Revista de Estudios Sociales No. 24

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Revista de Estudios Sociales Otros relatos de lo social (I) facultad de ciencias sociales, uniandes / fundación social 24 agosto 2006 agosto / 2006 Bogotá issn 0123-885X tarifa postal reducida no. 818 - vence 12/07 $15.000 pesos (Colombia) 24 9 Editorial Germán Rey 15 Dossier Tomás Eloy Martínez Arturo Alape Amparo Marroquín Miguel Huezo Carolina Alzate Aníbal Ford Eliseo Verón Martín Hopenhayn 55 Debate María Teresa Ronderos Ricardo Valencia 71 Documentos Graciela Uribe 93 Lecturas Alexandra Guáqueta ISSN 0123-885X Bogotá

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Universidad de los Andes, Colombia Facultad de Ciencias Sociales Esta Revista de libre acceso acoge los contenidos de las diferentes disciplinas de las ciencias sociales Consúltela y descárguela http://res.uniandes.edu.co/

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Revistade Estudios Sociales

Otros relatos de lo social (I)

facultad de ciencias sociales, uniandes / fundación social

24agosto 2006

ago

sto / 2006 Bogotá

issn 0123-885Xtarifa postal reducidano. 818 - vence 12/07

$15.000 pesos (Colombia)

24

9Editorial

Germán Rey

15Dossier

Tomás Eloy MartínezArturo Alape

Amparo MarroquínMiguel Huezo

Carolina AlzateAníbal Ford

Eliseo Verón Martín Hopenhayn

55Debate

María Teresa RonderosRicardo Valencia

71Documentos

Graciela Uribe

93Lecturas

Alexandra GuáquetaISSN 0123-885X Bogotá

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Acerca de la Revista

La Revista de Estudios Sociales (RES) es una publicación cuatrimestral creada en 1998por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de los Andes y la FundaciónSocial. Su objetivo es contribuir a la difusión de las investigaciones, los análisis y lasopiniones que sobre los problemas sociales elabore la comunidad académica nacional einternacional, además de otros sectores de la sociedad que merecen ser conocidos porla opinión pública. De esta manera, la Revista busca ampliar el campo del conocimientoen materias que contribuyen a entender mejor nuestra realidad más inmediata y amejorar las condiciones de vida de la población.

La estructura de la Revista contempla seis secciones, a saber:

El Editorial destaca aspectos que merecen la atención de algún miembro del ComitéEditorial y que están relacionados con los temas del número que se publica.

El Dossier integra un conjunto de versiones sobre un problema específico en uncontexto general y presenta resultados de investigaciones científicas sobre la base deuna perspectiva crítica y analítica. También se incluyen textos que integren resultadossobre investigaciones en las que se muestra el desarrollo y las nuevas tendencias en unárea específica del conocimiento.

Otras Voces presenta problemas que pueden tener cabida en otras secciones, pero quetienen perspectivas diferentes a la de los artículos del Dossier. Son trabajos quemuestran los resultados preliminares de investigaciones o de reflexiones sobre un tema,reportes de caso o revisiones bibliográficas sobre un área del conocimiento.

El Debate responde a los escritos de las secciones anteriores y también presentaentrevistas de conocedores de un tema particular.

Documentos difunde una o más reflexiones, por lo general de autoridades en lamateria, sobre temas de interés social.

Lecturas muestra adelantos y reseñas bibliográficas en el campo de las CienciasSociales.

La estructura de la Revista responde a una política editorial que busca hacer énfasis enciertos aspectos, entre los cuales cabe destacar los siguientes: proporcionar un espaciodisponible para diferentes discursos sobre teoría, investigación, coyuntura e informaciónbibliográfica; facilitar el intercambio de información sobre las Ciencias Sociales conbuena parte de los países de la región latinoamericana; difundir la Revista entrediversos públicos y no sólo entre los académicos; incorporar diversos lenguajes, como elensayo, el relato, el informe y el debate, para que el conocimiento sea de utilidad social;finalmente, mostrar una noción flexible del concepto de investigación social, con el finde dar cabida a expresiones ajenas al campo específico de las Ciencias Sociales.

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FundadoresFrancisco Leal

Germán ReyDirector

Carl Henrik LangebaekComité Editorial

Álvaro CamachoFelipe Castañeda

Andrés DávilaJesús Martín Barbero

Lina María SaldarriagaFernando Viviescas

Comité CientíficoCharles Bergquist

Gerhard Drekonja-KornatAtilio Borón

Mabel MorañaMarco PalaciosDaniel Pécaut

Editor invitado Germán Rey

EditoresLina Mendoza

Nicolás RodríguezDiagramación

Gatos Gemelos ComunicaciónImpresión y encuadernación

Panamericana Formas e Impresos S.A.Tarifa postal reducida

No. 818 Vence diciembre 2007ISSN 0123-885X

Distribución y VentasLibrería Universidad de los Andes

Cra. 1 No. 19-27 Ed. AU106PBX: 3394949 – 3394999

Exts. 2071-2099-2181 Fax: 2158Bogotá, D. C., Colombia

Correo electrónico [email protected]://ediciones.uniandes.edu.co

SuscripcionesAsociación de Revistas Culturales Colombianas - ARCCA

Tel./Fax. 2 88 58 92 Correo electrónico: [email protected]

Esta Revista pertenece a la Asociación de Revistas Culturales Colombianas y a la Federación Iberoamericana de Revistas Culturales

Decanatura de la Facultad de Ciencias SocialesCra. 1ª E No. 18ª-10, Edificio Franco Of. 202

Universidad de los Andes. Tel: 3324505 Fax: 3324508Correo electrónico: [email protected]

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EditorialGermán Rey

Dossier“Hojas al viento de una larga guerra”/

“Leaves in the Wind of a Long War”• Tomás Eloy Martínez

“Voces en el taller de la memoria”/“Voices in the Memory Workshop”

• Arturo Alape

“Brújula rota. Cultura nómada de los trabajadores migratorios centroamericanos”/ “Broken Compass. “Nomadic” Culture of the Central American Working Immigrants”

• Amparo Marroquín y Miguel Huezo

“El diario epistolar de dos amantes del siglo XIX. Soledad Acosta y José María Samper”/"Poetic Diary of Two 19th Century Lovers. Soledad Acosta and José María Samper”

• Carolina Alzate

“Sobre experiencia y discurso”/“On Experience and Discourse”

• Aníbal Ford y Eliseo Verón

“”Faúndez” y otros textos”/“”Faúndez” and Other Texts”

• Martín Hopenhayn

Debate“El canciller”/

“The Chancellor”• María Teresa Ronderos

“El nuevo sospechoso”/ “The New Suspect”

• Ricardo Valencia

Documentos““Perdí a mi esposo y a mi hijo” y otras historias de desplazados y desplazadas” (I)/

““I Lost my Husband and my Son” and Other Stories of Forced Displacement Victims” (I)• Graciela Uribe

LecturasReseña/Comentarios de Francisco Leal Buitrago, La inseguridad de la seguridad. Colombia 1958-2005 (Bogotá: Planeta, 2006)

• Alexandra Guáqueta

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Editorial

Germán Rey1

A medida que la vida social se diversifica y se torna compleja, los lugares y los modosde hablar de ella, de escudriñarla, cambian también sustancialmente. Al lado de losfenómenos urbanos o de las modificaciones que introducen las tecnologías en la vidacorriente, están las formas de aproximación que buscan hacerlas inteligibles. Y no setrata simplemente de fenómenos de forma sino de construcciones que revelan demanera inédita los acontecimientos sociales. En otras palabras: los mundos se hacenposibles en los lugares desde donde se observan y en los relatos a través de los cualesse cuentan.Y estos lugares y relatos han ido variando de una manera plural y creativa. Hace añosGregory Bateson utilizó la fotografía para seguir los rastros de la cultura a través de lasimágenes, mientras su esposa, Margaret Mead, recurría a los métodos más textuales dela indagación etnográfica. El mismo Bateson creó sus Metálogos para encontrar otrasresonancias de la explicación, más allá del diálogo que Sócrates usó maravillosamentecomo uno de los instrumentos de la mayéutica.Las ciencias sociales refinaron los caminos para la exploración de la sociedad, mientrasque desde otras disciplinas y sensibilidades se fueron produciendo metodologíasoriginales. Al acercarse los saberes y al hacerse mucho más maleables las fronterasentre ellos, los caminos se entrecruzaron. Los senderos fijos de otros tiempos cedieronal cruce y las interconexiones. La psicología cultural insistió en la importancia de lasnarrativas y la morfología del cuento y los relatos para proponer alternativas a lasmodalidades lógico-científicas del pensar; la sociología acudió a la teoría de los juegoso a las explicaciones de la física del caos, el psicoanálisis recuperó para sí la lingüísticay la dramaturgia, y las comunicaciones tuvieron en cuenta el análisis del discurso y lapragmática. No se trató solamente de un intercambio provechoso de métodos, sinorealmente de una interacción de disciplinas que perdían la rigidez de sus límites,enriqueciendo su propio campo o dando lugar a otros completamente nuevos.Los números 24 y 25 de la Revista de Estudios Sociales buscan precisamente hacer unrastreo de estos caminos desde los cuales se tienen otras visiones de la sociedad, contextos de autores latinoamericanos de reconocida prestancia: la crónica, el diario, laautobiografía, el relato literario, el testimonio, las historias de vida, la entrevista, elperfil, el informe especial, la columna de opinión, el guión cinematográfico, lafotografía, el libreto televisivo, el texto teatral, el blog, la crítica o el aforismo. Otrosrelatos de lo social.Acostumbrada, o mal acostumbrada a los formatos de la investigación científicatradicional, la universidad se encuentra cercada por otros lugares y otros tonos de voz,por otros caminos y otros enfoques de sus propias búsquedas sociales. Y aunque hayaconvertido a algunos de estos géneros en soporte del trabajo investigativo, en unasuerte de transmutación subalterna (por ejemplo utilizando periódicos y testimoniospara el trabajo histórico o sociológico), los otros relatos se incrustan en la pesadacoraza académica, por lo menos para recordar los efectos tornasolados de lo social.La crónica periodística, le escuché decir a Gabriel García Márquez, “es un cuento que esverdad”. Se trata de una narración que se extiende en el tiempo, mucho más allá delregistro de hechos que obsesivamente hacen los periódicos o la televisión, para tomaraliento, crear personajes, construir tramas y procurar el despliegue de un relato, que sebasa en hechos reales y sucesos acontecidos. Quizás el verbo adecuado para dibujar laacción temporal de la crónica sea “desplegar”. Porque en la crónica más que losacontecimientos se observan los procesos, contados además desde la mirada delcronista que en ocasiones la cede a los otros protagonistas, siempre con un matizpersonal, con una manera particular de encarar los pliegues de las historias, dejando

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1 Cofundador de la Revista de Estudios Sociales

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que construyan sin presiones sus propias verdades. Tomás Eloy Martínez, el celebradoautor de La novela de Perón o de Santa Evita escribe en “Hojas al viento de una largaguerra”, el texto que abre esta Revista, un relato que se encontrará con losestremecedores testimonios de desplazados recogidos por Graciela Uribe Ramón.Episodios de una misma guerra, la crónica del escritor argentino arranca con lairrupción de una brigada de guerrilleros en el comedor de una familia que almorzaba unhervido de res. También irrumpen los paramilitares y el ejército en las casas de loscampesinos del Caquetá y el Putumayo a los que con una sensibilidad sin atenuantes seacerca etnográficamente la investigadora colombiana. Historias de amenazas y deabandonos, de luchas y de dignidad, son las que acompañan el despliegue de unacrónica y la diacronía vital de una desplazada.Los testimonios se tornan documentos cuando se reconstruyen las voces de losprotagonistas de conflictos indecibles. Las vidas entonces reciben el rostro que se lesdebe, la identidad que la guerra profundiza. Es lo que se observa en los trabajos dereconstrucción realizados por la colombiana Graciela Uribe Ramón.El texto del escritor Arturo Alape, uno de los cronistas decisivos para entender lahistoria de Colombia a partir de la segunda mitad del siglo XX, es la mejor lección decómo se elaboran narraciones entrelazadas con las vidas reales de los habitantes de laciudad. “Quiero reflexionar sobre esta experiencia de investigación social y diversasescrituras porque hacen parte de mi posterior trabajo narrativo”, escribe. Y emprendeun relato en el que se encuentran los jóvenes de Ciudad Bolívar, una de las zonas máspobres de Bogotá, con las memorias de sus pobladores, las resistencias y desconfianzasiniciales con “sus instancias íntimas, sus maneras de actuar”. Las “Voces en el taller dela Memoria” de Alape es la reconstrucción de esos otros relatos de lo social que vanpermitiendo la emergencia de una conversación hecha de una doble ganancia: la dehablar de sí mismos y la de escuchar a los otros. El texto del autor de El Bogotazo:memorias del olvido o de Las muertes de Tirofijo tiene la propiedad de desentrañar unametodología en la que el investigador no es un observador distante, sino alguien queparticipa de una experiencia de comunalidad. “La esencia misma de la propuesta—escribe—se basaba en la pedagogía de la provocación: la discusión sobre sus vidassería ante todo, un espacio de reflexión que los ayudaría a conocer las fibras de supropia identidad”.Los textos del investigador chileno Martín Hopenhayn, quien obtuvo el premio LASA deciencias sociales por su libro Ni apocalípticos ni integrados, son breves y contundentesensayos que toman la forma de artículos de opinión y que modulan lúcidos registros dela vida contemporánea. No es nueva la presencia de los intelectuales latinoamericanosen las páginas de libros y revistas, en donde suelen dejar el rastro de un pensamientomás cercano, incisivo y temporal. El ensayo tiene como ningún otro género un sentidode libertad y autonomía plenas, acompañado del estilo y la perspectiva individual comouna impronta que lo hace un texto excesiva y lúdicamente personal. “De entrada teadvierto que con él—dice Montaigne en la introducción a sus Ensayos— no me hepropuesto otro fin que el doméstico y privado. En él no he tenido en cuenta ni elservicio a tí, ni mi gloria. No son capaces mis fuerzas de tales designios”.Pero además la Revista presenta algunos aforismos de Martín Hopenhayn quien ya hapublicado un celebrado libro de este género en la editorial Norma en Buenos Aires. Elaforismo, pariente próximo de la sentencia, es una condensación cognitiva, muchasveces irritante, otras irónica, pero siempre lúcida y sobre todo clarividente. A grandesaforistas como Lichtenberger, Lec, Karl Kraus o Canetti se suman, en el casocolombiano, por lo menos dos ejemplos espléndidos, Nicolás Gómez Dávila y FreddyTéllez. El aforismo le hace una torsión al conocimiento y hay en él unos movimientosdel pensamiento y del lenguaje, tan repentinos como estudiados, tan rápidos comoextraordinariamente densos. Se asemejan a los haikús japoneses, no tanto por sumedida sobriedad y brevedad, como por la epifanía de sus sugerencias y en elestremecimiento de sus figuraciones. La desmitificación suele ser una de suscaracterísticas. Tiene unos efectos de deconstrucción del argumento manido a través dela elaboración condensada y contundente.

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El diario íntimo es un género de introspección, que reconoce que las vidas pueden sercaptadas por momentos, sensaciones parciales, pensamientos repentinos. Siendo ungénero relativamente antiguo, tiene propiedades muy cercanas a expresiones másmodernas como la fotografía o el video-clip. Cuando se expone al público la intimidad,el hablar de sí mismo mantiene una distancia despojada de moralismos o de laintención de aleccionar a otros. Se trata de una memoria que se retrae a la historiapersonal y que muchas veces capta los contornos sociales de una forma muy diferente acomo lo hacen las memorias (de la que tendremos un excelente ejemplo en la RES 25)o los estudios sociológicos. Los rasgos sociales acompañan las reflexiones personaleslogrando ese vínculo tan difícil, entre subjetividades e historia, subjetividades y vidasocial. Parecen tan alejadas las vidas íntimas de las relaciones sociales, que nossorprende el puente que el diario traza entre ellas. Pero “El diario epistolar de dosamantes del siglo XIX. Soledad Acosta y José María Samper” recuerda que hay unentrelazamiento en estos textos entre el amor y la guerra, las contingencias personalesy los desastres de los conflictos que desde hace décadas asolan a Colombia. El texto deCarolina Alzate, quien además ha hecho un excelente trabajo de análisis yreconstrucción histórica de la escritora colombiana del siglo XIX Soledad Acosta deSamper, explora el tema de los diarios epistolares. Como lo señala en el inicio de sutrabajo, no era nada frecuente que las mujeres de la época pudiesen hablar de símismas, que pudieran constituirse en sujetos autobiográficos. “Cuando emprenden laconfiguración de un yo que les permita redescribirse con respecto al orden patriarcal—escribe—lo hacen en la forma de cartas o de diarios, siendo el diario un subgéneromarginal dentro de la autobiografía”.El perfil es un género narrativo que está cerca de lo que los psicólogos llaman test depersonalidad. Pero, a diferencia de éstos, que finalmente tienen un afán de medición, elrelato reconstruye la vida de personajes desde fuentes diversas que componen suidentidad con la técnica del puzzle, tratando de hallar su consistencia o sus fragilidadesmediante un trabajo investigativo riguroso, que se fundamenta ya sea en su itinerariohistórico o en los laberintos de su propia personalidad. Más que el despliegue temporalde la crónica, el perfil rastrea las intensidades (y ambigüedades) de la existenciapersonal, generalmente mezclada con las repercusiones del paisaje social y con lasperplejidades que conforman incluso las existencias más corrientes. “El Canciller” es elperfil de un narcotraficante, realizado con maestría por María Teresa Ronderos, quien hahecho trabajos memorables en el género, por ejemplo como los que recogió en su libroRetratos del poder.El informe especial es, a su vez, un género que reúne al periodismo con la investigación.Se centra en un tema, lo desmenuza, busca causalidades, desglosa con bisturí loscomponentes de tramas atrapadas muchas veces por las confusiones o por lasdistorsiones interesadas. “El nuevo sospechoso” del joven periodista salvadoreño RicardoValencia de La Prensa Gráfica de El Salvador, plantea nuevas hipótesis sobre el asesinatode Monseñor Romero durante los días más crudos de la guerra en ese país, utilizandoinformación desclasificada de archivos de la CIA en los Estados Unidos. El texto esejemplar para analizar los significados de los magnicidios, los intereses oscuros queactúan en estos crímenes, sus implicaciones políticas y sus repercusiones sociales. Confrecuencia el periodismo de investigación aporta elementos a la reconsideración deprocesos judiciales olvidados, ofreciendo pistas plausibles, testimonios inéditos, pruebasdesconocidas. Y, aunque desgraciadamente muchas veces las conspiraciones llegan hastalos propios tribunales, el informe especial tiene la virtud de hacer público ante lasociedad lo que los criminales intentan que sea permanentemente oscuro ante la justicia.El diálogo y la conversación pertenecen a una zona común de la significación, pero aformas diferentes de operación constructiva. El diálogo, a diferencia de la entrevista,fluye en un plano más simétrico que ésta, se hace entre pares y va generando suspropias estrategias de conversación como lo demuestran estudios como los de Van Dijk.La entrevista, por el contrario, parte del reconocimiento de una interacción en planosdiferentes, que es la primera condición para que las hegemonías de las palabras noterminen por sobreponer su poder sobre el fluir de la conversación. En la entrevista hay

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entrevistados; en el diálogo interlocutores. En la Revista se publica un diálogo rico ensugerencias, entre dos investigadores argentinos del lenguaje y la comunicación: AníbalFord y Eliseo Verón. El texto de los salvadoreños Miguel Huezo y Amparo Marroquín,parte de un corpus rico de entrevistas a emigrantes salvadoreños para tratar deentender los procesos que se viven en una diáspora que suma nada menos que uncuarto de la población de todo el país centroamericano.Los textos que se publican en este número de la Revista y en el próximo, gracias a lagenerosidad de sus autores, tienen entonces la misión de mostrar esos otros lugares endonde lo social se representa y se cuenta con una vitalidad sin cortapisas, a través detonalidades diversas y contrastantes, asegurando que nuestra visión de la sociedad seatan plural como los finos trazos de los que está compuesta.

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Revista de Estudios Sociales no. 24, agosto de 2006: 108 pgs. ISSN 0123-885X: Bogotá; 15-19 pgs. Fecha de recepción: junio de 2006 · Fecha de aceptación: julio de 2006

HOJAS AL VIENTO DE UNA LARGA GUERRA /LEAVES IN THE WIND OF A LONG WAR

Resumen

La crónica narra la historia de violencia de un niño de 12 años, ClementeMosquera, al que los grupos paramilitares le asesinan la familia enApartadó por considerar que colaboraba con la guerrilla. La narraciónocurre en 1996, durante el periodo del presidente Ernesto Samper.Clemente es reclutado, años después, por el grupo guerrillero FARC ymuere en un enfrentamiento con el ejército. El autor reflexiona, a partirdel caso concreto de Clemente Mosquera, en torno al desplazamientoforzado del que son víctimas colombianos inocentes.

Palabras clave: Violencia, paramilitares, grupos guerrilleros, desplazamiento, odio.

Abstract

The present chronicle narrates the violence story of ClementeMosquera, a 12 year-old boy whose family is murdered by paramilitarygroups at Apartadó, for considering them helpers of the guerrillas. Thestory takes place in 1996, during the Samper Administration period.Years after, Clemente is recruited by the guerrilla group FARC and diesin a combat against the army. Based on Clemente Mosquera’s story,the author reflects on the forced displacement phenomenon, of whichinnocent Colombians are victims.

Keywords:

Violence, paramilitaries, guerrilla groups, forced displacement, hate.

“Todo empezó a mediados o a fines de abril de 1996", diceClemente Mosquera. “Estábamos a la entrada del puebloalmorzando un hervido de res cuando llegó una brigada deguerrilleros pidiendo que les regaláramos comida. Mi mamálos invitó a que vinieran a mi casa y se sirvieran lo que lesdiera gusto. Ella sabía que no se deben hacer esas cosas, mipadre le había dicho que nunca llevara guerrilleros ni jueces nisoldados a la mesa donde nos sentábamos nosotros, pero mimamá se asustó y los invitó a mi casa. Se asustó porque unode los hombres puso la ametralladora en la nuca de mihermanita y otro me apuntó a la cabeza. Seis de los hombresentraron a la casa y otros seis se quedaron vigilando. Tardaronuna hora en comer y en llevarse todo lo que había. Después sefueron. Cuando se fueron, mi papá castigó a mi mamá y ellano pudo levantarse de la cama por más de tres días. Cuandose levantó, rengueaba. Siguió rengueando hasta el día que lamataron, a ella y a mi papá.”

¿Cómo descifrar la historia que está narrando un niño dedoce años? “Me acuerdo de las cosas como si no hubieransucedido”, dice Clemente Mosquera. “A veces me despiertoy pienso que las cosas no sucedieron, que todo va a serotra vez como fue antes”. Tiene doce años pero cualquieradiría que aún no ha cumplido seis. Es frágil, oscuro, conunos grandes ojos inmóviles, huesos de pájaro y unacicatriz en forma de labio que le atraviesa la mejilladerecha, desde la oreja, que está partida en dos, hasta elextremo del mentón.Llegó hace tres meses al barrio Nelson Mandela, situadojunto a los basurales de Cartagena de Indias, en Colombia,y todavía no ha visto la ciudad. Le han contado que sobrelas calles estrechas penden unos largos balcones colgantes,en los que crecen flores azules y anaranjadas, y que hay uncerco de murallas y fortalezas construido sobre el mar.Duerme en la casa de una costurera que vio morir a sumamá y que es casi tan miserable como él.La historia de Clemente no difiere demasiado de las quesufren, desde hace dos años, más de un millón decampesinos en Colombia. Siempre los hechos sucedenrítmicamente, de la misma manera. Un día cualquiera, yaentrada la mañana o a la caída de la tarde, una banda deguerrilleros irrumpe en el pueblo, captura a diez o docerehenes y entra a las casas para que los aldeanos les dencomida. Semanas después llegan escuadrones deparamilitares, reúnen a todos los habitantes en la plazaprincipal, y matan a seis o siete familias como escarmiento,“por haber sido cómplices de la guerrilla”. Luego,conceden a los sobrevivientes un plazo de veinticuatrohoras para abandonar sus casas.A veces la tragedia es al revés: los paramilitares—losejércitos armados por los dueños de haciendas paraprotegerse de las guerrillas—son los que llegan primero ylas bandas de irregulares las que vienen después. Rara vezlos adversarios combaten entre sí. Su campo de batalla esel cuerpo de los campesinos.Hay cientos de pueblos abandonados en el norte y en elcentro de Colombia: aldeas enteras sin un alma a un lado yotro del río Magdalena, en el Chocó, en Córdoba, enBolívar. Si alguien pregunta por esas historias más allá delas fronteras colombianas, nadie parece conocerlas.Suceden tan a menudo que ya nadie las ve. Son tanterribles—a veces más—que las de Bosnia, Ruanda o elCongo. Pero no hay quién las oiga. “El mundo es sordo”,dice Amneris Santacruz, la costurera con la que viveClemente. “El mundo ha sido siempre sordo y ciego paralos que no tienen nada como nosotros. Ciego, sordo,injusto”.Desde el principio de los tiempos, desplazar a pueblosenteros fue una de las señales que confirmaban el poderde los grandes señores. Doscientos veinte años antes deCristo, el emperador S'in She Huang-ti ordenó laconstrucción de la Gran Muralla en la frontera norte deChina. Para satisfacer los reclamos de los ingenieros,setecientos mil trabajadores fueron trasladados desde susaldeas, en el sur y en el oeste del imperio. La mitad de esos

Tomás Eloy Martínez*

* Escritor y periodista argentino, autor de obras celebradas como SantaEvita y La novela de Perón. Fue profesor en la Universidad deMaryland. Actual director del Programa de Estudios Latinoamericanosde la Universidad de Rutgers.

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albañiles sucumbió bajo el látigo de los crueles capataces.Menos desmesurada que la voluntad del emperador, lamuralla avanzó sólo seiscientos kilómetros en once años.El siglo que ahora termina ha sido aún más pródigo en esascalamidades. Ciudades enteras de Polonia, Moldavia,Hungría y Besarabia fueron vaciadas por los esbirros deHitler para alimentar los campos de exterminio racial, entre1941 y 1944. En 1975, un asesino -Pol Pot- tomó el poderen Cambodia e, invocando un difuso credo maoísta cuyoprimer mandamiento era la supresión de la cultura urbana,ordenó el exterminio de los estudiantes, de los religiosos yde los alfabetizados, decretó el cierre de todas las escuelas yla eliminación de pagodas y monasterios. En menos de dosaños, movilizó innumerables multitudes de un lado a otrodel país y consiguió que en ese éxodo sin sentido perecierandos millones de personas. A comienzos de 1994, decenas depoblaciones en Ruanda fueron abandonadas al compás delas guerras tribales entre hutus y tutsis. Los muertos sumanallí millones, y la matanza todavía no ha terminado.En todas esas historias delirantes, los desplazamientos depoblaciones tienen un sentido. Alguien ordena que la genteabandone sus casas por razones que nunca son equívocas:construir murallas, exterminar a enemigos de religión o deraza, afirmar el poder de un hombre o de unos pocoshombres. En Colombia no hay—o no parece haber—razónalguna: los pueblos se vacían y los hombres sonexterminados por obra de lo que quizá sea un azar absoluto.¿Hay azares absolutos? ¿Hay palos de ciego en los que elatroz peso de la historia cae sobre cualquiera, sin distinciónde edades o de culpas? La vida de Clemente Mosqueraparece confirmar que esas fatalidades son posibles, quesuceden un absurdo día, sin aviso previo, como el rayo.En vísperas de la Semana Santa de 1996—vísperastambién de la incursión de guerrilleros que iba a cambiar lavida de la familia Mosquera—, Clemente y su padresalieron a cazar iguanas en las selvas de Apartadó, a orillasdel río Sinú, unos 60 kilómetros al este de la frontera conPanamá. No buscaban las iguanas sino los huevos, con losque las mujeres de la costa oriental del Caribe cocinan elplato más lujoso de la región. La escena es cruel. Lasiguanas caen en las trampas y los cazadores les abren elvientre, arrancándoles los huevos de las entrañas yabandonándolas a su agonía, sin perder tiempo enrematarlas. Lo mismo pasa con los campesinos que seniegan a dejar sus casas. Los invasores los atan a losárboles y los dejan agonizando a solas, con el estómagoabierto por lo que todos llaman “el corte de la iguana”.Entre Semana Santa y octubre de 1996 llovió tanto que sedesbordaron los ríos. El padre de Clemente oyó en algunaparte el rumor de que el gobierno iba a construir un canalinteroceánico al sur de la frontera con Panamá: una enormelengua de agua que iría desde el golfo de Urabá, siguiendola línea del río Atrato, hasta el puerto de Juradó, en elPacífico. Al poco tiempo, le confirmaron que el rumor eracierto. El presidente Ernesto Samper había anunciado quehabría un canal, líneas férreas, oleoductos y nuevascentrales eléctricas. El precio de las tierras empezó a

multiplicarse de un día para el otro. Los campesinos creíantener la prosperidad al alcance de las manos, pero no eranfelices. Todos sentían la zozobra y la oscuridad o la luz,¿cómo saberlo?, del día siguiente.Clemente y su familia vivían en la calle mayor de Apartadó,a cien metros del coliseo deportivo. El padre habíaconstruido una casa de dos plantas, cercada por unagalería de madera. En un campo situado al sur del pueblo,a medio kilómetro de camino, criaba treinta cabezas deganado. La vida fluía siempre igual, como si no quisieramoverse. Hasta que un día, en julio, oyeron las remotasnoticias de las matanzas.Tres campesinos que llegaron desde La Bonga—una aldeapanameña situada cerca del límite con Colombia—y otroscuatro que trabajaban en Riosucio, cien kilómetros al sur, lescontaron que, tras la estela dejada por los guerrilleros,aparecían fatalmente los escuadrones de paramilitares. Traíanmachetes, fusiles y sierras eléctricas. Elegían a unos pocoshombres y mujeres y los paraban frente a un poste, en elcentro del pueblo. Jamás se equivocaban en la elección: loshombres eran líderes campesinos, alcaldes, defensores dederechos humanos. Las mujeres eran madres prolíficas,enfermeras del dispensario, propietarias de almacenes.Todo sucedía en medio de un atroz silencio. El jefe de losparamilitares—¿o tal vez eran guerrilleros, o quizá elejército?, diría mucho después Amneris Santacruz, la modistacon la que vivía Clemente—leyó una proclama en la queanunciaba que el pueblo había sido sentenciado a muertepor “ayudar a los subversivos. Si todos los que viven aquí noabandonan sus casas en veinticuatro horas, van a sufrir elmismo castigo de las personas que hemos elegido para elescarmiento”. De pronto se oyó la crepitación de las sierraseléctricas y el silbido de los machetes. Y la gente vio cómolos invasores mutilaban, con atroz precisión, las manos y lospies de los hombres parados junto al poste y cortaban lospechos de las mujeres.El estrépito de las malas noticias horrorizó a la gente.Ciento veinte familias de Apartadó decidieron abandonar elpueblo a mediados de octubre y emigrar hacia las bocasdel río Atrato, en el golfo de Urabá. A la madre deClemente le contaron que había miles de personas viviendoen carpa sobre las riberas lodosas, sin alimentos ni alcaldesa los cuales quejarse. Casi todos contaban las mismashistorias: las bandas de paracos—paramilitares— habíanentrado en las aldeas y les habían dado plazos queoscilaban entre un día y tres para partir. “Necesitamos ellugar”, era la única explicación que daban. “Al que sequede, le vamos a mochar la cabeza”. Losmochacabezas—los cortadores de cabezas—era la palabraque tenía en vela a la madre de Clemente. “Vámonostambién nosotros”, le dijo al padre un día. “Vámonos acualquier parte antes de que nos maten”. Pero el padreconsultó a una adivina y a través de ella supo—o quisosaber—que nada les pasaría, que los mochacabezas nuncase acercarían a Apartadó. También la alcaldesa del pueblo,Gloria Cuartas, les aconsejó que no se marcharan. “Espreferible morir defendiendo lo que es de uno que hacerle

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el juego a la violencia”, dijo. Nada angustió tanto a lamadre de Clemente como esa recomendación de heroísmo.Cuando los paramilitares llegaron, poco antes de la Navidadde 1996, decenas de pueblos ya habían sido abandonadospor completo: El Salado, Turbo, Tipaná. Muchos de ellosestaban situados sobre la línea imaginaria del futuro canalinteroceánico y otros a orillas del golfo de Urabá. La invasiónsucedió una tarde sin lluvia, y nadie vio acercarse a loshombres. Todo fue veloz, inverosímil, terrible.Clemente no recuerda casi nada de lo que sucedió esatarde. Recuerda que lo dejaron tendido en la galería de sucasa, con un machetazo que le atravesaba la mejilladerecha, y que sus padres y sus hermanos mayores estabansalvajemente mutilados, cerca de un poste, en el centro delpueblo. Recuerda también—pero todavía no sabe si fue unrecuerdo o un sueño—que la madre aún estaba viva y que,cuando corrió a abrazarla, el cuerpo se le desmembró entrelas manos y un relámpago de sangre lo bañó por completo.Clemente se unió a una caravana de lanchones queremontó los lodos del río Sinú y avanzó hacia la ciudad deMontería en un viaje de tres jornadas interminables. Ledieron una ración de agua y dos bananas. Bebió y comió sumagro alimento el primer día, de una sola vez, para que nose lo robaran al quedar dormido.Nadie sabe cuántas familias sin casa vagan por los caminosde Colombia o acampan a la entrada de las grandesciudades. El gobierno cree que son, en total, novecientasmil almas. La oficina de consulta para los DerechosHumanos y el Desplazamiento—una institución oficial—eleva la cifra a poco menos de un millón. “Más de 36 milhogares en Colombia fueron vaciados por la violencia entrediciembre de 1995 y diciembre de 1996", dice el informeanual de la oficina. “En ese lapso, las afectadas fueronalrededor de 181 mil personas”.Las estadísticas excluyen, sin embargo, a los que fueroncobijados por parientes cercanos o a los que se asentaronen una casa o en un trabajo poco después de llegar adestino. Un millón, entonces, es una cifra demasiado avara.Hay que pensar en trescientos mil más, o cuatrocientos.El azar absoluto rige sus vidas. No saben quién es elenemigo, por qué los expulsan de sus tierras ni tampocoadónde van. Se mueven a ciegas, como hordas nómades,en dirección hacia ninguna parte. Si oyen o ven una señalde amparo, allí se quedan. Buscan signos, apoyos, en unpaís donde el piso nunca está quieto y donde se oyen, cadamañana, los fuertes vientos del odio.El odio se lee a menudo en los periódicos de Colombia. Dosde los columnistas más famosos del país intercambiaron, enmayo, algunos epítetos de tono subido. Se llamaron el unoal otro “mezquino, racista, criminal, maloliente, venal”.Esos insultos—inimaginables en la prensa de cualquier otropaís latinoamericano—son sin embargo frecuentes en losdiarios y revistas de Bogotá.Cualquiera que haya estado antes en Colombia sentirá queel país está ahora despedazado, como si él también hubierasido víctima de los mochacabezas. Se tiene la sensación deque hay todavía historia, pero ya no hay Estado. El

gobierno es frágil y casi nadie lo quiere, pero lo peor quepodría pasar es que el gobierno caiga. El desamparomoral—que es ya demasiado grande—se volvería entoncesintolerable.En esa atmósfera, ¿quién podría pensar en losdesplazados? Están en todas partes y pocos quieren verlos.La revista Cambio 16 les dedicó una portada a mediadosde mayo [1997] con un título que resume la tragedia:“Nuestra Ruanda”. Un recuadro de la revista explica quelos esfuerzos del gobierno por acudir en su ayuda resultanínfimos en relación con el problema monstruoso. Las tasasde mortalidad son sesenta veces más altas en esa oscuraestela de vagabundos que en las capas más pobres de lapoblación estable. Cuando alguien quiere hablar de ellos, lagente vuelve la cara. Suponen que es una historiademasiado ajena, demasiado vieja, y se asombran de quelos extranjeros no hayan oído hablar de ella.Las casas donde se refugian son todas insalubres yprecarias: a veces enormes coliseos deportivos sin baño,servicios eléctricos ni agua potable, donde las hileras decolchones dejan apenas espacio para caminar, como en uncampo de concentración herido por miles de goteras. Lasdel barrio Nelson Mandela, junto a los basurales deCartagena de Indias, están hechas de tablones viejos,bolsas de basura y desechos de plástico. No hay baños, porsupuesto, y los niños juegan entre los excrementos y lasoleadas de cuervos.Clemente Mosquera se considera afortunado, y en ciertomodo lo es. Durante tres días anduvo como alma en penapor los alrededores de Montería hasta que un camionero lotransportó a Ciénaga de Oro, a Corozal y a Turbaco, dondecargaba cajones de Coca Cola por un plátano diario. EnTurbaco, por fin, se encontró con Amneris Santacruz, lamodista de Apartadó, que cortaba blusas para su madre yque acababa de perder su máquina de coser en una casade empeños. Ambos llegaron caminando al barrio NelsonMandela—en verdad, no hay otro modo de llegar: loscamiones no se aventuran hasta allí y la ruta quedademasiado lejos—: los primeros días se ofrecían de puertaen puerta para acarrear agua; después, Amneris empezó aremendar ropas ajenas y Clemente a pegar carteles para uncandidato a concejal de Cartagena de Indias.A veces comen, a veces no. A veces oyen noticias terriblesde los mochacabezas, que siguen despejando las tierrasdonde se construirá algún día el canal interoceánico:matanzas o mutilaciones de cientos de personas enCiénaga La Honda, en el río Cacarica, en el cerro ElCuchillo. O se enteran de crueldades aún peores que hansucedido lejos, en Pasto cerca de la frontera con Ecuador oal oeste, en el valle del Cauca. Con tanta muerte alrededor,sienten cada mañana la felicidad de seguir vivos. “Ya nosomos gente, no somos nada”, dice Amneris. “Pero siquieraDios nos ha dado la gracia de seguir respirando”.Más fatalista que su protectora, Clemente resume en una fraseterrible el azar absoluto al que están sometidos más de unmillón de colombianos nómades: “Todos tenemos que morir,tarde o temprano. Si se muere temprano, se sufre menos”.

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Tierras de nadie

A mediados de mayo de 1997 conocí a ClementeMosquera en un barrio precario de Cartagena de Indias,donde se había refugiado después que una patrulla militarmutiló y asesinó a toda su familia en la calle mayor deApartadó, cerca de la frontera con Panamá. Recuerdo muybien a Clemente: era frágil y menudo como un pájaro, elpelo oscuro y salvaje, la mirada huidiza, y una cicatrizenorme en la mejilla, abierta por el mismo machete quehabía segado la vida de sus padres. Estaba a punto decumplir trece años, pero parecía de seis. Durante la mediahora que duró nuestro encuentro en el dispensario delbarrio donde vivía, al lado de un basural, Clemente estabasiempre apurado por marcharse. No tenía nada qué hacerni adónde ir, pero los largos meses de continua fuga lohabían acostumbrado a no quedarse quieto. “Todostenemos que morir tarde o temprano”, me dijo aquel día.“Morir temprano es mejor. Se sufre menos”.Hace un par de semanas recibí, casi al mismo tiempo, lanoticia de la muerte de Clemente Mosquera y un ejemplarde Las guerras en Colombia, el extraordinario libro en elque la periodista Alma Guillermoprieto reúne los tresartículos que escribió para The New York Review of Booksentre abril y mayo del 2000. El libro me permitió entendermejor la interminable violencia que azota a Colombia desdehace medio siglo y, de paso, descubrir una razón para elprecoz final de Clemente, que murió en las montañaspróximas a Bucaramanga, al nordeste del país. Al parecer,cayó con el fusil en la mano durante una de las cotidianasescaramuzas entre el ejército regular y un pelotón de lasFARC o Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, quelo habían reclutado dos años antes.Una carta del matrimonio Mendoza, en cuya casa deCartagena se refugió Clemente al huir de Apartadó, resumela odisea de los incontables niños colombianos que andana la deriva por el país incierto. Isabel de Mendoza escribeque, entre febrero y marzo de 1998, cuando le pareció quela situación se había calmado y que ya nadie teníamemoria de los estropicios causados en su pueblo natal,Clemente Mosquera intentó regresar en busca de un tíoque había sobrevivido a la matanza y que estaba escondidoen la ciudad de Montería. Quería que lo ayudara areconstruir la casa de dos plantas levantada por su padreen la calle mayor, cerca del coliseo deportivo, y a recuperarel hato donde la familia había criado cerdos y vacasdurante dos o tres generaciones. A los trece años, Clementecreía que la vida es una sucesión de fatalidadesinterrumpidas sólo por la voluntad de perdurar. “Laspersonas somos tan sólo hojas al viento, que Dios muevesegún su santa voluntad”, escribió Isabel de Mendoza.“Clemente suponía que las hojas pueden moverse solascuando no hay viento. Dios le mostró que no es así”.Clemente intentó salir de Cartagena de Indias por el mismocamino que lo había llevado. Se unió a una caravana delanchones y descendió hacia Montería por los lodos del ríoSinú, en un viaje de tres jornadas interminables. Comió dos

bananas y tomó dos dedos de agua. Al amanecer delcuarto día, cuando los viajeros avistaron a lo lejos las torresde la catedral, los atacó una avanzada de la guerrilla. Lascartas que Clemente envió a la familia Mendoza un añodespués del asalto nunca explicaron cuál fue el destino delos que iban con él. Con un lenguaje escueto, laborioso,difícil de descifrar, Clemente sólo contó que los oficialesatacantes le ofrecieron adiestrarlo en el uso de las armas ypagarle un salario quincenal si se les unía. “Les dije que sí.Ya estoy en edad de ganar algún dinero”, escribió.Aunque la costumbre de reclutar adolescentes y niños escasi tan antigua como la guerra de medio siglo que llevaColombia, sólo en el año 2000 se convirtió en un hechopúblico. Alma Guillermoprieto refiere en su libro queManuel Marulanda o Tirofijo, el jefe de las FARC, se negósiempre a reducir la edad de la leva de guerrilleros:“Nosotros tenemos una norma que nos exige reclutar sólode quince años en adelante”, dijo. Pero nunca fue así.También el ejército y los paramilitares levantan niños de loscampos cada vez más despoblados: en las tropas deavanzada, la edad promedio de los combatientes es decatorce años.Clemente Mosquera dijo que se había incorporado comovoluntario. Quién sabe si esa es la verdad. Según AlmaGuillermoprieto, casi todos los niños fugitivos de la guerrillacuentan que ingresaron a ella como parte de pago por losimpuestos que su familia no pudo pagar—los pesadísimosgravámenes a los cultivos de coca o a las cosechas demaíz—, o bajo la amenaza de que sus padres seráncastigados. “Parece lógico reclutar a los más jóvenes”, selee en el libro de Alma Guillermoprieto. “Son maleables y lobastante fuertes como para sobrevivir a las incontablesexigencias físicas de la campaña”.En agosto del 2000, fecha de su última carta a losMendoza, Clemente Mosquera era un experto tirador deametralladoras AK 47—tardaba menos de tres minutos endesmontarlas y limpiarlas—y de rifles de asalto Galil. Vivía“en sociedad” con Nora, una chica de trece años, y suúnica infelicidad era no tener hijos, porque el reglamentode las FARC, que no reprime ni vigila las relacionessexuales entre los combatientes, es en cambio intolerantecon las parejas demasiado estables y con los lazos defamilia demasiado sólidos. En la primera revisión médica, seles coloca a las adolescentes un dispositivo intrauterinoobligatorio. “Tal vez algún día, cuando termine tantainjusticia como la que hay en Colombia”, escribióClemente, “Nora y yo podamos regresar a Apartadó y tenerallá la familia que nunca tuvimos”. Tal vez, algún día, sonexpresiones que en la Colombia de estos tiempos equivalena nunca.A través de la versión de un guerrillero desertor que volvióal barrio Nelson Mandela, la familia Mendoza pudoreconstruir en parte los pasos de Clemente durante losúltimos dos años, desde la leva forzosa cerca de Monteríahasta su muerte en combate. Fue entrenado en las selvasde la zona de despeje durante más de seis meses, enfermóde malaria y sobrevivió gracias a los cuidados de Nora, en

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uno de esos dispensarios de fin de mundo que están juntoa las destilerías de cocaína; combatió contra losparamilitares de Carlos Castaño en los infiernos dePutumayo y contra el ejército regular en los bañados deCaquetá. Mató a diez hombres, fue herido en una pierna.Nunca recibió la paga que le habían prometido.A fines de noviembre, lo incorporaron a un batallón de éliteque comenzó a hostigar al ejército cerca de las montañas deBucaramanga. Clemente dirigía un pelotón de doceguerrilleros, todos menores que él, niños de entre doce ytrece años. Las versiones sobre su final son confusas: Isabelde Mendoza dice que su patrulla cayó en una emboscadatendida por el grupo Autodefensas de Castaño, la víspera deNavidad. Otros vecinos del barrio Nelson Mandela suponen

que Clemente sucumbió en una de las más cruentas batallasde las FARC contra el ejército, al oeste de Bucaramanga.Nadie sabe cómo hacer para que cese en Colombia unaviolencia que lleva más de medio siglo. Hay cinco o seisfacciones en pugna, y la entrada de los norteamericanos enla pelea, con el pretexto de la lucha contra los traficantesde cocaína, agregará una leña más a tanto fuego. Comoescribe con sensatez Alma Guillermoprieto, el principalescollo para la paz es que nunca hay dos bandos, y cadavez que uno de ellos busca negociar una tregua, los otrosse oponen o exigen soluciones imposibles. Tampoco nadiesabe ya por qué o contra quién pelea. Clemente Mosquerafue una hoja al viento llena de preguntas y se acaba demorir sin ninguna respuesta.

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VOCES EN EL “TALLER DE LA MEMORIA” / VOICES IN THE “MEMORY WORKSHOP”

Resumen

El autor explica el proceso vivido en jóvenes y pobladores de CiudadBolívar, una de las zonas más pobres de Bogotá, durante el desarrollo desu investigación recogida en el texto Ciudad Bolívar: la hoguera de lasilusiones. A través de la escucha y la interlocución, del despliegue de lashistorias personales de los jóvenes entrelazadas con los contextossociales, y la experiencia del Taller de la Memoria, el autor logra acercarsea los imaginarios de jóvenes de barrios populares y su visión de laciudad.

Palabras clave: Jóvenes, Imaginarios, Memoria, Ciudad Bolívar.

Abstract

In the present article, the author describes the process lived byyoung inhabitants of Ciudad Bolívar—one of Bogotá’s poorestareas—throughout the research that served as base for the bookCiudad Bolívar: la hoguera de las ilusiones. By means of hearingand dialoguing, as well as by presenting these young people’sstories tangled with their social contexts, and their experience withthe “Memory Workshop”, the author approaches the imaginaries ofyoungsters from popular neighborhoods and their vision of the city.

Keywords:

Young people, Imaginaries, Memory, Ciudad Bolívar.

