Revista De Rabona

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- DE RABONA Edición impresa N° 112. CARRERA SOBRE LA MARCHA MARCAS DE SANGRE Martín Jaite cuenta cómo fue creciendo profesionalmente como jugador y como en- trenador de tenis, aunque nunca lo había planificado. Pág. 24. Los orígenes de Adidas y Puma a partir de la pelea entre dos her- manos. Los comienzos del mar- keting deportivo cruzado con una historia familiar que pone en juego millones de dólares. Pág. 28. Buenos Aires, Lunes 17 de noviembre del 2014. Porque lo que importa no es el deporte, sino sus alrededores. GENERACIÓN GAMBETA Como si fuera un capricho del destino, el más importante número 10 de la historia se retiró del fútbol en el mismo momento en que surgía la última gran generación de talentosos enganches del fútbol argentino. De la diferencia de estilos entre Román y Aimar, a los destinos truncos de los Manso y los Giampietri. Pág. 4.

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Porque lo que importa no es el deporte, sino sus alrededores.

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N° 1

12.

CARRERA SOBRE LA MARCHA

MARCAS DE SANGRE

Martín Jaite cuenta cómo fue creciendo profesionalmente como jugador y como en-trenador de tenis, aunque nunca lo había planificado.Pág. 24.

Los orígenes de Adidas y Puma a partir de la pelea entre dos her-manos. Los comienzos del mar-keting deportivo cruzado con una historia familiar que pone en juego millones de dólares.Pág. 28.

Buenos Aires, Lunes 17 de noviembre del

2014.

Porque lo que importa no es el deporte, sino sus alrededores.

GENERACIÓN GAMBETAComo si fuera un capricho del destino, el más importante número 10 de la historia se retiró del fútbol en el mismo momento en que surgía la última gran generación de talentosos enganches del fútbol argentino. De la diferencia de estilos entre Román y Aimar, a los destinos truncos de los Manso y los Giampietri.Pág. 4.

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DOSSIER

EL TÚNEL

LOS NUESTROS

AL MARGEN

Sin importar el deporte, todos los equipos cuentan con un

conductor fuera del campo de juego. Héroes silenciosos que

trabajan incansablemente por lograr la victoria.

Acerca de la generación de enganches que deslumbraron al

fútbol argentino luego del retiro de Maradona. Luces y som-

bras sobre tres jugadores que marcaron una época sin igual.

Atravesamos el túnel del tiempo para revivir aquellas historias

que merecen ser recordadas. Una buena manera de mirar ha-

cia el pasado disfrutando el presente.

Argentina cuenta con grandes deportivas que quedarán en la

historia del deporte mundial. Celebramos sus logros, recorda-

mos sus hazañas y agradecemos que sean argentinos.

No todo en el deporte está relacionado con los resultados, di-

rectamente. Muchas veces el hecho más importante está por

fuera de la competencia.

56RECUn mano a mano con íconos del deporte nacional o interna-

cional. Vida, trayectoria, logros y algunas cuentas pendientes

de grandes deportistas.

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APUNTES DE RABONAAportamos una mirada única sobre los fenómenos deportivos. Si el deporte es com-

petencia, acá el deporte es excusa. No se pretende hablar de victorias o derrotas, sino

de intervenir en aquellos aspectos estéticos y culturales que genera el deporte: his-

torias de deportistas que han tenido algún minuto de gloria, opinión sobre aspectos

del juego, debates sobre políticas deportivas, análisis de actualidad de las diferentes

disciplinas.

OBJETIVO

Intentaremos estar atentos para poder hacer de “De Rabona” un espacio que conten-

ga el sinfín de miradas interesantes que merodean los alrededores del deporte de

élite, aristas que consideramos muy atractivas y que merecen ser contadas, analizadas

(y leídas) por cualquier amante del deporte en general. Nuestro objetivo no es solo

informar, sino trascender al lenguaje y el habla cotidiano. Contra alguna regla peri-

odística, preferimos que sepan quién ganó y quién perdió, primero, por otro medio:

para nosotros queremos las habladurías, las teorizaciones y las historias mínimas que

se comentan en el bar o la cocina de casa.

DIFERENCIA

Queremos lograr una conexión con el lector que sin duda busca un material de cali-

dad, actual y con gran contenido. Por eso, intentaremos darle una vuelta de tuerca a

las publicaciones deportivas: como los pibes cuando se hacen una rabona del colegio,

pretendemos ser también el raje de los lectores cansados de la estadística. Acá, menos

estadísitica y más cuerpo.

Equipo La Rabona®.

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DOSSIER

Como si fuera un capricho del destino, el más importante número

10 de la historia se retiró del fútbol en el mismo momento en que

surgía la última gran generación de talentosos enganches del fút-

bol argentino. De la diferencia de estilos entre Román y Aimar, a

los destinos truncos de los Manso y los Giampietri

El 25 de Octubre de 1997 fue sábado. Extraño: no es que esa

fecha tuviera ese casillero del almanaque prohibido, sino que

los superclásicos del fútbol argentino se suelen jugar los do-

mingos. Pero éste no, va sábado. Monumental colmado como

marco del encuentro de la fecha 10 que, según la prensa es-

pecializada, marcará el rumbo del campeonato. En el equipo

de Ramón Díaz sobran estrellas: Gallardo, Salas, Sorín, Placente,

Burgos, Berizzo y podrían seguir las firmas. Pero el Boca de Vei-

ra no es menos: Caniggia, Latorre, Palermo, Guillermo Barros

Schelotto y un tal Diego Armando Maradona.

Ni el desarrollo del juego ni el resultado final decepcionaron

a los espectadores. Fue un partido de altísimo vuelo desde

todas las aristas y, para variar, la prensa especializada pifió: el

partido se lo llevó Boca 2 -1 con el recordado gol de un pla-

tinado Martín Palermo en medio de una batahola en el área,

pero el campeonato fue para River, que así sellaba un histórico

tricampeonato. El partido entró en la historia y no por el foul

de Bermúdez a Burgos, tampoco por algún arañazo del 10 de

River. El partido entró en la historia por su entretiempo.

El 10 de Noviembre de 1996 sí fue domingo. Y no fue extraño

que la Bombonera estuviera repleta porque ese día Boca re-

cibía a Unión de Santa Fé. Aquel Boca era dirigido por Carlos

Salvador Bilardo y llegaba a aquella tarde soleada de prima-

vera con números que preocupaban: en pleno reinado fut-

bolístico de su clásico rival, el “Xeneize” había sumado sólo 15

de los 33 puntos disputados, menos de la mitad. El técnico

tenía decidido hacer debutar a un tal Juan Román Riquelme,

un flaquito de 18 años, enganche, que el mismo Bilardo había

pedido comprarle a Argentinos Juniors junto a otras prome-

sas de la cantera del “bicho”. El partido terminó 2-0 para Boca

con goles de Cáceres y Guerra, pero la nota la dio Juan Román:

se movió, se mostró, la pidió, la pisó, encaró y participó de los

dos goles del equipo. Bastó aquella primera cita para que la

hinchada toda gritara a coro el luego célebre “¡Riqueeeeeelme!

¡Riqueeeeeelme!”.

Pero estábamos en el entretiempo del 25 de Octubre del ’97, ya

no con Bilardo sino con un Veira desorientado por el 0-1 parcial

que había establecido Berti cinco minutos antes del descanso.

GENERACIÓN GAMBETA

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Había que torcer el rumbo del partido y, para eso, va a mandar

dos cambios de cara a los segundos 45 minutos: sale Nelson Vi-

vas del lateral derecho y entra Claudio Paul Caniggia, retrasan-

do a Toresani al lugar antes ocupado por Vivas y sumando un

delantero; y sale Diego Armando Maradona para que ingrese,

con la 20 en la espalda, Juan Román Riquelme. Aquel fue el

último partido oficial del “Diego” y el primero de una etapa en

nuestro fútbol colmada de jóvenes crack, entre los que estuvo

Román pero que, por suerte para quienes crecimos con el fút-

bol de aquellos años, no fue el único. Se retiraba el más grande

y, con él, se destapaban los pibitos sensación en un montón de

clubes, como si hubieran esperado que desaparezca su som-

bra: a los más conocidos Riquelme y Aimar (que además de

ser los estandartes de los dos equipos más grandes del país

eran dos modelos antagónicos de vivir y jugar el futbol, lo cual

alimentó la polémica durante un buen tiempo: contra el cere-

bral Román del pase entre líneas, la verticalidad electrizante

y el cambio de ritmo de Aimar) se les sumaban un Federico

Insúa que ilusionaba a los hinchas de Argentinos a fuerza de

enganches maradonianos, un Marianito Messera que hacía

delirar a la gente del Lobo y ponía a Gimnasia a pelear campe-

onatos, los enanos Manso y Quintana se convertirían en ídolos

de la mitad de los pibes de Rosario con los colores de Newell’s,

Sixto Peralta y el Rolfi Montenegro eran la luz de esperanza de

un Huracán que no daba pie con bola…

La idea en este número será, entonces, reconstruir las carreras

de los ídolos juveniles de los que hoy estamos debajo de los 30

años. A modo de homenaje, recordar las gambetas, los som-

breros y los caños de quienes le pusieron nombre a nuestras

fantasías infanto-juveniles. Bienvenidos al maravilloso mundo

de los cracks que, por unos años, nos sacaron del universal

“Maradona” para devolvernos el particular orgullo de tener,

con nuestros colores propios, los que nos identifican, a quién

mentar cuando tirábamos un firulete en el barrio.

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Bastó aquella primera cita para que la hinchada toda

gritara a coro el luego célebre “¡Riqueeeeeelme!

¡Riqueeeeeelme!”.

