Revista GESTAR nº02

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Editores ResponsablesDiego Luis BossioCarlos Mauricio MazzonDirectorJorge Adrin AlvarezCoordinador GeneralEduardo Omar MagriColaboraron en este nmeroCarlos Pieiro Iguez, Eric Calcagno, Gustavo Marangoni, Federico Giordano, Mara Soledad Cantero, Aldana Caruso, Nicols Wittwer, Ignacio Fittipaldi.StaffCrditos de las imgenesAgradecemos a Daniel Santoro por permitirnos el uso de las imgenes de sus obras para ilustrar parte de la revista.Colecciones particulares: pgs. 10 y 11Honorable Cmara de Diputados de la Nacin: pgs. 12 y 14Archivo General de la Nacin: pgs. 21, 24, 26 y 28La Nacin Argentina. Justa, Libre y Soberana. Subsecretara de Informaciones de la Presidencia de la Nacin (1949): pg. 32Subsecretara de la Planifcacin Territorial de la Inversin Pblica: pgs. 33, 34, 35, 36, 37, 38-39, 42 y 43Plan Estratgico Territorial. Ministerio de Planifcacin. Subsecretara de Obras Pblicas (2010): pg. 41Tandanor: pgs. 50-51, 53, 54-55, 56 y 57Rafael Follonier: pgs. 58, 61 y 62rea de prensa y articulacin institucional. Secretara de Obras Pblicas de la Nacin: pgs. 66, 67, 68, 70, 71 y 72Mara Paz Mosca / Gestar: pgs. 73, 74, 75 y 77Universidad Nacional de Moreno: pg. 78Google books: pg. 79Tlam: retiracin de contratapa.Ministerio de Ciencia, Tecnologa e Innovacin Productiva: contratapaAo 1 - N 2 | agosto-septiembre de 2011Distribucin gratuitaRevista del Instituto de Estudios y FormacinPoltica del Partido Justicialista NacionalAutoridAdesPresidente Jos Luis Gioja Director General Diego Luis Bossio Director Ejecutivo Carlos Mauricio Mazzon Coordinador General Juan Debandi reA ArgentinA 2020CoordinacinRoberto Arias Equipo Martn Raposo, Federico Giordano,Gastn Garca, Maira BernisreA FormAcin PolticAy PolticAs PblicAsCoordinacin Pablo Javier SalinasEquipo Nicols Ruete, Mara Cecilia Pon Capacitadores Mario Bertellotti, Alfredo Santos, Lucas Chedrese, Soledad Cantero, Jorge De Vido, Matas Martnez, Lucas Moscato, Marcelo Mazzon, Sebastin Lorenzo, Daniela Vilar, Mara Sol Tischik equiPo gestAr VirtuAlCoordinacin Pablo Belardinelli Equipo Perla Noem Torales, Fernanda SallemiequiPo editoriAl - reVistA PolticAs PblicAsDirector Jorge Adrin AlvarezcomunicAcin, PrensA y PortAl WebEquipo Javier Correa, Samanta Blanco, Eugenia Rosales Matienzo, Sebastin Gimnez, Flavia Meira Agradecemos el aporte y la participacin en este nmero de:Eduardo Fellner, Daniel Zrate, Mario Fadel, Rafael Follonier, Graciela Oporto, Hugo Andrade, Cynthia Ottaviano, Eduardo Anguita y a los noveles profesionales integrantes de la Juventud de Obras Pblicas (JOP).RedaccinFlorida 890, Piso 20Telfonos: 5252-2577/78/79Correo Electrnico: [email protected] Web: www.gestar.org.arPropietarioAsociacin Civil Instituto de Formacin Poltica y Polticas Pblicas Gestin ArgentinaDomicilio legal: Combate de los Pozos 165, 1AImpreso en la ArgentinaJulio de 2011Inversiones con rentabilidad social para el pasPor Diego BossioPor qu es importante la construccin de un proyecto poltico nacional?Por Mauricio MazzonHerederos de un rico pasadoEl tiempo que viene tiene como abanderada a una juventud que est ansiosa de comprometerse con los temas de la genteEntrevista a Eduardo Fellner, presidente de la H. Cmara de Diputados de la Nacin El socialismo del siglo xxi: Ideas e implicanciaspor Carlos Pieiro IguezEl exorcismo del demonio estatalpor Federico GiordanoCampaa electoral de 1945-1946. Braden o Pern.por Jorge Adrin AlvarezEl disenso liberador y los consensos opresivospor Eduardo MagriEl modelo de desarrollo territorial en perspectiva histricaInfraestructura institucional: la legitimidadpor Eric CalcagnoCon la fuerza de los hechospor Gustavo MarangoniImportancia estratgica de la industria navalLa recuperacin de esta actividad como factor de crecimiento de la economa y de desarrollo social en la Argentina4710 12 15 1821 29 3244 4750 SumarioAo 1 - N 2 | Agosto-septiembre de 2011La reparacin del submarino ArA San JuanLa repavimentacin del camino a la AntrtidaLa fabricacin de buques destinados a proteger el mar argentinoUnASUr, razn y perspectivaEntrevista a Rafael Follonier, Coordinador de AsuntosTcnicos de la Unidad Presidencial del Gobierno NacionalGestin de la inversin pblicapor Mara Soledad CanteroPoltica habitacional: ayer y hoypor Nicols WittwerPoltica nacional vialpor Aldana CarusoLos medios alternativos ante el meditico coro opositorEncuentro con dos reconocidos exponentes del periodismo argentino:Eduardo Anguita y Cynthia Ottavianopor Ignacio Fittipaldiredistribuir el conocimiento: llevando la Universidad al segundo cordn metropolitanoPresidenta est bien dicho: no pasen ms vergenza, por favorpor Megafn52 5657 58 6466 70 73 78794 | GESTAR | agosto-septiembre 2011El Sistema Integrado Previsional Ar-gentino(SIPA)esunsistemasoli-dariodereparto,responsablede garantizar los derechos esenciales de la Seguridad Social en la Argentina, tales comojubilaciones,pensiones,asigna-cionesfamiliares,asignacinuniversal por hijo, asignacin de proteccin social para embarazadas, entre otros.El sistema es solidario, en trminos inter-generacionales porque el fujo de eroga-ciones que hace posible el cumplimiento de derechos, tiene ingresos constituidos en un 56% por los aportes de los traba-jadoresactivos,esdecirlosmsjve-nes de la sociedad. Como estos recursos nosonsufcientes,elrestante44%es aportadoporlacontribucinquetoda la poblacin realiza a travs del pago de impuestos, entre ellos el IVA. Esto per-mite incluir en el marco de la seguridad socialyconpolticasdeavanzada,de-rechos de carcter no contributivos que sonesencialesparagarantizarunpiso de proteccin social, siendo el ejemplo ms trascendente en ese sentido el de la asignacin universal por hijo.Pararecomponereinstitucionalizarel rgimen de las jubilaciones y pensiones una parte central del sistema de Segu-ridad Social, an reconociendo que todo lo que se haga siempre ser insufciente, fueron llevadas adelante tres estrategias centrales.Laprimerasegarantizpor medio de la Ley de Movilidad Jubilato-ria, asegurando dos aumentos anuales para el haber de los jubilados, luego de Inversiones con rentabilidad social para el paspor Diego BossioDirector General de GESTARunadcadadeestarcongelado.Ense-gundo lugar se puso en marcha el Plan de Inclusin Previsional que posibilit la incorporacin de ms de 2.500.000 jubi-ladosexcluidosporelviejosistema,lo que nos permite tener la tasa de cober-tura previsional ms amplia de Amrica Latina. Por ltimo, se impuls el aumento delasjubilacionesmnimasdemanera signifcativa de forma tal de mejorar sen-siblemente la distribucin del ingreso ga-rantizando un piso.Lasestrategiasdescriptasfueronposi-bles porque el sistema de seguridad pre-visional increment sus ingresos por el fuerte crecimiento del empleo registra-do, por los supervit operativos, y por la universalizacin del sistema de reparto solidario,quehizoquelosfondosque antes gerenciaban las AFJP con comi-siones que en algunos casos llegaban al 40% pasaran a ser parte de los ingresos corrientes de la ANSES.El Fondo de Garanta y SustentabilidadElFGSesunagarantadepagopara el sistema de Seguridad Social, en par-ticularparalosactualesyfuturosjubi-lados. Es un fondo anticclico, pensado paracontingenciasyespecialmente para actuar frente al progresivo avance del envejecimiento poblacional a fn de evitarrecortesenderechosadquiridos como pasa actualmente en Europa. El mismo se formo luego de la consoli-dacin de los supervit operativos de la Ansesdesdeel2008enadelante,ms losahorrosdelostrabajadoresargen-tinos que anteriormente administraban las AFJP.El FGS se sustenta en inversiones de me-diano y largo plazo en base a los criterios de seguridad, rentabilidad y transparen-cia. Una de sus principales medidas fue la repatriacin de activos invertidos fue-El FGS invierte en el sector pblico, al igual que los principales fondos previsionales del mundo. Con respecto a este tipo de inversiones, Argentina est incluso por debajo de Estados Unidos, Espaa y Japn y al mismo nivel de Noruega y Dinamarca en lo que aporta al fnanciamiento en estos sectores. Muchas de las inversiones se realizan con un estricto criterio de rentabilidad social y en reas estratgicas para el futuro del pas, porque el crculo virtuoso al que se aluda, posibilita empleo formal, y este permite aumentar la recaudacin y as aumentan los aportes previsionales.EDITORIAL| 5Los jubilados argentinos son propietarios con derechos econmicos y polticos de una parte del capital de un total de 41 empresas locales.ra del pas para generar proyectos nacio-nales y fomentar el trabajo argentino. Tiene una constante vocacin para ge-nerar un crculo econmico virtuoso, el cual se logra a travs del fnanciamiento del sector pblico y del apoyo, mediante inversiones, al sector privado.El FGS invierte en el sector pblico, al igualquelosprincipalesfondospre-visionalesdelmundo.Conrespectoa este tipo de inversiones, Argentina est inclusopordebajodeEstadosUnidos, EspaayJapnyalmismonivelde NoruegayDinamarcaenloqueapor-taalfnanciamientoenestossectores. Muchasdelasinversionesserealizan con un estricto criterio de rentabilidad socialyenreasestratgicasparael futurodelpas,porqueelcrculovir-tuoso al que se aluda, posibilita empleo formal,yestepermiteaumentarlare-caudacinyasaumentanlosaportes previsionales.Esta relacin virtuosa que combina y fo-menta un vnculo dinmico entre lo p-blico y lo privado, se manifesta en varios proyectos asociados a la tenencia accio-naria de empresas locales, las cuales no son ni ms ni menos que ttulos valores que representan el derecho patrimonial de un accionista sobre el capital social. Esdecir,losjubiladosargentinosson propietarios con derechos econmicos y polticos de una parte del capital de un total de 41 empresas locales.Podemos ahondar an ms dentro de la esencia de las fnanzas para fnalmente darnoscuentaquelasjubilacioneses-tn garantizadas al participar en la ge-neracin de riqueza de diversos sectores econmicos.Porejemplo,lasinversio-nes en empresas que representan la casi totalidaddelaproduccinnacionalde aluminio y acero laminado. Tambinesdableresaltarlaparticipa-cin en empresas industriales dedicadas a la produccin de sistemas de climatiza-cin de automotores, de electrnica, de plsticos, de alimentos deconsumomasivoy de cemento portland. Laapuestaalasnue-vastecnologasdela comunicacinessig-nifcativa,almantener inversionesenempre-sasquebrindanservi-ciosdetelefonacelularal35%delos usuarios y que llegan con Internet a las casas de 2,5 millones de argentinos.En materia energtica, el FGS no sola-mentefnancianuevainfraestructura, sino que tambin participa como dueo en empresas que transportan el 95% de laelectricidadycasiel100%delgas consumido, que distribuyen gas natural a ms de 5 millones de hogares, que pro-veen electricidad a 3,5 millones de casas, quegeneranel20%delaelectricidad delpasyqueparticipanenlaindus-triapetrolera.Obrastanemblemticas como Atucha II, Yaciret o la Autopista Rosario-Crdoba fueron concluidas por la inversin desde el FGS. Un caso para destacar en tal sentido es la participacin del FGS en el fdeicomiso NASA, el cual representa una inversin de $ 7.759,8 millones, que posibilita f-nanciar las obras de construccin, fnali-zacin y puesta en marcha de la Central Nuclear Atucha II (745 MW/h). Pero