resumen HARVEY 17 Contradicciones Capítulo8 Tecnología Trabajo y Disponibilidad Humana

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CONTRADICCIÓN 8 TECNOLOGÍA, TRABAJO Y DISPONIBILIDAD HUMANA LA CONTRADICCIÓN PRINCIPAL que la concepción marxista tradicional del socialismo/comunismo pretende resolver es la que existe entre: 1. el increíble incremento de las fuerzas productivas (genéricamente entendidas como capacidades y potencialidades tecnológicas) y 2. la incapacidad del capital de aprovechar esa productividad para el bienestar común, debido a su compromiso con las relaciones de clase prevalecientes y sus mecanismos asociados de reproducción, poder y dominación de clase. RUPTURA Abandonado a sí mismo –prosigue el argumento–, el capital está obligado a producir una estructura de clase oligárquica y plutocrática, cada vez más vulnerable , Plutocracia global] pero lo que está claro es que el espectacular aumento de productividad alcanzado por el capital sólo constituye un polo de una dinámica contra- dictoria que está siempre a punto de estallar en forma de crisis. Lo que no

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CONTRADICCIN 8

TECNOLOGA, TRABAJO Y DISPONIBILIDAD

HUMANALA CONTRADICCIN PRINCIPAL que la concepcin marxista tradicional del

socialismo/comunismo pretende resolver es la que existe entre:

1. el increble

incremento de las fuerzas productivas (genricamente entendidas como

capacidades y potencialidades tecnolgicas) y

2. la incapacidad del capital

de aprovechar esa productividad para el bienestar comn, debido a su

compromiso con las relaciones de clase prevalecientes y sus mecanismos

asociados de reproduccin, poder y dominacin de clase.

RUPTURAAbandonado a

s mismo prosigue el argumento, el capital est obligado a producir una

estructura de clase oligrquica y plutocrtica, cada vez ms vulnerable,

Plutocracia global] pero lo que est claro es que el espectacular aumento de productividad

alcanzado por el capital slo constituye un polo de una dinmica contra-

dictoria que est siempre a punto de estallar en forma de crisis. Lo que no

lo est tanto, sin embargo, es cul podra ser su anttesis y a esa cuestin

vamos a dedicar nuestra atencin ahora.

Cuando se considera la trayectoria del cambio tecnolgico, es vital

recordar que el software y las formas organizativas son tan importantes

como el hardware. Las formas organizativas, como las estructuras de con-

trol de la corporacin moderna, el sistema de crdito, los sistemas de

entrega justo a tiempo, junto con el software incorporado en la robtica,

la gestin de datos, la inteligencia artificial y la banca electrnica son tan

decisivos para la rentabilidad como el hardware encarnado en las mqui-

nas. Por presentar un ejemplo actual, la computacin en la nube es la

forma organizativa, Word es el software y este Mac en el que escribo, el

hardware. Los tres elementos hardware, software y forma organizativa se

combinan en la tecnologa informtica

INNOVACIN POR COMPETITIVIDAD. Plantea que la competitividad sea la causa de la innovacin es un mito.

Los que lo con-

seguan prosperaban, mientras que los dems se quedaban atrs. Pero las

ventajas competitivas (mayores beneficios) de mejores formas organizati-

vas, mquinas, o por ejemplo, un control ms ajustado de las existencias,

solan ser normalmente efmeras. Las empresas competidoras podan

adoptar rpidamente los nuevos mtodos (a menos, por supuesto, que las

tecnologas fueran patentadas o quedaran protegidas por un poder mono-

polstico). El resultado seran innovaciones a saltos en las tecnologas de

distintos sectores.