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Alejados del club de sus amores, Juan Román Riquelme y Pablo Aimar viven realidades distintitas. Amigos desde hace

años, pero separados por los colores de sus camisetas, ambos enganches han dejado su estampa en lo más alto del

futbol argentino.

Riquelme, que a mediados del presente año volvió al club que lo vio nacer futbolísticamente -Argentinos Jrs-, y tras una

conflictiva relación con el ex entrenador “xeneize” Carlos Bianchi, disfruta de sus últimos días como jugador profesional.

Román todavía conserva ese talento único en su pie derecho que lo ha transformado en un referente, sobre todo en

una posición del campo que ya se encuentra extinguida.

Reflexión sobre la paradójica relación entre Riquelme y Aimar: ref-

erentes de la misma generación de cracks, sus formas de ocupar

un mismo lugar en el fútbol constituían estilos completamente

opuestos, aunque fuera de la cancha cultivaron una profunda

amistad

AMISTAD ENGANCHADA

Aimar, con la meta de recuperarse de sus lesiones y volver al nivel que alguna vez supo

tener, se entrena por su cuenta y en River se ilusionan con una posible llegada a fin de

año para disputar la Copa Libertadores. El “payasito” no quiso volver antes de tiempo

porque siente que para jugar en River tiene que estar al 100%.

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“LA PELOTA SIEMPRE AL DIEZ”

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Amigos desde que coincidieron en las juveniles, estos dos

“cracks” se han convertido en una especie exótica y extinta del

fútbol argentino. Talentosos, pensantes, habilidosos y dese-

quilibrantes, ambos jugadores han tenido una exitosa trayec-

toria profesional. Los dos coincidieron, también, en la selección

mayor y hasta disputaron el mundial 2006 en Alemania.

Amistad llena de lujos en la mitad de la cancha. Aquellos ju-

gadores que se enfrentaron en el clásico más famoso del mun-

do y que la selección unió, no conocía de imposibles. Hombres

jugando como niños, divirtiéndose y disfrutando. Haciendo,

además, disfrutar a terceros. Porque cuando estos jugadores

entraban a la cancha, no importaba los colores, no importaba

el resultado. El talento y la magia eran más.

El fuego sagrado que estos “10” supieron mostrar se va apa-

gando, poco a poco como consecuencia del paso del tiem-

po, que es indetenible. Y cuando llegue el momento de decir

adiós, será un día gris. Porque el mundo futbolero sabrá que

esta amistad repleta de fútbol no volverá a verse. No de la mis-

ma manera. No con los mismos artistas..

A pocos días de un nuevo superclásico, en esta ocasión por las

semifinales de la Copa Sudamericana, ambos equipos pon-

drán todas sus figuras sobre la cancha para lograr la victoria.

Sin embargo, habrá una sensación de extrañeza. Faltará aquel

conductor situado en la mitad de la cancha. Aquel de la pausa,

del vértigo, del pase entre líneas.

Tanto Román como Aimar estarán presentes en la mente de la gente de Boca y River, respectivamente. Seguramente,

el hincha espera con ansias su llegada, su vuelta para verlos y disfrutarlos con la 10 en la espalda por última vez.

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DAMIÁN, EL PIOJO

El Piojo Manso podría ser el personaje de una novela de Arlt. Sus características podrían

convertirlo en un Silvio Astier futbolista: una cara tristemente aniñada, una estatura que

desentonaba tanto en el mundo del fútbol que hubo quien llegó a decirle “Pulgarcito”, mo-

tivado por esos 167 centímetros a los que no había camiseta que no le quedara como si,

en realidad, pudieran entrar siameses, y un silencio que quebró contadas veces en estos 18

años de trayectoria. Pero mientras el protagonista de “El Juguete de Rabioso” desandaba

los callejones de los barrios bajos de Buenos Aires, “Mansito” llevó la gambeta indescifrable

de su zurda a pasear por el mundo, sin distinguir continentes ni categorías.

Con apenas 16 años, Manso ya estaba jugando en la primera de Newell’s. Fruto de una

cantera que por aquellos años dio otros ilustres talentosos como Diego Quintana o Lionel

Scaloni, Damián debutó de la mano de Mario Zanabria en el Clausura ’96: como para que

Cuando Manso se integró al plantel profesional de Newell’s con tan sólo 16 años, le dier-

on la 10 que poco antes había usado Maradona. 18 años después está en Chacarita, en la

Tercera División. Idas y venidas de un talentoso que prometió más de lo que logró.

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no anduviera en chiquitas, de movida jugó con la 10 que hacía no mucho tiempo

había usado el mismísimo Diego Armando Maradona. Aquel equipo tenía jugadores

de mucho peso en la historia reciente de Newell’s: desde el “Negro” Julio Zamora has-

ta “Terremoto” Cejas, pasando por Bruno Giménez Marioni e Iván Gabrich. El Parque

Independencia deliró con él esos primeros años, probablemente sin poder entend-

er cómo podía manejar tan magistralmente una pelota que le quedaba tan grande:

verlo a Manso jugar con una pelota en los pies era como ver a un baterista tocando

con palos de escobas. Antes de irse por primera vez de Newell’s en el 2001, dejó en la

retina de todos los leprosos una actuación descollante contra el clásico rival, Rosario

Central: por la fecha 17 y ante su gente, Manso estuvo imparable en todos los sec-

tores y tiró cuatro caños en 90 minutos, dejando en ridículos a Loeschbor y el “Cata”

Díaz las veces que quiso. Las primeras buenas actuaciones le dieron la posibilidad de

mostrarse en algunos partidos de la selección juvenil de Néstor Pekerman, llegando

incluso a ser figura en el Torneo Internacional de Fútbol Sub-20 de l’Alcúdia disputado

en 1998, un logro que adquiere toda su relevancia si se repasan los enganches con los

que compartió camada. Y fue también convocado por Marcelo Bielsa para ser parte

de una gira por Estados Unidos con la selección mayor en el período de eliminatorias

para el Mundial 2002.

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En 2001 tiene su primera experiencia fuera de Rosario fue en el

Bastia de Francia. Pero el sueño europeo se derrumbó rápida-

mente: a los pocos meses de haber llegado, se rompe los liga-

mentos cruzados de una de sus rodillas, lo que no sólo le com-

plica su desarrollo en Francia sino que lo afectará por el resto

de su carrera. Al año, Newell’s lo repatria, pero en el mercado de

pases del año 2003 surge algo llamativo: Independiente le rec-

lama a la institución rosarina un jugador por el incumplimiento

en el contrato de transferencia de Pablo Guiñazú. ¿Y quién fue

ese jugador? El Piojo Manso, que tuvo en el Rojo un paso para

el olvido, siendo el referente de una de las peores campañas

del club en los últimos años. Tras semejante fracaso deportivo,

retornó a Newell’s por tercera vez, siendo una de las figuras en

las primeras fechas del Apertura 2004 hasta que, en la cuarta

fecha, nuevamente se rompe los ligamentos cruzados: su lugar

en el equipo fue para Ignacio Scocco, que terminó siendo una

de las figuras de aquel equipo dirigido por Américo Gallego

que terminó como campeón. Tras tantos traspiés, un viejo ami-

go lo llama para compartir una aventura en el ostracismo fut-

bolístico de Xanthi, Grecia: Diego Quintana, aquel compañero

que surgiera con él en Newell’s, lo llama para compartir plantel

en el Skoda de la Super Liga local. Pero ni uno ni el otro logran

continuidad.

Todo en su vida deportiva parecía acabado. Pero cual burla del

destino, uno de los técnicos que más lo sufrió lo llamó para su

equipo: Edgardo Bauza, ex técnico de aquel Rosario Central

que en el 2001 había sido bailado por el “Piojo”, le solicitó a los

dirigentes de Liga Deportiva Universitaria de Quito (equipo

donde se encontraba dirigiendo en aquel 2007) que le com-

praran el pase, al punto de pelearse con varios dirigentes que

desconfiaban de la rodilla lesionada de Damián. Bauza logró su

cometido y, junto al equipo ecuatoriano, logró relanzar la car-

rera del 10: con él como armador, Liga salió campeón de la liga

local en 2007, campeón de la Copa Libertadores de América

de 2008 y Subcampeón en el Mundial de Clubes de ese mismo

año, siendo elegido como Balón de Bronce en esa compet-

ición, detrás de Wayne Rooney y Cristiano Ronaldo.

En el 2009 el Pachuca mexicano pone muchísima plata para

tenerlo como armador de su equipo. No logra ningún título,

pero mantiene un alto nivel que lo convierte en figura del

campeonato, haciendo muchos goles y otras tantas asisten-

cias. Los Jaguares de Chiapas le compran su pase al Pachuca y

le dan a Manso el contrato más alto de la liga, pero la rodilla no

le da tregua y comienza a impedirle jugar con normalidad. Ese

mismo año, cansados de la inactividad, Jaguares lo da cedido

al Morelia, pero el “Piojo” se muestra fuera de ritmo y no logra

desnivelar, perdiendo la titularidad rápidamente. La Liga de

Quito busca repatriarlo para que vuelva a ser su estandarte en

la Copa Libertadores de 2012, pero ese mismo año y antes de

acabar el contrato Manso decide unilateralmente irse a jugar a

Arabia con un contrato exorbitante. Mal deportiva y emocio-

nalmente, su estadía en el Al-Nassr termina siendo de medio

año, logrando un nuevo contrato con Deportivo Cuenca de Ec-

uador: ese 2013 lo ve recuperado futbolísticamente hablando,

dando varias asistencias y peleando cosas importantes, pero

decide con los dirigentes desvincularse porque tiene el sueño

de volver al club de sus amores.

