Revista Insurrección No.346

20
revista Edición No.346 Noviembre/12/2012 insurrecion

description

Edición No.346, publicado entre el 12-18 de noviembre

Transcript of Revista Insurrección No.346

Page 1: Revista Insurrección No.346

revista

Edición No.346Noviembre/12/2012

insurrecion

Page 2: Revista Insurrección No.346

EDITORIAL 3Carta Abierta a la Mesa de Diálogos de la Habana

Espejos, 520 Años Después 5Autor: Pablo Beltrán

Colombia en el Contexto de las Guerras Imperialistas 7Autor: Jorge Castro Mejía

En las Barbas de la Fuerza Pública 13Autor: Revista Insurrección

Luchas y Victorias del Pueblo Panameño 17Autor: Frente Internacional Milton Hernández

Page 3: Revista Insurrección No.346

El gobierno colombiano y las FARC, así como amplios sectores de la nación y de la comuni-dad internacional, han

hecho manifiesto su interés por que el ELN también inicie un pro-ceso de diálogos en la búsque-da de la paz.

En tal sentido, reafirmamos que el ELN está comprometido con la solución política, la que enten-demos como una construcción colectiva de la nación, como pro-ceso democratizador social, po-lítico, económico y cultural, que dé cuenta de los cambios que el país necesita.

Anunciamos al país y a la comu-nidad internacional que La Dele-gación del ELN para el Diálogo exploratorio con el Gobierno

está conformada y lista para cumplirle a Colombia.

Saludamos las conversaciones de La Habana haciendo nuestro el clamor nacional de pactar un cese al fuego bilateral mientras se dialoga. La creación de un ambiente no confrontativo po-dría ayudar a generar confianza y condiciones para que la socie-dad participe de una manera más activa y protagónica, esta es una responsabilidad del go-bierno y de la insurgencia.

El proceso de paz le atañe al país en su conjunto. Los movimientos sociales en todas sus expresio-nes, los procesos regionales, las organizaciones políticas, las personalidades democráticas, los intelectuales, los artistas, los gremios, los pueblos originarios

EDITORIAL

Carta Abierta a la Mesa de Dialogos de la Habana

3

Revista Insurrección

Page 4: Revista Insurrección No.346

y sobre todo las víctimas del conflicto, están en el derecho de participar. Es un imperativo ético. La democracia es el único camino para construir la paz.

El complejo problema de la tie-rra en Colombia es el primer

punto de la Agenda acordada por las FARC y el Gobierno. Es un asunto de la Nación y requie-re de la participación del movi-miento campesino y agrario, de los movimientos regionales y ambientales.

DELEGACIÓN DEL ELN PARA EL DIÁLOGO

Montañas de Colombia

Noviembre 11 de 2012

Page 5: Revista Insurrección No.346

Hace un año, la empre-sa norteamericana Carbones del Cerre-jón, anunció que in-vertiría 1.300 millo-

nes de dólares, para acelerar la extracción de este mineral en La Guajira.

Este año, la etnia Wayuu de-nunció a la multinacional, por su plan de desviar el río Ranche-rías, para incrementar la explo-tación carbonera.

Ahora se comienza a saber, que los extranjeros están cerrando acueductos comunitarios de los Wayuu, para desviar 26 kilóme-tros el cauce de éste, el princi-pal río de La Guajira.

La opinión pública rechaza este trueque de ‘agua por carbón’, que impone la multinacional a

los indígenas. Cambio pareci-do al de ‘agua por oro’ -en el páramo de Santurbán-, al que quieren obligar a los habitantes de Bucaramanga y Cúcuta.

Si el mencionado trueque es in-humano, igual de indigno es el medio que usan los extranjeros para imponerlo.

Los agentes de la multinacio-nal, han recorrido una a una, 66 comunidades Wayuu ofre-ciéndoles lanas para tejer sus artesanías, chivos y estufas, a cambio de dejar de usar las aguas, con las que toda la vida se han alimentado. Trueque al que le dan la forma legal de un Preacuerdo.

Hace 520 años, el almirante Cristóbal Colón inauguró este trueque de ‘espejos por oro’.

Autor: Pablo Beltrán

ESPEJOS 520 años después

5

Revista Insurrección

Page 6: Revista Insurrección No.346

En su Diario, escribe cómo rega-ló a los indígenas, “unas cuen-tas de vidrio que se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor con que hubieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla (…) yo estaba atento y trabajaba de saber si había oro”.

Se sabía que la publicitada Lo-comotora minera del gobierno acelera la entrega de materias primas a las empresas extranje-ras, hasta convertir hoy al país, en el cuarto exportar mundial de carbón y el cuarto exportador latinoamericano de petróleo. Lo que ahora es noticia, es que lo haga de forma tan miserable.

