Resultados de un proceso participativo de … · experiencias en buenas prácticas agroecológicas...

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BOLETÍN FITOSANITARIO Volumen 17 No. 1 abril/2012 Resultados de un proceso participativo de sistematización de experiencias en buenas prácticas agroecológicas para el manejo de plagas La Habana, Cuba INISAV ISSN: 1816-8604

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BOLETÍN FITOSANITARIO

Volumen 17 No. 1 abril/2012

Resultados de un proceso participativo de sistematización

de experiencias en buenas prácticas agroecológicas para el

manejo de plagas La Habana, Cuba

INISAV

ISSN: 1816-8604

Primera Edición Frecuencia: Irregular Tirada: 300 Ejemplares Revisión: MSc. Ricardo García Castillo Impresión: TM. Román Lazo Rabaza

Cita Bibliográfica

Boletín Fitosanitario/ Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal._ a.1, no1 (1990- )._ La Habana: INISAV

Irregular

Continuación de Boletín Técnico a.1, no. 1 (1990-1999)

Luis L. Vázquez, Janet Alfonso, Ana Ibis Elizondo, Yaril

Matienzo, Ermenegildo Paredes, Julia Almándoz, Deisy González, Antonio Fernández, Regla C. González, Jacinto Gil, Luis Placido Ortega, Antonio Enrique Joya, Delvis Subit, Rolando Morell, Yhosvani Pérez, Alexis Viera, Edgardo Martínez, Mairyn Robaina, Elda Consuegra, Paula Quintana, Carlos A. Cervantes, Domingo A. de León, Josefina Córdova, José Raúl Martínez, Carlos Ferrer, María Caridad Diéguez, Adriana Pérez, Sebero Aranda, Meybel Ríos y Francisco Simón «Resultados de un proceso participativo de sistematización de experiencias en buenas prácticas agroecológicas para el manejo de plagas» – Cuba: Inisav – 106 p. Boletín Fitosanitario (La Habana) 17 (1); abr. 2012.

I. PLAGAS DE PLANTAS II. AGROECOLOGÍA III. TALLERES

Prohibida toda reproducción total o parcial, sin autorización expresa de los autores y del Instituto de

Investigaciones de Sanidad Vegetal, con excepción de los resúmenes.

Resultados de un proceso participativo de sistematización

de experiencias en buenas prácticas agroecológicas para el

manejo de plagas

Luis L. Vázquez1, Janet Alfonso1, Ana Ibis Elizondo1, Yaril Matienzo1, Ermenegildo Paredes1, Julia Almándoz1, Deisy González2, Antonio

Fernández2, Regla C. González3, Jacinto Gil3, Luis Placido Ortega3, Antonio Enrique Joya4, Delvis Subit5, Rolando Morell5, Yhosvani Pérez5,

Alexis Viera5, Edgardo Martínez6, Mairyn Robaina6, Elda Consuegra7, Paula Quintana7, Carlos A. Cervantes7, Domingo A. de León8, Josefina Córdova8,

José Raúl Martínez9, Carlos Ferrer9, María Caridad Diéguez10, Adriana Pérez11, Sebero Aranda12, Meybel Ríos13 y Francisco Simón14

1 Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal (Inisav). La Habana

2 Delegación provincial de la Agricultura de La Habana 3 Dirección Provincial de Sanidad Vegetal de Artemisa

4 Dirección Provincial de Sanidad Vegetal de Mayabeque 5 Dirección Provincial de Sanidad Vegetal de Cienfuegos 6 Dirección provincial de Sanidad Vegetal de Villa Clara

7 Dirección provincial de Sanidad Vegetal de Sancti Spiritus 8 Dirección provincial de Sanidad Vegetal de Ciego de Ávila

9 Dirección Provincial de Sanidad Vegetal de Camagüey 10 Dirección Provincial de Sanidad Vegetal de Las Tunas

11 Dirección Provincial de Sanidad Vegetal Granma 12 Dirección Provincial de Sanidad Vegetal Holguín

13 Dirección Provincial de Sanidad Vegetal Santiago de Cuba 14 Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad de Oriente

Contenido Pág. 1. Introducción 7 2. Materiales y métodos 8 3. Resultados y discusión 10

3.1. Participación 10 3.2. Resultados del proceso 11 3.3. Componentes y prácticas 16 3.3.1. Manejo del sistema agrícola 16 3.3.2. Manejo sistémico de la finca 25 3.3.3. Manejo integral del suelo 43 3.3.4. Manejo integral del cultivo 51 3.3.5. Control ecológico de organismos nocivos 60 3.4. Síntesis de los temas más debatidos 97

4. Conclusiones 102 5. Recomendaciones 102 6. Referencias 103

Resumen Durante los meses de septiembre a diciembre de 2011 se organizaron talleres en las diferentes provincias de Cuba, en ellos se convocó a técnicos de sanidad vegetal y agricultores, con el propósito de sistematizar experiencias en buenas prácticas agroecológicas para el manejo de plagas. Para realizar el ejercicio en cada taller provincial, se elaboró un documento base con 324 prácticas, que fue compilado a partir de informaciones técnicas publicadas en el país. Se organizaba al azar un equipo para cada subsistema, para responder las preguntas (1) ¿cuáles prácticas aceptaban totalmente y cuáles no?, (2) ¿qué practicas requerían modificaciones para mejorar su comprensión o complementarla? y (3) ¿qué nuevas prácticas proponían? Paralelamente se coordinaron visitas a fincas de agricultores para intercambiar experiencias y conocer directamente algunas innovaciones. Se realizaron talleres en 12 provincias (80%), con la participación de 514 personas (técnicos, agricultores, investigadores y profesores y directivos); proceso que en la sanidad vegetal se realiza por primera ocasión para elaborar un documento técnico de forma participativa. Como resultado de la sistematización de las practicas propuestas (documento base) se aceptaron 310 (95,7%) y se modificaron 14 (4,3%); se aportaron 115 nuevas prácticas (26,2%), para disponer de una nueva versión con 439 prácticas agroecológicas. Se valoró y reconoció la importancia de los procesos de innovación que se realizan por los técnicos y agricultores del sistema de sanidad vegetal, así como los resultados obtenidos por los agricultores experimentadores, que durante muchísimos años han validado y generado nuevas tecnologías de productos y procesos en todo el país. Se recomendó realizar un proceso similar en los territorios (municipios) y en los institutos de cultivos.

 

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1- INTRODUCCIÓN

La agricultura cubana ha transitado por etapas de gran trascendencia para la lucha contra los problemas fitosanitarios, pues durante los años 60-80 se implementó el modelo de agricultura intensiva, en coincidencia con la tendencia productivista internacional que caracterizó el periodo de la revolución verde, para lo cual se organizaron empresas estatales especializadas, las que constituyeron grandes extensiones de monocultivo con un alto grado de mecanización, uso de agroquímicos, demandas de agua y energía, entre otros componentes de alto costo económico y energético (Funes, 2001; Vázquez, 2006)

Posteriormente se desarrolló un proceso paulatino de transición de la producción agropecuaria, que ha adoptado ampliamente el enfoque y las tecnologías agroecológicas (Pérez y Vázquez, 2001; Companioni, 2001; Leyva y Pohlan, 2005; Vázquez, 2007) entre otras, que han facilitado la transición hacia sistemas diversificados, con efectos múltiples y acumulativos en la reducción el número e intensidad de organismos nocivos. Esta transición se inició en los años 80 del pasado siglo, en que se presentaron evidencias de crisis en el modelo de agricultura a gran escala y, como consecuencia, se inició el movimiento cooperativo en el sector campesino y posteriormente la creación de las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) en las grandes empresas especializadas; también durante esta etapa comenzó la integración del control biológico y los biofertilizantes, entre otras tecnologías alternativas a las convencionales, que como etapa de gran trascendencia se puede considerar desde los años 90, cuando se inició a una verdadera revolución agroecológica en la agricultura cubana, la que sentó las bases para lograr avances sustanciales hacia la sostenibilidad de la producción de alimentos, a pesar de la grave situación económica internacional y del país (Funes, 2001; Pérez, 2004; Vázquez, 2008; 2009; Machín et al., 2010). Actualmente, cuando la agricultura urbana está consolidada, la agricultura rural se reorganiza hacia sistemas de producción intensiva (polos productivos) y en fincas agroecológicas para la producción local de alimentos frescos y sanos en las zonas suburbanas, la producción agropecuaria está de nuevo en transformaciones de trascendencia, sobre

 

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todo en aspectos económicos, gerenciales y de comercialización, para acelerar la transición hacia sistemas sostenibles.

En esta nueva etapa, el enfoque agroecológico contribuye a la transición hacia la soberanía tecnológica y energética, así como la resiliencia ante los efectos del cambio climático (Vázquez, 2011), debido a que es mas contextual y por tanto descentralizado en el orden tecnológico, lo que significa que los procesos de capacitación, innovación y planificación deben adoptar los métodos participativos a nivel local. Precisamente, la necesidad de crear capacidades en los agricultores (finqueros) en prácticas agroecológicas, se debe a que durante muchísimos años han enfrentado los problemas fitosanitarios mediante tecnologías de productos, primero químicos y posteriormente biológicos, lo que ha contribuido a una estrategia muy simple en la fitosanidad, que en la actualidad crea conflictos, debido a que la transición de la agricultura avanza rápidamente y se requiere reducir los insumos externos a la finca y al país; pero la mente de las personas que deciden, asesoran y actúan en manejo de plagas, también necesitan cambiar acorde a esta nueva revolución agropecuaria que se realiza. Por ello, ante la demanda de ofrecer a los viejos y nuevos agricultores una actualización de las buenas prácticas agroecológicas en manejo de plagas, se realizó una compilación de las generadas en procesos de investigación, la que sirvió de base para un proceso de sistematización de experiencias de técnicos, especialistas, profesores y agricultores innovadores del país, para lo cual se diseñaron y realizaron talleres en diferentes provincias, resultados que se exponen en el presente documento. 2- MATERIALES Y MÉTODOS

Durante los meses de septiembre a diciembre de 2011 se coordinaron y ejecutaron talleres provinciales en Santiago de Cuba, Granma, Holguín, Las Tunas, Camagüey, Ciego de Ávila, Sancti Spiritus, Villa Clara, Cienfuegos, Mayabeque, Artemisa y La Habana, que representan el 80% de las provincias del país.

Para cada taller se convocó a personas con funciones técnicas relacionadas con la sanidad vegetal, principalmente a) especialistas de sanidad vegetal y de cultivos varios a nivel de la provincia (Delegación

 

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Provincial del Ministerio de la Agricultura; Dirección Provincial de Sanidad Vegetal; Laboratorio Provincial de Sanidad Vegetal (Laprosav); Escuela Provincial de Capacitación del Ministerio de la Agricultura); b) profesores de universidades e investigadores de estaciones experimentales; especialistas de ACTAF, ACPA y ANAP de la provincia; c) inspectores de las Estaciones de Protección de Plantas (EPP) de los municipios; d) fitosanitarios y agricultores de Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS), de Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA), de Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC), Granjas Agropecuarias y Empresas Municipales Agropecuarias, entre otros.

Como documento base para la realización de los talleres provinciales se confeccionó una versión inicial que contenía 324 prácticas, compilada a partir de informaciones técnicas obtenidas en diferentes publicaciones cubanas relacionadas con el manejo agroecológico de plagas (Vázquez, 2004; Vázquez y Fernández, 2007; Vázquez y Alvarez, 2011; Vázquez et al., 2012; Matamoros, 2012; Veitía, 2012). Para facilitar los ejercicios y considerar el enfoque de sistema, las prácticas se agruparon de acuerdo a los subsistemas en que se realiza el manejo agroecológico de la finca, a saber: (1) manejo sistémico de la finca, (2) manejo integral del suelo, (3) manejo integral del cultivo y (4) control ecológico de poblaciones de plagas.

Para realizar el ejercicio en cada taller provincial, se organizó al azar un equipo para cada subsistema que trabajaba por aproximadamente 45-60 minutos. Durante la sesión del equipo, los participantes leían el documento base, para posteriormente responder las preguntas siguientes: (1) ¿Cuáles prácticas aceptaban totalmente y cuáles no?, (2) ¿qué prácticas requerían modificaciones para mejorar su comprensión o complementarla? y (3) ¿qué nuevas prácticas proponían? Para el funcionamiento del equipo, las respuestas a las preguntas eran propuestas por cualquiera de los participantes, se aceptaban o debatían si era necesario, para posteriormente incluirlas por consenso.

Paralelamente se coordinaron visitas a fincas de agricultores, con el propósito de intercambiar experiencias sobre las prácticas agroecológicas y conocer directamente algunas innovaciones que realizaban los propios agricultores.

Los resultados del ejercicio en cada provincia y de las visitas de

 

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intercambio en fincas se analizaron posteriormente, para incorporarlos y lograr una versión nueva que se ofrece a continuación, en que las prácticas se enumeran y organizan por cada componente; de igual forma se efectuó una síntesis de los aspectos mas debatidos.

3- RESULTADOS Y DISCUSIÓN

3.1. Participación

Participaron 514 personas, con una mayor representación de técnicos (73,7%), principalmente especialistas de la provincia, inspectores de EPP y técnicos de CREE; aunque la asistencia de agricultores (técnicos fitosanitarios y finqueros) fue baja (20,1%), interesaba una representación de ellos, ya que resultaba difícil su movilidad, por eso se convocaron a los mas cercanos (Fig. 1). En el caso de los directivos, la participación se consideró de muy baja (2,8%), con mayor asistencia en las provincias de Ciego de Ávila, Villa Clara, Sancti Spiritus y Cienfuegos. Aunque generalmente estas personas están muy ocupadas en actividades gerenciales, resulta importante que se involucren en debates sobre cuestiones técnicas, porque precisamente en ellos pueden retroalimentarse respecto a las potencialidades de la agroecología en la producción sostenible de alimentos y contribuir, desde su labor gerencial, a la transición del manejo de plagas.

01020304050607080

Técnicos Agricultores Investigadores yprofesores

Directivos

%

Figura 1. Síntesis de la participación lograda en los talleres provinciales realizados.

Un interés de estas actividades fue la participación de especialistas de universidades e institutos de investigaciones existentes en las provincias,

 

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porque de esta forma se actualizaban en el manejo de plagas, a la vez que contribuían con sus conocimientos y de cierta manera logran mayor vinculación. En las provincias de Santiago de Cuba y Ciego de Ávila los profesores de universidades locales tuvieron una mayor participación, principalmente la Universidad de Oriente y la Universidad de Ciego de Ávila, respectivamente. Respecto a la representación de géneros, en varias provincias las mujeres fueron mayoritarias (mas del 50%), principalmente en La Habana, Granma, Santiago de Cuba y Sancti Spiritus. Por supuesto, estos ejercicios se convirtieron en una sesión intensiva de intercambio, en que los participantes de cada equipo no solamente aportaron sus experiencias, sino que aprendieron de los aportes de los demás, como sucede en estas actividades en que se sistematizan experiencias mediante intercambios participativos (Fig. 2).

Figura 2. Muestra de las características de los ejercicios realizados.

Respecto a las visitas a fincas, en cada provincia se lograron intercambios en varias, para un total de 33 fincas visitadas, todas pertenecientes a la agricultura suburbana y algunas de los polígonos de conservación y mejoramiento de suelos.

3.2. Resultados del proceso

Como resultado del ejercicio realizado en los 12 talleres provinciales se aceptó el 95,7% de las prácticas propuestas en el documento base y en el 4,3% se hicieron propuestas de modificaciones (Tabla 1), por lo que el grado de aceptación de la propuesta fue alto, si se considera además que ninguna de las prácticas fue rechazada.

 

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Igualmente se propusieron 115 prácticas nuevas, que representan el 26,2% del total, si se consideran las propuestas en el documento base; es decir, aproximadamente la cuarta parte de las prácticas que ahora se han identificado han surgido en el proceso realizado, lo que significa un gran aporte. Tabla 1. Síntesis de los resultados del proceso de sistematización de experiencias en buenas prácticas agroecológicas en el manejo de plagas.

Sub sistemas Documento base Nueva versión Total Aceptadas Modificadas Nuevas Total

Manejo del sistema agrícola 0 0 0 33

33

Manejo sistémico de la finca 73 71 2 32 105

Manejo integral del suelo 23 15 8 12 35

Manejo integrado del cultivo 36 35 1 31 67

Control ecológico de poblaciones de organismos nocivos

192 189 3 7 199

Total 324 310 14 115 439 % 95,7% 4,3% 26,2%

Si se analizan documentos similares recientemente realizados en el país (Vázquez, 2004; Vázquez y Fernández, 2007; Vázquez y Álvarez, 2011), los aportes efectuados ahora son de consideración. Resultó de gran importancia que se incluyera el manejo del sistema agrícola como un subsistema del manejo agroecológico de plagas, pues se argumentó que una buena práctica agroecológica es considerar el ecosistema, no solamente respecto a las prácticas organizativas y los servicios, sino en el diseño y manejo del paisaje, aspecto sustentado en estudios realizados por Altieri (1999), Funes (2001). En este sentido se propició un debate interesante respecto a la importancia de los corredores ecológicos de la biodiversidad para el manejo de plagas, que no solamente se debían realizar a nivel de las fincas, sino del sistema

 

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agrícola, para propiciar la conexión entre estas y los ecosistemas naturales, aspecto que está muy argumentado en los estudios de Perfecto et al. (2009). En el mismo sentido fue interesante la importancia que atribuyeron los participantes a la inclusión, también como subsistema del manejo a nivel de la finca, considerado en trabajos anteriores (Vázquez, 2004; 2010; 2011), pero que en la práctica generalmente no se le presta atención; sin embargo, diversos estudios argumentan la utilidad de manejar las interacciones de la biodiversidad y la vigilancia fitosanitaria a escala de fincas y no limitarse al campo cultivado (Leyva y Pohlan, 2005; Altieri y Nicholls, 2007; Vázquez et al., 2008), entre otras ventajas.

Un análisis mas detallado de las prácticas agroecológicas de manejo de plagas sistematizadas (validadas y nuevas), permite conocer la diversidad de componentes en que se agrupan para los diferentes subsistemas del manejo agroecológico de plagas (Tabla 2), y como resultado se lograron 73 componentes, representados en mayor cuantía en los métodos de control ecológico, lo que demuestra la diversidad de opciones no químicas que existen para la lucha contra los organismos nocivos. Además, en cada componente se ofrece una breve información de sus características e importancia para el manejo de plagas, lo que contribuye al su entendimiento como práctica fitosanitaria.

En el proceso que ahora se informa, se aprecia un nuevo enfoque e incremento de los componentes del manejo de plagas, que se debe a la diversidad de prácticas estudiadas y generalizadas, lo que evidencia las potencialidades del manejo agroecológico en la supresión de poblaciones de organismos nocivos, su enfoque sistémico y el alto nivel de autosuficiencia que se logra en el manejo de la finca, resultado que constituye una novedad y que contribuye a entender la importancia de la agroecología para la transición de la producción agropecuaria.

 

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Tabla 2. Síntesis del número de prácticas de los diferentes componentes de los subsistemas del manejo agroecológico de la finca.

Subsistemas Total Componentes Prácticas

Manejo del sistema agrícola 12 33 Manejo sistémico de la finca 15 105 Manejo integral del suelo 9 35 Manejo integrado del cultivo 8 67 Control ecológico de poblaciones de organismos nocivos 29 199

Total 73 439 Cuando se analizan los programas de manejo integrado de plagas se puede apreciar el bajo número de componentes que se integran, la mayoría limitados al campo cultivado (Andrews, 1989), principalmente manejo del material de siembra, manejo de variedades, fecha de siembra, manejo del suelo, control químico, control biológico, control etológico y prácticas culturales, entre otras (Martínez, 1964; Mendoza y Gómez, 1982; Faz, 1983; Murguido, 2000; Martínez et al., 2007), característica que es propia de los sistemas convencionales, en que resulta muy difícil complejizar el manejo de plagas, además de que en estos sistemas el componente de mayor importancia es el control químico, por la necesidad de lograr altos rendimientos mediante el enfoque del producto.

Mas recientemente, la adopción del enfoque agroecológico en la producción agropecuaria en general y el manejo de plagas en particular (Vázquez, 2007), han propiciado el manejo integrado de plagas (MIP) y el manejo agroecológico de plagas (MAP) como etapa de transición en la agricultura convencional y diversificada, respectivamente (Vázquez, 2010; 2011), por lo que se ha logrado una contribución al manejo de plagas que puede resultar muy útil en los procesos de conversión de la agricultura.

Desde luego, en los debates se pudo constatar que estos aportes pudiesen ser mayores si el ejercicio se realiza además en los territorios (municipios), donde hay muchísimas experiencias locales, que son el

 

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resultado de procesos de innovación entre técnicos y agricultores que se realizan habitualmente. Por ello, se valoró la necesidad de elaborar una nueva versión con los resultados obtenidos y someterlo a una nueva sistematización a nivel de los municipios del país. Evidencia de esto es que en las visitas a las fincas se observaron diversas prácticas agroecológicas, algunas de ellas no mencionadas en los talleres, lo que permitió enriquecer los resultados. También resultó ostensible que efectivamente la agricultura suburbana se encuentra en proceso la transición del manejo de plagas, pues existían fincas de campesinos (CCS) que habían avanzado mucho en uso de bioplaguicidas y abonos orgánicos, manejo del suelo, diversificación de cultivos y otras prácticas agroecológicas, así como fincas de cooperativas (CPA y UBPC) y granjas estatales que avanzaban en diversificación de cultivos y utilización de bioplaguicidas, entre otras. Igualmente llamaron la atención algunas fincas de UBPC, que antes estaban bajo el enfoque convencional, se habían transformado tanto que parecían fincas de campesinos. Muy interesante resultó haber observado fincas de nuevos usufructuarios (Decreto Ley 259), cuyos agricultores estaban muy sensibilizados con el enfoque agroecológico.

Aunque en la mayoría de los directivos, técnicos y agricultores, aún predomina el enfoque del producto en el manejo de plagas, ya sean estos químicos o biológicos. Es decir, de manera general no se han apropiado del enfoque del manejo agroecológico de plagas, en que la transición no solamente es mediante la integración de productos, sino en la adopción del manejo del suelo, el cultivo y toda la finca. Además de los resultados en la validación y aportes de nuevas prácticas, como valor agregado a los ejercicios y las visitas a fincas, se contribuyó a la capacitación y actualización técnica de los participantes, así como a la adopción futura de las prácticas que no conocían y les resultan de utilidad. Asimismo se puso de manifiesto que el propio proceso participativo otorgaba relevancia a las experiencias de técnicos y agricultores locales, lo que demostró la utilidad de los métodos participativos para procesos de innovación y capacitación, aspecto que se ha reconocido en estudios anteriores (Braun et al., 1999; Braun y Hocdé, 2000; Vázquez et al.,

 

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2005; Vázquez, 2008). Varios participantes argumentaron que resultaba novedoso en la actividad de sanidad vegetal, sistematizar experiencias para posteriormente elaborar un documento técnico de consulta con carácter nacional.

3.3. Componentes y prácticas

Como resultados finales de los talleres se sistematizaron 439 prácticas agroecológicas, de procesos y de productos, que tienen efectos directos e indirectos en la supresión de los problemas fitosanitarios en los cultivos y se agrupan en 73 componentes pertenecientes a los subsistemas siguientes:

• Manejo del sistema agrícola • Manejo sistémico de la finca • Manejo integral del suelo • Manejo integrado del cultivo • Control ecológico de poblaciones de organismos nocivos

La versión final de cada una de las prácticas, incluida una síntesis del procedimiento para su utilización, se ofrece a continuación, como evidencia de los resultados del proceso realizado; esta servirá además como base para el próximo proceso de sistematización, que fuera recomendado realizar en los municipios y centros de investigación. 3.3.1. Manejo del sistema agrícola

Durante los talleres y en el intercambio con especialistas, técnicos y agricultores innovadores, se argumentó la importancia que tenían las funciones que a nivel de territorio, municipio y cooperativa realizan los inspectores de las Estaciones de Protección de Plantas (EPP) y los técnicos fitosanitarios de las CCS, CPA, UBPC y Granjas quienes, como parte del sistema de sanidad vegetal, ofrecen diversos servicios a los agricultores. Efectivamente, este sistema rectorado por el Centro Nacional de Sanidad Vegetal (CNSV) del Ministerio de la Agricultura está organizado desde los años setenta del pasado siglo, y se realiza en los territorios por una red de 76 EPP, cuyas funciones están comprendidas en la inspección estatal de sanidad vegetal, certificación de semillas, asesoría técnica en manejo de plagas, uso adecuado de plaguicidas, diversos servicios técnicos

 

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(diagnóstico fitosanitario, señalización y pronóstico de plagas, uso de agentes de control biológico, cuarentena vegetal, medios de aplicación de plaguicidas, entre otros), generalización de nuevas tecnologías y capacitación, entre otras actividades de la producción agropecuaria y la post cosecha. El hecho de que existan programas de manejo de plagas con alcance territorial, se debe precisamente a que la lucha contra estos organismos no se limita al campo cultivado y el sistema de producción (finca), sino que debe incluir la escala del territorio o paisaje agrícola, ya que está bien argumentado científicamente que estos constituyen lugares con características muy similares, donde los organismos nocivos habitan e interactúan con el resto de la biodiversidad, en dependencia de las características tecnológicas de la producción agropecuaria.

En las EPP visitadas pudieron apreciarse diversos servicios al agricultor que están consolidados, así como otros que constituyen nuevas experiencias de gran beneficio para la producción agropecuaria local, las que aparecen a continuación como componentes y prácticas que se consideran como manejo territorial de plagas o gestión integral fitosanitaria, en sistemas agrícolas para la transición hacia la producción agropecuaria sostenible.

Capacitación. Este es un componente de importancia que forma parte de la misión de las EPP. La capacitación se realiza a través de reuniones, cursos, seminarios, talleres, encuentros, fincas de referencia y visitas de asesoría directa a los agricultores. Lamentablemente los métodos que aun se emplean en la capacitación son mayormente unidireccionales: un especialista (capacitador, profesor) ofrece una clase o una conferencia y los agricultores y técnicos (participantes, alumnos) reciben información directa de dicha persona. Generalmente al finalizar se realizan preguntas y se propicia un debate. Esta metodología se ha demostrado que no es efectiva en la educación de adultos.

