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Resulta que buscando un set para filmar The Truman Show, descubren que ese set ya existe, pero que no es un set, sino una ciudad real en las costas del golfo de México,
llamada Seaside.
En una palabra, The Truman Show ya existía antes de que se filmara The Truman Show.
Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María del Buen Ayre
Introducción a la filosofía-Seaside-Sergio Bertozzi-pág. 2
Introducción
Toda interpretación puede, si se exceden ciertos límites por demás imprecisos, acabar en una
sobreinterpretación. La intención del autor de una obra, es –como nos dice Umberto Eco- muy difícil de
descubrir (y con frecuencia irrelevante para la interpretación de un texto). Y en toda interpretación hay una
intención del intérprete, que sencillamente “golpea el texto hasta darle una forma que servirá para su
propósito”.1
La arquitectura, la pintura, la escultura, la fotografía, el cine, constituyen textos que, igual que los
textos lingüísticos, comunican, y para ello se valen de códigos específicos. Básicamente los primeros se
diferencian del texto lingüístico por el empleo de la imagen como vehículo de comunicación de sentido.
La arquitectura como disciplina no ha podido encuadrarse en los paradigmas científicos de la
deducción ni de la inducción, por que opera por abducción, forma de inferencia propia de la creación, que es
alógica por naturaleza, por que no tiene reglas2. Con el auge del positivismo lógico, la pretensión de la
arquitectura de ser considerada ciencia deviene utopía. En tanto tampoco se asume como disciplina artística
aplicada, y la ingeniería –como expresión disciplinar del predominio de la razón- comienza a disputarle su
exclusividad a partir del siglo XVII, los arquitectos adoptan –inconscientemente- mecanismos de defensa,
entre los cuales, la racionalización es probablemente el más arraigado. Toda acción proyectual necesita
encontrar una justificación supuestamente lógica a una acción que por su propia naturaleza es alógica, y cuyo
verdadero motivo puede permanecer inconsciente. De esta manera, de la interpretación sana se ha recaído en
la interpretación paranoica, que cree ver en cada expresión artística una justificación lógica.
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Al intentar un análisis del film The Truman Show, intento una mirada filosófica, preguntando por las
razones por las que una cultura ha llegado a convertirse en The Truman Show, y no lo advierte. Por el
contrario se ríe de ello.
Resulta pertinente entonces, advertir que se trata de una interpretación hecha desde el paradigma
de una formación y práctica disciplinar específica, propensa por su naturaleza a sobreinterpretar textos, y a
analizar todo desde su particular recorte de la realidad. Por ello, el énfasis está puesto en el escenario, en el
que la arquitectura constituye, en la mayor parte de los casos la realidad, y en otros, un espejo en el que la
realidad se ve desprovista de sus imperfecciones.
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The Truman Show
Ficha técnica
Título THE TRUMAN SHOW
Director PETER WEIR
Productor SCOTT RUDIN
Intérpretes JIM CARREY, LAURA LINNEY, NOAH EMMERICH, NATASCHA McELHONE,
HOLLAND TAYLOR, BRIAN DELATE, ED HARRIS.
Año de filmación 1998
Localización y filmación SEASIDE, FLORIDA, USA.
Duración 103’
Guión ANDREW NICCOL
Fotografía PETER BIZIOU
Música BURKHARD DALLWITZ
Edición PARAMOUNT
The Truman Show
The Truman Show es un espectáculo de televisión, que al momento de iniciarse el film homónimo
lleva 10,909 días en el aire. Es trasmitido durante las 24 hs, todos los días de la semana, todos los días del
año, a todo el mundo, desde Seahaven Island, el estudio más grande que se halla construido jamás (junto
con la muralla china, una de las dos estructuras visibles desde el espacio).
El espectáculo consiste en la observación “en vivo” de la vida de su protagonista Truman Burbank,
iniciado con su nacimiento, pero cuyo final no tiene guión por que básicamente no está previsto un final.
La vida de Truman Burbank (Jim Carrey) se desarrolla en la pequeña comunidad de Seahaven Island.
Próximo a cumplir 30 años, Truman tiene un empleo “normal” de oficina (de venta de seguros). Está casado
con Meryl (Laura Linney), y tiene en Marlon (Noah Emmerich) a su mejor amigo, quien “mataría” por tener un
empleo de oficina como el de Truman. Su padre ha muerto en un accidente, y su madre (Holland Taylor) no
deja pasar oportunidad para hacer sentir culpable a Truman por ese accidente. Este punto es importante,
puesto que su padre muere ahogado al caer del barco en el que navegaba junto a su hijo, y esto desarrolla
en Truman el miedo que le impide navegar o cruzar un puente, lo que actuará como contención natural a
cualquier intento de “salirse” de la geografía del set de Seahaven Island.
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Este set está contenido y limitado por la Ecosfera Omnicom -una cúpula semiesférica que remite a la
propuesta de Richard Buckmister Fuller3 para cubrir y climatizar Manhattan-, dotada de cinco mil cámaras
manejadas desde un centro de control localizada en el zenit. Desde este centro, el espectáculo es controlado
y dirigido por su creador, “el mayor televisionario, diseñador y arquitecto del mundo, -dentro del mundo que
es Seahaven Island-: Christof” (Ed Harris).
Todos los habitantes de Seahaven Island son actores, y cada uno desempeña un rol establecido en el
guión. Pero hay situaciones que se salen de control: Truman conoce a Lauren (Natascha McElhone) y ambos
se enamoran. Lauren no puede dominar ese sentimiento, e intenta decir a Truman la verdad, por lo tanto
debe ser apartada del espectáculo, puesto que constituye una amenaza para su continuidad. Es rápidamente
retirada de escena, con el argumento de que se trata de alguien con comportamientos esquizoides, y la llevan
a las islas Fiji. A partir de este momento, se inicia la transformación del Truman que acepta la realidad del
mundo que le rodea, expresada en un fuerte deseo de ver el mundo, de explorarlo, y por supuesto, de
encontrar a Lauren.
En este proceso, que ocupa la segunda mitad del film, Truman intentará viajar a las islas Fiji, y
movido por esta razón, vencerá progresivamente sus miedos, iniciará la exploración, y acabará por descubrir
la verdad, descubrirá al creador y se descubrirá a sí mismo.
En este aspecto, el film tiene un hálito metafísico. En cierto sentido es una analogía con la alegoría
de la caverna de Platón4, pues podemos ver representado en el momento en que Truman encuentra la salida
de la Ecosfera, la conquista de la libertad. “Lo que Platón describe en el mito de la caverna es el camino que
recorre el filósofo desde los conceptos vagos hasta las verdaderas ideas que se encuentran tras los
fenómenos de la naturaleza.”5 Truman recorre un camino, que va desde la aceptación del mundo tal como se
le presenta al descubrimiento de la realidad, pasando por la sospecha de que hay algo más, las preguntas, y –
finalmente, cuando puesto en una situación límite alcanza la predisposición necesaria- la búsqueda de las
respuestas.
