Resumen Teología II

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RESUMEN TEOLOGÍA II UNIDAD I La Buena Nueva: Dios ha enviado a su Hijo. En el centro de la catequesis: Cristo. LA BUENA NUEVA: DIOS HA ENVIADO A SU HIJO Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva". Esta es "la Buena Nueva de Jesucristo, Hijo de Dios" Dios ha visitado a su pueblo, ha cumplido las promesas hechas a Abraham y a su descendencia; lo ha hecho más allá de toda expectativa: Él ha enviado a su "Hijo amado". Nosotros creemos y confesamos que Jesús de Nazaret, nacido judíos de una hija de Israel, en Belén en el tiempo del rey Herodes el Grande y del Emperador Cesar Augusto; muerto crucificado en Jerusalén, bajo el procurador Poncio Pilato, es el Hijo eterno de Dios Hecho Hombre, que ha salido de dios, bajo del cuelo, ha venido en carne, y hemos visto su gloria que recibe del Padre como Hijo único. Cristo ha construido su Iglesia. EN EL CENTRO DE LA CATEQUESIS: CRISTO "En el centro de la catequesis encontramos esencialmente una Persona, la de Jesús de Nazaret, Unigénito del Padre, que ha sufrido y ha muerto por nosotros y que ahora, resucitado, vive para siempre con nosotros... Catequizar es... descubrir en la Persona de Cristo el designio eterno de Dios... Se trata de procurar comprender el significado de los gestos y de las palabras de Cristo, los signos realizados por El mismo". El fin de la catequesis: "conducir a la comunión con Jesucristo: sólo Él puede conducirnos al amor del Padre en el Espíritu y hacernos partícipes de la vida de la Santísima Trinidad". En la catequesis lo que se enseña es a Cristo, el Verbo encarnado e Hijo de Dios ytodo lo demás en referencia a Él; el único que enseña es Cristo, y cualquier otro lo hace enla medida en que es portavoz suyo, permitiendo que Cristo enseñe por su boca. “Y EN JESUCRISTO HIJO ÚNICO Y NUESTRO SEÑOR”. Jesús. Cristo. Hijo único de Dios. Nuestro Señor JESÚS: quiere decir en hebreo: "Dios salva". En el momento de la anunciación, el ángel Gabriel le dio como nombre propio el nombre de Jesús que expresa a la vez su identidad y su misión. En Jesús, Dios recapitula así toda la historia de la salvación en favor de los hombres, porque quien más que Dios para perdonar nuestros pecados, es en Jesús hijo eterno hecho hombre quien salvara a su pueblo del pecado. El nombre de Jesús significa que el Nombre mismo de Dios está presente en la persona de su Hijo hecho hombre para la redención universal y definitiva delos pecados. Él es el Nombre divino, el único que trae la salvación y de ahora en adelante puede ser invocado por todos porque se ha unido a todos los hombres por la Encarnación de tal forma que "no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos". CRISTO: Cristo viene de la traducción griega del término hebreo "Mesías" que quiere decir "ungido". No pasa a ser nombre propio de Jesús sino porque él cumple perfectamente lamisión divina que esa palabra significa. El Mesías debía ser ungido por el Espíritu del Señor a la vez como rey y sacerdote pero también como profeta. Jesús cumplió la esperanza mesiánica de Israel en su triple función de sacerdote, profeta y rey. La consagración mesiánica de Jesús manifiesta su misión divina. En el nombre de Cristo está sobre entendido El que ha ungido, El que ha sido ungido y la Unción misma con la que ha sido ungido : El que ha ungido, es el Padre. El que ha sido ungido, es el Hijo, y lo ha sido en el Espíritu que es la Unción". Su eterna consagración mesiánica fue revelada en el tiempo de su vida terrena en el momento de su bautismo por Juan cuando

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RESUMEN TEOLOGÍA II

UNIDAD I

La Buena Nueva: Dios ha enviado a su Hijo. En el centro de la catequesis: Cristo.

LA BUENA NUEVA: DIOS HA ENVIADO A SU HIJO

Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva". Esta es "la Buena Nueva de Jesucristo, Hijo de Dios" Dios ha visitado a su pueblo, ha cumplido las promesas hechas a Abraham y a su descendencia; lo ha hecho más allá de toda expectativa: Él ha enviado a su "Hijo amado".

Nosotros creemos y confesamos que Jesús de Nazaret, nacido judíos de una hija de Israel, en Belén en el tiempo del rey Herodes el Grande y del Emperador Cesar Augusto; muerto crucificado en Jerusalén, bajo el procurador Poncio Pilato, es el Hijo eterno de Dios Hecho Hombre, que ha salido de dios, bajo del cuelo, ha venido en carne, y hemos visto su gloria que recibe del Padre como Hijo único. Cristo ha construido su Iglesia.

EN EL CENTRO DE LA CATEQUESIS: CRISTO

"En el centro de la catequesis encontramos esencialmente una Persona, la de Jesús de Nazaret, Unigénito del Padre, que ha sufrido y ha muerto por nosotros y que ahora, resucitado, vive para siempre con nosotros... Catequizar es... descubrir en la Persona de Cristo el designio eterno de Dios... Se trata de procurar comprender el significado de los gestos y de las palabras de Cristo, los signos realizados por El mismo". El fin de la catequesis: "conducir a la comunión con Jesucristo: sólo Él puede conducirnos al amor del Padre en el Espíritu y hacernos partícipes de la vida de la Santísima Trinidad". En la catequesis lo que se enseña es a Cristo, el Verbo encarnado e Hijo de Dios ytodo lo demás en referencia a Él; el único que enseña es Cristo, y cualquier otro lo hace enla medida en que es portavoz suyo, permitiendo que Cristo enseñe por su boca.

“Y EN JESUCRISTO HIJO ÚNICO Y NUESTRO SEÑOR”. Jesús. Cristo. Hijo único de Dios. Nuestro Señor

JESÚS: quiere decir en hebreo: "Dios salva".En el momento de la anunciación, el ángel Gabriel le dio como nombre propio el nombre de Jesús que expresa a la vez su identidad y su misión. En Jesús, Dios recapitula así toda la historia de la salvación en favor de los hombres, porque quien más que Dios para perdonar nuestros pecados, es en Jesús hijo eterno hecho hombre quien salvara a su pueblo del pecado. El nombre de Jesús significa que el Nombre mismo de Dios está presente en la persona de su Hijo hecho hombre para la redención universal y definitiva delos pecados. Él es el Nombre divino, el único que trae la salvación y de ahora en adelante puede ser invocado por todos porque se ha unido a todos los hombres por la Encarnación de tal forma que "no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos".

CRISTO: Cristo viene de la traducción griega del término hebreo "Mesías" que quiere decir "ungido". No pasa a ser nombre propio de Jesús sino porque él cumple perfectamente lamisión divina que esa palabra significa. El Mesías debía ser ungido por el Espíritu del Señor a la vez como rey y sacerdote pero también como profeta. Jesús cumplió la esperanza mesiánica de Israel en su triple función de sacerdote, profeta y rey. La consagración mesiánica de Jesús manifiesta su misión divina. En el nombre de Cristo está sobre entendido El que ha ungido, El que ha sido ungido y la Unción misma con la que ha sido ungido: El que ha ungido, es el Padre. El que ha sido ungido, es el Hijo, y lo ha sido en el Espíritu que es la Unción". Su eterna consagración mesiánica fue revelada en el tiempo de su vida terrena en el momento de su bautismo por Juan cuando "Dios le ungió con el Espíritu Santo y con poder", "para que él fuese manifestado a Israel" como su Mesías.

HIJO ÚNICO DE DIOS: Hijo de Dios, en el Antiguo Testamento, es un título dado a los ángeles, al pueblo elegido, a los hijos de Israel y a sus reyes. Significa entonces una filiación adoptiva que establece entre Dios y su criatura unas relaciones de una intimidad particular.

Pedro cuando confiesa a Jesús como "el Cristo, el Hijo de Dios vivo" porque este le responde con solemnidad "no te ha revelado esto ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos". Pedro pudo reconocer el carácter trascendente de la filiación divina de Jesús Mesíases porque éste lo dejó entender claramente, Él se designó como el"Hijo" que conoce al Padre, que es distinto de los "siervos" que Dios envió antes a su pueblo, superior a los propios ángeles. Distinguió su filiación de la de sus discípulos, no diciendo jamás "nuestro Padre" salvo para ordenarles "vosotros, pues, orad así: Padre Nuestro"; y subrayó esta distinción: "Mi Padre y vuestro Padre".

SEÑOR: En la traducción griega de los libros del Antiguo Testamento, el nombre con el cual Dios se reveló a Moisés, YHWH, es traducido por "Kyrios" ["Señor"]. Señor se convierte desde entonces en el nombre más habitual para designar la divinidad misma del Dios de Israel. El Nuevo Testamento utiliza en este sentido fuerte el título "Señor" para el Padre, pero lo emplea también, y aquí está la novedad, para Jesús reconociéndolo como Dios. En los Evangelios, hay personas que se dirigen a Jesús llamándole "Señor, expresando el respeto y la confianza de los que se acercan a Jesús y esperan de él socorro y curación.

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UNIDAD II ¿Por qué el verbo se hizo carne? La encarnación. Verdadero Dios y verdadero hombre. ¿Cómo es hombre el Hijo de Dios?

POR QUÉ EL VERBO SE HIZO CARNE

Con el Credo Niceno-Constantinopolitano respondemos confesando: "Por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María la Virgen y se hizo hombre". El Verbo se encarnó:

a. Para salvarnos reconciliándonos con Dios : Dios nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados. El Padre envió a su Hijo para ser salvador del mundo"

b. Para que nosotros conociésemos así el amor de Dios : Se manifestó el amor que Dios nos tiene cuando envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él.

c. Para ser nuestro modelo de santidad : Él es, el modelo de las bienaventuranzas y la norma de la ley nueva: "Amaos los unos a los otros como yo os he amado". Este amor tiene como consecuencia la ofrenda efectiva de sí mismo.

d. Para hacernos partícipes de la naturaleza divina : Para que el hombre al entrar en comunión con el Verbo y al recibir así la filiación divina, se convirtiera en hijo de Dios".

LA ENCARNACIÓN: La Iglesia llama "Encarnación" al hecho de que el Hijo de Dios haya asumido una naturaleza humana para llevar a cabo por ella nuestra salvación. La fe en la verdadera encarnación del Hijo de Dios es el signo distintivo de la fe cristiana: "Podréis conocer en esto el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo, venido en carne, es de Dios"

VERDADERO DIOS Y VERDADERO HOMBRE: El acontecimiento único y totalmente singular de la Encarnación del Hijo de Dios no significa que Jesucristo sea en parte Dios y en parte hombre, ni que sea el resultado de una mezcla confusa entre lo divino y lo humano. Él se hizo verdaderamente hombre sin dejar de ser verdaderamente Dios. Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre. La Iglesia debió defender y aclarar esta verdad de fe durante los primeros siglos frente a unas herejías que la falseaban.

Las primeras herejías negaron menos la divinidad de Jesucristo que su humanidad verdadera (docetismo gnóstico). Desde el siglo III, la Iglesia tuvo que afirmar que Jesucristo es hijo de Dios por naturaleza y no por adopción. El primer concilio ecuménico de Nicea, confesó en su Credo que el Hijo de Dios es "engendrado, no creado, de la misma substancia que el Padre".

