Resumen Latinoamericano 134

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    La revolucin bolivariana en tres tiempos urgentes

    1.

    El anuncio del pasado jueves 12 de febrero del presidente Nicols Maduro, en el cual dio a conocer la desarticulacin de un nuevo inten-to de golpe de Estado y la posterior detencin del Alcalde Antonio Ledezma, vino a recon-firmar la etapa actual en la cual se encuentra el proceso bolivariano desde hace dos aos de manera ininterrumpida: la defensa permanen-te ante la decisin de ser derrocado, como Go-bierno, pueblo y revolucin.

    Quines estn detrs de los ataques? El imperialismo norteamericano de manera directa-; sus aliados regionales en particu-lar el sector colombiano encabezado por l-varo Uribe-, y la derecha/burguesa/oligar-qua venezolana. Y, ha quedado demostrado, para lograr su objetivo todos los mtodos necesarios pueden y sern utilizados.

    Basta hacer una breve cronologa de algu-nos de los principales hechos: la oleada de violencia que sigui a la victoria de Maduro el 14 de abril del 2013, el inicio de las gua-rimbas el 12 febrero del 2014 incluyeron francotiradores y paramilitares- que du-raron varios meses, el asesinato de Elicer Otaiza -presidente de la Cmara Munici-pal de Caracas- el 28 de abril, y luego el del diputado Robert Serra el 1 de octubre. El resultado: 63 muertos civiles, y locales del Psuv, centros de salud y unidades de trans-porte pblico incendiadas, canales de televi-sin asediados, etc.

    Esta vez el plan era diferente a los emplea-dos en esta etapa. El grupo de oficiales fue financiado desde Miami y tena orquestado grabar un video este 12 y 13 de febrero en los actos del da de la juventud, levantar un avin

    Tucano y atacar el Palacio de Miraflores o el lugar donde yo participara en una de estas manifestaciones, explic el presidente por cadena nacional la noche del 12 de febrero.

    Pasadas las horas y los das se supieron ms detalles: el plan tena como objetivos el ata-que al canal de noticias internacional Tele-sur, el Ministerio para la Defensa, el Consejo Nacional Electoral y la Asamblea Nacional.

    En cuanto a lo dems ya estaba organiza-do: un Acuerdo Nacional para un gobierno de transicin que inclua entre otros me-didas la disolucin de los poderes pblicos, una nueva directiva de Pdvsa, la privatiza-cin de empresas bsicas, y resarcir a los em-presarios expropiados por la revolucin, y el reconocimiento y apoyo norteamericano. El nombre de la accin: Operacin Jeric.

    Ya el diario Tal Cual lo indicaba en su por-tada del 12 a la maana: Dirigentes de la MUD, Antonio Ledezma, Mara Corina Machado, y Leopoldo Lpez, convocan a un gran acuerdo nacional para gobernar la transicin. Luego fue develada la presencia protagnica de otro dirigente de la oposi-cin: Julio Borges, de Primero Justicia, el partido que conduce Henrique Capriles.

    A ellos se sumaban los actores directos de la accin, miembros de la Aviacin Militar Bolivariana -3 coroneles, 9 tenientes y sub-tenientes y un capitn-, que, en nombre de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, se alzaran contra el Gobierno. Varios de ellos ya estn presos, otros prfugos.

    El plan era similar al de abril de 2002. Pero ahora sin un elemento que en ese entonces s tena la derecha: la movilizacin masiva en las calles.

    Porque la derecha ha ido cambiando de metodologas y descartando posibilidades a lo largo de estos dos aos. Si hasta las elec-ciones del 8 de diciembre del 2013 un sector apostaba todava por una salida electoral, esa opcin qued en gran parte descartada

    luego de perder el 75% de las alcaldas ante el chavismo. En cuanto a la masividad en la calle, el balance despus de los meses de guarimbas del 2014 dej un saldo negativo: la derecha hoy no consigue reunir a ms de dos mil personas en Caracas.

    Y su urgencia por terminar con el proceso revolucionario recuperar el control directo del petrleo, desarticular la unidad regional, etc.- no se modific. Por eso este nuevo in-tento ahora encabezado por militares, des-cartando masividad y sin esperar llegar a las elecciones legislativas que tendrn lugar a fin de ao.

    Sobre esos planes existe claridad, y el men-saje del 12 febrero de Maduro no dej dudas al respecto: Desde mi corazn, si me pasara algo los llamo a decretar un 13 de abril c-vico-militar y responder al golpe de Estado con toda la fuerza popular, y acelerar la re-volucin, radicalizarla al ms alto nivel. Es una orden que les doy. Vacilar es perder!.

    2.La estrategia golpista ha ido combinando

    los picos de violencia e intentos finales con un proceso permanente: la guerra econmi-ca. Los resultados son visibles: alza artificial de precios en todos los productos -68% de aumento en el 2014, segn indic el Banco Central-, falta de mercancas en los anaque-les de manera rotativa leche, papel higi-nico, harina de maz, champ, desodorante, toallas sanitarias, paales, detergente, etc-, desabastecimiento sostenido de remedios, adems de largas colas, financiamiento a los revendedores, acaparamiento y contraban-do hacia Colombia.

    Esa guerra ha venido persiguiendo varios objetivos simultneos e inseparables: gene-rar desgaste en el pueblo para que exista un descontento hacia el Gobierno la oposicin imagin posibles saqueos en varias oportu-

    nidades-, alentar los peores valores entre la gente la competencia, el aprovechamien-to-, despertar desnimo, angustia, miedo entre la poblacin, y mantener permanen-temente un clima de incertidumbre hacia lo que vendr.

    Un ejemplo de estas operaciones psicol-gicas fue lo sucedido entre los das 8 y 13 de enero, cuando ante la amenaza de paro anunciada por la derecha, 18 millones de personas fueron a hacer compras, es decir tres veces ms que de costumbre, consu-miendo en cuatro das lo que suele serlo en un mes y medio.

    Es necesario realizar una aclaracin: en estos dos aos de ataques a la economa los niveles de consumo continuaron incremen-tndose, tanto en alimentos, como telfonos, televisores (aqu se hizo evidente el proble-ma cultural del consumismo, diferente a la democratizacin del consumo, un logro de la revolucin), viajes de vacaciones, etc. Na-die pasa hambre, se puede escuchar entre los sectores que vienen encabezando la lucha.

    El xito de la oposicin en llevar adelan-te esta guerra de desgaste se debi a una situacin econmica que, ya lo deca Hugo Chvez en el ltimo perodo, deba ser im-periosa y urgentemente cambiada. Era la nica manera de hacer irreversible el proce-so revolucionario. Porque apoyndose en las ideas de Istvn Mszros- haba descu-bierto el reciente cambio en el metabolismo del capital: una vez perdido la renta petrole-ra en su origen con la nacionalizacin de Pdvsa- el capital fue a buscarla en el destino: los hogares y el consumo.

    Alrededor de esto se fue conformando un rentismo importador, una burguesa siem-pre improductiva- dedicada a comprar pro-ductos en el exterior para revenderlos en el pas. Y, aunque el 70% de los alimentos con-sumidos en Venezuela son producidos en el pas no as con los dems rubros, desde

    Por Marco Teruggidesde Caracas

    Venezuela y las acechanzas del golpismo

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    frmacos, telas hasta el papel-, logr realizar un aumento en cada uno de ellos. Cmo? En gran parte a travs del control de impor-taciones, y las cadenas de comercializacin y venta.

    Ante esta situacin, el gobierno miti la Ley de precios justos, realiz peridicos de-comisamiento de galpones encontrando por toneladas los productos faltantes-, fisca-lizaciones y, recientemente, la expropiacin de una cadena de supermercados Da a Da - que pas a manos del sistema de dis-tribucin estatal, una red que ha venido re-cobrando fuerza.

    Pero hasta el momento ha sido insuficiente, y la situacin econmica ha logrado generar un malestar sostenido en ciertos sectores de la poblacin.

    Aunque no lo suficiente para desencadenar protestas contra el Gobierno, evidenciando as los niveles de conciencia de los sectores populares, el recorrido ideolgico de un pueblo en 15 aos de revolucin que, ante dos aos de guerra econmica, no cedi.

    Y en este punto la comunicacin tom un rol central. Ante la pregunta de quines han sido y son responsables de la situacin eco-nmica, se fueron construyendo diferentes respuestas necesarias para explicarse un cotidiano de colas y escasez-, diametral-mente opuestas: la culpa es del Gobierno y el modelo socialista; la culpa es de la opo-sicin, el capitalismo, el imperialismo y la guerra econmica. Una batalla ideolgica clara, as planteada de ambas partes.

    Uno de los mayores aciertos de los medios estatales y pblicos fue el de mostrar los de-psitos desbordados de productos acapara-dos, para evidenciar al otro en su negacin de la misma guerra que lleva adelante.

    En cuanto a la matriz ha sido, y cada vez ms, la de mostrar al gobierno defendiendo al pueblo antes que al pueblo siendo el protagonista de las transformacio-nes de un proceso revolucionario.

    3.

    Los sectores ms avanzados han venido madurando en estos dos aos. El chavis-mo sin Chvez perdi ciertos niveles de masividad pero por otra parte logr ganar en organicidad, claridad estratgica y acu-mulacin.

    Tal vez el ejemplo ms claro de ellos sea la creacin de los consejos presidenciales de gobierno popular, ins-tancia de organizacin nacionales y por sector bajo la consigna el pueblo presi-dente, as planteado por Nicols Maduro, interlocutor directo con cada una de esas nuevas instancias de poder popular.

    Desde el mes de julio del ao pasado hasta la fecha se conformaron el consejo presidencial de las comunas, las mujeres, la cultura, los pueblos indgenas, la clase obrera, los campesinos y la juventud. Den-tro de ellos, el de las comunas demostr mayor capacidad de organicidad, estruc-turado por provincias, voceras, planes de trabajo, demandas reivindicativas y polti-cas, propuestas de polticas pblicas.

    Su horizonte estratgico: la conforma-cin de una nueva institucionalidad en el camino de conformar el Estado Comunal, la forma de organizacin de la vida que sustituir al Estado burgus. Sus claves: la autogestin y el autogobierno.

    Esta poltica de impulso de los consejos presidenciales se enfrent a dos principa-les limitaciones: la dificultad de los mis-mos sectores populares debido a inexpe-riencias, dependencia estatal poltica y econmica-, y el desconocimiento y sos-

    pecha hacia estas instancias que se mani-fest dentro de varios sectores del chavis-mo en el gobierno.

    Y ese mismo recelo a perder espacios de poder internos, esa concepcin estatista de la revolucin y de la subordinacin del po-der popular que no es nueva y fue comba-tida por Hugo Chvez y ahora por Nicols Maduro-, es la que tambin ha venido pre-dominando en muchos casos en la manera de concebir la resolucin a la guerra eco-nmica: de forma estatal, llevada adelante exclusivamente, o casi, por el Gobierno.

    Esto, expresado en la comunicacin, tambin se ha hecho visible en la falta de apuesta real a que el pueblo organiza-do sea parte protagnica de las fiscaliza-ciones, no como acompaante ocasional de una institucin y sin poder de accin, tanto en las zonas de contrabando con Co-lombia como en los territorios urbanos y las carreteras del pas.