Cuando Truman es enviado a Harbor Island por asuntos relacionados con su trabajo, debe abordar
un transbordador. El vendedor de tickets le pregunta “¿Ida solo o ida y vuelta?”. Truman se asombra por la
pregunta pero responde “ida y vuelta”. Esto demuestra que Truman no ha concebido aún la posibilidad de
que pueda existir otra realidad, no sospecha la existencia de algo diferente, distinto de lo que él conoce. Por
consiguiente no concibe la idea de “irse”. En otras palabras, no entiende por que alguien compraría un ticket
de ida solamente.
Albert Camues6 dice que “la gente tiene, de tanto en tanto, sospecha de que hay algo más. En general eso no
modifica su vida. Solo que se tiene la sospecha y eso se ha ganado.”7 Pero Truman no tiene sospechas.
Seahaven es -como Oran en La peste (1947)- “aparentemente una ciudad sin sospechas, es decir una ciudad
moderna del todo”.8
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Christof define de un modo aún mas preciso esta situación durante un reportaje:
Periodista: “Christof, quiero preguntarle por qué cree Ud. que Truman nunca llegó a descubrir la
verdadera naturaleza del espectáculo hasta hoy?”
Christof: “Aceptamos la realidad del mundo que se nos presenta. Eso es todo.”
El factor que desencadena el deseo de explorar el mundo se llama Lauren Garland. Truman cree que
ella está en las islas Fiji, y ese es su objetivo. En un determinado momento le propone a Meryl viajar durante
un año. El diálogo es sumamente gráfico, en el sentido en que Meryl hace explícita en su respuesta varios
componentes de la sociedad moderna:
Meryl: “¿y luego? Estaríamos donde estábamos hace cinco años! Hablas como un adolescente.
Tenemos que pagar la hipoteca. ¿No vamos a pagar nuestras deudas?”
Truman: “quiero irme! Ver el mundo! Explorar!”
Meryl: “Quieres ser explorador? Ya se te pasará! Todos hemos querido eso alguna vez.”
Pero si acaso Meryl no ha sido suficientemente clara en ese aspecto, la televisión hace su parte. En
un programa llamado “Show me the way to go home” el protagonista afirma que “no hay que irse de casa
para conocer el mundo...”. En otras palabras, está diciendo que basta mirar televisión para conocer el mundo.
En este sarcasmo, The Truman Show (film) vuelve a explicitar una característica de la cultura telemediática: la
“Estrategia de la Ilusión” a la que se refiere Umberto Eco, la expansión de una cultura de medios en la que ya
no es necesario ir a ver el mundo, a experimentarlo por uno mismo, pues la televisión nos lo puede mostrar
en la seguridad de nuestra propia casa, sin necesidad de movernos de ella.
La analogía con la alegoría de la caverna se hace aún más clara: ahora los televidentes son los
prisioneros, y el mundo hiperrealista que verán es el de las imágenes mediatizadas, solo que ahora la
tecnología de la televisión ha reemplazado al fuego y a los titiriteros con sus fantoches.
El film es un retrato fiel de la cultura telemediática de nuestro tiempo, que prefiere vivir la vida de los
demás, antes que la propia. El público de The Truman Show no toma parte en ella, solo está ahí para ver y
escuchar, o bien se dedica a hablar de ello. Así, la noción de vivir se confunde con la de hablar de la vida.
Este es esencialmente el mensaje de The Truman Show (film).
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El contexto
SEAHAVEN ISLAND. A NICE PLACE TO LIVE
La vida de Truman Burbank se ha desarrollado durante casi treinta años en la pequeña ciudad de
Seahaven. Desde el punto de vista urbanístico, Seahaven es la ciudad en la que la mayoría de nosotros
desearíamos vivir. Cuando Marlon describe Seahaven dice: “estuve en todos lados, pero nunca en un lugar
como éste. Mira esa puesta del sol, Truman. Es perfecta. Es el trabajo de Dios.” Pequeña, ordenada y
tranquila, Seahaven es el “sueño americano” contemporáneo.
Pero pocas personas saben que Seahaven no es una escenografía construida para el film, sino que se
trata de una celebrada y concreta ciudad llamada Seaside (al constado del mar), situada detrás de las dunas, en
las costas del Golfo de México, en el estado de Florida, USA.
Seaside. Savannah Street
Inicialmente, Peter Weir piensa en construir Seahaven en un estudio, puesto que para su concepto
de The Truman Show, solamente una escenografía podría proporcionar el contexto urbano ordenado y
homogéneo que requería The Truman Show. Debido al elevado costo que este proyecto requería, director y
productores se persuaden de la necesidad de buscar una localización alternativa. La consultora Wendy Stites
encontró -en una revista australiana de arquitectura-, un artículo sobre Seaside. Peter Weir llegó
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inmediatamente a la conclusión de que Seaside era exactamente el sitio que buscaba, para su concepto de
The Truman Show. En una palabra: The Truman Show ya existía antes de hacerse The Truman Show.
Proyectada a comienzo de los años ochenta por Michael Duane y Elisabeth Platter-Zyberk, e inspirada
en los conceptos neoconservadores de la sociedad norteamericana, expresados en las propuestas urbanas de
León Krier9, remite en parte a las utopías urbanas de Robert Owen10, y a las ciudades jardines de Ebenezer
Howard11, pero con un alto grado de McDonalización12, es decir, un contexto social de individualismo
creciente en un ambiente urbano homogéneo, ordenado, predecible, construido mediante una arquitectura
cuyo lenguaje expresivo es el resultado de la racionalización a través de la combinación de unos pocos
elementos esenciales.
Seaside retoma la ciudad tradicional en su forma13. Su concepción implica una visión romántica del
pasado y el deseo de volver a él. Pero acoge a “una comunidad moderna de doctores y abogados”, que aún
cuando comparta esta visión romántica de la ciudad (no olvidemos que el romanticismo fue ante todo un
fenómeno urbano), está caracterizada por un fuerte rasgo individualista.
“El intento del plan de Seaside, fue experimentar con valores arquitectónicos de un viejo pueblo, y
ver si ellos podrían con un cambio, producir valores humanos diferentes”.14 Seaside es el no-lugar en el que
los sujetos seremos razonables, justos y estéticos. Paradójicamente se sostiene que “Seaside es de ninguna
manera una aventura utópica”15 cuando precisamente todo apunta a la utopía. El mayor rasgo utópico que
presenta Seaside, es pasar por alto la historia de la arquitectura: no es posible proyectar una comunidad. Los
proyectos a lo sumo pueden plantear entornos inductores de comunidad.
