REVISTA DE PASTORAL VOCACIONAL

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JUVENTUD MERCEDARIA DE LA CARIDAD EN PORTADA Dimensión Universal del Carisma SUMARIO Revista Vocacional publicada por el Secretariado General de Vocaciones Mercedarias de la Caridad Año I No. 1 JUVENTUD MERCEDARIA DE LA CARIDAD 2 Presentación 4 Padre Zegri y su opción por los jóvenes 5 Claves para una pastoral vocacional mercedaria 8 Tras las huellas del carisma.. La seducción y los jóvenes hoy 10 La Justicia Social en el camino de Santidad del P. Zegrí 12 Sor Isabel Lete Landa: santidad de Dios en las Mercedarias 15 Cultura y Carisma: el carisma encarnado en la realidad de Colombia 17 Los MCS y los jóvenes 20 Los jóvenes evangelizan desde los Medios de Comunicación 24 Misiones de la Congregación: pastoral carcelaria 27 Testimonios 6 Los laicos y la Pastoral Vocacional

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REvista mercedaria para agentes de pastoral vocacional y jovenes

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Juventud Mercedaria de la caridad �

EN PORTADADimensión Universal del Carisma

SUMARIO

Revista Vocacional publicada por el Secretariado General de Vocaciones Mercedarias de la Caridad Año I No. 1

� Juventud Mercedaria de la caridad

2 Presentación

4 Padre Zegri y su opción por los jóvenes

5 Claves para una pastoral vocacional mercedaria

8 Tras las huellas del carisma..La seducción y los jóvenes hoy

10 La Justicia Social en el camino de Santidad del P. Zegrí

12 Sor Isabel Lete Landa: santidad de Dios en las Mercedarias

15 Cultura y Carisma: el carisma encarnado en la realidad de Colombia

17 Los MCS y los jóvenes

20 Los jóvenes evangelizan desde los Medios de Comunicación

24 Misiones de la Congregación: pastoral carcelaria

27 Testimonios6 Los laicos y la Pastoral Vocacional

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� Juventud Mercedaria de la caridad

PRESENTACIÓNPor Sor María Josefa Larraga Cortés,

Superiora General, hh. Mercedarias de la CaridadMi confesión de fe en la familia religiosa a la que pertenezco

es esta: mil veces que volviera a nacer, mil veces sería hermana mercedaria de la caridad. ¡TANTO ME HA BENDECIDO DIOS CON ESTA VOCACION! Hoy, cuando el tiempo ha pasado y puedo mirar los acontecimientos de mi vida y mi tiempo como kairós, puedo decir que la gracia más grande que Dios me ha concedido con la vida y con la consagración bautismal ha sido la gracia de la vocación a ser hermana mercedaria de la caridad. He vivido con tanto gozo y con tanta felicidad todo lo que esta vocación conlleva, que mi íntimo deseo sería pasar la llama para que otros pudieran tener en la vida mi misma experiencia.

Recuerdo exactamente el mo-mento en el que Dios me llamó – delante de un Crucifijo, a las siete de la tarde de un 21 de noviembre, en el que se celebraba la fiesta de María Niña, en una casa de ejer-cicios en los que participaba con otras jóvenes con las que cursaba estudios, aunque el gusanillo de se-guir a Jesús lo llevaba dentro desde hacía mucho tiempo. Después he comprendido que Jesús nos llama desde el seno materno, por tanto, que la vocación es desde siempre y para siempre, según dice el profeta y corrobora San Pablo en su carta a los Gálatas:

Sin duda, descubrir que fui llamada desde el seno materno y que, por tanto, la vocación es una llamada cotidiana y gratuita por parte de Dios, me condujo a sen-tirme la mujer más afortunada del mundo. Lo dejé todo y me lancé a la aventura de seguir a Jesús, no

sin dificultades: En aquel momento de mi vida tenía un porvenir desde los estudios que había realizado y tenía que dejar a mi madre, viuda y con tres hijos más, a la que tenía la responsabilidad de ayudar. Pero Jesús fue más fuerte que todos los obstáculos, porque Aquel que reveló su rostro en mí, no lo apartó ni un momento ni de mi mirada ni de mi corazón. Decidí entonces ingresar en esta familia religiosa, atraída por Jesús, por María de la Merced, por la entrega de las hermanas a los más pobres y humildes y por la alegría y sencillez que manifiestan. Como digo más arriba, nunca me he arrepentido de aquel momen-to en que llegué al noviciado de

Zumárraga, Guipúzcoa, en una mañana lluviosa y fría, en la que las hermanas celebraban la fiesta de la Congregación.

Me acompañó mi madre y lo hizo con tanta generosidad y con tanto amor de amor, que me dijo: hija mía, sé feliz, y si no lo eres,

las puertas de tu casa estarán siempre abier-tas para ti. Mi madre ha sido a lo largo del tiempo el mejor testigo de mi vocación, la que siempre me ha puesto con Jesús y la que me ha dicho, también con gran generosidad: ¡qué feliz se siento, hija mía, de que seas Mercedaria de la Ca-ridad!

Cuando se va a poner en marcha esta revista, he querido hacer esta presentación con el testimonio de mi propia vida, llena de pobreza y de limitaciones, pero también llena de Dios, de su gracia, de su merced y de su lla-mada. Creo que la mejor pastoral vocacional se hace por CONTAGIO. Es decir, tenemos que decir a los demás lo que hemos visto y oído, decir con el apóstol Juan: Lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos, acerca de la Palabra de la vida… Esto os anunciamos (1 Jn 11-2).

A todos los jóvenes y las jóvenes digo lo que Jesús dijo a los dos discípulos cuando le preguntaron

Más cuando Aquel que me separó desde el seno de mi madre y me llamó

por su gracia, tuvo a bien revelar en mí a su Hijo…

(Gál 1,15; Is 49,1)

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dónde vivía: ¡Venid y lo veréis! Fueron, vieron y se quedaron. Por lo visto, la persona de Jesús, como nos ha pasado a todos los llama-dos, les fascinó. La fascinación fue tan grande que ellos también recordaban el momento y decidieron quedarse con El. (Cf. Jn 1,36-39). La felicidad de la llamada produce tanta alegría que, inmediatamen-te, estos discípulos fueron y se lo comunicaron a otros… El contagio de la propia fe, del encuentro con Jesús y con su persona, de la buena noticia descubierta, de la merced vivida nos lleva a contar a otros lo que nos ha sucedido.

La vida se convierte entonces en acontecimiento de buenas noticias para los demás.

Deseo que muchos jóvenes sientan sobre su propia mirada y sobre su propio corazón, la mirada fascinante de Jesús. Y que esta revista ayude a ello. Pido que la liberación de Dios pueda llegar a muchas esclavitudes para que haya muchos jóvenes que se comprome-tan con el Evangelio de la caridad y de la liberación.

Y con Antonio Gala os digo: En el amor, lo que una vez aconteció, continúa aconteciendo para siem-pre. En mi vida, el amor de Jesús,

continuará por los siglos. En esta fidelidad me apoyo y ella me da fuerzas para vivir cotidianamente ese primer amor que me fascinó y que sigue fascinándome cada día. Un amor que es fuente de alegría para mí y de esperanza para mu-chos.

¿Quieres, además, que te confíe un secreto? Ahí va: JESUCRISTO ES EL MAS BELLO DE LOS HIJOS DE LOS HOMBRES (Salmo 44)

Para todos vosotros, jóvenes, con mis mejores deseos.

Padre Zegrí, fundador de las Hermanas Mercedarias:su opción por los jóvenes

No pretendo hacer un estudio sobre el Padre Zegrí y su opción por la

juventud. Sólo me fijaré en algunos hechos importantes de su vida que me hablan de que el Padre Zegrí hizo una opción real por la juventud y apostó por ella. Creyó, se fió, se arriesgó…y hoy la historia de un carisma continúa. Y es eso lo que contigo comparto, es historia, es vida, es carisma, es urgencia….

1.- La Congregación de Hermanas Mercedarias de la Ca-ridad, nace porque el Padre Zegrí dócil a la inspiración carismática que le vino del Espíritu Santo, también confió en la juventud para llevar la misión recibida adelante.

Pero, ¿quién era este hombre?

El Padre Zegrí, hombre de fe, apasionado por Jesucristo y por la humanidad, escucha el grito de los pobres de su época; escucha que supuso estar atento al Espíritu que le hablaba a través de la realidad, en contacto directo con el clamor de los más pobres. Y sueña... Sueña algo grande y perdurable…Sueña con “curar todas las llagas, remediar todos los males, calmar todos los pesares, desterrar todas las necesidades…

Y se pregunta en su interior, desde la oración: ¿Con quién contaré, quién lo hará realidad? Yo sólo no puedo. ¿Qué fuerza moverá este proyecto, a quién lo transmitiré para que me ayude, lo encarne y lo transmita…? Ya conocemos los pasos previos que él dio para concretizar su proyec-to: diálogos, plasmar por escrito su obra… pero faltaba lo principal: las personas que junto con él lo puedan gestar. Justo, piensa en la mujer y preferiblemente arriesga por la mujer joven.

Y el sueño se hizo realidad un 16 de marzo de 1878, de un acto de fe en Dios, confianza en la juventud y un gran amor a la humanidad necesitada de CARIDAD.

Por sor Milagros de la Cruz Gil, mc.

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� Juventud Mercedaria de la caridad

A su vez nos lega un lema que es fuente de inspiración para la vida y vocación de toda Mercedaria y de todo joven que hoy encarna su espiritualidad:

no tiene patria y que su sueño dorado, su idea acariciada era no dejar si po-sible fuera en todo el mundo un solo ser abandonado, desamparado, sin educación religio-sa y sin recursos” (Beato Juan Zegrí).

Con solo 5 años de fundada la Con-gregación se lanza, se arriesga a en-viar en el 1883 las primeras misioneras a Chile. Un grupo joven y lleno de ardor apostólico y misionero.

No nos interesa destacar si logra-ron las hermanas establecerse o no allí. Nos interesa el acontecimiento profético en la vida del Padre Zegrí y la generosa disponibilidad de estas religiosas jóvenes para fiarse ple-namente de Dios que las enviaba a través de la humilde mediación del P. Zegrí. Este hecho a lo largo de la historia congregacional ha sido fuente de inspiración y ha gene-rado un gran coraje misionero en muchas hermanas. El Carisma se expande y entusiasma a jóvenes, en los diferentes países por donde la congregación se ha extendido.