    La forma de resolver la guerra lleva en su interior puntos de llegada diferentes. Y si bien algunas medidas deberan ser com-petencia exclusiva del Gobierno como, la

    pedida por muchos, nacionalizacin del comercio exterior-, otras podran ser obra del pueblo organizado, empoderndose en el camino de las resoluciones, dando avan-ces cualitativos en su poder.

    Este es el caso no solamente para las fis-calizaciones sino tambin de la necesaria produccin fabril, campesina, comune-ra-, de la apertura de nuevas empresas bajo control obrero, del manejo popular de la distribucin y comercializacin, con la adquisicin masiva para las comu-nas de camiones, centros de acopio e in-sumos. Existen muchas experiencias en el campo y las ciudades del pas impulsando experiencias productivas, llevando ade-lante fbricas recuperadas, coordinando redes de distribucin sin intermediarios, ensayos y realidades estratgicas en el trnsito hacia revertir el modelo rentista petrolero. Hacia ellas debe ir la apuesta. La burguesa, por su parte, ha demostra-do usar cada dlar para desestabilizar.

    La resistencia a la guerra econmica a travs de la profundizacin parece posi-ble y necesaria: nacionalizar, expropiar,

    encarcelar -a empresarios acaparadores, golpistas, corruptos internos-, transferir poder y recursos al pueblo, son algunas de las medidas ansiadas entre muchos. Y el pueblo chavista, ante una radicali-zacin crecera, acompaara de manera protagnica, recuperando pica y hori-zonte de poder.

    En cuanto a la decisin de terminar con la revolucin bolivariana, bajo la forma que sea posible, esta es inmodificable, y como se vio, existen sectores de la Fuerza Armada dispuestos a encabezar el Golpe. Venezuela, en el mapa geopoltico, debe caer. Nada podra frenar esa decisin gol-pista salvo una capitulacin como la en-trega del petrleo, algo que no suceder.

    El ao 2015 ya se ha anunciado como po-sible bisagra por los intentos de desesta-bilizacin que volvern a producirse y las elecciones legislativas que tendrn lugar a fin de ao. El proceso revolucionario lleva en s el acumulado y la fuerza necesaria para defenderse y continuar construyendo el socialismo bolivariano, un doble movi-miento vital.

    VENEZUELA |

    Nicols Maduro: con la mira puesta en el injerencismo norteamericano.

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    Por Eva Golinger

    El Ataque inminenteEstados Unidos y su voracidad imperial

    Washington deca que las ma-niobras eran rutinarias y que no representaban ame-naza a ningn pas de la re-gin. No obstante, no se haban realizado maniobras militares en el mar Caribe de ese nivel desde la Guerra Fra.

    Aprovecharon su estada en Curazao para ampliar las instalaciones militares ocupa-das por Estados Unidos y para aduearse de una mayora de servicios pblicos y priva-dos en la pequea isla caribea de menos de

    200 mil habitantes.

    En 2008, el Pentgono reactiv la Cuarta Flota de la Armada, despus de 68 aos. La Cuarta Flota es la comandancia regional de la Armada de Estados Unidos establecida por primera vez en 1943 para vigilar y com-batir los posibles ataques y amenazas contra los interese estadounidenses en el Atlntico Sur y el Caribe durante la Segunda Guerra Mundial. Fue retirada en 1950. El primero de julio de 2008, fue reactivada con la mi-

    Desde 2006, Washington ha estado en un proceso de expansin militarista en Amrica Latina. Comenzaban con una serie de maniobras militares realizadas desde sus bases de operaciones de avanzada en Aruba y Curazao. Apenas a algunos kilmetros de la costa venezolana. Estas bases fueron utilizadas para recibir portaaviones, submarinos nucleares, avio-nes de combate, destructores, buques de asalto y miles de marines y fuerzas especiales estadounidenses.

    | VENEZUELA

    Washington deca que las manio-bras eran rutinarias y que no representaban amenaza a nin-gn pas de la regin. No obstan-te, no se haban realizado maniobras militares en el mar Caribe de ese nivel desde la Guerra Fra. Aprovecharon su estada en Curazao para ampliar las instalaciones militares ocupadas por Estados Unidos y para aduearse de una mayo-ra de servicios pblicos y privados en la peque-a isla caribea de menos de 200 mil habitantes.

    En 2008, el Pentgono reactiv la Cuarta Flota de la Armada, despus de 68 aos. La Cuarta Flota es la comandancia regional de la Armada de Estados Unidos establecida por primera vez en 1943 para vigilar y combatir los posibles ata-ques y amenazas contra los interese estadouni-denses en el Atlntico Sur y el Caribe durante la Segunda Guerra Mundial. Fue retirada en 1950. El primero de julio de 2008, fue reactivada con la misin de combatir el narcotrfico y el terro-rismo y apoyar a los socios y aliados regiona-les en materia de seguridad y defensa.

    El comandante de la Cuarta Flota, contra-almirante Joseph Kernan, quien antes se des-empeaba como jefe del Comando Especial de Guerra de la Armada, declar durante el relanzamiento, que la Cuarta Flota regresa a Amrica Latina para demostrar la fuerza y poder de Estados Unidos y defender a nues-tros aliados en la regin.

    En octubre de 2009, Colombia y Estados Uni-dos firmaron un polmico acuerdo militar que autoriz a Washington la ocupacin de siete ba-ses militares el uso del territorio completo para realizar sus misiones militares. Una de las bases sealadas en el acuerdo, Palanquero, fue citada en un documento de la Fuerza Area de Estados Unidos de mayo de 2009, como necesaria para conducir operaciones militares de amplio es-pectro por todo el continente y para combatir la amenaza de gobiernos antiestadounidenses en la regin.Palanquero tambin fue considera-da una pieza crtica para la estrategia de movi-lidad global del Pentgono, como fue destaca-do en el Libro blanco: Estrategia de movilidad global del Comando de Movilidad Areo, pu-blicado en febrero de 2009. El Comando Sur ha identificado a Palanquero, Colombia (base Germn Olano SKPQ), como un lugar de coo-peracin en seguridad. Desde este lugar, casi la mitad del continente puede ser alcanzado por un C-17 sin tener que reabastecer.

    El presupuesto de 2010 del Pentgono inclu-y una solicitud de 46 millones de dlares para mejorar la instalacin en Palanquero, para apoyar la Estrategia de Postura de Teatro del Comando Combatiente y dar una oportuni-dad nica para operaciones de amplio espec-tro en una subregin crtica de nuestro hemis-ferio donde la seguridad y estabilidad est bajo constante amenaza de insurgencias terroristas, gobiernos estadounidenses, la pobreza end-mica y los frecuentes desastres naturales.

    El documento de la Fuerza Area de mayo 2009 adems revel que Palanquero sera uti-lizado para incrementar nuestra capacidad de conducir operaciones de inteligencia, re-conocimiento y espionaje (ISR por sus siglas en ingls), mejorar el alcance globaly au-mentar la capacidad de guerra expedita.

    Durante los ltimos meses, el gobierno vene-

    zolano ha denunciado la intromisin no auto-rizada de varios aviones no tripulados (drones) y otras aeronaves extranjeras en territorio vene-zolano, provenientes de las bases colombianas y caribeas. En febrero de 2010, la Direccin Nacional de Inteligencia de Estados Unidos cla-sific a Venezuela y al presidente Chvez como lder antiestadounidense en la regin, en su Informe Anual de Amenazas. Esta clasificacin confirm que Washington considera actual-mente a Venezuela como enemigo.

    La reactivacin de la Cuarta Flota de la Ar-mada signific una reorientacin de recursos militares hacia Amrica Latina. Ahora, con un nuevo acuerdo militar con Costa Rica, Estados Unidos tiene actualmente la mayor presencia militar en Amrica Latina de toda la historia.

    El primero de julio de 2010, el gobierno de Costa Rica firm un acuerdo autorizando la en-

    trada de 46 buques de guerra y siete mil marines estadounidenses en su territorio. Segn la pren-sa costarricense, la mayora de las naves de gue-rra de Estados Unidos que fueron autorizadas son fragatas con una longitud de 135 metros, con capacidad de transportar dos helicpteros artillados SH-60 o HH-60B-Blackhawks, ade-ms de 200 marines y 15 oficiales en cada uno.

    Pero otras naves y portaaviones, como el USS Makin Island, tienen la capacidad para trans-portar a 102 oficiales y casi 1.500 soldados de tropas, y estn artillados y preparados para el combate intensivo. Pueden transportar 42 heli-cpteros CH-46, cinco aviones de combate duro AV-8B Harrier y seis helicpteros Blackhawk.

    Tambin han autorizado la entrada de sub-marinos de combate, naves tipo catamarn, un buque hospital y vehculos de reconocimiento y combate con la capacidad de movimiento tanto por mar como por tierra. Esta inmensa, sorprendente, desproporcionada y masiva pre-sencia militar estadounidense en Costa Rica no tiene justificacin alguna dentro del marco de la lucha contra el narcotrfico.

    Mas bien parece formar parte de una expan-sin militarista de Estados Unidos en la regin que busca recuperar su dominacin e influen-cia. A su vez, la repentina presencia militar en Costa Rica podra ser utilizada como una fuerza de contencin en caso de una agre-sin contra Venezuela.

    Adicional a la presencia militar en Colombia, Aruba,Curazao y Costa Rica, en la actualidad Estados Unidos tambin tiene fuerzas milita-res en Per, a travs del Escuadrn Anfibio 5, compuesto por varios buques de transporte,a-viones de combate y un grupo de tarea espe-cial de marines preparados para actuar en una guerra expedita, en Panam, en varias bases; Puerto Rico; Trinidad; Hait; Guantnamo; Ja-maica; Comalapa, El Salvador, donde mantie-ne una base de operaciones de avanzada desde 1999; y Soto Cano, Honduras, base de opera-ciones principales en Centroamrica que fue recuperada gracias al golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya en junio de 2009.

    Esta creciente y alarmante expansin militar de Washington en Amrica Latina, junto a la campaa internacional de desprestigio con-tra el gobierno venezolano, el financiamiento multimillonario para la desestabilizacin in-terna y las ltimas revelaciones sobre planes de guerra en la regin evidencian que hay un conflicto serio, peligroso y no justificado en marcha contra Venezuela, el pas con las ms grandes reservas petroleras del mundo.

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    RESUMEN LATINOAMERICANO

    Los revolucionarios no hemos venido para administrar de mejor forma el capitalismo

    Los bolivianos y la mayor parte de Amrica Latina estamos viviendo unadcada extraordinaria de luchas y grandes conquistas populares. La movilizacin de identidades populares, in-dgenas, campesinas, obreras y juveniles han cambiado y estn cambiando las estructuras polticas y econmicas, dando lugar a la ma-yor concentracin de gobiernos progresistas y revolucionarios de nuestra historia.

    Amrica Latina se ha puesto a la vanguar-dia mundial de la construccin de socieda-des post-neoliberales. Mientras que en el resto del mundo el neoliberalismo aun sigue destruyendo sociedades y economas popu-lares, en Latinoamrica ya no es ms que un triste recuerdo arqueolgico. Hemos nacio-nalizado recursos naturales devolviendo a los estados del continente la base material de la soberana extraviada; hemos distribuido la riqueza entre los ms necesitados creando Estados sociales protectores y equitativos; hemos dinamizado y diversificado la econo-ma apuntalando la creatividad de los pro-ductores; millones de jvenes han accedido a la educacin escolar y universitaria y otros tanto al empleo, renaciendo en sus espritus la esperanza de unas patrias dignas. Las naciones indgenas oprimidas por si-glos, los movimientos sociales explotados por dcadas no solo han retomado el pro-tagonismo histrico sino que, como en Bo-livia, se han vuelto poder de Estado y hoy conducen el pas.

