Resumen Estudio Fuerza

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1 EFECTOS DE UN PROGRAMA DE TIPO NEUROMUSCULAR EN NIÑOS PREPÚBERES INTRODUCCIÓN Durante los años 70-80, a pesar de las creencias infundadas por la NEISS (Electronic Injury Surveillance System) acerca de que el entrenamiento con ejercicios de fuerza en niños y adolescentes provocaban e incrementaban el riesgo de lesiones osteoarticulares (Faigenbaum et al., 1996, Faigenbaum et al., 2009b), son numerosos los estudios que han demostrado que la participación en programas de acondicionamiento físico que incluyen ejercicios de fuerza, siempre que se realicen en un ambiente seguro, bajo supervisión de personal cualificado y unas guías específicas de entrenamiento diseñadas y adaptadas para niños sean seguidas, producen numerosos beneficios sobre la salud y la condición física (Behm et al., 2008, Faigenbaum et al., 2009b). Algunos de los beneficios obtenidos a través de programas de acondicionamiento físico que incluyen ejercicios de fuerza son: disminución de la incidencia de lesiones relacionadas con la práctica de actividades recreacionales o deportivas (Myer et al., 2011b); aumento de los niveles de fuerza muscular por encima de las ganancias producidas por el propio desarrollo normal de los niños (Ramsay et al., 1990, Ozmun et al., 1994, Faigenbaum et al., 1999, Faigenbaum et al., 2001); incremento del contenido mineral óseo (Yu et al., 2005, Vicente-Rodríguez, 2006); reducción del porcentaje de grasa en niños con sobrepeso (Benson et al., 2008); etc. Independientemente de los beneficios demostrados, la gran mayoría de trabajos realizados han estudiado los efectos de un único tipo de entrenamiento (por ejemplo, entrenamiento con ejercicios de fuerza, entrenamiento con saltos y lanzamientos, etc.) sobre diferentes componentes de la condición física de los niños (por ejemplo, fuerza y resistencia muscular, capacidad de salto y lanzamiento, etc.). Sin embargo, recientemente ha surgido un concepto nuevo de entrenamiento para jóvenes, que ha sido denominado ‘entrenamiento neuromuscular integrado. Este modelo de entrenamiento de desarrollo multilateral, incorpora movimientos generales (por ejemplo, habilidades motrices básicas) y específicos (por ejemplo, ejercicios dirigidos al control motor), así como actividades que incluyen ejercicios de fuerza y acondicionamiento físico, entre las que se incluyen: ejercicios de estabilidad dinámica; ejercicios dirigidos a fortalecer la musculatura del tronco; ejercicios de saltos y lanzamientos y ejercicios de agilidad que están diseñados para mejorar la salud y las habilidades relacionadas con los componentes de la condición física (Myer et al., 2011b). Este modelo de entrenamiento de tipo neuromuscular, parece que puede adaptarse mejor a las características de los niños, ofreciéndoles diversas actividades que les ayuden a adquirir una gran variedad de habilidades motrices básicas (Lubans et al., 2010), optimizar el rendimiento deportivo y reducir

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Resumen del estudio de fuerza realizado por la escuela de estudios universitarios del Real Madrid en la UEM.

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EFECTOS DE UN PROGRAMA DE TIPO NEUROMUSCULAR EN NIÑOS PREPÚBERES

INTRODUCCIÓN

Durante los años 70-80, a pesar de las creencias infundadas por la NEISS (Electronic Injury

Surveillance System) acerca de que el entrenamiento con ejercicios de fuerza en niños y

adolescentes provocaban e incrementaban el riesgo de lesiones osteoarticulares (Faigenbaum

et al., 1996, Faigenbaum et al., 2009b), son numerosos los estudios que han demostrado que

la participación en programas de acondicionamiento físico que incluyen ejercicios de fuerza,

siempre que se realicen en un ambiente seguro, bajo supervisión de personal cualificado y

unas guías específicas de entrenamiento diseñadas y adaptadas para niños sean seguidas,

producen numerosos beneficios sobre la salud y la condición física (Behm et al., 2008,

Faigenbaum et al., 2009b). Algunos de los beneficios obtenidos a través de programas de

acondicionamiento físico que incluyen ejercicios de fuerza son: disminución de la incidencia de

lesiones relacionadas con la práctica de actividades recreacionales o deportivas (Myer et al.,

2011b); aumento de los niveles de fuerza muscular por encima de las ganancias producidas por

el propio desarrollo normal de los niños (Ramsay et al., 1990, Ozmun et al., 1994, Faigenbaum

et al., 1999, Faigenbaum et al., 2001); incremento del contenido mineral óseo (Yu et al., 2005,

Vicente-Rodríguez, 2006); reducción del porcentaje de grasa en niños con sobrepeso (Benson

et al., 2008); etc.