Sin embargo, cuando estas conferencias o clases se complementan con ejercicios en equipos, encuentros de conocimientos, exposición de experiencias, entre otras actividades participativas, los resultados del aprendizaje son mayores, ya que las personas no asisten solo como

 

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alumnos, sino que participan en el análisis del tema y aportan sus experiencias, lo que contribuye a un intercambio horizontal que resulta de mayor provecho para entender y luego adoptar cualquier tecnología. Los métodos participativos están bien documentados como efectivos en la capacitación de adultos. 1. Se realizan seminarios pre campaña cuando se trata de cultivos de

importancia que van a sembrarse por la mayoría de los agricultores en el territorio. De esta forma los agricultores se actualizan de los nuevos problemas fitosanitarios existentes o los que pueden incidir de acuerdo al clima y otros factores, conocen las nuevas tecnologías de manejo de plagas, analizan cuales son las nuevas variedades y las que se comportan mejor, entre otros aspectos. En estos seminarios se presenta la estrategia de uso de plaguicidas, sean químicos o biológicos para dichos cultivos. También se realizan coordinaciones a nivel del territorio sobre el programa de siembra, sobre todo para los casos de complejos vector-enfermedades (Ej.: mosca blanca-geminivirus).

2. Las intervenciones en reuniones de la cooperativa consisten en aprovechar que los agricultores generalmente se reúnen con cierta periodicidad a nivel de su unidad de producción (cooperativa, granja, etc.) y en estas actividades los inspectores de la EPP y los técnicos fitosanitarios realizan alguna capacitación, específicamente sobre temas de mayor urgencia para las características del territorio y los cultivos. Estos pequeños espacios de capacitación son muy útiles, ya que el agricultor se mantiene actualizado; pero el técnico que los ofrece debe prepararse bien y ser muy concreto, para aprovecharlos bien.

3. La organización de cursos de capacitación sobre temas específicos, como parte de una programación que obedece a las demandas, los que pueden estar agrupados para técnicos o para agricultores, de acuerdo a las características de sus fincas o a su experiencia (incluidos los que han recibido tierras por el DL 259). Estos cursos pueden realizarse con el apoyo de técnicos de la provincia y de organizaciones de apoyo (ACTAF, ACPA, ANAP, otras).

4. Los encuentros y talleres que se realizan en salones, comedores, aulas u otros sitios de fácil acceso. Son actividades participativas que se organizan con agricultores y técnicos para intercambiar experiencias. En el programa se incluyen conferencias, presentaciones de

 

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experiencias y ejercicios para analizar y debatir temas de interés. En estas actividades debe propiciarse una amplia participación de los agricultores.

5. Los encuentros en fincas también constituyen una buena metodología para el aprendizaje de nuevas tecnologías y favorecer el intercambio entre técnicos y agricultores, siempre que sea bien conducido para profundizar e intercambiar y que en dicha finca se puedan apreciar las buenas prácticas y resultados de innovaciones.

6. Los Activistas Fitosanitarios y los Agricultores Innovadores pueden contribuir a la preparación y asesoramiento de los nuevos agricultores (DL 259), mediante un programa local bien organizado.

Mini biblioteca. En todas las EPP funciona una red de mini bibliotecas de sanidad vegetal, que es parte del sistema de documentación e información del instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal (Inisav). 7. Las EPP deben divulgar entre los técnicos y agricultores la existencia

de literatura técnica, para que puedan acudir a consultarla en horarios establecidos.

8. Puede programar sesiones colectivas de lectura y comentario, cuando recibe algún libro o documento nuevo, lo cual contribuye al aprendizaje.

Consultorio fitosanitario. El hecho de que existan las Estaciones de Protección de Plantas en los municipios, significa un sistema de atención primaria a los problemas que presentan los agricultores. Estas unidades están concebidas para accionar directamente en las unidades de producción; sin embargo, ha resultado provechosa la experiencia de algunas EPP al crear un Consultorio Fitosanitario.

9. Los agricultores tienen la posibilidad de acudir al local de la estación, en horarios establecidos, para realizar consultas técnicas, llevar muestras de plantas u organismos nocivos para que los identifiquen, entre otros aspectos de interés.

10. Es recomendable que las EPP lleven un registro de estas consultas, a la vez que las aprovechen para coordinar actividades, informar a los agricultores sobre problemas fitosanitarios y la divulgación técnica, entre otros intereses de los programas.

Redes locales de innovación. La innovación tecnológica se realiza para lograr una nueva tecnología (generación), para modificarla y adaptarla o

 

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ajustarla a las condiciones donde se van a introducir (validación) y para que los agricultores la utilicen en sus fincas (adopción).

En el caso de las prácticas agroecológicas, los procesos de innovación locales resultan imprescindibles, ya que estas deben adaptarse a las condiciones específicas de los territorios (clima, suelo, tradiciones, etc.), además de que los procesos de sistematización de experiencias con la participación de técnicos y agricultores tienen una gran contribución al avance tecnológico para la transición de la producción agropecuaria de sistemas convencionales a sostenibles. Precisamente en esto se sustenta la Innovación Fitosanitaria Participativa (IFP), que es mas efectiva cuando se combina con la capacitación. 11. La EPP debe identificar los agricultores experimentadores y

organizarlos en redes locales de innovación, los que pueden trabajar en temáticas específicas, de acuerdo a sus experiencias.

12. Disponer de una red de agricultores innovadores en el territorio, constituye una poderosa vía para el perfeccionamiento de las estrategias fitosanitarias, así como para la introducción de nuevos productos fitosanitarios.

13. Los agricultores innovadores pueden tener una contribución importante en la preparación de los nuevos agricultores.

Inspección estatal. Existen regulaciones por el Estado para la actividad de sanidad vegetal, las que están publicadas en la Gaceta Oficial de la República de Cuba o por la Oficina Nacional de Normalización, y son de obligatorio cumplimiento, ya sea por los agricultores o por los que se relacionan con el comercio local, nacional e internacional.

Existe el Decreto-Ley No. 153 (Regulaciones de la sanidad vegetal) del 12 de septiembre de 1994 y Decreto Ley 169 (Contravenciones de las regulaciones sobre sanidad vegetal) del 6 de mayo de 1992. También el Decreto No. 175 (Sobre la utilización de las semillas) del 22 de Octubre de 1992. La EPP es la entidad encargada de aplicar estas regulaciones legales en el territorio que atiende, para lo cual está integrada por Inspectores, quienes tienen facultades para realizarlo.

14. Por ello la inspección estatal que realizan las EPP contribuye a

 

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preparar a los agricultores para que se apropien de las buenas prácticas fitosanitarias, a la vez que es impositiva para las violaciones de lo establecido.

15. Las indisciplinas tecnológicas deben analizarse en las actividades de capacitación, para contribuir a su entendimiento y propiciar el debate para evitar que sucedan.

Vigilancia fitosanitaria territorial. El servicio de vigilancia fitosanitaria a nivel de sistema agrícola es fundamental, no solamente para detectar a tiempo los organismos nocivos que se puedan incrementar a causa de algún factor, sino también por los que se pudieran introducir desde otras regiones y países por diferentes vías.

En algunos debates también se atribuyó importancia a la vigilancia en el orden tecnológico, debido a los posibles errores relacionados con el manejo de plagas y sus consecuencias económicas, sociales y medioambientales.

16. La participación de los agricultores en la vigilancia sobre organismos nocivos debe organizarse por la EPP, a través del movimiento de Activistas Fitosanitarios y de Agricultores Innovadores.

17. El monitoreo de la resistencia a fungicidas, insecticidas y herbicidas mediante el registro y análisis de los cambios en la efectividad técnica y las dosis de aplicación de todos tipos de plaguicidas, principalmente los de mayor uso.

Señalización y pronóstico territorial. Es un servicio especializado que ofrecen las EPP a los agricultores del territorio, para alertarlos sobre la incidencia de organismos nocivos en cultivos de importancia económica.

El propósito del sistema de señalización es la evaluación de su intensidad y distribución en campos representativos de variedades y fechas de siembra de cultivos de importancia (campos estacionarios) y fincas (recorrido de itinerario) representativas de las formas productivas, para determinar si las poblaciones y afectaciones han alcanzado el nivel crítico (índice) y emitir una señal a los agricultores del territorio, lo que significa que estos deben realizar alguna acción o medida de control, pues de lo contrario dichas afectaciones serán de significación económica (modelo del umbral económico en la fitosanidad).

Se considera un sistema que ha sido exitoso y muy apreciado por los

 

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agricultores, sobre todo los que realizan agricultura de tipo convencional o intensiva, en que los campos son de grandes extensiones y por tanto el riesgo de ser afectados por organismos nocivos es mayor. 18. Los resultados del sistema de señalización que realiza la EPP se

consideran útiles para todos los tipos de agricultores del territorio, por ello deben crearse vías para que estas informaciones les lleguen semanalmente, sobre todo en la actualidad en que la producción agropecuaria está organizada en fincas, que es donde se toman las decisiones tecnológicas.

19. Debido a que el sistema de señalización se sustenta en evaluaciones decenales representativas en cultivos de importancia económica, no solamente permite conocer la efectividad de las aplicaciones de plaguicidas que se realizan en los campos de cultivos, sino que al concluir el año, se puede analizar los índices de incidencia y distribución, su tendencia, así como comparar diferentes años, lo que constituye una forma de conocer la efectividad resultante de las prácticas agroecológicas que se realizan en las fincas, la cual es acumulativa y se puede apreciar en el tiempo.

20. La EPP debe lograr que los agricultores evalúen sus propios cultivos, aunque no lo hagan con el mismo rigor que los especialistas de sanidad vegetal, pero que tengan un sistema que les permita tomar las decisiones sobre aplicaciones de plaguicidas y conocer su efectividad, así como analizar la efectividad resultante del manejo agroecológico de la finca.

21. Se considera una buena práctica agroecológica que al concluir la campaña de cultivo y el año, la EPP haga análisis del comportamiento de los organismos nocivos incluidos en el sistema de señalización y discuta los resultados con los agricultores, para de esta forma analizar las causas de los que han alcanzado el índice critico de infestación y cuáles son las prácticas que deben realizarse para contribuir a reducirlos sin necesidad de aplicaciones constantes de plaguicidas.

Certificación de semillas. Constituye un servicio especializado de la EPP. Tiene dos componentes: la certificación de la cuarentena vegetal, que se realiza para autorizar su traslado y siembra sin riesgo de afectación por organismos nocivos y la certificación de calidad como material de siembra, entre otros aspectos.

 

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22. La EPP debe incluir en los cursos de capacitación y los procesos de innovación el tema de la calidad fitosanitaria de la semilla y considerarlo como un componente esencial en la estrategia fitosanitaria del territorio.

Programa de siembra. Para cultivos que se siembran en campaña y de forma extensiva, la programación de la siembra constituye un componente esencial para reducir la dispersión de los problemas fitosanitarios de mayor importancia, principalmente los insectos vectores de virus. El programa de siembra territorial tiene dos componentes esenciales: la fecha de siembra y la programación de siembra de las fincas y campos, de acuerdo a la situación fitosanitaria.

23. La EPP debe coordinar con los agricultores el programa de siembra territorial para hortalizas, granos, viandas y fruta bomba.

Producción local de insumos. La tendencia a la autosuficiencia en la producción de insumos para el manejo de plagas está muy relacionada con la sostenibilidad de la producción agropecuaria. Esto ha sido evidente en Cuba en la producción local de agentes de control biológico en los CREE (Centros de Reproducción de Entomófagos y Entomopatógenos) y las Plantas de Bioplaguicidas (Bacillus thuringiensis y nim). Sin embargo, existe la demanda de incrementar las producciones a nivel de las fincas. 24. A nivel de los sistemas agrícolas la EPP asesora y supervisa estas

producciones, así como informa a los agricultores sobre ellas y su utilización.

25. Es una buena práctica que las producciones locales de agentes de control biológico, sean artrópodos o microorganismos, en la medida de las posibilidades, se realicen con ecotipos y cepas locales, respectivamente.

26. La producción artesanal de entomófagos se considera una práctica promisoria a nivel de cooperativa y finca, principalmente cuando se realizan con poblaciones colectadas en la propia localidad.

27. La siembra, cosecha y elaboración artesanal de biopreparados botánicos constituye una práctica que la EPP puede potenciar en los territorios, principalmente la producción a nivel de cooperativa y finca.

 

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28. La producción y utilización de abonos orgánicos debe ser propiciada, por su contribución al manejo de plagas.

Manejo del germoplasma. La EPP dispone de información acumulada sobre la incidencia de organismos nocivos en cultivos de importancia en el territorio, así como la susceptibilidad de los cultivares y clones que se siembran.

29. Analizar con los agricultores la estrategia del germoplasma para cultivos de importancia local. Considerar en esto los resultados de los agricultores que participan en procesos de Fitomejoramiento Participativo.

30. Para cultivos muy sensibles a organismos nocivos de alta peligrosidad, se realizan estrategias de cultivares y clones de obligatorio cumplimiento para todos los agricultores. Esta práctica se ha utilizado con éxito en casos como moho azul del tabaco, sigatoka negra en plátano, mosca blanca-geminivirus en tomate, Thrips palmi en papa, frijol y pepino, entre otros.

31. Para los cultivos permanentes en grandes extensiones, es una buena práctica mantener una composición varietal diversa, para evitar o minimizar desastres por organismos nocivos peligrosos, principalmente fitopatógenos. Ejemplos de desastres fitosanitarios causados en Cuba por no realizar esta práctica son la roya de la caña de azúcar, la roya del café, el complejo salta hojas-virus de la hoja blanca en el arroz, entre otros.

Corredores ecológicos de la biodiversidad. Esto ha alcanzado mucha notoriedad en los últimos años, en que se ha demostrado la importancia fitosanitaria de las interacciones de la biodiversidad, sea nociva o beneficiosa, lo cual sucede a diferentes niveles, así como a los efectos beneficiosos de conectar sistemas agrícolas con sistemas naturales a través de corredores ecológicos de la biodiversidad.

32. En los planes de ordenamiento territorial que se rectora en el gobierno municipal, la EPP debe incidir en la necesidad de conectar las fincas mediante corredores ecológicos de la biodiversidad (cortinas rompe vientos, bosques, cercas vivas, ambientes semi naturales), los que se integran como parte del mosaico de fincas del territorio.

33. La EPP debe incidir con esta práctica en los programas de reforestación y conservación de suelos del territorio.

 

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3.3.2. Manejo sistémico de la finca

Resultó muy importante el hecho de que, en la mayoría de los talleres realizados, los participantes atribuyeron una gran novedad al incluir este sub sistema, además de considerarlo de vital importancia en el manejo de plagas.

En los debates se resultó evidente que existen muchísimas prácticas no conocidas y que los agricultores realizan a nivel de las fincas, por lo que el manejo sistémico de la finca se recomendó como un subsistema que debe ser enriquecido en talleres donde haya mayor participación de agricultores. De esta forma, el ejercicio también contribuyó a entender que el manejo de plagas no se debe limitar solamente al campo cultivado, sino que se realiza a nivel de toda la finca. Vigilancia fitosanitaria en la finca. Constituye una de las principales componentes en el manejo sistémico de la finca y tiene tres objetivos esenciales: (1) solicitar información y supervisar el material de siembra adquirido, (2) monitorear la incidencia y distribución de las plagas que inciden en los cultivos una vez sembrados o plantados, para tomar las decisiones adecuadas en cada caso, (3) identificar las causas por las cuales estos organismos nocivos (plagas) se presentan, para poder planificar y ejecutar medidas preventivas y (4) realizar observaciones e indagar sobre problemas fitosanitarios en fincas vecinas y cercanas, para estar alertas. Esto último es mas importante en el caso de los agricultores o fincas vecinas o colindantes, que están ubicadas desde la dirección predominante de los vientos y en las vías de acceso a la finca, incluidos los canales de riego. Es bien conocido que las plagas afectan los cultivos principalmente por mal uso de plaguicidas en sentido general, pero también por no conocer y actuar sobre las causas por las cuales estos organismos entran a la finca, se establecen y atacan los cultivos y por no saber qué poblaciones de plagas pueden arribar desde fincas cercanas. 34. Todo el material de siembra que se adquiera, sea semillas botánica,

agámicas o plántulas, debe supervisarse antes de entrar a la finca y,

 

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si fuera posible, directamente en el lugar donde se obtuvo, para seleccionar el material en mejores condiciones y libre de organismos nocivos. Debe exigirse el Certificado Fitosanitario de Libre Tránsito, que emite la EPP.

35. Para la semilla botánica importada o producida en otros lugares, debe solicitarse información sobre su calidad fitosanitaria. También conocer antecedentes de la variedad respecto a susceptibilidad a fitopatógenos.

36. El finquero debe conocer bien a los agricultores cercanos vecinos y realizar la vigilancia fitosanitaria en los aspectos siguientes: ¿qué cultivos tiene o pretende sembrar?; ¿de dónde obtuvo la semilla?; ¿qué cultivos ha sembrado ya?; ¿qué plagas inciden normalmente?; ¿qué métodos de control o manejo realiza y cuán efectivos son?; ¿qué prácticas tiene de manejo post cosecha?, entre otras. De esta forma podrá planificar mejor sus siembras y estar alertas en los cultivos similares que ha sembrado en su finca.

37. También es necesario interactuar con los técnicos locales, quienes están mejor informados y pueden alertar sobre los problemas de plagas que se manifiestan en el territorio.

38. El agricultor debe buscar la forma de recibir los avisos de plagas, señales y medidas que emite el servicio de sanidad vegetal del territorio a través de los inspectores de las Estaciones de Protección de Plantas (EPP).

39. Debe tener un sistema de observación periódica de sus cultivos y monitorear la incidencia y distribución de los principales problemas fitosanitarios.

40. Debe realizar observaciones y análisis sobre causas o factores que en su finca contribuyen a que se presenten problemas fitosanitarios. También realiza consultas e intercambios con otros agricultores y los técnicos para profundizar en estos aspectos y poder conducir prácticas de manejo en la finca.

41. El finquero debe tener una libreta donde registre los problemas fitosanitarios que se presentan (historial fitosanitario), las prácticas o medidas que utilizó en su control-manejo y los resultados obtenidos. Con esta información realiza valoraciones para la planificación y mejorar su actuación en el manejo de plagas para el año siguiente.

42. Solicitar a la sanidad vegetal (EPP) la identificación correcta de plagas en sus cultivos. Las plagas que inciden y los afectan deben estar bien identificadas, para tomar óptimas decisiones de control.

 

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43. Informar a la sanidad vegetal del territorio ante la detección en sus cultivos de una plaga no conocida o con sospecha de ser de interés para la cuarentena vegetal.

44. Contribuir con el servicio de sanidad vegetal en la realización de encuestas sobre plagas de interés para la cuarentena vegetal.

45. Contribuir con el servicio de sanidad vegetal en la realización de las medidas y sistemas de trampeo de los programas de defensa de plagas objeto de cuarentena vegetal.

Monitoreo de cultivos. Es la evaluación que realiza en propio agricultor en su finca, para conocer la situación fitosanitaria de los cultivos, de manera tal que pueda tomar las medidas oportunas, sean estas preventivas o curativas.

Existe un sistema de señalización que realiza la sanidad vegetal del territorio (EPP) y por el fitosanitario de la cooperativa o la empresa, que es con el propósito de ofrecer el servicio de señales de alerta sobre la incidencia de organismos nocivos; pero independientemente de este es importante la evaluación propia que realiza el agricultor en su finca. 46. Las evaluaciones se realizan por la combinación de los métodos de

recorrido para observación visual sobre presencia y distribución (1) y conteo de incidencia para saber la intensidad de las poblaciones en el caso de insectos y de la afectación para las enfermedades (2).

47. El recorrido sobre presencia y distribución es para detectar los problemas y se realiza directamente en los surcos, pueden ser alternos en dependencia del tamaño del campo. Si hay presencia de organismos de importancia, se evalúa la distribución mediante la determinación del porcentaje (%) de plantas afectadas. Este se determina a partir de evaluar una cantidad de plantas, que pueden ser 33 plantas/hectárea en campos grandes (1 ha o mas) o 30 plantas por campo o parcela en los casos en que sean mas pequeños. Una distribución mayor del 30% indica que debe prestarse atención al problema.

48. La evaluación de la intensidad o índice se realiza en igual cantidad de plantas, según tamaño del campo, pero en este caso se cuantifica el número de órganos afectados, en relación con el total existente en cada planta. Es decir, en cada planta evaluada se anota el total de órganos (hojas, flores, frutos, tallo) en tres niveles de la planta y cuántos están afectados. Este índice se expresa en valores relativos

 

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(hay que dividir el número de órganos afectados entre el total cuantificado). Un índice entre 0,3-0,4 es indicador de que debe prestarse atención al problema; un índice entre 0,5 y 1,0 es indicador de una intensidad de media a alta y por tanto de afectaciones. Cuando en dos evaluaciones continuas se aprecia el incremento del índice, significa que el problema está en aumento.

49. Realizar las observaciones con prioridad a los campos que están en periodo crítico; es decir, en la etapa de crecimiento-desarrollo, que es en la cual las afectaciones fitosanitarias tienen una mayor repercusión en los rendimientos. En estos campos las evaluaciones se deben realizar diariamente o cada tres días, no mas, sobre todo en las hortalizas, granos y viandas, que son cultivos muy sensibles a pérdidas por organismos causales de enfermedades.

50. Con posterioridad al periodo crítico, las evaluaciones se pueden realizar cada 7-10 días, en dependencia de la problemática fitosanitaria del cultivo.

51. Para cultivos permanentes, inmediatamente que se realiza el trasplante hay que realizar evaluaciones periódicas, pero cuando ya se ha establecido estas se realizan según etapas fenológicas susceptibles a determinados problemas fitosanitarios, ya sean en hojas, flores o frutos.

52. La evaluación de distribución e incidencia, cuando se realiza con sistematicidad, constituye un sistema que permite un manejo adecuado de los problemas fitosanitarios, sirve de base para tomar decisiones respecto a intervenciones o aplicaciones de productos fitosanitarios y permite evaluar los resultados de dichas aplicaciones. También puede servir para saber cómo se manifestó el problema al concluir el año o el cultivo, y comparar con diferentes años; inclusive, en el momento en que se evalúa un cultivo, comparar los resultados con años anteriores para saber si el problema actual es mayor o menor.

53. Debido a que las prácticas agroecológicas son de efectos múltiples acumulativos, los resultados de estas evaluaciones permiten también comparar la situación del organismo nocivo entre años, y de esta forma saber cuan efectivo es el conjunto de prácticas adoptadas.

Prácticas regulatorias. Son aquellas que reducen los riesgos de entrada de organismos nocivos, su establecimiento y dispersión en la finca. Por lo general los agricultores no realizan este tipo de prácticas porque no le

 

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atribuyen importancia fitosanitaria. 54. El trasiego de personas debe ser controlado en la entrada principal

de la finca, mediante la adopción de buenas prácticas que garanticen el cumplimiento de las medidas de limpieza y desinfección establecidas, principalmente las suelas de sus zapatos.

55. Lo recomendable es limitar el trasiego de personas dentro de la finca y sus campos de cultivo, sobre todo las que vienen de otras fincas.

56. Evitar en lo posible el acceso de los medios de transporte hacia las guardarrayas y campos de cultivos, por lo que debe tratar de limitar su acceso en lo posible.

57. Limpieza con agua a presión, en un sitio convenientemente destinado a esto, de las ruedas y otras partes de equipos de preparación del suelo o cosecha que vaya a utilizar y que vengan de otras fincas.

58. Depositar los envases para cosecha en un sitio con piso, inspeccionarlos y, si fuera posible, desinfectarlos antes de depositarlos directamente al lado de los campos de cultivo.

59. Exigir información sobre calidad y buenas prácticas de producción y transportación de abonos orgánicos que vengan de otros lugares, ya que estos pueden ser portadores de poblaciones de organismos nocivos.

60. Conocer la procedencia y calidad del material de siembra y si ha sido inspeccionado o analizado por el servicio de sanidad vegetal. Además, si fue tratada con productos fitosanitarios.

61. Saber desde y por donde viene el agua para su finca, cuando su fuente es un canal de riego. Si fuera posible establecer filtros rústicos (malla, plantas, etc.) a la entrada de la finca para reducir entrada de poblaciones de organismos nocivos (insectos, ácaros, semillas de arvenses, esporas de microorganismos, entre otros).

Almacenamiento de plaguicidas. Cuando los plaguicidas químicos (sintéticos), bioquímicos (biopreparados de plantas) y microbiológicos (bioplaguicidas) necesariamente deben guardarse en la finca, deben cumplirse las normas elementales para su seguridad, conservación en buen estado y evitar que se derramen al suelo.

Siempre es importante saber las condiciones en que deben transportarse los plaguicidas y las características principales para su almacenamiento, sin que se pierdan sus parámetros de calidad. Esto es muy importante para los bioplaguicidas microbiológicos y los plaguicidas botánicos.

 

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En la medida de las posibilidades debe evitarse el almacenamiento de estos productos en la finca y, de ser necesario, que no sea por mucho tiempo, no solamente porque pueden perder sus propiedades, sino por riesgos de contaminar el ambiente, las personas, los animales, etc.

62. Una buena práctica es destinar un local específico para almacenar estos productos (con buena seguridad), conocer los requisitos de almacenamiento (temperatura, humedad) y su caducidad.

Medios para la aplicación de plaguicidas. Aunque existen diversos procedimientos para el uso y conservación de los medios de aplicación de plaguicidas, los agricultores deben ser muy cuidadosos con esto, sobre todo por la importancia de que cumplen los parámetros establecidos (agitación del caldo, presión, entrega de las boquillas, etc.) para lograr la calidad de la aplicación.

63. Los medios de aplicación de plaguicidas deben mantenerse limpios una vez terminada la aplicación.

64. Los medios de aplicación de plaguicidas deben estar calibrados. 65. Los medios de aplicación de plaguicidas deben estar certificados por

sanidad vegetal (EPP). 66. Para la aplicación de bioplaguicidas deben utilizarse equipos

específicos. Uso responsable de agroquímicos. La utilización de plaguicidas y fertilizantes sintéticos se ha convertido en una necesidad de la producción agropecuaria, debido a que las tecnologías convencionales o intensivas dependen de estos productos (respuesta productiva), todo lo cual ha favorecido la alta incidencia de organismos nocivos (poblaciones seleccionadas) y por tanto una alta dependencia de estos productos (ciclo vicioso del plaguicida). Por este motivo, en la transición de la agricultura hacia sistemas diversificados y sostenibles, existe la necesidad de utilizar estos productos, pero de forma responsable, lo que quiere decir que se empleen según necesidad y no indiscriminadamente. Precisamente el Manejo Agroecológico de Plagas constituye el enfoque que facilita la transición de la finca y por tanto reducir las poblaciones seleccionadas de organismos nocivos (altas poblaciones) y el ciclo vicioso de producto para resolver los problemas fitosanitarios.

