Relación de Personalidad y Maquiavelismo

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CAPÍTULO I EL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN 1.1. Planteamiento del estudio El concepto de personalidad es uno de los más importantes dentro de la Psicología, su relevancia reside en su capacidad para poder explicar y predecir el comportamiento humano, y comprender las maneras únicas y distintas que tiene cada individuo para sentir, actuar y pensar en diversos contextos (Cassareto, 2009). Por lo tanto, conocer los rasgos de una persona, puede representar una vía para comprender el impacto de su personalidad en un determinado ámbito. En un contexto laboral, es importante conocer los rasgos necesarios para pronosticar la conducta laboral y reducir ineficiencias en el desempeño, costos y la insatisfacción de los actores laborales. No obstante, una de las formas para comprender el constructo de personalidad en las organizaciones es como éste impacta a las personas, los grupos a nivel social organizacional y el poder. Este modo de relación entre el individuo y el poder se denomina maquiavelismo. El maquiavelismo es un constructo que se mide a nivel individual y refleja la manera de pensar de una persona con relación a su medio ambiente, en otras palabras, 1

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una primera aproximación a una tesis en la cuál describe y correlaciona estos dos constructos.

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CAPÍTULO I

EL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN

1.1. Planteamiento del estudio

El concepto de personalidad es uno de los más importantes dentro de la Psicología, su

relevancia reside en su capacidad para poder explicar y predecir el comportamiento

humano, y comprender las maneras únicas y distintas que tiene cada individuo para

sentir, actuar y pensar en diversos contextos (Cassareto, 2009). Por lo tanto, conocer

los rasgos de una persona, puede representar una vía para comprender el impacto de su

personalidad en un determinado ámbito.

En un contexto laboral, es importante conocer los rasgos necesarios para pronosticar la

conducta laboral y reducir ineficiencias en el desempeño, costos y la insatisfacción de

los actores laborales. No obstante, una de las formas para comprender el constructo de

personalidad en las organizaciones es como éste impacta a las personas, los grupos a

nivel social organizacional y el poder. Este modo de relación entre el individuo y el

poder se denomina maquiavelismo.

El maquiavelismo es un constructo que se mide a nivel individual y refleja la manera

de pensar de una persona con relación a su medio ambiente, en otras palabras, refleja la

manera de pensar de una persona para manipular a los demás. En el ámbito

organizacional, las implicaciones prácticas de las investigaciones con personalidad y

maquiavelismo suelen favorecer en el trabajo (Uribe et al. 2008). Sin embargo, en

nuestro país no se han realizado investigaciones de este tipo, por lo que se ha propuesto

realizar un primer estudio sobre la relación entre estas variables.

1.2. Formulación del problema

¿Existirá relación entre los factores de la personalidad (Energía, Afabilidad, Tesón,

Estabilidad emocional y Apertura mental) y las dimensiones de maquiavelismo

(Tácticas, Inmoralidad y Visión) en los trabajadores de la Municipalidad de Comas?

Asimismo, se plantean las siguientes preguntas específicas:

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¿Cuál es el nivel de maquiavelismo predominante de los trabajadores de la

Municipalidad de Comas?

¿Existirán diferencias entre los factores de la personalidad (Energía, Afabilidad,

Tesón, Estabilidad emocional y Apertura mental) según los niveles de

maquiavelismo en los trabajadores de la Municipalidad de Comas?

¿Existirán diferencias entre los factores de la personalidad (Energía, Afabilidad,

Tesón, Estabilidad emocional y Apertura mental) según las variables demográficas

(sexo, edad, estado civil, grado de instrucción, condición laboral, jerarquía de

puesto, preferencia de trabajo, ingreso mensual y años de servicio en la institución)

en los trabajadores de la Municipalidad de Comas?

¿Existirán diferencias entre las dimensiones de maquiavelismo (Tácticas,

Inmoralidad y Visión) según las variables demográficas (sexo, edad, estado civil,

grado de instrucción, condición laboral, jerarquía de puesto, preferencia de trabajo,

ingreso mensual y años de servicio en la institución) en los trabajadores de la

Municipalidad de Comas?

1.3. Delimitación de objetivos

1.3.1. Objetivo general

Determinar la relación entre los factores de la personalidad (Energía, Afabilidad,

Tesón, Estabilidad emocional y Apertura mental) y las dimensiones de

maquiavelismo (Tácticas, Inmoralidad y Visión) en los trabajadores de la

Municipalidad de Comas.

1.3.2. Objetivos específicos

Identificar el nivel de maquiavelismo predominante de los trabajadores de la

Municipalidad de Comas.

Determinar las diferencias entre los factores de la personalidad (Energía,

Afabilidad, Tesón, Estabilidad emocional y Apertura mental) según los

niveles de maquiavelismo en los trabajadores de la Municipalidad de Comas.

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Determinar las diferencias entre los factores de la personalidad (Energía,

Afabilidad, Tesón, Estabilidad emocional y Apertura mental) según las

variables demográficas (sexo, edad, estado civil, grado de instrucción,

condición laboral, jerarquía de puesto, preferencia de trabajo, ingreso mensual

y años de servicio en la institución) en los trabajadores de la Municipalidad de

Comas.

Determinar las diferencias entre las dimensiones de maquiavelismo (Tácticas,

Inmoralidad y Visión) según las variables demográficas (sexo, edad, estado

civil, grado de instrucción, condición laboral, jerarquía de puesto, preferencia

de trabajo, ingreso mensual y años de servicio en la institución) en los

trabajadores de la Municipalidad de Comas.

1.4. Evaluación

El estudio adaptará los instrumentos de evaluación al contexto local, lo cual permitirá

una óptima aplicación a la población y facilitará el cumplimiento de los objetivos de la

investigación, obteniendo un nivel alto de validez. Para personalidad, se adaptará el

Cuestionario Big Five (BFQ) de Caprara, Barbaranelli, y Borgogni (1998), el cual

mide los cinco factores de personalidad basados en el modelo del Big Five (Energía,

Afabilidad, Tesón, Estabilidad emocional y Apertura mental). Para maquiavelismo, la

Escala Mexicana de Manipulación de Maquiavelo (EMMMAQ) de Uribe (2001), la

cual mide tres factores de manipulación (Tácticas, Inmoralidad y Visión).

