René Peñalba Soluciones Para Los Problemas Dificiles X ELTROPICAL

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0EDITDRIAL VIDA

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  • 0EDITDRIAL VIDA

  • crisis. Qu hacer ante tanta nelt:eSft:Gldf' guardar sUenclo y dejar que la vida stga su

    En Soluciones para los Problemas DIfkIIes. su autor nos lleva a enfrentar esas realidades y buscar la respuesta en la Biblia que es Inspirada por Dios y CrtII para ensel\ar. para reprender. para corregir y para instruir en la justicia (2 Timoteo 3:16. NVI).

    A travs de este libro. y desde una perspectiva cristiana. Ren Pel\alba nos brinda sabios consejos avalados por su vida de servicio al Seftor. Nos ofrece. adems. la posibilidad de tener al akanc:e una valiosa herramienta para ayudar a todos los Por lo tanto. como su autor t1O$

    " EDITORIAMCIa DED ICADOS A LA EXCELENC IA

    .~breve

    Editorial Vida www.editorialvida.com

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    ZondervanPublishingHouse www.zondervan.com

    Categora: Vida Cristiana

  • SeIudeftes para los problemas

    Dillciles

    REN PEALBA

    viIa DEDICADOS A LA EXCELENCIA

  • .!!l!Ii. misin de EDITORIAL VIDA es proporcionar los recursos necesarios a fin de alcanzar a las personas para Jesucristo y ayudarlas a crecer en su fe.

    2000 EDITORIAL VIDA Miami, Florida 33166-4665

    Diseo interior: Words for the World, [nc. Diseo de cubierta: Gustavo A. Camacho

    Reservados todos los derechos. A menos que se indique lo contrario, todas las citas bblicas se tomaron de la Versin Reina-Valera, revisin de 1960. Sociedades Bblicas Unidas.

    ISBN 0-8297-1977-6

    Categora: Vida Cristiana

    Impreso en Estados Unidos de Amrica Printed in the United States of America

    00 01 02 03 04 05 06 ~. 07 06 05 04 03 02 01

    eontenido

    Prefacio ..... Agradecimientos Prlogo ..... Ofensas recibidas . Falta de fe en s mismo. Impaciencia. . . . . . Quebranto emocional Sentimientos de culpa Conflictos de opinin. nimo angustiado . . Una relacin perdida. Un hijo dificil ..... Lo que no se puede cambiar . Soledad por abandono Decisiones erradas . . Deudas ....... . Lstima de s mismo . Enojo ........ . Pensamientos obsesivos Control de otras personas Falta de discernimiento .

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    AdministradorTypewritten TextEX LIBRIS ELTROPICAL

  • Soluciones para los Problemas Difciles

    Mn .......... . Malas interpretaciones. N o saber expresar amor Esclavitud del pasado . Al borde de renunciar a todo. El hbito de dar excusas . Divorcio inminente. Pecado oculto ... . Autosuficiencia .. . Vctima del divorcio Defraudado por alguien Temores ........ . Falta de disciplina personal Prdida irreparable. Resentimientos ..... . La pasividad . . . . . . . La disciplina de los hijos . Relacin con padres ancianos Alcoholismo. . . Las tentaciones. . . Impulsividad . . . . Valores en conflicto.

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    Prefacio E n este libro, el pastor Ren Pealba nos ofrece su amplia experiencia, acumulada a 10 largo de aos de la-bor pastoral, dedicada a comprender y ayudar a r lU-chas personas en necesidad, por medio de la consejera y la orientacin.

    Sabemos que el autor ha influido en muchas vidas para bien; y sus consejos han llegado a miles de perso-nas, a travs de conferencias y seminarios, programas radiales y televisivos, artculos en diarios y revistas y en varios libros publicados. Por eso, el proyecto de un libro en el cual se ofrecieran soluciones y consejos prcticos para los problemas del da de hoy, nos entusiasm en gran manera, pues podemos imaginar las muchsimas otras personas que seran alcanzadas con esta obra.

    La temtica del libro es amplia; ofrece una diversi-dad de temas caractersticos de la problemtica que se vive en la actualidad. El abordaje de cada uno en parti-cular, evidencia la firmeza, sencillez y practicidad, tan peculiares del pastor Ren, al presentar causas y efec-tos de cada problema, y proponer soluciones y consejos prcticos, factibles y, sobre todo, con slido fundamen-to bblico. Lo anterior hace de ste un libro muy nece-sario, tanto para quienes quieran hacer de cada captulo un asunto de reflexin personal, como para los

    s

  • Soluciones para los Problemas Diflciles

    que han sido llamados a brindar consejo y apoyo a per-sonas en necesidad.

    Con seguridad, los lectores pronto se darn cuenta que la sabidura en Dios y los aos de experiencia han capacitado al autor para compilar tan valioso libro de consejos y comprensin de la naturaleza humana; y no dudarn, despus de haber recibido beneficio en su lec-tura, recomendarlo a sus familiares, amigos y conocidos.

    Porque, sin duda alguna, este libro es una respues-ta a ese grito silencioso de miles de personas, que cla-man: Aydeme, dgame qu puedo hacer.

    Los Editores

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    74gradecimientos

    Al Seor: por su constante trato y enseanza a mi vida lo cual ha venido a ser una fuente ' de conocimiento vivencial , para ayudar a mi vez, a otros.

    A mi familia: por su apoyo y comprensin, en los meses que tom la preparacin de este trabajo lo que les priv de muchas de nuestras ' actividades familiares habituales.

    A la iglesia: que me acompaa fielmente, en la visin por Dios encomendada.

    A Dios: A mi familia,

    A mi iglesia, Gracias.

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  • prlogo

    E n ms de quince aos de ejercicio pastoral, marcado con un nfasis en la consejera de personas en crisis, encontr en muchas personas la necesidad de tener a su alcance un libro de referencia y consulta sobre las distintas problemticas de la vida. Muchos lderes a mi alrededor evidenciaban tambin esta necesidad.

    Por aos acarici la idea de brindar un aporte y es-cribir algo que cubriera el espacio de esa necesidad, e hice algunos intentos. Pero las ocupaciones pastorales, que son intensas, se impusieron sobre este deseo. N o me qued ms remedio que dedicarme a coleccionar una que otra idea, por si algn da el proyecto volva a tomar fuerza.

    Al retomar el asunto, ya en el tiempo de Dios, co-menc a trabajar en un libro esquematizado y altamen-te tcnico en lo que a consejera se refiere; con la intencin que fuese como una gua o manual de solu-cin para los conflictos de la vida. Pero a medida que escriba, iba llegando poco a poco al convencimiento y conclusin que lo mejor sera producir un libro fcil y sencillo, que no fuera denso ni extenuante para el lec-tor. Fue as como surgi Soluciones para los Problemas Difciles.

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  • Soluciones para los Problemas DifJci/es

    Este trabajo es presentado como una especie de re-tario breve para consulta frecuente, debido a la va-c~ dad de temas y condiciones que se abordan en l. Por :~~a razn, creo sinceramente que la utilidad de este li-

    bro va ms all de la sola lectura privada y personal; y que puede constituirse en una ~~rramien~a para ayu-dar y aconsejar tambin a famIlIares, amIg~s, h~rmanos en la fe, etc. Es ms, tambin puede serVIr a lIderes y pastores en sus tareas de formacin y discipulado de los creyentes, as como a consejeros en su ~abor de a~da a los que necesitan la respuesta que VIene a traves del consejo. . '

    Es mi deseo y oracin, entonces, que el hbro Soluczo-nes para los Problemas Difciles sea una va~io~a, aunque pequea, fuente de inspiracin y ~onocImIento .para ayudar a aquellos que tienen neces:dad. de ~oluclOnes prcticas a sus problemas. Que el Senor ilumme su lec-tura de este libro.

    Ren Pealba

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    Ofensas recibidas

    Obstcu los para tratar adecuadamente las ofensas

    Arrrma la Biblia en Proverbios 19:11: La cordura del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa. Suena muy bien, pero qu complicado es llevarlo a la prctica! No es cierto? Porque si hay algo en verdad dificil de aceptar, es la ofensa recibida. En la mayora de los casos, nuestra reaccin al agravio no es la mejor y deja como resultado que no solo no arre-glamos la situacin, sino ms bien la empeoramos. Pro-bablemente ste ha sido su caso.

    y cules pueden ser los principales obstculos que nos impiden pasar por alto una ofensa, y restaurarnos de la herida que pudo habernos causado?

    Uno de los mayores es: Ser demasiado sensibles. La persona que adolece esta condicin, casi por regla, tien-de a resentirse con facilidad y a dejarse ofender por quienes le rodean. Digo dejarse ofender, porque quien es muy sensible, en lugar de tomar las cosas con cierta naturalidad y calma, por causa de esa extrema sensibi-lidad, magnifica y pone en grado superlativo la forma

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  • Soluciones para los Problemas Difciles

    en que le saludaron, le dirigieron la mirada, etc. Y con ello, permite o deja que le ofendan. Otro obstculo muy serio que nos impide tratar adecua-damente la ofensa recibida es: Vivir a la defensiva. Bsicamente, esto implica andar buscando enemigos por doquier. Quien vive con esta actitud siempre est cuidndose de los dems: Por qu me mir de esa for-ma? Qu quiso decir con sus palabras?, etc. Es como vi-vir en una constante caza de brujas, en lo que respecta a los motivos e intenciones ajenos. Por supuesto que eso bloquea y confunde las relaciones; y es obvio, que vivir en constante sospecha de los dems, impide disfrutar las relaciones, y puede llevar incluso al punto de arruinar muchas de ellas. La propensin a la ira es otro obstculo para saber enfrentar en forma adecuada las ofensas recibidas. Una persona as, por lo general tiene cierta ira reprimida, probablemente por causa de experiencias desagradables o traumticas. Esta condicin hace que se acte muchas veces en forma desproporcionada con los dems. Por ello, resulta de mucha importancia que sepamos enten-der y discernir esta condicin; de lo contrario, podra-mos estar manejando mal nuestras relaciones, al res-ponder con ira y hasta con violencia en situaciones que no debieran llevarnos a tanto. Otra probable causa de no responder objetiva y edifi-cantemente a aquello que nos ofende es: Ser altamen-te reactivos. Esto es casi un derivado de la propensin a la ira, y resulta en ser, en extremo, alrgicos a las de-ms personas: a la forma que ellas hablan o actan. Las personas reactivas, por lo general, no miden su manera de ser, ni tampoco de responder a los dems. Pueden

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    Ofensas recibidas

    llegar a comportarse en formas muy radicales, simple-mente como una reaccin desmedida de su parte a la actuacin de otros.

    Una causa ms por la que muchas personas se ofenden con frecuencia: Ser demasiado idealistas en las re-laciones. El idealismo tiene bastantes virtudes, y es necesario contar con una dosis de l para superarnos y alcanzar metas importantes en nuestra vida. Bien pu-diera decirse que es un motor que nos mueve hacia la conquista de grandes objetivos. Ahora bien, no obstan-te lo anterior, es cierto que cuando el idealismo se vuel-ve emotivo y poco pragmtico, llega a convertirse en una especie de debilidad sentimental, que con demasia-da frecuencia nos hace sentir heridos y defraudados por los dems. Y quienes ponen esta marca sobre sus relaciones tienen uno de estos resultados: O tiranizan y manipulan a las otras personas, o se quedan solos, como respuesta de los dems a las elevadas exigencias de su idealismo.

