Revista CONTEXTO ED3 - ADIDAVíctor Manuel Cabrera - Luis Alonso Londoño Z. Los derechos humanos en...

42
2020 Una mirada participativa del Magisterio Antioqueño JULIO CONTEXTO REVISTA DIGITAL #YOMEQUEDOENCASA Realidades de la Pandemia Edición # 3

Transcript of Revista CONTEXTO ED3 - ADIDAVíctor Manuel Cabrera - Luis Alonso Londoño Z. Los derechos humanos en...

  • 2020

    Una mirada participativa del Magisterio Antioqueño

    JULIO

    CONTEXTOREVISTA DIGITAL

    # Y O M E Q U E D O E N C A S A

    Realidades dela Pandemia

    Edición # 3

  • No es tiempo para improvisar.Estamos frente a un exceso de información, tenemos la duda si es real o no. Manipulan nuestros intereses y emociones. La salud es lo más importante. Estamos en una búsqueda de sentido y reinvención.La realidad es incierta, el futuro aún más. La única certeza es que debemos cuidar nuestra salud. Un año escolar o laboral se recupera en el siguiente, una vida no.

    Nota aclaratoria: Los textos contenidos en la presente revista son responsabilidad exclusiva de sus autores, y en ningún caso comprometen a la Asociación de Institutores

    de Antioquia - Adida, y mucho menos a su Junta Directiva.

    #������������� #�����������������

  • CO

    NTE

    NID

    O01

    03

    Albeiro Victoria Cuesta

    08

    11

    17

    19

    21

    30

    34

    36

    23

    26

    15

    32

    La educación en Antioquia en tiempos de pandemia

    Con pandemia o sin pandemiaFecode sigue en la lucha.

    Nelson Javier Alarcón Suárez

    Sin condiciones no hay regreso a la presencialidadLida Yasmín Morales Cuervo

    El amor en los tiempos del cólerala educación en los tiempos del covid – 19Víctor Manuel Cabrera - Luis Alonso Londoño Z.

    Los derechos humanos en colombia, las cifras de amenazas y asesinatoslo dicen todoParmenio Córdoba Cuesta

    Pandemia y afectación en la vida de las mujeres

    María Eugenia Londoño

    Desigualdad e inequidad educativa en América Latina

    María Morelia Gómez Botero

    Derechos humanos: mito o realidad en medio de la pandemia

    Nohemy Tamayo Marín

    El racismo, la desigualdad y sus consecuencias Yostobisky Mosquera Perea

    Sócrates Pérez Mosquera

    Traslados para docentes y directivos docentes

    Una mirada crítico-hermenéutica a los procesos formativos en investigación de maestros en Colombia Deivis Mosquera Albornoz

    Sandro Ruiz Barahona - Edwin Tovar Briñez Guerreros de tintas y letras

    Mujer isla

    Beatriz Elena Patiño Hernández (ELEHDZ)

    Genry Alonso Valencia Cano

    La radio comunicación: la mejor herramienta educativa durante la pandemia

  • LA EDUCACIÓN EN ANTIOQUIA EN TIEMPOS DE PANDEMIAAlbeiro Victoria Cuesta - Directivo de Adida - Presidente

    “En los momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento.” Albert Einstein.

    CONTEXTOREVISTA DIGITAL 01

    Editorial

    En el mundo se ha dicho y se seguirá diciendo tantas cosas de la pandemia mundial, hasta el punto que la gente no sabe cuándo se le dice la verdad. Lo que sí es cierto es que el hecho tomó por sorpresa a la mayoría de las personas y sin la preparación necesaria para afrontar la crisis.

    En materia educativa, el mundo se vio en la obligación de realizar grandes improvisaciones con el ánimo de mantener viva la escuela. Y no es para menos, pues se entiende que las escuelas son la vida de algunas comunidades, el refugio y la esperanza de quienes buscan un mejor mañana. Ante este panorama, cabe girar la mirada hacia el ámbito local para ver cómo es la educación en Antioquia en tiempos de pandemia.

    Antioquia es un departamento con nueve entidades territoriales certificadas en educación, que según la Ley 715 de 2001, tienen la competencia de administrar el servicio educativo en su jurisdicción, garantizando su adecuada prestación en condiciones de cobertura, calidad y eficiencia. Teniendo en cuenta lo anterior, es de

    suponerse que dichas garantías fueron pensadas para tiempos normales, si se pueden llamar así. Hoy queda claro que el panorama garantista nunca ha existido, al menos en la mayoría del territorio floral, bañado por mar y rodeado de hermosas montañas.

    Y es que la falta de equipos tecnológicos y la poca conectividad de internet en los hogares de familias vulnerables es tan notoria, que no permite el avance de algunos procesos de la enseñanza y el aprendizaje, hasta el punto que algunos deciden mejor desertar del sistema educativo, sistema que no tiene, ni dispone de los recursos necesarios para enfrentar el confinamiento y lamentablemente, solo los que ponen algo de imaginación y utilizan sus propios recursos, logran avanzar en estos tiempos de crisis.

    La educación en Antioquia en las instituciones educativas del nivel público, en estos tiempos de crisis, se encuentra en estado de estatua, ¡sí!, en estado de estatua, porque los planteles se vieron obligados a cerrar sus puertas ante la amenaza

    inminente del COVID-19 y después de un tiempo se reinventaron, asomando la cara desde las casas de los maestros y los estudiantes. Bajo estas circunstancias, la intimidad de los hogares de rectores, coordinadores, profesores y estudiantes, se ha violentado. Algunos, de forma equívoca, señalan que estamos desarrollando una educación virtual de calidad, cuando en realidad se está trabajando desde el contexto de los

    #�������������

  • hogares, con el objetivo de tener a los educandos dentro del sistema escolar, al mismo tiempo que se pone en apuros a los padres de familia.

    Eugenio Trías, señala que “las crisis, aunque atemorizan, sirven para cancelar una época e inaugurar otra.” De este modo, la educación en Antioquia se tomará su tiempo para recuperarse y es apenas entendible, ya que en nueve entidades certificadas en educación, cada una tiene la responsabilidad de sus procesos, además, cuentan con condiciones socioeconómicas y culturales diferentes, lo que hace que en todas sea común la poca inversión en educación y en salud. Ni qué hablar de la corrupción, o al menos eso es lo que se evidencia al observar los hospitales y las aulas tradicionales del siglo pasado. A

    CONTEXTOREVISTA DIGITAL

    Editorial

    02

    lo mejor esta crisis conduzca a una época donde la salud y la educación sea una prioridad y las inversiones en estas áreas de la sociedad, dejen de ser una ilusión y se conviertan en una realidad.

    Antioquia tiene la pujanza para salir victoriosa de la pandemia, pero también tiene los recursos económicos para ofrecer mejores condiciones en salud y en educación en estos tiempos inéditos. Este puede ser un tiempo perfecto para invertir en salud y educación, dotando los hospitales, construyendo y adecuando escuelas, las cuales ya están deterioradas y en muchas se pone en riesgo la vida de estudiantes, docentes y demás comunidad educativa. Además, este puede ser el momento de llevar el agua potable a muchas instituciones que carecen de ella, ofrecer conectividad de internet gratis a

    los niños y niñas que no tienen la posibilidad de acceder a este.

    #�������������

  • CONTEXTOREVISTA DIGITAL 03

    Actualidad#�������������

    CON PANDEMIA O SIN PANDEMIAFECODE SIGUE EN LA LUCHA.

    Nelson Javier Alarcón Suárez – Presidente de FECODE

    1. EL CONTEXTODesde hace 61 años la FECODE se ha venido consolidando como la mayor fuerza gremial y sindical del país, con 310.000 afiliados en 34 seccionales que mantienen vivo un proyecto pedagógico, cultural y político por el derecho a la educación, la defensa de la educación pública, la dignidad de los maestros y maestras, además del reconocimiento de la pedagogía como el saber propio que se construye colectivamente por la reflexión sobre la práctica. Gracias a esta permanente beligerancia y unidad, FECODE ha conquistado el Fondo de Prestaciones del magisterio, la financiación adecuada del servicio educativo, la denuncia permanente de las pretensiones neoliberales para privatizar la educación y desconocer los derechos. Gracias a esta gestión y el acompañamiento de los movimientos sociales y políticos críticos, fue posible la creación del Movimiento Pedagógico en 1984, la constitución de los Centros de Estudios e Investigaciones Docentes (CEID) ; y la Revista Educación y Cultura como también la realización de dos Congresos Pedagógicos Nacionales en 1987 y 1994.

    Es un proyecto pedagógico porque se centra en la identidad de los maestros y maestras alrededor de la pedagogía como el campo de conocimiento y de práctica que hace posible comprender la educación desde sus fines, contenidos, metodologías, formas de evaluación y concepciones curriculares. Es cultural porque asume la formación del ciudadano en contextos propios, desde las formas de vida y sus manifestaciones lingüísticas, creencias, imaginarios, identidades, memorias e historias, que se asimilan como patrimonio cultural de la humanidad y se ponen a disposición de los niños y jóvenes para ver el mundo. Y es político porque genera condiciones para hacer de la escuela un territorio de paz donde la vida en democracia sea el espacio de actuación individual y colectiva de un sujeto ético en un estado de derecho.

    “ El propósito de este escrito es presentar unas ideas centrales, acerca de la situación que vivimos y su relación con las exigencias y el proyecto pedagógico-cultural de la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación-FECODE. Caracterizaremos las condiciones del Sistema Educativo Colombiano, antes y durante la pandemia y señalaremos las perspectivas que ha construido la Federación para salir fortalecidos después de esta crisis. Estamos, ante una situación inédita en la historia de Colombia y bien merece la pena pensar lo que nos está pasando.