La herejía nestoriana veía en Cristo una persona humana junto a la persona divina del Hijo de Dios. Frente el tercer concilio ecuménico reunido en Éfeso, confesaron que "el Verbo, al unirse en su persona a una carne animada por un alma racional, se hizo hombre". La humanidad de Cristo no tiene más sujeto que la persona divina del Hijo de Dios que la ha asumido y hecho suya desde su concepción. Por eso el concilio de Éfeso proclamó que María llegó a ser con toda verdad “Madre” de Dios mediante la concepción humana del Hijo de Dios en su seno: "Madre de Dios, no porque el Verbo de Dios haya tomado de ella su naturaleza divina, sino porque es de ella, de quien tiene el cuerpo sagrado dotado de un alma racional, unido a la persona del Verbo, de quien se dice que el Verbo nació según la carne"

Los monofisitas afirmaban que la naturaleza humana había dejado de existir como tal en Cristo al ser asumida por su persona divina de Hijo de Dios. Enfrentado a esta herejía, el cuarto concilio ecuménico, confesó: unánimemente hay que confesar a un solo y mismo Hijo y Señor nuestro Jesucristo: perfecto en la divinidad, y perfecto en la humanidad; verdaderamente Dios y verdaderamente hombre compuesto de alma racional y cuerpo… Se ha de reconocer a un solo y mismo Cristo Señor, Hijo único en dos naturalezas, sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación.

Después del concilio anterior, algunos concibieron la naturaleza humana de Cristo como una especie de sujeto personal. Contra éstos, el quinto concilio ecuménico, confesó de Cristo: "No hay más que una sola hipóstasis [o persona], que es nuestro Señor Jesucristo, uno de la Trinidad ”. Por tanto, todo en la humanidad de Jesucristo debe ser atribuido a su persona divina como a su propio sujeto, no solamente los milagros sino también los sufrimientos y la misma muerte.

CÓMO ES HOMBRE EL HIJO DE DIOS: La naturaleza humana de Cristo pertenece propiamente a la persona divina del Hijo de Dios que la ha asumido. Todo lo que es y hace en ella pertenece a "uno de la Trinidad". El Hijo de Dios comunica, pues, a su humanidad su propio modo personal de existir en la Trinidad. Así, en su alma como en su cuerpo, Cristo expresa humanamente las costumbres divinas de la Trinidad.

a. EL ALMA Y EL CONOCIMIENTO HUMANO DE CRISTO: Esta alma humana que el Hijo de Dios asumió está dotada de un verdadero conocimiento humano. Como tal, éste no podía ser de por sí ilimitado. Por eso el Hijo deDios, al hacerse hombre, quiso progresar "en sabiduría, en estatura y en gracia". Debido a su unión con la Sabiduría divina en la persona, el conocimiento humano de Cristo gozaba en plenitud de la ciencia de los designios eternos que había venido a revelar.

b. LA VOLUNTAD HUMANA DE CRISTO: De Cristo posee dos voluntades y dos operaciones naturales, divinas y humanas, no opuestas, sino cooperantes. Lavoluntad humana de Cristo "sigue a su voluntad divina sin hacerle resistencia ni oposición,sino todo lo contrario estando subordinada a esta voluntad omnipotente"

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c. EL VERDADERO CUERPO DE CRISTO: Como el Verbo se hizo carne asumiendo una verdadera humanidad, el cuerpo de Cristo era limitado. La Iglesia siempre ha admitido que, en el cuerpo de Jesús, Dios "que era invisible en su naturaleza se hace visible".

d. EL CORAZÓN DEL VERBO ENCARNADO: Jesús, durante su vida, su agonía y su pasión nos ha conocido y amado a todos y a cada uno de nosotros y se ha entregado por cada uno de nosotros. Nos ha amado a todos con un corazón humano. Por esta razón, el sagrado Corazón de Jesús, traspasado por nuestros pecados y para nuestra salvación, es considerado como el principal indicador y símbolo del amor con que el divino Redentor ama continuamente al eterno Padre y a todos los hombres.

UNIDAD III

LOS MISTERIOS DE LA VIDA DE CRISTO:

TODA LA VIDA DE CRISTO ES MISTERIO

Los Evangelios fueron escritos por hombres que pertenecieron al grupo de los primeros que tuvieron fe y quisieron compartirla con otros. Habiendo conocido por la fe quién es Jesús, pudieron ver y hacer ver los rasgos de su Misterio durante toda su vida terrena. Desde los pañales de su natividad hasta el vinagre de su Pasión y el sudario de su resurrección, todo en la vida de Jesús es signo de su Misterio. A través de sus gestos, sus milagros y sus palabras, se ha revelado que en él reside toda la plenitud de la Divinidad corporalmente. Su humanidad aparece así como el "sacramento", es decir, el signo y el instrumento de sudivinidad y de la salvación que trae consigo: lo que había de visible en su vida terrena conduce al misterio invisible de su filiación divina y de su misión redentora.

LOS RASGOS COMUNES EN LOS MISTERIOS DE JESÚS

a. TODA LA VIDA DE CRISTO ES REVELACIÓN DEL PADRE: sus palabras y sus obras, sus silencios y sus sufrimientos, su manera de ser y de hablar, Jesús puede decir: "Quien me ve a mí, ve al Padre", y el Padre: "Este es mi Hijo amado; nos "manifestó el amor que nos tiene" con los menores rasgos de sus misterios.

b. TODA LA VIDA DE CRISTO ES MISTERIO DE REDENCIÓN. La Redención nos viene ante todo por la sangre de la cruz, pero este misterio está actuando en toda la vida de Cristo: ya en su Encarnación porque haciéndose pobre nos enriquece con su pobreza; en su palabra que purifica a sus oyentes; en sus curaciones y en sus exorcismos, por las cuales "él tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades"; en su Resurrección, por medio de la cual nos justifica.

c. TODA LA VIDA DE CRISTO ES MISTERIO DE RECAPITULACIÓN. Todo lo que Jesús hizo, dijo ysufrió, tuvo como finalidad restablecer al hombre caído en su vocación primera:

Cuando se encarnó y se hizo hombre, recapituló en sí mismo la larga historia de la humanidad procurándonos en su propia historia la salvación de todos, de suerte que lo que perdimos en Adán, es decir, el ser imagen y semejanza de Dios, lo recuperamos en Cristo Jesús. Por lo demás, esta es la razón por la cual Cristo ha vivido todas las edades de la vida humana, devolviendo así a todos los hombres la comunión

con Dios.

LOS MISTERIOS DE LA INFANCIA DE JESÚS

LA CIRCUNCISIÓN DE JESÚS, al octavo día de su nacimiento es señal de su inserción en la descendencia de Abraham, en el pueblo de la Alianza, de su sometimiento a la Ley y de su consagración al culto de Israel en el que participará durante toda su vida. Este signo prefigura "la circuncisión en Cristo" que es el Bautismo.

LA EPIFANÍA es la manifestación de Jesús como Mesías de Israel, Hijo de Dios y Salvador del mundo. Con el bautismo de Jesús en el Jordán y las bodas de Caná, la Epifanía celebra la adoración de Jesús por unos "magos" venidos de Oriente. En estos "magos", el Evangelio ve las primicias de las naciones que acogen, por la Encarnación, la Buena Nueva de la salvación. La llegada delos magos a Jerusalén muestra que buscan en Israel, al que será el rey de las naciones.

LA PRESENTACIÓN DE JESÚS EN EL TEMPLO Jesús es reconocido como el Mesías tan esperado, "luz de las naciones" y "gloria de Israel", pero también "signo de contradicción". La espada de dolor predicha a María anuncia otra oblación, perfecta y única, la de la Cruz que dará la salvación que Dios ha preparado "ante todos los pueblos".

LA HUIDA A EGIPTO Y LA MATANZA DE LOS INOCENTES manifiestan la oposición de las tinieblas a la luz: "Vino a su Casa, y los suyos no lo recibieron".Toda la vida de Cristo estará bajo el signo de la persecución. Los suyos la comparten con él. Su vuelta de Egipto recuerda el Éxodo y presenta a Jesús como el liberador definitivo. (no entender yo)

LOS MISTERIOS DE LA VIDA PÚBLICA DE JESÚS

EL BAUTISMO DE JESÚS El comienzo de la vida pública de Jesús es su bautismo por Juan en el Jordán. Juan proclamaba un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Entonces aparece Jesús. El Bautista duda. Jesús insiste y recibe el bautismo. Entonces el Espíritu Santo, en forma de paloma, viene sobre Jesús, y la voz del cielo proclama que él es "mi Hijo

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amado". Es la manifestación ("Epifanía") de Jesús como Mesías de Israel e Hijo de Dios. El bautismo de Jesús es, por su parte, la aceptación y la inauguración de su misión de Siervo doliente.

LAS TENTACIONES DE JESÚS Los Evangelios hablan de un tiempo de soledad de Jesús en el desierto inmediatamente después de su bautismo por Juan: "Impulsado por el Espíritu" al desierto, Jesús permanece allí sin comer durante cuarenta días; vive entre los animales y los ángeles le servían. Al final de este tiempo, Satanás le tienta tres veces tratando de poner a prueba su actitud filial hacia Dios. Jesús rechaza estos ataques que recapitulan las tentaciones de Adán en el Paraíso y las de Israel en el desierto, y el diablo se aleja de él "hasta el tiempo determinado". En esto Jesús es vencedor del diablo; él ha "atado al hombre fuerte" para despojarle de lo que se había apropiado. La victoria de Jesús en el desierto sobre el Tentador es un anticipo de la victoria de la Pasión, suprema obediencia de su amor filial al Padre.

EL REINO DE DIOS ESTA CERCA Después que Juan fue preso, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca. Cristo, por tanto, para hacer la voluntad del Padre, inauguró en la tierra el Reino de los cielos. Pues bien, la voluntad del Padre es "elevar a los hombres a la participación de la vida divina". Lo hace reuniendo a los hombres entorno a su Hijo, Jesucristo. Esta reunión es la Iglesia, que es sobre la tierra el germen y el comienzo de este Reino.

EL ANUNCIO DEL REINO DE DIOS Todos los hombres están llamados a entrar en el Reino. Para entrar en él, es necesario acoger la palabra de Jesús. Jesús invita a los pecadores al banquete del Reino. Los invita a la conversión, sin la cual no se puede entrar en el Reino, pero les muestra de palabra y con hechos la misericordia sin límites de su Padre hacia ellos y la inmensa. La prueba suprema de este amor será el sacrificiode su propia vida "para remisión de los pecados"

LOS SIGNOS DEL REINO DE DIOS Jesús acompaña sus palabras con numerosos "milagros, prodigios y signos" que manifiestan que el Reino está presente en Él. Los signos que lleva a cabo Jesús testimonian que el Padre le ha enviado. A pesar de tan evidentes milagros, Jesús es rechazado por algunos; incluso se le acusa de obrar movido por los demonios. Al liberar a algunos hombres de los males terrenos del hambre, de la injusticia, de la enfermedad y de la muerte, Jesús realizó unos signos mesiánicos; no obstante, no vino para abolir todos los males aquí abajo, sino a liberar a los hombres de la esclavitud más grave, la del pecado, que es el obstáculo en su vocación de hijos de Dios y causa de todas susservidumbres humanas.