el gran impacto econmico de la inversin, no es slo la ganancia obte-nida por financiacin, sino que la pro-pia inversin hace factible de modo di-recto el mantenimiento de las fuentes de trabajo, tiene efectos positivos en la recaudacin impositiva, en la produc-cin de energa denominada limpia yenelincremento gradual en la auto-noma de la Nacin en materia energ-tica.Enrelacinalem-pleo,laetapade construccininvo-lucraramsde 5.000 personas y la etapa de operacin, a ms de 350 personas. Este es un ejem-plo claro y contundente de la apuesta en la interaccin dinmica entre lo pblico y lo privado.Esimportanteconocerque,comoel crecimiento necesita fnanciamiento, el FGStambinparticipaencompaas delsectorfnanciero,lascualestienen en cartera un 43% de los crditos totales del sector privado y un 60% de los hipo-tecarios. A su vez, concentran el 42% de los depsitos privados y casi el 50% de las colocaciones a plazo fjo.Eseapoyoqueluegoreditaentre otrascosasencrditosparaelsector hipotecario, tambin se invierte en em-presas que transportan o mantienen las rutas en condiciones para que millones de argentinos puedan desplazarse de un lugar a otro.Comolosladrillosformanpartede nuestra cultura del ahorro, el FGS tiene presenciaenelmercadoinmobiliario pormediodesustenenciasenfrmas Pero el gran impacto econmico de la inversin, no es slo la ganancia obtenida por fnanciacin, sino que la propia inversin hace factible de modo directo el mantenimiento de las fuentes de trabajo, tiene efectos positivos en la recaudacin impositiva, en la produccin de energa denominada limpia y en el incremento gradual en la autonoma de la Nacin en materia energtica.6 | GESTAR | agosto-septiembre 2011La suba de los haberes, ao por ao Porcentajes de aumentos (Ley de Movilidad Jubilatoria)20151050MARZOSEPTIEMBRE MARZOSEPTIEMBRE MARZOSEPTIEMBRE2009 2010 201111,697,348,2116,9017,3316,82TOTAL 2011: 37,06%TOTAL2009-2011:107,87%TOTAL BENEFICIARIOS6.826.000MNIMA JUBILATORIA (SIN CONTAR $45 DE SUBSIDIO DEL PAMI)$ 1227,78 $ 1434,29INVERSIN SOCIAL EXTRA DE ANSES$ 20 MIL JUBILADOS Y PENSIONADOSDESDE MARZO2011DESDE SEPTIEMBRE2011MILLONES ANUALESFuente: ANSESLa suba de los haberes, ao por ao Porcentajes de aumentos (Ley de Movilidad Jubilatoria)20151050MARZOSEPTIEMBRE MARZOSEPTIEMBRE MARZOSEPTIEMBRE2009 2010 201111,697,348,2116,9017,3316,82TOTAL 2011: 37,06%TOTAL2009-2011:107,87%TOTAL BENEFICIARIOS6.826.000INVERSIN SOCIAL EXTRA DE ANSES$ 20 MILJUBILADOS Y PENSIONADOS$ 1434,29MNIMA JUBILATORIA (SIN CONTAR $45 DE SUBSIDIO DEL PAMI)$ 1227,78 DESDE MARZO2011DESDE SEPTIEMBRE2011MILLONES ANUALESFuente: ANSESEn materia de jubilaciones este ao habr un incremento del 37,06%. La me-dida alcanza a casi 7 millones de jubilados y pensionados, lo que implica para las cuentas pblicas una inversin social anual extra de $ 20 mil millones que saldrn del presupuesto del ANSES. Es de destacar que los haberes jubilato-rios mejoraron desde 2003 cuando los jubilados cobraban $150 un 856%. Medido en moneda estadounidense, el ingreso de los jubilados se increment un 361%, ya que en 2003, equivala a U$S 75. Si se compara el poder adquisi-tivo del haber jubilatorio con el valor de las canastas bsicas de la Argentina y de otros pases de la regin, un jubilado argentino puede comprar 15 veces y medio la canasta bsica en Argentina; 10,5 en Brasil;7,3 en Uruguay y 7 en Chile. Este es el tercer ao consecutivo en el que se aplican los dos aumentos semestrales, acumulando desde marzo de 2009 una mejora del 108%. Todas estas medidas apuntan aelevar el grado de inclusin social de la pol-tica previsional mantenida desde 2003, teniendo como consecuencia directa, queactualmente,nuevedecadadiezadultosenedaddejubilarse,hayan podido acceder a su jubilacin. lderes con presencia preponderante en rubros como centros comerciales, edif-cios residenciales, ofcinas y complejos urbanos integrales.Todoestonosllevaaobservarquelas inversionesenaccionesestnlejosde convertirse en inversiones especulativas ajenasalprocesoproductivo.Lacrisis fnanciera global que estall en el 2008 fueproductodeunamiradamezquina yparcializadaqueseapartcomple-tamentedelasbasesfundacionalesde las fnanzas y por ello el FGS no sufri variaciones importantes.Desde su constitucin, el FGS no se des-prendi de ninguna de sus participacio-nes accionarias locales obteniendo una gananciademsde$14.000millones en estos dos aos. Asimismo, se han co-bradomsde$1.100millonesendivi-dendos sumando los aos 2009 y 2010 y se espera cobrar ms de $1.000 millones durante este ao. Al mismo tiempo, esta tenenciapermiteasegurarlasolvencia del rgimen jubilatorio con el fujo futu-ro de ingresos derivados de actividades productivas claves para el pas.Si bien muchos de estos activos no son lquidos,elresultadoconcretoentr-minosderentabilidadsocialyrentabi-lidadeconmicaposibilitaquelosfon-dos previsionales crezcan cada vez ms, que la inversin institucional produzca msempleo,msinversionesyobras paraelpas,quemejorelarelacinde aportantesrespectoabenefciariosen el largo plazo y que adems Argentina tenga previsibilidad frente a crisis recu-rrentes. Estamos ante el enorme desafo de cons-truir nuestro futuro con responsabilidad, previsibilidadyseriedad.Aprendimos de los errores del pasado, y estamos de-cididos a consolidar un proceso de inclu-sin social ms amplio y de crecimiento econmico slido y sustentable para no-sotrosyparalasfuturasgeneraciones. Eso es lo que llamamos rentabilidad so-cial para el pas. EDITORIAL| 7Enlosltimosaossehavueltoco-mn hablar del proyecto nacional porque los argentinos hemos tomado conciencia de que las polticas pblicas que se vienen implementando en nuestro pas desde el ao 2003 forman parte de una estrategia pensada para el desarrollo delaNacin.Estonoesuneslogande campaa ni una expresin de deseos sino simplementeelreconocimientodeuna concepcin de la poltica que implica una mirada estratgica sobre el conjunto de las polticas pblicas.Ensamblemoslaspiezasdeeste rompecabezas que hemos dado en lla-mar proyecto nacional. Nos gua una lgicatrascendente:laaplicacindel modeloperonistadegestindelop-blico amalgamada con una concepcin concretadelpueblo,conlasinstitucio-nesdelademocraciayconunavisin estratgica de largo plazo. Cualquier persona o institucin (pbli-ca o privada), al momento de realizar una planifcacin,tieneencuentaunaserie defactoresquepermitendetectarque lasdecisionesnosetomandemanera desconectada, sino que se enmarcan en unalgicaconcreta:siempreseanaliza el pasado (aciertos y errores) y se apren-de de la experiencia; se toma nocin del presente(recursos,debilidades,opor-tunidades,desafos)paraestablecerun punto de partida; y se concibe el futuro (objetivos,metas,potencialidades)para defnir el horizonte hacia el cual se quie-re llegar en un determinado plazo. Pero lo trascendental en un proyecto nacional es que incluya a la totalidad de su base de sustento; un proyecto poltico, econ-Por qu es importante la construccin de un proyecto poltico nacional?mico y social debe contener a la sociedad como un todo: a los que ms y a los que menos tienen, pasando por aquellos que se ubican en una situacin intermedia.LaArgentina,desdeel25demayo de 2003, fecha en la que asumi la pre-sidenciaNstorKirchner,seencuentra guiadaporunproyectoconcretodein-clusinsocial,crecimientoyapuestaal futuro. Las polticas que se implementa-ron y se siguen implementando expresan esa lgica: se ha aprendido del pasado, se ha partido de un presente que se ha modifcado y hay una meta clara cuyo al-cance presenta an numerosos desafos.El proyecto nacional del siglo XXEl primer centenario de nuestro pas estuvo defnido por la construccin del Estadoylasinstitucionesdelademo-cracia.LaArgentinademarcsusre-glasdejuegoyestructur,enfuncin de suspotencialidadesylaspresiones externas,unmodeloeconmico,po-lticoysocial.Eneltrnsitohaciael segundo centenario nuestro pas se en-contr con la Primera Guerra Mundial, con el fenmeno de la industrializacin del extranjero con demandas concretas de materias primas para los pases de la reginyconlainstitucionalizacinde la democracia. A principios de la dca-da del cuarenta, el rol de la Argentina pareca estar defnido, pero la Segunda GuerraMundialmsunaseriedefe-nmenosendgenos(granporcentaje delapoblacinconsusderechosso-ciales postergados, estancamiento de la economa e instituciones democrticas agotadas) forzaron un cambio.Enmarcado en esa coyuntura, y lue-godeaosturbulentosyunasuspen-sin temporaria del rgimen democr-tico,dentrodelgrupodeofcialesen el gobierno de entonces se destac el coronel Pern, quien se convirti en Se-cretariodeTrabajoyPrevisin.Pern sediferenciabadesusparesporque tenaunacomprensinsuperiordela poltica,productodesuformaciny suactuacinconcretaenmediaciones polticas como emisario del Poder Eje-cutivoenconfictoslaborales.Dadala extensin de este artculo, no podemos detenernos en los detalles de la doctri-na peronista ni en sus orgenes, pero de todos modos cobra especial relevancia explicar el aporte fundamental que rea-liz Pern dentro de su concepcin de lapoltica:elconceptodeComunidad Organizada,quenospermiteevaluar laimportanciadequelasociedaden suconjuntoyconsusmaticesestin-mersaenunproyectoqueasuvezla represente y la trascienda. Pern consideraba a la Nacin como una Comunidad Organizada, en la cual deban representarse los roles del gobier-no,delEstadoydelpuebloorganizado (organizacioneslibresdelpueblo).Esta concepcin se apoya en tres pilares b-sicosquesostienenestaamalgamaso-cial:lajusticiasocial,laindependencia econmica y la soberana poltica. Es el pueblo organizado libremente el que eli-ge un gobierno para que tome las riendas yorganiceelEstado,quedebegober-por Mauricio MazzonDirector Ejecutivo de GESTAR8 | GESTAR | agosto-septiembre 2011queeljusticialismohabalogradoesta-blecer.Noobstante,esdestacableque hasta1976losprincipaleslogrosdelos gobiernos peronistas no pudieron ser eli-minados, ya que no se cambi la matriz de crecimiento que el justicialismo puso en marcha, mantenindose la fuerte im-pronta industrial y desarrollista. Elverdaderopuntodeinfexinse produjoconelviolentogolpemilitar de 1976, en el que comenz el desman-telamientodelmodeloperonistacon lareversindelprocesodeindustria-lizacin,elfomentodelaimportacin indiscriminada y el cierre de empresas yfbricasnacionales.Estoprovocel aumentosostenidodeldesempleoyla elevacin de los porcentajes de pobres e indigentes, que tuvo su mayor impacto en los cinturones urbanos de las grandes ciudades.Elretornodelademocracia encontr a un gobierno sin respuestas y que opt por la continuidad de polticas regresivas, las que se agudizaran an ms con quien reemplaz a Alfonsn en el poder.Ladcadadelnoventaesuncap-tulotristedenuestrahistoriapuesun gobiernoqueenarbollasbanderas del peronismo y prometi recuperar la sociedadigualitariadeantao,enla prcticadiolaespaldaalvotopopu-larygenerlascondicionesparaque nuestropas,en2001,tocarafondo, condenandoasamsdelamitadde lapoblacinalapobrezayauncuar-todeellaaldesempleo.Fueronaos turbulentos en el pas, pero esta vez la solucin, por fortuna, lleg a travs de la poltica democrtica. Luego de cinco presidentes de transicin, result electo porelvotopopularNstorKirchnera mediados del ao 2003.A partir de entonces, la poltica volvi aocuparelcentrodelaescena.LaAr-gentina se despert de la pesadilla que indicabaquelaeconomademercado deba