Reporte de: Liderazgo y trabajo en equipo a 700 mts bajo tierra Por: Juan José Robles

Lecciones de liderazgo a 700 metros bajo tierra

La crisis de los 33 mineros atrapados a 700 metros bajo tierra, que duró 69 días e implicó la remoción de unas cuatro mil toneladas de roca, con un costo total de 20 millones de dólares y una audiencia que en su momento estelar, durante el rescate de los mineros, alcanzó un pico de un millardo de espectadores, deja sin lugar a dudas muchas enseñanzas para el mundo empresarial. Pero no sólo en la superficie se realizó una buena gestión, desde la entraña de la mina, también llegan ecos de buena práctica en situaciones de crisis.

Francisco Javier Garrido, director de EBS Consulting Group (España-Chile), director general de la Business School University de Chile y autor del libro El alma del estratega, destaca en un análisis realizado para Universia-Knowledge@Wharton que: “los componentes de experiencia y liderazgo son claros en este caso, y debemos tomar nota de la definición del jefe de grupo en términos de guía espiritual del grupo: surge con fuerza la presencia de lo que los griegos llamaban la “sabiduría del general” (strategike Sophia o strategon Sophia), esa condición que asignamos a quien reconoce y es capaz de leer los códigos del campo de trabajo en que nos encontramos y, a su vez, arribar a las mejores decisiones posibles para el grupo, que le entrega el mandato con el objetivo de alcanzar un mejor futuro posible, tal como ocurre en el campo de batalla o en el mundo empresarial, con los bien experimentados gerentes”.

Para Garrido la experiencia de quienes componían el grupo humano dentro de la mina, fue vital para la correcta lectura del contexto así como de las posibilidades reales de rescate.

Garrido señala que, en situaciones de crisis, las condiciones de liderazgo se ponen a prueba en la figura de quienes lo ejercen, “ya sea porque formalmente han sido escogidos para su ejecución (como ocurre normalmente en las organizaciones), o bien sea producto de los naturales efectos del azar y las circunstancias”. En casos como el de Chile, afirma, el líder debe contar con la validación de sus capacidades –experiencia y formación– por parte del equipo, lo que evidenciaría su capacidad de asumir el liderazgo más allá de lo formal.

Una vez que su capacidad de liderazgo ha sido validada, el jefe del grupo deberá demostrar lo que Garrido define como “su sabiduría estratégica” a través de una serie cualidades que habrá de poner al servicio de la supervivencia de su equipo. A saber:

Capacidad de análisis de la situación: el líder debe descomponer las condiciones y manejar los distintos escenarios a los que se enfrenta el grupo, seleccionando aquellas rutas viables de supervivencia del equipo humano en su totalidad, esto es, siendo hábil para reconocer las fortalezas y debilidades de cada uno.

Capacidad para ir más allá de las respuestas elementales: debe demostrar al equipo sus condiciones de conocedor profundo de la realidad en que se encuentran, para permitir la delegación de confianza que le entrega el equipo, y dar respuesta ante lo que no resulta evidente. Por ejemplo, ante los actos de racionamiento o de superación de las naturales angustias e incertidumbres que surgen en el grupo.

Asignar tareas en función de los objetivos: el líder actúa buscando el beneficio colectivo, sin ahogarse en perfeccionismos que pudieran mermar los heterogéneos aportes del equipo. Él sabe que debe destinar tiempo al ocio y al trabajo, entregando tareas multidisciplinarias que mantengan al equipo ocupado y focalizado en un logro que no tan evidente como el equilibrio entre la supervivencia y la esperanza.

Saber trabajar en equipo: aún cuando hay momentos en que el equipo debe ser sólo espectador de las decisiones del líder –por ejemplo en aquellas que son estratégicas–, éste sabe que debe desarrollar un trabajo colaborativo, que permita que surjan opiniones, experiencias e intuiciones que sumen al esfuerzo colectivo. Debe además demostrar flexibilidad y apertura, puesto que las expresiones de rigidez no tienen buen diagnóstico en circunstancias de estrés como la de los 33 mineros atrapados en la mina San José.

