Revista Actualidades Arqueológicas N.1

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DirectorioCOMIT EDITORIAL Karla Cerecero Calzadaz Almudena Lpez Benito Yarima Merchan Rojas Carlo del Razo Canuto Csar Vzquez Vzquez COMIT ACADMICO Dr. Rodrigo Liendo Dr. Jaime Litvak Dra. Linda Manzanilla Arqlgo. Joel Santos Dr. Paul Schmidt COORDINADOR DE SECCIONES Almudena Lpez Benito COORDINACIN DE REDACCIN Y ESTILO Yarima Merchan Rojas Carlo del Razo Canuto DISEO Y DIRECCIN WEB Guillermo Gonzlez Luna JEFES DE SECCIN Proyectos: Karla Cerecero Calzadaz [email protected] Opinin: Yarima Merchan Rojas [email protected] Entrevistas: Almudena Lpez Benito [email protected] Reseas: Carlo del Razo Canuto [email protected] Noticias, Enlaces, Bolsa de trabajo: Csar Vzquez Vzquez y Anglica Lpez-Forment [email protected] COLABORADORES Paola Zepeda Manuel Graniel Anglica Lpez-Forment EQUIPO DE DISTRIBUCIN Grupo Arquelos ESTA PUBLICACIN ES REALIZADA POR EL GRUPO ARQUEFILOS, EN COLABORACIN CON EL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ANTROPOLGICAS DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICO. ACTUALIDADES ARQUEOLGICAS. Pasado en Presente. Instituto de Investigaciones Antropolgicas, UNAM Ciudad Universitaria, Circuito exterior s/n C.P. 04510, Coyoacn, Mxico D. F. MXICO Telfonos: 5 622-9659 y 5 622-0161. E-mail: [email protected]

Indice

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Editorial Proyectos Estudio geofsico de los vestigios ar quelogicos enterrados y la preservacin del patrimonio arquitectnico de la Ciudad de MxicoPor Luis Barba Instituto de Investigaciones Antropolgicas, UNAM

La cara del teotihuacano

Linda Manzanilla y dgar Gaytn Instituto de Investigaciones Antropolgicas, UNAM

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Opinin La miticacin del patrimonio prehispnicoPor Ana Rosas Mantecn

Problemtica del patrimonio arqueolgico en El PerPor Mara Cristina Baltazar M.

La exclusividad de la casa: Patrimonio a la Bernulatt... et bon a petit !Por Yarima Merchan Rojas

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Entrevistas Entrevista a Bolfy CottomPor Almudena Lpez Benito

Entrevista a Blanca ParedesPor Almudena Lpez Benito

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Reseas Diario de Campo2003 Patrimonio Cultural. Problemas actuales. No. 27, noviembre, INAH, Mxico. Por Carlo Del Razo Canuto

INAH una historia

2003 Julio Csar Oliv y Bolfy Cottom (coord.) Instituto Nacional de Antropologa e historia Tercera edicin, Mxico Por Yarima Merchan Rojas

Alteridades

1998, El Patrimonio Cultural. Estudios Contemporneos Ao 8, Nm. 16, julio-diciembre, UAM Iztapalapa, Mxico Por Carlo Del Razo Canuto

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Noticias Conclusiones del Tercer Encuentro Mxico y Espaa sobre el patrimonio cultural Daos causados al patrimonio mundial por el tsunami en Asia Exposicin novedosa: Futuros alternativos para Tepozotln Eventos programados para el primer semestre del 2005 en LatinoamericaPor Csar Vzquez y Anglica Lpez-Forment

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Editoriales un espacio de opinin, debate y divulgacin, en el que existe la posibilidad de dar a conocer los trabajos de los impetuosos investigadores de nuestra disciplina. Creemos que la arqueologa es un arma til en la construccin de un mejor porvenir social, que permite aprender de lo errores y convivir en favorables escenarios para todos, por lo que su divulgacin editorial es esencial. Es importante mencionar que este proyecto -ahora con un nuevo enfoque- retoma el valioso trabajo anterior de esta misma publicacin, comprendido entre 1995 y 2002, y dirigido por el arquelogo Joel Santos. Nuestra revista tiene un carcter acadmico, cientfico y por supuesto social; en ella se respeta la libertad de opinin y participacin con una base de tolerancia a las ideas en ella expuestas. Iniciamos este proyecto en el contexto que el mundo nos brinda, un ambiente de perseverancia y esperanza ante los asaltos y atentados permanentes de los grupos de poder, que pretenden imponer sus parciales visiones de la realidad, por encima de una historia y de una herencia que se mantienen a la espera de ser escuchadas. En este primer nmero presentamos algunos problemas e inquietudes relacionados con el Patrimonio Arqueolgico y Cultural, dada su especial importancia y la necesidad de garantizar su trascendencia a todos los mbitos sociales. Dicha inquietud nace de la problemtica suscitada a mediados del 2004 en la zona arqueolgica de Teotihuacan. Ana Rosas Mantecn externa su opinin acerca de la construccin de la identidad nacional a partir del discurso nacionalista, as como la sobre valoracin del patrimonio arqueolgico prehispnico con respecto a los dems. Mientras que Ma. Cristina Baltazar expone la problemtica general que enfrenta el patrimonio arqueolgico peruano, as como los avances legislativos en torno a su proteccin. Finalmente, Yarima Merchan hace una fuerte crtica al desinters del discurso arqueolgico por transmitir la importancia y el valor que tienen el patrimonio cultural y arqueolgico para la sociedad en general. Luis Barba presenta un artculo relacionado con algunas tcnicas geofsicas, que proporcionan elementos de evaluacin para detectar estructuras arqueolgicas en el subsuelo de la Ciudad de Mxico, y que en consecuencia sirven para evitar su prdida. Por otro lado, Bolfy Cottom y Blanca Paredes conversan con nosotros acerca del papel del arquelogo en la defensa y proteccin del patrimonio arqueolgico, as como del panorama legal que enfrenta nuestro pas al respecto. Carlo del Razo Canuto resea dos revistas ( Diario de Campo y Alteridades ) dedicadas al Patrimonio Cultural, en las que se abordan puntos de vista distintos, que giran alrededor de esta temtica. Por su parte, Yarima Merchan resea el contenido general de la nueva edicin (revisada) del compendio INAH una Historia . Como artculo especial e indito contamos con el trabajo realizado por Linda Manzanilla y dgar Gaytn, sobre los resultados obtenidos en las ltimas excavaciones en Teotihuacan; en el cual se expone la propuesta de reconstruccin facial del llamado hombre teotihuacano. Adems, contamos con un fotorreportaje mostrando la venta ilcita de piezas arqueolgicas, varias noticias y enlaces relacionados con el tema central de esta edicin; los cuales pueden consultarse en la revista digital: www.actualidadesarqueologicas.sitio.net Comit Editorial

Actualidades Arqueolgicas

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Proyectos

Estudio geofsico de los vestigios arquelogicos enterrados y la preservacin del patrimonio arquitectnico de la Ciudad de MxicoLuis Barba Laboratorio de Prospeccin Arqueolgica Instituto de Investigaciones Antropolgicas, UNAM

1. INTRODUCCIN En algunas zonas de la Ciudad de Mxico, la superficie actual se aprecia ondulada. Estas son irregularidades que las fotos y dibujos de principios de siglo no hacen evidentes. Este hecho est relacionado con dos orgenes: los lugares de asentamiento prehispnico y el hundimiento reciente de la ciudad. En el Laboratorio de Prospeccin Arqueolgica del Instituto de Investigaciones Antropolgicas, se realiza un proyecto que aborda el estudio sistemtico de estos sitios. Este tiene como fin, producir un inventario que permita prever acciones dentro de una ciudad, en la que los aspectos son difciles de observar. La diferencia de propiedades geotcnicas, entre los terrenos que han sido precompactados respecto de sus alrededores, se han remarcado recientemente con el aumento de las tasas de hundimiento de la ciudad. Esta afectacin diferencial se est reflejando en forma de reacomodos y grietas, tanto en la superficie como en las construcciones. La velocidad de extraccin de agua del subsuelo en la ciudad, garantiza que lejos de detenerse, el hundimiento continuar, y por lo tanto el fenmeno ahora estudiado ser grave. En este sentido los estudios permitirn localizar las reas con mayor afectacin y se podrn explicar las causas que la producen. En el presente trabajo se aprovechan

las diferencias de las propiedades geotcnicas en los terrenos precompactados, respecto a las de sus alrededores, las cuales estn provocando hundimientos diferenciales. La hiptesis que se maneja es que, si estas diferencias representan las alteraciones producidas por los asentamientos humanos, entonces es posible reconocer y estudiar desde la superficie, con tcnicas geofsicas, los sitios arqueolgicos que han sido cubiertos por la urbanizacin moderna. 2. ANTECEDENTES CARTOGRFICOS Para determinar la localizacin aproximada de asentamientos humanos del siglo XVI, se realiz la revisin de mapas antiguos de lo que fuera la zona lacustre y su correspondencia con la actual ciudad. Tambin ha sido analizada la toponimia como indicador de la presencia de asentamientos antiguos. Es sorprendente la cantidad de toponmicos en nhuatl que permanecen y se encuentran en los mapas modernos, dando nombre a callejones, calles, barrios, colonias, etc. Los mapas de fines del siglo XVI muestran la recin reconstruida Ciudad de Mxico con algunos islotes dispersos alrededor de la parte nuclear de MxicoTenochtitlan. En el mapa de Corts, las chinampas fueron representadas vagamente como alineamientos concntricos rodeando al asentamiento principal. El mapa de Upsala tampoco presta mucha