Ilusionado con volver a brillar ante el público que conoció su

mejor faceta y retirarse (ese era el sentido de un contrato de

dos años para un jugador de 34), Manso hace la pretemporada

con el club y pelea por un lugar en el equipo titular. Sin embar-

go, el técnico Alfredo Berti le dio muy pocos minutos en can-

cha en dos campeonatos seguidos, y Manso decidió junto a la

dirigencia terminar su contrato para ahorrarle su alto salario al

club y buscar continuidad en otro lado. Actualmente, el “Piojo”

Manso gasta sus últimos cartuchos como jugador profesional

en Chacarita, de la Tercera División del Fútbol Argentino.

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Quilmes era uno de los equipos animadores de la segunda

categoría del fútbol argentino cuando Adrián Giampietri, “el

Máquina”, debutó. En el ’98 ingresó por primera vez y en las

siguientes dos temporadas no dejó de romperla: además de

hacer goles en partidos importantísimos, al “Máquina” no se

la podían sacar y no se cansaba de asistir delanteros. Contem-

poráneo de la última gran joya de la cantera del “Cervecero”,

Alejandro “Chori” Domínguez, Giampietri se lució en las tem-

poradas 99-00 y 00-01, en las que Quilmes fue subcampeón y

perdió finales de ascenso contra Huracán, Los Andes, Banfield

y Belgrano.

Recibiendo siempre en el círculo central, “el Máquina” encar-

aba y era imparable: dejaba uno, dos rivales atrás y siempre

metía el pase entre líneas para que algún delantero la tuviera

fácil. A pesar de no conseguir el ansiado ascenso, las actua-

ciones de Giampietri hicieron que Ferrocarril Oeste le diera

la oportunidad de conocer la Primera División: aquel equipo,

dirigido por la dupla Brandoni-Rocchia, terminó último en la

tabla y descendió, mientras Adrián sólo pudo jugar siete parti-

dos y cosechó una infinidad de problemas de indisciplina.

El Badajoz, en aquel entonces gerenciado por Marcelo Tinel-

li, desestimó los rumores crecientes que indicaban que “el

Máquina” se la pasaba de boliche en boliche sin tener menor

cuidado de su condición física y lo contrató. No duró ni un año,

ya que a los meses estaba arreglando una nueva etapa en

Quilmes. El rendimiento no fue malo, pero no terminó de con-

vencer, asique la dirigencia del club quilmeño decidió cederlo

a la primer propuesta que apareciera. Y esa propuesta llegó

desde Córdoba: Belgrano lo recibió menos de 6 meses y nue-

vamente “el Máquina” tuvo que hacer las valijas tras una nueva

ola de rumores respecto a su intensa vida nocturna.

Entre 2003 y 2007, Giampietri saltó de un equipo a otro sin

poder asentarse en ninguno y generando conflictos varios

con dirigentes y cuerpos técnicos: dos pasos por Ben Hur, San

Martín de Mendoza, Sarmiento de Junín más el Deportivo

Pereira colombiano y el Luzern suizo vieron cómo ese jugador

que había sabido llevar a Quilmes a soñar grande, cómo aquel

petiso morrudo que saltaba patadas y asistía como los mejores

se disolvía en un presente lleno de rebeldía sin causa y falta de

profesionalismo.

A los 28 años, momento en el que, se cree, el futbolista se en-

cuentra en su plenitud, “el Máquina” se encuentra sin equipo.

Tras hablar con los dirigentes y plantear su deseo de retornar a

su mejor nivel en el club de sus amores, la CD aceptó. Quilmes

no encontraba el rumbo en el campeonato del Nacional B de

aquel año, no terminaba de conformar, pero Giampietri altern-

aba algunas actuaciones destacables y de a poco recuperaba

la confianza de propios y extraños, al punto que el técnico

Alberto Pascutti llegó a considerar que su Quilmes debía ser

“Giampietri y 10 más”. Pero el equipo empeoró en las últimas

fechas y Giampietri fue apartado del plantel profesional en

medio de un escándalo mediático.

El desafío para el 2009 que se puso “el Máquina” demostrar en

AL “MÁQUINA” NO SE LA PODÍAN SACAR

MÁQUINA DE CERVEZA

Adrián Giampietri, crack del ascenso, construyó uno de los derroteros futbolísticos más lla-

mativos que se puedan conocer. De figura del mejor equipo de Segunda División y futuro

de gloria en Primera, a las ligas regionales del interior del país: un camino con algunos

destellos de clase pero repleto de conflictos.

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Sarmiento de Junín, de la Tercera División. Pero se peló con el Presidente y lo

echaron. Recaló en Central Córdoba de Rosario, de la misma divisional, pero

también se fue mal, en este caso con su Director Técnico. Probó suerte en el

Sport Boys de la Primera División peruana, pero retornó rápidamente por no

poder adaptarse a vivir en el exterior. Retornó al país para jugar en Berazate-

gui, pero nuevamente lo echaron, acusado de querer “voltear” al técnico.

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Desde el año 2012 que Adrián Giampietri está rebotando en equipos de ligas regionales.

Es un triste final para un jugador repleto de talento pero que nunca pudo domar su tem-

peramento. Tan es así, que hace poco declaró estar peleado con quien fuera uno de sus

grandes amigos desde la juventud y compañero en sus comienzos en Quilmes, Alejandro

Domínguez, por no darle una camiseta que le pidió. Es que “el Máquina” era hábil con los

rivales, pero nunca supo gambetear los conflictos.

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Gregg Popovich es el hombre que dirige al San Antonio Spurs, (equipo donde juega

Manu Ginobili) último campeón de la NBA. Ha sabido llevar a su equipo a la cúspide

del Olimpo del básquetbol. Definido por especialistas como uno de los mejores equi-

pos de la última década y media, Popovich es la persona detrás de los laureles que

envuelven a sus jugadores y a la misma franquicia.

EL DUEÑO DE LA BATUTA

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Nacido en Indiana en 1949, tomó las riendas de “los Spurs” en

1996 y los resultados se dieron casi inmediatamente. Llevó a

su equipo al campeonato de la NBA, cinco veces (1999-2003-

2005-2007 y 2014) de la mano del famoso “Big Three” com-

puesto por el estadounidense Tim Duncan, el francés Tony

Parker y el argentino Emanuel Ginobili. Individualmente fue

nombrado mejor entrenador en los años 2003, 2013 y 2014;

y consiguió, además, numerosos records para la historia de la

franquicia..

Con mano de obra maestra, Gregg Popovich dirige la orques-

ta afinándola cada temporada según la etapa de la misma en

la que se encuentre. Distribuye minutos sobre todos sus ju-

gadores buscando la armonía perfecta, dándole descanso a su

trío ofensivo para las grandes citas y rodeándolos de jugadores

jóvenes y talentosos. Cada ficha es colocada perfectamente en

su lugar, cumpliendo su propósito, el DT de los Spurs ha trans-

transformado el basquetbol en un deporte más táctico. Y le ha

dado resultado.

A pesar del retiro inminente de uno de sus jugadores claves,

Tim Duncan, el DT tiene la confianza y apoyo de los aficiona-

dos de San Antonio y del presidente de la franquicia, Peter

Holt, para seguir en el cargo por mucho tiempo más. Y no debe

asombrar a nadie.

Señalado a ser uno de los mejores entrenadores de la historia

de la NBA, Popovich no tiene aún fecha de retiro. Y es que partir

de su llegada y con este tipo de juego, los Spurs han conquista-

do a muchos amantes de este deporte que aprecia la esencia

del basquetbol más allá de los espectaculares saltos y “volca-

das” a los que está acostumbrada la NBA, la mejor liga del pla-

neta, y en donde los Spurs han demostrado ser los mejores.

GREEG POPOVICH ES UN DIRECTOR DE ORQUESTA, LA CUAL AFINA CADA TEM-PORADA

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Hoy Martín Jaite es empresario, pero supo ser jugador profe-

sional de tenis entre 1981 y 1993, Alcanzó su mejor ranking de

ATP en 1990 al llegar al décimo puesto. Durante nueve años

representó a la Argentina en la Copa Davis. Además, fue en-

trenador de dos grandes jugadores, como Gastón Gaudio y

David Nalbandian. Y hasta hace poco, capitán de Argentina en

la Copa Davis. Pero nada de ello, ni jugador, ni entrenador ni

capitán, fue algo que Martín Jaite planificó desde joven.

Cuando chicos, junto a su hermano, Fernando, y sus padres,

Mario y Myriam, Martín comenzó la típica vida de club de fin

de semana. El Club Municipal de Buenos Aires (Muni), hoy con-

ocido como Club Ciudad, fue el elegido. La abuela Berta no se

quedaba fuera del programa familiar ya que, aunque estaba

grande para practicar deportes, disfrutaba de estar horas con

las amigas jugando a la canasta. Sus padres practicaban el

tenis y, mientras tanto, Martín y Fernando jugaban a ser her-

manos: correteos, aventuras y peleas. Con tres y cinco años de

edad, respectivamente, no tenían un deporte con el cual pasar

el tiempo y no confrontarse mutuamente. Fue por eso que Ma-

rio y Myriam decidieron asignarle a cada uno su futuro hobbie;

o quizás, sin saberlo, profesión.

Fernando empezó en tenis. Martín, quizás para evitar las pe-

leas, no practicó en el mismo deporte. La natación lo recibió

entre brazadas abiertas. Entrenó un tiempo hasta que vino la

primera competencia y, con ella, la primera gran frustración.