ser la gua del desarrollo (desigual, por cierto) y se comenzaron a tomar deci-siones de una ostensible matriz peronista. A modo de resumen podra decirse que, a partir de 2003, se cumpli nuevamen-teconlaVerdadPeronistaN13:Un gobiernosindoctrinaesuncuerposin nar en favor del pueblo; no hay otro or-den posible, de acuerdo con la doctrina esbozadaporPern,paraconcretarlos objetivosnacionales.Paraella,tantoel gobierno como el Estado son esclavos del pueblo y deben obedecer a su repre-sentacin y a sus cambios.Este es uno de los principales aportes intelectuales de Pern, fundamento del pensamientoylaaccinJusticialista. Sin Comunidad Organizada la felicidad del pueblo, el nico sujeto al que debe representarlapoltica,setornaimpo-sible.Guiadosporestaconcepcinde la sociedad, los primeros dos gobiernos peronistas llevaron a cabo la integracin del tejido social, concibiendo la econo-maalserviciodelbienestarpopular, fomentandolaindustrializacinylle-vando a cada rincn del pas la justicia social, no como una promesa, sino como una realidad efectiva.Enlneaconlaconcepcindeuna sociedad integrada, los dos primeros go-biernos peronistas centraron sus esfuer-zosenlaaccinsocialyenlabasede sustento del futuro: la planifcacin. Esta planifcacin estuvo basada en dos pla-nesquinquenales.Elprimerodeellos (llevado a cabo en el perodo 1947-1951) sentloscimientosparaladiversifca-cinproductiva,cambiandoelrumbo denuestropasdesdemeroproductor de materias primas hacia un camino de industrializacin por sustitucin de im-portaciones, en el que organismos como elIAPI(InstitutoArgentinodelaPro-duccin y el Intercambio) cumplieron un rol fundamental. Adems, durante esta etapa se nacionalizaron servicios pbli-cos bsicos (gas, telefona, ferrocarriles, fotamercante,entreotros)yelBanco Central. La construccin de infraestruc-turasocialatravsdelaobrapblica provocunaverdaderarevolucin:se levantaronmilesdenuevasescuelas, viviendas,kilmetrosderutaseinfra-estructura sanitaria.Unavezevaluadoslosaportesdel primer plan, se llev a cabo, a partir de 1953, el Segundo Plan Quinquenal, que tuvoporobjetivofomentarlainversin pblica y privada para fortalecer la matriz energtica,detransporteydemaqui-naria bsica para el desarrollo industrial desegundogrado.Lamentablemente, elgolpedeEstadode1955truncel plan, que termin por ser vctima de la implementacindeunalgicadego-bierno alejada del bienestar social y del desarrollo nacional.Comoresultadodeestapolticadel peronismo,losindicadoreseconmicos, socialesylaboralesdieronungirode ciento ochenta grados en la Argentina:Elcrecimientoanualprome- diodelPBIfuede3,5%entre1946 y 1955;Elcrecimientodelsalariorealindustrial fue de 38,9% entre 1946 y 1955;El salario real de los trabajadoresrurales se cuadruplic en ese lapso (se estableci el Estatuto del Pen Rural y hubo ajustes salariales);Elsalariorealpromediodelaeconomaseduplicentre1946y 1955;En1944elrgimenjubilatorioalcanzabaamediomillndeperso-nas;en1955,amsde15millones de personas (casi a todos los obreros, empresarios y profesionales);En1945existan500sindicatos(agrupados en 3 centrales obreras) y tenan un milln de afliados. En 1955 la CGT conglomeraba a 2500 sindica-tos que tenan 6 millones de afliados;Se construyeron ms de 1000 es- cuelas.El proyecto nacional del siglo XXILuegodelgolpedelao1955,para nuestropasfuecomplejoarticularun proyecto nacional que tuviese como base a la Comunidad Organizada, ya que las polticas autoritarias, represivas y de des-truccindeltejidosocialalcanzadoen laArgentinaenlasdcadassiguientes, con la excepcin de los breves retornos delademocracia(FrondizieIllia)yel corto perodo de gobierno de Pern des-de 1973 hasta su muerte, deterioraron la estructuraeconmica,polticaysocial EDITORIAL| 9alma. Por eso el peronismo tiene su pro-pia doctrina poltica, econmica y social: el justicialismo.A paso frme y con absoluta decisin poltica,losgobiernosdeNstorKirch-neryCristinaFernndezdeKirchner retomaron el pensamiento justicialista y generaron las condiciones para volver a poneranuestropasenlasendadeun proyecto nacional, con objetivos, planes y desafos por conquistar. Ellos concreta-ron la reconstruccin del tejido social y la recuperacin de la Comunidad Organi-zada. Se puede decir mucho al respecto, pero un fragmento de un discurso de la Presidentasirvecomoresumen:Con trabajosolotampocoalcanza,necesita-mosrecursosparaconstruirmscasas, ms pavimentos, ms cloacas, ms agua potable, para hacer ms igual a la Argen-tina. No porque todos seamos iguales, no somos todos iguales, habr algunos que lesgustartrabajarmsomenos,con ms o menos inteligencia, ms o menos talento, pero lo que estamos obligados a darles a todos los argentinos sin excep-cin son las mismas oportunidades para crecer, para desarrollarse, para tener tra-bajo, estudio, casa, presente y futuro. Ese debe ser el compromiso de todos.Esta nueva etapa de bienestar social, en la que se trabaja para recuperar las deudas polticas, econmicas y sociales demsdetresdcadas,secaracteri-zaporposeerunaclaravisinestra-tgicaquedefneprioridadesymetas. Este cambio responde a una nueva co-yunturanacionaleinternacional.Hoy laeconomanopuedeserplanifcada como entonces, los mecanismos econ-micos y fnancieros cambiaron, as como la integracin mundial y las relaciones internacionales. Esta es la fase de la ar-ticulacin pblico-privada y del modelo deacumulacinproductiva,endonde elEstadoorientalaactividadecon-mica,previniendodesigualdades,ga-rantizandolainfraestructurasocial,la expansindetodoslossectoresdela economa,laintegracinregionalyla redistribucin del ingreso.Graciasaesteimpulsoyvisin, laArgentinatransitaporunproyecto nacionalsustentadoporpilaresfunda-mentales.Muchosdeellosloshemos expuesto desde Gestar en el libro Tres banderas, una gran Argentina. A modo de resumen, podemos mencionar algu-nos hitos, ordenados segn los tres pi-lares del justicialismo: EnJusticiaSocial: igualdada travs de la Asignacin Universal por Hijo y Embarazo; educacin a travs de la Ley de Financiamiento Educa-tivo,nuevasuniversidadesnaciona-les,elretornodelasescuelastcni-cas,msde1200nuevasescuelas, 800.000 netbooks repartidas a travs del Programa Conectar Igualdad; de-rechos humanos; previsin social con ms de dos millones y medio de nue-vos jubilados, movilidad; agua y cloa-cas para millones de argentinos.EnIndependenciaEconmica: desendeudamiento; diversifcacin de la matriz energtica (Yacyret y Atu-cha II son ejemplos de ello); fomento de la industria nacional y pequeas y medianas empresas; recuperacin de losfondosdelaANSESparaelde-sarrolloproductivo;empresaspbli-cas; obras pblicas estratgicas y con fuerteraigambreenlaconectividad territorial y el federalismo.En Soberana Poltica: un Estado fuerte; pago al FMI; avance de la cien-cia y de la tcnica, el retorno de ms de 800 cientfcos y un nuevo satlite en rbita; integracin regional con el fomentodelMercosurylaUnasur; nuevas pautas de relacionamiento in-ternacional y rol activo en los organis-mos internacionales.La importancia de un proyecto nacionalEn los hitos sealados anteriormente se evidencia que nuestro pas est pro-fundizandoelproyectonacional.Enla evaluacin de los perodos de crecimien-to del PBI puede verse con claridad que haysolodosgrandespicosensuevo-lucin,ambosengobiernosperonistas (verelartculodeRobertoAriasenla revistaGestarN1).Noescasualidad que esto ocurra, no hay vientos de cola o suerte en la gestin de un pas: solo en dos momentos, en 1974 y en la actuali-dad, nuestro pas se acerc al ffty-ffty en la distribucin del ingreso. Lasociedadargentinavacaminoa reconstituir la Comunidad Organizada de los dos primeros gobiernos peronis-tas. Hoy cobra sentido formar parte de un proyecto que incorpora a todos, achi-candolasbrechassociales,apostando por planes estratgicos y con visin de futuro. Gracias a la recuperacin de la poltica tenemos un proyecto en el que creer y trabajar.Hay muchos objetivos para concretar en los aos que siguen: apostar an ms fuerte al progreso de la ciencia y la tec-nologa,diversifcarlasexportaciones, incorporar valor agregado a los produc-tosyseguiravanzandoenladistribu-cin del ingreso son solo algunas de las acciones necesarias para intensifcar un proyecto nacional con visin estratgica e inclusiva.Esmuyvaliosoformarpartedeun proyecto,yenlaactualidadpodemos vivenciarlo.Lasrealizacionesdeestos ltimos ocho aos deben ser el puntapi inicial para no retroceder y poner defni-tivamente a la Argentina en la senda del crecimiento y el desarrollo. El desafo est en nuestras manos. Las acciones para lle-varlo a cabo, tambin. 10 | GESTAR | agosto-septiembre 2011Cuando surgi el proyecto de elaborar una re-vista tenamos presente que en el peronismo hansidoinnumerableslasexperienciasde este tipo, de las cuales todos nosotros somos here-deros directos. Sera imposible hacer un relevamiento que abar-que la totalidad de las publicaciones que surgieron al calor de las luchas populares. Trataremos de rea-lizar un breve repaso de las ms emblemticas. Comenzaremos mencionando Hechos e Ideas, re-vista que se public por primera vez entre 1935 y 1941 como expresin del radicalismo, y que reapa-reci luego desde 1947 hasta 1955. En esta segunda etapa alberg mltiples voces que intentaron pre-cisar la doctrina del peronismo y que bsicamente estaba dirigida a una militancia activa. Escribieron hombresqueprovenandeexperienciaspolticas disparesydediferentesformacionesideolgicas, como Jos Mara Rosa, Miguel Unamuno, Ral Sca-labrini Ortiz y John William Cooke.Entre1951y1955apareciMundoPeronista,un rganodeadoctrinamientoydifusindelaEs-cuela Superior Peronista. Su objetivo era realizar una labor pedaggica y doctrinaria a fn de con-cientizar al pueblo de que los benefcios y mejoras, obtenidas de las transformaciones en marcha, im-plicaban necesariamente una participacin activa en su defensa.Una curiosidad de esta publicacin y que expresa claramente el espritu de la poca, o por lo menos el que vivencibamos quienes estbamos de este lado, es que ningn redactor frmaba con su propio nombre. Se utilizaban seudnimos o iniciales o di-rectamente las notas iban sin frma. Esto no respon-da a un afn por mantenerse annimos, pues todo elmundosabaquinesescribanenella.Entre otros, los autores eran Amrico Barrios, Armando Cascella y Elas Castelnuovo.La misma revista explica, en el nmero 32, el por qu de tal determinacin: Los redactores de la re-vista son ciudadanos peronistas que escriben para lamasaciudadanadelmovimientoperonista,ra-zn por la cual esa produccin no tiene propietario, puesto que quienes la realizan renuncian inclusive al derecho de propiedad intelectual que por las le-yeslescorrespondesobrelamisma.Portanto,el Herederosde un rico pasadoEn sus casi siete dcadas de historia, el peronismo gener un intenso movimiento cultural. En este orden, las publicaciones grfcas son el exponente ms representativo de las luchas y la resistencia de nuestro movimiento.HISTORIA| 11material que publica esta revista, por el solo hecho deaparecerennuestrascolumnassereconvierte en un patrimonio social que tiene por destinatario al pueblo.YaentiemposdeLaResistencia,laincipiente Juventud Peronista integrada por Cacho El Kadre, Jorge Rulli, Gustavo Rearte y Carlos Caride, entre tantos otros entraables militantes, edit la revista Trinchera Peronista con un alto contenido poltico y doctrinario que planteaba