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Rev. Filosofía. Univ. Costa Rica. xxvrn (67/68) 239-241, 1990. Wyss, Dieter: ¿Conciencia onirica? (Elementos para una ouologia de la conciencia onirica), Gottingen: Vanden- hoeck & Ruprecht, Kart, 335 págs. DM 64. El trabajo científico del psicoterapeuta y antropólogo wuerzburgués Dieter Wyss está allí, en forma sinigual. La monografía Entre medicina y filosofla, escrita junto con Viktor von Weizsiiker en 1957, indicaba ya el amplio horizonte sobre el que se desplegaría su obra científica en las siguientes décadas. Al clásico de 1961 Las escuelas de psicología profunda desde sus inicios hasta la actua- Iióod sigue, en 1968, el tratado cultural antropológico Estructuras de la moral. Wyss presenta en 1973, con Relacián y Gestalt, el bosquejo de una psicología antro- pológica y una psicopatología. El planteamiento ahí ex- puesto con fuerza innovadora se desarrolla después como una doctrina propia, en los análisis ontológico-antropo- lógic~xistenciales de Comunicacián y respuesta (1976) y de Entre logos y antilogos (1980). Esta doctrina en- tiende al hombre como un ser que emerge de una incom- pletitud originaria a la que, en definitiva, le obliga la experiencia de la muerte y por la que, asimismo, está obligado a constituirse y existir en un mundo comunica- tivo, lo que a priori significa, simultáneamente, en un mundo ligado al conflicto. Además de esta envolvente fondamenación teórica se halla una experienciaterapeú- Iica ampliamente abanicada por más de un decenio. De abí que Wyss aporte, en 1982, bajo el título El enfermo como compañero, una síntesis fundamental de diversos planteamientos psicoterapéuticos, para culminar en una IIOvedosa praxeología en psicología integrativa. Sobre 1al amplitud de bases teóricas y empíricas, única en su &énero presenta Wyss finalmente su trabajo en tres tomos lillevos caminos en la medicina psicosomática. En virtud de esta universalidad en la orientación es- piritual se está; como lector, especialmente interesado poi" saber de cuáles bases parte Wyss, cuando ahora presenta su nuevo libro ¿Conciencia onirica? El no parte, como se supondría de un psicoterapeuta, de la interpre- tación trascendental de Freud, de la apenas menos cono- cida concepción de Jung ni de los planteamientos de Biswanger y Boss en tomo el análisis del ser-ahí. Es de la filosofía fenomenológica de Husserl desde donde Wyss desarrolla, por una parte -aunque deslindándose de ella- RESEÑA su concepto de conciencia onírica. Antes de enfrentar el tema directamente elabora un enfoque transparente, y por ello digno de agradecimiento, de los puntos claves de la fenomenología de Husserl. Sostiene por un lado.que el sueño remite a una trascendencia del mundo que es, en lo fundamental, de otra índole que la trascendencia del mundo respecto al Ego, como conceptualiza la fenomeno- logía. Por otro lado, el mundo directamente percibido en el sueño corresponde, precisamente, al mundo solip- sista del idealismo subjetivo, del que el enfoque fenome- nológico forma parte. En el dormir se encuentran así el "mundo como voluntad y como representación". Orien- tado en este ámbito del concepto fenomenológico de intencionalidad (considerada en su dimensión emocional) observa que en el sueño ella no descansa. Cuando sueña el hombre sigue viviendo en sus proyectos: "en sus espe- ranzas, temores, odios, amores, confianzas y desconfian- zas". La riqueza de las relaciones intencionales no se halla, sin embargo, sólamente elaborada en el sueño, sino que en él se liberan prioritariamente sus representa- ciones imaginarias potenciales. De esta forma no se am- plía simplemente el concepto husserliano, sino que se extiende el análisis del "yo sueño" más allá del Ego de la fenomenología, pues se hace referencia a un "estrato más profundo" de la existencia humana, a un "dado proyecto de todos los proyectos", a una "intencionalidad originaria" que tiene como correlato un mundo más en- volvente que la realidad de la intencionalidad arraigada en la razón del cogito filosófico. El lector puede apreciar hasta aquí dos características esenciales de la conciencia onírica específica: por una parte, la gráfica fundamental del suceso onírico, distin- guiéndola de la discursividad lógica del ser conciente; por otra parte, un "ensanchamiento de la conciencia o bien del ser fundamental", distinguiéndole- de la experiencia forzosamente limitada de la conciencia en vigilia. En el sueño domina la dimensión de lo posible, pues lo que ocurre en él sucede más allá de la necesidad, la realidad y lalógica. "La conciencia onírica es conciencia del ser como posibilidad, la conciencia en vigilia es conciencia del ser como lo real y necesario". Esta cognición, según la cual el mundo en el sueño se representa como posibilidad y, con ello, como varie-

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Rev. Filosofía. Univ. Costa Rica. xxvrn (67/68) 239-241, 1990.