Había mucha gente, muchos padres. Pero en la categoría de

Martín no se había anotado nadie; él era el único. “Me daba

vergüenza, pero tuve que nadar igual. Y obviamente gané la

carrera”, cuenta Martín entre risas. Pero en el momento de reci-

bir las medallas faltaba una, justamente la de Martín. Frustrado

con la natación, volvió a su casa y agarró una raqueta doblada

y, al otro día, se fue a jugar al frontón en Muni.

Fue recién a los siete años cuando su abuela Berta le regaló su

primera raqueta y empezó a practicar más seguido. Los fines

de semana en el club tomaba clases grupales. A los diez años

de edad empezó a competir en torneos inter-clubes. Y ya a los

11, en 1975, comenzó a destacarse en la categoría sub 12. Todo

esto sin pensar ni imaginar el ser profesional. A los 12 años otra

gran frustración se interpone en su camino: los padres deciden

irse a vivir a Barcelona antes de la dictadura. Es entonces el 5 de

febrero de 1976 que se suben a un barco que, luego de 15 días,

los deja en el puerto de Barcelona, con baúles, no con valijas

momentáneas, sin un rumbo fijo ni contactos a los que acudir.

Tras la adaptación, una de las primeras cosas que la familia bus-

có fue un club para no perder la costumbre. Sin intención al-

guna de ser profesional, Martín vuelve a entrenar y destacarse

entre los suyos. En ese buen momento deportivo otra vez un

obstáculo se interpone en su camino: su hermano Fernando,

tras visitar Argentina, decide, en 1981, volverse. Y, como si

fuese poco, los padres se separan y la madre se vuelve tam-

bién para la Argentina. Pero Martín se queda en Barcelona con

su padre y siguió destacándose en las categorías juveniles, ya

internacionalmente. Fue recién en esa etapa que, tras llegar a

la final de Roland Garros, Martín se da cuenta que podía probar

suerte en el mundo profesional.

En 1983, en una visita a Buenos Aires, conoce a una chica que

no es la actual mujer. Una novia. Eso se sumó a las buenas bi-

envenidas de la madre, a su hermano que vivía en Argentina

y a toda su historia. Sentía que tenía que tomar una de las de-

cisiones más importantes de su vida a nivel personal, porque

profesionalmente le convenía quedarse en Europa que estaba

más cerca de los torneos y con más posibilidades de jugar.

A fines de 1983 ya era profesional; estaba en el puesto 150 del

ranking mundial. En ese momento tomó la decisión de volv-

erse. Con 1500 dólares en el bolsillo, compró un pasaje abierto

por un año sin saber qué iba a pasar, si volvería y con qué plata.

Al llegar a Buenos Aires se anotó en unos torneos por plata.

Ganó todos. Cinco seguidos.

La primera semana, la revista El Gráfico tituló “Jaite Jaite, ¿quién

es el hispano-argentino?”. Estar ahí era lo mejor existía. Con

fuerte envión anímico, Martín decidió irse a Europa a probar

ENTRENADOR SOBRE LA MARCHA

Martín Jaite aprendió el ser jugador y entrenador profesional de tenis sin antes planificarlo.

De un día para otro, en diferentes momentos de su carrera, Gaudio y Nalbandian lo convo-

caron para que los entrene; más tarde, capitán de Argentina en la Copa Davis.

Page 25: Revista De Rabona

“En mi casa agarraba raquetas de ping pong y jugaba solo contra la pared;

organizaba torneos y simulaba que jugaba profesionalmente contra Jimmy

Connors, Ivan Lendl y John Patrick McEnroe. Pero eso estaba lejos de ser real”.

JUGAR A SER PROFESIONAL

25

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Page 27: Revista De Rabona

27

suerte en la clasificación de Roland Garros de 1984. Antes de

eso participó en un torneo en Brasil, en Curitiba, un challenger

que, según él increíblemente logró ganar. Siempre perdía en

primera vuelta. “Algo me había pasado porque no estaba en-

trenando bien, pero anímicamente la vuelta y la decisión me

ayudaron”, admite Martín.

Una vez en Europa logró pasar la quali de Roland Garros, que

eran 3 partidos. Eso ya lo ponía feliz de la vida; era lo que más

quería. Luego ganó la primera ronda. En segunda ronda le

tocó contra un tenista EEUU, Vitas Gerulaitis. Tenía mucho mie-

do, sobre todo al papelón. Era impensable e inimaginable es-

tar jugando contra él. Ganó también y llegó a la tercera vuelta,

donde todo lo que había hecho con la paleta de ping pong se

había vuelto verdad: le tocó jugar contra Jimmy Connors en

la cancha central de Roland Garros. Dice Martín que lo único

que quería era hacerle 2 o 3 games para no terminar 6-0 y 6-0.

Perdió, pero muy dignamente en 4 sets, y cuando terminó Ro-

land Garros lo llamaron para estar en el equipo Copa Davis de

Argentina.

La vida le hizo un clic desde diciembre 83 a junio del 84. “Me

recibí de tenista, voy a dedicarme ahora”, recuerda haber pen-

sado en ese momento. Debutó en la Copa Davis jugando en

Atlanta contra Connors y contra McEnroe en un estadio con

20.000 personas. En 1985 obtuvo su primer título, que en toda

su carrera llegaron a ser 12 y jugó 7 finales en total.

Su carrera como jugador terminó en 1993. Así como nunca

supo por qué jugó al tenis profesionalmente, tampoco supo

por qué se estaba retirando. Pero, dice Martín, “sentía que no

podía seguir más. No tenía ya la concentración necesaria; no

tenía ganas de trabajar y entrenar”.

Martín fue entrenador de Gastón Gaudio y David Nal-

bandian. Gaudio, en 2002, lo llamó y le dijo por teléfono

que si no lo entrenaba a la semana siguiente se retiraba

porque nunca había ganado un torneo. Jaite, sorprendi-

do, dudó en su decisión pero finalmente aceptó y quedó

en encontrarse el lunes, el día que el torneo comenzaba.

Especularon con que su primer encuentro sea el mar-

tes para el día anterior poder conocerse, pero le tocó el

primer turno del lunes y Martín llegó directo desde el

aeropuerto, vestido de civil, durante la entrada en calor.

Una vez en el vestuario, antes de comenzar el encuentro,

Gaudio le preguntó a Martín qué hacer. Martín, sorpren-

dido e incómodo, le respondió: “¡qué sé yo! Si yo no te

conozco”. Pero sabía que algo le tenía que decir y, tras

algunos incómodos minutos, Martín le dijo: “¿Sabés

qué, Gastón? Hacé esto: pasá la pelota para el otro lado”.

Gaudio, atónito y desconcertado, se lo quedó mirando.

Lo anecdótico es que ganó el torneo, la final contra el es-

pañol Albert Costa. En el momento en que Gastón tenía

el match point Martín estaba sentado detrás de él. El

entrenador, se supone, no le puede hablar: está penado

con multa. Pero Gastón se da vuelta y le pregunta: ¿qué

hago? Martín dijo lo primero que se le vino a su mente:

“ponete de drive y pegale paralelo”. Confesó luego no

saber por qué le dijo eso, pero la cuestión es que ganó.

“¡Sos un genio!”, le dijo Gastón. “Las cosas simples son las

más fáciles. A veces los mensajes simples, los más claros,

son los que mejor llegan”, recomienda Martín.

Algo similar sucedió con Nalbandian. Lo llamó a Martín

para entrenarlo. “Es un tipo más duro que Gastón, muy

autosuficiente. No había que hablarle mucho, pero me

contrató y algo le tenía que decir”, recuerda Martín. “Da-

vid, ¿qué es lo peor que nos puede pasar?”, le preguntó.

“No sé”, respondió David. “Perder… y ¿qué pasa si per-

dés? No pasa nada: si ganás, ganás; si perdés, perdés”. Lu-

ego de algunos años comprobó que el mensaje le había

llegado a David: en una de las últimas series de la Copa

Davis que Nalbandian disputó, durante la cena tuvieron

todos una charla y Martín le preguntó a sus jugadores lo

mismo, qué era lo peor que podía pasar. “Perder, y ¿qué

pasa si perdemos? Nada”, respondió Nalbandian.

Page 28: Revista De Rabona

28

EL TÚNEL de correr al aire libre en el hielo del invierno alemán.

Sus productos era de buena calidad, perfecta man-

ufactura y una gran resistencia. La fama del calzado

de los Dassler llegaron a Josef Waitzer, entrenador

del equipo alemán de atletismo. Con Adolf en el pa-

pel de artista introvertido, y Rudolf como experto en

relaciones públicas, la pareja de hermanos comenzó a

comercializar sus productos en la Villa Olímpica de los

Juegos de Berlín de 1936.

La creación de dos de las mayores marcas deportivas del mun-

do tiene una historia digna de ser retratada en una película.

Dos hermanos alemanes, hijos del zapatero Cristoph, partidar-

ios del nazismo, comenzaron juntos su carrera empresarial y

fundaron las míticas marcas de Adidas y Puma, las cuales hoy

en día cuentan con millones de consumidores y facturan miles

de millones de dólares anualmente.

Un joven Adolf Dassler, panadero, comenzó a producir su

propio calzado deportivo en la cocina de su madre después

de su regreso de la Primera Guerra Mundial. Decidió utilizar su

apodo (Adi) y la primera sílaba de su apellido para nombrar a

su gran emprendimiento: Adidas. En 1924, su hermano, Rudolf

Dassler, se sumó al negocio.

Era el año 1926 y en el interior de su casa, los hermanos Ad-

olf y Rudolf confeccionaban zapatillas y pantuflas sin marca.