Un estudio de la Universidad de los Andes sobre la gran minería del carbón en Colombia, conclu-ye que en la última década los daños ambientales no pagados por los extranjeros, ascienden a

3.500 millones de dólares. En la destrucción del bien común que causa el saqueo indiscriminado de recursos, la parte más dolo-rosa la constituye la miserabili-zación de la vida de los colom-bianos.

Los capitanes del despojo de los recursos naturales de Colombia son los presidentes de los Es-tados Unidos, uno de ellos, W. Wilson (1912-1920), hace un siglo declaró su fe en la causa:

“Un país es poseído y domina-do por el capital que en él se haya invertido”.

Para entender el orden mundial capitalista, hay que recordar que a este presidente econo-mista le concedieron el premio Nobel de la paz en 1919, ¿por qué no le darían el de econo-mía?

6

Revi

sta

Insu

rrec

ción

Page 7: Revista Insurrección No.346

Los pueblos siempre aman la vida y la paz; mientras los imperios se empeñan en sembrar la muerte y la guerra para imponer

sus privilegios e intereses. Ésta gran contradicción los pueblos, las naciones y en particular los revolucionarios, estamos obli-gados a saber resolver para la sobre vivencia y el futuro.

En el contexto mundial se ha im-puesto la visión y los métodos de los poderosos: la victoria es la muerte de los opositores. Infini-dad de trucos son usados por los grandes medios para satanizar las justas luchas de los pueblos y sus líderes.

Los fatídicos y oscuros aconteci-mientos de las Torres Gemelas en New York el 11 de septiembre de 2001, fueron utilizados con el

fin de lanzar la guerra contra el pueblo de Afganistán y posicio-narse en el territorio de Oriente medio donde se ubican grandes yacimientos petrolíferos; a la vez, para imponer al mundo la “Ley antiterrorista” porque “quien no está conmigo, está contra mí”.

En los últimos casi 11 años de guerra, el pueblo norteamericano y los pueblos del mundo, cansa-dos de poner muertos, presionan al imperio y sus aliados a parar las guerras genocidas; han exigi-do a sus gobiernos el retiro de las tropas invasoras, que han deja-do hasta el momento más de un millón de muertos y el doble de desplazados.

Para justificar toda esta acción guerrerista contra los pueblos buscaron “un chivo expiatorio” Osama Been Laden, a quien an-tes de declararlo enemigo fue su

Colombia en el Contexto de las Guerras Imperialistas

Autor: Jorge Castro Mejía

7

Revista Insurrección

Page 8: Revista Insurrección No.346

aliado en la lucha contra el comu-nismo.

La guerra contra el pueblo de Irak, la justificaron bajo la calum-nia de que Sadan Hussein tenía armas de destrucción masiva y era un enemigo para la huma-nidad; éste que también había sido su antiguo amigo y aliado en la guerra contra Iran, lo sata-nizaron, le declararon la guerra, hasta su captura y muerte sin un debido proceso.

Una guerra impuesta con más de 600 mil muertos y miles de des-plazados para controlar la explo-tación del petróleo. De ese país no han retirado las tropas invaso-ras y se mantienen sobre las rui-nas y la hambruna de ese pueblo hermano.

Moamar Gadafi, líder del pueblo Libio y oposi-tor histórico de los

imperios, construyó alianzas y confianzas con las potencias im-perialistas a muy alto precio políti-co, pero no fueron suficientes; los imperialistas crearon el ambiente y las condiciones mediáticas: en 6 meses la guerra impuesta por los aliados imperialistas lo asesina-ron sin el debido proceso y de la manera más criminal y cobarde, lo cual mereció el repudio de mu-chos gobernantes y pueblos del mundo. Esta guerra de criminal invasión dejó miles de muertos y su pueblo al borde de otra guerra civil.

En términos de la gran estrategia y lucha de los pueblos, los impe-rialistas ganan la guerra solo en las películas de Hollywood; en realidad, como se preguntó y se respondió el ex-oficial norteame-ricano Dr. Michael Vlados: “¿Por qué perdemos nuestras gue-

rras?”; ¿porque jamás podrán cambiar la identidad de los pue-blos?

Page 9: Revista Insurrección No.346

Con esa misma visión y métodos imperialistas, el narcoestado co-lombiano a través de las trans-nacionales, impulsaron el Plan Colombia, con gran tecnología y el incremento de las Fuerzas Ar-madas; son casi 500 mil efecti-vos, más de 200 aeronaves con dispositivos tecnológicos, para el control del territorio, las comuni-caciones, los bombardeos y un gasto militar de 35 billones de pesos anuales.