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Seaside es ambigua, puesto que desarrollada en la posmodernidad, y producto del deseo romántico
de volver a la simbiosis hombre-naturaleza, reintroduce la noción de planificación de la ciudad. El
planeamiento urbano, los proyectos de ordenación –el producto clásico de los urbanistas- se desarrolló en el
paradigma de la modernidad. Cuando los procesos y operaciones que tienen lugar en la posmodernidad se
caracterizan por –precisamente-, la ausencia de la planificación, avalada por “la conclusión alcanzada por un
amplio espectro de pensadores contemporáneos, quienes proponen que la arquitectura debe ser caótica por
definición”16, la reintroducción de la planificación y la aplicación de un código, para generar y conservar el
carácter del ambiente urbano, se sitúa más cerca de las ideas de la modernidad, y halla sus antecedentes en
Camillo Sitte17 y las ciudades jardines de Ebenezer Howard18.
De ahí que el film resulte tan interesante para un análisis desde el punto de vista urbanístico y
arquitectónico, y la descripción de la sociedad que dio origen a Seaside, puesto que todo producto urbano-
arquitectónico posee un contenido ideológico que lo sustenta, y naturalmente, no concebimos la ideología19
separada de los grupos sociales que la asumen o que la producen. Respecto a la ideología, Enrique Pichon-
Riviere señala que muy a menudo el propio sujeto ignora la existencia de ellas, puesto que no están
explicitadas, pero que son siempre operantes20.
Seaside pertenece más al mundo inteligible, al topos urano platónico, que al mundo sensible. Al
menos podemos afirmar esto si nos referimos al modelo que representa. En tanto la ciudad contemporánea
muestra sus contradicciones y sus irracionalidades, y lo hace a escala deshumanizada, Seaside es el paraíso,
el jardín de Epicuro21, donde la tragedia y la discordia son desconocidas y reina una paz fácil.
Seaside es perfecta, cierta, completa, permanente, inmutable, ordenada y difícil de alcanzar, como el
mundo de las ideas, la ciudad en la que todos desearíamos vivir, opuesta a la ciudad concreta en la que
vivimos, que es imperfecta, incompleta, vulgar, diversa, cambiante, impredecible y contradictoria.
“Seahaven es como debería ser el mundo” sintetiza Christof en su respuesta a un reportaje.
SEAHAVEN/SEASIDE. CIUDADES ANALOGAS
Definimos como análogo a lo que es parecido, pero que no es lo mismo.
En tanto Seahaven es una ciudad autosuficiente, Seaside es una ciudad de veraneo, y si bien una
significativa cantidad de propietarios estimulados por su ambiente urbano, caracterizado por las antiguas
convenciones de la vida de los pequeños pueblos, han decidido residir en forma permanente, Seaside nunca
será como Seahaven. Mucho menos autosuficiente. La autosuficiencia de estas ciudades no solo se mostró
históricamente irrealizable, sino perjudicial para su desarrollo, puesto que requiere de una población mayor,
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expansión urbana, densificación y especialización de áreas centrales, extensión de la infraestructura, aparición
de funciones nuevas, en síntesis, todo aquello que es característico de la ciudad tradicional, y que es
rechazado, precisamente, por quienes eligieron Seaside.22
LA CIUDAD TRADICIONAL. ENFERMEDAD INCURABLE
Atlanta, Birminghan, New Orleans –por citar los ejemplos geográficamente más cercanos a Seaside-
son ciudades tradicionales. Seaside es, en parte, producto físico del rechazo a esas ciudades.
¿Pero de dónde proviene el rechazo a la ciudad tradicional? Umberto Eco, retomando las ideas del
geógrafo italiano contemporáneo Giuseppe Sacco, habla de “vitnamización de los territorios” en referencia al
fenómeno urbano: “Teatro de tensiones permanentes”, caracterizado por “la ruptura del consenso, y por el
exceso de población que interactúa con el exceso de comunicaciones y transportes, haciendo inhabitable la
ciudad por un paroxismo de actividad.”23
Tomemos un ejemplo reciente proveniente de la crónica periodística: Milano, jueves 12 de octubre.
Paro de los transportes públicos (metro, tranvías y autobuses de la ATM) e intensa lluvia estacional. Los 5.9
millones de personas que se mueven diariamente en Milano, emplean regularmente unos 570,000 autos y la
red de transportes públicos. Al faltar esta última, todos fueron en auto. La consecuencia: más de un millón de
autos produjeron una situación que el Corriere della Sera tituló de “Apocalisse del traffico”. Traffico-caos”.
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“Traffico paralizzato, giorno di caos”. “Milano é schiattata, é morta di traffico.” “Un disturbo cronico é
diventato malattia incurabile.”24 Enfermedad incurable es el diagnóstico para la ciudad tradicional.
Sin embargo las Seasides no constituyen una solución, pues la mayor dispersión implica más autos,
más transportes públicos, más autopistas, más sistemas de control de tránsito, que acrecientan los problemas
estructurales de las ciudades. Se entra en una pseudodialéctica, en la que las “soluciones” son en si mismas la
causa del problema. Se podría decir que las soluciones están “preñadas” de problemas.
Cuando Le Corbusier25 publicó en 1936, a su regreso de su primer viaje por los Estados Unidos,
Quand les Cathédrales étaient blanches (Cuando las catedrales eran blancas), describió fenómenos urbanos
desconocidos entonces para el ciudadano francés medio. La descripción de los suburbios acomodados
neoyorquinos no es sino un anticipo del fenómeno analizado, por entonces exclusivamente norteamericano:
“Los trenes locales son tan hermosos que alientan ilusiones ruinosas. Hablo de los trenes que van a los suburbios
acomodados y no del purgatorio que conduce a los diversos infiernos de los slums. Hacen recorridos inmensos. ¡Y
dotan al neoyorquino de una biología especial! Este ser está provisto de ruedas; rueda completamente, entre los
ascensores de su rascacielos y su casita de campo de estilo colonial situada en medio de los bosques, en la
recortada orilla del océano o en praderas y vergeles. Como una cosa empuja a la otra (y ya no se sabe cual de los
dos factores conduce el baile), ha desarrollado insensatamente el automóvil o, disponiendo del automóvil, ha
extendido prodigiosamente el radio de su periplo cotidiano. Pasa el tiempo. ¿Cuánto? Tres horas por día no lo
asustan.