  • CONTEXTOREVISTA DIGITAL 04

    Actualidad#�������������136 ediciones de la Revista Educación y Cultura y el trabajo intenso y riguroso del CEID durante 36 años empeñados en la construcción de un proyecto educativo pedagógico alternativo- PEPA – conformado por experiencias pedagógicas – EPA- son, hoy por hoy, la memoria colectiva del pensamiento y la actitud crítica de los miles de maestros y maestras que han expresado sus ideas, acerca de la educación, la pedagogía y las políticas públicas en educación. Fue gracias también al acompañamiento vigoroso de la FECODE por lo que se logró la Constitución de 1991 y la presencia en la Constituyente de dos miembros activos de nuestra Federación, así como la expedición en 1994 de la Ley General de Educación que consagró la autonomía escolar, el PEI, el gobierno escolar, el preescolar de tres grados, el currículo flexible y fijó los objetivos para las 9 áreas.

    Sin embargo, es preciso anotar, que estos avances fueron interrumpidos de manera ofensiva para el magisterio y servil para el Banco Mundial, por los gobiernos de Pastrana y Uribe mediante el acto legislativo del 2001 cuando se dividió el cuerpo docente en dos estatutos, se recortó el Sistema General de Participaciones para desfinanciar la educación y se Macartizó el movimiento magisterial que, en medio de la violencia, la desaparición forzada y las muertes selectivas de los líderes en las regiones, entró en franco receso y desmovilización.

    Pero, a pesar de estos tristes sucesos, FECODE mantiene su proyecto y denuncia la consigna del gobierno de “quebrarle el espinazo a FECODE”, continúa denunciando las políticas lesivas de los gobiernos de turno y la entrega a los intereses de la OCDE. Las Juntas Nacionales y el Comité Ejecutivo, unidos en su proyecto y consolidando sus fuerzas en la bases, logra con las movilizaciones y Paros, mantener la conciencia de los maestros y maestras alerta y presionando para negociar los pliegos que le corresponden como organización Sindical.

    En el paro nacional del magisterio en 2019 fue posible llegar a Acuerdos entre FECODE y el Gobierno Nacional para una financiación adecuada a la educación mediante una reforma constitucional al Sistema General de Participaciones (SGP) con el propósito de incrementar real y progresivamente los recursos financieros que permitan garantizar el cierre de seis brechas reconocidas como factores de desigualdad que están afectando la calidad de la educación. Ellas son: acceso universal, jornada única, relaciones técnicas maestro-alumno, canasta educativa, educación rural y preescolar de tres grados.

  • CONTEXTOREVISTA DIGITAL 05

    Actualidad#�������������

    El sistema educativo colombiano, a pesar de la vigencia de los derechos consagrados en la Constitución Nacional del 91 y la Ley 115 del 94 así como la Ley de Educación Superior del 92 presenta alto grado de inequidad, jerarquización, desfinanciación, dependencia de organismos internacionales, favorecimiento del sector privado y ausencia de una directriz clara en cuanto a la formación de docentes que no se fortalece con los desarrollos de la investigación en educación y pedagogía ni mucho menos con propuestas en educación inicial, básica y media cuyos indicadores colocan a nuestro país muy por debajo de los promedios de la OCDE.

    2. LO QUE REVELA LA PANDEMIA:Como vemos la situación de la educación antes de la pandemia se caracteriza por la precariedad en todos los niveles, por una profunda desigualdad social y sobre todo por una política neoliberal que se metió a la escuela y colonizó el lenguaje de los maestros y las maestras, sin pedirle permiso a nadie: eficacia, eficiencia, pago por mérito, evaluación por evidencias, contabilidad, estándares, control, trazabilidad de la gestión, competencias, derechos básicos de aprendizaje, malla curricular, pruebas PISA y SABER. Son palabras de la administración de empresas, pero no hacen parte de los clásicos de la pedagogía.

    El MEN parece no reconocer que estamos en una situación diferente que exige creatividad e innovación, así como el abandono de las políticas tradicionales y en lugar de aceptar el reto y llamar a los maestros y a los investigadores en el campo de la educación y la pedagogía, se dedica a multiplicar los programas de corte neoliberal como todos a aprender, derechos básicos de aprendizaje y se obsesiona por quedar bien con los compromisos internacionales como las pruebas PISA, el día E y los indicadores sintéticos de calidad. No otra cosa son los enlatados que se transmiten en los programas del canal institucional, sin análisis ni crítica, sin evaluación pedagógica ni participación de las Facultades de Educación o Escuelas Normales.

    Con la llegada del Coronavirus el MEN decide adoptar las nuevas tecnologías como el medio para mantener y garantizar la continuidad de la educación en todo el país. Los maestros hacen todos los esfuerzos por adaptar sus proyectos de aula y su PEI a estos dispositivo, pero se estrellan con la dura realidad: el 67% de los estudiantes de instituciones públicas no tienen acceso a internet y muchos maestros tampoco han desarrollado habilidades para la organización de los propósitos de enseñanza en estos artefactos. Las brechas entre lo rural y lo urbano, entre lo privado y lo público, y sobre todo el hecho

    Se reconoce que desde los años 90 se ha venido implementando en el orden internacional un Movimiento Global de Reforma Educativa (GERM) centrado en los siguientes componentes: Estandarización del aprendizaje y de la enseñanza-énfasis en lectoescritura, matemáticas y ciencias, descuidando otras dimensiones de la formación-prescripción de un currículo único basado en competencias asumidas como derechos básicos de aprendizaje-modelo de reforma en función del mercado-vigilancia y contabilidad a través de las pruebas PISA y SABER.

    Estas políticas en nuestro país se vienen desarrollando como criterio de calidad de la educación.

    contundente de que el comedor de la casa no puede ser un aula de clase y la escuela y el maestro tampoco puede ser reemplazado por la mamá y el papá, aunque tengan también ellos situaciones complejas de trabajo, desempleo, incluso escenarios de intolerancia y maltrato.

    Lo más lógico sería declarar la emergencia educativa y poner las redes de interconectividad gratis al servicio de todos la comunidad educativa así como poner en marcha de manera inmediata programas de formación al magisterio para el uso adecuado de los medios virtuales y las herramientas tecnológicas como también, realizar reformas curriculares innovadoras que orienten la educación, la enseñanza y el aprendizaje por medio de las nuevas tecnologías, que son un medio pero no se pueden convertir en un fin, pues por sí mismas ellas no educan si no hay detrás un pedagogo y un experto en las disciplinas específicas que fije los propósitos, seleccione los temas, fije las estrategias didácticas, oriente las actividades y establezca las formas de evaluación de acuerdo con el contexto y los compromisos de cada Institución educativa de acuerdo con la Ley 115.

    La tensión entre el cuidado de la salud y el mantenimiento de la economía hace que se insista en volver a las aulas y continuar el año lectivo sin condiciones de bioseguridad y sin resolver ninguno de los puntos presentados en el pliego de FECODE en 2019, dentro de los cuales el más álgido es el de la Reforma Constitucional al Sistema General de Participaciones para asegurar una financiación adecuada a la educación. Seguramente los empresarios por la educación están presionando para que no se acabe el negocio y los interesados aprovechen para meter en el saco de la prevención de la pandemia una ofensiva reduccionista del currículo y la legitimación de la calidad de la educación como resultado de las pruebas externas.

    3.- LA POSICIÓN DE FECODE:• Coherente con su Proyecto Pedagógico, Cultural y Político, la Federación mantiene sus peticiones hechas al gobierno en 2019 y exige la continuidad de las mesas de negociación sobre ellas, como quedó acordado.

    • Exige una reforma curricular acorde con los nuevos contextos, que tenga en cuenta el cambio en los propósitos de la formación en ambientes familiares, que articule los temas y problemas a las nuevas situaciones, que recupere la formación en valores y la dimensión regulativa de currículo, que atienda los problemas emocionales y explore otras alternativas desde la pedagogía sociocrítica.

    • Que supere el asignaturismo y las maneras fragmentadas de ver el mundo para proponer estrategias didácticas integradas por problemas, por tópicos generadores, rescatando los saberes ancestrales y las epistemologías del sur, que aproveche las pedagogías activas que fomenten el aprender en contexto y en la práctica a partir de situaciones concretas: matemáticas, ciencias, lenguaje, pueden trabajarse de manera interdisiciplinaria para la resolución de problemas y el manejo en profundidad de conceptos puestos también en herramientas tecnológicas como medios que amplían el espacio y el tiempo y ponen a disposición toda la información posible, la misma que el profesor y el estudiante asumen para convertirla en conocimientos. Lo anterior implica el abandono de las prescripciones sobre evaluación y bajarle la tensión a la pérdida del año: mantenernos con vida y poner a prueba nuevas alternativas de acompañamiento a los estudiantes, acercarnos más a los padres de familia y valorar la dedicación de los

    maestros cuyas experiencias didácticas podrían conformar un gran repositorio que sirva de caja de herramientas para trabajar en tiempos de coronavirus. Va mucho más allá de la preocupación por la deserción o la repitencia.

    Estas tensiones ponen en cuestión la llamada calidad de la educación, muestran el agotamiento del modelo vigente y dejan al descubierto la necesidad de pensar en colectivo, como país, los fines de la educación que nuestros hijos necesitan.

    Ese es el reto que estamos asumiendo y al cual convocamos a todo el magisterio colombiano.

  • El sistema educativo colombiano, a pesar de la vigencia de los derechos consagrados en la Constitución Nacional del 91 y la Ley 115 del 94 así como la Ley de Educación Superior del 92 presenta alto grado de inequidad, jerarquización, desfinanciación, dependencia de organismos internacionales, favorecimiento del sector privado y ausencia de una directriz clara en cuanto a la formación de docentes que no se fortalece con los desarrollos de la investigación en educación y pedagogía ni mucho menos con propuestas en educación inicial, básica y media cuyos indicadores colocan a nuestro país muy por debajo de los promedios de la OCDE.

    2. LO QUE REVELA LA PANDEMIA:Como vemos la situación de la educación antes de la pandemia se caracteriza por la precariedad en todos los niveles, por una profunda desigualdad social y sobre todo por una política neoliberal que se metió a la escuela y colonizó el lenguaje de los maestros y las maestras, sin pedirle permiso a nadie: eficacia, eficiencia, pago por mérito, evaluación por evidencias, contabilidad, estándares, control, trazabilidad de la gestión, competencias, derechos básicos de aprendizaje, malla curricular, pruebas PISA y SABER. Son palabras de la administración de empresas, pero no hacen parte de los clásicos de la pedagogía.

