Relato

5
EL MEJOR DESTINO PARA LOS DOS La historia de esta familia comenzó en Damasco, donde una abuela vivía con sus nietos. La abuela Fátima tenía un carácter algo triste que le hacía parecer más mayor de lo que era y vestía siempre de negro. Pero, eso sí, era una mujer muy culta y le gustaba enseñar lo que sabía a sus dos nietos. Fátima siempre intentaba que sus nietos tuviesen una vida lo más feliz posible. Sara tenía trece años, en tanto que Josep tenía ocho. Eran huérfanos; sus padres, arqueólogos de gran prestigio, habían muerto en una expedición. La abuela Fátima era la única familia que le quedaba a los dos hermanos. Llevaban una buena vida, pero en el fondo sabían que les faltaba algo. Esto les impedía ser totalmente felices. Vivían en una casita pequeña rodeada de árboles, en un barrio muy frecuentado por la gente. Cada mañana, los niños acudían al colegio de su ciudad. Cuando salían del colegio, a las cuatro y cuarto, iban hacia su casa. Después de estudiar, tenían tiempo para jugar un rato con los demás niños del barrio. A los dos hermanos les gustaba jugar a los exploradores, buscar fósiles y bucear en el mar a gran profundidad. La abuela decía siempre que llevaban el carácter aventurero en la sangre. A las diez de la noche la abuela mandaba a los niños a la cama. Entonces, para no aburrirse, la abuela empezaba a leer libros, a cantar canciones de su época o a recordar operaciones matemáticas que aprendió durante su niñez. Fátima padecía un gran insomnio debido al estrés que había aparecido en su mente hacía algunos años. Una mañana al levantarse, a Josep se le ocurrió una pregunta que nunca antes se había planteado. No se atrevía a pronunciarla y mucho menos a decírsela a su abuela. Así que empezaría preguntándole a su hermana mayor. Estaba seguro de que ella no conocía la respuesta, pero podría decirle si sería aconsejable preguntar a la abuela o no. Así que, al salir del colegio se armó de valor y fue capaz de plantear esa pregunta que se movía en su cabeza de un lado para otro, como buscando la respuesta en el cerebro del niño. -Esto... Hermana... ¿Puedo hacerte una pregunta? -Sí, claro – le respondió su hermana mayor.

Transcript of Relato

Page 1: Relato

EL MEJOR DESTINO PARA LOS DOS

La historia de esta familia comenzó en Damasco, donde una abuela vivía con sus nietos.

La abuela Fátima tenía un carácter algo triste que le hacía parecer más mayor de lo que era y

vestía siempre de negro. Pero, eso sí, era una mujer muy culta y le gustaba enseñar lo que sabía

a sus dos nietos. Fátima siempre intentaba que sus nietos tuviesen una vida lo más feliz posible.

Sara tenía trece años, en tanto que Josep tenía ocho. Eran huérfanos; sus padres, arqueólogos de

gran prestigio, habían muerto en una expedición. La abuela Fátima era la única familia que le

quedaba a los dos hermanos. Llevaban una buena vida, pero en el fondo sabían que les faltaba

algo. Esto les impedía ser totalmente felices.

Vivían en una casita pequeña rodeada de árboles, en un barrio muy frecuentado por la gente.

Cada mañana, los niños acudían al colegio de su ciudad. Cuando salían del colegio, a las cuatro

y cuarto, iban hacia su casa. Después de estudiar, tenían tiempo para jugar un rato con los demás

niños del barrio. A los dos hermanos les gustaba jugar a los exploradores, buscar fósiles y bucear

en el mar a gran profundidad. La abuela decía siempre que llevaban el carácter aventurero en la

sangre. A las diez de la noche la abuela mandaba a los niños a la cama. Entonces, para no

aburrirse, la abuela empezaba a leer libros, a cantar canciones de su época o a recordar

operaciones matemáticas que aprendió durante su niñez. Fátima padecía un gran insomnio

debido al estrés que había aparecido en su mente hacía algunos años.

Una mañana al levantarse, a Josep se le ocurrió una pregunta que nunca antes se había

planteado. No se atrevía a pronunciarla y mucho menos a decírsela a su abuela. Así que

empezaría preguntándole a su hermana mayor. Estaba seguro de que ella no conocía la

respuesta, pero podría decirle si sería aconsejable preguntar a la abuela o no. Así que, al salir del

colegio se armó de valor y fue capaz de plantear esa pregunta que se movía en su cabeza de un

lado para otro, como buscando la respuesta en el cerebro del niño.

-Esto... Hermana... ¿Puedo hacerte una pregunta?

-Sí, claro – le respondió su hermana mayor.

Page 2: Relato

-¿Sabes dónde murieron papá y mamá?

-Josep, sabes que yo siempre he estado contigo y que cuando murieron papá y mamá éramos

muy pequeños. Lo único que sé es que eran arqueólogos muy famosos. Pero, ¿por qué me

preguntas eso?

-Es que necesitaba saberlo.- se limitó a contestar.

-Creo que debemos consultar a la abuela.

-Sí, – Josep respondió afirmativamente, aunque no estaba seguro de querer preguntar a Fátima-

hablaremos con la abuela por la noche.

Y es que a Josep empezaba a parecerle triste su vida. Por las noches le parecía oir el murmullo

de las voces de sus padres en su cabeza. Lo que no sabía es que a su hermana comenzaba a

ocurrirle algo parecido.

Después de todo un día de rutina, por la noche, la abuela los mandó a dormir. Sin embargo, sus

nietos se negaron a irse y le hicieron prometer que respondería a su pregunta con la máxima

sinceridad. Cuando le hicieron la pregunta, la abuela esperó un rato antes de contestar. Después,

dijo con fingida calma:

- Sé poco más que vosotros; vuestros padres murieron en una cueva de Afganistán arrastrados

por la corriente de un gran río.