Nuestro gran desafío hoy:

Jesucristo, es el que acompaña, guía, sostiene… ¿Por qué dudar que la juventud pueda responder cuan-do encuentre en nosotras mujeres ilusionadas, optimistas, capaces de crear fraternidades viviendo la caridad hacia dentro y hacia fuera y entregadas a la causa de Jesús, el Reino?

Dios está presente en el alma y en el corazón del joven, como lo ha estado siempre. Es importante reco-nocer los valores y las posibilidades de vida de la juventud, confiar en ellos/as, en su alegría, entusiasmo, capacidad de riesgo, actos heroicos. Sensibilidad a los movimientos so-lidarios de justicia y paz, expresión humanitaria y apertura a lo trascen-dente. Dios sigue llamando a la juventud según el Espíritu que es siempre joven y cuenta con ellos y ellas para rejuvenecer a la Iglesia, según los signos de los tiempos. Por ello es importante creer en el joven de hoy y ofrecer fiabilidad para responder con fidelidad creativa a lo que el Espíritu nos está pidiendo en la misión evangelizadora desde la confianza

“TODO PARA BIEN DE LA HUMANIDAD, EN DIOS POR DIOS Y PARA DIOS” (Beato Juan N. Zegrí)

Con las seis jóvenes que integra-ban este primer grupo y a pesar de todas las vicisitudes de los inicios, con ellas prendió el carisma, se encarnó y propagó. La mano de Dios estaba ahí, y eso le bastaba al Padre Zegrí para seguir confiando en la juventud. De manera especial recordamos la capacidad de riesgo, de entrega y de servicialidad que son propias de la juventud y que les lleva a compromisos en situaciones radicales y de falta de solidaridad. ¡Cuánta esperanza y energía pone la juventud a la Iglesia para la cons-trucción de un mundo mejor!

El Padre Zegrí tiene páginas bellí-simas para quienes saben optar por Jesucristo desde su juventud, resalta sus cualidades y valores, sabe que son capaces de grandes ideales y sacrificios cuando su corazón se mueve a impulsos de la caridad, de la esperanza y de la fe.

2. Porque se fió de la juventud, envía como misioneras de la caridad las primeras hermanas a Chile.

La Congregación nace con una

fuerte dimensión y espiritualidad misionera. Muchos de los escritos del P. Zegrí reflejan esta dimensión y espiritualidad.

El había escrito dirigiéndose a las hermanas que “La caridad

Confiar, como el Padre Zegrí, en la juventud, invitarle a hacer presen-

te en la historia el carisma de caridad redentora con coraje, esperanza y riesgo

misionero, hasta lograr llevar el anuncio de

Jesucristo donde esté faltando el amor del Padre

a la humanidad.

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CLAVES PARA UNA PASTORAL JUVENIL VOCACIONAL MERCEDARIA DE LA CARIDAD

La pastoral juvenil vocacional, es un conjunto de acciones dirigida a los jóvenes de todas las edades y culturas, que tiene como objetivo provocar

en ellos la adhesión a la persona de Jesucristo Redentor y la posibilidad de hacer procesos de fe y de seguimiento de Cristo.

En este proceso de provocación y de acompañamiento a niños, ado-lescentes y jóvenes, para descubrir la presencia de Cristo que ilumina su vida y la conduce al Padre, los agentes de pastoral, han de empeñarse en ayudar a clarificar los caminos por los que el Señor puede estar condu-ciendo al joven de hoy.

Desde el XX Capitulo General, la congregación ha querido redefinir las líneas generales de una pastoral juvenil vocacional propia de los tiempos que vivimos y de los retos que vive la congregación como vocación, como carisma y como misión.

Varios son los criterios que estamos llamadas a tomar en consideración, a la hora de ofrecer cauces de formación y acompañamiento de los proce-sos de fe y vocación de niños, adolescentes y jóvenes. Uno de los criterios fundamentales, como en toda acción pastoral vocacional, es la centralidad en el anuncio de la persona de Jesucristo.

La pastoral vocacional ha de ser una pastoral vocacional cristocéntrica, que fundamentalmente presente a Cristo como el que da sentido a nuestra vida. Como aquel que nos hace revelarnos en nuestra propia esencia e iden-tidad. Toda pastoral vocacional en sí misma ha de llevar a presentar a Cristo y su proyecto de vida, de tal manera que se haga accesible al mundo de los jóvenes no sólo la oferta de un Cristo que viene a buscar lo que estaba perdido, que viene como amigo a darnos a conocer lo que aprendió de su Padre, sino también a un Cristo dispuesto a hacer de nosotros pescadores de hombres. La figura de Jesús a la población juvenil ha de ser presentada de una manera dinámica y atrayente como aquel que descubre y acoge lo más profundo de cada persona, que no se avergüenza de nadie, que no se escandaliza, sino que perdona y acepta a cada joven como es, pero que al mismo tiempo da la oportunidad a cada uno de ser aquello para lo cual ha sido creado y llamado.

La cristología de nuestra PJV, ha

de poseer una fuerza convincente susten-tada por la palabra y por el testimonio de vida, de tal manera que el Jesús que anunciamos sea el mismo Jesús fasci-nante del Evangelio, que provocó que los apóstoles ante su mirada y sus pala-bras, dejaran todo y le siguieran.

La pastoral voca-cional, es respon-sabilidad de todos, debe dirigirse a los niños y especialmen-te a los jóvenes para ayudarlos a descu-brir el sentido de la vida y el proyecto que Dios tenga para cada uno.

Juventud Mercedaria de la caridad �

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� Juventud Mercedaria de la caridad

A atual sociedade competitiva, globalizada, excludente e indi-

vidualista, reforça antigos desafios ao mesmo tempo traz novos de-safios a vivência e a expansão do Carisma, sobre tudo em se tratando da formação e acompanhamento de jovens.

Entendendo Vocação como o chamado de Deus, que tem como finalidade a realização plena da pessoa humana em Cristo, vemos que há realidades hoje que afetam profun-damente a vida das pessoas e que precisam ser impregnadas pelos valores e princípios que o Carisma do Padre J. N Zegrí.

Entender a vocação a partir da construção de um Projeto de Vida que auxilie na formação da identi-dade e que traga a vida comunitá-ria, participativa, contemplativa, de oração e serviço como parte inte-grante e básica constitui, nos dias de h hoje, um grande desafio.

A compreensão do que é ser jovem, de suas opções e do mundo em que se vive é um fator determinante na realização do Projeto de Vida do jovem, pois a partir disto compreendem-se as possibilidades, o meio em que se vive e suas reais necessidades para a felicidade e auto-realização. A religião resgata no jovem o compromisso e a busca pela transcendência, dando a ele uma nova perspectiva de mundo e de possibilidades. Desta maneira, favorece o seu amadurecimento e, consequentemente, uma sociedade futura mais justa e fraterna, baseada em nos valores sólidos do nosso Carisma.

Por Leandro Lank, laico mercedario

A busca vocacional se dá no conflito e no confronto diário de nossas relações/ações intrapessoais e interpessoais (comigo mesmo; com os Outros, com o mundo o transcendente). Quanto mais intensificarmos os significados de nossa existência, a experiência do sentido terá mais lucidez e eficácia na construção de um projeto de vida.

A verdadeira felicidade esta na paz

do coração, no sossego da consciência,

que sao os únicos meios de curar as chagas

sociais; e ambas se encontraram na fè”

(P. Zegrí)

“A caridade, que é Deus, se manifesta enxugando lá-grimas, socorrendo infortúnios, fazendo bem a todos e deixando atrás de si torrentes de luz que iluminem a

todos.” (Padre Zegri)

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“A caridade, que é Deus, se manifesta enxugando lágrimas, socorrendo infortúnios, fazendo bem a todos e deixando atrás de

si torrentes de luz que iluminem a todos.”

(Padre Zegri)

O Papa Paulo VI afirma va que os leigos são como uma ponte que une a Igreja à Sociedade. No acompanhamento e despertar deste Projeto de Vida e Evangelização, vemos a missão do cristão leigo, que, vivendo em sua realidade temporal, já com seu Projeto de Vida e Vocação definidos, é chamado a ser sal, luz, fermento e testemunho, e assim trans-formar a realidade através de sua profissão, da sua presença nasociedade, na política, na cultura, nas ciências, nos esportes, e muito mais. Aos leigos é dada, como vocação específica, fazer a Igreja pre-sente e ativa naqueles lugares e circunstâncias onde somente através dos leigos ela pode se tornar o sal da terra e luz do mundo.

“A virtude da caridade tem sido sempre o con-solo do aflito, ao mesmo de Salvação, pois aquele que faz o bem aos seus semelhantes o faz faz ao próprio Jesus Cristo.” (Padre Zegri)

A V Conferência Episcopal Latino Americana, em

Aparecida-SP-Brasil, afirma que “os fiéis são os cristãos que unidos a Cristo pelo Batismo” e diz ainda “São os homens da Igreja no coração do mundo, e homens do mundo no coração da Igreja. Sua missão é realizar o seu testemunho e atividade e contribuir para a trans-formação das realidades e para a criação de estruturas justas, segundo os critérios do Evangelho”.

Ao longo dos anos, em minha missão de leigo, auxiliei no discer-nimento e construção do Projeto de Vida e Voca-ção de muitos jovens que, mesmo próximos da idade adulta, possuíam um vazio existencial e não sabiam sequer o que fazer com sua vida. Seus valores eram confusos por tudo quenossa so-ciedade ensina. A pesar de terem em mente a profissão, não encon-travam um sentido nela e na vida. Com o tempo e acompanhamento per-ceberam que lhes faltava à essência, aquilo que lhes daria a motivação certa, a Fé

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� Juventud Mercedaria de la caridad

Quisiera conversar contigo sobre un tema de sumo interés y pertinencia para ti: La seducción y los

jóvenes de hoy. Pienso que puede ser de gran ayuda en esta fase evolutiva en la que te encuentras. De hecho, te preguntarás y con justa razón ¿Qué signi-fica SEDUCCIÓN? Se trata de inducir a alguien para asumir o aceptar una opinión, estilo de vida, persona o un nuevo comportamiento.