Los 8 años de terrorismo de Es-tado que impuso el ex presidente Álvaro Uribe y los casi dos años y medio de gobierno del presiden-te Santos, no han sido suficien-tes para doblegar la resistencia popular e insurgente. Tampoco las prebendas y estímulos a los militares, que elevaron al tope los “falsos positivos”, para crear la sensación de la victoria militar, mostrando muertos como símbolo de victoria.

Ahora, muchos amantes de la muerte, han solicitado el fue-ro militar, pretendiendo ganar la guerra a cualquier precio. No han sido suficientes los más de 500 mil muertos de los últimos 50 años, los 250 mil desaparecidos, los más de 5 millones de despla-zados y desarraigados del cam-po.

No ha sido suficiente las masa-cres de gentes humildes llevadas a cabo por los ejércitos parami-litares que organizaron la oligar-quía y las mafias, para aterrorizar

e imponer el robo, la impunidad en todo el país, como parte del fenómeno de la parapolítica para compartir el poder, lo que ha lle-vado a algunos funcionarios pú-blicos a las cárceles condenados y otra gran mayoría solo sindica-dos y disfrutando de impunidad.

Estas guerras de cuarta gene-ración, las hacen no solo los ejércitos de los Estados, sino los gobernantes y los grandes me-dios de información, quienes las atizan a favor de esas visiones y métodos de los poderosos.

Tales métodos pretenden romper el derecho a disentir y a rebelarse cuando los niveles de represión cercenan los derechos políticos aunque existan en el papel, de esa manera la rebeldía insurgen-te y popular recibe el calificativo de “terrorismo”.

La guerra de cuarta generación va creando estereotipos, de esa manera, soldados y policías al servicio de la clase dominante, tienen mas derechos que los ciu-dadanos del común, de esa ma-nera es usada por la clase domi-nante como carne de cañón.

A esos soldados y policías, aun cuando son gentes del pueblo, se les lava el cerebro y se los educa creándoles odio a los luchadores populares, independiente de que sean guerrilleros, dirigentes po-pulares o gentes del común, se les enseña que estos son terro-ristas, le hacen daño a la “patria”

9

Revista Insurrección

Page 10: Revista Insurrección No.346

https://www.ranpal.net

Page 11: Revista Insurrección No.346

https://www.ranpal.net

Page 12: Revista Insurrección No.346

y deben ser eliminados aun sin fórmula de juicio.

Hoy más de nueve mil militares están incursos en graves violacio-nes a los derechos humanos sien-do los asesinatos buena parte de ellos, solo 1.800 han sido conde-nados los demás gozan de alta impunidad así como los autores intelectuales que son oficiales de alta graduación y nadie los toca.

Esta realidad es la que genera el temor a la verdad, la justicia y re-paración y para serrarle la puerta ahora se impulsa la aprobación del llamado Fuero Militar.

De manera desconcertante el se-nador Armando Benedeti dijo en días recientes: “Me cuestiono si es lícito para un Estado, matar unas personas que duermen sin estar en actitud de combate y me avergüenza que nuestras Fuerzas armadas con el karma de los Fal-sos positivos, insistan en ganar la guerra a costa de cualquier pre-

cio; siendo así, prefiero No ganar la guerra”.

“Los gobernantes antes de ser políticos deben ser ante todo sa-bios, humildes y muy humanos; conocer su realidad y sentir el dolor, sufrimientos y necesidades de los pueblos para satisfacerlos y llenarlos de la mayor felicidad posible” Simón Bolívar.

En Colombia, al buen estilo ca-pitalista neoliberal, el poder co-rrompe, es mezquino y egoísta, se defiende a cualquier precio, pasando por encima de la ética, la moral y los valores humanos, por ello es más difícil buscar y lle-gar a la paz que hacer guerra, es por eso que los procesos de paz anteriores han fracasado y el que está planteado hoy, está someti-do a gravísimos peligros, solo la activa participación del pueblo y la nación pueden llevarlo a buen puerto.

12

Revi

sta

Insu

rrec

ción

Page 13: Revista Insurrección No.346

Las bandas criminales (BACRIM), denominados “rastrojos”, “urabeños”, “águilas negras” y otros, son los mismos grupos

narco paramilitares que el go-bierno de Uribe Vélez presentó y contabilizó como desmoviliza-dos; algunos no lo hicieron y en la inmensa mayoría regresaron y siguen delinquiendo, unos en el campo y otros en las ciuda-des.

