Suplemento #1

Aquellos

R E P O R T A J E E S T R E N O W E B

bellos

tiempos

Final Fantasy, una de las sagas de rol más importantes del mundo de los videojuegos, conocida y aclamadaa nivel mundial, nos ha dado hasta el día de hoy nada más y nada menos que 14 entregas. Nos ha dadomomentos realmente inolvidables, momentos que se han grabado a fuego en nuestros corazones. Hemosreído y llorado, hemos disfrutado de los mejores combates por turnos, con sus magias, con sus invoca-ciones, con mundos enteros para explorar, con los protagonistas más carismáticos, y con sus épicas,dramáticas e inolvidables historias. Pero, ¿qué pasa a día de hoy? ¿Dónde están los Final Fantasy desiempre? ¿Dónde está su magia? En algún momento del camino la saga se torció siendo hoy en día juegosatrapados entre la acción y el rol que no van a ningún sitio; hoy en día se han convertido en juegos "vende

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Final Fantasy 2014 La magia de Final Fantasy

muñecos" carentes de alma. Nosotros vamos a recalcar sus puntos fuertes y vamos a analizar las debili-dades que lo han hecho caer en picado, llegaremos al momento justo donde todo se empezó a torcer,donde Final Fantasy perdió su magia.

Todos y cada uno de nosotros tiene un recuerdo muy especial de la primera vez que jugó a un Final Fantasy,aunque muchísima gente no sepa exactamente su curioso origen. La famosa compañía Squaresoft estabaal borde de la bancarrota cuando uno de sus trabajadores, Hironobu Sakaguchi, puso todas sus esperanzasen un último juego con la intención de que su sueño no se terminara todavía, y lo llamó Final Fantasy(Fantasía Final, un nombre irónico para su último juego ¿no?). Su sueño estaba muy lejos de aca-barse ya que el juego tuvo un éxito tremendo y todas las ganas que puso en ese último tí-tulo, se convirtieron a día de hoy, 27 años después, en una de las sagas más famosas delmundo de los videojuegos a nivel mundial.

Tengo un recuerdo muy especial de la primera vez que jugué, tenía 10 añitos cuandomi padre me engañó y con la intención de que yo creyera que me regalaba unaszapatillas, metió un Final Fantasy VIII en una caja de zapatos. Cuando abrí la cajaesperando encontrar unas zapatillas y vi el juego, se me saltaron las lágrimas. La granmayoría de vosotros tenéis vuestro primer recuerdo con Final Fantasy VII, el primer juegode la saga en 3D que revolucionó el mundo del RPG, y para muchísima gente el mejorjuego de toda la historia. Todos recordamos a Cloud saliendo del tren y asaltar el reactorde Mako, la espectacular intro de Final Fantasy VIII donde éramos testigos de la violentabatalla entre Squall y Seifer, dejándonos un recuerdo más que especial. Final Fantasytiene ese poder, el de darte esa sensación especial la primera vez que lo juegas y de hacertevolver a sentir esa misma sensación muchos años después.

Mencionar primeramente su historia: épica, bonita, enrevesada, a veces incluso muy dramática,

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El origen de la Fantasía

Rasgos de Fantasía

diferente en todos y cada uno de sus juegos, cada una mejor que la anterior, acompañada siempre de unabanda sonora brillante capaz de ponernos los pelos de punta. Seguimos con su desarrollo, en el cualtenemos a nuestra disposición un mundo entero para explorar gracias a su mapamundi (el famoso mapita)con infinidad de lugares secretos y montones de tareas secundarias capaces de tenernos horas y horaspegados a la pantalla, todo tipo de transportes como barcos, barcos voladores, coches, naves o loscarismáticos Chocobos presentes en todos los capítulos. Los combates por turnos que se producirán de unamanera aleatoria, oficios para nuestros personajes como guerrero, mago negro, mago blanco, samurái,invocador, etc…

Los combates por turnos son marca de identidad propia. En ellos podíamos manejar desde 3 hasta 5personajes, cada uno tenía una barrita de tiempo que nos permitía atacar cada vez que se llenaba,pudiendo asestar golpes físicos con espadas, arcos, puños y demás, lanzar magias como fuego, hielo, oelectro, invocar criaturas como Ifrit, Bahamut, o Shiva, podíamos robar, incluso huir de la batalla.Unos combates muy adictivos, fáciles de manejar, pero difíciles de dominar. A todo esto le acom-pañaba la duración de cada título, superando cada uno las 25 horas si se pasaba del tirón.Nos absorbía completamente.