1.5. Justificación e importancia

A nivel teórico, este estudio se justifica al profundizar en los temas de maquiavelismo

y personalidad, así como brindar conocimiento de cómo las prácticas laborales de una

persona con una determinada personalidad y tendencias maquiavélicas influyen en el

desempeño en su organización. Desde un punto de vista práctico, los resultados

mostrarían información relevante en ámbitos laborales y que estos estudios pueden ser

utilizados posteriormente en selección y desarrollo de personal.

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1.6. Limitaciones

La limitación más importante del estudio es la escasa información respecto a los

antecedentes de estos dos constructos en nuestro medio; además, al ser un estudio de

correlaciones, no será posible llegar a establecer relaciones de causalidad.

CAPÍTULO II

MARCO TEÓRICO CONCEPTUAL

2.1. Antecedentes del estudio

2.1.1. Personalidad y maquiavelismo

Uribe, Contreras, Sánchez y García (2008) realizaron un estudio para determinar si

existe una relación entre personalidad, maquiavelismo y otras variables en una

muestra de 254 trabajadores mexicanos del sector privado. Se utilizaron los

instrumentos 5FM y EMMMAQ, para medir personalidad y maquiavelismo

respectivamente. Los resultados evidenciaron que existen diferencias de

personalidad entre los sujetos con alto y bajo maquiavelismo; además, variables

demográficas como edad, sueldo, años de experiencia laboral, escolaridad, puesto

y preferencia para trabajar mostraron relaciones relevantes. Por lo tanto, se llegó a

la conclusión que las implicaciones del maquiavelismo en el estudio de la

personalidad y las organizaciones son importantes.

Hunter, Gerbin y Boster (1982) realizaron un estudio para determinar si existe

relación entre los rasgos de personalidad y los componentes de la filosofía de

Maquiavelo en 351 estudiantes de pregrado, empleándose el instrumento Mach IV.

Los resultados mostraron la identificación de cuatro componentes: la adulación, el

rechazo de la honestidad, el rechazo de la creencia de que las personas son morales

y la creencia de que la gente es cruel y poco fiable. Estas componentes se

relacionan con los rasgos de personalidad, incluyendo el dogmatismo, la

autoestima y locus de control. Algunos de los componentes eran causalmente

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antecedentes de variables tales como la competitividad, mientras que otras eran

causalmente dependientes de las mismas variables. Por lo tanto, la puntuación total

maquiavelismo no puede entrar en una relación causal con la personalidad.

2.1.2. Personalidad

Romero (2013) realizó un estudio para determinar las relaciones en los cinco

factores de la personalidad y las tres dimensiones del Burnout. El tipo de

investigación fue correlacional, de diseño transversal. La muestra estuvo

conformada por 55 enfermeras de la unidad hospitalaria de Medicina Interna de un

hospital militar. Se utilizaron el Maslach Bournout Inventory (MBI) y el NEO-

FFI. Los resultados señalaron que existe una correlación inversa estadísticamente

significativa entre los factores de personalidad: extraversión, apertura al cambio,

agradabilidad y conciencia y las dimensiones del Burnout: agotamiento emocional,

despersonalización y realización personal.

Baltazar y Chirinos (2013) realizó un estudio para determinar la relación entre

clima laboral y dimensiones de la personalidad en colaboradores de una empresa

de servicios en el norte del Perú. El tipo de estudio fue descriptivo-correlacional,

de diseño no experimental. La muestra estuvo conformada por 92 colaboradores de

ambos sexos, con edades entre 18 y 30 años de una empresa de servicios en la

zona norte del Perú. Se utilizaron la Escala de Clima laboral de Palma (2004) y el

Cuestionario BFQ (versión española, 1995). Los resultados señalaron que existe

una correlación positiva estadísticamente significativa entre clima laboral y la

dimensión de afabilidad. Asimismo, no se encontró una relación estadísticamente

significativa entre el clima laboral y las dimensiones de estabilidad emocional y

apertura mental.

Jaimes (2013) realizó un estudio para determinar si existe una relación entre el

estilo rumiativo y los rasgos de personalidad desde el modelo de los cinco factores.

El tipo de investigación fue correlacional. La muestra estuvo conformada por 77

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estudiantes de ambos sexos de una universidad privada de Lima Metropolitana,

pertenecientes al primer y segundo año de las carreras de ingeniería civil y

electrónica. Se utilizaron el Inventario de Personalidad NEO PI-R forma S (Costa

y McCrae, 1992) y la Escala de Respuestas Rumiativas (Hervás, 2008). Los

resultados señalaron que existe una correlación positiva estadísticamente

significativa entre la dimensión Neuroticismo y todas sus facetas con el estilo

rumiativo y sus componentes: reflexión y reproches. Asimismo, se encontró una

correlación inversa estadísticamente significativa entre la dimensión conciencia y

algunas facetas de otros dominios. Por otra parte, se encontraron diferencias

estadísticamente significativas en el estilo rumiativo y en la dimensión de

Neuroticismo según la edad. Del mismo modo, se encontraron diferencias

estadísticamente significativas en la dimensión Neuroticismo según el sexo, donde

se observa un mayor nivel de Neuroticismo en las mujeres.

Arana (2013) describió la relación entre los factores de personalidad y las

características de consumo de alcohol. La muestra estuvo conformada por 76

estudiantes universitarios nacidos en Lima. Se utilizaron el NEO PI-R versión S y

la encuesta de Consumo de Alcohol (CA). Los resultados señalaron que la

extroversión y la apertura a la experiencia fueron las características de

personalidad que mostraron mayor asociación con el consumo de alcohol entre los

estudiantes encuestados. Asimismo, se encontró que el factor agradabilidad podría

ser considerado como un factor protector ante diversos problemas relacionados

con el consumo de alcohol y que el Neuroticismo podría ser considerado un factor

de riesgo en el caso del consumo de alcohol.