    El MEN parece no reconocer que estamos en una situación diferente que exige creatividad e innovación, así como el abandono de las políticas tradicionales y en lugar de aceptar el reto y llamar a los maestros y a los investigadores en el campo de la educación y la pedagogía, se dedica a multiplicar los programas de corte neoliberal como todos a aprender, derechos básicos de aprendizaje y se obsesiona por quedar bien con los compromisos internacionales como las pruebas PISA, el día E y los indicadores sintéticos de calidad. No otra cosa son los enlatados que se transmiten en los programas del canal institucional, sin análisis ni crítica, sin evaluación pedagógica ni participación de las Facultades de Educación o Escuelas Normales.

    Con la llegada del Coronavirus el MEN decide adoptar las nuevas tecnologías como el medio para mantener y garantizar la continuidad de la educación en todo el país. Los maestros hacen todos los esfuerzos por adaptar sus proyectos de aula y su PEI a estos dispositivo, pero se estrellan con la dura realidad: el 67% de los estudiantes de instituciones públicas no tienen acceso a internet y muchos maestros tampoco han desarrollado habilidades para la organización de los propósitos de enseñanza en estos artefactos. Las brechas entre lo rural y lo urbano, entre lo privado y lo público, y sobre todo el hecho

    CONTEXTOREVISTA DIGITAL 06

    Actualidad#�������������contundente de que el comedor de la casa no puede ser un aula de clase y la escuela y el maestro tampoco puede ser reemplazado por la mamá y el papá, aunque tengan también ellos situaciones complejas de trabajo, desempleo, incluso escenarios de intolerancia y maltrato.

    Lo más lógico sería declarar la emergencia educativa y poner las redes de interconectividad gratis al servicio de todos la comunidad educativa así como poner en marcha de manera inmediata programas de formación al magisterio para el uso adecuado de los medios virtuales y las herramientas tecnológicas como también, realizar reformas curriculares innovadoras que orienten la educación, la enseñanza y el aprendizaje por medio de las nuevas tecnologías, que son un medio pero no se pueden convertir en un fin, pues por sí mismas ellas no educan si no hay detrás un pedagogo y un experto en las disciplinas específicas que fije los propósitos, seleccione los temas, fije las estrategias didácticas, oriente las actividades y establezca las formas de evaluación de acuerdo con el contexto y los compromisos de cada Institución educativa de acuerdo con la Ley 115.

    La tensión entre el cuidado de la salud y el mantenimiento de la economía hace que se insista en volver a las aulas y continuar el año lectivo sin condiciones de bioseguridad y sin resolver ninguno de los puntos presentados en el pliego de FECODE en 2019, dentro de los cuales el más álgido es el de la Reforma Constitucional al Sistema General de Participaciones para asegurar una financiación adecuada a la educación. Seguramente los empresarios por la educación están presionando para que no se acabe el negocio y los interesados aprovechen para meter en el saco de la prevención de la pandemia una ofensiva reduccionista del currículo y la legitimación de la calidad de la educación como resultado de las pruebas externas.

    3.- LA POSICIÓN DE FECODE:• Coherente con su Proyecto Pedagógico, Cultural y Político, la Federación mantiene sus peticiones hechas al gobierno en 2019 y exige la continuidad de las mesas de negociación sobre ellas, como quedó acordado.

    • Exige una reforma curricular acorde con los nuevos contextos, que tenga en cuenta el cambio en los propósitos de la formación en ambientes familiares, que articule los temas y problemas a las nuevas situaciones, que recupere la formación en valores y la dimensión regulativa de currículo, que atienda los problemas emocionales y explore otras alternativas desde la pedagogía sociocrítica.

    • Que supere el asignaturismo y las maneras fragmentadas de ver el mundo para proponer estrategias didácticas integradas por problemas, por tópicos generadores, rescatando los saberes ancestrales y las epistemologías del sur, que aproveche las pedagogías activas que fomenten el aprender en contexto y en la práctica a partir de situaciones concretas: matemáticas, ciencias, lenguaje, pueden trabajarse de manera interdisiciplinaria para la resolución de problemas y el manejo en profundidad de conceptos puestos también en herramientas tecnológicas como medios que amplían el espacio y el tiempo y ponen a disposición toda la información posible, la misma que el profesor y el estudiante asumen para convertirla en conocimientos. Lo anterior implica el abandono de las prescripciones sobre evaluación y bajarle la tensión a la pérdida del año: mantenernos con vida y poner a prueba nuevas alternativas de acompañamiento a los estudiantes, acercarnos más a los padres de familia y valorar la dedicación de los

    maestros cuyas experiencias didácticas podrían conformar un gran repositorio que sirva de caja de herramientas para trabajar en tiempos de coronavirus. Va mucho más allá de la preocupación por la deserción o la repitencia.

    Estas tensiones ponen en cuestión la llamada calidad de la educación, muestran el agotamiento del modelo vigente y dejan al descubierto la necesidad de pensar en colectivo, como país, los fines de la educación que nuestros hijos necesitan.

    Ese es el reto que estamos asumiendo y al cual convocamos a todo el magisterio colombiano.

  • El sistema educativo colombiano, a pesar de la vigencia de los derechos consagrados en la Constitución Nacional del 91 y la Ley 115 del 94 así como la Ley de Educación Superior del 92 presenta alto grado de inequidad, jerarquización, desfinanciación, dependencia de organismos internacionales, favorecimiento del sector privado y ausencia de una directriz clara en cuanto a la formación de docentes que no se fortalece con los desarrollos de la investigación en educación y pedagogía ni mucho menos con propuestas en educación inicial, básica y media cuyos indicadores colocan a nuestro país muy por debajo de los promedios de la OCDE.

    2. LO QUE REVELA LA PANDEMIA:Como vemos la situación de la educación antes de la pandemia se caracteriza por la precariedad en todos los niveles, por una profunda desigualdad social y sobre todo por una política neoliberal que se metió a la escuela y colonizó el lenguaje de los maestros y las maestras, sin pedirle permiso a nadie: eficacia, eficiencia, pago por mérito, evaluación por evidencias, contabilidad, estándares, control, trazabilidad de la gestión, competencias, derechos básicos de aprendizaje, malla curricular, pruebas PISA y SABER. Son palabras de la administración de empresas, pero no hacen parte de los clásicos de la pedagogía.

    El MEN parece no reconocer que estamos en una situación diferente que exige creatividad e innovación, así como el abandono de las políticas tradicionales y en lugar de aceptar el reto y llamar a los maestros y a los investigadores en el campo de la educación y la pedagogía, se dedica a multiplicar los programas de corte neoliberal como todos a aprender, derechos básicos de aprendizaje y se obsesiona por quedar bien con los compromisos internacionales como las pruebas PISA, el día E y los indicadores sintéticos de calidad. No otra cosa son los enlatados que se transmiten en los programas del canal institucional, sin análisis ni crítica, sin evaluación pedagógica ni participación de las Facultades de Educación o Escuelas Normales.

    Con la llegada del Coronavirus el MEN decide adoptar las nuevas tecnologías como el medio para mantener y garantizar la continuidad de la educación en todo el país. Los maestros hacen todos los esfuerzos por adaptar sus proyectos de aula y su PEI a estos dispositivo, pero se estrellan con la dura realidad: el 67% de los estudiantes de instituciones públicas no tienen acceso a internet y muchos maestros tampoco han desarrollado habilidades para la organización de los propósitos de enseñanza en estos artefactos. Las brechas entre lo rural y lo urbano, entre lo privado y lo público, y sobre todo el hecho

    CONTEXTOREVISTA DIGITAL 07

    Actualidad#�������������contundente de que el comedor de la casa no puede ser un aula de clase y la escuela y el maestro tampoco puede ser reemplazado por la mamá y el papá, aunque tengan también ellos situaciones complejas de trabajo, desempleo, incluso escenarios de intolerancia y maltrato.

    Lo más lógico sería declarar la emergencia educativa y poner las redes de interconectividad gratis al servicio de todos la comunidad educativa así como poner en marcha de manera inmediata programas de formación al magisterio para el uso adecuado de los medios virtuales y las herramientas tecnológicas como también, realizar reformas curriculares innovadoras que orienten la educación, la enseñanza y el aprendizaje por medio de las nuevas tecnologías, que son un medio pero no se pueden convertir en un fin, pues por sí mismas ellas no educan si no hay detrás un pedagogo y un experto en las disciplinas específicas que fije los propósitos, seleccione los temas, fije las estrategias didácticas, oriente las actividades y establezca las formas de evaluación de acuerdo con el contexto y los compromisos de cada Institución educativa de acuerdo con la Ley 115.

    La tensión entre el cuidado de la salud y el mantenimiento de la economía hace que se insista en volver a las aulas y continuar el año lectivo sin condiciones de bioseguridad y sin resolver ninguno de los puntos presentados en el pliego de FECODE en 2019, dentro de los cuales el más álgido es el de la Reforma Constitucional al Sistema General de Participaciones para asegurar una financiación adecuada a la educación. Seguramente los empresarios por la educación están presionando para que no se acabe el negocio y los interesados aprovechen para meter en el saco de la prevención de la pandemia una ofensiva reduccionista del currículo y la legitimación de la calidad de la educación como resultado de las pruebas externas.

    3.- LA POSICIÓN DE FECODE:• Coherente con su Proyecto Pedagógico, Cultural y Político, la Federación mantiene sus peticiones hechas al gobierno en 2019 y exige la continuidad de las mesas de negociación sobre ellas, como quedó acordado.

    • Exige una reforma curricular acorde con los nuevos contextos, que tenga en cuenta el cambio en los propósitos de la formación en ambientes familiares, que articule los temas y problemas a las nuevas situaciones, que recupere la formación en valores y la dimensión regulativa de currículo, que atienda los problemas emocionales y explore otras alternativas desde la pedagogía sociocrítica.