Volviendo a Yale, converso con un profesor de la Universidad. Este me explica lo que ha llegado a aceptar cada
día de su vida. ‘Salgo de mi casa temprano, dejo el coche en la estación, tomo el tren, cambio de tren, llego a
Yale. Y hago lo mismo en sentido inverso, de noche. Leo: ya ve usted qué cómodo es esto. Evidentemente,
hemos creado todas las comodidades. Evidentemente, hacemos uso de ellas, de todas ellas; y quizá no tenemos
tiempo para digerirlo; en nuestra vida no hay un minuto para poder apreciar; y nada nos impulsa a apreciar, es
decir, a tratar de llegar al fondo de las cosas. Estamos en un torbellino; somos, nosotros mismos, el torbellino; no
tenemos opinión acerca de lo que no sea torbellino.’”26
En este punto vale la pena detenernos para analizar esta visión fatalista del profesor de Yale. ¿Está
diciendo que no le era posible, materialmente, tomar distancia de la realidad cotidiana para indagar acerca del
sentido de las cosas? ¿Ya entonces la sociedad norteamericana presentaba síntomas de masificación? Una
pista para buscar la respuesta a esta pregunta puede ser el hecho de que en 1937 –solo dos años después-
los hermanos McDonald abrieron su primer restaurante en USA.
En ese momento, ciudades como New York estaban en la tercera fase del cambio, conforme con la
hipótesis de Aldo Rossi27, iniciada con el desarrollo de los medios de transporte individuales y con la eficiencia
de todos los medios de transporte destinados al trabajo, “dando lugar al tráfico pendular”. Así, “la elección de
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los lugares de residencia se convierte cada vez más en independiente de los lugares de trabajo. Cada vez es
más fuerte la búsqueda de viviendas fuera de la ciudad, en el campo limítrofe”.28
“Manhattan es una ciudad tan hostil a las necesidades más fundamentales del corazón humano, que el sueño de
la evasión se incrusta en cada corazón. ¡Partir! No despilfarrar la vida propia, la vida de la familia, en esa dureza
implacable. Abrir los ojos sobre un rincón de cielo, vivir cerca de un árbol, al borde de un césped.
Este sueño innumerable se ha materializado. Millones de habitantes partieron para la quimérica campiña. Al irse,
al instalarse allí, han matado al campo. Se ha convertido en un suburbio, esa región tan inmensa que se extiende
tan lejos alrededor de la ciudad. Sólo ha quedado el sueño; el sueño desesperado de ser libre, dueño de su
destino.”29
Le Corbusier
Contemporáneo a Le Corbusier, Jean-Paul Sartre30 sostenía que “la persona que, de esta forma, va
entrando en la masa anónima, se convierte en un hombre impersonal de esa masa”.31
La ciudad tradicional, vista como ostensible fuente principal de esta degradación de la calidad de
vida, es rechazada. Primero el tren32, y posteriormente el automóvil –uno de los principales causantes de la
degradación- habilitan la opción, primero de la ciudad jardín, más tarde del barrio cerrado, y más
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recientemente de las denominadas no-ciudades33. Pero los costos son altísimos, y en los Estados Unidos hay
estadísticas asombrosas. Por ejemplo, una de ellas hace referencia al tiempo promedio que un
norteamericano medio pasa parado delante de un semáforo en rojo: seis meses de su vida ¡180 días de su
vida, 4,320 horas de su vida! Esto es, con la actual expectativa de vida en USA de 87 años, el 0.57% de una
vida. Eso si no muere antes en un accidente de tránsito. ¿Cuanto tiempo de nuestras vidas utilizamos en
desplazarnos desde nuestra casa hasta los lugares de trabajo? Pero probablemente este aspecto (la distancia,
que es determinante de los valores de las propiedades en los barrios cerrados periféricos), no sea definitorio
al tiempo de tomar la decisión de cambiar la ciudad tradicional por cualquiera de estas alternativas. ¿Cuáles
son las razones por las que la gente está dispuesta a recorrer (a conducir) 60, 100 ó 150 km por día en su
automóvil, destinando a esta actividad entre una y tres horas de cada día?
Néstor García Canclini34 también se hizo esta pregunta y en un estudio sobre consumos culturales en
la ciudad de México, encontró que la mayor parte de las personas considera el viajar una obligación
agotadora. Además del caos vehicular, acusan de haber arruinado el placer de transitar por la ciudad a la
contaminación y, en los grupos socioeconómicos medios y altos, a los inmigrantes, los vendedores
ambulantes y otros sectores “populares” que degradan el paisaje urbano.
Es evidente que hay algo más que simple deseo de conseguir un mayor contacto con la naturaleza.
La ideología operante en el nivel inconsciente, necesariamente debe incluir otros elementos que no se hacen
explícitos.
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Por una parte, el modelo representado por Seaside es un producto económico de alta rentabilidad,
pues se trata de un producto físico con un alto valor agregado derivado del producto imaginario que lleva
implícito, y por lo tanto para un target mas específico, de alto poder adquisitivo, puesto que cuando alguien
compra Seaside, lo hace guiado por la imagen del espejo (Jacques Lacan). Robert Davis, el “desarrollador” de
Seaside “es también un creador astuto que supo bien que necesitaría para atraer a doctores y abogados,
quienes observaron una comunidad de verano deliciosa y una inversión real razonable.”35 Ciertamente, en
parte el espejo refleja el producto físico, y en parte vemos en él lo que nosotros queremos ver, el producto
imaginario, en el que nos vemos como queremos vernos: sin las imperfecciones de la realidad.
Este patrón se presenta como una constante en toda la RMBA (Región Metropolitana Buenos Aires),
que concentra actualmente mas de trescientos setenta barrios cerrados, además de cinco grandes
emprendimientos (las denominadas ciudad-pueblo privadas). Los más próximos al centro de Buenos Aires
están ubicados a 21 km, pero el promedio es superior a 45 km (todos los barrios de la zona de Pilar, la de
mayor crecimiento, están entre 42 y 63 km), un número significativo se localiza a 60 ó 70 km, en tanto los
más apartados a mas de 100 km. Lo que se vende es un producto económico conformado por un producto
físico más un producto imaginario, cuya constitución ya hemos definido, y los destinatarios pertenecen a los
segmentos AB y C136, que representaban en 1998 aproximadamente un diez por ciento de la población de la
RMBA.37
Kiawah Island, Charleston. Publicidad de un condominio privado en la RMBA.
Por otra parte el auge de los barrios cerrados manifiesta la modificación de las conductas gregarias.
La ciudad moderna es una ciudad donde la estratificación se establece de un modo absolutamente novedoso,
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pues los sectores sociales económicamente más pudientes, en lugar de “hacer ciudad”, a la manera
renacentista, optan por dejar la ciudad, para residir en las no-ciudades.
La ciudad tradicional se ha caracterizado por el carácter público, colectivo, por su condición de
ambiente capaz de generar una comunidad diversa y saludable. Aldo Rossi sostiene que “se puede desarrollar
cualquier reducción de la realidad urbana y se llegará siempre al aspecto colectivo; el aspecto colectivo parece
constituir el origen y el fin de la ciudad.”38 Los utopistas, particularmente Robert Owen, adjudicaban al
ambiente urbano construido la capacidad de proyectar esta comunidad diversa y sana, y como eso no es
posible, sus propuestas derivaron utópicas. Seaside contiene este rasgo utópico, puesto que se asume como
experimento para ver si, con los valores arquitectónicos, es posible producir valores humanos diferentes. Pero
el experimento se hace viable solo en la medida que trabaja “en condiciones óptimas ecológicas y
sociológicas”.