de manera intransigen-te la vuelta incondicional de Pern al pas.Entre las innumerables revistas de los 70 mencio-naremos Militancia, importante publicacin de la izquierda peronista que dirigi Ortega Pea; o la famosa Envido, tambin ligada a la izquierda pe-ronista,dirigidaporArturoArmadayenlaque escribieronHoracioGonzlezoJosPabloFein-mann, que intent sintetizar tres experiencias po-ltico ideolgicas como el peronismo, el marxismo y el cristianismo.Ya en los 80 surgi la revista Lnea, fundada por Pepe Rosa, cuyo lema era La voz de los que no tie-nen voz y que se opuso tenazmente a la dictadura militar iniciada en 1976.Retornadalademocracia,larevistaUnidos,diri-gida primero por Chacho lvarez y ms tarde por Mario Wainfeld all por el 83, reuni a un grupo de pensadores extraordinarios que abrieron nue-vamente el debate poltico en la Argentina. Hasta llegar a las actuales Desafos, en la que escriben, entre otros, Daniel Filmus y Carlos Tomada, o Mo-vimiento, dirigida por Antonio Cafero.Tal como puede verse, existe una riqusima histo-ria que nos precede.Todas estas publicaciones tuvieron algo en comn, pues trazaron una lnea que delimit claramente dosgrandescampos:uno,elquebrillantemente durante dcadas dio en llamarse el campo nacio-nal y popular, cuyos objetivos fueron sintetizados por el peronismo cuando enarbol su consigna de luchar por una patria justa, libre y soberana. Otro, de cuyo lado quedaron las oligarquas y los gran-des grupos econmicos que, cuando gobernaron, suspolticasdieronlugaraunaNacininjusta, dependiente y colonizada.Nuestro primer objetivo es continuar con aquella lneadepensamientonacionalquenospermite abrirespaciosderefexin,repensarlaArgenti-nadesdeunaperspectivadondeelcentroesel hombre, donde la economa est al servicio de la poltica y donde la poltica es la herramienta para transformar nuestra sociedad y hacerla ms justa y ms igualitaria.El segundo objetivo que nos trazamos es plantar una idea, dejando claro que este gobierno lucha por imponer un modelo concebido desde una visin histrica e integradora. Vamos a precisar el conte-nido de este modelo, que a su vez es consecuencia de la presencia del Estado con una visin estratgi-ca de la economa, de la poltica y de lo social. Y vamos a difundir los logros del modelo que son innumerables y que no son el resultado del viento decolaafavor,delospreciosextraordinariosde las commodities alimentarias, o de la casualidad de la casualidad como algunos sostienen. Esos re-sultadossonlaconsecuenciadirectadeunplan de gobierno metdico, integral. Faltar mucho por hacer,podremoscorregirerrores,peroloimpor-tanteesquetrasmuchosaosdegobiernossu-jetosydependientesdelospodereseconmicos aqu estamos nosotros plantados y forzando a que esos intereses corporativos queden subordinados al inters colectivo. Finalmente, es preciso mencionar que Gestar fue creadaainstanciasdelmismoNstorKirchner, quienpensaba,aligualquePernallporlas lejanasdcadasdel40y50,quedebaexistir uninstrumentoquepermitieralaformacinde nuevos y slidos dirigentes para afrontar los de-safosporvenir.Sienalgopodemoscontribuir desdenuestrarevistaadichofinnosdaremos por conformes. 12 | GESTAR | agosto-septiembre 2011Entrevista a Eduardo Fellner, presidente de la H. Cmara de Diputados de la Nacin y actual precandidato a gobernador de JujuyEl tiempo que viene tiene como abanderada a una juventud que est ansiosa de comprometerse con los temas de la genteGESTAR: Qu lo llev a ser diputado y luego, Presidente de la Cmara? EDUARDO FELLNER: Creo que mi paso por el Poder Legislativo es un ciclo que est concluyendo. Yo quise ser Diputado Nacional para vivir una nueva experiencia despus de ser muchos aos Gobernador de la provincia de Jujuy. Me present con mucha con-viccin. Pero lo de acceder a la presidencia sobrevino despus. Se dio por una circunstancia y una decisin poltica (tambin) de la Presidenta, en la que segu-ramente debe haber infuido Nstor Kirchner, quien dejaba por entonces el Gobierno Nacional. G: La presidencia de la Cmara estaba siempre re-servada, en forma excluyente, para un diputado de laprovinciadeBuenosAires.Porqucreeque le dieron a usted, referente del Norte, esa enorme responsabilidad?EF: S, es una realidad; ha sido una norma de uso y costumbre que la presidencia de la Cmara haya esta-do reservada a la provincia de Buenos Aires y, alguna vez, a la Capital. Fue indito, ms all de quien haya ejercido el cargo, que una pro-vincia como Jujuy, con solo 6 representantes en un cuerpo de 257 diputados que componen la Cmara, haya podido presidirla. Creo que la decisin de la Sra. Presidenta y el apoyo del Bloque del Frente para la Victoria tuvo que ver con una posicin flosfca de cambio, de no someterse a reglas preestablecidas. Pudo haber infuido adems que rescataron la ex-periencia de varios aos en la Gobernacin de Jujuy y seguramente un estilo que marca mi persona: tengo convicciones fuertes pero hago del dilogo una forma o estilo de cons-truccin; no solo con el consenso sino tambin con el disenso. G: Cmo fue la experiencia de asumir la presidenciadelaCmaradeDiputados contando el ofcialismo con qurum propio y, luego de 2009, con esa ventaja perdida?Inicio de sesin preparatoria. 3 de diciembre de 2009.REPORTAJE| 13EF: Los primeros dos aos fueron muy interesantes polticamente, y desde el punto de vista legislativo, de mucha produccin. Ahora, cuando en 2009 hu-bo una renovacin parcial de la Cmara, cambiaron los nmeros y se complic la cosa (re). De todas maneras, nuestro Bloque mantuvo la presidencia en mi persona y, no sin esfuerzo, logramos sostener en general nuestra agenda y obtuvimos muchas victo-rias legislativas en temas complicados, que interesa-ron tanto al Gobierno como a la gente. La oposicin fuemuydurayenlaCmarahuboyhaylderes opositores con pretensiones presidenciales y varios candidatos a gobernaciones.G:Culeselbalanceenelfnaldeesecamino recorrido?EF: Como le deca, con la sensacin de que he cum-plido un ciclo en el que francamente no me ha ido mal. No voy a negar que hubo momentos de tensin y difcultades pero recog una experiencia que valoro muchsimo. A veces, cuando uno est en la vorgine de la tarea diaria se olvida de muchas cosas, pero en cuanto tiene un minuto para refexionar sobre lo que pas, valora la experiencia en forma incalculable. Sa-be por qu? Le cuento solo un ejemplo: todos los que fueron o quisieron, hasta hace algunos das, ser can-didatos a la presidencia de la Nacin estn o pasaron por esta Cmara. Y yo con ellos tuve la posibilidad de conversar, opinar, discutir, disentir. Por ejemplo, con Ricardo Alfonsn, Elisa Carri, Francisco de Narvez, Pino Solanas y Felipe Sol quienes luego declina-ron.Mehesentadocontodosyheintercambiado experiencias.Delamismamaneraheacumulado un gran conocimiento en todas las oportunidades en quepudeescuchar,reci-biropiniones,aprender depresidentesdeotros pases, como cuando es-tuve reunido con Lula Da Silva (Brasil), Evo Morales (Bolivia), Felipe Caldern (Mxico), Mahmoud Abaas (Autoridad Palestina) y Bashar Al Assad (de la Repblica rabe de Siria), en-tre otras autoridades de los mbitos legislativo y judi-cial y personalidades de la economa y la cultura.G: Y fue reconfrmado ao tras ao en su cargoEF: S, claro. Porque, en 2009, el voto popular cam-bi un poco la relacin de fuerzas y ah fue cuando tuve el mayor aprendizaje para saber cmo se go-bierna; cmo se maneja el poder; y las cosas que se pueden hacer pese a la incredulidad de muchos Y aun con ese escenario, segu siendo ratifcado por unanimidad o amplia mayora. Y transitamos as to-daslasetapas:lamsproductivaeinicial,conun ofcialismo con qurum propio, y la posterior, en la que un virtual Grupo A del conglomerado oposi-torparecapoderimponerlaagendalegislativay, como suele suceder en poltica, el paso del tiempo demostr que esas expectativas se escurran como agua entre las manos.G:Qucreequepodemosesperardeunnuevo gobierno de Cristina Fernndez? EF: Estoy convencido de que tenemos una Presiden-ta de lujo y una candidata que est en condiciones de ganar en primera vuelta. Pero por sobre todas las cosas, una candidata dispuesta a seguir luchando por los argentinos con mucho sacrifcio. Es admirable su vocacin. Pienso que es muy duro lo que le ha pasado, al menos as atestiguan ese enorme dolor las mujeres jvenes que perdieron a su compaero y ms an ella, sometida a las presiones de su cargo. As y todo veo que hace un permanente esfuerzo por transpa-rentar, desde su discurso, una forma de ser, de sentir y de pensar. Y estoy seguro de que tiene la fortaleza para encarar las transformaciones que faltan.G: Ya instalado como precandidato a Gobernador deJujuyporelFrenteparalaVictoria,quex-pectativas despierta en usted ese nuevo desafo de administrar la provincia?EF: Tengo dos certezas: quiero volver a Jujuy, pero no para lo mismo. Vengo haciendo un anlisis, personal en primer lugar, y luego con asesoramiento de profe-sionales, y he llegado a la conclusin de que alcanzada la tan demandada y muy necesaria etapa de estabiliza-cin institucional de Jujuy, ahora es tiempo de encarar transformaciones de fondo. Hay algo seguro, que tiene su raz en la actual gestin y en las anteriores. Y es que, si as se lo propone, elJusticialismopuede seguir ganando eleccio-nes, manteniendo lo he-cho; es decir, tratando de gobernarbien,distribu-yendo la riqueza lo mejor posible y haciendo las obras pblicas necesarias. En esta oportunidad, apuesto a amplifcar la propuesta electoral con un programa integral de gobierno. Jujuy se merece un nuevo gobierno con ideas claras, distin-tivas y actualizadas. Que le podamos decir a la gente qu vamos a hacer el da despus de que lleguemos para que nos acompaen a sabiendas de nuestros fu-turos planes de accin en caso de resultar elegidos. Para eso es que tenemos diagnsticos del clima social en Jujuy desde el ltimo semestre de 2010, que nos marcan que siguen en pie la demanda de empleo y de seguridad, la indisponibilidad de tierras y ciertos problemas de vivienda. Vemos que falta optimismo en la gente, sobre todo en aquellas localidades en las que no se ven cambios a futuro para los ms jvenes. Apuesto a amplifcar la propuesta electoral con un programa integral de gobierno. Jujuy se merece un nuevo gobierno con ideas claras, distintivas y actualizadas.14 | GESTAR | agosto-septiembre 2011Entonces, atentos a ese diagnstico, estamos desarro-llando respuestas que sern un verdadero rumbo de un posible gobierno, pero con propuestas superado-ras, no de violencia ni de protesta. Hay mucho hecho tambin con el respaldo del Gobierno Nacional. Basta analizar el impacto de algunas medidas llevadas a ca-bo en cumplimiento de polticas de Estado, como son la Asignacin Universal por Hijo; la ayuda especfca para las embarazadas; las escuelas construidas; y la potencialidad que tienen para Jujuy y la regin obras pblicas como el Paso de Jama, puerta a la integracin con el Corredor Biocenico.G: Jujuy tiene polticamente una tradicin bipartida-ria, de confrontacin permanente entre el peronismo y el radicalismo. Qu opinin le merecen las ltimas alianzas encaradas por ese partido centenario?EF: Veo como muy lamentable que los principales nombres del radicalismo, tanto en el orden nacional, conRicardoAlfonsnalacabeza,comoenelpro-vincial, con Gerardo Morales, hayan sido incapaces de