    Si alguna de las condiciones y tendencias descritas anteriormente est presente en su vida, usted tendr que comenzar, con toda seriedad, a quitar esos obs-tculos. De esa manera, podr lograr encarar en forma saludable las ofensas recibidas; adems, en un plano general, podr manejar apropiadamente todo lo con-cerniente a sus relaciones.

    Cmo bregar constructivamente con las ofensas recibidas?

    En lo que respecta al buen manejo de las ofensas re-cibidas, comienzo esta propuesta con la lectura en ell-bro de los Hechos, captulo 24, verso 16, donde el

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  • Soluciones para los Problemas Difciles

    apstol San Pablo manifiesta lo siguiente: Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres.

    Quien se expresa de esta manera, obviamente da muestras de una condicin de higiene mental y salud interior extraordinarias. El apstol Pablo evidencia lo que es motivo constante de su lucha y empeo: Tener una conciencia sin ofensa, tanto en su relacin con Dios, como con los hombres. Creo sinceramente que to-dos debemos aspirar a lo mismo. Debemos buscar tal condicin de vida, en la que sepamos relacionarnos con Dios y los hombres, tanto en lo que nos resulta grato, como en lo que no.

    Ya con esto en mente podemos reflexionar en tor-no a la pregunta: Cmo aprender a pasar por alto la ofensa recibida? Es decir, cmo enfrentarla construc-tivamente?

    En primer lugar, y con el riesgo de que esto le sorpren-da: Debe usted aprender a condescender con su ofensor. Lo que esto significa y requiere, es que usted se ponga en los zapatos de quien le ha ofendido; y adems, se pregunte: Ser que est pasando por una difcil situacin, y por eso se port mal conmigo?, Ser que tiene algn problema serio yeso le llev a perder la calma ya ofenderme? Condescender con el ofensor, es salir de la bruma de nuestra especulacin, y atrevernos a pensar que as como nosotros, producto de un mal momento, podemos equivocarnos y herir u ofender a otros, as los dems tambin conen ese riesgo.

    Algo ms que usted necesita: Sea pragmtico y obje-tivo; no se deje llevar por sentimentalismos y emociona-lismos. Quienes viven con los sentimientos y emociones

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    Ofensas recibidas

    a flor de piel, son aquellos que con mucha frecuencia se perjudican a s mismos. Por qu? Pues sencillamente porque, por decisin propia, se tornan vulnerables en grado extremo. Se debilitan a s mismos al estar dema-siado pendientes y dependientes de los dems; volvin-dose de esta forma blanco fcil para las saetas de las ofensas; y no solamente de las ofensas deliberadas, sino tambin de las palabras y actuaciones de quienes ni si-quiera se percatan de ello.

    Alejarse de toda actitud de sospecha, respecto a los motivos ajenos, viene a ser otro aspecto vital si usted quiere pasar por alto la ofensa y bregar en forma saluda-ble con ella. Una actitud de sospecha equivale a estar buscando la mala motivacin y la causa perversa en las personas alrededor. Y por supuesto, como esto es algo subjetivo, ya que no hay forma segura de poder compro-bar con qu fondo actan los dems, se llega con bastan-te frecuencia aljuicio equivocado y a las malas interpre-taciones; los cuales, a su vez, producen rupturas en las relaciones y generan muchas otras dificultades.

    Otra forma de manejar correcta y oportunamente las ofensas recibidas es adoptar el siguiente pensamiento en la vida diaria: Vivir y dejar vivir. Qu quiero de-cir con esto? Pues, que debe usted concentrarse en lo suyo y no estar tan pendiente de los dems. A muchas personas les sucede que no disfrutan su vida y circuns-tancias, por estar demasiado pendientes de la vida de otras personas. Hay quienes hasta han tropezado en sus propias situaciones por estar al cuidado de quie-nes estn a su alrededor. Y aunque parezca ser sta una especie de mosofa barata, tiene mucha validez; ya que vivir y dejar vivir, implica, bsicamente, tomar las

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  • Soluciones para los Problemas Dif1ciles

    riendas de la responsabilidad por lo propio, y conceder a los dems la libertad de vivir como puedan o como quieran. Por ltimo: Perdone a su ofensor. El perdn es como un purificador de su propia vida; ya que al hacerlo el ms beneficiado no ser su ofensor, sino usted mismo. La paz que tanto ansa vendr a su vida; y no importa lo que haya sucedido, ni cun grande haya sido la ofen-sa, usted podr superarlo. Todo, por estar dispuesto a perdonar a su ofensor.

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    'Jaita de fe en si mismo

    Causas de esta condicin

    El apstol Pablo hizo referencia a la importancia y va-lidez de tener confianza en nosotros mismos, cuando escribi a los romanos lo siguiente: Tienes t fe? Ten-Ia para contigo delante de Dios (Romanos 14:22).

    En definitiva podemos afirmar que de poco valdra la fe en Dios si sta no pudiese ser trasladada al mbito de nuestra vida personal. La fe cristiana tiene entre sus objetivos levantar al hombre cado y fracasado, para llevarlo a una condicin de amor, perdn y aceptacin de s mismo. Consecuentemente, para el hombre es esencial la adquisicin de fe respecto a quin es l en Cristo y a lo que hace con su vida y circunstancias.

    Por qu la falta de fe en s mismo? Cul es la causa de haber cado en esa condicin?

    Primeramente, porque le ensearon a hacerlo. Se-guramente producto de cierta medida drstica en el trato que le propiciaron a una persona en su infancia, cre un efecto negativo de falta de fe en s misma. Se dice que el ser humano es producto de sus circunstan-cias; es decir, de lo que ha vivido y experimentado. Por

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  • Soluciones para los Problemas DifTciles

    esa razn, muchas personas que tuvieron una expe-riencia un tanto infortunada en su niez aprendieron a verse a s mismas y a lo que ellas hacen sin fe alguna.

    Otra causa de falta de fe en s mismo, es: el menospre-cio de s mismo. Como el trmino bien lo indica, se re-fiere a minimizar las capacidades y virtudes propias, y negarse la posibilidad de una mirada comprensiva, afectuosa y de aprecio a s mismo. Quienes adolecen de menosprecio de s mismo, constantemente subestiman sus potencialidades. Creen que el xito y el alcanzar grandes metas son posibles para cualquiera, pero no para ellos; o creen que muchos pueden ser amados y ad-mirados, pero nunca en su caso personal. De esa mane-ra, se convierten en el sentido prctico en sus propios verdugos y enemigos, al boicotear todas sus posibilida-des y oportunidades.

    Una tercera causa de esta condicin de falta de fe en s mismo es haber asumido un alto sentido de recha-zo. Cuando la persona ha sido menospreciada, rechaza-da, o experiment la burla siendo objeto de bromas pesa-das y de mal gusto, sobre todo en la infancia, termina por desarrollar un sentido de rechazo. Es evidente que nadie escapa de haber tenido que pasar una u otra situa-cin en la cual vio su lesionado su amor propio por el re-chazo o la burla de otros; pero hay casos en que la expe-riencia fue constante, de manera que, sistemticamente, anul y rompi todos los soportes de la estimacin propia del individuo; al grado de llevarle a creer que como persona, solo merece repudio y rechazo, y nada de lo que hace tiene verdadero valor.

    Sumado a esta lista de causas de falta de fe en s mismo, debo aadir: un profundo sentido de culpa. Al igual

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    Falta de fe en si mismo

    que en los casos anteriores, esto procede de las experien-cias tempranas de la vida, en la niez; donde la persona fue severamente castigada, al punto de ocasionarle un sentido de culpa muy grande. Tambin pudo haberse originado en padres con baja estima de s mismos y lsti-ma propia; quienes constantemente reclamaban al nio por lo mucho que ellos se sacrificaban, en comparacin con lo mal que l les corresponda. Y esto provoc un sentido de culpa tal que, poco a poco, como tinta derra-mada sobre una hoja de papel, fue extendindose con sus negativas consecuencias.

    Adems, una imagen propia fragmentada puede ser potencialmente otra fuente de falta de fe en s mis-mo. Cuando hay una fragmentacin de la imagen propia, hay confusin; la persona no sabe cmo valo-rarse a s misma; generalmente est nerviosa respecto a su desempeo en la vida; y en situaciones que para otros son normales, se siente muy inadecuada. El efec-to lgico de esto es: falta de fe en s misma.

    Cmo cultivar fe para consigo mismo? Comienzo los consejos a esta problemtica, con la

    lectura de la afIrmacin paulina en su carta a los Roma-nos, que dice respecto a la fe: Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado (Romanos 14:23).

    Cmo puede revertir esa falta de fe en quin usted es y en lo que hace? Cmo puede usted cultivar fe, a manera que se extienda como elemento de bienestar en su vida y experiencias cotidianas?

    En primer lugar: Debe comenzar a verse en forma equilibrada. A qu me refiero con esto? Pues, a ver-

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  • Soluciones para los Problemas Difciles

    se, no como el primero, ni como el ltimo. Porque las personas que tienden a verse solamente en esos extre-mos, evidencian un desequilibrio en su estima de s mismas; ya que as como nadie es siempre el primero, as tampoco hay alguien que sea el ltimo en todo. Y esto no es una invencin con buena intencin, sino la necesaria negativa a seguir esclavizado a un concepto desfigurado y extremo, respecto a quin es usted; reso-lucin que le llevar a un punto de equilibrio y de bue-na salud mental y espiritual.

    Tambin puede ayudarle significativamente a cultivar fe en s mismo: aprender a ver con naturalidad sus virtudes y defectos. Hay quienes se sienten mal cada vez que son confrontados con sus defectos; otros, no sa-ben admitir sus virtudes y hasta se sienten avergonza-dos, como si no mereciesen que se les reconozcan sus bondades y capacidades. En ambos casos, esas personas evidencian la necesidad de aprender a ver con naturali-dad, tanto sus virtudes como sus defectos. La realidad es que nadie es enteramente perfecto, y tampoco ninguno es solo imperfeccin; ya que los seres humanos llevamos en nuestra personalidad esa combinacin de defecto y virtud. Y se hace necesario para usted, si es que quiere una vida fructfera y saludable, que sepa verse al espejo y aceptar con paz y tranquilidad lo que all ve. Dicho en otras palabras, debe aceptar con gozo y gratitud todo lo que hay en usted; y aunque haya cosas que en la primera reaccin le provoquen vergenza, insatisfaccin o triste-za, se hace necesario que aprenda a vivir con todo ello; ya que, si no se acepta tal como es (con todo lo que hay en el paquete de su vida), difcilmente podr ser feliz, y mucho menos hacer felices a quienes le rodean.