No obstante es necesario destacar que Seaside conserva la forma de la ciudad tradicional, en cuanto
a que los ejes espaciales, el espacio cívico, siguen siendo los protagonistas. Diferente es la historia cuando
analizamos los proyectos más recientes, en los que la “exaltación de los valores individuales frente a los
valores colectivos y la magnificación de la privacidad frente a la solidaridad y la convivencia”39 han desterrado
los últimos rasgos formales y estructurales de la ciudad tradicional. Los espacios para la urbanidad, para el
encuentro de las personas, están ausentes.
SEGREGACION. AUTOSEGREGACION.
“Un geógrafo italiano, Guiseppe Sacco, desarrolló el tema de la medievalización de la ciudad. Una serie de
minorías que rechazan la integración se constituyen en clan, y cada clan caracteriza un barrio, que se convierte
en el centro propio, a menudo inaccesible: estamos en la comarca medieval (Giuseppe Sacco es profesor en
Siena). A este espíritu de clan se unen por otra parte las clases pudientes que, siguiendo el mito de la naturaleza,
se retiran al exterior de las ciudades, en los barrios jardín, que dan origen a otro tipo de microsociedad.”40
Seahaven/Seaside comparten esta tendencia a la segregación de los que no tienen la capacidad
adquisitiva necesaria para estar en esa misma sociedad, que no pueden ingresar a este tipo de ciudades, que
resultarán homogéneas en su constitución social, económica, y cultural. Comunidades de gente que no quiere
compartir nada. Desean vivir su vida y eso es todo. Seahaven/Seaside se parecen a un monasterio medieval,
perdido en el campo, rodeado de hordas bárbaras, habitado por personas que no tienen nada que ver con la
otra realidad, insensibles ante el sufrimiento de los demás.
Este concepto está representado explícitamente en un diálogo entre Truman y su madre: Truman ha
visto a su padre, supuestamente muerto hace veintidós años, que por error aparece en el set. Obviamente, y
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de la misma manera que luego sucederá con Lauren, es rápidamente retirado de la escena. Truman narra lo
sucedido a su madre:
Truman: “era papá! Te lo juro! Vestido como un desposeído. Lo obligaron a subir a un autobús.”
Madre de Truman: es hora de que se lleven a todos esos desposeídos antes de que esto se vuelva
como el resto del país.
La segregación social, condición implícita en el modelo representado por Seaside, cuya verdadera
razón es simple y sencillo egoísmo, implica para sus propios habitantes la autosegregación, que aunque hoy
se la mire como algo positivo, nadie sabe adónde nos puede llevar.
Lo mismo sucedía con The Truman Show:
“HOW’S IT GOING TO END?” (¿cómo terminará todo?).
Nadie lo sabía.
Seaside en 1989
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La cuestión ética
LA MANIPULACION
The Truman Show tiene un grado de adelanto, en cuanto a que, basado el film en experiencias
hiperrealistas análogas, que ya son recursos normales para la televisión actual, adiciona la manipulación total
de la vida de Truman Burbank, introduciendo un nuevo debate en el campo de la ética.
La manipulación tiene lugar en tanto el manipulado no cae en la cuenta de que está siendo
manipulado. La acción manipuladora no llega a la conciencia del manipulado por que es secreta, oculta y sutil.
El manipulado cree que piensa, decide y actúa por cuenta propia.
“En la acción manipuladora se transmite un mensaje a un receptor de tal forma que se consigue que éste lo viva
como suyo, sin provocar sospechas. La relación manipuladora se sirve de múltiples canales –desde el sistema educativo a la
televisión- para tratar a los individuos como cosas, privarlos de su capacidad de creación y someterlos, en fin, al arbitrio del
manipulador.”41
Truman Burbank cree vivir en la realidad. No tiene razón para sospechar que “su realidad” no es “la
realidad”. El conoce “su realidad”, una realidad virtual, mediática, por tanto inventada. La vida de Truman
presupone en este sentido, un acto de manipulación consciente por parte de Christof, los actores, y toda la
cultura telemediática que participa pasivamente del espectáculo. Por supuesto que quienes no están de
acuerdo con esta manipulación, han sido excluidos compulsivamente del mundo de Truman. Tal es el caso de
Sylvia, la protagonista de Lauren, quién sinceramente enamorada de Truman, intenta hacerle ver la realidad,
intenta “sacarlo de la caverna”, y por lo tanto es inmediatamente “eliminada” por los otros moradores de la
caverna, en defensa de sus propios intereses y el status-quo. Sylvia asume el papel del filósofo, que trata de
hacer ver a Truman la verdad. Al final, los moradores de la caverna la “matan” en una figura análoga a la que
refiere Platón, seguramente pensando en Sócrates, a quién los moradores de Atenas matan por que hurgaba
en sus hábitos.
En este sentido, es pertinente establecer un paralelo entre la Seahaven de Truman (1998), la Atenas
de Sócrates (470-399 a.C.), o la Oran de Camues (1947), puesto que estas culturas urbanas tienen un común
denominador: la costumbre constituye la forma de su existencia. Lo que Sócrates enfrentó es lo que llamamos
contemporáneamente obstáculo epistemológico. “Lo decisivo para el concepto de ‘obstáculo epistemológico’
es que el hombre se mueve bien con comodidad en ese mundo, sin preguntarse por su verdad o falsedad
como el profesor de Yale, y que está dispuesto a luchar contra cualquier cambio que atente contra sus hábitos
adquiridos”.42 Precisamente lo que Sócrates hizo, fue poner en crisis al Estado ateniense, en el que -parafrásis
de Hegel- la costumbre constituye la forma de su existencia. Sócrates constituye una anomalía en ese Estado
ateniense. Lo pone en crisis a través de una propuesta que resulta revolucionaria, aún cuando Sócrates no
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pretende cambiar el orden establecido. Según Aristóteles, lo revolucionario de las ideas de Sócrates es que
pasan por alto los hábitos. Con ello debilitan la autoridad de la ley del Estado y minaba el Estado ateniense.
Para Hegel, el Estado ateniense condenó a muerte a su enemigo “y fue la muerte de Sócrates la suma
justicia”43.
Christof sostiene haber dado a Truman “la oportunidad de vivir una vida normal. El mundo, el lugar
en el que Ud. vive –postula Christof a Sylvia-, es un lugar enfermizo. Seahaven es como debería ser el
mundo.”
Sylvia: “[Truman] es un prisionero.”