    • Que supere el asignaturismo y las maneras fragmentadas de ver el mundo para proponer estrategias didácticas integradas por problemas, por tópicos generadores, rescatando los saberes ancestrales y las epistemologías del sur, que aproveche las pedagogías activas que fomenten el aprender en contexto y en la práctica a partir de situaciones concretas: matemáticas, ciencias, lenguaje, pueden trabajarse de manera interdisiciplinaria para la resolución de problemas y el manejo en profundidad de conceptos puestos también en herramientas tecnológicas como medios que amplían el espacio y el tiempo y ponen a disposición toda la información posible, la misma que el profesor y el estudiante asumen para convertirla en conocimientos. Lo anterior implica el abandono de las prescripciones sobre evaluación y bajarle la tensión a la pérdida del año: mantenernos con vida y poner a prueba nuevas alternativas de acompañamiento a los estudiantes, acercarnos más a los padres de familia y valorar la dedicación de los

    maestros cuyas experiencias didácticas podrían conformar un gran repositorio que sirva de caja de herramientas para trabajar en tiempos de coronavirus. Va mucho más allá de la preocupación por la deserción o la repitencia.

    Estas tensiones ponen en cuestión la llamada calidad de la educación, muestran el agotamiento del modelo vigente y dejan al descubierto la necesidad de pensar en colectivo, como país, los fines de la educación que nuestros hijos necesitan.

    Ese es el reto que estamos asumiendo y al cual convocamos a todo el magisterio colombiano.

    CANALES DE ADIDA

    Recuerda seguir las redes sociales de ADIDA y sus canales oficiales para estar informado sobre temas de interés para los afiliados y comunidad educativa.

    ADIDA

    @ADIDASINDICATO

    ADIDA

    ADIDATELEVISION

    WWW.ADIDA.ORG.CO

  • En un aparte del artículo de educación, pedagogía y cultura centrados en la sociedad del conocimiento de Enrique E. Batista J., Ph. D. de junio, 2020, expresa sobre el regreso a la normalidad educativa, sabiendo que las escuelas siempre han funcionado en una constante anormalidad, desprovistas de una adecuada infraestructura física, vetustas y calamitosas, que no cumplen normas de sismo resistencia; escuelas carentes de recursos tecnológicos y de los demás medios necesarios para una    enseñanza y aprendizaje esenciales y significativos, con maestros mal pagados y nada reconocidos, con  una educación superior pública desfinanciada, con deserción estudiantil cercana al 50%, con

    ¨Hoy más que nunca se hace indiscutible las consignas que en diferentes manifestaciones públicas expresan los maestros, estudiantes y comunidad educativa contra el Gobierno sobre salud y educación¨.“

    La pandemia que azota al mundo entero ha evidenciado los graves problemas que tiene la educación y la salud. Hoy más que nunca se hace indiscutible las consignas que en diferentes manifestaciones públicas expresan los maestros, estudiantes y comunidad educativa contra el Gobierno sobre salud y educación.En la actualidad, los maestros hacen todo lo posible y se conectan con algunos de sus estudiantes de manera virtual, pues el enseñar y/o aprender virtualmente es un desafío nuevo para muchas personas, y en otro alto porcentaje se comunican con sus estudiantes a través de guías y talleres, por

    SIN CONDICIONES NO HAY REGRESO A LA PRESENCIALIDADLida Yasmín Morales Cuervo - Directiva de Adida - Secreataria de Prensa, Propaganda y Publicaciones

    #�������������

    CONTEXTOREVISTA DIGITAL 08

    Actualidad

    eso en este momento es importante reconocer y valorar el papel que desempeña un educador en su quehacer pedagógico, y sobre todo en este momento de crisis por la pandemia, puesto que a pesar de todas las dificultades que han tenido para llegar con educación a los estudiantes, han logrado hacerlo, y todo gracias a sus esfuerzos, pues nada de lo que el maestro utiliza en este momento lo asume el Gobierno. Hoy los docentes y las comunidades educativas están cargando el costo de la crisis.

    A pesar de las investigaciones y avances que se ha tenido, hasta el momento aún no se cuentan

    con las condiciones necesarias para un eventual regreso a clase, lo cual pondría en riesgo la salud de estudiantes, maestros y comunidad educativa. Las aulas de clase en su mayoría son pequeñas, pues en un día de clase normal hay hacinamiento por la cantidad de estudiantes que se atienden por grado, y según los protocolos de bioseguridad solo se puede trabajar con un determinado porcentaje de los estudiantes, y entonces ¿qué hacemos con los otros estudiantes?

  • valores de las matrículas impagables y con sus modelos de admisión excluyentes no garantiza las condiciones necesarias para un retorno al aula.

    Así mismo expresar que aún continuamos sin acceso a internet, escuelas con cobertura muy baja en la educación media, escuelas con bachillerato que no cualifican para la vida ciudadana y tampoco para el trabajo productivo.

    De igual manera la OMS, el 11 de mayo de 2020, resalta que todavía no se sabe con exactitud la transmisión y la gravedad del coronavirus en los niños. Así mismo, aconseja a los diferentes países que antes de abrir un centro educativo deben reflexionar sobre la epidemiología de la zona en la que se encuentra el centro educativo y las capacidades de mantener las  medidas  de higiene en los entornos escolares.

    Es necesario reconocer que no existen condiciones para regresar, pues los protocolos no se acomodan a la realidad de las comunidades educativas, En este momento en las condiciones que vive Colombia, un posible retorno a clase de manera presencial pondría en riesgo a más de 10 millones de estudiantes de preescolar, básica y media, a más de 2.400.000 estudiantes que adelantan programas de educación superior, aproximadamente un millón de maestros y otros trabajadores de la educación, y por ende a los padres de familia. Por lo tanto, el riesgo es latente como para pensar en un regreso a clase de manera presencial y aún sigue siendo un riesgo alto si se hace en alternancia.

    Así mismo debemos reconocer que la mayoría de los estudiantes colombianos son carentes de recursos económicos, no cuentan con espacios adecuados en sus casas para un aprendizaje de calidad, la mayoría no tienen internet, ni computador, ni celulares que les permitan comunicarse con sus docentes; adicional a estas, muchas casas carecen del servicio de luz, al igual que de agua potable. En conclusión, la desigualdad educativa no solo pasa por la tecnología, hay familias que no pueden hacer acompañamiento pedagógico a sus hijos debido a sus múltiples ocupaciones o porque carecen de formación y de material para poder hacer un buen acompañamiento.

    También es necesario reconocer que el compromiso de los padres siempre ha sido fundamental para los logros académicos de los estudiantes.

    #�������������

    CONTEXTOREVISTA DIGITAL 09

    Actualidad

    ¨La desigualdad educativa no solo pasa por la tecnología, hay familias que no pueden hacer acompañamiento pedagógico a sus hijos debido a sus múltiples ocupaciones o porque carecen de formación, equipos tecnológicos y de material para poder hacer un buen acompañamiento¨.

  • CONTEXTOREVISTA DIGITAL 10

    ActualidadCompañero docente, que la vulnerabilidad de los estudiantes debido a la situación que estamos viviendo y la cual agudiza más la crisis que se traía en salud y educación, cada vez nos haga más fuertes para continuar la lucha por una educación pública de calidad.

    De igual manera, la educación en este tiempo no es para intentar hacer lo mismo que se hace en la presencialidad, debemos valorar y reconocer el papel y el esfuerzo que se está haciendo desde los diferentes entornos, no debemos extralimitarnos en funciones, no debemos agudizar la crisis con la sobre carga laboral, con mayor cantidad de horas laborales en la jornada, ni tampoco sobre cargar de trabajo a estudiantes y padres de familias, la sobre carga laboral puede tener influencia en la salud de los docentes ya que, como lo menciona Carmo (2010) y Dirié y Pascual (2012) puede ocasionar efectos negativos sobre la capacidad física y mental, la sobrecarga laboral puede generar somnolencia, disminución de la capacidad de concentración, depresión, ansiedad y problemas cardíacos, afectando su capacidad de respuesta ante las situaciones y la recurrencia de errores y baja satisfacción en el trabajo. Por lo tanto, es el momento de apoyarnos y de expresar que aquí seguimos los docentes firmes y constantes, acompañando nuestras comunidades educativas en una de las tantas crisis que produce un sistema lleno de imperfecciones, de egoísmos, un sistema corrupto en el que la avaricia de unos pocos deja en la completa miseria a la mayoría. 

    Cada día debemos estar más unidos y fortalecidos luchando por un mundo distinto. Es importante dejar claro que los docentes queremos volver a las aulas de clase, cada docente extraña sus estudiantes, sus compañeros de trabajo, la comunidad educativa, y en algún momento volveremos y cuando eso suceda, pensemos en la responsabilidad que tenemos como docentes de hacer de ellos mejores personas para que puedan cambiar este mundo y no desfallecer en medio las crisis.

    La escuela no es solo un espacio para adquirir conocimientos, es un lugar privilegiado para aprender a vivir en comunidad, para aprender a respetar las diferencias. Pero, ¿será posible el acceso a la educación en igualdad de condiciones y con equidad o, por el contrario, será una utopía?

    América Latina es una de las regiones donde más se vulnera la igualdad y la equidad en los sistemas educativos. Al respecto, (Blanco y Cusato, 2002) afirman que América Latina es una región inequitativa, donde persisten la pobreza y desigualdad distributiva que ha dificultado la constitución de sociedades más integradas y el sistema educativo no es ajeno a esta situación. Sin duda, alrededor de la escuela quedan en evidencia estos aspectos. La pobreza es una manifestación de desigualdad, especialmente en las zonas rurales, donde se presenta con mayor frecuencia la escasez de oportunidades, situaciones de carencia de recursos extremas, como también la discriminación hacia ciertas poblaciones como indígenas, afrodescendientes y migrantes. Cabe señalar que es allí donde la población tiene bajos índices económicos y donde se cuenta con poco acceso a los servicios de educación, salud y vivienda.

    El derecho a la educación debe ser inspirado en la igualdad y la equidad. Sin embargo, el acceso a la educación no garantiza la equidad. No supone tratar a todos por igual, sino dar más a quien más lo necesita. La equidad implica una relación con la

    diversidad, del mismo modo que la igualdad no es uniformidad ni homogeneización discriminadora. Así pues, en aras de la equidad, los estudiantes de clases sociales menos favorecidas deben obtener igualdad en los resultados o logros de aprendizajes, que los estudiantes de estrato socioeconómicos superiores.