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Figura 1

Figura 2

Figura 1 Mapa recostructivo dibujado por Gonzlez Aparicio (1973). Imgen tomada de la revista Arqueologa Mexicana en el nmero que aparece en la bibliografa Figura 2 reas de la Ciudad de Mxico donde los monticulos estan concentrados (lneas punteadas)

atencin a los islotes y las chinampas que rodearon la ciudad, pues slo identifica Iztacalco. Recientemente, el mapa producido por Gonzlez Aparicio (1973), y publicado con modificaciones por la revista Arqueologa Mexicana (1995), muestra con detalle la localizacin de abundantes islotes construidos en la parte oeste del Lago de Texcoco. Los terrenos susceptibles de ocupacin prehispnica parecen estar concentrados en el espacio comprendido entre la ribera occidental del lago y el albarradn de San Lzaro, as como tambin, entre la zona de Tepeyac y la de Culhuacan en sentido norte - sur (Figura 1). En estos terrenos puede notarse que la parte poniente del lago era menos profunda, esto pudo ser consecuencia de la acumulacin de sedimentos provenientes de la Sierra de las Cruces. Por esta razn la zona fue ms susceptible de ser ocupada, ya que su escasa profundidad permita elevar los terrenos sobre el nivel del agua con rellenos artificiales que formaron islotes, camellones y chinampas. En el mapa de Corts se observa el islote de Tenochtitlan en el centro, totalmente rodeado de agua, sin embargo, 50 aos despus en el mapa de Upsala, el terreno comprendido entre Tacuba y Azcapotzalco es representado como tierra firme. Churubusco, de ser un asentamiento lacustre en el mapa de Corts, pas a ser un terreno ribereo en el mapa de Upsala. En los siguientes 50 aos, toda la parte poniente de la ciudad paulatinamente se transform en tierra firme con lodazales en la poca de lluvias. El nivel del lago entre los aos de 1520 y 1620 debi bajar algunos metros, el cuerpo de agua qued reducido a la zona comprendida entre la parte Este del albarradn y la ribera del poblado de Texcoco (Figura 2). Por las razones anteriormente expuestas, la zona poniente de la cuenca favoreci la ubicacin de la mayor parte de los asentamientos presentes en los mapas antiguos. Sin embargo, las limitaciones cartogrficas de ese tiempo produjeron mapas sin escala y con errores que hacen difcil ubicar con exactitud estas reas en nuestra actual retcula urbana. Es evidente que por esta y otras razones no es posible asegurar la existencia de islotes

en una zona determinada, contando slo con esta informacin. Podemos considerar que los conjuntos de islotes en el lago deberan estar formados por chinampas y canales dispuestos en forma regular. Sin embargo, los centros rectores de cada conjunto tendran islotes mayores, con mejor cimentacin para soportar estructuras ms pesadas. Esto ocasionara diferentes condiciones de precompactacin en el terreno, ligera en las chinampas de cultivo y mayor en las zonas rituales y administrativas. El otro extremo estara representado por los restos del Templo Mayor, donde se tiene el mximo de precompactacin del terreno. Etapas sucesivas de construccin fueron compactando paulatinamente el subsuelo que hoy, liberado de la carga de los edificios coloniales, y habiendo perdido gran parte de su volumen y peso original, se recupera y se eleva sobre el nivel de la calle que originalmente lo cubra. 3. EL HUNDIMIENTO DE LA CIUDAD El hundimiento de la Ciudad de Mxico es uno de los grandes problemas que enfrenta este gran centro urbano. El problema tiene su origen en la necesidad de aprovisionamiento de agua para la gran cantidad de habitantes de la ciudad y sus consecuencias son mltiples. Para los propsitos de este estudio, la consecuencia ms relevante es la afectacin estructural, causada por el hundimiento diferencial. En muchos lugares de la ciudad, son notables las ondulaciones y el desplome de las estructuras arquitectnicas, produciendo grietas inclinadas en sus muros. Esto causa grandes costos de mantenimiento, especialmente cuando se trata de estructuras catalogadas como patrimonio arquitectnico del pas. Un ejemplo reciente lo constituye el gran esfuerzo por salvar la Catedral Metropolitana, deformada por el hundimiento diferencial y la existencia de estructuras prehispnicas bajo de ella, para lo cual se canalizan una gran cantidad de recursos econmicos cada ao (Matos et al. 1998). La solucin propuesta responde a la importancia de la estructura que se est preservando, pero siendo tantas y tan variadas las caractersticas de las estructuras afectadas, no pueden ser tratadas de la misma forma, sin embargo,

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es de primordial importancia entender el fenmeno que las afecta para prevenir aspectos que difcilmente pueden ser corregidos. Los estudios compilados por Marsal y Mazari (1969), Kumate y Mazari (1990), sobre los problemas de la ciudad, han permitido entender los fenmenos responsables de la diferencia en el comportamiento de los terrenos precompactados. Segn Ovando y Manzanilla (1997:65), al aplicarle una carga a las arcillas que forman el subsuelo de la ciudad, expulsan el agua y reducen su volumen, lo que provoca que el material se endurezca y se vuelva menos compresible. En el caso que nos ocupa, la mayor parte de las precompactaciones estudiadas parecen ser consecuencia de la acumulacin de materiales constructivos a lo largo de cientos de aos. En el caso de una estructura mayor que hubiera requerido una cimentacin con pilotes de madera, el comportamiento del terreno sera an ms contrastante. Este tipo de cimenta-

colocar, en orden creciente de precompactacin, al fondo del lago inalterado, los terrenos de cultivo con el mnimo de alteracin, seguidos por la acumulacin de rellenos para formar plataformas y pisos de casas. En el nivel ms alto tendramos las estructuras ceremoniales y administrativas mayores, cimentadas con pilotes de madera que representaran el mximo de alteracin. En la actualidad estas ltimas seran las porciones de terreno que mostraran las mayores diferencias en el relieve topogrfico y seran stas las que probablemente registraremos en este estudio. Como ya se sabe, existe una tasa promedio de hundimiento para la ciudad, sin embargo cada zona tiene una tasa particular que la caracteriza. Los registros recabados en el ltimo siglo (Kumate y Mazari 1990) nos permiten conocer los hundimientos en algunas zonas de la ciudad. El hundimiento promedio vara entre 7 y 9 metros, pero hay sitios especficos que tienen slo 6 o 7 metros, los que ante

Figura 3

Actualmente se registra la elevacin de los terrenos precompactados que se hunden a menor velocidad. Se ha podido observar que estos islotes conservaron su nombre en nhuatl y que an se encuentran representados en la traza urbana y en los topnimos de la ciudadcin soportara los restos de la estructura prehispnica con sus pisos y el derrumbe de sus muros y techos, lo que necesariamente se hundira a una velocidad distinta que las porciones de terreno menos alteradas que lo rodean. Estas diferencias son las que ahora se manifiestan como hundimientos y elevaciones topogrficas bajo la carpeta asfltica de las calles de la ciudad. Pero an ms, estas diferencias en tcnicas constructivas contrastan a su vez con el terreno que fue alguna vez el fondo del lago, que carece de trabajo humano y en consecuencia de precompactacin. De forma simultnea al hundimiento general de la ciudad, da a da ocurren otros diferenciales, en donde la velocidad del hundimiento de los terrenos menos consolidados supera la velocidad de los precompactados, hacindose cada da ms evidente la presencia de elevaciones en la superficie. En resumen, tentativamente podemos nuestros ojos apareceran como elevaciones de 1 o 2 metros (Figura 3). Debido a la presencia de grandes estructuras arquitectnicas que ahora se encuentran en peligro de colapsamiento, uno de los lugares ms estudiados desde el punto de vista geotcnico, es el centro histrico de la Ciudad de Mxico. Sin embargo, en toda la zona lacustre de nuestra ciudad existen sitios con las mismas caractersticas que, aunque a menor escala, presentan los mismos problemas. Es muy probable que las elevaciones actualmente visibles, correspondan a los islotes artificiales formados en la zona lacustre, debido a la acumulacin de capas de tierra y materiales constructivos en tiempos prehispnicos. 4. INDICADORES DE SUPERFICIE La participacin del Laboratorio de Prospeccin en los proyectos arqueolgicos realizados en zonas lacustres comoFigura 3 Tabla de lecturas de elevaciones sobre el nivel del mar atravs del tiempo en el centro de Mxico

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Figura 4

Terremote - Tlaltenco (Serra 1986); en el rescate arqueolgico de la zona de Xochimilco (Barba, 1990; Ortiz, Barba y Lazcano, s.f.); en Loma Alta y Guadalupe, Michoacn (Hesse et. al, 1997) y ms recientemente en Santa Cruz Atizapn, Edo. Mx. (Barba, Ortiz y Link 1997), han permitido la localizacin y el estudio de islotes antiguos. Los resultados de estos proyectos contribuyeron a determinar la presencia de unidades habitacionales, o bien de estructuras mayores de carcter comunitario o ceremonial. De la misma forma los trabajos de vila (1991) en la zona de Ixtapalapa y Tlahuac, registraron la existencia de chinampas e islotes construidos por los habitantes de la zona. Estos representan los terrenos elevados artificialmente sobre el nivel promedio del lago, sobre estos se hicieron las construcciones y se realizaron las principales actividades de los grupos que habitaron la zona (Rojas 1995). En los datos recabados durante los estudios en Tlaltenco y Xochimilco, pudo apreciarse que la altura de estos islotes puede ser de slo 50 cm o rebasar el 1.50 m de altura y su forma puede ser redonda, ovalada o alargada en forma de camelln de 20 a 50 m de longitud en su eje mayor. Estas caractersticas tienen una estrecha relacin con la forma y la altura de algunas de las elevaciones observadas hoy en las calles de la ciudad. Como ha sido bien documentado por Mazari (1988), los islotes construidos a base de la acumulacin de tierra, tienen hundimientos constantes y es necesario adicionar peridicamente ms tierra para mantener la superficie sobre el nivel del agua. Esto ocasiona un compactamiento progresivo del terreno que normalmente pas desapercibido. Es decir, estas diferencias en la precompactacin del terreno no fueron apreciables hasta que, a partir de 1940, aument la tasa de extraccin de agua, lo que provoc un hundimiento acelerado de la ciudad y produjo la aparicin de estas elevaciones en determinadas zonas de la ciudad. 5. REGISTRO DE ELEVACIONES Con base en un estudio documental se realiz la verificacin de las observaciones cartogrficas. Se registraron los

desniveles presentes en las calles de la ciudad, a fin de producir mapas que destacaran aquellas elevaciones que presumiblemente representaran los islotes antiguos. Como se mencion anteriormente, tambin se aprovecharon algunas nivelaciones publicadas (Marsal y Mazari 1969 y Kumate y Mazari 1990), en donde se aprecia el hundimiento progresivo de la ciudad. El recorrido atendi prioritariamente a la toponimia en nhuatl que dirigi la bsqueda hacia barrios con traza urbana estrecha e irregular, caracterstica de los asentamientos antiguos. En estas zonas se recorrieron con detalle todas las calles, registrando en un mapa las elevaciones observadas. Paralelamente, se realiz un registro fotogrfico. De esta forma, se recorrieron zonas como Zacahuizco, Tetepilco, Tultengo, Iztapalapa, Culhuacan, Iztacalco, Churubusco, Coyoacn, Acoxpa, Coapa. Al concluir esta etapa, se tuvo una clara idea de las zonas en donde se concentran las elevaciones que representaran las estructuras mayores de los sitios arqueolgicos debajo del pavimento de la parte sur de la ciudad. ---Actualmente se cuenta con una base de datos con la localizacin de los sitios y la localizacin de sus estructuras con algunas caractersticas (Figura 4). 6. DISCUSIN DE RESULTADOS El mapa compilado por el estudio de Gonzlez Aparicio (1973), rene informacin documental y arqueolgica disponible a principios de los aos setenta. Localiza las zonas probables de asentamiento prehispnico en las riberas y en el espejo de agua. Una de las principales caractersticas de este mapa, es que atiende por igual al islote principal de Tenochtitlan y a los pequeos asentamientos lacustres o ribereos. Por primera vez ofrece una idea clara de la distribucin de asentamientos prehispnicos, que a la luz de la informacin proporcionada por los estudios recientes, coincide en muchos casos con los desniveles encontrados en los barrios y colonias tradicionales en la actual ciudad. Un ejemplo es la zona de Aztlacalco que presenta una gran concentracin de desniveles topogrficos que abarca una buena parte de la actual colonia Roma.