LAS LLAVES DEL REINO Desde el comienzo de su vida pública Jesús eligió unos hombres en para estar con él y participar en su misión; les hizo partícipes de su autoridad y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar. Ellos permanecen para siempre asociados al Reino de Cristo porque por medio de ellos dirige su Iglesia.

UNA VISIÓN ANTICIPADA DEL REINO: LA TRANSFIGURACIÓN sobre una montaña, ante tres testigos elegidos por Jesús: Pedro, Santiago y Juan. El rostro y los vestidos de Jesús se pusieron fulgurantes como la luz, Moisés y Elías aparecieron y le "hablaban de su partida, que estaba para cumplirse en Jerusalén". Una nube les cubrió y se oyó una voz desde el cielo que decía: "Este es mi Hijo, mi elegido; escuchadle".

LA SUBIDA DE JESÚS A JERUSALÉN "Como se iban cumpliendo los días de su asunción, él se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén". Por esta decisión, manifestaba que subía a Jerusalén dispuesto a morir. En tres ocasiones había repetido el anuncio de su Pasión y de su Resurrección. Al dirigirse a Jerusalén dice: "No cabe que un profeta perezca fuera de Jerusalén"

LA ENTRADA MESIÁNICA DE JESÚS EN JERUSALÉN Es aclamado como hijo de David, el que trae la salvación ("Hosanna" quiere decir "¡sálvanos!", "Danos lasalvación!"). Pues bien, el "Rey de la Gloria" entra en su ciudad "montado en un asno”, símbolo de la humildad que da testimonio de la Verdad. Por eso los súbditos de su Reino, aquel día fueron los niños y los pobres de Dios, que le aclamaban como los ángeles lo anunciaron a los pastores. La entrada de Jesús en Jerusalén manifiesta la venida del Reino que el Rey-Mesías llevará a cabo mediante la Pascua de su Muerte y de su Resurrección. Con su celebración, el domingo de Ramos, la liturgia de la Iglesia abre la Semana Santa.

JESÚS E ISRAEL:

JESÚS Y LA LEY: Al comienzo del Sermón de la montaña, Jesús hace una advertencia solemne presentando la Ley dada por Dios en el Sinaí con ocasión de la Primera Alianza, a la luz dela gracia de la Nueva Alianza: "No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas, sino a dar cumplimiento Por tanto, el que quebrante uno de estos mandamientos menores, y así lo enseñe a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos; en cambio el que los observe y los enseñe, ese será grande en el Reino de los cielos"

Jesús, se debía sujetar a la Ley cumpliéndola en su totalidad hasta en sus menores preceptos, según sus propias palabras. Incluso es el único en poderlo hacer perfectamente. Los judíos, según su propia confesión, jamás han podido cumplir la Ley en su totalidad, sin violar el menor de sus preceptos. La misma Palabra de Dios, que resonó en el Sinaí para dar a Moisés la Ley escrita, es la que en él se hace oír de nuevo enel Monte de las Bienaventuranzas. Esa palabra no revoca la Ley sino que la perfecciona aportando de modo divino su interpretación definitiva.

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JESÚS Y EL TEMPLO: Jesús profesó el más profundo respeto al Templo de Jerusalén. Fue presentado en él por José y María cuarenta días después de su nacimiento. A la edad de doce años, decidió quedarse en el Templo para recordar a sus padres que se debía a los asuntos de su Padre. Durante su vida oculta, subió allí todos los años al menos con ocasión de la Pascua. Jesús subió al Templo como al lugar privilegiado para el encuentro con Dios. El Templo era para él la casa de su Padre, una casa de oración, y se indigna porque el atrioexterior se haya convertido en un mercado. Si expulsa a los mercaderes del Templo es por celo hacia las cosas de su Padre.

JESÚS Y LA FE DE ISRAEL EN EL ÚNICO DIOS Y SALVADOR: Jesús pidió a las autoridades religiosas de Jerusalén creer en Él en virtud de las obras de su Padre que Él realizaba. Pero tal acto de fe debía pasar por una misteriosa muerte a sí mismo para un nuevo "nacimiento de lo alto" atraído por la gracia divina.

UNIDAD IV

JESÚS MURIÓ CRUCIFICADO

EL PROCESO DE JESÚS DIVISIONES DE LAS AUTORIDADES JUDÍAS RESPECTO A JESÚS: Las autoridades religiosas de Jerusalén no fueron

unánimes en la conducta a seguir respecto de Jesús. Los fariseos amenazaron de excomunión a los que le siguieran. El Sanedrín declaró a Jesús "reo de muerte" como blasfemo, pero, habiendo perdido el derecho a condenar a muerte a nadie entregó a Jesús a los romanos acusándole de revuelta política lo que le pondrá en paralelo con Barrabás acusado de "sedición". Son también las amenazas políticas las que los sumos sacerdotes ejercen sobre Pilato para que éste condene a muerte a Jesús.

LOS JUDÍOS NO SON RESPONSABLE COLECTIVAMENTE DE LA MUERTE DE JESÚS: no se puede atribuir la responsabilidad del proceso al conjunto de los judíos de Jerusalén, a pesar de los gritos de una muchedumbre manipulada y de las acusaciones colectivas contenidas en las exhortaciones a la conversión después de Pentecostés. El mismo Jesús perdonando en la Cruz y Pedro siguiendo su ejemplo apelan a "la ignorancia" de los judíos de Jerusalén e incluso de sus jefes.

TODOS LOS PECADORES FUERON LOS AUTORES DE LA PASIÓN DE CRISTO: La Iglesia, en el magisterio de su fe y en el testimonio de sus santos no ha olvidado jamás que "los pecadores mismos fueron los autores y como los instrumentos de todas las penas que soportó el divino Redentor". Teniendo en cuenta que nuestros pecados alcanzan a Cristo mismo, la Iglesia no duda en imputar a los cristianos la responsabilidad más grave en el suplicio de Jesús, responsabilidad con la que ellos con demasiada frecuencia, han abrumado únicamente a los judíos.

LA MUERTE REDENTORA DE CRISTO EN EL DESIGNIO DIVINO DE LA SALVACIÓN

JESÚS ENTREGADO SEGÚN EL PROPIO DESIGNIO DE DIOS: La muerte violenta de Jesús no fue fruto del azar en una desgraciada constelación de circunstancias. Pertenece al misterio del designio de Dios, como lo explica S. Pedro a los judíos de Jerusalén ya en su primer discurso de Pentecostés: "fue entregado según el determinado designio y previo conocimiento de Dios".

MUERTO POR NUESTROS PECADOS SEGÚN LAS ESCRITURAS: Este designio divino de salvación a través de la muerte del "Siervo, el Justo" había sido anunciado antes en la Escritura como un misterio de redención universal, el rescate que libera a los hombres de la esclavitud del pecado. La muerte redentora de Jesús cumple, enparticular, la profecía del Siervo doliente. Jesús mismo presentó el sentido de su vida y de su muerte a la luz del Siervo doliente.

DIOS LE HIZO PECADO POR NOSOTROS: Jesús no conoció la reprobación como si él mismo hubiese pecado. Pero, en el amor redentor que le unía siempre al Padre, nos asumió desde el alejamiento con relación a Dios por nuestro pecado hasta el punto de poder decir en nuestro nombre en la cruz: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?". Al haberle hecho así solidario con nosotros, pecadores, "Dios no perdonó ni a su propio Hijo, antes bien le entregó por todos nosotros" para que fuéramos"reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo".

DIOS TIENE LA INICIATIVA DEL AMOR REDENTOR UNIVERSAL: Al entregar a su Hijo por nuestros pecados, Dios manifiesta que su designio sobre nosotros es un designio de amor benevolente que precede a todo mérito por nuestra parte.

CRISTO SE OFRECIÓ A SU PADRE POR NUESTROS PECADOS: Nuestra salvación procede de la iniciativa del amor de Dios hacia nosotros porque "Él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados". "En Cristo estaba Dios reconciliando al mundo consigo". Jesús se ofreció libremente por nuestra salvación. Este don lo significa y lo realiza por anticipado durante la última cena: "Este es mi cuerpo que va a ser entregado por vosotros". Por su obediencia amorosa a su Padre, "hasta la muerte de cruz" Jesús cumplió la misión expiatoria del Siervo doliente que "justifica a muchos cargando con las culpas de ellos".

JESUCRISTO FUE SEPULTADO: En su designio de salvación, Dios dispuso que su Hijo no solamente "muriese por nuestros pecados" sino también que "gustase la muerte", es decir, que conociera el estado de muerte, el estado de separación entre su alma y su cuerpo. Este estado de Cristo muerto es el misterio del sepulcro y del descenso a los infiernos. Es el misterio del

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Sábado Santo en el que Cristo depositado en la tumba manifiesta el gran reposo sabático de Dios después de realizar la salvación de los hombres, que establece en la paz el universo entero.

JESUCRISTO DESCENDIÓ A LOS INFIERNOS Y AL TERCER DÍA RESUCITO ENTRE LOS MUERTOS

CRISTO DESCENDIÓ A LOS INFIERNOS: Es el primer sentido que dio la predicación apostólica al descenso de Jesús a los infiernos; Jesús conoció la muerte como todos los hombres y se reunió con ellos en la morada de los muertos. Pero ha descendido como Salvador proclamando la buena nueva a los espíritus que estaban allí detenidos. En la expresión "Jesús descendió a los infiernos", el símbolo confiesa que Jesús murió realmente, y que, por su muerte en favor nuestro, ha vencido a la muerte y al Diablo "Señor de la muerte" Cristo muerto, en su alma unida a su persona divina, descendió a la morada de los muertos. Abrió las puertas del cielo a los justos que le habían precedido.

AL TERCER DÍA RESUCITO ENTRE LOS MUERTOS: La Resurrección de Jesús es la verdad culminante de nuestra fe en Cristo, creída y vivida por la primera comunidad cristiana como verdad central, transmitida como fundamental por la Tradición. El sepulcro vacío y las vendas en el suelo significan por sí mismas que el cuerpo de Cristo ha escapado por el poder de Dios de las ataduras de la muerte y de la corrupción. Preparan a los discípulos para su encuentro con el Resucitado.

LA RESURRECCIÓN, OBRA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD: La Resurrección de Cristo es objeto de fe en cuanto es una intervención trascendente de Dios mismo en la creación y en la historia. En ella, las tres personas divinas actúan juntas a la vez y manifiestan su propia originalidad. Se revela definitivamente "Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por su resurrección de entre los muertos".

SENTIDO Y ALCANCE SALVÍFICO DE LA RESURRECCIÓN: La Resurrección constituye ante todo la confirmación de todo lo que Cristo hizo y enseñó. Todas las verdades, incluso las más inaccesibles al espíritu humano, encuentran su justificación en Cristo. La Resurrección es cumplimiento de las promesas del Antiguo Testamento y del mismo Jesús durante su vida terrenal. La expresión "según las Escrituras" indica que la Resurrección de Cristo cumplió estas predicciones. La Resurrección de Cristo está estrechamente unida al misterio de la Encarnación del Hijo deDios: es su plenitud según el designio eterno de Dios.