Independientemente de los beneficios demostrados, la gran mayoría de trabajos realizados

han estudiado los efectos de un único tipo de entrenamiento (por ejemplo, entrenamiento con

ejercicios de fuerza, entrenamiento con saltos y lanzamientos, etc.) sobre diferentes

componentes de la condición física de los niños (por ejemplo, fuerza y resistencia muscular,

capacidad de salto y lanzamiento, etc.). Sin embargo, recientemente ha surgido un concepto

nuevo de entrenamiento para jóvenes, que ha sido denominado ‘entrenamiento

neuromuscular integrado’. Este modelo de entrenamiento de desarrollo multilateral, incorpora

movimientos generales (por ejemplo, habilidades motrices básicas) y específicos (por ejemplo,

ejercicios dirigidos al control motor), así como actividades que incluyen ejercicios de fuerza y

acondicionamiento físico, entre las que se incluyen: ejercicios de estabilidad dinámica;

ejercicios dirigidos a fortalecer la musculatura del tronco; ejercicios de saltos y lanzamientos y

ejercicios de agilidad que están diseñados para mejorar la salud y las habilidades relacionadas

con los componentes de la condición física (Myer et al., 2011b). Este modelo de

entrenamiento de tipo neuromuscular, parece que puede adaptarse mejor a las características

de los niños, ofreciéndoles diversas actividades que les ayuden a adquirir una gran variedad de

habilidades motrices básicas (Lubans et al., 2010), optimizar el rendimiento deportivo y reducir

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la aparición de lesiones (Myer et al., 2011a), mejorar la capacidad de salto y la capacidad de

equilibrio (DiStefano et al., 2010), etc.

Faigenbaum y colaboradores (Faigenbaum et al., 2011) llevaron a cabo un estudio con 40 niños

prepúberes donde se analizaron los efectos de un programa de entrenamiento neuromuscular

integrado aplicado en los primeros 15 minutos de las clases de educación física. Los resultados

mostraron que los niños que incluían en las clases de educación física este tipo de programa,

mejoraban significativamente (p<0,05) más los diferentes componentes de la condición física

respecto a los niños que solo realizaban las clases de educación física habitual. Hasta nuestro

conocimiento no conocemos estudios que comparen los efectos de un programa de

entrenamiento de tipo neuromuscular en niños sanos y deportistas. Debido a esto en este

estudio nos hemos propuesto analizar los efectos de un programa de entrenamiento

periodizado de tipo neuromuscular en las capacidades motoras en niños prepúberes que

practican fútbol de forma sistemática. De acuerdo con los datos obtenidos en estudios

anteriores nosotros hipotetizamos que integrar un programa de entrenamiento

neuromuscular como parte habitual de las sesiones de entrenamiento en niños futbolistas

producirá ulteriores mejores en las capacidades motoras respecto al grupo que continua con

su entrenamiento habitual de fútbol.

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RESUMEN

Propósito: Analizar los efectos de un programa de entrenamiento periodizado de tipo

neuromuscular sobre las capacidades motoras en niños prepúberes que practican fútbol de

forma sistemática. Método: 45 niños varones entre 8-10 años de una escuela de fútbol base

fueron asignados de manera aleatoria a 3 grupos: grupo contraste (GC) n=14; grupo integrado

(GI), n=13 y grupo integrado-complejo (GIC), n=18. Todos los grupos realizaban 2 sesiones

semanales de 1 hora de entrenamiento de fútbol en días no consecutivos. El GC solo realizaba

las sesiones de fútbol, el GI además, realizó un programa integrado con ejercicios de fuerza,

saltos, lanzamientos, equilibrio y agilidad y el GIC también realizó el mismo programa que el GI

pero utilizando el método de entrenamiento de transferencia (complejo) para los ejercicios de

saltos y lanzamientos. Los programas de entrenamiento se realizaban durante los primeros 20-

25 minutos de la sesiones de fútbol. La intervención tuvo una duración de 16 semanas y se

realizaron evaluaciones del rendimiento motor al inicio y al final de la misma. Resultados: En el

test de lanzamiento solo el GEI mejoró significativamente respecto a los valores iniciales

(p<0,05). En el test de fútbol solo el GEIC mejoró significativamente respecto a los valores

iniciales (p<0,05). En el test de agilidad y en el test de velocidad todos los grupos mejoraron

significativamente respecto a los valores iniciales (p<0,001) y (p<0,05) respectivamente.

Conclusión: La realización de un programa de entrenamiento integrado neuromuscular dentro

de las sesiones de fútbol podría mejorar en mayor medida el rendimiento en un test específico

de fútbol.