Figura 4 Imgenes topogrficas, elctricas y de radar de algunas calles de Coyoacn, Mxico

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Zacahuizco y Tetepilco, muestran zonas de concentracin con desniveles claramente definidos y como en muchos casos conservan sus nombres prehispnicos. En las zonas de Tultengo y Mixhuca, hasta el momento no hemos encontrado correspondencia con desniveles en las calles. En cambio, la zona del Centro Histrico, incluida en el islote principal de Tenochtitlan, corresponde con la distribucin de una gran concentracin de desniveles registrados. En la mayora de la calles se aprecian fuertes desniveles topogrficos indicando la presencia de estructuras mayores. Sin embargo, al salir de estos lmites propuestos para este islote, son muy pocos los desniveles topogrficos que se han registrado, esto sugiere que precisamente las elevaciones representan estructuras construidas dentro de los mrgenes del islote principal. La concentracin de las elevaciones verifica la existencia de los asentamientos prehispnicos. Sin embargo la clasificacin de estas, junto con los resultados geofsicos, son las que permiten identificar las estructuras principales de un

la zona. En la superficie de la Plaza de la Conchita, se llev a cabo un estudio de gradiente magntico logrando superar la interferencia producida por el mobiliario urbano. Hay concordancia entre los datos magnticos y las elevaciones topogrficas. Una tcnica que ha dado buenos resultados es la de resistencia electrosttica que, sin necesidad de contacto galvnico con la tierra, permite tomar lecturas sobre el pavimento. Esto facilit el estudio de la mayor parte de las calles que rodean la plaza, produciendo una estrecha correspondencia entre las elevaciones topogrficas y los altos valores de resistencia electrosttica. Los resultados preliminares permiten asegurar que la mayor parte de las elevaciones topogrficas registradas, son producidas por la presencia de materiales que modifican las propiedades magnticas y elctricas del terreno, generando tambin claras reflexiones de las ondas electromagnticas del radar. El georadar ha permitido conocer la profundidad y la forma aproximada de las acumulaciones de materiales derrumbados que producen claras

Figura 5

En las zonas actuales de nuestra ciudad, donde los asentamientos prehispnicos se lograron gracias a la acumulacin de materiales para mantenerse por encima del nivel del agua, pueden observarse los desniveles topogrficos que son producto del hundimiento diferencialasentamiento. Actualmente se ha iniciado la segunda etapa del proyecto en la que se estudian, con tcnicas geofsicas, las caractersticas de los desniveles localizados. En esta parte de la investigacin se hace uso de equipos, -topogrficos, magnticos, elctricos y de radar-, que determinan la presencia de elevaciones, as como las caractersticas de los restos constructivos. Las perforaciones de sondeo y las excavaciones, representan otras posibilidades de estudio para confirmar las hiptesis planteadas a partir de los resultados de las primeras etapas. En la zona de Coyoacn se llevaron a cabo experimentos encaminados a demostrar que las tcnicas geofsicas de alta resolucin, son apropiadas para estudiar sitios arqueolgicos en contextos urbanos. Se hicieron mapas topogrficos para registrar cuidadosamente el relieve reflexiones y confirman sin lugar a dudas la existencia de restos arquitectnicos enterrados (Figura 5) resis y topo en las calles Coyoacan. CONCLUSIONES En las zonas actuales de nuestra ciudad, donde los asentamientos prehispnicos se lograron gracias a la acumulacin de materiales para mantenerse por encima del nivel del agua, pueden observarse los desniveles topogrficos que son producto del hundimiento diferencial. Actualmente se registra la elevacin de los terrenos precompactados que se hunden a menor velocidad. Se ha podido observar que estos islotes conservaron su nombre en nhuatl y que an se encuentran representados en la traza urbana y en los topnimos de la ciudad. Los resultados de las investigaciones

Figura 5 Construcciones patrimoniales y elevaciones topogrficas en el rea central. Existe una clara relacin entre las importantes construcciones subrayadas en oscuro y las sealizaciones de las elevaciones producidas por los vestigios arqueolgicos

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realizadas hasta el momento, han permitido localizar sitios arqueolgicos bajo el pavimento de la ciudad. El registro de las elevaciones que se presentan en la superficie, seala los lugares en donde se encuentran los restos de las estructuras que conformaron los asentamientos antiguos en la cuenca. Esto se ha demostrado en las zonas de Coyoacn y Churubusco, en donde los estudios geofsicos han destacado la presencia de restos que la excavacin arqueolgica ha verificado. Para atenuar la formacin de desniveles, sera necesario reducir la extraccin de agua del subsuelo de la ciudad, con las consecuencias que esto implicara en el abasto de este lquido vital. Lo ms probable es que continen aumentando dichos desniveles, con el consecuente peligro para muchos monumentos pertenecientes al patrimonio de Mxico y de la Humanidad. De la misma forma, estn en riesgo las casas habitacin de gran cantidad de personas que tienen la desgracia de ocupar un lugar en donde los restos de estructuras anteriores afectan la estabilidad de su edificacin. El lento proceso de hundimiento, ha permitido la correccin y salvamento de algunas estructuras como la Catedral Metropolitana, pero estas condiciones se vuelven de alto riesgo durante los eventos ssmicos que afectan a nuestro pas. La relacin encontrada entre la presencia de restos arqueolgicos y la cada de edificios durante el temblor de 1985, sugie-

re que este es uno de los factores que deben atenderse y estudiarse con detalle, a fin de minimizar su impacto. Es as que la restauracin y consolidacin de las estructuras arquitectnicas en la Ciudad de Mxico debe incorporar, como primer paso, el estudio de las estructuras enterradas. Se debe entender los asentamientos previos, y el efecto de sus restos sobre el comportamiento del terreno y las estructuras construidas en su superficie, muchas de las intervenciones en el mejor de los casos sern un paliativo temporal, pero distarn mucho de ofrecer una solucin a largo plazo. Agradecimientos Aprecio la importante participacin de Roberto Barba durante el primer rescate del centro de la Ciudad de Mxico. Cedric Panissod y Alain Jolivet del CRG, CNRS en Francia, quienes proporcionaron los datos de la resistencia electrosttica. Agustn Ortiz, Cornelius Meyer, Genoveva Castro, Sandra Gallegos y Cristbal Crivelli quienes participaron en el proyecto de La Conchita, Coyoacan, Ciudad de Mxico. CONACYT patrocin el proyecto No. 400358-5-25054H. Una versin en ingls fue publicado en ICOMOS & ISPRS COMMITTEE FOR DOCUMENTATION OF CULTURAL HERITAGE. XIXTH International Symposium. 30 septembre-04 Octuber. CIPA. Antalya 2003.

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Bibliografa

1995 Los Mexicas Avila Lpez, R. Arqueologa Mexicana Vol. III Nm. 15 septiembre-octubre Mxico. 1991 Chinampas en Iztapalapa Gonzlez Aparicio, L. Serie Arqueologa Coleccin Cientfica INAH. Mxico 1973 Mapa reconstructivo de la Regin de Tenochtitlan Hesse, A., L. Barba, A. Ortiz et al. INAH, SEP. Mxico. 1996 Archaeological and structural features discovered at Loma Alta, Michoacan, Archaeological Prospection Kumate, J. y M. Mazari (coords.) (4): 53-67. 1990 Problemas de la Cuenca de Mxico Lazcano, C. El Colegio Nacional Mxico 1995 Excavacin del sitio PAX-20 Mateos Higuera, S. Tesis de licenciatura ENAH, INAH 1953. Toponimia Jeroglfica del Distrito Federal y del Estado de Mxico Marsal, R.J. y M. Mazari Memoria del Congreso Cientfico Mexicano Tomo XII Ciencias Sociales UNAM, Mxico

1969 El subsuelo de la Ciudad de Mxico Partes A, B, y C Mazari, M., R.J. Marsal et. al. Facultad de Ingeniera UNAM, Mxico 1985 Los asentamientos del Templo Mayor analizados por la mecnica de suelos Instituto de Ingeniera UNAM, Mxico 1988 Deformaciones inducidas por chinampas en depsitos lacustres de la Cuenca de Mxico Olagubel, M. Instituto de Investigaciones Antropolgicas UNAM, Mxico. 1898 La ciudad de Mxico y el Distrito Federal Toponimia Azteca Lambert Hnos Ovando, E. y L. Manzanilla Toluca, Estado de Mxico 1997 An Archaeological Interpretation of Geotechnical Soundings under the Metropolitan Cathedral, Mexico City, Archaeometry Rojas, Rabiela Teresa (coord.) 39(1), Oxford: 221-235 1995 Presente, pasado y futuro de las chinampas Serra Puche, M. C. CIESAS/ Patronato del Parque Ecolgico Xochimilco A.C Mxico 1988 Los recursos lacustres de la cuenca de Mxico durante el Formativo Coordinacin General de Estudios de Posgrado Instituto de Investigaciones Antropolgicas UNAM, Mxico

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La cara del teotihuacanoLinda Manzanilla Investigadora Titular C, IIA-UNAM y dgar Gaytn Estudiante del posgrado en Antropologa de la UNAM

Introduccin Pocas ciudades en el mundo preindustrial son tan fascinantes como Teotihuacan. No slo su gran extensin (unos 20 kilmetros cuadrados), sino el grado de planificacin urbana (que representa un gran logro de integracin de la poblacin en trabajos organizados por el Estado), la multietnicidad plasmada en sus barrios forneos y en los allegados de los conjuntos departamentales, la diversidad de intereses, el colorido. Casi nada sabemos de los gobernantes de la ciudad (Manzanilla 2001), que representan la cima de la jerarqua social; sospechamos que, a diferencia de otras regiones de Mesoamrica contemporneas a Teotihuacan en que un dinasta nico rega, en esta magna metrpolis probablemente haba un co-gobierno de varios dignatarios procedentes de los linajes ms importantes. En el resto de la ciudad, algo hemos podido entrever de la vida en los conjuntos departamentales, especie de vecindades multifamiliares (Manzanilla 1996), en los que diversas familias (con parientes y allegados) conviven pero cada una con su departamento y sus patios. La metodologa interdisciplinaria que hemos implementado conlleva el anlisis de polen, fitolitos y macrofsiles botnicos para establecer los restos de flora; todos los restos seos de fauna; restos seos humanos (que son analizados con tcnicas antropomtricas, con estudios osteolgicos convencionales, con anlisis tafonmicos, estudios isotpicos para analizar paleodieta y migracin, as como ADN antiguo); muestras de tierra y de los pisos mismos para anlisis qumicos, con el fin de establecer actividades en aquellos pisos que no tienen informacin de artefactos; muestras para las diversas tcnicas de fechamiento, con el fin de establecer la secuencia cronolgica