Hay un doble aspecto en el misterio Pascual: por su muerte nos libera del pecado, por su Resurrección nos abre el acceso a una nueva vida. Por último, la Resurrección de Cristo - y el propio Cristo resucitado - es principio y fuente de nuestra resurrección futura. En Él los cristianos "saborean los prodigios del mundo futuro" y su vida es arrastrada por Cristo al seno de la vida divina para que ya no vivan para sí los que viven, sino para aquél que murió y resucitó por ellos.

JESUCRISTO SUBIÓ A LOS CIELOS Y ESTA SENTADO A LA DERECHA DE DIOS PADRE TODOPODEROSO: "Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al Cielo y se sentó a la diestra de Dios". El Cuerpo de Cristo fue glorificado desde el instante de su Resurrección. Desde entonces, está sentado a la derecha del Padre: "Por derecha del Padre entendemos la gloria y el honor de la divinidad, donde el que existía como Hijo de Dios antes de todos los siglos como Dios y consubstancial al Padre, está sentado corporalmente después de que se encarnó y de que su carne fue glorificada".

VOLVERÁ EN GLORIA: Cristo, el Señor, reina ya por la Iglesia, pero todavía no le están sometidas todas lascosas de este mundo. El triunfo del Reino de Cristo no tendrá lugar sin un últimoasalto de las fuerzas del mal.El día del Juicio, al fin del mundo, Cristo vendrá en la gloria para llevar a cabo eltriunfo definitivo del bien sobre el mal que, como el trigo y la cizaña, habráncrecido juntos en el curso de la historia.

PARA JUZGAR A VIVOS Y MUERTOS: Cristo es Señor de la vida eterna. El pleno derecho de juzgar definitivamente las obras y los corazones de los hombres pertenece a Cristo como Redentor del mundo. "Adquirió"este derecho por su Cruz. El Padre también ha entregado "todo juicio al Hijo". Pues bien, el Hijo no ha venido parajuzgar sino para salvar y para dar la vida que hay en él. Es por elrechazo de la gracia en esta vida por lo que cada uno se juzga ya a sí mismo; es retribuido según sus obras y puede incluso condenarseeternamente al rechazar el Espíritu de amor. Cristo glorioso, al venir al final de los tiempos a juzgar a vivos y muertos, revelará ladisposición secreta de los corazones y retribuirá a cada hombre según sus obras ysegún su aceptación o su rechazo de la gracia.

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UNIDAD V: CREO EN EL ESPÍRITU SANTO

MISIÓN CONJUNTA DEL HIJO Y DEL ESPITITU SANTO: Cuando el Padre envía su Verbo, envía también su aliento: misión conjunta en la que el Hijo y el Espíritu Santo, son distintos pero inseparables. Sin ninguna duda, Cristo es quien se manifiesta, Imagen visible de Dios invisible, pero es el Espíritu Santo quien lo revela. Jesús es Cristo, "ungido", porque el Espíritu es su Unción y todo lo que sucede a partir de la Encarnación mana de esta plenitud.El NOMBRE PROPIO DEL ESPITITÙ SANTO: "Espíritu Santo", tal es el nombre propio de Aquél que adoramos y glorificamos con el Padre y el Hijo. El término "Espíritu" traduce el término hebreo "Ruah", que en su primera acepción significa soplo, aire, viento. Jesús utiliza precisamente la imagen sensible del viento para sugerir la novedad trascendente del que es personalmente el Soplo de Dios, el Espíritu divino. LOS APELATIVOS DEL ESPITITU SANTO: Jesús, cuando anuncia y promete la Venida del Espíritu Santo, le llama el "Paráclito", "aquél que es llamado junto a uno", se traduce habitualmente por "Consolador”. El mismo Señor llama al Espíritu Santo "Espíritu de Verdad". En San Pablo se encuentran los siguientes apelativos: el Espíritu de la promesa, el Espíritu de adopción, el Espíritu de Cristo, el Espíritu del Señor, el Espíritu de Dios, y en San Pedro, el Espíritu de Gloria.

LOS SÍMBOLOS DEL ESPÍRITU SANTO

El agua, es significativo de la acción del Espíritu Santo en el Bautismo, ya que, ésta se convierte en el signo sacramental eficaz del nuevo nacimiento.

La unción, el simbolismo de la unción con el óleo es también significativo del Espíritu Santo, hasta el punto de que se ha convertido en sinónimo suyo.

El fuego, Mientras que el agua significaba el nacimiento y la fecundidad de la Vida dada en el Espíritu Santo, el fuego simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu Santo. Es la figura del fuego del Espíritu Santo que transforma lo que toca.

La nube y la luz. Estos dos símbolos son inseparables en las manifestaciones del Espíritu Santo. La Nube, unas veces oscura, otra luminosa, revela al Dios vivo y salvador, tendiendo así un velo sobre la trascendencia de su Gloria. Las figuras son cumplidas por Cristo en el Espíritu Santo. Él es quien desciende sobre la Virgen María y la cubre "con su sombra" para que ella conciba y dé a luz a Jesús

El sello es un símbolo cercano al de la unción. En efecto, es Cristo a quien "Dios ha marcado con su sello" el Padre nos marca también en él con su sello.

La mano. Imponiendo las manos Jesús cura a los enfermos y bendice a los niños. En su Nombre, los Apóstoles harán lo mismo. Más aún, mediante la imposición de manos de los Apóstoles el Espíritu Santo nos es dado

El dedo. La "carta de Cristo" entregada a los Apóstoles "está escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en las tablas de carne del corazón".

La paloma. Al final del diluvio (cuyo simbolismo se refiere al Bautismo), la paloma soltada por Noé vuelve con una rama tierna de olivo en el pico, signo de que la tierra es habitable de nuevo.

EL ESPÍRITU Y LA PALABRA DE DIOS EN EL TIEMPO DE LAS PROMESAS

En la Creación: La Palabra de Dios y su Soplo están en el origen del ser y de la vida de toda creatura. Es el Espíritu Santo quien reine, santifique y anime la creación porque es Dios consubstancial al Padre y al Hijo. A Él se le da el poder sobre la vida, porque siendo Dios guarda la creación en el Padre por el HijoEl Espíritu de la promesa: Desfigurado por el pecado y por la muerte, el hombre continúa siendo "a imagen de Dios", a imagen del Hijo, pero "privado de la Gloria de Dios", privado de la "semejanzaEn las Teofanías y en la Ley: Las Teofanías [manifestaciones de Dios] iluminan el camino de la Promesa, desde los Patriarcas a Moisés y desde Josué hasta las visiones que inauguran la misión de los grandes profetas. En el Reino y en el Exilio: El olvido de la Ley y la infidelidad a la Alianza llevan a la muerte: el Exilio, aparente fracaso de las Promesas.La espera del Mesías y de su Espíritu: "He aquí que yo lo renuevo": dos líneas proféticas se van a perfilar, una se refiere a la espera del Mesías, la otra al anuncio de un Espíritu nuevo, y las dos convergen en el pequeño Resto.

LA IGLESIA, PUEBLO DE DIOS, CUERPO DE CRISTO, TEMPLO DEL ESPÍRITU SANTO I LA IGLESIA, PUEBLO DE DIOS

Dios, quiso santificar y salvar a los hombres no individualmente y aislados, sino hacer de ellos un pueblo para que le conociera de verdad y le sirviera con una vida santa. Eligió, a Israel para pueblo suyo, hizo una alianza con él y lo fue educando poco a poco. Le fue revelando su persona y su plan a lo largo de su historia y lo fue santificando, como preparación y figura de su alianza nueva y perfecta que iba a realizar en Cristo.Las características del Pueblo de Dios

– Es el Pueblo de Dios: Dios no pertenece en propiedad a ningún pueblo. Pero Él ha adquirido para sí un pueblo de aquellos que antes no eran un pueblo: "una raza elegida, un sacerdocio real, una nación santa".

– Se llega a ser miembro de este cuerpo no por el nacimiento físico, sino por el "nacimiento de arriba", "del agua y del Espíritu", es decir, por la fe en Cristo y el Bautismo.

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– Este pueblo tiene por jefe a Jesús el Cristo: porque la misma Unción, el Espíritu Santo fluye desde la Cabeza al Cuerpo, es "el Pueblo mesiánico".

– "La identidad de este Pueblo, es la dignidad y la libertad de los hijos de Dios en cuyos corazones habita el Espíritu Santo como en un templo".

– "Su ley, es el mandamiento nuevo: amar como el mismo Cristo mismo nos amó". Esta es la ley "nueva" del Espíritu Santo.

– Su misión es ser la sal de la tierra y la luz del mundo. "Es un germen muy seguro de unidad, de esperanza y de salvación para todo el género humano".

– "Su destino es el Reino de Dios, que el mismo comenzó en este mundo, que ha de ser extendido hasta que él mismo lo lleve también a su perfección".

UN PUEBLO SACERDOTAL, PROFÉTICO Y REAL: Jesucristo es aquél a quien el Padre ha ungido con el Espíritu Santo lo ha constituido "Sacerdote, Profeta y Rey". Todo el Pueblo de Dios participa de estas tres funciones de Cristo y tiene las responsabilidades de misión y de servicio que se derivan de ellas, participa en la vocación única de este Pueblo: en su vocación sacerdotal. El pueblo santo de Dios participa también del carácter profético de Cristo, lo es sobre todo por el sentido sobrenatural de la fe que es el de todo el pueblo a la fe transmitida a los santos de una vez para siempre. El Pueblo de Dios participa, por último, en la función regia de Cristo. Cristo ejerce su realeza atrayendo a sí a todos los hombres por su muerte y su resurrección.

LA IGLESIA, CUERPO DE CRISTO

LA IGLESIA ES COMUNIÓN CON JESÚS: Jesús habla de una comunión todavía íntima entre él y los que le sigan. Anuncia una comunión misteriosa y real entre su propio cuerpo y el nuestro: "Quien come mi carne y bebe mi sangre permanece en Mí y Yo en él". Cristo constituye místicamente en su cuerpo en su pueblo. La comparación de la Iglesia con el cuerpo arroja un rayo de luz sobre la relación íntima entre la Iglesia y Cristo. No está solamente reunida en torno a Él: siempre está unificada en Él, en su Cuerpo. “UN SOLO CUERPO”: Los creyentes que responden a la Palabra de Dios y se hacen miembros del Cuerpo de Cristo, quedan estrechamente unidos a Cristo. A través del Bautismo por el cual nos unimos a la muerte y a la Resurrección de Cristo, y en el caso de la Eucaristía que "compartimos realmente el Cuerpo del Señor, que nos eleva hasta la comunión con él y entre nosotros". La unidad del cuerpo no ha abolido la diversidad de los miembros: "En la construcción del cuerpo de Cristo existe una diversidad de miembros y de funciones. Es el mismo Espíritu el que, según su riqueza y las necesidades de los ministerios, distribuye sus diversos dones para el bien de la Iglesia". CRISTO, CABEZA DE ESTE CUERPO: Cristo "es la Cabeza del Cuerpo que es la Iglesia". Es el Principio de la creación y de la redención. Elevado a la gloria del Padre, "él es el primero en todo", principalmente en la Iglesia por cuyo medio extiende su reino sobre todas las cosas. Él provee a nuestro crecimiento: Para hacernos crecer hacia él, nuestra Cabeza, Cristo distribuye en su cuerpo, la Iglesia, los dones y los servicios mediante los cuales nos ayudamos mutuamente en el camino de la salvación.Cristo y la Iglesia son, por tanto, el "Cristo total". La Iglesia es una con Cristo. LA IGLESIA ES LA ESPOSA DE CRISTO: La unidad de Cristo y de la Iglesia, Cabeza y miembros del Cuerpo, implica también la distinción de ambos en una relación personal. El tema de Cristo esposo de la Iglesia fue preparado por los profetas y anunciado por Juan Bautista. El Señor se designó a sí mismo como "el Esposo”. El apóstol presenta a la Iglesia y a cada fiel, miembro de su Cuerpo, como una Esposa "desposada" con Cristo Señor para "no ser con él más que un solo Espíritu". Ella es la Esposa inmaculada del Cordero inmaculado, a la que Cristo "amó y por la que se entregó a fin de santificarla", la que él se asoció mediante una Alianza eterna y de la que no cesa de cuidar como de su propio Cuerpo.