También producían calzado con clavos para los que gustaban

MARCAS DE SANGRE

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Page 30: Revista De Rabona

30

El crecimiento del nazismo, del cual eran partidarios, su-

puso un beneficio económico ya que el atletismo era el

deporte utilizado por los nazis como el reflejo perfecto

para mostrarle al mundo la perfección aria. Sin embar-

go, no fue un ario quien se llevó estos reconocimientos:

fueron para Jesse Owens. El atleta negro se colgó al cuel-

lo la medalla dorada cuatro veces por sobre muchachos

rubios y de ojos azules. Este fenómeno ocultaba un se-

creto: Jesse utilizaba unas zapatillas de clavos elabora-

dos por Adi Dassler. La compañía comenzaba a reconoc-

erse de la mano del atleta de Alabama.

La relación entre los hermanos comenzó a ser tensa du-

rante la Segunda Guerra Mundial. Por orden de Hitler, la

fábrica de calzado se convirtió en un taller de tanques

y repuestos de lanzamisiles. Adi se libró de utilizar las

armas para hacerse cargo del rumbo bélico que había

tomado su empresa. Rudolf, convencido de la causa nazi

y espía de la SS, se unió a las tropas en Sajonia y desde

Page 31: Revista De Rabona

31

allí le escribió un mensaje a su hermano lleno de afecto: “No

dudaré en pedir el cierre de la fábrica para que tengas que

asumir una ocupación que te permita jugar a ser jefe y, como

deportista de elite que eres, tengas que llevar un arma”.

Una vez finalizada la guerra, ocurrió lo esperable: Rudolf dejó

la empresa para crear la propia: la competidora Puma. En ese

momento comenzó una batalla comercial inescrupulosa, que

rozó patético por tratarse de dos hermanos. La disputa se ex-

tendió más allá de ellos, trascendiendo las generaciones, y

continuando en el presente.

Adolf (Adidas) y Rudolf Dassler (Puma) crearon dos gigantes

del calzado deportivo y patrocinaron a los mejores atletas del

siglo XX. La muerte le llegó a ambos sin haberse reconciliado.

Después de la muerte de Adolf Dassler en 1978, su hijo y su

esposa, Käthe, asumieron la dirección. Adidas se transformó en

una sociedad anónima en 1989, pero la propiedad se mantuvo

en la familia hasta 1995.

Bajo la dirección de Rudolf Dassler, PUMA fue una empresa

pequeña. Sólo con la dirección de su hijo, Armin Dassler, PUMA

llegó a ser la empresa mundialmente conocida que es hoy.

Dos hermanos, dos marcas y una historia que quedará en los

anales del mundo deportivo.

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Page 33: Revista De Rabona

El Tigre Boat Club cumplió 126 años y es, actualmente, uno de los clubes de remo que

más ha crecido en los últimos tiempos, tanto en lo social como en lo deportivo, con el

compromiso y participación de sus socios..

El club se destaca por el compañerismo y por compartir constantemente actividades

entre los afiliados. El T.B.C cuenta, aparte de los elementos necesarios para la prácti-

ca de remo (incluidos unos setenta botes de paseo y de competición), con un salón

comedor, buffet, sala de billar, dormitorios para socios y remeros de otros clubes en

épocas de regatas, pileta de natación, cancha de paddle, de squash y gimnasio.

TBC: UN CLUB EN MARCHA

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Page 34: Revista De Rabona

El Tigre Boat Club es un club de remo privado, situado en la

ciudad de Tigre en la provincia de Buenos Aires. Fue el primer

club de remo fundado en dicha ciudad el 17 de julio de 1888,

bajo la iniciativa de un núcleo de remeros inmigrantes de na-

cionalidad inglesa. Y rápidamente los colores del club, negro y

amarillo, comenzaron a hacerse conocidos y a ser respetados

debido a sus triunfos deportivos.

A partir del año 2004 se organizó una escuela de remo para

los más jóvenes y el club comenzó a participar de las regatas

oficiales y promocionales, y también a obtener premios en las

mismas. Uno de los logros deportivos más importantes, fue el

logrado por Agustín Campassi, durante la regata del Campe-

onato Argentino de octubre de 2006, obteniendo el primer

puesto en la categoría single novicio.

En el 2008, el T.B.C cumplió un objetivo sumamente impor-

tante, que fue participar de la regata más tradicional del mun-

do: la “Henley Royal Regatta”, en Inglaterra. Allí, Agustín Cam-

passi consiguió ser el primer singlista del club y en representar

al país en un campeonato mundial de remo, en la especialidad

Single Peso Ligero. Para el 2009, se lograron grandes resultados

a nivel nacional obteniéndose cinco campeonatos argentinos.

En el año 2012, la Argentina fue representada en los Juegos

Olímpicos de Londres por dos remeros del T.B.C, Joaquín Iwan

y Milka Kraljev, logrando resultados satisfactorios.

En el corriente año, el club tiene cuatro remeros dentro de la

Selección Argentina de remo: Axel Haack, Milka Kraljev, José

Moreschi y Agustín Campassi. Siendo, este último, el mejor

remero a nivel nacional e internacional: por ser cuatro veces

campeón argentino, tres veces campeón sudamericano; por

haber participado en cuatro competencias mundiales, por

contar con tres participaciones en World Cup, por ser dos vec-

es campeón metropolitano, y por tener el record nacional y

sudamericano de remoergómetro.

Actualmente el equipo oficial de remo está entrenando al

máximo, para obtener los mejores resultados en el Campe-

onato Argentino, que se disputará a mediados de noviembre.

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Page 35: Revista De Rabona

En los inicios del club, los miembros fundadores intentaban sociabilizar exclu-

sivamente con gente de nacionalidad inglesa, pero con el tiempo esta actitud

fue cambiando y hoy el club le da la bienvenida a todos, sin importar la nacio-

nalidad. El T.B.C hoy mantiene una personalidad particular, donde el socio no

necesita un carnet social para ser reconocido como tal, y donde todos confor-

man una gran familia.

Hoy el Tigre Boat Club apuesta por un presente con participación de los

jóvenes, con ideas claras, con ganas y humildad, por lo que no hay objetivos

imposibles ni metas que no se puedan superar.

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Page 36: Revista De Rabona

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Page 37: Revista De Rabona

Si se piensa en el surf lo primero que surge en la imaginación es la figura de hom-

bres sobrevolando un grupo interminable de olas gigantes en mares embravecidos.

Sin embargo, el elemento fundamental para que el deporte se vea completo son las

tablas.

HAY TABLA

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Page 38: Revista De Rabona

Hoy en día, las hay de diversas formas, diseños y tamaños. Pero

el material del cual están hechas, es en verdad el componente

principal, que decidirá si son capaces de mantenerse a flote y

de resistir los embates del mar. Actualmente la fabricación de

las tablas se realiza básicamente, con espuma de poliuretano

por dentro, un refuerzo de madera y son recubiertas con telas

de fibra de vidrio. Lleva mucho tiempo reconocer las diferen-

cias entre ellas y decidirse por la mejor según el gusto y el cu-

erpo de cada uno.

Dice la leyenda que repiten los amantes de este deporte, que

la forma cóncava de dichas tablas se debe al “caballito de toto-

ra”. Este es un tipo de embarcación construida con tallos y ho-

jas de totora, planta acuática oriunda de la zona del litoral pe-

ruano. Los escritos del antropólogo español José Acosta, que

datan del siglo dieciséis, relatan cómo los pescadores del lugar

avanzaban en ese tipo de balsas, cortando las olas del océa-

no Pacífico. Cuenta en sus crónicas descriptivas que con cada

corte creaban formas increíbles, casi obras de arte en distinto

tonos de azules, espumas y turquesas.

A principios de siglo XX, la modernización llegó también al

arte de deslizarse sobre la superficie del agua. Las tablas eran

grandes planchas de madera y los hawaianos recuperarían la

tradición de romper olas, organizándose deportivamente.

De Hawái a Mar del Plata hay miles de kilómetros de distancia,

pero la misma se acortó cuando en la década del ’60 un grupo

de amigos se vio inspirado por el deporte y no le importó que

sus olas, las de su ciudad, no tuvieran el tamaño adecuado (en

SI SE PIENSA EN EL SURF, LO PRIMERO QUE SURGE EN LA IMAGINACIÓN ES LA FIGURA DE HOMBRES SOBREVOLANDO UN GRUPO INTERMINABLE DE OLAS GIGANTES EN MARES EM-BRAVECIDOS.

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Page 39: Revista De Rabona

esa zona del Atlántico generalmente se gestan olas medianas).

Lo que verdaderamente les fascinaba fue la manera de que-

brarlas. Estos amigos (Federico Laich, Jorge Azulay, Raúl de

Ibarreta, Ricardo Mandojana y Ezequiel Padovani) se nuclearon

bajo el nombre de “Lampalagua” y comenzaron a diseñar, fab-

ricar y vender modernas tablas de fiberglass (fibra de vidrio),

material que las hacía más livianas, resistentes y maniobrables.

Así empezaron a “cabalgar” las olas de Playa Grande, Punta

Mogotes y La Perla.

Unos años más tarde a los Lampalagua se sumó otro grupo de

amigos, el “Kikiwai Surf Club”, (integrado, entre otros, por Luis

De Ridder, Daniel Gil y Armando Lopez) que luego se fusionaría

bajo la denominación de CAT, “Club Argentino de Tablistas”.

Treinta años después, también en Mar del Plata, en 1996, sur-

giría Camarón Brujo, cuyo creador, el surfista Sebastián Galin-

do decidió ponerle este nombre a su pasión por crear diversas

formas de tablas; y fue así como junto a su hermano Marcelo y

con su amigo Carlos Ordano, le dio nacimiento a esta reconoci-

da marca en el mundo del deporte acuático. Su fama aumentó

con el paso del tiempo y se logró que las tablas Camarón se

convirtieran en asiduas visitantes de los campeonatos de surf

argentino.

