La gestión de los residuos de construcción y demolición en ...
Residuos de Construcción e Demolición
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8/16/2019 Residuos de Construcción e Demolición
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Durante la ejecución de toda obra
aparecen lo que se ha dado en llamar
residuos de la Construcción y de la
Demolición que, en principio, serían
todos aquellos residuos que se gene-
ran durante el proceso de dichas activi-
dades. Así, en toda obra se generan
residuos peligrosos en mayor o menor
cantidad, consecuencia de distintasoperaciones como el mantenimiento de
la maquinaria, operaciones de encofra-
do y desencofrado, aditivos del hormi-
gón, pinturas, envases contaminados,
etc., así como residuos urbanos como
consecuencia de los comedores y otras
actividades desarrolladas en la obra, y
residuos no peligrosos, de entre los que
cabe destacar los denominados iner-
tes, como una fracción especialmente
importante de los mismos.
Los residuos peligrosos, así como
los urbanos, se encuentran ordenados
mediante la correspondiente legislación
que establece un circuito independiente
para los mismos y define un proceso de
gestión absolutamente delimitado y
regulado de forma muy específica. Su
gestión dentro de las obras, como ele-
mento novedoso, responde más bien a
una mayor y mejor organización de las
constructoras en torno a los requisitos
legales preexistentes que a un cambio
radical en la legislación.
Sí conviene decir que, en materia
de residuos, la legislación ha cambiado
mucho en muy poco tiempo (recorde-
mos simplemente que la Ley de Resi-
duos es tan sólo de 1998), pero es el
desarrollo de dicha nueva legislación lo
que está haciendo cambiar los hábitosen la construcción a marchas forzadas.
Y dicho desarrollo se evidencia, en
mucha mayor medida, en torno a los
Introducción
Gestión de residuosde constru cción y demolición
Antonio Burgueño MuñozDirector Dpto. Medio AmbienteFCC Construcción, S.A.
The building sector is not considereda great pollutant although it doesgenerate considerable amountof waste, traditionally called inertwaste, as that is what it is composedof in the main, which requires specificmanagement and for which specificrules and regulations are currentlybeing drawn up (generally calledConstruction and Demolition Waste).So far, for the most part,they have ended up in the dumpbut a trend favouring recyclingis the direct result of the regulationsbeing drawn up and resultant financialcriteria.
The building industry
will have to change its normsof conduct, it will have to startassessing waste, reduce the volumeof the same and segregate properlywhat it generates.
The former, necessarily linkedwith economic factors, factors relatingto delivery dates and available space,will inevitably imply a changein the building sector in Spain
in the medium term.
Summary
RCD
Los resid uo s generad os
en la constr ucción
y la dem ol ic ión
son pr incipal m ente in er t es
y n o p el igrosos,
pero no únicam ente.
Puede h ab er, en ocasion es,
gran cant ida d d e residuospeligrosos como aceites,
am iant o, f ibras m inera les,
disolvent es y a dit ivos
de l hormigón, p in tu ras,
resin as, pl ásticos,
CFC de l os cond uct os
de refr i geración,
PCB de transformadores,
compuestos halogenados
para l a prot eccióncontra e l fuego
lum inar ias de mercur io,
sodio o níquel-cadm io
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Residuos de la Construcción y de la
Demolición (en adelante, RCD) que en
otro ámbito. La legislación en materia
de Residuos Peligrosos no ha dado un
vuelco total (sigue vigente, casi en su
totalidad, el Reglamento 866/88 de la
antigua Ley de Residuos Tóxicos y
Peligrosos), y, en lo tocante a Residuos
Urbanos, tampoco hay grandes cam-
bios para las obras (salvo la separación
de envases y resto), aunque se haya
previsto una importante inversión para
disponer de la infraestructura necesaria
en un plazo muy breve.
Pero es en materia de RCD donde
los cambios normativos están afectan-
do muy directamente al sector de laConstrucción. Estos cambios están
centrándose muy principalmente en
aquellos residuos que tradicionalmente
hemos llamado escombros (RCD de
nivel II, según la clasificación técnica
asumida en los Planes de RCD de
algunas comunidades autónomas). Y
suponen importantes cambios en el
sector a corto y medio plazo.
Los residuos generados en la
construcción y la demolición son prin-
cipalmente inertes y no peligrosos,
pero ya hemos comentado que no
únicamente. De hecho, puede haber
en ocasiones gran cantidad de resi-
duos peligrosos como aceites, amian-
to, fibras minerales, disolventes y adi-
tivos del hormigón, pinturas, resinas,
plásticos, CFC de los conductos de
refrigeración, PCB de transformado-
res, compuestos halogenados para la
protección contra el fuego y lumina-
rias de mercurio, sodio o níquel-cad-
mio.
