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RESTOS AISLADOS PATOLÓGICOS Y POSIBILIDADESDIAGNÓSTICAS. LAS INHUMACIONES DE LA
ERMITA DE LA SOLEDAD (HUELVA)
Safont s, Subidl M E, Malgosa A y Isidro A
Unitat d' Antropologia. Dpt. Biologia Animal, Biologia Vegetal i EcologiaUniversitat Autonoma de Barcelona
Resumen
El análisis patológico de los huesos procedentes de la ermita de la Soledad (Huelva) serealizó sobre los 1079 fragmentos óseos recuperados. El conjunto de restos humanos fuerecuperado de una cripta construida en el siglo XVI que sufrió diversas remociones deforma que en ningún momento se pudieron aislar individuos. Por tanto, el estudio patológico se ha basado principalmente en piezas aisladas que dificultan el diagnóstico. Detodos modos, el análisis macro y microscópico, y eventualmente radiotomográfico, delos huesos ha permitido detectar una amplia diversidad de afecciones, algunas de ellas deorigen claro, mientras que otras pueden tener varias opciones etiológicas. El estado desalud de la población se intentó determinar en base a las patologías de interés poblacional(patologías orales, óseas degenerativas, nutricionales, etc.) y fueron consideradas de interés individual las infecciones, deformaciones y otras patologías cuya frecuencia eraconsiderablemente baja.
Introducción
En general los estudios paleopatológicosse realizan sobre restos óseos, esto implicaque gran parte de la información referida ala enfermedad se ha perdido con la desaparición de los tejidos blandos y por tanto sólose pueden diagnosticar aquellas enfermedades que afecten al hueso de forma directa o indirecta. El diagnóstico de las patologías puede complicarse todavía más en lamedida que los restos conservados seanescasos o cuando, por cualquier motivo,los huesos a estudiar no se hallanindividualizados. Todos estos impedimentos concurren en el estudio de enterramientos secundarios, en restos removidos
de necrópolis o cementerios, o en fosas comunes. Estos casos no son, por lo demás,raros y constituyen un grupo importante deseries antropológicas. Otro aspecto interesante del estudio radica en poder realizaruna valoración de las enfermedades queafligieron a una población y por tanto endeterminar ya no sólo individuos sino a nivel de un colectivo, el estado de salud comouno de los principales exponentes de la reconstrucción de la vida de una poblaciónantigua. En el presente trabajo se pretendeuna valoración de ambos aspectos al intentar determinar en qué medida los restos aislados pueden aportar información respectodel estado de salud de una población determinada.
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Material
Los restos humanos objeto de estudio sehallaron en la ermita de la Soledad (Huelva)y corresponden a diversos enterramientosllevados a cabo en su cripta a partir del sigloXVII. A pesar que los enterramientos se efectuaron seguramente de forma sucesiva(Fernández et al., 1991), fueron halladostotalmente desordenados debido a los diversos usos y abandonos del edificio así comoa la destrucción de sus elementos arquitectónicos. El elevado número de restos (aproximadamente 1080 huesos), su estado fragmentario y la mezcla de los mismos, imposibilitó en la mayoría de los casos la individualización de las inhumaciones.
El material disponible era variado, predominando como es lógico aquellos elementos óseos más densos (Waldron, 1987cit. Waldron, 1994), especialmente diáfisisde huesos largos (Tabla 1). En el conjuntoóseo, el elemento mejor representado es el
SUBADULTOS ADULTOS TOTAL
Cráneo 5 1 6Mandíbula 3 9 12Maxilar superior 1 2 3Piezas dentales 3 24 27Húmero 16 27 43Cúbito 2 18 20Radio 3 20 23Fémur 34 37 71Tibia 25 21 46Peroné 11 34 45
Tabla 1. Número de huesos diagnosticados en laermita de la Soledad para individuos adultos ysubadultos.
fémur seguido del peroné y del húmero,destacando la ausencia substancial de elementos craneales. A partir de los distintoselementos óseos se pudo determinar un mínimo de 80 individuos, correspondientes a43 subadultos y 37 adultos (Subira et al.,en prensa).
