Revista filosófica 5

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¿Qué es esto? Esta revista recoge una selección de las casi 400 entradas del blog

Talento en bruto, http://talentoenbruto.blogspot.com.es

A lo largo de los diversos textos se percibe mucho potencial, mucho

talento. Muchas horas de trabajo dedicadas a escribir y reescribir.

Esto es sólo un botón de muestra, pero un botón de muestra válido.

Esperamos que lo disfrutes.

sábado, 9 de febrero de 2013

Hasta mañana si TÚ quieres. Borja Ocejo.

Todos nos levantamos por la mañana, tras haber dormido en una estupenda cama, resguardados por el nórdico y las mantas, y

con el calor de un radiador. Todos tenemos una almohada bien mullida, y el resguardo de un techo y cuatro paredes que nos

aseguran esa tranquilidad con la que dormimos. Todos al levantarnos tenemos agua corriente, y además caliente, con la que

ducharnos. Al salir de la ducha tenemos ese estupendo desayuno que nos espera, que te excita las papilas gustativas. Acudes a el

dispuesto a empezar a comer y llenar tu estómago que desde hace casi 10 horas esta vacío.

Todos tenemos el reguardo de una familia bien alimentada, que desborda salud y comodidad. Tenemos una familia que nos

cuida en los momentos buenos y malos. Podemos contar siempre con ella, celebramos con ella sus cumpleaños y el paso de los

días y los años. Todos podemos estar orgullosos de tener todas estas riquezas que nos hacen felices y disfrutar de la vida.

Encima todos tenemos el gran privilegio de asistir a una escuela en la que

seguimos nuestros libros al son del profesor, en la que tenemos todas las

comodidades del mundo. Acompañados del caluroso ambiente que nos ofrecen

las amistades más cercanas, que nos ayudan en cualquier problema que

tengamos. Pues bien, no todos son tan privilegiados como nosotros. En otros

países se cumplen días, no años. En otros países tener el estómago vacío desde

hace 10 míseras horas es un privilegio. Poder desayunar es uno de los placeres

que no todo el mundo puede tomarse. Tener una familia no es tan fácil, ya que

al día siguiente puedes aparecer sin madre o sin padres. Asistir a la escuela no

es tan sencillo, de hecho ni si quiera tienes el mismo libro para seguir la clase

(coges el que puedes, ya que son todos diferentes). Ahí tienes que buscarte la

vida para poder comer, y la vida no es fácil y delicada contigo.

En los países occidentales el mayor problema de uno es que se te rompa la

consola, el pc, que no te hayan invitado a una fiesta, etc. Mientras que en estos países el mayor problema es llegar a mañana,

porque ellos saben que algún día no llegará mañana. Seguridad en occidente parece que nos la transmite Allianz seguros.

Seguridad en esos países es decir a tu hermano ''hasta mañana'' sin miedo alguno.

Está en nuestras manos el cambiar esta situación que se da en otros países, así que por favor no os quedéis parados con los

brazos cruzados.

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sábado, 26 de enero de 2013

A los autores de “Talento en bruto”

Hoy me ha llegado un mail maravilloso que copio a continuación. Lo escribe un familiar de uno de los escritores de este

blog, que por motivos evidentes permanecerá en el anonimato. Muestra muy bien el alcance impredecible que tienen

vuestros pensamientos. Me encanta que este pequeño proyecto crezca con este tipo de aportaciones. Eso sí, sólo puntúan

las entradas de los alumnos, que si fuera por los padres alguno ya tendría matrícula de honor... D. Javier

La mera curiosidad fue lo que me hizo empezar a seguir este blog hace menos de un mes. No quiero aburrir a

nadie explicando cómo llegó a mis manos, pero sí diré que lo primero que vi -una especie de declaración de

intenciones del profesor en versión cita de Miguel Ángel- me pareció un poco… cómo decirlo, ¿ostentoso?,

¿flipado?... Pero según avanzaban los días e iba leyendo más, lo he ido entendiendo y ahora incluso me hace

gracia.

Las personas que leemos el periódico cada día –por lo visto, cada vez somos menos– podemos llegar a tener la

sensación de que no se puede conseguir nada sin doparse o ser corrupto. Sin embargo, conocer las reflexiones de

estos Cicerones de 16 años resulta de lo más animante; incluso cuando la falta de tiempo impone una lectura un

poco diagonal.

He de reconocer que a veces me han chocado expresiones como “la cuidadora”, que en pleno siglo XXI alguien

sea capaz nombrar 20 marcas extranjeras que utiliza en su día y ninguna de ellas sea “made in China” o que un

chaval de 16 años conozca y aprecie el gel Moussel de Legrain. Es que a veces se me olvida que son alumnos de

Retamar…

También he sufrido alguna que otra decepción, cuando al leer con entusiasmo alguno de los post se lo he contado

al que tenía al lado (que por supuesto alucina de que siga algo así) y con cara de incrédulo me ha dicho: “eso es de

un corto”, “lo leí no sé donde” o “es más viejo…”

Escribo este post sin intención de ofender a nadie; más bien para agradecer a los autores que compartan estas

reflexiones, a veces triviales y a veces profundas, que sirven para sentirse identificado o para comprender mejor al

que uno tiene al lado.

Por ejemplo, me encantó leer la reflexión sobre los pensamientos de Andrés, al que no conozco de nada, porque a

mí me pasa todo lo contrario. Créeme Andrés, la mayoría de las veces es mejor saber callarse que pasarse

hablando.

Como no os conozco en persona no puedo deciros todas las cosas que se me ocurren según os voy leyendo: le

diría al alumno enfurecido que 0,05 puntos tampoco son para tanto (que aprenda del que dice que hay que

“aflojarse la corbata”); a Fernando que me encantaría ser de su equipo sólo por el sentido del humor con el que se

toma la vida y al de los bocadillos del recreo que se moje y diga a qué grupo pertenece él mismo, ¡si no, no vale

hablar del resto!

Como yo me estoy “aprovechando” un poco de vuestros pensamientos, me gustaría dejar uno mío por si a alguien

le sirve: Que de todo esto lo más importante es la actitud de Pensar, y que ojalá sigáis siendo así de reflexivos el

día que se acabe la adrenalina que da el saberse leído, comentado o potencialmente puntuado con 0,25.

Muchas gracias caballeros, están siendo ustedes unos compañeros de RSS muy simpáticos.

Fdo. Bloguer@ agradecid@

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martes, 19 de marzo de 2013

Cuenta corriente peculiar. Miguel González. El funcionario atendió y solicitó las preguntas de quien, a punto de iniciar la aventura de la vida, preguntaba sobre el funcionamiento

de la cuenta corriente del tiempo de la que pronto sería titular.

- Esta cuenta, ¿funciona como una cuenta corriente normal?

- No exactamente amigo, es una cuenta un tanto especial. Cualquier duda que tenga yo estoy aquí para aclarársela lo mejor que pueda.

- ¿De que saldo voy a disponer en esa cuenta?

- De uno que desde hoy mismo está ya determinado, pero precisamente una peculiaridad de esta cuenta, es que el cuentacorrentista no

puede conocer dicho saldo nunca.

- Pero, ¿ni aproximadamente me puede decir que saldo tengo?