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    Falta de fe en s mismo

    Tambin resulta vital y necesario dejar de compa-rarse con otros. El estar constantemente comparn-dose con otros, exhibe falta de aceptacin propia y un grado de infelicidad no pequeo por lo que no se es o no se posee. En la mayora de los casos, la persona que se compara con otros no queda satisfecha; al contrario, siempre est sintindose peor e insuficiente. La razn de esto es, bsicamente, que al compararse con los de-ms, en forma inconsciente busca reafirmar sus sospe-chas acerca de su poca capacidad, poco rendimiento, poco atractivo, etc. En vista de lo anterior, si usted pre-tende cultivar confianza en s mismo, tendr que dejar, terminantemente, de compararse con las personas a su alrededor. Adems de lo ya propuesto, tiene significado especial para desarrollar fe en s mismo hacer siempre su mejor esfuerzo, y darse por satisfecho. La Biblia dice: Todo lo que te viniere a la mano para hacer, haz-lo segn tus fuerzas (Eclesiasts 9:10); y esto indica que la satisfaccin del ser humano debe estar, no nece-sariamente en ser el nmero uno en todo, sino en saber ofrecer su mejor esfuerzo. Cuentan de un corredor en una de las olimpiadas, quien al llegar de ltimo en la maratn, se le pregunt por qu no haba abandonado la carrera si saba que era el ltimo de todos los compe-tidores; a lo que l respondi: Porque mi pas no me mand a comenzar una carrera, sino a terminarla. Esta respuesta, aunque sencilla, sugiere lo que debiera ser nuestra actitud frente a la vida: Contentarnos con sa-ber que hacemos nuestro mximo y mejor esfuerzo.

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  • 9mpaClenCla

    Evidencias de esta condicin

    Dijo el Seor Jesucristo a sus discpulos: Con vues-tra paciencia ganaris vuestras almas (Lucas 21:19). iCun real y verdadero es que la paciencia se constituye un elemento indispensable para el bienestar de la perso-na! Y es as tanto en la parte interna de su ser, como en la visible que concierne a las circunstancias externas de su vida cotidiana. A la vez, esta declaracin de Jesucris-to apunta a la necesidad de muchas personas, quienes por falta de paciencia han llegado a complicar su vida y sus relaciones.

    Las evidencias de quien padece este mal, son las que se describen a continuacin:

    La primera de ellas: Decir cosas que luego nos avergenzan. iCuntas personas tienen esta caracte-rstica! Dicen sin pensar, y con sus palabras hieren, de-fraudan y destruyen. Si usted quiere saber si en verdad es impaciente, comience a preguntarse, si es de aque-llos que expresan palabras, de las cuales luego se arre-pienten con vergenza.

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    Impaciencia

    Otra evidencia de impaciencia, es irritarse con faci-lidad enrema. Quien se caracteriza por esto es en ge-neral alguien de mecha corta; que con poco tiene para explotar, reclamar o alzar el tono de la voz, y se ha habituado a responder con enojo a todo aquello que re-sulta diferente a lo que espera. Fjese bien, que el califi-cativo que asigno a esta tendencia, es el de hbito. Esto es, porque muchas personas propensas al enojo, reaccionan de esa manera sin pensarlo, en forma auto-mtica, mecanizada, y si se quiere hasta inconsciente. y es, precisamente, porque es un hbito adquirido: La persona aprendi a responder de esa forma a todo lo que le causa sorpresa o le mortifica.

    Actuar por impulso es otra evidencia de impaciencia. La impulsividad, o dicho de otro modo, la falta de domi-nio propio, hace que muchas personas no sepan llevar bien sus relaciones, ni manejar los imprevistos y las de-mandas de la vida. Esa impulsividad las vuelve, no solo difciles de soportar, sino tambin peligrosas. Porque es claro que quienes actan de esa forma son impredeci-bles; y pueda que, llevados por el impulso, acten en ni-veles desproporcionados y hasta destructivos.

    Otra muestra de impaciencia es formularse juicios y opiniones a priori. A qu me refiero con esto? Pues, a esa tendencia de muchos de, en forma anticipada y sin mayor razn ni fundamento, hacerse juicios y opi-niones respecto a las personas y a lo que les acontece. Es evidente que esta tendencia es un subproducto de la impulsividad, ya que pone de manifiesto la falta de go-bierno propio. iY cuntas veces!, con vergenza, nos toca admitir que las cosas no eran como pensbamos. Lamentablemente, ese reconocimiento, en muchos ca-

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  • Soluciones para los Problemas Difciles

    sos, viene en forma tarda. Por qu? Porque ya los efectos de esa equivocacin no pueden ser evitados o re-mediados. Y no queda ms que recoger los platos ro-tos, con esa terrible sensacin que lo acompaa, de sentirnos absurdos y ridculos por la manera equivoca-da en que actuamos.

    y a manera de corolario a esta lista de evidencias de la impaciencia: Causar con frecuencia heridas y rupturas a las relaciones es la seal y marca incon-fundible del paso de aquellas personas irritables, im-pacientes, propensas al enojo y a la reaccin violenta. Personas as acaban con sus mejores relaciones, ya que, gradualmente, quienes ms les han querido, los ms so-lidarios, aquellos que les acompaaban en las buenas y en las malas, se retiran cansados y frustrados de sopor-tar a alguien cuyas reacciones impacientes arruinan todo a su paso. Le pregunto: Han habido demasiadas rupturas en sus relaciones?, Son demasiadas las perso-nas que han sido heridas por sus reacciones impacientes e impulsivas? De ser as, usted necesita reconocerlo con humildad, y proceder a operar cambios en su manera de tratar a quienes le rodean.

    Cmo cultivar la paciencia? Es evidente que este molde de la impaciencia debe

    ser destruido, y en su lugar, deben construirse nuevos patrones para la conducta y la forma de llevar las rela-ciones. Pero, antes de ofrecer consejos de ayuda en esa direccin, leamos en la carta a los Hebreos, el pasaje que sobre el tema de la paciencia, nos exhorta: Porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengis la promesa (Hebreos

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    Impaciencia

    10:36). Esta porcin de las Escrituras nos advierte que la virtud de la paciencia se hace necesaria para todo aquel que quiera hacer la voluntad de Dios en su vida y obtener el fiel cumplimiento de su promesa.

    Entonces, si la paciencia es tan valiosa y necesaria, cmo puede usted cultivarla o desarrollarla en su vida? A continuacin una serie de consejos al respecto: En primer lugar: Debe cortar con el hbito de reac-cionar de inmediato. S, debe ponerle freno a esto; para lo cual, el compromiso de su parte debe ser gran-de. De ser posible, todos los das debe decirse: N o voy a reaccionar. Me comprometo conmigo mismo a que, por grande que sea la tentacin, no voy a reaccionar. Pensar muy bien lo qu voy a decir, cmo lo dir, en qu momento. En este sentido, es importante para us-ted, reconocer que cortar con ese hbito no depende ex-clusivamente de Dios. N o me refiero con esto a que no pueda esperar que el poder de Dios opere en su vida, sino a que el principal responsable de buscar solucin al problema no es Dios sino usted. Esto significa que cuando usted decida comenzar a luchar para cortar con ese hbito, entonces Dios librar su poder a favor suyo.

    Otra cosa importante para cultivar paciencia, es po-ner como norma, or a los dems antes de hablar. Esto equivale a tener que asegurarse de haber entendi-do e interpretado correctamente lo que dicen los de-ms. Y es muy importante, debido a que la mayora de las personas no escuchan a sus interlocutores, y se mantienen solo en espera de su oportunidad, para sal-tar a la arena a presentar sus argumentos. Pero si us-ted revierte el proceso, y se dedica a concentrarse en tratar de escuchar y comprender a los dems, la fuerza

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  • Soluciones para los Problemas Dif1ci/es

    y el mpetu de su enojo ceder, los nudos del prejuicio se aflojarn, y usted, en vez de reaccionar acalorada-mente, lo har con cordura. Investigar antes de emitir un juicio, es tambin otro valioso aspecto en esta dinmica de cultivar pa-ciencia. Investigar, preguntar, darse cuenta de la reali-dad, as de los hechos como de las personas. Cun de-terminante es para no equivocarse con juicios basados solo en la suposicin o en los sentimientos! Y para in-vestigar antes de emitir un juicio, qu se requiere? Pues en parte, lo que hemos dicho: Escuchar de la me-jor manera a los dems; tratar de diferenciar entre la verdad de los hechos y sus prejuicios; preguntar por de-talles que no saltan a la vista y que deben ser escudri-ados; etc. Algo ms, y que con toda seguridad le desagrade: Po-nerse en el lugar de los dems. y con qu fin? Para tratar de entender las motivaciones y causas de su comportamiento. N o le ser fcil hacer esto, y no creo que este consejo le resulte muy aceptable. Pero en aras de cultivar o desarrollar paciencia, conviene que usted trate de ponerse en el lugar de los dems; esto, de mu-chas maneras le posibilita a ver algo que no haba nota-do antes, o a comprender algo que haba estado oculto a su entendimiento o discernimiento de la situacin.

    Por ltimo: Hablar con tranquilidad, sin exaltar-se. Esto es como luchar contra la corriente del mpetu y las reacciones. La impaciencia es como aguas desborda-das que pueden destruir todo a su paso, si no se le po-nen bordos de contencin. As, para frenar su reactivi-dad, debe aprender a hablar con calma, sin exaltarse, no importa lo que est pasando.

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    Quebranto emocional

    Reacciones errneas ms comunes

    Se lee en el Salmo 77 lo siguiente: Me conmova; me quejaba, y desmayaba mi espritu ... Estaba yo que-brantado, y no hablaba ... Meditaba en mi coraz6n, y mi espritu inquira: Desechar el Seor para siempre, y no volver ms a sernas propicio? Ha cesado para siempre su misericordia? (versos 3-4; 6-8). Este es un cuadro descriptivo de una condicin muy severa de quebranto emocional.

    Quin no ha pasado por una experiencia as en la vida? Todos hemos de admitir el haber experimentado quebranto emocional, no solo una vez, sino muchas, y por distintas causas.

    Cul es, en trminos generales, la reaccin al que-branto emocional? En la mayora de los casos, nuestras reacciones son equvocas; ya que, en lugar de encontrar alguna solucin o salida, solo enredamos ms la com-pleja madeja de los sentimientos, y acabamos por com-plicar seriamente nuestras relaciones.

    Estas formas errneas de reaccionar al quebranto emocional, son:

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  • Soluciones para los Problemas Difciles

    En primer lugar, culpar a alguien por lo que nos pasa. Por lo general culpamos a Dios, a otras personas, a la mala suerte, a nuestra familia, a los amigos, etc. Son muy pocas las personas que en el momento del quebranto tienen la lucidez emocional para preguntar-se si aquello que les acontece y duele, es producto de sus equivocaciones, ya que a la mayora, en lugar de ir en busca de la responsabilidad propia, le es ms fcil echar la culpa sobre los que estn a su alrededor.

    Otra respuesta tpicamente equvoca en esto es correr a aislarse. Este es un antiguo mecanismo de la huma-nidad: Aislarse cuando sufre. y cmo complica y enre-da su situacin la persona que se asla! Por un lado, se niega una nueva oportunidad, y por el otro, en su aisla-miento, no tiene la posibilidad de escuchar los consejos y apreciaciones de los dems. Lo nico que podr or son las voces de su confusin o, en el peor de los casos, la voz de su enemigo, Satans. Debiera ser lo contrario; que en la hora del quebranto sea imprescindible buscar a nuestros amigos y a las personas que nos aman y co-nocen bien, para que, rodeados de su buena influencia y compaa, obtengamos algo de consuelo y consejo en nuestra situacin.

