Revista Allpa nº 9

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Permacultura, Agroecología, Semillas, Cultivos orgánicos

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EditorJavier Carrera - Red de Guardianes de Semillas

Comité EditorialSteve Sherwood, EkoruralRoberto Gortaire, UtopíaRichard Intriago, FECAOL

Diseño y DiagramaciónJuan Carlos Carrera - [email protected]

Las opiniones vertidas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de los autores.

Allpa se adhiere a las normas de propiedad intelectual de Creative Commons, en la siguiente modalidad: el contenido puede ser reproducido libremente, solamente sin fines comerciales, siempre y cuando se respete su integridad y autoría.

Las fotografías e imágenes son propiedad de RGS, o de los autores indicados.

Foto portada: Intimidad del penco - Fernanda Meneses

PUBLICADO POR:

CON EL APOYO DE:

Revista AllpaCasilla 17-26-129 Tumbaco - ECUADOR

Teléfono (005932) [email protected]

www.allpa.redsemillas.org

Número 9 - Diciembre - 2012

Índice

Hace algunas semanas el presidente del Ecuador anunció en cadena pública su apoyo

a los transgénicos. En su opinión, la prohibición constitucional que protege a este país de

los organismos genéticamente modificados, es un error. Propone nada menos que cambiar

la Constitución para permitir su ingreso.

Resulta revelador que sean las semillas quienes provoquen esta extrema reacción; en los

conflictos por minería, territorios, agua y comunicación no se mencionó la posibilidad de

cambiar la Constitución. Nos recuerda el caso de Irak, donde a los pocos días de firmado

el armisticio con las fuerzas de ocupación estadounidenses, una de las primeras leyes en

aprobarse e implementarse fue precisamente la de semillas. Ambos casos evidencian la

importancia que tienen las semillas para la política mundial, y para el sector corporativo.

En el Ecuador, para poder implementar el modelo agroindustrial transgénico, más de un

artículo constitucional deberá modificarse. Difícilmente las empresas transnacionales y

sus socios nacionales aceptarán la prohibición de imponer derechos de propiedad

intelectual a los seres vivos, o las cláusulas que permiten enjuiciar a quienes causen daños

a la Naturaleza.

Como un aporte a esta discusión, Allpa 9 dedica un amplio espacio a la semilla: qué es,

de donde viene, a quién pertenece. Y por supuesto, un artículo entero sobre los

transgénicos, exponiendo los argumentos que llevan a ciudadanos sin otro interés que el

bienestar común, a luchar contra su introducción.

Pero no todo son malas noticias. Frente a la epidemia de caracoles que arrasaron los

arrozales ecuatorianos este año, presentamos tres casos exitosos de cultivo agroecológico

de esta gramínea. Y visitamos al penco y la cabuya, plantas ancestrales de enorme y

variada utilidad. Cerramos con un interesante análisis sobre los distintos modelos de

ayuda al desarrollo.

Espero que disfruten mucho de esta edición de Allpa, y no olviden que es una puerta

abierta para compartir sus experiencias y opiniones con el mundo.

Javier Carrera, Editor

[email protected]

NoticiasNoticias

Con gran satisfacción hemos visto este año aumentar la cantidad

de materiales para difusión de la propuesta agroecológica. Les

proponemos un menú interesante para quienes tienen conexión a

internet:

• Programa Cosechando en TC TelevisionEste programa de agricultura organica fue una iniciativa de FECAOL.

Se emitió por 3 meses. Los videos se pueden descargar en

http://www.youtube.com/user/TVCOSECHANDO

• Programa de radio Minga por la Pachamama

Este programa del colectivo Corresponsables se difunde a traves de

la Radio Publica y otras emisoras los sabados de 7am a 8am. Puedes

escuchar los audios en http://mingaporlapachamama.blogspot.com/

• Revista Allpa para descarga gratuitaAllpa cuenta ya con sitio propio: www.allpa.redsemillas.orgAllí podrás encontrar los números anteriores, disponibles para

descarga gratuita. A medida que se agoten los ejemplares físicos,

iremos subiendo cada Allpa de la misma manera. También

encontrarás otros artículos de interés.

Materiales Agroecológicospara Difusión

Del 25 al 29 de octubre tuvo lugar en Turín, Italia, el encuentro

internacional Terra Madre de Slow Food. Esta plataforma de defensa

del alimento, que cuenta con más de cien mil socios en 150 países,

ha ido fortaleciendo su lucha de forma práctica y política en los

últimos años. El documento base del Congreso de Slow Food de este

año se denomina La Centralidad del Alimento, y propone un análisis

innovador y muy interesante de la problemática mundial de la

agricultura y la alimentación. Se lo puede descargar en el

http://allpa.redsemillas.org/?page_id=77

América Latina tuvo una fuerte presencia en el evento, no solo con

productos sino también con ideas y propuestas, nacidas de la

experiencia práctica de los movimientos sociales en defensa de la

soberanía alimentaria. De esta manera, nuestros pueblos aportaron

al fabuloso arcoiris de colores, alimentos y tradiciones presentes a

través de más de 3.000 representantes del mundo entero.

Latinoamérica Presente enTerra Madre 2012

NOTICIAS

SOBERANIA ALIMENTARIA

La vida nace en la Semilla

Los Transgénicos en debate

La Red de Semillas Libres de las Américas

AGROECOLOGIA

El cultivo agroecológico del Arroz

AGROBIODIVERSIDAD

El Penco y la Cabuya

EXPERIENCIAS SOSTENIBLES

Desarrollo 3.0 : Hcia una práctica coherente

LA HUERTA EN LA COCINA

Bondades y beneficios del Fréjol Alado

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COLECTIVO AGROECOLÓGICO DEL ECUADOR

Editorial

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el diseño, y el comité editorial de la revista

aprobará tu anuncio, para asegurarnos

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que tengan un claro compromiso con la

Madre Tierra, que deseen promover sus

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alrededor de 10.000 lectores, la mayoría

de ellos en Ecuador.

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Hay muchos debates en el mundo hoy en día. Tantos, que a veces los más esenciales pasan casi desapercibidos. El que se da en torno a la semilla, por ejemplo. ¿Qué mismo es la semilla? ¿A quién pertenece? ¿Quién debe controlarla? ¿Qué significa calidad en la semilla?

Son temas esenciales. ¿Por qué? Pues porque de la semilla proviene algo esencial para nuestra vida: el alimento. Además de medicinas, fibras naturales, materiales de construcción, entre otros recursos necesarios. Sin semillas, no podemos sobrevivir.

El tema de la semilla es muy amplio. Empecemos por lo más básico:

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Soberanía AlimentariaSoberanía Alimentaria

La VIDA nace enLa Semilla

Javier [email protected]

¿Qué Es La Semilla?La semilla es aquello que sirve para multiplicar la vida. Esa es su función esencial, su razón de ser. Según los botánicos solo las semillas sexuales de las plantas deben ser llamadas así. Pero la definición ancestral es mucho más amplia: son semillas por ejemplo el trozo de rama de yuca que sirve para reproducir asexualmente dicha planta, o el animal seleccionado para ser reproductor. Todo aquello que reproduce la vida, merece ser llamado semilla.Las semillas cultivadas son de muchos tipos diferentes. Han sido domesticadas miles de especies vegetales en el mundo, cada una con decenas a cientos de variedades distintas. ¿Cómo fue que se llegó a esta alucinante diversidad? Quizá un ejemplo nos ayude a comprenderlo mejor.

La Selección AncestralHace unos 4500 años llegó a los andes una nueva planta, procedente de México. Era un maíz muy primitivo: una mazorca de canguil (maíz reventón, canchita) que no llegaba a los 10 centímetros de largo, con apenas cuatro hileras de granos. No parecía gran cosa, pero los agricultores de la costa andina le cogieron cariño y empezaron a cultivarlo.De vez en cuando en la chacra de maíz aparecían plantas con mazorcas un poco más grandes. Esta mutación agradó a los agricultores, que inmediatamente empezaron a promoverla, guardando grano solo de aquellas plantas que presentaban esta característica y sembrándolo aparte. Gracias a esta práctica, con el tiempo, mazorcas cada vez más grandes aparecían. Aquellos agricultores que comprendían mejor a las plantas, y gustaban de las semillas, trabajaron con paciencia a lo largo de generaciones; seleccionando cuidadosamente cada año, mezclando distintas variedades para ver qué sucedía, descartando lo que no valía y volviendo a sembrar con la esperanza de conseguir algo especial, algo nuevo. Nuevas mutaciones aparecían, y eran promovidas. Así fueron surgiendo distintos tipos de maíz, y así fue como se logró aumentar el número de hileras, el tamaño de la mazorca, y el tamaño de los granos.Comerciantes, parientes y amigos fueron llevando estas variedades de maíz hacia los valles interiores, y luego hacia las montañas y el callejón interandino. En cada pequeño valle, los hombres y mujeres

que amaban trabajar con las semillas fueron adaptando el maíz a las características de su zona, siguiendo diferentes criterios de selección, propios de cada persona y lugar. Así viajó el maíz, de mano en mano, desde México a los Andes, de la costa a la montaña; de los andes de páramo a los de puna, de regreso a México y de México a Norteamérica. Cuando los europeos llegaron a las Américas, el maíz que encontraron era el grano más versátil y productivo creado por la humanidad, con varios miles de variedades de formas, colores, durezas, resistencias, adaptaciones, sabores, colores y tamaños.Esta labor requirió del aporte de miles de guardianes y guardianas de semillas, a lo largo de cientos de años. Cada una de estas personas fue imprimiendo su huella en la riqueza genética del maíz, y es eso lo que hizo tan versátil y poderosa a la planta. Fue este mismo proceso el que creó, en distintos puntos del planeta, a todas las plantas de cultivo que hemos heredado. Millones de guardianes de semillas, trabajando a lo largo de miles de años, crearon la diversidad de alimentos que hoy consumimos. La ciencia moderna no ha podido domesticar ni una sola nueva especie para la canasta mundial.Detente ahora por un momento y piensa en un cultivo cualquiera, alguna hortaliza, grano, raíz o fruta que te guste mucho, y trata de imaginar las generaciones de manos, de rostros, de vidas humanas que trabajaron para que ese alimento llegue a ti.

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Uniformidad y DiversidadEn la naturaleza, las plantas tienen una elevada diversidad genética. Esto es como tener, cada planta, una enorme biblioteca donde están escritas muchas posibilidades para las generaciones siguientes. Así, cuando una planta da semillas, cada una de sus hijas será muy diferente de las otras. Esto es una parte esencial de la evolución: las condiciones alrededor cambian continuamente, y a los seres vivos nos conviene ser muy diversos y presentar muchas respuestas diferentes a estas condiciones cambiantes. Las poblaciones que no son diversas genéticamente pierden capacidad de adaptación, y acaban desapareciendo.Pero cuando queremos cultivar y consumir un producto alimenticio, esta gran diversidad puede dificultarnos la tarea. Una muy elevada diversidad genética puede significar que al sembrar no estemos seguros de lo que cosecharemos. Por ello, un aspecto fundamental de la selección ha sido llegar a un compromiso con la planta, donde ella renuncia a parte de la diversidad genética que la hace resistente para poder darnos con fidelidad el producto que esperamos. A cambio, nosotros le ayudamos a propagarse, y le protegemos de las cosas malas que pueden pasarle por haber disminuido su capacidad de auto protegerse. La selección para el cultivo es siempre un proceso de uniformización genética.

El conflicto viene cuando uniformizamos en exceso. Esto lo comprendieron hace mucho tiempo quienes trabajaban con las semillas. Se puede ir transformando la planta para que se parezca cada vez más a un ideal humano, por ejemplo forma, tamaño o productividad, pero mientras más uniforme sea la planta, mientras más cerca este de ese ideal, más débil se volverá. El final de ese camino es la muerte del cultivo, al no poder evolucionar y adaptarse al medio.Por esta razón, la selección ancestral campesina favoreció una danza, un vals entre la uniformidad y la diversidad. Primero uniformizo, llevando el cultivo hacia mi visión. Después diversifico, permitiendo o provocando cruzamientos que le darán más fuerza y resistencia al cultivo. Después debo seleccionar nuevamente, uniformizando de acuerdo a mi ideal; y luego nuevamente diversificar. Esta semilla, a la que llamaremos semilla campesina o tradicional, nunca es muy uniforme genéticamente. Gracias a este proceso, el cultivo adquiere continuamente la diversidad necesaria, y evoluciona sin problemas, con niveles de producción adecuados. Esta es una danza eterna, que jamás debe detenerse.