    Al respecto, (Cohen, 2002) sostiene que:

    “Los resultados de la Prueba SIMCE (Sistema de Medición de la Calidad de la Enseñanza) han permitido detectar que las políticas de mejoramiento educativo no han logrado incrementar significativamente el porcentaje de logro de los estudiantes de educación básica. El escaso impacto alcanzado se debe, en gran medida, a la discrepancia entre los objetivos perseguidos y las políticas implementadas para alcanzarlos, que se tradujeron en la aplicación de soluciones homogéneas a realidades sociales heterogéneas”.

    La educación que reciben los estudiantes en las instituciones educativas está trazada desde el ordenamiento gubernamental a través de los ministerios de educación, secretarías de educación, y asesores, quienes son los responsables de generar las directrices, los lineamientos, estándares y políticas educativas que determinarán el currículo aplicado en cada país y que serán el garante de los aprendizajes mínimos que deben adquirir los estudiantes. La dificultad radica en que se han implementado modelos educativos que han sido exitosos en

    otras regiones, pero que no corresponden al contexto ni a las circunstancias y necesidades del entorno donde se desarrollarán y por consiguiente los resultados esperados no satisfacen las expectativas.

    Desde la perspectiva multidimensional, la desigualdad en educación se manifiesta desde factores internos como externos. A nivel interno, componentes como el contexto sociocultural, económico y familiar son determinantes, además del contexto educativo. En el plano externo, se tienen en cuenta las macro políticas de desarrollo, la globalización y el acceso a las nuevas tecnologías. En la actualidad, este último factor es clave, puesto que los estudiantes que no cuentan con tecnologías apropiadas ni con acceso a internet y presentan desventajas comparativas con respecto a los que sí la poseen, es decir, el acceso a las nuevas tecnologías ensancha la brecha digital. Generalmente esto se asocia a la brecha entre las ciudades y el campo. El sector campesino ha sido el más desprotegido por los gobiernos; la desigualdad es notoria especialmente en zonas geográficamente alejadas, donde no llega la presencia del estado, unida a factores como la violencia y la presencia de grupos armados que ha incitado al desplazamiento forzado y masivo de sus pobladores. Ellos se enfrentan además del desarraigo de su terruño, a sus precarias condiciones económicas.

    En este sentido, (Gómez,1996) presenta una reseña sobre el origen y consecuencias de las desigualdades educativas en América Latina, basado en la investigación realizada por Carlos Muñoz Izquierdo. En ella concluye que para responder a la igualdad en la distribución de oportunidades educativas, no es suficiente garantizar el ingreso al servicio educativo. Es necesario, además, eficiencia en la distribución de los recursos y en la consecución de los objetivos. Del mismo modo, cuestiona cómo los factores externos a la escuela y las pocas políticas públicas en educación que compensen dichos factores,

    frustran los ideales de igualdad en la educación pública proclamados en los discursos de los gobernantes e impiden distribuir equitativamente las oportunidades educativas.

    Aquí cabe resaltar que un docente no comprometido, desmotivado o falto de creatividad, puede contribuir a la segregación socioeconómica y cultural, dando una educación precaria, en una escuela con escasez de recursos para atender a los más pobres, acrecentando aún más las desigualdades sociales. En contraste con esto, hay casos donde, a pesar de las dificultades del entorno, de las situaciones de pobreza, de escasez de recursos, los docentes con su capacidad de liderazgo, iniciativa y creatividad utilizan muy bien los recursos que tienen disponibles, crean las condiciones propicias para enseñar, adecuando los contenidos al contexto local, logrando entornos estimulantes para el aprendizaje, privilegiando el análisis y solución de sus necesidades, con la ayuda y cooperación de la familia. De esta manera el docente, apoyado en su vocación de servicio, cumple una función social y puede influir positiva e integralmente en sus estudiantes. Desde la utopía, a pesar de los factores internos y externos que condicionan la labor de los docentes, la escuela puede marcar la diferencia y posibilitar aprendizajes de calidad en contextos de pobreza. En este sentido, (Freire, 2003) sostiene que la utopía posible no sólo en Latinoamérica sino en el mundo, es la reinvención de las sociedades, en el sentido de hacerlas más humanas… más deseables para todo el mundo, para todas las clases sociales.

    #�������������

  • La escuela no es solo un espacio para adquirir conocimientos, es un lugar privilegiado para aprender a vivir en comunidad, para aprender a respetar las diferencias. Pero, ¿será posible el acceso a la educación en igualdad de condiciones y con equidad o, por el contrario, será una utopía?

    América Latina es una de las regiones donde más se vulnera la igualdad y la equidad en los sistemas educativos. Al respecto, (Blanco y Cusato, 2002) afirman que América Latina es una región inequitativa, donde persisten la pobreza y desigualdad distributiva que ha dificultado la constitución de sociedades más integradas y el sistema educativo no es ajeno a esta situación. Sin duda, alrededor de la escuela quedan en evidencia estos aspectos. La pobreza es una manifestación de desigualdad, especialmente en las zonas rurales, donde se presenta con mayor frecuencia la escasez de oportunidades, situaciones de carencia de recursos extremas, como también la discriminación hacia ciertas poblaciones como indígenas, afrodescendientes y migrantes. Cabe señalar que es allí donde la población tiene bajos índices económicos y donde se cuenta con poco acceso a los servicios de educación, salud y vivienda.

    El derecho a la educación debe ser inspirado en la igualdad y la equidad. Sin embargo, el acceso a la educación no garantiza la equidad. No supone tratar a todos por igual, sino dar más a quien más lo necesita. La equidad implica una relación con la

    diversidad, del mismo modo que la igualdad no es uniformidad ni homogeneización discriminadora. Así pues, en aras de la equidad, los estudiantes de clases sociales menos favorecidas deben obtener igualdad en los resultados o logros de aprendizajes, que los estudiantes de estrato socioeconómicos superiores.

    Al respecto, (Cohen, 2002) sostiene que:

    “Los resultados de la Prueba SIMCE (Sistema de Medición de la Calidad de la Enseñanza) han permitido detectar que las políticas de mejoramiento educativo no han logrado incrementar significativamente el porcentaje de logro de los estudiantes de educación básica. El escaso impacto alcanzado se debe, en gran medida, a la discrepancia entre los objetivos perseguidos y las políticas implementadas para alcanzarlos, que se tradujeron en la aplicación de soluciones homogéneas a realidades sociales heterogéneas”.

    La educación que reciben los estudiantes en las instituciones educativas está trazada desde el ordenamiento gubernamental a través de los ministerios de educación, secretarías de educación, y asesores, quienes son los responsables de generar las directrices, los lineamientos, estándares y políticas educativas que determinarán el currículo aplicado en cada país y que serán el garante de los aprendizajes mínimos que deben adquirir los estudiantes. La dificultad radica en que se han implementado modelos educativos que han sido exitosos en

    otras regiones, pero que no corresponden al contexto ni a las circunstancias y necesidades del entorno donde se desarrollarán y por consiguiente los resultados esperados no satisfacen las expectativas.

    Desde la perspectiva multidimensional, la desigualdad en educación se manifiesta desde factores internos como externos. A nivel interno, componentes como el contexto sociocultural, económico y familiar son determinantes, además del contexto educativo. En el plano externo, se tienen en cuenta las macro políticas de desarrollo, la globalización y el acceso a las nuevas tecnologías. En la actualidad, este último factor es clave, puesto que los estudiantes que no cuentan con tecnologías apropiadas ni con acceso a internet y presentan desventajas comparativas con respecto a los que sí la poseen, es decir, el acceso a las nuevas tecnologías ensancha la brecha digital. Generalmente esto se asocia a la brecha entre las ciudades y el campo. El sector campesino ha sido el más desprotegido por los gobiernos; la desigualdad es notoria especialmente en zonas geográficamente alejadas, donde no llega la presencia del estado, unida a factores como la violencia y la presencia de grupos armados que ha incitado al desplazamiento forzado y masivo de sus pobladores. Ellos se enfrentan además del desarraigo de su terruño, a sus precarias condiciones económicas.

    En este sentido, (Gómez,1996) presenta una reseña sobre el origen y consecuencias de las desigualdades educativas en América Latina, basado en la investigación realizada por Carlos Muñoz Izquierdo. En ella concluye que para responder a la igualdad en la distribución de oportunidades educativas, no es suficiente garantizar el ingreso al servicio educativo. Es necesario, además, eficiencia en la distribución de los recursos y en la consecución de los objetivos. Del mismo modo, cuestiona cómo los factores externos a la escuela y las pocas políticas públicas en educación que compensen dichos factores,

    frustran los ideales de igualdad en la educación pública proclamados en los discursos de los gobernantes e impiden distribuir equitativamente las oportunidades educativas.

    Aquí cabe resaltar que un docente no comprometido, desmotivado o falto de creatividad, puede contribuir a la segregación socioeconómica y cultural, dando una educación precaria, en una escuela con escasez de recursos para atender a los más pobres, acrecentando aún más las desigualdades sociales. En contraste con esto, hay casos donde, a pesar de las dificultades del entorno, de las situaciones de pobreza, de escasez de recursos, los docentes con su capacidad de liderazgo, iniciativa y creatividad utilizan muy bien los recursos que tienen disponibles, crean las condiciones propicias para enseñar, adecuando los contenidos al contexto local, logrando entornos estimulantes para el aprendizaje, privilegiando el análisis y solución de sus necesidades, con la ayuda y cooperación de la familia. De esta manera el docente, apoyado en su vocación de servicio, cumple una función social y puede influir positiva e integralmente en sus estudiantes. Desde la utopía, a pesar de los factores internos y externos que condicionan la labor de los docentes, la escuela puede marcar la diferencia y posibilitar aprendizajes de calidad en contextos de pobreza. En este sentido, (Freire, 2003) sostiene que la utopía posible no sólo en Latinoamérica sino en el mundo, es la reinvención de las sociedades, en el sentido de hacerlas más humanas… más deseables para todo el mundo, para todas las clases sociales.