Christof: “puede irse cuando quiera. Si tuviera algo más que una vaga ambición. Si estuviera decidido
a saber la verdad, no podríamos impedírselo de ningún modo. Creo que lo que la angustia,
realmente, interlocutora, es que en última instancia Truman prefiere su celda, como la llama usted.”
Seaside no es otra cosa que la caverna, y la ideología que generan las Seasides no es otra que el
deseo de volver a la seguridad de la caverna. Claro que Seaside no es una caverna en el sentido estricto,
como tampoco Platón quiso decir que el mundo sensible lo sea. Se trata solo de una alegoría en la que Platón
utiliza la figura de la caverna para presentar a Glaucón sus conceptos. Platón tampoco quiso decir que el
mundo sensible fuese oscuro, sino oscuro comparado con la claridad de las ideas. “Una foto de una mujer
hermosa no tiene por que resultar oscura, mas bien lo contrario, pero sigue siendo una imagen”.44
LO FALSO ABSOLUTO
“Escucha Truman: ya no hay más verdad ahí que en el mundo que yo cree para ti. Las mismas
mentiras, el mismo engaño. Pero en mi mundo no tienes nada que temer. Tienes miedo. Por eso no puedes
irte”.
Christof esta diciendo que la mentira es el común denominador. Todos creemos conocer el mundo en
el que nos ha tocado vivir, y podemos reflexionar acerca de ello y tener nuestra propia opinión. ¿Pero que hay
de Seaside? Beth Dunlop (Miami Herald) argumenta en Architectural Record: “Seaside is not a sight –or indeed
a site- for cynics” (Seaside no es un espectáculo –o un lugar- para cínicos). Cínicos eran los filósofos que
pertenecían a la escuela fundada por Antístenes en Atenas alrededor del año 400 a. de C. Diógenes, el cínico
más famoso, se dice, habitaba en un tonel. En ese sentido, claro está, los habitantes de Seaside no son
cínicos, pues sus viviendas no son precisamente toneles.
Cuando esto fue publicado en 1989, nadie podía sospechar que Seaside sería la escenografía de The
Truman Show. Sin embargo, no solo la elección de Peter Weir confirma el rasgo escenográfico de Seaside,
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sino que ya en 1889 Camillo Sitte dudaba de la posibilidad de concebir y construir una ciudad de la nada, al
considerar las implicancias éticas.
“¿Pero, se podría verdaderamente concebir y construir en el tablero de dibujo las mismas bellezas que la historia
ha producido a lo largo de los siglos? ¿Sería realmente posible experimentar un goce verdadero y sincero a la
vista de esta espontaneidad mentirosa, de esta naturaleza artificial?45
Seaside prueba que esto es posible.
“Estados Unidos,es un país obsesionado por el realismo, donde para que una reevocación sea creíble, tiene que
ser absolutamente icónica, una copia verosímil, ilusoriamente ‘verdadera’, de la realidad representada. La
imaginación norteamericana quiere la cosa verdadera y para ello debe realizar lo falso absoluto. El hecho es que
los Estados Unidos están poblados de ciudades que imitan una ciudad”.46
PICTURA EST LAICORUM LITTERATURA
Izq. San Francisco y Seis historias de su vida. Bonaventura Berlinghieri, 1235. Iglesia de San Francisco, Pescia.
Der. Reims (iniciada en 1212). Dibujos de Villard de Honnecourt (1235?)
La época actual, igual que la Edad Media, se caracteriza por ser una cultura visual. En este sentido,
estamos ante épocas análogas, que se diferencian por los modos y fines de la mediatización de las imágenes.
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En el año 1025, en el sínodo de Arras, se estableció que lo que los simples no podían captar a través
de la escritura, debía serles enseñado a través de las imágenes.
“El fin de la pintura, dice Honorio de Autum, como buen enciclopedista que reflexiona sobre la sensibilidad de su
tiempo, es triple: sirve, ante todo, para embellecer la casa de Dios (ut domus tali decore ornetur), para traer a la
memoria la vida de los santos y, por último, para delectación de los incultos, dado que la pintura es la literatura
de los laicos, pictura est laicorum litteratura.”47
La pintura, la escultura y la arquitectura constituyeron los grandes textos de la Edad Media. La
catedral es un gran libro de piedra, que debía contarlo y explicarlo todo, los pueblos de la tierra, las artes y
los oficios, los días del año, las estaciones de siembra y cosecha, los misterios de la fe, los episodios de la
historia sagrada y profana, y la vida de los santos, grandes modelos de conducta.
En la posmodernidad, la televisión reemplazó a la catedral. Ambas tienen una función esencial en la
comunicación de sentido. “La religión ocupó un lugar central entre las instituciones primarias de producción y
transmisión de sentido en prácticamente todas las sociedades premodernas. Pero las iglesias como el estado
y la escuela como extensión del estado han dejado de ser las únicas portadoras de ordenes globales de
valores y sentido”.48 Han sido reemplazadas por los medios de comunicación.
Tanto la catedral como la pantalla de televisión mediatizan la información, pero en tanto la catedral
representa valores morales y sociales eternos e inmutables en el tiempo, escritos en la piedra para resistir su
paso, la televisión prefiere lo que es susceptible de consumo rápido y que no deje memoria, y los grandes
modelos de conducta son –consecuentemente- los de la superficialidad y el éxito.
EL TEATRO DEL ABSURDO
Cuando Le Corbusier conoce los Estados Unidos, queda profundamente impresionado, puesto que a
los ojos de un europeo, y aún de un francés culto y perspicaz como él, muchas de las características de la
sociedad urbana norteamericana de los años treinta resultaban absurdas o surrealistas. Le Corbusier se
asombra de situaciones cotidianas irracionales, como el dedicar tres horas diarias a desplazarse de la casa al
trabajo, que los norteamericanos ya habían naturalizado. Le resulta increíble lo que la gente aceptaba sin
reaccionar. La cultura americana lo asombra, por que Le Corbusier tiene los ojos bien abiertos y se acerca a
ella desde una posición epistemológica criticista.
Cuando las catedrales eran blancas es en cierto modo, una literatura del absurdo. Publicado en 1936,
antecede a las primeras publicaciones de Jean-Paul Sartre y Albert Camues, los que hicieron del absurdo un
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recurso literario característico. Precisamente, en este periodo tiene origen “el teatro del absurdo”, lenguaje
que emplea Peter Weir en The Truman Show.
“El ‘teatro del absurdo’ surgió como una reacción al ‘teatro realista’ y su intención era mostrar en el escenario la
falta de sentido de la vida, y de esa manera hacer reaccionar al público. El objetivo no era, por lo tanto, cultivar esa falta de
sentido. Todo lo contrario: mostrando y revelando lo absurdo, por ejemplo en sucesos totalmente cotidianos, el público se
vería obligado a buscar una existencia más auténtica y más verdadera.