La inclinación hacia lo histórico siempre ha ejercido unaprofunda influencia en mi trabajo narrativo y en mispesquisas periodísticas. Por lo tanto, con el acercamiento ala comunidad de Ciudad Bolívar retomo mi preocupaciónpor la problemática de la ciudad.En la universidad, en mis clases de periodismo, noshacemos muchas preguntas sobre qué es la ciudad—unaciudad como Bogotá de 6 o 7 millones de habitantes—, sirealmente se tiene un conocimiento parcial de esa ciudad,cómo se piensa esa ciudad, cómo se camina, cómo lahemos vivido, cuáles son nuestros itinerarios diarios, cómoes la relación con los vecinos y la percepción que tenemosde ciudad como espacios de encuentros y desencuentros.Pensar la ciudad como la posibilidad de estructuración deun gran relato urbano: como la ciudad capital dondeconfluye el país, Bogotá es el país configurado a retazosculturales, regionales, colores, gestualidades y voces. Estasreflexiones conducen a plantearme un trabajo

experimental, a indagar desde la literatura en una localidadmuy pobre en Bogotá—Ciudad Bolívar—y a hacerlo con laidea de escribir un libro sobre jóvenes. El tema de losjóvenes se había vuelto moda influyente en las cienciashumanas en algunas ciudades, especialmente Medellín yCali: en los años 80 y 90 apareció la figura prominente delsicario y daba la impresión que el mundo de la realizaciónhumana de los jóvenes entre los 12 y los 15 años eravolverse sicario, asesino a sueldo para ganar grandessumas de dinero, vivir de marca y escuchar su música,morir en su ley a los 17 y dejar un techo como herencia ala madre.Quiero reflexionar sobre esta experiencia de investigaciónsocial y diversas escrituras porque hace parte de miposterior trabajo narrativo. Ciudad Bolívar es una ciudadelaparecida a las favelas de Río de Janeiro; medio millón dehabitantes con la particularidad de ser hoy el epicentro dela miseria en Bogotá y el espejismo de la tierra prometidapara muchos desplazados, que culmina con la ilusión detener casa propia construida con todo tipo de material enmedio de un paisaje desolado de inmensas piedras.Ese conglomerado humano tiene la particularidad de seruna población eminentemente mayoritaria de niños yjóvenes de 12 a 18 años y, una población adulta, lospadres de familia que llegaron a esa zona huyendo de laviolencia o arribaron a Bogotá con el sueño de larealización humana bajo el acicate del peso de la exiguaeconomía casera. En la localidad se produce unenfrentamiento de dos memorias: la memoria de latranshumancia de adultos que expresa un imaginariocampesino: la tierra en la lejanía, frustración por los sueñosperdidos, y en su mirada una reciente mezcla explosivaurbana; por el otro lado, miles de niños que crecen y vivensu experiencia de niñez en el contexto de una ciudad queno les pertenece porque físicamente son excluidos, ya queson mirados como sospechosos y advenedizos. Los adultosconviven con la memoria que trajina geografías: la imagendel perseguido en un viaje interminable, luego el choquecultural de llegar y adaptarse asumiendo la visión delmundo que expresa los límites de otras necesidadeshumanas impuestas por la ley del consumo y por actitudesdominantes del dinero fácil que ellos tratan de conseguir,como dóciles criaturas.En los noventa, durante cinco años, los medios decomunicación, radio, prensa y televisión, aseguraban en susinformes—por supuesto sin ninguna profundainvestigación—que Ciudad Bolívar era la zona máspeligrosa de Bogotá, que si ibas de visitante te asaltaban,te mataban, te enterraban, te secuestraban, en fin no tedejaban hueso bueno. Con ojos escrutadores de escritor,entro a la zona para hacer la experiencia de escribir relatoso historia de vida que desde el punto de vista teórico habíatrabajado en la universidad con mis estudiantes. Queríaconstruir estos relatos de vida no sólo desde lo periodístico,sociológico o antropológico sino desde de la literatura. Mecarcomía la necesidad de conocer a profundidad esa partede la otra ciudad, la ciudadela oculta para la inmensa

Arturo Alape*

* Escritor, cronista y pintor. Autor de obras como El Bogotazo: memoriasdel olvido, Valoración múltiple sobre Tomás Carrasquilla, SangreAjena, El cadáver insepulto, entre otras.

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mayoría de los habitantes de Bogotá. La otra ciudadtambién desconocida para mis huellas.Entro a la localidad acompañado de personas que trabajanespecialmente con jóvenes agrupados en organizaciones nogubernamentales. Entre el tiempo de la iniciación de lainvestigación y la culminación del texto, invierto cerca de 3años. Quiero subrayar algunos momentos de estaexperiencia, importante como escritura y la posibilidad realde entablar con el otro una larga y profunda conversación.Cuando llego a la zona, de inmediato siento el rechazo dealguien que está excluido por la ciudad, alguien que por sumisma condición social es mirado como transeúnte ysospechoso, absolutamente excluido de ciertos espaciosurbanos. El excluido socialmente también excluye al otroque llega, la exclusión se vuelve también una manera deser socialmente para enmascarar la necesidad de sobrevivir.Me encuentro con jóvenes terriblemente agresivos paraquienes somos forasteros y llegamos de otros desconocidosterritorios urbanos. Son mentalidades cerradas, digamosque actitudes brindadas contra el virus del visitante. Amedida que voy conociendo a un grupo de jóvenes, me doycuenta que era inoficioso escribir sobre estos, porquecomencé por aprender la piedra lección: para escribir sobreellos, debía aprender a hablar con ellos, conocer susgestualidades y, además, escuchar y descifrar su lenguaje, yeso requería de un proceso lento de observación yaprendizaje.En el grupo de jóvenes que voy conociendo, hay sicarios,estudiantes, desocupados, niñas de 12 a 15 años con unaborto sobre la vida, guerrilleros urbanos y posiblementeintegrantes de grupos de limpieza social. En la zonaconfluye el país político, el conflicto armado, la dramáticasituación social y económica: amalgama humana deregiones. Pasa el tiempo y voy aprendiendo con muchasutileza cómo conversar con ellos, dejando a un lado ladesconfianza mutua, el temor a lo desconocido,aprendiendo a escuchar el sonido de la voz del otro.Un día asisto a una reunión muy interesante, concurrencerca de 300 jóvenes. La citación corre a cargo de unaorganización no gubernamental; su objetivo, escuchar lasdiversas propuestas de trabajo de quienes hemos llegadorecientemente a la zona. Los muchachos están ávidos porescucharnos: la sala está repleta. Un cineasta de latelevisión que trabajaba para el viceministro de la Juventud,hizo un discurso por cierto corto y muy significativo que amí me enseñó muchísimo. Él dijo lo siguiente: señores yovengo a realizar un documental para la televisión sobre losjóvenes de Ciudad Bolívar. El documental será muyimportante para ustedes los jóvenes de esta localidad, puesserá una oportunidad para que el país conozca suproblemática. Quiero, a través del documental, adentrarmeen sus vidas, en sus necesidades, en sus sueños. Al final desu improvisación, hizo un premeditado silencio a la esperade un largo aplauso, luego sacó a flote la logística quenecesitaba para realizar el documental. Dijo en tono muyconvincente: necesito que ustedes me consigan cuatrojóvenes sicarios, tres prostitutas de 12 a 15 años, dos

ladrones de apartamentos y, además, que ustedes mismosdeterminen cuántos muchachos pueden ayudarme a cargarla cámara. Mientras escuchaba al hombre de la televisión,miraba los ojos de los muchachos y esa tarde percibí elprofundo odio que había en esas cientos de miradas, que leestaban diciendo al personaje televisivo que simplementeera un hijo de puta. La pobreza no se puede manosear, lapobreza no se puede manipular. Cuando me tocó el turnode intervención, me preguntaron: ¿Qué quiere de nosotros?¿Por qué usted viene a Ciudad Bolívar? Con cierta timidezdije, soy un escritor que he publicado 15 libros, quierosimplemente escribir un libro sobre los jóvenes de CiudadBolívar, no sé si lo pueda escribir, si ustedes estáninteresados. Un silencio de incredulidad se apoderó de lasala: me estaban diciendo que no eran ratones delaboratorio.En esa reunión aprendí que debía realizar un procesodistinto de acercamiento a los jóvenes, que debía usar unmétodo poco usual en el país: aprender a escuchar al otro,conocer su voz y a través de su voz conocer suspensamientos, sus instancias íntimas, su manera de actuar.El origen y razones desde el punto de vista sociológico delconflicto armado colombiano, en su raíz histórica lo definela relación con el desconocimiento hacia la existencia delotro. El otro es alguien que camina con figura prestada, unhombre invisible que no piensa: ese hombre invisible quesólo sirve para darle una patada en el culo. ¿Por qué debeescucharlo y visualizarlo? ¿Por qué debe escuchar a unhombre que no piensa? Y si no piensa es porque no existey si existe es para borrarlo de la faz de la tierra: se precisaun disparo sobre la frente.Es el comportamiento que se ha socializado muchísimo yhace parte de la mentalidad que ha desarrollado en elejercicio de la violencia en todas sus características: oficial,guerrillera, paramilitar. Ejercicio autoritario del poderpolítico, de las clases políticas, de los diversos actoresarmados. El otro existe para matarlo o secuestrarlo, el otrono existe para escuchar de él lo que piensa. Somos un paísde autistas armados hasta los dientes, con mentalidad quepiensa que el mundo gira alrededor de nuestros pies, y sólodebemos escuchar en nuestra perturbada soledad elhermoso sonido de nuestras palabras.Duré 4 meses en compañía de diversos grupos de muchachos.Comencé a identificar en ellos un elemento que me parecióera decisivo, conmigo siempre hablaban de la siguientemanera: la gente de Bogotá no nos comprende; nosotrosqueremos que nos entiendan, porque somos jóvenes con losmismos conflictos que tienen los jóvenes en el país: tenemosproblemas familiares, problemas educativos, vivimos entretodo tipo de violencia y drogadicción, somos de origen muyhumilde, pero somos jóvenes. Es decir, que en ellos existía laprofunda necesidad de que los reconocieran en su condiciónde ser jóvenes. Ya era un indicio para hablar con ellos, paraque me abrieran las puertas de su intimidad memoriosa y desus emociones recónditas.Pero también encontré a otros jóvenes que queríanutilizarme como puente para conseguir cosas materiales.

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Alguien que llega a un sitio de pobreza, se encuentra conpersonas con mentalidades mendicantes y menesterosas: elque viene de afuera con una cámara fotográfica es unhombre rico y, por lo tanto, puede y debe hacerme favores,resolver de pronto nuestra pobreza. Incluso, cuento unahistoria, un muchacho un día me dijo: mire señor escritor,yo tengo la historia más escabrosa: hago el amor con mimamá, también con mi hermana, me gusta mi tía, hematado como a cuatro…Al final me dijo, ¿cuánto me pagapara terminar de contarle mi historia para que usted laescriba? Con el aprendizaje diario, fui quitando de caminolo que podríamos llamar los obstáculos humanos,psicológicos, ideológicos e históricos para poder establecercon ellos una conversación de larga duración, que enúltimas es la que puede consolidar un relato o una historiade vida. Y tres meses después de esta extenuanteconfrontación verbal con esa dura cotidianidad, a mí se meocurrió una idea que al final se volvió como una especie detrueque con ellos: yo les doy, les aporto conocimientos yustedes me cuentan historias, claro que voluntariamente.Pasaban los meses, no había escrito nada y ningunainstitución me estaba pagando; la investigación corría acargo de plata de mi propio bolsillo, financiaba la ansiedadde escritor.Iba a la zona cada sábado, toda la tarde y regresaba a casaen la noche. Ciudad Bolívar es una localidad de 250barrios, que crece porque cada día hay nuevos barrios deinvasión: medio millón de habitantes, es decir, una ciudadintermedia. Un día le puse nombre al trueque verbal conlos muchachos, lo bauticé: El Taller de la Memoria. Yo lesdije en tono muy emocionado: hagamos un Taller de laMemoria y preguntaron, ¿qué es eso? Les dije que íbamosa crear un espacio de discusión en el cual ellos pudieranexpresar abiertamente lo que pensaban del mundo que losrodeaba. Yo simplemente les facilitaría unos textos paradiscutir y, así, abrir la discusión colectiva. Ellos responden,qué vamos a ganar nosotros, yo les digo, van a ganar laposibilidad de hablar y discutir sobre la problemática deustedes como jóvenes, ¿Y usted qué va a ganar? Yo lesrespondí, la posibilidad de escucharlos, quizá escribir unlibro sobre ustedes. Se rieron con sorna y el escepticismo sereflejó en sus rostros.Convoqué a una reunión y les dije, el plan es el siguiente:durante 6 meses vamos a reunirnos, leeremos ydiscutiremos una serie de textos, ustedes discutirán sobresus problemas. Ese día asistieron 35 muchachos, en elgrupo había una chica que había estudiado sociología en launiversidad. El resto había terminado la primaria y otros nisiquiera habían alcanzado el bachillerato. Tambiénasistieron ese día algunas jóvenes madres comunitarias yprofesores de escuela primaria, era un grupo de gentejoven. Fluctuaban entre 13 y 17 años y los adultos apenaspasaban de los 20 años. Yo les propuse la metodología:leeremos en grupo varios libros, cito los títulos: Biografía decimarrón de Miguel Barnet, bello texto en el cual un negrocubano de 104 años cuenta la historia desconocida de losesclavos cimarrones durante las luchas de independencia;

un según libro, Juan Pérez Jolote, de Ricardo Pozas A, lahistoria de un indígena que va a estudiar antropología aciudad de México y regresa a su comunidad, luego escribesobre comunidad; Antropología de la Pobreza, de OscarLewis, texto fundador, profundo acercamiento a ese puentehumano entre lo rural y lo urbano; No nacimos pa´semilla,de Alonso Salazar, lacerante libro que a través de relatostestimoniales, nos descubre el mundo de los jóvenessicarios bajo las órdenes del Cartel de Medellín, y agreguéotras lecturas adicionales.Yo les dije, vamos a organizar grupos que deben leer loslibros, lectura referida a diversos temas sobre los jóvenes enCiudad Bolívar: historia de la comunidad, historia del barrio,historia de la familia, los sueños como realización humana,los sueños cotidianos convertidos en pesadillas por lacontinuidad, significado, y valor de los sitios de reunión,como por ejemplo la cuadra o la esquina; relaciones entrejóvenes, relación con la policía y el ejército, relación con laguerrilla; su visión de la ciudad y del país; todo un ejeproblemático implícito en sus propias vivencias. Además,flotaba en el ambiente una pregunta terriblementeprovocadora: ¿Los jóvenes de Ciudad Bolívar son, pornaturaleza, violentos, pisto locos, sicarios? Los medios decomunicación habían dictado cátedra escrita, visual yverbal, durante cinco años comparando a los jóvenes deesta zona con los jóvenes de las Comunas de Medellín. Yclaro, una conclusión al aire: si viven en las mismascondiciones infrahumanas como los jóvenes de lasComunas de Medellín, por lógica deben pensar lo mismo ypor lo tanto deben actuar siempre con un revólver en lamano o una patecabra al cinto.El Taller de la Memoria era el comienzo de una locaexperiencia pedagógica, contradictoria en su esencia por ladesigualdad en los conocimientos y formación odeformación de los asistentes. Pero la esencia misma de lapropuesta se basaba en la pedagogía de la provocación: ladiscusión sobre sus vidas sería, ante todo, un espacio dereflexión que los ayudaría a conocer las fibras de su propiaidentidad. Escogimos los grupos lectores, se suponía queleerían y hablarían de los textos, además la lectura losincitaría a profundizar en su razón de ser social. Hicefotocopias, y todos entusiasmados de verdad comenzaron aleer. La propuesta había calado: en el grupo se detectabacierto febril nerviosismo, como si se estuvieran metiendo lasmanos dentro de sus cuerpos. Estaban tocados yprovocados. Hermosas tardes de lecturas, exposicionescomparativas y discusiones sobre los textos propuestos.Cada sesión era un hallazgo porque cada quien sedocumentaba no sólo desde su propia experiencia sinodesde la experiencia de la comunidad.Se conjugaba lo propio con el entorno, se rescataba y seasumía la historia de los padres como memoria detransición y memoria contemporánea. La idea del libro salíaa flote. Entonces, una tarde aparecieron Los Testigos y ellibro comenzó a escribirse.El tema propuesto era la historia de los barrios, una visiónde la comunidad. Había mucha expectativa en la sala

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cuando de pronto, el grupo que le tocaba hablar sobre losbarrios, llevó a un viejo curtido en su rostro, vivaz en losademanes y gestos, de una seguridad imperturbable. Losmuchachos que debían exponer lo leído, dijeron: nosotrosno hablaremos sino que él lo hará en nombre de nosotros,don Guillermo aquí presente, porque él es nuestra memoriaen estas lomas. Don Guillermo contó o narró en formamaravillosa, su experiencia de cinco o siete barrios que élhabía invadido, de cómo esos barrios comenzaron afundarse cuando se les bautizó con el nombre escogido porla mayoría de los habitantes; de cómo se habíanconstruido, de cómo había sido la primera noche de unafamilia cuando llegaba con sus cosas y armaba una casa decartón o de tela asfáltica, dormía y soñaba por primera vezen habitación propia; noche de fundación y regocijofamiliar; de cómo los habitantes para poder llegar alterreno que habían comprado, cambiado por unelectrodoméstico o invadido a la fuerza, debían pasar porretenes establecidos por la policía y, a su vez, cómo ellosdebían pagar los impuestos a la policía para pasarlegalmente sus enseres; en fin, todo ese proceso social yhumano que consiste en construir una vivienda propia, enuna zona geográfica asentada en inmensas rocas. Hoy endía, son barrios con vías de comunicación, con agua y luz.Don Guillermo había narrado en dos o tres sesiones, unahistoria de vida de muchos años cuando el tiempo detienesu ritmo endemoniado para abrir cause a la reflexión denaturaleza vital. Don Guillermo se convirtió en algodefinitivo para la escritura posterior del libro: la figura deltestigo histórico que hablaba a través de la experienciavivida y convertida en memoria social, memoria de lacomunidad. Don Guillermo nos hizo sentir que estábamosen presencia de un hombre que no se arrugaba ante suvoz, por el contrario, cuando hablaba en su mirada nohabía vacilación alguna: expresaba decisiones.En la exposición de los temas posteriores, los muchachos seapropiaron de nuevos Testigos que hablaban en nombre deellos. No era una apropiación en el sentido mecánico ybrutal de la apropiación e imposición de la experienciaajena. Tampoco que ellos hubieran adquirido de pronto elvirus de la mudez. La palabra no se había ahogado en elrío de la memoria. Por el contrario, para ellos la presenciade El Testigo fundamentaba y permitía que la huella de unoy de todos quedara como huella definitiva en quienesescuchábamos atentos esa narración convertida en puente-humano de la memoria.Entonces El Testigo se volvió figura fundamental en eltranscurrir del Taller de la Memoria: su voz y gestualidadcreaban como recuerdos ámbitos de profundidad de lo quehabía sido la experiencia social en lo individual y en locolectivo. La confluencia de muchas voces, escenificada enla voz única y auténtica de El Testigo, quien asumía yrepresentaba las otras voces que yacían en el silencioimpuesto por la fuerza del olvido. Por ejemplo, las madrescomunitarias eran tres y llevaron al Taller otras cinco y cadauna durante una semana fue contando la historia de cómoel jardín infantil fue creándose en su barrio, en su cuadra.

Su origen: una madre con cinco hijos de diversas edades,mientras va a trabajar los deja encerrados durante el día,en un cuarto cubierto por tela asfáltica, espacio de dosmetros por tres, entre camas y una estufa de gasolina.Muchos niños habían muerto incinerados en incendiosprovocados accidentalmente en aquellos cuartosmiserables, con candado en las puertas para que los niñosno salieran a jugar al aire libre.Otra mujer madre con cinco hijos, le propone a las otrasmadres-padres: yo les cuido los hijos a ustedes. Ellas lepagan algún pequeño valor y después ese patio o casa con15 o 20 niños se vuelve un jardín infantil a la fuerza. Y estamujer se transforma a la fuerza en una madre comunitariaque por oficio cuida niños ajenos y, posteriormente, podráasistir a pequeños cursos de pedagogía infantil, dictadospor profesionales pagados miserablemente por el Estado.El Taller de la Memoria tuvo un desarrollo pleno, la genteleía los textos y llevaba sus propios testigos, la discusión seencendía a plenitud: la palabra provocaba comentariosencontrados, el tono verbal se acaloraba, al final la historianarrada unía ánimos y reflexión. Se fue creando un espaciopropicio: los muchachos hablaban de su vida personal sintapujos, ni rencores, ni odios o frustraciones frente a 30 o40 personas; hablaban porque todo el mundo losescuchaba con respeto; hablaban sin temor de las historiasvividas: hablaban de robos o acciones criminales comoasesinatos, problemas familiares, adicción a la droga, de suparticipación en la guerrilla. El olvido de la historiapersonal había quedado anclado en los límites de un ríolejano. El espacio del Taller de la Memoria se volvió unespacio de complicidad, quienes escuchábamos nosconvertimos en cómplices, nadie asumía el papel de policíani de juez ni siquiera de periodista. Comenzó a crearse enel inconsciente del grupo, la idea o la conclusión de que lashistorias que se estaban escuchando en ese ámbito derespeto y complicidad, serían incluidas posteriormente en ellibro. La idea de escribir el libro era ya una necesidadsuprema en todos los asistentes, se volvió una obligaciónque debía cumplirse.Claro que sería el libro de ellos, escrito por alguien muyatento que estaba escuchando sus historias. En el quinto osexto mes de reuniones semanales, aparecieron las historiasde los jóvenes y continuaron con el mismo proceso: susTestigos escogidos. Fue cuando sentí en lo más hondo demi ser que el libro se escribiría por fin. Habíamos logradotrabajar a unos niveles de reflexión colectivaextraordinarios, porque en el contexto de tantas historiasnarradas aparecía la conjugación de lo íntimo personal conlos sueños posibles de realizar. Aparecía en las narraciones,por ejemplo, la hermosa, contradictoria y dramática relaciónde familia, encierro en un pequeño espacio de 2x3 mdonde vivían cinco, seis o siete personas hacinadas enconstrucciones de cemento, adobe o tela asfáltica. Y en eseespacio asfixiante, vislumbrar o detectar cómo puededesarrollarse la convivencia de lo cotidiano familiar; cómolos padres hacen el amor, mientras los hijos duermen ohacen que duermen; y aparece el morbo inocente de lo

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erótico entre hermanos y hermanas; cómo se mezcla elsueño imaginado con el sueño real de todos los días,cuando se hablan de éstos en las mesa sin pan; cómo enese espacio de la miseria la gente puede construir una vidadigna, que les permite caminar por la ciudad comocualquier ciudadano normal.Esa relación encerrada y agobiada por el desdén de lamiseria, produce en los muchachos un creciente odioacumulado hacia ese espacio urbano que les impidecaminar tres pasos seguidos, entonces por inercia libertariabuscan la esquina. Y en la esquina se reúnen 20muchachos, hablan de los sueños, fuman marihuana, metendroga, bazuco, se regocijan con el ritmo cadencioso de loscuerpos de las muchachas, hablan de lo aprendido en laescuela, planean fechorías por diversión o quizá conmentalidad profesional. Viven ese espacio de la esquinagozándolo a intenso ritmo interior. Ellos, los jóvenesagrupados en esquina, se vuelven un conflicto para elentorno social, familiar. Los padres que han venido delcampo no pueden tolerar que sus hijas estén con esos tiposque pierden el tiempo en el día y la noche, y son comoestatuas fortificadas en la esquina, sombras definitivas. Esdecir, es una mentalidad policíaca: si esa persona estáparada en la esquina es porque está pensando en algomalo, la lógica demencial creada por el temor a loenvolvente inquisidor. Ese muchacho está pensando meterdroga, robar un apartamento o matar a alguien. Entoncesesa mentalidad y ese distanciamiento generacional, de unau otra manera, produce un fenómeno terrible: impulsa losllamados actos de limpieza social, parecidos a las razziasde limpieza que suceden en muchas de las ciudades delBrasil. En lo años 92 y 95 asesinan en Ciudad Bolívaralrededor de 500 muchachos de 12 a 15 años. Y losasesinos, apoyados por sectores de la autoridad, incluso dela propia comunidad y pagados por dueños deestablecimientos comerciales, son grupos enmascaradosque los cogen, los llevan a un sitio y los matan aquemarropa. Grupos que tienen un nombre singular:grupos de limpieza social.Muchos de estos muchachos roban tiendas, pequeñossupermercados y los dueños de los supermercados tienencontactos con aparatos oficiales y se crea un grupo desdeadentro y afuera del barrio que tiene como tarea limpiar elmal ejemplo y matar a los muchachos. Esta situación sevuelve algo muy normal. Lo terrible es que algunos padresde familia aceptaron como concepto definitivo de unamentalidad para sobrevivir: si mataban a un muchacho, lomataron con razón porque andaba metido en algo malo:acto de fe social para justificar el asesinato colectivo.Cuando en el Taller de la Memoria aparecen los muchachoscontando sus historias, que por cierto una de éstas laretomo 8 años después en mi novela Sangre Ajena, digo enese momento: el libro va a escribirse, debe escribirse. Es lapresencia de la escritura con su ritmo endemoniado queasoma como necesidad vital impulsada por sus propiasleyes. Era tanto el material escuchado y recogido que habíaque entrar a procesarlo como escritura. Después tendría

que plantearme los conflictos de la estructura narrativa.Hasta ese momento yo no había escrito ni una página.Esa es una extensa documentación que aún conservo enmis archivos. Cuando terminamos el Taller de la Memoria,los muchachos dicen muy convencidos: ahora sí queridoArturo a escribir el libro. Yo les dije, necesito más historias,otras historias para aproximarme a ese mundo complejo dela mentalidad de los jóvenes que habitan esta zonaperiférica donde pulula el desarraigo. Cada 8 días ellosaparecían con nuevas historias y nuevos personajes, en esetranscurrir de hallazgos narrativos duramos dos o tresmeses. Ellos buscaban afanosamente personajes y yocomencé a escribir las historias escuchadas.Surgieron conversaciones de larga duración, que sefundamentaban en ciertos principios enraizados en laexperiencia de hablar con el otro: hablan dos, vamos adiscutir los dos, a construir una historia entre los dos, dossujetos hablan y escuchan en igualdad de condiciones,ninguno de los dos será un objeto de uso y de informaciónpara el otro; es decir la historia escuchada por uno perocontada por la memoria del otro, en una situación derespeto y reflexión; conversación cimentada en unaprofunda confianza o empatía mutua que pueda crear unaadecuada atmósfera posible para hablar y escuchar; situarla conversación en el espacio y en el tiempo histórico enque sucedieron los acontecimientos, entorno social para ellogro de una relativa veracidad de la historia que seescucha; introducir en la conversación el arma de lapregunta y la contra-pregunta en quienes asumen el rol depreguntar, narrar y escuchar; la pregunta suele convertirseen un acto de imposición de quien, por razones desupuesta formación académica, piensa que el otro no debepreguntar sino simplemente escuchar la pregunta y narrarla intimidad de su vida. El que confiesa también pregunta.De antemano propuse un compromiso con losprotagonistas: antes de publicar la historia, los muchachos,muchacha o muchacho, leerían el texto escrito sobre suvida, propondrían reformas y se publicaría lo que quisieranque publicara; incluso, en algunas conversaciones surgieronnexos de éstos con la guerrilla y esos datoscomprometedores los fui eliminando de acuerdo con ellos.Me interesaba construir relatos en los cuales se pudieraconstatar y medir una profunda dimensión de vida de unosjóvenes de 14 o 15 años; una niñez y una juventud quenunca tuvieron y, a la vez, la relación con el crecer humanoque tiene tantas complicaciones en la periferia de unaciudad violenta en sus ejes fundacionales.Posteriormente fui trabajando textos y un día, en boca deuno de los protagonistas, escuché una verdad que me dolióen el alma: “nosotros los jóvenes somos gente muy buena,gente sana, gente soñadora, gente que abraza con muchoafecto, gente aventurera, pero también los jóvenes somosunos hijos de puta…” Esto me situó en la dura realidadpara poder entender ese fenómeno de lo que es lamentalidad de muchos jóvenes. Busqué literatura, leí unanovela de Paul Nizán que se titula: Aden Arabia. Nizáncomienza su novela: “Yo tenía 20 años y no permitiré que

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nadie diga que es la edad más hermosa de la vida”.Afirmación que a renglón seguido, le da un hondosignificado de apropiación de una realidad compleja,cuando escribe: “Todo amenaza con la ruina a un hombrejoven: el amor, las ideas, la pérdida de la familia, laentrega al mundo adulto. Le es duro aprender cuál es sulugar en el mundo”. Y luego Sartre hace un sesudo prólogosobre la novela y dice: “hemos traicionado tantas vecesnuestra juventud que no mencionarla es una decenciamínima. Nuestros antiguos recuerdos han perdido susdientes y sus garras; veinte años, sí, he debido tenerlos,pero tengo cincuenta y cinco y no tendría la audacia deescribir: “Tenía veinte años y no permitiré que nadie digaque es la edad más hermosa de la vida”. Esto me hacedescifrar más a fondo esa mentalidad juvenil.Entonces ocurre el fenómeno hermoso en el que ellos, poriniciativa propia, comienzan a buscar otras historias y sonmuchas las historias que vienen hacia mí con su vuelo oral. Yovoy seleccionando el material, me reúno y trabajo con lospersonajes tres o seis días, grabo entrevistas de una a diezhoras y comienzo a elaborar ese proceso escritural a través delo que califico el proceso de los originales. En síntesis, hiceseis originales del texto Ciudad Bolívar, la hoguera de lasilusiones. El primer original era la trascripción absoluta sineditar de la conversación grabada, especie de constancia deésta en su conjunto lingüístico, con sus silencios, repeticionesy modismos; el segundo original un texto dramático, queconsiste en hacer una lectura de la historia dándole prioridada los hechos dramáticos; es decir, subrayar o numerar ensecuencias las situaciones más cruciales en la vida delpersonaje y luego, reorganizar de nuevo el texto en suestructura a partir de la importancia de cada secuenciadramática, y así evitar la monotonía de la cronología cuandose trata de un texto oral. El tercer original era el mismo relatocontado desde los hechos dramáticos conservando la esencialingüística del texto en su trascripción. El cuarto original era el

estudio lingüístico del texto oral para unificar secuenciassemánticas y rescatar ritmos connotativos que se pierden enla oralidad y, a la vez, limpiando el texto de repeticiones ymodismos. El quinto original era una confluencia de lodramático y lo lingüístico, y, en el sexto original, el escritorintroduce su voz escritural en segmentos cuando la historiaoral lo permite o necesita profundizar en ciertas situacionesde la intimidad del personaje o en cuestiones relacionadascon sus diversos entornos sociales e históricos.Finalmente apareció el libro con un inmenso éxito editorial yesto produjo una serie de nuevas situaciones que quierosintetizar: uno, que con su publicación, cuando los medios decomunicación se refieren a Ciudad Bolívar hoy día lo hacencon mayor respeto; se demostró que Ciudad Bolívar no era elinfierno de la violencia capitalina que los medios decomunicación habían propagado como peste ambulante ensus mensajes; se aclaró que en Ciudad Bolívar viven jóvenesque están luchando para que se les entienda su identidad dejóvenes, que piensan, viven la ciudad y tienen una visiónsobre el país. Dos, los relatos producen una profundatransformación en los propios personajes; uno de ellos, queen esa época pintaba, después del texto publicado va a launiversidad y estudia Filosofía y Letras, continúa su carrerade pintor y hoy día es profesor. Tres, el libro como experienciahumana se convirtió en un texto muy leído en todos loscolegios de Bogotá y ha logrado, a través de su lectura, abrirun amplio diálogo entre los muchachos del sur con losmuchachos del norte de la ciudad. En últimas, el texto esuna reflexión profunda sobre los imaginarios de los jóvenes,de su visión de la ciudad, de sus itinerarios ydesplazamientos geográficos. El libro no sólo es texto sobrejóvenes o texto sobre la ciudad, es también una íntima ylarga conversación que abre puertas a esa memoria, queyace en los recuerdos individuales del otro cuando el tiempono tiene prisa y rehace en una conjugación de voces, otraorilla clarividente de la memoria colectiva urbana.

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Fecha de recepción: junio de 2006 · Fecha de aceptación: julio de 2006

BRÚJULA ROTA. CULTURA “NÓMADA” DE LOS TRABAJADORESMIGRATORIOS CENTROAMERICANOS / BROKEN COMPASS.“NOMADIC” CULTURE OF THE CENTRAL AMERICAN WORKINGIMMIGRANTS

Resumen

El texto, fundamentado en entrevistas, aborda el tema de las migracionesde centroamericanos hacia los Estados Unidos. A través de testimoniosde personas que han recorrido difíciles caminos como el desierto, la selvay el río, y han utilizado crueles medios de trasporte como el tren del queson empujados hasta perder pedazos de sus cuerpos, los autores secentran en un análisis de la identidad cambiante del “nómada”, que va yviene sin un lugar fijo al cual llegar o del cual partir.

Palabras clave:Migraciones, identidad, cultura, Centroamérica, tránsito.

Abstract

Based on interviews, the present text approaches the issue of CentralAmerican migrations towards the United States. By means of testimoniesof people who have walked across the desert, the jungle, and the river,and who have used cruel means of transport—such as the train fromwhich they are pulled-off until they lose parts of their bodies—, theauthors analyze the changing identity of “nomads”, who come and gowith no stable starting point or destination.

Keywords:Migrations, identity, culture, Central America, transit.

La pobreza ha salido de sus escondrijos a peregrinar. Desdelos años 70 del siglo pasado, verdaderas muchedumbres decentroamericanos buscan anhelantes el llamado “sueñoamericano”, transitando por una de las zonas máspeligrosas del hemisferio, la llamada “ruta del Soconusco”.Una garganta infestada de salteadores, víboras, malaria ytraficantes de humanos, que se extiende a lo largo de unos150 kilómetros desde Tecún-Umán, en el borde fronterizode Guatemala, hasta Tapachula, en México.Estuvimos allí, en julio de 2005, en el curso de unainvestigación sobre los impactos culturales de los migrantesen la sociedad salvadoreña. Luego, en San Salvador,

participamos de una serie de conversaciones con diferentesgrupos de personas asociadas al tema, incluyendo unamesa (“grupo de discusión”) con personas que vivieron encarne propia la experiencia del viaje al norte y el regreso,en unos casos voluntario, en otros forzado, a El Salvador.De aquella vivencia, tanto como de las lecturas y laescucha de esos testimonios, de la revisión del rico materialfílmico recogido por el colectivo Meridiano 89° y eldocumentalista Uli Stelzner, es posible concluir que muchosde nuestros migrantes tienen allí la primera gran prueba desu tránsito hacia el norte. Un tránsito que puedeprolongarse por muchos años, hasta configurar, poco apoco, una cultura nómada, un proyecto de vida queconsiste en un constante ir y venir, en muchos casos sinsaber a dónde se llegará. Para cruzar hacia Guatemala uncentroamericano no necesita de una visa, pero lasautoridades policiales suelen aprovecharse de lavulnerabilidad y las incertidumbres de los migrantes paraempezar a cobrarles “mordidas” desde que ponen un pieen la frontera.De manera convencional se concibe a la migración comoun proceso de ida y retorno, con etapas diferenciadas.Cuando el grupo mexicano Los Tigres del Norte canta laexperiencia de los cruces a nado de los tres ríos fronterizos—Paz (El Salvador/Guatemala), SuchiateGuatemala/México) y Bravo (México/Estados Unidos)— ysostiene que los salvadoreños son tres veces mojados, nohace sino recoger las sagas contadas por los nómadassalvadoreños.En realidad, puede ser un proceso de tránsito, largo ycomplejo, con numerosas estaciones, que incluye pasosdecisivos, como el de Soconusco, a los que le sigue elarriesgado tránsito por el territorio mexicano, pasando portoda clase de vejaciones (robos, violaciones, heridas), y aveces encontrando hasta la muerte. El salto a los EstadosUnidos incluye, a su vez, la tortuosa travesía por las zonasdesérticas y las diferentes etapas del internamiento urbano,el encuentro de un espacio para vivir, la obtención de unoo varios trabajos, las capturas, la deportación...Pero el tránsito no termina allí. La estadía misma enEstados Unidos suele ser vivida como una nueva transiciónque tiene como horizonte el regreso, más tarde o mástemprano, al lugar de origen. Este retorno, con frecuencia,no significa el fin de la travesía sino sólo una nuevaestación, una parte consustancial de su forma de ser: entránsito.De ello vienen dando testimonio muchos nómadas que hanido al norte “sin papeles”, retornando a sus lugares deorigen y reemprendiendo de nuevo la ruta. Una, dos, tresveces más.No sólo la música nos habla de estas experiencias, tambiénlas cartas, álbumes de fotos y poemas lo hacen desde unavivencia más íntima. Un ejemplo de ello es el poema“Apátrida” de Alex Canizález:

Amparo Marroquín Parducci * y Miguel Huezo-Mixco**

* Amparo Marroquín Parducci es profesora de comunicación einvestigadora sobre procesos de cultura e identidad en la UniversidadCentroamericana José Simeón Cañas de El Salvador.

** Miguel Huezo Mixco es poeta y ensayista, autor de nueve libros; en1999 se hizo acreedor a un Premio Centroamericano de Literatura.Desde 2004 han iniciado una relación de colaboración en torno altema de las migraciones internacionales salvadoreñas.

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Revista de Estudios Sociales no. 24, agosto de 2006: 108 pgs. ISSN 0123-885X: Bogotá; 27-32 pgs.DOSSIER • Amparo Marroquín Parducci y Miguel Huezo-Mixco

“Siempre me siento extranjerono importa dónde estoy...alguien rompió mi brújulame echó a transitar por el mundovuelvo siemprebuscando una calleuna casaa la que nunca regreso”.1

Foto 1. Subiendo al tren. Fotografía del documental “Asalto a un sueño”.Tapachula. Uli Stelzner ©

Foto 2. Inmigrantes centroamericanos esperan el tren en laestación de Tapachula. Fotografía del documental “Asalto aun sueño”.Tapachula. Uli Stelzner ©

Aquella estación es un enorme plantel con numerosas víasque convergen y se separan. Huele a gasolina y orines.Entre la escasa luz de la luna se miran los lomos de losvagones parqueados. El sitio no es muy seguro. La comiday el agua escasean. Los policías federales o lospandilleros—no se sabe cuál de los dos grupos es más detemer—caen sorpresivamente para desvalijarlos de dinero,golpearlos, o llevarse a las mujeres y pasar un rato loco, desexo forzado, alcohol, drogas y golpes.Allí conocimos a Mauricio N., originario de Honduras, padrede dos niños. A sus 23 años se considera un veterano de laruta. La primera vez que emigró tenía 19 años. Recostadosobre su mochila, nos habló de su trabajo como peón en uncirco en Miami, y luego la historia de sus cuatro viajes alnorte. “Me deportaron la última vez hace sólo ocho días.Ahora voy de regreso para el ‘otro lado’. No sé cuánto tiempovoy a quedarme, pero volveré las veces que haga falta”.Sonia R. estaba esperando también en la estación, juntocon su marido, René D. Ambos son originarios deGuatemala. Hace tres años, Sonia se fue por primera vez,ella sola, por las líneas del tren. René se quedó cuidando alos hijos. Ahora los hijos están con los abuelos y los dos seaventuran en el viaje. Sonia ríe. “Ahora estamos felicesporque, si Dios quiere, ya pronto llegaremos allá. Sillegamos en cuanto se pueda mandamos a traer a losniños. Este—señala a René—está nervioso. Es la primeravez que viaja así y tiene miedo. Los hombres son másmiedosos y por eso toman (licor) para aguantar el viaje.Pero así ya tomados entonces se caen del tren, como aquelde allá, mire—nos muestra a otro viajero que parecesumergido en los vapores del alcohol—”. René también ríey toma fuerte la mano de Sonia. No la suelta.Pese a lo que propone cierta retórica, las fronteras no sonimaginarias. En los últimos años y especialmente en losúltimos meses, se habla mucho de los peligros que correnlos migrantes en la demarcación entre México y EstadosUnidos. La ruta de Soconusco es todavía uno de lospasadizos más riesgosos, pero sobre los que todavía existepoca atención.Las políticas migratorias de Estados Unidos han convertidola zona en el primer gran coto de caza decentroamericanos. En esa vía se producen miles dedetenciones, principalmente en el perímetro de los primeroskilómetros posteriores al borde fronterizo. Allí tiene lugartambién la mayor cantidad de vejaciones y abusos de partede autoridades y particulares contra los migrantes.

Caminos de extravío

Los migrantes indocumentados, provenientes de paísespobres, despedazados por guerras y violencia, son laencarnación de una atávica discriminación sistemática declase, género y etnicidad. Pero en ese paraje, también lahistoria y la naturaleza parecieran confabularse contra ellos.La historia de la zona ha estado amarrada a la de lospaíses centroamericanos: fue conquistada en 1524 por elespañol Pedro de Alvarado—el mismo que conquistó

1 Canizález pertenece al grupo literario Talega, que se formó después dela guerra civil. El poema está en el libro Casa prestada (2005), SanSalvador: Ediciones Escorpión.

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Revista de Estudios Sociales no. 24, agosto de 2006: 108 pgs. ISSN 0123-885X: Bogotá; 27-32 pgs.Brújula rota. Cultura “nómada” de los trabajadores migratorios centroamericanos / Broken Compass. “Nomadic” Culture of the Central American Working Immigrants

Guatemala y El Salvador—y formó parte de la CapitaníaGeneral de Guatemala, la Centroamérica de nuestros días.Al consumarse la independencia centroamericana en1821, el Soconusco decidió formar parte del llamadoPrimer Imperio Mexicano, de Agustín de Iturbide. Tras elfracaso anexionista, el Soconusco optó por existir comonación independiente. En 1842, en otro golpe de timón,se unió a la jurisdicción de Chiapas y a la repúblicamexicana.Por su historia y ubicación geográfica, esa franja haseguido entrelazada con Centroamérica. De hecho, unaparte de la riqueza de la zona proviene de la agricultura yla mano de obra centroamericana que comenzó a llegartras la introducción del cultivo del café, a principios delsiglo XIX. El flujo de trabajadores migrantes estacionalesno se ha detenido desde entonces. Durante nuestratravesía, en el puesto fronterizo de Ciudad Hidalgo, México,mientras las autoridades sellaban nuestros pasaportes, seformó una larga cola de hombres y mujeres indígenasguatemaltecos, probablemente en camino de las fincaschiapanecas. Las mujeres, todas muy jóvenes, casi niñas,vestían invariablemente las prendas de su etnia, y algunascargaban a sus bebés atados a la espalda.En aquella historia, los migrantes salvadoreños, hondureñosy nicaragüenses aparecieron más tarde. El auge agrícolahizo posible en 1908 la construcción de la línea férrea deltren carguero destinado a conectar la zona con el resto deMéxico. Con los años, este ferrocarril vendría a convertir la“ruta de Soconusco” en el camino cardinal para migrar alnorte. En efecto, el principal polo de atracción de losmigrantes de nuestros días son las estaciones del tren deCiudad Hidalgo y de Tapachula.La naturaleza de la zona presenta sus propios desafíos. Ladensa cobertura vegetal impone el uso de carreteras, víasférreas y veredas. Durante los meses de invierno, la zonaregistra una importante concentración de lluvias. Entrejunio y diciembre, las lluvias torrenciales ensanchan los ríosy la zona se mira azotada por frecuentes huracanes.Aunque en esa temporada la temperatura promedio es de30° centígrados, en el verano el calor puede alcanzar los40°. La conjunción de agua y calor ha creado un mediofértil para la proliferación de zancudos que propagan lamalaria y el dengue. A esto debe sumarse la presencia devíboras de cascabel, alacranes y también de “personas decorazón negro”, como sostuvo Roberto, un inmigrantehondureño que fue asaltado en la zona y ahora mendigapor las calles.En esa ratonera existen algunos oasis, como la Casa delMigrante, que dirige el misionero Ademar Barilli, dondenómadas de Centroamérica, Ecuador y otros países,encuentran una cama limpia y pueden descansar por unpar de días. Por allí han pasado más de 70 mil personasmigrantes desde 1995. De acuerdo con sus estadísticas,casi 90 de cada cien deportados deciden emprender denuevo el viaje al norte. “Muchos que pasan, aquí losvolvemos a ver”, nos dijo Walter Arreaga, coordinador deltrabajo de atención.

Foto 3. Mural en La Casa del Migrante, Tecún Umán.

La revista Sin fronteras, publicada por la Casa, asegura que75 de cada cien delitos cometidos contra los migrantes enGuatemala ocurren a manos de policías corruptos. De igualmanera, una de las peores experiencias son las continuasextorsiones de la policía mexicana. Cuando los migrantesrodean las casetas permanentes de las autoridades paraevitar ser detectados, se topan con los delincuentes que losacechan en el monte. Olivia Ruiz, investigadora del CenterU.S.-Mexican Studies de California, describe que en loscaminos de extravío suelen verse, entre las coronas de losárboles, plataformas construidas por ladrones para observary esperar el paso de los nómadas. Los forajidos se lanzansorpresivamente sobre ellos desde lo alto de los árboles.El 27 de julio de 2005, la visita al albergue Jesús El BuenPastor, en Tapachula, fue particularmente impresionante.Allí, voluntarios dirigidos por Olga Sánchez Martínez, unamujer menuda y de ademanes suaves, atienden a lasvíctimas del tren: hombres y mujeres de Centroaméricamutilados de manos, pies, piernas y brazos. Ningún otrolugar acoge a estas personas y sus proyectos truncados. Seva demasiada energía, demasiado dinero en sanar lasheridas del alma y del cuerpo. En la sala principal seobserva, en la pared, un inmenso crucifijo y dos muletas asu lado.Para quienes han ido a parar a este albergue, lasposibilidades de continuar el viaje han terminado. Incluso,la posibilidad misma de retornar a su país pues muchoscarecen de papeles. Tal es el caso de Consuelo, unasalvadoreña de 21 años. Ella perdió un brazo y una piernaal ser derribada de lo alto de uno de los vagones por loque ella supone fue una rama. Fue levantada inconscientepor una patrulla del mexicano Grupo Beta que intentaproteger a los migrantes en las rutas críticas. No tienepapeles pues para evadir el control de las autoridadesintentó hacerse pasar por guatemalteca y luego pormexicana. Lleva ya nueve meses en el albergue. Muchosvan, muchos vienen. Algunos, como Consuelo, no sabencuándo regresarán. No saben si regresarán.

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Nuestro viaje fue asomarnos a otro mundo. Habíamosestado en El Soconusco, a medio camino entre ladesesperación y la esperanza. Habíamos sentido sus olores,el rostro de la muerte, del hambre, también de la lucha yde la vida. Los rostros que trajimos para contar no son sólolos suyos. Pudieron ser los de muchos otros que, estanoche, mientras escribimos, están acurrucados en lasombra, esperando el rugido de “la bestia” que los llevaráal sueño o a la muerte.

Los relatos: (Tránsito a dos voces y coro)

Como parte de la investigación, entrevistamos en SanSalvador a un grupo de migrantes. Unos que no alcanzarona llegar a Estados Unidos, y otros que regresaron, despuésde trabajar allá. Nos dijeron que podíamos contar sushistorias, pero sin revelar sus verdaderos nombres. Muchospiensan volver a cruzar fronteras; su proyecto no esquedarse en esta tierra para siempre.Los relatos fueron muchos. En todo caso, las historiasiniciaban siempre con ese momento en el que hicieron unapequeña mochila. Dos cambios de ropa, agua, un suéter,algunas veces una cuerda para amarrarse al tren, las fotosde los hijos, de la mamá, o de la esposa y un poco dedinero escondido en los zapatos, en las costuras delpantalón. Se dejaban atrás las querencias y el tránsitoiniciaba.José emigró la primera vez hace veintiséis años. Cuando sumamá huyó del país a Canadá. Él tenía entonces ochoaños. Aprendió inglés, se adaptó al estilo de vida, intentóquedarse amparándose en un programa de amnistía perofue imposible. Regresó a su país cuando tenía veinte años.Después de algunos años en El Salvador decidió probarsuerte.“Un día un amigo llegó a mi casa y me dijo que si noquería irme con él. Era un día de la madre, y yo le dije quesí. Le pregunté cuánto tenía de dinero y me dijo que 100colones2; yo tenía 14 dólares que me había mandado mimamá. Así nos fuimos.”Estuvo en Estados Unidos casi tres años, dos de ellos enNueva York, ahí fue deportado. En unos años más probaráde nuevo suerte para reencontrarse con su familia.Carmen, en cambio se fue porque quería buscar un mejorfuturo para sus hijos. Después de algunos años logróllevárselos a Estados Unidos. Ella fue deportada y sus hijosquedaron allá. Piensa intentar subirse al tren, aunque le damiedo: “Hoy está bien difícil, yo miro cómo salen sin unapierna, es bien riesgoso irse, si estoy completa aquí...”. Susojos se pierden pensando en sus hijos. La identidad deltránsito no termina, no descansa. Las historias trenzadasnos hablaron de cuatro tránsitos y de las muchasestaciones que han hecho. Las estaciones son apenasespacios de paso, que conectan un tránsito con elsiguiente.