Dichos residuos no pueden ir
mezclados con los que, por su menor
peligrosidad, admiten una gestión
más fácil y menos costosa. La legis-
lación nos impone su separación y
esta se lleva a cabo con una eficacia
creciente en las obras.
Por otra parte, existen residuos
que, no siendo peligrosos, tampoco
son inertes, y cuya gestión tambiénes necesario hacer de forma diferen-
ciada. Hablamos de la madera, los
plásticos, los materiales que no res-
ponden a la definición que de inerte
hace el R.D. 1481/2001: “aquellos
residuos no peligrosos que no experi-
mentan transformaciones físicas, quí-
micas o biológicas significativas”. Y
para fomentar el reciclado o la reutili-
zación de los materiales contenidos
en los residuos, estos deben ser ais-
lados y separados unos de otros.
Esto hace precisa la selección y
segregación, preferentemente en ori-
gen, de los materiales que no son
inertes. Selección nada fácil en oca-
siones, debido a problemas de espa-
cio en las obras para almacenarlos
segregados, o a dificultades para su
separación en origen, según el méto-
do constructivo empleado.
A continuación, tenemos las tie-
rras y rocas limpias, que son objetode una gestión particularizada que
tiende a su aprovechamiento en relle-
nos para la propia obra u otras obras
próximas, o para labores de restaura-
ción o regularización topográfica del
terreno, siempre que ello es posible.
Por fin, tenemos los residuos iner-
tes (los otros residuos inertes). Pero
aun los inertes, que también carecen
de peligrosidad, en principio, consti-
tuyen un gran problema por su volu-
men y destino final, dado que aproxi-
madamente un 5% se valoriza y el
resto se destina a vertedero. Eso sig-
nifica una rápida colmatación de los
vertederos, tanto municipales como
especiales de RCD. En ocasiones,
incluso, son vertidos de forma incon-
trolada, con el consiguiente deterioro
ambiental y paisajístico.
Existen diversas estimaciones
sobre la producción de RCD en Espa-
ña. La estimación del Plan Nacional
de RCD ahorquilla la posible produc-
ción entre 0,45 y 1 t/hab/año, lo que
arroja cantidades entre 18 y 42 millo-
nes de toneladas al año. La produc-
ción de este tipo de residuos enEspaña, dentro de la UE, nos deja
con la estimación más moderada rea-
lizada por el Plan Nacional de Resi-
duos de la Construcción y Demoli-
ción, por debajo de la media de la
Unión (Tabla 1).
Dentro de los residuos arriba con-
siderados, no suelen incluirse los
generados como consecuencia de
excavaciones de suelos o ejecución
de carreteras y grandes infraestructu-
ras, sino más bien los procedentes de
reformas de calles del casco urbano,
las mezclas de escombros de cons-
trucción y demolición y los rechazos o
roturas del empleo de piezas y ele-
mentos de construcción.
Las tierras y rocas limpias son
objeto de una gestión particularizada
que tiende a su aprovechamiento en
rellenos para obras viarias, para
labores de restauración o regulariza-
ción topográfica del terreno, siempreque ello es posible. Y es el segundo
tipo de residuos el que centrará prin-
cipalmente el artículo.
RCD
Los residuos de laconstrucción y la demolición
Datos de generación de RCD
en la Unión Europea
(kg/hab/año)
Alemania
Dinamarca
España
Holanda
Reino Unido
Irlanda
Bélgica
Austria
720
600
450
730
530
285
700
650
Francia
Italia
Portugal
Grecia
Suecia
Finlanda
Luxemburgo
Media U.E.
427
350
n/d
200
235
200
n/d
480
Algunos datos sobre la producción
Tabla 1
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RCD
En la Tabla 2, se refleja la composi-
ción de los residuos según el Plan
Nacional de RCD.
Aunque existen notables diferen-
cias según las fuentes, y en otros estu-
dios se encuentran datos absolutamen-
te dispares en función, lógicamente, del
tipo de obra de que se trate y, natural-
mente, de la fase de obra en que se
encuentre.
La composición más frecuente de
los RCD catalogados por CER figura
en la Tabla 3.