    Sumada a las anteriores, otra reaccin igualmente errnea es magnificar la pena que nos embarga. Esto es exagerar lo sucedido. Cuando dejamos de ver las cosas buenas que hay en la vida y nos dedicamos so-lamente a hacer un monumento a lo malo que nos ha acontecido, perdemos la perspectiva correcta y la obje-tividad. Es mejor, por muy mal que la estemos pasan-do, tener presente que la vida siempre compensa el do-lor y la frustracin con experiencias y circunstancias

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    Quebranto emocional

    gratas. Pero es necesario aprender a distinguirlas y apreciarlas; de lo contrario, nuestra vida se convertir, irremediablemente, en una novela melodramtica.

    La lstima a s mismo es tambin otra respuesta equivocada al quebranto emocional. Lamentar sus penas en lugar de buscar soluciones al conflicto ha sido, y siempre ser, una gran equivocacin. Muchas perso-nas malgastan de esa forma sus fuerzas y capacidades; con lstima propia gimen y cuentan a quienes les ro-dean lo mucho que han sufrido y las duras experiencias que han tenido que pasar. N o propongo con esto que se deba reprimir el dolor, esconder los sentimientos o fin-gir que nada sucede, sino destacar lo importante que es, para la persona en esta condicin, no permitir que los sentimientos de lstima propia lo embarguen, ya que pueden agobiar su alma, al grado de paralizarle en la bsqueda de soluciones.

    Permitir que nuestro sufrimiento afecte a otros es tambin una respuesta errnea en la hora del que-branto emocional. Esto sucede, al dejar que las aguas de lo que estamos sufriendo salgan de su cauce y afec-ten tambin a otros. Muchos estropean sus relaciones, pierden a sus mejores amigos o rompen la armona fa-miliar, como resultado de no saber llevar en su cauce el quebranto y el dolor que experimentan. Y la verdad es que, por grande que sea la tentacin de descargar en otros la frustracin que se lleva dentro, por el bien pro-pio y el de los dems es necesario abstenerse de hacerlo para, con valenta y fe, aprender a llevar la propia carga (Glatas 6:5).

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  • Soluciones para los Problemas Difciles

    Cmo manejar en forma correcta el quebranto emocional?

    Ya que hice referencia a las formas errneas en que generalmente respondemos o reaccionamos al quebran-to emocional, conviene, para completar el cuadro, pre-sentar algunas maneras en que es posible hacerle frente en forma constructiva. Pero antes, una palabra de ni-mo y esperanza en Dios, una porcin de un mictam de David que reza: Ten misericordia de m, oh Dios, ten misericordia de m; porque en ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me amparar hasta que pasen los quebrantos (Salmo 57:1).

    Ahora, ya con la accin teraputica de la Palabra de Dios, paso a responder la interrogante: Cmo manejar el quebranto emocional en forma correcta? Lo primero: Busque su responsabilidad en el asun~ too El salmo con que iniciamos la reflexin sobre esta cuestin, concluye, despus de una larga lista de quejas contra la vida, contra Dios y contra las situaciones que le molestan, con la declaracin: Dije: Enfermedad ma es esta (Salmo 77:10). Este es el reconocimiento llano y tajante de que ni es Dios el causante de lo que nos suce-de, ni tampoco los dems, ni nuestra mala suerte sino, en muchos casos, somos nosotros los artfices de los ma-les y quebrantos que sufrimos. En vista de ello resulta vital, para encontrar paz y reposo en medio del quebran-to emocional, que usted busque su responsabilidad por 10 acontecido, en lugar de ponerla nicamente en aque-llo o aquellos que le rodean. Esto traer salud a su alma agobiada. Tambin es necesario, a fm de estimular la fe y encon-trar esperanza en medio de su situacin recordar

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    Quebranto emocional

    cmo se resolvieron conflictos pasados. S, echar una mirada al pasado, pero no para buscar el recuerdo negativo, sino para traer a la memoria las soluciones, en muchos casos inesperadas, que vinieron a resolver se-rias dificultades. Claro, que para hacer esto, debe rom-per con el hbito de pensar solo en lo malo, y de estar es-clavizado solo al recuerdo de las cosas tristes y desdichadas. Al principio, puede ser que le cueElte un poco encontrar recuerdos de batallas ganadas, por lo que quiz convenga tomar una hoja de papel y un lpiz, y comenzar a escribir hasta que, una a una, aparezcan. As, poco a poco, encontrar: tantas cosas por las cuales agradecer, muchos conflictos que crey no tenan solu-cin y tuvieron por la gracia de Dios su oportuna res-puesta. Eso levanta el nimo y fortalece la fe!

    Concentrarse en las posibles salidas, en vez de enredarse emocionalmente es otro consejo a la ne-cesidad de saber bregar con el quebranto emocional. En lugar de estar hilvanando la cadena de lamentos y quejas de cmo la vida y quienes le rodean le han falla-do, debe procurar encontrar salidas. El concentrar sus fuerzas en esto, y hacerse propuestas de soluciones es ms redituable y fructfero que dedicarse a pasar la mano por la herida, con un sentido de lstima propia. Le proporcionar, adems, la objetividad y el equilibrio necesarios, para salir victorioso en la hora del quebran-to y dolor emocional.

    Al buscar mejorar sus respuestas al quebranto emocio-nal, debe incluir un elemento insustituible: la oracin. Y el consejo que la incorpora a esta dinmica es: Des~ cargue la presin o carga emocional en la ora~ cin. En lugar de descargar en forma ilegtima sus

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  • Soluciones para los Problemas DifIciles

    sentimientos Y frustracin, derramndolos sobre quie-nes le rodean con queja, rechazo o acusaciones, es me-jor aprender a evacuar toda esa presin en y a travs de la oracin. El orar a Dios, no es algo mstico o de poco significado, como muchos lo ven, sino la manera de des-cargar todo peso y cansancio emocional y de volver a la paz en medio de las extenuantes jornadas de la vida (Mateo 11:28). Finalmente, un consejo ms: Eximir de culpa a otros, por medio del perdn. La Biblia establece c~n toda precisin, que nuestra paz y tranquilidad se derIvan de que sepamos liberar, mediante el perdn, a quienes nos han ofendido (Mateo 6:14-15). Eso significa que, a la postre, el mayor beneficiado no es el que recibe el per-dn, sino el que perdona. De hacerlo, acercar ms su vida a Dios y posibilitar de esa forma que lleguen a us-ted muchas bendiciones; entre ellas: la paz interior, el reposo y la tranquilidad de sus emociones.

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    Sentimientos de culpa

    Cmo se originan?

    Proverbios 28:1 dice: Huye el impo sin que nadie le persiga; mas eljusto est confiado como un len. Este pasaje, sin duda alguna, hace alusin a aquellos que son perseguidos en su propia conciencia, por la som-bra de la repercusin de sus hechos. La forma ms simple de describirlo es: Son perseguidos por su pro-pia culpabilidad.

    De dnde provienen o cmo se originan los senti-mientos de culpa?

    Pues, en primer trmino, los sentimientos de culpa son un derivado de la naturaleza humana por la cada del primer hombre Adn en el huerto del Edn. A esto se le denomina la culpa admica, la cual, como explica el apstol Pablo, fue trasladada a toda la humanidad (Ro-manos 5:18-19). Los expertos en conducta humana, de-nominan esta condicin como: culpa existencial. Y es-tos sentimientos van y vienen, constantemente, en todos los hombres; por lo que, en ese sentido, todos so-mos proclives a la culpa.

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  • Soluciones para los Problemas DifTciles

    En segundo lugar est la culpa que proviene de los ac-tos pecaminosos o inmorales. Esto se refiere a las acciones especficas de pecado en la vida de cada indivi-duo. Es decir, cuando surgen en la persona los senti-mientos de culpa por haber mentido y engaado, por haber actuado mal, por haber cado en adulterio y de-fraudado a sus seres amados, etc. Puede darse el caso tambin, de sentimientos de culpa por pecado inconfe-so o no resuelto, lo cual trae dolor y sufrimiento.

    Tambin, el maltrato de otros que afecta nuestra vida, produce sentimientos de culpa. A qu me refiero con esto? Pues, a cualquier forma de abuso experimen-tado en el pasado. Por ejemplo, el haber sido forzado a participar en alguna experiencia sexual, lo cual trajo vergenza y produjo una baja estima de s mismo y sen-tido de inadecuacin, que luego se tornaron en senti-mientos de culpa. Tambin, el haber sido sometido a constantes acusaciones o a severidad en el trato y en los castigos, etc. La persona cuya conciencia y derechos fueron violentados de alguna manera por el mal de otros, adolece de sentimientos de culpa. stos estarn presentes hasta que reciba ayuda espiritual calificada, y pueda librarse de esa sensacin de suciedad y bajeza que la acompaan.

    Adems de lo ya expresado, es importante destacar la culpa que es producto de la acusacin del enemigo; sta resulta del intento de Satans de manipular nues-tros errores y fracasos del pasado, con el fin de afligir-nos y robarnos la paz. La Biblia llama a Satans, el acu-sador de los hermanos, y lo describe haciendo esa sucia labor de da y de noche (Apocalipsis 12:10). Su acusa-cin, como saeta ardiente, viene sobre la persona y pro-

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    Sentimientos de culpa

    voca en ella desnimo, confusin, frustracin y aun de-seos de abandonar la fe cristiana. Son muchas las personas que, aunque han confesado a Cristo como su Salvador y saben que sus pecados han sido lavados y perdonados, son constantemente asaltadas por senti-mientos de culpa de esta ndole.

    Finalmente, debo hacer notar los sentimientos de cul-pa que se originan en la falta de reconciliacin con Dios y los hombres. Es obvio que el que no ha rendi-do cuentas a Dios en arrepentimiento por sus pecados, para lavar su culpa, no puede tener paz, tranquilidad y sosiego en su interior. La Biblia amonesta con toda cla-ridad: Arrepentos y convertos, para que sean borra-dos vuestros pecados; para que vengan de parte del Se-or tiempos de refrigerio (Hechos 3:19). Y en otro pasaje: Venid luego, dice Jehov, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fuesen como la grana, como la nieve sern emblanquecidos (Isaas 1:18). Adems, se debe incluir en esta necesidad de reconciliacin la que co-rresponde a nuestra relacin con los hombres. Al res-pecto la Biblia nos exhorta, al decir: Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que ests con l en el camino (Mateo 5:25). Al hacerlo, con toda seguridad la paz vendr a gobernar en nuestros pensamientos y sentimientos.