El primer tránsito: Soconusco. El paso a México. El tren

El tren lo toman hombres y mujeres que no tienen el dinerosuficiente para costearse una ruta más segura con uncoyote. Aunque últimamente, como nos contaba Estela, enel albergue de Tecún Umán, también los coyotes utilizanestas rutas. Nos hablaron sobre las redes de corrupción,pero también de las otras, las de la solidaridad que se viveen diferentes momentos del trayecto, como nos explicóDavid, que anduvo errante por Estados Unidos por casicuatro años.“¿Qué puedo contar? Yo llegué allá viajando en tren...Uno está expuesto a muchas cosas, uno come de todo, sies posible hasta de lo que está en la calle. Hay algunagente que es buena onda, pues cuando uno se va, le tocaandar pidiendo.” José también nos relató su paso desde Guatemala, dondelos problemas iniciaron, hasta el Soconusco.“Llegamos a Tecún Umán y el dinero ya se nos habíaacabado. Estuvimos dos días en una casa de inmigrantes.Lavábamos los platos y hacíamos limpieza para que nosdejaran dormir. Para cruzar la frontera, le ayudé a unaseñora a subir unas cosas a una balsa, ella les dijo a losoficiales que yo era su hijo. Seguí hasta Tapachula endonde caí preso. Entonces, le pregunté al oficial si teníahijos, le dije que yo también y que iba para el norte,porque quería trabajar para mis hijos. Pero el oficial medijo que si me dejaba libre por cualquier lado queagarrara me iban a matar. Le respondí que con la fe enDios no me iba a pasar nada. Me dijo que me esperara aque pasaran todos los inmigrantes y luego nos soltó, ysalimos corriendo. Un guatemalteco se metió en unachoza y yo me quedé en la calle. Ahí encontré a alguienque me dió dinero para que tomara el bus hasta Arriaga(Chiapas), ya en mi nuevo destino me encontré a unseñor que me llevó a una iglesia adventista, andabasucio, todo mugroso, pero el pastor me presentó y pidióayuda para mí. Con ese dinero me fui y llegué a otrolugar de Arriaga en donde una señora que tenía uncomedor me acogió. Me dijo que yo era bien inteligenteporque trabajaba, me levantaba a las cuatro de lamañana a barrer, a lavar los trastes. Luego, llegó unseñor solicitando trabajadores y ella le dijo que yo estabadisponible.”Su nuevo empleador lo llevó a Veracruz. Le enseñó lastradiciones de San Carlos, por si las autoridades lointerrogaban, él podría probar que era veracruzano. Anduvocomo vendedor ambulante y no tuvo problemas, inclusollegaba a los cuarteles de los soldados a venderles ropa.De Veracruz siguió a Matamoros vendiendo sillas, láminas,colchonetas, de todo lo que le pidieran. Con el dinero quele pagaron tomó un autobús. Para que los oficiales no loagarraran se fue sentado adelante, junto al chofer.Al llegar a su nuevo destino buscó a un señor que lehabían referido para que le consiguiera trabajo. Paraidentificarse como migrante sin ponerse en peligro, debíadecir que buscaba a una persona llamada Carlos.2 Aproximadamente once dólares.

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“Cuando lo encontré, le dije que andaba buscando a esemi tío, que se llamaba Carlos. Él me dijo que lo conocía.Me dijo que a un kilómetro estaba su casa y me llevó hastaella. Ya en su casa, me preguntó de dónde era yorealmente, le dije que salvadoreño. Me preguntó si teníalana, a lo que respondí que sí. Entonces, me dijo que mequedara pero no en su casa, sino en la ‘troca’. Puse uncartón como colchón y allí dormía, mis sábanas eran unosperiódicos, le pagaba por la comida y por estar allí. Trabajéunos días como ayudante de albañil, me pagaron, compréuna tarjeta y le hablé a mi mamá. Ella me mandó 400dólares para que le pagara a un guía que me pasara por elRío Bravo.”Algunos pasan muchos días, semanas, meses, en territoriomexicano. Para otros, la experiencia se va de un tren a otro,de una estación a la siguiente. Un viaje en autobús.Aunque viajen solos poco a poco se juntan en grupos paracruzar el desierto. Muchas veces la inexperiencia hace quela ruta se extravíe. Otras más, las pandillas y los asaltantescomunes aparecen. Si estos peligros no llegan, la policíaestá siempre al acecho.El río Bravo es uno de los últimos obstáculos de esteprimer tránsito, también guarda sus sorpresas, como lo quele sucedió a Ernesto:“Lo peor en río Bravo fue que llegando a la orilla me dijoel guía que me desnudara y que me tirara al agua. Ya en elagua me tiró la ropa y me robó los últimos cien dólaresque me habían quedado. Gracias a Dios que sabía nadar yme fui bajo de agua hasta alcanzar mi ropa y salir.”El migrante que logra sortear estos obstáculos alcanzará susiguiente tránsito.

Foto 4. En el tren. María, salvadoreña, lucha contra elsueño: “Ya van cuatro días que no duermo. Hay que hacerun gran sacrificio para no dormirse”. Fotografía deldocumental “Asalto a un sueño”. Tapachula. Uli Stelzner ©

Segundo tránsito: Estados Unidos

Llegar no significa terminar, no se cierra un ciclo. No sesueltan anclas con la brújula rota. Llegar a la tierra prometidaes, para nuestros nómadas, continuar. De un lugar a otro van,duran algunos días, o meses, incluso años. Pero no está ahí lameta, nuevos tránsitos llegarán posteriormente. Hemosrecopilado algunas estaciones de ese tren abordado por losmigrantes; parajes donde se hace un alto en el camino, dondese espera un momento a que llegue un nuevo transporte. Enestas estaciones aparecen de nuevo el sufrimiento, lacorrupción, la cárcel o los centros de detención de la fronterasur de Estados Unidos, los “corralones”. También aparece lasolidaridad y la posibilidad de enviar el dinero a sus parientescon todo lo que implica simbólicamente. Es volver a estar alláy aquí, tener presencia y voz entre los que se quedaron lejos.Los primeros envíos serán para la mamá, el hijo o la abuela.Con las primeras compras habrá, en la casa que se dejó atrás,objetos que hablen del migrante que, desde lejos, vivirá cadaacontecimiento familiar. Estos son algunos relatos de lasestaciones que tanto David como José nos compartieron.

Estación casa de migrantes

Después de una larga estación en México y de hacerse pasarpor veracruzano, José pasó el río Bravo. Después de caminarmucho rato encontró a unas personas. Les preguntó por unacasa de migrantes que quedaba por la zona.“Ellos me dijeron que la casa estaba a unos kilómetros de allí,pero yo ya no podía seguir caminando porque me dolían lospies. Uno de ellos me dijo que me esperara. En la madrugadame llevaron a esa casa de acogida. Allí estuve. Al siguiente díanos entrevistó una monja, nos dijo que ahí llegaban a buscartrabajadores y me dijo que si quería, que trabajara allí. Llegóun gringo con quien hice el trato de trabajar por cinco dólaresla hora. Trabajé desde las seis de la mañana hasta las seis detarde. El gringo me llevó a cortar naranjas a una finca. Todosme preguntaban que cómo había hecho para lograr esa pagatan buena y les dije que porque sabía hablar inglés.”

Estación jardinería

Mientras José cortaba naranjas, David estuvo en Houstonun tiempo, trabajando como jardinero.“Una señora nos consiguió un chance de trabajar, pero nosestaba estafando, el pago nos los quitaba casi todo y nostenía amenazados de que iba a llamar a migración. Los voya tener así y tienen que hacer lo que yo quiera, decía.”David decidió buscar mejor suerte con una pariente quetenía en California.

Estación el corralón

Después de trabajar y vivir un tiempo en la casa paramigrantes, José siguió su camino pues quería llegar aNueva York, donde se encontraban sus hermanos y dondeera más sencillo encontrarse con su mamá que entonces

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seguía viviendo en Canadá. Su camino no fue sencillo.“Pasé quince días en una montaña. Solo, sin comida, niagua, ni nada… Yo sé lo que es beberse sus propiosorines. En el camino, me agarraron los policías y mellevaron al corralón. Ahí estuve seis meses. Me cayó unamulta de diez mil dólares. Mi familia no podía pagar esedinero y buscaron una casa de fianzas. Cuando usted saledel corralón y lo dejan en Estados Unidos lo mandan sucio,pero si lo regresan para su país lo mandan limpio. A mí memandaron mugroso para allá. Mi familia pagó un hotelpara que yo me bañara y lavara mi ropa. Entonces me fuipara Nueva York.”

Estación nuevo tren

Cuando David llegó a California se encontró con que supariente no podía darle alojamiento, ni contactos. Sin tenera dónde ir, y sin querer regresar a Houston, se fue a laestación del tren.“Estuve durmiendo en la estación, andaba como con 300dólares. Ya me había resignado a que si no me salíatrabajo en una semana mejor me regresaba a Houston. Laprimera noche no salió nada, yo me ponía en la esquinaviendo qué salía. Ya al tercer día estaba desesperado, mepuse a pedirle a Dios. Pero en la madrugada me despertómi amigo, un hondureño, y me dijo que había un ‘jale’.Nos llegaron a traer en una camioneta para ir a ‘zanjear’,en una construcción. Nos tardamos cerca de dos semanashaciendo ese trabajo. El propio contratista, todos los díasme llegaba a traer a la estación, pues allí estuve viviendocasi un mes completo, pero al menos tenía con qué estarcomiendo.”Salieron luego algunos trabajos, se aprendieron nuevosoficios. En algunas ocasiones se reunían con amigos y familiapara descansar un poco, recordar a la familia que se quedó“allá” y agarrar de nuevo fuerzas. Ninguno de nuestrosnómadas creó una nueva familia en Estados Unidos.“No quedaba tiempo—explica Ernesto—, yo trabajaba denueve de la mañana a cuatro de la tarde en donde sehacía cerámica. Luego entraba de seis a nueve haciendocosas de jardinería. Luego de once a una de la mañanarecogiendo basura. Me tocaba bien penquiado… pero yodigo que el sacrificio vale la pena.”Las estaciones se suceden de un empleo y al otro. De unestado al siguiente. Pero el tránsito muchas veces sedetiene y vuelve al ciclo de origen cuando la deportaciónaparece en el horizonte.

Tercer tránsito: deportado, como garrobo

Los nómadas no miran la deportación como un fracaso.Unos tienen más suerte que otros, pero no está escritosobre piedra que no se pueda volver. Siempre es posible

tomar el tren una vez más. Lo que aparece es un alto en elcamino. Una vuelta de tuerca que los trae de nuevo al país,pero que no los compromete a nada definitivo, no los ancla.En el caso de David, la deportación llegó de manera rápiday simple. Lo esperaba en su lugar de trabajo.“Me salió otra oportunidad de ganar un poquito más, peroesa era la mala, pues fue de donde me deportaron. Yoestaba trabajando cuando nos cayó una redada de oficialesy por no tener papeles nos deportaron. Fue de una formahasta graciosa a la vez, pues de 25 que agarraron, hicieronun sorteo de quiénes se quedaban. Los oficiales nospidieron que sacáramos un número. Cinco tuvieron suerte yse quedaron. Nosotros nos vinimos.”José, con toda su familia allá, tuvo un abogado que tramitósus papeles para la residencia definitiva. Cada ciertotiempo debía presentarse a la corte para comprobar suestilo de vida. Sin embargo, su abogado equivocó la quintacita y él no asistió la fecha que las autoridades solicitaban.Lo obligaron a pagar dos mil quinientos dólares de multa ysu pasaje.“Para El Salvador a uno lo mandan esposado de pies,manos, cintura y cuello. Como un garrobo. Yo pagué mifianza y no me dejaron ni siquiera sacar un pantalón, nadade ropa, ni mi dinero que tenía guardado en el banco. Medijeron que no tenía derecho a nada, por castigo. Elaeropuerto Kennedy es grandísimo. Me hicieron caminartodo un piso, esposado, y que me viera la gente. El juez semolestó porque me sacaron a las tres de la madrugada yme llevaron al aeropuerto. Mi vuelo era a las siete de lamañana. Mis pies hasta se inflamaron por caminar con lasesposas. Caminar como si uno es robot, no es bonito.”

El regreso

Se llega con la brújula rota. Se traen nuevas costumbres,gestos y palabras que no gustan. Algunos los señalan como“la mala semilla” que pierde nuestra “identidadverdadera”. Son deportados. Vienen sin dólares. Algunostienen antecedentes penales en el país del norte. Serdeportado es un estigma que equivale, según ciertodiscurso oficial dominante, a decir que son mareros.Causantes de la violencia que el país vive. Su llegada esconsiderada como una violación a los derechos de las y lossalvadoreños. Se busca evitar que las autoridades deEstados Unidos los deporte. Que se queden allá.Vuelven a un país donde lo que más ha crecido en laeconomía durante los últimos cinco años es el desempleo.Después de muchos esfuerzos la gran mayoría haconseguido establecerse de nuevo, al menos por untiempo.Muchas veces se vuelve y se sigue siendo extranjero.¿Terminará en algún momento el viaje? Para muchos laesperanza es justamente que esto no llegue a pasar.

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Fecha de recepción: Marzo 2006 · Fecha de aceptación: Agosto de 2006

EL DIARIO EPISTOLAR DE DOS AMANTES DEL SIGLO XIX.SOLEDAD ACOSTA Y JOSÉ MARÍA SAMPER* / POETIC DIARY OF TWO 19TH CENTURY LOVERS. SOLEDAD ACOSTA AND JOSÉ MARÍA SAMPER

ResumenEste trabajo hace una lectura comparada de los diarios íntimos deSoledad Acosta y José María Samper, escritos el primero entre 1853 y1855 y el segundo entre enero y mayo de 1855. Sitúa a ambos autores,amantes entonces y esposos después, en el escenario de fundaciónnacional de mediados del siglo XIX colombiano y trata de estudiar enestos textos la configuración de género sexual en esta pareja de letrados.

Palabras clave:Nación, estudios de género, estudios literarios, autobiografía, Colombia siglo XIX.

Abstract

This article makes a comparative reading of two diaries by Soledad Acosta andJosé María Samper,written between 1853 and 1855, the first one,and betweenJanuary and February 1855, the second one. It places both authors, lovers at thattime and future husband and wife, in the context of Colombian 19th centurynational foundation,and tries to study their texts in terms of gender studies.

Keywords:Nation, gender studies, literary studies, autobiography, 19th century Colombia.

El diario de Soledad Acosta

Soledad Acosta de Samper, nacida en 1833 y muerta en 1913,es la escritora colombiana más importante del siglo XIX y seencuentra dentro de los escritores hispanoamericanos másrelevantes de su generación, hombres y mujeres. Aunque esreferencia obligada en las historias de la literatura colombiana,fue muy poco estudiada antes de la década de 19801.

Emprender el estudio del manuscrito suyo publicado comoDiario íntimo en 2004 significó aproximarse a lo marginaldentro de lo marginal. La escritura autobiográficamasculina es abundante, respetada y apetecida a lo largode todo el siglo XIX, y en Colombia e Hispanoaméricaexiste en forma de Memorias. Sin embargo, para lasmujeres de la época hablar de sí mismas era aún más difícilque emprender una carrera literaria y hacer pública suproducción (Kirkpatric, 1989). Como sabemos, ladescripción genérica que se hacía entonces de las mujereshacía muy difícil que ellas pudieran constituirse en sujetosautobiográficos: la escritura de este tipo de textos niega,entre otros rasgos, la condición de abnegación (auto-negación) fundamental del sujeto femenino decimonónico.Nuestras escritoras del siglo XIX parecen no escribirMemorias, el género autobiográfico más prestigioso.Cuando emprenden la configuración de un yo que lespermita redescribirse con respecto al orden patriarcal, lohacen en la forma de cartas o de diarios, siendo el diarioun subgénero marginal dentro del de la autobiografía. O lohacen de manera indirecta, y tal vez en la mayoría de loscasos que se conservan, a través de los personajes de susnovelas, heterogéneos, variados y contradictorios.Las Memorias suelen presentarse como crónica del mundohecha por un personaje excepcional que protagonizóacontecimientos fundamentales de las historias nacionales.En contraste con estos rasgos, el diario se percibe comonarración de segundo orden y por tanto prescindible: relatode asuntos privados e individuales sin trascendencia sobrelo público y lo colectivo, que se presenta de maneraevidente más como texto que como obra cerrada yacabada, y que en esta medida carecería del valor literarioque se les asigna a las autobiografías ‘propiamente dichas’.El yo exaltado, egocentrado y protagonista que requiere laescritura autobiográfica, con mucha dificultad podía serocupado por una identidad femenina de mediados del sigloXIX (Smith, 1991). Los textos autobiográficos femeninos deesta época son, pues, escasísimos en América Latina, y enColombia los creíamos inexistentes hasta el hallazgo deeste Diario.Superando la inmensa dificultad que significaba para lasmujeres del momento emprender una escritura pública,Soledad Acosta se convirtió en una de las más importantesescritoras hispanoamericanas de su momento y en uno delos más prolíficos escritores colombianos. A lo largo detoda su obra los temas de la patria y de la mujer seentretejen y son protagonistas: como la generalidad de losescritores de su generación, está comprometida y ocupadacon el tema de la fundación de la nación a través de laescritura, entendida ésta como una labor política de primerorden. Pero a diferencia de la mayoría de ellos, le interesatambién explorar la manera en que las mujeres pueden ydeben involucrarse en esa fundación, no sólo como madresy esposas sino también en términos intelectuales másambiciosos y en último término políticos.Su Diario es básicamente un diario de amor. SoledadAcosta comienza a escribirlo en septiembre de 1853 en

Carolina Alzate **

* Este trabajo hace parte de una investigación en curso, titulada Del yo lector al yoescritor: génesis de la ficción autobiográfica. Colombia, segunda mitad del sigloXIX,Universidad de los Andes.Es una versión revisada de la ponencia presentadapara LASA (Puerto Rico,marzo de 2006).

** Profesora Asociada,Departamento de Humanidades y Literatura,Universidad delos Andes,Bogotá.Master of Arts,Universidad de Massachussets.PhD.enLiteratura Universidad de Massachussets.Correo electrónico: [email protected]

1 Esta ponencia retoma en su primera parte el estudio preliminar del Diario íntimoy otros escritos de Soledad Acosta de Samper,Edición y notas de Carolina Alzate.Bogotá: Instituto Distrital de Cultura y Turismo,2004.Con frecuencia me veorepitiéndome al presentar a la autora,pues la sé aún relativamente desconocida.Entre las pioneras en los estudios contemporáneos de la obra de la autora seencuentran Montserrat Ordóñez y Flor María Rodríguez-Arenas.Acaba de serpublicada una compilación de textos críticos sobre la autora,Soledad Acosta deSamper. Escritura, género y nación en el siglo XIX, edición de Carolina Alzate yMontserrat Ordóñez (Madrid-Frankfurt: Iberoamericana Editorial /Vervuert,2005).

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Revista de Estudios Sociales no. 24, agosto de 2006: 108 pgs. ISSN 0123-885X: Bogotá; 33-37 pgs.DOSSIER • Carolina Alzate

Bogotá, cuando acaba de conocer en Guaduas al hombredel que se enamorará perdidamente, y termina en mayo de1855, en la víspera de su matrimonio (y de sucumpleaños). Durante ocho de esos meses Colombia viveuna de sus guerras civiles del siglo XIX. Su amado, poeta ymiembro del Congreso, huye de Bogotá, se une al gobiernoconstitucionalista provisional y lucha dentro del ejércitoque toma el control de la Capital y restablece el ordenconstitucional. De tal manera, si bien el hilo que conservael Diario de comienzo a fin es el del desarrollo de larelación amorosa, éste se entreteje con el relato de loshechos que precedieron el golpe de estado y con lanarración de los sucesos bélicos y del ambiente político ymilitar que se vivía en Bogotá durante guerra.Ya en este texto temprano se encuentran los temas quevan a ocupar a la autora a lo largo de su carreraintelectual: la patria y las mujeres. La joven Acosta deveinte años se compromete políticamente con el momentoen que vive y, desde una perspectiva muy consciente de suscircunstancias de género sexual, evalúa el espacio dentrodel cual las mujeres pueden moverse tanto en términosamorosos como políticos, y comienza ya a criticar lorestringido de ambos.Su Diario podría estudiarse siguiendo al menos tres hilosconductores: el de la autobiografía, el de la historianacional y bogotana de esos años y el de la vida cotidiana.Desde el punto de vista de la historia y de la vidacotidiana, el Diario es un documento de gran valor comotestimonio de una mujer que vivió desde esa ciudadmomentos cruciales de nuestra historia decimonónica y sumisma cotidianidad. El estudio del asunto auto-bio-gráfico,tema del estudio preliminar publicado con la primeraedición del Diario en 2004, muestra la manera en que unamujer colombiana—que se convertiría en una de las másimportantes escritoras hispanoamericanas—va delineandopara sí un tipo de subjetividad y de historia que lepermitirá constituirse en el personaje que conocemos. SuDiario es testimonio y práctica de un esfuerzo escriturariodirigido a la exploración de su interioridad y del mundoque la rodea, al trabajo sobre la complejidad del oficio, y alensayo y búsqueda de sus temas. Es una escritura dirigidahacia la autofiguración romántica de un yo femenino queescribe.El rostro que se da Soledad Acosta en su Diario esplenamente romántico, y su amor es el de quien busca unalma gemela a través de la cual pueda en último términoamarse a sí misma y tal vez a partir de allí comenzar aescribir. Los interlocutores de la joven Acosta son el diariomismo, el amado y el padre. El diario es el primero de ellos.La interlocución con el amado aparece cuando ganaalguna certidumbre acerca de su amor. Su otro interlocutor,el padre, fallecido en 1852, es una figura en ausencia.Resulta interesante que sus interlocutores sean figurasmasculinas. Interesante, pero parece que no extraño: segúnmuestra Mercedes Arriaga en su libro Mi amor, mi juez(2001), las mujeres autobiógrafas suelen configurar sussubjetividades en relación con personajes masculinos. Esta

elección puede deberse al tipo de figura del cual quierendotarse: los hombres son los intelectuales y quienesescriben, y hacerlo no va bien con los rasgos femeninosdefinidos por la época. Su correlato es pues difícil deencontrar entre las mujeres, y sobre todo difícil delegitimar. El amado, y de cierta forma también el padre, secaracterizan en el Diario como interlocutores ideales, comoformas alternas del yo. Recordando a su padre afirma: “[Élera] la única persona que sabía lo que era yo porque meparecía en sus sentimientos, en el genio” (18 de nov.,1854). Respecto del amado, hay un momento de grantrascendencia en el cual la autora se da cuenta de que élsabe comprenderla: “Sólo él ha sabido comprender mifisonomía. Él me dijo que era melancólica” (14 dediciembre de 1854). Él, como su padre, la conoce y, másimportante aún, la reconoce. La autora admira a su amadopor patriota, buen poeta, pensador político y desensibilidad exquisita: es un Genio, como su padre. Elladesea que él la comprenda y la ame, y el momento en elque se convence de que es así significa un momento deautoafirmación.En esas figuras masculinas, y sobre todo en la relación queestablece con ellas, la autora se mira y se configura. Estacaracterización de cierta forma masculina de susubjetividad va de la mano con la manera crítica en quepercibe la descripción genérica femenina de su momento. Alo largo de toda su carrera Soledad Acosta sufrió lasdiversas barreras que el orden establecido trató de imponera su producción intelectual, y buena parte de su escriturareflexionó acerca de este hecho y argumentó por sumodificación. En el Diario se encuentran ocasionalmentecomentarios anti-patriarcales que luego tomarán forma ensu narrativa y en sus ensayos: “[F]uimos a donde María G.pero no la vimos. Anoche a las dos de la mañana le nacióuna niñita, lo que sienten mucho. Deseaban que fuerahombre, pero así sucede: siempre nos reciben a las pobresmujeres en el mundo malísimamente. Y tienen razón, quees la suerte de las esclavas” (31 de mayo de 1854).Otro rasgo característico de su diario es su carácterintertextual, señalado constantemente y de forma directa alo largo del manuscrito de setecientas páginas. Allí estánpor supuesto Mme. de Staël y otras escritoras europeasmenos conocidas hoy, además de dos mujerescolombianas: Josefa Acevedo y Agripina Samper (Pía Rigan,poetisa y cuñada suya, de quien hablaré más adelante). Ensu auto-figuración como escritora romántica entretejeademás los poemas del amado y sus lecturas de losrománticos europeos, cuyas citas aparecen de maneraconstante a lo largo del Diario: Byron, Moore, Goethe,Schiller, Heine, Lamartine, Chateubriand.En su configuración autobiográfica, la autora se teje, pues, detextos que escribe sobre otros (el padre, el amado) y detextos escritos por otros. Todo ello dentro de una actitudescrituraria común en las autoras del Romanticismo, paraquienes las marcas culturales de la vida que vivimos resultanevidentes y vivir es entonces escribir y re-escribir lo que se lee.

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Revista de Estudios Sociales no. 24, agosto de 2006: 108 pgs. ISSN 0123-885X: Bogotá; 33-37 pgs.El Diario Epistolar de dos amantes del siglo XIX. Soledad Acosta y José María Samper / Poetic Diary of Two 19th Century Lovers. Soledad Acosta and José María Samper

Otro hallazgo: diarios de dos amantes del siglo XIX

Hasta aquí he hecho una introducción al texto siguiendolas conclusiones del estudio publicado con la edición de2004. Después de su publicación otro escenario surgiópara el análisis de ese sujeto autobiográfico en términosgénero: en la misma colección de manuscritos de la parejaSamper Acosta a la que pertenece el diario, encontramosotro de José María Samper, escrito entre el 1 de enero y el4 de mayo de 1855 y hasta ahora inédito2. Samper leregala a Soledad Acosta, ese 1 de enero, un libro en blancopara que continúe allí la escritura de su diario y comprauno idéntico para sí mismo. A partir de entonces escribensus diarios simultáneamente.Tenemos aquí un caso peculiar y sumamente atrayente enlas letras hispanoamericanas: los diarios de una pareja deescritores, un escenario ideal para contrastar, en un casoespecífico, las estrategias empleadas por un sujetofemenino y otro masculino en la elaboración de susubjetividad.Pero aquí debo reconocer que la estrategia de Samper lo esen sentido doble: en su diario son menos evidentes losrasgos masculinos de lo que yo imaginaba: su diario es unaestrategia no tanto de construcción de sujeto como deseducción de la amada. Me atrevo a afirmar que Samperno escribía diarios y que comenzó a escribir éste durante suconquista. Cuando él comienza a escribirlo, Acosta seanima a mostrarle el suyo. Él comienza a seguir lasestrategias narrativas de ella y estos relatos terminanconvirtiéndose en diarios epistolares que consiguen para élfinalmente la mano reticente de la amada.Como señalé antes, Soledad Acosta habla con su diariodurante dieciséis de los veinte meses que narra; sólodespués del compromiso comienza a dirigirse también aSamper. Éste comienza hablando en tercera persona de sudiario, de forma muy impersonal; después de leer losapartes de Acosta que ella le muestra, comienza a hablarcomo ella: “Ven, mi amado diario”, le dice el 9 de enero;ya al final reconoce abiertamente el destinatario de suescritura: “Mañana te escribiré la última página de estediario”, refiriéndose a Solita (3 de mayo. Mi énfasis).A medida que leemos el diario de Samper asistimos a algoasí como una feminización de la subjetividad de Samper yde su diario, que en su género de diario íntimo es tal vezya de por sí femenino. Todo ello ocurre como parte de laseducción: los autobiografemas esenciales son lasensibilidad y la alabanza del espacio doméstico. El de lasensibilidad es el que le gana el corazón de la románticaamada: no olvidemos que ésta es una marca, no sólo de lasubjetividad femenina del siglo XIX, sino también del poetaromántico. Samper lleva a cabo dicha feminización sin dejar

de ser el hombre público del que se enorgullecen él y laamada, y comentando aspectos que también nos interesan,como el de la diferenciación genérica del momento.La forma de los dos diarios es claramente diferente. El deSamper es el de un conocido poeta, político y periodista.No titubea, ni en conceptos ni en su escritura. Con el pasarde las página va resultando evidente que su relato es unautorretrato hecho para la mujer de la que estáenamorado, a la cual ha podido identificar como románticaen su trato y en lo que ella le ha dado a leer. A diferenciade Samper, Acosta se va construyendo para sí mismadurante la mayor parte del relato. Duda, tacha, recorta ypule su escritura: se dota progresivamente de la autoridady de la voz con las que luego comenzará a escribir susensayos y novelas. Su diario comienza así:

Me he decidido a escribir todos los días alguna cosa en midiario, así se aprende a clasificar los pensamientos y arecoger las ideas que una puede haber tenido en el día.Estuvimos hoy adonde el Dr. Cardoso que vino de Tocaimaya bueno, se habló de la casa de Guaduas y se repitieron lasmismas cosas que se dicen mil veces en visitas, los mismoscumplimientos, las mismas contestaciones. [...] ¡cuántasveces, si se pudiera levantar el velo que cubre nuestrosverdaderos sentimientos, se asustarían al conocer las ideasque se encuentran al fondo de nuestra mente! [14 deseptiembre de 1853]

Tal vez estos rasgos son los que llevan a Samper a describirel diario de su amada con las palabras ternura, nobleza,sencillez y naturalidad (3 de enero). Para hablar de su propiaescritura masculina, por el contrario, se admira ante suconstancia y señala cómo ésta le procura la “admirablefacilidad” con que aborda tanto la política como la poesía,los trabajos financieros, históricos, filosóficos y su vida íntima(5 de enero). Su diario es, desde el comienzo, el de alguienque domina la escritura y que escribe para ser leído:

Este libro, destinado a ser el santuario de mis íntimospensamientos, a contener todos los misterios de mi almasoñadora y todas las impresiones ocultas a mi agitadocorazón; este libro, que va a ser el espejo de mi vida entodos sus instantes, debe tener por único brillo la verdad,por único perfume el de las flores de mi jardín deesperanzas... (1 de enero)

Samper no sólo tiene autoridad para escribir sino que sedesempeña en ese oficio y es reconocido. Además semueve confortablemente entre las esferas privada y lapública, y dentro de ésta última en múltiples espacios:“Hoy he comenzado la publicación de un periódico, y Diossabe que sólo me animan dos estímulos: el amor de lapatria y una noble ambición de gloria. ¿La alcanzaré? Talvez no; pero de seguro que nadie me hará extraviar elcamino del honor, de la justicia y de la moderación” (5 deenero). Se describe como “periodista, poeta, oradorpopular, institutor, publicista, apóstol de la República,

2 El manuscrito se titula Diario de José María Samper Agudelo.Comenzado el 1 de enero de 1855, y hace parte de la colección dela Biblioteca Rivas Sacconi del Instituto Caro y Cuervo. El períodonarrado cubre los últimos cuatro meses del narrado por SoledadAcosta y termina, como el de ella, en la víspera de su matrimonio.

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abogado, negociante, empleado notable de la Nación,Diputado, Elector, Concejal, Jefe Municipal; casado, viudo,feliz, desgraciado, popular, perseguido, ministerial,oposicionista, proscrito, soldado” (7 de marzo. La segundaparte de la lista no deja de ser curiosa).A nuestra autora la vemos, en cambio, sufriendo confrecuencia su vida doméstica como confinamiento, reclusión:

Mañana o pasado mañana será la batalla…[...]¡Y tener quequedar inmóvil, y tener que pasar en calma aparente estosdías terribles! ¡Y esperar aquí quieta que se decida la suertede mi Patria ... y tal vez la mía! ¡Sin poder dar un paso paradetenerla! Y a esto estamos destinadas las mujeres, tenemosque estar sin movimiento, tenemos que esperar a que nostraigan las noticias. ¿Por qué esta esclavitud?… ¡El bellosexo! Las cadenas en que nos tienen las doran con dulcespalabras nuestros amos. Dicen adorarnos y nos admiranmientras humildes les obedecemos… [25 de octubre de1854]

En otro fragmento trata el mismo tema en los siguientestérminos:

Nada de particular, ¿qué puede haber digno de escribirse enla monotonía de la vida? Esta tarde hubo una especie deguerrilla por allá abajo en el llano y aprestáronse lossoldados para en caso de necesidad. Nosotros fuimosadonde las Vélez: ¡pobres señoras, siempre una mismarutina, siempre enfermedades, siempre tener que aguantarmuchachos molestos, exigentes, bravos, sin esperanza decambiar esta vida sino con la muerte! [...] Y estánresignadas y felices tal vez, a su modo; ¡lo que es lacostumbre!, si yo tuviera que vivir así, antes de poco moriríade desesperación. [15 de septiembre de 1853]

Estos comentarios sobre la vida doméstica vienen unidos,como vemos y como cabría esperar, al cuestionamiento delrestringido rol asignado a las mujeres. Samper parecesimpatizar con ella en esto, al menos en parte. En laentrada del 4 de marzo se muestra preocupado porque suhermana Agripina, poetisa, acaba de cumplir veinticuatroaños y no ha podido casarse:

¡la pobre Agripina no tiene porvenir, y cuenta cada año unaniversario más y una esperanza y una ilusión de menos! Sinporvenir en las letras, porque una mujer literata no vale nipuede valer en esta sociedad rústica, indolente y envidiosa.[Sin porvenir en el amor] porque no conoce sus misterios nilos encontrará en la oscuridad de estos pueblos. / ¿De quésirven la belleza, la educación esmerada y el talento si sólohan de resaltar más el contraste con la soledad, el desencantoy la tristeza de una vida estéril y desierta? (4 de marzo)

Como vemos, aunque simpatiza, suscribe la opinión delmomento según la cual la vida de una mujer sólo en elmatrimonio tiene sentido y la de la soltera no puede ser sinoestéril. Su Soledad, Solita, será en cambio el ángel de su

hogar, y ángel la llama repetidamente (marzo 4 y 7, mayo 1),y cuando está pasando revista al sinnúmero de espacios enlos que él se mueve: ella es y será su centro. En el texto de élella es bella, casta e inocente (4 de enero), es su consuelo (8de enero). “Si Soledad no me amase, yo tendría que llorar midesventura y le daría un adiós eterno a la esperanza de lafelicidad doméstica...” (2 de enero). Resumiendo los días dedicha que está viviendo cuenta:

Los días los paso en honrosas ocupaciones y las tardes y lasnoches al lado de mi amor, en dulces pláticas, enimprovisaciones poéticas, trabajos de dibujo, gratas lecturasy gozosos comentarios. / La verdadera felicidad no seencuentra sino en los goces inocentes y pacíficos del hogardoméstico. [23 de enero]

Es tal mi placer que olvido todo lo demás. Yo que en otrotiempo deliraba con la política, que vivía siempre enmovimiento, en acción... siguiendo el vaivén que imprimen alespíritu los acontecimientos públicos / Sí, tú me hastransformado, ¡me has engrandecido, purificado y abierto elcamino en cuyo comienzo está la esperanza, en cuyo cursoestá la virtud y en cuyo extremo misterioso encontraré elcielo! [23 de febrero]

El único que seduce no es él, por supuesto. Ese diarioepistolar les sirve para decirse cosas que no se atreven, opara las cuales les faltan las palabras. Sin embargo escurioso ver también qué fragmentos de su diario le da ella aleer. El 5 de enero le entrega las páginas de una evocaciónde su casa de la infancia y el relato de un paseo suyo al ríoFucha durante la guerra, en el cual el regalo que le hicieronde un nido ocupado le inspiró una reflexión sobre lafragilidad de la vida y sobre la insensibilidad de algunos anteésta. Sin querer tal vez, pero llena del ideal decimonónicofemenino, acaba ofreciéndose como ángel del hogar, nocomo pura sensibilidad romántica, melancólica, que es pormucho lo que predomina en su diario.Samper parece haber sido propicio a la carrera literaria desu esposa, si bien en la relación de los esposos pudoacabar pesando más el ideal doméstico que el romántico.Soledad Acosta nunca emprendería de nuevo un géneroautobiográfico, y su voz la encontramos para siempredispersa y contradictoria entre sus múltiples personajes deficción. Hay una novela, sin embargo, con un altísimocontenido autobiográfico que retoma los hechos narradosen su diario de juventud. Se trata de Una holandesa enAmérica, publicada por entregas en 1876 y en libro en1888. Una de sus protagonistas va a casarse con su amadodespués de la guerra de 1854. Él y ella recuerdan en todoa la pareja Samper Acosta. Poco antes del matrimonio, ydespués de reconocer a su pesar que “una mujer casadanada tiene de poética”, Mercedes expresa sus dudas enuna carta a su amiga:

Veo que Rafael desearía hallar en mí una mujer más tierna, mássumisa, más femenina quizás. Los hombres me lo han dicho y

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yo lo siento así: buscan en el ser amado absoluta sumisión;quieren ejercer un domino completo sobre nuestra alma;figúraseme a veces que ellos querrían vernos moralmente a suspies, a pesar de que se fingen nuestros vasallos y nos llamanángeles y diosas. [...] He pensado que debería romper conRafael y quedarme soltera. (281-282. Mi énfasis)

El personaje se casa, sin embargo: su deseo es más fuerteque cualquier intento de reflexión. Como señala CatharinaVallejo3, Acosta nunca emprenderá la redacción de unasMemorias. Esa vía pública permanece sellada para ella.Samper, por el contrario, comenzará la redacción de suHistoria de una alma en 1880: dos tomos que apenascubren treinta y seis de los sesenta años que viviría (desdesu nacimiento en 1828 hasta su regreso de Lima con suesposa e hijas en 1864). Sus Memorias son definitivamentelas de un personaje excepcional, protagonista deacontecimientos fundamentales de la historia patria, las deesa subjetividad exaltada, egocentrada y protagonista, quecon mucha dificultad podía ocupar un personaje femeninode nuestro siglo XIX.Los efectos de la tensión genérica que sufren las autorasde nuestro siglo XIX latinoamericano pueden rastrearse alo largo de la obra de la autora. En la lectura simultánea delos diarios de estos dos amantes puede rastrearse de formasingular su origen. Se trata de dos textos que sin dudaenriquecen, por su singularidad, el corpus de los estudioslatinoamericanos contemporáneos, y no sólo en lo que aestudios literarios se refiere.

Referencias

Acosta de Samper, Soledad (2004). Diario íntimo y otrosescritos de Soledad Acosta de Samper, Edición y notas deCarolina Alzate. Bogotá: Instituto Distrital de Cultura yTurismo.

Acosta de Samper, Soledad (1888). Una holandesa enAmérica. Curazao: Bethencourt e Hijos Editores.

Arriaga, Mercedes (2001). Mi amor, mi juez. Alteridadautobiográfica femenina. Barcelona: Anthropos.

Kirkpatrick, Susan (1989). Las románticas. Berkeley: U. ofCalifornia Press.

Samper, José María (1855). Diario íntimo de José MaríaSamper Agudelo. Comenzado el 1 de enero de 1855.Manuscrito. Colección de la Biblioteca Rivas Sacconi delInstituto Caro y Cuervo.

Samper, José María (1971). Historia de un alma. Medellín:Editorial Bedout.

Smith, Sidonie (1991). Hacia una poética de la autobiografíade mujeres. En A. Loureiro (ed), La autobiografía y susproblemas teóricos. Barcelona: Suplementos Anthropos.

3 Ponencia presentada en el Coloquio Internacional Las escrituras del yo en lacultura de mujeres latinoamericanas y caribeñas, Casa de las Américas, LaHabana, 14 a 18 de febrero de 2005.

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Fecha de recepción: junio de 2006 · Fecha de aceptación: julio de 2006

SOBRE EXPERIENCIA Y DISCURSO* / ON EXPERIENCE AND DISCOURSE

Resumen

Conversando a través de El Tigre, Eliseo Verón y Anibal Ford, hacen delviaje una oportunidad para reflexionar sobre la constitución del discurso,el referente que presupone el signo y las tensiones entre discurso yexperiencia.

Palabras clave:Discurso, referente, Peirce, navegar.

Abstract

While traveling across the El Tigre river, Eliseo Verón and Anibal Ford,discuss about the constitution of discourse, the reference existent in thesign, and the tensions between discourse and experience.

Keywords:Discourse, reference, Peirce, travel.

El fracaso de transformar la experiencia en escritura

Aníbal Ford

En el pequeño camarote vuela un vaso y me corta una ceja.Al mismo tiempo un enorme armario se cae sobre nosotros ycubre con carpetas y papeles a mi compañero de viaje, CarlosMasotta. Trato de quedarme quieto para controlar los efectosde los cabeceos y rolidos del aviso Sobral que va cuerpeandola mar gruesa del Estrecho de Lemaire, "cementerio debarcos" para los antiguos y entrada frecuente al Pacíficocuando no existía el Canal de Panamá.Estamos escribiendo un libro sobre el Faro del Fin delMundo, pero también estamos navegando el referente.¿Cuáles son los límites entre la experiencia y el discurso?¿Qué diferencia hay entre el hundir las botas en losturbales que cubren las empinadas montañas de la Isla delos Estados, ultimo fragmento de los Andes, y relatar esa

experiencia? ¿Sólo la retórica, el "verosímil" del "yo estuveallí" de Clifford Geertz? A veces las distinciones o los hermanajes entre experienciay discurso o entre diversos tipos de discurso no son tanclaros como quisiéramos. Cuando vamos entrando en laestructura del libro, en los testimonios y en los registrossobre el Faro y sobre la Isla, vemos que no es fácil separar,por ejemplo, la cultura marítima de la expansiónimperialista de la segunda mitad del siglo pasado—consus versiones científicas y comerciales, o duras como las delos loberos, piratas de naúfragos (raqueadores), ballenerosque la habitaron—de aquello que Edgar Morin llamó, en ElMétodo, la "pulsión exploradora".Es decir, de ese afán del hombre de ir más allá de loslímites de lo conocido, de superar las fronteras. O tambiénde la atracción que sobre él ejercen los arquetipos—no lodigo en sentido junguiano—o los mitos que subyacen enese territorio del fin de la tierra (finis terrae), de la tierradesconocida (terra incognita) o de nadie (res nullius) queaún hoy forman parte del fuerte y persistente imaginariouniversal sobre la Patagonia. Tampoco de lo que significa elfaro como índice y señal, como realidad y metáfora en lanoche oscura de los océanos o del alma.Julio Verne, que aún hoy figura entre los diez escritores mástraducidos del mundo, fue muy hábil al fundir todo esto enuna floja novela, que hasta retomó Hollywood, cuyo mayorvalor está en el título: El Faro del Fin del Mundo. Y lo fueporque aún en los testimonios de aquellos que enfrentaronlos extremos australes con un objetivo científico, político ocomercial, aparecen, se filtran con frecuencia los rastros"arcaicos" del imaginario humano, las pulsiones oscuras eindecibles. O el crudo fracaso de transformar la experienciaen escritura o, tal vez, la necesidad de romper el cerrojo dellenguaje y de los discursos educados y formalizados.

Del discurso privado al discurso público

Eliseo Verón

La lancha cabecea sobre las ondulaciones que deja laestela de la colectiva interisleña: uack, uack, uack...y uack.Mi amiga le tiene mucho miedo al agua, y su presencia enla isla sólo se explica por mi poder de persuasión. Casi mearrepiento de haberla convencido, pero recapacito: susgritos, guturales y breves en los momentos del cabeceo,tienen un claro ritmo sexual. Además, es bien sabido queen los momentos de peligro, el hombre debe proteger a lamujer rodéandola con sus brazos.El Tigre es para mí una experiencia muy difícil de describir.No es pura naturaleza (no es el delta amazónico) y lasmarcas humanas, aunque se trate de una espléndida casaisleña sobre sus sólidos pilones, tienen siempre un aire deconmovedora precariedad. Es como un encuentrososegado, respetuoso, entre la naturaleza y la cultura. En elTigre, es muy difícil la ostentación de una socialidad de lariqueza. Por suerte, los viejos y los nuevos ricos seencierran en los countries. (Ellos, que creen estar

Aníbal Ford y Eliseo Verón**

* Publicados en Zona Erógena, enero, agosto y octubre de 2000.** Aníbal Ford es escritor, periodista, investigador. Durante años ha sido

profesor en la Universidad de Buenos Aires. Director de la EnciclopediaLatinoamericana de Sociocultura y Comunicación (Editorial Norma). Entresus obras más recientes están La marca de la Bestia, Oxidación,Navegaciones. Eliseo Verón es doctor en lingüística por la Universidad deParís. Dirigió el Departamento de Ciencias de la Comunicación de laUniversidad de París VIII y actualmente dirige la carrera de Comunicación dela Universidad de San Andrés. Entre sus libros más recientes están: Esto noes un libro, Efectos de agenda, y El cuerpo de las imágenes.

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Revista de Estudios Sociales no. 24, agosto de 2006: 108 pgs. ISSN 0123-885X: Bogotá; 39-44 pgs.DOSSIER • Aníbal Ford y Eliseo Verón

protegiéndose de los demás, en realidad nos estánprotegiendo). Por ahora, en la isla, sólo tenemos quesoportar el paso de alguno que otro yate de superlujo, cuyapresencia me ha parecido siempre incongruente (aunquemás no sea por su tamaño).Juntando material para el segundo volumen de Efectos deagenda, guardé el número de la revista Viva del 7 denoviembre de 1999. La tapa está atravesada por elsugestivo título: “Tigre. El nuevo Miami”; y ocupada poruna foto que muestra la marina y una de las torres deMarinas Golf. La imagen es periodísticamente perfecta:representa la quintaesencia de la barbarie civilizatoria deldinero. Sigo pensando que tenemos todavía una sociedadque admite la coexistencia simbólica de varios mundosposibles. Y sin embargo, la riqueza tiene una furiaincontenible, como si no admitiera espacios para los otros.Los demás, como su nombre lo indica, estamos de más.Como si su ideal fuera un país constituido por una redinfinita de barrios privados, club houses, canchas de tenis ycampos de golf. Una anticipación, en suma, del infierno.No dejo solo a Aníbal en su aviso Sobral. Quiero decir queel proyecto de escritura que a veces nos habita, hace difícildiferenciar la experiencia del discurso, pensar que laprimera precede al segundo. A partir de ese proyecto detexto sobre la isla, antes de que lleguen los dólares deRockefeller, mi experiencia del Tigre está ya invadida porsensaciones, ruidos, colores y olores más intensos, tal vez,que antes. Como si respirara un aire condenado adesaparecer. Mi experiencia está ya impregnada de bronca,de anticipada nostalgia, de impotencia, es decir, dediscurso potencialmente público. Pienso que pasa lo mismocon el viaje de Aníbal al Faro del fin del mundo: suexperiencia es inseparable, indistinguible, del libro que yaestaba escribiendo (en su cabeza) sobre él.Es lo que ocurre en el enamoramiento: cuando uno estálejos de la amada y vive experiencias intensas (estéticas,intelectuales, laborales o lo que fuere) esas experienciasestán marcadas, en el momento mismo en que ocurren, porel relato que él le hará después a ella. Es la misma razón,en un plano más prosaico, por la cual los turistas sacanfotos de sus viajes.

