancia.

Un estudio innovador sobre la eficacia dela prohibición de la explotación maderera parala conservación de los bosques y la biodiversidad

Forests out of bounds: impacts and effectiveness of logging bans in

natural forests in Asia-Pacific. P.B. Durst, T.R. Waggener, T. Enters y

T.L. Cheng, eds. 2001. RAP Publication 2001/08. Bangkok, Tailandia,

Oficina Regional de la FAO para Asia y el Pacífico. ISBN 974-7946-09-2.

Forests out of bounds – executive summary. C. Brown, P.B. Durst y

T. Enters. 2001. RAP Publication 2001/10. ISBN 974-7946-10-6.

La explotación maderera permite conseguir la madera y la fibra

necesarias para satisfacer la demanda de las sociedades actuales,

en rápido crecimiento. Genera ingresos por valor de miles de millones

de dólares, sostiene el desarrollo económico e industrial nacional y

proporciona ingresos y empleo a millones de personas. Por otra

parte, puede causar también graves daños a los bosques o incluso

facilitar la transformación de los bosques en otros usos de la tierra. A

menudo se considera que la

explotación maderera es el fac-

tor fundamental en la pérdida de

diversidad biológica y hábitats,

el deterioro de las cuencas

hidrográficas y la calidad del

agua, la expansión de los

desiertos y la desaparición de

las poblaciones que dependen

de los bosques. ¿Puede

contribuir la prohibición de

explotar los bosques a frenar su

destrucción y degradación?

En esta obra se presentan los

resultados de un estudio

realizado durante dos años para

evaluar los efectos y la eficacia

de la prohibición de la explotación maderera y otras restricciones a

la extracción de madera como estrategia para conservar los bosques

en la región de Asia y el Pacífico. El estudio se ha llevado a cabo

atendiendo a la petición formulada por los países miembros de la

Comisión Forestal para Asia y el Pacífico en su 17ª reunión en 1998.

Muchos países de la región han decretado la prohibición de extraer

madera de los bosques naturales, o están considerándola, en vista

de la permanente deforestación y de la atención creciente que se

concede a la conservación forestal.

Los objetivos del estudio eran:

• investigar las experiencias de los países de la región de Asia y

el Pacífico en relación con la prohibición de explotar los bosques

naturales para la producción de madera como estrategia para

su conservación;

secciones siguientes se examina la investigación detallada y aplicada

sobre la vegetación y la fauna de la reserva. La cuarta sección se refiere

a la utilización y ordenación de los recursos por las comunidades

locales. La publicación concluye con una sección sobre cuestiones

relativas a la conservación; comprende un análisis biogeográfico de la

reserva, un examen de las repercusiones para los procesos de gestión

de las áreas protegidas y de la planificación regional y un resumen

histórico del proyecto de la Estación Biológica del Beni.

Biodiversidad forestal en EuropaStructural, compositional and functional aspects of forest biodiversity in

Europe. J. Puumalainen. 2001. Geneva Timber and Forest Discussion

Papers. Ginebra, Suiza, Comisión de las Naciones Unidas para Europa

(CEPE/NU)/FAO. ISBN 92-1-116788-4.

La finalidad de esta obra es ofrecer

un análisis detallado de la

biodiversidad forestal y de la

variedad de bosques existentes

en Europa a una amplia audiencia

integrada por políticos, ambien-

talistas, forestales e investigadores.

El estudio se llevó a cabo para

reflejar la variedad forestal

europea y para poner de

manifiesto las deficiencias y

dificultades existentes en relación

con la notificación internacional,

la evaluación en gran escala y la

vigilancia a largo plazo de la

biodiversidad forestal. El análisis

se basa en los resultados de la Evaluación de los recursos forestales

de las zonas templada y boreal 2000, complementada o comprobada

con fuentes adicionales cuando procede.

En la introducción se resumen brevemente las iniciativas y la elaboración

de informes internacionales sobre la biodiversidad forestal. En el siguiente

capítulo se reseñan los problemas que plantea la vigilancia de la

biodiversidad forestal, por ejemplo, la ausencia de una definición uni-

forme de biodiversidad y, en muchos casos, la imposibilidad de comparar

los resultados debido a la utilización de métodos distintos de análisis y

evaluación. En el Capítulo 3 se describen los indicadores y factores

esenciales utilizados para describir la biodiversidad forestal, tales como

los indicadores paneuropeos de la ordenación forestal sostenible.

En el Capítulo 4 se resumen los aspectos estructurales de la

biodiversidad forestal europea (la estructura y modelo de los bosques),

incluyendo la superficie de los bosques y otras tierras arboladas, los

bosques naturales y protegidos, las mezclas de especies, la estructura

de edad, la regeneración y la colonización.

El Capítulo 5 se ocupa de aspectos relacionados con la composición

de la biodiversidad forestal en Europa, con referencia al número de

especies y a su interacción con el hábitat y la función de las especies

en su nicho correspondiente. Este capítulo contiene un recuento total

de las especies florísticas y faunísticas, datos sobre el número de

especies por unidad de superficie, sobre los bosques como hábitat de

distintas especies y sobre las especies introducidas.

