Mi nombre es Mariluz, yo no estudie en educación

inicial, a los 5 años comencé de frente la primaria,

fue entonces cuando le empecé a dar honor a la

primera parte de mí nombre (Mar), era muy

sensible y llorona, el colegio era algo nuevo para

mí y todos los días lloraba un mar de lágrimas

porque extrañaba a mi mamá, y solo quería volver

a estar en su lado.

Cuando pase a la secundaria, siempre di todo mi esfuerzo pero no era la más

aplicada de mi salón, siempre disfrutaba del presente sin importar lo que vendría

después. Hasta que en tercero de media ya me empezó a preocupar mi futuro

¿Qué carrera quería continua al terminar mi secundaria?, ¿Qué y cual era mi

pasión?

Mis maestros sabían que yo era experta con el dibujo y pintura. El arte aceleraba

los latidos de mi corazón, anhelaba tanto estudiar en el Instituto de Bellas Artes de

Huamanga, pero ante todo sabía que solo era un sueño mis padres no estaban

muy bien económicamente y no me iban a poder apoyar.

En el 2010 al terminar mi quinto de media vi la posibilidad de estudiar en el

I.E.S.P.P “JOSACO”, me prepare en casa

y postule, pero que impotencia sentí

cuando no pude ingresar. La carrera de

mis sueños se me iba de la mano como

un ave de cristal. Fue entonces cuando

me fui al I.E.S.T.P DE HUANTA, a

estudiar la carrera que menos me

gustaba Computación e Informática, las

maquinas eran mi terror, pero ya me

encontraba allí y solo tenía que dar lo mejor de mí y seguir adelante y así fue, en

el transcurso de mi formación me fui enamorando de mi carrera, vencí mi miedo, y

saliendo ocupando el primer puesto durante los 4 últimos ciclos.

Pero a pesar que me enamore de mi carrera “Técnica en computación e

Informática”, aun mi corazón latía por estudiar educación, así que a pesar de la

imposición de mis maestros del Tecnológico. Pero gracias a mi linda Madre a

quien le debo toda mi formación, y Mi lindo padre, volví al JOSACO, con las miras

de postular e ingresar, y me encontré con la carrera de Educación Inicial EIB, no

bote la toalla y al contrario continúe la batuta, porque yo quiero compartir mis

conocimientos, quiero formar a niños que en el futuro sean líderes, no venzan su

miedo, porque si estoy aquí en el JSCO, es para aprender todo lo necesario y ser

una maestra ejemplar que deje huellas de elefante por donde vaya, tuve altas y

bajas durante mi formación, justicias e injusticias, pero a pesar de todo estoy de

pie como un Samurái que si muere lo hará pero con la espada en la mano.

Tengo dos sentimientos encontrados en mí, la tristeza y la alegría, la tristeza

porque puedo sentir que se acerca el momento en que cada una de mis

compañeras tendremos que dar un

vuelo, buscando nuestro futuro, y de

alguna manera durante estos 4 años

de formación, les tome cariño a todas y

las aprecio mucho a mi manera, pero

ya se acerca el momento que

tendremos que decir un hasta luego no

un adiós, porque sé que las piedras

rodando se encuentran y algún día nos volveremos a encontrar.

La alegría, porque después de tanto sacrificio, noches sin dormir, estoy a

puertas de terminar esta hermosa carrera que me abrió las puertas a la felicidad,

me ayudo a encontrar un tesoro inigualable: “La sonrisa y el amor de un niño”,

estoy con muchas ansias de ya estar laborando en un centro educativo, de

sustentar y obtener mi título profesional, de continuar especializaciones, y ser una

profesional competente, y alcanzar mi meta máxima que es abrir una institución

educativa de los tres niveles, en memoria de nuestra angelita del cielo, I.E. “Kathia

Reynoso Garagundo”.