La Ley de Residuos establece una
jerarquía en cuanto a la gestión de resi-
duos, al frente de la cual coloca, lo que
se ha dado en llamar, las tres erres:
reducir, reutilizar y reciclar residuos. El
problema de la generación de residuos
es, como sabemos, de un doble orden:
supone, en efecto, la aparición de un
residuo al que hay que dar un destino
normalmente nada fácil, pero supone
también el despilfarro de un recurso
que, en todo caso, habrá que extraer
de otro lugar para dar satisfacción a la
necesidad que existe del mismo.
El principio de reducción satisface
ambos extremos en el sentido de que
no generar residuos supone la no apa-
rición de los mismos, pero significa
también que no se genera la necesidad
de “cubrir huecos” rellenando lo vacia-
do o sustituyendo lo que se da por gas-
tado. Se trata del primer principio y es,
evidentemente, la gestión óptima.
El sector de la construcción ha sido
tradicionalmente ahorrativo, pero sushábitos tienen que volver a cambiar,
tendiendo de nuevo a aquel punto de
origen en que el ahorro de materiales y
el aprovechamiento de los mismos era
una prioridad indiscutible. El adveni-
miento de los nuevos métodos de
construcción y de demolición, el abara-
tamiento de los materiales en compara-
ción con la mano de obra, la imposición
de unos plazos que difícilmente permi-
ten andarse con contemplaciones, han
provocado una pérdida paulatina del
sentido ahorrativo del que hablamos.
Además, la disponibilidad de verte-
deros con tasas de vertido mínimas
que no cubrían el coste ecológico del
mismo (cuando no hablamos de
escombreras ilegales, fuera de todo
control y de “coste cero”) contribuía a
asentar la falsa percepción de que no
pasaba nada por generar algunos resi-
duos más de lo necesario.
La reutilización y el reciclaje (seentiende por reciclaje la reutilización
tras someter los residuos a algún tipo
de proceso o transformación previo a
Composición de los RCDMaterial
Ladrillos, azulejos
y otros cerámicos
Hormigón
54
Arena, gravay otros áridos
4
Porcentaje (%)
12
Piedra 5
Madera 4
Vidrio 0,5
Plásticos 1,5
Metales 2,5
Asfalto 5
Yeso 0,2
Papel 0,3
Basura
Otros
7
4
Tabla 2
RESIDUOS PELIGROSOS
CER Descripción
080111Residuos de pintura y barniz que contienen disolventes orgánicosu otras sustancias peligrosas
080409Residuos de adhesivos y sellantes que contienen disolventesorgánicos u otras sustancias peligrosas
130208 Aceites de motor, de transmisión mecánica y lubricantes
140601 Disolventes
150110 Envases de plástico contaminados
150110 Envases metálicos contaminados
160107 Filtros de aceite
160601 Baterías de plomo
170303 Alquitrán de hulla y productos alquitranados
170503 Tierra y piedras que contienen sustancias peligrosas
170601 Materiales de aislamiento que contienen amianto
170605 Materiales de construcción que contienen amianto
170801Materiales de construcción a partir de yeso contaminados con
sustancias peligrosas
170903 Otros residuos de construcción y demolición (incluidos los resi-duos mezclados) que contienen sustancias peligrosas
170902Residuos de construcción y demolición que contienen PCB (sellantes,
revestimientos de suelo a partir de resinas que contienen PCB, acristala-
mientos dobles que contienen PCB, condensadores que contienen PCB)
170901 Residuos de construcción y demolición que contienen mercurio
201021 Tubos fluorescentes
170603Otros materiales de aislamiento que consisten en, o contienen,
sustancias peligrosas
170409Residuos metálicos contaminados con sustancias peligrosas
(por ejemplo, depósitos de combustible, envases)
Tabla 3
Los principios de reducción y reutilización
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su uso) se han considerado de forma
insuficiente. Muchas veces se ha prefe-
rido verter los sobrantes y extraer los
recursos de otra fuente a plantearse la
posibilidad de reincorporar al circuito
los residuos generados. A veces, inclu-
so cuando esto no entrañaba especia-
les dificultades para la obra. Desde
luego, casi nunca cuando la cosa se
complicaba algo más de la cuenta.
Sin embargo, muchos de los resi-
duos tradicionales de la construcción sí
pueden encontrar un destino satisfacto-
rio, y gestionarse de modo que se
obtenga el valor que aún es posible
extraer de los mismos. Este proceso
dependerá, en gran medida, de la cla-
sificación que haya sido posible llevar a
cabo de la pureza del material conside-
rado y de los medios de que se dispon-
ga.