Los hermanos Galindo continúan el perfeccionamiento de las

tablas, buscando nuevas ideas y técnicas a lo largo del planeta,

sumando, además, indumentaria y trajes de neoprene confec-

cionados en la Argentina con productos de alta tecnología.

Un enorme mundo alrededor de este deporte: personas, ele-

mentos, creatividad, todo puesto al servicio del disfrute en el

difícil desafío de dominar la naturaleza. “Capturas al mar surfe-

ando” dice una de las canciones de la banda The Beach Boys…

SI SE PIENSA EN EL SURF, LO PRIMERO QUE SURGE EN LA IMAGINACIÓN ES LA FIGURA DE HOMBRES SOBREVOLANDO UN GRUPO INTERMINABLE DE OLAS GIGANTES EN MARES EM-BRAVECIDOS.

39

Page 40: Revista De Rabona

40

LOS NUESTROS

Queda lejos aquella época dorada del tenis argentino, donde supimos ver a varios

jugadores locales en lo más alto del ranking mundial. Con Guillermo Vilas como figura

máxima de nuestro deporte blanco, nuestro país vio nacer jugadores de gran nivel

entre los que se destacan Javier Frana, Martin Jaite, “Luli” Manchini y por supuesto la

inolvidable Gabriela Sabatini. Fue a mediados y finales de los años ´90 y principios del

2000 donde una gran cantidad de talentosos jugadores llevarían al tenis argentino a

lo más alto.

PUNTO DE QUIEBRE

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Page 42: Revista De Rabona

42

La denominada “Legión Argentina” compuesta por, entre otros,

David Nalbandian, Guillermo Coria, Gastón Gaudio, Guillermo

Cañas, Mariano Puerta, Juan Ignacio Chela, Mariano Zabale-

ta y Juan Mónaco, puso la mirada del mundo sobre nuestro

país y transformó un deporte que cada vez fue ganando más

adeptos y apasionados. Si bien algunos de los nombrados

jugadores quedaron en promesas o su paso fue breve por el

circuito, marcaron un antes y un después en el deporte de la

raqueta, porque participaron en grandes torneos y principal-

mente porque lograron filtrarse entre jugadores de elite.

La recordada final entre Guillermo Coria y Gastón Gaudio en el

Roland Garros en el año 2004 quedará, sin duda, un hito para

nuestra historia deportiva. Cuatro jugadores argentinos en los

cuartos de final de un Grand Slam era algo impensado (Nal-

bandian-Chela-Coria-Gaudio). Además aquel torneo parisino

marcaría la historia del tenis mundial, siendo Gaudio el último

campeón antes de la hegemonía casi absoluta de Rafael Nadal

en el mencionado torneo.

David Nalbandian tendría su gran momento al siguiente año

al derrotar en la final Master de fin de año al mejor jugador del

momento y quizás el mejor de la historia, Roger Federer en un

partido que permanecerá en el recuerdo. El jugador argenti-

no remontó un partido ya perdido, ante un Federer inspirado

que por entonces era el rey absoluto del circuito. Otro hecho

importante tendría lugar ese mismo año. De vuelta en Roland

Garros, Mariano Puerta alcanzaría la final siendo derrotado en

un gran partido por Nadal.

Llegarían también las finales de Copa Davis, en 2006 frente a

Rusia de visitante y en 2008 frente a España de local. Ambas

serían un duro golpe para el tenis argentino, especialmente la

jugada en Mar del Plata, donde se creía que la final ya estaba

ganada. Gracias a La Legión, continuaron grandes resultados

en la Copa Davis llegando a una nueva final en 2011, quizás

con el último suspiro que quedaba de aquellos jugadores que

supieron resaltar en el circuito.

El tenis argentino no pasa por sus mejores tiempos. La Legión

cada vez se extraña más y el futuro es incierto.

Page 43: Revista De Rabona

43

La mayoría de ellos están retirados, ahora se dedican a entrenar a jóvenes jugadores,

otros se han desligado del deporte que los vio crecer o han hecho incursión en los

medios de comunicación. Dentro de pocos días se llevará a cabo en Londres, el Master

de fin de año; del cual no participarán tenistas argentinos. La nostalgia pesa cuando se

recuerda que en algún momento este torneo supo contar con hasta cuatro de ellos.

LA FAMOSALEGIÓN

Page 44: Revista De Rabona

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Page 45: Revista De Rabona

El tenis argentino se encuentra en una etapa de transición luego de haber vivido uno

de los mejores años deportivos. Ganadores de títulos de Grand Slam, Masters Series

y demás, llevaron al deporte a la cima. Sin embargo, gran parte de esos jugadores ya

se retiraron y comienzan a aparecer el “recambio”. ¿Cómo incentivar a los jóvenes a

consagrarse?

La detección de talentos a temprana edad es un hecho fundamental para comenzar

a sentar las bases de los futuros jugadores. Para eso, la Asociación Argentina de Tenis

(AAT), de la mano de su Director de Desarrollo Deportivo, implementó una estrategia

para recorrer el país e ir buscando a jóvenes desde los 7 u 8 años. Es necesario un pre-

maturo conocimiento de sus cualidades para cuando llega el momento de las com-

peticiones más importantes el entrenador puede establecer una línea de preparación

más sólida y efectiva.

Una vez que se ha detectado a determinado jugador con las condiciones necesarias,

la AAT le brinda, tanto a él como a su grupo de entrenamiento, todas las facilidades de

trabajo para funcionar a modo de fuente de consulta permanente. La intención no re-

cae en apartar al jugador de su entrenador sino la de fortalecer esa relación y, de esta

manera, el desarrollo del tenista pueda verse mucho más favorecida para enfrentarse

a mayores competencias.

Durante los últimos años, la llegada de Modesto “Tito” Vázquez a la asociación como

Coordinador de Desarrollo ha beneficiado de manera directa el crecimiento del área

destinada al tenis juvenil. Sin embargo, a pesar que las virtudes más grandes proven-

gan del perfil “humano” de los protagonistas, el factor económico es indispensable

para colaborar con todos los jugadores de una forma estratégica, equilibrada y justa,

por lo que actualmente es una gran desventaja.

La presencia de entrenadores juveniles a lo largo y ancho del país es muy escasa. No

existe personal altamente calificado en muchas de las provincias argentinas. Solo la

TENIS: INDUSTRIA NACIONAL

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Page 46: Revista De Rabona

ciudad de Tandil es una gran excepción a esta característica

ya que cuenta con los mejores entrenadores del país, lo que

permitió el desarrollo y crecimiento de grandes jugadores de

primer nivel mundial como Juan Martín Del Potro, Mariano

Zabaleta, Juan Mónaco, etc. En otros casos, la llegada a la Ci-

udad de Buenos Aires es central para el desarrollo deportivo

de un jugador.

Argentina puede ser considerada como una potencia en el

tenis internacional. Sin embargo, si la comparamos con otras

potencias como lo pueden ser Estados Unidos o Francia,

cuenta con una gran desventaja: el factor económico. En el

circuito profesional hay jugadores que hace más de 4 años se

encuentran en el top 100 como Leonadro Mayer y recién en

los últimos tiempos pudo comenzar a obtener las recompen-

sas económicas de los gastos sufridos durante estos años. En

cualquier otra potencia tenística, esto es un hecho inadmisible.

Los tenistas argentinos que llegan a lo más alto del circuito

no poseen las mismas características técnicas ni surgen de la

misma escuela de tenis. Esto es una gran falencia en la AAT. La

mayor parte de los logros surgen por un gran esfuerzo per-

sonal y, en muchos casos, por el “contagio” de ver el triunfo de

ciertos compatriotas de su generación en los torneos más im-

portantes del mundo. Ni siquiera el caso de “La Legión”, con-

siderada la mejor generación de tenis nacional de la historia,

tenían la misma escuela de aprendizaje como sí lo tuvo, por

ejemplo, la generación española en su momento.

Una posible solución, práctica y efectiva, es el incentivo a los

jugadores profesionales de primer nivel que se retiran a par-

ticipar en el sector dirigencial de la Asociación Argentina de

Tenis. Sin embargo, está demostrado que es muy difícil que

esto suceda ya que los mayores conocimientos que estos ad-

quieren son los del trabajo de campo. Por lo tanto, luego de

su carrera deportiva se dedican a entrenar a los más jóvenes.

La implementación de un centro de desarrollo de la AAT

donde todos los jugadores del país puedan entrenar es otra

gran falla. Es inaceptable no contar con un espacio exclusivo

para uno de los deportes más importantes de Argentina. La

falta de estructura es un aspecto primordial a la hora de esta-

blecer las prioridades a futuro.

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Page 47: Revista De Rabona

El tenis argentino tiene que reencontrar su rumbo luego del

éxito de tantos años de La Legión. Las nuevas generaciones

deben ser capaces de crear una identidad nacional y volver a

llevar a este deporte a lo más alto. Para ello, la AAT tiene que

tomar las mejores decisiones y acompañar a quienes todavía

se encuentran en su etapa de desarrollo. No es una tarea sen-

cilla. Es política deportiva.

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Page 48: Revista De Rabona

SAQUE Y RED

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AL MARGEN

El pasado miércoles 8 de octubre, en el Paseo de la Gloria, fue inaugurada una estatua que

representa a la ex tenista argentina Gabriela Sabatini. El mencionado Paseo se caracteriza

por proveer un espacio que hace honor a algunos de los mejores deportistas que hemos

tenido en la Argentina.