El análisis patológico a realizar sobre estos restos nos enfrentó a los requerimientosnecesarios para cualquier estudiopaleopatológico (Campillo, 1991; Ortner yPutschar, 1985): 1.- Disponer del esqueletocompleto. Ello permite conocer la situacióny número de focos de la enfermedad asícomo su especificidad y el grado de afectación del tejido óseo. En el caso que nos ocupa, de los restos recuperados en la ermita nose dispone de ningún esqueleto completo yse han podido encontrar muy pocas conexiones anatómicas; 2.- Conocer la posiciónexacta de los distintos elementosesqueléticos del enterramiento, eventualesindicadores de determinadas afecciones. Losrestos de la ermita se hallaron entremezclados debido tanto a distintos procesostafonómicos como a la distinta actividadhumana sobre el yacimiento; 3.- Información sobre la edad y sexo para el esclarecimiento de enfermedades con una mayor incidencia en diversos grupos. La desconexiónexistente entre los restos estudiados y la escasa preservación de elementos óseos decisivos en el diagnóstico de la edad y el sexohan impedido una distribución de las patologías según el género o la etapa de la vida;4.- Marco cronogeográfico de los restos pararelacionar eventualmente con enfermedadesespecíficas de una época o zona geográficaconcreta; ésta es la única información indemne que nos ha llegado.
En atención a estas premisas y a partirdel material óseo de la ermita de la Soledad,podría extraerse muy poca información referida a la patología de los individuos enterrados. A partir de ello, el presente trabajointenta determinar hasta qué punto se puedellegar a conocer el estado de salud de unapoblación a partir de este tipo de material.Por esta razón se tuvo en cuenta no sólo laspatologías en sentido estricto sino tambiénel análisis de diferentes indicadoresesqueléticos no patológicos así como anomalías en la estructura misma de la pobla-
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Paleodemografía
ción observables a través de la reconstrucción paleodemográfica.
Tabla 2. Número de individuos determinados a partir de los diversos huesos diagnosticados en la ermita (se han contabilizado huesos largos, fragmentos craneales, huesos del carpo y tarso así como falanges de la mano y del pie).
El análisis paleodemográfico de la población inhumada en la ermita de la Soledad es muy impreciso, puesto que el estadode conservación de los restos no permitióun diagnóstico adecuado de la edad y sexode los individuos. Se identificaron un mínimo de 80 individuos: 41 infantiles, 2 juveniles y 37 adultos (Tabla 2). Los individuosinfantiles fueron diagnosticados a partir de
viduos infantiles diagnosticados ya que laedad fue atribuída por la talla y se desconoce en que medida su crecimiento era igual alde los niños actuales en estas etapas. A pesar de dicha imprecisión, el margen de erroren la atribución de la edad no es demasiadogrande dado el tamaño de las clases.
Por lo que se refiere a los adultos, la edadno ha podido ser determinada puesto que secarecía de huesos diagnósticos (Ferembachet al., 1979) y solamente en determinadoscasos se han podido atribuir a una etapa concreta (adulto-madura-senil).
Al observar la distribución de individuossegún su edad, destaca la elevada frecuencia de individuos perinatales (0-6 meses)tanto en relación a las muertes infantiles(39,5%) como en el total de la población(21,3%). Esta edad corresponde, de hecho,a una etapa crítica en la vida de la población. La distribución de los individuos según la edad de muerte, sigue la típica formade U de las curvas de mortalidad de poblaciones no desarrolladas (Waldron, 1994), conun mayor número de individuos en las primeras etapas de la vida, para descender lamortalidad después de los cinco años de vida,incrementándose, finalmente a partir de lamadurez. Sin embargo, se trata de una imagen ficticia puesto que no se ha podido diagnosticar con precisión la edad de los individuos adultos y juveniles y dado que las ciases de edad tienen tamaños diferentes.
El diagnóstico del sexo se basó en la longitud de los huesos largos y en su robustezpuesto que otros elementos más significativos para el diagnóstico sexual, como la pelvis y el cráneo, tenían una escasa representación en la serie (Tabla 1). Solamente sepudo asignar un sexo a aquellos huesos largos cuyas dimensiones excedían las tabuladas (Olivier, 1960); en concreto se pudierondiagnosticar 5 individuos masculinos y 2femeninos.
Por todo ello, la escasa información sobre la estructura demográfica de la pobla-
NÚMERO
6175345111
216
3280
EDAD
Fetal0-6 meses6-12 meses12-18 meses18-24 meses2-3 años> 6 años< 14 años12-21 años
20-24 años40-60 años> 60 añosIndeterminados
ADULTOS
las dimensiones de los huesos craneales(Ohtsuki, 1976) y del desarrollo de las piezas dentales (Ubelaker, 1991). Así mismo seefectuó una valoración de la longitud máxima de los huesos largos que se confrontaroncon stándards de poblaciones antiguas(Stloukal y Hanáková, 1978; Alduc-LeBagousse, 1988). Se desconoce el estado desalud de estas poblaciones estándar; ello puede implicar un sesgo en la edad de los indi-
SUB ADULTOS
TOTAL
36 Safont, Subidl, Malgosa e Isidro
ción no aporta datos relacionados con el estado de salud de la población, puesto que nose ha podido observar una mortalidad preferente en un período de edad concreto, excepto en los individuos perinatales, ni asociada a un sexo concreto.