El mundo es nuestro

Eliseo Verón

Releyendo esos dos textos, no puedo menos que subrayaruna frase de Aníbal: “Estamos escribiendo un libro sobre elFaro del Fin del Mundo, pero también estamos navegandoel referente”. Esa frase, si se me perdona el juego depalabras a propósito del mar, echa agua para mi molino.Realismo epistemológico: un referente no se puedenavegar. Si el mar del que se trata es el referente deltérmino ‘mar’, nunca se va a poder navegar. O, como estáde moda decir ahora, se lo podrá navegar sólo en formavirtual. Y salvo que el dispositivo virtual utilizado ande muymal, los vasos virtuales no te cortan una ceja. Una cosa es

el mundo, otra cosa es el discurso sobre el mundo. Si sefracasa en transformar la experiencia en escritura, esporque ambas cosas son bien diferentes.El realista evita frases como “navegar el referente”, con locual coincide con el sentido común:- “Hola, por favor, ¿me da con fulanito?”- “No, fulanito salió. Se fue al referente.”Este diálogo es poco plausible.Desde un punto de vista realista, decir “estamosnavegando el referente” es un error epistemológico. Porquela noción de referente reenvía al discurso, el referente noes algo del mundo, es algo-del-mundo-designado-por-algún-signo. El referente, pues, presupone el signo.Si el mundo se reduce a la referencia, el realismo estáequivocado. Porque entonces [el mundo] = [el mundo delcual se dice algo]. No hay residuo no referenciable.Justamente, el realismo necesita un residuo, necesitapresuponer que el mundo desborda la referencia: hay másmundo que mundo referenciado. Con lo cual caemos en elobjeto absoluto: si el mundo no coincide con el mundoreferenciable, hay algo del mundo que es por definición in-designable, que escapa a todo lenguaje. Sobre este punto,no es que no valga la pena discutir; no se puede, pordefinición, discutir.Creo que la expresión “estamos navegando el referente”no es un error epistemológico por parte de Aníbal, sinomás bien un índice de que Aníbal no es realista. Aunquepienso que “el fracaso de transformar la experiencia enescritura” es una frase ambigua, que presta a confusión.La tensión entre experiencia y discurso no es una dificultadentre un mundo a-semiótico y su semiotización, es unatensión (punto aclarado en conversación telefónica entredos textos) entre dos semiosis: la primeridad (quecorresponde a la experiencia e incluye, entre otras cosas, alos inefables qualia de las discusiones de los cognitivistas)y la terceridad (orden del discurso propiamente dicho). Estaes nuestra tensión y nuestro problema. Y en términos de lajerarquización peirciana de las categorías, la terceridadpresupone la primeridad pero no a la inversa (sin olvidarque, claro, en otro nivel la primeridad es ya un tercero). Noolvidemos que Bateson emparentó lo que él llamaba“códigos analógicos” (primeridad de Peirce) al inconscientefreudiano. La primeridad no es reductible a la terceridad,resiste. Pero no es el mundo que resiste, somos nosotros.

¡Qué importa el retrato si la moza está en París!

Aníbal Ford

2.1.Escribo sobre un mundo sobre el cual hayposibilidades de discurso o no las hay (Verón: “nosabría cómo expresarlo”). Son la 7.30. Las brumascubren o emergen del río y se van diluyendo. En laorilla opuesta el sol brilla entre las casuarinas. Paró lasudestada y el río comenzó a bajar. Pasa un boteisleño. Lo sé por su estructura y porque tiene unmotor Villa. Los isleños dirían que “comenzó la

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bajamar” aunque estemos en un río. (He evitado todametáfora aunque, con seguridad, una investigaciónetimológica y filológica pondría en evidencia quemuchos de los términos que utilizo tienen origenmetafórico. ¡Qué sería del ser humano sin sucapacidad “isomórfica”! Una aclaración: tendría quehaber dicho detrás y no "entre las casuarinas") .

2.2. Jakobson en “Dos tipos de afasia y dos tipos delenguaje” estudió ciertas alteraciones mentales queimpiden reconocer una metáfora. Entonces yo imaginoun sujeto, semejante a los sujetos “reales” de OliverSakcs, que no tiene capacidad de reconocimientometafórico, que está atado a lo literal—-pero que hatenido, antes de enfermarse, cierta formación enfilosofía analítica y en historia cultural—y lo enfrentoa la afirmación de Verón que dice que mi frase“navegar el referente... echa agua para su molino”.

La primera pregunta que este sujeto haría a Eliseo es:¿Cuando usted dice que un frase echa agua a un a unmolino me puede decir qué me está diciendo? Porque:

2.2.1. Es absolutamente imposible que una fraseeche o lleve agua a un molino. Aunque “se curecon palabras” sería de una perfomatividadescandalosa.

2.2.2. Eliseo no tiene molino y si lo tuvieraseguramente este sería eólico, como sucede conla tradición económica argentina, y no hidraúlico.(En este sentido el “refrán” pareciera referirse ala cultura europea. Pero este es otro problema.)

3. Acotación: en el tomo cinco de los Collected Papers dePeirce este afirma lúcido, ingenuo y esperanzado en elprogreso del conocimiento (en el subcapítulo 4, tituladoREALITYE, del capítulo "Cómo hacer nuestras ideasclaras" ): "... We have, hitherto, not crossed the threshold ofscientific logic. It is certainly important to know how tomake our ideas clear, but they may be ever so clear withoutbeing true. How to make them so, we have next to study.How to give birth to those vital and procreative ideas whichmultiply into a thousand forms and diffuse themselveseverywhere, advancing civilization and making the dignity ofman, is an art not yet reduced to rules, but of the secret ofwhich the history of science affords some hints".

4. Vuelvo a la metáfora. La frase “navegar el referente” queproviene seguramente de cuando tuve que escribir unartículo sobre Sudeste de Haroldo Conti y decidí navegaren bote todos los recorridos del personaje de la novela,del Arroyo Anguilas al Bajo del Temor, es, lo reconozco,una semimetáfora. Su condición de verdad parcial, comoen la lógica fuzzy, proviene de que si bien como diceEliseo el referente “no es algo del mundo, es-algo-del-mundo-designado-por-algún-signo” (subrayado mío). Mifrase tiene una pata sobre el mundo aunque yo hayapuesto las dos. El problema es que si experiencia yescritura (o lenguaje) “son cosas bien diferentes”corremos el riesgo de gritar ¡socorro! (o help me! oaiúdenme!, como traduce la televisión) y que nadie vengaa salvarnos. Es cierto que “una cosa es el mundo y otra el

discurso sobre el mundo”. Yo he afirmado en otro texto:“una cosa es el hambre y otra cosa es el discurso sobre elhambre”. Pero esto no impide tomar como ciertas esasformas de discurso tan especiales como las estadísticasque nos "indican" que hay gente que, aunque no laveamos, se esta cagando de hambre en la aldea global.

5. Es cierto que el referente presupone al signo. También queesto origina malentendidos y coartadas. Si hay un temaque aparece claro cuando se trabaja sobre"exploraciones" o historias del descubrimiento geográfico,como el viaje al Faro que relato en la primera reflexión, esque hay "más mundos que mundos referenciados"(aunque se lo referencie por la negativa: terra ingnota, resnullius, etc). Entre el mundo referenciado y el "in-designable", que escapa a todo lenguaje (aquí estoy deacuerdo con Verón y Wittgenstein) hay siempre undesignable aún no designado. Esto está claro en el afántoponímico o en sus flujos y reflujos, evidente en la Isla delos Estados o en todos los archipiélágos del sur como lotestimonian las historias y las luchas para "nombrar" a lares nullius. ¿Quién sabe que el Cabo Hornos se llama asípor la ciudad holandesa de Hoorn?

6. Pero este no es problema central. Y además yo no merefiero a un mundo a-semiótico y su semiotización—terminaría diciendo que Colón no descubrió sino quesemiotizó a América—sino a la tensión que bien señalaVerón entre la primeridad y la terceridad. Tal vez a lo quepierde, más que al fracaso, la primeridad al ser reducida ala terceridad. Pero no lo hace sólo porque nos resistamos(Verón) ante tal malestar (Freud) sino por la sospecha queha caído para siempre sobre el lenguaje y también sobre lacultura. ¿Qué quiere decir hoy "esa persona no tienepalabra"? ¿Es que ya no se puede decir, como en ElPadrino II: "Don Corleone es un hombre de palabra"?

7. Puntos para la próxima:7.1) hay una relación estrecha entre lo que plantea Eliseo

sobre la resistencia de la primeridad a la terceridad queestá emparentado con los excesos de formalización ycontrol social que se producen en nuestra época (algo deesto trabajé en La Marca de la Bestia);

7.2) frente a irreductibilidad de los discursos que analizaVerón en el prólogo a la última edición de Conducta,Estructura y Comunicación yo pongo en escena, comozona a aclarar, la simultaneidad, también mentada porVerón, entre primeridad, secundidad y terceridad y quees con lo que me encuentro al estudiar los diversosregistros del Faro del fin del Mundo que mencioné enla primera reflexión. ¿Desde qué nivel lógico seresuelve esta paradoja?

De escollos, residuos y cíclopes

Eliseo Verón

Un escollo, se me ocurre, es un malentendido cuando unoestá navegando. Esquivemos los escollos, primero. Yo dije(cf. ‘El mundo es nuestro’ ZE 46): “Una cosa es el mundo,

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otra cosa es el discurso sobre el mundo”. Aníbal pareceestar de acuerdo. Recuerda haber escrito: “una cosa es elhambre y otra cosa es el discurso sobre el hambre” (cf.‘¡Qué importa el retrato si la moza está en París!’, ZE, loc.cit.). Pero mi frase, con la que no estoy de acuerdo, yo lapuse en boca del realismo. Es mucho más dramático en elcaso de la frase de Aníbal: si uno dice no estar de acuerdocon la frase ‘una cosa es el hambre y otra cosa es eldiscurso sobre el hambre’ uno es un hijo de puta. Aquí hayun primer problema: el que reivindica la lucha contra elhambre, la exclusión, la marginación y la miseria humanaen general, o se condena al realismo o es un hijo de puta.Esto es una trampa. Ni realismo ni constructivismo; comodiría Varela, enacción.Otro escollo. Aníbal dice reconocer que la frase ‘navegar elreferente’ es una semi metáfora. ¡No! No es ni metáfora nisemi. ¿Dónde están la homología y sus cuatro términos,explícitos o implícitos? Pero como ocurre muchas veces conla retórica, la cuestión no tiene mayor importancia.Ahora navegamos en aguas calmas.[Polémica:consenso::aguas agitadas:aguas calmas]. Partimosdel tema: escritura y experiencia. Propuse que las dificultadespara pasar de la experiencia a la escritura (¿quién no las haconocido?) son las dificultades para pasar de la primeridad ala terceridad. (En realidad, la primeridad es el aspectoafectivo de la experiencia; la experiencia pone en juegotambién la secundariedad). Cuando el actor enfrenta esasdificultades, está enfrentándose a sí mismo, en lo querespecta a la puesta en discurso que está buscando (“elmundo es nuestro”). Esto en cuanto a la experienciasubjetiva de las dificultades. Por supuesto que éstas no sereducen a un “obstáculo interno”, a un escollo quepodríamos tratar de esquivar navegando acompañados (porun psicoanalista, por ejemplo). No, la conciencia subjetiva delas dificultades para pasar de la experiencia al discurso essólo, como su nombre lo indica, la cara subjetiva del asunto.Por otro lado, esas dificultades nos recuerdan que, en lasemiosis infinita, no estamos solos. La cara otra que la carasubjetiva no es una cara objetiva (realismo), es la cara de lasemiosis, no sólo infinita sino colectiva, con sus instituciones,sus intereses, sus ambiciones, sus miedos, sus egoísmos, suscrueldades y muchas cosas más. Ah, por suerte, por suerte:también con sus zonas erógenas. Aunque como puede verse,dentro de este conjunto el Lets fuck! (o, si se prefiere elMake love, not war), tiene una pertinencia bastante limitada.El error de los que hoy protagonizan lo que una amiga míaque vive en París (espero que no sea la moza de Aníbal)llama el papiboom, fue olvidar que se puede hacer la guerray coger. Bueno, esto del coger me hizo derivar, porque notenía el ancla echada.La primeridad es el aspecto más irreductible de laexperiencia (la secundariedad se puede contar). Irreductiblequiere decir aquí: toda transposición (por ejemplo verbal)de una primeridad (por ejemplo, una emoción) deja unresiduo. Pero ese residuo no es inefable, no es la emoción“absoluta” o “pura”. Porque esa primeridad-residuo es yaun signo. Lo interesante de Peirce es que permite pensar

que hay semiosis (primeras) irreductibles a otras semiosis(terceras) y viceversa.Esa amiga mía que vive en París me dijo enfáticamente que lafamosa navegación del referente por Aníbal Ford era unalicencia poética (sic) y que yo soy incapaz de percibir esafunción del lenguaje. Llegó hasta citar a Jakobson: estaba muyenojada. A esa amiga habrá que darle un derecho a réplica enZE. Yo le contesté: ¡No me rompas la bola! (respuesta delcíclope a su hijo que le preguntaba por qué tenían un sólo ojo,según Umberto Eco). Y pensé (sin decírselo, porque me pareciódemasiado pretencioso): siguiendo su costumbre, Jakobson lepuso un nombre al problema; yo prefiero tratar de pensarlo, ypara eso un ojo sobra.¿Cómo hacer entonces para escribir (terceridad)? Decir, porejemplo: yo no soy de aquellos que hablan cuando hacenel amor. O como decía Enrique Muiño en aquella viejapelícula: donde mueren las palabras…

El loro y la semiosis infinita

Aníbal Ford

Eliseo se mueve en el ring como Nicolino Loche. De unround a otro me hace pasar de idealista ingenuo, a realistasádico. Peor, a binarista, cuando es sabido que soy un viejotercerista. Optimista en la acción, pesimista en elpensamiento, cómo diría don Antonio Gramsci.Dejo para más adelante, la tríada que Verón construye:realismo/constructivismo/enacción porque me parece quetenemos diversas concepciones de esta (faire-émergersegún el traductor al francés de Conocer de Varela) ytambién su crítica a Jackobson por nombrador. Lo dejo aEliseo pensando o enactuando. Con una aclaración: si escon un sólo ojo, y éste no es el ojo panóptico del cíclope,puede sucederle lo que le pasó a la burra tuerta quedescubrieron los hijos del rey de Serendipo—antecesoresde Colmes—porque iba por el sendero comiendo del ladoen que el verde era de peor calidad. (Serendipo=Ceilan; deahí viene serendipity, un concepto o procedimientocognoscitivo muy relacionado con la "enacción".)También dejo entre paréntesis qué tropo es "navegar elreferente". En esto difiero con Eliseo no sólo por la ampliaserie de metáforas que hay en el eje paradigmático, sinoporque la retórica es importante. Y digo esto aunque unode los objetivos de mi vida haya sido destruir tópica(s) yretórica(s). Pero no quiero dispersarme sino detenerme enuna hermosa afirmación de Eliseo: "en la semiosis infinitano estamos solos". (Además, acerca de esto es de lo quevengo preguntándole desde el principio).Sí señor. La semiosis infinita es como esas procesionesmedievales que iban a Santiago de Compostela y donde enel peregrinaje se juntaban príncipes, leprosos, prostitutas,duquesas, pajes, apestados, niños cagados hasta las patasy muchos otros seres de la viña del señor a la manera deun cuadro de Bruegel. Pero eso sí: la semiosis infinita no esbinaria. No tiene dos caras como el signo de Saussure quecritica Eliseo. Tiene múltiples caras, lo que no quiere decir

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que no haya que reconocer que la vida nos exige en ciertomomento tener una sola cara. Y a bancárselas.Por suerte Eliseo, que ha luchado contra el imperialismosemiótico—se rumorea que luchado cuerpo a cuerpo hastacon el propio Greimas—está diciendo de alguna maneraque la semiótica es una disciplina humilde y humana. (Oque necesita ayuda: por eso piensa y piensa.) Mientrastanto afirma: la primeridad es irreductible pero deja unresiduo (cosa que se ve bien en los boleros); hay semiosisprimas y terceras que son irreductibles entre sí. Y, en otrolado, nombra ¡por fin! a la secundariedad. Que no deja deser algo que también estaba al principio de estaconversación y que quedó a la deriva.Estamos en el Delta. Entramos a una casa atorranta de unex corredor de motos. De esas que tienen la mitad de losmuebles debajo del alero. Cuelga un loro en la entrada ycuando Eliseo pasa al lado, el loro dice: "Adiós papito,adiós papito". Cuando paso yo, sólo me ronronea (puraprimeridad). Pero mi relato es secundariedad queinevitablemente me arrastra a abducciones e hipótesis quedebieran ser discutidas en un congreso (terceridad) deanimal behaviour:1- ¿el loro rompió la semiosis social?2- en la semiosis infinita ¿el loro está solo?3- ¿por qué a Eliseo le habló y a mí me ronroneó?4- ¿el loro está fuera o del otro lado de "donde mueren

las palabras"? (Donde mueren las palabras es unapelícula cuyo guión soñó Homero Manzi la noche enque vio a los famosos títeres de Podrecca).

¿Cómo hacer entonces para escribir (terceridad) sobre todoahora que todos tercerean para no pagar las cargassociales? Verón: decíme la verdad. Dale, vos que te la sabéslunga. ¿Esto de lo primero, lo segundo y lo tercero no loinventó Peirce para levantarse a Lady Welby? Pensalo.Mientras tanto yo me pongo la campera y me voy, paragratificarme, a comprarme una escalera.

Triangulaciones

Eliseo Verón

Self 1: Lo que escribís es verdad, es lo que sentís, ¿o no?Self 2: Vos sabrás, pero ¿a quién le importa?Self 1: A nadie, de acuerdo. Pero eso está bien.Self 2: Yo no dije que esté mal.Self 1: Pero entonces ¿para quién escribís?Self 2: Para vos seguro que no.Self 1: Ya sé, escribís para tu interpretante. Eso dejalo paratus seminarios. Además, como nosotros somos uno,necesitamos dos más.Self 2: Con Aníbal Ford ya tenemos un lector. No me digasque Zona Erógena no la lee por lo menos el director…¡Somos tres! Self1: Sos un marketinero. Lo único que te importa es lacantidad de gente que te lee. Además, se nota que hacetiempo que no venís a mis seminarios. Eso no tiene nadaque ver con el interpretante.

Self 2: Empiezo a pensar que lo del triángulo de Peirce noes más que una sublimación. Lo que a vos te gusta, comodirían tus amigas del otro libro, son las fiestitas.Self 1: Mirá, yo escribí, en una respuesta a Aníbal Ford, que“en la semiosis infinita, no estamos solos”. A él le gustó.Self 2: Sí, claro, pero él, que había entendido todo, te pidióque le dijeras la verdad, te preguntó si no pensabas queeso de lo primero, lo segundo y lo tercero, en realidadPeirce lo había inventado para levantarse a Lady Welby.¿No le pensás contestar?Self 1: ¿Estás insinuando que a Peirce también le gustabanlas fiestitas?Self 2: ¿…?Self 1: El problema con lo de Peirce y Lady Welby es elmismo que se plantea con la Expedición Robinson. Loúnico que les interesa a los periodistas es: ¿Hubo sexo ono hubo sexo en la isla? (es el vocabulario que usan losperiodistas). Bueno, ¿hubo sexo o no hubo sexo entrePeirce y Lady Welby? Yo sospecho que no. Pero en amboscasos, nunca se sabrá.Self 2: Tal vez porque a Peirce sólo le interesaba lasemiótica. Vos no corrés ese peligro.Self 1: ¡Estamos salvados! Como diría esa amiga que a voste gusta: “los que sólo se interesan en la semiótica sonunos huevones”.Self 2: Ford no hablaba de sexo, sino de género,¿entendés? Género. No es lo mismo. Ford seguramente seacordó de la frase de Peirce: “El hombre es un signo que sedesarrolla en el tiempo” ¿Te acordás? Bueno, la mujer noes un signo que se desarrolla en el tiempo. Pero tampocoes el objeto, ojo. Para el hombre, la mujer es siempre elinterpretante, o mejor dicho, es la depositaria delinterpretante. Eso es lo que nos pone tan nerviosos a loshombres.Self 1: Desde aquí veo la cara de sorpresa de Aníbal con tuinterpretación…Self 2: Te voy a decir una cosa. Esa amiga que a mí megusta, hizo una interpretación perfecta de la cuestión delsexo en Expedición Robinson.Self 1: A ver…Self 2: Una de las cuestiones que se plantea es laconfusión entre ficción y realidad. ¿De acuerdo? Entonces,¿qué les pasó a esos dieciséis individuos por la cabezasobre este tema? ¿Estaban viviendo algo o estabanactuando? Ya sé, ya sé que la alternativa esconceptualmente errónea, pero la gente funciona así.Nosotros también. Entonces, si en sus mentes predominó elsentimiento de la ficción, no hubo sexo. Si predominó elsentimiento de la experiencia vivida, hubo sexo. De todasmaneras, no sabremos qué sentimiento predominó, ni sipredominó el mismo en todos.Self 1: Yo veo posible otra hipótesis: tendió a predominar elsentimiento de ficción, y justamente por eso, por lo menosalgunos necesitaron el sexo para contrarrestar esasensación insoportable de experiencia virtual.Self 2: Si a algunos les pasó eso, es fantástico. ¿Te dascuenta? Tenían millones de espectadores que podían ser

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los depositarios del interpretante pero no, necesitaban auno solo, indispensable: el otro género. En tu hipótesis, losmillones de espectadores no les servían para nada, porquereforzaban el sentimiento de ficción. Necesitaban al otrogénero como operador de realidad.Self 1: Los hombres lo necesitaban, las mujeres no. Esa esla hipótesis de Aníbal, ¿entendés?

Verón: entre Pokémon y Betinotti

Aníbal Ford

1. Como en los dibujitos japoneses—ejemploparadigmático Pokémon—Verón se dividió y empezó a atacar desde diversas posiciones. Pienso quede ahora en adelante voy a tener en cuenta sucapacidad de mutación. Ya va a venir un self 4 o unself n. Una maniobra que no recuerdo que figure en laRetórica de Aristóteles ni de Quintiliano.

2. Parafraseando a Jorge Luz ( "...como mujer yargentina...") digo que como varón y argentino meofende que se atribuya sólo a la mujer el rol dedepositaria del interpretante. (Aunque las mujeres seanlas que bancan la crisis en los hogareslatinoamericanos). Tampoco es que me prenda a la "leydel padre" función que según dicen ya no es

necesariamente masculina. Y aunque haya tenido quejugar el papel de padre muchas veces en mi vida. Cómo"operador de la realidad".

3. Tangos sobre la mujer o la mamá: cita:" Volver conmamá otra vez" (Discepolo) También “Tengo miedo" del Negro Cele. O "Comoabrazado a un rencor". Un montonal de Betinotti en adelante.

4. Hay técnicas para averiguar lo de Lady Welby y Peirce.Pero es medio macabro.

5. Creo que, por lo contrario, la mujer es un signo que sedesarrolla en el tiempo. Y que es esto lo que ponenervioso al hombre.

6. "¿Estaban viviendo algo o estaban actuando?" diceVerón. ¡Idolo! Ya casi pareces Shakespeare. Son oscuroslos caminos de la semiótica. Alguno de los veronesanda ceca del obispo de Berkeley o delfundamentalismo constructivista.

7. Hay sexo virtual ¿no sabes? Un amigo decía que erabueno para evitar el SIDA.

8. Yo no creo que sea insoportable "esa sensación deexperiencia virtual" sino esa sensación de experienciasimbólica. Por eso uno a veces tiene ganas de meter elcuerpo como te contaba en el 1º round. Vos sabes—perdón Sapir / Whorf—que no solo pensamos con ellenguaje. Soy "translingüístico" viejo".

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Fecha de recepción: junio de 2006 · Fecha de aceptación: julio de 2006

“FAÚNDEZ” Y OTROS TEXTOS / “FAÚNDEZ” AND OTHER TEXTS

Resumen

El autor presenta textos breves, próximos al ensayo, sobre diversos temas.Primero critica la sociedad de consumo en un mundo cada vez máscifrado en términos tecnológicos e interacciones virtuales; luego aborda elsignificado del amor a la humanidad y analiza las enfermedades y laforma como se segrega moralmente a sus víctimas; inspirado en Borges,acude a una serie de consideraciones sobre el fenómeno de la creación yel destino, y a partir de análisis estadísticos encara el tema de ladesigualdad mundial; expone el puritanismo que impera en San Franciscoa pesar de su modernidad y del discurso del libre desarrollo de lapersonalidad que impera en el ambiente; plantea, así mismo, algunasobservaciones en torno a la necesidad moderna de evaluarlo todo. Sepublica además una selección de aforismos del autor.

Palabras clave:Humanidad, enfermedades, creación, sociedad de consumo, aforismos.

Abstract

The author presents short texts, essay-like, on different subjects. He firstcriticizes consumer society in a world that every day is more intotechnological terms and virtual interactions; then approaches themeaning of love for humanity, to later analyze sickness and criticize themoral segregation of victims; inspired by Borges, he turns to a series ofconsiderations on the creation and destiny phenomena, as well asgiving a thought to the issue of global inequality, based on statisticalanalysis. By referring to the freedom of personality speech that floats inthe environment, he presents the Puritanism existing in San Francisco;then points out several ideas on the actual need of assessing everything.A series of aphorisms is also included.

Keywords:Humanity, sickness, creation, consumer society, aphorisms.

FAÚNDEZ

Cuando ayer la telefónica bloqueó su línea móvil fue comosi esa sordera inalámbrica se le estampara en el cuerpo yallí lo marcara con el fuego del fracaso. Cualquier cosa,pensó, menos quedarse con el celular muerto en la mano,en el limbo del tele-silencio, inútil como un perro sin olfato.Y también pensó: esta pérdida de señal es la señal

definitiva. Él, que en otros tiempos recorrió las pantallasdel país animando la publicidad del progreso y la movilidadsocial, con celular en mano, símbolo del nuevo empleadode clase media baja enchufado al mundo. El triunfadorcontratado para el show de la democracia del mercado, elgol de Chile en el arco de la modernidad. Ese es Faúndez,que ya nadie recuerda y cae cuesta abajo y sin freno,devorado por las tasas de interés, despedido del trabajopor la reingeniería laboral, finalmente expropiado delúltimo de sus íconos.¿Pero quién se acuerda hoy de Faúndez? El hombrecitoque en el spot de la tele se codeaba con los ejecutivos enel ascensor de un edificio “corporativo”, y que desafiabalas jerarquías sociales hablando por teléfono a viva vozentre ellos, enrostrándole al país la forma ultramoderna deinsurrección de los plebeyos. Apenas con su enseñanzasecundaria completa, iluminaba la pantalla abriéndosepaso entre los “winners” con el emblema de unatecnología común, compartiendo con ellos, y pese a ellos,el mismo gesto ocupado en el auricular que lo ligaba albaile de las finanzas y al vértigo de la comunicación, dondefuera que estuviese parado. Eso había sido Faúndez: lacenicienta del modelo, seducción de una nueva forma deigualdad, irrupción de las masas en el corazón de las élites.El pequeño ciudadano de traje raído que se encumbrabacon el desplante de los patricios, apenas traicionado poruna sonrisa de cumpleaños infantil que le delataba elorigen. No más diferencias sociales, proclamaban losFaúndez, en esta fiesta todos bailan al mismo ritmo.Pasó el spot y pasaron los tiempos de las vacas gordas. YFaúndez, empleado de una empresa inmobiliaria o deseguros, se estrelló una mañana con el rostro impersonalde un supervisor que le fue dando todo tipo deexplicaciones sobre la austeridad empresarial, lacompetitividad y la flexibilización. Sólo cuando le cerraronla puerta en la cara con una indemnización irrisoria en lamano supo que se trataba de su despido.Luego vino el revés, igual de rápido pero tanto más difícilde entender y tanto más lejos de las pantallas. Migraronlos capitales golondrina hacia pagos más promisorios y losbancos se encargaron de pasar la cuenta a los pequeñoshombrecitos. La movilidad hacia abajo puso a tantosempleados eufóricos de vuelta en la precariedad, pero conla sordidez de la caída. Faúndez no bajó los hombros ybuscó trabajo durante un año, mientras se endeudaba atasas de usura para pagar las cuotas del departamento, elauto, los electrodomésticos y la semana en Varadero que sehacía cada vez más brumosa en la memoria. Deuda sobredeuda, tuvo que dejar cada uno de estos bienes y acabaren una pieza de servicio en la casa de un amigo que,gracias a Dios, sigue empleado.Y ayer cayó el último de sus íconos: el aparatito celular quemantenía el hilo de continuidad entre el auge y la caída; eladminículo que, en el fondo de su derrota, le abrigaba laúltima ilusión de revancha. Una voz neutra le anunció delotro lado que la línea se interrumpía por falta de pago. Fuecasi como si su vida se le escurriera por los hoyitos del

Martín Hopenhayn*

* Escritor e investigador chileno, realizó su tesis en París bajo la dirección delfilósofo Gilles Deleuze.Autor de obras como Así de frágil es la cosa, Críticade la razón irónica: de Sade a Jim Morrison, América Latina: desigual ydescentrada, entre otras. Actualmente trabaja en la CEPAL.

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auricular. Y poco más tarde, mientras deambulaba como unsonámbulo por la vereda de una calle cualquiera, de laventana de una casa saltó la voz de un locutor radial queaullaba el nuevo slogan de la complacencia: “¡Faúndez,piensa positivo!”

POCO CUERO PARA TANTO HUESO

Vaya donde vaya, y pese a mi corrección política, no dejode confirmar que la mayoría de quienes viven en estaciudad me son básicamente indiferentes. Son tantos y tanidénticos en la fila del banco o del supermercado, en elsemáforo en rojo o hundidos en las butacas de un cine,que ni hago el intento de distinguirlos o tomarles el peso.Si a cualquiera de ellos le aconteciera una catástrofe,difícilmente podría enterarme o lamentarlo o socorrerlo.Apenas me alcanzan los ojos para pasar a toda velocidadpor sus rostros. Y no es que sea egoísta: sólo limitado enmis piernas y mis años, como todos. Poco cuero propiopara tanto hueso ajeno.Es cuestión de números: son demasiados allá afuera y miatención sólo descansa en unos pocos gestos ajenos. Lacircunsferencia del horizonte se ciñe a cada paso y dejaafuera un brutal remanente de anónimos, para quienes yotambién soy uno de esos otros que nada significa. Difícilatender o intencionar algún ademán en las espaldas detanta humanidad. Con suerte rompe la lisura de fondo unsombrero que el viento desparrama, un agujero de gritosen la pantalla del silencio.Así me ocurre y probablemente a ustedes también. Nosmovemos en un mundo que nos sobra en su mayor parteen todo momento, y una proporción demasiado alta nos esdemasiado prescindible. Quisiéramos ser más compasivos,pero un poco más allá de nuestros amigos y nuestro barrio,seres y cosas se nos hacen vagos e informes. Simplecuestión de alcance físico y de química en la piel. Laecuación humana coloca siempre pocas almas de lado ylado del amor, el afecto y la preocupación. Fuimos creadosfinitos no sólo en cuanto mortales sino también por elalcance modesto de nuestro abrazo. Hablamos de amor ala humanidad, cierto, pero la frase siempre resuena comoun deber ser o una invocación de buena fe más que unadevoción estomacal. E incluso si fuera auténtica, nuestrosdías tienen 24 horas y en su mayoría se nos vandurmiendo, ganando el pan y perdiendo el tiempo entrámites. ¿Cuánto de energía nos queda para vibrar condesconocidos, separar uno a uno los rostros informes yempatizar con ellos, sondear la desdicha repartida paraponernos al servicio de los desdichados? Al final del díanos sinceramos con nosotros mismos: está muy bien quetodos tengan sus derechos, pero no me pidan a mí queacuda a las urgencias de los demás.Nada que hacer, o muy poco. Ya tenemos bastante connuestros enfermos en la familia y nuestros duelos que semultiplican con el paso de los años. Son demasiadosextraños en demasiados zapatos que caminan ademasiados sitios. Y apenas si me consuelo de a ratos

pensando que la humanidad no es asunto de especie ni depoblación ni de escala, sino un sentimiento que puede seruniversal en la empatía con otro único, a expensas detantos que pasan inadvertidos.

BORGES Y LA CLONACIÓN

Recuerdo de modo impreciso un cuento de Borges en queun hombre remeda su soledad en el bosque creando de suimaginación a otro al cual le confiere existencia material; ytermina comprobando, ante las llamas de un incendio queno lo quema, que él también ha sido imaginado por otro.Por alguna razón este cuento me vino a la memoria haceun tiempo cuando leí que Brigitte Bosselier, obispo ycientífica del culto raeliano, anunciaba en conferencia deprensa que Clonaid, el "brazo científico" de la secta, habíatraído un clon a la vida bajo el sugerente nombre de Eva.Todo esto en un grupo -los realianos- que afirma que el serhumano fue inventado hace 25,000 años porextraterrestres que poblaron la tierra con seres inteligentes.Mezcla sincrética de alta tecnología, culto esotérico ycosmogonía sin dioses.Recuerdo también un par de películas de ciencia ficciónestrenadas hace poco. En la primera un grupo deastronautas desembarcan en Marte y, luego de vivir lasperipecias de rigor que dan suspenso a la trama,comprueba que los humanos son un invento remoto demarcianos, quienes al sucumbir a accidentes cósmicos quehicieron inhabitable el planeta rojo, depositaron en la tierraa sus herederos para garantizar la propia continuidad. Laotra es Matrix, en que el protagonista descubría que suvida no era más que un guión inventadoretrospectivamente desde demiurgos del futuro, y que sudrama consistía en luchar desesperadamente contra undestino fijado en marcha reversa. Verdades que matan onos reducen a marionetas, desde otro espacio u otrotiempo.Imaginé entonces, en la lógica del relato de Borges, que lopeor del apocalipsis no es la extinción de nuestro génerosino todo lo contrario: sobrevivir al embate del universo o ala cuenta del tiempo, y cargar luego con la certeza de quefuimos programados por otros, condenados a una vidadiferida o mediatizada en que la identidad personalresponde a esta herencia urdida en otro planeta o en unfuturo anterior. ¿Cómo seguir habitando estos cuerpos tanhumanos, esta tierra tan entrañable, luego de saber quenuestro origen está en otra parte o en otro momento, en lavoluntad remota de quienes reconocemos como ajenos atodo lo que hemos visto y querido? Y vuelvo al clon fabricado por una secta que nos redefinecomo invento de extraterrestres, y que a la vez replica oimita la mano del creador clonando un ser humano. Y si lodel clon resulta cierto ¿de qué manera, bajo qué azar de labiografía que le aguarda, descubrirá con horror que eshumano sólo a medias? ¿Qué accidente de la vida lerevelará su condición de réplica, construcción, artificio? ¿Ycon qué armas intentará vanamente subvertir esa decisión

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original en la cual no tuvo arte ni parte, con qué impotentecoraje pretenderá abrir el sobre de su propia vida y tratarde borrar, una y otra vez, el texto de la carta indeleble?¿Será que el sueño de quien está solo en el bosque, o en elcosmos, engendra monstruos?

LA DURA DANZA DE LA FINANZA

En lo profundo del mundo, una bronca ronca. En Zambiatodo cambia, pero para peor: tiene casi un millón depersonas infectadas con el virus del SIDA, pero gasta 30%más en pagar su deuda externa que en servicios de salud.Si hace unos tres años el capital financiero global lehubiese perdonado la deuda externa a veinte de los paísesmás pobres, y si ese dinero se hubiese invertido en saludbásica, hoy vivirían 21 millones de niños que murieron porfalta de atención (19 mil niños salvados por día). Luego decelebrarse la reducción de su deuda a los acreedores delmundo financiero, Mali pagó 88 millones de dólares en2000 por concepto de intereses, lo que es más que elgasto público en salud en un país donde uno de cadacuatro niños no vive hasta cumplir cinco años por falta deatención.Eso es sólo un detalle. Hace cinco años el 20% de lapoblación mundial que vive en los países más ricos, tenía74 veces más ingresos que el 20% más pobres,desigualdad cuya proporción era de 30 a 1 en 1960.Amortizado en 20 años, el costo de cancelar las deudas de52 países pobres sería menos de 4 dólares al mes por cadahabitante de los países ricos. Para ellos, un cabello. Todavíaen 1999, cada día se transferían 128 millones de dólaresdesde los países pobres a los más ricos por pago dedeudas, o más bien de intereses. Y si en 1999 setransfirieron 120 mil millones de dólares de países pobres aricos, el año pasado esta suma aumentó a 147 milmillones. A pura usura, nadie dura: Costa Rica tomóprestados 4 millones de libras de Inglaterra en 1973, y en1999 ya había pagado más de 7 millones por estepréstamos y seguía debiendo más de un millón de libras.Volamos bajo. Estados Unidos anunció que extendería suayuda externa hasta un promedio de 5 mil millones dedólares adicionales por año. Parece mucho desde aquí,pero hay que pensar que el portaviones USS George Bush,botado a la basura en diciembre de 2002 por la Marina,costó casi esa misma cantidad. Desde 1990 la AsistenciaOficial al Desarrollo, como porcentaje del ingreso nacionalbruto de los países donantes, ha ido disminuyendo hastatocar su punto más bajo en el año 2001, y prácticamenteninguno de los países de la OCDE cumple el compromisode destinar 0.7% del PIB a dicha cooperación. Y hasta losEstados Unidos andan desunidos: Entre 1983 y 1998 elvalor neto del 1% más rico de los hogares nortamericanos,

sumando propiedades inmobiliarias y activos y pasivosfinancieros, se incrementó en 42%, mientras que el del40% más pobre quedó como estaba.La cosa andaba mal y se puso fatal. Actualmente la UniónEuropea otorga un subsidio de 2.20 dólares por día porcada vaca, mientras la mitad de la población del mundovive con menos de 2 dólares por día. Mucho vacuno y pocodesayuno: para la mitad del mundo sería preferible ser vacaeuropea a ser persona bajo la media en ingresos. Lossubsidios internos en los países ricos subieron de 275 milmillones de dólares en 1987 a 326 mil millones en 1999; yen vez de reducirlos, como prometió, Estados Unidos losaumentó mientras la Unión Europea resolvió prolongarlospor otros doce años. En industrias de baja tecnología, lospaíses no desarrollados pierden al año 700 mil millones dedólares adicionales de exportaciones por barrerascomerciales de los países ricos: cuatro veces más que elingreso de capitales privados de países ricos al resto delmundo. Mientras tanto, el norte le dice al sur que hay queproducir más para exportar más para crecer más para salirde la pobreza. Tremenda contradicción, reza la canción.Si tambaleamos, peor andamos. Entre 1980 y 1998, lostrabajadores del mundo transfirieron a los ricos unos 545mil millones de dólares por caída de salarios después delas crisis monetarias; y entre trabajadores y contribuyentesaportaron unos 947 mil millones de dólares a los ricos derivados del flujo de capitales. De los 1.198 milmillones de dólares acumulados en ese lapso en el mundono desarrollado, gracias al crecimiento derivado del ingresode capitales, no más de 100 mil millones beneficiaron al20% más pobre de cada país.¿Qué más cuento de este cuento? La conclusión es unaprovocación: sin un cobre y hecho añico, el pobre financiaal rico.

ENFERMEDADES VERGONZOSAS

¿Por qué las enfermedades de contagio sexual tiñen a lavíctima con la triste marca de la vergüenza? Es como si lestocara cargar con un estigma en que concurre el peso de lareligión, la moral y otros atavismos de la cultura. En elÁfrica del subsahara varios países tienen casi un tercio desu población contagiada con el virus del SIDA. Los estadosdesperdiciaron una década, sacrificando millones de vidas,negando la magnitud de la epidemia. Uno de ellos todavíano se decide a legislar el uso masivo del condón. En otrose impuso por años la teoría de que el SIDA no se contraíapor vía de relaciones sexuales. Cuando muere un pariente,simplemente se dice que estaba enfermo. En Chile lamuerte de un famoso director de teatro también estuvorodeada de eufemismos y omisiones, y hasta el deceso porSIDA de un filósofo tan lúcido como Michel Foucault, hacemás de veinte años, sigue errando ambiguamente entrevagas explicaciones.Hoy es el SIDA, pero en el siglo XIX fue la sífilis. Lapadecieron célebres escritores y filósofos como Daudet,

1 Todos estos datos fueron extraídos de la siguiente dirección electrónica:www.socialwatch.org

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Nerval, Maupassant y Nietzsche. De Maupassant y Nervalla versión para el público masivo habló de demencia oesquizofrenia. Daudet nos legó unos hermosos escritossobre el dolor de la sífilis, que al parecer alcanzaintensidades insondables. La vergüenza y el sufrimiento deDaudet quedaron plasmados en textos como estos: "Desdeque me enfermé, ya no puedo soportar ver a mi esposa o amis hijos asomarse por una ventana". O "En mi cubículoen los baños de regadera, enfrente del espejo: ¡quédemacración! Me he convertido de pronto en un extrañoviejecito." O bien: "Ni una vez, ni en el médico, ni en losbaños, ni en los spas donde se atiende la enfermedad, se laha mencionado por su nombre, su verdadero nombre." La confusión crece en derredor y se habla de afaxia,enfermedades degenerativas u oportunistas. Las manchasen el cuerpo o las que el cuerpo exhuda y marca en la ropa(piénsese en la gonorrea) se convierten en improntas delmal tanto en sentido moral como sanitario. Los silencios ylos eufemismos se multiplican en torno a la cama, el hogaro la clínica. El imaginario de la lepra o la peste bubónica,que siglos antes hacía tapiar las puertas en las casas de losenfermos o confinar a estos últimos en sitios remotos, sevistió de guante blanco para enfrentar estas nuevas pestesde la vida moderna.Podemos imaginar la soledad de estos enfermos, adivinarlos surcos con que el tabú le inflinge heridas al alma,lloviendo sobre mojado, camino a esa cruz que nadie ve yque a veces hasta la familia borra de las ventanas de lacasa. Hasta que la muerte los libera doblemente, delmaldito secreto y del impío dolor.

LA FIESTA DE LAS EQUIVALENCIAS

El uso frecuente de una tarjeta de pre-pago en un centrocomercial, o de una tarjeta de crédito en la gasolinera de laesquina, otorga al comprador bonificaciones tan diversascomo millaje en compañías aéreas, descuentos en hoteles yalquiler de autos, rebajas en servicios de comida adomicilio, minutos de teléfono en larga distancia, preciospreferenciales en cines y conciertos, participación ensorteos variados, y otros tantos beneficios y placeres.Parece un cuento futurista, pero es cada vez más real:cuando nos toca pagar con tarjeta entramos por unapuerta lateral a una red global de servicios múltiples. Unavez arrojados a ese mare magnum de potenciales ofertas yprivilegios, un extraño vértigo de opciones y posibilidadesse apodera de nosotros.No sabemos si celebrar o condenar esta modalidadintegrada de circulación del dinero electrónico. Lasopciones se hacen cada vez mayores, como también lainformación sobre ellas que llega a los usuarios por vía decartas, correos electrónicos, llamados telefónicos, folletosen los bancos y en los cajeros, publicaciones periódicas, yotros. La vida amenaza, curiosamente, con convertirse enuna pesada carga por exceso de información a procesar yopciones a dirimir, todas ellas sobre la base de la

conversión de una cosa en cualquier otra. Cuanto másusamos el dinero electrónico y más se integra éste amúltiples formas de equivalencia entre distintos servicios,más tiempo debemos invertir en evaluar los posiblesbeneficios, comparando lo que hasta hace poco nada teníaque ver entre sí: litros de gasolina con noches de hotel,horas de navegación en Internet con millas aéreas, uso detarjetas de crédito con descuentos en cadenas de ropaexclusiva. Lo que sea con tal de que exprimamos nuestracapacidad de compra con tarjetas electrónicas.¿Comenzamos a ver el mundo "on-line"? Difícil saber enqué medida las oportunidades que se abren nos internanen este modo emergente de mirar el entorno, calcular ysacar partido en un mercado virtual integrado. Cuanto máspuedan traducirse los servicios en unidades divisibles, máspueden integrarse en la convergencia financiera-electrónicadel dinero virtual, y con ello, mayores posibilidades deampliar mercados y carteras de clientes. Ante el impulsoexpansivo donde las señales electrónicas del dineroencarnan en beneficios tan diversos que se acumulan porel costado: ¿cómo irán entrando servicios menosconmensurables en esta fiesta de las equivalencias? Pienso,por ejemplo, en las atenciones de salud, la entrega deconocimientos, las asesorías jurídicas y tantas otrasprestaciones. ¿Hay límite para los canjes virtuales a los quese accede desde cualquier punto del planeta, con toda lainformación de venta al instante, adaptados a losrequerimientos del usuario, sin demoras en la adquisición yventa, sin rostros o manos o errores en ninguna parte?¡Compre, compre, compre, y acumule señales, unidades,bonificaciones! ¿De qué? ¡Pero qué importa!

OBSESIÓN POR EVALUAR

El prurito de la eficiencia nos puso al frente esta obsesiónpor evaluar. Al final, de eficiencia poco: los programassociales gastan casi tanto en evaluar impacto como enobtenerlo. A las empresas llegan otras empresasconsultoras con evaluadores rebozantes de dinámicasamigables para medir el rendimiento de los empleados.Sonrisa en ristre, se reúne a la tropa en un ambiente "deconfianza" para que unos le pongan nota a otros yviceversa. Vamos por la vida entre un desfile de objetivos,actividades, resultados e indicadores, y son cada vez máshoras en la semana o el mes para ponerlos todos en línea.Retiros de fin de semana o maratones al final del día detrabajo para saber cómo estamos, cómo nos portamos ycuánto servimos. Todo en onda positiva y cooperante. Hastaque saltan los trapitos y más de uno queda trasquilado.¿Por qué ahora esta locura de evaluar en todas partes, desdela política hasta la pedagogía, desde la empresa hasta el clubdeportivo, desde el municipio hasta la parroquia, desde elprograma social hasta el programa de radio? Del uno alcinco o del uno al siete, o del nunca al siempre pasando porel ocasionalmente, o del no logrado al plenamente logrado, odel bajo impacto al alto impacto. Humillación de los viejos y

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cansados que han dejado el cuero en el trabajo o en lavocación, y hoy son evaluados y reprendidos por un puñadode jóvenes que salen dichosos por el mundo a aplicar lastécnicas de última generación patentadas en Harvard.Humillación de los empleados de oficina que deben auto-evaluarse frente a sus colegas y esperar a que éstos ratifiquenu objeten. Humillación de los propios evaluadores al serevaluados por meta-evaluadores que a su vez tendrán quesometerse a supra-evaluadores. Y sobre todo, humillación delos profesores, que siempre evaluaron a sus alumnos y queahora son evaluados por los ministerios. O por losevaluadores que los ministerios contratan. Nada nuevo: en lasuniversidades norteamericanas los alumnos hace muchotiempo que evalúan a los profesores y una mala nota puedecostarles el puesto.¿Por qué esta obsesión por evaluar, esta fiebre súbita demedirlo todo? No faltan las razones: porque así sabemoscómo vamos, dónde ajustar el cinturón y dónde invertir laplata. Porque hay tecnología para evaluar, mezcla rara decibernética con psicométrica. Porque la sociedad piderendición de cuentas, transparencia, meritocracia,coherencia entre esfuerzos y logros y recompensas. Sobranargumentos y justificaciones. Hay facilidad, necesidad yprovecho en evaluarnos los unos a los otros, contra losotros, con los otros. Para qué, entonces, tensarse en lapremonición de la catástrofe, para qué el pánico a lareprobación, si la onda de evaluar viene para quedarse.Mejor mostrar la otra mejilla, mirar al evaluador de turno alos ojos, y de golpe ponerse la peor nota en todas lasplanillas. Para que de una vez por todas no tengamos nadaque perder.