    Se ha avanzado en 10 aos ms que en los 200 aos anteriores. Pero no basta. El despertar revolucionario de los pueblos ha abierto un horizonte de posibilidades mucho ms profundo, mucho ms democrtico, mu-cho ms comunitario, es decir socialista, al que no podemos renunciar, sino es a riesgo de una restauracin conservadora en la que ni siquiera la memoria de los muertos estar a salvo.

    Socialismo no es una etiqueta partidaria pues muchas veces esos solo ha servido para camuflar la aplicacin de la barbarie neolibe-ral. Socialismo tampoco es un decreto, por-que eso sera reducir la accin colectiva del pueblo a una decisin administrativa de fun-cionarios pblicos. Socialismo tampoco es estatizar los medios de produccin. Eso ayuda mucho a redistri-buir riqueza, pero la estatizacin no es una forma de propiedad comunitaria ni una for-ma de produccin comunitaria de la riqueza.

    El capitalismo es una civilizacin que ha su-

    bordinado todos los aspectos de la vida a una maquinaria de acumulacin de ganancias. Desde el comercio, la produccin, la ciencia y la tecnologa, la educacin, la poltica, el ocio, la naturaleza misma, todo, absolutamente todo ha sido pervertido para ser sometido a la dictadura del lucro.

    Es por ello que lo que algn da tendr que sustituir al capitalismo como sociedad, nece-sariamente tendr que ser otra civilizacin que libere e irradie a escala mundial todas esas fuerzas y poderes comunitarios hoy existentes pero sometidas al lucro privado. Marx llamaba a esto la Comunidad Univer-sal; otros le llaman el ayllu planetario; otros el vivir bien. No importa el nombre, sino el contenido de comunitarizacin universal y total de todas las relaciones humanas y de los humanos con la naturaleza. Pero para que esta nueva civilizacin comunal triunfe se requiere un largo y complicado proceso de transicin; un puente. Y a ese puente es que llamamos Socialismo.

    El Socialismo es el campo de batalla dentro de cada territorio nacional entre una civiliza-cin dominante, el capitalismo aun vigente, aun dominante, pero decadente, enfrenta-do contra la nueva civilizacin comunitaria emergente desde los intersticios, desde las grietas y contradicciones del propio capitalis-mo. Comunitarismo inicialmente minorita-rio como gotas en el desierto; luego como di-minutos hilos de agua que a veces se secan, se interrumpen abruptamente, y luego renacen, y a la larga s suman y se vuelven riachuelo; luego rio; luego lago; luego mar. El Socialis-mo no es una nueva civilizacin; no es una economa o una nueva sociedad. Es el campo de batalla entre lo nuevo y lo viejo, entre el capitalismo dominante y el comunitarismo insurgente. Es la vieja economa capitalista aun mayoritaria gradualmente asediada por la nueva economa comunitaria naciente. Es la lucha entre el viejo estado que monopoliza decisiones en la burocracia y un nuevo Esta-do que cada veza democratiza mas decisiones en comunidades, en movimientos sociales, en la sociedad civil.

    En el Socialismo coexisten muchas formas de propiedad y de gestin de la riqueza: esta la propiedad privada y la estatal; esta la propiedad comunitaria y la cooperativa. Pero hay solo una pro-piedad y una forma de adminis-tracin de la riqueza que tiene la llave del futuro: la Comunitaria, que solo surge y se expande en

    base a la accin voluntaria de los trabajado-res, al ejemplo y experiencia voluntaria de la sociedad. La propiedad y gestin comunitaria no puede ser implantada por el Estado. Lo comunitario es la anttesis de todo Estado. Lo que un Estado revolucionario, socialista puede hacer, es ayudar a que lo comunitario que brota por accin propia de la sociedad, se expanda, se fortalezca, pueda superar obs-tculos ms rpidamente. Pero la comunita-rizacin de la economa solo puede ser una creacin heroica de los propios productores que deciden exitosamente asumir el control de su trabajo a escalas expansivas.

    Socialismo es entonces un largo proceso de transicin en el que estado revolucio-nario y Movimientos Sociales se fusionan para que da a da se democraticen nuevas decisio-nes; para que da a da ms actividades econmicas entren a la lgica comuni-taria en vez de la lgica del lucro.

    Y como esta revolucin la hacemos desde los andes, desde la amazonia, desde los valles, los llanos y el chaco, que son regiones marcadas por una historia de antiguas civilizaciones comunitarias locales; entonces nuestro socialismo es co-munitario por su por-venir pero tambin es comunitario por su raz, por su ancestro. Porque venimos de lo comunitario ancestral de los pueblos ind-ge-

    nas, y porque lo comunitario est latente en los grandes logros de la ciencia y la eco-noma moderna, el futuro ser necesaria-mente un tipo de socialismo comunitario nacional, continental y a la larga plane-tario. Pero a la vez, el socialismo para el nuevo milenio que se alimenta de nuestra raz ancestral, incorpora los conocimien-tos y las practicas indgenas de dialogo y convivencialidad con la madre tierra.

    Los revolucionarios no hemos venido para administrar de mejor forma o ms humanitariamente el capitalismo. Estamos aqu, hemos luchado y seguiremos luchan-do para construir la Gran Comunidad Uni-versal de los pueblos.

    lvaro Garca Linera

    El Vicepresidente de Bolivia habl muy claro en ocasin de la sesin de posesin del Gobierno por parte de Evo Mo-rales. lvaro Garca Linera enfoc su mirada sobre los avances del proceso revolucionario en su pas y apunt con-tra el enemigo por excelencia de los pueblos del Tercer Mundo: el capitalismo. Estas son algunas de sus palabras que repercutieron en todo el continente.

    BOLIVIA |

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    RESUMEN LATINOAMERICANO

    Estamos transitando el ltimo aconte-cimiento (por ahora) de esta historia iniciada con la explosin en la Em-bajada de Israel y la reciente muerte del Fiscal Alberto Nisman, 23 aos despus.

    El problema central, que est en el eje de estas reflexiones, tiene que ver con el marco en el que se inscriben tanto los atentados a la Embajada de Israel y a la AMIA y sus encu-brimientos como la acusacin, por parte del Fiscal Nisman, a la Presidenta, su Canciller y un grupo de argentinos como encubridores del atentado a la AMIA, y la muerte poste-rior del propio Fiscal.

    Lo gravitante, a lo que tenemos que respon-der como militantes del campo popular, es acerca de los intereses que se mueven en torno a este conjunto de acontecimientos y su evolucin.

    Adentrarnos en la bsqueda de los respon-sables de estos hechos es identificar a quienes estn en el origen y la actualidad del saqueo a nuestros recursos y la explotacin de nuestros trabajadores. Ubicarlos es encontrar la clave de nuestra dependencia y de quienes son los actores interesados en mantenernos discipli-nados y sometidos a sus designios mientras ellos se enseorean sobre nuestra Patria, sus trabajadores y el conjunto del pueblo.

    Atentados sospechosos

    El 17 marzo de 1992 fue el atentado a la Embajada de Israel y el 18 de julio de 1994 ocurri lo propio en la sede de la AMIA, Mutual Israelita. Ambos sumaron ms de un centenar de muertos. Esa cifra solo es superada para toda la segunda mitad del siglo pasado- por la masacre producida por militares y civiles gorilas, en junio de 1955, cuando bombardearon la Plaza de Mayo y sus alrededores.

    Sobre los atentados es mucho lo que se ha hablado y denunciado y muy poco lo real-mente investigado. En aquellos tiempos go-bernaba Carlos Menem. Desde los inicios fue quedando claro que ambos hechos no podan ser desvinculados de cuestiones in-

    ternacionales. Uno de los comentarios ms fuertes, que se fue instalando en la prensa, era que se trataba de una factura de algu-nos pases del Medio Oriente, enfrentados a Israel. El motivo? Que Menem habra in-cumplido con el compromiso de facilitarles informacin sobre el misil Cndor que la Argentina estaba experimentando. Pro-yecto que la presin los estadounidenses, junto a la decisin poltica de Menem de mantener relaciones carnales con ellos, lle-v a desmantelar.

    De ese enfoque surgieron la pista siria, un atisbo abortado de una pista pakistan y por fin la pista iran. Esta fue la que fi-nalmente adopt Menem, consolid Eduar-do Duhalde y profundiz el kirchnerismo, en todos los casos con la anuencia de la in-mensa mayora de sus respectivas oposicio-nes y de los principales medios de prensa.

    Pero hubo otra versin que, apenas fueron apareciendo pruebas, fue rpidamente silen-ciada. Segn la misma tales atentados esta-ran vinculados a una interna israel o un hecho accidental, en el caso de la Embajada, producido por un acopio de material explo-sivo dentro de ese edificio.

    Inmediatamente despus del suceso en la Embajada, las declaraciones de los diplom-ticos israeles trataron de instalar la respon-sabilidad de Irn mediante la explosin de un coche-bomba en la puerta, procurando desvirtuar todos los indicios y las declara-ciones de los primeros testigos que seala-ban la existencia de una implosin.

    La maleabilidad de los funcionarios del Go-bierno y la Justicia de nuestro pas y su esca-so espritu patritico hicieron que se termi-nara aceptando el criterio de una explosin exterior y el coche-bomba. Pero antes ocu-rrieron algunas cuestiones que permiten afirmar la existencia de encubrimientos que durante largos aos impusieron e imponen esa lgica.

    Entre otras varias responsabilidades vale la pena detenerse en el rol de nuestra Suprema Corte de Justicia, natural instancia jurisdic-

    cional por tratarse de la sede diplomtica de un pas extranjero.

    En el expediente haba criterios encontra-dos acerca del lugar de la explosin. Los de la Polica Federal y Gendarmera indicaban que se haba producido en el exterior, un perito de oficio y otro del Ejrcito la ubica-ban en el interior del edificio. Para zanjar la duda Corte solicit a la Academia Nacional de Ingeniera otro peritaje. La tarea, a cargo de 3 ingenieros estructuralistas y con meto-dologas diferentes, fue concluyente: La ex-plosin se produjo en el interior. Ese peritaje fue hecho pblico por la Corte en setiembre de 1996.

    Desde el gobierno de Israel se rechazaron esas pericias alegando que se quera culpar a las vctimas. Vinieron las presiones y de-nuncias de antisemitismo. La Corte comenz a retroceder y realiz una audiencia reserva-da (15-5-97) para compatibilizar pericias. Dicha audiencia no alcanz sus objetivos. Fue resignando tareas de instruccin y en mayo de 1999, mediante una acordada, dio por cierta la versin del coche-bomba, sin acusar al gobierno de Irn. No sigui investigando. Los encubridores haban logrado su objetivo.El atentado a la AMIA (Mutual Israelita) producido el 18 de julio de 1994 dej un sal-do de 85 muertos y alrededor de 300 heridos.

    Los criterios utilizados para que nunca se pudiera investigar y determinar responsabili-dades son conceptualmente semejantes a los aplicados al caso de la Embajada. Se planta-ron pruebas (nuevamente un coche-bomba) y se eligi un responsable (el Estado de Irn); lo dems son farragosos trmites e impugna-ciones judiciales que permiten que el encu-brimiento funcione.