Muchos de los procesos no son
directamente realizables en la obra,
pero algunos sí. Será necesario plante-
arse la necesidad o conveniencia de
instalar una planta móvil de macha-
queo en la obra o bien llevar los resi-
duos generados a una instalación fija,
en función de la rentabilidad de ambas
opciones.
Algunas alternativas para los mate-
riales que se pueden extraer de las
obras son las siguientes:
La tierra superficial y de excavación
se puede reutilizar en la formación de
paisajes, la restauración de espacios
degradados o como relleno en la
misma obra o en otras próximas.
El asfalto se puede reciclar como
asfalto en la propia obra o mediante su
traslado a una central, bien mediante
procesos en frío o en caliente, o bienreciclar como masa de relleno.
El hormigón triturado (en masa,
armado, prefabricados de hormigón) y
los pétreos en general (áridos, terra-
zos, granito, mármol, etc.) pueden ser
empleados como grava en hormigones
sin excesiva necesidad resistente, reci-
clarse como grava suelta en firmes de
carreteras o como material para relle-
nos. También pueden emplearse como
granulado drenante para rellenos, jardi-
nes, etc.
Las obras de fábrica y pequeños
elementos cerámicos (ladrillos, tejas,
rasillones, bloques, etc.), pueden reuti-
lizarse directamente, si se encuentran
en un grado de integridad suficiente, o
bien reciclarse como grava en subba-
ses de firmes, rellenos, etc.
Los metales pueden ser reutilizados
o reciclados en nuevos productos. Se
pueden reincorporar a otra construc-
ción o los puede utilizar la industria
mecánica, por medio de un proceso de
fusión y conformación de un nuevo ele-
mento.
La madera de construcción se debe
reutilizar para andamios y vallados
tanto como sea posible, y en su tramofinal, es triturada y reincorporada en
forma de virutas o de granos pequeños
para fabricar aglomerados de madera.
Se deben reutilizar los palés como tari-
mas o tableros auxiliares para la cons-
trucción de la obra.
También es posible reutilizar algu-
nos elementos arquitectónicos. Las
piezas más valiosas son las de mejor
recuperación. Vigas y paneles metáli-
cos, tejas, carpintería de maderas
valiosas, etc. Todo ello si la recupera-
ción en origen ha sido suficientemente
cuidadosa como para permitir la reutili-
zación.
Los elementos más fácilmente reu-
tilizables son de la estructura: vigas y
pilares, cerchas y elementos prefabri-
cados de hormigón. De la fachada:
puertas, ventanas, revestimientos de
piedra y de paneles ligeros, y elemen-
tos prefabricados de hormigón. De la
cubierta: tejas, soleras prefabricadas,estructuras ligeras de soporte de sole-
ras, lucernarios y claraboyas, chapas
y tableros, y placas sándwich. De la
Tabla 3
RESIDUOS NO PELIGROSOS
CER Descripción
170201 Madera
170401 Cobre, bronce, latón
170402 Aluminio
RESIDUOS NO PELIGROSOS INERTES
CER Descripción
170101 Hormigón
170102 Ladrillos
170103 Tejas y materiales cerámicos
170403 Plomo
170404 Zinc
170405 Hierro y acero
170406 Estaño
170407 Metales mezclados
170202 Vidrio
170604Materiales de aislamiento distintos de los especificados en los
códigos 170601 y 170603
170802 Materiales de construcción a partir de yeso distintos de los espe-cificados en el código170801
170107Mezclas de hormigón, ladrillos, tejas y materiales cerámicos dis-
tintos de los especificados en el código 170106
RCD
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partición interior: mamparas, tabiques
móviles y fijos, barandillas, puertas y
ventanas. De los acabados interiores:
cielos rasos, pavimentos sobrepues-
tos en el suelo, pavimentos flotantes,
revestimientos verticales, revestimien-
tos de paredes en zonas húmedas,
elementos de decoración, perfiles y
piezas de acabados. De las instalacio-
nes: maquinaria de acondicionamiento
térmico, radiadores y otros aparatos
acondicionadores, mobiliario fijo de
cocina, mobiliario fijo de cuarto de
baño. Y finalmente, equipos electro-
mecánicos en buen estado de funcio-
namiento.