Digo esto con un deje de escepticismo porque la historia del capital

muestra su preferencia por el monopolio ms que por la competencia, y

este no es tan partidario de la innovacin. Por el contrario, encontramos

una fuerte preferencia colectiva se podra quiz hablar de una cultura

de los capitalistas por aumentar la eficiencia y la productividad en todas

las empresas, con o sin la fuerza impulsora de la competencia. Las inno-

vaciones en un punto de la cadena de produccin por ejemplo, telares

movidos mediante mquinas de vapor en la produccin de tejidos de algo-

dn requeran innovaciones en otro El capital ni era ni es el nico agente involucrado en la bsqueda de

ventajas tecnolgicas. Distintas ramas del aparato estatal lo han estado

siempre profundamente

La colaboracin en inves-

tigacin y desarrollo entre el Estado y los sectores privados, con respecto

a tecnologas militares, mdicas, sanitarias y energticas han sido muchas

y variadas. Los beneficios de la difusin de las innovaciones nacidas en la

esfera pblica a las prcticas del capital y viceversa han sido innumerables.

Los cambios tecnolgicos en el capitalismo, a los que el capital contri-

buye y de los que el capital se alimenta vorazmente, derivan, en resumen,

de las actividades de diversos agentes e instituciones. Para el capital, esas

innovaciones crean un vasto dominio de posibilidades siempre cambiantes

para mantener o aumentar la rentabilidad.

CAPITALISMO Y TECNOLOGA

Los procesos de cambio tecnolgico han alterado su carcter con el

tiempo. La tecnologa se convirti en un campo especial de actividad

empresarial. Esto sucedi por primera vez claramente en el siglo XIX

TECNOLOGAS GENRICAS

Se intensific la bsqueda de tecnologas genricas que pudieran apli-

carse casi en cualquier campo, como sucede durante los ltimos aos

con los ordenadores, los sistemas de entrega justo a tiempo y las teoras

organizativas.

La

cultura capitalista se obsesion por el poder de la innovacin tecnolgica,

convertida en objeto fetiche de deseo para el capitalista.

Desde mediados del siglo XIX, ese impulso fetichista en busca de nue-

vas formas tecnolgicas a toda costa promovi tambin la fusin entre

ciencia y tecnologa, que se desarrollaron desde entonces en un abrazo

dialctico.

La difusin de nuevas tecnologas se produce

mediante una combinacin de consentimiento y coercin.La trayectoria seguida por la evolucin tecnolgica no ha sido aleatoria

o accidental. Como seala Brian Arthur en The Nature of Technology, las

nuevas tecnologas se convirtieron en mampuestos para la construccin

de nuevas tecnologas, algunas de las cuales servan a su vez para la crea-

cin de otras tecnologas an ms nuevas.

EL DESARROLLO DE LA TECNOLOGA RESPONDE A LAS NECESIDADES DE ACUMULACIN DEL CAPITAL

Ahora bien, las nuevas tecnologas se crean

mentalmente antes de ser elaboradas fsicamente y cuando observamos los

procesos mentales y conceptuales implicados en ellas, vemos la evolucin

tecnolgica como resolucin mental de problemas puesta en prctica. Surge

un problema, se identifica el mismo, se reclama una solucin y sta siempre

combina soluciones anteriores a otros problemas en una nueva configura-

cin, que a su vez suele propagarse a otros terrenos al crear lo que Arthur

llama nichos de oportunidad, esto es, la posibilidad de que la innovacin

aparecida en un lugar pueda ser aplicada significativamente en otro1.

el paso de un modelo maqunico de la economa a otro orgnico tiene

consecuencias para la teora econmica:

Como consecuencia, prosigue

Arthur, las tecnologas estn adquiriendo propiedades que asociamos con

los organismos vivos. Cuando sienten y reaccionan a su entorno, cuando

se autoensamblan, se autoconfiguran, se restablecen y devienen cogniti-

vas, se parecen cada vez ms a organismos vivos. Cuanto ms sofisticadas

y de alta tecnologa se hacen las tecnologas, ms biolgicas devienen.

Estamos comenzando a apreciar que la tecnologa es tanto metabolismo

como mecanismo.