Mejía, Laca y Gondra (2009) realizaron un estudio para determinar la influencia

de algunas dimensiones de personalidad (Big Five), el afecto positivo y negativo y

variables sociodemográficas o de sujeto en el bienestar laboral de 133 profesores

españoles. Se hallaron efectos significativos de las dimensiones de personalidad y

del afecto sobre el bienestar laboral y el bienestar psicológico general o libre de

contexto. El género mostró efectos principales significativos sobre dos

subdimensiones del Big Five, Dinamismo y Cooperación; también sobre la

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dimensión Afabilidad, donde las mujeres puntuaron significativamente más alto.

La mayor parte de las variables sociodemográficas medidas resultaron irrelevantes

en sus efectos sobre el bienestar. Se discute el bienestar laboral como resultado de

disposiciones afectivas y de personalidad, más que como mera respuesta a

variables ambientales.

Caballo, Guillén y Salazar (2009) realizaron un estudio para determinar las

relaciones que existen entre la personalidad normal y la patológica y las relaciones

entre los cinco grandes factores y los trastornos de la personalidad del DSM-IV.

La muestra fue de 545 universitarios y los instrumentos fueron el Cuestionario Big

Five, el Cuestionario exploratorio de la personalidad y el Inventario Clínico

Multiaxial de Millon-II. Los resultados muestran que tres factores, Extraversión,

Estabilidad emocional y Amabilidad, se relacionan significativamente con algunos

trastornos. Los hombres puntuaban significativamente más alto que las mujeres en

factores como Extraversión, Estabilidad emocional y en los trastornos Antisocial,

Narcisista y Sádico. Las mujeres tenían puntuaciones superiores en el factor de la

Amabilidad y en los trastornos Límite, Dependiente y Depresivo.

2.1.3. Maquiavelismo

Zampieri y Flores (2012) realizaron un estudio para determinar la relación del

perfil individual y la personalidad maquiavélica en 320 profesionales. Se utilizó la

Escala de Personalidad de Maquiavelismo (MPS) que mide la amoralidad, el deseo

de control, el deseo de estatus y la incredulidad. Los resultados fueron que los

hombres tuvieron promedios más altos en las cuatro dimensiones, pero sin

diferencias estadísticamente significativas; los jóvenes tienen mayor deseo para el

estatus, pero en las otras tres construcciones que los resultados no tienen

diferencias significativas. Las personas religiosas tienen más deseo de controlar y

los no religiosos presentan mayor desconfianza de los demás.

Nicolás y Rodríguez (2011) realizaron un estudio cuyo principal objetivo fue

analizar el efecto de determinadas variables demográficas (género, formación y

edad) y de personalidad (maquiavelismo y materialismo) sobre las evaluaciones

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que los vendedores hacen de diversos comportamientos de venta éticamente

cuestionables. Se aplicó la prueba T de Student para diferenciar las medias sobre

una muestra de 199 comerciales. Los resultados revelan que todas las variables

consideradas, excepto el género, influyen significativamente sobre los juicios

éticos de los comerciales.

Marín (1973) realizó un estudio para determinar la relación entre respuestas de

cooperación, dogmatismo y maquiavelismo en 55 estudiantes universitarios de

Loyola University en Chicago. Los instrumentos utilizados fueron un juego que

presentaba cuatro situaciones distintas de cooperación, la escala D (forma E) y la

escala Mach IV. Los resultados mostraron que no existen diferencias significativas

entre el número de respuestas cooperativas de hombres y mujeres. Asimismo, las

puntuaciones de la escala Mach no diferencian en cuanto al sexo. Los sujetos con

altos niveles en la escala D cooperaron menos que aquellos con bajo niveles,

siendo significativa esta diferencia. Por último, se encontró que los sujetos con

altas puntuaciones en la escala Mach, cooperaron menos en las cuatro situaciones,

aunque en comparación los sujetos de bajas puntuaciones, no existen diferencias

significativas.

2.2. Bases teóricas-científicas

2.2.1. Personalidad

Desde el inicio de la Psicología como una disciplina científica, la pregunta sobre

qué es la personalidad ha tomado gran parte de las reflexiones y discusiones

académicas. El significado de personalidad se ha expandido y asociado cada vez

más con la esencia misma de la persona con sus características particulares, hasta

llegar a ser como en la actualidad la consideramos, un constructo teórico que trata

de explicar el comportamiento humano, no obstante, según el enfoque de estudio

ha sido definida de diferentes maneras (Cassaretto, 2009).

Hjelle y Ziegler (1992, citado en Cassaretto, 2009) refieren que no puede existir

una sola definición de personalidad, puesto que es un concepto abstracto e

integrante de muchos aspectos que califican a una persona (emociones,

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motivaciones, experiencias, percepciones y acciones). Aun así, los autores

expresan que se puede señalar un conjunto de aspectos básicos inherentes al

concepto: a) noción de diferencias individuales, la personalidad es entendida como

aquellas cualidades distintivas que hace a una persona diferente de otra; b) parte de

una estructura hipotética, la personalidad se organiza en una entidad que es una

abstracción en sí misma e inferida a partir de la observación conductual; c) entidad

que explica patrones consistentes de conducta en las personas, la personalidad es

una entidad que presenta una continuidad y estabilidad en aquellos patrones de

conductas; y d) entidad que evoluciona como parte de un proceso de desarrollo a

lo largo de toda la vida, la personalidad está inmerso en un proceso lento y sujeto a

una variedad de influencias internas y externas que incluyen a las tendencias

biológicas y genéticas, las experiencias sociales y las circunstancias ambientales.

De lo anterior, observamos que la personalidad cuenta con un conjunto de aspectos

básicos, el cual pretende darle un significado más integral al constructo. Sin

embargo, existen diversas teorías que, a lo largo del tiempo, han tratado de definir

y formar un concepto de personalidad ofreciendo elementos propios. Muchas de

ellas explicando las cuestiones más básicas de la personalidad y otras planteando

un concepto más sistematizado y profundo (Baltazar y Chirinos, 2013).

Montaño, Palacios y Gantiva (2009) manifiestan la importancia del desarrollo de

estas teorías para una mejor y mayor conceptualización de la personalidad, y el

diseño de estrategias propias para la evaluación, medición e interpretación de la

misma. Así también, señalan que los instrumentos de personalidad diseñados

permiten establecer semejanzas y diferencias entre varias personas frente a las

manifestaciones conductuales. Por lo tanto, es conveniente comprender los

diversos aspectos de cada teoría de personalidad para un mejor estudio de la

personalidad.