El ex presidente acuñó la idea, engañando a la opinión públi-ca, que las Bacrim eran grupos nuevos y que con los acuerdos de paz de Santa Fé de Ralito, el paramilitarismo había desapa-recido.

Falso. Sobre esta gran menti-ra y ficticias desmovilizaciones guerrilleras se erigió el supues-

En las Barbas de la Fuerza Publica

Autor: Revista Insurrección

to éxito de la llamada “política de seguridad democrática”, la que queda desmentida con la profundización y degradación de la guerra y el incremento de la violencia de todo tipo.

Los asesinatos selectivos, las masacres, las desapariciones forzosas, las amenazas de muerte y los desplazamientos han continuado y no es solo en este gobierno, sino desde el anterior; actividades criminales que se ejecutan con la compli-cidad de la fuerza pública, en desarrollo de la estrategia con-trainsurgente.

El control de barrios y el asesi-nato diario, por parte de estas bandas narcoparamilitares, es permanente principalmente en Medellín, Barranquilla, Carta-gena, Cali, Cúcuta y en menor

13

Revista Insurrección

Page 14: Revista Insurrección No.346

escala en Bogotá y otras ciuda-des; a las cuales fueron desti-nados y organizados grupos de los supuestos desmovilizados, como agentes de vigilancia ba-rrial.

Los muertos son generalmente activistas populares, sindicalis-tas, jóvenes teatreros y de con-juntos musicales. Como siempre los muertos son del pueblo, mientras que la elite dominante es protegida.

En cabeceras municipales y co-rregimientos está ocurriendo lo mismo. Estas bandas hacen y deshacen, todo el mundo los ve, menos la fuerza pública.

En agosto voceros comunitarios denuncian que en menos de un mes, fueron asesinados 35 jóve-nes en el casco urbano de Sego-via, por los paramilitares.

En los municipios de Segovia y Remedios fueron asesinadas 10

personas, el fin de semana del 15 de octubre,

por las mismas bandas.

En Remedios (Antioquia) el 25 de octubre fue asesinado un ingeniero de minas, y nadie se atrevía a recoger el cadáver ante las amenazas hechas por los paramilitares.

En la periferia de Segovia (An-tioquia) el 28 de octubre apa-recieron botados, los cadáveres de tres jóvenes que los parami-litares habían detenido y des-aparecido en el barrio La Paz.

En los últimos días de octubre fueron muertos en una masa-cre 10 campesinos en una vere-da del corregimiento San Isidro del municipio de Santa Rosa de Osos (Antioquia), por los para-militares.

Hay que registrar que estos crí-menes se realizan en las barbas de varios batallones asentados en la región y un fortalecido Distrito de Policía, quienes no mueven un dedo por evitar los asesinatos y los atropellos a la

Page 15: Revista Insurrección No.346

población civil, en últimas su ta-rea es cuidar a los de arriba, no al pueblo.

Lo mismo está ocurriendo en el Departamento de Nariño, Cho-có, Córdoba, Norte de Santan-der, Meta, Putumayo y otras regiones del país.

La política de seguridad ciuda-dana, como la denomina el ac-tual Presidente, continuación de la del ex Presidente Uribe, está dirigida contra las guerrillas y la oposición política a quien siguen calificando de grupos terroristas y deja en segundo plano a las bandas que operan a lo largo y ancho del país, las mayores causantes de crímenes y tráfico de drogas.

Es entendible este sesgo, ya que ellas son aliadas del Estado en la guerra contrainsurgente.

Se les permite operar impune-mente en bastos territorios de la Nación. Sus campamentos no son bombardeados como ocurre

con los de las guerrillas, y por el contrario son protegidos como sucede con los narcoparamilita-res que operan deferentes par-tes del país y que son los due-ños del negocio y las rutas del tráfico.

Como si fuera poco, se está pre-tendiendo blindar a los militares comprometidos con éstas y en crímenes de lesa humanidad, con el fuero militar que permite que los crímenes cometidos fue-ra de combate, sean juzgados solidariamente por tribunales militares.

Estos hechos de la realidad co-lombiana, llevan a concluir que poner fin al conflicto de más de 50 años es una tarea llena de complejidades, por lo que se requiere que la paz se entienda como un proceso a construir don-de la sociedad entera debe par-ticipar, porque son muy grandes y poderosos los escollos que se oponen a que esta se vuelva

realidad.

Page 16: Revista Insurrección No.346

Por eso los diálogos con la guerrilla no se deben entender como la paz, sino como un paso importante que genere las con-diciones y el ambiente propicio para que el país se involucre y asuma esta magna tarea, sien-do conscientes que muchas co-sas hay que cambiar, porque no se trata que el país siga igual.