- Estadísticamente lo más probable es que disponga de unos 85 u 87 años, que es la actual esperanza de vida en el país donde va usted

a nacer. Pero nadie le garantiza que así sea. Pueden ser unos años más, unos menos, o incluso muchos menos; quizás solo unos meses,

unos días o unas horas. Nunca se sabe. Mi consejo es que , puesto que jamás sabrá cuánto le queda de saldo, aproveche bien el que

tenga, pues es mucho más preciado que el oro.

- ¿El saldo inicial es un crédito que debo devolver en algún momento?

- No, el saldo con el que arranca es totalmente gratuito, un puro regalo.

- ¿En qué moneda funciona mi cuenta?

- En la que usted prefiera, dependiendo de si le gustan las cifras con muchos ceros o las cifras más modestas. Lo puede contabilizar en

segundos, minutos, horas, días, semanas, años….lo que usted quiera, el tiempo disponible en su cuenta de todas formas no variará

- ¿Puedo hacer ingresos en mi cuenta?

- Me temo que no amigo, eso es totalmente imposible.

- ¿Quiere eso decir que yo no puedo comprar tiempo a otros para ingresarlo en mi cuenta?

- Efectivamente usted no puede ni comprar tiempo a otros ni vender el propio. Si permitiéramos eso se darían situaciones horribles.

Imagínese usted amigo, gente aburrida y sin recursos venderían sus días o meses, y otros a quienes el saldo estuviera próximo a llegar

a cero pagarían cualquier cosa por adquirirlo. ¿Qué padre de un niño con leucemia no vendería sus propios años para donárselos a su

hijo? No, no se puede. El tiempo ni se vende, ni se compra.

- ¿Puedo disponer del saldo de esa cuenta a mi voluntad?.

- Me temo que eso tampoco puede hacerlo.

- Deberá disponer del tiempo de forma constante. Imagínese usted el número con el que arranca. El saldo de su cuenta es como un

cronómetro que empieza a rebajar el saldo de forma constante hasta que el mismo se haya consumido por entero. Si usted pudiera

decidir cómo y cuándo gastar el tiempo, pararía el cronómetro cuando tuviera un momento de gran felicidad o dicha para hacer que el

mismo se prolongara a su placer, o lo aceleraría en momentos de gran dolor o sufrimiento. No, lo siento, pero eso tampoco lo puede

hacer.

- Pues la verdad, esta cuenta corriente tiene unas condiciones en la letra pequeña que no me parecen muy favorables.

- No lo vea usted así. Recuerde que el saldo con el que arranca es un puro regalo, no le cuesta nada.

- Y ¿cuándo queda cancelada la cuenta?

- Cuando se agote el saldo. Si la cancela antes, el que le ha hecho el regalo se enfadará mucho. De hecho su obligación principal al

recibir este regalo es mantener dicha cuenta abierta hasta que se agote el saldo.

Viéndole algo atribulado el funcionario quiso darle unas palabras finales de ánimo:

- No se preocupe. Mi consejo es que acepte las normas y trate de hacer el mejor uso posible del saldo del que dispone. El saldo un día

será cero y se cerrará la cuenta; amargarse por este hecho, absolutamente inevitable, es tontería. Cuando ese momento llegue, lo

importante, igual que en cualquier cuenta de dinero, es saber que no hemos derrochado o desperdiciado el saldo, que lo hemos gastado

con cordura y sensatez; que ni el último céntimo –o minuto– ha sido despreciado o malgastado.

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martes, 19 de marzo de 2013

Cómo saber si estás loco. Gonzalo Villalón.

1. Si cuando te lavas los dientes, te miras al espejo y te pones bizco o pones caras.

2. Si no me subes esta entrada.

3. Si estás leyendo esto.

4. Si ves avestruces por la calle.

5. Si tienes la mano en el ratón.

6. Si no tienes la mano en el ratón.

7. Si todavía estás esperando la carta de Hogwarts.

8. Si sigues leyendo esto.

9. Si te ríes por todo.

10. Si te da igual lo que piensen de ti.

11. Si no quieres ser uno más, un normal amargado.

12. Si eres de esos que luchan por sus sueños.

13. Si quieres cambiar el mundo.

14. Si piensas que la vida está hecha para disfrutarla.

15. Si escuchas la mejor música del mundo aunque los demás no sepan reconocerlo.

16. Si tienes al mejor ídolo del mundo.

17. Si tienes una brújula como la de Jack Sparrow, que te guía a donde realmente quieres.

18. Si eres del Atleti y no sabes por qué, pero no te arrepientes.

19. Si haces lo que quieres sin tener que dar explicaciones a nadie.

"PREFIERO SER LOCO Y FELIZ QUE NORMAL Y AMARGADO"

Ten cuidado... Álvaro de Palacio

. Ten cuidado con tus pensamientos;

se convierten en palabras.

Ten cuidado con tus palabras;

se convierten en actos.

Ten cuidado con tus actos;

se convierten en hábitos.

Ten cuidado con tus hábitos;

se convierten en tu modo de ser.

Ten cuidado con tu modo de ser;

se convierte en tu vida.

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martes, 19 de marzo de 2013

La Ortografía. Juan Luis Ruiz –Tagle.

Desde el inicio de nuestra bida de estudiante, la ortografía y la caligrafía an mostrado un papel

fundaméntal en la educazion qe hemos recibido, por lo menos en Retamar. Desde los miticos

cuadérnos de caligrafía, (si, hesos quadernitos intragables en los qe tenias que copiar y rekopiar una

misma frase como 7 beces por cada 2 pájinas con una letra que ni era la tulla ni nada que se le

pareciese, y qe para kólmo tenias que colorear el dichioso dibugito que tenía algo que ber con la

frase en kuestion. Los años negros de la primaria), hasta el ebento del año qe suzedía en 5º de

primaria en el que uno pasava de escribir de lápiz... A VOLI¡¡¡ (Esto era consecuencia de tu vuena

ortografía).

Én fin, ¿porqué tanto hempeño en esto?, ¿porqé tanto concurso de Ortografía, tanto concurso

literarrio? Desde luego, qüalquiera pensara que es avsurdo, si hal final cuando avlamos por güatsap

cometemos miles de "atentados lingüísticos" sin inmutarnos siqiera; y total, como ba oy en dia el

mundo, en hun futuro no husarémos para casi nada el papel i el voli. Todos los documentos

himportantes (béase aqí el egemplo) serán rredaktados a hordenador, esto es algo que lla está

pasando, como es lójico. Conclusión, ¿para qué?

Pues nada, que se sepa que en mi opinión han hecho bien, es una mera cuestión estética; la

escritura también refleja la personalidad de cada uno. Por ejemplo, si por chat te llega un "oLa ke

ase l0koohh¡¡", a mí por lo menos me empiezan a sangrar los ojos. También esta el típico ejemplo

del "HOLAAAA COMO ESTÁS" al que te dan ganas de responder con un "CALLAAAA,

INGRATO. NO ME CHILLEEES¡¡¡¡

La cultura de la gente se expresa a través de lo escrito, el carácter de cada uno, la forma de ser. Por

eso me alegro de que hayan elegido como algo prioritario el enseñarnos a escribir bien.

jueves, 14 de febrero de 2013

¡Viva la casualidad! Juan Rúspoli.

¿Sabéis cómo se descubrió América? ¡Por casualidad!