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2.2.1.1. Teorías de personalidad

Teoría psicodinámica

La teoría psicodinámica sobre la personalidad es uno de los enfoques más

ampliamente conocidos dentro y fuera de la psicología. De acuerdo con el teórico

más importante de este paradigma, Sigmund Freud, la conducta de una persona es

el resultado de fuerzas psicológicas que operan dentro del individuo y que, por lo

general, se dan fuera de la conciencia (Morris y Maisto, 2005). Según Montaño,

Palacios y Gantiva (2009), el concepto de conducta desde esta orientación es de

vital importancia porque permite entender la personalidad.

Para Freud, la personalidad se constituye a través de tres estructuras que aparecen

durante el desarrollo de la vida: el ello, la única estructura que se presenta desde el

nacimiento, es totalmente inconsciente y se interesa en satisfacer los deseos del

niño para evitar dolor; el yo, se encuentra entre lo consciente y lo preconsciente,

funciona de acuerdo con el principio de la realidad y trata de buscar la

gratificación del ello de la manera más segura posible; y el superyó, tiene la

función de vigilar al yo para conducirlo hacia las acciones morales socialmente

aceptadas, instaurándose desde la interiorización de las prohibiciones y sanciones

establecidas por los padres (Montaño et al., 2009 y Aiken, 2003).

Asimismo, Freud planteaba que la personalidad humana se desarrollaba a través de

una serie de cinco etapas psicosexuales (etapa oral, etapa anal, etapa fálica,

periodo de latencia y fase genital), en donde durante cada etapa, una región

diferente del cuerpo (zona erógena) es el centro de estimulación y gratificación

sexual. De esta manera, la personalidad se desarrolla en la medida en que una

persona logra satisfacer los deseos sexuales durante el curso de su vida (Aiken,

2003).

Es importante resaltar que los trabajos de Freud fueron los pioneros para el

desarrollo esta teoría, pero que con el tiempo otros teóricos psicodinámicos

aparecieron modificando algunos aspectos de este enfoque primario. Sin embargo,

Morris y Maisto (2005) menciona que, aunque existen variaciones entre los

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teóricos psicodinámicos sobre diferentes aspectos, existen postulados

característicos de la personalidad que comparten todos ellos: a) La personalidad

está fuertemente influida por determinantes inconscientes; b) los patrones estables

de la personalidad no solo empieza a formarse desde la niñez, sino que las

experiencias tempranas tienen fuerte efecto en el desarrollo de la personalidad; y

c) el desarrollo de la personalidad implica a controlar nuestros sentimientos

sexuales y agresivos

Teoría de extraversión-introversión de Jung

Fadiman y Frager (2001, citado en Baltazar y Chirinos, 2013) expresan que Jung

estudió los alcances más grandes de las aspiraciones y logros del hombre,

desarrollando conceptos tales como la introversión y la extraversión al descubrir

que cada individuo está orientado primordialmente hacia el interior o el exterior.

Los introvertidos se interesan por sus propios pensamientos y sentimientos y son

profundamente introspectivos. Los extrovertidos se interesan por el mundo externo

de la gente, tratan de ser más sociales y de estar más al tanto de lo que pasa a su

alrededor. Además, Jung afirma que el sí mismo es el arquetipo central, el

arquetipo de orden y la totalidad de la persona, donde el consciente y el

inconsciente no están necesariamente en mutua aparición, sino que se

complementan para formar una totalidad que es el sí mismo. De este modo, se

estableció una consistencia a un concepto que tomó cada vez más importancia,

pues estaba relacionado directamente con la vida del hombre y su desempeño en

los diferentes aspectos de su vida.

Teoría de la identidad de Erik Erikson

Schultz y Schultz (2009, citado en Baltazar y Chirinos, 2013) manifiestan que

Erikson formuló una teoría de personalidad en la cual, la búsqueda de identidad

personal es lo primordial. Profundizó las etapas de desarrollo de la personalidad

establecidas por Freud y otorgó mayor relevancia al yo sobre el ello, reconociendo

el efecto que tienen la cultura, la sociedad y la historia en la personalidad.

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Page 12: Relación de Personalidad y Maquiavelismo

En este sentido, Philip (1997, citado en Baltazar y Chirinos, 2013) sostiene que

Erikson dividió el desarrollo humano en ocho etapas y afirma que en cada una, el

individuo tiene una tarea psicosocial que resolver. Las etapas son la confianza

contra desconfianza (0 a 1 año), autonomía contra vergüenza y duda (1 a 2 años),

iniciativa contra culpa (3 a 5 años), industria contra inferioridad (6 a 11 años),

identidad contra confusión de roles (12 a 19 años), intimidad contra aislamiento

(jóvenes adultos, los 20 y los 30), generatividad contra estancamiento (adultos de

mediana edad, 40 y 50) e integridad contra desesperación (vejez, de 60 en

adelante). La confrontación con cada tarea produce conflictos, los cuales tienen

dos posibles resultados, si en cada etapa se domina la tarea correspondiente, la

personalidad adquiere una cualidad positiva y se desarrolla; en cambio, si la tarea

no es dominada, el yo resulta dañado porque se le incorpora una cualidad negativa.

La tarea global del individuo consiste en adquirir una identidad positiva a medida

que va pasando de una etapa a la siguiente.

Teoría humanista

Gerrig y Zimbardo (2005, citado en Baltazar y Chirinos, 2013) señalan que las

aproximaciones humanistas a la comprensión de la personalidad se caracterizan

por el interés sobre la integridad de la experiencia y el potencial de crecimiento,

consciente y personal del individuo. La característica sobresaliente es el énfasis en

el impulso para lograr un desarrollo completo de las propias capacidades y

talentos. Esta teoría resalta que las personas están motivadas positivamente,

logrando progresar hacia niveles más elevados de funcionamiento. En ese sentido,

se ponen de relieve las cualidades particulares del ser humano, especialmente, su

libertad y su capacidad de crecimiento personal.