Wyss, Dieter: ¿Conciencia onirica? (Elementos para unaouologia de la conciencia onirica), Gottingen: Vanden-hoeck & Ruprecht, Kart, 335 págs. DM 64.

El trabajo científico del psicoterapeuta y antropólogowuerzburgués Dieter Wyss está allí, en forma sinigual.La monografía Entre medicina y filosofla, escrita juntocon Viktor von Weizsiiker en 1957, indicaba ya el ampliohorizonte sobre el que se desplegaría su obra científicaen las siguientes décadas. Al clásico de 1961 Las escuelasde psicología profunda desde sus inicios hasta la actua-Iióod sigue, en 1968, el tratado cultural antropológicoEstructuras de la moral. Wyss presenta en 1973, conRelacián y Gestalt, el bosquejo de una psicología antro-pológica y una psicopatología. El planteamiento ahí ex-puesto con fuerza innovadora se desarrolla después comouna doctrina propia, en los análisis ontológico-antropo-lógic~xistenciales de Comunicacián y respuesta (1976)y de Entre logos y antilogos (1980). Esta doctrina en-tiende al hombre como un ser que emerge de una incom-pletitud originaria a la que, en definitiva, le obliga laexperiencia de la muerte y por la que, asimismo, estáobligado a constituirse y existir en un mundo comunica-tivo, lo que a priori significa, simultáneamente, en unmundo ligado al conflicto. Además de esta envolventefondamenación teórica se halla una experienciaterapeú-Iica ampliamente abanicada por más de un decenio. Deabí que Wyss aporte, en 1982, bajo el título El enfermocomo compañero, una síntesis fundamental de diversosplanteamientos psicoterapéuticos, para culminar en unaIIOvedosa praxeología en psicología integrativa. Sobre1al amplitud de bases teóricas y empíricas, única en su&énero presenta Wyss finalmente su trabajo en tres tomoslillevos caminos en la medicina psicosomática.

En virtud de esta universalidad en la orientación es-piritual se está; como lector, especialmente interesadopoi" saber de cuáles bases parte Wyss, cuando ahorapresenta su nuevo libro ¿Conciencia onirica? El no parte,como se supondría de un psicoterapeuta, de la interpre-tación trascendental de Freud, de la apenas menos cono-cida concepción de Jung ni de los planteamientos deBiswanger y Boss en tomo el análisis del ser-ahí. Es dela filosofía fenomenológica de Husserl desde donde Wyssdesarrolla, por una parte -aunque deslindándose de ella-

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su concepto de conciencia onírica. Antes de enfrentar eltema directamente elabora un enfoque transparente, y porello digno de agradecimiento, de los puntos claves de lafenomenología de Husserl. Sostiene por un lado.que elsueño remite a una trascendencia del mundo que es, enlo fundamental, de otra índole que la trascendencia delmundo respecto al Ego, como conceptualiza la fenomeno-logía. Por otro lado, el mundo directamente percibidoen el sueño corresponde, precisamente, al mundo solip-sista del idealismo subjetivo, del que el enfoque fenome-nológico forma parte. En el dormir se encuentran así el"mundo como voluntad y como representación". Orien-tado en este ámbito del concepto fenomenológico deintencionalidad (considerada en su dimensión emocional)observa que en el sueño ella no descansa. Cuando sueñael hombre sigue viviendo en sus proyectos: "en sus espe-ranzas, temores, odios, amores, confianzas y desconfian-zas". La riqueza de las relaciones intencionales no sehalla, sin embargo, sólamente elaborada en el sueño,sino que en él se liberan prioritariamente sus representa-ciones imaginarias potenciales. De esta forma no se am-plía simplemente el concepto husserliano, sino que seextiende el análisis del "yo sueño" más allá del Ego dela fenomenología, pues se hace referencia a un "estratomás profundo" de la existencia humana, a un "dadoproyecto de todos los proyectos", a una "intencionalidadoriginaria" que tiene como correlato un mundo más en-volvente que la realidad de la intencionalidad arraigadaen la razón del cogito filosófico.