¿Qué Son Los Híbridos?Cuando hablamos de híbridos, generalmente nos referimos a la hibridación artificial realizada por los centros de investigación y la industria. Esa es la semilla híbrida que compramos en los almacenes agrícolas.Pero existe también una hibridación natural. Para comprenderla, debemos primero recordar lo que son especies y variedades: una especie está compuesta por individuos que se pueden cruzar y producir descendencia fértil. Los perros se pueden cruzar, por ejemplo, sin importar sus diferencias en color o forma, y por tanto todos los perros pertenecen a la misma especie. Las diferencias en forma, color o tamaño dentro de la especie definen a las razas (en el caso de los animales) y las variedades (en el caso de los vegetales).Cuando dos razas o variedades distintas se cruzan, se produce la hibridación. Mientras más distintas sean entre sí estas variedades, más fuerte será la hibridación, y más robusto será el individuo

resultante, al que los científicos llaman F1, o primera filial. En la siguiente generación, la F2, aparecerán rasgos de los padres y abuelos del híbrido. En la hibridación natural esto no es un problema, pues los padres y abuelos eran individuos fuertes; pero en la hibridación industrial, los padres y abuelos eran individuos extremadamente uniformes y débiles, y por eso la generación F2 no sirve para la producción. Los F1 industriales tampoco duran mucho en el mercado. Al provenir de padres muy uniformes son débiles, y no pasa mucho tiempo antes de que plagas y enfermedades aprendan a atacarlos. Al cabo de pocos años, ya no son viables productivamente.La ventaja para la industria es enorme. Los híbridos se venden más caros, y generan una dependencia total, pues no sirve guardar su semilla. Y son incapaces de subsistir sin agroquímicos, por lo que aseguran la comercialización de los mismos.

La Selección en LaboratorioDesde los inicios de la agricultura hasta la década de 1960 millones de campesinos en el mundo participaban en esta selección, mejoramiento y diversificación de semillas, sin descanso, cada año. Gracias a ello la humanidad contaba con una enorme selección de semillas robustas, muy productivas, y de gran calidad nutricional. Hasta que apareció la semilla comercial ligada al paquete tecnológico de la agricultura industrial, y en pocos años la mayoría del campesinado dejó de seleccionar sus semillas. Así de simple. Repentinamente ese proceso milenario y tan necesario, se detuvo.

En solo 50 años, hemos perdido el 70% de las variedades de semillas que heredamos de nuestros abuelos, a nivel mundial.Las semillas ancestrales están siendo reemplazadas porque no trabajan bien con los agroquímicos. Para poder expandir el paquete tecnológico de la revolución verde, las empresas crearon nuevas semillas adaptadas a los agroquímicos, usando un proceso parecido al de la selección ancestral campesina. Pero con diferencias muy importantes: en lugar de ocurrir en condiciones reales de campo, la selección moderna se realiza en laboratorios y campos de prueba con condiciones artificiales, controladas. En lugar de

responder a los gustos y necesidades de una población diversa, esta selección responde a las necesidades de la industria que paga por la investigación. Y en lugar de ser seleccionada por millones de campesinos que la cultivarán, esta semilla es seleccionada por un puñado de técnicos que no dependerán de ella. El resultado de esta nueva forma de selección es la semilla industrial, cuyos defectos saltan a la vista. Aunque en condiciones artificiales puede ser más productiva, es increíblemente uniforme, y por lo tanto débil, en condiciones reales de campo. Es incapaz de evolucionar adecuadamente y adaptarse a las cambiantes condiciones ambientales. Su productividad baja rápidamente, en pocos años. Los productos que de ella emergen han sido diseñados para soportar maltrato durante la cosecha, manejo y transporte, y aparentar estar en buen estado cuando llegan a la estantería del supermercado. Son todos muy vistosos y grandes, de piel brillante, pues estas son características que le interesan a la industria. Pero en cambio suelen ser desabridos, duros, y como se ha comprobado en numerosos

estudios, muy inferiores en calidad nutricional. No responden a la cultura, gustos y necesidades de la población a nivel local, ni tampoco a las condiciones ambientales de cada lugar.Estas nuevas semillas se suelen publicitar como milagros de la técnica moderna. Pero en realidad, la mayoría pudieron haber sido creadas en el pasado por los campesinos, pues las técnicas básicas son similares; si aquellos no lo hicieron, fue por evadir la trampa de la excesiva uniformización. Esa es la sabiduría que la técnica moderna ignora, llevando las semillas industriales hacia extremos de uniformidad genética que la hacen verdaderamente insostenible. Se trata de una semilla que solo puede subsistir gracias al soporte de la industria agroquímica, y que aún con toda esa ayuda es productiva solo por unos pocos años, debiendo ser reemplazada continuamente con nuevas variedades de laboratorio que el productor se ve obligado a comprar. A la industria esta falta de capacidad vital no le molesta: representa mayores volúmenes de ventas, y más dependencia por parte de los agricultores.

Mesa de trabajo de un Guardián de Semillas, Finca Río Guaycuyacu

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El Negocio De Las Semillas Y La Propiedad IntelectualHoy en día un puñado de empresas dominan el mercado de las semillas: Monsanto, DuPont, Syngenta, Limagrain, Bayer. ¿Dónde hemos visto estos nombres? Efectivamente, en los productos agroquímicos, y en la industria farmacéutica. Es un círculo cerrado de intereses mutuos. El hecho es que para estas empresas las semillas representan un porcentaje pequeño de sus negocios; la mayor parte de su dinero proviene de la venta de los químicos. Desean que todas las semillas que se venden en el mundo necesiten de los químicos, para así poder vender más. Y estos químicos dependen, directa o indirectamente, del petróleo.Esta tendencia se ha ido reforzando con el paso del tiempo, a medida que las semillas han ido pasando del dominio público al privado. Durante la primera etapa de la agricultura industrial, los institutos de investigación semi autónomos (INIAP, INIA, ICA) tuvieron un rol muy importante en crear nuevas variedades industriales en cada país, facilitando así con apoyo estatal la expansión de la industria química privada de Norteamérica y Europa. En 1978 se realizó una reunión con representantes de estos institutos provenientes de muchos países, en un afán por establecer mecanismos de control en la línea de los derechos de propiedad intelectual (patentes) que se otorgan a los inventos como máquinas o equipos. Aunque hubo en la época oposición basada en el principio de que las semillas son creación de la vida, y no invenciones humanas como las máquinas, se adoptó finalmente la idea de que las semillas podían ser objeto de patente en la medida en que el obtentor demostrase que su “creación” difería de manera evidente de la semilla tradicional. Se definió claramente que estos derechos no se aplicaban a la semilla campesina, que seguía perteneciendo a la humanidad. Todo esto fue expresado en el convenio denominado UPOV 78.

Pero en 1991 una nueva reunión, esta vez con representantes e influencia del sector industrial, cambió las reglas, abriendo la posibilidad de que cualquier semilla sea patentada. Un obtentor puede comprar una semilla campesina en un mercado de pueblo, y luego patentarla como invención suya, tal como sucedió con fréjoles mejicanos patentados por un obtentor estadounidense. Es más, el UPOV 91 define que los genes dentro de la semilla pueden ser patentados, de manera que cualquier semilla que a futuro contenga el gen patentado (por ejemplo porque una abeja las cruzó) deberá pagar derechos al dueño de la patente, aunque la semilla en si sea diferente. Con estas reglas absurdas la gran industria ha empezado una estrategia de apropiación total de la semilla, a nivel global.Un aspecto muy peligroso del UPOV 91 está en la obligación de los países firmantes de crear un sistema de registro nacional de semillas. Con el pretexto de “asegurar la calidad”, este sistema obliga a los productores de semilla a registrar sus variedades, con un costo elevado, en un Catálogo Nacional. Sólo las semillas registradas en este catálogo pueden ser comercializadas, intercambiadas y en general circular en el país. Y sólo semillas muy uniformes pueden cumplir con los requisitos exigidos por el catálogo, con lo cual se condena a la ilegalidad a las semillas no industriales. Países como Francia y Colombia ya aplican estas reglas, confiscando semilla, destruyendo colecciones privadas y encarcelando a productores de semillas “no autorizadas”, es decir, de semillas tradicionales, campesinas, diversas genéticamente… toda semilla que no sea controlada por la industria se vuelve ilegal y sus guardianes, criminales. Ecuador no firmó el UPOV 91, y según su Constitución los derechos de propiedad intelectual no pueden aplicarse a seres vivos en dicho país.

¿A Quién Pertenece La Semila?Frente a esta extrema situación, muchos movimientos han surgido en el mundo para defender a la semilla, uniéndose a la declaración del movimiento Vía Campesina: la semilla es patrimonio de la humanidad, al servicio de los pueblos.Es decir, la semilla es un bien común, pertenece a toda la sociedad, no debe ser privatizada. Es el fruto del trabajo intelectual y práctico de millones de personas, a lo largo de muchas generaciones. Y su base es el mecanismo evolutivo creado por la Naturaleza, que no puede ser patentado para beneficio de un sector minoritario de científicos y empresarios.De la semilla depende nuestro futuro, por eso debemos protegerla. No se pueden aplicar los criterios de calidad que maneja la industria a toda la semilla, pues ello nos llevaría a perder la diversidad que la semilla necesita para sobrevivir, y

que la humanidad necesita para construir su futuro. La semilla es un bien común, como el agua o el aire. Su diversidad no solo es genética, también es cultural. Y es esencial para crear nuevas variedades capaces de sobrevivir al cambio climático. La semilla es demasiado importante para abandonarla a manos de unos pocos técnicos, que ni siquiera dependerán de ella para vivir; debe ser sembrada y seleccionada nuevamente, año a año, por millones de manos en el mundo. Esta lucha está siendo llevada por organizaciones campesinas, grupos de consumidores, y redes de guardianes, curadores, preservadores y custodios de semillas. En cada país del mundo han surgido estas iniciativas propias, de ciudadanos y ciudadanas que se preocupan por el futuro alimentario de la humanidad. Un futuro en riesgo si la semilla deja de ser libre.

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En DebateLos Transgénicos

Javier [email protected]

Nuevamente se prende el debate en torno a los transgénicos en Ecuador, el único país sudamericano que se mantiene constitucional y legalmente libre de semillas modificadas genéticamente. La industria arremete con todo su poder e influencia, a través de los medios de comunicación, tratando de cambiar la Constitución Ecuatoriana de 2008. Mientras otros países de Sudamérica viven ya las consecuencias de la introducción de organismos genéticamente modificados, Ecuador se asoma al borde de una decisión que afectará profundamente su modelo productivo y el modo de vida de sus habitantes. Una decisión que debería tomarse en democracia y con pleno conocimiento; y sin embargo, para la mayoría de la población el tema es oscuro e incomprensible, dando lugar a posturas ideológicas, burlas y especulaciones de toda clase. Esperamos con este artículo dar algunas luces que alimenten un debate racional e informado, en defensa de la Constitución de Montecristi.

¿Qué son los transgénicos?La principal característica que tenemos los seres vivos es nuestra capacidad de reproducirnos. La mayoría practicamos lo que se conoce como reproducción sexual, donde los hijosson una mezcla de sus padres. Para crear un nuevo ser, padre y madre mezclan su “información genética”, es decir, las características propias de cada uno, que han heredado a su vez de sus padres y abuelos. Esta información está organizada en “genes”, que se guardan dentro de la célula reproductiva. ¿Qué tipo de información puede haber en un gen? Por ejemplo puede estar el color de tus ojos. O el tamaño del cuerpo. O la resistencia a una enfermedad. Todo lo que somos físicamente al nacer, proviene de los genes que heredamos.