Montaño, Palacios y Gantiva (2009) manifiestan que la teoría humanista, a

diferencia de la teoría psicodinámica, considera que el ser humano no debe ser

comprendido como resultado de conflictos ocultos e inconscientes, sino que tiene

una motivación positiva y que, conforme a cómo evoluciona en la vida, va

logrando obtener niveles superiores de funcionamiento, teniendo en cuenta la

responsabilidad de sus actos y las consecuencias que le sobrevienen. Dentro de

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Page 13: Relación de Personalidad y Maquiavelismo

esta teoría, encontramos principalmente a dos teóricos importantes con sus

respectivas teorías: Abraham Maslow y Carl Rogers.

La teoría de Abraham Maslow establece que las personas poseen una jerarquía de

cinco necesidades innatas que activan y dirigen la conducta humana, las cuales son

las necesidades de autorrealización, necesidades de estima (por parte del yo y de

otros), necesidades de pertenencia y amor, necesidades de seguridad (incolumidad,

orden y estabilidad) y necesidades fisiológicas (alimento, agua y sexo). La teoría

de la autorrealización de Carl Rogers sostiene que las personas somos seres

racionales, regidos por una percepción consciente del yo y del mundo de la

experiencia. Por lo tanto, esta perspectiva sugiere que la personalidad solo puede

entenderse desde las experiencias subjetivas y propone que existe una motivación

innata a la realización, a desarrollar nuestras capacidades y potencialidades

(Baltazar y Chirinos, 2013)

Teoría conductual

La personalidad se define en términos de conductas, las cuales se incorporan en

amplios repertorios de comportamiento y están determinadas por factores externos

en el ambiente, específicamente por reforzamientos y estímulos discriminativos,

donde cada persona experimenta un ambiente algo diferente con condiciones

distintas de aprendizaje, por lo que, inevitablemente se aprenden conductas

disímiles (Cloninger, 2003). En este sentido, Hull (1943, citado en Montaño et al.,

2009) sostuvo que la estructura de la personalidad está en conformada por hábitos

o lazos E-R. Otro concepto estructural que empleó fue el impulso definido como

un estímulo capaz de activar la conducta, los cuales fueron dos: primario (innato) y

secundario (aprendidos). Los primarios refieren a condiciones fisiológicas internas

del organismo (hambre, sed); mientras que los secundarios se adquieren con base

en asociaciones de impulsos primarios (ansiedad o miedo).

El conductismo no se interesa en la estructura de la personalidad, sino en la forma

cómo la conducta interactúa con el ambiente. De esta manera, el conductismo

supone que las acciones de la gente son determinadas por factores externos y no

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por fuerzas internas del individuo. Así, Watson decía que las conductas habituales

que posee una persona constituyen su personalidad, manifestando así su acuerdo

con la teoría de Locke sobre la tabula rasa. Del mismo modo, Skinner concluyó

que se debería abandonar la idea de que la conducta es causada por fuerzas

internas (rasgos, pensamientos, necesidades, etc.) a favor de explicaciones más

científicas fuera de la persona, porque las causas internas implican un

razonamiento circular que no puede defenderse lógicamente (Montaño et al., 2009

y Cloninger, 2003).

Teoría cognitiva

Esta teoría plantea que la conducta está guiada por la manera como se piensa y se

actúa frente a una situación, empleando también las contingencias que ofrece el

ambiente inmediato ante cualquier situación (Montaño, Palacios y Gantiva, 2009).

Según Bandura (1977, citado en Montaño et al., 2009), la personalidad es la

interacción entre cognición, aprendizaje y ambiente, tomando relieve las

expectativas internas y únicas de los individuos, pues el ambiente influye en la

manera de comportarse y por tanto modifica las expectativas del individuo ante

otras situaciones respecto a su comportamiento.

Montaño, Palacios y Gantiva (2009) refieren que Bandura considera a las personas

como seres complejos, únicos y activos, destacando el pensamiento y la

autorregulación, pues los individuos están en una continua resolución de

problemas, partiendo de la experiencia y de la capacidad de procesamiento de

información. Asimismo, Bandura considera al carácter, al definirse por

dimensiones aprendidas y vinculadas a factores psicosociales, se forma de manera

continua, pero especialmente en los procesos de socialización más básicos. Entre

los modelos centrados en dimensiones del carácter se destacan los que se centran

en esquemas, los cuales son sistemas estructurados y entrelazados, responsables

del procesamiento de un estímulo percibido y su respuesta conductual asociada

Sin embargo, Pervin y John (1998, citado en Montaño et al., 2009) manifestaron

que se planteó como concepto estructural de la personalidad el constructo. La

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personalidad es considerada como un modo de construir o interpretar el mundo,

anticipar o experimentar sucesos, pues les da estructura y significado. Al observar

dichos sucesos, la persona percibe que existen características que los diferencian

de las demás.

Teoría de los rasgos

Cassaretto (2009) menciona que el interés por reducir el mundo variable de las

características personales a unos cuantos elementos constantes en el tiempo ha

sido el objeto de la teoría de los rasgos. Esta teoría refiere a las características

particulares de cada individuo como el temperamento, la adaptación, la labilidad

emocional y los valores que le permiten al individuo girar en torno a una

característica en particular. De esta manera, la teoría de los rasgos se concentra en

el presente, poniendo énfasis en las diferencias individuales de las características

que son más o menos estables a través del tiempo y de las situaciones en las

personalidades adultas ya desarrolladas (Engler, 1996, citado en Montaño et al.,

2009).

De acuerdo con Carver y Scheier (1997, citado en Cassaretto, 2009), los rasgos se

caracterizan por ser dimensiones continuas de la personalidad, permitiendo

establecer las diferencias individuales en función a la cuantificación del grado en

que cada persona posee las características. Este punto de vista, supone que las

diferencias básicas entre la gente son cuantitativas más que cualitativas. Los

representantes más importantes de la teoría de los rasgos son Allport, Cattell y

Eysenck.