El ‘teatro del absurdo’ expone a veces situaciones completamente triviales, y puede por ello considerarse una
especie de ‘hiperrealismo’. Se muestra al ser humano exactamente como es. Pero si representas en un escenario
justamente lo que sucede en un cuarto de baño una mañana cualquiera en un hogar cualquiera, entonces el público
empieza a reírse. Esta risa puede interpretarse como una defensa al verse expuesto en el escenario.”49
Se trata de un mecanismo de defensa psicológico -la proyección- por la cual adscribimos en otros
aquellos aspectos inconscientes que resultan inaceptables en nuestras conciencias.
The Truman Show construye una realidad más seductora que la realidad, y en ello reside su poder
de manipulación de la audiencia. El show es hiperrealista. Su recurso: mostrar la vida de Truman. Pero el film
también es hiperrealista. Su recurso: mostrar la vida de quienes la reducen a mirar The Truman Show.
Intenta mediante este recurso mostrar los rasgos más negativos del proceso de macdonalización de la
sociedad y los riesgos que conlleva su aceptación sin más. Pero si la globalización, como se explica en un
estudio, “es una realidad, no una elección” al menos The Truman Show deja un mensaje que dista de ser
fatalista. Nos confirma que la libertad del hombre es algo tan propio, que no es posible manipular cierto
espacio de esa libertad: el de las actitudes.
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Bibliografía Architectural Record, New York, © McGraw Hill, Mid-April 1989.
Architectural Record, New York, © McGraw Hill, July 1989.
GEORG WILHEIM FRIEDRICH HEGEL. Filosofía de la Historia Universal. Buenos Aires © Anaconda, 1946.
GEORGE RITZER. La McDonalización de la sociedad. Barcelona © Ariel, 1996.
JOISTEIN GAARDER. El Mundo de Sofía. Madrid © Ediciones Siruela, 1994.
LE CORBUSIER. Cuando las catedrales eran blancas. Barcelona © Poseidón, 1979.
PLATON. República. Buenos Aires © Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1998, 24° edición.
UMBERTO ECO. La estrategia de la ilusión. Barcelona © Lumen, 1986.
Notas 1 Richard Rorty, Consequences of pragmatism, Minneapolis, University of Minnesota Press, 1982, pág. 151. Citado por Umberto Eco. Interpretación y sobreinterpretación. Madrid © Cambridge University Press, 1995, pág. 35. 2 Abducción. Charles Sanders Peirce, Collected Papers, Cambridge © Harvard University Press, 1931-1935. Pierce se apoya en Kant y Hegel, y desarrolla esta idea como camino de inferencia alternativo a la deducción y la inducción. 3 Richard Buckmister Fuller (Milton, Massachusetts 1895-1983). Inventor y arquitecto, indiscutiblemente una de las mentes creadoras más importantes de la modernidad norteamericana. Habiendo dejado Harvard prematuramente, encontró su educación propia mediante trabajos industriales y en la marina de los Estados Unidos durante la primera guerra mundial. Fuller promovió independientemente su talento pragmático, resolviendo problemas de vivienda, nutrición, transportación, y contaminación ambiental y escasez de recursos mundiales, registrando más de dos mil patentes durante dicho proceso. Escribió veinticinco libros, y como profesor en la Southern Illinois University de 1959 en adelante, se convirtió en las décadas siguientes en un conferenciante popular, promoviendo una estrategia global de buscar hacer más con menos mediante la tecnología. Sus invenciones incluyen la Dymaxion house, el Dymaxion car. La cúpula semiesférica proyectada para cubrir y climatizar Manhattan, y la cúpula geodésica (Exposición de Montreal, 1967). 4 Platón. República. Libro VII, 514a-517a. Buenos Aires © Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1998, 24° edición. 5 Joistein Gaarder. El Mundo de Sofía. Madrid © Ediciones Siruela, 1994, pág. 109. 6 Albert Camues (1913-1960). Escritor existencialista francés, nacido en Mondovi, Argelia. 7 Albert Camues. La Peste. París © Editions Gallimard, s.f. Pág. 80. 8 Op. Cit. Pág. 80. 9 León Krier (Luxemburgo, 1948). Arquitecto contemporáneo que propone la recuperación de la ciudad europea de la época preindustrial. Retoma el neoclasicismo, por considerarlo el único estilo atemporal. Comparte las tesis de Camillo Sitte que tienden al tejido urbano por el resultado de manipular espacios negativos. Proyectos urbanos destacados: La Villette (París, 1976). Luxemburgo (1978). 10 Robert Owen (1771-1858). Uno de los denominados utopistas del siglo XIX. Sus propuestas urbanas adjudicaron a la arquitectura la capacidad de proyectar una comunidad perfecta, saludable, diversa, capaz de convivir en armonía, sin conflictos, poniendo énfasis en las relaciones sociales y la complementación. 11 Ebenezer Howard es el precursor de las ciudades jardines inglesas. Letchworth (1903) y Welwyn (1919), próximas a Londres, constituyen las primeras experiencias urbanas de este tipo. Leonardo Benévolo. Historia de la arquitectura moderna. Barcelona © Gustavo Gili, 1996 (7° edición). 12 George Ritzer. La McDonalizacion de la sociedad (Título original The McDonaldization of society, 1993). En este análisis, Ritzer describe la estandarización de la producción norteamericana, basada en un limitado número de combinaciones de unos pocos componentes, considerados esenciales, obteniendo de esta manera productos de alta predictibilidad en términos de calidad, tiempo de producción, modalidad de consumo, y simplicidad en la comparación.