ARTHUR:La aparicin de nuevas tecnologas no slo trastorna el statu quo pre-

sentando nuevas combinaciones que son mejores versiones de los bie-

nes y mtodos que usamos. Pone en marcha una cadena de adaptacio-

nes tecnolgicas y de nuevos problemas, y al hacerlo crea nuevos ni-

chos de oportunidad que exigen nuevas combinaciones, que a su vez

inducen nuevas tecnologas y nuevos problemas [...] La economa

se mantiene, por lo tanto, en perpetua apertura al cambio, en perpe-

tua novedad. Se halla perpetuamente en un proceso de autocreacin.

Est siempre insatisfecha [...] La economa se est construyendo a s

misma perpetuamente6.

Nuevas configuraciones tecnolgicas desplazan a las ms antiguas, y al

hacerlo inician fases de lo que el economista Joseph Schumpeter denomin

clebremente vendavales de destruccin creativa7. Todo un modo de

vida, de ser y de pensar, tiene que alterarse drsticamente para interiorizar

lo nuevo a expensas de lo antiguo. La reciente historia de la desindustria-

lizacin y su asociacin con espectaculares reconfiguraciones tecnolgicas

es un caso obvio. El cambio tecnolgico nunca es gratuito ni indoloro y su

coste y el dolor que produce no se reparten por igual, por lo que siempre

hay que preguntarse quin sale favorecido de la creacin y quin carga con

el peso de la destruccin.Yo argumentara que en la historia y la lgica del capital hay

cinco imperativos tecnolgicos dominantes que se solapan parcialmente.

Considermoslos brevemente:

1. La organizacin de la cooperacin y de las divisiones del trabajo de

formas que maximicen la eficiencia, la rentabilidad y la acumulacin.

2. La necesidad de facilitar la aceleracin de la circulacin del capital en

todas sus fases, junto con la necesidad de aniquilar el espacio mediante

el tiempo, han generado una asombrosa variedad de revoluciones tecno-

lgicas. Acortar el ciclo de rotacin del capital en la produccin y en el

mercado y acortar el perodo de vida til de los productos de consumo

(culminando en el paso de la produccin de cosas duraderas a la produc-

cin de espectculos efmeros) han sido objetivos clave en la historia del

capital, impuestos en gran medida por la competencia.

En los medios de comunicacin se han producido transformaciones

revolucionarias similares a las que tenan lugar en los transportes, y en

tiempos ms recientes se han acelerado increblemente. La informacin y

el acceso instantneo a las noticias es ahora una potente fuerza que afecta a

las decisiones y a la poltica. El control sobre los medios de comunicacin

se ha convertido en un aspecto vital para la reproduccin del poder de clase

capitalista y las nuevas tecnologas de los medios (en particular las redes

sociales) ofrecen grandes posibilidades, aunque tambin trampas, para la

dinmica de la lucha de clases como ha quedado en evidencia en los recien-

tes levantamientos en El Cairo, Estambul y otras ciudades del mundo.

3. Las tecnologas de produccin y difusin del conocimiento, de alma-

cenamiento y recuperacin de datos e informacin, son decisivas para la

supervivencia y la perpetuacin del capital.

4. Finanzas y dinero constituyen un dominio crucial para el funciona-

miento del capital (vase la contradiccin 2).TRABAJO Y CAMBIO TECNOLGICO5. Para concluir se plantea la cuestin del control del trabajo y del proceso

laboral, que constituye una arena crucial para el capital y que tratar con

detalle un poco ms adelante.

Tambin ha

habido ciertamente ejemplos de intensa resistencia a las nuevas configu-

raciones tecnolgicas por razones morales y ticas, desde la lucha de los

luditas contra la introduccin de mquinas hasta la rebelin de los fsicos

contra la proliferacin de armas nucleares. Actualmente existen intensas

controversias sobre la tica y los riesgos de la ingeniera gentica y los ali-

mentos genticamente modificados. Pero no parece que tales cuestiones

desven o detengan la evolucin del cambio tecnolgico, y por eso es por

lo que califico ese tipo de contradiccin como cambiante: no es estable

o permanente, sino que continuamente cambia sus rasgos. Por esta razn

resulta decisivo evaluar dnde se sita precisamente ahora el proceso de

cambio tecnolgico y hacia dnde se podra desplazar en el futuro.