construir una alternativa propositiva para sacar a ese partido del estado de letargo y falta de vigencia en el que ha quedado sumido, de la mano de una in-cesante prdida de poder territorial en todo el pas. No sin asombro, advierto diariamente como Alfonsn y el mismo Morales, quien es uno de sus hombres de permanente consulta, se involucran en rejuntados y ms bien revueltos opositores parecidos al ensayo parlamentario del Grupo A, animados por nin-gn otro motivo que no sea el de juntar algunos vo-tos para no pasar papelones. De hecho, a la alianza con Francisco de Narvez no le encuentro ninguna diferenciaconlohechoenlasltimaselecciones presidenciales, cuando lo llevaron a Lavagna enca-bezando la frmula, con Morales de vice.G: Por ltimo qu espera del aporte de los jvenes que,porejemploenJujuy,hanpodidocanalizar susidealespolticosatravsdeGESTAR,entre otras agrupaciones?EF:Hacepocomepreguntabancundocreaque podramoscomenzarapensarenserioenunare-forma poltica. Y contestaba que eso ocurrir cuan-do reformemos nuestras cabezas. Como dirigente poltico absorbido por la poltica, estoy intentando reformar mi cabeza (re). Y ahora ya tengo Twitter; una pgina de Facebook y un canal Youtube. Todo esopuedeversedesdemisitioofcialwww.eduar-do-fellner.com Ms de una vez me veo obligado a pedirle a mis hijos, que estudian en la Universidad, que me ayuden a contestar, a intercambiar opinio-nes bajo esa nueva forma que impone la tecnologa: ver qu dice la gente; qu piensa la juventud Es una nueva forma de hacer poltica y hay que saber adaptarseaella.Creoquehayunajuventudque estansiosadecomprometerseconlostemasque interesan a la gente, a la sociedad en su conjunto, una juventud que quiere ser escuchada, que quie-re participar y tener una oportunidad. Hay muchos jvenes que no solo tienen voluntad de trabajo, si-no que adems tienen nuevas ideas para aportar y de todo eso es que emergen experiencias como la de GESTAR. Experiencias que apuntan, entre otras cosas, a la formacin de cuadros dirigenciales, para que cuando ocupen posiciones de direccin y ges-tin, se consagre la idea de que no podemos seguir haciendopolticacomohicimosaveces:conlistas sbana;escondiendocandidatos;tomandoatajos con colectoras. Esos son los tiempos que vienen y que tienen como abanderada a esta juventud. Y la resistencia de nuestras generaciones no es ni ms ni menos que un problema de cabeza. Eduardo Alfredo Fellner(Ro Tercero, Crdoba, 1954). Casado y con tres hijos. Titular del PJ Jujuy, es peronista, abogado y jujeo por adopcin. En 1998, tras la renuncia de Carlos Ferraro, y cuando ejerca como presidente de la Legislatura de la provincia, asumi la Gobernacin de Jujuy. Un ao ms tarde, su corto pero valorado desempeo gan el respaldo de la sociedad jujea en las urnas, ya que triunf en las elecciones contra GerardoMorales.Delmismomodo,fuereelectoen2003,cuando tambin venci al dirigente de la UCR.Estoy convencido de que tenemos una Presidenta de lujo y una candidata que est en condiciones de ganar en primera vuelta.La Presidenta de la Nacin y nuestro entrevistado en la apertura de las sesiones ordinarias de la Cmara de Diputados de la Nacin. 1 de marzo de 2009.ANLISIS| 15Una mirada a vuelo de pjaro sobre el mundo tal y cmo se est conf-gurando en estos primeros aos del siglo XXI, revela el giro notable que se observa en varios pases de nuestra Amrica: si en la ltima dcada del siglo pasado fuimos ejemplo de gobiernos y sociedades funcio-nales al neoliberalismo, hoy, en cambio, quienes ejercen el poder del Estado y los nuevos bloques que encabezan la dinmi-ca social regional estn imponiendo otro curso. Lo que ahora vive la mayor parte de nues-tros pueblos es, por reaccin, el efecto de muchas tendencias simultneas de sectores y clases que se oponen a esa matriz nica para la organizacin social que pretenda imponer el ideario neoliberal. Lo que resul-ta admirable es que esos distintos rechazos a este discurso se den en sincrona; con una coincidencia temporal solo equiparable a la que se dio hace casi dos siglos cuando la Emancipacin. Esto es excepcional; recordemos que en-tre nosotros la norma ha sido la asincrona. Cuando el liberalismo sufri su mayor cri-sis histrica, con epicentro en el ao 1930, losanticuerposgeneradospornuestros pueblosparaevitarladisolucinsocial esdecir,losmovimientosnacionalistas populares nacieron y se desenvolvieron duranteunperododetresdcadassin compartir sus captulos de madurez: cuan-do unos recin surgan, otros ya entraban en decadencia. En la regin, ha vuelto a hablarse de socialismo: socialismo del si-glo XXI? Esto, por muchos motivos, ame-rita un debate.El ideario socialista y nuestra AmricaLos males del sistema capitalista generaron distintas formas de oposicin, retrgradas y progresivas. Frente a ellas, o a otras re-presentaciones similares del pasado y del futuro, el capitalismo asuma la realidad del presente histrico y prefera autodeno-minarse modernidad; parte de la cual, en efecto, expresaba, pero exhibiendo al pasar profundas grietas de barbarie en sus alardes civilizatorios.Si se quiere conocer la verdad del capi-talismo,hayqueobservarloenlascolo-nias, donde se pasea desnudo, sostena con irona Carlos Marx. Esto se inscriba en una tradicin iniciada a comienzos del siglo XIX: la de quienes reivindicaban otra posibilidad de ser de lo moderno, distinta de la cifrada en la dominacin del capital. Esta tradicin se llam socialista y recono-ci mltiples variantes, la principal de las cuales fue el marxismo. El apasionamiento que gener el socialis-mo marxista en tantos activistas y militan-tes anticapitalistas, seguramente no se de-bi a su ideario tal como poda expresarse en el rido texto de El Capital sino a las frmulas romnticas que menudeaban en el Manifesto Comunista, al estilo de aque-lla en la que el barbado profeta de la vida nueva invitaba a los proletarios a tomar el cielo por asalto. Haciendo una sntesis de interpretaciones (economa britnica clsica, resabios de la revolucin francesa y dialctica hegeliana), el marxismo proclam algunos principios El socialismo del siglo xxi: Ideas e implicanciasLas diversas formas de nuestro rechazo al neoliberalismopor Carlos Pieiro Iguez*queregiranalospartidosnacidosbajo su inspiracin. El principal era, sin duda, considerar que la burguesa, madre de la modernidad, se transformaba ahora en su enemiga, y la sociedad moderna del futu-ro solo poda ser encabezada por la nueva clase que el capitalismo haba engendrado: el proletariado, especialmente el industrial, concentrado en las grandes ciudades. Era una visin focalizada en el proceso social europeo, con la connotacin etnocntrica que el marxismo haba heredado de He-gel. Marginados de la historia moderna, los latinoamericanos deberamos ser incorpo-rados a ella al infujo de voluntades supe-riores Gran Bretaa, los Estados Unidos, pasando a ocupar papeles subordinados en la divisin mundial del trabajo.Todahistoriacontienesusparadojas;en la del socialismo, la ms llamativa es que lasideasmarxistasnoseimpusieronen los pases ms industrializados de Europa, sinoenaquelalqueMarxconsideraba ejemplodeatrasoydespotismoasiti-cos. La revolucin rusa sera el modelo real de otras experiencias que durante el siglo XX extendieron el socialismo por el mundo: la revolucin china, la revolucin vietnamita y la revolucin cubana fueron revueltas campesinas producidas en regio-nes perifricas. El socialismo tambin libr sus batallas en los pases centrales y las perdi, pues el enemigo capitalista occidental proporcio-naba a sus obreros un nivel de vida muy superioraldelosobrerossocialistas.El rgimen olvid en el camino sus ideales redentores: quien asumiera el signifcado 16 | GESTAR | agosto-septiembre 2011delemblemticoMuropodaintuirla derrota. El paraso que La Internacional haba pro-metido en sus versos y los juramentos de llevarlos a cabo, pronunciados por hones-tsimos militantes internacionalistas ante la tumba de su mentor en el cementerio de Highgate, quedaron en aguas de bo-rrajas.Elsistemaestabamadurandosuimplo-sin.Los nacionalismos populares latinoamericanosElproblemaprincipaldelasinterpreta-ciones americanas del socialismo es que tuvieronquecompetirconmovimientos radicalizados en las antiguas tradiciones polticas de la Emancipacin, que anclaban en nuestra propia historia de las ideas. No obstante lo cual, cuando ciertos elementos de la realidad histrica fueron movilizados para progresar en la modernizacin, con un ideario socialmen-teigualitaristaypro-motor de la autonoma econmicadecada pas, con la utopa de construir o reconstruir la nacin latinoameri-cana, las masas populares participaron en forma consciente de las empresas naciona-les que les proponan. De la mano de estos movimientos,denuestroscaractersticos nacionalismos populares latinoamericanos, las distintas patrias de nuestra Amrica vi-vieron sus mejores das.Aun respondiendo a dos principios polti-co-sociales comunes, como fueron el de la soberana nacional y el de la justicia social, los nacionalismos populares tuvieron mu-chos sesgos diferenciales, y hasta se dio el contrasentido de que no tuvieran relacio-nes entre s. O que las relaciones fueran malas. Pero es perfectamente posible es-tablecer los paralelos e infuencias entre el aprismo peruano, el varguismo brasileo, el Movimiento Nacionalista Revoluciona-rio boliviano, el cardenismo mexicano y el peronismo argentino, adems de distinguir rasgos menos pronunciados de la misma tendencia en el ibaismo chileno y el ve-lasquismoecuatoriano.Eldenominador comn en todos ellos fue la participacin de las masas populares, que con esos mo-vimientosyorganizacioneshicieronsu ingresoenlavidapoltica,adquiriendo ciudadana social y proyectndose, desde una identidad propia, en la lucha siem-pre inconclusa por la modernizacin de nuestros pases.Sinembargo,estaherencianacionalista popular, lejos de recibir una merecida rei-vindicacin, fue demonizada, incluso lleg a equiparrsela a los movimientos de ultra-derecha europeos, cuyo repudiable para-digma sera el fascismo. Aquellos naciona-lismos centrales, algunos expansionistas y racistas, eran, en realidad, la anttesis del nacionalismo defensivo de los pases peri-fricos. Por otra parte, en pocas ms cer-canas, se lleg a decir que, en un tiempo en el que supuestamente habramos arribado al fn de la historia, en plena globalizacin, hablardenacionesynacionalismosera segnciertocriterioentreacadmicoy meditico pura antigualla.Tal vez pudiera sospecharse que en este compactorechazoporlosnacionalismos populares, inclusive desde posiciones pro-gresistas, se practica el viejo truco de li-brar una batalla poltica en el terreno de la historia. En efecto, si se tiene un mediano control de las ideas que circulan tanto en las academias como en los medios de co-municacin no hay dimensin temporal ms fcil de modifcar que el pasado. En estecaso,adems,ladescalifcacinde los nacionalismos populares presenta una ventaja adicional: desvirtuar todo intento transformador respecto de las relaciones socioeconmicas.El caso argentinoEs de destacar que, en el caso argentino al menos, el nacionalismo popular pero-nista lleg a formularse a s mismo como una variante del socialismo, a la que muy comprensiblemente se le adicion el ad-jetivo nacional, quedando planteado el Sin embargo, esta herencia nacionalista popular, lejos