Investigación ¿Para quién?Debemos aclarar que, si bien hay experimentos transgénicos con varios cultivos, solo se han liberado comercialmente cinco: la soya, el maíz, el arroz, el algodón y la colza (o canola). Hoy están sembradas 160 millones de hectáreas con transgénicos, lo que representa el 11% de la agricultura mundial. El 89% de los cultivos siguen libres de transgénicos.Hasta hace unos 30 años, la mayor parte de la semilla comercializada a nivel mundial pertenecía a productores particulares y a investigadores del sector público. En solo tres décadas, un puñado de empresas ha conseguido apropiarse del 82% del mercado mundial de semillas. Las principales son: Monsanto, DuPont, Syngenta, Limagrain, Bayer. La investigación en transgénicos ha sido financiada principalmente por estas empresas, y lógicamente se ha orientado según sus intereses comerciales. Estas empresas mantienen el mito de que trabajan para beneficio de la humanidad, y para el efecto de vez en cuando financian investigaciones que se pueden publicitar como ejemplos de altruismo. En 2002 por ejemplo hizo fama en la prensa mundial un proyecto de investigación en camote (Ipomoea batatas) resistente a ataques virales realizado en Kenya con apoyo de Monsanto. La Dra. Florence Wambugu recorrió el mundo promocionando el nuevo cultivo como una solución al hambre en África. Tres años después el proyecto fue cancelado: no solo el nuevo camote era menos resistente, era además menos productivo que algunas de las variedades convencionales.El ejemplo de la Dra. Wambugu es muy educativo, pues nos muestra

Cuando hacemos selección, por ejemplo para tener una semilla más productiva, o una raza de perro más colorida, estamos apoyando a ciertos genes para que tengan más presencia en la raza o variedad. Lo hacemos mediante la eliminación de los individuos que no tienen la característica que buscamos, y mezclando aquellos individuos que si la tienen, para potenciarla. Debemos hacerlo durante varias generaciones, hasta conseguir que la característica buscada aparezca siempre en esa raza o variedad. Así es como se ha realizado la selección desde el principio de la agricultura. La ingeniería genética toma un atajo para realizar esta labor: mediante técnicas de manipulación microscópica, se mete directamente en la célula reproductiva de un ser vivo, corta fragmentos que contienen características que interesan a los ingenieros, y los pega la célula reprductiva de un ser de una especie diferente. Con esto, la ingeniería genética realiza un tipo de

reproducción entre especies que en la naturaleza jamás habrían podido cruzarse.Suena eficiente, ¿verdad? Parece que los ingenieros genéticos fuesen una novedosa clase de magos, capaces de crear nuevos seres, uniendo partes de animales, plantas, bacterias, hongos. Quienes defienden a los transgénicos nos tratan de pintar un futuro donde la naturaleza será diseñada por técnicos humanos, para nuestro total beneficio, con cultivos muy productivos y resistentes, con alimentos perfectamente diseñados. Y sin embargo, muchas personas se oponen drásticamente a esta tecnología, desde grupos religiosos

la forma de operar de la propaganda que identifica a los transgénicos con el progreso. El nuevo camote aumentaba supuestamente la productividad de 4 a 10 toneladas por hectárea, hecho del que la prensa internacional inmediatamente hizo eco. Luego se supo que una producción de 10 toneladas era normal para muchas variedades en la región. El camote de la Dra. Wambugu no logró producir ni siquiera eso, tras doce años de investigación, pese a contar con unos seis millones de dólares de financiamiento provenientes de Monsanto, USAID y el Banco Mundial.Mientras tanto, un equipo de técnicos en Uganda logró crear una nueva variedad de camote, usando técnicas tradicionales, que duplicaba la productividad y era verdaderamente

resistente a virus. Y lo logró en pocos años, con reducido

financiamiento. El rol reconocido de las corporaciones es lograr el máximo beneficio económico para sus

hasta científicos experimentados, desde activistas sociales hasta consumidores independientes. La población europea mantiene un rotundo No a los cultivos y productos transgénicos, en franca oposición a sus propios gobiernos, y ha logrado imponer el etiquetado obligatorio para productos elaborados; de igual manera, en el resto del mundo industrializado la oposición informada es enorme y crece cada día. ¿Por qué esta oposición tan radical? ¿Cuáles son los problemas que esta tecnología causa, que preocupan a personas de tan diverso origen y ocupación?

accionistas, de forma directa e inmediata. El altruismo es contraproducente para ese fin, por ello no podemos esperar que las grandes empresas inviertan seriamente capital en investigaciones que nos beneficien. Los transgénicos son el resultado de la investigación orientada al beneficio de las transnacionales; el sector público nunca habría invertido fondos en desarrollar una tecnología tan costosa, poco efectiva y peligrosa, existiendo opciones más baratas, efectivas y seguras.

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Las pruebas para identificar algunos transgénicos son muy sencillas.En la foto, un campesino sostiene una prueba para maíz transgénico

durante una campaña de identificación en El Oro, Ecuador. La prueba es similar a una medición de pH.

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Debemos aclarar que, si bien hay experimentos transgénicos con varios cultivos, solo se han liberado comercialmente cinco: la soya, el maíz, el arroz, el algodón y la colza (o canola). Hoy están sembradas 160 millones de hectáreas con transgénicos, lo que representa el 11% de la agricultura mundial. El 89% de los cultivos siguen libres de transgénicos.Hasta hace unos 30 años, la mayor parte de la semilla comercializada a nivel mundial pertenecía a productores particulares y a investigadores del sector público. En solo tres décadas, un puñado de empresas ha conseguido apropiarse del 82% del mercado mundial de semillas. Las principales son: Monsanto, DuPont, Syngenta, Limagrain, Bayer. La investigación en transgénicos ha sido financiada principalmente por estas empresas, y lógicamente se ha orientado según sus intereses comerciales. Estas empresas mantienen el mito de que trabajan para beneficio de la humanidad, y para el efecto de vez en cuando financian investigaciones que se pueden publicitar como ejemplos de altruismo. En 2002 por ejemplo hizo fama en la prensa mundial un proyecto de investigación en camote (Ipomoea batatas) resistente a ataques virales realizado en Kenya con apoyo de Monsanto. La Dra. Florence Wambugu recorrió el mundo promocionando el nuevo cultivo como una solución al hambre en África. Tres años después el proyecto fue cancelado: no solo el nuevo camote era menos resistente, era además menos productivo que algunas de las variedades convencionales.El ejemplo de la Dra. Wambugu es muy educativo, pues nos muestra

Productividad y RentabilidadMuchos productores compran semilla transgénica suponiendo que aumentarán su producción. Pero de acuerdo a varias investigaciones independientes, el aumento en la productividad no es nada seguro . Algunos científicos sostienen que debido a las modificaciones en su material genético, el metabolismo de los cultivos transgénicos es ineficiente. Es decir, no logran alimentarse adecuadamente. Y hay además otros factores que pueden afectar la productividad. Por ejemplo, el mayor uso de agroquímicos en cultivos transgénicos destruye el suelo aún más rápido que en los monocultivos convencionales, reduciendo la productividad en pocos años. Pueden ser diseñados para resistir alguna plaga o enfermedad en particular, pero su extrema uniformidad genética los hace vulnerables a todas las otras plagas y enfermedades. El uso exagerado de herbicidas, sin los cuales los transgénicos no pueden competir, ha provocado la aparición de super malezas resistentes a los herbicidas, que están invadiendo los campos. Estos y otros factores, combinados, han provocado desde leves hasta impresionantes descensos en la productividad de los cultivos transgénicos en varias regiones del mundo.Un caso cercano es el de la zona algodonera del departamento de Córdoba, en Colombia. En esta región, debido a la introducción de algodón transgénico, el rendimiento bajó de 2000 kg/ha en 2010 a 1400 kg/ha en 2011, provocando una pérdida de 42 millones de dólares y dejando en la quiebra a cuatro mil empresarios grandes y

pequeñas familias de productores. En este periodo, Monsanto tuvo en la región ganancias por 14

millones de dólares.

la forma de operar de la propaganda que identifica a los transgénicos con el progreso. El nuevo camote aumentaba supuestamente la productividad de 4 a 10 toneladas por hectárea, hecho del que la prensa internacional inmediatamente hizo eco. Luego se supo que una producción de 10 toneladas era normal para muchas variedades en la región. El camote de la Dra. Wambugu no logró producir ni siquiera eso, tras doce años de investigación, pese a contar con unos seis millones de dólares de financiamiento provenientes de Monsanto, USAID y el Banco Mundial.Mientras tanto, un equipo de técnicos en Uganda logró crear una nueva variedad de camote, usando técnicas tradicionales, que duplicaba la productividad y era verdaderamente

resistente a virus. Y lo logró en pocos años, con reducido

financiamiento. El rol reconocido de las corporaciones es lograr el máximo beneficio económico para sus

accionistas, de forma directa e inmediata. El altruismo es contraproducente para ese fin, por ello no podemos esperar que las grandes empresas inviertan seriamente capital en investigaciones que nos beneficien. Los transgénicos son el resultado de la investigación orientada al beneficio de las transnacionales; el sector público nunca habría invertido fondos en desarrollar una tecnología tan costosa, poco efectiva y peligrosa, existiendo opciones más baratas, efectivas y seguras.

La compañía culpa del fracaso de los cultivos al mal clima y a las malas prácticas de cultivo de los productores. Éstos acusan a Monsanto de desinformación y de vender semilla de mala calidad. Las organizaciones sociales señalan irregularidades en el proceso de aprobación para la comercialización del transgénico, y de que éste era inadecuado para la situación real del campo colombiano, pues no presenta resistencia contra la plaga más común de la zona, el picudo (Anthonomus grandis). Pero si los transgénicos tienden a reducir la productividad, ¿por qué los productores siguen comprándolos? El caso de los algodoneros de Córdoba es sencillo: Monsanto ha logrado un monopolio total en la región, y ya no hay otra semilla en el mercado. No tienen opción en este momento. La prensa y el apoyo gubernamental tienen un efecto disuasivo muy importante, creando la imagen de que los transgénicos representan lo moderno y que sin ellos el país perderá competitividad. Podemos mencionar ciertos factores productivos también: hay agricultores dispuestos a aceptar un descenso en la producción, a cambio de la promesa de que los nuevos productos químicos les ayudarán a eliminar malezas o plagas. Finalmente, la uniformización de la cadena alimenticia tiene mucho que ver, en países donde las empresas que controlan el sector de la transformación, el transporte y la venta imponen a los productores las variedades que deben producir.En resumen, los transgénicos pueden aumentar ligeramente la productividad en ciertos casos, pero por cortos periodos de tiempo. No hay casos en el mundo de aumento importante y sostenido de la productividad, mientras que hay casos demostrados y preocupantes de pérdida de productividad. Se logran mejores resultados con mejoramiento tradicional de las variedades, a menor costo y con

menos riesgos.

El otro aspecto importante es el económico, y aquí también hay ejemplos preocupantes. En 1998 se detectó que un porcentaje de papayas en el estado de Hawai estaban contaminadas con transgénicos. Cuando el escándalo estalló, varias importadoras de alimentos cancelaron sus pedidos. Hoy se estima que el 50% de la producción en Hawai se encuentra contaminada, lo que ha llevado a la pérdida del mercado orgánico para los productores de la isla. La papaya transgénica obtiene inevitablemente un precio bajo en el mercado, especialmente en comparación a los interesantes precios que alcanza la fruta orgánica. La éprdida para el archipiélago fue millonaria. El mercado orgánico es el de más rápido crecimiento en el sector alimenticio, y el que paga mejores precios. No todos los países pueden aspirar a convertirse en potencias en este sector. Miremos por un momento a los andes: tierras fértiles, abundante agua, producción el año entero, una extraordinaria diversidad de pisos climáticos… y en Ecuador, una constitución que declara al país libre de transgénicos a la vez que habla de fomentar la agroecología y la soberanía alimentaria. Difícilmente podemos pedir condiciones más adecuadas. El país tiene un gran futuro como abastecedor de productos orgánicos, especialmente fruta, granos y raíces. Un futuro brillante que se sacrificaría, si la constitución cambia. No existen técnicas que permitan controlar la contaminación transgénica, por lo que es imposible lograr una coexistencia entre cultivos transgénicos y otros convencionales u orgánicos. El momento en que un cultivo transgénico es sembrado, contaminará irremediablemente a toda la región.Detengámonos por un momento en el caso del banano. En el año 2001 el Dr. Emile Frison presentó a la prensa mundial el argumento

de que el banano, al ser una planta estéril reproducida por clonación (los esquejes o colinos), está en peligro de extinción debido al ataque de enfermedades como la sigatoka. Debido a esto, según él, es necesario producir banano transgénico. Se demostró prontamente que esta proposición es falsa: la misma FAO contradijo al Dr. Frison, señalando que el banano está muy lejos de estar en peligro, ya que existe una gran variedad en esta fruta. La sigatoka y otras enfermedades atacan principalmente a la variedad Cavendish, y esto se debe a la uniformización de los cultivos agroexportadores con dicha variedad. Pero estos cultivos representan solamente el 10% de la banana producida a nivel mundial, el resto se realiza por pequeños productores, que siembran cientos de variedades resistentes a enfermedades. La sigatoka solo es un problema para los agroexportadores que han uniformizado sus cultivos con la variedad Cavendish.La planta de banana puede producir semillas viables, si se realiza polinización manual. Esta técnica ha sido usada durante milenios por campesinos para producir semilla resistente. Varias investigaciones están en curso para crear variedades resistentes, con calidad de exportación, a partir de variedades tradicionales. La modificación genética no es necesaria, y es contraproducente desde el punto de vista económico. Los investigadores que proponen crear banano transgénico en Ecuador deberían analizar el caso de la papaya en Hawai. ¿Vale la pena perder el mercado creciente de banano orgánico, para producir fruta débil que se venderá a menor precio? Nos dicen que necesitamos investigación transgénica para poder enfrentar los problemas de este mundo cambiante. Pero las técnicas