(generalmente utilizamos radiocarbono, hidratacin de obsidiana y arqueomagnetismo, aunque hemos tomado muestras sistemticas para termoluminiscencia y paleointensidades magnticas). Adems, los artefactos, materias primas y desechos permiten establecer las distribuciones de entidades funcionales dentro de los espacios techados y abiertos (Manzanilla 1993, 1996), una vez que nos hemos preguntado sobre las formas de abandono y los procesos post-deposicionales que pudieron alterar los contextos. Estudios osteolgicos, isotpicos y de ADN antiguo Para comenzar a abordar el problema de cmo eran los habitantes de una urbe tan compleja como Teotihuacan, comenzaremos por el anlisis de los restos seos humanos. Ms all de aspectos como evaluacin de sexo, edad, ndices y mediciones, aun cuando las deficiencias nutricionales no necesariamente dejan evidencia en el hueso, a menudo es posible detectar efectos de los tipos de alimentos que se consumen en los restos seos (Manzanilla et al . 2000). Los estudios modernos de indicadores de salud y condiciones de vida nos permiten evaluaciones de la paleodemografa y las condiciones de la poblacin bajo estudio. Adems, los restos seos presentan tambin huellas de estrs o deformaciones provocadas por movimientos continuos de la denticin o de ciertas extremidades, el transportar cargas pesadas, posturas inconvenientes, etc., muchas de ellas producto de actividades productivas de ndole domstica, como la molienda de elementos duros, o artesanal, como el alisar fibras con la denticin. Burton y Price (1990) han establecido que el estado nutricional de los seres del pasado puede ser abordado por medio del estudio de istopos de estroncio, bario

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y zinc. El estroncio se presenta en cantidades elevadas en vegetales y tiende a acumularse en los huesos de herbvoros, mas no en los huesos de los carnvoros, como consecuencia de su dilucin progresiva en la cadena alimenticia. Los cambios en la dieta --representados como acceso diferencial al recurso carne-- pueden ser registrados por medio de las transformaciones en los niveles de estroncio en hueso, y pueden estar correlacionados con diferencias de organizacin econmica, estatus, grupo tnico o estrategias de abastecimiento de recursos. En ciudades multitnicas como Teotihuacan, la presencia de diversos enclaves tnicos puede ser abordado por la presencia de construcciones domsticas diversas a las teotihuacanas; formas particulares de preparar la comida; presencia de animales y plantas alctonos; prcticas funerarias similares a sus lugares de origen; y por ltimo, la forma como se hace el ritual domstico. La estrategia diseada por Price (vase Price et al . 2000) para evaluar posibles migrantes, resulta de comparar la relacin isotpica de estroncio 86/87 en el primer molar contra los datos de un hueso como la cresta iliaca del mismo individuo. Cuando no coinciden estas medidas, se puede hablar de migrantes de una regin con una dieta a otra. Cuando las cifras isotpicas de estroncio procedentes del molar coinciden con las del hueso, podemos plantear una residencia de largo tiempo en un mismo lugar; mientras ms diferencia haya entre las dos cifras, ms se apoya una situacin de migracin reciente. Hemos abordado este tipo de estudio en Teotihuacan, con resultados sorprendentes en cuanto a la identificacin de migrantes (Price, Manzanilla et. al., 2000). Por ltimo, estn los anlisis de gentica sobre restos seos antiguos. Los estudios de ADN fsil que Roco Vargas y otros investigadores han llevado a cabo en restos seos antiguos prometen el esclarecimiento de cuestiones como sta, aun cuando los resultados de ADN nuclear no han sido contundentes y deben ser contrastados con anlisis de ADN mito-

condrial (Vargas, Manzanilla, et. al. 1998). Reconstruccin facial en poblaciones antiguas Al ver el potencial del proyecto La Cara del Mexicano (generado por Mara Villanueva y Carlos Serrano), programa ideado para reconstruir las caras de personas desaparecidas o hacer retratos hablados, pensamos alguna vez que sera posible reconstruir la cara de los teotihuacanos que los arquelogos hallamos en nuestras excavaciones, a travs de la reconstruccin de rasgos en los crneos, la comparacin con las representaciones en figurillas de barro y en las pinturas murales, y la contrastacin con los rasgos ms comunes de los pobladores actuales de los pueblos del Valle de Teotihuacan. As se tratara de una colaboracin estrecha entre el arquelogo y el antroplogo fsico experto en asuntos forenses pero con habilidades en el manejo de la escultura. La motivacin principal sera observar la variabilidad de los rasgos faciales en los esqueletos y compararla con la de los datos arqueolgicos (figurillas, mscaras, representaciones en pintura mural). Estas inquietudes de investigacin han sido atendidas con mucho inters; si bien estas aplicaciones son muy recientes en Mxico, los resultados han sido muy sorprendentes. Aspectos metodolgicos La antropologa fsica forense interesada en mbitos mdico-legales y de identificacin humana, adscrita a los sistemas de procuracin de justicia, se enfoca en casos de personas desaparecidas y a la recuperacin de restos seos humanos desconocidos. Bsicamente las tcnicas que emplea el antroplogo forense son tomadas de la osteologa antropolgica. Sin embargo, en su mayora, stas han sido construidas a partir de poblaciones antiguas y en muchos de estos casos de grupos poblacionales, biolgicamente hablando, muy distintos a los antiguos mesoamericanos. En muchas de las investigaciones que lleva a cabo esta reciente disciplina, se distinguen por su empleo frecuente el manejo de grficos en planos bidimen-

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sionales y tridimensionales, los cuales proporcionan una imagen que complementar el discurso tcnico en los procesos de identificacin humana. Por otra parte, desde varias dcadas atrs, la reconstruccin facial tiene una historia paralela a su aplicacin en el mbito antropolgico forense. Sus primeras aplicaciones fueron hechas por los anatomistas rusos y posteriormente tambin se realizaron algunos trabajos en China (Gaytn 2004). En la dcada de los setenta, el profesor ruso Mikhail Gerasimov inici sistemticamente una metodologa para llevar a cabo reconstrucciones faciales con mejor fundamento. Posteriormente, su alumna Lebedinskaya continu con su importante labor, aunque incorporando nuevos datos y complementando con nuevas investigaciones, apoyndose en mediciones en individuos vivos tomadas en varias poblaciones. Simultneamente en Estados Unidos,Alemania e Inglaterra,grandes personajes como Helmer, Krogman y Neave formaron la Asociacin Internacional de Identificacin Craneofacial, con la finalidad de mantener una actualizacin en las tcnicas de reconstruccin facial y sobreposicin fotogrfica, misma que organiza un congreso bianual para informar y publicar los estudios recientes en este tema. Es entonces que a partir de estos antecedentes se han desarrollado y diferenciado tres mtodos de reconstruccin facial. Por un lado, los americanos siguieron la tradicin germana de Welcker y His (1895, en Krogman 1978), tomando registros en cadveres y radiografas para obtener ms datos sobre los espesores de los que se contaba. En cambio, el mtodo ruso se bas exclusivamente en la interpretacin de la anatoma craneofacial, mientras que el mtodo ingls, sintetizando lo mejor de los anteriores, propuso nuevas tcnicas para reconstituir cada una de las estructuras que componen el rostro humano. Sin embargo, a pesar de su reconocimiento y el acusado uso que tiene actualmente este mtodo en sus distintos campos de aplicacin, sean arqueolgicos o forenses, la reconstruccin facial ha estado en la mira de las crticas. En primera instancia, por presentar una fuerte

subjetividad por parte del practicante -en este caso el escultor- y en segunda, porque existen pocos estudios bien fundamentados que intenten buscar tcnicas adecuadas para interpretar la morfologa esqueltica y cmo se refleja en los tejidos blandos del rostro. Ahora bien, para adentrarnos en la metodologa seguida en la presente investigacin, valdra la pena introducir brevemente el proceder de las tcnicas de reconstruccin facial. Por un lado se encuentra toda la informacin que proporciona el crneo a partir de un anlisis osteolgico tradicional y por otro, el interpretar la estructura sea facial. Esto ltimo partiendo del conocimiento de la musculatura de la masticacin y de la expresin, as como de los lugares de mayor depsito de grasa, espesores de piel y proyeccin de los cartlagos insertados en hueso. Como mencionamos anteriormente, el fundamento del mtodo ingls radica en conjuntar una base anatmica muy detallada del sistema msculo-esqueltico del rostro y datos cuantitativos acerca de los grosores del tejido blando facial en distintos puntos cefalomtricos, tomados mediante la tcnica de ultrasonido en poblaciones vivas. La lectura de todos los componentes que integran el crneo y esplacnocrneo (cara) establecen los lineamientos para construir cada uno de los paquetes musculares del rostro, tanto los de la masticacin, la expresin facial y cuello, as como la localizacin de las glndulas y zonas de mayor depsito de tejido adiposo en el rostro. Estas ltimas darn un soporte a la hora de revestir con la ltima capa que representa la piel, previniendo que sta no se colapse hacia el interior. Increblemente as, la cara del sujeto va tomando forma con un promedio de acercamiento de hasta un 80 %. Al final, las ltimas particularidades de los rasgos faciales son detallados partiendo de las formas expuestas anteriormente por las estructuras blandas internas. Se ha hablado mucho sobre los espesores faciales, en lo relativo a su confiabilidad, es decir, si representan realmente el grosor de una poblacin, su validez al emplearlos en un solo individuo, pero no

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hay que olvidar que se trata de una representacin estadstica, con un carcter totalmente aproximativo. Por otro lado, se ha visto en diversas investigaciones muy actuales (Neave, Wilkinson, Stephan, Gaytn, Escorcia y Valencia, en Gaytn 2004) que las variantes poblacionales en los espesores son muy pocas, las cuales son evidentes y significativas en algunas regiones; sin embargo, estn ntimamente correlacionadas con la matriz sea subyacente. En el caso de estas reconstrucciones y otras ms trabajadas en el Instituto de Investigaciones Antropolgicas de la UNAM, se han empleado los espesores tomados en poblacin mexicana actual mediante mediciones en cadveres y tomografa computarizada (Valencia y Escorcia 2000), de tal forma que esto da un mayor grado de acercamiento para algunas de las zonas que componen el rostro. Existe otra serie de dificultades relativas a la interpretacin de algunos rasgos faciales particulares (tales como forma de prpados, espesor de labios, forma de orejas). Por este motivo, generalmente es factible obtener el tamao y la proporcin de dichos rasgos. Adems del mtodo y las tcnicas empleadas en estos crneos, se consider pertinente complementar y apoyarse en la base de datos generada para el programa Cara del Mexicano (Serrano, Villanueva, et. al.,2000), el cual cuenta con un amplio banco de imgenes de rasgos faciales disgregados, pertenecientes a poblacin mexicana. Adems, se usaron fotografas completas de rostros en norma frontal y lateral de habitantes de distintos poblados, en este caso principalmente de San Juan Teotihuacan y San Lorenzo Tlamimilolpa. De igual forma, se ampli la muestra fotogrfica en estas mismas regiones, pero ahora partiendo de los primeros acercamientos sobre los rostros teotihuacanos, proporcionado por la reconstruccin en sus ultimas fases. Por ltimo, se realizaron comparaciones con las fotografas para buscar afinidades morfolgicas entre ambas (Villanueva Sagrado 2004). Es importante dejar claro que dichas comparaciones se hacen posteriores al proceso de reconstruccin; esto es, no se

realiz ningn tipo de ajuste o copia de los rasgos faciales, sino ms bien se extrapolaron patrones faciales de acuerdo a las formas y proporciones anlogas en el crneo prehispnico y un rostro actual. Esto fue motivado fundamentalmente por dos razones: la discontinuidad en los rasgos debido al mestizaje y la multivariedad tnica histrica y reciente que caracteriza el lugar. Los resultados de estas dos primeras reconstrucciones faciales mostraron dos aspectos de relevancia antropolgica importante: en primera instancia por tratarse de las dos primeras reconstrucciones realizadas de crneos teotihuacanos y, en segundo lugar, debido al grado de aproximacin obtenido, es posible hacer comparaciones con figurillas retrato y pintura mural, en donde vemos representadas de alguna forma los rostros de esos antiguos habitantes. Por principio, es difcil establecer con estas dos primeras reconstrucciones algunos tipos biolgicos, pues en primer lugar se tendran que llevar a cabo estudios de morfologa comparada, tomando en cuenta caracteres presentes en la mayora de los entierros y, posteriormente, stos debern ser comparados con otras poblaciones para discriminar y encontrar patrones morfolgicos asociados a grupos humanos especficos. De ah, podramos partir para aplicar este mtodo e iniciar una clasificacin de tipos de rasgos de dicha poblacin. Sin embargo, hasta que esta informacin no sea sistematizada adecuadamente, no sabremos ms sobre ellos, cmo eran o si esta variabilidad asumida debera destacar las constantes de una poblacin teotihuacana mayoritaria. Conclusiones La importancia de la colaboracin entre dos disciplinas antropolgicas como la arqueologa y la antropologa fsica forense yace en llegar a conclusiones que se desprenden de perspectivas distintas. As, el antroplogo fsico no slo evala los datos que los esqueletos le proporcionan, sino los rasgos plasmados en la pintura mural y las figurillas (perfiles, nacimiento de las cejas, tamaos y proporciones faciales, etc.), y la fisionoma de la poblacin viva (regularidades y patrones que