de recibir una merecida reivindicacin, fue demonizada, incluso lleg a equiparrsela a los movimientos de ultraderecha europeos, cuyo repudiable paradigma sera el fascismo. socialismo nacional como forma propia de la utopa colectiva. La concepcin de la idea socialista en la Argentina era previa al peronismo, pero se realiz con l. El socialista Manuel Ugar-te, a mediados del siglo XX, exaltaba su conviccin de que el socialismo deba ser nacional, en oposicin al estril cosmopoli-tismo. No es casual que Ugarte haya cola-borado con el peronismo como embajador en Mxico y en Cuba en los ltimos aos de su vida. Cuando en 1945 el grado de movilizacin delasmasasperonistasrequerasuor-ganizacin bajo las formas de un partido poltico entre otras cosas para participar de las elecciones que se realizaran el ao siguiente, Pern propuso que se tomara como ejemplo, organizativo y hasta cierto punto doctrinario, al partido socialista. Y lo hizo, contra lo que largamente se ha credo, porque la abrumadora mayora de la vieja guardia sindical socialista se haba pasado al movimiento nacionalista popular. ElpropioPernexplica,consupeculiar estilo:Nonosinclinamosni alcapitalismonialcomunis-mo.Perocomprendimosque lainfuenciadelaevolucin social en el mundo nos llevaba progresivamente hacia un mo-vimiento de amplia base social. No le quisimos poner a nuestro movimien-to el nombre socialismo solamente porque no queramos asustar a la gente.Otro intelectual comprometido con la cau-sa popular y que apoy al peronismo, el nacionalista Ral Scalabrini Ortiz, propo-na en 1948 la formacin de un comunismo nacional; su interlocutor de entonces, Juan Jos Hernndez Arregui, de origen yrigo-yenistayluegofrmeadherentealpro-yecto justicialista, sera el principal terico de esta interpretacin, que planteaba una continuidad entre la experiencia naciona-lista popular y un socialismo adaptado a nuestros pases.John William Cooke es contundente al res-pecto: El movimiento popular que atac a la oligarqua y al imperialismo pas a ser laizquierda,porcuantorepresentabaa las fuerzas del progreso nacional y de la independencia del extranjero. Fue una si-tuacin revolucionaria donde los esquemas tericos no servan, y ese papel pas a ocu-parlo el Peronismo. Tambin cabe aqu la ANLISIS| 17opinin de Hugo del Carril, un hombre ex-terior al mundo estrictamente poltico, pero inmerso en el arte, la cultura popular y la militancia insobornable, que dijo: El Par-tido Justicialista no deja de ser un partido socialista. Vale decir: los sueos de mi padre y de mi abuelo los cris-taliz Pern. Entonces, cmo puedo dejar de ser peronista?.Esta concepcin socia-lista nacional, a la que Pernhizoexplcitas referencias durante su exilio, se plasma en el perodo previo a su regreso al poder en 1973. El propio lder retomara algunos de estos planteos en el Modelo Nacional que propuso a la sociedad argentina y que sta aceptara con el 62% de los sufragios.De qu socialismo estamos hablando?Aquellas formas de socialismo ligadas a los nacionalismos populares conservan su vi-gencia programtica, y bien podran consti-tuir el ncleo del socialismo del siglo XXI.A modo de ejemplo se podran resumir al-gunos de los aspectos esenciales de la doc-trina que se nos propone y compararlos con histricas reivindicaciones de los nacionalis-mos populares latinoamericanos.El ncleo duro de la doctrina del socialismo del siglo XXI habla de una valorizacin que establezca la supremaca del trabajo sobre el capital, algo que es una idea central del pensamiento social de la Iglesia Catlica y que coincide con una conclusin esencial de los pensadores latinoamericanistas de la primera mitad del siglo XX. En dicho marco, se sostiene tambin la idea de asignar una gran importancia a lo social y a la accin colectiva, que se traduce en vigorosas organizaciones pblicas y un Es-tado controlador y planifcador por encima de los intereses individuales, del modo en que qued formulada en el ideario del joven Haya de la Torre, en la Constitucin Meji-cana de 1917 o en los Planes Quinquenales del primer peronismo. Otro punto particular es el aprecio otorga-do a los bienes de uso con incidencias en el medio ambiente: una concepcin que hoytrabajosamentereformulamoscomo ecolgica y que, sin embargo, era de ab-soluta naturalidad para nuestros pueblos originarios.Tambin resultan vitales para la doctrina delsocialismodelsigloXXItresdefni-ciones como ser soberana poltica, in-dependenciaeconmicaeintegracin regional. Como bien sabemos, estas tres caractersticas han estado presentes en el discurso poltico, desde los orgenes mis-mos, de la Nacin Latinoamericana, veri-fcndose particularmente en el caso de la Argentina y en el ideario del Justicialismo. Finalmente, en nuestra Amrica, socialismo es Justicia Social; es decir, una meta ma-yscula que determina la sintona que debe regir los actos minsculos y cotidianos del ejercicio del poder del Estado y de la movi-lizacin de la sociedad civil. Obviamente, este concepto es la piedra angular de las doctrinas de todos los movimientos nacio-nales y populares de Amrica Latina.Con los eslogans, los sueos huyenLaalternativadoctrinariadescriptams arriba existe, est viva, y fue fundada en prcticassocialespropias,imbricadasen nuestra historia. Resulta entonces preocu-pante que hoy se apele a una etiqueta so-cialista abstracta, y que quienes lo hacen, requeridos de mayores precisiones, hayan dado en decir que el socialismo del siglo XXI es, simplemente, el socialismo en el si-glo XXI. Es evidente la falta de imaginacin que gua esta propuesta, como tambin el poco vuelo terico y la ausencia de ideas innovadoras,locualgenera,adems,un gran equvoco.Hablar del socialismo en el siglo XXI des-piertaconnotacionesineludiblesrespecto de un ideario del siglo XIX puesto en prc-tica durante el siglo XX, bajo las formas que adopt en el llamado mundo socialista, al que no en vano tambin se denomin como socialismo real. Debiera evaluarse cmo result esa experiencia histrica antes de echaracorrerennuestraAmricauna ilusin desangelada como la del socialismo en el siglo XXI; hay un patrimonio colecti-vo de pasin y esperanza que no puede ser malgastado porque es de muy difcil repo-sicin. Laimposicindelidearioneoliberalcon todo lo burdo y mentiroso queenrealidadesfue posible porque encontr a nuestros pueblos en acti-tud de derrota, carecientes de fe en sus propias ideas y prcticas. Aceptaron una contingenciaquesepresentabamoderni-zadora, aunque los neoliberales ni siquiera cumplieron con la innovacin prometida. No muy distinta puede resultar la experiencia delsocialismoenelsigloXXI.Embarcar-se en una aventura ya jugada y fracasada puedeconduciranuestrasjuventudesa ladecepcinqueantecedealvacodela praxis poltica. Nunca debiera olvidarse que en pocas de vaco ideolgico, todo fracaso pasa rpidamente de ser retroceso tctico a transformarse en derrota estratgica.Tampoco implica un volver a lo que G. Stei-ner denomin la nostalgia por lo absolu-to. El fracaso de las teoras totalizadoras del siglo pasado, como el estructuralismo, el marxismo o el psicoanlisis, no habilita tampoco a explorar caminos ms cercanos a la teologa que a la poltica, entendida esta ltima como instrumento de transformacin de la realidad en manos de los pueblos.En esta hora, es imponderable el costo de otro desengao en trminos del verdadero capital apostado: la esperanza de los hom-bres y mujeres jvenes de nuestra Amri-ca. Nunca es segura la victoria, pero hay caminos que parecen garantizar el fracaso; si se pierde la partida, que sea en nombre de ideas nuevas que se inserten en nuestra mejortradicin,ladenuestrosaosms felices, y no en nombre de una ilusin ya apagada, que a las nuevas generaciones les resulta totalmente ajena. Finalmente, en nuestra Amrica, socialismo es Justicia Social; es decir, una meta mayscula que determina la sintona que debe regir los actos minsculos y cotidianos del ejercicio del poder del Estado y de la movilizacin de la sociedad civil. * Carlos Pieiro IguezFueembajadorenEcuadordesde 2003hastafebrerode2011.Ac-tualmenteesDirectordelInstituto delServicioExteriordelaNacin (ISEN), donde se forman los diplo-mticos de nuestro pas.18 | GESTAR | agosto-septiembre 2011Hace poco presenciamos el lanzamiento de un satliteargentinodesarrolladoporINVAP, lasociedaddelEstadofrutodeunaalianza entrelaComisinNacionaldeEnergaAtmica, CONEA y la provincia de Ro Negro, empresa que suma otro logro a su exitoso historial. xito y em-presaestatal?Porqunosresultararoorestos trminos juntos?Ya se ha hablado mucho del proceso poltico, econ-mico y comunicacional por el que pas nuestro pas para que pudieran darse las privatizaciones de las empresas pblicas. Seguramente recordamos mo-mentos culminantes de esta defeccin, como aquel de Dromi exponiendo el declogo menemista segn el cual nada de lo que era estatal permanecera en manos del Estado; las imgenes de la extravagancia de Mara Julia Alsogaray; o los monlogos infuyen-tes de un Bernardo Neustadt en su apogeo.Por supuesto que ni siquiera esta fue una idea ori-ginal de los personajes de turno, sino otra importa-cin de mala calidad; una ideologa acuada, nada menos,queporlatristementeconocidaMargaret Thatcher con sus planes de privatizaciones en Gran Bretaa en los 80 y repetida casi como un mantra irrefexivo por los neoliberales en todo el mundo.Si bien tenemos presentes los casos ms importan-tes,comoEntel,Segba,YPF,AerolneasyObras Sanitarias, entre otras, fueron ms de 75 las empre-sas estatales importantes que fueron privatizadas, concesionadas o disueltas en aquel perodo. Sin em-bargo,quizslaherenciamsdifcildeerradicar noseaesta,sinolademonizacindelainiciativa estatal empresaria que an persiste enquistada en el imaginario colectivo.Es por eso que parece importante refexionar sobre las circunstancias que contribuyen a valorizar a las empresas estatales.Por qu es importante este tema para el peronis-mo? Porque tiene que ver con nuestra historia y raz ideolgica. Si hay que sealar una de las polticas mstrascendentesdelprimergobiernodePern, surgen de inmediato las estatizaciones de las em-presas de servicios pblicos. Si bien la ms llama-tiva fue la de los ferrocarriles, el 17 de septiembre de 1946, que estaban en manos de los ingleses (con estelogroseinstallafrasePERNCUMPLE), tambin podemos mencionar la Marina Mercante; la adquisicin del monopolio estadounidense de la telefona en manos de la empresa Unin Telefnica; la primera gran obra de Gas del Estado al hacer el gasoducto de Comodoro Rivadavia a Buenos Aires, en su momento el ms largo del mundo. Todo ello durante 1946 y, posteriormente, la creacin de Ae-rolneas Argentinas en marzo de 1950 son algunos de los hechos ms destacados. Peronosetrataderecordarefemrides,sinode comprender que todas estas medidas fueron instru-mentadas al concebir la idea de un Estado que regu-la el mercado, procurando que el capital tenga una funcin social, algo esencial en nuestra doctrina.Por qu se relaciona este tema especialmente con el sector de infraestructura? Cuando hablamos de empresas estatales no nos referimos a la incursin en cualquier rubro, sino a aquellas que tienen espe-El exorcismo del demonio estatalpor Federico GiordanoIngeniero de los equipos tcnicos de GESTARDurante dcadas las empresas estatales fueron el motor de la economa argentina. Hoy