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En las fotos de esta página, un grupo de agricultores diseñan nuevos animales con pastilina, mezclando partes de distintas especies, como parte de talleres de capacitación en transgénicos apoyados por COPISA y Swissaid Ecuador. El punto culminante de este proceso fue el Juicio Ciudadano a los Transgénicos, cuyo video documental se puede ver en http://www.youtube.com/watch?v=ORSgB48Ywio

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SaludLos transgénicos fueron liberados para la venta sin que se hayan realizado estudios adecuados sobre el daño que pueden causar a la salud. En octubre de 1998, un vocero de Monsanto dijo a la prensa “Monsanto no tiene por qué demostrar la seguridad de los alimentos biotecnológicos. Nuestro interés es vender lo más que podamos. Demostrar su seguridad es trabajo de la FDA.” La FDA es la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos, organismo encargado de controlar la calidad de los alimentos en dicho país. Y la FDA aprobó la venta de alimentos transgénicos basada en estudios que demostraban que éstos eran seguros. Un pequeño detalle: dichos estudios provenían de las mismas empresas que, como Monsanto, querían venderlos.Desde entonces el debate ha sido intenso en los Estados Unidos y en el mundo entero. Parte del problema se debe al secretismo que rodea a la investigación transgénica, basada en derechos de propiedad intelectual que impiden a terceros acceder a la información clasificada de las empresas. Es decir, la FDA basó su decisión en estudios secretos de las propias transnacionales, que nunca fueron publicados ni evaluados por la comunidad científica. Algunos estudios han llegado a manos del público, y han sido criticados por la comunidad científica, que ha demostrado malinterpretación de datos, pobrezas estadísticas, muestreos inadecuados, tiempos de prueba ridículamente cortos. Hay pocos estudios bien realizados, y por científicos independientes, que no estén a sueldo de las compañías involucradas. Estos plantean serias dudas respecto a la seguridad de los alimentos transgénicos. Los experimentos realizados en ratas de laboratorio demuestran por

AlimentaciónNo dejemos de lado la alimentación. La diabetes, la obesidad, los

problemas digestivos y el cáncer relacionado a la alimentación son en

conjunto el problema más grave de salud en nuestros países. La razón es

el consumo constante de productos industriales que sustituyen a los

alimentos naturales, productos que en muchos casos provienen de

síntesis química, que nuestros cuerpos no reconocen como alimentos.

Los transgénicos son un ejemplo extremo de esta tendencia. En Ecuador

hay alrededor de 300 productos alimenticios industriales que contienen

transgénicos, que la población está consumiendo en la mayor de las

Medicinas transgénicasUno de los argumentos de quienes defienden la introducción de transgénicos es que si no los usamos, nos vamos a quedar retrasados en relación al resto del mundo.El retraso, como el progreso, es relativo. Por ejemplo, los países andinos no hemos desarrollado armas químicas ni bombas atómicas. ¿Nos hace eso retrasados? ¿O es que seguimos, como nuestra Constitución expresa, otro modelo de desarrollo? La biodiversidad andina es una mina de oro para el desarrollo de nuevas medicinas y sustancias comerciales. Evidentemente, presenta un gran atractivo para las empresas especializadas en biotecnología. Pero los ejemplos mostrados arriba en el aspecto de salud nos muestran que la tecnología genética es aún muy primitiva, riesgosa, difícil de controlar. Hay una infinidad de posibilidades para el desarrollo de medicinas dentro de las corrientes alelopática (convencional) y homeopática, sin necesidad alguna de recurrir a la manipulación genética.

Problemas legales y socialesLas empresas tienen derecho ahora no solo a patentar semillas, sino incluso genes dentro de las semillas. Por ejemplo, digamos que yo planto maíz negro para hacer colada morada con mi familia, y algún vecino engolosinado con promesas de riqueza planta cerca un maíz transgénico. Al año siguiente, yo planto nuevamente mi maicito negro, que por fuera se ve igualito… y de repente vienen unos policías que me acusan de haber robado los genes de una empresa. ¿Qué sucedió? Pues que al cruzarse ambos tipos de maíz, el mío se contaminó con algunos genes del maíz del vecino, y estos genes pertenecen a la empresa. Aunque la planta y la semilla son mías, desde el punto de vista legal yo he “robado” a la empresa. Y me llevan a juicio. Este caso alucinante le sucedió al productor y fitomejorador de canola Percy Schneider en Canadá, y les sucede cada año a miles de productores en Estados Unidos. Percy tuvo relativa suerte: no perdió todo lo que tenía, aunque tuvo que aguantar diez años de juicios y hoy el gobierno canadiense “recomienda” a sus agricultores no guardar semilla. Los productores estadounidenses llegan a acuerdos secretos con las empresas, por lo que no se sabe exactamente lo que les pasa. Monsanto tiene un presupuesto de varios millones de dólares para llevar a esos agricultores a juicio, cada año.

ConclusiónEn la naturaleza los cambios genéticos se dan evolutivamente: el ambiente cambia, y las plantas se adaptan, buscando siempre las mejores condiciones para aprovechar los recursos que encuentran en su entorno. Pero los cambios realizados por la ingeniería genética no tienen relación con el entorno, no representan adaptación alguna a condiciones reales. No son evolutivos. Y tampoco responden a los gustos y necesidades de los consumidores. La manipulación genética actual está fuera de control, beneficiando a un pequeño sector económico con costos enormes para el resto de la sociedad. El Ecuador debe mantenerse libre de semillas transgénicas, como parte esencial de su estrategia de soberanía alimentaria, como salvaguarda de futuro desarrollo económico, y como refugio de biodiversidad para beneficio de la humanidad. Los estudios para desarrollar medicinas y otros compuestos con biotecnología deben ser analizados con extremo cuidado, y no deben ser liberados sin antes haber sido correctamente analizados por la comunidad científica, lo que puede tomar muchos años. Los alimentos que contengan transgénicos deben ser etiquetados como tales, para que la población pueda elegir entre ellos y alternativas más saludables, en sana democracia de mercado. Y así el ejemplo de este pequeño país andino, que decidió por mandato popular proteger a su pueblo y a su tierra, seguramente inspirará a otras democracias del mundo.

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soybean. Universidad de Urbino, Italia.

11. Teshima, R. et al. 2002. Effect of subchronic feeding of genetically modified corn

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modified maize reveals signs of hepatorenal toxicity. Archives of Environmental

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1991. Regulación del suplemento dietético L- Triptofano. Casa de Representantes,

Washington, D.C.

14. Lapolla, Alberto. 2009. Sojización y dengue: una mancha más para el complejo

sojero.

tradicionales de selección pueden realizar un mejor trabajo, a partir de las semillas ancestrales, y sin riesgos. ¿Necesitamos un maíz adaptado a la sequía? Ya existe: la variedad tusilla, procedente de la costa ecuatoriana. ¿Una papa adaptada a las heladas? Hay cientos de ellas en los andes peruanos y bolivianos. ¿Un tomate resistente a la sal? También, en las Galápagos. ¿Un vegetal más nutritivo? Los hay por miles, en la diversidad de semillas creadas por campesinos y campesinas a nivel mundial. Con toda esa semilla, se puede realizar mejoramientos usando técnicas sencillas, para beneficio de la humanidad, y lo más importante, libres de propiedad intelectual.

ejemplo cambios en la composición sanguínea, reducción en plaquetas, alteración en el esperma y color de los testículos, alteración del ADN del embrión, alargamiento del intestino delgado y mutación de las células intestinales, cambios estructurales y alteración genética en el hígado, alteración del sistema inmunológico. Se demostró además que las alteraciones genéticas pueden permanecer ocultas y aparecer recién en la tercera generación. Otro de los peligros importantes es la transferencia de resistencia a los antibióticos, que los transgénicos tienen, hacia virus y bacterias que pueden afectar la salud humana; hay evidencias de que esto está ocurriendo, y puede llegar a inutilizar los antibióticos de los que dependemos para tratar algunas enfermedades graves. Algunos casos de afectación a la salud han saltado a la luz pública espectacularmente. En 1989 la empresa japonesa Showa Denko K. K. comercializó en Estados Unidos un aminoácido llamado triptofano, producido con una bacteria alterada genéticamente. Durante varios años, la misma empresa había vendido triptofano natural producido mediante fermentación sin problema alguno. Pero el triptofano transgénico causó la muerte de 37 personas y lesionó gravemente a otras 1500. Hay muchos otros casos que permanecen ocultos debido a la falta de apoyo para realizar estudios, por ejemplo los casos de malestar y enfermedad relacionados con el polen transgénico en agricultores de zonas tropicales. Y hay efectos secundarios, como el aumento de epidemias de dengue en Argentina debidas a la desaparición de sapos e insectos controladores en zonas de soya transgénica que reciben mucha fumigación.

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ignorancias, pues aún no se exige el etiquetado de estos productos. Esta

forma de alimentación es publicitada como progreso, y como la única

solución para el hambre. La falsedad de ambas ideas es evidente (ver

Allpa # 7 y 8); los cultivos naturales, en producción agroecológica

diversa, producen más por hectárea y tienen alta calidad nutricional. Los

transgénicos no pueden ser una solución para el hambre, pues

representan un reforzamiento del modelo productivo que en los últimos

50 años ha destruido al planeta, devastado las economías locales, y

provocado la mayor crisis alimentaria en la historia de la humanidad.

Frascos de agro tóxicos usados en un cultivo convencional de maíz.El modelo transgénico provoca un aumento en el uso de estos venenos,cuyos peligros para la salud humana y el ambiente están demostrados.

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Red de Semillas Libres de Las Américas

Entre el 1 y el 7 de agosto de 2012 se reunieron en Ollantaytambo, Perú, representantes de redes y movimientos que trabajan con semillas,

provenientes de distintos puntos de América Latina y Europa. El

encuentro, organizado por la red Kokopelli de Francia y que contó con

la participación de Vandana Shiva, tuvo como objetivo provocar el

diálogo y tejer lazos entre todos estos actores. Su resultado más visible

fue la creación de la Red de Semillas Libres de las Américas, cuya

declaratoria fundacional publicamos hoy. Para más información, puedes

visitar su portal web: www.redsemillaslibres.org

Declaración Pública

Nosotros y nosotras, guardianes y guardianas de semillas de las

Américas, reunidos hoy siete de Agosto de 2012 en Ollantaytambo, Valle

Sagrado de los Incas, Perú, conformando la Red Semillas Libres,

Reconocemos, valoramos, honramos y agradecemos la herencia de los

pueblos en la labor de criar, domesticar, diversificar, preservar, compartir,

multiplicar y facilitar la evolución de la semilla criolla y nativa.

Estas semillas son el fundamento de la soberanía y autonomía

alimentaria, la salud y la permanencia de los pueblos y su cultura en los

territorios. Constituyen un bien común y un patrimonio planetario al

servicio de la humanidad.

Como guardianes defendemos las semillas libres y soberanas,

reconocemos la diversidad como riqueza en todas sus formas. Las

semillas criollas y nativas son fuente de diversidad biológica y cultural ya

que inspiran la creación individual y colectiva en las comunidades.

Reivindicamos el derecho de guardar, reproducir, multiplicar,

intercambiar, donar, compartir, vender y regalar libremente las semillas.

Nos basamos en la amistad, la confianza y la solidaridad como factores

básicos para la efectiva articulación de la red.

Declaramos que toda variedad y especie pertenece al dominio público

por lo mismo posee derecho de libre circulación, sin fronteras, para

compartir e intercambiar libremente ya que el movimiento revitaliza la

semilla permitiendo su evolución y adaptación climática, geográfica, etc.

Desconocemos a los organismos genéticamente modificados e híbridos

degenerativos como semillas ya que no cumplen la función de generar y

sostener la vida.