    Desde el primer momento, apareci con un protagonismo mayor la inteligencia israel, actuando casi inmediatamente- en el mis-mo escenario de los hechos. Nuevamente, la inconsistencia de las pruebas respecto a las acusaciones formuladas hizo que las inves-tigaciones se fueran derivando hacia cues-tiones secundarias de la llamada conexin local. Todo ello culmin en un laberinto de falsedades y corrupciones, que termin cuan-

    do, en setiembre de 2004, el Tribunal Oral Fe-deral N 3 (TOF 3) orden la nulidad de lo actuado. Los acusados de haber participado en el ataque de la AMIA recuperaron su li-bertad. El Juez instructor Juan Jos Galeano fue apartado de la causa. Idntico proceder se adopt respecto a 2 de los 3 fiscales inter-vinientes, Gabriel Mllen y Jos Carlos Bar-baccia; el tercero, Alberto Nisman, continu en sus funciones. Los funcionarios judiciales separados, junto al Presidente de la DAIA (Delegacin de Asociaciones Israelitas Ar-gentinas), Rubn Beraja, y otros involucra-dos, fueron procesados.

    Luego de la separacin del juez Galeano, la causa qued en manos de Rodolfo Canicoba Corral. Se design al Fiscal Alberto Nisman al frente de la Unidad Fiscal de Investiga-cin para la AMIA (UFI-AMIA). En estos ltimos 10 aos el Fiscal Nisman fue la voz cantante de dicha investigacin. Se apoy en la misma informacin que haba utiliza-do Galeano y siguiendo la pista iran pidi, junto al Fiscal Marcelo Martnez Burgos, el 25 de octubre de 2006, el procesamiento de 8 iranes, acusando al gobierno iran como responsable de su planificacin y a Hezbo-llah de ejecutarlo.

    Aqu tambin el encubrimiento funcion, en este caso con mayor incidencia que en el caso de la propia Embajada, porque conti-nu el guin de una acusacin preparada desde los intereses de potencias imperiales y sus servicios de inteligencia, particular-mente la MOSSAD (agencia de inteligencia israel) y el FBI.

    Irn en la ptica Kirchner

    Argentina acompa la poltica nortea-mericana de colocar al Estado de Irn en el ojo de la tormenta como eje del mal con las acusaciones que anualmente hacan Nstor y Cristina Kirchner en las Naciones Unidas y con el hecho de dejar en manos del do Stiuso-Nisman las investigaciones. Stiu-so fue hasta hace poco el director general de Operaciones de la Secretara de Inteligencia. Durante 6 Asambleas Generales de las Na-ciones Unidas, el kirchnerismo (Nstor en

    De los atentados (Embajada de Israel y la AMIA) a la muerte de Nisman

    | ARGENTINA

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    RESUMEN LATINOAMERICANO

    2007, Cristina en 2008 / 2009 / 2010 / 2011 y 2012) atac a Irn hacindolo responsable de los mencionados atentados. De esta ma-nera se comportaba en lnea con las polticas de Estados Unidos e Israel, que tenan como propsito el aislamiento de Irn.

    Hasta aqu la relacin del do Stiuso-Nisman y el gobierno transitaba pacficamente, con una amplia apoyatura y aval del gobierno. Cabe recordar que, en Julio de 2004, Gustavo Bliz, Ministro de Justicia de Nstor Kirch-ner, confront con Stiuso y tuvo que renun-ciar. All, Beliz mostr una foto de Stiuso -lo que le vali un juicio penal- y dijo que Stiu-so le haca mucho mal a la Argentina ya que manejaba un ministerio de seguridad para-lelo que operaba como la Gestapo.

    Hacia el ao 2012 se fue consolidando el cambio de poltica del kirchnerismo respec-to al Estado de Irn. El 27 de enero del ao 2013, los cancilleres de Argentina e Irn fir-maron en la ciudad de Ads Abeba, Etiopa, el Memorndum de Entendimiento, procu-rando una salida a la situacin planteada en-tre ambos pases, a travs de una Comisin Internacional de Juristas.

    Israel siempre se opuso a ese acuerdo, los Estados Unidos no lo cuestionaron y la co-munidad juda en la Argentina- tuvo posi-ciones ambiguas.

    Eso pas cuando los Estados Unidos tam-bin viraban su propia posicin, ante sus ne-cesidades estratgicas -entre otras razones por el retiro de sus tropas de Irak y Afganis-tn- de aflojar la tensin con Irn. Ello tom estado pblico cuando el vicepresidente norteamericano, Joe Biden, propuso nego-ciaciones directas entre Estados Unidos e Irn en la Conferencia de Seguridad de Mu-nich el 13 de febrero de 2013. Esto ocurra prcticamente en simultneo con la firma del Memorndum de Entendimiento, que nunca tuvo principio de ejecucin.

    Esta coincidencia de fecha y reorientacin poltica tiene dos lecturas: una que la Argen-tina tambin en este caso acompa la po-ltica estadounidense. Dos, que ley mal sobre las razones estratgicas de los cambios estadounidenses y avanz sin reparar en las consecuencias de su viraje.

    A partir de all la relacin con el tndem Stiu-so-Nisman se fue tensando. Nisman se opuso al Memorndum de Entendimiento. A eso hay que agregar que, al mismo tiempo cuestiones de orden interno, como el haber proporciona-do informaciones incorrectas sobre el lanza-miento de la candidatura de Sergio Massa por fuera del oficialismo- tambin contribuyeron al deterioro de las relaciones respecto de Stiuso.

    Por ese entonces la Argentina ya comen-zaba a tener dificultades econmicas, funda-mentalmente en el sector externo. La cada de los precios internacionales de los pro-ductos primarios afect a nuestro pas y la falta de divisas se haca evidente. El gobier-no crey que poda obtenerlas restablecien-do vnculos con los mercados financieros internacionales, a pesar de las crticas que la Presidenta les vena formulando en fo-ros internacionales. Se lleg a arreglos con el CIADI y el Club de Pars; se negoci el pago sin reparar en los denunciados da-os ambientales- de una indemnizacin a REPSOL por la nacionalizacin de YPF. La frutilla del postre era lograr que los recla-mos, ante la justicia norteamericana, de los bonistas que no haban entrado en los canjes (2005/2010) fueran aplazados. Ello depen-

    internacional donde encontramos a Esta-dos Unidos procurando redefinir su poltica exterior y adecuando su situacin militar a las nuevas condiciones. Con Francia como principal aliado y colocando los mayores esfuerzos en encontrar la forma de contra-rrestar la creciente influencia china. Sabe que adems de Ucrania, en Europa, es en el Medio Oriente donde hoy se despliegan las principales estrategias. Luego del fracaso en Siria, por los vetos de Rusia y China en el Consejo de Seguridad y por la resistencia encontrada al interior de ese pas, est re-pensando su estrategia. En ella, ese extrao engendro llamado Estado Islmico tiene un rol importante, al igual que las denominadas clulas dormidas de Al Qaeda.

    En ese marco, se produjo en Pars, el 7 de enero, el ataque a la revista satrica Charlie Hebdo, con un saldo de 19 muertos (12 de ellos periodistas que integraban la redaccin de dicho medio).

    La condena fue universal. Solo lo aplaudi el Estado Islmico, esa extraa fuerza en cuya preparacin, fortalecimiento y acciones hay fuertes y naturales sospechas de que estra-tegias norteamericanas e israeles algo que tienen que ver.

    Con la implosin de la Unin Sovitica, se impuso la unipolaridad estadounidense al an-terior mundo bipolar y la creencia occidental de que ese momento sera eterno. Pero las abe-rraciones culturales e histricas, la injusticia sobre la que estaba construida y la propia crisis del sistema capitalista en el que se sustenta hicieron que se abrieran paso manifestaciones de multipolaridad. Otros actores comenzaron a pesar y viejas reivindicaciones de todo tipo ocuparon el escenario mundial.

    Ahora el enemigo no era uno y fcil de identificar. Para sostener sus intereses y mantener su hegemona Estados Unidos aliment conflictos y desat guerras. Junto a sus aliados de la OTAN invadi y ocup territorios. Algunos casos fueron: Irak, 1990 y 2003; Somalia, 1993 y 2002; Yugoslavia, 1995 y 1999; Sudn, 1998; Afganistn, 1998 y 2001; Pakistn y Yemen 2002; Libia, 2011. Solo en Irak hubo ms de un milln de muer-tos. En muchos de esos casos se enarbol la bandera de la democracia y los derechos hu-manos como causal que justificara la inter-

    vencin. Se le incorporaba otro guin que pareca un libreto que el Presidente George Bush puso al servicio de aquellas interven-ciones militares. Se trata de lo sostenido en los 90 por el filsofo Samuel Huntington, en el sentido que los futuros enfrentamientos estaran sustentados ms que en problemas ideolgicos o entre estados en un choque de civilizaciones. Segn esa idea, ahora las cuestiones religiosas se iran instalando en el centro de muchos conflictos.

    Para el decadente occidente, el islam se fue transformando en una poderosa fuente de confrontaciones. Para evitar un choque di-recto nada mejor que tomar compromisos con las fuerzas islmicas. Esto se hizo bajo distintas formas, ya sea promoviendo algu na de sus formas de organizacin o exaltan-do sus propias contradicciones, en este l-timo caso aprovechndose de las histricas diferencias entre sunnitas y chiitas. As fue como apoyaron a Bin Laden y su Al Qaeda, cuyo poder luego trataran de debilitar. En tiempos ms cercanos estn apoyando al Es-tado Islmico, y lo utilizan para sus propios fines respecto a Siria e Irn, aunque temen por su desarrollo futuro.

    De todos estos elementos se alimenta esto que suele denominarse extremismo islmi-co. Es uno de los modos que utiliza, la es-trategia sionista y norteamericana, para pro-ducir hechos o atentados de falsa bandera (operacin encubierta para ser atribuida a quienes no son sus responsables), que sir-ven a sus intereses. Esta es la principal lgica para entender lo ocurrido en Pars cuando recin se iniciaba el ao.

    Julian Assange -el fundador de Wikileaks- refugiado en la embajada de Ecuador en Londres, quien diera a publicidad comu-nicaciones oficiales que afectan a muchos estados y dirigentes, proporciona algunos detalles que es bueno tener presente. As-sange afirma que Francia tiene responsabi-lidad, por accin u omisin, en el atentado. Por omisin, por la escasa o nula eficacia preventiva. Lo ms grave es que plantea que es posible que los servicios franceses dieran proteccin a los atacantes para facilitar el ataque. Lo explica en el hecho de que ello legitimara sus escandalosas intervenciones en Libia, Siria y otros lugares.

    Para Paul Craig Roberts, un conservador norteamericano de 75 aos quien fuera Sub-secretario del Tesoro en la Administracin Reagan, lo ocurrido en Pars fue una opera-cin de falsa bandera destinada a fortale-cer el dominio norteamericano sobre Fran-cia y ponerle cuerpo a la amenaza terrorista. Sostiene que el documento perteneciente a uno de los Kouachi, encontrado casual-mente en el lugar de los hechos, confirma la perspectiva en el sentido que la responsa-bilidad atribuida a los islmicos Kouachi est fundada en una mentira que los pue-blos occidentales estpidos van a creer.