¿Sabéis cómo se descubrió la penicilina? ¡Por casualidad!

¿Sabéis cómo se inventó el velcro? ¡Por casualidad!

¿Sabéis cómo se inventó el microondas? ¡Por casualidad!

¿Sabéis cómo se descubrió el café? ¡Por casualidad!

Y a mí solo me queda decir… ¡Viva la casualidad!

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lunes, 18 de marzo de 2013

El arte de fingir estar enfermo. Jaime Machado.

Desde tiempos inmemorables, los alumnos han fingido alguna vez estar enfermos,

pero esta actividad no es apta para cualquiera. Incluye un largo planteamiento,

que tiene que ir seguido de una actuación efectiva.

Las claves para el éxito son las siguientes: tienes que hacer saber a tus padres tu

malestar, con dos días de antelación. Previamente tienes que haber estudiado detalladamente cuáles van a ser para

evitar no acudir a explicaciones importantes, días que hay deporte, etc. Sugiero que el domingo por la mañana se

empiece con un resfriado, tos, dolor de tripa... Más tarde, tendrás que irte a la cama temprano para corroborar tu

malestar. Es la noche del domingo cuando debes pensar tu táctica para el, llamémosle, día "E", de enfermo.

Por la mañana, tendrás que tomarte un "paracetamol", o hacer que te lo tomas. En el colegio vida normal, pero es

cuando llegas a casa cuando debes expresar tu profundo dolor, ya sea de cabeza, de tripa, de garganta o de las tres

a la vez, y que tu madre se dé cuenta que su hijo está realmente enfermo. Recomiendo hacer los deberes por si falla

el plan, pero que no te vean.

Sigues el modelo del día anterior, cama temprano y que se oiga tu tos por toda la casa. Para los más profesionales y

detallistas, podéis poner el despertador a las cinco de la mañana, ir al cuarto de tus padres y alegar un fuerte dolor

de cabeza y como consecuencia pedir un antibiótico o pastilla. Con esto ya tienes el trabajo hecho. Por la mañana

fingirás sentirte fatal y, a no ser que tus padres no tengan sentimientos o sean demasiado listos para su edad, te

quedarás en casita y tu día “E” será perfecto.

Espero que os sirva de ayuda, pero aconsejo no abusar mucho de este plan. Por cierto, os escribo esto un martes, a

las doce de la mañana, en mi sofá y con una manta de cuadros cubriendo mi cuerpo "enfermo”.

sábado, 16 de febrero de 2013

Los dedos. Eduardo Fernández-Cuesta.

El pulgar, quinto dedo de la mano izquierda y primero de la mano derecha; se utiliza para expresar

nuestro estado de ánimo, para indicar aprobación, o para hacer "autostop".

Índice, segundo dedo de la mano derecha; se utiliza para señalar, indicar, acusar o hurgar en la

nariz.

Corazón, dedo del medio lo mires por donde lo mires; a pesar de lo que pueda aparentar por su

nombre, sirve para mandar al prójimo a "su país de origen".

Anular, cuarto dedo de la mano derecha; se utiliza para albergar el anillo de boda, ya que es el

único dedo unido directamente con el corazón.

Por ultimo el meñique, el más pequeñito; cada uno lo utiliza a su placer, aunque uno de sus más

comunes usos es el de explorar los confines del oído.

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lunes, 18 de marzo de 2013

Luz y oscuridad. Álvaro Escudero.

"Todos tenemos luz y oscuridad en nuestro interior, lo

importante es qué parte elegimos potenciar". Esta frase la

oí hace poco en una película y me llamó bastante la

atención.

Seguramente no sepáis de quién son estos cuadros.

Son algunas de las muchas obras de Adolf Hitler. Me

impresionó bastante, y no solo por la calidad de los

cuadros que, en mi opinión, son fantásticos, sino también

por el pintor. Hitler intentó estudiar Bellas Artes pero fue

rechazado.

Uno de los hombres más odiados de la historia, líder para

unos, tirano para otros. Autor de una de las mayores

masacres de la historia. ¿Cómo puede alguien así expresar

un profundo amor al arte, expresar tanto sentimiento en

algunas de sus muchas obras?

Está claro que por muy malvado que sea alguien, no cabe

duda de que, entre tanta oscuridad, se pueden atisbar

unos tenues halos de luz.

sábado, 23 de febrero de 2013

Leer al revés. Ignacio Rodríguez-Toquero.

oeseD euq siáel etse otxet. éS euq edeup res odaclipmoc, orep

yum oditrevid, nis anugnin adud.

A odunem em otnugrep rop éuq on somibircse odot la séver y on

son somíer ed sodot solleuqa euq, nis olremoc in olrebeb, es

naútis le orbil ne nóicisop atseupo a al adicelbatse.

serboP solleuqa euq nos sodarim lam rop al dadeicos rop ri

odneyel le orbil la séver. oY ol oev ed ol sám

lamron, ísa euq orepse euq siérimda a solleuqa

euq neel acob ojaba, otseup euq neneit nu

otirém royam. agzuJ út omsim.

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lunes, 18 de marzo de 2013

Un mundo de baldosas amarillas. Eduardo Fernández-Cuesta.

Antes de nada, por favor lee lo que pone en la foto de la señal. Ahora repítelo en voz alta. Ahora repítelo

más despacio y un poco más bajo.

En la foto en realidad pone: "Y que viva la buena vida" ("La" está dos veces). Este es solo un ejemplo de

cómo nuestro cerebro manipula lo que captamos mediante nuestros sentidos.

Ahora quiero que mires atentamente la foto de la estantería y cuentes cuantas cosas rojas hay.

Y ahora te pregunto, ¿cuántas cosas verdes hay? Lo más probable es que no lo sepas. Esto mismo hace el

cerebro con las cosas buenas, solamente se fija en lo malo que nos pasa para así, de alguna forma,

protegernos. Lo malo que nos pasa lo hace siempre grande, y lo bueno pasa casi desapercibido.

Para cambiar esto hay un ejercicio muy bueno que podéis hacer. Cada noche antes de dormiros pensar

en 10 cosas buenas que te han pasado hoy. La primera noche no podrás pensar ni tres, pero a las dos

semanas te saldrán treinta.

Nuestro cerebro nos engaña constantemente. Vivimos en una especie de sueño fabricado a nuestra

medida, en el que uno solo ve lo que le interesa ver. Por eso debemos intentar salir de lo evidente, de lo

que parece muy obvio para nosotros y nos llevaremos más de una sorpresa.

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sábado, 23 de febrero de 2013

Mi sueño. Fernando Viillar.

De pequeño yo acostumbraba a leer muchos libros. De hecho, sigo haciéndolo, sólo que ahora el tiempo que me queda para leer es

muchísimo más reducido que hace diez años. Aún así, saco tiempo de donde sea para leer unas paginillas: antes de dormir, en la

ruta, en los trayectos en el coche, después de estudiar... Cualquier minuto que me sirva para leer unas cuantas líneas de mis novelas

favoritas es un minuto aprovechado.

Volvamos al pasado. Mis padres observaban cómo iba devorando libro tras libro, y los primeros años parecían encantados con esta

afición. Mi madre siempre me compraba libros, especialmente novelas de aventuras, mi género favorito en esa época. Sin embargo,

empezaron a ver cómo mi rendimiento escolar descendía, porque yo me dedicaba a pasar las tardes enteras leyendo y leyendo. Fue

ahí cuando empezaron a castigarme prohibiéndome la lectura (probablemente a vosotros no os hubiera afectado mucho, pero para

mí fue especialmente doloroso).