Cuando esperábamos un nuevo capítulo de la saga ya sabí- amos loque nos encontraríamos: nuevos personajes, un mundo nuevo, nuevas in-vocaciones, nuevos enemigos, otra banda sonora brillante etc. Ya sa-bíamos de antemano que nos iba a encantar, ya teníamos esa sensa-ción especial en el cuerpo, sabíamos que no estábamos comprandocualquier cosa, íbamos a comprar un nuevo Final Fantasy.

La "máquina" Final Fantasy estaba bien engrasada y cada nuevo título eraobra de arte: Final Fantasy III, Final Fantasy IV, Final Fantasy VI, hasta queLlegaron a PSOne Final Fantasy VII, VIII y IX, lostres grandes títulos encargados de hacer que la saga brillara más que

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FF a pleno rendimiento

nunca. Final Fantasy VII, el primero para la gran mayoría, el más épico con los personajes más carismáticos,la historia de un mundo amenazado por el mejor enemigo, Sefirot. La historia de como Cloud salva elplaneta de una destrucción segura cuando Sefirot utiliza la materia negra para invocar un meteorito quedestruirá todo lo que conocemos. La eterna y encarnizada batalla de los dos ex miembros de SOLDADOsiempre será recodada por sus épicos combates, por su mundo lleno de secretos y por su brillante bandasonora.

Final Fantasy VIII conservaba todos los elementos que hicieron grande a la séptima entrega ydio un paso más con un argumen- to mucho más adulto y con un apartado técnicoque quitaba el hipo, revolucio- nando así el mundo de los videojuegos a nivelgráfico. Tomamos el control de Squall Leonhart, un Seed (soldados entrenadospara acabar con las brujas) en- trena- do en el jardín de Balamb que recibe lamisión de ayudar a un grupo de re- sistencia encabezada por Rinoa.Los acontecimientos llevan a una lucha contra una poderosa bru-ja, Edea, quien tiene unos fines más oscuros de lo queparece. El juego conta ba con un sistema deenlace de magias bue- nísimo que nos per-mitía aumentar nues- tros parámetros yasignar las invoca- ciones a nuestrospersonajes, y ade- más podíamos robarmagias a nues- tros ene- migos con el co-mando extraer. Final Fan- tasy VIII in-ventó el gran minijue- go de las car- tas, donde podí-amos jugar con montones de personajes secundarios para ir colec-cionándolas.

Con la generación de PSOne casi acabada y con el lan- zamiento de PS2 ya listo, pone el broche deoro Final Fantasy IX, con un apartado técnico impoluto, con una ambientación medieval perfecta, yuna historia de princesas y reinos de las que nos hacen llorar. El prota de esta entrega esYitán, un ladrón que vive en un gran barco vo- lador, miembro de la banda Tantalus. Se le

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encomienda la misión de secuestrar a la princesa Garnet (Daga), quien da la casualidad que quierehuir de Alexandría, reino totalmente contaminado por su madre, la reina. Poco a poco se van conociendoy va naciendo en ellos un cariño especial, y sin darse cuenta se van envolviendo en un conflicto que no solopondrá en peligro su reino, sino el mundo entero. Teníamos a nuestra disposición Gaia, un mundogigantesco donde abundaban los secretos, con un minijuego de Chocobos absolutamente redondo; cavá-bamos en el suelo en busca de tesoros y Chocografías para buscar un tesoro mucho mayor que debíamosencontrar por todo el mundo.