En realidad todas las personas pueden ser seducto-ras o seducidas en algún determinado momento. Para ese propósito, utilizamos la riqueza del lenguaje verbal y no verbal: gestos, miradas, vocabularios y formas de conversar, posturas corporales, entre otras. Con estas expresiones, manifestaciones psicofísicas y comporta-mientos, en el mejor de los casos, expresamos nuestra forma de ser con el propósito de interactuar con los otros y satisfacer la necesidad de socialización e/o establecer vínculos afectivos significativos (amistad, compañerismo, apoyo emocional, relacionamiento psico-sexual, entre otros). Se convierte en un acto engañoso cuando falseamos nuestras características personales, procurando formas que sabemos pueden agradar a la persona objeto de nuestra seducción, pero que no traslucen nuestra verdadera identidad.

Por su parte, la autoestima juega un papel muy im-portante en este proceso de seducción. Cuando esta es positiva, no tenemos problemas para manifestarnos tal y como somos, pues poseemos auto confianza; además de que somos menos vulnerables a ser mani-pulados, una vez que tenemos más “resortes interiores” para lidiar con nuestras necesidades de afecto. En contrapartida, las personas con autoestima negativa tienden a afirmarse afectivamente procurando agradar, conquistando el aprecio y valorización de los demás

Por Evelyn Aponte Gerena, mc.

TRAS LAS HUELLAS DEL CARISMA….LA SEDUCCION Y LOS JOVENES HOY

como un medio de testar su valía personal. Muchas veces, sin darse cuenta, juegan con los afectos de los otros y se engañan a sí mismas.

En consecuencia, en el proceso de la seducción

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En definitiva, seducir significa cautivar, con-quistar, fascinar y maravillar. O, puede signi-ficar engañar, corromper y persuadir para el mal. Dependerá de ti, de tu fortaleza interior, de tu capacidad de discernimiento, de cuán fuertes sean tus convicciones, tu identidad, tus valores personales, tus proyectos, opcio-nes y autoestima.

se revelan nuestros valores, sentimientos e opciones fundamentales. Tanto la persona que seduce como la que es seducida se aproximan hacia objetos, situa-ciones e/o personas con las cuales se identifican. En una primera fase se recaba información del objeto de

nuestro interés y se interpreta según nos permiten las propias percepciones, expectativas y necesidades. En un segundo momento, si el objeto de interés es una persona, se inicia la comunicación con la intención explícita de provocar en él/ella un cambio afectivo. La honestidad o deshonestidad que se verifique en el proceso definirá la intencionalidad; cuando honesta, la persona mostrará su verdadero perfil y se revelará tal como es en todo momento; en sentido contrario, mos-trará un “yo” imaginario e inconsistente, que difícilmente podrá sostener por mucho tiempo.

Los jóvenes bien formados son capaces de neutralizar el impacto de la seducción analizando críticamente si conviene o no, si va al encuentro o no de su verdadero ser, si lleva al camino de la superación y evolución, si reporta riqueza para la propia persona. Cuando tomados de sorpresa o poco cimentados en valores y principios, pueden sucumbir fácilmente frente a espejismos y falsas verdades que ofrecen “promesas” de feli-cidad, tales como: falsos amigos, la moda, las satisfacciones inmediatas, una vida sexual sin compromiso, los vicios, entre otras.

En definitiva, seducir significa cautivar, conquistar, fascinar y maravillar. O, puede significar engañar, corromper y persua-dir para el mal. Dependerá de ti, de tu fortaleza interior, de tu capacidad de discernimiento, de cuán fuertes sean tus convicciones, tu identidad, tus valores personales, tus proyectos, opciones y autoestima.

Me gustaría que dediques un espacio de tiempo para reflexionar sobre este tema a la luz de tus expe-riencias personales y que respondas a las siguientes preguntas: ¿Soy auténtico cuando me aproximo a las personas con las cuales deseo establecer vínculos afectivos? ¿Analizo y tomo decisiones responsables y congruentes conmigo mismo cuando seducido hacia alguna persona, estilo de vida, tipo de comportamiento y/o actividad? A la hora de seducir o dejarnos seducir debemos tener presente que no podemos dejar que nada ni nadie nos tirar libertad interior y que somos responsables de nuestros propios actos, así como de cuanto conquistamos.

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Para vosotros, jóvenes, que lucháis por la verdad y la justicia, y que

deseáis un mundo más humano y más fraterno, os presento el camino de san-tidad del P. Zegrí como búsqueda de la justicia y la libertad para toda persona. Es el camino de la felicidad, por eso, comienzo con la bienaventuranza que marcó el paisaje de nuestro Fundador: buscar la justicia para la persona y la sociedad de todos los tiempos. La caridad redentora es el camino elegido por él para alcanzar su objetivo.

Comenzamos aclarando el término ‘justicia social’, aplicado al P. Zegrí y a su proyecto apostólico, es decir, a la misión de la Congregación. Su contenido puede parecer bastante más restringido de lo que en realidad es. La justicia social se suele entender, de manera literal, con el significado de ‘equidad’ o ‘relaciones justas’. Para nosotras, mercedarias, y para todos los que compartís nuestro carisma, supone mucho más.

Una primera acepción importante sería la referente a los derechos hu-manos que toda persona posee como algo inalienable, y que todos los que deseamos vivir el Evangelio estamos llamados a defender. Pero nuestro carisma confiere a dicho término un significado mayor y más completo: la justicia social que la espiritualidad y la misión mercedaria persiguen van en la línea de la caridad redentora. Es decir, a través de un amor al estilo de Cristo, buscamos la liberación de la persona, la regeneración del ser humano. Esto es mucho más amplio y más rico que la defensa de los derechos, cuyo ejer-cicio se haya incluido en el proceso de regeneración.

Por otro lado, la palabra ‘justicia’ se entiende en la Biblia como ‘voluntad de Dios’. De ahí que el hombre justo es aquel que sigue los caminos del Señor; en definitiva, el que ha sabido entrar por las sendas de la santidad. Y ahí encontramos a nuestro P. Zegrí, que favoreció un proyecto de amor y justicia, y que él mismo fue injustamente arrinconado. De esta manera, asumió en sí mismo el proceso de regeneración y se adentró en la justicia de Dios.

Situándonos en la época del P. Ze-grí, podremos entender el por qué de un carisma liberador. Era un momento social que se caracterizó, entre otras cosas, por la búsqueda de libertades, y la injusticia social propia del momento añoraba una sociedad de hombres y mujeres libres. Por tanto, desear la libertad era equivalente a desear la justicia.

Las consecuencias negativas de la revolución industrial fueron: pobreza,

frente a la riqueza de los empresarios; nacimiento del proletariado; mano de obra barata (mujeres y niños)... En definitiva, la injusticia social clamaba desde las mismas entrañas de la tierra. Frente a dicha situación, tanto Iglesia como sociedad reaccionaron. La primera, con la creación y proliferación de congregacio-nes religiosas; la segunda, con el movimiento socialista. La ideología que subyacía en la sociedad del XIX era emi-nentemente materialista.

El Padre Zegrí, influencia-do por su época, reaccionó ante las esclavitudes sociales desde un profundo deseo de

liberación que latía en su interior. Pero él presentó al mundo la caridad, y no la filantropía. Frente al problema social, la historia del XIX respondió con la lu-cha de clases; la Iglesia respondió con la fe y la caridad. El Padre Zegrí fue instrumento de Dios, no instrumento al servicio de la ideología ni la política.

Cómo entiende el P. Zegrí la justi-cia social

Un gran sueño se dibuja en el horizonte del Padre Zegrí: caridad redentora. Es el deseo que brota de un corazón enamorado de su Señor, enamorado de Jesucristo en el misterio pascual. Y es el deseo que nace de un corazón desvelado por servir a la humanidad sufriente, a la humanidad oprimida por diferentes esclavitudes en la sociedad de todos los tiempos. Él deseaba alcanzar la libertad para

LA JUSTICIA SOCIAL EN EL CAMINO DE SANTIDAD DEL P. ZEGRÍ

“Dichosos los que tienen hambre y seD De la justicia, porque ellos serán saciaDos” (mt 5, 6).

Por M.ª del Pilar Villegas Calvo, mc

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Juventud Mercedaria de la caridad ��

todo ser humano, la regeneración de la persona.

Sin apenas presentirlo, el Padre Zegrí alumbró un proyecto de amor que consiguió altas cotas de entrega y servicio. La fuerza del Espíritu le im-pulsó en su empeño y encontró, como regalo, la santidad de Dios en el fondo de su paisaje. El carisma es la gran respuesta a la situación social del mo-mento. Lo más inmediato era restaurar los derechos inalienables de la persona: el derecho a la educación, derecho a la igualdad, derecho a la vida... Y la culminación del proyecto consiste en conducir a la persona hacia su más alta dignidad, la de sentirse hijo de Dios. Es el mayor acto de justicia que podemos llevar a cabo con los seres humanos de todos los tiempos.

Pero el P. Zegrí no se limitó a ofrecer un proyecto para que lo llevasen a cabo otras personas, sino que él mismo se convirtió en profeta para su tiempo, regalando el amor y la justicia a través de su misma vida. Los profetas son capaces de presentar una alternativa de vida, es decir, otro modo de vivir, de pensar y actuar. El Padre Zegrí fue valiente, arriesgado; supo nadar contra corriente y denunciar el sistema establecido. No lo hizo con pancartas ni manifestaciones, pues no era la política lo que le impulsaba, sino a través de su palabra y de sus propias actuaciones. – Denunció la pobreza social y la des-

igualdad económica que golpeaba las calles de su entrañable Granada, de su querida Málaga.

– Denunció toda forma de injusticia, fundando una Congregación que viviese más para amar que para poseer.

– Denunció la visión materialista de la vida, que comenzaba a imponerse en la sociedad del siglo XIX.

– Denunció el predominio de la sociedad industrial, en su intento por apagar la fe del pueblo.

– Denunció, finalmente, el deseo que todos tenemos de destacar y triun-far. Y se dejó golpear por la vida e incluso por su Congregación. Confió plenamente en Dios y dejó que la

vida le despojara de lo más querido y lo más deseado a lo largo de su existencia.Pero el Padre Zegrí no sólo denun-

ció. Ante todo, anunció el gozo que le había sido regalado y comunicó entu-siasmo, vida que contagia y arrastra:– Anunció la alegría de ser discípulo

de Jesucristo, el único que salva al mundo, el verdadero profeta del amor.

– Anunció la fuerza renovadora de la caridad, como única solución al problema social que se repite en el tiempo.