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Foto 1 Ambos crneos de procedencia teotihuacana. Se aprecian las distintas proporciones entre ellos Foto 2 Es necesario antes de aplicar el mtodo sacar una rplica en yeso del crneo original, y posteriormente se le colocan los puntos cefalomtricos

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Foto 3 Se van colocando las representaciones de los msculos faciales. Foto 4 Reconstrucciones faciales terminadas de ambos crneos teotihuacanos. Foto 5 En ambas imgenes se muestran las sobreposiciones fotogrficas de dos individuos seleccionados que presentaron proporciones y rasgos similares a las reconstrucciones y los crneos teotihuacanos.

sirvan de gua en la reconstruccin de tejidos blandos y proporciones faciales). Asimismo, las conclusiones derivadas del estudio isotpico de estroncio 86/87 que permite individuar migrantes en cierta poblacin de esqueletos se podran contrastar con informacin independiente procedente de las variedades morfolgicas que pudieran o no ser representativas de una poblacin mayoritaria versus grupos forneos. En particular, los dos crneos procedentes del sector oeste de la ciudad de Teotihuacan (amablemente proporcionados por Rodolfo Cid y Liliana Torres) --que son hasta el presente los nicos con rasgos faciales reconstruidos de la poblacin teotihuacana-- podran ser dos de las mltiples variantes fisonmicas presentes en la antigua ciudad; una de las variantes se ha reconocido tambin tanto en alguno de los tipos de figurillas como en algunas pinturas murales. A ojos del arquelogo, la variante de cara ms alargada es la mayormente representada en la pintura mural cuando se trata de procesiones de sacerdotes, salvo raras excepciones; la nariz alargada de esta variante es muy comn en figurillas retrato, mscaras de incensarios, as como pintura mural. Otro valor que tendra el reconstruir dos individuos teotihuacanos sera difundir este tipo de trabajo a pblico no especializado, ya que permite una nueva forma de percepcin de los restos seos antiguos, que sin la reconstruccin facial, siempre quedaran como esqueletos no diferenciados. La aproximacin que un antroplogo forense tiene hacia la identificacin de rasgos faciales de los restos seos de un desconocido en una fosa comn y hacia los restos recuperados en un contexto arqueolgico tiene similitudes metodolgicas; sin embargo, tiene diferencias en lo que respecta a la posibilidad de comparar informacin con otras representaciones plsticas en el caso arqueolgico, as como la contrastacin con la poblacin moderna del rea. Al trabajar sobre crneos antiguos, el antroplogo forense deriva un conocimiento sobre la variabilidad de las poblaciones antiguas contra las poblaciones

modernas. En particular, en poblaciones tan heterogneas y multitnicas como Teotihuacan se vislumbra as un camino rico en experiencias interdisciplinarias para acercarnos con mayor precisin a la variabilidad en esta sociedad. BIBLIOGRAFA BURTON, J.H. y T.D. Price The Ratio of Barium to Strontium as a Paleodietary Indicator of Consumption of Marine Resources Journal of Archaeological Science Vol. 17: 547-557 2000 ESCORCIA, H. Lilia y Valencia. C. Lorena El uso de la tomografa computarizada para obtener datos sobre el grosor del tejido blando facial y su aplicacin en la reconstruccin facial escultrica Tesis de Licenciatura en Antropologa Fsica ENAH, Mxico 2004 GAYTN Ramrez, dgar Anlisis de los mtodos y tcnicas de reconstruccin facial para una aplicacin en poblacin mexicana Tesis de licenciatura en Antropologa Fsica ENAH, Mxico 1978 KROGMAN, Wilton Marion The human skeleton in forensic medicine Charles C. Thomas, publisher Springfiel, Illinois Primera edicin, 1962 MANZANILLA, Linda Anatoma de un conjunto residencial teotihuacano en Oztoyahualco 2 vols. IIA - UNAM Mxico 1996 Corporate groups and domestic activities at Teotihuacan Latin American Antiquity v. 7 No. 3: 228-246

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2001 Gobierno corporativo en Teotihuacan: una revisin del concepto palacio aplicado a la gran urbe prehispnica Anales de Antropologa No. 35: 157-190 UNAM Mxico 1996-1999 MANZANILLA, Linda, Samuel Tejeda y Juan Carlos Martnez Implicaciones del anlisis de calcio, estroncio y zinc en el conocimiento de la dieta y la migracin en Teotihuacan, Mxico Anales de Antropologa v. 33: 13-28 IIA, UNAM Mxico 2000 PRICE, T. Douglas, Linda Manzanilla et. al. Immigration and the Ancient City of Teotihuacan in Mexico: a Study Using Strontium Isotope Ratios in Human Bone and Teeth Journal of Archaeological Science Academic Press 27: 903-913 1999 REVERTE Coma, Jos M. Antropologa forense Centro de Publicaciones, Ministerio de Justicia Secretara General Tcnica Segunda edicin Madrid. 2000 SERRANO C. M.Villanueva, et. al. El proyecto: La cara del mexicano. Un sistema de retrato hablado asistido por computadora para la poblacin mexicana Tendencias actuales de Investigacin en la Antropologa Fsica Espaola L. Caro Dobn, H. Rodrguez Otero, E. Snchez Compadre, B. Lpez Martnez, M.J. Blanco (edit) Universidad de Len, Espaa 573-583

1998 VARGAS R., L. Manzanilla, et. al. Genetic Assessment of Epiclassic and Early Postclassic Populations in the Valley of Teotihuacan Ponencia para el simposio: The Epiclassic 63rd Annual Meeting of the Society for American Archaeology, Seattle 27 de marzo, 1998 2004 VILLANUEVA Sagrado, Mara Reconstruccin facial escultrica de crneos prehispnicos Arqueologa Mexicana Vol. 11 No. 65: 48-53 2000 WILKINSON, Carolien M. y Richard Neave Skull Reassembly and Modeling and the Effect upon 3D Facial Reconstrction Forensic Science Communications Presentado en: 9 th Biennial Scientific Meeting of the International Association for Craniofacial Identification Washington, DC FBI Publications 2-4:1-6

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La mitificacin del patrimonio prehispnicoPor Ana Rosas Mantecn Pasante de doctorado en Ciencias Antropolgicas, profesora e investigadora tiempo completo en la UAM

Aquel 28 de febrero de 1978 sent pleno y redondo el poder: poda, por mi voluntad, transformar la realidad que encubra races fundamentales de mi Mxico, precisamente en el centro original de su historia... Poner, junto a la plaza donde est el templo del crucificado, el de la descuartizada (1). Abrir el espacio de nuestra conciencia de Nacin excepcional .Jos Lpez Portillo Presidente de Mxico 1976-1982

l Centro Histrico de la ciudad de Mxico es apreciado por el conjunto de la poblacin como un espacio emblemtico pero, si bien es innegable esta valoracin positiva general del conjunto monumental, una mirada ms atenta nos permite vislumbrar que en ese conjunto reconocido no se incluye de la misma manera a todo el patrimonio: tiende a valorarse ms lo prehispnico que lo colonial, lo arquitectnico que lo intangible, lo monumental que lo popular. En una investigacin acerca de las representaciones sobre el patrimonio de los habitantes de vecindades rehabilitadas, trascendi que las producciones culturales prehispnicas son ms valoradas que las producidas en el perodo colonial. Al entrevistarlos y exponerles el caso de las excavaciones del Templo Mayor, les preguntamos su parecer acerca de la demolicin -realizada por el gobierno a finales de los aos setenta del siglo XXde edificios coloniales y el 70% estuvo de acuerdo, argumentando que vale la pena evidenciar la historia ms antigua que , es ms mexicano lo arqueolgico y que el deterioro era inevitable Encontramos . las huellas del proyecto nacionalista que finalmente triunf hace un siglo, cuando vemos que el aprecio por lo colonial fue manifestado expresamente por apenas el

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3.1%. La nocin de patrimonio se forj en Mxico al mismo tiempo que el nacionalismo. Los intelectuales criollos de finales del siglo XVIII, en la bsqueda por dar sustento a una identidad nacional independiente, utilizaron el patrimonio como instrumento de apropiacin de un pasado (el prehispnico) y de rechazo al otro (el espaol). Cuando les preguntamos su opinin de que debido a la construccin de alguna obra de infraestructura o regeneracin urbana se afectaran diferentes espacios, el ms apreciado -como se puede ver en el siguiente cuadro-, result ser el Templo Mayor, ya que no hubo nadie a favor de que se tocara este espacio. La mayor indiferencia se dio en torno a una vecindad considerada monumento en contraste con la importancia concedida al Templo Mayor. Junto con el barrio de la Merced (2) es la que menor simpata despierta. Una y otra vez el Estado mexicano ha buscado establecer una filiacin directa con los aztecas, extrayendo los beneficios simblicos para la magnificacin y la reproduccin de su poder, tal como fue precisamente el caso de las excavaciones del Templo Mayor, en pleno centro de la ciudad de Mxico. ---En 1978, luego del descubrimiento fortuito de la Coyolxauhqui, alentado por la repentina prosperidad petrolera, el entonces presi-

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dente Jos Lpez Portillo tom la decisin de derruir una manzana de edificaciones coloniales y poner al descubierto los restos de la pirmide que formaba parte del recinto sagrado que ocupaba el centro de la capital azteca antes de su destruccin por los espaoles. Qu opina de que por la construccin de alguna obra de infraestructura o regeneracin urbana se afectara: En contra Le da igual A favor

Sitio Catedral Bellas Artes Palacio Nacional Templo Mayor Vecindad considerada monumento La Alameda Zcalo Barrio de la Merced El Caballito