En mi opinin hay dos contradicciones

de gran importancia para las perspectivas futuras del capital.

1. La primera

se refiere a la relacin dinmica de la tecnologa con la naturaleza, de la

que nos ocuparemos en la Contradiccin 16.

2. La segunda se refiere a la

relacin entre el cambio tecnolgico, el futuro del trabajo y el papel de los

trabajadores en relacin con el capital. sta es la contradiccin que vamos

a examinar ahora.

Durante toda su historia, el capital ha inventado,

innovado y adoptado formas tecnolgicas cuyo principal propsito era

aumentar su control sobre el trabajo, tanto en el proceso de trabajo como

en el mercado laboral, no slo en cuanto a la eficiencia fsica, sino tambin

en cuanto a la autodisciplina de los trabajadores empleados, las cualidades

de la mano de obra disponible en el mercado, las mentalidades y hbitos

culturales de los trabajadores en relacin con las tareas que se espera que

realicen y los salarios que esperan recibir.Muchos innovadores industriales se han fijado como objetivo primor-

dial el control de los trabajadores. Un prominente industrial del Segundo

Imperio francs, famoso por sus innovaciones en la industria de la mqui-

na-herramienta, proclam abiertamente que sus tres objetivos eran

incrementar la precisin en el proceso de trabajo, aumentar la productivi-

dad y quitar poder a los trabajadores. Fue por esta razn, sin duda, por la

que Marx argument que la innovacin tecnolgica era un arma crucial en

la lucha de clases y que el capital haba adoptado muchas innovaciones con

el nico propsito de obstaculizar o impedir las huelgas, interiorizando

adems la creencia fetichista de que la solucin para hacer crecer sin cesar

la rentabilidad era la innovacin tecnolgica permanente dirigida hacia el

disciplinamiento y prdida de poder de los trabajadores. El sistema fabril,

el taylorismo (con su intento de reduccin del trabajador al estatus de un

gorila entrenado), la automatizacin, la robotizacin y la sustitucin en

ltimo trmino del trabajo vivo por trabajo muerto responden todos ellos a

ese deseo. As, pues, sta es la contradiccin principal: si el trabajo social es la

fuente ltima de valor y beneficio, entonces su sustitucin por mquinas o

trabajo robtico no tiene sentido ni poltica ni econmicamente. Podemos

verlo claramente en el mecanismo que intensifica esa contradiccin hasta

llevarla a la crisis. Cada empresario o corporacin considera decisivas las

innovaciones que ahorran trabajo para su rentabilidad frente a los compe-

tidores, pero eso socava colectivamente la posibilidad de beneficio.

Andr Gorz

competitivas y capaces (en ciertas condiciones) de vender ms. Pero

desde el punto de vista macroeconmico, una economa que, como uti-

liza cada vez menos trabajo humano, distribuye cada vez menos sala-

rios, cae inexorablemente por la pendiente deslizante del desempleo y la

pauperizacin. Para evitar ese deslizamiento, la capacidad de compra de

los hogares tendra que dejar de depender del volumen de trabajo que

consume la economa. Aun dedicando mucho menos tiempo al trabajo,

la poblacin tendra que ganar lo suficiente para comprar el creciente

volumen de bienes producidos: la reduccin del tiempo de trabajo no

debera traer consigo una reduccin de la capacidad de compra9.

Como consecuen-

cia del aumento exponencial de la capacidad de los ordenadores, categoras

enteras de empleos tradicionales estn en peligro de ser automatizadas en

un futuro no muy distante. La idea de que las nuevas tecnologas crearn

empleo a una velocidad que compense esas prdidas es pura fantasa.