Allport define el término rasgo fue definido como una estructura neuropsíquica

que tiene la capacidad de traducir muchos estímulos funcionalmente equivalentes,

y de iniciar y guiar formas equivalentes de conducta adaptativa y expresiva. De

este modo, la personalidad consiste en la organización dinámica de esos rasgos,

que son considerados la unidad primaria de la personalidad, que determinan el

ajuste único de una persona al ambiente y que pueden ser inferidos a partir de la

forma en que se comporta una persona (Aiken, 2003). Por ello, según Clonninger

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Page 16: Relación de Personalidad y Maquiavelismo

(2002), Allport y Odbert realizaron un estudio en el cual buscaron términos que

describían la personalidad en dos diccionarios importantes de la lengua inglesa,

consiguiendo extraer 17 953 palabras, reduciendo después esta lista a 4 504

adjetivos que describían rasgos observables y relativamente permanentes.

Eysenck (Davidoff, 1998, citado en Montaño et al., 2009) definió la personalidad

como una organización estable y perdurable del carácter, del temperamento, del

intelecto y del físico del individuo, lo cual posibilita su adaptación al ambiente. De

esta manera, se estableció la base de la personalidad compuesta por tres

dimensiones: extroversión, determina que una persona sea sociable y participativa

al relacionarse con otros sujetos; neuroticismo, es la capacidad de adaptación de

un individuo al ambiente y a la estabilidad de esta conducta a través del tiempo

(síntomas relacionados con la ansiedad); y psicoticismo, es la pérdida o ausencia

del principio de realidad connotado por la incapacidad para distinguir entre los

acontecimientos reales o imaginados (conducta desorganizada). Delgado (1998,

citado en Baltazar y Chirinos, 2013) expresa que, para Eysenck, la teoría de la

personalidad moderna, con sus tipos, rasgos y aptitudes, se sitúa en cierto modo

entre la psicología ideográfica y la psicología experimental, sobresaliendo la

unicidad y la identidad de los individuos, respectivamente. De esto, se debe

afirmar que, aunque existan diferencias individuales, estos son sobre ciertas

dimensiones, por tanto, sus diferencias y similitudes pueden ser cuantificadas y

medidas.

Cattell (1940, citado en Baltazar y Chirinos, 2013) empleó la lista de Allport-

Odbert e introdujo términos obtenidos de una investigación psicológica y eliminó

todos los sinónimos reduciendo la lista a un total de 171 palabras. Luego, encuestó

a sujetos para que evaluaran a gente que conocían con los adjetivos de esta lista y

analizó los resultados, identificando 35 rasgos de personalidad a los cuales se

refirió como la esfera de personalidad. Posteriormente, con un análisis de la

emergente tecnología de la informática combinada con el método estadístico del

análisis factorial, tuvo como resultado 16 grandes rasgos de personalidad, con los

16

Page 17: Relación de Personalidad y Maquiavelismo

cuales confeccionó la prueba 16PF. Sus resultados llevaron a plantear una teoría

factorialista de la personalidad que cuenta con 16 dimensiones.

Uno de los mayores obstáculos al consenso, es el desacuerdo acerca de cuantas

dimensiones son necesarios para describir la personalidad. Muchos afirman que

son suficientes menos de los 16 rasgos de Catell (Boyle, 1989; Eysenck y

Eysenck, 1985; Matthews, 1989; Meyer et al, 1988; citados por Clonninger, 2002).

En consecuencia, en la actualidad, la comunidad científica aún no ha podido

establecer una teoría de la personalidad amplia y consensuada, que organice,

estructure y dé cabida a la gran pluralidad existente de investigaciones y enfoques.

Teoría integradora

La teoría integradora surge como una respuesta a la problemática en cuanto a un

consenso de las diversas teorías planteadas. La teoría establece objetivos como: a)

elaborar un modelo amplio de personalidad, que integre las principales teorías y

organice los principales logros de la investigación empírica, incorporando a la

inteligencia; b) definir la personalidad a partir de la identificación teórica de los

factores de las grandes dimensiones; c) fundamentar la comprensión de la

personalidad desde un enfoque evolucionista; y d) ofrecer un modelo de rasgos

que incorpora los paradigmas actualmente activos, sobrepasando el concepto

descriptivo de la estructura e involucrándose con los procesos (Lluís, 2002, citado

en citado en Montaño et al., 2009).

Según la teoría integradora, la personalidad deberá describir o explicar los diversos

aspectos que cuentan las diferentes teorías como el temperamento, el carácter

(self), el consciente e inconsciente, las conductas observables e internas,

orientándose también en el estudio la conducta normal y la psicopatología, etc.

Existen tres propuestas que pretenden integrar todos los aspectos posibles: el

modelo evolutivo de Millon, el modelo de los Siete Factores de Cloninger y el

modelo de los Cinco Grandes o Big Five (Montaño et al., 2009). De las propuestas

mencionadas, la que se aproxima a un consenso sólido y estable en cualquier

17

Page 18: Relación de Personalidad y Maquiavelismo

entorno es el modelo de los Cinco Grandes, por lo que el presente estudio se

enfocará en este modelo.

2.2.1.2. Modelo de los Cinco Grandes o Big Five

Este modelo se inició en parte por dos tradiciones distintas, la tradición

lexicográfica y la tradición psicometrista-factorialista. La tradición lexicográfica

considera que todos los aspectos de la personalidad humana que son de

importancia, interés o utilidad han quedado grabados en la sustancia misma del

lenguaje. Este modelo asume que se podrá encontrar suficiente información que

describa las diferencias individuales; y por tanto describa la personalidad, si

analizamos el lenguaje natural de los individuos; de tal forma que esto podrá

llevarnos a la construcción de un taxonomía básica de la personalidad (Richaud,

2002, citado en Cassaretto, 2009). La tradición psicometrista-factorialista, según

Carver y Scheier (1997), consiste en el estudio a través de los inventarios y

cuestionarios de personalidad, de las características personales humanas, haciendo

énfasis en la forma en que dichas características se agrupan y para ello hacen uso

de la metodología factorial (citado en Cassaretto, 2009).

Costa y McCrae han sido los autores que más han difundido el modelo de los

Cinco Grandes han realizado y promovido extensas investigaciones con diferentes

poblaciones (tomando en cuenta raza, sexo, edad y cultura). Desde mediados de la

década de los 80, sus investigaciones han permitido afirmar la consistencia de los

cinco factores como dimensiones universales de la personalidad. Estos autores

nombran a estas dimensiones de la siguiente manera: Neuroticismo, Extraversión,

Apertura a la experiencia (o simplemente Apertura), Agradabilidad y Conciencia

(o Escrupulosidad) (Costa y McCrae 1992; McCrae, 2001; McCrae y Costa, 1989,

1998; McCrae, Costa y Piedmont, 1993; McCrae y Terracciano, 2005a; Schmitt et

al, 2007; citado en Cassaretto, 2009).