Los aceites, pinturas y productosquímicos empleados en la obra no
deberían sobrar, si se hace, como se
recomienda en las buenas prácticas
de gestión medioambiental en obra,
acopio de la cantidad que se va a
emplear, y no más, y se consume todo
lo solicitado. En caso de excedentes,
debe buscarse un destino (normal-
mente otras obras) para evitar su pér-
dida además de su gestión (onerosa)
como residuo peligroso. En ello influ-
yen también las condiciones de alma-cenamiento adecuadas que eviten su
salida de especificaciones.
La nueva situación viene propiciada
esencialmente por los cambios norma-
tivos que han aparecido y que continú-
an surgiendo, así como los que, sin
duda, aparecerán de forma paulatina.
Son muchas ya las Administracio-
nes que han adoptado disposiciones
como las que a continuación comenta-
remos, pero son más aún las que no lo
han hecho todavía, aun cuando pare-
ce inevitable que lo hagan, esto es:
nos encontramos prácticamente al
principio del proceso de estableci-
miento de las nuevas condiciones de
contorno.
Así, el Plan Nacional de RCD
2001-2006 (Resolución de la Secreta-ría General de Medio Ambiente de
14/6/2001) establece la necesidad de
que las distintas Administraciones
autonómicas desarrollen sus respecti-
vos planes regionales de gestión de
este tipo de residuos.
Hasta la fecha, únicamente la
Comunidad Autónoma de Cataluña,
con su Programa de gestión de resi-
duos de la Construcción (2001-2006) y
la de Madrid, con su Plan de Gestión
integrada de los Residuos de la Cons-
trucción y Demolición (Acuerdo del
Consejo de Gobierno de 21 de febrero
de 2002), lo han hecho, en una línea
convergente con la establecida en el
Plan Nacional, pero con toques de ori-
ginalidad e innovación en la gestión
que pueden suponer cambios impor-
tantes en la construcción, especialmen-te si se considera combinado con la
reciente Ley de Residuos de la CAM y
con la aparición del impuesto sobre el
depósito en vertedero. En dicho Plan,
se establece una red pública de 13 ver-
tederos completada con plantas de
transferencia de residuos e instalacio-
nes de reciclaje de escombros. Se cie-
rran los cerca de 100 vertederos
actualmente operativos (la mayoría de
los cuales no gozaban de la preceptiva
autorización de la Comunidad Autóno-ma, aunque tuvieran licencia urbanísti-
ca) dentro del presente año 2003 y,
para fomentar la reducción y la reutili-
zación de residuos, se establece una
tasa desincentivadora del vertido, la
misma para todo el territorio de la
Comunidad, que viene a sumarse al
impuesto sobre el vertido apuntado
anteriormente.
Se producirán, previsiblemente,
sustanciales incrementos en los costes
derivados de la gestión de RCD, como
consecuencia de las nuevas tasas, de
los impuestos y de las mayores distan-
cias de transporte hasta vertedero. Si
no se modifican sustancialmente los
hábitos de gestión de residuos, la
nueva situación sí va a modificar sus-
tancialmente los costes de las obras.
Por otra parte, la nueva Ley de
Residuos de la CAM establece tam-
bién, como ya venía haciendo en Cata-
luña el Decreto 201/1994, la obligaciónde entregar a un gestor autorizado,
para su reciclado o deposición en ver-
tedero, los residuos de este tipo que se
RCD
El nuevo marco
La clasificación de los residuos resultafundamental para la valorización posteriorde los mismos
Disponer del suficiente espacio en la obrapara realizar una clasificación adecuada esmuchas veces un lujo.
La manipulación adecuada de los materialeses imprescindible cuando se manejan volú-menes importantes
La adecuada segregación de residuos contri-buye a crear una sensación de orden y limpie-za que favorece la actividad de construcción
Una adecuada planificación de los RCDs quese van a generar permite la optimización delos recursos
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Los ambiciosos objetivos
esta bl ecid os en el Pla n
Nacional de RCD, de reciclaje
y reuti l ización d e al menos
el 40% en 2005 y del 60%
en 2006, par tiendo del
escaso 5% actua l, sup one
necesariamente un cambio en los hábi tos de la constr ucción
generen en la construcción. Asimismo,
establece la necesidad de realizar una
previsión de los residuos que se van a
generar, estimando cantidades y tipos,
así como estableciendo un destino
para los mismos. Para obtener la pre-
ceptiva licencia municipal de obras
será preciso disponer una fianza que
garantice el correcto fin de los residuos
previstos en proyecto, como ya se
viene haciendo en el área metropolita-
na de Barcelona o como se ha estable-
cido recientemente en el Decreto
352/2002 de la Comunidad Autónoma
de Galicia, e incluso en algunas corpo-
raciones municipales.