    Qu hacer con los sentimientos de culpa? Los sentimientos de culpa son tan antiguos como la

    humanidad misma; siempre han estado presentes en la intrincada existencia del ser humano. La culpa hizo su ingreso al escenario de la vida con el primer hombre, Adn. La Biblia lo relata as: Mas Jehov Dios llam6

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  • Soluciones para los Problemas Difciles

    al hombre, y le dijo: Dnde ests t? y l respondi: O tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnu-do; y me escond (Gnesis 3:9-10). Este relato bblico nos presenta el cuadro de alguien temeroso y confundi-do; con su amor propio en ruinas; con un profundo sen-tido de vergenza e inadecuacin ... alguien que corre a esconderse de Dios. Y es evidente que Adn se esconde porque se siente culpable de haber desobedecido a su Seor.

    Si los sentimientos de culpa son factor comn de la experiencia humana, conviene entonces preguntarse: Cmo bregar en forma adecuada con ellos?

    En primer lugar: Enfrentar los hechos de la vida, y no evadirlos. Esto significa tener que aceptar, con to-tal honestidad y sinceridad, lo que haya acontecido en su vida; esto incluye aprender a llamar a las cosas por su nombre: pecado al pecado, fracaso al fracaso, error al error, etc., sin evadir nada de lo sucedido. Si usted se torna evasivo de la responsabilidad por sus acciones o de la realidad de sus experiencias de vida, con el tiempo llegar a ser presa de la culpa. Por eso, la mejor forma para mantenerse libre de las cadenas de la culpabili-dad, es enfrentar en forma total lo que haya hecho o le haya acontecido; pero esto solo es posible al hacer a un lado toda auto justificacin, eliminar la capa del barniz de la excusa, y dejar al descubierto la realidad de quin es usted y qu ha hecho.

    En segundo trmino: Es necesario confesar el peca-do; esto trae limpieza. La Palabra de Dios dice a este respecto: Si confesamos nuestros pecados, l es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Y atencin a esto: Si decimos que no

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    Sentimientos de culpa

    hemos pecado, le hacemos a l mentiroso, y su palabra no est en nosotros (1 Juan 1:9-10). En definitiva, es saludable y beneficiosa la confesin de pecados. Mu-chos no la ven as, y la conciben ms bien como una es-pecie de castigo. Pero la confesin es, por el contrario, una provisin del cielo para nuestro bienestar; ya que cuando Dios habla de confesar el pecado, no est pen-sando en el propio bien, sino en el nuestro. Entonces, una buena forma de ver la confesin es sta: como un jabn limpiador que, de usarlo, y usarlo bien, trae lim-pieza; de igual manera, el confesar el pecado puede traer limpieza, paz y reconciliacin a su vida. De conti-nuar postergando la confesin de su pecado, solo impe-dir su bienestar y tranquilidad. Ser mejor entonces que, con valenta, se decida a sacar a luz todo pecado in-confeso y librarse de sus efectos.

    Fortalezca el rea daada de su amor propio. Este es un aspecto que resulta vital en la dinmica de enfrentar correctamente la culpa. Cuando alguien ha cargado por bastante tiempo las pesadas cadenas de la culpa, stas le dejan profundas huellas y marcan su vida con daos severos en su sentido de dignidad. Qu hacer en este caso? Pues, fortalecer el rea lesionada. Por ejemplo: Una persona que asumi un fuerte senti-do de culpa en el rea de su sexualidad, debe cultivar la imagen de s misma como una persona digna, limpia y con derecho a una nueva oportunidad; y debe negarse a seguir vindose como indigna, sucia y sin esperanza.

    Algo ms, y de mucha importancia: Establezca rela-ciones edificantes con quienes le rodean. Es claro que las buenas influencias producen iguales efectos y resultados; es por ello que deber comenzar a seleccio-

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  • Soluciones para los Problemas Difciles

    nar bien a aquellos con quienes habr de relacionarse. De ser posible, busque personas que le comuniquen sentimientos positivos; es decir, aquellas cuyas relacio-nes sean de valor teraputico y de efecto saludable, so-bre todo en el rea en que usted fue afectado por el pe-cado y la culpa.

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    eonflictos de opinin

    Dnde se originan?

    L. Biblia expresa que: todo camino del hombre es rec-to en su propia opinin (Proverbios 21:2). Esa propen-sin a creerse dueo de la razn ya argumentar casi solo a su favor hace que el ser humano, con mucha facilidad, se enrede en conflictos de opinin con quienes le rodean.

    Quin puede decir que nunca ha tenido dificulta-des como producto de diferencias de opinin? Proba-blemente nadie ..

    Por qu surgen los conflictos de opinin? De dn-de provienen?

    En primer lugar: Provienen de una actitud imposi-tiva sobre los dems, que, por lo general, produce roces, rupturas y heridas en las relaciones. La persona que se impone sobre quienes le rodean, de alguna ma-nera tiene la idea de ser el centro de los dems, o por lo menos acta como si as fuese. Esto, casi por regla, ge-nera una reaccin alrgica o de rechazo por parte de los que le rodean, con el consecuente trastorno de las relaciones.

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  • Soluciones para los Problemas Difciles

    En el otro extremo, podemos citar el vivir a la defen-siva, como otra de las causas de los conflictos de opi-nin. Quien acta a la defensiva, ve enemigos en todo y, mayormente, en la opinin ajena. Ahora bien, la pre-gunta ms razonable que uno puede hacerse en este caso es: Cmo es posible que queramos or de los de-ms solo lo que nos agrada? Como es lgico suponer, esto es enteramente imposible. Por el contrario, saber desarrollar relaciones equilibradas y bien ajustadas, requiere de cada uno que aprenda a tomar con cierta calma y naturalidad la opinin ajena, sin pensar que tras ella hay enemigos en potencia; sobre todo, cuando dicha opinin es diferente a la nuestra.

    La obstinacin propia de la persona obcecada que dice: As pienso yo ... As tiene que ser, y punto, tambin es causal segura de conflictos en el orden de las comunicaciones. Tan peligrosa y arriesgada es la obsti-nacin que la Biblia la compara con los dolos y la idola-tra (1 SamueI15:23), razn por la cual entraa un ver-dadero peligro. La relacin con personas obstinadas, que solo aceptan opiniones de s mismas, es como cami-nar en una especie de campo minado; es necesario fijar-se bien donde se pisa, porque en el momento menos es-perado puede provocarse una gran explosin. Por eso afirmo que la obstinacin es una actitud muy peligrosa.

    Otra causa de conflictos de opinin es la tendencia a personalizar la opinin ajena. Esto bsicamente se refiere a tomar como ataque personal, lo que dicen los dems. Quienes tienen esta inclinacin, generalmente estn pensando que se dijo tal o cual cosa con el objeto de herirles, ofenderles o causarles algn dao. Por el contrario, cuando las personas tienen l~ objetividad su-

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    Conflictos de oPinin

    ficiente como para escuchar lo que dicen los dems, y les conceden el derecho a opinar, sin convertirlo en una guerra personalizada, encuentran la calma y la paz ne-cesarias, al no conflictuarse por causa de diferencias en las opiniones.

    En muchos sentidos relacionado con lo anterior, est el ser ultra-sensibles a los dems, como otra causa de problemas en este orden de la vida. Al respecto es nece-sario aclarar que, por lo general, quien es demasiado sensible tiene tambin como caracterstica el ser resen-tido. El resentimiento, equivale a estar en forma reite-rada rumiando los sentimientos negativos, producidos por actitudes, acciones o palabras de otros; de tal ma-nera que la persona resentida nunca olvida; yendo y vi-niendo constantemente sobre la situacin que le hiri u ofendi. Esto es tpico de la persona ultra-sensible!

    y por ltimo, ser controversial y contencioso es otra causa de conflictos de opinin. Como es de suponer, la persona polmica y propensa a la controversia tiende a conflictuarse por cualquier razn. Para ella, cualquier cosa que se diga, es solo una excusa para dar rienda suel-ta a la belicosidad que lleva dentro. Por lo general, una persona as cuenta con pocos amigos, y sus relaciones, adems de escasas, son muy accidentadas.

    Cmo manejar los conflictos de opinin? El apstol Pablo escribi en su carta a los Romanos:

    Recibid al db en la fe, pero no para contender sobre opiniones (Romanos 14: 1); y al joven pastor Timoteo aconsej: Recurdales exhortndoles delante del Se-or a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha (2 Timoteo 2:14). Con tan claras amo-

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  • Soluciones poro los Problemas Difciles

    nestaciones respecto a cuidarse de todo lo relacionado con las contiendas de opinin, es innegable que uno debe hacer el mejor esfuerzo para gobernarse, y as evi-tar caer en esas redes.

    Ahora bien, cmo puede usted manejar los conflic-tos que surgen por las diferencias de opinin? En primer lugar, debe comprometerse consigo mismo a escuchar a los dems sin darse por aludido. Lo que pretendo con esto es advertirle que no caiga en la trampa de ver como ataques a su persona las opiniones ajenas; y por diferentes y aun chocantes que stas le parezcan, cuidarse de no personalizarlas. En segundo trmino, debe conceder a los dems la libertad de expresar su sentir y pensar. Bien di-cen por all que: Cada cabeza es un mundo; y aun tra-tndose de cristianos, esto no deja de ser cierto; al gra-do que alguien, al aplicar el dicho anterior a los creyentes, dijo: Cada cristiano es una versin diferen-te de la Biblia. Si lo anterior es cierto, y si en verdad los seres humanos son diferentes y contrastantes en su enfoque de la vida, entonces usted debe conceder a cada persona la libertad de expresar su sentir y pensar desde su propia perspectiva. Algo importantsimo tambin, para quienes pretenden bregar en forma constructiva con los conflictos genera-dos en las diferencias de opiniones, es el independi-zarse emocionalmente del control de los dems. Es obvio, que en el mundo hay personas que -por ra-zones que ahora no voy a enumerar- tienen la tenden-cia de controlar y manipular a los dems con su opi-nin. Por esa causa, usted debe procurar mantenerse libre de todo control de la opinin ajena. Lo que esto

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    Conflictos de opini6n

    implica es: Saber or a los dems con respeto, y darles la libertad de expresar sus ideas; pero a la vez, concederse a usted mismo el derecho de: examinarlo todo y rete-ner lo bueno (1 Tesalonicenses 5:21). Para ser justos con lo anterior yen busca de un equili-brio, tambin incluyo en estos consejos de ayuda, lo si-guiente: Usted debe liberar a los dems del control de su propia opinin. Tan malo es que usted sea con-trolado por otros, como lo es que usted controle a quie-nes le rodean. Y siendo que toda forma de control, inti-midacin y manipulacin viene a ser una tirana sobre las relaciones, debe renunciar a ello. Si es que quiere para usted relaciones fructferas y saludables.

    Aunque ya inclu la intimidacin en lo que respecta al control sobre otros, considero importante hacerle un nfasis especial: Usted debe renunciar a toda forma de intimidacin sobre los dems. Considero sta en forma separada del consejo anterior, por la sencilla razn de que es posible generar y mantener un control sobre otros, en forma sutil y sin que se note demasiado; pero cuando se trata de intimidar (amedrentar, amena-zar o atemorizar)a una persona, el asunto es ms serio. En este caso, se refiere a adoptar una actitud autcrata y autoritaria sobre los dems y a mantener hegemona sobre otros, con la fuerza de la opinin impuesta a tra-vs de la intimidacin.