 

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67. Los plaguicidas químicos que vayan a ser utilizados, deben estar registrados oficialmente para dicho uso. En Cuba los plaguicidas autorizados están registrados en la Lista Oficial de Plaguicidas, que edita anualmente el Centro Nacional de Sanidad Vegetal.

68. Conocer bien las características de los productos, su modo de acción y los posibles problemas de resistencia que pudiesen presentarse.

69. Hacer un uso racional de plaguicidas sintéticos, mediante su utilización cuando sea absolutamente necesario y en el momento en que será mas efectivo.

70. Integrar productos en tratamiento se semillas, siempre que sea posible.

71. Considerar los efectos de los herbicidas de uso continuado en la selección de poblaciones de arvenses.

72. Chequear efectividad y dosis de aplicación constantemente y consultar con los técnicos.

73. Garantizar el cumplimiento de los términos de carencia de los productos en las aplicaciones, tanto para reentrada a los campos como para la cosecha.

Fomento y conservación de la vegetación auxiliar. Constituyen plantas que ayudan al desarrollo de los reguladores naturales de plagas, entre otras funciones benéficas. Pueden existir en sitios de la finca donde estas plantas que no son cultivos se desarrollan libremente, sin intervenciones de plaguicidas, quemas u otras labores destructivas. También pueden ser fomentadas y manejadas para potenciar estos efectos.

74. La cerca de la periferia de la finca estará compuesta por plantas (cerca o postes vivos). Las plantas de la cerca viva deben ser de diferentes portes o estructuras (estratos o pisos), para lo cual debe estar integrada por árboles, arbustos y plantas herbáceas.

75. Las plantas para cerca viva perimetral deben ser las que mejor se adaptan a las condiciones locales, para lo cual se recomiendan las especies tradicionales. El piñón florido (Gliricidia sepium Jacq. Kunth) es una especie muy recomendada, por la diversidad de efectos benéficos que brinda. El piñón mejicano (Jatropha curcas L.) no ofrece servicios ecológicos o efectos benéficos sobre los entomófagos.

76. Cada lado de la finca debe tener la cerca viva de acuerdo a los servicios ecológicos que se desean. Si hacia el interior están los campos de cultivos varios, entonces esta debe diversificarse en

 

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estratos (arbóreo, arbustivo y herbáceo) e integrar especies que favorezcan los enemigos naturales. Si el interior es de instalaciones u otros lugares pueden tener intercaladas plantas con propiedades plaguicidas para elaborar biopreparados botánicos (nim, paraíso, otras).

77. Cuando el interior es de cultivos varios, las mejores especies para integrar son cítricos, guayaba, cocotero, noni y otros.

78. En la finca debe existir arboledas o mini bosques, naturales o fomentados. Generalmente hay una arboleda en la zona de la vivienda; pero en fincas grandes se recomienda fomentar uno o mas mini bosques para conectar la finca interiormente respecto a la biodiversidad funcional (enemigos naturales, polinizadores) y exteriormente con áreas naturales cercanas.

79. En la finca se dejan sitios donde la vegetación herbácea y arbustiva crezca espontáneamente (ambientes seminaturales); esto puede combinarse con los mini bosques.

80. Si la finca es extensa, se fomentan cercas vivas o corredores internos de plantas herbáceas, árboles y arbustos que se conectan con la cerca viva perimetral y las arboledas.

Producción y manejo del material de siembra. Se refiera a la semilla botánica, agámica o plántulas que se produce en la propia finca. Estos materiales pueden lograrse con óptima calidad si el finquero está entrenado al efecto y si dispone de acceso a servicios analíticos (calidad de la semilla, problemas fitosanitarios), ya que el material de siembra es un diseminador potencial de organismos nocivos a los cultivos. También es muy importante que sepa seleccionar las plantas que tienen las mejores condiciones para la producción de semillas, en los campos de cultivo o en los destinados a estas producciones.

La producción de semillas en la propia finca garantiza que el material esté adaptado a sus condiciones, y que tenga menos riesgo de entrada de organismos nocivos al agroecosistema. 81. La producción de semilla en la finca está coordinada con el

fitosanitario de la unidad de producción (cooperativa, empresa) y el inspector de sanidad vegetal.

82. El suelo de parcelas o campos destinados a producción de semillas, debe ser inspeccionado y analizado previamente, pare determinar

 

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incidencia de arvenses, nematodos, hongos y bacterias que causen enfermedades.

83. La selección de áreas para la producción de semillas debe obedecer, además de lo anterior, a antecedentes de cultivos diferentes, cercanía a cultivos similares, dirección predominante de los vientos, topografía del terreno, caminos de acceso y canales de agua, entre otras características que reduzcan los riesgos de afectarse por organismos nocivos.

84. Los campos, parcelas, canteros u otros sistemas, ya sean a campo abierto, semi-protegido o protegido, que se destinan a selección o producción de semillas, deben revisarse cada 2-3 días (monitoreo) para detectar a tiempo la incidencia de organismos nocivos.

85. Los sustratos (suelo, materia orgánica y otros) destinados a producción de semillas en bolsas, bandejas, canteros artificiales u otros sistemas confinados, deben ser de calidad respecto a sus propiedades y analizados para detectar presencia de fitopatógenos (nematodos, hongos, bacterias) y residuos de herbicidas. Suelo o materia orgánica con presencia de estos agentes no se deben aceptar para la producción de material de siembra.

86. La semilla botánica a utilizar para producción de semilla o siembra directa, debe seleccionarse visualmente para evitar que se utilicen las que estén dañadas (gorgojos, polillas, etc.) o con manchas, deformadas, momificadas, etc. (hongos u otros organismos causales de enfermedades). Hay que realizar pruebas de germinación.

87. Las áreas de producción de material de siembra deben recibir las atenciones culturales principales, tanto al suelo (remoción, eliminación de arvenses, etc.) como al cultivo (riego, eliminación de plantas enfermas o dañadas, etc.).

88. Las plantas en crecimiento deben ser tratadas de manera preventiva ante la sospecha o presencia de poblaciones de insectos y ácaros, así como de hongos fitopatógenos, para garantizar un alto control de ellos (mas del 90%).

89. El material de siembra debe utilizarse en la edad, tamaño y características requeridas para dicha especie de planta. Evitar plántulas adelantadas o atrasadas, raquíticas, amarillentas, estresadas, etc.

90. El material de siembra a extraer debe estar seleccionado con rigor desde el punto de vista fitosanitario. No es correcto tolerar niveles de organismos nocivos.

 

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91. El material de siembra a trasladar debe colocarse en envases que los protejan de golpes, radiaciones solares directas, aire fuerte, sustancias toxicas, etc.

92. El material de siembra debe sembrarse o plantarse el mismo día en que se traslada.

93. Antes del trasladado del material de siembra para siembra o trasplante, debe tratarse preventivamente con bioplaguicidas. Si existen riesgos de nematodos utilizar Trichoderma viride (cepa TS-2) u otros bionematicidas, y en el caso de enfermedades causadas por hongos (conocidos como patógenos del suelo), tratarlas con Trichoderma harzianum (cepa A-34).

94. Es recomendable aplicar en el sitio de siembra (surco, hoyo) algún tipo de abono orgánico de calidad.

Almacenamiento y conservación de semilla agámica. Se recomiendan algunas prácticas en el almacenamiento de semilla agámica en la propia finca, para reducir las afectaciones de su calidad, incluidas las debidas a problemas fitosanitarios. 95. Debe seleccionarse antes de colocarla en el sitio donde se

almacenará, para evitar que las afectadas contaminen a las sanas. 96. Los bulbos, rizomas y tubérculos se deben almacenar colgados

(amarrados o en sacos ventilados) o sobre huacales especialmente construidos al efecto, y colocarse en lugares bajo techo y ventilados.

97. Los bulbos, rizomas, tubérculos u otros pueden ser tratados previamente con Trichoderma harzianum (cepa A-34) o con cal, pero no ambos a la vez.

98. Las estacas u otras similares que se almacenan a la intemperie, se colocan en sitios donde no incidan fuertemente las radiaciones solares o haya riesgo de encharcamiento, etc.

Almacenamiento y conservación de semilla botánica. La semilla botánica que se guarda en la finca, ya sea adquirida o producida en la misma finca, debe conservarse para garantizar que no se afecte su calidad respecto a parámetros botánicos ni fitosanitarios. Existen diferentes técnicas de tratamiento-almacenamiento para pequeñas cantidades. Las prácticas mas promisorias son las preventivas, ya que si el daño está hecho, se afecta su germinación. También puede afectarse por fitopatógenos e incluso puede ser portadora de estos.

 

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99. El tamizado de la semilla permite eliminar restos de la cosecha, semillas de malezas, semillas partidas, fases de insectos, etc. Para realizarlo se coloca un nylon o papel sobre una mesa y se utiliza un tamiz rústico, con malla fina (tipo mosquitero). También se pueden utilizar dos tamices, el primero de orificios con diámetro mayor (tipo de cernir arena) y el segundo con malla fina (tipo mosquitero). Todo lo que se separe debe eliminarse.

100. La exposición a temperaturas extremas son usualmente las mas utilizadas como método de control físico, ya que los insectos no pueden desarrollarse y reproducirse por debajo de 13 °C y sobre los 35 °C. La exposición al sol mata los huevos, larvas y pupas por deshidratación y ahuyenta los adultos. Cuando las semillas se almacenan en refrigeración, además de conservar sus propiedades, se evita el ataque de insectos y, si estuviesen infestadas, estos mueren y por tanto no continúan su desarrollo. Muchos pequeños agricultores para conservar sus semillas las introducen en recipientes de plástico o vidrio, los cierran y colocan en los compartimientos inferiores del refrigerador doméstico.

101. Al almacenar en un recipiente completamente hermético, los insectos plaga que pudiera haber en el grano mueren por falta de oxígeno; además, no existen posibilidades de entrada de nuevas poblaciones de insectos. Hay experiencias con recipientes de metal y plástico, los que deben colocarse en sitios ventilados y no expuestos a la humedad excesiva. Un requisito de esta técnica es que las semillas deben tener un contenido de humedad menor del 13%.

102. El almacenamiento en recipientes herméticos usualmente se combina con la mezcla de las semillas con plaguicidas botánicos (polvos, partes de plantas) y minerales.

103. La mezcla con cal es un excelente preservante post cosecha, tanto para frutos y otras partes de la planta como para las semillas. Actúa contra insectos, ácaros y hongos. Pero, no se debe utilizar cuando la semilla se trata con Trichoderma u otros bioplaguicidas.

104. La mezcla con polvos inertes es un método físico de control de insectos plaga de los granos almacenados, entre los polvos inertes se encuentran las cenizas y las arenas finas, los que se mezclan con las semillas y actúan como barrera física contra el daño por insectos. Todos los polvos minerales disminuyen la infestación de las plagas, pero la efectividad está directamente relacionada con la dosis, pues una dosis de 5 g por kilogramo de semilla reduce considerablemente

 

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la descendencia de todas las especies evaluadas. Existen buenas experiencias con sílice, cal, zeolitas, ceniza volcánica. Es importante conocer que cuando la semilla se trata con Trichoderma para el control de hongos fitopatógenos, no debe mezclarse con polvos inertes, excepto con zeolita, que si es compatible con este bioplaguicida.

105. La mezcla con zeolita tiene efectos contra plagas de almacén, ya que cuando está en contacto con huevos, larvas o adultos de gorgojos o con huevos y larvas de polillas, el cuerpo de estos insectos se deshidrata y mueren y en los que logran tolerar este efecto, se reduce su desplazamiento entre los granos. Para la conservación de semillas puede mezclarse con zeolita al 15-20% del volumen a tratar.

106. Los plaguicidas botánicos que se preparan de manera rústica por el agricultor para el tratamiento de semillas, pueden utilizarse en forma de polvos (órganos secos y molidos) y partes de plantas (pedazos secos), los que no afectan el poder germinativo. Todos se mezclan con las semillas o se vierten sobre la parte superior de estas para protegerlas. Algunas plantas con probados efectos sobre las plagas de almacén son ají o chile (Capsicum spp.), ajo (Allium sativum), cebolla (Allium cepa), cedro (Cedrela spp.), Croton spp., eucalipto (Eucalyptus spp.), hierbas (Piper spp.), jaboncillo (Sapindus spp), menta (Mentha spp.), neem (Azadirachta indica), paraíso (Melia azedarach), sasafrás (Brusera graveolens), tabaco (Nicotiana tabacum), vetiver (Anatherum zizanioides), entre otras.

107. Los aceites que se utilizan en el control de plagas de granos almacenados pueden ser de origen vegetal o mineral. Actúan contra los demas estados de desarrollo del insecto, al cubrirlos con una capa oleosa cuando están expuestos, tapa los espiráculos de respiración y los mata por asfixia. Se han ensayado aceites de diversos granos, principalmente maní, soya, algodón, maíz, girasol, coco, ricino y otros, con buenos resultados contra gorgojos (Bruchidae y Curculionidae) en concentraciones entre 2-6%.

108. Los insectos que atacan las semillas almacenadas tienen diverso enemigos naturales como insectos parasitoides, insectos y ácaros predadores, hongos y bacterias entomopatógenas, nematodos parásitos, entre otros.

109. Algunas de estas especies se consideran muy efectivas y se han utilizado como controladores biológicos, para lo cual se multiplican masivamente, para luego liberarlas (entomófagos) o aplicarlas

 

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(bioplaguicidas), principalmente en almacenes convencionales, silos e industrias de cereales, entre otras. Los bioplaguicidas a base de hongos entomopatógenos (Beauveria bassiana, Metarhizium anisopliae) son mas factibles contra coleópteros, porque se pueden mezclar con las semillas o espolvorearlos sobre la superficie de estas. Desde luego, para su utilización hay que tener presente las condiciones de humedad y temperatura del local, así como la hermeticidad del envase, lo cual puede ser un factor limitante.

110. El tratamiento de las semillas botánicas con Trichoderma harzianum contra hongos fitopatógenos se puede realizar de varias formas: (1) Inmersión de la semilla botánica en la suspensión del biopreparado, para controlar las poblaciones de organismos nocivos (insectos, ácaros, microorganismos) que están en su superficie. Debe secarse al aire fresco con posterioridad; (2) mezcla del biopreparado sólido con la semilla antes de almacenarla. De esta forma permanece activo durante el periodo de almacenamiento y tiene doble acción de control y prevención; (3) peletización de la semilla. Se elabora una pasta del biopreparado que se coloca dentro de un nylon o recipiente plástico, en el cual se introduce posteriormente la semilla botánica. Se agita fuertemente para favorecer que el biopreparado cubra la semilla. Posteriormente esta se deposita sobre papel y a la sombra, hasta que se seque y de esta forma queda peletizada.

Micorrización. En los últimos años la micorrización de cultivos se considera también una práctica en el manejo de plagas, ya que se ha demostrado su efecto en la reducción de afectaciones por hongos fitopatógenos y por nematodos, en estos últimos de hasta del 40%. 111. Las micorrizas pueden adquirirse o producirse en la propia finca en

bancos de micorrizas; pero en este caso es importante que se maneje correctamente, para evitar que con el inóculo producido se trasladen organismos causales de plagas hacia las nuevas siembras de cultivos.

112. La micorrización se beneficia cuando se incorporan abonos orgánicos. 113. La micorrización es compatible con el uso de bioplaguicidas en el suelo. Producción de abonos orgánicos. La producción de abonos orgánicos en la propia finca tiene la ventaja de favorecer el aprovechamiento de la biomasa que se genera como sub productos de la producción agrícola y pecuaria.

 

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También se considera mas segura, ya que se está utilizando la biodiversidad que habita en la propia finca.

Desde luego, los abonos orgánicos que se producen en la propia finca o en otras cercanas pueden ser portadores de organismos nocivos, principalmente (1) si no se realizan con calidad y quedan poblaciones vivas al final del proceso, y (2) si se realizaron en un suelo donde hay poblaciones de organismos nocivos y estos se trasladan junto con el abono cuando se cargan. 114. El finquero debe conocer la procedencia de los residuos animales si

son adquiridos en otras fincas, así como si utilizaron herbicidas u otros productos de alta residualidad.

115. El suelo del sitio donde se realiza un compostaje no debe tener poblaciones de nematodos y fitopatógenos, que puedan trasladarse cuando se cargue el abono orgánico.

116. Los abonos orgánicos, en la medida de las posibilidades, deben analizarse para detectar residuos de herbicidas, si se utilizó estiércol de otros lugares donde se desconoce los productos utilizados en el control de arvenses, sobre todo las leñosas (marabú, aroma).

Manejo del agua. El agua en la finca tiene una gran importancia y en primer lugar debe utilizarse óptimamente. El manejo del agua debe ser integral para toda la finca, e implica no solamente su utilización adecuada para el riego de las plantas cultivadas, sino también su manejo para evitar pérdidas por escorrentía (sistema de drenaje) y encharcamiento (nivelación del terreno), pues el agua en exceso puede contribuir al incremento de ciertos fitopatógenos por exceso de humedad en la planta y el suelo, encharcamiento en el suelo y dispersión por corrientes de agua (canales, erosión, etc.). El agua que circula por canales de riego por gravedad dispersa organismos nocivos a los cultivos. 117. Colocar filtros rústicos en la entrada de canales de agua maestros a

la finca, para reducir la introducción de organismos nocivos (insectos, ácaros, arvenses, nematodos, hongos, bacterias, virus y otros).

118. Regar según demanda, de manera que el nivel de agua que acceda a la planta y el suelo sea óptimo de acuerdo a las exigencias del cultivo en cada época del año. El riego en exceso y defecto tiene implicaciones fitosanitarias.

119. Compatibilizar los riegos con las aplicaciones de productos

 

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fitosanitarios y las liberaciones de entomófagos. El riego tiene efectos directos sobre la efectividad de todos los métodos de control de poblaciones de organismos nocivos.

120. Hacer análisis físico, químico y microbiológico del agua que se utiliza en la finca.

121. Nivelar el terreno para evitar o reducir posibilidades de encharcamientos en los campos de cultivo.

122. Preparar sistemas de drenaje en casos de encharcamiento o riesgos de estos por intensas lluvias.

123. Establecer barreras muertas y vivas en lugares de la finca donde hay desniveles y riesgos de pérdida del suelo. Esta medida evita además la dispersión de poblaciones de organismos nocivos.

Saneamiento. El saneamiento es una de las principales prácticas agroecológicas para reducir afectaciones por organismos nocivos, ya que se realiza con el objetivo de disminuir la fuente de infección o poblaciones de estos organismos dentro o fuera de los campos, antes, durante y después del desarrollo del cultivo. Para algunas plagas muy nocivas y para vectores de enfermedades causadas por virus, se justifican todas estas prácticas a la vez.

Lo mas importante del saneamiento en el campo es saber el momento en que debe realizarse y cuál es el propósito, pues esta práctica incrementa los gastos por salario, por lo que sus efectos deben repercutir eficientemente sobre la fitosanidad. Ciertas plagas se adelantan en su manifestación en el cultivo, ahí se multiplican e infestan nuevas plantas, lo que favorece su sistema de dispersión, ya sean el viento, las personas, los utensilios y los vectores. Estas manifestaciones iniciales, prematuras o aventureras, son muy peligrosas y deben manejarse correctamente por el agricultor, pues muchas veces es preferible eliminarlas mediante un saneamiento.

124. Los restos de cosecha que no deben ser incorporados al suelo, porque constituyen reservorios de organismos nocivos, deben destinarse a compostaje o eliminarse.

125. Prohibición o eliminación de cultivos hospedantes, previo a la siembra del cultivo principal (conocido también como veda), principalmente en áreas afectadas por mosca blanca-begomovirus, por trips-tospovirus y otros problemas fitosanitario de alta nocividad

 

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y difícil manejo. 126. Eliminación de arvenses de alta competitividad con el cultivo y

hospedantes de organismos nocivos en los canales de riego. 127. Eliminación y extracción de los órganos de las plantas que son

improductivos o que están afectados por organismos nocivos, así como la eliminación de la planta completa (selección negativa) si fuese necesario. Este material se colecta en sacos o bolsas (jolongos), se extrae del campo y se incorpora en sitios apartados. También puede utilizarse para elaborar compost, siempre que el proceso se haga con calidad.

128. La desinfección con formol de instrumentos de corte es fundamental para reducir la dispersión de fitopatógenos.

129. En los frutales generalmente ocurren floraciones prematuras que dan frutas llamadas aventureras o adelantadas a la fructificación principal. La mosca de la fruta (Anastrepha spp.) atacan rápidamente la guayaba, el mango y otros frutales, lo que les permite realizar una primera generación en el campo y de esta forma multiplicarse y por tanto atacar la cosecha principal. En este caso es recomendable cosechar rápidamente estas frutas y si fuera necesario eliminarlas. Esto también es importante para la broca del café.

130. Cuando hayan ocurrido ciclones, el agricultor debe proceder a cortar las ramas que se han partido en los árboles y recoger todos los residuos vegetales que fueron cortados por los vientos, ya que si estos residuos vegetales se mantienen en el árbol, se pueden convertir en fuentes de infestación de plagas.

Manejo y conservación de reguladores naturales. Constituye una práctica muy útil, ya que se protegen, mantienen, crían y dispersan las especies de enemigos naturales mejor adaptadas a la condiciones de la finca; es decir, las poblaciones de entomófagos que se han establecido, para lo cual es importante conocer quiénes son, en qué plantas se hospedan, cómo mantenerlos sin que se afecten, entre otros aspectos.

131. La planta reservorio es aquella que de forma natural es capaz de hospedar una abundante o diversa población de reguladores naturales, que resulten beneficiosos al cultivo principal y que a su vez mantenga en bajas poblaciones a los organismos causales de plagas, a los cuales se asocian dichos reguladores naturales. Existen muchas especies de plantas con estas características, pero deben ser detectadas y evaluadas en la propia finca, pues no siempre se

 

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comportan como tal, ya que hay diversos factores ambientales que condicionan su desarrollo como planta reservorio de reguladores naturales. Varias plantas se han identificado como que hospedan una mayor diversidad de reguladores naturales, principalmente maíz, millo, noni, hinojo, escoba amarga, entre otras.

132. Por ello una práctica también recomendada es mantener a los reguladores naturales en los propios campos de cultivo, durante su etapa final de cosecha, en que estos abundan y no se realizan aplicaciones de plaguicidas. Estos reguladores naturales se pueden trasladar a otros campos del mismo cultivo u hospedantes de la misma plaga, para que se establezcan y actúen.

133. El traslado de poblaciones de reguladores naturales se puede realizar en forma de (1) Predadores- se colectan los adultos directamente o los órganos de la planta donde están, se introducen en frascos de boca ancha o jaulas pequeñas y luego se liberan en los campos; (2) Parasitoides- se cortan los órganos de la planta donde el insecto plaga se alimenta o está fijado (sésil). Luego se introducen, con mucho cuidado en bolsas de papel o cajas de cartón o madera y se trasladan al campo o sitio donde van a liberarse. Para ello se puede colocar el órgano sobre una rama u hoja para que emerjan los parasitoides. También se pueden mantener en dichos recipientes, los que se atan a las ramas, siempre que estos estén adaptados para este propósito; es decir, no tengan acceso de lluvias, radiaciones solares directas ni predadores (hormigas, etc.).

134. El fomento de reservorios artificiales de hormigas predadoras es una práctica muy utilizada, principalmente la hormiga leona (Pheidole megacephala) contra el tetuán del boniato (Cylas formicarius) y la hormiga del plátano (Tetramorium bicarinatum) contra picudo negro del plátano (Cosmopolites sordidus) y la broca del café (Hypothenemus hampei). Estos reservorios se fomentan debajo de arboledas y para ello se utiliza pseudotallo y hojas de plátanos.

135. La recuperación de parasitoides es una práctica relativamente poco utilizada por los agricultores; sin embargo, es fácil de preparar y manipular, a la vez que resulta muy efectiva en cultivos permanentes como los frutales. Las cajas de recuperación se emplean para insectos conocidos como guaguas o cocoideos y moscas blancas (Hemiptera). Consiste en construir cajas de madera o cartón, de aproximadamente 1,0-1,5 metros por cada lado, completamente oscuras, excepto un orificio superior donde se coloca un recipiente

 

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transparente para la colecta de los parasitoides. En los campos de cítricos u otros árboles se cortan ramas u hojas que están afectadas por los coccoideos o guaguas y en las cuales se conoce previamente que existen poblaciones de parasitoides efectivos, se cortan dichos órganos y se introducen en bolsas de nylon grandes, se trasladan al sitio donde están colocadas las cajas de recuperación. En ellas se introducen dichas ramas durante aproximadamente 10-15 días, para colectar los adultos de los parasitoides que emerjan y acudan en el frasco colector atraídos por la luz. Estas cajas se colocan sobre bases de madera con patas, en las cuales se colocan recipientes con petróleo o grasa para evitar el acceso de las hormigas. El lugar de ubicación de dichas cajas debe ser bajo techo, para evitar el deterioro por las lluvias y la incidencia directa de las radiaciones solares. Los parasitoides colectados se liberan posteriormente en los campos y sitios donde hay menos actividad de ellos o en campos donde no se manifiestan.

136. Los pozos de moscas es un sistema específico para moscas de las frutas (Diptera: Tephritidae), y consiste en seleccionar sitios en el suelo de los campos de frutales donde se abren huecos de aproximadamente 1,0 x 2,0 metros de lado y 1,0 metro de profundidad, dichos pozos se cubren con un bastidor o estructura de madera que tenga una malla fina por donde no puedan salir los adultos de la mosca y si los adultos de los parasitoides. Los frutos que caen al suelo se echan en el pozo y luego se tapa con el bastidor de malla durante aproximadamente 7-10 días, tiempo en el cual los adultos de parasitoides de larvas de moscas de la fruta que han emergido, puedan salir hacia el exterior.