O sea que ahí estaba yo, aburrido, obligado a estudiar las tediosas matemáticas. Una tarde me aburría demasiado y estaba "mirando

a las musarañas". Fue entonces cuando descubrí una caja de cartón en la parte alta de mi estantería. En ella estaban muy bien

encajonados cinco libros. Me subí a mi mesa de estudio y la cogí. Se trataba de una colección de libros escritos por J.R.R Tolkien,

concretamente la trilogía de El Señor de los Anillos, El Hobbit y el Silmarillion. Recordé que mi padre me los había comprado

porque se habían puesto de moda gracias a las estupendas películas que tantos premios recibieron. Pero yo era muy pequeño cuando

sucedió el fenómeno, y ver esa letra tan pequeña me intimidaba mucho, o sea que los deje olvidados muchos años. Hasta ese día.

Como no tenía nada mejor que hacer, empecé a leer el primero de la trilogía, la Comunidad del Anillo. Rápidamente quedé atrapado

por todo el universo Tolkien. Arriesgándome a un castigo mayor, decidí sacar el libro de contrabando ocultándolo en el interior de

mi mochila. Leía en el colegio todo lo que podía, puesto que al llegar a casa llevar un libro que no fuera de estudio en la mano era

bastante peligroso. Me encerraba en mi habitación y me dejaba llevar por todas las historias de elfos, magos y orcos. Repetí el mismo

proceso con el resto de libros de la cajita, hasta que en poco menos de un mes acabé con todos.

Recuerdo especialmente los momentos finales de la trilogía. Frodo estaba apunto de llegar al Monte del Destino para destruir el

Anillo y acabar con todo. Las cosas se complicaron, pero al final Frodo cumple con su deber y logra su objetivo. En ese momento, y

a pesar de que aún me quedaba lectura, decidí cerrar el libro. Estaba emocionado. Todo lo malo que le había pasado al pobre hobbit,

todo el sufrimiento que pasa hasta lograr su cometido... Aún me cuesta asimilarlo. Fue ahí cuando descubrí mi sueño, mi objetivo.

Quería ser escritor.

Hoy, cuando digo a las personas que quiero escribir una novela, no se muestran muy sorprendidas. "Con lo que tu lees, ser otra cosa

sería un desperdicio" me dicen. Pero es mucho más que eso. ¿Qué por qué quiero ser escritor? Pues por ese momento que he

relatado. La gente de hoy en día piensa que solo se pueden provocar sentimientos de manera artística con el cine y la música. Y ahí

están en un grave error. Me repetiré la misma pregunta ¿Por qué quiero ser escritor? Para provocar sentimientos en la gente. Ira,

tristeza, melancolía, alegría... Para hacer sentir a la gente. Quiero ser capaz de transmitir estos sentimientos a cualquier persona, sea

un adulto asfixiado por el trabajo, una anciana solitaria o un chiquillo de diez años que lee oculto bajo las sábanas con una linterna

para que sus padres no le castiguen.

Querido lector, si has llegado hasta aquí debo agradecértelo, sé que ha sido más larga que mis anteriores entradas. Pero en esta

entrada os he querido decir cuál es mi sueño, y eso no se puede explicar brevemente.

Ahora te pregunto: ¿Tienes un sueño?. Si lo tienes, no necesitarás que te diga nada. Y si aún no sabes qué vas a hacer con tu vida

que no te quepa duda, lo sabrás tarde o temprano. Una vez tengas el objetivo entre ceja y ceja, ve a por él. Sueña. Es lo más

importante del mundo, y uno de los mayores regalos que tiene el ser humano.

"Nuestros sueños son nuestra única vida real" - Federico Fellini

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Desde lejano tiempo se trató de encontrar.

Antiguos pensadores la hubieron de explorar.

Grandes filósofos decían ser,

La mayoría solo llegaban a forofos del saber.

¿Qué decir de la verdad?

Di que su existencia no se puede negar.

Di que la ves en los pájaros con su dulce cantar.

Di que la ves en los niños al oírlos jugar.

¿Qué decir de la verdad?

Di que una ciencia, con su mero nombre,

La honra.

¡Qué decir de la verdad!

“Amor a la verdad, la filosofía es” dicen,

Odio que con mentiras la pulvericen.

Ella no merece este desprecio,

Nunca debería pagarse tan costoso precio.

Muchos escudriñándola encuentran el fracaso,

Capaces no son, se quedan en el ocaso.

Llegará el glorioso día En el cual

Amanezca con todo su esplendor.

No te desanimes,

Sé siempre fiel a tu valiente valor.

Tú la verás, confía en mí viejo amigo.

Te prometo que se cumplirán estas palabras que te digo.

Simplemente, tendrás que esperar.

Aunque, en el mientras,

Te recomiendo no yerres al caminar.

Un último consejo, antes de que me vaya:

La sabiduría está ahí, solo tienes que buscarla.

Si logras descorrer el velo oculto,

Al descubierto quedará todo su fruto.

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ncia

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martes, 15 de enero de 2013

Frases de manual de Retamar.

Jacobo Jiménez-Poyato. 1. No le estaba copiando, solo estaba mirando la fecha.

2. No estaba dormido, es que me concentro mejor con los ojos cerrados.

3. No tío, yo este año la milla la corro en serio.

4. Yo había estudiado, pero es que usted pone exámenes desproporcionados a lo dado.

5. Pero mamá si mi examen está aprobado, el señor este me ha suspendido para que repase en vacaciones.

6. He estado toda la clase en el baño porque tengo problemas gástricos, ¿vale?

7. ¿Me puedo ir a sonar?

8. No me pongo los calcetines de deporte porque las zapatillas me están pequeñas.

9. La chaqueta está en el tinte, es que me gusta llevarla limpia.

10. Yo no puedo hacer piscina, es que tengo papilomas.

11. ¿Puede hacerme un "volante" para el medico? Es que me he caído en el descanso.

12. El médico me ha dicho que no salga al recreo, porque estoy resfriado.

13. ¿Examen? !Pero si no avisó! ¿Se puede utilizar boli verde?

14. ¿Pero había deberes? Es que a mí no me llegó ningún mail al correo.

15. Mire he estado en Estados Unidos el verano pasado, es imposible que haya suspendido inglés.

16. Ayer estuve en el dentista, me apretaron los brackets y no puedo comer lo del menú.

17. Me he traído el móvil porque me viene a recoger mi padre que hoy nos vamos de viaje, ¡no me lo quite!

18. Oiga no pagamos el dineral que pagamos para andar fregando los comedores.

19. Mire ese campo de futbol, lo hemos pagado nosotros, tenemos derecho a usarlo.

20. No entiendo que nos hagan venir con chaqueta y corbata a desfilar al sol a 30º.

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domingo, 10 de febrero de 2013

Una noche de altos vuelos. Gonzalo Prado.

Volvía yo de una cena familiar con mi hermana Leti en el coche de mis tíos. Estos últimos tenían

prisa porque iban a perder un vuelo (de vuelos iba a ir la noche). Como consecuencia decidieron dejarnos en el Paseo de

la Habana, que se encuentra a escasas dos manzanas de mi casa. Este lugar es frecuentado por jóvenes de nuestra edad los

viernes por la noche, es decir, esa noche estaba hasta arriba de gente.