En el siguiente capítulo se abordan aspectos funcionales: los

factores ecológicos y de evolución que influyen en diferentes procesos

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Unasylva 209, Vol. 53, 2002

76

LIBROS• evaluar las repercusiones de política, económicas, ambientales

y sociales derivadas de la aplicación de la prohibición de

explotación de los bosques y de la imposición de otras

restricciones a la extracción de madera;

• identificar las condiciones necesarias para la aplicación

satisfactoria de este tipo de medidas.

La publicación contiene una síntesis regional de los bosques

naturales, la trayectoria histórica de las prohibiciones de explotación

y una referencia a los problemas e inquietudes, estrategias y

soluciones, experiencias adquiridas, condiciones necesarias para

conseguir la conservación del bosque natural, y recomendaciones.

Se presentan estudios monográficos detallados de seis países

(China, Nueva Zelandia, Filipinas, Sri Lanka, Tailandia y Viet Nam).

La propiedad y la ordenación comunitaria delos bosques

Land, people and forests in eastern and southern Africa at the beginning

of the 21st century. The impact of land relations on the role of

communities in the forest. L.A. Wily y S. Mbaya. 2001. Forest and Social

Perspectives in Conservation. Nairobi, Kenya, Unión Mundial para la

Naturaleza – Oficina Regional para África Oriental (UICN-EARO). ISBN

2-8317-0599-1.

El régimen de propiedad de las tierras forestales influye directamente

en la situación de los bosques, su condición y la forma en que se

manejan. La propiedad también determina la relación de las

comunidades locales con el bosque. La propiedad forestal segura

representa el interés primordial de la comunidad por el futuro del

bosque y una base estable para su participación en la ordenación

forestal sostenible. En esta publicación se presentan los resultados

de un estudio sobre la relación entre los derechos de la población

sobre la tierra y la manera en que pueden participar en la ordenación

de los bosques. Se centra principalmente en la República Unida de

Tanzanía, Uganda, Kenya, Zambia, Malawi, Zimbabwe, Sudáfrica,

Namibia, Mozambique y Lesotho, y en menor medida en Botswana

y Swazilandia. Aunque se consideran todos los tipos de bosque, el

centro principal de atención son los bosques naturales.

Los autores sostienen que situar la participación en un marco

relativo únicamente al aprovechamiento local del bosque ignora las

necesidades reales en relación con la ordenación forestal y los

medios de subsistencia locales basados en los bosques. Afirman

que en lugar de reformar el acceso a los bosques y la distribución de

sus beneficios para incluir a las comunidades, la ordenación forestal

debe ofrecer patrones a quien

posee y controla el futuro del

bosque y cómo y dónde. De esta

forma se modificaría la ordenación

forestal, abandonándose la

orientación paternalista basada en

las necesidades locales para

poner el acento en los derechos y

capacidades de la población lo-

cal. En apoyo de esta posición, los

autores presentan y analizan los

paradigmas dominantes en la

gestión de los bosques y otros

aspectos esenciales como las

distintas percepciones de los intereses locales, el grado de

observancia de la legislación pertinente y los nuevos conceptos de la

tenencia de tierras.

Esta publicación será de interés para aquellos que se ocupan de la

ordenación forestal comunitaria y para los responsables de la

formulación de políticas en los planos nacional y comunitario.

Las dimensiones sociales de la ordenaciónforestal sostenible

People managing forests: the links between human well-being and

sustainability. C.J. Pierce Colfer y Y. Byron, eds. 2001. Washington,

D.C., EE.UU., Resources for the Future. ISBN 1-891853-05-8.

Este libro, que se ha preparado

para Recursos para el Futuro, en

colaboración con el Centro de

Investigación Forestal Inter-

nacional (CIFOR), es una

compilación de documentos

recientes sobre la situación

actual de los conocimientos en

relación con las formas de

aumentar el bienestar de las

poblaciones dependientes de los

bosques y de ayudar a los países

tropicales a manejar sus bosques

apropiadamente para conseguir

beneficios sostenidos. Trata de

dar respuesta a una pregunta

fundamental: ¿cómo se pueden crear las condiciones necesarias

para que la población que vive en los bosques y en sus proximidades

pueda mantener los aspectos más valorados de su estilo de vida y

prosperar y, al mismo tiempo, proteger esos bosques de los que

dependen ellos y, tal vez, el resto de la humanidad?

Las cuestiones básicas que se abordan en el libro son la

identificación y las funciones de los interesados (con un examen de

las cuestiones de género y de la diversidad, así como de la pertinencia

de una “ética de la conservación”), la seguridad del acceso

intergeneracional a los recursos forestales y los derechos y

responsabilidades en relación con el manejo de los bosques en

cooperación y de forma equitativa. El análisis se complementa con

ejemplos procedentes de África central, Indonesia y la Amazonia

brasileña.

Todo aquel que esté interesado en los aspectos culturales y

sociales de la ordenación forestal sostenible encontrará interesante

este libro. Por su parte, los investigadores y especialistas que

intervienen en la ordenación forestal sostenible basada en la

comunidad encontrarán en esta obra análisis conceptuales, temas e

instrumentos metodológicos pertinentes y aplicables a su labor.