Revista Güarnin Nº 63

12
AÑO 6 Nro 63 Octubre 2010 06 AÑO 6 Nro 63 PIOJOSOLO Aristimuño 12 de octubre Ley de entidades financieras ANDRÉS CIRO SE PROYECTA AL INFINITO EN SU LABERINTO DE ESPEJOS PERSAS Pampa Stoners Lo Sensible y Lo Frágil Día de la razia Bancos, chorros, inviertan sus ahorros Los Natas

description

Octubre 2010

Transcript of Revista Güarnin Nº 63

Page 1: Revista Güarnin Nº 63

AÑO 6 Nro 63Octubre 2010 06

AÑO 6 Nro 63

PIOJOSOLO

Aristimuño12 de octubre

Ley de entidades financieras

ANDRÉS CIRO SE PROYECTA AL INFINITOEN SU LABERINTO DE ESPEJOS PERSAS

Pampa Stoners Lo Sensible y Lo FrágilDía de la razia

Bancos, chorros, inviertan sus ahorros

Los Natas

Page 2: Revista Güarnin Nº 63
Page 3: Revista Güarnin Nº 63
Page 4: Revista Güarnin Nº 63
Page 5: Revista Güarnin Nº 63
Page 6: Revista Güarnin Nº 63
Page 7: Revista Güarnin Nº 63
Page 8: Revista Güarnin Nº 63
Page 9: Revista Güarnin Nº 63
Page 10: Revista Güarnin Nº 63
Page 11: Revista Güarnin Nº 63
Page 12: Revista Güarnin Nº 63

Cada cual atiende Cada cual atiende Cada cual atiende Cada cual atiende Cada cual atiende Cada cual atiende Cada cual atiende Cada cual atiende Cada cual atiende Cada cual atiende Cada cual atiende Cada cual atiende Cada cual atiende Cada cual atiende Cada cual atiende Cada cual atiende Cada cual atiende Cada cual atiende Cada cual atiende Cada cual atiende

arteartearteartearteartearteartearteartearteartearteartearteartearteartearteartearteartearteartearteartearteartearteartearteartearteartearteartearteartearte

Por Flor LermanPor Flor Lerman

Dentro de Claudio Gallina conviven: un artista plástico, un escenógrafo anhelado,

un arquitecto amateur y un infante rebelde con deseos de inmadurez. Su serie

de cuadros que mezclan arquitecturas solemnes con pequeños escolares en

guardapolvo blanco, lo llevaron a recorrer gran parte de America latina y algo

más al norte también. El nuevo siglo lo encontró trabajando para galerías de

Colombia, México, Venezuela, Puerto Rico, Miami y Nueva York. Desde su casa-

atelier, bien al norte de Ituzaingó, Gallina vive de pintar sobre la memoria del

juego, la irreverencia precoz, el pasado, el futuro y la posible falta de éste. “En

mi casa nunca se habló de pintura, ni había un cuadro siquiera. Yo soy un

pibe de barrio, nada que ver con esto”, habla Gallina sobre su infancia y cuenta

que estudió en varios colegios públicos de su Palermo natal, que es maestro

mayor de obras y que, como tal, lo primero que hizo fue estudiar arquitectura.

Pero al descubrirse demasiado interesado en las artes varias, giró el timón y

comenzó a estudiar bellas artes, para convertirse en escenógrafo. Y en eso estuvo,

hasta que por fin la pintura lo atrapó, y un día se dijo: de esto tengo que vivir,

“Y en realidad no pensaba quiero vivir de esto. Pensaba, quiero pintar todo el día”.

Reconoce Claudio que tuvo algo de suerte, pero más de valentía. Se la jugó, y mal,

no le fue.

Se entienden los edificios, las manchas, los garabatos, pero ¿Cómo llegan

los chicos a tus pinturas?

Alguna vez hice un análisis sobre en qué momento uno deja de ser chico y me dí

cuenta que se deja de ser chico cuando dejás de jugar. O en realidad juega de

otra manera, porque todos estamos jugando. Pero es un juego en serio, no es

una cosa en chiste. Y el chico cuando juega no juega en chiste, juega de verdad.