    Finalmente un consejo ms: Cuide que sus opinio-nes no se mezclen con su estado de nimo. Mu-chas personas tienen el problema de ser controladas por su estado anmico, y conforme a cmo se sientan en sus emociones, as son sus actitudes y actuaciones. Esto es importante de cuidar, ya que puede hacer de

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  • Soluciones para los Problemas Difciles

    usted una persona inconsistente, que no cuenta con la solidez necesaria para enfrentar las demandas de la vida.

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    .;

    ~nimo angustiado

    Qu nos lleva a esa condicin?

    En forma clara y certera el libro de los Proverbios dice: El nimo del hombre soportar su enfermedad; mas quin soportar el nimo angustiado? (proverbios 18:14). Segn esta porcin de las Escrituras, aunque la enfermedad es una de las mayores cargas que el ser hu-mano pueda soportar, el nimo angustiado lo es ms. Y de hecho, la persona de buen nimo puede recuperarse de los peores males y las enfermedades; pero el deprimido de nimo, hasta los males menores pueden acabar con l.

    y qu puede llevarnos a esa condicin?

    En primer lugar habra que sealar el sentido de im-potencia ante las dificultades de la vida. En la dinmica de la consejera se suele hablar de la buena higiene mental, la cual consiste en lograr el equilibrio entre las demandas y presiones de la vida y el poten-cial del individuo para hacerles frente. Cuando la per-sona comienza a sentirse impotente e incapaz de en-frentar la adversidad, es cuando aparecen la angustia y la depresin.

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  • Soluciones para los Problemas Dif1ciles

    Por otra parte, tambin surge la angustia, cuando hay un sentido de amenaza por algo que pueda acon-tecernos. Esto es, cuando una preocupacin desmedi-da y hasta neurtica surge en nuestros pensamientos, respecto a ciertos males que pudieran sobrevenirnos: enfermedades mortales, descalabros financieros, rup-turas familiares, etc. Job, nos dice la Biblia, experiment la angustia como producto de pensamien-tos amenazantes en este sentido, lo cual l mismo ex-pres, al decir: Porque el temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo tema (Job 3:25). Esta declaracin hace evidente cun mortifican-tes pueden llegar a ser esos pensamientos recurrentes que conllevan temor, los cuales pueden llevarnos inclu-so a la prdida de la paz y del gobierno de nosotros mis-mos.

    Otra causa de nimo angustiado y depresin, es el so-bredimensionar nuestros problemas. Aunque sa-bemos que todos los seres humanos, sin excepcin, ex-perimentan conflictos y dificultades, cuando nos llega el turno de pasar por esto, tendemos a creer que nadie tiene los problemas que tenemos, o que nadie pasa por las pruebas que nosotros hemos tenido que pasar. Esto es producto de haber sobredimensionado lo que nos acontece; y cuando esto pasa, terminamos debatindo-nos en el encrespado mar de los lamentos propios, con el subsecuente deterioro de nuestro estado de nimo, y aun nuestra salud.

    La soledad, es otra causa de nimo angustiado en las personas. En qu consiste? Pues, bsicamente, en la sensacin de no tener con quien compartir la vida, con sus alegras y sinsabores. En algunos casos esta sole-

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    nimo angustiado

    dad es figurada, producto de alguna situacin conflicti-va de carcter moral, sicolgico o espiritual, por la que se est pasando. De tal manera que hay personas que, aun rodeadas de muchas otras que les aman y buscan su bien, insisten en decir que estn solas. Y no lo estn en un sentido real, aunque as se sienten. En otros ca-sos, la soledad puede ser verdadera, como producto de rupturas definitivas de relaciones importantes y signi-ficativas, como la prdida de un gran amigo, la amputa-cin emocional que se experimenta con el divorcio, o la brusca separacin producto de la muerte de un ser que-rido. Todo esto es causa de angustia.

    Adems de lo ya expuesto, el hbito de sentir lsti-ma propia, es otra causa de angustia y depresin. En muchos casos se ha encontrado que las personas sufren de angustia, no porque algo extremadamente malo les est aconteciendo, sino porque se habituaron a respon-der as a las demandas de la vida. Obviamente, ste es un mecanismo de escape de las personas en esa condi-cin, quienes lo adoptan como forma habitual de con-frontarse con su realidad.

    Cmo bregar en forma correcta con el nimo angustiado?

    El Salmo 119, un poema acrstico y una verdadera obra del arte literario hebreo, exquisitamente escrito, expresa acerca de la angustia: Afliccin y angustia se han apoderado de m, mas tus mandamientos fueron mi delicia (v.143). Esta porcin de las Escrituras debe servir para levantar su nimo y fortalecerle. Por qu propongo esto? Porque es fcil notar en esta lectura que aun cuando la afliccin y la angustia se hayan apo-

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  • Soluciones para los Problemas Difciles

    derado, es decir, cautivado o esclavizado el alma del hombre, la Palabra de Dios puede constituirse en un blsamo y generar con su poder una accin liberadora a favor de l. Eso nos indica el inmenso valor de la Biblia, dentro del marco de nuestras luchas cotidianas.

    Con la inspiracin que nos brinda la Palabra de Dios, procedamos ahora a responder a la interrogante: Cmo bregar en forma correcta con el nimo angustiado?

    Lo primero que debo sealarle es: No corra a ence-rrarse o esconderse; al contrario, salga, d la cara ante la vida y siga adelante. Posiblemente, su tenden-cia, al confrontar situaciones adversas que afectan su estado de nimo, sea tratar de escapar de todo aquello que le crea conflicto, pero eso es lo peor que usted po-dra escoger. Si se encierra en algn rincn oscuro de su vida, comenzar a escuchar las voces extraas de la confusin y el infierno mismo vendr a susurrarle toda clase de ideas destructivas, lo cual le llevar a perder la perspectiva real de la situacin que vive.

    En segundo lugar: Debe renunciar al control de la lstima propia. Si en lugar de concentrarse en hallar soluciones a sus problemas usted permite que la lsti-ma propia le gobierne y dirija, solamente estar mal-gastando sus energas y capacidades. El llorar y gemir por sus circunstancias, con toda seguridad le llevar a una condicin ms complicada y peligrosa, como lo es quedar atrapado en la confusa madeja del lamento solitario, y en la letana sin fin de quejas y reclamos a Dios, a la vida y a quienes le rodean.

    Tambin se hace necesario, para crear equilibrio y has-ta por salud e higiene mental, buscar a alguien que est en afliccin y ofrecerle su ayuda. Aunque pa-

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    nimo angustiado

    reciera que pedir esto a alguien en angustia de nimo, es casi bizarro, vale la pena hacerlo, ya que la razn de fondo es ayudarle a quitar la atencin de s mismo y de las situaciones por las que atraviesa. Tal vez se pregun-te: Pero, por qu he de dejar de pensar en mis proble-mas? Por qu he de ocuparme de alguien mas,justo en la hora en que estoy sufriendo? Pues, porque eso puede librarle del peligro de obsesionarse con la situacin que vive, y puede proporcionarle nuevas dimensiones y perspectivas a su situacin, al solidarizarse con otros que sufren.

    Comenzar a dar gracias en todo es otra forma co-rrecta de bregar con el nimo angustiado. Y de ser posi-ble, que esto se convierta en una forma de vida que des-place el hbito de la lstima propia. El apstol Pablo escribi a los cristianos de Tesalnica: Estad siempre gozosos ... Dad gracias en todo, porque esta es la volun-tad de Dios para con vosotros en Cristo Jess (1 Tesa-lonicenses 5:16,18); y es porque el valor de la gratitud, tanto en el orden teraputico como en el espiritual, es inmenso. La persona que sabe dar gracias en medio de las dificultades de la vida, siempre sale victoriosa, ya que con ello se inyecta el buen nimo y la fe.

    Activar la voluntad, es el consejo final. Esto implica dejar toda forma de pasividad y volverse productivo. Este consejo tiene mucha validez, ya que una caracte-rstica de la persona angustiada es que cae en la depre-sin, la pasividad, la inactividad y el conformismo fata-lista. Usted debe, entonces, romper con todo esto y activar su voluntad, retomar las responsabilidades que Dios y la vida le han asignado, y comenzar a actuar en

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  • Soluciones para los Problemas Difciles

    pro de la solucin de sus problemas y la consecucin de una vida plena y feliz.

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    Una relacin perdida

    Formas errneas de recuperarla

    Cuando viene la desesperacin, producto de haber ma-logrado o perdido una relacin significativa, como ser una buena amistad, una relacin de noviazgo, de matri-monio, etc., se intentan todas las formas posibles para restaurar ese vnculo roto. Pero en el plano de las relacio-nes, no todo lo que parece bueno y oportuno en un mo-mento en particular, lo es en verdad; y muchas veces se cometen serios errores y grandes equivocaciones al tratar de recuperar una relacin perdida.

    Una forma errnea de querer hacer que alguien signifi-cativo vuelva a nuestra vida, es perseguir a la perso-na con promesas. Esto es, ir tras ella con ruegos y ofrecimientos, muchos de los cuales no podremos cum-plir, por ser imposibles; pero que, en nuestra desespe-racin, somos capaces de ofrecer. Es posible lograr, me-diante promesas y ms promesas, hacer volver a alguien; pero seguramente ese retorno ser solo tem-poral, ya que no es sta la forma apropiada de recons-truir una relacin.

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  • Soluciones para los Problemas Difciles

    Otra forma errnea de recuperar una relacin perdida es hacer reclamos o amenazas a la otra persona. Muchos, despus de intentarlo con promesas, y al ver que stas no surten efecto, pasan entonces del ruego a la amenaza, y llevan la situacin a un plano de mayor riesgo. Dicen que: A la fuerza, ni la comida es buena; y aunque este dicho parezca chocante y de mal gusto, pretende comunicar la verdad de que hasta lo bueno y beneficioso puede hacernos dao si nos hacen tomarlo por la fuerza. As sucede con las relaciones: N o pueden ser forzadas por alguna de las partes; deben ser espon-tneas, y no resultado de la intimidacin, la amenaza o el reclamo.

    N o puedo dejar de incluir en esta lista de formas err-neas de pretender normalizar una relacin marchita el tratar de comprar la relacin, con cosas que ms bien ofenden o indisponen a la otra persona. Qu si-tuaciones pueden enmarcarse en esto? Pues, tratar de comprar a la persona con regalos constantes que no quiere recibir. Como el caso de la joven seora, que ya no quiso continuar siendo la amante de un hombre ca-sado, y l pretendi comprar la relacin, pagndole sus cuentas, lo que solo provoc una reaccin de repudio por parte de ella, quien sinceramente quera escapar del adulterio a una vida limpia y decente.

    Aplicar tcticas provocadoras que hieren, disgus-tan o producen celos o malestar a la otra persona, es una tpica conducta errnea de quienes buscan recupe-rar la relacin perdida. He visto amigos muy queridos y unidos, o a profesionales que se apoyaban mutuamen-te, quienes pasaron de esa situacin a la total enemis-tad, producto de que uno de ellos se dedic a aplicar

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    Una relacin perdida

    tcticas de provocacin para con el otro. En qu pue-den consistir estos comportamientos? Un ejemplo es hacer correr maliciosamente, y con el propsito de da-ar a la otra persona, chismes y rumores que afectan su imagen, su reputacin y su prestigio personal, fami-liar o profesional.