137. El manejo de epizootias por hongos entomopatógenos consiste en detectar donde se manifiestan, cuidarlas y crear condiciones para que se produzcan y trasladarlos a campos donde no se manifiestan. En los agroecosistemas, las epizootias mas comunes y ostensibles son las ocasionadas por hongos entomopatógenos, aunque en determinadas épocas las causadas por virus entomopatógenos se observan muy intensas, principalmente en larvas de lepidópteros. En el caso de los insectos sésiles (fijos a los órganos de la planta) esto se puede realizar por la colecta de hojas u otros órganos donde están los insectos enfermos, se introducen en una caja de cartón o bolsas de papel y luego se sujetan a las hojas o ramas de las plantas en donde se quieren trasladar. Cuando se trate de insectos móviles, se

 

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colectan estos directamente y se dispersan en los campos donde se quieren trasladar.

138. También se pueden preparar suspensiones acuosas con insectos enfermos para lo cual se colectan los insectos enfermos, introducirlos en un recipiente bien limpio, echarles un poco de agua y batirlos suavemente con una batidora (posición de menos velocidad). Una vez concluido esto, se pueden introducir en una mochila de aspersión y aplicarlo directamente en las ramas, donde las poblaciones del insecto fitófago son mayores.

3.3.3. Manejo integral del suelo

Este fue uno de los componentes mas debatidos, principalmente lo relacionado con los sistemas de rotación de cultivos, que efectivamente se han desarrollado para las condiciones específicas de los diferentes sistemas agrícolas y de producción, a partir de procesos de innovación local y de acuerdo a las experiencias de los agricultores. También en los talleres se realizaron análisis muy profundos respecto a los materiales para mulcheo y arrope, en consideración no solamente de sus propiedades, sino su factibilidad de obtención y efectos fitosanitarios, en lo cual se expusieron experiencias interesantes. Análisis del suelo. El suelo para semilleros y viveros debe estar libre de plagas importantes del suelo, principalmente nematodos. También el del campo donde se van a fomentar cultivos permanentes muy sensibles a problemas fitosanitarios, principalmente patógenos del suelo y nematodos. Cuando los nematodos ya están en el suelo y el agricultor lo desconoce, no se percata hasta que estos hayan afectado el cultivo, cuyos daños generalmente son irreversibles Para ello se deben realizar análisis fitosanitario de estos suelos, los que pueden ser en el laboratorio provincial de sanidad vegetal (muestras de suelo), o mediante ensayo biológico en la propia finca (plantas indicadoras). 139. Realizar análisis por plantas indicadoras (calabaza, pepino) de

nematodos de las agallas (Meloidogyne spp.) en suelos destinados a viveros, semilleros, casas de posturas y plantaciones permanentes (café, guayaba y otros).

140. Realizar análisis del banco de semillas de arvenses mediante

 

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cajuelas de germinación, en campos donde estas se han seleccionado (incrementadas) por un mal uso de herbicidas y otras prácticas intensivas, a fin de conducir mejor su manejo.

Preparación. Constituyen los sistemas de roturación, nivelación, surcado y otras que se realizan en el suelo con el propósito de prepararlo para el cultivo de plantas. Abarca las diferentes labores que se realizan para profundizar o subsolar, invertir el prisma, nivelar, surcar, etc., con el propósito de que esté listo para la siembra o el trasplante y para manejar sus propiedades, entre otros que dependen del tipo de suelo, el clima y el sistema de cultivo. La preparación del suelo tiene mucha relación con los problemas fitosanitarios, ya que algunas prácticas los incrementan y otras los suprimen, por lo que la preparación del suelo debe ser con integralidad, para también buscar efectos fitosanitarios.

141. Evitar la compactación que ocasionan los pisos de arado, que limitan el desarrollo de las plantas, las que crecen débiles y mas sensibles a problemas fitosanitarios. También se favorece el encharcamiento y se reduce la lixiviación de los plaguicidas químicos, entre otros. Los pisos de arado dificultan el funcionamiento de los organismos benéficos del suelo.

142. Utilización del multiarado. Es un buen implemento para la conservación del suelo, extrae a la superficie los sistemas radiculares de las arvenses, principalmente las rizomatosas y contribuye a que se deshidraten por la acción de las radiaciones solares. También favorece la actividad de los reguladores naturales que habitan en el suelo, ya que al no invertir el prisma se mantiene su estabilidad poblacional.

143. Realizar la nivelación del suelo, ya que reduce las posibilidades de encharcamiento, que es una de las causas de la ocurrencia de diversas enfermedades en las plantas. También disminuye las posibilidades de dispersión de semillas, nematodos y patógenos del suelo por arrastre a través de las corrientes de agua.

144. La subsolación aumenta la ventilación en las capas inferiores y el drenaje interno del suelo, lo que contribuye a disminuir los patógenos del suelo, incrementa el desarrollo y la actividad de los reguladores naturales y facilita la lixiviación de los residuos de plaguicidas. Pero no se recomienda en suelos con topografía irregular.

 

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145. La inversión del prisma no se justifica si no fuera necesario. Cuando se invierte el prisma contribuye a la ventilación del suelo y extrae a la superficie estructuras reproductivas de arvenses, así como poblaciones de insectos y ácaros, además afecta a los patógenos del suelo, en todos los casos por efecto de desecación por las radiaciones solares y al aire. Pero, tiene el inconveniente de que fracciona estructuras reproductivas de ciertas especies de arvenses y contribuye a su multiplicación. Ademas de ocasionar efectos negativos sobre las propiedades físicas del suelo.

146. La profundidad del surcado es importante en las raíces y tubérculos, los que al desarrollarse mas alejados de la superficie del suelo están menos expuestos al ataque de ciertos insectos nocivos, como por ejemplo el tetuán del boniato.

147. El surcado tradicional para la siembra facilita el acceso de las plagas del suelo al sistema radicular; es decir, lo expone mas a la acción de diversos organismos, en cambio la labranza de conservación que implica el laboreo mínimo o no laboreo, favorece el desarrollo de la mayoría de los organismos benéficos, pero hay que tener cuidado y conocer si el cultivo anterior estaba afectado por nematodos o patógenos del suelo y la susceptibilidad a ellos del cultivo siguiente, ya que este es el principal factor que lo puede limitar. Además de la carga tóxica que recibió el cultivo anterior y que se acumula en el suelo y sus posibles efectos residuales sobre el siguiente, principalmente si se aplicaron herbicidas o el cultivo tiene efectos alelopáticos.

148. El aporque es una práctica tradicional que consiste en remover el suelo y apilarlo alrededor del tallo de la planta, labor que tiene diversas ventajas. Lo principal es que reduce las arvenses, disminuye la afectación por patógenos que habitan en el suelo y destruye las pupas de los insectos sobre la superficie del suelo (minadores, trips, etc.).Tiene el riesgo de afectar la planta o contaminarla cuando el implemento las corta o lesiona, momento en que esta se debilita y es penetrada por patógenos secundarios o transmitidos por el implemento utilizado. Es importante realizarlo en el momento óptimo, que no afecte el sistema radical del cultivo.

149. En los suelos de topografía inclinada (montaña), la preparación del suelo debe realizarse mediante curvas de nivel u ollado, según el grado de irregularidad. Esta práctica, además de reducir la pérdida de suelo, limita la dispersión de organismos nocivos junto con el

 

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suelo que se pierde. 150. El uso de coberturas vivas y barreras vivas antierosivas también se

recomienda para reducir la pérdida de suelo y la dispersión de organismos nocivos; pero debe hacerse una selección cuidadosa de las plantas a utilizar, para que no constituyan reservorios de organismos nocivos, a la vez que favorezcan los entomófagos. Las mas recomendadas son las especies locales que cumplan los requisitos.

Solarización del suelo. Es una práctica evaluada y con grandes posibilidades para casas de cultivo, parcelas pequeñas, canteros, sustratos para bolsas, etc. Se basa en atrapar la energía calórica procedente de los rayos solares, mediante una lámina de polietileno (nylon) transparente que se deposita sobre un suelo, acanterado y previamente humedecido. 151. Para controlar nematodos (Meloidogyne) debe permanecer así

durante cuatro a seis semanas, en la época de mayor radiación solar. 152. Su uso puede combinarse con la adición, antes de tapar, de residuos

de cosecha y otros materiales orgánicos sin descomponer, ya que el proceso de descomposición de estas libera calor y sustancias tóxicas a los nematodos y otros organismos del suelo. Es decir, hacer una combinación de solarización con biofumigación. Pero es muy importante que dicha materia orgánica no sea portadora de organismos nocivos a las plantas.

Uso de abonos orgánicos. Se refiere a la colocación sobre el suelo o incorporación de diferentes materiales orgánicos para mejorar las propiedades del suelo, principalmente el contenido de materia orgánica. También por sus efectos sobre los organismos del suelo, incluidos los reguladores naturales.

153. En campos con problemas de nematodos y patógenos del suelo, debe incrementarse el contenido de materia orgánica, para lo cual es fundamental el uso del compost y lumbricompost, entre otros. Pero es importante la seguridad de que estos no sean portadores de organismos nocivos.

154. En campos con problemas de insectos en las raíces, como cochinillas harinosas, picudos, escarábidos y otras plagas, es recomendable incrementar el contenido de materia orgánica del suelo, para

 

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favorecer el desplazamiento de entomófagos predadores y parasitoides, que regulan naturalmente sus poblaciones.

155. En suelos donde se fomentan frutales y forestales y tienen potencialidades de afectaciones por patógenos y nematodos, se deben incorporar abonos orgánicos en el fondo del hoyo antes de trasplantar.

156. En suelos donde se van a realizar aplicaciones del antagonista Trichoderma y otros bioplaguicidas contra fitopatógenos, se favorecen sus efectos cuando se incorporan previamente abonos orgánicos.

157. Los cultivos muy sensibles a nematodos y patógenos en suelos con antecedentes de especies nocivas como Meloidogyne, Fusarium y otros, es recomendable micorrizar, para favorecer la defensa del sistema radical de la planta cultivada.

158. En cultivos que requieran aplicaciones de Trichoderma, Paecilomyces u otros bioplaguicidas contra nematodos y hongos fitopatógenos del suelo, es recomendable aplicarlos mezclados con los abonos orgánicos, inclusive con las micorrizas, lo que potencia sus efectos.

Biolixiviación. Algunas especies de plantas contienen sustancias bioactivas con efecto como plaguicida. Cuando los órganos de la planta se colocan sobre la superficie o se incorporan en el suelo, en la etapa inicial, antes de la descomposición, lixivian hacia el suelo y el sistema radical las sustancias activas con dichas propiedades. Este proceso puede acelerarse mediante el riego o la lluvia. 159. Incorporar o colocar sobre el suelo, en forma de mulch o de arrope,

subproductos de la industria del tabaco (palitos, venas, partículas de la lámina foliar). Es efectivo en la reducción del grado de ataque de nematodos de las agallas (Meloidogyne spp.), resultados que se aprecian en 10-15 días. Tener en cuenta el pH del suelo, ya que el alcaloide solo se libera cuando es alcalino (alto).

160. Incorporar o colocar sobre el suelo hojas de piña (Ananas comusus) fraccionadas. Es efectivo contra nematodos.

161. Incorporar raíces de flor de muerto (Tagetes erecta). Las raíces de esta planta se pican e incorporan al suelo (1 kg/m2) y tiene efectos sobre poblaciones de nematodos y algunos fitopatógenos. También se puede incorporar la planta completa, después de fraccionarla.

 

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Biofumigación. Consiste en aprovechar que ciertas partes de plantas emanan gases tóxicos a poblaciones de organismos nocivos que habitan en el suelo, durante la descomposición. 162. Follaje de col o repollo. Cuando se realiza la cosecha de la col, las

hojas que quedan en el campo se incorporan al suelo previamente preparado (roturado). Tiene efectos sobre nematodos, hongos, insectos y otros organismos en el suelo.

Cobertura muerta sobre el suelo. La cobertura del suelo se conoce como mulch y arrope, puede realizarse con materiales sintéticos, biomasa o residuo del cultivo. Además de sus efectos en la conservación del suelo, retiene humedad, evita el crecimiento de las arvenses, favorece la efectividad de los bioplaguicidas que se aplican sobre el suelo. 163. Para arropar se recomienda mas utilizar restos de chapea y podas,

ya que no se utiliza biomasa traída de otros lugares, lo cual reduce el riesgo de introducir organismos nocivos. Pero es importante conocer si los restos de poda pueden favorecer el incremento de ciertos organismos nocivos.

164. El arrope se ha generalizado en árboles frutales y forestales, así como en algunos cultivos anuales y se practica mucho en zonas afectadas por la sequía y en las costas, entre otros sistemas estresados, principalmente en fruta bomba.

165. Entre los mulches naturales y sintéticos mas comunes se incluyen materiales vegetales como pajas de arroz, sorgo, maíz, tallos de fruta bomba, y otras gramíneas; hierbas forrajeras; productos derivados de la madera (celulosa, madera desmenuzada, cortezas, aserrín); otros materiales orgánicos como hojarasca, fibra de coco, turba, estiércoles, compost, yute y otros.

166. La descomposición del follaje tierno de maíz incorporado al suelo antes de la siembra de maíz como cultivo, posee propiedades alelopáticas capaces de reducir las poblaciones de R. cochinchinensis y C. rotundus en 23 y 59%, respectivamente, sin ser nocivo al cultivo.

Coberturas vivas. Son plantas seleccionadas a partir de ciertas características, entre ellas que sean de bajo crecimiento, sistema radical poco profundo y no hospederas de organismos nocivos al cultivo en que se

 

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empleen, entre otros. Es preferible utilizar leguminosas para contribuir a mejorar la fertilidad del suelo.

Cuando se emplean coberturas vivas, los efectos beneficiosos son mayores que las coberturas muertas, principalmente conservación del suelo, retención de humedad, reducción de arvenses, favorecimiento de la fauna de hormigas.

167. Utilizar coberturas vivas en cafeto, cítricos y otros frutales.

Rotación de cultivos. Es una práctica muy utilizada para reducir la incidencia de organismos nocivos, además de que contribuye a mejorar las propiedades del suelo.

Cuando en el sistema de rotación se utilizan cultivos que al desarrollarse cubren toda la superficie del campo (cierran), no dejan espacio para el crecimiento de las arvenses y el cultivo siguiente se afecta menos por estas plantas. Por otra parte, algunas plantas cultivadas tienen efectos alelopáticos contra arvenses, propiedad que puede aprovecharse cuando se incluyen en el esquema de rotación, como es el caso del boniato. También hay arvenses con efecto alelopático sobre cultivos y esto es importante.

168. Los sistemas de rotación que a continuación se ofrecen se emplean en diferentes regiones del país, por lo que son recomendaciones que deben probarse cuando se van a adoptar:

Boniato/papa/boniato/papa Boniato/frijol/boniato/papa Boniato/maní/boniato/maní Boniato/papa/leguminosa/papa Boniato/papa/maíz/papa Maíz/papa/boniato/frijol Maíz/leguminosa/boniato/frijol Maíz/frijol/boniato/papa Sorgo/leguminosa/boniato/frijol Maíz o sorgo/papa/maíz/sorgo Maíz o sorgo/papa/maíz/leguminosa Calabaza/maíz Frijol/maíz Sorgo/frijol

 

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Sorgo/calabaza Plátano/frijol Yuca/maíz Boniato/maíz Boniato/frijol/maíz/calabaza Frijol/yuca/boniato Maíz/pepino/boniato Arroz/frijol caupí/tomate/arroz Yuca/pepino/frijol/barbecho/yuca Cebolla/maíz/boniato/cebolla Ajo/cebolla/tomate/col/frijol Frijol/ajo o cebolla/boniato Frijol/tomate/yuca Col/tomate/boniato Col/ajo o cebolla/pimiento Yuca/calabaza/boniato/frijol caupi/maíz Boniato/calabaza/yuca Cebolla/maíz/boniato Ajo/maíz/boniato Maíz/frijol/boniato Papa/maíz

169. Algunos sistemas de rotación recomendados en organopónicos son: Boniato/fruta bomba/plátano Col/zanahoria Lechuga/ajo puerro Acelga/habichuela

170. La rotación con abonos verdes, además de mejorar las propiedades del suelo, tienen una gran contribución en la reducción de poblaciones de arvenses.

171. La rotación con cultivos que cubren la superficie del suelo al desarrollarse (cierran) como el boniato, la malanga y la yuca, es una práctica que reduce de manera importante las arvenses.

172. La siembra de maíz provoca reducciones de las arvenses perennes Don Carlos (S. halepense) y cebolleta (Cyperus sp.) principalmente en un radio de 50 cm alrededor de la planta, así mismo reduce la masa seca total de arvenses, debido a la acción alelopática de inhibición de sus exudados radicales.

173. Es muy importante considerar que cuando un cultivo hospedero de un organismo nocivo se repite en tiempo en el sistema de rotación,

 

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puede contribuir a incrementar la intensidad de dicho organismo (Ejemplo en boniato el Tetuán y el crisomélido verde brillante).

3.3.4. Manejo integral del cultivo

El manejo del suelo y el cultivo están muy relacionados y se requiere compatibilizar las prácticas que se realicen, porque el suelo es un recurso natural, adema de ser el sustento principal en la producción agropecuaria.

En el manejo de cultivos se consideró que este depende mucho de la tecnología que se emplee, pues por ejemplo, un mismo cultivo puede sembrarse en campos típicos, en canteros o en casas de cultivo; sin embargo, existen diferencias en su manejo que deben tenerse en cuenta. De la misma forma se analizó el tema del germoplasma, pues muchas veces se dispone de variedades comerciales obtenidas para respuesta productiva a fertilizantes químicos, entre otras características propias de la agricultura intensiva, en cambio sucede que estas no responden bien para la tecnología agroecológica en que básicamente se emplean abonos orgánicos y otras prácticas, por lo que para la selección y mejora de variedades deben considerarse las tecnologías de cultivo. Esta situación ha contribuido a un mal comportamiento de ciertas variedades, incluidos los problemas fitosanitarios, ya que la planta no los tolera por estar mal nutrida. Planificación de los campos. Se trata del uso que se dará a la superficie cultivable de la finca, de acuerdo a las características del suelo y los cultivos a sembrar, así como la cercanía a otras fincas similares en el orden productivo. Esto incluye la integración animal y forestal.

174. En fincas donde se cultivan hortalizas, granos, raíces y tubérculos, que son muy sensibles a problemas fitosanitarios, se recomienda que los costados que estén cercanos o sean colindantes con fincas que siembran los mismos cultivos, se planifiquen cultivos de porte alto (arbustivo o arbóreo), para que actúen como barrera física y biológica ante poblaciones inmigrantes de organismos nocivos que se trasladan por sus medios o favorecidas por las corrientes de aire.

175. Para cultivos de hortalizas, granos y viandas se recomienda, en la medida de las posibilidades, reducir el tamaño de los campos, para atenuar los efectos de monocultivo en la atracción y multiplicación

 

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de organismos nocivos, así como facilitar diferentes prácticas agroecológicas como las barreras vivas, el intercalamiento de cultivos y otras.

176. En fincas que destinan una superficie amplia (campos excesivamente extensos) para siembra de cultivos temporales, hagan rotación o no, es recomendable fraccionar dicha superficie en campos mas pequeños, para lo cual pueden realizarse corredores ecológicos de plantas herbáceas que los dividan en dos o cuatro campos.

177. En la medida de las posibilidades, lograr mosaicos de cultivos a nivel de la finca, lo que reduce las oportunidades de los organismos nocivos. Considerar en esto las corrientes de aire y hospedantes preferidos de los organismos nocivos.

178. Evitar colindancias negativas en campos vecinos de hortalizas, granos y viandas. La colindancia es negativa para cultivos de la misma familia de plantas, hospederos de las mismas especies de plagas y con diferencia de edad mayor de 21 días entre ambos.

Planificación de siembras. Se refiere a la programación en espacio y tiempo de las nuevas siembras de cultivos en la finca, para una época de siembra o para el año.

Existen diversos estudios científicos y una gran experiencia sobre las relaciones funcionales, entre la incidencia de organismos nocivos y sus reguladores naturales con diferentes prácticas de planificación de siembras en espacio y tiempo, principalmente la fecha de siembra y la secuencia de siembra de campos. 179. La fecha de siembra debe respetarse, ya que generalmente las

variedades se han obtenido a partir de su consideración para las condiciones del país. Aunque recientemente se trabaja por la obtención de variedades de hortalizas para otras épocas, lo que obliga a observar cuidadosamente los problemas fitosanitarios.

180. También los sistemas de cultivos semi protegidos permiten cultivar determinadas especies de hortalizas de hoja en épocas de mayor calor, lo que debe considerar si en el sistema de producción se siembran estas mismas especies fuera de estos sistemas, porque puede suceder una continuidad de siembras en mayor número de meses en el año e incrementarse las oportunidades de ocurrencia de problemas fitosanitarios.

 

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181. Para problemas fitosanitarios causados por insectos vectores de virus en cultivos de campaña, debe realizarse una programación estricta de los campos a sembrar, y considerar la dirección predominante de los vientos y los lugares desde donde pueden incidir poblaciones de estos vectores. Esta práctica es mas exitosa si se coordina y realiza a nivel de zona y sistema agrícola

Sistemas complejos. Es la diversificación e integración sinérgica de diferentes cultivos y animales en la finca. El manejo de la agrobiodiversidad en la finca es dinámico y para su realización consideran tres elementos fundamentales como son el genético, el espacial y el temporal.

La diversificación productiva se expresa en un mejor aprovechamiento de la superficie de la finca, mayor número de productos al mercado y en diferentes épocas del año (dinámica de ventas), mayor contribución a la conservación del suelo, el agua y la biodiversidad, menores gastos económicos y energéticos en labores e insumos, mayor salud de las plantas y los animales, entre otras ventajas. Se considera una de las prácticas de mayor importancia para reducir incidencia de plagas, ya que disminuye la concentración de hospedantes preferidos y esto contribuye a la menor incidencia de fitopatógenos, altera el desplazamiento de adultos de insectos en la búsqueda del cultivo preferido, actúa como barrera física ante poblaciones inmigrantes de insectos y otros organismos nocivos y favorece la diversidad, abundancia y actividad de reguladores naturales, entre otras ventajas. Desde luego que el acompañamiento de cultivos no debe realizarse de forma arbitraria, ya que pudiera ayudar al incremento de ciertas especies de organismos nocivos. En esto es muy importante la asesoría, experiencias locales y las observaciones. Los sistemas complejos mas conocidos bajo las condiciones del país son Policultivos (1), Silvopastoriles (2), Agroforestería (3), Agrosilvopastoriles (4), Fincas Integrales (5), Huertos Intensivos (6) y (Patios diversificados 7).

En los sistemas agroecológicos la integración animal es fundamental, pues además de la diversificación productiva, se logra una mayor autosuficiencia en su alimentación, a la vez que los subproductos de la crianza de animales se emplean en la elaboración de abonos orgánicos.

 

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182. La diversificación en el orden genético es necesaria desde el punto de vista fitosanitario. En los cultivos permanentes debe lograrse una composición varietal que integre variedades diferentes, y en los cultivos anuales y temporales debe disponerse de variedades mejor adaptadas a las condiciones locales, así como disponer de semillas de diferentes variedades.

183. Los principales arreglos espaciales de cultivos en los campos pueden ser: (1) Mosaicos de cultivos, (2) Franjas de cultivos, (3) Asociaciones de cultivos, (4) Intercalamiento de cultivos, (5) Barreras vivas alrededor de los campos, (6) Barreras vivas anti erosivas y (7) Relevo de cultivos. Las experiencias y características locales determinan las mejores especies de cultivos a considerar en estos arreglos.

184. Se han observado buenos resultados con las asociaciones maíz-frijol, maíz-boniato, maíz-calabaza, maíz-yuca, ajo-maíz, maíz-pimiento, plátano-arroz, zanahoria-col, ajonjolí-col, maíz-mani, calabaza-plátano, plátano-malanga, tomate-lechuga, King grass-fruta bomba.

185. La integración del maíz, sorgo y girasol, por separado o combinados, ofrece diversos servicios ecológicos para favorecer la actividad de los reguladores naturales.

186. La asociación boniato-maíz reduce la incidencia del tetuán del boniato (Cylas formicarius).

187. Las asociaciones col-tagetes, tomate-ajonjolí y pepino-ajonjolí reducen la incidencia de la mosca blanca (Bemisia tabaci) en col, tomate y pepino.

188. El tagetes asociado e intercalado con hortalizas en campos afectados por nematodos de las agallas (Meloidogyne spp.) reduce su incidencia.

189. La asociación col-maíz reduce la incidencia de la polilla de la col (Plutella xylostella)

190. La asociación col-ajonjolí reduce poblaciones del pulgón de la col (Brevicoryne brassicae)

191. La asociación melón-maíz, pepino-maíz y papa-maíz reduce poblaciones de Thrips palmi en los tres cultivos.

192. Las asociaciones maíz-calabaza-ajonjolí y la asociación maíz-yuca-pepino reducen poblaciones de la palomilla del maíz (Spodoptera frugiperda).

193. La asociación maíz-yuca-frijol reduce significativamente la incidencia de la palomilla del maíz (Spodoptera frugiperda), el

 

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salta hojas del frijol (Empoasca kraemeri) y la primavera de la yuca (Erinnyis ello), entre otras plagas de insectos.

194. La asociación calabaza-maíz reduce la incidencia del gusano de las cucurbitáceas (Diaphania spp.).

195. La asociación frijol-girasol reduce la incidencia de salta hojas (Empoasca kraemeri) y crisomélidos en el frijol.

196. La asociación yuca-maíz reduce la incidencia de la primavera (Erinnyis ello) y la centella (Lonchaea chalybea) en yuca, así como la palomilla del maíz (Spodoptera frugiperda).

197. La asociación maíz-tomate reduce la incidencia de la mosca blanca (Bemisia tabaci) y el minador de la hoja (Liriomyza trifolii) en el tomate.

198. La asociación maíz-frijol reduce las poblaciones de la mosca blanca (B. tabaci) el salta hojas (E. kraemeri) y el pulgón de los frijoles (Aphis spiraecola) en frijol, así como la palomilla del maíz (S. frugiperda).

199. La integración de cultivos temporales y anuales (hortalizas, viandas, granos) en campos de frutales resulta una práctica útil, no solo para el aprovechamiento del espacio y el riego, sino que reduce la ocurrencia de problemas fitosanitarios, sea por el efecto de barrera física de los árboles o por confusión de poblaciones inmigrantes de insectos. Generalmente los problemas fitosanitarios de ambos tipos de cultivos no son los mismos, por tanto hay compatibilidad.