En contra 94.5 95.8 92 96.6

Le da igual 2.9 2.5 5 3.4

A favor 2.5 1.3 2.9 0

83.2 92 96.2 63.4 87.4

10.5 5.9 2.9 13 8.8

5.9 2.1 0.8 23.1 3.8

En un estudio que realic sobre los pblicos del Museo del Templo Mayor en 1990 (Rosas Mantecn, 1993) encontr que alrededor de dos terceras partes del pblico entrevistado mostr una imagen idealizada de los mexicas, no obstante que entre los objetivos explcitos del guin museogrfico estaba su desmitificacin. En el Museo del Templo Mayor, las cdulas con perspectiva crtica eran inefectivas frente a la museografa monumental; sta le permite al Estado buscar su legitimacin a travs de la teatralizacin de su unidad con el pasado prehispnico. El peso de dicha concepcin en el museo se ve reforzado, adems, por su localizacin justo al lado del Palacio Nacional, la Catedral y el Zcalo, pilares fundamentales para la identidad

nacional. Sin embargo, no podemos atribuir al contacto con el Museo la responsabilidad exclusiva de la mitificacin de los mexicas. Dicha visin, que es la base para la construccin de nuestra conciencia de Nacin excepcional como lo , manifest tan difanamente Jos Lpez Portillo, corresponde a una particular idea de la nacionalidad mexicana, hegemonizada tambin a travs de la escuela y los medios de comunicacin. Ms que un acervo incuestionable por su prestigio histrico y simblico, podemos reconocer que se trata ms bien de una construccin social: la construccin del patrimonio es una operacin dinmica, enraizada en el presente, a partir del cual se reconstruye, selecciona e interpreta el pasado. ---Como vimos en el caso de la sobrevaloracin del patrimonio prehispnico escenificada en el rescate del Templo Mayor, no se trata del homenaje a un pasado inmvil, sino de la invencin a posteriori de la continuidad social. La construccin del patrimonio cobra sentido cuando se considera que el Estado precede a la nacin. Fue desde las esferas dominantes que se propusieron -y se continan proponiendo- a la comunidad nacional que se pretende agrupar, diversas identidades, diversas posibles memorias que la cohesionen. --Espacios, prcticas y bienes diversos van siendo retirados del flujo de la vida cotidiana, se reunen, resignifican y recontextualizan y participan de la dinmica especfica de la dimensin de la cultura que crean y recrean los rganos pblicos de preservacin. Una vez que forman parte del patrimonio, el proceso de seleccin e interpretacin queda oculto y se legitiman como herencia excepcional . (1) El presidente se refiere a la Coyolxauhqui, un monolito circular de cantera, perteneciente a la cultura mexica y que representa a la diosa de la luna en forma de mujer descuartizada. Los restos del Templo Mayor se encuentran a lado de la Catedral Metropolitana. (2) Se trata de uno de los espacios ms populares de la zona, que alberga casi la mitad (el 42%) de los monumentos del Centro Histrico.

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Referencias bibliogrficas 1987 Quines usan el patrimonio?. Polticas culturales y participacin social Antropologa Garcia canclini, Nstor Boletn oficial del INAH, nueva poca Nm. 15-16 Julio-octubre Pp. 11-24.Mxico 1995 Usos e imgenes del Centro Histrico de la Ciudad de Mxico Monnet, Jerome Mxico DDF Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos. 1993 La puesta en escena del patrimonio mexica y su apropiacin por los pblicos del Museo del Templo Mayor Rosas Mantecn, Ana El consumo cultural en Mxico Nstor Garca Canclini (coord) Mxico Consejo Nacional para la Cultura y las Artes Pp. 197-233.

1998 La monumentalizacin del patrimonio: polticas de conservacin representaciones del espacio en el Centro Histrico Nstor Garca Canclini (coord.) Cultura y comunicacin en la Ciudad de Mxico Mxico, Grijalbo UAM-Iztapalapa Pp. 182-203.

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Problemtica del patrimonio arqueolgico en El PerArqueloga Mara Cristina Baltazar M. Oficina de Gestin, Promocin y Desarrollo del Museo Nacional Tumbas Reales de Sipan, Per

l patrimonio cultural del Per es uno de los ms ricos de Amrica. Antes de la llegada de los europeos, nuestros pueblos crearon sociedades organizadas, con instituciones sociales y religiosas muy complejas, economas prsperas, descubrimientos y adelantos tecnolgicos que permitieron su desarrollo. As se puede colegir de los mltiples testimonios que pese a las innumerables extirpaciones, han perdurado a travs del tiempo hasta nuestros das. El Per es un pas eminentemente arqueolgico; esta caracterstica, hace que las dificultades para conservar este legado histrico sean tambin difciles y complicadas, sobre todo por la gran cantidad y calidad. A ello se suma el hecho de que somos pocos profesionales en arqueologa y nuestra labor es un compromiso tico de difundir, conservar y trabajar por la valoracin de nuestro rico patrimonio. Por otro lado y en trminos de poltica estatal, la no asignacin de un presupuesto dedicado especialmente a la conservacin de nuestro patrimonio arqueolgico y la ineficiencia de los funcionarios pblicos que tienen las decisiones polticas, ayudan a que an no se comprenda que para lograr el desarrollo moderno de una sociedad se debe partir de bases slidas, como la identidad cultural, y que la nica base que puede consolidar este desarrollo, es el patrimonio cultural.

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El gran problema de la defensa y conservacin del patrimonio cultural en el Per es la falta de presupuesto. No se cuenta ni siquiera con lo mnimo indispensable como para iniciar un trabajo de registro y catalogacin, primer paso que se debiera hacer, si se quiere emprender una seria labor de conservacin, restauracin y puesta en valor de los bienes arqueolgicos. De estos descuidos se aprovechan los traficantes de tierras y los expoliadores para perjudicar nuestra cultura, incidiendo sobre todo en las piezas arqueolgicas ms codiciadas como las de oro y plata, aunque ltimamente prefieren los textiles particularmente los de las culturas Paracas y Wari. En estos ltimos aos, dentro de este panorama un tanto sombro, han surgido situaciones esperanzadoras logradas por la fuerza de la necesidad, como el establecimiento de convenios internacionales con pases vecinos a fin de realizar un trabajo reciproco y en conjunto, para evitar la salida y entrada de manera ilcita del patrimonio cultural de los pases comprometidos. Los resultados estn todava en vas de consolidacin, pero muy tmidamente van dando sus frutos. Asimismo, la nueva Ley del Patrimonio Cultural recientemente promulgada, aunque con muchos vacos y en algunos puntos ciertos retrocesos, tiene como signo positivo el hecho de que destaca que ahora es obligatorio el registro y catalogacin.

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Desde la poca del Virreinato, en las Leyes de Indias y de Poltica Indiana, se dieron leyes y ordenanzas dedicadas a la defensa del patrimonio. Actualmente, todos los pases del mundo consideran como una necesidad contar con leyes que protejan su patrimonio cultural, tipificando los delitos y sancionndolos. Las sanciones son diversas, algunas muy severas como en la China que se castiga hasta con la pena de muerte o en Egipto con cadena perpetua; otras son ms benignas, como en Per, en donde la pena mxima es de ocho aos, poca si tenemos en cuenta que en Amrica, el rea andina, al igual que Mesoamrica (Mxico), son consideradas como cunas de la civilizacin mundial. Si bien las leyes son muy importantes y entendemos que tenemos el deber de cumplirlas y hacerlas cumplir, no sern suficientes si no existe el convencimiento por parte de todos los ciudadanos de un pas por utilizarlas en bien de la proteccin del patrimonio cultural; de lo contrario, no nos explicamos cmo es que da a da sale del pas y se pierde gran cantidad de nuestro patrimonio de pocas distintas de nuestra historia. Este es el caso de las pinturas de la Escuela Cusquea que son frecuen, temente robadas de las lejanas iglesias de las comunidades e increblemente en muchos casos, con la complacencia y tolerancia de las autoridades. En la experiencia peruana, frecuentemente salen del pas cargas que contienen piezas arqueolgicas engaosamente declaradas como artesana; por supuesto que los destinatarios casi siempre est consignados con nombres y direcciones falsas. Casi siempre estos casos son detectados en las aduanas fuera del Per por casualidad, como lo ocurrido en Miami en

el ao 1998, donde exportaron 208 piezas arqueolgicas con destino a Europa (1) en cajas cerradas, expuestas a la humedad y con muy poca ventilacin. Estas condiciones causaron la descomposicin y la emisin de olores desagradables, hecho que hizo sospechar a los agentes de aduana y pensar que podra tratarse de droga. La carga fue decomisada y abierta por las autoridades -para bien del Per-, y se descubri que no se trataba de lo sospechado, sino de nuestro invalorable patrimonio sacado por manos inescrupulosas. Finalmente estas piezas nos fueron restituidas en cumplimiento al Memorandum de Entendimiento que firmaron el Per y los Estados Unidos, por ser ste el pas de mayor destino de trfico ilcito del patrimonio peruano. En estos ltimos aos la problemtica de la proteccin del patrimonio arqueolgico ha tenido un nuevo agravante: la tecnologa moderna y los nuevos mtodos de venta se han hecho presentes. Por internet encontramos pginas de casas de venta de antigedades, que ofrecen especialmente en Estados Unidos y Europa, por lo que resulta complicado y casi imposible la recuperacin. Las problemticas del patrimonio arqueolgico descritas lneas arriba, las compartimos de manera muy similar todos los pases de Amrica. Creo que ha llegado el tiempo de unir esfuerzos a fin de detener la prdida de nuestro rico legado. Nuestras futuras generaciones nos agradecern.(1) En su mayora textiles, pero tambin se encontraban un crneo y un brazo humano, este ltimo tena un tatuaje y pertenencia a la cultura Chancay, 900 d.C.

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Tejidos robados del Museo Regional de Ica Per (MRI) el 15-10-2004

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MANTO FUNERARIO PARACAS NECRPOLIS (2) (2,000 aos de antigedad) Registro de bienes arqueolgicos del INC N49,677 (Inventario MRI N00001-02) Descripcin: Tejido de forma rectangular. Elaborado con fibras de algodn y lana. Compuesto por un pao central y dos bandas laterales, alrededor de las cuales presenta flecos de hilos de los colores con los que ha sido tejido el manto. Presenta colores principalmente rojo y negro, y adicionalmente amarillo y verde. La decoracin se presenta mediante diseos bordados. El diseo principal es zoomorfo (Ser Oculado) con cuerpo serpentiforme, cola, patas y en cada extremo presenta una cabeza. Los diseos secundarios, felinos y aves estilizadas, son mucho ms pequeos. El pao central presenta el diseo principal acompaado de los secundarios en cada uno de los cincuentain (51) cuadros de fondo rojo, alternados con los cuadros de fondo negro sin diseo, dispuestos todos en forma de damero. Cada banda lateral presenta los mismos diseos repetidos pero en un tamao mayor que en el pao central tambin sobre fondo de color rojo. Medidas: Largo: 245cm Alto: 131cm Otros: Forma parte de uno de los fardos funerarios descubiertos por Julio C. Tello en el Cementerio de Cerro Colorado, Paracas, Pisco.