El punto más alto de la serie, totalmente brillante tanto a nivel narrativo como técnico, Final Fantasy X, elprimer juego para PS2 de la serie, consiguió dejarnos a todos tocados con su dramática historia. Encarnába-mos a Tidus, una estrella del Blitzball que se ve arrastrado mil años en el futuro. Allí conoce a Yuna, unainvocadora con el único cometido de librar al mundo de Sinh, una gigantesca criatura que destruye todo asu paso. Durante el peregrinaje de Yuna, ambos se van enamorando inevitablemente, para terminarcontándonos una de las historias más bonitas y dramáticas del mundo de los videojuegos. El juego innovabael sistema de combates, que de igual manera era por turnos pero nos permitía tomarnos nuestro tiempopara atacar y además podíamos cambiar de personaje durante el combate, añadiendo así estrategiaadicional. Las invocaciones por otro lado, permanecían en el combate por primera vez en la saga y se nospermitía manejarlas, y mejorar sus parámetros y habilidades.

Final Fantasy X es el único que contaba con una secuela directa: Final Fantasy X-2, juego que en un prin-cipio fue criticado por muchos fans, pero que a medida que lo jugaron em-pezaban a contentarse. Contaba los acontecimientos sucedidos dos años des-pués de la décima entrega, y nos poníamos en la piel de Yuna,ahora única protagonista junto con Rikku y Paine. El sis- tema dejuego era un poco más abierto en cuanto a linealidad, pu-dien- do elegir qué misiones hacíamos primero. In- cor-pora- ba elementos más antiguos en la saga como los ofi-cios, cambiando así las vestimentas de nuestras pro-

tagonistas y sus habilidades: mago negro, mago blando, guerrero y demás. No era un jue-

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go totalmente nuevo, pero no estaba del todo mal.

Y ahora vamos a ese momento, a ese punto casi imperceptible donde justo cambió el curso de las cosas,donde su alma se comenzó a escapar. Como os he dicho, Final Fantasy X es su punto más alto, un juegocompletamente redondo, pero es en este juego donde se encuentra ese punto, algo de lo que nos dimoscuenta pero no nos importó en absoluto ya que el juego era inolvidable: el mapita. Final Fantasy Xeliminaba por primera vez en la saga el mapita, y nos movíamos mediante caminos o accesos directos através del barco volador. Al principio nos molestó, mucha gente en un principio se sintió molesta, pero unavez que lo empezamos a jugar veíamos que el juego tenía toda la magia de siempre. Pero ese esel punto donde se empezó a torcer todo casi sin verlo.

Esto se reenganchó a la salida de Final Fantasy XII, esperadísimo en todo el mundo ya queel nivel gráfico y el tamaño que ofrecía el juego era descomunal. Un juego en unaépoca más antigua al igual que Final Fan- tasy IX, con un argumento muy muy seriodonde dos reinos estaban en guerra. En el juego controlábamos a Vaan, un chicohuérfano que se ganaba la vida robando y soñaba con convertirse en un pirata del aire.Curiosamente conoce a Ashe, la princesa del reino de Dalmasca, considerada muerta.Reúnen un grupo de resistencia para impedir que el reino de Arcadia se apodere de todaIvalice, y así recuperar su trono.

Gustó muchísimo su ambientación y su siste- ma de cacerías, pero aquí la cosa se torciómás. Aparte de que tampoco tenía mapita, el sistema de combate cambió: ya no era porturnos. En Final Fantasy XII podíamos mover- nos durante el combate, además los enemigoseran visibles por el escenario, con lo cual ya dejaban de ser los clásicos combates aleato-rios, y para colmo, te rematan con las invoca- ciones, todas totalmente cambiadas, sacadasde Final Fantasy Tactics. Ya no veríamos ni a Ifrit, ni a Shiva ni al gran Bahamut, todo habíacambiado.