    Por ltimo: Devolver mal por mal viene a ser otra respuesta errnea, de quien no supera la crisis que le sobrevino por causa de una relacin perdida. Esto, b-sicamente, es pensar: Me hizo dao; entonces, yo le har lo mismo. Pero la verdad es que si la otra persona nos defraud en alguna manera, devolver el golpe o lanzar la piedra no ayudar en nada a sanar la situa-cin; por el contrario, vendr a ser el impacto fulmi-nante a lo poco que queda de esa relacin.

    Formas correctas de tratar de recuperar una relacin perdida

    La Biblia expresa que: Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora; adems aade que Dios: Todo lo hizo hermoso en su tiempo (Eclesiasts 3:1,11). Qu significado tiene esto en el contexto de lo que estamos tratando? Qu validez pue-de tener para quien quiere recuperar el terreno perdi-do en una relacin que se extingue?

    Pues, tiene que ver con lo que ofrezco como primer con-sejo: Dle tiempo a la otra persona. Puede ser que el paso del tiempo ayude a sanar y restaurar las ofensas y heridas; sin lo cual resultara muy dificil volver esa relacin a la normalidad. Pero solo es posible dar tiem-po a la otra persona si quien intenta recuperar esa rela-cin acta con calma y espera, en lugar de reaccionar

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  • Soluciones para los Problemas DifTciles

    alocadamente; no sea que, en su apresuramiento, haga cosas que ms bien produzcan daos y conflictos. La Biblia nos habla del peligro de los pies presurosos para correr al mal (Proverbios 6:18); lo cual es perfecta-mente aplicable a la situacin que se apunta.

    Trabajar en la conducta propia, para hacer frutos dignos de arrepentimiento, es otra manera de posi-bilitar la recuperacin de una relacin (Lucas 3:8). Si la otra persona se alej de usted por haberse sentido de-fraudada en alguna manera por su conducta, construir el testimonio de un comportamiento diferente, puede ser el estmulo que quiz ayude a que esa persona re-considere volver. Esto es valioso y efectivo; lo he visto funcionar en matrimonios en vas de divorcio, en amis-tades lesionadas por diferencias y heridas y en compa-eros que se alejaron por causa de daos propiciados por malos entendidos.

    Otro importante consejo: En lo que pueda hacer restitucin, hgalo. Un hombre consciente de sus errores y de los efectos de stos sobre sus relaciones, dijo en tono contrito a Jesucristo: Si en algo he de-fraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado (Lu-cas 19:8). Esto enmarca con mucha precisin la actitud de aquel que, en lugar de evadir su responsabilidad por los errores cometidos, reconoce honestamente haber defraudado a otros; y en lugar de solo decir lo siento, procura hacer alguna restitucin. Puede ser fcil para usted esconderse tras la excusa de que hizo lo malo sin saberlo, que no comprenda con exactitud lo que haca, etc.; pero es mejor tomar un camino que, aunque es ms duro y confrontador, puede traerle mejor fruto: Aceptar su error y procurar, si es posible, hacer restitu-

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    Una relacin perdida

    cin. Cmo hacerlo?: Devuelva lo que quit, ofrezca lo que antes se neg a dar, etc. Tratar de hacer correctivos en los aspectos de su vida que fueron tropiezo a la otra persona es qui-z la mejor forma de construir un camino de vuelta, para quien se alej defraudado por usted. Hay quienes desean recuperar relaciones, y no quieren ofrecer si-quiera el ms leve cambio o transformacin por su par': te. Pretender esto, es demostrar que se es egosta y mezquino; porque si alguien se alej de usted, debe ser por aspectos de su vida que requieren transformacin. Por tanto, si quiere intentar en forma legtima la res-tauracin de una relacin, tendr entonces que hacer correctivos a todo aquello en su vida que fue tropiezo a la otra persona. Para finalizar: Renuncie a toda manipulacin del conflicto; sta debe ser una firme decisin. Con esto, propongo que no debe usted intentar resolver la situa-cin por debajo de la mesa; es decir, valindose de amigos que intercedan por usted, le concedan la razn en el conflicto o cualquier otra forma ilegtima y mani-puladora. Debe usted enfrentar su responsabilidad, ha-cer lo ya aconsejado, y esperar los resultados.

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  • Un hijo dificil

    Reacciones errneas ms comunes

    El hijo necio es pesadumbre de su padre, y amargu-ra a la que lo dio a luz (Proverbios 17:25). Esta es una declaracin muy descriptiva de lo que significa la triste experiencia de aquellos padres de familia que tienen un hijo difcil, que provoca gran pesar y amargura en sus vidas.

    Esto es algo muy comn en la sociedad contempor-nea; es la marca distintiva de un mundo fragmentado, con relaciones afectadas, muy especialmente en lo que concierne al hogar y la familia. Para colmo de males, la gran mayora de padres no saben cmo lidiar con esta problemtica y, en lugar de proveer soluciones, tienden ms bien a complicar el conflicto con sus equivocadas respuestas de reaccin.

    Cules son esas reacciones errneas para con el hijo difcil? Cules son las formas equvocas de enfren-tar esa situacin?

    La primera de ellas es correr a enemistarse con l. Esto es producto de responder con ira a la problemtica del hijo difcil. Hasta cierto punto esto se entiende, ya

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    Un hijo difcil

    que desde que el hijo est muy pequeo los padres se ha-cen planes, ideales e ilusiones de lo grata que ser su ex-periencia a medida que su hijo vaya creciendo. Sin em-bargo, la decepcin y frustracin vienen cuando, en lugar de ver sus sueos convertidos en realidad, encuen-tran que ese hijo amado se ha convertido de la admira-cin y obediencia a los padres a la completa rebelda. N o obstante, aunque es razonable y fcil de entender esta frustracin de los padres, no debe significarles la liber-tad para enemistarse con ese hijo dificil. Presionar con amenazas es otra reaccin tpica-mente errnea de muchos padres. Al caer en esto, ame-nazan al hijo en crisis con expulsarlo de casa, dejar de pagar las cuentas por su educacin y otras amenazas ms, que van desde lo ms absurdo hasta lo degradan-te. En ninguna manera es aconsejable ni sensato res-ponder al hijo presionndole con amenazas. Otros padres reaccionan rompiendo la comunica-cin en forma abrupta. Dejan de hablar con el hijo; ni siquiera responden a su saludo por la maana, le sir-ven la comida sin dirigirle la palabra, etc. Esto no tiene sentido, y si hablamos de resultados, es una accin to-talmente estril e infructuosa. Por el contrario, si hay momento crucial en el que la buena comunicacin se vuelve imprescindible, es cuando los hijos estn cru-zando esa etapa de oscuridad y confusin en que los va-lores inculcados parecen haberse perdido de su hori-zonte y adoptan malas actitudes y comportamientos rebeldes como resultado de ello.

    Adems de lo ya expuesto, hay otro craso error que co-meten los padres con el hijo difcil, al tratar de ayu-darlo a sus espaldas. Esto es, por ejemplo, cuando

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  • Soluciones para los Problemas Difciles

    hablan a ese amigo de su hijo que, segn ellos, es una mala influencia, y le piden que abandone la amistad con l; luego, al darse cuenta el hijo de la bien inten-cionada accin de sus padres, reacciona con mayor resentimiento, rebelda y hasta con violencia. N o dudo que el hijo difcil tenga necesidad de ayuda, la cual deben procurar los padres, pero sta debe brin-darse con el debido cuidado de no crear ms confusin y conflictos, que ms bien provoquen males y proble-mas mayores.

    Aplicar medidas desequilibradas de disciplina es otra reaccin errnea de los padres. Estas son, por lo general, medidas adoptadas en la desesperacin, que resultan inconsecuentes con el problema que se pre-tende resolver. Un ejemplo de ello es imponer al hijo romper una relacin de noviazgo, solo porque anda mal en sus clases. Como podr notarse, una cosa no corres-ponde con la otra. Las medidas disciplinarias a aplicar-se en este caso debieran ser respecto a las horas dedica-das al estudio, y no a su relacin especfica de noviazgo, salvo, por supuesto, que tenga una conexin directa con el bajo rendimiento acadmico.

    Qu hacer con un hijo difcil? Qu puedo hacer entonces, con ese hijo difcil? Es

    con seguridad la interrogante que usted se hace, sobre todo, luego de haber descubierto que algunas de sus reacciones o respuestas, aunque bien intencionadas, fueron errneas.

    Para su consuelo, la Biblia dice: Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza; mas no se apresure tu alma para destruirlo (Proverbios 19:18). Lo que esto signi-

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    Un hijo difcil

    fica es que, por un lado, hay medidas que de ser bien aplicadas y en el tiempo correcto, pueden traer buenos resultados; y por el otro, que el equilibrio es muy im-portante en toda medida de rescate del hijo, que se pre-tenda aplicar.

    A! pensar, entonces, en la necesidad de tomar medidas sensatas, prudentes y en sano equilibrio, usted debe, en primer lugar reducir la tensin del conflicto, al mximo que le sea posible. Acentuar la hostilidad en el ambiente, en ninguna manera ayuda; el provocar confrontaciones acaloradas, solo le acerca a mayores peligros. Por eso, debe intentar reducir la tensin exis-tente e imprimir una tnica de afecto, amor y compren-sin, aunque no sea precisamente esto lo que sienta. Pero, por el bien de la relacin, y a fin de potenciar so-luciones adecuadas y oportunas, deber hacerlo.

    Tambin se hace necesario que trate de establecer un marco de dilogo franco y respetuoso. Los recla-mos fuera de tono, las frases amenazantes o hirientes y cualquier otro tipo de respuesta negativa tendrn que ser superados, para establecer en su lugar un ambiente que permita a todos, la libertad de expresarse con fran-queza respecto a lo que est pasando. Es claro, que esa franqueza no debe convertirse en un arma fIlosa y cor-tante, que ms bien produce daos irreparables. Por su parte, el dilogo respetuoso tiene el poder de neutralizar peligros y riesgos en una relacin en crisis, ya que sirve de lindero o parmetro para evitar que se diga o haga algo que resulte destructivo, porque el respeto en s evi-ta la ofensa, la burla, el menosprecio y la amenaza.

    Algo ms que usted debe hacer, para bregar en forma oportuna con esta problemtica es buscar asesora-

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  • Soluciones para los Problemas Difciles

    miento calificado. En este sentido, los padres de fa-milia pueden optar por asesoramiento familiar, tera-putico o pastoral, segn el caso y las circunstancias que prevalezcan. Dentro de estas opciones estn las iglesias; las cuales, cada vez en mayor nmero, cuentan con per-sonal calificado para brindar consejera, muy especial-mente con relacin a la problemtica familiar. Con toda honestidad, pregntese si ya agot todos sus recursos para la solucin del conflicto; de ser as, admita con hu-mildad que lleg la hora de buscar ayuda de fuera, es de-cir, asesoramiento calificado. Evite generar escenas de choque: Este es otro con-sejo valioso en casos de este tipo. Cuando se est deses-perado, el hervor de los sentimientos y las emociones conflictuadas, pueden llevarle a perder los estribos y a explotar en escenas violentas o de choque con ese hijo di-ficil. Esto es como aadir ms lea al fuego y puede pro-vocar situaciones extremas y rupturas defmitivas, como lo es que el hijo se largue de casa dando un portazo. y como no se puede permitir que el hijo amenace con su conducta y estilo de vida la estabilidad familiar, enton-ces hay que establecer de comn acuerdo, un mol-de de libertades y restricciones, para l. Esto supo-ne tener que sentarse y con calma dialogar para proponer y crear entre todos un acuerdo sobre las horas de volver a casa, las actividades en que puede o no parti-cipar, las responsabilidades en el estudio, las obligacio-nes en el hogar, etc.