De manera general, existe un consenso respecto al número de dimensiones de la

personalidad, pero aún subsiste el desacuerdo sobre lo que incluye cada una de

ellas; asimismo, se plantean ciertas críticas en cuanto al dinamismo, capacidad

18

Page 19: Relación de Personalidad y Maquiavelismo

predictiva y organización del modelo. Frente a esto, McCrae y Costa (1998)

considera que, con el tiempo, nos acercamos a mayores niveles de acuerdo

respecto a la definición de los rasgos y las factores que la conforman, existiendo

rasgos en los cuales no existen controversia. Además, Costa y McCrae responde a

las críticas, reconociendo que el modelo sólo brinda explicaciones sobre la

conducta al nivel de los rasgos superiores y consideran que subsiguientes

investigaciones con los factores podrán brindar mayor explicación de las

conductas a un nivel específico. Ter Laak (1996) añade que, en el futuro, los

estudios con el modelo buscarán un análisis más minucioso en cuanto a las

dimensiones y se harán comparaciones más estrictas con otras escalas de

personalidad, lo cual forzará definiciones más precisas de los cinco factores. A su

vez, este autor considera que deben investigarse estudios más funcionales en las

que se analicen las interacciones de los cinco dimensiones, sus subdimensiones y

las situaciones específicas, incrementando así su validez predictiva (citado en

Cassaretto, 2009).

Es por esto que las críticas establecidas hacia el modelo de los Cinco Grandes no

han logrado desprestigiarlo, sino más bien restringir su dominio considerando que

provee una descripción básica, razonable y amplia de la personalidad. Por lo tanto,

este modelo representa un avance ante el confuso campo de la evaluación de la

personalidad (McCrae y Costa, 1998; Richaud, 2002; Schmitt et al., 2007; citado

en Cassaretto, 2009).

2.2.1.3. Dimensiones de los cinco grandes

Diferentes autores han contribuido a la formación de este modelo y han ofrecido

nombres a los cinco factores del modelo. Entre ellos se encuentran Fiske

(adaptabilidad social, conformidad, voluntad de éxito, control emocional e

intelecto inquisitivo), Norman (extraversión, agradabilidad, escrupulosidad,

emocionabilidad y cultura), Borgatta (asertividad, simpatía, responsabilidad,

emocionabilidad e inteligencia), Digman (extraversión, condescendencia amistosa,

voluntad de éxito, neuroticismo e intelecto), Peabody y Goldberg (poder, amor,

19

Page 20: Relación de Personalidad y Maquiavelismo

trabajo, afecto e intelecto) y Costa y McCrae (extraversión, agradabilidad,

conciencia, neuroticismo y apertura a la experiencia) (ver Tabla 1).

Tabla 1.

Etiquetas empleadas por varios autores para referirse a los Cinco Grandes.

Autor I II III IV V

Fiske

(1949)

Adaptabilida

d SocialConformidad

Voluntad de

éxito

Control

emocional

Intelecto

inquisitivo

Norman

(1963)Extraversión Agradabilidad Escrupulosidad

Emocionabilida

dCultura

Borgatta

(1964)Asertividad Simpatía

Responsabilida

d

Emocionabilida

d

Inteligenci

a

Digman

(1990)Extraversión

Condescendenci

a

amistosa

Voluntad de

éxitoNeuroticismo Intelecto

Peabody

y

Goldber

g

(1989)

Poder Amor Trabajo Afecto Intelecto

Costa y

McCrae

(1985)

Extraversión Agradabilidad Conciencia Neuroticismo

Apertura a

la

experiencia

20

Page 21: Relación de Personalidad y Maquiavelismo

Wiggins (2003) sostiene que los nombres de estos cinco factores han ido

evolucionando en el tiempo y en las culturas de diversas maneras, pero siempre

haciendo referencia a una misma dimensión, lo cual corrobora aún más la teoría

(citado en Cassaretto, 2009). Los autores Caprara, Barbaranelli y Borgogni (1998)

plantean un modelo con las siguientes dimensiones: Energía, Afabilidad, Tesón,

Estabilidad emocional y Apertura mental.

Energía

Watson y Clark mencionan que la dimensión hace referencia a Extraversión

referida por McCrae y Costa (1987) y a la de Surgencia referida por Goldberg

(1990). Una persona que posee en grandes condiciones esta dimensión suele ser

muy dinámica, activa, enérgica, dominante y locuaz. Esta dimensión viene a su

vez definida por las subdimensiones dinamismo y dominancia. La primera tiende a

medir aspectos relativos a comportamientos enérgicos y dinámicos, la facilidad de

la palabra y el entusiasmo; por su parte, la segunda tiende a medir aspectos

relacionados con la capacidad de imponerse, sobresalir, hacer valer la propia

influencia sobre los demás.

Afabilidad

Esta dimensión hace mención al factor comúnmente identificado como Agrado de

McCrae y Costa (1987) y como Cordialidad vs. Hostilidad de Digman (1990).

Una persona que ha desarrollado esta dimensión tiende a describirse como muy

cooperativa, cordial, altruista, amigable, generosa y empática. A su vez, esta

dimensión es definida por las subdimensiones: cooperación/empatía y

cordialidad/amabilidad. La primera pretende medir aspectos relacionados a la

capacidad para comprender y asimilar los problemas de los demás y cooperar

eficazmente con ellos. La segunda mide aspectos relacionados con afabilidad

confianza y apertura hacia los demás.

21

Page 22: Relación de Personalidad y Maquiavelismo

Tesón

Esta dimensión hace referencia a la capacidad de autorregulación o autocontrol,

tanto por lo que concierne a los aspectos inhibitorios, como a los aspectos

proactivos (McCrae y Costa, 1998 y Digman, 1990). Las personas con gran nivel

de tesón tienden a describirse como muy reflexivas, escrupulosas, ordenadas,

diligentes y perseverantes. Esta dimensión a su vez se define por las

subdimensiones: escrupulosidad y perseverancia. La primera mide aspectos

relativos a la fiabilidad, meticulosidad y amor por el orden; por su parte, la

segunda mide aspectos que se refieren a la persistencia y tenacidad con que se

llevan a cabo las tareas emprendidas y el no faltar a lo prometido.