MANTO FUNERARIO PARACAS NECRPOLIS (1) (2,000 aos de antigedad) Registro de bienes arqueolgicos del INC N 49,713 Inventario MRI N00037-02 Descripcin: Tejido de forma rectangular. De fibras de algodn y lana. Compuesto por un pao central color marrn, dos franjas laterales y 142 flecos cuadrangulares. El pao central presenta cuadros o paneles distribuidos como damero en colores marrn claro y morado. La decoracin es bordada. El diseo principal es la representacin de un ser de rasgos zoomorfos diversos, a la vez cada representacin de este diseo presenta combinacin de colores en series. Se presenta en setenta (70) de los cuadros de color morado del pao central as como en las bandas laterales tambin moradas aunque ms grandes que en el pao central. El diseo secundario se presenta en cada uno de los flecos como una cabeza de felino que se repite con una secuencia de colores alternados. Medidas : Largo: 279cm Ancho: 158cm Otros: Este manto es el espcimen N5 del fardo N253 descubierto por Julio C. Tello en Cerro Colorado, Paracas, Pisco.

UNCU (tnica o camisn) Wari (1,200 aos de antigedad) Registro de bienes arqueolgicos del INC N 54,045 Inventario MRI N04546-02 Descripcin: Tejido elaborado con fibra de lana. Compuesto por dos paos largos unidos para formar la tnica por los lados. Confeccionado mediante la tcnica del tapiz. Decorado con diseos estilizados de mazorcas de maz, cabezas de aves, cabezas de felinos y diseos escalonados distribuidos en paneles longitudinales en toda la prenda, en colores: rojo, rosado, ocre, beige y marrn claro. A cada lado de esta franja ancha decorada hay una franja marrn oscuro ms angosta. En la unin central de los dos paos, en cada cara de la tnica en el inicio del cuello se presenta una flor bordada. Medidas : Largo: 107 cm. Ancho: 103 cm. De hombro a hombro: 116 cm. Otros: Corresponde al contexto de un grupo de tejidos del Horizonte Medio 2 que procede de Monte Grande, en la parte baja del Ro Grande, Nasca.

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La exclusividad de la casa: Patrimonio a la Bernulatt... et bon appetit !Por Yarima Merchan Rojas Arqueloga adscrita a la Direccin de Estudios Histricos del INAH

uchos de los que compartimos el gusto por la arqueologa nos hemos topado una y mil veces con la pregunta de: y eso cmo...qu es? En el lenguaje cotidiano se desconoce el mero significado de esta palabra, y menos se sabe de sus mritos como ciencia y el por qu nos interesa tanto estudiar aquellas piedritas viejas . No podemos ser ajenos al espinoso medio en el que vivimos, globalizador, simulador de progreso y devaluador del pasado, en el que nuestro oficio como antroplogos es un constante contradictor frente al manejo poltico, religioso y meditico de nuestros modernos y frustrantes tiempos. Sin embargo, nuestro quehacer arqueolgico no es el nico que sufre de este mal, tambin lo sufren muchas tradiciones populares, costumbres y actividades cotidianas o culturales, que intentan mantenerse en pie en los terrenos arenosos generados por grupos de poder; terrenos en los que la modernidad no funciona como instrumento de integracin o mejora, sino como una mquina aplanadora y desenfrenada, manejada por un ebrio e intransigente luntico (no les recuerda al vecino del norte?), que nos obliga a correr teniendo que elegir entre cargar con nuestras herencias culturales o con nuestro pobre e instrumental arsenal de sobrevivencia. Los que compartimos esta actividad tenemos la dualidad menos conveniente del paseo; vemos a la arqueologa como una importante herencia cultural que no podemos dejar atrs, y esperamos idealmente que en el mbito actual nos sirva como un medio a travs del cual sobrevivir. En esta lucha por mantenernos, resca-

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tando el pasado, el problema consiste en cmo convencer a la gente acerca de por qu nuestro oficio es un instrumento til en la vida diaria. La mayora de las veces, nuestros respetados contextos, nuestros increbles hallazgos, nuestros hermosos perfiles, nuestras antiqusimas fechas, nuestras fenomenales hiptesis, y todas aquellas cosas que en conjunto valoramos como parte de nuestro sagrado y sublime patrimonio arqueolgico, parecen ser un exquisito y desconocido caviar en el paladar de un naco indio pata rajado, prieto y serrano , habitante de estas tierras. En poco colaboramos a la transmisin de nuestros porqus a un pblico diferente de aquel que nos pueda entender -y elogiar claro est- porque qu sentido tendra hablarle de nuestra maravillosa interpretacin de la cosmovisin religiosa mexica a Don Cirilo, el carnicero de la esquina, que todos los das le reza a Nuestra Seora, respetada y venerada Virgencita de Guadalupe? A lo cual respondera el afamado Dr. Jones con la verdica razn de que el lenguaje cientfico no deja de ser un exclusivo manjar que podemos comer pocos (o tragar, porque hacemos con ste lo que las vboras, jactarnos la boca hasta ms no poder). Adems de su singularidad, exclusividad y exquisitez, nos sigue costando trabajo hablarle a la gente de sus comales, tiestos, ollas y difuntos, en trminos que los descontextualicen de nuestros estratos y tipologas. Seguimos hablando de los frijoles refritos como le pat dharicot , y an as, soamos con el idlico da en que la gente quiera, respete y se apropie de nuestro tan querido y venerado patrimonio arqueolgico y cultural.

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Entrevista

Entrevista a Bolfy CottomPor Almudena Lpez Benito ntroplogo, maestro en Derecho Constitucional y Administrativo, investigador de la Direccin de Estudios Histricos del INAH, profesor en la ENAH y la UNAM, asesor en materia de legislacin de la cultura, son algunos de los elementos constituyentes de la trayectoria de Bolfy Cottom, con quien tuvimos el agrado de conversar sobre algunos aspectos del patrimonio arqueolgico y su legislacin en Mxico: A: Desde tu perspectiva, cul es el papel del arquelogo en la defensa del Patrimonio? B.C. : En el caso de Mxico, el papel de un arquelogo -y esto ha sido parte de una gran discusin- oscila entre dos aspectos: hay quienes consideran que el arquelogo es estrictamente un cientfico social que se dedica exclusivamente a la investigacin de los bienes arqueolgicos y, por ende, no debe tener ninguna participacin en su proteccin, en su difusin, en su conservacin, etc. Por otro lado, est la otra posicin -y es la que yo comparto dada la particularidad de la arqueologa en Mxico- en la cual el arquelogo adems de ser un cientfico social, adems de ser una persona que sin duda alguna- aporta el conocimiento de la historia a travs de la investigacin arqueolgica, est comprometido con la proteccin de esos bienes; es decir, esto va ms all del trabajo terico, implica tambin pensar en aportar elementos de todo tipo para construir una poltica de proteccin de esos bienes: juega un papel en el mbito educativo, que es generar conciencia en la sociedad; un papel para orientar el trabajo de las instituciones de proteccin de la arqueologa y la difusin de los bienes arqueolgicos. Entonces, en trminos muy sintticos, el papel del arquelogo va mucho ms

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all de la mera investigacin terica de los bienes arqueolgicos, y se encamina tambin a aportar elementos de carcter prctico, poltico, social y educativo en la proteccin de los bienes arqueolgicos. A: Por lo general, las discusiones sobre lo que es o no es patrimonio cultural y, en especfico, patrimonio arqueolgico son conocidas al interior de la comunidad arqueolgica; pero en trminos prcticos, cmo consideras que es la actitud de los arquelogos hacia la proteccin del patrimonio arqueolgico? B.C. : Creo que en trminos generales, si referimos el problema en una vertiente histrica en la que si ha existido un sujeto histrico dentro de la ciencia antropolgica en el caso de Mxico, sin duda alguna ha sido el arquelogo de los que ms ha aportado a la proteccin del patrimonio arqueolgico, en particular. En todas las etapas de la historia hay presencia de arquelogos desarrollando esa lucha, no slo de proteccin sino de conocimiento del patrimonio arqueolgico en este pas; y esto es muy claro porque el asunto de la investigacin y proteccin del patrimonio arqueolgico ha estado muy ligado a la idea de conciencia nacional, a la idea de pertenencia, identidad. Entonces, en ese sentido, considero que -desde el punto de vista histrico- el arquelogo ha sabido responder y ha sido de los principales pilares en la proteccin y difusin del patrimonio arqueolgico. Por otro lado, si lo vemos en el momento actual, creo que producto justamente de toda la problemtica que hay, no slo en la arqueologa o la antropologa, sino de todas las ciencias sociales y las humanidades, la crisis de apoyo, de recursos, y de soporte del trabajo arqueolgico es un problema muy complicado. Esto por-

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que de pronto tambin se ha planteado la idea de que el arquelogo ha cado en una formacin tecnicista, alejada de toda la teora antropolgica que debe ser su sustento, y por otro lado alejado del trabajo social que es fundamental para la defensa del patrimonio cultural. Entonces, aislado en su pequeo mundo estrictamente tcnico, se ha puesto en duda si realmente el trabajo que desempea tiene que ver con la cuestin de la defensa del patrimonio cultural; y digo que se pone en duda porque si no hay trabajo social, entonces para quin es el trabajo como tal? Y por otro lado, ese eje, esa columna vertebral que tena que ver con la idea de pertenencia a la nacin mexicana tambin se ha ido perdiendo en muchos arquelogos; de tal manera que ahora se analiza un bien arqueolgico en s mismo sin saber su para qu o por qu . Me parece que esto hace ver que la respuesta actual de la comunidad arqueolgica por lo menos es polmica. En general, la comunidad antropolgica s ha aportado, pero yo creo que hay un problema y es que tiene que discutirse el papel del arquelogo desde los propios arquelogos; e incluso yo me atrevera a poner en discusin si realmente existe esa comunidad arqueolgica. A: Entonces, de forma especfica, existe un verdadero compromiso de parte de los arquelogos mexicanos hacia la proteccin del patrimonio? B.C. : No tengo la menor duda de que todos los arquelogos que se dedican a la investigacin estn comprometidos con su trabajo, con su proyecto, pero eso no significa que estn comprometidos con la defensa y proteccin del patrimonio cultural. Evidentemente hay una obligacin laboral que cumplir, pero la cuestin del patrimonio cultural, de su proteccin, de su preservacin, es mucho ms que eso; implica -como se dice en trminos coloquiales- realmente ponerse la camiseta,

implica realmente superar los puros marcos laborales y salariales de que como a m no me pagan ms, yo no hago ms, y ese es uno de los desafos ms grandes, el problema de la vocacin de la defensa del patrimonio cultural, y ms en este contexto. Entonces yo dira que, por un lado, yo no pongo en duda -de ninguna manera- el compromiso de los arquelogos en cuanto a su accin laboral, a su compromiso laboral; yo creo que, salvo excepciones, s existe en general un compromiso tico, profesional en ese sentido. Respecto al compromiso de la proteccin del patrimonio cultural, evidentemente, cada vez hay una mayor incorporacin de investigaciones arqueolgicas que se estn comprometiendo con esta defensa; pero no me atrevera a decir que en este momento, y en trminos generales, ese compromiso existe, y suponiendo que no es una accin de mala fe, ya que en buena parte tiene que ver con las condiciones en las que los investigadores trabajamos; hay quienes tenemos la fortuna de estar en centros de primer mundo, pero las condiciones de los arquelogos son sumamente difciles [...] y todos esos matices hacen ms difcil el asunto; lo cual hace ms loable el compromiso de quienes realmente estn protegiendo el patrimonio. A: Bueno, y hablando a nivel educativo, si consideramos la formacin actual de los arquelogos en Mxico en materia de legislacin, teniendo en cuenta que existe un curso muy general de Legislacin arqueolgica crees que es suficiente , para crear en ellos la conciencia de la importancia del patrimonio cultural? B.C. : Desde luego que no es suficiente; pero si hacemos una comparacin del nacimiento del curso de Legislacin arqueolgica es francamente valiossimo, ya que estamos hablando de un gran avance. Yo fui testigo, form parte de alguna manera del nacimiento de esa materia cuando comenz a darse en la ENAH, y fue el maestro Oliv quien se empe en crearlo y en aportar ideas. Y ahora,