    El Presidente Recep Tayyip Erdogan de Turqua ha hecho responsable al MOSSAD. Es un dato a tener en cuenta, a pesar de que dicho presidente no sea santo de nuestra de-vocin por reprimir al pueblo turco y a los revolucionarios kurdos del PKK.

    Entre nosotros, la periodista Stella Callo-ni, autora de un irrebatible trabajo sobre el Plan Cndor en nuestra regin, sostiene que es comn que las potencias occiden-tales apelen a estos mecanismos. Ella nos recuerda que hace pocas semanas la Corte Penal Internacional acept la participacin

    da de que la Suprema Corte de los Estados Unidos aceptara una apelacin argentina. El fallo negativo (junio 2014) fue un duro gol-pe a la estrategia del gobierno argentino.

    El gobierno argentino endureci su posi-cin. Busc y logr diversas apoyaturas inter-nacionales para sus denuncias contra ese tipo de fondos. Llev el tema hasta la Asamblea General de las Naciones. En todos los foros logr significativos apoyos. Ello, obviamente no benefici su posicin respecto al sionis-mo-imperialismo. Debemos tener presente que Paul Singer, uno de los principales fon-dos buitre es un reconocido financiador del sionismo y los sectores ms reaccionarios de los Estados Unidos.

    En medio de estas controversias Argentina fortaleci sus vnculos con Rusia y China. Con esta ltima, los acuerdos comerciales y financieros de corto y largo plazo le estn permitiendo a nuestro pas sobrellevar la compleja situacin que atraviesa. As es, por ejemplo, como los swaps (un intercambio de divisas: pesos por moneda china que puede cambiarse por dlares) con China contribu-yen a mantener un buen nivel de reservas en el Banco Central. Las inversiones y activida-des chinas en sectores claves (hidrocarbu-

    ros, transporte, represas, minera) implican una nueva relacin estratgica que privilegia estos vnculos sobre los tradicionales con los Estados Unidos.Esto fue colocando progresivamente a nues-tro pas en una vereda distinta al bloque de las potencias occidentales.

    Fortaleciendo esa misma tendencia, en el reciente mes de diciembre, la Presidenta or-den cambios en la conduccin de la Secre-tara de Inteligencia, donde coloc a Oscar Parrilli, un funcionario de su ms absoluta confianza. Ello deriv en una limpieza que dej afuera a Jaime Stiuso despus de 42 aos del aparato oficial de inteligencia.

    Este conjunto de elementos dan sustento al combo que explica la molestia de los pa-ses occidentales respecto a la actual poltica internacional de nuestro pas.

    Pars: atentado de falsa bandera?

    Arranca el presente ao con un contexto

    ARGENTINA |

    Nisman: Su colega Rafecas destruy las mentiras del Mossad.

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    RESUMEN LATINOAMERICANO

    de Palestina en su seno, con el voto afirmati-vo de Francia. Situacin que es un problema para Israel, por las denuncias que llovern sobre ese Estado. Segn Calloni esta podra ser una devolucin de favores al estado francs por haber apoyado esa decisin.

    Quienes niegan el rol del imperialismo en el mundo, y ridiculizan con el mote de teoras conspirativas cualquier anlisis que vincule las disputas dentro de un pas con las gran-des disputas geopolticas, deberan revisar sus posiciones, especialmente si polticos y ana-listas de tan diversas filiaciones ideolgicas han planteado la posibilidad de un atentado de bandera falsa.

    Todo lo anterior lleva a reflexionar sobre el hecho de que lo que se denomina terroris-mo islmico est en gran parte controlado por las grandes potencias occidentales que lo utilizan al servicio de sus intereses.

    Independientemente de si el lector se conven-ci de que los servicios secretos actuaron por omisin o accin en el atentado de Pars, hay algo que es innegable: el atentado fue apro-vechado por los gobiernos de los pases que manejan el mundo.

    No es muy atrevido pensar que el atentado de Pars y los hechos que lo rodean fueron un detonante para la produccin de diferen-tes acciones posteriores. En este punto ya se-alamos algunas de ellas, sucedidas en Fran-cia, inmediatamente despus del atentado. Pensamos que lo desencadenado pocos das despus en nuestro pas con las denuncias y muerte de Nisman, no es totalmente ajeno a ese atentado.

    Nisman y una falsa denuncia

    Este marco internacional profundiza lo que ya vena aconteciendo con el cambio de conduccin en la Secretara de Inteligencia.Ese combo hizo que los jugadores locales de un ajedrez cuyas piezas se mueven desde otros lugares, tuvieran que acelerar jugadas. Esto explica la oportunidad en que el fiscal Nisman solicitara en plena feria judicial la citacin a indagatoria de la Presidenta Cris-tina Fernndez de Kirchner, del Canciller Hctor Timerman y otros ciudadanos ar-gentinos, acusndolos de encubrimiento del atentado a la AMIA.

    Los vnculos de Nisman con la Embajada de los Estados Unidos son conocidos. Nis-man era indiscutiblemente un agente de in-tereses extranjeros; era un funcionario trai-dor con todas las letras.

    La importancia de esos atentados para la poltica de los Estados Unidos lo da el hecho que, segn los cables de Wikileaks, hay 196 cables muchos de ellos secretos o clasi-ficados intercambiados entre la Embajada de Buenos Aires y el Departamento de Es-tado de EEUU, vinculados a esos aconteci-mientos. All estn las pruebas sobre la rela-cin de los intereses estadounidenses con el Fiscal Nisman.

    La investigacin sobre dichos cables le per-mite afirmar a Santiago ODonnell, autor de Argenleaks y Politileaks que Nisman le anticipaba dictmenes a la Embajada, que inclusive los mandaba a corregir, y l los co-rrega. En los Wikileaks tambin hay regis-tros de los pedidos de disculpas de Nisman a la embajada norteamericana por no antici-par determinados movimientos.

    Respecto a Stiuso, tampoco caben dudas

    de sus vnculos con la MOSSAD y los ser-vicios estadounidenses (CIA y FBI). El pro-pio Nisman no ocultaba el hecho de que las informaciones sobre la pista iran se las proporcionaba Stiuso, a quien se las hacan llegar servicios de inteligencia extranjeros.Es por ello que el encubrimiento sobre el atentado a la AMIA se produjo por parte del propio Fiscal, que tom como propias las informaciones de estos servicios.

    Todas ellas estaban fundadas en el famoso coche-bomba que habra explotado en la puerta de acceso de la AMIA, conducido por un autoinmolado yihadista del Hezbo-llah, quien responda a directivas del Esta-do de Irn. Informacin que se correspon-de con el guin elaborado desde el inicio por los servicios de inteligencia de Estados Unidos e Israel. Dicha prueba fue cues-tionada inclusive por las primeras infor-maciones proporcionadas por la Polica y la Gendarmera.

    La inconsistencia de las pruebas llega al punto de que la mayor parte de las inves-tigaciones periodsticas (Salinas, Levinas, Lanata-Goldman) descartan las pruebas sobre la pista iran. Un conocido oposi-tor al gobierno, Jorge Lanata, public en la revista Perfil de noviembre de 2006 que en las 113.600 fojas del expediente usado por Nisman para acusar no hay nada.

    A la hora de calibrar las razones de este exabrupto judicial hay que recordar que segn la acusacin del Fiscal Nisman los objetivos prcticos del encubrimiento seran: poner fin a las circulares rojas (el instrumento que tiene INTERPOL para de-

    tener sospechosos), que impiden a los ira-nes acusados salir de su pas a cambio de una mejora en el comercio bilateral.

    Las circulares rojas siguen vigentes y Ar-gentina nunca pidi su levantamiento. Si bien es cierto que en el punto 7 del Memorndum de Entendimiento se deca: Este acuerdo, lue-go de ser firmado, ser remitido conjuntamen-te por ambos cancilleres al Secretario General de Interpol en cumplimiento a requisitos exi-gidos por Interpol con relacin a este caso.

    En lo que respecta al comercio con Irn, efectivamente creci, pero ello ocurri antes del 2012 y la firma del mencionado Memo-rndum. Nisman trabajaba con informacin provista por servicios, que muy probable-mente estuvieron implicados en el atentado o por lo menos en su encubrimiento. Su in-ters estaba en que la responsabilidad de los mismos cayese en Irn, u otro de los estados enemigos de los yankis e Israel. Nunca tuvo

    inters en investigar nada.

    Esta saga de acontecimientos no termin con la acusacin de Nisman, producida el 15 de enero. El domingo 18 apareci muer-to, con un tiro en la cabeza, en el bao de su departamento.

    Su muerte ocurri en una de las Torres de Puerto Madero. Un barrio hermtico, supuestamente seguro, donde residen po-derosos de todo tipo en una mezcla que hara las delicias del autor de Cambala-che.Si el lugar es llamativo, la forma en que aconteci el hecho tambin lo es. El arma, aparentemente usada, trada por un subor-

    dinado; rastros del disparo que no se en-cuentran en las manos del difunto; puertas y entradas llamativamente fciles de abrir; custodios que poco custodian; funciona-rios de roles ambiguos que rpidamente dicen que fue suicidio. En fin detalles detectivescos que pululan por las pantallas televisivas y los comenta-ristas de todo tipo que poco aclaran y mu-cho oscurecen.

    Todo lo dicho sobre el lugar y la forma po-dra ser menor si no tuviramos en cuenta la oportunidad en la que muere este per-sonaje. Fue un domingo y al da siguiente deba concurrir al Congreso para presentar las pruebas sobre las cuales se asentaba la denuncia sobre la Presidenta, el Canciller y un grupo de personas acusadas de encubri-miento del atentado a la AMIA.

    El diario La Nacin acept en una nota titu-lada Segn juristas, a la acusacin de Nisman le costar probar el delito que la denuncia es insostenible. Naturalmente, la oposicin igual aprovecha para golpear al gobierno.

    La muerte del Fiscal, indito acusador de la Presidenta, fue la que no solo potenci al hecho investigado, sino que transform su muerte en una cuestin internacional de primer orden. La denuncia en s no hubiese tenido demasiado efecto si el fiscal no estu-viese muerto.

    Llamativas miradas internacionales se posaron sobre nuestro gobierno, desacredi-tando al Estado Argentino por su supues-ta responsabilidad, por accin u omisin, sobre ese hecho. Los principales diarios del mundo y diversas organizaciones se hicie-ron eco crticamente de esta muerte.

    El Secretario General de las Naciones Uni-das ha ofrecido colaboracin tcnica para in-vestigarlo. Estados Unidos han solicitado una investigacin completa e imparcial. Desde el Estado de Israel llovieron crticas.

    Desde el punto de vista de la poltica interna de nuestro pas no quedan dudas de que lo acontecido incomoda al gobierno. Ms all de lo que luego se pueda determinar, es indu-dable que en el imaginario colectivo se trata de un hecho delictivo del cual el gobierno difcilmente pueda despegarse totalmente.

    Parece que estamos asistiendo a una ope-racin de inteligencia pero qu es una operacin de inteligencia? Se trata de accio-nes desarrolladas principalmente por Estados que tienen por objetivo producir hechos que parecen haber sido llevados a cabo por otros. Esta muerte y los propios atentados, publici-tariamente muy usados aunque escasamente investigados, forman parte de esas operacio-nes de inteligencia, que obviamente no solo involucran a los agentes de inteligencia.

    Es por eso que, por la envergadura de los actores ms importantes y ms all del xi-to de la tarea judicial, es posible pensar que descifrar la verdad es una perspectiva que di-fcilmente podamos ver.