Pero no son éstos los únicos cam-bios que están apareciendo. Algunos
ya han empezado. Otros están por
venir. La distribución de los mismos por
la geografía nacional es desigual, pero
el frente de avance está abierto en
todas las comunidades autónomas.
Sería deseable una gestión coordi-
nada de los sobrantes en las distintas
obras del ámbito geográfico que se
abarque en cada Administración, posi-
bilitando la compensación entre lasmismas. Esto es lo que se pretende
con la bolsa de excedentes de tierras
que se plantea en la Ley de Residuos
de la Comunidad de Madrid, cuyo fun-
cionamiento aún está por ver.
Hace falta también una normativa
técnica de los materiales reciclados
que garantice una utilización adecuada
del material para distintas aplicaciones
y permita y anime a promotores y cons-
tructores a su empleo en las obras. Y
aunque en este sentido se está avan-
zando de modo importante (recorde-
mos el “Catálogo de residuos utiliza-
bles en la construcción” elaborado por
el CEDEX para el MIMAM, o las distin-
tas especificaciones técnicas y norma-
tiva que permiten la utilización de ári-
dos reciclados en la construcción de
capas de firmes de carreteras, como
las O.C. 5/2001, 10/2001, 10/2002,
etc.), falta aún mucho camino por
andar, y queda por desarrollar todo un
cuerpo normativo que permita elempleo de áridos reciclados como
materia prima para, por ejemplo, hormi-
gones u otros usos.
Es preciso un mayor control de los
vertederos autorizados y de los verti-
dos ilegales que, aunque en mucha
menor cantidad, se siguen produciendo
sistemáticamente, dañando al medio
ambiente y distorsionando el mercado
a través de una competencia desleal
con los buenos gestores.
Es necesario también terminar de
definir determinados conceptos como
la titularidad de los residuos de cons-
trucción y demolición en la figura del
promotor (como se ha hecho en Cata-
luña, pero que no termina de definirse
claramente en otras comunidades
autónomas).
También el mercado tiene que ir
cambiando paulatinamente. No se
conocen aún los precios con los que va
a funcionar la red de vertederos de
Madrid, y no existe transparencia en
los precios de vertederos en general,
incluso en aquellos que ya aplican
tasas diferenciadas en función de la
segregación a que se haya sometido el
residuo previamente a su transporte a
vertedero o a planta de reciclaje, con la
incertidumbre muchas veces de lo quese va a considerar residuo limpio y lo
que no, o con la intermediación de
transportistas que hacen opaco a la
obra el resultado de la clasificación en
origen, mediante un precio medio
cerrado.
Los ambiciosos objetivos estableci-
dos en el Plan Nacional de RCD, de
reciclaje y reutilización de al menos el
40% en 2005 y del 60% en 2006, par-
tiendo del escaso 5% actual, supone
necesariamente un cambio en los hábi-
tos de la construcción, además de la
puesta a punto de un conjunto de medi-
das, e inversiones en infraestructuras
que van a definir el nuevo marco de la
gestión de residuos.
El principal cambio en cuanto a la
gestión de residuos en el sector de la
construcción pasa por ver el residuocomo un recurso, más que como un
problema del que hay que desembara-
zarse. Este cambio de cultura es el
Cada vez es más frecuente en nuestras obrasel empleo de machacadoras para el reciclaje“in situ” de los residuos pétreos
El empleo de herramientas para la reduccióndel volumen de los residuos puede resultarmuy útil
Unas adecuadas condiciones de acopio
reducen la generación de residuos
Cambio de hábitos en el sector
RCD
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único que puede permitir la adecuada
evolución en el sentido de reducción,
de prevención en la generación.
Una correcta gestión en obra pasa
primero, y necesariamente, por la reali-
zación de una planificación de la obra,
considerando la generación de resi-
duos: previsión de qué residuos se van
a generar, de qué tipo y en qué canti-dad, y cuándo se van a producir.
Hay que planificar qué se va a
hacer con los residuos, determinando
la conveniencia o no de instalar una
pequeña planta de reciclaje móvil en la
obra, en función de los volúmenes y el
tipo de residuos generados, o decidien-
do un destino más adecuado para los
RCD que van a aparecer.
Es preciso localizar los gestores de
todos los residuos que se van a gene-
rar en la obra y entrar en contacto con
ellos para verificar la disponibilidad de
los mismos, así como las condiciones
en que nos van a aceptar los residuos.
Ello condicionará las condiciones de
separación, almacenamiento y trans-
porte en obra.