Page 49: Revista De Rabona

49

FOTO

Page 50: Revista De Rabona

50

Se trata de un camino en el cual se asientan figuras de con-

ocimiento público, construidas con resina poliéster y fibra de

vidrio reforzada, con un exterior patinado con diferentes pin-

turas, tintas y óleos que imitan el bronce. Las mismas están

protegidas con una laca náutica de alta resistencia que es es-

pecial para soportar la intemperie..

Dichas figuras han sido creadas en su totalidad por Mario Be-

navidez, un escultor realista reconocido por sus numerosos

trabajos para coleccionistas en varias partes del mundo. En Ar-

gentina, su sello está en estatuas y en bustos como por ejem-

plo los de San Martín, Belgrano, Sarmiento, Borges, Cortázar,

el “Che” Guevara, Mercedes Sosa, Astor Piazzolla y Sui Generis,

entre otros.

El paseo está ubicado en la Costanera Sur, se extiende desde la

Avenida Dr. Tristán Achaval Rodríguez y Azucena Villaflor has-

ta la calle Viamonte. Actualmente permanece a la espera de

la llegada de las figuras de Diego A. Maradona, el golfista Ro-

berto De Vicenzo y Luciana Aymar (jugadora de hockey) que

llegarán en los próximos meses para formar parte de la galería.

La primera en inaugurar la mencionada colección, fue la estat-

ua de Emanuel Ginobilli (basquetbolista), la segunda, fue la de

PASEO DE LA GLORIA, UN LUGAR PARA LOS MEJORES DEPORTISTAS ARGENTI-NOS.

Page 51: Revista De Rabona

51

Guillermo Vilas (ex tenista) y la tercera, la de Sabatini, la que

a poco de llegada, sufrió un robo impensado. Los primeros

transeúntes de la mañana del martes veintiocho de octubre,

se encontraron con que la raqueta de la figura había sido roba-

da. Nadie podría creer que la misma tuviese valor de reventa

por los materiales con que está hecha, pero sí por lo que repre-

senta. Si bien los materiales recién mencionados no tienen un

gran costo, el arreglo de la misma demandará doce mil pesos a

las autoridades a cargo.

Lamentablemente parece que las esculturas en la Ciudad de

Buenos Aires pasaron a ser un blanco fácil para la agresión in-

comprensible que se descarga sobre los monumentos públi-

cos. Por este mismo motivo también se vieron perjudicadas las

estatuas de los deportistas Lionel Messi, Maradona y Gabriel

Batistuta, emplazadas en Plaza Francia.

La noticia del robo infringido a la figura de Gabriela Sabatini,

no tardó en llegar a Internet y más que un hecho de preocu-

pación por la ofensa, se convirtió en algo tragicómico cuando

algunos usuarios tuvieron la ocurrencia de crear, por medio de

photoshop, diversos memes sobre la falta del objeto. (Como

se sabe el término “memes” ha sido acuñado en los últimos ti-

empos para designar un parecido o semejanza exacta con el

original).

Donde estaba la raqueta, apareció un rayo azul emulando así,

al personaje Obi-Wan Kenobi del famoso film Star Wars. Tam-

poco tardaron en llegar otro tipo de bromas como la compara-

ción del rostro de la estatua con el del actor estadounidense

Tom Cruise.

Esta vez el “saque” no sumó ni restó puntos, fue el puntapié ini-

cial para las originales respuestas de los creativos usuarios que

supieron enredearse, proponiendo otra clase de juego dentro

del juego.

Page 52: Revista De Rabona

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“El auto que venía con el reloj, cuando paso a los atletas de Kenia, se me pone al lado y me dicen ‘salí de la carrera’

porque no esperaban verme ahí adelante, je. Los oficiales pensaron que yo me había metido en el kilómetro 30 y que

había pasado a los keniatas, que me había metido en la carrera a molestar”.

“No pasó más que eso; fue eso nada más. Después les avisaron que estaba corriendo desde el principio. Así que parece

que, como estaba sorprendido yo, estaban sorprendidos ellos”.

El domingo 12 de Octubre se celebró la Maratón 42k de Buenos

Aires, de la que participaron más de 10 mil corredores. Contra to-

dos pronósticos, que indicaban como máximos favoritos a varios

de los atletas negros, en especial los kenyatas Muasya y Karinga, el

ganador fue un argentino.

COMO UN NEGRO

Page 53: Revista De Rabona

53

Page 54: Revista De Rabona

Mariano Mastromarino busca sentarse. Aunque esté prepara-

do para correr en la altura o en condiciones climáticas mucho

más desfavorables, correr dos horas y cuarto tiene sus con-

secuencias. Sobre todo cuando son en competencia, porque

cuando se compite (suele repetir Mariano a sus íntimos) el

músculo que más trabaja es la cabeza. Por eso busca sentarse:

necesita estar en paz un segundo, dejar bajar y salir, con el su-

dor y los latidos en los gémelos y las plantas de los pies, toda

esa presión y esa adrenalina que supo utilizar como motor

para recorrer los 42k de la Maratón de Buenos Aires a casi 19

kilómetros por hora.

En el atletismo, se sabe, quienes dominan las disciplinas son

los negros: kenyatas, brasileros, colombianos y tanzanios se

habían repartido los primeros premios de las últimas diez edi-

ciones de la competencia. Justamente, eran tan claramente

favoritos los kenyatas Peter Muasya y Julius Karinga (ganador

de la edición 2013) que, tras superarlos durante la carrera a la

altura del kilómetro 36, desde un auto comenzaron a pedirle a

Mariano que se corriera, que ahí estaban corriendo una carre-

ra, que no molestara: ahí está el video de Mariano corriendo y

mostrando el número, como diciendo “yo también estoy cor-

riendo”. Es que Mastromarino corrió como un negro. Literal-

mente y sin ánimos peyorativos: su tiempo indica que hizo 3

minutos y 12 segundos por cada kilómetro de distancia, lo que

da una velocidad promedio de 18,7 kilómetros por hora. Una

verdadera máquina.

Por eso ahora se acomoda en la primera silla de plástico que

encuentra y estira las piernas, de tal modo que sólo los tal-

“MIRÁ EL NÚMERO, ESTOY CORRIENDO”

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ones tengan contacto con el suelo y soporten el peso de esas piernas exhaustas. Quien lo ve

puede darse cuenta que la procesión va por dentro, que la alegría y satisfacción de haber cump-

lido este sueño no se corresponden con esa cara de stress postraumático: más bien tiene que ver

con que es el momento de síntesis, de repaso del pasado de reciente, de rumiar cada instante,

cada foto que le quedó de esta consagración. Con los ojos cerrado y la frente al cielo, Mariano

está mirando para atrás, está jugando con los ojos de su nuca: atrás habían quedado Palermo,

Recoleta, Retiro, San Nicolás, Monserrat, San Telmo, La Boca y Puerto Madero; atrás quedaban los

10 años en que la competencia no coronaba a un atleta argentino. Y atrás, pero mucho más atrás,

quedaban los fantasmas personales, esas 4 milésimas que lo dejaron afuera de los Juegos Olím-

picos de Londres 2012, porque ahora se clasificó a los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 y

quedó mucho mejor posicionado, anímica y atléticamente, para ingresar a los Juegos Olímpicos

de Río de Janeiro 2016.

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REC

Franco Jarast, jugador amateur de golf, cuenta en exclusiva cómo

heredó el deporte familiar, su casi paso profesional y da algunos

consejos para aquellos que recién comienzan.

“Cuando sacás handicap empezás con 25. El handicap va de 0, que sería un jugador profesional, a 36. Siempre se empie-

za con 25 y vas bajando o subiendo de acuerdo a las tarjetas que vas presentando. Yo ahora estoy en 8 que es lo mejor

que he jugado”.

SALSA GOLF

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¿Cuándo empezaste a jugar al golf?

Arranqué cuando era bastante chico, aproximadamente a los

ocho años de edad.

¿Por qué decidiste practicar el deporte?

Yo iba al club Hebraica (SHA, Sociedad Hebraica Argentina)

con mi familia los fines de semana. Practicaba varios deportes

ahí; siempre tuve facilidad. Pero mi papá me mandaba a jugar

al golf porque él jugaba y quería que yo también juegue. Así

que, desde chiquito, empecé a jugar al golf.

¿Cuál es la primera competencia que recordás?

Recuerdo que lo primero fueron los inter-clubes en los cuales

representaba a Hebraica. Fui a varias competencias. Me acuer-

do que en Golfers hubo una competencia especial en la cual

teníamos que jugar cada uno de los principiantes contra un

profesional y me tocó jugar contra Sebastián Fernández, que

también era de Hebraica, pero profesional. Y no me olvido de

la sensación que tuve cuando tenía que salir del hoyo 1 porque

había más de 100 personas mirando a Sebastián. Sentía mu-

cha presión en ese momento y no podía casi respirar.

¿Alguna vez pensaste en dedicarte profesionalmente al golf?

Sí, lo consideré. En un momento estaba tomando clases en

la Asociación de Golf Argentina y tenía muy buen nivel. Ahí

estaba yendo casi dos veces por semana, tres horas cada vez

que iba. Estaba entrenando muy intenso. Pero es muy dura la

competencia y es muy duro el deporte porque es contra uno

mismo: no podés errar ni un tiro, no tenés margen de error

y no tenés contra quién agarrarte. Pensé jugar profesional-

¿Qué le recomendás a aquellos que recién empiezan? ¿Cuál es

la “mezcla” mágica, la “salsa” que hace falta para jugar al golf?

Arrancar de chicos porque es mucho más fácil de apren-

der, como todos los deportes. Pero especialmente en el golf

porque tiene bastante de coordinación y técnica y cuando lo

aprendés de chico es mucho más fácil incorporar los movi-

mientos corporales, interiorizarlos y que luego sean naturales.