    Las diferentes y contradictorias apreciacio-nes que tuvo la Presidenta sobre la forma en que se produjo la muerte de Nisman ejempli-fican el nivel de confusin en el que se mueve el gobierno.

    Sin embargo el contexto de sus ltimas pre-sentaciones parece asomarse a la complejidad de responsabilidades que aqu se sealan, aun-que insiste en que no se puede pensar en su encubrimiento dada las mltiples denuncias y acciones en contra del Estado de Irn.

    | ARGENTINA

    Una ciudad conmovida por una atentado de falsa bandera?.

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    RESUMEN LATINOAMERICANO

    Ideas para seguirVemos la necesidad de analizar algunas in-

    formaciones y reflexionar sobre las mismas para evitar que sean los enemigos de nuestro pueblo los que nos digan qu pas, qu tene-mos qu pensar y hacer.

    S tenemos muchas preocupaciones. Ellas nacen de un hecho fundamental: Las agen-cias imperialistas, sus voceros y propaladores pagos, ingenuos o idiotas tiles contribu-yen a moldear un pensamiento funcional a quienes nos someten con el objetivo de disci-plinar nuestros comportamiento y tener me-jores condiciones para profundizar el saqueo y la explotacin.

    Nos preocupa el hecho de que la muerte tr-gica del Fiscal Nisman sea utilizada para rei-vindicarlo. La tragedia humana no modifica el hecho de que fue un agente al servicio de un guin elaborado desde las usinas imperialis-tas, uno de cuyos objetivos fue el encubrimien-to sobre un atentado que deba investigar.

    Nos preocupa la islamofobia, una forma de racismo, que se est instalando. Las diferentes culturas merecen todo nuestro respeto. Es la-mentable que se las denigre cuando de su seno

    nacen fuerzas antiimperialistas que procuran luchar contra el sistema de dominacin.

    Nos preocupa y nos alarma la denuncia contra militantes populares como Yussuf Khalil, Fernando Esteche y Luis DEla. Ve-mos dicha acusacin como una advertencia al conjunto de la militancia que se viene manifestando en oposicin al sionismo y al imperialismo por la reiteradas masacres y genocidios que practican.

    En el marco de las llamadas polticas anti-terroristas que el imperio despliega, dichas acusaciones se constituyen en una espada de Damocles sobre la militancia popular. La vigencia de la Ley Antiterrorista, elabo-rada por el FMI, es uno de los instrumentos legales que tiene el Estado para esos fines.

    Nos preocupa que la situacin en la que estamos sea la anttesis de las certezas que desde hace ms de dos dcadas- reclaman los familiares de las vctimas.

    Adems, lamentablemente, hay sectores del campo popular que han hecho propia las po-siciones de nuestros enemigos, sectores que se centran en un anlisis y polticas puntuales es-capando al problema de fondo, mientras se ig-nora el ataque a militantes del campo popular.

    La corrupcin, mentiras y encubrimientos que rodearon a las presuntas investigacio-nes han ocupado el lugar de la verdad. Slo cuando el pueblo recupere la plenitud de su soberana stos y otros hechos semejantes podrn ser investigados y habr una inteli-gencia al servicio de esa soberana.

    Finalmente, el cmulo de mentiras ateso-radas por el sumario Nisman, fue desechado -con un fallo contundente y de pura lgica- dictado por su colega Daniel Rafecas. Por otra parte, en su discurso en el Parlamento del 1 de marzo, la Presidenta, por primera vez en todo su mandato, y en respuesta a la presin de diputados de la oposicin que le pedan que hable del caso AMIA, incorpo-r a manera de rplica una referencia a otro atentado sospechoso, el de la embajada de Israel. Todava no puedo entender por qu el estado de Israel reclaman por la AMIA y no lo hacen por la voladura de su propia em-bajada, dijo CFK. Una buena pregunta, aun-que tarda, ya que durante todos estos aos, investigadores y periodistas que no estn a sueldo del sionismo plantearon -y no fueron escuchados- hiptesis que van desde el aten-tado de falsa bandera hasta una implosin

    en dicha sede diplomtica.Encarar lo ocurrido en los tres casos -liga-

    dos entre s-, Embajada, AMIA y el cadver de Nisman, supondra poner en cuestin todo lo investigado desde el principio por los distintos gobiernos, incluido -obviamen-te- la autora de los atentados. De lo contra-rio, ms all de verborragias y actuaciones pre electorales, la verdad continuar oculta entre los escombros.

    Ello seguir as mientras la poltica contine subordinada a las encuestas y los asesores de imagen ocupen el lugar de los estadistas. Es-peramos que cada compaero, desde su lugar de militancia, elabore las propuestas y modos de accin ms eficaces para responder a estas provocaciones que van contra los intereses de la inmensa mayora de los argentinos.

    Roberto PerdaCarlos AznrezHctor CarricaGuillermo CaviascaNorman BriskiVicente Zito LemaFacundo Guilln y siguen las firmas.

    ARGENTINA |

    La derecha neoliberal, sionista y nostlgica de la dictadura llora a uno de sus hombres.

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    RESUMEN LATINOAMERICANO

    Zito Lema: Yo insisto siempre en que uno dialcticamente, puede ir del todo a las partes y de las par-tes al todo. Es decir, siguiendo un esquema clsico de pensamiento, nosotros podemos y debemos ver la situacin en Ar-gentina teniendo en cuenta el contexto in-ternacional. Esto permite entender ms una situacin, sabiendo incluso que la influencia de lo que ocurre en el mundo y en Latinoa-mrica tienen importancia, pero en un caso preciso las circunstancias son tan especficas que su incidencia no es determinante.

    -Vamos a analizar entonces este momento histrico.

    -En este momento histrico, creo honesta-mente que la gravedad de lo que pasa en Ar-gentina es entendible a partir de reconocer que estamos viviendo en un tiempo agudo de guerra por un lado, y tambin de reagru-pamiento a nivel internacional, donde cier-tos acuerdos se estn rompiendo y se estn forjando otros.

    El caso Nisman es inexplicable por fuera de esta lgica de monstruosidad que se est dando en el mundo entero. Nisman era el fiscal del caso AMIA y este ltimo es inen-tendible por fuera de lo que est pasando con el Estado de Israel, o con el glorioso pueblo palestino. O de lo que ocurre en Lati-noamrica con la avanzada feroz de Estados Unidos que ve que est perdiendo espacios (espacio = poder).

    Recordando irnicamente a Nietzsche, podemos decir que ms all del bien y del mal, la propia subsistencia de EEUU como Imperio no tiene destino por fuera de un poder, todava potente, en Amrica Lati-na. Es innegable que ellos pretenden seguir siendo Imperio, no el nico pero por lo me-nos uno de ellos, y si eso no fuera posible pe-ligra su permanencia. Ms an, tendran que refundarse otra vez como pas, algo que les resultara doloroso. Sobre todo, cuando an poseen poder, y gran parte de las burguesas latinoamericanas estn influenciadas por la cultura norteamericana y los intereses eco-nmicos ligados a las mismas.

    -Das por hecho que las llamadas burgue-

    sas nacionales estn en retroceso?-Seamos sinceros, hablar de burguesas

    nacionales en el continente queda antiguo e imposible en las nuevas formas de repro-duccin material de la existencia que hoy se da en el mundo.

    En este marco qu significa Nisman muer-to? Cres, como afirman muchos que es parte de una decisin del Mossad y la CIA?

    -Tendremos que ver ms elementos con-cretos de la investigacin, pero la lgica de cualquier razonamiento mnimamente co-herente en lo histrico e intelectual, lleva a decir que es imposible no ligar ese cadver sin poner el acento en un montn de cosas que se estn dando en estos mismos das. Por ejemplo, lo que pas en Francia con el atentado a la revista Charlie Hebdo y al supermercado en Pars. Es imposible de en-tender ese hecho que suena a provocacin por la manera que se da, por la forma gro-sera en que tuvo que ser relatado y luego terminado, donde no queda nadie que pue-da contar lo que pas. La polica francesa tuvo gran capacidad para ubicar a los pre-suntos autores del atentado, y tambin para exterminarlos antes de que puedan decir una sola palabra, sin importar la violacin de medidas mnimas civilizatorias. La vida de cinco rehenes valen ms que la vida de un terrorista, salvo que este ltimo hubie-ra posedo una bomba que pudiera causar la muerte de mil personas. Pero en este caso no era as.

    Lo que ocurri fue una verdadera matanza de ida y vuelta Por qu ocurri esto? Uno tiene la obligacin intelectual de pensar que esos hechos suceden, ms all de que desde el punto de vista antropolgico o his-trico se pueda entender la accin de odio violento de los que atacaron la revista. Pero es casi imposible quedarse con esa sola ver-sin. Suena realmente a que fue algo pre-parado para producir ese efecto. Por qu? Porque se ha desatado una gigantesca lucha por la subsistencia de las grandes potencias y porque estas, para seguir estando vivas no pueden hacerlo en relacin de convivencia. Necesitan de la guerra. Tal vez no sea bue-no (o s) citar al Papa, pero cuando Francis-co hace unos pocos das dice que vivimos en guerra, es absolutamente cierto.

    -Eso significa que no hay que quedarse

    con ver slo el rbol sino tratar de visua-lizar el bosque.

    -As es. Estamos viviendo una guerra, y suena fatalista decir que es imposible dete-nerla si no se cambian las reglas de juego para otro tipo de mundo. Pero las grandes potencias no estn preparadas para ello. Sal-vo que pensemos que a una gran potencia la dirigiera un Aristteles, un Platn, un Ho Chi Minh o un Fidel Castro pero los que estn hoy no tienen ese nivel de estadistas como para proponerse organizar una civili-zacin de coexistencia.

    Entonces, la Naturaleza se destruye, los cuer-pos de los seres humanos se sacrifican inexo-rablemente en este altar de la destruccin en pos de mantener formas de capitalismo, con rasgos de antiguos imperialismos. Si queremos que esto no suceda habra que llegar a un nue-vo acuerdo civilizatorio, pero no lo veo a Oba-ma con fuerza ni ganas de hacer eso. No lo veo tampoco al presidente de Francia, que mostr una incapacidad moral e intelectual gigantes-ca. El primer ministro ingls huele a podrido por toda su postura, la Canciller alemana real-mente causa terror y lo mismo el presidente espaol. El mundo est hoy gobernado por lo peor de s mismo.

    De ah entonces, el cuerpo de Nisman. Vie-ne fantstico en esta circunstancia castigar a la Argentina, no pensando en castigar a Cristina Kirchner como Presidenta, sino sancionar a lo que ella expresa le guste o no, con aciertos o errores, debilidades u obscenidades- de or-ganizar un mundo latinoamericano, un poco ms independiente del gran Imperio. Esta bsqueda, por conciencia, por amor o por miedo ya no importa, como dira Borges. A esta bsqueda de una estrategia en comn hay que sumarle las nuevas relaciones con Chi-na, que tambin alteran las relaciones a nivel mundial. Porque es verdad que Argentina no es una gran potencia, pero en relacin a cier-tas cosas importantes en el mundo de hoy por su carencia, tiene peso. Argentina, despus de EEUU, es el productor ms grande de soja, y

    para China, soja es hoy algo imprescindible. Y esto no es un tema menor.