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13 “La forma es la forma visible del contenido”. Rudolf Arnheim, Arte y percepción visual. Madrid © Alianza, 1979, 1999. 3. La forma, pág. 105. 14 Coming of age. Architectural Record, July 1989, pág. 96. Traducción del inglés de María Soledad Zuliani. 15 Op. Cit. 16 Rem Koolhaas (Rotterdam, 1944), arquitecto contemporáneo que, en 1972 obtuvo una beca que le permitió viajar a los Estados Unidos donde, fascinado por la ciudad de New York, comenzó a analizar el impacto de la cultura metropolitana sobre la arquitectura. No comparte la idea de que la arquitectura deba ser caótica por definición, conclusión alcanzada, especialmente por los japoneses: “La justificación última de esta postura ha sido la de la analogía: si lo que hay es confusión, nosotros creamos confusión; si hay falta de estructura, nosotros ignoramos la estructura; si impera la vulgaridad, nosotros creamos vulgaridad; si hay caos, reflejamos este caos.” 17 Camillo Sitte (1843-1903), publicó en 1889 el folleto “Der städteban nach seinen künstlerischen grundstzen” (Construcción de las ciudades según principios artísticos) que alcanza rápida y amplia difusión. Lo novedoso en la visión de Sitte reside en que “observa el paisaje de la ciudad tal como emerge de las obras de los decenios anteriores, destaca sus inconvenientes –monotonía, excesiva regularidad, simetría a cualquier costo, espacios inarticulados o desproporcionados con la arquitectura-, comparándolo con las ventajas de las ciudades antiguas, en especial las medievales, que tienen ambientes pintorescos, organizados según sus funciones, composiciones asimétricas, jerarquía del espacio en justa relación con los edificios.” Leonardo Benévolo. Historia de la arquitectura moderna. Barcelona © Gustavo Gili, 1996 (7° edición). 18 Ebenezer Howard –nos dice Benévolo- retoma, en sus ciudades jardines inglesas, la tradición utópica de Owen, entendida como comunidad perfecta y autosuficiente, síntesis de campo y ciudad, con viviendas tradicionales con jardín, [pero] poniendo el acento en la privacidad, no en las relaciones sociales, propias de los utopistas.” Op. cit. 19 “Las ideologías (Schilder) son sistemas de ideas y connotaciones que los hombres disponen para orientar mejor su acción. Son pensamientos mas o menos conscientes o inconscientes, con gran carga emocional, considerados por sus portadores como resultado de un puro raciocinio, pero que, sin embargo, frecuentemente no difieren en mucho de las creencias religiosas, con las que comparten un alto grado de evidencia interna en contraste con una escasez de pruebas empíricas.” Enrique Pichon-Riviere. El proceso grupal. Del psicoanálisis a la psicología social (I). Técnica de los grupos operativos. Buenos Aires © Alianza, 1999, 29° edición, pág. 114. 20 Op. Cit. 21 Epicuro (341-270 a.C.), fundó una escuela de filosofía en Atenas, la de los epicúreos. Desarrolló la ética del placer de Aristipo (que había sido alumno de Sócrates), que creía que la meta de la vida debía ser conseguir el máximo placer sensual, desarrollando un arte de vivir que consistía en evitar toda clase de dolor. Los epicúreos mostraban poco o ningún interés en la política y en la comunidad. Epicuro aconsejaba “¡vive en retiro!”. Se dice que los epicúreos se reunían en un jardín, y de ahí la relación. 22 Seaside ha sido planificada para 350 propiedades, lo cual supone no más de 1,400 habitantes en un área de 80 acres (32.37 hectáreas). 23 Umberto Eco. La estrategia de la ilusión. Barcelona © Lumen, 1986. Pág. 98. 24 Corriere della Sera, Milano, 14 de octubre de 2000. 25 Le Corbusier (1887-1965). Urbanista y arquitecto suizo, nacionalizado francés. Junto con Mies Van der Rohe, Walter Gropius, y Frank Lloyd Wright, es uno de los cuatro “maestros” de la arquitectura moderna. En 1935 viajó a los Estados Unidos. Impresionado por la ciudad de New York, publica -a su regreso a Francia- “Cuando las catedrales eran blancas”, obra en la que expone su análisis comparativo de las culturas urbanas francesa y norteamericana. 26 Le Corbusier. Cuando las catedrales eran blancas. Barcelona © Poseidon, 1979. Págs. 116-118. 27 Aldo Rossi (Milano 1931-1997). Arquitecto contemporáneo, profesor en Milano, Venezia y Zurich, autor de numerosas artículos, ensayos y estudios: La ciudad análoga y otros escritos; Autobiografía científica. 28 Aldo Rossi. La arquitectura de la ciudad. Barcelona © Gustavo Gili, 1982 (edición en español). Pág. 269. 29 Le Corbusier. Cuando las catedrales eran blancas. Barcelona © Poseidon, 1979. Págs. 256-257. 30 Jean-Paul Sartre (1905-1980). Filósofo existencialista francés. 31 Joistein Gaarder. El Mundo de Sofía. Madrid © Ediciones Siruela, 1994, pág. 564. 32 El ferrocarril inicia su desarrollo a escala en Inglaterra, contemporáneamente a la revolución industrial. En 1863 se habilitó el metro de Londres. El metro, particularmente a partir de 1890 cuando el sistema pasó a funcionar con electricidad, mas limpio y seguro que el vapor, fue la clave para la expansión de los suburbios londinenses, y la aparición de las primeras ciudades jardín de Ebenezer Howard. Pero mucho tiempo antes de
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que esto sucediera, Arthur Wellington (1769-1852) -el mismo que venció a Napoleón en Waterloo, posteriormente primer ministro británico- argumentó: “estoy en contra del siniestro ferrocarril por que incita a la gente a moverse de un lado para otro sin ningún beneficio para el Estado”. 33 No-ciudad se aplica al modelo en el cual la idea de organización del espacio de la ciudad tradicional ha desaparecido. 34 Néstor García Canclini. Imaginarios Urbanos. Buenos Aires © Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1997. 35 Coming of age. Architectural Record, July 1989, pág. 98. 36 Los segmentos indican el nivel socioeconómico de un individuo. Es un método desarrollado y aplicado en la Argentina, que considera patrimonio, ocupación y educación, y que suma y extrapola los valores para determinar la posición de un individuo en un segmento. Obsérvese que se toma en cuenta el patrimonio y no el ingreso, pues en la Argentina no es una variable estable ni cierta (todos mienten). 37 En Rosario los segmentos AB y C1 representaban en 1998 el nueve por ciento. 38 Aldo Rossi. La arquitectura de la ciudad. Barcelona © Gustavo Gili, 1982 (edición en español). Pág. 157. 39 Fernando de Terán. La ciudad dialéctica. Ambiente, Septiembre 1999. 40 Umberto Eco. La estrategia de la ilusión. Barcelona © Lumen, 1986, 1° edición. Pág. 97. 41 Mauricio Pilleux. Algunas reflexiones sobre manipulación y educación. © Contexto Educativo, 2000. 42 Georg Wilheim Friedrich Hegel. Filosofía de la Historia Universal. Buenos Aires © Anaconda, 1946. Pág. 569. 43 Op. Cit. 44 Joistein Gaarder. El Mundo de Sofía. Madrid © Ediciones Siruela, 1994, pág. 110. 45 Camillo Sitte, en Leonardo Benévolo. Historia de la arquitectura moderna. Barcelona © Gustavo Gili, (7° edición), pág. 134. 46 Umberto Eco. La estrategia de la ilusión. Barcelona © Lumen, 1986, 1° edición. Págs. 16, 20. 47 Umberto Eco. Arte y belleza en la estética medieval. Barcelona © Lumen, 1997. Pág. 27. 48 Peter Berger. Thomas Luckmann. Modernidad, pluralismo y crisis de sentido. S.l. © Paidós, s.f. Cap. 5. Hábitos de sentido y crisis de sentido. Pág. 102. 49 Joistein Gaarder. El Mundo de Sofía. Madrid © Ediciones Siruela, 1994, pág. 568.