    CONTEXTOREVISTA DIGITAL 11

    Actualidad

    EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL CÓLERALA EDUCACIÓN EN LOS TIEMPOS DEL COVID – 19

    #

    Son muchos los escenarios y demasiadas las preocupaciones para que la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación, FECODE, realice un pronunciamiento en materia pedagógica y educativa a través de su instancia organizativa de orden nacional, el Centro de Estudios e Investigaciones Docentes, CEID, y su expresión la Revista Educación y Cultura.

    La coyuntura actual se presentó como a todo escritor sin un libreto preconcebido, pero sí con unas ideas al respecto de cómo afrontar la situación desde el plano político, económico, social y cultural, incluyendo lo educativo.

    Por ello para nosotros como equipo de trabajo de la Federación hacemos un llamado a la reflexión política y pedagógica del magisterio colombiano en esta situación de emergencia sanitaria y ecológica para la cual nadie estaba preparado, y mucho menos con hojas de ruta bajo el brazo.

    Valga señalar que tanto el ejecutivo como sus asesores y ministerios han realizado más de ciento cincuenta (150) decretos para paliar y enfrentar la crisis pero la situación de hambre y la poca capacidad para proteger la primera línea de salud con los equipos de seguridad pertinentes y suficientes ha develado y confirmado la grave crisis del Sistema General de Participaciones, en materia de educación, salud, agua potable y saneamiento básico.

    Fue el año del enamoramiento encarnizado. Ni el uno ni el otro tenían vida para nada distinto de pensar en el otro, para soñar con el otro, para esperar cartas con tanta intensidad como las contestaba. Nunca en aquella primavera de delirio, ni en el año siguiente, tuvieron ocasión de comunicarse de viva voz». Gabriel García Márquez.

    Hecho este que no lo reconoce el actual Gobierno al desmontar la mesa de alto nivel, pero que fue el propósito fundamental de los maestros durante el paro del 2019 y en el cual se firmó un acta de compromiso para presentar al Congreso de la República una fórmula para el crecimiento global y progresivo del Sistema General de Participación que contempla estas cuatro responsabilidades del estado, delegadas a las entidades territoriales por mandato constitucional.

    El recorte de recursos del SGP es de 348 billones de pesos; de los cuales al sector educación le corresponden 195 billones de pesos en estos últimos 19 años.

    Víctor Manuel Cabrera - Director CEID FecodeLuis Alonso Londoño Z. - Secretario Ejecutivo CEID Fecode

  • Actualidad#�������������

    CONTEXTOREVISTA DIGITAL 12

    La escuela no es solo un espacio para adquirir conocimientos, es un lugar privilegiado para aprender a vivir en comunidad, para aprender a respetar las diferencias. Pero, ¿será posible el acceso a la educación en igualdad de condiciones y con equidad o, por el contrario, será una utopía?

    América Latina es una de las regiones donde más se vulnera la igualdad y la equidad en los sistemas educativos. Al respecto, (Blanco y Cusato, 2002) afirman que América Latina es una región inequitativa, donde persisten la pobreza y desigualdad distributiva que ha dificultado la constitución de sociedades más integradas y el sistema educativo no es ajeno a esta situación. Sin duda, alrededor de la escuela quedan en evidencia estos aspectos. La pobreza es una manifestación de desigualdad, especialmente en las zonas rurales, donde se presenta con mayor frecuencia la escasez de oportunidades, situaciones de carencia de recursos extremas, como también la discriminación hacia ciertas poblaciones como indígenas, afrodescendientes y migrantes. Cabe señalar que es allí donde la población tiene bajos índices económicos y donde se cuenta con poco acceso a los servicios de educación, salud y vivienda.

    El derecho a la educación debe ser inspirado en la igualdad y la equidad. Sin embargo, el acceso a la educación no garantiza la equidad. No supone tratar a todos por igual, sino dar más a quien más lo necesita. La equidad implica una relación con la

    diversidad, del mismo modo que la igualdad no es uniformidad ni homogeneización discriminadora. Así pues, en aras de la equidad, los estudiantes de clases sociales menos favorecidas deben obtener igualdad en los resultados o logros de aprendizajes, que los estudiantes de estrato socioeconómicos superiores.

    Al respecto, (Cohen, 2002) sostiene que:

    “Los resultados de la Prueba SIMCE (Sistema de Medición de la Calidad de la Enseñanza) han permitido detectar que las políticas de mejoramiento educativo no han logrado incrementar significativamente el porcentaje de logro de los estudiantes de educación básica. El escaso impacto alcanzado se debe, en gran medida, a la discrepancia entre los objetivos perseguidos y las políticas implementadas para alcanzarlos, que se tradujeron en la aplicación de soluciones homogéneas a realidades sociales heterogéneas”.

    La educación que reciben los estudiantes en las instituciones educativas está trazada desde el ordenamiento gubernamental a través de los ministerios de educación, secretarías de educación, y asesores, quienes son los responsables de generar las directrices, los lineamientos, estándares y políticas educativas que determinarán el currículo aplicado en cada país y que serán el garante de los aprendizajes mínimos que deben adquirir los estudiantes. La dificultad radica en que se han implementado modelos educativos que han sido exitosos en

    otras regiones, pero que no corresponden al contexto ni a las circunstancias y necesidades del entorno donde se desarrollarán y por consiguiente los resultados esperados no satisfacen las expectativas.

    Desde la perspectiva multidimensional, la desigualdad en educación se manifiesta desde factores internos como externos. A nivel interno, componentes como el contexto sociocultural, económico y familiar son determinantes, además del contexto educativo. En el plano externo, se tienen en cuenta las macro políticas de desarrollo, la globalización y el acceso a las nuevas tecnologías. En la actualidad, este último factor es clave, puesto que los estudiantes que no cuentan con tecnologías apropiadas ni con acceso a internet y presentan desventajas comparativas con respecto a los que sí la poseen, es decir, el acceso a las nuevas tecnologías ensancha la brecha digital. Generalmente esto se asocia a la brecha entre las ciudades y el campo. El sector campesino ha sido el más desprotegido por los gobiernos; la desigualdad es notoria especialmente en zonas geográficamente alejadas, donde no llega la presencia del estado, unida a factores como la violencia y la presencia de grupos armados que ha incitado al desplazamiento forzado y masivo de sus pobladores. Ellos se enfrentan además del desarraigo de su terruño, a sus precarias condiciones económicas.

    En este sentido, (Gómez,1996) presenta una reseña sobre el origen y consecuencias de las desigualdades educativas en América Latina, basado en la investigación realizada por Carlos Muñoz Izquierdo. En ella concluye que para responder a la igualdad en la distribución de oportunidades educativas, no es suficiente garantizar el ingreso al servicio educativo. Es necesario, además, eficiencia en la distribución de los recursos y en la consecución de los objetivos. Del mismo modo, cuestiona cómo los factores externos a la escuela y las pocas políticas públicas en educación que compensen dichos factores,

    frustran los ideales de igualdad en la educación pública proclamados en los discursos de los gobernantes e impiden distribuir equitativamente las oportunidades educativas.

    Aquí cabe resaltar que un docente no comprometido, desmotivado o falto de creatividad, puede contribuir a la segregación socioeconómica y cultural, dando una educación precaria, en una escuela con escasez de recursos para atender a los más pobres, acrecentando aún más las desigualdades sociales. En contraste con esto, hay casos donde, a pesar de las dificultades del entorno, de las situaciones de pobreza, de escasez de recursos, los docentes con su capacidad de liderazgo, iniciativa y creatividad utilizan muy bien los recursos que tienen disponibles, crean las condiciones propicias para enseñar, adecuando los contenidos al contexto local, logrando entornos estimulantes para el aprendizaje, privilegiando el análisis y solución de sus necesidades, con la ayuda y cooperación de la familia. De esta manera el docente, apoyado en su vocación de servicio, cumple una función social y puede influir positiva e integralmente en sus estudiantes. Desde la utopía, a pesar de los factores internos y externos que condicionan la labor de los docentes, la escuela puede marcar la diferencia y posibilitar aprendizajes de calidad en contextos de pobreza. En este sentido, (Freire, 2003) sostiene que la utopía posible no sólo en Latinoamérica sino en el mundo, es la reinvención de las sociedades, en el sentido de hacerlas más humanas… más deseables para todo el mundo, para todas las clases sociales.

    Con esta triste realidad ya el magisterio tenía la idea básica de cómo enfrentar la crisis y qué era lo que se le venía encima, adoptando un postura objetiva y crítica ante unos gobiernos indolentes a las necesidades de la población en materia de salud, educación, agua potable y saneamiento básico; que se han vuelto su estribillo en los últimos 3 paros; 2015, 2017 y 2019.

    Asumir una postura crítica en la totalidad del magisterio sería un absurdo que negaría la coexistencia de diversidad de metodologías pedagógicas a su interior y una mentira contra la autonomía escolar y las libertades de aprendizaje y cátedra.

    Una buena parte del magisterio ya sabía que las comunidades educativas no tienen infraestructura (vivienda y agua) y mucho menos conectividad (internet, wifi y equipos de comunicación) para enfrentar la propuesta de educación virtual, sea esta: on line, virtual, sincrónica o asincrónica; que a la final terminan siendo un mal remedo de la vieja educación a distancia de la década del 50 del Siglo XX; propiciada primero por la radio, luego por la TV y finalmente por las cartillas, orientadas a la alfabetización de adultos.

    Esta cruda realidad nos devuelve a los viejos debates de la instrumentalización de la educación, a las mediaciones tecnológicas y al cruel debate sobre el currículo único, obligatorio y uniforme, que le ha costado al magisterio cantidad de docentes y directivos docentes asesinados por hacer de la escuela una institución con contexto, territorio, cultura y proyección social democrática y participativa.

    En la lógica instrumental del proceso enseñanza-aprendizaje, se privilegia la circulación de información y se relega la apropiación del conocimiento y la verdadera formación humana, este hecho viene haciendo curso en la escuela con la introducción de la tecnología educativa desde hace varias décadas. Con la lamentable situación actual

    Así que el Nueva Fidelidad zarpó al amanecer del día siguiente, sin carga ni pasajeros, y con la bandera amarilla del cólera flotando de júbilo en el asta mayor. (…) Gabriel García Márquez

    este hecho se hace mucho más visible al establecer fronteras en las relaciones social-pedagógicas, que tienen el filtro de las herramientas tecnológicas y se concentran en la transmisión de información y verificación de si es adquirida, estos ejercicios se realizan a través de las guías e intentos de talleres que en buena parte corresponden a los ya diseñados por las editoriales en los textos escolares,  en páginas y  plataformas.