200. La dinámica temporal de cultivos se expresa en los sistemas de rotaciones tratados en el subsistema suelo, pero también se refiere al número de campos que se siembran en el año.

Proceso de siembra y trasplante. Tiene importancia fitosanitaria y por ello debe manejarse con mucho cuidado. 201. La calidad de la plántula debe ser optima, al igual que no deben

tolerarse niveles de poblaciones de organismos nocivos. Esto tiene regulaciones por el servicio de sanidad vegetal de cada territorio.

202. Las condiciones en que se traslada y se ubica transitoriamente el material de siembra puede contribuir a su estrés y el traslado inadecuado puede contribuir a las afectaciones por organismos nocivos.

203. Las horas de la tarde-noche son mejores para realizar esta labor. 204. El estrés del trasplante se puede reducir también si se aplican

abonos orgánicos y con tratamiento del sistema radicular de la

 

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plántula con Trichoderma harzianum. 205. También mediante la producción de plántulas en sistema de

cepellón se reduce el estrés del trasplante; se puede combinar con aplicación de Trichoderrma harzianum.

206. Una técnica para reducir el estrés es el aviveramiento de plantas, que se puede hacer en determinados cultivos.

207. La distancia y profundidad de siembra y plantación es característico de las especies de plantas que se cultivan y sus variedades, así como de la tecnología de cultivo que se práctica, aunque los agricultores muchas veces realizan experimentos para buscar variantes mas factibles bajo sus condiciones particulares.

208. Las altas densidades afectan el desarrollo de las malezas, pero pueden favorecer algunos microorganismos fitopatógenos. Por el contrario, las siembras espaciadas facilitan las labores, pero las arvenses crecen mejor y logran mayor competencia con el cultivo, además de que muchas plagas de insectos se orientan mejor hacia el cultivo. Desde luego, esto depende mucho del tipo de suelo y las especies de arvenses, entre otros factores.

209. En algunos casos las siembras mas superficiales exponen la semilla al ataque de plagas de insectos que escarban o penetran fácilmente para comérselas o trasladarlas.

210. Los tratamientos de semillas con plaguicidas químicos constituyen prácticas útiles, ya que al no aplicarse el producto foliarmente, contribuye a la actividad de los reguladores naturales en la parte aérea de la planta.

Barreras vivas alrededor de los campos de cultivos. Son las plantas que se siembran en los lados de los campos o parcelas con diferentes propósitos. También se consideran como tal los llamados realengos en los sistemas de riego, entre otros. Debido a que generalmente estas barreras vivas se siembran de plantas que se cosechan como cultivos, también se pueden considerar como biodiversidad productiva; sin embargo sus funciones principales para el manejo de plagas las clasifican mas como biodiversidad auxiliar.

Hay barreras vivas de plantas repelentes, de plantas para atenuar las corrientes de aire, como barrera física a poblaciones de plagas que se desplazan entre los campos de cultivos y de plantas para contribuir a la actividad de los reguladores naturales, entre otros propósitos.

 

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Las funciones de las barreras vivas repelentes son diferentes a las entomófilas, por ello no deben mezclarse ni ubicarse contiguas.

211. Como barrera física y reservorio de reguladores naturales se recomiendan principalmente maíz, sorgo y girasol, preferiblemente las tres combinadas.

212. Como barrera física se pueden utilizar maíz y sorgo enano combinados, la caña de azúcar y vetiver.

213. El hinojo actúa como repelente de insectos y constituye una planta reservorio de coccinélidos; debe plantarse en la cabecera de los canteros o intercalada en las cercas vivas.

214. Como repelente el ajonjolí (Sesamun indicum); se siembra en rotación para suprimir poblaciones de nematodos (Meloidogyne incognita). La siembra intercalada en col o repollo es repelente a moscas blancas (Bemisia tabaci) y la polilla (Plutella xylostella).

215. Como repelente la albahaca blanca (Ocimum bassilicum); se planta intercalada, en barrera, en las cabeceras de los canteros y en la cerca viva de huertos pequeños dentro de la ciudad. Es repelente a insectos.

216. Como repelente la caléndula (Calendula officinalis); se siembra intercalada o en asocio en los canteros o parcelas, repele diferentes insectos. Sembrada intercalada o en rotación es biocida contra nematodos.

217. Como repelente la caña santa (Costus spicatus); se siembra en cercas vivas y dispersa. Es repelente a la bibijagua.

218. Como repelente el coriandro (Coriandrum sativum); plantarla antes de sembrar el tomate en surcos alternos. Es repelente a la mosca blanca (Bemisia tabaci).

219. Como repelente la flor de muerto (Tagetes spp.); sembrarla intercalada o en rotación. Es repelente y biocida a nematodos (Meloidogyne incognita).

220. Como repelente el mastuerzo (Lepidium virginicum); se siembra en los bordes de los campos. Es repelente al tetuán del boniato (Cylas formicarius).

221. Como repelente las mentas (Mentha spicata y M. piperita); plantar en canteros, intercaladas con hortalizas. Son repelentes a áfidos en la vegetación vecina a ella, también dípteros y lepidópteros.

222. Como repelente el orégano francés (Plecthranthus amboinicus); sembrarlo asociado. Es repelente a diversas especies de insectos.

 

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223. Como repelente el pedo de chino (Agdestis clematidea); se siembra en cercas vivas y disperso. Es repelente a la bibijagua.

224. Como repelente el romero (Rosmarinus officinalis); sembrarlo en los bordes de los canteros y cercas perimetrales de huertos pequeños. Es repelente a lepidópteros, coleópteros y dípteros.

225. Como repelente el tomillo (Thymus vulgaris); sembrarlo disperso en el huerto. Repele el gusano de la col (Ascia monuste eubotea).

226. Como repelente el vetiver (Vetiveria zizanoides); las semillas y raíces secas son repelentes a plagas de almacén y cucarachas domésticas. Plantarla en los bordes de los huertos y casas de cultivo como repelente a roedores y bibijaguas.

227. Como repelente la zanahoria (Daucus carota); se siembra asociada. Es repelente a la mosca blanca (Bemisia tabaci).

228. Como repelente el bejuco hediondo (Ipomoea sp.); repele la bibijagua (Atta insuaris)

Periodo crítico del cultivo. El período crítico consiste en la etapa del cultivo en que las afectaciones por plagas tienen la mayor repercusión en la cosecha, ya sea el rendimiento o la calidad del producto final. Generalmente abarca desde inmediatamente que brota la planta (siembra directa) y posterior al trasplante, hasta que comienza la fructificación. Está demostrado que el periodo de crecimiento-desarrollo es muy sensible a pérdidas elevadas por plagas, por tanto es una etapa decisiva desde el punto de vista fitosanitario. El manejo del período crítico del cultivo constituye una práctica esencial, en la cual vale mucho la experiencia del agricultor y las capacidades creadas para la prevención, observación y actuación contra poblaciones de plagas durante este tiempo.

229. En este período no se deben tener incidencias medias ni altas de plagas. Las observaciones se realizan cada 5-7 días y, ante la presencia de plagas, realizar evaluación del índice y repetirlo con la misma frecuencia para tomar las decisiones correctas.

230. El periodo crítico de competencia para malezas mas comunes es de 30 días.

231. El periodo crítico para el complejo mosca blanca-begomovirus en tomate son los primeros 45 días posteriores al trasplante.

 

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Manejo del agua durante el ciclo del cultivo. El manejo del agua consiste en garantizar su disponibilidad para el cultivo en el momento y la cantidad necesaria, sin ocasionar efectos secundarios que afecten el cultivo (pudriciones, daños mecánicos, etc.), que contribuyan a la erosión hídrica del suelo y la dispersión e incremento de plagas. 232. Lo principal en el caso del efecto sobre los patógenos del suelo es

evitar fallas en el sistema de riego que favorezcan encharcamientos prolongados.

233. Para los controladores biológicos es fundamental evitar estas interferencias en la programación de las aplicaciones de bioplaguicidas y las liberaciones de entomófagos, cuando el riego es por aspersión.

234. Cuando el riego es por aspersión, las aplicaciones de bioplaguicidas son mejores inmediatamente después del riego y para las liberaciones de entomófagos debe esperarse a que se seque la superficie de los órganos.

Manejo del período de fructificación-cosecha. La cosecha es una etapa importante de cualquier cultivo y desde el punto de vista agronómico se puede ver como la culminación de todo el proceso o el cumplimiento del objetivo final. Durante esta etapa las plantas han desarrollado y están en decadencia fisiológica, ya que todas sus energías estuvieron en función del proceso de fructificación, las hojas y otros órganos son menos apetecibles para ciertas plagas, las que comienzan a emigrar a otros campos o cultivos. 235. Existen plagas específicas de los frutos y por lo general estas atacan

muy tempranamente, desde la etapa de floración o en el inicio de la fructificación, por lo que el agricultor debe ser muy observador para conocerlas y detectarlas.

236. También en esta etapa abundan los reguladores naturales de plagas, sobre todo de insectos y ácaros, lo cual es bueno para reducir las poblaciones de plagas existentes y para tributar poblaciones de estos organismos a otros cultivos o al resto de la vegetación de la finca.

237. No se deben realizar aplicaciones de productos fitosanitarios químicos, bioquímicos o biológicos, porque pueden afectar a las personas que realizan esta labor, o fijarse estas sustancias en el fruto y después los residuos pueden tener diversos efectos sobre las personas que lo consuman.

 

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238. El procesamiento de la cosecha debe manejarse cuidadosamente, porque pueden haber infestaciones por plagas.

239. La cosecha debe colocarse en un sitio de la finca donde sean mínimos los riesgos de afectación por plagas secundarias, u otras que afecten el producto durante la etapa siguiente (transportación, almacenamiento, mercado).

240. Consiste en eliminar los restos de suelo y vegetación adheridos al fruto agrícola, los que muchas veces constituyen fuentes o vías de contaminación con plagas secundarias que pueden igualmente afectar el producto durante la etapa siguiente (transportación, almacenamiento, mercado). Las raíces y tubérculos deben ser desprovistos de restos de suelo, así como eliminar los que estén descompuestos o afectados por patógenos fungosos y bacterianos. Igualmente los frutos deben estar sanos y evitar daños mecánicos que contribuyan a la entrada de patógenos secundarios. El beneficio primario pudiese complementarse con la aplicación de algunas sustancias o productos biológicos, aspecto que requiere estudiarse.

3.3.5. Control ecológico de organismos nocivos

Durante los ejercicios se apreciaron experiencias interesantes sobre el uso de productos ecológicos, como los conocidos bioplaguicidas, los preparados botánicos y otros. También en las visitas de intercambio a las fincas de agricultores se observaron innovaciones muy efectivas para el control de determinados organismos nocivos, lo que denota la importancia de la innovación local. Integración de entomófagos y entomopatógenos (bioplaguicidas) para la lucha contra poblaciones de insectos y ácaros nocivos. Cuando se emplean controladores biológicos (conocidos en Cuba como medios biológicos), es fundamental su integración adecuada al resto de la tecnología del cultivo, incluido el uso de agroquímicos (fertilizantes, herbicidas, fungicidas, insecticidas y otros), para evitar incompatibilidades que puedan afectar estos bioproductos (compuestos por estructuras vivas y toxinas de microorganismos) o simplemente reducir su efectividad y por tanto perder la aplicación. La integración de estos controladores biológicos al manejo de plagas cuando también se utilizan insecticidas y fungicidas químicos, requiere conocimientos precisos sobre las características de los diferentes

 

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productos biológicos o químicos, de la fenología y tecnología del cultivo y de los hábitos y biología de la plaga a controlar.

En particular cuando se integran entomófagos, los criterios de compatibilidad son mas importantes, ya que estos insectos son muy sensibles a los insecticidas y fungicidas, así como algunas especies y cepas de bioplaguicidas.

241. Los bioplaguicidas entomopatógenos pueden utilizarse a gran escala en la agricultura intensiva e integrada con los plaguicidas químicos. En estos casos se requiere de un sistema de señalización o de monitoreo, que permita saber si el producto es efectivo y si las poblaciones de los insectos plagas alcanzan el índice o señal para aplicar un insecticida químico (alta efectividad y acción rápida). Se pueden comenzar las aplicaciones del bioplaguicida con bajas poblaciones del insecto plaga, y decidir las aplicaciones de insecticidas químicos según índices de la plaga y luego continuar con el bioplaguicida. De esta forma se logra una integración óptima de ambos tipos de plaguicidas, siempre que se respeten los intervalos o tiempos entre las aplicaciones con fungicidas, que son los productos químicos que mas afectan a los bioplaguicidas entomopatógenos.

242. Cuando se utilizan bioplaguicidas en la mediana escala (agricultura en transición, diversificada, agroecológica y otras) y en la pequeña escala (huertos familiares, huertos urbanos y otros), estos bioproductos pueden lograr el control de las poblaciones de insectos nocivos sin necesidad de utilizar insecticidas sintéticos, debido a que en estos sistemas de producción las propias características de ser diversificados contribuyen a la reducción de la incidencia de insectos plagas y favorecen que los hongos entomopatógenos continúen su actuación como epizootias, e inclusive se establezcan bajo estas condiciones. Igualmente hay que monitorear y evaluar las poblaciones de insectos plagas constantemente, pues la decisión de mantener las aplicaciones del bioplaguicida o integrar una aplicación de insecticida químico, debe obedecer a criterios poblacionales (índice).

243. Cuando se emplean bioplaguicidas contra insectos plagas, la señal para aplicar un producto no necesariamente puede ser un muestreo (índice), ya que cuando existe experiencia, la aplicación puede

 

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decidirse por la fenología del cultivo, porque se sabe que la incidencia de la mayoría de los insectos plagas está muy relacionada con el desarrollo del cultivo. También es usual en el caso de los bioplaguicidas, que actúan con mayor lentitud, se puede decidir la aplicación a partir de que hay presencia de huevos o larvas en el cultivo (índices poblacionales muy bajos e iniciales), lo que se justifica porque ya existe la experiencia de que sus poblaciones se pueden incrementar debido a que es una plaga habitual. Por ello no es correcto en este caso hablar de aplicaciones preventivas, sino que es un con criterio mas integral y adecuado de la señal de aplicación.

244. En el caso de los lepidópteros, se puede utilizar como señal la presencia de adultos en las luces durante la noche y, si fuera posible, ubicar una o varias trampas de luz, de mechón-melaza o de luz-melaza, en un sitio conveniente, para saber el momento en que acuden los adultos de lepidópteros (mariposas) que son plagas en el cultivo. Cuando las mariposas (adultos) de las plagas están masivamente en las luces, quiere decir que ya están en la finca y que han comenzado a ovopositar en el cultivo, lo que indica que en unos días habrá larvas pequeñas. En este momento se puede comenzar a liberar parasitoides de huevos (Trichogramma y otros) y aplicar bioplaguicidas contra larvas (Bacillus thuringiensis u otros).

245. Cuando se emplean entomopatógenos contra plagas de insectos, hay que controlarlas inmediatamente que comienzan sus ataques y mientras estén en bajas poblaciones; cuando alcanzan el índice crítico o umbral económico, ya el control resulta difícil y puede ser exitoso si dispone de un producto altamente efectivo y una buena tecnología de aplicación. Por eso los bioplaguicidas se deben utilizar en etapas tempranas y en baja incidencia de la plaga, porque son productos de acción mas lenta y por tanto la efectividad es acumulativa; es decir, con la primera no se logran altas efectividades, en comparación con los plaguicidas sintéticos.

246. En particular cuando se emplea la bacteria Bacillus thuringiensis, las aplicaciones deben concentrase en las etapas iniciales de desarrollo del insecto plaga, ya que el producto actúa por ingestión (entra al cuerpo del insecto con el alimento). Si ya la larva ha avanzado en edad y reduce su alimentación o deja de comer, el producto no tiene la oportunidad de entrar al interior del cuerpo del insecto y por tanto la aplicación no es efectiva.

 

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247. Igualmente, cuando se emplean hongos entomopatógenos, las aplicaciones deben realizarse cuando la población del insecto plaga está en edades iniciales de larvas o ninfas, ya que si estas han crecido el hongo no tendrá la oportunidad de desarrollarse en el interior del cuerpo del insecto, porque el ciclo del insecto se completará mas rápido.

248. Los entomófagos se liberan de dos formas, inoculativa e inundativa. Las liberaciones inoculativas se realizan en bajas poblaciones del entomófago, en sitios alrededor de los campos y en las barreras vivas entomófilas, antes de que se siembre el cultivo o al final de la cosecha del cultivo anterior; en cambio las liberaciones inundativas se realizan desde que aparece el insecto plaga o cuando está en índices que tienden a incrementarse, y de esta forma se debe esperar un control.

249. Igualmente los entomófagos parasitoides deben liberarse según el estado de desarrollo del insecto plaga, ya que cuando ha cambiado a un estado no susceptible el parasitoide no actúa. También sucede con los parasitoides de huevos y larvas, que cuando están en edades avanzadas ya no se logra la parasitación, pues el ciclo de ellos termina mas rápido que el del parasitoide. Los parasitoides han creado mecanismos para detectar cuándo su huésped ya no reúne los requisitos para dejar su descendencia.

250. En particular el efecto tóxico de los plaguicidas químicos sobre los entomófagos es bastante conocido, por ello no se deben realizar aplicaciones foliares de estos productos cuando se liberan controles biológicos o las tasas de regulación natural son elevadas, momentos en que su contribución al manejo del insecto plaga es importante (esto último depende del cultivo y su etapa fenológica).

251. Sobre los hongos entomopatógenos, los mayores efectos inhibitorios se presentan con los fungicidas sintéticos, aunque también hay efectos de insecticidas. Existen recomendaciones específicas respecto al tiempo que se debe esperar para aplicar un fungicida, después de una aplicación con un hongo entomopatógeno, lo que está en dependencia de diversos factores, entre ellos las características del fungicida, el clima y las propiedades del bioproducto; no obstante lo mas recomendado son seis días como mínimo.

252. Si existe un sistema de riego por aspersión o llueve, la aplicación del producto debe realizarse con posterioridad, ya que el agua bajo

 

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presión o gravedad lo lava de la superficie de la planta. Las liberaciones de entomófagos son incompatibles con el riego o la lluvia, pues se afectan por el efecto físico y por la película de agua sobre la superficie de la planta.

Entomófagos predadores. Pueden ser insectos, ácaros y arañas. Los predadores pican, chupan o comen diferentes estados de insectos, principalmente inmaduros (huevos, larvas). 253. Las crisopas (Chrysopas pp.) se liberan para la lucha contra

inmaduro de lepidópteros, áfidos y ácaros. Se realizan liberaciones cada 15 días, a dosis de 100 adultos o 3-4 huevos-larvas/m2 en presencia de la presa.

254. La cotorrita roja (Cycloneda sanguínea) se emplea contra áfidos, moscas blancas y otros insectos plaga en liberaciones quincenales de 100 adultos.

255. La cotorrita cubana (Coleomegilla cubensis) come inmaduros de lepidópteros, áfidos, ácaros y otros. Se liberan 100 adultos en presencia del insecto plaga cada 15 días.

256. La cotorrita criptolemus (Cryptolaemus montrouzieri) es efectiva contra cochinillas harinosas (pseudococcidos), áfidos y otros insectos plagas. Se realizan de 2-6 liberaciones quincenales en presencia de la plaga, a dosis de 10-40 individuos/planta,

257. La chinche (Zelus longipes) pica y chupa larvas de lepidópteros. Se libera a dosis de 2 adultos/50 larvas.

258. La chinchita (Orius insidiosus) pica y chupa thrips, ácaros, moscas blancas y otros insectos. Se libera 1-2 individuos/m2 en presencia del insecto plaga.

259. El ácaro predador Ambliseus limonicus para el control del ácaro Schizotetranychus caribbeanae en el cultivo de la yuca. Se aplica en su presencia.

260. El ácaro predador Phytosiulus macropilis se puede liberar en los cultivos de plátano, frijol y yuca, para el control de Tetranychus tumidus y de Schyzotetranychus caribbeanae en yuca; a dosis de 9000 ácaros/ha, 2250 ácaros/ha y 1350 ácaros/ha, respectivamente. Cuando el índice sea de tres ácaros tetránicos promedio en yuca y frijol y 10 ácaros promedio en plátano.

Entomófagos parasitoides de huevos. Son insectos del orden Hymenoptera que parasitan huevos de insectos.

 

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El más conocido y utilizado en la práctica es Trichogramma, una avispita que parasita huevos de lepidópteros. Se libera en los campos durante las primeras etapas del cultivo, inmediatamente que los adultos arriban y comienzan a ovopositar.

261. Contra la primavera de la yuca (Erinnyis ello). Dosis de 8-30 mil individuos/ha, según la población de huevos de la plaga (desde 2 huevos/cada 4 plantas hasta mas de un huevo/planta).

262. Contra el falso medidor (Mocis spp.) de los pastos. Dosis de 5-30 mil individuos/ha, según poblaciones de la plaga y manejo del pasto.

263. Contra la polilla de la col (Plutella xylostella) en crucíferas. Dosis de 50 mil individuos/ha desde presencia de la plaga hasta un índice de 0,2 adultos/planta.

264. Contra el gusano de la col (Ascia monusteeubotea). Dosis entre 15-50 mil individuos/ha desde presencia de huevos.

265. Contra el falso gusano medidor (Trichoplusia brassicae) en crucíferas. Dosis de 15-50 mil individuos/ha en presencia de huevos.

266. Contra gusanos de las cucurbitáceas (Diaphanias pp.). Dosis entre 30-100 mil individuos/ha, en presencia de adultos y huevos a la semana de germinación.

267. Contra prodenias o mantequillas (Spodoptera spp.) en hortalizas y papa. Dosis de 30 mil indivíduos/ha en presencia de huevos y adultos.

268. Contra la primavera (Protoparce sexta jamaicensis) en tomate y papa. Dosis de 30 mil indivíduos/ha en presencia de huevos o adultos.

269. Contra el bórer de la caña de azúcar (Diatraea saccharalis) en maíz y caña de azúcar. Dosis de 30 mil individuos/ha. En presencia de huevos y adultos.

270. Contra el cogollero del tabaco (Heliothis virescens). Dosis de 30-100 mil individuos/ha en presencia de huevos y adultos. Aunque se ha in formado que no es muy efectivo.

271. También muestra efectividad en la lucha contra polillas de almacén (Sitotroga cerealella, Corcyra cephalonica, Ephestia spp., Plodia interpunctella), sea en almacenes o silos convencionales, así como en depósitos rústicos de granos y semillas en las propias fincas.

272. Otro parasitoide de huevos es Telenomus, pero en este caso las experiencias de su utilización se han limitado a las especies de lepidópteros del género Spodoptera, con muy buenos resultados,

 

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principalmente (1) palomilla del maíz (Spodoptera frugiperda) en maíz, sorgo y arroz a dosis de 3 mil adultos o 25 puestas parasitadas en presencia de masas de huevos o adultos en los campos, (2) prodenias o mantequillas (Spodoptera spp.) en tomate y pimiento a dosis de 3 mil adultos o 25 puestas parasitadas en presencia de masas de huevos y adultos. En huertos y organopónicos las dosis de 200-300 adultos/200 m2 o una puesta por 200 m2 según el ciclo del cultivo. En cebolla dosis de 3-5 mil adultos/ha o 25 puestas parasitadas en presencia de masas de huevos y adultos.

273. También el parasitoide de huevos-larvas (Chelonus insularis) es un caso particular de parasitoides, que comienzan a parasitar el huevo del lepidóptero y salen en la fase de larva cuando completan el ciclo. Se emplea contra la palomilla del maíz (Spodoptera frugiperda) en este y otros cultivos a dosis de 100-150 adultos/ha en el momento del vuelo de los adultos, y para otras especies de Spodoptera en hortalizas se emplea a dosis de 200 adultos/ha cuando el 10% de las plantas presentan masas de huevos.

Entomófagos parasitoides de larvas y pupas. Los adultos del parasitoide depositan los huevos sobre la superficie del insecto plaga, luego nacen las larvitas del parasitoide que comen, externa o internamente el insecto plaga hasta completar su desarrollo, convertirse en pupa y cuando emerge el adulto ya el insecto plaga ha muerto. 274. Las mosca Lixophaga diatraeae es efectiva contra el bórer de la

caña de azúcar (Diatraea saccharalis). Se libera en presencia de corazones muertos en caña retoño u orificios de entrada del bórer en caña planta.

275. El parasitoide Tetrastichus sp. contra la polilla de la col (Plutella xylostella) en crucíferas. Dosis de 7-8 mil adultos/ha en presencia de larvas medianas-grandes (0,7-1,0 cm).

276. El parasitoide Rogas sp. contra prodenias o mantequillas (Spodopteras pp.) en tomate, pimiento, boniato, papa, hortalizas de organopónicos. Dosis de 100 adultos en presencia de larvas recién eclosionadas o masas de huevos. Contra la palomilla del maíz (Spodoptera frugiperda) se libera a dosis de 400-500 adultos.

277. El parasitoide Euplectrus plathypenae contra el cogollero del tabaco (Heliothis virescens). Se libera semanalmente en presencia de ovoposiciones o larvas pequeñas.

278. El parasitoide Diadegma sp. contra el cogollero del tabaco

 

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(Heliothis virescens). Liberaciones semanales en presencia de huevos o larvas pequeñas del primer instar desde la germinación.

279. El parasitoide Archytas marmoratus contra la palomilla del maíz (Spodoptera frugiperda), el falso medidor (Mocis latipes) y los gusanos de la caña de azúcar (Leucania unipuncta). Se libera en presencia de larvas a dosis de 50 adultos.

280. El parasitoide Tetrastichus howardi contra el bórer de la caña de azúcar (Diatraea saccharalis) a dosis de 15 mil individuos/ha cinco meses posteriores a la cosecha, dos liberaciones a intervalos de tres meses o liberaciones mensuales de 1500 individuos/ha. También se utiliza contra otros lepidópteros en hortalizas, viandas y granos.

281. El parasitoide Cotesia flavipes contra el bórer de la caña de azúcar (Diatraea saccharalis). Para su distribución se utilizan las masas de cocones o capullos del parasitoide (estado previo al insecto adulto). Se liberan las avispas con uno a dos días de nacidas. Cuando la población de la plaga sobrepasa las 1500 larvas por hectárea, se realizan las liberaciones de adultos a una dosis mínima de 6 mil insectos por hectárea.