ORGÁNICO, DEMASIADO ORGÁNICO

En todo sentido la bahía de San Francisco, en California, esuna de las zonas más privilegiadas del mundo. Goza de unpaisaje donde en pocos kilómetros se transita de bosquesnativos a acantilados marinos, campos de viñedos, pueblosapacibles y prados sembrados de vacas que pastan a suantojo. A lo ancho de estos parajes, y sin violentarlosnunca, se esparcen pequeñas ciudades donde hay comida ycocina de todo el mundo, ofertas espirituales a gusto delconsumidor, música sofisticada en todos los géneros yuniversidades donde el conocimiento se encumbra a sumáximo umbral. El ingreso per cápita en la zona es uno delos más altos del planeta, con la gracia de que laostentación es mal vista y por lo tanto nadie hace alardede opulencia. Todo muy cool. Y como broche de oro, laciudad de San Francisco exuda belleza por los poros, convistas a la bahía, la mejor arquitectura victoriana, pródigaen perspectivas y calles enrevesadas que suben y bajan.Lejos de la mediocridad típica de la culturanorteamericana, allí se consolidó una sensibilidad distinta,alimentada por los hippies y el rock contestatario de lossesenta, las migraciones de Oriente, el undergroundcultural, la comunidad gay y lesbiana que se expresa sin

restricciones y goza de ciudadanía plena, laexperimentación estética que une el arte pop con losescaparates de las tiendas, las ideologías progresistas y elrefinamiento cultural. Los proyectos de vida tienen ladiversidad que permite esta feliz combinación de recursosmateriales, experiencias sensoriales, ofertas formativas ypolíticas al servicio del desarrollo personal.¿El paraíso? Salvo por un detalle: el puritanismo se cuelaallí donde todo se da para superarlo. Una triste ironíahizo de esta obsesión por la felicidad personal una cruzadaimplícita, silenciosa pero efectiva, donde el sagradoderecho a la salud propia confina a los demás al cubículoascéptico en que nada de lo que se haga debe cruzarse enel camino que cada cual elige para cultivar su cuerpo,ilustrar su espíritu y salvar su alma. Y allí empiezan losproblemas. El primero y más visible es el cigarrillo. Fumar,en la zona de San Franciso, es pecado y abuso: viola elderecho a la salud de los fumadores pasivos en un paísdonde los derechos individuales son el más alto preceptocívico y moral. No sólo está prohibido encender un puchoen restoranes, oficinas o establecimientos comerciales. Envarios de los distritos de la bahía los residentes hanforzado a proscribir su consumo en la vía pública. Y en laspocas zonas habilitadas para fumadores, éstos hacen losuyo con un aire de pecado y de verguenza estampado enel rostro. Puritanos hasta en la transgresión.Este sistema de contención tiene códigos que todo buenvecino del Bay Area sabe recitar. Son alfabetos implícitosque extienden el puritanismo hacia otros ámbitos: engordares mal ejemplo, descuidarse es caer en la indolencia.Aunque la prosperidad ya da para soltarse, recurre elmandato de no aflojar la voluntad, incluso fuera del mundodel trabajo: el peso, la lozanía, la digestión, el reciclaje, y ladescontaminación son otras tantas varas para apretar losdientes y no ceder a la fatiga. Las conversaciones giran entorno a los lugares donde uno compra el pan, el té, el arrozo la fruta, y en esta sutil competencia por lo incontaminadogana el que adquiere su pan diario en las granjas quellevan más tiempo invictas frente a la conspiración decolorantes o pesticidas.Por lo mismo, San Francisco es un símbolo muy particularde la modernidad. Allí se confunden los derechosindividuales y la calidad de vida, en su sorprendentedesarrollo, con la escrupulosa regimentación del cuerpo, laprogramación obsesiva del proyecto de vida, el veto acualquier comportamiento que pueda interpretarse comoinvasión o contaminación del espacio en que otrostransitan exigiendo que nada altere sus propias opciones.El paraíso material, cultural y estético incuba su propioaguafiestas, pero de modo tan institucionalizado que sólolo percibe el extraño que lo visita. Como una utopía insularen que nada de lo que allí desembarque debe alterar laslibertades y derechos personales, San Francisco humeaascepcia. Enfermos de sanos, sus habitantes replican elpuritanismo secular del país bajo la forma más impalpablede un nuevo fundamentalismo sanitario.En medio de esta obsesión por lo orgánico en que me vi

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sumergido durante unos días, terminé por añorar la híbridavida de la metrópoli latinoamericana donde el aire es tantomás impuro, los derechos tanto menos estilizados, laalimentación más descuidada y la cultura menoscosmopolita. Me pregunto qué es más provinciano:nuestras ciudades periféricas arrojadas al descuido, o esaotra ciudad enclavada en el ombligo del mundo donde elpuritanismo opera solapadamente, resistiendo contra vientoy marea los embates del desborde mediante un discurso dederechos que plasma en un catálogo de deberes. EnAmérica Latina tenemos más Opus Dei, más Legionarios deCristo, mucho delirio beatífico y arrebatos marciales dondeel discurso del orden es pretexto para la violación de losderechos. En San Francisco se impone esta otra cruzadaque huele a endorfina, pan integral y huerto orgánico.Puede que la diferencia de contenido oculte cierta analogíaen la forma. Quizás la principal diferencia radica en que,mientras los latinoamericanos beatos reniegan del condón,los californianos ascépticos lo usan tanto en la cabezacomo en el pene.

AFORISMOS DE MARTÍN HOPENHAYN

Arrastramos un aborigen que a ratos nos encumbra. Entreél y nosotros circulan visiones, no sabemos si nuestras o deél. El aborigen se arrodilla o se ovilla: a veces en lamédula, otras en el ánimo. Otras se hace licor o anzuelo enla sangre, surco o demiurgo en el pensamiento. De a ratoslo olvidamos, pero aparece cada vez que desfallecemos,nos empuja contra la tierra y nos fuerza a sobrevivir. Consu linterna de hueso y su brújula de palo. Eficaz como eltiempo y sólido como los años.

Lo irreversible de la paternidad no es que los hijos estaránallí para siempre, sino un sentimiento tan claro eindesmentible que al reconocerlo sabemos que siempreestuvo allí. La vida revela una continuidad sobrecogedora,precisamente allí donde antes no había nadie.

Hay pensamientos chúcaros que nos hacen vulnerables.Como flujos que soplan a contracorriente, vienen cargadoscon otra espesura y otro ritmo. A medias bastardos yreclamando máxima legitimidad, renuentes al filtro de lautilidad con que la brújula de la conciencia selecciona lospensamientos. Tienen algo de parasitarios: se instalan en elárbol de los pensamientos y se alimentan con la savia quevan robando cada vez que logran clavar sus dientes en lacostra del árbol. Chupan, pero no matan. Son claramenteinorgánicos. Pero entran y salen como si fuesen la sustanciamisma del organismo. Como alcahuetes en el oído interior,convencen sobre la futilidad de todo otro pensamiento.Pintan otros pensamientos más auspiciosos con colores queno combinan, y así los disfrazan de inverosímiles. Y nosotros,que nos creemos diestros en pensamientos chúcaros, todavíalos dejamos hacer ese trabajo desleal.

Un acto gratuito puede provocar una devastación de añoso una iluminación de minutos. Hijo de la inspiración o lacrueldad, irrumpe en orgías y en velorios, de la boca o delas manos del amante o del vecino. Nos salva tanto comonos condena. Hace relucir la belleza y zozobrar la carne.Por su culpa nos empaña el remordimiento y por suinocencia abrazamos el azar. Engendro de la ocurrencia, elacto gratuito reverbera desde el vacío y colma los huecoscon chistes de mal gusto o chispazos del más allá.

El problema de la imperfección de la vida. Solución budista:“Sufrimiento, enfermedad y muerte son ineludibles.Contemplándolos como simple dato de la vida, ni siquierala juzgamos imperfecta”.¡Cuánta disciplina para semejante desapego! ¡Cuánto rigorpara ver pasar este cuerpo como si fuera otro! Trabajar noya para ganarse el paraíso, sino para objetivar los golpesde la vida en la pantalla de la ecuanimidad. Hasta que laexistencia de Dios se vuelva asunto irrelevante. Nipreguntas ni respuestas. Sólo la respiración que nos aleja yarrima al absoluto de la no mirada.

Ya no escribo. Sólo borro lo no dicho de la pizarra de suausencia.

La poesía mira hacia atrás. Es como si debiera siemprepreservar lo acontecido y lo que ya no sucedió, reiterar suadhesión al verbo puro o recién encarnado, a la palabraremota que todavía no se separaba de las cosas. Perotambién es la aguja que escarba la herida, reminiscencia deun abandono originario que la poesía no abandona.Desvelo que devela o insomnio que cuida el sueño.

La reputación es el no-ser que somos. Hecha de una largaacumulación de aciertos y desaciertos, los condensa yencarna en un lugar fuera de nosotros. Nos saca lo vivido ylo convierte en un espejo poblado por voces y juicios ymiradas. Un espejo sin cuerpo, pero que le comenta alalma la biografía de nuestro cuerpo. Y nos condena, lareputación, a seguir siendo lo que ya fuimos.

Pulida por el viento del desierto, la calavera templa sumemoria. Más se blanquea, más pura su recapitulación delo vivido. Equidistante del aliento que fue y del polvo queserá.

Cuando se pierde la familiaridad con las cosas éstas serevelan en su naturaleza última, dejan reverberar la mudalocuacidad de su permanencia. O se opacan para siempre,inhóspitas y perpetuas, mostrando el colmillo del sarcasmo.

Una esterilidad por exceso en la cabeza del genio. Sontantas las combinaciones nuevas que borbotean, quenunca logra persistir en un desarrollo único. Se prodiga enproyectos truncos, en melodías interrumpidas por otras queya empiezan a cantarse en la cabeza. Con la edad adquiereplena conciencia de que su mayor don es, al mismo tiempo,

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la razón de su fracaso: una inspiración atorada oderramada hacia adentro. Sólo él reconoce todo lo que,incesantemente, se crea en su interior y se condena deantemano a no cristalizar. El solipsismo lo empaña, lavoluptuosidad lo incendia.

Un espíritu blando por debilidad, otro por flexibilidad. Unoduro por sólido, otro por rígido. Empate cerrado entre elproblema y la solución.

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Fecha de recepción: junio de 2006 · Fecha de aceptación: julio de 2006

EL CANCILLER / THE CHANCELLOR

Resumen

Por veinte años, sin ejércitos y sin control de rutas, a pura diplomacia,Gabriel Puerta se ganó la confianza de narcotraficantes y paramilitarescolombianos. Esta es su historia.

Palabras clave:Narcotráfico, paramilitares, confianza, extradición, violencia.

Abstract

Without armies or route-control, but based on pure diplomacy, GabrielPuerta gained the trust of Colombian drug traffickers and paramilitariesthroughout a period of 20 years. This is his story.

Keywords:Drug trafficking, paramilitaries, trust, extradition, violence.

Por segunda vez el doctor Gabriel Puerta está en elpatíbulo. Hace 14 años, con once amigos, resolvieronenfrentar al narcotraficante Pablo Escobar, reclutandoinformantes y desertores de su organización y colaborarcon la justicia colombiana para que diera con él. Losllamaron los Doce del Patíbulo por su desafío temerario aun Escobar paranoico dispuesto a matar hasta su sombra.Ahora su supervivencia no está en juego. Pero sí laposibilidad de vivir. Puerta, de 63 años, aguarda en unacárcel de máxima seguridad en Valledupar; cuarenta gradoscentígrados de las dos de la tarde, dormir sobre suelomojado para mitigar el bochorno al nororiente colombiano.Falta el último trámite para que un avión de la DEA se lolleve a Estados Unidos. Quizás para cuando esta nota estépublicada, él ya esté en una prisión del país del Norte.Una corte de Florida lo señala de “conspirar para poseercocaína con la intención de distribuirla en Estados Unidos”y otra de Washington, bajo la norma Rico (RacketeerInfluenced and Corrupt Organizations), de ser uno de los“líderes del cartel del Norte del Valle”, el último de losgrandes carteles de la droga colombiana, que floreció en elespacio que dejó una guerra tremenda entre el cartel deMedellín de Escobar y el de Cali de los Rodríguez Orejuela.El Departamento del Tesoro lo puso a él y a sus empresasen la lista de los designados narcotraficantes, para “poneral descubierto y socavar la red financiera de éste cartel”.“Conocí a muchas personas señaladas por las autoridadescomo miembros del Cartel del Norte del Valle, como

también a otras de distintos carteles nacionales, debido ami actividad salvando vidas y con ocasión del conflictocolombiano. Ni líder ni jefe de nada. Llevo 42 añosviviendo en Bogotá y 25 con dedicación completa a lasactividades agropecuarias en Antioquia, Boyacá, la Sabanade Bogotá y en otros municipios de Guaduas, Cambao yChaguaní. No en el Norte del Valle. ¿Quién me podríaaceptar como jefe a control remoto?”Para capturar a Puerta, según aseguró un investigadorcolombiano cercano al caso, el gobierno estadounidensepagó la más grande recompensa que jamás haya giradopor narcotraficante alguno (la Embajada de ese país enBogotá ni negó ni confirmó esta información); muy cercanaa los cinco millones de dólares que ofrecieron cuando lopusieron en la lista de los más buscados. Y cuandosupieron dónde estaba, fue tal su celo para que no se lesescapara que, contraviniendo las normas que impiden aoficiales extranjeros emprender acciones policiales enterritorio nacional, cinco agentes de la DEA en persona yquince experimentados oficiales de la policía colombianasalieron a media noche a buscarlo, se perdieron, subierontrochas, hasta que irrumpieron blandiendo sus armas, en lafinca donde estaba Puerta. No encontraron resistencia, nidroga. Sólo una pistola en la mesa de noche a la mano dePuerta y un cuchillo de cocina que ofreció la empleadadoméstica cuando le preguntaron dónde estaban lasarmas. Gabriel Puerta despertó sobresaltado con el alborto,pero pronto se identificó, llamó a la calma, y salió tranquilocon los policías.Puerta no es un Escobar, emperador del tráfico y del terror.Tampoco es un trofeo simbólico de un cartel desmantelado,como lo son los envejecidos Rodríguez Orejuela, a quienesextraditaron a comienzos del 2005. Y, aunque ha sidoentrañable al fenómeno de las autodefensas, tampoco esuno de los señores de la guerra paramilitar, traficantes dedroga y de armas. Incluso, la acusación que le hace lajusticia de la Florida por el envío de la droga a ese estado,es más genérica de lo que suelen ser estos “indictments”,sin fechas exactas, ni circunstancias precisas (Puerta dijoque explicará esta acusación allá y tendrá “que ver con laincursión de las autodefensas en el conflicto colombiano”).Sin control de rutas, ni ejércitos, ni territorios, ¿por quétanto empeño de los gringos en llevárselo?

El narcotráfico

La señora de Puerta dice que está a dieta. Por la ansiedadse ha engordado casi tantos kilos como su marido haperdido en la cárcel. Nerviosa, saca carpetas y papeles,que están en varias cajas en el comedor de sudepartamento. Para que no piense que lleva una vidalujosa, aclara que el Guyasamín que exhibe en la paredde la escalera es una copia. Las autoridades colombianaslos acusan de haber obtenido sus bienes con lasganancias de actividades ilícitas y, mientras avanza elproceso para extinguirles el dominio, se los han incautadocasi todos: la hacienda Aguas Vivas de más de 800

María Teresa Ronderos*

* Periodista colombiana. Ha sido editora política de El Tiempo y Editora de laRevista SEMANA. Maestra en Ciencias Políticas de la Universidad deSyracuse, obtuvo la Knight Fellowship de la Universidad de Stanford.

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hectáreas en las tierras calientes del valle del MagdalenaMedio, otra de 300 hectáreas de las valiosas tierras en laSabana de Bogotá, otras empresas agrícolas y mineras yla oficina en un barrio bogotano de clase media. Eldepartamento donde vive la familia Puerta hace 18 añostambién entró al proceso, pero por ahora le dejaron elbien en custodia. En la biblioteca donde nos sentamos aconversar, no parece que faltara ninguno de los libros quese han publicado en los últimos años sobre narcotráfico yparamilitarismo en Colombia.No se sabe bien cuándo Puerta empezó a tener que vercon ese mundo de carteles de la droga y negociosclandestinos. Nació en San Carlos, un pueblo montañoso aloriente de Antioquia. Creció, como muchos colombianosdel país rural en los años cincuenta, viendo aconservadores y liberales matar por política. Su papá fuealcalde, juez y concejal del pueblo, y cuando murió sumamá—de una familia de alcurnia del pueblo, los ParraParís— entre ella y sus hermanas mayores sostuvieron lacasa cosiendo, trabajando en oficinas públicas, comopudieron.“En los últimos 20 años San Carlos ha sido uno de loslugares donde se han cometido cantidad de masacres, conhistorias que aún me trastornan y me condicionan.Personalmente fui y sigo siendo víctima de esa violencia, yun ser desplazado y desarraigado de la tierra chica.”Estudió derecho en Medellín y luego en Bogotá. Luego devarios cargos públicos, se fue a vivir a un pueblo en lafrontera con Ecuador, dice él que “huyéndole a problemassentimentales”, a probar suerte con una tienda decerámicas. Quebró y puso un negocio de cambio de divisascon el que prosperó, invirtió en minas y compró fincas ensu natal Antioquia.“La confianza que yo le inspiraba a los clientes hacía quedepositaran sus dineros, para devolverlos cambiados a lamoneda requerida—dólar, sucre o pesos—a los tres o alos 30 días y muchas veces hasta dos y tres meses, cuandoregresaban, sabe Dios de dónde. Los negocios de fronterason así. Adquirí desde entonces fama de hombre correcto yserio. Principio de todas mis intervenciones futuras en lasautodefensas y paramilitarismo.” Extendió su negocio de cambista a Cali. Ya separado de suprimera esposa, madre de sus tres hijos mayores, seenamoró precisamente de la gerente del banco dondetenía las cuentas de sus casas de cambio, y, a juzgar porlas emotivas tarjetas que le ha enviado desde la cárcel,sigue enamorado de ella 25 años después.En 1985, poco después de vender las casas, y ya metido delleno en las fincas ganaderas, compró el 17 por ciento deuna aerolínea llamada Intercontinental de Aviación. Segúnlas autoridades colombianas y el Departamento del Tesorode Estados Unidos, la empresa fue creada para camuflarviajes de droga a Estados Unidos y para lavar dinero através de sus múltiples subsidiarias, algunas registradas enparaísos fiscales como Islas Vanuatu y Gran Caimán.Aseguran que Orlando Henao Montoya—la figurafundadora del cartel del Norte del Valle—fue su socio

principal. La fiscalía colombiana ordenó la incautación detodas las empresas asociadas a la quebrada Inter, incluidoshoteles en San Andrés, y acusó a Puerta de ser uno de susdueños. Los Puerta niegan estas acusaciones:“Eso de que Inter sirvió para facilitar el tráfico de drogasilícitas es la mentira más mal diseñada y orientada aexagerar y a destruirla junto con sus dueños. La compañíajamás estuvo envuelta en asuntos de narcotráfico. Eso esun invento asqueroso. Que investiguen y al final tendránque decir la verdad.”

El paramilitarismo

La vida de ganadero no alejó a Puerta Parra del conflictocolombiano. Fue víctima de atentados guerrilleros. Fuesecuestrado dos veces, y, en 1990, en su finca de PuertoBélgica, dieciséis bombas le volaron casa, bodegas ymaquinarias. Luego también hubo de enfrentar a PabloEscobar que estaba secuestrando narcotraficantes yhacendados. Entonces fue cuando crearon los Doce delPatíbulo.“El problema social formado por las acciones de Escobar ysu aspiración política, sumado a esto el empuje de laguerrilla y la necesidad de suplir las deficiencias deseguridad inherentes al Estado, nos llevó a muchos, dedistinta clase social y económica, a enfrentar el reto de laguerra y de la descomposición social. El narcotráfico no erala meta, pero había que conocerlo a fondo para tratarlo,pues las FARC y las autodefensas comenzaban a nutrirsede esa fuente”.El trato de los Doce con la Fiscalía para limpiar susprontuarios a cambio de ayudar a frenar la sangrientaguerra de Escobar contra todos, se filtró en la prensa. Ydesde entonces comenzaron los estadounidenses a seguirlela pista a Puerta.“Sobre mí (los americanos) hurgaron y encontraron, puesen desarrollo y atención del conflicto armado interno, losconocedores del tema fuimos requeridos, directa oindirectamente, para que aportáramos ideas, dinero ycontactos. Así fue que las autodefensas, que los ganaderossosteníamos por presión gubernamental y social, setransformaron en poderosos ejércitos paramilitares.”“Los paras, para 1995, ya abandonados por lospromotores, terratenientes, industriales, comerciantes ymilitares que encontraron difícil el financiamiento conocidode cuotas anuales, le entregaron de lleno laresponsabilidad a los narcotraficantes. Autodefensascampesinas que desaparecen, se transforman enparamilitarismo y “agarran” el negocio de la cocacobrando impuestos de bodega y salida al mar y deaeropuertos y luego el mercadeo redondo. Ellos y laguerrilla, por una necesidad de financiación que noencuentran suficiente en el secuestro, cuando los fusilespasan de costar 300 dólares a 8.000 sin oferta fluida.Además por la necesidad de dinero para sus ejércitos.”“Políticos, industriales, gerentes gremiales, militares,“gentes de bien” visitan a los unos y a los otros y muchos

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de nosotros servimos de enlace y coordinación con losjefes. Unos siguen bien camuflados y otros, más arrojadoso ingenuos, caso personal, salvando vidas y evitandoconflictos internos o solucionándolos, al descubierto,caímos fácilmente.”

La mediación

En la misma amplia biblioteca, es imposible no ver unaestatuilla de un metro de alta de Mahatma Gandhi. Estáhecha en una sola pieza en madera de sándalo. Puerta latrajo cuando estuvo en India, durante 45 días, con otroscolombianos y venezolanos. Según escribió luego en larevista de la Asociación Colombiana de Criadores deGanado Cebú (Asocebú), fue a ese país “en planganadero, para recorrer los caminos abiertos por losbrasileros desde 1885 y a conocer la hazaña realizada porestos”, pues trajeron a América los bos indicus, las razasprimogenias del Cebú.Su admiración por Gandhi parece auténtica. Quienes loconocen saben que medió entre hombres malos paraarreglar desavenencias y llamar a la cordura, lo que en elmundo del crimen implica evitar muchas muertes.Así, hace unos años, cuenta un investigador policial, untransportista chileno que prestaba sus servicios a los jefesdel Norte del Valle llevaba una cocaína en altamar cuandose vio alcanzado por los guardacostas estadounidenses.Éste creyó que alguien lo había “vendido” porque era lasegunda vez que lo interceptaban. Furioso hundió el barcocon cinco toneladas. Una fortuna, que puesta en Méxicohabría podido valer unos 20 millones de dólares. Cuandovolvió a Colombia, lo aguardaban los patrones con unacondena a muerte. Desesperado acudió al “doctor Puerta”y él logró que lo perdonaran.Un conocedor de las autodefensas relató, hace unos meses,cómo fue determinante su gestión para que los jefesparamilitares del Magdalena Medio finalmente accedierana entrar a la mesa de negociación entre las AutodefensasUnidas de Colombia con el gobierno de Alvaro Uribe enSantafé de Ralito. A Puerta también lo invitaron a metersebajo ese paraguas, que ha impedido que varios jefes de lasAUC, pedidos en extradición por narcotráfico, comoSalvatore Mancuso, Don Berna y Vicente Castaño, seanenviados a Estados Unidos. Pero él declinó la oferta. Sesupo porque cuando lo capturaron, encontraron en sucomputador una carta a los jefes de Ralito explicando susmotivos.“El asunto mal informado de mi intención de acogerme alos diálogos de Ralito, para la fecha de mi captura escierto, pero anticipadamente me arrepentí de hacerloporque estaba planteándose en forma vulgar y noconceptual, como era mi derecho dentro de lasautodefensas...Los líderes de las autodefensas siempre mehan reconocido y me han apoyado, pero fue mi decisión noagravarles su situación con mi presencia, ni causarlecomplicaciones al gobierno nacional con mi aparición allí.”En otra ocasión, una viuda de un banquero, que había

estado preso por delitos financieros, intentó recuperar unafinca de su marido en el Magdalena Medio que estaba anombre de un testaferro. Éste se negó a devolverla. Acudióa un jefe paramilitar para conseguirla a las malas, pero ésteno sólo no le ayudó sino que se quedó con parte de lafinca. A la postre fue a dar donde Puerta. Y el doctorGabriel arregló el asunto e hizo que le devolvieran sustierras. “Nunca cobró un peso por estos favores, dijoalguien que lo conoce hace veinte años, y eso le granjeóaún mayor confianza y respeto de todos”. El investigadorpolicial matiza: “De todos modos, todos ellos terminanrecibiendo regalos considerables—una finca, una plata—de los agradecidos beneficiarios de esas gestiones”.No todas las mediaciones de Puerta tuvieron que ver connegocios oscuros de la mafia. También abogó a favor deguerrilleros desmovilizados. Luego de firmar la paz con elgobierno en 1993, la Corriente de Renovación Socialista(CRS), una facción de la guerrilla castrista, Ejército deLiberación Nacional, comenzó a recibir un embate ferozde los narcotraficantes en el Valle. Estos se queríanvengar porque resentían algunas acciones de las CRS delpasado y creían que su desmovilización era mera fachada.“Fue Gabriel Puerta el que los convenció de que estabanerrados y gracias a su gestión se salvaron decenas devidas de hombres y mujeres que ya estaban en la paz”,dijo un testigo directo de los hechos.Puerta puede aconsejar y mediar y ser escuchado porvarias razones. Como él mismo lo dice siempre ha sidoserio en los negocios. Parece haber construido un códigode honor que nunca rompe, y que tiene algo del silencio,la lealtad y el valor de la palabra de las viejas mafiassicilianas. Y alguien así es muy valioso en el ambiente deferoz desconfianza y traiciones en el que se mueven losactores de la guerra colombiana. Esta carta es una pruebafehaciente de ello:

DoctorGabriel Puerta ParraE.S.M.“…Dejas entre tus compañeros de este presidio un recuerdogratísimo, un vacío insondable porque fuiste maestro sin pary protector celoso de tus discípulos, atentos siempre a tusdirectrices y dispuestos a tu consejo atinado. Hoy nosabrazamos a tu ausencia determinada por burócratas que soncomo Roquetín, el héroe de la naúsea sartriana: “unoshombres sin importancia alguna, exactamente unosindividuos”…(Tu familia) tienen nuestro afecto yreconocimiento por su solidaridad con este suplicio que nosenseñaste a sobrellevar. “Quien tiene un por qué para vivirpuede soportar cualquier cómo”, sentenció Nietzsche. Dios te bendice Gabriel, porque eres íntegro, eresinmensamente humano, eres amigo y como lo consignóYupanqui, “un amigo es uno mismo en otra piel”.Te añoramos y abrazamos tus compañeros de siempre,(Firman 102 reclusos del pabellón de extraditables en lacárcel de máxima seguridad de Combita, Boyacá).

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El liderazgo que ejerció en la cárcel de Cómbita, dondecientos de acusados de narcotráfico o delitos conexos,aguardan los trámites para ser enviados a EstadosUnidos, lo metió en problemas. Inició con ellos unacruzada contra la extradición a las buenas, según suestilo, persuadiéndolos de que era mejor dar la batalla enlos estrados judiciales y de opinión, mediante avisos enlos diarios. Por esto fue trasladado a la cárcel deValledupar a una celda de vigilancia permanente.“En Combita está el patio 7 exclusivo de losextraditables, como Campo de Concentración, donde eldirector y la guardia los miran como los peores bandidosdel mundo. De “arriba” les han vendido esa idea. Clarocada uno de los extraditables es oro en polvo. Setecientosmillones de dólares anuales de ayuda para acabar (¿?)con el conflicto. Por atreverme a escribir y denunciarpacíficamente me mandaron a un pasillo de AtenciónEspecial, al lado de delincuentes violentos, con encierrode 24 horas…”Es que a diferencia de los consiglieri de la mafia italiana,Puerta cree en la razón, más que en las armas. Por esocuando lo capturaron le encontraron sólo una pistola,pero miles de documentos de reflexión sobre cómobuscarle una salida al narcotráfico. Está convencido deque pese a la represión estatal, el negocio ilícito nodecrece en el mundo, enriquece a los violentos, ycorrompe a las clases dirigentes.“En Colombia se está cogiendo el toro por la cola y nopor los cuernos en la lucha contra el narcotráfico. Creerque al terminar con este flagelo la guerrilla se someterá yel paramilitarismo terminará es un cuento de hadas.Primero el narcotráfico no se acabará, pues 250 millonesde habitantes de este planeta consumiendo no lopermitirán. Segundo ese es un negocio que ya losvenezolanos, argentinos, peruanos, brasileros,ecuatorianos y centroamericanos, especialmentemexicanos, realizan con mayor solvencia que Colombia.La mayor parte de las ganancias se quedan en México yen los países consumidores, que hoy suman a ellosmercados incipientes como los de India y China y lainsaciable Europa...¡qué horror!¿Se acabará el fenómeno porque fumiguen, extraditen yencarcelen? No.…todos los pueblos del mundo deben reaccionar a favorde los consumidores, con campañas masivas deconcientización y alternativas...toda esa gran fortuna quese gasta ahora en la represión debe destinarse aconvencer al consumidor social y al desadaptado queconsume diariamente por necesidad, que deje la droga…Los dirigentes actuales están engañando a los pueblos yal mundo en general, respecto a la droga...Despenalizarla droga sería un paso trascendental y atender suconsumo con educación y salud pública es el remedioinicial. No nos engañemos, asumamos correctamente elcompromiso con la humanidad.”

El ganadero

La señora de Puerta quiere que suba a mirar el estudiodonde trabajaba su marido. Allí tenía otra biblioteca, peromuy distinta: colecciones de revistas empastadas delmundo pecuario, como la brasilera DBO rural y la CartaGanadera, entre otras, libros como La geometría del Cebú yuna decena de libretas con notas sobre los potreros quenecesitan corte de pasto, los pagos al veterinario, las cercasque hacían falta, etc.. “Del 2000 y al 2002 seguimos aPuerta intensamente, dice el investigador policial. Leinterceptamos teléfonos, vigilamos sus pasos, conseguimosinformantes y no encontramos sino una vida normal de unganadero que iba a ferias y daba conferencias”. Puerta tuvo fincas desde los años setenta, pero no fue unterrateniente convencional. Se obsesionó con mejorar laproductividad ganadera del país y para ello importó delBrasil razas (originarias de la India) de alto rendimiento encarne y leche, como la Gir y de triple fin como la Guzerá,para carne, leche y trabajo (bueyes de arado). Desarrollócruces nuevos y predicó en cuanta reunión ganadera lanecesidad de usar medios científicos para mejorar las razas.Publicó varios artículos en revistas especializadas y ledieron menciones y premios. Dirigentes ganaderosbuscaron su apoyo para lograr influir en el gobierno encuestiones que les afectaban, como la importación de lecheen polvo. Abrió las puertas de sus fincas a decenas deestudiantes de veterinaria y zootecnia de planteles de todoel país para talleres y prácticas.“Mención especial le debo al hecho de despertar laconciencia gremial sobre la necesidad urgente de promoverlas pruebas—evaluación genética, prueba de desempeño opastoreo y prueba de progenie— que posicionen al país enel concierto mundial pecuario. Sobre todo a emplear elorganismo bovino apropiado para las zonas templadas ycálidas y para el cinturón tropical del mundo. Una acertadapolítica que nos ayude a vencer la eterna humillación deser los dueños del 75 por ciento del hato bovino mundial ya producir apenas el 25 por ciento de la carne y la lecheque se extraen diariamente en la tierra”.Puerta cree, como dijo en una charla en el MagdalenaMedio en 2000, que es fundamental no continuar“sumergidos en el colonialismo, copiando losmandamientos de la pecuaria europea, sino conocer yprofundizar en los fundamentos de la tropicologíapecuaria”. Es la misma filosofía nacionalista detrás de surechazo a la forma como se ha combatido el narcotráficoen el mundo: “Debemos vencer la desconfianza y la faltade fe recurriendo a lo sencillo, a lo elemental de laagronomía y la genética, practicando investigacionespropias: además debemos exigir la paz inmediatamente, dela cual fuimos dueños y nos la arrebataron los violentos eincluso los gobiernos de turno”.Paradójicamente el conocimiento y la veneración de Puertapor el ganado también hicieron que muchosnarcotraficantes y paramilitares confiaran en él y loconsultaran. Prácticamente no hay narco colombiano que

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no tenga cientos de hectáreas de tierras y que no seenorgullezca de ellas, sin importarle si las consiguió condineros ilícitos, o peor, a plomo, arrasando miles de hogarescampesinos, como si allí, en sus anchos pastizales y bellospaisajes, pudieran borrar el horror que han causado.

El poder

Puerta se ganó la confianza de muchos en un mundoimplacable donde cualquier desliz se puede pagar con lavida. Él ha podido mantenerse fiel a su código de honor,sin decepcionar. Lo que no lo hace ningún santo, y él losabe. Pero sí le dio la posibilidad de ser uno de los pocossobrevivientes de las guerras colombianas de los últimosveinte años, y quizás el único que ha tenido contactodirecto con tantos de sus protagonistas. Ha sido testigoexcepcional de los cruces entre autodefensas y narcotráfico,y de éste último con las guerrillas. Ha sabido de lassórdidas relaciones entre todos ellos y la políticacolombiana. Esa condición de consejero de fiar, le dioacceso privilegiado a la información, que es en realidad labase de su poder. Ahí puede estar la clave de por qué losestadounidenses lo han buscado tanto.

Por lo que sabe, preocupa su visión pesimista del rumbo deColombia, a pesar de la creciente sensación de seguridadque se percibe.“No debemos seguir equivocándonos en el hallazgo delcamino de la paz con alegaciones futiles…La paradoja demi historia se entenderá cuando conozcamos la historiareal de la Colombia actual y aceptemos la responsabilidadque todos tenemos en la expansión del narcotráfico y en lano solución de los problemas de los más necesitados.Cuando los poderosos entiendan que su aberracióncriminal por los credos ajenos los está también acercandoal final. La historia individual no importa, pero la colectivaconmueve. Ojalá no lleguemos a extremos terribles.”En la última conversación telefónica con la señora Puerta,me dice que teme que ya esté muy cerca la hora de lapartida. Pronto su marido—quien vivió en las arenasmovedizas en las que suelen sucumbir quienes creen que elfin justifica los medios—será un reo más delcongestionado sistema penitenciario estadounidense,vestido de naranja y con grilletes.(Gabriel Puerta fue extraditado a fines de mayo de 2006,

cuando una versión más corta de esta historia saliópublicada en la revista argentina Surcos)

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Fecha de recepción: junio de 2006 · Fecha de aceptación: julio de 2006

EL NUEVO SOSPECHOSO / THE NEW SUSPECT

Resumen

Informe especial publicado originalmente en La Prensa Gráfica de ElSalvador. El texto retoma la incógnita existente en torno al asesinato delarzobispo Óscar Romero, ocurrida el 24 de marzo de 1980 en El Salvador.A partir de hallazgos nuevos, provenientes en su mayoría de ladesclasificación de archivos secretos de la CIA y del Departamento deEstado, el autor explica la posible participación del oficial argentino EmilioAntonio Mendoza en el asesinato del líder religioso.

Palabras clave:CIA, Estados Unidos, insurgencia, derecha, Argentina.

Abstract

Special report first published in La Prensa Gráfica at El Salvador. This textbrings back the mystery around the murder of archbishop ÓscarRomero, which took place on March 24th 1980 at El Salvador. Based onnew information, registered in confidential files of the CIA and the StateDepartment, the author explains the eventual participation ofArgentinean Officer Emilio Antonio Mendoza in the crime.

Keywords:CIA, United States, insurgency, right wing, Argentina.

Después de 21 años se revela un cable que la estación dela CIA en San Salvador envió, en mayo de 1985, a suscuarteles generales en Washington. En el documento,desclasificado hasta 1993, la inteligencia de EstadosUnidos abría la posibilidad de que un argentino hubiesedisparado contra el arzobispo Óscar Romero el 24 demarzo de 1980. Este hallazgo puede obligar a repensar lahistoria sobre el asesinato del religioso al que decenas dedocumentos de la CIA vinculan a la extrema derecha.Enfoques tuvo acceso a centenares de informesdesclasificados de la CIA y del Departamento de Estado.Además, entrevistó a los principales protagonistas que danluces sobre la perspectiva en que Washington vio alreligioso hasta su brutal deceso. Una muerte nada sencilla.Estados Unidos siempre percibió a Romero como unapetecible aliado que se resistía a colaborar. De ahí losintentos de “moderarlo” con la ayuda del Vaticano y delentonces arzobispo de Managua, Miguel Obando y Bravo.En el documento está tachado con tinta negra en donde seespecifica la oficina de procedencia del cable que un día demayo de 1985 fue enviado de San Salvador a la sede de laAgencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA),

en Washington. También han quedado escondidas, entreotra multitud de tachones, las fuentes que dieron lainformación de lo que hasta ahora había quedado en lapenumbra del caso. Después de 21 años, ese documentopuede obligar a muchos a ver hacia otro lado para buscaral autor material del asesinato del arzobispo de SanSalvador Óscar Romero la tarde del 24 de marzo de 1980.Escondido, entre miles de archivos desclasificados por laAgencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas eninglés) en 1993, un cable de mayo de 1985 deja claro quela CIA tuvo información de que el responsable de halar elgatillo fue un extranjero. El documento señala a un talEmilio Antonio Mendoza, oficial del Ejército argentino. “Sereportó que Mendoza tiene contacto directo con oficialessalvadoreños asignados a la sección GII de la GuardiaNacional y alegan que admitió, de hecho, haber disparadoa Romero”, relata el informe. La GII era la sección deinteligencia del extinto cuerpo de seguridad.El documento plantea nada menos que una nueva puertaen la investigación del crimen, que quedó judicialmente sinresolverse en el país. Abre la posibilidad de que se empiecea dibujar el rostro de un hombre que, según AmadoGaray—testigo de cargo en el juicio contra el supuestoplanificador del asesinato, Álvaro Saravia—sólo describiócomo “un hombre alto con barba y bien parecido”.El informe de la CIA detalla que el oficial Mendoza fueenviado a El Salvador, junto a otros militares, por quienentonces era el comandante en jefe del Ejército argentino,general Roberto Viola. Un año más tarde, en marzo de1981, Viola asumió como presidente de facto de Argentina.La investigación de Enfoques, reporteada en Argentina,Nicaragua, Estados Unidos y El Salvador, encontró indiciosde cómo Mendoza pudo haber llegado hastaCentroamérica: como parte de un contingente deespecialistas en inteligencia para ayudar a neutralizar lainsurgencia en esos años en la región.A través de los años se han mencionado nombres como elde Héctor Regalado, antiguo jefe de seguridad de laAsamblea Legislativa, quien nunca llegó a tener en lostribunales carácter de imputado y que en una entrevistacon Enfoques, hace un año, negó tener relación alguna conel homicidio.La información sobre Emilio Antonio Mendoza, así comodatos complementarios de contexto, antecedentes yactividades ulteriores al asesinato, aparecen recogidos encentenares de documentos de la CIA y del Departamentode Estado. Están resguardados por la Embajada deEstados Unidos en El Salvador, el National SecurityArchive (NSA), el Departamento de Estado de los EstadosUnidos y el Centro de Información, Documentación yApoyo a la Investigación (CIDAI) de la UCA. El NSAtambién da información sobre la dictadura militarargentina de 1976 a 1983.

Ricardo Valencia*Con reportes de Jorge Basilago, desde Buenos Aires, Argentina

* Periodista salvadoreño, residenciado en su país de origen. Escribe en LaPrensa Gráfica de ese país.

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El cable escondido

Thomas Pickering fue embajador de los Estados Unidos en ElSalvador entre septiembre de 1983 y junio de 1985. Ahora,después de retirarse del servicio diplomático, esvicepresidente de la compañía Boeing. Pickering, desde suoficina en Virginia, Estados Unidos, asegura a Enfoques que,aunque no recuerda haber visto el documento, supo de suexistencia por medio de un informe de la CIA que llegó a suescritorio en su tiempo como jefe de la sede diplomática. “Loque recuerdo es que la pregunta de quién era Mendozaapareció, pero no recuerdo cómo fue resuelta.” Se quisoconocer la versión de las autoridades estadounidenses sobreeste y otros cables y memorandos, pero las gestiones ante laEmbajada de Estados Unidos no tuvieron respuesta.El informe de 1985 en que se menciona al militarargentino no era el primero en que se hablaba deextranjeros vinculados con grupos paramilitares de extremaderecha salvadoreños. Días antes del asesinato de Romero,el entonces embajador Robert White—marzo de 1980 afebrero de 1981—recibió datos sobre actividad de“exiliados cubanos” en El Salvador. Otro cable de la CIA,fechado en mayo de 1987, cita a otra fuente que involucraa esos extranjeros con un complot para matar a Romero.El nombre Mendoza está anexado a la posibilidad de quecon él hayan llegado otros argentinos. “De acuerdo con lainformación obtenida por el oficial legal (de la embajada),Mendoza fue enviado a El Salvador en 1980 con otrosargentinos por el general Roberto Viola”, revela eldocumento.En marzo de 1981, cuando Viola se convirtió en presidente,el secretario del Ejército, Alfredo Saint Jean, hizo público elinterés de la dictadura de “tener una participaciónpráctica” en el conflicto salvadoreño. Saint Jean matizó: “Silas autoridades de ese país lo requieren”.Las palabras del secretario fueron recogidas por laEmbajada de Estados Unidos en Buenos Aires, que envióuna nota al Departamento de Estado. En el informe de lasede diplomática se agrega información extra: “Si esrequerida por GOES—siglas para referirse al Gobierno deEl Salvador—”. El documento asegura que cuando Violaasumió la presidencia, en su conferencia de prensa fueinterrogado acerca del envío de asesores argentinos alextranjero. “No tengo comentarios para eso”, contestó. Sinembargo, en San Salvador, la embajada ya tenía desdemeses atrás información sobre la presencia de efectivos delejército de Viola.

D'Aubuisson: faltó evidencia

Las advertencias sobre la presencia de argentinos en ElSalvador las tuvo la embajada durante los primeros cincoaños de la década de los ochenta. No era nadadescabellado, pues un grupo de oficiales de aquella nación“acampaban” en Honduras y por varios años. El cable sóloera una pequeña muestra del complejo entramado de

inteligencia que el Gobierno estadounidense habíaconstruido en El Salvador. Situación que se complejizó aúnmás con el asesinato del arzobispo. Para Estados Unidosnunca fue suficiente el sistema judicial salvadoreño, porello realizó sus propias pesquisas.Durante más de una década después de la muerte deRomero, la inteligencia estadounidense y el Departamentode Estado aún seguían recolectando y enviandoinformación sobre el caso a sus centrales en Washington.Conocer los nombres de los responsables del homicidio fueuna labor de espionaje. Se desarrolló en, al menos, dosvías: una encabezada por la embajada y otra por la CIA.Dos entes que, si bien comparten datos, tienen unfuncionamiento independiente. Ambos esfuerzos hicieronque el Gobierno norteamericano manejara fuentesprovenientes de diferentes espectros de la sociedadsalvadoreña. Un país de cerca de 21 kilómetros cuadrados,un cuarto del tamaño del estado de Pensilvania, produjomiles de cables que se alimentaron de la informaciónbrindada por una red de espías.Los informes de la CIA citaban fuentes tan dispares a lapolítica exterior estadounidense como miembros delPartido Comunista de El Salvador, quienes advirtieron elinterés de la organización de matar, en 1984, al mayorRoberto d'Aubuisson, entonces candidato presidencial deARENA. “El Mayor” fue un reiterado sospechoso de lamuerte de Romero, de acuerdo con lo que muestran losdocumentos desclasificados. Aunque las sospechas eranfuertes, la inteligencia norteamericana, tal como lo detallauno de los informes, nunca encontró una pruebacontundente para amarrar la relación del líder de derechacon el asesinato del arzobispo. En un cable de mayo 1987,la CIA explica esa dificultad que sobrevivió con los años.“Una variedad de fuentes han acusado a Robertod'Aubuisson de complicidad en el asesinato de Romero.Aunque el bloque de reportes es creíble, no hay nada quepueda ser interpretado como una prueba dura.”Pickering describe a qué se refieren con prueba dura (hardproof en inglés): “Recibimos información indicando esaconexión, pero no era tan conclusiva o tan exacta para serusada como evidencia en una corte”. Un eslabón que sólopuede mostrar Álvaro Saravia, quien ha confesado suparticipación en el asesinato. En 2004, Saravia se declaróculpable ante una corte en Fresno, California.Pese a los problemas para probar la relación con elasesinato, la CIA utilizó una fauna de informantes paraseguir la vida de D'Aubuisson. Entre ellos se cuentanmilitantes de ARENA, gente cercana a los escuadrones dela muerte, funcionarios del Gobierno, sectores próximos agrupos paramilitares y efectivos de la Fuerza Armada. Todoera poco para los estadounidenses. “El Gobiernonorteamericano estaba interesado seria e intensamenteinvolucrado (en el caso). Este tenía un fuerte impacto enlas relaciones entre El Salvador y Estados Unidos”, explicaPickering.El ahora vicepresidente de la Boeing reconoce el hecho deque muchos de los dedos índices apuntaban al líder de

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derecha. Ni la docena de entrevistas que sostuvo conD'Aubuisson le facilitaron al político salvadoreño aliviar sutormentosa relación con Washington. Ni siquiera la llegadaal poder del republicano Ronald Reagan. Pickering confiesaque durante la presidencia de Reagan, Washington le negóa D'Aubuisson en varias ocasiones la visa. Las solicitudesdel fundador de ARENA para entrar a suelo estadounidenseeran decididas en Washington. La embajada en SanSalvador sólo recomendaba.Esa demostración de esfuerzos deja claro que el asesinatode Romero resultó una experiencia traumática para losplanes estadounidenses. Hasta el 24 de marzo de 1980, elgobierno del demócrata James Carter consideraba alreligioso como “la figura pública más prominente” de ElSalvador. Por tanto, apetecible. Su apoyo podía intentarcercar la posibilidad de que una izquierda encantada con larevolución se levantara en armas y a la vez socavar lasraíces de extrema derecha que Estados Unidos pensabacobijaban a los escuadrones de la muerte.Entre 1979 y 1980, las homilías del arzobispo erantranscritas y enviadas al Departamento de Estado enWashington. Los despachos incluían comentarios sobre lasimplicaciones políticas de éstas. Por eso resulta lapidario eltono de un texto de la CIA enviado horas después deldisparo. “El asesinato del arzobispo Romero, la figurapública más influyente en El Salvador, podría provocar elesparcimiento de la violencia y nublar más lasoportunidades de sobrevivencia del Gobierno.” Con losmeses, estas palabras se convirtieron en una profecía.Tras la partida de Romero, y al lado de los informes sobrela convulsionada situación salvadoreña, empezaron a llegara la estación de la CIA en San Salvador datos sobreimplicados en el asesinato y cómo supuestamenteparticiparon en la operación. En uno de estos cables iba elnombre de Mendoza, un hombre del que no se haencontrado rastro ni en Argentina ni en El Salvador ni enEstados Unidos.