    El modelo de competencias impuesto reclama la concentración en las áreas llamadas fundamentales y excluye a las áreas complementarias como la educación física y la educación estética, hecho que pone en alto riesgo el desarrollo de los niños especialmente de su corporeidad y sentido estético.

    Hoy se debe reivindicar el valor formativo de éstas áreas para la adquisición de hábitos, el desarrollo de habilidades y destrezas, la apropiación crítica de técnicas corporales, la apropiación crítica del conocimiento del mundo circundante y la aplicación de todo lo anterior, esta es condición imprescindible de la experiencia humana.

    Los niños y los docentes no pueden estar atrapados por el computador ocho o seis horas diarias, el ocio y el juego son realidades antropológicas que se cultivan en las interacciones humanas o procesos de socialización.

  • Actualidad#�������������

    CONTEXTOREVISTA DIGITAL 13

    La escuela no es solo un espacio para adquirir conocimientos, es un lugar privilegiado para aprender a vivir en comunidad, para aprender a respetar las diferencias. Pero, ¿será posible el acceso a la educación en igualdad de condiciones y con equidad o, por el contrario, será una utopía?

    América Latina es una de las regiones donde más se vulnera la igualdad y la equidad en los sistemas educativos. Al respecto, (Blanco y Cusato, 2002) afirman que América Latina es una región inequitativa, donde persisten la pobreza y desigualdad distributiva que ha dificultado la constitución de sociedades más integradas y el sistema educativo no es ajeno a esta situación. Sin duda, alrededor de la escuela quedan en evidencia estos aspectos. La pobreza es una manifestación de desigualdad, especialmente en las zonas rurales, donde se presenta con mayor frecuencia la escasez de oportunidades, situaciones de carencia de recursos extremas, como también la discriminación hacia ciertas poblaciones como indígenas, afrodescendientes y migrantes. Cabe señalar que es allí donde la población tiene bajos índices económicos y donde se cuenta con poco acceso a los servicios de educación, salud y vivienda.

    El derecho a la educación debe ser inspirado en la igualdad y la equidad. Sin embargo, el acceso a la educación no garantiza la equidad. No supone tratar a todos por igual, sino dar más a quien más lo necesita. La equidad implica una relación con la

    diversidad, del mismo modo que la igualdad no es uniformidad ni homogeneización discriminadora. Así pues, en aras de la equidad, los estudiantes de clases sociales menos favorecidas deben obtener igualdad en los resultados o logros de aprendizajes, que los estudiantes de estrato socioeconómicos superiores.

    Al respecto, (Cohen, 2002) sostiene que:

    “Los resultados de la Prueba SIMCE (Sistema de Medición de la Calidad de la Enseñanza) han permitido detectar que las políticas de mejoramiento educativo no han logrado incrementar significativamente el porcentaje de logro de los estudiantes de educación básica. El escaso impacto alcanzado se debe, en gran medida, a la discrepancia entre los objetivos perseguidos y las políticas implementadas para alcanzarlos, que se tradujeron en la aplicación de soluciones homogéneas a realidades sociales heterogéneas”.

    La educación que reciben los estudiantes en las instituciones educativas está trazada desde el ordenamiento gubernamental a través de los ministerios de educación, secretarías de educación, y asesores, quienes son los responsables de generar las directrices, los lineamientos, estándares y políticas educativas que determinarán el currículo aplicado en cada país y que serán el garante de los aprendizajes mínimos que deben adquirir los estudiantes. La dificultad radica en que se han implementado modelos educativos que han sido exitosos en

    otras regiones, pero que no corresponden al contexto ni a las circunstancias y necesidades del entorno donde se desarrollarán y por consiguiente los resultados esperados no satisfacen las expectativas.

    Desde la perspectiva multidimensional, la desigualdad en educación se manifiesta desde factores internos como externos. A nivel interno, componentes como el contexto sociocultural, económico y familiar son determinantes, además del contexto educativo. En el plano externo, se tienen en cuenta las macro políticas de desarrollo, la globalización y el acceso a las nuevas tecnologías. En la actualidad, este último factor es clave, puesto que los estudiantes que no cuentan con tecnologías apropiadas ni con acceso a internet y presentan desventajas comparativas con respecto a los que sí la poseen, es decir, el acceso a las nuevas tecnologías ensancha la brecha digital. Generalmente esto se asocia a la brecha entre las ciudades y el campo. El sector campesino ha sido el más desprotegido por los gobiernos; la desigualdad es notoria especialmente en zonas geográficamente alejadas, donde no llega la presencia del estado, unida a factores como la violencia y la presencia de grupos armados que ha incitado al desplazamiento forzado y masivo de sus pobladores. Ellos se enfrentan además del desarraigo de su terruño, a sus precarias condiciones económicas.

    En este sentido, (Gómez,1996) presenta una reseña sobre el origen y consecuencias de las desigualdades educativas en América Latina, basado en la investigación realizada por Carlos Muñoz Izquierdo. En ella concluye que para responder a la igualdad en la distribución de oportunidades educativas, no es suficiente garantizar el ingreso al servicio educativo. Es necesario, además, eficiencia en la distribución de los recursos y en la consecución de los objetivos. Del mismo modo, cuestiona cómo los factores externos a la escuela y las pocas políticas públicas en educación que compensen dichos factores,

    frustran los ideales de igualdad en la educación pública proclamados en los discursos de los gobernantes e impiden distribuir equitativamente las oportunidades educativas.

    Aquí cabe resaltar que un docente no comprometido, desmotivado o falto de creatividad, puede contribuir a la segregación socioeconómica y cultural, dando una educación precaria, en una escuela con escasez de recursos para atender a los más pobres, acrecentando aún más las desigualdades sociales. En contraste con esto, hay casos donde, a pesar de las dificultades del entorno, de las situaciones de pobreza, de escasez de recursos, los docentes con su capacidad de liderazgo, iniciativa y creatividad utilizan muy bien los recursos que tienen disponibles, crean las condiciones propicias para enseñar, adecuando los contenidos al contexto local, logrando entornos estimulantes para el aprendizaje, privilegiando el análisis y solución de sus necesidades, con la ayuda y cooperación de la familia. De esta manera el docente, apoyado en su vocación de servicio, cumple una función social y puede influir positiva e integralmente en sus estudiantes. Desde la utopía, a pesar de los factores internos y externos que condicionan la labor de los docentes, la escuela puede marcar la diferencia y posibilitar aprendizajes de calidad en contextos de pobreza. En este sentido, (Freire, 2003) sostiene que la utopía posible no sólo en Latinoamérica sino en el mundo, es la reinvención de las sociedades, en el sentido de hacerlas más humanas… más deseables para todo el mundo, para todas las clases sociales.

    Estos hechos ha evidenciado el atraso tecnológico del país, mayoría de familias rurales y urbanas no tienen acceso a redes ni a dispositivos digitales. Se ha afectado dinámicas familiares, el maltrato intra familiar se ha potenciado y las estadísticas del PND muestran la realidad educativa en preescolar, básica y media tanto en lo rural como urbano; lo cual demuestra la aberrante desigualdad y desfinanciación para garantizar los derechos de la población.

    Ligado a ello entonces propician el teletrabajo, cuando si acaso en las familias clásicas se cuenta con un solo computador para resolver el teletrabajo de papá y mamá y las tareas de uno o dos hijos, considerando que todos se pueden sentar al mismo tiempo a resolver lo laboral y las actividades académicas de los estudiantes básicos y de educación superior; como si las familias tuviesen vida social fracturada; colocando así una sobre dimensión a la actividad virtual.

    Teniendo en cuenta lo antenior no podemos desconocer que en el último mes la emergencia sanitaria y ecológica ha roto la normalidad académica y la historia ha girado en forma repentina obligando a unas transformaciones radicales en materia de la interacción social, educativa, económica, cultural, de salud y de seguridad.

    En tal sentido las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) son herramientas que pueden potenciar la educación y la difusión del conocimiento en tiempo virtual, desde la perspectiva de la tecnología al servicio de la pedagogía, colocando la educación en otro escenario y no del seguimiento y control, como se pretende desde algunas secretarías de educación o de algunos rectores que están obligando a los docentes a estar seis (6) horas sentados al frente de un computador o de otros que están obligando a ir a las instituciones educativas a entregar el PAE, cuando esto es responsabilidad delos operadores, de este mínimo derecho de la niñez colombiana convertido otra vez en un foco de corrupción en la contratación local, departamental y

    nacional. Nadie se salva de ese vil flagelo mientras que la población se moviliza por los efectos del hambre y la carencia de recursos económicos para atender sus necesidades básicas en materia de salud, vivienda, agua potable, servicios públicos, alimentación y ahora la famosa conectividad.

    Esta carrera loca por la gobernabilidad del mundo es la disputa entre China y Estados Unidos por el desarrollo de la 5G y una coyuntura súper ideal por ensayar el big data y aplicarla a toda la población mundial con el argumento de la seguridad nacional y el nuevo orden mundial que, como se ha visto ya, no depende de la energía de los fósiles sino que dependerá hacia el futuro de los dueños del capital para invertir y controlar los mercados a través de las plataformas virtuales y los desarrollos de las tecnologías de la Información y comunicación (TIC).

    Fecode nació, creció y madura como la novela, luchando “toda la vida” para que la educación pública sea financiada por el estado, gratuita, obligatoria, laica y derecho de todos los hijos de Colombia, desde el preescolar hasta la educación superior. Por eso proponemos:

    •La Institución escolar hoy se debe centrar a estudiar los problemas de la vida: la emergencia sanitaria y ecológica, la marginalidad, las desigualdades

    “El capitán miró a Fermina Daza y vio en sus pestañas los primeros destellos de una escarcha invernal. Luego miró a Florentino Ariza, su dominio invencible, su amor impávido y lo asustó la sospecha tardía de que es la vida, más que la muerte, la que no tiene límites.

