Resumen libro “Inventado la pólvora, fabricando la pólvora. El Fargue y la Fábrica de Granada”

El 21 rayab 724 (14 de julio de 1324) el sultán nazarí Ismail I sitia Huescar (Granada), con el apoyo de los benimerines. Estos habían venido a ayudarle y traían un gran aparato que utilizaba pólvora (naft) y arrojaba bombas de hierro incandescente contra la torre del castillo.

El historiador Ibn Al-Jatib dejó así constancia:

“Partió lanzando chispas, cayó entre los sitiados causando tantos daños como el rayo del cielo y el terror se apoderó del corazón de los cristianos, que se sometieron a sus condiciones.”

Esta es la primera cita del empleo de la pólvora para la artillería pirobalística en la Península Ibérica. Y desde aquella época se elabora pólvora en Granada, siendo la Fábrica de Pólvoras de Granada su heredera directa. Por ello no es exagerado decir que la Fábrica es una de las instituciones más antiguas de España, si no la que más.

Los granadinos situaron el molino de pólvora a orillas del Darro, justo debajo de la Alhambra y al ser de propiedad real pasó, tras la conquista de Granada, a los Reyes Católicos. Y allí se manutuvo la producción hasta que el 1590 el molino explotó, arruinando gran parte de la Alhambra y del Albaicín.

Para evitar accidentes futuros se subió a El Fargue en 1624, aprovechando la fuerza hidráulica que le proporcionaba la acequia de Aynadamar. Y allí permanece en la actualidad fabricando pólvora… y misiles.

Durante los siglos XVII y XVIII contaba con tres molinos (San Antonio, San Francisco y Santa Bárbara) y en 1810 trabajaba para la artillería francesa. Pero al retirarse en 1812 los franceses la volaron.

La Fábrica languideció hasta que en 1850 se hizo cargo de ella el Cuerpo de Artillería, mejorando los procesos y modernizando la Fábrica, sustituyéndose los viejos molinos por los nuevos métodos de prensado. Sin embargo, la tradicional pólvora negra, mezcla física de salitre, carbón y azufre, tenía los días contados.

Puerta de entrada a la Fábrica (1904)

Molino de San Antonio con su pabón, situado en la Alquería de El Fargue (1745)

Los años finales del siglo XIX traían nuevas tecnologías, lo que permitió sustituir la energía hidráulica por el vapor y las “corrientes trifásicas”. También permitió la aparición de la nitrocelulosa, obtenida nitrando algodón, que luego se gelatiniza con éter-alcohol para obtener la denominada pólvora sin humo.

Naturalmente fue la Fábrica la que el 14 de junio de 1897 termina el primer lote fabricado en España de la nueva pólvora sin humo para el fusil Mauser.

La Fábrica se dotó de una “Banda de Obreros Polvoristas”, dirigida por el Maestro Alonso, el autor de La Calesera, Las Leandra, las Corsarias… y el pasodoble Pólvora sin humo”, una de sus primeras piezas.

Pero además siguió siendo un referente en el mundo científico y técnico durante el primer tercio del siglo XX, organizando congresos y participando en diversas ferias.

En 2001 la Fábrica fue adquirida por General Dynamics, dedicándose en la actualidad a la fabricación de pólvoras, composites para motores cohete, cargas para desactivación de explosivos y a la carga de proyectiles de artillería de gran calibre y de carros de combate, como el Leopard. También fabrica el misil anticarro Spike.

Joaquín Alastrué Funes

Taller de peso y empaque (1897)

Misil anticarro Spike remontando el vuelo