282. El parasitoide Leptomastix dactylopii contra cochinillas harinosas en plantas ornamentales, frutales y otros cultivos.

283. El parasitoide Cephalonomia stephanoderis contra la broca del café (Hypothenemus hampei). Para su liberación se colocan jaulitas de emergencia, bien protegidas, las que tienen una malla por la cual pueden salir las avispitas y no la hembra de la broca. Se coloca una jaulita cada 15 árboles y entre tres surcos, cada una de las cuales tiene 200 granos brocados que fueron infestados con 400 avispitas. La liberación se realiza al final de la cosecha.

Bacteria entomopatógena Bacillus thuringiensis. Actúa por ingestión, por ello la aplicación debe cumplir tres requisitos básicos: (1) el bioproducto debe cumplir con los parámetros de calidad, (2) llegar y cubrir el órgano de la planta del cual se alimenta el insecto, para que junto con el alimento se lleve la bacteria al interior de su cuerpo, (3) debe ser en el momento en que las larvas están jóvenes, pues cuando han crecido y dejen de alimentarse ya la bacteria no entrará a su cuerpo. Su mayor utilización es para la lucha contra larvas (gusanos) de lepidópteros. Las dosis se ajustan en dependencia de la concentración final del producto, de los hábitos de la plaga y del grado de infestación, aunque generalmente están alrededor de 1-2 L/ha y la solución final de

 

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aplicación no debe tener menos de 107 esporas/mL. Se puede aplicar mediante los sistemas de aspersión que comúnmente se utilizan para los insecticidas. Es importante lograr que el producto llegue bien distribuido al órgano de la planta del cual se alimenta la larva del insecto. Se recomienda que el agua para preparar la suspensión se encuentre en pH entre 5,5-7,0. 284. En las crucíferas se emplea contra la polilla de la col (Plutella

xylostella), que ataca el repollo y el berro y contra el gusano de la col (Ascia monuste eubotea), que se alimenta de las hojas que aún no han cerrado.

285. En el maíz es efectiva contra la palomilla o gusano del cogollo (Spodoptera frugiperda). Se aplica desde que brota la planta y aparecen las puestas de huevos sobre las hojas y las primeras larvitas en el cogollo. Se recomienda utilizar la cepa LBT-24 en dosis de 1-2 L/ha. También se puede utilizar cuando esta plaga ataca el arroz y el sorgo.

286. En hortalizas y viandas es efectivo contra larvas de gusanos (noctuídos), principalmente el falso medidor (Trichoplusia brassicae), el gusano del fruto del pimiento (Heliothis zea). Para estos últimos la aplicación debe realizarse oportunamente, para que el producto actúe cuando la larvita no ha penetrado el fruto o lo ha hecho recientemente, pues cuando está ya en su interior el bioproducto no accede a la parte del fruto donde se alimenta.

287. En el garbanzo contra el gusano del fruto (Heliothis zea) es efectivo, siempre que se logre buena cobertura para acceder al interior donde está la larvita.

288. En cucurbitáceas contra larvas de los gusanos de las cucurbitáceas (Diaphania spp.).

289. En yuca, tabaco, fruta bomba y boniato se emplea contra larvas de las primavera de la yuca (Erinnyis ello), la primavera del tabaco (Manduca sexta), la primavera de la fruta bomba (Erinnyis alope) y la primavera del boniato (Herse cingulata), que se controlan muy bien con la cepa LBT-24 a dosis de 1-2 L/ha, siempre que se aplique cuando las larvas se alimentan.

290. En pastos, contra larvas del falso medidor de los pastos (Mocis latipes), que también puede atacar a la caña de azúcar. Se aplica en dosis de 1-2 L/ha. Es muy importante que el bioproducto llegue a todo el follaje de la planta, que en el caso de estas gramíneas es

 

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denso. En caña de azúcar también contra larvas de Leucania unipuncta.

291. En tabaco contra larvas del cogollero del tabaco (Heliothis virescens), en este caso la cepa LBT-21, en dosis de 1 L/ha.

292. En fruta bomba contra larvitas del perforador de la fruta bomba (Davara caricae) en dosis de 1-2 L/ha. Garantizar una alta solución final y presión del equipo para que el bioproducto llegue a los sitios donde está la larva, la que además tiene cierta protección porque se desarrolla entre los frutos que están unidos y en la zona de su pedúnculo.

293. En frijoles contra larvas del pega pega de los frijoles (Hedylepta indicata) en dosis de 1-2 L/ha. Garantizar una buena cobertura y presión del producto en la aplicación, ya que las larvas están en las hojas dobladas, dentro de las cuales se alimenta, por lo que el bioproducto debe acceder a estos sitios.

294. En los cítricos contra larvas del minador de la hoja de los cítricos (Phyllocnistis citrella). A pesar de que la larva se desarrolla en el interior de la mina, se pueden lograr efectos de este bioproducto cuando la aplicación tiene buena cobertura y se realiza en el momento en que los adultos han puesto los huevos y la larvita comienza a perforar para practicar la mina

295. También en hortalizas y frijoles contra larvas del minador de la hoja (Liriomyza trifolii). El efecto de este bioproducto contra los agromícidos ha sido muy discutido, pero se ha demostrado en la práctica que resulta efectivo por un motivo directo y otro indirecto. El efecto directo es sobre las larvitas recién emergidas, antes de que penetren en la hoja para hacer la mina, y el efecto indirecto es que facilita la actividad de los parasitoides sobre las larvas en las minas al no utilizarse plaguicidas químicos, estos últimos muy nocivos contra los parasitoides, que son diversos y muy efectivos.

296. Contra polillas de granos almacenados también se puede emplear, principalmente Corcyra cephalonica, Ephestia spp., Sitotroga cereallella, Plodia interpunctella. Para el control de larvas se pueden preparar cebos con atrayente natural, en trampas que se colocan en el piso y entre o sobre estibas de sacos.

297. También se ha incrementado su uso en la lucha contra ácaros, pero específicamente la cepa LBT-13 que tiene buen efecto como acaricida.

298. En hortalizas, papa y cítricos contra el ácaro blanco

 

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(Polyphagotarsonemus latus) a 1-2 L/ha. 299. En plátanos contra el ácaro rojo (Tetranychus tumidus) a 5-10 L/ha. 300. En cítricos contra el ácaro del moho (Phyllocoptruta oleivora) a

20L/ha, entre otros.

Hongos entomopatógenos. Estos microorganismos actúan principalmente por contacto; es decir, el hongo debe llegar al cuerpo del insecto, germinar en su superficie y penetrar a su interior, donde se reproduce, lo invade y le provoca la muerte por micosis. Para garantizar una buena efectividad, las aplicaciones de hongos entomopatógenos deben cumplir cuatro requisitos básicos (1) que el bioproducto sea de calidad, (2) que el caldo de aplicación tenga buena cobertura, lo que significa que debe llegar al sitio donde se encuentra el insecto a controlar, (3) que el insecto esté en sus primeras edades (joven), (4) que la aplicación se haga en horas de la tarde-noche, para garantizar las condiciones de temperatura y humedad requerida para la germinación de las esporas del hongo sobre el cuerpo del insecto. Beauveria bassiana es el mas utilizado entre los hongos entomopatógenos que se producen como bioplaguicidas, y básicamente se emplea una cepa en todo el país contra adultos de coleópteros, la que ha demostrado ser muy efectiva (cepa LBB-1); aunque, también se ha utilizado una cepa de Pinar del Río, con buena efectividad contra áfidos y otros hemípteros. Mas recientemente, se realiza un manejo de cepas locales en la lucha contra adultos de la broca del café (Hypothenemus hampei). También se utilizan otras especies de hongos entomopatógenos como Lecanicillium (=Verticillium) lecanii, Metarhizium anisopliae, Paecilomyces fumosoroseus, Nomuraea rileyi. 301. Beauveria bassiana es efectivo contra adultos del picudo negro del

plátano (Cosmopolites sordidus) en banano y plátano. Para las siembras nuevas se realiza la primera aplicación en el momento del trasplante, mediante la desinfestación del chopo (inmersión en suspensión del bioproducto) y la aplicación al hoyo (espolvoreo del producto sólido). En plantaciones se puede aplicar directamente en la base de la planta (producto sólido). También se pueden utilizar trampas de pseudotallo, las que se levantan y cuando se observan los adultos que fueron atraídos, se realiza una aspersión del

 

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biopreparado y se retira la trampa, lo que garantiza que una parte de la población muera por la acción del bioproducto y otra se traslade a los chopos y contamine el resto de la población del insecto.

302. Beauveria bassiana actúa contra adultos del tetuán del boniato (Cylas formicarius). Para la desinfestación de la semilla se sumergen los esquejes durante 2-3 minutos en la solución al 5% (5 Kg en 100 L de agua). En plantaciones se combina con el uso de trampas de feromona, para lo cual se colocan 16 trampas/ha y semanalmente se asperja una superficie de un metro alrededor de la trampa a dosis de 1 L/trampa. Esta se mantiene en la misma ubicación durante tres semanas consecutivas, luego se cambia la ubicación a 12 m de distancia, y así sucesivamente hasta el día antes de la cosecha. Existen variantes a este procedimiento, las que se han innovado en la práctica.

303. Beauveria bassiana contra adultos del picudito acuático del arroz (Lissorhoptrus oryzophilus). Se aplica al suelo después del trasplante o en el segundo aniego.

304. Beauveria bassiana contra adultos del picudo verde-azul de los cítricos (Pachnaeus litus). Se aplica al suelo contra larvas y al follaje de la planta contra los adultos, según el momento de ocurrencia en estas partes.

305. Beauveria bassiana contra adultos de crisomélidos, principalmente el crisomélido común (Diabrotica balteata) en hortalizas y el crisomélido verde brillante en el boniato (Typophorus nigritus). En estos casos el bioproducto se aplica al follaje de las plantas, que es donde los adultos realizan su daño a las hojas. En el caso del boniato también se puede realizar al suelo para lograr un mayor control de las poblaciones del crisomélido verde brillante.

306. Beauveria bassiana contra adultos del tuétano de la yuca (Lagochirus dezayasi). Se utiliza en lugares donde esta plaga incide, para ello se desinfecta el cangre antes de la siembra mediante inmersión en suspensión del bioproducto.

307. Beauveria bassiana contra adultos de chicharrones o gallegos (Phyllophaga spp.) en piña, viveros de pino, cítricos, guayaba y otros cultivos. Los adultos de estos insectos atacan el follaje de las plantas y sobre este es que se realiza la aplicación, de manera que se reduzca la población.

308. Beauveria bassiana contra adultos del escolítido perforador de

 

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ramas del café robusta (Xylosandrus compactus). Los adultos perforan las ramas tiernas en la parte terminal de la planta, por tanto la aplicación del bioproducto debe dirigirse al brote.

309. Beauveria bassiana contra adultos de la broca del café (Hypothenemus hampei). Las hembras adultas vuelan dentro de los cafetales para localizar frutos óptimos para perforarlos y ovopositar en su interior. Por ello las aplicaciones foliares deben estar dirigidas a toda la planta y en el momento que se observan los primeros frutos hechos a maduros. Una vez que la hembra ha penetrado al interior del fruto, ya el biopreparado no logra su acción. Puede utilizarse combinado con el nematodo entomopatógeno Heterorhabditis bacteriophora.

310. Beauveria bassiana contra la bibijagua (Atta insularis). Las aplicaciones del biopreparado deben estar dirigidas al hoyo, para que logren penetrar y actuar sobre toda la población del nido, incluido el hongo del cual se alimentan. Se aplica con la mochila sin boquilla.

311. Beauveria bassiana contra Thrips palmi en papa, frijol, pepino y otros cultivos. Se aplica en presencia de la plaga y puede mezclarse con otros bioplaguicidas.

312. Beauveria bassiana contra la salivita de los pastos (Monephora bicincta). Se aplica contra poblaciones en la base de las plantas.

313. Beauveria bassiana contra el falso medidor de los pastos (Mocis latipes). Las aplicaciones se dirigen al follaje contra las larvas.

314. Beauveria bassiana contra la chinche de encaje del aguacatero (Pseudacysta perseae). Aplicar sobre el follaje en plantas jóvenes y sobre el tallo en árboles, pues en los árboles viejos las hormigas que se desplazan por el tallo hacia la copa son potencialmente distribuidoras de las esporas del entomopatógeno.

315. Beauveria bassiana contra la chinche de encaje (Corythucha gossypii) en plátanos. Se aplica sobre el follaje contra poblaciones de inmaduros y adultos.

316. Beauveria bassiana contra la mosca blanca (Bemisia tabaci) en hortalizas y granos. Este hongo también controla la mosca blanca, sobre todo en épocas mas calurosas y puede combinarse con el bioplaguicida a base de Lecanicillium lecanii.

317. Beauveria bassiana contra el descortezador del pino (Ips spp.). Se aplica sobre el tallo de los árboles, con alta solución final para que penetre por las perforaciones. Las hormigas que cohabitan en el

 

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tallo son potencialmente dispersoras de las esporas del bioplaguicida.

318. Beauveria bassiana contra adultos y ninfas del salta hojas del maíz (Peregrinus maidis). Aplicaciones al cogollo de las plantas mediante aspersión de suspensiones o moteo del bioproducto sólido

319. Beauveria bassiana también se emplea contra gorgojos de granos almacenados (Tribolium spp., Sitophilus spp., Rhizopertha dominica, Acanthoscelides obtectus, Zabrotes subfasciatus y otros). Para el control de adultos y larvas se espolvorea el producto sobre las estibas de sacos y el piso del almacén; también se puede asperjar sobre el piso y las paredes. Para tratamiento de semillas se puede mezclar con estas.

320. Lecanicillium (=Verticillium) lecanii se emplea contra la moscas blanca (Bemisia tabaci) en tomate, frijol, papa, pimiento, pepino y otros.

321. Lecanicillium (=Verticillium) lecanii controla los pulgones Aphis gossypii en fruta bomba y otros cultivos, el pulgón verde Myzus persicae en tabaco y otros; el pulgón de la col (Brevicoryne brassicae) en col o repollo; el pulgón de la col (Lipaphis erizini) en col o repollo.

322. Lecanicillium (=Verticillium) lecanii controla Thrips palmi en diversos cultivos.

323. Lecanicillium (=Verticillium) lecanii controla adultos del salta hojas del maíz (Peregrinus maidis).

324. Metarhizium anisopliae se utiliza contra el picudo negro del plátano (Cosmopolites sordidus). Para las siembras nuevas se recomienda realizar la primera aplicación en el momento del trasplante. También se puede desinfestar el chopo antes de sembrar. En plantaciones se puede aplicar en la base de las plantas y combinado con trampas de pseudotallo.

325. Metarhizium anisopliae controla los adultos del tetuán del boniato (Cylas formicarius). Para la desinfestación de la semilla se sumergen los esquejes durante 2-3 minutos en la solución al 5% (5 Kg en 100 L de agua). En plantaciones se combina con el uso de trampas de feromona, para esto se colocan 16 trampas/ha y semanalmente se asperja una superficie de un metro alrededor de la trampa a dosis de 1 L/trampa. Se mantiene la trampa en la misma ubicación durante tres semanas consecutivas, luego se cambiar la ubicación a 12 m de distancia y así sucesivamente hasta

 

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el día antes de la cosecha. 326. Metarhizium anisopliae controla adultos del picudito acuático del

arroz (Lissorhoptrus oryzophilus). Se aplica al suelo después del trasplante o en el segundo aniego.

327. Metarhizium anisopliae controla adultos del picudo verde-azul de los cítricos (Pachnaeuslitus). Se aplica al suelo.

328. Metarhizium anisopliae controla la bibijagua (Attainsularis). Las aplicaciones del biopreparado deben estar dirigidas al hoyo, para que logren penetrar y actuar sobre toda la población del nido, incluido el hongo del cual se alimentan. Se aplica con la mochila sin boquilla.

329. Metarhizium anisopliae controla Thrips palmi en papa, frijol, pepino y otros cultivos. Se aplica en presencia de la plaga y puede mezclarse con otros bioplaguicidas.

330. Metarhizium anisopliae controla la salivita de los pastos (Monephora bicincta). Se aplica contra poblaciones en la base de las plantas.

331. Metarhizium anisopliae controla adultos y ninfas del salta hojas del maíz (Peregrinus maidis). Aplicaciones al cogollo de las plantas mediante aspersión de suspensiones o moteo del bioproducto sólido.

332. Paecilomyces fumosoroseus se utiliza contra la mosca blanca (Bemisia tabaci) en tomate, pepino, frijol y otros cultivos.

333. Paecilomyces fumosoroseus controla pulgones (Aphis gossypii, Myzus persicae, Myzus nicotianae, Brevicoryne brassicae, Toxoptera citricidus.

334. Paecilomyces fumosoroseus controla adultos del salta hojas del maíz (Peregrinus maidis).

335. Nomuraea rileyi se ha demostrado que es efectivo contra la palomilla del maíz (Spodoptera frugiperda, el cogollero del tabaco (Heliothis virescens), el gusano del frijol de terciopelo (Anticarsia gemmatilis), entre otros lepidópteros.

336. Las mezclas de Beauveria bassiana + Lecanicillium lecanii + Bacillus thuringiensis y de Metarhizium anisopliae + B. bassiana son mas efectivas contra Thrips palmi.

337. La mezcla de B. bassiana + L. lecanii + B. thuringiensis es mas efectiva contra el crisomélido Diabrotica balteata

338. La mezcla de B. bassiana + L. lecanii es mas efectiva contra la mosca blanca (Bemisia tabaci).

339. La mezcla de Beauveria bassiana + Heterorhabditis bacteriophora

 

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controla poblaciones de la broca del café (Hypothenemus hampei). Nematodos entomopatógenos. La especie mas utilizada en el país es Heterorhabditis bacteriophora. Se aplican al suelo y al follaje con los mismos equipos que se emplean para otros bioproductos (mochilas, motomochilas, equipos de arrastre, etc.). También se pueden aplicar mediante el sistema de riego por goteo o por aspersión. No deben utilizarse filtros en los equipos y las boquillas deben tener como mínimo una abertura de 500 micrones y la presión máxima permisible es de 5 bares. Se recomienda tener equipos específicos para las aplicaciones de nematodos, que pueden ser los mismos que se disponen para los bioplaguicidas. Deben utilizarse altos volúmenes de solución final (1000 L/ha) para que se favorezca el alcance del nematodo al insecto blanco, ya que para su desplazamiento requiere una lámina de agua. La aplicación debe lograr una cobertura uniforme sobre el área a tratar, y mantener la suspensión en continuo movimiento para evitar que los nematodos se depositen en el fondo del tanque del equipo de aplicación. Para lograr disminuir los efectos de los factores bióticos y abióticos sobre la eficacia de los nematodos y su persistencia, se recomienda la aplicación inundativa de una concentración alta (de hasta 1-1,5 millones de J3/m²), como estrategia inicial para asegurar que suficientes nematodos se pongan en contacto con el insecto plaga. Las aplicaciones foliares deben realizarse preferentemente en horas de la tarde y después de haber realizado un riego.

340. Heterorhabditis bacteriophora es efectivo contra larvas del picudo verde azúl (Pachnaeus litus) en bolsas de viveros de cítricos.

341. Heterorhabditis bacteriophora es efectivo contra poblaciones del picudito acuático del arroz (Lissorhoptrus oryzophilus).

342. Heterorhabditis bacteriophora es efectivo contra poblaciones del tetuán del boniato (Cylas formicarius) en campos en aplicaciones que alcancen el follaje y al suelo.

343. Heterorhabditis bacteriophora es efectivo contra el picudo negro del plátano (Cosmopolites sordidus) en plantones.

344. Heterorhabditis bacteriophora controla larvas de cachazudos (Agrotis spp.) en campos de hortalizas.

 

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345. Heterorhabditis bacteriophora también actúa contra larvas de gallegos o gusanos de manteca (Phyllophaga spp.) en hortalizas, pino, pina y otros cultivos.

346. Heterorhabditis bacteriophora se aplica en los bibijagüeros (Atta insularis) con buena efectividad.

347. Heterorhabditis bacteriophora se utiliza contra poblaciones en granos en el suelo de la broca del café (Hypothenemus hampei).

348. Heterorhabditis bacteriophora controla pupas de Thrips palmi en suelos donde se cultivan hortalizas y granos.

349. Heterorhabditis bacteriophora muestra buenos resultados en el control de poblaciones en el suelo del crisomélido verde brillante del boniato (Typophorus nigritus).

350. Cuando se emplean otros bioplaguicidas, Heterorhabditis bacteriophora se pueden aplicar sin dificultad e incluso mezclarlos, ya que poseen efecto sinergístico con otros agentes entomopatógenos (Beauveria bassiana, Bacillus thuringiensis y otros), y pueden aumentar la eficiencia y la economía de la aplicación.

351. Heterorhabditis bacteriophora se ha utilizado exitosamente contra las plagas del follaje larvas de la palomilla del maíz (Spodoptera frugiperda), larvas de Thrips palmi en hortalizas y granos, larvas de Trichoplusia ni en hortalizas y viandas, larvas de la polilla de la col (Plutell xylostella) en col y berro, larvas de Spodoptera spp. en hortalizas y viandas, larvas del pega pega de la remolacha (Herpetogramma bipunctalis), poblaciones de cochinillas harinosas (Pseudococcidae), ninfas de mosca blanca (Bemisia tabaci) en hortalizas y frijol, poblaciones de pulgones (Aphididae).

Virus entomopatógeno. Los virus penetran las larvas de lepidópteros por la boca cuando ingiere alimentos contaminados por los poliedros (matriz proteica propia de los virus). En el intestino de la larva ocurre la disolución de las partículas virales, por la acción de los jugos digestivos altamente alcalinos.

En 48 horas, las larvas se encuentran enfermas y moribundas y suben a la parte superior de la planta donde quedan adheridas, cuelgan de las hojas y finalmente mueren. La aplicación debe realizarse en edades jóvenes de las larvas, pues las partículas virales entran al cuerpo del insecto con el alimento. El pH del agua debe estar entre 6,0 y 7,0 y no debe tener cloro o desinfectantes.

 

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352. Se utiliza contra lepidópteros como la palomilla del maíz (Spodoptera frugiperda), el cogollero del tabaco (Heliothis virescens), la polilla de la col (Plutella xylostella), entre otros, a una dosis de 200-300 larvas enfermas/ha.

Hongo antagonista Trichoderma harzianum (Cepa A-34). Es un hongo antagonista de fitopatógenos, que también tiene efectos estimulantes en el crecimiento de la planta. Se aplica al suelo, al follaje de la planta, en post cosecha y en tratamiento de material de siembra. Debido a que la mayoría de los fitopatógenos se desarrollan en el suelo, la tecnología de utilización de estos bioproductos está muy relacionada con el manejo del suelo, por lo que se integra de manera decisiva con otras prácticas, principalmente el sistema de preparación del suelo, el uso de abonos orgánicos, la micorrización y la tecnología de siembra o trasplante, entre otros.

353. Es efectivo contra Phytophthora nicotianae en tabaco. Se aplica antes del establecimiento del semillero y se puede combinar con solarización previa a dosis de 1 Kg/m3 de la materia orgánica que se va a incorporar.

354. Se emplea contra la pudrición de la base del tallo o damping off en tabaco, causada por Rhizoctonia solani. Igualmente se mezcla con el sustrato. Una vez esterilizado el substrato y aireado se realiza la aplicación. Se repite semanalmente hasta que el crecimiento de las hojas cubra la superficie del alvéolo. Inocular la materia orgánica antes de incorporarla a los semilleros.

355. Para tratamiento de semillas contra patógenos del suelo en hortalizas, granos y ornamentales se mezcla con la semilla humedecida (inmersión en la solución liquida al 10% o sólido una suspensión 20 g/L durante 10 minutos). Se secan a temperatura ambiente durante tres días, sin recibir sol para el secado. Pueden almacenarse hasta 45 días después del tratamiento. También puede utilizarse mediante espolvoreado o asperjado sobre la semilla en el surco o cantero antes de taparlo, o se puede peletizar la semilla con la adición de zeolita en polvo, lo que contribuye a un mejor desarrollo de la plántula.

356. Actúa contra la pudrición de la base del tallo en tabaco, causada por Phytium sp. Aplicación en semillero de tabaco combinada con la siembra y a la retirada del cobertor, se utiliza la materia orgánica

 

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como vehículo (10 kg/ha). 357. Se emplea contra la pudrición de la base del tallo o damping off en

hortalizas, causada por Phytium aphidermatum. Se seleccionan las plántulas sanas y se desinfecta el mazo durante 10 minutos (20 g/L) antes del trasplante. Para viveros de ornamentales se aplica al suelo y se siembra inmediatamente después.

358. Controla la pudrición del tallo en bulbos de ornamentales, causada por Phytophthora parasítica. Inmersión del bulbo durante 10 minutos o mezcla con el biopreparado a una dosis de 20 g/L durante 10 minutos.

359. Se utiliza contra la marchitez del pimiento (Phytophthora capsici). A partir de la germinación de semilla, bulbos o establecida la plantación a una dosis sólida 6-8 kg/ha y líquida de 15-20 L/ha.

360. Actúa contra el tizón de la base del tallo (Sclerotium rolfsii) en sustratos de semilleros de hortalizas. Inocular la materia orgánica antes de incorporarla a los canteros de los organopónicos y huertos intensivos.

361. Se emplea contra Fusarium spp. Inocular la materia orgánica antes de incorporarla a los canteros de los organopónicos y huertos intensivos y en la base de las plantas.

362. Es efectiva contra Drechlera halodes y D. rostrata en caña de azúcar. Tratamiento de semillas botánica a 50-70 g/kg de semilla.

Hongo nematodopatógeno Trichoderma viride (cepa TS-3). Afecta a los nematodos formadores de agallas por parasitismo directo en juveniles de segundo estado y huevos o la producción de metabolitos tóxicos. 363. La cepa TS 3 de Trichoderma viride se utiliza en hortalizas y otros

cultivos con muy buenos resultados. Se ha comprobado que su utilización contra nematodos formadores de agallas (M. incognita) en casas de cultivo, a una dosis de 8 kg/ha en diferentes etapas del cultivo del tomate, reduce las poblaciones de grado 3-4 a grado 1.