    -¿Y hasta cuándo cree usted que podemos seguir en este ir y venir del carajo? -le preguntó.

    Florentino Ariza tenía la respuesta preparada desde hacía cincuenta y tres años, siete meses y once días con sus noches.

    -Toda la vida -dijo”. Gabriel García Márquez

  • La escuela no es solo un espacio para adquirir conocimientos, es un lugar privilegiado para aprender a vivir en comunidad, para aprender a respetar las diferencias. Pero, ¿será posible el acceso a la educación en igualdad de condiciones y con equidad o, por el contrario, será una utopía?

    América Latina es una de las regiones donde más se vulnera la igualdad y la equidad en los sistemas educativos. Al respecto, (Blanco y Cusato, 2002) afirman que América Latina es una región inequitativa, donde persisten la pobreza y desigualdad distributiva que ha dificultado la constitución de sociedades más integradas y el sistema educativo no es ajeno a esta situación. Sin duda, alrededor de la escuela quedan en evidencia estos aspectos. La pobreza es una manifestación de desigualdad, especialmente en las zonas rurales, donde se presenta con mayor frecuencia la escasez de oportunidades, situaciones de carencia de recursos extremas, como también la discriminación hacia ciertas poblaciones como indígenas, afrodescendientes y migrantes. Cabe señalar que es allí donde la población tiene bajos índices económicos y donde se cuenta con poco acceso a los servicios de educación, salud y vivienda.

    El derecho a la educación debe ser inspirado en la igualdad y la equidad. Sin embargo, el acceso a la educación no garantiza la equidad. No supone tratar a todos por igual, sino dar más a quien más lo necesita. La equidad implica una relación con la

    diversidad, del mismo modo que la igualdad no es uniformidad ni homogeneización discriminadora. Así pues, en aras de la equidad, los estudiantes de clases sociales menos favorecidas deben obtener igualdad en los resultados o logros de aprendizajes, que los estudiantes de estrato socioeconómicos superiores.

    Al respecto, (Cohen, 2002) sostiene que:

    “Los resultados de la Prueba SIMCE (Sistema de Medición de la Calidad de la Enseñanza) han permitido detectar que las políticas de mejoramiento educativo no han logrado incrementar significativamente el porcentaje de logro de los estudiantes de educación básica. El escaso impacto alcanzado se debe, en gran medida, a la discrepancia entre los objetivos perseguidos y las políticas implementadas para alcanzarlos, que se tradujeron en la aplicación de soluciones homogéneas a realidades sociales heterogéneas”.

    La educación que reciben los estudiantes en las instituciones educativas está trazada desde el ordenamiento gubernamental a través de los ministerios de educación, secretarías de educación, y asesores, quienes son los responsables de generar las directrices, los lineamientos, estándares y políticas educativas que determinarán el currículo aplicado en cada país y que serán el garante de los aprendizajes mínimos que deben adquirir los estudiantes. La dificultad radica en que se han implementado modelos educativos que han sido exitosos en

    otras regiones, pero que no corresponden al contexto ni a las circunstancias y necesidades del entorno donde se desarrollarán y por consiguiente los resultados esperados no satisfacen las expectativas.

    Desde la perspectiva multidimensional, la desigualdad en educación se manifiesta desde factores internos como externos. A nivel interno, componentes como el contexto sociocultural, económico y familiar son determinantes, además del contexto educativo. En el plano externo, se tienen en cuenta las macro políticas de desarrollo, la globalización y el acceso a las nuevas tecnologías. En la actualidad, este último factor es clave, puesto que los estudiantes que no cuentan con tecnologías apropiadas ni con acceso a internet y presentan desventajas comparativas con respecto a los que sí la poseen, es decir, el acceso a las nuevas tecnologías ensancha la brecha digital. Generalmente esto se asocia a la brecha entre las ciudades y el campo. El sector campesino ha sido el más desprotegido por los gobiernos; la desigualdad es notoria especialmente en zonas geográficamente alejadas, donde no llega la presencia del estado, unida a factores como la violencia y la presencia de grupos armados que ha incitado al desplazamiento forzado y masivo de sus pobladores. Ellos se enfrentan además del desarraigo de su terruño, a sus precarias condiciones económicas.

    En este sentido, (Gómez,1996) presenta una reseña sobre el origen y consecuencias de las desigualdades educativas en América Latina, basado en la investigación realizada por Carlos Muñoz Izquierdo. En ella concluye que para responder a la igualdad en la distribución de oportunidades educativas, no es suficiente garantizar el ingreso al servicio educativo. Es necesario, además, eficiencia en la distribución de los recursos y en la consecución de los objetivos. Del mismo modo, cuestiona cómo los factores externos a la escuela y las pocas políticas públicas en educación que compensen dichos factores,

    frustran los ideales de igualdad en la educación pública proclamados en los discursos de los gobernantes e impiden distribuir equitativamente las oportunidades educativas.

    Aquí cabe resaltar que un docente no comprometido, desmotivado o falto de creatividad, puede contribuir a la segregación socioeconómica y cultural, dando una educación precaria, en una escuela con escasez de recursos para atender a los más pobres, acrecentando aún más las desigualdades sociales. En contraste con esto, hay casos donde, a pesar de las dificultades del entorno, de las situaciones de pobreza, de escasez de recursos, los docentes con su capacidad de liderazgo, iniciativa y creatividad utilizan muy bien los recursos que tienen disponibles, crean las condiciones propicias para enseñar, adecuando los contenidos al contexto local, logrando entornos estimulantes para el aprendizaje, privilegiando el análisis y solución de sus necesidades, con la ayuda y cooperación de la familia. De esta manera el docente, apoyado en su vocación de servicio, cumple una función social y puede influir positiva e integralmente en sus estudiantes. Desde la utopía, a pesar de los factores internos y externos que condicionan la labor de los docentes, la escuela puede marcar la diferencia y posibilitar aprendizajes de calidad en contextos de pobreza. En este sentido, (Freire, 2003) sostiene que la utopía posible no sólo en Latinoamérica sino en el mundo, es la reinvención de las sociedades, en el sentido de hacerlas más humanas… más deseables para todo el mundo, para todas las clases sociales.

    Actualidad#�������������

    CONTEXTOREVISTA DIGITAL 14

    sociales, la economía, la seguridad sanitaria, la salud, el asesinato de líderes sociales; para darle un nuevo sentido a las áreas que supere y trascienda las competencias y lo índices sintéticos de la excelencia educativa.

    •Defender con mayor ahínco las conquistas de la autonomía escolar, las libertades de aprendizaje y cátedra en contra vía del currículo único, obligatorio y uniforme de los Derechos Básicos de Aprendizaje y del Programa Todos a Aprender, procurando que los contenidos pedagógicos sean acordes con el momento histórico.

    •Fortalecer los lineamientos democráticos de la Institución Escolar en cuanto a organización y participación a través del Gobierno Escolar, el Consejo Directivo, el académico; y el consejo de padres, de estudiantes y el personero; para que ella responda por lo humanitario y no por lo diseñado en las plataformas.

    •Este Gobierno Escolar debe fortalecer el compromiso social con la comunidad, hacer los ajustes según el contexto para avanzar en los procesos académicos y acordar aspectos organizativos de las jornadas escolares, tareas y actividades de clase, que ni saturen al estudiantado ni que lo lleven a la evaluación sanción.

    •La comunidad educativa debe contribuir a la lucha por cerrar las brechas en cuanto al agua potable, el saneamiento básico, la alimentación escolar, la conectividad y la infraestructura.

    •Trabajar desde la interdisciplinariedad, lo que implica un trabajo en equipo y una mirada compleja del conocimiento.

    •Ligar este trabajo a la realidad de los territorios y condiciones de las y los estudiantes, además a la situación particular del confinamiento.

    •Seguir en la lucha por un incremento real y progresivo del Sistema General de Participación para

    la población colombiana.

    •Proponer la declaratoria de la emergencia educativa.

    •MEN Y FECODE, consensuar qué hacer con el año académico; un plan de contingencia en salud para maestros y sus familias.

    •Nueva propuesta metodológica y cronológica para seguimiento de los acuerdos.

    •Develar la desigualdad en que trabajamos cotidianamente y en la cual viven las comunidades.Fortalecer la organización del Movimiento Pedagógico construyendo los círculos pedagógicos, el Proyecto Pedagógico Alternativo, las Experiencias Pedagógicas y la Escuela Territorio de Paz.

    •FECODE y filiales deben descartar la educación estandarizada, los Derechos Básicos de Aprendizaje, y defender la Educación pública, independiente, crítica, libre y emancipadora.

  • La escuela no es solo un espacio para adquirir conocimientos, es un lugar privilegiado para aprender a vivir en comunidad, para aprender a respetar las diferencias. Pero, ¿será posible el acceso a la educación en igualdad de condiciones y con equidad o, por el contrario, será una utopía?

    América Latina es una de las regiones donde más se vulnera la igualdad y la equidad en los sistemas educativos. Al respecto, (Blanco y Cusato, 2002) afirman que América Latina es una región inequitativa, donde persisten la pobreza y desigualdad distributiva que ha dificultado la constitución de sociedades más integradas y el sistema educativo no es ajeno a esta situación. Sin duda, alrededor de la escuela quedan en evidencia estos aspectos. La pobreza es una manifestación de desigualdad, especialmente en las zonas rurales, donde se presenta con mayor frecuencia la escasez de oportunidades, situaciones de carencia de recursos extremas, como también la discriminación hacia ciertas poblaciones como indígenas, afrodescendientes y migrantes. Cabe señalar que es allí donde la población tiene bajos índices económicos y donde se cuenta con poco acceso a los servicios de educación, salud y vivienda.

    El derecho a la educación debe ser inspirado en la igualdad y la equidad. Sin embargo, el acceso a la educación no garantiza la equidad. No supone tratar a todos por igual, sino dar más a quien más lo necesita. La equidad implica una relación con la

    diversidad, del mismo modo que la igualdad no es uniformidad ni homogeneización discriminadora. Así pue