se reactualiza su importancia como impulsoras del desarrollo en reas estratgicas del pas.COYUNTURA| 19cial sentido en tres tipos de situaciones ntimamente vinculadas con la tecnologa y la infraestructura.Los monopolios naturales. Hay ciertos servicios1. en los que la forma ms efciente de proveerlos es mediante un monopolio. Pensemos, por ejemplo, en el suministro de gas natural. No sera lgico que llegaran a nuestros hogares varias caeras dedistintosprestadoresparaquepudiramos optar por uno de ellos, es decir, que hubiera com-petencia. Esto derivara en una cantidad inmen-sa de recursos en caeras adicionales y, aunque podramos optar por tres o cuatro tarifas, todas ellasresultaranmuchomsaltas.Estomismo sera aplicable a una va frrea. Por eso, en estos casos es mejor la creacin de un monopolio, que puede ser una empresa privada fuertemente re-gulada o directamente una empresa estatal.Hay que tener en cuenta que la regulacin im-plica una capacidad compleja, y con frecuencia las debilidades del Estado en la regulacin son aprovechadasporlasempresasprivadaspara violar las normas evadiendo, por ejemplo, el pa-go de impuestos. Creo que esto ha quedado en evidencia en los resultados posteriores a los 90.Laexplotacindeciertosrecursosnaturales,2. normalmentevinculadosalaminerayalas fuentes de energa. Pern ya hablaba de la im-portancia geopoltica de los recursos naturales, yhemospresenciadoconfictosblicosenel mundomotivadosporeldominiodeellos.En este aspecto, hay que mencionar que si bien la ola privatizadora lleg a muchos pases, la Ar-gentina fue de los pocos que se desprendi de su empresa de hidrocarburos (YPF).Otro componente que justifca la existencia de la empresa estatal en este caso es que son obras dealtoimpactoambientalysocial,porloque normalmente deben preverse medidas correcti-vas. Tambin puede suceder que haya que ac-tuar sobre zonas de soberana compartida entre distintas provincias o pases. Un caso tpico es el de los aprovechamientos hidroelctricos.Laincubacindeindustriasprioritarias.Se- 3. gn como se proyecte la matriz productiva, hay industrias que resultan esenciales por su aporte alrestodelosemprendimientos,comopueden ser la produccin de acero y aluminio, o por la necesidad de un desarrollo tecnolgico ambicio-so.Enamboscasospuedesertilensuetapa incipiente desarrollarlas con la proteccin de un monopoliopblico.Normalmente,luegosein-corporan capitales privados para volverlas mix-tas o privadas defnitivamente. PodramoscitarloscasosdeAluarylapropia INVAP como ejemplos de las dos modalidades.Miren para afuera pero no tantoAquellos que siempre tratan de publicitar la infalibilidad del mercado y minimizar logros propios usando el ejemplo de modelos forneos como argumento se han quedado con pocas opciones ante la crisis europea contagiada por la estadounidense. Sin embargo, no se rinden y se han dividido en dos grandes corrientes: los que proponen mirar del otro lado de la cordillera y tomar de ejemplo a Chile y los que difunden el milagro brasileo.Nutrirse de las experiencias de otros no est mal, solamente que como deca Jauretche hay que mirar al mundo con ojos locales y no mirar lo local con ojos mundiales. Por lo tanto, miremos a nuestros vecinos. Veremos que en ambos hay locomotoras econmicas claves y en ambos casos se trata de gigantes estatales. EnelcasodeChile,elpanoramaesdominadoporsuempresap-blica de explotacin minera COCHILCO, que extrae principalmente cobre pero tambin oro, plata, molibdeno y hierro. Las exportaciones en minera representan alrededor del 65% de todas las exportaciones chilenas(segndatosdelao2007delapropiaCOCHILCO).Esta empresalehapermitidoaChiledesarrollartecnologadepuntaen materiadeexplotacindeminerales,yhoypuedeasesoraraotros pases como Ecuador.EnelcasodeBrasil,podramosnombrardosempresasdelasms importantes. Una es Embraer, el tercer fabricante mundial de aviones luegodeBoeingyAirbus.Estaempresafuecreadaporelgobierno brasileoyluego,ensumadurez,vendidaagruposeconmicoslo-cales. En segundo trmino podemos mencionar a Petrobras, la cuarta empresa petrolera a nivel mundial y la ms grande de Latinoamrica. EstemonopoliopermitiaBrasildesarrollartecnologasdeetanoly mantener un nivel de exploracin que llev a hallar recientemente las reservas off shore (mar adentro) de PRE-SALT, que prometen dinami-zar la economa brasilea por muchos aos. Si bien el gigante pbli-co ha incorporado capitales privados, el estado brasileo mantiene el control. Como vemos, no hay nada de milagroso en el posicionamiento internacional de Brasil.En defnitiva, dentro de poco nos van a pedir que miremos para afuera, pero no tantoPero hay dos razones ms para pensar en la utilidad de este tipo de empresas. La primera es la capacidad de planifcacin central de un proyecto determina-do. Uno de los trabajos que muestra magistralmente la capacidad reguladora de estos sectores estratgi-cos es el que hizo Scalabrini Ortiz en Historia de los ferrocarriles argentinos, donde evidencia cmo los britnicos, a travs del dominio de los trenes, podan determinar los costos logsticos de forma de alentar determinada produccin o regin en detrimento de otras, sin pensar, por supuesto, en un proyecto na-cional. Y la segunda es el concepto de equidad. Por ejemplo, si dejramos librado al mercado el sistema decorreo,probablementeestedejarasinservicio 20 | GESTAR | agosto-septiembre 2011a los pobladores de ubicaciones remotas, ya que el costo de entregar una carta all es muy superior al de hacerlo en un centro urbano.Las razones que sealamos anteriormente apunta-lan la creacin de nuevas empresas estatales, como es el caso de Enarsa; de la reestatizacin de priva-tizadas,comolofueladeAerolneasArgentinas; delacaducidaddealgunasconcesiones,comola del Correo Argentino; o simplemente el reimpulso aempresasexistentescomosucediconINVAP; todo ello desde 2003 en adelante. En todos los casos las empresas cobraron nuevo im-pulsoyrecuperaronparalaNacinlasoberana sobre resortes claves del desarrollo. Son apenas los primeros pasos de recuperacin de un sector pblico que haba sido reducido a su mnima expresin.Pero en medio de este proceso, no debemos caer en el error opuesto. No proponemos al Estado empresa-rio como la meca del desarrollo y la distribucin. Es falsa la disyuntiva entre el mercado y lo pbli-co, pues en las economas desarrolladas estas dos esferas no compiten sino que se complementan. Es la poltica la argamasa que mantiene unidos de manera ms o menos racional estos dos planos. Y esjustamentelarecuperacindelapolticaque impulsNstorKirchnerdesdeeldaunodesu gestin la verdadera transformacin que dio alien-to renovado al Estado, poniendo en jaque muchos tabes que los tecncratas nos haban legado y que nos inmovilizaban.LaPresidentaCristinaFernndezreafrmlapro-fundizacin de este rumbo al elegir como Vicepre-sidente a Amado Boudou, dando como una de las razones primordiales su protagonismo en la rees-tatizacindelosfondosdeseguridadsocial,otro delosejemplosdelsectorpblicoadministrando fondos de manera ms efciente que el privado, una efciencia que no solo se mide en utilidades sino en la concrecin de objetivos que muchas veces tienen componentes sociales. En GESTAR asumimos el desafo que nos toca en el exorcismo de demonios y tabes. Despus de todo, Nstor Kirchner describi la misin de su mandato como el trnsito del inferno al purgatorio. Sin du-das lo logr y hoy nos deja en condiciones de mirar todava ms arriba. Los xitos ocultosPor qu los medios no difunden los casos exitosos de empresas pblicas? Primero, porque hay una tendencia natural de los medios a publicar las malas noticias y no dar cobertura a las varias experiencias que funcionan bien y, por otro lado, porque los medios son empresas privadas reacias a la intervencin pblica.Algunos ejemplos de empresas estatales exitosas:RENAULTSingapore AirlinesPOSCOArcelor-MittalALCATELEmpresa estatizada por Francia luego de la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente incorpor capitales privados pero mantiene la mayora pblica.Poco conocida por nosotros, pero es considerada de las mejores del mundo administrada por el Ministerio de Economa del pas.La empresa estatal surcoreana es un caso paradigmtico. Importa un mineral inexistente en el pas y se convirti en el tercer fabricante mundial de acero y uno de los ms efcientes.Empresa pblica francesa, primer fabricante mundial de acero.Empresa de telecomunicaciones francesa.HISTORIA| 21En los das previos a las elecciones del 24 de febrero de 1946, la oposicin al Gobierno militar que accedi al poder tras el golpe de Estado de 1943 protestaba vehementemente ante el alza del costo de vida. Los seguidores del coronel Pern se burlaban de ella con un ingenioso cntico: Sube la papa/sube el carbn/ y el veinticuatro/ sube Pern!.El peronismo comienza as a delinear su propio perfl apelando a fuertes elementos de contracultura para la poca. La utilizacin del bombo, el afche, los cantitos, las consignas y las pintadas ca-llejeras generaron en los sectores polticos tradicionales un sen-timiento de rechazo y desprecio nunca visto por estas tierras.Retrocedamos en el tiempo 66 aos y veamos qu pasaba en la Argentina y en el mundo. Ya en las postrimeras de la Segunda Guerra Mundial, en marzo de 1945 el Gobierno militar, forzado por la coyuntura internacional y por presiones internas, declara la guerra a las potencias del Eje. Esta medida quiebra una tra-dicin argentina de neutralidad, pero de este modo se aleja el peligro de una intervencin militar en nuestro pas y se allana el camino para ingresar a las recin creadas Naciones Unidas, lo que evita caer en el aislamiento internacional. Esta declaracin de guerra permite la reanudacin de las relaciones diplomticas de Estados Unidos, Gran Bretaa y los pases latinoamericanos con la Argentina. Sin embargo, para los norteamericanos esta medida es tarda y no modifca su opinin sobre el pas: para ellos el gobierno de Farrell y Pern es pronazi y hay que desban-carlos. Con esta consigna, nombran como nuevo embajador a un duro ultraconservador, partidario de la poltica del gran garrote, que impulsaba la intervencin directa de Estados Unidos en los Campaa electoral de 1945-1946 Braden o PernMucho se ha escrito acerca de la primera y la segunda presidencia del general Pern. La historia ms difundida muy poco resea sobre la violencia con la que la embajada de los EE.UU. y el arco opositor (conservadores, radicales y socialistas) agredan a un naciente peronismo.por Jorge Adrin AlvarezDirector de la revista GESTARPern y Evita leyendo el peridico properonista Democracia el mismo da de la eleccin.22 | GESTAR | agosto-septiembre 2011pases latinoamericanos con la excusa de combatir al fascismo y al comunismo. El 21 de mayo de 1945, presenta sus credenciales al Gobierno argentino el nuevo embajador norteamericano Spruille Braden. Se trataba de un hombre de negocios, vinculado al grupo Rockefeller y a las actividades mineras y pe-troleras. Llega a la Argentina dispuesto a derrocar al Gobierno militar y para ello se conecta con los par-tidos de la oposicin democrtica. La oligarqua agropecuaria, expresada por el Partido Conservador, logra encolumnar tras sus intereses a buena parte de la clase media que desprecia aquello que juzga como barbarie fascista. Se conforma as un amplio frente electoral