Reporte de lectura método científico y nueva filosofía de la ciencia (1)
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El Método Científico y la nueva Filosofía de la Ciencia
Alfonso Toledo Ballén
Bogotá, Colombia; Febrero 15 de 2015.
Asensi y Parra (2002) consideran necesario para la generación de nuevos conocimientos
científicos, la conformación de un método científico en un trabajo de investigación, el cual debe
contener como mínimo tres fases o etapas investigativas, que tienen que ver con: “la
identificación y definición del problema; recogida y tratamiento de los datos para su
interpretación y difusión de los resultados obtenidos”. En tal sentido el método científico se
constituye en una “normativa”, una especie de estructura organizada, aceptada por la comunidad
científica, con la cual, si se sigue un orden lógico, se obtendrá de éste proceso un nuevo
conocimiento social muy distinto al conocimiento cotidiano que tienen la mayoría de los seres
humanos, despreocupados por el mundo de la ciencia.
El moderno método científico, de acuerdo con Ruíz (1999), es el resultado de la contribución de
pensadores como Galileo Galilei, Francis Bacón e Isaac Newton. El primero aportó el método
científico “resolutivo-compositivo”, conformado por cuatro fases, a saber: observación, en donde
resulta fundamental abordar los datos en concordancia a un problema a resolver partiendo de
una teoría; elaboración de una hipótesis explicativa o núcleo teórico de referencia el cual puede
variar de acuerdo a la dinámica investigativa; deducción resultantes del tratamiento de los datos;
y experimento o verificación, sobre la base de la realización del experimento que constituye una
experiencia elaborada la cual mantiene relación con la teoría. Francis Bacón (1920), en su
Novum Organum, aportó el método que se conoció en la comunidad científica como
inductivismo, a partir de los argumentos, según los cuales todo conocimiento científico debía
basarse en la observación y la experimentación. Por último, Newton (1687) en los Principia, le
otorgar prioridad a la utilización de la hipótesis para direccionar la investigación científica, tal y
como lo expresa en el siguiente discurso citado por Lara (1956):
«...el método mejor y más seguro de filosofar, parece ser inquirir primero diligentemente
las propiedades de las cosas, estableciendo estas propiedades mediante experimentos, y
después proceder más despacio a buscar hipótesis para su explicación. Las hipótesis
deben servirnos tan sólo para explicarnos las propiedades de las cosas, pero no deben
pretender determinarlas, a no ser que nos conduzcan a nuevos experimentos. Pues si las
hipótesis presentan la posibilidad de ejercer un control sobre la verdad y realidad de las
cosas, no veo cómo se puede obtener la certeza en ninguna ciencia ya que es posible
establecer numerosas hipótesis, que parezcan solventar nuevas dificultades».
La nueva filosofía de la ciencia representada por Popper (1934), Kuhn (1962) y Feyerabend
(1975), van a entrar a cuestionar el significado y la importancia de la hipótesis en el método
científico, como pilar de la ciencia de la Edad Moderna, puesto que una hipótesis no parte de los
datos, sino que es inventada o imaginada por los científicos para hacerla concordar con las
observaciones las cuales hacen parte del problema que la hipótesis misma pretende solventar.
De igual manera, una vez obtenidos los resultados se pretenden retomar la mayor parte de estos
para reforzar la hipótesis de partida o conocimiento a priori (antes de la experiencia), tratando de
justificar con ello su aceptabilidad, simulando la inducción, - de acuerdo con Vela (2007) -,
saltando de “las observaciones (particulares) a la hipótesis (general), en dirección inductiva, pero
no hay razonamiento o inferencia sino estimación o decisión en dicho paso”.
Popper (1934) criticó la lógica de la investigación científica de la Edad Moderna, por cuanto lo
que se pretendía corroborar era la veracidad de la hipótesis y por ello propone el método
hipotético – deductivo, que consiste en que se deben establecer hipótesis, la cuales deben ser
rigurosamente contrastadas empíricamente a través de la experiencia obtenida de los estudios,
desplegándose así dos momentos: Por un lado la concordancia hipótesis versus resultados,
denominado verificación y por otro lado; la no concordancia de la hipótesis negada por los
resultados obtenidos del estudio, cuyo momento se denomina falsación, resultando más
importante para Popper (1934), la falsación que la verificación.
De ésta manera las hipótesis científicas solo pueden ser refutadas, falsadas, pero nunca se
confirman, quedando provisionalmente preferidas aquellas que resisten los intentos de refutación
a través de las pruebas empíricas, sentando así las bases de lo que se denominó el “progreso
científico”.