Hongo nematodopatógeno Paecilomyces lilacinus. Es un hongo típico de suelo, que parasita los huevos y hembras de los nematodos, con la participación de enzimas líticas que causan deformaciones, destrucción de ovarios y reducción de la eclosión. Produce toxinas que afectan el sistema nervioso y causan deformación en el estilete de los nematodos que sobreviven, lo que permite reducir sus poblaciones y el daño.

 

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Aunque se han encontrado aislamientos patógenos a humanos, los obtenidos a partir de nematodos, que constituyen los principios activos de estos productos, no tienen riesgos para la salud. No obstante, por este motivo se ha dejado de producir en Cuba; sin embargo durante varios años se empleó con buenos resultados, al igual que en otros países de la región donde se utiliza bastante. Por ello es recomendable se analice la posible recuperación de la producción y uso de este bioplaguicida. 364. Se ha comprobado en diferentes estudios y se requieren 106

propágulos/g de suelo para el control de poblaciones de nematodos formadores de agallas (Meloidogyne incognita).

365. Contra el nematodo del plátano (Radopholus similis) en plantaciones se han obtenido buenos resultados a concentraciones de 109 conidios/g. Se puede incorporar al suelo en la base de las plantas (madre no cosechada e hijos) a dosis de 50 g en el momento de la siembra y 100 g a los seis meses de plantado.

366. En el caso de aplicaciones al banano en el momento de la siembra, se debe garantizar una semilla correctamente mondada (saneada), sin necrosis. Se aplican 100 g del producto en la zona del hoyo, en contacto con las nuevas raíces y se tapa de inmediato.

367. En vitroplantas se puede aplicar a razón de 40 g por bolsa, un mes antes del trasplante y 100 g al hoyo en la siembra.

368. En tomate se obtienen buenos resultados contra Meloidogyne incognita, aplicado al suelo, a dosis de 200 g/m2 en concentraciones de 109 esporas/mL.

369. En plántulas de guayaba y cafeto, se sumergen las raíces en la suspensión del bioproducto antes de trasplantar, y se aplica en forma sólida en el hoyo antes de colocar la plántula junto con el abono orgánico.

Biopreparados de nim. El árbol del nim (Azadirachta indica) tiene propiedades como repelente, anti alimentario, esterilizante, desorientador de la ovoposición, insecticida y regulador del crecimiento. Actúa por contacto–ingestión. También actúa como fago disuasivo (anti alimentario) por lo que los insectos dejan de comer, pierden peso y se interrumpe su crecimiento y desarrollo, y causan la muerte entre los cuatro y seis días.

Para preparar extractos acuosos de frutos estos se cosechan cuando por lo menos el 15% esté maduro o de color amarillo, posteriormente se

 

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despulpan a mano o con una máquina, se lavan con agua y se secan al sol durante los primeros 2-3 días, luego se colocan a la sombra en un sitio aireado para continuar el proceso de secado durante 2-3 semanas. Posteriormente se descascaran y muelen.

Se ha comprobado sus efectos sobre diversas especies de insectos plagas, principalmente contra la palomilla del maíz (Spodoptera frugiperda), mosca blanca (Bemisia tabaci), gusano de alfiler del tomate (Keiferia lycopersicella), polilla de la col (Plutella xylostella), cogollero del tabaco (Heliothis virescens), gusano del pepino (Diaphania hyalinata), tetuán del boniato (Cylas formicarius), chinche verde hedionda (Nezara viridula). También sobre el ácaro de las dos manchas (Tetranychus urticae) y el ácaro rojo (Panonychus citri).

370. Antes de aplicar productos del nim se sumergen en agua, a una proporción de 20-25 g/L de agua, durante 6-8 horas, se remueven cada cierto tiempo y antes de filtrar, se deja en reposo durante dos minutos y luego se filtra con un tamiz fino. La aplicación debe realizarse de inmediato pues si demora o se deja para el día siguiente, el extracto acuoso se descompone y pierde sus propiedades; se utiliza a dosis de 0,6-0,7 g de polvo/m² (6-7 kg/ha) con una solución final de 300-600 L/ha.

371. También se pueden preparar a partir de hojas de la planta, para esto se colocan sobre bandejas de metal y se exponen a secado natural, durante los primeros cuatro días puede ser al sol directamente, pero posteriormente a la sombra. Luego se procede igual que con las semillas, al molerlas para preparar un polvo, lo mas fino posible.

372. En el caso de las semillas verdes, se parten e introducen en un saco, el que se sumerge en un recipiente con agua y se deja en reposo por 24 horas, tiempo en el que está listo para aplicar. Se le llama té de nim.

Biopreparado de paraíso. El árbol conocido como paraíso (Melia azederach) posee en su composición química principios activos detectados en las hojas y los frutos con efecto insecticida, acaricida y nematicida, así como con acción anti apetitivo y regulador de crecimiento; también es una planta ornamental y tiene algunas propiedades medicinales.

 

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Los frutos, después de secados debidamente, se someten a un proceso de molinado con un molino de martillo o con similares características, para lograr un tamaño en la partícula de 2 mm, aproximadamente. El insecticida producido en forma de polvo seco, se puede conservar hasta 30 días ubicado en un almacén aireado, libre de humedad y de luz solar. 373. Para el empleo en forma de extracto acuoso el insecticida obtenido

en forma de polvo por el molinado de las semillas, se mezclará con agua en una proporción de 75 a 150 g/L, se somete a agitación, a intervalos regulares durante dos horas y se dejará reposar entre 12 y 24 horas para lograr una óptima extracción del principio activo, para posteriormente filtrarlo a través de una malla fina.

374. La solución acuosa preparada se asperja sobre el follaje de la planta en la lucha contra diversas plagas de insectos, principalmente moscas blancas, pulgones, trips, larvas de lepidópteros, crisomélidos, minadores de las hojas, ácaros y otras. Estas se realizarán preferiblemente en horas de la tarde y son compatibles con Bacillus thuringiensis a nivel de campo y en mezclas.

375. Cuando se vaya a usar el producto insecticida en forma de polvo seco, el material molinado podrá aplicarse de inmediato directamente al cultivo en forma de moteo en el cogollo del maíz, sorgo o fruta bomba a dosis de 3 g/planta.

Biopreparado de hojas secas de tabaco (Tabaquina). La planta de tabaco (Nicotiana tabacum) posee una alta concentración de nicotina en su follaje, por ello se ha demostrado que tiene una elevada actividad como insecticida, al actuar por asfixia o contacto, así como por ingestión. Para producir artesanalmente lo que se conoce como Tabaquina, se utilizan los residuos de la elaboración del tabaco (venas, polvillo, restos de hojas) o directamente las hojas secas de la planta.

376. Para su preparación se fracciona 1 kg de los residuos de la elaboración del tabaco, se sumerge en 4 L de agua por 8-10 horas y se filtra mediante una malla fina o tela. En el momento de la aplicación se diluye en 20 L de agua y se agregan 10 g de hidrato de cal (cal viva) por litro de la solución de aplicación. Una vez preparado se debe aplicar de inmediato pues pierde su actividad. Se puede adicionar adherente.

377. También se elabora en forma sólida mediante el molinado de los residuos de la industria del tabaco, el cual se prepara igual que el

 

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método anterior. Se emplea con muy buenos resultados en aplicaciones foliares para la lucha contra diversas especies de insectos y ácaros, entre otras plagas.

378. Puede aplicarse mediante el sistema de riego, para el control de nematodo de las agallas en la guayaba.

Otros biopreparados botánicos. Las plantas son la fuente de compuestos orgánicos mas importante que existe, entre ellos los metabolitos secundarios, que pueden ser bioactivos, de acción insecticida, acaricida, nematicida, molusquicida, rodenticida, fungicida, bactericida y herbicida. Otros preparados botánicos son aquellas extracciones acuosas, cocciones, polvos, fermentados o lixiviados que se elaboran de manera artesanal por el propio agricultor, a partir de plantas o sus partes, que cultivan o colectan en su finca o lugares cercanos y que se emplean por sus propiedades como plaguicidas, anti alimentarios, repelentes, coadyuvantes, diluyentes, entre otras. Estos biopreparados se utilizan en forma sólida y liquida, se asperjan o espolvorean (motean) sobre el follaje de las plantas, se incorporan al suelo, se mezclan con las semillas, entre otras formas de utilización en la lucha contra los organismos nocivos. Pueden elaborarse a una escala artesanal o semi mecanizada, lo que les confiere ciertas ventajas para el agricultor, debido a que lo prepara cuando lo va a utilizar, por lo que es mas sostenible cuando la planta (materia prima) la cultiva en la propia finca. Muchas veces estas plantas se siembran como parte de la cerca viva o en sitios no explotados.

Aunque no están bien estudiadas las dosis, se recomienda la utilización del biopreparado obtenido al 10%.

379. La adelfa (Nerium oleander). Hojas. Insectos: salta hojas (Empoasca spp.), polilla de la col (Plutella xylostella), pulgones (Aphdidae), gorgojos (Sitophilus oryzae). Hongos fitopatógenos: Dreschlera oryzae, Fusarium solani, Rhizoctonia solani.

380. Ajo (Allium sativum). Hojas y cáscara. Insectos: pulgones (Aphididae), prodenias (Spodoptera spp.), chiche (Dysdercus spp.), gorgojos de los frijoles (Callosobruchus spp.), thrips (Thripidae). Hongos fitopatógenos: Alternaria tenuis, Botritis allii,

 

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Cladosporium sp., Colletotrichum sp., Curvularia lunata, Diplodia maydis, Helminthosporium sp., Phomopsis sp., Phytophthora infestans, Pseudoperonospora cubensis. Pyricularia sp. Bacterias fitopatógenas: Erwinia sp., Pseudomonas sp., Xanthomonas sp.

381. Anón (Annona squamosa). Semillas. Insectos: pulgones (Aphididae), guagua verde (Coccus viridis), polilla de la col (Plutella xylostella), prodenias (Spodoptera spp.), salta hojas del arroz (Tagosodes oryzicolus), gorgojos de granos almacenados (Callosobruchus spp., Oryzaephilus surinamensis, Tribolium casataneum, Rhizopertha dominica, Sitophilus oryzae).

382. Caña santa (Cymbopogon citratus). Hojas. Ácaros: ácaro rojo (Tetranychus spp.). Hongos fitopatógenos: Alternaria tenuis, Botritis allii, Cladosporium fulvum, Dreschlera oryzae, Fusarium oxysporium, Gibberella fujikuroi, Pyricularia oryzae, Rhizoctonia solani, Sclerotium sp. Nematodos: Meloidogyne incognita.

383. Cardón, cardona (Euphorbia spp.). Tallo. Insectos: pulgones (Aphididae), mosca blanca (Bemisiatabaci), salta hojas (Empoasca sp.), crisomélidos (Chrysomelidae).

384. Cebolla (Allium cepa). Hojas y cáscara. Insectos: pulgones (Aphididae), crisomélido común (Diabrotica balteata), gusano de la col (Ascia monuste eubotae), gorgojos (Callosobruchus spp., Tribolium castaneum). Hongos fitopatógenos: Alternaria tenuis, Botritis allii, Curvularia lunata, Diplodia maydis, Gibberella fujikuroi, Helminthosporium sp., Phytophthora infestans. Bacterias fitopatógenas: Erwinia sp., Pseudomonas sp., Xanthomonas sp.

385. Chirimoya (Annona cherimolia). Semillas. Insectos: pulgones (Aphididae), primavera del tabaco (Protoparce sexta jamaicensis). Ácaros: Ácaro rojo (Panonychus citri).

386. Eucaliptos (Eucaliptos spp.). Hojas, ramas y tallo. Insectos: pulgones (Aphididae), primavera del tabaco (Protoparce sexta jamaicensis), gorgojos (Sitophilus oryzae). Hongos fitopatógenos: Phomopsis sp. Bacterias fitopatógenas: Xanthomonas sp.

387. Flor de muerto (Tagetes erecta). Raíces y flores. Insectos: pulgón de los frijoles (Aphis craccivora), polilla de la col (Plutella xylostella), falso gusano medidor de las yerbas (Mocis latipes), mosca blanca (Bemisia tabaci), chinche teñidora (Dysdercus cingulatus). Hongos fitopatógenos: Dreschlera oryzae, Piricularia oryzae, Uromyces phaseolina.

388. Fruta bomba (Carica papaya). Semillas, raíces y hojas. Insectos:

 

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gorgojos (Sitophilus oryzae). Nematodos: Meloidogyne spp., Rotylenchus sp., Helicotylenchus sp. Hongos fitopatógenos: Drechslera oryzae, Erysiphe sp., Hemileia vastatrix.

389. Güirito espinoso (Solanum globiferum). Semillas. Insectos: pulgones (Aphididae), prodenias (Spodoptera spp.). Hojas y frutos.

390. Higuereta (Ricinus communis). Semilla y follaje. Insectos: pulgones (Aphididae), mosca blanca (Bemisia tabaci), gorgojos (Callosobruchus spp.). Nematodos: Meloidogyne spp., Pratylenchus sp., Helicotylenchus sp. Hongos fitopatógenos: Colletotrichum coccodes, Fusarium sp., Rhizoctonia sp. Roedores: Mus musculus, Rattus rathus.

391. Lantana (Lantana cámara). Hojas. Roedores: Mus musculus. 392. Pino (Pinus spp.). Hojas. Hongos fitopatógenos: Botritis allii,

Fusarium sp., Phytophthora sp., Rhizoctonia sp., Thielaviopsis basicola.

393. Piñón botija (Jatropha curcas). Semillas. Insectos: falso gusano medidor de las yerbas (Mocis latipes). Tomate (Solanum lycopersicum). Hojas. Insectos: pulgones (Aphididae), gusano de la col (Ascia monuste eubotae), polilla de la col (Plutella xylostella), primavera del tabaco (Protoparce sexta jamaicensis), mosca blanca (Bemisia tabaci). Nematodos: Meloidogyne spp., Pratylenchus sp. La ventaja que tiene conocer y atender estas plantas está en que el agricultor puede disponer de la materia prima para elaborar los biopreparados en su propia finca. Es decir, cuando se va a realizar una aplicación, se cosechan los órganos y se procede a su preparación.

Biopreparados botánicos contra caracoles y babosas. Existen algunas plantas con propiedades molusquicidas mediante tratamientos directos a estos gasterópodos en suspensiones acuosas o en forma sólida. 394. Adelfa (Nerium oleander). Aplicar al 10%. 395. Ají picante (Capsicum spp.). Se hierven por 15 minutos 25 fruticos

(machacados) en cuatro litros de agua y luego de añaden 250 gramos de ajo (Allium sativum); se hierve nuevamente por otros cinco minutos. Para su uso se diluye un litro de este preparado en 15 litros de agua y se aplica a la base de la planta.

396. Güirito espinoso (Solanum globiferum). Los frutos se desmenuzan manualmente y se ponen a secar al sol durante tres o cuatro días hasta que estén crujientes; después se muele el material hasta un

 

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tamaño de partícula ≤ 2 mm. Posteriormente se coloca en una estufa a 60 °C, o también se puede utilizar un secador solar. Cuando esté seco se reduce a polvo en un molino o se machaca.

397. Piñón de botija (Jatropha curcas). Se emplea para el control de moluscos el aceite formulado de las semillas al 50%.

398. Güirito (Solanum mammosum). El extracto alcohólico de los frutos al 25%, garantiza una efectividad de hasta el 100% de las poblaciones de caracoles.

Adherentes y tensoactivos. En algunos casos se puede mejorar la actividad biológica de los preparados botánicos y otros insecticidas con la adición de adherentes y tensoactivos de origen botánico.

399. Utilizar el jugo de la sábila (Aloe spp.), que tiene propiedades adherentes y el jugo del henequén (Agave fulcroides) y del jaboncillo (Sapindus saponaria) que son tensoactivos.

Lixiviados del raquis del plátano. Los ácidos fúlvicos extraídos mediante lixiviación del raquis de plátano, contienen una alta concentración de potasio, el cual tiende a inducir resistencia a algunas enfermedades mediante aspersiones foliares. Se ha informado efectivo contra mildiu en rosa, sigatoka en plátanos y como nutriente en tomate. Los productores de banano que procesan en la propia finca para envasar las manos, aprovechan el raquis y lo procesan en un lixiviador, que pueden ser recipientes plásticos de gran capacidad o tanques de mampostería construidos al efecto (cisterna), en el fondo de los cuales coloca un tubo de salida, para cosechar el líquido que se lixivia del raquis.

También se puede construir un piso inclinado de mampostería, para colocar encima los raquis, pero en este caso debe tener doble inclinación hacia un lado y hacia el centro, en este último se deja un canal que termina en un recipiente de colecta. Este lixiviador se puede construir en sitios cerca de los campos y debe estar techado, preferiblemente de guano u otros materiales rústicos. 400. El lixiviado se almacena en recipientes plásticos y se utiliza a partir

de los 90 días de obtenido, para ello se prepara una solución al 5% que se asperja semanalmente sobre el follaje de la planta.

Abonos orgánicos procesados. Los abonos orgánicos elaborados como

 

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compost y lombricompost son muy ricos en nutrientes y por tanto recomendados para su incorporación al suelo para mejorar el contenido de materia orgánica, entre otras propiedades del suelo, que contribuyen a la nutrición de las plantas cultivadas.

Cuando se emplean abonos orgánicos en el suelo antes, durante o con posterioridad a la siembra o trasplante, se favorece la actividad de los reguladores naturales de insectos, ácaros, hongos, nematodos y otros organismos nocivos que habitan en el suelo. También cuando se combinan con bioplaguicidas que se aplican al suelo mejora los efectos de estos bioproductos. Últimamente se incrementan las aplicaciones foliares, y los abonos orgánicos contribuyen a la reducción de las afectaciones por enfermedades causadas por hongos y bacterias, ya que se favorece el desarrollo de los tejidos, los que se afectan menos o son mas tolerantes; además, los organismos benéficos presentes en el bioproducto y los nutrientes que lo integran tienen los efectos. Es decir, la microflora epifítica que crece de manera simbiótica en la superficie de los órganos de la planta, se beneficia con estos bioproductos, pues la planta segrega mas sustancias nutritivas para estos, a la vez que portan nutrientes y microorganismos que los benefician y mejoran, todo lo cual mejora su actuación en la defensa natural de las plantas.

401. Depositar e incorporar los abonos orgánicos (compost, lombricompost) al suelo en el momento de la siembra en surcos o en el hoyo para árboles. También se pueden combinar con la micorrización de las plántulas. Si en ese momento se aplican bioplaguicidas, se pueden mezclar o colocar juntos (Trichoderma, Paecilomyces lilacinus u otros). El abono orgánico, la micorriza y el bioplaguicida tienen efectos combinados sobre los fitopatógenos del suelo, principalmente hongos y nematodos.

402. Del compost y el lombricompost se puede elaborar el té de compost, mediante su introducción en bolsas de yute o plásticos (sacos) y luego remojar en agua para extraer el producto de forma artesanal. También existe el té de compost obtenido por fermentación aeróbica, que es de mayor calidad por su contenido. Su aplicación foliar en cultivos y momentos autorizados, tiene efectos nutricionales y fitosanitarios combinados.

 

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Abonos orgánicos sin procesar. También las aplicaciones de materia orgánica sin descomponer, como el estiércol de animales, los subproductos de la cosecha, entre otros. 403. Se puede incorporar al suelo descompuesto o sin descomponer, y

considerar su posible efecto tóxico sobre la semilla o la planta, según sea el momento de la incorporación. Cuando se emplea sin descomponer actúa como una biofumigación, debido a que durante el proceso de descomposición se liberan gases tóxicos y calor que afecta a los fitopatógenos en el suelo.

Microorganismos eficientes nativos (MEN). Son una mezcla de diferentes microorganismos benéficos, tanto aeróbicos como anaeróbicos, principalmente constituidos por hongos actinomicetes, levaduras, bacterias ácidos lácticos y fotosintéticos, presentes en grandes cantidades en la naturaleza. El inoculo se puede adquirir comercialmente o buscar naturalmente en bosques donde no haya existido actividad humana, estos últimos son los MEN. No constituyen riesgos biológicos de ningún tipo, pues su utilización está basada en rigurosas investigaciones realizadas en diferentes países, en las cuales se ha demostrado que el desarrollo de estos microorganismos constituye un proceso continuo, que concluye con el dominio de los que tienen propiedades antioxidantes.

Se ha demostrado que es posible producir un inóculo de calidad mediante un proceso artesanal de fermentación sólida anaeróbica, a partir de cepas y sustratos locales. La producción artesanal consiste en la colecta del inóculo (población nativa de microorganismos eficientes) en un sitio no intervenido (natural) en la finca (bosques o monte), los que localizan en la superficie del suelo debajo de la hojarasca. Con este inóculo se elabora el biopreparado, y se utiliza como sustrato algún cereal (cabecilla de arroz, cáscara o salvado de arroz, trigo, etc.), al que se le adiciona como fuente nutricional levadura o melaza y leche o yogurt natural.

Estos componentes se mezclan hasta lograr una biomasa semi compacta, la que al apretarse con la mano se mantiene y no se desintegra. Toda esta biomasa se introduce, apretadamente o compactada, en el interior de un recipiente plástico hasta casi llenarlo, el que se tapa

 

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herméticamente para favorecer el proceso de fermentación anaeróbica. Existen en el país diversos agricultores con muy buenas experiencias sobre elaboración artesanal en la propia finca de microorganismos eficientes nativos (MEN) y su utilización en diferentes cultivos, con efectos nutricionales importantes en el crecimiento vegetativo y la reducción de fitopatógenos.

El efecto fitosanitario de la aplicación de MEN en el follaje de las plantas, se expresa por (1) la mejor nutrición de la planta que aumenta su vigor y por tanto es menos sensible a fitopatógenos y otros organismos, (2) favorecimiento de la microflora epifítica, que son microorganismos que viven en simbiosis con la planta en la epidermis de sus órganos y al aplicar el MEN estos microorganismos incrementan su actividad como defensa natural de las plantas, entre otros efectos.

404. Se aplican directamente en el suelo, en la base de las plantas y en su follaje. En aplicaciones foliares o al suelo se utilizan 2 mL de MEN + 2 mL de melaza/L de agua; cuando se aplica por el sistema de riego (goteo, aspersores) se incrementa la dilución a una parte de MEN, mas una parte de melaza en 10 L de agua.

Plaguicidas minerales. El uso de determinados minerales en la lucha contra los organismos nocivos ha sido variado y generalmente en sustitución de plaguicidas químicos ante situaciones muy específicas. No obstante, se ha demostrado que estos pueden ser efectivos cuando se utilizan racionalmente.

Por supuesto, es muy importante entender las características de cada mineral y los efectos colaterales posibles, entre otras precauciones que contribuyen a su utilización eficiente. Durante muchos años se ha explotado el cobre por sus efectos fungicidas, pero debe tenerse precaución por sus efectos nocivos sobre los enemigos naturales; la cal es muy utilizada, pero no debe mezclarse ni combinarse con el bioplaguicida Trichoderma porque inhibe los efectos de este último; se aprecian avances con la zeolita de granulación muy fina, sola y combinada con Trichoderma. 405. La cal hidratada se ha generalizado como un efectivo protector de

las plantas contra organismos fitopatógenos, por lo que se emplea regularmente con carácter preventivo en aplicaciones foliares. Si es

 

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en forma de hidrato de cal se aplica a dosis de 4 kg/ha y como lechada a 3-4 L/ha.

406. Hay agricultores que utilizan lo que se llama agua de cal, que es el sobrenadante que queda al depositarla y dejarla decantar. Es muy efectivo para mantener la planta libre de fitopatógenos.

407. También se han obtenido buenos efectos con aplicaciones foliares de cal contra poblaciones de insectos de cuerpo blando, como son los huevos y larvas de lepidópteros, los pulgones, los trips, las ninfas de moscas blancas, las cochinillas harinosas y otros que se desarrollan expuestos en los órganos de la planta.

408. Desde luego que el uso de la cal como plaguicida requiere cuidados especiales, ya que no debe mezclarse con ningún plaguicida químico o biológico, y las aplicaciones se deben realizar después del riego o la lluvia. Tampoco debe aplicarse contra plagas del suelo ya sean fitopatógenos, fitonematodos o insectos, porque puede tener efectos adversos sobre el funcionamiento del suelo, como por ejemplo cambiar su acidez.

409. También se utilizan para el control de babosas, mediante la realización de barreras de cal por los senderos donde transitan.

410. Su uso en el tratamiento de semillas botánicas contra plagas de almacén está demostrado contra fitopatógenos o insectos, como los gorgojos y las polillas.

411. Las zeolitas se puede aplicar en el suelo entre el 25 al 75% en el cultivo del plátano (Musa paradisiaca), lo que disminuye las poblaciones de nematodos hasta los niveles mas bajos, debido a que la zeolita ejerce un efecto nematicida (impide el nacimiento de nuevos nematodos, estimula la reproducción de sus enemigos naturales, no permite que el agua y los nutrientes lleguen fácilmente al nematodo, etc.).

412. También en el tratamiento a la semilla, inclusive si es combinado con turba y micorrizas, contribuye a que las semillas germinen mas rápidamente, las plántulas también se desarrollaron mejor y manifestaron mayor vigor, un color verde intenso, mayor número y tamaño de las hojas y de raíces, además de ser menos afectada por las enfermedades. Existen experiencias muy efectivas en la mezcla de zeolita muy fina con Trichoderma harzianum para peletización de semillas botánicas.

413. En la mezcla con semillas botánicas para prevención y reducción de afectaciones por plagas de almacén (gorgojos, polillas, ácaros), la

 

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zeolita actúa como deshidratador del cuerpo de estos insectos, para lo cual puede mezclarse con esta al 15-20% del volumen a tratar.

Trampas de atracción-captura de insectos. Tradicionalmente se han utilizado diferentes tipos de trampas para reducir poblaciones de insectos nocivos, para lo que se han desarrollado diferentes modelos, los que combinan variados mecanismos de atracción y captura de adultos. En el uso de trampas de captura como método de control es muy importante considerar el aspecto económico, pues los costos de fabricación generalmente son elevados, por ello se atribuye mucha importancia a las trampas rústicas, elaboradas con materiales de desecho; aunque en estos casos es imprescindible garantizar su efectividad. La mayoría de las trampas deben atenderse con una periodicidad semanal, para eliminar los insectos capturados y sustituir el atrayente, este último se degrada muy rápido debido a los efectos de las radiaciones solares, las altas temperaturas y las lluvias.