La separación y recogida selectiva
de los residuos reduce su volumen, lo
que puede ser importante en obras con
poca disponibilidad de espacio. Lamezcla de residuos pétreos con otros
de formas alargadas (como los tableros
de la madera) producen huecos que
facilitar una buena gestión o para
abaratar costes de vertido o de trans-
porte, como son las compactadoras
para materiales ligeros, de baja resis-
tencia, flejes, para empaquetado de
sacos y envases de papel y cartón, o
machacadoras de pétreos para redu-
cir el volumen de los residuos defábrica, mampostería u hormigón, e
incluso para prepararlos para su reu-
tilización en la propia obra.
La separación en obra de resi-
duos de diferente naturaleza supone
un esfuerzo y un costo importante,
además de unos requerimientos de
espacio para la disposición de dife-
rentes contenedores, que no siempre
existe en las obras. Una perspectiva
realista nos dirá que para conseguir
una separación suficiente en las
obras y unas tasas adecuadas de
reciclaje de materiales, hay que con-
seguir que la situación de mercado
sea, cuando menos, equiparable a la
de vertido en vertedero, lo que,
lamentablemente, hoy todavía no
sucede en casi ninguna obra.
Ya se han apuntado algunas delas principales dificultades para una
adecuada gestión de RCD en las
obras. Tal vez la primera sean los
desaprovechan el espacio del contene-
dor y, en consecuencia, encarecen la
gestión. En función de los diferentes
valores de los costes de vertido en el
vertedero puede que esa mezcla de
residuos ligeros y pesados encarezca
el vertido e incluso el transporte.
Cuando se realiza una separación
selectiva de los residuos en diferentes
tipos, cada uno de ellos se deposita en
un contenedor específico, y será nece-
sario que en los contenedores figuren
claramente especificados los materia-
les que debe alojar cada uno de ellos.
Por supuesto, es imprescindible en
todos los casos separar los residuos
peligrosos de los no peligrosos, asícomo de los urbanos, cuya gestión es
diferente siempre.
Una mayor clasificación depende-
rá de la disponibilidad de espacio y
de las condiciones, todavía muy cam-
biantes en el tiempo y heterogéneas
en el espacio, del mercado de resi-
duos y de los destinos posibles para
cada tipo de residuo. La segregación
de residuos que finalmente se hace
depende absolutamente de las dis-tancias de transporte, de la existen-
cia o no de recicladores en las proxi-
midades, de los precios de vertedero,
de los impuestos existentes para el
vertido y de las posibilidades reales
de separación en obra.
También pueden instalarse en la
obra determinados elementos para
RCD
Una correcta gesti ón
en ob ra pa sa pri m ero,
y n ecesari am ente,
por la realización
de una planif icación
de la ob ra, considerando
la generación d e residu os:
previsión de qué residuos
se van a generar,
de qué tipo y
en qu é cantida d,
y cuándo se van a p roducir
La sepa ración en obra
de residuos de diferente
nat uraleza supon e
un esfuerzo y u n costo
importante,
ademá s de unos
requerim iento s de espa cio
para la disposición
de diferentes contenedores,
que no siempre existeen las obra s
Una perspecti va realista
nos dirá q ue para conseguir
un a separa ción suf iciente
en la s obr as y una s ta sas
ad ecua da s de reciclaj e
de ma teria les,
ha y que conseguir qu e
la situa ción de mercado sea,
cuando m enos, equip arab le
a la de verti do en vert edero,
lo que, lamentab lemente,
hoy t oda vía no sucede
en casi nin guna obra
Dificultades y expectativas
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8/16/2019 Residuos de Construcción e Demolición
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efectos de distorsión creados por las
diferentes Administraciones con dife-
rentes requisitos normativos en lo
tocante a la gestión de los residuos,
que crean confusión en torno a los
mismos y dificultan que se generalice
una cultura de valorización de los
RCD en el sector de la construcción.
Por otra parte, todavía tiene que
desarrollarse un mercado real para
los residuos que se generan, de
modo que resulte más atractivo incor-
porarlos al circuito de recuperación
que llevarlos a vertedero. Hoy en día
es aún difícil encontrar destinos eco-
nómicamente más rentables para los
residuos generados que los vertede-ros, incluso en aquellos casos en los
que se grava el vertido con impuestos
o en los que las tasas de vertido han
crecido considerablemente.