LA IGLESIA, TEMPLO DEL ESPÍRITU SANTO: El Espíritu Santo es "el principio de toda acción vital y verdaderamente saludable en todas las partes del cuerpo". Actúa de múltiples maneras en la edificación de todo el Cuerpo en la caridad: por la Palabra de Dios, que tiene el poder de construir el edificio, por el Bautismo mediante el cual forma el Cuerpo de Cristo; por los sacramentos que hacen crecer y curan a los miembros de Cristo. LOS CARISMAS: Extraordinarios o sencillos y humildes, los carismas son gracias del Espíritu Santo, que tienen directa o indirectamente, una utilidad eclesial; los carismas están ordenados a la edificación de la Iglesia, al bien de los hombres y a las necesidades del mundo. Estos se han de acoger con reconocimiento por el que los recibe, y también por todos los miembros de la Iglesia.

LA IGLESIA ES UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA: Esta es la única Iglesia de Cristo, de la que confesamos en el Credo que es una, santa, católica y apostólica. Estos cuatro atributos, inseparablemente unidos entre sí, indican rasgos esenciales de la Iglesia y de su misión. La Iglesia no los tiene por ella misma; es Cristo, quien, por el Espíritu Santo, da a la Iglesia el ser una, santa, católica y apostólica, y Él es también quien la llama a ejercitar cada una de estas cualidades.

LA IGLESIA ES UNA La Iglesia es una debido a:

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Su origen: El modelo y principio supremo de este misterio es la unidad de un solo Dios Padre e Hijo en el Espíritu Santo, en la Trinidad de personas.

Su Fundador: El mismo Hijo encarnado, por su cruz reconcilió a todos los hombres con Dios restituyendo la unidad de todos en un solo pueblo y en un solo cuerpo.

Su alma: El Espíritu Santo gobierna a toda la Iglesia, realiza esa admirable comunión de fieles y une a todos en Cristo tan íntimamente que es el Principio de la unidad de la Iglesia. Pertenece a la esencia misma de la Iglesia ser una.

Desde el principio, esta Iglesia una se presenta, con una gran diversidad que procede a la vez de la variedad de los dones de Dios y de la multiplicidad de las personas que los reciben. LAS HERIDAS DE LA UNIDAD: De hecho, en esta una y única Iglesia de Dios, aparecieron ya desde los primeros tiempos algunas escisiones que el apóstol reprueba severamente como condenables; y en siglos posteriores surgieron disensiones más amplias y comunidades no pequeñas se separaron de la comunión plena con la Iglesia católica y, a veces, no sin culpa de los hombres de ambas partes. Tales rupturas que lesionan la unidad del Cuerpo de Cristo no se producen sin el pecado de los hombres. El Espíritu de Cristo se sirve de estas Iglesias y comunidades eclesiales como medios de salvación cuya fuerza viene de la plenitud de gracia y de verdad que Cristo ha confiado a la Iglesia católica. Todos estos bienes provienen de Cristo y conducen a Él y de por sí impelen a "la unidad católica".HACIA LA UNIDAD: Aquella unidad que Cristo concedió desde el principio a la Iglesia creemos que subsiste indefectible en la Iglesia católica y esperamos que crezca hasta la consumación de los tiempo. Cristo da permanentemente a su Iglesia el don de la unidad, pero la Iglesia debe orar y trabajar siempre para mantener, reforzar y perfeccionar la unidad que Cristo quiere para ella.

LA IGLESIA ES SANTA: La Iglesia es, el Pueblo santo de Dios, y sus miembros son llamados santos. La Iglesia, unida a Cristo, está santificada por Él; por Él y con Él, ella también ha sido hecha santificadora. Todas las obras de la Iglesia se esfuerzan en conseguir "la santificación de los hombres en Cristo y la glorificación de Dios". La caridad es el alma de la santidad a la que todos están llamados: dirige todos los medios de santificación, los informa y los lleva a su fin. Mientras que Cristo, santo, inocente, sin mancha, no conoció el pecado, sino que vino solamente a expirar los pecados del pueblo, la Iglesia, abrazando en su seno a los pecadores, es a la vez santa y siempre necesitada de purificación y busca sin cesar la conversión y la renovación. Todos los miembros de la Iglesia, incluso sus ministros, deben reconocerse pecadores. En todos, la cizaña del pecado todavía se encuentra mezclada con la buena semilla del Evangelio hasta el fin de los tiempos. La Iglesia, pues, congrega a pecadores alcanzados ya por la salvación de Cristo, pero aún en vías de santificación.

LA IGLESIA ES CATÓLICA

QUÉ QUIERE DECIR "CATÓLICA": La palabra "católica" significa "universal" en el sentido de "según la totalidad" o "según la integridad". La Iglesia es católica en un doble sentido: Es católica porque Cristo está presente en ella, en ella subsiste la plenitud del Cuerpo de Cristo unido a su Cabeza, lo que implica que ella recibe de Él la plenitud de los medios de salvación. Es católica porque ha sido enviada por Cristo en misión a la totalidad del género humano. CADA UNA DE LAS IGLESIAS PARTICULARES ES CATÓLICA: Esta Iglesia de Cristo está verdaderamente presente en todas las legítimas comunidades locales de fieles, unidas a sus pastores. QUIÉN PERTENECE A LA IGLESIA CATÓLICA: Todos los hombres, por tanto, están invitados a esta unidad católica del Pueblo de Dios. A esta unidad pertenecen de diversas maneras o a ella están destinados los católicos, los demás cristianos e incluso todos los hombres en general llamados a la salvación por la gracia de Dios. Están plenamente incorporados a la sociedad que es la Iglesia aquellos que, teniendo el Espíritu de Cristo, aceptan íntegramente su constitución y todos los medios de salvación establecidos en ella.FUERA DE LA IGLESIA NO HAY SALVACIÓN: basado en la Sagrada Escritura y en la Tradición, enseña que esta Iglesia peregrina es necesaria para la salvación. Cristo, es el único Mediador y camino de salvación que se nos hace presente en su Cuerpo, en la Iglesia. La misión, exigencia de la catolicidad de la Iglesia: El mandato misionero. La Iglesia, enviada para ser “sacramento universal de salvación”, obedeciendo al mandato de su Fundador se esfuerza por anunciar el Evangelio a todos los hombres. El origen la finalidad de la misión. El mandato misionero del Señor tiene su fuente última en el amor eterno de la Santísima Trinidad. La Iglesia es por su propia naturaleza, misionera, ya que tiene su origen en la misión del Hijo y la misión del Espíritu Santo según el plan de Dios Padre. El fin último de la misión no es otro que hacer participar a los hombres en la comunión que existe entre el Padre y el Hijo en su Espíritu de amor.El motivo de la misión . Del amor de Dios por todos los hombres la Iglesia ha sacado en todo tiempo la obligación y la fuerza de su impulso misionero: porque el amor de Cristo nos apremia.Los caminos de la misión . El Espíritu Santo es en verdad el protagonista de toda la misión eclesial. Él es quien conduce la Iglesia por los caminos de la misión.

El esfuerzo misionero exige entonces la paciencia. Comienza con el anuncio del Evangelio a los pueblos y a los grupos que aún no creen en Cristo, esto implica en un proceso de inculturación para así encarnar el Evangelio en las culturas de los pueblos en este proceso no faltarán también los fracasos.

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La misión de la Iglesia reclama el esfuerzo hacia la unidad de los cristianos. En efecto, "las divisiones entre los cristianos son un obstáculo para que la Iglesia lleve a cabo la plenitud de la catolicidad que le es propia en aquellos hijos bautizados.

La tarea misionera implica un diálogo respetuoso con los que todavía no aceptan el Evangelio. Los creyentes pueden sacar provecho para sí mismos de este diálogo aprendiendo a conocer mejor "cuanto de verdad y de gracia se encontraba ya entre las naciones, como por una casi secreta presencia de Dios". Si ellos anuncian la Buena Nueva a los que la desconocen, es para consolidar, completar y elevar la verdad y el bien que Dios ha repartido entre los hombres y los pueblos, y para purificarlos del error y del mal "para gloria de Dios, confusión del diablo y felicidad del hombre"

LA IGLESIA ES APOSPÓLICA

La Iglesia es apostólica porque está fundada sobre los apóstoles, y esto en un triple sentido:— Fue y permanece edificada sobre "el fundamento de los apóstoles", testigos escogidos y enviados en misión

por el mismo Cristo. — Guarda y transmite, con la ayuda del Espíritu Santo que habita en ella, la enseñanza, el buen depósito, las

sanas palabras oídas a los apóstoles. — Sigue siendo enseñada, santificada y dirigida por los apóstoles hasta la vuelta de Cristo gracias a aquellos que

les suceden en su ministerio pastoral: el colegio de los obispos, "a los que asisten los presbíteros juntamente con el sucesor de Pedro y Sumo Pastor de la Iglesia"

LA MISIÓN DE LOS APÓSTOLES: Jesús instituyó a Doce para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar. Desde entonces, serán sus "enviados”. En ellos continúa su propia misión, es la continuación de la misión de Cristo, ellos deben ser los testigos elegidos de la Resurrección del Señor y los fundamentos de la Iglesia. Cristo les ha prometido permanecer con ellos hasta el fin de los tiempos. LOS OBISPOS SUCESORES DE LOS APÓSTOLES: Para que continuase después de su muerte la misión a ellos confiada, encargaron mediante una especie de testamento a sus colaboradores y les encomendaron que cuidaran de todo el rebaño. Así como permanece el ministerio confiado personalmente por el Señor a Pedro, ministerio que debía ser transmitido a sus sucesores, de la misma manera permanece el ministerio de los apóstoles de apacentar la Iglesia, que debe ser elegido para siempre por el orden sagrado de los obispos. Por eso, la Iglesia enseña que"por institución divina los obispos han sucedido a los apóstoles como pastores de la Iglesia. EL APOSTOLADO: Toda la Iglesia es apostólica mientras permanezca, a través de los sucesores de San Pedro y de los apóstoles, en comunión de fe y de vida con su origen. Toda la Iglesia es apostólica en cuanto que ella es "enviada" al mundo entero; todos los miembros de la Iglesia, aunque de diferentes maneras, tienen parte en este envío. "La vocación cristiana, por su misma naturaleza, es también vocación al apostolado". Se llama "apostolado" a "toda la actividad del Cuerpo Místico" que tiende a "propagar el Reino de Cristo por toda la tierra”

La Iglesia es una, santa, católica y apostólica en su identidad profunda y última, porque en ella existe ya y será consumado al fin de los tiempos "el Reino de los cielos", "el Reino de Dios", que ha venido en la persona de Cristo y que crece misteriosamente en el corazón de los que le son incorporados hasta su plena manifestación escatológica.