El lector puede apreciar hasta aquí dos característicasesenciales de la conciencia onírica específica: por unaparte, la gráfica fundamental del suceso onírico, distin-guiéndola de la discursividad lógica del ser conciente;por otra parte, un "ensanchamiento de la conciencia o biendel ser fundamental", distinguiéndole- de la experienciaforzosamente limitada de la conciencia en vigilia. En elsueño domina la dimensión de lo posible, pues lo queocurre en él sucede más allá de la necesidad, la realidady lalógica. "La conciencia onírica es conciencia del sercomo posibilidad, la conciencia en vigilia es concienciadel ser como lo real y necesario".

Esta cognición, según la cual el mundo en el sueñose representa como posibilidad y, con ello, como varie-

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dad que supera con mucho la estrechez de la concienciaen vigilia, la profundiza el autor con la fascinante tesisde que lo que sucede en la visión de la vivencia oníricaes "visión-de-ser". En el sueño pueden manifestarserelaciones sustanciales que en los sucesos cotidianos ca-racterizados por hechos, es decir "en el mundo de losfenómenos", no se experimentan. Wyss ejemplifica conuna serie de sueños de pacientes cómo en el sueño, apesar de toda precisión de una imagen onírica singular,se viven al fin y al cabo imágenes que en la realidad noexisten, imágenes que remiten a una esencia común "ensí y por sí". Por ejemplo, en un sueño donde se ponena cohabitar sapos, luego se les interrumpe y por restitu-ción se hacen yacer sobre una lápida, se estará reflejandouna unión esencial de fertilidad, amenaza y restituciónmediante el encuentro con la muerte. Sucesos naturaleso acontecimientos elementales, como fuego, agua, mar,inundaciones, incendios, recuerdan apenas lo concretoy más bien representan pese a toda individualidad, un"en sí" de bosque, mar, inundación, incendio, etc. Ladoctrina de Jung tiende asimismo hacia un concepto ge-neral, sin embargo la temática permanece limitada, entanto que a Wyss lo que le interesa es un concepto antro-pológico, que pueda ensanchar tanto las delimitacionesde una perspectiva interdisciplinaria en psicología pro-funda, como el enfoque racionalista que aparece en elplanteamiento fenomenológico de Husserl. El autormuestra, frente a la filosofía husserliana, cómo forzosa-mente la noción de "visión-de-esencia" es, en dichafilosofía, pese a todo el refinamiento metodológico repre-sentado en los conceptos de "reducción" y "epoché(puesta entre paréntesis de la realidad), demasiado redu-cida, pues parte de una conciencia-del-día racionalistay subjetivista. La conciencia onírica, cuya gráfica inten-cional no ha visto Husserl, abarca horizontes más am-plios. Del mismo modo -y se encadena aquí otro planode la discusión- Wyss considera limitada una interpreta-ción que, como la teoría del sueño freudiana, procurareducir lo irracional de la experiencia onírica a un sentidoque, a fin de cuentas, es racional.. La reducción de laconciencia onírica a una discursividad lógico-idiomáticao bien simbólica, como se encuentra desplegada en Freudy después ante todo en Lacan, ignora además, segúnWyss, la gráfica fundamental de la experiencia onírica."Los acontecimientos del mundo que el soñador ve nose presentan sobr.!( todo de manera simbólica sino enforma irracional". A pesar de este delimitación Wyssparece estar de acuerdo con Lacan en cuanto a la inter-pretación del sueño, pues tanto para él como para paraLacan no se abre un "sentido" mediante diálogos sinohasta que es posible sostener una interpretación del sueñoque ordene el contenido a través de los símbolos sexualeso de agresividad. En una determinada temática del sueñoel sentido es variable, por principio, según la situación-el contenido "bosque" significa algo distinto para unleñador que para un excursionista o un ecólogo- pero escierto que el sentido permanece, por principio, "en vilo" ,implicando siempre otras posibilidades de interpretación.

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Esto significa que una ontologización de la experienciainconsciente es imposible, y que ser y verdad se escapanasimismo. Significa también, seguidamente, que tal di-solución comprensible del mundo en un ser racional,aunque éste sea un ser inconsciente que a fin de cuentasestá en su fundamento, se opone a unas relaciones anti-lógicas constituyentes.