Kuhn (1962) criticó el denominado “progreso científico” considerándolo como positivista, puesto
que pretendía una “verdad objetiva”, atada a la idea de la racionalidad de la ciencia que permite
el progreso lineal y acumulativo del conocimiento. La actividad científica no solamente es guiada
por un sujeto racional que observa la naturaleza alejada de ésta, también es guiada por una
comunidad científica que está de acuerdo con las fases del método científico (percepción,
razonamiento, imaginación, comunicación y experimentación), en donde la noción de autoridad
tiene un enorme peso y constituye una forma de poder a la cual llamó “Paradigma”. Por ésta
razón es que los científicos jóvenes a veces retan las teorías científicas que son consideradas
como verdades y de igual manera cuando los miembros más viejos de una comunidad científica
mueren, se abre paso para una nueva forma de abordar y encontrar nuevos resultados
científicos.
En éste sentido Kuhn (1962) citado por Najmanovich (2008), sostuvo que:
“No hay ninguna forma más elevada que la aceptación de la comunidad pertinente. Para
descubrir cómo se llevan a cabo las revoluciones científicas, tendremos, por consiguiente,
que examinar no solo el efecto de la naturaleza y la lógica, sino también las técnicas de
argumentación persuasiva efectivas dentro de grupos especiales que constituyen la
comunidad de científicos”.
Kuhn (1962), al realizar el estudio histórico de la revolución copernicana encontró que la elección
de un paradigma por parte de la comunidad científica en una época determinada es más fuerte
que la elección de los marcos lógicos y de experimentación propios del método científico y que
la investigación científica está guiada por “paradigmas” que evolucionan a través de
“revoluciones científicas”. A su vez critica pensar la evolución de la ciencia como un progreso
lineal ya que es imposible valorar con el mismo rasero los distintos paradigmas, es decir son
“inconmensurables”.
Feyerabend (1975), también criticó el positivismo lógico popperiano, que pretendía definir un
único método científico, - el hipotético-deductivo-, y sostuvo que no podía existir un único
método válido para todas la ciencias en todas las épocas históricas de la humanidad,
denominándose su propuesta como “Anarquismo Metodológico”. De acuerdo con Najmanovich
(2008), “el científico…podía utilizar cualquier metodología que le resultara conveniente para
resolver los problemas que estaba planteando, sino inventar otros nuevos sobre la marcha o
tomarlos prestados de otros saberes o prácticas si le resultaba inconveniente”.
CONCLUSIONES
El conocimiento científico es un tipo especial de conocimiento que aporta un nuevo conocimiento
que antes no había sido abordado en la sociedad pero que depende fundamentalmente de un
método científico.
Los métodos en la ciencia no son únicos (unívocos), sino que se pueden emplear una diversidad
de ellos en procura de resolver un problema de investigación y una o múltiples hipótesis que se
pueden verificar o falsear en la dinámica del proceso de investigación científica.
La filosofía de la ciencia, elaborada no únicamente por filósofos ha permitido realizar reflexiones
acerca de los paradigmas a los que se ven sometidas las comunidades científicas en distintas
épocas históricas de la humanidad y han permitido comprender que la ciencia no es esa
destilación máxima de la sociedad alejada de los demás procesos sociales, sino que al igual que
la política o la ideología refleja una manera de hacer cultural e histórica.
Popper permitió un cuestionamiento serio de la ciencia en cuanto a la validez de sus contenidos,
teorías y resultados, siendo más importante la falsación de las hipótesis que su veracidad, a su
vez Kuhn permitió cuestionar la racionalidad y progreso de la ciencia, ya que todo paradigma
cuenta con elementos de subjetividad.
BIBLIOGRAFÍA
Asensi, V. Parra, A. (2002). El método científico y la nueva filosofía de la ciencia. Universidad Murcia de España. Recuperado en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=63500001 (08/02/2015)
Lara D. (1956). El método científico y la filosofía. La Habana. Revista Cubana de FilosofíaRecuperado en: http://www.filosofia.org/hem/dep/rcf/n14p017.htm (07/02/2015)
Najmanovich D. (2008). Epistemología para principiantes. Buenos Aires. Editorial Era Naciente.
Ruíz R. (1999). Historia de la Ciencia y el Método Científico. Atlanta- Georgia. Recuperado en: http://es.slideshare.net/ghynee/historia-de-la-ciencia-y-el-metodo-cientifico?related=1 (10/02/2015)
Vela A. (2007). Historia del método científico moderno. Recuperado en: http://www.monografias.com/trabajos55/historia-del-metodo-cientifico/historia-del-metodo-cientifico.shtml (06/02/2015)