Por lo tanto, rechazamos:

Todas las formas de propiedad intelectual sobre los organismos vivos y

su conocimiento asociado.

El control corporativo sobre la vida ya que genera monopolio y

dependencia.

Toda forma de transgenia y aquellas tecnologías que impiden la

reproducción libre de la semilla.

La biopiratería.

Las leyes ilegitimas que criminalizan el libre flujo y multiplicación de las

semillas,

Las leyes ilegitimas que validan prácticas que amenazan la vida.

La utilización de agroquímicos, los monocultivos y toda política y

práctica que agreda la vida y atente contra la salud de los ecosistemas y

la población.

Toda inversión pública en la investigación, promoción, fomento y

desarrollo de tecnologías que producen semillas degenerativas y sujetas

a propiedad intelectual.

Proponemos la agroecología como una solución a los

problemas ecológicos,

sociales y culturales que afectan al mundo. Es además una herramienta

que permite independizarnos del sistema agroalimentario corporativo,

fomentando las autonomías de los pueblos.

Nos comprometemos a:

•Seguir intercambiando semillas de vida a nivel planetario.

•Investigar, recuperar y compartir prácticas tradicionales y

agroecológicas de crianza de semillas.

•Fomentar el intercambio y expansión de conocimientos relacionados a

la agroecología.

•Promover la conservación de la diversidad biológica y cultural.

•Promover la educación a todos los niveles, para el cultivo,

reproducción y difusión de semillas, por medio del diálogo de saberes.

•Fortalecer los vínculos y expandir la red de Semillas Libres.

•Criar y multiplicar semillas con técnicas y visión agroecológica.

•Promover la no violencia activa como método de respuesta al atentado

legal y tecnológico contra las semillas, los pueblos y la Tierra.

•Proteger los centros de origen y diversidad, y liberar a los territorios de

contaminación transgénica.

•Trabajar por la dignificación de la vida en el campo, reconociéndola

como una forma de desarrollo sustentable y autosuficiente.

•Fortalecer a las personas individuales, productores familiares,

comunidades y entes autónomos como reproductores y

difusores de semillas, de modo abierto y

participativo.

•Defender la libertad de las semillas.

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• 1 al 7 de Agosto de 2012

• Valle Sagrado de los Incas, Ollantaytambo, Perú

Vandana Shiva, figura mundial en la defensa de las semillas, participó en la inauguración del evento, junto a Blanche Magarinos-Rey, abogada de Kokopelli.

Dominique Guillet, fundador deKokopelli e inspirador del evento

Fotos: Jean Calvet y Javier Carrera

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AgroecologíaAgroecología

El Cultivo Agroecológicodel Arroz Richard Intriago,

[email protected]

En 2012 el sector arrocero ecuatoriano vivió una inesperada y angustiosa crisis: la expansión del caracol manzana, que afectó en distinto grado a unas ciento veinte mil hectáreas, el 30% del área arrocera a nivel nacional (datos MAGAP). La gente prefirió quemar cosechas que consideraba perdidas, mientras el gobierno aconsejaba la aplicación de metaldehído proveniente de dos casas comerciales, en un vano intento por reducir la invasión. Esta crisis nos hace repensar el modelo de productivo y buscar urgentemente opciones válidas. ¿Qué nos propone la agroecología? En este bloque, presentamos tres experiencias reales que abren posibles caminos al futuro.El arroz se produce en Ecuador mediante técnicas repetitivas y dependientes de insumos externos que han tenido como consecuencia principal la destrucción de los suelos. El uso excesivo de maquinaria pesada y pesticidas han afectado las características físicas y matado los microorganismos en zonas arroceras. Incluso

En la finca Los Almendros, propiedad de la familia Intriago ubicada en el cantón Pedro Carbo, provincia del Guayas, se llevan a cabo varias prácticas agroecológicas con una diversidad de cultivos. Entre ellos está el arroz, en medio de un bosque nativo del trópico seco, ocupando poco más de 2 cuadras de terreno. El cultivo sólo se lo puede realizar en invierno debido a que la zona es muy seca, y con poco acceso a riego.La finca produce arroz con semilla criolla pese a que muchos agricultores de la zona consideran una pérdida dedicarse a producir arroz libre de químicos debido a las dificultades que se enfrentan, desde la siembra hasta la cosecha. Las máquinas cosechadoras no quieren prestar sus servicios debido a las malezas presentes en el cultivo agroecológico (no se usan herbicidas para el control). Pero los resultados positivos y la producción limpia son incentivos suficientes para los propietarios. Las prácticas que se utilizaron en éste cultivo son:

• Uso de semilla Criolla y siembra en buena luna. • Incorporación de la panca de la cosecha anterior en el suelo (restos del cultivo), esto nos brinda mejores condiciones físicas. • Aplicación foliar de té de humus de lombriz dos veces durante el período del cultivo. • Aplicación de 20 sacos de ceniza de tamo de arroz al voleo. • Aplicación de 2 sacos de zeolita al voleo (la zeolita es un mineral rico en potasio). • Control manual de malezas, con machete. • Aplicación de microorganismos benéficos para el control de plagas.

En éste cultivo no se presentaron problemas con plagas ni enfermedades. Hay presencia de insectos, pero estos no causan daño a la producción. Fue interesante observar la gran cantidad de arañas que establecieron sus telas sobre todo el cultivo, como una sábana protectora contra las plagas; los arácnidos consumieron la población de insectos herbívoros, un control biológico natural permitido por las características ecológicas de la producción.Este arroz de excelente calidad nutricional se incorpora en primera instancia a la dieta familiar, y una parte se vende en las ferias agroecológicas y en la tienda campesina que la FECAOL mantiene

en Guayaquil. Una parte de la cosecha se deja para semilla para el siguiente año o para entregar a los compañeros

de la asociación que la necesiten.

El rancho Santa Rita, propiedad de Leonardo Mejía, está en el cantón Daule, provincia de Guayas. En estas 2.5 hectáreas, Leonardo viene realizando desde hace 6 años prácticas agroecológicas para mejorar la calidad de su producto. Le llegan constantemente visitantes con el fin de aprender las metodologías que usa para la producción de arroz orgánico, principalmente técnicos y estudiantes de universidades agropecuarias de la costa, quienes van en busca de información concreta sobre el manejo ecológico del cultivo. En el rancho se producen todos los fertilizantes orgánicos y biopesticidas requeridos y se aprovechan al máximo todos los desechos que se generan en el sitio.La Escuela Politécnica del Litoral (ESPOL) realizó un proyecto piloto con Leonardo para reproducir y aplicar la Azolla (pequeña planta acuática) como principal fuente de nitrógeno. Leonardo posee una gran habilidad para trabajar con las fases lunares y la biodiversidad de su sector. Ha sembrado en los muros de la poza yuca, plátano y camote; éste último sirve como cobertura viva del suelo para inhibir el crecimiento de las malezas. En el rancho hay además una producción de plantas medicinales que son usadas de diferentes maneras para el control de plagas. Actualmente se ha implementado una piscina de peces nativos del sector. En el proceso de producción se aplican los siguientes productos:

• Cada 10 días se aplica biofertilizante y repelente de plagas hechos con plantas como mastrante (Mentha suaveolens), hierba luisa (Cymbopogon spp.) y ruda de gallinazo. • Se incorpora en el suelo antes de la siembra una mezcla de: tamo de arroz carbonizado, estiércol de vaca descompuesto, azolla, carbón de panca de arroz, humus de lombriz sólido y microorganismos eficientes. • El control de malezas lo hace manejando la lámina de agua (es decir, su nivel) para ahogarlas. Lo que queda en el terreno lo retira de forma manual.

Éstas son las prácticas permanentes en la producción del arroz, obteniendo un producto de alta calidad nutricional que se

comercializa directamente a los docentes de la ESPOL y en las ferias

agroecológicas de la FECAOL en la ciudad de Guayaquil.

con todos los insumos químicos y con semilla híbrida “mejorada”, los arrozales pierden productividad en pocos años.En la siguiente foto podemos observar los resultados del contenido de materia orgánica en el suelo en dos fincas diferentes. La primera es un terreno donde se ha cultivado arroz en la modalidad de monocultivo, utilizando maquinaria pesada y todo el coctel de agroquímicos y pesticidas. La segunda es una finca agroecológica, con diversidad de cultivos y manejada de forma sostenible durante más de 10 años. Cuando el color es más claro demuestra ausencia de materia orgánica; un color más obscuro evidencia mayor cantidad de materia orgánica en el suelo.El cultivo ecológico del arroz presenta dificultades especiales debido a la cantidad de agua que éste cultivo requiere, ya que se hace imposible una asociación directa con plantas que lo acompañen y ayuden con fertilización y control de plagas. Lo que si se puede realizar es un programa de rotaciones, y de esto existen algunos ejemplos con leguminosas y aplicación de fertilizantes orgánicos; un avance significativo respecto al cultivo convencional.

Un extraño manto Protege al Arroz en Pedro Carbo

Manejo Integral del Arroz en Daule

Leonardo Mejía en su finca. Fotos? Richard Intriago

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La Asociación San Francisco de Sarampión está recorriendo un arduo pero emocionante camino hacia el cultivo agroecológico del arroz. Como parte de un proceso de investigación campesina de la Red de Guardianes de Semillas (RGS), liderada en Calceta por Servio Pachard, la asociación instaló su propia piladora de arroz de rodillos regulables para poder vender arroz integral, de semilla criolla. El mercadito La Elvirita en Tumbaco lideró la comercialización del arroz de estos arriesgados productores, como parte de una iniciativa para promover la semilla criolla mediante procesos de comercio solidario. Esta alianza de intereses logró elevar las exigencias de calidad y el acompañamiento de los distintos actores del proceso: productores y consumidores.Para 2011 los productores ya habían logrado eliminar los pesticidas y herbicidas, pasando al deshierbe manual y el control de plagas con preparados de plantas medicinales. Pero se mantenía el uso de la úrea, pues los socios encontraban imposible producir sin este fertilizante sintético. ¿Cómo produjeron arroz los campesinos asiáticos, por miles de años, sin necesidad de úrea? La investigación bibliográfica reveló varios métodos, pero el que más llamó la atención fue el modelo ancestral que incorporaba el pequeño pato chino y la lamprea (un pez en forma de anguila). Este modelo está siendo rescatado y promovido por el permacultor japonés Takao Furuno.Quedaba la duda de si se podría adaptar esta forma de cultivo a las especies de patos y peces del Ecuador. Servio se puso al frente de un proyecto experimental, que consistió en la siembra de arroz criollo variedad Lira, con patos nativos nativos (Cairina moschata, bastante más grandes que los chinos), azolla, y chame (Dormitator latifrons), un pez de poza muy apreciado en la cocina local. Para dar más validez al experimento, se sembró una parcela testigo con cultivo convencional químico. El proceso fue financiado por el Fondo Ágil, mediante gestión de la RGS.Encontrar los patitos, que debían tener dos semanas al ingresar al arrozal, fue todo un reto: hubo que ir de casa en casa, comprando unos pocos huevos por aquí, un par de patitos por allá. El arrozal se sembró el 1 de febrero, y los patitos ingresaron a los pocos días… demasiado pronto, porque se comieron un 15% de las plantas de arroz, que aún estaban muy tiernas. La literatura recomienda que los patos ingresen a las dos semanas del trasplante. Lo que sí se procuró es que los patos lleguen antes de que los insectos madres hayan colocado sus huevos, para facilitar el control de plagas.La distancia de siembra fue de 25 cm entre plantas, y 40 cm de calle, para facilitar el acceso a los patos. Ingresaron 75 patos en la parcela de 2450 metros cuadrados (es decir unos 300 por hectárea), con un espacio libre por animal de 33 m2. El principal efecto que causan los patos es el de enturbiar el agua. Para ello, el nivel de la misma debe controlarse de manera que los pies de los patos rocen el fondo de la poza, sin llegar a asentarse.