La Iglesia es una: tiene un solo Señor; confiesa una sola fe, nace de un solo Bautismo, no forma más que un solo Cuerpo, vivificado por un solo Espíritu, orientado a una única esperanza a cuyo término se superarán todas las divisiones.

La Iglesia es santa: Dios santísimo es su autor; Cristo, su Esposo, se entregó por ella para santificarla; el Espíritu de santidad la vivifica. Aunque comprenda pecadores, ella es "inmaculada aunque compuesta de pecadores". En los santos brilla su santidad; en María es ya la enteramente santa.

La Iglesia es católica: Anuncia la totalidad de la fe; lleva en sí y administra la plenitud de los medios de salvación; es enviada a todos los pueblos; se dirige a todos los hombres; abarca todos los tiempos; "es, por su propia naturaleza, misionera".

La Iglesia es apostólica: Está edificada sobre sólidos cimientos: "los doce apóstoles del Cordero"; es indestructible se mantiene infaliblemente en la verdad: Cristo la gobierna por medio de Pedro y los demás apóstoles, presentes en sus sucesores, el Papa y el colegio de los obispos.

"La única Iglesia de Cristo, de la que confesamos en el Credo que es una, santa, católica y apostólica... subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos en comunión con él. Sin duda, fuera de su estructura visible pueden encontrarse muchos elementos de santificación y de verdad".

UNIDAD VI: EL PECADO. La misericordia y el pecado, la definición del pecado, la diversidad del pecado, la gravedad del pecado mortal y venial. La proliferación del pecado

Misericordia y el pecado: El evangelio es la revelación, en Jesucristo, de la misericordia de Dios con los pecadores. El ángel anuncia a José “le pondrás por nombre Jesús, porque el salvara a su pueblo de sus pecados”. Y en la institución de la eucaristía Jesús dice: “Esta es mi sangre de la alianza, que va a ser derramada por muchos para el perdón de los pecados”

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La acogida de la misericordia de Dios exige de nosotros la confesión de nuestras faltas. Como afirma san pablo: “donde abundo el pecado sobreabundo la gracia”. Pero para hacer su obra, la gracia debe descubrir el pecado para convertir nuestro corazón y conferirnos.

DEFINICIÓN DE PECADO: El pecado es una falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta, es fallar al amor verdadero para con Dios y para con el prójimo. Hiere la naturaleza del hombre y atenta contrala solidaridad humana. Ha sido definido como una palabra, un acto o un deseo, contrario a la ley eterna. Es una ofensa a Dios, desobediencia, una revelación contra Dios por el deseo de hacerse como dioses, pretendiendo conocer y determinar el bien y el ml. El pecado es así “amor de si hasta el desprecio de Dios. En la pasión la misericordia de cristo vence al pecado, el sacrificio de cristo se convierte secretamente en la fuente de la que brotara inagotable el perdón de nuestros pecados.

LA DIVERSIDAD DEL PECADO: La variedad del pecado es grande. La escritura contiene varias listas (las obras de la carne). Se puede distinguir al pedo según su objeto o según a las virtudes a las que se opone. O según los mandamientos que quebranta. Se los puede agrupar en pecados espirituales y carnales o también en pecados de pensamiento, palabra, obra u omisión. La raíz del pecado está en el corazón del hombre, En su libre voluntad. “de dentro del corazón salen las intenciones malas, asesinatos, adulterio robos, falsos testimonios, injurias. Esto es lo que hace impuro al hombre”. En el corazón reside también la caridad, principio de alas obras buenas y puras, las cuales hieren al pecado.

LA GRAVEDAD DEL PECADO: PECADO MORTAL Y VENIAL.

EL PECADO MORTAL es el pecado grave que priva al alma de la gracia de Dios y de la bienaventuranza eterna y que requiere del sacramento de la confesión para ser perdonado. Destruye la caridad en el corazón del hombre por una infracción grave a la ley de D; aparta al hombre de D prefiriendo un bien inferior. Para que sea un pecado mortal se requiere 3 condiciones:

- Tiene como objeto una materia grave: la materia grave es precisada por los 10 mandamientos, o sea el faltar a cualquier de los 10 mandamientos es un pecado mortal. La gravedad de los pecados es de mayor a menor.

- Es cometido con pleno conocimiento: la persona sabe que está violando la ley de D, que son los mandamientos. - Deliberado consentimiento: la persona acepta lo que eligió aunque sabe que está pecando.

La ignorancia puede disminuir la culpabilidad de una falta grave, pero se supone que nadie desconoce la ley moral que está inscripto en la conciencia de todo hombre. Elegir deliberadamente es decir sabiéndolo u queriéndolo, una cosa gravemente contraria a la Ley divina y al fin ultimo del hombre, es cometer un pecado mortal. Sin arrepentimiento, conduce a la muerte eterna.

EL PECADO VENIAL es el pecado poco grave que no priva al alma de la gracia de Dios y que no requiere del sacramento de la confesión para ser perdonado. Debilita la caridad, lleva al desorden, impide el progreso del alma en el ejercicio de las virtudes y la práctica del bien moral, merece penas temporales. El pecado venial nos dispone poco a poco a cometer un pecado mortal. Este no rompe la alianza con D.

LA PROLIFERACION DEL PECADO El pecado crea una facilidad para el pecado, engendra el vicio por la proliferación de actos. Así el pecado tiene a reproducirse y reforzarse. Los vicios pueden ser referidos a los pecados capitales porque generan otros pecados, otros vicios: son la soberbia, la avaricia, la envidia, la ira, la gula, la pereza, la lujuria.

El pecado es un acto personal, pero tenemos responsabilidad en los pecados cometidos por otros cuando cooperamos a ellos: - Participando directa y voluntariamente. - Ordenándolo, aconsejándolos, aprobándolos o alabándolos. - No revelándonos o no impidiéndolos cuando se tiene la obligación de hacerlo. - Protegiendo a los que hacen el mal.

Los pecados provocan situaciones sociales e instituciones contrarias a la bondad divina.UNIDAD 7: VIDA EN CRISTO: la dignidad de la persona Humana, la Libertad del Hombre, libertad y responsabilidad. MORALIDAD DE LOS ACTOS HUMANOS. Conciencia moral, las virtudes, personas y sociedad. Vida en sociedad. Bien Común. La justicia Social

LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA.

El hombre imagen de Dios: el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de D. La imagen divina está presente en todo hombre. Dotada de un alma espiritual e inmortal, la persona humana es la única criatura en la tierra a la que D ha amado por sí misma. Por la razón es capaz de comprender el orden de las cosas establecido por D. Por su voluntad es capaz de dirigirse a sí misma a su bien verdadero. Los seres humanos se edifican a sí mismos y crecen desde el interior: hacen de toda su vida sensible y espiritual un material de su crecimiento. Con ayuda de la Gracia crecen en la virtud, evitan el pecado y si lo han cometido recurren a la misericordia del Padre del Cielo. Encuentra su perfección en la búsqueda y el amor de la verdad y del bien. El hombre está dotado de libertad, de ahí que el hombre este dividido en su interior. Por esto, toda vida humana aparece como una lucha dramática entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas. El hombre debe seguir la ley moral que le impulsa

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a hacer el bien y evitar el mal, esta ley le resuena en su conciencia todo el tiempo, ya que el hombre está sujeto al error e inclinado al mal en el ejercicio de su libertad.

El que cree en C es hecho H de D, le hace capaz de obrar rectamente y de practicar el bien.

- LA LIBERTAD DEL HOMBRE. Dios ha creado al hombre racional confiriéndole la dignidad de una persona dotada de iniciativa y del dominio de sus actos. “Quiso Dios dejar al hombre en manos de su propia decisión”, de modo que busque a su creador sin coacciones y adhiriéndose a él, llegue a la plena y feliz perfección.

- LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD: La libertad es el poder radicado en la razón y en la voluntad, de obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar asi por si mismo acciones deliberadas. LA libertad es en el hombre una fuerza de crecimiento y de maduración en la verdad y la bondad. En la medida que el hombre hace más el bien se hace más libre. La elección de la desobediencia y del mal es un abuso de la libertad y conduce a la esclavitud del pecado.

- MORALIDAD DE LOS ACTOS HUMANOS: La libertad hace del hombre un sujeto moral. Los actos humanos es decir libremente realizados tras un juicio de conciencia, son calificables moralmente, son buenos o malos.

Fuentes de la moralidad: La moralidad de los actos humanos depende: del objeto elegido, del fin que se busca o la intención, de las circunstancias de la acción. El acto moralmente bueno supone la bondad el objeto del fin y de las circunstancias. Una finalidad mala corrompe la acción, aunque su objeto sea bueno (como orar y ayunar para ser visto por los hombres).

LA CONCIENCIA MORAL: en lo más profundo de su conciencia el hombre descubre una ley que él no se da a sí mismo, sino a la que debe obedecer y cuya voz resuena, cuando es necesario en los oídos de su corazón, llamándole siempre a amar y a hacer el bien y evitar el mal.. El hombre tiene una ley inscrita por Dios en su Corazón. La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que está solo con Dios, cuya voz resuena en lo más íntimo de ella.

- El dictamen de la conciencia: Presente en el corazón de la persona, la conciencia moral le ordena, en el momento oportuno practicar el bien y evitar el mal. Juzga también las opciones concretas aprobando las que son buenas y denunciando las que son malas.

- La formación de la conciencia: hay que formar la conciencia y esclarecer el juicio moral. Una conciencia bien formada es recta y veraz. Formula sus juicios según la razón, conforme al bien verdadero querido por la sabiduría del Creador. La educación de la conciencia es indispensable, es una tarea de toda la vida. En la formación de la conciencia, la palabra de Dios es la luz en nuestro caminar, es preciso que la asimilemos en la fe y en la oración y la pongamos en práctica.

Ante una decisión moral, la conciencia puede formar un juicio recto de acuerdo con la razón y la ley divina o al contrario, juicio erróneo que se aleja de ellas.

LAS VIRTUDES: La virtud es una disposición habitual y firme a hacer el bien. Permite a la persona no sólo realizar actos buenos, sino dar lo mejor de sí misma. Con todas sus fuerzas sensibles y espirituales, la persona virtuosa tiende hacia el bien, lo busca y lo elige a través de acciones concretas. Son actitudes firmes, disposiciones estables, perfecciones habituales del entendimiento y de la voluntad que regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y guían nuestra conducta, según la razón de fe.