Algunas de estas trampas se combinan para autoinoculación con bioplaguicidas y luego liberar los insectos adultos en el campo, con el propósito de que infecten el resto de la población.

414. Trampas de atracción-captura con melaza y mechón para adultos de lepidópteros. Las mayores experiencias se tienen al colocar un mechón en el centro de un recipiente de metal o un neumático cortado en el medio, donde se sitúa la solución de melaza u otra que atraiga y capture los adultos. Muy utilizadas para atraer poblaciones de adultos de lepidópteros (Mocis latipes) en pastos y otros cultivos. También se puede utilizar luz incandescente, pero se eleva el costo por uso de electricidad e insumos.

415. Esta trampa de atracción-captura de melaza y mechón se puede combinar para decidir las liberaciones del parasitoide de huevos Trichogramma, ya que cuando los primeros adultos acuden y son capturados en la solución de melaza, significa que ya ovopositan en las plantas cultivadas, y por tanto puede realizarse la primera liberación del entomófago.

416. Trampas de atracción-captura de frascos plásticos y atrayentes para moscas de la fruta. Las trampas se confeccionan con frascos plásticos de refresco desechados (capacidad: 1,0 o 1,5 L), a los

 

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cuales se les practican aberturas laterales en 2-3 lados, de aproximadamente 2 cm2 cada una, todas a una altura de la mitad del frasco. En el fondo se introduce la solución que actúa como atrayente, que debe estar compuesta por un atrayente alimenticio, que puede ser levadura torula, guarapo, fermentado de cáscara de piña, orine humana, urea u otros. Todos en una proporción de 5-10% del atrayente y el resto de agua; si existiese bórax, se pueden agregar 3-5 g. Las trampas se atan a una rama mediante un alambre, de manera que quede ubicada a la sombra y a una altura que no pueda ser alcanzada por animales. Ha demostrado ser efectiva en guayaba y mango en la reducción de poblaciones de moscas de la fruta (Anastrepha spp.) con urea como atrayente y en fruta bomba para la mosca de la fruta (Toxotrypana curvicauda) con jugo de piña.

417. Trampas de atracción-captura de frascos plásticos, feromona y bioplaguicida (trampa de tetuán). Son las trampas para el control del tetuán del boniato (Cylas formicarius) que emplean una feromona específica para la atracción de los adultos. Se han desarrollado varias formas de utilización de esta trampa. Una forma es cuando el bioplaguicida B. bassiana, en forma sólida, se introduce en el fondo de la trampa para que infecte los adultos atrapados; posteriormente dichos adultos se liberan para que dispersen el hongo en el resto de la población que está en el campo y la trampa se activa de nuevo con el bioproducto, operación que se realiza cada 5-7 días, según las condiciones ambientales. También se coloca en el fondo del pomo una solución con ceniza vegetal, la que mata el adulto que cae a la trampa. Otra forma es asperjar el bioplaguicida Beauveria bassiana en los alrededores de la trampa, se mueven de sitio y aplicar cada vez, proceso que se realiza durante el ciclo del cultivo. Hay otras variantes de este tipo de trampa.

418. Trampas de atracción-captura de frascos plásticos y atrayentes alcohólicos (trampa de broca). Consiste en un recipiente desechable de refresco embotellado de 1,5-2 litros, con una abertura en su parte central para permitir la difusión del atrayente y la entrada de adultos de la broca del café (Hypothenemus hampei). Se coloca el atrayente en un frasquito desechable de medicamento, el que tiene un orificio que permita la salida del olor de los alcoholes. Los adultos hembras son atraídos por el olor y se atrapan en el contenedor inferior que

 

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contiene agua. Se utiliza como atrayente una mezcla de alcohol metílico y alcohol etílico, a una proporción de 3:1. La trampa se sujeta a una rama de la planta de café, a un metro del suelo en las etapas post cosecha y pre cosecha, a mayor altura durante la etapa de fructificación-cosecha. Se ubican en el interior del campo y en los lados de este que colindan con caminos y sitios de depósito de cosecha.

419. Una variante de esta trampa es sustituir el agua del fondo del pomo por bioproducto sólido de B. bassiana, con cepas locales de este hongo. Se procede de la misma forma que las trampas de tetuán, al liberar las hembras adultas capturadas (infectadas) para que dispersen el hongo en el cafetal, lo cual es mas efectivo para las trampas que se colocan en las etapas de post cosecha y pre cosecha.

420. Trampas de atracción-captura de bandejas pintadas y agua. Muy utilizada para monitoreo, pero en ocasiones se emplea también para la supresión de poblaciones en cultivos en que los pulgones y las moscas blancas son plagas habituales, pero que sus niveles poblacionales no requieren de aplicaciones de plaguicidas. Las bandejas se ubican en un soporte a cierta altura del suelo, según el cultivo.

421. Trampas de atracción-captura pancartas o tableros engomados. Generalmente se construyen de material resistente a la lluvia y el sol. Se pintan de colores que atraigan los insectos de interés y se recubre de un pegamento. Se coloca en sitios convenientes en los campos. Es muy importante que el color sea el indicado y que el pegamento sea el correcto, pues muchas veces se emplea grasa sólida de vehículos y esta se endurece y cambia el color de la trampa, lo que obstaculiza su funcionamiento.

422. Trampas de atracción-captura de recipientes con melaza. Se utilizan recipientes de cualquier tipo (frascos de refresco de 1,0-1,5 L), los que pueden colocarse sobre un pedestal. Son efectivas para atraer y capturar diferentes insectos que atraen los olores de la melaza, principalmente adultos de lepidópteros.

Métodos físicos para el control de babosas. Se requiere del conocimiento de su hábitat (lugares húmedos y sombríos como bloques, detrás o debajo de las tejas, entre la vegetación tupida, entre otros sitios). 423. Recogida de caracoles y las babosas, preferiblemente en horas de la

mañana. Se pueden confeccionar implementos específicos

 

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(colectar, pinchar). Mas propio para sitios pequeños. 424. La colocación de sacos de yute en las áreas cultivadas constituye un

refugio para babosas y caracoles, ya que es un lugar seguro donde se cobijan en horas de la noche. Los sacos se revisan todas las mañanas y se destruyen los individuos que allí se encuentran.

425. Se esparce el aserrín en caminos y bajo las bolsas (en viveros). El aserrín se pega al mucus exudado por los moluscos, impide realizar la locomoción y el animal muere por inanición.

426. Dejar secar las cáscaras vacías de huevos, triturarlas en trocitos pequeños y se colocan alrededor de la planta afectada. Los caracoles al pasar se les quedan pegadas, se inmovilizan y mueren después.

Trampas de órganos de plantas para atracción-captura-inoculación con bioplaguicidas (trampas de autoinoculación). Estas trampas combinan la atracción y captura de adultos de insectos, su autoinfestación con bioplaguicidas microbiológicos (hongo, nematodos), para luego liberarlos o facilitar que salgan, acudan a los lugares donde se encuentra el resto de la población y contribuyan dispersar el control biológico. Se emplean pseudo tallos de plátano, los que se cortan en pedazos de 30-40 cm, se dividen en dos partes longitudinalmente y se colocan estas partes sobre el suelo o unidas, según el caso.

427. Para la captura de adultos del picudo negro del plátano (Cosmopolites sordidus) y su autoinoculación con el hongo entomopatógeno Beauveria bassiana. Debajo de la trampa de fracción de pseudo tallo (la cara que da al suelo), se aplica el bioplaguicida en forma sólida cada 5-7 días. Los adultos que acudan a la trampa se infectan y mueren, muchos de los cuales regresan antes al plantón y contaminan al resto de la población.

428. Para la captura de adultos del picudo negro del plátano (Cosmopolites sordidus) y su autoinoculación con el nematodo entomopatógeno Heterorhabditis bacteriophora. Entre los cortes longitudinales se asperja el bioplaguicida en forma de suspensión cada 5-7 días y se unen de nuevo dichas partes (tipo sándwich). Los pseudo tallos cortados se colocan unidos y al acudir los adultos los nematodos los infectan. Estos adultos pueden morir en la propia trampa o acudir a las plantas, lo que contribuye a dispersar el nematodo.

 

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Plantas trampas. Se aprovecha la cualidad de ciertas especies y variedades de plantas, por ser muy preferidas para atraer y hospedar poblaciones de organismos nocivos. Cuando se han identificado estas plantas y se siembran convenientemente (espacio y tiempo), se afectan mas por dichos organismos, propiedad que se aprovecha para (1) evitar o retardar que acuda al cultivo principal, (2) controlarla en dicho lugar para reducir la población del organismo nocivo, (3) extraer el órgano afectado para reducir la multiplicación de dicho organismo, (4) atraer el organismo nocivo, pero no permitir que complete su desarrollo, entre otros posibles efectos.

Por el riesgo de que estas especies y variedades se conviertan en reservorios de organismos nocivos, el uso de plantas trampas requiere de conocimientos precisos sobre su manejo y de las condiciones para realizarlo. 429. Plantas trampas para nematodos. El cultivo se siembra, infesta y

luego requiere ser destruido antes que el nematodo se reproduzca, lo que exige tener conocimientos del ciclo de vida del nematodo y respetar el tiempo que no permita la reproducción. Ejemplo exitoso de esta técnica lo constituye el empleo de lechuga (Lactuca sativa) de trasplante en suelos infestados por nematodos formadores de agallas (Meloidogyne incognita), donde las plantas se levantan con sus raíces entre 25-28 días, para evitar su multiplicación.

430. Planta trampa para nematodos. Las plantas usadas solo permiten la invasión pero el nematodo no se desarrolla. Tal es el caso de la crotalaria, que ha demostrado atrae a los juveniles infectivos de Meloidogyne y lograr una disminución paulatina de los niveles de nematodos en el suelo.

Casas de malla. Las casas de malla, también conocidas como casas de cultivos, casas de posturas, invernaderos, etc. constituyen sistemas de cultivo muy utilizados para la producción de plántulas y el cultivo de ciertas plantas, principalmente por la ventaja de propiciar un nivel de aislamiento, que es muy necesario para escapar de las condiciones adversas del clima y la ocurrencia de organismos nocivos. Es muy importante que estas instalaciones dispongan de regulaciones para el acceso de personas, así como puntos de desinfección, por la necesidad de reducir la introducción de organismos causales de enfermedades.

 

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431. En particular la realización de semilleros en casas de malla y sustratos especiales contribuye a que las plántulas estén relativamente libres de insectos y de los virus que transmite, así como otros organismos nocivos.

432. También en los alrededores, externamente, deben tenerse algunas hileras de plantas que constituyan barreras vivas, cuyos efectos pueden ser diversos, por un lado como barrera física a poblaciones inmigrantes de insectos, sobre todo vectores de enfermedades y por el otro actúen como reservorios de reguladores naturales.

Solarización del suelo y el sustrato. La solarización del suelo y el sustrato es una práctica evaluada y con grandes posibilidades para campos, casas de cultivo, parcelas pequeñas, canteros, sustratos para bolsas, etc.

Se basa en atrapar la energía calórica procedente de los rayos solares, mediante una lámina de polietileno (nylon) transparente que se deposita sobre un suelo, acantarado y previamente humedecido. Bajo la lámina la temperatura se eleva y ocasiona la muerte de insectos, ácaros, nematodos, hongos, semillas de arvenses y otros organismos. 433. Para controlar nematodos (Meloidogyne) debe permanecer así

durante cuatro a seis semanas, en la época de mayor radiación solar. Su uso puede combinarse con la adición, antes de tapar, de residuos de cosecha u otras materias orgánicas sin descomponer, ya que su proceso de descomposición libera calor y sustancias tóxicas a los nematodos y otros organismos del suelo. Es decir, hacer una combinación de solarización con biofumigación.

434. Se ha demostrado experimentalmente una reducción significativa de los patógenos Phytophthora nicotianae var. parasitica, Phytium aphanidermatium y Rhyzoctonia solani, sometidos a solarización durante 41 días en los meses de julio y agosto en suelos para semilleros.

435. Una vez terminada la solarización del suelo o el sustrato, se puede incorporar Trichoderma, lo que complementa los efectos.

Tratamientos físicos a semillas botánicas. Generalmente las semillas botánicas que se conservan en la propia finca son muy susceptibles a los ataques de plagas de insectos (polillas y gorgojos) y patógenos causales de enfermedades, ya que muchas de estas especies se manifiestan en el campo cuando las semillas están cercanas a la cosecha o durante el

 

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proceso de beneficio, el que generalmente se realiza a la intemperie. Existen algunos métodos de tratamientos y conservación de semillas que pueden practicarse en la propia finca y con pocos recursos, los que por supuesto son para pequeñas cantidades.

436. El tamizado de la semilla permite eliminar restos de la cosecha, semillas de arvenses, semillas partidas, fases de insectos, etc. Se realiza por medio de un nylon o papel sobre una mesa y se utiliza un tamiz rústico, con malla fina (tipo mosquitero, pero plástico o de metal). También se pueden utilizar dos tamices, el primero de orificios con diámetro mayor (tipo de cernir arena) y el segundo con malla fina (tipo mosquitero). Todo lo que se separe debe eliminarse.

437. Exposición de semillas a temperaturas extremas. Las temperaturas extremas son usualmente las mas utilizadas como método de control físico. Una práctica común es la exposición de la semilla al sol, debido a que los insectos y otros organismos no toleran las elevadas temperaturas. En el caso de los insectos se afectan los estados inmaduros (huevos, larvas, pupas) y a los hongos que crecen en la superficie de la semilla se eliminan por deshidratación. Esta práctica también se realiza por los campesinos para la reducción de la humedad de contenido (secado) y poderla almacenar.

438. Cuando las semillas se almacenan en refrigeración, además de conservar sus propiedades, se evita el ataque de insectos y, si estuviesen infestadas, estos mueren y por tanto no continúan su desarrollo. Muchos pequeños agricultores conservan sus semillas en recipientes de plástico o vidrio, los cierran y colocan en los compartimientos inferiores del refrigerador doméstico.

439. Para el almacenamiento hermético se utilizan recipientes con cierre completamente hermético. Los insectos que pudiera haber en el grano mueren por falta de oxígeno; además no existen posibilidades de entrada de nuevas poblaciones de insectos. Hay experiencias con recipientes de metal y plástico, los que deben colocarse en sitios ventilados y no expuestos a la humedad excesiva. Un requisito de esta técnica es que las semillas deben tener menos del 13% de humedad de contenido.

440. El almacenamiento en recipientes herméticos usualmente se combina con la mezcla de las semillas con plaguicidas botánicos (polvos, partes de plantas) y minerales (zeolita o cal).

 

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3.4. Síntesis de los temas más debatidos

En los talleres hubo momentos para preguntas y debates, que se convirtieron en un escenario para analizar errores de enfoque y prácticos, así como para realizar recomendaciones para contribuir a la mejora de las producciones agropecuarias, los cuales se consideraron muy provechosos, dada la experiencia de muchos de los participantes.

Enfoques tecnológicos. Debido a que la agricultura cubana está estructurada básicamente en tres formas tecnológicas: agricultura urbana, agricultura suburbana y polos productivos, estos últimos representativos de la agricultura convencional, en los debates se evidencia un conflicto de intereses, en que por un lado están los que mantienen el enfoque productivista de la agricultura convencional y, por el otro, los que están convencidos de la necesidad de la transición hacia sistemas sostenibles sobre bases agroecológicas.

Aunque la discusión fue amplia, quedó evidenciado que en los sistemas donde se practica el enfoque intensivo o convencional, principalmente en los polos productivos, existe mayor demanda de insumos externos, los costos son mayores, los impactos sobre el medio ambiente y la biodiversidad se incrementan y la vulnerabilidad ante eventos extremos del cambio climático es mayor, entre otros; contrario a lo que sucede en los sistemas que se manejan bajo los principios de la agroecología, independientemente de sus dimensiones.

Verticalismo tecnológico. Muy interesante resultó la percepción de muchísimos participantes sobre la tendencia a la exigencia absoluta de documentos como manuales, guías técnicas, instructivos técnicos u otros para reglamentar o normar, desde arriba o desde afuera, lo que deben hacer los agricultores, sistema que caracteriza la agricultura intensiva debido a la uniformidad con que se realizan las producciones, sobre todo en las grandes extensiones de monocultivo.

Se argumentaron los efectos negativos que tiene el verticalismo tecnológico, debido a que es bien conocido que la producción agropecuaria es contextual y por tanto depende mucho de las características de la región agrícola, las fincas y la percepción de los agricultores, sobre todo en la agricultura sobre bases agroecológicas, como es el caso de la agricultura suburbana, en que se promueve el desarrollo local para alcanzar la soberanía alimentaria, tecnológica y energética.

 

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Por ello se recomendó que para la transición de la producción agropecuaria, resulta importante dotar a los agricultores de documentos técnicos actualizados y que ofrezcan diversidad de prácticas (opciones), de manera tal que estos puedan adoptar las adecuadas para las condiciones biofísicas y económicas de sus fincas. Debido a que precisamente el propósito de los talleres era lograr un documento técnico sobre manejo agroecológico de plagas, se recomendó que este debía enfocarse como una compilación de buenas prácticas agroecológicas, que incluyera tecnologías de proceso y productos, a partir de investigaciones científicas de diferentes tipos y experiencias prácticas sistematizadas, para que los agricultores lo puedan utilizar con los propósitos de:

• Aprender: Conocer las prácticas que existen y estudiarlas para aprenderlas.

• Consultar: Para consultas rápidas ante determinadas necesidades que se presentan durante el manejo de organismos nocivos. Para ello se deben elaborar diferentes índices.

• Adoptar: Las prácticas que son factibles para la finca y se pueden realizar de acuerdo a las posibilidades de recursos.

• Innovar: Las prácticas que no se ajustan, pueden someterse a proceso de experimentación para ajustarlas a las condiciones de la finca.

• Experimentar: Las nuevas demandas de tecnologías que no aparezcan en el presente documento, deben investigarse para lo que se desea el desarrollo de procesos participativos entre investigadores, especialistas, técnicos y agricultores.

Es decir, el documento estaría destinado a las personas que deciden y manejan las fincas (agricultores, finqueros, campesinos, administradores, etc.) particulares, de cooperativas o del estado, de cualquier dimensión o escala y en él se asume que las decisiones mas efectivas para reducir problemas fitosanitarios se toman a este nivel.

Por ello, en el manejo de plagas a nivel de la finca, los componentes son mas integrales debido a que las prácticas agroecológicas tienen una mayor interacción entre ellas y todo el sistema de producción, así como multiefectos acumulativos, contrario al manejo integrado de plagas, en que las prácticas se integran al nivel del campo cultivado.

 

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El manejo agroecológico no es solo lucha biológica y plaguicidas botánicos. Muchas personas manifestaron que existe cierta percepción de que el Manejo Agroecológico de Plagas (MAP) es esencialmente control biológico, plaguicidas botánicos y trampas de captura, lo que se nombra comúnmente alternativa o prácticas no convencionales. Por supuesto, como todo proceso de cambio, además de la resistencia de personas, también se requiere de un tiempo para entender sus principios y características, así como lo que se pretende lograr en el futuro. Esto sucede con el MAP que se adopta en la agricultura suburbana, enfoque que se propone lograr la transición de las fincas convencionales (simples) a sostenibles (complejas) mediante diversas prácticas integradas al manejo de la finca como sistema.

Precisamente, en la agricultura cubana durante los últimos años se han realizado procesos de capacitación e innovación para contribuir a dejar atrás el enfoque de control de plagas (protección y defensa de cultivos) que se desarrolló después de la II Guerra Mundial, para implementar el Manejo Integrado de Plagas (MIP), que se ha considerado un enfoque adecuado para salir de la crisis creada por los plaguicidas desde entonces, ya que integra diferentes prácticas al manejo del cultivo para reducir afectaciones por plagas y enfermedades claves, bajo los principios de la agricultura convencional o intensiva.

Sin embargo, el MAP que se basa en la experiencia del MIP, constituye un enfoque que facilita la transición del manejo de plagas, porque adopta prácticas agroecológicas y de manejo de fincas, por lo que se considera mas holístico, a la vez que contribuye a revertir el proceso de selección de poblaciones resistentes de organismos nocivos, por lo que en el tiempo se reduce la dependencia de plaguicidas químicos y en algunos casos los biológicos; por otra parte, es la vía tecnológica para lograr la transición hacia el manejo de fincas, que es el enfoque que caracteriza la producción sostenible.

Uso de plaguicidas en la transición de la agricultura. En los debates también se evidencio que existe una percepción errónea respecto al uso de plaguicidas químicos o biológicos, durante el proceso de transición, pues existían personas que consideraban que debido a que se está bajo MAP no se pueden utilizar plaguicidas químicos, sino solamente biológicos.

 

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Hubo que explicar detalladamente que las poblaciones de organismos nocivos están elevadas, como resultado del proceso de selección ocurrido durante muchos años de practicar la agricultura convencional, lo que condujo al surgimiento de poblaciones con resistencia o tolerancia a los plaguicidas, el monocultivo y otras prácticas intensivas. Por ello es perfectamente entendible la necesidad de utilizar plaguicidas durante la transición; pero las decisiones sobre tipos de productos, momento de aplicación, número de aplicaciones y otras deben obedecer a criterios técnicos racionales muy bien analizados y sobre la base de que estos productos químicos o biológicos, se integran al manejo del cultivo. También se explicó que esta necesidad se logra reducir en la medida en que el sistema de producción se transforme a favor de la diversificación, que constituye el elemento básico para reducir poblaciones de organismos nocivos e incrementar la actividad de los reguladores naturales.

Por ello existen muchísimos estudios y argumentos a favor de un manejo adecuado de los cultivos (agrobiodiversidad) y del resto de la vegetación auxiliar a nivel de la finca. Los abonos orgánicos y sus efectos fitosanitarios. Durante los talleres y las visitas a fincas, hubo debates sobre el tema de los abonos orgánicos y su relación con el manejo de plagas. De manera general se aprecia que los agricultores lo emplean mucho, pero se contaminan en el proceso de almacenaje en el campo con malezas altamente nocivas como Don Carlos, hierba fina, ciperáceas y lechosas entre otras, lo que contribuye a contaminar el suelo con estas especies de alta peligrosidad y a encarecer los cultivos por el uso de mano de obra necesaria para las escardas manuales.

Por otra parte, muchos agricultores aplican materiales orgánicos en sus fincas, pero no todos se aprovechan de las ventajas del compostaje.

Respecto a las aplicaciones foliares de algunos de estos abonos (lixiviados, té), se observaron experiencias de efectos en la reducción de las afectaciones por fitopatógenos, aspecto que constituye una tendencia en el país.

 

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La elaboración y utilización de plaguicidas botánicos. Es bien conocido que las mayores investigaciones realizadas en el país para la utilización de preparados botánicos han sido con el Nim y la Tabaquina; sin embargo, de otras plantas se conocen sus propiedades plaguicidas, algunas de las cuales se han investigado y otras se han desarrollado a través de procesos de innovación local, como es el caso de la cardona, para citar un ejemplo conocido. Sobre este tema existieron planteamientos y debates en el sentidos de (1) la necesidad de realizar innovaciones para utilizar otras plantas con propiedades ya conocidas (órganos a explotar, sistema de extracción, dosis a utilizar, organismos que controla, sistema de siembra y explotación, entre otras) y (2) la demanda de desarrollar tecnologías rusticas para procesar estas plantas, que puedan construirse a bajo costo y explotarse a nivel de cooperativas y fincas. Existe un potencial no explotado sobre este tipo de bioproductos, de lo cual se pudieron observar experiencias interesantes en varias provincias, principalmente en Cienfuegos.

Las utilización de barreras vivas debe realizarse con criterio técnico. En los últimos años se ha incrementado la cultura en la utilización de barreras vivas de plantas en lados de los campos de cultivos con plantas repelentes (flor de muerto y otras), con plantas entomófilas para favorecer los enemigos naturales de plagas (maíz, sorgo, girasol), con plantas que actúan como barrera física para poblaciones de insectos, esporas de hongos, semillas de arvenses (maíz y sorgo enano), entre otras. Sin embargo, se aprecian lugares donde estas se ubican como una meta u orientación, sin considerar sus propósitos. La necesidad de la recuperación del enfoque de educación para la sanidad vegetal. Algunos especialistas argumentaron que esta actividad tuvo un papel importante en los años setenta y ochenta del pasado siglo, principalmente en el sector campesino y fue pionera de procesos horizontales de intercambio entre agricultores en el país. Posteriormente fue sustituida por la capacitación, que es parte de la educación, lo que simplificó mucho esta actividad.

Precisamente, está bien documentado que para lograr la transición de la producción agropecuaria hacia sistemas sostenibles, como se hace

 

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actualmente en la agricultura suburbana, existe la necesidad de recuperar este enfoque por sus diversas ventajas para acelerar el proceso de transformación de las fincas.

4. CONCLUSIONES

Es primera ocasión en que se elabora un documento técnico de forma participativa, experiencia que de manera general se considera provechosa, ya que de 324 prácticas que se propusieron en el documento base, 310 (95,7%) fueron aceptadas y 14 (4,3%) modificadas y se aportaron 115 como nuevas prácticas (26,2%).

La sistematización de experiencias en diferentes provincias del país, con la participación de técnicos (73,7%), agricultores 20,1%), investigadores y profesores (4,3%) y directivos (2,8%), constituyó un proceso muy provechoso, no solamente para enriquecer el documento base con las experiencias locales y la capacitación de los participantes, sino que se convirtió en una vía para socializar experiencias locales, la mayoría no divulgadas por los métodos convencionales, ya que muchos de los cuales conocieron por primera vez algunas de las prácticas.

Se reconoció la importancia de los procesos de innovación que se realizan por los técnicos y agricultores del sistema de sanidad vegetal, así como los resultados obtenidos por los agricultores experimentadores, que durante muchísimos años han validado y generado nuevas tecnologías de productos y procesos en todo el país.

5. RECOMENDACIONES

• Realizar un proceso similar en los territorios (municipios), facilitado por las Estaciones de Protección de Plantas y con la participación de técnicos y agricultores, para sistematizar las experiencias de estos y contribuir a la adopción de las prácticas agroecológicas incluidas en la presente versión. • Integrar los resultados y experiencias sobre prácticas agronómicas y de manejo de germoplasma obtenidos por los institutos de cultivos.

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