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    Co que no se pued.e cambiar

    Comportamientos errneos al respecto

    En la vida hay dos tipos de problemas: los que estn bajo nuestra competencia y control y los que estn fuera de nuestra capacidad y no podemos cambiar. Por ello es de gran importancia saber qu hacer frente a aquello que no se puede cambiar.

    Veamos primero algunas formas de comportamien-to equivocado, cuando se enfrentan situaciones que no se pueden cambiar.

    Caer en la desesperacin y la prdida del domi-nio propio es una de ellas. La Biblia se expresa a este respecto y seala el riesgo que hay en permitirnos caer en esta condicin al afirmar: Como ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo espritu no tiene rienda (Proverbios 25:28). Cuando enfrentamos una situacin que resulta irresoluble a nuestras capacidades, nos sen-timos frustrados, impotentes y aun desesperados. Esta condicin, puede llevarnos al punto de las actuaciones insensatas e irracionales.

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  • Soluciones para los Problemas Difciles

    Permitir que la amargura opaque las bondades de la vida tambin es una reaccin errnea ante lo que no se puede cambiar. Esta actitud puede llegar a ser tan extrema que nos impida disfrutar las cosas bue-nas de la vida, por estar lamentando o quejndonos por aquello que definitivamente no podemos cambiar. Lo cierto es que no hay quien deba esperar solamente co-sas buenas y buenos resultados en todo; debe ser en-tendido y aceptado por todos, ms bien, que en la vida algunas cosas resultan buenas, otras malas y otras se echan a perder. No debemos entonces, permitir que la realidad que no podemos cambiar nos impida ver y dis-frutar lo bueno y positivo, que tambin hay en nuestra vida y circunstancias.

    Otro comportamiento errneo al respecto es vengar-nos con quienes nos rodean, como forma de desqui-te a la frustracin que produce lo que no podemos cam-biar. Cuando respondemos de esta forma a las luchas y dificultades de la vida, somos semejantes a una fiera herida, que da zarpazos a todo lo que se mueve a su al-rededor. Esto nos vuelve potencialmente peligrosos, al tratar mediante ese comportamiento vengativo de da-ar a las personas alrededor, en nuestro dolor y frus-tracin por las imposibilidades que enfrentamos. Con el paso del tiempo, esta actitud ser vista como injusta, ilegtima y hasta abominable.

    Perder el inters en las cosas importantes y va-liosas es otro peligroso comportamiento que proviene de la frustracin por lo que no podemos cambiar. Mu-chos dejan de ser padres responsables, por el hecho de haber fracasado en su relacin matrimonial, con lo que afectan a sus hijos que no tienen porqu pagar la factu-

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    Lo que no se puede cambiar

    ra del mal entendimiento entre sus padres. Otros pier-den inters en su familia por el hecho de haber tenido un fracaso en su vida profesional o descuidan su em-pleo o lo abandonan, por causa de situaciones de dificil solucin en su vida familiar. Por ltimo, el enojo constante es otro comporta-miento tpico de quienes no saben bregar constructiva-mente con lo que no se puede cambiar. Adoptar el enojo constante como respuesta ante las cosas que no se pue-den cambiar en las diferentes circunstancias, roba la esperanza por un futuro mejor y mata la fe; yeso solo oscurece notablemente el escenario de nuestra vida.

    Qu hacer con lo que no se puede cambiar? Es imprescindible encontrar salidas oportunas y

    constructivas para enfrentar las cosas que no se pue-den cambiar. La primera que propongo es saber dejar a Dios lo que es de Dios, y al hombre lo que es del hombre. Esto significa que usted debe renunciar o abstenerse de querer resolver lo que solo Dios puede, y dejar de in-tentar lo imposible: hacer el papel de Dios. Comprenda y admita que hay cosas que estn en la sola potestad de Dios, y que a l no le puede torcer el brazo para que haga lo que usted quiere. Tambin, debe intentar hacer solo lo que est a su alcance y capacidad o bajo su res-ponsabilidad, para lo cual es vlido que haga lo que es el siguiente consejo. Discernir lo que s puede cambiar, y trabajar en ello. Cules son las cosas que generalmente se pueden cambiar? Pues, lo relativo a la vida personal y la conduc-ta: reacciones, actitudes, formas de ser, hbitos, etc. Con

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  • Soluciones para los Problemas Difciles

    ellos s se puede lidiar; con ellos s se puede aspirar a ver cambios y genuinas transformaciones. Pero insisto: aquellas situaciones fuera de su alcance y control, dif-cilmente pueden ser cambiadas a su antojo y deseo. En este sentido, en lugar de golpear al viento y luchar con-tra lo imposible, al menos para el hombre, haga una lista de las cosas que s pueden ser transformadas por medio de su mejor esfuerzo, y comience a trabajar y a luchar por cambiarlas y superarlas.

    Aislar el mal para que no afecte otras reas de su vida, viene a ser otro sabio y equilibrado consejo, a fin de responder adecuadamente ante las circunstancias que usted no puede cambiar con el solo esfuerzo perso-nal. Si se siente frustrado por sus dificultades e imposi-bilidades, procure al menos cuidar que stas no se con-viertan en aguas desbordadas que inunden la totalidad de su existencia. Si algo se ech a perder en su empleo, empresa o actividad productiva, no debe llevarlo al marco de su vida familiar, y volcar sobre su familia el enojo o la amargura que eso le ha producido. El saber establecer fronteras entre las diferentes reas de la vida, es muy importante; quien no sepa hacerlo, irre-mediablemente se ver envuelto en una maraa de in-numerables problemas.

    Otra cosa que es importante aprender a hacer: mante-ner una actitud optimista de fe. Esto, por cierto, no resulta fcil; pero es mejor que venirse abajo en desni-mo. La Biblia define la fe como la certeza de lo que se espera, la conviccin de lo que no se ve (Hebreos 11:1). U sted puede fortalecerse al esperar en Dios y creer que l abrir puertas que sus ojos ni siquiera ven, y traer nuevas opciones y posibilidades, a pesar del oscuro pa-

    Lo que no se puede cambiar

    norama en el horizonte de sus circunstancias. Enton-ces, ia adoptar y mantener una actitud optimista que corresponde a la fe!

    Algo ms: N o permita que esas situaciones que no puede cambiar le conviertan en una mala perso-na. Los cambios en su vida siempre deben ser para bien; para mejorar su persona y nunca para ser peor. Aunque es una verdadera tentacin endurecerse y tor-narse malo por las difciles situaciones que pasa, cude-se de no caer en semejante equivocacin. iQue los pro-blemas sirvan para hacer de usted una persona ms humana y sensible con quienes le rodean!

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  • Soledad por abandono

    Por qu muchos se quedan solos?

    Cun triste es quedarnos solos, sin poder contar con personas que nos amen, apoyen y acompaen en forma significativa! Esto, en verdad, es una tragedia; por ello la Biblia dice: Ay del solo! que cuando cayere, no habr segundo que lo levante (Eclesiasts 4:10).

    Por qu muchos se quedan solos, abandonados por las personas ms importantes de su vida?

    En primer lugar: Porque manejan sus relaciones con ingratitud. Estas personas nunca se acostum-bran a decir gracias por las bondades y favores recibi-dos, ni devuelven siquiera una mnima expresin de agradecimiento por lo que les brindan los dems. La persona ingrata vive como si los dems estuvieran obli-gados a actuar siempre a su favor, como si ella fuese el centro de sus relaciones. Con esta actitud genera can-sancio y hasto en las personas a su alrededor, quienes se niegan a ser tratados como bufones de su egocentris-mo y mezquindad.

    Muchos experimentan tambin soledad y abandono de los dems, por actuar con doble nimo. Estos son

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    Soledad por abandono

    los impredecibles; quienes no tienen una sola opinin, sino van cambindola segn el lugar y compaa en que se encuentran. La Biblia advierte lo difcil que es rela-cionarse y llevarse bien con una persona de doble ni-mo, cuando dice que: es inconstante en todos sus cami-nos (Santiago 1:8). A estas personas, aun con pesar, se les termina por catalogar como no confiables, y gra-dualmente se les pierde la confianza. El resultado de esta forma de ser? Soledad; por el xodo de quienes le rodean, cansados de su nimo inconstante.

    Otros se quedan solos a causa de la queja constante con que aturden a los dems. Con estas personas nadie queda bien, son difciles de complacer; tienen adems la rara habilidad de hallar siempre el ms pe-queo error en lo que hacen los dems. Sumado a lo an-terior, quienes se quejan constantemente inyectan el descontento en sus relaciones, ya que la queja es una especie de txico que hace huir a las personas de los que actan de esta manera. Por tal razn, la Biblia dice que por la amargura, esencia de la queja, muchos son con-taminados (Hebreos 12:15). No admitir la opinin de otros, viene a ser una causa ms de esta crtica situacin de soledad. Las per-sonas que viven sin admitir la opinin de los dems, de alguna manera tienen la idea, consciente o inconscientemente, de bastarse por s solas y no necesitar a nadie ms. Tambin est implcita en su actitud cierta forma de desestimacin de quienes le rodean, contrastada con esa elevada dosis de orgullo y suficiencia que acabamos de hacer notar. Para describir en pocas palabras a personas as: Ellas mismas se

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  • Soluciones para los Problemas Difciles

    constituyen en la regla de todo (vase 2 Corintios 10:12). Una ltima condicin que produce abandono y soledad, es: Imponer la opinin propia sobre la de los de-ms. Si el no admitir ni dar cabida a la opinin de otras personas es ya un problema, ste se agrava mucho ms cuando le sumamos la actitud dictatorial de imponer la opinin propia sobre la de los dems. Esto ha destruido muchas relaciones, ya sea en el orden familiar, profe-sional, y aun en el contexto de la iglesia. Si usted adole-ce de este mal en su conducta, cmbiela lo ms pronto posible, si no quiere ser abandonado y quedarse com-pletamente solo.

    Cmo evitar la soledad por abandono? En primer lugar: Deje de pedir solamente, y co-mience a dar. Esto, por supuesto, debe aplicarlo en todas sus relaciones: en la casa, en el vecindario, en el trabajo, en la iglesia, etc. En otras palabras, le aconsejo hacer a un lado, la mezquindad que solo sabe decir dame a quienes estn cerca. El Evangelio segn San Lucas propone: Dad, y se os dar; medida buena, apretada, remecida y rebosando darn en vuestro rega-zo; porque con la misma medida con que meds, os vol-vern a medi