Adems, la idea de que sern slo los empleos rutinarios con bajos salarios

los que sern eliminados y no los trabajos cualificados con altos salarios

(radilogos, doctores, profesores de universidad, pilotos de lneas areas

y cosas parecidas) es equivocada. En el futuro, la automatizacin recaer

en gran medida sobre los trabajadores del conocimiento y en particular

sobre los trabajadores mejor pagados. Ford concluye: Permitir que esos

empleos sean eliminados por millones, sin ningn plan concreto para

resolver los problemas que aparecern entonces, sera una condena inape-

lable al desastre10.Pero de qu tipo de desastre hablamos? Sectores cada vez mayores de

la poblacin mundial sern considerados por el capital prescindibles como

trabajadores productivos y les resultar difcil sobrevivir, tanto material

como psicolgicamente.Cuando una fraccin substancial de esa gente pierda

su empleo, de dnde vendr la demanda en el mercado?11.

Es una pregunta sobre gestin de la demanda de corte tpicamente key-

nesiano frente a la amenaza de una crisis para el capital del tipo de la que

sacudi la economa global en la dcada de 1930

Cuantos ms dispositivos de ahorro de trabajo se aplican, ms

tiende a declinar cuantitativamente el agente que produce valor el trabajo

social, destruyendo en ltimo trmino el trabajo socialmente necesario y

la produccin de valor, y con ellos la base del beneficio. El mismo resul-

tado deriva de ambos lados de la contradictoria unidad entre produccin y

realizacin. La rentabilidad se erosiona y la acumulacin sin fin de capital

colapsa en ambos casos.

HAY QUE PLANTEAR OTRO TIPO DE CONSUMO:

I. AQUEL QUE SEA PRODUCIDO EN MASA, COSTES MARGINALES CERO, Y VER CMO SE FINANCIA DESARROLLO.

II. INAMTERIALES E INTANGIBLES.

En cualquier caso, las redistribuciones y la

creacin de capacidad de compra son el nico medio para crear suficiente

demanda para compensar la creciente oferta de bienes y servicios. Esa sera,

coincide Andr Gorz, la nica forma de dar significado a la disminucin

del volumen del trabajo socialmente necesario12.

Marx, en cambio, examin varios antdotos posibles a la cada tenden-

cial de la tasa de beneficio como consecuencia de las innovaciones que

ahorran trabajo: la apertura de lneas de produccin totalmente nuevas

intensivas en trabajo; una pauta de innovacin dedicada tanto al ahorro de

capital como al ahorro de trabajo; una tasa de explotacin creciente sobre

la fuerza de trabajo todava empleada; la existencia previa o la formacin de

una clase de consumidores que no producen nada; una tasa fenomenal de

crecimiento de la fuerza de trabajo total que aumentara la masa de capital

producido aunque la tasa de beneficio individual cayera.

junto con la integracin de lo

que era el bloque sovitico, ha significado un enorme incremento (y no

disminucin) de la fuerza de trabajo asalariada global muy por encima de

la que correspondera al aumento vegetativo de la poblacin.

incorporacin de las mujeres a la fuerza de trabajo asalariada durante los

ltimos cincuenta aos e internacionalmente quedan pocas reas (prin-

cipalmente en frica y en Asia meridional y central) donde se puedan

encontrar grandes reservas de mano de obra.

La contradiccin entre pro-

duccin de valor, por un lado, e innovacin tecnolgica que ahorra trabajo

a gran escala, por otro, ha entrado en un territorio cada vez ms peli-

groso, al verse afectada no slo una creciente proporcin de la poblacin

prescindible sin previsibles oportunidades de empleo, sino tambin (como

reconoce claramente hasta Ford) la reproduccin del propio capital.Por ejemplo, las tres ltimas recesiones registradas en Estados Unidos

desde principios de la dcada de 1990, han sido seguidas por lo que eufe-

msticamente se han denominado recuperaciones sin creacin de empleo.