– Anunció el Evangelio a los pobres, haciéndose pobre entre ellos, y les comunicó la esperanza de una nueva vida, donde todos disfrutaremos el privilegio de ser hijos de Dios.

– Anunció que Dios es fiel y está siem-pre presente en el corazón de los seres humanos y de la historia.

La verdadera justicia conduce ha-cia la propia dignidad

La finalidad del proceso es la rege-neración, que consiste en alcanzar la verdad del ser, la propia dignidad. A veces catalogamos a las personas, las identificamos por sus comportamientos, las situamos en un rol inamovible (inmi-grantes, drogadictos, presidiarios).

Nuestra misión es ayudarles a descubrir su verdadera realidad, no la imagen actual que las caracteriza, pues se trata de algo circunstancial (nadie está destinado a nacer inmigrante o drogadicto). Su verdadera realidad es aquella que entra dentro del proyecto de Dios; por tanto, hemos de ayudarles a creer en su dignidad, algo que nada ni nadie les puede arrebatar, ni el es-tilo de vida que han elegido o al que la vida les ha abocado ni las posibles infracciones que puedan cometer. Ellos poseen una dignidad superior, pues pertenecen al grupo de los preferidos por el Señor.

El P. Zegrí también padeció las con-secuencias de la injusticia. Sin embargo, en sus momentos más oscuros, puso su confianza en Dios. Él también fue juzgado y acusado por la sociedad;

fue catalogado (la sociedad rechaza a quienes se salen de sus parámetros). Él experimentó la losa de la soledad y la marginación... Fue considerado un delincuente, como Jesús. El P. Zegrí sufrió en propia carne el infierno de los apartados de la sociedad.

Nuestra cercanía para los rechaza-dos de la sociedad es la cercanía de Dios en Jesús y en el P. Zegrí. Con nuestros gestos redentores hemos de manifestar que Jesús y el P. Zegrí les comprenden, y Jesús, desde ahí, les salva. Jesús y el P. Zegrí entraron a formar parte del grupo de los olvidados, como ellos. Se metieron en el barro, se rebajaron: éste es el mejor lenguaje que entienden los pobres. Es el gran gesto redentor y el mejor acto de solidaridad y justicia, la mejor metodología para nuestra misión.

La finalidad de la misión mercedaria con los pobres es encaminar su proceso hacia la propia dignidad, como persona y como miembro del grupo social al que pertenecía Cristo: los últimos de la tierra. Su situación no es definitiva, pues ellos poseen una identidad superior, que los introduce en la identificación con Cristo. Es su más alta dignidad, la de sentirse hijo de Dios, profundamente amado por Él.

Por eso, queridos jóvenes, no bus-quéis la justicia exclusivamente en la política o la ideología. El Evangelio es el mejor camino para encontrarla, y la vida de los santos, concretamente nuestro P. Zegrí, nos enseñan a hacer realidad este gran proyecto de amor y liberación que todo ser humano necesita.

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�� Juventud Mercedaria de la caridad

El camino mercedario va dejando a su paso huellas de santidad.

Tantas hermanas entregan cotidia-namente la vida por amor... Unas, desde el silencio callado de sus vidas apenas inadvertidas; otras, desde la deslumbrante luz de un testimonio elocuente. Todas recorren el mismo camino del proyecto mer-cedario, puestos los ojos en quien ilumina el apasionante sendero de un carisma en acto.

El camino de santidad al que hoy nos acercamos supone una alternativa frente a los valores que imperan en la sociedad actual. Sor Isabel Lete es ejemplo para nuestra juventud, pues en ella encontramos una forma de vivir el amor que golpea profundamente al modelo superficial que predomina en nuestros días.

Hoy se vende un amor bara-to, totalmente vacío de valores y poco cercano a la trascendencia. Sor Isabel nos muestra que la au-téntica felicidad consiste en saber vivir el amor desde la entrega y generosidad, siempre al servicio de los demás, y manteniendo vivo en el horizonte el amor que nace de Dios.

Isabel Lete despuntó entre las hermanas por su singularidad y ante todo por su santidad. Desde muy joven, casi una niña, ya era toda del Señor. Resulta asombroso encon-trarse tan de cerca con una persona en la que el amor a Dios superaba

a todo lo demás. Podemos afirmar que Isabel Lete, desde siempre, había sido una enamorada del Señor. Su Dios era el auténtico móvil de su vida, y en Él bebía pura el agua que le impulsaba a amar a los demás con una delicadeza sorprendente.

En esto radicó el gran secreto de su existencia: llegó a vivir tan enamorada de su Señor que le entregó volun-tariamente la propia vida. Y aunque pueda parecer extremada dicha afirmación, se corresponde con la realidad. Así es. Tras un recorrido admirable en la trayectoria de su vida, Sor Isabel Lete empezó a escalar la cumbre de los santos.

Cuando el 7 de septiembre de 1913 nace a la vida la niña Regina Lete,nadie podía sospechar qué semillas de esperanza portaba en su bagaje aquella jovencita. La localidad de Vergara (Guipúzcoa) acogía en su seno otra futura mercedaria que, con el correr del tiempo, enorgullecería a su pueblo natal.

Prudencio Lete y Oregui, y Jo-sefa María Landa eran sus padres. Personas sencillas, trabajadoras y con una gran base cristiana, eran muy queridos en el barrio de Osin-txu donde vivían. Ambos supieron inculcar en la familia los valores hu-manos y cristianos que en adelante

modelarían el corazón de Regina y de su hermana.

Sin embargo, Regina tuvo que conocer los inescrutables senderos de la cruz ya desde su más remo-ta infancia. Fueron víctimas de la maledicencia, la enfermedad y la muerte. Aquella familia honrada, trabajadora, llena de vida, cayó en las redes de la desgracia, y Regina se vio envuelta en las circunstancias más terribles por las que pueda pasar una niña: su padre murió en la epidemia causada por la «gripe del 18», y su madre, por diversas circunstancias, sucumbió en las garras de la enajenación mental. Por tal motivo, tuvo que ser inter-nada en el hospital psiquiátrico de Mondragón (Guipúzcoa).

Regina (Sor Isabel) anduvo toda su infancia de aquí para allá, vivien-do con su abuela y sus tíos, sin un hogar fijo donde continuar el resto de los años juveniles. El carácter itinerante de su vida le ayudó a vivir

Sor Pilar Villegas Calvo

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Juventud Mercedaria de la caridad ��

en libertad, sin dejarse encadenar por los atractivos del mundo.

Llegó un momento en que Regi-na manifestó algo que durante años venía dando muestras de palabra y obra: su vocación mercedaria. Y el 7 de junio de 1929, hizo su entra-da en el noviciado de Zumárraga la joven Regina Lete, que aún no había cumplido los dieciséis años. Con la ilusión del primer amor, vivió Sor Isabel su noviciado. En ella destacaba una gran pasión por Dios, que se transformaba en pasión por el hermano, tanto hermanas de comunidad como posteriormente todas las personas que le rodeaban y a quienes tenía que atender.

El 2 de enero de 1931 celebraba su profesión religiosa en Zumárraga, y a los pocos días de su profesión, recibía el primer destino. Se trataba de Tablada, un sanatorio antituber-culoso situado en las cercanías de Madrid, al que se trasladó el 14 de enero de aquel 1931. En Tablada vivió años importantes para su posterior trayectoria, pues allí expe-rimentó la prueba como medio para afianzar su vocación. Un médico que trabajaba en el mismo hospital se enamoró de ella, pues Sor Isabel sobresalía por su belleza física y es-piritual. Por su parte, ella sufría con la situación, pero su transparencia y autenticidad de vida le impulsaron a comunicar a sus superioras cuanto estaba sucediendo.

Como consecuencia, la trasla-daron al hospital de San Pedro, en Madrid, donde permaneció poco tiempo a causa de la guerra civil iniciada meses después. Finalmente, apareció de nuevo la prueba en la

persona del médico, fortaleciendo aún más su sentido de pertenencia: «Yo soy mercedaria». Lo tenía claro, y así lo demostró hasta el final.

En el año 1937 fue trasladada a Éibar (Guipúzcoa), donde se halla-ba un sanatorio antituberculoso en el que le deparaban inesperadas sorpresas. La más significativa fue la que le condujo hacia el camino de la santidad.

En vísperas de su profesión perpetua (enero de 1939), realiza un acto sublime y definitivo para su vida: se ofreció como víctima al Señor. Era tan grande su deseo de estar con él, que tenía prisa. En efecto, en marzo de 1939, cuando aún no había cumplido los veintiséis años, le sobrevino la enfermedad. Dios había aceptado su ofrecimiento

e iniciaba con ella el ascenso hacia la santidad.

Tras el estudio pertinente, los resultados no engañaban: aquella hermana joven, que parecía rebosar salud, había sido atrapada por la terrible enfermedad de la tubercu-losis. Así, el día 18 de agosto de 1939, Sor Isabel fue trasladada al sanatorio antituberculoso que estaba situado junto al hospital donde ella trabajaba. Desde entonces, Sor Isabel pasó el resto del tiempo en una habitación del sanatorio, siendo atendida por los que hasta enton-ces habían sido sus compañeros de trabajo.

ENTREGA ABSOLUTA

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�� Juventud Mercedaria de la caridad

Fueron dos años y algunos me-ses de crecientes dolores, los cuales se agudizaron al final, hasta el pun-to incluso de entrar en una noche oscura sin límites. De ahí que la vivencia del sufrimiento adquirió en ella carácter heroico. Sin embargo, nunca le abandonaron la alegría y la paz espiritual. Su confianza en Dios era tal, que sabía lo que le esperaba al término del camino.

Era el 13 de octubre de 1941 cuando Sor Isabel Lete, o lo que es lo mismo, Regina Lete Landa abandonaba para siempre sus días en esta tierra.

En el trayecto de su vida, Sor Isabel llega a sentirse libre de sí misma y del mundo; ya no hay nada que pueda esclavizar su corazón. Los atractivos de la tierra han su-cumbido para ella y han dejado paso a la gran belleza de Dios.

Sor Isabel buscaba al Señor con el impulso y el entusiasmo de la juventud, con toda la vitalidad de su carácter alegre y su corazón enamorado. Por eso, el primer paso

hacia el encuentro había sido dado: la ofrenda de la propia vida. Lo importante ahora era mantenerse en dicha opción.