    Lo concreto es que Bolivia, Ecuador, Venezue-la y que hasta el mismo Brasil, con sus contra-dicciones, estn comerciando y haciendo una reagrupacin de fuerzas con China, y esto cam-bia la relacin de fuerzas en el mundo de hoy.

    -O sea, que el caso Nisman es una pieza de este engranaje de agresin internacio-nal contra Argentina.

    -Por todo esto que sealo, si nos pregunta-mos qu pas con Nisman, nos damos cuenta que su cuerpo, su hacer, es aprovechado en esta estrategia de ofensiva imperial. Pero a la vez, hay una lectura menor, bastante elemen-tal, y consiste en preguntarse: quin gana y quin pierde con estos hechos?. Qu gana Cristina Kirchner o el gobierno kirchnerista con la muerte de Nisman? Para qu provo-carla? Por miedo a una condena judicial? Es casi un absurdo.

    Hasta un estudiante de derecho sabe que no haba la menor posibilidad jurdica a ni-vel doctrinario y acadmico o cientfico, de condenar a la Presidenta, ni al Canciller ni a ninguna de las otras personas acusadas en los papeles elaborados por NIsman. No hay nin-gn delito. El delito es previo a ser un delin-cuente y no toda conducta humana es delito. Toda persona que haya transitado por el de-recho lo han dicho los mayores especialistas de nuestro pas- sabe que de la acusacin de Nisman no sale ningn delito concreto para las personas imputadas y menos todava, nin-guna prueba cientfica.

    Entonces, todo esto se ha convertido en una vulgaridad. A partir de esta constata-cin, no querer ver que se quiere castigar, ms que a Cristina y su gobierno, a la propia Argentina, en la medida de un comporta-miento como pas, que va en contra del po-der. Ese poder que hoy, tiene como masca-rn de proa a una alianza nefasta, con dos arietes nefastos: Estados Unidos y el Estado sionista de Israel.

    Vicente Zito Lema no es slo un integrante de la direccin de Resu-men Latinoamericano, sino un poeta, escritor y filsofo de obligada consulta para desentraar aspectos oscuros de la realidad que nos toca vivir. Recientemente, Vicente ha atravesado por un difcil mo-mento a nivel salud que lo ha mantenido alejado de sus actividades habituales. Ahora, que empieza a salir de una lenta convalecencia, volvemos a recuperar a un hombre fundamental para analizar los difciles momentos que viven Argentina y el mundo. Por eso, en esta entrevista quisimos que nos acercara su opinin sobre lo que se ha dado en llamar el Caso Nisman y todas las consecuencias desenca-denadas a partir de la muy extraa muerte del fiscal del caso AMIA.

    Por Carlos Aznrez

    Estados Unidos e Israel quieren castigar a la Argentina

    Vicente Zito Lema analiza el Caso Nisman

    | ARGENTINA

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    RESUMEN LATINOAMERICANOMXICO |

    Desde Chiapashasta Ayotzinapa Mxico bajo las balas y tras los barrotes

    Por Gloria Muoz Ramrez

    E l ao 2015 inicia en un pas bajo las balas y tras los barrotes, no por el asesinato de tres nor-malistas de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapay ladesaparicinfor-zada de otros 43 (de los cules fueron identificados los restosdeuno), sino por los asesinatos, secuestros, torturas y en-carcelamiento de decenas de indgenas que defienden su territorio en todo el pas. Poreso no escasualidad que justo ah, en las comunidadesindgenas deGuerrero y de todoMxico, se encuentren la resisten-cia y, sobre todo,la esperanza.

    Los pueblos, naciones y tribus que tra-bajan en red dentro delCongresoNacio-nalIndgena (CNI) vieron en los padres de losnormalistas de Ayotzinapadesapareci-dos por el Estado a otros indgenascomo ellos. Son los mismos. En el marco del Festival Mundial de lasResistencias y Re-beldas, convocado junto alEZLN, las lu-chas liberadoras se reconocieron, literal-mente se espejearon del 21dediciembre al 3 de enero. Los del CNI llevan 18 aos de caminar juntos yelfin deao unieron sus pasos, con humildad, respeto y recono-cimiento, a quienes enfrentan hoy la tra-gedia que exhibi los msaltos niveles de complicidad entre el Estado y el crimen organizado.

    Luego de ms de cuatro meses de bs-queda incansable, los padresde los 43es-tudiantes desaparecidos, y los de los tres asesinados, forman ya una gran fami-lia,una comunidad hermanada no slo por ladesesperacin, el dolor y la rabia, sino por el convencimiento de que se encuentran en algn lugar, secuestra-dos por el Estado, pues tienen claro que el Ejrcito est inmiscuido y que en loscuarteles tienen quebuscarlos. Los padres viajan, asisten aasambleas, marchasycongresos. Se renen todos los das con gente solidaria, pues as comohanconocido la represin del gobierno; la otra cara, ladelacompa-amiento y solidaridad, se ha mos-trado con todas sus luces.Hay gente buena como ustedes que nos ha brindado todo suapoyo.

    Ah fue donde aprendimos mi esposa y yo todo el valor de la gente, empezamos a apren-der de organizaciones, de acti-vidades, porquenosotros no sa-bamos nada de ese tiempo de situaciones. Gracias a Dios nos encon-tramos 43 padres y otros tres que son los padres de los cados. Todos tie-nen un gran corazn. He aprendido mucho de ellos. Noshan levantado y estn en lasbuenas y en las malas, diceMa-rio Csar Gonzlez Contreras, padre de Csar Manuel Gon-zlez Hernndez, quien agradece, al igual que todos, al EZLN el haber-les cedido su lugar enesteFestival. .Sus palabras no pu-dieron encontrar mejor odo que en los repre-sentantes delos 28 pueblos

    indios reunidos en Oventik, Chiapas, en ocasin del 21aniversario del levantamien-to zapatista.

    A nombre del CNI,Carlos Gonzlez ad-vierte que el narcotrfico y los paramili-tares se muestran, hoy como nunca, conel rostro de este gobierno, con el rostro de este sistema capitalista que nos destruye y nodeja esperanza. El narcotrfico, dice, se habaexhibido ya en Ostula, enChern, enla Huasteca y en muchas partes dela geo-grafa indgena y noindgena de este pas, como el arma de los capitalistas, como el arma delEjrcito, de laMarina, de lascor-poraciones policiacas, para destruirnos, paratenernos en el terrorpermanente y as poder lograr sus objetivos: el robo, eldes-pojo sin tamao, la explotacin sin fin, la pesadilla. Hoy, con Ayotzinapa, se exhibe

    abiertamente lo que es el narcotrfico, lo que son lascorporacionesmilitares y poli-ciacas, lo que es el gobierno, lo que sonlos partidospolticos, todos, una porquera, el engrudo de estesistema.

    Sigue el recuentoreciente de agravios

    Aurora Meza Calles, del pueblo kumiai, de la comunidad Puntasde Nej, deTecate, Baja California, fue detenida, acusada de robar loscaballos de un ricocacique que se quiereapropiar de sus tierras. Y,tambin en el norte del pas,llevan meses en la crcel los yaquis Mario Luna y Fer-nando Jimnez, poroponerse a que gobier-no yempresarios lesroben su agua.En Durango, de la comunidad de Bancos de San Hiplito,municipio de ElMezquital,

    fue secuestrado y torturado el presidentedel comisariado de bienes comunales Sebas-tian Carrillo Carrillo,wixrika, por policas municipales yestatales. Esta comunidad lu-chaporque se le reconozcan las tierrasque lepertenecen.

    En Chern, Michoacn, por defender los bosques, por proponery llevaradelante un gobierno distinto, basado en la costumbre propia, han sido asesinados 15 comuneros y seis se encuentran desaparecidos;mien-tras que enOstula, comunidad que recuper sus tierras sobre la base de haber armado su polica comunitaria en junio de 2009, han sidoasesinados 32 comuneros, cincose encuentran desaparecidos y hace unosdas intentarorn asesinar al comandante de la polica comunitaria deOstula y coordinador de las autodefensas delmunicipio de Aquila ycosta de Michoacn, SemeVerda.

    En San Pedro Tlanixco, en las faldas del volcn Xinantcatl, arriba del Valle de To-luca, se encuentran seis compaeros presos desdehace onceaos,tres de ellos con sen-tencias de ms de ms de 50 aos,y el que fueracomisariado ejidal, prfugo desde esa fecha, pordefender sus aguas.Tambin enel Estado de Mxico, en Xochicuautla,muni-cipio de Lerma, en los ltimos meses han sido detenidos primero 14comuneros y des-pusocho ms, por resistirse a laconstruc-cin de unaautopista que pretende destruir su bosque sagrado.

    El historial reciente de agravios contra los pueblos termina enChiapas,donde Juan Vzquez Guzmn y Juan Carlos Gmez, tseltales deSanSebastinBachajn, fue-ron asesinados por defender sus tierras delproyecto de autopistade San Crist-bal de las Casas a Palenque. Y en laSel-va Lacandona, hace unos meses, los paramilitares de la CIOAChistrica y de diversos partidospolticos, de un modo vil y artero, con toda saa y protegidos por todos losgobiernos de este pas,ase-sinaron a nuestro hermano Galeano, zapa-tista,maestro de LaRealidad.

    Luego de enunciarparte de la cotidia-nidad de los pueblos que enfrentan el despojo de sus territorios, el CNIreco-noci las enseanzas obtenidas de los familiares y compaeros de los nor-malistas de Ayotzinapa: Ustedes nos dan un valor que a veces no tenemos. Sepan de nosotros, hermano, herma-na, que no les damos el apoyo, que no queremos alianza con ustedes, pues us-tedes y nosotrossomos lomismo, tene-mos el mismo dolor. Tenemos que ser la misma rabia. Sus desaparecidos son nuestros desaparecidos y los sentimos en nuestro corazn, los sentimos en todos nosotros.Sus muertos son nues-trosmuertos. Vamos a lucharcomo lo hemos hecho, porque regresen, por-que sehaga justicia.

    Fueron los zapatistas, hace ya 21 aos, los primeros que dijeron que no haba que confiar en gobiernos ni en partidos polticos del color que fueran. Junto a Ayotzinapa loconfirmaron: No importaqu tantas palabras digan, esos go-biernos no mandan, porque el mero Mandn es el capita-lismo neoliberal. Por eso no hay que creerles nada a los malos gobiernos. Todo lo que queramos como pueblos lo tenemos que construir entre nosotros. As como los fami-liares de losasesinados ydes-

    aparecidos de Ayotzinapa es-tn construyendo su bsqueda

    deverdad yjusticia.

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    RESUMEN LATINOAMERICANO | COLOMBIA

    Vestido de fajina, con el fusil sobre las piernas y la gorra verde que lo caracteriza, las palabras de Ga-bino, llanas y concretas, apenas sern interrumpidas por el cacarear de un gallo que se despierta a un nuevo da. Como escenario en esta entrevista slo resaltarn de fondo la bandera colombiana, el estan-darte rojo y negro del ELN y la espesura de la selva que ir calentndose con el transcur-so de los minutos.

    En junio de 2014 se conoci que el ELN y el gobierno del presidente Juan Manuel Santos haban comen-zado una fase explorato-ria para establecer los dilogos de paz que, hasta el momento, tendran como sede a Ecuador. Los puntos cen-trales de las ne-gociaciones, que hoy estn en ple-na discusin, son la participacin de la sociedad colombiana en los dilogos, llevar adelante las transfor-maciones necesarias para construir unade-mocracia para la paz, la situacin de las vctimas del conflicto interno ar-mado y su finalizacin, y la posterior implementacin de los acuerdos ysu refrendacin.