Tanto las pruebas de

las tendencias ms recientes como la evaluacin de las perspectivas para el

futuro apuntan en la misma direccin: enormes excedentes de poblacin

prescindible potencialmente rebelde.Las recientes pruebas de la difusin de

un comportamiento depredador desenfrenado del capitalismo no son sino

una seal del debilitamiento del papel regulador del trabajo social, debili-

tamiento que viene dndose desde hace algn tiempo. Un acontecimiento

crucial fue el abandono de una base metlica para el sistema monetario

mundial a principios de la dcada de 1970: a partir de entonces la relacin

del dinero mundial con el trabajo social se hizo como mucho tangencial y

ah tenemos para demostrarlo la larga cadena de crisis financieras y comer-

ciales acaecidas en todo el mundo desde mediados de la dcada de 1970.TECNOFLIA VS. TECNOFOBIA

El problema poltico planteado por la cuestin de la tecnologa a

la lucha anticapitalista es quiz el ms difcil de afrontar. Por un lado,

sabemos muy bien que la evolucin de las tecnologas, marcada como

est en gran medida por la lgica combinatoria autnoma que describe

Arthur, es una gran rea de actividad empresarial en la que la lucha de

clases y la competencia intercapitalista e interestatal han desempeado

papeles determinantes en el propsito humano de mantener el domi-

nio militar, el poder de clase y la acumulacin sin fin de capital.

Por otro lado, sabemos

tambin que cualquier combate contra la degradacin medioambiental

a escala mundial, el empobrecimiento y las desigualdades sociales, las

dinmicas de poblacin perversas, los dficits globales en sanidad, edu-

cacin y nutricin, y las tensiones militares y geopolticas, conllevarn

la utilizacin de muchas de las tecnologas actualmente disponibles para

alcanzar fines sociales, ecolgicos y polticos no capitalistas, por satura-

das que estn de las mentalidades y prcticas del capital en su aspiracin

a la dominacin de clase. Se tratar, por lo tanto, de discernir atenta-

mente sus potencialidades emancipatorias rechazando las ms alienantes

y discriminatorias.

A corto plazo la izquierda est obligada evidentemente a defender los

empleos y cualificaciones bajo amenaza; pero como demuestra la misera-

ble historia de las nobles acciones defensivas contra la desindustrializacin

durante las dcadas de 1970 y 1980, ser probablemente una batalla per-

dida desde el principio frente a una configuracin tecnolgica nueva. En

la coyuntura actual, un movimiento anticapitalista tiene que reorganizar

su pensamiento en torno a la idea de que el trabajo social se est haciendo

cada vez menos significativo como motor econmico de las funciones del

capitalismo. Muchos de los empleos en el sector servicios, administrati-

vos y profesionales que la izquierda trata actualmente de defender son

realmente prescindibles. Gran parte de la poblacin mundial se est con-

virtiendo en desechable e irrelevante desde el punto de vista del capital, lo

que aumentar la dependencia de la circulacin de formas ficticias de capi-

tal y construcciones fetichistas de valor centradas en la forma dinero y en

el sistema de crdito. Como caba esperar, algunos sectores de la poblacin

se considerarn ms prescindibles que otros, de modo que las mujeres y la

gente de color tendrn que apechugar con la mayor parte de la carga actual

y probablemente cada vez ms en el futuro previsible13.

Martn Ford plantea correctamente la pregunta: cmo vivir (y

proporcionar un mercado) en esas condiciones la poblacin prescin-

dible resultante? Los movimientos anticapitalistas deben elaborar una

respuesta imaginativa a largo plazo a esta pregunta. Hay que pensar y

poner en prctica gradualmente acciones organizadas proporcionadas

y planificadas para responder a las nuevas circunstancias y asegurar la

provisin de valores de uso suficientes. La izquierda tiene tambin que

organizar, al mismo tiempo, acciones defensivas contra las tecnologas de

las prcticas cada vez ms depredadoras de acumulacin por desposesin,

las nuevas oleadas de descualificacin, la consolidacin del desempleo

permanente, la desigualdad social cada vez mayor y una aceleracin de la

degradacin del medio ambiente.