Una vez allí, mi hermana me pidió que la acompañase a un bar cercano en el que se encontraban unas amigas suyas.

Empezamos a andar y llegamos a un parque. Ahí me encontré a una amiga que hacía mucho tiempo que no veía y con la

que me quedé hablando un rato.Y yo no sé si se debió a la sorpresa que me llevé al ver lo que había cambiado ella o a mi

"empanamiento" permanente (empanamiento que me resultará letal más adelante en la historia), pero mis sentidos no

estaban ni mucho menos activos ya que no captaron los gritos despectivos que salieron desde el interior del parque

dirigidos a mi persona.

Terminada la conversación proseguimos nuestro camino rodeando el parque. Sin embargo, mi hermana se paró en seco y

dijo que ya no le apetecía ir con sus amigas (decisión que marcó la noche). Acto seguido dimos marcha atrás y llegamos a

un semáforo que se encontraba en rojo. Al lado mío se encontraba mi hermana y un chaval de mi edad. Fue en ese

momento en el que los gritos desde el parque continuaron y se hicieron cada vez más fuertes. Llamaban a alguien y le

pedían que fuera, no obstante, yo seguía sumido en mi "empanamiento" y no salí de él hasta que vi que el chaval que

tenía al lado ponía pies en polvorosa. En ese momento, miré hacia atrás y vi venir hacia mí a tres "jóvenes extremistas".

Ya los tenía encima y era demasiado tarde para planear ninguna fuga. Me pidieron que fuera con ellos al interior del

parque para que les sacara una foto. Pero yo, alegando que me estaban esperando, hice ademán de reunirme con mi

hermana, que ya había cruzado. Mis intentos de fuga fueron en vano ya que me cogieron de la cabeza y me llevaron al

parque. Nada más entrar vi que no eran tres sino que eran quince.

Llegados a este punto empecé a pensar por qué me había sucedido esto a mí. Y me di cuenta de que el problema residía

en mi apariencia, es decir, que no presento ninguna característica propia de una persona mayor: no soy alto, ni fuerte, ni

tengo cara de mala leche (aunque siempre me quedarán las entradas).

Volviendo a la historia, éstos me pidieron que les sacara una foto con mi móvil y luego se lo entregara para poder irme,

pero finalmente me dieron el suyo y amenazaron con rajarme la cara si no salían bien. Saqué entre 10 y 20 fotos, por

fotos que no falte, y les devolví el móvil con intención de marcharme. Sin embargo, me agarraron entre cuatro, y como

me vieron pequeñito e indefenso, decidieron mantearme. En este instante, fue cuando mi hermana que había estado

expectante hasta el momento se armó de valor y dirigiéndose a uno de ellos, le tocó en la espalda e hizo la intervención

clave de la noche al decirle: "perdón, vamos mal de tiempo ¿se puede venir ya?".

Mientras tanto, yo estaba volando muerto de miedo, confiando en que eso se acabara pronto. Y el final no tardó en llegar,

me lanzaron con todas sus fuerzas hacia arriba y se apartaron dejándome a mi solo ante la ley de la gravedad. Me pegué

un tortazo impresionante pero me levanté antes de que reaccionaran y me cruce rápidamente de acera poniendo cara de

póker, como cuando te comes un escalón en la calle y dices: aquí no ha pasado nada.

Por último, quiero destacar la veracidad de la frase del escritor John Maxwell que esa noche marcó mi porvenir:

"Crecer es una decisión que puede hacer realmente la diferencia". John Maxwell

PD: esta entrada va dedicada a Javier López, Pablo Fernández y Álvaro Guitian por darme la idea de transformar la

historia en entrada. Y como no, a mi valiente hermana Leti, a la cual debo mi vida tras su estelar intervención en los

acontecimientos narrados.

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sábado, 9 de febrero de 2013

SORRY. Gonzalo Villalón.

Foto tomada por un soldado en Afganistán.

¿Por qué a veces hacemos cosas sin quererlo? ¿Por qué hacemos algo si va en contra de nuestros principios?

¿Por qué algunos soldados luchan en una guerra por cuestiones que ni le afectan? ¿Por el interés de unos

pocos?

A lo largo de la historia, como en la Primera Guerra Mundial, los soldados luchaban por defender los intereses

de un gobierno que quería tener más poder y "dominar" al resto. Los soldados luchaban y arriesgaban su vida

por algo que no les afectaba en nada, y mataban a los del otro bando, otras personas que no conocían de nada,

con la única diferencia de que vivían en distintos países. Y es que en esta vida todo el mundo baila si cuatro

tiran de un hilo.

Me llamó la atención la carta de un soldado inglés a su mujer en la Primera Guerra Mundial:

"Ahora, si no hay problemas, vas a saber todo sobre lo que pasa aquí. Sé que te llevarás una gran sorpresa

cuando te llegue esta carta (espero que te llegue sin contratiempos). ¡Si alguna autoridad la ve...! (...) Aquí todo

el mundo está totalmente harto y a nadie le queda ya nada de lo que se conoce como patriotismo. A nadie le

importa un rábano si Alemania tendrá Alsacia, o si la tendrá Bélgica o Francia. Lo único que cada uno quiere

es acabar con esto e irse a casa. Ésta es honestamente la verdad, y cualquiera que haya estado aquí en los

últimos meses te dirá lo mismo. De hecho, y esto no es una exageración, la mayor esperanza de la gran

mayoría de los hombres es que los disturbios y las protestas en casa obliguen al gobierno a acabar con esto

como sea. Ahora ya sabes el real estado de la situación. Yo también puedo añadir que he perdido prácticamente

todo el patriotismo que me quedaba, sólo me queda pensar en los que estáis allí, en todos a los que amo y que

confiáis en mí para que haga el esfuerzo que sea necesario para vuestra seguridad y vuestra libertad. Esto es lo

único que me mantiene y me da fuerzas para soportarlo todo.“

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viernes, 8 de febrero de 2013

Amistad. José María Orejana.

Decimos que tenemos muchos amigos, tal vez cientos, pero nunca sabemos hasta qué punto serían

capaces de dar algo por nosotros. Dicen que verdaderos amigos hay pocos y que se cuentan con la

palma de la mano, pero ¿qué es eso que les hace especiales? Hay cosas que solo le cuentas a ese

amigo, ese que te aconseja y te apoya en los momentos difíciles.

Y es que de estos amigos tenemos realmente pocos. Nos planteamos la idea de que solo unos pocos

pueden llegar a ser verdaderos amigos, pero en realidad poco sabemos de la amistad. ¿Qué entiendes

tú por amistad? No me digas que entiendes por amistad al chico o chica que te felicita por tu

cumpleaños en tuenti, porque entonces tendrías como 400 amigos.

Si buscamos la palabra amistad, encontramos que es "afecto personal, puro y desinteresado,

compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato". Yo quiero centrarme en la palabra

desinteresado. Y es que el ser humano se caracteriza porque le cuesta mucho hacer cosas

desinteresadamente, es decir, sin esperar nada a cambio.

Piensa en algún momento que hayas hecho cosas sin esperarte

nada a cambio, y te saldrán pocas. Esta es la clave de la amistad.