No es fácil elegir la muerte cuan-do la naturaleza humana rebosa vitalidad y entusiasmo. Ni siquiera había motivos en Sor Isabel para rechazar la vida, de tal manera que su renuncia a las criaturas no nacía de la decepción y el desengaño, sino de un amor mayor al Dios de las criaturas. Dios había adquirido tal protagonismo en su vida que ella se sintió libre de todo, incluso de sí misma.

La enfermedad duró más de dos años, calvario interminable para alguien que ardía en deseos de encontrarse con el Señor. Llegó a identificarse con Cristo en una lenta y dolorosa pasión que le asociaba a la obra redentora. No eran sólo los sufrimientos físicos, que en una primera etapa le producían una gran alegría interior. Conoció la terrible agonía de una noche oscura, en la que no se ve nada, no se siente

Quizás para ti, joven de hoy, te resulte ex-

traña la elección de Sor Isabel; pero ella misma nos habla de un amor verdadero, gratuito, apa-sionado; un amor que huía de la superficialidad y la compra/venta de nuestra sociedad de consumo. Ella sabía dónde encontrar la auténtica felicidad, y corrió tras ella, profundamente enamorada, como cualquier joven de hoy. Y la encon-tró plenamente, después de descubrir que el amor humano no se conforma sólo consigo mismo, sino que necesita algo más, ese algo profundo y verdadero que sólo se encuentra en Dios.

nada y parece que Dios abando-na a sus criaturas. Era la mayor oscuridad y el mayor sufrimiento para Sor Isabel, a lo que se unió su convicción de que no estaba dando la respuesta adecuada.

Murió golpeada por el sufrimiento, pero con una gran paz. Su rostro, a pesar de la serenidad, se había desfigurado hasta perder la hermo-sura que la vida le había regalado. Era el final de la apariencia y el atractivo de este mundo. Quedó lo que nunca muere: la gran belleza de Dios en el alma de sus amigos, el rostro de la santidad.

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Por Hna. Mary Carmen Markuleta m.c.

¡Hola, jóvenes¡: Nos propo-nemos enseñarles algo de

Colombia que es un maravilloso país de 45 millones de personas con una gran variedad de culturas y etnias que enriquecen nuestra geografía de montañas elevadas, valles, costas, ríos y selvas donde la fauna, la flora y sobre todo sus gentes, nos ofrecen su hospitalidad cargada de alegría, música, colori-do, flores, bailes…todo un paraíso bañado por las corrientes de dos océanos y numerosos ríos y lagos,

por lo cual, es considerado uno de los países con mayor reserva de agua del mundo, todo un lujo en estos tiempos en que el agua es más preciada que el oro.

Se considera a Colombia como el país de las flores y entre sus tradi-ciones más bellas está la feria de los silleteros cuyo origen se encuentra en Medellín; en ella, hombres, muje-res y niños, cargan a sus espaldas y en una silla, variedad de flores multicolores ricamente adornadas con motivos diversos. En otra de las

regiones es famo-so el carnaval de negros y blancos, considerada patri-monio nacional.

Uno de los rasgos más sig-nificativos de los colombianos es su condición reli-giosa, la mayoría son católicos y mantienen vivas algunas tradicio-nes como las ro-merías, novenas, peregrinaciones. La novena de la navidad se vive intensamente y en ella toman parte además de las familias y vecinos,

CULTURA Y CARISMA: EL CARISMA MERCEDARIO INSERTO

EN LA REALIDAD DE COLOMBIA

colectivos de trabajadores como el ejército, los políticos y los funcio-narios que cada día cantan y rezan ante el nacimiento de Jesús.

También son hábiles artesanos y tanto los indígenas como de otras etnias, realizan bellas artesanías, muchas de las cuales son expor-tadas al exterior.

ORIGEN DE LOS CONFLICTOS ARMADOS

El conflicto armado es uno

de los mayores problemas so-ciales de Colombia ya que du-rante décadas grupos guerrille-ros, narcotraficantes y bandas criminales organizadas, han provocado miles de muertos, desaparecidos y desplazados por la violencia. El origen de dicho conflicto fue la brecha en-tre ricos y pobres, unos pocos que poseían la mayor parte de la riqueza y otros, la mayoría, apenas tenían para sembrar sus cosechas; posteriormente, el tráfico de drogas ocasionó mayor violencia porque es la que reporta gran cantidad de dinero aún a costa de la vida de los demás.

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�� Juventud Mercedaria de la caridad

Nuestra misión en Bogotá es hospedar a personas de dis-

tintas procedencias y que vienen a la ciudad para asuntos diversos. Colaboramos también con organis-mos internacionales de derechos humanos que defienden la vida de los amenazados de muerte o con conflictos provocados por la guerra.

En los cerros de Bogotá, po-blados en los últimos años por el éxodo de campesinos a la ciudad, trabajamos en la pastoral social y de la salud, atendiendo, en lo posible, las necesidades más básicas de quienes están en proceso de adap-tación del campo a la ciudad.

Consideramos que la educación dentro de los centros destinados para tal fin, es básica, por ello, contamos con tres hermanas en la zona de los Llanos orientales donde la realidad social es en ocasiones insegura por la presencia de grupos al margen de ley; el colegio está

PRESENCIA DE LAS HERMANAS EN COLOMBIA

integrado en el sistema de la ense-ñanza nacional y trata de inculcar desde las aulas los valores huma-nos y cristianos entre los alumnos, personal docen-te y colaborado-res. También hay presencia de las hermanas en la catequesis parro-quial y asistencia domiciliaria a los enfermos en un servicio de amor liberador, crean-do un clima que propicie el amor a Jesucristo Reden-tor, a María como madre y compa-ñera de camino y a nuestro Fundador.

RASGOS QUE CARACTERIZAN NUESTRO CARISMA

La alegría y la hospitalidad que caracterizan al pueblo colom-biano, son sig-nos que tratamos de potenciar con nuestra espiritua-lidad compartien-do los momen-tos de fiesta con aquellos también de reflexión que una sociedad en conflicto vive.

Ante el dolor y sufrimiento ocasio-nados por la violencia, la desestruc-turación familiar y el desplazamiento forzado, nuestro carisma redentor quiere contribuir a ser una fuerza capaz de afrontar las adversidades y buscar motivos de esperanza, de cambio de actitudes que refuercen los valores humanos y cristianos

para que sea posible reconstruir las bases necesarias y crear una cultura de paz, reconciliación y progreso.

Por las tradiciones folclóricas y religiosas, mantenemos el respeto y admiración debidos tratando de aportar desde nuestro carisma el sentido liberador que enriquece toda manifestación nacida y vivida desde el corazón.

Esta misión de caridad redentora la realizamos las hermanas viviendo en comunidades fraternas, donde la oración, la participación en los sacramentos, el amor a Dios y a María de la Merced, así como a nuestro Beato Fundador, nos for-talecen en nuestra vida personal, comunitaria y frente a la misión que ejercemos.

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Juventud Mercedaria de la caridad ��

LOS JÓVENES Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL (MCS) EN CLAVE REDENTORA

Por: Concepción Morales, mc. y Ana María Abadía, mc.

Los medios de comunicación han acostumbrado a ciertos sectores

sociales a escuchar lo que «halaga los oídos». Juan Pablo II

Los medios de comunicación social son una parte importante de la historia e importantes agentes educativos como difusores de una educación informal que, con dema-siada frecuencia, resulta contraria a los principios que defiende la escuela.

Los MCS por las características formales de su mensaje, también tienen una gran influencia en la construcción del pensamiento social de sus consumidores, en especial entre los niños y los jóvenes. Asi-mismo tienen un fuerte impacto en los valores, actitudes y en el comportamiento de los jóvenes. Por tales razones, se impone una formación para el consumo crítico de los mismos.

En el trabajo de pastoral se debe orientar a los jóvenes a usar estos medios con prudencia, moderación y responsa-bilidad a fin de no hacerse dependientes y esclavos de ellos. Sólo así serán medios adecuados

para la formación e información por cuanto aportan de positivo a estos campos. Decía el Concilio Vaticano II: aunque hay que distinguir cuida-dosamente el progreso terreno, del crecimiento del Reino de Cristo, sin embargo, el primero, en la medida en que puede contribuir a ordenar mejor la sociedad humana, interesa mucho al Reino de Dios. Desde este criterio, sí contribuyen a descansar y cultivar el espíritu y a propagar y fortalecer el reino de Dios.

El Papa Benedicto XVI, en su Mensaje para la 43 Jornadas de Comunicación Social, resaltaba cómo los jóvenes han descubierto el enorme potencial de los nuevos medios para facilitar la conexión, la comunicación y la comprensión en-tre las personas y las comunidades “y cómo la popularidad de su uso responde al deseo fundamental de las personas de entrar en relación unas con otras”. “Este anhelo de comunicación y amistad –explica el Papa– tiene su raíz en nuestra pro-pia naturaleza humana y no puede comprenderse adecuadamente sólo como una respuesta a las innova-

ciones tecnológicas. A la luz del mensaje bíblico, ha de entenderse como reflejo de nuestra participación en el amor comunicativo y unificador de Dios, que quiere hacer de toda la humanidad una sola familia. Cuando sentimos la necesidad de acercarnos a otras personas, cuando desea-mos conocerlas mejor y darnos a conocer, estamos respondiendo a la llamada divina, una llamada que está grabada en nuestra naturale-za de seres creados a imagen y semejanza de Dios, el Dios de la comunicación y de la comunión”. Desde esta dimensión cristiana los MCS son liberadores.

Internet es una puerta abierta a un mundo atractivo y fascinante, con una fuerte influencia formativa; pero no todo lo que está al otro lado de la puerta es saludable, sano y verdadero. Los niños y los jóvenes deberían ser introducidos en la formación respecto a los medios de comunicación, evitando el camino fácil de la pasividad ca-rente de espíritu crítico, la presión de sus coetáneos y la explotación comercial.

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�� Juventud Mercedaria de la caridad

Sabemos que Internet es un me-dio que permite la presencia virtual, no real, y una comunidad necesita como condición necesaria de la se-gunda, aunque pueda enriquecerse con la primera. La experiencia co-munitaria para ser plena ha de ser real. La experiencia de Cristo no es virtual, sino real. Él me habita y es más íntimo a mí que mí mismo, y es el presente la condición de posibilidad para el encuentro con él. Y eso es liberador.