Estabilidad emocional

Esta dimensión hace mención a las características que remiten esencialmente a lo

opuesto del afecto negativo. La persona con niveles altos de esta dimensión tiende

a describirse como poco ansiosa, vulnerable, emotiva, impulsiva, impaciente e

irritable. A su vez, esta dimensión se define por dos subdimensiones: control de

emociones y control de impulsos. La primera refiere a aspectos concernientes al

control de los estados de tensión asociados a las experiencias emotivas. La

segunda mide aspectos relativos a la capacidad de mantener el control del propio

comportamiento incluso en situaciones de incomodidad, conflicto y peligro.

Apertura mental

Esta dimensión hace referencia al factor que otros autores han definido como:

Norman, Cultura; Goldberg, Intelecto; McCrae y Costa, Apertura a la experiencia.

Cuando este factor está ampliamente desarrollado, la persona tiende a describirse

como muy culta, informada, interesada por las cosas y experiencias nuevas,

dispuesta al contacto con culturas y costumbres distintas. Esta dimensión viene

definida por dos subdimensiones: apertura a la cultura y apertura a la

experiencia. La primera refiere aspectos que atañen al interés por mantenerse

informados, interés hacia la lectura e interés por adquirir conocimientos; por su

parte, la segunda mide aspectos de apertura mental referidos a la disposición

22

Page 23: Relación de Personalidad y Maquiavelismo

favorable hacia las novedades, a la capacidad de considerar cada cosa desde

perspectivas diversas y a la apertura favorable hacia valores, estilos, modos de

vida y cultura distintos.

2.2.2. Maquiavelismo

Una de las formas para comprender el concepto de personalidad en las

organizaciones es cómo éste impacta a las personas y a los grupos a nivel social

organizacional, siendo característico también de los estudios relacionados con el

poder. El maquiavelismo es uno de esos conceptos que siendo un constructo que se

mide a nivel individual, en realidad refleja la forma de pensar de una persona con

relación a su medio ambiente, en otras palabras, se refleja la manera de pensar de

una persona para manipular a los demás (Uribe et al., 2008)

El maquiavelismo es un concepto basado en los textos de Nicolás Maquiavelo,

principalmente en El príncipe. Por su parte, Christie y Geis (1970) construyeron

los primeros instrumentos (Mach IV y V) para evaluar este constructo de

orientación de la personalidad en Estados Unidos. Luego, el constructo ha sido

retomado por diversos investigadores para describir la personalidad en un contexto

de poder. Dawkins y Krebs (1978) afirman que la selección natural favorece a los

individuos que manipulan exitosamente el comportamiento de otros. De acuerdo

con Dawkins (1976) la selección natural impone restricciones que hacen

adaptativa la competencia y el egoísmo estratégico, lo que al considerar su

impacto en el comportamiento explica expresiones relacionadas con manipulación,

egoísmo, altruismo, verdad, lealtad, cooperación y negociación en la toma de

decisiones. Según Wilson, Near y Miller (1996) una de las discusiones más

interesantes relacionadas con maquiavelismo se encuentra en el terreno de la

biología evolutiva, lo que ha dado la posibilidad de que el maquiavelismo sea un

tipo de inteligencia adaptativa, aunque algunos investigadores, más conservadores,

sólo lo vean como un componente de inteligencia social que lleva a

comportamientos de éxito o supervivencia frente a otras inteligencias sociales

menos manipuladoras (Byrne y Whiten, 1988; Humprey, 1976; Sternberg y

Ruzgis, 1994; Tooby y Cosmides, 1992) (citado en Uribe, 2008).

23

Page 24: Relación de Personalidad y Maquiavelismo

2.3. Definición de conceptos

2.3.1. Personalidad

Caprara, Barbaranelli y Borgogni (2001) expresan que personalidad es un

constructo que engloba un conjunto de dimensiones o rasgos en la persona, las

cuales son Energía, Afabilidad, Tesón, Estabilidad emocional y Apertura mental.

2.3.2. Maquiavelismo

Uribe (2001) define al maquiavelismo como una orientación de personalidad que

impacta en los grupos mediante la manipulación de los demás y que conforma tres

factores de manipulación, las cuales son Tácticas, Inmoralidad y Visión.

2.4. Supuestos básicos

Existe un consenso en el cual se evidencia que ciertos componentes de la personalidad

están relacionados con las dimensiones y niveles de maquiavelismo en trabajadores.

Por otro lado, se perciben diferencias de personalidad y tendencias maquiavélicas en

cuanto a variables demográficas, principalmente sexo y edad, en el ámbito laboral.

2.5. Hipótesis

2.5.1. Hipótesis general

Existe una correlación significativa entre los factores de la personalidad (Energía,

Afabilidad, Tesón, Estabilidad emocional y Apertura mental) y las dimensiones de

maquiavelismo (Tácticas, Inmoralidad y Visión) en trabajadores de la

Municipalidad de Comas.

2.5.1. Hipótesis especificas

Existen diferencias significativas entre los factores de la personalidad

(Energía, Afabilidad, Tesón, Estabilidad emocional y Apertura mental) según

los niveles de maquiavelismo en trabajadores de la Municipalidad de Comas.

24

Page 25: Relación de Personalidad y Maquiavelismo

Existen diferencias significativas entre los factores de la personalidad

(Energía, Afabilidad, Tesón, Estabilidad emocional y Apertura mental) según

las variables demográficas (sexo, edad, nivel de instrucción, años de

experiencia laboral, jerarquía de puesto y sueldo) en trabajadores de la

Municipalidad de Comas.

Existen diferencias significativas entre las dimensiones de maquiavelismo

(Tácticas, Inmoralidad y Visión) según las variables demográficas (sexo,

edad, nivel de instrucción, años de experiencia laboral, jerarquía de puesto y

sueldo) en trabajadores de la Municipalidad de Comas.

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