Si bien nos preguntábamos antes qué era lo que les hacía

especiales, lo hemos encontrado, ese afecto desinteresado.

Por ello, piensa cuáles son tus amigos de verdad, y no esos

que esperan algo a cambio.

Como diría un filósofo como Tagore, "La verdadera amistad

es como la fosforescencia, resplandece mejor cuando todo se

ha oscurecido“.

jueves, 7 de febrero de 2013

Los 5 síntomas de la pereza. Íñigo Bunzl. 1)

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viernes, 8 de febrero de 2013

El secreto del amor. Luis Sánchez.

Nuestro planeta es muy grande, hay muchas personas de diferentes ideales, razas y edades, y una de las cosas que tenemos en

común entre todos es que necesitamos querer a alguien. Es necesario, forma parte de nosotros. Por lo general nos gusta querer

y adoramos ser queridos.

Hay muchos tipos de amor: el amor de una madre por su hijo, el amor del dueño por su perro, el amor hacia la pareja...

A primera vista, da la sensación que entre todos los tipos de amor no hay semejanza alguna, que no hay color entre querer a

tu madre y querer a tu mujer, pero lo hay. Se llama sacrificio. Cierto es que en todos los tipos de amor hay confianza, cariño,

etc., pero una cosa sobresale por encima del resto, el sacrificio.

El sacrificio es el termómetro de una relación, de cualquier relación. No esperes que tu perro te haga la cena, es más, te

recomiendo que no esperes grandes cosas de tu perro, pero sí de aquellas personas que hacen muchísimas cosas por ti, y, a

veces, ni te das cuenta. Es más que probable que la mitad de sacrificios no nos gusten, que la otra persona no haya acertado. Y

también es muy probable que esos pequeños sacrificios ni se noten, pero son los importantes, los que valen, los que hacen que

el termómetro esté donde debe estar.

A menudo en la vida tendemos a juzgar a la gente por sus logros, nunca por sus sacrificios, y son precisamente los sacrificios

los que definen a una persona, definen cómo es, define qué es lo que quiere, lo definen todo.

martes, 22 de enero de 2013

Cambiando el mundo... pero desde el sofá. Gonzalo Villalón.

Últimamente no paro de escuchar que esta sociedad es una mierda. Que este mundo ha creado unas normas como la manera

de pensar, la música que escuchas o la ropa que llevas, y si las sigues eres considerado “normal”. A la gente le gustaría que

esto cambiase.

Pero somos vagos, cómodos y nos gusta vivir bien. No estamos dispuestos a renunciar a nuestro dinero ni a nuestro tiempo

para cambiar la sociedad. Quien tiene dinero no quiere vivir con menos y quien tiene menos quiere vivir con quien tiene más.

Es muy fácil decir que el dinero no nos hace felices, que lo material no da la felicidad. ¿Quién no afirma esto? Pero también,

¿quién se atreve a intentarlo? ¿Quién esta dispuesto a renunciar a todo esto para cambiar la sociedad? Muchas veces a quien lo

intenta se le llama “loco”, pero he oído en algún lado que las mejores personas lo están.

Yo pienso que las personas que queremos una sociedad mejor, deberíamos tratar de cambiarla en lugar de criticarla. Pero no

nos atrevemos a levantarnos del sofá para ponernos manos a la obra.

He escrito esto porque he encontrado un artículo que me ha hecho pensar. Aquí os lo dejo:

“Miro alrededor, y veo un mundo que no me gusta. Veo que pocos tienen mucho, y que muchos tienen poco, y muchos más

no tienen nada. Veo que no hay respeto. Veo que no hay paz. Veo que muchos caminan ofendidos, dispuestos a tomarse

como algo personal el primer daño que reciban, y a vengarse multiplicando por diez la ofensa recibida. Veo personas

ambiciosas, veo muchas víctimas, tanto pobres como ricas. Veo lo que veo, y si no lo ves, entonces estás ciego. Serán los

dieciséis años, y la inquietud del joven con ganas de cambiarlo todo. Pero si no fuera por esa inquietud, ¿el mundo cuando

avanzaría?. “Quiero cambiar el mundo”, “Puedo cambiar el mundo”, y “Voy a cambiar el mundo”.”

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sábado, 19 de enero de 2013

Soledad en compañía. Jacobo Jiménez-Poyato.

El otro día, al pasar frente a la agencia

de viajes de mi calle, me fijé en el

indigente que hace su vida en esas

escaleras desde que tengo memoria.

Al sentirme observado y mirarle a

los ojos, me di cuenta de cómo me

Miraba. Me miró como se mira a esos

viejos amigos, a los que ya ni saludas,

pero conoces perfectamente.

Ahora lo pienso y creo que formo

parte de la vida de ese indigente, de

larga barba y ojos atentos. Jamás he

hablado con él. Ni le he dado dinero

porque no lo pide, pero hay un

vínculo que nos une, quizá sea

nuestra calle, o quizá sea el destino,

pero el caso es que me conoce desde que iba en carrito. Conoce a mi familia, mi coche, mi forma de vestir. Me ha

visto crecer, me ve ir a hacer la compra, al ir a misa, al ir a hacer recados, cuando paso por allí con mis amigos,

cuando llego del colegio... Estoy seguro de que conoce a toda mi calle igual que a mí, a mis hermanos, mis padres, mi

tío, mis abuelos y demás vecinos... que formamos parte de su vida y en el fondo él de la nuestra.

Su vida aparentemente no tiene sentido. No se mueve de allí y nadie habla con él. Se limita a observar a las personas.

La mayoría creemos que es una vida vacía, pero si te paras e intentas meterte en su cabeza, es una vida realmente

entretenida. Y es que la mayoría creemos que tener vida es conocer gente, tener amigos, familia, posesiones,

ocupaciones... y no nos equivocamos, claro que no, pero nos olvidamos de la vida interior, que posiblemente sea más

apasionante. Y es que mi indigente, estoy seguro que tiene más vida interior que Pocholo y Borja Mari juntos, o que

cualquiera de nosotros. Tantas horas en silencio, con la mirada pérdida y en soledad pueden parecer una forma de

vida aburrida, pero lo que son, es la causa de una vida interior increíble y de lo más interesante.

Con esto me gustaría que os plantearais ser alguna vez un poco como mi indigente, que dejó sus problemas atrás para

vivir hacia dentro de sí mismo.

“La soledad es el imperio de la consciencia”

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viernes, 18 de enero de 2013

¿Una paradoja? Álvaro Escudero.

Prima de riesgo, problemas de financiación,

recortes... nos hemos hartado de oír estos

términos últimamente. Todos, o casi todos,

sabemos que estamos en una de las peores

crisis de los últimos tiempos. Yo,

desgraciadamente, lo veo a diario.

Hay hombres sin hogar donde antes no los

había, las puertas de las iglesias están

abarrotadas, al caer la noche, los cajeros y

portales son utilizados a modo de vivienda

improvisada. Pero hay un caso que me

llamó especialmente la atención: Estaba en

un tren de cercanías cuando un hombre entró en el vagón y empezó a repartir unas fotocopias. En ellas, una breve descripción de

la situación que estaba atravesando su familia y una foto con esta. A los pocos minutos, regresó para recoger las fotocopias y los

donativos de la gente. Me hizo reflexionar y quise profundizar buscando información.