Las virtudes morales se adquieren mediante las fuerzas humanas. Son los frutos y los gérmenes de los actos moralmente buenos. Disponen todas las potencias del ser humano para armonizarse con el amor divino.

DISTINCION DE LAS VIRTUDES CARDINALES: Cuatro virtudes desempeñan un papel fundamental. Por eso se las llama “cardinales”; todas las demás se agrupan en torno a ellas. Estas son la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza.

- La prudencia dispone la razón práctica para discernir, en toda circunstancia, nuestro verdadero bien y elegir los medios justos para realizarlo. El hombre prudente decide y ordena su conducta según este juicio.

- La justicia consiste en la constante y firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que les es debido. Dispone a respetar los derechos de cada uno y a establecer en las relaciones humanas la armonía que promueve la equidad respecto a las personas y al bien común.

- La fortaleza es la virtud moral que asegura, en las dificultades, la firmeza y la constancia en la práctica del bien. Reafirma la resolución de resistir a las tentaciones y de superar los obstáculos en la vida moral. Nos hace capaz de vencer el temor, y de hacer frente a las pruebas y a las persecuciones.

- La templanza modera la atracción hacia los placeres sensibles y procura la moderación en el uso de los bienes creados. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los límites de la honestidad.

Las virtudes humanas adquiridas mediante la educación, mediante actos deliberados, y una perseverancia, mantenida siempre en el esfuerzo, son purificadas y elevadas por la gracia divina. Con la ayuda de Dios forjan el carácter y dan soltura en la práctica del bien. El hombre virtuoso es feliz al practicarlas. Para el hombre herido por el pecado no es fácil guardar el

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equilibrio moral. El don de la salvación por Cristo nos otorga la gracia necesaria para perseverar en la búsqueda de las virtudes.

VIRTUDES TEOLOGALES: Las virtudes humanas se arraigan en las virtudes teologales que adaptan las facultades del hombre a la participación de la naturaleza divina . Las virtudes teologales se refieren directamente a Dios. Disponen a los cristianos a vivir en relación con la Santísima Trinidad. Tienen como origen, motivo y objeto a Dios Uno y Trino.

- La fe: La fe es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en todo lo que Él nos ha dicho y revelado, y que la Santa Iglesia nos propone, porque Él es la verdad misma. Por la fe “el hombre se entrega entera y libremente a Dios”. Es necesario tener una fe con obras, profesarla, testimoniarla con firmeza y difundirla

- La esperanza : La esperanza es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo. Corresponde al anhelo de la felicidad puesto por Dios en el Corazón de todo Hombre.

- La caridad: La caridad es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas por El mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios. Jesús hace de la caridad el mandamiento nuevo (Cf. Jn 13, 34). Amando a los suyos “hasta el fin”, manifiesta el amor del Padre que ha recibido. Amándose unos a otros, los discípulos imitan el amor de Jesús que reciben también en ellos. Por eso Jesús dice: “Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor”. Y también: “Este es el mandamiento mío: que os améis unos a otros como yo os he amado”.

El ejercicio de todas las virtudes está animado e inspirado por la caridad. Esta es “el vínculo de la perfección”

LA PERSONA Y LA SOCIEDAD:El carácter comunitario de la vocación humana: todos los hombres somos llamados al mismo fin: DIOS. El amor al prójimo es inseparable del amor a Dios. La persona humana necesita la vida social. Por el intercambio con otros, la reciprocidad de servicios y el dialogo con sus hermanos, el hombre desarrolla sus capacidades, así responde a su vocación.Una sociedad es un conjunto de personas ligadas de manera orgánica por un principio de unidad que supera a cada una de ellas. Mediante ella cada hombre es constituido heredero y recibe talentos, que enriquecen su identidad y a los que debe hacer fructificar.

Con el fin de favorecer la participación del mayor número de personas en la vida social, es preciso impulsar, alentar la creación de asociaciones e instituciones de libre iniciativa para fines económicos, sociales, culturales, etc.

La socialización presenta también peligros, una intervención demasiado fuerte del estado puede amenazar la libertad y las iniciativas personales. Por ello la doctrina de la iglesia a elaborado la Subsidiariedad. Este se opone a toda forma de colectivismo, traza los límites de la intervención del Estado, intenta armonizar las relaciones entre individuos y sociedad.

PARTICIPACION EN LA VIDA SOCIAL: Una sociedad bien ordenada y fecunda requiere gobernantes, investidos de legitima autoridad, que defienden las instituciones y consagren en la medida suficiente, su actividad y sus desvelos al aprovecho común del país. Se llama autoridad, la cualidad en virtud de la cual personas o instituciones dan leyes y órdenes a los hombres y esperan la correspondiente obediencia. Esta es necesaria para la unidad de la sociedad.

- No hay autoridad que no provenga de Dios, y las que existen por Dios han sido constituidas.- La comunidad política y la autoridad pública se fundan en la naturaleza humana y por ello pertenecen al orden querido

por Dios.- La autoridad se ejerce de manera legítima a si se aplica a la prosecución del bien común de la sociedad. Para alcanzarlo

debe emplear medios moralmente aceptables.- La autoridad política debe actuar dentro de los límites del orden moral y debe garantizar las condiciones del ejercicio

de la libertad.

RESPONSABILIDAD Y PARTICIPACION: La participación es el compromiso voluntario y generoso de la persona en los intercambios sociales. Es importante que todos participen, cada uno según el lugar que ocupa y el papel que desempeña en promover el bien común. La participación se realiza ante todo con la dedicación a las tareas cuya RESPONSABILIDAD PERSONAL se asume: por la atención prestada a la educación de su familia, por la responsabilidad en su trabajo, el hombre participa en el bien de los demás y de la comunidad.

EL BIEN COMÚN: Por bien común, es preciso entender “el conjunto de aquellas condiciones de la vida social que permiten a los grupos y a cada uno de sus miembros conseguir más plena y fácilmente su propia perfección”.El bien común afecta a la vida de todos. Exige la prudencia por parte de cada uno, y más aún por la de aquellos que ejercen la autoridad. Comporta tres elementos esenciales:

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respeto a la persona en cuanto tal. Reside en las condiciones de ejercicio de las libertades naturales que son indispensables para el desarrollo de la vocación humana.

exige el bienestar social y el desarrollo del grupo mismo. implica la paz, es decir, la estabilidad y la seguridad de un orden justo.

Corresponde al Estado defender y promover el bien común de la sociedad civil, de los ciudadanos y de las instituciones intermedias.El bien común está siempre orientado hacia el progreso de las personas.Este orden tiene por base la verdad, se edifica en la justicia, es vivificado por el amor.

LA JUSTICIA SOCIAL: La sociedad asegura la justicia social cuando realiza las condiciones que permiten a las asociaciones y a cada uno conseguir lo que les es debido según su naturaleza y su vocación. Está ligada al bien común y al ejercicio de la autoridad.

- El respeto de la persona humana: La justicia social sólo puede ser conseguida sobre la base del respeto de la dignidad trascendente del hombre. La persona representa el fin último de la sociedad, que está ordenada al hombre. El respeto a la persona humana pasa por el respeto del principio: “Que cada uno, sin ninguna excepción, debe considerar al prójimo como “otro yo”, cuidando, en primer lugar, de su vida y de los medios necesarios para vivirla dignamente”. Estos comportamientos sólo cesan con la caridad que ve en cada hombre un “prójimo”, un hermano.

- Igualdad y diferencia entre los Hombres: Creados a imagen del Dios único y dotados de una misma alma racional, todos los hombres poseen una misma naturaleza y un mismo origen. Rescatados por el sacrificio de Cristo, todos son llamados a participar en la misma bienaventuranza divina: todos gozan por tanto de una misma dignidad. Ciertamente hay diferencias entre los hombres por lo que se refiere a la edad, a las capacidades físicas, a las aptitudes intelectuales o morales, a las circunstancias de que cada uno se pudo beneficiar, a la distribución de las riquezas. Los “talentos” no están distribuidos por igual.“Estas diferencias pertenecen al plan de Dios, que quiere que cada uno reciba de otro aquello que necesita, y que quienes disponen de “talentos” particulares comuniquen sus beneficios a los que los necesiten.

- La solidaridad humana: El principio de solidaridad, expresado también con el nombre de “amistad” o“caridad social”, es una exigencia directa de la fraternidad humana y cristiana. La virtud de la solidaridad va más allá de los bienes materiales. Difundiendo los bienes espirituales de la fe, la Iglesia ha favorecido a la vez el desarrollo de los bienes temporales, al cual con frecuencia ha abierto vías nuevas.

UNIDAD 8: EL SEPTIMO MANDAMIENTO: EL DESTINO UNIVERSAL Y LA PROPIEDAD PRIVADA DE LOS BIENES. Respeto de las personas y de sus bienes, Doctrina Social de la Iglesia, Actividad económica y la justicia social. Justicia y solidaridad entre naciones. El amor a los pobres, la promoción de la vida…

El séptimo mandamiento prohíbe tomar o retener el bien del prójimo injustamente y perjudicar de cualquier manera al prójimo en sus bienes. Proscribe la caridad y la justicia en la gestión de los bienes terrenos y de los frutos del trabajo del hombre.

EL DESTINO UNIVERSAL Y LA PROPIEDAD PRIVADA DE LOS BIENES: Los bienes de la creación están destinados a todo el género humano. La apropiación de bienes es legítima para garantizar la libertad y la dignidad de las personas, para ayudar a cada uno a atender sus necesidades fundamentales y las necesidades de los que están a su cargo. El derecho a la propiedad privada, adquirida por el trabajo, o recibida de otro por herencia o por regalo, no anula la donación original de la tierra al conjunto de la humanidad. El destino universal de los bienes continúa siendo primordial, aunque la promoción del bien común exija el respeto de la propiedad privada, de su derecho y de su ejercicio.

EL RESPETO DE LAS PERSONAS Y SUS BIENES: En materia económica el respeto de la dignidad humana exige la práctica de la virtud de la templanza, para moderar el apego a los bienes de este mundo; de la justicia, para preservar los derechos del prójimo y darle lo que le es debido.

El respeto de los bienes ajenos: El séptimo mandamiento prohíbe el robo, es decir, la usurpación del bien ajeno contra la voluntad razonable de su dueño. No hay robo si el consentimiento puede ser presumido o si el rechazo es contrario a la razón y al destino universal de los bienes. La justicia conmutativa obliga estrictamente; exige la salvaguardia de los derechos de propiedad, el pago de las deudas y el cumplimiento de obligaciones libremente contraídas. Sin justicia conmutativa no es posible ninguna otra forma de justicia.

El respeto de la integridad de la creación: El séptimo mandamiento exige el respeto de la integridad de la creación. Los animales, como las plantas y los seres inanimados, están naturalmente destinados al bien común de la humanidad pasada, presente y futura. El uso de los recursos minerales, vegetales y animales del universo no puede ser separado del respeto a las exigencias morales. Es contrario a la dignidad humana hacer sufrir inútilmente a los animales y sacrificar sin necesidad sus vidas. Es también indigno invertir en ellos sumas que deberían remediar más bien la miseria de los hombres. Se puede amar a los animales; pero no se puede desviar hacia ellos el afecto debido únicamente a los seres humanos.