Los jóvenes, como se ha dicho repetidamente, son el futuro de la sociedad y de la Iglesia. Un uso correcto de los MCS puede ayudar a prepararlos para sus responsabi-lidades en ambas. Pero esto no su-cederá automáticamente. Internet no es sólo un medio de entretenimiento y gratificación del usuario. Es un ins-trumento para realizar un trabajo útil, y los jóvenes deben aprender a verlo y usarlo así. En el ciberespacio, al menos como en cualquier otro lugar, pueden estar llamados a ir contra-corriente, ejercer la contracultura e, incluso, sufrir persecución por estar a favor de lo verdadero y bueno.

Hasta no hace mucho tiempo, los adolescentes de ambos sexos llegaban a la edad adulta, sin otra riqueza que las que le había procu-rado la escuela o la tradición, lo que les bastaba para ocupar su lugar en un ambiente familiar y social estático y vivir una vida sin preocupaciones. En el complejo mundo que vivimos, todos los conocimientos pasan prácticamente por unos sistemas de comunicación que se convierten cada vez más en los custodios de la información.

Los medios de comunicación social deciden cuáles son los temas que merecen la atención del público: desde la política hasta la economía, la nutrición, el sexo y el amor, la vio-lencia, la toxicomanía, la guerra, los

deportes, las catástrofes naturales, la religión; todo esto legitimado por ser presentado por los medios de comu-nicación. Estos deciden, igualmente, de qué manera deberá tratarse esa información, sujeta a numerosas limitaciones que con frecuencia la adaptan. Por lo tanto, los MCS apa-recen como el principal factor de sen-sibilización en la sociedad moderna. Las limitaciones sociales y culturales influyen también en la extensión y el contenido de las emisiones y pu-blicaciones que utilizan los medios de comunicación y que los jóvenes consideran adecuados los hábitos fa-miliares y el grado de integración del grupo de las y los compañeros de la misma edad, influyen no solamente en las tendencias a exponerse a los medios de información, sino también a sus efectos y consecuencias en la vida de los jóvenes.

Si los argumentos, los razona-mientos, las opciones y los compor-tamientos no están adaptados con la región sociocultural a la que van dirigidos los mensajes o la pobla-ción, no los acoge o no se identifica con éstos, en lugar de procurar un cambio de actitud pueden perjudicar la salud, provocando entonces, que las consecuencias resultan mucho más peligrosas y mucho más visi-bles de lo que en un principio se procuraba prevenir.

Los MCS ofrecen una posibi-lidad particularmente interesante de poder llegar hasta los y las adolescentes trabajadores (as) o los no colegiados, sobre todo en las regiones urbano-marginales o rurales. La tecnología no es un fenómeno pasajero.

Las telecomunicaciones han re-ducido las dimen-siones de nuestro planeta, permitiendo a un público cada vez más numeroso, a salir de su encierro social para conocer otros países y otras culturas.

La publicidad es otro aspecto por considerar a través de los medios de comunicación colectiva, ya sea audiovisual o impresa. Pero la controversia empieza con la definición, realmente fundamental de lo que es comunicación y de lo que esto significa para la so-ciedad, y se extiende al derecho y a la responsabilidad de transmitir la información, de provocar emo-ciones y de presentar ejemplos de comportamientos nocivos para la salud, para cambiar su actitud y lograr el bienestar de los y las adolescentes y, en general, de la colectividad. Es urgente buscar la manera de mejorar la extensión y el impacto que provocan los me-dios de comunicación colectiva en los valores y el comportamiento de los adolescentes de ambos sexos, considerando siempre la región geográfica en que residen y su situación socioeconómica y cultural.

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Juventud Mercedaria de la caridad ��

No deja de tener repercusiones negativas, ciertamente, en la medida en que esa influencia representa lo que se ha dado en llamar cultura paralela en la que se hace una justificación al crimen, la violencia y a los comportamientos negativos para la salud. Pero, también, debe ser utilizada con fines francamente positivos para apoyar la justicia social y, sobre todo, la estrategia en la atención primaria de salud. Tiene que ayudar a desarrollar en la gente la capacidad de organizar su propia vida, tanto familiar como social y comunal.

Y es en clave redentora cómo la educación y la formación pue-den integrar programas globales de educación en los medios de comunicación accesibles a los jó-venes. En la medida de lo posible la planificación pastoral de los MCS debería prever esta formación. Los jóvenes, en particular, necesitan que se les enseñe «no sólo a ser Sólo la educación pue-

de cicatrizar las heridas producidas en nuestra sociedad actual por tan-tos errores y absurdos como tratan de difundir los que, no levantando los ojos de la materia, creen que el mundo pue-de vivir si Dios, sin fe, sin esperanza y sin caridad. (Beato Zegrí).

buenos cristianos cuando son re-ceptores, sino también cuando son activos al usar todas las ayudas para la comunicación que ofrecen los medios de comunicación. (...) Así, los jóvenes se convertirán en auténticos ciudadanos de la era de las comunicaciones sociales que parece iniciarse en este tiem-po», era en que se considera a los medios de comunicación como «parte integrante de una cultura aún inacabada cuyas plenas impli-caciones todavía no se entienden perfectamente». Así, la enseñanza sobre Internet y las nuevas tecnolo-gías implica mucho más que meras enseñanzas técnicas; los jóvenes necesitan aprender cómo funcionar bien en el mundo del ciberespacio, cómo hacer juicios maduros, según sólidos criterios morales, sobre lo que encuentran en él, y cómo usar la nueva tecnología para su desarrollo integral y en beneficio de los demás.

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�0 Juventud Mercedaria de la caridad

En el mundo de los jóvenes, las estéticas y los medios de

comunicación social, guardan una correlación muy estrecha. Esta constatación con la que iniciamos esta entrevista, nos pone en el lu-gar de los inquietos y las inquietas, que buscan caminos para ofrecer el Evangelio de Caridad Redentora, con toda su novedad en un mo-mento histórico donde nada parece ser novedad ni Buena Noticia. “Lo joven” es definido en nuestra so-ciedad actual desde los parámetros de la estética.

Los medios de comunicación social, son los que más conscien-tes parecen estar de este común denominador entre las juventudes, (estética/publicidad) por ello, están moldeando a los jóvenes desde este parámetro. Explotando en su más alto nivel esta común y gene-ralizada característica en “lo joven” utilizan sin discriminación el binomio estética/medios de comunicación social para lograr sostener altos niveles de consumidores de diversos mercados: musicales, moda, físico, tecnológicos, entre otros.

Estas estéticas del oír, del vestir, del hablar, etc. son las que se con-vierten en inclusores de “lo joven”, es decir, hay que entrar en ese ritmo, mercado o forma, para ser incluido o aceptado en un grupo de jóvenes determinado. Como las familias hoy, ya no son contenedoras en los hogares de los jóvenes, las estruc-turas juveniles arman sus propias familias, sus grupos, donde expre-

san comportamientos y manifiestan afectividad entre los miembros del grupo, hablamos de lazos sociales afectivos que se buscan en los mis-mos. Aspectos que nos están dando juventudes aisladas, individualistas, dentro de una sociedad competitiva y consumista que les lleva a asu-mir características específicas de: lenguaje, música, estética, deporte, el uso del tiempo libre, el modo de habitar los espacios.

Las generaciones actuales asu-men las informaciones de una ma-nera más veloz que las adultas. Las generaciones adultas no tienen la misma capacidad de asimilación o rapidez. En la actualidad los jóve-nes están más preparados para el cambio que la generación adulta. Al tener este eje transversal en común, son muy manejables por

los medios de comunicación social desde los dinamismos del consumo a todos los niveles. Como agentes de pastoral juvenil vocacional nos preguntamos: ¿cómo evangelizar hoy las juventudes, recociendo estos ejes transversales que los medios de comunicación social explotan para hacerles consu-midores?

“La pastoral de la Iglesia no puede prescindir del contexto his-tórico donde viven sus miembros. Su vida acontece en contextos socioculturales bien concretos. Estas transformaciones sociales y culturales representan naturalmente nuevos desafíos para la Iglesia en su misión de construir el Reino de Dios. De allí nace la necesidad, en fidelidad al Espíritu Santo que la conduce, de una renovación eclesial,

Por: Hna. Belissa Aponte m.c.

Medios de Comunicación Social en la Evangelización de los Jóvenes

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Juventud Mercedaria de la caridad ��

que implica reformas espirituales, pastorales….” (Documento de Apa-recida no. 367).

Este texto del Documento de la V Conferencia del Episcopado Latino-americano y del Caribe, Aparecida, nos lanza al gran reto: renovación pastoral ante los nuevos contextos socioculturales.

Hoy compartimos con la fami-lia Mercedaria de la Caridad, la iniciativa de un grupo de jóvenes, que identificados con el carisma de caridad redentora, evangelizan desde los medios de comuni-cación social, específicamente desde la radio. Aprovechan este espacio para, de manera creativa, aportar a la misión evangelizadora de la Iglesia. Nos encontramos en la Repú-blica Dominicana, en la ciudad de Santiago de los Caballeros para conversar con: Jona-than Tavárez, Laura Espi-nal, Carlos Checo, Patrick Tineo, Zuleika Báez, Nicole Cárdenas, Katherine Valerio, Sor Carmen Sandoval, Sor Mary Suero quienes son parte del proyecto radial JUMEL, Juventud Mercedaria Liberadora.

Este proyecto evangelizador en la actualidad está dirigido y coor-dinado por este grupo, ya men-cionado, también son jóvenes con inquietudes, pero sobre todo, son jóvenes inquietos que conociendo la importancia del mundo de las comunicaciones quieren ofrecer un espacio diferente, donde lo estéti-co y lo bello sea el encuentro con Jesucristo Redentor.

Dejemos que ellos nos cuenten parte de esta misión…Nuestra pri-mera pregunta para ellos.

Hoy, hay que entender y reco-nocer la presencia de una brecha generacional, el nuevo escenario de los jóvenes está en los medios

de comunicación social, por tanto hay que aprovechar al máximo los mismos. ¿Cómo se inició este proyecto evangelizador desde la radio y cómo implica a los jóvenes en el mismo?