Encontré unos datos del INE que decían, que en 2012, existen en España unas once millones de personas que se encuentran en

riesgo de pobreza y exclusión social. Un cuarto de la población total, una cifra alarmante. A nivel global, y según datos del banco

mundial, mil cuatrocientas millones de personas viven con menos de 1 dolar al día. Personas a las que ni siquiera se les reconocen

sus derechos fundamentales. Personas que no tienen nada; que viven al día. Inaceptable.

Sin embargo, también he leído que en cinco años, el mundo tendrá el doble de millonarios. Además, estos aumentarán

precisamente en aquellos lugares donde la pobreza es más extrema: Asia y América Latina. El selecto club de aquellas personas con

más de un millón se multiplicará por dos. ¿Una paradoja? La brecha aumenta.

"Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá ya no

tuviera necesidad de soñarlas." Martin Luther King.

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martes, 15 de enero de 2013

¿Valiente o cobarde? Carlos Martín Martí.

El otro día, me contaron una historia que

merece la pena que todo el mundo la

conozca: un niño de 15 años tenía un

perro, en concreto un labrador. Un día

decidió que se había aburrido de él y lo

metió en una habitación de 2 metros

cuadrados sin ventanas ni luz. Lo dejó

tres días encerrado sin comer, y al

tercer día decidió hacerle una visita con

otros tres amigos. Cada uno de ellos

llevaba un tenedor y se fueron turnando

para clavárselo en la espalda mientras,

el que había sido su dueño, le engañaba

con un trozo de carne. Repitieron esto

hasta que finalmente decidieron

largarse a hacer otra cosa.

Al día siguiente, repitió la misma operación, solo que esta vez con otros dos amigos nuevos, y en vez de tenedores, se

"apiadaron" de él, y usaron lápices. Se los volvieron a clavar por todo el cuerpo y no consiguieron que el perro ladrara en

ninguna de las ocasiones, pero comenzó a tener problemas al intentar andar por esa minúscula habitación y al perder la

mayor parte de la vista, se fue dando con las paredes. Como en el día anterior, se aburrieron de él y lo volvieron a dejar

encerrado.

Al quinto día, cansado de no poder utilizar esa habitación, el niño decidió coger un cuchillo de cocina de su padre y acabar

con la vida del animal, pero tuvo que ser a la segunda porque a la primera no acertó. Finalmente, el perro soltó un ladrido

que no pudo ser ni escuchado. Al salir de la habitación, este chaval fue aplaudido por sus padres por lo valiente que había

sido al tomar esa decisión.

¿Se te ocurre decir algo bueno del niño? ¿Qué es lo más fino que te sale? Sientes pena por el perro, ¿verdad? ¿Y que piensas

de los padres?

En realidad esta historia me la he inventado, pero te pido que ahora cambies al perro por el toro; al dueño por el torero; a

sus cinco amigos por los banderilleros; a los padres por el público; y que en vez de pensar que todos ellos son personas sin

escrúpulos, te pido por último que los llames "artistas". ¿Verdad que ahora cambia la cosa? Así que ahora pregúntate si lo

que hace el torero al enfrentarse a un toro se trata de un acto de valentía o un acto de cobardía al darle apenas

oportunidades.

Entiendo la diversidad de opiniones y respeto cualquier opinión que tengan los aficionados a la tauromaquia, por eso pido

que se valore esta opinión desde el mismo punto de vista.

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sábado, 23 de febrero de 2013

Una lástima. Jaime Alesanco.

Según varias asociaciones, los españoles vemos de media 4 horas diarias de televisión. Desgraciadamente, nos estamos

cargando la cultura, ya que la gran mayoría de la gente prefiere gastar su tiempo libre viendo telebasura a leerse un libro, o

ir a un museo, por ejemplo. Vivimos en una sociedad donde los protagonistas de series como Gandía Shore triunfan y son

las figuras de referencia de los jóvenes de hoy en día; todos quieren ser como ellos.

En nuestra sociedad se alienta a la gente a irse de botellón, pero cuidado como te pillen leyéndote un libro, porque en

seguida te tachan de "bicho raro" o de antisocial. Además, los programas de televisión más vistos reflejan claramente el nivel

cultural de la sociedad (como Sálvame y sucedáneos, que suelen acumular el 20% del share). No sé si alguno de vosotros lo

sabíais, pero el cuarto museo más visitado de Madrid es el Bernabéu, que sigue de cerca a otros como el Reina Sofía o el

Prado (y nos salvan los turistas de países del norte, que si no podría ser el primero).

Como bien se ilustra en esta viñeta de Mafalda,

vivimos en una sociedad donde la cultura pasa a

ser algo innecesario y poco útil, y dónde se valora

más a una persona bien vestida, o con un buen

coche, que a una persona culta.

sábado, 23 de febrero de 2013

La vida del artista. Guillermo Vega.

La vida del artista conlleva vivir al margen. El artista debe aceptar que aunque él no crea en la política, siempre se le va a

tachar de cualquier ideología.

Un artista debe saber que lo que hace no le va a gustar a la mayoría de la gente. Todos aquellos que no reciben críticas de

nadie, lo siento mucho pero no son artistas.

Un artista debe saber romper con todos los estereotipos y oponerse a todo aquel que no conozca a Andy Warhol.

Un artista debe siempre mirar con aire de superioridad a los demás, y tener el pensamiento erróneo de que por su condición

va a ligar más.

Un artista debe tener un lío espiritual, no teniendo claro si Dios existe, no existe o es John Lennon.

Por último, un artista debe tener siempre en mente el estilo "James Dean" y que mejor vivir rápido y dejar un cadáver

bonito que aguantar renqueante hasta los 75.

En conclusión: ¡qué dura la vida del artista!

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martes, 19 de marzo de 2013

La Humildad de los Verdaderos Héroes.

Fernando Martínez de Aspe.

"Abuelo, ¿fuiste un héroe en la guerra? No hijo no, pero serví en

una compañía de héroes." Esta frase la dijo un oficial paracaidista

que participó en la Segunda Guerra Mundial. Este hombre fue

condecorado y catalogado como héroe de guerra. Se trata del Mayor

Dick Winters. Esta cita y la actitud de varias personas más es lo que

me ha llevado a escribir esta entrada.

¿Quién de nosotros, no se ha encontrado en la típica situación en la

que puedes presumir por algo que has hecho, presumes y quedas

como el mejor? De hecho, es perfectamente normal y nada inusual.

Ni que decir tiene que cuando enciendes la televisión, lees el

periódico o entras en las redes sociales también encuentras esta

forma de actuar en personas, fardando del dinero que tienen, de lo

bueno que es al fútbol o de las chicas con las que ha estado. En

definitiva, presumir es lo que se lleva.

Fijémonos de nuevo en el oficial ya citado. Participó en la Segunda

Guerra Mundial (sobrevivir a ella ya tiene mérito), ascendió a

mayor en dos años, empezando como sargento. Fue condecorado

con varias medallas, incluyendo la medalla al valor y, como ya he

dicho antes, catalogado como héroe de guerra. Su nieto le pregunta

y él, teniendo la oportunidad de presumir, se limita a decir que

simplemente cumplió con su deber de soldado.