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*Doctrina Social de la Iglesia: El desarrollo de la doctrina de la iglesia en materia económica y social da testimonio del valor de la enseñanza de la iglesia, al mismo tiempo que del sentido verdadero de su tradición siempre viva y activa.

El apetito desordenado del dinero produce efectos perniciosos, es una de las causas de los numerosos conflictos que perturban el orden social. Toda practica que reduce a las personas a ser vistas al lucro, esclaviza al hombre, conduce a la idolatría del dinero y contribuye a difundir el ateísmo “No podéis servir a Dios y al dinero”. La iglesia rechaza las ideologías totalitarias y ateas, asociadas al comunismo, socialismo y a la práctica del capitalismo, el individualismo y la primacía absoluta de la ley de mercado sobre el trabajo humano.

*La actividad económica y la justicia social : El desarrollo de las actividades económicas y el crecimiento de la producción están destinados a satisfacer las necesidades de los seres humanos. La vida económica no tiende solamente a multiplicar los bienes producidos y a aumentar el poder, esta ordenada al servicio del hombre y toda la comunidad. La actividad económica debe moverse dentro de los límites del orden moral, para responder al plan de Dios sobre el hombre.

El trabajo humano procede de personas creadas a imagen de Dios y llamadas a prolongar, unidas y para mutuo beneficio, la obra de la creación dominando la tierra. El trabajo es un deber, honra los dones del creador y los talentos recibidos, soportando el peso del trabajo el hombre colabora con el Hijo de Dios, se muestra como discípulo de Cristo llevando la cruz cada día, en la actividad que está llamado a realizar. El trabajo puede ser un medio de santificación y de animación de las realidades terrenas en el Espíritu de Cristo.

*La vida económica: se ve afectada por intereses diversos, es necesario reducir estos interese mediante la negociación, que respete los derechos y los deberes de cada parte: los responsables de las empresas y los representantes de los trabajadores.

*La responsabilidad del Estado: la actividad económica no puede desenvolverse en medio de un vacío institucional, jurídico y político. En primer lugar El estado debe garantizar seguridad, e manera que quien trabaja y produce pueda gozar de los frutos de su trabajo, así poder sentirse estimulado a realizarlo eficiente y honestamente. En segundo lugar el Estado debe vigilar y encauzar el ejercicio de los derechos humanos en el sector económico.

*Los representantes de las empresas: les corresponde ante la sociedad la responsabilidad económica y ecológica de sus operaciones. Están obligados a considerar el bien de las personas y no solamente el aumento de las ganancias, sin embargo estas son importantes para realizar inversiones que aseguren el porvenir de las empresas y así garanticen puestos de trabajo.

*El acceso al trabajo y a la profesión: deben estar abiertos a todos sin discriminación injusta a hombres y mujeres, a sanos y disminuidos, a autóctonos e inmigrantes, la sociedad debe ayudar a los ciudadanos a procurarse un trabajo y un empleo.

*El salario justo: es el fruto del trabajo, negarlo o retenerlo puede construir una grave injusticia. El trabajo debe ser remunerado de tal modo que se den al hombre posibilidades de que El y los suyos vivan dignamente su vida material, social, cultural y espiritual, teniendo en cuenta la tarea y la productividad de cada uno.

*La huelga: es moralmente legítima cuando constituye un recurso inevitable, para obtener un beneficio proporcionado. Resulta inaceptable cuando va acompañada de violencias y atenta contra el bien común. La privatización del trabajo a causa de la huelga es casi siempre para su víctima un atentado contra la dignidad y una amenaza para el equilibrio de la vida.

Justicia y Solidaridad entre naciones: Es necesaria la solidaridad entre las naciones cuyas políticas son ya interdependientes, para tratar de acabar los mecanismos perversos que obstaculizan el desarrollo de los países menos avanzados. Las naciones ricas, tienen la responsabilidad moral grave respecto a las que no pueden por sí mismas asegurar los medios de su desarrollo. Es un deber de solidaridad y de caridad, es también una obligación de justicia si el bienestar de las naciones ricas procede de recursos que han no han sido pagados con justicia.

El amor de los pobres: Dios bendice a los que ayudan a los pobres y reprueba a los que reniegan de hacerlo. “A quién te pide da, al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda” Jesucristo reconocerá a sus elegidos en lo que hayan hecho por los pobres. La buena nueva “anunciada por los pobres” es el signo de la presencia de Cristo.

El amor de la Iglesia por los pobres está inspirado en el Evangelio de las bienaventuranzas, en la pobreza de Jesús y en su atención a los pobres. No abarca solo la pobreza material, sino también las numerosas formas de pobreza cultural y religiosa. Las obras de misericordia son acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales. Instruir, aconsejar, consolar, confortar, son obras de misericordia espiritual, como también lo son perdonar y sufrir con paciencia. Las obras de misericordia corporales consisten en dar de comer al hambriento, dar techo al que no lo tiene, vestir al desnudo, visitar a los enfermos y a los presos, enterrar a los muertos. Entre otras cosas la limosna a los pobres es uno de los principales testimonios de la caridad fraterna, es también una práctica de justicia que agrada a Dios.

EL REINO DE DIOS: El pueblo de Dios esperaba nuevos tiempos, un nuevo reino y un nuevo Rey. Era la gran esperanza que buscaba en las palabras de los profetas los signos de la nueva era. El Reino de los cielos es el tema central de la predicación de

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Jesús. El Reino de Dios es el restablecimiento de la presencia y amistad de Dios en el Corazón del Hombre y su gobierno soberano a través de Cristo, en el nuevo Pueblo de Dios la Iglesia.

Características del Reino:

a- Reino interior y trascendente: aunque se manifieste exteriormente en obras sus raíces están en el interior del hombre. El Reino de Dios está en ti. Es trascendente porque supera la barrera del tiempo, es eterno, no tendrá fin.

b- La condición para entrar al reino es la conversión interior: cambio por el cual el hombre escoge a Dios como valor supremo y absoluto para su vida.

c- Jesús es el Rey, la cabeza y la guía del pueblo de Dios. La ley es la Caridad, el amor sobrenatural que es entrega y servicio, un amor total y regla de oro para cualquier cristiano.

d- Todos los hombres están llamados a la salvación, es preciso colaborar con Dios, cumplir con los mandamientos y las enseñanzas de Cristo.

JESUCRISTO EL MODELO: Jesús es verdaderamente Dios y Verdaderamente Hombre. Conoce nuestro presente y nuestro pasado, sabe de todo, su poder es infinito, por el existimos. Tomo cuerpo humano y se hizo igual a nosotros. Su palabra e permanente en el evangelio y sigue estando cerca de Ti hoy y mañana, en la eucaristía-

- Maestro y Servidor: se hizo hombre para enseñar los misterios de la vida divina, nos muestra el camino para acercarnos al padre, explicando lo que es ser semejante a Dios, nos habla del amor, de la compresión, nos enseña a crecer. Lo hace con ejemplo de humildad y de servicio.

- Hombre de Acción y Oración: dedica largas noches de oración, su palabra es la más importante, nos enseña a orar, nos recomienda nunca dejar la oración, ama el silencio y el recogimiento. Se dedica a la predicación, hace milagro, es enemigo de la pereza.

- Fiel y sincero: es consciente de su misión, se entrega con fidelidad y sinceridad.- Sencillo y capaz: es amable, sencillo con los hombres y esclavos. Es sagaz con los hipócritas, con los que tratan de

engañarlo y persuadirlo.- Misericordioso con los pecadores y enemigo del pecado: perdona los pecados cuando hay arrepentimiento. Aún en la

cruz sigue perdonando. Jesús es el nuevo modelo de vida para el cristiano.

LA SANTISIMA TRINIDAD Y LA MUERTE Y RESURRECCIÓN DE XTO: Jesucristo, el hijo de Dios, se hizo hombre para salvarnos del pecado (la salvación personal se hace realidad en tu vida a través de la aceptación del reino de Dios). La SALVACIÓN; es la acción por la cual Jesucristo libera al hombre de la esclavitud del pecado y restablece la gracia entre Dios y los hombres. Mediante la muerte redentora de su hijo Jesucristo, el designio salvador se ha cumplido.

Con palabras, (ya que Jesús al hacerse hombre no dejaba de hablarnos de aquél que lo envió, su padre), hecho y obras, nos habló a los hombres y nos introdujo en el misterio de Dios. Nos reveló que es Dios es padre; hijo y Espíritu Santo (hay un solo Dios, y en Dios, tres personas distintas, el padre, el hijo, y el Espíritu Santo), éste MISTERIO recibe el nombre de SANTISIMA TRINIDAD, misterio que vive en uno mismo, los H poseen la vida de Dios en su interior llamada vida de gracia, que es cuando todo xtiano no está en pecado grave, teniendo en cuenta esto: Dios Padre, es la meta de tu vida - El hijo, es el camino al Padre mediante sus enseñanzas - El Espíritu Santo es aquel que hace posible que tú puedas seguir a Xto, en el encuentras fuerzas.

Dios es familia divina: Dios Padre; es uno y trino (no existe más que un Dios pero en él hay tres personas reales y distintas), Dios es Padre (la fe cristiana, profesa y cree que Dios es Padre Dios se manifiesta ante los hombres como Padre, muestra su omnipotencia y los profetas los describen en su relación con el pueblo de Israel, como un padre amoroso y MISERICORDIOSO MISERICORDIOS –Jesucristo nos enseña a llamarlo padre-).

-Dios hijo; Jesús se ha manifestado como hijo de Dios Padre, y es verdaderamente Dios (naturaleza divina), así como HOMBRE (naturaleza humana) -posee dos naturaleza-

En su vida pública después de los 30 años paso haciendo el bien y predicando la llegada del reino de Dios, curó a los enfermos, dio de comer al hambriento, perdonó los pecados, resucitó a los muertos, llamó a 12 H para que estuvieran cerca de él, los cuido, los enseñó, los preparó para que continuarán su obra de su muerte, los llamó amigos, sin embargo, judas lo entregó, Pedro lo negó, y los demás apóstoles lo abandonaron, aquellos que lo habían vitoreado le gritaban crucifíquenlo, que eran los mismo para quienes él había tenido palabra, gesto de amor, fue tentado a abandonar su misión, pero se aferró a la voluntad del padre; fue abofeteando, flagelado, injuriado, llevado al tribunal de Pilatos, sufrió una condena injusta, fue crucificado entre dos ladrones –ofreció su vida, siendo inocente- Con su sangre SELLA UNA NUEVA Y ETERNA ALIANZA, con ella se prometió la VIDA ETERNA (participación del H en la vida divina, vida que empieza en este mundo y que tendrá su plenitud después de la muerte, en el cielo, por lo cual se participa del bien de la felicidad y de la plenitud de Dios que no tendrá fin).

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Todo se hubiera acabado con su muerte, si Cristo no hubiese resucitado, que es clave de la fe cristiana y por lo que los cristianos empezaron a predicar a Cristo.

La resurrección constituye la confirmación de todo lo que Xto hizo y enseñó.-Dios Espíritu Santo es el enviado por el padre para completar su obra.Los signos de la resurrección de Jesucristo son 1-el testimonio de los apóstoles 2- el sepulcro vacío 3-sus apariciones