Los chicos son más surrealistas y tienen mucho más que ver con el arte que un

tipo grande. Si los escuchas hablar pensás que estos pibes están locos. Y ese tipo

de cosas me estimulan mucho más que la charla intelectual de los grandes. Yo

ya fui intelectual, y ahora no tengo mas ganas de serlo.

¿Usas la infancia como un reclamo o como una invitación?

Me interesan los mundos donde pasa algo. Entonces me pareció interesante lo

que pasaba en ese momento con la educación. La primera serie de esta obra

tenía que ver más con la crisis educativa. Tenía que ver con lo que me pasó

cuando volví al colegio, por mis hijas, y vi que ese colegio no tenía nada que ver

con el que yo había tenido. Y me di cuenta que en Latinoamérica la Argentina

es un modelo muy grande de educación, y estaban haciendo mierda. De he-

cho cada día esta peor. Es un proyecto de país el que se construye a partir de

la educación. Y si vos no tenés una buena formación no vas tener un gran futuro,

o sea, cada vez vamos a estar peor. A mí no me sirve tanta diferencia social.

Yo la veo cuando viajo y no entiendo todavía a quien le conviene. Evidentemen-

te a alguien le debe convenir, porque sino no existiría. Yo creo que la pintura

tiene su toque social y su toque de visión del mundo.

El planteo del juego ¿Es una imagen de inocencia o rebeldía?

Rebeldía. El primer cuadro que hice así se llamaba Los Irreverentes. Porque es

así, andá con un pibe de 10 años al lugar más cool, más solemne, le importa

un carajo. El pibe corre, te tira todo, entonces me pareció esa mezcla de ino-

cencia, irreverencia, rebeldía, que después mezclé con el espacio como cosa

plástica. A mí me interesa la dinámica en la obra, mis cuadros no son estáticos,

siempre está sucediendo algo. Casi en ningún cuadro mío hay alguien grande,

los personajes están en total dominio de sí mismos, no hay nadie que los con-

trole. Y en realidad los personajes, en muchos casos soy yo. O la situación tiene

que ver conmigo. Cuando la gente va a ver las muestras, a veces ve cosas que

yo ni siquiera tuve la intención de hacerlas. Hay gente que lo lee muy superfi-

cialmente y se queda con el guardapolvo y los recuerdos de cuando iban al

colegio. Y hay gente que lee cosas mucho más interesantes y son cosas

mías que aparecen ahí, sin planearlo. Muchas de las obras que hago hablan

de mí. Cosas mías que las disfrazo con un delantal. Yo también juego con

los cuadros que hago.

¿El juego aparece en la técnica también?

Mi idea es trabajar como un chico, como dijo Picasso. Hoy lo que hago es

una mezcla de escuelas, mezclo dibujo con pintura, formalismo con infor-

malismo, abstracción con figuración. Y ahora con esto del garabato, lo que

trabajo es la impronta de lo que no podés manejar. Es un garabato, un dibujo

primario, ese descontrol con el control de la pintura de

adentro. Me interesaron siempre los contrastes.

¿Tenés algo de irreverente?

Yo soy un pintor entre comillas clásico, porque todavía

pinto en tela, con pinceles, con acrílico, en bastidor. Y eso para el

arte contemporáneo es ser clásico. El arte contemporáneo le dio una

vuelta de rosca a partir de otras técnicas y otros materiales. Hoy el

diseño esta muy metido adentro de la pintura. Se mezcló todo, y el

diseño tiene mucho que ver con el arte, entonces, aparecen técnicas

que, en realidad hacen más o menos lo mismo, pero al cambiar de

técnica se contemporiza la obra. Igual yo soy pintor, así que seguiré

pintando.

EDIFICIOS FUERA DE TIEMPO CON NIÑXS QUE JUEGAN ENTRE UN MUNDO INVENTADO Y UN MUNDO REAL, EN LA CONTRADICCIÓN CONSTANTE DE LO FORMAL, EN LO INFORMAL. LA ESTRUCTURA Y LA DESESTRUCTURACIÓN DE CÓMO NACE UN ESPACIO EN UN GARABATO, Y EL ARTISTA CLAUDIO GALLINA SE LAS ARREGLA PARA VIVIR EN ÉL.