El batallón 601

Stella Segado expresó un tono de duda en su voz cuandose le dio el nombre de Mendoza. “Ummm... ese nombreme suena a seudónimo”, sugirió la mujer, quien trabaja enel archivo de la Comisión Nacional sobre la Desapariciónde Personas (CONADEP), de Argentina, uno de los másextensos que contiene información sobre las víctimas de ladictadura y nombres de oficiales del Ejército relacionadoscon el gobierno militar que administró Argentina durantesiete años.Aunque la experiencia le ha dado un sexto sentido cuandoescucha un nuevo nombre, Segado teclea la computadoraen su despacho ubicado en la capital argentina. Elordenador no encuentra ninguna referencia. No hay nadaen los registros de la CONADEP.Idénticos resultados arrojó la búsqueda en otros dosimportantes archivos de organizaciones nogubernamentales: el del Centro de Estudios Legales y

Sociales (CELS) y el del Centro de Militares para laDemocracia Argentina (CEMIDA). En San Salvador, laDirección General de Migración no registra en su base dedatos ninguna entrada de Mendoza, y lo mismo sucede enel NSA, en Washington.El coronel argentino José Luis García, secretario general delCEMIDA—organización formada por militares críticos de ladictadura—razona: “De los argentinos que tuvieronactuación en América Central, alrededor de un 95 porciento eran miembros de los servicios de inteligencia y sólolos comandantes o líderes de grupo usaban sus nombresauténticos”. García conoce la materia y ha sido designadoexperto en casos contra militares auspiciados por laOrganización de las Naciones Unidas (ONU) y laOrganización de Estados Americanos (OEA). También fungiócomo perito en el juicio sobre el asesinato de los seissacerdotes jesuitas y dos de sus colaboradoras en ElSalvador, ocurrido el 16 de noviembre de 1989. “En épocade la dictadura, era un secreto a voces que el personal deinteligencia de las fuerzas armadas argentinas adiestraba amilitares de otros países”, sostiene el militar. A este grupode oficiales se lo conoció como el Grupo de Tareas Exterior(GTE), que dependía del Batallón 601 de Inteligencia de lasfuerzas armadas argentinas. La labor de esta fuerza era decarácter transnacional.En un cable interno de la Embajada de Estados Unidos enBuenos Aires, fechado 17 días antes de la muerte deRomero, se detalla cómo efectivos del 601 lograron lacaptura de dos miembros de la organización argentina deizquierda Montoneros que habían aterrizado en Brasilprocedentes de México. “La inteligencia de Argentina (601)contactó a su contraparte brasileña para conducir unaoperación en Río (de Janeiro) a dos Montoneros. Losbrasileños dieron su permiso”, explica el documento.Los Montoneros eran un grupo de izquierda que operaba dentrodel peronismo y que resistía a la junta militar que en 1976había depuesto a la presidenta Estela Martínez de Perón.

Embajador contra embajador

Los informes sobre el asesinato de Romero y sobre lapresencia argentina en El Salvador que recibieron en esosaños los una vez embajadores White y Pickering eransimilares, pese a que el segundo llegó a San Salvador dosaños después del otro.Ambos citan fuentes de la embajada. White es másespecífico y sostiene que su agregado militar lo puso altanto, y entonces decidió discutirlo con su colega deArgentina en El Salvador.“El tema lo hablé con el embajador de Argentina de laépoca. Se puso furibundo conmigo. Era un pobre diabloadepto del ejército”, comentó a Enfoques el diplomático,uno de los últimos políticos que habló con Romero 10 díasantes del asesinato.De acuerdo con versiones recogidas por el periódicoargentino El Clarìn, una misión de 40 militares argentinosse estableció en Honduras para colaborar en tareas de

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contrainsurgencia en ese país y en Nicaragua desdeprincipios de 1980 hasta enero de 1984. Era el famosoGTE que funcionó como una legión extranjera de ladictadura.Duane Clarridge, ex jefe de la división de América Latina dela CIA, explicó al diario argentino la misión de ese grupode oficiales: “Ellos tenían una visión mesiánica. Queríanllenar el vacío que había dejado Estados Unidos. El objetivoera terminar con el comunismo donde pudieranencontrarlo”.Los militares estuvieron comandados por el coronel JoséOsvaldo Riveiro y coordinaron su trabajo con la CIA y elGobierno hondureño. A pesar de la cercanía entre SanSalvador y Tegucigalpa, Pickering y White aseguran nohaber conocido más que escuetas informaciones que lestransmitieron sus funcionarios sobre la presencia de lossuramericanos en El Salvador.Tal vez porque la embajada, en esa época, era un lugar enel que la información corría en los mismos dos carriles enlos que se investigó el caso Romero: CIA y Departamentode Estado. Esta distancia se hizo más palpable durante lagestión de White, quien mantuvo una relación tirante conla CIA. Tan crispados eran los vínculos que el diplomáticoasegura que ese fue uno de los mayores obstáculosdurante su estancia en el país.Lógico: White representaba al típico funcionario demócrataque seguía al pie de la letra la política de la administraciónCarter, que exigía, al máximo, el respeto a los derechoshumanos. “Muchos de la embajada tenían su propiainterpretación de los Estados Unidos. Tuve que hablar paraforzarlos a que se alinearan con la política de Carter”,asegura.Clarridge devela, con igual desenfado, sus diferencias conla gestión que defendía el ex embajador White: “Carterinstrumentaba una política con acento en los derechoshumanos que no favorecía los operativos encubiertos”.El desenfado se convierte en desdén cuando el espía hablade su entonces jefe: “El director de la CIA, Stanfield Turner,era un moralista. La CIA estaba en retirada”.

Un cable “crudo”

El oficial de la CIA asegura que la inteligenciaestadounidense rompió sus nexos con los argentinos por lacomplicada dirección que tenía la legión suramericana.“Riveiro y su segundo al mando eran agresivos ydesafiantes en los días buenos. En los malos, dabancontraórdenes que no sólo repercutían negativamente enAmérica Central, sino también en el Congresoestadounidense.”La preocupación de Clarridge estaba bien justificada. Laayuda militar a Centroamérica tuvo una serie de reparos enel Congreso a finales de los setenta y principios de losochenta: los principales constructores de los “peros” fueronlos congresistas demócratas. Tanto que en abril de 1981—siete meses antes de la primera reunión en la que Clarridgey el comandante del Ejército argentino, Leopoldo Galtieri,

pactaran cooperación entre la CIA y la milicia argentina—los senadores demócratas amenazaron al nuevo inquilinode la Casa Blanca, Ronald Reagan, con restringir la ayudamilitar a El Salvador. Al final, lejos de eso, subió laasistencia militar a Centroamérica. La política de Carterquedaba enterrada con un Reagan dispuesto a neutralizarel avance soviético en lo que Washington consideraba supatio trasero.Independientemente de las posturas, uno de los dolores decabeza de Washington era la relación de las fuerzasarmadas centroamericanas con los escuadrones de lamuerte. En especial, dentro del Ejército salvadoreño. Unanálisis de la CIA, titulado “Latin Review—fechado el 17de abril de 1981—, explicaba el equilibrio que existía, paralos estadounidenses, dentro de la Fuerza Armada de ElSalvador (FAES). “Los oficiales de la extrema derecha hanestado en vigilancia por un alto mando más pragmático, elcual representa la línea de pensamiento militar”, sosteníael documento en el que calificaba de “relativamenteinteligente”, “egocéntrico” e “imprudente” a D'Aubuisson.Además, llama con desdén “pandilla” a los militares deextrema derecha. “No tienen un solo oficial importante enservicio como su líder”, especificaba el documento.En su visita a El Salvador, George Bush padre, entoncesvicepresidente, trajo las mismas inquietudes sobre laparticipación de la FAES en violaciones de derechoshumanos. Pickering asegura que el papel del Ejército eneste campo “nunca estuvo cien por ciento claro”. Por esoBush le recordó sobre los peligros de que aquellos“excesos”—tal como los califican algunos militaressalvadoreños de la época—fueran la norma dentro de lainstitución castrense. “Ellos tenían que saber que elCongreso podría detener la asistencia y no había nada queel presidente Reagan o el vicepresidente Bush pudieranhacer en ese caso”, sentencia Pickering, un fiel defensor dela ayuda militar estadounidense al Ejército salvadoreño enaquellos años.Entonces, la posibilidad de que el Congreso pusiera reparosen la necesidad de apoyar la lucha contrainsurgente enCentroamérica quebró, de acuerdo con Clarridge, larelación con los argentinos, que de pronto se convertían enun obstáculo para los planes de Washington.Katherine Doyle conoce de sobra de documentosdesclasificados. Es analista del NSA, una organizaciónadscrita a la Universidad George Washington, de la capitalestadounidense. Ha trabajado con las comisiones de laVerdad de Honduras, Guatemala y El Salvador.Frente a los ojos de Doyle han pasado miles de cables de laCIA y del Departamento de Estado que alguna vez fueronsecretos. El documento en el que se menciona a Mendoza,la experta lo cataloga como “crudo”, como se conoce a losdocumentos obtenidos en el campo.“Fue enviado directamente de la estación de la CIA en ElSalvador sin ser evaluado por la rama analítica de la CIA.” Enninguno de los centenares de cables desclasificados por elpresidente Clinton en 1993 aparece la valoración sobre latesis de la mano argentina en el asesinato de Óscar Romero.

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Tampoco se ha podido constatar la relación de Mendozacon la Guardia Nacional. Los archivos del desaparecidocuerpo de seguridad permanecen en manos de losmilitares. Al respecto, se pidió al Ejecutivo salvadoreñoacceso a los archivos militares de aquella época y unaentrevista con el ministro de la Defensa, para conocer suopinión sobre la revelación del nombre, pero no huborespuesta.El coronel David Munguía Payés, jefe de inteligencia deCasa Presidencial en el gobierno de Duarte, asegura haberescuchado “rumores” sobre la implicación de argentinos enel caso Romero. “Eso se hablaba en el medio político”,explica.

“La Heidi” de la Guardia

En los cables de la CIA nunca dejaron de mencionarsenombres de efectivos de la Policía Nacional, GuardiaNacional y Policía de Hacienda, a quienes vinculaban a losescuadrones de la muerte.Si los Estados Unidos tenían dudas sobre la limpieza de laFuerza Armada, los cuerpos de seguridad corrían la mismasuerte al estar subordinados al Estado Mayor Conjunto(EMC) del Ejército. Era la sección II de la Guardia Nacionalla supuestamente vinculada a los argentinos para elasesinato.Aunque formalmente sobre el EMC había una instituciónsimilar llamada Dirección Nacional de Investigaciones(DNI), la misma forma de escoger sus miembros hacía queestuviesen vinculados con los militares. El Estado Mayornombraba a los funcionarios de la DNI.El día del asesinato de Romero, el teniente FranciscoAmaya Rosa estaba de servicio en la academia de guardiasnacionales, en la que era instructor. Asegura no haber vistonada anormal. “La Policía Nacional centralizó lainvestigación, no hubo nada para la Guardia”, expresaquien ha sido señalado como uno de los ayudantes máscercanos de D'Aubuisson, aunque él lo niega. Sin embargo,coloca otro hilo en la intrincada madeja del caso Romero:“A Garay le decían ‘la Heidi’. Trabajaba en el GII”.Esta y otras dudas podrían disiparse si la Fuerza Armadasalvadoreña abriera sus archivos. Por ahora, la voz cantantela tienen los informes que preparaba la red de espías delos Estados Unidos.

Traducción

“Sujeto: Emilio Antonio Mendoza. 1. El oficial legal de laembajada (L/O), actualmente investigando el asesinato delarzobispo salvadoreño Óscar (Romero), ha solicitado laspistas sobre el oficial militar argentino Emilio Antonio(Mendoza).De acuerdo con la información obtenida por L/O, Mendozafue enviado a El Salvador en 1980 con varios otrosargentinos por el general Roberto (Viola).Se reportó que Mendoza ha estado en contacto directo conlos oficiales salvadoreños asignados a las sección G-II de la

Guardia Nacional y que ha admitido, de hecho, haberdisparado contra Romero.”

El arzobispo “rebelde”

Horas después de la muerte de Romero, la Embajada deEstados Unidos y la CIA empezaron a predecir lo que sería,de acuerdo con sus cálculos, el panorama futuro para ElSalvador. Los pronósticos no eran nada alentadores. Pocotardó la guerra en aparecer. Con el asesinato del religiosomorían las posibilidades del cambio sin violencia quebuscaba Washington, que soñaba con un Romeromoderado. Enfoques revela detalles sobre lasconversaciones que mantuvo el arzobispo con la embajaday los informes que enviaron los estadounidenses despuésde la muerte del que consideraban un hombre poderoso.“Las próximas 48 horas serán críticas. El tráfico de laembajada (y el análisis basado en él), abrumadoramentepesimista.”Las palabras del agente de la CIA en el cable evidencian elchoque que había causado el asesinato del arzobispo deSan Salvador Óscar Romero. Al mencionar “tráfico de laembajada”, el funcionario se refería a la cantidad dereportes que se esperaban de los informantes en el campoy de las distintas dependencias del Gobiernoestadounidense.Eran momentos de tensión para una potencia involucradahasta el cuello con la entonces Junta Revolucionaria deGobierno (JRG), formada de una alianza entre dirigentesdel PDC y militares. La nota fue enviada—desde laestación de la CIA San Salvador—horas después deldisparo que mató al religioso.El documento lanza una solicitud: “La comunidad Intelnecesita información de los perpetradores del crimen deRomero”. Con la frase pedían la colaboración de todos losorganismos de inteligencia del Gobierno norteamericano.Si el país estaba en alerta, mucho más los Estados Unidos,que jugaban un papel determinante en el ajedrez políticosalvadoreño. De acuerdo con la estrategia del entoncespresidente estadounidense, James Carter, se tenía queromper la posibilidad de que las extremas derecha eizquierda socavaran las bases de la JRG, que parecía estaren medio de dos gigantescas espadas.Para esto, el Departamento de Estado de los EstadosUnidos, el equivalente a la Cancillería salvadoreña, caminólos pasos para hacer un movimiento ambicioso: tener de sulado a la pieza más importante sobre el tablero. Desde laóptica estadounidense, este papel lo jugaba Romero. Elentonces embajador de los Estados Unidos en SanSalvador, Robert White, explica a Enfoques la estrategiaque utilizó la administración Carter en el complicado juego.“Tuve la esperanza de que Romero, la Iglesia Católica y laembajada iban a poder buscar la reconciliación”, revela eldiplomático, a 26 años del asesinato.White fue el encargado de enviar a Washington constantesreportes sobre lo dividido del ambiente después de lamuerte del arzobispo. “Las reacciones de los ciudadanos

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oscilan entre la satisfacción, la profunda pena y el enojo”,expresa uno los mensajes redactados horas después delatentado. En este, el embajador afirma que la JRG semuestra desconcertada ante el homicidio.Un cable de la CIA fue mucho más pesimista sobre elfuturo de la junta. “La reacción al asesinato también puedefracturar la coalición gubernamental—explica eldocumento—, debilitada por el disenso alrededor delfracaso de los militares para limitar la violencia de laderecha.”Las palabras de los estadounidenses no escondían lapreocupación de que el crimen tirara al suelo el delicadoajedrez que meses anteriores habían tratado de controlar.En una de esas jugadas, White se había reunido conRomero 10 día antes de su muerte. Le llevaba una carta derespuesta del secretario de Estado, Cyrus Vance, en la cualle recordaba al religioso el “rol mayor” que le competíajugar en “ayudar a sus compatriotas”.Ese encuentro era el tercero en seis meses, de acuerdo conla información que arrojan los archivos que fuerondesclasificados por el Gobierno estadounidense en 2003.En los tres se encontraron, por un lado, una delegación dela embajada y, por el otro, Romero y sus más cercanosallegados.

Romero se resiente

El viernes 14 de marzo de 1980, White visitó al religioso alas 9 de una mañana soleada. Tenía la misión de entregarleuna misiva en la que Vance le respondía a la carta en laque el arzobispo—hoy en proceso de beatificación—exigíaparar la ayuda militar al país.El diplomático, que había llegado tres días antes a ElSalvador, no se había convertido en embajador porcasualidad. “A mí me escogieron como defensor de losderechos humanos”, confiesa.A su llegada, White programó un itinerario que no dejódudas sobre el nivel de importancia que tenía el religioso.En las primeras horas del día visitó a Romero y programópara la tarde su reunión con el ministro de Defensa,Guillermo García, que representaba la línea más cercana ala extrema derecha dentro del gabinete de la junta. “Lacoordinación entre el arzobispo y la embajada fue muyproblemática para el Ejército y la ultraderecha”, admiteWhite desde su oficina en la capital estadounidense.La conversación con el religioso duró dos horas. Un 80%de ese tiempo—como lo revela un informe—giróalrededor de la extrema derecha.Mientras caminaban, Romero habló de sus corazonadas ytemores. “Estoy cien por ciento seguro de que me van amatar”, le dijo Romero a White. El diplomático, resignado,le respondió: “Sus enemigos no tienen freno”. Al arzobispolo acompañaron el jesuita Francisco Estrada y monseñorRicardo Urioste, a quienes el Gobierno estadounidensecalificaba como sus más cercanos consejeros.Ambos habían presenciado antes reuniones con diplomáticosestadounidenses. Los cables del Departamento de Estado

dan fe de dos encuentros anteriores. En uno celebrado el 29de octubre de 1979—14 días después del golpe de Estadoque Romero apoyó en un principio—, el arzobisporefrendaba su beneplácito hacia la Junta, que contaba con elvisto bueno de Estados Unidos.En la conversación, Romero confesó su queja hacia algunasorganizaciones populares vinculadas a la naciente guerrilla.“Él (Romero) dijo que el Frente de Acción PopularUnificado (FAPU) lo había llamado traidor.”

La distancia

En ese octubre todo parecía indicar que las coincidenciasentre Washington y el jerarca crecían, pero la situación noduraría mucho.Con los días y los cambios en la integración de la Junta, lacercanía de Romero con el gobierno provisional se fuedesdibujando. El arzobispo puso en duda el “compromisocristiano” de algunos dirigentes del PDC y atacó con fuerzaal Ejército por sus supuestas vinculaciones con violacionesde derechos humanos. Eso era muy importante viniendo deun salvadoreño que tenía el poder para que los mediosextranjeros posaran su mirada sobre él y, al mismo tiempo,de atraer a una buena cantidad radioescuchas que seguíansus homilías dominicales.Los discursos también produjeron un sentimiento entre losdiplomáticos y funcionarios de inteligencia de que poco apoco el jerarca se acercaba a las posiciones de la izquierdarevolucionaria de la que era abiertamente enemiga la CasaBlanca. Un informe de la CIA sostuvo, después delasesinato: “Él (Romero) también se acercó a apoyar unaalianza de las organizaciones de extrema izquierda comouna alternativa política”.White explica las bases de ese miedo: “El Departamento deEstado quería suavizar las diferencias entre los jugadores deldrama salvadoreño, pero las palabras de Romero noayudaban”.La meta de moderar al religioso se convirtió a la llegadadel papa Juan Pablo II, en 1979, en una cruzadainternacional de la política de los Estados Unidos (ver notaaparte). Washington tocó las puertas del Vaticano y, entreotras, las del cardenal nicaragüense Miguel Obando yBravo, entonces arzobispo de Managua. “Algunos en elDepartamento de Estado creían que Romero se acercabademasiado a la izquierda”, relata a Enfoques Obando yBravo.Antes de que los estadounidenses cantaran victoria, elasesinato de Romero se interpuso, y en lugar de reportar elcontenido de las homilías, pronosticaban la nueva etapa ytemían los daños del crimen. “El asesinato de Romero haendurecido la opinión internacional hacia la Junta”,advertía un reporte de la CIA liberado cinco días despuésdel homicidio.

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Mensajes rojos para Washington

Abril 1980

“En vista de las preocupaciones esbozadas en el REF B(repetido a San Salvador) y el importante rol el cualGov/COPEI—presumiblemente se refería al Gobiernovenezolano en manos del Comité de Organización PolíticaElectoral Independiente—está jugando en El Salvador.Creemos que deberíamos coordinarnos cuidadosamenteantes de que oficiales de la embajada se reúnan con laCoordinadora (Revolucionaria de Masas).” Telegrama delentonces Secretario de Estado Cyrus Vance a San Salvador.

Mayo 1980

“El Departamento ha considerado cuidadosamente lapropuesta esbozada en Reftel para entrar en contacto conlos representantes de la Coordinadora de Masas (CRM).Por varios meses hemos buscado contactos de la CRM enEl Salvador. A esta fecha, estos esfuerzos han sido(ILEGIBLE) por las imposiciones de las CRM de ponercondiciones, especialmente sobre el acceso público deestos contactos.” Telegrama desde Washington a Embajadaen Ciudad de México, con copia a las sedes en SanSalvador, Panamá y Caracas.

Junio 1980

“El presidente del PRI para el Distrito Federal (México D.F.)nos telefoneó el 3 de junio y dijo que él ha transmitido lapropuesta a sus contactos de la Coordinadora. La respuestafue que antes de considerar los contactos en El Salvador losgrupos desean tener “conversaciones informales” conEstados Unidos en la Ciudad de México. CRM le dijo a Alonsoque no quieren publicitar las conversaciones.” Informeenviado de la Embajada de México a la sede delDepartamento de Estado en Washington.

Junio 1980

“Le pasamos los puntos de Reftel al presidente del PRI enel Distrito Federal José Luis Alonso. Junio 10. Sugerimosque la Coordinadora Revolucionaria de Masas (CRM) estáinteresada en El Salvador, ellos deben contactar a DCMDion, embajador White o al oficial político Millspaugh,quien puede arreglar los contactos. Alonso dijo que sepondrá en contacto con la CRM y que nos proveería deuna respuesta alrededor del 13 de junio.” Cable enviado aWashington desde la Embajada de Estados Unidos enMéxico.

Diciembre 1980

“Monseñor (Arturo) Rivera y Damas (...) y Monseñor(Ricardo) Urioste llamaron a la Cancillería. Rivera y Damasdijo que traía un mensaje del FDR/DRU (FrenteDemocrático Revolucionario/Dirección RevolucionariaUnificada). Al FDR/DRU le gustaría entrar en diálogo conel embajador como parte preliminar para una negociaciónmás amplia. La condición para mantener el diálogo esque los Estados Unidos mantengan la suspensión de laayuda militar.” Documento originado en la Embajada enSan Salvador.

Mayo 1981

El Departamento de Estado calculaba que el FMLN habíacausado 119 atentados contra civiles desde octubre de1979 hasta el 21 de mayo de 1981. El documento“Terrorismo izquierdista en El Salvador” le atribuíaacciones a varias organizaciones ligadas al FMLN, entreellas la Coordinadora Revolucionaria de Masas (CRM). Unade estas supuestas actividades era la muerte de 125campesinos en dos semanas de junio de 1980. Justocuando la coordinadora y la embajada trataban deestablecer contacto en México.

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Documentos““Perdí a mi esposo y a mi hijo” y otras historias de desplazados y desplazadas” (I)/

““I Lost my Husband and my Son” and Other Stories of Forced Displacement Victims” (I)• Graciela Uribe

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Fecha de recepción: junio de 2006 · Fecha de aceptación: julio de 2006

“PERDÍ A MI ESPOSO Y A MI HIJO” Y OTRAS HISTORIASDE DESPLAZADOS Y DESPLAZADAS (I) / “I LOST MY HUSBAND AND MY SON” AND OTHER STORIES OF FORCED DISPLACEMENT VICTIMS (I)

“Perdí a mi esposo y a mi hijo”1

CCEh

Vivíamos en la pobreza pero vivíamos bien

Mi situación es la siguiente: me mataron a mi esposo y medesaparecieron a mi hijo. Yo quedé sola con mis cuatrohijos. Pues sí, digamos que para mí esto fue un cambiototal. Y eso de pronto ha hecho que yo haga cosas paraacercarse más a Dios. Y pues uno a veces espera a quesucedan las cosas, para después sí acercarse más a Dios ydecir, “Dios mío, perdóname porque yo he estado alejadade ti”. Porque yo he estado lejos de Dios y todo eso2.Pero enfrentar uno una situación con cuatro hijos no es cosafácil. Eso es algo terrible. Mejor dicho, en donde uno tieneque hacer de mamá y papá. Mis cuatro hijos estudiaban todosen el colegio, en un colegio que cuando estaba mi esposopues él les pagaba, pues era un colegio más o menos. Perocuando yo ya me quedé sola me tocó retirar mis hijos y buscarmejor dicho al acomode mío, porque ya uno no está encapacidad, sin trabajo, sin casa. Porque yo me quedé en lacalle, completamente en la calle, porque pagábamos unarriendo y a los ocho días me tocó desocupar, porque yo nome sentía en capacidad de pagar un arriendo de esos.Sí, pues entonces yo pienso que es algo que le puede pasar auno en la vida, muy duro, para comenzar uno a sufrir con loshijos y pues uno unos días tiene para comer y otros días no,pero a pesar de todo uno como que va acogiendo esa rutinadiaria. De pronto yo le pido mucho a mi Dios que me dé esascapacidades de yo acabar de levantar a mis hijos y de podersalir adelante. Yo todavía tengo las esperanzas de que meconsigo un buen trabajo, puede ser con el que tengo, con elmismo trabajo, o de otra manera, pero guardo las esperanzas

de poder trabajar y de poder darle a mis hijos.En este momento no tengo a mi hijo estudiando, el quetiene quince años que es el menor. Pues no estáestudiando, porque me dejé colgar con las pensiones.Entonces pues no puede estudiar, está trabajando, el niñonecesita estudiar, el niño necesita capacitarse, pero si nopuede uno, pues qué se va hacer, ¿cierto?Cuando a uno le matan y le desaparecen a alguien unosiente, sinceramente que todo va a terminar ahí, ¿no escierto?, pues cuando perdí a mi esposo para mí fue algomuy terrible, yo sinceramente yo vivía mejor dichodesorientada, pues ahora ¿qué iremos hacer? Tantas cosasque piensa uno, le va a faltar todo a mis hijos, porque yono trabajaba, mis hijos estudiaban, nosotros vivíamos bienen la pobreza pero vivíamos bien. Vivíamos bien en elhogar, pues cómo le digo, yo tenía un hogar bien bonito, yesas son las cosas que le llegan al corazón, porque sihubiera sido un hogar mal formado, todo eso, pues yocreo que a uno no se le da tan duro con esos hechos, perono, a lo contrario.Y al año fue cuando mataron a mi hijo, eso fue otro golpemejor dicho, terrible. Yo sinceramente decía, cuando no hapasado por ahí, uno no siente. Uno sí siente el dolor de losamigos de uno, pero cuando uno ha pasado por ahí, unodice: “Dios mío, bendito”, uno quiere desvanecerse, comoque uno no quiere seguir luchando. Pero uno vuelve yrecapacita otra vez, y dice ¿pero qué me está pasando?,tengo que salir adelante, tengo que luchar hasta que Dioslo tenga a uno con vida. Eso que me ha pasado a mí, sonunas experiencias.

Yo conté mi historia y no me la creyeron3

Yo fui, cuando me pasó todo eso, a pasarme comodesplazada, yo conté mi historia tal como era, yo no mentíporque uno de pronto no es la persona que está aacostumbrada a venir y pedir, pero pues yo dije no, a mi mepasó esto y esto y lo otro, pues yo conté mi historia ¡y nome la creyeron! Como les dije yo allá, no es porqueustedes me ven a mí, pues lo único que yo necesito es unseguro, algo como un carné para salud. Porque yopensaba tantas cosas, se enferma alguno y no tenemos elcarné, no tenemos nada, eso fue lo único que yo les dijeallá, yo no necesito sino eso. Es más, si ustedes no mequieren pasar por desplazada, pues ayúdenme, yo les pedí,les rogué, les pedí el favor que me dieran una ayuda. Teníala ficha del SISBEN, porque a mí me habían aceptadocuando estaba mi esposo, pues tenía un puntaje alto peroya yo conté mi historia, ellos me habían podido dar uncarné o algo, pero dijeron que esas historias pasaban adiario y que había gente que iba con mentiras y que decíanque les habían matado el hijo, que les habían matado elesposo y yo no sé cuántas cosas, y no salí favorecida.

Graciela Uribe*

* Coautora del libro El orden de la guerra. Las FARC-Ep, entre laorganización y la política. Asesora de la Fundación Sinergia. Estasentrevistas fueron realizadas dentro del marco de la investigación"Desarraigos e imaginarios religiosos", llevada a cabo por la Facultad deEstudios Ambientales y Sociales de la Universidad Javeriana con el apoyode Colciencias.

1 Entrevista a María Oliva Pérez.A María Oliva le desaparecieron a suesposo en el Municipio de Curillo. Con cuatro hijos se desplazó aFlorencia.Allí fue asesinado su hijo mayor.Lugar: Curillo.Vicaría del SurEntrevistada por: Graciela UribeFecha: Julio de 2003

2 Es recurrente en los relatos de la mayor parte de la población desplazada,entrevistada para este proyecto, el hacer alusión a que siempre hanestado alejados de Dios y que sólo en el momento en que se vieron enpeligro y perdieron todo es que recurrieron a él. 3 Hecho muy frecuente en la atención a la población desplazada.

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Revista de Estudios Sociales no. 24, agosto de 2006: 108 pgs. ISSN 0123-885X: Bogotá; 71-89 pgs.DOCUMENTOS • Graciela Uribe

Le cuento que eso a mí me dio mucha impaciencia, porqueyo decía cuántos no hay que sinceramente no lo necesitany van y se hacen pasar por desplazados y lo tienen todo,porque así hay, uno aquí conoce personas que van así. Yeso me desilusionó mucho.

Dios, aquí estoy con mis hijos

Cuando me siento tan sola y desamparada, los primerospasos que doy son buscar a Dios realmente, decir: “Diosmío, aquí estoy con mis hijos, en tus manos dejo todas misdificultades, mis necesidades y todo lo que ha pasado”. Yono tuve otra alternativa, decirle a Él: “¡aquí estoy!”.Yo me la pasaba malgeniada de todo lo que me pasaba,los muchachos estudiando y no tenía con qué cubrir lasnecesidades y pues a mí me daba desesperación, yo medesesperaba y decía: “Dios mío, yo qué hago”. Pero heaprendido y Dios me ha dado esa capacidad de enfrentarlas situaciones tal y cual como le vienen a uno y sindesesperación. Mire que a mí ahora soy una mujer humilde,no me desespero, si no hay nada, pues a veces la niña medice: “mañana no hay con qué comer, con qué vamos haceralmuerzo, con qué vamos hacer comida”. Y yo pues,siempre le digo que tranquila, pues tengo como esatranquilidad y eso de saber que Dios está con uno y queDios siempre le va a tender la mano a uno.Sí, yo no siento que estaba tan alejada de Dios, porquenosotros vivimos mucho tiempo, ocho años así sincasarnos, solamente así, después nos pusimos de acuerdonos casamos e íbamos muy bien. Nosotros éramos unaspersonas que no teníamos nada, pagábamos un arriendopero mi esposo trabajaba, vivía uno bien, pero entonces yosi iba a misa, él también iba, mis hijos también, íbamostodos y siempre practicábamos lo que siempre tiene quepracticar uno. Pero pienso que después de todo esto yo mehe acercado más a Dios, yo participo en los grupos, aunqueantes yo participaba de los grupos pues no con esas ganas,pues como decir uno que el día domingo es para Dios o espara la Santa Misa, para ir a orar por las tardes.Yo no pienso que estuviera así como tan alejada, pero sí hepensado en tantas cosas que uno ha sido, pues yo meconsidero que yo había sido una persona negativa, y todoeso es falta de estar uno como más cerca de Dios, paraaprender a ser positivo. Ahora, yo le he pedido mucho aDios y le he dicho: Dios mío—en todo momento que yooro—: “yo te entrego esas personas y te pido por ellos”,porque el único que tiene derecho de juzgar es Dios. Yo soyinocente de lo que esas personas hicieron con mi esposo,sé que se lo llevaron y todo, pero yo digo que si yo me losllegara a encontrar algún día y de frente, pues yo no sientoese odio, de que mejor dicho, que le voy hacer esto o lootro. Me siento como en paz, pues todo pasó. Antes puesyo sentía odio, yo dije que lo van a pagar, tantas cosas quedice uno con rabia, pues yo le he pedido tanto a Dios deque me enseñe a perdonar a las personas, a perdonar alque le hace mal a uno, que Dios es el que me haconcedido todo.

Pedirle primeramente perdón por los errores de uno y yopienso que si Dios le perdona a uno y que si Dios escuchalas súplicas de uno, Dios va a estar conmigo yo estoy conpaz siempre, hay sanidad, ¡hay todo lo bueno! Yo lo veoasí de esa manera.

Lo único que tengo que hacer es luchar

Frente a la vida de antes y la de ahora hay como diferentesactitudes porque yo pienso que cuando una mujer sequeda sola, lo primero que hace es decir que se va aconseguir una persona, un compañero para que le ayude asostener el hogar, ¡bueno, tantas cosas que puede pensaruno! Y yo diría que esa es la diferencia que hay, porquemire que a mí no se me ha pasado por mi mente eso, yohe pensado que lo único que tengo que hacer yo es luchar,por salir adelante. Y lo que más he aprendido es a respetara la persona que tiene al lado. Y yo siento de que si depronto yo ahora me consigo un compañero estoy faltandoante Dios, o ese es el temor de uno. Uno cometer un errorde pronto yo, que por tener aquello, que esto y lo otro, ¡nopuede ser! Y por ese motivo lucho, salgo, voy, trabajo,salgo que una cosa o la otra pero mejor dicho muyjuiciosamente, y todo eso lo he logrado porque Dios me loha concedido.En mis hijos he notado que hay resentimiento, en mi hijomayor. No sé, yo trataba de controlarlo, de hacerle caer encuenta las cosas, pero él me decía: “no, mami, es que porqué tienen que hacer una cosa de esas con mi papá”.Y por lo menos el niño menor que tiene quince años él estambién así. Y para mí es preocupante porque yo mesiento, un cambio, a mí no me gusta lo que él dice, lo queél explota, no sé, eso no es bueno. Yo trato de hablar conellos, trato de hacerles entender las cosas, que todo pasó.Pero a él no se le quita de la cabeza, tiene como unresentimiento, y como decir él dice: “yo me voy a pagarservicio porque yo tengo que encontrarlos” y pues eso noes nada normal. Y en este momento es eso lo quepreocupa más.4

Ahora tengo que responder por dos hijos no más. Mi otraniña, la mayor y la otra, la que le sigue vive en Neiva con elmarido. Y esta niña también tiene su marido pero estáaquí. Son cuatro hijos. Pues para dónde me voy a ir apagar un arriendo sin tener con qué, y vea que Dios lepone en las manos de uno las cosas, yo desesperada nueveo diez meses pagando un arriendo que eso si conseguíapara pagar un arriendo no conseguía para comer, o sicomía, pues mentirosos sería si uno no comiera, pero mire,gracias a Dios este rancho esta aquí, al menos tenemos endonde estar. Es propio yo un día desesperada salí y me viney dije: “yo tengo que conseguir una casa con la ayuda demi Dios”, y yo salí y me vine, y esto era muy feo, era un

4 Se resalta el hecho de los jóvenes que buscan vengar la muerte de supadre. Resentimientos que hacen de la violencia una cadena que no seacaba.

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parqueadero, pero entonces Nidia, una amiga, y elcompañero, me prestaron una plata para que yo compraraeste lote. Esto era un ranchito muy pequeñito, y eso apenascabíamos ahí, eso eran apenas las camas. Gracias a Dios,ya lo tengo libre, ya pagué la deuda, y pues así, aquíestamos, aquí estoy, luchando. Pero yo considero que yo yapasé el peor momento, porque ya uno va aprendiendo.Nada se mueve sin la voluntad de Dios, pero a vecespienso si será que uno se las busca, o por qué me pasó amí, todas esas cosas. Mejor dicho, comienza uno apreguntarse a uno mismo, pero qué está pasando.

Me la pasaba durmiendo

Pero yo pienso que yo ya me superé, para mí fueron díassobre días en donde yo no trabajaba porque yo no mesentía. A mí sí me dio muy duro, pero yo si le cuento unacosa yo me la pasé dos, cuatro, seis meses durmiendo día ynoche, y la comida, la cuñada, la hermana de mi esposo,ellos me mandaban de comer. ¡Qué sería de mí, todo el díadurmiendo! Y mis hijos estudiando.Cuando fue lo del desplazamiento yo me vineinmediatamente desde Curillo, cuando mataron a miesposo y a mi hijo. Me vine acá porque yo dije, qué voyhacer, uno solo, quedarse uno en ese pueblo. Pues yopensé que uno acá tenía salida, de pronto para trabajar,para todo eso, y pues gracias a Dios, me hice amiga de unaseñora que pasaba todos los días a trabajar y yo le dijepara dónde va, y me dijo a trabajar, entonces yo le comentéy ella me consiguió trabajo, me ayudó a conseguir untrabajo con almacenes, en un taller de corsetería. Eso mesirvió demasiado, aún cuando yo me dormía en lamáquina, porque yo no quería vivir sino durmiendo,durmiendo, me decía el médico que eso era normal, queuno disipaba las angustias de distintas maneras.

Mis hijos todos perdieron el año5

Pero yo ahorita yo siento, y a pesar de todo, pues yo heaprendido a sacar a mis hijos adelante y uno se vuelvefuerte, yo digo que los muchachos aman lo que yo digo,¿cierto? Porque yo pienso que cuando está la persona allado de uno, ellos le ayudan a corregir a uno o le ayudan acorregir o los muchachos pues por lo que como uno diceuna cosa y el otro otra. Pero ya uno mirándose de que yosoy la que tengo que luchar, que soy yo la que todo, comodice el cuento, a uno como que le pone sabor amargo. Y depronto a veces toca con mano dura con los hijos porque noes por uno cansón, sino porque le toca. Por ejemplo a mihija, la gordita que está en Neiva, no sé si como a mi seme vinieron muchos problemas encima. A mí me dicen quepsicológicamente uno los enferma a los hijos, mis hijos

todos, sólo una no me perdió el año, de resto todos, al añosiguiente de que pasó eso, todos tres me perdieron el año.El niño, la niña que está embarazada,—la que salió—mellamaban los rectores y me decían: ”mire, venga y mire asu hija, con las rodillas así y con la cabeza entre las piernasy no le ponía atención a la profesora y el niño también”.Entonces fue ahí que me dijo la profesora: “si usted nopone estos niños con un psicólogo, con grande pena yo nose los puedo aceptar más en el colegio, no porindisciplinados ni nada de eso, sino porque ellos noprestaban atención”, la profesora hablaba y ellos se hacíanlos que hacían la tarea pero no, eso fue perdido todo.Y de repeso a mi niña, la gorda, ella me decía a mí, ella medecía: “mami, me vienen siguiendo”. Pues no sé comopuede que haya sido real o como puede que se loimaginaba, pues ella me decía que no se lo imaginaba, quela perseguían, a mí me daba mucho miedo y me viobligada por eso a sacarla de aquí, mandarla por allá, parael Putumayo a que terminara el bachillerato. Porque leestaba yendo bien, estaba en décimo, sólo le faltaba elonce. Yo dije, no puede ser que mi hija pierda el último añoy yo la saqué de aquí y ella se fue por allá.Eso es algo muy duro para uno, porque desprenderse unode un hijo y mandarlo por allá, tener ella que trabajar,tener que luchar duro para ayudarse porque yo a veces notenía qué mandarle, entonces ella tenía que trabajar. Elladuró más de un año por allá.

No quiero volver a escuchar que mi papá está muerto

Terrible y yo pienso que a todos, pues yo no sentía que mesiguieran, yo salía y normal, y pues como yo iba en mibúsqueda, pues yo no sentía nervios hasta que un día mefui para La Novia, para ese pueblo, solita, con Dios y laVirgen y por allá me pararon y me dijeron ¿usted quéhace? (la guerrilla) Increíble todo lo que pasa pero escierto. Y porque a mí me dijeron que fuera a La Novia6,para hablar con uno de ellos. Yo fui, yo no sentía miedo pornada, pero ese día sí sentí, ese día sí dije no vuelvo por acáporque tengo resto de hijos por quien responder, ellos medijeron no la queremos ver más por acá, yo qué más tuveque hacer, volver como a las seis de la tarde, pasó una deesas líneas, de esos motores (lanchas con motor fuera deborda) y me vine para Curillo y nunca jamás volví a salirpor ninguna parte a buscarlo, a ninguna parte.Pues pensé que eso de la muerte de él está como raro, osea, yo no puedo decir ahora está muerto, porque losmuchachos me lo prohibieron. Yo primero decía, a lo mejorviene un día molestando, entonces mi papá me dijo, nomijita no siga molestando, a lo mejor está muerto yustedes acá haciéndose ilusiones. Ese día la hija mayor medice: “¿sabe qué mamá? le digo que no quiero volver aescuchar esa palabra acá en la casa, que mi papá estámuerto”. Aún cuando pienso que uno está así porque uno

5 Los efectos psicológicos del conflicto en la población constituyen una seriadificultad, en cuanto no hay una ayuda profesional para ayudar y superarlos efectos traumáticos del desplazamiento y las muertes violentas.

6 Caserío del municipio de Curillo de dominio de las FARC. Hasta allá fueMaría Oliva en la búsqueda de su esposo.

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no lo ha visto muerto, pues uno dice, vive, de pronto dice,no, está muerto, entonces eso es una cosa que no se hasuperado. Porque uno piensa, uno trata de hacer que lascosas queden así, pero no se puede. Le digo porque lagente le dice a uno cosas. Por lo menos hace poquitoalguien dijo que a él lo tenían en una finca, por allá enSuncillas7 en el Putumayo. Sí, por allá que lo teníanmanejando un carro, entonces todas esas cosas hacen deque como que uno mantiene con la duda, Dios mío,¿estará muerto, estará vivo?Si él estuviera vivo, él hubiera hecho lo posible porhacernos saber. Eso lo he pensado, yo he pensado, porque,pues dicen, uno se atiene a lo que dicen allá, ¿cierto?, queellos (se refiere a la guerrilla) cuando los tienen allá no losdejan ni hablar con nadie, que no sea persona ni familiaresni nada y hasta pasan cinco o seis años. Ahora hace dosmeses apareció un muchacho, que hace seis años se lollevaron, la familia lo hacía muerto, y ahora que pasaronpor televisión eso que la ley rescató como a setenta,cuando el nombre del muchacho ahí, seis años y apareció yahí vino aquí a Florencia y a la Finca porque vive por acácerca por Pueblitos. Entonces todo eso le hace a uno depronto guardar esa esperanza, ¿cierto?8

Cuando uno puede hacer el novenario, como que descansa

No haberlo visto es lo que hace más difícil hacer unverdadero duelo. Yo por lo menos cuando lo de mi hijo, yauno sabe que fuimos lo dejamos allá en el cementerio,sabe uno que ahí está, ¿cierto? en ese pedacito de tierraestá mi hijo, y ya, uno siempre lo tiene aquí, y sabe queestá muerto cierto, que ya no vive. Pero entonces lo otro,por lo menos no, por lo menos cuando llegamos debuscarlo de por allá (el lugar donde le decían que laguerrilla se había llevado a mi esposo), estaba toda lagente esperando y le habían traído coronas, nosotrosllegamos solos. La niña, la embarazadita, esa niña sí muypositiva no sé, ella dice, que su papá no está muerto, ellano lo siente muerto, ella fue grosera en ese momento, tirólas coronas en la sala y dijo: “aquí no ha pasado nada”.Tenía en ese tiempo trece años, eso hace cuatro años, tienediecisiete, dijo: “aquí no ha pasado nada, mi papá no estámuerto, ¿dónde está mi papá para que ustedes traigancoronas aquí?” y desbarató el altar, cogió todos esosmanteles, los dobló, las coronas por allá las tiró y se acabóel altar, se acabó la novena.Para mí, entonces si tiene mucho sentido hacerle elnovenario a los muertos para que el alma no se quede porahí. Y primero que todo digo que como aquí ha habido unatradición, cierto, que viene desde muy atrás. Yo por lo

menos voy al cementerio, yo rezo el Padre Nuestro por él,yo todas las noches yo oro por él, tal vez por lo que le hanenseñado a uno de que uno debe orar por lo difuntos,¿cierto? Y el sentido de que hacen una novena, para míeso es algo que como uno descansa. Uno dice le hice elnovenario, le mandé hacer la misa todo eso, uno siente quecomo que ha cumplido con un deber.Y eso de no hacerle la novena al muerto, eso téngalo porseguro que eso le mortifica a uno, yo me digo de noche:“Dios mío, si está contigo acógelo pero si está en estemundo acuérdese de él”. Yo por lo menos no digo por elalma de José Ignacio, yo no le rezo un Padre Nuestro así,cuando rezamos el rosario por las almas benditas delpurgatorio en mí digo, por José, si está muerto, cierto, peroyo no abro mi boca para decirlo, ¡eso es tenaz! Eso es lo más duro y yo les dije (a la guerrilla):“Entréguenlo, por errores que tengamos, por malos queseamos merecemos darle una sepultura, entréguenlo.”Dijeron “no, ¿para qué se lo vamos a entregar?”.Imagínese con lo que le sale a uno esta gente tanignorante, entonces yo les dije, yo tenía mucha ira, yo lesdije muchas cosas, les dije: “yo no les estoy pidiendo austedes para darles sepultura, simplemente les exijo, lesestoy pidiéndoles que por favor me lo entreguen, parallevármelo”. Y me dijeron: “Para evitarle gastos no se lovamos a entregar”9.Porque yo lo hubiera visto, me lo entregaron, lo trajimos, loenterramos, ya, sabemos que está ahí, es muy diferente.Uno no tiene paz, tranquilidad, yo le pido mucho a Diosque me dé esas capacidades de poder hacerle entender amis hijos de que ya son cuatro años, que ya estoy en paz,¿qué podemos hacer ya? Pero no, porque yo no siento yamucha desesperación, pero uno tiene ahí como esa cositaque no lo deja tranquilo.Hasta ahora nadie ha dicho nada y él (el marido) era unapersona conocida por el Putumayo, por toda parte, nadieha dicho, aquí en mi finca lo enterramos, todo el mundosabe quién es José Ignacio. Nadie nos ha dicho aquí estáenterrado, que vaya que allá lo enterraron en tal parte,nosotros vimos. Porque ellos (los milicianos) no estánalejados de las casas en donde ellos viven, ellos moran encasas de familias y en fincas y en el momento ningunodice, aquí está muerto, vamos a ir a mirarlo. En unaocasión un señor me dijo que si yo no iba a hacer nada porél, como a los dos años. Yo le dije “pero yo qué voy ahacer” le dije, “si de allá me dijeron que estaba muerto”, yme dijeron “no señora, él no está muerto, a él lo tienencastigado”.Y cuando le dicen a uno esas cosas vuelve y reviven esasesperanzas así uno quiera olvidarlo, no lo dejan, no puede.Yo todo eso le hacía caer en cuenta a él. Y él decía que no

7 Sector del bajo Putumayo a orillas de la quebrada Suncillas.Aunque estáen el Putumayo, la población tiene más vínculo comercial con el Caquetáen el municipio de Curillo.

8 Cuando las personas han sido desaparecidas y no se encuentra el cadáveres más difícil asumir su muerte.

9 María Oliva resalta la importancia de poder dar una sepultura digna aldifunto, porque su cuerpo merece respeto, hacer el novenario y sentir queha cumplido con su deber para que el alma descanse en paz (ver cap. 3,interpretación entrevista a Monseñor Múnera).

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que él no debía nada, lo mismo que decía José Ignacio “nodebemos nada, ¿por qué tenemos que escondernos?, ¿porqué tenemos que irnos?”. Porque cuando él estaba yo ledecía: “si esto sigue nos vamos todos de acá”. Para sacarloa él, para evitar y no fue posible convencerlo, sólo loconvencí que se fuera un buen tiempo, meses, pero volvió yahí fue donde pasaron las cosas.

Dios mío por qué lo mataron

A mi hijo me lo mataron un domingo por la tarde. Él veníatodos los domingos con la mujer y el bebé y ese domingono vino, Dios mío por qué lo mataron si ese muchacho eramuy especial conmigo, estaba pendiente, yo estabatrabajando en ese tiempo. El lunes me fui a trabajar por latarde porque salimos a las seis de trabajar fui y me senté,pensando siempre en qué pasó con él, cuando yo que meacababa de sentar, y me dijeron que el lunes por la tarde,lo habían llevado por allá que dicen que es una casa sola,que es una calle oscura, por Villa Mónica10, así, esa calleque da la vuelta a la Iglesia Carismática. Cuando a mí meavisaron, ya lo tenían acá, ya lo había recogido unafuneraria de ahí, lo tenían en el hospital. Yo fui esa noche,a mí me dijeron que no me dejaban entrar yo no se si eramentira, pero no me dejaron entrar. Mi amiga se quedóconmigo aquí, esa noche vine, me dormí y mejor dicho vineme acosté, al otro día me despertaron, por la mañana,imagínese con todos estos problemas y yo como si mehubieran dopado.