Agarrar el swing de grande es complicado. Recomiendo prac-

ticar mucho, ir al driving, bancarse las correcciones hasta que

salgan bien porque hay mucha gente, sobre todo que empieza

de grande, que no tiene esa paciencia para corregir la técnica

y el recorrido del golpe que luego influye directamente en el

juego.

mente pero había otros chicos de mi edad que eran realmente

muy buenos y tenía que entrenar y dedicarle mucho, meter-

le mucho foco y la verdad es que nunca quise dejar todo, por

ejemplo el estudio.

¿Qué es lo que más te gusta del deporte?

Me gusta que estoy al aire libre, que son lindos los paisajes,

conocer gente y canchas nuevas. También disfruto competir

y las distintas modalidades, por ejemplo el four-ball que sería

similar al dobles en tenis. También me gusta que se juega por

categorías porque con el handicap te asegurás jugar con-

tra otros competidores con nivel similar y eso está bueno. Y

además porque, como juego desde chiquito, me sale bien y

me gusta porque me sale bien.

“ES MUCHO MÁS FÁCIL APRENDER DE CHICO, COMO EN TODOS LOS DEPORTES”.

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Agustin Campassi, a los 26 años forma parte de la Selección ar-

gentina de remo. Nos cuenta sus inicios en este deporte, su entre-

namiento, sus logros y sus futuras metas.

RITMO Y META

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¿Cómo surgió tu interés por el remo? ¿Cómo te acercaste a esta

actividad?

Comencé a los 16 años. Para ese entonces ya había pasado

por muchos deportes y estaba en el equipo de natación del

colegio, pero quería hacer algún otro deporte. Fui a averiguar

a los clubes de Tigre y terminé en el Tigre Boat Club, en el año

2004. Me convenció la calidez de la gente que vi. Yo de botes

no sabía nada, así que tampoco podría haberme dejado llevar

por otra cosa.

Al mes de empezar, corrí mi primera regata y me gustó esa

sensación. Me quedé con ganas de más. Pronto fui cambiando

mis prioridades del día para ir más veces a entrenar durante

la semana. Los resultados acompañaron a mi motivación de

seguir en el deporte y en el 2006 pasé a Oficiales y gané el

Campeonato Argentino en Single Novicio. Desde ese momen-

to supe que todo lo que hiciese sería para entrar en la Selec-

ción. No fue hasta el 2008 que conseguí la clasificación para

el Mundial Sub23 en Alemania tras quedar en el 15vo puesto

Mundial. En el 2009 conseguí clasificar nuevamente quedando

esta vez en el 19no puesto en el Single Ligero. A los dos meses,

clasifiqué para el mundial de mayores a disputarse en Polonia,

compitiendo en Cuádruple Ligero, con tres compañeros más.

Una vez vuelto del segundo mundial, salí campeón argentino

en Single Ligero, otorgándole ese título a mi club, luego de

más de cincuenta años sin tener un campeón argentino en

una categoría así. Y dos semanas después gané el Doble Lige-

ro en el Sudamericano realizado en Tigre.

¿Cuáles han sido tus mayores logros hasta el momento?

Llevo remando ya diez años, seis en la selección argentina.

Dentro de estos años fui cuatro veces campeón argentino; tres

veces campeón sudamericano; participé en tres competencias

mundiales; salí en dos oportunidades campeón metropoli-

tano; una vez participé en una competencia en copa del mun-

do y soy poseedor del récord nacional de remoergometro.

¿Cómo es un día en tu vida?

Mi día está bastante avocado al entrenamiento. Entreno todas

las mañanas muy temprano y todas las tardes también. Salgo

a remar, vuelvo y hago remoergometro, que es un simulador

de remo. Luego gimnasio, bici y salgo a correr. Hay que ser un

deportista completo y entrenarte físicamente, pero a la vez

mentalmente para las exigencias de este deporte. Creo que si

no me exijo en los entrenamientos, en la competencia no va

a surgir mi máximo. Siempre pienso que cuando no estoy en-

trenando, hay alguien en otra parte que si lo está haciendo y le

estoy entregando ventaja, así que no puedo parar.

¿Tenés algún sueño o meta que te queda por cumplir?

Participar de un Juego Olímpico. Y como máxima aspiración

un diploma Olímpico, del primer al octavo puesto.

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¿Cómo hacés para ser constante en tu entrenamiento?

Me exijo al máximo en cada entrenamiento. Busco saber cuál

es el límite. El dolor y sufrimiento no son índices para frenar.

No son reales. Al menos para el deporte que practico. Remo

es un deporte muy competitivo y que exige a tu cuerpo como

ningún otro deporte. Es tener constantemente una sensación

de querer parar, desmayarte. Que te hace replantearte querer

cambiar de deporte porque el dolor es tanto que es insoport-

able. Pero cuando termina, la sensación de bienestar y grati-

ficación por lo logrado es tan grande que te motiva a querer

más.

¿Seguís alguna alimentación especial?

Si, es muy importante la alimentación durante todo el día y

más si uno hace deporte. La primera media hora de haber fi-

nalizado el entrenamiento es el tiempo más importante para

poder ingerir nutrientes porque el cuerpo se recupera un 80%

más rápido comiendo ni bien se termina de hacer la actividad.

Por lo general me privo de comer comida chatarra y prefiero

cocinarme yo. Desayuno café con tostadas o yogurt con ce-

reales, jugo y alguna fruta. Al mediodía, pastas que me aportan

hidratos de carbono para recuperar lo de la mañana y seguir

entrenando a la tarde. Y a la noche como carne para la repa-

ración de los músculos con la proteína. Como colación siem-

pre elijo alguna fruta, yogurt, un turrón o una barrita de cereal;

hay bastantes opciones. Algo importante: nunca descuido el

tomar mucha agua para mantener el cuerpo equilibrado.

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PARA POCOS

Ignacio Perillo, con 28 años de edad, es competidor profesional de crossfit y participó en los

Games, el mundial de dicho deporte en Estados Unidos. Nos cuenta sus inicios, cómo son

sus días de entrenamiento y su experiencia en el mundial.

¿Cuáles fueron tus inicios en crossfit?

Siempre hice mucho deporte. Jugué al rugby muchos años y, cuando dejé, me metí en el

mundo del crossfit. Empecé a entrenar hace un poco más de dos años y luego unos amigos

abrieron su box al que empecé a frecuentar diariamente. Armamos un gran equipo, con el

cual entrenamos dos veces por día y, tras mucho esfuerzo, logramos llegar a los regionales

de Chile y a los Games. Fueron experiencias incomparables que nos llevaron a redoblar

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la apuesta y seguir entrenando muy duro. Es un trabajo de to-

dos los días, individual y en equipo, mental y físico.

Al ser el primer equipo argentino que logró clasificarse para los

Games, ¿cómo fue el camino hacia esta competencia?

Entrenamos muchísimo. Dejamos todo cada día para llegar

ahí. Todas las mañanas, a las 7.30 hs., entrenamos con el equi-

po, fortaleciendo las debilidades de cada uno y del conjunto;

y, por la tarde, entrenamos otra vez. Bajo un coaching y se-

guimiento personal, trabajamos todos los aspectos: fuerza,

aeróbico, levantamiento y hasta natación. Teníamos que estar

preparados para cualquier desafío que se nos presentara.

¿Hasta qué punto crees que un atleta latinoamericano puede

competir de igual a igual con uno de Estados Unidos? Una vez

en Estados Unidos en los Games, ¿sentiste alguna diferencia

significativa entre ustedes y ellos?

En los Games sentimos una diferencia física pero nunca nos

alejó de nuestro objetivo, fuimos a dejar todo y lo hicimos. El-

los tienen muchos años más de entrenamiento que el que ten-

emos en Argentina y dedican todo su tiempo a eso. Nosotros

tenemos trabajos aparte del crossfit, lo que no nos permite

dedicarle las veinticuatro horas del día. De todas formas, no

creo que exista una brecha inalcanzable. Tenemos mucho que

aprender de ellos y ojalá tengamos otra oportunidad.

¿Cómo es una semana típica de un atleta de crossfit, en cuanto

al entrenamiento y la alimentación?

Entrenamos diariamente dos veces por día y dos veces por se-

mana tenemos clase de levantamiento. Cada entrenamiento

dura alrededor de dos horas y media. Tratamos de tener un día

de descanso por semana para recuperar el cansancio acumula-

do. Y con respecto a la alimentación, nos cuidamos mucho. No

tenemos una dieta estricta a seguir, pero tratamos de no com-

er carbohidratos, ni azúcares y de tomar mucha agua. Siempre

es importante comer sano y respetar todas las comidas, previ-

as y posteriores a la actividad para poder rendir bien en cada

entrenamiento.

¿Cualquier persona puede practicar crossfit?

Si, cualquier persona con un apto físico al día. Se adaptan los

ejercicios a las condiciones particulares de cada uno. Lo prac-

tican desde niños pequeños hasta personas de mayor edad.

¿En cuántas competencias nacionales y/o internacionales par-

ticipaste?

En competencias nacionales estuve en BAFIT, que es un torneo

en Buenos aires, y en competencias de boxes de crossfit estuve

compitiendo en southfit, en el open con clasificación regional

y mundial y en los Games.

“Nos encantaría volver a tener la oportunidad; para lo cual seguimos entrenando cada día. Tenemos mucho por

mejorar y en eso estamos con un seguimiento personalizado de nuestro coach. Mientras, planeamos participar

de cuanta competencia sea posible para ver cómo estamos físicamente y unificar al equipo. Y esperamos clasifi-

car en el open del año que viene para ir al regional y, ojalá, al mundial otra vez.

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