Coherencia ética o integridad: el líder debe ser capaz de mostrar integridad en su toma de decisiones, de manera que mantenga cohesionada la moral de sus compañeros y actúe como modelo de conducta ante ellos.

Capacidad de comunicación: La habilidad de transmitir motivaciones y objetivos ajustados a cada auditorio son de las más relevantes para un líder, ya que un plan de trabajo o la búsqueda de objetivos de interés colectivo, requieren de claridad en el mensaje, así como de la necesaria atención sobre el feedback.

Liderazgo escolar

El liderazgo escolar es uno de los factores claves para el desarrollo de una educación de calidad. El ejercicio de este liderazgo recae sobre el director o directora del centro educativo.

En el sector educativo, el creciente énfasis sobre la gestión basada en la escuela producto de los diferentes procesos de descentralización en los cuales se ha transferido mayor autoridad a las escuelas y a los directores y directoras a cargo de ellas—así como a los padres y madres de familia—ha puesto en relieve la mayor necesidad del ejercicio del liderazgo por parte de directores y directoras de escuela.1 }} Por otra parte, el efecto del liderazgo de los directores y directoras de escuela en la calidad educativa y el aprendizaje (UNESCO, 2005; Uribe, 2005 y Leithwood, Louis, Anderson y Wahlstron, 2004) ha colocado al liderazgo escolar en el centro del debate educativo actual.

No cabe duda que los directores y directoras deben ejercer liderazgo para mejorar la calidad de la educación. Según Unesco (2005), entre los seis requisitos identificados para que la gestión basada en la escuela redunde en mejoras de calidad la gestión debe ir

acompañada de estrategias que “vigoricen las capacidades y el liderazgo” (énfasis en el original, p. 193). Asimismo, Uribe (2005) destaca el liderazgo de docentes directivos y de profesores como factor clave en convertir a la escuela como organización con cultura de calidad.

El liderazgo escolar se ha convertido en una prioridad de los programas de política educativa a nivel internacional. Desempeña una función decisiva para mejorar los resultados escolares al influir en las motivaciones y en las capacidades de los maestros, así como en la situación y el ambiente escolar. El liderazgo escolar eficaz es indispensable para aumentar la eficiencia y la equidad de la educación. En la opinión personal el liderazgo escolar busca adoptar sistemas educativos que están en busca de mejoras continuas para una mejor educación asi como ir formando personas que sean capaces de resolver las situaciones a las que las personas se enfrentan día con dia, yo pienso que cada dio se busca concientizar a los alumnos de que algún día de sus vidas van a tomar decisiones ante escenarios de la vida, y es por eso que la educación es la mejora continua para poder crear personas de primer nivel que busquen un liderazgo continuo para resolver situaciones en equipo. Poder trabajar en equipos sin problemas por parte de las personas, se busca que las personas aprendan a comunicarse de una manera efectiva pára que dejen los mensajes claros, que sepan hacer llegar el mensaje a la personas con las que algún día va a laborar y asi tomar las mejores decisiones en la vida.

Las 8 Claves del Liderazgo del Monje que vendió su FerrariJulian era el monje que decidió vender su Ferrari: abogado de éxito, un buen día abandonó todo y se trasladó al Himalaya. Allí inició un proceso de aprendizaje con los sabios de Sivana, que le abrieron las puertas a nuevas formas de abordar la vida y los negocios. De regreso a su mundo anterior, Julian tiene la ocasión de aplicar sus nuevos conocimientos ayudando a su antiguo amigo Peter, propietario de una empresa de software que está en crisis. De la mano de Julian, a través de fábulas y ejemplos, Peter recibe las ocho lecciones del éxito en los negocios, todas ellas basadas en la generación de un impulso interior que favorezca el establecimiento de un nuevo tipo de relación entre los colaboradores y de estos con la empresa, encaminado al florecimiento de una cultura empresarial más humana y por ello más eficaz y sólida.

Sencilla, amena pero sorprendentemente perspicaz, Las 8 claves del liderazgo encierra lecciones de valor universal y las explica para que sean realmente útiles. Ello hace de esta obra una lectura difícil de dejar… y de olvidar.