    Un proceso de paz donde la so-ciedad no tenga una participacin protagnicay que los asuntos

    del modelo no se puedan discutir, no es ni paz ni proceso de paz, expresar el lder mximo de la insurgencia.

    A principios de 2015, el ELN realiz su V Congreso en el cual se reunieron los princi-pales comandantes de todo el pas. Pese al asedio permanente de las fuerzas armadas colombianas, el encuentro se llev a cabo y finaliz con una declaracin final en la que se afirm que el grupo insurgentesigue em-

    peado en lograr la paz para

    Colombia con transformaciones que den justicia, democracia, equidad y felicidad.

    En las lneas finales de ese documento, la guerrilla record que hace ms de 50 aos nos alzamos en armas porque entendimos que las vaslegales estaban cerradas para las luchas del pueblo; hoy as lo seguimos considerando, pero a su vez explic que la administracin de Santos haplanteado su disposicin a poner fin al conflicto armado, y para ello ha convo-cado a la insurgencia. Por esa razn, desde el ELN manifest que asistirn a un dilogo para examinar la voluntad real del gobierno y del Estado colombiano; si en este examen con-

    cluimos que no son necesariaslas armas, tendramos la disposicin de conside-

    rar si dejamos de usarlas. Por ltimo, remarcaron que el Ejecutivo colom-biano tiene la disyuntivade persis-tir en su poltica de guerra y pacifi-

    cacin o atreverse a un verdadero camino de paz deseado por todos los colombianos.La postura del ELN va en conso-

    nancia con las negociaciones de paz que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobiernode San-tos desarrollan desde 2012 en La Habana, Cuba, y que tienen un fuerte respaldo en todo el continente.

    En este dilogo, Gabino tambin se referir al rol de la juventud, tanto en la sociedad civil como en la insurgencia, y explicar el aumento de losconflictos so-ciales en el pas. Y sin dudar, afirmar que

    desde el comienzo de su lucha insurgente ha soado con la paz para mi pas y para to-

    doslos pueblos del mundo. Quiz esa ha sido mi mayor aspiracin.

    -El gobierno del presidente Santos afir-ma que el modelo econmico no est en discusin en Colombia. A la vez, el ELN insiste con poneren cuestin el modelo minero energtico, uno de los pilares de la economa en el pas. Es esa una de las trabas para que los dilogosencuen-tren el punto en comn entre el ELN y el gobierno?

    -Pienso que no. No es solamente ese el asunto, creo que hay otras cosas de fondo que no permiten que la paz, en realidad, arranque. Un procesode paz donde la socie-dad no tenga una participacin protagnica y que los asuntos del modelo no se puedan discutir, no es ni paz ni proceso depaz. Creo que en junio se aprob la participacin de la sociedad en el proceso de paz. Nosotros de-cimos que debe ser una participacin pro-tagnica , de manera que, si la sociedad va a participar, es ella la que en buena medida tienen que definir buena parte de la agen-da. Nosotros colocamos la primera piedra, pero el desarrollo de muchos asuntos con el proceso de paz en todo su conjunto por supuesto que tiene que definirlola sociedad colombiana.

    -Cmo se imagina la insercin de los guerrilleros en la vida civil y poltica del pas, en algunos casos despus de dca-das declandestinidad y con la existencia de sectores paramilitares y guerreristas an activos?

    -La guerrilla colombiana est inserta en la vida del pas desde siempre. Que los medios de comunicacin, y que el gobierno y otra gente no los reconozcan, es la manera de pensar de cada uno. Pero nosotros no esta-mos ni en la ultratumba ni estamos en las selvas inhspitas, estamos con la gente. La mayora de los hombres y mujeres del ELN no tienen el fusil encima y no tienen el uni-forme militar, sino que estn en las calles, en lasiglesias, en las veredas, en las plazas

    pblicas, en los sindicatos y a lo largo y ancho del pas.

    Estamos insertos econmicamen-te, polticamente, culturalmente

    y de diferentes maneras en la vida del pas. Entonces no nos

    podemos imaginar una inser-cin porque ya, de hecho,

    estamos insertosen la vida del pas y en la sociedad

    colombiana. Ahora,

    La guerrilla est inserta en la vida del pas desde siempre

    Entrevista a Nicols Rodrguez Bautista, mximo Comandante del ELN colombiano.

    Plena maana en la selva colombiana. El sol encandila con una luz clara, casi blanca, queatraviesa recta a los rboles. Sentado sobre un tronco, pausado y calmo como lo ser en el transcurso de la entrevista, el coman-dante mximo delEjrcito de Liberacin Nacional (ELN), Nicols Rodrguez Bautista conocido por su alias, Gabino-, recibe a Resumen Latinoamericano para charlarsobre diferentes temas que atraviesan la historia y la actualidad colombiana.

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    RESUMEN LATINOAMERICANO

    cmo podra ser un proceso de accin po-ltica sin el uso de las armas? No me atrevo a especular y quiz es mejor dejarle a la misma vida su creatividad y su realismo.

    -Las comandancias y voceras que se co-nocen del ELN responden a una lnea his-trica de combatientes, como es su caso y el de los otros integrantes del Comando Central que aparecen pblicamente en el V Congreso. Cmo se suman las nuevas ge-neraciones a las tareas de direccin?

    -En cincuenta aos de confrontacin con el enemigo, en esta guerra que llevamos en Colombia, por supuesto que hay un perma-nente movimiento y una permanente renova-cin de mandos. Si no fuere as hubisemos desaparecido. Por fortuna yo soy uno de los nicos vivos y activos desde que comenz el Ejrcito de Liberacin Nacional.

    Muchos compaeros y compaeras de la conduccin estratgica han quedado digna-mente en este camino. De manera que en to-dos los Congresos se renuevan, se remozan, se fortalecen los organismos de conduccin y, por supuesto, el mximo organismo que es la Direccin Nacional.

    Aparte del comandante Pablo que, efecti-vamente, hace parte del Comando Central el ELN hoy, se vincularon a la nueva conduccin estratgica otras compaeras y compaeros. Qu ocurre? Nosotros somos un pequeo grupo de hombres pblicos, lo que llama-mos los voceros oficiales. La gran mayora de hombres y mujeres de nuestro organismo de Direccin Nacional no son pblicos.

    Quiz por eso no se logra comprenden a ca-balidad, o no es del manejo pblico, la reno-

    vacin y especficamente diversos nombres de compaeros que luego de cada Congreso, y en este ltimo, han ingresado al organismo nacional. Necesitamos hombres y mujeres j-venes que conduzcan esta organizacin para que se junte la sabidura, la experiencia, la ve-terana con nuevos aires, con nuevas fuerzas, con nuevas experiencias, pero tambin con bros porque la lucha sigue.

    -Por qu no hay mujeres entre las primeras lneas de mando?

    -Hay mujeres en todos los organismos de conduccin y de base del ELN, pero no son pblicas. Es muy poco el personal asignado para ser vocerospblicos. Pero existen com-paeras, no en la cantidad que quisiramos.

    Quisiramos que hubiese mitad de hom-bres y mitad de mujeres en todoslos orga-nismos y en todas las actividades. La ver-dad no es esa, es ms escaso el nmero de compaeras que de compaeros en el ELN, sin embargo es importante el nmero de compaeras que estn en nuestras filas.

    -Cree que en un futuro cercano se vern referentes jvenes al frente de su fuerza in-surgente, o sucede que hoy la juventud en-cuentra espacios de participacin poltica que su generacin no encontr?

    -En cuanto a la juventud, los voceros pbli-cos del ELN son reconocidos hombres e his-tricos, pero la cantidad de cuadros jvenes es importante en los diferentes niveles de la organizacin. La lucha en Colombia exige mucho personal joven y con fortaleza para enfrentar las diferentes realidadesde la gue-rra. Adems, en las estructuras de base la gran mayora de hombres y mujeres son muy

    jvenes. Sin duda que esa juventud esindis-pensable, porque si no fuera as las condicio-nes de la lucha no nos permitiran la fortaleza que hoy tenemos a nivel humano.

    Las juventudesen Colombia no tienen otras perspectivas, sobre todo los sectores humil-des, que la lucha. La ausencia de empelo, la ausencia de porvenir, la ausencia de un fu-turo para las juventudes es algo de los ms difcil. Por ejemplo, es claro que el gobierno aprovecha esa sin salida de la juventudpara tener unas fuerzas armadas que superan el medio milln de hombres.

    Eso demuestra lo difcil que es conseguir otro empleo en Colombia yque, a pesar de los riesgos que eso implica, mucha juventud se ve obligada a ingresar a las filas del Ejrcito colombiano. En el caso de la insurgencia, la incorporacin es clandestina y desconocida, pero es suficiente para continuar la lucha. Esa es una de las garantas que tiene lainsurgen-cia colombiana: la juventud de sus filas.

    -La movilizacin social del campesinado, in-dgenas, estudiantes, comunidades, fue pro-tagnica en los ltimos aos. Si bien hubore-presiones e incluso muertos en las protestas, en general el movimiento social est encontrando espacios de reconocimiento que haceuna d-cada eran impensables. Tal vez el caso ms no-torio sea el de la Cumbre Agraria, que tanto las FARC como el ELN han apoyado. Siel movi-miento social tiene mayores garantas, eso no le quita sentido a la lucha armada?

    -Hasta ahora lo predominante son dos as-pectos de la lucha de masas. El primero es la movilizacin y lo segundo la organizacin, cosa que, comoinsurgentes, saludamos y res-paldamos. Pero de ninguna manera esa situa-cin afecta la lucha de los revolucionarios y la lucha insurgente enColombia.

    Por el contrario, si a las masas en sus luchas les va bien a los revolucionarios nos va bien, porque una de nuestras tareas es contribuir afortalecer la lucha popular, la lucha de ma-sas y la lucha del movimiento social. Pero hay un asunto muy delicado: la movilizacin y la organizacinde las masas. Pero los compro-misos que hace el gobierno con las organiza-ciones de masas los incumple.

    Les promete, pero no cumple losacuerdos. Esa es una constante de todas las movilizacio-nes en Colombia, de todas las luchas popu-lares, por eso no hay otra solucin que per-sistiry pasar a mayores niveles de lucha por parte del movimiento de masas y tambin por parte de los revolucionarios. De ninguna manera lo que ocurre en Colombia debilita la lucha insurgente, sino que la fortalece, la potencia y, en ese sentido, esa ha sido siempre la lgica de los desarrollos.

    -La suya, al igual que la de Camilo To-rres o Manuel Marulanda, es una figura de dimensiones legendarias en la insur-gencia colombiana. Qu lugar suea que le va a reservar la historia de Colom-bia y de Latinoamrica?

    -Desde que comenc la lucha he soado con la paz para mi pas y para todos los pueblos del mundo. Quiz esa ha sido mi mayor as-piracin. Yojal que estando Colombia en una paz digna y con justicia social me sor-prenda la ltima hora de mi vida.

    Ahora, he luchado con la aspiracin dedar toda mi vida por la causa de la humanidad y espero hacerlo hasta las ltimas consecuen-cias para que quede mi paso por la lucha, porColombia y por esta Latinoamrica como la de un humilde sol