Existen dificultades en cuanto a
las distancias de transporte que es
preciso recorrer en ocasiones para
encontrar plantas de reciclaje, dada
su escasez. Existe dificultad en cuan-
to a la proximidad o lejanía de los
puntos en los que puede ser aprove-chado, incluso con tratamiento de los
inertes efectuado en la propia obra
origen o en la obra destino de los
mismos. Existe dificultad en cuanto a
las superficies necesarias para el
acopio de los residuos antes o des-
pués de su tratamiento, en espera de
su reutilización.
Hay también dificultades tempora-
les, dado que es difícil sincronizar las
necesidades de áridos con la genera-
ción de los mismos, dentro de un
área razonable (que haga rentable
incluso ecológicamente el transporte,
considerando los costes medioam-
bientales del mismo: emisiones
atmosféricas, gasto de combustibles
fósiles, ruido, congestión de vías,
tiempo de ocupación, etc.), a veces
incluso dentro de una misma obra, en
que es preciso planificar cuidadosa-
mente las operaciones para evitar
volúmenes excesivos de acopios.
Sería preciso que todos los pro-
yectos constructivos previesen los
residuos que se van a generar e
ce, de ahorrar los recursos que su
aprovechamiento supone. La Cons-
trucción se encamina indefectible-
mente hacia una nueva forma de ges-
tionar los residuos, y eso significa
una nueva forma de construir.
Hablando de sostenibilidad, de
ese hoy tan famoso y necesario equi-
librio entre los componentes sociales,
ambientales y económicos, de las
ventajas económicas que supone o
puede suponer la demolición selecti-
va, la adecuada modulación de los
elementos constructivos para el aho-
rro de materiales, la posibilidad de
realizar un reciclaje móvil dentro de la
obra o entre distintas obras, de aho-rrar materias primas, parece claro
que es necesario hablar también de
una nueva forma de planificar las
obras, de gestionar sus residuos.
Hablemos también del factor
social, de primar la reutilización sobre
el reciclaje, y la prevención sobre la
reutilización. De elementos más dura-
deros y con mayor vida útil. Hable-
mos del ciclo de vida de los produc-
tos y su repercusión sobre el usuario.De la formación y la sensibilización
de los trabajadores, y de la sociedad
en su conjunto.
Y hablemos también, cómo no, de
la faceta ecológica. De la posibilidad
de reducir espacios ocupados, de
minimizar el impacto visual, de preve-
nir episodios contaminantes del suelo
o de las aguas, de reducir el consumo
de recursos, de prolongar la vida útil
de los vertederos y de evitar o mini-
mizar impactos ambientales en gene-
ral.
Conseguir administrar adecuada-
mente nuestros RCD revertirá en
beneficio claro para la sociedad en su
conjunto, pero también para cada uno
de los agentes que intervienen en el
proceso (promotores, proyectistas,
constructores, gestores, Administra-
ción). Abrirá, o más bien ampliará y
consolidará, lo que es un nuevo merca-
do y nuevas oportunidades de negocioque deben asimilarse en el sector y que
redundará en una mayor calidad de
nuestro medio global.
incluyesen un plan de gestión de los
mismos, con inclusión de la pertinen-
te partida presupuestaria que facilita-
se su ejecución.
Por otra parte, el flujo de residuos
no peligrosos distinto de los inertes
desde las obras representa un orden
de magnitud pequeño para las
empresas que se dedican a su recu-
peración, por lo que tampoco los pre-
cios son competitivos o justifican el
coste de la segregación, el acopio y
el transporte. Además, las empresas
dedicadas al reciclaje de estos resi-
duos tienden a no aceptar o a poner
pegas a los productos procedentes
de la construcción, al considerarlos
de mala calidad, sucios, sin la sufi-ciente segregación y caros en su
recogida.
No obstante lo anterior, es eviden-
te que la tendencia del mercado, de
la sociedad, apunta hacia la necesi-
dad de recuperar los residuos, de evi-
tar los impactos que su vertido produ-
Conseguir adm inistrar
adecuadamente nuestros RCD
revertir á en benefi cio clar o
para la sociedad
en su conjunt o, pero tam bién
par a cada u no d e los agent es
qu e int ervienen en el proceso
(p rom oto res, proyecti sta s,constru ctores, gesto res,
Administración).
Abrirá, o m ás bien amp liará
y consoli da rá, lo qu e es
un n uevo m ercado
y nu evas oport unid ades
de negocio qu e deben
asim ila rse en el secto r
y que redun dará
en una ma yor cal idad
de nuestro m edio g lobal
Conclusiones
RCD