Wyss se vuelve aquí contra una tradición del pensa-miento que se extiende desde el platonismo hasta el en-foque idealista de la filosofía fenomenológica y que seencuentra, inclusive, en el postulado de Freud "dondeel Id fue deberá el Yo ser". El análisis y la concepciónwysseana] de la conciencia onírica remiten así, finalmen-te, a una antropología de la irracionalidad, cuyo primerbosquejo se encuentra en este libro y en la que el autortrabaja actualmente.

Se equivocaría sin embargo quien quisiera ver enWyss a un apologeta de la irracionalidad, porque él esun pensador dialéctico. Es precisamente el erifoque dia-léctico lo que caracteriza toda su obra, así como el desafíode una antropología que comprende al hombre en sudesgarramiento originario, que se opone a cualquier ex-periencia de unidad. Eso no deja de fascinar al lector,de estimular su curiosidad, de abrir nuevos horizontes.El reverso irracional de. la conciencia onírica consiste enque es a la vez la base que permite modificaciones psi-copatológicas. El último apartado de la monografía, titu-lado "El significado del examen anterior para la psico-patología" es de extraordinario interés para quienes de-sempeñan actividades clínicas. El autor entra en nuevatierra con la opinión de que la proporción entre la concien-cia onírica y la conciencia vigilante puede servir de cri-terio para definir un término tan polifacético como el de"normalidad". Para llamar "normal" a un estado de laexistencia humana sería típicamente ideal que él ofrecieraun equilibrio absoluto entre la irracionalidad de la expe-riencia onírica y la racionalidad de la conciencia en vigi-lia. La dimensión de la divergencia en esta homeostásispodría entonces precisar el grado de la perturbación men-tal. Desde este planteo innovador se despliega una psico-patología diferencial, que comprende los siguientes gru-pos de erifermedades: esquizofrenia, psicosis, depresión,enfermedades maniaco depresivas, trastornos sensorno-trices (histerias), psicosomatologías y polipatías. Estedespliegue se inicia con la discusión del problema delnarcisismo. Allí se manifiesta y se hace especialmenteevidente el alcance heurístico de la concepción wysseanapues, así como en el sueño el sí mismo proyecta unmundo según la propia imagen de sí, el narcisista procurasolamente constituirse y encontrarse a sí mismo en "lootro" . Mas esta tendencia narcisista, fundamentada final-mente en la solipsista "intencionalidad originaria" dela conciencia onírica, se ha de considerar como un mo-mento no específico, aunque esencial, de cada perturba-oción psíquica. Es así como se encuentra esta estructuraen la conciencia delesquizofrénico, cuando la percepciónde sí mismo resulta la de "un otro", es decir, el sí

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mismo le es simultáneamente el otro y el otro el sí mismo.El autismo obvio de los pacientes psicóticos se deducedel solipsismo de la conciencia onírica. A la vez, y deacuerdo a lo expuesto, la conciencia onírica rompe laslimitaciones de la conciencia vigilante. Así se entiendetambién la variabilidad del florido contenido de la psico-sis, sólo hay que servirse de esa interminable variabilidadde la vida onírica. En el marco de esta discusión esimposible abarcar, ni siquiera por aproximación, la abun-dancia de conocimientos que comprende al fenómenoonírico bajo nuevos y orientadores aspectos. Es imposibledar, por ejemplo, una diferenciación fundamentada delas señales decisivas y constitutivas que distinguen laconciencia onírica de la conciencia en vigilia. Estas se-ñales: el tiempo, la intersubjetividad, la experiencia delmundo de afuera como resistencia, como contraposicióny contranegación, deberán poder esbozarse antes de quepueda apreciarse la importancia de la teoría wysseanade la conciencia onírica en.el ámbito de la psicopatología.

Freud, con su importante trabajo La interpretación

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de los sueños, aparecido en -1900, no sólo colocó alpsicoanálisis sobre unas bases nuevas que rompieron elestrecho marco de la psicopatología, sino que conoció,al mismo tiempo, la importancia de la experiencia de lavida onírica que antes no se había contemplado de esamanera, Wyss abre, con su concepción de la concienciaonírica, una dimensión nueva, pues la experiencia oníricaya no refleja un mundo prioritariamente censurado y,por lo tanto, necesariamente limitado, sino que se perfilaen ella esencialmente la compleja variedad de las manerasposibles de ser del hombre y del mundo.

(Trd. A. ZamoraJ L. Stiefel)

Prof. Dr. Dr. H. LangInstitut für Psychotherapieund Med. Psychologieder Universitat Würzburg