Esas ganas de llorar se me convertía en sueño11

A mí la dificultad, la angustia, me hace dormir. Allá lotenían, cuando lo dejaron ver yo fui y lo mire, y yo le pedíamucho a mi Dios de que no me fuera a desmayar, ¿sí?,como a tener una reacción embarazosa, yo le vi a él, peroal mismo tiempo sentí como más fuerzas, como decir Diosmío Bendito, que se haga toda tu santa voluntad. Y todosno me querían dejar verlo, yo dije “no, déjenme verlo quees mi hijo”, que porque él ya estaba descompuesto, yaestaba negro. En esos momentos yo no siento que me vayaa desmayar o siento que vaya a gritar, no. Y lo mismo pasóel día del entierro, yo fui al entierro, yo sí lloré pero no medió esa desesperación que una mamá siente, ¿cierto?, queera mi hijo y mejor dicho, eso es algo mucho tremendo¡Dios mío! Pero Dios me dio esas fuerzas para llorar, de yopoder enfrentar hasta ahí. Yo no me explico qué pasa enuno.

Después yo seguía con mucha angustia, no pasármelallorando no, mucho sueño, horrible, yo mejor dicho, laseñora esa donde yo trabajaba, Magdalena, ella me mirabaque yo estaba dormida. Una gran persona, me cogía y medecía, “Oliva levántese de esas máquinas, vaya a latienda”. Cualquier cosa me ponía a hacer, para no tenermesentada frente a las máquinas porque era que yo medormía, cerraba los ojos completamente. Es decir esasganas de llorar, se me convertían en sueño. Ese día en elentierro yo sentía que me dormía. Aunque uno quiererecordar, a veces como que evita hablar de eso, a mí medicen de mi hijo ya definitivamente no lo voy a volver a ver,si algo me preguntan yo de una vez contesto dos o trespalabras y el resto desvío para no hablar del tema porqueesto para mí es algo muy doloroso.

LAS HERMANAS CHOCUE12

CDPi

Uno realmente sí ve la presencia de Dios

Mi nombre es Leonila Chocué, soy profesora de la escuelaLa Cabaña, en una región donde hay la presencia de losactores armados. Mi experiencia en un momento deconflicto, digo que se siente miedo, se siente angustia, peroa la vez hay como esa esperanza y esa fe en algo divino enuna fuerza superior y que uno después de los casos, de loshechos, uno realmente sí ve la presencia de Dios, lafortaleza de Él. Cómo sucedió, no recuerdo, el año pasado,cuando la guerrilla atacó al ejército en la población ElDorado13 y la guerrilla tomó el camino y pasó por la vereda,al otro día pasó el ejército, los siguió y no llegaronprácticamente a la escuela, pero sí llegaron derecho a lacasa14. Pues uno viendo que el día anterior pasó laguerrilla, se escucharon los estruendos y todo lo quehabían hecho, al otro día, ya la presencia del ejército en laregión pues eso causó miedo15. Pues la forma en quellegaron, que era sembrando terror, pues, la presencia deDios ahí está muy clara16.También nosotros salimos y nos preguntaron que si habíapasado el ejército. Nosotros le dijimos que no habíamos

10 Un barrio de Florencia.11 La situación vivida por María Oliva pone en evidencia a los cientos de

mujeres que solas deben enfrentar el dolor de la muerte y desaparición desus hijos y esposos, al tiempo que asumir las responsabilidades inherentesa la crianza y educación de los hijos en un estado de enormevulnerabilidad.

12 Leonila Chocué es profesora de la escuela de la vereda la Cabaña,municipio de Albania, departamento del Caquetá. Su hermana Elvia, esanimadora cristiana de la comunidad, la situación que describe en laentrevista es la región del bajo Putumayo, bañada por el río Mandur. Elcentro de referencia de esta región más importante es el municipio deCurillo en el departamento del Caquetá, los separa el río de su mismonombre. Entrevistada por: Graciela Uribe. Florencia, Julio del 2003.

13 Caserío del Municipio de Albania.14 Hace referencia a su casa, espacio donde llego el ejercito, sin

necesariamente pasar por la escuela.15 Es común en los relatos que las personas hagan énfasis en el miedo que

produce la llegada de otro grupo armado a un territorio controlado por otro.16 Nótese como necesariamente la vulnerabilidad, facilita la invocación de

Dios.

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visto ejercito y nos dijeron que qué habíamos visto, asíbravos ellos. Pero entonces les dijimos que nosotros lo quehabíamos visto era guerrilla y nos dijeron: “¿Qué porquédecíamos que era guerrilla?”; y nosotros les dijimos queporque ellos dijeron que eran guerrilleros, que eran de lasFARC. Nos preguntaban: “Iban mujeres armadas y gentearmada” y nosotros les dijimos,”aquí entraron, pidieronagua, se les dió agua y se fueron”. En ese momento saliómi hermana y les dijo “¡sí! Ellos pasaron por aquí y noestán lejos”, entonces ese teniente dijo que por qué decíaque no estaban lejos; y ella les dijo “que porque aquí comoa las nueve vinieron a pedir una aguja con hilo, que seguronecesitaban y dijeron que estaban por ahí, y anoche losperros molestaron mucho no dejaron dormir, por esocreemos que ellos no están lejos”.Entonces de una vez ellos cambiaron el tono de vozdominante y entraron como a un diálogo con nosotros17 ynos pidieron comida, porque no habían desayunado, nohabían almorzado, eran como las cuatro de la tarde.Entonces llegaron y se estuvieron ahí hasta las cuatro de latarde, cuatro y treinta del día y se fueron. Y de ahí para acápues siguieron como en especie de persecución connosotros. Eso hasta el Batallón me tocó ir y cada quemandaban cajas de material para la escuela en los retenesme sacudían todo, me esculcaban, que porque, ya estabafichada. Entonces yo vine a la Procuraduría, hablé con elProcurador, le dije cómo habían sido las cosas, la situaciónen que estábamos y un señor de la Procuraduría meacompañó hasta el Batallón. Allá también hablamos conlos altos mandos militares y como a los dos mesesvolvieron y me llamaron, yo fui al Batallón y contesté laspreguntas que me hacían.Últimamente me dijeron que si yo era auxiliadora de laguerrilla, le dije “yo sí, yo soy auxiliadora de la guerrilla, perode ustedes también. Porque en mi casa han estado losguerrilleros, han pedido agua, agua se les ha dado y hapasado el ejército, han pedido comida y lo que se ha podidodar se les ha dado. Porque son dos grupos armados queandan y juntos matan y uno si le brinda un tinto o lo que sea,no lo brinda por amor, por voluntad, sino por miedo18. Porqueuno lo que tiene que defender es la vida y uno de campesinono tiene ninguna arma sino pues la voluntad de Dios, lo queDios quiera hacer”. Y entonces, ahí se rieron, se miraron, delo que yo les decía, dijo que por qué; “porque uno está entrela espada y la pared, si llegan los unos, uno tiene queresponderle y si llegan los otros pues lo mismo. Uno no tienela culpa de que llegue, de que uno no puede decir: bueno,usted, de qué bando es, se le puede servir o no se le puedeservir, uno tiene que servirles necesariamente”.

Yo invoqué el salmo 9119

Así siguieron hasta que ya me dejaron la vida quieta en eseentonces. Pero la verdad es que la gente también, ellosconfían mucho en uno20 y uno también les hace ver de queuno tiene que andar pues con la presencia de Dios porque¿quién más lo defiende a uno por allá, porque está enmanos de los unos y de los otros? Nosotros tenemos lasexperiencias, estas son muy grandes, de la presencia de Diosy entonces hay que agradecerle la presencia de él en muchascosas de nuestra vida. Yo entiendo la presencia de Dioscomo la fortaleza, es como la fortaleza, porque el momentoen que a mí me dijeron vea ahí están ellos y los niños yaiban saliendo de la escuela, cuando me dijeron, cuando unaseñora llegó a la escuela corriendo, iba muy asustada y medijo: “profesora viene el ejército, viene el ejército, ¿ahora quéhacemos? ¿Qué decimos?”. Le dije yo: “pues qué va a decir,lo que se ha vivido, diga lo que usted ha vivido, lo que ustedha visto y no es más. Váyase para la casa”.Ella se devolvió para la casa, yo me fui también para lacasa, mandé a los niños a sus casas y ellos se fueron. Yollegué a la casa, ya en la casa le dije yo a los que estabanallá: “que viene el ejército, que viene en tal parte elejército”. Y como el que nada debe, nada teme, entoncesnos sentamos a comer y espere y espere que llegaran ynada que se miraba el ejército. Ya como a las dos horas yalgo más fue cuando empezaron a latir los perros. Yacuando llegaron ya nos tenían la casa era rodeada.Entonces y me acuerdo tanto que yo invoqué como alSalmo 91, yo entré y yo leí la Biblia, el Salmo 91. Y a mícomo ese miedo, esa angustia a mí se me quitó, a mí seme quitó. Yo tuve el valor de salir y contestarle a eseteniente tan bravo que llegó porque de una vez llegó“¿quién trabaja ahí?”, le dije yo; “¡ah!, ¿usted?”; “sí yosoy la profesora”; “¿Cómo se llama?”; “soy LeonilaChocué”.Ahí fue cuando me dijo: “¿y usted, sabe si hace rato pasóel ejercito?”; le dije yo: “no, por aquí no ha pasado elejército”; “¿cómo que no?”; “no señor por aquí, ejércitono ha pasado, lo que pasó fue guerrilla”. Yo se lo dije así,yo ya no tenía miedo, entonces, pues yo atribuyo que esDios el que le da a uno esa fuerza y ese poder de decir.Había unas botas allí y dijeron,”estas son las botas de losguerrilleros”. Dije yo, “pues yo no sé si nosotros seremosguerrilleros o qué”. Y él decía: “porque éstas son las botasde las FARC”, le dije yo: “pues yo no sé si serán de lasFARC, pues esas botas son de aquí, de los que vivimos aquí

17 Nótese la culpabilización que el ejército hace de la sociedad civil, porsimple sospecha.

18 Nótese como las personas son capaces de discernir entre las intencionesdel ejército y la guerrilla, cuestionándolos, sin que en ello medie lavaloración emocional.

19 El Salmo 91 hace parte del bagaje de creencias de las comunidadescampesinas, se ha constituido en una oración a través de las cuales seinvoca el poder milagroso y protector de Dios. Muchos de los relatos depersonas que se han visto en peligro por la presencia de grupos armadosinvocan este salmo.

20 Los maestros son parte muy importante de la vereda donde la escuela esel centro que convoca la comunidad. De ahí la influencia que tienen en laorganización y el papel que desempeñan en situaciones de conflicto.

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de los que estamos aquí”. Dije yo, “pues ustedes tambiénllevan de esas botas”, apenas se sonrió.Había un cabo del ejército que se hizo al pie de un árbol que hay enla casa y dijo:“¿y hace rato pasaron?” Le dije:“no, ellos pasaronayer”.“Y a qué hora”;“como a las cinco de la tarde”.“¿Yentonces qué camino cogieron?”,“este camino fue el quecogieron, bien puedan, sigan”.Ya dijeron “¡no!, llevamos muchahambre, regálenos agua”. Entonces salió Elvia21 y les dijo:” ¿y vande mucha prisa para hacerles tinto?”; dijo:“claro esperamos eltinto”. Ahí se le acabó la carrera y todo el afán que ellos llevaban22.Adelante encontraron las huellas donde había estado la guerrilla.El Salmo 91 nos lo sabemos de memoria, por ejemplo la Biblia latenemos abierta en el salmo 91.Yo sí, me lo sé y es como laprofesión que Dios le tiene para el que lo invoque. Me acuerdoque vino una vez el padre Fabio, él me habló del salmo 91 y élme dijo:“frecuente mucho el salmo 91, que es una oración muybella y muy linda y tiene un significado muy grande”.Yo recuerdoal Padre Fabio con el Salmo 91 y sí, es una oración muy bella,como la presencia de Dios, como esa voz, como ese aliento, esafortaleza y que uno no está solo lo uno y lo otro que hay unafuerza superior a todas las fuerzas humanas que es Dios23.

Me hacían acordar del caso de María Magdalena y las Marías

Toda la comunidad donde yo vivo, yo creo que todos sientenel mismo temor y el miedo. Porque después de esa experienciatan negativa digamos, llegaron los paramilitares, a la veredavecina. Se llevaron un muchacho pues él era de allí de LaCabaña. Él ya se había casado, tenía su hogar en la siguientevereda, cuando a la seis de la tarde llegó la razón que se lohabían llevado la noche anterior. Y nosotras, todas las mujeresdijimos que se sabía que eran los paramilitares y unas decíanpues que mi marido no vaya, porque se lo llevan. Y entoncesera el miedo de cómo defendernos. Así nos reunimos mujeres,como unas cinco mujeres y nos fuimos acompañar a la mamádel muchacho que se habían llevado, él vivía en la Cabaña.Nos fuimos y llegamos al lugar donde estaba la viuda y puessí, que se lo llevaron a las nueve de la noche y dijeron que novenía y nos vinimos porque habían dicho que ellos lodevolvían, entonces nos vinimos.Al otro día mandaron razón que si ya había llegado y él no habíallegado, ya al tercer día dijimos, “hay que ir” y ya la gente sereunió y fuimos como veinte personas incluida gente de la otravereda24. Nos unimos y nos fuimos a buscarlo y sí lo rescataroncomo a los cuatro días. Ellos lo habían matado25, lo habíandejado sepultado por allá cerca de Santiago de la Selva26. La

comunidad fue y lo sacó, lo trajimos.Y el día en que se lollevaron cuando nosotros bajamos, porque nosotros hicimosvarios viajes, al regreso la sorpresa era que toda la vereda estabaminadita de esa gente (los paramilitares), las casas, la escuela, entoda esa región estaban ellos, era mucha gente, hombres queiban por ahí, entonces llegamos y la casa invadida de ellos y nosencontramos con un retén.Al otro día nos íbamos cuatro mujeres y me hacían acordarel caso de María Magdalena y las Marías que se veíantristes, porque con lo que le había pasado a Jesús eraparecido a lo que le había pasado al muchacho27. Yo ibapensando en Luis Alfonso y pidiendo a la vez al Señor deque estuviera bien, que le diera fortaleza, que fuera fuerte,que se acordara que él iba a tener un bebé, que bueno,¡tantas cosas! Y entonces cuando de sorpresa, los gritos¡alto! Nosotros paramos íbamos cuatro mujeres. Paramosahí. “¿Que de dónde vienen?” “ Venimos de por ahí”;“que ustedes por qué miran tanto para atrás”; “no, quecon quién vienen”; “venimos solas”; “que para dóndevan”; “nosotras vivimos aquí, en esta vereda, nosotrossomos de esta vereda”, entonces dijo: “¡Preséntese alComando Mayor allá, el Comando Mayor está en la casa”.Y ellos nos preguntan, que de dónde veníamos; “venimosde por allá, de buscar un muchacho que se había perdidoque no sabemos quién se lo llevó” y nos preguntaron quecuándo se lo llevaron; nosotras le dijimos “anoche”; y“para dónde lo llevaron”; “rumbo a Santiago de la Selva”,y dijo: “eso es guerrilla, es que nosotros vamos detrás de laguerrilla y vamos detrás de ellos”, yo dije: “¡pues ojalá!nosotros le recomendamos de allí de la vereda se llevaronel presidente de la Junta y el muchacho, son de ahí, songente de ahí, entonces se lo recomendamos”.

¡Virgen Santísima ya la presencia de esta gente aquí!

Después se fueron, bueno eso también a nosotros nos diómucho miedo porque comienza uno por radio, por lasnoticias, por la televisión escucha de cómo es que llegan ellosa los pueblos. ¡No, todas las cosas tan inhumanas que secometen! y nosotros decíamos: “¡Virgen Santísima ya lapresencia de esta gente por aquí! (los paramilitares)”. Asípasó que esa noche se quedaron por ahí, pero ellos ya noiban bravos, no iban violentos; ellos hablaban, conversabanahí. Cuando yo me di cuenta que ya iban arreglando lashamacas, iban organizando dormitorios y pensé en mis

21 Hermana de Leonila.22 Nótese cómo el actor armado también tiene sentimientos, que muchas

veces son invisibilizados por el rol que se les otorga.23 Nótese cómo se identifica a Dios como la suprema fuerza del universo,

fuerza que resume la dinámica de lo que nos rodea.24 Nótese cómo los hechos luctuosos, que afecten a una persona de la

comunidad, tienen un efecto movilizador en la comunidad.25 Hace referencia al asesinato del joven cometido por los paramilitares.26 Santiago de la Selva, Inspección de Policía del municipio de Valparaíso

27 El sufrimiento de la madre, la esposa y otras mujeres que acompañaron alas primeras en la búsqueda del muchacho muerto a mano de losparamilitares para Leonila es un símil de la imagen de María Magdalena,María la madre de Jesús y otras cuando acompañaron a Jesús en sumuerte. El hecho de que las mujeres de las comunidades sufrientes de losdesaparecidos o asesinados se unan para la búsqueda de cadáveres opara interceder entre los grupos armados es una práctica muy común en elcontexto de la guerra. Posiblemente se debe a lo que Gilligan llama la“Ética del cuidado”, es decir la serie de prácticas y acciones que lasmujeres despliegan de acompañamiento y apoyo a los otros.

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adentros, estos se van a quedar. Ya entró uno y se puso aconversar, entonces me dijo: “¿usted conoce lasautodefensas?” le dije: “sí, yo los he visto”;” y en dónde”,me preguntó, “pues en la televisión y en los retenes”. Mepreguntó:”¿usted ha estado en los retenes de lasautodefensas?”; dije yo: “sí, en el kilómetro cuatro antes dellegar a Albania28”. Entonces me dijo: “nosotros somosautodefensas, ¿ustedes qué conocimiento tienen de ellos?”; yyo le dije: “sí, que cometen, cosas muy inhumanas”. Dijo:“no, pero eso es pura fama que nos tienen a nosotros, quenosotros vamos antes defendiendo al campesino, vamoscombatiendo sí la guerrilla, combatimos a los ladrones, a esagente sí los eliminamos, pero al campesino no. Antes másvamos defendiendo al campesino”. Yo le dije: “siquiera, ¡ojaláque así sea!” dijo: “pero ¿qué más sabe usted de losautodefensas?”. Dije: “no, de lo que se ve en la televisión, enlas noticias pero a mí no me consta nada”.Entonces me preguntó que por qué; yo le respondí:“porque hasta ahora, es la primera vez que se ven lasautodefensas”. Entonces fue cuando me dijo: “ahora deuna vez, váyase borrando esa idea negativa que tiene denosotros, no es como nos pintan”. Para qué le digomentiras, yo les tenía mucho miedo. Pero a ellos yo no lesconté que ya habíamos encontrado al muchacho que sehabían llevado, porque cuando ya al otro día se jueron ycomo al cuarto día de haberse ido ellos, encontramos almuchacho. Entonces también nosotros reflexionábamos,pensamos con las señoras, hay que confiar en la presenciade Dios. Pero qué presencia de Dios, si lo hubieranentregado vivo. Yo dije: “bueno, no lo encontramos vivo,pero lo encontramos, que es un descanso para todos”. Yera el momento en que todavía estábamos con esepensamiento, estará vivo ó estará muerto; lo encontramos,le dimos cristiana sepultura29 y ya.

Lo más fuerte es la solidaridad

Es un alivio y que uno ve que a pesar de tanto conflictocomo el que había, la gente más bien salió, más bien lagente salió, fue a traer el cadáver, con mucho miedoporque dizque estaban buscando la pala cuando un señorles dijo: “¡vea, váyanse porque esa gente se devuelve, lagente se devuelve y que no dejan sacar el muerto!” Y apesar de esa noticia, la gente más se afanó en ir, sacarlo,montar en los caballos y corra y corra hasta donde habíandejado el carro, montaron y se fueron, unos para las casas,otros se fueron a reunir a la casa del difunto y otros sefueron para Valparaíso30 a hacerle el arreglo y entonces nose vio la viuda sola, ni la mamá del muchacho sola.

Entonces uno ve eso, que la gente siempre, a pesar detodo, la gente no huyó sino que más bien se hicieronpresentes. Al velorio, al entierro, le hicieron velorio y fueronal entierro. Lo más fuerte es la solidaridad. Y yo digotambién por otro caso, porque yo he sido muy de buenas,esos casos tan difíciles y tan duros que tuvo la Cabaña y yono los presencié fue cuando la muerte de los Polanía, quefueron de la vereda los Andes31. Que estaba la presencia dela guerrilla porque estaban por ahí, y así la gente bajófueron a alzarlo, lo sacaron, lo alzaron, lo trajeron, cuandoellos llegaron ya a la escuela de la Cabaña, ya saliendo conlos cadáveres, allí los detuvieron. Uno ve que la gente sesolidariza, en un sentido, porque no fue solamente laCabaña los Andes, y las Margaritas. Eso como que uno,viendo harta gente, pues hasta el miedo se acaba; ya unolo que piensa no es en lo que ha pasado, sino cómo seguirhacia delante.Y la gente le dedica tiempo a buscar el muerto y a darle lacristiana sepultura. Pero lo otro es que no utilizan elaguardiente para acompañar al muerto32, más bien la gentemuy sana muy puesta en sus razones, ellos van y hasta queterminan la novena y la gente acompaña, mucho a losfamiliares. Y yo tampoco veo que la gente diga, tal vez queporque ya pasó esto vámonos, la gente sigue firme y ahíestá acompañando a la viuda y a los familiares del muerto.Y entonces yo me pregunto ¿Qué significa para la gentehacerle el novenario a un difunto? Pues yo creo que escomo esa religiosidad del pueblo, como esa fe que tienen,como su costumbre y lo hacen. Y también depende, porquesi uno hace un novenario con mucha reflexión eso ayuda ala gente, a que la gente tiene como la fe, como laesperanza de seguir adelante. Yo creo que todo depende decómo ayudarle a la gente y que la gente le ayude a uno.No solamente en el llorar o sentarse uno a decir pobrecitoya lo mataron, ya murió, ya se acabó, ya lo mataron ahoraqué vamos hacer. En fin yo pienso que si todavía hay genteque culpa a Dios como el culpable de la situación, pero hayotros que ya no, ya entiende que no es Dios el que se haalejado, sino uno el que se aleja de Él, como que no creeque el supremo es Dios.

El miedo es el que solidariza

Y es que yo creo que es el miedo el que solidariza, yo creoque esto hace que se busque cómo unificar la familia, laspersonas, se buscan los más allegados: qué vamos a hacer.Por ejemplo, así en las reuniones de Junta de AcciónComunal, se escuchaba, se comentaba el caso de tal parte,que la gente se jué, le tocó salir, ya se jueron, bueno, estánamenazados, bueno, nosotros ¿cuál es la posición en un

28 Municipio del sur del departamento.29 Para las personas que sufren la desaparición de sus seres queridos es de

vital importancia encontrarlos para darles cristiana sepultura, creencialigada a que si el cadáver no se encuentra y se entierra con loscorrespondientes rituales el alma queda divagando y sin descanso.

30 Valparaíso, municipio ubicado al sur del departamento.

31 Del municipio de Albania.32 El consumo de licor es una práctica muy común en los velorios de muertos,

acción generalizada en las zonas rurales del país.Aunque cabe aclarar queesto ha cambiado bastante.

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caso de estos? si nos llega aquí la nota “se van o... sequeda o qué camino van a coger”, qué vamos hacer.Entonces me contesta Isabel, “no, si usted dobla cobija, yse va, yo me voy atrás”. Digo “pues nos vamos las dos, nossalvamos las dos y el resto, ¿el resto qué? No, ahí tenemoscomo comunidad que tomar una decisión, nos vamos todoso nos quedamos, pero nos quedamos todos”, entonces elmiedo que las personas sienten es que hace que ellosbusquen unificar a las personas.Yo no sé si llamarlo miedo,o es un miedo que viene revuelto con tristeza. Porque a mípor ejemplo cuando las Marchas Campesinas33 a mí medolía el alma de ver esas familias, marchar niñitos de sieteaños con su maletincito y caminando sin saber a dóndevan a parar, sin saber las consecuencias. Porque yo tengoque ir con la cobija al hombro o sin cobija, a mí me dolíaeso, a mí me mortificaba bastante y considerar pedirle alSeñor que mi familia, no vaya a sufrir estas consecuencias,y a Dios gracias que hasta ahora no.

En el Mandur, tiene uno que vivir en solitario34

Es algo como triste, sí, triste en el sentido de que uno noquiere el mal para ninguno, y ¡sí! más bien se ha buscadoque haya la confianza, mucha confianza entre lacomunidad, entre las veredas. Que si algo se oyó pues quemire, entonces, buscar la forma de cómo enfrentar y nosalir corriendo, que si ya tocó, pues hay que correr. Pero, yolo tomo en ese sentido, más bien pensar, ¡qué vamoshacer! Si esto se da, qué hacemos, como la situación en elPutumayo, en el Putumayo se sufre y se sufrirá y hay unadesolación muy tremenda, por la desunión, porque allá noes como el caso de por acá de la Cabaña de por estoslados de aquí. Acá la gente es más unida y como que sacasu tiempito para sus reuniones, sus charlas y todo.La verdad es que en la Cabaña se ha tenido muchaconcientización, si es la Navidad, si es la Semana Santa, escaso de que se concientiza mucho la gente y eso haayudado a mucho. En cambio en el Putumayo no, porque lagente vive muy ocupada, porque la gente no tiene tiempopara nada, ni mujeres, ni niños, ni hombres porque estánpendientes de la coca. Entonces en ese sentido es difícil, lasituación en el Putumayo, tiene uno que vivir por allásolitario, el que tuvo bien y el que no tuvo pues también. Elcaso es horrible, lo mismo la desunión que hay, que no hayconfianza, no hay nada, no hay esperanza de nada, nadieconfía en nadie, entonces vinieron los otros (la guerrilla) y

eso sí, vinieron y agarraron, a todo el mundo loconcientizan, de la manera en que se les dé la gana ycomo lo mejor que yo pueda allí es donde la cuestión estátan grave, tan difícil, de reunir a la gente en la escuela ymeterles toda la cháchara que ellos quieren a su favor.

El miedo es el que hace desocupar35

Porque eso fue lo que sucedió últimamente. Dijeron (lasFARC) que, el profesor, el inspector, el promotor y todos losempleados que hayan, tienen que ser pagados por la mismacomunidad. La comunidad tiene que dar veinte mil pesos encada reunión, para ir almacenando para pagar a esa gente.La otra, la cátedra que se da, ya tiene que ser el profesor esla de Simón Bolívar. Los profesores saben que eso no esválido y que no se puede recibir un aporte del gobierno,nada. El profesor no puede salir a cobrar el sueldo a Curillo,ni puede ir Puerto Guzmán, a ninguna parte. Allá, como elcuento, el que sale y entra es por que anda trayendo de allápara acá o llevando de aquí para allá.36

Cuando decían todas esas cosas, que no se paga elmaestro, que no reciba del gobierno nada, yo mecuestionaba, yo estaba sentada y la gente toda agachandola cabeza, decía sí, sí. Entonces yo me dije, como cadacabeza es un mundo y tiene sus formas de pensar, mipregunta era ¿quién es el que privatiza ahora laeducación? ¿es la guerrilla o es el gobierno?, porque dicenque no se recibe el sueldo, la plata de allá del Estado y quetenemos que pagar nosotros, los que tienen pagan y losque no tenemos, ¿cómo pagamos? Menos mal que elprofesor se solidariza con la comunidad y dice: “me paganaún cuando sea el mínimo trescientos mil” y eso hay quepagarle. ¿Y de dónde plata si no tenemos? Si no hubierapasado la fumigación, que acabó hasta con el nido de laperra como el cuento, había de dónde sacar la plata.Entonces la guerrilla dice “el que queda aquí, es porqueestá al lado de nosotros y el que no, pues que salga.”Entonces eso es una cuestión. La otra cuestión de la gentees por qué no se hacen a la idea de ellos (de la guerrilla).Entonces, váyase, tiene que salir. Por lo mismo que les damiedo es que hacen desocupar, salen, ahí mismoacomodan y salen. Dejan todo botado y salen, por lomismo que da miedo y por lo mismo que no hay como esaunión, como esa confianza del uno con el otro. No, nadaestá organizado, cada uno a su manera, entonces quépuede hacer la gente, la gente que medio entiende, quemedio quiere tal vez trabajar, entonces ya no puede.Hablo del Caño del Mandur, (en el Putumayo) de por allá dondeyo viví. Ellos no salen, porque ellos ya quitaron la persecuciónque hubo con los motoristas (que manejan las canoas a motor),todo motorizado que salía, lo cogían.A muchos los mataron,

33 Marchas de cultivadores de coca que duraron 45 días y paralizaron todo eldepartamento del Caquetá durante los meses de agosto y septiembre de1996.

34 Elvia habla de su experiencia en la región del río Mandar (en el BajoPutumayo, límite con el municipio de Currillo en el Caquetá) de altaproducción de coca y control de las FARC. Nótese cómo la organización delas comunidades es diferente según las regiones. Donde la producción decoca es muy grande, prima el individualismo.

35 En la mayor parte de los relatos obtenidos en el departamento delCaquetá se observa la decisión de migrar relacionada con el miedo a lallegada de los paramilitares y las consecuencias por vivir en zonas depresencia guerrillera.

36 Se refiere a traer y llevar información para alguno de los actores armados.

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otros se volaron. Bueno en fin, a muchos que no los cogieronles quitaron la canoa, se las quemaron, se las robaron. Entoncesla gente no sale.Ahora pusieron que dejan salir únicamente ellunes, el sábado, el domingo y el viernes. El resto no hay salida,nadie sale porque no dejan mover las canoas.Yo salí hasta fácil, pero con mucho miedo. Porque imagínese enCurillo, estaban los paracos y todo el que salía de allí loagarraban. Y yo soy tan de buenas, porque yo me venía y a mínunca me preguntaron en Curillo, usted de dónde viene, unasola vez me pregunta un militar que de dónde venía. De restono. Yo salía y entraba, últimamente ya no. Porque ya me dijo miyerno y Esperanza (mi hija): “¡mami es mejor que si se va ustedno venga de tan de seguido, porque eso es una ley y hay quecumplirla. Entonces usted pa’ ya y usted pa’ ca, la cogen, depronto la cogen!” Y sí, en una ocasión nos quitaron la canoa,nos dejaron a pie por allá en el río. Siempre anotan losnombres y mucha requisa y eso era quitándole la cédula y yaellos lo anotaban Pero siempre el afán de salir era por ella, (lahija) y ya últimamente embarazada me preocupé. Yo mearriesgué y yo fui. La verdad que no encontramos a nadie perosí hubo una cuestión muy tremenda, a los motoristas quemataron pero eso ya fue los paracos, que los mataron delantede toda la gente que iba allí.Por allá no hay confianza en nadie.Y allá hay mucho machismo.Entonces uno no tiene qué hablar ni con quién coordinar nada.Uno se atreve a preguntar, bueno,“¿y será que uno no puedehacer la denuncia con alguien en Florencia?”, Porque por allánadie conoce de los derechos humanos, por allá la desunión es laque mata, pero el deseo de ellos (la guerrilla) es acabar losparacos, eso sí. Pero lo otro es que en cuanto a los políticos, elloslucharon mucho. Pero como ya la gente a pesar de todo ya no lescome cuento, ni con el voto ni con nada.Todo el mundo quedóque nadie sale a votar, porque lo uno la guerrilla no dejó, lo otrocuando ellos quisieron que la gente saliera a votar por elcandidato que ellos querían, yo ni supe quien era, la gente nosalió, la gente no le dio el voto.Y lo otro es que la gente lo quepiensa es eso, que la coca es todo.Pero yo veo que a la guerrilla más que todo como que leinteresa la coca, porque cuando salió el Plan Colombia elgobierno pedía arrancarla. Entonces ya la guerrilla dijo que elque llegara a arrancar la coca, que de una vez fuera doblandomaleta y se juera. Entonces ellos están favoreciendo tambiénla coca. No dejan vender la coca libremente, ellos son los quela compran y eso está por todos lados.

El Dios de allá es el Dios Coca37

En cuanto a la religión de allá, el Dios de allá es el DiosCoca. Por allá no se puede hacer ningún trabajo38 . Lo

poquito que se hace es lo que se haga con el vecino ahímás cercano, con el amigo más cercano pero ya no. Yonunca logre allá, yo mis celebraciones que se hacían eraahí la casa, con la familia, y los vecinos por ahí cerquitapero ya no. Es que ahora ni el padre va ha visitar allá,cuando baja y nadie lo acompaña porque no hay tiempo.Yo creo que la gente de la única manera que se vuelve aacordar de Dios es cuando tienen que salir o están enpeligro. Si creo que ahí sí corren y a pesar de todo el padresiempre cuando llega ha ido a la Esmeralda y el obispotambién y allá dizque corren a confirmar y a bautizar, perode resto ellos no se preocupan por una concientización poralgo así, no. Eso no. Este caso es distinto al de La Cabaña.Con respecto a la presión de los grupos armados yo creo quese siente más presión por la guerrilla, por la coca. Por laguerrilla porque si ellos no permiten, ni que se venda ni quesalga, eso lo tienen ellos de su cuenta. Lo del Putumayo comolo más grave es que ellos utilicen a las comunidades, porejemplo, a las Juntas de Acción Comunal para que las Juntassean las transmisoras de todo el ideal de ellos y muchos de lasJuntas están cumpliendo esa misión. Yo creo que algunos espor convicción y otros ya lo hacen es como a la fuerza,¿porque qué más pueden hacer?

Habla Leonila, de nuevo toma el caso de los muertos y desaparecidos en La Cabaña:

En eso que estaba pasando, la desconfianza de la guerrilla,nos llegó la razón de que había unos muertos. Porque en lacasa habían matado uno y el otro estaba desaparecido.Entonces nosotros éramos amigos con el Inspector, él dijo:“esperen yo voy con ustedes” y nos juimos, como unasquince personas, juimos de ahí con el Inspector. Entonces elinspector dijo: “camine vamos en gallada grande” y nosjuimos hasta allá, y allá el hizo el levantamiento (delcadáver). Entonces allá nos dijeron que estaba buscandoel otro, porque el otro estaba desaparecido y que lo habíanvisto que venía de Valparaíso como a las cuatro de la tarde.Y hasta cierto punto lo habían visto ahí, no llegó a la casa.Entonces, cuando unos iban por un camino, los otrosvenían por otro camino con el otro muchacho que habíanencontrado.Bajaron uno y subieron el otro, entonces hablaron así: “quese devuelvan porque el carro que subió con el ataúd ya sefue y ya encontramos el otro”. Se devolvió, nos devolvimosporque nosotros también íbamos allá, nos devolvimos y sí,y los dos muchachos ahí, ya quedaron ahí arreglados ynosotros nos vinimos para la casa, veníamos cuando yacerca de la casa nos encontramos con la guerrilla. Estabanahí sentados, entonces nos pararon, nos preguntaron“ustedes de dónde vienen”; “venimos de por allá”; “¿de allá delos finados?”; entonces dijimos que sí; “¿y quién los mató?”,“¡Ah!, nosotros no sabemos, no sabemos quién fue que losMató”; “¿y los muchachos...?”; “que no son muchachos deaquí de la región, no le conocemos delito”. Nos dejaron ir, pero

37 La siembra, producción y comercialización de coca en el Departamento seorigina desde mediados de la década de los 70, teniendo su auge duranteel 80. Como se observó en el primer capítulo, esta actividad implica uncambio radical en todos los aspectos de la vida de las comunidades. Deigual manera este proceso incide significativamente en la secularización dela población, tal como lo afirma Elvia en su relato.

38 Elvia se refiere a su trabajo como animadora cristiana de la comunidad.

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iba un muchacho con nosotros y a él lo detuvieron, “¡venga pacá!”; y entonces nosotros cuadramos las bestias más allá y nosparamos a esperarlo.A él también le volvieron a preguntar quequién había matado a los muchachos y que por qué los habránmatado; “nosotros no sabemos”.Entonces dijo: “váyase porque allá lo están esperando” yentonces nos fuimos y llegamos a la casa.Llegamos a la casa, y llegando los primeros guerrilleros ynos dijeron “¿ustedes de a dónde venían?”; “de allá abajodonde hay unos muertos”; “¿y ustedes conocen a esafamilia?” “sí nosotros los conocemos, es que esos muchachosestaban cuidando la finca porque los viejitos están por alláhaciéndose un tratamiento pues están enfermos y ellosestaban ahí cuidando.” Y entonces dijo: “pero es que hayotros de ellos que son torcidos”; “¡nosotros no sabemos!”les dijimos. Se quedaron por allá cerca a la escuela, cuandopasaba el carro con los dos muchachos, los dos finados. Y ahílos detuvieron, ahí mismo que pa’qué cargaban, que pa’quése los llevaban, que por qué no los dejaban, que los habíanmatado por ladrones, que porque yo no sé qué. La guerrillalos había matado y la verdad es que nosotros no sabíamos,nosotros no les conocíamos cosas indebidas a los muchachos,los acusaron así, y así los mataron, ese día el momento enque los vi a mí me dio como miedo. Y ya estaba gentearmada ahí, que sabíamos que eran ellos. Antes ya habíanmatado a otros, primero los Polanía y después los Tike.También llegaron a la casa y ahí en presencia de la mamá losmataron. Habían matado un viejito y allá como a los ochodías de los Polanía fueron los Tike y todas esas mortandadesasí. Y como la razón, como a la una de la tarde que llegarona la casa, que me fueran avisar que habían matado a“Turupi” y dijeron entonces “¿qué hacemos?”; “vayan avisenal Dorado que lo vayan a recoger o que den la orden derecogerlo”, y nos juimos como a las seis de la tarde. Y medecía “¿usted va a ir al velorio?” Y sí, llegamos pero lagente tenía mucho miedo.Cuando nosotros llegamos habían unos en la pieza, estabaahí, el cadáver de los hermanos, sí, la verdad es que unosentía miedo. Esto es parte de nuestra fe, de nuestracreencia la gente tarde en la noche fue al velorio. Unaparte se fue al velorio, una parte se fue al entierro.

Es que realmente esa gente no tiene corazón

La gente frente a los actores armados, cuando ya sabenque son ellos los que están matando, que ya los dos casosque ha contado unos fueron asesinados por losparamilitares y otros por la guerrilla. Bueno la gente dice:“es que realmente esta gente no tiene corazón”. Estagente comete las cosas tan inhumanas que se da paracreer que no tiene corazón, que no tiene miedo a Dios. Yael Dios para ellos ya no lo hay.De las veces que yo he hablado con los grupos armados,sólo más bien con las autodefensas, fue que sí tocamos elpunto de ese Dios, de esa fuerza, de esa presencia y fuetanto que iba un autodefensa y llevaba un librito del DivinoNiño y él se fue. Puso el arma así, se sentó y se puso a

hacer la novena del Divino Niño y leyó la Novena delDivino Niño y llamó un niño de ahí de la casa y le dijo:“¿por aquí hay tiendas cerquita?”; y él le dijo: “no pues, síhay una, pero está bien arriba.” Y dijo: “¿a usted lo dejanir a la tienda?” dije “sí pero, qué se le ofrece”; dijo: “espara que me compre tres velas y se las prenda al DivinoNiño”. Entonces ya le dije yo que por ahí hay velas, “puessáqueselas y páseselas” porque él pensó que se las iba allevar y dijo: “no, es que usted la va ha prender aquí. Y espara el Divino Niño”, entonces, en ellos, como que tienenellos, no sé cómo es allí, porque si él tenía como esa fe ocomo pedía la ayuda del Divino Niño, yo no sé allí esa fecómo actúa, cómo es. Otro también me dijo: “si Dios meda licencia de trabajar, yo no trabajo sino dos años, porquela meta mía es comprarle casa a mis hijos y a mi mamá, yocomprándole casa a mi mamá y a mis hijitos yo me salgode esto, porque esto no es vida.” Entonces pues yo digoque también están en eso es por tanto desempleo que hay,que ya no encuentran otro camino sino que buscar comoque la forma de subsistir, y hay tantas formas deentenderlos. Con la guerrilla hubo con uno que sí se pudohablar. Hablando con él yo le dije: “bueno, ustedes hoyestán aquí, nosotros estamos hablando con ustedes aquíhoy. Ya mañana nos toca con el ejército o con losparamilitares, nosotros ¿qué tenemos que hacer? ¿cómonos vamos a defender?” Y él nos dijo: “pues díganles quenosotros estuvimos aquí, y que nos busquen. Ellos nosbuscan y nosotros también los buscamos”, entonces le dijeyo: “sí es la verdad que los busquen. Pero uno piensa enuna forma como en un ser divino que hay, que lo puedeayudar, ¿qué lo pueda sacar?” Y dijo que no, lo hechoestaba, que ellos habían hecho un compromiso y que esoera un compromiso que ellos tenían que cumplirlo.

Yo se lo atribuyo todo es a Dios

En todo esto que ha pasado yo me pongo a pensar, cuál hasido mi experiencia como maestra frente al conflictoarmado que se vive en el Caquetá. Pues yo creo que elapoyo más fuerte que uno recibe como maestra es de lamisma comunidad, es la misma comunidad pues es dondeuno vive, donde uno ha vivido, donde uno ha sentido lasconsecuencias de los conflictos, los siento yo, los siente elvecino, los sentimos todos. Hay muchos maestros que hantenido que venir acá, amenazados y hasta perder el puestoporque no se van, porque no están trabajando, le retienenel sueldo. Hay casos tremendos, entonces que elcompañero está amenazado, vamos a ubicarlo en otraparte, vamos a cambiarlo de plaza, no porque los trasladosestán congelados, las permutas no se aceptan, entonces ohay prácticamente un apoyo, me atrevo a decir eso peropues la verdad es que la comunidad, el apoyo de lacomunidad, porque eso yo lo he sentido.Este apoyo yo se lo atribuyo todo es a Dios, porque, cuántosinocentes no han matado, no se han llevado, no handesaparecido, que son inocentes pero yo digo, pero más que todoes esa confianza y el pedir al Espíritu Santo, que lo que yo vaya a

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decir, seas Tú el que vas a hablar por mí, la fuerza del EspírituSanto, que sea Él que va hablar, me va a defender, que sea Él, elque va a estar enfrente como salvador de una comunidad.Entonces no es como que yo porque soy un poco másestudiada que los demás, ¡no! Si no como esa esperanza yesa fe y la fuerza del Espíritu Santo en que está en uno y le dala fortaleza y más que todo yo les digo no les dé miedo, nosientan miedo, contesten tranquilos lo que ustedes sepan, nopor miedo. Ustedes tienen que ser muy prudentes en dar susrepuestas, no quiten, no agreguen, porque eso ha pasado enalgunas partes. Entonces los van comprometiendo y los vanagarrando, y los agarran y los llevan. Entonces más que todoen eso yo les he dicho sean tranquilos, que si vienen, esperen,hablen. Porque sí en una ocasión llegaron muy bravos los dela guerrilla, que uno alzaba la mano y un señor con palabras¡no!, ¡nada!, Acusándolo y todo. Inclusive llamaron, citaron alos pelados, los directivos de la Junta pero como ellos no erandirectiva, ahí mismo me metieron, entonces yo les dijetranquilos, vayan tranquilos, sean serenos, eh, las preguntaspiensen muy bien, si ustedes no entienden las preguntas quese las vuelvan a repetir, que sean claros y que ustedes sepandar la respuesta.No es más, estén tranquilos, que si los van a acusar poresto y esto pidan que a ustedes los acusen la comunidad,que si a mí me acusan que sea la comunidad, la que vaya adecir, es esto, es esto, es lo otro que sea la comunidad,pero no uno, ni dos personas que vayan a decir es quejulano, que hable la comunidad entonces eso uno lo vaaprendiendo a medida de que va sintiendo las cosas y laconfianza. La confianza en que con zutano o julano yopuedo contar y eso nos hace fuertes a todos y nos haceresistir y responderles a ellos y acaba el miedo.

RESISTIR LAS PRUEBAS39

CDRm

Él perdió las elecciones

Mi nombre es Rosa María Prieto. Para empezar a contar mihistoria quiero decir que todo empezó cuando mi esposo selanzó como alcalde en Curillo40, Caquetá, y fue amenazado.Teníamos una finquita y casita ahí en el pueblo y tambiénteníamos un carro, él perdió las elecciones y después por todoeso quedó sin recursos. Además también por las amenazas,todo se volvió conflictivo para él, todo era problemas y

entonces por eso abandonó el hogar. Y yo quedéabandonada con cuatro niños, y viendo el orden público y aveces se escuchaba que de pronto la gente del monte iba acoger jóvenes41 que estuvieran por ahí deambulantes.Entonces por el conflicto que se vivió ahí en Curillo, que eradramático, entonces tuvimos que salir y pues me ha tocadomuy duro. Mis hijos escuchaban que había la posibilidad dereclutar jóvenes42 para ir a trabajar y entonces yo mirándomeen esa situación tanto económica, como de angustia,decidimos que saliéramos para que ellos consiguieran trabajo,así ellos vendían maíz, yo les hacía empanaditas o agüita, aver si de alguna manera ellos hasta en las partes máshumildes ayudaban a rebuscar el salario.

Yo me acerqué sola

Entonces me dijeron que había la Red de Solidaridad, sinembargo yo me acerqué sola y no pude hacer nada. Luegoun amigo me ubicó con el Personero, donde él le testificóal personero que me pusieran atención, que yo venía deCurillo, prácticamente desplazada, con cuatro hijos y notenía vivienda ni nada. Entonces él me dijo, pues venga letomo la declaración. Él me dijo que por qué no lo habíahecho más antes, yo le dije que porque no había podido yosola, sino que fue que me encontré otro amigo que medistinguía. Entonces él ya me ubicó y me dio una carta paraque me presentara en la Cruz Roja. Entonces en la CruzRoja me dieron dos remecitas43 y después en Curiplaya44 medieron otra. No he recibido más ayuda, pero después quiserenovar el carné del Sisben, porque fui una vez donde elmédico con mis hijos al hospital y me recibieron. Ya lasegunda vez me dijeron que el carné tenía que volverlo arenovar. Ya ha sido más difícil, porque me dijeron que entremás tiempo que hubiera, entre más tiempo pasaba, que eratiempo que yo solventara la economía.

Ha sido muy difícil la situación

Y no era posible, porque yo no tenía los recursos para lacapacitación. Me tocó fue lavar con mis hijos carros, ylavar ropa, planchar en casas de familia y mis hijos puestambién me colaboraban lavando carros. Pero eso ha sidomuy difícil la situación porque aunque dicen que el

39 Entrevista a: Rosa María Prieto. Mujer desplazada del municipio de Curillo.Entrevistada hecha por Graciela Uribe, en Florencia, en julio del 2003.

40 Municipio del sur del Departamento,puerto sobre el río Caquetá.El conflictoen este municipio ha sido particularmente duro.Desde hace muchos años haestado bajo el control de las FARC,una vez llegan los paramilitares, la luchapor el control territorial es la constante.El pueblo se encuentra totalmentemilitarizado:Ejército,Policía, soldados campesinos y paramilitares. Las FARCpor su parte tienen el pueblo rodeado y las escaramuzas son constantes, tantoque el pueblo ya lo entiende como parte de su rutina diaria.También es unpueblo de comercialización de coca.

41 Los casos de madres de familia que deciden migrar por las intenciones departe de los grupos armados por reclutar jóvenes de la comunidad. Estetipo de desplazamiento puede ser considerado como una estrategia desupervivencia, ligada a la ética del cuidado.