Patologías de interés individual
La dificultad que enfermedades no crónicas lleguen a afectar el hueso provoca quemuchas de ellas no lleguen a ser diagnosticadas y no se puede hacer una valoracióndel efecto que tienen sobre la población. Porello, existe toda una serie de patologías que,salvo claras excepciones, solo pueden serevaluadas a nivel individual. En este marcodeberíamos situar las infecciones. En general, las infecciones son una causa importante de mortalidad en todas las poblaciones ycabe destacar especialmente las infeccionesdel aparato respiratorio y las intestinales entre los individuos subadultos. Las evidenciasde enfermedad de tipo infeccioso suelen corresponder a infecciones de los tejidos blandos que afectan, por contigüidad, al hueso obien a infecciones poco agresivas pero delarga duración (procesos infecciosos crónicos). En general, las infecciones observadas
en un hueso conesponderán principalmentea traumas del hueso con exposición del mismo a los microorganismos patógenos; ya seadirectamente o a través del flujo sanguíneo.Sin embargo, las afecciones infecciosas quepueden ser detectadas en los huesos obedecen normalmente a enfermedades crónicasy, por tanto, no están directamente relacionadas con la mortalidad, al menos en el período infantil. De todos modos, puede darsela circunstancia que en determinadas poblaciones actúe un fuerte estrés ambiental, sobre todo de tipo nutricional, que provoqueuna mayor predisposición a las infeccionespara todos los individuos de la misma. Eneste caso la frecuencia de signos infecciososen el tejido óseo sería muy elevada.
Entre los huesos hallados en la ermita, seha observado la presencia de lesiones infecciosas en 20 casos: correspondientes en sumayor parte a periostitis y periostosis principalmente de la extremidad inferior (Figura1). También, en algunos casos la infecciónse veía agravada por un proceso degenerativoen alguna de las articulaciones.. Se han diagnosticados otras lesiones de
interés individual, como dos casos atribuiblesposiblemente a hiperostosis esquelética difusa (mSH) a tenor de la información dis-
I~I 1-
J
S
3 3
4 ~
1
j
I 11
Figura 1. Diáfisis tibial en la que se puede apreciar una importante reacción perióstica.
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Tabla 3. Número de piezas diagnosticables y afectadas por diversas patologías orales en los individuos enterrados.
Tabla 4. Listado de algunas de las patologías relacionadas con deficiencias nutricionales así como suprincipal lugar de localización y el número de piezas diagnosticables en la ermita de la Soledad.
ción puesto que por ejemplo, las pérdidasintra vitam son poco frecuentes en la población (15% de los alvéolos conservados) pero,en dos de los once maxilares (22,2%) se hanperdido prácticamente todas las piezas. Porotro lado, la poca representatividad ósea yla escasa frecuencia de la mayor parte de laspatologías no permite atribuir la pérdida dental a ninguna patología concreta (caries, enfermedad periodontal u otras patologías).
A nivel poblacional sería interesante conocer la proporción de diversas anomalíasrelacionadas con dietas carenciales. Sin embargo, en el presente estudio no se disponede datos por falta de los elementos óseos susceptibles de manifestarlas (Tabla 4). Por
5241513
20,831,02
44,4437,5
15,31
Frecuencia%
Piezaspresentes
LOCALIZACIÓN N° DE PIEZASPRESENTES
Techo orbitalEsmalte dentalExtremos diafisariosHuesos largosTodo el esqueleto
5)
89
15
Piezasafectadas
CariesAbcesosRetrocesoCálculoPérdidasinfra-vifam
'piezas dentales2alveolosJdientes in si/u
PATOLOGÍA
Cribra orbi/aliaHipoplasiaLíneas de HarrisOsteomalaciaOsteoporosis
Patologías de interés poblacional
ponible. El PISH es una enfermedad comúnen personas de mediana y avanzada edad,mucho más frecuente en varones que entrelas mujeres. La enfermedad, de etiología desconocida, se caracteriza por la formación dehueso en las zonas de inserción de ligamentos y tendones y se manifiesta principalmente por la osificación de los ligamentos de lazona antero-lateral de la columna vertebral.En los dos casos diagnosticados, se observan fragmentos de columnas vertebrales conlos espacios intervertebrales libres pero queno presentan movilidad debido a las calcificaciones laterales. A pesar que el diagnóstico más probable en los dos casos es DISH,no se puede descartar categóricamente otrasafecciones como la pansindesmofitosisartrósica, la espondilitis anquilopoyética o lamieloreostosis. Asimismo, se han hallado 3casos de deformaciones óseas, del tipo coxavara, coxa valga y tibia valga no atribuiblesa ningún factor concreto por la ausencia deotros huesos diagnosticables pertenecientesal mismo individuo.