Esto crea condiciones muy similares al de los pantanos donde evolucionó el arroz, y al ser el agua muy oscura, reduce al mínimo la germinación de malezas. El suelo así aflojado pone a disposición del arroz una cantidad mayor de nutrientes. Adicionalmente, los patos depositan grandes cantidades de estiércol rico en nitrógeno, fósforo y potasio. El chapoteo de los patos oxigena el agua, al tiempo que disemina el estiércol.Los patitos se alimentan de las malezas que alcanzan a crecer, y de los insectos que logran nacer, así como de larvas, lombrices, algas y otros seres vivos que se reproducen en gran cantidad en la poza ecológica. La siembra de la azolla contribuyó a su desarrollo, así como los alevines de chame. El problema es que se puso una cantidad de chame menor de la programada, y tarde (el 20 de febrero se sembraron 500 alevines), y ¡los patos se los comieron todos! La lección quedó aprendida para la próxima estación, pues ciertamente es un objetivo cosechar chame, que tiene un muy buen precio en el mercado local. Aparte de esto, los patos necesitaron muy poco alimento adicional: un suplemento alimenticio al 18% durante 30 días y a partir de entonces, un poco de maíz y restos de cocina. Esta necesidad puede reducirse a futuro cuando se

el “Arroz con Pato”

en CalcetaServio Pachard, [email protected]

diversifique y mejore la fauna y flora de la poza, y se siembren policultivos en el borde de la misma.Los resultados que Servio presentó a la Asamblea anual de la Red de Guardianes de Semillas, reunida en julio de 2012, causaron alegría y asombro:

Los costos de implementación inicial fueron mucho más altos en la parcela con patos, debido a la compra de los mismos, de los chames, la instalación de malla de acero rodeando toda la parcela, la construcción de una plataforma techada y una incubadora sencilla. En total se gastó $2860 para la parcela de 2450 m2. Sin embargo, estos no son costos recurrentes: en los años siguientes se espera gastar unos $100 por parcela. Esto significa que en el modelo “arroz con pato” hay una inversión inicial mayor, pero luego la inversión anual es de alrededor del 30% de lo que se gasta en el modelo convencional.Otro aspecto importante fue el volumen de producción: supera los 80 quintales por hectárea, lo que para semilla criolla es excepcional. Y eso sin contar a los patos y peces, que fortalecen la economía y dieta familiar; y el mejoramiento de suelo, ecosistema y calidad de agua, que volverá a la tierra más productiva con el pasar del tiempo.“¿Y no se comen el arroz los patos?”, preguntó un compañero en la Asamblea. “No”, nos dijo Servio, “si hubiéramos usado el arroz híbrido, de mata pequeña, creo que sí lo hubieran comido; pero con las variedades criollas, que son más altas, los patos saltaban y saltaban sin llegar a tocar la espiga.”Finalmente, alguien se mandó la pregunta del momento: “¿Y los caracoles, compañero?” Servio soltó una carcajada, y nos dijo: “los patos se pelean por los caracoles, los sacuden hasta que asoman la cabecita, y ahí mismo caen otros patos a arrancharse el pobre caracol como que fuera chicle. No quedaron caracoles suficientes para afectar al cultivo.”Con ese mensaje de esperanza, comprobamos una vez más que hay opciones amables, productivas, rentables y alegres, cuando trabajamos de la mano con la naturaleza, en lugar de luchar contra ella.Además de que un arroz criollo con pato o con chame, ¡que delicia, compadre!

21

Cultivo con Patos

Cultivo testigo convencional

Area cultivadaPromedio de crecimiento a los 45 días

Fertilizantes aplicados

Jornales de deshierba (control de maleza)

Plagas detectadas

Producción: muestreo en 4m2

Producción en parcela de 2450 m2 (recién cosechado)

Producción, una vez pilado y seco

2450 m2 2450 m2

112 cm 101 cm

0 45 kg urea

8 18

ninguna insectos, gusano ejército, chinchorro, caracol

12 plantas con 6,5 lbs de arroz

12 plantas con 6 lbs de arroz

40 quintales 37 quintales

20 quintales 18 quintales

Cultivo con Patos

Cultivo testigo convencional

Ingresos por arrozIngresos por patos (2,5 lbs/pato x $2,5/lb)

Ingresos por chame ($0,80 la unidad)

TOTAL INGRESOS

20 qq x $45 = $900 18 qq x $30 = $540

75 patos = $468 $0

500 chames = $400 $0

$1.768 $540

Page 12: Revista Allpa nº 9

2322

AgrobiodiversidadAgrobiodiversidad

Nombre botánico: Agave americana y Agave sisalana Familia: AGAVACEAENombres comunes: Agave americana: Penco, chawar (quechua), tawka (aymara) cabuya negra, méxico, maguey. Agave sisalana: Cabuya, sisal, henequén.

Gabriela Bonifazwww.mishkyhuarmy.com

Esta planta

enorme, de forma

extraña y perfil espinoso, llena

de generosos regalos, llegó a los andes

procedente de México hace mucho tiempo. No se ha

logrado definir cuando fue domesticada allí, ni cuándo

realizó su expansión por nuestras tierras. La razón de este

desconocimiento es simple: no se han realizado

suficientes estudios sobre ella, porque su importancia no

ha sido reconocida por la cultura blanco mestiza, ni por

la ciencia occidental, y hoy incluso el mundo indígena la

ignora cada día más.

Durante la Colonia, fue descrita por cronistas españoles,

por ejemplo Gutiérrez de Santa Clara (1544-1548) quien

nos dice con entusiasmo: “todo lo que la naturaleza pudo

dar para vivir y aprovechar al género humano, lo puso en

esta planta, así para vestir y calzar, comer y beber, como

para la salud de los hombres...” (En Pardo, O. 2005).

Igualmente López de Atienza (1757) señala: “....la fibra

sirve para cuerdas, alpargatas y ropa. Tsaur mishki, el

jugo dulce, se lo toma fresco o fermentado en forma de

warapu” (en: Salomon. F. 2011).

Hoy se la encuentra desperdigada por los andes,

generalmente en zonas marginales donde no se siembran

cultivos. Hay todavía muros de penco y algunas plantas

en casas campesinas, pero la mayor parte crece en forma

silvestre. Se ha expandido por Europa y otras regiones del

viejo mundo, donde solo se conoce su valor ornamental.

Historia

Descripción

Guardando la Semilla

Cultivo

Se calcula que pueden existir unas 300 especies de agaves, de

las cuales solo se han descrito botánicamente unas 200. La

más famosa de ellas es el Agave tequilensis, de la cual se

fabrica el tequila, trago claro de reconocimiento mundial. En

México hay grandes plantaciones de esta especie, pero en los

andes solo se la encuentra allí donde algún empresario

ilusionado ha intentado criarla.El penco por el contrario es una planta muy común en los

Andes. Se lo encuentra a lo largo del callejón interandino,

creciendo feliz en terrenos cangahuosos, arenosos o poco

fértiles. La zona subtropical, más cálida, es el hogar

predilecto de la cabuya.Se necesitan hacer estudios comparativos entre el Agave

americana de nuestros Andes con el de Mexico, pues no

está totalmente claro si se trata de la misma especie.

Existe una iniciativa para darle una denominación de

origen como “Agave andino”.El penco es una planta “en roseta” de acuerdo a la

descripción botánica, que alcanza los tres metros de

diámetro. Sus hojas son de color gris azulado, duras,

carnosas, cerosas, alargadas, con espinas en su bordes

y una espina mayor en la punta. Las hojas se

distribuyen en espiral en torno a un tronco corto y

leñoso, y tienden a doblarse bajo su propio peso.

La cabuya es aún más grande, pero sus hojas son de

color verde claro y son rectas, no se doblan. En zonas

de producción de fibra, se suelen cosechar las hojas

inferiores, más maduras, y esto hace que el tronco se

vaya alargando hasta llegar a tener más de un metro

desnudo.

La maduración es lenta, tomando hasta 15 años.

Al llegar la época de reproducción, un tallo

grande y leñoso crece del centro de la planta, y

llega a alcanzar los diez metros de altura. En

quichua se lo conoce como chaguarquero. Las flores

crecen en racimos al tope de este tallo, donde

maduran hasta dar semillas negras y aplanadas. La

germinación es baja, de alrededor del 5%. Por ello, se suele transplar los hijuelos que nacen

naturalmente al pie de las planta que han cumplido su

ciclo.

Al sembrar se puede poner un poco de tierra buena para ayudarle a prender. El penco crece de preferencia en lugares marginales. No

se lo suele plantar como cultivo comercial, más bien

crece en laderas inutilizables, bordes de caminos y

quebradas, muros, etc. Esta es una práctica excelente,

pues permite dar un uso a suelos que no se pueden

trabajar. Tanto el penco como la cabuya son plantas muy resistentes,

que no requieren riego, abono ni control de plagas. Hay que

tomar en cuenta que debido a su largo periodo de crecimiento

ocupará su espacio por mucho tiempo.

Page 13: Revista Allpa nº 9

24 25

Las admiradas descripciones de los cronistas se justifican plenamente cuando analizamos los múltiples usos del penco y la cabuya.La fibra de la cabuya ha sido un elemento importante en la vida cotidiana de los andes, y un material esencial en la antigua ingeniería andina. El procedimiento para su extracción incluye golpear o moler la hoja para extraer sus jugos y dejar la fibra desnuda. Ésta después se lava, eliminando los restos de savia tóxica. Todas las agaves poseen jugos fuertes, con un alto contenido en taninos, mortales para muchos seres vivos aunque muy efectivos para curtir el cuero. En las zonas de alta producción de cabuya los ríos pueden resultar envenenados.Una vez lavada, la fibra de cabuya tiene un bello color blanquecino. Las fibras se enredan en cuerdas cada vez más grandes, para producir sogas ásperas pero muy resistentes. Hasta hace poco la soga de cabuya era común en los hogares, sirviendo para múltiples usos cotidianos. Es muy áspera como para fabricar vestimentas, pero no para el calzado: las clásicas alpargatas ecuatorianas se fabricaban con suela de cuerda de cabuya, un oficio que hoy prácticamente ha desaparecido.La soga de cabuya también se usaba para amarrar las vigas en las construcciones. Y lo que amarraban era precisamente otra parte de la misma planta: los largos troncos que sostienen el ramillete floral una vez secos, los chaguarqueros, eran material preferido para vigas. Aún quedan casas construidas de esta manera, en pie tras más de cien años de exposición a los elementos.Pero el uso más impresionante de esta fibra desapareció con el Tawantinsuyu: cuando los grandes caminos incaicos debían superar pasos sobre ríos torrentosos, los habitantes del pueblo cercano, como parte de su tributo, armaban enormes cuerdas de cabuya con los que construían y reparaban los afamados puentes colgantes de los andes. Las espinas de la punta de cada hoja son muy fuertes; no es nada

agradable pincharse con ellas, pues entran con facilidad en la piel y dejan una fea sensación

urticante. Fueron muy utilizadas como agujas en el pasado.

Entre los usos agronómicos el más importante fue el de

cerca viva. Se construye un muro

bajo de piedra,

tierra o chambas (bloques de pasto con raíces) y los pencos se plantan tanto en la parte superior como en los lados. Al cabo de unos años se forma una masa compacta de hojas espinosas, más difícil de penetrar que cualquier muro sólido. En tiempos de sequía se pueden dar las hojas al ganado como alimento, una vez extraídas las espinas. En artesanía tenemos la fabricación de excelentes tambores con el corazón del penco, la parte engrosada de su corto tallo. Al machucar la raíz de los pencos tiernos se obtiene champú para el pelo, muy utilizado antes de la aparición de los detergentes comerciales. En la alimentación se utilizan las flores tiernas del penco para crear un delicioso encurtido en vinagre.

El chaguarmishky es la savia dulce del corazón de la planta. “Chaguar” significa extraer, un quichuismo común. “Mishky” significa dulce. Para poder sacar el chaguarmishky, el penco necesita tener entre 12 y 15 años. Se sabe que está listo para poder ser “chaguado” cuando sus hojas empiezan a doblarse y esta a punto de crecer el “chaguarquero”, el tallo de sus flores. Según la tradición en una noche oscura sin avisar a nadie el hombre debe acudir al penco y hacer un orificio grande entre la cuarta y la quinta hoja, raspando, agregando agua, y dejándolo tapado. Después de 8 días, la mujer acude a la planta durante el día, saca y tira el agua acumulada en el hueco, y raspa un poco más del interior. A partir de entonces se acumulará constantemente un agua dulce, semejante a un jugo azucarado, que se puede recoger de 2 a 3 veces al día, durante aproximadamente cuarenta días. Durante todo este periodo, el

hombre no debe acercarse a la planta. Esta división ancestral de roles tiene un sentido práctico: el

primer corte es una labor dura y la savia que salpica es muy hurticante, por eso esa labor la realizaban los hombres. Luego la mujer se hacía cargo, pues era ella quien con más seguridad estaría cerca a distintas horas del día. En realidad ambas tareas pueden ser realizadas tanto por hombres como por mujeres, aunque en general se ha mantenido la tradición de que el “chaguado” es labor

femenina.Un penco inicia su producción con unos 2 litros diarios

aproximadamente, llegando a los 10 litros y luego rebajando su producción hasta secarse por completo. Al cumplirse los cuarenta días, la planta muere.