42 Muchas familias se desplazan por miedo a que sus hijos jóvenes terminencon alguno de los actores armados.

43 Hace referencia a los mercados que da la Red de Solidaridad Social y otrasinstituciones de ayuda humanitaria.

44 Edificio en Florencia donde funciona una de las oficinas de desplazados.

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gobierno da ayudas, pero ahí yo no he podido, ni siquieraque me den un lote, porque me han exigido que tengo quetener una cuenta. También es jodido decir que: “es quetengo una cuentita en el banco”. Pero si uno no consiguesino por ahí puramente para una libra de arroz. Si hace unasola comida en el día, es una bendición de Dios, a veces esdura la situación y me encuentro aquí desplazada y muydura la circunstancia.Cuando salí desplazada, yo llegué a donde unos familiares, pero ellosme han exigido ahora que les desocupe, que no me pueden dar másposada.Y porque allá siempre lo invitan a uno a que se prostituya. Osea, ese es el mensaje, que vaya a sitios de prostitución.Y no, yopienso que esa no es la manera, yo sé que existen ayudas delgobierno, lo que pasa es que no llegan a toda la gente.La misma familia, la misma sociedad y el entorno es el quea uno le exige que se prostituya. ¿Sí? hay muchosmensajes respecto a eso. Sino que yo pienso que nosolamente de ese trabajo se vive, sino que tambiénhonradamente aunque se sufra, aunque es duroenfrentarlo, hay que de verdad pedirle a Dios coraje, perose puede enfrentar con la voluntad de Dios y uno mismo.

Yo no habría podido vivir esta situación sin Dios

En este momento estoy con mis cuatro hijos y ellos son losque me dan la fuerza45. Pues gracias a mi Dios ya ahoritahay dos que tienen obligación (es decir ya tienen mujer ehijos), pero todavía tengo dos a mi cargo. Y ellos, una niñade dieciséis años y un joven de dieciocho que no hanpodido conseguir trabajo. Cuando estaba más pequeñovendía pan, pero ya llegó a la edad adolescente, dondeellos sienten y por él ha querido seguir estudiando, pero hasido muy difícil, ha sido muy difícil para él. Y además pues,yo vivo, aunque pobre y de pronto uno tienen suscomplejos grandes, pero con mucho agradecimiento a Diosque ellos hasta la presente no me han cogido ningún vicio.Yo soy evangélica y creo que yo no habría podido vivir estasituación, sin Dios no habría podido vivir esta situación46. ADios le doy las gracias, aunque no tengo dinero, pero me hadado un gran valor para salir adelante honestamente, aunquepobre, con mis hijos. Pero yo le agradezco al Señor que nos hallenado de ese valor, de esas virtudes que solamente en lospies de él se pueden alcanzar. Porque si Él no tuvo en dónderecostar la cabeza47, entonces a veces a uno también le tocaasí de duro como le toco a él. Porque Dios en algunosmomentos prueba, aunque me decía mi niña: “No, pero estaprueba está muy dura”.

Porque hoy más que nunca tengo una situación muy crítica, dondetengo corte de agua y de luz, porque mi familia ya no quiereconvivir más, no quieren que yo viva, no me quieren dar másposada.Y por eso, pues escuché a la hermana que me habló de laayuda, que de pronto había posibilidades de ayuda y por eso puesyo dije:“No, en el nombre de Dios, yo voy a ir” porque me decía lajoven:“Mamá, pero ya esta prueba está muy dura, porque vivir sinagua es muy duro”.Yo le decía a ella:“pero más duro pensar quede pronto a uno le van a amputar una mano, un pie”. Eso es másduro, lo que pasa es que la adolescencia, un joven no puedeentender eso”Y pues ella de pronto que es mujer, de pronto esmás duro, a veces el enemigo o el mundo, le ofrece ofertas.

Ser fuerte y resistir la prueba

Pero sabemos que hay engaños y que si uno es valiente y resistela prueba, Dios también lo coronará de muchos favores, porquela vida así es pasajera48. No sabemos, estamos en frente de dosacontecimientos, la muerte y la venida del Señor, porque nosabemos ni el día ni la hora, y la muerte es lo mismo, ni el día nila hora. Porque de pronto quizá qué pasaría y uno de qué se vaa morir. Y entonces por eso debemos estar preparados.Y paramí esto ha sido una gran ayuda espiritual, si todo Colombia seentregara a Cristo, no habría tanto dolor, pero la verdad es queson pocos los que miran al Señor, porque de pronto hay quepagar un precio, como Él lo pagó en la cruz del Calvario ymuchos o sea, es difícil, se les hace difícil.Y esto me da esperanzas en cuanto a lo espiritual49. Me daesperanza porque Dios nos promete vida eterna, y en la Bibliamiramos que sus promesas son fieles y pues yo sé que en la luchaDios ha estado conmigo, me ha ayudado. Es que lo másimportante de una crisis es que Dios coloque paz en el corazón dela persona y pueda enfrentar, como se dice, con los pies en elsuelo y no desesperarse. La verdad es que manejar adolescentes, ypor lo menos, como madre, como cabeza, llevo tanto económicocomo espiritual, una gran carga, hago de papá, de mamá. Eso esduro, por ejemplo he estado aquí también desde la una ypensándola porque la dejé sola y ella es adolescente, pero pues lehe pedido mucho a Dios que la guarde, que la guarde, que le déconocimiento, que la ayude.Y ella hay veces me dice:“Ay, mamá,yo estoy muy aburrida, muy aburrida, porque estamos sin agua,sin luz y eso es muy perezoso uno estar pidiéndole a los vecinos”.Y yo le digo:“Ay, mamita tranquila, de pronto es una prueba y depronto Dios nos va a dar una mejor bendición”. Entonces ella medice:“Ay, pero esta prueba está muy dura, está muy larga, esto noparece prueba50”.

45 La motivación de muchas mujeres desplazadas para salir adelante son sushijos, principal motor de esperanza.

46 Nótese cómo para Rosa, parte de su fortaleza emana de la confianza enDios.

47 Hace referencia al pasaje bíblico sobre Jesús camino al Calvario, no teníacomo descansar. Rosa, entonces compara su experiencia deldesplazamiento con la pasión y muerte de Jesús. Establece que Dios ponepruebas, las vivencias duras y traumáticas son tomadas como una pruebamás y es finalmente lo que ella trae como justificación de sus penurias.

48 La vivencia de las pruebas que pone Dios finalmente conducirá a unamejor vida, pensamiento constante en los grupos evangélicos. Pasar laprueba es la posibilidad de conseguir una mejor vida, vida eterna como loplantea más adelante.

49 Nótese como lo espiritual está por encima de lo material.50 Entre hija y madre hay diferentes percepciones frente a la prueba que están

viviendo, la madre parece más convencida de esto,mientras que la hijacuestiona la experiencia que enfrentan.En este sentido se pueden observarque las diferencias generacionales tienen una incidencia importante en laforma como desde lo religioso las personas explican lo que viven.

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Pero es decir, es que es tan diferente una persona de prontomayor, que una joven que le faltan años, es tan diferente lamentalidad por la falta de experiencia, tanto con Dios comocon la misma vida. Pero he ayunado y le he clamado al Señor,con lágrimas en los ojos, que le dé gracia y que la guarde,porque ella llegara a hacer una locura, lo primero que dice lasociedad dice es: “la mamá no la supo criar”, “o le diomucha rienda”, de uno u otra manera lo acusan a uno demalo. Pero yo confío en el Señor, que el Señor me va a dar lavictoria. Y que le he pedido mucho que me regale aquí unacasa, porque me parece que eso es muy triste, en medio de lapobreza y la escasez económica y de sobremesa uno no teneruna vivienda, eso es muy duro.

Dios hizo una sanidad en mi vida

Mi marido no era el evangélico y creo que por eso fue queél no pudo enfrentar el problema, la amenaza y el nohaberse quedado en la Alcaldía. Además él se gastó lafortuna que teníamos, mucha plata, porque él estabaseguro que ganaba. Y yo le aconsejaba que no, pero ustedsabe que el hombre poco caso le hace a uno de mujer,ellos siempre piensan que saben cómo enfrentar losproblemas. Y dejó botada la obligación y todo, y tambiénporque él recibió amenazas. Pero aquí estoy, y yo teníaconfianza en Dios y mi confianza era en Dios.Antes de la campaña yo sí tenía problemas con mi maridopor ser evangélica. Lo que pasa es que él no aceptaba queyo hubiera cambiado. Antes de lanzarse como candidato, élera muy cerrado en su manera de ver las cosas, pero luegoa él lo relacionaron allá políticamente y era un hombre quede pronto no tenía estudio, pero sí tenía una que agrada alhablar con los demás. Y él cayó como muy bien allá en elConsejo, él estuvo hasta presidente del Consejo. Entoncesya lo pusieron presidente y del Hogar Infantil y entonces élya me empezó a mirarme como raro, ya como diferente.Entonces ya dizque empezó a añorar la vida que yo antesvivía. Pues yo no sé, yo me pintaba, me mandaba hacercorte de cabello, me había ondulado las puntas y yo medepilaba, me echaba la pestañina, y bueno y era fiesteracon él y todo.Pero entonces Dios hizo una sanidad hace mucho tiempoen mi vida, por allá en San Agustín51, que él trabajó en elDAS52 también, y entonces fueron unos de la iglesiapentecostal, porque el médico no podía conmigo yentonces él conoció un señor allá y él le testificó que sevolvió evangélico y dijo: “Ay, mire que él era toma trago ypeleador con la familia y ahora dizque se volvióevangélico”, y entonces dijo que Cristo sanaba y salvaba, yentonces yo le dije que mi esposa que estaba enferma, queporqué no iban a orar” Y el señor le dijo: “Vaya pregúntelea su esposa si ella quiere” Entonces él fue y me sentó.“Que si quiere los evangélicos vienen y oran por usted” y

yo “pues claro”, no ve que el médico no podía conmigo,droga y droga todo el tiempo y yo estaba cada día mássequita, yo estaba joven cuando eso. Entonces sí fueron ungrupo de hombres, y me echaron aceite y oraron en elnombre del Señor Jesucristo y de una vez fue la sanidadpara mí. Y entonces se sentaban, testificaban y me leyeronla Biblia y el pastor me dijo que él era un perdido antes deconocer a Cristo, pero ahora por la Palabra de Dios, Dioshabía obrado maravillas en la vida de él, que él antes eramuy dado a las mujeres y el Señor lo había transformado ycambiado53.Y yo era temerosa de Dios, pero de pronto no en esaplenitud, y para mí fue grato escuchar la voz de un hombretestificando de una vida a otro paso. Entonces en Curillo,cuando me hablaron, él fue el primero que dijo: “Mi esposaseguro sí se vuelve evangélica y ellos fueron a orar y fuesana”. O sea, él me reconoció la sanidad que Dios habíahecho en mi vida. Y me decía: “Que esa gente no peleaba,que no tomaba, que testificaba que eran borrachos,mujeriegos, que eran ladrones y que Dios los habíatransformado. Y que habían muchachas bonitas, con elcabello largo y cantan y son muy lindas”. Yo le decía: “Ay,cuando me trae un señor, para que me hable bien cómo eseso”. Entonces mi esposo aceptó bien que yo me volvieraevangélica. Pero entonces luego fue que él tuvo esecambio, que fue cuando lo relacionaron políticamente ysocialmente. Entonces claro ya en esas relaciones él yacambió conmigo.Al principio él me dijo: “Vuélvase usted primero, que yodespués me vuelvo” Y yo le dije: “No Misael pues si ustedquiere”. Y el aceptaba todo, todo, iban y le leían la Biblia yle contaban testimonio, o la Biblia: “Mire que el Señor esto,lo otro”, “ Ah, sí claro, así es” él decía que así era.Entonces él dijo que me volviera yo primero evangélica.Entonces yo me llevaba un niño que tenía de un año y nome dejaba escuchar el culto bien, entonces yo le dije: “No,yo no vuelvo por allá”. Entonces el me dijo: “¿Por qué?” –“Porque el niño no me deja escuchar” – “Si es por eso, yole tengo el niño”. O sea, Dios lo usó de apoyo y entoncesasí yo iba y entonces yo ahí sí escuché y todo, y yo meentregué al Evangelio y me hice bautizar. Y después fueque él empezó a llorar y a decir que yo antes me pintaba yque me arreglaba más, que era más cariñosa con él.Pero él era el que estaba equivocado, yo no habíacambiado, porque allá antes a uno le dicen que debe tratarmuy bien al esposo, que debe ser muy atenta con elesposo, y yo mejoré ya en esa parte, pero yo no me volví apintar. Poquito a poco le fui pidiendo a Dios, que meayudara para que yo no me depilara y todas esas cosas.Pero entonces él ya estaba muy envuelto en esa política ydijo: “No, a mí me hace falta es una mujer que salga abailar y tomar”.

51 Municipio del Huila.52 Departamento Administrativo de Seguridad.

53 El caso de Rosa María es bastante común en el proceso de conversiónhacia las iglesias evangélicas a través de la sanación y el cambio radical enla forma de vida.

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Resulta que allá el cuñado que era del partido conservadory un día llega aburrido y yo le dije: “Ay, sí ve, su cuñado lehizo a usted lo que usted me hizo a mí – le dije – ustedme apoyó para que yo me volviera evangélica y si no, yo nome vuelvo evangélica. Usted me apoyó y ahora que mevolví evangélica usted me ha hecho le vida imposible”.Entonces me dijo: “Es que eso es bonito uno vencer con unenemigo”. Entonces yo a él no lo tengo por enemigo, perosi él compartió conmigo la idea de que yo me volvieraevangélica, a mí me parece eso muy respetable, porqueuno hace un trato a solas con Dios.Y a uno, antes, le enseñan a mejorar en sus relaciones consu esposo. Lo que pasa es que él vio fue la vanidad, decuando uno está pintada, maquillada. Y él me exigía unascosas muy horribles, yo no sé si las digo. Él me exigíacosas, o sea, después de ser evangélica y él haberse metidoen todo ese ambiente, él me exigía relaciones no normales.Y entonces yo cogí la Biblia y se la leí, yo le dije: “Si yo nofuera evangélica, ni esto dijera aquí en la Palabra Santa, yoharía todo lo que usted me exige, pero yo no lo hago poresto. Aquí me dice la palabra que se debe tener a la esposaen amor”. Allá no es que le prohíban hacer a uno esascosas, pero es todo lo normal cuantas veces le pida y desdeque uno esté en esas capacidades, pero normal como elSeñor lo ha mandado pero él empezó a exigirme cosas, osea, a hacer las cosas como Dios mío no las ha dejado. Yentonces yo le dije: “Mire, esto es contra la ley de Dios,porque Dios a cada cosa le dio un lugar. Si yo no fueraevangélica yo puedo resultar haciéndolo, porque yo a ustedlo quiero, pero yo por esta bendita Palabra ” y se la leí – yél me decía: “deje el fanatismo” yo le contestaba: “ estono es fanatismo, esta es la Palabra Santa y además de esto,a mí me va a enfermar, estas relaciones así como usted melas exige”.Entonces él también ha dicho que por fanática me dejó,pero porque él esa parte íntima me la exigía y antes no mela había exigido. Yo creo que él con las otras esposas queél ha tenido comparte esas cosas, porque él me dijo: “Vea,es que ese es el problema, porque si no todo se arregla” –Yo dije: “Vea, yo lo quiero mucho a usted, después de Dios,usted es la segunda persona en mi corazón, pero yo nopuedo cambiar esto, yo no puedo cambiar la salvación pordarle ese placer a usted, cuando Dios me ha hecho a mínormal”. Así, y él me exigía unas cosas muy horribles. Él osea, él se puso exagerado en esa parte, pero normalmentela iglesia a mí me dice: “Atienda a su esposo cuantas vecesél quiera y después cuando usted quiera que él la atienda”.Pero normalmente, pero así no, eso ya es como Sodoma yGomorra que cambiaron sus usos naturales.

Yo no he tenido deseos de volver a ser católica

A pesar de todo esto que pasó con mi marido yo no hetenido deseos de volver a ser católica. Porque yo salí de unafamilia que es la más católica. A mí me gustaba mucho ir amisa, me gustaba ir a rezar novenas. Bueno yo hacíasacrificios que para que Dios me ayudara. Cuando yo era

católica yo era con las almas benditas y Virgen Santísima,más que todo así es que lo enseñan los padres. Peroentonces nunca sentí un cambio, una paz. Yo digo queahora es que yo he sentido algo dentro de mí misma, es quesi Dios no hubiera tratado conmigo, o sea, Él no me hubierallamado, yo no hubiera podido resistir la separación de miesposo, yo no había podido sin conocimiento de Dios.Porque el contorno que a uno lo rodea la gente, le dice:“No sea boba, haga lo mismo, usted está joven” bueno,eso unos mensajes terribles. Y usted va a creer que yo enuna condición que era una persona que yo no sabía hacernada, no fui estudiada, con cuatro niños pequeños,desprotegida, yo hubiera cogido un mal camino. Pero yo ledoy gracias a Dios, al conocimiento que él me dio. Y elSeñor me llenó de paz, de valor y pude soportar cuantascosas tentativas que me ofrecía la gente, pero a cambio demi perdición, porque nadie le dice a uno: “Vea yo le voy aregalar esto, solamente para que usted se supere”. No.Siempre lo dan a cambio el cuerpo, la persona. Nadie esque diga: “Yo la voy a ayudar para que se haga un cursopara que usted se defienda” No, siempre a cambio de algo.Entonces si yo no hubiera tenido este temor a Dios, yo lohabía hecho, yo me había entregado a lo más fácil, porqueteniendo cuatro niños pequeños sin saber hacer nada,desprotegida, yo me había entregado, tranquilamente, sinel conocimiento de Dios yo me había entregado a laprostitución, a lo malo que me ofrecían, dinero, me ofrecíancosas, hasta casa me ofrecieron, porque yo estaba másjoven cuando él me dejó, ya son trece años desde que élme dejó, tenía veintiocho, ahora ya tengo cuarenta y dos.Yo sí estoy muy agradecida con Dios que mis hijos aunquepobres se sienten orgullosos de mí. Y he recibido elogios,sin pensarlo, de la misma sociedad que me dijeron: “Quéhermoso, qué bello que usted se paró en la raya, eso es lomás lindo que usted ha tenido”. Entonces he visto que síDios hizo una obra en mi vida. O sea, porque la gente mellegó a elogiar de esa manera antes de venirme de allá. Yde pronto, aquí también la gente también se han aterradode que: “¿Esa señora vive sola? ¿Cómo así? ¿Por qué?” EnCurillo, también me llamaban: “¿Cómo así, es que es algobiológico, pero usted porqué vive sola?”. Cuando estabamás joven me decían y entonces yo les decía: “Para quevean que Dios trasforma, cambia y capacita. Es que es obrade Dios”. Inclusive en la misma iglesia también seaterraban y se admiraban cuando me dejó mi esposo decíaque yo no era capaz. O sea, el Señor colocó como eso enmi vida tanto el querer como el hacer para buscarlo enayuno y oración y gracias a Dios, pude superarlo y mis hijostienen que agradecer que en esa situación crítica.Yo me siento muy agradecida con el Señor que dentro dela pobreza, pero no hemos estirado la mano, la gloria estoda para Dios, que me siga guardando y guardando mishijos. En la pobreza, todos, pero no hemos estirado lamano a la inequidad aunque mis hijos también han tenidoofertas de cobardes, de hacer cosas. Y yo sé que hay unamano poderosa interviniendo, porque cualquiera no.Pero no todos mis hijos son evangélicos, tengo dos

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hombres y dos mujeres, las dos mujeres sí. Los doshombres saben y que siempre me dicen: “Mamá ore pormí, porque yo sé que si yo me muero, yo me pierdo”, yellos no rechazan nada, sino que la edad de la juventud esdura. Ahorita el mayor tiene problemas económicos duros yél está yendo a la iglesia, primero le prometió a Dios que siun préstamo le salía que él estaba yendo todos lossábados, y no, entonces: “ya me di cuenta que al Señor nole gusta eso”.Pero a pesar de toda la pobreza me ofrecieron muchasofertas, inclusive que me colocaban muy bieneconómicamente, a superarme intelectualmente, mis hijostambién. Pero eso era con la estrategia de que dejara loscaminos de Dios. Entonces no, que pena, yo no dejo loscaminos de Dios. Porque ya el día que yo me muera, laplata no me va a rescatar, pero Él derramó su sangrepreciosa y solamente por Él, somos salvos por gracia, nopor intelectualidad ni el dinero. Aunque hace falta, pero siÉl no me la quiere dar, Él suplirá las necesidades. Sabemosque es duro, pero Él también tuvo caídas camino a la cruz.

UN DESPLAZADO54

CSDf

Uno tiene que sudarlo para comprarlo

Entonces el problema es que vea, allá es muy diferente aconseguir la comidita uno aquí, aquí para comprar unplátano hermano, eso tiene es que sudarla para comprarlo.Porque aquí nadie va a venir a decirle a usted, se lo regalo.En cambio nosotros allá, como se dice, no teníamosriquezas, no teníamos plata, pero la comidita no se nosenvolataba. Y para venirnos nosotros acá para aguantarhambre, sufrimiento, que la gente lo mire feo a usted “veaque estos son desplazados, quién sabe por qué se vinieron,que de pronto eran ladrones”55. ¿No? hay muchas cosas.

Yo soy el primero que arranco

Entonces todo le da tristeza a uno y si algún día vuelve yse arregla esto, vea yo soy el primero que arranco. Porqueno cambio el campo nunca. Vea, yo llevo doce añosviviendo con la mujer y ella me decía “Compremos unrancho” Cuando teníamos la forma de comprar un ranchoacá y no, yo no, nunca, a mí no me gustaba el pueblo.Porque yo siempre he sido así, criado en el monte.Y venirme yo al pueblo a qué, hermano. El trabajo es muydiferente allá, de pronto se jode uno más allá trabajando, perocomo le digo, se consiguen las cositas más suave.Y aquí nohermano, aquí usted se toma un vaso de agua y tiene que

pagarla, para que no quede en la oscuridad tiene que pagarentonces la luz.Y todo es, desde que usted salga de la casa, parafuera, ya es plata. Entonces es muy diferente acá el campo a aquí.Yo primero fui desplazado del Putumayo. En el Putumayo no séquién sería, no sé nada lo único que sé es que la casa laencontré toda dañada. Una casa que tenía ocho metros defrente, como por quince de fondo.Allá yo tenía coca, allá sí ytenía comida y animales.Y no sé qué motivo sería pero me ladestruyeron. Eso fue un sábado, exactamente para el veinticuatrode febrero, de este febrero que pasó dos años.Y entonces yoquedé con la ropa que tenía puesta, la mujer y los niños.Nadie quiere decir, qué pasó. Me entraba a mí fue mucharabia. Entonces ya arranqué yo, y dije: “Vámonos”. Yentonces por ahí los buenos corazones, fui a PuertoGuzmán56 y allá hablé con el padre y el padre me ayudópara que fuera a Mocoa57. Allá fui y hablé a la parroquia deMocoa y ahí llegué a la Cruz Roja y el alcalde, allá sí paraqué, me dieron sí, me dieron cobijas, me dieron todo. Deahí del Putumayo me fui al Sinaí y ahí compré, ahítambién hice una casa de ocho metros, casi por ocho. Y ahítambién, no la alcancé ni a construir toda, me faltaba y ahítampoco tuve la dicha de terminarla.En los once años que yo llevo viviendo con mi mujer, fui a viviren la Hacienda La Macarena y vivimos cinco meses, porque laverdad no tenía con qué vivir. Entonces me salían contratos,también me ayudaba y me metí de trabajador ahí, hice uncambuche. Y una vez tuve un agarrón con el patrón y le dije:“Hermano, no le vuelvo a trabajar, no vuelvo a salir con la mujera vivir a otro lado”.Y desde ahí hermano, lo único fue ahí enesa casa, de resto todo el tiempo he vivido en la propiedad.

Eso es casi como humillarlo a uno

El desplazamiento eso es casi como humillarlo a uno. Es casihumillarlo a uno porque todos somos humanos y de pronto,por lo menos lo que me pasó a mí, dejar las cosas, venirmepara acá casi a mendigar58. Eso es berraco y yo no le deseo anadie eso. Y como yo digo, yo tuviera la dicha de volver otravez, yo volvía otra vez. El primero que volvía allá era yo.Yo por ejemplo voy a entender qué es ser desplazado. Porejemplo a un vecino de aquí, yo tuve un vecino que medijo: “Usted se vino por ladrón”. Y a mí me dio tanta rabiaque le dije a la mujer: “Si me toca morirme pues hoy memuero”, y me fui de una vez. Y saqué el apellido y le dije:“Ladrón hermano, usted. Porque yo no soy ladrón, ni soyladrón ni ratero ni nada de eso. Honradamente hermano,porque tengo familia”. Y a mi señora yo le digo: “Si ustedme pone a barrer, yo me pongo a barrer”59.

54 Señor desplazado, entrevistado por: Graciela Uribe y Manuel Pérez. Lugar:Florencia

55 Otorgar una identidad culpabilizadora, por parte de las personashabitantes de los centros de recepción, es una situación bastante común.

56 Municipio del departamento del Putumayo, situado a orillas del RíoCaquetá.

57 Capital del departamento del Putumayo.58 Nótese como la valoración de la dignidad está mediada por el acceso a los

recursos, logrado a través del trabajo.59 Nótese la culpabilidad otorgada por otros a las personas en situación de

desplazamiento.

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Pero la gente cree hermano, que si uno se viene de allá“Ese se fue tumbando algo por allá y lo echaron. Ese matóa alguien por allá y lo echaron”. Entonces la gente cuandole dicen uno: “Y usted ¿De dónde viene?” – “No yo vengode allá” – Y entonces ahí mismo “¡Ah!” Entonces siemprele hacía a uno como el feo. Y siempre uno miraba elcambio de la gente. Entonces a lo último uno decía: “Yo novuelvo a bajar por allá” Que a la gente le estaban dandoayudas allá y usted de desplazado y siempre lo miraban auno como con distancia ¿Sí? entonces yo dije: “Por allá novuelvo más”.Vea yo aquí veo trabajadores que fueron trabajadores míos.Y yo cuando estuve en el Putumayo, llegué a tener hastaquince trabajadores a cuenta mía, cada cuarenta y cincodías yo tenía trabajadores, diez, catorce trabajadores. Y melos encuentro aquí y me dicen: “Uy, hermano ¿a usted quéle pasó?” Le digo: “Hermano, la vida es así”. Meencuentran por allá descargando un camión y me dice: “¿Austed qué le pasó?” Y digo: “hermano ¿qué puedo hacer?Yo ponerme a robar, no me voy a poner a robar, yo trabajoen lo que medio pueda, para ponerme a trabajar”.Entonces la gente, que me ha distinguido a mí sí sabequién soy yo. Y la gente que no lo distingue a uno dice:“¿Quién sabe que fue, por qué causa se vino, de pronto loecharon?”. Muchas cosas, a uno le quedan muchas cosas.

Antes del desplazamiento

Antes del desplazamiento allá pal Putumayo, habíaproyectos que la gente iba y ayudaba a construir un pozo,llevaban sus vacas. Pero entonces llegó el problema de laguerrilla y allá recogieron yo no sé cuántos miles decabezas de ganado, del Fondo Ganadero. Entonces un mandijo: “El día que vengan aquí y traigan la ayuda se lallevan”. Entonces la gente ¿Cómo va a decir: “Voy a unaentidad a que me presten para comprar una vaca” o “Voypara que me den para un trapiche de moler caña”?¿Cómo? Si ellos llegan a saber que usted tiene eso se lohacen invertir. Allá hay gente que quedó así, vea, sin nada.Gente con plata Don Chucho Patiño, a ese cucho lecogieron ciento veinte reses. Hermano, él dijo con los ojosllenos de lágrimas: “Vea, duré cinco años para tener eseganado, para que vengan y se lo lleven”. Y lo más dolorosoes que tenía que llevarlas él mismo, usted no tenía quemandar a nadie, usted mismo ir a llevar el ganado.Entonces es muy berraco, hermano60.Yo me pongo a ver, cuánto no se jode uno. Por lo menos,cuánto no se jode la mujer, por lo menos para hacer unagallina, para que venga uno a decirle: “Hermano, necesito unagallina”. Vaya diga que no, de una se enojan. Entonces tieneque recoger. Entonces eso es muy berraco. Y como yo digo siyo tuviera la dicha de volver otra vez, yo me volvía otra vez.

Nunca me metí en una pelea

Vea, la verdad yo nunca, nunca me metí en una pelea. Yonací en un pueblo que es Solita61, que fue el que másmuertos daba. Y yo nunca tengo problemas, nunca tengo elcuero marcado de nada, ni rayones ni nada de eso, no séqué es una pelea. Pero yo no sé hermano. Allá cuando a loúltimo estaba tranquilo cuando una reunión. “Vea que estopasa, esto y esto y el que no le gusta que se vaya”62.Ellos63 nos decían que tenían que participar con ellos, quesi no en un momento de guerra se llevaban a la mujer. Auno de hombre, o los niños mayores de doce años se losllevaban, niñas o niños64. Entonces yo dije “No, la verdad esque yo no nací para eso, la verdad es que mis hijos, ni mishijos ni mi mujer, nadie nació para eso”. Entonces medijeron: “Si usted no está de acuerdo es porque no estácon nosotros”.Los otros no65, yo con los otros nunca, nunca llegué a hablar. Ysí los distinguí, pero yo nunca nada con ellos. Yo lo único queasistí de reuniones es las que hizo la guerrilla. Pero que losparacos nunca, no sé qué reuniones hacen ellos.Entonces, como le dije a usted, si uno se sale de allá, yregresa le dicen a uno: “No, ya usted es informante, ustedes un soldado campesino”66. Entonces el que la embarrómás fue el Presidente, ese sí fue el que le metió más lapata. Sí, porque si él no lleva a cabo esos soldadoscampesinos informantes, de pronto uno llama más unión.Pero ahora que vuelva allá y “no hermano, esperar a verqué información irá a llevar”. Entonces a todo le buscan lacaída, hasta que le encuentran la caída. Ese es elproblema.

Yo le pongo cuidado a los hijos

Vea, yo le pongo cuidado es en los hijos. Yo ahí veces mesiento y se me van lágrimas por los hijos, yo quiero muchomis hijos y es lo que me hace vivir. Yo le he dicho a mimujer, que el día que yo no pueda encontrar un poco decomida, ese día yo me voy. Sabe cuál fue el primer trabajoque me conseguí, que me metiera a los paracos, eso síhermano, como a los cinco días hermano. Sí. Y eso sí fue lo

60 Las FARC recogieron todo el ganado que el fondo Ganadero del Caquetátenía en el municipio de San José porque había sido adquirido conrecursos del Plan Colombia.

61 Municipio del departamento de Caquetá.62 Nótese cómo enfatiza sobre su comportamiento, el cual fue bueno y no

justificaba su desplazamiento. Este tipo de valoración de la vida, es muycomún, tras experiencias de cambio, por medio de las cuales se intentaexplicar el por qué de los hechos.

63 Hace referencia a la guerrilla.64 Nótese el temor al reclutamiento de sus seres queridos. Este tipo de

amenaza es bastante común en departamentos como el Caquetá,Putumayo y Guaviare, motivando la migración.

65 Hace referencia a los paramilitares.66 Figura creada por el actual gobierno, para definir a jóvenes campesinos

enrolados en el ejército. Este hecho puede ser analizado, desde la ópticadel DIH, como una vinculación de la sociedad civil en el conflicto, motivadapor el Estado.

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Revista de Estudios Sociales no. 24, agosto de 2006: 108 pgs. ISSN 0123-885X: Bogotá; 71-89 pgs.DOCUMENTOS • Graciela Uribe

primero, hermano. Nadie dijo venga le doy un trabajo…pero ellos me llevaban para Cali, me daban comida paralos hijos y yo dije: “No hermano, para darle a eso mejor mequedo acá peleando”. Yo para qué voy a dar nada. Buenoeso fue como en marzo, en abril me cogió otro: “Hermano,váyase con nosotros, que allá les pagamos seiscientos milpesos lo que usted hace es…”. “Yo le dije: “Hermano, yono nací para pelear ni para matar a otros”. Y entonces aquínadie le ofrece a usted un trabajo, así no sea un trabajomillonario, pero un trabajo firme. Pero que allá sale untrabajo y seguro que lo consigue67.Entonces yo como le dije, yo para eso me hubiera quedadoallá, allá tengo mi casa y mis hijos y allá peleando conellos. Pero no, yo no nací para eso. Yo vengo le hago, comole digo, si a mí me mandan a barrer yo voy y barro, a mí nome da pena, porque ya me curé del dolor, porque qué máshace uno aquí, a lo que salga. Por aquí hay como tres ocuatro familias en la misma situación que yo, y entonces hepensado en que nos debemos asociar. Yo les había dicho yles había comentado. Pero se va uno a una entidad yprimero le meten un taco de papeleos y le dicen en quémes venga. Y le dicen: “No hermano, no ha salido nada” Yvuelve otra vez, “Que no que no ha salido nada” Entoncesuno se aburre, ya empieza uno a sentir que se estánburlando de uno. Entonces va usted a una entidad y dicen:“No, no hay” Listo entonces usted ya sabe que no va hacernada, pero “que venga en veinte días, que venga en ochodías, que venga mañana”. Entonces ahí se armó el lío. Perosí hay una entidad que le diga: “Vea que allí salió y depronto le ayudamos” ¡Ah! esa es otra cosa. Así nos pasócon la Red, que nos pagaba la Red que vinieran mañana,que no que quince días, que veinte. No, yo me aburrí.

La Semana Santa la vivíamos diferente

Cuando nosotros vivíamos en el Putumayo, la SemanaSanta la vivíamos diferente. Nosotros allá en el puebloarreglábamos las calles, por ahí unas dos cuadras, conhojas de palma en un arco. Y por ahí pasaba la gente ycada casa tenía su altar y el padre iba rezando en cadaaltar. De pronto la tradición de un pueblo a aquí a laciudad es muy diferente. A ver, eso nosotros en unDomingo de Ramos es más bonito que el que usted veaquí. Vea, eso la gente va dos tres cuadras, con ramoshartísimos, bien arreglados los ramitos y eso la calle biencuadrada, bien aseadita y vamos lejos, con ramos así y elpadre pasaba y haciéndolo más o menos como pasó en eltiempo de Jesús. Ya en un pueblo grande de estos no es lomismo. Ya no es lo mismo porque ya la gente de aquí yatiene por lo menos, gente rica que tiene ya forma, entoncesya no se presta a eso68.

En cambio allá en los pueblos sí es gente humilde, perobien arregladitas las cosas. Muy diferente a nosotros allá.Aquí no, aquí el rico ya se va por lo menos a una iglesia yestá en misa. En cambio el pobre le pone más interés aesas cosas que un rico. Porque un rico está pensando másen los negocios que en Dios69. Aquí por lo menos lo quehay es pura gente pobre, aquí no hay rica, pero ya allá máspara allá ya hay gente de plata70.Y la iglesia que hay allá ya se deforma. Claro, imagíneseque nosotros casi aparentamos a lo mismo que hizo Maríacon Jesucristo, con Dios. Pero imagínese que ella andabacon Dios, de lado a lado, casi de desplazados, echan paraallá para librarlo de la muerte a Él. Y así somos nosotros,nosotros por librarnos la vida vamos para allá y si tenemosque volver, volvemos otra vez, pero puramente como lohizo María71.Y ese desplazamiento viene, de pronto, poniéndonos a vereso viene de mucho tiempo, por lo menos desde María. Sinos ponemos a ver a Él casi lo dejan, lo mismo queestamos viviendo nosotros hoy en día. De pronto porlibrarnos la vida entonces “Vámonos para allá” y si sefueron para allá, “Vamos para otro lado”. Pero puramentepara librar uno la vida, no por plata, sino porque la vida eslo único que no hay más.

Yo leo la Biblia

Para enfrentar las situaciones de peligro, yo leo la Biblia.Por ejemplo los Salmos que hay unos bonitos para cuandoestán en problemas. Yo tuve por allá, en una ocasión, unproblema con un vecino, yo sí ese día pensaba de todocorazón, pensaba matarlo y me acosté como a las siete ydéle con el tema, y yo con las ganas de matarlo. Y comosiempre leo la Biblia y entonces la meto por debajo de lacama. Y como a las dos de la mañana me levanté, yaestaba tan decidido, ya tenía ganas de irme para allácuando amaneció, muchas ganas de irme para allá, yentonces me levanté y leí un salmo de la Biblia, el 91.Yo me levanté y me cogí de la Biblia y me puse a leer.Entonces yo leí el Salmo y me volvía a acostar y medesperté a las ocho de la mañana y se me olvidó todohermano, hasta las ocho de la noche pude dormir. Nada deproblemas nada, de ahí para allá nada de problemas.Entonces hay veces, hay ocasiones que sí lo ayudan a unoa olvidar las preocupaciones que tiene uno o a recordar. Depronto a olvidarse de tanto problema72.

Nadie sabe cómo está uno por dentro

67 La vinculación con los grupos armados, se ha constituido en una estrategiade inserción laboral en Colombia.

68 Nótese la apreciación que él hace sobre los cambios en la celebración, enrelación al acceso a recursos económicos.

69 Afirmación de lo material como la causa del debilitamiento de lo espiritual.70 Nótese como distingue la delimitación de la ciudad de Florencia, entre

barrios pobres y ricos.Valoración que en el campo no es vigente.71 Nótese cómo compara la situación de su desplazamiento con lo que vivió

Cristo, de camino a la crucifixión. Hace énfasis en la figura de María, comola madre – mujer, que acompaño a su hijo en las horas de martirio.

72 Obsérvese otra de las cualidades del Salmo 91, el debilitamiento del odiohacia el otro.

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Revista de Estudios Sociales no. 24, agosto de 2006: 108 pgs. ISSN 0123-885X: Bogotá; 71-89 pgs.“Perdí a mi esposo y a mi hijo” y otras historias de desplazados y desplazadas (I)/ “I Lost my Husband and my Son” and Other Stories of Forced Displacement Victims (I)

Es que nosotros, así como estuvimos deprontodesplazados, depronto nos miran contentos, pero nadiesabe cómo está uno por dentro. Como me pasa con eltaita73, yo llevo aquí cuatro años y el taita me llamó comodos veces y no fue nada más de volver a llamarme ni denada. Y yo le dije a mi mamá, bueno es que de prontousted no se acordó más de que yo estaba acá, pero esoes muy berraco. Muy berraco de llamar a la familia y queno se acuerde.Yo tengo una tía que es la que me da la mano cuando yola necesito. Y por eso, cuando estuve allá en esa balacera yno tenía ni para el pasaje, no tenía ni con qué venirme yentonces me tocó mandarle un papel a la tía y la tía deuna vez me mandó para el pasaje y que me fuera de allá,que me saliera de allá como fuera.Entonces saqué el trasteo a las ocho de la mañana y eranlas cinco de la tarde y no pasaba el bus y esos bandidosque había ahí, llegaron cuatro comandantes de esos queeran guerrilleros. Y me dijeron: “Oiga, oiga, no se vaya”. Sí,yo le dije: “Vea yo me voy así sea a pie, pero yo me voy

hoy”. Y de una vez y a las cinco y media pasó el bus. No,no, es que con ellos, con los que estaba ahí no habíaproblemas. Sino que ese día de la pelea, gracias a Dios nose tenía problemas era con los que llegaban de otraspartes. De Putumayo, del Cauca, del Huila, del Putumayohubo como seis de ahí. Entonces con los que estaban connosotros ellos no, esos eran diferentes, no operaban ahí,estaban de paseo, de paso. Y entonces me llamaron y medijeron: “Hermano, usted va a sufrir” y yo le comenté, ledije: “Hermano, me pasa esto y esto” Entonces no me dijonada más. Y yo: “No, yo me voy hoy, así sea a pie, pero yome voy hoy”. Y como a las cinco y media pasó el bus. Yo ledije al del bus: “Hermano lléveme” Y sí, cargamos todo esoy salí.Pero esto es muy berraco, eso no se lo deseo a nadie. Esque lo poco que uno tenga para irse, yo no tengo plata,pero sí la casa y la casa es lo más bonito que puede tenerun hogar de uno. Usted llegó a cualquier hora y se acostó ynadie le dice: “Párese hermano”. Entonces ahora es muyduro, muy diferente.

73 Hace referencia a su padre.

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LecturasReseña/Comentarios de Francisco Leal Buitrago, La inseguridad de la seguridad. Colombia 1958-2005 (Bogotá: Planeta, 2006)

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Fecha de recepción: agosto de 2006 · Fecha de aceptación: agosto de 2006

RESEÑA/COMENTARIOS DE FRANCISCO LEAL BUITRAGO, LA INSEGURIDAD DE LA SEGURIDAD. COLOMBIA 1958-2005(BOGOTÁ: PLANETA, 2006)

Esta actualización de La seguridad nacional a la deriva(Alfaomega-Ceso, Uniandes-Flacso, 2002), hace unrecorrido histórico y analítico de la formulación eimplantación de las políticas de seguridad y defensa enColombia desde los años cincuenta, casi que gobierno porgobierno, hasta la primera administración del PresidenteÁlvaro Uribe Vélez (2002-2006). El punto de laactualización es, por supuesto, examinar la Política deSeguridad Democrática (PSD) de Uribe. La PDS, comoninguna otra, ha sido objeto de estudio y controversia—por sus innovaciones estratégicas y tácticas; por elincremento en el presupuesto de defensa de la nación; porla manera directa como el Presidente mismo se hainvolucrado en la seguridad, micro-gerenciando yhaciéndole rendición de cuentas a la Fuerza Pública encuanto a sus resultados; por el papel de Estados Unidos;por algunos efectos secundarios negativos en la poblacióncivil; por el escrutinio de ONGs y la comunidadinternacional sobre los derechos humanos y, sencillamente,por lo que ha estado en juego, la posibilidad de disuadir,de una vez por todas, a guerrillas y paramilitares para quese desmovilicen mediante algún tipo de negociación.El autor sostiene que desde comienzos del siglo XX, Colombiavive una situación crítica caracterizada por aberraciones en elcomportamiento de las guerrillas (incluyendo el secuestro), lagran acumulación de poder de los paramilitares visible en supenetración en la política, la economía y las instituciones y enla continuidad de algunos “problemas de vieja data como ladebilidad política del Estado, la impunidad, la marginalidadsocial, la inequidad, los privilegios premodernos de unaminoría y alta concentración del ingreso y la riqueza” (p.19).Ante esta situación, las preguntas claves son: ¿Por quéestamos como estamos? Y, si lo que estamos haciendo enmateria de seguridad para enfrentar dicha situación, ¿esapropiado o no? La PSD ha tenido algunos aciertos, admite Leal. La FuerzaPública recuperó su “operatividad”, “menguando” así lacapacidad bélica de las FARC y llevando a cabo accionespreventivas exitosas frente al secuestro, el sabotaje y elterrorismo (p.231). Sin embargo, los problemas de la PSDson serios. Su eficacia es limitada, prueba de ello es queaún no se desmovilizan las guerrillas y que aún no se halogrado recuperar y rehabilitar los territorios antiguamentecontrolados o influenciados por los grupos armadosilegales incluyendo los paramilitares. Adicionalmente,algunas políticas puntuales tienen el potencial de serterriblemente costosas a largo plazo, pues van en contra devalores democráticos liberales, y no se han frenado concontundencia los excesos de fuerza y la corrupción.Uno de los argumentos esenciales del libro es que lasraíces de estos problemas vienen de atrás. Los problemas

no son exclusivos de la administración Uribe y las cúpulasde turno de los militares y la policía. Si se mira la historiacon cuidado, sugiere el autor, nos daremos cuenta de que,por décadas, las políticas de seguridad han tendido aprivilegiar “soluciones de fuerza” al tratamiento de gruposarmados ilegales bajo formatos que no siempre han estadoapegados a valores democráticos, lo cual ha hecho que susefectos sean contraproducentes (por ejemplo, la falta decontrol sobre los casos de abuso de la fuerza, la existenciade prebendas especiales para la Fuerza Pública, y latendencia a concebir cualquier a la izquierda como unadisidencia ideológica y política y como “el enemigo”sirvieron históricamente para alienar a la población yganarle apoyo los grupos armados). Por ello, parte de lainseguridad radica justamente en las políticas de seguridad,de ahí el título del libro.Estas anomalías de la democracia colombiana han sidoposibles, entre otros, porque por mucho tiempo ladirigencia civil colombiana no se preocupó por los asuntosde seguridad, delegando a los militares no sólo lasdecisiones sobre lo táctico sino sobre lo político-estratégico. Tampoco, entonces, diseñó la dirigencia civilmecanismos adecuados de control y rendición de cuentastanto en lo administrativo y financiero como en lo judicial yen los aspectos relativos a las acciones militares. Fue asícomo los militares, en realidad, lograron adquirir unimportante margen de maniobra, “autonomía”, frente a losciviles, a tal punto que han ejercido poder de veto sobre sideben o no hacerse negociaciones de paz.En todo esto, según el autor, Estados Unidos ha tenidocierto grado de responsabilidad. Fue la potencia, con suforma de privilegiar la seguridad nacional y la estabilidadpor encima de la democracia y el bienestar de la gentedurante la Guerra Fría, la que a sabiendas oinadvertidamente, ayudó a perpetuar los problemas através de la llamada Doctrina de Seguridad Nacional quese extendió en América Latina.Sobre éste y otros puntos, el texto invita a la reflexión másallá de los lugares comunes. La actual coyuntura lo ameritapues nunca antes había visto Colombia a un presidentecon tanta credibilidad frente a las tropas, tan empeñado enejercer su liderazgo en asuntos de seguridad y con tantapopularidad política a tal punto de lograr una reformaconstitucional y la re-elección en el 2006. Tampoco habíavivido Colombia tal grado de intervención de los EstadosUnidos como la contemplada en el Plan Colombia.Centenares de asesores militares y ex-militares se handedicado en los últimos años a entrenar a sus parescolombianos y a introducir nuevas prácticas (métodos decombate, recolección de inteligencia, organización de lasfuerzas, administración de recursos). De la mano ha ido loque se conoce como el “poder suave”, el poder de influirsobre la conducta de los demás a través de las ideas. ¿Quéhuella dejará Uribe en el patrón de las relaciones cívico-militares en Colombia? ¿Será su mayor legado elafianzamiento de la discriminación ideológica o el liderazgode los civiles sobre los militares, la rendición de cuentas en

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Revista de Estudios Sociales no. 24, agosto de 2006: 108 pgs. ISSN 0123-885X: Bogotá; 93-94 pgs.LECTURAS • Alexandra Guáqueta

los resultados o el mantenimiento de protecciones jurídicasespeciales? ¿Será que muchos de los problemas que vemosen la Fuerza Pública tienen raíces culturales y que losciviles también adolecen de las mismas falencias—querermantener sistemas de prebendas y poco control paraprivilegiar los intereses particulares? Y ¿cuál será elimpacto a largo plazo de los Estados Unidos? ¿Será elEstados Unidos de Abu Grahib o el Estados Unidos

defensor de los derechos humanos y las libertades civiles? El libro fue a imprenta en medio del proceso dedesmovilización de los paramilitares y algunas de los retosde la implementación de la Ley de Justicia y Paz ya seanticipan en el texto. Sin duda alguna, en la siguienteactualización de la publicación Leal tendrá que dedicar variaspáginas a la reinserción paramilitar y los intentos deColombia por terminar de construir una nación democrática.

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Revistade Estudios Sociales

Otros relatos de lo social (I)

facultad de ciencias sociales, uniandes / fundación social

24agosto 2006

ago

sto / 2006 Bogotá

issn 0123-885Xtarifa postal reducidano. 818 - vence 12/07

$15.000 pesos (Colombia)

24

9Editorial

Germán Rey

15Dossier

Tomás Eloy MartínezArturo Alape

Amparo MarroquínMiguel Huezo

Carolina AlzateAníbal Ford

Eliseo Verón Martín Hopenhayn

55Debate

María Teresa RonderosRicardo Valencia

71Documentos

Graciela Uribe

93Lecturas

Alexandra GuáquetaISSN 0123-885X Bogotá