que incluye a los partidos Socialista, Comu-nista, Radical y Demcrata Progresista, con el tcito apoyo del Partido Conservador. Es ilustrativo ver c-mo la Unin Democrtica fue apoyada por organiza-ciones estudiantiles (FUA, FUBA), patronales (Unin Industrial, Sociedad Rural y Cmara de Comercio) y profesionales (Centro de Ingenieros, Asociacin de Abogados, Sociedad Argentina de Escritores, etc.).Todos estos opositores encuentran en Braden el ele-mentoaglutinantequeprecisaban.Elembajador comunica de inmediato al Departamento de Estado que el gobierno argentino es dbil, inescrupuloso y fundamentalmente antinorteamericano. Uninteresantecontrapuntoentrelasembajadas norteamericana e inglesa servir para correr el velo de qu se jugaba realmente. Le comunica Braden al embajador ingls: El peligro nazifascista estar presente mientras persista la actual situacin. Sus ve-nenos se desparramarn a otros pases y tendremos que confrontar en un futuro cercano con una ame-naza mayor hacia toda la estructura de la seguridad internacional de posguerra. Agrega que es preciso derrocaralgobierno,paralocualsernecesaria una cooperacin de todas las democracias, bajo el liderazgoamericanoybritnico.Elderrocamiento del gobierno es posible y deseable a cualquier cos-to. Sobre esta cuestin, una comunicacin interna de un diplomtico ingls al embajador britnico en nuestro pas aclara lo que est realmente en juego: Uno no puede eludir la sensacin de que el fascismo delcoronelPernestanslounpretextoparalas actuales polticas del seor Braden y sus partidarios en el Departamento de Estado: su verdadero objetivo es humillar al nico pas latinoamericano que ha osa-do enfrentarlo. Si la Argentina puede efectivamente ser sometida, el control del Departamento de Estado sobre el hemisferio occidental ser total. Esto contri-buir simultneamente a mitigar los posibles peligros de la infuencia rusa y europea sobre Amrica Lati-na y apartar a la Argentina de lo que se supone es nuestra rbita.La presencia de Braden en Buenos Aires alimenta a la oposicin. A principios de junio, 300 asociaciones patronales dan a conocer el Manifesto de la Indus-tria y el Comercio. All denuncian el ambiente de agitacin social y el clima de descontento que es insti-gado desde las esferas ofciales, generando reclamos permanentes. Se atribuye dicha situacin ala creacin de la Secretara de Trabajo y se concluye sosteniendo que durante 25 aos, desde la semana trgica de enero de 1919, el pas ha vivido dentro de una casi perfecta tranquilidad social. Con una alta dosis de irona Pern responde: Las organiza-ciones patronales afrman que la Secretara persigue a los dirigentes gremiales y los reemplaza por otros adictos [] Resulta asombrosa la afrmacin pues es la primera vez que los representantes patronales se inquietan por el supuesto atropello a un obrero [] pareceran reclamar una nueva Semana Trgica, para asegurarse otros 25 aos de tranquilidad. Este gobier-no [] no asegurar ni 25 das de tranquilidad a los capitalistas [] pues la sangre de los trabajadores sacrifcados entonces no debe refrescarse con nuevos actos de injustifcada violencia ofcial. El 5 de junio Braden comienza una desembozada cam-paa pblica contra el gobierno. The New York Times comenta: Los demcratas argentinos saben ahora que tienen un amigo en la embajada estadounidense. Los discursos recientes de Braden deben dar aliento a los elementos democrticos de la Argentina que no estn contentos con su gobierno. Alentadores sntomas: es muy estimulante la declaracin de protesta de los lati-fundistas contra el gobierno de los coroneles.Volante del Partido Laborista con motivo de las elecciones presidenciales realizadas el 24 de febrero de 1946. HISTORIA| 23Pocos das mas tarde, se produce una entrevista en-tre Braden y Pern que termina de la peor manera, agravando el enfrentamiento entre ambos. Braden trat directamente el problema de la propiedad def-nitiva de los bienes alemanes y japoneses incautados por el Gobierno argentino, reclamando su propiedad para Estados Unidos a modo de indemnizacin por los daos producidos por la guerra, como as tambin la posibilidad de que las lneas areas norteameri-canas pudieran realizar escalas comerciales en te-rritorio argentino, entre otras demandas. Sealaba el embajador que si esos problemas tenan solucin, Estados Unidos no opondra obstculos a una even-tual candidatura presidencial de Pern y afrmaba que si as procediera sera al da siguiente el hombre ms popular de Buenos Aires y de los pases aliados. Pern le respondi que a ese precio prefero ser el ms oscuro y desconocido de los argentinos porque no quiero llegar a ser popular en ninguna parte por haber sido un hijo de puta en mi pas. Fin de cual-quier posibilidad de entendimiento a partir de ese momento.Braden desata una guerra sin cuartel contra Pern. Intriga, organiza a la oposicin y pronuncia discursos pblicos contra el entonces coronel.El 17 de julio de 1945 Braden informa al Departa-mento de Estado: la frme voluntad de los nazis locales de mantenerse en el poder har sumamente difcil encontrar una solucin pacfca a la situacin actual. La oposicin confa en una intervencin ex-tranjera (EE. UU.). Mientras la oposicin persista en este comportamiento, Pern y su grupo no pueden ser derrocados desde el interior de la Argentina. En el fragor de esta confrontacin, la prensa local juega un papel importante esmerilando la fgura de Pern. La Razn publica artculos elaborados en la embajada norteamericana como si fueran de autores argentinos. El embajador britnico Kelly recordar en sus memorias que facilit textos para las editoriales de La Nacin y La Prensa.Ante tamao enfrentamiento Pern convoca a un ac-to pblico que se realiza el 12 de julio y rene a ms de 300.000 personas. Por primera vez se escucha un cantito que marcara una clara y contundente defni-cin poltica de los trabajadores: Ni nazis, ni fascis-tas. Peronistas. Se produce un cambio estratgico que cambiara rotundamente el rumbo de los acon-tecimientos: Pern convoca a los sindicatos para que defendan los logros obtenidos. As, los trabajadores organizados se convierten en el principal soporte de la frmula poltica de Pern.A fnes de julio se produce en Chile el derrumbe de una mina que provocar la muerte de 300 trabajado-res. La empresa propietaria de la mina pertenece a Braden. Se realiza un acto fogoneado por la Secre-tara de Trabajo de repudio al embajador. El centro de Buenos Aires es testigo de la caminata de un cerdo cuyo lomo lleva escrito Braden. Semejante acto de barbarie requiere una reparacin y ms de 700 per-sonalidades frman una declaracin de desagravio: la suscriben Martnez de Hoz, Anchorena, Santama-rina, lzaga Unzu, Ayerza, Bioy, Borges, Barletta, Mujica Linez, Housay, Ghioldi, Moreau de Justo, Beccar Varela, Pinedo, Mosca, entre otros. The New York Times comenta con sorna que la reapertura de la embajada de los Estados Unidos, despus del im-passe en las relaciones, les ha dado a los argentinos un bandern en torno del cual reunirse.AntelapresinqueejercenEstadosUnidosysus pases aliados, a principios de agosto el Gobierno mi-litar inicia una poltica de apertura para evitar que se lo siga tachando de autoritario o fascista. Libera presos polticos, modifca el Estatuto de los Partidos Polticos, inicia un proceso de apertura a otras fuerzas polticas que termina con la designacin de los radi-cales Hortensio Quijano como ministro del Interior y Juan Cooke como ministro de Relaciones Exteriores, levanta el Estado de Sitio, facilita el retorno de los exiliados, legaliza el Partido Comunista y reabre el peridico comunista La Hora.El 7 de agosto Pern reivindica con audacia el pro-ceso de la Revolucin Rusa en el Colegio Militar, del cual era profesor, y dirigindose a los ofciales que eran sus alumnos alerta sobre la contrarrevolucin que se est gestando. Un da antes de este discurso una bomba atmica arrasa Hiroshima y el 9 de agosto otra bomba similar es lanzada sobre Nagasaki. La barbarie del nuevo imperio norteamericano suprime de la faz de la Tie-rra, en pocos segundos, a 200.000 seres humanos. Japn se rinde y fnaliza as la Segunda Guerra Mun-dial. Buenos Aires se inunda de manifestantes que festejan el triunfo aliado. El 17 de agosto un evento expresa claramente la confusin y la mezcolanza que reina en el pas: agrupaciones de obreros democr-ticosdesflanporelcentroporteofestejandola rendicin de Japn y al pasar frente al Jockey Club vivan a esa entidad. La fgura central de ese acto es el dirigente del Partido Socialista Amrico Ghioldi, a quien la irona popular bautizara como norteamri-co Ghioldi. No es casual el protagonismo que asume este dirigente. El diplomtico ingls Balfour informa al Foreign Offce que los funcionarios ortodoxos es-tn apostando junto con Braden al colapso de Pern antes de octubre y la posterior eleccin de Ghioldi, cuyas posibilidades, creen ellos, han aumentado con-siderablemente como resultado de huelgas en gran escala de ferroviarios, tranviarios y estibadores.Poresosdaslaprensainformaquecomienzana echarse las bases de la Unin Democrtica (UD).Mientras los ataques de la oposicin se vuelven ca-da vez ms virulentos en ese mes de agosto, Pern 24 | GESTAR | agosto-septiembre 2011se dirige en varias oportunidades a los trabajadores. El 11, en Avellaneda, ante 50.000 personas, les dice: Nadie ha de hacer para las masas trabajadoras tanto como los trabajadores mismos. Cada trabajador debe pensar que su futuro depende de lo que l haga y re-suelva. Cuando los cinco millones de obreros del pas piensen as, se organicen y se unan, no habr poder en la Tierra que pueda hacer que sean engaados, defraudados y estafados en su voluntad. El 20 de ese mes, desde la Secretara de Trabajo, afrma: No-sotros queremos la democracia pero la queremos sin oligarqua, sin fraudes, sin coimas, sin negociados, sin miseria y sin ignorancia Los obreros han de recor-dar que no deben ser instrumentos de ninguna fuerza ajena a su propio derecho y a su propia justicia. Al mismo tiempo Braden es homenajeado en el Plaza Hotel con un banquete al que concurren 800 perso-najes de la ms rancia oligarqua. The New York Ti-mes comenta: Entre escenas de enorme excitacin, el seor Braden pronunci la ms acerba denuncia contra el actual gobierno que haya sido oda de per-sona con cargo ofcial dentro o fuera de la Argentina [] Braden no mencion directamente al gobierno argentino pero sus referencias fueron tan claras y ha-bl en tono tan sarcstico y despectivo que nadie tuvo la menor duda de cul era el verdadero objetivo de sus palabras. Braden ridiculiz al gobierno argentino. Su actitud asume una importancia especial en estos momentos puesto que no es solamente embajador en la Argentina sino virtual Secretario Asistente del Departamento de Estado. Ninguno de sus oyentes duda de que su flpica contra el gobierno militar re-feja el criterio ofcial del gobierno norteamericano. Esta desvergonzada intervencin del embajador nor-teamericano en la poltica interna de nuestro pas, que de hecho lo convierte en el jefe de la oposicin al Gobierno argentino, fgura en los anales de la di-plomacia internacional como uno de los ms groseros actos de intervencionismo externo en los asuntos de otro pas. Por su parte, la Corte Suprema de Justicia de la Na-cin, de innegable orillo conservador