Se consume el chaguarmishy fresco, cocinado con arroz de cebada, en coladas de zambo, como sirope y para endulzar tortillas, entre muchas otras formas. Una de las maneras más populares es hirviéndolo bien y luego fermentándolo para producir el popular “Guarango”, una especie de cerveza o chicha muy popular en las mingas y fiestas, similar al pulque mexicano. Se lo puede conseguir en las ferias agroecológicas, ya sea como refresco, guarango o arroz de mishky (con arroz de cebada). También se lo

consigue en muchas comunidades indígenas, basta con decir que se quiere comprar

chaguarmishky para que le indiquen la dirección de las mishkeras de la comunidad. Al ser usado para chaguarmishky, el penco no desarrolla su chaguarquero, por lo que la planta muere sin reproducirse sexualmente (aunque habrá sacado algunos hijuelos en su base). Esto debe ser tomado en cuenta: ahora que el chaguarmushky vuelve a ganar popularidad, en algunas regiones se está iniciando una sobreexplotación de los pencos existentes. Hay que realizar programas de plantación al mismo tiempo que se cosecha, dejando siempre suficientes plantas para asegurar una semilla diversa genéticamente, y transplantando manualmente los hijuelos para aumentar el número de plantas jóvenes. Cuando compremos algún producto del penco, sería bueno preguntar si se está realizando la resiembra de la planta; de esa manera, ejercemos presión social sobre los productores para proteger este valioso recurso.

El chaguarmishky tiene propiedades beneficiosas que han sido reconocidas de manera tradicional. Es medicinal para casos de artritis por sus propiedades desinflamatorias. Fortalece los huesos al ayudar al organismo a asimilar el calcio. De ahí que las mujeres que lo consumieron de niñas tengan perfectas dentaduras y magníficos huesos al llegar a la vejez. También es beneficiosa para personas con varices. Es un conocido afrodisiaco, beneficioso para las mujeres que deseen tener hijos; ya lo dice el refrán: “guarango de penco maduro, guagua seguro”. Hay casos de mujeres que han logrado concebir luego de consumirlo por un tiempo. Su concentrado o sirope, que es como una miel de penco, concentra todas las propiedades medicinales del chaguarmishky y las preserva por más tiempo. Es un endulzante apto para personas con problemas de azúcar en la sangre, pues su bajo nivel glicémico hace que se descomponga muy lentamente en el organismo. Personas con diabetes ya lo utilizan con mucho éxito. El chaguarmishky fue un importante endulzante en estas tierras antes de la llegada de los españoles, que introdujeron la caña de azúcar. El azúcar pronto reemplazo al chawarmishky, por considerarse más moderna y ligada a la cultura dominante blanco mestiza. Por tal motivo cada vez hay menos personas que saben el oficio de “chaguar el mishky”. Hoy existen varios proyectos de recuperación de esta tradición, al reconocerse finalmente su superior valor nutricional frente al azúcar de caña.

En la zona de Cayambe, una microempresa familiar está reactivando la tradición del sirope de penco, con aspectos interesantes desde el punto de vista económico y ecológico. “Mishky Huarmy” o dulce mujer, trabaja por el momento con mujeres de 3 comunidades de la zona: Pitaná, Pingulmí y Cuniburo. La zona está muy erosionada, en parte debido al mal manejo de la ganadería, y la actividad lechera ha dado paso a las enormes plantaciones de flores, sin mucha oportunidad para otras actividades económicas. Mishky Huarmy compra el chaguarmishky por litro, a un precio que representa el doble del precio oficial de la leche, pero con una condición: las productoras deben sembrar pencos. De esta manera, se promueve la regeneración del agave en la zona.Los pencos que crecen en los cangahuales (toba volcánica compactada) son los que mejor chaguarmishky producen. Durante la edad de oro del desarrollismo se recomendaba sembrar en estos suelos aparentemente improductivos eucaliptos (especie introducida desde Australia), ya que crecían muy bien; pero su impacto ambiental fue enorme: en pocos años secaron los suelos, y desplazaron a la flora y fauna local. Actualmente, un eucalipto de 12 años se vende por unos 20 dólares. Mientras que un penco de la misma edad, cosechado, produce unos 160 dólares. Por esta razón, Mishky Huarmy considera que la siembra de pencos y el rescate de esta tradición es una excelente alternativa económica, además de ayudar a difundir la identidad cultural y proteger el ambiente.

BibliografíaMora C., 1910, Monografía “De algunas Plantas Textiles y Tintóreas

de la Provincia de Loja”, La Organización Escolar, publicación

mensual. Loja, Enero y Febrero. Nos 19 y 20.

Pardo, O. 2005. El agave americano (Agave americana L.): uso

alimentario en el Perú. Chloris Chilensis Año 8 Nº 2. URL:

http://www.chlorischile.cl

Salomon, Frank. 2011. Los Señoríos Étnicos de Quito en la Época de

los Incas. Biblioteca Básica de Quito nº 42. Quito, 2011.

Usos

El Chaguarmishky

El Chaguarmishkyde cara al futuro

Hijuelos de penco listos para la siembra

Hijuelos de cabuya, germinan en el chaguarquero

Page 14: Revista Allpa nº 9

26 27

Experiencias SosteniblesExperiencias Sostenibles

Desarrollo 3.0Hacia una

Práctica Coherente

Crisis en la ciencia y desarrollo

Frente a la creciente preocupación sobre el estado de los sistemas alimentarios, la industria del desarrollo rural está viviendo cambios fundamentales. Lo notamos principalmente en los discursos actuales sobre la agricultura y el alimento, que enfatizan la producción amigable con el ambiente, la construcción de economías socialmente justas, el consumo saludable y la concepción del alimento como una expresión cultural. Y también lo notamos en la crisis institucional que están viviendo las organizaciones de investigación y de desarrollo rural.A pesar del reconocimiento de la necesidad de que los procesos de cambio sean controlados por los beneficiarios locales, el agente externo (ya sea el experto técnico, el proyecto financiado desde fuera, la industria privada o simplemente el “sistema”) sigue siendo el actor central en las políticas y la practica de desarrollo rural. Hasta la fecha, dos modelos de desarrollo han predominado – la “transferencia de tecnología” y el “desarrollo participativo”. Sin embargo, creemos que las experiencias de la vida diaria de la gente -- complejas y a menudo llenas de sorpresas e inconsistencias -- cuestionan la visión de causa y efecto en la que se basan ambos modelos.El Análisis Internacional de la Ciencia Agrícola y la Tecnología para el Desarrollo (conocido por sus siglas en Inglés como el IAASTD) (McIntyre et al., 2009), un estudio exhaustivo a nivel mundial que involucró cientos de profesionales, descubre que las organizaciones que aplican los modelos de transferencia y participación se han vuelto auto-referenciales, empantanadas en sus propias formas de pensar y hacer. Como resultado, hoy en día las contribuciones de la ciencia y tecnología para el desarrollo están lejos de responder a las necesidades de cambio de las familias rurales.De hecho, el IAASTD establece que la mayor parte de los problemas de hoy – la degradación de los suelos, la pérdida de la biodiversidad, el aumento de las plagas y los mercados cada vez más distantes de las localidades de producción y menos competitivos – son primariamente el producto de un cierto régimen

de ciencia y desarrollo. El estudio llega a la conclusión de que los modelos de transferencia de tecnología y el desarrollo participativo han alcanzado sus limites de utilidad y que necesitamos abrir un nuevo camino hacia el futuro.

La llegada del actor externo al desarrollo rural

Las intervenciones publicas planificadas a favor de los pobres y marginados surgen con el crecimiento de la agroindustria después de la Segunda Guerra Mundial. El modelo de ayuda se organizó en torno a desarrollos en la tecnología industrial, en particular de los sectores de la química (los fertilizantes y plaguicidas) y la biotecnología (la semilla industrial). Debido al entusiasmo generado por estas innovaciones, un movimiento de profesionales fomentó la creación de nuevos programas académicos, sistemas de “extensión” y otros mecanismos para extender sus soluciones a las poblaciones del sector rural - es la transferencia de tecnología, que aquí denominamos el “Desarrollo 1.0”.Mientras tanto, Organizaciones No-Gubernamentales (ONGs), principalmente de los EEUU, se concentraron en la ayuda y reconstrucción de un mundo devastado por la guerra, especialmente en Europa. Además, muchas organizaciones de las iglesias se involucraron en países de África y Asia que pasaron de ser estados coloniales a estados independientes, así como en los procesos de reforma agraria en América Latina. Las ONGs enfatizaron la co-gestión de procesos con los beneficiarios. Esto es lo que se conoce como el desarrollo participativo, que llamamos el “Desarrollo 2.0”.El Desarrollo 1.0 se orienta hacia la creación de centros internacionales y nacionales de investigación agrícola (como el INIAP, INIA, ICA) y de extensión (Ministerio de Agricultura) que subsisten hoy en día con diferentes grados de actividad y relevancia para las comunidades rurales. A pesar de la ausencia de un apoyo

similar desde las políticas públicas al Desarrollo 2.0, el sector de las ONGs ha logrado influir en el desarrollo rural. A pesar de sus diferentes discursos, estas dos tradiciones se han influenciado mutuamente.

La modernización agrícola: motor de los serios problemas de hoy

En la práctica el Desarrollo 1.0 y el 2.0 se han organizado alrededor de una ideología en común: la “modernización agrícola”. En términos sociales, la modernización agrícola espera fomentar el cambio a través de cuatro procesos principales: 1) la monetización de la vida rural (poniendo precios en los recursos tierra, agua, semillas y tiempo de las personas) 2) la intermediación de las relaciones a través del dinero y los sistemas financieros, 3) el distanciamiento y desconexión entre productores y consumidores y 4) el desplazamiento de cualquier tipo de conocimiento y tecnología existente por los conocimientos y tecnologías de los “expertos”.Aunque existen importantes diferencias entre las motivaciones expresadas por el Desarrollo 1.0 y 2.0, sea la erradicación de la pobreza, el cuidado de las culturas o la protección del ambiente, los proponentes de la modernización agrícola sugieren que la toma de decisiones de las familias rurales es monetariamente racional y que existen “mejores prácticas” universales que nos pueden llevar a un futuro mejor.Aunque es difícil generalizar sobre sus efectos a corto o largo plazo, se estima que la modernización agrícola ha alterado la evolución de la agricultura global, la producción y los sistemas alimentarios,

llevándonos hacia nuevas formas de tenencia de la tierra, ciclos de cultivo, manejo del suelo, semillas y agua, nuevas formas de mercado, relaciones sociales y aspiraciones de las familias rurales. Y sin lugar a dudas, este desarrollo ha generado graves y crecientes consecuencias negativas.La gente en todo el planeta se enfrenta con serios problemas que están minando los sistemas alimentarios, tales como la deforestación, degradación de los suelos y sistemas hídricos, pérdida de la diversidad genética, proliferación de plagas, exclusión de los mercados y el calentamiento global. Además, la modernización de los sistemas alimentarios ha fomentado tanto el hambre como la obesidad, asociada con las primeras causas de la morbilidad y mortalidad en Latinoamérica, tales como la diabetes tipo II y los problemas de corazón.