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Un ligero punto casi inapreciable

Nos lo disfrazaban con bonitos gráficos y un juego enorme, pero en Final Fantasy XII todo se confirmaba, lasaga empezaba a cambiar.

Todos esperábamos Final Fantasy XIII con muchísimas ganas, esperábamos que todo volviera a ser comoantes: combates por turnos, un mundo abierto con nuestro mapamundi para explorar, las invocaciones desiempre y una historia que nos hiciera llorar. Y claro, graficazos increíbles, ya que sería el primer juego paraPS3. Todos los vídeos que veíamos nos hacían flipar con sus gráficos, llegó el día de su lanzamiento y todoslo compramos como si se acabaran en dos minutos. Las primeras horas de juego muy bien, gráfica-mente era totalmente abrumador y lo que veíamos de la historia nos gustaba, pero se- gúníbamos avanzando zasss, Final Fantasy ya había perdido toda su magia. La mayo- ría delos personajes habían perdido todo el carisma, el juego era totalmente lineal ypasillero, donde solo avanzábamos y peleábamos, sin la más mínima li-bertad, los combates tenían nuevos elementos como el aturdimien-to y roles que no estaban del todo mal, aunque nos podí- amos pasarel juego pulsando todo el rato el mismo botón, sin necesi- dadde llevar ninguna estrategia, y las invocaciones eran las desiempre sí, pero convertidas en vehículos y demás "Trans- formers" varios.

Llegados a este punto ya no tenía arreglo, no había forma devolver atrás, con lo cual Square Enix decidió estropearlo más todavía y sacarFinal Fantasy XIII-2, juego que no hay por donde cogerlo, destro- zando comple-tamente la poca historia que tenía Final Fantasy XIII, convirtiéndose en un juego medio-cre de rol donde reinan los vestiditos de los protas, ya sin ninguna carisma, un juegono con la intención de que los fans tuvieran siquiera un buen juego no, sino un juegocon la intención de vender muñequitos, colgantes y demás tonterías.

Square Enix lo podría haber dejado ahí, dejar esta entrega en el fracaso y

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El drama y la miseria

haber enmendado su error, pero, ¿para qué hacer eso pudiendo estropearlo aún más? ¿Por qué noestropearlo aún más? Square Enix decide sacar Lightning Returns: Final Fantasy XIII, la gota que ya terminade colmar el vaso, un juego con Lightning como única protagonista, juego de acción del cual no quiero saberni la historia que tiene siquiera, donde tenemos la posibilidad de parar el tiempo al más puro estilo Princeof Persia, donde por supuesto siguen reinando los vestiditos, muñecos y demás. Señoras y señores, en estepunto ya no se reconoce Final Fantasy.

Hoy en día lo único que nos queda es volver a rejugar los juegos que ya conocemos de la saga, y ademástenemos todos los capítulos en PSN, o la fantástica versión en HD de Final Fantasy X/X-2. Y si Square Enixno vuelve a hacer de Final Fantasy lo que era, es porque no quiere y no porque no pueda, ya que ha hechoun trabajo increíble con Bravely Default, que podríamos decir perfectamente que es un Final Fantasy conotro nombre, ya que cuenta con todos los elementos de la saga, pero con nom-bres y monstruos incluidos.

Ya hemos podido ver varios vídeos de Final Fantasy XV y la verdades que no está nada mal. Ya nos lo venden directa- mente comoun juego de acción y no un RPG, con lo cual si van ha hacer un jue-go de acción de Fi- nal Fantasy que lo hagan bien y no lo disfra-cen. De momento los monstruos nos recuerdan bastante a Fi-nal Fantasy VIII, eso ya nos dice algo, pero no espe- réis que vuel-

va a ser lo que era.

En los tiempos venideros no sabemoslo que ocurrirá con la saga, pero loque sí sabemos es que el Final Fan-tasy de 27 años atrás quedará grabadoen nuestros corazones para siempre.

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El futuro de Final Fantasy

Alberto del Pino