Con esto quiero reflexionar y haceros ver que los verdaderos héroes

son los humildes, que son las personas que verdaderamente dan la

talla; ellos se dan cuenta de que en realidad no importa lo que otros

piensen y digan, sino lo que ellos hagan y consigan.

"Tu talento te hará llegar a la cima, pero será la humildad la que te

haga permanecer allí“. Anónimo.

Page 22: Revista filosófica 5

domingo, 13 de enero de 2013

¿Realmente somos libres? Álvaro Escudero.

Hola a todos. Mi primera entrada es en honor al filósofo que da nombre a este blog: Diógenes de Sinope. El relato que me

ha llamado la atención sobre este extravagante pensador es el siguiente:

Cuando llegó Alejandro Magno a Corinto con su ejército, toda la ciudad, salvo Diógenes, salió a recibir al joven y

prometedor emperador. El filósofo era ajeno a todo eso. Él se quedó sesteando en su tinaja, su casa. Fue el propio

Alejandro quien, conocedor de la fama del filósofo, fue a verle. Cuando finalmente lo encontró, tumbado en su humilde

morada, le dijo lo siguiente: "Tú Diógenes el Cínico, pídeme cualquier cosa, ya sean riquezas o monumentos, y yo te lo

concederé". Diógenes contestó: "Apártate, que me tapas el sol“

Esa respuesta, más allá de ser peculiar e incluso un poco desafiante,

para mí guarda un gran significado: ¿realmente, somos libres?

Es cierto que uno es libre, en el sentido de decidir qué va a

hacer el fin de semana, qué va a desayunar, si quiere hacer los

deberes, etc. Pero analicémoslo de este modo. Es un hecho que

hoy en día el éxito se identifica con tener dinero y poder,

incluso nuestras familias lo ven así. Es más, el primer tercio de

nuestra vida, lo dedicamos simplemente a estudiar para poder

siquiera empezar a trabajar y así poder ganar dinero. Sé que

puede sonar un poco irónico actualmente en España, pero el

caso es que orientamos nuestra vida a tal fin. Creo que

la sociedad ha querido que sea así. ¿Cuántas veces habremos

oído últimamente que "la cosa" está muy mal? Puedo parecer

un poco extremista, pero creo que tenemos una visión de la vida demasiado materialista. Aquí es donde entra en juego

nuestro querido Diógenes.

Alejandro, debido a la gran admiración que sufría por el pensador, ofreció al filósofo toda clase de cosas materiales:

riquezas, monumentos, palacios, etc. Podríamos decir que le "tentó" a una vida materialista y opulenta. La negación de

Diógenes es clara: El ser humano no ha sido creado para satisfacer su ilimitada ansia de placeres y bienes materiales. La

respuesta asombró tanto al joven monarca que más tarde, Alejandro confesó que, de no haber sido Alejandro, hubiese

querido ser Diógenes. Un dato curioso es que ambos, monarca y filósofo, murieron el mismo día.

Ya para acabar, os dejo una cita de uno de los mejores, sino el mejor, escritor de toda la historia.

"La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse

los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida".

Miguel de Cervantes Saavedra.

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viernes, 18 de enero de 2013

Nuestra infancia. Félix de Gregorio.

En esta entrada quiero enumerar las típicas cosas que hemos hecho, o dicho

desde niños.

1. Querer ser jugador de fútbol.

2. Decir que estábamos enfermos a

nuestros padres para quedarnos en casa

(Aunque más de uno lo sigue haciendo).

3. Creernos grandes negociadores

intercambiando cromos.

4. Pasar papelitos para comunicarte en

clase.

5. Traer la pelota un día y creerte el

rey del recreo.

6. Hacerte el dormido cuando tus

padres entraban en la habitación.

7. Preguntar en un viaje ''¿Cuánto

queda?''

8. Subirte al carro del supermercado.

9. Intentar convencer a tu madre para que te dejara llevar pantalón largo al

colegio porque eras de los únicos con el corto.

10. Decirle a tu madre "pero mamá, todos lo hacen“.

11. Querer acostarte lo más tarde posible. Ahora es lo contrario.

12. Jugar a la Play Station o ver la tele cuando tus padres no estaban en casa.

13. Tratar de deshacerte de la comida del colegio como fuera.

14. Pintar y tunear cada una de nuestras peonzas.

15. Leer el reverso de los cereales mientras desayunabas.

Ya me gustaría a mi volver a disfrutar de la vida de los niños. Viven sin

enterarse de los problemas que hay, disfrutando cada momento. Luego, a la

vez que creces ves que el mundo no es tan divertido como pensabas.

Page 24: Revista filosófica 5

martes, 19 de marzo de 2013

¿El fin? Fernando Villar.

Bueno señores, el blog se acaba. Han sido unas semanas bastante curiosas, donde toda idea que pasaba por mi cabeza era candidata

a una entrada. Y puedo decir que a mí esta experiencia me ha servido de mucho, no sé si a vosotros también.

Basándome en mi experiencia personal, la idea del blog me producía bastante curiosidad, además de ciertas dudas. No me veía

capaz de completarlo, creía que me faltarían ideas. Cuando me senté por primera vez no sabía sobre qué escribir. Pasé una hora

haciendo varias docenas de borradores, de comienzos distintos, de temas que no tenían nada que ver. Por ello decidí abandonar el

ordenador, con un bajón bastante importante. Una vez había abandonado la silla y apagado el ordenador, las ideas empezaron a

brotar de manera impresionante. Y entonces, al día siguiente, después de volver de una quedada (era viernes), escribí.

A mí siempre me ha gustado escribir, y aún más si es para expresar sentimientos u opinar sobre temas que considero relevantes. Y

esta oportunidad era demasiado buena para desaprovecharla. Cada tema bueno que se me ocurría lo apuntaba, no se me fuera a

olvidar. Poco a poco fui cogiendo práctica y soltura a la hora de escribir, y cada entrada que hacía me producía más satisfacción

que la anterior.

Una de las cosas que más me ha gustado del blog es el poder leer vuestras entradas. Como yo, muchos habéis utilizado el blog no

solo para ganar esos tres puntos de filosofía, sino para expresar vuestros sentimientos e ideas. Poder leer vuestras opiniones ha sido

probablemente lo mejor de este blog. De repente descubrías que aquel chico de la clase con el que nunca habías hablado comparte

una opinión tuya, te hace pensar con una entrada de reflexión o te anima un poco el día con una entrada cómica.

Esta entrada la he hecho desde mi punto de vista, que deduzco que será el mismo que el vuestro, o al menos en algunas cosas. Vale,

es cierto que los tres puntos son de mucha ayuda. Y sí, es cierto, este blog nos ha enseñado a redactar, a ordenar nuestras ideas y a

hacer textos coherentes. Pero yo lo considero útil por esa oportunidad que nos ha dado de expresarnos.

Dicho esto, respondamos al título de la entrada. ¿Es el fin del blog? No puedo hablar por vosotros, pero del mío creo que no. Me

gusta escribir, y es probable que lo siga haciendo. Para mí estas entradas son más que un cuarto de punto. Son una manera de

comunicar mis ideas. Y nada me gustaría más que poder leer más entradas vuestras.

Bueno, escribo mis últimas líneas como bloguero del curso de filosofía 2012/13. Ha sido un placer escribir. Y sobre todo un placer

leer vuestras entradas. Hasta pronto.