Diversas patologías pueden ayudamos aentender cual era el estado de salud, no de unindividuo aislado, sino de toda la población.En este sentido, la patología oral y las patología relacionadas con carencias nutricionales,pueden aportamos información.
La información paleoestomatológica depende directamente del número de piezasdentales y alvéolos en buen estado conservados. En la ermita de La Soledad solamente se recuperaron 11 maxilares y 24 piezasdentales, 18 de ellas in situ, pertenecientes aindividuos adultos, así como 4 maxilaresinfantiles y 3 piezas deciduales, con lo quela información obtenida fue parcial. Los individuos infantiles no manifestaron patología alguna y entre los adultos se hallaronpocas afecciones (Tabla 3). La informaciónobtenida no es representativa de la pobla-
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Figura 4. Epífisis proximal de fémur. Se aprecia la extensión de la zona articular provocando la formaciónde la carilla de Poirier.
mente los nódulos de Schmorl hallados endiversas vértebras lumbares. Todo ello denota un estrés muscular fuerte en muchosindividuos indicando una sobrecarga portransporte de cargas pesadas a la vez quetracciones y ejercicio intenso de las extremidades como era de esperar en una población rural.
Por otro lado, la existencia de extensiones de las zonas articulares en la cabeza dealgunos fémures (faceta de Poirier, fig. 4) Yla retroversión del plateau tibial indican unaposición habitual forzada de dichas articulaciones compatible con la posición desquatting o bien el uso de asientos bajos.
En conclusión, al menos en el presentecaso, el estudio de restos aislados no permite una atribución clara de las distintas patologías que afectaron a una población, siendo los diagnósticos meras aproximacionesal estado de salud, no solamente a nivelpoblacional sino también a nivel individual.Sin embargo, los indicadores de robustez ymicrotraumatismos aportan información referente al tipo de vida a la que se vieron sometidos y pueden ser analizados en todo tipode huesos. Es evidente que el estudio a nivel del esqueleto completo presupone una
mayor información y sobre todo una mayorposibilidad de contrastación, pero creemosque es posible realizar una primera aproximación aunque los restos humanos seanaislados.
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Figura 2. Esternón (ELS-595-596) con diversas calcificaciones en las zonas costales.
ejemplo, ninguno de los restos óseos presentaba signos de osteoporosis ni decondromalacia, así como ningún techoorbital tenía evidencias de criba. Estos datos no implican forzosamente que la nutri-
ción de la población fuese buena, puesto queel número de elementos observables era muyreducido. Por otro lado, los indicadores deperiodos críticos durante el desarrollo(hipoplasias dentarias y líneas de Harris)tampoco aportaron información por carecerde elementos susceptibles de ser afectados.
Indicadores óseos relacionados con la actividad física
Durante el ejercicio muscular se producen fuerzas que afectan directa o indirectamente al hueso; con el tiempo las fuerzasdejan su huella en forma de impresionesmusculares, entesopatías, calcificaciones,etc. Por tanto, el análisis de dichos ca¡'acteres ofrece información referida al modo devida de la población. En el caso de los individuos de la ermita de la Soledad, los huesos largos no son demasiado robustos, lo cualparece indicar un ejercicio poco intenso. Sinembargo, la presencia de un número importante de entesitis, de calcificacionescondrales (Fig.2), de bridas sinoviales, deepicondilitis, así como las fueltes insercionesmusculares parecen indicar todo lo contrario. También, diversos individuos de la población se vieron afectados por artropatíasmás o menos severas en las distintas articulaciones (Fig. 3), destacando fundamental-
Figura 3. Epífisis superior de una tibia en la que se aprecia la eburnación total de la zona articular condilar.
40 SaJont, Subira, Malgosa e Isidro
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