Desarrollo 3.0: una respuesta desde la gente

Aunque el futuro se vea oscuro ahora, hay razones para tener esperanza. En todo el mundo hay gente que está explorando transiciones hacia una tercera vía al desarrollo, basado en la búsqueda de formas de vida coherentes, construidas desde la práctica por los mismos actores a nivel familiar y comunitario. A esto es a lo que llamamos el “Desarrollo 3.0”.Por ejemplo, los debates sobre el hambre, la producción alimentaria y los transgénicos han llevado a la emergencia de redes sociales influyentes organizadas en torno a sus intereses y responsabilidades. En un mundo crecientemente dominado por la agricultura industrial, ciertos movimientos sociales operando en familias y comunidades, han logrado sus propias prácticas de producción y alimentación saludables y auto-sostenibles. El punto central de este nuevo

Stephen Sherwood (EkoRural y Universidad de Wageningen, Holanda)

[email protected] Paredes (FLACSO-Ecuador)

paradigma es la aproximación al desarrollo como algo que emerge de los procesos sociales locales y es resuelto a nivel local por sus propios actores, en lugar de un desarrollo que está en primer lugar estimulado, facilitado o dirigido desde afuera. Una consecuencia de este nuevo paradigma es la necesidad de repensar la ciencia, política y profesionalismo en el desarrollo frente a esta nueva capacidad de auto-organización local.A pesar de la tremenda influencia del Desarrollo 1.0 y del 2.0, no se encuentran formas “puras” de la modernización agrícola que dichos modelos buscaban en los campos, hogares o comunidades rurales. Sin llegar a romantizar las prácticas locales, podemos decir que la vida diaria y las prácticas cotidianas de las familias rurales y sus redes sociales operan por fuera del medio institucionalizado del desarrollo. Y precisamente por eso, el conjunto de modelos locales de desarrollo sigue siendo rico en respuestas diversas, en las que podemos encontrar tendencias tanto preocupantes como esperanzadoras.Sentimos que el Desarrollo 3.0 provee una perspectiva fresca.

Aunque al igual que sus predecesores este enfoque tiene sus contradicciones y retos, encontramos evidencia de que el campo de desarrollo rural está viviendo cambios irreversibles en manos de las

redes de actores locales, sobre todo en el campo de la agroecología. En

las siguientes ediciones de la revista Allpa, presentaremos ejemplos que

muestran como ciertas familias rurales, a través de su propio

conocimiento y experiencia, están logrando una práctica cada vez más

coherente con sus expectativas. Como resultado, están logrando cuidar

sus propios sistemas de semilla, superar la escasez de agua y mantener

una sana nutrición familiar. Esperamos que estos ejemplos de potencial

local sean una inspiración para un nuevo giro en el desarrollo rural.

Page 15: Revista Allpa nº 9

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Crisis en la ciencia y desarrollo

Frente a la creciente preocupación sobre el estado de los sistemas alimentarios, la industria del desarrollo rural está viviendo cambios fundamentales. Lo notamos principalmente en los discursos actuales sobre la agricultura y el alimento, que enfatizan la producción amigable con el ambiente, la construcción de economías socialmente justas, el consumo saludable y la concepción del alimento como una expresión cultural. Y también lo notamos en la crisis institucional que están viviendo las organizaciones de investigación y de desarrollo rural.A pesar del reconocimiento de la necesidad de que los procesos de cambio sean controlados por los beneficiarios locales, el agente externo (ya sea el experto técnico, el proyecto financiado desde fuera, la industria privada o simplemente el “sistema”) sigue siendo el actor central en las políticas y la practica de desarrollo rural. Hasta la fecha, dos modelos de desarrollo han predominado – la “transferencia de tecnología” y el “desarrollo participativo”. Sin embargo, creemos que las experiencias de la vida diaria de la gente -- complejas y a menudo llenas de sorpresas e inconsistencias -- cuestionan la visión de causa y efecto en la que se basan ambos modelos.El Análisis Internacional de la Ciencia Agrícola y la Tecnología para el Desarrollo (conocido por sus siglas en Inglés como el IAASTD) (McIntyre et al., 2009), un estudio exhaustivo a nivel mundial que involucró cientos de profesionales, descubre que las organizaciones que aplican los modelos de transferencia y participación se han vuelto auto-referenciales, empantanadas en sus propias formas de pensar y hacer. Como resultado, hoy en día las contribuciones de la ciencia y tecnología para el desarrollo están lejos de responder a las necesidades de cambio de las familias rurales.De hecho, el IAASTD establece que la mayor parte de los problemas de hoy – la degradación de los suelos, la pérdida de la biodiversidad, el aumento de las plagas y los mercados cada vez más distantes de las localidades de producción y menos competitivos – son primariamente el producto de un cierto régimen

de ciencia y desarrollo. El estudio llega a la conclusión de que los modelos de transferencia de tecnología y el desarrollo participativo han alcanzado sus limites de utilidad y que necesitamos abrir un nuevo camino hacia el futuro.

La llegada del actor externo al desarrollo rural

Las intervenciones publicas planificadas a favor de los pobres y marginados surgen con el crecimiento de la agroindustria después de la Segunda Guerra Mundial. El modelo de ayuda se organizó en torno a desarrollos en la tecnología industrial, en particular de los sectores de la química (los fertilizantes y plaguicidas) y la biotecnología (la semilla industrial). Debido al entusiasmo generado por estas innovaciones, un movimiento de profesionales fomentó la creación de nuevos programas académicos, sistemas de “extensión” y otros mecanismos para extender sus soluciones a las poblaciones del sector rural - es la transferencia de tecnología, que aquí denominamos el “Desarrollo 1.0”.Mientras tanto, Organizaciones No-Gubernamentales (ONGs), principalmente de los EEUU, se concentraron en la ayuda y reconstrucción de un mundo devastado por la guerra, especialmente en Europa. Además, muchas organizaciones de las iglesias se involucraron en países de África y Asia que pasaron de ser estados coloniales a estados independientes, así como en los procesos de reforma agraria en América Latina. Las ONGs enfatizaron la co-gestión de procesos con los beneficiarios. Esto es lo que se conoce como el desarrollo participativo, que llamamos el “Desarrollo 2.0”.El Desarrollo 1.0 se orienta hacia la creación de centros internacionales y nacionales de investigación agrícola (como el INIAP, INIA, ICA) y de extensión (Ministerio de Agricultura) que subsisten hoy en día con diferentes grados de actividad y relevancia para las comunidades rurales. A pesar de la ausencia de un apoyo

similar desde las políticas públicas al Desarrollo 2.0, el sector de las ONGs ha logrado influir en el desarrollo rural. A pesar de sus diferentes discursos, estas dos tradiciones se han influenciado mutuamente.

La modernización agrícola: motor de los serios problemas de hoy

En la práctica el Desarrollo 1.0 y el 2.0 se han organizado alrededor de una ideología en común: la “modernización agrícola”. En términos sociales, la modernización agrícola espera fomentar el cambio a través de cuatro procesos principales: 1) la monetización de la vida rural (poniendo precios en los recursos tierra, agua, semillas y tiempo de las personas) 2) la intermediación de las relaciones a través del dinero y los sistemas financieros, 3) el distanciamiento y desconexión entre productores y consumidores y 4) el desplazamiento de cualquier tipo de conocimiento y tecnología existente por los conocimientos y tecnologías de los “expertos”.Aunque existen importantes diferencias entre las motivaciones expresadas por el Desarrollo 1.0 y 2.0, sea la erradicación de la pobreza, el cuidado de las culturas o la protección del ambiente, los proponentes de la modernización agrícola sugieren que la toma de decisiones de las familias rurales es monetariamente racional y que existen “mejores prácticas” universales que nos pueden llevar a un futuro mejor.Aunque es difícil generalizar sobre sus efectos a corto o largo plazo, se estima que la modernización agrícola ha alterado la evolución de la agricultura global, la producción y los sistemas alimentarios,

llevándonos hacia nuevas formas de tenencia de la tierra, ciclos de cultivo, manejo del suelo, semillas y agua, nuevas formas de mercado, relaciones sociales y aspiraciones de las familias rurales. Y sin lugar a dudas, este desarrollo ha generado graves y crecientes consecuencias negativas.La gente en todo el planeta se enfrenta con serios problemas que están minando los sistemas alimentarios, tales como la deforestación, degradación de los suelos y sistemas hídricos, pérdida de la diversidad genética, proliferación de plagas, exclusión de los mercados y el calentamiento global. Además, la modernización de los sistemas alimentarios ha fomentado tanto el hambre como la obesidad, asociada con las primeras causas de la morbilidad y mortalidad en Latinoamérica, tales como la diabetes tipo II y los problemas de corazón.

Desarrollo 3.0: una respuesta desde la gente

Aunque el futuro se vea oscuro ahora, hay razones para tener esperanza. En todo el mundo hay gente que está explorando transiciones hacia una tercera vía al desarrollo, basado en la búsqueda de formas de vida coherentes, construidas desde la práctica por los mismos actores a nivel familiar y comunitario. A esto es a lo que llamamos el “Desarrollo 3.0”.Por ejemplo, los debates sobre el hambre, la producción alimentaria y los transgénicos han llevado a la emergencia de redes sociales influyentes organizadas en torno a sus intereses y responsabilidades. En un mundo crecientemente dominado por la agricultura industrial, ciertos movimientos sociales operando en familias y comunidades, han logrado sus propias prácticas de producción y alimentación saludables y auto-sostenibles. El punto central de este nuevo

paradigma es la aproximación al desarrollo como algo que emerge de los procesos sociales locales y es resuelto a nivel local por sus propios actores, en lugar de un desarrollo que está en primer lugar estimulado, facilitado o dirigido desde afuera. Una consecuencia de este nuevo paradigma es la necesidad de repensar la ciencia, política y profesionalismo en el desarrollo frente a esta nueva capacidad de auto-organización local.A pesar de la tremenda influencia del Desarrollo 1.0 y del 2.0, no se encuentran formas “puras” de la modernización agrícola que dichos modelos buscaban en los campos, hogares o comunidades rurales. Sin llegar a romantizar las prácticas locales, podemos decir que la vida diaria y las prácticas cotidianas de las familias rurales y sus redes sociales operan por fuera del medio institucionalizado del desarrollo. Y precisamente por eso, el conjunto de modelos locales de desarrollo sigue siendo rico en respuestas diversas, en las que podemos encontrar tendencias tanto preocupantes como esperanzadoras.Sentimos que el Desarrollo 3.0 provee una perspectiva fresca.

Aunque al igual que sus predecesores este enfoque tiene sus contradicciones y retos, encontramos evidencia de que el campo de desarrollo rural está viviendo cambios irreversibles en manos de las

redes de actores locales, sobre todo en el campo de la agroecología. En

las siguientes ediciones de la revista Allpa, presentaremos ejemplos que

muestran como ciertas familias rurales, a través de su propio

conocimiento y experiencia, están logrando una práctica cada vez más

coherente con sus expectativas. Como resultado, están logrando cuidar

sus propios sistemas de semilla, superar la escasez de agua y mantener

una sana nutrición familiar. Esperamos que estos ejemplos de potencial

local sean una inspiración para un nuevo giro en el desarrollo rural.

En nuestro afán de ser autosuficientes, este fréjol se ha vuelto una de las plantas más importantes en la alimentación de la finca ecoturística Río Muchacho durante la temporada de invierno. Produce muy bien con altas temperaturas y fuertes lluvias, lo cual no ocurre con otros fréjoles que no producen semilla en el invierno, solamente crecen, “se van en vicio” como decimos en la costa.Nuestro uso preferido es el de la vaina tierna, como de 12 cm. Se la corta en pedazos de 1 cm., se saltea en la sartén (“refriteado” y “revolteado”) con mantequilla y ajo. Sirve para decoración en ensaladas y salsas o sobre carnes, por su color verde claro y forma de estrella. La vaina en si no tiene un sabor muy profundo pero resalta mucho con los condimentos. Se lo puede preparar como

Bondades Y Beneficios

Del Frejol Alado Darío Proaño, Finca Río Muchachowww.riomuchacho.con

fritura, amortiguando la vaina tierna en agua caliente y después se lo hace “emborrajado” (apanado) con harina de trigo, ajo y comino. También se puede comer la flor, las hojas tiernas, se puede consumir el grano y las raíces tuberculosas crudas u horneadas, como papas. La planta es perenne y produce profusa y repetidamente. Es un fréjol trepador fuerte para el trópico; aunque la planta puede crecer bien en climas fríos, la vaina no se forma o se queda atrofiada. Hay dos variedades: una cultivada para cosechar la vaina y otra para la papa. Para recoger la semilla se deja secar las vainas, hasta que se vuelvan muy duras y, en el sol, se abren solas para recoger las semillas. Para conservar las semillas en climas calientes, congelar en frasco por 2 días y después guardar en un lugar oscuro.

¡Buen provecho!

Nombre botánico: Psophocarpus tetragonolobusFamilia: FABACEAE Nombres comunes: Fréjol borrego, fréjol chino, fréjol estrella Originario de Nueva Guinea

McIntyre, B., H. Herren, J. Wakhungu & R. Watson (Eds.). 2009. Agriculture at a Crossroads: The Global Report. International Assessment of Agricultural Knowledge, Science and Technology for Development. IAASTD. Island Press, Washington, D.C. 606 p. (disponible en Español a través de: www.agassessment.org)

Referencias