Más tarde, los niños estaban en el dormitorio. Sara expresó a Josep su decepción por no tener

más información sobre la muerte de sus padres. Pero Josep no estaba nada decepcionado, ya que

creía que había una diminuta posibilidad de que sus padres no hubiesen muerto.

- Os encontraremos, papá y mamá- pensó para sus adentros.

El tiempo pasaba muy rápido en Damasco. Josep y Sara seguían con su vida cotidiana. Hasta

que un día, una empresa de viajes quiso que todos sus socios conocieran las maravillas de varios

paíser asiáticos. Uno de ellos era Afganistán. Josep planteó a su hermana la posibilidad de poder

viajar hasta allí, pero Sara, más prudente, se acordó de su abuela y explicó a su hermano que no

sería una buena idea marcharse sin decirle nada. Pero Josep ya tenía un plan: dirían a Fátima que

se irían de excursión diez días con sus compañeros de clase a un hotel de lujo con el fin de

aprender sobre los distintos monumentos del país.

El día 7 de mayo Josep y Sara pagaron con sus ahorros el carné de socios del club y el viaje.

Luego, entraron al avión. Algo nerviosos se sentaron y esperaron a que el tiempo pasara.

Page 3: Relato

Sara despertó. Habían llegado a Afganistán. Suspiró aliviada: el vuelo había salido bien.

Josep no había dormido nada. No podía dejar de pensar si aquel viaje tendría algún sentido.

Al bajar del avión, no pudo evitar emocionarse y que se le saltaran las lágrimas.

La empresa tenía planeado enseñar a la gente los ríos del país y hacer grandes caminatas por

empinadas montañas. Josep y Sara, en cambio, no podían perder tiempo. Tenían diez días para

buscar a sus padres y los días volaban.

Después de dormir en un hotel de Afganistán no muy lujoso, toda la gente comenzó a andar

hacia el río Kabul. Josep quiso seguir un camino diferente al de las demás personas, pero su

hermana mayor se empeñó en visitar los mismos lugares que todo el mundo.

A las cinco de la tarde llegaron a la orilla del río. Toda la gente hundió los pies en las frías y

cristalinas aguas del Kabul. Mientras Sara disfrutaba de los paisajes y se refrescaba con el agua

del río, Josep comenzó a caminar por un estrecho sendero que conducía a un estanque sucio y

profundo. Detrás del estanque había una casita pequeña de madera y al lado, unos papiros

escritos con unas letras muy raras. Josep tuvo tiempo para observar aquellas maravillas

detenidamente y, después, no dudó en entrar a la casa.

Sara, mientras tanto, hundía los pies en el agua fresca del río Kabul. Al darse cuenta de que no

estaba su hermano, comenzó a preocuparse. Sabía que debía haberlo vigilado mejor, pero ya no

podía hacer nada. Había infinitos senderos por los que Josep podía haber tirado.

Fátima, en su casa, no paraba de dar paseos de un lugar para otro. Estaba nerviosa y presentía

que sus nietos no estaban con sus compañeros del colegio. Podía sentir un latido interior de su

corazón que le reprochaba no haber hecho más feliz la vida de los dos hermanos; y es que la

felicidad de sus nietos era lo más importante en su vida. Pero pensar en eso era inútil, pues el

problema de los niños ya no tenía arreglo:una pérdida tan grande como la que habían sufrido

siempre quedaría grabada en sus corazones.La abuela se dejó envolver lentamente por un manto

de nubes y ascendió, mientras se relajaba y comenzaba a sentirse dichosa...

Page 4: Relato

Al abrir la puerta, Josep no pudo ahogar el grito de sorpresa al ver lo que había allí. Y es que no

era para menos. Allí, sentado en una silla, había un hombre. Un hombre de aspecto demacrado y

piel curtida y arrugada. Allí estaba, sí, un señor algo peculiar.

-Siento molestarle – Josep había enrojecido

Pero cuando este se disponía a salir, el hombre lo llamó:

-Te estaba esperando, Josep. Llevamos mucho tiempo sin vernos.

-¿Quién es usted? - preguntó Josep sorprendido.

- Trae a tu hermana- se limitó a contestar.

El niño salió a toda velocidad para buscar a Sara. Pero no hizo falta que bajase hasta el río,

porque su hermana ya ascendía por el camino.

- Ven, he conocido a alguien.

- ¿Quién es?

- Es un hombre. Un hombre de edad mediana. Tiene una cara muy estropeada, pero me inspira

confianza. Quiere verte.

- Vayamos a ver.

Al entrar en la sala, Josep casi se cae de nuevo al suelo por la sorpresa. Junto al hombre, ahora

había una mujer rubia, joven y muy guapa.

- Hola hijos. Os guiaremos hacia el más bonito lugar que nadie haya podido ver.

El padre, la madre y los niños caminaron por un camino que ascendía y parecía terminar en el

pico de una montaña muy alta, rozando las nubes. Caminaron durante mucho rato sin hablar.

Sara y Josep no estaban nada sorprendidos y en sus cabezas no rondaba el miedo, sino una

extraña sensación de victoria y alegría. Un rato después habían llegado a la cima. Josep y Sara

se sentían muy felices. Entonces, llegó la hora de descansar.

En la mente de los dos muchachos reinó para siempre el sol. Durante toda la eternidad

durmieron al lado de sus padres. La abuela los esperaba en aquel maravilloso lugar con los

brazos abiertos. Y allá en aquel reino de paz permanecieron para siempre con la mayor alegría y

mejor compañía que nadie pueda soñar.

Page 5: Relato

EL MEJOR DESTINO PARA

LOS DOS

Autor: Nube Baja