Quienes desde arriba se opo-nen a que el país cambie no quieren la paz, ya que la vio-lencia proporciona mayor poder político y económico a la elite dominante, como ha sido a lo largo de toda la historia colom-biana, por ello es indispensable que en el proceso de paz par-ticipe a plenitud toda la socie-dad, si no es así todo terminará en frustraciones.

16

Revi

sta

Insu

rrec

ción

Page 17: Revista Insurrección No.346

Los acontecimientos pro-tagonizados por los habi-tantes de Colon, a raíz de la aprobación de la Ley 72 que permitiría a las

empresas extranjeras la com-pra de los terrenos de la Zona Libre de Colón, y su posterior derogatoria el 29 de octubre, luego de protestas, movilizacio-nes, huelga general, bloqueos que se extendieron por todo el país y 5 días de paro y lucha callejera del pueblo colonense, demuestran una vez más, que las luchas de los pueblos logran y alcanzan victorias, cuando afectan seriamente los intere-ses de los poderosos.

La enviada especial de Telesur a Panamá indicó que el presi-dente Ricardo Martinelli firmó la derogación de la ley 72 junto a

Luchas y Victorias

Autor: Frente Internacional Milton Hernández

Del Pueblo Panameño

varios ministros, en un acto que duro apenas dos minutos, luego de 10 días de protesta popular que dejó varios muertos, heri-dos y centenar de detenidos.

Miembros del Frente Amplio han declarado que el costo de la im-posición de la ley 72 generó so-bre la Costa Atlántica una pérdi-da de 500 millones de dólares en una semana. Por otra parte la patronal de Colón ha estima-do que las pérdidas económicas causadas por las protestas en la provincia, se elevan a más de 40 millones de balboas pa-nameñas (casi 31 millones de euros), según informa el diario Panameño “La prensa”.

Sin embargo, a la oligarquía que controla la zona Libre de Colón le conviene la derogatoria de la Ley 72, porque el decre-

17

Revista Insurrección

Page 18: Revista Insurrección No.346

to de 1.948 le permite seguir enriqueciéndose sin compartir un centavo con el pueblo colo-nense ya que están exentos de todo tipo de impuestos, como lo vienen haciendo desde hace 60 años.

La Lucha Continuara

La Zona Franca de Colon, es la más grande del continente y la segunda del mundo. Mientras que las 1.750 empresas que es-tán establecidas allí, no pagan ningún tipo de impuesto; reci-ben 250.000 visitantes al año y según estimativos en 2.012 ma-nejará un movimiento comercial de 12.447.646 millones de US. En la ciudad de Colon los ser-vicios públicos son calamitosos según la Contraloría General de la República y el desempleo en

jóvenes es del 15%, el desem-pleo general puede estar cerca del 25%”, según el precandida-to presidencial Juan Jované.

El 3,2% de los colonenses so-brevive en la indigencia y 15% en la pobreza según informe del Ministerio de Economía; da-tos considerados por analistas como “alevosamente construi-dos”, la pobreza a nivel nacio-nal alcanza el 32.7% -PNUD-

Según Saúl Méndez, secretario General de SUNTRACS, “esta ley es parte de un paquete más amplio conque el gobierno de Martinelli pretendería vender otros activos del patrimonio na-cional, tal como la empresa na-cional de Telecomunicaciones y la de electrificación.

Todo demuestra que la lucha de nuestros hermanos panameños

18

Revi

sta

Insu

rrec

ción

Page 19: Revista Insurrección No.346

por soberanía e independencia y por alcanzar una vida digna para las grandes mayorías, toma impulso y se suma a las luchas que desde distintos luga-res del mundo vienen andando. Seguirá siendo una lucha sin cuartel porque el imperialismo jamás ha quitado sus garras de encima de su territorio, porque Panamá en lo particular está marcada por un determinismo geográfico, el istmo; pero jun-to a México y Colombia ocupa un lugar preponderante para la geoestratégica imperialista. Los 3 tienen costa sobre el Pacífico y Atlántico, ruta importante para el comercio y para la guerra, los

3 en la región tienen los gobier-nos, junto con Chile, más procli-ves a cumplir con los dictáme-nes imperiales, los 3 gobiernos son acérrimos defensores del perverso modelo neoliberal y Panamá trabaja por hacer par-te de la Alianza Pacífico junto a Chile, Colombia, México y Perú.

Como lo señalan algunos analis-tas “Colón es la punta del ice-berg, la vanguardia de un con-flicto social que atraviesa todo el país” El problema de fondo en Colón explica las verdaderas causas de esta jornada de octu-bre de lucha popular.

19

Revista Insurrección

Page 20: Revista Insurrección No.346