“Este proyecto radial inició en el año 2003, como iniciativa de las hermanas mercedarias por querer dar a conocer la beatificación del Padre Zegrí, en un primer mo-mento fue querer difundir su vida de santidad, sus cualidades como

cristiano, como sacerdote y como fundador. Luego se percibió como una oportunidad el poder usar este medio de comunicación social, precisamente para poder llegar a esos nuevos escenarios juveniles. En un principio iniciaron las her-manas y pronto nos compartieron la experiencia de poder hablar del carisma, desde lo que somos, jóvenes dialogando o tratando de inquietar a otros jóvenes. Entre nervios y decisión a la vez nos unimos a este proyecto o medio de evangelización y ya somos parte de la programación y, sobre todo, so-mos parte de la evangelización de muchos que ni siquiera conocemos, en el sentido de que se impacta a mucha población a la vez por determinado tiempo en el aire. Hoy

en día la dinámica del programa la desarrollamos un pequeño grupo en coordinación con las hermanas Carmen Sandoval y Mary Suero. Hemos abierto la participación a jóvenes de nuestro centro educa-tivo para promover la integración de nuevas personas y a la vez de nuevas ideas y entusiasmo, tan necesario en estos medios.”

Viendo a la vez esta realidad ya descrita que “lo joven” está marcado por la estética, ¿de qué manera

manejan este elemento en su esquema o producción del programa cuando hablan de redención en sus seccio-nes o segmentos?

“Presentando el programa desde un enfoque dinámico, atrayente, partiendo de la propia realidad del joven de hoy en cuanto al lenguaje, la música, las temáticas que se desarrollan en el mismo (siempre con respeto y con criterios bien definidos , co-herentes con nuestro ser de cristianos y con los valores de

la espiritualidad mercedaria). Las temá-ticas que desarrollamos son actuales tratando de siempre de llamar la atención de los jóvenes de una manera tal que comprendan lo que los edifica presentándoles reflexiones, conceptos y ejemplos que les ayuden a crecer en todas las dimensiones porque eso es lo que buscamos: jóvenes que puedan tomar las riendas de su vida y que sigan al auténtico modelo que es Jesús.”

¿Cuáles serían los ejes trans-versales comunes que descubren en los jóvenes de su entorno, como realidad juvenil a la que ustedes impactan o quieren dar una respuesta con el programa y cómo trabajan con ellos, es decir cuáles valores les proponen?

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�� Juventud Mercedaria de la caridad

“Descubrimos como ejes trans-versales en los jóvenes de nuestro entorno la capacidad de adaptación al cambio, capacidad de asumir riesgos, de innovar, actitud de búsqueda continua, pero unido a estos y otros elementos positivos encontramos el vacío existencial, la carencia de auténticos modelos en la sociedad, la superficialidad, la incomprensión en la familia, los conflictos generacionales la falta de madurez… ante todo esto les proponemos valores como la autenticidad, la fe, el compromiso social y familiar con la trasformación de la realidad de su entorno en todos los niveles, la in-tegración, la aceptación de sí mismo, la constancia , la coherencia, el servicio, la alegría, la esperanza.”

Las juventudes de hoy tienen algo contra cultural, es decir, reaccionan a la injusticia a la insolidaridad y otras situaciones que son producto de esta sociedad neo liberal, pero son más light o menos comprometidos que genera-ciones pasadas. No hay consignas contundentes de una ideología pro-funda que les identifique. Hoy, en la evangelización del mundo juvenil, hay que proponer consignas, idea-les, utopías o pequeños proyectos atractivos que les permitan a corto plazo asumir causas o compromisos por el Reino. ¿Qué propone JUMEL como atracción o novedad tanto a quien participa en la produc-ción como para el que recibe la motivación a través del programa para dinamizar las utopías y el compromiso?

“Una nueva dinámica de vida, una manera diferente de relacionarse con Jesucristo y con el entorno des-de su ser joven para que, viviendo

desde los valores del evangelio, se comprometan a aportar de manera positiva a la sociedad en la que vive, haciendo opciones libres y coherentes con dichos valores. Es desde ahí que procuramos cada semana orientar a los jóvenes a través de las distintas temáticas que desarrollamos, presentándoles opciones concretas desde las cuales puedan vivir su fe y el seguimiento

de Cristo. Todo ello desde el sentido redentor que caracteriza el carisma y la espiritualidad de la congregación de las Hermanas Mercedarias de la Caridad. Una consigna que usamos y que acompaña el programa es el mismo nombre JUMEL, todas las secciones o segmentos los orientamos desde Juventud Mer-cedaria Liberadora, usamos mucho los verbos liberar, redimir, y este sentido o consigna acompaña la selección de canciones que animan los momentos. Esa es la novedad de JUMEL, proponer a los jóvenes la autenticidad desde la persona de Jesucristo Redentor.”

Nos pueden contar algo del formato del programa, los recur-sos que utilizan, sus secciones, cantos.

“Bueno, en cuanto al formato te podemos decir que el mismo ha pasado por diversos cambios; te-nemos secciones que se mantienen con el paso del tiempo (es bueno destacar que el programa cumplió ya seis años en el aire) y otras que han sido temporales, básicamente se mantiene el formato de tres segmentos, aunque los mismos vayan cambiando de nombre; el

primer segmento es un poco lo conceptual o teórico sobre el tema que se está desarro-llando, el segundo se enfoca en la reflexión y el tercero en las formas posibles de llevarla a la práctica, siempre iluminados por la Palabra, los documentos de la Iglesia, entre otros.

El programa ha contado con segmentos temporales como Buenas Noticias, Noti Jumel, series de varios pro-gramas en una misma temá-tica como la más reciente que titulamos “Soy joven… y ahora ¿quién podrá ayu-

darme?” En estos momentos nos encontramos en un proceso de cambio de formato para introducir nuevas secciones y rescatar otras que la gente reclama, esto como forma de responder a las expec-tativas de nuestros oyentes y a la misma dinámica del programa.

Hemos visto que tienen un logo-tipo para identificar su programa, ¿nos pueden explicar su simbología, es decir, qué quieren comunicar a través del mismo?

“El logotipo de Jumel puede describirse de la forma siguien-te:

Silueta del mundo y los audí-fonos: representan su sentido de universalidad y nuestra misión de anunciar un mensaje a todos los hombres y mujeres a los que poda-

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mos llegar a través del programa y de todo lo que es e implica Jumel como tal.

La Biblia abierta: representa el mensaje que anunciamos, la Buena Noticia, Jesucristo mismo que es la Palabra definitiva del Padre para la humanidad.

La figura de María de la Mer-ced: Es un elemento constitutivo del carisma Mercedario y de quien recibimos nombre e identidad. En ella tenemos el modelo más acaba-do de perfecta discípula de Jesús y es nuestra sin igual Madre y Protectora, como la define el beato Juan Nepomuceno Zegrí.

El Beato P. Zegrí: Fundador de la congregación Hermanas Merceda-rias y ejemplo para nosotros/as de seguimiento radical de Jesucristo, lo que se refleja en sus escritos, en la rica espiritualidad que nos legó y en su propio ejemplo de vida.

El escudo Mercedario: como símbolo de unión con toda la familia mercedaria.

Las cadenas rotas: representan la liberación de todo lo que oprime al ser humano, liberación que nos ofrece Jesucristo y, a la vez quere-mos nosotros/as promover.

Las notas musicales: represen-tan la alegría con que queremos llevar el mensaje desde nuestro ser joven, para que la vida de quienes entren en contacto con nosotros/as sea un canto nuevo.”

Si otros jóvenes quieren hacer contacto con ustedes, conocer esta experiencia evangelizadora, ¿cómo lo pueden hacer?

Tenemos un facebook “Jumel juventud mercedaria” al que pueden solicitar agregarse. El facebook es otro medio por el cual podemos motivar la vivencia de la autenticidad desde la persona de Jesucristo.

También nos pueden sintonizar los sábados a las 3:30 de la tarde

(hora en República Dominicana) en Radio Luz en los 93.7 FM y a la vez vía internet en www.radioluzvirtual.com, la transmisión es en vivo y a la vez podemos interactuar desde el espacio preparado para dejar tu comentario en vivo y desde luego, que si son de Santiago de los Ca-balleros, les invitamos a conocer y participar en vivo del programa, solo se aproximan al Politécnico Padre Zegrí y con mucho gusto fijamos fechas de participación tanto para conocer el programa como para hacer contacto con sus grupos juveniles. Con una visita podemos intercambiar ideas y a la vez darles a conocer otros proyectos de evan-gelización que dinamizan nuestro crecimiento en la fe. Nuestro gran deseo es lograr que otros jóvenes formen parte y den continuidad a JUMEL desde la radio.

Gracias por el espacio que nos han regalado, les felicitamos por su perseverancia, entusiasmo y

dedicación sábado tras sábado, alzando sus voces para animar a otros y otras desde el carisma de caridad redentora y por atreverse a evangelizar desde el testimonio comprometido que lucha contra corriente para dar una respuesta a los nuevos desafíos de la Evan-gelización desde los medios de comunicación social.

ADELANTE JUMEL ! ! ! !

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MISIONES DE LA CONGREGACION

Hola: queremos en este espacio de difusión compartir con vosotros algunas de las misiones que realizan

nuestras hermanas en diferentes lugares del mundo, de esta manera podrán ver cómo las hermanas mercedarias buscamos hacer presente el sueño de nuestro padre fundador en diversos lugares

y de diversas maneras.

En este número queremos presentar una amplia área pastoral como lo es la pastoral social y dentro de ella queremos presentar algunas

en particular. La pastoral carcelaria ha estado presente en la misión de la familia

mercedaria desde los mismos inicios del surgimiento de este carisma con la orden mercedaria, cuando los miembros de la orden denomina-dos redentores de cautivos, se ofrecían a sí mismos para rescatar a los encarcelados por defender la fe cristiana. Con el tiempo esta modalidad de redención fue modificándose y en la actualidad la familia mercedaria sigue buscando liberar, redimir a los cautivos de todos los tiempos y lugares y en concreto a los cautivos físico y morales. Desde el princi-pio de nuestra fundación, como todas las familias mercedarias, nuestra misión ha estado ligada a la redención de cautivos y concretamente a la rehabilitación de los reclusos y reclusas.

Varias comunidades y hermanas hacen presente los gestos re-dentores de Cristo en la persona de los encarcelados respondiendo a la problemática de nuestros hermanos y hermanas privados de libertad, a causa de situaciones familiares o sociales, vividas por predominio de antivalores, opuestos al Evangelio de Jesús.