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Entrevista

cuando desarrollo mis cursos en el rea de Arqueologa, veo que me quedo al 50 o 60% de los planteamientos que tendran que hacerse en trminos generales, esto es, no alcanzan a desarrollarse los planteamientos generales de un curso de Legislacin arqueolgica . Esto, en parte, porque existe un gran desafo por entender la relacin entre arqueologa, antropologa y derecho; y an ms, hay que ver tambin la parte de la teora poltica, ya que ver el derecho aislado en s mismo, como norma tal cual, no explica muchas de las cuestiones que tienen que ver con la organizacin poltica de este pas, con la organizacin de sus instituciones. De esta forma, me parece que la respuesta es muy obvia: de ninguna manera es suficiente, y ms si le agregamos que los semestres se convierten en cuatrimestres o trimestres [...], sin embargo, ya es una ganancia el hecho de tener un curso as. A: Y a otros niveles, social, gubernamental, cul es la situacin de Mxico frente a la proteccin de su patrimonio? B.C. : La situacin en este aspecto es muy dramtica porque no hay una poltica de Estado en materia de arqueologa y cultura; hay una crisis en los paradigmas que orientaban dicha poltica de Estado, y nos encontramos -adems- en un contexto de globalizacin y de crisis del concepto de Nacin, en un contexto mercantilista de regulacin del capital, en donde todo es visto y valorado desde la perspectiva econmica. Esto lleva a ver que lo que ya exista se convierte en un estorbo para el funcionamiento del actual sistema, y si somos conscientes de que las actuales instituciones nacieron en un contexto distinto, nacionalista, donde la existencia de los bienes era fundamental en la identidad cultural [...], vemos que ahora en este momento esto no sirve para el sistema, no sirve para a economa, no sirve para la estructura que empieza a construirse. Por lo tanto, el trabajo de instituciones

como el INAH, como la propia UNAM, dejan de ser apuntaladas por el sistema poltico -en este caso el Estado mexicano-, lo cual significa en trminos concretos que no hay recursos, ni apoyo del gobierno central; es decir, estamos viviendo en la ms terrible de las orfandades que alguna vez haya sucedido en la historia de Mxico. A: Entrando de forma general al asunto de la legislacin, se puede decir que del trabajo arqueolgico se deriva una responsabilidad social que explicara el hecho de que en Mxico la arqueologa constituye una actividad normada, regulada, por ley, pero qu tan activos somos y qu tan capacitados estamos los arquelogos en materia de legislacin del patrimonio? B.C. : Hay dos cosas: existe una discusin sobre si la arqueologa en general est regulada legalmente por la actual legislacin que protege los monumentos arqueolgicos, y yo creo que no. La legislacin no es una legislacin de arqueologa, es una legislacin de monumentos arqueolgicos -entre otros- , por lo tanto lo que la legislacin regula es el producto o una parte del producto de la investigacin arqueolgica. Si el arquelogo est preparado o no para afrontar la legislacin, yo personalmente he aprendido que una cosa es acabar una carrera, y otra es ser ejecutor de esa profesin; es decir, una cosa es ser licenciado en arqueologa o antropologa y otra cosa es ser arquelogo. Me parece que cuando los arquelogos terminan con el requisito formal, estn preparados para desempear una funcin determinada, sin que esto signifique que tengan toda la capacitacin necesaria. Esto me lleva a plantear la idea de que en el caso de Mxico -de acuerdo a mi experiencia en cuanto a la formacin en la arqueologa, como participante en la formacin de cuadros arqueolgicos- la arqueologa es una de las carreras que ms seriedad ha tomado en los ltimos tiempos. Es una de las mejores carreras de la ENAH en la que se forma la gente.

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Esto da pie a afirmar que por lo menos ya tenemos una base para que la gente, una vez salida de lo formal, entre al terreno de lo real y se forme como arquelogo, as como est capacitado para ejercer. [...] La otra cosa es que pensando en la gente joven que, desgraciadamente, por las condiciones actuales del pas no tienen la oportunidad de tener un trabajo de base, y an as estn respondiendo a muchas expectativas, en el sentido de que estn renovando el campo de investigacin; y en general, estn enfrentando una situacin muy difcil que no tiene que ver con las condiciones en las que se desarrollaron muchos de los grandes maestros de la arqueologa. Ahora estn viviendo una situacin sumamente difcil porque, a parte de estar suficientemente preparados tcnica y profesionalmente, tienen que estar preparados para enfrentar los desafos econmicos, polticos y sociales de este pas. Entonces, en este sentido, creo que el trabajo que da a da estn desarrollando arquelogos jvenes y los grandes maestros que siguen trabajando es muy valioso; y esto me lleva a la sencilla conclusin de que si hablamos de que estn capacitados, podemos decir que s lo estn cuando cumplen los requisitos anteriores. A: Tocando un tema ms especfico, cul es tu opinin acerca de la iniciativa de Ley General del Patrimonio Cultural de la Nacin de 1999, y que ha pasado desde entonces? B.C. : Bueno, en general, la iniciativa de Fernndez Garza muestra la falta de conocimiento del procedimiento necesario que requiere una propuesta legislativa de esta naturaleza, ya que la proteccin del patrimonio no puede legislarse con tales propuestas. Creo que se trat de uno de esos intentos por hacer algo para pasar a la historia de la legislacin del patrimonio, sin pensar realmente en las consecuencias que una accin como sta puede acarrear. [...] Y, bueno, en general a partir de 1999

se han llevado alrededor de 30 iniciativas diferentes a ambas Cmaras, sobre distintos aspectos de la legislacin del patrimonio y la regulacin de la arqueologa y sus instituciones, en general. A: Continuando con lo anterior, esta iniciativa hizo resurgir la polmica en torno a la privatizacin del patrimonio, pero qu implica la privatizacin, cul es tu opinin al respecto, y crees que pueda existir un punto intermedio entre la privatizacin y el manejo pblico de los bienes? B.C.:En el curso de Legislacin Arqueolgica impartido en la ENAH se aprende lo que es la Teora del Patrimonio desde la pers, pectiva jurdica y administrativa; y en trminos de derecho administrativo existen 2 trminos que deben ser considerados: el de patrimonio, que se refiere al conjunto de bienes, derechos y obligaciones que un particular tiene, haciendo referencia a que hay todo un conjunto de bienes que son de su propiedad, l decide qu hacer con ellos, son propios de su carcter de persona jurdica; y, por otro lado, estn los bienes domaniales que hacen referencia a que no pertenecen a un solo individuo o particular por su propia naturaleza, por la importancia que se considera que tienen para el conjunto de la sociedad. En este sentido, la privatizacin est haciendo referencia a aquellos bienes que la persona necesita para poder desarrollarse, poder desenvolverse, y de los que puede disponer cuando as lo considere; no es as en el caso de los bienes domaniales, que estn -en trminos de derecho administrativo- fuera del comercio porque su comercializacin los llevara a destruirse, y los llevara a perderse, y por ende a perjudicar el inters comn de la sociedad. Esta es la circunstancia particular de los monumentos arqueolgicos, histricos y artsticos, que son bienes que estn fuera del comercio. Desde luego, hablamos de aqullos que estn declarados propiedad de la Nacin; y se declaran propiedad de la Nacin por su importancia y por lo que significan para el conocimiento de la historia nacional.

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Entrevista

Hay que pensar una cosa: qu pasara si se dedicara a vender todos los bienes arqueolgicos? Para empezar, sera muy difcil acceder a ellos y, luego, el estudio sera muy difcil porque la privatizacin significara sacarlos muchas veces de sus contextos, lo cual perjudicara su estudio y la investigacin arqueolgica. Tambin hay otras posturas que opinan que el que un bien sea privado ha sido benfico porque el particular se preocupa por protegerlo; pero esa no es la regla general, es la excepcin de muchos casos. Entonces, el asunto es que la consideracin de los bienes y monumentos como de inters pblico, como bienes propiedad de la Nacin, lo que garantiza es que sea el Estado el responsable de administrar, cuidar, proteger esos bienes que son de todos, en tanto que no hay alguien concreto que se haga cargo. En el caso de Mxico, desde finales del siglo XIX y producto de los saqueos indiscriminados, el estado decidi que esos bienes fueran propiedad de la Nacin, y por tanto fueran controlados y preservados por el mismo Estado, hacindolo responsable de llevar a cabo una poltica que hiciera a la sociedad responsables de ellos. Esto ha servido, en gran medida, para conservar la mayor parte de los bienes arqueolgicos que ahora tenemos; de hecho, esa decisin llam la atencin de muchos otros pases de Amrica Latina e incluso de Europa, los cuales siguieron esa idea de que el Estado se hiciera cargo de ellos. Entonces, cuando un bien est dentro del comercio y es propiedad privada fomenta la especulacin, as como el saqueo y trfico de bienes para el coleccionismo privado. Cuando se piensa en que el patrimonio se privatice, se est contradiciendo la tradicin mexicana de proteccin del patrimonio, pero adems pone en serio riesgo y peligro aquello que es realmente de todos, porque forma parte de la gnesis histrica de la cual formamos parte ahora. El problema es que uno encuentra la

idea de privatizacin en muchas iniciativas de ley, y concretamente en la de 1999 de Fernndez Garza, un artculo famoso (el artculo 29) que no propona privatizar, pero usaba una figura muy sugestiva en el derecho administrativo que apuntaba hacia el beneficio particular, que era el beneficio de la concesin. Por ejemplo, a partir de esa iniciativa, las zonas arqueolgicas podan ser concedidas a particulares para que las administraran; pero lo ms interesante -en trminos formales y sin que yo lo comparta- era la idea de que se podran conceder zonas arqueolgicas a particulares, asociaciones campesinas, etc. Esto tericamente suena muy bien, pero ya me imagino quin sera el que aprovechara las concesiones, porque una comunidad indgena no lo podra hacer si apenas tiene para vivir; entonces, seguramente, estaramos hablando de las mismas compaas poderosas de siempre, c