Salvo en algunos lugares, (como en España), muchos países nuestros poseen una condición de reclusión de los acusados por algún delito, bastante deprimen-te; los internos y las internas de los penales viven con muchas limitaciones. Necesitan generar recursos económicos para man-tenerse, tanto a ellas como a sus familias; necesitan alimentación, salud, educación, etc, pero la falta de libertad les impide que tengan acceso a servicios bási-cos que requiere un ser humano, ellas y ellos tienen mucho interés en mejorar su calidad de vida y obtener más oportunidades para ellas/os y sus familias. Creemos que con capacitaciones en tecno-logía alternativa, en promoción y desarrollo humano.

En algunos países falta una política carcelaria acorde con la necesidad de los internos, retardación de justicia, violación de los Derechos Humanos, falta de apoyo educativo, salud y ali-mentación.

La pastoral Penitenciaria que trabajan las hermanas merceda-rias de la caridad en conjunto con diferentes Instituciones sociales, jurídicas, eclesiales, buscan la rehabilitación de los internos/as jurídicas y eclesiales, buscan la rehabilitación de los y las internos de los penales procurándoles una capacitación técnica y educativa, a través de cursos y de estudios técnicos, consiguiendo de esta manera rescatar el capital hu-mano, obteniendo una verdadera reinserción en la sociedad.

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- A través de la Pas-toral Carcelaria, trata-mos de luchar para que los recintos carcelarios dejen de ser espacios excluyentes, que mues-tra la problemática de nuestra sociedad: la pobreza.

- Estar con los en-carcelados, acompañar espiritualmente, per-manecer con ellos y no abandonarlos.

- Transformarlas en centros de formación, priorizando formación espiritual, técnica - pro-fesional de los presos y presas a través de talleres ocupacionales, alfabetización…

- Levantar al hombre caído, reconstruir sus vidas, lograr relaciones más cordiales entre los mismos internos, for-mar y fortalecer su fe, derramar consuelo en sus corazones ulcerados es tarea de la hermana Mercedaria: porque “He oído sus gemidos … he bajado a liberarlos” (Ex. 3,7-8).

- En algunos centros las hermanas forman parte del equipo Pas-toral de la parroquia o de la diócesis. También comparten con laicos profesionales que ase-soran a nivel legal la situación de los presos y presas y les ayudan a gestionar su status.

Además de las tareas evangelizadoras, el velar por los derechos de los reclusos, es otra de las labores que realizan muchas hermanas en compañía de otros agentes de pastoral carcelaria. A continuación aparecen las provincias que trabajan con los encarcelados de una forma sistemática y desde una pastoral organizada.

GRANADA

ZUMÁRRAGA

PROVINCIA DE PERÚ

PROVINCIA DE ANGOLA

PROV. DE STO. DOMINGO

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En algunos lugares existen pro-gramas de evangelización y reha-bilitación de los reclusos verdade-ramente interesantes, sin desvirtuar el trabajo que realizan todas las demás comunidades que hemos mencionado, queremos destacar el programa que trabajamos en Gra-nada por dos características y por ser un proyecto interinstitucional e intercongregacional.

ROMPER CADENAS

Como familia mercedaria de la Caridad, desde el “Programa Rom-per Cadenas” ofrecemos liberación para las mujeres presas, sus hijas/os y familia en Granada. Nos senti-mos llamadas/os A LIBERARNOS Y LIBERAR como misión humana, cristiana y mercedaria, en un mundo

que rechaza, margina y aparta a quienes en sus vidas alguna vez tuvieron algún error que les hizo pagar condena en prisión.

UNIDAD DEPENDIENTE DE MADRES CON HIJAS/OS DE GRANADA

(Medio semi-abierto). En una vivienda preciosa de la

Congregación, especialmente de-corada y colorida en sus interiores, viven mamás con sus menores, que cumplen condena mientras pueden educarse y reinsertarse de forma liberadora personal y socialmente; al mismo tiempo que sus hijas/os nacen y crecen fuera de los muros de cemento de las cárceles.

En un espacio normal de la ciu-dad, dentro del entorno comunitario (medio abierto), sin ningún signo de distinción externa que señale a qué se dedica, viven en hogar personas dispuestas a cambiar de vida, especialmente por el futuro de sus hijos.

Un Equipo mercedario les acom-paña permanentemente mediante un programa de atención integral para las reclusas con menores, donde se les ayuda a buscar em-pleo, formación, cultura, (clases de informática, formación profesional, educación de adultos, formación reglada, terapia psicológica, ase-soría judicial, regularización de documentación, educación personal, social, infantil y familiar, educación sociocultural, pastoral penitencia-ria…) consolidando y ampliando lo que venimos haciendo durante muchos años de experiencia en el Hogar “Romper Cadenas”.

En este contexto normalizado, lo más parecido a un hogar, los menores pueden ir a la guardería, al colegio, jugar en el parque, etc. mientras las madres se comprome-ten en un futuro que la vida les negó, por ser más pobres, más débiles o tener menos posibilidades.

Grupo al que va dirigido:

Mujeres del Medio Penitenciario (internadas en prisión: madres o mujeres, Módulos de respeto), sus hijas/os menores y sus familias.

Medio Abierto: Unidad Depen-diente de Madres, Casa de Acogida para mujeres en situación de libertad condicional o definitiva sin apoyo familiar y/o social. Otros colectivos del Medio Penitenciario: Medidas de Beneficio a la Comunidad, resi-dentes en los Centros de Inserción Social, etc.

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Mi experiencia las dos semanas de agosto en El Pilar fue muy buena, un regalo de Dios, que no

busqué pero que significó para mi salir di mi vida cotidiana acomodada en un día a día plácido, sin protestas (al menos no exteriorizadas) y totalmente controlado. En contrapartida también me saco de un día a día poco significativo, en el que no se sabe que hay detrás de las sonrisas y las palabras edu-cadas de los que me rodean, y que esconde hasta donde llega su realidad, la alegría y el sufrimiento. Me lo pasé muy bien, con mucho trabajo, pero muy contenta. Muy agradecida a las hermanas, cuidadores y otros voluntarios por la ayuda que me prestaron para entender cómo funcionaba todo y tratar con los chicos/as, no permitir que se aprovecharan de la no-vedad para mí y mi desconocimiento. Agradezco esa actitud porque facilita mucho el trabajo.

Estoy especialmente contenta por la acogida de las hermanas, ya que en todo momento intentaron explicarme cómo se vive y cuál es la realidad del Pi-lar, lo que me ayudó a entender mejor y a tener una imagen más amplia y global de este proyecto, esto me saco del puro quehacer del día a día y me ayudó a ver el sentido del trabajo que allí se hace. Detrás de ese día a día de trabajo lo que verdaderamente hay son personas con vidas a las que acompañar, consolar, potenciar,....

Espero que esto os ayude, esta es mi experiencia. Si tengo que deciros algo es GRACIAS, me sirvió de mucho pasar esos días en EL Pilar, por motivos per-sonales pero también ver vuestra fidelidad y entrega cuando a los demás se nos olvidan a veces las cosas importantes de la vida y nos vamos acomodando y pensando básicamente en nosotros mismos.

Y GLORIA A DIOS (tenía que decir esto, aunque no sé si va mucho con vuestra forma de expresaros, pero la verdad es la verdad).

Un abrazo muy fuerte: Mariví

ALGO NUEVO PARA DESCUBRIR

Me hubiese gustado que esta experiencia fuese anónima y hubiera pasado desapercibida

pero pienso que soy egoísta al no compartirla porque nos conduce a un mundo diferente.

En el colegio se nos invitó a una conviven-cia entre los distintos centros mercedarios en la Casa- Hogar Nuestra Señora del Pilar (Grana-da), para alumnos de 3º y 4º de ESO y antiguos alumnos. Yo me apunté porque sentí curiosidad por conocer tal sitio nombrado por el profesor. Cuando fui por primera vez pensé que necesi-tarían de mi ayuda y me ofrecí voluntaria para ir en el verano de monitora con los pequeños. Una hermana de la comunidad nos animó para venir a la casa.

Mi experiencia fue corta pero intensa. Empe-cemos por el principio: el viaje se hizo corto, yo estaba nerviosa, ya que no sabía lo que me iba a encontrar. Llegue allí y en el primer momento ya me acogieron como a una más de la familia y, lo más importante, todos éramos iguales, no había nadie más importante que el otro. Todos, hermanas, educadores, niños… me trataron genial y fueron muy amables. Tuve una fructí-fera convivencia porque aprendí muchas cosas, además de valorar otras a las que antes no les daba importancia, como un beso, un abrazo o el cariño de tus padres. Espero volver de nuevo para compartir más experiencias con vosotros y seguir ayudando.

Pilar Peralta.

Alumna de 4º de ESO Colegio Nuestra Se-ñora de las Mercedes de Villacarrillo ( Jaen)

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Hermanas Mercedarias de la Caridad

CASA GENERALVia Iberia, 8

00183 ROMA, ItaliaTel. 39(0677269000)

PROVINCIA NTRA. SRA. DE LAS

MERCEDESPlaza de la Concordia, 218199 CAJAR (Granada)

Tel. 958 501518

PROVINCIA SAGRADO CORAZON DE JESUS

San Gregorio, 1 Aptdo. 8820700 ZUMARRAGA (Guipúzcoa)

Tel. 0034943723300

PROVINCIA INMACULADA VIRGEN MARIA

Manipa, 72, 428027 MADRID, ESPAÑA

Tel. 0034914066710

PROVINCIA SAN JOSEGuarocuya, 55 Ensanche Quisqueya,

apartado 1874 Santo Domingo, REPUBLICA DOMINICANA

Tel. 809-5679167

PROVINCIA SAN PEDRO NOLASCO

Rua Paula Frassinetti, 70Rio Comprido 20262-170Rio de Janeiro, BRASILTel. 005521-2293-3447

PROVINCIA SAN MARTIN DE

PORRESCalle Los Geranios, 470

CHACLACAYO-LIMA 8Tel. 0051 1-4971195

PROVIN. NTRA. SRA. DE AFRICARua García Neto, s/n C. P. 117

VIANA, ANGOLATel. 00244 222290168

VICEPROVINCIA BEATO P. ZEGRI

Sarandi, 980 Capital Federal, 1222Buenos Aires, ARGENTINA

Tel. 005411-49416400

DELEGACION VENERABLE ISABEL LETE

106-26 Sungbuk-Dong 1 Ga.Sungbuk-Gu

Seoul, South Korea.Tel. 0082-02-7430635

DELEGACION PADRE ZEGRI

Calle 58, no. 5-23 Chapinero, Bogotá, COLOMBIATel. 00571-7521379